LA GENERACION CRITICA ( 1939- 1969)

Angel Rama

La pregunta. que nos dirige el extranjero no es demasiado distinta de la que se ha venido formulando el hombre común uruguayo, aunque éste, obviamente, con mayor desco ncierto y emoción: ¿Qué nos ha pasado? ¿Por qué hemos llegado a esto? ¿Cómo fue que se nos perdió aquel ? ¿Cómo se concluyó así, tan de golpe, el bienestar, el civilismo, la democracia? Cuando el preguntante de turno se aleje, podemos re­ flexionar un instante: en ese uruguayo, la pregunta por las causas antecede, como absurdo y obsesivo ritornelo , a la inquisición acerca del futuro, aunque sea ésta, obviamen­ te. la interrogación que urge. En ese trastrueque de priori­ dades tocamos el corazón del desconcierto: la nostalgia de un ideali zado paraíso, ya perdido; el empecinamiento con que se sa le a preguntar por algo que ya no existe; el matiz desvalido o rencoroso con que se le piden cuentas al pasa­ do. Porque ahora, recién ahora, se comprende el engaño en que se ha vivido y hay todo un pasado ofi cial que se revela como un fraude. Sin duda habrá mu t hos modos de despejar la interro­ gante; sociólogos, econo mistas, políticos, la re sponderán con números y fechas. Pero también podremos venir en ayuda de l demandante aque llos para quienes el mundo del arte y la literatura establecen la obligada intermediación con lo real, porque pensamos, con Martí, que "cada esta­ do social trae su expresión a la literatura, de tal modo que por las dh1ersas fases de ella pudiera contarse la historia de los pueblos, con más verdad que por sus cronicones y sus décadas" . Es en la literatura, y más ampliamente en las varias manifestaciones de la cultura, donde buscaremos pistas, desarrollos, evoluciones que condujeron a esta reali- 326 URUGUAY HOY LA GENERACI ON CR ITICA 327 dad de hoy. porque del proceso transformador, que no es tó, socialmente, sobre los estratos medios de un país que de hoy sino que tiene sus buenos treinta años, ha sido la se enorgullecía de haber creado una estructura apacible, cultura parte central. democrática, civi lista, instruída. don'de la burguesía media parecía dueña - y no lo era- . estableciendo su edulcorado Fu11ció11 i11te/ectual y sectores medios humanismo que en lo fundamental podía atribuirse a la heroica lucha batllista de las primeras décadas del siglo. En muy pocas transformaciones sociales, como la sufrida Cerrado hacia 1930 el ciclo inmigratorio que había trasva­ por la sociedad uruguya, ha sido tan notoria y rectora la sado nueva sangre al país. asentadas las instituciones

educación y de la apertura internacional con que ella estu­ detectar a lo largo del período en diferentes comporta­ vo signada desde sus orígenes - y que no fue sino un mientos intelectuales y aun en distintas facultades psíqui• correlato de nuestra dependencia de la cancillería inglesa­ cas que no siempre han funcionado en conjunción armóni• este sector social que por sí sólo hubiera sido tan inefi­ ca por lo mismo que son aceleradores históricos de distin­ ciente como lo fue el maderismo en México, se esforzó to tipo. Podríamos enunciarlos como : la imaginación tesoneramente por obtener el apoyo obrero y campesino, creadora y la conciencia crítica. Ambas han cumplido su asociándolos a su intento de modificación. Años y años papel en una suerte de diálogo inconexo, repentinista, al­ pidió este apoyo, en vano. La aparente bonanza del cielo terado por la diversa energía con que avanzaban despareja­ uruguayo desaconsejaba el apoyo a cualquier intento de mente según las circunstancias. Como son instrumentos crítica o modificación, así fuera al de quienes anunciaban para operar en lo real, su eficacia deriva de la adecuación la ruina próxima y la mostraban acumulando números y que alcancen en cada uno de los momentos del proceso. datos. Fue necesaria esa quiebra para convencer a los re­ Y si le concedemos magnitud operativa a la imagina­ nuentes. La crisis económica pro.nosticada advino y su ción es porque creemos, no simplemente en esa su capaci­ efecto inmediato fue la pauperización general, comenzan­ dad profética que se acostumbra a ejemplificar con escri­ do por los sectores medios, los más desguarnecidos y con­ tos de Kafka, sino más precisa, más realísticamente, en su tinuando con los sectores obreros, más organizados. Aun­ penetración para construir, partiendo del primer, brusco, que sé que hay interpretaciones más románticas, pienso insignificante dato, el edificio entero de lo posible: si se que el empobrecimiento sólo produce miseria y no condu­ trata de un reflejo bello será un campo nimbeado donde ce automáticamente a una rebelión si no existe previa­ quepa toda la naturaleza y si se trata de una grieta será el mente un cuerpo de ideas, una estructura mental, una resquebrajamiento de una ciudad que se desmorona. Esta doctrina explicativa de las transformaciones que se operan capacidad la tiene la imaginación cuando ella va sin brida, en la realidad. Porque éstas son sólo confusión e incohe­ fuera de la corroboración que presta el conocimiento cien­ rencia y fatalismo y magia para quienes no pueden situar­ tífico, y es ésta, costumbre de la cultura desde el adveni­ las dentro de un diagrama intelectual. La quiebra econó• miénto del romanticismo. Estando en época que se ha mica encontró a una clase media pertrechada intelectual­ pretendido definir como la del asalto al poder por la ima­ mente, capacitada por años de estudio y análisis - esa fue ginación, importe introducir esta función observando sus la capital aportación de la enseñanza ~ecundaria más que muy diferentes resultantes. Esa misma imaginación que en de la Universidad uruguaya- y potencialmente dotada para el período romántico construyó, a partir de pequeñas an­ operar respuestas coherentes. Ellas corroboraron la recto­ gustias privadas, un vasto edificio cerrado y oprimente ría de la función intelectual: por eso todo análisis del que concluyó siendo el retrato de la Europa de Metter­ proceso cultural de los últimos decenios va marcando la nich, es la misma que conduce a una ilusión futurista que, evolución de una sociedad desde las iniciales intuiciones por "fatal deslizamiento" se toma real, de tal modo que fulgurantes y la autoconciencia crítica hasta las resolucio­ el pensamiento libre concluye por fundirse con la reali­ nes que tienen que ver con distintos modos de encarar la dad, haciéndola. Si de imaginación se trata en 1971 y a toma del poder. ese tema deberá llegar toda exposición de la cultura uru­ guaya que se instale en su presente, también por esa fun­ Imaginación creadora y conciencia crítica ción creadora se deberá comenzar, evocando a quienes a partir de la grieta intuyeron la rajadura que atravesaba las Esos distintos modos tienen ya su tradición y se los puede paredes y cortaba de arriba a abajo el edificio petulante 330 URUGUAY HOY I /\ GENERACION CRITICA 331 de la segura sociedad uruguaya. De una imaginación oscu­ ra , profetizadora, ácida muchas veces, que funciona como filarse1 claramente en la conciencia de los críticos pero el discurso de la pitonisa entre una muchedumbre festiva , ;~: ya responde a una nueva estructura social- , la batalla llegaremos a una imaginación que se empareja con la reali­ Je las ideas en incierta y confusa como todas las batallas. dad moviendo sus elementos para con ellos componer ·No responde a perfectas articulacion~s mentales como .po­ obras originales. Son instantes distintos de las operaciones d ía pretenderse dada su naturaleza smo que se va hac1en­ de una misma facultad. d~ sobre la , com~ se ~ace. ~rácticamente todo en Otra forma la representan las ideas. Las ideas vencen a la vida: avanza por repentmas mtwc1ones, se. aclara Y con­ las ideas pero sólo las armas destruyen a las armas. Este solida con Ja lección de los hechos, erra y Zigzaguea en la pensamiento de Marx, tantas veces citado, no deja de re­ araña rustórica, golpea chambonamente y de pronto, en conocer el papel preponderante que en la pugna histórica :i centro mismo de Ja confusión, acierta plenamente. Co­ cabe a las ideas, las que cumplen una etapa previa y cen­ mo todo proceso tústórico es la obra de ~ombres que a tral en el proceso de transformación de las sociedades. medida que viven abren a hachazos su canuno en e.1 b~s­ Como ya lo probara el paradigma dieciochesco en el ciclo que oscuro. Quizás sólo cuando ya qued~ ~~azado limpia­ de las revoluciones burguesas, a los intelectuales corres­ mente se les hace claro el impulso que ng10 su aventura. pondió un exhaustivo, jmpecable análisis que aceleró la disgregación del "ancien régime": sus injusticias, sus fallas, Una época cultural sus contradicciones, su esencial arcaísmo respecto a los nuevos sectores actuantes fueron evidenciados .en el cam­ Por lo tanto nos proponemos el análisis de una é~~ po de la cultura, transformándolo en un a Bastilla indefen­ cultural, cuyos límites coinciden- nítidame~t~ con ~o~ ~lti­ dible e invivible. Paso previo a la proposición de nuevas mos treinta aftos del país y cuyas propos1c1ones mJC1al~s formas socioculturales. así como sus desarrollos posteriores habría~ ~~ cond~c1r , Las ideas son hijas de la conciencia crítica y correspon­ por "el encandenamiento de las circunstancias ~ la s~tua­ den a una segunda instancia del proceso, ya que no se ción presente. Si aquí, en el hoy, se nos evidencia la trata de detectar o expresar un cambio sobrevenido en la coronación del intento, también se nos hace clara su can­ realidad - esos cambios imperceptibles que concluirán sin celación. Resulta negada la metodología empleada au~que embargo tiñendo todo con su tonalidad.· los que la imagi­ en Ja misma operación adversativa son salvados los linea­ nación percibe vivazmente y la conciencia crítica hace su­ mientos intelectuales. De cualquier modo se abre una nue­ yos analíticamente-, sino que se trata de proponer con­ va época cultural cuya formulación inte~ctual es aún im­ cretamente una lucha, asumir la posición del co mbatiente precisa pero que seguramente corrovorara el suceso q~e en - estrictamente ser opositor- y emprender una tarea de el campo sociopolítico apuntó, en 1969, a una modifica­ aniq uilamiento. ción sustancial: el asalto a la ciudad de Pando. La pugna ideológica y la derrota, en este terreno, de Nuestro análisis debe comenzar por el reconocimiento un determinado régimen, es la primera instancia de su del punto de vista a partir del cual trabajamos: es el re­ destrucción real y posterior sustitución. Si bien tal tarea presentado por la conflictualidad de los años 1969-1971 no es concebible si n apoyos muy concretos - el agota­ Ja cual permite poner en claro las líneas y fuerzas del miento interno del sistema de una sociedad, que comienza período transcurrido, su significado general, el fraseo de a hacer de ella una materia perecible; la subrepticia con­ temas y planteos, también sus limitaciones. Ese punto de cepción de un cierto modelo renovador que puede no vista debe componerse con otro tan importante o m?s: el conocimiento de una parte considerable de esa epoca LA GENERACION CRITICA 333 332 URUGUAY HOY poco representa las correctas fec~s de emergenci~ ~e transcurrida por haberla vivido interiormente en ese modo un movimiento, las que deben situarse en el btemo íntimo que para Ortega y sus seguidores define la sustan­ 1938-1940, prefiero utilizar la designación "generación cia de una generación, con lo cual la función del lústoria­ crítica". Supera otras fórmulas barajadas, como "genera­ dor es frecuentemente sustituida por la del testigo. ción de 1939" o "generación de Marcha", ya que atiende La época cultural que se cierra hoy se inició aproxima­ aJ signo donúnante de la cultura de esa época. Este no damente en 1940, fecha que registra una inflexión renova­ debe entenderse como alusión excluyente a los ejercitan­ da en la vida cultural de todo el Río de la Plata, cuyos tes de la crítica en sus múltiples géneros, quienes sin em­ dos países limítrofes, a pesar de conocidas diferencias, se bargo llegaron a protagonizar el hecho cultural, sino a una mueven dentro de similares procesos evolutivos. Quizás conciencia generalizada que sirve de punto focal a todos uno de los rasgos, externos aunque bien llamativos, de esa los hombres que construyen un tiempo nuevo, sean políti• renovación rioplatense - y latinoamericana- fue el recién cos, sociólogos, poetas, pintores, directores teatrales, adquirido concepto de generación que acababa de incor­ narradores, econonústas o educadores. Esa conciencia porarse al pensamiento de lengua españo la y sobre el que crítica es un patrimonio cultural al cual se reconvierte una se precipitarían los jóvenes en violentas polénúcas. Proba­ sociedad a' partir de la enseñanza de sus élites intelectuales blemente desde la época de El Iniciador que señaló el pero éstas sólo lentamente y con ingentes esfuerzos van ingreso de la generación romántica antirrosista, nunca ha­ penetrando el cuerpo social, luchando al comienzo dentro bían proclamado tanto los jóvenes que eran jóvenes y por de ellas mismas para definir al alcance de sus proposicio­ lo tanto aportaban lo nuevo de su ineditez. Los poetas" nes renovadoras, perfeccionando su planteo sistemático, argentinos elaboraron el concepto de "generación del 40" antes de iniciar la tarea de ampliación de su círculo y por y llegaron a publicar una revista que se titulaba así, sim­ lo tanto de corroboración de sus ideales al encarnarlos en plemente, El 40; los críticos uruguayos, más tardíos y Ja comunidad. Dentro de la variada gama de funciones menos prolijos, establecieron una fórmula numérica para­ intelectuales de \Jna ge neración, son las representadas por lela, hablando de la "generación del 45" aunque buena los escritores las que mejor detectan el proceso, revelán­ parte de fas figuras mayores del movimiento habían co­ donos sus coyunturas secretas y sus sucesivas transforma­ menzado su tarea cinco años antes por lo menos. Más que ciones. Por eso el período lo seguiremos centralmente a el manejo erróneo, importa destacar la utilización confia­ través de la obra de los escritores, corroborándolo o am­ da del concepto, esa afirmación programática de una nue­ pliándolo con la de otros intelectuales - econonústas, va generación cuyo contenido intelectual podía ser toda­ periodistas, plásticos- cuando el movimiento histórico se vía dudoso pero cuya voluntad de existir y de modo exprese a través suyo. Más que a los nombres pretende­ distinto, era notoria. En ellos resonaba la frase vitalista de mos atender a las fuerzas históricas actuantes concedién­ Dilthey - "porque nosotros tenemos rllZÓn pues estamos doles la primacía y. siguiendo sus encarn.aciones en textos vivos" - como elemento constitutivo y a la vez agresivo literarios, instituciones, agrupanúentos, obras de arte. hacia instituciones, figuras intelectuales, obras de mayores, todas las cuales entendían esclerosadas. La generación crítica Como las designaciones numéricas poco dicen sobre los procesos socioculturales, mucho menos cuando, como en Los treinta afios transcurridos miden la obra de al menos este caso - generación del 45- no aluden a ninguno de dos promociones de intelectuales entre los cuales no se esos cruciales sucesos históricos que como en España justi­ descubre hiato visible y sí la continuidad, progresión y fica la fórmula numérica de "los noventaiochistas", y tam- 334 URUGUAY HOY LA c;t-;N EHACION C RI l'ICA 335 aceleración de una misma voluntad. Los testimonios de reclamaba el sistema, luego como proposición renovadora. los integrantes de una y otra de las promociones Y sobre Por eso entendemos que los intelectuales del período han todo la de los más recientes. convienen en esta mancomu­ sido . en su mayoría, Jos sepultureros ideológicos del régi­ nidad que, desde luego, admite mayor afinidad con los de men liberal uruguayo. sus mismos anos, pero que revela la existencia de un co­ Los treinta años que abarca Ja generación crítica, con herente período histórico. sus dos promociones. se distribuyen en dos alas de pro­ Y no podría ser de otro modo si se piensa que unos Y porciones similares. Las separa , como fiel de la balanza, la otros son hijos del mismo proceso de caducidad de un iniciación de Ja crisis económica nacional. El aiío 1955 es régimen que algunos profetizaron hacia los. 40 y otros de obligada mención desde que los estudios de la Comi­ vieron en su deteriorada realidad desde mediados de los sión de Inversiones y Desarr.o//v Eccmómicv - organismo cincuenta. Caducidad que si en el comienzo pareció un oficial dirigido por un joven economista, Enri4ue Iglesias, tema de debate académico o se intentó escamotear con encabezando un equipo serio y neutral- , situaron en él la artilugios "ad hominem" - las acusaciones que el "esta­ inicia ción del deterioro económico nacional que en ade­ blishment" formulaba contra los iniciales disidentes- con­ lante no fue sino acentuándose. disimulado un tiempo por cluyó evidenciándose ya no para pequeños sectores ilustra­ la abusiva apelación a los préstamos extranjeros y, cuando dos sino para la ca lle entera que pasó a vivir esa descom­ el servicio de éstos demoró las rentas nacionales, desnuda­ posición. En momentos distintos, en situaciones que mente expuesto y agravado. El descenso económico afectó admiten diferencias muy claras, dos promociones han ido toda la vida nacional desde ese año pero su primera expre­ cumpliéndose dentro de este proceso que hoy nos parece sión social de magnitud se registra en la s elecciones de nítidamente dibujado como la curva de descomposición 1958 que introdujeron la rotación de los partidos en el del liberalismo, producida justamente en el país que había poder con el ascenso del nacionalismo desplazando al par­ Uevado a su ilusoria perfección una economía y una socie­ tido colorado que gobernaba desde hacía noventa y tres dad liberal que patrocinó Inglaterra y que culturizó Fran­ años. cia. por lo cual su desmoronamiento adquirió una signil1- La hendidura económica que se inicia en 1955 cierra cación paradigmática para todos los intentos de cambio y un tiempo y abre otro dentro del proceso general que transformación considerados dentro de América Latina. El vemos: de una situación en la que todavía la inviabilidad del recomendado modelo uruguayo demostró su fragilidad o sistema no era flagrante, quedaba disimulada cuando no sea lo fa lso de su asentamiento en bases económicas ver­ justificaba ocasionales apologías - ese fue el tiempo del daderas que open1ran en beneficio del país. slogan "Como el Uruguay no hay" - , se pasa a otro en La destrucción de las formas de la sociabilidad liberal, • que su in suficiencia se hace notoria y es primero atribuida a partir del debilitamiento de sus bases infraestructurales, a los gobernantes. luego a los partidos. por último recono­ no fue un proceso nítido y ordenado, sino confuso. Los cida en la estructura de sistema. Es entonces que se aco­ mismos intelectuales al principio sólo parecieron intuirlo, mete su impostergable sustitución apelando a diversas cuando no profetizarlo; lentamente lo reconocieron y se vías. pusieron a la tarea de evidenciarlo. Las primeras grietas en Las dos alas que separa el ano 1955 pueden definirse la pareja, pulida, celeste cúpula liberal, bajo la cual vivía por conceptos opuestos: internacionalismo primero, nacio­ la nacionalidad como enajenada, pem1itieron avizorar la nalismo después. En los años que aproximadamente van injusticia sobre la que reposaba. Correspondió a los intelec­ de 1938 a 1955, la nota internacionalista preside la vida tuales denotarla, primero como la crítica constructiva que uruguaya, otorgándole ese carácter que pareció por un 336 URUGUAY HOY LA GENERACION CRITICA 337

