Revista de la Universidad del Norte http://www.uninorte.edu.co/publicaciones/huellas/index.asp no 88 y 89

CONTENIDO 2 Apuntes históricos sobre la construcción onsejo de irección C D de lo infantil en Latinoamérica. Jesús Ferro Bayona - Director Jorge Galindo Madero, Ana Rita Russo de Sánchez. Vilma Gutiérrez de Piñeres - Editora 11 Educación para el ejercicio de la libertad. Alfredo Marcos María - Editor Dimas Martínez Núñez.

Consejo de Redacción 13 Negros y mulatos en la reconstrucción de una memoria política de Cartagena a principios del siglo XX. Ramón Illán Bacca Raúl Román Romero. Pamela Flores Prieto Adela de Castro 25 General Juan José Nieto, presidente Caribe. Rodolfo Zambrano Moreno. Rubén Maldonado Ortega Munir Kharfan de los Reyes - Asesor diseño 32 El Carmen de Bolívar y su comarca tabacalera entre los siglos XVIII y XX. Este número contó con la colaboración de Wilmer Eduardo Rodríguez Villafora. Álvaro Carrillo Barraza en diseño y diagramación. 36 La gastronomía de Barranquilla. José David Villalobos Robles.

55 El duende de una cocina. Lácydes Moreno Blanco. Huellas es miembro de la Asociación de Revistas Culturales 64 Hipótesis sobre el contacto cultural entre miembros de la comunidad Wayúu y el niño Colombianas, Arcca. Gabriel García Márquez en Aracataca. Juan Moreno Blanco.

75 Breves apuntes sobre la radionovela como género literario. Piedad Bonnett.

78 De cómo llegue a escribir Déborah Kruel. Ramón Illán Bacca.

84 Tres cuentos breves. Álvaro J. Ramos Q.

86 Relatos. Rubén Maldonado Ortega.

90 Viaje a la India. Cristina Duncan Salazar.

92 Martha Luz de Castro: de Goya al carnaval contemporáneo. Danny Armando González Cueto.

Ilustración de la portada: 93 Martha Luz de Castro: “Puedo decir que Disparate volante estoy conectada con la obra de Goya…” de Martha Luz de Castro Óscar Jairo González Hernández. Fotomontaje digital, intervención y fusión a partir de un grabado de Goya y de 97 Índice acumulado de Huellas. fotografías del carnaval de Barranquilla. Papel fotográfico semi-mate 15x20 cm, Se autoriza la reproducción citando la fuente. Los conceptos son respon- papel fotográfico metalizado 40x60 cm y sabilidad exclusiva de los autores. Licencia del MinGobierno nº 001464, autoadhesivo transparente sobre poliestireno ISSN 0120-2537. Apartado Aéreo 1569, Barranquilla, Colombia. blanco 60x80 cm, 2009. Impresión: Javegraf, Bogotá. e-mail: [email protected] Ver página 94. Meses de aparición: Abril (04) - Agosto (08) - Diciembre (12).

Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla 1 pp. 1-122. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 Apuntes históricos sobre la construcción de lo infantil en Latinoamérica

Jorge Iván Galindo Madero* Ana Rita Russo de Sánchez**

El tema de lo infantil genera hoy en día una En regiones rurales prevalece la forma de com- particular importancia en diferentes ámbitos prensión de la infancia que en otras zonas se vivió sociales. El buen trato al niño, la prevención de en el siglo XIX o incluso en los tiempos coloniales. las diferentes formas del maltrato infantil, la pre- Esta forma de comprender la infancia tiene múl- ocupación por las vivencias en la infancia y cómo tiples connotaciones sociales, políticas, religiosas estas repercuten en la vida del adulto, son temas e incluso económicas. Un ejemplo de esto está en de constante divulgación en diferentes medios de el número de hijos, pasando a la forma como se comunicación; es también el interés de los progra- educa al hijo y se le da un lugar en la familia. Así, mas de los gobiernos y la razón de la existencia de en algunas regiones de Colombia se piensa, como diversas instituciones que, a nivel internacional, en los tiempos coloniales, que los niños deben realizan esfuerzos para propiciar en el niño una ser castigados física y severamente, porque no mejor calidad de vida. tienen mucha capacidad de entendimiento. En otras zonas del país donde prevalece un discurso Pero esto que vivimos en el presente no repre- moderno, el tema de la dificultad para establecer senta la realidad total con relación al interés de normas y control al comportamiento infantil puede los pueblos por la infancia. En muchos puntos ser un problema. de Latinoamérica el tema de la infancia tiene otro trato: aún prevalecen los castigos físicos, las expe- El presente documento recopila aspectos im- riencias infantiles se entienden como algo que con portantes de cómo se ha realizado la construcción el tiempo se va a olvidar sin mayor consecuencia histórica y antropológica de la infancia en Latino- para la vida adulta; las cuestiones relacionadas américa. Su objetivo no es solo dar cuenta de cómo con los derechos del niño son un tema lejano, y no fue el pasado, sino de entender además el presente existe un discurso sobre lo que es maltrato infantil. de muchas zonas del mapa americano donde aún prevalecen formas de ver lo infantil que parecen ya distantes al hombre moderno. * Psicólogo, Universidad Metropolitana; Psicólogo Clínico y magíster en Psicología, Universidad del Norte. Conferencista, Tiempo precolombino Programa Pisotón. Autor de los textos Si Dios está muerto, ¿qué paso con el sujeto? y El discurso del cristiano en los tiempos de Tal vez dejados llevar por la forma como los me- la ciencia de la salud, y coautor de Psicoanálisis y teoría social, dios de comunicación, y en especial el cine y la y Educación y desarrollo psicoafectivo, y la cartilla Nuestros televisión, nos muestran la relación del niño y los primeros encuentros afectivos y educativos. ** Psicóloga, Universidad del Norte. Formación Psicología adultos en la América indígena, casi siempre la Clínica, Hospital de Salamanca. Doctora en Filosofía y Ciencias relacionamos con un niño entregado en sacrificio de la Educación, Universidad de Salamanca. Directora de la a los dioses. (Los sacrificios de niños a los dioses Maestría en Psicología Clínica, docente de pregrado y postgrado, se realizaban, pero para la mayoría de las culturas tutora e investigadora, Universidad del Norte. Autora y directora del Programa de Educación y Desarrollo Psicoafectivo. Coautora este implicaba a niños capturados en guerras y de los libros Temas en psicología clínica y Educación y desa- prisioneros por diferentes motivos). Tenemos la rrollo psicoafectivo, y la cartilla Nuestros primeros encuentros errónea impresión de que los niños en esta Amé- afectivos y educativos.

2 Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla pp. 2-10. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 Retratos de la sociedad novohispana: don Joaquín Martínez de Santa Cruz, Nicolás Rodríguez Juárez en Arte Mexicano, época Colonial.

rrollo; tomaría incluso varios textos el describir sus estilos de vida y la forma como se concebía la infancia, lo que supera las expectativas de nuestro trabajo. En este punto solo interesa desmitificar un poco las ideas preconcebidas que existen, para poder avanzar sobre el camino que nos llevará al contexto moderno. En un primer punto, es necesario recalcar cómo para la mayoría de los pueblos la llegada de un niño es interpretada como una bendición de los dioses, y que en algunos pueblos indígenas existan ceremonias que anticipaban este nacimiento. Fray Bernardino señala cómo, cuando la muchacha se sentía embarazada, existían ceremonias e incluso fiestas que anticipaban el nacimiento del niño. Un orador daba la nueva noticia y eran los dioses quienes favorecían este acontecimiento: Sabed que nuestro señor ha hecho misericordia, por que la señora, moza y recién casada, quiere nuestro señor hacerla misericordia y poner den- tro de ella una piedra preciosa y una pluma rica. Existen unos principios psicológicos que son co- rica anterior a la llegada a los españoles tenían munes a todos los pueblos, principios universales un lugar despreciativo o vinculado con rituales de que Sigmund Freud señaló en forma magistral en sacrificio por parte de los adultos. La realidad es su obra, de 1912, Tótem y tabú, donde habla de que en los pueblos indígenas, como en la mayoría aquello que nos hace sujetos. Vemos cómo debe de los pueblos que existen en el mundo, los niños existir para todo infante una antesala a su naci- cumplen un papel muy importante porque es en miento, que es expresada en forma de palabras ellos donde se perfila el futuro de la estirpe. por los adultos y que se convierte en las primeras De la América indígena se cuenta con muy marcas que están allí, en este caso, en forma an- pocos datos directos y en cambio se resaltan las ticipada para cada niño. fuentes de españoles que hacen relatos de sus El número de niños esperados en las comunida- costumbres y estilos de vida. Para este texto, des indígenas era alto y esto se explica por el hecho cumplirán una importante función los aportes que de que existía un elevado índice de mortalidad realizó fray Bernardino de Sahagún en su Historia infantil, seguramente debida a que no se contaba de las cosas de la Nueva España, además de otros con los medios y la información para prevenir en- que serán citados a lo largo de este texto. fermedades en la primera infancia. Un alto número Los pueblos indígenas en América presentan de niños era el seguro con el que se contaba para una gran diversidad y diferentes niveles de desa- que el pueblo tuviese un futuro.

3 La figura de la madre ocupa un lugar muy im- El lugar y la importancia que cada uno de los portante en la mayoría de los pueblos indígenas miembros de la familia ocupaba en esta formación americanos, ya sea desde los mayas, donde la variaban por grupo indígena. Como ejemplo de esta diosa de la maternidad era invocada para el feliz educación es importante revisar para el interesado nacimiento de los niños y la salud de la madres, la forma como se realiza aún esta tramitación de llegando a los vestigios de las diosas de la mater- la maternidad en familias indígenas colombianas nidad en Colombia, donde fueron representadas en el Pacífico y en la Guajira en la Costa Norte en figuras de cerámica en el centro de país y en colombiana pueblos de la Costa Pacífica. Ahora, a diferencia Un punto crítico en nuestro país, y que es de nuestros tiempos, la maternidad era pensada realidad en muchos países latinoamericanos, es en muy corta edad: a los 14 años de la indígena ya la dificultad para disminuir las altas tasas de se presentaba por lo general el primer hijo; esto, embarazos en las edades entre 14 y 20 años, es que sería escandaloso incluso desde el nivel legal decir, en edades escolares. Por otra parte, está la en nuestro país, respondía a su propio tiempo y dificultad de estas madres para asumirse en su contexto; las expectativas de vida eran mucho más nuevo lugar y responder a las responsabilidades cortas y esto implicaba un avance más pronto ha- que implica el tener un hijo. Este sería un tema de cia la necesidad de ligar una estirpe. El inicio de la amplio debate, pero no deja de llamar la atención maternidad y la paternidad en estas edades tiene cómo en familias rurales y campesinas el tema del otra implicación: nosotros no podemos hablar de embarazo a estas edades no genera tal malestar y una adolescencia en estos pueblos indígenas, ya existe mayor disposición de la madre a asumirse en que no existían ni los tiempos ni los contextos para ese lugar. Aun así, todo responde a un contexto y que se produjera. ¿Era esto motivo para hablar de una maternidad temprana que puede hacer mella indígenas adultos traumatizados por no vivir este a los intereses y aspiraciones de la mujer moderna. momento? En lo absoluto; ya muchos autores han señalado cómo existe una íntima relación entre lo La infancia del niño indígena es más similar a que se considera evolutivamente esperable y las la de nuestros niños, que lo que en un primer mo- disposiciones de un discurso histórico y social. mento se pensaría. En ella existía una educación por parte de los adultos e implicaba la asistencia Es en esta misma línea que debemos entender a lugares de formación muy parecidos a los que cómo esta indígena de 14 años se asumía en el nosotros entendemos por escuelas; allí se reciba la tema de la maternidad. Muy distante de las co- formación moral, las normas de comportamiento, legialas de nuestra época, recibía una completa una importante formación religiosa y se inculcaba formación en el tema de maternidad por parte de el respeto a los mayores, en especial a los ancianos. sus familiares y otros miembros de la comunidad. Señalaba un desprenderse de la familia de base con la que se vivía, más o menos hasta los siete años, con diferencias en culturas que habitaban las tierras americanas. El niño indígena también le dedicaba tiempo a jugar, a la fantasía que propicia las acti- vidades lúdicas; esta es una

Español e india serrana produce mestizo. La representacion etnográfica en el Perú colonial, Ministerio de Educación y Cultura de España.

4 Anónimo. Tomado de La representacion etnográfica en el Perú colonial, Ministerio de Educación y Cultura de España.

necesidad de todo niño en las diferentes culturas en las que existe esto llamado infancia. Se han encontrado vestigios de juguetes, la mayoría de cerámica, representado figuras de animales; un hecho que es llamativo y poco pensado es que tam- bién existan muñecas, y obviamente los trompos y pelotas con los que juegan nuestros niños indí- genas en diferentes puntos del mapa colombiano. Esta importancia del juego para el sano de- sarrollo de la infancia, tal como lo ha propuesto la teoría psicoanalítica y psicodinámica, y lo han expresado autores desde Freud, pasando por Mela- nie Klein y Donald Winnicott, entre muchos otros, parece confirmarse retroactivamente cuando se hace lectura de crónicas y textos que relatan esta formas de tramitación de la infancia.

En el punto de la disciplina y los castigos, En este marco de vida familiar, se inscribía la tema que convoca a este texto, estos podrían ser forma como los adultos se relacionaban con los descritos como fuertes, desde nuestra mirada, e niños, cómo se establecía la disciplina y de qué incluían los azotes, manotazos e incluso el bañar forma la educación moldeaba el comportamiento con agua fría en algunas comunidades. Podrían infantil. Se pasará a realizar unos apuntes sobre ser aplicados no solo por los padres, sino también la forma de vida del niño en la época colonial, por otros miembros de la comunidad, presen- anticipando que será distinta para el español, el tándose incluso castigos ejercidos por todos los mulato, el indígena y el esclavo. miembros de una tribu. Para comprender esto, hay que tener en cuenta que la idea de familia en El contexto de la Conquista española en Amé- las comunidades indígenas, antes de la llegada de rica no presenta datos muy claros con relación los españoles, no existía siguiendo el modelo que al tema de infancia; lo que queda claro es que, al estos impusieron, e incluso se resalta más la voz poco tiempo del encuentro entre el español y la de la comunidad, representada en sus líderes reli- indígena, aparecen los niños mulatos. Estos van giosos que, por ejemplo, los deseos o expectativas presentar una serie de dificultades en el recono- del padre o la madre. cimiento de su lugar de ciudadanos y harán parte de la ya difundida tradición de los niños naturales, El niño en la Colonia es decir, niños que no son reconocidos ni por el El avance de la Colonia implicó la consolidación de padre o la sociedad con iguales derechos que otros los estilos de vida españoles, que venían muy in- hijos dentro del contexto del matrimonio. fluenciados por la propuesta contrarreformista de Otro aspecto a resaltar de los tiempos de la la Iglesia católica, es decir, un molde de la Sagrada Conquista, y luego en la Colonia, fue el surgimiento Familia, donde prevalecía la palabra del padre, el de los orfanatos, los cuales albergaban a niños respeto y temor que el niño debía sentir por los cuyos padres no reconocían por diversos motivos; adultos, y una potestad legal que entregaba a los y otros que quedaban desprotegidos luego de la padres la jurisprudencia sobre los hijos. muerte de los padres en las guerras producidas

5 en estos tiempos tan convulsionados en las tierras más, por su comportamiento y decisiones, a la de americanas. un pequeño adulto que parece haber superado cualquier distracción infantil. Estos orfanatos son en su mayoría propiedad de comunidades religiosas, que acogen a estos Fray Pedro Salguero hace una de las distin- infantes; la imagen de un niño dejado abandona- ciones más claras de cómo se entendían los mo- do en una cuna en las puertas de un convento o mentos evolutivos en la época colonial; de esta monasterio es una imagen que incluso se convierte manera, formula cómo, entre los ocho y los nueve en clásica y repetitiva en los tiempos de gloria del años de edad, es el tiempo en el que el niño debe cine mexicano. ser más fuertemente reprendido, y ser más severos con su educación. Esta es la época para aprender Ahora, en la distribución de clases en los tiem- y modelar el comportamiento bullicioso del niño; pos coloniales, también existían categorías para describe la infancia como una etapa de falta de los niños. No era lo mismo ser un niño mulato, regulación y extroversión. español o esclavo, hijo de un hogar religiosamente constituido, hijo natural o un huérfano de conven- Entre los nueve y los doce años, se realiza la to. Un punto sí es claro: la forma como el discurso primera comunión; esta es la etapa en la que ya religioso atraviesa la educación y las formas de debe haberse consolidado la razón y el entendi- relación del adulto con el niño en la época colonial. miento; la primera comunión es el paso de la irres- Son los sacerdotes y monjas quienes asumen, en ponsabilidad infantil a empezar a asumirse como gran medida, la educación escolar en el Nuevo adulto. Consiguiente a esta época, sobreviene el Continente, cumpliendo dos propósitos: la forma- tiempo de la mocedad. ción educativa con un alto contenido moral, pero también la labor de evangelización. No todos los La mocedad niños en el contexto colonial tenían derecho a la Uno de los puntos críticos del desarrollo psicoafec- educación, y en diferentes puntos de América la tivo para el sujeto, en la Colonia, es el llamado discusión consistió en quiénes podrían acceder a momento de la mocedad; este se podría igualar al esta y bajo qué circunstancias. Mientras para los paso por la pubertad: es el tiempo en el cual surgen niños hijos de esclavo la formación escolar era pro- las tentaciones de la carne, y se define entre la vida hibitiva en la mayoría de los casos, en el caso de matrimonial o la vida religiosa; implica la finaliza- los mulatos y los indígenas el punto de discusión ción de la infancia y el inicio de la vida adulta, en consistía en si era beneficioso para la sociedad edades que oscilan entre los 14 y 15 años. que un indígena o un mulato se instruyera, y esto le permitiera acceder en un futuro a ascender Salguero describe este momento como el propio socialmente o si mantendría igual respeto por las de los cambios en la voz y el surgimiento de los autoridades del virreinato. comportamientos sensuales que alejan al sujeto de la vida religiosa. La formación moral y ética del niño se encontra- ba muy influenciada por los relatos bíblicos y sobre Formas de relación en la familia todo por la vida de los santos: estos se convertían Madre-hijo en modelos a seguir por su virtud y sacrificios. Se contaban historias de santos europeos, pero tam- En el modelo español, la relación de la madre con bién del incipiente santoral americano en el que su hijo se encuentra marcada por la distancia, si sobresalían san Martin de Porres, santa Rosa de se compara con las formas de vínculo contempo- Lima y santa Marianita del Niño Jesús. En estas ráneas. Un primer punto a resaltar es que el amor historias sobresalía una infancia caracterizada de la madre hacia el hijo solo surge luego del naci- por la penitencia, el respeto a la autoridad de los miento y se fortalece con los años y la convivencia. padres, a las autoridades civiles y sobre todo las Los primeros años de vida el niño los comparte con eclesiásticas. la nodriza, quien estará encargada de la nutrición y primera línea de afecto sobre el infante. La niñez es percibida como una etapa de la vida en la que se deben consolidar los principios Con el hijo varón, la madre debe ser cuidadosa de la moral y la fe cristiana; aunque lo que su- de mantener distancia afectiva y no malcriarlo, ya ceda en gran parte de la infancia se va a olvidar, que la cercanía de la madre es el principal cau- estos principios se sostendrán para el resto de la sante de la homosexualidad, la cual es percibida vida. En las vidas ejemplares de estos santos, la en esta época, además como un acto de pecado, descripción que se hace de su niñez se asemeja como una aberración.

6 La madre, con los años, debe consolidar una mejores consejeros y, si el caso superaba las crisis relación más cercana con la hija, ya que existe con normales de toda familia, entonces se acordaba ella una responsabilidad de tramitación de temas una reunión con el tribunal eclesiástico para que relacionados con el comportamiento femenino, la tomara partido. importancia de llevar una vida acorde a los cáno- nes morales de la época, y su formación religiosa Algunos apuntes sobre el niño en y espiritual. la época de la Ilustración

La relación con el padre El avance de las ideas de la Ilustración genera nuevas propuestas en la forma como se entiende Siguiendo el modelo judeo-cristiano, la familia se la infancia en América, la que repercutirá en la organiza a partir del patriarcado, en el cual es el manera como se entiende la infancia y coloca el padre quien tiene la mayor autoridad en el hogar, psi necesario para que luego se consolide un molde y la madre y los hijos quedan subordinados a su de lo que será el niño moderno. palabra. Estos hacen contraposición con modelos indígenas e incluso africanos, donde se presenta- Uno de los puntos a resaltar de la propuesta ba, por el contrario, un sentido de organización ilustrada hace relación a propiciar los cuidados más centrado en el matriarcado. necesarios a la madre en el proceso del embarazo y parto; este tema no había sido de gran relevan- El hombre es quien tiene autoridad y potestad cia durante la Colonia, en gran parte debido a la sobre los hijos, quien puede definir cómo educar- carencia de conocimientos médicos que ahora los, cómo castigarlos y qué tipo de castigo imponer; empiezan a surgir y al hecho que de la vida solo la madre en muy pocas ocasiones toma lugar de cobraba importancia luego del nacimiento. palabra y acto en este tema. Esta nueva propuesta entra en oposición con La madre Iglesia católica generaba un fuerte im- el tradicional papel que tenían las parteras, que pacto en la forma como se llevaba la vida en casa. incluso son ahora culpadas de muertes o anorma- Con altares en los cuartos, imágenes religiosas en lidades que se presentan en el proceso de parto cada esquina, horas para realizar rezos y oracio- y postparto. Otro aspecto importante que genera nes durante el día, se recordaba constantemente la Ilustración es que promueve una relación más su presencia; y en las edades de la mocedad era cercana de la madre con el hijo durante los pri- recomendable acercarse a un confesor que orien- meros años de vida; bajo el principio de que la taba en estos cruciales momentos. En casi todas leche materna es la que el infante requiere para las disputas familiares eran los sacerdotes los su crecimiento, y que es la madre la persona más adecuada para mostrarle al niño el mundo desde el punto de vista psicológico, e incluso el religioso. Siendo la Ilustración una propuesta basada en el empo- deramiento del saber científi- co, la educación se convierte en uno de los pilares de su propuesta. Uno de los puntos de mayor controversia en este momento es la entrega que se había hecho de ella a los

Anónimo. Tomado de La representacion etnográfica en el Perú colonial, Ministerio de Educación y Cultura de España.

7 Madre y niño. Mary Cassatt.

sacerdotes y monjas; esto genera una crisis que se complica más cuando se inicia la expulsión de comunidades religiosas como los jesuitas, más por razones políticas y económicas que de discusión teológica. La Ilustración dejó una huella de la que go- zará el hombre moderno y será el principio de la igualdad entre los hombres; ello implicará con el tiempo también al niño y la consolidación de unos derechos para este.

La infancia moderna En Colombia —en cuanto un país en trámite del discurso de la modernidad en el que se ha genera- do toda una serie de transformaciones en la forma como se vislumbra la infancia—, se ha pasado de la percepción de un niño pasivo y con poca capa- cidad para comprender el medio al niño moderno del que se espera el desarrollo de un pensamiento crítico y autónomo. En este aspecto, es interesante revisar la descripción de infancia en los albores de la modernidad en Colombia, tal como la presenta María Cristina Tenorio en Pautas y prácticas de dejaba en sus cunas dormir hasta que el hambre crianza en familias colombianas: los despertara. No se les hablaba porque era Hasta los años 50 era frecuente oír decir que los considerado innecesario, ya que no entendían pequeñitos no se daban cuenta de nada, que […] se les dejaba llorar para que no se volvieran los bebés eran insensibles a lo que ocurría a su “resabiados” […] A partir de esa tierna edad alrededor, que estaban sumidos en sí mismos: debían aprender el respeto y la disciplina, los En términos de la jerga psicológica dominante, niños no debían dirigir la palabra a los adultos les dominaba un narcisismo primario, eran sino cuando estos les hablaran, ni podían en- egocéntricos, tenían un pensamiento autista. trometerse en la conversación de los mayores. Tanto era así que hasta muy recientemente se Pero esta competencia no solo abarcaba la operaba a los recién nacidos sin anestesia, pues primera infancia, sino que se perpetuaba en los los médicos decían que no podían sentir el dolor. diferentes momentos del desarrollo evolutivo; es Esta percepción de lo que era un bebé, obvia- así como se pensaba que el niño no obtenía un mente repercutía en la forma como la madre daba verdadero conocimiento de las situaciones diarias lugar a la estimulación temprana del niño, y así se hasta los 10 y 12 años, cuando hacía la primera fundía una vez más el desarrollo psicoafectivo de comunión. este con elementos ofrecidos por el ambiente y la Con el trámite de la modernidad en Latino- cultura. Así lo describe la misma autora: américa, este lugar del niño se va transformando Se los “chumbamba” para que estuvieran calma- en especial en las zonas urbanas. Existen varios dos y durmieran el mayor tiempo posible. Se les factores que propician esto, pero es de recalcar dejaba en un cuarto oscuro porque se decía que cómo en este aspecto toma una real importancia la luz fuerte y el ruido los fastidiaba. Y se les el discurso de los expertos en infancia, el avance

8 de los medios de comunicación y el interés por Este autor propone cuatro aspectos para pensar importar modelos externos de crianza de los niños. que han propiciado la transformación del concepto de infancia. En primera medida, un cambio brus- El niño en la modernidad se caracteriza bá- co que se ha presentado en Colombia al pasar sicamente por ser un niño sobre el que se ha de un país con prevalencia de la familia extensa “estimulado” adecuadamente para que responda durante los años cincuenta y sesenta a la forma con prontitud a cada uno de los momentos de su de organización basada en la familia nuclear y desarrollo. En algunas ocasiones, el afán de los monoparental. De esta forma, se pasó de siete a padres y educadores por un ideal en el que el niño ocho hijos por familia a uno o dos; esto posicionó entre más rápido en el trámite su infancia, genera al niño de una nueva forma en el ámbito familiar. como efecto que estará mejor preparado para en- Bajo esta medida, la familia colombiana es también frentar la vida. Retomando a Tenorio: influida por otra característica de la modernidad: Se creó un modelo mítico de un niño cognitiva- “La democratización de la autoridad en la fami- mente precoz, un sujeto epistémico puro, capaz lia”, la cual es descrita por el sociólogo alemán de resolver las tareas más sofisticadas, su reco- Norbert Elias (1998, p. 412), quien ubica en la rrido se calculó meticulosamente etapa por etapa modernidad las nuevas formas de relación entre y se fijaron las edades en las que se debían niños y adultos, que pasan de ser estrictamente atravesar —si el niño era “normal”. autoritarias a más igualitarias, proceso que tiene lugar por el reconocimiento de la mayor autonomía Pero a medida que Colombia es permeada por que se concede a los niños en medio del declive de nuevas formas de concebir la familia propiciadas la sociedad patriarcal. En la contemporaneidad, por la postmodernidad, cambia y se transforma el más que antes, los niños son vistos por los adultos concepto de infancia, lo que no deja de llamar la como merecedores de un trato especial, y son más atención de diferentes estudiosos de las ciencias estimados en los hogares en proporción inversa a sociales; así lo describe Juan Carlos Jurado Jura- su número. do, magíster en Historia de la Universidad Nacio- nal, en su investigación Problemáticas socioedu- cativas de la infancia y juventud contemporánea: Hablar de la infancia y de la juventud en la so- ciedad actual no remite solo al estatuto social de una franja de la población, sino a un problema que compromete las nuevas maneras de confi- guración de la cultura contemporánea. Entre los fenómenos de las últimas décadas se encuentra la irrupción de la infancia como actor social, haciendo su aparición de manera novedosa, demandando nuevas reflexiones sobre su lugar desde la sociedad, la cultura y la educación. Así, la infancia aparece como un problema de la contemporaneidad, como resultado de complejos procesos relacionados no con una crisis coyun- tural del capitalismo, sino con la manifestación de las nuevas formas de organización social, económica y política que caracterizan a nuestra época,. En particular, la irrupción de la infancia como actor social puede explicarse a partir de cuatro factores que se desarrollan como sigue, con un interés más exploratorio que exhaustivo.

Niños trepando árbol. Goya.

9 Esta democratización se convierte en la orga- extensa, en la actualidad es función de personal nización familiar en un trastoque de las líneas del especializado en el jardín. poder y el respeto, encontrándose cómo a los niños Por último, el autor llama la atención de cómo se le considera “los nuevos reyes del hogar”. Este el menor y el joven se han considerado sujetos del nuevo lugar del niño también es capturado por derecho, por consiguiente se ha presentado toda la escuela, en donde el lugar del estudiante llega una legislación sobre el derecho del menor y a su por momentos a superar la autoridad del docente. vez las formas de relacionarse este con la ley. La Un segundo aspecto a subrayar es el nuevo rol presencia de centros especializados en menores de la mujer como madre, esposa y trabajadora al infractores de la ley deja abierta la pregunta si no mismo tiempo, lo que deja poco espacio y tiempo es esta otra manifestación de cómo el Estado y para la atención de los hijos, y se encuentra ínti- otras instituciones no están acogiendo funciones mamente ligado a la cada vez más pronta entrada con referencia a los menores de edad que antes del niño a la guardería y la escuela. La aparición eran de los padres. de profesionales en los primeros años de la vida del niño es otra consecuencia de estos cambios. Bibliografía AA.VV. Historia de la infancia en América Latina. Bogotá, Edi- En tercer lugar, se encuentra unida a lo anterior torial Universidad Externado de Colombia, 2007, p. 673. la importancia que va ganando la educación y es- Jurado Jurado, Juan Carlos. Problemáticas socioeducativas de timulación en los primeros años de vida, llegando la infancia y juventud contemporánea http://www.rieoei. org/rie31a06.htm a considerarse esenciales para la entrada del niño Ministerio de Educación Nacional. República de Colombia. en la escuela. La estimulación motora-cognitiva y Organización de Estados Americanos. Pautas y prácticas psicosocial, que en otros tiempos era tarea de los de crianza en familias colombianas. Serie Documentos de padres, abuelos y otros integrantes de la familia investigación. Punto EXE Editores. 2000, p. 272.

10 Educación para el ejercicio de la libertad

Dimas Martínez Núñez*

En nuestro afán por hacer de la política una acti- vidad con sentido ciudadano, lo que parecería una redundancia, presentamos unas consideraciones que se apartan del trillado discurso, a veces mal repetido, por políticos casi siempre en tránsito electoral, que se limita a la repetición de “hay que mejorar la calidad de la educación y ampliar la cobertura educativa”, sin decir cómo y mucho menos sin detenerse a explicar sobre qué educar. El ciudadano debe decidirse a ejercer su li- bertad con responsabilidad; la educación es una herramienta clave para formar en libertad, para prepararnos a no seguir siendo utilizados por quienes, desde el ejercicio del poder, se olvidan que su obligación social es la de propender por el bien común. En Colombia, el derecho a la educación se en- cuentra consagrado como un derecho fundamental de los niños en el artículo 44 de la Constitución Nacional. Entendiéndose como fundamentales aquellos derechos inherentes a la persona huma- na, por lo que al Estado solo toca reconocerlos. El artículo 67 de la Carta indica que la educación es un derecho de las personas, y que con ella se www.fundacionpiesdescalzos.com busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica y a los demás bienes y valores de la cultura. Estudiantes del Colegio Pies Descalzos, Barranquilla. Intentaremos derivar, de los preceptos consti- tucionales citados, los Fundamentos Filosóficos de y gobierno; o reducir el asunto a la definición de las Políticas Públicas de la Educación en Colom- un currículum, ampliar la cobertura educativa, el bia, para llegar a concluir que la educación es un mejoramiento de la calidad y al desarrollo de una asunto de política y de cultura, y que no puede con- teoría pedagógica, puesto que, por válida que ella siderarse como propuesta filosófica de educación sea considerada, gracias a las diferencias econó- el limitarse a la planeación educativa definida en micas y sociales, resulta deficiente para atender los planes de desarrollo de los entes territoriales, los requerimientos y necesidades de estudiantes las más de las veces, tan distintos entre gobierno con marcadas diferencias culturales y económicas; esto es lo que lleva, en palabras de Bruner, a la * Abogado y psicólogo graduado; maitrise en Ciencias de la falta de “manejabilidad”, por no consultarse las Educación. Profesor del Departamento de Historia y Ciencias necesidades propias de cada comunidad, porque Sociales, Universidad del Norte.

Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla 11 pp. 11-12. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 la teoría funciona bien, cuando es afín con la rea- accidental, entendiendo por accidental, carentes lidad cultural. de intencionalidad. Debe ser la educación un pro- ceso que afiance la identidad del individuo para Las investigaciones realizadas por Bruner y su que construya su libertad de ser. equipo le permitieron concluir que una teoría de la instrucción es una teoría política, en el sentido de Que somos un Estado social de derecho fun- que se deriva del consenso que se refiere a la dis- damentado en el respeto a la dignidad humana y tribución del poder dentro de la sociedad (mundo la solidaridad, debe traducirse en una Filosofía de las relaciones sociales) y para cumplir qué roles, de la Educación que enseñe a pensar, a ser re- atendiendo aspectos tales como: a quién se educa, flexivo, para que nuestra juventud tenga como cómo se educa, cómo se distribuyen los recursos. propósito el bien del otro, teniendo consciencia de sus conciudadanos. Esta capacidad solo pue- Iniciamos la búsqueda de la aproximación a de ser desarrollada por el hombre, es algo que va una propuesta filosófica como la de investigar las más allá de lo dado por la naturaleza, pertenece ideas y encontrar su aplicación, antes que buscar al ámbito de lo cultural. Lo que se está diciendo un método pedagógico, con las lecturas del ítem es que, en la definición de una Filosofía de la I de “Educación y sociología” —La educación, su Educación con una visión moderna del mundo, naturaleza y su papel— evocando el concepto de debe quedar en claro que el niño necesita darse educación de Stuart Mill: “todo lo que hacemos cuenta de sus limitaciones para tomar conciencia por voluntad propia y todo cuanto hacen los de- de sus necesidades. J. J. Rousseau en el Emilio o más a favor nuestro con el fin de aproximarnos la educación dice: “El mundo real tiene sus lími- a la perfección de nuestra naturaleza…”, y el del tes, el imaginario es infinito. El real es un modo fin de la educación de Kant: “desarrollar todas las de la naturaleza, el imaginario, es puesto por la facultades humanas…”, planteando un concepto imaginación humana, por consiguiente no puede de Durkheim: “no existe pueblo alguno donde no ser considerado por la ciencia pedagógica. De aquí haya un cierto número de ideas, de sentimientos y resulta que, así como los animales tienen las fa- de prácticas que la educación deba inculcar indis- cultades necesarias, el hombre tiene, además de tintamente a todos los niños, independientemente estas, otras no necesarias”. de la categoría social a la que pertenezcan estos. Incluso, ahí donde la sociedad está fragmentada en En consecuencia, la preocupación de un modelo castas cerradas las unas a las otras…” Durkheim educativo no debe ser solo la de enseñar ciencia define la educación así: “La educación es la ac- y tecnología. Debe ser su preocupación, también, ción ejercida por las generaciones adultas sobre fortalecer las formas de socialización asistidas de aquellas que no han alcanzado todavía el grado una filosofía humanista de los valores morales, de madurez necesario para la vida social: tiene ciudadanos, de solidaridad y de libertad; es decir por objeto el suscitar y desarrollar en el niño un que la educación debe estar orientada a enseñar a cierto número de estados físicos, intelectuales y pensar no de una manera concretista, analogizan- morales que exigen de él tanto la sociedad política te, superficial. Digámoslo ahora con las palabras en su conjunto como el medio ambiente específico utilizadas por Fernando Savater en su libro El al cual está especialmente destinado”. valor de educar: “Las formas institucionalizadas de educación deben, en síntesis, formar no solo el Siendo que la educación tiene una función núcleo básico del desarrollo cognitivo, sino tam- colectiva, es imposible que la sociedad no esté vin- bién el núcleo básico de la personalidad”. Decimos culada a ella, por lo que el Estado debe desarrollar nosotros, una Filosofía de la Educación con una su sentido social y velar por que todos los niños se visión moderna del mundo debe considerar la for- eduquen con principios morales y democráticos. mación del hombre considerando sus necesidades Así, la educación superpondrá al ser individual y y su libertad. asocial que somos al nacer, en un ser totalmente nuevo. Esta Filosofía sirve para definir sobre qué Referencias bibliográficas educar. “He ahí la cuestión”. Jerome Bruner, Importancia de la educación. Émile Durkheim, Educación y sociología, 2ª ed., Madrid, Edi- Si aceptamos que la posibilidad de ser hu- ciones Península, p. 43 a 72. mano se realiza por medio de los demás, hemos Fernando Savater, El valor de educar, Ed. Ariel, 1ª edición en de tener mucho cuidado para evitar que nuestra Aula, 2004, p. 31. sociedad y, específicamente, nuestra juventud no Jean-Jacques Rousseau, Emilio o la educación, Ed. Edicomu- nicaciones, p. 22 a 34. se conviertan en réplicas de los demás de manera Constitución Política de Colombia, arts. 44 y 67.

