Amor, Poesía Y Política En Idea Vilariño
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Su celebrada discreción no le impidió convertirse en una mujer representativa del espíritu de su época, presidida por el ánimo civi- lizatorio de los hermanos Vaz Ferreira. Pero la arquetípica hija de la clase media ilustrada uruguaya, en los años sesenta, decidió contribuir a la destrucción de esa democracia, escribiendo canciones de éxito para el público universitario de la guerri- lla tupamara; su poesía, ciertamente LIBROS más amorosa que erótica, escanda- lizó a la izquierda, y su relación con Juan Carlos Onetti (1909-1994) es una de las grandes leyendas literarias del Uruguay, sin convertir a Vilariño –en un país de escritoras ferozmen- te independientes– en un apéndice Idea Vilariño l DIARIO DE JUVENTUD biográfico del novelista. 62 l POEMAS DE AMOR En mi experiencia, salvo excep- DIARIO/POESÍA ciones geniales como la de Kafka, Daniela Spenser los diarios de juventud son una lec- l EN COMBATE. LA VIDA DE LOMBARDO TOLEDANO Amor, poesía y política tura previsible y no pocas veces LETRAS LIBRES en Idea Vilariño aburrida. Todos somos la misma SEPTIEMBREMARZO 20182017 Idea Vilariño Ruth Guzik Glantz DIARIO DE JUVENTUD persona en nuestra apetencia por l ARTURO ROSENBLUETH, Edición, estudios 1900-1970 preliminares y notas de ser escritores y el repertorio común Ana Inés Larre Borges y de ambiciones, desesperanzas y des- Alicia Torres Gabriel Rovira, Montevideo, Cal y lumbramientos es bastante simi- Rubén Olachea et al. Canto, 2013, 490 pp. lar, trátese de Stendhal o de Anaïs l LA CRUELDAD CAUTIVADORA. NARRATIVA DE ENRIQUE SERNA Nin. Cuando la madurez, como es __________ lógico, se va filtrando en esa escri- POEMAS DE AMOR tura íntima que siempre está des- Magda Díaz y Morales y Norma Prólogo de Milagros Angélica Cuevas Velasco (coords.) Abalo tinada a la publicación –aunque l SEDUCCIONES Y POLÉMICAS. Santiago, Ediciones LECTURAS CRÍTICAS SOBRE LA OBRA Universidad Diego sea póstuma y más aún tratándose Portales, 2015, 100 pp. DE ENRIQUE SERNA de una persona rodeada de cultu- ra desde la infancia como Vilariño– Martín Camps (coord.) esos diarios, como la vida misma, se l LA SONRISA AFILADA. ENRIQUE SERNA ANTE LA CRÍTICA van singularizando y vemos nacer CHRISTOPHER a un verdadero autor. Vilariño des- Masha Gessen DOMÍNGUEZ MICHAEL taca, justamente por el medio libe- l EL FUTURO ES HISTORIA. RUSIA Y EL REGRESO DEL TOTALITARISMO Aunque tuvo una hermana llamada ral y republicano donde creció, por Poema (hijas de un respetable anar- haber contado desde un principio Bárbara Jacobs quista uruguayo que llamó al resto con la indispensable “habitación l LA BUENA COMPAÑÍA de sus hijos e hijas Numen, Azul y propia” reivindicada por Virginia Alma), Idea Vilariño (Montevideo, Woolf en su ensayo de 1929. Desde 1920-2009), habiendo estudiado aquel altillo rememorado en 1977, en para violinista, fue la única poeta de el repaso que abre el Diario de juventud, la familia, además de encuadernado- Vilariño se convierte en una diaris- ra aficionada. ta de toda la vida, condición que las prologuistas atribuyen sobre todo a En el orden de los factores, entien- la masculinidad y de “las infinitas los solterones o a quienes se casan do que Vilariño y Claps son aman- frases, argumentos, circunloquios, tarde (Stendhal, Delacroix, Amiel, tes ante el desasosiego de Sylvia, razonamientos que debe emplear Kafka, Kierkegaard, Constant, quien tomará la revancha de termi- la mente masculina, que necesi- Gide). Entre las mujeres, Vilariño nar casándose con él, para siempre. ta emplear –le es vital– un hombre –como su ejemplo, la diarista rusa La amistad entre Campodónico, para decir lo que se puede ver en una Marie Bashkirtseff– nunca se casó. Claps y Vilariño continuará toda la mirada”.4 Femenina, se entiende. Páginas y páginas entre las pri- vida, con el agregado de que esta últi- Eso dice quien soñaba en escribir un meras del Diario de juventud están ma compartirá su amor por Claps Don Juan desde la óptica de la mujer.5 repletas de las necesarias banali- con una relación muy seria con En las cartas al amado Claps, dades de la vida juvenil, aunque la Emilio Oribe (1893-1975), uno de los muchas de ellas transcritas en el poeta aparece precozmente al ver “a nuevos poetas que cerraba la Crítica de Diario de juventud u originadas en mi madre desnuda, boca abajo, ape- la literatura uruguaya (1921), de Alberto este, Vilariño asume esa lucha ibse- nas cubierta por un tapado de piel, Zum Felde, el entonces crítico de niana como un conflicto entre el en la habitación, que el sol ya baña- referencia de las letras orientales. ideal y la realidad, sin ocultar las 63 ba”.1 Pese al anarquismo del padre, su Ese ambiente, a la vez recatado heridas pero examinándolas deta- católica madre consintió en que sus y liberal, donde las buenas maneras lladamente, viviéndolas como