tiempo constitutivo !}el país y fue loado con alguna justi­ de la Facultad de Humanidades y Ciencias que, siguiendo cia: país europeo dentro de América Latina; democracia un proyecto de Carlos Vaz Ferreira, será concebida como pqlítica estable, socialmente avanzada; estructura civilista un centro de estudios superiores desinteresados al estilo y cultura ampliamente difundida, participación activa en del College de France, y la creación del Instituto de Pro­ la información mundial: sociedad pequei1oburguesa em­ fesores que responde a un proyecto de Antonio Grompo­ prendedora e ilustrada: bastante equilibrada distribución ne instituyéndolo como un instituto pedagógico para pre­ de la renta nacional entre los sectores medios. Ese interna­ parar a los profesores de la enseñanza media y donde cionalismo será signado por el progresismo antifascista la tendrá su primera encomienda magistral una parte consi­ adhesión a los Aliados en la segunda guerra mundial 1~er­ derable de la generación crítica. A estos cuatro organis­ ced a la cual el país se sume, un mucho retóricamente, a mos se suman posteriormente otros: en la órbita de la la gu~rra con.tra el Eje, el apoyo militante a los organis­ Universidad es la apari ción de las escuelas, ya no faculta­ mos mternac1onales, la discreta participación económica des, adscriptas a los mejores momentos del rectorado de en la ?uerra de ~orea. Estas contiendas son rentables para Cassinoni, y que van de la de Bibliotecnia a la de Bellas un p~1s ~ue obtiene de ellas la ef(mera prosperidad que Je Artes, así como la difusión popular acrecentada bajo siste­ perm1~e mtentar la industrialización liviana, readquirir las ma de cursos de temporada o regionales. Por último debe mvers~one s ~xt.ranj~~a s , y sobre todo perfeccionar una pa­ recordarse que coincidentemente el estado intensifica la ternalista d1stnbuc1on de la riqueza en los sectores urba­ creación de bibliotecas liceales y municipales en todo el nos que remeda, en un modo legalizado e institucionaliza­ país y que encara vastos proyectos como el de los coros do, el comportamiento de Perón del otro lado del río. nacionales, que fracasaron. Sólo se obtiene, posteriormen­ E~to s años corresponden al último empuje civilizador te, la creación del Conservatorio de Música. batllista que se traduce en un reforzamiento de las clases Son todas aportaciones del estado que manifiesta así medias y en una ampliación del esquema cultural que las una preocupación cultural orientada sobre todo a la ins­ abastece y med1a~t~ e~ cual ascienden, ya menos vertigino­ trucción masiva aunque ya incorpora la formación de samente, en la puanude social. Se produce entonces un élites de alto nivel. El populismo, que es la línea domi­ desarr~llo educativo - preferentemente la primaria y se­ nante de América Hispana en esos años, se expresa en el cundana- , aunque la mayor innovación fue crear institu­ Uruguay por formas atemparadas, puestas al servicio de su ciones de difusión e investigación artística e intelectual de pequeña burguesía urbana, directa beneficiaría y sostene­ tipo superior, para las que se había manifestado evidente dora de las conquistas del período. Curiosamente, de sus desvío en las décadas anteriores, mayoritariamente consa­ filas surgen quienes comienzan a denunciar el carácter cla­ gradas al enorme esfuerzo de educación básica de la co­ sista de esta educación y de esta cultura, a la vez que munidad. El SODRE que inicialmente (1929) había sido tímidamente se revuelven a la búsqueda de formas inde­ un~ radioemisora dedicada a música culta se ampliará pos­ pendientes de acción intelectual o artística. tenorme ~te con una orquesta sinfónica, un cuerpo de bai­ De 1955 en adelante asistiremos a un renacimiento del le, una cmemateca, etc., hasta constituir el centro artísti- nacionalismo que se presenta como un reencuentro con el · co-musical del país; luego de varios ensayos fa llidos se país dentro de condiciones progresivamente dramáticas. establece en 1947 la Comedia Nacional, un elenco estable Durante los afios anteriores, el nacionalismo agrario y an­ de ac~or~s. dedicad?s a la difusión del repertorio universal, timperialista de Luis A. de Herrera había sido elimínacr• al pn~c1p10, que mcorporará el fomento de lo nacional de toda función dirigente y severamente combatido por despues; de enorme significación fue en 1948 Ja creación un abanico de partidos que iban de los liberales al comu- 338 URUGUAY HOY LA GENERACION CRITICA 339

nista. Salvo en el campo de la historiografía - de reivindi­ ntando con creciente urgencia: el M.N.R. bo liviano, la afipu de Arbenz en Guatemala , los cambios políticos bra- cación partidista militante- ese nacionalismo no incidió 1gura 1 . - b b en la vida intelectual durante el período internacionalista silei'los de Quadros a Goulart, la revo uc1on cu ana so re y aun su función antimperialista sólo alcanzó predicamen­ todo. b' · 1 · d 1 te a través de un sector que parcialmente se le había El nacionalismo dominante es tam 1en e tiempo . e a desprendido pero que abarcaría muy distintas ideologías: · b económica con soluciones que agravan la s1tua- qwe ra ' · b' d 1 · se le conoció como el "tercerismo", predicando la neutra­ oon· · del país como las que aplican. los go 1ernos. e . part1- lidad en el conflicto 1939-1945 con una doble crítica a do nacional transfiriendo la nqueza a 1os prop1et~~·o~ ~u- las fuerzas en pugna. El partido nacionalista sólo llega al rales, devaluando la moneda, adhiriendo a los pnnc1p1os poder a través de la descomposición política que rodea fondomonetaristas, endeudando al estado a la banca ex- 1955; ·era La quiebra económica afecta plenamente el fun- ese año es la adopción del poder ejecutivo colegia­ tran) · ft · 1 do en 1952 y el crecimiento del movimiento de masas cionamiento de los organismos culturales o 1c1a es que rurales aca udilladas por Nardone que pega un primer gol­ comienzan a tener una vida desmedrada, cuando ~1 0 s~ les pe a la dicotómica y rígida organización de los partidos impone agresivamente como es el caso de la U01v~rs1dad políticos uruguayos. (a Ja que se condena a un estado de per~nne asfi~1a ec~ - Pero si al período que se inica en 1955 lo llamamos n6 JTUca· ) . La ensef\anza pública ve reducida la as1stenc. d1a nacionalista no es meramente por la ascensión al poder de econ O·JTU·ca y afectado su nivel técnico. Las creaciones. . e un partido que así se autotitula, sino por la general recon­ nuevas instituciones son escasas: se red u<..-en , en una l 1ptc~ versión de los intelectuales y las ideologías. El nardonismo política conservadora, al desarrollo de muscos o a la reed1- será acompañado por un equipo intelectual de distinta ción de obras clásicas. Tanto la falta de rccur~os como la procedencia a quien signa el nacionalismo; el agrarismo, la filosofía cultural arcaica que se maneja ex~hcan que la tradición histórica, una vez fracasada la experiencia mani­ cultura del país que, como apuntamos, habia tratado de festará las tendencias plurales de un nacionalismo "nasse­ buscar cauces ajenos al estado para ~esarrolla~se , ahora rista". Los equipos del "tercerismo" se reorientarán hacia ase exclusivamente a los organismos independientes que el socialismo, aun antes de la revolución cubana de 1959 a la fos pacientes esfuerzos de los particulares. han . ido c.re~~­ que adhieren, como se ha de percibir en la prédica de Carlos do· 0 quede vinculada a las tareas de la U01vcrs1dad, u01co Quijano: quien en 1958 abandona el partido nacional; el so­ organismo oficial al cual su. ~u~onomía juri~ica preserva cialismo se radicaliza y divide: si por un lado ingresa el revi· de la anacrónica cultura of1c1ahsta. En el ~ampo de los sionismo histórico rioplatense, aliándose con sectores nacio­ teatros, conjuntos musicales, editoriale s~ revistas, etc:. las nalistas, por el otro busca bases rurales antes de proponerse manifestaciones culturales tendrán una im pronta naciona- los pro ble mas de la toma del poder; el comunismo se desem­ lista también. . baraza de su equipo dirigente staliniano, primer paso en el ca­ La larga curva de esta ge neración crítica se desintegra mino de una nacionalización frenada. Como es en este cam· hoy en una dudosa batalla y ya. ~a . si~o o~j~ to de tenaz po político donde surgen y actúan Jos intelectuales y' no invalidación. Es difícil darle una 11uctac16n ng1da en deter­ hay ningún otro donde aparezcan, la marca nacionalista es minada fecha. Muchas veces, sin embargo , he citado un evidentemente la que corresponde a esta segunda ala de la análisis de Carlos Quijano que me parece revelador ~ara época cultural reciente. Por lo demás se trata de una incli­ este intento de determinar un momento clave de la lústo­ nación que resulta generalizada a toda América Latina y ria contemporánea. Enfrentando dos fechas de la vida poli- que los diversos hechos políticos del continente iban ica del Uruguay - el go lpe de estado de Gabriel Terra el 340 URUGUAY HOY LA GENERACION CRITICA 341

31 de marzo de 1933 y la recuperación democrática que rtes discordantes del cuerpo social, que i.e tipificó en el se alcanzó en 1938 expulsando al nacionalismo de Luis A. ~ejamiento entre las estructuras sindica l~ y las represen­ de Herrera tras la conjunción de los partidos republicanos tadas por los partidos ~olíticos, ~abría de lleva~. a una Y progresistas que conquistan apoyo popular para su de­ ruptura violenta. El canuno evoluhvo de adecuac1on. ~ la manda de nueva Constitución y leyes democráticas- decía realidad que habrían de cumplir las estructuras poht1.cas Carlos Quijano en uno de sus editoriales: "El 31 de marzo chilenas a partir de la experiencia del gobierno de Aguirre es un refodo de. nuestra historia; pero no lo es menos y Cerda del 38 no tuvo equivalente en un país que, com~ el acaso lo sea mas, el año 1938. En este último con más Uruguay, manifiesta sin embargo similitudes de organiza­ claridad que en aquella fecha - se tarda a vece~ en com­ ción social y educativa con Chile. La esperanza que se ~re11~er el cabal significado de los hechos aunque pueda generó durante la oposición a la dictadura de 1933 n? mtuzrsele- la historia del país se bifurcó. El 31 de marzo alcanzó solución satisfactoria en 1938 al encontrar el pa1s fue_ la reacción encabezada por las clases dominantes y un mero cambio de equipos gubernamentales. mas capace~. 193~, mostró que la resistencia al golpe de La "oscura confusión" de que habla Quijano, la decep­ E_s!ado hab1a equivocado el camino. Para. vencer a la reac­ ción que signa este período de fa lsa recuperación demo­ c1011 no se podía transitar por los mismos caminos de ella crática, se verá duplicada por otras decepciones que se buscar el apoyo de las mismas fuerzas que habían recia~ escalonan en 1938 y 1939 y que tendrán especial inciden­ mado _el golpe o lo habían tolerado. El tiempo, bien corto cia sobre la izquierda de la década progresista: la derrota por. ~1 erto, t.10 tardó en demostrarlo. Cuando los núcleos de la R~pública española, el fracaso del Frente Popular pol1t1c~s desalojados el 31 de marao, volvieron al gobier­ francés, la entrega de Austria y Checoeslovaquia, la ascen­ no, . ~e!aron en pie no sólo las estructuras que habían sión que parecía irresistible de los fascismos y, en las pos1b11ltado_ el golpe, sino también las propias construccio­ vísperas de la guerra , rematándolo todo, el pacto ruso­ nes de la dictadura. Se reinstalaron en el edificio conserva· germano que semQró la desconfianza, la división de las do Y reacondicionado o adornado por ésta. Todo siguió fuerzas, el temor y la inseguridad. como antes Y la lucha que contra la reacción se inició el Enmarcados por estos lineamientos nacionales e inter­ 31 d~ nu;rzo, en vez de abrir nuevas alternativas al país, nacionales así como por una educación típicamente libe­ se diluyo en una oscura confusión" (Marcha Nº 1248 ral, europeísta a la francesa que coincide con la gran 26nIU1965). . irrupción .de la filosofía, la literatura y el arte de las van­ El fr~_caso . d~ . 1938 se define, en el terreno polftico, guardias de entre ambas guerras sobre el continente his­ por la 1mpos1b1hdad de una conjunción democrática de panoamericano, van apareciendo a la acción pública los f~erzas renovadoras que proporcionara las bases de un go­ integrantes de la generación crítica. Los intelectuales no b~emo de tipo frente popular, tal como ocurrió en Fran­ aparecen todos en un mismo año como le resultaría có• c_m y, más cercanamente, en Chile, Tal solución hubiera modo a una teoría generacional mecánica, ni aparecen sido un notorio avance en la educación poUtica del país y armados con sus idéas definitivas. Son diversas oleadas s~s frutos se habrían ido percibiendo en el proceso poste­ que se van sucediendo, ligándose entre sí algunos más nor como una ren~~ac ión de las estructuras políticas, da­ afines y variando estas afinidades en la medida de la con­ do que el error VISlble de los treinta af'ios transcurridos tinuidad creadora, la respuesta lúcida al acaecer renovado fue. la lncapacid~d para encontrarle a las nuevas realidade~ y la decantación ideológica progresiva. Por el bienio ·sociales Y economicas del país, una formulación política 1938-1940 encontramos manifestándose en libros o escri­ adecuada, por lo tanto nueva. La tensión entre estas dos tos de revistas a un conjunto heteróclito de figuras donde 343 342 URUGUAY HOY LA GENERACION CRlTICA