12 Negros y mulatos en la reconstrucción de una memoria política de Cartagena a principios del siglo XX*

Raúl Román Romero**

Introducción Se realiza un estudio sobre las celebra- ciones centenarias del 5 de diciembre de 1915, asociada al sitio de Pablo Morillo para lograr la reconquista de Cartagena y la celebración del 24 de febrero, relaciona- da con el fusilamiento de los mártires de la independencia. Se demuestra que estas conmemoraciones son realizadas por los sectores gobernantes de la ciudad con el objeto de construir una memoria política y patriótica hegemónica que logre someter al olvido la persistente memoria política y patriótica de los sectores populares de la población representada mediante el reconocimiento de las acciones de negros y mulatos en el proceso de independencia y de fundación de la república. En este sentido, estas conmemoraciones centena- rias se convierten en uno de los esfuerzos más importantes de la élite cartagenera para presentar de manera exclusiva las acciones de los sectores representativos de su clase en la realización de la república. Puerta del Parque del Centenario de la Independencia de Cartagena. En la estela, la lista de los mártires.

* Agradezco a Arcadio Díaz Quiñónez los comentarios que hizo al estudio inicial de Memoria y contramemoria: el uso pú- *** blico de la Historia, que fueron fundamentales en esta nueva Solo cuatro años después que tuviera lugar la reflexión sobre la construcción de la memoria en Cartagena. ** Profesor de la Universidad Nacional de Colombia, sede celebración política y patriótica más importante Caribe; estudios de doctorado en historia de América en la de Cartagena, el 11 de noviembre de 1911, día en Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España, magíster en el que se conmemoró el centenario de la indepen- Estudios del Caribe, Universidad Nacional de Colombia. His- dencia de la ciudad, se hacía público el programa toriador de la Universidad de Cartagena. Líder del grupo de investigación Nación, región, economía y poder en el Caribe y de una nueva y sorprendente festividad para ce- América latina (categoría A). lebrar el “primer centenario del sitio de Cartagena

Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla 13 pp. 13-24. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 ocurrido en 1815”. El programa buscaba organizar como en él se señala “los actos públicos con que se conmemora esta fecha de gloria y dolor”, se trataba paradójicamente de rememorar el centenario de los hechos más dolorosos de los hijos de Cartagena en procura de la liber- tad y el sistema político republicano en general1. En efecto, los días 4, 5 y 6 de diciembre de 1915 fueron dispues- tos insólitamente por las autorida- des cartageneras para celebrar de manera espectacular, cien años después, los acontecimientos que terminaron con la toma de la ciu- dad por parte del ejercito pacifica- Tomadas de la Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango (BVLAA). dor al mando del general español Pablo Morillo. Durante estos días los habitantes dor número de víctimas y la entrada del ejército de la ciudad despertaron de manera poco habitual, español a las calles de la vencida plaza fuerte, se en medio del aturdimiento y la alteración que le quería redimensionar la resistencia de los cartage- causaban los ensordecedores disparos de cañón neros iniciada desde el mes de octubre y finalizada realizados desde los baluartes y el fuerte olor a los primeros días del mes de diciembre de 1815, pólvora. Pese a esta perturbación, desde muy al tiempo que se ocultaba el fracaso que ello sig- temprano concurrían como espectadores silen- nificó para el proyecto político independiente de la ciosos a mirar los números programados dentro recién constituida República de Cartagena. Varias de un ceremonial que buscaba señalar el “duelo cuestiones llaman la atención de esta repentina que deben llevar los corazones patriotas por los celebración, ¿cuál era el objeto de esta celebración? antecesores”2. ¿Qué tipo de intereses movieron a los sectores dirigentes de la ciudad para celebrar una fecha Desde el primer día en horas de la tarde, el rito que por sobre todas las cosas hacía alusión al tomaba su carácter espectacular, al apropiarse del fracaso del primer ensayo de gobierno republicano espacio público, mediante la congregación de los realizado por Cartagena de manera independiente habitantes en la Plaza de la Proclamación de la de la Nueva Granada? ¿Existía algún interés en Independencia, sitio en donde se dieron cita “las conmemorar la reconquista española o las pér- autoridades, colegios, tropa y pueblo”, para dar didas humanas y materiales que el sitio produjo inicio a la “Gran Procesión Cívica” que a las 3 p.m. para Cartagena? partiría de dicho lugar, recorriendo las principales calles de la ciudad, y terminando en el Paseo de los Las respuestas a estas preguntas no pueden ser Mártires, dándole la vuelta a este, hasta situarse completas ni veraces si no se asocia esta celebra- frente a la Puerta Central de la Boca del Puente, ción a una situación menos coyuntural que a la en donde finalmente terminaría la procesión, para simple celebración de esta fecha, pues, la extrac- inaugurar la exhibición pública de una lapida ción de estos recuerdos del pasado está inscrita adosada allí, “para conmemorar la evacuación dentro de un proyecto de largo aliento, formulado de la plaza el día 5 de diciembre de 1815, como y reformulado por las élites dirigentes de la ciudad síntesis del largo asedio que en tal día terminó con el propósito de construir una memoria política trágicamente para las armas patriotas”3. Sin duda, y patriótica de Cartagena, que buscaba ante todo este desfile ponía ante la óptica social una resigni- magnificar las acciones de las élites dirigentes de la ficación histórica del sitio de 1815, donde la huida ciudad en favor de la instauración de la república, o el abandono de la plaza se transformaban en un para de esta forma legitimar su posición en la po- acto de extraordinario valor patriótico. lítica y sus proyectos hegemónicos. En tal sentido, esta celebración no puede analizarse de manera Con esta rememorativa festividad, que evoca la aislada, de la no menos sorprendente celebración destrucción casi absoluta de la ciudad, un aterra- centenaria del fusilamiento de los llamados “Már-

14 tomado como síntesis de todos sus sufrimientos y torturas del largo asedio puesto a esta ciudad por el jefe español Pablo Morillo y el 24 de febrero de 1916, en que el sufri- miento de nuestros Mártires selló con sangre la independencia proclamada haciendo entonces más imposible la reanudación de la vida de sumisión llevada en los siglos anteriores5. Para hallar espacio a la acción histórica propia, las élites inten- taron eliminar otras acciones que desde el punto de vista histórico resultaban definitivas a la cons- trucción de la república. En otras palabras, hicieron el montaje de Postales del Centenario de la Independencia de Cartagena (BVLAA). una representación histórica con una deliberada negación de la ver- tires de la Independencia”, prevista para el 24 de dad fáctica, donde la capacidad de mentir, y de febrero de 1916, solo tres meses después de la cambiar los hechos, se hayan interconectadas. celebración del sitio de Morillo4. Este objetivo obvio obligó a las élites en estas con- memoraciones a emplear una historia idealizada, Efectivamente, estas dos conmemoraciones construida y reconstruida según sus necesidades centenarias presentadas de manera coordinada para legitimar su poder. Por esta razón, aunque pretendían trasportar, cien años después de efec- el 5 de diciembre de 1815 y el 24 de febrero de tuados los acontecimientos, un mito atemporal 1816, día del fusilamiento de los denominados sobre el origen y la fundación de la República de Mártires, representaron ante todo la instauración Cartagena iniciada con los acontecimientos del del poder español y la frustración de la indepen- 11 de noviembre de 1811. Lo fundamental de dencia definitiva, conseguida el 11 de noviembre este intento era otorgar toda la gloria y el sacrifi- de 1811, las élites intentaron sobre todas las cosas cio por la independencia a los hombres fusilados convertir estas dos fechas en el triunfo definitivo por Morillo (Manuel del Castillo, Martín Amador, de la libertad y sello definitivo de la independen- Santiago Stuart, Pantaleón Germán Ribón, José cia de los cartageneros. Tal como lo demuestra la María Portocarrero, Antonio José de Ayos, José retórica patriotera del momento, que se sintetiza María García de Toledo, Miguel Díaz Granados) en el programa de la exposición que se celebraría y al misino tiempo ratificar la condición de estos en honor al fusilamiento de los mártires el 24 de como gestores exclusivos de la independencia de febrero de 18166. Cartagena. Gabriel Porras Troconis, miembro de la Academia de Historia, de la Junta del Cente- Nada más conforme con el pensamiento que guió a nario y redactor del periódico El Porvenir, órgano los próceres fundadores de nuestra independencia, de información más importante de la ciudad, en que la realización de todas aquellas obras que ten- un editorial a propósito de la celebración del 104 gan como objetivo primordial el engrandecimiento y aniversario de la independencia de Cartagena, progreso de la patria que nos legaron, porque de ese señalaba el 11 de noviembre como el suceso más modo, concurriremos en la medida de nuestras fuer- trascendental que registra la historia de Colombia, zas y de conformidad con el tiempo y las circuns- y anunciaba la necesidad de celebrar dos cente- tancias, a terminar la obra iniciada por aquellos. narios de gran importancia. La realización de este pensamiento armoniza, pues, con el fin capital de los fundadores de nuestra En esta vez Cartagena, después del aniversario de Independencia, y tiene cabal cabida en el programa su gloria tiene que conmemorar el centenario de dos de lo actos públicos con que se conmemorara el de sus más grandes dolores; dolores, que llevan su centenario del Fusilamiento de los Mártires7. halo de gloria, como que ellos fueron origen de la felicidad futura. Nos referimos a las fechas del 5 La intención de representar a los grupos hege- de diciembre del presente año, convencionalmente mónicos como herederos del proyecto republicano

15 propuso la transposición del relato histórico, utilizando una producción de imágenes, la manipulación de símbolos y el ordenamiento jerárquico en el cuadro ceremonial. Esta ope- ración se llevó a cabo de acuerdo con modelos usuales de representación de la sociedad y de legitimación de las posiciones gobernantes. Por la manera como estaba concebido el programa de esta celebración, es claro el interés de las élites por convertirse en objeto central de la óptica pública, ya que brindaron un espectáculo en el que se convierten en sujetos magnificados de la contemplación social. Entre tanto, el pueblo cumple con el papel de simple espectador de las acciones, dada la ninguna participación de estos en el programa8. BVLAA. El primer desfile programado el 4 de diciembre con características de espectáculo público, que de 1915, debido a la estructura jerárquica en se extendió desde las principales plazas a casi la que se encuentra organizado, permite tener una totalidad de las calles de la ciudad acompañados 11 idea precisa de la imagen que querían brindar de un ceremonial militar . los sectores gobernantes, ya que en la formación A las cuatro de la tarde y organizada por el Club aparece en primer orden la primera autoridad del Cartagena, que ha querido concurrir con ello a dar país, precedida de la autoridades departamentales, mayor esplendor a las festividades, se dará una locales y de toda la gama burocrática en orden de gran batalla de flores en la plaza Rafael Núñez, el importancia y estatus, escoltados con un desfile Camellón de los Mártires y principales calles de la sonoro de la banda musical y el desfile de los ciudad. Para la batalla se dividirán los contendores 9 alumnos objeto del disciplinamiento del poder . en dos bandos y simularán encuentros en las pla- El orden del desfile será el siguiente: Banda de zas mencionadas y calles principales de la ciudad. Música Popular, Colegios Públicos y Privados, Co- Cada grupo de combatientes irá precedido de un che del excelentísimo Presidente de la República, Estado mayor a caballo con vestidos apropiados Coche del Gobernador del departamento y sus y acompañados de cornetas que darán los toques 12 secretarios, Coche del Prefecto y su secretario, necesarios para el buen desarrollo de la lucha . coche de los huéspedes con carácter oficial acom- El poder de los grupos dirigentes les permitió pañados por miembros de la Junta Directiva de las utilizar medios espectaculares para señalar su fiestas centenarias, coche del Concejo Municipal, ascenso en la historia, haciendo un uso público coche del Tribunal Superior, coche del Tribunal de de algunos hechos que dotaban de valor y valentía lo Contencioso Administrativo, coche del Tribunal a todos aquellos que desesperadamente huían de de Cuentas departamental, Coche de los Jueces y las represalias españolas; por ello, se seleccionó la Fiscales, coche del Alcalde del distrito y su secreta- dramatización como medio más eficaz para cumplir rio, coches del Centro de Historia, coches ocupados con este cometido y el día 5 de diciembre el último por las damas cartageneras, coches de los socios número fue la representación teatral de la fuga que del Club “Cartagena” y el Club “La Popa”, coches realizaron distinguidas personalidades del comer- particulares, regimiento “Sucre” Número 2 con la cio cartagenero, rompiendo el cerco establecido Banda Militar a la cabeza10. por las embarcaciones de los sitiadores españoles. El objetivo de dar un despliegue extraordinario A las once de la noche del día 5 de diciembre de a las acciones de los sectores dominantes de la so- 1815 la Guarnición de Cartagena se hallaba em- ciedad cartagenera exigió poner al servicio de estos barcada a bordo de la cuadrilla independiente, los mecanismos necesarios para su exhibición; por dispuesta a hacerse a la vela para forzar el paso ello, se incluyó dentro de la programación de la cerrado por las baterías que los españoles habían festividad un número coordinado y ejecutado de emplazado de una y otra costa de la bahía. Para manera directa por el sector más representativo de conmemorar estos sucesos, coronación y heroica la élite dirigente cartagenera asociada en el Club defensa de Cartagena, la junta directiva ofreció a Cartagena, quienes realizaron una batalla de flores las nueve p.m. una reproducción con naves arre-

16 “Batalla de flores” del Centenario de la Independencia de Cartagena.

vio envuelta la clase dominante de la ciudad, utili- zando convenientemente una selección sistemática de aquellos recuerdos que comprometieron la vida de algunos hombres en procura de la salvación de la patria y el proyecto republicano. De lo que se trató en esencia fue de la selección de unos hé- roes representativos de las clases dominantes. Por otro lado, se pretendía enmascarar la realidad al excluir la participación de los sectores populares, negros y mulatos en el proceso de independencia, silenciando sus personajes más representativos y con los cuales se identificaban estos sectores de la sociedad cartagenera15.

BVLAA. El último día de las fiestas alusivas al sitio nuevamente los cañonazos despertaban al pue- gladas al efecto y fuegos artificiales del último y blo de Cartagena y lo preparaban para un nuevo formidable combate sostenido por los emigrantes encuentro en la Plaza de la Proclamación de la contra las fuerzas sutiles de mar y tierra de los Independencia, donde se iniciaría una procesión sitiadores españoles.13 cívica “acompañada por las autoridades eclesiás- ticas y civiles, corporaciones públicas, damas, y Sin embargo, es a partir de la construcción caballeros de la sociedad cartagenera, el pueblo mitológica del héroe que con mayor frecuencia se entusiasta y el regimiento “Sucre” Número 2, hasta engrandece la teatralidad política; en razón de esto, el paseo Heredia, en donde se colocará la primera el programa no podía dejar de lado la simbolización piedra del monumento qué allí se erigirá a don de actos heroicos, como el presentado en las horas Pedro de Heredia ilustre fundador de Cartagena”16. de la noche del segundo día de festejos, realizando un simulacro de fuegos artificiales en la cima de Con este acto, en apariencia contradicto- la Popa, alusivo a la defensa del frustrado asalto rio, esta celebración centenaria, que ante todo por parte de los españoles el 11 de noviembre de exaltaba la defensa realizada por los sectores 1815. Otros números contemplados dentro del pro- dominantes de la ciudad, contra la reconquista grama evidencian con mucha nitidez la intención española, incluía dentro de su programación un de transmitir a la sociedad cartagenera elementos número donde se rendía culto a los conquistado- emotivos que pudieran despertar la sensación del res españoles causantes del fracaso del proyecto asedio que pudo vivir la ciudad. El día cuatro a las independentista; pero, más sorprendente aún, 12 de la noche se dio despedida a la programación resulta que la justificación para la realización de con una procesión de antorchas realizada por uno tan solemne homenaje haya sido el agradecimiento de los regimientos militares, que se desplazó por a los españoles por el regalo de la patria. Sin duda, las principales calles despertando la admiración este reconocimiento de lo hispano se encuentra de los vecinos de la ciudad14. insertado en una tradición fortalecida en el mar- co del proyecto político de la Regeneración, muy La intención de los sectores dominantes con usada durante los gobiernos de la hegemonía con- estos festejos era doble; por un lado, buscaban que servadora, donde lo hispano se convierte en el ele- la independencia se representara exclusivamente mento fundamental de la identidad nacional. En con ciertas acciones y situaciones en las que se

17 consecuencia, las élites cartageneras instrumen- nocimiento de mártir de la independencia al que talizaron la doble celebración para invisibilizar lo se hacía merecedor, señalando, como argumento negro y lo mulato en los actos fundacionales de la legítimo, lo siguiente: república y la libertad. Al respecto, puede verse el Fue nuestro prócer español de nacimiento, casado sustento ideológico que justifica la exaltación de con una criolla, pero siguió el partido de éstos y lo español en el festejo. sirvió a la causa de la independencia de la patria Al conmemorar la ciudad Heroica los hechos que nueva con lealtad, hasta el costo de su vida. dieron por resultado final la Independencia de que Era García alto de cuerpo, de musculatura recia, gozamos quiere confundir en una sola, la gloria de ojos claros, cabellos castaños y tez sonrosada; por los libertadores y los conquistadores, ya que unos su gallardo aspecto parecía un inglés de buena y otros contribuyeron a darnos esta patria amada, raza...20 y son la más alta expresión de la raza hispana a que Los elementos centrales de esta justificación, 17 nos gloriamos en pertenecer con legítimo orgullo . que a todo trance busca el reconocimiento, prime- No cabe ninguna duda sobre la existencia de ro de la condición de español y blanco de Pedro prejuicios de raza y clase en la selección de los Antonio García para que pueda ser admitido como personajes fundadores de la república, lo que de prócer y mártir de la independencia, es una con- muchas maneras tiene que ver con el imaginario tundente prueba que evidencia innegablemente social de la élite cartagenera, quienes se apropia- que la condición racial jugó un papel central en ron de la visión que, desde la región andina, los la sociedad cartagenera y en la construcción de sectores dominantes construyeron sobre la nación su memoria política; y, de otro lado, demuestra y sus fundadores, desconociendo el papel que ne- que los sectores dirigentes cartageneros y los his- gros, mulatos, indígenas y mestizos desempeñaron toriadores de la ciudad solo estaban dispuestos a en la fundación de la república18. reconocer como precursores de la república sujetos cuya piel fuera blanca21. Esto, por supuesto, es lo que explica, de muchas No en vano, Pedro M. Re- formas, la contundente rei- vollo, con estos argumen- vindicación de las acciones tos, intentaba persuadir de aquellos hombres de a la Junta del Centenario raza blanca como gestores y a sus compañeros de la únicos de la lucha por la Academia de Historia, que independencia, como cu- se colocara una lápida en la riosamente lo demuestra Plaza de los Mártires, que la defensa que Pedro María recordara públicamente el Revollo, presbítero y miem- sacrificio de Pedro Antonio bro de la Academia de His- García, en beneficio de la toria de Cartagena, realiza patria, arguyendo que si de Pedro Antonio García, a esta petición no era acepta- quien considera uno de los da “continúe la lápida negra primeros mártires fusilados y pesada del olvido sobre la tras la incursión de Pablo memoria de quien sacrificó Morillo a Cartagena, y, por su hogar y su vida en aras lo tanto, no puede entender de la independencia con por qué a pesar de que este menores servicios pero no “no era un hombre vulgar con menor mérito que los o de nombre oscuro como diez afortunados a quienes lo hemos de ver; no nos ex- la blancura del mármol plicamos cómo su muerte y muestra a la vista de los 22 aún su nombre se escapó transeúntes” . a la pluma de los hombres Esta combinación de 19 que lo sobrevivieran”. El celebraciones, la de di- presbítero Revollo tenía ciembre de 1915 y la de parentesco con su olvidado Celebración del Centenario de la enero de 1916, representa, prócer, y justificaba el reco- Independencia de Cartagena. BVLAA. aunque el más desesperado

18 artesanos de la localidad de contrapo- ner a la memoria oficial establecida por ellos, una memoria política de carácter popular, que reivindicaba las acciones del mulato Pedro Romero Walker y de las milicias de Lanceros compuestas de negros y mulatos del arrabal de Getse- maní, capitaneadas por este25. Este personaje, reclamado por los sectores populares de la población como un símbolo político de la indepen- dencia y sobre quien pensaban erigir una estatua en el Parque del Centena- rio, espacio vedado para instaurar la memoria política de la independencia cartagenera, fue objeto de la margina- ción por parte de la Junta del Centena- rio, cuando la estatua y el ceremonial de Anónimo, Reina y su corte en la escalera del Teatro Heredia, en los I Juegos inauguración que la debían acompañar florales de Cartagena, 1911, copia en gelatina,16.8x12 cm (BVLAA). fueron excluidos del programa de dicha festividad. En tal sentido, como un acto esfuerzo, también el más contundente, realizado de reconocimiento a las horas de trabajo gratuitas por la élite para desaparecer la existencia de una destinadas por los artesanos a las obras de fina- memoria de corte popular, que asociaba la funda- lización del parque y a los recursos económicos ción de la República de Cartagena con las acciones aportados por estos, la junta de la festividad erigió de los mulatos y negros23. También representa la una estatua en honor al trabajo, que simboliza la tentativa más nítida para concretar los intentos de estampa de un herrero tipo europeo con la que construcción de una memoria política hegemónica, por supuesto no se identificaron los artesanos26. que se había iniciado en la segunda mitad del si- El intento anterior de los artesanos para cons- glo XIX por parte de una generación de dirigentes truir materialmente un símbolo político represen- cartageneros que se enfrentaron al predominio tativo de su clase a la vista pública de la sociedad popular y mulato en las direcciones políticas de cartagenera, no se presentaba de manera aislada; la ciudad, que legitimaba su posición por medio este hecho estaba acompañado de un conjunto de de una memoria política, donde se representaban acciones organizadas políticamente en el ámbito como los iniciadores de la independencia defini- local y departamental, con clara conciencia de la tiva de Cartagena. Esta preponderancia popular necesidad de propagar su opinión por diversos mulata cartagenera se mantuvo hasta los últimos mecanismos, entre ellos, el más importante: la 20 años del siglo XX, cuando la formación de una prensa. Con esta intención la Sociedad de Arte- nueva red de poder alrededor de Rafael Núñez sanos de Cartagena creó la publicación semanal cambió la relación de fuerzas en la apropiación de 24 Voz del Pueblo, que se constituyó en elemento de los espacios políticos en la ciudad . propagación pública de un discurso que señalaba Por esta razón, estos sectores dirigentes de la a los sectores dirigentes de la ciudad y el país como ciudad aprovechaban la ocasión centenaria para traidores del proyecto republicano, debido a que solemnizar en estos eventos la única fuente de estos con sus enfrentamientos partidistas y sus legitimidad para mantener su tambaleante hege- intereses por encima de las necesidades populares monía en la ciudad, pues hasta ese momento ellos habían impedido la ampliación de la ciudadanía tenían razones de sobra para temer una nueva política, al excluir a los elementos populares de la arremetida popular hacia los espacios de poder, educación, pieza fundamental para la consecución ya que en la celebración del Centenario de 1911 la de aquella y piedra angular para la ampliación clase dirigente de la localidad, pese a su proyecto democrática que debía acompañar toda república. de magnificar las acciones de su clase como pre- Al respecto, señalaban desde Voz del Pueblo: cursora única de la independencia de la ciudad, Los hombres que conforman esa mayoría no son tuvo que enfrentar la propuesta impulsada por los considerados como ciudadanos y esos hombres

19 no pueden reclamar sus derechos de ciudadanos, proceso de disciplinamiento de la memoria social porque forman una masa analfabeta, y sobre esa cartagenera, y el inconcluso y traumático proceso miseria levantan su obra nuestros políticos, esa de invención de una tradición que les permitiera obra es inmoral y criminal27. a los sectores dominantes cartageneros su legiti- 30 Aunque la élite gobernante desde el control midad en el poder . que tenía de la festividad pudo frustrar, con cier- Al parecer, hasta ese momento conmemorativo to éxito, la materialización pública del símbolo de los centenarios de muy poco había servido re- político popular, encarnado por Pedro Romero, tomar en los discursos patrióticos los nombres de esto no disminuyó, de ningún modo, la preocu- los mártires como gestores de la independencia, pación frente a la amenaza que representaban los como tampoco había sido eficaz darle a importan- cuestionamientos contra la élite, emitidos por los tes calles y plazas de la ciudad los nombres de sectores populares de la ciudad, los espacios que estos; tampoco funcionó la construcción del Paseo venían tomándose estos sectores en cabeza de los de los Mártires en la década de 1870, pues al lado artesanos y el uso público de la historia que, aun- de esos intentos persistía una fuerte resistencia que no era sistemático, reconocía a los artesanos popular a olvidar a aquellos personajes históricos como sujetos históricos y políticos cumpliendo un con los que se identificaban; como reacción a los papel fundamental en el proceso de construcción intentos señalados anteriormente, la figura de de la república. La combinación entre el discurso Pedro Romero y su familia seguía siendo reivin- emitido a través de la prensa, la acción y la orga- dicada. En una publicación de 1880 se decía lo nización política emprendida por los artesanos, siguiente: generaban cada vez mayor impacto en la opinión pública, especialmente popular28. El ciudadano Pedro Romero natural de la ciudad de Matanzas de la isla de Cuba, era el 11 de Noviembre En efecto, desde el año de 1909 los artesanos de 1811 el comandante del cuerpo denominado “Los se organizaron bajo la Sociedad de Artesanos de Lanceros de Jetsemaní” i él con dicho cuerpo unido Cartagena y a partir de esa sociedad lograron co- a su yerno el Dr Ignacio Muñoz marcharon en ese locar dos representantes de la organización en el glorioso día a la cabeza del pueblo del Convento Concejo Municipal, lo cual suscitó una reacción de de San Francisco al frente del palacio a exigir de parte de la dirigencia de la ciudad, que llamaba la la suprema junta de gobierno, la independencia atención sobre la visible presencia de los artesanos absoluta de la Monarquía Española, pues ella en los puestos públicos y que, en tal sentido, era juzgaba que aún no era tiempo — el comandante indispensable evitar que el cabildo se convirtiera Pedro Romero con sus hijos Mauricio, José, Tomas 29 en “merienda de hojalateros”, como años atrás . i Sebastián fueron también de los defensores de No obstante, los artesanos siguieron ocupando esta plaza en el memorable sitio de 1815, saliendo una importante representación en el concejo mu- con la migración a la ciudad de los cayos en donde nicipal durante los siguientes años. Fortalecidos murió dicho comandante Romero31. por el respaldo popular, en 1915 lanzaron una lista propia al concejo, causando la inquietud de los sectores dirigentes de la ciudad, que veían en estas acciones una fuerte amenaza a su hegemo- nía política. Frente a estos hechos, para nada aislados, tienen que comprenderse estas dos celebraciones, que dan clara muestra de la preocupación de la élite frente a la existencia de una arraigada me- moria política y patriótica popular que funcionaba como unificadora e impulsora de los proyectos futuros populares, impidiendo de múltiples formas el predominio de la memoria política pretendida por los sectores dirigentes. Si bien estas celebra- ciones constituyen un esfuerzo contundente para afianzar el protagonismo histórico y político de los sectores dominantes en el proceso de indepen- Pablo Gómez Isaacs, Tanque de guerra para disparar buscapiés, h. 1928, copia en gelatina, 20x15 cm (BVLAA). dencia, también evidencian el fracaso de un largo

20 grama de los actos públicos con que se conmemora esta fecha de gloria y dolor, Cartagena 1815-1915. Este programa también puede verse en: El Porvenir, Cartagena, diciembre 3 de 1915. Con relación a la celebración del 11 de no- viembre en Cartagena y la disputa entre los artesanos y los sectores dirigentes para imponer memorias políticas y pa- trióticas representativas de sus clases, ver: Román Romero, Raúl “Memoria y contramemoria: el uso público de la His- toria en Cartagena”, en: Desorden en la Plaza: modernización y memoria urbana en Cartagena. Cartagena, Instituto Dis- trital de Cultura, 2001. 2 Ver programa de la celebración citado. 3 Ibíd., págs. VII-VIII. La procesión re- correría las calles y plazas en el siguiente orden según se señala en el programa: “las calles de los Santos de Piedra, de la Iglesia, de la Estrella, del Cuartel, del Anónimo, Bendición del Club Cartagena por monseñor Brioschi, Estanco, de la Universidad de San Agus- h. 1924, copia en gelatina, 16x12 cm (BVLAA). tín, calle de El Porvenir, del Colegio, de Portocarrero, Plaza de los Coches, Boca Sin duda, las últimas celebraciones centenarias del Puente, costado oriental del Paseo de los Mártires, y dándole que se realizaron en Cartagena y los extraordina- la vuelta a éste, hasta situarse frente a la Puerta Central de la Boca del Puente, en donde se descorrerá el velo a una lapida rios esfuerzos realizados por la élite de la ciudad en adosada allí, para conmemorar la evacuación de la plaza el día el marco de estas conmemoraciones, indican con 5 de diciembre de 1815, como síntesis del largo asedio que en cierta contundencia, la existencia de una contra- tal día terminó trágicamente para las armas patriotas”. 4 memoria o una memoria alternativa de corte po- Sobre los intentos de construir una memoria patriótica en Cartagena, ver: Saldarriaga, Grey, La construcción de la pular que impidió que se diera durante esos años memoria patriótica en Cartagena 1850-1912. Trabajo de grado el predominio de una memoria que, reivindicando para obtener el título de historiador. Universidad de Cartagena, las acciones de las clases dominantes, pretendía noviembre 2004; ver Le Goff, Jacques, El orden de la memoria, constituirse como hegemónica; la construcción Paidós, Barcelona 1991. 5 El Porvenir. Cartagena, noviembre 9 de 1915. En otra de la memoria política y patriótica de Cartagena columna que compartía página con el editorial aparecía una se convirtió en un campo de conflicto simbólico narración histórica que exaltaba los acontecimientos del 11 de que contrapuso los intereses de clase y confirmó noviembre señalando la importancia del 5 de diciembre - 24 de la exclusión de negros y mulatos como actores febrero, estableciendo una relación directa con los triunfos de la batalla de Boyacá. Lo firmaba José H. Ocampo. históricos y políticos en el proceso de formación 6 Ver Arendt, Hannah, “La mentira en política”, en: La crisis de la república. de la república. Taurus, Barcelona 1998, pág. 13. Ver también Balandier, Georges, El poder en escenas, Paidós, Barcelona Cartagena representa solo un caso de esos 1994. Ver: Exposición de Cartagena en Febrero de 1916: Primer conflictos que en el campo de la memoria ocurren Centenario del Fusilamiento de los Mártires, 1816 Cartagena en otras ciudades del Caribe. Paradójicamente, 1916, pág. III Cartagena diciembre 12 de 1915. Ver el programa de la festividad en: El Porvenir, Cartagena 23 febrero de 1916. como una muestra de esa resistencia que presen- La negrilla es mía. ta la memoria alternativa popular, a pocos años 7 Exposición de Cartagena, en febrero de 1916, programa de las celebraciones bicentenarias —que tienen citado, pág. III. como objetivo la recuperación donde nuevamente 8 Sobre el tema de las herencias de poder, ver: Levi, Giovan- ni, La herencia inmaterial: la historia de un exorcista piamontés se reconstruyen las fiestas de la independencia, del siglo XVIII. Ed, Nerea, Madrid, 1990. Sobre la construcción cuyo objetivo central es la recuperación del sig- de imágenes y menoría, ver: Saldarriaga, Alberto. Imagen y nificado político y patriótico de las fiestas dela memoria en la construcción cultural de la ciudad. En: Torres independencia—, el fantasma de Pedro Romero T., Carlos; Viviescas, Fernando; Pérez, Edmundo (comp.) La ciudad, hábitat de diversidad y complejidad. Universidad Na- comienza nuevamente a ser evocado en un nuevo cional 2000, págs. 154-156. retorno al pasado. 9 Sobre el tema del disciplinamiento de la memoria, ver: Samaddar, Ranabir. “Territory and people: The disciplining Notas of historical memory”. En Charttejee, Partha (editor). Texts of 1 Biblioteca Academia Colombiana de Historia, en adelante Pawer Emerging Disciplines in Colonial Bengal. University of BACH, Primer Centenario del Sitio de Cartagena en 1815, Pro- Minnesota Press 1995, págs. 167-199. 10 Ver Balandier, op. cit., pág. 34. Para un análisis de la

