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TRATADO DEL BURRO Y OTRAS BESTIAS Una historia del simbolismo animal en Occidente Alberto del Campo Tejedor ACONCAGUA LIBROS Sevilla, 2012 © Alberto del Campo Tejedor © De esta edición, Aconcagua Libros Sevilla, 2012 D.L.: SE-3851-2012 ISBN: 978-84-96178-88-5 Diseño de cubierta: José Luis Tirado E-mail: [email protected] www.aconcagualibros.net Impreso en España – Printed in Spain Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial. Auriculas asini, quis non habet? Persio ÍNDICE I. INTRODUCCIÓN: EL BURRO Y EL SIMBOLISMO ANIMAL 11 II. PREHISTORIA Y ANTIGÜEDAD 35 El equino de las cavernas 35 La domesticación del asno y su consideración social: Los burros de Abydos 38 El asno en el Antiguo Testamento 44 Interpretar los símbolos animales: El Onirocrítico de Artemidoro 50 Naturaleza y estatus del asno: De Aristóteles a Paladio 58 Lo fantástico: La Historia de los Animales de Eliano 64 Tonto, envidioso y ridículo: El burro en las Fábulas de Esopo, Babrio y Fedro 67 La imagen condensada: Símiles y proverbios asnales 77 Sátira asnal: Horacio, Terencio, Marcial, Plauto 79 Comicidad del asno obsceno 86 Fortuna e infortunio del burro: El asno de oro de Apuleyo 89 Mito, rito y religión: El burro maligno 100 Dioniso, sátiros y silenos 107 Équidos en la antigua Iberia 111 III. CRISTIANISMO ANTIGUO Y ALTOMEDIEVAL 117 El simbolismo animal en el primer cristianismo 117 Sátira cristiana del asno sagrado: Lactancio 123 Onolatría cristiana 125 El asno de Cristo: El Nuevo Testamento 128 El primer bestiario: El Physiologus 133 Simbolismo animal: El Hexaemeron de San Basilio 135 Etimología y signo: San Isidoro 138 Exégesis alegórica: Los Moralia in Job de Gregorio Magno 140 Alegorías animales en la Hispania visigoda: De Itinere Deserti de San Ildefonso 148 8 ÍNDICE IV. MEDIEVO 151 El simbolismo animal en la Edad Media 151 El peso de los naturalistas de la Antigüedad 156 Las fábulas esópicas: Continuidad grecorromana y aporte cristiano 158 El asno en los cuentos de la Península 160 Los bestiarios 163 Enciclopedias: Alberto Magno y Tomás de Cantimpré 171 El asno en la cultura árabe 176 El asno y la catequesis: Sermones, exempla y comparaciones 178 El burro rijoso: burla y sexualidad 188 El diablo asnal 193 El judío burro 196 San Francisco y sus hermanos asnos 198 Carga y mortificación del monje 203 El bestiario esculpido y pintado 206 Letra e imagen: El asno con la lira 216 La fiesta del asno 223 Vil borrico: la pulla asinina en la poesía cancioneril 238 La disputa del hombre y los animales: Fray Anselm Turmeda 242 V. RENACIMIENTO 249 El descubrimiento del simbolismo de la Antigüedad 249 Facecias asnales: El Libro de Chistes de Poggio Bracciolini 255 Iconografía impresa del necio asnal: La nave de los locos de Brant 259 La imagen del asno esópico 262 Misceláneas de historias cómico-morales 265 El bestiario en la guerra de las religiones 269 Filosofía del asno: De Erasmo a Giordano Bruno 271 Loores del asno e ironía en los Diálogos españoles: Pedro Mejía y Juan de Arce 284 ÍNDICE 9 Animal, exégesis y predicación: Fray Luis de León y Fray Luis de Granada 289 Crónicas del Rey Burro 298 Las burradas del pastor bobo: El teatro primitivo español 301 El asno en el refranero popular: El Seniloquium 306 El escarnio público: El reo y la Inquisición 309 La bestia del Carnaval 312 Las animaladas del obispillo 316 Risus Paschalis: Animales en el templo 319 VI. BARROCO 325 Los emblemas del asno 325 El teatro alegórico y el bestiario pecaminoso 330 El burro en las mascaradas jocosas 333 Los Geroglíficos del asno: Jerónimo de Huerta y otros herederos de la Antigüedad Clásica 337 Asno maléfico, asno santo 339 El asno en los diccionarios y refranes: Covarrubias y Correas 342 La asnificación del villano en el teatro del Siglo de Oro 345 La sátira asnal en el Barroco: La Asinaria 351 Los rebuznos de Sancho: La burla asinina en Cervantes 353 Cuentos folklóricos de burros 358 Castigos públicos y rituales escolares: La vergüenza y el vejamen 361 VII. ILUSTRACIÓN Y ANTI-ILUSTRACIÓN: SIGLOS XVIII-XIX 371 La sinrazón del asno 371 Burla, sátira y parodia asinina: La Burromaquia, Los Burros y Memorias de la insigne academia asnal 373 La fábula esópica en España 381 Sátira y fantasía: Los Caprichos de Goya 388 Compendio del simbolismo asnal: El asno ilustrado 395 10 ÍNDICE Zoología y moral: La Historia natural de Buffon y Espectáculo de la naturaleza del abad Pluche 398 El asno pintoresco: Viajeros y costumbristas 403 El burro en el cuento popular: Los músicos de Móstoles 409 VIII. ÉPOCA CONTEMPORÁNEA 411 El asno, el trabajo y los días: Tradición y cambio 411 Lo bestial y carnal en el Antruejo 425 Testamentos de burros 449 La bestialidad milagrosa y jocosa de la Navidad 456 Asnerías