están los que Real de Azúa ha · !Jamado los "jefes de fila y romoción cuyo epicentro de nacimientos estará ~n 1930 supervivientes" pero también los muy jóvenes que se em­ ~ecogiendo nombres que se escalonan en un de ce n~o. largo. pinan velozmente a Ja letra escrita. Son ellos: Liber Falco Esta segunda promoción que he llamado de.'ª cns1s po~ ­ (1906). Selva Márq uez, (1909), Dioni­ comienz.a a actuar sobre la cultura nacional a partir que 'b' · 1 t to sio Trillo Pays (1910), Arturo Ardao ( 19 12), Alfredo de ta quiebra económica de 19_55 y re~1 ira por º. .ªº Dante Gravina (1913), Lauro Ayestarán (1913), Beltrán na dura herencia y encontrara una mas pesada real.1dad, Martínez ( 19 15), Carlos Real de Azúa, Carlos Denis Moli­ ~umpe en la habitual forma a~bitraria de las generac1one ~ na, Fernando García Esteban ( 1916), Carlos Martínez Mo­ de tal modo que entre los pnmeros que a.parece~ se en reno (191 7), Hugo R. Alfaro ( 1917), José Pedro Díaz cuentra Alberto Paganini (1932) º. Mano Tra1t:nberg ( 1921 ). Guido Castillo, Orfila Bardesio, Amanda Beren­ (1936) en tanto que sólo bien postenormente comienzan guer. Homero Atsu'.;a Thevenet. Vivian Trías, María de a publicar otros como Wa\ter Ortiz y Aya la ( 1 9~?) · . Montserrat todos de 1922. A ese conjunto discorde. muy La operación central de esta segunda promoc1on co~~1s­ poco vin culado entre sí, se agregan nombres de figuras tirá en asumir, ampliar y perfeccionar el enfoq ue critico mayores que se encontrarán y realizarán dentro de nuevo ya establecido, aceptando sus premisas fundamentales pe- movimiento: poe tas como Juan Cunha. críticos co mo Ar­ o modificando sus fórmula s operativas. En este aspecto turo Despouey, po líticos como Carlos Quijano. :s muy claro que con ella se produce la ampliación del En ingresos sucesivos aparecerán los escritores que for­ movimiento, no sólo porque los nllevos le co~0eren ma­ man el grueso de la primera promoción de la generación yor entidad sino porque asumen_ la tarea ~roseh~ a sta com~ crítica y cuyas fechas de nacimiento se encaba lgan sobre capital. Por un lado se regis_trara u~ cr~ ~ 1 e nte aruste ~e la el año 1920, (año que puede estimarse clave porque en él información y" del conocimiento c1ent1f1co de 1~ realidad nacen dos escritores de extenso magisterio: Mario Bene­ nacional; por otro se planteará la acción e~ucatava a esca­ detti e Idea Vi larifio) extendiéndose a lo largo de un dece­ la popular como una obligación int~l~c lu?I insoslayable : . nio. de 19 15 a 1925, con las hab ituales excepciones de Sin esta aportación y estas mod1f1ca c1ones metodolog1- los reservistas y de los precoces. La plana mayor, ordena­ cas no habría alcanzado cuerpo la generación crítica. A da por años de nacimiento, la constituyen: Clara Silva partir de la nueva oleada comienza a con s t it uir ~ en repre­ ( 1905), Roberto F abregat Cuneo (I 906), Eliseo Salvador sentativa de la auténtica y única cultura del pa1s. Porta ( 1912), Alejandro Peiiasco, Armonía Somers, Ordenados por sus fec has de nacimiento, el conjunto Waslúngton Lockhart ( 1914), Arturo Sergio Visea. Mario de esta promoción incluye los siguientes nombres: Ander~­ Arregui ( 1917), Luis Castelli, Asdrúbal Salsamendi (J 918), sen Banchero, Cecilio Peña. Enrique Williman , Jorge Medi­ , Idea Vilarif'ío, Ariel Badano, Daniel Vi­ na Vidal ( 1925), Milton Schinca (1926), Carlos ~uchet, dart, Julio C. Da Rosa, Manuel Claps, Ariel Méndez, Juan Jorge Musto , Héctor Massa ( 1927), Luis Carlos Benvenu­ José La coste ( 1920), Roberto Ares Pons; Carlos Rama. to, Héctor Borrat, Mario César Fernández ( 1928), A lbert~ Antonio Larrcta , Emir Rodríguez Monegal (1921) Carlos Methol, Walter Ortiz y Ayala, Jorge Bruno ( 1929), Saúl M.aggi ( 1922), Sarandy Cabrera, Carlos Brandy (1 923), Ida lbargoyen Islas, Carlos Flores Mora, Rubén _Yacovsky, V1tale (1924), Humberto Megget , Ricardo Paseyro , Carlos Washington Benavides, Juan C. Somma, Ruben Cotelo, María Cutiérrez, María Inés Silva Vita (1926), Silvia He­ lván Kmaid. Ornar Prego Gadea , Juan Flo (1930), Merce­ rrern, José E. Etcheverry, Jacobo Langsner (1 927) Saúl des Rein , Luis R. Campodónico, Jorge Onetti, Nancy Pérez ( 1929). ' Bacelo (1931), Circe Maia, Marosa Di Giorgio. A lb er~o Ya estos últimos merodean las fechas de la segunda Paganini, Silvia Lago, Jesús Guiral ( 1932), Hiber Contens, URUGUAY HOY LA GENERACION CRITICA 345

Mauricio Rosencof, Horacio Arturo Ferrer, Alejandro Pa­ ·cJo histórico difícilmente predecible. Para los órdenes ternain (1933), Gley Eyherabide (1934), Jorge Sclavo, ci ecánicos de los sistemas generacionales, habría que ha­ Rogelio Navarro, Mario Trajtenberg, Claudio Trobo :iar de una generación surgente por 1970, pero ~~ dif{cil (1936), Heber Raviolo, Fernando Ainsa , Diego Pérez Pin­ e nuestra planificación intelectual pueda escudrmar con qu V . d 1 ·t . tos (1937), Enrique Elissalde, Salvador Puig, ( 1939). Es t an ta exactitud el futuro. anos e os escn ores menc10-.. Eduardo H. Galeano, nacido en 1940, quien marca un dos corresponden al núcleo de esa nueva generac1on en punto óptimo de la serie: no sólo por sµ extraordinaria :archa cuyas obras están en agraz. Más q~~ s~s produc· precocidad .qu~ desde los quince años le ha hecho partici­ · nes y estéticas son evidentes las mod1f1cac1ones que par del penod1smo y de las letras nacionales, sino también CIObre ellas ejerce la sociedad, la lecc1"on dlhit'de a s ona en- por la inquietud política dominante en él a la que ha sotro de Ja que se forman. De ah1' pue d en d envarse . a1 gunas dedicado más atención que a su obra narrativa de líneas · d'caciones caracterológicas: es muy probable un brusco m t • d. t depuradas. rejuvenecimiento de los escritores con un,a mme .1a a re- Tras él la década del 40 ha dado ya un conjunto de percusión sobre, las for.mas c.ulturales; 1~ h~ea de mflu~~­ nombres que tendrán una imprevisible inflexión en Jos cias rectoras sera de ongen hispanoame~1camsta con de~1,li­ declives generacionales, pues mientras algunos se suman a tamiento evidente de aportes de otras literaturas; la acc~on los procesos y enfoques de la promoción de la crisis y, en resulta ingrediente que se compone dentro de la ob.ra lite­ general, a los principios rectores de la generación crítica raria bajo diferentes traducciones estructurales; la ~1ber~~d otros en cambio codician un nuevo estilo, una escritura teR~ en el manejo del idioma y en el uso de la contnbuc1on e imaginativa, una recuperación de materiales innobles del habla se verá acrecentada. u?a acidez interpretativa que los emparenta con el humo; disonante, una inclinación por formas barrocas. A ambas La nueva conciencia corrientes, que ya se separarán y ordenarán, pertenecen, entre otros, los nombres de: críticos, Jorge Albistur, Ge­ Cuando una cultura se incorpora al espíritu crítico, no rardo F~mánde~, Alberto Oreggioni, Gabriel Saad, Jorge deja ningún resqui~io de ~s manifestacione~ ~ntelectuales Rufinelli, Grac1ela Mántaras; poetas, Enrique Fierro Leo­ sin contagiar del mismo afan: un poema erotico, un .cu.a­ nardo Milla, Enrique Estrázulas, Roberto Echavarre~ Wel­ dro de caballete, una novela sentimental responden al mis­ ker, Hugo A~húgar, Jorge Arbeleche, Cristina Carneiro; mo impulso que uh .estudio histórico, un editorial perio­ narradores, M1lton Stelardo, José Pedro Amaro, Alberto dístico, una diagnosis sociológica. Todos esos pro~~ct~s se Bocage, Teresa Porzekansky, Cristillf) P6ri Rossi; dramatur­ sostendrán unitariamente por una misma operacton inte­ gos, Jorge Blanco, Hugo Bolón, Rolando Speranza, Alber­ lectual: el cuestionamiento de las formas establecidas, pro­ to Paredes, Manuel Lus Alvarado, César Seoane. blematizándolas, separando aisladamente sus partes inte­ Como. creo_ que . este ciclo histórico-cultural ha perdido grantes - desintegrándolas bajo la óptica analítica- para su antenor dinárruca y apenas si se sobrevive como se así, atomizadas, destruirlas. No es una lucha frontal en los sobrevive el edificio de nuestras instituciones liberales ca­ orígenes, sino una acción de guerrillas que golpea en los reciendo de viabilidad y capacidad creadora; como existen sectores más endebles y que sólo tardíamente alcanza -a ya nu~vas fuerzas que han' hecho proposiciones diferentes través de la misma acción, repetida- a concebir cuál es el que tienen que ver con la destrucción real del sistema plan a seguir y cuál es el centro caduco -el sist~ma- del nuestra cultura ~e ha inflexionado en el nuevo juego d~ que derivan las manifestaciones criticables. Del m~smo mo­ tensiones, anunciando por lo tanto la apertura de otro do que en los ó:rdenes poüticos hubo un largo tiempo de 346 URUGUAY HOY LAG ENERACION CRITICA 347 crítica a los gobernantes, meramente, antes de implicar en forma directa el sistema, primero legal y luego socia l y teJ·an las pos1·c·ones i de la misma generación. 1 del. 40d si se co d 1 Río de Ja Plata: la actitud e us1va e económico que lo permitía, del mismo modo en las letras. a un lado y _o t~o. e del momento en los narradores argen- en las artes, en los estudios históricos y sociales se mero­ la realidad 1~1 stonBc~ Casares Bianco Wilcosky Y aun Sá- dearon conductas estilos, temas establecidos, en una discu­ C0 rtazar 10y • • tinos - . r:~~ª~ez que la desconfianza que que incluye letras, arte.~. ciencias humanas, polltica, ideo­ rit u de la ~e.ca~a ro~a a ortar. actuando por lo tanto con logías. concluimos razonando que todas ellas correspon­ la nueva decada ha e ·fe abarcar auténticamente la pro- den a la asunción de una conciencia critica. Fue. muchas una amplitud que pcnm_ Creo que en esta actitud vec'!s, anterior a un programa coherente, Jo qu~ explica la . . toda de su tiempo. · d d blemal!Ca ( Í ncionamicnto de la SOCle a a facilidad con que se articularon y desintegraron los nú­ intelectual se trad~ ce e ·r ~ el mayor grado de apertura y cleos de intelectuales: se ligaban por esa comunidad de la que perte~~cc e es~ r~. e,;· ·za en ese período a la socie­ conciencia diríamos adversativa y sólo despa ciosa mente democratizac1on que caiac en . iban avanzando hacia el establecimiento de asoci;iciones dad mont ev~dea~1a. . . . uede medirse V'.í lidamente ideológicas superiores. Tal conciencia corresponde a una La conc1enc1a cn!1c~ n~oi~ los valores dominantes, ya óptica para ver la realidad, pero no tiene ninguna vincula­ sino en su e n:r~ ntam1 ~;~i~n adversativa. Contra la exalta­ ción forzosa con estilos literarios (realismo) ni con filoso­ que es un~ t1 pica po . se prolongaba respondiendo al fías (marxismo), pudiéndose en cambio comprobar que ción ~nganosa .ql~e ¡~~~~la la depresión esq uiva y d esd~­ abrai.a muy dispares orientaciones. Tampoco puede ser popuhsmo batlhst · ºúbilo que fuera estrep1- equiparada, como en las tesis luckasianas. a un perspecti­ lo que va le como oponer a 1 J t ñosa, _ 1 'cdo que trepó los cuaren a Y vismo, es decir. a un finalismo que gobierne la compren­ toso ev los ~nos. !ocos. e m1 n el mundo que se vivió, en sión del presente, porque al contrario, parece más bien a la copartic1pac1on alegre co. o antifascista, la melan- nacer de una desilusión - donde puede estar impllcita la la década .rosada de~e::.~t~~~~~~1~0 de lo mortal. Contra el quiebra de un ideal- lo que confiere especi:il relevancia n colía , la tns~e ~. e ~ P_ d fraternidad que estatuía el par­ la experiencia existencial, a la lección histórica del hoy. régimen de md 1 scr~~1ma' ad . tándose rector del destino En sus manifestaciones primeras la conciencia crítica es 'd d tipo trad1c1ona\ ecre 'd li t t1 o e .. so el aislamiento indiv1 ua s a, simplemente una insatisfacción ante lo que ofrece vida y espiritual de l:i nacidon opuf" ba de los cantos exultantes y mundo a un joven, cuando no una retracción hacia la vida ·nación que escon m . la marg1 . ·s cuando estos opositores ya interior que va le por un impllcito juicio del contorno. sólo mucho t1empod ?~.~pue. , orfo sino que representaban Aunque en ella se descubre el rechazo de los valores no form.aban una . e_. 1 ~~~a volvió a encarar la posibi­ literarios estatuidos, al punto que la generación de la críti• una comente de opm1on , . 1 a en torno a doc- ca será la encargada de la demolición del falso parnaso lidad de una ag lutinaci~n co~~~~:· aª~;:radores de vastas anterior a su emergencia, también debe registrarse la pene­ trinas Y no alrededo~ e pa ' oderes del estado. tración que los principios de tipo crítico manejados por clientelas e intermedia~o~es ~?~ ~~: ~e la sociedad a la los escritores de anteriores promociones han de tener. Lc1 Contra el intento de ce e :cJO una .rosa perfecta, opuso so terrada presencia de esta herencia se hace más evidente literatura, transformaba to o en 1 s espinas el marchitarse el análisis desintegrador que ve a . 348 URUGUAY HOY LA GENERACION CRITICA 349

del color, la caducidad de las formas, así como lo grotesco Hijo del humo vano, peregrino_ entre 11ie~las, del arrebato celebrante. Contra el idealismo terca y frau­ hoy regreso a los suefios, /1um1lde y cammante. dulentamente anclado en el futuro al que cree contemplar y /o vivido escribo s~bre la ~n~t~b le arena. . ronto Idea Vilanilo defm1ra con esa rotundidad desde lo alto de la o la contemporánea, opuso la inserción Muy P . . 1 en el tiempo, el tluir de la vida, la historia como obsesión pro ~·t·1e 1 ca de su poesía la situación• ex1stenc. 1a. en que se . ~ , recuperaci?n del pasado como necesidad de interroga: mueve la juventud. Porque no es so l ~ su agonaca cosmovi- e.ion a las ra1ces, el sentimiento de la inseguridad y preca­ sión lo que ya en 1941 se expresa asi: riedad de la existencia. Contra las formas brillantes que La angustia ha devenido han devenido herméticas no por necesidad interna sino apenas un sabor, porq.ue nada tienen que comunicar, opuso la grisura y Ja el dolor ya 11 0 cabe, sencillez, el coloquialismo despojado, la verdad vecinal y la tristeza no alcanza; concreta. una forma durando sin sentido, Podrían establecerse más parejas de o puestos. Pero es­ un color, tas oposiciones son más visibles en el enfrentamfonto de un estar por estar texto.s. Como siempre, fueron los poetas los primeros en y una espera insensata. . ~efirur este ~ambio. En el libro Gmto con que en 1940 fuera de Jos poetas s.ólo un narrador, de P3:1'ttcu l ~r irrumpe tardtamente Sara de lbáñez, encontramos el can­ temperamento poético como es Juan e.arios Onett~, ~ab1a to de cisne de una época y de un estilo: ella ofrece Ja sido capaz de avizorar en los años treinta el crec1~1ento p~rfección ar~íst i ca d~ ~n tiempo que ha entrado en ago­ de una insolente y purísima juventud a la que se se~ t1a man­ ma Y cuyo ajuste estet1co es casi epigonal. En la primera comunado y a la que vio abrirse dentro de un umverso de . lira del libro que saludara con alborozo Neruda, dice: adultos corrompidos. Este. tema del joven p~ro e n~re los Rosa, rosa escondida mayores emporcados, cuya origi~alidad es bien sa~1da en - finísimo cometa de jardines­ ta literatura onettiana, se mamfiesta dualmente. como que en mi carne aprehendida afirmación juvehil y a la vez como escéptica co mprob~­ cie"an los querubines ción de su seguro fracaso. El Onetti veinteañero que escn­ con una lenta curva de violines. bía estos primeros re latos de fieros jóvenes rebe ~des es ya Tras .est.e _acento óigase a un reservista que se identifica el desilusionado sobre toda posibilidad de ca~b10 ~ustan~ con el mc1p1ente movimiento, sustituyendo la exaltación cial del mundo. En "Bienvenido Bob" dice : "Nad1~ amo d~. los brillantes arquetipos intemporales por Ja descrip­ a mujer alguna co11 11> fuerza con que yo amo s~ ru~ndad, c.1on de un barrio pobre, vivido y querido que deriva en el su definitiva manera de estar hundida en la sucta vida de tiempo. Es Uber Falco diciendo en 1938: los fiambres. Nadie se arrobó de amor como yo lo ha_~o Yo nací en Jacinto Vera. ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin conviccwn ¡Qué barrio Jacinto Vera! que un destruído y lejano Bob le dicta algunas vec~s Y Ranchos de lata por fuera que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde y por dentro de madera. está emporcado para siempre". Y luego un poeta joven, a quien Juan Carlos Onetti saludó como representante auténtico de la nueva sensibili­ Incursión en el mundo: pintura, cine, teatro, prensa· d_ad: Beltrán Martínez, quien en 1939 se define cop los s1gwentes versos: El rasgo internacionalista que sef'lalamos como peculiar de 350 URUGUAY HOY LA GENERACION CRITICA 35 1 la vida polftica del primer período. hasta 1955. se reen­ ya habfo establecido como doctrina sistemática en España cuentra, acentuado. en las distintas disciplinas culturales cn el ai'io 1932. Junto a la paleta gris. melancólica, que de los mismos años. Ocurrió algo similar a lo que Octavio signa el primer período del Taller. se ~estaca la organiza­ Paz anot? sob~e el modernismo hispanoamericano. Entre ción mental del espacio pictórico. la aplicación rigurosa de la. actualidad mternacional y la actualidad local. fue la ta medida aurea. el uso de una simbología que abstraía p~1mera la que movilizó las energías porque ella propor­ una realidad sedicentemcnte americana y por último una c1011aba los más .altos valores y las concepciones del pre­ categórica interpretación universalista del arte que es defi­ sente. en tanto que la seg unda se ofrecía como anacronis­ nida en el primer libro programático de Torres García, mo_. aunque ya corresponde denunciar el verbalismo publicado en 1938: La tradición del hombre abstracto. El enajenante de buena parte del internacionalismo político ··universalismo constructivista" religaba la hora de las ar­ Y cultural que se manejó. En el campo restricto de las tes plásticas uruguayas con el momento que atravesaba el letras esta tendencia resu ltó más fundada y necesaria por­ arte europeo introduciéndolas en un desarrollo parejo, que el l e~ ado de la s generaciones inmediatamente anterio­ universal. que ya no las abandonó. Desde esa estructura res. parec1a carente de envergadura artística y de la validez que respondía a la internacionalización de las formas ar­ u~11vcr s.1 I llll~ alcanzaron los escritores de otras comarcas tísticas que había impuesto la Escuela de París, se podía luspanoamcncanas. Lu debilidad de nuestro vanguardismo sin embargo recuperclr la realidad nacional, el puerto, los puede obe~~cer a muchas caus:is , entre la s cuales pienso bodegones, la ciudad vieja, los altos zaguanes, la ciudad q.ue .. 1.x1radoJ ~camcnte cuenta el gran esfuerzo de democra­ nueva y dinámica que entraba al arte sustituyendo la vi­ t1zac1on nac10nal logrado por el batllismo así como 1 sión plana y clara de los barrios suburbanos que había e·o nt. ra d'• ct una· sene· d e conmociones históricas' que vivió eªl cultivado la pintura anterior. Si bien casi toda la pintura pais desde. ~ 9~7 Y que no favoreció ·e l desarrollo coheren­ nacional recibiría la impronta del Taller. es en los discí• te de_l_ esp1n~u vanguardista. En todo caso no hubo com­ pulos directos y fieles donde éste se consolida y obtiene .parac1~ 1~ posible. entre el aporte estético de la vanguardia su mayor penetración en la nacionalidad transportándola a argentma. que dio cuerpo a una literatura modernizada, y la aceptación de los órdenes universales del arte. El magis­ ~1 . ~e la nuestra: tal desnivel explica que la generación terio de Joaquín Torres García que se extiende también a critica uruguaya resultara, P.n los primeros ai'ios de la dé­ zonas ajenas, - la literatura y la filosofía-, se continúa en cada del .c~a~~nta,, imitadora , a veces muy servicialmente, la obra de Horacio y Augusto Torres, de Alpuy, Gurvich, de la revista Sur y de la mediación que ella estableció Matos, Alceu y Edgardo Ribeiro, Berta Luisi, Eisa Andra­ con ~os narradores. Y. poetas europeos, rindiendo de paso da, Gonzalo Fonseca. para luego penetrar, en la misma el. ~nismo culto d1sc1pular que Bianco estableció en sus medida en que perdía su vigencia renovadora , en el inte­ pagmas para Borges. rior del país. ~ I provinci?~ismo del medio imponía Ja búsqueda de A la moderni1..ación en la pintura corresponde, paralela­ horizontes estetJcos más rigurosos, pero a la vez funciona­ mente, la que se produjo en el campo del espectáculo. ba. como planeta ~n torno del sol europeo, recogiendo Aquí el proceso de absorción de materiales extranjeros á~damente la. tard1a trasmisión de las creaciones vanguar­ debió adaptarse a las ~ondiciones cspecfficas de cada géne­ distas. El t~as1ego se hizo mús evidente que en la literatu­ ro y a las figuras magi steriales - pocas- con que pudo ra. en '? pintura, por obra de Joaquín Torres García que contarse. No se dispuso, en esas actividades de maestros en la decada del treinta se traslada a abriendo de la jerarquía de Joaquín Torres García y fueron otros su Taller donde había de predicar el constructivismo que los problemas que se plantearon. En el campo del cine se 352 URUGUAY HOY LA GENERACION CRITICA 353

