Educación Y Desmilitarización: Palabras Introductorias
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Educación y Desmilitarización: Palabras Introductorias Anita Yudkin Suliveres, Ph.D.* La exhortación a ser un mero espectador; la invitación (o hasta la exaltación) al silencio, que de hecho inmoviliza a aquellos que son silenciados; el himno en alabanza a la adaptación al destino; todas estas formas de discurso son negaciones del proceso de humanización por el cual tenemos una responsabilidad ineludible. Paulo Freire1 El 15 de septiembre de 2003, un grupo de estudiantes del Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico tomó por sorpresa a la comunidad universitaria al ocupar los cimientos de un edificio en construcción para el Reserve Officers Training Corps (ROTC). Buscaban detener la reconstrucción de estas facilidades universitarias para uso del ROTC y abrir un nuevo espacio de lucha en contra de la presencia de esta institución militar en la Universidad de Puerto Rico. La acción de los * Anita Yudkin Suliveres es Catedrática en el Departamento de Fundamentos, Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Enseña cursos de fundamentos psicológicos de la educación. Es Coordinadora de la Cátedra UNESCO de Educación para la Paz de la Universidad de Puerto Rico. Sus escritos y publicaciones anteriores giran en torno a la educación para los derechos humanos y la paz, y la investigación cualitativa crítica, incluyendo: Yudkin, A., Zambrana, N. & Pascual, A. Derechos de la niñez y educación en derechos humanos: herramientas en la construcción de una cultura de paz, Pedagogía, Vol. 36, 2002. 1 Freire, P. Pedagogy of Freedom: Ethics, Democracy and Civic Courage. New York: Rowman & Littlefield, 1998, p. 72. Traducción de la autora. 1 ANITA YUDKIN SULIVERES estudiantes, de crear un campamento de desobediencia civil en el lugar hasta ese momento ocupado por el ROTC en uno de los centros universitarios más importante y conservador del país, reavivó el debate sobre la presencia militar en la Universidad, su deseabilidad y compatibilidad con los propósitos fundamentales del quehacer universitario. El debate sobre, y la lucha en contra, de la presencia del ROTC en la Universidad de Puerto Rico no eran nuevos, pero se retomaban en un nuevo escenario, por una nueva generación de universitarios, en un momento histórico “post Vieques” y “post 11 de septiembre”. Para noviembre de ese mismo año, estudiantes, profesores y personal no docente de diversas instituciones universitarias públicas y privadas del país creamos la organización Universitarios por la Desmilitarización con el propósito de apoyar la gesta de los estudiantes mayagüezanos y retomar la lucha a favor de la desmilitarización en los escenarios de educación superior. En el transcurso del año académico nos fuimos conociendo-trabajando estudiantes, profesores y personal de distintos centros universitarios con diversidad de trasfondos, edades y trayectorias educativas-políticas. En el proceso nos presentamos en múltiples foros y llevamos a cabo acciones en apoyo y/o conjuntamente con los estudiantes del Campamento Colegial. Uno de los resultados del trabajo realizado son los escritos que presentamos en este libro. Recogen el sentir y pensar de universitarios comprometidos con la universidad, la educación y sus posibilidades humanizantes. Retratan un período en este trabajo a favor de la paz y en contra de la presencia militar y la violencia que ésta encarna en Puerto Rico y sus universidades. En el libro Education as Enforcement, el educador crítico Henry Giroux2 aborda la necesidad de crear espacios públicos, lo que él llama tiempo público, de denuncia, debate y acción para 2 Giroux, H. Democracy, schooling and the culture of fear after September 11, en Saltman, K.J. & Gabbard, D.A. (Eds.) Education as enforcement: The militarization and corporatization of schools (pp. ix-xxiv). London: RoutledgeFalmer, 2003. 2 EDUCACIÓN Y DESMILITARIZACIÓN la democratización. Contrasta Giroux la noción de tiempo público con el tiempo de emergencia que caracteriza a la sociedad norteamericana bajo la presidencia de George Bush luego del 11 de septiembre. Entre otros, el tiempo de emergencia se caracteriza por un sentido de urgencia y de lealtad incuestionable a las políticas gubernamentales domésticas e internacionales incluyendo la pérdida de derechos y libertades, de acceso a servicios educativos y de salud. El tiempo de emergencia también se caracteriza por la despolitización de lo social, un nacionalismo beligerante, la militarización y corporatización del espacio público, un llamado al orden, todo basado en la cultura del miedo y de la inseguridad. Giroux indica que en este sentido la noción de comunidad “no exige valentía, diálogo, ni responsabilidad, sino silencio y complicidad.”3 Es en este contexto