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Circuncisión. Retablo de la Virgen María. Procede del convento de San Francisco de Tarazona. braciones que marcan las diferentes etapas lasdiferentes braciones quemarcan porimportantes cele- acompañado siempre vida enelnúcleofamiliaryalciclovital, ala respectivamente, que hacenreferencia, apartadosseanalizanlosaspectos tercer Enelsegundoy delareligiosidad. ternas alasmanifestacionesmásex- nes relativas enéllascuestio- del espíritu,abordándose deellosestádedicadoalmundo primero trabajo seestructuraenseisapartados.El mayoritaria enlaqueseintegraban.Este enelsenodelasociedad desempeñaron comprender, auténticamente,elpapelque estos gruposminoritariosparallegara necesidad depenetrarenlavidaíntima parte delconvencimientodelaimperiosa lias ydesuscomunidades.Esteinterés da privadadesusindividuos,fami- conlavi- cuestiones diversasrelacionadas L JUDÍAS ENLACORONADEARAGÓN VIDA COTIDIANADELASALJAMAS en elconocimientode porprofundizar creciente últimos añosuninterés dieval manifiestanenlos sas enelOccidenteme- minorías étnico-religio- as investigacionessobre Universidad NacionaldeEducaciónaDistancia E NRIQUE C ANTERA Y CASTILLA en eljudaísmo.La característica más constituye unainstitución fundamental de Israeleslacelebración delShabat,que Signo delaalianzaDiosconelpueblo ydiferenciado. grupo socialpropio cristiana, evitandosudisolucióncomo no delasociedadmayoritariahispano- conservarsuidentidadenelse- permitía portantísimo elementodecohesiónqueles sino que,además,actuabacomounim- r nosóloeralaprincipal quienes lareligión cias delosjudíosépocamedieval,para ydecreen- mental enelsistemadevalores constituíaunprincipiofunda- La religión españoles enlaEdadMedia La vidareligiosa delosjudíos El mundodelespíritu: rial: laalimentación,elvestidoyvivienda. delaculturamate- sideradas comopropias dedicados acuestionesquepuedensercon- apartadossiguientesestán muerte. Lostres de lavida,desdeelnacimientohasta M eferencia yguíadesuactividadcotidiana eferencia ONTENEGRO

191 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona de Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO significativa de la observancia del Shabat fin de honrar esta festividad; para que el es el descanso (shabat = descanso), un fuego se mantuviera más tiempo, añadían descanso absoluto que impide la realiza- un poco de sal al aceite y preparaban el ción de cualquier tipo de trabajo o activi- pabilo de un modo especial. Estas tareas dad, en recuerdo del descanso de Yahvé el correspondían también a las mujeres. séptimo día tras la creación del mundo (Génesis, II, 2-3). La cena del viernes tiene un marcado ca- rácter ritual, y se inicia con la bendición En la tarde del viernes los judíos se lava- del vino (qiddush), la ablución de las ma- ban minuciosamente y se cambiaban de nos y la bendición y partición del pan por ropa, ya que la limpieza va íntimamente parte del cabeza de familia. La cena va unida en el judaísmo al cumplimiento de acompañada de la entonación de himnos las prácticas religiosas; no es casualidad, propios de esta festividad, y concluye con por tanto, que la gran mayoría de los fue- la acción de gracias. ros municipales de época medieval reser- ven para los judíos el uso de los baños los La ceremonia de la habdalá (= despedida, viernes y, generalmente, también los do- separación) pone fin a esta fiesta en la tar- mingos. Por este motivo, procedían asimis- de-noche del sábado. Consiste en la ben- mo en ese día a una limpieza general de la dición que se pronuncia sobre una copa casa, cuidando con esmero todos los deta- de vino, con una vela encendida y con lles relativos al adorno y a la iluminación. unas plantas aromáticas guardadas en Debido a que durante la festividad del una caja (besamim), como signo de sepa- Shabat los judíos no pueden cocinar ni ración entre lo sacro y lo profano. encender el fuego, las mujeres preparaban Además del Shabat, los judíos celebran el viernes por la tarde un guiso conocido otras diversas festividades, estrechamente como hamín (= caliente), y más popular- ligadas en sus orígenes al ciclo natural de mente entre los judíos españoles como las estaciones, aun cuando la especifica- adafina, que comerían al día siguiente; ción posterior de su objeto y la fijación más aunque con muchas variedades locales en precisa de su fecha está relacionada con función de la época del año, de la geogra- determinados acontecimientos históricos fía y de las posibilidades de aprovisiona- del pueblo de . El origen de estas fies- miento en los mercados, este guiso se tas se encuentra, en la mayor parte de los componía, básicamente, de carne, gar- casos, en la Torá, y el Talmud les ha dedi- banzos y legumbres diversas, verduras de cado posteriormente secciones específicas. temporada, huevos , cebolla, acei- te, sal y especias (azafrán, pimienta). Se El día de Año Nuevo judío (Rosh ha-shaná) cocinaba a fuego lento, durante muchas se celebra los días 1 y 2 del mes de tishrí horas (entre los judíos ashkenazíes recibe (septiembre/octubre), coincidiendo con la el significativo nombre de = ca- neomenia del mes de septiembre. El rito liente-lento), y se colocaba en el horno o más característico de esta festividad con- chimenea, cubierto con brasas y rescol- siste en hacer sonar el shofar, un cuerno dos, para que se mantuviera caliente has- de carnero vaciado, cuyo sonido recuerda ta el sábado a mediodía. a los fieles la necesidad de arrepentimien- Inmediatamente antes del comienzo del to y conversión; porque Rosh ha-shaná en- Shabat (con la salida de la tercera estrella cierra un fuerte carácter penitencial, dan- en la tarde-noche del viernes), se dejaba do comienzo a un ciclo de diez días de preparada la mesa con los mejores mantel arrepentimiento que se cierra con la fiesta 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO y vajilla de que disponía la familia, y se de Yom Kippur. El espíritu de renovación encendían unos candiles para que ardie- que debe acompañar a esta festividad ran durante todo el día del sábado, con el se expresaba en algunas costumbres 192 populares, como la de enterrar vestidos finalidad la obtención del perdón divino. viejos o la de sacudir la ropa sobre el mar, Los judíos guardaban en este día un ayu- sobre un río o sobre un pozo, simbolizan- no riguroso de comida y bebida y se abs- do que los pecados se arrojaban al agua tenían de cualquier actividad; pasaban la para que ésta se los llevara. Del ritual do- mayor parte del día en la sinagoga, des- méstico de esta fiesta sobresale el qiddush calzos, orando y meditando. Entre los he- del segundo día, que pronunciaba el cabe- breos españoles era costumbre perdonar- za de familia sobre una copa de vino y con se las injurias que se habían hecho unos los frutos de la última cosecha colocados a otros, y entre los familiares los de menor sobre la mesa, proclamando de esta mane- jerarquía solicitaban el perdón de los ma- ra el poder creador de Yahvé. yores, quienes les concedían su bendición.