asistió a la masiva, indiscrirrunada fluencia comercial de . primero en la revista " Cine Radio Actualidad", lu~go peüculas extranjeras con un desplazamiento de la cuota entes. las páginas de "Marcha", despues• d"mg1en · · d o la revt_s t a europea en beneficio de los Estados Unidos a consecuen­ es ecializada "Film" y por último al frente de la secc1~n cia de la guerra europea 1939-1945. La respuesta nacional Pt.nente del diario "El País", un modelo en la matena, per 1 . 1 •t· a esta invasión de materiales extranjeros no fue la institu­ de abandonar el país para integrarse a a en 1ca p~t . "t' d ción de una industria propia, tarea que sólo podía encarar ~gen tina. A lo largo . de e~o~ años se s1 uan encona as y no se planteó siquiera, el gobierno, sino el desarrollo de as de tas que tiene ex1to la que se entabló al do- ~mp ªñ · d la lo que se Uamó la "cultura cinematográfica", un esfuerzo ·e en español de los filmes extranjeros y fracasó to a bl crítico desmesurado, casi monumental y a la vez irrisorio, queªJ estuviera destinada a fundar una cmema. t ogra f'1a na- para analizar todo film llegado al país y orientar al públi­ cional. . . . • . . co dentro de estrictas jerarquías artísticas. Uno de los Si Alsina define el ejerc1c10 exclusivo de 1a cnt1ca cine- inspiradores, y reconocidamente maestro de la promoción matográfica,