21 estructuración jerárquica de la sociedad medieval en los ce- de la memoria. Los usos de la memoria por lo general están remoniales, ver: Darton, Robert. La gran matanza de gatos y asociados a la manipulación de los recuerdos, en especial de otros episodios en la historia de la cultura francesa. Fondo de los recuerdos enfrentados en el triunfo y la inclusión, de un Cultura Económica. México 1984, págs. 109-145. lado, y la derrota y exclusión, por el otro, que se manifiesta en 11 También se cumplió con otro tipo de acciones con plena una política conmemorativa esencialmente impuesta, de la que intención de demostrar la superioridad social: “El día 4 a las resulta un uso deliberado del olvido, que aunque resulta nece- 9 a.m., se repartió en la acera oriental de la Plaza de los Már- sario también es un factor estratégico en el sostenimiento del tires, paquetes de víveres al pueblo desvalido de Cartagena, poder ver: Ricoeur, Paul, La memoria la historia y el olvido. Ed. por un grupo de damas Trotta, Madrid, 2003. comisionadas para ello Sobre los abusos de la por la junta directiva. memoria ver: Todorov, El día 5 de diciembre Tzvetan. Los abusos se inició con los ruidos de la memoria, Paidós, de los cañonazos ini- Barcelona, 2000, págs. ciados desde la cinco 5-8. Para una reflexión de la mañana hasta las sobre el tema del olvido, 7 a.m. con el ánimo de ver: Augue, Marc. Las recordar a Cartagena, formas del olvido. Ge- que este luctuoso día, disa, Barcelona, 1998. hace cien años se cum- 18 Ver la discusión plió la dolorosa peregri- sobre la construcción nación de sus valientes de una visión de la na- defensores camino de ción construida desde la expatriación y de la la región andina que muerte y a las cinco se volvió dominante Una celebración, h.s. XIX. saldrá un carro alegó- en el país en: Múnera, rico acompañado del pueblo cartagenero que recorrerá las Alfonso, Fronteras imaginadas: la construcción de las razas y principales calles de la ciudad”. Ver: Programa citado. de la geografía en el siglo XIX colombiano. Planeta, 2005. págs. 12 Los últimos dos números del día serían una sesión de la 22-25. La historiografía sobre la independencia de Cartagena Academia de Historia en el Teatro Municipal, donde llevará la evidencia este desprecio y desconocimiento de lo popular, ver palabra el reconocido historiador G. Porras Troconis, y se pre- Múnera, Alfonso, “Las clases populares en la historiografía sentaría cinematógrafo público en la Plaza de la Independencia. de la independencia de Cartagena, 1810-1814”, en Fronteras 13 El Porvenir, Cartagena 3 de diciembre de 1915. imaginadas, op. cit., págs. 175-192. 14 El día 5 a las 12 m, se despedía el día con una procesión 19 Revollo, Pedro María. “Pedro Antonio García: Mártir de la de antorchas realizada por el Regimiento “Sucre” Número 2 que independencia”, en: Boletín Historial N° 10, febrero de 1916, recorrerá las calles del Cuartel de la Policía, de Santa teresa, págs. 402-408. calle y plaza de Santo Domingo, calle de la Matunilla, de la 20 Ibíd. pág. 404. También aparecen las siguientes señas. Estrella, del Cuartel, pasando luego a la Plaza de Santo Toribio, “A la muerte de la mencionada hija del prócer, Dolores, se calle Primera y Segunda de Badiílo, Plaza de la Proclamación encontró entre sus papeles su fe de bautismo, compulsada de la Independencia hasta llegar a la calle San Juan de Dios. en 1858, auténticamente del libro 5° de bautizos de blancos Ver Programa. españoles de la Parroquia de Santo Toribio”. 15 Michel Trouillot realiza un importante análisis donde 21 A propósito de los esfuerzos de las élites intelectuales presenta cinco dimensiones del silenciamiento, ver: Trouillot, colombianas por desaparecer a los negros e indios de la fun- Michel-Rolph, Silencing the past power and the production of dación de la nación colombiana, ver: Helg, Aline, “Raíces de history, Boston, Beacon Press Books, 1965. la invisibilidad del afrocaribe en la imagen de la nación co- 16 “Casualmente en horas de la tarde comenzarían a re- lombiana: independencia y sociedad, 1800-1821”, en Museo: unirse en la Plaza de la Proclamación de la Independencia la memoria y nación. Museo Nacional de Colombia, Bogotá 2000, banda de música popular, la concurrencia de ciudadanos que págs. 219-251. deseen tomar parte en la lucida manifestación que desplegará 22 Revollo, Pedro M., op. cit., pág. 408. las banderas de Venezuela y Haití y recorrerá la ciudad”, como 23 Sobre la participación de negros y mulatos en la inde- un tributo a los haitianos y venezolanos que compartieron las pendencia de Cartagena, ver: Múnera, Alfonso. El fracaso de la penalidades del sitio y del ilustre Pétion que dio asilo y protec- nación: región, clase y raza en el Caribe colombiano 1717-1821. ción a los emigrantes que recalaron en las hospitalarias costas El Áncora Editores, 1998. Del mismo autor ver el ensayo: “Las de aquella hermosa Antilla. clases populares en la historiografía de la independencia de 17 Ver: Programa del Centenario del Sitio de 1815, ya ci- Cartagena, 1810-1814”, en Fronteras imaginadas, op. cit., tado. Dos horas más tarde se realizaba un tedeum en acción págs. 175-192. de gracias por los beneficios de la independencia y la libertad, 24 Sobre la participación de artesanos en los cargos públicos conseguidos al duro precio del sacrificio de los antecesores. Los de Cartagena durante el siglo XIX, ver: Solano, Sergio. Hombres números continuaron con una alocución del gobernador en la de honor en el Caribe colombiano, 1850-1930, conferencia leída Plaza de la Proclamación, y una sesión del Concejo Municipal en en el Seminario Internacional de Estudios del Caribe, agosto, el Salón Amarillo del Palacio de Gobierno. Ya en las horas de la 1995. Sobre este mismo tópico ver: Flórez Bolívar, Roicer, Ar- tarde se iniciaba una caminata con el acompañamiento de las tesanos, ciudadanía política y vecindad en la Nueva Granada, principales autoridades eclesiásticas, corporaciones públicas durante la primera mitad del siglo XIX. Tesis para obtener el y el pueblo en general, donde llevará la palabra a nombre de la título de historiador. Universidad de Cartagena, noviembre junta Fidel J. Pérez Calvo. La celebración terminó oficialmente de 2004. Los artesanos no constituían un grupo social homo- con una retreta en el Paseo de los Mártires y presentación de géneo porque los oficios que desempeñaban los clasificaban, cinematógrafo público en la Plaza de la Independencia a las gozando de mayor prestigio los tipógrafos, sastres, carpinteros, 9:30 p.m. Sin duda, nos encontramos ante un uso particular plateros, orfebres y los maestros de obra. Estos principalmente

22 eran los nominados y nombrados para ejercer cargos públicos José Ángel Ariza, José Ávila, Pedro Ávila, José Antonio Aguilar, como cabildantes, alcaldes parroquiales, jueces parroquiales, Manuel G. Brieva, Pedro José Angulo, Jaime Brun, José del C. tesoreros de rentas provinciales, etc. Por ejemplo, Ciprián Buitrago, Manuel Castro, Juan N. Castro, José María Caraba- Julio desempeñó importantes cargos públicos, siendo elegido llo, Juan José Corcho, Cecilio Estrada, Andrés Gaviria, Julián en 1843 para ejercer el cargo de consejero municipal, y junto Moré, José Flores, Diego Miranda, Luis Montes Mendoza, José a Pedro Ruiz fueron designados en el año de 1845 para hacer A. López Osse, Pedro López Osse, Federico Núñez, Rafael Mar- parte de la Asamblea Cantonal, el primero por Barú, y Ruiz tínez, Joaquín Martínez, Valentín Espitaleta, José Frías, José por el Pie de la Popa. Otros artesanos desempeñaron los cargos Santos Ortiz, Marcos José Pérez, Valentín Viaña, Francisco de alcaldes parroquiales como titulares y suplentes. En 1846 Valiente, Juan Manuel Grau, Elías González, Cipriano Julio, fue nombrado el tipógrafo José María Pasos como alcalde de Eusebio Hernández, José Nova, Rosalío Padilla, Francisco de la Parroquia de Santo Toribio, y en 1849 fueron designados Borja Ruiz, Fermín Rossi, José María Pasos, Marco José Pé- Joaquín Manjarrés y Elías Gonzales como alcaldes parroquiales rez, Francisco Pacheco, Pedro Rossi, Pedro Ruiz, José Antonio de La Trinidad; el primero como titular del cargo y el segundo Ramírez y Joaquín Manjarrés. como su suplente. De igual forma, Joaquín Martínez fue elegido 30 Sobre el tema de la memoria como elemento de resis- cabildante en 1850 por el distrito de Santo Toribio. Sobre la tencia en los indígenas colombianos, ver: Rappaport, Joanne. elección de Ciprián Julio como consejero municipal, ver: S.P.C. The Politcs of Memory: Native Historical Interpretaron in the Julio 14 de 1843, p. 2; sobre la elección de este mismo y Pedro Colombian Andes. Cambridge University Press, 1990. Tam- Ruiz a la asamblea cantonal por Barú, ver S.P.C. Cartagena, bién ver para el caso de los indígenas del Perú y Ecuador, agosto 6 de 1845, p. 3. Sobre el nombramiento de José María respectivamente: MacCormac Sabine: “En los tiempos muy Pasos como alcalde de Santo Toribio, ver: S.P.C. Cartagena, antiguos: cómo se recordaba el pasado del Perú en la colonia enero 11 de 1846, pág. 2, y para el caso de Joaquín Manjarrés temprana”, en: Procesos: Revista Ecuatoriana de Historia N° y Elías González, ver: S.P.C., Cartagena, agosto 5 de 1849, p. 7, Universidad Simón Bolívar, Ecuador, I semestre de 1995. 2. Sobre J. Martínez A., ver: El artesano, Cartagena, agosto 8 Crain, Mary M. Ritual, memoria popular y proceso político en la de 1852. Entre los artesanos que ocupaban varios cargos pú- Sierra Ecuatoriana. Corporación Editorial Nacional, Ecuador blicos se encuentran Rosalío Padilla y Manuel Castro, quienes 1989. Sobre el caso particular de la invención de la tradición aspiraban por el distrito parroquial de la Catedral, y Valentín ver: Hobsbawm, Eric y Ranger, Terence (eds.) The Invention Espitaleta, Ambrosio Benito Montes, Diego Lafont y Federico of Tradition. Cambridge University Press 1983. También de Núñez lo hacían por el distrito parroquial de Santo Toribio. Hobsbawn, “Inventando tradiciones”, en Historia Social N° 40, Uno de los artesanos más prestantes en Cartagena durante Fundación Historia Social 2001. el siglo XIX fue el tipógrafo Francisco de Borja Ruiz, quien a 31 Recuerdos históricos de la independencia relacionados con lo largo de su vida desempeñó varios cargos públicos, como la vida del Dr. Ignacio Muñoz: un imparcial. Cartagena. Donaldo la dirección del Colegio Militar y tesorero K. Grau, 1880 pág. 6. de rentas provinciales, y en algunas oca- siones llego a desempeñar varios cargos Bibliografía públicos a la vez. Ver Flórez Roicer, op. cit. Anderson, Benedict. Comunidades ima- Ver también: La Democracia. Cartagena, ginadas. Reflexiones sobre el origen y julio 11 de 1852. la difusión del nacionalismo. Fondo de 25 Para un análisis de la contramemoria Cultura Económica, México 1997. que impulsaron los artesanos encarnada Archila, Mauricio. Cultura e identidad en Pedro Romero, ver Román, Raúl, Des- obrera. Colombia 1910-1945. Bogotá orden en la plaza, op. cit., pág. 10. 1991. 26 El Penitente. Cartagena octubre 3 de Arendt, Hannah. La condición humana. 1910. Ver. Román, op. cit. Ed, Paidós, Barcelona 1988. 27 Voz del Pueblo. Cartagena, febrero ——Sobre la revolución, 1962. 3, 1911. ——La crisis de la república, Taurus 1998. 28 La sociedad de artesanos logró es- ——“Historia e inmortalidad”. En: Historia tablecer una organización que sobrepasó y acción. Barcelona 1995. el orden local, al conformar el Directorio Aries, Philipe. Ensayos de la memoria. Ed, General de Artesanos y Obreros de Bolívar Norma, Bogotá 1998. en 1911, conformada por varios gremios y Achugar, Hugo. “El lugar de la memoria. sociedades, Ver: Voz del Pueblo, marzo 24 A propósito de monumentos”. En: Bar- Omar Cañate, natural del Palenque de 1911. El Porvenir, Cartagena noviem- bero, M.; López, F.; Jaramillo, J.E. (eds.) de San Basilio, establecido en bre 11 de 1919, en una edición especial Cultura y globalización, Tercer Mundo, Barranquilla, en 1971. de esta fecha, aparece una reseña sobre Bogotá 1999. la organización obrera en la ciudad. Al Balandier, George. El poder en escenas. respecto, ver: Román, Raúl. Trabajadores y política: la idea de Ed. Paidós, Barcelona 1994. república aplazada a comienzos del siglo XX. Trabajo de grado Barbero, Jesús. “El lugar que habita la memoria”. En: Sánchez para obtener el título de Historiador. Universidad de Cartagena, Gonzalo, Wills María Emma (comps.) Museo, memoria y junio 1998. También ver: Archila, Mauricio, Cultura e identidad nación. Memorias del simposio internacional y cátedra obrera, CINEP 1991. anual de historia Ernesto Restrepo Tirado. Bogotá 1999. 29 El Caribe, Cartagena, diciembre 23, 1910, ver: Solano, Chartie, Roger. “Historia, representación y construcción”. En: Sergio “Trabajo y ocio en el Caribe colombiano 1880-1930”, Prismas: anuario del programa de historia intelectual. Uni- Historia y Cultura N° 4, Universidad de Cartagena, 1996, pp. versidad Nacional de Quilmes, n° 2, Buenos Aires 1998. 61-76. Ver: “La participación de artesanos en su mayoría ——El mundo como representación. Ed Gedisa, Barcelona mulatos en cargos públicos”. Flórez, Roicer, op. cit. En 1851, 1986. entre los que podían ejercer el cargo, sobresalían los nombres Colmenares, Germán. Las convenciones contra la cultura. Ed. de cuarenta y cuatro artesanos, entre quienes se encontraban Tercer Mundo. Bogotá 1986.

23 Conde Calderón, Jorge. “Autonomía y rivalidades entre pobla- ——“En busca del Estado importado: de los Radicales a la Re- ciones en la provincia de Cartagena, 1810-1815”. En: Histo- generación 1867-1889”. En: Anuario Colombiano de Historia ria y cultura, n° 3. Universidad de Cartagena 1994, pág. 69. Social y de la Cultura, n°23. Universidad Nacional 1996. Corredor, Consuelo. Los límites de la modernidad. Cinep 1991. Múnera, Alfonso. El fracaso de la nación. Banco de la República Díaz Quiñones, Arcadio. La memoria rota. Ed., Huracán. San - El Áncora, 1998. Juan de Puerto Rico 1996. ——Fronteras imaginadas: la construcción de las razas y de la Duby, Georges. El domingo de Bouvines. Alianza Editorial 1988. Geografía en el siglo XIX colombiano. Planeta 2005. Florescano, Enrique. “La memoria nacional versus la memoria Núñez, Rafael. Diccionario político. Biblioteca de Autores Co- regional, local, y grupal”. En: revista Op. Cit. de la Univer- lombianos. Bogotá 1952. sidad Río de Piedras. Puerto Rico, n° 12, 2001. Orrego, Miguel Ángel. “Mitos fundacionales, reforma política —— La memoria de México. Fondo de Cultura Económica. y nación en Colombia”. En: Nómadas n° 8, Bogotá 1996. México 2002. Palacios, Marco. Entre la legitimidad y la violencia: Colombia —— La memoria rota, perseguida, cambiante y renacida. México 1875-1994. Ed. Norma, Bogotá 1995. 1999. ——“La fragmentación regional de las clases dominantes en Gellner, Ernest. Naciones y nacionalismos. Alianza ed. Madrid Colombia: una perspectiva histórica”. En: La unidad nacio- 1988. nal en América Latina; del regionalismo a la nacionalidad. González, Beatriz. “Las disciplinas escriturarias de la patria: México, El Colegio de México 1983. constituciones, gramáticas y manuales”. En: revista Estu- Rappaport, Joanne. The politics of memory. Native historical dios, n° 5. Universidad Simón Bolívar. Caracas 1995. interpretation in de colombian Andes. Cambridge University Gorelik, Adrián. “La belleza de la patria”. En: Blok: Revista de Press 1990. Cultura de la Arquitectura de la Ciudad y el Territorio, n° Restrepo, José Manuel. Historia de las revoluciones de la repú- 1. Universidad de Torcuato di Tella, Buenos Aires 1997 blica de Colombia. Talleres Gráficos 1942-1950. Guibernau, Monsterrat. Los nacionalismos. Ed. Ariel, Barce- Ricoeur, Paul. La memoria, la historia y el olvido. Ed. Trotta, lona 1996. Madrid 2003. Gutierres, Édgar. Fiestas: once de noviembre en Cartagena de Rodríguez Piñeres, Eduardo. “El 20 de julio entre bastidores”. Indias. Lealón, Medellín 2000. En: Hechos y comentarios. Academia Colombiana de His- Habermas, J. “¿Tiene futuro el estado nacional?” En: La inclu- toria - Ed. Sucre. Bogotá 1956. sión del otro. Ed Paidós. Buenos Aires 1999. Román Romero, Raúl. “Memoria y contramemoria: el uso Henao, Jesús N. y Arrubla, Gerardo. Historia de Colombia. Ed., público de la historia en Cartagena”. En: Desorden en la Plaza y Janés. Bogotá 1984. plaza: modernización y memoria urbana. Instituto Distrital Hobsbawn, Eric. “La revolución centenaria”. En: La era del de Cultura 2001. imperio. Ed. Crítica. Buenos Aires, 1998. Saldarriaga, Alberto. “Imagen y memoria en la construcción Le Goff, Jacques. El orden de la memoria. Ed. Paidós, Barce- cultural de la ciudad”. En: Torres T., Carlos; Viviescas, lona 1991. Fernando; Pérez, Edmundo (comps.) La ciudad, hábitat Lomné, Georges. “Las ciudades de Nueva Granada. Teatro: de diversidad y complejidad. Universidad Nacional 2000. objeto de los conflictos de la memoria política”. En: Anua- Sánchez, Gonzalo; Wills, María Emma (comps.) Museo, memo- rio de Historia Social y de la Cultura, n° 21. Universidad ria, y nación. Memorias del simposio internacional y cátedra Nacional, Bogotá 1993. anual de historia Ernesto Restrepo Tirado. Bogotá 1999. Lechner, Norbert. “Orden y memoria”. En: Sánchez, Gonzalo; Sánchez, Gonzalo. Guerras: memoria e historia. Instituto Co- Wills, María Emma (comps.) Museo, memoria y nación. lombiano de Antropología, 2003. Memorias del simposio internacional y cátedra anual de Solano, Sergio P. “Un siglo de ausencia: la historiografía car- historia Ernesto Restrepo Tirado. Bogotá 1999. tagenera en el s. XX”. En: Calvo E., Haroldo y Meisel Roca, MacFarlane, Anthony. Colombia antes de la independencia. El Adolfo (comps.) Cartagena de Indias y su historia. Banco de Áncora - Banco de la República 1997. la República - Universidad Jorge Tadeo Lozano, seccional Martínez, Frederic. ¿Cómo representar a Colombia? De las Caribe 1998. exposiciones universales a la Exposición del Centenario Trouillot, Michel-Rolph. Silencing the past: power and the 1851-1910. production of history. Beacon Press Books. Boston 1965.

24 General Juan José Nieto, presidente Caribe

Rodolfo Zambrano Moreno*

En el Atlántico, en el siglo XIX, tuvimos nuestro nupcias en dos ocasiones, siempre ascendiendo, único presidente de la república —cuando pertene- vía sus afortunados enlaces matrimoniales. En la cíamos al Estado Soberano de Bolívar—: el general primera ocasión, con doña María Margarita Pala- Juan José Nieto, nacido en Cibarco, corregimiento cio, hija de un acaudalado comerciante —la nueva de Baranoa, en junio de 1804, cuando sus padres oligarquía— que sustituyó a los empobrecidos y viajaban en bestias hacia Juan de Acosta, arruinados notables realistas, que el sitio para embarcarse en Puerto Caimán. de don Pablo Morillo, el Pacificador, esquilmó y diezmó. La familia Nieto, de carácter triétnico, era parcialmente afro- Con una morena, como él, baila- descendiente. Eran agricultores, dora de las fiestas de la Candelaria artesanos libres; de ahí el color en el Pie de la Popa, engendró dos trigueño, lo cual ocasionó que hijos, Concha y Lope, quien fue algunos, en el Museo Nacional, siempre su compañero. enviaran a París su retrato ofi- Viudo, Nieto se dedicó a al-

a

cial al óleo para retocarlo. En el n e ternar con las damas notables g

a cuadro conservado en el segundo t r disponibles; otra vez su éxito a piso de la Inquisición de Carta- C

, político y su asimilación al medio n ó gena, se nota que la frente y las i c i adonde su primera mujer le ha- s i mejillas son blancas, pero detrás u q n bía introducido, más su atractivo I de las patillas, todo el rostro de Nie- a l e físico, le condujeron a doña Josefa d to es canela… Todo un presidente de io ac Cavero y López Tagle, hija del último al Colombia, ¿costeño y moreno…? Sí le P administrador de las aduanas reales, respetaron sus ojos verdes, que contras- Juan José Nieto. don Ignacio Cavero, miembro de la élite taban con el color moreno de su piel y que virreinal y quien leyera al pueblo el Acta de eran parcialmente responsables de su éxito con las la Proclamación de la Independencia de Cartage- damas de alto coturno, a quienes asiduo frecuentó. na, desde el balcón del Palacio de la Gobernación; Nieto siempre recordó su origen popular, y por pueblo de cabildos, estimulados con ron ñeque de ello terminó ganándose el respaldo de los arte- Turbaco que proveyeron los Gutiérrez de Piñeres, sanos de los barrios de Cartagena. Sin embargo, azuzados por el líder popular Pedro Romero y re- Nieto sacó partido de su apuesta figura y contrajo forzado militarmente por su yerno José Prudencio Padilla y los lanceros de Getsemaní. Ese fue el * Miembro de la Acade­mia de la Historia de Barranquilla; nuevo suegro de Nieto, quien dejó de ser sola- columnista de Diario del Caribe y El Heraldo, y comentarista en mente un viudo joven, ya pudiente y buen mozo; Telecaribe; actualmente es asesor del Gobernador del Atlántico. ahora se acercaba al poder y las relaciones de la

Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla 25 pp. 25-31. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 “Con motivo del natalicio de Juan José Nieto Gil, militar, político, estadista y presidente de Colombia, nacido en Sibarco [sic], más exactamente en Loma del Muerto, el 24 de junio de 1805, la comunidad de este corregimiento rindió un merecido homenaje, desde tempranas horas de la mañana, reuniéndose en la Plaza Central para rendirle tributo a su memoria, al cumplirse 205 años de nacido”.

antigua burocracia virreinal, dado ese matrimonio en 1834. Con doña Josefa Cavero, su nueva mujer, Nieto obtiene la hacienda Alcibia a la entra- da de Cartagena. Allí construyen una casa grande con jardines adonde por temporadas presenta inútilmente un proyecto de organización residen y reciben invitados, como al general José federal. María Obando y señora. Nieto y su proyecto son rechazados con altane- Nieto podía progresar social y hasta económi- ría, como iniciativa de un “pardo ignorante”, regis- camente, pero había viejos notables que no lo to- tra Fals Borda. Esto lo irrita y se propone eliminar leraban. Para los ricos Pombos y los cultos Calvos, las divisiones informales de castas dominantes, la estos los primeros impresores de la época, y como abolición de la esclavitud, golpe económico para tal los depositarios y transmisores de la informa- los hacendados, los comerciantes, y para quienes ción. La imprenta para la época era como tener un detentaban ese trabajo de bajísimo costo. computador hoy. Para ellos era un mestizo pardo, Nieto comienza a destacarse y es seducido por “parvenu”, un recién llegado ignorante, a juicio de la masonería. Ese apoyo le sirve. Los militares don Bartolomé, el más destacado miembro de ese santanderistas son miembros destacados: Nieto se clan. Así se lo indica en una nota al general Mos- les une. El general José María Obando, candidato quera, nota que reproduce Orlando Fals Borda en masón a la presidencia, perdió; pero Márquez, su Historia doble de la Costa. Le faltaba la pátina masón desteñido, sí lo acoge y Nieto se deja pro- del tiempo. Cosa hasta injusta, porque en todas teger. Nieto, con sus nuevos amigos, se lanza a la las familias, “siempre alguien fue el primero”. Cámara de Representantes. Dicen que ganó, pero Nieto, por influencia de su suegro, obtuvo su en los escrutinios cartageneros “le embolataron primer cargo público e incursiona en actividades la elección”. intelectuales con publicaciones, que los Calvos — El gobierno quería remover las consejas de que los impresores— demeritan. Así las cosas, Nieto, Obando —federalista y opositor—, era el instigador estudioso, publica en 1839 la primera Geografía oculto del asesinato del mariscal Antonio José de histórica y estadística de la provincia de Cartagena, Sucre, y eso ocasionó que el general Obando se la cual le da renombre para aspirar a la diputación sublevara en Pasto en 1840. provincial. No hubo antes de él, ningún estudio regional en Colombia. Nieto, ofendido por la asamblea provincial, con los rechazos sufridos, se anima a respaldar a Nieto publica un folleto con la venia del obispo Obando, y como no tiene latifundios para reclutar Sotomayor adonde sostiene que “son reos de alta la peonada —como hacían los generales caucanos traición quienes intenten mudar en monárquico, Mosqueras, Arboledas, Herranes, etc., pues La el nuevo régimen democrático y republicano”; con Alcibia de su mujer no daba para tanto—, acude a ello intenta neutralizar las tendencias realistas los artesanos, sus amigos de origen. Sublevan la supérstites, representadas por el clan de don José guarnición cartagenera y como los comerciantes María del Castillo y Rada. de Barranquilla están molestos porque no les au- Ya como diputado provincial, con su negrerío torizaron el puerto de Sabanilla para su carga de a cuestas, los populares respaldándolo, Nieto importación, mueven a su gente, y en Polonuevo se reúnen gamonales de Barranquilla, Sabanalarga y

26 Soledad para apoyar la sublevación. En Ciénaga el general Francisco Carmona, quien se hace llamar el Supremo del nuevo Estado de Manzanares, se levanta y en Santa Marta deponen al gobernador Pedro Díaz Granados; pero aún, pasados dos siglos, esa procera familia todavía sigue mandando. El supremo Carmona gana adeptos y consigue el respaldo de Riohacha, Cartagena y Mompox. Nieto se les une, y es nombrado capitán del Ejército de los Estados Federados de la Costa. En bongos artillados parten para el Banco y Magangué. La meta es enfrentar al veterano general Tomás Ci- priano de Mosquera, comisionado por el gobierno central para someter a esos “insurrectos, gozones Cibarco, www.baranoa-atlantico.gov.co y gritones” costeños. La expedición recorre los pueblos ribereños, allí no del jefe rebelde de Cartagena, Juan Gutiérrez el Supremo desea conseguir adhesiones. El verbo de Piñeres. fácil de Nieto los emociona y consigue —solo eso— El general Obando, derrotado en el sur, escapa adhesiones de sentimiento, respaldo anímico. al Perú; Mosquera y su yerno Pedro Alcántara He- Pero hombres, pertrechos, dinero, no; recepciones rrán, desde Bucaramanga y Pamplona, temerosos bullosas y “más na”. de las fuerzas del supremo Carmona y Nieto, demo- En Mompox la cosa es a otro precio. Se nombra raban el enfrentamiento. Proponen entrevistas se- a don Tomás Germán de Ribón, jefe del Estado cretas y envían a José Eusebio Caro a parlamentar. Soberano de Mompox y hermano del más grande Este notó en el campamento federalista costeño terrateniente de la depresión mompoxina, don peste de viruelas y disentería, y, según datos de Atanasio, consorte de misia Dominga Epalza, la espías, había deserciones. Decidieron esperar un marquesa de Torre Hoyos, dueña de media Moja- poco para que la peste los debilitara más y luego na y del inmenso hato de san Juan Bautista de atacar. Herrán ante las favorables nuevas, dejó a Cispataca. Pero ellos no quieren grados militares, su suegro solo y se fue a Bogotá a intrigar su elec- quieren que les eliminen el impuesto nacional a ción como presidente de la república, lográndolo. la sal marina, pues cuando la suben de Mompox El supremo Carmona sube a Cúcuta y Mos- río arriba sí se causa. Mientras la de Zipaquirá y quera le propone que, como su yerno es ahora el Nemocón, de bajada no paga. Como Carmona y nuevo presidente, se entiendan y acaben la guerra Nieto no convienen, esos notables terratenientes evitando más tragedias. Pero Carmona le dice a renuncian y se nombra como jefe militar al herma- Nieto, ya ascendido a coronel, “a pelear fue que vinimos” y persiste en su propósito de derrotar al ejército centralista. El terreno escarpado no les es propicio, doce leguas de caminatas, la altura que fatiga, les saca el aire a los federales, haciendo que al iniciar el combate, en la hacienda Tescua, la ventaja sea para el ejército gubernamental. Cuando el asalto arranca, los federales atacan con vigor, estimulados por la ración de “ron con pólvora”1 que Carmona ordena darles, pero son repelidos por las fuerzas de Mosquera, protegidas

1 La tradición oral de mi familia dice que cuando nuestro bisabuelo el general Leopoldo Tovar participaba en las guerras civiles de fin del siglo XIX, para el combate de Baranoa, por ejemplo, a sus soldados, antiguos esclavos manumisos de su esposa Jacinta Arteta, la peonada de sus haciendas de Juan de Acosta, les daban ron con pólvora. En verdad, no sé cómo no se intoxicaban, pero así lo escuché de boca de mi abuela Mompox. Isabel Tovar de Zambrano.

27 por los muros de la casona de la hacienda adonde bir y atender como antes. Las relaciones sociales se encontraban refugiados. El recién coronel J.J. de doña Josefa, familiar de los antiguos condes Nieto recibe un balazo en un brazo y es tomado de Pestagua, le amplían su círculo. Doña Soledad prisionero, junto con 500 soldados mompoxinos Román, hermana de don Henrique L. Román, el al mando de Germán Piñeres. La desbanda se farmaceuta fabricante de la famosa “Curarina”, es inicia; las tropas federales costeñas corren hacia una de las contertulias del nuevo círculo intelec- Maracaibo a buscar refugio dispersándose. Ese tual; Nieto vuelve a frecuentar las reuniones de la fue el más grande desastre militar del Ejército de Logia. La política lo vuelve a picar, vinculándose los Estados Federados de la Costa. al partido liberal, y logra un escaño en la Cámara de Representantes. El general Mosquera dio parte de victoria a su yerno el presidente general Herrán, e informó La última representante de la gran propiedad que había usado el mismo sable con que Bolívar territorial colonial costeña, doña María Josefa, combatió en Junín: ¿un amuleto? Los oficiales marquesa de Torre Hoyos, fallece en Mompox en de alta graduación fueron apresados, el segundo 1848, reducto final de las simpatías monárquicas, comandante Nieto incluido. Mosquera escribe a su aunque ellos, para sobrevivir, a veces tenían tam- yerno presidente que: “Carmona con más fuerzas, bién sus escarceos democráticos. Las requisas de las metió en un terreno adonde no cabían y eso morrocotas, de algún ganado y bastimento para las les impidió maniobrar... Ese apiñamiento causó tropas de uno y otro bando, los ayudaban a mante- que no hubiera balas perdidas para los disparos ner el statu quo. Como en El gatopardo, el príncipe de las fuerzas del gobierno”. siciliano de Lampedusa, “había que cambiar —en este caso sacrificar algo—, para que poco cambie” Conocida la derrota, el general Juan Gutiérrez o para conservar el resto, diría yo. Sus inmensas de Piñeres se cambia de bando, proclama al go- propiedades casi incontrolables, en territorios de bierno legítimo, repone al destituido gobernador San Benito Abad, Caimito, La Mojana y La Loba, Calvo, y le envían a los prisioneros derrotados paulatina e imperceptiblemente, estaban siendo incluido Nieto, para internarlos en Boca Chica. periódicamente invadidas por las colonizaciones. En febrero de 1842, el presidente Pedro Alcántara Se volvieron, como dijo en alguna ocasión el pre- Herrán proclama en Sitio Nuevo, Magdalena, una sidente López Michelsen, latifundios de papel, de amnistía general para buscar la paz y manifiesta archivos de notaría, de oficinas de registro. que “ya pasó el aguacero, adonde nos hemos mo- jado todos”. En 1841 nace el periódico La Democracia, adonde Nieto irrumpe como agitador de ideas El coronel Nieto fue des- promotoras de igualdad. Su terrado a Jamaica; mientras amigo el general José María tanto, con la paz el comercio Obando accede al mando se rehacía y enriquecía, la gran estatal —¿un caucano go- propiedad rural seguía —como bernador de Bolívar?— El si nada. En la Costa, la esclavi- nuevo presidente del estado, tud formal e informal persistía, Obando y su señora, doña Ti- bajo diversas formas, dicen las motea Carvajal, más fea que investigaciones de Fals Borda, su nombre de pila, se vienen en su Historia Doble de la Cos- a residir a Cartagena, y a su ta. Nuevas colonizaciones se llegada Nieto y doña Josefa dan hacia los enormes latifun- Cavero les reciben y agasa- dios coloniales, los hatos de las jan en su hacienda Alcibia. familias herederas del antiguo Los hermanos masones se marqués don Fernando de Mier aproximan; ya Nieto ostenta y Guerra. el grado 33. Una ley de 1843 permitió a Don Manuel Román y Nieto regresar, y recuperar su Picón, el farmaceuta padre grado de coronel. Nieto y su de doña Soledad y tam- mujer se establecen, otra vez, bién venerable hermano, les entre Cartagena y la hacienda acompaña. Obando nombra Alcibia, adonde vuelven a reci- Barrio de Getsemaní, Cartagena. a Nieto jefe político del can-

28 tón, adonde le tocó afrontar vían inconformes. Ya en 1859 un terrible designio: la peste estas fuerzas eco­nómicas se del cólera que diezmó a las rebelan, ponen al coronel clases populares de la ciudad Nieto al frente de la suble- llegada de Colón, Panamá, por vación, se toman el gobierno unos marineros moribundos. en Cartagena, deponen al Fals Borda registra que el gobernador Juan A. Calvo y el pueblo comenzó a notar que coronel Juan José Nieto asu- “la peste no subía escaleras” me el mando. El presidente y que las clases acomodadas, conservador Mariano Ospina que vivían en casa altas y Rodríguez inicialmente se usaban calzado, escapaban al aguanta el brinco, mientras contagio; en varias semanas puede poner orden, pero la fallecieron 2.400 personas, insatisfacción en los puertos mientras en Barranquilla solo caribeños es creciente. Ellos 1.300. A espaldas de la Iglesia sienten que los impuestos a de San José (carrera 39) los las importaciones —esos di- enterraban. neros— apenas los ven pasar, para uso y distribución desde Nieto, con el respaldo del Bogotá, sin que a ellos les de- gobernador Obando y de las vuelvan gran cosa. sociedades de artesanos, se hace elegir para la Cámara de Representantes, y ya instalado en Bo- Ramón Santo Domingo Vila se une a la causa y, gotá alterna intensamente con la Logia Estrella con su primo Andrés, aporta dinero para el nuevo del Tequendama, adonde es recibido por Pradilla, orden. Ospina envía un ejército para reponer en el Samper y Camacho Roldán —el notablato san- mando a Juan A. Calvo, quien espera a las huestes tafereño—. Los masones querían expulsar a los del gobierno central en Mompox. El coronel Nieto jesuitas y Nieto se plegó a la injusta causa. En la con su ejército estatal los repele. El general Posada cámara, Nieto menciona el monopolio de la ins- Gutiérrez, enviado desde Bogotá, escapa por el río trucción en Bolívar, adonde la provincia se queda Magdalena a Barranquilla, adonde intenta organi- por fuera y en la ciudad solo las clases pudientes zar una fuerza militar que recupere el gobierno del educan a sus niños. Esto dio paso al estableci- estado bolivarense, pero Ramón Santo Domingo miento de la instrucción pública. La primera es- Vila había llegado a la ciudad con pertrechos y cuela, denominada “Igualdad”, la inaugura Nieto. refuerzos, y lo derrotaron. Se proclama en el congreso la libertad de todos El reparto fiscal sigue causando inconformi- los esclavos con el voto de Nieto incluido, quien dades, cuatro estados se rebelan: Cauca, Bolívar, con ello les pasaba además la cuenta de cobro a Santander y Magdalena. Esta vez, Mosquera es sus conservadores oponentes. Nieto es nombrado gobernador del Cauca, pero se alía con Nieto. Nie- gobernador del departamento por José Hilario to ordena la separación del Estado Soberano de López y allí sí puede hacer efectiva la liberación Bolívar el 3 de junio de 1860 y asume la responsa- de los esclavos en Bolívar, la cual proclama desde bilidad de la guerra. Ospina envía al general Julio el sitio que hoy ocupa el Parque del Centenario de Arboleda a Santa Marta, y una división por el río la Independencia. sin resultados. Nieto se somete a unas elecciones En 1857 se crea el Estado Soberano de Bolívar, que convaliden su mando en Bolívar y las gana; con Juan A, Calvo —el hermano de don Bartolomé, las consejas de los Calvos dicen que no, pero la el contradictor intelectual de Nieto—, como primer Registraduría lo avala. gobernador; una alianza conservadora manejada por la nueva oligarquía comercial e intereses ita- Juan José Nieto, presidente lianos, acaudillados por Mainero y Trucco, para El 25 de enero de 1861 Juan José Nieto Gil se au- quienes la provincia, más allá de las haciendas del toproclama y asume la presidencia de los Estados canal del Dique, los tenía sin cuidado. Unidos de la Nueva Granada, desde Barranqui- Los comerciantes y terratenientes en El Carmen lla “hasta que el presidente electo Tomás C. de de Bolívar, enriquecidos como exportadores de Mosquera llegue a Bogotá, ejerza el mando y se tabaco y la multiplicación de sus ganaderías, vi- restablezca la comunicación con los estados de la Costa”, lo cual ocurrió seis meses después.

