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Cancionero durangueño

Antonio Avitia Hernández

México, 2011

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2 Prólogo

Con un enfoque incluyente, este Cancionero durangueño, contiene documentos de la lírica ritual de las etnias primigenias de la entidad, alabanzas y canciones religiosas de los e indígenas durangueños, romances tradicionales e históricos de la época colonial, romances de la Guerra de Independencia. Canciones y decimonónicos, de los periodos: porfirista, revolucionario, villista, de las rebeliones cristeras, de la segunda mitad del siglo XX, citadinos y culteranos, entre los que hay ejemplos de diversa índole ideológica: liberales, conservadores, comunistas, agraristas, cristeros, así como indígenas y priístas, entre otros Con múltiples formas de composición que van desde las autóctonas hasta el rock. En todo el libro se puso énfasis en la ubicación histórica de las composiciones, en la información en torno a evolución de las dotaciones instrumentales, los ritmos y los contenedores para su conservación y difusión, así como en las formas de interpretación que se utilizaron en los diversos momentos de la evolución histórica de los cantos de los durangueños. El resultado es una versión lírica de la Historia de Durango, que implica el ordenamiento y la conservación de ese rico acervo cultural ritual, narrativo, panorámico y sentimental de la creatividad de los ciudadanos de la entidad.

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4 I.- Mitoteros y shamanes. Alabados, pasiones pastorelas y romances

Ubicado en la región cultural conocida como Aridoamérica, el actual estado de Durango, en la época prehispánica, estuvo habitado por diversos pueblos nómadas y seminómadas, recolectores, cazadores agricultores como los tarahumaras, laguneros, zacatecos, acaxees, xiximes, tepehuanes, coras, huicholes y mexicaneros, entre otros, los que como la mayoría de las civilizaciones del mundo tuvieron y tienen su propia producción de lírica ritual y narrativa. Del terrible que significó la conquista y las posteriores múltiples rebeliones indígenas en contra del poder español, sobrevivieron, sobre todo en el extremo sur del estado y de manera muy mermada, los pueblos: tepehuán, huichol, cora y mexicanero. En sus lenguas maternas, las etnias primigenias estatales han mantenido diversas muestras de su lírica. En el caso de los tepehuanes destaca el importante ritual del mitote que implica una preparación física y espiritual especial y que representa un rasgo importante de su identidad. Por su parte, los shamanes huicholes en sus rituales de medicina siguen interpretando un rico acervo de su propia lírica. Sobre los cantos de los huicholes, a finales del siglo XIX el antropólogo Carl Lumholtz escribió: No he oído nunca en una tribu primitiva canto mejor que el de los huicholes. El tenaz caer de la lluvia, acompañado de frecuentes relámpagos, formaba fantástico y sobrenatural acompañamiento al simpático son que me llegaba entre la profunda oscuridad de la noche. Como voz emanada del país de las hadas. Sonaba de diferente modo de cuanto semejante había oído entre los indios mexicanos y en otras partes. (…) Un buen shamán, si dispone de vigor, puede cantar noche tras noche nuevos versos durante quince días cuando menos. Refieren en sus cantos cómo, en el principio de los tiempos,

5 crearon los dioses al mundo del caos y las tinieblas, cómo instituyeron las costumbres de los huicholes y enseñaron al pueblo cuanto debía hacer para agradarlos: a construir templos, cazar venados, ir en busca de la planta de jiculí, cosechar el grano, hacer arcos y flechas y ejecutar ceremonias rituales. No existen escritos ningunos que conserven estas tradiciones que viven nada más en labios del pueblo, como herencia nacional, y pasan de una a otra generación, conforme sucedía primitivamente con las sagas y cantos populares de los antiguos hombres del norte. 1 En la imposición violenta de idioma, cultura, religión, dieta y organización social, entre otros, que significó la conquista y la colonización por parte de los europeos. Una de las estrategias más exitosas que los evangelizadores utilizaron para divulgar el sistema de ideas de la Religión Católica, entre los indígenas americanos fue mediante la traducción y representación constante, en lenguas indígenas, del repertorio del teatro ritual de la Edad Media europea. Al momento del montaje de las pasiones, pastorelas y milagros judeocristianos con actores y lengua indígenas, los miembros de las órdenes evangelizadoras se quejaban de que las voces de los indígenas no eran lo suficientemente graves como para cantar los salmos, letanías, alabanzas, jaculatorias y demás cantos correspondientes a la mitología y ritualística católicas. En cada capilla de éstas suele haber ordinariamente quince o diez y indios, que por lo menos son menester, así porque ellos tienen flacas voces y no suenan si no es en alguna multitud, como también porque ellos suplen el cantar y el tañer, y a esta causa tienen necesidad de descansar. 2 El sonido de las voces flacas de los indígenas mexicanos permaneció en las voces de los mestizos, a pesar de la pretensión misionera del canto con voz gruesa, explicándose en parle el porqué del agudo sonido actual del canto religioso popular en el país, así como el de varias expresiones del repertorio lírico en el folklore nacional. Por otra parte, de manera coincidente, los cantos de las

1 LUMHOLTZ, CARL. El México desconocido, Tomo II, México, Instituto Nacional Indigenista, edición facsimilar, Colección Clásicos de la Antropología # 11, 1986, pp. 8 a 10 2 HORCASITAS, FERNANDO. El teatro náhuatl. Épocas Novohispana y Moderna, Primera parte, México, UNAM, 1974, pp. 14.

6 interpolaciones teatrales; los , alabados y otras formas de canto de templo, están escritos en las métricas más usuales de la lírica y las coplas populares. El impacto del teatro misionero llegó a las zonas más apartadas de Aridoamérica, como refiere Fernando Horcasitas "En la misión jesuita de Topia, Durango, los tepehuanes realizaron representaciones dramáticas con motivo de la bendición de la iglesia de un pueblo. Esto tuvo lugar en 1606 y vinieron indígenas de más de 30 leguas en contorno para presenciar las comedias.” 3 La introducción del teatro misionero en la Nueva España, nos indica el contacto cultural que tuvo la poesía y el canto indígena con la poética y la música española. Sin embargo, la producción de las representaciones de teatro misionero y de piezas teatrales, líricas y musicales posteriores, ya no fue totalmente indígena ni totalmente española, sino más bien resultó un producto sincrético que, en su evolución, en lenguas indígenas decayó en la primera mitad del siglo XVII e inició la interpretación de cantos de alabanza y representación de teatro ritual en lengua española, por parte de archicofradías y comunidades, en diversos poblados de la entidad, que todavía se siguen cantando y representando. Otro importante elemento que influyó en las formas de composición e interpretación de la lírica durangueña fue el romance, ese tipo de canción europea, versificada y narrativa de gran diversidad temática, aunque preferentemente histórica. Durante la época colonial y hasta el año de 1823, la extensión del territorio de la Nueva Vizcaya, con capital en la ciudad de Durango, con su diversas y complicadas formas de gobierno colonial, como reinos, provincias e intendencias, así como su gobierno eclesiástico, dividido en capillas, vicariatos, diócesis y arquidiócesis, abarcó una gran extensión que terreno que incluía a los actuales estados de: Durango, , , Chihuahua, parte del de Coahuila y secciones del actual Texas y Nuevo México. Por lo anterior, en este primer capítulo del Cancionero durangueño se incluye la Tragedia de la Misión de San Sabá.

3 Ibíd., p.30.

7 A mediados del siglo XIX, algunos intelectuales de la generación de los liberales, como Guillermo Prieto, escribieron diversos romances en honor y conmemoración de las hazañas y tragedias de los héroes de la Independencia. A la sazón,, durante la primera fase de la guerra que nos dio Patria y Libertad, el Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla, fue aprehendido, juzgado, degradado y ejecutado, en territorio que entonces era parte de la Intendencia de la Nueva Vizcaya, de lo cual se deriva la decisión de incluir los romances referentes a la prisión, juicio, degradación y fusilamiento del cura Hidalgo en este Cancionero durangueño. Como es del conocimiento común. El héroe independentista durangueño, general Guadalupe Victoria, fue el primer presidente de México, por lo cual, como una comprensible excepción, se incluyen en este cancionero dos romances referentes a algunas hazañas del único durangueño que está sepultado en la Columna de la Independencia, sin importar que las hazañas que narran los romances tuvieron lugar fuera del territorio estatal.

8 Entre la música y las tradicionales de los pueblos indígenas; coras, huicholes, tepehuanes y mexicaneros, que habitan el sur del estado de Durango, se destaca la ritual de El mitote, llamada xiotal por los tepehuanes. En la ancestral coreografía del mitote tepehuán, de gran significado religioso, mitológico y cósmico, se disponen hombres y mujeres, llamados benditos, en doble círculo, alrededor del fuego, avanzando en dirección opuesta a las manecillas del reloj, en un baile repetitivo, monorrítmico y monocorde que se prolonga durante toda la noche. El instrumento musical con el que se acompaña a los mitoteros es el arco de percusión o arco musical, que es, tal vez, el único instrumento musical prehispánico de cuerda y que está hecho con una gran calabaza redonda, a la que previamente se le han extraído las semillas y la fibra. La calabaza hace las veces de caja de resonancia. Encima de la calabaza está colocado un arco de grandes dimensiones, al que está atada una cuerda tensa. En ocasiones el arco se sujeta amarrándolo sobre la calabaza y en otras se sostiene sobre la caja de resonancia, presionando el pie en la parte media del arco. El grave, invariable y monótono sonido del arco musical, parecido al que se produce al pellizcar la cuerda de un violoncello, se obtiene golpeando la tensa cuerda del arco con dos palillos o flechas. La música se complementa con la voz que, de cuando en cuando, acompaña los repetitivos pasos de la danza. Además del mitote, como corresponde a todas las civilizaciones del mundo, los coras, huicholes, tepehuanes y mexicaneros tienen sus propios repertorios de canciones tradicionales y lírica narrativa. Destaca especialmente el acervo de los huicholes en su propio idioma, mientras que los tepehuanes y mexicaneros, en algunos de sus cantos han optado por utilizar la dotación instrumental, las formas de composición y el idioma español. La religiosidad sincrética y el culto del peyote son temas recurrentes en las artes de la mayoría de los indígenas durangueños. Por suponer que se trata de lo más cercano a los primeros cantos entonados en el territorio de la entidad, se incluyen aquí algunos ejemplos de la lírica de los pueblos primigenios que habitan el sur del estado de Durango.

9 Última canción que se entona en la fiesta cuando aparece la estrella de la mañana 4 (canción tepehuán)

So so da gui U ki yi ru Tu vá ni mi

(Hay) agua (o tesgüino) en la casa, Él baja (a nosotros)

Arco musical de percusión tepehuán. Tal vez el único instrumento prehispánico de cuerda

4 LUMHOLTZ, CARL. El México desconocido, México, INI, Clásicos de la Antropología # 11, 1986, p. 414. Ver también: GÁMIZ, EVERARDO. Monografía de la Nación Tepehuana que habita la región sur del estado de Durango, México, Ediciones Gámiz, 1948, p.70. “Mitote tepehuán”, El cine indigenista, 03, DVD Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, (D.). P. México. Cía. Pr. Archivo Etnográfico Audiovisual del Instituto Nacional Indigenista, INI. Pr. Oscar Magaña. D. y G. Rafael Montero García. Investigación. José Antonio Guzmán . Textos de: Fernando Benítez y José Antonio Guzmán. Dirección en Locación. Gonzalo Martínez Ortega. F. en

10 El venado y el peyote 5 (Canción huichol)

Anónimo

1.-Uguaritá temí enieni 2.-Uguaritá temí enieni 3.-Que hapou umetiyoane 4.-Uguaritá temí enieni 5.-Remucaté sani erieca 6.-Remucaté sani erieca 7.-1pau, ipau püré cuniuca 8.-Ne tehuatzi püré cuniuca 9.-Yu tecuta hre cuniuca 10.-Nemitá maní nemi cuebieca 11.- Nemitá maní nemi cuebieca 12.-Uguaritá neguá cuebieca 13.-Nemutama neu gua cuevieca 14.-Quetzú guatzua nayajausrruani 15.-Quetzú guatzua naye nesruani 16.-Uguaritá ne peí maimucü 17.- Uguaritá ne peí maimucü 18.-Uguaritá hrei enieca 19.-Uguaritá ne peí maimucü 20.-Mana cueri naye jausrime 21.-Yu tunuma neti quení 22.-Yu tunuma neti quení 23.-Yu teteima guaru juhahuetü 24.-Yu teteima guaru juhahuetü 25.-Yu tunuma güaraye reiya 26.-Yu tunuma güaraye reiya 27.-Yu matzima guaraye reiya 28.-Ugua tzipá temeiti guauni 29.-Ugua tzipá temeiti guauni 30.-Remucaté srua erieca 31.-Remucaté srua erieca 32.-Uguarit.a te peiti maní 33.-Hicüri hrúa te peiti maní 34.-Ena-Ena temú yeneni 35.-Macasrúa teni erieca 36.-Ena temuye neni mü 37.-Enaritá temuye neni mü

C. Henner Hofmann (como Henner Hofman). E. Ramón Aupart. Fo. 16 milímetros. I. Miembros de la Etnia Tepehuán. Dur: 30‟. 2008. 5 PALAFOX VARGAS, MIGUEL. Los huicholes a través de sus danzas, Tepic, Nayarit, Editorial del Magisterio, 1974, pp. 164 a 168.

11 38.-Remuca srúa teni erieca 39.-Enaritá temuye neni mü 40.-Enaritá temuye neni mü 41.-Ari ari ucu kiecatü 42.-Mana cueri canalle neni 43.-Yu itarita cánalle neni 44.-Ena ena naye neni 45.-Tamatzica naye neni 46.-Eyeme kareuyumarie 47.--Guamatzica guareu tuicane 48.-Guamatzica guareu tuicane 49.-Yu mitama guareu tuicane 50.-Aisrü yuri tine yebeni 51.-Aisrü, aisrü tine yebeni 52.-Aisrü, aisrü sre pei enieca 53.-Icu, icu quieti kubekie 54.-Ena, ena temuye neni 55.-Ena, ella temuye neni 56.-Aisrü, aisrü temeiti guauni 57.-Tamatzica quiere kukieca 58.-Mana, mana tineyu guaune 59.-Mana, mana tineyu guaune 60.-Re illari tineyu guaune 61.-Re illari tineyu guaune 62.-lpáu, ipáu hreuyu juaguetü 63.-Tzipa reniuca remi maicu 64.-Ugua, ugua répica reiya 65.-Tzipa niuca remi maicumü 66.-Aisrüa repei ye reiya 67.- Aisrüa repei ye reiya 68.-Uyeya repeca reiyamü 69.-Kakaiteya hrecu jipite 70.-Hícuri-srüa te muye ne 71.-Ena, Ena te mu-ye ne 72.-Sre muca te srüa eriecam 73.-Aisrüa, aisrüa repei reiyani 74.-Quitzute kiere kuniucamü 75.-Quetzute kiere kuniucamü 76.-Tekutana re-yú eniétümü 77.-Yumatzica reye eniétümü 78.-Aizrüa, aiszrüa repeye reiyani 79.-Ena, Ena caniuye nécamü 80.-Rematzica aniuye nécamü 81.-Aizrüa caniuye nécamü 82.-Acu, acu kireku niúcamü 83.-Aisrüa, aisrüa repeye reiyani 84.-Ena, ena canacu haurrimene

12 85.-Ena, ena canacu haurrimene 86.-Kietzu hapau heuyu eriécame 87.-Kietzu hapau heuyu eriécame 88.-Muyetá hapau cahé anécamu 89.-Muyá hapau hreyu guaunemü 90.-Aisrüa guahepa múreyu tütuhué 91.-Guateteata mureyu tütuhué 92.-Guamatzica muyu tütuhué 93.-Guatetëata mureyu tütuhué 94.-Mugua kueri mené kuniukani 95.-Künükite mené kuniukane 96.-Aisrüa, aisrüa kaniuti auzrime 97.-Tamuayari kaniúti nenimü 98.-1pau, Ipau meté kuniukamü 99.-Künükile mete kuniuka 100.-Ipau, Ipau meté ícu hihuihua 101.-lpau, Ipau melé ícu hihuihua 102.-Mana pemanu kahue 103.-Kuka igua pemana kaguemü l04.-Mana, mana kaneuti huzrime 105.-Tamuayari kaneuti hauzrime 106.-1pau, ipau müre kuniuca 107.-Kuka igua müreku niuca 108-Kietzü kuatzi kiena timieni 109.-Nematzica kiena timienimü 110.-Ipau, mane kueviékamü 111.-Kuka igua mürei-kühuabe 112.-Ipau, ipau müreiju eiyamü 113.-Matzikaya müreiku eiyamü 114.-Kietzü kuatzi matzi haka unieka: 115.-Kietzü rüari nekatíú tiyáni 116.-Ipau müreiju eiyamü 117.-Ipau, ipau müreicku hüabe 118.-Tizrrau ahetëa kaniuti kenímü 119.-Aberimieme kaniuti nenimü 120.-Yutunuma ureyeica tümü 121.-Kuaimurrare müregua ye neika 122.-Tecutana muregua ye neica 123.-Mana, kueri muraye nakirrüa 124.-Mana, kueri muraye nakirrüa 125.-Mana cutá nematzica münüá 126.-Kuzrrumuari kaneyé neikane 127.-Nematzica caneca be ni 128.-Múpau, müpau katineitá hüabé 129.-Mana, mana müreu ti haurime 130.-Heberigua müré ye niujamü 131.-Mana kueri müreu ti haurrime

13 132.-Ipau, ipau müreita ükitüa 133.-Kukutzita pere cu kiékaté 134.-ützitá perecu kiekaté 135.-ützimüri pemeká kenímü 136.-Ipau, ipau pemé anenimü 137.-Ugua cutá nepeyé kenímü 138.-Ugua cutä nepeyé kenímü 139.-Ipau, ipau neri reiyatëmü 140.-Heigua mieme neme kuniuzra 141.-Heigua mieme neme kuniuzra 142.-Ugua, ugua nepeyé keni 143.-Ugua, ugua nepeyé kení 144.-Neatümari nepeye keni 140.-Nemahuari kaney ye kení 146.-Nemahuari kane ye kení 147.-Yacü recate erieka 148.-Ipau, ipau kani aneni 149.-Ipau, ipau kaní aneni 150.-Reigua niuka neme kuniuzrüa 151.-Neteteima kate erieka 152.-Ugua curé nepeyebeni (ne pe ye bene) 153.-Neitarita ne pe ye bene 154.-Ugua, ugua ne pe ye bene 155.-Tzirikita umauta nüarrime 156.-Nematzica umauta nüarrime 157.-Remüka rüa teni erieca

El venado y el peyote 6 (Canción huichol traducción)

Anónimo

1.-Ahora aquí vamos a oírlo 2.-Ahora aquí vamos a oírlo 3.--A ver que dice aquí 4.-Aquí vamos a oírlo 5.-Para que no le tengan aversión 6.-Para que no crean ustedes 7.-Así, así está hablando mi bisabuelo 8.-Mi abuelo me lo está diciendo

6 Ibíd., pp. 168 a 172.

14 9.- -En la boca está diciendo 10.-Me están esperando mis hermanos 11,-Mis hermanos me están esperando 12.-Aquí los voy a estar esperando 13.-Voy a esperar a mis hermanos más chicos 14.-El pescado viene nadando hacia ellos 15.-Que de ellos salió. Los pescados salieron con ellos 16.--Ahora aquí quiero saber 17.-Ahora aquí quiero saber 18.-Ahora aquí esténlo oyendo 19.-Aquí voy a estar oyéndolo 20.-Allí viene nadando de paso 21-El se puso de rodillas 22.-El se puso de rodillas 23.-Hablándole él a su madre 24.-Hablándole él a su madre 25.-Los estaba viendo de rodillas 26.-Los estaba viendo de rodillas 27.-A sus hermanos mayores les tiene fe 28.-Ahora aquí vamos a buscarlo 29.-Ahora aquí vamos a buscarlo 30.-Para que crean que no es mentira 31.-Para que crean que no es mentira 32.-Ahora aquí vamos a saber 33.-Ahora sí vamos a saber 34.-Aquí, aquí vamos a salir 35.-Quiero que crean todo 36.-Aquí vamos a salir 37.-Ahora aquí vamos a salir 38.-Para que crean que no es mentira 39.-Aquí vamos a salir 40.-Aquí vamos a salir 41.-Ya ahora sí, ya ahora sí él está parándose 42.-Allí fue donde salió 43.-En su lecho donde salió 44.-Aquí, aquí es donde salió 45.-EI hermano mayor salió 46.-De veras que no se piensa 47.-EI hermano mayor los está empujando 48.-El hermano mayor los está empujando 49.-Su hermana menor anda empujando 50.-EI bien está allí parado 51--Bien, bien está parado 52.-Bien, bien, esténlo oyendo 53.-Este, éste, como está desalándose 54.-Aquí, aquí vamos a salir 55.-Aquí, aquí vamos a salir

15 56.-Bien, bien, vamos a buscarlo 57.-Nuestro hermano mayor donde se para 58.-Allí, allí se anda buscando 59.-Allí, allí se anda buscando 60.-Se anda buscando el corazón 61--Se anda buscando el corazón 62.-Así, así, él se pensaba 63.--A ver, ustedes quieren saber 64.-Acá, acá lo van a hallar 65.-A ver, ustedes quieten saber 66.-Bien, ustedes lo están volviendo a ver 67.--Bien, ustedes lo están viendo 68.-EI camino lo van a hallar 69.-Los huaraches se están viendo 70.-Ahora sí, aquí salimos 7l.-Aquí fuimos a salir 72. -Para que crean que no es mentira 73.-Bien, bien; ustedes tengan fe en él 74.-Los pecados que están diciendo 75.-Los pecados que están diciendo 76.-En la boca los está oyendo 77.-EI hermano mayor los está oyendo 78.-Bien, bien, tengan fe en él 79.-Aquí aquí va saliendo 80.-El hermano mayor aquí salió 81.-Bien; aquí salió 82.-A ver, a ver que dice él 83.-Bien, bien, tenga fe en él 84.-Aquí, aquí se fue nadando 85.-Aquí, aquí pasó de paso 86.-Su pescado sentía cuando pasó 87.-Su pescado sentía cuando pasó 88.-Ahora él se anda buscando 89.-Ahora él se anda buscando 90.-Bien, para con ellos se quiere aventar 91.-Desde abajo se quiere aventar 92.-EI hermano mayor se quiere aventar 93.-Desde abajo se quiere aventar 94.-A ni ahora están hablando 95.-Kununkite está hablando 96.-Bien, bien; ahí va nadando 97.-La espiga fue a salir 98.-Así, así están hablando 99.-Kununkite está hablando 100.-Así lo están gritando 101.-Así, así lo están gritando l02.-Allí donde está parado

16 l03.-Collar ganador, donde estás, allí quiero estar I04.-Allí allí se fue nadando 105.-Nuestra espiga se fue de paso l06.-Así, así estás hablando I07.-EI collar ganador está diciendo 108-Pescado, quiero que vengas l09.-Mi hermano mayor véngase acá 110.-AsÍ le dijo: Allí te vaya esperar 111.-Collar ganador, le dijo 112.-Así, así le contestó él 113.-El hermano mayor le contestó 114.-El pescado me tenía contrariado 115.-Yo creo que no vaya poder ir 1I6.-Así, así le contestó 1l7.-Así, así le está diciendo 118.-Allí está parado debajo de ti 119.-Con mucho trabajo subió hasta allá 120.-De rodillas se fue allá 121.-Espuma le estaba saliendo 122.-En la roca le estaba saliendo 123.-Allí fue donde lo encontró 124.-Allí fue donde lo encontró 125.-Mi hermano mayor hasta allí llegó 126.-Donde hay barañas salió él 127.-Mi hermano allí está 128.--Así, así le dijo 129.-Allí, allí se fue nadando ] 30.-Apenitas está hablando 131.-Allí se fue nadando 132.-Así, así él le encargó 133.-Que se pusiera en el monte 134,-En el monte puede estar ] 35.-En el monte te vas a quedar 136.-Así, así te vas a hacer 137.-Aquí vaya quedarme yo 138.-Aquí voy a quedarme yo 139.-Así, así me quedo viendo 140.-Una vez fui a hablar 141.-Una vez fui a hablar 142.-Aquí, aquí me voy a quedar 143.-Aquí, aquí me vaya quedar 144.-Mi agua de masa vaya poner 145.-Mi agua de masa voy a poner 146.-No crean que es mentira 147.-Así, así es 148.-Así, así quedó allí 149.-Les fui a hablar una vez

17 150.-No crea mi madre que es mentira 151.-Aquí me voy a quedar parado 152.-Voy a quedarme en mi lecho 153.-Aquí, aquí me voy ti quedar 154.-Tziriquita se fue desdibujándose 155.-No crean que es mentira mi Dios 156.-Mi hermano mayor se fue desdibujando 157.-Para que no crean que es mentira

Los tambores de los dioses. Pieza de arte huichol

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Eihuatzirra 7 (Canción huichol)

Anónimo

1.-Mana kuerí mümü 2.-Ne kakauma nekü ubeni 3.-Ne tutzima nekú ubeni 4.-Haramara nekú ubeni 5.-Mugua kuerí nekú ubeni 6.-Yunaimime guare réyate 7.-Pariyatzié jauta nieretë 8.-Yu nierika pecú yuitügua 9.-Pari tauta peicú yuitügua 10.-Tûtú tzârí nekú ubeni 11.-Künükieri nekú ubeni 12.-Künükieri nekú ubeni 13.-Paritzite nekú ubeni 14.-Rapabiye nekú ubeni 15.-Mana kuerí repei enieka 16.-Yu netzika repé enieka 17.-Yu netzika repé enieka 18.-Kamu kuerí necú ubeni 19.-Rejetüamü nekú ubeni 20.-Rejetüamü nekú uheni 21.-Ya utaitë karanu mieka 22.-Guanunuri karanu mieka 23.-Tzakaimuka naye niereni 24.-Haramara nati ukarrüa 25.-Ya utaitë kananu mieni 26.-Yu naimime gua enieté 27.-Yu naimime gua enieté 28.-Mana kuerí kaputí utaine 29.-1paü utaité kananu mieni 30.-Mana kuerí penu biyani 31.-Ne kakauma teni erieka 32.-Aicutzieya manu bîyani 33.-Ne kakauma repei enieka 34.-Re matzika repú enieka 35.-Müpau kueri püti benini 36.-Ipau, ipau kané táyüni

7 Ibíd., pp. 185 a 188.

19 37.-Hakierite nepé benini 38.-Hakierite nepé benini 39.-Ya utaitë kaná numiemi 40.-Ikü, ikü ya mutaine 41.-Ne rûcuri ya mutíniurrime 42.-Re üru ya müré niurrime 43.-Ya aneme püré ratüani 44.-Ya aneme püyë benani 45.-Ena, ena peka enieni 46.-Ipau, ipau kané taineni 47.-Ipau kaniú taineni 48.-Re hisrrüapa nenanu mieni 49.-Mana kuerí kananu mieni 50.-Mana kuerí hreika enieka 51.-Karimuka neku maneni 52.-Ne kakauma neku maneni 53.-Nâitzarie nenanu mieni 54.-Ipau, ipau utaité kananu mieni 55.-Mana kuerí meiku enigua 56.-Ya utaitë manuti beke 57.-Ipau utaitë panuti beke 58.-Remuka rüa ten¡ erieka 59.-Mana kuerí neku ubeni 60.-Ne kakauma neku ubeni 61.-Ya reutiyuata remücu mane 62.-Haramara pânati ube 63.-Tzakaimuta hreye manetü 64.-Reme, reme reniú jaguabe 65.-Ena, ena repénu bená 66.-Mana kuerí ketiú yurarrü 67.-Mana, mana remenu bimarrë 68.-Re rukuri remanu bimarrë 69.-Re iguátzirra panuka ürisrrü 70.-Tükiyâtë panuti benisrrüa 71.-Haramara mati nierizrrü 72.-Ya aneme paye bimani 73.-Remukarrüa teni erieka 74.-Matzi reiküa nekü ubeni 75.-Mana kuerí cananu mieni 76.-Yunai mime guareu re urietë 77.-Yu teteima guareu re urietë 78.-Yu utata neye bierene 79.-Gua matzika neye bierene 80.-Ne tehuatzi neye bierene 81.-Mana kuerí nekú ubeni 82.-lpau ne téyuni 83.-Mana kuerí nekú ubeni

20 84.-Re rukuri kietiú nu iguarra 85.-Mana kuerí neye maneni 86.-Ena repei reiyani 87.-Ipau, ipau neptíkuniutü 88.-Mana kuerí nenau mieni 89.- Ya utaité neutá niereni 90.-Gua utata neutá niereni 91.-Mana kuerí ligua reurietë 92.-Guahisrriüata neutá niereni 93.-Gua matzika kaputiú taine 94.-Gua matzica neutá âguani 95.-TTûtutzâri nêku ubeni 96.-Ya annetë nêku maneni 97.-Mana kuerí nenu bîyani 98.-Remukarrüa teni erieka 99.-Mana kuerí nenanu mieni 100.-Mana kuerí neká maneni 101.-Mana kuerí neká maneni 102.-Mana kuerí neká maneni 103.-Ugua, ugua kieré benini l04.-Nekaríkü neniü taineni 105.-Ya utaitë kananu mieni l06.-Gua matzika kananu mieni 107.-Mugua kuerí hautá nieretë

Eihuatzirra 8 (La última fiesta. Canción huichol)

Anónimo

l.-Así va a ser aquí 2.-Mis dioses se están poniendo 3.-Mis abuelos se están poniendo 4.-El mar se está poniendo 5.-Allí es donde se están poniendo 6.-Viéndoles a todos 7.-Para la tierra del peyote están viendo 8.-Su mirada están moviendo 9.-En medio de la tierra del peyote la están moviendo 10.-Ramos de flores se están poniendo 11.-Flores del viento se están poniendo

8 Ibíd., pp. 188 a 191.

21 12.-Flores del viento se están poniendo 13.-Todos los que son de la tierra del peyote se están poniendo 14.-Rapavineme se está poniendo (Rapa, chalate; villeme, llovedor) I5.-Ahora sí lo vamos a oír 16.-Su vista van oír (nierica es vista, mirada, imagen, aspecto) 17.-Su vista van a oír (y el sentido es: lo que yo vea, les voy a describir) 18.-Ahora sí ellos se están poniendo 19.-Abajo de ustedes se están poniendo 20.-Abajo de ustedes se están poniendo 2L-Así diciendo entre ellos, van pasando 22.-Su hijo menor va pasando 23.-Tzacaimuta está viendo para acá 24.-EI mar está parado 25.-Así diciendo va pasando 26.-EI hermano mayor va pasando 27.-Oyéndoles a todos 28.-Allí es donde se oye 29.-Así diciendo va pasando 30.-Allí esténlo agarrando 31.-Para que crean mis dioses 32.-Su tecomate esténlo agarrando 33.-Mis dioses esténlo oyendo 34.-Su hermano mayor óigalo 35.-Así ahora 61 se liberó 36.-Así, así dijo 37.-Que los ángeles (niños) estén salvados 38.-Que los ángeles estén salvados 39.-Así diciendo va pasando 40.-Este, éste así dice 41.-Mi jícara así va diciendo 42.-Su flecha así va diciendo 43.-Así les va a decir 44.-Así les va a contar 45-Aquí lo van a oír 46.-Así, así va diciendo 47.-Así está diciendo 48.-En medio de ustedes voy 49.-Así, así está diciendo 50.-Ahora él allí lo está oyendo 51.-Carimuca se está encajando 52.-Mis dioses se están poniendo 53.-En todas partes voy pasando 54.-Así, así diciendo va pasando 55.-Ahora él allí los está oyendo

22 56.-Así diciendo se está desprendiendo 57.-Así diciendo se está desprendiendo 58-Para que no crean que es mentira 59.-Allí se están poniendo 60.-Mis dioses se están poniendo 61.-Así diciendo están puestos 62.-EI mar se está elevando 63.-Zacaimuta allí está puesto 64.-Ustedes, ustedes pueden 65.-Aquí aquí lo van a librar 66.-Allí ahora como creció 67.-Allí, allí lo recogieron 68.-Su jícara recogieron 69.-Su eihúatzirra se van pasando 70.-EI aroma fue subiendo 7l.-EI mar se fijó para acá 72.-Así lo están sosteniendo 73;-Para que no crean que es mentira 74.-Ahora ellos se están poniendo 75.-Allí él ahora va pasando 76.-Reuniéndolos a todos 77.-Reuniendo a sus antepasados 78.-Así diciendo ancla él 79.-El hermano mayor allí anda 80.-Mi abuelo el fuego allí anda 8l.-Allí ahora se están poniendo 82.-Así dijo él 83.-Ahora allí se están poniendo ellos 84.-Su jícara cómo nació 85.-Allí están 86.-Aquí estén los viendo 87.-Así, as¡ diciendo 88.-Allí van pasando 89.-Así diciendo está mirando para arriba 90.-A su izquierda está mirando 9l.-Allí él los ve 92.-En medio de ellos está viendo 93.-El hermano mayor apunta para acá con sus cuernos 94.-Ramos de flores se están poniendo 95.-Ramos de flores se están poniendo 96.-Así están puestos ellos 97.-Allí ahora ellos lo están sosteniendo 98.-Para que vean que no es mentira 99.-Allí ahora voy pasando 100.-Allí están puestos ellos 101.-Allí están puestos ellos l02.-Acá, acá se va a librar

23 103.-Acá él como se va a librar l04.-Yo aquí estoy diciendo 105.-Así diciendo él va pasando l06.-El hermano mayor va pasando 107.-Para allá está mirando.

Shamán huichol en ceremonia

24

Tu tu irumari 9 (Flor engañosa)

Anónimo

l. Tutú irumari, tutú irumari 2. Vea necayeicani, ü necayeicani 3. Arí muyu naucuí, arí muyu naucuí. 4. Katiyu reiyaniüa Tzikatiyu reiyanüa. 5. Une necaveicaní jüri guarie murreiciüa 6. Necatí maigüetü, necatine maigüetü, 7. Arí cutá tauana ne kaniyé tabeka 8. Jüri muye ugua ne kaniye tabeka.

Tu tu irumari 10 (Flor engañosa. Traducción)

Anónimo

1. Flor engañosa, flor engañosa 2. Aquí ando, aquí ando 3. Ya. nos perdimos, ya nos perdimos 4. No te dejas ver, no te dejas ver 5. Aquí ando yo en la vuelta, del cerro 6. Sin poderte conocer y sin. poderme conocer 7. Ya ando borracho dentro de ellas (las flores) 8. Donde caminan los cerros, yo ando borracho.

9 Ibíd., p. 33. 10 Ibídem.

25 Con los sonidos del canto indígena primigenio de las diversas etnias de la entidad y con la estructura poética de la lírica medieval europea, difundida, recreada y reproducida por las diversas órdenes evangelizadoras de la Colonia: jesuitas, agustinos y franciscanos, entre otros, las alabanzas tradicionales son parte del folklore ritual sincrético del estado. Algunas archicofradías y corales tradicionales conservan y reproducen, año con año, los cantos de alabanzas, de pasión y pastorelas, de las series de Semana Santa y de Navidad. Siguiendo la tradición de las cofradías andaluzas, en el templo de San Agustín de la ciudad de Durango, reside la Hermandad de Jesús Nazareno, conocida, por el color de su indumentaria como Los morados,11 que rinde culto a una imagen de Jesús Nazareno, llevada a Durango desde Sevilla, España en el año de 1673. Las hermandades de nazarenos se encuentran extendidas por diversos puntos de la entidad, desde la ciudad de Nombre de Dios, donde se localiza la más antigua, fundada en 1670, hasta San José del Tizonazo, establecida en 1922, y que es la de más reciente creación. 12

Alabanza de Semana Santa 13

Anónimo

Gracias te doy Padre mío, gracias para dar el fin y que ¡Viva Cristo Rey! que está allá en San Agustín

Gracias te doy Padre mío. gracias te doy Padre amado

11 También se les conoce como Los hermanos de San Agustín o Los hermanos de la cuerda, porque usan una cuerda atada en la cintura de su túnica morada 12 REYES VALDEZ. JOSÉ ANTONIO. “Devociones y fiestas de la ciudad”, en: VILLA GUERRERO, GUADALUPE Y FRANCISCO DURÁN (Coord.) Durango. Tierra de retos, Tomo II, Construyendo el futuro, México, Milenio / La Opinión / Multimedios /Gobierno del Estado de Durango / Gobierno Municipal de Durango 2007-2010 / PEÑOLES / ¡Vamos! Gómez Palacio / LXIV Legislatura del Estado de Durango 2007-2010, 2009, pp. 57 a 58. 13 Cantantes Tepehuanes de San Bernardino de Milpillas Chico, municipio de Pueblo Nuevo, Durango, cinta magnetofónica del acervo del Fondo de Grabaciones Sonoras de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, ENAH, grabó Juan Gamiño y J. L. Moctezuma el 9 de abril de 1986.

26 y que ¡Viva Cristo Rey! y Jesús Sacramentado.

Gracias te doy Padre mío, me despido en este verso y que ¡Viva Cristo Rey! Rey de todo el Universo. Gracias…

Gracias te doy Padre mío. gracias te doy Padre amado y que ¡Viva Cristo Rey! y Jesús Sacramentado. Gracias…

Jesús el Nazareno de mi vida tierno amor, haz que pueda yo ser bueno, haz que viva con temor.

27 Mañanitas a Nuestro Padre Jesús 14

Anónimo

Qué bonitas mañanitas, cantaremos con placer, a nuestro padre Jesús, al tiempo de amanecer. Ya viene alboreando el día: ya comienza a esclarecer. Padre Jesús Nazareno, bendito sea tu poder, Los pajarillos cantando, sacudiendo sus alitas, le entonan sus gorjeos, sus alegres mañanitas. Toditos sus visitantes, vienen con mucho placer, a cantar las mañanitas, al tiempo de amanecer, Desde muy lejanas tierras, aquí le vienen a ver, a cantar las mañanitas, al tiempo de amanecer. Familias una por una, llegan con mucho placer, a cantar las mañanitas, al tiempo de amanecer, Ya el primer viernes llegó, ya comienza a esclarecer, abre Señor, tus ojitos, para que me puedas ver. Aquí están tus mañanitas, Padre de mi corazón, recíbelas, Padre mío, échanos tu bendición. He venido esta ocasión, a can tal' tus mañanitas, recíbelas, Padre mío, con tus sagradas manitas. Eres un bello clavel, del jardín más regalado. Muy buenos días, Padre mío,

14 VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo I, México, Ediciones Botas, 1940, pp. 50 a 53.

28 ¡Oh!, Señor Sacramentado. Qué bonitas mañanitas, qué gusto y qué regocijo, gloria al Padre, gloria al Hijo. También tú, Espíritu Santo. Viva Jesús Nazareno, entonan en alta voz, al tiempo de amanecer. Bendito sea tu poder. Ya viene rayando el Sol resplandor sobre dorado, saludándole al Señor, de Nazareno nombrado. De gusto y regocijo, hoy le canta el ruiseñor, y dice con regocijo: “Buenos días, hermosa flor”. El jilguero presuroso, su canto va resonando. al Señor de Nazareno, su santo nombre alabando. Padre Jesús Nazareno, de los cielos alegría, qué bonitas mañanitas, ya viene alboreando el día. Ya comienza a esclarecer, ya cantan los pajaritos, saludemos al Señor, te alaban con su piquito. Canarios y gorrioncitos, vienen con mucha alegría, a saludar al Señor, a su santo romerío. Ya vine, Padre amoroso, porque me diste licencia, de cantar tus mañanitas en tu divina presencia. Se me hizo mucha la ausencia, un año que no te veía, pero me diste licencia, de estar en tu compañía. Qué felicidad la mía, de volverte a visitar, en tu santuario dichoso, tus mañanitas cantar. Los ángeles en el cielo, con regocijo y contento,

29 te rinden adoración y rendido nombramiento. Abre señor tus ojitos, ya el primer viernes llegó, que éstas son tus mañanitas, mira que ya amaneció. Los ángeles te saludan en columnas con placer, dándote mil parabienes, al tiempo de amanecer. Eres frondoso alelíe, del jardín más escogido, muy buenos días Padre mío, Santo cielo aparecido. De flores muy exquisitas. sólo quisiera adornarte, y darte rendidas gradas, al tiempo de amanecer. Qué bonitas mañanitas, cantaremos con placer, a nuestro Padre Jesús, al tiempo de amanecer.

30 El alabado 15

Anónimo

Pues padeciste, por amor nuestro. Jesús bendito, sed mi remedio. Cuando su padre, lo vio en el huerto, la sacra sangre, regando el suelo, sangrientos lobos, le llevan preso, y a Anás presentan aquel cordero. Cruel bofetada, da un hombre fiero, con que lastima su rostro bello. En dura cárcel, ¡Ay! Dios eterno, sufres humilde, crueles tormentos. Túnica blanca, Herodes terco, a Jesús viste, cual hombre necio. A una columna, atado a tiento, lleno de llagas, su santo cuerpo. De agudos juncos, corona han hecho, y de vil caña le dan el cetro. Ecce Horno, dice, el Juez al pueblo, mas éste pide, que muera luego. Pilatos firma, contra mi dueño, que muera infame, en un madero .

15 Ibíd., pp. 53 a 57

31 Ya. la cruz carga, mi Nazareno, ¡Ay! Que mis culpas, son aquel peso. Tres veces postra el duro leño, en tierra el hijo, del Padre Eterno. Su amante madre, lo encuentra tierno y queda herido de ambos el pecho. Mujer piadosa, le ofrece un lienzo, y el rostro santo, recibe en premio . A los que lloran, por sus tormentos, manda por sí y sus deudos. Con crueles clavos, en tronco acervo, clavan verdugos, al rey del cielo. De la cruz así, cátedra da el Verbo, dando doctrina al Universo. En la primera, Ruega por esos, que te atormentan con raro ejemplo. La gloria ofrece, a un ladrón recto, y en confesarle a Juan, su primo Luego encomienda. de amores llenos, a Juan su madre, desde aquel tiempo. Desamparado, de Dios Inmenso, se queja triste, de sentimiento. Siguen sus penas, y ya sediento, dice que se halla,

32 de más tormento. Que está acabando, clama el misterio, de redimirnos que era su intento. En santas manos, del Padre Eterno, entrega su alma, el último aliento.

Templo y convento de San Agustín en la ciudad de Durango, a principios del siglo XIX

33 A nuestro Padre Jesús Nazareno 16

Anónimo

Jesús Nazareno, estrella brillante, válganos tu cruz, tu cuerpo y tu sangre. Válganos Jesús, tu sacro misterio, tu vida y pasión, Jesús Nazareno. Eres relicario, de ornamente lleno, eres fuerte escudo, y en tí fe tenemos. Venid, adoremos. la sagrada imagen de Jesús Nazareno. que es nuestro consuelo, El es nuestro amparo. bálsamo al enfermo, que cura las almas, y alivia los cuerpos. Sana los tullidos, da vista a los ciegos. es pues, poderoso y de bondad lleno. Mi amado Jesús, hijo de María, duélete, señor, del que en ti confía. ¡Oh! Señor del cielo, por tu sacra Imagen, humildes pedimos, nos mandes consuelo. Clavadas al cielo tus sienes divinas, con barras de juncos y agudas espinas. Por tus cinco llagas, mi amado señor, perdón te pedimos, llenos de dolor, Adiós, Padre mío,

16 Ibíd., pp. 57 a 59.

34 adiós, mi alimento, en tu sangre pura, encuentro sustento, Jesús Nazareno, estrella brillante, válganos tu cruz, tu cuerpo y tu sangre.

35 Versos de pastorela 17 (canto cardenche)

Anónimo

Huélguense los pajarillos para el portal de Belem.

Huélguense de ver al niño y acabado de nacer.

Cante alegre la calandria y también el gorrioncito.

Y el pavo con su hermosura y el halcón con ligereza.

Águila se halla presente, de ver tan magra belleza.

Gritaba una pastorcita y afanando con empeño.

Haciendo una camisita pa' Jesús mi dulce dueño.

Anda y Gila sin tardanza. ven pónle su camisita.

Voluntá y amor mesurar. y a arrullarle en su cunita.

17 VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978, Cantada por Eduardo Elizalde, Pablo García Antúnez y Juan Sánchez Ponce.

36 De acuerdo con la tradición, a principios del siglo XVIII, un Jueves Santo, cuando una imagen de Jesucristo crucificado era llevada en procesión por las calles del entonces Real de Minas de Santiago de Mapimí, los feligreses, en su mayoría criollos, fueron atacados por los indios cocoyomes y tobosos, y en la acción casi trescientos mapimienses criollos y mestizos encontraron la muerte. Durante la refriega algunos de ellos, cargando al Cristo, llamado ya El Señor de Mapimí, huyeron con rumbo a la Comarca Lagunera, con la intención de llegar a Santa María de las Parras. En su intento por salvar la imagen, los cansados feligreses llegaron a la Sierra de Jimulco y allí decidieron ocultar la escultura al pie de un viejo y grande mezquite, la taparon con ramas y se regresaron al pueblo de Mapimí. Se cuenta que la imagen fue encontrada por unos soldados de escolta, quienes la trasladaron a la Parroquia del Real de San Antonio de Cuencamé, lugar considerado más cercano y seguro, toda vez que el templo de Santiago de Mapimi había quedado destruido. La tradición agrega que, cuando se intentó llevar la imagen de la Parroquia de Cuencamé hacia Mapimí, ante los reclamos de los habitantes de Mapimí, en una carreta tirada de mulas, no pudieron, por más fuerza que hicieron las bestias y las personas para mover la carreta. Entonces, los de Santiago de Mapimí prometieron construirle un templo y los de Cuencamé regresar la imagen cuando le fuera terminado el templo que, hasta el día de hoy no se ha edificado, por lo tanto, la imagen fue instalada en Cuencamé, a partir del 6 de agosto de 1715, en calidad de custodia. A grandes rasgos este es el relato del por qué El Señor de Mapimí, que según la feligresía es muy milagroso, está en el templo de Cuencamé. 18

Despedida del Señor de Mapimí 19

18 MORAL GONZÁLEZ, PAULINA DEL. Peregrinación y culto al Señor de Mapimí. Ritualidad y región en el Cañón de Jimulco, Chihuahua, Chih., Tesis de Maestría en Antropología Social, por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Unidad Chihuahua / Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 2006. 19 Ibíd., pp. 59 a 60.

37 Anónimo

Adiós, Señor de mi vida, adiós, mi prenda querida, adiós cura venturoso, adiós, función tan lucida. Adiós, Señor de los cielos, ¡Ay! momento triste alarde, prenda, la más estimada, de la más dichosa madre. Ya me despido llorando, adiós hasta el venidero, adiós, mi prenda querida, que estás en este madero. Adiós, santo romerío, adiós, cirio consagrado, adiós, mi Padre amoroso, de todos seas alabado, Adiós templo, adiós altar, adiós, veleta encumbrada, adiós, campanita, adiós; adiós coro, adiós portal. Adiós pila consagrada, adiós santo bautisterio, adiós tu colateral, adiós, adiós cementerio. Tu bendición esperamos de tus manos consagradas, Santo Cristo aparecido, ya estoy presto en mi jornada. Adiós Padrecito y Madre, ya vi tu rostro de nuevo, el visitante se va, a volver de donde vino. Ya se van tus visitantes, de pueblos, ranchos y villas. diciéndote, adiós, Señor, ya vimos tus maravillas. Ya se van tus peregrinos, adiós, mi Padre querido, se van de tu compañía, con el corazón herido. Se van de buena salud, de Topia y de Culiacán, de Durango y de Santiago, del puerto de Mazatlán. Ya se van del Cerro Gordo

38 de La Zarca y del Cordero, dándote mil parabienes, Padre y Jesús de los cielos. Adiós rosa de Castilla, los de Mapimí dirán, también tos de La Laguna de tu presencia se van. Todos los de tierra adentro, se despiden por iguales, de Chihuahua y Canutillo, y Santa Cruz de Rosales. Ya llegó el. triste momento, de ir a emprender su partida, adiós, Señor de mi vida, adiós, prenda de mi vida.

El Señor de Mapimí conducido en procesión por los miembros de la Hermandad, en Cuencamé, Durango

39 Según la tradición, San Jorge, el santo patrón de la ciudad de Durango protege a los durangueños de las mortales picaduras de los alacranes, animales que, además de ser el emblema popular de la capital del estado, han sido y son un problema de salud pública. El culto a San Jorge fue instaurado en 1749, por el obispo de la Nueva Vizcaya, Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, quien hizo que bajo juramento, el 23 de abril del mencionado año, la ciudad de Durango, adoptara a San Jorge como patrono contra los alacranes y animales ponzoñosos. En un óleo de San Jorge ubicado en la Sacristía de la Catedral, aparece el santo combatiendo a un dragón en el Infierno, mientras que en el piso se ven varios alacranes. Por supuesto que no faltó la oración cantada, dedicada a San Jorge en su combate contra las alimañas, para rezar antes de dormir. En 1969, el Papa Pablo VI, eliminó a San Jorge del abundante santoral de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, como resultado de los acuerdos del Concilio Vaticano II. Sin embargo, la veneración al Santo antialacránico sigue vigente en la Perla del Guadiana. 20

Contra el piquete de alacrán 21

Anónimo

Señor San Jorge bendito, por tu gloria celestial y tu poder especial, líbranos de todo mal. de sabandijas, de víboras, de todo bicho rabioso, de piquetes de alacrán y de animal ponzoñoso y de pecado mortal.

20 REYES VALDEZ. JOSÉ ANTONIO. Op. Cit., p. 59. 21 CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán ( grande), México, Ed. México Nuevo, 1939, p. 141.

40

Imagen de San Jorge ubicada en la Catedral de Durango

41 El Romance español de Delgadina, que data del siglo XV, con su original tema incestuoso, ha tenido una gran difusión mediante la tradición oral en Europa, Asia, África y, especialmente, en América. En cada uno de los lugares en que se canta, la letra de La Delgadina se recrea y se adapta conforme a las características lingüísticas y musicales regionales. Esta es una versión durangueña del famoso Romance.

Romance de La Delgadina 22

Anónimo

Delgadina se paseaba en su sala bien cuadrada, con su manto de hilo de oro, que en su pecho le brillaba.

“Levántate Delgadina, ponte tu vestido blanco, porque nos vamos a misa, al estado de Durango”.

Cuando salieron de misa, su papá le platicaba: “Delgadina, hija mía, yo te quiero para dama”.

“Ni lo permita mi Dios, ni la Reina Soberana, es ofensa para Dios y también para mi mama”.

“Delgadina, hija mía, oye bien lo que te digo, mira, si no condesciendes, yo te pongo un buen castigo”.

“Papacito de mi vida, eso sí no puedo hacer, porque tú eres mi padre

22 STRACHWITZ, CHRIS. Las hermanas Mendoza. The Mendoza sisters, Juanita y María. Los Ángeles, Cal., Disco CD, Arhoolie Productions # 430, 1995, cantado por Las hermanas Mendoza, track 10.

42 y mi madre es tu mujer”.

“Papacito de mi vida, tu castigo estoy sufriendo, regálame un vaso de agua que de sed me estoy muriendo”.

“Cuando le llevaron la agua, Delgadina estaba muerta, con sus manitas cruzadas su boquita bien abierta”.

La cama de Delgadina de ángeles está rodeada, la cama del rey, su padre, de demonios apretada.

Delgadina está en el cielo, dándole cuenta al Creador, y su padre, en , con el Demonio mayor.

Ya con ésta me despido, con la flor de clavelina, así termina la historia, la historia de Delgadina.

43 El 11 de octubre de 1620, el Papa Paulo V emitió la bula mediante la cual se fundó el Obispado de la Nueva Vizcaya. Así, Durango quedaba como cabeza de la nueva Diócesis que de acuerdo con Porras Muñoz: “Comprendía lo que hoy es territorio de cuatro provincias eclesiásticas: el Arzobispado de Durango, Sonora, con las Diócesis sufragáneas de Culiacán, Mazatlán y Torreón; el de Santa Fe, en Nuevo México; con los de El Paso y Gallup; el de Chihuahua con los de Ciudad Juárez y el de Hermosillo, con la de Ciudad Obregón. (…) Además comprendía el actual Obispado de Tucson sufragáneo metropolitano de Los Ángeles, el Vicariato Apostólico de la Tarahumara, una parte de Obispado de Saltillo, correspondiente al Arzobispado de Monterrey, y algunos distritos de la actual Arquidiócesis de Guadalajara”. 23 Así, la Diócesis de la Nueva Vizcaya constituyó el Obispado territorialmente más extenso de la Nueva España, con centro administrativo en la ciudad de Durango. Mientras la evangelización en los confines neovizcainos se desarrollaba mediante la fundación de misiones, la conquista militar se desarrollaba con el establecimiento de presidios. En el área del actual Rockdale, Texas, tres misiones franciscanas y un presidio, conjuntamente conocidas como las misiones de San Xavier, fueron fundadas a finales de los años de 1740 y a finales de los años de 1750. Los problemas entre el comandante del presidio y los frailes, la enfermedad, la sequía, y los apaches hostiles condenaron a ésta tarea evangelizadora al fracaso final. En el año de 1757 todas las propiedades de las misiones de San Xavier fueron remitidas hacia un nuevo intento evangelizador en el Río San Saba, el proyecto de extensión misionera más desastroso en la historia del Texas colonial. En el año de 1757 cerca del sitio del actual Menard, el Coronel Diego Ortiz Parrilla y los misioneros Franciscanos dirigidos por el Padre Alonso Giralda de Terreros establecieron el Presidio San Luís de las Amarillas y la Misión Santa Cruz de San Saba. Los pueblos fueron establecidos a petición de los apaches lipan, un grupo generalmente hostil con los españoles. Los lipanes, a causa del aumento de presión de parte de los comanches y de sus aliados, especialmente de los

23 PORRAS MUÑOZ, GUILLERMO. Iglesia y Estado en Nueva Vizcaya, 1562-1821, México,

44 wíchitas, habían sido forzados a dejar de Iado su aversión hacia los españoles. Pero al forjar una alianza de provecho, los lipanes enfurecieron más a sus adversarios los indios. En marzo de 1758 los comanches y sus aliados, incluyendo a los texas, los tonkawa, y a los indios bidai, atacaron la misión. En la acción, saquearon y quemaron los jacales de la rudimentaria misión y mataron a ocho personas, incluyendo al Padre Terreros. Santa Cruz de San Saba llegó a ser la única misión en Texas en ser destruida por el rotundo ataque indio. En el año siguiente, uno de los mayores asaltos a la manada de la ganadería de San Saba costó la vida de veinte soldados y causó la perdida de más de 700 caballos, mulas, y el ganado. Varios meses mas tarde, el Coronel Ortiz Parrilla condujo un ejército enorme de soldados del presidio y de aliados apaches, en una expedición punitiva hacia el Río Rojo, solo para sufrir una derrota humillante. Después de los repetidos fracasos, la Misión de San Saba nunca fue reconstruida. En el romance Tragedia de la misión de San Sabá, se da cuenta del ataque de los comanches, lipanes, texas y demás indígenas a la malograda misión evangelizadora neovizcaína.24

Tragedia de la Misión de San Sabá 25

Relación de los Sacrílegos arrojos y sangrientos homicidios, acaecidos en los confines de el Reyno de los Texas en el río de San Sabá este año de 58 a 16 de Marzo en las venerables y Apostólicas Personas de el R. P. Fr. Alonso Giralda de Therreros Predicador Apostolico y ex Guardián de el Colegio de la Santa Cruz de la ciudad de Querétaro y Presidente Comisario de las Misiones de la Conquista y reducción de los Indios Apaches, Ypamdes:26 y de el Reverendo Padre Fray Miguel Molina Predicador Apostólico e hijo de la Santa Provincia de Valencia de Observantes, compañeros y ministros de dicho Reverendo Padre Presidente en la

UNAM, 1980, pp. 7 a 8. 24 SARAVIA, ATANASIO G.. Obras. Apuntes para la Historia de la Nueva Vizcaya, Tomo II, México, UNAM, 1979, pp. 349 a 354. 25 Ibíd., pp. 393 a 415. El Romance fue localizado por Atanasio G. Saravia como manuscrito que existe en la Biblioteca Nacional de Madrid, 18,758-15 y una copia del mismo le fue proporcionada por don Manuel Romero de Terreros. Se respetó la ortografía original.

45 dicha nueva reducción y de algunos españoles: Por la invasión de los Yndios Ynfieles Barbaras y algunos Apostatas entre ellos que assisten en aquel Pais septemtrional, por la ocasion de habré plantado una Misión con su Presidio de 120 hombres para la reducción de dichos Yndios Apaches, Ypamdes, por los Colegios de Propaganda Pide de la Santa Cruz de Queretaro; y San Fernando de México, y los agravios que hicieron los Barbares con la Divina Peregrina Nuestra Señora de , como se venera en dicho Colegio de San Fernando, Patrona y Protectora de dicha Conquista, la qual estava hermosamente pintada en un lienzo, que estava en la Yglesia de la Mission, que invadieron los Yndios y con las demas Sagradas Ymagenes maltratadas y agraviadas en odio de nuestra Santa Fee, con las demás circunstancias de dicha invasión Compuesta por el Reverendo Padre Predicador Apostolico Fray Manuel Arroyo, deste Colegio de San Fernando, e hijo de la Santa Provincia de Castilla la Nueva.

Estremezcánse los orbes pasmense la tierra y Cielos, paren el curso los astros, los planetas se estén quedos; obscurezca el Sol sus rúas, no den luz, luna y Luceros, el mundo quede hecho un caos de confusión y lamento; Nieguen las plantas sus frutos, su virtud los elementos; lloren Angeles, y Santos, o muestren su sentimiento en el modo que ellos puedan; giman y no hallen consuelo los hombres; clamen a vna con alaridos funestos quentas criaturas viben capaces de formar ecos; y el resto de las demás, en su modo hagan concierto, de un desconcierto sensible, de su pesar manifiesto. Mas o pluma donde giras

26 Ypamdes. Se refiere a los indígenas lipanes.

46 tu buelo tan lastimero? donde caminan tus ansias? a donde va tu despecho? Que pesar há sucedido? Que golpe es, el que te ha puesto en tan funesto ademán, en tanto encarecimiento? O dolor quien podrá ser. causa de tan triste efecto, sino el experimentar, en el racional congresso, ahora en los tiempos pressentes, el maior atrevimiento, el más secrilegc arrojo. e! mas inhumano aliento, el assalto mas feroz, vil horroroso y sangriento que se havrá visto en historias y en los Anales de el tiempo. Oigan pues, los que oidos tienen lean con ojos atemos, estos renglones escritos, con suspiros los más tiernos, Mas antes, de que refiera 1o fúnebre de e! sucesso, historiaré los principios que sin pensar produxeron un fin codo lamentable: la serie es como refiero: Por los años de el Señor de el de mil y setecientos y cinquenta y seis, que es que es dio principio al sucesso gobernando en Nueva España o siendo virrey de México, el señor excellentissimo, dignissimo Cavellero, Marqués de las Amarillas, de su nombre desempeño, que es don Augustin de Ahumada; gozando deste mismo tiempo, la Capital Mexicana, de un Arzobispo y sugeto, dignísimo de tal Mithra, por sus tan colmados méritos como es Yllustrissimo Señor y Doctor excelso

47 Don Manuel Rubio y Salinas Padre amable y Pastor bueno. En este pues dicho tiempo por las instancias y ruegos de los Gentiles Apaches que en aquel septentrional seno viven en errores ciegos y movidos de alto impulso de abrazar el evangelio, y professar nuestra feé, estas instancias hicieron de que les pongan Missiones, los Padres de los Colegios, de Santa Cruz de Querétaro y San Fernando de México: Quienes pensando este punto en el pesso de su Zelo, proponen, instan y buscan los mas oportunos medios, para remediar sus almas y dar logro a sus deseos: y haviendo hallado el abrigo de un Yllustre Cavallero, magnánimo y mui devoto zeloso y gran limosnero, Padre unibersal de pobres, de Charidad un portento, y es porque nadie lo ignora, el gran Don Pedro Therreros, quien a costa de su hacienda, el mantener ha dispuesto, las Misiones, que se pongan, por los dos dichos Colegios, en las partes mencionadas de el Apachino emispherio. Con tal lado fervorossos los Apostolicos pechos, corrieron sus diligencias, sacando en ellas decreto de el dicho Señor Virrey para plantar, luego luego, un Presidio de cien hombres para que sirva de freno a las Barbaras naciones que circundan a aquel seno. Fundose pues el Presidio, en apacible terreno,

48 en las margenes de un Río tan hermoso, qual Letheo, que aunque de poco caudal, se descuella lisongero, pareciéndose a la vista. Gigante de vidrio Crespo tiene por nombre San Sabá, y aunque fixo no sabemos porque tal nombre le han dado, de congruencia podremos dar la razon, que será, porque sin duda ha dispuesto, el señor de lo Criado, obrar grandes sacramentos, en tal sitio, pues de santo, tiene el principio sin serlo: Dixe mas, pues ia lo es, supuesto que ha sido electo, para que al eterno Padre, se le ofrezca el hijo eterno en loable sacramento (digo) sacrificio por ministros tan afectos como son los Apostolicos, pues imitando a el cordero divino, su sangre ofrecen, sus pasos mesmos siguiendo, por esso ya no me admiro, que assi aya dispuesto el Cielo, sean de la Cruz y Fernando, elegidos a este empeño; y si atentos reflexamos, circunstancias, hallaremos muchos años ya cifrados, de este assumpto los bosquejos De el Seraphico Francisco, consta en su vida que luego que en la fuente baptismal fué reegendrado, le vieron una Cruz, rosa y vistosa, sobre su ombro derecho, la que tubo permanente toda la vida y siendo su Padrino en el Bauptismo un Peregrino de el Cielo; quien duda sea señal cierta, que el señor de los exercitos con su sello Real le marca

49 como a grande de su Imperio? para vencer y triumphar, de el mundo, vicios e Ynfierno? Para esso le mostró Dios, en un suavissimo sueño, un hermoso y gran Palacio donde unos soldados vellos se miraran bien armados, pero todos con el sello de la Cruz dandole a entender en esto, que si con valor tomasen su Cruz y estandarte Regio vencería con sus hijos los enemigos sobervios de el mas supremo Monarcha, En otra ocasión, queriendo el patriarcha Seráphico saber el destino cierto, para que Dios le llamara se le fué mostrado el serlo, el camino de la Cruz, el exercicio evangelico, y Apostólica tarea; y assi en el primer Congresso o Junta, que de sus hijos hizo, para enviar obreros que cultivasen la viña de el Señor, el documento que les dio, fue el adbertirles que a correr en siguimiento de la Cruz, eran llamados, y a tolerar con esfuerzo y generosa paciencia, adversidades, desprecios, y trabajos que se ofrezcan en el servicio y obsequio de Nuestro Dios y Señor, vsando de quantos medios sean posibles, y ganarle, las almas, que tanto precio ha dado, por redimirlas, Veis aquí que ya tenemos, los dos Colegios vnidos por Ser vno el ministerio vn Padre, el que los alienta vno el estandarte, Regio que los guia, pues la Cruz Ynsignia es de el Regimiento

50 donde militan los dos para dar el crecimiento de los soldados a Christo por la fee de sus misterios. Por 1o que no ha sido acaso que concurran Misioneros y San Fernando a esta empresa pues llevando por objeto tan gran soldado de Christo, vn Capitán tan guerrero, gran caudillo de la fee, que a sus enemigos fieros. sugeto con gran orgullo, y triunfo de todos ellos, desempeñando su nombre, que interpretado sabemos, ser quien da gozo a la fee, con victorias y tropheos, provocando a hacer lo mesmo a los que siguen su exemplo. para que así tambien sean, quien a la fee ponga augmentos en el gozo de sus triunphos, o conquistando o muriendo, Simil propio de aquel Padre de tan Seraphico pecho, el Patriarcha Francisco quien solo en el deseo fuel Martir, sino que expuso su vida, porque en efecto Iu fuesse, avunque Dios no quiso como se lo mostró a el mismo: que de la carne el Martirio padeciese, si el incendio de su mente, con el qual todo el, fuese vn expresso retrato de Jesuchristo, dando en esto a sus hijuelos, incentivo, conque aspiren a lo que el Padre y Maestro con sus obras enseñó, dando gloria a Dios supremo, maximo gozo a la fee, y a las almas el consuelo: Pues que mucho, que alentados con exemplares tan vellos, como fernandos peleen,

51 avasallando y rindiendo, y con valor alentando, con espíritu el más recto, a los que a la cruz se oponen y a nuestra fee son adbersos? esta es la razón, porque los Femandinos tuvieron por acertado llevar en vn estandarte o lienzo, la divina Peregrina, Madre de el Divino verbo, Refugio de Pecadores, y de afligidos consuelo. Margarita mas preciosa, digna de el maior aprecio, em quien de todos los males hallamos prompto remedio. Ymmaculada Princesa, de la tierra y de los Cielos. que sugetando al Dragon saca de su Cauptiverio a las almas, que la invocan, desde el más terrible asiento de la Culpa, y gozando de su admirable presencia, son yllustrados y llenos, de su Charidad amante, con los raios de su Zelo. Es de el Patriarcha seraphico y de sus hijos recreo, de su Religion Patrona, a quien, el primer templo o cassa, le consagro como en caveza poniendo, de el maiorazgo a esta Reyna de el Seraphico congresso. También Prelada Jurada de el Femandino Colegio, para que a sus pies rendidos, y a su obediencia sugetos, hijos y subditos suyos su virtud vaya en augmento; y como exceptro que es de la fee, sea su govierno, para el logro de las almas, el mas firme fundamento. Assi fuertemente armados,

52 vnos y otros Missioneros, en nombre de Dios caminan, y San Francisco con ellos, como Alferez de Jessus, va tremolando y blandiendo de la Cruz el estandarte, y guiados de su exemplo, sus hijos cambien tremolan, el de el simulacro excelso, de la Inmaculada virgen; también imitando en esto a San Fernando, que siempre llevando a su lado diestro, la Ymagen de esta gran Reyna en sus empresas, por cierto el triumphar llevava, de el enemigo sobervio, y Mahometana altivez; y assi con el gozo mesmo, que este santo a la fee daba triumphos, vandetas y reinos; Assi estos padres caminan, hasta llegar mui contentos, al mencionado san Sabá donde esperan el tropheo, Ya aquí plantado el Presidio con muchas armas de fuego, fusiles, espadas, lanzas chuzos, Cueras y Pedreros, Cavallos y Municiones, de Militares arreos, Trataron los religiosos, de el Apostolico gremio, de el Seraphin abrasado, en el amor de su dueño, poner su vivienda aparte, y en distancia poco menos de dos leguas se plantaron todos con brazos abiertos para admitir las naciones que con ansias y deseos, buscasen a Jesuchristo con humilde rendimiento. Clamaron los Santos Padres con sacrificios y ruegos a Dios, que a todos los traiga, a su fee y conocimiento.

53 Mas el Dragon infernal, que siempre está discurriendo y maquinando sus trazas, para de el todo perdernos; luego que vió prébenciones, para destruir su Ymperio, convocó todas sus furias embravecido y sobervio. y con astucia inaudita, las legiones repartiendo, de Principes y sequaces, que havitan en el aberno; por las naciones se estienden, derramando su veneno de la milicia infernal, y tanto que en año y medio, lograron el ver vnidos sus corazones groseros; para emprender inhumanos las maiores sacrilegios. Dispuesta ya su malicia, con tan malignos consejos, Lucifer y sus sequaces, sus tropas van disponiendo conmoviendo el Gentilismo, que con marciales estruendos se aprestasen deste sitio todas sus fuerzas vniendo para frustrar de una vez, los Christianos pensamientos. y armados de punta en blanco, y vnidos los Yndios velicos, hacia este puesto caminan, en ira y furor desechos. Día diez y seis de Marzo de el de mil y setecientos, y cincuenta y ocho llegaron a las siete poco menos de la mañana y cercaron la Mission, con gran despejo, cinco naciones de Ynfieles que los nuestros conocieron. y con vna paz fingida con el semblante alhagüeño, paz, paz, publican a voces, con infame fingimiento. Los benditos Padres, bien

54 penetraron sus intentos, pero se miran cercados, de los Yndios Carniceros, que disfrazando su furia, y con desvergonzado aliento, y con capa de amistad, preguntando, e inquiriendo que fuerzas tenia el Presidio, y mientras hacian esto, algunos de ellos entravan, en los jarales, en donde hauia sillas, cavallos y frenos, fresadas y otras cositas, que los Padres con esmero, para captar a los Yndios tienen para si atraherlos, y cogiendo cada vno comenzaron el saqueo. Viendo pues tanto desorden Fray Alonso de Therreros, Padre de la Santa Cruz, quien gozaba el privilegio de ser digno Presidente por parte de los Colegios. Digo que viendo este Padre no poder, ser contenerlos, les franqueo quanto havia generoso y placentero, pero hallándose en los Yndios un corazón traicionero; disimulando maquinan, Otro nuevo ardid, y enredo; y fué, suplicar al Padre vaia al Presidio con ellos, para tener libre entrada, y evitar con esto el riesgo que sobre venirles pueda, y hacer mal concepto al verlos. Viéndose el bendito Padre metido en tan gran aprieto, por no mostrar cobardía dio pleno consentimiento de ir con ellos al Presidio, llevando de compañero a un soldado de los pocos que resguardavan el puesto quedando solo arras cuatro,

55 en custodia del terreno, con otros dos religiosos, cinco mujeres y un viejo, diez muchachos, dos Apaches, vno coxo, y otro ciego, un Mayordomo, un herviente y finalmente un harriero. Esta es la gente española, a quien les pusieron cerco 1os Yndios ynfieles, que mas de mil, eran por cierto; sin tener mas fortaleza, ni mas amparo los nuestros, que el de vnos jacales bastos de Palos Zacate y cieno; (Jacales, llaman en esta nueva España, las casas de Paja. Zacate, es yerba o heno.) y aquestos nada anchurosos, si, mui endebles y estrechos. Dispuso el Padre el salir, como referido llevo en medio de la Canalla, de los Ynfieles malévolos, que todos a la desecha, como el marchar disponiendo y llevar en medio al Padre, se menean y hacen ruedo, mas los fusiles en mano, prebenidos los azeros, los chuzos flechas y lanzas, los Alfanges y los Cueros. Mas apenas montó el Padre, y el soldado se ha compuesto volviendo los dos el rostro, para ver si van siguiendo; quando a seis pasos contados la contra seña se han echo, y al punto, los dispararon vomitando el plomo ardiendo, conque al soldado y al Padre les horadaron el cuerpo, derribándolos en tierra, dando ia el ultimo aliento. Mas no paró la crueldad de los bárbaros en esto, sino que al Padre, desnudan,

56 y una lanzada le dieron, en medio de el corazon, y con su báculo mesmo con raviosa crueldad le atravesaron el pecho. y quitandole el cerquillo, y de el Casco todo el Cuero en las lanzas lo jugavan con irrission y desprecio, dejando el cuerpo tirado a la inclemencia de el tiempo. También al pobre soldado, desnudaron y le dieron Otros valazos y heridas, y Otros muchos improperios. A otros tres pobres soldados, de los ocho que vinieron despachados de el Presidio, a favorecer los nuestros, los mataron cruelmente, de los demas quatro hicieron; y uno solo que quedo, se resistio largo tiempo; y con la espada en la mano a muchos echo al Ynfierno; Pero ia viéndose herido por muchas partes su cuerpo, rendido al suelo caió, donde los Yndios le dieron, vna terrible lanzada, conque le abrieron el pecho; desnudaronlo también, y le dejaron por muerto con las ansias de la muerte, se levantó, avnque trémulo, sin saber donde camina, desagrado y macilento vino a dar a la Mission, a donde los Yndios perros, lo cojíeron y arrojaron, a las llamas, que de el cerco eran ia mui numerosas como referiré luego. Pero Dios omnipotente, que acude en el maior riesgo, propicio le favorece, asistiéndolo al momento

57 con fuerzas, que de las llamas saliese y al Jacal puesto, donde estavan los demás, donde Confession pidiendo, le abrieron luego la puerta, y le metieron a dentro; confesase con el Padre, que havia quedado en el cerco, y antes entró Juntamente con los que se defendieron, Hecha esta horrible maldad con unos gritos funestos, y alaridos formidables que asombraran al mas bueno publicaron cruda guerra, horrorizando los vientos; cercados por todas partes, y rodeados, los nuestros, cercados, pero animosos, defenderse, propusieron, y animando vnos a Otros, gritaron a voz en cuello, antes muertos, que rendidos, guerra, guerra, fuego, fuego, y siendo asi que eran quatro los que manejar pudieron. de algun modo nuestras armas a la chusma resistieron, con esfuerzo varonil, sin reparar en el riesgo, Pero viendo los Gentiles, la guerra, que hacen a que estos que sin poder acavarlos, matan muchos los de. adentro, discurren como inhumanos vn infame pensamiento, y fué quemar los jarales, y assi el fuego les pusieron por todas partes de suerte que el Zacate y los maderos comenzaron luego a arder, y a dar crugidos horrendos. Por puntos cunden las llamas, y los cercados temiendo, daban gritos y gemidos, piedad al Cielo pidiendo mas donde crecio el temor,

58 y el valor fué descreciendo, fué al ver se augmentan las Ilamas porque el aire iba en eugmento por lo que en brebe se juzgan pasto del voraz incendio, Pero o Dios omnipotente, y que bien reconocemos, vuestra piedad infinita. Pues apenas dispusieron echar a la horrible llama, vn relicario, al momento aplacó el fuego sus iras, conque cesó el desconsuelo .. y avnque eran tantas las velas que parecía aguacero, al ver apagar las llamas les dava maior esfuerzo Mas a este alivio otro azar les ahogo todo el contento. Y fué que haviéndo notado los Ynfieles, que de el cerco de los jacales, el vno era solo el que hacia fuego, y resistencia a las valas; se arrojaron con denuedo, a otro Jacal donde estava con humilde rendimiento y con Jesuchristo abrazado, pidiendo misericordia al Señor del vniverso Fr. Joseph de santi Estevan, religioso muy austero de la Provincia de Burgos que vino para el Colegio de San Fernando en Mission el, y treinta compañeros, por los años de el Señor el de mil y setecientos, y cinquenta que este fue quando llego a aquestos Reynos. Quiebran con achas la puerta los Gentiles, con empeño y entrandose en el Jacal como leones sangrientos envistieron con el Padre y a valazos la tendieron, cortan después la cabeza,

59 y le pican todo el cuerpo, el qual parte se abraso con los quemados maderos que el fuego dejó encendidos. Después pasan desatentos a profanar de el Sagrado osadamente el respecto de las Sagradas Ymagenes; y como canes raviosos, y con su furor violento enderezaron sus iras, al mas soberano objeto, a la mas brillante aurora; al mas lucido lucero; a la luna mas hermosa que es de el sol divino espejo; a la estrella de los mares; a la arca de el Testamento; al Trono de Salomon a la que el mundo vniverso tiene por Yris de paz; a la zarza, que avn ardiendo siempre intacta se quedó, libre de el contagio feo, avn de el asomo de culpa, en el Ynstante primero. Blanca piel de Gedeon de la trinidad el tempo; gozo de los Seraphines, hermosura de los Cielos; Ciudad donde Dios havita, por cuia puerta sabemos, todas las gracias entraron para el humano Congreso. Refugio de Pecadores y de gracias mar inmenso. Mas ia la pena me mata, y me ahoga. el sentimiento. Lo dire en vna palabra, a la Madre de el Cordero, que ia mencionada Ilebo. y Peregrina Divina A este hermoso simulacro que es de todos embeleso, con los chuzos y las vales muchos agravios la hicieron; por muchas partes cortaron,

60 a aquel soberano Lienzo. O Dios como permitis tan horribles sacrilegios! y o dulce Virgen María, como en vos tanto desprecio toleraes! perdon os pido, si ahora contra vos me quejo. No sois vos por quien los orbes, el celestial, como el terreo han recibido, y reciben guantos favores, se han eche? No tiene duda y sino con San Cirilo, lo pruebo. Por ti Virgen Sacrosanta, es bendito, el vnigenito de aquel Padre de las luces. Por ti, a Dios trino ofrecemos las alabanzas, y glorias. Por ti aquel precioso leño signo de la Redempcion, es Celebrado y expuesto a tantas adoraciones, en el mundo todo entero, Por ti Angeles y Santos oy se alegran en el Cielo. Por ti los Demonios huyen, y los morrales tenemos, la dicha de ser con Christo de su Reyno Coherederos. Por ti toda Criatura ciega entre errores protervos, es convertida a la fee, de vn Dios al conocimiento. Por ti los fieles Chrisrianos el Bauptismo recivieron, y en el chatolico orbe las iglesias se erigieron. Por ti pues todas las gentes la penitencia siguieron. Por ti el hijo de Dios Padre llenó de luces el suelo, y a los que en densas tinieblas de pecados estuvieron. Pues sí esto es así, Señora como permitís que el fuero, de tantas prerrogativas vultragen Ynfieles perros?