que Giroux hace un llamado urgente a los educadores a trabajar por un tiempo público. Lo describe así: En lugar de mantener una actitud pasiva hacia el poder, el tiempo público exige y alienta formas de participación política basadas en una pasión para acciones autodirigidas, informadas por un juicio crítico y el compromiso de vincular la responsabilidad social y la transformación social. El tiempo público legitima esas prácticas pedagógicas que proveen la base para una cultura de cuestionamiento, una que provee el conocimiento, las destrezas y las prácticas sociales que promueven oportunidades de resistencia, un espacio de traducción y la proliferación de los discursos. El tiempo público provee una concepción de la democracia que nunca está completa y determinada y que está constantemente 3 Giroux, H., Democracy, schooling…, p. x. Traducción de la autora. 3 ANITA YUDKIN SULIVERES abierta a diversos entendimientos de las implicaciones de sus decisiones, mecanismos de exclusión y operaciones de poder.4 Por supuesto, Puerto Rico no está exento del impacto de las políticas gubernamentales norteamericanas en este tiempo de emergencia. Al contrario, la militarización que le acompaña nos impacta de manera directa y a diario a través de los medios de comunicación, en el envío de miles de puertorriqueños integrantes de las fuerzas armadas estadounidenses (incluyendo una cantidad nunca antes vista de reservistas y miembros de la Guardia Nacional de Puerto Rico) a pelear la “guerra contra el terrorismo” donde sea que ésta se desarrolle, así como por el recrudecimiento y multiplicación de los llamados al servicio militar en las fuerzas armadas estadounidenses y los esfuerzos de reclutamiento en escenarios variados, incluyendo los universitarios. Es en ese tiempo de emergencia, que los estudiantes que establecieron el Campamento Colegial, dijeron “¡basta ya!”. Según luchamos por los derechos humanos y la desmilitarización en Vieques, esta lucha necesitaba retomarse en la universidad. Entiendo, que las reflexiones y posiciones recogidas en este libro constituyen otro aporte en la creación de tiempo y espacio público para replantear nuestra posición a favor de la democratización y en contra de la militarización de nuestras universidades y sociedad. Al abordar temas educativos, sobre todo aquellos relacionados a su democratización y potencial transformador, es siempre relevante o hasta imprescindible tomar de la mano las ideas del educador brasileño Paulo Freire. Freire insiste que la práctica educativa tiene que ser coherente y ética, basada en el respeto a la dignidad e integridad de las personas, consciente de que todos somos seres en proceso de formación y transformación, seres que estamos en el mundo y con el mundo.5 4 Giroux, H., Democracy, schooling…, p.xiii. Traducción de la autora. 5 Véase por ejemplo: Freire, P. Pedagogy of Freedom, Rowman &Littlefield: New York, 1998; Freire, P. Pedagogía de la esperanza. México: Siglo XXI, 1993; Freire, P. 4 EDUCACIÓN Y DESMILITARIZACIÓN Al ser seres en proceso de formación, somos inacabados, curiosos, estamos en búsqueda constante. Ser conscientes de que somos seres en formación, provee para el aprendizaje, para la toma de decisiones, para la acción. Freire distingue entre el aprendizaje para adaptarse al mundo y el aprendizaje que posibilita que intervengamos en éste, lo recreemos y transformemos. Es por supuesto el segundo que nos ubica a todos y a cada uno como sujetos y no objetos de los procesos históricos. Para Freire, la educación como experiencia humana es siempre una manera de intervenir en el mundo. Se interviene para la reproducción de la ideología dominante o para interrogarla y desenmascararla. Por lo tanto, todo acto educativo es un acto político en esencia. Las raíces de la naturaleza política de la educación se encuentran precisamente en que los seres humanos somos inacabados y educables. En este sentido, Freire indica: Una de las tareas más importantes que enfrenta la práctica educativa crítica es proveer las condiciones donde los aprendices en interacción unos con otros y con sus maestros, participan de la experiencia de asumirse como personas sociales, históricas, que piensan, comunican, transforman y crean; soñadores de posibles utopías, capaces de sentir coraje porque son capaces de amar.6 Como sujetos que estamos en el mundo y con el mundo, tenemos la capacidad y la responsabilidad de indignarnos ante la injusticia y denunciarla, a la vez que anunciamos posibilidades de esperanza y humanización. Es por esto que Freire insiste que hay que vivir la historia como posibilidad. Señala Freire que: La naturaleza política de la educación, Barcelona: Ediciones Paidós, 1990; Freire, P. Pedagogía del oprimido. México, Siglo XXI, 1970. 6 Freire, P. Pedagogy of Freedom, p. 45. Traducción de la autora. 5 ANITA YUDKIN