El día de Yom Kippur –conocido entre los La fiesta de Sukkot o de los Tabernáculos judíos españoles como día del «Gran Per- se celebra durante ocho días, a partir del dón», «Ayuno del Día Bueno», «Ayuno Ma- 15 de tishrí; en ella se conmemora la pro- yor» o «Ayuno de la Perdonanza»– se cele- tección que el pueblo de Israel recibió de bra el 10 del mes de tishrí, y tiene como Yahvé durante los cuarenta años de su 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO

Vista panorámica de la necrópolis judía de El Frago. 193 paso por el desierto, tras la huida de Egip- to. En recuerdo de este acontecimiento histórico, se levantaban en las calles y plazas de las juderías, o en los patios o huertos de las viviendas, unas cabañas li- geras construidas a base de varas y esta- cas, y con las paredes y el techo formadas con hojarasca entrelazada, en las que los judíos comían y pasaban la mayor parte del tiempo de ocio; por este motivo, los ju- díos españoles conocían esta fiesta como «Pascua de las Cabañuelas». Es una fiesta de origen agrícola, que coincide con el fin de la vendimia y de la recolección de la Después de la vendimia los judíos elaboran el vino fruta, y en la que domina el ambiente de observando unas reglas estrictas de pureza. alegría y regocijo. En Hanukká, o «fiesta de las luces», se madera que representaría a Hamán, el conmemora durante ocho días, a partir malvado ministro de Asuero que buscaba del 25 del mes de kislew (noviembre/di- la perdición de los judíos, y que finalmen- ciembre), la purificación del Templo tras la te era quemada o ahorcada; algunos auto- victoria de Judas Macabeo sobre los se- res ponen en relación esta usanza con la léucidas (165 a. C.). Es una fiesta marca- quema del «Judas» en algunos pueblos es- da por una profunda alegría, y cuyo rito pañoles el día del Viernes Santo. más destacado consiste en el encendido en las casas de unas lamparillas de ocho Pero la festividad más importante del ca- candelas o pequeños receptáculos para lendario litúrgico judío es Pésah (= Pas- mecha y aceite alineados (hanukkiyyá), cua), que se celebra durante siete días a que se encienden de forma progresiva, partir del primer día de luna llena del mes una más cada noche, de forma que la úl- de nisán (marzo / abril), en conmemora- tima noche de la fiesta se encienden las ción de la salida de los judíos de Egipto. ocho. También en la sinagoga se encen- La celebración principal consiste en el sé- dían del mismo modo lampadarios de der o comida ritual que tiene lugar la pri- ocho velas (hanukká menorá). mera noche de esta fiesta, en recuerdo de la última cena de los israelitas antes de su El sentimiento de alegría presidía también salida de Egipto. Los integrantes funda- la celebración de la fiesta de Purim, el 14 mentales del séder son las mazzot o tortas del mes de adar (febrero/marzo); en ella se de pan ácimo, sin levadura, por la prohi- conmemora la liberación de los judíos en bición de consumir durante la Pascua ali- Persia, por mediación de la reina Ester. La mentos fermentados o hamez; el o fiesta se celebra con un banquete, el úni- verduras amargas, símbolo de la amargu- co de todo el año en el que está permitido ra de la esclavitud de Egipto; el haroset, o beber prácticamente sin límite, y que con- mixtura hecha a base de nueces, almen- cluía con bailes y con juegos de azar, no dras, manzanas, higos, uvas pasas y dáti- siendo raros los disfraces. Era también les triturados en un mortero y mezclada costumbre en la Edad Media el intercam- con vino, canela y miel; y el cordero asa- bio de regalos y golosinas entre familiares do, en recuerdo del cordero pascual que y amigos, y los donativos a los pobres. En era inmolado en el Templo. El orden de la 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO algunas aljamas hispanas está documen- comida viene establecido por la haggadá tada la costumbre de arrastrar por las ca- de Pésah, compuesta por diversos pasajes lles de la judería una figura de trapo o de de la Torá, de la Mishná y del Midrash, 194 que es leída o salmodiada por el cabeza de ces medievales hebreos ofrecen representa- familia, y que anuncia los alimentos que ciones de judíos en este día profundamen- deben ser consumidos, así como las ben- te afligidos, sentados en el suelo o en tabu- diciones y los gestos que deben acompa- retes bajos, con la cabeza apoyada sobre ñar su ingesta; todo ello en estrecha rela- las manos, escuchando una lectura bíblica ción con el relato bíblico de la esclavitud que, muy probablemente, correspondiera a de Egipto y de la posterior liberación del las Lamentaciones de Jeremías. Las muje- pueblo israelita. res, por su parte, se reunían en la casa de una pariente o amiga, donde pasaban el día La prohibición de consumir alimentos fer- en riguroso ayuno de comida y bebida, can- mentados era tan rigurosa que obligaba al tando endechas y lamentos. cumplimiento de diversos ritos: así, la vís- pera de Pésah se procedía a una limpieza e Por otra parte, la magia y la adivinación inspección minuciosa de la casa (bediqat ocuparon también un importante lugar en hamez), con el fin de eliminar el más míni- las creencias y prácticas cotidianas de los mo resto de levadura que pudiera quedar; judíos españoles. Todo permite suponer del mismo modo, si la familia no disponía que en la Edad Media no había ya remi- de una vajilla especial para Pésah, todos niscencias de ancestrales usos mágicos los utensilios de cocina y los que se emplea- hebreos; por el contrario, se trata de creen- ban para la comida debían ser purificados cias supersticiosas y fórmulas mágicas en el baño ritual judío (miqwé) o en un cal- idénticas, sustancialmente, a las de sus dero con agua hirviendo, a fin de eliminar contemporáneos cristianos y musulma- los últimos restos de levadura. Por este nes, y en las que, con frecuencia, se mez- mismo motivo, no es infrecuente que las claba lo sagrado y lo profano. aljamas recibieran privilegios regios para levantar hornos provisionales en las jude- La adivinación del futuro constituía la rías durante los días de Pésah, o para que ocupación habitual de hechiceros y adivi- pudieran cocer el pan en sus casas sin te- nadores quienes acudían, entre otros di- ner que pagar los derechos derivados del versos procedimientos, a la quiromancia; monopolio real o señorial del horno. algunas representaciones de manos