61 pero parece, percivo, que me decís en lo interno,. que .estos son Juicios de Dios . que acá poder, no sabemos. Pues' a donde nos parece que los males son 'adversos saca Dios bienes colmados, y-frutos de grande precio. Bien esto lo .dio a entender Christo en aquel evangelio, que nos refiere San Juan en que dice ha de ser muerto, el grano hermoso de trigo, para que sea en efecto, multiplicado su fruto: Pero si no muere, es cierto, que quedara solo el grano, de lo que infiere con esto, el Señor San Agustín; Que si Christo, grano regio, dio la vida por nosotros, multiplicando en extremo el fruto, porque su fee tantas Gentes recivieron. Assi sus Ymitadores es menester que a su exemplo mueran, porque otros recivan la fee, que avn no tienen ellos. y para darles mas fuerzas, quiere la Reyna de el Cielo, padecer tales vltrajes, sacando de su desprecio, el multiplicar los fieles, en gloria de su vnigenito. y asiendo esta honra tan grande, dispuso, que fuese el premio, en los Colegios ygual; pues de los dos Missioneros, que murieron vno fué de el Queretano Colegio, y el otro de san Fernando, que es el Colegio de . Pero mucho me dilato volbamos pues al intento; digo pues, que pelearon' todo el día, estando embueltos entre, plomo y entre llamas,

62 entre Congojas, e incendios; entre temores y sustos, sin comer y mui sedientos; con la horrible noche encima, ya disparando sin tiento, y en vez de cesar Ia hoguera por todas partes creciendo, como la. lluvia de valas; porque los barbaros tercos pretendian acavar de vna vez, con todo el resto. Los que os preciáis de Christianos discurrid en otros pechos. qual estarian los Cercados esperando por momentos., ser de la barbara chusma victima de su tropheo. faltos de Polvora ya, y sin humano remedio, viendo que la triste noche, los va mas desfalleciendo, y que al despertar la. aurora, despertaría en las perros nuevamente su furor, y acavaria con ellos, Discurrieron vn Arvitrio, que mas parece despecho, y fue el salirse, vno a vno, por vn ahugero estrecho, para ver si con lo obscuro pueden escapar huyendo, el Padre que havia quedado (de los tres que dicho llevo) que se havia retirado con los que se defendieron, que es Fr. Miguel de Malina Religioso mui perfecto, que de la Santa Provincia de Valencia, vino a Mexico, en la Mission referido (quien al principio de el recivió un fuerte valazo; conque le hirieron el pecho y maltrataron un brazo:) determinó hacer lo mesmo, como lo hizo arrojandose, por el estrecho ahugero,

63 Que en 1o alto de vn Jacal hizo la industria, y el fuego, Valgame Dios que milagro todos se fueron saliendo, hasta aquel pobre soldado, que ia tendido en el suelo mas para morir estava que para salir huyendo; por en medio de los Yndios que vigilantes y atentos, rodeavan la Mission, con luminarias a trechos, continuando con sus voces, mantener alerta el puesto. Mas con todo, o que prodigio, de la Reyna de los Cielos, y Peregrina Divina, que ya mencionada llevo. ninguno los vió salir, y lo que es mas no sintieron, los lloros que al salir daban, unos quantos chiquituelos, a quienes sus madres sacavan, con sobresalto y con miedo. A buen paso se mudaron, por los Valles y los cerros hasta llegar al Presidio, donde tomaron resuello; Mas el padre tan herido desangrando y sin sustento, como caminar no puede, el pobre se fué metiendo, por malezas y chaparros, desgarrandose el pellejo, de las piernas y los brazos, con las espaldas y el pecho con las espinas que encuentra, por no llevar en efecto, mas vestido que la túnica, y el vn pie solo cubierto con la sandalia, que el otro vá desnudo por el suelo, y con tanto desabrigo, sufriendo escarchas i yelos, por espacio de tres dias, sin tomar mas alimento, que el que ofrece vn campo inculto,

64 en su zacate grosero. Assí a desmaios camina, hasta que por fin haciendo de las tripas corazón con trabajos, llegó al Puerto O que milagros tan grandes, O que favores excelsos, obró aqui la Virgen Madre, con el refugio y esmero, de Peregrina divina, con que sabe socorrernos. Mas avn queda que adbertir, otro fracaso no menos sensible, que los pasados, y fue que apenas sintieron, los Yndios al reir la aurora, que los de adentro se huyeron quando acometen furiosos al Jacal donde estuvieron, y hallando solo al harriero quien mas trabajó en el Cerco (El que por mui mal herido no pudo seguir los nuestros). Contra el asestan sus furias, y oprimiendolo entre ellos, vivo le sacan los ojos, y le parten el cerebro, y cada qual con su sable, va provando quien mas diestro con .mejor golpe le ofende.: y le descarnan el cuerpo. O malicia, a quanto llega tu insaciable atrevimiento, tu crueldad inhumana mas furor que el mismo Ynfierno: pues este solo a los malos ofende mas tu despecho, sin perdonar a ninguno, ofende a malos y a buenos. En fin viendo que no hallan, en quien provar sus aceros, o en quien, cebar su furor; los caxones van rompiendo, y cargando con la ropa, con Calizes y ornamentos, dan lo demas a las 'llamas, los Missales y aderezos

65 de el altar, con otros libros, y Missionales arreos. Todo lo queman y acaban, y finalizado esto, las vestiduras de el Padre se las fueron repartiendo, entre quatro de los Texas que entre. ellos concurrieron de otras naciones forzados, con amenazas y ruegos, Dieron la Túnica, al vno, a Otro el hauito vistieron a Otro ciñeron la cuerda y al ultimo le pusieron en su Cabeza el Casquete; que de el Cerquillo y de el Cuero al Presidente quitaron, quando 1o echaron al suelo. Disponiendo assí el señor llegasen estos fragmentos (mejor nombrare reliquias) a una Mission que tenemos en la Nación de los Texas; para que en su vista hallemos consuelo a tanta desgracia, e incentivo a nuestro zelo. Esta es la serie de el Casso, a todas luces funesto avnque todos esperamos, sea para bien, conduciendo al principio, para el logro de las almas; para el merito de los que dieron sus vidas, por la fee padecieron y en fin, para que a Dios Trino, por siempre gloria le demos, de Jesus el dulce nombre ensalcemos y alabemos; y a su Madre soberana, también a conocer demos a las naciones de el mundo; siendo assi, esperar podemos gozar de Dios la presencia siglos, de siglos eternos, Amen.

66

Lienzo sobre el ataque de los apaches y lipanes a la Misión de San Sabá

Indígenas lipanes

67 Mañanitas a la Virgen María Cantadas desde principios del siglo XIX 27

Anónimo

Buenos días, paloma blanca, hoy te vengo a saludar, saludando a tu belleza, en tu reino celestial. Eres madre del Creador, tu poder es soberano, mándanos pronto el consuelo, patrona del suelo indiano. Los ángeles en el cielo, forman columna este día, y dicen en sus cantares, ya viene alboreando el día. Eres madre del Creador, que a mi corazón encanta, gracias te doy con amor, buenos días, paloma blanca. Niña linda, niña santa, tu santo nombre alabado, porque eres tan sacrosanta, yo te vengo a saludar.

27 VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo I, México, Ediciones Botas, 1940, pp. 56 a 57.

68 Capturado a traición el 21 de marzo de 1811, en Acatita de Baján, y después de un tortuoso viaje de casi un mes bajo el sol de desierto, con hambre y sed, el Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla arribó a Chihuahua para ser sometido a un largo proceso militar y a una dolorosa degradación eclesiástica. Recluido en el obscuro y estrecho cubo de la torre del ex colegio de la Compañía de Jesús, pasó los últimos tres meses de su vida. Por ser la cabeza de la insurrección, por tener una causa pendiente con la Inquisición, y por el proceso eclesiástico al que debía ser sometido; el juicio de Hidalgo tomó más tiempo que el del resto de los jefes insurgentes. Quince días después de su llegada, el juez Ángel Abella, comenzó el interrogatorio al Padre de la Patria, mismo que se prolongó tres días, y en el cual Hidalgo respondió con entereza y serenidad a cuarenta y tres preguntas. El licenciado Bracho formuló su dictamen enumerando las agravantes, concluyó que Hidalgo era: “reo de alta traición y mandante de alevosos homicidios, y que debía morir por ello, confiscársele sus bienes y quemar públicamente sus proclamas y papeles sediciosos”. A la ejecución de Hidalgo debía preceder la degradación hecha por un juez eclesiástico. El canónigo Fernández Valentín, por órdenes del obispo de Durango, procedió al acto de la degradación el día 29 de julio, con todas las ceremonias estipuladas en el Pontifical Romano. Consumada la degradación, se le hizo poner de rodillas ante el juez Abella, quien leyó la sentencia condenando al héroe nacional a la pena de muerte. La pena tuvo lugar el 30 de julio de 1811, día en que el cura don Miguel Hidalgo y Costrilla, cayó abatido por las balas de 12 fusileros bajo las órdenes de Pedro Armendáriz. Al momento de la Guerra de Independencia, de acuerdo con la división territorial colonial en intendencias, el territorio del actual estado de Chihuahua estaba incluido en la Intendencia de Durango. Como el juicio y fusilamiento del cura Miguel Hidalgo y Costilla tuvieron lugar en la ciudad de Chihuahua y la autoridad eclesiástica que lo dirigió fue el obispo de Durango Francisco Gabriel de Olivares, se considera que el Padre de la Patria fue juzgado y fusilado en territorio de la Intendencia de Durango.

69 En memoria del juicio y fusilamiento del Padre de la Patria, a mediados del siglo XIX, el destacado liberal Guillermo Prieto escribió varias composiciones poéticas sobre el caso: el Romance de Chihuahua. Hidalgo y sus compañeros entran presos a Chihuahua, el Romance de la insurrección, el Romance de Hidalgo preso y el Romance de la degradación y el Romance de la muerte de Hidalgo. Aquí reproducimos los últimos tres.

Romance de Hidalgo preso 28

Guillermo Prieto

Está don Manuel Salcedo, estirado comandante, enfrente del cabo Ortega, y enfrente don Melchor Guaspe, que van a servir a Hidalgo de guardias y vigilantes. Da unos pasos en la estancia, anubla el severo empaque, y en voz imperiosa y ruda les intima aquestas frases: “Id al cuidado del monstruo, que ni vea, ni oiga, ni hable; que le envuelvan las tinieblas para que ni el suelo manche, y que el aire le dé apenas, porque puede emponzoñarle. En silencio se despiden los dos sirvientes leales, y al calabozo de Hidalgo los dos silenciosos vánse. Hidalgo, el querido anciano, nuestro bien y nuestro padre, estaba enterrado vivo, sin zozobra y sin quejarse. Está tan tranquila su alma, que le da paso al donaire, y en secreto se enamoran de su condición amable.

28 PRIETO, GUILLERMO. Romancero nacional, México, Editorial Porrúa, Colección Sepan Cuantos # 450, 1984, pp. 55 a 56.

70 Ortega como hijo le ama, Lo ama como hermano Guaspe, Vaca le ofrece afectuoso, Que es en todo ejemplar padre. Alto, seco, mas chistoso y oportuno como nadie, el padre Rojas dirige sus cosas espirituales. Rojitas, le llama el pueblo por lo fino y lo tratable; y era un prodigio de ciencia entre modestos sayales. Y era un triste calabozo en donde se ahogaba el aire, y donde la luz tocaba en el sitio agonizante. Las horas del alimento eran de breves solaces; sucias y húmedas paredes, mesita al desvencijarse, con una huérfana silla mensajera del desastre, una vasija con agua, un desgobernado catre, más bien espanto del sueño que cama en que se descanse, fue el ajuar que concedieron a Hidalgo los gobernantes; pero Hidalgo está risueño, chancea con sus guardianes, está alegre, cual si viese a sus amigos triunfantes, sin sentir duelo en el alma con su suplicio delante… A veces, cuando comía, para a la sombra hacer fraude, con una púa trinchaba, sus ordinarios manjares, y encubría el contrabando de la luz pura y el aire. La víspera del suplicio viendo a Vaca demudarse, mientras comía contento, le dijo: “Sosiego padre, que yo soy quien carga el muerto, y pesado no se me hace”; siguiendo festiva charla

71 con todos los circunstantes. En las paredes del cuarto letreros varios halláronse que los celosos esbirros destruyeron suspicaces. La lengua guarda el pescuezo logró a la muerte escaparse, y lo repitió Chihuahua volando entre sus refranes. Su corazón generoso, agradecido y amante, le consagró el cabo Ortega el verso que da realce a su ternura exquisita y a sus sentimientos grandes, que pues lo canta la Historia, permitid que yo lo estampe: “Ortega tu crianza fina, tu índole y estilo amable, siempre te harán apreciable aun con gente peregrina. Tiene protección divina la piedad que has ejercido con un pobre desvalido que mañana va a morir, y no puede retribuir ningún favor recibido.” Y esa musa sonreía entre el vapor y la sangre, dirigiéndose afectuosa así a don Melchor de Guaspe: Melchor, tu buen corazón ha adunado con pericia lo que pide la justicia y exige la compasión. (…) Das consuelo al desvalido en cuanto te es permitido: partes el postre con él; y agradecido Miguel te da las gracias rendido.” ¡Qué tristes son los verdugos junto a hombre que tanto vale! ¡Qué infelices los tiranos! ¡Qué asquerosos los secuaces! En el día del suplicio, los hombres de las ruindades

72 le mermaron la medida del alimento constante. Él lo notó, replicando con cierto burlón donaire: “Ya que me quitáis la vida, no merméis el chocolate…” En camino del suplicio detúvose unos instantes para pedir unos dulces que en su mesa han de encontrarse. Trajéronlos, tomó algunos, y los demás los reparte entre los mismos soldados que pronto van a matarle. ¡Qué odiosos son los verdugos de nuestros heroicos padres! Y cuando el Sol de la Historia toda su grandeza aclare, surgirán en medio al mundo con sus tallas de gigantes, y esos, cual viles insectos royendo los pedestales.

Romance de la degradación 29

Guillermo Prieto

Es del triste Hospital el patio extenso: en su amplio corredor se alza un tablado revestido de negras colgaduras: en el fondo el dosel, sillones anchos, la mesa y el sangriento crucifijo entre dos llamas, lúgubre imperando. Bajo el dosel, contémplase sombrío, rígido, inmóvil, cual de duro mármol, con su bonete de encumbrados picos, el ojo hundido, y cual cadáver pálido, evitando del vulgo las miradas, el doctor Valentín, que de Durango representa al Obispo, y ejecuta

29 PRIETO, GUILLERMO. Romancero nacional, México, Editorial Porrúa, Colección Sepan Cuantos # 450, 1984, pp. 53 a 54.

73 servil y sin conciencia los mandatos. A su lado se agrupan reverentes dignidades de Iglesia y prelados que oficioso llamó a los auxiliares para el juicio sacrílego de Hidalgo. El ojo sin fijarse, torvo el rostro, difícil respirar, visible espanto en el opuesto grupo está Salcedo, de angosta frente, el pelo alborotado, llevando al cinto la espada formidable y alto bastón como señal de mando. Esbirros de la Curia. Ricos hombres, intrusos, y sirvientes, y soldados se ven alrededor de aquel asiento y cubriendo compactos su respaldo. Después, desde las gradas, por doquiera cerco macizo, muro continuado de tropa con la mano en los fusiles, estúpido el mirar, mudos los labios. Luego la multitud, como de estatuas, como algo terrífico esperando. El Sol, como asustado, iluminaba la pavorosa escena con sus rayos. Iba a verse el fatídico divorcio del siervo del Señor y el cielo airado: íbase a ver a la Sagrada Madre a su hijo a los verdugos entregando, con estupor del espantoso infierno, del mundo y de los cielos con escándalo. Solo, de pie, tranquilo, se descubre, alta la frente, al impasible Hidalgo, con su misma mirada penetrante, su frente calva y su cabello cano, A una leve señal surgen veloces esbirros negros y de angostos hábitos, que alba y amito, cíngulo y estola llevaban diligentes en las manos, pero era el color rojo… como signo, traduce el vulgo, de irrisión y escarnio. Le revisten a Hidalgo, y así espera entre el silencio y entre el mudo llanto. El que impera, le ordena se arrodille, con tono breve, ronco y destemplado, y extiende majestuosa e imponente al crucifijo la convulsa mano. Hidalgo se arrodilla, y aparece un misionero a quien llamaban Santo

74 y que era el canónigo verdugo el hombre venerado, y secretario. Tal era el padre Rojas, noble pecho, consuelo, amigo, salvador de Hidalgo. Servidor de la Iglesia, la obedece; hombre, se le admiró tierno y humano. Con voz que sofocaba la honda pena, leyó el terrible, el implacable fallo de la degradación y los sollozos reprimidos brotaron de sus labios. En la sentencia, el odio y la calumnia depositaron ponzoñosos rayos, y del rencor la baba venenosa sobre cada renglón dejó su rastro. Y el colmo del cinismo, y lo supremo del proceder cruel, lo más villano, es, que se dice al fin la sentencia, después de haber al reo degradado y entregado al verdugo a su capricho inerme al sacerdote abandonado… “Tenedle compasión, no le deis muerte”; después de asegurarlo en el cadalso, como quien pone una ascua de ironía sobre la herida que se ve sangrando. Y en medio a tal horror, ni un ¡ay! Ni un gesto se oyó ni vio del impasible Hidalgo. los cuervos clericales se abalanzan y pieza a pieza arrancan ensañados, murmurando estupendos anatemas, al Dios de amor infames calumniando… Y de morder y devorar sedientos, la frente le royeron y las manos, dizque para arrancar hasta el recuerdo de la gracia y el óleo sacrosanto. Y así, rendido, objeto de la farsa, parodiando el martirio y el calvario, al procónsul Salcedo y a los suyos, y a los que conocéis, Abela y Bracho, con petulancia los esbirros negros a Hidalgo silenciosos entregaron. El preso mudo va; fórmanle escolta los prevenidos grupos de soldados… Y a poco, todo solitario queda, Dando el sol al dosel, y en el tablado.

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Romance de la muerte de Hidalgo 30

Guillermo Prieto

Alza ¡oh muerte! En medio al pueblo tu esqueleto descarnado; y con esa voz que vibra en las almas con espanto, dile cómo Hidalgo el grande cayó rendido en tus brazos, y refuerza tus acentos para que crucen los años. En la portada de agosto se reflejaba el Sol claro; la ciudad está desierta y silenciosos los llanos; escuchábase con miedo el resonar de los pasos, cual si perturbar temieran de un moribundo el descanso, o despertar de su sueño, al tigre mal resguardado. Nada revelan las voces, y nadie interrumpe el tráfico; pero se ve en las miradas cierto intenso sobresalto, prontos a llorar los ojos, prontos a gemir los labios, y el Sol como amarillento, y cual de luto el espacio. Como silenciosas nubes caminan en vuelo tardo grupos de gente del pueblo, que hasta el hospital llegando, se dispersan y se pierden sin dejar ni leve rastro. La plaza está solitaria, el cuartel está cerrado, y cree percibir el vulgo, o percibe, rumor raro, que traduce misterioso su conmoción ocultando… Fanáticos en los templos oran y derraman llanto

30 PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., pp. 56 a 58

76 porque ven al sacerdote, al de Dios vivo traslado, al que las llaves del cielo colocó Dios en las manos, entregado a los verdugos, de la Iglesia excomulgado, al cielo y a sus grandezas delincuente desertando. Y entonces de los infiernos mirándole como aliado, mezclan acciones de gracias al gozo de los tiranos, y Satanás se sonríe de tan sacrílego escándalo. Algunos en las alturas, junto al hospital nombrado, parecen seguir el drama los conmovedores cuadros. Ya se forma espesa valla desde la prisión de Hidalgo hasta la pared maciza que cierra el segundo patio: ya se distingue un gran grupo y vése en el centro a Hidalgo; a su lado el padre Rojas, y otros padres a sus lados: ya se percibe confusa la voz del bélico mando, y marcha la comitiva muy lúgubre, paso a paso. Hidalgo va descubierto, su capa negra flotando; era negro su vestido, ni pulcro ni descuidado. Va grave, mas sin tristeza; Erguido, sin intentarlo; marchaba como marchaba en su ignorado curato, e los pueblos bendecido y de los pueblos amado, el bien, la paz y el contento diligente derramando, detúvose un solo instante, porque dejaba olvidados unos dulces, que apacible les dio a los que lo mataron. Fila de estatuas parece

77 la valla de los soldados, tanta grandeza del cura con lágrimas contemplando. De pronto pavor horrible como que interrumpe el acto, y se duda, y se vacila, y hay miedo, terror y pasmo. Mientras se formaba el cerco, que suele llamarse cuadro, aislado entonces se aparta al centro, sereno, Hidalgo, de majestad y de gloria y fe sublime radiando. ¡Ay! Los que lo hubieran visto, y los que hubieran mirado el valor de los verdugos y de aquel heroico anciano, ni en argucias de doctores, ni en sutilezas de sabios desfogaran su impotencia derramando comentarios. Hidalgo mira de frente preparar a los soldados; se arrodilla en un banquillo que pusieron de antemano; ¡estalla el trueno! Las balas vestido y carne rasgaron; respetaban la cabeza guardándola para escarnio. No aspira el héroe convulso y en el suelo derribado, nuevas heridas su cuerpo hacen, traidoras, pedazos; la noble cabeza, intacta, en roja sangre nadando, mantiene abiertos los ojos, fijos, apacibles, claros, como bendiciendo al pueblo y a la traición perdonando.

78 Después de los graves fracasos militares sufridos por el Ejército Insurgente en los últimos meses de 1810 y los primeros de 1811, durante la primera fase de la Guerra de Independencia, liderada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla. En su huída hacia el norte de la Nueva España, algunos personajes importantes del movimiento fueron aprehendidos en Acatita de Baján, en el actual estado de Coahuila. El Gobierno Realista de la Colonia y las autoridades eclesiásticas de la Religión Católica decidieron trasladar al Padre de la Patria a Chihuahua. A otros acompañantes de Hidalgo: los franciscanos Carlos Medina, Ignacio Jiménez y Bernardo Conde, el fraile mercedario Pedro Bustamante, así como los sacerdotes Mariano Balleza e Ignacio Hidalgo y Muñoz, se les trasladó a la capital de la entonces Nueva Vizcaya donde, por espacio de un año, estuvieron detenidos en la cárcel de San Francisco y fueron juzgados, sentenciados a muerte y fusilados el 17 de julio de 1812 en las cercanías de la ciudad de Durango, en la llamada Cuesta de la Cruz del rancho de San Juan, ubicada en la ladera norte del Cerro de Mercado. Para honrar la memoria de los héroes insurgentes, a principios de la década de los noventas del siglo XX, el Gobierno del Estado hizo levantar un obelisco en el sitio donde, de acuerdo con la tradición, los acompañantes de Hidalgo fueron sacrificados. Los insurgentes fueron enterrados en el Templo del Santuario de Guadalupe, por lo que el lugar es conocido como Explanada de los Insurgentes y en ese sitio también existe un monumento en recuerdo de los mártires. En 1857, el Congreso Constituyente declaró Benemérito de la Patria a don Mariano Balleza. Por su parte, el ilustre liberal Guillermo Prieto compuso su Romance de Durango, que relata los acontecimientos.

Romance de Durango 31 Guillermo Prieto

“Que mueran esos traidores que usted celoso custodia;

31 PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., p. 52.

79 que les tiren por la espalda, cuidando mucho la tropa no apuntar a sus cabezas, y que las tallares ropas les vistan después de muertos con respeto y ceremonia; que al fin por ser sacerdotes a la Santa Iglesia se honra. Durango, a quince de julio.” Y así concluyó la nota de don Bernardo Bonavia contra los nobles patriotas que a la partida de Hidalgo se quedaron en Monclova. Alguno como caudillo, dio a la Patria honor y gloria; otros, en su ministerio ejercieron santas obras en la misión sacrosanta de paz y misericordia. Suenan roncos los tambores: Allanda manda en persona, la ejecución presidiendo vil traidor y con faz torva. Y de dos en dos los padres que la comitiva forman, van, con espanto del mundo, como procesión de sombras, majestuosos y tranquilos, sin orgullo y sin congoja. La gente en hondo silencio a verlos pasar se asoma, y se retira callando, mas conmovida y llorosa. Balleza, Conde e Hidalgo van con reforzadas tropas; Medina y Jiménez rezan sin cuidarse de su escolta. De pronto recia descarga su eco en la ciudad prolonga, y a poco Allanda y Saavedra tornan frente de la tropa, que redobla sus tambores cual después de una victoria.

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Monumentos a los héroes de la Independencia sacrificados en Durango

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Cartones de Xavier Gómez sobre los sucesos de la Guerra de Independencia en Durango 32

32 GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro II, México, Edición del autor, 1955, pp.23 y 24.

83 Nacido el 29 de septiembre de 1786, en Tamazula, Durango, José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, quien fuera el primer presidente de México, es más conocido como Guadalupe Victoria, su nombre de batalla. Victoria estudió en la ciudad de Durango y en el Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México, donde se graduó de bachiller. Convencido de la causa de la Independencia, desde 1811, Victoria combatió al lado del jefe independentista José María y Pavón, y participó en el sitio de Cuautla. Según la tradición, el héroe durangueño se cambió el nombre en honor a la Virgen de Guadalupe, Patrona de México y los insurgentes, el cambio de nombre fue en la ciudad de Oaxaca, después de atravesar a nado el río Jalatlaco y lograr la victoria al tomar la plaza enfrente del templo de Guadalupe, en la mencionada ciudad. En esa hazañosa acción, realizada el 25 de noviembre de 1812, Victoria mostró su valor al enfrentarse con el Ejército Realista, al lanzar su espada a través del mencionado río Jalatlaco gritando su famosa frase célebre: Va mi espada en prenda, voy por ella y, a nado en medio de la metralla, inició la carga contra los realistas, por lo que sus motivadas tropas fueron tras él. Así, los insurgentes rápidamente derrotaron a los realistas. Esta acción valió para que los independentistas lo pusieran al mando del Ejército Insurgente en Veracruz. El Congreso de Chilpancingo nombró a Guadalupe Victoria, General Brigadier, en 1814. Posteriormente el independentista durangueño acompañó a José María Morelos a Veracruz y se quedó a operar en esa provincia donde obtuvo triunfos en Tolomé y Puente del Rey, lugar donde estableció su cuartel una temporada. Para 1816 cuando arribó a Nueva España el nuevo virrey, don Juan Ruiz de Apodaca, Guadalupe Victoria atacó el convoy que lo llevaba a la Ciudad de México e incluso, estuvo a punto de capturar a Apodaca. Controló la zona veracruzana hasta 1817, año en que fue derrotado en Palmilla por el español José Manuel de Armijo. A partir de entonces su zona de operaciones se redujo a una angosta franja entre la costa al norte del puerto de Veracruz y las montañas cercanas a Huatusco, donde resistió constantes acosos y persecuciones por parte de los realistas.

84 En el Romance de Victoria se narra la acción por la que el héroe durangueño decidió cambiar su nombre en la ciudad de Oaxaca.

Romance de Guadalupe Victoria 33

Rafael del Castillo

En el asalto que dieron a la ciudad de Oaxaca las huestes, que el gran Morelos en persona comandaba, se registró un hecho heroico, hecho digno de la fama, que en bronces debía esculpirse cual galardón de la Patria; pues sólo en la antigua Roma se vieron tales hazañas, por hombres singularísimos que en su Historia se destacan. Las trincheras de las calles y los fuertes de la plaza hablan sido ya tomados a vivo fuego y matanza. Los repiques de los templos y las belicosas dianas resonando por doquiera la victoria proclamaban; mas El juego de pelota, que fortificado estaba, era el teatro de una lucha, sin ejemplo, denodada. Ancho foso le circula. y nadie se aventuraba a cruzarlo, sin que al punto en él la muerte encontrara. Don Guadalupe Victoria. era quien acaudillaba a los bravos asaltantes de aquella última muralla defendida por realistas, y anheloso por tomarla,

33 Romances de la Guerra de Independencia, México, Secretaría de Educación Pública, biblioteca Enciclopédica Popular # 71, 1945, pp. 67 a 68. El Romance de Victoria, de Rafael del Castillo fue escrito en 1910, en ocasión del Primer Centenario del inicio de la Guerra de Independencia.

85 en un esfuerzo supremo de valor, tomó su espada y arrojándola hasta el muro. "Allá va en prendas esa arma", les gritó con voz tonante, "voy por ella"; y a la charca del zanjón echóse a nado, desafiando la metralla. Tras él, sus fieles soldados, vitoreándolo, se lanzan como alud que se despeña, cual turbión que se desata, y al desvanecerse el humo de la contienda empeñada la bandera de los libres ondeó triunfante en la escarpa.

Una imagen del general Guadalupe Victoria

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General Guadalupe Victoria. Primer Presidente de la República Mexicana

87 El 4 de noviembre de 1814, el militar realista José Félix Trespalacios y el insurgente Juan Pablo Caballero, junto con un grupo de conspiradores independentistas, fueron aprehendidos por tropas realistas cuando intentaron apoderarse del cuartel de la ciudad de Chihuahua, perteneciente a la Intendencia de Durango. Después de la fallida acción de los insurgentes, José Félix Trespalacios fue juzgado y condenado a prisión en la colonia española de Ceuta, ubicada en el norte de África, mientras que Juan Pablo Caballero fue sentenciado a muerte, pena que le se le conmutó por diez años de prisión y destierro perpetuo en las Provincias Internas. Al triunfo de la independencia, Caballero retornó a Chihuahua y Trespalacios ocupó diversos cargos de gobierno. El Romance de Durango, describe la acción insurgente de los conspiradores de Chihuahua en 1814.

Romance de Durango 34 Guillermo Prieto

¡Oh, cuán triste es que la nube que promete lluvia y fresco a las apagadas plantas y a los sembrados sedientos, al desgarrar las entrañas retumbando ronco el trueno, despida fatal granizo, viertan torrentes sus senos, y difunda por doquiera la consternación y el duelo! ¡Cuán triste es que nos despierte con su mano el esqueleto la realidad espantosa de nuestros felices sueños! Tales son, Durango amado, de tus glorias los recuerdos, cuando Félix Trespalacios y Juan Pablo Caballero proclamar la independencia

34 PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., pp. 69 a 70.

88 entre tus bravos quisieron. Ya está alzada la bandera, ya están listos los aceros, ya va a prorrumpir en vivas el gran corazón del pueblo, cuando una voz de verdugo grita airada: “Dénse presos”, y cayeron mil esbirros, sobre los jefes resueltos, dispersándose, cual suele en las regiones del viento bandada parlera de aves, del arcabuz al estruendo. Los mites de las revueltas, los serviles palaciegos, los mismos que en los peligros todos son terror y miedo, pero que aparecen listos a cosechar los trofeos cuando los triunfos coronan las armas de los guerreros, esos claman por la muerte de los desdichados presos, y les agobian injurias, y les disparan denuestos. “Que hable el licenciado Bracho”, el vulgo exclama rugiendo, y éste, diestro y compasivo, ira implacable fingiendo, dice que marchen a Ceuta, marchen a Ceuta al momento. Los chaquetas se enfurecen, los criollos están contentos, y los patriotas aplazan a más tarde sus deseos, como sepulta sus aguas al nacer pobre venero, y taladrando la tierra se ostenta, pasando tiempo, raudal puro de llanura, sirviéndole al Sol de espejo.

89 En los momentos más difíciles de la Guerra de Independencia, entre 1817 y 1821, Guadalupe Victoria se negó a indultarse y después tuvo que huir y esconderse en las selvas de Veracruz, hasta la promulgación del Plan de Iguala por Agustín de Iturbide en 1821, cuando, como lo relata el Romance de Victoria (1821), el irredento Victoria fue localizado por las tropas de Antonio López de Santa Ana. Al consumarse la independencia y formarse el gobierno del Primer Imperio Mexicano encabezado por Iturbide, Victoria junto con Miguel Barragán manifestaron sus ideas republicanas, por lo que la administración imperial los encarceló. Victoria escapó y volvió a las selvas, después suscribió el Plan de Casa Mata, en diciembre de 1822 y cedió el mando de las tropas veracruzanas a Antonio López de Santa Anna. Al desmoronarse el Imperio, Victoria se consagró a la formación de la República Federal y fue elegido miembro del Triunvirato de Gobierno, junto con Nicolás Bravo y Pedro Celestino Negrete. El Triunvirato que funcionó del 31 de marzo de 1823 al 10 de octubre de 1824, aunque el jefe durangueño únicamente trabajó como triunviro hasta julio de 1824, ya que estuvo al mando de las tropas veracruzanas que enfrentaban el bombardeo incesante de las tropas españolas que, atrincheradas en el Fuerte de San Juan de Ulúa, intentaban la reconquista de México. En esa oportunidad, Victoria negoció un armisticio para evacuar del puerto a los extranjeros. El héroe durangueño fue diputado por Durango al Congreso Constituyente de 1824, que publicó la primera Constitución Política del México Independiente y que, el 2 de octubre, nombró a Guadalupe Victoria, Primer Presidente Constitucional de México. El 10 de octubre de 1824 el independentista durangueño tomó posesión como primer Presidente de México, inicialmente con el carácter de provisional, hasta el 31 de marzo de 1825 y al día siguiente, 1 de abril, inició el periodo constitucional que, de conformidad con la Constitución, terminó el 31 de marzo de 1829; con Nicolás Bravo como vicepresidente. Desde el inicio de su administración, el primer presidente durangueño tuvo que enfrentar los graves problemas derivados de la Guerra de Independencia, que

90 había dejado al país en la ruina y con un enorme ejército y una burocracia heredadas del régimen colonial. No obstante, sus obras inmediatas fueron: centralizar la hacienda pública, facilitar las actividades de la Sociedad Lancasteriana dedicada a la educación, estableció relaciones diplomáticas con Inglaterra, Estados Unidos, América Central y La Gran , y ordenó constituir la Marina de Guerra que le permitió su mayor logro: la total independencia de México, cuando el 18 de noviembre de 1825, el general Miguel Barragán tomó el último bastión español, la fortaleza de San Juan de Ulúa en Veracruz. Así, su gobierno volvió a decretar e hizo efectivo el fin de la esclavitud en el territorio mexicano y posteriormente delimitó la frontera con los Estados Unidos. Victoria entregó el poder a Vicente Guerrero, el 1 de abril de 1829 retirándose a la hacienda de El Jobo, en Veracruz. Después de un largo padecimiento, el patriota de Durango murió de epilepsia el 21 de marzo de 1843 en Tenancingo, Estado de México. El 25 de agosto del mismo año, el Congreso de la Unión, lo declaró Benemérito de la Patria. Su nombre está incrustado en letras doradas en el recinto de la hoy Cámara de Diputados y sus restos reposan en la Columna de la Independencia en la Ciudad de México.

Romance de Victoria (1821) 35

Guillermo Prieto

Terror de los negros bosques, de sí propio. horror y miedo, cual fantasma pavoroso su descarnado esqueleto, va Guadalupe Victoria por los lugares desiertos: su piel dibuja en relieve los perfiles de sus huesos;

35 PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., pp.199 a 201.

91 su pelo toca en sus hombros en descuidados cadejos; su barba, revuelta y lacia baja hasta cubrir su pecho, como esas ramas que cuelgan en el rigor del invierno del desmoronado muro sobre las ruinas cayendo. Sus pies, con las uñas corvas, dejan la huella en el suelo, no de hombre, sino de fiera, o más bien de monstruo horrendo. Entre el cabello y la barba casi se adivina el gesto del hombre, y sus negros ojos tienen resplandor siniestro, como ascuas que sobreviven al devorador incendio. En aquel ser misterioso, ni hay lágrimas ni hay acento: parece como que flota entre la vida y los muertos, y que el dolor le permite que asista a su propio duelo… y a este suicidio espantoso, y a este salvaje tormento se entregó el héroe querido y se condenó el guerrero, cuando viendo de la Patria desparecer el remedio, odio juró a los tiranos, y juró morir primero que mirarla sumergida en afrenta y vilipendio. Primero el Virrey le acecha, con tan decidido empeño, que no le deja descanso ni deja a sus ojos sueño. Dos veces el sol ardiente su giro emprendió de nuevo, y dos resisten sus carnes de la canícula el fuego, sin que la desdicha dome su constancia y su ardimiento. Fatigados sus verdugos, le dan al Virrey por muerto y le fingen un cadáver, ,

92 y suplantan un entierro, con que el Virrey, ya vengado se demuestra satisfecho. En tanto, peces y yerbas tosco sustento le dieron: después a la húmeda arena pegaba sus labios secos, pidiéndole a la locura si no la muerte el consuelo. En los mares del Oriente, sobre las ardientes playas, nuestra tricolor bandera bañada en luz se levanta, y de Veracruz los muros irresistible amenaza. "¡Gloria!” -las arenas dicen, "¡Gloria!" -repiten las aguas, y en "¡Viva la Independencia!" prorrumpe el pueblo entusiasta a Iturbide .proclamando y vitoreando a. Santa Anna. Éste, noble y generoso; dice a su tropa: "Nos falta para dar pompa a estos hechos, para completar sus galas, que venga aquí el Gran Victoria” y a unos dragones destaca para que doquier le busquen, para que en triunfo le traigan, para que presencie ufano las victorias de la Patria. Van preguntando a los bosques, de Santa Anna los soldados, por Victoria esclarecido, por Victoria el denodado, adonde la humana planta no ha dejado ningún rastro. y perdida la esperanza, de vagar desesperados, ya se tornan a sus jefes y ya abandonan el campo, cuando ven junto a los mares corno un hilo de humo: blanco; vuelan donde el humo se alza, pronto Victoria es cercado, y al verlo, casi cadáver, junto a una peña espirando,

93 inmóviles le contemplan, y de compasión lloraron ... "Levántate, gran Victoria, mi General, levantaos, que por fin la Independencia alumbra como sol claro" ... y erguido aquel esqueleto y de ventura radiando, gozoso, altivo, ligero, alta la faz, firme el paso, "¡Que viva la Independencia!" grita, el acento esforzando, y tiende a sus salvadores los cadavéricos brazos.

Otra imagen del héroe durangueño Guadalupe Victoria

94 II. El Durango decimonónico. Invasiones, bandidos, rebeliones

Entre los años de 1820 y 1823, los territorios de Sinaloa, Sonora, Nuevo México y Chihuahua quedaron oficialmente segregados de la Nueva Vizcaya y el 22 de mayo de 1824, el Congreso Constituyente de la República creaba el estado de Durango, como miembro de la Federación. Mexicana. Las primeras décadas del estado de Durango, propiamente dicho, tuvieron la constante de las pugnas políticas entre los liberales y conservadores, así como de las múltiples incursiones de las etnias seminómadas apaches y comanches a las poblaciones de mestizos y criollos, incluyendo la capital del estado. Con respecto al desarrollo de la música en la entidad en esos años, el historiador durangueño José Fernando Ramírez en su libro Noticias históricas y estadísticas de Durango escribió lo siguiente: El gusto por la música se extiende hasta las clases menos acomodadas, de las cuales sin maestros, sin modelos y sin estímulos, han salido dos orquestas, que no dejaron descontento al señor Enrique Herz. En casi todas las casas se encuentra un instrumento musical, y cuando en 1840, Zacatecas no tenía más que dos pianos y ningún pianista. Ambas cosas abundaban en Durango. 36 En el año de 1846, el viajero inglés George F. Ruxton quien, a la sazón, realizaba una travesía por el noreste de la entidad, al encontrarse de paso en el poblado de San Pedro del Gallo, en su libro Aventuras en México, además de informar sobre los ataques de los apaches y comanches, y sobre los defectos y virtudes de las durangueñas y los durangueños, relató lo siguiente Por la tarde trajeron una guitarra y se celebró un en mi honor. Las danzas de la gente del campo son graciosas, con buenas dosis de

95 pantomima, pero sus mejores cualidades están en las canciones que acompañan con música y que, entonadas en voz baja, parecen novelas y son muy agradables. 37 En 1847, los invasores gringos pasaron por Durango nomás de ladito y ocuparon por un día la población de Mapimí. En los años cincuentas del siglo XIX, la terrible gavilla de los bandidos tulises asoló diversos poblados e incluso la capital del estado. El dato destacable sobre los tulises fue su relación política con el bando de los conservadores, quienes no dudaron en entrar en tratos con los delincuentes con la finalidad de acabar con sus enemigos los liberales. En el momento de la Intervención Francesa, la capital de Durango fue ocupada por los zuavos y durante el retorno al país de Benito Juárez, con su República trashumante, en 1866, una vez que los franceses y sus tropas mercenarias abandonaron el suelo patrio, el Benemérito de las Américas pasó unos días en la Perla del Guadiana. Para 1871, la pugna por el poder, entre los leales a Benito Juárez y los sublevados con el Plan de la Noria que apoyaron a Porfirio Díaz tuvo sus repercusiones guerreras en la entidad. Entre 1857 y 1873, los indígenas del sur del estado se vieron involucrados en la larga guerra agrarista y milenarista que, contra el Estado Mexicano, lideró Manuel Lozada, El Tigre de Alica. Una gran cantidad del acervo de la lírica durangueña decimonónica se ha perdido, por no existir en su momento los contenedores ni las técnicas adecuadas para salvaguardar los textos y las notas. Aún así, diversos materiales, sobre todo canciones, himnos y corridos han podido llegar hasta nuestros días. Los temas de la lírica narrativa se centran en: la guerra entre liberales y conservadores, el combate a los bandidos tulises, la Intervención Francesa y la estancia de Juárez en la entidad, La rebelión de Porfirio Díaz contra el gobierno de Benito Juárez y las acciones de guerra de El Tigre de Alica, en su lucha por la devolución de la tierra a los indígenas del sur del estado.

36 RAMÍREZ, JOSÉ FERNANDO. “Noticias históricas y estadísticas de Durango”, en: Obras históricas Tomo V, Poliantea, México, UNAM, Colección Nueva Biblioteca Mexicana # 148, 2003, pp. 280 a 281. 37 RUXTON, GEORGE F.. Aventuras en México, México, Ediciones El Caballito, 1974, p. 142.

96 En el año de 1863, se estableció en Durango el arpista profesor Dámaso Uriza y como resultado de su labor docente paulatinamente se fueron conformando diversos conjuntos musicales en la entidad. Otra fuerte influencia fue la de los músicos militares franceses adscritos a las bandas quienes durante la ocupación amenizaron paradas militares, desfiles y bailes, con lo que hicieron escuchar otros ritmos y dotaciones instrumentales a los músicos durangueños. 38

38 HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento,

97 En 1827, según el censo del Gobierno del Estado, el territorio durangueño tenía 149,821 habitantes, de los cuales 556 eran ministros religiosos regulares y seculares. Una pequeña parte de los durangueños, siguiendo la corriente de la época, se aglutinaron en dos organizaciones políticas, irreconciliables entre sí, la Logia Yorkina, que integró a liberales republicanos y a quienes sus antagónicos pusieron el apodo de cuchas, y la Logia Escocesa, en manos del Alto Clero, que estuvo conformada por conservadores centralistas y a estos, sus antagónicos les pusieron el mote de chirrines.39 El encono de la lucha de las logias y su peligrosidad, obligó al parlamento mexicano a decretar la disolución de las mismas el 25 de octubre de 1828. Por su parte la Iglesia Católica, mediante la publicación de la bula Quo Graviora, del Papa León XII, el 13 de mayo de 1826, proscribió las sociedades masónicas, aunque estas siguieron existiendo. Cuchas y chirrines se enfrascaron en las luchas políticas que determinaba el centro del país y, por lo general, coincidían con el predominio de los correligionarios del gobierno del país, vinculándose casi sincrónicamente, con las revueltas y pronunciamientos de la tercera, cuarta y quinta décadas del siglo XIX.

De las pugnas entre escoceses y yorquinos, sobresale el cuartelazo de marzo de 1827, durante el cual, al grito de: Dios Libertad y Ley, los rebeldes masones escoceses ocuparon la ciudad de Durango, en un intento de limitar el poder de los masones yorquinos. Al final de la jornada, el 11 de abril, los yorquinos recuperaron el centro del poder estatal. En marzo de 1830, con la ascensión de los centralistas al poder, los escoceses chirrines retribuyeron los capitales eclesiásticos que, los yorquinos cuchas, durante su estadía en el poder, habían enajenado. Los ataques entre cuchas y chirrines incluyeron la composición de poesías y canciones ofensivas. Las pugnas de los cuchas contra los chirrines se prolongaron hasta la Guerra de Reforma.

Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, pp. 7 y 8. 39 De acuerdo con don Fernando Ramírez. Chirrín era el apodo de un hombre pacífico y sin letras pero con pretensiones de gran señor y literato. Y Chucha era un mendigo crapuloso entre simple y bellaco que ganaba su vida haciendo reir con llanto y lágrimas fingidas, siendo por lo mismo el ludibrio y desprecio del pueblo. (GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, p. 41)

98 Décimas de cuchas contra chirrines 40

Anónimo

Con una maldita maña se nos quiere alucinar, y que hallamos de gritar: “¡Chirrines, que viva España!”. Esa habilidad se engaña cuando un camino toma pues con tan rústica broma, llegándola a consentir es lo mismo que decir: “¡Cristianos, que viva Mahoma!”.

Chirrines, ya feneció la ley de convocatoria, y su observancia ilusoria Cucha malicia tomó. Usando al pueblo usurpó, un vil partido opresor, los derechos de elector, y con notorio agravio, tres votos de inmundo labio forjaron un senador.

El autor de ese pasquín con seguridad y mucha sin duda es algún cucha y se vende por chirrín.

40 GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, pp. 41 a 42.

99 Durante la Invasión Estadounidense a México, en los planes guerreros del ejército invasor no estaba el entrar al estado de Durango. Previo al trazo la ruta hacia el centro del país, para evaluar los costos y beneficios de la empresa, los estadounidenses habían enviado a un daguerrotipista para que tomara las primeras placas fotográficas de daguerrotipo en la entidad. Una en la Catedral de la ciudad de Durango y otra en la Fábrica de Hilados y Tejidos de El Tunal, los resultados de la evaluación hicieron que la invasión se trazara por el lado del extremo noreste del estado de Durango. Así, los gringos se salvaron de que los durangueños les compusieran corridos y sólo Mapimí fue la población durangueña que mil yanquis invasores ocuparon el 9 de mayo 1847 y al día siguiente continuaron con rumbo a Parras, Coahuila. Dada su importancia documental, se reproducen aquí los primeros daguerrotipos tomados en el estado de Durango.

La Catedral de Durango, daguerrotipo estadounidense anónimo, 1847 (circa) 41

41 Catedral in Durango, México, daguerreotype, quarter-plate, c. 1847, 3-1/4 x 4 in . (8.3 x 10.2 cm.), en: Martha A. Sanweiss / Rick Stewart y Ben W. Huseman. Eyewitness to war. Prints and

100

Fábrica de Hilados y Tejidos de El Tunal, daguerrotipo estadounidense anónimo, 1847 (circa). 42

daguerreotypes of the Mexican war, 1846 – 1847, Fort Worth, Tex., Washington, D. C., Amon Carter Museum / Smithsonian Institute Press, 1989, p. 83. 42 German Cotton Manufacturer in Durango, México, daguerreotype, quarter-plate, c. 1847, 3- 1/8 x 4-1/8 in. (8.0 x 10.5 cm.), en Martha A. Sanweiss / Rick Stewart y Ben W. Huseman. Eyewitness to war. Prints and daguerreotypes of the Mexican war, 1846 – 1847, Fort Worth, Tex., Washington, D. C., Amon Carter Museum / Smithsonian Institute Press, 1989, p. 84. Los dos daguerrotipos

101 En 1857, durante el inicio de la Guerra de Tres Años o Guerra de Reforma, el gobernador del estado de Durango, José de la Bárcena, no dudó en secundar al bando conservador. Sin embargo, el jefe militar de los conservadores, Félix María Zuloaga, tampoco dudó en sustituir en el puesto ejecutivo durangueño a de la Bárcena para imponer al general José Antonio Heredia, un militar a modo, para la defensa de la plaza. Por su parte, los mandos liberales ordenaron al coronel Esteban Coronado, quien se hallaba en Chihuahua, que marchara con sus seiscientos de tropa para recuperar la plaza de Durango para el gobierno de la Reforma. Después de un sitio que se prolongó del 3 al 7 de julio de 1858, los liberales ocuparon la capital del estado. En el corrido que celebra la acción se menciona al coronel liberal Esteban Coronado y a los generales conservadores: José Antonio Heredia y Manuel Arteaga, así como al alférez liberal José Tarango, Tagarno en el corrido, quien, en desventaja numérica, se distinguió al cortar la retirada de los conservadores con una mínima fuerza de 26 hombres.

¿A dónde vas Coronado? 43

Anónimo

¿A dónde vas Coronado, dejas ahí a tu mujer? “A tomar a Durango, a morir o vencer”.

Por la calle del Moro no se puede pasar, porque ahí dice el Tagarno: “Arrincónemelo ahí”.

Si es Heredia, es lo mismo, s es Arteaga, es igual; a cualquiera que pase: “Arrincónemelo ahí”.

expuestos fueron cortesía de Bernabé Hernández Andrade, quien radica en la ciudad de Los Ángeles, . 43 GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, pp. 117 a 118.

102 En medio del ambiente nacional de ingobernabilidad, por la constante guerra de liberales contra conservadores, las incursiones de los comanches y los apaches, así como las múltiples invasiones extranjeras, durante los primeros años de la naciente República Mexicana, los Tulises fueron un grupo de bandoleros que operaron en la década de los años cincuentas del siglo XIX, en los estados de Durango y Zacatecas. Se supone que recibieron el nombre de Tulises por ser evadidos de la cárcel de San Andrés de Teúl, Zacatecas. En su momento, los bandidos fueron sacados de la prisión por una guerrilla del Partido Conservador, con la intención de que actuaran a favor de su bando aunque, de inmediato, los delincuentes se separaron de los conservadores para delinquir por su propia cuenta. La pandilla de los Tulises se incrementó con la anexión de tres cuadrillas de salteadores de caminos que merodeaban la región sur de Durango, bajo las órdenes de Eutimio Serrato, Mucio Aquino y Francisco Valdéz, mejor conocido como El Cucaracho. Reunidos en el poblado de Súchil, Durango, los Tulises reconocieron como su jefe a Manuel Fernández y bajo su dirección saquearon El Mezquital, entre otras poblaciones del sur del estado. Fortalecidos y sin detenerse, el 11 de septiembre de 1859, los Tulises ocuparon la ciudad de Durango. Como dueños de la ciudad, los Tulises fueron convocados por los conservadores a una junta en el Palacio de Gobierno del Estado. En la reunión, los bandoleros recibieron el apoyo y las bendiciones del cura del Sagrario, del guardián del Convento de San Francisco y de diversas personas conservadoras notables del comercio durangueño. A la sazón, el Gobierno Liberal comisionó al capitán Tomás Borrego para combatir a los Tulises y este, con sus tropas, logró expulsar a los bandidos de la capital del estado. Los Tulises continuaron sus correrías y saquearon las poblaciones de Santiago Papasquiaro y San Juan del Río, Durango y, posteriormente, se adhirieron a los conservadores bajo la bandera del Plan de Tacubaya, obedeciendo las órdenes del general conservador Domingo Cajén. Derrotados en San Juan de Guadalupe, Durango, los Tulises se dispersaron y paulatinamente fueron cayendo en las manos de la justicia en diversos territorios durangueños y

103 zacatecanos. Las acciones de los Tulises dieron lugar a la composición del siguiente corrido testimonial.

Corrido de Los Tulises 44

Anónimo

Allá por sesenta y dos pastoreando unas carretas Los Tulises se acercaron hasta el rial de Zacatecas.

Cuando me volví Tulís mi padre me lo evitó. “¡Uno sabe dónde nace, pero donde muere, no!”

Bajaron los tulisanes bajaron de tierra fría, que por no robar de noche robaron al medio día.

¡Que sí, que no, Santa Lucía! Por estar contigo, mi alma, ya mero me amanecía.

Yo tenía mi Tulisana que me la quería robar me dijo que la dejara que ya se iba a presentar.

No llores Tulisanita, no llores, ni hagas llorar, quien te trajo de tu tierra te ha de volver a llevar.

¿Qué dices, mi alma, qué dices, pues? echemos el pecho al agua, lo echaremos de una vez.

44 ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección Científica # 46, 1976, pp. 23 a 25.

104 Bonitos los Tulisanes cuando empiezan a robar, se embozan hasta los ojos y empiezan a disfrutar.

Decía Francisco Valdez que nada lo acongojaba, que estando en potrero doble su caballo no brincaba.

¿Qué dices, mi alma, qué dices, pues? Los he de seguir robando y aunque me afusile el juez.

Donde andan las aguilillas no rifan los gavilanes, ni las naguas amarillas, aunque les pongan olanes.

El jefe don Mucio Aquino no era ningún gallina, pues él entró a Sombrerete y a Fresnillo, rial de minas.

Estando por Zacatecas, una mañana de invierno, los agarraron a todos las cordadas del gobierno.

El meco Francisco era otro de los que echaban pirata quedó, cerca de Las Pilas, suspendido de una reata.

Decía José María: “¡El Santo Niño nos valga! ¡Que el caballo Cantarito ya va herido de una nalga!”

¿Qué dices, mi alma? Te lo decía que andando por los caminos se había de llegar el día.

Desde allá de Sierra Fría vienen a robar los riales,

105 y al amparo de la noche entran hasta los portales.

En todo el camino real ya se acabó la alegría; mataron al negro Utimio y al curro José María.

Doña Teodora Bañuelos cuando supo la razón luego ensilló se caballo se lo echó a la comisión.

La cordada de Fresnillo, también la zacatecana, mataron cuatro Tulises, el jueves por la mañana.

Vuela, vuela palomita, paloma zacatecana, anda llévale la nueva a mi amada tulisana.

Vuela, vuela palomita, y aunque se me enoje el juez, si este corrido les gusta se los cantaré otra vez.

106

Capitán Tomás Borrego

107 Domingo Cajén fue un militar de origen español que se afilió al Partido Conservador y, durante la Guerra de Reforma, Miguel Miramón, el presidente de los conservadores, lo comisionó para desarrollar las operaciones militares contra los liberales en el estado de Durango. Así, en el año de 1859, Domingo Cajén, al mando de 400 soldados conservadores, atacó la población de San Juan de Guadalupe y fue rechazado y derrotado por las tropas liberales del capitán Tomás Borrego, en El Alamillo. Posteriormente Cajén incorporó a sus fuerzas a los bandidos Tulises. Sin dejar de combatir, después de derrotar a los liberales del coronel José María Patoni en Santa Bárbara, para el 17 de febrero de 1860, Domingo Cajén entró a la ciudad de Durango y de inmediato, los conservadores le dieron el cargo de gobernador del estado. En la ceremonia de festejo por el arribo de Cajén y sus tropas a la Perla del Guadiana, se pronunciaron unos versos lisonjeros que han llegado hasta este libro.

Versos en honor a Domingo Cajén 45

Antonio G. del Palacio

De mi niñez las horas más floridas en la feliz España, se volaron: y allí de religión y patria unidas los nombres en mi pecho se grabaron. En tí, Cajén, las miro revividas, pues Méjico y España en tí triunfaron. Religión, libertad, justicia sean, lo que en nosotros los contrarios vean.

Como brilla tras hórrida tormenta esplendoroso el Sol en la montaña, así el noble guerrero se presenta indulgente después de la campaña. ¿Por qué no cesa ya la lid cruenta que de la patria el horizonte empaña? Aún no es llegado de la unión el día; Mas sí el de la clemencia e hidalguía.

45 GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, p. 127.

108 Ya en su papel de gobernador conservador del estado, Domingo Cajén se aprestó a combatir a las fuerzas liberales. Derrotó a los hombres del coronel José María Patoni en Avilez, a los de Eulogio Núñez en Cilla Allende, Chihuahua y a otros jefes liberales en territorio durangueño. En el Corrido de Domingo Cajén se hace mención a la expedición que organizó Cajén hacia el estado de Sinaloa, con el objeto de ocupar el puerto de Mazatlán, partiendo de la ciudad de Durango. En el sinuoso camino a Mazatlán, por la Sierra Madre Occidental, Cajén fue emboscado por los liberales, quienes lo derrotaron en el Espinazo del Diablo, El Espinal en el corrido. Después de la derrota, el jefe conservador español fue perseguido y fusilado en la Laguna del Tanque.

Corrido de Domingo Cajén 46

Anónimo

Cajén partió de Durango en su caballo alazán, diciendo que entraba al puerto bebiendo leche con pan.

La conserva de Durango, para Mazatlán marchó mas como era de membrillo en El Espinal se agrió.

109 Nacido el 22 de septiembre de 1828, en San Luis, Cantón de Tepic, entonces perteneciente al estado de Jalisco, Manuel Lozada, en calidad de arriero y contrabandista, sirvió a la casa comercial Barrón, Forbes & Cía., y como guerrillero, al mando de un fuerte grupo de indígenas coras, huicholes, tepehuanes y mexicaneros, de la región que comprende los límites de los estados de Jalisco, Zacatecas, Durango y Nayarit. combatió a los liberales desde 1857. En 1858 los guerrilleros de Lozada ocuparon Ixtlán y el rancho Ocotillo, donde derrotaron a las tropas liberales regulares del coronel José María Sánchez. En su revuelta, Lozada se fue apoderando de gran parte del entonces estado de Jalisco. La fuerzo de Lozada residía en que, en los territorios que iba ocupando, imponía una serie de normas agrarias que beneficiaban a los indígenas de la zona. El 7 de marzo de 1861, se inició una campaña a fondo, con más de tres mil hombres, dirigida por el gobernador de Jalisco Pedro Ogazón y los coroneles: Antonio Rojas, Ramón Corona y Herrera y Cairo, para terminar con la amenaza de los lozadistas cuyos ataques, de acuerdo con los relatos y testimonios, se caracterizaban por la crueldad extrema. Los soldados que guerrearon contra los lozadistas fueron conocidos como Los colorados, a los que hace mención el canto de guerra. Después de nueve días de combate en el Paso de Alica, los persecutores de Lozada fracasaron en su intento de acabar con los guerrilleros agraristas.47

Los colorados 48

Anónimo

Ahí vienen los Colorados de la Sierra de Amarillas, échame a tus brazos mi alma, con esas venas azules. Salieron los colorados,

46 GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, p. 129. 47 MEYER, JEAN. La tierra de Manuel Lozada, México, Universidad de Guadalajara / Centre d‟Etudes Mexicaines et Centreaméricaines, 1989, pp. 162 a 167. 48 VÁZQUEZ SANTA ANNA, HIGINIO. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo I, México, Ediciones Botas, 1953. pp. 160 a 161.

110 Salieron de uno en uno, y su chata les decía: “Los que se van..; ¿pero uno?" Salieron los colorados salieron de dos en dos, y su chata les decía: “Porqué no dicen adiós". Salieron los colorados, salieron de tres en tres, y su chata les decía, "¡vamos matando un francés!”. Salieron los colorados, salieron de cuatro en cuatro, y su chata les decía: "Que me traen de Guanajuato". No quiero paz, no quiero unión, lo que quiero son balazos, ¡Viva la Revolución! No quiero paz, no quiero nada, lo que quiero son balazos, con el general Lozada.

111 Durante la Intervención Francesa, en el contexto de lucha contra los imperialistas extranjeros y nacionales, el más sobresaliente líder político que, víctima de la persecución, en medio de una azarosa y peligrosa travesía por el norte del país, mantuvo la idea, la coherencia, las leyes, la guerra, así como el espíritu republicano y de la Reforma fue el presidente Benito Juárez García. En los últimos días del mes de noviembre, los últimos soldados franceses que ocupaban la ciudad de Durango, dejaron la plaza. De inmediato las tropas republicanas del general Silvestre Aranda se posesionaron de la Perla del Guadiana. El 26 de diciembre de 1866, en el largo periplo de la República trashumante, el presidente Benito Juárez arribó a la ciudad de Durango. En el artículo titulado Juárez, de Luis Zubiría y Campa y citado por José Ignacio Gallegos se da cuenta de la entrada del líder republicano decimonónico a la ciudad de Durango: “El 26 de diciembre de 1866 don Benito Juárez, hizo su entrada a la ciudad de Durango, donde fue recibido con entusiasmo y arcos triunfales; las principales personas del Partido Liberal, salieron a encontrarlo a la Garita del Norte, donde se formó un templete para darle la bienvenida y pronunciar discursos alusivos al acto; las campanas se echaron a vuelo y la artillería de la plaza hizo los honores de ordenanza, disparando veintiún cañonazos. La comitiva oficial entró en elegantes coches y el pueblo, delirante, pretendió arrastrar la carretela presidencial y quitarle los caballos, pero el señor Juárez, de manera suplicatoria se opuso a ello. La calle de mayor tráfico ha sido siempre la que hoy lleva el nombre de Constitución y que en ese tiempo la apellidaban De los Conservadores, por tener muchos de los connotados imperialistas sus residencias allí; la comisión encargada del recibimiento no quiso que el presidente entrara por esa calle, sino por la de Teresas (hoy Juárez). Al pasar por el lado oriente de la Plaza de Armas se le extendió una gran bandera francesa, para que pasara sobre ella; al notarlo don Benito, detuvo la carretela disgustado y ordenó que fuera levantado el referido pabellón. Después se supo que la idea del hecho fue la señora Luz de Arce, que había sido perseguida en la época de los franceses por su labor patriótica a favor de la causa republicana; era esposa del general liberar Francisco

112 O. Arce. El séquito continuó y dio vuelta por la calle Real, hoy calle de 5 de febrero, hacia la casa de Gobierno, donde se había preparado alojamiento al presidente y sus acompañantes, que lo eran: el Lic. José María Iglesias, el Gral. Ignacio Mejía, el Gral. Francisco Ortiz de Zárate, etc., y su escolta especial. Por la noche se dio un gran baile en el salón principal del Palacio de Gobierno, al que asistieron las familias de los liberales, distinguiéndose entre las damas, la señora Guadalupe Porras de Mascareñas, con quien bailó una pieza el Presidente; la aristocrática señora Josefa Segura de Santa María; la inteligente y sociable señora Carmen Itune de Santa María; la arrogante señora Luz Noriega de Arce; la señora Francisca Asúnsolo de la Peña llevando elegante traje tricolor; doña Cleofás Valles de Ríos y Valles, doña Antonia Prado de Hernández, etc.. La misma noche hubo fiestas públicas populares, un baile de la Plaza de Armas y los cohetes clásicos. Al día siguiente se obsequió al señor Presidente con un suntuoso banquete; al finalizar éste hubo varios brindis y el señor Cayetano Mascareñas aludiendo a algunas personas que habían simpatizado con el régimen anterior y que trataban de acomodarse al nuevo orden de cosas, pronunció unos versos que terminaban así:

Brindo por las blusas rotas en la guerra, no en la paz; no por los falsos patriotas que gustan ponerse botas al sol que calienta más.

El día 27 por la noche, la Compañía de Ópera Mexicana, que se encontraba en Durango desde el mes de julio, dio una función de invitación, en el actual Teatro Victoria, a la que concurrieron los liberales. Al entrar el Presidente se estrenó el Himno a Juárez, composición durangueña con música del director de la compañía señor Miguel Meneses y letra del licenciado Antonio Verdugo.” 49

49 GALLEGOS, J. IGNACIO. Compendio de Historia de Durango, 1821 – 1910, México, Editorial Jus, 1955, pp. 148 a 150.

113 Desde ese momento el himno en cuestión se canta, el 21 de marzo de cada año, en todas las escuelas públicas del estado de Durango y su letra es la siguiente:

Himno a Juárez 50

M. de Miguel Meneses y L. de Antonio Verduzco

¡Viva Juárez! Mil ecos repitan, porque Juárez la Patria nos dio. Y ya rotas las férreas cadenas. Impotente el tirano partió.

Hoy la Patria levanta su frente do la huella estamparas el dolor, y si aún llora, su llanto es tributo con que Juárez le muestra su amor.

Ya la América entera contempla al campeón de la santa igualdad. Y si Europa otro Juárez tuviera, cantaría también libertad.

Para contrarrestar la influencia de los versos del Himno a Juárez, los conservadores citadinos durangueños acomodaron una parodia con la misma métrica que rezaba lo siguiente:

¡Muera Juárez! Chaleco de pita, porque Juárez, la Iglesia robó. 51

50 http://ieepo.info/foro/viewtopic.php?t=3736 51 CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corridos y canciones del siglo XIX. Glosa al programa de Concha Michel (Palacio de Bellas Artes) 25 de mayo de 1946, Durango, Dgo. Editorial del Supremo Tribunal de Justicia, 1987, p. 20.

114

Casa de Gobierno de Durango, donde se hospedó don Benito Juárez

115 Durante la rebelión porfirista en contra de la reelección de don Benito Juárez, sustentada en el Plan de La Noria, en el estado de Durango, el ya entonces general Tomás Borrego apoyó la rebelión secundado por algunos jefes guerreros locales entre los que se contaba a Toribio Regalado Rosales, quien actuó en la Región Lagunera, irrigada por el Río Nazas y limítrofe con el estado de Coahuila. Por su parte, el general Francisco Tolentino, quien había ocupado por algún tiempo la comandancia militar de Durango, fue enviado a combatir a los rebeldes porfiristas de Regalado en La Laguna y trabó combate contra los insurrectos en la Hacienda de Aviléz, hoy Ciudad Juárez, en noviembre de 1871. En el Corrido de Regalado y Tolentino, también denominado como Corrido norteño, se da la razón poética de la derrota de los leales juaristas de Tolentino ante las fuerzas porfiristas de Regalado. Previo a la batalla de Aviléz, el general Borrego había entrado a la ciudad de Durango, el 15 de octubre del mismo año. Sin embargo, al fracasar el Plan de La Noria, don Benito Juárez envió a Durango al general Sóstenes Rocha para que recuperase la plaza, misma que le fue entregada sin resistencia el 22 de marzo de 1872.

Corrido de Regalado y Tolentino 52

Anónimo

Amigos voy a contar una horrible desventura, que por poco es sepultura de gloriosa libertad.

Los valientes generales: Regalado y Tolentino, de lo granado y muy fino, sufrieron horribles males.

En un lugar inmediato al famoso Tlahualilo, bailaron como en un hilo y pasaron un mal rato.

52 PÉREZ MARTÍNEZ, HÉCTOR. Trayectoria del corrido, México, s.p.i., 1935, pp. 43 a 45.

116 Caudaloso y bello río con sus riberas hermosas, sólo fue sepulcro frío de las victorias grandiosas.

Ese Nazas, que en sus vegas riega maizales y flores, fue entonces amigo a ciegas y aliado de los traidores.

Los mochos en las alturas por delante y por detrás, estaban en las llanuras juntándose más y más.

¡Adiós Chaparral florido, de la Hacienda de Aviléz! Donde peleó regalado con rifles del dieciséis.

Los ojos de Tolentino brillaban como la Luna, gritándole al Santo Niño: “¡Sácame de esta Laguna!”

En La Laguna anda un pato vestido de colorado: “No te asustes Tolentino, que es Toribio Regalado”.

Terminada la batalla y viéndose ya perdido, quiso salir de la raya exclamando: “¡Estoy molido!”

En un caballo lechero, de modesto, humilde rango, llegó el ilustre guerrero a la ciudad de Durango.

117 En las primeras cuartetas de las Mañanas de Manuel Lozada. se narra el ataque de los lozadistas a Valparaíso, Zacatecas, el 26 de octubre de 1861, aunque en el corrido aparece la fecha de catorce de abril de 1860, durante la primera rebelión de Manuel Lozada, misma que terminó con la firma de los Convenios de Pochotitlán, firmados entre los liberales y los lozadistas el primer día de febrero de 1862 y en los que Lozada se comprometía a disolver sus fuerzas, a cambio de garantías y de que el gobierno tomaría en cuenta la defensa de los indígenas regionales, en lo referente a sus litigios por los terrenos con las haciendas colindantes al territorio de Lozada. El corrido salta en su narración 13 años, hasta la muerte de Lozada. Durante el lapso de 1862 a 1873, Lozada fue el personaje central de la historia de Nayarit y la región que comprende los límites de los estados de Jalisco, Zacatecas, Durango, Sinaloa y Nayarit. . El 15 de agosto de 1863, Manuel Lozada firmó, en el pueblo de San Luis, hoy San Luis de Lozada, que era su centro de operaciones, el Acta de Adhesión al Imperio de Maximiliano; de quien recibió una espada con rica empuñadura e incrustaciones finas, por los servicios prestados al Segundo Imperio Mexicano. Al tomar el puerto de Mazatlán para el Imperio, Lozada recibió, a su vez, la Cruz de la Legión de Honor enviada por el emperador francés Napoleón III. El Tigre de Alica permaneció fiel al Imperio hasta 1866 y el primer día de diciembre del mismo año, ante la debacle de la Intervención Francesa, se declaro neutral. Lozada estableció en su territorio un cacicazgo casi absoluto y la compañía comercial Casa Barrón, Forbes & Cía., aprovechó el dominio regional de Lozada y la autonomía del cantón de Tepic para sus negocios de contrabando de plata que, al ser exportada por el puerto de San Bias, en buques de guerra ingleses, eludía el control arancelario del Gobierno Central. Sin embargo, en 1867, Lozada reconoció al Gobierno de Benito Juárez y Tepic fue transformado en Distrito Militar, segregado del estado de Jalisco e independiente del centro. Con la seguridad de la autonomía reconocida por el Gobierno del Centro, Lozada dio la espalda a la Casa Barrón Forbes & Cía. y comenzó a restituir a los pueblos de sus seguidores, las tierras que las haciendas les habían despojado, y los

118 beneficiarios fueron los pueblos: cora, huichol tepehuán y mexicanero, de la región en que limitan los estados de Nayarit, Jalisco. Zacatecas, Durango y Sinaloa. Lozada tuvo bajo su dirección, siempre directiva, jamás imperativa, a los tepehuanes de Santa María Ocotán, San Francisco y Quiviquinta, a los de Santiago Teneraca y a los de Tasquaringa [sic],53 a los huicholes que se distribuyen entre los cuatro pueblos situados a lo largo del río Chapalagana Tensompan, Santa Catarina Cuexcomatitán, San Sebastián Teponahuastán y San Andrés Cohamiata], a los coras de Santa Teresa, Huazamota, Jesús María, Mesa del Nayar y San Juan Peyotán. […] En torno a uno de sus pueblos, Guaynamota, se dieron los últimos combates. […] Fuera de estos tres linajes [indígenas], desde luego no solidarios, tras Lozada fueron pueblos mezclados como Pueblo Viejo, Durango, donde hay aztecas y tepehuanes, Nostic, formado por aztecas que desde hace mucho tiempo olvidaron su lengua, Milpillas Chico, San Francisco y otros más donde los coras, los huicholes y los tepehuanes coexisten tranquilamente. Todo sin hablar de los poblanos, indios venidos no se sabe de dónde y así llamados en las comunidades que los acogieron. 54 Los afectados con los deslindes agrarios de Lozada, iniciaron una campaña de desprestigio del Tigre de Alica, en el Gobierno del Centro, a esta campaña se anexaron la Casa Barrón Forbes y el general Ramón Corona, jefe del Ejército de Occidente, mientras que, a fines de 1869, Lozada creaba el Comité de Estudios y Deslindes para resolver los problemas agrarios de su zona. con el apoyo de integrantes de cada pueblo. Las acciones de los enemigos de Lozada lograron que, a fines de 1872, el presidente Lerdo de Tejada autorizara el inicio de una campaña militar contra Lozada, con tropas de Jalisco y San Luis Potosí. Lozada, por su parte, inició su resistencia el 17 de enero de 1873, como Jefe del Ejército Mexicano Popular y con el sustento del Plan libertador de los Pueblos de la Sierra de Alica, firmado por

53 Se refiere a Taxicaringa, municipio de Mezquital, Durango. 54 JAUREGUÍ JIMÉNEZ, J. JESÚS. Estudio etnohistórico acerca del origen de los mexicaneros (hablantes del náhuatl) de la sierra Madre Occidental, en: Dimensión. Revista en línea Antropológica, Volumen # 26, México, octubre de 2002, www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/index.php, p. 7

119 representantes de los pueblos bajo su dominio. Además de la defensa de sus logros agrarios, el Plan Libertador convocaba a la Nación a formar un gobierno verdaderamente representativo, ya fuera república, imperio o reino. Fuerte con sus seis mil de infantería y sus 300 jinetes, casi todos indígenas, Lozada marchó sobre Guadalajara, donde "los tapatíos entran en trance. El Congreso se pone a deliberar, el gobernador solicita facultades extraordinarias, el Ayuntamiento organiza una guardia, los comerciantes, cuerpos de defensa, A la Mano Poderosa imploran las damas, los niños lloran a gritos, pidiendo a Dios secretamente y desde el fondo de su corazón que llegue la bola, siquiera un ratito, para conocer de deveras a esos mecos, mote que se dio a los lozadistas en Guadalajara, de cara embijada, con plumas de guajolote en la frente, y que no han visto, sino de palo, de los que se compran a cuartilla en el portal" 55

Los mecos 56

Anónimo

Ya vienen los mecos, vienen de Tepí, el meco más grande, se parece a ti. Ya vienen los mecos, pa' Guadalajara, el meco más grande, ya se bate en retirada

Después de triunfar en Tequila, Lozada llegó a siete leguas de Guadalajara. El 28 y 29 de enero de 1873, el general Ramón Corona con las fuerzas del Ejército de Occidente y los 600 hombres que el comercio de Guadalajara armó para su defensa, logró derrotar a los lozadistas en La Mojonera, con las cargas de artillería

55 AZUELA, MARIANO. “Precursores”, en: Obras completas de Mariano Azuela, Tomo III, México, Fondo de Cultura Económica, Colección Letras mexicanas, 1976, p. 402 56 VÁZQUEZ SANTA ANNA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ediciones de León Sánchez, s/f, p. 28 y 29.

