Ángel Rama, Emir Rodrígues Monegal Eo Brasil
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ÁNGEL RAMA, EMIR RODRÍGUEZ MONEGAL Y EL BRASIL: DOS CARAS DE UN PROYECTO LATINOAMERICANO Pablo Rocca Tese de Doutorado Faculdade de Filosofia, Letras e Ciências Humanas Universidade de São Paulo Orientador: Prof. Dr. Jorge Schwartz 2006 1 ÁNGEL RAMA, EMIR RODRÍGUEZ MONEGAL E O BRASIL: DUAS CARAS DE UM PROJETO LATINO-AMERICANO Pablo Rocca RESUMO Formados em um país pequeno embora aberto ao mundo ocidental mais do que à própria comarca, Ángel Rama (1926-1983) e Emir Rodríguez Monegal (1921-1985) intervieram nas revistas culturais do seu país até finais dos anos sessenta. Essa experiência permitiu-lhes entrar em contato com múltiplos problemas, debates e textualidades, que capitalizariam em seus estudos latino-americanos, aos que se dedicam de forma quase exclusiva a partir de sua saída de Montevidéu. Apesar da forte homogeneização latino-americana que se produz naquela década de sessenta, o Brasil foi para a área hispânica um território cultural quase inatingível. Monegal primeiro, Rama depois, e finalmente ambos os dois em um mesmo ponto temporal, entenderam o valor de ler o Brasil. Sem dispensar o contexto, Monegal privilegiou o estético- literário; Rama preferiu ver a brasilidade confrontada à experiência social e cultural da América hispânica. Fortemente antagônicos e em alguma medida complementares, ambos os dois procuraram alianças com intelectuais brasileiros (Rama com Candido; Monegal com Haroldo de Campos, entre outros). Por conseguinte, examinando estes antecedentes e tensões, esta tese intitula-se Ángel Rama, Emir Rodríguez Monegal e o Brasil: Duas caras de um projeto latino-americano. Pois o Brasil não foi apenas um campo de batalha para a integração ao projeto que cada um deles desenvolveu em um grau semelhante de precedência nem um fator diferenciador com relação a outros estudiosos. Além do mais, tornou-se o lugar da experimentação, a partir do qual poder olhar para o curso das variações da literatura e da cultura latino-americanas. 2 EMIR RODRÍGUEZ MONEGAL AND BRAZIL: THE TWO FACES OF A LATIN AMERICAN PROJECT Pablo Rocca ABSTRACT Formed in a small country more open to the western world than to its own territory, Ángel Rama (1926-1983) and Emir Rodríguez Monegal (1921-1985), participated in their country’s cultural journals until the end of the 60s. This experience allowed them to come into contact with a multiplicity of problems, debates, and textualities, which they would capitalize upon in their Latin American studies, to which they devoted themselves almost exclusively once they had left Montevideo. In spite of the great homogenization that took place in Latin America in the decade of the 60s, Brazil was for the Hispanic area a somewhat ungraspable cultural terrain. At first Monegal and then Rama, and finally on the same temporal place, they both understood the value of reading Brazil. Without decreasing the importance of context, Monegal privileged the aesthetic and the literary; Rama preferred seeing the Brazilian as that which confronted the social and cultural experience of Spanish America. Very much in opposition to each other and in some ways complementary, they both sought alliances with Brazilian intellectuals (Rama with Candido; Monegal with Haroldo de Campos, among others). Therefore, by examining these antecedents and tensions this thesis is entitled Ángel Rama, Emir Rodríguez Monegal and Brazil: The Two Faces of a Latin American Project. Because Brazil was not only a battle ground for the integration into the project, which each one of them developed in similar degrees as precursors nor was it a factor which differentiated them from other scholars. Moreover, it became the place of proof, from where to watch the course taken by Latin American literature and culture’s variants. 3 ÁNGEL RAMA, EMIR RODRÍGUEZ MONEGAL Y EL BRASIL: DOS CARAS DE UN PROYECTO LATINOAMERICANO Pablo Rocca RESÚMEN Formados en un país pequeño pero abierto al mundo occidental más que a su comarca, Ángel Rama (1926-1983) y Emir Rodríguez Monegal (1921-1985) intervinieron en las revistas culturales de su país hasta fines de los años sesenta. Esa experiencia les permitió entrar en contacto con múltiples problemas, debates y textualidades, que capitalizarían en sus estudios latinoamericanos, a los que se dedican de forma casi exclusiva una vez que salen de Montevideo. Pese a la fuerte homogeneización latinoamericana que se produce en esa década del sesenta, Brasil fue para el área hispana un territorio cultural algo inasible. Primero Monegal y luego Rama, y al fin en un mismo punto temporal, los dos entendieron el valor de leer Brasil. Sin desmedro del contexto, Monegal privilegió lo estético-literario; Rama prefirió ver lo brasileño confrontado a la experiencia social y cultural de Hispanoamérica. Fuertemente antagónicos y en alguna medida complementarios, los dos buscaron alianzas con intelectuales brasileños (Rama con Candido; Monegal con Haroldo de Campos, entre otros). Por eso, examinando estos antecedentes y tensiones, esta tesis se titula Ángel Rama, Emir Rodríguez Monegal y el Brasil: Dos caras de un proyecto latinoamericano. Porque Brasil no sólo fue un campo de batalla por la integración al proyecto que cada cual desarrolló en similar grado de precursoría ni un factor diferenciador con otros estudiosos. Además, vino a convertirse como el lugar de la prueba, desde donde mirar el curso de las variaciones de la literatura y la cultura latinoamericanas. 