29 Esta asunción del mando nacional por Nieto, cuentan que le hizo formar la guardia para que se da ante las necesidades de resolver el abasteci- tocaran unas marchas militares en su honor. miento del ejército y de neutralizar a los cónsules Mosquera buscaba socavar a Nieto, para que extranjeros en los tres puertos, y ante un vacío de no le diera por sustituirlo, y le nombró un segun- poder. El general Juan José Nieto se do comandante de su ejército, quien abrogó el mando en una ceremonia asumiría “en caso de que el primer ocurrida en presencia de los cónsules comandante hiciera caso omiso de las extranjeros —los mismos a quienes órdenes de la suprema dirección de la debía controlar—. El decreto como guerra”. Simultáneamente, ascendió general de las milicias del Estado a general a Ramón Santo Domingo Soberano de Bolívar, asumiendo la Vila, a cargo de una Legión Especial presidencia de la República de la —con el encargo de revolucionar el Nueva Granada, está rubricado por estado de Bolívar— y a su pariente el secretario Manuel Laza y Grau; político, Rafael Núñez, lo nombró además, allí se proclama a Carta- ministro de Estado en Bogotá. gena como nueva capital. Nieto era segundo designado a la presidencia, Se venía la convocatoria de una pero el primero, su amigo Obando, Asamblea Constituyente, que Nieto había fallecido durante una trifulca quería se sucediese en Cartagena, y reciente. Mosquera pensaba que mejor en un Juan José Nieto. terreno neutral, adonde las tropas de Nieto es el sucesor en primera Nieto no pudieran presionar a los constituyentes, línea y Mosquera, considerando que Nieto sí se y decidió que la sede sería Rionegro, Antioquia, atreve a tomarse nuevamente el poder, comienza adonde previamente había designado un gober- a urdir algo. Apresan al ex presidente Mariano nador civil afecto. El general Eloy Porto concurrió Ospina Rodríguez, y el procurador Bartolomé por Bolívar. Calvo se lo envía a Nieto a Cartagena para que lo encierre en Boca Chica. A Ospina los mompoxinos, Nieto volvió a su base, y trató de impulsar para burlarse, lo pasean en una burra sentado en ciertas obras públicas, como la canalización y la montura mirando hacia la cola. Nieto, al llegar regularización de la navegación por el canal del a Cartagena, lo recibe de manera humanitaria, Dique, cosa que favorecía los intereses de los co- lo remite al fuerte, y cuando él y sus cómplices, merciantes de Cartagena; pero estos convencieron sobornando carceleros, se escaparon, no los bus- a Nieto de que sus costos los repartiera con los có mucho. Él también había sido huésped de ese hacendados, cultivadores y exportadores de tabaco nada grato hospedaje y olvidó complaciente la de El Carmen. Esos ricos de provincia exportaban desaparición del ex presidente. embarcando en el río por el puerto de Zambrano, hasta Barraquilla, y por el canal de la Piña al puer- Nieto dejó de guerrear, aunque era comandante to de Sabanilla, así que ¿para qué costear otra ruta del 4º Ejército Nacional, y se concentró en la vida que a ellos no los mejoraba? “Que la contribución citadina comenzando a disfrutar del poder. Mos- la paguen los que necesitan la obra, los que la quera lo observaba. A los cónsules extranjeros en usen”, fue la expresión de los inconformes, que a Barranquilla los aplacó, con una manifestación de la larga darían al traste con el gobierno de Nieto. estricto cumplimiento de los tratados. La armada Se decreta, pues, un bautizó una de sus empréstito forzoso, goletas con su nom- lo cual es aprove- bre. Los masones chado por los nuevos gestionaron que el amigos de Mosque- congreso le conce- ra, quienes se le re- diera una espada de tiraron a Nieto, como honor, que el colocó el general Ramón en su despacho. A su Santo Domingo Vila. amiga misia Soledad El empréstito fue un Román, en alguna fracaso, solo en Car- ocasión que pasó y él tagena algo se recau- estaba en el balcón, Billete de $ 1 del Estado Soberano de Bolívar. dó; los tabacaleros

30 de El Carmen y Zambrano La asamblea optó por nada, pero la muy rica Casa expedir positivas ordenan- de Burgos, los del latifundio zas, como la autorización de Berástegui, así como los para la navegación a vapor acaudalados Vellojín, de por el Sinú, el permiso Ciénaga de Oro, y amigos para que Mr. William Kelly del ex presidente Nieto, construyera un ferrocarril suscribieron cinco cuotas entre el río Magdalena y partes. Cartagena —con eso hacía innecesaria la contribución El general Santo Domin- forzosa para la navegación go Vila llegó a El Carmen a por el canal del Dique—. impulsar la candidatura de Autorizó el tren entre Sa- González Carazo, ex gober- banilla y Barranquilla, así nador de Antioquia, versus como auxilió en las tierras el candidato de Nieto, don de Sabanas de Camacho la Juan de la Espriella. Con- apertura de un canal entre secuentemente, su herma- Sabanilla y Barranquilla, y no Manuel de la Espriella un ferrocarril desde Chinú se levanta en Cartagena el hasta Tolú, pasando por 11 de noviembre, e intenta Sampués y Sincelejo. La tumbar al general Eloy Por- fuerza pública fue reducida to, a la sazón gobernador y para economizar. ex constituyente de Rione- Tumba de Juan José Nieto gro. Ramón Santo Domingo en el cementerio de Manga, Cartagena. La muerte de su hijo es apresado por sorpresa Lope y su retiro del poder, en Momil y embarcado en una canoa, amarrado, traicionado por amigos, afectaron anímicamente para Cartagena; pero enterado su amigo de cons- al ex presidente Nieto, quien rápidamente perdió piración, el general Manuel Martínez “Balita”, ga- su salud, entregando su alma al Creador, no sin lopó desde Lorica, y en la boca del Sinú esperó el antes, por gestiones de su mujer, el obispo don paso de la embarcación adonde llevaban a Santo Bernardino Medina le perdonó su voto para la ex- Domingo y abordándola en altamar lo liberó. pulsión de los jesuitas, y su intensa participación en la masonería. En pocos días, Santo Domingo fue aclamado en Momil y Purísima como comandante en jefe del Un discurso en sus honras fúnebres, pronun- Ejército Restaurador de Sotavento, ejército que ciado por don Manuel Z. de la Espriella, recordó marcha sobre Cartagena. Nieto no quiere derrama- su carácter democrático, su cercanía efectiva con miento de sangre y pide a la Asamblea Legislativa las clases populares, su decisiva participación en que salga a parlamentar: esta no conviene. Nieto y la proclamación de la libertad de los esclavos, así su secretario Juan de la Espriella prefieren renun- como sus investigaciones y publicaciones acerca ciar, evitando muertes inútiles. Como el ejército de la economía y geografía del Caribe. de Sotavento se acercaba, Nieto, su señora Josefa Un monumento funerario olvidado en el ce- y su sobrina Anita Mogollón, se embarcan con menterio de Manga terminó por albergarlo y el sus amigos De la Espriella para Berrugas y San departamento del Atlántico, ahora que se recupera Onofre, adonde estos tienen extensas propiedades, el antiguo palacio departamental, planea erigir allí eludiendo a Santo Domingo, amigo cambiado de un busto a la memoria de nuestro único —hasta bando, y en quien ya no confían. ahora— presidente atlanticense.

31 El Carmen de Bolívar y su comarca tabacalera entre los siglos XVIII y XX

Wilmer Eduardo Rodríguez Villafora*

Víctor Bulmer-Thomas, al estudiar la economía perspectiva regional, específicamente subregional: de las nuevas repúblicas latinoamericanas y del El Carmen de Bolívar y la comarca montemariana, Caribe en la postindependencia, afirma que estas a partir de su estructura económica cimentada en se vieron precisadas a ingresar en el mercado el tabaco. Es la relación del hombre y su medio global de capitales, echando mano de su “lotería geográfico inmediato, la región y su evolución en de bienes”. Es decir, de lo que daba la tierra. Así el tiempo. sucedió con y su cobre; Perú con el guano, o Lo que indica el trabajo de Blanco Romero Colombia con su quina, tabaco, y después su café. es una mirada más allá de la simple asociación Para entender la de la Costa Caribe historia económica con la ganadería, eco- de estas naciones, nomía secular desde es preciso un direc- la colonia. Entonces, cionamiento a partir las reformas borbó- de sus regiones. Y, si nicas pretendieron el nos vamos a la Costa fomento de productos Caribe colombiana, alternos al oro, como mayor será el reto de la quina, el tabaco, y comprender a Colom- demás que daba la tie- bia como un país de rra. Estancar el tabaco regiones, y, más aún, en un área de intrin- de subregiones. Como cada sujeción política bien lo explica Posa- como el Caribe co- da Carbó: el Caribe lombiano dificultaba colombiano es una Wilson Blanco Romero, Historia de El Carmen de Bolívar y su ta- su fiscalización; por historia regional. Por baco en los Montes de María. Siglos XVIII-XX, Cartagena de Indias, tanto, se prohibió tal Editorial Universidad de Cartagena, 2010, 340 pp. ende, es un “puzzle” cultivo en este contex- de subregiones, de culturas variopintas. to. Pero dicha prohibición hizo que el cultivo en la Costa tomara cauces clandestinos o espontáneos. La obra del historiador Wilson Blanco Romero, Que preservaban la práctica cultural prehispánica, resultado de su maestría en historia en la Uni- destinada al ritual de los espíritus. versidad Nacional de Colombia, se enfoca en esta En ese orden, la obra de Blanco Romero, cuya Presentación escribe Heraclio Bonilla, sigue una * Historiador, Universidad Cartagena.

32 Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla pp. 32-35. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 secuencia de capítulos que enfo- can desde un inicio el contexto regional caribeño y sus aristas económicas, y un tanto socia- les y culturales, hasta llevarnos a la subregión montemariana. Esta comarca plantea una iden- tidad propia en ese armazón de subregiones, sobre todo si la distinguimos de las Sabanas de Bolívar —propiamente dichas—, fortín latifundiario de la ganadería extensiva. El Carmen de Bolívar, o Nues- tra Señora del Carmen, en el marco colonial, nace como sitio, en esa avanzada repobladora de Antonio de la Torre y Miranda entre los años de 1777 y 1789, en que se reagrupan vecinos dispersos o “arrochelados” para ponerlos a vivir en “policía” y a “son de campana”, como bien lo Estación del ferrocarril, Carmen de Bolívar. plantea Martha Herrera en “Orde- nar para controlar”. Y así darle una forma política protagonizó Ambalema, alrededor de la primera a este Caribe disoluto, y poder fiscalizarlo con mitad del siglo XIX. Así, los estudios se enfocaron más claridad. Esa intención, como sabemos, solo en el auge y decadencia del ciclo tabacalero de este quedó en los documentos, pues no se concretó en municipio tolimense. ningún aspecto. Estaba ausente una mirada sistemática al Lo que sí quedó fue una cultura minifundista nuevo centro tabacalero nacional que tendrá como —particularmente en la subregión motemariana—, epicentro la comarca montemariana. Esta es una de mestizos o de blancos pobres que de la Penín- de las preguntas que plantea Blanco Romero: sula venían a hacer la América a última hora. Así ¿cuándo despierta el tabaco en los Montes de Ma- se van zurciendo unas redes mercantiles internas ría como producto de exportación? Todo apunta que intercambian toda suerte de productos verná- a que tal hecho se da en el marco de la corriente culos. Entre ellos, aún con prohibición, pudo estar librecambista internacional de mediados del siglo el tabaco. Pero otros productos, como el maíz, la XIX (p. 98), que inspiró Florentino González, mi- yuca, el plátano, además del aguardiente, eran nistro de hacienda del general progresista Tomás prolijos en una tierra feraz, como la montemariana, Cipriano de Mosquera. Dentro de la prédica liberal y se destinaban al abastecimiento de los centros buscaba darle vía libre al cultivo tabacalero, que poblacionales, y, en alguna medida, a la plaza de aún se encontraba en régimen de estanco. Cartagena. Así las cosas, esta coyuntura catapulta a El Blanco Romero pretende llenar un vacío his- Carmen de Bolívar —en el centro de los Montes de toriográfico con esta obra. En general, cuando se María— como emporio tabacalero; proceso incuba- hace alusión a la historia del tabaco en Colombia, do ya de antes. Con más precisión, Blanco Romero solo se hace referencia en rigor a la producción ta- indica que la “región tabacalera del Carmen” era bacalera de Ambalema, en el actual departamento conformada por los distritos que geográficamente del Tolima. La nueva republica le dio continuidad se identifican con las Serranías de San Jacinto o al sistema de estancos, y el tabaco, como producto Montes de María y proximidades (p. 99). bandera para la inserción en el mercado interna- Tal parece que la primera semilla provino de cional, reportaba un importante rubro a las arcas la misma Ambalema, que, por lo feraz de la tierra nacionales. El centro de operación tabacalera lo

33 montemariana, produjo una hoja un tabaco apto para la elaboración de alta calidad apreciable en los de cigarros baratos permitió darle mercados internacionales. Para salida a la producción montema- 1874, en cuadro estadístico cita- riana en Europa, donde la hoja del do de José Antonio Ocampo, los tabaco Carmen se pagó a precios distritos tabacaleros producían favorables. En Bremen, en 1890, 2.426,8 toneladas de este tabaco se pagó un millón de marcos por (p. 100). un millón y media toneladas de la hoja colombiana, o sea de tabaco Respecto a la historia de la Carmen (p. 108). semilla de tabaco, Blanco Romero plantea que, ya desde la antepe- La prosperidad tabacalera hizo núltima década decimonónica, se crecer exponencialmente la de- empezó a experimentar, pues des- mografía en el Carmen de Bolívar, de Cuba se trajeron semillas, con tanto la comarca, como su cabece- el objeto de oxigenar la cosecha ra del mismo nombre. El Carmen, que por lo intensivo de la produc- de sitio, llego a ser villa en la re- ción empezó a dar muestras de publica, y posteriormente cabecera Esquina carmera. agotamiento. de provincia. A partir del régimen librecambista de 1848, la población, en 20 años, Asimismo, la producción tabacalera no esca- crece al 100%. El solo Carmen de Bolívar asciende paba a las coyunturas internacionales. Para alre- desde 1852 de 3.439 habitantes a 17.149 en 1918. dedor 1870, en plena guerra franco-prusiana, los precios disminuyeron de 16-22.4 a 6.4 centavos. La prosperidad montemariana sedujo a una Es en esta crisis donde se va a pique Ambalema inmigración empresarial europea, en busca de y supervive el tabaco montemariano (p. 107). sentar sus reales y verlos crecer a la sombra del Para 1881-1888, de igual modo, los precios van tabaco. De esto da cuenta la revisión de fuentes en bajada, pero aún así, dadas las lamentables notariales, de prensa y orales, de la entrada de consecuencias económicas para la región, el em- inmigrantes extranjeros, ya sean modestos nego- porio tabacalero supervive al entrar al siglo XX. ciantes o importantes firmas comerciales. En 1870 ¿Por qué y cómo se mantuvo El Carmen de Bolí- se registraban por censo notarial, en suma, 15 var como centro principal, productor de la hoja? foráneos, desde ingleses, franceses, holandeses, Blanco Romero argumenta que la producción de españoles, dos venezolanos.

Iglesia de El Carmen de Bolívar, h. 1937.

34 Desfile en El Carmen de Bolívar, h. 1930.

Fueron italianos los pioneros en la inmigración rratenientes. Así floreció una burguesía de origen comercial, específicamente el clan Volpe Romanie- extranjero, que aunaba la intermediación de la llo, en la última década del siglo XIX (p. 218). Al hoja curada en los mercados internacionales con la entrar el siglo XX, las casas comerciales de Volpe ganadería, el comercio, y el dominio de los centros & Cía., además de ricos comerciantes italianos de poder político local, además de ganar clientela invitados por los Volpe, como los Frieri y Gallo, por medio de calculadas obras filantrópicas. amasaban fortuna en esta comarca. El detallar los cauces que tomaban la renta ta- Lo interesante que señala Blanco Romero es que bacalera y los sectores sociales que se beneficiaban estas casas comerciales se hacían llamar “casas gracias a otros, demandaría un estudio aparte. compradoras” de la hoja. Y lo que se deduce de No obstante, y sin caer en dogmas materialistas, la información de las fuentes notariales, hecho el Blanco Romero siembra la inquietud indicando el análisis de la cuestión, es que esta connotación es problema. inexacta, debido a que el capitalista, con el objeto Así, lo relevante de este estudio es señalar de apropiarse de la mayor proporción de renta una estructura económico-social, la tabacalera, posible, “sujetaba” al cosechero por medio del diferente a la consuetudinaria ganadería con que sistema de “avance”. Es decir, se daba prestada, se refiere a la economía de la Costa Caribe co- por adelantado, al cosechero, una suma de dinero, lombiana. El uso versátil de las fuentes: prensa, con el compromiso de —en pago de la deuda— documentación notarial y memoria oral, permite suministrar la debida cosecha de la hoja curada luego detallar todo un universo histórico que gira en fecha estipulada (p. 198). Naturalmente, la alrededor de la hoja del tabaco. A pesar de que no garantía del dinero prestado reposaba en hipoteca se establecieron centros fabriles de largo alcance de bienes y semovientes del cosechero en cuestión. para elaborar cigarros, y presentar un producto Esta práctica venía ya desde mediados del siglo con mayor valor agregado, el tabaco negro en rama, XIX, y no es de extrañarse que el robusto capital curado al aire, constituyó hasta bien entrado el extranjero le diera continuidad. siglo XX la principal referencia económica monte- Tanto le rentó este sistema de “avance” a las ca- mariana. Importante obra la del historiador Blanco sas “compradoras”, sobre los pequeños y medianos Romero, editada por la Universidad de Cartagena, cosecheros que, para entrar al siglo XX, la comarca que salva un vacío en el entender de nuestra his- montemariana pasó de una tradición minifundista toria regional y subregional del complejo Caribe a una de capitalistas con visos de ganaderos te- colombiano.

35 La gastronomía de Barranquilla

José David Villalobos Robles*

A mi madre, la mejor cocinera del mundo. A mi hija Angeliquita, con la esperanza de que se anime a comer.

Prólogo Por lo tanto, conscientes de que los barranquilleros estamos en mora de preservar la memoria culina- Este escrito no pretende ser, en modo alguno, un ria de la ciudad, quisimos desarrollar un recuen- intento de convencer al lector de que la culinaria de to honesto de nuestros platos populares sin las Barranquilla es la mejor o más variada de la Costa distorsiones de los ingredientes gourmet que les Caribe, ni del país, ni mucho menos del mundo, añaden ciertos libros de cocina y sitios en Internet, como tratan de hacer algunos autores cuando quizá para darles un toque más internacional. En escriben sobre la cocina de su terruño, conmove- nuestro concepto, la cocina típica de una región doramente llevados por el regionalismo. Tampoco no es otra que la que se prepara y se come a dia- tratamos de tener la última palabra sobre cuáles rio en los hogares de la gente común y corriente. y cuántos son exactamente nuestros platos, como Naturalmente, si se quiere que nuestras recetas si hubiera un número finito de preparaciones; la tengan alguna proyección internacional, sin duda cocina, como todo en la naturaleza, es cambiante, deberán evolucionar mediante la incorporación de y casi se podría afirmar que así como en una ciu- los ingredientes adecuados, lo que conducirá a su dad hay tantos acentos distintos como habitantes inevitable transformación, pero si en ese proceso haya, asimismo hay tantos platos como ocurren- se confunde la esencia de nuestros platos, el re- cias culinarias puedan surgir de la cabeza de cada sultado será su total distorsión, perdiendo más cocinero. Mucho menos es nuestro objetivo dictar que ganando en sabor y confundiendo a quien los cátedra sobre cocina, de la cual nos consideramos deguste. Para poder avanzar, pues, es necesario apenas unos aficionados aplicados: esta ha sido reconocer la sencillez de nuestras viandas, la poca una investigación con la que hemos gozado de la utilización de ingredientes gourmet, la escasa evo- manera más sabrosa, que hemos acometido en lución de nuestras recetas y su nula proyección nuestros tiempos libres, robándole tiempo al tiem- internacional, falencia de todas las gastronomías po en medio de nuestras ocupaciones cotidianas regionales de Colombia. que nada tienen que ver con la culinaria, y con la que quizá simplemente nos hemos rendido a La cocina mexicana, a la que poco tenemos la evocación de esos aromas, esos sabores, esas que envidiarle, ha sido elevada a la categoría de texturas que se disfrutan desde la más temprana internacional en los últimos años. Es tal el recono- infancia y que se quedan con uno para siempre. cimiento del que goza, que cada día se abren más y más restaurantes de comida manita en todo el pla- Es preciso señalar, no obstante, que Barranqui- neta, incluso en la difícil pero prometedora China. lla ha carecido hasta ahora de una recopilación que Hace unos 20 años, había unos 500 restaurantes comprenda las comidas verdaderamente arraiga- de comida mexicana en el mundo; hoy hay más de das en nuestra historia y en nuestras costumbres. 500 000 y sus ingredientes son imprescindibles en los platos de la denominada cocina fusión. Para * Barranquilla, 1974. Ingeniero de Sistemas (1998) y Espe- citar solo algunos casos: sushi con ají jalapeño cialista en Redes de Computadores (2001) de la Universidad del o langosta marinada en vinagreta de tequila con Norte. Este artículo fue elaborado por su autor especialmente cilantro, entre muchas otras exóticas combinacio- para Huellas.

36 Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla pp. 36-54. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 de carnes.

Las ilustraciones de este artículo son tomadas del reportaje gráfico “La comida popular en Barranquilla” realizado por el mismo autor.

de la industria pesquera como Estados Unidos y Japón. La anchoa peruana es, lejos, la especie más pescada del orbe, con más de 10 millones de toneladas al año. Desde luego, no podríamos dejar de hacer mención, como muy representati- vos de la gastronomía de ese país herma- no, de la papa (originaria del Perú, donde existen más de 3 000 variedades con las que se preparan infinidad de platos) y del ají, considerado el cordón umbilical de la cocina peruana. Como en el caso nes con las cocinas tailandesa, francesa o india. mexicano, cada día se abren más restaurantes de Quizá el rotundo éxito de la culinaria mexicana comida peruana en el mundo. sea el acendrado nacionalismo de los habitantes Es propio del parroquiano que no ha ido dema- del país azteca y la encarnizada defensa que de su siado lejos creer cándidamente que sus comidas cultura hacen sus nacionales en cualquier parte le pertenecen exclusivamente a su comarca. Nada del globo. Cabe resaltar que los mexicanos, como más errado: al adentrarse en el maravilloso univer- pocos habitantes de nuestra América, se enorgu- so de la cocina, se comprueba la no unicidad de los llecen de ser, en gran proporción, indígenas puros platos, y que la mayoría de las preparaciones de o mestizos. una región, digamos, América Latina, están rela- Pero más sorprendente aún es el caso de la cionadas entre sí a través de los más intrincados e colorida cocina peruana, la cual ha revolucionado inesperados laberintos históricos. Que existen con la gastronomía internacional al punto de ser con- otros nombres, pero idénticas o muy similares, en siderada, hoy por hoy, una de las tres culinarias otras latitudes que también quieren arrogarse el más importantes del planeta, desplazando incluso orgullo de haberlas creado, si se puede decir así. a las tradicionales francesa e italiana. Fruto de Por eso, al principio resulta extraño asimilar que, una increíble mezcla de sabores indígenas (incas, comidas que hacen parte del menú del barranqui- moches, chimúes, aimaras, tiahuanacos, entre llero desde que nace, son consideradas también otros), españoles, franceses y africanos durante la viandas típicas y nacionales en Venezuela o en Conquista y la Colonia, la cual adquirió su perso- Panamá, como la arepa, los bollos, la caribañola, nalidad definitiva (aunque en constante evolución) la lisa o la hayaca. ¿Qué decir del guandul, cuyo a través de los aportes de las inmigraciones japo- arroz es considerado plato nacional en Panamá y nesa, china e italiana a partir del siglo XIX, la gas- en Puerto Rico? La tortilla mexicana, la pupusa tronomía peruana ha posicionado en lo más alto salvadoreña y la arepa colombiana o venezolana del pedestal culinario una impresionante y casi son esencialmente lo mismo: unos nixtamalizan interminable variedad de platos criollos como el el maíz, otros lo pilan. El fríjol rojo es tan insignia cebiche, cocteles como el sour, postres como de la cocina antioqueña como lo es de la mexicana el suspiro de limeña, y hasta bebidas gaseosas o de la surestadounidense. El tamal, la hayaca, como la célebre Inca Kola. Cabe resaltar que esta el quimbolito y nuestro pastel (de arroz relleno bebida y la Irn Bru de Escocia son las únicas que, de pollo, cerdo y verduras envueltos en hojas de en su país de origen, superan en ventas a la Coca bijao) son platos hermanos que encontramos en Cola. Tal vez la base más importante y caracterís- toda América, desde el río Bravo hasta los Andes tica de la cocina peruana la constituye el pescado, argentinos. La vianda a base de carne, arroz blanco del cual el Perú es el segundo productor mundial, y fríjoles, más un sinnúmero de acompañamientos solo superado por China y por encima de gigantes regionales como tajadas de plátano maduro, arepa,

37 huevo, col, ensalada, farofa, chicharrón, yuca, queso, patacón, naranja, farinheira, aguacate o es- pagueti, se repite en todo el continente: en Brasil, en Antioquia, bandeja o seco en la Costa, menestra en Ecuador, pabellón criollo en Venezuela, bandera o arroz moro en República Dominicana y Cuba, casado en Costa Rica; tiene evidentes conexiones con los arroces de fríjoles latinoamericanos y caribeños como el anglo-afroantillano (cuyo ancestro se en- cuentra en África Occidental), los arroces de fríjol cabecita negra, de lenteja y de guandul costeños, el tacu-tacu peruano, el casamiento hondureño y salvadoreño, el tico y nica, los arroces con gandules y con habichuelas puertorriqueños, los moros y cristianos y el congrí cubanos, el pis- Venta de arroz de lisa en las inmediaciones piote mexicano, los chilenos, del terminal marítimo. los calentados peruanos y ecuatorianos y, más lejanamente, con los ingleses, el mó el hambre de miles de europeos en tiempos francés, la , el Hoppin’ de plagas, guerras, sequías y inviernos; y John del Dixie, los de Luisiana, el alegre cacao se convirtió en la base de los más e incluso con el kongbap coreano, el indio y finos dulces. La cocina del Nuevo Mundo es, pues, el de Oriente Medio. un gran crisol de olores y sabores donde se com- binaron felizmente los ingredientes de la América O sea que lo que comemos a diario viene a ser indígena con las viandas traídas de Europa, Asia en realidad el producto de una intrincada con- y África, del que la gastronomía de Barranquilla fluencia de coincidencias históricas, de llegadas o es una muestra muy representativa. Sin más, que encuentros culturales más o menos accidentales se sirvan los platos sobre las mesas. que dieron origen a una extraordinaria amalgama de sabores, esencias y aromas. Arroces La cocina de Barranquilla y sus alrededores, El arroz, nutritivo cereal de origen asiático, base como la mayoría de las regiones de América, de la alimentación de millones de personas prin- surge del tremendo choque cultural que trajo cipalmente en Oriente y otros países, es de capital consigo el descubrimiento de nuestro continente importancia en la gastronomía de Barranquilla no por parte de los europeos. La llegada del blanco, y solamente porque el plato típico de la ciudad (que posteriormente la del africano, produjo no solo el trataremos en un capítulo aparte) es una prepa- surgimiento de una nueva raza, sino alegres aires ración a base de arroz, sino porque es la principal musicales, una cultura con rasgos muy particula- guarnición del menú diario del barranquillero. res, novedosas formas de lenguaje y, por supuesto, la introducción de ingredientes desconocidos que El arroz más preparado en la ciudad es el blan- dieron origen a una culinaria interesantísima. co, que junto a la presa (porción de carne de vaca, Los europeos nos legaron el ganado, los cerdos, cerdo, pollo, pescado, víscera o alguna otra carne) y las gallinas, el cilantro, el ajo, la leche, el arroz, una porción de granos y/o de ensalada, constituye las aceitunas, la cebolla, los cítricos, la caña y el uno de los menús más comunes en Barranquilla trigo, sin los cuales no podríamos imaginar nues- a la hora del almuerzo o de la comida (como se tra dieta diaria. África nos trajo el coco, el café, el conoce coloquialmente a la cena). El arroz blanco millo, el sorgo, el plátano, la calabaza, el melón, el (también conocido como “arroz de manteca”, sobre tamarindo, el banano y el ñame. A su vez, América todo cuando se preparaba con manteca de cerdo) empezó a exportar al mundo sus muy variados debe su gran popularidad a la sencillez y rapidez productos, los cuales se integraron de inmediato de su preparación: simplemente se le agrega agua, a las preparaciones ya existentes, perfeccionán- aceite y sal, se pone a fuego alto, cuando seca se dolas: la pizza, cuyos antepasados se preparaban baja el fuego y se tapa hasta que se cocine. Des- con sangre de cerdo y miel, pasó a bañarse en las cendientes del arroz blanco, muy populares entre jugosas salsas de nuestros tomates; el hierático la gente de bajos recursos, son los pintorescos maíz dio origen a la polenta; la señorial papa cal- arroces: “juniorista”, el cual se sirve con rayas de

38 salsa de tomate y cuyo nombre es una alusión a meña preparada con pollo desmechado y verduras la camiseta de rayas verticales rojas y blancas del (pimentón, zanahoria, cebolla, apio, habichuela, equipo de fútbol local, Júnior (también es conocido arveja), completamente diferente del arroz con como “apuñaleado”, sangrienta metáfora culina- pollo de presas enteras y sin las verduras mencio- ria); “al puente” -con un guineo (banano) en la nadas que se prepara en otras latitudes-, de cama- mitad y nada más-, y el arroz “radiante”: con un rón, marinero (con distintas clases de mariscos) y huevo frito encima. el de chipichipi (como se conoce en la Costa y en Venezuela a la coquina, palabritas en el Perú), una El arroz de fríjol cabecita negra (otro de los arro- delicia legendaria en el municipio atlanticense de ces con fríjoles del Caribe) es otra de las delicias Puerto Colombia y sus balnearios Pradomar, Sal- típicas de Barranquilla que se come, por ejemplo, gar y Sabanilla, que ha casi desaparecido a causa acompañado con carne frita y ensalada de agua- de la contaminación de la ciénaga de Mallorquín, cate. Muy sabrosos también son los arroces de principal hábitat del molusco en la zona. lentejas, de molleja, de carne, de cerdo, de atún, de sardina, trifásico (camarón, pollo, cerdo), de El arroz de coco (o con coco), el único de sabor queso costeño (salado, fresco, no madurado), de dulce, preparado en ocasiones con Coca Cola y salchichón, de salchicha, de , de chicha- uvas pasas, constituye un verdadero emblema de rrón, de ajo, de cebolla (cabezona o larga), de ají la Costa Caribe colombiana y de los países cari- dulce (variedad muy utilizada en la cocina venezo- beños en general. El coco debe ser seco, se ralla lana), de espinacas o verde, de ahuyama, de papa, la carne, se le agrega agua, se cuela para separar de verduras, guisado o amarillo (con colorante a el bagazo y obtener la leche, la cual se pone al base de achiote), de tomate, de plátano maduro, fuego y se deja evaporar para que suelte el aceite de zanahoria, de asadura (vísceras del cerdo o de con que se llevará a cabo la preparación, luego se la vaca guisadas o fritas), de menudencia (vísceras obtiene del bagazo una segunda leche que hará del pollo), de huevo y el arroz de fideos o de palito, las veces del agua en la que se cocinará el arroz, preparación conocida como arroz árabe en el Perú y finalmente se añade azúcar (o melaza de panela) y en Panamá, lo que sugiere un probable origen más una pizca de sal. El arroz de coco también morisco o de Medio Oriente. Preparado con fideos se prepara únicamente con sal en otras regiones fritos que le confieren un sabor especial, goza de de la Costa. una popularidad solo comparable con la del arroz El barranquillero adora el cucayo (no confundir de fríjol cabecita negra. El arroz apastelado lleva con la localidad española), nombre que se le da en los ingredientes del pastel, exquisita vianda que la ciudad a la costra de arroz que queda adherida trataremos en capítulo aparte, pero no se cocina al caldero al terminar la preparación, conocido en envuelto en hojas de bijao. Para obtener un sabor el interior del país como “pega” y en otros países parecido al que dan las hojas de bijao, el arroz como “pegao”, cocolón o concolón. El cucayo, apastelado se cubre con hojas de col cuando ha una verdadera delicia que solo logran las cocine- secado en el caldero. También son muy apetecidos ras más experimentadas, y motivo de disputas los arroces de pollo -delicia colombiana y pana- familiares, debe quedar tostado y crujiente, listo para ser raspado por voraces cucharas. Uno de los cucayos más sabrosos es el del arroz de fríjol cabecita negra. El secreto de la preparación del arroz está en la cantidad de agua utilizada. Usualmente se reco- mienda que por cada taza de arroz se incorporen dos de agua, es decir, siempre el doble de agua. Sin embargo, para que el arroz quede más suelto y no tan empapado, el autor recomienda sellar brevemente el arroz crudo en aceite y utilizar a lo sumo taza y media de agua por taza de arroz. A ojo, recomendamos que la cantidad de agua supere por no más de medio dedo (en posición horizontal) la altura del arroz en el caldero. Es preciso tener en cuenta también el tipo de arroz, pues existen Cocina del restaurante típico El tremendo guandú. variedades más duras que requieren más agua.

39 Bebidas el de guineo y el de curuba (con leche); el de mora, el de tomate de árbol, el de mango, el de guayaba, La panela, uno de los productos emblemáticos de el de papaya (conocida como lechosa en algunos Colombia, de la que el país es el mayor productor países del Caribe y Venezuela), el de guanábana mundial (1,4 millones de toneladas por año), tiene y el de borojó (con agua o con leche). A propósito su origen antes de la Era Cristiana en el Sureste del corozo, el municipio de Corozal, Sucre, debe asiático, de donde pasó a la India, luego a Oriente su nombre a los cultivos de palma de lata que se Medio, al norte de África y finalmente a España, daban en la zona. Con el fruto también se elabora de donde la trajo Colón en su segundo viaje. Está un vino casero que ya se ha industrializado. extendida en toda América, desde México hasta Argentina, especialmente en Ecuador, Venezuela Entre las bebidas refrescantes sobresale el (donde también recibe el nombre de papelón), toda popular raspao, porción de hielo rallado al que Centroamérica (denominada rapadura o raspa- se le agrega esencia de cola, limón o tamarindo, dura), el Perú (donde se conoce como chancaca), que se sirve con un molde esférico en un cono Bolivia y Brasil; curiosamente, en uno de los otrora de papel grueso, y al que, como toque final, se le mayores productores de caña de azúcar, Cuba, adicionan gotas de leche condensada. El raspao, es absolutamente desconocida. En nuestro país, también conocido como granizado y piragua en varias poblaciones se disputan su paternidad, otros países de la región, se expende en las calles entre ellas Atánquez, en el departamento del Ce- de la ciudad en pintorescos carritos equipados con sar. La panela se obtiene al someter el jugo de la un mecanismo que, al dar vueltas a una manivela, caña de azúcar a altas temperaturas; por último, raspa un bloque de hielo previamente acomodado; se deja solidificar en moldes cuadrados para su la escarcha cae en un recipiente, lo que hace más distribución. fácil su recolección con el molde metálico. Hace algunas décadas, los vendedores raspaban el trozo Con la panela se prepara la bebida más popular de hielo con el cepillo, especie de cuchilla metáli- no solo en Barranquilla sino en el país: el agua ca en cuyo interior quedaba aprisionado el hielo de panela, que en Barranquilla indefectiblemente rallado. Luego se introducía un palito al hielo, se lleva jugo de limón y se conoce ampliamente como empapaba con la esencia elegida por el cliente y guarapo. El guarapo, que acompaña a todas las se comía como paleta. Este mecanismo, idéntico, comidas, es de preparación fácil y rápida: la pa- todavía se usa en Panamá, pero el hielo se sirve nela se deja diluir en agua, se le agrega jugo de en el cono de papel. limón, se revuelve y se sirve bien fría. Se consume como bebida caliente en latitudes de clima frío, Otra bebida refrescante muy popular en Ba- como la zona andina del interior del país, donde rranquilla es el jugo de patilla con limón, más se conoce como aguapanela y se le añade canela. conocido como patillazo, famoso por ser vendido, En Barranquilla, el agua de panela caliente con entre otros, por un doble del Pibe Valderrama en limón se usa como remedio casero para aliviar el paseo de Bolívar. En la misma avenida y en gripas y resfriados. otros puntos de la urbe, es legendaria el agua de coco fría que se bebe con pitillo por una abertura La voz guarapo, de origen quechua, designa ori- ginalmente al jugo de la caña o al agua de panela fermentados, la última a veces con conchas de piña. También se expende en las calles del Centro el jugo de caña bien frío, acabado de obtener en trapiches ambulantes y estacionarios. Entre los jugos, que se pueden clasificar en los que se preparan con agua y los que se hacen con leche, tenemos el de tamarindo, el de corozo (fruto de la palma de lata, conocido por algunos como “uvita”), el de naranja, el de maracuyá o fruta de la pasión (Pasión de Cristo, por el supuesto parecido de la flor con el padecimiento de Jesús), el de pa- tilla (sandía) o patillazo, el de piña, el de melón, el de naranja agria, el de zanahoria, el de mandarina, el de carambolo y el de lulo (todos los anteriores preparados con agua); el de zapote, el de níspero, Venta de limonada en el paseo de Bolívar.