quiro- mánticas en manuscritos hebreos de épo- La fiesta de Shavu'ot o Pentecostés se ce- ca medieval ofrecen valiosas informacio- lebra los días 6 y 7 del mes de siván (ma- nes acerca de las técnicas quirománticas yo/junio), a las siete semanas de Pésah, y, lo que es mucho más interesante, sobre en conmemoración de la revelación del las preocupaciones propias del judío me- Monte Sinaí y la promulgación de la Ley. dieval: duración de la vida, constancia o Para esta fiesta era costumbre entre los inconstancia de la felicidad, padecimiento sefardíes la preparación de un pan espe- de enfermedades graves, obtención de cial, llamado «pan de los siete cielos», alu- descendencia masculina, etc. sivo a la entrega de las Tablas de la Ley. Las artes adivinatorias entraban en ocasio- Por último en Tish a be av, el día 9 del mes nes en relación con la astrología, ciencia de av (julio/agosto), se conmemora la des- que conoció un considerable desarrollo en- trucción del Primer y Segundo Templos de tre los judíos españoles. A lo largo de la Jerusalén, por lo que entre los judíos espa- Edad Media, la astrología estuvo estrecha- ñoles era conocida esta festividad como el mente vinculada a la astronomía, de forma «ayuno de la Casa Santa» o el «ayuno del que las observaciones y los cálculos de los perdimiento de la Casa Santa»; sus señas astrónomos sirvieron como base para las de identidad eran un ayuno riguroso y la predicciones y los horóscopos de los astró- 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO ausencia de iluminación en la sinagoga y logos. Desde los tiempos talmúdicos, nume- en las casas. Algunas miniaturas de códi- rosos sabios judíos expresaban su creencia 195 figura geométrica, con frecuencia el hexa- o escudo de David (magen David); asimismo se empleaban como amuletos algunos miembros del cuerpo de animales y algunas plantas como la mandrágora. En la magia judía medieval se concedía especial influencia beneficiosa a nombres, palabras y pasajes bíblicos; es lo que se conoce como «magia de la palabra» o «ma- gia del nombre», cuyo desarrollo en la Edad Media estuvo ligado, con toda pro- babilidad, a la Cábala. Los hechiceros ju- díos recomendaban insistentemente la re- citación de plegarias, la permutación de letras y palabras (gematría y temurá) y de- terminados sortilegios mágicos con los nombres bíblicos de Dios. Especial poder Durante la Pascua los judíos consumen pan «mazot» se confería en la magia medieval al Tetra- o sin levadura. grámmaton, como se denomina a las cua- tro letras que conforman el nombre sagra- en la influencia de los astros sobre la per- do de Yahvé, y que con frecuencia se sonalidad de cada ser humano, que nace- empleaba como fórmula para curar enfer- ría, viviría y moriría bajo el influjo del con- mos o para exorcizar. junto de astros; en este sentido, parece que fue relativamente frecuente entre los judíos españoles dibujar la carta astral de los re- La familia judía y la vida cotidiana cién nacidos, con el fin de determinar cómo los cuerpos celestes afectarían a su carácter En las comunidades hebreas medievales y a su destino vital. el núcleo básico de organización social era la familia, entendida en sentido estricto o Entre las aplicaciones prácticas de la ma- familia conyugal –el matrimonio con o sin gia, la principal era la prevención de hechi- hijos–, o en sentido amplio, es decir todos zos y encantamientos; el más temido era el los individuos ligados por los mismos la- mal de ojo, cuyo diagnóstico iba siempre zos de sangre y parentesco. unido a enfermedades prolongadas y sin un motivo aparente y que, al ser descono- cidas para los médicos, se achacaban a una influencia maligna. La detección y eli- minación del mal de ojo eran llevadas a ca- bo por un rabino o por una «desaojadora», quienes invocaban el auxilio de los Patriar- cas y de los varones de Israel, al tiempo que leían algunos Salmos y pasajes de la Torá y practicaban otras diversas operaciones. Para prevenir el mal de ojo se empleaban amuletos y talismanes (qemeot en hebreo), consistentes en cintas de pergamino o en 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO placas metálicas en las que se escribía La producción cerámica adquirida en la aljama procedía una bendición, un pasaje bíblico o un de talleres mudéjares. conjuro, o en las que se representaba una Museo Provincial de Teruel. 196 Desde la más remota antigüedad, la fami- lia judía se organizaba según un estricto régimen patriarcal. Su cabeza era el varón de mayor edad y dignidad, a quien corres- pondía la suprema autoridad familiar, en tanto que el papel de la mujer se orienta- ba al cumplimiento de las obligaciones de- rivadas de su condición de esposa y ma- dre, así como a la realización de las tareas domésticas. La familia constituía también en sí misma un centro de culto, en el que el papel «sa- cerdotal» correspondía al cabeza de fami- lia, quien dirige las oraciones y las cere- monias rituales propiamente familiares (cena del viernes, séder de Pésah), y ben- dice los alimentos antes de cada comida, así como a los componentes de la comuni- dad familiar en diversas ocasiones. La co- mida era a diario una ocasión propicia pa- ra la reunión de los integrantes de la familia, y estaba cargada de una profunda significación religiosa, que se manifiesta Representación pictórica de la alacena en la ablución ritual de las manos y en la de una cocina judía humilde. bendición del pan y del vino que preceden a la ingesta de los alimentos; desde la des- La familia era también centro de profun- trucción del Segundo Templo y del altar de das relaciones afectivas entre sus inte- los sacrificios, una parte considerable de grantes. La fortaleza de los lazos que unían la función de purificación y de santifica- a padres e hijos se manifestaba en la vida ción que antiguamente tenía el altar fue diaria en multitud de ocasiones: por parte transmitida a la mesa familiar. de los padres, en las atenciones que dis- pensaban a sus hijos y en las bendiciones Los varones dedicaban la mayor parte del que les daban en diferentes ocasiones; y día a sus ocupaciones profesionales, las por parte de los hijos, en el respeto que ex- mujeres a sus tareas domésticas, y los jó- presaban hacia sus padres. venes y los niños a sus estudios y juegos. Los momentos de ocio y reposo se ocupa- Del mismo modo, la mujer se veía rodeada ban con