un hijos pudieran elegir, cuando tuvie- ocultan pasiones algo más hondas, estado de razón, sin desfallecer. Da ran uso de razón, entre la religión permite al Diario de juventud expo- la impresión de que Vilariño per- y el agnosticismo. Eso no impidió ner una combinación de raciona- tenece a la estirpe de los grandes que fuesen escuchas de las historias lismo y franqueza que convierte a egoístas: se entregan para probarse, LETRAS LIBRES de milagros y fantasmas que propor- Vilariño en una diarista asumida- para perfeccionar la materia de sus MARZOSEPTIEMBRE 2017 2018 cionaba la servidumbre, misma que mente veraz y, salvo cuando la ata- sueños y para huir una vez que han los enseñó a rezar, reclinatorio que los can diversas dolencias asociadas a sacado provecho, siempre para sí, del hijos pronto abandonaron por la rica la piel, indispuesta a perder la figu- amor-pasión. Sabe que “la amistad oferta de literatura infantil y juvenil ra. En ella, como será notorio en los no basta”, pero que está en el deber editada por Calleja, con Edmundo Poemas de amor (1957), los sentimientos ser del amor su naturaleza pasajera, d’Amicis como lectura de tran- más angustiosos nunca la despojan en el sentido de rito de paso. Sabe sición entre la infancia y la adoles- de cierto cartesianismo: en ella toda bien que la soledad más dura de lle- cencia. De principio a fin, la educa- pasión, antes de sufrirse, se estudia var se vive en pareja y por eso, para ción musical que recibió Vilariño, (“Era una noche extraña y calurosa. probarse, la busca. Quiere graduar- incluso antes de que la consagrasen Me hubiera gustado que alguien bus- se. No rehúye al deseo, ni siquiera a al violín, es impresionante y muchas cara mi amor, pero estaba bien así”)2 la lujuria. Alguien le dice que la vida de las entradas del diario están dedi- o hasta se convierte en una forma de es corta y esta puede llenarla. Pero cadas a una pieza y a una composi- resistencia. Un galán persistente la nada altera su condición de señori- ción con su número de opus, lo que acosa, diciéndole que será la única ta normal, llena de música y literatu- hizo las delicias de las transcriptoras, mujer de su vida: “Sabe que yo lo ra, aspirante tímida a poeta, al grado pues la computadora permite escu- quiero. Niego. Exige que lo mire a que su primer libro se llamará, natu- char lo que a uno le plazca mien- los ojos. No lo miro. Así largo rato. ralmente, La suplicante (1945). tras trabaja. Tengo los nervios en tensión. Al fin Sorprende, durante los tardíos La vida amorosa de Vilariño se acepto sin miras de cumplirlo y llego años treinta y la Segunda Guerra complica desde el principio, debido al liceo en busca de un sitio solo para Mundial, el apoliticismo de Vilariño, a un triángulo sentimental. Ella y su llorar tranquila, que no encuentro. A de su medio social y probablemente de mejor amiga, Sylvia Campodónico las 16:30 voy a lo de Eros que quedó buena parte de la pequeña repú- (1920-2012), destinada a ser profeso- de conseguirnos una sirvienta.”3 blica situada junto a la turbulenta ra de filosofía, aman al mismo hom- Comentando el Breviario de estéti- Argentina. Le horroriza Hitler pero, bre, el también filósofo bonaerense ca, de Croce, en 1943, se asombra de una vez terminada la guerra, teme Manuel Arturo Claps (1920-1999). 2 Ibid., p. 105. 4 Ibid., p. 356. 1 Idea Vilariño, Diario de juventud, p. 63. 3 Ibid., p. 151. 5 Ibid., p. 343. que los vencedores, reunidos en San la Revolución cubana la volvió casi divorcio era legal desde 1913 y bas- Francisco para formar las Naciones impracticable. Rodríguez Monegal taba para obtenerlo solo la voluntad Unidas, le obsequien América la elogia desde sus primeros poe- de la mujer. Y la poesía de Agustini, Latina a los Estados Unidos. Ese mas, instándola a profesionalizar- según Zum Felde, era bárbara temor es consecuente con la tem- se y a firmar con nombre y apellido y pagana, desordenada como debió prana petición a su padre para poder (firmaba solo Idea o como Elena parecer el proceso de creación de la leer a José Enrique Rodó,6 cuyo espi- Rojas, usando uno de los apellidos naturaleza. “Sueño angustiado y agi- rituoso y arielista desprecio por de su abuela materna y el nombre tado el suyo, como el de los febre- la república imperial norteameri- “cristiano” que acompañó su certifi- cientes”, dice Zum Felde y agrega: cana permeará la elección radical cado de nacimiento por sugerencia “el mundo de sus imágenes es un de Vilariño y su generación. Más del Registro Civil, poco amigo de los mundo sombrío y desolado, en el tarde, la joven encuentra sustento anarquistas, supongo). Sin embargo, que arden celestes las hogueras”.8 Es en las sesgadas crónicas de Simone no habla gran cosa de los poemas probable que Vilariño haya decidi- de Beauvoir sobre su periplo nortea- de Vilariño, como si le importara do contrariar por completo su admi- LIBROS mericano.