40 coco, el de cola con leche, el de leche cortada, entre otros. El auténtico boli, que se vende en las casas de los barrios populares de la ciudad para ayudar a la economía doméstica, es muy apreciado entre los niños y constituye uno de los refrescos más queridos y de nostálgica evocación de la vieja Barranquilla. El boli es conocido como congelada, naranjú, vikingo, boli, bolo, cubo, chupichupi, bambino, entre otros nombres, en varios países de América Latina. En materia de bebidas calientes, encontramos el tradicional café y el chocolate. El café suave, uno de los máximos símbolos de Colombia, se prepara con agua y opcionalmente azúcar (preparación que se conoce como tinto en el país), o con leche. Venta de jugo de patilla en Veinte de Julio El café con leche y el tinto son infaltables en los con paseo de Bolívar. desayunos del barranquillero, aunque el segundo hecha a machete en la fruta y que los transeúntes se consume en todas partes y a toda hora. Muchas consumen durante la canícula barranquillera o en empresas o negocios abiertos al público tienen cualquier ocasión; al terminar la bebida, el cliente grecas o cafeteras para que empleados y visitantes solicita la carne del coco (que debe ser verde, no disfruten un tinto a manera de cortesía. Asimismo, seco) al vendedor, la cual come con delectación. El son muy comunes los vendedores ambulantes de agua de coco también acompaña al ron en fiestas tinto y aguas aromáticas (infusiones a base de y parrandas a lo largo y ancho de la ciudad desde hierbas como el toronjil, la hierbabuena, la ca- tiempos inmemoriales. Se conoce como agua de nela y la manzanilla, entre otras), que mantienen pipa en Ecuador, en el norte del Perú, en Panamá calientes en termos y que sirven en minúsculos y en el Pacífico colombiano. Otras bebidas re- vasos de plástico. Las agüitas aromáticas también frescantes son el piñazo (jugo de piña frío que se son ofrecidas en grecas en las empresas. consigue en el mercado), la horchata de ajonjolí, El peto, bebida dulce a base de maíz blanco y le- la chicha (a base de arroz o de maíz sin fermentar, che, endulzada con azúcar o panela y aromatizada a diferencia de la chicha andina), la maizada (chi- con canela en raja, se expende en las calles de la cha de maíz con cola), el masato (a base de maíz ciudad en calambucos (cantinas de leche), anun- finamente molido con agua), la Nutricia (producto ciado con un onomatopéyico y repetitivo pregón. nutricional infantil) y el sencillo vaso de agua que El peto es exactamente igual al chicheme, bebida no se le niega a nadie. Asimismo, se toman con tradicional en la región sabanera cordobesa y en placer en muchos hogares y sitios de la ciudad la Panamá, el cual se sirve frío y se aromatiza, ade- limonada, el jugo de mandarina y el agua de arroz más de la canela, con nuez moscada. El cuchuco, con cáscaras de piña. hecho de maíz molido cocinado en leche o agua, También son muy populares el agua de maíz y es totalmente distinto de la sopa de cebada con el agua o chicha de arroz (esta última también se cerdo propia del altiplano cundiboyacense. Tam- prepara con cola), las cuales se toman bien frías bién es muy apetecida la avena fría aromatizada con cualquier comida. El agua de maíz (conocida con vainilla o canela. como claro en Antioquia), un verdadero néctar de En cuanto a bebidas alcohólicas, son muy tra- los dioses, se prepara adicionándole azúcar al agua dicionales el ron, el aguardiente anisado colom- con que se ha cocido el maíz que más tarde se uti- biano y la cerveza (con la cual se prepara la carne lizará para elaborar los diferentes bollos y arepas. guisada a veces). Otros tragos muy extendidos son Capítulo aparte merece el boli (nombre que pro- el whisky y, más recientemente, el vino. viene de la marca industrial original del producto), helado hogareño a base de jugos de frutas que se Bollos vende congelado en delgadas bolsas de plástico (el Bollo de queeeeso, de angeliito, de mazoooorca... Booooollooooo… producto industrial original venía en dos bolsas para mayor higiene). Los más saboreados son el Los bollos merecen mención especial por su gran de corozo, el de guayaba, el de chocolate, el de arraigo en la cultura gastronómica de la ciudad.

41 Consumidos principalmente a la hora del desa- vecino municipio de Soledad, Atlántico, de donde yuno, los bollos son un alimento a base de masa proviene la variante colombiana. La butifarra, una de maíz molido envuelta en hojas de mazorca, lo de las insignias gastronómicas de la Costa Caribe, que refleja su origen indígena. Sin embargo, por es ofrecida por vendedores ambulantes en largas lo general son ofrecidos por negras palenqueras tiras acomodadas en forma circular en palanganas con sus inconfundibles pregones. Los bollos se co- metálicas. Para llamar la atención de la gente, los men acompañados casi siempre de queso costeño butifarreros producen un sonido característico, o de suero atollabuey (crema de leche ácida que golpeando permanentemente la palangana con acompaña absolutamente todas las comidas en la un cuchillo. Luego de solicitada la cantidad, el región sabanera de Bolívar, Sucre y Córdoba). En vendedor corta la tira y abre las butifarras por la los desayunos son acompañantes frecuentes de mitad con el cuchillo, les agrega jugo de limón y los huevos revueltos o “en perico”, del bocachico las entrega al cliente acompañadas de un trozo de frito, de la carne o del hígado en bisté (con tomate y bollo de yuca. Los butifarreros también ofrecen cebolla sofritos), y de los chicharrones, entre otros. huevos duros que el comensal disfruta, ya sin cáscara y partidos por la mitad, con pimienta y sal De gran variedad, los bollos más apetecidos a cualquier hora del día en las calles y esquinas en Barranquilla son: el bollo limpio, a base de de la ciudad. maíz blanco seco; el bollo de queso (bollo limpio con queso costeño); el bollo de angelito, de sabor El matrimonio, combinación de torreja (rodaja) dulce y color violáceo, a base de maíz blanco con de bollo de yuca o de mazorca y una porción de coco y anís; el bollo de mazorca, a base de maíz queso costeño, es un manjar que se puede de- tierno o choclo; y el bollo limpio de harina de maíz gustar en cualquier frutera o rincón de la ciudad. precocida y procesada industrialmente. Los bollos son ampliamente elaborados en otras regiones Carnes de la Costa y Panamá en distintas preparaciones Pa’ preparar una carne asada no hay (rellenos de carnes, por ejemplo) y envolturas Como el negro Adán… The Latin Brothers, El Negro Adán (hojas de caña y de plátano). Guardan semejanza (Carlos Castillo - Luis Montoya). con los envueltos del interior andino de Colombia Sin lugar a dudas, y pese a las campañas vegeta- y ecuatorianos, con las hallaquitas venezolanas rianas, la carne de vaca es la más consumida por y con la peruana, boliviana y argentina. los barranquilleros en cualquiera de los tres golpes Sin embargo, el bollo de yuca es el más popular (comidas) del día. Los diferentes cortes del animal de los bollos de la región. Su preparación es sim- son casi peleados en los expendios de la ciudad; ple: se ralla la yuca pelada y el resultado se cuece los más apetecidos son la punta gorda o punta de envuelto en hojas secas de mazorca. Acompaña, anca, la sobrebarriga, el lomo fino, el lomo ancho, entre otros, en un binomio eterno a la famosa el bollo o muchacho, la espaldilla, la tetafula, la butifarra, embutido de origen catalán a base de carabela, el capón, la falda, el rabo, el ossobuco, el cerdo, de sabor picante, que ha hecho célebre al jarrete o murillo, la bola, el atravesado, el pecho, la tira-tira, la costilla, el hueso negro y el blanco (usados para darles sabor a las sopas y sanco- chos), el cachete y la pata (para la preparación del mondongo, exquisita sopa a base de dicha víscera, tubérculos y verduras), entre otros que se conocen con distintos nombres en las diferentes latitudes. Los cortes blandos de la carne, correspondien- tes a partes de la nalga, el abdomen y el lomo de la bestia, como la punta gorda, el capón, la tetafula, la sobrebarriga, la carabela, la falda, el lomo ancho y el lomo fino, se comen fritos, a la parrilla y al carbón (o a la brasa), a la plancha, en esto- fado, desmechados (la falda), al horno y en bisté (con tomate y cebolla). La carne molida (obtenida, por ejemplo, del capón) y las albóndigas son muy populares y apetecidas en toda la ciudad. La carne Venta de arroz de lisa cerca al terminal marítimo. asada o churrasco, la cual se acompaña, por ejem-

42 plo, con yuca, papa cocida o bollo limpio, ensalada y alguna salsa (chimichurri, de ajo, picante, entre otras), es la preparación de carne vacuna más apetecida por los barranquilleros, quienes pueden saborearla en múltiples restaurantes y asaderos extendidos por toda la ciudad. La carne dura, como la espaldilla, el muchacho, el atravesado o el jarrete, se prepara —general- mente en olla de presión— guisada, en trocitos con verduras (especie de goulash criollo), sudada, en viuda, desmechada y puyada en posta (llamada así porque se rellena con verduras —zanahoria, habichuela, cebolla— que se introducen luego de haberle hecho orificios con puyas a la pieza cruda; finalmente se sirve en postas o rodajas). En san- cochos y sopas se usan principalmente la costilla, Cocineros sirviendo almuerzos en Sanandresito. el rabo, el ossobuco, el hueso y la carne de pecho salada. El cachete es muy estimado en la prepa- habitual encontrar en los expendios de carnes y ración de carnes frías. Como puede verse, la carne supermercados sobre todo el hígado, la panza, la de vaca da para un sinfín de menús disponibles pajarilla y el bofe, los cuales se ofrecen en algu- en cualquier hogar y en todo tipo de restaurantes. nos restaurantes populares y fritangas en distin- tas preparaciones; es relativamente raro que en Las vísceras de la vaca se comen con fruición los restaurantes se ofrezcan otras vísceras. Hoy en Barranquilla, ya sean fritas, guisadas, en bisté prácticamente han desaparecido los pintorescos o en sancocho. Las más apetecidas son el hígado, mondongueros, quienes por las calles de la ciu- el bofe (pulmones), la pajarilla (bazo), el corazón, dad ofrecían las vísceras contenidas en rústicos el riñón, la panza (uno de los estómagos de la vaca cajones de madera que acomodaban en ambos que se come en trozos guisados con papas o en el costados de un burro (o también en carretillas de mondongo; corresponde a los callos, como se co- madera), y que hacían sonar con manducos (palo noce entre los españoles) y la chinchurria (primer de forma cilíndrica de tamaño mediano, grueso y segmento del intestino delgado que se come frito, de madera tosca y resistente), produciendo un pe- conocido como chinchulín en la Argentina, donde culiar sonido que acompañaban con sus pregones. se come asado y es todo un plato nacional). El hígado en bisté con yuca cocida o bollo limpio es Muy apreciada también es la carne de cerdo, uno de los desayunos predilectos del barranquille- una de las más apetitosas del mundo. Tiene el ro; también se prepara encebollado. La asadura, a inconveniente de ser abundante en grasas muy base de las vísceras del cerdo, pariente del friche perjudiciales para el ser humano, por lo que la guajiro (vísceras del chivo cocinadas en su sangre y gente la consume con precaución. Sin embargo, aliñadas con condimentos), se puede conseguir en el barranquillero siente gran pasión por el chicha- algunas fritangas del Centro y del sur la ciudad. La rrón y la chuleta, los cuales acompaña con bollo asadura se conoce como chanfaina en otros países limpio o de yuca o con yuca cocida. Los expendios latinoamericanos. Las vísceras, de alto contenido de chicharrón tienen fama en toda la ciudad y en grasas, pero ricas en proteínas y vitaminas, son sus alrededores y son frecuentados por ávidos ideales para las personas que sufren de anemia comensales hasta altas horas de la madrugada. y enfermedades relacionadas (especialmente la El chicharrón seco y con pelo es ofrecido por ven- pajarilla y el hígado). Otras partes de la vaca que dedores que recorren nuestras calles y goza de también se consumen son la lengua (en salsa), gran popularidad. la ubre, el ojo (en sopa), los sesos guisados y las El pollo es igualmente muy apetecido en la criadillas (testículos) del toro. ciudad: se come frito, guisado con papas, asado, Curiosamente, hasta bien entrado el siglo XX, apanado (deep fried o a la broasted), en fricasé, los mataderos botaban las vísceras de la vaca o desmechado o al horno. Las partes más apreciadas las arrojaban a los perros por considerarlas carnes del ave son la pechuga, el contramuslo, el muslo de baja calidad. Posteriormente se empezaron a y el ala (no necesariamente en ese orden). Como regalar a la gente de escasos recursos, y hoy es las de cerdo, son innumerables las ventas de pollo

43 frito, a la broasted o asado (usualmente acompa- ñado de bollo limpio, yuca o papa cocida) a lo largo y ancho de Barranquilla. La gallina criolla, criada en patios caseros o fincas familiares, y alimentada con maíz (e insectos y gusanos que inevitablemen- te caza), es de carne más dura, de mejor sabor y de huesos más resistentes que el pollo “purina” (llamado así en alusión al concentrado con que se alimentan las aves para que crezcan más rápido). A pesar de su sabor inferior y por motivos comer- ciales, el pollo “purina” es el que comúnmente se consume en casas y restaurantes, mientras que la gallina criolla solo se come en sancocho y guisada. En mucha menor cantidad se pueden conseguir carnes de animales domésticos y de monte (salva- jes) como el chivo, el pavo, el carnero, el conejo, la Venta de fritos en Veinte de Julio con San Blas. iguana, el pato (pisingo y barraquete), la tortuga, el morrocoyo y la hicotea, más comunes en otros departamentos de la Costa como la Guajira, Ce- También son muy apetecidas las bolitas de coco sar, Sucre, Córdoba y algunas poblaciones del galaperas (Galapa, Atlántico) y la arropilla, vari- Atlántico. ta pegajosa a base de panela envuelta en papel, utilizada como postre popular. Muy apreciados En los alrededores de ciertos eventos populares son las gelatinas (golosinas vallecaucanas que se como circos y ciudades de hierro (parques tempo- preparan a base del tejido gelatinoso de la pata de rales de atracciones mecánicas), se instalan las la vaca, conocida como gelatina de vaca en Pana- fritangas (ventas de procedencia andina de em- má), los merengues (conocidos como suspiros en butidos, carnes y otras frituras), donde se pueden otros lugares), el arroz con leche, las casadillas (o conseguir la sabrosa morcilla (o rellena, como se quesadillas, galleta crujiente a base de coco), las conoce en el interior del país, embutido a base de panelitas de dulce de leche, las bolas de tamarin- sangre de cerdo y arroz con arvejas), el tradicional do con azúcar, las bolas de chocolate y harina de chorizo y la . Estos últimos se consiguen maíz, las galletas griegas (especie de oblea dulce todo el año en el Centro y en el mercado público de compuesta por varias láminas que recuerdan un la ciudad. Se consumen también en las fritangas pañuelo grande doblado, que vendedores am- paticas y orejas de cerdo, papas criollas (o amarilla, bulantes ofrecen en las calles de la ciudad) y el conocida en otros países como papa colombiana), algodón de azúcar. chinchurria, bofe y muchas frituras más. Durante la Semana Santa, sin falta, se preparan Dulces los tradicionales rasguñaos, dulces a base de toda Aleeegríiiiiia, cocaaaada, caballiiiitooo… clase de frutas, legumbres y tubérculos, cuyo con- Aleeegríiiiiia, con coooco y aníiiiis… sumo se confunde con las creencias católicas que Son típicos los dulces vendidos en palanganas por prohíben el consumo de carne en estas fechas. negras palenqueras (del Palenque de San Basilio Tradicionalmente de preparación casera, condición o sus descendientes) que, casi siempre los fines que dio lugar a la costumbre —que aún se conser- de semana o por las tardes, recorren las calles de va— de regalarlos entre vecinos, hoy son ofrecidos la ciudad entonando sus ancestrales pregones: por pintorescas palenqueras en parques, aceras la alegría (bola compacta de rosetas de granos de o en las afueras de supermercados en puestos millo, pedazos de coco y anís, recubierta con pa- que constituyen un extraordinario espectáculo nela derretida); el enyucado (torta a base de yuca de colores y sabores para propios y extraños. Los y coco); el caballito o cabellito (dulce de papaya dulces más apetecidos son el de ñame, el de ta- biche o verde en tiritas); las cocadas; y las “co- marindo, el de corozo, el de guandul, el de ciruela, cadas” o panelitas de millo y de ajonjolí. Para la el de mango, el de papaya, el de coco, el de leche preparación de las alegrías, las semillas de millo (arequipe), el de leche cortada, el de piña, el de se fríen en un poco de aceite, lo que hace que se mamey, el de batata, el de tomate, el de fríjol zara- abran. Es el mismo procedimiento para obtener goza, el de plátano maduro, y el de uchuva, entre las crispetas o palomitas de maíz. otros que comprenden una lista casi interminable.

44 Incluso se venden algunos de supuestos poderes afrodisíacos y curiosos nombres que resultan de la combinación de varios dulces: “mongo-mongo”, “amansa-suegra”, entre otros. En las numerosas pastelerías de la ciudad se consigue todo tipo de postres, galletas, bizcochos, confites y pastelillos que hacen las delicias de la gente. Muy apetecido es el borracho, hecho a base de pan, antes conocido como sopa borracha. Popularísimo también es el bocadillo (veleño), fa- moso dulce de guayaba de la población de Vélez, Santander. El archifamoso “Frozomalt”, helado patentado por la Heladería Americana, es uno de los máximos símbolos de la gastronomía barranquillera. Preparación de bocachicos en cabrito en Sanandresito. Ensaladas ritos El barranquillero no descuida la salud, prueba de F Año de 1882. Los jóvenes de mi edad solíamos formar ter- lo cual es la infinidad de ensaladas que acompañan tulia en el altozano de la iglesia de San Nicolás, desde las almuerzos y comidas. La ensalada más popular y seis de la tarde, después de comida, cerca de las fritangas sencilla de la ciudad es la de tomate con cebolla, de arepitas, caribañolas y buñuelos (de fríjol), situadas al que a la vez es la base de otras ensaladas como pie del altozano, hasta las ocho de la noche. Pedro María Revollo, Pbro., Mis Memorias. las de variedades de lechuga, la de aguacate, la de pepino, la de berenjena, la de espinaca, la de Los fritos, que se consumen a cualquier hora del habichuela o la de repollo. También son muy ape- día, son parte fundamental de la gastronomía de tecidas nuestras versiones de la ensalada rusa: la ciudad. Preparados a base de masa o harina de la de papa con zanahoria, arvejas y mayonesa, la maíz precocida, de yuca cocida o de plátano verde, cual se prepara también con pollo desmechado o entre otros, son muy populares entre la gente a con atún, y la de remolacha con zanahoria, papa pesar de su alto contenido de grasas y harinas. y opcionalmente mayonesa (antes nunca se le Entre los fritos más importantes encontramos añadía dicha salsa; también es conocida como las arepas, la caribañola, la , el patacón “ensalada de payaso”). Otras muy populares son la y los buñuelos de fríjol cabecita negra, de lentejas de papa con huevo duro en rodajas, la de rábano, y de maíz tierno (estos últimos se acompañan con la de calabaza, la de brócoli y coliflor, los vegeta- queso costeño y son vendidos, entre otros, por les -zanahoria, habichuela, cebolla, ají pimentón palenqueras). En las ventas de fritos, fritangas, (pimiento, morrón), apio- salteados, cocidos o fruteras y otros establecimientos donde se ex- al vapor; la de papaya verde (o incluso un tanto penden estos manjares, se ofrecen un sinnúmero madura), múltiples combinaciones de todos los de salsas, picantes (salsas a base de ají picante vegetales que hemos mencionado y la de ¡ñame! o pique) y suero atollabuey, con que la gente los El aderezo más común consiste en un chorrito acompaña. de vinagre o gotas de limón, sal y opcionalmente La arepa, de la cual hay numerosas variedades pimienta, a lo que también se le puede añadir acei- regionales en toda Colombia, es también una comi- te vegetal (de oliva, de maíz o de girasol), creando da popularísima a lo largo y ancho de Venezuela, una especie de vinagreta. Salsas más sofisticadas país que se arroga su paternidad. En el vecino país pero menos comunes incluyen ingredientes como ha calado tan hondo en todos los estamentos, que miel, vinagre balsámico, granos de maíz tierno cuando un equipo de béisbol (deporte más popular dulce, aceitunas, pepinillos agridulces, manzana, de la hermana nación) pierde por blanqueada, se piña, fresa, uchuva, alcaparras, pastas, queso mo- dice que “le metieron nueve arepas”, en alusión a zzarella y queso parmesano, entre otros. También los ceros en carreras del perdedor por cada una se usan salsas como la tártara, la bechamel, la de de las nueve entradas del juego de béisbol. Los ajo, la rosada y la mencionada mayonesa. venezolanos fueron, además, quienes en los años 50 del siglo pasado introdujeron la harina de maíz

45 precocida, procesada industrialmente. La voz are- areperas venezolanas, restaurantes especializados pa es probablemente de origen cumanogoto (erepa, en arepas. maíz), lengua de la tribu caribe homónima asen- Otro frito popularísimo, muy similar en esencia tada en el oriente venezolano. La arepa se conoce a la arepa, es la empanada, masa de maíz en forma como tortilla en Panamá. de media luna rellena con queso costeño, carne La masa para preparar la arepa se obtiene al molida, pollo desmechado y hasta bocadillo veleño. pilar, cocer y moler el maíz amarillo o blanco; como La caribañola, carimañola o carabañola, que se ha mencionado, la masa se elabora también posiblemente recibe su nombre de la similitud de hidratando harina de maíz precocida obtenida su forma con la caramañola, cantimplora que usan industrialmente. Luego se añade a la masa queso los soldados, es un frito a base de yuca cocida costeño rallado y sal al gusto, se forman bolas, se molida rellena con queso costeño rallado, carne aplanan con la mano o con algún objeto, y se les molida o pollo desmechado. Se encuentra en toda hace un “ojo” que facilitará su posterior extracción la Costa y en Panamá, y es similar al pastel de del aceite caliente con un trinche de cocina grande. yuca bogotano que incluye arroz y huevo. Finalmente, se ponen a freír en aceite bien calien- te. La arepa también se prepara con anís y panela El patacón (también conocido como tostón en rallada o en miel (o por simplicidad azúcar) en vez otros países del Caribe) es una verdadera exqui- de sal, frito verdaderamente delicioso conocido sitez caribeña —hoy extendida a todo el país— a como arepa dulce. base de plátano verde aplanado y pasado a veces por agua de ajo que, luego de ser freído, se come Uno de los fritos más representativos de la Cos- condimentado con una pizca de sal o acompaña- ta Caribe es la arepa de huevo (o con huevo), una do de guiso (sofrito de tomate y cebolla picados y auténtica delicia símbolo de la población atlanti- condimentos, salsa base de la cocina colombiana cense de Luruaco, donde anualmente se celebra conocida como hogao en el interior del país). Los el Festival de la Arepa de Huevo. Se prepara como patacones con huevos revueltos, queso costeño y una arepa de maíz pilado o de harina de maíz, un café con leche es uno de los desayunos más tradi- poco más gruesa de lo normal que, a medio freír en cionales de la Costa Caribe. El patacón relleno de abundante aceite bien caliente, se saca y se le hace todo tipo de carnes y salsas es uno de los fritos que una abertura por donde se introduce el contenido últimamente ha elevado su estatus gastronómico de un huevo crudo. La clave para la elaboración en la ciudad con el surgimiento de ventas espe- de la arepa de huevo es la introducción del huevo, cializadas únicamente en las múltiples combina- lo cual solo se logra exitosamente al echar aceite ciones posibles a partir del popular plátano verde. caliente sobre la superficie de la arepa para que se Incluso existe la “pizza-patacón”, que lo incorpora sople, formándose una cavidad entre el grueso de en lugar de la masa de harina de trigo tradicional la masa y una delgada costra que la recubre. Así del celebérrimo plato napolitano. se facilita hacer la abertura por donde se mete el huevo, el cual permanecerá en la cavidad formada. Una variedad del patacón es el que se prepara Luego se cierra el orificio con un poco de masa con guineo verde, alimento muy extendido en el cruda (algunos no lo hacen) y se vuelve a meter la departamento del Magdalena, donde su cultivo se arepa en el aceite caliente hasta que se termine de inició en las últimas décadas del siglo XIX en la freír. Existe una variedad de la arepa de huevo que llamada Zona Bananera de Santa Marta. El guineo también lleva carne molida aliñada, muy popular verde hervido con queso costeño rallado encima, en Cartagena de Indias, donde se conoce como conocido en aquellas tierras como cayeye, es uno empanada con huevo. La arepa de huevo es otra de los desayunos típicos de la Costa. Un plato her- de las insignias gastronómicas de la Costa Caribe mano del patacón son las tajadas de plátano verde, y se consigue hoy en todo el país. que se comen con queso costeño al desayuno o en cualquier comida. Cabe incluir en esta sección las muy consumi- das arepas asadas al carbón sobre hojas de bijao Son también populares las bolitas de lentejas y o de plátano, las cuales se rellenan de queso cos- los quibbes, fritura introducida por los inmigrantes teño, pollo, carne molida o desmechada, chorizo, de Oriente Medio, a base de carne molida, cebolla, chicharrón, butifarra, salchichas, combinaciones hierbabuena, pimienta árabe y bulgur (trigo seco y de estos y casi con cualquier otro alimento. Los precocido). Los quibbes están totalmente integra- asaderos callejeros de arepas se encuentran por dos a la gastronomía barranquillera, al punto de doquier en toda Barranquilla y equivalen a las que se consiguen en cualquier expendio callejero

46 de fritos, cafetería o supermercados, donde se ven- fina masa china), los hojaldres (masa de harina de den congelados. También se ofrecen como picada trigo frita), y los pastelitos de Galapa (especie de (entremés) en fiestas y bailes. empanada), rellenos de queso o de carne molida y papa. Las papitas y los platanitos fritos (en tajadas), expendidos por vendedores ambulantes, son muy Además de las frituras mencionadas, en los apetecidos en la ciudad durante eventos populares innumerables puestos de fritos y fruteras de la como el Carnaval, conciertos y en los estadios du- ciudad pueden degustarse otros alimentos fritos: rante partidos de fútbol y de béisbol, entre otros. vísceras de la vaca como la chinchurria, la pajari- La papa rellena, versión criolla del plato tradicional lla, el bofe y la asadura; partes del cerdo como la peruano, jocosamente llamada por algunos “bola chinchurria y los chicharrones, y embutidos como ’e trapo” (pelota de fabricación artesanal con que y butifarras. aún se juega al fútbol en las destapadas y pol- vorientas calles de nuestros barrios populares, Frutas especialmente en Rebolo), es popularísima en toda Al son de la carretilla va gritando su pregón El vendedor de patilla gritando “rojitas son” Barranquilla. Una porción de carne molida o pollo Y se escuchaba así su pregón: desmechado adobados con verduras se introduce “Son, son, rojitas son como el corazón, rojitas son mis patillas”… en un compacto de papas cocidas machacadas, se Aló, aló, Barranquilla, por la carrera ’e la Paz le da forma redonda y se pasa por harina y huevo, Bajando paseo Bolívar cruzaron San Nicolás Pero al cruzar por San Blas, ¡pum! lo cual actuará como sello al momento de freír. Quedaron como estampilla las patillas… Un bocado infalible en la gastronomía barran- Fruko y sus Tesos, canta Wilson Saoko, El patillero (Roberto Solano). quillera es la tajada de plátano maduro, fritura de sabor dulce que se sirve como elemento dulce en En las pintorescas fruteras (fruterías) y ventas almuerzos y comidas (cenas). El plátano maduro ambulantes de la ciudad se pueden encontrar, también se consume al vapor en trozos que se co- además de los fritos y matrimonios, las frutas y locan sobre el arroz al momento de tapar el caldero jugos más deliciosos y exóticos de la Costa Ca- cuando la preparación ha secado. Preparado con ribe y el país: guineo (banano, plátano), corozo, mantequilla, clavitos de olor, azúcar, gaseosa de tamarindo, coco, mango, ciruela, mamón, patilla, cola y canela (formándose una melaza que lo cu- guinda, martillo, peritas, uva playa, zapote, nís- bre) se conoce como plátano pícaro o en tentación, pero, guayaba, guayaba agria, piña, tomate de una de las insignias de la culinaria cartagenera, árbol, pitahaya, curuba, melón, papaya, naranja, donde se prepara con Kola Román, bebida gaseosa naranja agria, guama, jobo (hobo), caimito, candia símbolo de la ciudad. o quimbombó, toronja, icaco, marañón, limón, guanábana, mora, agraz, mandarina, granadilla, Los únicos fritos a base de harina de trigo son chirimoya, maracuyá, borojó, lulo, grosella, anón, los deditos rellenos de queso (conocidos también mamey, cañandonga, carambolo y un largo etcé- como palitos de queso, o tequeños en Venezuela tera, así como productos importados: manzanas, y en el Perú, donde los preparan con won ton, la uvas, ciruelas, duraznos y peras, entre otros. Es muy apreciado el mango biche (verde, no maduro) cortado en julianas con sal, pimienta y limón, manjar que se consigue hoy en todo el país. También se consumen con sal, limón y pi- mienta los corozos y las ciruelas. En las afueras de colegios y de centros comerciales, entre otros establecimientos, son comunes las ventas estacio- narias de frutas como el mamón, la mandarina, el mango, la patilla, la ciruela y el corozo, y menos frecuentemente, el martillo, la guinda y el caimito. La gente disfruta también el refrescante tutti frutti (o salpicón de frutas, bebida a base de varias frutas en trocitos) y la ensalada de frutas. El barranquillero siente especial predilección por el aguacate, fruta usada en cocina a manera Mojarra frita en Sanandresito. de verdura, con el cual acompaña muchos de los

47 y a la comida (cena) en el seco o bandeja, nuestra versión del extendido plato a base de carne, arroz blanco y granos. Los fríjoles cabecita negra (co- nocidos en el Perú como fréjol castilla, principal menestra de exportación de esa nación), las zara- gozas (variedad del fríjol rojo emblemático de la cocina de Antioquia y de países como México), las zaragozas blancas, las arvejas, los palomitos y las lentejas son los granos más habituales del menú diario del barranquillero. Menos utilizados son el garbanzo, el cargamanto y las zaragozas negras o caraotas, fríjol negro símbolo de la cocina venezo- lana, integrante inseparable del pabellón criollo, plato nacional del hermano país, compuesto ade- más por carne desmechada, arroz blanco y tajada Servicio de almuerzos en Sanandresito. de plátano maduro. La zaragoza negra, feijão preto en portugués, es también el grano utilizado en la feijoada brasileña, cuyo origen se encuentra en el platos fuertes mencionados, bien sea solo, en norte de Portugal. Cabe reseñar que los guandu- ensalada con tomate (otra fruta usada en cocina les se preparan únicamente en sopa y en dulce. como verdura) y cebolla, o en la versión local del Aunque el fríjol cabecita negra, las zaragozas guacamole. El aguacate más apetecido es el car- blancas y los guandules se consiguen verdes con mero, exquisita variedad de sabor inconfundible, cierta dificultad y en muy contadas épocas del cultivada en la población de El Carmen de Bolívar año, por lo general los granos se adquieren secos y sus alrededores, cuya cosecha se da hacia marzo. (y, por ende, duros) para su preparación. Por tal Pasada la cosecha de aguacate carmero hacia julio, motivo, en la actualidad, se preparan en olla de se suple su falta con aguacates de sabor inferior presión; anteriormente se dejaban al remojo para provenientes de otras regiones como Venezuela, que se ablandaran durante la noche y pudieran ser Ecuador y el interior del país. El aguacate (de la cocinados más rápidamente al día siguiente. Sin voz nahua ahuacatl, que significa testículo) es una embargo, a pesar de que la olla de presión agiliza mantequilla vegetal de origen americano que se enormemente el proceso, es recomendable dejar encuentra desde México hasta Argentina. En las los granos en remojo desde la noche anterior para regiones andinas es conocido como palta o cura. una mejor hidratación. Ya cocinados, se preparan Desde tiempos inmemoriales, frutas, verduras, guisados con un sofrito de tomate y cebolla (el hortalizas y tubérculos son ofrecidos en las calles cual se puede incorporar desde el principio de la de la ciudad por vendedores ambulantes en ca- cocción; incluso esta se puede llevar a cabo con rretas de tracción animal. Antiguamente se utili- las verduras crudas) y pueden ser acompañados zaban mulas, las cuales fueron reemplazadas por en su preparación con trozos de cerdo, de panela caballos, por lo que a estos vehículos se les sigue o con plátano verde rallado, este último para dar- llamando carros de mula y carromuleros a quienes les mayor cremosidad. Como se verá, también se los conducen y venden los alimentos. También se preparan en sopas. usan todavía para el mismo fin carretillas arte- sanales de madera impulsadas por sus dueños. El pastel y la hayaca El suculento pastel y la hayaca (el Diccionario de la Granos Real Academia Española también registra la grafía Los variadísimos granos -también conocidos en hallaca), a base de arroz el primero, y de masa de otras regiones como fríjoles, habichuelas, judías, maíz la segunda —considerada uno de los platos legumbres, menestras o porotos, entre otras de- nacionales de Venezuela—, son dos viandas her- nominaciones- son otro alimento nativo de Meso manas rellenas con pollo, cerdo y verduras que se y Suramérica extendido en todo el globo desde el cocinan envueltas en hojas de bijao o de plátano, siglo XVII por los europeos que conquistaron y de donde obtienen su característico aroma y ex- colonizaron nuestro continente. Excelente fuente quisito sabor. Son infaltables en época navideña natural de proteína, carbohidratos, vitaminas y (diciembre) y un manjar realmente irresistible para minerales, ocupan un lugar principalísimo en la propios y ajenos en cualquier momento del día. El mesa barranquillera como guarnición al almuerzo pastel, tal cual se prepara en Barranquilla, a base