URUGUAY Hoy CION CRITICA 357 lo generacionaJ en materia escénica que admite una plura. LA GENERA . Ale'andro Peñas- lidad de entonaciones particulares. Su personalidad más con las aportaciones de. Juben Deuge­ distinguida fue Antonio Larreta, inicialmente crítico y los dram~tur~~:tillo, Héctor Plaza ~obha,Juan C. Legido, dramaturgo, posteriormente actor y director, creador por e<» Andre• De Camilli, Lui•. Novo• e~a ,obn de Jacob? último del Teatro de la Ciudad de Montevideo que, siendo nio, Elzear uamero y espec1a~e nte recen el punto mas una compaffía profesional de alto nivel artístico, con un Enrique G quienes o~ a experimentación repertorio que alternaba Chejov con Feydeau y Beckett Langsne~ ycreación nacional, en cu~n ~ r el vanguardismo con Albes, pareció tipificar la más alta ambición teatral alto de a ·e escénico - muy marca o o- como a revisión del país. Su actividad incesante cubre todo el período del lenguaJ por el grotesco en el del país en espe- n caso Y s y socia~tlr es ' . d desde sus inicios como crítico en el diario El País a Ja vez en, ~ d los valores mora 1e uruguaya objeto e que autor de comedias de atemperada sátira (La sonrisa), c~1~1~ tí~ica familia pequeño~~~~~:s~espunta en un joven pasando por la dirección artística de la Comedia Nacional eta ·sitoria. Ya por en 'do Jorge Bruno, y del T. CM. luego de haber desarrollado el elenco de severa reqw rematuramente desaparec1 ' va a servir de Club de Teatro hasta convertirlo en la más afiatada com­ dram::~r~~ ~xperimentación ..r~n~evagr:~~:urgos, como se paf!ía del país, para por último identificarse con e! espíri- una a la segunda promocto o e Blanco, así como tu de protesta, donde la crítica aspira a pasar a la acción, fondo La arai'ía y la mosca de J rgBolón Speranza, Pa­ vio en e t ·s Seoane, ' n­ en una serie de espectáculos que culminan con su adapta­ Mauricio Rosencot, on en '.ón de dramaturgos ya es co ción de Fuenteovejuna de.. Lope. Su carrera expresa los etc Pero esta promoc1 ovimiento teatral que distintos momentos de una "cultura, del mismo ·modo que redes, , . del deterioro del m . de la creación de ha de ser el eqwpo de El Galpón el único que sobreviva tempor~ea sus mayores éxitos a traves ces meros "colla- (por su capacidad organizativa y su. vertebración ideológi- reenctu ~cnu~~s de agitación y prot~sta, a ~:°.n.sa ilidad perso- hori zonte cultural del lector medio, en una simultánea que alsunos órganos le ro , 1a .. d1spon1b1hdad de espacio acentuación del provincianismo del ambiente, con mayor muchos de sus oficiante~ t:rc1onar?n y Ja ser~edad de dependencia de las fuentes argentinas. No mejoró el protagonistas del hecho , 1 nsformo estas secc10nes en conocimiento de la vida interna, sino que, al contrario, cu tura!. Al mismo tiempo acos- fue edulcorada con intenciones propagandísticas. 361 360 URUGUAY HOY ¡,A GENERACION CRITICA , acionalista-tradicional que mal se puede Contra tal vicio combatió una serie de diarios de efí• acentuo la nota n . te rantes del grupo pero que en mera vida (por razones policiales) que van de "Epoca" a exten?er a ~odols i~~t~ndeg futuro que lo caracterizó .dado "Ya", y desde luego, en otro orden, el órgano del partido cambio explica a 1 . alismo actual nada tienen ·smo o e nac1on . comunista, "El Popular". En todos ellos han ·actuado los ue el ca t o li ci d . ru· tampoco la literatura, q aquellas ten cnc1as, · . d mejores periodistas del país, así como nuevas generaciones que ver con las filas de Asir surgieron escnto.res e 1 de críticos y éscritores que ya han comenzado a formarse a pesar que ~e C Da Rosa o historiadores ensayistas de en los moldes de un periodismo de agitación y no, como decoro de, Julio . hin ton Lockhart. Acerca de éste, que sus antecesores, en la gran prensa informativa y crítica , de la jerarqu1a ~e Was lia ~nstalación 1..n iversalista, razonó la.s vigilada seudo-objetividad. fue el de mas amp . Ca los Real de Azúa. Esas h- lirnitaciones de ese equipo, \ a fa lta de modernización Reencuentro con la nación. nútaciones deben bu~car~e ~n que los dejó librados a una intr ument~ l de sus rrue.m . ro , conservadora, propicia a un Para algunas actividades, como el cine, el teatro y el pe­ nutrición mtelectual ai ca1ca,l vez útil a los poderosos de riodismo, hemos anotado la evolución hacia las coordena­ "mefabilismo" confuso y a a 1~ glosa encomiástica de . afincado a veces en . ·r· , das de la segunda parte del período, cuya base económica la tierra, . t El "espiritualismo" s1gnt ico es la crisis y cuya estructura política el nacionalismo. Pero cualquier producto pasatis ~· . su rimer momento, tal pasaje de uno a otro período no puede interpretarse la elusión e inalienables d~ l s ~~rat~ e~o;~:~~ho~neter~os0 como un trasiego entre compartimentos estancos. Ya en el y la convahdac1on e . 0 tal como período internacionalista se apunta la existencia de grupos de la oligarquía nacional en un segundolitd1eampop r' Domingo b en \a carrera cump de nítida inflexión nacional que funcionan como elemen-. puede .co m~ro rªr~geió como uno de los jefes del grupo. tos de contraste y de religamiento, con muy variada y Bordoh, qUJen u 1· 1 tiempo me- hasta contradictoria fortuna, respecto al medio rural. Un Este intento nacionalista ~e. reveo, ~:~ ~anto perfecta- caso ejemplar lo representa el grupo de la revista Asir de ramente ~r.ovinciano y ~olk~~~~~~o~ ~gresivos que fueron tendencia literaria y filosófica, dentro de una tesitura tra­ mente utilizable por lol g d período agitando la ban­ dicionalista, que en los años cuarenta }' sobre todo en los ocupando el po~er e~ e seg~~ri~o sin contenido popular. cincuenta cumplió una tarea r:elevante. Aunque concitó dera de un nac10.n~~smo re ue,de encontrársele deberá una adhesión amplia y dispar, las figuras que lo singulari­ La cuota del pos1tiv1~:d1a i~:e~igación literaria e histórica zaron fueron Domingo L. Bordoli, Washington Lockhart, buscarse en a z~na o en el establecimiento de una Arturo Sergio Visea, G uido Castillo, Líber Falco, Dionisio 1 Trillo Pays, Julio C. Da Rosa. Su enclave regional en Ja ~~lct~i::dvoáli~:c;a~: 1 Is ~eceys i dade~ad~~~~c~:~~~:~~i~u:¡ 1 fempo presente. en e , . d ciudad de Mercedes; su atención por la vida menuda de ya en e 1 . de un beligerante espíritu cntico y e los pueblos del interior; su orientación espiritualista y pasad~, la ~~senc1 a ción actual de los valores ·a la luz confesadamente católica en los líderes; la elección de una s1stemah~ concep d dº muchas veces como resulta­ maestros como Juan José Marosoli, -el admirable narra­ de la cual revisa~ , el ~e~ o. I? da de materiales donde lo dor de la vida pueblerina-; su reconocida deuda con el do la acurnul~c.1: i~ ~~~1;:~~ sin jerarquías: es el caso hispanismo de los noventaiochistas en adelante; su subrep­ bueno y lo p~s1. l , de la poesía uruguaya que ticia inclinaci~n folklórica; su rechaw o simple desdén de la macarromca Anta ogia . . por las renovadas invenciones de la cultura universal que Domingo Bordoli preparó par~ lafi Uruvers1~~d~ampo de las reemplazaba con el cultivo del pasado nacional, todo ello Si este nacionalismo fue me icaz en 362 363 UIWGUAY llOY . ºNERACION CRITICA LA () I·. . • letras y del pensamiento. obtuvo en cambio mejores resul­ . !"dad se logra por acentuac1on tados en el campo de la investigación histórica. donde dmientos sobre ~ nl~ct~~t~~dad civilizadora ; simultánea- dc una cultura e va i· ntensificando una am- ocupa un lugar relevante Juan Pive l Devoto, director del i ·s no proceso se . Museo Histórico y profesor del Instituto de Profesores. El mente. en e ;1 I~ . que lleva al uso de las aportac 1 o~es propósito central de su carrera fue inva lidar la labor ltisto­ pliación meto o og1~bertad operativa que reconoce la m­ riográfica batllista (Eduardo Acevedo, Petit Muñoz, etc.), niarxistas con una . to h1"sto· rico-sociológico europeo de · d 1 pensam1en • 1t· o a con la resurrección de los hombres y principios políticos fluencia e d !· t Esta línea concurre por u im Max Weber en a e an ~-. t de la historia nacional que del partido blanco o naciona l al que perteneció. Un am­ · ·óvenes practican es · · · del plio y documentado conocimiento de la historia nacional los mas J 1 011co perspectfras l11stoncas y un tesón reivindicativo muy tenaz compensaron las no­ fueron presentados en as lumen que reunía trabajos de torias debilidades metodológicas de su tarea. Pero tan im­ Uruguay moderno , i::; ~~ i Raú l Jacob , Adela Pellegrin_o, Osear Mourat, A l ~a . ª.º nR, d i'guez Villamil. La histona, portante como su aportación personal es el conjunto de D. Segm Silvia o r . . d l trabajos que se hicieron para los organismos de que part i­ Rossana i , 1· "tamente al serV1c10 e as cipó o dirigió, donde surgieron historiadores como A lfre­ en ellos, se reconoce, exp t~e la sociedad que examina. luchas sociales y del avance t el período nacionalista do Castellanos, Aurora Capillas de Castellanos, María Julia d · e al acen uarse . Ardao, Mateo Magarifíos. Podría ~c~se qu d nuestra cultura, la histori~ nac10- La devoción por la historia habría de obtener un avan­ de estos treinta años . e . or una apertura mterna­ nal ha resultado enriquecida _P sa dría comprobarse ce significativo de los conocimientos mediante un nuevo grupo de investigadores, algunos formados cerca de Pivel cional de su~ _ejercitantes. AJ: '1~v%sto~a nacional de Jos Ja reconvers1on al campo . ·entos de izquierda Devoto, pero que encontrarían su mejor inspiración en las intelectuales pertenecientes ta mtoosv::rumétodos e incluso a ensefíanzas de l revision ismo argentino. Con ellos la histo­ . 1 arcadamente a en . riografía ha de abandonar Ja concepción archivista que socia , m u ~ m 'versal Tres ejemplos, provementes singularizó la tarea de Pivel Devoto, y más genernlizada­ temas de impronta. ll:m . · I, icas definen esta conduc­ mente, todo el trabajo de investigación del período ante­ de diversas agrupac1cmes ide~ º:e u~a izquierda anarquista rior, para abordar interpretaciones sociológicas o propias ta: Carlos Rama, que ~~oce ~ e el pensamiento social del de la filosofía de la historia. Eso es visib le ya en los Y. que~~ª ~~olo;oes:ulat~~~~l~gía nacional; Vivían T_rías, estudios de Washington Reyes Abadie, Tabaré Melogno, s t~ ~o e :rtido socialista uruguayo, que reconvierte José Claudia Willi man, Osear Bruschera. Roberto Ares dmgente del p . . . histórico con el que, además, Pons, y no hará sino in tensifica rse, a med ida que se vayan su partido ~l rev 1 s1~111smoa licando en ellos un esquema incorporando representantes de la segunda promoción in­ signa sus diversos ~b ros, e~ lie a a los lineamientos del telectual de la generación crítica, que forman el núcleo de interpretativo ~-arx_1 sta ;:u Josl R;sa. por último el equipo Po pulismo rev1S1omsta e ' J li Rodríguez y lo que podría llamarse la "nueva historia", como Gustavo L , s la de T ouron, u o ' Beyhaut, Juan Antonio Oddone, Blanca París de Oddone. formado por ucta a . tes del comunismo, quienes Roque Faraone, Luis Carlos Benvenuto, José Pedro Ba­ Nclson de la Torr~, provemen m !idos por Jesualdo para rrán, Benjamín Nahum. Lo que en una y otra de estas perfeccionan Jo~ mtentos c~ tap y revqlucionario de los olas se va seña lando , cada vez con mayor fue rza, es la destacar el caracter ?rogces1~ estudio sistemático de las necesidad de coordinar el territorio restricto de la hjstoria héroes pat~~ a traves_ ~es ~ la Patria vieja a la luz de la bases econoffilcas Y_socia e e ·em Jos corresponden nacional con los procesos continentales y universales, de historiografía marxista .. Estos tres J del período, co­ tal modo que - paradójicamente- el progreso de los cono- a historiadores de la pnmera promoc1.6: 365 364 URUGUAY HOY ¡,.A. GENERACION CRITICA resguardar su disponibilidad, pero eso mismo le h~ confe­ menzando. a lg~nos de ellos a publicar por 1.940; por lo rido la lozanía de anclar vivamente en el presente. Dentro tanto t.estimonian, desd~ otro ángulo, el movimiento gent­ de la línea que, cada uno en su inílexi~n propia, cultiv_a­ ral ?e ideas que al med iar estos treinta años va ca mbiando ron Quijano, Ardao, Pivel Devoto, ha sido R.eal de Azua el s1gn? de nuestra cultura y reconvierte al tema nacional quien ha proporcionado la versión prob~ema~1zada ac~ual: a sus_ i.ntelectuales, aunque ya no desde una perspectiva en él se registra la prolongación del nacionalismo decimo­ folklonca, de revanchismo político o de archivismo sin nónico y su reconversión al socialismo del siglo XX. c~n un reno.v~do instrumental que pone los estudios hlst~ Si bien ese equipo de lindes imprecisos - orientado neos al serv1c10 del progreso social. hacia el análisis renovado de las ideologías nacionalistas con los ojos puestos en una acción sociopolítica inmedia­ Nacionalismo,ciales. latinoamericanismo y ciencias político-so- ta- desempeñó una función compensadora de los equipos internacionalistas que venían desarrollando la cultura del país, la parte orientadora central de esa reconversión le ~l margen de la c?ntribución de los historiadores, otros correspondió a Carlos Quijano a través de la prédica de su intelectuales .c um~lieron esa función compensadora que semanario Marcha. Procedente del nacionalismo, educado Karl ~annhem atribuye a las élites locales para completar en Europa en un período de intensa politización antifas­ y arraigar la tarea de las élites internacionalistas y lograr cista y antiimperialista, dedicado a estudios de economía e a~~ que, ~o~ la doble fecundación, se alcance una regula­ interesado vivamente en la política nacional, convivían en c1on armomca del de.sarrollo cultural. En cierto modo al él \as dos coordenadas que venimos manejando, las que ~racaso del grupo Asir para la reorientación nacionalista habrían de componer una resultante visib le en la prédica e la cultura~ le confirió a otro sector esa misión: fue el de la publicación, quizás la única nítida y permanente d~ los en~ay1stas políticos y sociológicos libres que reci­ entre tantos impulsos ocasionales de pensamiento y ac- b1e~on la m~uencia de Servando Cuádro, su prédica nacio­ nalista y latmoamericanista, y que al mismo tiempo cos­ ción.La reconversión del movimiento intelectual uruguayo, tearon las forma.s t.radicionales del nacionalismo por algu­ formado en un adiotramiento orgullosamente universal nas. de: sus desv1ac1ones in telectuales (las derivaciones del que estableció el signo internacionalista como valor supe­ :ad1~lismo blanco y de la democracia social): ello ocurrió rior de la cultura, no es una experiencia única y exclusiva n _e caso de Alberto Methol pero sobre todo en la a r­ de los uruguayos, sino parte de un proceso general de tac1ón personal de Carlos Real de Azúa. Oscilando e~re evidente orientación latinoamericanista. El reingreso a la el arte y la -~storia, entre el subjetivismo y el populismo, comarca se hizo a través de una forma más cercana Y entre Ja política y. las ideologías, entre las fuentes cristia­ propia del internacionalismo que fue la asunción de. una nas y las aportaciones de una sociología modernizada vieja convicción intelectual que a fines ~el X:IX teor~zaba Carlosla Real de Azúa ha trazado un carrun· o zi.gzaguean te , Manual Ugarte: la Patria Grande, la patna latinoamericana en . cultura uruguaya que es como el negativo solidario y desmembrada. Esta misma doctrina no hubiera arraigado enn.que~dor del período. Siempre más espiritualista y si no se hubiera presentado renovada por un impulso revo­ nacionalista que economicista o cosmopolita, siempre más lucionario que le confería más amplio horizonte ideológi• apegado a 1.a avent~ra p~rsonal del hombre que a los es­ co, sobre todo más afín con la educación social universa­ quemas sociales, mas existencial pero a la vez ideólogo lista para la cual el socialismo era, desde 1917, la fórmula pagando como un pecado su inclinación por la belleza n~ de la modernidad. También aquí había un latinoamerica- se ha consentido un sistema que lo aprisione con el fi~ de 366 URUGUA y 1-iOy LA GENERACION CRITICA 367 ~ismo folklórico y tradicional d , , . tica, cuando no hiio d 1 . ' e comoda retonca patrió. tra la ocupación norteamericana; la fundación del APRA · ~ e intento pana · · onentaba Estados Unidos . , menea rusta que en Perú (1930); la revolución ·de los tenientes en Brasil reconocerlo en camb' • que d~b10 ser descartado para (1930) que acarrea el ascenso de Vargas; la guera del Cha­ 10 en una sene de · · 1 co ( 1932) denunciada como la conspiración de las compa­ ares vinculados a la 'd 1 , movrmrentos popu. elusión, seguramente i~ ·~~ og~a 1moder~a. Eso ocasionó la ñías petroleras; por último la llegada de Cárdenas a la militaron los intelect ~ a, e pero~~smo, contra el cual presidencia ( 1934) y la expropiación del petróleo de pro­ 1945-1955 al lado d:~ es t~r~~~a~os JOV~nes de la década piedad norteamericana, nacionalizándolo en marzo de las nuevas promocione~ reaccron arge~tma y también de 1938. Sobre ese trasfondo se edificó la conciencia antiim­ Perón, revelando inca . que emer~enan a la caída de perialista de la generación vanguardista hispanoamericana. de positivo en tal rer~~~·.~ ad para distinguir lo que había A los miembros de la generación crítica les correspondería sión de los intelectuales ~~·~¡~~~ l ar. ~n cambio la adhe. otro tiempo donde se acentuaría la penetración de las donde se percibía la in ·o . ·~~o al ciclo de revoluciones ideologías socialistas en diversos pactos con el nacionalis­ socia lista en algunas de e rp~racmn del aparato ideológico mo latinoamericano. El golpe inicial lo marca la toma del sus rormas· la r 1 · • .. que ha de generar el M.N. R 1 . . . evo. uc1?n boliviana poder por Villarroel en l 943 abriendo el ciclo que llevará nas, la reforma a raria . ··. ª~ ~acr?nahzac1ones de 01¡. a la revolución de M.N.R. en 1952 con la nacionalización blo; el intento d! tran~f~: pa~~1c1pac1ón armada del pue­ de las minas de estaño bolivianas; paralelamente es el pro­ mala, destruido por la int macr~~ de Arbenz, en Guate. ceso guatemalteco que se inicia con el golpe de estado de último la revolucio' n t . efrvencron norteamericana y por Arbenz en 1944 y culmina diez años después con la caída E rrun ante de F.d 1 C· ¿ ste proceso revolucionario lar i e . as.ro en Cuba. de su régimen por la intervención norteamericana; en grandemente al afincam· t d moamencano contribuyó 1948 el asesinato de Gaitán, durante el bogotazo, prea­ d 1sponiend0Jas· · · a un ren. o . e las élit es mtelectuales· nuncia la "violencia colombiana" que se extenderá por un conoc1m1ento .· t t • dades que configuraban . mas a en o de las socie- decenio; en 1953 Fidel Castro ataca el cuartel de la Mon­ con la participación esa pa~na grande, tarea que contó eada, iniciando la lucha que culmina en 19 59 con la en­ Castro, uno de los pr1· muy activa de un educador, Julio trada de los guerrilleros triunfantes en la ciudad de La . meros en pone Latina religando mov· . rse a recorrer América Habana. Si este último suceso conmovió "las vértebras . umentos y persona , t eonzador de la pri h s, asr como un enormes de los Andes" no puede sin embargo disociarse, las bases de un esft~;: d~r¿ Sen.:an~o Cuadro, sentando en la experiencia viva de los intelectualés de la generación muy variadas figuras espe ., 1onoc 1m1ento que incluiría a crít.ica, del proceso generalizado de acción revolucionaria . • cm mente en el · po d e las ideas filosóficas , . • respectivo carn- latinoamericana, y debe colocárselo entre dos extremos Carlos Real de A , y po 1it:cas, a Arturo Ardao y zua. a que prácticamente c.ubren los más de treinta arios que . El latinoamericanismo no d . . . revisarnos y que movieron la imaginación y la esperanza nalismo que es su ot pue e d1soc1arse del antiimpe- . • · ra cara· ese . de los uruguayos: el Lázaro Cárdenas de la nacionaliza­ dandad interna Y de 1 1 . comp1 eJO doble, de soli- ción petrolera de 1938 y el Salvador Allende que asume , uc ia contra el . cuyos ongenes están en el XIX ene~rgo externo, la presidencia de Chile en 1970. na, cobró forma ma's d y en la ensenanza martia- El latinoa mericanismo hubiera quedado relegado a un mo ema en la d · d . antes del período que . eca a del treinta, plano retórico, materia' de especulación intelectual tan por las ideologías europe~~vtsa~os, al. resultar fecundado lejana como la contienda asiática, si el piso de la realidad su enfrentamiento. es la y ª1 asunur formas ásperas en nacional no hubiera empezado a resquebrajarse. Tras el . revue ta de Sandino (1926) con- crecimiento económico de la posguerra que culminó en el 368 URUGUAY Hoy LA GENERACION CRITICA 369 bienio de la guerra coreana . , . declinación. El fiel de 1 b ~e agudizo repentinamente la Es por estos años que fijamos la aparición de la segun­ 1955 habrla de ev1·d . a a anza que representa el año da promoción intelectual que surge a la vida intelectual en ciarse en Jos a - . creciente agitación social nos postenores con la bajo el signo de la crisis. Es significativo que tal emergen­ política de 1958 E que concluye en la renovación cia se produzca al mismo tiempo que un avance en las cual de los añn; dese bproceso de transformación, por el nuevas disciplinas del conocimiento -sociología, econo-· . " onanza se pasa b inseg uridad pueden perc·b· ruscamente a Ja mía, psicología son las predilectas- encaradas como ins­ ' 1 irse en un ca b · · · . de la cultura nacional La ri ~ 10 significativo trumentos más efi caces para el examen de Ja realidad había registrado a partir d/1 ;;:;a eclos1on de. revistas se nacional. Un progreso metodológico, una concepción uni­ tada por Clinamen Es ·r , ~on una sene represen. versitaria moderna, una demanda por parte del público 1\1 · • en ura Asir M. r · l . JVUmero , todas ellas de nít·d '. , a gma 'ª y luego culto, fijan la progresiva aparición de investigaciones en escasa o nula in uietud J a impronta literaria con muy Jos campos citados, favorecidos por algunos organismos A ellas podía s~marse 1::°r l o~ _tem~ s so~iale s o políticos. como el Instituto de Economía (Luis A. Faroppa), el Ins­ Marcha de ese m1·smo t· secc10n literana del semanario tituto de Sociologia (Isaac Ganón), el más reciente CIDE 1empo ta b. · d d . clusividad a las bellas l t , ~ ien e icada con ex- (Enrique Iglesias) y las actividades de algunos departamen­ ción de las corrientes v: ras, especialmente a la incorpora­ tos de la Facultad de Humanidades (.especialmente Psico­ ran sus armas los que só~guar~1~tas. E~ :sas revistas hicie­ logía), de donde surgen estudiosos como Néstor Campiglia, tos" puros, atentos a la~ p~ ian ~efmus~ como " litera­ Héctor Martorelli, Dionisia Garmendia, German Rama, extranjeras, descubridor . ~a~ recientes hneas creativas Samuel Lichtensztejn, Antonio Pérez García, Alberto ejercitantes de un arte es mc1p1entes del pasado nacional Courial, Raúl Trajtenberg, Raúl Vigorito, etcétera, ·. que se prop , • c1on de esas diversas tend . s· on:a como una solu- eclosíón de revistas cua ~nc;as. iete anos después de esa La rebelión de los amanuenses ~o, asistimos a una' nue~a ~ ª ~ay_oría se .habí? extingui­ hpo de publicaciones La eapanc1on del mteres por este Una parte de es¡a promoción aborda estudios metódicos 1955 se llaman Nuestr~ t: s que surgen en torno al año dentro de nuevas\ disciplinas pero tanto elJos como la ma­ ria, Estudios y qu· iempo, Nexo, Tribuna Universita- yoría de los escritores de ficción persisten en las líneas 1enes en ella ·b . . Carlos Rama Mario J escn en - V1v1an Trías tendenciales de Ja anterior promoción. Los poetas y narra­ Pons, Aldo S~Iari, Rod:;male~a , AI?erto Methol, Are; dores acentúan su nota nacional, eludiendo el arisfrocratis­ fredo Errandonea Ma . ¡ ns~end1 ,. Luis Vignolo, AJ­ mo implícito en los escritores iruciales, abriéndose confia­ ciólogos historiadore no uc~elll , Dame! Vidart- son so- damente al contorno latinoamericano y buscando crear un : • s, ensayistas polff . vez cultJVaron las letras icos, que s1 alguna arte menos exclusivo, más atento a las posibilidades de campo por otro que t.Y aun la poesía, abandonaron ese absorción concreta por el mercado nacional. En especial es 1man más sólid , d e contribución intelectual E Y ~as necesitado .les preocupa la absorción por los sectores medios de la 11 ° reconvertir la ensayística libér~· e os se percibe el afán de sociedad que han comenzado el camino de la pauperiza­ cercana al mero discu s . .ima antenor, muchas veces ción y que, por ser desalojados de una situación preferen­ ro opmante a una· · ., d ua Y documentada d 1 . , mvestigac10n asi- cial, por tratarse de sectores cultivados y por verse preteri­ peso a la tarea posten·oe a realidad que dará enjundia y dos inexplicabl~ mente, reclaman con urgencia una literatu­ r en este camp ~ mente a costa de un em . . 0 aunque 1recuente- ra y una ensayística que los sitúe y les proporcione una Mills llamaba "Ja . . .~obrec1m1ento de lo que Wright explicación del mundo inestable al que han sido arrojados. imaginac1on sociológica". El movimiento de la generación crítica surge dentro de las 371 370 URUGUAY HOY J..A GENERACION CRITICA clases medias y sólo mediado el tramo recorridó, cuando das teatrales que en ese entonces auspicia la Comisión d~ la crisis lo asalta, trata de asociarse realmente con otros Teatros Municipales inyectando fuerte apoy.o a la pro~~fl sectores sociales. A esas clases medias es fiel como educa­ ción dramática y las dos primeras colecc1o~es d~. . ~ dor y orientador. Carabela y letras de lioy- junto a la .sen~ de Asir - . 1 que se llamará el "boom" ed1tonal que cum­ Ellas habían utilizado a fondo las posibilidades que les anunc1an o Mi ¡ preve­ otorgó el estado democrático uruguayo transformándose r . A !fa Banda Oriental, Arca, Ttwro, are'ª· en los clientes principales de Ja enseñanza media y univer­ p:~~o al • país de centenares de títulos n~evo s y sobr~ sitaria; ellas habían generado los equipos de educadores y iodo de reimpresiones. La segunda promoc1on :ncontrara una buena parte de los equipos profesionales; ellas habían a const;~ídos los sistemas de comun~".'1ci~n mtelectual formado a los escritores y en sus zonas más advertidas ~el encos teatrales, editoriales- y los uttltzara con la ~atu­ habían comenzado a preparar los nuevos tipos de técnicos ralidad de lo ya adquirido: para ese momento lo nanonal que una modernización -más soñada que planeada­ s a un producto válido, respetado, al punto que las había de exigir. Es la crisis económica la que las trans­ ~ect~ras más nutridas de esta segunda promoción deberán fotma, a partir de este nivel adquirido, en las consumido­ buscarse entre las obras de sus mayores o de los .restan~es ras y demandantes de un material informativo, investigato­ escritores hispanoamericanos - amén de los estudios soc10- rio e ideológico de jerarquía intelectual, así como de una lógicos y políticos que pasan a ~er de alto co~_sumo- a lite~tur.a que las provea de las imágenes persuasivas y diferencia de lo ocurrido con la pnm~ra promoc1on q~e se explicativas del mundo y de su nueva situación en él. Por alimentaba intelectualmente en la literatura euro~ea de lo tanto a esta demanda social debemos atribuir algunos vanguardia y en la irrupción de las letras norteamencan~s. rasgos notables que distinguen a la segunda promoción: la Pero si atribuimos a la demanda de los se·c~ores me?1os actitud de comunicación que signa el arte de los más jóve• el tipo de creación, de enfoque y hasta de esttlo que signa nes Y que apeló a la trasmisión oral del verso vio el a la segunda promoción, no evaluarfamos . correctam~nte c~eci.miento de las canciones de protesta, de las 'lecturas esta explicación sociológica de la nueva ~1teratura s1 no publicas y se expresó en las formas estilísticas de sus istráramos su influencia sobre los escritores mayores, libros destinadas a favorecer la rápida penetración de un ~~~avía modelables por el ambiente. ~se e~ el caso, p¡ua­ lector no experimentado en el trato con obras narrativas digmático, de Mario Benedetti, cuya s1tuac16n ~en~ral a lo modernas; la preocupación por estudios documentados largo de )os treinta afios transcurridos debe atnbu1rse tan­ c~n abundancia de referencia concretas seguras que permi­ to a su capacidad creadora como a su más _nota.ble regist.ro t 1 ~".'n. trazar la evo~ución de esos últimos años en que la del funcionamiento de las fuerzas de la lustona, adnptan­ cn~1s munda la nación; la interrogación asidua del pasado dose a su requerimiento. E<;o significa aceptar, co~o pos­ baJO la forma del conocimiento de textos antiguos y de tulado previo, un concepto distinto de la func1o_n del elaboracion~s. ttistó.ricas nuevas desde la perspectiva pre­ escritor: entenderlo como un servidor de las neces1d~~e.s sente; los distintos mtentos de agrupaciones y asociaciones de la sociedad contemporánea, adecuándose a sus. p~s1b1li­ de intelectuales, artistas, etc., a los fines de tareas de difu­ dades de captación de la literatura, a sus requenm1en~os sión o de montaje de organismos culturales -editoriáles temáticos y a sus esquemas in~erpretat.ivos. Esto marco_ a planes divulgativos-. ' Benedetti como el primer escntor estrictamente. prof~s10- La clase media que comienza a empobrecerse se trans­ nal de la literatura uruguaya, aunque tal ~rof:s1onalismo forma en l~ctora de libros nacionales y en espectadora de no le permitió abandonar sus múltiples obhg?c1?nes buro­ dramas nacionales al acercarse los años sesenta. las joma- cráticas de las que derivaba su sustento econom1co. En un 373 372 URUGUAY HOY LJ\ GENERAClON CRITICA · 1 la inmediata . d la crisis acarrea en e país donde las ediciones no superaban la tirada de los mil La exper i en~1a e d'd y es b ien comprensible que ejemplares, él ve ndió treinta y cuarenta mil ejemplares de nostalgia del tiempo ~r i ~ 'cien con uno titulado Suel- de la oficma se int cab ía sus obras llegando por lo tanto a un público - vendedores \os Poemas . d ' e· "A<¡11 clla esperanza que . de tienda, empleados de oficinas- que nunca había acce­ do cuyo pn"!"er ve~~o un'.~ dcrn:imla de mejores retri~~c10- dido al libro. Para esa masa lectora no sólo fue un escritor e11 w1 deda f . No 1 '1 I • una gratificación espmtual, · 1 urgente pl't ll '' '~ · · l tual ameno sino sobre todo un educador y a esta función nor. nes sino e . . . e ha sido preparado inte ~c . - mativa tanto o más que a la flexibilidad de su narración y parque este oficinista, qu 1 . d condenado a una msatis­ al humorismo de muchas páginas, se debe la adhesión cáli­ ente con esmero. ha conc u1 o da que se le tributó. Explicaba con claridad, enseñaba ~etaria rutina. ublica Montevideanos , Benedetti ha dentro de los principios recibidos, ponía el acento en la Cuando en 1959 p d 1 'nfluencias: estos pcrso- ¡ esada zona e as 1 · · moral más que en la política o en la sociología, prestaba abandonad o a P . . "dub/iners" sino autenticas ora d1bu1a no son · · d la palabras felices para la protesta, la indignación, la lucha a najes qu~ a h . la mirada tierna e imta a a que se veían coristreñidos los miles d e oficiantes burocráticos compatnotas vistos con tos temerosa del autor. Lo que 't' ca y por momen , . . s la de un país que él definió co mo una inmensa oficina pública. vez, cn i 'd . a la conciencia cnt1ca e El giro hacia este campo creativo se produce en Mario en estos cuentos ev1 ~n eta t s puritana de la vida que . . ética por momen o , 'b 1 Benedetti simultáneamente con la crisis, .de la que será concepc1on ~ . ando a los uruguayos a su tn u~a . sjsmógrafo fidelísimo. Era hasta entonces· estrictamente un maneja Benedetll, llam 1 La tregua - una renovación literato, atento a las lectura.s de Proust, Hemingway, Al año siguiente, con la nove ªt. tal aplicado a la angus- la novela sen unen 'd Joyce, cuyo análisis crítico alternaba con cuentos o del esquema d e . • del oficinista montev1 ~a- . · y a la frustrac1on •. poemas donde esa·s influencias trazaban marcas intensas tia existencia 1 . . humorísticos po1 1t1cos , artículos cnticos, ' . pero donde también comenzaba a percibirse una sensibili­ no- y con sus d . Benedetti se constituye en dad delicada y transida para los estados desolados. Era un de El pais de la co la e pa¡a ' ·a La dominante mo- . yo por antonomas1 . . l típico exponente de esa imagen inicial de "Jos del 45" el escntor urugua . 'dealistas de su cap1tu o lib las soluciones 1 . quienes parecían ~jen os a la realidad del país, encerrados ral de su ro_, d " la simplicidad de sus mterpre- en sus pequeñas diatribas de cenáculo, pesando ácidamen­ final "El c~razon . e o:o l; crítica pero no impidieron q_ue te. poemas y magros cuentos, ignorantes de que la socie­ taciones, dieron pasto . nta mil ejemplares en diez dad no estaba intngrad a sólo por " literatos" y que sin el país consumiera unos/1:c~:s· ara el país, como para el embargo a ·ella pertenecían. Pero cuando escríbe su poema años, a través. de ocho t iflejo d: una estupefacción muy Dactilógrafo se trasfunde en la piel dél oficinista, - común autor " este Libro es e re . . económica en la cual lo . la ,, ie\la de la cns1s . . denominador de las clases medias urbanas, no del país part1cu r , aqt . t más hiere a la conc1enc1a todo como él afirmará- y registra la quiebra producida a primer9 que se hace paten e yb ·a ue eran meras ideolo- la altura d e ese fatal 1955 en su imagen fe li z con Ja educada en ..id ~~les quel"noT:~ e1nfo~ue ha sido defendido oscura ciencia de una tarea cuyo significado creativo de gías, es la cns1s mora . 'f s pero más aleccionante inserción en una totalidad de sentido ha perdido : por el autor contra sus_ c~ i~~x ~os que Benedetti ha ido Montevideo quince de noviembre que esas réplicas :s la ser:ed~da que pasaban los años y a de mil novecientos cincuenta y cinco agregando a su hbro a 'b una evolución hacia enfoques Montevideo era verde en mi infancia través de l~ cual ~e pe~~~ ~ue también la evolución de sus absolutamente verde y con tranvías sociales mas ª".'plios. B d tti al proceso transformador muy señor nuestro por la presente . .. lectores, adaptandose ene e 374 ÜRUGUA y Hoy LA GENERACION CRITICA 375 de un sector sociul del cual 1 . • los sucesivos avatares· 1 ia 1ep1esentado la rebelión y principios éticos y de su cosmovisión, dentro de la lección ' · os amanuenses. rigurosa del arte vanguardista. La rebelión de los "peludos" La combinación de los modos tradicionales propios de )as zonas rurales con la temática contempor~nea y la 1;-a experiencia literaria de Benedetti . . reelaboración formal peculiar de las invenciones urbanas, libros tipifican la forzosa r . ., Y el ex1to de sus se obtuvo, nuevamente en Ja poesía, con un conjunto de Jos sectores oficines econvers1on al nacionalismo de creadores dispersos a lo largo del país cuya cabeza visible urbanas, ocupadas e~º:r en general. d ~ la s clases medias es Washington Benavides, figura capital de est~ difícil en­ dis,torsionando en dctrime~etctor teTCJano de la población, lace de elementos por el rigor de su canto pleno. Puede pa1 s. Ellos, tan alejados de ~ de la~ bases productivas del considerarse que él prolonga, actualiza, la obra mayor de mente del país crudo ue a tolalid~d de! país, especiaf­ Juan Cunha, quien con el Sueño y retomo del campesino que imita lo europeo qco _q ueda mas alla de la capital había establecido el primer modelo de esta modernización · · m1enzan a asum· 1 T vimos respecto al com o . . JT o. a 1 como de un arte de impregnación rural. En Cunha con más el tema latinoamerica P r,tam1ento de los intelectuales con sistemática conciencia social, en Benavides con lirismo más . no, iacen suya la so . d d diendo la añagaza folkl, . , c1e a rural, elu- espontáneo, y compartido en ambos con evidente preocu­ . onca, a traves de f· r veces imaginarias 0 m't'fi d as 1ormas - a pación por hallar una fórmula modernizadora, se ha veni­ . t i ica as- de la pr t t nana campesina "La d. d o es a revolucio- do cumpliendo la incorporación del mundo rural a las ,,- · eca a del 50 re · t. · , e,ectfra de los cuellos b!. . ,, . 'gts ro 'ª rebelión estructuras espirituales urbanas. Lo que artística e ideoló• guez Y fue a partir de :~~cors h.ª. dicho Héctor Rodrí- gicamente ha sido más eficaz que Ja tarea rebelde pero mirar a los trabaJ·adores J ebehon que se comenzó a arcaica de los payadores (Carlos Molina) descendientes de rura es a través d menta 1 proveniente de l . . e un esquema Serafín J. García. Y ha encontrado su equilibrio en la lucha de los arroceros a izquierda. El año 1957 vio la nueva versión de la canción-protesta a que se ha consagra­ niendo los primeros la !t de. _Jos peones de tambo, obte­ do Benavides y otros poetas de su línea. La equivalencia Jiménez (Bocas de Qi b en,c1on de un novelista. Asdrúbal de esta tarea en el campo de las ideas políticas pudo verse r te rae 10) dentro d 1teratura social emparent d e un<1 tesitura de inicialmente en la acción que desplegó el equipo ideológi• Alfredo Dante Gravina c~ \~on la qu~ venía cultivando co que rodeó por un tiempo a Nardone y se dispersó no que Amorim y de o·, ..m in~ndo la mílucncia de Enri- 10n1s10 Tnllo Pays bien éste llegó al poder, sino fuera por sus múltiples con­ 1uc J ias reivindicativas E t r ' para cont.ir las tradicciones. La reunificación de una ciudad macrocefálica J · s as rormas de real' no ograron suplentar a 1 · . 1smo socia lista como es Montevideo y un cuerpo desmedrado como es el que, por Ja afirmación artt~· co~tu~bnstas y folklóricas territorio nacional, respondiendo ambos a orientaciones la primacía en el medio s J~ e. a Rosa, conservaron discordantes que se habían venido exacerbando en la épo­ formas epigonafes tard. Erura e .mcluso dieron algunas ca batllista, se alcanzó re cién a partir de l 962 con la ias. n cambio co1n ·t· Jas nuevas estructuras l't . PI 1eron con e lla agitación cañera a la cual se había consagrado desde años ~ 'd 1 erarias de tipo u b· en as a temas campes· . r ano aunque re- antes Raúl Sendic, organizando los remolacheros de Pay­ de Mario Arregui A i.nos que s.mgularizan la cuent ística • · · pesar de sus ideas · l' sandú y los cañeros de Salto ante~ de fundar la Uf AA del d 1s1ma narrativa de A . . . socia istas Ja refina- departamento nórdico de Artigas. Allí se había encontra­ riendo ahondar en cxprrl ~gu1. clud10 la temática social prefi- do el ajuste. a :través de una .tarea concreta real, entre el d 1cac1ones casi cós · d . e campo y, m;ís reciente . . micas e 1 nombre pensamiento social urbano y el país crudo de los produc­ mente, en mdagadones de sus tores preteridos y explotados. Pero por lo mismo allí se 376