120 que dispersaron a la columna desorganizada, otro tanto sucedió con los lozadistas en Sinaloa y Zacatecas Ante la derrota militar, varios de los jefes lozadistas como: Domingo Nava, principal ejecutor de la política agraria de Lozada, Agatón Martínez y Praxedis Núñez, abandonaron la bandera del Plan Libertador o se amnistiaron y en algunos casos, como el de Nava y Núñez, se pasaron a las filas del Gobierno.

Corrido sobre la traición a Lozada 57

Anónimo

¡Ay, Lozada! te vendieron a los hombres de Jalisco. ¡Ay, Praxedis! ¡Ay, Domingo! la traición está en su frente. ¡Los entierran hoy en vida con su fama de valientes!

A instancias .del general Ramón Corona, la campaña contra Lozada continuó, mientras el Tigre de Alica trataba de rehacerse, en las serranías del norte de Jalisco, sur de Durango, oeste de Zacatecas y este de Nayarit. Poco a poco, los lozadistas fueron exterminados y el 15 de julio de 1873, en el cerro de Los Arrayanes, lugar cercano a Huaynamota, tal vez el último centro de operaciones de Lozada, las tropas gobiernistas, comandadas por el general durangueño José Ceballos, sorprendieron al Tigre mientras se bañaba en un arroyo. Los años de guerra habían hecho de Lozada un hombre: tuerto, tullido de un brazo, tuberculoso y enfermo de un pie. Trasladado a Tepic, Lozada fue juzgado sumariamente el 18 de mayo de 1873 y fusilado el 19, en el Cerro de Los Metates. Con la muerte de Lozada, más que la pacificación de Jalisco y Zacatecas, se logró desbaratar la política agraria del Plan Libertador y asegurar la propiedad privada de los latifundios de la región, aunque

57 MEYER, JEAN. “El Tigre de Alica”, en: Revista de la Universidad de México, volumen XXVIII, # 8, México, UNAM, abril de 1973, p. 26.

121 algunos seguidores de Lozada, como Marcelino Rentería, continuaron luchando hasta 1885. En el segundo capitulo de su novela Precursores, Mariano Azuela, escribió la biografía literaria más completa que existe sobre Manuel Lozada, mientras que, en el terreno histórico, Jean Meyer es el investigador que más ha seguido las huellas del Tigre de Alica.

Corrido del Tigre de Alica 58 (Fragmento) Anónimo

"¡Ay madrecita del alma! ¿Por qué me dejas cruzar solita la nopalera donde se pierde cualquera y onde me van a matar?"

Cuando los carros estaban al pie de la nopalera los caballos se paraban en sus patitas traseras.

Mañanas de Manuel Lozada 59

Anónimo

Vamos en nombre de Dios y de esta tierra afamada, aquí empiezan las mañanas del señor Manuel Lozada.

Era un catorce de abril, aquel año del sesenta, cuando entró a Valparaíso

58 MENDOZA, VICENTE T.. El romance español y el corrido mexicano (Estudio comparativo), México, UNAM, 1936, p- 564. 59 ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección Científica # 46, 1976, p. 28.

122 con más de ciento cincuenta.

Llegaron a Los Portales gritando en huichol y cora que les dieran aguardiente y tocaran la tambora,

Robaron cuarenta casas y tres cajones de ropa, se llevaron seis mujeres y mataron a la tropa.

Manuel Lozada gritaba, en su yegua La Mostrenca; "No pierdo las esperanzas de pasearme en Zacatecas".

No sólo en Valparaíso, en Momax y El Plateado, este bandido dejó a todo el pueblo azorado.

Trece años consecutivos a los pueblos asoló, y sólo en Valparaíso a más de ochenta mató.

Este bandido famoso comenzó bien su carrera, pero al fin fue derrotado allá por La Mojonera.

Y aunque se escapó a la sierra muy pronto fue capturado, y dicen que allá en Tepic Lozada fue fusilado.

Aquí dan fin las mañanas de un hombre que fue malvado, nos libramos de esta fiera ¡Que Dios lo haya perdonado!

123

Manuel Lozada. El Tigre de Alica

Sello del Juzgado lozadista de Huazamota, Durango 60

60 Sello del Juzgado de Huazamota. Archivo de Ramón Corona, Legajo 10, 1873, apud J. Meyer, La tierra de Manuel Lozada, 1989, p. 356.

124

General José Ceballos, derrotó a los últimos guerrilleros de Manuel Lozada

125

126 III. Las canciones, corridos, valses y hojas sueltas del Durango porfirista

En las postrimerías del siglo XIX, la aplicación de las Leyes de Reforma propició el surgimiento de un sector capitalista empresarial agrícola en el estado de Durango. Éste se esmeró en la concentración de la tierra en núcleos llamados haciendas y en la adquisición de las concesiones de explotación minera. Para los empresarios de Durango no importó el tradicionalismo o conservadurismo de su educación; en tanto capitalistas, aceptaron la oferta de la venta de los terrenos que eran propiedad de la Iglesia y estimularon la afectación de territorios comunales, por parte de las Compañías Deslindadoras. El grupo empresarial, con el apoyo del gobierno de Porfirio Díaz, creó dos polos de crecimiento en el estado: uno en la Región Lagunera y otro en la ciudad de Durango; en ellos sus miembros establecieron relaciones más allá de lo comercial emparentándose en ligas matrimoniales y familiares en las que, sin empacho, se daba cabida a los capitales y capitalistas extranjeros. Se crearon así grandes fortunas, latifundios e industrias con la base de la sobreexplotación de los paupérrimos trabajadores. La acumulación terrateniente se concentró de la siguiente manera: 48% en propiedades mayores de 50,000 hectáreas, siendo la más grande la Hacienda de Santa Catalina del Álamo y Anexas con un total de 412.477 hectáreas. 21% en 42 propiedades de entre 20,000 y 50,000 hectáreas. 15% en 73 propiedades de entre 10,000 y 20,000 hectáreas. Por último, un 16% dividido en 257 propiedades menos de 10,000 hectáreas. 61 Según Pastor Rouaix: A principios del siglo XX, treinta personas eran dueñas de tres millones de hectáreas (…) el que fue feudo de los Condes de San Pedro del Álamo, en tiempos de la Colonia y que subsistía casi íntegro antes de la Revolución, contaba con cuatrocientos cuarenta mil hectáreas, siendo mayor, en consecuencia que el

61 ARREOLA VALENZUELA, ANTONIO y Col.. Summa , dos volúmenes Durango, Gobierno del Estado de Durango, 1979-1980, pp. 10 a 14.

127 estado de Tlaxcala y poco menos que Morelos.” 62 O dos veces el territorio de Belice. El impulso económico del capitalismo durante el Porfiriato se disparó, desde la última década del siglo XIX, con el tendido de las vías férreas en los puntos de enclave económico al agilizar los fletes y el transporte de personas. En la treintena porfirista se suscitaron diversos pleitos entre los mismos capitalistas, por la exploración, posesión y concesión de los recursos naturales del estado, de manera similar que en otras entidades del país. La estructura del poder porfirista, que protegía los capitales de los empresarios estatales, estaba basada en la fuerza armada de la Policía Rural o Acordada, mantenida por los hacendados y sustentada en el poder de los jefes políticos y el gobernador del estado, es decir, en una jerarquía inamovible y rígida que no aceptaba cuestionamientos. En esa misma época, con el advenimiento del orden armado de la dictadura liberal porfirista, la apertura a las oportunidades de inversión de capitales de manera segura y con ganancias insuperables se incrementaron en el estado, con la protección de los brazos armados de las Acordadas y Policías Rurales, cuyo principal dirigente en Durango fue el jefe Octaviano Meraz. Bajo los disparos de los rifles de repetición de los rurales, surgieron y se desarrollaron los grandes enclaves agrícolas, madereros, ganaderos, mineros e industriales llamados haciendas. Según Pastor Rouaix: “El hacendado era una autoridad feudal, omnímoda y absoluta, en muchos casos superior al jefe político (a veces uno y otro eran la misma persona) y en todos por encima del jefe municipal, que ejercía su dominio apoyado en las milicias armadas que sostenían de su peculio, tituladas guerrillas o acordadas (…) El jefe político se consideraba como un representante del gobernador de quien dependía directamente, y cuyas órdenes eran las únicas que acataba y sus fallos los únicos que reconocía (…) pues era el jefe de la policía urbana y rural, el amo y señor de cárceles y prisiones”.

62 ROUAIX, PASTOR. La Revolución Maderista y Constitucionalista en Durango, México, De. Cultura, 1931, p. 7.

128 En las postrimerías del siglo XIX sólo el bandidaje social de Heraclio Bernal e Ignacio Parra cuestionó la legitimidad del Gobierno Estatal. Los litigios entre terratenientes; por tierra o por aguas se multiplicaron. El despojo violento a comunidades, como el de los terrenos de Santiago y San Pedro Ocuila evidenciaron la determinación y preferencia hacia la inversión capitalista. Aunque el episodio de violencia institucionalizada que involucró mayormente a los diversos grupos regionales fue el de la masacre de Velardeña, en 1909. En el terreno de lo musical en el estado de Durango se fortaleció la integración de conjuntos musicales bien organizados como orquestas típicas, con dotaciones instrumentales de guitarras, mandolinas, bandolones, arpa, violín, violoncello, platillos y tambora, al tiempo que en el ambiente citadino de la Perla del Guadiana y otros centros de población el arpista-cantante-historiador y vendedor de hojas sueltas de canciones y corridos comenzó a ser un personaje propio del escenario de atrios de templos, plazas, ferias y jardines. Además de expender las hojas sueltas impresas en ciudad de México por la imprenta popular de Antonio Vanegas Arroyo, con grabados de José Guadalupe Posada, los arpistas historiadores cantantes comenzaron a vender las hojas sueltas de la imprenta popular local que, bajo riesgo de que sus dueños perdieran sus propiedades o su vida, reproducía las letras de canciones y corridos de los historiadores cantantes durangueños, como Felipe García y Montes el de la Guaripa. Los valses, , marchas, redovas shotises y mazurcas, entre otros, fueron los ritmos que alegraron las fiestas y verbenas del porfirismo durangueño, mientras que los corridistas historiadores cantantes, en sus letras, se ocupaban de los temas locales como: la leyenda del alacrán de la Penitenciaría de Durango, el bandidaje social de Heraclio Bernal, el bandidaje común de Ignacio Parra, el tendido de las vías de los trenes urbanos y del Ferrocarril Internacional Mexicano, en la entidad, así como la masacre de Velardeña.

129

Orquesta Típica de Durango, en 1908 63

Grupo musical infantil citadino durangueño de principios del siglo XX

130 En La celda veintisiete, se narra una legendaria y ficcionalizada historia, de gran arraigo en el imaginario colectivo durangueño, que supuestamente tuvo lugar en el año de 1880, en la antigua y ya desaparecida penitenciaría de la ciudad de Durango. Como es del conocimiento común, los alacranes de Durango, sobre todo los güeros, son famosos por su mortal ponzoña y, en el siglo XIX, significaban una de las principales causas de decesos de los durangueños. Fue hasta principios del siglo XX cuando los doctores Carlos León de la Peña e Isaura Venzor pudieron desarrollar el suero antialacránico, cuya aplicación disminuyó considerablemente la cantidad de fallecimientos por la picadura de los alacranes.

La celda veintisiete 64

Anónimo

El misterio que existía en la celda veintisiete, fue un alacrán ponzoñoso que a los presos daba muerte.

Era el terror de la celda ese maldito alacrán, porque el preso que ahí entraba muerto lo habían de sacar.

El Gobierno de Durango, el indulto prometía, al preso que ahí encerraran y amaneciera con vida.

A la cárcel cayó un hombre por el año del ochenta y pidió que lo encerraran, en esa mentada celda.

Pedro Rojas era el hombre al que le tocó su turno de entrar a la veintisiete,

63 AGUILAR, LUIS MIGUEL / JOSÉ JOAQUÍN BLANCO y GUADALUPE DE LA TORRE. Historia gráfica de México, tomo 6, siglo diecinueve II, México, Editorial Patria / INAH, 1988, p. 132. 64 La celda veintisiete, disco GAMMA, G2495, 45 rpm, s/l, 1984, cantado por Los Rebeldes del Bravo.

131 para pagar sus abusos.

Pidió que le concedieran un cerillo y una vela, para alumbrarse un poquito en esa maldita celda.

Cerca ya de medianoche, vio al alacrán traicionero y, aprovechando el momento, lo tapó con su sombrero.

Cuando llegó el carcelero a recoger al difunto, Pedro le dice sonriendo: “Yo ya me gané el indulto”.

Cartón de Xavier Gómez sobre la Leyenda del alacrán de Durango65

65 GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro I, México, Edición del autor, 1953, p. 117.

132 Heraclio Bernal Zazueta, también conocido como El Rayo de Sinaloa, de acuerdo con Nicole Girón nació en el año de 1855, en el rancho de El Chaco, municipio de San Ignacio, Sinaloa, aunque otras fuentes afirman que fue oriundo de Santiago Papasquiaro, Durango. Durante la infancia de Heraclio, Bernal recorrió los minerales de la zona limítrofe de los estados de Durango y Sinaloa. En ese contexto, el niño Heraclio pudo tomar estudios elementales con el profesor Bonilla, en Guadalupe de los Reyes, Sinaloa. Cuando Heraclio Bernal contaba los dieciséis años de edad, él y su familia se vieron involucrados, a favor de Benito Juárez, contra los adictos al Plan de la Noria y, por defender los intereses de los trabajadores de las minas, Heraclio Bernal fue acusado del robo de unas barras de hierro, por lo que fue perseguido atendiendo las demandas de los propietarios de los reales de minas, quienes propiciaron que el jefe político Epifanio Lomelí, ordenara que la Policía Rural o acordada actuara en contra de Bernal. Ante el asedio, Heraclio Bernal inició su carrera de bandido y, en el año de 1876, el mineral de San Vicente, de capital estadounidense, fue el blanco del asalto del nuevo bandolero. Después de esta acción, Bernal fue aprehendido y encarcelado en el Cuartel de Artillería de Mazatlán, Sinaloa. En noviembre de 1876, el general Jesús Ramírez Terrón se levantó en armas apoyando al Plan de Tuxtepec, adherido a la facción de José María Iglesias. Sin embargo, en el mes de diciembre, Ramírez Terrón defeccionó y se pasó al bando de los porfiristas y su tropa se transformó en la fuerza militar de Porfirio Díaz en Sinaloa. Al entrar al puerto de Mazatlán, Ramírez Terrón ordenó la liberación de Heraclio Bernal y le dio el grado de teniente. Sin mayores compromisos con Ramírez Terrón, el liberado Bernal volvió a su vida de asaltante, atacando los minerales, diligencias y casas de funcionarios públicos y hombres ricos de la región de Guadalupe de los Reyes, en donde su principal apoyo logístico fueron los trabajadores mineros, a quienes, de vez en cuando, daba parte de los botines obtenidos en las correrías. Aunque el principal objetivo de los asaltos de Bernal era la obtención de armas, parque y dinero.

133 Los hombres que conformaban la banda de Bernal eran en su mayoría nativos de la Sierra Madre Occidental de los estados de Durango y Sinaloa. Ellos, al participar por periodos en la gavilla de Bernal, encontraban la manera de suplir la falta de trabajo y la miseria. Para esa época, Bernal estableció su cuartel en El Maguey, municipio de San Dimas, Durango, lugar encubierto por las inaccesibles quebradas de la sierra. En 1879, Heraclio Bernal apoyó la rebelión antiporfirista del general Jesús Ramírez Terrón quien, el 2 de noviembre de 1879, lanzó el Plan de Copala, en el que se exigía la aplicación estricta de la Constitución de 1857 y se desconocía el gobierno de Porfirio Díaz. Durante la rebelión de Ramírez Terrón, Bernal y su gente ocuparon la ciudad de Mazatlán, en junio de 1880, al tiempo que el general Bernardo Reyes era comisionado para combatir a los seguidores del Plan de Copala. En los siguientes meses, Bernal siguió ocupando importantes plazas de Sinaloa, las que posteriormente serían perdidas por las tropas de Ramírez Terrón, quien murió combatiendo el 22 de septiembre de 1880, en El Salto, Sinaloa. Tras la muerte de Ramírez Terrón, Bernal extendió sus movimientos de bandolero, desde Nayarit hasta la Sierra Tarahumara, trashumando entre los estados de Durango, Nayarit, Sinaloa y parte de Chihuahua, siguiendo siempre la extensa línea de la Sierra Madre Occidental, haciendo objeto de sus asaltos sobre todo a las conductas, diligencias y minerales. Ante la creciente fuerza y fama de Bernal y sus seguidores, el gobernador de Sinaloa, Francisco Cañedo Belmonte, organizó varias acordadas para combatir vanamente a la gavilla, mientras que la guerra contra los yaquis de Sonora distrajo las tropas federales y Bernal tuvo poca resistencia durante los años de 1882 a 1885. En 1885, Heraclio Bernal Zazueta expidió el Plan de La Rastra, Sinaloa, en el que justificaba e intentaba legitimar sus acciones con base en los postulados del Plan de Copala. En ese momento la fama de El Rayo de Sinaloa es tal que, en el informe presidencial de abril de 1886, Porfirio Díaz mencionó las acciones que el gobierno federal emprendió contra el pronunciado bandido de la Sierra de Durango y Sinaloa.

134 A partir del año de 1886, el peligro más poderoso para la gente de Bernal fue la acordada durangueña bajo las órdenes del jefe Octaviano Meraz quien, a pesar de seguir muy de cerca los movimientos y desarrollar ataques constantes a la tropilla de Bernal, nunca pudo someterlo ni vencerlo totalmente. Al momento de la fallida rebelión antiporfirista del general Trinidad García de la Cadena, en Zacatecas, Bernal de adhirió a su Plan de Cañitas, aunque sin llegar a tener contacto personal con García de la Cadena, toda vez que la efímera acción de los cadenistas obligó a Bernal a retornar a sus territorios de origen. La fuerza numérica de la guerrilla de Bernal variaba, dependiendo de las circunstancias y de la acción política del movimiento. Así, El Rayo de Sinaloa, en diversas épocas contó con 10, 40, 100 y hasta 200 hombres. Sin base política, tras la muerte de García de la Cadena, en enero de 1887, Heraclio Bernal lanzó el Plan de Conitaca, firmado en Conitaca, municipio de San Ignacio, Sinaloa. El texto del Plan de Conitaca supera en conceptos al de La Rastra, toda vez que, además del desconocimiento del gobierno de Porfirio Díaz y la exigencia de la aplicación de la Constitución de 1857, Bernal incluyó diversos puntos regionales como el de la erección de los estados del Valle de México, Cantón de Tepic y Laguna de Tlahualilo, procurando incluir entre sus simpatizantes a los demás rebeldes antiporfiristas. El Plan de Conitaca fue publicado y firmado por Heraclio Bernal Zazueta como Jefe del Movimiento Restaurador de la Constitución de 1857. Ante la rebeldía de Bernal, en 1887, el gobernador Cañedo Belmonte ofreció diez mil pesos de recompensa por la cabeza del Rayo de Sinaloa y, para no quedarse atrás, el gobernador de Durango, Juan Manuel Flores, ofreció la mitad de la recompensa. Las historias y mitologías en torno a la muerte de Bernal son múltiples. En ellas se cuenta que en la cueva que era su guarida, enfermo de gravedad, Bernal dio a Crispín García, su segundo, la orden de que, una vez muerto, lo baleara para fingir una muerte violenta y así podiera cobrar la recompensa que se ofrecía por su cabeza. García cumplió la orden al pie de la letra, por lo que, todavía después de muerto, Bernal cobraba botín. Por su parte, Nicole Girón apunta que Bernal:

135 “Denunciado, fue cercado en una montaña próxima a las minas de Nuestra Señora, Sinaloa y falleció el 5 de enero de 1888”. Según Francisco Castillo Nájera: “Los oprimidos miraban, en el bandolero, a una reivindicación con tendencias redentoras. La simpatía por Heraclio Bernal fue tanta, que, muchos años después de muerto, su tragedia sólo se cantaba en la intimidad: en mi niñez supe que estaba prohibida por el Gobierno; ignoro la veracidad sobre la prohibición, pero, repito, nadie se atrevía a cantarla públicamente.” 66 Como personaje de leyenda y ficcionalización histórica, Bernal ha sido el protagonista de novelas, piezas teatrales, radioteatros y películas cinematográficas e historietas. En su gran popularidad El Rayo de Sinaloa ha logrado trascender la prueba del tiempo y su nombre es más conocido que el de sus contemporáneos regionales. En lo que respecta a la lírica, se han localizado hasta 15 versiones diferentes de corridos sobre la muerte de Heraclio Bernal, que provienen de los estados de: Sinaloa, Durango, Nayarit, Chihuahua y la Ciudad de México. El ejemplo que se transcribe a continuación procede del estado de Sinaloa.

Corrido de Heraclio Bernal 67

Anónimo

Año de mil ochocientos ochenta y ocho al contado, Heraclio Bernal murió por el Gobierno pagado.

Estado de Sinaloa, Gobierno de Culiacán, ofrecieron diez mil pesos por la vida de Bernal.

66 CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corridos y canciones del siglo XIX. Glosa al programa de Concha Michel (Palacio de Bellas Artes) 25 de mayo de 1946, Durango, Dgo. Editorial del Supremo Tribunal de Justicia, 1987, pp. 22 y 23. 67 GIRÓN, NICOLE. Heraclio Bernal, ¿Bandido, cacique o precursor de la Revolución?, México, INAH, Colección Científica # 40, 1976, pp. 92.

136 ESTRIBILLO: ¡Qué dices Cuca! ¡Qué dices pues! Ya están los caminos libres, ¡vámonos pa‟ San Andrés!

Heraclio Bernal gritaba que era hombre y no se rajaba, que subiéndose a la sierra peleaba con la Acordada.

¿Qué es aquello que relumbra por todo el camino real? Son las armas del dieciocho que trae Heraclio Bernal.

La tragedia de Bernal En Guadalupe empezó, por unas barras de plata que dicen que se robó.

Heraclio Bernal decía: “Yo no ando de robabueyes, pues tango plata sellada en Guadalupe los Reyes”.

ESTRIBILLO.

Heraclio Bernal gritaba, en su caballo alazán: “No pierdo las esperanzas de pasearme en Culiacán”.

Heraclio Bernal decía: “Sin plata no puedo estar, ¡vamos arriba, muchachos! A Guadalupe a rayar”.

Heraclio Bernal decía Cuando estaba muy enfermo: “Máteme usté‟, compadrito, pa‟ que le pague el Gobierno”.

ESTRIBILLO.

Decía Crispín García, muy enfadado de andar:

137 “Si me dan los diez mil pesos, yo les entrego a Bernal”.

Le dieron los diez mil pesos, los encontró en su mascada y le dijo al comandante: “Alísteme una Acordada”.

Vuela, vuela palomita, vuela, vuela hasta el nogal, ya están los caminos solos, ¡Ya mataron a Bernal!

138

Heraclio Bernal Zazueta

Tarjeta postal con el cadáver de Heraclio Bernal

139

140 Ignacio Parra, oriundo de La Cañada, municipio de Canatlán, Durango se inició como bandido en la gavilla de Heraclio Bernal (ver Corrido de Heraclio Bernal) y, a la muerte de su mentor, continuó sus correrías en la región de la Sierra Madre Occidental, en los actuales municipios de Santiago Papasquiaro, Canatlán y San Juan del Río. Los principales compinches de Ignacio Parra fueron: Federico Arreola, Refugio Alvarado y los hermanos de Ignacio: Matías y Vicente Parra. La importancia de Ignacio Parra, más que política, es con respecto a la relación que Doroteo Arango, quien posteriormente sería conocido como Francisco Villa, tuvo con la banda de Ignacio Parra. Por el hecho de que Doroteo Arango, a la edad de 17 años, huyendo de la injusticia del Estado porfirista, se incorporó a la gavilla de Ignacio Parra y permaneció en la misma por espacio de tres años aproximadamente. En noviembre de 1898, Octaviano Meraz, comandante de la Policía Rural o Acordada del estado de Durango, organizó una batida contra los bandoleros de Parra y, en el Puerto del Alacrán, cercano a la Hacienda de Santa Isabel de los Berros, municipio de Canatlán, la Acordada de Meraz trabó combate contra la tropilla de Parra. En la acción murieron: Ignacio Parra, Refugio Alvarado y Federico Arreola. Se han localizado ocho versiones diferentes de Corridos de Ignacio Parra y el que se transcribe a continuación se destaca por su sentido narrativo y su lenguaje regional.

Corrido de Ignacio Parra 68 Felipe García

Año de mil ochocientos noventa y ocho al contado mataron a Ignacio Parra por ser un hombre afamado.

Los viajes de Ignacio Parra eran para Culiacán, del camino se arrendó

68 GÁMIZ, EVERARDO. Costumbres durangueñas, México, Edición del autor, 1966, pp. 105 a 107.

141 a morir al Alacrán.

Ignacio traía una yegua de una andadura especial, se le cayó sin remedio de poderla levantar.

Ignacio ya con huaraches, y con un rifle en la mano: ¡Hay que sacar a Refugio, siquiera de aquí del llano!

A poco se encontró a Pedro que dicen que es Villarreal, le dice: “Presta tu caballo, que ahorita voy a pelear”.

Luego que Ignacio se vio en su caballo montado, le dice a Matías su hermano: “Pues déjame sin cuidado”.

Ignacio se retiró, dando sus últimos pasos, se encontró con la Acordada, se agarraron a balazos.

Ignacio se tiró a pie, para pelear más a gusto, “¡ duda, yo moriré, pero han de llevar buen susto!

Don Octaviano Meraz, esto le dice a su gente: “¡Quién sabe cómo nos vaya, me dicen que es muy valiente!”

Don Octaviano Meraz pues le dijo a su guerrilla: “Ustedes me lo entretienen y yo le busco la orilla”.

Don Octaviano Meraz, pues lo cubría una lomita, se le acercó por detrás, hasta agarrarlo cerquita.

142 Luego se puso a tirarle, como si fuera un venado, no dejó de echarle tiros, hasta que lo vio tirado.

Luego que ya lo mató, dijo: “Lo hemos de colgar y avisamos a Los Berros, que lo vengan a llevar”.

Luego que llegó a la Hacienda pues esto les ha ordenado: “En el Puerto de la Cruz a Ignacio dejé colgado”.

“De pronto me lo traerán sin ninguna dilación, lo bajan a Canatlán por ser la jurisdicción”.

“Hombre de mucha viveza y según yo lo comprendo, le mocharé la cabeza pa‟ presentarla al Gobierno”.

Dijo Francisco Morales: “Pues puede que no sea así, Para seguirle más males Primero me mata a mí”

“No es por insultar ladrones ni tampoco por venganza, atienda usted mis razones, que esa es vuestra semejanza”.

Más antes, los que robaban, fuera dinero o en barras, a quien le echaban la culpa, era a los señores Parras.

Ese día que fue la acción toda la gente ocurrió hasta don Luciano López que fue el que lo retrató.

Ese día que fue la acción como tres veces se vieron,

143 pero no se hicieron fuego porque no se conocieron.

Ese día que fue la acción toda le gente corría, la cabeza la pagó la Hacienda Santa Lucía.

“Adiós todos esos llanos, con sus lomas y bajíos. Adiós parientes y hermanos y tambièn amigos míos”.

“Adiós mi madre querida, ya me despido de ti, a dar cuenta de mi vida, adiós Patria „onde nací”.

“Pos ya Dios me concedió, el estrecharme en tus brazos y el que tus ojos me vieran, en mi cuerpo tres balazos”.

144

145 El pájaro prieto es una de las canciones tradicionales durangueñas obligadas para los conjuntos de intérpretes de música tradicional durangueña y nadie pone en duda su origen regional, aunque se desconoce la data y el autor de la misma, se canta en el estado desde principios del siglo XX.

El pájaro prieto 69

Anónimo

Soy como el pájaro prieto, que en las cumbres me mantengo, soy como el pájaro prieto, que en las cumbres me mantengo.

Las palabras que me diste, en el corazón las tengo, como no me las cumpliste a que me las cumplas vengo.

Pavo real que eres correo, tú que vas pa‟ Real del Oro, Pavo real que eres correo, tú que vas pa‟ Real del Oro.

Si ves la prenda que adoro, pavo real dile que lloro, lagrimitas de mis ojos, por una joven que añoro.

Mi amor es como el conejo, sentidor como el venado, mi amor es como el conejo, sentidor como el venado.

No come zacate seco, ni tampoco mal trillado, come zacatito verde, de la punta serenado.

Por tus puertas voy pasando,

69 Corridos. Los Montañeses del Álamo, México, disco CD-VAR-7572, Variedades discos, s/f.

146 dándole gusto a la vida, por tus puertas voy pasando, dándole gusto a la vida,

Si me ves que ando pasando, vuélvete a quedar dormida, que yo paso vacilando, Dándole gusto a la vida.

147 En 1899, como sistema de comunicación vecinal, se tendieron cinco kilómetros de un ferrocarril de sangre, es decir, tranvía de tracción animal, entre Ciudad Lerdo y Gómez Palacio, Durango. En 1897, la misma compañía ferroviaria lerdense extendió el tranvía tirado por mulas cinco kilómetros más hasta la entonces Villa de Torreón, Coahuila y, para el año de 1901, el tranvía de mulitas fue transformado en el Ferrocarril Eléctrico de Lerdo a Torreón, S. A.. La planta de energía eléctrica que dio movilidad al tranvía Lerdo-Torreón se instaló en Lerdo, al tiempo que cubrió las necesidades de alumbrado público de las ciudades de Gómez Palacio y Lerdo. El Ferrocarril Eléctrico de Lerdo a Torreón fue el signo de toda una época de transporte vecinal en el triángulo Torreón- Gómez Palacio-Lerdo, hasta que, a principios de la década de 1950 fue sustituido por el transporte de vehículos con motor de combustión interna.

De Torreón a Lerdo 70

Anónimo

Soy maquinista de Torreón a Lerdo, donde se encuentran las maravillas mil, gallardas jóvenes de faz hermosa, y ¡ay! Cuando las veo, me siento morir, y ¡ay! Cuando las veo, me siento morir.

Siento una delicia, siento un gran placer, ver lindas creaturas, de radiante faz, porque en esas tierras yo logré encontrar, jóvenes hermosas, bellas de verdad.

Bastante he viajado, en la vía Central, y en Ferrocarril Internacional, de Torreón a Lerdo, logré encontrar, jóvenes hermosas dignas de afección.

A México y Jalisco fui de Torreón a Lerdo, logré encontrar ninfas puras de amor, y recuerdo siempre, con satisfacción, a esas bellas mozas de gran corazón.

70 VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ediciones León Sánchez, s./f., p. 104.

148

Tranvía eléctrico de Torreón a Lerdo cruzando el Río Nazas

149 Después de múltiples contratiempos, el 16 de octubre de 1892, arribó a la ciudad de Durango el primer tren de pasajeros del Ferrocarril internacional Mexicano, procedente de la ciudad de Torreón, Coahuila. En abril de 1899, el Gobierno del Estado de Durango firmó un contrato con la compañía Ferrocarril Internacional Mexicano para dar inició a la construcción del Ferrocarril de Durango a Santiago Papasquiaro, como ramal del Ferrocarril Internacional Mexicano que une a las ciudades de Piedras Negras y Torreón, en el estado de Coahuila con la ciudad de Durango. En el proyecto original se contemplaba que las vías llegaran hasta el Real de Guanaceví, en el extremo noroeste del estado. Después de cubrir el difícil tramo a Chinacates, la vía se comenzó a tender con mucha rapidez. A principios de 1902, Santiago Papasquiaro recibió por primera vez un tren y se continuó el tendido de las vías hacia las poblaciones de: El Cazadero, La Loma y Los Herreras, lugar donde se construyó un puente que cruza el Río Ramos. Posteriormente se tiraron los rieles tocando los poblados de: Corrales, Sandías, Presidios de Abajo y Presidios de Arriba, hasta llegar, el día 12 de mayo de 1902, a Tepehuanes, lugar de donde la vía ya no avanzó, frustrando el proyecto de tendido hasta Guanaceví. En los momentos de la construcción de ferrocarriles en el territorio nacional, muchos proyectos aprobados y capitalizados, como el de Durango a Guanaceví, se quedaron en los planos, o se truncaron, por diversos motivos que iban desde las dificultades técnicas, la falta de capitales, los problemas políticos o la inviabilidad de los proyectos, entre otros. El total de la extensión del Durango-Tepehuanes es de 218 kilómetros. Casi un siglo prestó servició el Ferrocarril Durango-Tepehuanes, hasta que, a finales del siglo XX, la aplicación de decisiones gubernamentales de corte neoliberal, que limitan la intervención del Estado en los ámbitos jurídicos y económicos, propició que las vías férreas mexicanas fueran liquidadas o puestas a la venta. En el caso del Durango-Tepehuanes, como casi todas las vías durangueñas de ferrocarril, dejaron de prestar servicio. Sobre la construcción del ramal de Santiago Papasquiaro a Tepehuanes, los habitantes de Los Herreras, cantaron el siguiente corrido.

150

Corrido de la construcción del Ferrocarril de Santiago Papasquiaro a Tepehuanes 71 Anónimo

Ya viene corriendo el tren y a toditos nos encanta, dicen que pagan muy bien, a los que tiran la llanta.72

Adiós muchachas de Herreras, son todas muy presumidas, de recuerdo les dejamos ese puente tan lucido.

Gritaban los de Corrales Haciéndose a los caminos: “Si nos dan los buenos días, diremos que es el destino”.

Gritaban los de Sandías con muchísimo valor: “Invitemos la Candela, a conocer el vapor”.

Gritaban los de Presidios, Junto con los de Carreras: “Estos gringos traen la plata y la gastan de a deveras”.

Sigue corriendo la vía para el Real de Guanaceví, todas las muchachas dicen: “No nos quedamos aquí”.

71 Comunicado por Lucio Quintero Corral, quien lo escuchó en Los Herreras, Durango. Recogido por Antonio Avitia, en la ciudad de Durango, 1990. 72 Llanta.- Tira de acero.

151

El primer tren de pasajeros llegó a la ciudad de Durango el 16 de octubre de1892

Estación de Ferrocarril de Santiago Papasquiaro a principios del siglo XX

152

El 13 de abril de 1908, la Mina de Terneras, del Real de Velardeña, municipio de Cuencamé, que entonces era propiedad de la Compañía Velardeña Mining and Smelthing Co., del capitalista estadounidense Guggenheim, y de la cual se extraía cobre, fue el escenario de un incendio. Algunos de los deudos de las noventa víctimas del siniestro fueron pobremente indemnizados, otros fueron reprimidos y no pocos desterrados hacía el sur del país. Un año después del incendio, los pobladores de Velardeña, dirigidos por el sacerdote católico Ramón Valenzuela, organizaron una peregrinación con la finalidad de festejar el día de La Pasión y la quema de los Judas. Esta peregrinación religiosa fue realizada sin permiso oficial y únicamente contó con la anuencia de los directivos extranjeros de la compañía minera. El jefe político de Velardeña, José Antonio Fabián, consideró el ritual católico como un acto de protesta por los acontecimientos del año anterior, sobre todo que coincidía con la fecha del incendio, 13 de abril. Por otro lado, las manifestaciones religiosas en la época porfirista eran consideradas como violaciones a la Ley de Culto Externo. Con estos antecedentes, José Antonio Fabián se apresuró a disolver a los peregrinos y, con la ayuda de cuatro policías locales, se enfrentó a la multitud, detuvo al sacerdote Valenzuela y lo encerró en el interior de la jefatura de Velardeña. Los más de mil manifestantes-peregrinos católicos, enardecidos por la acción del jefe político, se dirigieron a la jefatura y liberaron al padre Valenzuela. Enseguida los policías de Velardeña, armados con fusiles atacaron a los peregrinos, armados con piedras. La superioridad numérica de los católicos obligó a los gendarmes a refugiarse en las propiedades de la compañía minera mientras que la multitud velardeñense se ocupaba de saquear las pocas tiendas del lugar. Sin pérdida de tiempo, Fabián telegrafió a Durango pidiendo auxilio y el gobernador del estado licenciado Esteban Fernández, decidió imponer un castigo ejemplar a los amotinados de Velardeña. Para lograr su cometido, Fernández juntó a los 30 rurales de la Acordada de Octaviano Meraz, quienes pocos días antes habían tenido acción en Avino. Para incrementar la fuerza, Fernández pidió

153 al Ejército Federal 60 soldados y de inmediato, el jefe político estatal se ofreció para coordinar los movimientos de las fuerzas del Gobierno. Al momento del arribo de la Acordada y el Ejército a Velardeña, muchos de los amotinados habían huido, otros fueron aprehendidos y, de entre estos, los esbirros porfiristas escogieron a 48 hombres al azar, a los que, sin formación de causa, los pasaron por las armas, no sin antes obligarlos a cavar sus propias tumbas en el lugar mismo de la masacre. La matanza de Velardeña provocó un gran escándalo en la prensa nacional y el Gobierno aseguró que se haría justicia y aunque los esbirros porfiristas, entre ellos Antonio Calvillo y Octaviano Meraz, fueron consignados y sentenciados a prisión y a la pena capital, poco después dejarían de ser huéspedes de la Penitenciaria del Estado; merced a sus influencias y complicidades con las autoridades estatales. Sin empacho, al inicio de la guerra revolucionaria, la mayoría de los rurales de Durango fueron parte integrante del Ejército Federal. 73 La Tragedia de los sangrientos sucesos de Velardeña, que narra el episodio es original del compositor Montes el de la guaripa.

Tragedia de los sangrientos sucesos de Velardeña 74

Montes. El de la guaripa

Haremos una reseña, ¿ya saben lo que pasó? Con la gente que murió, en el Real de Velardeña.

Pues las desgracias primeras que el Mineral presenció, fue la gente que murió, en la Mina de Terneras.

73 PARRA DURÁN, LORENZO. Cómo empezó la Revolución en Durango, Mérida, Yucatán, Talleres de la Compañía Tipográfica Yucateca, 1930, p. 58. Ver también: ALTAMIRANO COZZI, GRAZIELLA. Los años de la Revolución en Durango, 1910-1920, México, tesis de maestría en Historia de México, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, 1993, pp. 44 a 46. VANDERWOOD, PAUL J. Los Rurales mexicanos, México, Fondo de Cultura Económica, 1982, pp. 136 a 138. 74 ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 150 a 153.

154 De noche o de madrugada, dicha mina se incendió, la gente que trabajaba, toda la más pereció.

Niños, mujeres y ancianos, junto a la mina lloraban, ¡los mineros mexicanos, abajo se achicharraban…!

Noventa y nueve murieron creo nomás tres se salvaron todos los más perecieron como cuarenta sacaron.

Madres y esposas lloraban Sus deudos ¡tenían razón! Mas luego las conformaron con… una indemnización.

Las familias que perdieron su jefe, trabajador, veinte pesos recibieron por… lástima o favor.

Así las cosas quedaron las familias… murmuraban muchas de ellas emigraron otras se les desterraban.

Quedó algo de indignación el pueblo veía todo mal por eso en el mineral, se asomó la rebelión.

Al año de haber pasado, el suceso lamentable, se enfadó contra un empleado que tenía la ley del sable.

Era el día once de abril, por cierto día de Pasión por un delito pueril se vio una revolución.

Un presbítero, su nombre, no lo digo, no hay razón,

155 habló al pueblo en un sermón, de la muerte de Dios hombre.

Los fieles, de razón, cierta imagen veneraban, se les puso que sacaban dicha efigie en procesión.

Mas un cacique… profano, enemigo del derecho, quiso hacerse el soberano… oponiéndose a despecho.

Prohibió el culto religioso, de ahí comenzó el agravio, arengando muy fachoso, aparentando ser sabio.

Cubren el busto bendito como el procesión se fueron, ciertos hombres, del carguito, la procesión disolvieron.

En cierto sermón, dos casos, son los que se registraron, se oyeron unos balazos, mas los fieles se asustaron.

¡Cuando se desengañaron, que fue cierta autoridad, todos los más se indignaron por esa barbaridad…!

¡El pueblo vengarse jura! fue tanta su indignación que incendió la jefatura hizo horrores ¡una porción!

Se armó grave pelotera, gritos, blasfemias se oían, balazos por dondequiera, se mataban y se herían.

Varios comercios saquearon cometieron desatinos fueron y acabaron con el Hotel de los chinos.

156

Cuando vieron el fandango, por cierto nada agradable, hablaron para Durango, pidiendo auxilio, por cable.

Los auxiliares llegaron, a Pedriceña, estación, luego, sin más, agarraron, varios hombres del montón.

Y sin más explicación, a Velardeña marcharon, y en la noche, en el panteón, a varios de ellos mataron.

Hicieron más aprehensiones, de algunos que sospechaban y sin más explicaciones, por las armas los pasaban.

Madres y esposas lloraban ¡qué día de desolación! Mas, los verdugos mataban sin piedad ni compasión.

¡Hasta un enfermo sacaron Privado de calentura! ¡fueron y lo fusilaron al pie de la sepultura…!

Ni las súplicas del padre, ni la esposa que lloraba, ni lo ruegos de la madre pudieron servir de nada.

Cierta madre ¡qué dolor! Dijo a periodistas… tunos: “¿Con quién me quejo, señor? Si todos se hacen… unos”.

Más de uno de esos valientes ¡un pacífico mató! Nomás porque… lo juzgó, de malos antecedentes.

No pensaron ¡asesinos!

157 Que los culpables huyeron, los pacíficos vecinos fueron los que perecieron.

¡Ah! Protestó la Nación, por delito de gran peso, mas se quedó en suspensión, el tan famoso proceso.

¿Quiénes fueron los dragones que cometieron los males? Estos fueron los pelones, que manda Garza González.

Don Octaviano decía: “Si quieres tumbamos más, agarrándolos dormidos, yo nunca me hago pa‟tras”.

Calvillo le contestaba: “Acabaremos la gente traigo tropa bien armada y en verdad que es muy valiente”.

Esparza se repetía: “Todititos van iguales, traigo buena disciplina, en mi tropa de rurales”.

Vuela, vuela, pajarito, anda párate en la peña, ya se les acabó el orgullo, que abusaron Velardeña.

Todo gran misterio encierra; nos queda un gran desconsuelo, no hubo justicia en la Tierra, puede encontrarse en el Cielo.

158

Mineral de Velardeña en 1905

Cuerpo de Rurales de Gómez Palacio en 1909

159 La famosa canción de Los barandales del puente, se comenzó a escuchar en la ciudad de Durango a principios del siglo XX. Su letra hace referencia al tranvía de mulitas que transportaba a la gente desde la estación de los ferrocarriles hasta el puente Fugeman, que cruzaba la ahora entubada Acequia Grande.

Los barandales del puente 75

Anónimo

Los barandales del puente se estremecen cuando paso, morena mía, dame un abrazo.

Dame la mano morena, para subir al tranvía, que está cayendo la nieve fría.

Si esta cayendo que caiga, y asómate a la ventana, morena mía, muy de mañana.

Nada más a ti te quiero, de las demás no hago caso, morena mía, dame un abrazo.

Por debajo de aquel puente, corre el agua y nacen flores, chinita mía, de mis amores.

Las blancas son muy bonitas, y las morenas hermosas, guardan amores entre las rosas.

Los barandales del puente, se estremecen si te miro, dame un besito que yo te pido.

Ya con esta me despido, y entre perfumes de azahares, aquí se acaban los barandales.

160

Tranvía de mulitas de Durango, a principios del siglo XX

75 “Los barandales del puente”, en: STRACHZWITZ, CHRIS y GUILLERMO HERNÁNDEZ, Cancioneros de ayer. Parte 2. Sognsters from the past, 1920’s/1930’s, disco LP, Folkloric records

161 En las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, la ciudad de Durango fue lugar de residencia de las familias de los latifundistas, concesionarios mineros, comerciantes y demás capitalistas que desarrollaron sus negocios en el enclave económico del territorio estatal, vinculado con el corredor que unió a la entidad con la Región Lagunera y a la ciudad de Monterrey, Nuevo León, merced a la comunicación que ofreció el Ferrocarril Internacional Mexicano, con sus múltiples ramales. En este contexto la ciudad tuvo, a su vez, la oportunidad de recibir a múltiples compañías artísticas, de teatro, música sinfónica, conciertos, recitales, ópera, de títeres, de funciones de cine silente y , entre otras, al tiempo que algunos de los miembros de las familias acomodadas podían, sin preocupaciones económicas, dedicarse al solaz de las actividades culturales y desarrollar diversas expresiones artísticas, con los lineamientos estéticos europeos, como en los casos de compositores como: Luis Baca, Alberto Amaya, Gustavo E. Campa, Ricardo Castro y Alberto M. Alvarado, entre otros, que dieron a una buena cantidad de sus partituras de óperas, operetas, canciones, valses y sinfonías, entre otras composiciones, sonidos que recordaban a los que salían de las orquestas, compositores y cantantes europeos. Es innegable que los compositores de la élite económica de la época aportaron su creatividad al acervo de la cultura nacional y muchas de sus piezas siguen siendo números obligados en el repertorio de las diversas orquestas de música sinfónica mexicana, como es el caso del Vals Capricho, de Ricardo Castro. De esta época y generación fue el compositor Alberto M. Alvarado nació en Durango, el primer día de diciembre de 1864, y falleció en la misma ciudad, el 18 de julio de 1939, además de ser empresario teatral en su ciudad natal, su música destacó nacional e internacionalmente. Una de sus composiciones más famosas fue el vals Recuerdo, que se sigue interpretando en sus versiones instrumental y cantada. En 1966, durante los festejos del IV Centenario de la fundación de la ciudad de Durango, el vals Recuerdo fue declarado como himno regional de la ciudad.

#9012, cantado por Hernández y Sifuentes, el Cerrito, California, 1977.

162 Recuerdo 76 (vals)

Alberto M. Alvarado

Es un recuerdo de amor, mujer, como un aroma sutil de flor, y es como estrella fugaz de ilusión, de mi deshojada pasión.

Cuando recuerdo tu voz, de amor, que al fin se fue para no tornar, siento en el alma un temblor de dolor, ansias de ponerme a llorar.

Y esa voz es mi vida y mi ser, por eso, mujer, recordar de él es sufrir otra vez.

Alberto M. Alvarado compuso el vals Recuerdo, himno regional de la ciudad de Durango

76 KURI-ALDANA, MARIO y VICENTE MENDOZA MARTÍNEZ, Cancionero popular mexicano,

163

Tomo 2, México, SEP, 1987, p. 434.

164 IV. La lírica de los alacranes revolucionarios

En el territorio estatal, durante el porfirismo, y sobre todo en la primera década del siglo XX, hubo diversos brotes de protesta y lucha huelguista, mutualista, anarquista, por parte de campesinos, mineros, empleados, ferrocarrileros, y obreros. Si bien los casos más sobresalientes de lucha y protesta laboral y de represión porfirista fueron los despojos de tierra de los comuneros de San Pedro y Santiago Ocuila y la matanza de los mineros de Velardeña en 1909. Poco a poco se fueron creando las organizaciones de la oposición política efectiva, con la formación de clubes políticos que serían los centros de reunión de los futuros líderes ideológicos y militares de la Revolución Mexicana. La miseria, la sobreexplotación, el abuso, la inseguridad en el trabajo, la discriminación y desigualdad en relación con los trabajadores extranjeros; el despojo, la represión brutal, la falta de educación, la ausencia de libertad política y de acceso al poder, fueron sólo algunas de las razones por las cuales, al momento de la convocatoria del Plan de San Luis en el estado de Durango, se suscitaron diversos levantamientos de pequeños grupos rebeldes que de manera paulatina se fueron vinculando entre sí, incrementaron sus adeptos y sistemas de abastecimiento. Así, de iniciar con tomar pequeños poblados, los rebeldes se fueron aventurando a ocupar poblaciones grandes y, para mediados de 1911, los revolucionarios durangueños organizados en la Segunda División del Norte ocupaban la ciudad de Torreón, en la cual sucedió el lamentable episodio de la matanza de los chinos. El 31 de mayo de 1911, la ciudad de Durango caía bajo la presión de los tratados de Ciudad Juárez, en las manos de los revolucionarios maderistas de todo el estado, bajo la dirección de los jefes regionales: Domingo Arrieta, Calixto Contreras, J. Agustín Castro, Matías Pazuengo, Conrado Antuna, Orestes Pereyra y otros.

165 A fines de 1911 el nuevo gobierno revolucionario maderista tuvo que enfrentar en la ciudad de Durango un complot palaciego de la facción que dirigía el general Bernardo Reyes; el complot fue controlado y en su resistencia se efectuaron combates en diversos municipios del estado. De hecho, surgía la contrarrevolución. En 1912, el mismo gobierno maderista estatal tuvo que combatir contra los focos locales antimaderistas de las rebeliones zapatista y magonista. Desde febrero de 1912 actuaron en el estado diversos grupos armados antimaderistas contrarrevolucionarios, patrocinados por los capitalistas regionales, que protagonizaron las rebeliones orozquistas y vazquistas; a los nuevos rebeldes se les conoció con el mote de colorados. Los colorados tuvieron múltiples acciones guerreras en la entidad y destruyeron e incendiaron las haciendas que encontraban a su paso y que eran propiedad de los hacendados que no aportaban para su causa. Para combatir a los colorados el gobierno maderista habilitó a diversos grupos auxiliares irregulares, con el objeto de que ayudaran en los combates a los .cuerpos regulares. Si bien los revolucionarios ex maderistas habían sido licenciados y los cuerpos regulares del ejército formaban parte del antiguo Ejército porfirista que había permanecido intacto. Llegado el momento, los militares regulares intentaron neutralizar a los auxiliares irregulares aprehendiendo a sus principales jefes, como Francisco Villa, Domingo Arrieta y Calixto Contreras. Sin embargo, estos jefes recobraron su libertad tras pasar unos días en prisión y retomaron el mando de sus tropas populares. En febrero de 1913, cuando el Gobierno Maderista cayó por la acción de la asonada huertista, Jesús Perea se declaró gobernador huertista de Durango y los antiguos jefes colorados estatales: Jesús José Campos, Emilio Campa y Benjamín Argumedo, fueron integrados junto con sus tropas al ejército huertista, en calidad de auxiliares irregulares. Mientras que, en la capital del estado, se creaba un cuerpo paramilitar denominado Defensa Social, integrado con empleados de las empresas y comercios citadinos y con peones de las haciendas aledañas a la Perla del Guadiana. Por lo ineficiente de sus acciones y lo elegante de su vestido, los milicianos urbanos huertistas fueron bautizados por la población local con el sobrenombre de Soldados de Chocolate. Sin importar su imagen, los soldados de

166 chocolate crearon el terror de la dictadura militar entre los maderistas de la ciudad de Durango. Tras el asesinato del presidente Francisco I. Madero, de inmediato, en todo el estado, los jefes ex maderistas volvieron a levantar a sus adeptos y pronto empezaron a combatir contra los colorados y los federales huertístas, y luego de múltiples acciones y varios intentos de ocupar la capital del estado, se integraron en el Ejército Popular Revolucionario Durangueño que fue dirigido por el general Tomás Urbina. Los revolucionarios durangueños ocuparon la ciudad de Durango el 18 de junio de 1913 y mientras los insurrectos incendiaban la ciudad, la Defensa Social se desintegraba. A fines de julio de 1913 los hombres del Ejército Popular Revolucionario Durangueño se afiliaron al Plan de Guadalupe y se unieron a las fuerzas coahuílenses del Ejército Constitucionalista, que dirigía Venustiano Carranza. Sin embargo, ambos contingentes fracasaron en el intento de ocupar la ciudad de Torreón. En septiembre de 1913 el general Francisco Villa arribó a la Región Lagunera, e integró la División del Norte con los cuerpos revolucionarios desperdigados y, con una notable táctica guerrera, ocupó la ciudad de Torreón, combatió en Chihuahua y destrozó a los cuerpos y ejércitos huertistas que encontró a su paso .. En diciembre de 1913 los generales Contreras y Arrieta desalojaron la ciudad de Torreón, ante el poderoso embate de los huertistas de la División del Nazas. Villa retomó a La Laguna en marzo de 1914 y con encarnizados combates su División del Norte recuperó Torreón. Por su parte don Venustiano Carranza enviaba a los generales Pánfilo Natera. con su División del Centro; y Domingo Arrieta, con su División Durango, a ocupar a sangre y fuego la plaza de Zacatecas, el último baluarte del gobierno huertista. Sin embargo, los hombres de Natera y Arrieta no eran suficientes para tomar la difícil plaza de Zacatecas, y Villa insistía ante Carranza sobre la conveniencia de que la División del Norte combatiera en Zacatecas. Carranza .se niega y Villa, apoyado por su Estado Mayor, se lanza sobre la Victoria en el Cerro de la Bufa.

167 La toma de Zacatecas produce el rompimiento entre Carranza y Villa. Este rompimiento se transformó en la creación de las facciones constitucionalistas de los adeptos de Carranza y la convencionista producto de la Convención de Aguascalientes, de fines de 1914, que aglutinó a los jefes de los diversos ejércitos populares. En la lucha de facciones, en el estado de Durango, los generales Arrieta se mantuvieron fieles a Carranza; por su parte Villa impuso gobernadores convencionistas, desde finales de 1914.hasta los últimos meses de 1915, tiempo durante el cual se suscitaron diversos enfrentamientos armados de tropas arrietistas constitucionalistas contra convencionistas villistas, en todo el territorio estatal. La caída del Gobierno Convencionista tuvo su último capítulo con el fusilamiento del general Benjamín Argumedo en la ciudad de Durango, Entre 1910 y 1916, los historiadores cantantes de Durango tuvieron mucho trabajo al componer las cuartetas de corridos y canciones sobre los acontecimientos bélicos más sobresalientes de la guerra revolucionaria. Antonio Raymundo Muros, Montes el de la Guaripa y Felipe García fueron algunos de los más productivos compositores de tragedias, mañanas y corridos durangueños revolucionarios que se ocuparon de los combates de: Topia, Santiago Papasquiaro, Torreón, Cuencamé, Durango, Zacatecas. De asaltos a trenes como el de Estación Carpintero. Del fusilamiento de Benjamín Argumedo. De canciones como La Adelita y de corridos de ficción como el de Martín Herrera y Los tres amigos, estos últimos que darían lugar a diversas versiones como la de Los tres amigos compuesta veinte años después por Francisco Castillo Nájera y en los años setentas del siglo XX a Los dos amigos, Eran cuatro de a caballo y El caballo jovero. Desde finales del siglo XIX, una especie de músicos y trovadores ambulantes, acompañados con sus arpas medianas, salidas de la fábrica de arpas de la ciudad de Durango, comenzaron a ofrecer sus canciones y corridos en las calles de los principales centros de población del estado. 77

168

Orquesta del maestro Arturo Lugo, con arpa, a principios del siglo XX 78

77 HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento, Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, p. 9 y 10. 78 Ibíd., p. 17.

169 El 20 de noviembre de 1910 dieron inicio los levantamientos revolucionarios a los que había convocado don Francisco I. Madero, para derrocar a la dictadura porfirista. Por diversos motivos, algunos grupos rebeldes modificaron la fecha del inicio de sus actividades revolucionarias. Así, los antirreeleccionistas sinaloenses planearon su levantamiento para el primer día de enero de 1911. Sin embargo, al ser descubiertos en su conspiración, desde el 19 de noviembre de 1910, algunos de ellos huyeron, mientras que otros, como Ramón Fuentes Iturbe, optaron por el levantamiento. Después de algunas correrías, Fuentes Iturbe logró reclutar a un buen contingente y el 9 de enero de 1911, junto con la gente de los jefes: Pablo Serrano, Agustín Cháirez, Félix y Miguel Laveaga, que en total hacían unos 100 hombres, ocuparon la población de Tamazula, Durango, en medio de la Sierra Madre Occidental. Para el 27 de noviembre, Fuentes Iturbe, unido con los maderistas de Conrado L. Antuna y 200 de tropa, se atrevió al ataque del mineral de Topia, Durango. Después de intentar la entrega pacífica de la plaza, mediante la vía parlamentaria, con la cooperación de la tropa rebelde de los hermanos Domingo y Mariano Arrieta, después de muchos esfuerzos y sufrimientos y de horadar algunas de las casas del poblado, los maderistas ocuparon Topia. En el Corrido de la toma de Topia, que fue publicado por primera vez en julio de 1911, se mencionan como prisioneros a: Santiago Sánchez Román, jefe de la Acordada de Topia, Wenceslao Torres, jefe de la policía local y Ruperto Rodríguez, jefe de las tropas federales en Topia.

Corrido de la toma de Topia 79

J. Cuauhtémoc Serrano

En mil novecientos once sucesos tristes pasaron, la sangre del mexicano nuestras tierras empaparon.

79 ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp.155 a 161.

170 Todo por un presidente que, mancillando su honor, ha derramado imprudente en vez del bien, el dolor.

Contra él, hoy se levanta el pueblo todo indignado, reclamando: “Nuestra santa Constitución, se ha olvidado”.

Al grito de un gran patriota, de don Francisco I. Madero, soldados del suelo brotan, con corazones de acero.

Y por doquiera se escucha en cantares y poesías: “Madero triunfa en la lucha y pierde Porfirio Díaz”.

A este Topia querido el grito alegre llegó: “Oíd lo que ha acontecido, escuchad lo que pasó”.

Veintisiete de febrero, es la fecha memorable, oyóse el: “¡Viva Madero!” a las cuatro de la tarde.

Por el norte aparecieron los maderistas valientes, y su cuerpo descubrieron y descubrieron sus frentes.

Por los cordones bajaron: por el este y occidente, y en un momento sitiaron llena de fe aquella gente.

Toditos muy asustados, se empezaron a esconder, poniéndose los soldados, sus puestos a defender.

Y desde luego rompieron el fuego los porfiristas,

171 diciendo: “¡Muera Madero!” y “¡Vivan los gobiernistas!”.

Gritaban los del gobierno, entre alegres y asustados: “¡Entren a tomar la plaza, gorderos y desgarrados!”.

Respondía los sitiadores, con arrogancia y denuedo: “¡Pero nunca aduladores, primos hermanos del miedo!”

“¡Si del susto ya están muertos y desde lejos los vemos, nuestros pechos descubiertos, la libertad defendemos!”.

En la calle de Cuauhtémoc, los maderistas pasearon y hasta las casas del centro los de Madero llegaron.

Toda la noche se oyeron los gritos y los bombazos, los vivas al gran Madero, los cantos y los balazos.

A la mañana siguiente, siendo imposible el tomar, ordena Iturbe a su gente la población evacuar.

Los gobiernistas gritaban Viéndolos tristes partir: “No se vayan, que les vamos, el desayuno a servir”.

“¡Ah! ¡Qué gusto! ¡Les ganamos!” Los porfiristas decían: “Dos hombres ya les matamos Y heridos muchos se irían”.

Iturbe, con sus soldados, desconsolados se fueron pero ya muy reforzados, en marzo nueve volvieron.

172

Al las once de la noche, el sitio se comenzó, el fuego nutrido y fiero dos días enteros duró.

Los porfiristas no hallaban, cómo la vida salvar, desesperados gritaban: “Ya no queremos pelear”.

La tienda La Mexicana, viendo el fuego tan cerquita, le da pavor y locura y asustada “¡Auxilio!” grita.

Gritaban los de la torre: “No resistimos ya más a Iturbe, ya nos rendimos y le pedimos la paz”.

Ruperto Rodríguez era el jefe de los sitiados y él fue quien le propusiera la paz a los pronunciados.

En la Casa Americana se arregló la transacción, a las tres de la mañana se hizo la rendición.

Decía Ramón F. Iturbe, con su calma no perdida: “A todos nuestros contrarios les perdonamos la vida”.

Wenceslao Torres decía, entre quejas y lamentos: “¡Yo! El jefe de policía, sufro en mi alma mil tormentos”.

“Yo creo me van a matar todos estos revoltosos, corrimos sin descansar ¡valientes son los miedosos!”

Sánchez Román ¡pobrecito!

173 suspirando se llevaba; tan gordo, tan rechonchito, ¡Ay! Cuánta lástima daba.

Los chileros ya no andaban con las armas de la guerra, tristes y sólo pensaban el regresar a su tierra.

En fin, todos los soldados que defendían a Porfirio; cabizbajos, demudados, andaban con gran suspiro.

“¡Adiós!” decía don Ruperto, “De este Topia me retiro, el pecho lo llevo abierto y el corazón dolorido”.

Ese día doce de marzo, día feliz y venturoso, las armas de los maderos cantaron gloria de gozo.

Las calles estaban tristes, todas las tiendas cerradas, claraboyas por doquiera, y cuatro casas quemadas.

Los pobres mucho sufrieron en esos días de tormento, muchísimos recibieron del maderista el sustento.

De esa tragedia de Topia aquí concluye la Historia; no la olvidéis, que por siempre grabada está en la memoria.

¡Salud! Iturbe y Antuna, mi gratitud os la obligo, en la desgracia o fortuna, aquí tenéis un amigo.

Ya parece que se siente la paz en el patrio suelo, vuelva a pensar nuestra mente

174 y a abrirse vuélvase el cielo.

Que no haya odios ni venganzas, que se proteja al vencido; que estas tristes remembranzas las cubra pronto el olvido.

¡Al trabajo, mis hermanos! que él sea nuestro único abrigo, estrechando nuestras manos con afecto leal y amigo.

Que nuestra Patria adelante, que nuestra Patria progrese, con el trabajo constante que a sus hijos enaltece.

El jefe revolucionario Ramón Fuentes Iturbe dirigió la toma de Topia

175 Después de varias acciones revolucionarias maderistas en el poniente estado, incluyendo la ocupación del Topia, las fuerzas rebeldes de Domingo Arrieta, separadas de las de sus camaradas del grupo del sinaloense Ramón Fuentes Iturbe, continuaron combatiendo al noroeste de la entidad y el 7 de abril de 1911, sin encontrar resistencia, tomaron el control de la población de Tepehuanes, conectada por ferrocarril con la capital del estado y con Santiago Papasquiaro. Fuerte con 1,500 hombres, Domingo Arrieta planeó el ataque a Santiago Papasquiaro, al tiempo que el jefe de armas del estado de Durango, coronel Prisciliano Cortés enviaba al capitán primero Antonio M. Priani, con 70 de tropa, entre miembros del Ejército y soldados irregulares auxiliares para defender la plaza de Santiago Papasquiaro por parte del Gobierno del general Porfirio Díaz. Los federales llegaron a Santiago el 10 de abril de 1911 y establecieron fortines y defensas en los lugares más estratégicos del poblado. El 16 de abril, los maderistas de Arrieta atacaron Santiago Papasquiaro y para el siguiente día ocuparon la plaza y aprehendieron al capitán Priani. La tragedia de la toma de Santiago Papasquiaro, abunda en cuartetas poéticas y cantadas los pormenores de la acción.

Tragedia original de los maderistas dedicada el señor don Francisco I. Madero o La tragedia de la toma de Santiago Papasquiaro 80

Felipe García

En mil novecientos once, diremos año primero, comenzó la oposición de don Francisco I. Madero.

Madero trae su cuestión, con el señor presidente, que le ha quitado la silla

80 LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para el estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica, 1960, pp. 52 a 55.

176 pa‟ que otro señor se siente.

Don Porfirio, es muy verdad, no se la quería entregar, decía: “Si yo me levanto, ya no me vuelvo a sentar”.

La cuestión que trae Madero, con el señor don Porfirio, es de defender la Patria porque nos había vendido.

Ya le vendió los terrenos a los que tienen dinero, los pobres nos quedaremos haciendo aire con sombreros.

Por dondequiera han cercado, ya no tenemos salida, la salida que tenemos es la del cohete pa‟rriba.

No nos queda otra salida, mas que ayudar a Madero, vamos a exponer la vida, ahí está Dios, lo primero.

Levantaremos el grito ¡Viva Dios, es lo primero, la Virgen de Guadalupe Y don Francisco I. Madero!

Madero trae dos banderas, con una pide la paz, con otra pide la guerra, no se sabe hacer pa‟tras.

Adiós Villa de Santiago, 81 tú eras la más afamada, ¿quién te vido, quién te ve? Pareces depositada.

Ya te quemaron los puentes, porque no corra la vía, Madero tan imprudente,

81 Villa de Santiago era el nombre de la cabecera de partido de Santiago Papasquiaro.

177 dicen que ahí están todavía.

En la Estación de Corrales se quedó la pasajera, temblaban los maquinistas, al oír tanta balacera.

Tus pueblos se te cambiaron, todos en contra de ti, lo tendrías muy agraviados, según me parece a mí.

Decía don Ricardo Estrada, tambièn su hijo Baldomero: “Al cabo morir es nada, ayudándole a Madero”.

Decía Antonio Nevarez: “Muchachos, no hay que temer, la Virgen de Guadalupe nos ha de favorecer”.

Francisco Herrera Corral les dice a sus compañeros: “Es fuerza darle la mano a Jesús María Manqueros”.

Gritaban los federales, antes de romper el fuego: “¡Rancheros boca de palo, rifles de parque de acero!”

El día dieciséis de abril, ¡Ah, qué día tan señalado! A la una de la mañana el fuego se ha comenzado.

El señor don Juan Martínez le decía a Pedro Corral: “Llegamos a los fortines o nos van a sepultar”.

Decía el señor don Macario a don Ascensión Martínez: “Hoy tumbamos ese gallo o aquí verán nuestros fines”.

178 A la Reina de los Cielos, es la que estos traen de guía ya cuando entran a pelear, se encomiendan a María.

Ya cuando rompen el fuego se levantan el sombrero gritando: “¡Viva la Patria y don Francisco I. Madero!”

Decía el capitán Arrieta cuando comenzó la guerra: “Muchachos, primero muertos, que entregar nuestra bandera”.

El fuego duró dos días estuvo buena la batalla, más de varios pobrecitos se quedaron en la raya.

Señor don Ricardo Estrada gritaba con muchas ganas: “¡Muchachos suban arriba, y suénenle a las campanas!”.

Juan de Olague se arrojó, nomás le llovían las balas, a la torre se subió y repicó las campanas.

Cuando estaba repicando le llovían por dondequiera esa fue la contraseña para terminar la guerra.

No querían largar el puesto, estaban bien afortinados, pero les cerraron recio muy pronto hicieron venado.

El diecisiete en la noche, la guerra se terminó, dicen que ganó Madero y el capitán lo agarró.

Lo han paseado por la calle que diga: “¡Viva Madero!”

179 y él decía: “¡Viva Porfirio aunque yo muera primero!”

En los puntos que han tomado Vienen dejando sus leyes, ¡Viva el señor don Francisco, que pudo soltar los bueyes!

Madero levantó el grito y se encontraba peleando, para quitarnos el yugo, que nos estaba atormentando.

En los puntos que han tomado, han hecho sus travesuras, a varios han molestado, han quemado jefaturas.

Oficinas de Correos, ya pocas les han quedado, les han tirado papeles y otros se los han quemado.

Les dejan la cárcel sola, ellos echan la prisión, hacen más grande la bola, tienen bastante razón.

Se vienen a las haciendas, donde hay mucho que agarrar, piden armas y caballos, también sillas para montar.

Les ha tocado la buena a los pobres maderistas, no los persigue el gobierno, porque no las lleva a vistas.

Dicen que los maderistas todos andan por su gusto, y los pobres porfiristas, no podían dormir de susto.

Los jefes de los partidos ya no hallaban qué pensar, corrían peor que bandidos, no hallaban dónde parar.

180

En toditos los partidos tenían jefes de Acordada para perseguir bandidos „ora creo que no había nada.

Ya vamos de cuesta abajo si la carga se ladea, nos queda cerca el adagio: “Donde aprieta no chorrea”.

Madero levantó el grito y luego se fue a la guerra, se fue a defender la Patria y engrosar nuestra bandera.

Señores, yo hice estos versos como pobre misionero, los compuse a la salud de don Francisco I. Madero.

Y se acabaron los versos, ya acabaré de cantar, la bola ha rodado mucho, aquí se vino a parar.

El General Domingo Arrieta León lideró la toma de Santiago Papasquiaro

181 Para el mes de mayo de 1911, los revolucionarios maderistas durangueños y coahuilenses habían ocupado varias poblaciones de sus respectivas entidades, entre ellas las aledañas a Torreón y Matamoros, Coahuila, así como Ciudad Lerdo y Gómez Palacio, Durango, entre otras. El 9 de mayo de 1911, las fuerzas unidas de los jefes revolucionarios: Emilio Madero, Jesús Agustín Castro, Orestes Pereyra, Benjamín Argumedo, Sixto Ugalde y Calixto Contreras, dieron inicio al asedio a la Perla del Nazas, importante por ser el punto del cruce de las vías de los ferrocarriles Internacional Mexicano y Central Mexicano. La ciudad de Torreón estaba defendida por 1,800 soldados porfiristas bajo las órdenes del general Emiliano Lojero. El sitio de Torreón se prolongó hasta el día 19, fecha en que los efectivos porfiristas desalojaron la ciudad con rumbo al Cañón del Huarache, en el municipio de Lerdo. Los 5,000 maderistas que el jefe gomezpalatino Castro dirigía, fueron bautizados por Emilio Madero como la Segunda División del Norte. En la ocasión, un lamentable incidente cuestionó los fundamentos ideológicos democráticos que movían a los maderistas: Antes de la entrada de la Segunda División del Norte a Torreón, el general Lojero había azuzado a los miembros de la numerosa comunidad china radicada en Torreón, en contra de los revolucionarios maderistas, argumentándoles que el ataque era dirigido específicamente contra ellos. Sin medir las consecuencias, Lojero aprestó armas a los colonos asiáticos. De esta manera, cuando los maderistas entraron en Torreón recibieron las descargas de los temerosos chinos. De inmediato, los maderistas repelieron la metralla y contraatacaron a sus agresores. El saldo de la acción fue de 300 asiáticos muertos. Los maderistas se dieron al saqueo de los comercios de Torreón. La xenófoba acción antichina de los maderistas provocó la protesta diplomática del Imperio Chino. Sobre la toma maderista de Torreón en 1911 se escribieron diversos corridos como: Las hazañas del general Lojero y la toma de Torreón por el Ejército Libertador, La toma de Torreón y El combate del 15 de mayo en Torreón, que a continuación se transcribe.

182 El combate del 15 de mayo en Torreón 82

Anónimo

Con fecha quince de mayo, por fin Torreón se rindió, después de dos días de lucha que tanta sangre costó.

No creían los porfiristas que tomaran a Torreón, tenían ametralladoras y una fuerte guarnición.

Murió allí don Jesús Flores, dando pruebas de valor y luto por él llevamos todos en el corazón.

La valiente Petra Herrera al combate se lanzó, siendo siempre la primera ella el fuego comenzó.

Y qué decir de los jefes que, con sin igual ardor, se batieron noblemente dando ejemplo de valor.

Ibarra, Ugalde, Contreras, Castro, Ramírez, Buitrón, son nombres que el mexicano recordará con amor.

El señor Doroteo Soto y Benjamín Argumedo, son hombres de gran valor para pelear por Madero.

Siempre peleando con gusto

82 LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para el estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica, 1960, pp. 56 y 57.

183 y aborreciendo a Corral, fueron los hombres heroicos que entraron al Pajonal.

Todos los jefes correctos, se portaron al entrar, jurando en nombre del Cielo, que a Torreón debían tomar.

El pueblo que sus derechos ha visto siempre ultrajados, conservar debe los nombres de sus heroicos soldados.

Por fin, esa plaza fuerte, bella, rica y poderosa, vio convertido su orgullo en derrota ignominiosa.

Ese general Lojero, que allí quería sucumbir, huyó cobarde y rastrero, sin resignarse a morir.

Lojero que prometía, a Ciudad Lerdo quemar, sólo pensó en esconderse el infame y escapar.

Cuántos, cuántos maderistas, los chinos asesinaban, con el malvado pretexto de que a robarles entraban.

Pero muy pronto el castigo, sobre esos chinos cayó, fueron muertos y sus tiendas el pueblo entero saqueó.

El valeroso Macías toda la noche peleó, y hasta el centro de la plaza, con los suyos penetró.

¡Que viva Petrita Herrera; que vivan los maderistas, que mueran con los pelones,

184 los cobardes porfiristas!

Con entusiasmo sincero digamos de corazón: “¡Viva Francisco I. Madero y abajo la reelección!”.