48 de arroz, se puede encontrar también en Puerto fiestas familiares. La vianda puede conseguirse en Rico (donde la masa más utilizada es una mezcla distintos puntos de la ciudad, especialmente en el de tubérculos que incluye plátanos y guineos Centro, pero es en los alrededores de Sanandresito, verdes, papa y yautía). Curiosamente, la hayaca, centro comercial de mercancía de contrabando, uno de los platos insignia de Venezuela, donde se donde se consiguen los bocachicos en cabrito más come exclusivamente como parte del menú navi- famosos y tradicionales de Barranquilla. deño y en general durante las festividades de fin Entre los pescados de mar, la mojarra blanca de año, se consume absolutamente todo el año o plateada ocupa un lugar privilegiado en Barran- en Barranquilla y puede encontrarse en cualquier quilla, seguida de cerca por el lebranche, la sierra, venta callejera, supermercado o cafetería a cual- el róbalo, el sábalo, el jurel y el pargo. quier hora del día. Otros pescados que también se consiguen son La hayaca y el pastel son parientes muy cer- el atún, el mero, la Tilapia (en sus variedades, mo- canos del tamal (del nahua tamalli), vianda típica jarra lora y mojarra roja), la cachama, el ronco, el americana que aparece en distintas variantes salmón, el marlin, la trucha, la corvina, la basa, el desde México hasta Argentina. En el interior del bonito, la cojinúa, el chivo de mar y el chivo azul país, los exponentes más ilustres del tamal son el o mapalé, entre muchos más. tolimense y el santandereano. El bocachico y la mojarra, los pescados más Pescados apetecidos en Barranquilla, se encuentran en vía Fuimos a Puerto Colombia en el trenecito de juguete tan de extinción desde hace algunos años debido a que despacioso como un caballo. Almorzamos frente al mue- lle de maderas carcomidas por donde había entrado el los pescadores se dieron a la tarea de capturar- mundo entero al país antes que se dragaran las Bocas de los demasiado jóvenes, lo que impide su normal Ceniza. Nos sentamos bajo un cobertizo de palma, donde crecimiento y reproducción; además, sufren la las grandes matronas negras servían pargos fritos con acción depredadora de la Tilapia. En la actualidad arroz de coco y tajadas de plátano verde. Gabriel García Márquez, Memoria de mis putas tristes. se consigue, en lugar del bocachico criollo, un bocachico argentino pescado en el río Paraná, de Es legendario el afecto de los barranquilleros por mucha mayor talla pero insípido. En cuanto a las el bocachico, pescado de río de gran cantidad de mojarras, hace tiempo que las de criadero, como espinas y carne rojiza de sabor exquisito, un tanto la lora y la roja, son más fáciles de conseguir que arenoso, que se consume ya sea frito, guisado, al la blanca de mar, cuyo precio se disparó. Como carbón, al horno o en el magnífico sancocho. Los en el caso del bocachico, el sabor de la mojarra bocachicos que se consiguen en Barranquilla pro- blanca es claramente superior al de sus sustitutas. vienen principalmente de la Ciénaga Grande de Lorica, Córdoba, población en la que se prepara Los “cocteles” a base de camarones, ostras, en un célebre sancocho. calamar, chipichipi y otros mariscos, mezclados con cebolla picada, salsa de tomate, mayonesa, Mención especialísima hay que hacer del boca- picante, limón y cilantro, entre otros condimentos, chico en cabrito, manjar sin par que se prepara y acompañados con galleta de soda, se pueden con- abriendo el pescado por el abdomen para sacarle seguir en distintos puntos de la ciudad. Nuestros las vísceras (hecho esto, queda “abierto”), se re- cocteles son la versión criolla del cebiche, exquisi- llena con verduras sofritas (cebolla, tomate, ají y tez propia de la variada cocina peruana a base de ajo), opcionalmente se envuelve en hojas de bijao, pescado (generalmente corvina) o mariscos crudos se amarra con pita y, por último, se asa al car- adobados con limón, ají, cebolla morada, salsas y bón. Cabe señalar que para esta preparación, al otros condimentos. También se preparan varian- bocachico no se le puede escamar ni quebrar las tes del cebiche en otros países latinoamericanos, espinas a cuchillo (esto hecho, se dice que está principalmente los que comparten la costa del “picao”) al comienzo de la preparación, o adquirirse océano Pacífico, como Ecuador. El DRAE también para tal fin ya “abierto y picao”, pues se desbara- acepta la grafía seviche, y anota que la palabra taría al asar; precisamente las escamas le sirven procede “quizá del árabe hispánico assukkabáğ, de protección a la frágil carne del pez. De ahí la y este del árabe sikbāğ”. Otra teoría establece que gran cantidad de espinas de este extraordinario en quechua el plato se llamó siwichi, y que con la plato. El bocachico en cabrito se acompaña con conquista del imperio Inca por los españoles, se yuca cocida, torrejas de bollo de yuca, o con arroz asoció la palabra originaria quechua con el térmi- preparación de la cocina ,(جابكش) blanco, y guarapo, menú que se puede saborear no árabe sikbāğ sobre todo a la hora del almuerzo o en paseos y morisca para conservar alimentos en vinagre, de

49 donde surge más tarde el escabeche español. El cebiche y el pisco (el extraordinario aguardiente que se obtiene de las uvas cultivadas en los valles fluviales del litoral desértico peruano, que debe su nombre al puerto por donde tradicionalmente se exportaba, en el departamento costeño de Ica), son, por decreto supremo, patrimonio cultural de la nación peruana y otros de los orgullos de la gastronomía latinoamericana. Son muy apetecidos también la suculenta ca- zuela de mariscos, el salpicón (por ejemplo, de atún o de bagre), las croquetas de pescado, las albóndi- gas de atún, el bagre en salsa, la viuda (pescado salado cocinado al vapor con yuca, ñame, plátano y verduras) y las huevas de pescado fritas (sobre todo de bocachico y de lisa), consideradas estas Cocineras sirviendo sancocho. últimas el caviar criollo, verdadera irresponsabi- lidad de quienes al obtenerlas alteran la normal de salinidad, que deposita sus huevos en aguas reproducción de los peces. dulces. Es parecida al más apetecido y costoso lebranche, por lo que vendedores inescrupulosos Los pescados también hacen parte de las tres a veces engañan al cliente inexperto ofreciéndole comidas del día, incluso al desayuno: uno de los unas por otros; ambos pertenecen al género Mugil, desayunos favoritos del barranquillero es el boca- familia Mugilidae. Por su bajo costo, la lisa es muy chico frito con yuca cocida o con bollo limpio o de accesible a las clases populares (de allí la vieja yuca. Las pescaderías y los restaurantes de pes- costumbre de llamar “comelisa” al barranquillero cados y mariscos son innumerables en los cuatro en general, y en particular a la gente pobre). Los puntos cardinales de Barranquilla, incluso hay vendedores de arroz de lisa recorren las calles de zonas de este tipo de establecimientos, como en la ciudad con típicos carritos en los que trans- el Centro y en el barrio Las Flores, muy cercano portan grandes ollas con el arroz, el cual sirven a Bocas de Ceniza, la turbulenta desembocadura a los comensales en hojas de bijao o de plátano, del río Magdalena en el mar Caribe. acompañado de queso costeño, yuca cocida, suero Platos típicos atollabuey y hasta espagueti. En lugar del guarapo, Todos los barranquilleros tienen diariamente muy cercano también se toma jugo de tamarindo o de corozo. El a sus ojos el agradable y oloroso espectáculo que ofrecen arroz de lisa es uno de los arroces de venta calleje- las “lisas”, morenas y finas, nadando en un espeso mar de ra, junto al de pollo y al de cerdo, que se conocen salsas; o mostrando sus apetitosas intimidades muscula- res, tendidas sobre un lecho vegetal; o sudorosas y blan- localmente como “arroz de payaso”, ya que “dejan quecinas, lleno su pecho de la cebolla verde y marchita; los labios brillantes”. El Diccionario de la Real o simples y democráticas “lisas” proletarias, escoltadas Academia Española también acepta la grafía liza; por impolutas rodajas de “bollolimpio”. Diariamente los ba- la voz es de origen catalán: llisa o incluso llissa. rranquilleros ratifican placenteramente la veracidad de su apodo, pero rarísimos son los que saben la forma como esa Podría considerarse como el otro plato típico “lisa” cotidiana está frente a ellos, puntual y jugosa como de la ciudad a los incomparables guandules o siempre. Álvaro Cepeda Samudio, guandulada, apetitosa sopa digna de los paladares prólogo de Biografía de una lisa. más exigentes, que se acompañan con una por- En la deliciosa y variada comida de Barranquilla, ción de arroz blanco o de arroz con coco. La base excelente exponente gastronómico de la fusión de esta comida son: el guandul (de preferencia cultural de indígenas, europeos y africanos en la verde, aunque la mayor parte del año la sopa se Costa Caribe colombiana, sobresalen dos platos prepara con el grano seco), rara legumbre de sabor típicos. un tanto amargo, y la carne salada (que debe ser gorda, de pecho). El plátano maduro, que le da El exquisito arroz de lisa (o liza), que se acompa- el característico sabor dulce al plato, armoniza ña con bollo de yuca y un vaso de guarapo. La lisa los fuertes sabores del guandul y de la carne. De es un pez de mar pequeño y alargado que habita difícil preparación, los guandules (o sopa o sanco- en desembocaduras fluviales, aguas salobres y cho de guandul con carne salada) llevan, además, estuarios tropicales, muy resistente a altos grados yuca, ñame y verduras; el toque de comino es

50 imprescindible. Algunos, en vez de carne salada, y variedades de papa; hortalizas como la ahuyama utilizan bocachico frito y a veces también se añade (del caribe auyamá, especie de calabaza o zapallo chicharrón. El guandul empieza a brotar hacia fin muy extendida en la Costa Caribe, Panamá, Re- de año y alcanza su punto máximo de cosecha en pública Dominicana y Venezuela), plátano verde y febrero, por lo que los guandules son considerados maduro, guineo verde y mazorca; verduras como el plato del Carnaval de Barranquilla. El guandul cebolla cabezona y en rama, cilantro, tomate, ajo, se cosecha en amplias zonas del departamento del el infaltable ají dulce, y condimentos como el co- Atlántico y de la Costa; en Sibarco, corregimiento mino. La sopa se sirve en totuma (vasija obtenida de Baranoa, se celebra anualmente el Festival del del fruto seco del totumo, con el que también Guandul. También se usa en la preparación una se elaboran las cucharas), en plato hondo, o en variedad de mayor tamaño cultivada en la Sierra grandes vasos plásticos o de icopor (de Industria Nevada de Santa Marta. Colombiana de Porosos, denominación nacional para el poliestireno expandido); en plato llano o Cabe señalar que, además de la Costa Caribe en hoja de plátano se ofrece la vitualla: la presa y colombiana, el guandul es un grano muy conocido los tubérculos con una porción de arroz blanco. en el Caribe y Centroamérica en países como Costa Como toque final, al sancocho se le añaden gotas Rica, Nicaragua, Honduras, Venezuela (quinchon- de limón o de picante. cho), Cuba y, en especial, en Puerto Rico y Panamá, donde el (como se conoce en El de sábalo es, a la par con el de bocachico, el Puerto Rico) o con guandú (como se le denomina sancocho de pescado más apreciado de la ciudad, en Panamá, donde se prepara con coco) es un plato un plato realmente único y delicioso. Ambos se nacional. El Diccionario de la Real Academia Espa- suelen preparar con leche de coco. Se preparan ñola solo registra las voces guandú y gandul, pero sopas con la mayoría de los pescados menciona- en nuestro medio es denominado guandul; plural dos en la sección correspondiente, sobre todo el único de todas las formas (en Barranquilla y en popular de jurel, el de chivo y el de mojarra. El República Dominicana): guandules. Hasta donde extravagante sancocho trifásico, a base de carne tenemos conocimiento, aparte de Barranquilla y de vaca, gallina y cerdo, es una delicia reservada el Atlántico, solo se prepara en sopa en Panamá a los comensales más exigentes. (el guacho) y en el departamento de Sucre, pero El sancocho se degusta generalmente a ma- sin plátano maduro. En las demás latitudes se nera de almuerzo, aunque con motivo de ciertas prepara en arroz (Sucre, por ejemplo) o en dulce celebraciones y paseos familiares se puede comer (Atlántico, Bolívar y Córdoba). a cualquier hora del día. En la vieja Barranquilla Sancochos y sopas era infaltable plato fuerte en fiestas populares Pa’ los sancochos, pa’ los mondongos no hay (muchas de ellas nocturnas) como matrimonios, Como el negro Adán… quinceañeros, bautizos y celebraciones de fin de The Latin Brothers, El Negro Adán año (7, 24 y 31 de diciembre), costumbre que aún (Carlos Castillo - Luis Montoya). se conserva a pesar de los estilizados bufés que lo Aparte de los guandules, las sopas y sancochos han desplazado. También, entonados bebedores más tradicionales son el sancocho de costilla, el de rabo, el de hueso, el de pescado y el de gallina criolla. El mondongo (o sopa o sancocho de mon- dongo), a base de panza y pata de vaca, es también muy apetecido y tradicional en toda Barranquilla y en general en la Costa Caribe y el resto del país, en diferentes variedades regionales. También está muy arraigado en Venezuela. El sancocho, otro de los emblemas culinarios latinoamericanos y, con la arepa, los verdaderos platos nacionales de Colombia en sus distintas variantes regionales, es una sopa o cocido que, según la región, lleva carnes como la de vaca (en varios cortes), pescados, gallina, pollo, cerdo, chi- vo, pavo, iguana y morrocoyo; tubérculos como yuca, ñame, malanga, arracacha, batata morada Venta de fritos en cercanías del terminal marítimo.

51 literalmente lo devoran al amanecer después de A altas horas de la noche es posible disfrutar una larga parranda, muchas veces preparado por el maní salado que venden, casi exclusivamente, ellos mismos en improvisados fogones de leña. El muchachos de raza negra en los alrededores de sancocho es parte inmanente de la parranda va- bares salseros y en bailes callejeros. llenata, máxima expresión cultural de la región de Menos populares son algunas preparaciones a Valledupar, en la cual, entre grandes cantidades base de yuca, como el casabe (especie de arepa), de trago (ron y, más recientemente, whisky), se la yuca asada (“yucasá”) y los palitos de yuca co- departe alrededor de un conjunto vallenato y se cida frita. remata de madrugada con un abundante y vigo- El huevo, en variadas preparaciones como en rizador sancocho. revoltillo (con sofrito de tomate y cebolla, o con En Barranquilla también se come con placer el cebolla en rama sofrita, o con trocitos de salchi- mote (sopa espesa) de queso costeño, extraordina- cha o de jamón, o simplemente con una pizca de ria sopa originaria de la región sabanera de Cór- sal; también se conoce como huevos revueltos o doba y Sucre, a base de ñame espino (o de espina) en perico), en tortilla (omelette), tibio (pasado por con cubitos de queso costeño. Asimismo, es muy agua), frito o cocido (duro), es integrante habitual apreciado el mote de ahuyama con chicharrón. de los desayunos del barranquillero, acompañado de bollos, arepas, patacones, tajadas de plátano Muy populares son las sopas a base de granos, verde y queso costeño. El huevo también suple a como la de fríjol cabecita negra, la de zaragoza, la la carne en los menús de bajo presupuesto; duro de lentejas, la de arvejas y la de arroz. La sopa de y cortado en rodajas hace parte de ensaladas. “maggi” (marca de un caldo de gallina) con fideos y papa, es muy popular y fácil de preparar. Otras Un desayuno que aún se prepara hoy es cabeza sopas menos preparadas son la de pichón (o de de gato, original platillo a base de plátanos verdes paloma), la de arroz, la de menudencia (vísceras sancochados o bollos limpios que se machacan del pollo), las casi extinguidas de huevo y de pata- y se revuelven con chicharrones y guiso. Otro cón, los sancochos de ojo y de médula, y el ayaco, desayuno muy similar al cabeza de gato son los mote o sopa de textura espesa que se logra al co- guineos verdes cocidos, machacados y mezclados cinarlo con el bastimento (harinas como la yuca, el con guiso, queso costeño rallado y mantequilla, ñame, el plátano) machacado. Se come con carne también conocido a veces como cayeye. El cabeza de vaca, que puede ser salada. Ha casi desapare- de gato es ampliamente degustado en el Caribe y cido el higadete, plato popularísimo en Cartagena otras regiones de América Latina bajo distintas de Indias, mote interesante y nutritivo a base de denominaciones como mangú (República Domini- hígado de vaca, plátano maduro y verduras. cana), fufú (Cuba), mofongo (Puerto Rico), tacacho (región amazónica de Perú) y bolón (Ecuador). Otros La boronía (del árabe hispánico buraníyya, y Imposible olvidar los delicados pasabocas (en- este del árabe clásico būrāniyyah, la de Buran, tremeses) populares como el pan de yuca y las inventora del plato y esposa del califa al-Ma’mūn), rosquitas de queso, expendidos por humildes singular platillo a base de berenjena y plátano vendedores en los buses y calles de la ciudad. Hoy es posible encontrar en muchas esquinas y supermercados de Barranquilla pasabocas como el diabolín (diminuto pan crocante de harina de yuca), producto símbolo de la región sabanera de Sucre y Córdoba, específicamente de San Juan de Betulia, Sucre; y las almojábanas (del árabe hispánico almuĝábbana, hecha de queso, y del árabe clásico ĝubn, queso), típicas en la Costa de las poblaciones de La Paz (antes Robles), Cesar, y Campeche, Atlántico. También son muy populares en Barranquilla los pastelitos horneados rellenos de carne, pollo, dulce de guayaba o queso (especie de ), así como los deditos rellenos de queso (también horneados), todos a base de hojaldre. Venta de agua de coco en 20 de Julio con paseo de Bolívar.

52 como la de maíz verde y la de fécula de plátano verde, utilizada especialmente para vigorizar a los niños. También se come el plátano maduro asado con queso costeño, un plato popularísimo en Va- lledupar, donde sus habitantes lo consumen más que todo en la comida (cena). En Barranquilla, se asa también envuelto en papel de bolsa, que le da un sabor especial. Fueron muy populares también las tortillas de plátano maduro y de plátano con queso costeño, así como las tortas de maíz verde y de ahuyama. La papa también da para diversas preparacio- nes que acompañan a todas las comidas: además de las preparaciones mencionadas, son muy popu- lares las papas fritas, chorreadas, cocidas, al vapor Preparación de bocachicos en cabrito en Sanandresito. y el puré con mantequilla o cocinado en leche. maduro, acompaña a veces almuerzos y comi- La preparación popular de los espaguetis con- das. Es una preparación de ancestro andaluz siste en mezclarlos ya cocidos con salsa de tomate muy extendida en la región de Córdoba, de donde y un sofrito de cebolla y ajo. se esparció a otros puntos de la Costa. Gracias a Una picada popular que todavía se ofrece en la numerosa colonia de gentes de Medio Oriente parrandas y fiestas familiares son los trocitos de (Siria, Líbano y Palestina), presentes en la ciudad queso costeño y salchichón opcionalmente condi- desde el siglo XIX, otros platos árabes familiares mentados con limón y pimienta. para el barranquillero, que se encuentran fácil- El barranquillero come el pan sobre todo en el mente no solamente en los múltiples restaurantes desayuno o en cualquier momento para ahuyentar especializados en esa extraordinaria cocina, sino el hambre, acompañándolo con gaseosa e inclu- ya en los concurridos restaurantes de varios su- so con salchichón y queso costeño (combinación permercados y en algunas cafeterías, son los indios conocida por el populacho como “sancocho de o repollitos, las hojitas de parra y las berenjenas, tienda”, pues se arma y degusta principalmente todos rellenos de arroz y carne; la shawarma (ésta en estos negocios familiares tan arraigados en la se puede saborear incluso en ventas callejeras), y cultura colombiana, que se niegan a desaparecer el arroz árabe (con carne molida, pollo desmechado en los barrios de las principales ciudades del país, y trozos de almendras tostadas). y que, por su familiaridad y por las facilidades Otra culinaria internacional con numerosos de pago, siguen siendo los preferidos por mucha amantes en Barranquilla es la china; los restau- gente por encima de las grandes cadenas de su- rantes (algunos muy tradicionales) de esta exótica permercados multinacionales que en los últimos y exquisita cocina son innumerables en cualquiera años han hecho su entrada masiva a Colombia). de los 4 puntos cardinales de la ciudad; la gente Famosos son la “piñita” (pan suave con azúcar en disfruta a cualquier hora del día un suculento y la parte superior) y el pan de mantequilla. ¿Cómo siempre abundante arroz chino (chow fan) o un pasar por alto el modesto pan de sal, tan saboreado chop suey, especialmente los domingos y días fes- para distraer el hambre a cualquier hora? En las tivos, ocasiones en que muchas familias prefieren numerosas panaderías de la ciudad se encuen- no cocinar y comer en restaurantes o pedir comida tran infinidad de panes, desde el de “100 pesos” a domicilio. Desde la segunda mitad del siglo XIX (naturalmente, en otras épocas tuvo otro costo) fueron numerosos los hortelanos chinos estableci- que se resiste a desaparecer, hasta los rellenos dos en Barranquilla que, hasta bien entrado el siglo con queso, arequipe, piña, uvas pasas o dulce XX, vendían sus productos en el mercado público. de guayaba, pasando por el francés, variedades Mención aparte hay que hacer de la mazamorra de alemán, italiano, árabe, judío, de centeno, de de plátano maduro, sabroso plato que se prepara avena, de maíz e integrales. con arroz, leche de vaca y canela. Al momento Es posible encontrar con cierta dificultad, de servir, se le añade más leche y a veces queso porque su consumo está prohibido, los huevos costeño rallado, el cual aporta el sabor salado. de iguana cocidos (a los que algunos atribuyen Además, existen otras variedades de mazamorra, supuestos poderes afrodisíacos), práctica que ha

53 llevado a esta inofensiva especie casi hasta la ex- innovación: cocina molecular, slow food, cocina de tinción. Los huevos de iguana son muy apetecidos autor, ecogastronomía, cocina fusión, gastronomía en época de Carnavales (febrero o marzo). macrobiótica y deconstrucción son neologismos En varios puntos del Centro y del Mercado, que poco tardarán en hacer parte de nuestro vo- especialmente en alrededores de la plaza de cabulario gastronómico habitual. Cocineros que San Nicolás, son típicas las ventas de chorizo y dominan la física y la química de los alimentos se longaniza fritos acompañados con bollo limpio y toman con espectacularidad la escena culinaria salsas, verdaderos monumentos al colesterol y a orbital. Para comer en elBulli (anteriormente “El los triglicéridos que el pueblo degusta sin ningún Bulli”, restaurante de la Costa Brava catalana remordimiento. que cerrará entre 2012 y 2013 para profundizar en la investigación culinaria), considerado el más Entre las comidas rápidas sobresalen los chu- importante del mundo, ganador de las tres estre- zos (o pinchos) desgranados: brochetas de chorizo, llas Michelin, hay que hacer una reserva con dos butifarra, carne o pollo, cebolla, pimentón y papa años de anticipación... Es tal la competencia entre (criolla y parda), cuyos componentes, asados a restaurantes y la presión por las calificaciones, la parrilla (al carbón), se desensartan y, picados, que el afamado chef francés Bernard Loiseau se se combinan con granos de maíz, lechuga, papas suicidó en 2003 cuando su restaurante fue degra- fritas, bollo limpio y salsas. Son muy apetecidos dado por la publicación especializada GaultMillau, los chuzos tradicionales (sin desgranar) de carne, una de las biblias de la alta gastronomía con la de pollo, de butifarra y de chorizo, los cuales se Guía Michelin. consiguen en múltiples anafes al carbón callejeros. Son innumerables las ingeniosas y a veces extra- La cocina típica de nuestra ciudad, sin em- vagantes variedades criollas de perros calientes, bargo, se niega a evolucionar y a proyectarse. hamburguesas, pizzas, sándwiches y chuzos que, ¿Convendrá o no a la culinaria de Barranquilla además de los ingredientes tradicionales, incorpo- la no evolución de sus platos de acuerdo con las ran la butifarra, el chorizo, la mazorca, algunas corrientes culinarias internacionales? Algunos, en frutas tropicales como la piña y la ciruela y el que- efecto, razonarán que es mejor que no evolucionen so costeño. Más curiosos aún son los ingeniosos para que no se distorsionen o desaparezcan en su cruces que resultan de la imaginación de nuestros espíritu original, y que son un tesoro que se debe cocineros populares: “polli-perro”, “chuzo-perro”, conservar tan puro como hasta el momento. Otros “pizza-patacón”, patacones rellenos o la salchipa- argumentarán que en su forma actual jamás se pa -papas a la francesa con manguera (embutido proyectarán internacionalmente ni serán conoci- similar a una salchicha gruesa en tiras largas) dos o tenidos en cuenta en la exigente geografía frita y salsas-, entre muchas otras ocurrencias culinaria. La discusión queda abierta. De lo que gastronómicas populares. Se cuentan por centenas sí no hay duda es que en varios cientos de miles los asaderos ambulantes de carnes y chuzos, las de hogares barranquilleros nuestros platos siguen ventas callejeras, y los restaurantes de comida siendo los preferidos por encima de cualquier rápida que hacen las delicias de la gente hasta cocina extranjera. Si se tiene duda alguna de lo altas horas de la madrugada a lo largo y ancho anterior, pruébese si a las cinco de la mañana, de Barranquilla. después de una parranda, alguno de los amables, y seguramente ya hambrientos lectores que nos Conclusión han honrado llegando hasta este punto, prefiere En años recientes, Barranquilla se ha visto col- el más elaborado y sofisticado plato internacional mada por la aparición de múltiples restaurantes a un sancocho de gallina o de mondongo cocinado gourmet y la realización de eventos gastronómicos en fogón de leña. de todo tipo. La oferta de cocinas extranjeras es Bibliografía notable; sobresalen la italiana, la china, la liba- Morón, Carlos y Galván, Cristina. La cocina criolla. Recetas de nesa, la mexicana y la internacional. En general, Córdoba y regiones de la Costa Caribe. Montería: Domus la gastronomía ha experimentado un nuevo auge a Libri, 1996. nivel mundial, de manifiesto, por ejemplo, en el im- Dangond Castro, Leonor. Raíces vallenatas. Medellín: Editorial Colina, 1988. portante número de canales de televisión dedica- Román de Zurek, Teresita. Cartagena de Indias en la olla. dos a esta maravillosa temática, y en los institutos Bogotá: Ediciones Gamma, 2006. de formación gastronómica que se abren cada día, Agradecimientos: de los cuales ya hay varios en Barranquilla. Los Alfredo Camargo Forero, chefs estadounidenses, europeos y asiáticos han Miguel Ángel Watts González, llegado a niveles extraordinarios de sofisticación e Isnardo Pinilla Chacón.

54 El duende de una cocina

Lácydes Moreno Blanco*

Fotos de Giselle Massard Lozano.

Corresponde la bucólica cartagenera a la suculen- ta constelación gastro- nómica del Caribe, otros dirían los caribes, o las Antillas; pero en todo caso es una dilatada cuenca marina, en cuyo mágico ámbito, y como en una colosal y mítica caldera, se ha fundido el metal de un nuevo hombre, con expresiones culturales cada vez más definidas, delirantes emociones y un vital sentido de entender la vida. El prodigio de esta olla caribeña radica en el sin- cretismo con que a la lar- El autor en la olla, ga se formó, inspirándose composición de MKh y AMM. en el discreto legado indígena —maíz, envueltos, proceso junto al fogón, tonos para el contagioso color a base de achiote, ajíes, tubérculos, frutos, regusto, vivezas en la presentación de resonancias etc.—, la influencia española y luego en el capricho sorprendentes. francés, en las aficiones británicas y en la sabi- Para entendernos sobre esta cibaria nuestra, duría milenaria de los chinos, hindúes, malayos y hagamos un poco de historia. hasta de los judíos errantes. Mas, la gran expre- sividad, desde luego, el color fuerte y el amoroso Al agotarse en La Española la explotación au- clamor de esa cocina, su excepcional tonalidad, rífera y diezmarse el elemento arahuaco y caribe en fin, corresponden a la gran orquestación negra. por el rígido sistema de la Encomienda que les Es que la gente venida de África, al llegar al Nuevo impusiera un forzoso trabajo al que no estaban Mundo, a pesar de las penas desgarrantes, aportó acostumbrados, la economía del oro giró hacia la el sentido de ciertas sazones, combinaciones ciba- explotación agrícola, especialmente del azúcar, rias y formas de cocciones, logrando en todo ese por lo que fue necesario una temprana experimen- tación con la mano de obra esclava —temeridad * Banquero (retirado). Miembro de la Acade­mia de la His- española que les transmitieron los árabes—, ne- toria de Barranquilla; columnista de Diario del Caribe y El gros bozales trasplantados al principio de Santo Heraldo, y comentarista en Telecaribe; actualmente es asesor Tomé, donde había adquirido experiencia en las del Gobernador del Atlantico.

Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla 55 pp. 55-63. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 plantaciones azucareras. Después llegarían los ca, poesía, leyendas y cocinas negras, marcaron técnicos canarios y portugueses para laborar en profundamente algunas naciones. Haití, por su- los ingenios azucareros, y los centenares de ne- puesto, pero también Cuba, todo el Caribe y las gros que periódicamente traían los genoveses, los Antillas y Brasil, así como zonas muy importantes alemanes o los portugueses, a quienes la corona de Colombia y Venezuela. española concedió licencia sucesiva para dedicarse ¿Por qué misteriosos caminos las nuevas hor- con exclusividad a ese feo negocio. nadas de esclavos negros supieron, al ser vendidos Más tarde, especialmente con la copiosa pre- en África, que a los que les esperaban en América sencia negra en los trabajos agrícolas, habría de les hacían falta algunos productos básicos de los acentuarse el sincretismo culinario en el Caribe, que su paladar no podía prescindir? de que he hablado, pues los africanos trajeron El caso es que empezaron a llegar pronto nue- técnicas de conocimiento, nuevos elementos cul- vos forzados que traían con ellos las semillas de turales y hábitos alimenticios, que incidieron en plantas indispensables para sus recetas, como el la expresión definitiva de aquel fogón, que hoy se gombo, el taro, la malanga o calalú y el aquenio. conoce bajo el nombre genérico de créole. Y desde Alguna receta, como determinados buñuelos de los repliegues del alma por donde pasaban sin bacalao, recibe hoy en diversos países antillanos el duda las nostalgias del África distante, las manos nombre de akkras, que es voz yoruba, por gombo. negras fueron orquestando la gran sinfonía de los inéditos sabores, de las viandas con detonantes Por otro de esos enormes enigmas que presenta colores y lujuriosas sazones. la antropología culinaria, se da el caso de que uno de los platos más suculentos de la cocina afroame- Pero hay coincidencias que facilitaron sin ricana, especialmente elaborado en Jamaica y en duda esa fusión de sabores en el Caribe con la Haití, era también corriente en el África negra de llegada del negro, pues como lo observó en un antes de la esclavitud. Se trata de una olla que lúcido comentario el español Xavier Domingo, y realmente merece la ambiciosa noción de “olla éstas son sus palabras textuales: “Muchos indios podrida” y que en Jamaica conocen por pepper pot americanos tenían además una cocina parecida a y en Haití por poivrière. la de las diversas etnias africanas que sufrieron más del tráfico de esclavos. Para los yorubas, por Es la olla de nunca acabar, la olla que no cesa. ejemplo, el elemento base en los fogones era el En efecto, el recipiente está siempre en el fuego y, ñame, y lo sigue siendo en sus tierras africanas. a medida que se sacan raciones, se van añadien- Pan de ñame o tortas y buñuelos de la misma raíz do nuevos elementos, tanto de carnes diversas y forman parte del recetario cotidiano yoruba como aves, como de raíces y legumbres. Las cocciones lo formaron de las etnias prehispánicas de Cuba, pueden durar semanas, meses, y se habla incluso Santo Domingo y prácticamente de todo el continente sur”. Siempre ha agradecido el pa- ladar africano los condimentos fuertes, y los que tenían y siguen teniendo en África no envidian en nada a los que hallaron en Amé- rica cuando su arribada forzosa. Entre 1518 y 1865 fueron arrancados a África y transporta- dos a América unos 15 millones de negros. Enorme comuni- dad, más concentrada en unos puntos que en otros, pero que no tardó en adquirir su propia personalidad, hecha de sus pro- pias raíces culturales y de un esfuerzo tremendo por adaptarse a las nuevas y obligadas tierras y costumbres. Religiones, músi- Mercado de Soledad, Atl.