URUGUAY Hoy ENERACION CRITICA 377 había alcanzado una unificación de signo nacional y así ¡ LA G . dad de una más alta prepa- percibieron los sectores medios de Ja capital al hacer suya0 ntro de la cultura y ~a n~~~1a concluir con el provincia­ la lucha cañera. De tal modo que el reencuentro con el de 'ón intelectual. Eso i~pbc lt al· en él medraban los nacionalismo que resultó e.I santo y seña del movimiento r~c1 que regía la vida c~ ur . ero incapaces y por cultural al inflexionarse el país hacia los años sesenta d s" los bienintencionados. p b 1 público. "aficionanism~ o , . día su autondad so re e establecía un pacto eficaz entre las corrientes ideológica; mismo el escritor per 1 oetas y narradores del de origen internacional y las necesidades concretas de los lo había dejado de leer a os p el , restigio que en ciudadanos, incluyendo también, ahora, a los de la zona agraria. E~: y ellos ha~fan v~t~ d~sroo~~·~~~"b;' confiriénd.~l~s p rimeras decadas e s g , era iconoclasta, hig1em- Este nacionalismo nuevo, que era crítico, programático, lah slop magistral. Sólo una. larga, asp l~ dignidad de las le- alimentado por el pensamiento socialista en sus muy di­ a 't · pod1a restaurar . . . versas formas y matices, no había de tardar en plantearse ca limpieza en ica . bo a fondo, con las in1ust1c1as · soluciones más audaces, más cof!erentes con el proceso de tras. Esa tarea se llevo t:~:nte la indignidad personal ~e del caso pues frecuen . . 1 dignidad de su obra, sm laagudización toma del poder.de la crisis económU:a y política del país, para 1 ún viejo poeta no deJ~ ver a .. n derivada del canon a g la cuota de mcomprens10., contar con eva generac1on. De la marginación a la cultura independiente estético que aporta una nu ado tanto las ligas de ayuda Quizás por habe.rse atahcabían desarrollado para ?~~ar mutua que los e_scntores f ·al se subrayó, por La conciencia crítica postula fatalmente la escisión. Signi­ opos1c1on~ fica, para sus ejercitantes, el alejamiento de las fuerzas con incienso la. ~mos?a o ic;a ,marginación voluntaria: N1 el carácter individualista y d oposición. apenas s1 ce- rectoras de la sociedad, desde las políticas ha sta las educa. siquiera se encararon centros f' e·imente se ,desmtegra . b a n . tivas y artísticas. Tanto por razones estéticas o doctrinales . t s grupos que ac1 ta como por moti.vos de índole moral, se produjo desde los náculos, revts a ' . , uando al llegar los años sese.n inicios una ruptura con la ortodoxia reinante que condujo La situación no me1or?. c d' ecta con el público y este se restableció la relac1on de los iconoclastas, rest.au­ a un austero puritanismo, de buen ver entre los intelectua­ ob ;~ les, quienes llegaron a sentirse honrados por la margina­ comenzórando el mag1stenoa d.ema ~d~ e ll~scritor y el circuito de comumca­ ción y la prescindencia. Fue muy visible en las filas de los escritores -sobre todo en el período de Jos Ministros de ción real. . . a deriva del subjetivismo in- Tal incapacidad la generación crítica: sus Instrucción Pública batllistas que contaron con una corte organ~~hv dividualista que. francotiradores, llenos de de viejos poetas, la actitud de rechazo y de agresión al caracten:m~ integrantes funcionaron b', debe verse en esta oficialismo que hizo de esta, una mala palabra. No a las . . arios Pero tam ten l'f gremiales indiscriminadas (AUDE); no a Jos concursos lite­ resabios anttgreg · . de la propia conciencia p~· . ~ª actitu4 una consecuencia . de toda liga asociac1 1on1 rarios ministeriales que eran limosnas personales sin jerar­ porque ella es un brutal c?~ros1~~ casi sagrado', como fue quía intelectual; no a las Jornadas Poéticas como las o partido. Ascendida ª. ~rust.~r de Ja República cultural, " nefelibatas" de Piriápolis; no a las revistas sin rigor ( co­ do la hig1emzac1on t b de mo A/far). Por 'debajo de Ja menuda guerrilla y más allá la norma cuan . b'osa que no acep a a - conllevaba una indep~nde~c1a ra 1 se probaba cuando se de las consabidas pequeñeces que tales enfrentamientos acarrean, había un intento de conferir dignidad a Ja fun. clinarse ante nada n~ , nadie yloq:ás querido. Había aq~í e1·ercía " lúcida1nente ' sobfre .. social de la inteligencia ción del escritor, subrayando su carácter de especialist¡¡ ''bl , d. da de la unc1on t, los comouna vis1 se ehizo per muyI eVJdente. en 1a eríti ca de espec acu 379 378 URUGUAY HOY LA GENERACION CRITICA