El joven Jesús Agustín Castro, poco antes de su levantamiento

185 Después de su triunfo en Santiago Papasquiaro, Durango, el jefe maderista Domingo Arrieta León se alistó con 1,500 hombres para ocupar la ciudad de Durango que, en abril de 1911, estaba defendida por las tropas porfiristas del coronel Prisciliano Cortés, quien para la defensa de la plaza ordenó hacer fortines en el Templo del Santuario, el cerro de Guadalupe, la calle de Leyva, el Rancho de Zataraín, el Rancho de Granados; las garitas de oriente, sur y suroeste de la ciudad, el cerro de Los Remedios, El Ojo de Agua del Obispo, el hospital y los talleres del ferrocarril. Los maderistas pusieron sitio a la Perla del Guadiana desde el 29 de abril y varias veces, de manera infructuosa, solicitaron a Cortés la entrega pacífica de la plaza. Los ataques a la ciudad de Durango se desarrollaron por diversos puntos como lo narra la Única tragedia sobre el sitio de Durango y entrada de las tropas insurgentes. En la mayoría de los múltiples ataques, los maderistas de Arrieta fueron rechazados por los efectivos porfiristas. Mientras tanto, el contingente maderista se iba incrementando con las tropas rebeldes de los jefes Jesús Agustín Castro, José Maciel y Calixto Contreras, procedentes de la ciudad de Torreón, ciudad que desde el 19 de mayo era territorio revolucionario. A pesar del constante asedio, Prisciliano Cortés resistió esperando la llegada de refuerzos del centro del país. Sólo la noticia de la firma de los Tratados de Ciudad Juárez y la renuncia de Porfirio Díaz, convenció a los porfiristas durangueños que su causa estaba perdida y finalmente, el 31 de mayo de 1911, entregaron la plaza a los jefes maderistas. En su libro Farewell to Durango, Adiós a Durango, Johanne Caroline Wehmeyer Bose, ciudadana alemana radicada en Durango, describió el horror que le causó la entrada pacífica de los rebeldes maderistas. Su impresión negativa se debió principalmente a la desuniformidad en los vestidos y la apariencia paupérrima de ese espontáneo ejército popular que luchaba por su libertad y sus derechos.

186 Única tragedia sobre el sitio de Durango y entrada de las tropas insurgentes 83

Montes. El de la Guaripa

Señores, voy a contar, según lo que es mi opinión, lo que acaba de pasar con esta Revolución.

Empezó la discusión, comenzaron las porfías, se levantó la Nación, contra don Porfirio Díaz.

Hizo muchas cosas buenas don Porfirio a la Nación; pero… se conocía apenas ya nuestra Constitución.

El pueblo lo respetó, al ilustre general; pero… al fin se impacientó, por reelegir a Corral.

El pueblo votó por Reyes, general también como él; mas se burlaron las leyes… ¡injusticias a granel!

La democracia burlada, por Reyes, que fue el primero; pidió con la mano armada, a don Francisco I. Madero.

Al grito: “¡Viva Madero!” El pueblo se levantó, mostrando así, al mundo entero, que rey no consiente, ¡no!

83 LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para el estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica, 1960, pp. 37 a 39.

187 El peligro no era poco, los porfiristas reían, nombrándolo necio y loco, sin saber lo que decían.

Muchos combates se vieron, alguna gente murió. Varias plazas se rindieron y al fin la causa triunfó.

¡Viva Dios! Que es lo primero, todo insurgente decía; ¡Viva la Virgen María! Y don Francisco I. Madero.

Creo que se han desengañado con las pruebas en la mano; todo caudillo ha triunfado, ¡por el pueblo soberano…!

Mucha gente pereció en esta Revolución; su causa que defendió, ¡Sufragio y no Reelección!

Ya el veintinueve de abril, Durango estaba sitiado; hombres, serían ¡cinco mil! Que al fin, lo hubieran sitiado.

El Gobierno constituido, hacía muchos comentarios; se vio algo comprometido, reunió varios voluntarios.

Villarreal Camacho fue, el que la plaza pidió, pero… dicen, yo no sé, que no se le contestó.

Cuevas, Pazuengo, tal vez lo primero no sabrían porque al coronel Cortés todos la plaza pedían.

Como hace todo guerrero, Lo que hizo fue afortinar.

188 Y dijo: “Primero muero, que yo la plaza entregar”.

Dispensadme lo que digo, no os tacho de cobardía, había algo de valentía, pero… grande el enemigo.

Polkos, gendarmes, rurales, serenos y los montados; habrían quedado tirados juntos con los federales.

Arrieta, Castro y Lavín; una vez más la pidieron. Gobierno y comercio al fin, más y más se previnieron.

Pazuengo y Cuevas llegó, ya estaban bien prevenidos, un combate se inició, resultando tres heridos.

En Zataraín o Granados, hubo un combate formal ¡Muertos y heridos tirados por esa lucha fatal!

Los rebeldes en Granados, ahí se parapetaron nuestros valientes soldados de ahí los desalojaron.

Estas noticias les doy hirieron a Valdivieso, murió el teniente Monroy, Durango sintió el suceso.

Campero y Márquez pelearon, aunque también los hirieron, dos rurales les mataron , dos prisioneros hicieron.

Sangre, habría corrido más, si sigue cual comenzó, pero se inició “La Paz” y el combate se aplazó.

189

Cerca de cuarenta días, el sitio aquí nos duró; renunció Porfirio Díaz y al fin la Paz se firmó.

Manifestación hicieron, hubo gritos a granel; ¡Horror! Tres hombres murieron ¡allí enfrente del cuartel!

Los insurgentes entraron, cuando todo de arregló, muchas ¡Vivas! Le gritaron a Madero que triunfó.

Quedaron posesionados de Durango, cuando entraron, dicen que hubo envenenados, ¡tal vez rencillas quedaron!

Ya en paz, tres curros paseantes, el “¡Quién vive!” les pegaron, y en esos mismos instantes; con balazos contestaron.

Debieron ser porfiristas, por su imprudencia que hicieron, murieron dos maderistas, ellos… los tres perecieron.

Por fin el tirano fiero, se ausentó de la Nación. ¡Viva Francisco I. Madero! ¡Viva la Constitución!

190

Tropas maderistas entrando a la ciudad de Durango el 31 de mayo de 1911

191 Con el triunfo de la Revolución Maderista, por la vía electoral, Francisco I. Madero ocupó la silla presidencial a partir del 6 de noviembre de 1911. El breve periodo de gobierno de Madero se caracterizó por la inestabilidad y los múltiples levantamientos y pronunciamientos revolucionarios y contrarrevolucionarios que se desarrollaron en el territorio nacional como el de Pascual Orozco y el de Emilio Vázquez Gómez, entre otros, que pusieron en jaque la gobernabilidad del naciente y efímero Estado mexicano maderista. A la sazón, don Francisco I. Madero contó con el apoyo de la mayoría de los antiguos maderistas que habían sido licenciados, mientras el antiguo Ejército porfirista retomaba sus posiciones. En el Corrido del catorce de mayo, se da cuenta del combate que sostuvieron los contrarrevolucionarios orozquistas, llamados también colorados, dirigidos por el jefe Emilio P. Campa, contra varios cuerpos de soldados regulares e irregulares voluntarios auxiliares maderistas en Estación Pedriceña, municipio de Cuencamé, Durango. En la composición se hace mención al Veintidós Cuerpo Rural Maderista que obedecía las órdenes del teniente coronel Orestes Pereyra, así como al Batallón Victoria que fue liderado por el capitán primero Luis Fernández de Castro. Durante la acción del 14 de mayo de 1912, al incrementarse las fuerzas rebeldes orozquistas, con el arribo de la tropa del jefe colorado Benjamín Argumedo, los maderistas se vieron obligados a replegarse en la ciudad de Durango.

Corrido del catorce de mayo 84

Antonio Raymundo Muros

El catorce de mayo, pasado el mes de abril, quinientos maderistas, pelearon con tres mil.

ESTRIBILLO: “Perdóname, Dios mío, ¡Oh! Virgen, te lo ruego,

84 Manuscrito del corridista Antonio Raymundo Muros, facilitado por su hijo Moisés Muros Martínez, recogido por Antonio Avitia en Santiago Papasquiaro, Durango, en 1987.

192 que son los maderistas de Francisco I. Madero.

Llegan los maderistas llegan a la estación, tan pronto como llegan, empiezan la cuestión.

ESTRIBILLO.

Comienza el Veintidós, comienzan a pelear, y el Batallón Victoria, comienza a desfilar.

ESTRIBILLO.

Comienzan a pelear, desde Aviléz al Centro, les quitan los cañones y todo el armamento.

ESTRIBILLO.

Argumedo decía: “Mi general, ¿qué hacemos? Los cañones que trajimos, aquí los dejaremos”.

ESTRIBILLO.

Gritaba el Veintidós, gritaba con afán: “Nos hace falta el parque, también el capitán”.

ESTRIBILLO.

Y el general Blanquet, lucha por el cañón, ellos venían diciendo: “Venimos de Torreón”.

ESTRIBILLO.

Y el general Amaya, les tira con valor,

193 y el general Pereyra, les tira con furor.

ESTRIBILLO.

Decían los chihuahueños: “Vamos al Escalón, a reformar más parque, pa‟ seguir la cuestión”.

ESTRIBILLO.

“¿Qué es aquello que diviso, que acabo de divisar? Son las tropas maderistas, Que vinieron a guerrear”.

ESTRIBILLO.

La tragedia es bonita, sabiéndola cantar, ¡Viva los maderistas, Y el Veintidós cabal!

ESTRIBILLO.

Pascual Orozco. Jefe de los rebeldes contrarrevolucionarios colorados

194 Tras el golpe de estado en contra del presidente Francisco I. Madero y de que se entronizó en el poder, el gobierno usurpador del general , el gobernador interino de Durango Jesús Perea, se adhirió al gobierno usurpador, al tiempo que los rebeldes orozquistas, llamados colorados, fueron amnistiados e integrados al Ejército Huertista, como tropas de auxiliares voluntarios irregulares. La represión en contra de los maderistas no se hizo esperar y los miembros del Grupo Renovador Maderista de Durango fueron sistemáticamente aprehendidos y encarcelados. Para asegurar su permanencia en la ciudad de Durango, el gobierno huertista conformó grupos paramilitares reconocidos como Defensa Social, integrados con gente citadina de la clase media, empleados de comercio y trabajadores de confianza de las haciendas aledañas a la capital del estado. Las Defensas Sociales fueron organizadas y dirigidas Antonio y Emilio Bracho, con el patrocinio de los diversos dueños de las haciendas, los fundos mineros y los comerciantes radicados en la ciudad de Durango. Las Defensas Sociales recibieron el nombre de Socialistas o Soldados de Chocolate, por lo ineficiente de sus pocas acciones guerreras. Sin embargo, las Defensas Sociales de Durango generaron un tenso clima de terror entre los habitantes de la Perla del Guadiana, toda vez que entre sus acciones se destacó el llenar la penitenciaría con los más importantes ciudadanos de filiación maderista, al tiempo que, sin formación de causa, fusilaron a algunos de ellos. Los grupos de poder que influyeron en la conformación de las Defensas Sociales y en el apoyo al gobierno usurpador: los capitalistas, hacendados, comerciantes y los miembros del alto clero, es decir, quienes temían perder sus privilegios con el avance de las reformas revolucionarias, pusieron como jefe de armas de la ciudad al general Antonio Escudero. Ante la represión, los maderistas durangueños se levantaron de inmediato para derrocar al usurpador Huerta y se afiliaron al Plan de Guadalupe, signado por Venustiano Carranza. El ingeniero Pastor Rouaix y Silvestre Dorador fueron dos de los ciudadanos aprehendidos, víctimas de la represión del gobierno estatal de Jesús Perea. En consecuencia con las acciones rebeldes antihuertistas, el 20 de abril de 1913 la Brigada Guadalupe Victoria, conducida por Domingo Arrieta, se unió a las

195 tropas rebeldes cuencameras y laguneras de Calixto Contreras y Orestes Pereyra para ocupar la ciudad de Durango. Para el día 23 se inició el ataque de los revolucionarios y se continuó por todo el día 24 y parte del 25. Ese día, los revolucionarios se vieron obligados a emprender la retirada, ante la inminente presencia de los trescientos cincuenta jinetes colorados que se acercaban bajo el mando del brigadier irregular Jesús José Cheché Campos. El día 26, los rebeldes reorganizados volvieron a intentar la ocupación de la plaza, pero fueron rechazados. Tras sus infructuosos intentos, las tropas revolucionarias se reconcentraron en Canatlán, al tiempo que la Defensa Social hacía estragos entre los maderistas de la ciudad de Durango. Las tropas irregulares de “Cheché” Campos salieron de la capital del estado para combatir a los rebeldes, pero fueron derrotadas por las fuerzas de la Brigada Guadalupe Victoria, en los Llanos de Cacaria. En Canatlán, los diversos cuerpos revolucionarios unidos nombraron como jefe único a Tomás Urbina y con el llamado Ejército Popular Revolucionario Durangueño, integrado por alrededor de cinco mil hombres, Urbina marchó a Durango. Los jefes Calixto Contreras, Orestes Pereyra, Domingo y Mariano Arrieta, así como Sergio y Matías Pazuengo fueron algunos de los miembros del Estado Mayor de Urbina. Mientras tanto, el jefe rebelde durangueño Pánfilo Natera, quien desde el 5 de junio, al mando de tropas revolucionarias durangueñas y zacatecanas, había ocupado momentáneamente la capital del estado de Zacatecas, cortó las comunicaciones telegráficas y ferroviarias de Durango con el centro del país. La ciudad era defendida por 1223 soldados huertistas regulares y auxiliares irregulares, bajo la guía del brigadier Antonio M. Escudero. La batalla por Durango tuvo lugar los días 17 y 18 de junio de 1913. Después de ocupar la plaza, las tropas revolucionarias y la población local, se dieron al saqueo y al incendio de los principales comercios de la ciudad como El Palomar, La Francia Marítima, el Café de la Unión y las mercerías de súbditos alemanes: La Suiza y La Alemana. Una vez que los revolucionarios antihuertistas ocuparon la ciudad de Durango, esta no volvió a caer en poder del gobierno usurpador.

196 Al lograr establecer la paz en la ciudad, los revolucionarios nombraron como gobernador del estado al ingeniero Pastor Rouaix quien, el 3 de octubre del mismo año, promulgó la primera Ley Agraria del país, así como algunos decretos en contra de los intereses de los grupos conservadores y de la Iglesia Católica. La novela El mejor de los mundos posibles, de Martín Gómez Palacio recrea en una sobresaliente prosa el episodio de la toma de Durango y las conductas de diversos personajes en la ocasión, en especial la de una anciana que, más que por la acción de los revolucionarios, está preocupada por el corte de la comunicación ferroviaria con la ciudad de Torreón, por el hecho de que ya no podrá surtirse de la heroína necesaria para cubrir su demandante adicción. Otra novela que se ocupa del tema es ¡Viva Madero! Escrita por Atanasio G. Sarabia. El Corrido de la toma de Durango, primera y segunda partes, Tragedia de la Defensa Social de Durango y la Tragedia de la Toma de Durango, son las composiciones de lírica narrativa que cantaron la acción revolucionaria.

Corrido de la Toma de Durango 85

Anónimo

En mil novecientos trece, se los diré platicando, que fue el dieciocho de junio, cuando se tomó Durango.

Al peso de medianoche, esto se ha verificado, que alrededor de Durango, el fuego se ha comenzado.

Entraron los maderistas, a caballo y a pie tierra, los fortines los quitaron, a las dos horas de guerra.

85 VÁZQUEZ VALLE, IRENE y JOSÉ DE SANTIAGO SILVA. Corridos de la Revolución Mexicana, México, disco INAH/DEMLO, M C/ 0552, Colección INAH # 16, cantado por Manuel Valdéz, texto adicional pp. 9 y 10, 1981

197 Decía Pánfilo Natera: “Dios nos tenga de su mano”, a don Calixto Contreras, don Domingo y don Mariano.

Estos cuatro generales, como valientes entraron, juntos se dieron la mano, y a Durango lo tomaron.

Gritaban los federales: “Aquí tenemos la plata, arrímense bachaneros,86 cañones de hoja de lata”.

Llegó Calixto Contreras, diciendo: “¿Qué es lo que pasa? Aunque nos cueste la vida, nos vamos hasta la plaza”.

Se fueron hasta la plaza, sin temerle a los cañones, y se fueron desfilando, como cohetes los pelones.

Le contesta el general: “No dudo de su verdad, pues mire cómo está el fuego adentro de la ciudad”.

Almacenes de Durango, como La Alianza y La Suiza, quedaron todos sus bienes, convertidos en cenizas.

Sus tesoros se quedaron, sepultados en la tierra, para que no los sacaran, los maderos en la guerra.

Generales de Madero, de sangre noble y muy finos, a todos han perdonado,

86 Bachanero. En Durango se dice del abigeo de ganado vacuno, o de quien comercia con la carne de res robada.

198 porque no son asesinos.

Bella ciudad de Durango, con tus lucidos jardines ¡Cómo te fueron tomando, teniendo tantos fortines!

Cerrito de los Remedios, es la mejor posición, son los mejores fortines, que tenía la población.

Del Cerro de los Remedios, al fin los desalojaron, unos fueron prisioneros, y otros muertos se quedaron.

Qué caro les ha costad, esa muerte de Madero, el que no está sepultado, anda muerto o prisionero.

¿Por qué corren caballeros? ahora se les hace malo, aquí están sus bachaneros, que traen sus rifles de palo.

Decía don Domingo Arrieta: “No corran ricos valientes, que en mi casa me encargaron una quijada con dientes”.

Sale el señor arzobispo, Con su autoridad divina, que venía a firmar la paz, con el general Urbina.

Decía Pánfilo Natera, a don Calixto Contreras: “Que no pasen federales, de México a las fronteras”.

Corrieron los federales, toditos a rienda suelta, a avisarle a Félix Díaz y al viejo borracho Huerta.

199 Los federales se fueron a avisar a Mondragón, que allá en Durango, los leales, les dieron feria y pilón.

Aquí da fin la tragedia, por la presente ocasión, si preguntan: “¿Quién la hizo?” a nadie le den razón.

Segunda parte de la toma de Durango 87

-El 18 de junio de 1913-

Anónimo

¡Viva Dios, es lo primero! ¡Viva la Guadalupana! ¡Viva el nombre de Madero y la Patria Mexicana!

Año de mil novecientos, trece años más al contar, perdió la guerra Durango, con su Defensa Social.

Ahora sí fue de a de veras, no como la otra ocasión, se burlaron de Contreras y ahora le piden perdón.

A las once de la noche, Llegaron las avanzadas, cuando el Sol abría su broche, explotaban las granadas.

Gritaban los federales: “Aquí tenemos la plata, rancheros bocas de palo, cañones de hoja de lata.

87 Hoja suelta de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

200 Decía el general Arrieta, dando fuego a su trinchera: “¡Viva Dios, viva la Patria, que viva nuestra bandera!”

El cerro de los Remedios, que defendían los pelones, 88 lo tomó el señor Arriaga, con máuseres y cañones.

Los mochos y voluntarios corrían a la desbandada, de miedo de los bombazos, y los tiros de metralla.

Durango estaba orgulloso, porque tenía federales, en doce horas de combate, triunfaron las fuerzas leales.

¿Qué dirá Doña Clarines? que tan valiente se trata: “No pudieron los fortines, con las lanzas de alcayata”.

Deja paloma tu nido párate en ese nogal, pregunta: “¿Qué ha sucedido de la Defensa Social?”

¿Qué dices Rosa, qué dices, de la Defensa Social? corrían como codornices, cuando viene el gavilán.

Los fortines se quedaron, listos para la ocasión,, en esta, los voluntarios, se metieron al rincón.

Ya se les volteó la suerte, todo el mundo lo decía, que perdían hacha y machete, si el maderismo venía.

88 Pelones, era el nombre que los revolucionarios daban a los soldados federales, por su corte de pelo.

201

Adiós Durango lucido, ya tu orgullo se acabó, ya quedarás convencido que Contreras te cumplió.

Con tirana felonía, El veintitrés de febrero, Blanquet, Huerta y Félix Díaz fusilaron a Madero.

Tomaron los tribunales, derramando sangre real, Mondragón y federales, Juntos con el capital.

Si pudieron los millones asesinar a Madero, ahora podrán los cañones, vengar su muerte y su fuero.

¡Viva el general Contreras! ¡Vivan los hombres de honor! ¡Viva el general Pereyra! ¡Viva nuestro pabellón!

Pajarito pico de oro, Párate en aquella lima, dí, con tu canto sonoro: “¡Viva el general Urbina!”

Al crujir de los cañones, y al disparar las granadas, corrieron los defensores, con el rifle y las almohadas.

Enfermos del corazón, por traidores a Madero, se fue Serafín Hernández y el general Escudero.

Por defender al gobierno, los ricos adinerados, ahora se andan defendiendo, con un tecolote al lado.

202 Ya no se oyen las campanas, ni una misa ni un sermón, no se mira ni un sorbete, ni una enagua pantalón.

Adiós Durango lucido, te llevo en el corazón, por esta vez me despido, volveré en otra ocasión.

Tragedia de la Defensa Social y toma de Durango 89

Jomimo Séelmo

El miércoles día dieciocho, del corriente mes y año, nadie quería ya ser mocho, ni vestir de rico paño.

Me ha causado tanta risa, que se me ha roto una tripa, ver los de leva en camisa, los de botín con guaripa.

Parece tamaña papa, pero de verdad se pasa, que tomaron esta plaza, los Lanceros de Otinapa.

Pues los curros90 defensores, de valor hacían alarde, desfilando cierta tarde, por entre lluvias de flores.

Y del Choclo, el Batallón, por miedo a perder el hueso, se afilian, con poco seso, empleaditos de a montón.

Dependientes y cajeros,

89 Hoja suelta de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987. 90 Curro.- En Durango, despectivo para las personas de alta posición económica.

203 con su rifle y su canana, se convierten en barberos de la noche a la mañana.

Hoy, cambiando de vestido, de una traza que da risa, les pesa haberse metido de once varas en camisa.

Pobres pollos, sin quehacer, que se me figuran micos, primero imitaban ricos y hoy pelados quieren ser.

¡Oh! Qué Defensa Social, que por tu causa y tus timos, la novia y chamba perdimos, otros la vida y caudal.

Pues las pollitas miedosas, que les dieron serenata, porque metieron la pata, hoy los miran desdeñosas.

Por la noche, a los fortines, los voluntarios marchaban, pero antes allá mandaban, camas, colchas y cojines.

Antes de hacer la campaña, celebraban su victoria, con botellas de champaña, que hizo efecto de chicoria.

Antes de la plaza caer, en poder de maderistas, fueron llamados porristas, fusilados por doquier.

Y los judíos comerciantes, que de hambre ya nos mataban, cada mañana aumentaban, sus precios a los marchantes.

Azúcar, a pesos el kilo, nos la vendía Calderón, si le compraban pabilo

204 y un paquete de almidón.

Y los pobres canaricos, participan nuestros males, kilo de alpiste a los ricos, vendieron a veinte reales.

De los ricos el ideal, es sacrificar al pobre, y como prueba nos sobre la explotación comercial.

Pues la honradez se abolió, ellos sólo querían plata, mas vamos que les salió, el tiro por la culata.

Hoy les llaman saqueadores, a los que vida expusieron, y ellos al pobre exprimieron, detrás de los mostradores.

Fue el remedio peor que el mal, Para el pobre ¡suerte indina! ¿Cuánto más vendrá la sal, azúcar, café y harinas?

Pues del saqueo y quemazón, los comerciantes se quejan y en las bodegas se añejan, las mercancías de a montón.

Los pobres revendedores, hoy ruñen sin sal ni hueso y esperan tiempos mejores ¡será su gusto por eso!

Mas lo perdido, perdido, de los males, el mejor, si triunfara fuera peor, de los ricos el partido.

Cuántas pobres doncellitas, llorarán su desventura, porque su honra y hermosura, es pasto de felicistas.

205 Cuando se acercó el ataque se mofaron con grande saña, porque dizque no traen parque y a muchos lefios91 engaña.

La prensa difamadora, causa de la excitación, hizo temer, sin razón, a toda niña y señora.

Ni tanto fortín ni mina, ni destrucción de nopales asustó a los generales: Contreras, Pereyra, Urbina.

Y quiso la suerte ingrata que triunfara don Calixto, con cañones de hojalata, y de parque desprovisto.

Al ser Durango tomado, ya no hubo más fanfarrones, y los curros y pelones corrieron más que un venado.

Obispado y Catedral, fueron refugio de ricos, cuando balas y no picos les llovían por cada lado.

Y de allí fueron sacados, llenos de miedo y temblores, pues creían ser fusilados por los bravos vencedores.

En entera libertad, fueron puestos enseguida y aplauden al general su heroicidad desmedida.

Los heroicos generales, su nombre han glorificado, los curros en tales casos, no les habrían perdonado.

91 Lefio.- En Durango se denomina así a la persona tonta o de poco entendimiento.

206 Sin descargar el azote, aunque su nobleza abonen cada rico que perdonen será otro nuevo Iscariote.

A los pobrecitos Brachos, caro, les costó la ganga, pues creían que eran muchachos, que se asustan con la changa.

Cayó nuestro presidente, bajo la bala homicida, los que cortaron su vida, jamás erguirán la frente.

La Providencia divina, pondrá fin a nuestros males, ¡Que vivan los generales: Contreras, Arrieta, Urbina!

Todo patriota sincero, con la mano al corazón, diga: “¡Que viva Madero! ¡Viva la Revolución!”

Tragedia de la toma de Durango 92

1.6413104.211113112420 (sic)

Tomo la pluma en la mano, luego la arrimo al tintero, para afirmar como hermano, la defensa de Madero.

Estos cinco generales, con un amor verdadero, se han dado la mano iguales, en defensa de Madero.

En mil novecientos trece, la fecha que digo yo,

92 Hoja suelta de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

207 señores, qué les parece, ya Durango se tomó.

Junio dieciocho a la fecha, que Durango se sitió, luego se encendió la mecha y el combate comenzó.

El miércoles diecinueve, luego que el día esclareció, el mismo pueblo que apruebe quién Los Remedios tomó.

¡Viva don Domingo Arrieta! y su gente tan unida, que le entraron por la puerta, no temen perder la vida.

El mayor Sánchez decía: “Este cerro lo tomamos”, nomás una voz se oía: “Un paso pa‟tras no damos”.

Traiba gente de valor, sobre todo muy unida, no se les hizo dolor, poner en riesgo la vida.

Todos gritaban abajo: “¡‟Ora, valientes soldados, unos son los del trabajo y otros los privilegiados!”

Don Daniel y su asistente: Banda y Porfirio Contreras, y otros varios de su gente, lo acompañaron deveras.

Cuando ya estaban arriba, reunidos, de dos en dos, todos gritaban: “¡Que viva, la gran voluntad de Dios!”

Pobrecitos federales, Voluntarios y demás, que siendo todos iguales, nunca quisieron la paz.

208

Se creían tan poderosos y también su general decía: “¿Pero estos piojosos, dónde nos quieren ganar?”

El general Escudero, pues dice: “Esto no se ha visto, ¡ah!, cómo pesa el Madero, parece el de Jesucristo”.

Les diré a los socialistas,93 pues dirán que yo estoy loco, son muchos los maderistas ahí‟sta tu arpa, no la toco.

Pues yo les voy a decir, aunque me echen en corrida: “Si ellos no temen morir, yo sí defiendo la vida”.

Luego al momento marchó, sin ninguna dilación y a mi Dios se encomendó y salió por el panteón.

Cuando del cerro bajaron el arzobispo salió, con una bandera blanca, y la paz solicitó.

Luego, de frente marcharon, pa‟ entrar a la población, en la garita de Analco, se ha formado un escuadrón.

El arzobispo llegó, a hablar con el general y un automóvil mandó, pa‟ acabarlos de entregar.

Dicho y hecho sucedido, al instante se efectuó, pues yo, ni perdón le pido, que el arzobispo entregó.

93 Socialistas.- Nombre que se dio a los miembros de las Defensas Sociales de Durango.

209

Probado está lo que digo, no nomás porque se ofrece, si acaso otra cosa dijo, es porque así lo merece.

Si no saben, yo les digo, la traición tan declarada, porque en su casa ha tenido federación encerrada.

Emilio Bracho ocupaba el puesto de general, porque era el que gobernaba a la Defensa Social.

Voy a decirles, señores, Ahora que es la ocasión: “Que mientras hayga traidores, perdida está la Nación”.

Porque el Clero siempre ha sido, traidor a nuestro gobierno, porque él, siempre ha pretendido despacharnos al Infierno.

Mucho cuidado Pastor,94 con las leyes que usted dicta, nos defiende del furor, del que gobierna la Mitra.

Gritaba Orestes Pereyra, A los demás generales: “¡No le afloje a la cuerda, que aprieten todos iguales!”

Decía Calixto Contreras: “Bajaremos esa zanja, porque les digo deveras, ya se exprimió la naranja”.

Los Arrieta al pensar, en venir a dar la mano,

94 Se refiero al ingeniero Pastor Rouaix, gobernador de Durango por los constitucionalistas. Durante su administración, en la ciudad de Durango, en 1913, se promulgó la primera Ley Agraria del país.

210 por venirles a quitar, el peso del yugo tirano.

Urbina también les dice: “Pues todos somos iguales, pues yo vine porque quise, contra de los federales”.

Los Arrieta y Contreras, Pereyra también se anima, de ver que entraron deveras, junto con Tomás Urbina.

Adiós ciudad de Durango, cuándo te vuelves a ver, en el mundo que es tan largo, no vuelve a restablecer.

Pues todos somos aliados, y ¡ah! Qué a gusto quedarán y a los pobres soldados, a ver qué premio les dan.

La tragedia se acabó, escribo noches y días por eso les digo yo: “¿Dónde están las garantías?”

Que todos seamos iguales, ¡Viva Dios! Que es lo primero, y todos los generales que defienden a Madero.

211

Cartón de Xavier Gómez sobre el incendio y saqueo, posteriores a la toma de la ciudad de Durango, en 1913 95

95 GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro I, México, Edición del autor, 1953, p. 127.

212

General Tomás Urbina

213

General Orestes Pereyra

El Ingeniero Pastor Rouaix promulgó la primera Ley Agraria del país

214 El infructuoso asedio a la ciudad de Torreón, Coahuila, por las tropas del Ejército Constitucionalista, bajo las órdenes del jefe Venustiano Carranza, dio inicio el 22 de julio de 1913. Sin poder ocupar la plaza, por la ruda resistencia de los efectivos federales huertistas, los revolucionarios se vieron obligados a retirarse el 31 del mismo mes, con dirección a los terrenos liberados en el estado de Durango. Las fuerzas federales estaban agrupadas en la División del Nazas, cuyo jefe era el general Ignacio A. Bravo, famoso por la dirección militar de la Guerra de Castas de Yucatán. La División del Nazas, contaba con 4,000 hombres, 13 piezas de artillería y 12 ametralladoras. Los soldados y el armamento fueron distribuidos en cuatro sectores, de acuerdo con las condiciones del terreno y las posibilidades de ataque de los carrancistas. Por su parte, en lo militar, los hombres de Carranza reconocieron al durangueño Tomás Urbina como su general en jefe y su número llegó a 8,000, entre durangueños que recién habían ocupado la ciudad de Durango y coahuilenses carrancistas que venían en retirada después de una fallida campaña en el estado de Coahuila. Los antihuertistas intentaron introducirse a Torreón por diversos puntos como: El Cañón del Huarache, los cerros de La Constancia, la fábricas La Vencedora y La Unión, así como el panteón. En la ocasión destacó el ataque a la Metalúrgica que fue rechazado por los colorados huertistas de Benjamín Argumedo. Los principales jefes que participaron a favor del gobierno usurpador de Huerta fueron: Eustiquio Munguía, Benjamín Argumedo y Emilio Ocampo. En las tropas rebeldes la dirección estuvo a cargo de los jefes: Orestes Pereyra, Calixto Contreras, Andrés Arrieta, José Isabel Robles y Cándido Aguilar, entre otros.

Los combates de Torreón 96

Anónimo

Los combates de Torreón, admiran por el valor,

96 MACAZAGA ORDOÑO, CÉSAR. Corridos de la Revolución Mexicana (edición facsimilar de Corrido de la Revolución Mexicana de 1910 a 1930 y otros notables de varias épocas, colecci{on de 100 corridos publicados por Eduardo Guerrero en 1930), México, Ed. Innovación, 1985, s. / p.

215 que el soldado mexicano, desplegó con gran valor.

Actos de mucho heroismo y de empuje sobrehumano, se anotaban diariamente, en los cerros y en el llano.

La sangre corrió a torrentes, pero era sangre de hermanos, que en esa lucha homicida, empapáronse las manos.

Torreón es ciudad preciosa, de riqueza sin igual, y es el centro del comercio de esa Comarca fatal.

Es una perla engarzada, entre el Nazas y el Mayrán, con sus campos de algodones, que gran cosecha les dan.

Es emporio del comercio, de aquella inmensa región y con sus cintas de acero, es un buen lazo de unión.

Dos centinelas la guardan, como sultana querida, pues Lerdo y Gómez Palacio, la completan y la cuidan.

Las tropas que defendían, a la ciudad de Torreón, eran gentes reclutadas sin pedirles su opinión.

Muchos de ellos se pasaron, sin que hicieran resistencia y otros murieron, los pobres, sin tener de ello conciencia.

Se acercaron cautelosos, después de ocupar Durango, y cuando menos sintieron, los atacaron de flanco.

216

Por la falta de cañones, no tuvo éxito la empresa y aunque perdían mucha gente, (…)

En el cerro de La Cruz, los asaltantes subían, para quitar los cañones, que desde allí los barrían.

Y así murieron por miles, en ese cerro famoso, los soldados carrancistas, y allí quedan en reposo.

En el cañón del Huarache y en Metalúrgica quedo, dio una carga muy notable el general Argumedo.

El general Bravo estuvo, muy acertado él también, mandando a los federales que se portaron muy bien.

Dentro de la misma plaza, los rebeldes disfrazados, desde techos y ventanas, tiraban a los soldados.

Diez días de luchas terribles y de esfuerzos valerosos, donde triunfó la defensa, con efectos desastrosos.

Los carrancistas se fueron, a Chihuahua y a Durango, dejando el campo regado, con muerto de su peculio.

Los carrancistas se fueron, el treinta y uno de julio, y quedaron unos pocos, en Lerdo por tiempo largo.

El general Bravo enferma

217 y es cambiado por Munguía, y éste mandó expediciones, al rumbo de Picardías.

El general Andrés Arrieta participó en los combates de Torreón

218

El general Ignacio A. Bravo rechazó a los constitucionalistas en Torreón

219 La poca fortuna guerrera de los constitucionalistas afiliados al Plan de Guadalupe, en el estado de Coahuila, así como el envío de grandes contingentes de tropas huertistas a la zona, derivó en que los leales a Victoriano Huerta ocuparan el cuartel general del Ejército Libertador, ubicado en Monclova, Coahuila y que, como ya se apuntó, del 22 al 30 de julio de 1913, los carrancistas fracasaran en su intento de tomar la estratégica ciudad de Torreón. Ante esta desalentadora situación, Carranza optó por dirigirse a los territorios ocupados por los revolucionarios y hacer efectivo su plan de organizar al Ejército Libertador en 7 cuerpos. Casi huyendo, el 4 de agosto de 1913, Carranza arribó a la ciudad de Durango, en donde fue recibido por los generales Domingo y Mariano Arrieta, comandantes militares de la entidad, y por el ingeniero Pastor Rouaix, gobernador del estado. En los días en que Venustiano Carranza permaneció en Durango, I. D. Flores le compuso el corrido laudatorio que se transcribe. Después de estar cinco días en la Perla del Guadiana, Carranza se dirigió a Canatlán y de allí, cruzando la Sierra Madre Occidental, hacia Hermosillo, Sonora.

Saludo sincero al Jefe Supremo de las Fuerzas Constitucionalistas. El ilustre y honorable patriota señor don Venustiano Carranza 97

I. D. Flores

Salud, valiente patriota, defensor del proletario, castigador del que azota, con mano vil de sicario.

En mi pecho encuentre abrigo, tu simpatía y amistad, eres tú del pueblo amigo, y quien deseas libertad.

Y lo que siento lo digo, con grande fe, con valor, espero en Dios que el castigo, tú mismo des al traidor…

97 ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 103 a 104.

220

Mas, si por sabios designios, tú sucumbes en la lucha, antes de rendir a indignos, que al deber jamás escuchan.

Tu recuerdo será aliento, del pueblo batallador, tus palabras son de aliento, del pueblo libertador.

Para que siga hasta el fin, combatiendo al enemigo, a quien procede tan ruín, pagarla ha con castigo.

Sí. Os juramos anciano, que todas las dictaduras, en el suelo mexicano, sólo tendrán sepulturas.

Y que el pueblo ardientemente, luchará por derrocarlas, porque es su anhelo ferviente, para siempre exterminarlas.

Y pelearemos gustosos, con todos esos traidores y con los ricos tramposos, que son del pueblo opresores.

Y en vos, anciano Carranza, confiamos que, mientras vivas, nos infundas la esperanza, que es consuelo en las fatigas.

Y la Patria, hoy gemebunda, mañana triunfante, hermosa, de mirtos hará su tumba… si vives, será tu diosa.

Tu nombre será bendito, con los de Urbina y Arrieta, Contreras, Pereyra e hijos y cuantos a ti están cerca.

¡Vivan todos en unión,

221 y en grata fraternidad…! Que luchen con intención, de establecer igualdad.

En nombre de todo pobre, la bienvenida te doy ¡Carranza, patriota noble! Sabed que contigo estoy.

Don Venustiano Carranza habla a los durangueños en agosto de 1913

222 Miguel V. Laveaga, Vidal Soto y Manuel Manzanera, oriundos de San Dimas, Durango, participaron en la Revolución Maderista y actuaron contra el gobierno usurpador huertista, integrados a las fuerzas del jefe Domingo Arrieta. Después de que las tropas revolucionarias ocuparon la ciudad de Durango, en julio de 1913, el coronel Laveaga con sus cuatrocientos bragados, fueron comisionados para combatir a los huertistas en el oeste del estado de Durango y en el este de Sinaloa. En el Corrido de Manzanera, narra con un estilo muy regional la actuación de los serranos de San Dimas, durante la ocupación de San Ignacio, Sinaloa, que tuvo lugar el 6 de septiembre de 1913. En la acción se destacó la actuación del coronel Manuel Manzanera a quien durante la refriega, una bala que le pegó en su cartuchera, hizo estallar dos cartuchos en su pecho. Manzanera se restableció de su herida en San Dimas.

Corrido de Manzanera 98

Antonio Raymundo Muros

Fecha de seis de septiembre, de mil novecientos trece, atacaron San Ignacio, señores ¿qué les parece?

ESTRIBILLO: Yo ya me voy, le aviso a mi corazón, porque a Manuel Manzanera lo mataron a traición.

A la una de la mañana, marcharon y sin vereda, yendo al frente de las fuerzas, el coronel Manzanera.

ESTRIBILLO.

98 Manuscrito de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

223 Afuera de San Ignacio, los estaban esperando, ciento treinta federales y allí se fueron topando.

ESTRIBILLO.

Cuando gritaron: “¿Quién vive?” Le respondió Manzanera: “Madero ¡Hijos de un malvado!” Se soltó la balacera.

ESTRIBILLO.

Las balas se oían silbar, los disparos daban luz, pues todos los durangueños invocaban a Jesús.

ESTRIBILLO.

Padre Jesús Nazareno, que contigo naiden fuese, pues nos sirvas de alegría mientras que este día .

ESTRIBILLO.

Pues vuela especial, paloma, hasta llegar a Durango, anda avisa al general que „orita estamos peleando.

ESTRIBILLO.

El coronel Manzanera, manifestó su valor, se metió en la balacera, para encontrar más honor.

ESTRIBILLO.

Cuando ya se (…) y con mucho sacrificio, prendían el esconderlo, pero escalar ya no quiso.

224 ESTRIBILLO.

“Agua les pido nomás, ya que me muero de sed, si vienen los federales, aquí los esperaré”.

ESTRIBILLO.

Juan Bautista le decía: “Protejan al coronel, y si vuelven los huertistas, nos moriremos con él”.

ESTRIBILLO.

El valiente coronel, señor Manuel Manzanera, el tiro que lo baldó, le estalló en la cartuchera.

ESTRIBILLO.

Cuando menos lo esperaban, Laveaga atacó de nuevo, al correr los federales, no sabían ni del sombrero.

ESTRIBILLO.

Cuando atacó a San Ignacio, Miguel Laveaga y su gente, llevaron como segundo a un militar muy valiente.

ESTRIBILLO.

Los de Durango salieron, con el rumbo a Culiacán, apretándole muy duro al Gobierno Federal.

ESTRIBILLO.

A las seis de la mañana el fuego lo suspendieron, gritaban los federales:

225 “Los comevacas corrieron”.

ESTRIBILLO.

¡Que viva Miguel Laveaga, Su segundo Manzanera, y el capitán Vidal Soto! Que en la guerra les dio prueba.

ESTRIBILLO.

Los traidores federales, corrían para Culiacán, para alivio de sus males, mataron su capitán.

ESTRIBILLO.

Miguel Barraza mató al capitán y a otros varios, y sólo se conformó, con agarrar sus caballos.

ESTRIBILLO.

Cuarenta rifles hallaron, que tiraron los pelones, y mucho parque regado, por todos los callejones.

ESTRIBILLO.

El coronel Manzanera, su sangre llegó regando, luego mandó que tocaran, al estilo de Durango.

ESTRIBILLO.

De San Ignacio salió, el famoso coronel, a ese Real de San Dimas, a acabarse de atender.

ESTRIBILLO.

Adiós, adiós San Ignacio,

226 te voy a perder de vista, te quedastes en la ruina, por traidor y por huertista.

ESTRIBILLO.

Ya se acabó la tragedia, dispensen lo mal dictado, estos versos los compuso, un maderista informado.

227 El 27 de septiembre de 1913, en la Hacienda de La Loma, municipio de Lerdo, Durango, los revolucionarios durangueños y chihuahuenses que dirigía el jefe Francisco Villa, se juntaron con los de la Región Lagunera que comandaban Tomás Urbina y Calixto Contreras. En la importante reunión de jefes antihuertistas se decidió la conformación de la División del Norte que integró a diversos cuerpos rebeldes de Coahuila, Chihuahua y Durango. En virtud de sus méritos militares y de creatividad estratégica, se optó por consenso que el comandante en jefe de la nieva División fuese el general Francisco Villa. Fuerte con 4,000 hombres y cinco cañones, Villa inició sus operaciones para ocupar la ciudad de Torreón, el 29 de septiembre, combatiendo en la Hacienda de Aviléz, hoy Ciudad Juárez, así como en Ciudad Lerdo, Durango y, para el día 30 del mismo mes, la recién estrenada División del Norte comenzó sus temibles cargas guerreras sobre las goteras de la ciudad de Torreón, Coahuila. Los ataques sobre la Perla del Nazas se prolongaron hasta el día 1 de octubre, fecha en que los efectivos federales huertistas de la División del Nazas, bajo las órdenes del general Eustiquio Munguía, ante la irrefrenable presión de los villistas, después de perder 1,500 hombres, entre muertos, heridos y prisioneros, además de 11 cañones y cinco ametralladoras, entre otros pertrechos, se vieron obligados a desalojar la plaza. En la Tragedia compuesta a la Revolución Maderista y a Torreón que relata la acción, el autor utilizó elementos y personajes de pastorelas y pasiones del teatro ritual católico, comparándolos con los jefes protagonistas del episodio bélico. En el mismo corrido se consigna el término socialistas, que se refiere a los militantes de las Defensas Sociales auxiliares del Gobierno Huertista.

Tragedia compuesta a la Revolución Maderista y a Torreón 99

T. S. D.

En mil novecientos trece, pues esa es la realidad,

99 ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 109 a 111.

228 señores, qué les parece, ya se supo la verdad.

Pues el día dos de los corrientes, se supo ya la razón, pero murió mucha gente, en la toma de Torreón.

El rey de todo lo criado, (sic) ha prestado protección, para que fuera tomado, ese punto de Torreón.

Ese gran repartidor, de las leyes celestiales, quiso darles gran amor, a todos los generales.

Felicitamos a Villa, en la presente ocasión, que fue el general en jefe, de la toma de Torreón.

Ya verán los socialistas, el chasco que se han pegado, Dios cuida a los maderistas, Y a ustedes les da el colgado.

Pues no se puede Nagar, que mi Dios es justiciero, porque tienen que pagar, lo que hicieron a Madero.

Huerta, ya estás satisfecho, ya se cansan de decir, que todo lo que tú has hecho, no pagas ni con morir.

Todavía no quieres creer, tú eres el primer tirano, porque serás Lucifer, figura de Victoriano.

Carranza, ángel Miguel, que ha venido en buena hora, que nos vino a defender, desde lo alto de la gloria.

229

Ya verás qué asesino es, que a él no le cuesta nada, el humillarte a sus pies, con su poderosa espada.

También Manuel Mondragón, es una prueba eficaz, en la presente ocasión, es el mismo Satanás.

Ahí está Calixto Contreras, que él es el ángel Gabriel, porque él desea de veras, el encontrarse con él.

Blanquet es el príncipe Augusto, de las tropas infernales, pero ni les causa susto, a todos los generales.

Todos vinieron a ver, por mandato del Eterno, Huerta que es Lucifer, lo refundan al Infierno.

Félix Díaz es la sierpe, pues es del siglo primero, él fue el que le dio la muerte, a don Francisco I. Madero.

Ahí está, con su bandera, San Jorge, también Santiago, es el general Natera, que viene a darle su pago.

Esos cuatro personajes, dicen que se han vuelto fieras pero ni le da coraje, a don Calixto Contreras.

“Pues me cabe la esperanza”, dice Calixto Contreras: “¿Qué dice señor Carranza? Deje ir a ver a esas fieras”.

Pues dice el señor Carranza:

230 “¿Dónde están esos malvados? Pues tenemos la esperanza, dicen que están enjaulados”

El pueblo que venga todo, a función tan divertida, pues estos, de cualquier modo, se les quitará la vida.

Vamos a ver la función, de gusto iremos cantando, pues vamos a ver al león, que se las come chillando.

En la presente ocasión, pues esta ya es cosa cierta, que en México existe un león, que es don Victoriano Huerta.

Luego le sale Zapata, porque es un hombre formal, y luego su rifle saca, y queda muerto el animal.

Luego sale Félix Díaz, pues es el tigre sangriento, pero a ese lo mata villa, en menos que te lo cuento.

Luego se encontró Blanquet, en figura de pantera, pero le volteó al revés, ¡Ay! Don Pánfilo Natera.

Luego el valiente leopardo, que es Manuel Mondragón, que se encontró con Contreras, y le sacó el corazón.

Los Arrieta y los Pereyra, a Urbina y más generales, pues les encarga Carranza, a los demás animales.

¡Que viva el señor Carranza! y que le hagan los honores, no perdemos la esperanza,

231 de acabar con los traidores.

Mártir, si llevaste pena, a la tumba donde estás, pues peleará Maytorena, hasta establecer la paz.

¡Viva el general Carranza! ¡Que viva y vuelva a vivir! Que él defenderá la causa, hasta vencer o morir.

El general Calixto Contreras, al centro, con su Estado Mayor.

232

Tropas villistas de la División del Norte entran a Torreón, en octubre de 1913

233 El 9 de diciembre de 1913, después de fuertes combates y movimientos ferroviarios, el general José Refugio Velasco, jefe del Ejército del Nazas, recuperó la plaza de Torreón para el gobierno huertista. De hecho, los revolucionarios de Domingo Arrieta, Calixto Contreras y Yuriar, guardianes de la Perla del Nazas, siguiendo las instrucciones de su jefe de División, Francisco Villa, desalojaron la plaza y se trasladaron a Durango. A principios de enero de 1914, los hombres de Victoriano Huerta combaten a los revolucionarios en La Loma, Aviléz, Pedriceña y Mapimí, en escaramuzas que anunciaban enfrentamientos de mayor envergadura. Por su parte, los guerreros de la División del Norte participaban y vencían a los huertistas en las batallas de: Chihuahua, Tierra Blanca y Ojinaga, y es hasta marzo de 1914 cuando el tronar de sus fusiles, carabinas y cañones retornaba al estado de Durango. El 19 de marzo de 1914, los villistas arribaron a estación Conejos, y, al siguiente día, los bragados de la División del Norte, atacaban: Bermejillo, Tlahualilo, Peronal y Mapimí. Poco después, mediante una conferencia telefónica, Francisco Villa instaba al general José Refugio Velasco, jefe de la División del Nazas, a que entregara pacíficamente la plaza de Torreón. La respuesta del guerrero federal huertista resultó negativa y los villistas iniciaron su incontenible avance por los desiertos de La Laguna. Entre los días 21 y 23 de marzo se combatió fieramente en estación Sacramento y, una vez que los villistas ocuparon el lugar, se dirigieron a las goteras de Gómez Palacio. El día 23, los generales de las Brigadas de la División del Norte guerrearon con sus cañones, caballos, ametralladoras, fusiles y pistolas en El Porvenir, el cerro de La Pila y en Ciudad Lerdo. Las noches del 24 y 25 de marzo, el cerro de La Pila es visible por la constante iluminación que produce la metralla del combate que hace sucumbir a cientos de soldados y oficiales, hasta que, por fin, el día 26, los huertistas abandonan Gómez Palacio y se concentran en Torreón, suspendiendo toda posibilidad de parlamento. La guerra continua en el cañón de El Huarache y en las riberas del Río Nazas. Los cerros de La Cruz, de Calabazas, de La Presa y El Coyote, son los baluartes

234 federales que se van doblegando ante las granadas de las artillería de las brigadas villistas de los generales: Ángeles, Saavedra y Servín. Conocedor del arte de la guerra, el general Velasco intenta ganar tiempo el día 30, al pedir una tregua para enterrar muertos y recoger heridos. Sin embargo, la intuición de Villa prevé las intenciones de Velasco y los combates no se suspenden. Tres días después aún se sigue peleando por Torreón. En momentos, los villistas luchan cuerpo a cuerpo contra los huertistas y, sin poder resistir más, el general José Refugio Velasco decide la retirada. El día 3 de abril de 1914, la victoriosa División del Norte hacía su entrada triunfal en la Perla del Nazas. La sangrienta secuela de la violencia revolucionaria contra Huerta, continuó en las batallas de San Pedro de las Colonias y Paredón, en el estado de Coahuila. De las batallas laguneras de marzo y abril de 1914, existen diversos documentos fílmicos silentes, así como el famoso testimonio periodístico de John Reed, compilados en el famoso libro México insurgente y los corridos de: La decena de Torreón, La salida de los gachupines de la ciudad de Torreón, La toma de Torreón. Segunda parte, la Honorable tragedia de la situación en San Pedro de las Colonias, así como la Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro que, por su originalidad, veracidad en el relato histórico y lenguaje regional, es la que a continuación se transcribe.

Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro 100

Anónimo

Mil novecientos catorce, año de Revolución, tomaron los maderistas, de nuevo otra vez Torreón.

Pues llegó el general Villa, se acuarteló en El Vergel: “Vamos metiendo la orilla, pa‟ que conozcan la miel”.

100 Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

235

“Amontónense pelones, pa‟ que se den bien la mano, prevengan bien sus cañones y no se llamen a engaño”.

Generales maderistas, todos se ponen de acuerdo: “Vamos a echar los huertistas de ciudad Gómez y Lerdo”.

A los de Estado Mayor, les dijo el general Villa: “Ahora hay que entrar con valor, cada quien con su guerrilla”.

“A todos los oficiales les voy a dar a saber, llevan orden de tronarles a los que quieran correr”.

“Si nos llegan a matar, será porque nos conviene, muchachos no hay que quitar, el valor a quien lo tiene.

Para que mejor me entiendan, se empezó a mover la gente: “Aquí hay con qué se defiendan, lleven parque suficiente”.

En Lerdo, también en Gómez, guerra (…) encarnizada, las calles (…) llenas de gente tirada.

“Avancen”, decían los jefes: “A echarlos de los fortines”, “Federales no se dejen”, gritaban los gachupines.

“Ya no hay lugar que les cuadre”, decía el general Contreras, “Ya conocerán su padre ya no andarán de panteras”.

Era un rugir de cañones

236 que se oía por el (…), hasta perder los pelones, en ciudad Gómez Palacio.

Ve perdiendo la esperanza, Velasco que trais el mando, ya te hirieron a Ocaranza, los valientes de Durango.

Murió Federico Reyna, en la presente ocasión, y también Ricardo Peña, general de División.

Fortín Casa Colorada, ¡oh! Qué guerra tan fatal, Mucha sangre derramada, también en el Hospital.

En ese ataque murieron, señores, que triste cosa: mayor Virginio Romero, coronel Pablo Mendoza.

Al mayor Jaques, la muerte, le dieron los federales, y a Luis Cásares también, eran hombres muy cabales.

Pues decía el general Villa: “Ahora lo verán, malvados, qué caro les va a costar, la muerte de mis soldados”.

Pues las pruebas que les dio, en el campo y en las casas, mucha gente les mató, en Guarache y Calabazas.

¡Ay! Pelones no hagan fila, no están tan afortinados, en el cerro de La Pila, quedaron muchos tirados.

Nomás hasta el dos de abril, aguantaron los pelones, para poderse salir,

237 tirotearon los cañones.

Una extensa polvareda les sirvió de protección, para salir de carrera, de la plaza de Torreón.

Les decían los gachupines, apretándose las manos: “Recuperen los fortines, nosotros les ayudamos”.

“Señores no hay nada de eso, Éste Villa no es cualquiera, ya no queremos el queso, salir de la ratonera”.

Federales, no decían, que eran hombres invencibles, ya llegó el general Villa, el vencedor de imposibles.

Siempre evacuaron la plaza, los de Huerta y Argumedo, se fueron a incorporar, con las fuerzas de San Pedro.

Velasco llegó a San Pedro, cuando ya va de corrida, luego que vio aquel refuerzo, dijo: “Ya fuimos de vida”.

“Ya somos doce mil hombres”, dijo ese cabecilla: “Con los que hay pa‟ derrotar a ese general Villa”.

Estos creían ganar visto, con dieciocho generales, señores, no habíamos visto, morir tantos federales.

Pues ya vale más, huertistas, que se dejen de pelear, porque con los maderistas, no han de echar una al ganar.

238 Ya verán, aquí en San Pedro, se acrecentaron sus males, mil trescientos prisioneros, muertos muchos oficiales.

Vayan a avisarle a Huerta, que se quite de la silla, porque no han de hallar la puerta, cuando se le acerque Villa.

Cuando de nuevo evacuaron esa plaza de San Pedro, muchas fincas incendiaron, para dejar su recuerdo.

Ya corrieron los pelones, de nuevo echaron a huir, ya dejaron los cañones, mucho parque de fusil.

Velasco, esto siente más, y en lágrimas se atraganta, porque murió Joaquín Maas, Arnoldo y Emilio Campa.

También de los maderistas, nos han muerto mucha gente, coroneles y oficiales, todos de armas y valientes.

Les dice el general Villa, a sus valientes guerreros: “Hemos de vengar la sangre, de todos los compañeros”.

“Pues ya no hay que hacer favores, ni a los que porten bombines, hay que matar al traidor, y echar a los gachupines”.

“Todo aquel que es extranjero, tiene la fiel esperanza, a Huerta le dan dinero, para que arruine a Carranza”.

Dice Huerta: “He de pelear, contra todo el mundo entero,

239 al cabo me han de matar, como yo maté a Madero”.

Métanle a marcha forzada, ahora por la ocasión, a mí no me importa nada, que se acabe la Nación”.

Ya se acabó la tragedia, Huerta goza de placeres, Dice: “Yo sigo la guerra, si no hay hombres, con mujeres”.

Revista de tropas federales en espera del ataque villista a Torreón

240

El General Francisco Villa al mando de la división del Norte tomó la ciudad de Torreón en 1914

El general Calixto Contreras, al mando de la Brigada Juárez participó en la toma de Torreón

241 Después de la toma de Torreón de 1914, por la División del Norte, se suscitaron diversos desacuerdos de jerarquía entre los cuerpos revolucionarios, sobre todo por parte del jefe Venustiano Carranza quien intentaba imponer su poco afortunado criterio militar a las tropas de la poderosa División del Norte que dirigía el general Francisco Villa En este contexto, el general durangueño Pánfilo Natera, tras participar con sus tropas en la ocupación de la Perla del Nazas, se dirigió a la ciudad de Durango, en donde recibió la orden, de Venustiano Carranza, el primer jefe revolucionario quien a la sazón se encontraba en la Perla del Guadiana, de ocupar la ciudad de Zacatecas, último baluarte bélico huertista de importancia. Para cumplir su misión Natera contó con las tropas durangueñas y zacatecanas de la División del Centro y con los hombres de la División Durango, a las órdenes del general Domingo Arrieta León. Del 10 al 15 de junio de 1914, los 7,000 constitucionalistas enviados por Carranza, combatieron por los fortines de la ciudad de Zacatecas, en los cerros de: La Bufa, El Grillo, El Padre y Clérigos, lugar en el que los 2,000 federales huertistas que comandaba el general Luis Medina Barrón lograron que los revolucionarios se batieran en retirada. Ante la derrota de los nateristas y arrietistas se hizo evidente que Zacatecas sólo podría ser ocupada por la División del Norte. En los días en que la División del Norte avanzaba triunfante por el oeste del estado de Durango, en la población de Cuencamé, cabecera del municipio del mismo nombre se acuñó una extraña moneda, famosa en el mundo de la numismática por ser la única pieza de dinero que en su reverso tiene una consigna de muerte que reza: “MUERA HUERTA”. El nombre que los coleccionistas han dado a la extraña moneda es: CUENCAMÉ 1914, MUERA HUERTA. Se cuenta que los huertistas fusilaban sin formación de causa a quienes usaran esas monedas en el mercado.

Corrido del ataque a Zacatecas 101

101 ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección Científica # 46, 1976, pp. 66 a 67.

242 Anónimo

El ataque a Zacatecas, que „ora voy a revalsiar, forma otra página triste del año que va a mediar.

Pánfilo Natera, el bravo general, hizo prodigios, pero siempre se estrellaban los impulsos de sus hijos.

Pues la buena artillería de los huertistas, hoy día, ha obligado a los Natera, a combatir noche y día.

Esos cerros que rodean a la rica Zacatecas, están muy bien artillados, por los soldados aztecas.

Siete días con siete noches, es lo que va en el ataque, estando los carrancistas valientes en el combate.

Los cerros de Guadalupe, llegaron a sorprender a las fuerzas de Medina, pues tuvieron que correr.

Al asaltar Guadalupe, se metieron a la plaza, pues la División del Centro, trae gallos de buena raza.

Con ese atrevido ataque derrotó a los federales, y amenazó a Zacatecas, al frente de tropas leales.

Argumedo, el general, con buena caballería, fue persiguiendo a Natera, por toda la Sierra Fría.

243 Los Arrieta y los Natera, uno al otro se decían: “¡No tomamos Zacatecas por falta de artillería!”

Decía Pánfilo Natera: “Ya no peliemos en vano, le avisaremos a Villa para que nos dé una mano”.

Villa, al saber la derrota, le dio rabia de coraje, y ordenó embarcar las tropas, pues, para emprender el viaje.

Medina Barrón, Javier, hermano del general, se fue a topar con la muerte, en un agarre formal.

Ese general Natera, cuando atacó Zacatecas, lo hizo con cuatro mil hombres, contra diez mil bayonetas.

Vuela, vuela palomita, por las ramas de un membrillo, anda avísale a Carranza, que no sale de Saltillo.

Vuela, vuela palomita, por arriba del Crestón, avísale a , acuartelado en Torreón.

244

General Domingo Arrieta y su Estado Mayor en 1914

General Pánfilo Natera García

245

Moneda CUENCAMÉ 1914, MUERA HUERTA. Única pieza numismática en el mundo que tiene una consigna de muerte

246 Ante la ineptitud del mando militar del Ejército Constitucionalista, liderado por Venustiano Carranza, el general Francisco Villa optó por renunciar a su cargo de jefe de la División del Norte y, Carranza, satisfecho de sus gestiones e intrigas, aceptó la renuncia. Sin embargo, el Estado Mayor de la División del Norte tomó la determinación de reimponer a su jefe natural, el llamado Centauro del Norte. Ante la derrota de los nateristas y arrietistas en su intento por ocupar Zacatecas, Francisco Villa decidió intervenir, con la División del Norte en la batalla por Zacatecas. Así, a partir del 17 de junio de 1914, las brigadas y cuerpos de la División del Norte, haciendo pitar sus trenes, saltándose la autoridad moral de Venustiano Carranza, iniciaron su viaje a Zacatecas y dos días después las tropas unidas de las Divisiones: del Norte, del Centro y Durango comenzaron sus preparativos para combatir a los miles de soldados del general huertista Luis Medina Barrón. Entre el 17 y el 23 de junio de 1914, la División del Norte, junto con las extenuadas tropas de Natera y Arrieta, se cubrieron de gloria en la famosa Batalla de Zacatecas, una de las más grandes acciones bélicas de la Historia latinoamericana. La División del Norte demostró que, militarmente, era la única fuerza capaz de acabar con la facción huertista. Es de señalar que la mayoría de los cuerpos y brigadas que intervinieron en la acción estuvieron integradas por elementos y cuadros de oficiales oriundos del estado de Durango, entre ellos se puede mencionar a: Tomás Urbina y su Brigada Morelos, Calixto Contreras y sus cuencameros de la Brigada Juárez, Orestes Pereyra con la Primera Brigada de Durango, Severino Ceniceros, quien, de manera accidental, jefaturó la Brigada Juárez de Durango, Manuel Medinaveytia, jefe de Estado Mayor de la División del Norte y Miguel González, jefe de la Brigada Guadalupe Victoria. Los mismos jefes de la División del Centro y la División Durango; Pánfilo Natera y Domingo Arrieta, así como sus oficiales brigadieres, fueron, en su mayoría, durangueños. Al levantar el campo, una vez terminadas las hostilidades de la toma de Zacatecas, las bajas huertistas sumaron más de 6,000 muertos y el número de villistas que cayeron llegó a 1,500. En la gresca también sucumbieron alrededor de 2,000 pacíficos.

247 En el botín de guerra se cuantificaron: 12,000 fusiles máuser, 50 ametralladoras, 19 cañones y gran cantidad de explosivos. De la misma manera, los villistas hicieron 5,000 prisioneros, mientras que los horrores de la guerra desquiciaron la paz y el tejido social de la hermosa ciudad colonial. Con la toma de Zacatecas, la resistencia huertista estuvo prácticamente aniquilada y se marcó el triunfo de la guerra contra el Gobierno Usurpador.

Corrido de la toma de Zacatecas 102

Arturo Almanza

Son bonitos estos veros, de tinta tienen sus letras, voy a cantarles a ustedes, la toma de Zacatecas.

Mil novecientos catorce, las vísperas de San Juan, fue tomada Zacatecas, como todos lo sabrán.

Era veintitrés de junio, del catorce por más seña, fue tomada Zacatecas, por la División Norteña.

La toma de Zacatecas, por Villa, Urbina y Madero, el sordo Maclovio Herrera, Juan Medina y Ceniceros.

Salió don Francisco Villa, de la ciudad de Torreón, con toda su artillería, hasta el último escuadrón.

Se vino la División, por el filo de la sierra, porque se tenía que ver lo bueno por su bandera.

102 ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección Científica # 46, 1976, pp. 74 a 77.

248

Llegó don Francisco Villa, a la estación de Calera, porque iba a tomar la plaza, para que entrara Natera.

Ya tenían algunos días, que se estaban agarrando, cuando llegó el general, a ver qué estaba pasando.

Al llegar Francisco Villa, con todos sus escuadrones, se marchó en un automóvil, al campo de operaciones.

Les dijo el general Villa: “¿Con que está dura la plaza? Ya les traigo aquí unos gallos, creo que son de buena raza”.

Villa recorrió los puestos, pa‟ colocar a su gente, por el sur, por el oriente, por el norte y el poniente.

Por Morelos y Las Pilas, iban las caballerías, por el centro de las tropas, iban las infanterías.

Calculando su estrategia, con la visión que él tenía, en las lomas de La Plata, colocó su artillería.

Ese mismo día, en la tarde, emplazaron los cañones, cerca del cerro de El Padre, apuntado a Los Crestones.

Pusieron un reflector, para encandilar a Villa, y Ángeles lo derribó, como rosa de Castilla.

Villa trazó bien sus planes,

249 y dijo a sus generales, que al día siguiente estuvieran en sus puestos muy formales.

En la Hacienda de Las Pilas, pasó a sus tropas revista, comenzando desde allí, el ataque a los huertistas.

Manuel Chao y Servín, pasaron por La Bonanza y entraron a los lugares que les fijó la ordenanza.

Emplazadas ya las piezas, en punto a las diez del día, fue bombardeada la plaza, con muy buena puntería.

A las diez de la mañana, comenzó aquella jornada, y se oía la balacera, que parecía granizada.

Empezaron los balazos, por el cerro San Martín, por La Araña y por El Padre, también por El Chapulín.

Ese día por la mañana, comenzaron a bajar, heridos por todas partes y el cañón a disparar.

Andaba las pobres juanas empinadas de los cuerpos, recogiendo a los heridos y rezándole a los muertos.

Unas eran de la sierra, los más de las poblaciones, eran todas muy bonitas y de muchos pantalones.

Avanzan los batallones de los valientes villistas, y los federales caen,

250 sin tener quién los asista.

Avanzaron los Dorados, pasaron por San Martín, para atacar a La Bufa, el formidable fortín.

Para tomar a La Bufa, subieron a La Cebada y, por la loma de El Muerto, encontraron gente armada.

Y los villistas con brío, trepaban por las laderas, pero al fortín no llegaban, porque morían en las eras

Ataque, tras otro ataque, los pelones rechazaban, pero Madero y Urbina, más batallones mandaban.

Cuatro horas duró el ataque, para tomar posesiones, de ese cerro de La Bufa, que ha llamado la atención.

El cerrito de La Bufa, de memoria tan famosa, fue por la tarde tomada, tras una lucha espantosa.

Robles y Toribio Ortega desafiaron a la muerte, y empezaron a atacar la defensa del oriente.

La Bufa la defendían, muchos más de tres mil Juanes, pero en tana terrible ataque, allí murió Soberanes.

Esos huertistas había, en las cumbres de aquel cerro. Pero fueron hechos polvo Con un empuje certero.

251 Adiós cerro de La Bufa, con tus lucidos crestones, ¡cómo te fueron tomando, Teniendo tantos pelones!

Vadeando el cerro de El Padre, abatieron las trincheras, guerrilleros de Parral y don Calixto Contreras.

El señor Rosalío Hernández, valiente como formal, le tocó sacar los mochos del cerro de San Rafail.

Tierra Negra la tomó, Gonzalitos por sorpresa, porque estaba muy confiado ese mayor Oropeza.

En la Cuesta del Calvario, atacando con su gente, murió Trinidad Rodríguez, peleando como valiente.

Se metió por Las Mercedes, el general Ceniceros, y el jefe José Rodríguez como buenos compañeros.

En la Plazuela García, tuvieron un encontrón, pero las fuerzas villistas honraron su pabellón.

En la calle de Tres Cruces, se atrincheran federales y matan con sus disparos a muchos soldados leales.

En dos horas de combate, los federales corrieron, las calles de San Francisco, llenas de muertos se vieron.

Horrible carnicería hicieron nuestros villistas

252 y, de seiscientos cincuenta, quedaron sólo las listas.

Las baterías de Chihuahua, tan cerradas como siempre, disparan con precisión sobre el cerro de La Sierpe.

Por el sur, sobre la vía, Guadalupe y La Encantada, por La Bufa y por Loreto, la División los cercaba.

Valiente Medinaveytia, con otros de gran templanza, como don Rodolfo Fierro, y ese general Almanza.

De los cañones salía, una pura llamarada, pero ya se definía, la terrible desbandada.

Benavides Herrera, los dos con sus batallones, entraron a la estación persiguiendo a los pelones.

En el fortín de San Juan, de Dios creían detener, el empuje de las tropas, mas tuvieron que ceder.

Ese coronel Ramírez, artillero federal, cayó como caen los hombres, en esa lucha infernal.

Los sitiados, ya perdidos, dieron una orden brutal, de volar con dinamita, el Palacio Federal.

Palacio que fue una joya, por su estilo colonial, quedó nomás en montones, de tierra, madera y cal.

253

Esa finca de La Aduana, era una finca bonita, la volaron los huertistas, con pólvora y dinamita.

Quemaron los federales, varias cuadras de la plaza, antes de ser derrotados, perdiéndose muchas casas.

El Palacio, Los Archivos, Obispado y Catedral, sufrieron daños muy graves, por ese crimen bestial.

Pensaron, por Guadalupe, irse muchos de salida, pues perdieron la esperanza, de resistir en sus reales.

“Medina Barrón, no creas, que andamos porque sobramos, pues con la ayuda de Dios, a Zacatecas tomamos”.

Gritaba Francisco Villa: “¡‟Ora sí, viejo barbón, ya le puse aquí la muestra a don Álvaro Obregón!”.

Ángeles, el general, jefe de la artillería, le pidió permiso a Villa, cañonearlos todavía.

Y Villa le contestó: “¡Hombre! No seas imprudente, cómo quieres rematarlos si perece mucha gente”.

Como a las seis de la tarde, la plaza estaba tomada, las campanas anunciaban el triunfo de la jornada.

La sangre corrió a torrentes

254 y las gentes resbalaban, en los charcos que, en las calles, por dondequiera quedaban.

Por el lado de La Veta, cantaban Los Horizontes, 103 “Fue tomada Zacatecas, por la División del Norte”.

Medina Barrón fue el jefe, de las fuerzas federales, y retuvo por dos meses, el empuje de los leales.

Fíjense lo que hacía Villa con el que hacía prisionero, le perdonaba la vida, le daba ropa y dinero.

Gritaba Francisco Villa: “¿Dónde te hallas Argumedo? ¡Ven párate aquí adelante, tú que nunca tienes miedo!”

No te vayas orejón, quédate a los chicharrones, dile a Medina Barrón, que murieron sus pelones.

Gritaba Francisco Villa:: “¿Dónde estás viejo Barrón? ¡Yo creo que todos me quedan, guangos como el pantalón!”

¡‟Ora sí, borracho Huerta! harás las patas más chuecas, al saber que Pancho Villa, ha tomado Zacatecas.

Felicitó Pancho Villa, a todos sus batallones, por el éxito alcanzado, de acabar con los pelones.

¡Que viva Francisco Villa,

103 Los Horizontes, nombre de un conjunto musical que acompañó a la División del Norte.

255 que defiende al pueblo entero! ¡Que vivan sus generales: Urbina y Raúl Madero!

Los muertos van al panteón, cayendo como goteras, por la mortandad que hicieron Francisco Villa y Natera.

Cuatro ramitos de azahares, puestos en cuatro macetas, a los valientes villistas que tomaron Zacatecas.

Vuela, vuela palomita, llévate una flores secas, y dile al borracho Huerta que entramos a Zacatecas.

Vuela, vuela palomita, párate en esas violetas, ¡señores, es el corrido: La toma de Zacatecas!

“Mi nombre es Arturo Almanza, soy dorado y no pelón, ¡Que viva Francisco Villa! ¡Viva la Revolución!”

256

El general Francisco Villa dirigió a la División del Norte en la la toma de Zacatecas

257

General Luis Medina Barrón, jefe de las tropas federales huertistas en Zacatecas que fueron derrotadas por la División del Norte

Imagen de los efectos destructivos de la guerra durante por la toma de Zacatecas

258 La famosa y emblemática canción de La Adelita es considerada entre las composiciones mexicanas más conocidas internacionalmente y su melodía implica la identificación sonora inmediata con la Revolución Mexicana. De La Adelita, existen múltiples versiones cantadas, instrumentales e incluso sinfónicas. Varios investigadores coinciden en que La Adelita, en su versión original, surgió de entre las tropas durangueñas del general Domingo Arrieta León. A grandes rasgos, la historia de la canción es la siguiente: Una vez que los revolucionarios antihuertistas ocuparon la ciudad de Durango, en junio de 1913, el general Domingo Arrieta ordenó a su hermano Mariano que, junto con la Tercera Brigada de Caballería de su División, se dirigiera, en el mes de septiembre de 1913, a apoyar a las tropas constitucionalistas de los generales Álvaro Obregón y Ramón F. Iturbe, en la campaña de Sinaloa y en la toma de la ciudad de Culiacán. A la sazón, el profesor Julián S. Reyes, actuaba como director de la banda de música de la Brigada Arrieta. En la ciudad de Culiacán, al departir con los camaradas revolucionarios y hacer comentarios en torno a las canciones regionales, el profesor Reyes escuchó de un señor, de apellido Amezcua, la melodía de La Adelita, en su versión silbada, y Amezcua le aseguraba que esa era de las que mayor éxito habían alcanzado en la región y que la música, de autor desconocido, había empezado a escucharse hacía unos dos o tres años, es decir en el periodo de la Revolución Maderista. Percatándose de la calidad de la melodía, Julián S. Reyes desarrolló la audiotranscripción musical de la melodía e hizo los arreglos necesarios para la instrumentación en banda. De inmediato, La Adelita fue incorporada en el repertorio del conjunto musical, como pieza obligada y en todos los lugares que la Brigada Arrieta iba ocupando, se repetía la interpretación. Además de la música, los intérpretes de la banda también cantaban la letra que adquiriría fama mundial. En diciembre del mismo año, la triunfante Brigada retornaba a la ciudad de Durango y el día 12, el general Mariano dispuso que la banda de Reyes ofreciera una función en el Santuario de Guadalupe, en honor y agradecimiento religioso a la Virgen del mismo nombre. En la ocasión se estrenó La Adelita, en la ciudad de Durango y posteriormente no se dejaba de tocar en las serenatas que

259 semanalmente se ofrecían en la Plaza de Armas. La constante repetición de la canción entre las tropas de los hermanos Arrieta propició que esta se transformara en el himno de la División Durango y por ello, otros cuerpos revolucionarios les llamaron Los Adelitos. Muchas historias, chismes y consejas se tejieron en torno a la mujer que había inspirado la famosa canción. No faltaron quienes, en el afán protagónico de ser La Adelita, inventaron una gran cantidad de testimonios y pruebas poco fiables. El señor Rufino Quiñónez, quien fuera el subdirector de la banda de música del maestro Reyes, se dio de baja de las tropas arrietistas y, en compañía de los también músicos de la banda: Alejo Ríos, Juan Flores y Toribio Correa, se dirigió a trabajar a la ciudad de El Paso, Texas, en donde hicieron sonar las belicosas y amorosas notas de La Adelita. En los Estados Unidos, la canción pasó a ser grabada en discos fonográficos de pasta de 78 revoluciones por minuto y la facilidad de reproducción, en su entonces novedoso contenedor, fue un nuevo motivo que contribuyó a la popularización mundial de la canción. 104

La Adelita 105

Anónimo

Y Adelita se llama la joven a quien yo quiero y no puedo olvidar, en el mundo yo tengo una rosa y con el tiempo la voy a cortar.