el simple descanso y la conversa- del cariño y del respeto de su marido y de ción, o con diferentes juegos, como los da- sus hijos; es muy expresiva a este respec- dos, las tablas, la gresca, el ajedrez o los to su frecuente representación en minia- naipes; no obstante, las autoridades rabí- turas de códices y manuscritos hebreos de nicas condenaban severamente el juego época medieval sentada en una silla, ro- por dinero, al que achacaban la ruina de deada de su marido y de sus hijos de pie, los hogares y la distracción de los hom- como auténtica señora del hogar. De este bres de sus obligaciones laborales y reli- modo, la inferioridad jurídica de la mujer giosas. Pero, sin duda, el entretenimiento en la sociedad judía medieval no se refle- más habitual entre los judíos españoles jaba, de ningún modo, en la vida familiar, era el baile, que ocupaba siempre un lugar en la que ocupaba un puesto de auténtico 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO muy importante en las fiestas y celebra- privilegio, pese al carácter patriarcal de la ciones familiares. familia hebrea. 197 El ciclo de la vida: que hace pensar en un fenómeno de sin- Ceremonias familiares en relación cretismo a través de la influencia de prác- con el nacimiento, el matrimonio ticas mágicas o folclóricas. y la muerte Al octavo día de su nacimiento, y un día El ciclo vital del judío medieval estaba después de la ceremonia de las hadas, marcado por destacadas celebraciones todos los niños varones recibían la cir- que tenían lugar, principalmente, con oca- cuncisión, generalmente en la sinagoga, sión del nacimiento, del matrimonio y de en recuerdo de la alianza de Yahvé con la muerte, y que tenían por escenario la Abraham (Génesis, XVII, 9-14) y como casa o la sinagoga. signo de pertenencia a la comunidad is- raelita (Éxodo, XII, 48; Números, IX, 14). Uno de los acontecimientos más impor- Durante este rito se anuncia el nombre tantes en la vida de cualquier familia era del niño; cuando el recién nacido era una el nacimiento de nuevos miembros, lo que niña, el nombre le era impuesto en la si- garantizaba la perpetuación del linaje. Por nagoga, normalmente durante el oficio este motivo, todo nacimiento era acogido del sábado siguiente al día de su naci- con júbilo, dando lugar en los días si- miento. La celebración concluía con un guientes a diversas ceremonias religioso- banquete, en el que no faltaban los cán- familiares, que contribuían a reforzar los ticos y los bailes. lazos de cohesión dentro del grupo. Otra ceremonia familiar con ocasión del La séptima noche después del nacimiento nacimiento de niños es la del rescate del de un niño tenía lugar la ceremonia de las primogénito (pidyon ha-ben), que obedece hadas, fadas o estrenas (la noche era co- al mandato bíblico según el cual todo pri- nocida como noche de viola, o nit de vijo- mogénito varón, de hombres y de gana- la en el área lingüística catalana), que dos, pertenece a Dios (Éxodo, XIII, 1-2; consistía en una celebración familiar en la Números, III, 12-13). Los orígenes remotos que se expresaba la alegría por el feliz de esta costumbre hay que buscarlos en acontecimiento. El niño, vestido de blan- las prácticas idolátricas de los pueblos del co, era colocado en un recipiente metálico, Antiguo Oriente Próximo, quienes estaban en el que se vertían algunos granos de oro, obligados al sacrificio a sus dioses de to- plata, aljófar, trigo o cebada, y se le lava- dos sus primogénitos, de hombres y ani- ba mientras se pronunciaban ciertas ben- males. Para poner fin a esta salvaje prác- diciones con el fin de ahuyentar el mal de tica, la religión judía prescribió el rescate ojo y atraer sobre él la «buena estrella»; es, de los primogénitos humanos el día trigé- por tanto, uno más de los ritos de protec- simo primero de su nacimiento. En época medieval consistía esta ceremonia en una ción que acompañaban el nacimiento de alegre fiesta familiar, muy alejada ya de su niños hasta tiempos relativamente recien- inicial sentido, y en la que el padre hacía tes. La alegría que presidía esta ceremonia entrega de unas monedas al rabino, como se expresaba mediante cánticos y bailes símbolo del rescate, pronunciándose sen- acompañados de instrumentos musicales das bendiciones sobre el niño y sobre una (laúdes, timbales), y el convite a los invita- copa de vino. dos con dulces diversos, entre los que pri- maban los melados. En definitiva, se trata Por otra parte, la religión judía considera de un rito de carácter familiar y social que el matrimonio el estado social perfecto, no está prescrito ni en el judaísmo ni en el exaltándose en numerosos textos las ins- 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO islamismo, pero que estuvo muy extendi- tituciones de la familia y del matrimonio. do entre los judíos y los mudéjares espa- Entre los judíos españoles predominaban ñoles a lo largo de la Baja Edad Media, lo los matrimonios endogámicos, no siendo 198 infrecuentes los enlaces entre familiares jer hispanojudía se situaba en torno a los consanguíneos de tercer o cuarto grado. 15 ó 16 años, la de los varones no solía so- Aunque la ley judía tolera la poligamia, brepasar los 18. Con el fin de acceder pu- desde el siglo XI comenzó a imponerse la rificados al matrimonio, el día de la boda monogamia en el judaísmo europeo, por la los contrayentes procedían a un aseo mi- decidida acción de las autoridades rabíni- nucioso; era muy complejo el baño de la cas; la poligamia persistió durante más novia en el miqwé, a donde acudía acom- tiempo en las comunidades sefardíes del pañada de una comitiva de mujeres, pa- ámbito mediterráneo –en el siglo XIII era rientes y amigas quienes, tras haber pro- aún práctica bastante habitual en Ara- cedido a una triple inmersión en el baño gón–, pero desapareció paulatinamente a (tebilá), le ayudaban a acicalarse y a ves- lo largo de los siglos XIV y XV. tirse con el traje para la boda, siempre blanco, con un tocado en la cabeza y un En la Edad Media el matrimonio se utili- largo velo. La ceremonia está marcada por zaba con frecuencia como sello de com- la recitación de las siete bendiciones del promiso entre dos familias, por lo que mu- matrimonio (shevá berakhot), que pro- chas veces respondía más a intereses nuncia el oficiante con una copa de vino familiares que a un amor sincero entre los en la mano, de la que da