4 INTRODUCCIÓN Avanzados los años sesenta, los uruguayos Ángel Rama y Emir Rodríguez Monegal, cinco años mayor este que aquel, ya han desarrollado una labor activa. Con formaciones semejantes y orientaciones estéticas e ideológicas que, en principio, podrían identificase como divergentes – y en buena medida lo son–, los dos comparten algunas percepciones y miradas. Entre otras, hay una coincidencia central que se agiganta hacia fines de esa década, algo que, por cierto, no era precisamente una norma en el ámbito de lengua española: los dos pugnan por interpretar Brasil, por incluir su literatura en el marco de un proyecto estético-político que busca comprender –en el sentido de interpretar y de incluir como totalidad unitaria– América Latina. Pero este plan, que no se aparta de las intenciones genéricas de otros críticos literarios o culturales de Hispanoamérica y que tiene, particularmente en la Cuba revolucionaria un impulso notable, desde 1959, sin embargo no consiguió construir críticos como los originarios del mismo país. Un país o quizá mejor deba decirse una ciudad austral, Montevideo, donde a pesar de su pequeñez se concentró con un intenso grado de atención y de profesionalización en el campo de estudio. Ningún crítico argentino formado hacia el medio siglo se propone ese objetivo o, por lo menos, ninguno lo alcanza, a pesar del relativo impulso de las traducciones de textos brasileños (Sorá, 2003).1 Ningún crítico cubano lleva a cabo esta tarea, pese a la fuerte política integradora de todas las variaciones latinoamericanas en los concursos de Casa de las Américas; ningún mexicano lo hace, pese a las grandes dimensiones de su mercado. Quizá porque la fuerza de los proyectos nacionales en los casos antecedentes haya bloqueado ese acercamiento, quizá –si se piensa en Argentina– porque las rivalidades políticas entre los 1 Todas las referencias consignadas entre paréntesis, incluyendo el nombre del autor, la fecha de publicación – en papel o en formato electrónico– de un libro, artículo o cualquier otro texto, salvo aclaración o ampliación efectuada oportunamente en nota al pie, se pueden ubicar en la Bibliografía. Aquellas referencias que se consideran de interés circunstancial, ya sea para aclarar o para documentar un punto o un argumento, se consignarán en nota al pie de página. 5 dos grandes Estados americanos haya frenado ese impulso, quizá porque Cuba y México no tienen frontera con Brasil. Tal vez, en suma, porque sólo desde el país más austral e insular de América del Sur –el menos nacionalista de todos– puede surgir la paradoja de un dúo que trabaja dividido con propósitos convergentes, aunque en direcciones distintas. En consecuencia, y primero que nada, esta tesis se propone demostrar que el Uruguay estable de los cuarentas y cincuentas, es decir, en la atmósfera de libertad y de amplio debate cultural –de tonos esteticistas, primero y progresivamente politizado, después– hizo posible las condiciones formativas de Ángel Rama y de Emir Rodríguez Monegal para que, con el tiempo y con el ajuste de los relojes a la agenda política de los sesentas, pudieran incorporar una mirada vigilante y atenta sobre el mundo, sobre América Latina y, en ella, sobre Brasil. Geográficamente cercanos, culturalmente algo alejados, las dimensiones breves del Uruguay, el triunfo del proyecto modernizador, la raigambre del pensamiento liberal-republicano, la confianza en la educación como elevador social, entre otros factores, permitió que la inteligentsia montevideana se pensara como parte de un Estado-Nación fluctuante, débil, que debía fortalecerse en contacto con el mundo y no por la exaltación de lo propiamente nativo, por lo demás en gran medida compartido con Argentina, el vecino siempre amenazante y, en cualquier caso, semejante y diferente. Es cierto que –como se lo repasará levemente al comienzo del capítulo I– existieron precedentes en la alternancia cultural entre Hispanoamérica y Brasil desde mediados del siglo XIX. Y es cierto que este proceso adquirió excepcional fortaleza de vínculos en el período de auge de las vanguardias de los años veinte. Como sea, fue un