Si Adelita quisiera se mi esposa, si Adelita fuera mi mujer, le compraría un vestido de seda para llevarla a bailar al cuartel.

Adelita, por Dios, te lo ruego, calma el fuego de ésta mi pasión, porque te amo y te quiero rendido y por tí sufre mi fiel corazón.

104 MARÍA Y CAMPOS, ARMANDO DE. La Revolución Mexicana a través de los corridos populares, Tomo I, México, Biblioteca del INEHRM, # 25, 1962, pp. 42 a 43. 105 DROMUNDO, BALTAZAR. Villa y La Adelita, Victoria de Durango, Dgo., Gobierno del Estado de Durango, 1936, pp. 38 a 40.

260

Si Adelita se fuera con otro, la seguiría por tierra y por mar, si por mar, en un buque de guerra, si por tierra, en un tren militar.

Soy soldado y la Patria me llama, a los campos que vaya a pelear, Adelita, Adelita de mi alma, no me vayas, por Dios, a olvidar.

Por la noche, andando en el campo, se oye el clarín que toca a reunión, y yo repito, en el fondo de mi alma, Adelita es mi único amor.

Si supieras que ha muerto tu amante, rezarás por mí una oración, por el hombre que supo adorarte con el alma, vida y corazón.

Toca el clarín de campaña a la guerra, salga el valiente guerrero a pelear, correrán los arroyos de sangre, que gobierne un tirano, ¡jamás!

Y si acaso yo muero en campaña, Y mi cuerpo en la tierra va a quedar, Adelita, por Dios, te lo ruego, que con tus ojos me vayas a llorar.

Ya no llores, querida Adelita, ya no llores, querida mujer, no te muestres ingrata conmigo, ya no me hagas tanto padecer.

Me despido, querida Adelita, ya me alejo de mi único placer, nunca esperes de mi alma cautela, ni te cambio por otra mujer.

Ya me despido, querida Adelita, de tí un recuerdo quisiera llevar, tu retrato lo llevo en mi pecho, como escudo que me haga triunfar.

Conque, quédate querida Adelita,

261 ya me voy a la guerra a pelear, la esperanza no llevo perdida, de volverte, otra vez, a abrazar.

262 En los últimos meses de 1914, las diversas facciones revolucionarias que triunfaron contra el gobierno usurpador de Victoriano Huerta, con graves diferencias de jerarquía e ideología, se reunieron en la Convención de Aguascalientes, con la intención aparente de unificar criterios y dar rumbo coherente a los destinos del país. En la Convención, los irreconciliables revolucionarios se dividieron en dos grandes facciones: los convencionistas, seguidores de los jefes populares Emiliano Zapata y Francisco Villa, y los constitucionalistas, quienes siguieron las órdenes del jefe Venustiano Carranza. De inmediato, la guerra de las facciones en pugna volvió a cubrir de violencia y sangre el territorio nacional. Como una de las consecuencias de la guerra revolucionaria, los ferrocarriles del país sufrieron graves destrozos y, dada la importancia estratégica de las cintas de acero y los trenes, el 4 de diciembre de 1914, el Gobierno Constitucionalista de Venustiano Carranza decretó la incautación de las vías férreas y los trenes de las zonas que dominaban los constitucionalistas, con la creación de la Dirección General de Ferrocarriles Constitucionalistas. Por su parte, el convencionista Francisco Villa incautó los tramos de ferrocarril de Paredón a Durango y el Durango-Tepehuanes. En el estado de Durango, la lucha entre los constitucionalistas y los convencionistas, durante el año de 1915, fue protagonizada por las tropas carrancistas constitucionalistas de los generales Mariano y Domingo Arrieta, mientras que los villistas convencionistas actuaron bajo las órdenes del general Tomás Urbina. En un primer momento, Villa tenía la supremacía guerrera de la entidad, pero al retirar tropas para combatir en El Ébano, San Luis Potosí, los hermanos Arrieta se apoderaron de Tepehuanes y, siguiendo la vía del ferrocarril, el 13 de agosto de 1915, lograron ocupar la ciudad de Durango. Sin embargo, una partida de villistas, perseguidos por las tropas carrancistas del general Francisco Murguía, incursionaron en Durango y asaltaron el ferrocarril de Durango a Tepehuanes, a la altura de la Estación Carpintero, el 19 de agosto de 1915 y el asalto es el asunto del Corrido de Carpintero.

263 En un constante estira y afloja bélico, ante el avance de los villistas, los constitucionalistas arrietistas se vieron obligados a desalojar la ciudad de Durango el 23 de agosto de 1915 y para el 19 de octubre del mismo año, los carrancistas recuperaban la plaza para los constitucionalistas.

Corrido de Carpintero 106

Antonio Raymundo Muros

En el nombre sea de Dios, pido permiso primero, para hacer estos versitos del asalto a Carpintero.

Señores, en un momento, prestadme vuestra atención, para cantar la tragedia, sucedida en la ocasión.

Comienzo pues a informar, de los horribles desmanes, que el diecinueve de agosto sufrió el tren de Tepehuanes.

Pues qué inocentes estaban, toditos los pasajeros, que iban a ser despojados, por los crueles bandoleros.

Con el rumbo a Tepehuanes salió el tren de esta ciudad, el cual fue descarrilado, por los hombres sin piedad.

Toditos los pasajeros se encontraban asustados, de verse en esos momentos, de bandoleros sitiados.

Los asaltantes estaban,

106 Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

264 en línea de tiradores, allí se vido el valor, de los leales defensores.

Del rancho de José Antonio, y también de los Potreros, estaban posesionados , toditos los pasajeros.

Pues se abrió duro combate, entre leales y rebeldes, al mismo tiempo se oían, tristes ayes de la gente.

Pues la escolta fue atacada, por distintas direcciones, quedando muertos y heridos, en sus mismas posesiones.

Tristes lamentos se oían, daban los agonizantes, ya dueños del campamento, quedaron los asaltantes.

La escolta que se abatía, sin refuerzo cual ninguno, tuvieron que sucumbir, pues muriendo uno por uno.

Pues como buitres hambrientos, se lanzaban los villistas, asesinando furiosos, a los pobres carrancistas.

Terminada la tarea, los infames bandoleros, pues se decían más furiosos, a despojar pasajeros.

Se negaban pasajeros a entregar los que llevaban, sin esperar más, los hombres, luego, luego los mataban.

En burros y en carretones, llevaban lo que podían, prendiendo fuego a los carros,

265 que estaban sobre la vía.

En los vagones había, heridos que lamentar, pues también fueron quemados, no pudieron escapar.

Pues algunos pasajeros, hasta la razón perdieron, por los terribles momentos, de miseria en que se vieron.

Muchos huérfanos quedaron y muchas viudas también, por el horrible desastre, que sufrieron en el tren.

De desolación y muerte, fueron aquellos momentos, de balas y “agalabis”, desprendían sus lucimientos.

El siniestro criminal, proceder de los alzados, hacen siempre recordar, de los crímenes pasados el pobre del conductor, en grande aprieto se veía, lo seguían por diez pesos, que traía en su compañía.

Pues resultaron heridos, en la sangrienta refriega, lamentando su dolor, las señoritas Ortegas.

Don José Ramón Valdez, en esos tristes sucesos, perdió un carro que llevaba, pues más de quince mil pesos.

En el terrible atentado, cometido en ese día, perdió la vida el comerciante, señor Eloíso García.

266 Vuela, vuela palomita, apresúrate a llegar, anda avisa que ya es muerto, pues don José Salazar.

Al auditor Jesús Díaz, le amagaban con la muerte, pues poniéndole con rabia, la carabina en la frente.

Al fin se vino salvando, Jesús Díaz, el auditor, por una tercera parte, que intervino a su favor.

En fin, yo ya me despido, lo acompaño en su dolor, a los que quedaron huérfanos, en los momentos de horror.

Ya se acabó la tragedia, ya acabaría de cantar, los versitos del asalto, que hoy acabó de pasar.

Billete durangueño del periodo revolucionario

267

El 12 de diciembre de 1915, la población de Cuencamé, cabecera del municipio del mismo nombre, que en esos momentos se encontraba sin defensa de soldados y oficiales villistas convencionistas, fue atacada por las tropas carrancistas constitucionalistas del general Francisco Murguía. Cuencamé era reconocida en los medios villistas como La fábrica de generales, por el hecho de que veintiún generales villistas de la División del Norte fueron cuencameros. Después de ocupar la plaza, siguiendo la táctica militar llamada de tierra quemada, Murguía ordenó a su tropa que Cuencamé fuera arrasada e incendiada y que sus pobladores fueran reconcentrados en la ciudad de Durango con la finalidad de cortar los abastecimientos que daban los campesinos a los revolucionarios villistas. En el juicio sumario al que se sometió años después, al general Francisco Murguía, al cuestionársele sobre la orden de incendiar y arrasar Cuencamé, éste argumentó lo siguiente: “Eso fue culpa de la Revolución misma, por ser un pueblo refugio de villistas y madriguera de bandidos, puesto que los principales cabecillas allí tenían su cuartel general, y fue el único medio que se puso para evitar el sacrificio de muchas vidas”. En el Corrido de Cuencamé se dan los pormenores de la acción de la tropa de Murguía.

Corrido de Cuencamé 107

Anónimo

En mil novecientos quince, como lo tengo presente, que en Real de Cuencamé, echaron fuera a la gente.

Los que a Cuencamé robaron, no aprovecharon el viaje, todos quedaron tirados,

107 ARMENDÁRIZ DE MESTA, MARÍA DE LA PAZ y JESÚS RÍOS FAVELA. Monografía de Cuencamé, Cuencamé, Durango, s / p, 1985, p. 50.

268 en la estación de Pasaje.

Pobres y ricos perdieron. todos sin haber jugado, salieron de Cuencamé, nomás con lo encapillado.

Profecías no hay todavía, las que anunciaban los sabios, daban compasión los niños, que llevaban de la mano.

Murguía le dice a González: “Cuencamé es muy peligroso, porque hay muchos generales, todos cual más valerosos”.

¡Que viva Canuto Reyes, Pedro Favela e Hilario y el general Santos Sánchez, por ser patriota y buen gallo!

Todos los de Cuencamé, son del partido de Villa, los del Pueblo y los de Ocuila, también los de La Cuchilla.

Vuela, vuela palomita, vuela, vuela y detente, que pa‟l doce de diciembre, echaron fuera a la gente.

Despedida no les doy, porque no la traigo aquí, se la dejé a mis amigos y al Señor de Mapimí.

269

Monumento ubicado en Cuencamé, en honor a los generales villistas cuencameros de la División del Norte

270 Se desconoce, a ciencia cierta, el lugar del nacimiento del general revolucionario Benjamín Argumedo, conocido también como El Tigre de La Laguna. Sin embargo, diversas fuentes coinciden en que fue oriundo de Matamoros, Coahuila. A partir de 1910, la carrera bélica de Argumedo fue ininterrumpida y se destacó por su valentía y por su constante cambio de facción. En 1910, El Tigre de La Laguna fue maderista, en 1912 orozquista, en 1913 se afilió al Gobierno Usurpador de Victoriano Huerta, y, a fines de 1914, rectificando su ruta, se vio a sí mismo como defensor del Gobierno Convencionista al que se mantuvo leal, hasta su muerte. Como convencionista, Benjamín Argumedo actuó al lado de los generales: Juan Andrew Almazán, Higinio Aguilar y Emiliano Zapata, en los estados de Puebla y Morelos. Al momento de la derrota de los convencionistas, en la Ciudad de México, Argumedo se trasladó a la ciudad de Toluca, de donde a su vez, fue desalojado por las tropas constitucionalistas. Con la intención de cambiar la sede del Gobierno Convencionista a la ciudad de Durango, Argumedo con su tropa, escoltó al presidente convencionista Francisco Lagos Cházaro, desde Toluca hasta el sur del estado de Durango. En el camino a Durango, la gente de Argumedo fue atacada, derrotada y dispersada por fuerzas constitucionalistas, en la Sierra de La Gruñidora, del estado de Zacatecas. Por su parte, Francisco Lagos Cházaro escabulléndose y haciendo a un lado su investidura, cambió de rumbo hacia el estado de Tamaulipas, logró escapar de los constitucionalistas y se dirigió hacia Nicaragua. Después de su derrota en La Gruñidora, Argumedo sostuvo diversos combates y escaramuzas con tropas constitucionalistas de los generales: Francisco Murguía y Domingo Arrieta, en los estados de Durango y Zacatecas. Durante un encuentro con tropas de Arrieta, en la Hacienda de La Purísima, El Tigre de La Laguna resultó herido y fue perseguido hasta su captura, el 4 de febrero de 1916. La aprehensión de Argumedo, herido en un costado, se facilitó por la delación de su secretario Pedro Rodríguez Triana, quien dio a conocer la posición de Argumedo los constitucionalistas de Francisco Murguía.

271 Las Mañanas de Benjamín Argumedo proporcionan el relato de los pormenores de la suerte de Argumedo desde su traición y captura en Temascal, municipio de Súchil, Durango, su traslado a la ciudad de Durango, el juicio sumario en el que, gracias a una adecuada defensa, obtuvo el indulto, la revocación del indulto, y la sentencia de pena capital definitiva del general Francisco Murguía, quien actuaba como jefe de operaciones militares del estado de Durango. El corrido finaliza con el fusilamiento del general Argumedo en el panteón de Durango. Se cuenta que, cuando Argumedo fue sentenciado pidió la gracia de ser fusilado en público de la gente, esperando que, gracias a su ascendencia entre la población, la multitud espectadora evitaría su ejecución y, aún cuando al momento del fusilamiento hubo un conato de motín, la sentencia se cumplió el primer día de marzo de 1916. Inocencio Parra, el compositor de las Mañanas de Benjamín Argumedo, fue asistente del general fusilado y para obtener los elementos de su sentido relato cantado, siguió toda la secuencia del viaje, desde la aprehensión hasta el fusilamiento del protagonista de las mañanas, para trasladar a sextetas poéticas, el relato que se transformaría en uno de los más famosos corridos históricos de la lírica narrativa mexicana.

Mañanas de Benjamín Argumedo 108

Inocencio Parra

Para empezar a cantar, para empezar a cantar, pido permiso primero, señores, son las mañanas, señores, son las mañanas, de Benjamín Argumedo.

Adónde estaba Argumedo, adonde estaba Argumedo, tenía el camino andado, a orillas de una laguna,

108 ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHETÉMOC. Op. Cit. , pp. 78 a 82.

272 ahí estaba el general, viendo bañar su caballo.

De pronto comunicaron, de pronto comunicaron, al tirano de Murguía, para aprehender a Argumedo, para aprehender a Argumedo, y a toda su compañía.

Cuando Rodríguez salió, cuando Rodríguez salió, a Temascal arribó, diciendo que iba a la Sierra, diciendo que iba a la Sierra, a Benjamín traicionó.

Lo llevaron por la calle, lo llevaron por la calle, bastante gente acudía, se llenó la Plaza de Armas, se llenó la Plaza de Armas, a ver lo que sucedía.

Dos lo llevaban del brazo, dos lo llevaban del brazo, y lo llevaban pie a tierra, lo llevaban a Palacio, lo llevaban a Palacio, era el Consejo de Guerra.

Lo subieron a Palacio, lo subieron a Palacio, donde estaba el Tribunal, ahí ganó la defensa, y ahí ganó la defensa, indulto pa‟el general.

Mas el general Murguía, mas el general Murguía, no hizo caso a la justicia, y dio de nuevo sentencia, y dio de nuevo sentencia, que‟ra pena capital.

Su familia, que ahí estaba, su familia, que ahí estaba,

273 estaba tan desolada, al oír esa sentencia, al oír esa sentencia, hubo de cair desmayada.

Lo bajaron de Palacio, lo bajaron de Palacio, por la calle en gran alarde, lo llevaba su destino, lo llevaba su destino, serían las seis de la tarde.

Por la calle donde iba, por la calle donde iba, fue la Veinte de Noviembre, ¿Cómo iría su corazón…? ¿Cómo iría su corazón…? Seguro naiden lo entiende.

Último día de febrero, último día de febrero, novecientos dieciséis, han sacado a Benjamín, han sacado a Benjamín, entre las cinco y las seis.

Ese reló de Durango, ese reló de Durango, sus horas le atormentaban, porque clarito decía, porque clarito decía, las horas que le faltaban.

Cuando llegó a su destino, cuando llegó a su destino, dijo: “Vengo en agonía, pues hoy tengo que ser muerto, pues hoy tengo que ser muerto, Dios así lo dispondría”.

“¡Válgame Dios! ¿Qué haré yo? ¡Válgame Dios! ¿Qué haré yo?” Dijo al general Murguía, y le pidió una mercé, y le pidió una mercé, a ver si la concedía.

274 Y don Francisco Murguía, y don Francisco Murguía, le contestó con esmero: “¿Qué mercé es la que quiere? ¿Qué mercé es la que quiere? mi general Argumedo”.

“Oiga usté, mi general, oiga usté, mi general, yo también fui hombre valiente, quiero me haga ejecución, quiero me haga ejecución, en público y de la gente”.

“Oiga usté, mi general, oiga usté, mi general, yo no le hago ese favor, pues todo lo que yo hago, pues todo lo que yo hago, es por orden superior”.

“En algunas ocasiones, en algunas ocasiones, también a usté habrá pasado, pues jefe de operaciones, pues jefe de operaciones, ya sabe que soy nombrado”.

Luego que Argumedo vio, luego que Argumedo vio, que no se le concedía, no manifestaba miedo, no manifestaba miedo, antes mejor se sonría.

“Ya que Dios me ha concedido, ya que Dios me ha concedido, el no morir en la guerra, quiero que a mi alma en camino, quiero que a mi alma en camino, anime Cristo en la Tierra.

“Adiós mis padres queridos, adiós mis padres queridos, de toda mi estimación, no me volveréis a ver, no me volveréis a ver,

275 volé a la otra mansión”.

“Adiós todos mis amigos, adiós todos mis amigos, me despido con dolor, ya no vivan tan engréidos, ya no vivan tan engréidos, de este mundo engañador”.

“Adiós, mi tierra afamada, adiós, mi tierra afamada, recinto donde viví, adiós, mi querida esposa, adiós, mi querida esposa, ya me despido de ti”.

“Adiós, montañas y sierras, adiós montañas y sierras, ciudades y poblaciones, „onde me vide en la guerra, „onde me vide en la guerra, que parecían quemazones”.

“Adiós, familia querida, adiós, familia querida, que era toda mi alegría, adiós, mi querida esposa, adiós, mi querida esposa, adiós, Penitenciaría”.

Ya se acabó Benjamín, ya se acabó Benjamín, ya no lo oirán mentar, ya está juzgado de Dios, ya está juzgado de Dios, ya su alma fue a descansar.

“Basta de tanto sufrir, basta de tanto sufrir, y tanto andar navegando, miren „onde fui a parar, miren „onde fui a parar, en el panteón de Durango”.

Doy detalle en realidad, doy detalle en realidad, era un cuatro de febrero,

276 aprehendieron a Alaniz, aprehendieron a Alaniz, y a Benjamín Argumedo.

Esa tarde allá en la sierra, esa tarde allá en la sierra, lo empezaron a bajar, apenas podía dar paso, apenas podía dar paso, ¡ay, mi pobre general!

Lo bajaron de la sierra, lo bajaron de la sierra, todo liado como un cuete, eran doscientos soldados, eran doscientos soldados, venidos de Sombrerete.

Lo montaron en un carro, lo montaron en un carro, como si fuera de flete, pasaron por San Miguel, pasaron por San Miguel, arriba de Sombrerete.

Cuando arriban a Durango, cuando arriban a Durango, el tren comenzó a silbar, veinte soldados de escolta, veinte soldados de escolta, que lo fueran a bajar.

Otro día por la mañana, otro día por la mañana, lo fueron a examinar, le llevaron dos doctores, le llevaron dos doctores, que lo fueran a curar.

Cuando ya medio sanó, cuando ya medio sanó, que se le llega su día, lo fueron a presentar, lo fueron a presentar, con el general Murguía.

Pues era un martes, por cierto,

277 pues era un martes, por cierto, presente tengo ese día, cuando lo sacó el resguardo, cuando lo sacó el resguardo, de la Penitenciaría.

“Tanto peliar y peliar, tanto peliar y peliar, con el máuser en la mano, para morir fusilado, para morir fusilado, en el panteón de Durango”.

Amigo, no te señales, amigo, no te señales, por riqueza ni estatura, pues todos somos iguales, pues todos somos iguales, materia de sepultura.

Vuela, vuela palomita, vuela, vuela palomita, párate en aquel potrero, estas son las mañanitas, estas son las mañanitas, de Benjamín Argumedo.

Ya con ésta me despido, ya con esta me despido, porque cantar ya no puedo, ya les canté las mañanas, ya les canté las mañanas, de Benjamín Argumedo.

278

279

Benjamín Argumedo. El Tigre de La Laguna

280 Martín Herrera es el personaje principal de un famoso corrido que ha tenido tantas variaciones, que incluso algunas de algunas se le ha cambiado su .sentido original a la narración. Al parecer el primer corrido fue el de Martín Herrera; bandido del periodo de la Revolución, del que se desconoce si fue personaje real o de ficción. Posteriormente la narración fue transformada en Los tres amigos, que tuvo dos versiones, de las cuales, una fue de la. tradición oral, llamada Los tres amigos. Canción revolucionaria de 1916, y la otra escrita en los años treintas del siglo XX, por Francisco Castillo Nájera. Desde los años setentas del siglo XX, ha tenido mucho éxito el corrido de Los dos amigos que, en esencia, relata las mismas aventuras de Martín Herrera y Los tres amigos. Con parecida versificación. Posteriormente Los Cadetes de Linares compusieron Eran Cuatro de a Caballo, y los mismos cantantes compositores hicieron la letra, música e interpretación de El caballo Jovero. Lo común en todas estas versiones es que sus protagonistas: que venían de Mapimí / y por no venirse de oquis / robaron Guanaceví".

Corrido de Martín Herrera109

Anónimo

Señores, tengan presente, la suerte de Martín Herrera, que aunque fue hombre valiente, no murió en ninguna guerra.

Herrera con sus amigos venía de Guanaceví, y por no venir de oquis, robaron en Mapimí.

Éntrale caballo prieto, del fierro de Catarina, como robaste los carros, así robarías la línea.

109 VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ed. León Sánchez, s/f, pp. 220 a 222.

281 Ellos eran dos bandidos, que vistieron de mujeres, para salir a robar, en los carros de Praxedis.

José no sabía robar, era hombre trabajador, pero Martín lo enseñó y salió de lo mejor.

Esos eran de lo bueno, robaban mucho dinero, despreciaban las gallinas que veían en el potrero,

Éstos tenían maquinaria, y ciencia de picardía, descarrilando los trenes, de tarde, de noche y día.

Martín tenía buen caballo, que nombraba Palafrén, se soltaba relinchando cuando oía silbar el tren.

Una vieja remilgada, que la llaman La Maruca, fue la que los entregó, en la ciudad de Pachuca.

Esta vieja rompe cuentos, fue la que los entregó, por un vestido de seda, que un gringo le prometió.

Andábase la María que hasta le daban torsones: “¡Ay! Si me dieran a mi hijo, lo pagaría con tostones”.

Le respondió el Juez de Letras, como Presidente que era: “Si 1o pesaran en oro, tampoco yo te 1o diera”.

Responde el encapillado: “Papá, ya no ande llorando,

282 que se le cumpla su antojo. y no se ande avergonzando”.

Se murió como los hombres, y al llevarlo iba cantando, los hombres cuando se mueren, nunca andan poniendo bando.

Triste fin el de este Herrera, que por bandido perdió, y aunque fue gallo muy fino, el castigo recibió.

Y fue un bandido de fama, que a todos causó mal, pero a la hora de la muerte, no se quiso confesar.

Va con ésta me despido, subido en una palmera, aquí se acaban cantando, versos de Martín Herrera.

283

Corrido de los dos amigos 110

Anónimo

Estos eran dos amigos, que venían de Mapimí, que por no venirse de oquis, robaron Guanaceví.

Ellos traiban dos caballos, un obscuro y un jovero, en el obscuro la ropa y en el jovero el dinero.

También traiban maquinaria y muy buena batería, para desclavar los rieles y hacer los cambios de vía.

Martín le dice a José: “No te pongas amarillo, vamos a robar el tren, que viene de Bermejillo”.

“Amarillo no me pongo, amarillo es mi color, he robado trenes grandes y máquinas de vapor”.

Válgame el Santo Niñito, ya aprehendieron a José, en la esquina del mercado, lo ataron y se les fue.

Sería por las oraciones que su madre le rezaba, o sería su buena suerte o más bien no le tocaba,

110 Cantado por "Los Alegres de Terán", en: 30 Corridos de Oro, Discos CBS, Lp.- 35·63, 1981.

284

111 Los tres amigos Canción revolucionaria de 1916

Anónimo

Estos eran tres amigos, que venían de Mapimí, y por no venir tan di oquis, robaron Guanaceví.

Éstos traiban herramienta, maquinaria y batería, pa' levantar los durmientes y 1os rieles de vía.

Naiden supo que s'hicieron, después que tanto se habló, ¿ Los tronaron? ¿Se rindieron? Sepa Dios lo que pasó…

111 CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corrido de Durango. Los tres amigos, México, Imprenta Mundial, s/f, p. 1.

285

Los tres amigos 112

Francisco Castillo Nájera

Éstos eran tres amigos, pero amigos de verdá, se miraban como hermanos, comprendiendo 1 'amistá.

Naiden supo quiénes jueron, ni cuál jué su condición, pero todos los tuvieron por hombres de corazón,

Hay quen diga qu'eran antes, del principio de la bola, revoltosos, estudiantes, de parranda y de pistola,

Otros dicen que rancheros, de mediana posición, también cuentan que rieleros y vecinos de Torreón.

Se rumoran qu'eran gentes de la güena sociedá, de familias muy decentes, lo mejor de la cuidá.

Pa‟ mi ver eran mineros del rumbo de Mapimí. Manejaban los barrenos y el belduque y el fusil.

Si alzaron con el motivo, de salvar a la Nación; por el sufragio afectivo por la no releición.

Ganó muy pronto Madero y sin mucho combatir, y los tres vales se jueron sin poder sobresalir.

112 Ibíd., pp. 1 a 11.

286 Resultaron gobiernistas contra Orozco el infidente, y más tarde carrancistas, pa' vengar al Presidente.

Lueguito corrió la fama de la nueva trinidá, jué cundiendo como llama por el campo y la ciudá.

Como jefes de gavilla hicieron grande furor, unas veces contra Villa, y otras veces a favor.

Casi siempre eran formales, sin violencia ni jactancias, si hicieron algunos males jué cuestión de circunstancias.

No eran piores ni mejores que los otros sublevados, jueron bravos luchadores, a morirse resignados.

No usaron distintos modos ni jué su conducta vil, se portaron como todos en una guerra civil.

En sus épocas de gloria nunca jueron pretenciosos, supieron de la victoria y de trances peligrosos.

Es un juego el de la guerra muy difícil de jugar, uno atina y otro yerra y la vida hay qui apostar.

En medio de los desastres se supieron consolar; hast‟al mejor de los sastres se li olvida algún ojal.

Lucharon como pudieron, con temple y con decisión,

287 obraron como supieron, siempre con güena intención.

Que robaron, naiden niega, pero sin ser abusivos, por siempre hicieron entrega de vales y de recibos.

Documentos triplicados, pagaderos al triunfar, muchos han sido aceptados por el gobierno legal.

Gallardos y decididos, en edá de merecer, trastornaron los sentidos de la niña y la mujer.

Si ocupaban triunfadores los pueblos o la ciudá, disfrutaban los favores de damas de calidá.

Y por esas travesuras, más o menos habituales los condenaron los curas, llamándolos criminales.

Pero en cuenta no tuvieron, al dar ese fallo injusto, que si las hembras cayeron, jué por su purito gusto.

No eran hombres sanguinarios, que mataran por placer, si colgaban reaccionarios, jué cumpliendo su deber.

Si a unos pocos prisioneros se los echaban al plato, nu es que jueran carniceros, culpables de asesinato.

Era pa' llenar las formas, qui ordenaban en los planes, y en las diversas reformas, los méritos capitanes.

288

Si volaron los durmientes, ni jué afán de destrucción, guerrilleros y prudentes, tomaban su precaución,

Los llamaron chaqueteros, bandidos sin convicción, faiciosos y bandoleros, y aprobio de la Nación.

Y eran los mesmos papeles, de los mesmos limpiabotas, qui antes los llamaros fieles, distinguidos y patriotas.

Sin noticias en la sierra, se explica su confusión; di una guerra y di otra guerra inoraron la razón.

Siempre siguieron peleando; si sus jefes se voltiaban ellos pasaban de bando sin saber que se cambiaban.

Por eso nu es de justicia echarles tantos insultos, no supieron la noticia, porque si hallaban ocultos.

Lejos de las poblaciones, nunca jueron alvertidos de las muchas divisiones y cambios de los partidos.

Sinceramente pensaban de sí mismos satisfechos, que por el pueblo luchaban, pa' conquistarle derechos.

Periodistas y habladores, sin valor y sin firmeza, los llamaron malhechores y pidieron sus cabezas.

No almlra quí así pasara,

289 al fuego de la pasión, y que tanto se gritara contra la Revolución.

Pos medran hasta el presente deturpadores arteros, sin ningún antecedente, que son los más argüenderos ,

En su casa, por cautela, se quedaron los miedosos, y otros iban a la escuela por qu'eran unos mocosos.

Y ellos son los que cronican nuestra lucha libertaria, la deforman y critican con maldad extraordinaria.

No existen hombres perfeitos , es la humana condición, y resaltan los defeitos en una revolución.

Oigan esos comentarios quienes hablan por envidia, por instintos reaccionarios, por despecho y por perfidia.

Oíganlos, quien de repente ha subido por favor, y es el más intransigente pa' perdonar un error.

El que jué a la pelotera y supo del bien y el mal, ni se asusta ni esagera, todo lo halla natural.

Los que arman la chirinola, y calumnian sin parar, son los que tienen más cola pa' podérselas pisar.

Ya ya vuelvo a los amigos, y su historia a proseguir; frente a tantos enemigos,

290 pos tuvieron que juyir.

Se publicaron fugaces noticias de sus hazañas, cuando en empresas audaces bajaron de las montañas.

L'útlima vez que se supo jué qu'en una dispersión los tres dejaron el grupo y corrieron p'al Bolsón.

En seguida es un secreto lo que les ha sucedido; el afamado tercero para siempre si ha perdido.

Pobrecitos valedores, la fortuna les falló, ni hérues jueron ni traidores, la tierra se los tragó.

Es posible que haigan muerto de sed y de hambre y de pena, hundidos en el desierto, bajo las capas di arena.

Es un misterio profundo su manera di acabar, se perdieron en el mundo, como gotas en el mar.

Tal vez quedaron tendidos, en anónimo combate, por no ser reconocidos ni se les citó en el parte.

O mandados a la horca por cualquier jefe asesino, se mecieron cual mazorca en un poste del camino ..

Quizás estén en la vida, muertos de desilusión, con el alma arrepentida de su pasada actuación… Es un profundo misterio

291 lo que les tocó al final, si un joyo en el cementerio o el grado de general ...

Cuánto siento que sus nombres pierda la posteridá, pos eran hombres muy hombres, dignos de celebridá.

Igual qu'en el firmamento, las voladoras estrellas, alumbraron un momento y no dejaron ni huellas.

Y aquí l'istoria termino, sin decir, por no saber, cuál jué el último destino, de cualquiera de los tres.

Éstos eran tres amigos jué tan juerte su amista, que duró toda la vida y siguen en l'etermindá.

292 Eran cuatro de a caballo 113

Los Cadetes de Linares

Eran cuatro de a caballo de aquel real de Mapimí, y como eran muy felones se escondieron por ahí.

Pancho era de aquellos cuatro, el más feliz sanguinario, pues una vez mató a un cura, cuando rezaba un Rosario.

Y Mariano, por su gusto, cuántos pueblos incendió, y para estar más contento los trenes descarriló.

Eran cuatro de a caballo de aquel real de Mapimí, y como eran muy felones se escondieron por ahí.

A Guillermo le gustaba el robarse a las doncellas, ofreciéndoles la gloria, con la luna y las estrellas.

Y nos faltaba Felipe un bandido muy sagaz, que soñaba con el golpe: robarse la Catedral.

Eran cuatro de a caballo de aquel real de Mapimí, huyendo de la Acordada, se escondieron por ahí.

Mariano allá viene el tren, lo vas a descarrilar, Francisco deja a ese cura, no lo vayas a matar.

Ten compasión ya Guillermo,

113 Cantado por El Conjunto Linares, en: Lo mejor de Los Cadetes, México, casete GM 1051, 1983.

293 de esa joven virginal, dónde te escondes Felipe, si te robas Catedral.

Eran cuatro de a caballo, de aquel real de Mapimí, Dios los halla perdonado, Pues los mataron allí.

294 El caballo Jovero 114

Los Cadetes de Linares

Señores voy a cantarles, un corrido verdadero, es la historia de un caballo, que se llamaba El Jovero.

Los dos amigos lo hicieron, un caballo de batalla, cuando robaba los trenes, el Jovero relinchaba.

En sus lomos el cargaba, mucho valor en dinero, del que robaba Martín, y su amigo José, El Güero,

Los soldados al Jovero, una tarde lo mataron, cuando escapaba José, de una cárcel de Durango.

Adiós pueblo de Durango, y también Guanaceví, se quedo solo El Oscuro, ya se va pa' Mapimí.

Ya con esta ahí me despido, es muy triste recordar, el Jovero ya murió, ya no lo oirán mentar.

114 AGUILERA OSORIO, FELIPE. “Los Tigres del Norte, Los Cadetes de Linares”, Revista Cancionero #13, México, Editorial Latinoamericana, s/f, pp. 38.

295 V. Los cantos de La Villada

Tras la caída del Gobierno Convencionista, las tropas de Francisco Villa, vencidas en Celaya y Trinidad, comenzaron una etapa de guerra de guerrillas. En los inicios de este periodo Villa realizó su entrada a territorio estadounidense que provocó la Expedición Punitiva, en la que los soldados estadounidenses intentaron acabar con el Centauro del Norte y no pocos villistas. En este episodio los constitucionalistas de Durango confraternizaron con los villistas para combatir a los invasores yanquis, mientras el tifo iba diezmando a la población del estado. A fines de 1916, los guerrilleros de Villa inician una campaña en la que ocupan Gómez Palacio, Lerdo y Torreón, al tiempo que la economía estatal se deterioraba completamente después de tantos años de guerra. Dando trabajo constante a los carrancistas, en marzo de 1917 Villa protagoniza la batalla de Reforma en la que mueren varios cientos de soldados del general Murguía. Los raids de Villa sorprenden a sus enemigos quienes no lo pueden ubicar. Entre 1916 y 1917 Carranza impuso a cuatro generales, no oriundos de Durango, como gobernadores estatales, con la intención de acabar con la guerrilla villista y neutralizar a los políticos locales. Sin embargo, en 1917, el general Domingo Amera, ganaba las elecciones durangueñas y ocupaba el ejecutivo estatal. De inmediato Arrieta promulgó la Constitución Política del Estado de Durango, dando legalidad y legitimidad a su gobierno. Las guerrillas villistas continúan sus correrías asaltando trenes y atacando guarniciones y poblados. Sin embargo, la epidemia de influenza española de 1918 arrasó con la vida de cientos de carrancistas, villistas y pacíficos. Es el año del hambre. El sufrimiento, la peste, la guerra, la escasez y la miseria, hacen estragos entre los durangueños. En 1919 Villa lanzaba su última campaña y fracasaba en su intento de ocupar la ciudad de Durango. En 1920 aprovechando el lanzamiento del Grupo Sonora, Francisco Villa amnistiaba a sus tropas ante el gobierno interino de Adolfo De la

296 Huerta. Sin embargo para cualquier gobierno mexicano la tensión era constante por la posibilidad de que el general Francisco villa volviera a tomar las armas, hasta que finalmente, en el año de 1923, el durangueño más conocido de la Historia fue asesinado en Parral, Chihuahua. Los cantos de La Villada se ocupan de los ataques de las guerrillas villistas a Torreón, Gómez Palacio, Lerdo, Mapimí, Bermejillo, Tepehuanes, El Peronal, El tren de Tepehuanes, Piedra Encimada y Navacoyán. También tratan sobre las muertes de los guerrilleros villistas: Marcial Ortiz, Dionisio Carreón y Martín López, a la rendición de Pancho Villa, a la fallida rebelión de Francisco Murguía y su adicto Juan Carrasco y concluyen con la muerte de El Centauro del Norte. En este apartado se incluyen también diversas canciones populares durangueñas de tema villista Santiago Papasquiaro, Durango, fue el lugar el que se localizó al mecánico don Moisés Muros Martínez, hijo del corridista Antonio Raymundo Muros y custodio del acervo de hojas sueltas y manuscritos de su padre y su madre Raymunda, que integraban el Dueto Mundo y Munda quienes a principios del siglo XX, cantaron en diversos lugares del norte del estado de Durango, aunque finalmente se establecieron en Santiago Papasquiaro. En su momento, don Moisés Muros comentó que, más o menos para los años cuarentas del siglo XX, sus cansados padres ya estaban hartos de andar de trovadores de cantina en cantina y que un buen día, en la ciudad de Parral, Chihuahua, un desconocido parroquiano les pidió que cantarán el corrido de La expedición punitiva, en el que se narra la invasión estadounidense a México, con objeto de capturar a Pancho Villa. Mundo y Munda, cantaron varias veces su versión del corrido y el parroquiano, embriagado, conmovido y llorando les regaló veinte mil pesos, de aquellos años, por haber cantado la versión verdadera del corrido en la que se incluían cuartetas que narraban cómo los parralenses habían combatido a los invasores gringos. Los felices cantantes, con el dinero en la mano les dijeron a sus hijos: “’Ora sí, mis hijos, nos vamos a Santiago Papasquiaro a vivir en paz, ya no vamos a andar de aquí para allá” y con el dinero que recibieron del desconocido se establecieron definitivamente en su lugar de origen.

297 El acervo de Mundo y Munda incluye hojas sueltas de diversos autores durangueños publicados en imprentas populares de Santiago Papasquiaro, Durango, Gómez Palacio y Guadalupe Victoria, en el estado de Durango, así como de Torreón, Coahuila. Destacan especialmente las composiciones de Montes el de la Guaripa, historiador cantante que narró en cuartetas de corridos los sucesos más relevantes de antes y durante la Revolución en el estado, así como otros que él consideró importantes y que tuvieron lugar en otras entidades del país. En el mismo acervo se localizaron hojas sueltas y manuscritos de textos versificados del corridista Felipe García así como del propio Antonio Raymundo Muros quien según su hijo a veces se firmaba como Gonzalo Raymundo. Entre las composiciones de Montes el de la Guaripa se encuentran: Los sangrientos sucesos de Velardeña, Rendición de Francisco Villa y sus leales guerrilleros, Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro, Única tragedia del sitio de Durango por las fuerzas insurgentes y La toma de Durango, así como la Tragedia de los sangrientos sucesos de Puebla, entre otras. Por su parte Antonio Raymundo Muros fue el autor de: El corrido de Carpintero, La tragedia de Obregón, Corrido del catorce de mayo, Corrido de Manzanera, Corrido de Madero, La toma de Santiago Papasquiaro, La muerte de Villa, Corrido de Juan Rentería, Corrido de Juan Flores, Corrido de Inés, Corrido de don Cipriano, Corrido de José Parra, Corrido de los voluntarios, Corrido de los Corteses y Tragedia de Miguel Calderón, entre otras. Las composiciones localizadas en el Fondo de Antonio Raymundo Muros incluyen textos que se refieren al periodo porfirista, a las diversas facciones revolucionarias y a la Primera Rebelión Cristera. Raymundo Muros, como poeta, no escribía de acuerdo a las reglas de las sílabas ortográficas y la Gramática, sino en relación directa con la Prosodia pensando en el sonido de las canciones y la medida sonora de los versos. Los versos de Raymundo Muros son palabras unidas que suenan a canción y no palabras ortográficamente bien escritas que, para él, posiblemente no sonaban en su musical, durangueña y dialectal forma de hablar y cantar.

298 Los manuscritos de Raymundo Muros son una muestra del pensar musical y artístico. Muros tiene claro qué es lo que quiere contar. Tiene claro también que lo va a contar cantando y además en una melodía que él mismo ha creado y que debe acomodar a una letra que se escribe en letras de canción de sílabas prosódicas, con sus sinalefas, su léxico y sus modismos regionales, con sus propios héroes y sus villanos. Historias cantadas casi siempre maniqueas y liberales. En sus canciones Muros y Montes se conformaron como historiadores cantantes, cuyo acervo, a pesar de que no fue posible reproducir su sonido musical, en lo que corresponde a las letras, se logró reproducir y divulgar, con su respectiva confrontación con otras fuentes como parte de la lírica narrativa histórica estatal y nacional. Es de señalar que, para los primeros años de la década de los veintes del siglo XX, el uso del acordeón acompañado con la guitarra española ya era algo común entre los intérpretes tradicionales durangueños, como lo demuestra la foto de los hermanos Florencio y Frumencio Estrada, tomada en Huazamota, en el año de 1920,

Un ejemplo de la forma manuscrita no académica, prosódica, poética y musical de escribir de Antonio Raymundo Muros: Adiós, adiós San Ignacio / te voy a perder de vista / te quedastes en la ruina / por traidor y por huertista / yo ya me voy…

299

Florencio Estrada, con guitarra, Frumencio Estrada, con acordeón, y tres amigos en Huazamota, en 1920, circa.

Orquesta Típica de Durango en 1924, circa 115

115 HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento, Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, p. 10.

300 Después de la incursión guerrera villista a los Estados Unidos, en la población de Columbus, Nuevo México, en marzo de 1916, que provocó el envío de tropas yanquis en la persecución de Francisco Villa y los villistas, en la llamada Expedición Punitiva. Con la expedición punitiva siguiéndolo, y con tropas carrancistas tras él, a fines de 1916, Francisco Villa reconcentró sus tropas, las municionó y se dirigió hacia el sur de Estado de Chihuahua, ocupó Satevó. La Joya y Parral. Desde Parral, Villa lanzó su ataque a Santa Rosalía de Camargo, Chihuahua, donde, el13 de diciembre de 1916, los villistas derrotaron a las tropas constitucionalistas da Segundo Batallón que comandaba el mayor Tirso Hernández. En Santa Rosalía de Camargo, Chihuahua se suscitó un grave incidente; los villistas habían registrado los trenes ocupados, carro por carro y luego de recoger las vituallas útiles que encontraron embarcadas, dejaron a las mujeres constitucionalistas ocupando el tren en que se hallaban. A la sazón, el general Francisco Villa se detuvo a cierta distancia del tren ocupado por las soldaderas, dictando órdenes a uno de sus oficiales. En un momento, otro oficial villista cruzó entre Francisco Villa y del tren de las soldaderas, se escuchó un disparo, y el oficial que cruzaba cayó muerto, cerca del general Villa. Como el disparo salió del tren de las soldaderas constitucionalistas corrió la voz de que éstas trataban de dar muerte al general Villa y la escolta de Dorados de Villa masacró a las soldaderas constitucionalistas. En esa ocasión murieron alrededor de 90 soldaderas y según Francisco A. Almada, el incidente fue provocado por la esposa del pagador de las fuerzas del general Rosalía Hernández. De Santa Rosalía de Camargo, Villa encarriló sus tropas hacia Torreón, ocupando Bermejillo, El Peronal, Gómez Palacio y Lerdo, en el estado de Durango y siguiendo la vía de ferrocarril de Camargo a Torreón. Los combates de la tercera toma villista de Torreón se realizaron del 20 al 24 de diciembre de 1916, Torreón era defendida por las tropas de los generales Severiano A. Talamantes, Fortunato Maycotte y Luis Herrera. El general Luis Herrera murió en la acción de la toma de Torreón y el general Severiano A. Talamantes, herido en su honor militar por la derrota, decidió suicidarse.

301 Por su parte, el autor anónimo del Romance histórico villista nos dejó su punto de vista de soldado raso poeta de la Brigada , sobre los movimientos y sentimientos de los villistas en esta campaña. Luego de la tercera toma villista de Torreón, el movimiento de la guerrilla villista preocupó fuertemente al gobierno de Venustiano Carranza mientras que los jefes estadounidenses de la Expedición Punitiva velan cada vez más lejano el supuesto objetivo de su misión: atrapar a Villa.

Romance histórico villista 116 (Fragmentos)

Anónimo

XIX.- Avanzó hasta Bermejillo a correrlos a patadas.

El dieciséis a las ocho salimos a la estación nos íbamos a embarcar y salir para Torreón,

Los trenes no regresaron el jefe no lo sabía nos volvimos a acampar para salir otro d{a,

Como seis vacas matamos ya tirando la tantiada de oír lo que nos decían que por allá no había nada.

José Arballo recordó de las hambres retrasadas mandó juntar las cabezas y llevarlas tatemadas

El horno como era ajeno no se quería calentar temiendo que las cabezas crudas fueran a quedar.

116 Romance histórico villista. Diario en verso de un soldado villista, Chihuahua, Chih., Librería La Sorbona, 1975, pp. 117 a 133.

302 El diecisiete a las ocho volvimos a regresar formados a la estación comenzamos a embarcar.

A las diez de la mañana ya Murga se habla embarcado haciendo también balance pieza de pan por pelado.

Como a las dos de la tarde nos despachó el general ordenando el maquinista nos apeara en Peronal.

Por la tarde y por la noche iba la tropa azorada comiendo su pan con leche y cabeza tatemada.

Como a las seis del dieciocho llegamos a Peronal allí desembarcamos como ordenó el general

Don Nicolás que era el jefe y general de Brigada avanzó hasta Bermejillo a correrlos a patadas.

Los trenes del enemigo nos salieron a encontrar no creían que por detrás los pudieran atacar.

La gente de Martín López días antes se adelantó les pudo quitar un tren y el otro se les salió.

Como a las seis de la tarde un correo mandó a avisar: “Bermejillo está tomado: no tienen que vacilar",

Fernández mandó ordenar la tropa se organizará

303 y después de organizada a Bermejillo avanzará

Pasamos a la estación como gatos en costales preguntando dónde había agua que darle a los animales.

Dormimos en un ranchito en la miseria siguiente sin pasturas la remuda y sin comida la gente.

El diecinueve seguimos a la estación Sacramento era la orden de Fernández de poner su campamento.

El día veinte nos dijeron “Hoy descansan todo el día, mientras llega a Bermejillo el general Pancho Villa”.

El veintiuno recibieron la orden para marchar diciendo: "A Gómez Palacio hoy nos vamos a tomar".

A Gómez hemos salido y poco antes de llegar nos pusieron un correo que ya podíamos entrar.

En Gómez estaba Villa porque éste nos la ganó viendo los trenes que traía el enemigo corrió.

Como cinco cañonazos tiraron por dar la prueba que otro día irían a quedar sin pantalón y sin leva.

XX.- Veinticuatro horas son buenas para tomarles Torreón.

304 Esa noche que llegamos Villa ordenó a sus Brigadas que así pasaran la noche con las bestias enfrentadas.

A lodos sus oficiales les ordenó posesión veinticuatro horas son buenas para tomarles Torreón,

El veintidós a las cinco marchamos con ordenanza con el general Fernández por tenerle más confianza.

Villa le dijo a Fernández "A tí te voy a mandar por el cañón del Huarache no te vayas a rajar".

"Te llevas a Aurelio Murga Brigada de San Andrés para que sepan en Torreón que con ellos se dan tres".

Al llegar a un cerro grande frente al de La Cruz está nos tiramos cañonazos que fue una barbaridad.

El cerro estaba tomado por los mismos compañeros tirándoles metrallazos que parecían aguaceros,

Fernández le dijo a Aurelio "Aquí rompemos la guerra pasaremos en corrida aunque se muera uno que otro.

Por el cerro de Calabazas sube el primer escuadrón que quiten las posesiones que dan vista hacia Torreón.

El cuarto Escuadrón le mandan que suban esos cerritos

305 no nos vayan a flaquear porque somos muy poquitos.

Valdiviez, Murga y García los tres en disposición dispusieron que García entrara por el cañón.

Estando García de acuerdo que Murga le protegiera lo mandó subir al cerro que le nombran Polvorera.

Murga subió con su escolta a cumplir la comisión con otros cuantos soldados de uno y otro Escuadrón.

Murga avanzó medio cerro luego se dio una parada para apaciguar el fuego de nuestra misma Brigada.

Aurelio sacó su anteojo y se puso muy contento para ver al enemigo cogiendo las posiciones.

Al pie de los parapetos han plantado su bandera y al grito de “¡Viva Villa!” han corrido los Herrera.

Les cogimos su bandera y se las hicimos pedazos y al correr las codornices les dimos muchos balazos.

Arballo mandó un correo a Aurelio que le dijera "El enemigo corrió dejándonos la bandera".

Aurelio llega y pregunta: "¿Dónde van los correlones? ahora lo que hay que hacer no dejar las posesiones".

306

"Que venga el Cuarto Escuadrón y les eche la aullada dejando abajo del cerro todita la caballada".

Ya serian como las diez no estábamos ni apurados tocándoles mala suerte a dos de nuestros soldados

Al encumbrar el cerrito a Andrés Corral nos hicieron de los mismos compañeros los que avanzar no quisieron.

"No se rajen compañeros", De la Rosa Contestó "SI Basilio Soto es muerto, todavía les falto yo".

A los pies del coronel se ha recibido este duelo Soto, que herido en la cara, se ha ido volando al cielo.

Siguiendo el tiroteo cuando a poquito ratito se quejaba Moisés López diciéndonos: "¡Ay Diosito!".

El brazo derecho fue donde le dieron el tiro y cumpliéndose dos horas dejó el último suspiro.

Aurelio disimulaba al dolor que le acobija por los dos de sus soldados que hablan matado ese día.

Se fue por la línea de fuego donde estaba Chavarría preguntando dónde estaban los heridos que tenían.

Chavarría le rindió el parte

307 que Chacón no había salido no sabía si estaba muerto o estaba nomás herido.

Perfecto Chacón murió en el campo de batalla junto con Vicente Cárdenas joven que lo acompañaba.

El día estaba terminado y no se podía tomar dando la orden mi jefe que teníamos que avanzar.

Se fue el día llegó la noche dejamos la posesión caminando en tiradores para el centro de Torreón.

Bajó la escolta de Aurelio subiendo y bajando cerros teniendo la feliz suerte de encontrar los compañeros.

Encontramos a Pastrana en su línea que tenía diciéndonos le di ceza 117 a los de caballería.

Brigada Benito Juárez que era un montón de mayates si querías romper el sitio con Pastrana te atoraste,

Se pusieron a acordar Pastrana Arballo y García que Arballo fuera otra vez a los puestos que tenía.

Arballo subió a la gente al cerro de Polvorera como lo ordenó García a esperar que amaneciera,

117 Dar ceza.- Palabras usadas por los campesinos norteños cuando se retira al becerro de la ubre de la vaca, dándole un golpe en el hocico.

308 La gente ya no quería no querían obedecer por no tener parque ni agua mucho menos qué comer.

Uno al otro se decía: "Se nos acaba el aliento con dos días y dos noches que les fallaba alimento.

Luego que ya amaneció Arballo buscaba a Aurelio que por no haber dado vuelta le entraba el desconsuelo.

Encontramos seis soldados que conducían los heridos a Epifanio Cerecerez ya otros más desconocidos.

Aurelio con Chavarría y con el otro escuadrón les aclaró por las calles de ese mentado Torreón.

De la Rosa y José Arballo siguieron con su trabajo la línea de tiradores marchando a la cuenta de abajo.

Nos dirigimos a un cerro cansados hechos pedazos pero haciéndoles la seña allí nos dieron de balazos.

Cerrito de la Agazapa te tuve que bautizar mucho trabajo nos diste y nos quieres traicionar.

Un talaca 118 de la tropa lo pensó de otra manera avisándole a talones y tirando la bandera.

118 Talaca.- Hombre flaco, tilico, esquelético.

309 La línea dio media vuelta como queriendo arrancar cuando llegaba un correo ya no hay orden de tirar.

Atendimos al correo demostrándole obediencia no dándole a maliciar lo hacíamos por conveniencia.

Al grito que hicieran alto la gente se organizó contemplando al enemigo que por enfrente pasó.

A orillas del pueblo llegamos donde Aurelio nos halló mandó formar a la gente y allí nos organizó

Nos fuimos a encuartelar a la placita de toros después trajimos los muertos y a los heridos a todos.

Aurelio mandó a hacer cajas de los nuestros que le hicieron en prueba de gratitud por sus servicios que dieron.

El sábado fue este día y de fecha veintitrés día en que enterramos cinco hombres del pueblo de San Andrés.

Los llevaron al panteón a hacerles su funeral cumpliendo con su deber de una tropa nacional.

310

311

312

Durante la Revolución, cada facción que ocupaba la capital del estado, emitía su propio papel moneda. Estos son algunos billetes durangueños impresos por diversos grupos revolucionarios

313 Después de las múltiples derrotas militares de las tropas villistas en los años de 1915 y 1916, para el mes de abril de 1917, el general Francisco Villa decidió dispersar a sus soldados revolucionarios e iniciar la guerra de guerrillas. En varias entidades de la República este periodo de las acciones villistas fue conocido con el nombre de La Villada. Así, los subalternos de Villa iniciaron sus actuaciones bélicas en pequeñas partidas, en el norte del estado de Durango, en el estado de Chihuahua y en algunas regiones de diversas entidades del país. En este contexto, el 14 de mayo de 1917, Villa sorprendió con su ataque a Ojinaga, Chihuahua y continuó combatiendo a los grupos de ciudadanos armados integrados en Defensas Sociales, conocidas como socialistas, así como a las tropas constitucionalistas regulares de Durango y Chihuahua, desplazándose constantemente por la sierra de Durango y aprovechando el apoyo de la población, en lo tocante a vituallas e información estratégica. Francisco Cervantes, Graziella Altamirano y Guadalupe Villa aseguran que, para los meses de junio y julio de 1917, Francisco Villa, disfrazado de soldado constitucionalista, junto con cuarenta y cinco hombres viajó hasta el centro del país, con la finalidad de establecer contacto directo con Emiliano Zapata, líder del Ejército Libertador del Sur, e integrar el Ejército Defensor de la Causa del Pueblo, aunque otra versión de la ausencia de Villa señala que la intención era llegar hasta la capital del país para apoyar un atentado contra la vida del general Venustiano Carranza. Una vez de regreso en sus territorios naturales de Durango y Chihuahua, Villa volvió a concentrar a sus guerrillas, combatió de nuevo en Ojinaga, Chihuahua y volvió a dispersar a sus cuerpos, para dar inicio a una serie de correrías en el norte del estado de Durango. Después de ocupar la hacienda de Canutillo, Villa combatió en los municipios de Santa María del Oro, Santiago Papasquiaro y Tepehuanes, Durango, en contra de las tropas regulares constitucionalistas y las Defensas Sociales de la región. Por su parte, los constitucionalistas habían implementado la táctica de guerra de tierra quemada y la reconcentración de la población de los asentamientos adictos a La

314 Villada, mermando de esta manera el abastecimiento y la efectividad de las guerrillas de Pancho Villa. El 11 de marzo de 1918, Francisco Villa ocupó la población de El Venado, municipio de Tepehuanes, Durango, el ataque fue dirigido por los generales: Martín López, Nicolás Fernández y Miguel García, con el apoyo del coronel Ismael Máynez. El mismo día en Santa Catarina de Tepehuanes, se reunieron las tropas constitucionalistas del general Miguel Aguirre con las Defensas Sociales de Rincón de Ramos y puntos circunvecinos, bajo las órdenes del general irregular auxiliar Teodoro Arreola, mejor conocido como El Jorobado. A este contingente se unieron tropas constitucionalistas procedentes de la ciudad de Durango bajo las órdenes del general Joaquín Amaro. El 12 de marzo de 1918, los villistas fueron sorprendidos en El Venado y en la refriega, algunos de ellos murieron y la mayoría huyó. Unos cuantos que fueron aprehendidos fueron posteriormente colgados en los árboles del cerro de El Pitorreal. En los corridos de: La llegada de Villa a Tepehuanes y del general Aguirre se describen los pormenores de la derrota villista en Tepehuanes.

La llegada de Villa a Tepehuanes 119 (fragmentos)

Alberto Granillo

¡Ahí viene Francisco Villa! Con todos sus coroneles, dicen que viene colgando, a los jueces de cuarteles.

¡Ahí vienen esos villistas! Con este viejo carcacha, y los padres de familia, que escondan a sus muchachas.

Por el lado de El Venado, ahí les pegaron un grito,

119 QUINTERO CORRAL, LUCIO. Pancho villa derrotado en Tepehuanes, Dgo., al intentar tomar la ciudad de Durango, 1918, Ciudad Juárez, Chihuahua, edición del autor, 1990, p.26.

315 era el general Aguirre y el general Teodorito.

El combate se empezó, en las Mesas Cardenchentas,120 dejaron sus provisiones, y sus maletas mugrientas.

Gritaba Francisco Villa, les gritaba con afán: “¡Agárrenme al Jorobado, para echármelo al morral!”

Le contesta Teodorito: “No se vaya a equivocar, viejo barbas de zamarro, si no soy pieza de pan”.

A Villa lo derrotaron, pues esa fue su fortuna, y Aguirre lo va siguiendo, rumbo al cerro de La Laguna.

Les decía Francisco Villa, les decía en su despedida: “A Eulogio Ortiz, general, le voy a quitar la vida”.

Gritaba Miguel Aguirre: “¡Échenles fuego bonito! que paguen las vacas gordas, que se hartaron en El Ojito”

Corrido al general Aguirre 121

E. Martínez Nájera / Zavala Ortiz

Mil nuevecientos dieciocho, este recuerdo quedó, pues el general Aguirre, un escrito recibió, pero como era de Arango,

120 Cardenchentas, de cardenche, nombre de una planta desértica de tallo agujerado y espinoso. 121 QUINTERO CORRAL, LUCIO, Op. Cit. p.28.

316 a él ni cuidado le dio.

Arango quería la plaza, pues se la quería tomar, “Su hijo traigo prisionero, con él me voy a vengar, me entregas diez mil cartuchos, a cambio de su libertad”.

Aguirre le contestó, en sentido muy formal: “Tú eres un gran guerrillero, yo también soy general, la plaza no te la entrego, ya te puedes retirar”.

En su caballo retinto, el general se montó, en la plaza de Tepehuanes, él un grito les pegó, ciento treinta hombres traía, mientras que Amaro llegó.

Arango se retiró, con el rumbo a El Pitorreal, en Los Cerritos, Durango, Aguirre lo fue a alcanzar: “¡Esa injusticia que hiciste, tú la tienes que pagar!”.

Adiós rancho de El Ojito, qué tristeza te quedó, al ver a Manuel Aguirre, que ahí la vida perdió, ahí se grabó el recuerdo que para siempre quedó.

317

El general Joaquín Amaro participó en la acción contra los guerrilleros villistas en El Venado, en marzo de 1918

318 El 27 de mayo de 1918, la guerrilla villista de Marcial Ortiz atacó el ferrocarril de Durango a Tepehuanes, en el punto conocido como Piedra Encimada, situado en el kilómetro 79 de la vía entre las estaciones de Pinos y Las Olas, cerca de la población de Canatlán, Durango. En el asalto murieron más de 50 personas, entre militares carrancistas y civiles. Por su parte, los villistas obtuvieron un botín cercano a los 100,000 pesos. En el corrido de la Gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de Tepehuanes, se relata cómo se efectuó el asalto y se menciona la muerte de algunos oficiales carrancistas como el teniente coronel José Tostado y el coronel Francisco Muñoz, ambos miembros del Estado Mayor del general Miguel Laveaga , así como el general Marcial Ibarra y el coronel Gabino Hernández, los dos pertenecientes a las tropas del general Domingo Arrieta León. El botín que los villistas obtuvieron fue cuantioso, porque en el tren viajaba el pagador de la Brigada Gavira, Alfonso Balerazo quien cargaba con 45,000 pesos en monedas de oro para pagar los haberes de las tropas carrancistas destacadas en los partidos de Indé y El Oro, Durango.

Gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de Tepehuanes 122

Gonzalo Raymundo

Señores, pongan cuidado prestarme buena atención; de lo que acaba de pasar voy a dar información.

El veintisiete de mayo, presente lo tengo yo, el tren que iba a Tepehuanes sangriento asalto sufrió.

122 Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

319 El veintisiete de mayo, presente lo tengo yo, ese tren de Tepehuanes Marcial Ortiz lo asaltó.

Pasaron a Canatlán y no había ocurrido nada pero el tren les fue asaltado llegando a Piedra Encimada.

Entre las diez y las once, cuando el caso sucedió, oyeron los pasajeros que una estalló.

Gran sorpresa recibieron toditos los pasajeros al ver que estaban rodeados por más de cien bandoleros.

Les decía Marcial Ortiz, a todos sus bandoleros: “Súbanse pronto a los carros a ver si encuentran dinero”.

Y la escolta que allí iba por dos horas combatió pero en ese poco tiempo bastante gente murió.

Cuando ya quedaron dueños del campo los bandoleros comenzaron a robar a todos los pasajeros.

Hasta el mayor Balerazo que iba a esta ciudad de dinero le quitaron una gran cantidad.

Pobrecito Carlos Lira ¡Ah!, qué suerte le tocó, como él era el maquinista graves heridas sufrió.

Fogonero y maquinista junto con el celador

320 los trajeron a Durango a los tres en un armón.

Se subieron a los carros toditos los bandoleros y el dinero les quitaron a todos los pasajeros.

De la gente que allí iba se oían ayes lastimosos porque los villistas iban todititos muy furiosos.

Lloraban los inocentes y también las señoritas de ver todas las infamias que cometían los villistas.

Esas son barbaridades de esos nombres sin piedad que andan dejando inocentes en la mayor orfandad.

De los muertos que quedaron, sobre los carros del tren, murió el teniente Tostado y también un coronel.

Murió Francisco Muñoz de la gente de Laveaga y de Tejamen murió el mayor Marcial Ibarra.

Pobre del mayor Ibarra ¡Ah!, qué suerte le tocó que al dirigirse a su tierra en el camino murió.

Vuela, vuela palomita, y párate en aquella parra, anda a avisar a Tejamen que murió el mayor Ibarra.

Sigue paloma volando y sin hacer tanto alarde y avísale a Julio Ibarra que ya falleció su padre.

321

Pues de la gente de Arrieta murió el coronel Hernández y murieron de la escolta varios jefes y oficiales

Por los datos que aquí ha habido y se dice que son ciertos de ese asalto que ha ocurrido quedaron cincuenta muertos.

Ya se acabó la tragedia de ese tren que fue asaltado señores yo no lo vi pero así me han platicado.

322 El 3 de mayo de 1918, en los Llanos del Toboso, lugar cercano a Chinacates, Durango, el jefe guerrillero villista Marcial Ortiz, quien en mayo del mismo año había dirigido el asalto al tren de tepehuanes, ver el corrido anterior, fue abatido por soldados carrancistas. Con la muerte de Marcial Ortiz, la guerrilla villista de Canatlán, Durango perdió a uno de sus mejores líderes, sin embargo sus subalternos continuaron la guerra contra los carrancistas y las Defensas Sociales de la región. Los sucesos fueron cantados en los versos de Felipe García.

Corrido del asalto al tren de pasajeros en la Piedra Encimada, o La muerte de Marcial Ortiz 123

Felipe García

Mil novecientos dieciocho, presente lo tengo yo, el veintisiete de mayo, Marcial el tren asaltó.

El tren salió de Durango, con destino a Tepehuanes, en esa Piedra Encimada, los villistas asaltaron.

Cuarenta mil pesos oro, se llevaron los villistas, era el pago que llevaba, a las fuerzas carrancistas.

Mil novecientos dieciocho, ni me quisiera acordar, en los Llanos del Toboso, allí se murió Marcial.

Iban con destino a Lajas, por el Puerto del Coneto. todos iban pensativos porque Marcial había muerto.

123 ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 145 a 146.

323 En esa hacienda de Lajas, sepultaron a Marcial, y algunos de sus compañeros, empezaron a llorar.

Allí quedó sepultado, con toditos los honores, el jefe de los villistas, de San Juan y de Menores.

Adiós la Piedra Encimada, tenemos que recordar, del asalto que pasó, con la gente de Marcial.

Adiós el tren pasajero, de Durango a Tepehuanes, ya murió Marcial Ortiz, quien tramitaba los planes.

Vuela, vuela palomita, párate en aquel reliz, avísale a Pancho Villa que murió Marcial Ortiz.

Adiós la hacienda de Sauces, El Trébol y San Miguel, ya murió Marcial Ortiz, no lo volverán a ver.

Vuela, vuela palomita, vuela con rumbo a Parral, avísale a Pancho Villa, que mataron a Marcial.

324 Durante el año de 1918, las guerrillas villistas continuaron combatiendo en los estados de Durango y Chihuahua, principalmente. Sin embargo, el villismo no lograba consolidarse ni unificarse, por lo que desde el exilio en los Estados Unidos, surgió el intento de algunos militantes villistas para organizar al Ejército de Reconstrucción Nacional. A fines de 1918, el general Felipe Ángeles regresó al país y se internó en Chihuahua, con el objeto de establecer contacto con el general Francisco Villa y convencerlo de que apoyara a la organización Alianza Liberal Mexicana y se integrara a ella. La Alianza había sido conformada en los Estados Unidos a fines de 1918 y aglutinaba a los enemigos de Venustiano Carranza y el Ejército Constitucionalista. Los afiliados de la Alianza pretendían imponer un nuevo gobierno y restablecer la Constitución de 1857. La reunión entre Villa y Ángeles tuvo lugar en Tosesihua, Chihuahua, el 14 de diciembre de 1918. Después de varias conferencias, las guerrillas villistas se concentraron, a principios de 1919, en Río Florido, Chihuahua, en donde Francisco Villa dio a conocer el Plan de Río Florido, sumándose a los postulados de la Alianza Liberal Mexicana. Mientras Villa siguió peleando en el norte de Durango y en el estado de Chihuahua, el jefe guerrillero villista Lorenzo Ávalos hizo la guerra en el centro y el sureste del estado, ya con la bandera del Plan de Río Florido y se anexó a la guerrilla de Félix Díaz El Tepiqueño. En el corrido de La tragedia del combate de Navacoyán y en la Estancia de San Pablo el día trece de mayo de 1919, se relatan los pormenores de la derrota que sufrieron las guerrillas villistas de Félix Díaz El Tepiqueño y el general Lorenzo Ávalos, por la acción de las tropas carrancistas y los gendarmes de la ciudad de Durango, comandadas por el general Ismael Lares, adscrito a la División Durango, también participaron los coroneles: Dámaso Carrasco y Arturo Canales.

La tragedia del combate de Navacoyán y en la Estancia de San Pablo el día trece de mayo de 1919 124

124 Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

325

Las fuerzas federales y las rurales del estado salen victoriosas derrotando a los famosos cabecillas bandoleros: Félix Díaz El Tepiqueño, Lorenzo Ávalos y otros

G. R (atribuido a Gonzalo Raymundo)

Señores voy a contar, lo que pasas en la ocasión, todo ello ha sido verdad, que merece información.

El martes trece de mayo, presente lo tengo yo, en ese Navacoyán, un combate se libró.

A las tres de la mañana, el teléfono sonaba, era de lo más urgente, avisar lo que pasaba.

Al señor general Lares, de Dolores le anunciaban, que en ese Navacoyán, el tiroteo se escuchaba.

Salvador Sánchez, teniente, de las fuerzas federales, peleaba valientemente. En unión de sus leales.

Ayudando al capitán, Felipe Cerros mentado, que es de las fuerzas rurales, de la hacienda de El Cuidado.

Con treinta hombres que tenían, se portaban singulares, en espera del auxilio, que le habían pedido a Lares.

Cuando los villistas vieron, que el auxilio se acercaba, le avisaron a talones y caballo les faltaba.

326 Lares, sin perder el tiempo, y sin hacerse donaire, ordena seguir sobre ellos, por San Lorenzo del Aire.

En el rumbo que tomaron, al dejar Navacoyán, a las fuerzas de rurales, lo siguen con mucho afán.

Los bandoleros tantean que su plan va a fracasar, y en San Lorenzo no esperan y corren sin descansar.

Lares por fin los alcanza, porque su plan no es en balde, y los comienza a cuerear, donde la hacienda de Alcalde.

Félix Díaz El Tepiqueño, no se tantea muy seguro, pues ya le han dicho que Lares, siempre les pega muy duro.

Y corrieron a vapor, como alma que lleva el Diablo, tratando de hacerse fuertes, en la Estancia de San Pablo.

Allí se vio apretadito, el mentado Félix Díaz, que para poder cumplir, ya acababa con las frías.

Allí, las chusmas villistas, creyeron que habían triunfado, pues a Lares, con su gente, casi lo tenía copado.

Tres horas duró el combate, que fue de los muy reñidos, Miguel González murió, y hubo como cinco heridos.

Cuando Lares y su gente, peleaban con valentía,

327 les llegaba como auxilio, gente de la policía.

El combate fue reñido, por lo que es de comprender, y los leales del Gobierno, cumplieron con su deber.

Pelearon con gran valor, rurales y policías, y gran derrota sufrieron, Ávalos y Félix Díaz.

Los villistas que murieron, en el combate librado, 6+sepultados los hallaron, a todos en un vallado.

En el combate murieron, dos soldados de los leales, y otro día los sepultaron con honores militares.

¡Paz al soldado que muere, peleando con mucho honor, y en defensa de la causa, la muerte ve con valor!

¡Que viva el teniente Sánchez, y viva el capitán Cerros! ¡Vivan todos los soldados, que con valor combatieron!

¡Que vivan Lares, Carrasco, González Rubio y Canales! que siempre han peleado bien, con sus fuerzas de rurales.

Aquí se acaban los versos, en que hay algo que conmueve, recuerda el trece de mayo, novecientos diecinueve.

328

329 Dionisio Carreón se inició en la Revolución como maderista en 1910 y, a la sazón, en 1919, actuaba como guerrillero villista en los municipios de Nombre de Dios, Poanas, Vicente Guerrero y Súchil, del sur del estado de Durango. Las principales acciones de Carreón fueron los asaltos a los trenes que cubrían la ruta de Cañitas a Durango, entre las estaciones de Poanas y La Breña, como la del 12 de septiembre de 1919. Después de múltiples persecuciones, Dionisio Carreón cayó abatido en un encuentro con las fuerzas carrancistas dirigidas por el teniente coronel Márquez, el 19 de septiembre de 1919, en un punto llamado La Cieneguita, ubicado en las inmediaciones de la Sierra de La Ochoa. El cadáver de Carrón fue trasladado a Poanas y posteriormente colgado de un poste del telégrafo.

El corrido de Carreón 125

Anónimo

En mil novecientos diez, que Carreón se levantó, diez años anduvo en armas y el diecinueve murió.

Carreón salió de Parrilla, con toda su compañía, con tres castaños de vino, que de La Villa traía.

Carreón llegó a Cieneguilla, con toda su compañía, “Traigan a Reyes Hernández, para bailar todo el día”.

Sale Carreón y les dice: “Oiga usted, mi general, ahí se divisa una gente, por ese camino real”.

125 ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 140 a 141.

330 Sale Carreón y les dice, con muchísima alegría, “Esa gente que diviso, toda es gente de la mía”.

Castro le dice a Carreón: “Buenos días mi general, dicen que ahí viene una gente, queriéndonos agarrar”.

No era gente de la suya, sino la gente de Márquez, y en menos que se los cuento, echaron a los rifles parque.

Salieron a la casita, donde echaron los gemelos: “Dicen que la gente es mucha, nos iremos a los cerros”.

Castro le dice a Carreón: “Buenos días mi general, le encargo mi cabellera, si me llegan a matar”.

Carreón le contesta a Castro: “Eso le digo yo a usté‟, le encargo mi cabellera, que es pa‟l Señor San José”.

Se soltó la balacera y esta vez Carreón perdió y estuvo dura la mezquitera, que mucha gente murió.

Carreón era como Villa, muy bueno pa‟ los balazos, pero en esa Cieneguilla, se le acortaron los pasos.

Murió Gregorio Carreón, por providencia del cielo, ya se acabaron los bailes, en la casa de Consuelo.

Consuelo era muy bonita, una mujer lisonjera,

331 a Chícharo, Carreón y Castro, los traía como en collera.

Murió Gregorio Carreón, señores, ya lo verían, esos ricos hacendados, ¡Ay! Qué a gusto quedarían.

Ya con esta me despido, por el rumbo de La Breña, aquí se queda Carreón, que siempre anduvo a la greña.

332 El general villista chihuahuense Martín López Aguirre fue miembro de la famosa escolta de élite de Los Dorados de Villa y participó en la Revolución en las diversas campañas que desarrolló la División del Norte. El 9 de septiembre de 1919, como parte de la campaña guerrillera de la Villada, sobre el estado de Durango, el general Francisco Villa ordenó al general Martín López y sus tropas, el asalto a la ciudad de Durango, sin embargo, las fuerzas de López resultaron derrotadas por los refuerzos carrancistas que arribaron a la Perla del Guadiana, procedentes de la Región Lagunera. En la refriega, López se vio obligado a ordenar la retirada y durante la huída fue herido por las balas de los soldados de caballería del general Irineo Villarreal, en la Estación La Labor, municipio de Durango y cuatro días después el general Martín López fallecía en Las Cruces, Durango. La escritora y bailarina durangueña Nellie Campobello, en su libro de relatos Cartucho, narra que los carrancistas, al no dar crédito a la versión de que el segundo al mando en las fuerzas de la guerrilla villista, Martín López, había muerto, exhumaron su cadáver y, tras identificarlo, le quitaron unas hojas verdes que cubrían una herida de su vientre. Para sorpresa de los carrancistas, las hojas habían mantenido su color original, después de varios días del entierro del famoso guerrillero villista.

La tragedia de Martín 126

Anónimo

Paloma real de Durango, párate en aquel fortín, les dices a los carranzas, que aquí se queda Martín.

Martín López les decía: “Ni miedo les tengo yo” y jugando a los balazos, ninguno se le escapó.

126 CAMPOBELLO, NELLIE. “Cartucho”, en: La novela de la Revolución Mexicana, Tomo I, México, Editorial Aguilar, 1980, pp. 965 a 966.

333

Martín López les decía: “Cuando atacamos Columbus, quemamos todas las casas y nos vamos a otros rumbos”.

En la hacienda La Labor, una bala lo alcanzó, dos días luego pasaron, y luego se nos murió.

Martín López nos decía: “no se vayan a rendir, mejor que mueran alzados, así es bonito morir”.