de beber a los no- contrayentes. Las negociaciones condu- vios, quienes permanecen bajo un dosel centes a un compromiso matrimonial se formado normalmente por un tal·lit o firmaban tres o cuatro años antes de la manto de oración sujetado sobre sus ca- boda, y en ellas se acordaba, entre otras bezas por cuatro parientes, y que simboli- cuestiones de interés mutuo, la fecha del za el hogar que compartirán. matrimonio, la dote y el ajuar, haciéndose también expresiva la promesa de fideli- Tras la ceremonia, y ya al anochecer, te- dad, de protección y de sustento económi- nía lugar un banquete que reunía a pa- co de la mujer por parte de su futuro ma- rientes y amigos de la familia, y en el que rido; todo ello se expresaba en la ketubbá no faltaban la música y los bailes. El am- o contrato matrimonial. biente de regocijo se hacía extensivo a to- da la semana siguiente a la boda, en la La boda propiamente dicha tenía lugar que los recién casados obsequiaban con siendo aún muy jóvenes los contrayentes; dulces y rosquillas a los amigos que acu- si la edad media de matrimonio de la mu- dían a visitarles. El primer sábado tras la 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO

Juguetes en cerámica vidriada. Museo Provincial de Teruel. 199 boda el recién casado acudía a la sinago- contrar el camino hacia el mundo ultrate- ga acompañado de sus parientes y amigos rreno. Desde este momento se organizaba varones, y procedía a la lectura de los pa- el acompañamiento del cadáver, y quienes sajes correspondientes de la Torá desde la acudían a la casa del difunto confortaban tribuna o bimá, lo que se consideraba un a sus familiares con frases de aliento y alto honor. condolencia como «Dios le perdone en su Ley» o «Buen poso aya». Como medida higiénica, el Talmud prescri- be que, tras la consumación del matrimo- Rito fundamental en el judaísmo es el mi- nio, los recién casados deben abstenerse de nucioso lavado del cadáver con agua ca- relaciones sexuales durante un período de liente o tibia (tahará), procediéndose tam- cuatro a siete días; era costumbre en épo- bién a afeitar el pelo y el vello corporal del ca medieval que esta abstinencia forzosa se difunto y a cortarle las uñas, ya que el garantizara durmiendo la madre de la no- Talmud los considera elementos impuros. via entre los recién casados durante la se- A continuación se amortajaba el cadáver, mana siguiente a la boda. Concluido este tarea en la que se empleaban entre 20 y período, la novia tomaba un baño ritual en 25 codos de lienzo (de 15 a 20 metros), ya el miqwé (betulim, es decir el baño después que había que vendar todo el cuerpo. En de la pérdida de la virginidad). cumplimiento de las recomendaciones de los rabinos, los cadáveres se enterraban Todo parece indicar que en las comunida- sin ningún tipo de ajuar, o con piezas muy des hebreas hispanas se practicaba de sencillas (anillos, monedas o amuletos), forma regular el levirato, institución que como símbolo de la igualdad de todos los obligaba a contraer matrimonio con la cu- hombres, ricos y pobres, ante la muerte. ñada viuda, y que aún no había tenido tiempo de ser madre, a uno de los herma- Los alimentos que había en una casa en la nos del difunto, siempre que ello no supu- que se producía una muerte eran conside- siera la ruptura de un compromiso matri- rados intocables, lo que en su origen obede- monial anterior. Esta obligación sólo podía cía, sin duda alguna, a razones higiénico- rescindirse mediante la ceremonia de la preventivas. Asimismo se procedía a vaciar halizá, que tenía por objeto humillar pú- todos los depósitos de agua, ya que la su- blicamente a quien se negaba a perpetuar perstición popular afirmaba que el «ángel de el linaje de su hermano. la muerte» lavaba su mortífera espada en las También la muerte iba acompañada entre aguas que encontraba a su alcance; de este los judíos medievales de un complejo ri- modo, las tinajas colocadas boca abajo en la tual, minuciosamente observado por fami- puerta de la casa eran una manifestación liares y allegados. Cuando algún judío se externa de duelo por un difunto. encontraba moribundo, era costumbre La muerte de un ser querido iba acompa- volverle la cara hacia la pared, en señal de ñada de lamentos y de cantos fúnebres, expiación por sus pecados, y en recuerdo siendo habitual entre los judíos españoles de la curación milagrosa de Ezequías, rey la costumbre de endechar y cantar elegías de Judá (Isaías, XXXVIII, 1-5); asimismo en honor de los difuntos, por parte de los sus familiares enviaban alguna prenda de propios familiares o de plañideras profe- su ropa a la sinagoga para que se rezase sionales quienes, con frecuencia, acompa- por su restablecimiento, y el rabino le con- ñaban los cortejos fúnebres. fortaba y le dirigía en la recitación de las oraciones de contrición (budduy). Nada El entierro tenía lugar, normalmente, el 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO más producirse la muerte, se procedía a mismo día del fallecimiento. Los asistentes cerrar los ojos del difunto, pues se creía al cortejo vestían con frecuencia ropas ne- que si permanecían abiertos no podría en- gras y se cubrían la cabeza, recorriendo 200 Muy expresivas de los ritos judíos relati- vos a la inhumación de los cadáveres son las disposiciones testamentarias de don Judá, vecino de Alba de Tormes, quien en 1410 ordenaba que «... Mi cuerpo sea se- pultado e puesto en mortaja e ansí me en- tierren en el campo dinado, do yacen mis antepasados, que el Dío buen siglo dé, en tierra tuesta, nin tañida nin tocada. No me pongan nin de pie, nin echado: será fe- cha en la fuesa una selleta firme, donde asienten mi cuerpo, y cara puesto a Orien- te, inclinante al sol e su salida...». Al regreso del cementerio, los familiares más próximos del difunto se hacían un pequeño desgarro en el vestido (keriá) en señal de duelo, y en recuerdo de la tradi- cional costumbre judía de rasgarse las vestiduras como signo de dolor. Asimismo procedían a tomar un baño purificador en el miqwé. Tinajas de vino. Retablo de San Salvador. El duelo por un difunto duraba siete días Ejea de los Caballeros. (shibá); durante este tiempo, y con la única una distancia considerable hasta el ce- excepción de los sábados y días festivos, los menterio, ya que éste se ubicaba siempre parientes más próximos permanecían la fuera del recinto urbano. El