56 ‘bichi’, al nombre vulgar que se aplica en Tabasco a varias especies de leguminosas del género Inga, no sin advertir que en Argentina se denominan así las frutas verdes. Okra, candia, quimbombó, que también se regis- tra con esas variantes, es vegetal bien conocido y esencial para hacer la pecaminosa sopa cartagene- ra realzada en su gusto con la mojarra ahumada, posiblemente desaparecida entre nosotros, mien- tras, en el francés antillano gungambó, es utilizada en otras partes del Caribe en guisos tonificantes, o el selele, sopón de abigarrado acento, integrado con cerdo, ñame —también de procedencia africa- Mazorcas. na— , así como con el frijolito de cabecita negra de la misma cuna, carne salada, yuca y plátano verde. de ollas místicas y seculares. Por supuesto, cuanta Guandú o guandul (del kikingo wándu) que se- más edad tenga la olla, más calidad se le atribuye. gún el erudito don Nicolás del Castillo Mathieu, a quien he seguido en estas referencias, en Puerto Los negros adaptaron asimismo a su gusto Rico se le conoce bajo la voz de guandure o gan- platos españoles, como los citados buñuelos de dules, pero que en todo caso tiene que ver con bacalao o como el rico escovitch (escabeche) de un guisante muy característico; la malanga (del Jamaica, a base de filetes de pargo o de besugo kikongo), rizoma muy gustoso y muy conocido en y con todos los demás ingredientes de un buen la olla del Caribe; mafufo (para algunos tratadistas escabeche, a los que hay que sumar fuertes dosis kikongo, mientras que otros la consideran bantú), de pimienta de Cayena de o Jamaica. comprende el guineo o platanito de cuatro filos, En la Martinica gusta mucho una llamada que a su vez procede de Guinea. “soupe à Congo”, en la que entran una multitud Por ahí sacan las orejas otras voces atinentes de variedades de alubias y judías secas, junto con al fogón, como afunchado, cuando por exceso de berenjenas, ñames, coles, aguacate, zanahorias, líquido el arroz queda demasiado húmedo. Posi- ajos, gombos, cebolla, batata y fuertes y blemente derive de algunas viandas cubanas co- oreja y rabo de cerdo. nocidas como “comida hecha de maíz seco molido, El plátano verde y el banano no eran tampoco sal, agua y pimienta”, en su parecido semejante a frutos ignorados por la culinaria africana, que una poleada. Mientras que en Puerto Rico funche contaba con recetas y usos trasladados a Ibero- es la misma preparación con la variante de que se américa con su casi total pureza primitiva, tanto hace con masa blanda, leche y azúcar. como legumbre de acompañamiento, como en Sigue por ahí bitute, término con que se nom- tortas y otras preparaciones. bra la comida en Cartagena y algunas partes de Y mientras las despensas se enriquecen con nuestra Costa. También volaban por los aires novedosas vituallas para la sorprendente olla antillanos calalú, con diversas alteraciones léxicas del Caribe, aquella que con el tiempo obtendría en otras áreas del Caribe, que antiguamente era universal prestigio, la parla enciéndese con voces comida de esclavos y de sus descendientes crio- de extraño acento, con léxicos peculiares para llos, compuesta de diversos vegetales picados y determinar especies y las condiciones alimenticias adobados con sal, vinagre y manteca; fufú, antigua del Nuevo Mundo. En este caso vayan las siguien- variante afronegroide a base de plátanos, calaba- tes esquemáticas referencias: biche (del bantú), za, malanga o ñame hervidos y amasados luego; cuando una fruta no está completamente madura. marifinga, que así llamaban a una alteración del Otros eruditos consideran que deriva del sumasi- funche; mofongo, que no es otra cosa que la cabeza mi ‘witchi’ y del quechua ‘huishi’, aplicándose a lo de gato, cuando los cartageneros eran más radi- que está tierno o en agraz, que no ha llegado a la cales en el gusto que les venía de los ancestros, sazón, o que no ha terminado su crecimiento, es- elaborada con plátano verde asado primero o frito pecialmente cuando se habla de frutas y de granos. y seguidamente machucado o majado, enriquecido Mientras que el mejicano Francisco J. Santamaría su sabor con un tantillo de sal y pequeños trozos alude con esta voz, según él derivada del zapoteca de chicharrón, gustosa vianda que posiblemente

57 acompañaban con un buen vaso de guarapo, voz adicionales de pimienta inglesa, pimienta de Ja- también africana, elaborado con el jugo de la caña. maica, de Tabasco, de Chiapa. E inclusive con africanismos desde muy tem- Pero esa manifestación culinaria, que es toda prano se fueron designando otros productos ali- una apoteosis de los sabores, al pasar a Cartagena menticios característicos dentro del fogón antilla- de Indias pierde en densidad, se torna más depu- no, como lo puntualizó por su parte el investigador rada en muchas de sus tonalidades, y adquiere puertorriqueño Manuel Álvarez Nazario. Es así otro talante, si así puede decirse. Con el tiempo el como guineo, abreviación de plátano guineo o de picante primitivo, la fortaleza de las salsas, el cro- Guinea, en las épocas iniciales de la colonización matismo mismo se sosiegan, como si el mestizaje española del Nuevo Mundo se refiere en forma y el sincretismo de las salsillas de que he hablado general al plátano propiamente dicho como el quisieran encontrar otras formas para alegrar al banano, aunque luego se establecieron las dife- hombre. En este caldero regional se utilizan, desde renciaciones. También encuentran clasificaciones, luego, idénticos o parecidos ingredientes del entor- según su categoría, frutos como el plátano domini- no geográfico, vituallas y carnes, peces y mariscos; co o el hartón, voces usuales en Colombia y Puerto pero posiblemente por el cariz de otras influencias Rico; En otros sitios de esta isla —en palabras de sociales y una predestinación histórica excepcio- Nazario— pregonan forrongo, al hablar del guineo nal, la cocina cartagenera exhibe una expresión maduro; asimismo perdura la variedad de plátano propia en ese mundillo antillano, y con respecto a conocida con los afronegrismos mofofo y malango. Colombia misma, hasta el extremo de que es sin Y por ahí van otros nombres relacionados con este duda la de más matices o variedades, opulencia vernáculo producto como chamaluco, maricongo. en posibilidades gustativas y la que muestra una mayor imaginación creativa. En el orden de los condimentos originarios de África, cabe mencionar la malagueta, que en Car- Esta herencia cibaria, como tantas otras bon- tagena se le aprecia en suculentos guisos, sopas dades y calamidades de la tierra, obedece sin e inclusive en deliciosos y aromáticos arroces o duda a la gravitación de su agitada historia social pasteles, con el nombre de pimienta de olor. Según también, que es la historia de muchas luchas y el ya citado profesor Álvarez Nazario “procede este confrontaciones durante el Imperio Español y más vegetal de la Costa de Malagueta —de donde viene tarde, al formarse la república. Y es así como al a su fruto la denominación original de pimienta de elegir España a la incipiente ciudad como puerto malagueta—, en la llamada “Costa de los Granos estratégico en ultramar, allí se fue formando un o de las Especias”, tramo del litoral occidental ordenamiento social —ya lo he observado en otra africano desde Liberia hasta la actual Ghana. Su oportunidad— con estamentos definidos que van difusión por la América tropical, desde las épocas desde los encomenderos del siglo XVI, hasta los tempranas de la colonización europea en los barcos grandes mercaderes; luego, las autoridades reales que hacían la trata negrera, le ganó los nombres y eclesiásticas, los núcleos de pequeños funciona- rios, escribanos, médicos, etc. La abundancia temprana en la ciudad de colmados con ranchos, es- pecias, vinos y jamones, etc., unido a los productos terrígenas en Cartagena fue decisiva para el sincretismo a que hemos aludido, pues muchos viajeros se hacen lenguas ya en el siglo XVIII sobre lo regalada que era aquella mesa criolla. No es de extrañar, pues, que entre los cuadros de la vida colonial aparezca el de la comida y la cena con que los santafereños obsequiaron en 1789 al virrey Gil y Lemos, según cuenta Vergara y Velasco, las cuales estuvieron llenas de peripecias, y como en la capital se vivía con mucha La olla en el anafe. modestia, se comisionó a don Pedro

58 de Ugarte para que hiciera venir de Cartagena humo; a que se agregan otras singularidades, que nueces, pasas, licores y rancho, todo lo cual subió seguirán a éstas en su explicación particular. el río, acondicionado en dos cajones que por flete El aguardiente tiene un uso tan común, que las pagaron 16 pesos, 4 reales por bodega en Honda. personas más arregladas, y contenidas lo beben a las once del día; porque pretenden que con esta Para aquilatar la tradición de esta olla carta- prevención recupera el estómago alguna fuerza de genera, como otras formas de sus circunstancias la mucha que pierde con la sensible, y continua sociales, no hay como volver la vista a las impre- transpiración, y que coadyuba a avivar el apeti- siones de algunos cronistas y viajeros. Ésta es sin to; en esta hora se convidan unos a otros, para duda una fuente invaluable para enterarnos de hacer las once; pero esta precaución, que no es cómo se fue operando en el tiempo nuestra evolu- mala cuando se practica con moderación, pasa en ción histórica. Desde el siglo XVIII especialmente, muchos a hacerse vicio, y se embelesan tanto en abundaron viajeros o aventureros en nuestro él, que empezando a hacer las once, desde que se territorio movidos por las curiosidades artísticas, levantan de la cama, no las concluyen hasta que la investigación de nuestras riquezas, el posible se vuelven a dormir. intercambio comercial o altas misiones científicas. Y sobre estas costumbres alimenticias de los Ese cuadro, lleno de colorido y palpitantes en- viejos cartageneros agregan: cantos, se refleja en el relato que dejaron don Jorge Juan y Santacilia y don Antonio de Ulloa y de la El chocolate, a quien allí conocen solamente por el Torre-Guíral, tenientes de navío que vinieron en nombre de cacao, es tan frecuente, que lo acostum- misión científica en 1735, y quienes, por lo visto, bran tomar diariamente hasta los negros esclavos, tenían ojos bien despiertos, al analizar con suti- después que se han desayunado; y para este fin lo leza lo que ellos llamaban castas, expresándose venden por las calles las negras, que lo tienen ya de ciertas costumbres cartageneras, trabajos y dispuesto en toda forma, y con solo calentarlo lo van aficiones locales, así: despachando por jícaras, cuyo valor es un cuartillo de real de plata; pero no es todo puro cacao, porque La fuerza de los calores no permite que puedan este común es compuesto de maíz la mayor parte, usar de ropa alguna, y así andan siempre en cueros y una pequeña de aquél: el que usan las personas cubriendo únicamente con un pequeño paño lo mas de distinción es puro, y trabajado como en España. deshonesto de su cuerpo. Lo mismo sucede con las Repiten el tomarlo una hora después de haver co- negras esclavas; de las cuales unas se mantienen mido, costumbre que no ha de dexar de practicarse en las estancias casadas con en día alguno; pero nunca lo los negros de ellas, y otras en usan en ayunas, o sin haver la ciudad, ganando jornal, y comido algo antes. para ello venden en las pla- En la misma conformidad zas todo lo comestible, y por es grande el consumo, que ha- las calles las frutas, y dulces cen de los dulces, y miel; pues del país de todas especies, y quantas veces en el discurso diversos guisados, o comidas; del día se les ofrece beber el bollo de maíz, y el cazabe, agua, ha de se precediendo que sirven de pan, con que se el tomar dulce. Suelen preferir mantienen los negros. muchas veces la miel a las Más adelante se detie- conservas, y otros dulces de nen perspicaces en otras almíbar, o secos, porque en- observaciones: dulza más: en aquéllos usan del pan de trigo, de que solo En cuanto a las costumbres para ellos, y el chocolate se de aquella gente tienen algu- sirven; y éste le toman con nas que difieren sensiblemen- torta de cazabe. te de las de España; y aún de las que se practican en las Parece que los amigos principales partes de Europa: Juan y Ulloa sintieron indu- las más notables son el uso dablemente deleitación con del aguardiente, cacao, miel, ciertas carnes de la olla car- y demás dulces, y tabaco en Cucharas y totumas. tagenera, cuando pregonan:

59 Los animales domésticos comestibles solo son de dos especies: bacuno, y de cerda; unos, y otros en cantidad. El bacuno, aunque no del todo malo, es poco gustoso, porque el continuo calor de aquel clima le impide el hacer de muchas carnes, y que sean éstas sustanciosas: pero el ganado de cerda por el contrario es de tal delicadeza, y buen gusto, que no solo se tiene por el más sabroso de todas las Indias; pero en ninguna parte de Europa, se cree, que lo haya de igual sabor; y por esta razón Europeos, y Criollos le dan la preferencia a cualquier otro, y es el manjar ordinario de aquellos moradores. Además de las buenas calidades, con que lisongea al gusto, lo consideran allí muy saludable; tanto que lo han hecho el alimento común, y más seguro de los enfermos con antelación aun a el de aves. Las especies de estas son gallinas, palo- mas, perdices, y patos en abundancia, todas y de sabroso gusto. Y entran también en la exaltación de ciertos manjares del condumio nativo: De la abundancia, que goza aquel país en todo género de carnes, frutas y pescados podrá inferirse lo abastecidas, y regala- das, que serán allí las mesas; las cuales son servidas en las casas de distinción, y comodidad, con gran decencia, y osten- tación, y con explendidez. La mayor parte de los manjares aderezados a la moda del Frutas y verduras soledeñas. país, y no sin alguna diferencia a lo que se acostum- bra en España; pero disponen algunos platos con chocolate; aunque muchas familias hacen cena for- tan delicada sazón, que son no menos agradables al mal, corno se acostumbra en Europa. Suelen decir paladar de los forasteros, que pueden ser gustosos vulgarmente, que las cenas son allí dañosas; pero al de los que ya están connaturalizados en su uso. nosotros no experimentamos mas novedad, que en El Agi-aco es uno de los más introducidos, y es rara Europa, y acaso el daño estará en el exceso de las la mesa donde falta, al cual bastaría la abundancia otras comidas. de especies, que lo componen, para hacerlo gusto- Años más tarde estuvo por nuestra tierra (1825- so: porque en él entra puerco frito, aves, plátanos, 1826) el marino sueco Carl August Gosselman pasta de maíz, y otras varias cosas sobresaliendo —ya en plena República y cuando Cartagena se en él el picante de pimiento, ó ají, (como allí llaman) mostraba decaída después de su apogeo colonial y para que incite más el apetito. sus sangrientos sacrificios por la independencia—, Sobre el horario de servir las comidas cartage- y escribió estas impresiones: neras puntualizan en otros apartes: A las seis de la mañana ya se encuentran levanta- Regularmente hacen allí dos comidas al día, y otra dos, generalmente se bañan, toman su chocolate y ligera: la primera por la mañana, que se compone prosiguen la limpieza personal. Toman el desayuno de algún plato frito, pasteles en hoja hechos con entre las ocho y nueve, consistente en huevos, car- masa de maíz, u otras cosas equivalentes, a que ne picada, plátanos fritos, chicharrones, queso y se sigue el chocolate: la de medio día es más cum- chocolate, en seguida beben una taza de agua fría. plida; y la de la noche suele reducirse a dulce, y Entonces ya están dispuestos y preparados para

60 asumir sus labores del día. Montan a caballo y se dirigen a la ciudad a atender los ne- gocios en las oficinas públicas, en las que no están presentes más que para hacer tiempo y poder retornar a sus atractivas hamacas. La cena comienza con la sopa, reciamente condi- mentada, en espera del plato fuerte, aquel que se come en todos los lugares donde hay un español: la paella. Este sufre variaciones según las distintas carnes y vegetales de cada país, pero es un plato digno de ser reseñado por un escritor o de ingresar a los me- jores libros del arte culinario. Este plato se identifica por Pescadería en el caño de Soledad. algunos artículos cardinales. La carne de buey y los plátanos se hierven juntos mazapanes y hasta con aguas aromatizadas. Y a y se les agrega carne de cerdo, de cordero, tocino, tales excesos llegó su uso que en el año de 1644, yuca y arroz; todo se mezcla con pimienta, cebolla y los alcaldes de casa y corte sentenciaron dispu- otros condimentos, que se hierven al mismo tiempo, sieron que: “Nadie, ni tiendas ni en su domicilio, o para usar término técnico, en su misma salsa. ni en parte alguna podía vender chocolate como Después se agregan pollos fritos y palomas, tan bebida”. Otro ítem: Fray Diego de Landa, en su secos como de mal sabor, y finalmente manteca frita Relación de las cosas de Yucatán, menciona una con pimentón, en lo que nada todo el plato. receta, todavía usual en Cartagena, de origen az- Trasunto, trasunto de la olla podrida; y como teca, cuando comenta “que hacen del maíz y cacao podemos observar, tal vez por el calor de Carta- molido una a manera de espuma muy sabrosa con gena, el viajero Gosselman sufrió una lamentable que celebran sus fiestas”. confusión al tratar de explicar la paella. Y prosigue Pero, volviendo a Gosselman, la rueca hila en su relato: más impresiones, como cuando acercándose al En algunos hogares sirven como postres frutas, alma popular registra que para la gente ordinaria ya sean melones, mangos, que se saborean al lado su comida es “un sancocho con casabe por pan, de vinos y quesos, y luego todo acaba con un café. o bollo o arepa y su postre de miel migada con Pero la tradición en la mayoría de las mesas es queso”. Pobres y ricos, todos allí por la mañana, servir de postre dulces, hechos de miel y panela, hasta los negros toman cacao con pan quien lo servidos con queso y una taza de chocolate, ade- tiene, y si no un plátano, tras del cacao almuerzan más de un jarro de agua fría. Antes que todo haya huevos fritos y mucho ají; y quien puede comprar terminado ya están en los ceniceros colocados sobre tamales, añade luego. la mesa los cigarros encendidos. En las casas más criollas toman chocolate, su Platos solariegos de Cartagena son —¿o lo bebida favorita, lo que hacen cinco o seis veces al eran?— en su genuina expresión el arroz de coco día, siempre con grandes dosis de agua helada. con pasas, la sopa de mondongo, el sábalo con leche de coco, el sancocho de gallina o el sancocho La costumbre de nuestros antepasados carta- de sábalo —la bouillabaisse del Caribe—; el ajiaco generos de tomar tan pródigamente el chocolate, con cerdo y carne salada, los pasteles navideños como aparece en las impresiones de estos viajeros, de arroz, delirantes de achiote y ricos en presas y debió obedecer sin duda a una acentuada manía vegetales: el arroz de coco con frijolitos de cabe- española y no por la total influencia azteca, pues cita negra, o de coco con cangrejos azulosos, que durante gran trecho del Siglo de Oro, allá en la proclaman la bondad de una cocina depurada por Península, adonde fue llevado hacia 1520, se inge- el tiempo y los gustos populares. La posta negra, ría en todos los hogares, con bizcochos, turrones, morosamente cocinada en parte de su adobo, con

61 rodajas de cebolla y tomate, luego de sellársele Si el arte de la cocina y sus entrañables mani- hasta que queda una costra negra, de donde toma festaciones refl ejan maravillosamente la cambiante su nombre. sensibilidad colectiva a través del tiempo, así como la historia sustantiva del hombre, la bucólica En esa mesa criolla se servía también un dis- cartagenera es un testimonio vivo de esa eviden- creto cocido cartagenero, preparado en forma cia conceptual. Su olla tuvo el marcado acento menuda y muy sustancial con carnes frescas y peninsular, en este caso el de algunas regiones vituallas comarcanas, muy en armonía, por lo de- de España: mas con la decadencia de la ciudad a más, con el clima de la ciudad; la sopa de candia raíz de la independencia y la llegada inmediata de con mojarras ahumadas, para las horas del medio algunos franceses, italianos e ingleses, ella tuvo día, o el celele con cangrejos, hermana por sus variantes en muchos de sus tonos y se enriqueció ingredientes de la citada sopa de candia con mo- con nuevos platos. Es así, valga el ejemplo, como jarras; pero reemplazadas éstas con los azulosos el mondongo, que en los días coloniales debió de cangrejos, confi ados paseantes por las luminosas ser un plato algo pesadote, luego se conoció como playas de la Boquilla, cuando el torvo turismo no una sopa hasta cierto punto delicada con la coque- había degradado la fauna circundante. O la sopa tería —¿infl uencia francesa?— de las alcaparras, de zaragozas blancas con ñame, así como la to- el espesor fi nal que le concede las yemas de huevo nifi cante de tortuga. También era consolación del sin que falte el toque de unas gotas de vinagre, los buen apetito cartagenero a la hora del almuerzo croutones y las rodajas de huevo duro al servirla. el higadete, preparado como lo indica su mismo Hecha como mandan los cánones es uno de los apelativo con trocitos de hígado picado, plátanos platos que puede presentar Cartagena al goce maduros y verdes, aderezos con el guiso del te- universal. Igual prodigio de sutileza gastronómica rruño y, así mismo, se ofrecían como testimonio aparece en el arroz de coco con pasas, alquimia del de innegables riquezas culinarias unas excelentes gusto en el que se esposan felizmente el titoté, hijo huevas de sábalo fritas, ruedas de lebranche en venturoso del aceite de coco, con unas pulgaradas escabeche, y bien sazonado bistec de tortuga. de azúcar y las pasas, iluminados fi nalmente los Dulces también. Y más dulces. En otras edades, granos con mantequilla, nada de aceite de oliva las negras de ternísimo corazón llevaban las tartas como lo haría un peninsular o gente mediterránea. con tapas de anjeo en la cabeza pregonando por las El mismo enyucado es un logro prodigioso de la calles del Corralito las melcochas, alfajores blan- imaginación golosa del terruño, pues si en esa cos, cocadas de coco, cocadas de maní, cocadas de vianda América aporta la yuca, manos sensibles ajonjolí, canelequeque, cubanitos, republicanos, contribuyeron con la mantequilla, el anís en grano yemitas de coco, doncellas polvorosas, aviones y el queso criollo, lográndose así una torta deli- o aeroplanos, panochas, suspiros, ciosa, predestinada a elevar el sentido damas de honor, etc. En las casas del gusto en la mesa con los platos de solariegas, había conservas de guaya- sal, pues no es un postre. ba, las conservas de mamey, las bolas Es que otra característica de esta de tamarindo, la bolloría, los huevos manducaria del Corralito de Piedra obispales o chimbos, el dulce de coco radica en el hábito de acompañar sus punteado con las pasas, el dulce de viandas de sal con aditamentos de plátano con piña, la jalea de coco o el dulce, debido tal vez a una herencia de plátano guisado, perfumado con de la cocina arábigo-andaluza de los los clavillos de olor y servido muchas españoles. Aparecen así mismo en veces en las tortas de casabe, cuando su recetario las arepitas de dulce, la no con una porción de queso costeño. cariseca, el enyucado, ya alabado, las Rezago de ese mundo de golosinas, hojaldres de fi nísima textura, el pas- aún es posible apreciarlo en las arcadas de pie- tel de ñame, los plátanos guisados, los plátanos dras coloniales del Portal de los Dulces, estación maduros en tajadas o en tortillas, e inclusive el y tránsito de los borrachitos, riñón de la ciudad, dulce de algunas viandas, tal la lengua mechada, roto avispero, que diría el Tuerto López, en cuyas enriquecida con panela, vinillo y clavos de olor. ventas se hallan estos prodigios de delicadezas en Inclusive las riquísimas morcillas llevan el toque azúcares, junto con la venta de revistas pornográfi - de dulce. cas, discos viejos, lentes ahumados y mil baratijas.

62 Tardíamente esta rica cantera del comer cartage- nero se vería ensanchada con la presencia de sirios- libaneses, quienes comen- zaron a llegar a la ciudad a partir del último lustro del siglo XIX y cuyos miembros, por su sentido del trabajo en el comercio, del sacrificio y bondades, muchas veces, a la larga se integraron a la sociedad criolla. De las ma- nos de sus mujeres habrían de salir el tabbule, en el que se combinan el trigo, la ce- bolla, hierbabuena y otras especias; el fatte, sápida ligazón de garbanzos con Sancochos de guandú, mondongo y pescado, tahine y levantado en sazón en el barrio Montecristo de Barranquilla. con gotas de limón; arroces con lentejas o almendras; berenjenas con tahine y, nerándose por los cambios de los gustos colectivos, más popular, como si quisiera hacerle competencia la influencia de exóticas manifestaciones o por las en la deleitación nativa de la empanada con huevo, circunstancias mismas de una civilización que ha los quibbes. En toda esta corriente de originales hecho del afán cotidiano toda una absurda filosofía sabores, no habían de faltar los delicados dulces del vivir, de manera que debemos comer afano- como la baklawa, con sus sutiles capas de masa samente, a veces con angustia, en un ambiente rellenas de nueces, aderezadas con miel y agua de cada vez más mecanizado hasta la desesperación. azahares. O la atallef, coquetas empanaditas en- Somos conscientes, desde luego, de que toda noblecidas con jarabe de azúcar, en fin, golosinas evolución implica cambios de conducta; pero, en salidas por su sutileza de Las mil y una noches. lo que se refiere a las comidas propias, éstas son Pero, paradójicamente, estos dulces, y en una ciu- referencias sociales que deben preservarse en lo dad como Cartagena, tan amante de las golosinas, esencial, pues tienen que ver con la entidad y una como lo hemos visto, allí no se han popularizado cultura particular. tanto como algunos de los platos de sal. Pero no hay que desesperar. Más allá de la En este registro de sabores, tentaciones co- globalización, más allá de los afanes industriales, cineriles y antojos, frutos de sartén y caldillos o más allá de las novísimas inventivas culinarias, sopones estimulantes de Cartagena, no sería justo están los recuerdos y los gustos ancestrales que olvidar la presencia de los chinitos, gente que llegó hacen silenciosamente perdurable esa mesa crio- hace algunos lustros con sus misterios en el alma, lla, mesa que, aunque discreta en alguno de sus su sentido de la discreción y la cortesía, abriendo aspectos, tiene su particular gusto y trascendencia comedores con alegría y buena voluntad. Ellos, social. Volver a ella, persistir en su permanencia, como entra en su filosofía oriental de las adapta- aunque requiera de vez en cuando de nuevas ciones, y dado que hay muchas cocinas chinas, expresividades, es tanto como sentir una honda con el correr de los días, familiarizaron el gusto de identificación, que ocupamos un sitio particular los cartageneros con los chow mines, arroces fritos, y noble sobre la tierra. pastelitos de carne, wan tun de cerdo y pollo; cer- dos agridulces, carnecillas encebolladas con salsa Y una coda para concluir con apetito. Sin chau- de ostras, el chop swey y las gallinas salsudas. vinismos parroquiales, podemos proclamar enton- ces que la cocina de Cartagena de Indias, variada, Tras este risueño viaje, a trechos con saudades delicada en muchos de sus matices y sápida; hecha por el mundo de algunas de nuestras herencias co- de enamoramientos, es sin duda una de las más quinarias, hemos de llegar a una triste conclusión: alegres y originales del Caribe, predestinada para La cocina nativa, tan esencial como referencia del el júbilo del hombre en la mesa. propio genio social, tiende a desaparecer o va dege-

63 Hipótesis sobre el contacto cultural entre miembros de la comunidad Wayúu y el niño Gabriel García Márquez en Aracataca

Juan Moreno Blanco*

Un fenómeno común a las nacio- globales. Solo gracias a estudios nes e identidades latinoamerica- de antropólogos y etnólogos se ha nas es el hecho de que sus res- empezado a des-cubrir la impor- pectivas historias son un desen- tante migración de miembros de cuentro de las partes claras de la la sociedad wayúu que los llevó memoria, muchas veces oficial y en condición de esclavos a rela- refrendada por la escritura, y las cionarse, fuera de su territorio partes oscuras en que lo subva- ancestral, con la sociedad global lorado y lo subalterno no logran venezolana en la región de Zulia perfiles que les permita superar a principios del siglo XX, pro- el olvido. Como si la historia duciendo un indudable impacto fuera una moneda de dos caras, cultural: la cara visible no deja ver la cara En muchas haciendas el idio- por el momento invisible y en es- ma wayúu desplazó al español tos países variopintas parcelas de como lengua predominante. Por tiempo se hallan ahí, a la espera medio del trabajo esclavo, el uso de miradas no monotópicas que del idioma y muchas prácticas las rescaten y las integren a los GGM. culturales wayúu desbordaron diálogos en que las naciones se el territorio ancestral. Hubo más buscan y retoman forma. de dos generaciones de wayúu que se criaron en En la cara callada de la historia, indefinida y las haciendas de Zulia pero que seguían hablando habitualmente designada como «el otro», las so- su idioma y mantenían su identidad wayúu [...] es ciedades amerindias han sido esquivadas por la indispensable comprender estas migraciones para memoria oficial como si ellas no participaran en comprender la sociedad wayúu actual y la magni- el tiempo; como si ellas no hicieran parte de las tud de la difusión de la lengua y cultura wayúu por circunstancias y coyunturas históricas afluentes fuera del territorio ancestral [...]. A comienzos de de la “historia nacional”. Para el caso de Colombia siglo, a pesar de que la mayoría de los primeros tra- y Venezuela, eso parece ser lo ocurrido con los bajadores migrantes tenían la intención de regresar wayúu, sociedad amerindia del tronco lingüístico a sus tierras al término de su contrato de trabajo, arawak, a quienes se les creía históricamente cir- muchos no lo hicieron. Entre los dependientes más cunscritos a su territorio ancestral, la península de desdichados, los esclavos de guerra y por deudas la Guajira, y separados por una frontera natural y [atepchias], había muchos que tenían poco o nada cultural de los aconteceres de las dos sociedades porque regresar a la penísula (Rivera, 1990-1991: 105-106-107). * Profesor Titular de la Escuela de Estudios Literarios de la Aunque esto sea hoy día una certeza histórica, Universidad del Valle. Docteur en Etudes Ibériques et Latino- Américaines de la Université Michel de Montaigne - Bordeaux 3. aún no se ha estudiado la trascendencia de este E-mail: [email protected] contacto, que sin duda afectó las referencias de

64 Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla pp. 64-74. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 identidad tanto de los wayúu como de los miembros de la sociedad global. Empero, el azar que nos depara la tranversalidad de los estudios en ciencias humanas ha venido a aportar nueva visibilidad a las migraciones wayúu y sus contactos con la sociedad global, esta vez colombiana. La última década de estudios sobre la obra del escritor colombiano Gabriel García Márquez ha abonado un camino de indicios que nos informa sobre otra corriente migratoria seguida en esa época por los wayúu y que tenía como destina- ción la zona bananera de la región, por entonces llamada Magdalena Grande, al oeste de la península de la Guajira, cuna del fabulador colombiano. Él mismo así lo afirma: …la casa de Aracataca estaba llena de Estación del tren, Aracataca, 2008. guajiros —de indios guajiros, no de ha- bitantes del departamento de la Guajira. Eran gente distinta, que aportaba un pensamiento que reconocía las palabras en wayunaiki (lengua y una cultura a esa casa que era de españoles, y guajira) que utilizaban en su lengua doméstica sus que los mayores no apreciaban ni creían. Pero yo abuelos porque tenía “tratos directos con la servi- vivía más a nivel de los indios, y ellos me contaban dumbre [wayúu]”: historias y me metían supersticiones, ideas que yo Sus amistades más próximas [las de los abue- notaba que no tenía la abuela… (G.G.M. 1994: 36) los] eran antes que nada las que llegaban de la En efecto, en la casa donde se crió en Aracataca Provincia [la provincia de Padilla, la Guajira]. La el autor de Cien años de soledad vivían también lengua doméstica era la que sus abuelos habían personas de la sociedad amerindia wayúu, y en traído de España a través de Venezuela en el siglo 1996 declaraciones de su hermana Ligia García anterior, revitalizada con localismos caribes, africa- Márquez a Silvia Galvis lo confirmaron1. Más tarde, nismos de esclavos y retazos de la lengua guajira, en 1997, Dasso Saldívar, el biógrafo del premio que iban filtrándose gota a gota en la nuestra. La nobel de literatura, volvió sobre esto mismo apor- abuela se servía de ella para despistarme sin saber tando mayor precisión: que yo la entendía mejor por mis tratos directos con la servidumbre. Aún recuerdo muchos: atunkeshi, La llegada de los Márquez Iguarán a la zona tengo sueño; jamusaiyshi taya,1 tengo hambre; bananera no fue producto del azar sino de una upuwots, la mujer en cinta; arijuna, el forastero, elección. El coronel tuvo, por lo menos, tres buenas que mi abuela usaba en cierto modo para referirse razones para afincarse finalmente en Aracataca: al español, al hombre blanco y en fin de cuentas al desde los días finales de la guerra conocía la paz enemigo (G.G.M., 2002: 81-82). y la fertilidad de sus tierras, tenía allí amigos y Es seguro, un continente de cultura verbal excompañeros de armas, como el general José Ro- oral amerindia estuvo en contacto prolongado sario Durán, y Aracataca era entonces uno de los con la figura central de la cultura verbal escrita centros álgidos de la explotación bananera. Así que, de la Colombia de los siglos XX y XXI. La pre- a finales de agosto de 1910, arrivó con su familia, sencia de estos amerindios en Aracataca señala su servidumbre, y los numerosos baúles en el tren para la historia cultural colombiana la existencia amarillo que el nieto haría célebre en sus novelas [...] de contactos interculturales en la formación del La servidumbre estaba compuesta por tres indios autor más leído por la sociedad global y de la que que él había comprado por trescientos pesos en la hasta ahora la crítica no tenía conciencia. Esta Guajira… (Saldívar, 1997: 49)2 posible influencia de la herencia amerindia en En Vivir para contarla, primer volumen de su el imaginario de la cultura verbal escrita suscita autobiografía en forma de memoria, Gabriel García diversos interrogantes. Por el momento, solo nos Márquez vuelve sobre el tema y nos dice además plantearemos uno: ¿cómo y por qué llegaron los

65 wayúu a esa condición de esclavos de la familia de las subvaloradas sociedades Otras. “La línea Márquez Iguarán, abuelos del escritor, en un sitio imaginaria que juntaba, a través del tiempo y del relativamente lejano de la Guajira? espacio, dos figuras universales, el hombre-niño y el hombre-adulto, la sociedad primitiva y la Difícilmente encontraremos una fuente directa sociedad civilizada, se ha quebrado dentro de lo que dé satisfacción a esta pregunta. Tratándose del inasible y dentro de lo singular: el Estado-nación devenir de un pueblo amerindio, y de un capítulo dejó de ser la imagen de una promoción colectiva particular de ese devenir, los saberes de la historia de la humanidad para convertirse en el lugar por de los países que hoy corresponden al territorio que excelencia del antagonismo y la diferencia. Por otro él ha habitado desde siglos no dan cuenta de su lado, la historia ya no se halla solamente bajo la existencia “dentro” de la historia. En ausencia de tensión de un marco de referencia fuentes directas de lo que ha sido el que sitúa las etapas del desarrollo devenir histórico wayúu, nos vemos humano, sino que está desgarra- obligados a construir un marco de da entre relaciones de fuerza en condiciones de posibilidad para perpetuo cambio y entre justifi- esbozar una respuesta conjetural caciones antagonistas” (Furet/Le a nuestro interrogante. Entre las Goff, 1973: 228). Para considerar tangenciales fuentes históricas de la forma como el tiempo histórico la sociedad global y los estudios et- de miembros de la sociedad wayúu nográficos que iluminan uno u otro entra a participar en la historia de capítulo de la historia wayúu bus- Aracataca y en la biografía de la caremos a tientas a esos “indios” más importante figura de la litera- que le “metían supersticiones” al tura y la cultura colombianas de los niño Gabriel García Márquez en siglos XX y XXI, debemos por fuerza la Aracataca de la tercera y cuarta quebrar el tiempo de la historia de décadas del siglo XX. GGM. la nación colombiana tal y como No pocos son los pueblos ame- ha sido pensado hasta hace poco y rindios que al margen de los procesos de conquista abandonar el tiempo ideológico pensado desde los han mantenido sus rasgos propios y han llegado moldes de la sociedad vertical donde “El tiempo del al siglo XX con una vitalidad narrativa y verbal saber histórico es reconstruido según los criterios fuertemente arraigada en la tradición préhispáni- de las sociedades y de los grupos presentes, lo ca. Son sociedades o comunidades que al mismo que los lleva a reescribir si cesar su historia, y, al tiempo, las más de las veces, han sido ignoradas hacerlo, a volver el tiempo histórico a la vez más por las historiografías y se hallan en una suerte vivo y más ideológico. Esta doble ambiguedad del de periferia de “las historias nacionales” donde el tiempo histórico conlleva a las historias a ‘prede- equívoco, el etnocentrismo y el olvido las dibuja a cir el pasado’ y a proyectar esta predicción en el grandes pincelazos y solo a condición de aveci- porvenir” (Gurvitch, 1969: 3 57). nar el devenir histórico tenido como “nacional”. Además de la predecible relación de García Es gracias a los trabajos de la antropología y la Márquez con hechos como la guerra de los Mil días etnografía que tenemos algunos conocimientos de y la huelga de las bananeras, propios del tiempo esas sociedades que han sido inscritas en la vida histórico de la sociedad global colombiana, su vida nacional a título de “minorías”. Empero, no por y las representaciones colectivas que la rodearon ello se puede decir que hayan entrado al tiempo en su infancia se relacionan también con un tiem- de la historia. po histórico Otro. Para imaginar la Aracataca de El tiempo de estas “historias nacionales” ha García Márquez hemos de reconsiderar la historia sido con frecuencia pensado como unitario y cen- no bajo el marco del tradicional tiempo vertebrador tral, y nuestra pretensión de estudiar el tiempo y exclusivo de la historia nacional, sino más bien social de un pueblo amerindio pone en cuestión como devenir sujeto a diversos ritmos de tiempo el presupuesto de un tiempo social único. Para que se entrechocan, convergen, se contradicen o fortuna de las prácticas investigativas sensibles coinciden desde su relativa individualidad para a la pluriculturalidad de las naciones latinoame- darnos el espectro de una coyuntura histórica ricanas ha sucedido en nuestros días un replan- animada de pluralidad. En oposición a la idea de teamiento de los criterios con que se piensan y un tiempo monofónico y estrecho, donde los rit- jerarquizan los tiempos de la sociedad global y mos diversos de la construcción cultural se pier-