Martín López le hace piernas a su caballo alazán, en Llanos de Catarinas fue Diablo para pelear.

De un lado para otro iba, gritando fuerte y muy claro: “Aquí les traigo a los changos, sus cosquillas y su rayo”.

A caballo, con su lazo, los rodió, allí en Canutillo, allí toditos murieron, pos no hubo ningún herido.

En Chihuahua y en Torreón, y en el bonito Parral, Martín López fue adelante, porque sabía pelear.

A Chihuahua se metió, en su caballo jobero, los escalones subió del Palacio de Gobierno.

En Las Cruces se murió, en ese mes de septiembre, lo enterraron Los Dorados, los muchachos de su gente.

Paloma real de Durango,

334 no te canses de volar, diles que el Güero Martín, a su caballo subió. sin miedo de irse a morir.

Vuela, paloma ceniza, vete pa‟ aquella humareda, y diles que Martín López, aquí se quedó en la sierra.

En sus libros de relatos Cartucho y Las manos de mamá, Nellie Campobello, dio forma literaria a los sucesos y personajes de la Villada

335 El 25 de mayo de 1920, un día después de la elección de don Adolfo de la Huerta como presidente de la República, tuvo lugar la primera conferencia entre el general Francisco Villa y el general Ignacio Enríquez, en el poblado de El Pueblito, cercano al Valle de Allende, en el estado de Chihuahua. En la conferencia se trató el asunto de la rendición de Francisco Villa y sus leales guerrilleros. Este primer acercamiento se vio frustrado porque las tropas federales del general Jesús Guajardo se movilizaron para reforzar a los soldados del general Joaquín Amaro, con la aparente finalidad de combatir a la guerrilla villista. En julio del mismo año, el general Eugenio Martínez estableció de nuevo contacto con el general Villa quien, de manera sorpresiva, se movilizó desde el estado de Chihuahua al de Coahuila y concentró sus fuerzas en Tlahualilo, Durango. La conferencia entre Villa y Martínez tuvo lugar en Sabinas, Coahuila, el 28 de julio de 1920, con la anuencia de Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles y Benjamín Hill, todos miembros del poderoso Grupo Sonora. En el diálogo con Villa se acordó la amnistía de la guerrilla villista con el ofrecimiento de garantías de vida, un año de haberes a las tropas de la ex División del Norte y que la Hacienda de Canutillo, Durango, pasaba a ser propiedad del general Villa. Con los acuerdos logrados, en agosto de 1920, la guerrilla villista fue licenciada y el general Villa estableció su residencia en la Hacienda de Canutillo. La rendición de Villa fue uno de los mayores triunfos políticos de la administración de Adolfo de la Huerta. Tanto las conferencias como la rendición de Villa fueron objeto de diversas composiciones de corridos y mañanas regionales y nacionales.

La rendición de Pancho Villa 127

Primera parte

Anónimo

127 HERNÁNDEZ, GUILLERMO. The Mexican Revolutión. The Heroes and Events. 1910-1920 and Beyond, álbum de discos Folklorick Records, números 9041 a 9044, El Cerrito, California, s/f., cantado por Lupe Martínez y Pedro Rocha, grabado en la ciudad de Chicago, Illinois, Estados Unidos de América, el 19 de junio de 1929.

336 Hoy que Villa se amnistió voy a contar el suceso, que a la Nación le costó, millón y medio de pesos.

Cansados de n avegar, en sus vidas de aventura, comenzaron a entregar sus armas y sus monturas.

Villa, sin ningún reparo, cuando todo se arregló, en la Hacienda del Amparo, un documento firmó.

Dijo el general Martínez: “Señor, si hablo mal me mata, pero vía lo que pasó, con el general Zapata”.

“¡Pero, caracoles, cuerno!”, comenzó Villa a decir, “Creo que es honrado el gobierno a quien me voy a rendir”.

Cuando Villa se amnistió, con todos sus generales, la confianza renació en todos los minerales.

Villa sin ningún reparo, cuando todo se arregló, en la Hacienda del Amparo, un documento firmó.

“Pues yo ya voy a firmar, díganme sus pareceres, que dizque les han de dar, tierra y un año de haberes”.

Segunda parte

“Dándoles eso, se van”, les dijo el coronel Trillo, “Y al general le darán

337 La Hacienda de Canutillo”.

Villa les volvió a decir en un discurso sencillo: “¿Sabrán que me voy a ir a la Hacienda de Canutillo?”

“Allá donde trabajemos, para el que me quiera seguir, y vean que también sabemos trabajar para vivir”.

“Daré tierras a parcelas, contratos y arreglos fijos, voy a establecer escuelas para educar vuestros hijos”.

Valles, cerros ya están tristes, montes que Villa habitaba, ya no oirán algarazas de los villistas que andaban.

Por eso cantando digo con mi voz clara y sencilla: “¡Viva la gente valiente del general Pancho Villa!”

Pues que con el fin, sin esto ya no habrá quien diga más, que para vivir tranquilos se necesita la paz.

Ya con esta me despido paseándome por la orilla, terminó la rendición del general Pancho Villa.

338

Francisco Villa, el durangueño más famoso en el mundo.

339

340

341

342 El general Francisco Murguía López de Lara tuvo un destacado papel como revolucionario maderista y carrancista, sobre todo durante el combate a las guerrillas villistas en los estados de Durango y Chihuahua y en el momento de la huída de Venustiano Carranza a Veracruz, después de que fue derrocado, al triunfo del llamado Grupo Sonora con el Plan de Agua Prieta, en mayo de 1920. Tras la muerte de Venustiano Carranza, Francisco Murguía se refugió en los Estados Unidos y en ese país comenzó a organizar una rebelión en contra del gobierno de Álvaro Obregón y del Grupo Sonora. A la sazón, algunos ex carrancistas le prometieron a Murguía que, en el momento en que entrase al territorio mexicano contaría con su apoyo en armas, dinero, vituallas y soldados, para hacer frente al gobierno obregonista. Confiando en el apoyo prometido por sus correligionarios, Murguía cruzó la frontera por el estado de Chihuahua, enarbolando el Plan de Saltillo, en el que se desconocía al gobierno de Obregón. Ya como rebelde antiobregonista, Murguía cruzó todo el estado de Chihuahua y se internó en el estado de Durango, perseguido constantemente por las tropas del general José Gonzalo Escobar, leales a Obregón, hasta que finalmente fue derrotado en El Huarache, Durango. La intentona de Murguía fracasó desde sus inicios, tanto por la deserción de sus pocos soldados, como por el incumplimiento de las promesas de dotación de armas y vituallas que le habían hecho sus inconstantes correligionarios radicados en Estados Unidos y en México. Por otra parte, contrario a lo que Murguía esperaba, en el país, sólo hubo alguno que otro tibio levantamiento aislado que, completamente desarticulados, fueron rápidamente neutralizados. Una vez que fue derrotado en el Guarache, Murguía logró huir sólo y arribó a la población de Santa Catarina de Tepehuanes, Durango. En ese lugar, Murguía fue descubierto, aprehendido, juzgado sumariamente y fusilado el primer día de septiembre de 1922. Durante el juicio sumario a Francisco Murguía, también conocido como Pancho Reatas, se pusieron en evidencia diversas prácticas corruptas del Ejército Constitucionalista, durante las operaciones en contra de las guerrillas villistas.

343 Fusilamiento de Murguía 128

Eduardo Guerrero

Golondrina mensajera, de tristezas y alegría, ve a anunciar por donde quiera, que murió Pancho Murguía.

Cruzó el Bravo en la frontera, y se internó en nuestra tierra, venía en contra del Gobierno, y le declaró la guerra.

Mas el pueblo ya no quiere, esas luchas fratricidas, pues sólo adora la paz y a sus familias queridas.

con cincuenta y ocho adictos, pasó cerca de Escalón, siendo luego perseguidos, por las tropas de Obregón.

en el centro de Durango, lo alcanzó el jefe Escobar y derrotado en El Guarache, huyendo pudo escapar.

Vagó por sierras abruptas y por pueblos, disfrazado, y así llegó a Tepehuanes, triste, solo y muy cansado.

el cura de Tepehuanes, con nobleza y caridad, le dio asilo en el curato, y lo asistió con bondad.

Pero nunca falta el pago, de cualesquiera maldad, pues una mujer, por venganza, dio aviso a la autoridad.

128 ROMERO FLORES, JESÚS. Corridos de la Revolución Mexicana, México, Costa Amic Editores, 1979, pp. 242 a 246.

344 (ilegible) de ese hombre, lo mató Murguía muy mal, colgándolo de una rama, con gran lujo de crueldad.

Al jefe Anacleto López, la mujer le fue a contar y este marchó para el pueblo y de noche llegó a entrar.

Rodeó la tropa la iglesia, cuando la hora santa rezara el cura y pidió, por fuerza, a Pancho Murguía entregara.

Estaba Murguía encerrado, bajo del altar mayor, en un pequeño cuarto, y sumido en su dolor. no tuvo tiempo de nada, al entra el general, y tuvo que darse preso, sin un tiro disparar.

Fue llevado hasta el cuartel y le hicieron un sumario, siendo condenado a muerte, por rebelde y temerario.

A las seis del día primero, el consejo terminó, y a las seis y media en punto, a Murguía se fusiló.

Así terminó su vida, este general valiente, que fue el jefe más adicto, de la carrancista gente.

Día primero de noviembre, qué fecha tan memorable, murió Francisco Murguía, un general indomable.

El gobierno le ofreció, perdonarlo si se unía

345 y él siempre quiso vengarse, aunque no le convenía.

Trabajó en el extranjero, por alcanzar la venganza, deseando ver castigada, la caída de Carranza.

Pero nuestra pobre Patria, no puede con tanta pena, y es justo que cada uno, procure se ponga buena.

Por eso causa tristeza, el fin de un valiente hombre, pero se lo buscan solos y nadie de ello se asombre.

Que sirva aquesta lección, también a los poderosos, que obren siempre sin crueldad y sean justos bondadosos.

Tres cartas escribió firme, arreglando sus negocios, y encargó mucho a sus hijos, el trabajo y no los ocios.

Nació don Pancho Murguía, muy cerca de Sombrerete, fue fotógrafo de oficio y enemigo del bonete.

En Coahuila se afilió, a la causa de Madero y luego fue de Carranza, adicto como el primero.

En la triste retirada, de Apizaco y San Andrés, fue quien más se distinguió, por su valor y altivez.

Quedó luego prisionero, de las tropas de Obregón, pero luego, con astucia, se salió de la Nación.

346

En los Estados Unidos, siempre estuvo conspirando, hasta que por fin volvió, la muerte venía buscando.

Ya terminé este corrido, y que sirva de lección, que ya el pueblo está cansado y no ayuda a la ambición.

347 En 1922, el general Juan Carrasco se levantó en armas en contra del Gobierno del Estado de Sinaloa, entidad en la que el general Ángel Flores fungía como gobernador. En busca de apoyo bélico, Juan Carrasco se afilió al movimiento del Plan de Saltillo que, de manera fallida, lideraba el general Francisco Murguía. A fines del año de 1922, Juan Carrasco intentó unir su tropilla con las fuerzas del general Murguía, en algún lugar de la Sierra Madre Occidental, en el estado de Durango. Sin embargo, el Gobierno Federal tuvo noticias de los movimientos y planes de Carrasco, por lo que envió a las tropas del general Juan Torres para combatir los rebeldes de Carrasco. Juna Torres, en el cumplimiento de su mandato, juntó a sus tropas con los integrantes de la Acordada de Coabortita, Sinaloa y el 8 de noviembre de 1922, en un lugar de la Sierra, cercano a Guamuchilito, al oeste del estado de Durango, los leales al general Álvaro Obregón Salido, trabaron combate con las fuerzas de Juan Carrasco. En el encuentro, Juan Carrasco encontró la muerte.

La muerte de Juan Carrasco 129

Eduardo Guerrero

Válgame Dios de los cielos, quién se lo había de pensar, que al general Juan Carrasco, así lo habían de matar.

Se levantó contra Flores, por cuestiones de poder, y lo persiguió el Gobierno y al fin tuvo que perder.

Qué triste cosa es la vida. del que tiene corazón, que por vengar su amor propio se enfrentó con Obregón.

Los desterrados de Texas, en Carrasco y en Murguía,

129 MARÍA Y CAMPOS, ARMANDO DE. La Revolución Mexicana a través de los corridos populares, Tomos II, México, Biblioteca del INEHRM, 26, 1962, pp.223 a 224.

348 tenían toda su confianza, sabiendo lo que valían.

Pero no contaron nunca con el sentir nacional, que no quiere ya más guerra, porque ya estamos muy mal.

Da tristeza ver morir a hombres de gran valía, que pronto desparecen como Carrasco y Murguía.

El general Juan Carrasco se levantó en Sinaloa, porque tuvo gran enojo con Flores, que echó una loa.

Como tenía simpatías y del pueblo era querido, con un buen golpe de gente se hizo jefe del partido.

Ya se daba por muy cierto que Juan llegaría a triunfar, pero el Gobierno envió a Torres y lo hubo de derrotar.

Luego se internó en la sierra y de lugar en lugar, anduvo con pocos hombres, sin el triunfo ya esperar.

Dicen que se interceptó a un enviado de Murguía, quien pedía cita a Carrasco, a Guamuchilito, que iría. el mensaje era fechado en Tepehuanes, Durango, pero el Gobierno lo supo y se puso rete chango.

Hizo aprehender a Murguía y otra fuerza envió a la sierra, que sorprendiera a Carrasco y terminara esta guerra.

349

Cuando estaba más tranquilo en aquella serranía, fue rodeado de enemigos, pues ya así le convendría.

Se defendió con denuedo, luchó con mucho valor, pero sucumbió cual bueno, en el campo del honor.

Dicen que se dio un balazo, al ver su causa perdida, pero al levantar el campo se halló a Carrasco sin vida.

Sinaloa llena de luto, lloró a jefe tan querido pues que tuvo acciones finas, con el pobre y fue sentido.

El día ocho de noviembre, novecientos veintidós, murió el jefe Carrasco, un general cual no hay dos.

Juan Carrasco les decía en su caballo alazán: “No pierdo las esperanzas de tomar a Mazatlán”.

Juan Carrasco dijo a Flores de El Quelite a La Sandía: “En Culiacán los espero, con toda la artillería”.

Juan Carrasco fue un amigo de Flores y compañero, y nunca, delante de él, se quitaba su sombrero.

Juan Carrasco era valiente, nadie lo puede negar, y a todos los carrancistas los alzó para pelear.

En Sinaloa y Nayarit,

350 en Durango y en Jalisco, todos lo sintieron mucho porque era un jefe muy listo.

Aquí termina el corrido que es recuerdo de un valiente, que por lanzarse a la guerra, murió con toda su gente.

Con esta ya me despido, del valiente Juan Carrasco, que acabó como vivió, sin tenerle a la muerte asco.

351 El 20 de julio de 1923, el General de División Francisco Villa fue asesinado, al caer en una emboscada, al momento en que viajaba en su automóvil, justo cuando salía de la ciudad de Parral, Chihuahua, con rumbo a la Hacienda de Canutillo, Durango. En el atentado también perdieron la vida: de Villa, Miguel Trillo, Claro Hurtado, Ramón Contreras, Daniel Tamayo y Rosalío Hurtado. Jesús Salas Barraza, diputado local del estado de Durango, fue el encargado de organizar a un grupo de enemigos de Villa para darle muerte. Este grupo estuvo integrado por: Melitón Lozoya, Librado Martínez, Ramón Guerra, José Sáenz Pardo, José Guerra, José Barraza, Ruperto Vara y Juan López Sáenz Pardo. Tras el asesinato se generaron diversas versiones en torno a la dirección intelectual, la organización y el patrocinio del atentado. Según Jesús Salas Barraza, se trató de una venganza personal en bien de la Patria. De acuerdo con el diputado Emilio Gandarilla, el general Plutarco Elías Calles fue el autor intelectual y patrocinador de la acción. Estas y otras versiones circularon aunque nunca hubo una definitiva. Y concluyente. Los supuestos motivos del asesinato de Villa fueron, entre otros: su virtual apoyo a la inminente candidatura de don Adolfo de la Huerta, así como los aparentes planes de organización de una nueva rebelión en contra de Álvaro Obregón, para la cual Villa contaba ya con armas, parque y gente dispuesta en el norte de Durango, el sur de Chihuahua y Coahuila. El durangueño Francisco Villa (Doroteo Arango) es el personaje histórico mexicano más conocido en el mundo y sobre el cual se han escrito y cantado la mayor cantidad de corridos y canciones, se han hecho películas, libros de Historia, biografías, novelas, cuentos, piezas teatrales, radionovelas, historietas y programas de televisión, entre otros.

Corrido Historia y muerte del general Francisco Villa 130

Primera parte

130 HERNÁNDEZ, GUILLERMO. The Mexican Revolutión. The Heroes and Events. 1910-1920 and Beyond, álbum de discos Folklorick Records, números 9041 a 9044, El Cerrito, California, s/f., cantado por More, Ruby & Vivo, grabado en Los Ángeles, California, Estados Unidos de América, el 31 de agosto de 1923.

352 Vivo.

En una Hacienda en la sierra, de México maravilla, de un labrador de mi tierra, nació el gran general Villa.

Trabajó por mantener a su madre y a su hermana, y luchó por obtener de trabajador la fama.

Pero el hijo del patrón, con su dinero y poder, burló a la hermana del peón, que al fin era una mujer.

Pero Pancho era muy hombre, y en prueba de su valor, lavó con sangre su nombre malhiriendo al burlador.

A las fuerzas de Madero entró con brazo potente y aquel humilde ranchero fue un indomable insurgente.

Por su valor sobrehumano, y fiereza sin igual, don Pancho le dio en Rellano el grado de general.

Mas sus valientes soldados fueron su escolta y su corte, los indomables dorados de la División del Norte.

Mas por una imprecisión, o traición de algún canalla, perdió la brillante acción del combate de Celaya.

Segunda parte

Fue temerario y valiente y noble de corazón,

353 y admitió a toda su gente al presidente Obregón.

Como pago a sus proezas le dieron El Canutillo, la hacienda que manejaba con su secretario Trillo.

Pero la envidia y traición, que se arrastraba escondida, esperaba la ocasión para arrancarle la vida.

Y muy cerca del Parral, sin descubrir aún el móvil, mataron al general que iba guiando su automóvil.

Mas no tuvieron valor para enfrentarse al caudillo, y disparando a traición mataron también a Trillo.

Le lloraron sus soldados pues él era su esperanza y los valientes dorados, juraron tomar venganza.

Sólo así podían vencer a ese valiente caudillo, que con temor le llamaban El Señor de Canutillo.

Duerme en paz porque tu nombre cual astro en la Historia brilla, será inmortal el renombre del general Pancho Villa.

354 La figura de Francisco Villa ha sido objeto de la composición de una gran cantidad de piezas de la lírica, además de los corridos de índole puramente histórica, algunas piezas villista han tenido un gran éxito comercial y se han anexado al acervo del cancionero durangueño. La tumba de Villa, El Siete Leguas, El corrido de Durango y El Mayor de los Dorados, son sólo algunos ejemplos de un vasto repertorio de canciones y corridos villistas.

La tumba de Villa 131

Pepe Albarrán

Cuántos jilgueros y cenzontles veo pasar, pero qué tristes cantan esas avecillas, van a Chihuahua a llorar sobre Parral, donde descansa el general Francisco Villa.

Lloran al ver que aquella tumba, donde descansa para siempre el general, sin un clavel, sin flor ninguna, solo hojas secas que le ofrenda el vendaval.

De sus dorados nadie quiere recordar, que Villa duerme bajo el cielo de Chihuahua, sólo las aves que gorjean sobre Parral, van a llorar sobre la tumba abandonada.

Solo uno fue, que no ha olvidado, y a su sepulcro una oración le fue a rezar, amigo fiel y buen soldado, grabo en su tumba: “Estoy presente general.”

Canten jilgueros y cenzontles sin parar, y que sus trinos se oigan en la serranía, y cuando vuelen bajo el cielo de Parral, lloren conmigo por aquel Francisco Villa.

Adiós, adiós, sus avecillas,

131 Corridos. Los Montañeses del Álamo, México, disco CD-VAR-7572, Variedades discos, s/f.

355 yo también quiero recordarle a mi Nación, que allá en Parral descansa Villa, en el regazo del lugar que tanto amó.

356 El corrido de Durango 132

Graciela Olmos

En Durango comenzó, su carrera de bandido, en cada golpe que daba, se hacía el desaparecido.

Al llegar a La Laguna, tomó estación de Horizontes, desde entonces lo seguían por los pueblos y los montes.

Pero un día allá en el noroeste, entre Tirso y La Boquilla, se encontraban acampadas, las fuerzas de Pancho Villa.

Gritaba Francisco Villa: “Yo el miedo no lo conozco. ¡Que viva Pancho I. Madero! ¡Que muera Pascual Orozco!”

Gritaba Francisco Villa en su caballo tordillo: “En las bolsas traigo pesos y en la cintura casquillos”.

¿Dónde estás Francisco Villa? general tan afamado! que los hiciste correr a todos como venados.

Ya con ésta ahí me despido, a la sombra de un durazno, aquí termino cantando el corrido de Durango.

132 Ibíd.

357 El Siete Leguas 133

Graciela Olmos

Siete Leguas, el caballo que Villa más estimaba, cuando oía silbar los trenes se paraba y relinchaba; Siete Leguas el caballo que Villa más estimaba.

En la Estación de Irapuato cantaban Los Horizontes, ahí combatió formal la Brigada Bracamontes; en la Estación de Irapuato cantaban Los Horizontes.

Como a las tres de la tarde silbó la locomotora: ¡Arriba, arriba muchachos pongan la ametralladora! como a las tres de la tarde silbó la locomotora.

Oye tú, Francisco Villa ¿qué dice tu corazón? ¿ya no te acuerdas valiente que atacaste a Torreón? ¿ya no te acuerdas valiente que tomaste a Paredón?

Adiós torres de Chihuahua adiós torres de Cantera; ya vino Francisco Villa a quitarles la frontera, ya vino Francisco Villa a devolver la frontera.

133 Ibídem.

358 El Mayor de los Dorados 134

José Berrones

Fui soldado de Francisco Villa de aquel hombre de fama mundial, que aunque estuvo sentado en la silla no envidiaba la presidencial.

Ahora vivo allá por la orilla recordando aquel tiempo inmortal. Ay… Ay… Ahora vivo allá por la orilla recordando a Villa allá por Parral.

Yo fui uno de aquellos Dorados, que por suerte llegué a ser Mayor, por la lucha quedamos lisiados, defendiendo la Patria y honor.

Hoy recuerdo los tiempos pasados que peleamos contra el invasor, hoy recuerdo los tiempos pasados de aquellos Dorados que yo fui Mayor.

Mi caballo que tanto montara en Jiménez la muerte encontró, una bala que a mí me tocaba a su cuerpo se le atravesó.

Al morir, de dolor, relinchaba por la Patria la vida entregó Ay… Ay… Al morir de dolor relinchaba cómo le llorara cuando se murió.

Pancho Villa te llevo grabado en mi mente y en mi corazón y aunque a veces me vi derrotado por las fuerzas de Álvaro Obregón.

Siempre anduve como fiel soldado hasta el fin de la Revolución

134 Viva la Revolución. Los tremendos gavilanes Juan y Salomón, México, disco LP Stereo monaural Son-Art, DS-531, s/f.

359 Ay… Ay… Siempre anduve como fiel soldado que siempre ha luchado al pié del cañón.

360 VI. Tragedias y mañanitas de cristeros, comunistas y agraristas

Motivada, en apariencia, por la persecución religiosa, e instigada por los conservadores y la Iglesia; la Primera Rebelión Cristera fue peleada, en Durango, no tanto por los conservadores citadinos, sino por los cristeros campesinos mestizos e indígenas; tepehuanes, huicholes y mexicaneros del sur del estado y esta participación de los indígenas no católicos en la guerra de Cristo Rey, marcó la gran diferencia entre las Rebeliones Cristeras regionales de Durango con respecto a los levantamientos cristeros en otros estados del país. Para los indígenas, el interés guerrero, más que religioso, era de resistencia étnica , ante la intromisión de diversas compañías madereras transnacionales a sus territorios boscosos que, para ese entonces, comenzaban a ser objeto de y de trámites de documentación en propiedad privada para su explotación. Ante la Rebelión Cristera, el gobierno opuso al Ejército Federal y a los auxiliares agraristas irregulares, habilitados para el combate a los enemigos del Estado Mexicano. En el mismo contexto estatal, durante los años veintes del siglo XX, una parte del proletariado campesino e industrial de Durango protagonizó una breve pero importante Revolución Soviética en la entidad, liderada por el maestro rural José Guadalupe Rodríguez Favela quien, junto con algunos de sus correligionarios, sería el mártir de la jornada. En la complicada y poco conocida historia de los alacranes comunistas intervinieron como actores sociales: el gobierno local y federal, el ejército, los agraristas oficiales, la Iglesia Católica, los cristeros, los hacendados, los industriales durangueños, los comunistas durangueños, el Partido Comunista Mexicano (PCM), algunos partidos políticos locales, la organización internacional comunista o KOMINTERN, El Kremlin y los cuerpos diplomáticos mexicano y soviético. El asesinato de Estado del profesor Rodríguez Favela, provocó un sinnúmero de protestas internacionales en contra del gobierno de

361 México, así como la ruptura de las relaciones diplomáticas entre México y la URSS. Por otra parte, en la guerra por Cristo Rey, la fortuna bélica favoreció a los cristeros y, tras múltiples acciones, componendas y enredos políticos y militares; como la Rebelión Escobarista que anexó en sus filas a los cristeros durangueños, el Estado Mexicano optó por la amnistía a los rebeldes y por la solución política del con el Episcopado Nacional mediante los Arreglos de 1929. Durante las primeras décadas del siglo XX, la sierra durangueña se hizo objeto de los intereses de inversión de los capitales madereros transnacionales, por lo que su documentación, ante las autoridades del nuevo Estado Mexicano, a favor de los inversionistas, se hizo expedita y sin considerar los intereses de los indígenas y mestizos; propietarios primigenios de la zona del conflicto. Así, mientras que algunos pobladores; indígenas y mestizos del sur de Durango, apoyaban la inversión sobre la tala de los bosques; otros consideraban que la sierra era el patrimonio último de los nativos y había que defenderlo; y si el vínculo con la Rebelión de Cristo Rey era la opción, ese era el camino a seguir, sin importar la filiación ideológica de los aliados; en este caso, los conservadores y el Clero. Entre agosto de 1929 y agosto de 1934, los jefes cristeros permanecieron, en su mayoría, apaciguados; mientras la instalación de los aserraderos serranos avanzaban y los jefes del Gobierno Revolucionario iniciaban de nuevo la persecución religiosa, aprovechando los elementos de justificación legal de la Constitución para el caso; como el párrafo séptimo del artículo 130, en el cual se especificaba que los gobiernos estatales tenían la última decisión sobre la cantidad de ministros a autorizar, de los diversos cultos, para ejercer su confesión en el territorio de la entidad. De la misma manera, los cambios en la Legislación sobre planes y programas de estudio del sistema educativo nacional fueron objeto de protestas y reacción. En el estado de Durango, las limitaciones del gobierno local al clero Católico, sólo permitieron un sacerdote católico para la atención espiritual del casi medio millón de durangueños de la época.

362 En 1932, ante la nueva represión a la Iglesia, los conservadores citadinos lanzaron el Plan de Durango, de poca repercusión y menor difusión; pero que proponía la instauración de México como Estado Católico; la protección de los latifundios ante los intentos agraristas y diversos lineamientos de orden civil como la prohibición del divorcio; entre otros. La represión directa, la imposición de las formas ejidales de tenencia de la tierra en los repartos agrarios en la sierra, alrededor del territorio cristero, la conformación de los aserraderos y latifundios madereros; así como el despojo de los territorios indocumentados de indígenas y mestizos de los municipio de Mezquital, Pueblo Nuevo y del sur del de Durango, incluida la propuesta educativa del Estado que no consideraba las particularidades culturales indígenas, fueron algunos de los móviles que llevaron a los habitantes del sur de Durango a conformar el Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango y a iniciar la Segunda Rebelión Cristera; con una total indiferencia a los motivos religiosos de los conservadores citadinos y del Clero. Si bien, en 1934, los conservadores de la Guardia Nacional, así como las archicofradías locales se vincularon con los cristeros serranos, como en la Primera Rebelión; para 1936, la gran incompatibilidad de intereses de los diversos grupos beligerantes antigobiernistas, propició que los conservadores y el Clero; dadas sus negociaciones con el Estado Mexicano y sus cambios de tácticas de lucha; guerrera y terrorista, por la de competencia política y partidista pacífica, se desvincularon definitivamente de los grupos cristeros campesinos, mestizos e indígenas. Durante todo el periodo cardenista, la sierra de Durango fue escenario de la Segunda Rebelión Cristera y los saldos de la misma, en términos de guerra, demográficos, económicos y políticos no son cuantificables. A lo largo de la guerra, los principales jefes de la Rebelión como Trinidad Mora y Florencio Estrada caían junto con sus soldados y otros, como Valente Acevedo cambiaban de bando, defeccionaban o se amnistiaban. Mientras tanto, entre 1930 y 1936, en la Región Lagunera se suscitaban las grandes huelgas de trabajadores agrícolas y finalmente la dotación de tierra en régimen ejidal por parte del gobierno del general Lázaro Cárdenas.

363 Sólo las resoluciones de dotación de tierra en régimen comunal agrario, el despueble y la intervención de los funcionarios de los aserraderos; por medio de la negociación, apagaron con la amnistía, el fuego de Cristo Rey en 1941. A partir de ese momento, el último jefe cristero, Federico Vázquez, se transformó en el cacique de Las Quebradas y representaba una amenaza latente de levantamiento contra el Gobierno. En 1945, Vázquez fue emboscado y acribillado en sus terrenos de la sierra, y con su muerte se acababa toda Cristiada. Así, el enfrentamiento de católicos, Clero, conservadores y cristeros mestizos e indígenas, contra agraristas, Ejército, masones y capitalistas madereros, entraba de nuevo en el terreno de la convivencia pacífica; con la anuencia y conveniencia del Estado Mexicano y con la bendición del Episcopado Nacional. La Segunda Rebelión Cristera fue el tema de Rescoldo, los últimos cristeros, la novela testimonial más loada del ciclo, en términos literarios, producto de la narrativa de Antonio Estrada Muñoz. En los tiempos de la Segunda Cristiada, las fuerzas del orden público acabaron con El Chojo Ladislao, el temible bandido lagunero, el valiente aviador lerdense Francisco Sarabia se aventuró a volar de México a Nueva York, fue también el tiempo en que falleció el genial compositor Silvestre Revueltas. Ya pasada la Cristiada, el gobierno organizo el envío de compatriotas a los Estados unidos, en calidad de braceros y para 1945, Federico Vázquez, el último cristero era acribillado, terminando así el liderazgo de Cristo Rey. Todos esos acontecimientos tuvieron su historiador cantante que se ocupo de hacer las cuartetas de su lírica narrativa histórica. Don Luis Domínguez, el último arpista cantante corridista de la ciudad de Durango, quien, para interpretar sus canciones y corridos, desde los años setentas a los noventas del siglo XX, se instalaba diariamente en la esquina de las calles Cinco de Febrero y Constitución, mantuvo en su memoria y en las cuerdas de su arpa, la letra y las notas de las mañanas de los jefes cristeros Florencio Estrada y Trinidad Mora. Si bien el conjunto de dueto de acordeón, guitarra y voces, por la capacidad

364 sonora del acordeón iba ganando terreno entre los músicos tradicionales durangueños.

Don Luis Domínguez, el último arpista cancionero corridista ambulante de la ciudad de Durango 135

365 El 26 de octubre de 1926 tuvo lugar el Combate del Puerto de La Arena, en el que el general Ismael Lares, junto con 250 de tropa, cayó en una emboscada cristera en el Puerto de la Arena, lugar cercano a la Hacienda de Santa Elena, rumbo al poblado de Mezquital. A pesar de que Fermín Núñez, asistente de Lares, había aconsejado a éste que tratara la campaña contra los cristeros de manera más cautelosa, éste se confió demasiado y sucumbió, junto con sus 250 soldados, ante las balas cristeras. El cadáver de Lares quedó expuesto durante varios días. Después de la derrota y muerte del general Lares, el movimiento cristero en el estado de Durango, cobró seriedad ante las autoridades militares del país y, por su parte, las tropas cristeras lograron una considerable dotación de parque, armas y hasta unos gemelos.

Corrido del general Lares 136 Anónimo

(Fragmento)

Salió Lares de Durango con su corazón dañado, con puros lazos de a cinco, los iba a traer amarrados.

El general lares dice: “Yo no conocí a mi madre, en el Puerto de la Arena, vine a conocer a mi padre”

Corrido del Combate del Puerto de la Arena 137

Francisco Campos

135 HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento, Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, p. 14. 136 Comunicado por don Casimiro Ruiz, en Santiago Bayacora, municipio de Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987. 137 MEYER, JEAN. La Cristiada, Tomo I, México, ed. Siglo XXI, 1977, pp. 116 a 117.

366

Voy a cantar estos versos para que los oiga la gente ya murió el general Lares, por masón e imprudente.

El dieciocho de noviembre, de año que ya pasó, mataron al general Lares, su raya se le llegó.

Por el Puerto de la Arena, pasaba el general Lares, muy quitado de la pena, a morir por aquellos lugares.

El coronel le decía: “No iremos a la batalla, ahí iremos otro día a ponerles la metralla”.

El general contestó: “Yo vengo a cumplir con mi deber, y si no quieres venir tú ya nos volveremos a ver”.

El coronel Agapito Campos le preguntó al general: “¿Tú vienes a llevarnos amarrados? ¡ah!, que esperanza que nos lleve, nosotros somos muy mal mandados”.

Ya se van los Santiagueros, porque hicieron diablura de matar al general, ya le hicieron su sepultura.

Trinidad Mora y Pancho Campos, son los que lo mataron nomás cayó del caballo, y luego lo desarmaron.

El general Lares eran un hombre trigueño y gordote ahí está tirado que parece guajolote.

367

Vuela paloma, vuelve a volar anda y dile a Calles, que no se vaya a equivocar.

Vuela paloma, por esos lugares, anda y dile a Calles, que ya mataron a Lares.

Vuela paloma, vuelve a volar, anda y dile a Calles, que nos venga a visitar.

Vuela paloma y no te vayas a caer, anda y dile a Calles, que aquí están sus papacitos que lo quieren conocer.

Y con esto me despido del Puerto de la Arena, nos vamos yo y mi hermano, nos vamos a hacer la cena.

368

El 17 de enero de 1927, el general Anacleto López, con tropas procedentes de Sinaloa, Chihuahua y voluntarios de Santiago Papasquiaro, combatió y derrotó a los cristeros en la Hacienda del Capulín, adyacente al Cerro del Capulín, cerca de Mezquital. En este combate murió el general Dámaso Barraza al ser emboscado por las fuerzas federales, según narra Francisco Hernández: “Imposible darle auxilio porque eran un montón de federales y de donde estaba Barraza a donde estábamos nosotros, había un llano muy grande y ahí hubiéramos muerto todos.” 138 Aún cuando las bajas federales fueron mayores que las de los cristeros, la gente de Barraza, 1600 hombres, al ver caído a su jefe: “Empezaron a desbandarse en lo más urgido del combate, quedando comprometidos como 150 hombres, viéndose obligados a batirse en retirada.” 139 A pesar de huir en retirada, los cristeros lograron recoger caballos y armas. Puede decirse que al intentar iniciar una guerra formal, al estilo de las fuerzas de Pancho Villa durante la Revolución, Dámaso Barraza fracasó y encontró la muerte. La guerra cristera todavía no podía pasar de las guerrillas a los enfrentamientos de línea por la carencia de tropas experimentadas y armas adecuadas. Junto con Barraza murieron 34 cristeros entre los que se encontraba el jefe Andrés Flores. El día 26 de enero, la publicación Revista Durangueña decía: “Murió el Indio Barraza, el temible indio que fuera en otros tiempos de los dorados de Pancho Villa, hombre muy malo y muy matón, se había alzado y andaba por todos los ranchos del rumbo, recogiendo hombres para la guerra.” El cadáver de Dámaso Barraza fue recogido por los federales, quienes lo expusieron en el quiosco de la Plaza de Armas de la ciudad de Durango. Tras la muerte de Dámaso Barraza, la guerra cristera durangueña fue liderada por el jefe Trinidad Mora, ex sacristán del templo de Santiago Bayacora.

Corrido de Dámaso Barraza 140 Anónimo

138 HERNÁNDEZ, FRANCISCO / Antonio Avitia, Mezquital, Dgo., 1987. 139 MORA, TRINIDAD. “Informe de Campaña”, El coraje cristero, p. 67. 140 Comunicado por don Manuel Deras Rodríguez, en el Mezquital, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

369

(Fragmento)

Adiós pueblo de Temoaya, adiós Rancho de Yonora, ya murió el jefe Barraza, toda la gente lo llora.

En la Hacienda del Refugio salieron gallos valientes, y en la Hacienda El Capulín, salieron gallos corrientes.

Tragedia de los voluntarios de Santiago Papasquiaro o Corrido de la batalla de la hacienda de El Capulín 141

(Versión de los soldados federales)

De Santiago Papasquiaro, salieron los voluntarios, pelearon como valientes, redotaron los contrarios.

Entraron a la campaña, todititos muy formales, entraron los voluntarios, y también los federales.

Se agarraron a balazos, pues al toque del clarín, los voluntarios pelearon en el pueblo El Capulín.

Pelearon como valientes en la guerra muy formal, toda la gente decía que los iban a acabar.

141 Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

370 Eran quince voluntarios, que de Santiago salieron, once fueron los valientes, y cuatro los que corrieron.

Válgame Dios de los cielos, ¿no saben lo que ya ha pasado? Pelearon en Bayacora, los hombres de Papasquiaro.

Porfirio en el tiroteo que entraron al Mezquital, yo como el río es muy grande, pues no lo podía pasar.

Se metió en un charco hondo pues ¡Ay! no podía ni ver, les gritaba: “no te asustes, ¿qué nos puede suceder?”.

Porfirio siempre valiente, con sus armas muy formal, les dice a sus compañeros; “entramos al Mezquital”.

Entraron al Mezquital, después de pelear un rato, Porfirio se fue adelante después de bañado tanto.

Salieron de Papasquiaro, los voluntarios muy bien, Gonzalo Lechuga, el jefe, los federales también.

Gonzalo Lechuga, el jefe, que les dio pruebas deveras, pelearon como valientes, la gente decía deveras.

Ya mataron a Barraza, adiós querido Yonora, adiós Mezquital hermoso, y Santiago Bayacora.

Porfirio Gutiérrez dice: y lo gritaba en la plaza:

371 “nos vamos a Bayacora, pues a tra‟iles una vaca”.

Adiós querido Yonora, con todas sus serranías ya mataron a Barraza que muchos ni lo querían.

Quince de enero, por cierto, toda la gente lloraba, en Santiago Papasquiaro, sin saber lo que pasaba.

Vuela, vuela palomita, párate en esos laureles, ya mataron a Barraza, el jefe de los rebeldes.

Esta tragedia es compuesta, pues no se sabe por quién, pues siempre murió Barraza, que tanto se acuerdan de él.

Toditos los voluntarios son de mucho corazón, ¡Viva Gonzalo Lechuga!, ¡Viva la federación!.

¡Qué viva Anacleto López! de todos muy estimado, con poca federación, los rebeldes ha acabado.

Me despido, amigos míos, con todito el corazón, que, en Santiago Papasquiaro, muchos hombres de valor.

Gonzalo Lechuga dice, que era el jefe de la escolta: “Muchachos, no tengan miedo, al cabo la vida es corta”.

Les dice Mariano Vázquez; “Yo no me quemo los callos, vale más que ya se vayan, no soy de los voluntarios”.

372

Porfirio Gutiérrez dice: “No se le conocía el miedo, cantaba muchas canciones, en el carro pasajero”.

El jefe cristero Dámaso Barraza intentó dar formalidad a la guerrilla cristera 142

373 El bandido ex villista Juan B. Galindo, quien operaba con su banda desde 1926, en los municipios de Santiago Papasquiaro, Canelas, Tepehuanes, Coneto, Indé y Canatlán, en el norte del estado de Durango, fue perseguido por diversos contingentes de tropa regular dirigidos por el general Enrique León, el coronel Carrera Torres y los generales Marcelo Caraveo y Martín Triana, entre otros. A pesar de las frecuentes campañas que se llevaron a cabo en contra de Galindo, el Gobierno Federal nunca lo pudo vencer. A principios de 1927, algunos miembros de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, LNDRL, intentaron convencer a Galindo de darse de alta en el Ejército Libertador Cristero y al dirigirse al municipio de Santiago Papasquiaro, para intentar realizar su labor de convencimiento, los ligueros Justo Martínez, Espiridión Astorga, Jesús Amaya, Jesús M. Chávez e Isaías Corral fueron descubiertos, aprehendidos y fusilados en Santiago Papasquiaro, el 3 de abril con sólo un juicio sumarísimo de por medio. A finales de mayo de 1927, Juan Galindo se amnistió con todas las garantías. El corrido de Galindo narra un encuentro de las tropas del general Marcelo Caraveo contra las fuerzas de Juan Galindo, huelga decir que perdieron los federales.

El corrido de Galindo 143 Anónimo

Dicen que ahí viene Galindo, señores yo no lo creo, llegó a Durango a operar; el general Caraveo.

El general Caraveo, cuando llegó a operar, le aseguraba al gobierno; que a Galindo iba a agarrar.

Galindo cuando lo supo

142 Dámaso Barraza intentó dar formalidad a la guerrilla cristera. Archivo Particular de Don Francisco Flores, de Temoaya, municipio de Mezquital, Durango, facilitada por él mismo, recogida por Antonio Avitia, en 1988. 143 Comunicado por Francisco Félix, en el atrio de la Catedral de Durango, recogido por Hermelinda Hernández Terrazas en 1987.

374 a la sierra se metió, toda la gente decía: “Ya Galindo se perdió”.

No llegaban a veinte hombres, los que Galindo traía, pero todos eran gallos como Brígido García.

Les decía a los agraristas que no se fueran a creer el gobierno lo que quiere, es elevarse al poder.

En Llano Grande dirán todos lo que presenciaron y cuando asaltaron los trenes y cantidad de changos mataron.

Les dice que a los agraristas; a toditos por igual: que no se crean del gobierno, porque los vuelve a engañar.

Brígido le dice a Juan: “Ya me voy a separar me voy a la hacienda de Ramos, porque me voy a amnistiar”.

A todos los agraristas los llevaban como guía, entró Galindo al Cañón, ese de Jesús María.

Ya te fuiste, ya te vas, ya volaste palomita, adiós rumbos del Vergel, y el rancho de La Casita.

En el Potrero de Campa, donde acostumbraba pasar, en el Rancho del Salitre, dicen que viene a almorzar.

Los del Gobierno del centro le preguntan al del estado, que: “¿Qué pasó con Galindo?,

375 ¿Qué si lo habían agarrado?”.

El Gobierno del estado de pronto les contestó: “Pues ya Galindo se fue y Brígido se amnistió”.

En arroyo de Tlanjuelas, se soltó la balacera, luego al poquito momento, una pura coleadera.

Caraveo le dice a Triana: “ Se me hace mucha la gente, el llano los esta brotando, no te quedes. Vente, vente”.

Tiraron los chaquetines, uniformes de soldados, y le decían a Galindo “ Nosotros somos forzados”.

Le dejaron a la gente a Santiago los bajó, y a todos los prisioneros, en libertad los dejó.

Es hombre de gran honor, ese mentado Galindo, no mata nomás por matar, sólo pelando a lo lindo.

Vuela, vuela palomita, les llevarás la noticia, que ya Galindo está muerto, que ya está muerto de risa.

376 Un día de junio de 1928, el jefe cristero Trinidad Mora viajó con su gente a la Hacienda de San Juan Capistrano, Zacatecas, para de allí dirigirse a Huejuquilla El Alto, Jalisco, en donde se entrevistó con los jefes cristeros: Pedro Quintanar y Florencio Estrada. Juntas, las fuerzas de los cristeros de Durango, Zacatecas y el norte de Jalisco obtuvieron la victoria en la batalla del Cerro de las Papas, el pico más alto de la sierra Tepehuán, en la sierra de Santa María Ocotán. En esa ocasión, según el testimonio de Agapito Campos: “Los indios poblanos (tepehuanes) que al parecer eran del gobierno pero fingidos, reunidos por el coronel Ruiz para la campaña, habían avisado que conducirían a los federales hasta la emboscada y que ellos irían a la vanguardia, con las piernas al aire. Llegados al lugar elegido, los indios hicieron señas al Ejército de que avanzara como si no hubiera peligro y abrieron fuego. Los soldados venían muy sin cuidado, porque ni en las manos traían los rifles… y empezaron a caer como ratones en la ratonera.” 144 En la batalla del Cerro de las Papas sucumbió el coronel José Ruiz, alias El Azote quien, en febrero de 1927, había ejecutado al sacerdote Mateo Correa. Según Antonio Estrada, en el Cerro de las Papas murieron unos 300 soldados federales.

Corrido del Combate del Cerro de las Papas 145

Anónimo (Fragmentos)

El Coronel Ruiz decía: “Acabé con los cristeros, acabé por la otra sierra, ya nomás Juan Andrés falta, que habita por estos cerros”.

Le contestó Juan Andrés, de la cima donde estaba: “Aquí traigo unos cartuchos, pa‟ formarte tu emboscada”.

144 CAMPOS, AGAPITO. “Combate del Cerro de las Papas”, en MEYER, JEAN. El Coraje Cristero, pp. 47 a 50. 145 Comunicado por don Manuel Deras Rodríguez y don Francisco Hernández, recogido por Antonio Avitia Hernández, en Mezquital 1987.

377

Es imposible explicar nuestros cabecillas guerreros, que en el Cerro de las Papas, los mataban como perros, a los pobres federales, que hasta lloraban los cerros.

Pelearon como valientes, el señor don Juan Andrés y don Valente Acevedo, también Macario Valdez.

Un día después del combate que acababa de pasar, llegó don Lucas Mora, que los iba a auxiliar que traía quinientos hombres, de don Pedro Quintanar.

Mataron a José Ruiz, también su estado mayor, y trescientos federales, quedaron alrededor.

Allí murió José Ruiz, con su cruz y su letrero, con otros habías podido, porque eras camandulero.

Allí murió José Ruiz, y en el letrero decía: “Moriste en este cerro porque eras camandulero”.

Como a las tres de la tarde, ya acabaron los cristeros al Cuarenta Batallón, nomás el teniente Leandro, Leandro Valles les quedaba.

378 A fines de febrero de 1928, las tropas cristeras de Trinidad Mora, Florencio Estrada, Federico Vázquez y Valente Acevedo se juntaron para combatir a las fuerzas del general Francisco Urbalejo en el Mezquital. El triunfo fue para los cristeros. 200 cadáveres quedaron en el campo. Esta última derrota parece haber sido lo que decidió a Urbalejo a incorporarse, posteriormente al levantamiento escobarista con el general Caraveo. 146

Corrido de la toma de Mezquital 147

Anónimo

En el nombre sea de Dios y de la Virgen María, voy a cantar estos versos, porque está muy triste el día.

Los soldados de la torre, suben y bajan corriendo, unos a los otros dicen: “¿Qué no oyen pitar el cuerno?”.

Decía Federico Vázquez, con todos sus oficiales, “A la hora de los balazos, toditos somos iguales”.

Decía Federico Vázquez; “Ya no hallo ni qué pensar y si Dios nos da licencia, tomamos el Mezquital”.

Decía Federico Vázquez, con muchísimo valor; “y aprieten bien sus caballos, pa‟ darles pruebas de amor”.

De los cinchos para abajo, ya apretaron bien sus sillas,

146 MEYER, JEAN. La Cristiada, Tomo I, p. 259. 147 Comunicado por don Casimiro Ruiz, en Santiago Bayacora, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987

379 porque iban a emborracharse, ya mero sale la silla.

Valiente Irineo Valdez y Pedro Pérez también, que, en el Cordón de la Chuza, se afortinaron muy bien.

Valientes son los Noriega, valientes muy afamados; se vinieron de la Chuza, con los bracitos quebrados.

Los señores del Nayar; tomaron un contrabando, que se alisten los Noriega, que ya no sigan robando.

Gritaba José Mireles: “Yo ya me voy para el plan, y a Federico le dejo, mi caballito alazán”.

Decía don José Mireles: “Muchachos, cómo le hacemos, ya bajamos a la costa, sabe Dios si volveremos”.

Gritaba José Mireles, con todo su corazón: “Lo que les dejo de herencia que peleen la religión”.

El capitán era Utimio, hombre de mucho valor, cuando llegaron al río, lo agarró un fuerte temblor.

Valencia le dice a Utimio; “No creas que voy a correr, aquí te voy aguardando, por la Mesa del Laurel”.

Valencia le dice a Utimio: “Mi caballo lo he sentido, me cuesta seiscientos pesos, en los Estados Unidos”

380 En la década de los veintes del siglo XX en diversas regiones del país y del estado se desarrollaron múltiples movimientos campesinos con la finalidad de lograr el reparto agrario de las tierras entre los trabajadores agrícolas de las haciendas y latifundios, y los peones acasillados. A la sazón, el líder agrarista José Refugio Salcido, había logrado éxito en sus gestiones para que la Hacienda de Santa Rosa, ubicada en el municipio de Durando, en el estado de Durango, fuera fraccionada bajo el régimen ejidal en el año de 1929. Sin embargo, los rebeldes cristeros de la zona, dirigidos por Trinidad Mora, en virtud de que los agraristas fueron considerados como enemigos de su causa, por apoyar al Gobierno en el combate de diversas asonadas y levantamientos como la Rebelión Delahuertista, la Escobarista y la propia Rebelión Cristera, en calidad de tropas auxiliares irregulares agraristas, anexas al Ejército Federal regular, decidieron dar muerte al líder agrarista Refugio Salcido, el 7 de mayo de 1929, en el poblado de Río de Santiago, cercano a Santiago Bayacora que era el principal foco de la Rebelión Cristera en el estado. Es de aclarar que como estrategia para neutralizar a la Cristiada en Durango, el Gobierno Federal otorgó dotaciones agraristas en un conjunto de poblados aledaños a la zona cristera en el municipio de Durango. Actualmente Río de Santiago lleva el nombre del líder que logró la dotación y la expedición oficial de los documentos primordiales del reparto agrario: Refugio Salcido.

Corrido de Refugio Salcido

Anónimo

(fragmentos)

Vuela, vuela palomita, vuela, vuela chuparrosa, han llegado los rebeldes a la Hacienda Santa Rosa.

Siendo el siete de mayo,

381 a las seis de la mañana, ya aprehendieron a Salcido, ahí cerca de la muralla.

Pobre de Tomasa Ortiz, en qué confusión se vio, le mataron a su esposo y un infame lo entregó.

Adiós mi padre querido, adiós mi madre querida, murió Refugio Salcido, el siete, en la madrugada.

382 José Guadalupe Rodríguez Favela nació en la ciudad de Durango, el 30 de mayo de 1899 y estudio la carrera de docente en el Instituto Juárez. Para 1917 Rodríguez Favela estaba dando clase a grupo multigrado de primaria, en la escuela rural de la hacienda de Muleros, hoy Vicente Guerrero. En diferentes momentos, el docente, también ejerció el magisterio en diversos poblados de municipios, entonces partidos, aledaños al de la capital del estado de Durango. Como maestro rural, en las comunidades en las que laboró era conocido por los alumnos y padres de familia como el Profe Lupe y se enlazó estrechamente con las historias de vida de explotación de los miserables habitantes, la mayoría peones acasillados, de la hacienda de Muleros. Pronto, los conocimientos académicos del Profe Lupe fueron útiles, no sólo en la impartición de las clases de lectoescritura y operaciones matemáticas a los niños y adolescentes, sino en la asesoría para la redacción de documentos oficiales y en la dirección de juntas y asambleas de organización de los miembros del naciente ejido de Vicente Guerrero. Fue de esta manera como se inició la carrera de líder agrarista del Profe Lupe cuyo primer triunfo fue el logro de la parcelación ejidal de la Hacienda de Muleros, en 1919 y, en 1922, también dirigió el litigio que transformó en ejido a la Hacienda de Tapona, que hoy se llama Guadalupe Victoria. En 1923, José Guadalupe Rodríguez fue nombrado tesorero de la recién creada Liga Nacional Campesina, LNC, organización encabezada por el líder veracruzano Úrsulo Galván. Este cargo no impidió a Guadalupe Rodríguez el continuar con sus labores como líder agrarista y defensor de los derechos de los obreros del estado de Durango, al tiempo que definió su ideología y militancia como comunista y miembro del Partido Comunista Mexicano. En 1927, en ocasión de la celebración del décimo aniversario de la Revolución Bolchevique, que instauró el gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, Rodríguez Favela junto con otros destacados miembros del Partido Comunista Mexicano, entre los que se encontraba el pintor Diego Rivera, viajó a diversos lugares de la URSS, incluida la ciudad de Moscú, además de que participó en el Primer Congreso Internacional Campesino y se afilio a la Internacional Comunista o KOMINTERN, organización encargada de desarrollar

383 los movimientos soviéticos y anexar otros países del mundo a la URSS. En su visita a la URSS, Rodríguez Favela pudo observar los avances de organización de las granjas agrícolas soviéticas y, a su regreso a Durango se dio a la tarea de organizar los ejidos al estilo de los soviets, al tiempo que se preparaba para dar inicio a la Revolución Soviética Mexicana. En sus acciones, el líder comunista utilizó los logotipos comunistas, sobre todo la estrella roja de cinco puntas y la hoz y el martillo cruzados como emblema de su lucha y los comunistas durangueños de Rodríguez comenzaron a herrar el ganado mostrenco con un fierro de herrar la hoz y el martillo, haciendo que el ganado pasara a ser parte del patrimonio comunal del proletariado campesino durangueño. En marzo de 1929, el general Francisco Urbalejo, jefe de operaciones militares en el estado de Durango y el general Juan Gualberto Amaya, gobernador del estado, se incorporaron con sus respectivas tropas a la Rebelión Escobarista, conflicto de intereses y de poder entre militares. En la asonada militar los nuevos alzados incluyeron como sus aliados a sus ex enemigos cristeros. A la sazón, los militares escobaristas huyeron de la ciudad de Durango y los soldados de Cristo Rey quedaron momentáneamente posesionados de la Perla del Guadiana, convirtiéndola en la única capital de estado de la República ocupada por tropas cristeras. Por su parte, José Guadalupe Rodríguez y sus agraristas fueron armados por el gobierno como soldados auxiliares irregulares para el combate de la asonada escobarista, así como de los rebeldes cristeros. En abril de 1929, Rodríguez organizó diversas manifestaciones comunistas en Durango y fue víctima de múltiples intrigas por las que fue encarcelado. Sin cargos comprobables recuperó su libertad y para el primer día de mayo, los comunistas durangueños marchaban en el centro de la ciudad festejando por primera vez en la entidad el Día del Trabajo. Posteriormente Rodríguez, por el sólo hecho de que, en la opinión de los militares, representaba un peligro para Durango, fue de nuevo aprehendido y acusado de comprar armas del Ejército, sin juicio de por medio y con autorización enviada por el Secretario de Guerra y Marina, Plutarco Elías Calles, en el telegrama número

384 4204, el 14de mayo de 1929, el general Manuel Medinaveytia ordenó el fusilamiento del líder comunista internacionalista, junto con algunos de sus correligionarios, en el Cuartel Juárez de la ciudad de Durango, El asesinato de Estado de José Guadalupe Rodríguez Favela provocó múltiples protestas de los internacionalistas comunistas en diversos países del mundo, lsa represión y el desmantelamiento del Partido Comunista Mexicano, por parte del Estado Mexicano, así como la ruptura de las relaciones diplomáticas entre México y la URSS. En el periódico comunista El machete, de fecha 25 de mayo de 1925, el pintor Diego Rivera, camarada y correligionario de José Guadalupe Rodríguez Favela, publicó un dibujo con la imagen del líder comunista martirizado.

Corrido de José Guadalupe Rodríguez 148

Jesús Antonio Valenzuela H.

José Guadalupe Rodríguez, se llama ahora este corrido, fuerte líder agrarista con Valentía y entereza.

Por la tierra, a reaccionarios, ahí les declaró la guerra, acaudalados caciques, cuestionaron a Rodríguez.

Nomás no entraría en su estima y hay desarme de agraristas, pues nunca estuvo en la lista, orientarlos en sus miras.

Pero Rodríguez Favela, era terco e incansable, y aunque jamás lo quieran, miren ricos y hacendados.

Ahí viene a caballo el maestro, así que defiendan su agravio,

148 El Sol de Durango, Sección cultura, Durango, Dgo., 30 de noviembre de 1989, p. 7.

385 la traición fue muy constante para José Guadalupe.

Todo por su noble gracia, por ahí algunos decían, que mucho más que él podían, pero no llegó ese día.

Catorce de mayo, señores, corría el año veintinueve, nunca ya podré olvidar murió el amigo Rodríguez.

Bajo las certeras balas dicen que de un general, pero Rodríguez Favela, era terco e incansable.

Y aunque jamás lo quieran, miren ricos y hacendados, ahí viene a caballo el maestro así que defiendan su agravio.

386

De izquierda a derecha: Úrsulo Galván, Luis G. Monzón, José Guadalupe Rodríguez Favela (en segundo plano), Pedro Rodríguez Triana y Diego Rivera (en primer plano), el 1 de febrero de 1929, en la ciudad de México, durante la conformación del Bloque Obrero y Campesino 149

149 www.corbis.com

387

José Guadalupe Rodríguez Favela, por Diego Rivera

388 El 22 de junio de 1929, el Episcopado Nacional, de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, y el Estado Mexicano lograron llegar a unos acuerdos, llamados arreglos que dieron por concluida la Primera Rebelión Cristera. Desplazamientos y emigraciones masivas, descalabro de los sistemas agrícolas de las zonas de guerra y desmantelamiento de diversas industrias, además de la discordia política y la generación de enconos al interior de las poblaciones fueron, entre otros muchos, los resultados no evidenciados de la Primera Rebelión Cristera. Mientras que la mayoría de los miembros del Episcopado Mexicano acataron los arreglos y reanudaron una distante relación con el Estado Mexicano, delimitando el ámbito de su poder, el arzobispo de Durango José María González y Valencia, radicado en Texas, demostró abiertamente su oposición a los arreglos y los jerarcas del Episcopado Nacional de manera sutil le aconsejaron que no regresara al país, el destierro de González y Valencia duró hasta 1930. El sentimiento de los cristeros ante los arreglos es expresado por Francisco Campos de la siguiente manera: El 21 de junio se hicieron los mentados arreglos del conflicto religioso y los señores que intervinieron en dichos arreglos no debían haber admitido que entregáramos las armas porque esas armas costaron muchas vidas, mucha sangre, nosotros expusimos nuestras vidas para quitar esas armas y no es posible ni justo que después de tantos sufrimientos y trabajos como los que pasamos vayamos a entregar las armas. 150 Desde el momento en que se llevaron a cabo los arreglos, tanto el Estado como la Iglesia comenzaron a realizar su labor de apaciguamiento del movimiento del que de hecho, habían perdido el control. En los primeros días del mes de julio de 1929 regresaron a Durango, provenientes de México, los sacerdotes que estaban desterrados y el día siete se dijo misa en la catedral.

150 CAMPOS, FRANCISCO. “Memorias de Santiago Bayacora”, en: Meyer, Jean. El Coraje Cristero, México, ed. Universidad Autónoma Metropolitana, colección Universitaria # 4, 1981, p. 9.

389 Corrido de Santiago Bayacora 151

Francisco Campos.

Aquí me hinco a rezar, al pie de esta verde mora, esta es la historia señores, de Santiago Bayacora.

Año de mil novecientos, veintiséis, que digo yo, que la gente de Santiago Bayacora, en armas se levantó.

El veintinueve de septiembre, ni me quisiera acordar, llegó la federación y empezamos a pelear.

Gritaba Trinidad Mora, con su código de ley: “Que muera todo el gobierno, y que ¡Viva Cristo Rey!”.

Pancho Campos les decía: “Ahora cabezas de azadones, pensaban que andaban solos, y aquí andan nuestros patrones”.

Gritaba Trinidad Mora, con sus armas en las manos; “Hagan fuego muchachos, que al cabo no somos hermanos”.

Pues ya les di a conocer, lo que en mi pueblo pasó y si no lo quieren creer, embustero seré yo.

La lumbre ya se prendió, dijo una señora: “La gente se levantó en Santiago Bayacora”.

151 CAMPOS, FRANCISCO. El Levantamiento Cristero de 1926, en Santiago Bayacora, Durango, Santiago Bayacora, Durango, mecanografiado por Luis Monreal Lozano, 1986, pp. 80 a 82

390

De eso no hay que dudar, ahí se está combatiendo, y sin poderlo remediar, muchos se estarán muriendo.

Calles fue el culpable que nos levantáramos en armas y sólo Dios lo sabe, adonde irán tantas pobrecitas almas.

A mis queridos lectorcitos, de esto a duda no lo tengan, de lo que dicen estos rengloncitos y si se van ya no vengan.

Los amigos agraristas muchos nos persiguieron, también metieron las patitas, pero también de ellos muchos murieron.

Esto todo no es todavía me faltó más, pero voy a ver al juez, que se llama don Tomás.

Y con esto me despido, es cuanto les digo por ahora, nomás un favor les pido, que no digan que soy de Santiago Bayacora.

391 Porfirio Mayorquín, conocido también con el pseudónimo de El Pillaco, fue un general federal que, al momento en que inició la Primera Rebelión Cristera, en el último trimestre de 1926, defeccionó y se afilió al Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, ELCED, que dirigió el jefe Trinidad Mora. Porfirio Mayorquín, con sus tropas durangueñas, operó como cristero en los límites de los estados de Jalisco, Durango, Zacatecas y Nayarit. En el corrido se narra cómo el 17 de junio de 1929, El Pillaco, con sus 100 cristeros durangueños, en una sorpresiva acción, ocupó la estación de Acaponeta, Nayarit. Así, de manera momentánea, Mayorquín tuvo el control de parte de la vía del Ferrocarril Sud-Pacífico. Poco después de que se celebraron los Arreglos de paz, entre la Iglesia Católica y el Estado Mexicano, Porfirio Mayorquín, fue ejecutado en julio de 1929 en Jacalitos, Durango.

Corrido de Porfirio Mayorquín 152

Anónimo

El principio les diré, la tonada no la supe, ¡Viva Porfirio, El Pillaco, la Virgen de Guadalupe!

Gritaban los de Durango, con toda su voz completa: “Como Dios nos dé licencia, entramos a Acaponeta”.

El diecisiete de junio, como a las cuatro serían; entró Porfirio, El Pillaco, con cien hombres que él traía.

Porfirio se dedicó;

152 Comunicado por el corridista invidente Francisco Félix en el atrio de la Catedral de Durango. Recogido por Hermelinda Hernández Terrazas, en 1987.

392 a saludarle a sus gentes, a dos escoltas mandó, a que quemaran los puentes.

Porfirio se dirigió, como si fuera a la plaza, el presidente y el guardia, no hallaban cómo indultarse.

Don Valentín de Morán, de momento lo aprehendió: “Oiga usted don Valentín, las llaves las quiero yo”.

“Oiga usted don Valentín, pues por qué me desconoce, ahora me entrega las llaves, de todos los calaboces”.

Luego le entregó las llaves, se puso a pensar un rato, mientras abrieron el uno, el dos, el tres y el cuatro.

Salieron todos los presos, pensando en irse con él, gritando: “¡Viva El Pillaco! ¡Y que Viva Cristo Rey!”

Gritaban todos los cuícos; gritaban muy afligidos: “Hermanitos de mi vida, ahora sí fuimos perdidos”.

Gritaban todos los cuícos que parecían monos changos, del miedo que le tenían a esa gente de Durango.

Salieron todos los presos, con rumbo pa‟ la estación, ¡Viva Porfirio El Pillaco, y Viva la Religión!

Salieron todos los presos, toda la gente mirando, a un lado de la estación,

393 todos los fueron armando.

Gritaban los del Pillaco, con toda su voz completa: “¡Como Dios nos preste vida, entramos a Acaponeta!”.

Despedida no les doy, porque no la traigo aquí, señores son las mañanas de Porfirio Mayorquín.

Vuela, vuela palomita, que al cabo si soy de aquí, estas son las mañanitas, de Porfirio Mayorquín.

General Porfirio Mayorquín, al centro, con su Estado Mayor

394

General Porfirio Mayorquín

395 Desde los años treintas del siglo XX los músicos regionales norteños que emigraban a los Estados Unidos, reproducían en discos de acetato, de 78 revoluciones por minuto, el repertorio de valses, redovas, chotises, canciones y corridos del repertorio tradicional norteño y una de las canciones más interpretadas fue El Pávido Návido, canción absurda y simpática que aprovecha el sonido esdrújulo para dar ritmo a la pegajosa melodía. Desde entonces y hasta el presente, una gran cantidad de grupos musicales tradicionales y comerciales, han realizado grabaciones de la famosa canción.

El Pávido Návido

Anónimo

Ya se le acabó el columpio donde ella se columpiaba, se le acabaron los gustos, a la joven que yo amaba.

Bienvenido el Pávido Návido, ¿dónde está su esposa Návida? Componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido, las tiras del Pávido Návido y el cordón del churumbel.

El que quiera ser mi amigo, dos cosas debe tener, buena silla buen caballo, buenas piernas pa‟ correr.

Bienvenido el Pávido Návido, ¿dónde está su esposa Návida? Componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido, las tiras del Pávido Návido y el cordón del churumbel.

Yo me fui para Tlaxcala, a ver a las tlaxcalteñas, a ver si bailarlas puedo, o les arranco las greñas.

396

Bienvenido el Pávido Návido, ¿dónde está su esposa Návida? Componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido, las tiras del Pávido Návido y el cordón del churumbel.

El que quiera ser mi amigo, dos cosas debe tener, buena silla buen caballo, buenas piernas pa‟ correr.

Bienvenido el Pávido Návido, ¿dónde está su esposa Návida? Componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido, las tiras del Pávido Návido y el cordón del churumbel.

Yo me fui para Tlaxcala, a ver a las tlaxcalteñas, a ver si bailarlas puedo o les arranco las greñas.

Bienvenido el Pávido Návido, ¿dónde está su esposa Návida? Componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido, las tiras del Pávido Návido y el cordón del churumbel.

397 Mañanas de Crecenciano Martínez Triste y doloroso atentado sucedido en San Juan del Río el 26 de mayo de 1933, en el que perdió la vida el Sr. Crecenciano Martínez, Presidente Municipal de la misma cabecera 153

Francisco García

Año de mil novecientos,. treinta y tres, pongan cuidado, dicen que en San Juan del Río, pasó un horrible atentado.

El día veintiocho de mayo, todos ténganlo presente, entre San Juan y El Ranchito, pues ocurrió mucha gente.

El origen del atentado, dicen fueron las carreras, y según lo que ha pasado, yo lo apruebo deveras.

Los caballos que corrieron, pongan bastante cuidado, uno era color oscuro el otro era colorado.

Los dueños de los caballos, pongan bastante atención, uno era del Ranchito, el otro del Resbalón.

Les dice don Juan Manuel, dueño del caballo oscuro: “Corre con doscientos pesos, pierdo o gano no aseguro”.

(ilegible) (ilegible) del colorado: “Corre con lo que usted diga, el asunto está arreglado”,

153 Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

398 Se fueron al partidero, como todos lo dirán, más y más gente ocurría, se quedó solo San Juan.

Pues nombraron sus veedores, con bastante precaución, y también sus corredores, para evitar discreciones.

Entre las nueve y las diez, ¡Ah! Qué gusto y qué alegría, pues ya no cabía la gente de donde quiera ocurría.

Pues partieron los caballos, venían a cual más, volando, ¡Válgame Dios de mi vida! Discordia venían sembrando.

Pues salieron al cabestro, en donde están los veedores, pues los que iban al oscuro, decían: “Ganamos señores”.

Pregunta a los veedores, los que se encontraban lejos: unos que ganó el oscuro y otros que venían parejos.

De allí empezó la discordia, ¡Válgame Dios! Pobre gente, para poder arreglar, le hablaron al Presidente.

Dijo Chanito Martínez: “Qué quieren que haga, señores, quien decide esta cuestión, son los señores veedores”.

Les preguntó el Presidente, que cuál caballo ganó, dos dijeron: “Fueron tablas”, el otro no contestó.

Les dijo el Presidente: “Si me conceden razón,

399 ni uno ni otro ganó, que termine la cuestión”

“Pues reciban su dinero, cada quien lo que anotó, que se acaben discusiones, que así lo deseo yo”.

Unos quedaron conformes, otros seguro que no, jugaron otra carrera, porque a la vista se vio.

Y la tercera carrera, esa ya no se corrió, empezó la balacera, (ilegible)

Hagan de cuenta un combate, toda la gente corría ya parecía el día del juicio, nomás un clamor se oía.

Dicen que daba miedo, los tiros fueron nutridos, cuando ya se asilenció, hubo un muerto y dos heridos.

El muerto fue el Presidente, ¡Válgame el poder de Dios! Un herido el policía, y otro José Ángel Muñoz.

Pobrecito de Chanito pues sería así su suerte, en el mentado Ranchito, allí lo encontró la muerte.

Era domingo por cierto, presente tengo ese día, allí terminó su vida, pues así le convendría.

Santa Rosalía llegó, y el Santo Niño bendito, los dos a un tiempo ,llegaron, a auxiliar al pobrecito.

400

Señora Santa Librada, haya sido su madrina, y su alma sea consignada, para la mansión divina.

Lo llevaron en un carro, lo llegaron a San Juan, lo tendieron en su casa, como todos lo sabrán.

De pronto telegrafiaron, a avisar a sus dolientes, gran sorpresa se llevaron, ¡Válgame Dios! Pobre gente.

De Durango se ha venido, Don Cesáreo, su hermanito, con su corazón partido, pobrecito, pobrecito.

Pues el señor don Cesáreo, se ha vestido de valor, para darle sepultura, ¡Válgame mi Redentor!

No lloren mis hermanitos, pidan a Dios con empeño, que tome mi alma en su manos, y me dé su Santo Reino.

Mi Dios ya mandó por mí, resistirme no podré, ya me llamó a darle cuenta, quién sabe cómo saldré.

Adiós todos mis hermanos, pues les pido, por favor, para que Dios me perdone, perdonen al malhechor.

Adiós todos mis amigos, adiós compadre Ramón, adiós Gregorio Sifuentes, volé para la mansión.

Les encargo a toditos,

401 esos que yo haya ofendido, de que, por Dios, me perdonen, echando todo en olvido.

Adiós Río de Santiago, recinto donde viví, adiós apreciable esposa, hoy me despedí de ti.

San Pedro, ábreme la puerta, para pasar a tu Gloria, a darle cuenta al creador, de mi vida transitoria.

Dios sabe bien lo que hace, estoy persuadido yo, uno sabe dónde nace, pero donde muere no.

Ya se acabaron los versos, ya terminaron sus fines, estas son las mañanitas, de Crecenciano Martínez.

402 La complicada Primera Rebelión Cristera en el estado de Durango, con sus múltiples grupos e intereses encontrados de: Ejército Federal, masones, soldados agraristas auxiliares irregulares, indígenas coras, huicholes y tepehuanes gobiernistas, contra los cristeros mestizos durangueños y zacatecanos, los indígenas coras, huicholes y tepehuanes cristeros, las militantes de las Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco también llamadas Bi-Bi o Brigada Invisible- Brigada Invencible, así como los miembros de de diversas organizaciones religiosas, resultó en una derrota militar para los gobiernistas, ente las guerrillas cristeras en los campos de batalla de las quebradas de las serranías de los municipios de: Pueblo Nuevo, Durango, Súchil y Mezquital. Sin embargo, los arreglos entre la Iglesia Católica y el Estado Mexicano suspendieron las hostilidades y la mayoría de los jefes cristeros durangueños lograron sobrevivir a la cacería de ex jefes de la Primera Cristiada, que desarrlló el gobierno durante los años de 1929 a 1933. en el año de 1932, los conservadores citadinos de la capital del estado, lanzaron el Plan de Durango, de contenido abiertamente reaccionario y recalcitrante, que no tenía relación alguna con las demandas populares de los cristeros campesinos serranos, por lo que el mencionado plan nunca pasó del papel. En 1934, el Gobierno Estatal volvió a reiniciar la persecución religiosa, el anticlericalismo y el jacobinismo, al tiempo que loa antiguos jefes cristeros: Trinidad Mora, Ejército, los agraristas y los caciques locales, se vieron obligados a entrar de nuevo en acción contra el Estado y sus aliados, ya sin el apoyo de la Iglesia ni de los conservadores, transformándose en cristeros excomulgados en lo que se llamó la Segunda Rebelión Cristera cuyos guerrilleros: “en treinta y cuatro pelearon solos / por no dejarse nomás matar”. Así, el 22 de noviembre de 1934, los jefes del Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, ELCED, firmaron el acta de su levantamiento en Cerrito Gordo, municipio de Mezquital. Aunque este pronunciamiento formal fue casi desconocido y por mucho tiempo sistemáticamente ocultado en la historiografía nacional.

403 Mañanas de los cristeros de Durango 154

Irineo El Jabalín Menchaca

Señores, vengo yo de Durango, vengo a traerles una canción: es el corrido de los cristeros que allá hicieron la rebelión.

Trinidad Mora por Bayacora, Federico Vázquez por Mezquital; Florencio Estrada por Huazamota y rancherías del Río San Juan.

En 27 unieron sus fuerzas con Castañón y con Quintanar; en 34 pelearon solos por no dejarse nomás matar.

Tropas de línea y de rurales, más grupos cora y tepehuán, los combatían desde Durango a Huejuquilla y Peyotán.

Las tres partidas en la callista, juntas lograron exterminar dos regimientos de federales, en Candelaria y Río San Juan.

Vuela, paloma de los arroyos, vete ligera sin descansar, dile al gobierno que va a costarle un poco caro poder ganar.

154 ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO. Rescoldo, los últimos cristeros, México, ed. Jus, colección Voces Nuevas # 17, 1961, p 130.

404

Tropas cristeras de Florencio Estrada 155

155 Tropas Cristeras de Florencio Estrada. Fondo Aurelio Acevedo Robles, ARA, Centro de Estudios Sobre la Universidad, CESU, Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México, AH, UNAM. Sección fotográfica.