cadáver se mayor parte del tiempo en casa, donde se transportaba en un ataúd o sobre unas sentaban en el suelo sobre almohadones o parihuelas, y se depositaba en el interior en pequeños taburetes, vestían de negro ri- de la tumba en el propio ataúd o, más fre- guroso y las mujeres se cubrían con velos, cuentemente, sin él, ya que la religión ju- y tomaban una comida frugal (cohuerzo) día prescribe que los cadáveres deben es- que consistía, básicamente, en huevos co- tar en contacto directo con la tierra; por cidos, pescado, verduras, hortalizas, fruta y este motivo, a los judeoconversos que en- pan, no bebiendo nada más que agua. Du- terraban con ataúd era frecuente que les rante los días de duelo era costumbre en- colocaran una pequeña almohadilla de tie- viar aceite a la sinagoga para que ardieran rra virgen debajo de la cabeza. unas velas en memoria del difunto. Asimis- mo era una práctica popular bastante ex- Tras recitar algunos salmos y oraciones tendida colocar durante estos días en la fúnebres (hésped), se procedía a la inhu- habitación del difunto un candil encendido, mación del cadáver, cubriéndose la tumba porque se creía que su alma acudía allí to- con una gran losa, sobre la que los allega- das las noches; por este motivo, se coloca- dos depositaban una pequeña piedra cada ba también un vaso con agua en el alféizar vez que la visitaban. La dirección de las de la ventana, para que el alma del difunto tumbas era siempre en sentido oeste-este, se refrescara. y los cadáveres eran colocados en posición de decúbito supino, con los brazos exten- Los familiares del difunto se abstenían de didos a lo largo del cuerpo, y con la cabe- todo lujo en el vestido hasta que transcu- 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO za ladeada, de tal forma que la mirada se rría el primer mes tras el fallecimiento orientara hacia el este, hacia Jerusalén. (sheloshim), si bien el ciclo de luto no 201 medieval, básicamente, de las complejas prescripciones alimentarias fijadas por la religión judía, que se explicitan en las lla- madas leyes , es decir el compendio de leyes dietéticas que tienen su funda- mento en los capítulos XI del Levítico y XIV del Deuteronomio, así como en el Talmud y en otros diversos códigos de la Ley rabíni- ca. Esta normativa establece una rígida se- paración entre los alimentos kasher, o ap- tos para su consumo por los judíos, y los no kasher (cuadrúpedos no rumiantes o sin pezuña hendida, animales marinos sin aletas o sin escamas, sangre, mezcla de productos cárnicos y lácteos, etc.). El menú cotidiano de los judíos españoles no difería sustancialmente del de sus con- Poda de la viña. Iglesia parroquial de El Frago. temporáneos cristianos, excepto por lo que se refiere al rechazo de ciertas mate- concluía de forma definitiva hasta que se rias primas de origen animal y en algunos cumplía el primer año de la muerte (toj modos específicos de preparación de los shaná) y se celebraba un aniversario. Al- alimentos. Se componía, principalmente, gunos días del calendario judío, como la de cereales, legumbres, verduras, ovolác- víspera de Rosh ha-shaná o el día del Yom teos, carne, pescado, aceite y vino. Kippur, se dedicaban a honrar a los di- El consumo de productos vegetales ocu- funtos, siendo frecuente la visita a los ce- paba un lugar fundamental en la dieta de menterios. los judíos españoles, no sólo porque los La importancia que la sociedad judía me- cereales panificables constituían la base dieval concedía a la muerte se pone de ma- de la alimentación del hombre medieval, nifiesto en la existencia en todas las comu- sino también porque las legumbres y las nidades de cierta importancia de cofradías verduras, cocidas solas o en potajes, eran encargadas de garantizar a los judíos po- un plato habitual. Entre las legumbres bres y transeúntes el cumplimiento de to- constituían platos típicos judíos, como en- dos los ritos mortuorios: purificación y trantes, el puré de garbanzos y la sopa de amortajamiento del cadáver, preparación lentejas. Entre las diversas verduras con- de la tumba, conducción del cadáver, sepe- sumidas, quizá la más apreciada fuera la lio y responsos. Son conocidas, entre otras, berenjena, que fue un ingrediente básico las cofradías zaragozanas de Nozé Amitá de numerosas recetas culinarias judías. (= portadores del ataúd) y de Cabarim La carne no era abundante en la dieta de (= enterrar muertos), la de Calatayud cono- los más humildes, pero era el plato fuerte cida como de «banyadores de los muertos», de toda comida para las familias cuyas po- o la de los «cavafuesas» de Huesca. sibilidades económicas se lo permitía. La carne –principalmente de cordero y cabri- La alimentación to, así como de aves domésticas– se con- sumía sola, asada o guisada con aceite y 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO Los rasgos diferenciadores de la alimenta- especias, o, más normalmente, cocida co- ción hebrea con respecto a la de otros gru- mo integrante de un potaje. Los potajes pos socio-religiosos derivaban en época tuvieron una gran importancia en la 202 alimentación judía medieval, destacando entre todos ellos el hamín o potaje del Shabat. También era frecuente el consu- mo de la carne en forma de albóndigas o «albondaquillos», a base de carne picada, especias y alguna verdura. El pescado se preparaba habitualmente frito o asado, y era uno de los ingredientes básicos de la cena del viernes. También era frecuente su consumo como entrante frío en la comida del Shabat, frito y mari- nado. Era asimismo elevado el consumo de hue- vos, que aparecen citados con frecuencia Celebración del Séder. Haggadah de Sarajevo. como guarnición del pescado y de la carne o como integrantes de potajes. Aunque su consumo más habitual era cocidos, hay En general, la repostería sefardí otorgaba también referencias documentales a otras un destacado lugar a la harina, a los hue- formas de cocinarlos: en tortilla; acompa- vos, a los frutos secos, a la miel y a la ca- ñados de salsas o verduras; o estrellados nela, en tanto que la ashkenazí se basaba, en una sartén, con carne picada y un so- principalmente, en productos lácteos. frito de cebolla. Para condimentar utilizaban con asidui- Otro plato típicamente sefardí eran las dad el ajo y la cebolla, así como diversas empanadas y empanadillas, muy frecuen- especias (azafrán, pimienta, cilantro, mos- tes