- teatro, música, danza- muchas veces equiparada al te­ ue llevaba buen teatro a los barrios montevidean~s .. es~ rrorismo. q delo fue seguido con varia fortuna por. o~ra s d1s~1ph ­ Este rasgo sólo es válido si hablamos del momento ini­ mo sobre todo por el cine donde las asoc1ac1ones pnme­ nas, 'd Club e U11i c~~J de la generación, en particular de la primera promo­ (las dos más estables han. s1 o eme· Y a /1 • c1on donde fue más alta la cuota de críticos puros. Ya en ~~~sitario) resultaron ampliadas por pequeñas . empresas la segunda promoción se produce un lento abandono de cooperativas explotando salas especializadas. en eme arte ? tal virul~n cia _crítica, son menos los ejercitantes del géne­ n orientaciones más específicas como ha sido la progres1- r?, . Y s1multaneamente comienzan a funcionar, aunque e reconversión del Festival cinematográfico anual del n 1 . t1 m1damente, algunos tipos de asociación o al menos cen­ manario Marcha a ciclos de cine documenta o eme pro- tros de actividad cultural, interesándose en ellos muchos ~e sta para concluir por último generando el Cine del de a.quellos rabiosos individualistas de los comienzos.Ese ;erc;r Mundo que recoge documentos fi!~ªd?s ~obre las pasaje al .asoc ia c i ~nismo fue enseñado por los conjuntos uerras de liberación, abundante producc1on film1ca cuba- teatrales 111depend1entes, lo que es lógico dado que a ellos gna y de otros paises' socia. l1's t as. se le planteaba como un problema urgente. Le dieron A este afán organizativo debe sumarse la anotada con­ múltiple~ soluciones que fueron perfeccionándose hasta tribución de las editoriales que no sólo divul~aron la obra c~nshtu1r la Federación Uruguaya de Teatros /ndepen­ creativa de \a generación crítica sino que rev1~~ron la pro· die11tes que les permjtió organizar en 1960 un .Festival del ducción literaria e histórica del pasado repom~ndola e.n el Tea~ro l11depe11die11te Rioplatense. Paralelamente fueron interés del lector moderno. En un intento mas amplio Y surgiendo l?s cine-clubes que a su vez contribuyeron a coherente abordaron la divulgación masiva de la cu!tura crear organismos superiores como la Ci11emateco Urugua­ del país o el análisis de los pr~blemas .de la hora med1~nte ya. En el campo de la literatura, las ediciones de Alfa publicaciones periódicas: Capitulo Ori~ntal fL~e una hist~­ (1960), .Banda Orie11tal ( 1961) y Arca ( 1962), donde re­ ria de la literal ura uruguaya, E11c1cloped1a Urug¡ta) a nace la mdust r.ia ..bibliográfica nacional, motivan paralela­ una historia de la civilización del país en todos sus aspe .~­ mente la apanc1on d~ la Feria Nacio11al de Libros y tos Cuadernos de Marcha y Nuestra Tierra un estudio Grabados (Nancy.~acelo) que desde 1961 es un ejemplo col~ctivo de diversos aspectos de la vida nacional Y ~e 1<' d~ esta ~reocupac 1 on organizativa a los fines de facilitar la política internacional. Cualquiera. de . es~as coleccmne.s d1 vL~ lgac1on ~ ultural. Desde el año 1958 la Universidad semanales, publicó no menos de diez nul e1empl~res desti­ venia cumpliendo con cursos de temporada que serán nados a una población que no supera los tres millones de co~p l e1~entados por cursos de extensión en las ciudades habitantes, lo que patentiza la avidez nueva del .1e_ctor en del 111tenor. esta época de crisis y la confianza que ~epos1~0 en la De~de 1958 no ha hecho sino acentuarse el número de opinión del sector intelectual ajeno a las orientaciones gu­ organismos culturales privados así como las tareas de di­ bernamentales. vulgación de los intelectuales, reuniéndose ahora más allá También a partir de 1958 se acentuó una tarea seme- ~~ ~us inic~ales desconfianzas individualistas. Si el modelo jante desde la órbita universitaria. La aprobac~ón de l~ m1 cial lo dieron l?s tea~ros independientes que llegaron a Ley Orgánica en ese año estableciendo el cogob~erno un~­ mantener en func1onanuento diez pequeñas sa las donde se versitario con participación nutrida de los estudiantes. 111- ofrecía un repertorio de arte, perfeccionando esta volun­ zo de Ja Universidad un organismo mucho más vivo Y tad de educación teatral con la construcción de la carpa dinámico - obviamente también más revuelto y tumultuo­ ambulante de la Federnción U. de Teatros Independientes so- que no se limitó a la formación de profesionales Y 380 URUGUAY Hoy ¡,A GENERACION CRITICA 381 encaró con sentimiento d . . Cursos de Temporada e urge~cia la divulgación. Los rnía Humana (Juan Pablo Terra) donde comienza a sis­ interior deJ país a qu en ~º~~:video Y en ciudades del tematizarse dentro del país el pensamiento cristiano dad hija de la Ley O e ~e. a u i~, nacen de ~sta Universi­ modernizado que conduciría a las formas contempo­ revistas ( la Gaceta , ~g~nic~, ª~' como la publicación de ráneas de la democracia cristiana. En esta segunda parte umvers1tan11) y lib . de reuniones foros Y h t . • ros, 1a realización del período se ptoduce la acelerada participación de los " ' as a 1a creacmn de l " sos ' todo un material ed t. os contracur- sectores cristianos juveniles que preanuncian y luego po­ los alurrmos Y más ue na uca ivo ~estinado a orientar a nen en funcionanúento el espíritu de Vaticano 11 confi­ problemática del mo~e t d~ a ~a c1u~adanía acerca de la riendo amplitud pero asimismo tonalidad nueva a este ritu de acción social d: ~~ Un. ue? e.remplo de este espí• arrollador proceso cultural independiente. Diversas figuras BeUas Artes, organismo e mvers1d ad f~e la Escuela de lo definen: en la filosofía José Luis Segundo (tesis sobre rrespondía al carácter de s~~:an~en_t~ academico como co­ Berdiaev, estudios sobre la iglesia rioplatense); en la la educación del med· p_artrc1pantes el cual colocó acción el padre Zaffaroni que acompañó a los cañeros; en a'rtistas cumpliendo 10 por encima de la formación de los el periodismo Eduardo Payssé González y Héctor Borrat. educación visua l d ivueln . e,~~ asdpecto una l

Cuando lqs primeros conjuntos teatrales dejaron de 50 a una primera estructuración independiente con el par­ ~~ar el no~bre .~e "aficionados" y comenzaron a llamarse tido socia lista de Emilio Frugoni que lo lleva a la Cámara mdepend1entes probablemente no sabían que habían es. en 1911 , fecha sin embargo de la mayor politización de tablecido la norma de comportamiento cultural de los los intelectuales dentro de las formaciones tradicionales años por venir. Tanto aquella inicial actitud invidualista del partido colorado de José Batlle y Ordóñez y del parti­ d.~ verdader~s francotiradores, con que definimos la apari'. do nacional de Luis A. de Herrera. c10n de los mtelectuales hacia 1940, como el rasgo asocia. Las crisis políticas de los años treinta, sin embargo, tivo que domina en la segunda parte del período, sólo provocaron escisiones de intelectuales que abandonaban pued~n caracterizarse como manifestaciones de indepen. los partidos mayores, ya para guardar una independencia denc1a de los poderes políticos que ejercen la dirección desconfiada, ya para aproximarse despaciosamente a las del estado y como nítida actitud de oposición. Como con. agrupaciones minoritarias de la izquierda ideológica: fue el secuencia fatal de esta posición, la cult ura que fue edifica. caso de Gervasio Guillot Muñoz a partir del golpe de esta­ da en el período de la generación crítica no puede llamar. do de 1933, alejándose del batllismo, in corporándose al se de ot~o mo.d? que "independiente". Independiente de progresismo de la década antifascista. Pero fue en el ·parti­ la ~ect~na espmtual del gobierno, independiente hasta el do nacional donde los desprendimientos resultaron más punta111smo de toda conmixtión con sus intereses econó. reiterados y más exitosas las · marginaciones: ellas van de mi~ s, i~depe~die nte de sus concepciones básicas sobre la Carlos Quijano que organiza una pequeña agrupación polí• nac1onahdad, mdependiente también de cualquier forma tica disidente (la Agrupación Nacional Demócrata Social) cer~~da o dogm~tica ya que 110 respondió a ninguna orien. hasta Luis Pedro Bonavita que se incorpora al Frente Jz. t~~1on clara y sistemática sino que resultó de una conjun­ quierda dominado por el partido comunista. Dentro del c1on muchas. v~ces confusa de variadas alternativas, impul­ espíritu de segregación que re~orre esta línea cubriendo sos, esclarec1mtentos, progresos e influencias, dibujando varios decenios, se inscribe el aislamiento de los intelec­ un arco que fue del liberalismo hacia el socialismo con tuales y artistas, su retirada de la vida política activa con­ una previa y obligada inserción en el nacionalismo. tra lo que había sido norma del país y de ese grupo social en períodos anteriores. Francotiradores, diside11tes, 11uel'Os partidos La negativa poh'tica, acompañada de la constante críti­ ca a las organizaciones tradicionales, con especial referen­ Esta independencia tuvo otro reflejo concomitante en la cia a las que ejercían el poder, tuvo un matiz paragojal presc.inde_n cia de los partidos políticos establecidos, en la que hoy se hace evidente: fue un intento de corrección de marginación que signó inicialmente al movimiento hasta los errores desde el exterior, una a modo de ·colaboración forjar, contra_ la .imagen de la degradación política y del extrapartido tratando de orientarlos hacia su mejor fun­ poder, el puntanismo del aislamiento incorrupto. Tal acti· cionamiento, quizás buscando propiciar una. reinserción t ud n~nc~ ~e la había visto en el país con esa amplitud; ni dentro de ellos una vez lograda su evolución favorable, lo los pnnc1p1stas del 72 ni los posteriores constitucionalis· que siguió siendo improbable y cada vez más remoto a ta~, a pes~r de su repudio de las malas divisas, habían medida que los partidos y la s personalidades segregadas dejado de intervenir, así fuera idealísticamente en la vida iban trazando sus propios derroteros que resultaron diver­ po l íti~ ; sólo en el 900 con los dandys y los ~na rquistas gentes. Tal preocupación de colaboración se comprueba se hab1 a apuntado este distanciamiento del intelectual res· en la dominante ética que distinguió inicialmente a las pecto a las fuerzas políticas dominantes, el cua l daría pa- críticas. La preocupación de los críticos se afincaba en la • #· 384 URUGUAY HQ~ LA t_;ENEH/\CION CIU 'l IL'1\ J85

deshonestidad, las malversaciones, el uso indiscriminado tura cerrada, incapaz de la flcx ibilid '> a causa de los compron11sos de los tunos anos del peri odo se percibe un a aglutinación qu líticos con su clientela electoral. En todos esos sectores, dese mboca en la proposición reiterada de frentes popula~ ~ t rató de evitar la influencia excesiva y directa del poder res. Ya para enton ces está sitt1<1d a dentro de la vida culh.1 ~lítico central ace ntuando las autonom ías, ya fueran ral una nueva división entre quienes proponen la acció adm inistrativas o técnicas, o un cuerpo de leyes que pre­ ~.e '.nasas con 11.a.rt i c i~iatiú 11 electorn 1 y quienes abren e~ servara Ja opinión discrepante con el gobierno, ~osa que .s~ ~ am_11 ~0 a la a cc10 ~1 d 1recta : desde 1962. fecha en 4ue se obtuvo apelando al juego de los distintos partidos po l.•!1- w n s t~tu y:n lns primeros frentes potíticos de la izquierda cos. Pero si hubo un sector privilegiado p~ra la actuac1on · el I~ IDE L Y la Unión Popular- . antecedentes del Frente de la generación crítica, ese fue el se manario Marc/la. ~mp.ho que se gesta en el afio 197 1, ya están actuando los msp1radorfs del movimiento tupa maro que en 1963 co . b me. El semanario Marcha t en un primer ro o de armas . .Lo s intc lectuales de la generación crítica dispusieron de Los treinta años de Marcha miden la extensión del movi­ vanos campos alternos de act uación, donde obtuvieron su miento y no es ca prichosa la designación que a l g~na vez recursos eco.nómicos y donde cumplieron una labor a cor~ se utilizó de "generación de Marcha". para definirlo: La de con sus ideas. Primero. el periodismo. tanto como re­ atención por la cultura que caracterizó des~e. su pruner da c t ~res d ~ planta e informativistas como cronistas de tas número a esta publicación - básicamente polthca -:· .en un secciones firmadas: lo que facilitó su tarea crítica aunque país donde el desdén de los diarios por tales act1vida~es a v~ ce~ ~ a exacerbo y otras los condenó a una ambigüedad era famoso, confirió una importancia mayo.r a ~a s seccio­ pe1J_ud'.c1al. -a l tene.r .~ ue operar dentro de las imposiciones nes de literatura, artes, cine, teatro, ideas, hi~tona, et.e. las de organos de opm1on con los cuales discrepaban. Segun­ que fueron atendidas en su doble .ª s~ct~, informativo Y do: el profeso rado en la enseñan za media y universitaria crítico, proporcionando un mate.na! md1 s~nsab l e a las as1 corno el magisterio en la primaria y en la enseñanza clases educadas del país, por lo mismo especialmente a los normal; a medida que la educación fue alcanzando a sec­ universitarios al pw1to de convertir al semanario en una tores ma~?re s del país y por lo tanto debió recabarse la especie de diario extraofi cial de la Universidad. Esta aten­ colaborac1on de un mayor número de cuadros educadores ción por la cultura se hizo, en término.s· ~enerales, con . ~n fue el .P.ro fe so rado la sa lida económica de la intelectuali~ criterio notoriamente moderno, con av1da preocupac1on dad critica Y _f ~e a t~avés de las aulas donde se impartió por las novedades y los descubrimientos extranj ~ r os, ~pe­ ~.n nuevo espmtu, mas obj_etivo y más moderno, para en· lando a las metodologías del momento que, mas alla de carar los problemas del pacs. Así se comeozó a instruir a los juicios que merecieran a los diversos grupos enfrenta- 388 URUGUAY liOy A GENERACION CRITICA 389 dos, significaban un más alto njvel en rigor expositivo y · en búsquedas interpretativas. Se enriqueció la información L . or las letras europeas. Fue cultural del país acentuando el conocimiento del mundo stitución de la preocu~ac1ón por ue la revolución. cuba- su bién la lección del tiempo P. q el desarrollo de las cultural externo y a la vez se dotó a la nacionalidad de tam l d 1 uevo marxismo, b instrumentos contemporáneos eficaces. Por último, las di­ na, a apertura 1e n las urgencias. de la hora ' marca an versas aportaciones intelectuales que se escalonan en trein. ciencias de la cu tura, fácilmente se lq puede compr?- evos derroteros, como , . Carios Real de Azua ta años, respondieron a un áspero principio de indepen­ nu 1 · • de en t1cos como dencia tanto respecto a la cultura oficial como respecto a bar en la evo uc1~n de esa inflexión es evidente. . . , Mario Benedett1, don . ""archa no se hm1to los criterios valorativos al uso y si esa independencia pudo o . ·. del semanano mi , parecer a veces desplante .o insolencia, también operó co. Pero la importanc~a rítica cultural sino que, mas la dedicación ampha a la _c tradu1·0 en una actitud mo corrosivo para desmoronar falsos andamiajes vigentes. a ·deológ1cos se , 1 En las páginas críticas de Marcha estuvieron o están allá de sus avatares t á lna editorial se impont~ a casi todos los intelectuales mencionados, en períodos de 'eneralizada t¡ue desde s_u p g otor ándale una apanen­ mayor o menor duración. Para tomar sólo la página litera­ ~onjunto de ma~eriales d1v~r~~s~or la~ sucesivas genera_cio­ ria, la inició Juan Carlos 011etti tirando "piedras en el cia unitaria Y as1 fue aprecia "da le aproximó. Tal actitud charco" de las letras nacionales y hoy la ocupa el más nes de lectores que s~ a~ga e:~a conciencia critica con la talentoso de Jos jóvenes críticos, Jorge Ruffinelli; allí es­ respondía a la asunc10n ~ ue otros elaboraban y ? cual disolvía las q dencia y de su margina- tuvieron Dionisia Trillo Pays, C. Denis Malina, Carlos construcc~o~es Real de Azúa, Manuel Flores Moral, Carlos Ramela, Saran­ la impune libertad ~T~u d~s e¿e~onducción de las ª~!ivi­ dy Cabrera, Mario Benedetti, Arturo Sergio Visea, José E. ción de las responsa J 1 ~- d a ningún partido pohtico, Etcheverry, Mario Trajtenberg y tantos otros. Los más dades sociales. No resp~n ien ~octrina coherente, no po­ largos períodos, algo más de un decenio cada uno, nos no dependiendo de nmgu~~ d ninguna opinión, la liber­ correspondieron a Emir Rodríguez Monegal y a m1, él niendo a prueba ~e la r~aad ~el espíritu crítico quedaban desde I 944 y yo desde J 9 58, cada uno en una determina­ tad absoluta y Ja impum 1 . En 1954 Juan Flo ganaba asegurados en mo do conc us1vo. obre los problemas d e 1 a da coyuntura de nuestras letras; a él correspondió la in­ . , un concurso s tºt d una menc10n en . ºtoria contra esa ac i u . corporación de escritores internacionales - su conocido zando la reqmsi """ J·uventud comen s 1·c1·a este concurso, mar- anglicismo- , el apoyo a la difusión d~ Borges y en general "El 'ód1ºco l/Ue au P . ¡;r,· del movimiento renovador de Sur, la lucha contra la me­ Decía; pen. . maravillas para e¡emp 1,1car diocridad de la vida literaria nacional y la proposición de cha", puede servmw~ a las ;:~10 es portm1oz de un grupo estas afirmacio11es, s1~11do, . 'n este concurso, todas valores del pasado, todo dentro de una muy específica y P restricta apreciación de la literatura que lo emparentó al restigioso. Los que 111tervemr~otrso e e¡'emplar. Todos, sin nlpranzos nues . . - · "literato puro". Muy otra fue mi circunstancia; a mí me las semanas., . co· ble gozamos con los desprecws unp1 d1c1 - correspondió reinsertar la literatura dentro de la estructu- excepc1on .11:1agma :.' barrocas, el justo insulto. To os ra general de la cultura, lo que fata lmente llevó a un tos las cnt1cas pre~1sas-". "d d protegen nuestro pla­ asentamiento en lo histórico y a operar métodos sociológi- sabemos que ww cierta .1mpi;111 a ' leemos. Lo que ocurre cer y el de los que cscnben .. do ·cr.7ouec·r1'tico Jo que le permi- cos que permitieran elaborar Ja totalidad, reconvertir el """ / ,, es w1 peno 1 ' , crítico al proceso evolutivo de las letras comprometiéndo- es que marc .1a . no tantearse realmente tOS te lucidez d1screc1011al_ al P b. las soluciones dadas lo en las demandas de una sociedad y situar el interés bl matizar en cam lO sobre los escritores de la comunidad latinoamericana. en problemas y pro e l " Esa dirección crítica, cuyas .futuro director de era porlimit otrosaciones a yalos apuntaprob eb1~sl a e Praxis, 390 URUGUAY HOY t.A GENERACION CRITICA 391