405 El primer día de enero de 1935, las fuerzas de Federico Vázquez sostuvieron un gran combate en el Cerro de Chachamoles, municipio de Mezquital, en el cual los cristeros acaban con las tropas del Décimo quinto y Vigésimo octavo Regimiento y con parte del Cuadragésimo. En el encuentro murió el teniente coronel Luis Barba Uribe y la misma suerte corrió el mayor Mateo Muñoz Martínez, el saldo excedió a los cuatrocientos soldados federales muertos. Con respecto al combate del cerro de Chachamoles, el general José Cortés refiere lo siguiente: Chachamoles.- punto situado en las estribaciones de Cerro Gordo, donde existía una sola vivienda, en este lugar fue donde sufrió el golpe el día primero de enero de 1935, la columna mixta que comandaba el extinto teniente Luis Barba Uribe que perteneció al Vigésimo octavo Regimiento de Caballería y, dada la topografía tan accidentada y peñascosa, fue una de las causas de la emboscada que sufrió la mencionada columna. 156 Cortés Ortiz consideraba a Cerro Gordo como el cuartel general de los rebeldes, en donde No ha entrado jamás fuerza federal. 157

Corrido del combate del Cerro de Chachamoles 158

Compuesto por un soldado del Décimo quinto Regimiento

Allá voy con la canción, de la bola que hizo Mora, haciendo revolución, con indios de Bayacora.

Ya la bola se rompió, y allí mismo reventó, y aquí, dijo una señora, “la lumbre ya se prendió”.

156 CORTÉS ORTIZ, JOSÉ. (general de brigada). Datos generales sobre la topografía donde merodea el enemigo, X Zona Militar, Cuartel General, Durango, AGN. Grupo Documental Presidentes, Lázaro Cárdenas, vol. 559 exp. I, f. 5, 20 de marzo de 1935. 157 CORTÉS ORTIZ, JOSÉ. Op. Cit., s / p. 158 Compuesto por un soldado del Décimo quinto Regimiento, recogido en Santiago Bayacora, comunicado por Agapito Campos, en 1987.

406

Corre, corre maquinita, nos vamos hasta „onde vayas, fueron a desembarcarse, a la estación de Murallas.159

El día primero de enero, de sus recuerdos hagamos, que en el Cerro‟e Chachamoles, una emboscada encontramos.

Gritaba el teniente Chávez, cuando le faltó el valor: “muchachos hemos perdido, ya mataron al mayor”.

“Muchachos, hemos perdido”, decía el sargento Rangel, ya mataron al mayor, y al teniente coronel.

Decía Federico Vázquez: “¿Venancio, cómo le hacemos?, si se nos acaba el parque, ya mejor nos rendiremos”.

Le contestó don Venancio: “no hay cuidado compañeros, acabaremos el parque, y después nos rendiremos”.

Entró Castro con su gente, y entró por un vado blanco, de zapatos la trinchera, y le dejaron el zanco.

Ese Batallón de línea, su brillante me engañó, ya se acabó tu mayor, que era tu primera espada.

Ese Batallón de línea, y con el Veintiocho a bordo,

159 Murallas.- Estación terminal de un ramal de ferrocarril, que parte de la estación Purísima del ferrocarril al Salto, donde hay campamentos madereros.

407 caminaban muy contentos, porque iban pa‟Cerro Gordo.

Cristeros de la Sierra de Michis, de la tropa de Federico Vázquez

408 A finales de abril de 1935, se juntaron las fuerzas de los jefes cristeros: Trinidad Mora, Federico Vázquez, Valente Acevedo, Florencio Estrada y los tepehuanes de Chano Gurrola, quienes habían rehusado la amnistía ofrecida por el gobierno, para tomar el poblado de Mezquital. Es curioso notar que, en el corrido que se compuso a la memoria de esta acción, es más importante una carrera parejera entre las remudas de Valente Acevedo y Chano Gurrola que el propio combate contra los federales.

Corrido de la Toma del Mezquital 160

Irineo El Jabalín Menchaca

Señores, traigo la historia de una apuesta desigual: un penco zacatecano con un potro tepehuán.

Valente Aceves montaba su Naranjo bailador, el indio Chano Gurrola en su Cosquillo Ratón.

El pelotón de Valente se reía del tepehuán: “juego caballos y armas”. Les dijo Chano al retar.

Llegó primero el Cosquillo y nadie podía ni hablar; menos Valente y los suyos que tuvieron que pagar.

La pareja la corrieron un ratito antes nomás que emboscaran a resguardo que defendía Mezquital.

“Maldita mi mala suerte”, decía Valente al pelear;

160 ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO. Op. Cit. pp. 51-51

409 “con estos riflones indios ni un sardo voy a tumbar”.

Cristeros tepehuanes de la tropa de Chano Gurrola

410 En el mes de mayo de 1935, Lucas Mora, hijo del jefe del Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, Trinidad Mora, cayó muerto durante una emboscada que le fue tendida por los soldados del Vigésimo tercer Regimiento que dirigía el coronel Alberto Bello Santana, en el Rancho de La Quinta, municipio de Durango.

Corrido de Lucas Mora 161 (Fragmentos) Anónimo

Veintinueve Regimiento pero ¡ah! qué fuerte peleó y en el Rincón del Infierno, a Lucas Mora mató.

Salió el coronel Alberto, como a las 10 de la noche, ahí se fueron a quedar, a atajarles el retache.

Dice el coronel Alberto, Alberto Bello Santana; “nos bajamos a La Pinta, a las 6 de la mañana”.

Se bajaron a La Pinta, antes de alborear el día, a los primeros balazos, les mataron el vigía.

411 En los inicios de la década de los treinta del siglo XX, las solicitudes de dotación de tierra por parte de los campesinos de la Comarca Lagunera, se multiplicaron y el movimiento agrarista era contenido por los latifundistas de la región, mediante la repartición de parcelas no productivas, la formación de centros de población fuera de las regiones con regadío y la represión directa, con el apoyo de los grupos paramilitares llamados guardias blancas. Sin embargo, la lucha por la tierra y los derechos laborales de los trabajadores agrícolas continuó mostrándose con diversas facetas. De acuerdo con Alfonso Porfirio Hernández: En Torreón se formó la Federación Sindical Revolucionaria de la Comarca Lagunera y, en Gómez Palacio, la Federación de Sindicatos de Obreros y Campesinos de la Comarca Lagunera, posteriormente estas organizaciones se unificaron y conformaron el Comité Regional de Defensa Proletaria de la Comarca Lagunera. El 11 de junio de 1935, en contra de los deseos de las autoridades de trabajo y municipales, los peones laguneros se lanzaron a la huelga en Manila, municipio de Gómez Palacio, solicitando la firma de un contrato colectivo de trabajo, jornada de ocho horas , un peso y cincuenta centavos de salario mínimo y la intervención de un miembro del sindicato al momento del pesaje del algodón, que era el principal producto de la Hacienda de Manila. El día cuatro de agosto de 1935 finalizó la huelga con el triunfo del Sindicato Rivera, como lo detalla el corrido. El triunfo de la Huelga de Manila dio nuevos bríos a la lucha proletaria y fue uno de los principales acicates para el reparto agrario lagunero del periodo presidencial del general Lázaro Cárdenas, en el año de 1936.

Corrido del movimiento de huelga de la Hacienda de Manila

Adrián Vargas González

Año de mil novecientos

161 Comunicado por FRANCISCO FELIX. Corridista invidente de la Catedral de la ciudad de Durango, entrevistado por Hermelinda Hernández Terrazas, en 1987.

412 treinta y cinco en la ocasión, escúchenme compatriotas mi más bonita canción, la canción de la esperanza, de libertad y de unión.

Voy a dar un pormenor, de lo que nos sucedió, en la Hacienda de Manila, cuando la huelga estalló, ese día once de junio, treinta y cinco que pasó.

Es esta cantar proletario, señores pongan cuidado, del movimiento de huelga, que en Manila se ha implantado, por cincuenta campesinos, que se hallaban humillados.

Bajo el ideal traicionero, del tirano capital, que malos tratos les daba y raquítico jornal, los campesinos sufrían, una situación fatal.

Sufrieron el hambre y la sed, por las tareas tan pesadas y el oprobio y la infamia vieron las huellas marcadas, en sus hogares benditos, sus adoradas familias.

Porque ese coronel Bello, subjefe de operaciones, muy altanero gritaba, a todititos los peones, para ver si desistían, de sus buenas intenciones.

Y el sindicato blanco, nombrado Maclovio Herrera, desafiaba a los miembros del Sindicato Rivera, por los acontecimientos de la burguesía extranjera.

413

También de las guardias blancas, pagadas por los patrones, que a muerte los amagaban, con crueles depravaciones, esos hombres inhumanos, de traidores corazones.

Tan sólo porque pedían, todititos en unión, las garantías que nos da, la Ley de la Constitución, a todos los proletarios, de nuestra rica nación.

Esto sucedió en Manila, en la Región Lagunera, cuando el Sindicato Obrero, denominado Rivera, se propuso a desafiar a la burguesía extranjera. al cual estaba sujeto, a callar y obedecer, cumpliendo con su deber, se lanzaron a la huelga, hasta morir o vencer.

Ese día cuatro de junio, presente tengo ese día, se enviaron las peticiones, a ver si las concedían, los patrones de la Hacienda, los Hermosillo García.

En el legajo que enviaron, iban justas peticiones, el aumento de salarios, material de curaciones y para los campesinos, pedían sus habitaciones.

La copia de peticiones, se envió a la Junta Central, para que la resolviera, siendo autoridad arbitral, y contestó el presidente

414 que la huelga era ilegal. al recibir la noticia, con gran desesperación, los campesinos pidieron, ¡ay! Para su protección, amparo al juez de distrito, de la ciudad de Torreón.

Mas luego el juez de distrito, con una orden determinante, fue quien concedió el amparo, al grupo solicitante, y les dio su protección, como honrado gobernante.

Ese Martínez Adame, que el amparo concedió, siendo él el juez de distrito, que con su deber cumplió, y a todos los compañeros, su gran amistad brindó. no obstante que ya amparados, los campesinos se hallaban, todas las clases burguesas, vilmente los maltrataban, y ellos con valor siniestro, decían que no se rajaban.

En cambio así soportaron, hasta el último momento, que obtuvieron la victoria, ese día cuatro de agosto, sin ningún detonamiento, que graba mi pensamiento.

Obtuvieron libertad, dejaron de ser cautivos, porque en la ceñida lucha, siempre marcharon unidos, los compañeros de clase, que se hallaron oprimidos.

Después de tanto sufrir y de vivir humillados, por parte de la reacción,

415 ahora fueron respetados, sus derechos que tenían, por tanto tiempo ultrajados.

Así se triunfó en Manila, según lo marca la Historia, por eso, siempre contento, he elogiado la victoria, de mis hermanos de clase, por su labor meritoria.

¡Viva la unión que es la fuerza! ¡Viva la Constitución! ¡Viva la Ley del Trabajo! que rige nuestra Nación y el pabellón rojo y negro, símbolo de redención.

Aquí da fin el corrido, de la Región Lagunera, con un adiós a mis cuates del Sindicato Rivera. Adiós Hacienda de Manila, la más rica sementera.

Adiós, también me despido, de todos en general, de mis hermanos de clase, en nuestra lucha social, mi saludo fraternal.

Para pulsar mi guitarra, se necesita una púa, y el que dirigió la huelga, fue el compañero Murúa.

Yo compuse este corrido, sin ninguna pretensión, es el sentir proletario, de mi noble corazón, que lo envío como recuerdo por todita la Nación.

416 El 15 de abril de 1936, en una acción simultánea, los cristeros de Federico Vázquez y de Pánfilo Reyes atacan a los poblados agraristas de reciente creación: Colonia Felipe Ángeles y El Chimal, hoy Plan de Ayala, así como a las defensas sociales agraristas auxiliares irregulares de los poblados de Colonia Pino Suárez y Colonia Aquiles Serdán, entre otros, junto con el destacamento militar regular de San Lorenzo Calderón, todos del municipio de Durango. En la refriega cayó el teniente coronel cristero Pánfilo Gurrola. 162

Corrido de la Defensa del Chimal 163

Anónimo

Voy a cantar un corrido, que compuse en esta tarde, el mero quince de abril, todos tráiban el alarde.

Ahí bajaron los cristeros, por el Potrero del Salto, no les tiraron de lejos, para agarrarlos de asalto.

Ahí bajaron los cristeros, se fueron por el camino, mataron dos compañeros de la casa‟e don Albino.

Gritaba Santiago Núñez; gritaba muy afligido: “¡que me manden la Defensa de ese pueblo de Salcido!”.

Vuela, vuela palomita, párate en aquella loma, anda tráeme la Defensa, de ese pueblo de La Noria.

Vuela, vuela palomita,

162 Diario de Durango, 17 de abril de 1936. 163 Comunicado por don Santos Quirino García, en el ejido Plan de Ayala, municipio de Durango, Dgo., recogido por Antonio Avitia en 1984.

417 párate en esos nopales, anda tráeme la Defensa del pueblo de Pino Suárez.

Ahí venía Santiago Núñez como lobo encarnizado, se quiso poner el saco, pero le vino forzado.

Cuatro tiros les tiraron, ya no les tiraron más, con esos cuatro tuvieron, para no voltear pa‟tras.

A pezuña de caballo, don Francisco se peló, dirección de Santa Cruz, que hasta el sombrero tiró.

Estaba Pancho Morales, acostadito en su cama, por agarrar su pistola, agarró la sobrecama.

Ahí bajaron los cristeros, por una lado del Chimal, devisan a Aurelio Torres le empezaron a tirar.

Venía don Tiburcio Torres, que parecía bicicleta, con Aurelio mal herido atascándose en la huerta.

La Defensa del Chimal faltaba don Luis Contreras, en el cerro de La Noria, se volvió puras carreras.

De la Defensa del Chimal, faltaba Próspero Chávez, en el cerro de La Noria, se aterraba de nopales.

Ahí bajaron los cristeros por un lado del Chimal, ahí se llevaron las mulas,

418 de Lupe y don Juan Leal.

El teniente‟e San Lorenzo, fue muy triste su destino, nomás le llegó el aviso, y parecía remolino.

Gritaba Santiago Núñez, ¡ay! Gritaba con afán: “que me manden la defensa, del pueblo Aquiles Serdán”.

Ahí viene José Borrego, que parecía la dientona, del miedo que les tenía, no llego más que a la loma.

Ahí venía este Luis Pineda, como queriendo llorar, del miedo que les tenía, ni el cuerno podía pitar.

Las mujeres de ese pueblo, estaban muy asustadas; unas se meaban a gatas, y otras se meaban paradas.

“Aquí no hay quien valga más”, gritaban los agraristas, ahí salieron asustados, toditos los fraccionarios.

Otro día por la mañana, devisan por los rincones, el primero que corrió, fue don Canuto Pintores.

Ya con esta me despido, con estos versos cabales, estos versos los compuso; el que teje los huacales.

Ya con esta me despido, ladeándome mi sombrero, aquí termina el corrido, de los mentados cristeros.

419 El 7 de junio de 1936, en el Arroyo del Paso Ancho, cercano a San Juan Capistrano, municipio de Valparaíso, Zacatecas, el coronel cristero Florencio Estrada cayó en una emboscada dirigida por el teniente coronel regular Ignacio Tejeda. El cuerpo de Florencio Estrada fue exhibido en la plaza de Huejuquilla El Alto, Jalisco. Florencio Estrada, con sus tropas de cristeros indígenas, muchos de ellos no católicos, tepehuanes, huicholes y mestizos había actuado como soldado de Cristo desde la Primera Rebelión, a partir de 1927, afiliado a las fuerzas del Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, ELCED, que dirigió Trinidad Mora. El escritor Antonio Estrada Muñoz, hijo del coronel Florencio Estrada, en su novela Rescoldo. Los últimos cristeros, considerada por Juan Rulfo como una de las mejores cinco novelas de la Literatura mexicana, narró la lucha de los últimos cristeros de Durango, quienes, desdeñados por la Iglesia Católica, más que por las banderas del catolicismo social y los móviles de la estrecha moralidad de los conservadores citadinos, peleaban por la sobrevivencia de los pueblos tepehuán, cora, huichol, mexicanero y las comunidades de mestizos, en la defensa de los bosques de la Sierra Madre Occidental y de las formas de vida comunitaria, contraria a las imposiciones agraristas oficiales regionales y sin relación con los intereses de los conservadores, en una complicada guerra de múltiples actores de: cristeros (tepehuanes, coras, huicholes, mexicaneros y mestizos), Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco o Bi-Bi Brigada Invisible – Brigada Invencible, que pelearon en contra del Ejército Federal, las tropas agraristas auxiliares irregulares, así como los grupos tepehuanes, huicholes y coras gobiernistas.

Mañanas de Florencio Estrada 164 Anónimo

Escuchen señores, con mucho cuidado con todita la atención,

164 Cantado por don Luis Domínguez, corridista de la plaza de Armas de Durango, recogido por Antonio Avitia en 1993

420 murió don Florencio, el hombre valiente, hombre de resolución.

Le dijo Florencio, montado en su macho, a los de su infantería: “Qué dicen muchachos, nos vamos temprano, antes de alborear el día”.

En ese Paso Ancho, estaban almorzando, cuando el gobierno llegó, allí se batieron a fuego cerrado, donde Florencio murió.

Pobre de Florencio, cuando ya lo hirieron, se le acercó más la bola, detrás de una peña, se puso a hacer fuego, y ya no tronó su pistola.

Vuela paloma, sigue volando, con todo el vuelo, que Dios te dio, anda a avisar, a ese Huazamota, que Florencio Estrada, ya se murió.

Pobre de Florencio, cuando andaba herido, la bola se le arrimaba, luego un capitán de esos del gobierno, le dio un balazo en la cara.

Adiós mis amigos, y mis compañeros, los que no quieren andar, váyanse muy lejos, a otros países, no los vayan a matar.

Adiós mis hermanos,

421 y mis compañeros, los acompaño hasta aquí, váyanse muy lejos, a otros países, no les pase lo que a mí.

Adiós mi señora, Lolita Muñoz, ya me voy a separar, lo que sí te encargo y son a mis hijos no los vayas a entregar.

Adiós mi señora, Lolita Muñoz me despido en tu presencia, y cómo quieres que yo tenga vida, si Dios me echó la asistencia.

Ese dieciséis, en el mes de junio, un sábado por la tarde, tomó don Florencio, por San Juan, señores, muy silencio y sin alarde.

Andaba esa gente, de ese Huejuquilla, la gente con mucho ruido, querían conocer, a ese rebelde, que nunca se había rendido.

Vuela paloma, sigue volando, con todo el vuelo, que Dios te dio, anda a contar a ese Huazamota, que Florencio Estrada ya se murió.

422

Florencio Estrada y Dolores Muñoz, en Los Ángeles, California, 1925 (circa) 165

423

Forro de la primera edición de Rescoldo

165 Florencio Estrada y Dolores Muñoz, en los Ángeles, California, 1925; Archivo fotográfico personal de Adolfo Estrada Muñoz, facilitada por él mismo, recogida por Antonio Avitia, en Huazamota, 1995.

424 Durante la Segunda Rebelión Cristera, el Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, ELCED, incluyó entre sus filas a algunos miembros del pueblo tepehuán, liderados por Chano Gurrola y Juan Andrés Soto. En contraparte, los tepehuanes afiliados y leales al Gobierno Federal, obedecieron las órdenes de su jefe Chón Aguilar. La guerra cristera, que dividió a la etnia tepehuán, poco tenía que ver con los cirios y los rosarios de los conservadores y la Iglesia Católica. Los móviles de los cristeros indígenas no católicos estaban más relacionados con la defensa de los terrenos boscosos contra la intromisión, el despojo y la tala de los mismos, por parte de diversas compañías madereras transnacionales como la Lumber Co.. Al mismo tiempo, los cristeros indígenas intentaban mantener un sistema de vida comunal, de acuerdo a la visión del mundo, cosmogonía, costumbres y tradiciones de su ancestral civilización seminómada. Por su parte, los tepehuanes gobiernistas optaban por la apertura de los bosques a la explotación de las compañías taladoras y por el agrarismo ejidal en los complicados y conflictivos linderos de la región de Santa María Ocotán y Xoconoxtle, del municipio de Mezquital. Después de varios combates contra las tropas regulares y las auxiliares irregulares indígenas tepehuanes del Gobierno, el jefe cristero tepehuán Juan Andrés Soto, aliado del general cristero Federico Vázquez, cayó abatido en el mes de septiembre de 1936 y el propio general Lázaro Cárdenas del Río, presidente de República, envió radiogramas a la sierra de Durango para felicitar al jefe Chón Aguilar y sus tepehuanes gobiernistas por los triunfos logrados en el combate contra los cristeros. Por su parte, los corridistas tepehuanes compusieron su corrido a Juan Andrés Soto, para perpetuar la memoria de sus hazañas rebeldes.

Corrido de Juan Soto 166

Anónimo

166 La música en el Nayar, México, cassette INI-RAD-II-8 (XEJMN), 1994, cantado por Gregorio Ciriani Flores, Lorenzo Soto Soto, Jorge Soto Soto y Honorato de la Rosa Mijares.

425 Voy a cantarles amigos, de una historia muy famosa en Santa María Ocotán estao‟e Durango vivía: “Me llamó Juan Andrés Soto” con mucho valor decía.

Era un hombre decidido, el miedo no conocía, andando por dondequiera, valientemente luchaba, con sus trescientos soldados de la Rebelión Cristera.

Por dondequiera que andaba todos ya no lo querían, porque era un hombre cristero y en armas contra el gobierno, del estado de Durango, Nayarit y de Chihuahua.

Año de mil novecientos en treinta y seis fue su muerte, en el campo Los Crestones, le pusieron la emboscada, lo mató Chon Aguilar, Juan Andrés no traiba gente.

Los dos eran compañeros, Juan Andrés y Federico que se apellidaba Vázquez, el Gobierno lo seguía, los dos hombres muy valientes pero ellos se defendían.

Más antes fue perseguido, el coronel José Ruiz, pero en Cerro de Las Papas, el coronel fue perdido, por un hombre traicionado llamado Lucio Carrillo.

Era el año treinta y tres, en Santa María Ocotán, cuando el señor Juan Andrés, apañó varios soldados, para expulsar a unos maestros

426 de un Internado mentado.

Año de mil novecientos, treinta y seis fue su muerte, en el Campo Los Crestones, le pusieron la emboscada, lo mató Chón Aguilar, Juan Andrés no traiba gente.

427 En los últimos treinta años del siglo XIX, La Región Lagunera, que comprende varios municipios del noreste del estado de Durango y del suroeste del de Coahuila, con la introducción de los ferrocarriles Central Mexicano e Internacional, así como de los diversos sistemas de irrigación de la zona semidesértica, por medio de los canales construidos sobre los cauces de los ríos Nazas y Aguanaval, se transformó en un enclave minero, agrícola e industrial de gran importancia económica. Los capitales de la Tlahualilo Company, Pourcell, La Algodonera, Brittingham y Lavín, entre otros, crecieron con la explotación del trabajo de los jornaleros, acapillados, temporales y bonanceros. Estos últimos asistían a La Laguna en las épocas de mayor demanda de mano de obra, en los tiempos de la pizca del algodón. Después del violento periodo épico la de Revolución, los trabajadores agrícolas de La Laguna iniciaron su organización en sindicatos. No pocos de los sindicatos agrícolas laguneros se afiliaron al Partido Comunista Mexicano, PCM, desde la década de los veintes del siglo XX. En demanda de mejoras laborales, los miembros de los sindicatos agrícolas laguneros organizaron diversas huelgas que sistemáticamente fuero quebradas por los patrones mediante la contratación de guardias blancas y esquiroles. En 1935, el problema laboral lagunero se agudizó. Las demandas de los trabajadores agrícolas, más que agraristas y de reparto de tierras, eran en el sentido proletario de mejora de la situación laboral, la contratación colectiva y la seguridad social, entre otras. Así, la Federación de Sindicatos de Obreros y Campesinos de Durango, FSOCD, tomó la iniciativa de la resistencia y para el 18 de agosto de 1936, dio inicio una gran huelga de jornaleros agrícolas laguneros que fue apoyada por los trabajadores urbanos, mineros, textiles y ferrocarrileros de la región, con la intervención de la Confederación de Trabajadores de México, CTM y el PCM. En medio de la huelga, los patrones acarrearon de fuera más gente que nunca, y los huelguistas se trenzaron con sus suplentes esquiroles. Nadie sabe a ciencia cierta cuántos muertos y heridos hubo en la ocasión. La huelga de La Laguna duró diez días y afectó a 72 ranchos de los estados de Coahuila y Durango.

428

Para poner solución al conflicto, el 19 de octubre de 1936, el general Lázaro Cárdenas del Río, en su papel de presidente de la República, decretó la expropiación y reparto de los territorios en cuestión. En el dotación resultaron beneficiados entre 15 y 16,000 peones acapillados, 10,000 eventuales y 15,000 bonanceros. Para pa explotación de la zona se integraron unidades de producción y cooperativas agrícolas. Era el inicio de la política agraria cardenista que se continuaría con los repartos de los estados de Michoacán y Yucatán, entre otros. Correspondió a Agustín Ramírez la composición de la lírica narrativa oficial, que se ocupó del reparto agrario de La Laguna, suceso que modificó las relaciones políticas, económicas y sociales, así como las expectativas de los habitantes de la región.

Corrido de La Laguna

Agustín Ramírez

Año de mil novecientos, octubre del treinta y seis, de la Región Lagunera los hechos les contaré.

Corrido de La Laguna, que toditos cantarán, porque pinta los sucesos más grandes de este lugar.

Dos corazones unidos, Coahuila y Durango son, se juntan en La Laguna, capullito de algodón.

Situación de La Laguna precaria para el peón, mucho dinero corriendo, mas todo para el patrón.

ESTRIBILLO:

429 Laguna, tierra de ensueño, Laguna, tierra de amor, hoy pones un bello ejemplo a todita la Nación.

Cárdenas con sus anhelos, sociales de redención, repartió a los agraristas la tierra del algodón.

Muchos dueños protestaron, pero viendo la razón, todas las tierras cedieron por un México mejor.

Linda tierra lagunera, mentada por tu riqueza, el pueblo, la clase humilde, te dará mayor grandeza.

Militares y civiles, al llegar Gabino Vázquez, con entusiasmo acogieron de Cárdenas los ideales.

ESTRIBILLO: Laguna, tierra de ensueño, Laguna, tierra de amor, hoy pones un bello ejemplo a todita la Nación.

Con nobleza se enaltece, en la Hacienda de Dolores, ofrecieron sus terrenos para los trabajadores.

Con Marroquín y Ramírez hubo muchos laguneros que, además de dar sus tierras, colaboran con el pueblo.

Hacienda de Tlahualilo, primera repartición, que vas a dar a los pobres la tierra y la redención.

ESTRIBILLO:

430 Laguna, tierra de ensueño, Laguna, tierra de amor, hoy pones un bello ejemplo a todita la Nación.

Dejando pasiones bajas y protestas de rencor ¡Viva el pueblo lagunero! Cantemos con emoción.

Ya señores, me despido, de Gómez, Lerdo y Torreón, aquí se acaban cantando, los versos del algodón.

ESTRIBILLO: Laguna, tierra de ensueño, Laguna, tierra de amor, hoy pones un bello ejemplo a todita la Nación.

431

Campesinos laguneros laborando en un canal de irrigación en los años treinta del siglo XX

432 Un día de diciembre de 1936, el general cristero Trinidad Mora, jefe de operaciones militares del Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, ELCED y líder natural de mestizos, tepehuanes, coras, huicholes y mexicaneros cristeros, fue emboscado en su casa de la ciudad de Durango. En la acción, los soldados federales horadaron el techo de la vivienda para poder acceder hasta donde Mora ofrecía resistencia. Acostumbrado a la guerra desde la Primera Rebelión Cristera, Mora, junto con tres de sus subalternos resistió hasta la muerte. La larga y complicada Segunda Rebelión Cristera se iba quedando descabezada.

Corrido de la muerte de Trinidad Mora 167

Anónimo

Año de mil novecientos, treinta y seis, en esta vez, hubo que agarrar a Mora, en compañía de otros tres.

Mora se vino a Durango, para poderse curar, y se le puso, en el centro, una casita comprar.

Dos meses tenía viviendo, y otro que no completaba, pero a las escondidillas, del Gobierno se burlaba.

Se fueron unos charritos, a una cantina a tomar y de copita en copita, de Mora empiezan a hablar.

Un soldado del Cuarenta al oír que platicaban, se fue a vestir de paisano, a ver si los encontraba.

167 Comunicado por Francisco Félix, en el atrio de la catedral de Durango, recogido por Hermelinda Hernández Terrazas en 1987.

433

Cuando regresó el soldado, todavía logró encontrarlos, les empezó a dar copitas, y poco a poco a tantearlos.

Luego les dice el soldado, con muchísima atención: “¿Dónde se encontrará Mora?, quiero darme de alta yo”.

Le contestó el individuo: “Si usted quiere hablar con él; vive en la calle de Zarco, número seiscientos seis”.

Luego regresó el soldado, a hablar con el coronel; “Ya sé donde se halla Mora, vamos a acabar con él”.

Le contestó el coronel: “Tú te encargas de esa gente, si tú logras descubrirlo, te la doy de subteniente”:

Luego que el gobierno supo, que en Durango subsistía, ahí le velaron la casa, de noche como de día.

Y una noche los soldados, ya cansados de velar, le destecharon la casa, para poderlo agarrar.

Mucho parque y medicina, fue lo que se le encontró, porque pensaba salir, y no se le concedió.

Vuela, vuela palomita, a Santiago Bayacora, avísale a los cristeros, que ya mataron a Mora.

Ya con esta me despido,

434 porque ya llegó la hora, aquí termina el corrido, del señor Trinidad Mora.

Los cuerpos del general Trinidad Mora y quienes cayeron junto con él, expuestos en el patio del Hospital Civil de Durango

435 Ladislao Alvarado, mejor conocido como El Chojo, 168 fue un famoso bandolero que durante los años treintas del siglo XX asoló la Región Lagunera y la Región de Los Llanos del estado de Durango. El Chojo Ladislao ubicó su refugio en el municipio de Matamoros, Tamaulipas y actuó principalmente en el municipio de Gómez Palacio, como jefe de una banda que tuvo como integrantes a El Chapeado, El Borrado, Francisco Quiñones y Pedro Valenzuela, entre otros. Los asesinatos y asaltos que cometió la banda del Chojo fueron novelados por Manuel Terán Lira. Después de una prolongada búsqueda, el 30 de enero de 1937, la banda del Chojo Ladislao fue emboscada por tropas regulares, en el rancho Casablanca, ubicado al norte del Cerro de La Pila, ubicado en la ciudad de Gómez Palacio. En la refriega El Chojo cayó abatido por las balas del gobierno.

Corrido del Chojo Ladislao 169

Anónimo

Domingo treinta de enero, como a las tres de la tarde, mataron a Ladislao, sin dar muestras de cobarde.

Se juntaron para el golpe, policías y federales, y él empezó los balazos gritando: “¡Tales por cuales!”.

En Pedriceña mató a don Adrián López Frías, desde entonces el Gobierno, tenía contados sus días.

Matamoros fue su fuerte, pues allá hasta se paseaba, en queridas y en parrandas, el dinero lo gastaba.

168 Chojo. Adjetivo norteño que significa achaparrado o de baja estatura. 169 Revolución. Revista mensual de política y cultura, # 45, Torreón, Coahuila, Editorial Macondo, abril de 1986, contraportada.

436

Asaltó el banco en San Pedro y nadie sabía lo que era, a las ocho de la noche, se soltó la balacera.

Murieron tres policías en el lugar de los hechos y El Chojo se les pintó, llevándose ocho mil pesos.

El Chapeado y El Borrado, venían haciendo traición, eran cuicos y bandidos y el segundo fue llorón.

Lo rodearon en la casa, de un tal Pedro Valenzuela, que se encontraba en el riego, cultivando la parcela.

Ese domingo fatal, se balaceó sin recelo, corrió junto con Fidel, montados a puro pelo.

Si sino ya estaba escrito, se le cansó su caballo, y El Chojo se echó pie a tierra, peleando como buen gallo.

Muy buena cuarenta y cinco, portaba siempre Alvarado, pero le llegó el día en que lo mató un soldado.

Adiós Panchito Quiñones, Valenzuela y El Borrado, ya acabó por fin El Chojo y en Torreón fue sepultado.

437

438 Francisco Sarabia Tinoco nació el 3 de julio de 1900, en la ciudad de Lerdo, Durango. En esa ciudad Sarabia estudió la primaria y después, en los Estados Unidos, curso el bachillerato y se especializó en mecánica. Hacia el año de 1928, en Chicago, Illinois, Francisco Sarabia estuvo matriculado en la Aeronautic School y realizaba exhibiciones acrobáticas en un circo aéreo. De regresos en su Patria, Sarabia fundó una escuela de aviación en Monterrey, Nuevo León, fue piloto de carga en Tabasco, fundo la empresa de Transportes Aéreos de Chiapas, con una flota de 32 pequeños aviones y también estableció una ruta aérea en Baja California. El escritor Graham Greene, en su novela Caminos sin ley, dedica una buena parte de su relato a las hazañas aeronáuticas de Sarabia en medio de las selvas del sureste del país. En 1938, la pericia aeronáutica de Sarabia comenzó a batir récords internacionales de velocidad en viajes aéreos de distancia. El 2 de diciembre de 1938, el piloto cubrió la ruta de México a Los Ángeles, en seis horas y media. El 10 de marzo del mismo año, el aviador durangueño voló de México a Chetumal en tres horas con treinta y un minutos. Tres días después, el intrépido aeronauta, cubrió su ruta de Chetumal a Mérida en sólo cuarenta y ocho minutos. Sin dejar los controles, el 9 de abril la nueva hazaña fue de México a , en únicamente dos horas con cincuenta y cinco minutos. Durante un viaje a los Estados Unidos, el piloto lagunero adquirió un avión GEE- BEE, al que bautizó con el nombre de El Conquistador del Cielo y lo adaptó para su máxima hazaña. La bitácora señalaba salida del Campo Aéreo de Balbuena, en la Ciudad de México, el 24 de mayo de 1939 y con solo el combustible indispensable, ante la expectativa de los mexicanos y los estadounidenses, Sarabia cubrió la distancia entre México y Nueva York, en diez horas con cuarenta y tres minutos. Después de la hazaña que le ganó la admiración y su lugar entre los más destacados aviadores de la Historia, Francisco Sarabia tenía en mente regresar a su tierra natal para visitar a doña María Tinoco, su madre. Sin embargo, lo que sucedió después fue descrito por las cinco versiones diferentes de corridos de Sarabia. Aquí se transcribe una de ellas.

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Corrido de Francisco Sarabia 170

Felipe Valdez Leal

Del Campo de Balbuena, se alzó hasta el firmamento, un pájaro de acero, con rumbo a Nueva York.

Ligero como el aire, más rápido que el viento, perdiéndose en las nubes, a todos dijo: “Adiós”.

Y allá en la inmensa altura de un héroe el pensamiento, volaba tras la dicha de ser el vencedor.

Tan sólo por la gloria de ver que su bandera ondeara con orgullo, allá en otra nación.

Sarabia atravesaba, la larga cordillera, volando como nunca lo hiciera otro aviador.

Y, a veces, desdeñando, la muerte traicionera, cruzaba el horizonte rugiendo su motor.

En menos de doce horas de continuado vuelo, Sarabia victorioso llegaba a Nueva York.

Intrépido piloto, que al descender del cielo, de daba a nuestra Patria, con ello, un grande honor.

170 Antología del corrido mexicano, México, álbum de discos Orfeón, LP-JM-06, 1974, cantado por Emmanuel Gómez.

440

Y nunca imaginaba, que allá, en extraño suelo, su nave traicionara su arrojo y su valor.

Así como a Carranza, le guió el mismo camino, iguales los laureles supieron conquistar.

Y fue la misma suerte, que les marcó el destino, que muertos, a su Patria, tenían que regresar.

Carranza halló la muerte, en un rayo asesino, Sarabia entre las aguas del Río Potomac.

441

442 Francisco Sarabia y El Conquistador del Cielo

El Conquistador del Cielo

443 Silvestre Revueltas Sánchez nació el 31 de diciembre de 1899, en Santiago Papasquiaro, Durango. Revueltas estudió música y composición sinfónica, en la ciudad de México y en los Estados Unidos. En el año de 1929, el compositor durangueño fue cofundador de la Orquesta Sinfónica de México y trabajó como catedrático del Conservatorio Nacional de Música . Revueltas sobresalió en el ámbito internacional por su gran genio creativo como compositor que legó a la humanidad diversas y piezas musicales que se han integrado a los repertorios de la una buena cantidad de orquestas sinfónicas del mundo, en su mayoría ubicadas dentro del movimiento estético nacionalista mexicano como las piezas sinfónicas: Sensemaya, Janitzio, Homenaje a García Lorca, El renacuajo paseador, la música para las películas: Vámonos con Pancho Villa, La noche de los mayas, El signo de la muerte, así como la poco conocida pero excelente sinfonía Tierra para las macetas, entre muchas otras.

El 5 de octubre de 1940, víctima de una pulmonía, Silvestre Revueltas falleció en la ciudad de México y Alfonso del Río compuso las cuartetas de su corrido fúnebre. Por su parte el poeta chileno Pablo Neruda, amigo personal de Silvestre Revueltas escribió y publicó su entrañable poema: A Silvestre Revueltas, de México en su muerte (oratorio menor)

A Silvestre Revueltas, de México en su muerte (oratorio menor) 171

Pablo Neruda

Cuando un hombre como Silvestre Revueltas vuelve definitivamente a la tierra, hay un rumor, una ola de voz y llanto que prepara y propaga su partida. Las pequeñas raíces dicen a los cereales: «Murió Silvestre», y el trigo ondula su nombre en las laderas y luego el pan lo sabe. Todos los árboles de América ya lo saben

171 NERUDA, PABLO. Canto general, Caracas, Venezuela, Biblioteca Ayacucho, 1981, pp. 290 a 291.

444 y también las flores heladas de nuestra región ártica. Las gotas de agua lo trasmiten, los ríos indomables de la Araucanía ya saben la noticia. De ventisquero a lago, de lago a planta, de planta a fuego, de fuego a humo: todo lo que arde, canta, florece, baila y revive, todo lo permanente, alto y profundo de nuestra América lo acogen: pianos y pájaros, sueños y sonidos, la red palpitante que une en el aire todos nuestros climas, tiembla y traslada el coro funeral. Silvestre ha muerto, Silvestre ha entrado en su música total, en su silencio sonoro. Hijo de la tierra, niño de la tierra, desde hoy entras en el tiempo. Desde hoy tu nombre lleno de música volará cuando se toque tu patria, como desde una campana; con un sonido nunca oído, con el sonido de lo que fuiste, hermano. Tu corazón de catedral nos cubre en este instante, como el firmamento y tu canto grande y grandioso, tu ternura volcánica, llena toda la altura como una estatua ardiendo. Por qué has derramado la vida? Por qué has vertido en cada copa tu sangre? Por qué has buscado como un ángel ciego, golpeándose contra las puertas oscuras? Ah, pero de tu nombre sale música y de tu música, como de un mercado, salen coronas de laurel fragante y manzanas de olor y simetría. En este día solemne de despedida eres tú el despedido, pero tú ya no oyes, tu noble frente falta y es como si faltara un gran árbol en medio de la casa del hombre. Pero la luz que vemos es otra luz desde hoy, la calle que doblamos es una nueva calle, la mano que tocamos desde hoy tiene tu fuerza, todas las cosas toman vigor en tu descanso y tu pureza subirá desde las piedras a mostrarnos la claridad de la esperanza. Reposa, hermano, el día tuyo ha terminado, con tu alma dulce y poderosa lo llenaste

445 de luz más alta que la luz del día y de un sonido azul como la voz del cielo. Tu hermano y tus amigos me han pedido que repita tu nombre en el aire de América, que lo conozca el toro de la pampa, y la nieve, que lo arrebate el mar, que lo discuta el viento. Ahora son las estrellas de América tu patria y desde hoy tu casa sin puertas es la Tierra.

¡A’i con la venia...! La muerte de Revueltas 172

Alfonso del Río

A‟i con la venia, señores, voy a cantar un corrido, andan los malos rumores, de un caso muy aflictivo.

Hagan la rueda, mirones, traigo noticias bien ciertas, sé de los hechos mejores, del un tal Silvestre Revueltas.

Pónganme todos cuidado, que ando con muchos dobleces, vengo los hechos cantando, de ese famoso Revueltas.

Quiero que sapan ustedes, de un músico muy pujante, ¿no hay quien permiso me niegue? Voy a seguir adelante.

Señores, oigan la nueva, la nueva que trajo el día, murió silvestre Revueltas, murió de una pulmonía.

El viernes cuatro de octubre, del novecientos cuarenta,

172 RÍO, ALFONSO DEL. Cantar de Silvestre Revueltas, México, Ed. Revista Musical Mexicana, 1937, pp. 12 a 23.

446 por ahí de la media noche, se fue Silvestre Revueltas.

Silvestre, ya en agonía, la gente en el Bellas Artes, aplaude con alegría, su Renacuajo paseante.

Nadie se lo imaginaba, todos se hallaban contentos, y mientras allá en su casa, Revueltas estaba muerto.

Los músicos no creían, la gente no daba crédito, a todos les parecía, que se iniciaba un concierto.

Pensaban en obras nuevas, las últimas de Silvestre, tal vez en La coronela, su ballet, el más reciente.

Aquel que estrenó Waldeen, la famosa bailarina, que le dio vida a la muerte, cananas y carabina.

¡Diablo de vieja huesona, más flaca que una hebra de hilo, por más que traga no engorda, a nadie deja tranquilo!

Se lleva al hombre que vale, lo mismo que al más gordote, joven y rico, ¡no le hace! se lleva al rico y al pobre.

Revueltas bien lo sabía, que aprovechando una mona, al fin se lo llevaría la muy ingrata pelona.

Andando en sus alegrías. muy recelosa lo espiaba, él, un violín le pintaba y en sus beberes seguía.

447

Pero sucede que un día, llamó a la muerte a su cama, para escribirle una danza y ella cargó con su vida.

Quedó su cara serena, igual que la de un valiente, despreciativa, sin pena, ¡le vino guanga la muerte!

Y un sábado en la mañana, llegó Silvestre Revueltas, a la capital dorada, de gran agencia muertera.

Los médicos de esta casa, todito lo tasajearon, y dizque pa‟ que durara, las tripas se las lavaron.

Después, la caja muy fina, de seda y abullonados, de motas en las esquinas, se lo tragó de un bocado.

Hiciéronle buen velorio, sus gentes y sus amigos, allá en el Conservatorio, estuvo entre cuatro cirios.

Alfonso del Río, Baqueiro, lueguito se adelantaron, y fueron los dos primeros, que al muerto se le acercaron.

Ahí „sta Revueltas tendido, al frente, como guardianes, de un lado, Julián Carrillo, del otro, Don Carlos Chávez.

Ahí le hicieron la guardia, toditas sus amistades, de todas partes llegaban, llenando aquellos portales.

Pintores, muchos poetas,

448 todos con caras tristonas, iban a ver a Revueltas, tapado por las coronas.

Estando el pobre sin vida, le echaron unas canciones, Sonia Verbitzki le abría, su jaula de ruiseñores.

Los músicos de la orquesta, por puños están llegando, su afecto para Revueltas, así lo van demostrando.

„Orita le están tocando, la marcha más rigurosa, ya primero le tocaron, su Duelo por García Lorca.

Dirigió Guillermo Orta, después siguió Chucho Reyes, la música era una rosa, de aroma y colores tenues.

Sólo la Marcha dragona, que toca Isaac Calderón, en su trompeta sonora, parece llanto de flor.

Está parado en la esquina, mandando al barrio sus toques, la pena se la adivinan, todos aquellos mirones.

La tropa vino a callarlo, que es pieza tan militar, que no se puede tocar, cuando uno pueda desearlo.

“Pues que la hizo mi padre, si casi soy su hermanito, ¿Cómo no voy a tocarle, la marcha yo a mi maestrito?”.

“¿Es que no saben ustedes, que está tendido Revueltas? ¡Si éste también era un jefe,

449 nomás que sin charreteras!”.

La tropa oyó sus razones, y allá, cada media hora, tocaba Isaac, los girones de aquella Marcha dragona.

La calle de La Moneda, de gente estaba apretada, toda se hallaba silencia, ni coches la transitaban. en una negra carroza, su caja está colocada, en otra llora su esposa, juntito con sus cuñadas.

Montones de acompañantes, llenaron muchas carrozas, y otras llevaban remates de flores y de coronas. en el panteón lo bajamos, me acuerdo, fue día domingo, junto al cadáver hablaron, último adiós los amigos.

Pablo Neruda le dijo, cosas que oyó todo el mundo, llanto que fue en los caminos, haciéndose más profundo.

Señores de alto copete, de todas clases había, se hallaba toda la gente, parada en las tumbas frías.

Parece que estaba junta, para escuchar un concierto, Revueltas, desde su tumba, se lo estaría dirigiendo. amigos, ya me despido, Revueltas quedó enterrado, aquí se acaba el corrido, de un músico señalado.

450

Silvestre Revueltas Sánchez

451

452 Durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, en diciembre el año de 1941, después del ataque de los japoneses a Pearl Harbor, los Estados Unidos de Norteamérica declararon la guerra a las potencias del Eje y de inmediato se inició el reclutamiento de civiles estadounidenses y el envío de tropas a los frentes de guerra de Europa y el Océano Pacífico. Esta situación originó la ausencia de la mano de obra nativa en los campos agrícolas y en algunos sectores industriales del vecino país del norte. En 1942, con el objeto de sostener su economía de guerra y ante la merma de mano de obra, el Gobierno de los Estados Unidos, en coordinación con el Gobierno de México puso en funcionamiento un sistema de contrataciones o enganches de braceros mexicanos. Entre los términos del convenio figuraban, como garantías para los trabajadores contratados: la exención del servicio militar, la protección contra actos de discriminación racial, así como la obligación de los patrones de proveerlos de transporte y viáticos, tanto del viaje de ida como del de retorno. Se estipulaba también que a los braceros mexicanos se les proporcionaría alojamiento, servicios sanitarios, atención médica y protección, en caso de enfermedades profesionales y accidentes, así como salarios en cantidades iguales a las de los trabajadores agrícolas estadounidenses. Como era de esperarse, en el momento de su puesta en marcha, las cláusulas de los convenios de las contrataciones de braceros, sólo fueron cumplidas de manera parcial y todavía en los inicios del siglo XXI los ex braceros litigaban por el pago no cubierto, de un seguro descontado de sus haberes. Aún cuando existía el programa de contratación de braceros, los inmigrantes ilegales mexicanos a los Estados Unidos rebasaron siempre la cifra de los inmigrantes legales, sobre todo por las dificultades burocráticas de las contrataciones y los enganches. Para agilizar el programa de braceros, el Gobierno Mexicano abrió centros de contratación como el de la ciudad de Durango, donde, como lo relatan los corridos Tragedia de los braceros y El bracero durangueño, Con la esperanza de ser contratados en los enganches, muchos campesinos sin tierra, y algunos otros que

453 ya contaban con dotación de tenencia de parcelas, como ejidatarios o comuneros, se enlistaron para ser enganchados. Sin embargo, para junio de 1944, la contratación de braceros estaba aparentemente limitada por parte del Gobierno Estadounidense y no pocos jornaleros que habían abandonado sus poblados, se encontraron desamparados en la ciudad de Durango, en la larga espera para ser contratados en algún enganche. A la sazón, el líder popular Máximo Gámiz Fernández se movilizó ante las autoridades mexicanas y estadounidenses, de sus gestiones y diligencias resultó que, al estado de Durango, se le señalara la cuota más alta de braceros para el año de 1944. Una vez terminada la guerra, en las siguientes décadas y hasta los años setentas del siglo XX, los programas de contratación de braceros continuarían, hasta que el Gobierno de los Estados Unidos decidió darlos por terminados. Aunque la inexorable emigración, sin retorno, de durangueños a los Estados Unidos, ya no podría ser detenida.

Corrido de los braceros 173

J. Florentino

Con el permiso señores, con la venia compañeros, voy a cantar la tragedia, de toditos los braceros.

el año cuarenta y cuatro, señores tengan presente, estábamos en Durango, muchísima gente.

Nos daban de comer, a todos en el Hospicio, nos íbamos arrimando, haciendo sacrificio.

La mayor parte de la gente,

173 ARIAS, OLGA y ANTONIO ARREOLA VALENZUELA. Máximo Gámiz Fernández. Un auténtico líder, Durango, Gobierno del Estado de Durango, 1979, pp. 15 a 16.

454 se va a trabajar, y los demás mirando, porque no tenemos qué almorzar. el veinticinco de junio, compañeros ¡qué tristeza! por fin se concedió de los mismos compañeros un mensaje. una mesa directiva, con muchísimos afanes, poniendo su inteligencia, el profesor Gámiz.

El profesor Gámiz, se muestra buen hermano, buscando el bien, para todo mexicano, toditos los braceros, toditos en general.

Quedarán agradecidos, con mi general Corral, todos los braceros, estábamos en un brete, esperando los renganchistas que vinieran el veinticinco.

De varios municipios, estábamos reunidos, toditos con la esperanza, de ir a los Estados Unidos.

Le pedimos al Gobierno, como hombres luchadores, que nos deje ir a Estados Unidos, a todo hombre trabajador.

Ya hicimos el sacrificio y estamos desesperados, que se quedan nuestros hijos, todos desamparados.

Decía un compañero, que es Adolfo Sandoval: “No estén tristes compañeros que todos nos vamos a enganchar”.

455

Decía el Güero Aureliano, con todo su valor: “Esto se lo debemos, al señor gobernador”.

También el general Blas Corral, no puso ningunas trabas, de México dirigió a Durango telegramas.

Gámiz y Velver son buenos compañeros, anduvieron trabajando, a favor de los braceros.

Bonito Durango, no lo puedo negar, lo triste que se hace, que no tengo qué almorzar.

Pensando y pensando, se van las horas, nos daban de comer, cada veinticuatro horas.

Pobrecitos laguneros, ellos no pueden ya, porque tienen sus parcelas y tiene qué cumplir.

Las mujeres que se quedaron, y los hombres que se van, se quedan con la esperanza de que allá les mandarán.

Dispensen camaradas, dispensen compañeros, estos versos son compuestos, por uno de los braceros.

Ya con esta me despido, para no hacer ya fandango, miren lo que pasó en la capital de Durango.

El que compuso estos versos

456 no es poeta ni trovador.

Corrido del bracero durangueño 174

Teófilo Nevárez Ramos

Con cariño verdadero, aquí les voy a dejar, los versos de los braceros, que al calce voy a firmar.

Dos mil braceros reunidos, en la ciudad colonial, hoy estamos convencidos, de este engaño sin igual.

No dirigimos a Pilo y al ver nuestra situación, éste, presto tomó el hilo, pidiendo contratación.

“No se preocupen, muchachos”, nos dijo sin vacilar, “Hoy vienen ya los gabachos, que los van a contratar”.

Pilo dijo que arreglaba que vinieran contratistas, pero éste nunca contaba, con los pillos sinarquistas.

Y por estar esperando, la dicha contestación, estamos atravesando, por terrible situación.

Braceros llenos de angustia, que es muy triste recordar, decían con caras muy mustias: “Hoy no tengo qué almorzar”.

Aunque no haya que almorzar, pedimos de corazón,

174 Ibíd., pp. 17 y 18.

457 diríjanse a Blas Corral, que sabe la situación.

Y Gámiz, el consejero, hombre de rectitud sin igual, nos ayuda a los braceros, al igual que Blas Corral.

La noticia de Blas Corral, causó luto al corazón, ni quién fuera a sospechar esta triste negación.

La noticia voy a dar, aunque la mano me tiemble: “Los irán a contratar, hasta el mes de septiembre”.

“Ya no hay enganches braceros, regresen para sus chozas, qué quieren pues, compañeros, así termina las cosas”.

Las pobres mujeres tristes, le dicen a su marido: “¿Pero mi viejo, qué hiciste? Mejor nunca hubieras ido”.

Aquel hombre avergonzado, contesta a su fiel mujer: “No me culpes, fui engañado, te juro nunca volver”.

Y lamentan su amargura, porque se acabó el maíz, todo por buscar ventura, en extranjero país.

El cónsul americano, como obra humanitaria, dijo que el país hermano, daría ayuda pecuniaria.

Se oyeron los cañonazos, de dinero disparar, y colocó a los braceros, a la orden del capital.

458 muchas gestiones se hicieron, hombres de buenos centavos, que no saldrán braceros, pues necesitan esclavos.

Bien Gámiz, el consejero, camarada comunista, pensó que había obrado, de elementos sinarquistas.

Que gocen abril y mayo, julio a agosto va a pasar, porque ahí viene el mero gallo, que su brillo va a opacar.

¡Que vivan los comunistas! ¡Que muera Acción Nacional! Alcen vuelo, sinarquistas, porque ahí viene Blas Corral.

Abajo los sinarquistas y polkos de Acción Nacional, que el Partido Comunista, en México va a triunfar.

Me despido de Corral y de Gámiz con ternura y Dios les ha de mandar, prosperidad y ventura.

Muy bien por Máximo Gámiz, camarada comunista, que lucha por los ideales, de un México antifascista.

No hay que dudar, compañeros, que Máximo sí se mete, nos defendió a los braceros, a capa, espada y machete.

Demos las gracias hermanos, a Máximo y secretaria y al cónsul americano, por su ayuda pecuniaria.

Partido de la Revolución,

459 también de ti me despido, en otra contratación, me darás por asistido.

Como no pienso volver, me regreso con mi hermano, me despido de Velver y del güerito Aureliano.

Adiós Corral, ya me voy, como soy tu partidario, este recuerdo te doy, lo publicas en El diario.

Me despido, compañeros, ya que juntos fracasamos, son recuerdos del bracero, Teófilo Nevárez Ramos.

Registro de Seguridad Social del bracero durangueño Santos Núñez Sotelo

460

Identificación migratoria del bracero durangueño Santos Núñez Sotelo

461 El 25 de febrero de 1941, los últimos cristeros mestizos y tepehuanes que aún resistían en la Sierra de Durango se rindieron, en la X Zona Militar, ante el general Elpidio Velázquez, Entre 1940 y 1944, el ex jefe cristero Federico Vázquez se transformó en el cacique de la región cristera de Durango, situación que, para el Gobierno, representaba cierta fuerza política que, en cualquier momento, podía ser movilizada formalmente. Cuando se amnistió Vázquez, estaba de gobernador Elpidio Velázquez; éstos quizás eran muy cuates, como luego dicen, porque le dio toda clase de garantías haciéndolo jefe forestal y otros cargos más. Este, cuando se vio con esos cargos, se fue a Santiago, allí empezó a hacer cuanto él quería con los pobres poblanos (tepehuanes y huicholes) imponiéndoles cuotas muy altas, estableciendo uniones, como por ejemplo, Unión de Veteranos y no dejándolos trabajar libremente y multándolos cuando hacían cosas que a él no le caían bien; él era el único que era todo, él era el jefe del cuartel, el que representaba el pueblo y en fin, él era todo; sin acordarse de cuando andábamos sufriendo todos en la sierra, en vez de hacer por los del pueblo, era su primer enemigo. 175 En 1944, misivas, telegramas y recados al Ejecutivo Federal, solicitaban una plaza burocrática para el ex general Federico Vázquez, ya que el nombramiento que se le había otorgado al amnistiarse le había sido retirado. 176 Luego de algunos problemas de tipo administrativo, con el Gobierno del Estado; durante el periodo de Blas Corral…. Fue una comisión a Santiago, a poner mal en contra de Quico Vázquez y el gobernador ordenó que ya no anduviera metiendo en ningún asunto y que si tenía otra queja de él, se procedería en su contra. 177 Era ya el año de 1945 y, considerando las declaraciones del gobernador como una amenaza formal, hombre de pocas palabras, Federico Vázquez se retiró hacia El Varal. En el Gobierno se sospechó de este movimiento y se interpretó como un

175 CAMPOS, FRANCISCO. “Memorias de Santiago Bayacora”, Op. Cit., p. 60 a 61. 176 AGN, Ramo Presidentes, Lázaro Cárdenas, docto. 710.11/207. 177 CAMPOS, FRANCISCO. Op. Cit., p. 63

462 nuevo intento de alzamiento cristero, en tiempos en que México ya participaba en la Segunda Guerra Mundial y Hitler sucumbía en Alemania. Pero el nuevo gobernador decidió apagar de una buena vez aquella única brasa de rescoldo que sobraba. Mandó diez mezquitaleños que se apostaran en los potreros de Federico. A dos fuegos lo tumbaron de su caballo El Quelite. 178 Así, el Diario de Durango, en una de sus ediciones más vendidas, la del 21 de marzo de 1945, noticiaba, en su encabezado de primera plana: Acribillado a balazos pereció el ex temible cristero, Federico Vázquez. La prensa daba razón de que, la muerte de Vázquez, había sido en el campo maderero denominado Los Ejes. El último cristero, emboscado por sus enemigos, no tuvo ninguna oportunidad de defenderse.

Corrido de Federico Vázquez 179

Anónimo

(ilegible) defendieron a su pueblo contra fuerzas federales, les querían cerrar el templo, órdenes presidenciales.

(ilegible) el primer combate que aquellos hombres tuvieron, (ilegible) toda la sierra allí moría mucha gente, otros desaparecieron.

La causa que ellos peleaban en aquella rebelión, no querían que un mal gobierno quitara la religión ellos mismos se impusieron aquella noble misión.

178 ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO. Op. Cit., p. 231. 179 Manuscrito inédito, comunicado por el corridista Abel Martínez, en la plazuela Baca Ortiz, de la ciudad de Durango, recogido por Antonio Avitia en 1991.

463 Así fue como surgieron aquellos hombres cabales, no midieron el peligro lo tuvieron a raudales por eso fue que llegaron a ser grandes generales.

Después de tantas peleas Trinidad siempre cayó, y en el año del cuarenta Federico se amnistió. Así tuvo su final aquella revolución.

El general Federico Vázquez en su campamento 180

180 El general Federico Vázquez en su campamento. ARA, CESU, AH, UNAM, sección Fotográfica.

464

Un oficial cristero, el general Lorenzo Ávalos, el general cristero Federico Vázquez, el gobernador Elpidio G. Velázquez y otro oficial cristero el día de la amnistía en la Décima Zona Militar 181

Los últimos cristeros en el momento de la amnistía, al fondo el muro de la X Zona Militar 182

181 Un oficial cristero, el general Lorenzo Ávalos, el general cristero Federico Vázquez el gobernador Elpidio G. Velázquez y otro oficial cristero el día de la amnistía en la Décima Zona Militar; en: VELÁZQUEZ, ELPIDIO. Mi primer año de gobierno, Durango, Departamento de Publicidad y Turismo del Gobierno del Estado de Durango, 1941, p. 111.

465

182 Los últimos cristeros en el momento de la amnistía, al fondo el muro de la X Zona Militar; en: VELÁZQUEZ, ELPIDIO. Mi primer año de gobierno, Durango, Departamento de Publicidad y Turismo del Gobierno del Estado de Durango, 1941, p. 111.

466 VII. Corridos, canciones cardenches y rockanroleras

A partir del segundo lustro de los años cuarentas del siglo XX, la producción de composiciones de lírica narrativa durangueña, de índole histórica tuvo una evidente merma. Sin embargo corridos como el de La explosión de Guayuleras, en 1955, el del IV Centenario de Durango, en 1963, los dedicados al Movimiento Estudiantil del Cerro de Mercado de 1966, La Creciente del Nazas en 1968 y el de César Guillermo Meraz y el Corrido de Dolores del Río, cubren parcialmente la tradición de contar la Historia en canciones, aunque es abrumante la composición y difusión de corridos de ficción que se ocupan de situaciones y bandidos inventados. La evolución de la difusión del cancionero durangueño pasó de la hoja suelta, al disco de acetato de 78 revoluciones por minuto o rpm, al de 33 rpm, al de 45 rpm, al cartucho magnetofónico, a la cinta magnética, al míasete, al disco compacto, al mp3 y al mp4 y su difusión publica se transmitió por la radio y muy poco en la televisión. Mientras se mantenía la interpretación del acervo conocido de la Revolución, en compensación con la merma de lírica narrativa histórica, El durangueño Francisco Castillo Nájera, con la voz de Concha Michel, presentó en el Palacio de Bellas Artes, El Gavilán, corrido grande. La etnomusicóloga Irene Vázquez Valle inició la investigación de la canción cardenche. Destacados compositores y cantantes como Los Broncos de Reynosa, el Conjunto Primavera y Lorenzo de Monteclaro multiplicaron las composiciones de índole panorámica que describieron las bellezas y añoranzas de las ciudades y poblados de la entidad, muchos de ellos compuestos por Miguel Ángel Gallardo. Por otra parte los rockanroleros Bob Dylan y Jaime López compusieron rolas durangueñas. En especial la de Bob Dylan

467 Romance in Durango, ha sido traducida del ingles al portugués y al italiano, e interpretada por los cantantes Fabricio de André y Mauricio Fagner. En los inicios del siglo XXI, en algunas ciudades estadounidenses, como Chicago, Illinois, en las que radica una gran cantidad de compatriotas migrantes de la Patria chica, diversos grupos musicales, como Montéz de Durango, Los Chenchos y Durango Express, entre muchos otros, han desarrollado una forma de interpretación musical de ritmo rápido, casi siempre a compás de 2/4, de diversas canciones del repertorio norteño y que adapta baladas y canciones famosas del repertorio de la radio y la televisión, al que se le ha llamado pasito durangueño, cuya dotación instrumental básica está integrada por los teclados, las tarolas, el bajo electrónico y la voz. De gran éxito, entre la población migrante y la nacional, existen ahora hasta salones de enseñanza de baile de salón que entre sus ofertas de lista de ritmos a enseñar incluyen el pasito duranguense. Habrá que esperar a la evolución de este ritmo para verificar si es capaz de soportar el paso del tiempo.

468 Al observar el éxito de los corridos populares, algunos poetas académicos se anexaron a la producción de cuartetas de corridos y de estas iniciativas surgió la corriente del corrido culto. Haciendo una diferenciación: el corrido popular es aquél que nace de poetas casi siempre anónimos o poco famosos, que sólo han conocido las primeras letras y cuyos versos tienen todas las características de: ingenuidad, arcaísmos y regionalismos propios del proletariado agrícola y urbano y de los cuadros bajos de las milicias regulares e irregulares, incluyendo además una ausencia casi total de vocablos académicos. Por otra parte, el corrido culto surge de poetas letrados, sobre todo posteriores a la revolución, que desarrollan toda una escuela corridista intelectual cuyo lenguaje, la mayoría de las veces, no tiene mucho que ver con el habla popular. En el corrido culto; la ingenuidad y las formas populares casi siempre se leen un tanto falsas. Entre los corridistas cultos podemos citar a: Francisco Castillo Nájera, con su corrido El Gavilán (Corrido Grande) que Emilio Abreu Gómez comparó con el Martín Fierro del argentino José Hernández; Celedonio Serrano Martínez con El Coyote, que ha sido llevado al teatro; Servando Acuña con Corridos y Colores; Renato Leduc con A casi 70 años de la Revolución; José Muñoz Cota con Corridos a Ricardo Flores Magón. También se han hecho obras de teatro-corrido como: Fui Soldado de levita de Francisco L Urquizo; Los dos hermanos de Felipe Santander; El corrido de Pablo Damián de Héctor Azar y el Corrido de Juan Saavedra de María Luisa Ocampo, así como el Corrido de Demetrio Jáuregui de Concha Michel, junto con La madrugada o corrido de la muerte y atroz asesinato del General Francisco Villa de Juan Tovar. De esta forma, la cultura nacional se ha enriquecido con corridos más elaborados y con un lenguaje más metafórico, que han sido cantados en el Palacio de BeIlas Artes, y su interpretación ha sido realizada incluso por orquesta sinfónica, mientras que, en la clase proletaria, el corrido sigue existiendo no como un lujo cultural, sino como una forma viva de contar las historias de la cotidianidad, con héroes que van cambiando de armas y de medios de transporte y cuyos delitos e ideales también se van transformando, así como las catástrofes van cambiando su material destructivo y su intensidad.

469 Cabe aclarar que los corridos escritos por poetas cultos, casi nunca han tenido la difusión ni la popularidad que han tenido los corridos escritos y cantados por poetas e intérpretes no académicos, cuantimás que los corridos cultos, en su mayoría, son ficticios según Miguel Ángel Gutiérrez: "Estos falsos corridos, estos romances de laboratorio se delatan enseguida, ya por el empleo de ciertas palabras que no usa el pueblo, ya por la inclusión de giros de lenguaje distintos a como el pueblo los aprovecha”.183 El durangueño Francisco Castillo Nájera, quien fuera ministro plenipotenciario de México en China en los anos veinte, del siglo XX, embajador de México en Estados Unidos durante la expropiación petrolera y embajador de México en Bélgica y Francia durante la Segunda Guerra Mundial, además de traductor, escritor, médico, poeta y filólogo entre otras muchas cosas, escribió en París, en 1934: El Gavilán (corrido grande), con trescientos cuarenta cuartetas de versos octosílabos, cuya trama se desarrolla totalmente en el estado de Durango, El Gavilán ha tenido varias ediciones, la primera publicada en París,184 en el año de 1934. Una versión compactada en ciento veintiséis cuartetas de corrido grande de Francisco Castillo Nájera, fue musicalizada por Concha Michel y estrenada en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, el 25 de mayo de 1946, esta última versión es la que aquí se transcribe.

El Gavilán

(Corrido grande) 185

Francisco Castillo Nájera

183 GUTIÉRREZ ÁVILA, MIGUEL ÁNGEL. Corrido y violencia entre los afromestizos de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, Chilpancingo, Guerrero, UAG, 1988, p. 42. 184 CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), París, Ediciones Estrella, 1934. CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), México, Ed. México Nuevo, 1939. 185 CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), versión compactada por Concha Michel, en: MICHEL, CONCHA / QUETZAL RIEDER ESPINOZA. México en sus cantares, Morelia, Michoacán, FONCA / INI / IMC, 1997, pp. 173 a 187. Ver también: CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corridos y canciones del siglo XIX. Glosa al programa de Concha Michel (Palacio de Bellas Artes) 25 de mayo de 1946, Durango, Dgo. Editorial del Supremo Tribunal de Justicia, 1987.

470

Introducción

En Durango existe un cerro, es el Cerro del Mercado, por ser de purito fierro, tiene su significado.

De Durango soy oriundo, y en Durango fue nacido el manís que vuelve al mundo pa‟ correr en mi corrido.

Mocedades

Los episodios y cuentos que este corrido comenta. van hasta mil novecientos desde ochocientos setenta.

Hubo un tal Jesús Cienfuegos, por alias El Gavilán, siempre metido en rejuegos y bravo como alacrán.

Desde que era muy chamaco -la voz del pueblo pregona-, lo vieron como chinaco Patoni, Parra y Corona.

Era I'alma del borlote y el espanto de los cuicos y la espuela y el azote del Cantón de Los Pericos.

Terror de los nocherniegos del Calvario y del Parián. nadie pudo con Cienfuegos, el famoso Gavilán.

Lu agarraron los franceses -sigue el run-run popular-, y en una de tantas veces ya lu iban a fusilar.

471

Revoltura de borrachos en la riña callejera, corrió mole de gabachos sin que nadie falleciera.

Inocente principiante, no se pudo poner vivo, los zuavos le echan el guante y El Gavilán paga el chivo.

Se les ocurre a los jueces que en aquello hay sedición; los heridos son franceses reclutas de Napolíón.

Jesús, por ese delito soportó su cautiverio el tiempo que Don Benito la jiricua del Imperio.

Fines del sesenta y uno ¡Viva el Sufragio Efectivo .. ¡ en el momento oportuno Jesús está fugitivo.

¡A darle, que es mole de olla, Jesús de nuevo se arranca, si hay tigres, los apergolla, y conquista Tierra Blanca!

Apogeo

Galante y dicharachero presumió con las muchachas. cuando fue banderillero de Rafáil Rojas Carcachas.

Pronto dejó el redondel y los humos de Don Juan para cumplir su papel. de purito Gavilán.

No era tampoco remiso en la cuestión de mujeres,

472 nomás que sin compromiso y cambiando de quereres.

Ninguna podía lograr inspirarle una pasión; su pasión fue batallar. con razón y sin razón.

En la chinche lo zambullen -un decir, a cada rato-, los agente li atribuyen: lesiones u asesinato.

Jefe en todas las barriadas, el mejor en la pelea. ¡Jijo de diez mil tostadas el mula que no lo crea!

Carnitas

Imposible parecía sujetar al valentón, pos la ley no permitía pudrirlo en una prisión.

De camitas lo metieron al batallón del Estado, y allí se desatendieron de que estaba invalidado.

Fruto anónimo del vicio, sin moral ni educación, a los doce, fue al Hospicio, después, a la Corrección.

Entre fugas y encerrona, su adolescencia vivía: se lo tragó la chirona al cumplir la mayoría.

Le sienta bien el oficio, tiene ganas de ascender. y se retira del vicio, de jugar y de beber.

473 Si se permite algún trago y unas manitas de albur, ya no es un malora briago ni empedernido tahúr.

Se pasó meses y meses dándole duro al servicio, se pasiaba pocas veces y regresaba en su juicio.

Lo pusieron de patitas a las puertas del cuartel, y salió de los carnitas maldiciendo al Coronel.

De allí lo llevan a Lerdo, y le dice el Oficial: -Lo destierran por acuerdo del Inspector General-.

Destierro

Cienfuegos, en la Laguna, languidece de calor; buscando fresco y fortuna, se pela p'al interior.

Tuvo altas. Probó miserias, montó trenes y caballos, fue palero de las ferias y amarrador en los gallos.

No hace cosa de provecho, por pensar en su cantón, y en la jaula de su pecho no le cabe el corazón,

Como enfermo se consume. sin tener enfermedad, y la carne se le entume, y también la voluntad.

Peleas, música, chupada, muchachonas, naipes, gis, no le sirven para nada,

474 no le quitan lo infeliz

Está desganado y triste. y su carácter de fierro se destempla y no resiste las herrumbres del destierro.

Se marchita, se agorzoma, no puede con el fastidio, y le está haciendo carcoma la tentación del suicidio.

Modelo de machedumbre, ya se lo llevó la trampa no conserva ni el vislumbre de su varonil estampa.

Suele sentir una garra que'l corazón le atormenta, y tanto se lo desgarra que's ya una garra sangrienta.

Vuélvete a tu tierra, grulla, no hay suelo como tu suelo; esta tierra no es la luya y aquí no levantas vuelo,

De no volver a su tierra se morirá de tiricia, y en su cerebro se aferra luchar contra l'injusticía.

Y sin que nada l´importe, y fiel a su inclinación, se dirige rumbo al norte, camino de su región.

Después de muchos trasiegos, se le colma su placer." y aquí está Jesús Cienfuegos, pa'l que no lo quera ver.

Al distinguir su ciudad, nu alcanza respiración, también la felicidad li hace daño al corazón ..

475

Reconquista

Otra vez de ceca en meca, y el camino a comenzar; cuando la dicha se seca hay que hacerla retoñar.

Y ganó a fuerza de puños, y de trucha y de puñal, con guantones y rasguños el respeto general.

No fue la lucha pesada, se debe decir lo cierto, y en toda la temporada no se contó ningún muerto.

Comprende por experiencia, y el instinto se lu anuncia. que en caso de una pendencia no faltará la denuncia.

Ya una vez lo traicionaron. y aunque él recibió l' ofensa, mintieron y le estropearon la legitima defensa.

“Juilones”, grita un fuereño, todos los de este catarro .. y el mochiller durangueño lo quemó a boca de jarro.

Jesús, como antiguamente, goza de reputación, y en el sitio prominente lo repone l'opinión.

No es que por iscle se raje. se chafa por desconfiado, Cienfuegos no es ningún guaje para dar diatiro dado.

Ya tiene el colmillo duro y por algo peina canas; si lo ven en un apuro

476 le quitan hasta las ganas.

De nuevo si halló mal visto, con disgusto lo tragaban, por más que le daban pisto y a las juergas lo invitaban.

Amor

En tan triste situación, de viejo, ya decadente. le reclama el corazón una deuda muy urgente.

Saliendo de la cantina, asquiado de la canalla, topó con una catrina, . y por poco se desmaya.

Desde entonces I'esperó a l‟ora de oscurecer; una vieja l'informó de cuanto quiso saber.

Reputación excelente, de su trabajo vivía, sola, con una pariente, que pasaba por su tía.

Al terminar d'informarle Jesús habló convencido: "Con licencia de Dios Padre. yo he de ser el preferido".

No era gala ni era rota, era luz, La Cigarrera, obrera de La Gaviota, ni enredista ni amiguera.

Y El Gavilán, transformado por un prodigio de amor, en tallercito privado trabaja de tallador.

Con hambre de ser amado,

477 El Gavilán se arrepiente, reniega de su pasado: ya ni malva ni aguardiente.

Se merca un jarano azul que cambia por el güichol, pantalón de cachirul y zapatos de charol.

Dos años y no se nota ni un poquito de esperanza, pero crece la pelota, y rebota y no se cansa.

"Alcanza quien persevera”, ya conoces el refrán; ninguna polla matrera se escapa del Gavilán.

Reborujo

Venadero que porfía. consigue cazar venado, y el amor, cuando confía, es por fin recompensado.

Vinieron las condiciones: para llegar a figura. publicar las relaciones, y en seguida, juez y cura.

Trata sólo con la gente que ni sospecha su historia, y, contento del presente, vive, con Luz, en la gloria.

Es manantial de dulzura, la vida para Jesús, un delirio de ventura y borrachera de Luz ..

La mujer era su Dios, porque su vientre nutría, a la carne de los dos que a los dos pertenecía.

478

Luz, enferma, cayó en cama, Jesús, trémulo de espanto, siguió tan terrible drama que acabó en el camposanto.

Sintió su alma reventar cuando contempló morir al ser próximo a brotar, y al sediento de vivir.

Con tan bárbara derrota, la mente se le nubló; estuvo como un idiota, por eso no se mató.

Si su destino infernal lo empuja por mal camino, vuelve al camino del mal. forzado por su destino.

Medio turbia la conciencia, sin amor, sin rey ni roque; se lanza en una existencia que es un completo disloque.

Ruina

Otra vez la burra al trigo y otra vez a las andadas; casi no queda un amigo de las épocas pasadas.

Se le ve tan agüitado, tan sucio, tan irrisorio, que dondequiera es llamado piltrafiento vejestorio.