en la comida del Shabat. Podían ser taza o clavo para comidas saladas, y ca- saladas, rellenas de carne, queso o verdu- nela, jengibre, nuez moscada, regaliz o ras, o dulces, a base de nueces o cabello clavo para comidas dulces) y plantas aro- de ángel. máticas mediterráneas (tomillo, romero, orégano, eneldo, salvia, ajedrea, albahaca, La comida se completaba con fruta fresca comino o anís). Mezclando estos produc- de temporada, entre la que los judíos es- tos con aceite, sal, vinagre, agraz, jugo de pañoles apreciaban particularmente los limón o de manzana, y manzana verde, higos y las uvas. Asimismo consumían ha- elaboraban diversas salsas, entre las que bitualmente frutos secos, muy nutritivos, predominaban las agridulces y las ácidas, y con los que enriquecían numerosas re- que acompañaban muy bien las carnes, cetas. Por otra parte, la repostería y la los pescados y las legumbres. dulcería eran especialmente variadas en Para cocinar, y debido a que la religión ju- la cocina judeo-sefardí, de forma que en la día no permite consumir grasas de cerdo, documentación medieval se encuentran de vaca, de oveja y de cabra, hacían uso referencias a los turradillos, es decir al- de aceites vegetales o de grasa de aves, mendras o garbanzos tostados; a los tu- principalmente de oca o de gallina. El uso rrones; al mazapán; al zarope, o jalea a de los aceites vegetales daba lugar a fric- base de jugos de frutas; a los buñuelos; a ciones con los vecinos cristianos, ya que los bizcochos; al membrillo; a las tortas de éstos se quejaban de los malos olores que pan ácimo cubiertas con miel o azúcar; a causaban al cocinar. los arrucaques y al piñonate, elaborados a 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO base de almendras y miel y de piñones y Las bebidas habituales eran el agua y miel, respectivamente; y a las rosquillas. el vino, producto éste que tuvo una 203 importancia considerable en la dieta coti- ciertas señales que permitieran su fácil diana del hombre medieval, por su apor- identificación. tación calórica; de este modo, el consumo de vino era sensiblemente superior en la Por otra parte, el vestido cotidiano era tam- Edad Media que en la actualidad, pudien- bién reflejo de la estratificación económico- do situarse, por término medio, entre me- social existente en el seno de la comunidad dio litro y un litro por persona y día. hispano-hebrea medieval. En los niveles sociales inferiores –campesinos, servidores Pero si la comida cotidiana era, general- domésticos, artesanos, pequeños mercade- mente, frugal para la mayor parte de las res–, la prenda de vestir común entre los familias, los días festivos iban acompaña- varones era una saya o jubón, que cubría dos de comidas más espléndidas. Era éste desde los hombros hasta las rodillas, y que el caso de la cena del viernes y de la co- se ajustaba a la cintura mediante un cor- mida del Shabat, que tienen un profundo dón; las mangas eran largas, estrechas en significado en el judaísmo, y para las que los antebrazos y anchas a partir del codo. se reservaban las comidas más exquisitas. Las piernas se cubrían con medias calzas, Y lo mismo sucede con ocasión de la cele- y los pies con unos zapatos puntiagudos, bración de algunas de las grandes fiestas ajustados al pie aunque flexibles y, gene- del calendario litúrgico judío (Pésah, Pu- ralmente, de color negro. Entre los sectores rim) y de las ceremonias familiares de las más acomodados se utilizaba, normalmen- hadas, de la circuncisión, del bar mitzvá te, una saya más larga y más ancha, que (celebración de la mayoría de edad religio- cubría hasta los tobillos. sa del niño varón al cumplir los trece años de edad) o de las bodas, que iban acom- Sobre la saya vestían un sobretodo, gene- pañadas siempre de banquetes que reuní- ralmente un capuz, que consistía en una an a familiares y amigos. En este sentido, capa con capucha, bastante corta por de- no cabe ninguna duda de que la mesa era lante y terminada en punta por la parte el eje en torno al que gravitaba buena par- posterior. Los miembros de los grupos so- te de las relaciones familiares y comunita- ciales privilegiados solían utilizar unas ca- rias de los judíos en época medieval, y pas más largas, normalmente cerradas, constituía un medio idóneo para el refor- fruncidas al cuello y con capucha, o la zamiento de los vínculos de solidaridad fa- garnacha talar, un sobretodo muy ancho miliares y entre los miembros de la comu- en los hombros, que formaba capa sobre nidad de creyentes. los brazos y que disponía de capucha; la garnacha solía presentar unas hendidu- ras largas bajo los brazos, y dos caracte- El vestido rísticas patillas, a modo de babero, que colgaban desde el cuello sobre la parte an- Como se deduce de las miniaturas de có- terior del vestido. dices y manuscritos hebreos de época me- dieval, los hábitos de vestir de los judíos La ropa interior consistía en una camisa hispanos se asemejaban mucho a los de de tela blanca, que llegaba hasta las rodi- sus contemporáneos cristianos. Por este llas, y en las bragas o calzón, que cubrían motivo, y dentro de la oleada de creciente los muslos y que se sujetaban a la cintu- antisemitismo que marca la Baja Edad ra mediante un cinto. Media en toda la Europa occidental y cen- tral, diversas bulas pontificias, cánones Aunque no era infrecuente que los judíos conciliares y sinodales, ordenamientos rea- llevaran la cabeza descubierta, normal- 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO les y estatutos municipales obligaron a los mente la cubrían con una cofia atada bajo judíos al uso de determinadas prendas de la barbilla, con una gorra chata, con un go- vestir o a colocar sobre sus vestimentas rro con forma de cuenco o con un capirote 204 corto con la punta vuelta hacia la frente o gunas disposiciones contenidas en orde- plegada sobre la cabeza. namientos regios y municipales hispanos de los siglos XIV y XV en las que se obliga Pese a las recomendaciones rabínicas pa- a los judíos a dejar crecer sus barbas y ca- ra que los varones llevaran barba y el ca- bello largo, la mayor parte de los judíos de bellos, con el fin de que fueran fácilmente época medieval se dejó influir por las mo- identificables. En cualquier caso, el uso de das de cada momento. Así, da la impre- la barba entre los judíos era más frecuen- sión de que, en general, fueron bastante te en personas de edad avanzada, así co- reacios al uso de la barba y de los cabellos mo entre los rabinos, los hazzanim y las largos; esto cabe al menos deducir de al- personas de ciencia. 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO

Cocina aragonesa con las típicas cadiras. Judería de Luna. 205 Las mujeres vestían habitualmente una vos como a dimensiones y distribución in- saya larga y lisa, que cubría desde el cue- terna. De este modo, no existió a lo largo de llo hasta los pies, amplia en el busto y su- la Edad Media una arquitectura que pueda jeta a la cintura mediante un cordón; las considerarse como propia y específica de mangas eran largas. Estas sayas solían los judíos españoles. combinar con unas faldas amplias. Las viviendas de las juderías solían ser pe- Sobre la saya vestían un sobretodo, con o queñas; su fachada principal daba direc- sin mangas, muy largo y ajustado, o un tamente a la calle, o a una pequeña pla- capuz. También fue muy frecuente entre zuela interior que daba acceso a varias las judías españolas el uso de una sobre- viviendas, y solía ser estrecha (de 5 a 7 cota abierta, con amplias y largas abertu- metros), alargándose más en profundidad ras laterales. Entre las mujeres de los sec- (de 7 a 10 metros) hacia un patio trasero. tores sociales más elevados se utilizaban En altura disponían, generalmente, de también capas o mantos largos y amplios, una planta baja y otra superior, con un cogidos al cuello. sótano que hacía las veces de almacén y bodega. Por debajo de la saya vestían una camisa de tela blanca, y se cubrían las piernas El material constructivo más empleado con unas calzas que llegaban hasta la ro- era la arcilla, en forma de ladrillo o dilla. de adobe, en tanto que la madera queda- ba restringida a techos, vigas, puertas y Las mujeres casadas cubrían siempre la ventanas. Asimismo se empleaba el yeso cabeza con diferentes tocados, bajo los que para el revoco y enlucido de paredes, te- recogían el cabello con una cofia. Usaban chos y suelos, y como argamasa para el sombreros altos de tejido plisado; cubreca- relleno de los huecos de albañilería. Los bezas de tela fina; un velo transparente de tejados, a doble vertiente, se cubrían con caída libre; o, más habitualmente, una to- tejas de barro cocido o con pizarra, y en ca cerrada bajo la barbilla. Las tocas po- las casas más humildes simplemente con dían ser de dos tipos: la que cubría la ca- cañas y paja. beza y el cuello hasta los hombros, con una cinta sobre la frente que hacía las veces de Las viviendas presentaban pocas abertu- diadema, y la que simplemente enmarcaba ras, y de pequeño tamaño, para combatir el rostro dejando libre el cuello. Una cos- mejor el frío, el viento y la lluvia. Las ven- tumbre típicamente hispana era que el bar- tanas se cerraban con contraventanas de boquejo de los sombreros encuadrara el madera, y el hueco se cubría con papel en- rostro, sujetándose en la parte superior de grasado o con pergamino, que permitía la frente con una hebilla o con una joya. pasar algo de luz; sólo en las casas más Las doncellas, por el contrario, solían llevar acomodadas comenzaron a utilizarse des- la cabeza descubierta, y el cabello, general- de el siglo XV cuarterones de vidrio. Las mente largo y rizado, lo sujetaban sólo con puertas exteriores estaban formadas por una sencilla diadema, o formando trenzas dos hojas, divididas en sentido horizontal; unidas en la parte posterior de la cabeza. en las casas de tenderos y artesanos la hoja superior se abatía sobre un poyete en sentido transversal, formando un mostra- La vivienda dor para atender a los clientes. Las casas de las juderías eran idénticas, La planta baja presentaba, normalmente, 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO sustancialmente, a las de las restantes co- un porche o vestíbulo, y un «palacio» o sa- llaciones de las ciudades medievales, tanto la principal, que constituía el centro de la por lo que se refiere a sistemas constructi- vida familiar, y en la que se disponía de 206 una mesa, bancos y otros tipos de asien- en época bajomedieval. Pero había casas tos, y cofres. En las viviendas de artesa- más modestas que disponían sólo de un nos y tenderos este espacio, o al menos taller o tienda en la planta baja, y de una parte de él, se dedicaba a tienda o taller. única habitación en la planta superior, La planta superior comprendía los dormi- que hacía las veces de sala, dormitorio y, torios o «cambras», generalmente en nú- en ocasiones, también de cocina. Por el mero de dos a cuatro; cada uno de ellos contrario, había casas más grandes, que disponía de una o más camas, de un cofre contaban con una segunda planta en la y de un banco. La cocina se ubicaba en un que se disponían varias habitaciones. ángulo de la planta superior o, más fre- cuentemente, en el patio trasero de la vi- En las viviendas de los judíos no faltaba vienda constituyendo un elemento inde- nunca la mezuzá; consiste en un pequeño pendiente; en torno al hogar o chimenea trozo de pergamino en cuyo anverso están se disponía un banco corrido. Asimismo, escritos dos pasajes del Deuteronomio en la planta superior o en el patio trasero (Deut. VI, 4-9, y XI, 13-21) en los que se solía haber una pequeña letrina o retrete, exalta el poder absoluto de Dios, y en su que fue un elemento cada vez más pre- reverso, en letras muy grandes, la palabra sente en las viviendas urbanas bajomedie- Shadday, uno de los nombres bíblicos de vales; en ocasiones el retrete era compar- Dios. Este pergamino se coloca enrollado tido por varias casas. Por último, algunas en una cajita alargada, con una abertura viviendas contaban también con un pozo que deja leer la palabra Shadday; la cajita en el patio o huerto trasero, lo que evitaba se fija en la jamba derecha de la puerta los continuos y molestos desplazamientos principal de la casa, y era costumbre al a la fuente, al río o a la alberca. salir o entrar en la casa besar la mezuzá o El que acabamos de describir era el mode- tocarla con la mano derecha, acompañan- lo de una vivienda típica de artesanos y do este gesto con una bendición o con una mercaderes de nivel económico medio, ya invocación a la protección divina. 6. Vida cotidiana de las aljamas judías en la Corona Aragón y Castilla ENRIQUE CANTERA MONTENEGRO

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