de Semana Santa: Risa pascual y turbulencia festiva 461 El asno y la religiosidad popular: Leyendas, hagiografías y creencias 473 Salvar al asno: El Santuario del Burro 481 El burro catalán: Del ecologismo al nacionalismo 486 De la España cañí al turismo rural 491 El burro infantil 497 La burla asnal hoy 504 La polivalencia de refranes y dichos 507 Sexualidad, bestialismo y zoofilia: Apodos, coplas, sátiras y prácticas 510 La re-creación del símbolo asnal en la literatura contemporánea: Orwell, Lorca, Juan Ramón Jiménez 518 IX. BIBLIOGRAFÍA 531 I. INTRODUCCIÓN: EL BURRO Y EL SIMBOLISMO ANIMAL Tras la progresiva mecanización del campo, el éxodo rural y la generalización de los vehículos motorizados, el burro (equus asinus) se ha convertido en un animal obsoleto para el uso humano, si acaso un patrimonio etnológico-natural que se mantiene en granjas-escue- las o sirve a los turistas para un paseo en clave folk, como hacen los célebres burro-taxis de Mijas, Málaga. Durante al menos seis mile- nios el hombre se ha servido de él como animal de carga, yunta, caba- llería, para la procreación de mulas, incluso para beber su leche o curtir su piel con vistas a confeccionar suelas de zapato, cosa que atestiguaba en el siglo XIII Alberto Magno. Hoy, para la mayoría de habitantes de las ciudades, el burro ya no es un animal útil, más bien una imagen de retraso, de formas de vida campesinas que evocan en unos la nostalgia, en otros el sonrojo. Mientras en vastos territorios de África, América o Asia el asno sigue siendo uno de los más impor- tantes animales domésticos, especialmente en lugares áridos y pobres (Starkey, 2000), entre nosotros, cuando se menciona al burro en la conversación es las más de las veces con un sentido burlesco o inju- rioso, calificando a alguien de “borrico” o “burro”, similar a cuando decimos genéricamente “¡qué bruto!, “¡qué animal!”, “¡qué estúpi- do!”. En un mundo sin jumentos, en los que algunas razas autóctonas están en peligro de extinción, aún se utiliza el burro en el lenguaje metafórico para referirnos al hombre rudo, grosero, torpe, necio, in- capaz, ignorante, una pulla que ya utilizaban griegos y romanos con el mismo sentido satírico. Pero este no es el único significado del burro. Existe también una acepción positiva, sinónimo del esfuerzo, el sacrificio y la abnega- ción con que uno trabaja: “como un borrico”, decimos. Y además, no es el habla coloquial el único ámbito donde ha sobrevivido el asno: leemos a nuestros niños cuentos, fábulas, historias en que el animal es un personaje tierno, suave, que se diría de algodón, como escribió Juan Ramón Jiménez, y entre los distintos animales de peluche con los que duermen, el burrito no es el más raro. En el mundo de los adultos, sin contar con los marginales usos agrarios, el burro es esen- cial aún en ciertos rituales y fiestas, en algunas tradiciones curande- ras e incluso se presta a ámbitos insospechados y tabús, como la porno- 12 ALBERTO DEL CAMPO TEJEDOR grafía zoofílica. Mientras algunas prácticas y relaciones con el asno hunden sus raíces en la Antigüedad, otras parecen brotar en los últi- mos años: el burro es tomado por ciertos sectores catalanes como símbolo nacionalista, por algunos ecologistas como punta de lanza del proteccionismo medioambiental y los derechos de los animales, mientras proliferan asociaciones que promueven refugios de burros que enseñan a los escolares la vida tradicional de sus abuelos o se les vuelve a utilizar como caballería en paseos turísticos por el campo. Acabada nuestra milenaria y cotidiana relación con el asno en el ámbito instrumental del trabajo, pareciera que el hombre se resiste a perder su compañero de fatigas. Pero sobre todo queda aquí y allá el burro como símbolo y metáfora para significar los más variados y contradictorios aspectos de la vida: la inocencia y la idiotez, el ardor sexual y la mansedumbre, el pecado y la virtud, la brutalidad más animal o la abnegación más humana. Si bien es innegable que la pre- sencia del burro de carne y hueso no es ya cotidiana para la mayoría, no lo es menos que su uso simbólico no ha caído al mismo ritmo que este animal desaparecía de campos y pueblos. El asno ha ocupado un lugar primordial en el imaginario simbólico de Occidente desde la Antigüedad y hoy —cuando ejemplares abandonados son acogidos por protectoras de animales— este cuadrúpedo no cesa de evocar imágenes, sentimientos, arraigadas y polisémicas significaciones. Existen, es cierto, pocos ejemplares asnales (menos de 100.000 en toda España), pero nos quedan asnos descritos, contados, pintados, esculpidos, bordados, pensados, imaginados: burros metafóricos, sí- miles asnales, alegorías del jumento, símbolos de los más variados aspectos de la existencia humana.