el a~iete destinado a gastar y desmontar progresivamente flu yente fue en el de Ja políti~a, sentó l~ s. módulos opera­ un sistema. Si su duración se prolongó mucho más allá de tivos de. una cultura independ iente y critica enfrentada a ese 195 4 en que se lo invalidaba, fue porque el sistema las instancias del poder oficial, favoreciendo su desarroll~ demostró una reciedumbre mayor de la pensada y contó través del semanario Marcha. El infundió la tenaz y casi a d . con apoyos externos poderosos para sostenerse cuando ya obsesiva apelación a otra realidad - soña a mas que. pensa- no era más que una cáscara. Esta resistencia obligó enton­ da o vivida- o sea el país del futuro , la nueva sociedad a ces a muchos, a esa misma segund a promoción a la que cuya preparación debían consagrarse los i~~electt1~.les. con pertenecía Flo, a continuar el uso del instrumental cri'tico lo cual ponía el acento en el renovable demos de los concediéndole así vida más prolongada. ·óvenes y se hacía a toda tarea crítica circunstancial. una Si hubo una queja inicial del movimiento ella destacó }orma de educación y adiestramíento de las generaciones la falta de maestros. Implícitamente comportaba una críti• que despuntaban. Por las condicion~s ~el nuevo e.spíritu ca a los vanguardistas anteriores y un desv10 respecto a que propiciaba, no fue maestro de d1sc1pulado ~óc1l: edu­ sus reconocidos dirigentes. Por eso procedió a construirse cadito y a la postre epigonal: siempre fue d1sc.:ut1do y los n~ cesarios maestros: así lo hi zo con un cue ntista y polemizado, siempre atacado por la incoheren~ia d ~ .sus noveltsta de tema campero, Francisco Espínola, como con posiciones, por la falta de un orbe intelectual s1s~emat1co. un dan~y oscarwildeano, Arturo Despouey; con figuras por las variaciones momentáneas, por los homenajes a tan­ que sé in corporaron al país como Joaquín Torres García tas figuras pasatistas. pero a la vez sie mpre seguido por su y, por un período breve, José Bergamín. También se recu­ persistencia en la crítica y por su firme ind ependcn.c i ~. r~ió a los mísmos integrantes iniciales del movimiento que Las escisiones y rupturas fueron la norma entre su d 1sc1- siendo algo mayores desempeñaron un papel magisterial: pulado. al punto que a lo largo de t~einta años el "staf~' fu~ el caso de Juan Carlos Onetti y en otra dimensión del periódico tuvo incesantes renovaciones. fuera del equi­ mas reservada, el de Juan C'unha, para Jos poetas. Asimis.. po primero - Arturo Ardao, Jul.io Castr~. H.ugo Alfaro­ mo se revalorizó a escri.tores anteriores confiriéndoles esta­ pero al mismo tiempo esas tensiones lo m.clmaron a un~ tura magi.sterial: Eduardo Acevcdo Díaz, Horacio Quiroga. militancia partidista mayor que el agravamiento de la cri­ Juan Jose Morosoli, Fclisberto Hernández. aunque en es­ sis del país pre se ntó como imperiosa ob ligación. tas enumeraciones se anotan las diferencias internas. los Quijano enseñó a pensar con claridad , dentro de un grupos y l?s. luchas facciosas que establecieron la plurali­ modelo francés intensamente racionalizado: a considerar la da~ de opiniones dentro de un marco genera lii.adamente totalidad nacional destacando la cuota importante de la umforme. Posteriormente, los intelectuales centrales del economía en el funcionamiento cultural, con lo cua l mar­ movimiento han ido deviniendo maestros, co mo puede có un notable progreso respecto al magisterio filosófico o apuntarse para el caso de Carlos Real de Azúa. Mario literario o artístico que hasta la fecha había conocido el Benedetti, Idea Vilariño, en la historia de las ideas la país, contribuyendo a una '!lodemizacipn de sus. métodos. narrativa la p~<;fa . rc ~ prdiv:.inu: n t..:. ' Creyó siempre, sin una vacilación, en la caducidad f~t~I . 5 in embargo, quien cumplió la más vasta labor magiste­ del sistema y enseñó a dar por un hecho su futura ehm1- n_a l fue ~m. hombre que no pertenecía a la literatura, pero na ción: defendió la nacionalidad por encima de las ideas Y dio . la tonica del espíritu de una época a través de una afirmó la segunda comarca nacional, la latinoamerü:ana. paciente: a . veces furiosa, siempre documentada y aguda en incesante pugna con su enemigo imperial, los Estados t~re_a e~!to nal : Carlos Quijano. Aum¡ue su campo de espe­ Unidos ·haciendo del nacionalismo interior y del latino­ cm hzac1on fue la economía, aunque su actividad más in- americ~nismo exterior, los dos pilares de su acción políti- 393 ' "NERACION CR ITICA 392 U RUGUAY Ho Lt\ (, ,., · ' d . Onetti con su pnmer pen o o ca. Y esas fueron las in icia les convicciones básicas a las ··al lo ofreció Juan Cario~ El pozo Tierra de 11adie y Para que luego agregó, desde su edito rial "A rienda corta" en i;1re·1tivo, representado ~o r de. una explanación de la e , I Son tres tiempos . . 1 o- las víspera s electorales de 1958, la apertura hacia el socia. esta 11oc re. • . donde la atracc1on por os n lismo. Habiendo surgido de un sector del partido nacional nueva realidad no platense . . adquiridos por el Plata - de habiendo durante años predicado la unión del partido y edosos tipos hui:nanos reciten a disimular la interrogati- Y O _ no a canza • . . . su reestructuracion ideológica, en el momento en que éste unacero a -~sor 10 . ' "edad sin moral. si n pnnc1p1os'. se disponía a reconquistar el poder, lo abandonaba por va invest igacmn de esta soc~ r bros posteriores de Onett1 una muy lejana perspectiva socialista. sin justicia rectora, que ~ ·~ o~ 'una aventma personal ex- Hoy que el ciclo de está prácticamente con. . a' borrándose en benef1c10 .de f' ula a Onetti le duele "Marcha" ir la socorn a orm , . . cluido, como lo está el de genera ción crítica que estuvo c\uyente. Para usar , 1 1 primero en describir' msta- emparentada estrechamente con él, debe subrayarse la esa nueva sociedad que e ~s··~media tez del presente, en el importancia capital del magisterio de Carlos Quijano, en \ándose valerosamente .e ~1 a 'olítica y ética de su tiempo. quien habrán de reconocer las generaciones futuras, uno centro de la proble~at1 c~ p concreto del sistema de re­ de los parteros intelectuales de la nueva so ciedad. El reconocimiento mmuc1oso, . ue 61c umple con tensa laciones humanas que comport.11 y ;ngustia por el mundo . ºd d empalma con a . . . m El sistema crítico en novela, teatro, poes(a objehvt a , se . lírica de sentnlllentos y at erdido. con la re 111a nen c 1 ~ nu·sterios pertenecientes P .1 hora devienen · . El Uruguay no había conocido, desde la eclosión intelec­ de valores - que ' . infancia y adolescencia que s~ tual novecentista, ningún período de tanta y tan variada al pasado, es decir' a :53 inte Ese tiempo pasado .sera creatividad intelectual: en cada uno de los rubros, poesía, gestó a lo largo de los _a nos v~e la. cosificación en la litera­ teatro, novela, historia, cuento, se podría cotejar la apor­ r~gistrad o como el ~JVe~sodez cuyos títulos mayores se tación de la ge neración modernista con esta crítica y se tura de F elisberto ernanl , ta en tanto que Onett i, d · da de cuaren , .. ¡ reconocería la equiva lencia pujante de ambas. Pero que escalonan en 1a eca te de la lamentac1on por e una generación intelectual produzca tal abundancia de aunque part~e ndo sec~et~~e~ las formas del presente, más críticos y de investigadores, como no ha habido en ningu­ tiempo abolido, se en re f . , dose por hacerse adulto, na otra época de la cultura nacional, basta para definir su rudas y más d_es~ lad as , es o r~nd la promiscuidad erótica signo e.sencial-, crítico e hipercrít ico, sino o cu~ri era que aceptando el c 1m~~o , la crue oª , además tal enfoque no queda acantonado en los lfrnites y el debate ideolog1co mo~:m de esa realidad y de opera­ de determinados gé neros - comentarios pe riodísticos, ensa­ Otro modo de ace pta ct~n \'nea de los escritores socia­ yística, estudios monográfi cos, investigación lústórica, ción crítica, se ofrece ~n a ' travía en una narrativa de sociológica, etc.- procediendo a invadirlos a todos y esta. les. Mientras que A mo~1m ~e ex v1·ene sola por ejemplo- .. · ¡ La v1ctona no ' · agitac1on socia - . . d la novela de la tierra, bleciendo la base común, epocal, de todos ellos. . síntesis vivaz e . Por ser el género más propicio a tal invasión, por ser el o acierta en una 1 vos escritores sociales se en- más acorde con algunos matices de la concepción vanguar· - La desembocadura- os nued esintegran pero muy espe­ dista de la narrativa que tipificaron Huxley, Malraux, Bor­ fr entan a los pueblos que se r:r ca· Po,;,,peyo amargo, de ges, cada uno en una tesitura personal, fue la novela la cialmente a \a ciudad macrofe a 'cráneo de las novelas de que mejor testimonió el esfuerzo crítico de la generación, Dionisia T rillo Pays: es con :;:i\os se sitúan obras c~ mo prefiriendo las soluciones malrauxianas donde se recogía Alfredo Dante G ~avma, yMtrrisa Viniars, sobre la inm1gra­ el espíritu del antifascismo de los t reinta. El modelo ini· La tierra prometida de a 394 URUGUAY HO'( LA GENERACION CRITICA 395 ción judía o alegat b 1 Jiménez . T~da esta l~t~ r~ºturrea ast !uc.has drura les en Asdrúbal rnismo pun to focal que corresponde a la demostración . . ' es a signa a por u pa c1on sociológica muy n1't'd na preocu. racional de una tesis. La operación artístit;a es entonces .. 1 que tan to puede r d a 1a lecc1on naturnlista del sigª·lo . d espon er una operación cognoscitiva y aquí, principalmente, crítica. ..· pasa o como a fas r la c1ones esquemáticas de l rea li . . iormu- por eso todo el arte de Martínez Moreno corresponde al hcredarlas En 1 . . smo socialista que parecen f¡erni sfe rio iluminado de la razón, como una obra hija del '· OS ITieJOrcs CJem ( (y· · ) propios de una observa,.: l'h pos miar~ los va lores siglo de las lu ces, lo que implica el incesante análisis de quietud política ante loc 1on ' re de la realidad Y la in. los co mportamientos, retrotrayendo las acciones y vo li cio­ s procesos eco · · compensan la simplicidad d 1 • nom1cos del país nes a sus causas, y una claridad intensa sobre las concien­ De ot . . . e os re cursos novelescos r,1 1erarqu1a y de otra a r d . cias que diluye las sombras románticas. El elemento narrativ:i crítica de Ca 1 M· .mp itu de enfoque es la conductor más adecuado· a ta 1 enfoque es una lengua d is­ B d . ros <1rt1nez Moreno y d M . ene e1t1, quienes establece b e ano cursiva, ri ca, estructurada sobre una sintaxis precisa y modelo en e l . ~anquillo uno de los it os morales de la nacionalidad. la fam1ha.antes de hacer de int11rusta, mc1s que a un dialogo con un conjunto de espe 111 . ºd . tadores. Fue el tiempo de un teatro que alguna vez lla la base de una den un cia socia 1particularment e ac1 a Yo n- dfi .. °' e 1mo como leído y que revelaba en su escritura ·u se co n su i1lti;na fJ tobogán. su lad o, Maggi afi . . 1· . . na ~inal. ~>or C~ rl~s inac1on ~terana , un rigor art ístico, más cercano a una registró en sus iniciales !..a trast1c1uJa y /.11 Btblwteca un ~engua esenia que hablada. Tanto Denis MoHna co mo Al 0 rbc. seg uro .v confiado que se desin tegraha ~ l<1 n1<> .era . 1111 Jandro Peñasco ilustraron lo mejor de esta lín ea. e. conjunto de va lores de la da se media ~o n m la s msl 1_t u- Pero cuando el teatro ha formado ya a sus espectado. ciones oficia les que esa mis11K1 dase hah1a ge nerado csl.nr­ res Y cuando los prob lemas del país se han agravado iadamentc. /\ partir de ellas se predpita en una 111vcs11ga­ los año~ cin cuenta, irrumpirá una generación de dra ma!~~ ción ríspida que colinda 1:.t tragedia y el ln1111or ncgr'.1 pa1:a gos d ed1 ca~os a exponer la realidad nacional con un siste. traducir el "cambalache" de una socied. ha sta llegar a un grado de barroc

de c~ t os treinta añ o~. El árbol ha sido sacudido furio~a ­ mente: se le ha dcspopdo de muchos frutos pcrecibles y en él ~e ha gestado una nueva íloración. que sólo puede comparase con las épocas m:b brilluntes de la cultura na­ cional. siéndole superior en muchos aspectos. No creo q uc d movimiento ha ya cumplido con todos sus propós it o~ . en parte porque nuevos e inesperados asuntos ~e fucmn prese ntando sobre la marcha, en parte porque ~ u tarea no fue f:ícil dado que significL1ha un cam­ bio sustancial en un país udormecido y drogado por un humanismo aguachento. También porque no ha y genera­ ción que aprisione o detenga a la historia. Hecho el ba lance pienso que ha marcado un giro deci­ sivo de la vida naciona l y ha logrado encauzur la sociedad hacia un 11~enta miento sobre la realidad del mundo actual. sobre sus legítimas aspiraciones de rrogreso y justicia. sobre el panorama cultural de la región latinoamericana. sobre la apertura a un profundo cambio que le permita avanzar. l la desenmascarado, ha desnudado. no ha vaci­ lado ante las convenciones ni los principios estatuidos. ha enfrentado la enfermedad seña lándola para que nadie la ignore. No la ha curado. Ya hemos seiialado que las nuevas proposiciones que se han registrado en el cuerpo social significan la coronación y el cance lamiento de la generación crítica y es !>ueno que así sea. Es un tramo importante de la historia el que entonces se verá clausurado. el tramo de las vísperas o lo que otros llamarán un pe ríodo de transición. Sé que hay. allí, a la vue lta de este tiempo. al iniciarse la década de los setenta, un a nueva generación que está en pleno funcio­ namiento y que ha asomado a una edad increíblemente temprana. Le cabrán instancias más duras y cortes más profundos, así co mo reconst rucciones más difíciles. Si lo­ gran ha cerlo no pensarán que todos estos años anteriores concurrían a ese fin porque seguramente estarán muy ocupados con sus tareas y porque sólo muy tardíamente se re cupera la curiosidad por las obras y los hombres de un penodo de transición