No se da cuenta. Jesús… ausente l'alma y absorta: rumia el recuerdo de Luz. lo demás poco l‟importa.

Como sonámbulo vaga. o divaga en la cantina,

479 si alguno paga, se embriaga, y duerme en cualquier esquina.

No falta quien asegura que El Gavilán se murió, y que éste, por chifladura, el sobrenombre tomó,

En contadas ocasiones, El Gavilán se despierta, desembucha maldiciones, con intención de reyerta.

Los paisanos y la tropa, teniéndolo por demente. lo atarantan con la copa y le llevan la corriente.

Es bastante divertido, trompetón y a medios-. discurre con buen sentido. y cuenta historias a miles.

Y El Gavilán se imagina contando su propio cuento que sobre su propia ruina levanta su monumento.

Bebe mucho y habla poco, ya se duda de su ley, todos dicen que está loco por la yerba y el maguey,

Provocación

Una noche, ya muy noche, cansados de haber bebido, y de andar de troche en moche, sin objeto definido.

Para concluir la parranda. se les ocurrió chupar: eran seis los de la banda, y entraron en un solar.

480 Entonces un chamagoso de los de la guardia vieja, se quiso hacer el chistoso, viéndole a Jesús l'oreja.

Se soltó como aguacero, sin que mediara cuestión: "Oguiche, lomo de cuero. pegoste, chivo. gorrón .. "

“Es inútil que presumas, te conozco en el pellejo, gavilancito sin plumas, ya te volviste conejo.

“Aquí ninguno te traga, ni el más coyón te respeta, nos reímos de tu daga. de tu mojosa chaveta”.

Pareció muy singular que Jesús, callado y quieto, soportara, sin chistar, ese discurso completo.

Pero luego, paso a paso, hasta l'otro se acercó; para no perder el caso, la pandilla los rodió ..

Ya están los dos cara a cara y con los fierros desnudos; el borlo que se prepara es de los más pistonudos.

Todos por corazonada, por fatal presentimiento, tienen la boca cerrada y contenido el aliento.

Disputa

Y Cienfuegos, con voz clara, pa‟ las copas que tenía, al contrario le dispara

481 esta suave letanía:

"Tus palabras insolentes necesito contestar; luego me pelas los dientes, y después, a liquidar”..

“Yo no te dije ni pío, no interrumpí tu sermón; ora te aguantas el mío, pa igualar mi educación”.

Cienfuegos, El Gavilán, no deja de ser tu padre, encomiéndate a Satán o al santo que más te cuadre.

Porque se m'hinchan los güesos, me hago el pato y el zorrillo, pa escoger de todos esos al de más valor y brillo.

Si tolero a los bisoños, aunque me sobran tamaños, a ti te quito los moños y te esculco los redaños,.,

Porque son esos valientes retoños de mi valor.. Pos no tuve descendientes de mi sangre y de mi amor.

En los nuevos he mirado los hijos de mis bravuras y nu he de ser el tiznado que devore a mis criaturas.

Hoy mueres, y no de risa, tú pagas por todos juntos, que te digan una misa, y una oración de dijuntos".

El otro alternar pretende, dice, con voz insegura, algo que nadie le entiende. y El Gavilán se sulfura:

482 "¡Viejo jijo del tasajo, descuajo a tu propia madre: si a los pollos me les rajo es que también soy tu padre!".

Se asustan los valedores, y toditos intervienen, a ver si los reñidores en un arreglo convienen.

"¡Que se declare mi puerco, pa'poderlo perdonar, y que no se ponga terco, pos lo voy a jinetear ... ¡"

Dice el contrario: "Me río, poco hace el que se las echa, pa puerco, tú eres el mío; echador, no te alzo mecha.

Soy hombre y no me cuarteo, sé de truchas y de balas; la alas te las apeo, a mí no me achicopalas".

Se colocan frente a frente, como a tres o cuatro varas, dan pasitos, de repente, semblantiándose las caras.

Cienfuegos. así contesta: "Antes de pegar el brinco, si mi voz no te molesta, te diré cuántas son cinco.

Es l'una de la mañana, y no llegas a las dos, en el barrio de Santa Ana le das al mundo tu adiós".

Y El Gavilán, muy violento, se adelanta con un salto; simplemente es un intento, simulación del asalto.

El otro, que es sorprendido por la mañosa cabriola,

483 se frunce, suelta un quejido, y ya no da pie con bola.

"Águila, pues, matasiete, retírate de la rueda, tú te pelas de casquete; yo me pelo como pueda"

Ante los testigos mudos se arremeten los rivales: los jorongos por escudos, y por armas, los puñales.

Desenlace

Y Cienfuegos se avalanza y, como era natural, en los dentros de una panza quedó atorado un puñal.

El otro se tambalea, se dobla muy despacito.. y que la sangre chorrea lo denuncia el gorgorio.

Ni aspavientos ni reproches, El Gavilán se peló, sin decir las buenas noches, pensando que lo mató,

Para salir de la duda se arrimaron los demás, también para darle ayuda, si estaba herido nomás.

Los ojos blancos y abiertos, la boca ya sin respiro, asigún los más expertos, era cadáver. diatiro.

Tuvo escasa consecuencia tan desagradable asunto. la prencipal diligencia fue sepultar al difunto.

484

Después

Vinieron transformaciones, s'iluminó la ciudad. y en calles y callejones llegó la eletrecidad

Ya entrado el siglo presente. dijo un órgano local que el cuerpo de un insolente se hallaba en el hospital.

Que era el cadáver de un hombre perverso, matón y beodo, Jesús Cienfuegos por nombre El Gavilán, por apodo.

Los años se han escurrido, apenas vienen, se van, y aquí se acaba el corrido del famoso Gavilán,

Escrito en París por el doctor Francisco Castillo Nájera. Fechado en marzo de 1934. Musicado por Concha Michel, en abril de 1946.

485

Francisco Castillo Nájera

486 En acuciosas investigaciones, realizadas en los años de1945 y 1946, el folklorista Vicente T. Mendoza, estableció que la conocida canción Paloma de San Juan del Río, también conocida como Paloma ¿de dónde vienes? o San Juan del Río o Bonito San Juan del Río, es durangueña. De acuerdo con el testimonio del propio Mendoza: “El origen del canto (apenas reconocible) es el estado de Durango, en México, donde existe la población de San Juan del Río”. 186 Efectivamente, como es del conocimiento general en el estado, San Juan del Río, es el nombre de una población y un municipio que se localiza en la parte central de la entidad.

Paloma ¿de dónde vienes? 187

Anónimo

Paloma ¿de dónde vienes? Vengo de San Juan del Río, cobíjame con tus alas, que ya me muero de frío.

Si fuera papel, volara, si fuera tinta, escribiera, quisiera ser estampilla, y en ese sobre me fuera.

Por debajo de la arena, corre el agua y no la vemos, ¿por qué nos quisimos tanto? Y ahora nos aborrecemos.

Paloma, ve con violencia, y dile a mi amor que aguarde, que sufra y tenga paciencia, que yo volveré más tarde.

Vengo de San Juan del Río, subiendo y bajando lomas, aquí se acaban cantando, los versos de La Paloma.

186 MENDOZA, VICENTE T. y VIRGINIA R. R. DE MENDOZA. Estudio y clasificación de la música tradicional hispánica de Nuevo México, México, UNAM, 1986, pp. 271 a 272. 187 Chayito Valdez. Versiones originales, disco 3, México, Disco FONOVISA / UNIVISIÓN # 7898, 2008.

487 Bonito San Juan del Río 188

Anónimo

Paloma ¿ de dónde vienes? Vengo de San Juan del Río. Cobíjame con tus alas que ya me muero de frío.

Te abrigaré con mis alas ¡ Pobre pichoncito mío! Mas vámonos luego luego, para mi San Juan del Río.

Palomita, con violencia, dile a mi amor que me aguarde, que sufra y tenga paciencia, que he de volver, aunque tarde.

Si fuera tinta corriera, si fuera papel volara, si fuera estampilla de oro, en ese sobre me fuera,

Los higos y los duraznos, en el árbol se maduran y los ojitos que quieren, desde lejos se saludan.

En Guaymas tengo una rosa, en Hermosillo un clavel, y en la Estación de Rosario tengo todo mi querer.

Cuando naranjas, naranjas, cuando limones. limones; Chatita, cuando te bañas, muy tres piedras que te pones. ¡Bonito San Juan del Río!

¿Por que eres tan engreidor? Será por tanta muchacha

188 Versión literaria que existe en la: Sección de Música, Archivo de Belfas Artes. Procede de Durango. Melodía, comunicada por la Señora María Morones, en: MENDOZA, VICENTE T. El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo, México, UNAM, 1939, pp. 471 a 472.

488 que tienes al rededor.

Cuando pases por el puente, no bebas agua del río, ni dejes amor pendiente como tú dejaste el mío.

Cuando pases por el rió no bebas agua en botella, ni dejes amor pendiente, como tú dejaste el de ella,

489 El sábado 23 de septiembre de 1955, procedentes del poblado Dinamita, dos camiones que cargados con más de 15 toneladas de explosivos, se estacionaron en el pequeño poblado de Guayuleras, municipio de Gómez Palacio, uno de los camiones se ubicó cercano al paso del tren de vapor, movido a base de carbón, conocido como El Pollero, que viajaba desde Chihuahua. Posiblemente las chispas de la caldera del tren llegaron a los explosivos del camión y se provocó una terrible explosión que abrió un cráter donde se encontraba. El segundo vehículo también estalló y se desintegró, el saldo de terror y muerte fue de aproximadamente cincuenta personas fallecidas, aunque nunca se pudo establecer la cantidad exacta de las víctimas fatales y nunca se pudo determinar la causa real de la tragedia. En Gómez Palacio, Torreón y Lerdo, la onda expansiva del fenómeno destruyó cristales de conocidos comercios.

La explosión de Guayuleras 189

Francisco Javier Zúñiga

Máquina mil setecientos, la que venía de Chihuahua, pasaba por La Laguna, con rumbo a la Capital.

La gente se preparaba, para llegar a cenar, y nunca se imaginaba, lo que les iba a pasar.

Entrando a Gómez Palacio, pasaba por Guayuleras, y los rieles retumbaban, traqueteando iban las ruedas.

Dos camiones que ahí estaban, cargados con dinamita, la muerte los esperaba, con su guadaña maldita.

189 Revolución. Revista mensual de política y cultura ·# 50, Torreón Coahuila, Editorial Macondo, abril de 1987, contraportada.

490 La trepidencia o las chispas, de rauda locomotora, hizo iluminar los cielos, como si fuera una aurora.

Todo voló en mil pedazos, las ruedas, cabezas y brazos, y entre fierros retorcidos, quedaron muertos y heridos.

Lerdo, Gómez y Torreón, se estremecieron de espanto, c0n la terrible explosión, que dejó ahí un camposanto.

Año del cincuenta y cinco, la región se conmovió, en septiembre veintitrés, a las nueve de la noche, mucha gente allí murió.

Ya con esta me despido, al pie de las nopaleras, cantando muy compungido, la explosión de Guayuleras.

491 Se considera el día ocho de julio de 1563, como la fecha en que de manera oficial fue fundada la villa de Durango, por el capitán Francisco de Ibarra, gobernador de la Nueva Vizcaya y esa fecha ha dado pie a la máxima celebración en la Perla del Guadiana, en 1963, los festejos fueron mayores, toda vez que se trataba del IV centenario de la fundación de la capital del estado. Para la ocasión, el famoso dueto durangueño conformado por el acordeonista y compositor Paulino Vargas y por el bajosextista Javier Núñez, además de un tololochista interpretaron el corrido del…

IV Centenario de Durango 190

J. Bautista Núñez

Soy mexicano nacido acá en Durango, donde los hombres son puro corazón, son hombrecitos no son rajados aman con honra su glorioso pabellón.

Aquí en mi tierra en llanuras y cañadas, se dan los hombres del ocio y el hablar, tierra bendita, tierra de amores que forman parte de la gran Mesa Central.

Vengan foráneos y turistas extranjeros aquí a mi tierra, hermosa capital, donde hay amigos y son sinceros y con dinero buen ambiente también hay.

Canten gorriones y palomas mensajeras, cuando atraviesan esta linda ciudad, allá en un lado se encuentra un lago que es conocido por la Presa del Tunal.

Ya me despido de Durango querido, ya me despido de mi tierra natal, Parque Guadiana, Cerro Mercado, al centro tiene su preciosa Catedral.

190 Los Broncos de Reynosa, México, Disco LP, ECO # 25380, 1975.

492

Cumplió Durango su IV Centenario, sus lindas fiestas jamás olvidaré, soy mexicano, soy de Durango, por mi bandera donde quiera moriré.

Portada del disco en el que se incluye el corrido del IV Centenario de Durango

493 Desde los inicios del siglo XX, las propiedades y concesiones mineras del Cerro de Mercado, yacimiento de fierro, aledaño a la ciudad de Durango, fueron adquiridas y explotadas por la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, Sociedad Anónima, FUMOSA, ubicada en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Aprovechando el transporte del Ferrocarril Internacional Mexicano, la compañía en cuestión explotó ininterrumpidamente el yacimiento hasta que, en la ciudad de Durango se gestó un movimiento estudiantil promovido, en apariencia, por alumnos del Instituto Tecnológico de Durango, ITD, y de la Universidad Juárez del Estado de Durango, UJED, entre otras instituciones educativas de la Perla del Guadiana. La bandera aparente de los estudiantes movilizados, en 1966, era por la industrialización y la promoción de la explotación de los recursos naturales y minerales del estado en el propio territorio de la entidad. El movimiento se inició de hecho, el 6 de junio de 1966, cuando los contingentes de alumnos ocuparon el Cerro de Mercado, con la finalidad de evitar la extracción y traslado del mineral a FUMOSA. La espectacular acción estudiantil contó con el apoyo de la población civil y el movimiento se generalizó en la ciudad, e impacto a diversos municipios de la entidad, desequilibrando la legitimidad del gobernador del estado Enrique Dupré Ceniceros. La instalación de una planta siderúrgica y la industrialización de Durango eran las principales demandas en los escritos y manifiestos del movimiento. Sin embargo, la viabilidad técnica de la instalación de una siderúrgica en la ciudad de Durango era poco posible, toda vez que para fundir el óxido de hierro, mineral que se extrae del Cerro Mercado, dependiendo de la calidad del mineral, se requieren aproximadamente dos tantos de hulla o carbón mineral por cada tanto de óxido de hierro, esa fue la razón por la cual FUMOSA había decidido instalar la siderúrgica en Monterrey, cerca de la región carbonífera del estado de Coahuila abatiendo los costos de producción.

494 El movimiento estudiantil del Cerro de Mercado cobró fama en la República y se prolongó hasta el 27 de julio provocando la desaparición de poderes en el estado y movilizando diversos intereses de los capitales mineros del país. Para cubrir sus necesidades de materia prima, FUMOSA decidió iniciar la explotación de diversos minerales en otros estados de la República, como el de Peña Colorada, Colima. De esta manera, el movimiento estudiantil tuvo un efecto contrario al de su principal demanda aparente, al provocar el desmantelamiento de múltiples puestos de trabajadores mineros. Manipulado por algunos capitalistas madereros del estado, especialmente por Gilberto Rosas, quienes intentaban presionar al Gobierno Federal de Gustavo Díaz Ordaz para que se levantara la veda forestal, el movimiento continuó sin lograr la industrialización ni la instalación de una siderúrgica en la entidad, que era la demanda aparente de los movilizados estudiantes. En estudios e investigaciones posteriores se ha ido aclarando la participación de las diversas autoridades civiles, militares y religiosas, así como asociaciones empresariales locales, además de los líderes estudiantiles, durante los cuarenta días que se prolongó la ocupación física del Cerro de Mercado en 1966. Mientras los manipulados estudiantes volvían a sus aulas, el Gobierno Federal levantó la veda forestal y se instalaron diversas empresas forestales paraestatales, la sierra durangueña volvió a ser talada, el poder ejecutivo estatal, de manera interina, fue encargado al licenciado Ángel Rodríguez Solórzano. Después del movimiento estudiantil, entrañable para esa generación de citadinos durangueños, la peleada industrialización del estado de Durango, se vio postergada, al tiempo que la emigración de durangueños a los Estados Unidos continuó dejando solas a las rancherías, los pueblos y las villas. La lírica narrativa histórica correspondiente al Movimiento Estudiantil Durangueño de 1966, fue muy abundante y de su conjunto se ha seleccionado el…

Corrido al estudiantado 191

Salvador Castañón

191 GÁMIZ PARRAL, MÁXIMO N., Pueblo mío, s / l, Edición del autor, s / f., pp. 143 a 146.

495

Voy a cantar un corrido, con mi cariño sincero, a mi querido Durango, y a todo México entero.

Señores, el seis de junio, ya cansados de sufrir, quitan el Cerro Mercado, pensando en el porvenir.

Pensando en el porvenir, todito el pueblo se unió, reclamándole al Gobierno, lo que antes le prometió.

“Estamos pidiendo justicia”, les grita Durango entero, señores en este mundo, la justicia es Don Dinero.

Toditos los durangueños, todos se encuentran contentos, en donde quiera que se hallan, apoyan al movimiento.

Porque son bueno patriotas, no lo podemos negar, son puritos durangueños, que no se saben rajar.

Durango está orgulloso, toditos les brindan su apoyo, tener hijos tan gallos siendo todavía unos pollos.

Siendo todavía unos pollos, pero tienen que crecer, pues ya se sienten muy gallos, y se saben defender.

Toditos los gobernantes, a Durango han ofrecido, una grande fundición, pero ninguno ha cumplido.

Con purititas promesas,

496 Durango se ha mantenido, por sus malos gobernantes, Durango siempre ha sufrido.

Pobrecitos durangueños, qué triste la están pasando, todavía existen gachupines, que los están explotando.

Una compañía española, apoyada por la ley, llevaba nuestros metales, a fundir a Monterrey.

En estos últimos años, hoy dura la están pasando, porque nos quieren cambiar, nuestro Cerro de Mercado.

Con unos cuantos obreros, y maquinaria pesada, devoraban nuestro cerro, ni los huesos le tronaban.

Los señores industriales, ya se están entristeciendo, ya no llevarán metal, a ver quién sale perdiendo.

De aquí ya no llevan nada, ya no sopearán la gorda, ni harán tacos en torta, pues al señor presidente, le hicimos la petición, que se acuerde de las leyes.

Pedimos cancelación, de nuestro Cerro Mercado, a esa compañía española, que mucho nos ha explotado.

Que se compran el Cerro o aprovechan la ocasión, el Cerro está mal vendido, son bienes de la Nación y una Patria no se vende.

497 en todo México entero, apenas se puede creer, tenemos tanta riqueza, no tengamos qué comer.

No tengamos qué comer, toditos mis hermanos, pues la gorda que tenemos, nos la quitan de la mano.

Ese señor Carlos Prieto, ese señor Maldonado, los millones que presumen, son del Cerro de Mercado.

El cerro te dio millones, pa‟ que compraras la prensa, defiende tus intereses, lo que te falta es vergüenza.

En mil novecientos veinte, se los estamos contando, se llevaron nuestros metales, nomás estamos mirando.

Señores capitalistas, hay que respetar lo ajeno, ya se enojó el alacrán, ahora lo tienen en el seno.

¡Ah! Qué gusto les va a dar, el alacrán enojado, no los dejó arrimarse, al Cerrito Mercado.

Adiós señor Carlos Prieto, ahora sí me da pena, ya Durango despertó, ya ha roto la cadena.

Adiós Cerro de Mercado, adiós Durango querido, en donde quiera que esté, nunca te echo al olvido.

498

Cartón de prensa sobre el Movimiento Estudiantil de 1966

499 Se desconoce la data y el autor de la y tradicional canción durangueña de El pájaro y el chanate. Cantada a capella tiene ciertas similitudes con lo sonidos musicales de las canciones cardenches. Sin embargo, como se canta de manera individual y no en conjunto, además de que las coplas de la canción se refieren al entorno de la ciudad de Durango y no a la Región Lagunera, algunos investigadores niegan que El pájaro y el chanate sea una canción cardenche. En 1966 se estrenó la exitosa película Los caifanes, dirigida por Juan Ibáñez. En la que, como parte de la banda sonora, se escucha la voz el cantante Óscar Chávez interpretando El pájaro y el chanate, como fondo de una extraña y bien lograda escena que se desarrolla en el interior de una funeraria. La película y el cantante popularizaron la canción, que forma parte del mejor repertorio de la música durangueña.

El pájaro y el chanate 192

Anónimo

El pájaro y el chanate, jugaron una partida, el pájaro y el chanate, jugaron una partida.

El pájaro está en Durango, el chanate en la otra vida, el pájaro está en Durango, el chanate en la otra vida.

Zopilote dile a el aura, que ponga al que le de alerta, Zopilote dile a el aura, que ponga al que le de alerta.

Que arriba del ojo de agua hay una vaquilla muerta, que arriba del ojo de agua hay una vaquilla muerta.

192 Óscar Chávez en Bellas Artes en vivo, Vol. I, México, Disco CD, Polydor / Polygram CDNPM 1482, MCRN 1482, s / f..

500

Cuando vayas a Durango, le dirás a la patrulla, cuando vayas a Durango, le dirás a la patrulla.

Que aquí no hay flores de venta, cada quien corta las suya, que aquí no hay flores de venta, cada quien corta las suyas.

Fotograma de la película Los Caifanes en la que Óscar Chávez interpretó El pájaro y el chanate

501 En el año de 1967, un gran elenco de artistas de fama internacional rodaba en escenarios durangueños la cinta Los cañones de San Sebastián. Como parte del reparto se encontraba el actor y compositor sinaloense José Ángel Espinosa, mejor conocido como Ferrusquilla. En la ocasión, el artista compuso una de sentida canción a la ciudad de Durango. La monja se esconde, que hace referencia a la tradicional leyenda durangueña de La monja de Catedral

La monja se esconde 193

José Ángel Espinosa Ferrusquilla

Es un orgullo viajar por esta región pues tengo presente que aquí en Durango nació el hombre que fue primer Presidente; y algunos años después San Juan vio nacer a Francisco Villa, ese caudillo que fue capaz de llegar también a la silla. Niños que sin descansar pregonan La Voz. y El Sol de Durango, cuando la hermosa ciudad después de soñar esta despertando, mientras en la Catedral se escuchan sonar campanas de bronce y ante el reflejo solar, como una ilusión la monja se esconde. Niños que sin descansar pregonan La Voz. y El Sol de Durango, cuando la hermosa ciudad después de soñar esta despertando,

193 Pedro Rocha y Sida. Su piano y sus popurrís, s / l, Disco CD Trac Record s / n, s / f.

502 mientras en la Catedral se escuchan sonar campanas de bronce y ante el reflejo solar, como una ilusión la monja se esconde.

José Ángel Espinosa Ferrusquilla, compositor de La monja se esconde

503 A partir del 10 de septiembre de 1968, las aguas del ciclón Naomi comenzaron a anegar los territorios de los estados de Jalisco, Sinaloa, sonora, chihuahua, colima, Nayarit, Durango y Coahuila. El torrente que bajó de la Sierra Madre Occidental de Durango, tomó su cauce natural del lecho del Río Nazas, que es controlado por la Presa Lázaro Cárdenas, también conocida como Presa del Palmito. En tres días de lluvia constante, la creciente del Nazas rebasó el embalse de la Presa Lázaro Cárdenas e inundó la Región Lagunera, mientras que el Río Aguanaval, en el este de la entidad, hacía otro tanto. Las incontroladas aguas del Nazas y del Aguanaval, anegaron los poblados laguneros así como la zona urbana de: Torreón, Coahuila y Gómez Palacio y Ciudad Lerdo, Durango, mientras que la población de San Pedro de las Colonias, Coahuila tuvo que ser desalojada. Los esfuerzos de civiles y militares de la zona urbana lagunera se centraron en la protección de los puntos estratégicos de la región, como la Central Termoeléctrica de Gómez Palacio. Para el día 18 de septiembre, la situación comenzó a normalizarse, aunque la prensa nacional, acaparada por el Movimiento estudiantil de 1968 y por la entonces próxima inauguración de los XIX Juegos Olímpicos, restó importancia a la inundación de La Laguna.

La creciente del Nazas 194

Blas Jurado Galindo, de Rodeo Durango.

Por la sierra de Durango, el ciclón Naomi azotó, como el año diecisiete, presente lo tengo yo.

Tres días de lluvia, señores, ya no hallábamos qué hacer, algunas habitaciones, se empezaron a caer.

194 GOLDBLAT CARRANCO, JORGE. Señores, tengan presente. Primer concurso nacional de corrido, México, Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, 1987, p.85.

504

Al vertedor de la presa, le aumentaron un retén, pero el peso de las aguas, no lo pudo sostener.

Último día de lluvia, le avisaron al teniente, que esa anoche no durmiera, que estuviera muy pendiente.

Por el cañón de Labores, iba corriendo el rumor, los campesinos alertas, y algo de preocupación.

El catorce de septiembre, cuál sería su sorpresa al ver la inmensidad de agua, que se fugó del presón.

El pueblito de rodeo, pasó por dura lección,. Primero y antes que Nazas, Lerdo, Gómez y Torreón.

Las tres ciudades hermanas, no querían tiempo perder, con costalitos de arena, el río querían detener.

El Nazas se desbordó, inundando la región, mientras los grandes señores, lo observaban por avión.

Año del sesenta y ocho, se anunciaba la Olimpiada, pero del dicho huracán, la gente no sabía nada.

505

Una imagen de la inundación que provocó la creciente del Nazas en 1968

506 En los años setentas del siglo XX, el abogado César Guillermo Meraz, militante del Partido Revolucionario Institucional, PRI, se destacó como líder y asesor en los múltiples litigios por la dotación y posesión de tierras de diversos ejidos del estado de Durango, sobre todo en los de la Región de Los Llanos y en la Sierra Madre Occidental. El éxito de las gestiones de Meraz, propició que algunos grupos de la burguesía terrateniente durangueña hicieron públicos sus temores, ante la posibilidad de afectación de sus intereses, en el reparto agrario de los latifundios a los campesinos. En este contexto, en condiciones nunca aclaradas, el 25 de marzo de 1975, el licenciado Meraz fue asesinado en un lugar de la carretera de El Salto, Pueblo Nuevo a la ciudad de Durango. El asesinato del líder agrarista provocó una gran cantidad de manifestaciones campesinas de duelo y protesta en la ciudad de Durango, así como un complicado y escandaloso juicio en el que, dado que nunca se llegó al “fondo del asunto”, ganó la impunidad. Sin embargo, en ese momento, la muerte de Meraz, no disminuyó la movilización agrarista regional. Sobre el asesinato de César Guillermo Meraz, los campesinos compositores y cantantes sacaron al público algunos corridos que recuerdan la memoria del abogado.

Corrido de César Guillermo Meraz 195

Anónimo

Año del setenta y cinco, el veinticinco de marzo, a un gran líder campesino, los de la mafia han matado.

César Guillermo Meraz, siempre fue un líder valiente, por defender a los pobres, desafió a los influyentes.

Cerca de El Salto, Durango,

195 Comunicado en la ciudad de Durango por la señora Albertina Barbosa viuda de Meraz, recogido por Hermelinda Hernández Terrazas, en 1986.

507 le ponen una emboscada, sabían que allí pasaría, cerca de la madrugada, y de crimen tan cobarde, la Judicial se encargaba.

Lo mataron a traición, con una bala asesina, porque les venía muy grande, en la Central Campesina.

Fue un líder limpio y capaz, en la sangre lo traía, como su padre vivió. sabía que así moriría.

Campesinos de la sierra, campesinos de Los Llanos, ¡Que viva César Meraz y que mueran los villanos! ¡Sigamos en pie de lucha por el pueblo de Durango!.

Monumento a César Guillermo Meraz en la ciudad de Durango

508 Desde la década de los cincuentas del siglo XX, se han compuesto, interpretado y difundido una gran cantidad de canciones y corridos descriptivos y laudatorios del terruño. Miguel Ángel Gallardo 196 fue uno de los más exitosos compositores de corridos panorámicos y destaca su entrañable Durango, Durango, que se incluye aquí, junto con otras composiciones dedicadas a diversos lugares de la entidad, como el famoso Corrido a Santiago Papasquiaro.

Corrido de Durango, o Durango, Durango 197

Miguel Ángel Gallardo

Yo soy de la tierra de los alacranes, yo soy de Durango, palabra de honor, en donde los hombres, son hombres formales, y son sus mujeres puro corazón.

Nací en Tierra Blanca, cerquita de Analco, aprendí de niño, Recuerdo,. a cantar, Cerro Los Remedios, Cerro de Mercado, sólo estando muerto los podré olvidar.

Durango, Durango, mi tierra querida, callada y tranquila ciudad colonial, yo por defenderte daría hasta mi vida, y por donde vaya te he de recordar.

Aquí en esta tierra sagrada y bendita, nació Pancho Villa, caudillo inmortal, y entre sus Dorados, cantando Adelita, por todas las calles lo vieron pasar.

Paseo Las Moreras y Las Alamedas, donde con mi prieta iba a platicar, no puedo olvidarla, como nunca olvido,

196 Miguel Ángel Gallardo nació en el año de 1901, en la Hacienda de Tapona, actualmente la ciudad de Guadalupe Victoria, Dgo.. Compositor, autor del Corrido de Durango, o Durango Durango, Corrido a Santiago Papasquiaro y otros; participó como artista de cine en varias películas, falleció en 1977. El Corrido de Durango, o Durango, Durango es interpretado por diversos cantantes como El Charro Avitia, Lorenzo de Monteclaro y Los Broncos de Reynosa, entre muchos otros. 197 15 éxitos de Francisco “El Charro” Avitia. Versiones originales, México, Disco LP, RCA / Camden, CAMS-1161, 1984. Cantado por Francisco “El Charro” Avitia, con el Vargas de Tecalitlán.

509 la Guadalupana de tu Tepeyac.

Durango, Durango, mi tierra querida, callada y tranquila, ciudad colonial, yo por defenderte daría hasta mi vida y por donde vaya te he de recordar.

Francisco “El Charro Avitia” uno de los intérpretes de El Corrido de Durango

510 El Corrido de Durango 198

Emilio Barney

Háganse a un lado señores, ábranme campo y lugar, que de Durango, el corrido, aquí les vengo a cantar.

Ese es mi lindo Durango que vive en mi corazón, sus paisajes son divinos sus mujeres lindas son.

El Puente de las Moreras, el agua deja pasar; el viento en Las Alamedas, también se pone a cantar.

Durango estoy orgulloso, de tu estirpe señorial, tienes tu patrón San Jorge, de leyenda sin igual.

Por el lado de la sierra, el sol se quiere ocultar, y el Parque Guadiana entonces, se pone triste a rezar.

Para divino Durango, como Durango no hay dos, para dejarlo bonito, detuvo su paso Dios.

Cuna de genios y artistas, que son tu gloria cabal, hasta diste un Pancho Villa, que no ha tenido otro igual.

Ricardo Castro y Revueltas, Alvarado y el Chaflán, Ramón Novaro y Dolores y otros muchos que ah están,

198 Cantares de la Revolución. Hnos. Zaizar, México, Álbum de 3 discos LP, Peerless, AP-152, 1978, Disco 2, Cantado por Los Hermanos Zaizar.

511

Cuatro siglos te acompañan, policromados de luz, y tienes las bendiciones, de nuestro padre Jesús.

Ya con ésta me despido y aquí les vine a cantar, el Corrido de Durango, que nunca podré olvidar.

Originario de Cuencamé, Lorenzo de Monteclaro es uno de los más famosos intérpretes de canciones durangueñas

512 Corrido a Santiago Papasquiaro 199

Miguel Ángel Gallardo

Santiago Papasquiaro, mi tierra tan querida, rincón en donde hay hembras preciosas de verdad, camino de hombres machos que se juegan la vida pero en cuestión de amores no admiten un rival.

Me gustan sus mujeres, de tez apiñonado, de cuerpo delgadito y de regular facción, por una doy la vida que tengo yo prestada será porque la quiero Con todo el corazón.

Si vieras qué bonito es estar enamorado, si vieras qué bonito si amar con frenesí, Santiago Papasquiaro, mi suelo idolatrado, lindo rincón del alma lugar donde nací.

Recuerdo El Tagarete, su arroyo tan nombrado, el río de Santiago, que tan famoso es, Santiago Papasquiaro, no creas que te he olvidado, ni a tu linda calzada José Ramón Valdez.

Santiago Papasquiaro, en tus noches de luna, si vieras qué dichoso las horas me pasé, ese inmortal recuerdo,

199 Los pescadores del río, s / l, Disco PIR, LP-001, s / f. Cantado por Los Pescadores del Río.

513 que llevo de mi cuna, que mientras tenga vida, jamás te olvidaré.

Hermosos los paisajes de este suelo adorado, el filo de su sierra recorta el cielo azul. Yo de este lindo pueblo, yo estoy enamorado Santiago Papasquiaro no hay nada como tú.

Santiago Papasquiaro, ya quiero despedirme, pero eso sí, te juro, que pronto he de volver Santiago Papasquiaro, yo no quisiera irme, tan sólo porque dejo mi vida y mi querer.

Recuerdo El Tagarete, su arroyo tan nombrado el río de Santiago, que tan famoso es, Santiago Papasquiaro no creas que te he olvidado, ni a tu linda calzada José Ramón Valdez.

514 Voy camino a Tepehuanes 200

Miguel Ángel Gallardo

Voy camino a Tepehuanes, voy saliendo de Durango, ay mi Cerro de Mercado, qué lejos te vas quedando. ya pasamos de Morcillo y en la presa voy volteando.

Se divisa allá a lo lejos una preciosa arboleda. es mi escuela consentida la Guadalupe Aguilera, se ven grupos de estudiantes cruzando la carretera.

Manzanales y perones de mi bello Canatlán, ya pasé Guatímapé y también la soledad, ya vamos llegando a Patos, que hoy se llama Nuevo Ideal.

¡Ay, qué bonita región! Ala que le estoy cantando, cuánta muchacha bonita, florecitas de Durango, hay blancas y morenitas y güeritas, sí señor. de labios coloraditos y muy lindos pa' el amor,

Al pasar por Chinacates, le grité mucho al ganado Nomás al subir la cuesta, vi Santiago Papasquiaro, la tierra del gran Revueltas y del pinole afamado.

Ya pasamos los Herrera, Hervideros y Corrales, en Presidios y Carreras, saludamos muy formales.

200 Ibíd.

515 Bueno, amigos, ya llegamos, al nombrado Tepehuanes,

Muy cerquita hay unos pueblos, que contarles me provocan. Es Purísima uno de ellos; y San José de la Boca, donde encuentran un amigo, en cada puerta que tocas.

516 Corrido de El Salto 201

Miguel Ángel Gallardo

Qué rebonito es El Salto, con sus pinos hasta el cielo, con su preciosa quebrada y con sus aserraderos.

Por las tardes silenciosas, cuando el sol se va a ocultar, vienen los trabajadores, entonando este cantar.

En El Salto y Pueblo Nuevo, yo mi vida pasaré, en el corazón los llevo, nunca los olvidaré.

Por la Colonia Morelos La Victoria y El Recuerdo, por ese Barrio del Muerto, de mi chata yo me acuerdo.

La Colonia Americana la de Juárez y Obregón, a todas las alteñitas, les dedico esta canción.

Por Juan Manuel y El Zapote, El Jorongo y La Ciudad, por Lechería y la Campaña, donde yo me iba a pasear.

En la sombra de los pinos, me sentaba a descansar adiós mi Salto querido, nunca te podré olvidar.

En El Salto y Pueblo Nuevo, yo mi vida pasaré, en el corazón los llevo, nunca los olvidaré.

201 Ibídem.

517 De México hasta Durango 202

Margarito Estrada

De México hasta Durango, en un camión pasajero, se ha ido la joven que amo, dejándome sin consuelo.

Serían las dos de la tarde, cuando nos dimos la mano, con su mirada en mi pecho, un dardo dejó clavado.

Es muy larga la distancia, de México hasta Durango, pero si usted no me lleva, yo llegaré caminando.

Habían pasado seis horas, y yo mirando un retrato, al cielo le preguntaba qué pueblos había pasado.

Otras seis horas pasaron ya casi de madrugada, salí a preguntarle al viento, a ver qué rumbo llevaba.

Es muy larga la distancia, de México hasta Durango, pero si usted no me lleva, yo llegaré caminando,

Quería que el viento llevara, un pedacito de mi alma, pa' darle la bienvenida, cuando a Durango llegara.

Si pueden ver hacia el norte, aquel lucero que brilla, Beatriz es ese lucero, dulce ilusión de mi vida.

202 Dueto América. Sus grandes éxitos, México, Disco LP, HARMONY, H.L. # 8984, 1980. Cantado por Dueto América.

518 Es muy larga la distancia, de México hasta Durango, pero si usted no me lleva, yo llegaré caminando.

519 Entre los años de 1897 a 2004, se filmaron un total de doscientos setenta y ocho (278) cintas cinematográficas en el estado de Durango. De éstas, treinta (30) son de la época del cine silente, producidas entre 1897 y 1936. Noventa y ocho (98) son de formato de ocho, súper ocho y dieciséis milímetros, independientes, así como filmes documentales científicos, antropológicos y culturales, entre otros. Con respecto al cine industrial, ciento cincuenta (150) han sido los filmes rodados en territorio durangueño entre los años de 1954 a 2004. La década de los setenta del siglo XX, fue el periodo con mayor cantidad de película industriales, nacionales y extranjeras, rodadas en el territorio estatal. En total se filmaron cincuenta películas de las cuales veinticinco fueron mexicanas, diecinueve estadounidenses, una inglesa y cinco coproducciones. La calidad de los actores, directores, camarógrafos, músicos y técnicos que participaron en las películas filmadas en Durango, propició que el Gobierno Estatal promoviera a la entidad como Movieland o La tierra del cine. Entre 1972 y 1973 se rodó en Durango Billy the Kid, (Pat Garret and Billy the Kid). En la película se muestra la difícil amistad entre el famoso gatillero Billy the Kid (Billy el Niño) y el ex forajido Pat Garret, quien, en 1881, ha sido contratado por los ganaderos de Nuevo México para acabar con los cuatreros del estado, mientras que Billy the Kid, en el ambiente mexicanoestadounidense, se empecina en seguir llevando la vida de bandolero, única que conoce, y que no se amolda al inevitable cambio de los tiempos. Finalmente, cumpliendo con su indeseable pero cómoda, labor de policía, Pat Garret tiene que dar fin a la vida de Billy y, a su vez, el mismo Pat, años después, es abatido por quienes le han contratado. La música y canciones de la película fueron compuestas por el famoso rockanrolero Bob Dylan, quien además viajó a Durango para hacer el papel de Alias. Sobresale en el soundtrack la canción Knockin’ on Heaven’s Door, (Tocando a las Puertas del Cielo). Durante su estancia en la Perla del Guadiana, Bob Dylan compuso su mundialmente conocida canción Romance in Durango, grabada en el año de 1975.

520 Romance in Durango tiene su versión al italiano, adaptada por Fabrizio de André que se llama Avventura a Durango y su versión en portugués, cubierta por Raimundo Fagner, titulada Romance no Deserto.

Romance in Durango 203

Bob Dylan

Hot chili peppers in the blistering sun Dust on my face and my cape, Me and Magdalena on the run I think this time we shall escape.

Sold my guitar to the baker's son For a few crumbs and a place to hide, But I can get another one And I'll play for Magdalena as we ride.

No llores, mi querida Dios nos vigila Soon the horse will take us to Durango. Agarrame, mi vida Soon the desert will be gone Soon you will be dancing the fandango.

Past the Aztec ruins and the ghosts of our people Hoofbeats like castanets on stone. At night I dream of bells in the village steeple Then I see the bloody face of Ramon.

Was it me that shot him down in the cantina Was it my hand that held the gun? Come, let us fly, my Magdalena The dogs are barking and what's done is done.

No llores, mi querida Dios nos vigila Soon the horse will take us to Durango. Agarrame, mi vida Soon the desert will be gone Soon you will be dancing the fandango.

203 Bob Dylan-Desire, Disco CD Columbia CK 33893, DIDP 020243, New York, 1975.

521

At the corrida we'll sit in the shade And watch the young torero stand alone. We'll drink tequila where our grandfathers stayed When they rode with Villa into Torreon.

Then the padre will recite the prayers of old In the little church this side of town. I will wear new boots and an earring of gold You'll shine with diamonds in your wedding gown.

The way is long but the end is near Already the fiesta has begun. The face of God will appear With His serpent eyes of obsidian.

No llores, mi querida Dios nos vigila Soon the horse will take us to Durango. Agarrame, mi vida Soon the desert will be gone Soon you will be dancing the fandango.

Was that the thunder that I heard? My head is vibrating, I feel a sharp pain Come sit by me, don't say a word Oh, can it be that I am slain?

Quick, Magdalena, take my gun Look up in the hills, that flash of light. Aim well my little one We may not make it through the night.

No llores, mi querida Dios nos vigila Soon the horse will take us to Durango. Agarrame, mi vida Soon the desert will be gone Soon you will be dancing the fandango.

522

Romance en Durango

Bob Dylan Traducción libre de Antonio Avitia

Desde Guatimapé nos vienen persiguiendo, ya estamos hambrientos y cansados, yo y Magdalena nos andamos fugando, y yo creo que esta vez sí nos pelamos.

Ay… tuve que cambiar mi guitarrita, por unos tacos y un cuarto de posada, pero ahí después me compro otra, pa‟ cantarle a Magdalena mis canciones.

No llores, mí querida, Dios nos vigila, pronto llegaremos a Durango, agárrame, mi vida, el desierto acabará, y al rato bailaremos en el fandango.

En pesadillas me aparecen los espantos, alucinantes como el peyote, después me aturden las campanas de la iglesia, y veo la cara ensangrentada de Ramón.

Fui yo el que le disparó en la cantina, y con mi dedo le jalé al gatillo, ándale, vámonos, mi Magdalena, lo que pasó, pasó… y ya ni modo.

No llores, mí querida, Dios nos vigila, pronto llegaremos a Durango, agárrame, mi vida, el desierto acabará, y al rato bailaremos en el fandango.

Ya sueño el día en que vayamos a los toros, oreja y rabo le darán al matador, vas a ver a mi abuelo, tomando sus sotoles, platicando otra vez de cuando Villa entró a Torreón.

523

Y en la ermita del pueblo, la que está en el cerro, el padre nos dará la bendición, yo voy con mi arracada y con mis botas nuevas, tú, vestida de blanco, pa‟ que les dé envidia.

La distancia es larga, pero ya mero llegamos, todo está listo y la fiesta comienza, el Espíritu Santo nos protege, con sus ojos de serpiente de obsidiana.

No llores, mí querida, Dios nos vigila, pronto llegaremos a Durango, agárrame, mi vida, el desierto acabará, y al rato bailaremos en el fandango.

¿¡Qué es ese trueno, que rezumba!? ¡La cabeza me duele y me da muchas vueltas! ¡Ven, siéntate, no digas nada! ¡Ay… no puede ser… ya me pegaron!

¡Hey, Magdalena, toma la fusca! tira allá hacia el cerro, donde relumbra, y apunta bien, mi chaparrita, yo creo que yo ya no la voy a hacer…

No llores, mí querida, Dios nos vigila, pronto llegaremos a Durango, agárrame, mi vida, el desierto acabará, y al rato bailaremos en el fandango.

524 Avventura a Durango 204 Bob Dylan Traducción al italiano Fabrizio De André

Peperoncini rossi nel sole cocente polvere sul viso e sul cappello io e Maddalena all'occidente abbiamo aperto i nostri occhi oltre il cancello

Ho dato la chitarra al figlio del fornaio per una pizza ed un fucile la ricomprerò lungo il sentiero e suonerò per Maddalena all'imbrunire.

Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà e presto arriveremo a Durango stringimi Maddalena 'sto deserto finirà tu potrai ballare o fandango Dopo i templi aztechi e le rovine le prime stelle sul Rio Grande di notte sogno il campanile e il collo di Ramon pieno di sangue Sono stato proprio io all'osteria a premere le dita sul grilletto vieni mia Maddalena voliamo via il cane abbaia quel che è fatto è fatto

Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà e presto arriveremo a Durango stringimi Maddalena 'sto deserto finirà tu potrai ballare o fandango Alla corrida con tequila ghiacciata vedremo il toreador toccare il cielo all'ombra della tribuna antica dove villa applaudiva il rodeo Il frate pregherà per il perdono ci accoglierà nella missione avrò stivali nuovi un orecchino d'oro e sotto il livello tu farai la comunione

204 Fabrizio de André in concerto. Arrangiamenti PFM Registrato dal vivo a Firenze e Bologna 13- 14-15-16/1/1979, Vol. 2, Italia, Disco CD Ricordi CDOR 8431, 1980.

525 La strada è lunga ma ne vedo la fine arriveremo per il ballo e Dio ci apparirà sulle colline coi suoi occhi smeraldi di ramarro

Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà e presto arriveremo a Durango stringimi Maddalena 'sto deserto finirà tu potrai ballare o fandango Che cosa è il colpo che ho sentito ho nella schiena un dolore caldo siediti qui trattieni il fiato forse non sono stato troppo scaltro Svelta Maddalena prendi il mio fucile guarda dove è partito il lampo miralo bene cercare di colpire potremmo non vedere più Durango

Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà e presto arriveremo a Durango stringimi Maddalena 'sto deserto finirà tu potrai ballare o fandango

526 Romance no deserto 205

Bob Dylan Traducción al portugués Raimundo Fagner

Eu tenho a boca que arde como o sol o rosto e a cabeça quente com Madalena vou-me embora agora ninguém vai pegar a gente.

Dei minha viola um pedaço de pão um esconderijo e uma aguardente mas um dia eu arranjo outra viola e na viagem vou cantar pra Madalena.

Não chore não querida esse deserto finda tudo aconteceu e eu nem me lembro me abraça minha vida me leva em teu cavalo e logo no paraíso chegaremos.

Vejo cidades fantasmas e ruínas á noite escuto o seu lamento são pesadelos e aves de rapina no sol vermelho do meu pensamento.

Será que eu dei um tiro no cara da cantina será que eu mesmo acertei seu peito vem vamos voando minha Madalena o que passou passou não tem mais jeito

Naquela sombra vou armar a minha rede e olhar os solitários viajantes beber cantar e matar a minha sede lá longe onde tudo é verdejante.

Não chore não querida esse deserto finda tudo aconteceu e eu nem me lembro me abraça minha vida me leva em teu cavalo e logo no paraíso chegaremos.

O padre vai rezar uma prece tão antiga domingo na capela da fazenda

205 Focus. O esencial de Fagner, Sao Paulo, Brasil, Disco CD, BMG / RCA Víctor. # 7432170406-2, cantado por Mauricio Fagner, 1999.

527 brinco de ouro e botas coloridas nós dois aprisionados nessa lenda. Ouço um trovão e penso que é um tiro a noite escura me condena não sei se vivo morro ou deliro depressa pega a arma Madalena

Tem uma luz por trás daquela serra mira mas não erra minha pequena a noite é longa e é tanta terra poderemos estar mortos noutra cena.

Não chore não querida esse deserto finda tudo aconteceu e eu nem me lembro me abraça minha vida me leva em teu cavalo e logo no paraíso chegaremos.

Portada del soundtrack de la película Pat Garret & Billy the Kid, 1972

528

Bob Dylan en Durango, caracterizado para el papel de Alias, en la filmación de la película Pat Garret and Billy the Kid

529 En el año de 1977, la etnomusicóloga Irene Vázquez Valle viajó a la Región Lagunera de los estados de Coahuila y Durango, donde se entrevistó con el líder campesino Arturo Orona y este le confirmó de la existencia de una forma de canto tradicional a capella llamada Canción cardenche, el mismo Orona ordenó a uno de sus hijos que llevara a la investigadora con los campesinos cantantes de canciones cardenche de Sapioriz, municipio de Lerdo, Durango. Vázquez Valle iba bien preparada, con un buen equipo de grabación in situ, y logró compilar los sonidos de varios ejemplos de canciones cardenche con los que integró el disco Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, que publicó el Instituto Nacional de Antropología e Historia en el año de 1978. La edición del acetato dio como lugar a una buena cantidad de grabaciones e investigaciones posteriores referentes a esta original forma de expresión musical tradicional.206 En el año de 2009 los cantantes de canción cardenche de Sapioriz fueron galardonados con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en la categoría de Artes y Tradiciones Populares. Eduardo Elizalde F, Fidel Elizalde, Genaro Chavarría, Antonio Valles y Juan Sánchez, son los nombres de algunos cardencheros de Sapioriz. Heriberto Aguilera, Refugio Agüero Pérez y Francisco Beltrán son algunos cardencheros de La Flor de Jimulco. Según la razón de Vicente T. Mendoza: "En la región que corresponde a la cuenca del Río Nazas, el corrido ha adquirido una manera muy especial de manifestarse: se ha hecho, por decirlo así, más expresivo, más hondo; las inflexiones melódicas que emplea usan mucho del potamento y del arabesco en forma de grupetto, tanto en sentido ascendente como descendente, lo que hace pensar en un origen

206 Entre las grabaciones e investigaciones se pueden mencionar las siguientes: La canción cardenche, México, Casete CP 206, Discos Pentagrama / Cenzontle / INAH / INI / CONACULTA / DGCP, Colección de Música Popular # 6, 1992.RAMÍREZ GARCÍA, PASCUAL (Comp.) Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, Gómez Palacio, Durango, Casete CASS 001, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna / SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1994. La canción cardenche, s / l, Casete GEFEB Vol. 2, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna / SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1995. La canción cardenche, México, CONACULTA / DGCP / Unidad Regional Laguna / R. Ayuntamiento de Torreón 91-93, 1991. ROMERO GARCÍA, NADIA CRISTINA. Cenzontles del Nazas. La canción cardenche en el Ejido de Sapioriz, Durango: un depósito de memoria colectiva, (1940-1960), México, Tesis Maestría (Maestría en Antropología) por la Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, 2009.

530 andaluz, Pero esto mismo hace inconfundibles las melodías de la región” 207 Aún cuando las afirmaciones de Vicente T. Mendoza nos encaminan a pensar en un origen andaluz de las canciones cardenche, en el sonido de las melodías de la cuenca del Nazas se ha encontrado un parecido extraordinario entre los cantos de alabados, canciones funerarias y cantos de pastorelas y pasiones, de los estados de Durango y Coahuila, con las canciones y corridos cardenches, llamados así por la similitud de sonido que el silbido agudo, largo, triste, lastimero y melancólico, que el viento del desierto produce al pasar por entre el tallo agujereado del cardenche, ese arbusto desértico de hojas espinosas, flores púrpuras y tallo agujereado, que se usa para cardar lana. Tanto los corridos y canciones cardenches, como los cantos rituales del noreste del estado de Durango y el suroeste de Coahuila, están escritos en versos octosílabos, al estilo español, pero guardan, en su sonido agudo y lamentoso, la memoria de relación con el canto ritual tepehuán, la etnia guerrera que habitó parte de la región lagunera hasta el siglo XVII, aunque la cuenca del Nazas fue habitada por los irritilas hasta el siglo XVIII y después tuvo inmigraciones españolas y tlaxcaltecas. En la Región Lagunera: "géneros como el corrido, la llamada canción mexicana y los cantos de pastorelas perdieron su propio estilo para tomar el de la región, el de la cardenche”208 De acuerdo con Irene Vázquez Valle: “La canción cardenche es un género polifónico que se canta siempre a 3 o 4 voces distintas y a cape/la. Se dice que en épocas pasadas llego a cantarse a 5 voces. Los grupos de cardencheros distribuyen las voces de acuerdo a su tesitura. Cada una de las voces posee un nombre popular; así, quienes cantan la voz más grave -llamada en la región el fundamental-, se conocen como los que hacen la marrana o el arrastre. Otra voz, la más aguda del conjunto, es conocida con el nombre de la contralta, a veces llamada también arrequinte o requinto. Se dice que el requinto se usa sobre todo

207 MENDOZA, VICENTE T.. El romance español y el corrido mexicano (Estudio comparativo), México, UNAM, 1936, pp. 152. 208 VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978. texto adicional, s/p.

531 en los cantos de Pastorelas, y en éste caso representa la cuarta voz, todavía más aguda que la contralta. Se añade que cuando no existe la cuarta voz, la tercera, es decir la contralta, toma su lugar. Otra voz es la segunda, la voz intermedia que frecuentemente lleva la melodía. La forma de jugar con las 3 voces difiere de una interpretación a otra, aunque al decir de los cardencheros los cambios mayores se dan en la marrana que, según la canción, entra antes o después de las otras voces. También se dice que hay canciones que "necesitan" comenzar con la contralta, o bien con la segunda voz, en tanto que hay otras en que "se debe" de alternar la contralta y la segunda voz. También se dice que antiguamente la contralta era la voz que nevaba la melodía y cantaba los "versos" de la canción, en tanto que las otras voces sólo emitían sonidos que servían de acompañamiento armónico. Se dice así mismo que esto sucedía cuando se lograban reunir conjuntos muy grandes de cardencheros.” 209 Por su parte Vicente Mendoza Martínez explica: “La canción cardenche se caracteriza por: 1. Cantarse a capella es decir, sin acompañamiento instrumental en los géneros de corrido, canción amorosa y en los pasajes de pastorelas. 2. Interpretarse a tres voces diferentes. 3. Las prolongadas pausas que se intercalan a través del discurso musical, no necesariamente al final de verso o estrofa., sino a criterio o capricho de los intérpretes -que en ocasiones aprovecha la primera voz para recordar a sus compañeros la parte que sigue a manera de apuntador- Con esto, se logra un estado de expectación constante entre el auditorio, pues resulta impredecible la frase que sigue o el término de la canción. Esta característica y el ritmo personal que imprimen a sus interpretaciones, hacen prácticamente imposible intentar acompañarlas con algún instrumento y sumamente difícil su transcripción musical. 4. El dramatismo interpretativo que se logra mediante la potencia de la voz, la utilización de constantes e inesperados silencios y en el empleo de potamentos y calderones, es decir, arrastrar ciertas vocales en determinados momentos y

209 Ibíd.

532 sostener los sonidos en otros, en contraste con palabras cortadas o apenas musitadas en determinados pasajes. 5. El inicio de una frase rara vez se realiza simultáneamente, lo común es que sea la primera quien las preceda, aunque excepcionalmente lo hace la contralta o el arrastre. seguida o alcanzada inmediatamente por las otras. Como esto se repite a lo largo de la canción, se logra un leve efecto polifónico, característico del estilo que nos ocupa. 6. La entrega personal de cada uno de los intérpretes que, al decir de ellos mismos, para cantar la canción cardenche hay que "sentirla". sólo de esta manera recibirá plenamente el mensaje quien la escuche (…)”.210 A continuación se transcriben algunas de las más conocidas letras de canciones cardenche.

Ándele y ora si 211

Anónimo

Ándele y ora si ya se le hizo lo que quería, su padre y su madre se fueron para el Real de Mapimí, si, si…

Ándele vamos platicando y ora que hubo este lugar, contésteme y dígame algo y ora que la saque a bailar, si, si...

Si usted me quisiera a mi corno yo lo quiero a usted, recuerde que yo la amé con frenesí, si, si…

Platíqueme joven adorada

210 MENDOZA MARTÍNEZ, VICENTE. “Introducción”, en La canción cardenche, México, CONACULTA / DGCP / Unidad Regional Laguna / R. Ayuntamiento de Torreón 91-93, 1991, pp. 14 a 15. 211 Los Folkloristas, Vol. III, México, Discos Pueblo, DP, 1043. Cantada por los Folkloristas, 1980.

533 pero dígame que sí, su padre es jefe de Acordada del Real de Mapimí, si, si...

Si usted me quisiera a mí como yo la quiero a usted, recuerde que yo la amé con frenesí, si, si…

Desde mañana y en adelante s‟taremos solos, platicaremos sí, señorita, platicaremos, antes que vayan a estar escuchando por ahí ..

Yo ya me voy a navegar a los desiertos 212

Anónimo

Yo ya me voy… a navegar a los desiertos, me voy al ejido y esa estrella ..

Y ay, tan sólo al pensar que ando lejos de mi tierra. nomás que me acuerdo. me dan ganas de llorar.

Pero a mí no me divierten los cigarros de la dalia. pero a mí no me consuelan esas copas de agua ardiente.

Y ay, tan sólo al pensar que dejé un amor pendiente, nomás que me acuerdo me dan ganas de llorar...

Pero a mi no me divierten, los cigarros de la dalia,

212 Ibíd.. Otra versión en: VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978, Cantada por Eduardo Elizalde, Pablo García Antúnez y Juan Sánchez Ponce.

534 pero a mi no me consuelan esas copas de agua ardiente.

Y ay, tan sólo al pensar… que dejé un amor pendiente, nomás que me acuerdo, me dan ganas de llorar.

Por esta calle donde voy pasando 213

Anónimo

Por esta calle ...

Por esta calle donde voy pasando con mi botella y mi quebranto.

Si no me quieres porque soy templado, anda con Dios, mujer, qué hemos de hacer

Ella me dice que no tome vino, que si la quiero que le haga ese favor. Yo le respondo con caricias tiernas: “Voy a olvidar estos vicios por tu amor”.

Y ella me dice que no tome vino, que si la quiero que le haga ese favor. Yo le respondo con caricias tiernas: “Voy a olvidar esos vicios por tu amor”.

No se por qué… 214

213 VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978, Cantada por Eduardo Elizalde, Pablo García Antúnez y Juan Sánchez Ponce.

535 Anónimo

No se por qué…

No se por qué. ya esa mujer la adoro, no sé por que… yo la adoro con delirio.

De que la miro, se calma mi martirio, se calma el fuego y también el frenesí.

Todos los días yo gano un peso diario, y una peseta se la llevo a mi querida.

¡Ay! la mujer de todas la preferida ¡Ay! la querida que desaires pasará.

¡Ay! la mujer se asoma y dice ¡ahí va! ¡Ay! que trabajo es amar sin libertad.

¿Quién les ha dicho que el hombre casado es libre? tiene su mujer aparte de una querida.

Por las mujeres se componen las canciones ellas son causas de que el mundo no ande en paz.

Al pie de un árbol 215

214 Ibíd.

536 Anónimo

Y al pie de un árbol. .

Y al pie de un árbol mi alma se encuentra triste, y aluminada con la luz de la mañana.

Salió y me dijo que era esperanza vana, donde a la vez mejor me duermo yo ....

La vide venir más no creía que era ella, yo me acerqué hacia el pie de su ventana.

Salió y me dijo que era esperanza vana, donde a la vez mejor me duermo yo

Quisiera ser una garza morena, para estarte mirando en una redoma de oro.

Pero trigueñita… nomás que me acuerdo, lloro, ¿quién tiene la culpa? Usté que me abandonó.

Ojitos negros ¿a dónde están? 216

Anónimo

215 Ibíd. 216 Ibíd.

537 Ojitos negros ¿.a dónde están…? ¿a dónde están que no los miro? Me acuerdo de ellos, pego un suspiro. ¡Ay! ojitos negros, sabrá Dios ende andarán…

Esos ojitos son muy bonitos, esos ojitos son muy hermosos. esos ojitos son muy precioso, ¡Ay! ojitos negros sabrá Dios onde andarán..

Todos me dicen que por ahí andan, que por ahí andan. yo no los miro. Me acuerdo de ellos. pego un suspiro. ¡Ay! ojitos negros sabrá Dios ande andarán.

Todos me dicen que por ahí andan, que por ahí andan, por la estación… y yo los vide. dije: “ellos son… iAy! ojitos negros, dueños de mi corazón”.

Y alza esa vista, no te avergüences… 217

Anónimo

Y alza esa vista. no te avergüences.

Y alza esa vista, no te avergüences. de los recuerdos de lo pasado. Tu gusto fue ... has terminado. para que entrara otro hombre mejor que yo.

Preso me llevaron para Escobedo, voy sentenciado a las fronteras, mejor quisiera ... que te murieras .. Para no verte en brazos de otro infeliz.

Yo ya me voy, trigueña hermosa, ¿qué no recuerdas? Nomás yo era. Preso me llevaron .. pa' las fronteras ..

217 Ibídem

538 la causa ha sido quererte con grande amor.

Al píe de un verde maguey 218

Anónimo

Al pie de un verde maguey yo me quedé; mi amor se quedó dormido, que ingrato fue.

Al canto de los borrachos yo disperté, qué crudo vengo, quiero curarme, no hallo con qué.

Pero ¡ay, Dios mío! quítame esta cruda, me va a matar. La Virgen de Guadalupe me ha de ayudar.

Qué crudo vengo, la cantinera no quiere fiar.

Pero ¡ay, Dios mío! quítame esta cruda, me va a matar. la Virgen de Guadalupe me ha de ayudar.

218 Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, Gómez Palacio, Durango, Casete CASS 001, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna / SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1994, cantada por Antonio Valles, Juan Sánchez Ponce y Genaro Chavarría Ponce.

539 Después de una tocada en una peña de la ciudad de Durango, el rocanrolero mexicano Jaime López también le compuso su canción a La tierra de los alacranes. El título de su pieza fue Nadie va a Durango y se puso a la venta en 1989, integrada al disco compacto Desenchufado.

Nadie va a Durango 219

Jaime López

La diligencia, mi amor, ya no circula, ni el Doroteo aquel, un tal Arango, ni aventureros ni vagos valedores, será por eso que nadie va a Durango.

Aquí la mano de Dios está re lejos, será por ser tan ateos, dice un bato, se fue John Wayne y ya el pueblo es un fantasma, será por eso que nadie va a Durango.

Hoy todo el mundo camina muy correcto, las botas limpias, sin polvo, ya sin fango, no hay jirafas ni alucinaciones, por eso estamos tan solos en Durango.

Ya el horizonte no es un potro bronco, pepitas de oro no hay tan a la mano, no existe más esa fiebre gambusina, será por eso que nadie va a Durango.

Por el desierto no crece ya el delirio, la tarde pone su cara de venado, y la esperanza se extingue como lobo, será por eso que nadie va a Durango.

Hoy todo el mundo camina muy correcto, las botas limpias sin polvo, ya sin fango, no hay jirafas ni alucinaciones, por eso estamos tan solos en Durango.

540

Portada del disco Desenchufado, de Jaime López

219 LÓPEZ, JAIME. Desenchufado, México, CD, Spartakus, 1998.

541 A pesar de las ventajas ecológicas, energéticas y económicas del ferrocarril sobre otros medios de transporte terrestre, la dirección geopolítica económica del Estado Mexicano, en la última década del siglo XX, ha determinado que la autopista y el automóvil de combustión interna sustituyan a las cintas de acero y a las locomotoras en el transporte de pasaje y carga y, merced a las decisiones gubernamentales de corte neoliberal, que limitan la intervención del Estado en los ámbitos jurídico y económico, las vías férreas mexicanas han sido liquidadas o puestas a la venta, por lo que paulatinamente se han privatizado y el único resultado visible de las operaciones, en el territorio estatal, ha sido la suspensión casi total de los servicios de las poco contaminantes locomotoras.

En el inicio del siglo XXI, los fletes durangueños ya no serán cargados por las hileras de vagones y la visión de un desarrollo ferroviario moderno, con un mínimo gasto de energía, será otra de las cosas por las que las nuevas generaciones tendrán que pugnar.

En su nostálgico canto, José Ignacio Cárdenas Alvarado, nos remite a los viajes en ferrocarril que los braceros durangueños hacían, hasta principios de los años noventas del siglo XX. Viajes que en el presente ya no son posibles por el desmantelamiento y privatización del sistema ferroviario nacional de pasajeros, al tiempo que en su lírica nos da los muy conocidos motivos económicos por los que los paisanos se aventuraban y se siguen aventurando a viajar hacia los Estados Unidos.

Ya viene el tren de Durango 220

José Ignacio Cárdenas Alvarado

Ya viene el tren de Durango, me tengo que despedir, en la Estación de La Goma, buscando mi porvenir.

220 Músicos del Camino Real de Tierra Adentro, México, CD INAH # 49, INAH / CONACULTA, 2007, cantado por José Ignacio Cárdenas Alvarado.

542

De torreón a Ciudad Juárez, voy a tomar otro tren, después cruzar la frontera, no sé cuándo volveré.

Sé hacer los cortes de alfalfa, y se pizcar algodón, sé cultivar el tomate, la sandía y el melón.

Sé hacer los cortes de alfalfa, y se pizcar algodón, sé cultivar el tomate, la sandía y el melón.

Pero de pobre no salgo, el dinero nunca alcanza, me voy para el otro lado, a forrarme de lana.

Ya verás viejita chula, los dólares que traeré, ya nunca tú ni mis hijos, volverán a padecer.

Sé hacer los cortes de alfalfa, y se pizcar algodón, sé cultivar el tomate, la sandía y el melón.

Sé hacer los cortes de alfalfa, y se pizcar algodón, sé cultivar el tomate, la sandía y el melón.

543 La famosa actriz, y estrella, del cine silente y sonoro. Dolores del Río cuyo nombre original era Dolores Asúnsolo y López Negrete, nació en la ciudad de Durango, 3 de agosto de 1904. Participo en 29 películas estadounidenses y 32 mexicanas, casi siempre en papeles protagónicos. Se le recuerda por su actuación en las cintas estadounidenses Resurrección, Ramona, Evangelina, Volando a Río y Ave del paraíso, así como en las mexicanas: Flor silvestre, María Candelaria y , entre muchas otras. En Durango, participó en la cinta La Cucaracha. Dolores del Río falleció en la Ciudad de México el 11 de abril de 1983 y, desde el año de 2005, sus restos yacen en la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres de Durango. El Corrido de Dolores del Río es original de Concha Michel, quien lo dedicó a en ocasión del día de su santo el 16 de abril de 1943

Corrido de Dolores del Río 221

Concha Michel

¡Qué flor tan espigadita nacida para el amor! Su cuna fue allá en Durango en revolución, en plena revolución.

En el Cerro de Mercado, tan alto y lleno de frío; a las once de la noche nació Dolores del Río. nació Dolores del Río.

A la Capital la llevan para ponerla a estudiar, la encierran en un convento a los cinco años de edad a los cinco años de edad.

Su patria dejó muy joven y a Hollywood se marchó: coronada de laureles

221 Fondo de impresos sueltos de la Biblioteca Nacional, UNAM, Fondo reservado.

544 a México regresó a México regresó.

Dolores del Río pensaba, cuando estaba en otras tierras: “Yo he de honrar a mi patria luciendo con las estrellas, luciendo con las estrellas" .

Los gringos, llenos de orgullo decían al ver a Lolita: “¡Oh!, tú no ser mexicana parecer españolita, parecer españolita",

“¿Qué pensarán estos gringos?”, decía, Lolita indignada, “Que en México sólo hay mecos con la cabeza emplumada, con la cabeza emplumada”.

Del gran escritor Tolstoi, hizo la bella creación, y así comenzó su fama filmando Resurrección, filmando Resurrección..

Artistas y generales y Directores de empresa de Lola se enamoraron hasta perder la cabeza hasta perder la cabeza.

El General Obregón, cuando Lolita sufría, le ofrendaba sus consuelos si a México se volvía, si a México se volvía.

Viajó como embajadora por los confines de Europa y fue admiración de todos que abrían semejante boca. que abrían semejante boca.

Sus cintas más afamadas, después de Resurrección,

545 Ramona y Evangelina le dieron reputación, le dieron reputación.

Volando hacia Janeiro y Ave del paraíso, también le dieron la gloria y un nombre muy bien preciso, y un nombre muy bien preciso.

Qué flor tan espigadita se me hace que tiene frío, del norte viene bajando y ella es Dolores del Río y ella es Dolores del Río.

A México ya regresa con entusiasmo sincero a desarrollar el arte que cuesta y deja dinero, que cuesta y deja 'dinero.

La flor silvestre es el nombre que lleva su nueva obra, y así pura mexicana siempre serás, bella Lola, siempre serás, bella Lola.

Ya México da el ejemplo de que de veras las puede y hacer que lo reconozcan las esperanzas no pierde las esperanzas no pierde.

Con ésta ya me despido, blanca flor espigadita. Que sea para ti la gloria. Adiós ¡Oh! bella Lolita, Adiós ¡Oh! bella Lolita.

546

La famosa actriz durangueña Dolores Asúnsolo y López Negrete, mejor conocida por su nombre artístico de Dolores del Río

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554 Índice

página

Prólogo______3

I.- Mitoteros y shamanes. Alabados, pasiones pastorelas y romances______5

Última canción que se entona en la fiesta cuando aparece la estrella de la mañana______10 El venado y el peyote______11 Eihuatzirra______19 Tu tu irumari______25 Alabanza de Semana Santa______26 Mañanitas a Nuestro Padre Jesús______28 El alabado______31 A nuestro Padre Jesús Nazareno______33 Versos de pastorela______36 Despedida del Señor de Mapimí______37 Contra el piquete de alacrán______40 Romance de La Delgadina______42 Tragedia de la Misión de San Sabá______45 Mañanitas a la Virgen María______68 Romance de Hidalgo preso______70 Romance de la degradación______73 Romance de la muerte de Hidalgo______76 Romance de Durango______79

555 Romance de Guadalupe Victoria______85 Romance de Durango______88 Romance de Victoria______91

II. El Durango decimonónico. Invasiones, bandidos, rebeliones______95

Décimas de cuchas contra chirrines______99 ¿A dónde vas Coronado?______102 Corrido de Los Tulises______104 Versos en honor a Domingo Cajén______108 Corrido de Domingo Cajén______109 Los colorados______110 Himno a Juárez______114 Corrido de Regalado y Tolentino______116 Los mecos______120 Corrido sobre la traición a Lozada______121 Corrido del Tigre de Alica______122 Mañanas de Manuel Lozada______122

III. Las canciones, corridos, valses y hojas sueltas del Durango porfirista______127

La celda veintisiete______131 Corrido de Heraclio Bernal______136 Corrido de Ignacio Parra______141 El pájaro prieto______146 De Torreón a Lerdo______148 Corrido de la construcción del Ferrocarril de Santiago Papasquiaro a Tepehuanes______151 Tragedia de los sangrientos sucesos de Velardeña______154 Los barandales del puente______160

556 Recuerdo______163

IV. La lírica de los alacranes revolucionarios______165

Corrido de la toma de Topia______170 Tragedia original de los maderistas dedicada el señor don Francisco I. Madero o La tragedia de la toma de Santiago Papasquiaro______176 El combate del 15 de mayo en Torreón______183 Única tragedia sobre el sitio de Durango y entrada de las tropas insurgentes__187 Corrido del catorce de mayo______192 Corrido de la Toma de Durango______197 Segunda parte de la toma de Durango______200 Tragedia de la Defensa Social y toma de Durango______203 Tragedia de la toma de Durango______207 Los combates de Torreón______215 Saludo sincero al Jefe Supremo de las Fuerzas Constitucionalistas. El ilustre y honorable patriota señor don Venustiano Carranza______220 Corrido de Manzanera______223 Tragedia compuesta a la Revolución Maderista y a Torreón______228 Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro______235 Corrido del ataque a Zacatecas______242 Corrido de la toma de Zacatecas______248 La Adelita______260 Corrido de Carpintero______264 Corrido de Cuencamé______268 Mañanas de Benjamín Argumedo______272 Corrido de Martín Herrera______281 Corrido de los dos amigos______284 Los tres amigos______285 Los tres amigos______286 Eran cuatro de a caballo______293

557 El caballo Jovero______295

V. Los cantos de La Villada______296

Romance histórico villista______302 La llegada de Villa a Tepehuanes______315 Corrido al general Aguirre______316 Gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de Tepehuanes______319 Corrido del asalto al tren de pasajeros en la Piedra Encimada, o La muerte de Marcial Ortiz______323 La tragedia del combate de Navacoyán y en la Estancia de San Pablo el día trece de mayo de 1919______325 El corrido de Carreón______330 La tragedia de Martín______333 La rendición de Pancho Villa______336 Fusilamiento de Murguía______344 La muerte de Juan Carrasco______348 Corrido Historia y muerte del general Francisco Villa______352 La tumba de Villa______355 El corrido de Durango______357 El Siete Leguas______358 El Mayor de los Dorados______359

VI. Tragedias y mañanitas de cristeros, comunistas y agraristas____361

Corrido del general Lares______366 Corrido del Combate del Puerto de la Arena______366 Corrido de Dámaso Barraza______369 Tragedia de los voluntarios de Santiago Papasquiaro o Corrido de la batalla de la hacienda de El Capulín______370 El corrido de Galindo______374

558 Corrido del Combate del Cerro de las Papas______377 Corrido de la toma de Mezquital______379 Corrido de Refugio Salcido______381 Corrido de José Guadalupe Rodríguez______385 Corrido de Santiago Bayacora______390 Corrido de Porfirio Mayorquín______392 El Pávido Návido______396 Mañanas de Crecenciano Martínez______398 Mañanas de los cristeros de Durango______404 Corrido del combate del Cerro de Chachamoles______406 Corrido de la Toma del Mezquital______409 Corrido de Lucas Mora______411 Corrido del movimiento de huelga de la Hacienda de Manila______412 Corrido de la Defensa del Chimal______417 Mañanas de Florencio Estrada______420 Corrido de Juan Soto______425 Corrido de La Laguna______429 Corrido de la muerte de Trinidad Mora______433 Corrido del Chojo Ladislao______436 Corrido de Francisco Sarabia______440 A Silvestre Revueltas, de México en su muerte______444 ¡A‟i con la venia...! La muerte de Revueltas______446 Corrido de los braceros______454 Corrido del bracero durangueño______457 Corrido de Federico Vázquez______463

VII. Corridos, canciones cardenches y rockanroleras______467

El Gavilán (Corrido grande)______470 Paloma ¿de dónde vienes?______487 Bonito San Juan del Río______488

559 La explosión de Guayuleras______490 IV Centenario de Durango______492 Corrido al estudiantado______495 El pájaro y el chanate______500 La monja se esconde______502 La creciente del Nazas______504 Corrido de César Guillermo Meraz______507 Corrido de Durango, o Durango, Durango______509 El Corrido de Durango______511 Corrido a Santiago Papasquiaro______513 Voy camino a Tepehuanes______515 Corrido de El Salto______517 De México hasta Durango______518 Romance in Durango______521 Romance en Durango______523 Avventura a Durango______525 Romance no deserto______527 Ándele y ora si______533 Yo ya me voy a navegar a los desiertos______534 Por esta calle donde voy pasando______535 No se por qué…______535 Al pie de un árbol______536 Ojitos negros ¿a dónde están?______537 Y alza esa vista, no te avergüences…______538 Al píe de un verde maguey______539 Nadie va a Durango______540 Ya viene el tren de Durango______542 Corrido de Dolores del Río______544

Fuentes______548

560