66 den a la sombra de la centralizadora producción hábitat en grado extremo hostil. Nacido en 1933, el material, preferimos “la idea de la independencia narrador wayúu Miguel Angel Jusayú nos cuenta de los tiempos de la historia ‘sinfónica’ en donde en su autobiografía lo que era el periodo de sequía esos diferentes ritmos al fin descifrados se entre- en la Guajira de su infancia: lazarían en un todo coherente o, al contrario, se Cuando no llovía, la miseria se ponía terrible, vivía- chocarían en su divergencia: y, quizá, bien podría mos hambrientos. Papá se iba a Perijá o a Colón ser esto la ‘coyuntura’, reformulada en términos para trabajarles como peón a los ali’junas gana- que desbordan evidentemente el estrecho dominio deros; y mamá se iba tras él para solicitarle algún económico” (Vovelle, 1988: 93). Esto nos exige vis- recurso monetario. Durante la ausencia de ellos, lumbrar la manera como el tiempo social wayúu nosotros estábamos a cargo de la tía Gertrudis, y entra en la dinámica de la historia de la sociedad sufríamos mucha hambre [...]. Sabíamos muy bien global cataquera integrándola con su ritmo y dura- que los Padres Capuchinos eran generosos. Algu- ción propios y, ¿por qué no?, influyéndola. No por nos viejos menesterosos acudían frecuentemente tratarse de “minorías”, los tiempos de estas socie- a ellos, y les daban algo de comer [...]. Llegamos dades dejan de repercutir en el tiempo global; pese calladitos al Internado; no le dijimos a nadie lo que a que ignoremos muchas de sus características, queríamos. Nos presentamos al internado como el tiempo social singular sin duda tendrá algún unos perros que miran sin parpadear al que está impacto en el marco amplio que lo comprende; comiendo, a ver si le tiran algún huesito... (Jusayú, “... si esos tiempos sociales poseen contornos me- 1993: 45) nos precisos que los de los grupos de clases y de sociedades globales, si no admiten jerarquización El antropólogo Milciades Chaves abunda en el y si pueden ser influidos por los tiempos de las mismo sentido en su descripción de 1953, de un unidades colectivas que ellos integran, ellos vienen patetismo no gratuito, de la larga sequía guajira: a su turno a complicar y a alterar el tiempo social En este ambiente geográfico [...] se encuentra el de esas unidades colectivas” (Gurvith, 1969: 360). indio guajiro luchando por la subsistencia; gene- P a r a c o m p r e n d e r ración tras generación mejor la presencia de se ha visto frente al un grupo de wayúu en problema de vivir en Aracataca hemos de en- este medio y ha lo- marcarla dentro del tiem- grado una adaptación po propio de la historia asombrosa; lleva una de esa sociedad, en par- vida austera y frugal y ticular, el tiempo de la permanece arraigado migración que, debido a con sus animales a la sequía y el esclavismo, sus pastos y a sus are- alejó a muchos wayúu nales; pacientemente de su territorio ancestral espera que caiga la en el siglo XIX y en las lluvia para que haya primeras décadas del hierba y agua para sus animales y cuando siglo XX. Telegrafía de Aracataca. el verano se prolonga, En el extremo norte de la América del Sur, la aún permanece junto a los últimos animales que península de la Guajira tiene como característica han resistido a la sequía y muchas veces él tam- climática sobresaliente el ser una subregión ba- bién muere de sed y hambre junto a ellos. Cuando tida por los vientos alisios del noreste que al no la esperanza del invierno se dilata, lleva consigo lo encontrar obstáculos en la llanura semidesértica último que le queda y emigra hacia otras regiones arrastran consigo la poca humedad de la tierra y donde la vida es más halagüeña y menos pesada reducen al máximo las condiciones de lluvia. Se (Chaves, 1951: 154). dice que “...debido a la posición astronómica la Los personajes guajiros de la novela de Ró- Guajira forma parte de la zona por donde pasa el mulo Gallegos Sobre la misma tierra (publicada ecuador térmico o sea el isoterma —temperatura por primera vez en 1943), también describen esta media anual— de mayor temperatura del planeta” situación de penuria debido a la escasez de lluvia (Chaves, 1953:136). La sequía de los largos meses y que empuja a los wayúu a la migración: en que no llueve convierte a la subregión en un

67 …la melancólica contemplación [...] de las carava- vencedores, pues las guerras solo puede hacerlas nas de familias indígenas que diariamente atrave- el clan más fuerte contra el clan más débil que no saban la árida llanura durante los recios veranos, puede aceptar las condiciones de pago. Que si el rumbo a Maracaibo por Sinamaica, para dedicarse clan del ofensor es muy inferior al de la persona allí a la mendicidad, en todo caso prometedora de ofendida, entonces ni siquiera se plantean las bases mejor sustento que el de la pulpa del carbón, engaño del arreglo sino que se procede directamente contra del hambre, o la inmunda lagartija apresada entre él, se lo extermina y se esclaviza a sus miembros. los ñaragatales retostados (Gallegos, 1970: 26). Es muy importante hacer notar que en la Guajira Tal es el rigor de la penuria material que incluso no se hacen guerras intencionales con el fin de ad- los propios hijos pueden ser vendidos a familias quirir esclavos. La esclavitud en la Guajira es con- o clanes pudientes que tienen condiciones para secuencia de la violación del regimen de seguridad alimentarlos (Chaves, 1953: 168). En este trueque, social, y no un fin en sí misma (Pineda, 1963: 78). los wayúu quedan convertidos en esclavos. Miguel También en la “novela histórica” de Antonio Angel Jusayú cuenta que, en gesto que parece Joaquín López Los dolores de una raza aparece acomodarse a las costumbres, su padre tuvo la una descripción de la manera como los conflictos intención de trocarlo por aguardiente: internos entre los wayúu proveían a los tratantes de Castilletes: Papá tenía muchas ganas de beber aguardiente, pero no disponía del dinero para comprarlo. En- Jouner —dijo— haga que le den honrosa sepultura tonces él habló con la mujer de Chuca, de nombre a esos cadáveres y que arreen los rebaños y los Elena, quien vendía el aguardiente. Le propuso prisioneros —que en esos sí nos da derecho la trocarme por una garrafa grande de aguardiente. La guerra [...]. Luego dirigiéndose a Rubén y Jouner mujer estaba ya muy brava y le hablaba en alta voz. [Talhlau] les dijo: “Hagan mancomunar bien a esos “Si tú quieres yo te doy la garrafa de ron a cambio de prisioneros, poniendo hombres con hombres, muje- ese pedazo de muchacho tuyo; y lo tendría aquí por res con mujeres y niños con niños para que juntos esclavo y tendrías que irte de aquí con el ganado los arreen”. Formaron ahora mismo” le dijo. Eso me causó una mancorna de cuarenta mujeres, mucha perturbación; yo estaba muy una de niños de diez a doce años, procupado, triste y pensativo. De otra de infantes de nueve años para todas maneras yo estaba dispuesto abajo —varones y hembras— y a ser trocado por aguardiente. Acep- la cuarta la constituían los quince taría de mala gana la idea de ser hombres que se rindieron en el com- esclavo; pero que más tarde intenta- bate (López, 1958: 37,39). ría escapar de la laguna del Pájaro. Los hacendados de las regiones Ahora bien, papá desistió de eso, y de Perijá, Encontrados, Santa Bár- nos marchamos a Kóusharraichon bara y la Costa se vieron precisados (Jusayú, 1993:38). a buscar en la Guajira los brazos A la penuria que empuja a los que debían reconstruir sus arruina- wayúu fuera de su territorio en das posesiones. Pusieron sus bol- busca de subsistencia, se suma la sas en las manos de comisionistas institución wayúu de la esclavitud GGM. que llegaron al puerto fronterizo de que, en determinadas coyunturas Castilletes con la propaganda del de los conflictos interclaniles, hacía perder la li- pingüe negocio de compra de indios. ¡Mil bolívares bertad a los perdedores de una guerra: por un indio! Corrió la fantástica noticia con la cele- ridad del rayo por los cuatro vientos de la sabana Con los resultados de una guerra entre los clanes [...] Un indio de esta familia Ulhlewana asesinó a está estrechamente vinculada la esclavitud. En uno de mis sobrinos y se fugó para Venezuela; ellos efecto, todos los miembros del grupo vencido que son de baja clase y nosotros somos de alta catego- no fueron muertos en la guerra o que no pudieron ría; un muerto nuestro vale por un millar de los de escapar oportunamente, caen en manos de los ellos. Nuestro deber era arruinarles sus haciendas vencedores o son considerados desde ese momento y darles muerte a todos, pero ya que Uds. le dan como esclavos, sin limitaciones de edad, de sexo un valor económico le conmutamos la pena capital o de status. vendiéndoselos por dineros (López, 1958: 49, 53). Como es natural, los esclavos serán siempre La institución de la esclavitud entre los wayúu de un clan económicamente más débil del de los y la belicocidad que caracterizó el pasado de esta

68 sociedad, solo son com- prensibles si se tiene en cuenta que los wayúu tuvieron que resistir a los procesos de con- quista y que pudieron repelerlos gracias al hábitat inhóspito para el invasor español, a su hábil manejo de los conflictos entre España y los otros europeos y, sobre todo, a su tenaz aptitud para la guerra. El continuo conflicto contra los conquista- dores desde el siglo XVI indujo cambios y adap- taciones en el interior de la sociedad wayúu: “A partir de 1550, este Nave central de la Iglesia San José de Aracataca, sistema socioeconómico y, desde esta, vista del parque Simón Bolívar. de los indígenas fue to- talmente reestructurado para resistir a los intrusos es ofendido por una agresión física o verbal, los europeos. Los comerciantes holandeses, ingleses parientes uterinos evalúan con precaución sus fuer- y franceses, quienes viajaban por la orilla de la zas y las del agresor con el fin de medir fríamente costa, intentaron romper el monopolio español las consecuencias de las posibles acciones. Tras del comercio de ganado introduciendo algunas ese cálculo, el grupo familiar decidirá reestablecer reses en la península y auspiciando su cría entre su dignidad en la escena social wayúu al mínimo los guajiros. Los Wayúu adquirieron más ganado costo en vidas y en recursos. Así, si el grupo agre- y caballos, aprendieron nuevas destrezas e inter- sor dispone de más recursos que el ofendido, o si cambiaron productos animales por armamento, los dos grupos están en una situación de equilibrio municiones y cereales. De esta manera, utilizaron es probable que escogerán la negociación. Si por el a un grupo de las potencias coloniales para detener contrario, los agresores se rehusan a compensar el avance de los españoles, consiguiendo a la vez materialmente la falta o no disponen de bienes ciertos productos de consumo necesarios para su para asegurar la paz por medio del pago de una supervivencia” (Purdy, 1987: 136). A través de los indemnización, el enfrentamiento armado tendrá siglos, el oficio de la guerra había transformado lugar. Es por eso que los conflictos wayúu son de a la sociedad wayúu y uno de los cambios era la hecho dramas sociales... (Guerra, 1998: 7) existencia de clanes poderosos, no solo en lo eco- A los vencidos, la guerra entre clanes los llevaba nómico sino en su pie de guerra, al lado de clanes a la huida del territorio ancestral, los dejaba con- pobres sin apoyo familiar en la eventualidad de un vertidos en esclavos de los clanes poderosos o, en el conflicto interclanil. En su crónica de viaje por la caso peor, los exponía a la muerte. François-René Guajira, a finales del siglo XIX, Henri Candelier, Picon menciona una guerra a principios del siglo después de enumerar las castas importantes entre XX en la Alta Guajira entre los clanes Wouriyu y los wayúu, agregaba: “...las otras no presentan Jinnu. “Esta guerra vio la derrota del clan de los ningún interés, pues casi todas viven bajo la de- Jinnu y su casi total exterminación, a tal punto pendencia de las citadas arriba. El pobre, entre que sus miembros tuvieron que refugiarse en la ellos, se considera como un paria; no goza de nin- región de Maracaibo para escapar a la masacre” guna consideración ni crédito” (Candelier, 1994: (Picon, 1983: 77). Entonces, aunado a la penuria 152). Este desequilibrio opera como balanza en la material producida por la sequía, el esclavismo se resolución de conflictos entre los wayúu: convertirá en otra de las razones determinantes La conducta de los wayúu en los conflictos es muy de la migración guajira. Para los vencidos de las diferente a la “ley del talión”. Si un grupo familiar guerras, o los miembros de familias débiles, su

69 partida como esclavos se convierte en un destino un inmenso número de wayúu va a poblar la región inevitable: de haciendas del Estado de Zulia y, naturalmente, llevará consigo, allende su territorio ancestral, su El carácter estratificado de la sociedad permitirá a cultura. algunos wayúu ricos y poderosos aprovecharse de individuos y apüshis [serie individual de parientes Uno de los trabajos de etnohistoria wayúu de uterinos] débiles. Las deudas contraídas por los de- Socorro Vásquez Cardoso nos informa que en la pendientes pobres eran tradicionalmente pagadas misma época la mano de obra wayúu se concentró con servicios. De otra parte, las guerras entre apüs- en los centros urbanos de la Guajira (Riohacha his podían fácilmente terminar en el exterminio de y Maicao) y allí se unió al destino de las familias las series de parientes uterinos más débiles. Tanto criollas que los compraron y los llevaron hacia el el saldar deudas como la aniquilación encontraron oeste de la Guajira. una nueva solución en los reclutadores. Estos últi- Las condiciones de hambre y miseria a que estos mos pagaban en especie por los prisioneros que les [los wayúu] se vieron sometidos por las prolongadas llevaban al puerto de Castilletes en la Alta Guajira. sequías, furon aprovechadas por los traficantes a La aparición de estos reclutantes tuvo sus raíces en quienes los indios entregaban sus hijos a cambio de las transformaciones económicas en la cuenca del maíz y panela o por deudas atrasadas; eran com- lago de Maracaibo donde aumentó la demanda de prados a precios ínfimos y vendidos en Riohacha, fuerza laboral de las haciendas. El principal even- y otras poblaciones, a precios que oscilaron entre to que generó este cambio fue el surgimiento de la entre 2 y 5 pesos oro […] Al presidente Marco Fidel industria petrolera en la región de Maracaibo [...]. Suárez le fue enviado en el año 1918, por parte del Ya en 1912, los intercambios diplomáticos entre las Vicario Apostólico de la Guajira, una carta para vecinas naciones de Colombia y Venezuela, llevaron proponerle la «emigración legal» de los indios […] a que el presidente Juan Vicente Gómez enviara un Señalaba el misionero que muchos indígenas eran comisionado especial, para averiguar y enmendar llevados por familias de Barranquilla y Santa Marta la supuesta venta de indios en Castilletes [...] Los como empleados de servicio, ante la indiferencias reclutadores se aprovecharon de las guerras in- de las autoridades por las condiciones a que eran testinas y la “esclavitud” presente en la sociedad sometidos… (Vásquez, 1983: 118) wayúu. Además, las sequías proveían a los recluta- dores de cientos de voluntarios que querían escapar Así se habría producido la migración de los al hambre. Los adelantos hechos a los contratos de wayúu como esclavos —o como simple mano trabajo de uno o dos años de obra libre— hacia de duración, le permitían el oeste de su territorio a un hombre proveer a ancestral, es decir, la su familia con la comida parte oeste del Magda- que urgentemente necesi- lena Grande que con taba (Rivera, 1990-1991: su boom bananero de 104-105). entonces se convirtió en un polo de atracción en Los reclutadores que el Caribe colombiano. vienen a llevarse a los En un precursor estudio wayúu provienen del sobre la etnoliteratura estado de Zulia en Ve- wayúu, en la semblanza nezuela, cuyas explo- biográfica del Antonio taciones de ganado o Joaquín López, encon- plantaciones de caña de tramos confirmación de azúcar se han quedado esta migración: sin mano de obra debido a la poderosa atracción Es uno de los escritores que significó para los wayúu más conscientes trabajadores el boom de de la indianidad y en la industria petrolera en muchas oportunidades Zulia, y particularmente defendió a su pueblo en Maracaibo a princi- de las atrocidades co- pios de siglo XX (Gómez, metidas por el Estado 1984: 27). Así las cosas, Familia wayúu. colombiano. Estuvo en

70 Indígenas arhuacos caminan de la carrera Bolívar a la calle de los Turcos, en las Cuatro Esquinas, centro comercial de Aracataca. A la izquierda, la casa construida en 1927 por la familia Morra, inmigrantes palestinos de Belén. A la derecha, restos de la casona de madera del inmigrante italiano Antonio Daconte, en cuyo patio funcionó el Teatro Universal, primer cine de la localidad, célebre por su taquilla en forma de boca de león. AMM

ciones relacionadas con la sequía y la esclavitud y que podemos ubicar en el tiempo histórico, sino de la ocurrencia de un crimen en el seno de la sociedad wayúu cuyas consecuencias se ampli- fican en el tiempo del mito, del mito wayúu. En la cosmovisión wayúu la Aracataca, Magdalena, donde había llevado a tra- dialéctica de los conflictos y el agenciamiento de bajar a más de doscientos wayuu conduciéndolos represalias no solamente tienen lugar en el plano nuevamente a la Guajira, dos (2) días antes de la humano-natural. Las consecuencias de un crimen matanza de las bananeras, ya que a través de un no se manifiestan para un wayúu únicamente en sueño había sabido la masacre de 1928 (Ferrer/ el plano del tiempo profano, sino que repercuten Rodríguez, 1998: 125). en la dimensión de lo sobrenatural (dimensión Otras fuentes permiten volver poco a poco más pülashü). Para aquel que ha cometido un crimen visible la presencia de los wayúu en el contexto en la sociedad wayúu y ha logrado eludir el pago histórico y económico del Magdalena Grande. Así, de su deuda ante los humanos, el acoso a que será en los recuerdos de un combatiente de la guerra de sometido por el espectro del muerto lo obligará, no los Mil días encontramos mención del componente obstante, al destierro: wayúu en la costelación de razas y orígenes de la El asesino guajiro sufre doble castigo: primero, el mano de obra atraída por la fiebre del banano. cobro de sangre que le presentan los familiares del La zona bananera era sin duda alguna en esa muerto [...] y, segundo, la presencia constante del época un atrayente campo de acción para hombres espíritu del muerto que no lo abandona jamás (Pi- de iniciativa que, con capital o sin él, acudían en neda, 1950: 81). busca de fortuna. Era algo así como un DORADO que Quizá la imagen literaria es tributaria de la ofrecía filones de oro de fácil explotación. imagen del mito: puede ser que el José Arcadio Allá llegaba también la gente pobre y sin influen- Buendía de la novela Cien años de soledad, obli- cias que, desalojada por las penurias de sus tierras gado a abandonar Riohacha por el acoso del fan- natales, acudía a establecer pequeños negocios en tasma del hombre que ha tenido que matar, esté las poblaciones y aldeas que crecían a lo largo del inspirado en la historia que un wayúu le contó al ferrocarril o a trabajar en las labores agrícolas. niño alijuna Gabriel García Márquez relacionada Por eso todos aquellos pueblos y localidades, con las razones sobrenaturales que lo obligaron a desde Ciénaga hasta Fundación, estaban colmadas abandonar la Guajira después de haber cometido de imigrantes de todos los departamentos del país un crimen: y de países extanjeros; y también de indios esca- la muerte de un semejante se convierte en el guajiro pados de las tierras guajiras, de los kogis, descen- en tremenda obsesión: el asesino está convenci- dientes de Kasumma que les enseñó a cohabitar, y do de que el espíritu del muerto le sigue a todas de los tunebos que pueblan los contrafuertes de la partes [...] Una de las consecuencias sociales más Sierra Nevada… (Cárdenas, 1960: 189) importantes de este hecho, debida a la obsesión Podemos hacer otra conjetura diferente con de la presencia del espíritu del muerto, es la auto- relación a las causas que pudieron obligar a un confesión, toda vez que un asesino que ha logrado grupo de wayúu a abandonar para siempre su conservar el secreto de la muerte de otro, y por lo territorio ancestral. No se trataría ya de motiva- tanto ha escapado del cobro de sangre, pierde su

71 serenidad durante la enfermedad y refiere lo ocu- boom económico, no nos permite pensar en la rrido [...] puede estar seguro que el espíritu de su existencia de una diáspora wayúu por todo el víctima lo entregará indefenso en manos de sus Magdalena Grande?, ¿no era uno de esos wayúu, enemigos [...] Podemos ver claramente despren- a imagen de José Arcadio Buendía, un victimario didas de estos hechos dos cosas esenciales: a) huyendo del fantasma de la víctima? Al igual que Que el matador se coloca, automáticamente, por el lo afirma Rivera para la región de Zulia, ¿no po- crimen social cometido, en la calidad de un exce- demos también suponer que, aunque en distintas crado, de un impuro, o mejor, de un contaminado proporciones, los wayúu llevaron su cultura y su peligroso. Por lo mismo, es un individuo que debe manera de pensar a regiones como la zona bana- ser alejado un poco de la comunidad; b) La familia nera, al oeste de la Guajira? del homicida, a la vez que le proporciona las bases Sea como sea, un pasaje de la novela La hojaras- para su alejamiento, cumpliendo con una de sus ca nos confirma esa otra migración de los wayúu funciones principales: la ayuda mutua entre sus hacia el Macondo de la fábula garciamarquiana: miembros, vela porque el asocial no sea presa fácil del espíritu de su víctima. Porque el alejamiento Meme [la sirvienta guajira] estaba derecha y som- de los sitios habituales de vida, de sus personas bría, hablando de aquel pintoresco esplendor feudal conocidas —aún de sus mismos parientes, y sobre de nuestra familia en los últimos años del siglo an- todo de ellos— el disfraz por el recorte del cabello terior, antes de la guerra grande […]. Me habló del y la utilización de determinadas prendas de vestir; viaje de mis padres durante la guerra, de la áspera el evitar dormir en el chinchorro; el esquivar que la peregrinación que habría de concluir con el estable- cara le sea vista (dormir boca abajo); la abstención cimiento en Macondo […]. No hubo padecimiento ni de sus amistades, en sus negocios y en general privaciones en el viaje […]. A todas partes llevaron en las reuniones sociales; y, en último caso, como su extravagante y engorroso cargamento; los baú- recurso postrero, el alejamiento espacial de su clan, les llenos con la ropa de los muertos anteriores al nos están demostrando con una evidencia palpable nacimiento de ellos mismos, de los antepasados que lo que el victimario trata de hacer —consciente que no podrían encontrarse a veinte brazas bajo la o inconscientemente— es efectuar un cambio de tierra […]. Era una curiosa farándula con caballos y personalidad total; casi que diríamos que trata de gallinas y los cuatro guajiros [compañeros de Meme] convertirse en otra parsona hipotética, desconocida que habían crecido en casa y seguían a mis padres sobre todo para el espíritu de la persona que ha ul- por toda la región, como animales amaestrados en timado, para evitar que sea reconocida por él, y que un circo (G.G.M., 1985: 26-27). sacie en su cuerpo la venganza (Pineda, 82, 83, 84). No hay informaciones a nuestro alcance que Estas diferentes causas de la migración wayúu nos permitan comprender cuán generalizado fue sucedida a principios del siglo XX pueden darnos el fenómeno del esclavismo de los wayúu en el un marco de condiciones de posibilidad para contexto colombiano. Si bien podemos concluir comprender la presencia, en la misma época, de que el número de inmigrantes wayúu en el Ma- los wayúu en Aracataca. ¿Serían, a imagen de gadena Grande no es equiparable a la gran masa los Jinnu de los que migratoria que conoció habla Picon, miem- el estado de Zulia en bros de un clan por Venezuela, también siempre derrotado y podemos suponer que humillado, que “tenían los Márquez Iguarán poco o nada por que no eran los únicos que regresar a la penínsu- tenían esclavos wayúu la”? Distinta a la ruta en la región. Lo im- de emigración en el portante es que esas esclavismo que comen- mujeres y esos hom- zaba en el puerto de bres wayúu, en la más Castilletes y tenía por completa discreción, destino las haciendas participaron con su de Zulia, ¿la ruta ha- manera de vivir y de cia la región bananera pensar en el coctel de colombiana, por ese ritmos, relatos y tiem- entonces también en pos donde sucedió la Mujer wayúu.

72 niñez extraordinaria de Gabriel García Márquez. esta vez— pero también en documentos de otro ge- Aunque esclavos, eran seres de palabra y acto en nero. Hacia 1870, en efecto, geógrafos y etnólogos quienes, tal vez, una cultura se transculturizaba comienzan a aproximarse a la Guajira y se tienen diferidamente, por la vía de las narraciones garcia- descripciones bastante precisas de los guajiros al marquianas, hacia la cultura letrada colombiana, cabo de esos cincuenta años de soledad casi com- y aún más allá. pleta (Picon, 1983: 37). Es casi seguro que esta ausencia de información Para hacernos a una idea de quienes eran las no es sino el reflejo de la distancia entre la sociedad personas que componían la servidumbre del hogar blanca y la sociedad guajira. donde creció el escritor debe- Las posiciones ganadas [por mos agregar que, a comienzos los guajiros] al comienzo del si- del siglo XX, ellos provenían glo XIX se mantendrán hasta el de una cultura que por con- fin del siglo: Riohacha seguirá junción de factores geográfi- como ciudad frontera, así como cos, históricos y políticos se Sinamaica, que tendrá que había mantenido largo tiempo protegerse contra los ataques al margen de los procesos de de los indígenas… (Picon: 289) conquista y por consiguiente había podido conservar en La presencia de un grupo sus rasgos fundamentales su de wayúu en Aracataca viene a tradición. No venían de una confirmar que Gabriel García sociedad amerindia en pro- Márquez creció en un univer- so cultural heterogéneo, y el ceso de aculturación; aunque GGM. avasallados por un destino entrecruzamiento del tiempo ingrato, eran portadores de la riqueza imaginaria y biográfico garciamarquiano con el tiempo histórico verbal wayúu enraizada en un territorio ancestral wayúu nos permite también entrever el significado donde la sociedad global casi no intervino en el si- autobiográfico de los niños de la novelaCien años glo XIX. Para ilustrar esta situación de “aislamien- de soledad que crecen entre dos culturas: la de to” que vivieron los wayúu, citaremos in extenso los padres, miembros de la sociedad criolla, y la las anotaciones del etnohistoriador François-René de los “indios”: Picon concernientes a la falta de información sobre Había por aquella época tanta actividad en el pueblo ellos en ese largo cuarto de hora en que la sociedad y tantos trajines en la casa, que el cuidado de los global los dejó en paz: niños quedó relegado a un nivel secundario. Se los Este presente de la descripción etnográfica, ar- encomendaron a Visitación, una india guajira que tificial pero necesario, se sitúa un poco después llegó al pueblo con su hermano, huyendo de una del comienzo del siglo XX. Para comenzar, cesan peste de insomnio que flagelaba a su tribu desde los documentos en el momento de las guerras de hacía varios años. Ambos eran tan dóciles y servi- independencia, hacia 1810-1820, y es entonces el ciales que Ursula se hizo cargo de ellos para que la comienzo de un largo periodo de cincuenta años en ayudaran en los oficios domésticos. Fue así como los que hacen falta datos sobre los guajiros y sobre Arcadio y Amaranta hablaron la lengua guajira las poblaciones indígenas de los países en lucha antes que el castellano (G.G.M., 1996: 53). contra el poder colonial: los gobiernos recientemente Arcadio y Amaranta, que ya habían empezado instaurados tenían que, en efecto, hacer frente a a mudar los dientes y todavía andaban agarrados problemas más inmediatos que el de las poblacio- todo el día a las mantas de los indios, tercos en su nes marginales. Ciertamente podemos deplorar decisión de no hablar el castellano sino la lengua la ausencia de documentos pero también, y sobre guajira (Ibíd.: 56). todo, subrayar que durante estos cincuenta años, a Se llegó a creer que [Rebeca] era sordumuda, los guajiros se les dejó solos, lejos de todo conflicto hasta que los indios le preguntaron en su lengua con la sociedad blanca y las autoridades civiles, si quería un poco de agua y ella movió los ojos militares o religiosas. Gracias a este “abandono po- como si los hubiera conocido y dijo que sí con la sitivo”, podemos entonces imaginar una especie de cabeza (Ibíd.: 58). recuperación de la sociedad guajira por ella misma …y apenas si podían reprimir sus pataletas y que le habrá permitido estabilizarse. soportar los enrevesados jerogríficos que ella [Re- beca] alternaba con mordiscos y escupitajos, y que Luego reencontraremos a los guajiros en los textos según decían los escandalizados indígenas eran las ‘oficiales’ de los administradores —colombianos

73 obscenidades más gruesas que se podían concebir tes indígenas en Cien años de soledad, University Mississippi en su idioma (Ibíd.: 59). Romance Monographies, U.S.A., 1997. Arcadio era un niño solitario y asustado durante Bibliografía la peste del insomnio… Nunca logró comunicarse CANDELIER, Henri, 1994, Riohacha y los indios guajiros, ECOE con nadie mejor que lo hizo con Visitación y Cataure Ediciones, Bogotá. en su lengua (Ibíd.: 138-139). CÁRDENAS LUNA, Alberto, 1960, Un años y otros días con el general Benjamín Herrera en las bananeras de Aracataca, Si bien este aspecto autobiográfico de la lite- Editorial Bedout, Medellín. ratura garciamarquiana no deja duda, queda por CHAVES, Milciades, 1953, “La Guajira, una región y una cul- profundizar la inspección del imaginario de sus tura de Colombia”, Revista Colombiana de Antropología, Vol. 1, Bogotá. narraciones para someterlas a comparación y FERRER, Gabriel Alberto; RODRÍGUEZ, Yolanda, 1998, Etnolite- contraste con las representaciones del universo ratura wayúu. Estudios críticos y selección de textos, Fondo imaginario wayúu3. Esto permitirá saber si, ade- de Publicaciones Universidad del Atlántico, Barranquilla. más de las anécdotas autobiográficas, la obra del FURET, F.; LE GOFF, J., 1973, “L’historien et I’homme sauvage”, “L’Histoire et I’homme quotidien”, Mélanges en l’honneur escritor colombiano ha puesto al alcance de sus de Fernand Braudel. T. II, Méthodologies de l’histoire et des miles de lectores rasgos narrativos e imaginarios de sciences humaines, Toulouse, Privat. las “historias” y “supersticiones” que los esclavos GALVIS, Silvia, 1996, Los García Márquez, Bogotá, Arango wayúu le contaron en su infancia en una casa de Editores. GALLEGOS, Rómulo, 1970, Sobre la tierra misma, Espasa-Calpe, Aracataca. De ser así, al igual que ha sucedido Buenos Aires. con la obra de Augusto Roa Bastos, José María GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel, 1985, La hojarasca, Editorial Oveja Arguedas, Juan Rulfo y muchos otros narradores Negra, Bogotá. latinoamericanos, los lectores de García Márquez ——1994, “La edad de las palabras. (Entrevista a Gabriel Gar- cía Márquez). Mateo Cardona Vallejo y Miguel Ángel Flórez habrían entrado en contacto, desde 1947 hasta Góngora”, Gaceta, nº 22, Bogotá. nuestros días, con una herencia amerindia trans- ——1996, Cien años de soledad, Editorial Norma, Bogotá. culturada… aunque sin saberlo. ——2002, Vivir para contarla, Barcelona, Mondadori. GÓMEZ, Tomás, 1984, “Les Goajiros dans la strategie économi- Notas que et politique de l’Etat de Zulia”, Documents de recherche du CREDAL, nº 23, Paris, Institut de Hautes Etudes de 1 “Con el tiempo, el abuelo Nicolás fue haciéndose un nombre l’Amérique Latine. en Aracataca y la gente lo respetaba mucho. Era el tesorero del GOULET, Jean-Guy, 1981, “El universo social y religioso gua- pueblo y allá entraba mucha plata gracias al banano. Tenía una jiro”, Revista Montalbán, n° 11, Caracas. casa grande, yo la conocí; había un patio inmenso sembrado GUERRA, Wildler, 1998, “Introduction”, Wayúu: peuple du dé- de palos de mango, de guayaba y de níspero; tenía una pese- sert colombien (Photographies de Santiago Harker), Villegas brera con caballos y hasta una vaca; en la misma casa había Editores. una carpintería, una dulcería y una panadería con dos indias GURVITCH, Georges, 1969, “La multiplicité des temps sociaux”, para amasar y dos indios para vender los dulces y el pan en la La vocation actuelle de la sociologie, T. II, Presse Universi- calle. Los había comprado en la Guajira y los había traído para taires de France. ayudar en los oficios de la casa, pero los cuatro llevaban los JUSAYU, Miguel Ángel, 1993, Autobiografía, Dirección de Cul- apellidos de la familia Márquez Iguarán. Esa era la costumbre”. tura de la Universidad de Zulia, Maracaibo, Venezuela. (Galvis, 1996: 152) LÓPEZ, Antonio J., 1958, Los dolores de una raza. Maracaibo. 2 Causa sorpresa el hecho de que en Gabriel García Márquez. PICÓN, François-René, 1983, Pasteurs du Nouveau Monde. Una vida, Gerald Martin (Debate/Mondadori, 2009) casi no Adoption de l’élevage chez les Indiens guajiro, Editions de haga mención en su trabajo sobre este aspecto de la realidad la Maison des Sciences de I’Homme, Paris. cultural del niño que aquí abordamos. PINEDA GIRALDO, Roberto, 1950, “Aspectos de la magia en la 3 En su trabajo sobre los guajiros, Guy Goulet ya había Guajira”, Revista del Instituto Etnológico Nacional, Volumen señalado un caso de homología semántica entre la narrativa III, entrega 1, 1947, Bogotá. del escritor colombiano y la narrativa tradicional wayúu: “De ——»El indio guajiro. Bosquejo etnográfico», Indios y blancos los [clanes] Jinnu, Ipuana, Uliana y Epieyú se dice que tienen en la Guajira. Estudio socioeconómico, Guhl et al. Ediciones su patria en otras partes de la península: En un diálogo en Tercer Mundo, Bogotá. la novela “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez PURDY, Janet R., 1987, “Relaciones étnicas entre los guajiros una pareja expresa un concepto de patria análogo al concepto y el hombre blanco”, Revista Montalban, nº 19, Caracas. guajiro que se discute aquí. La heroína de García Márquez, RIVERA GUTIÉRREZ, Alberto, 1990-1991, “La metáfora de la car- Ursula, se opone a su marido José Arcadio que quiere mu- ne. Sobre los wayúu en la Península de la Guajira”, Revista darse de su residencia actual. Ursula dice “No nos iremos. Colombiana de Antropología, vol. XXVIII, Colcultura, Bogotá. Aquí nos quedamos porque aquí hemos tenido un hijo”, José SALDÍVAR, Dasso, 1997, García Márquez. El viaje a la semilla, Arcadio Buendía, “Todavía no tenemos un muerto. Uno no es Madrid, Alfaguara. de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo tierra”. VÁSQUEZ CARDOSO, Socorro, 1983, La Guajira, 1980-1935 (Tra- Por tanto los Epieyú de Ailu que no tenían un cementerio y bajo de grado/ Universidad de los Andes), Inédito, Bogotá. no habían enterrado los restos de ninguno de sus parientes VOVELLE, Michel, 1988, “L’histoire et la longue durée, La nouve- uterinos, están sin patria en el sentido guajiro de la palabra” lle histoire, Editions Complexe. (Goulet, 1981: 59). En el mismo sentido, otro trabajo a tener en cuenta es la tesis de Jay Corwin La transposición de fuen-

74 Breves apuntes sobre la radionovela como género literario

Piedad Bonnett*

Cuando José Zepeda, periodista de Radio Neder- de la tarde, hora en que llegaba la luz. A esa hora land, me llamó con la insólita propuesta de que oía dramatizados infantiles que ponían a volar mi escribiera una radionovela —esa prestigiosa emi- imaginación, pues esa es una virtud del radiotea- sora produce una cada año para Latinoamérica—, tro: a partir de unas cuantas voces y unos efectos no pude menos que sonreír: me encantó su osadía, especiales hay que imaginarlo todo: las fisonomías, pues suele pensarse que alguien que se mueve en los escenarios, los gestos. Más tarde, ya en Bogotá, las aguas bastante ortodoxas de oía radionovelas en casa de mi la academia, o que escribe poe- abuela. En muchos hogares las mas y novelas, no está interesado tardes estaban llenas de ellas: en ese tipo de creaciones. Mis las oían las madres, las tías, las vacilaciones fueron brevísimas. cocineras. Me encantaban sus En realidad mi único temor era enredos, sus truculencias. Y los que no tuviera una historia sufi- efectos especiales: el carro que cientemente interesante, pues la frena con un chirrido antes de propuesta era muy concreta: el atropellar a una persona, los tema debía ser la violencia. pasos misteriosos de alguien ¿Por qué acepté? subiendo las escaleras, el silbido del viento sugiriendo una noche En primer lugar, por tratarse aterradora. de Radio Nederland, una radio cultural conocidísima entre noso- La radio comercial colombia- tros, con una labor de divulgación na, en principio dedicada casi admirable. exclusivamente a las cuñas ra- diales, descubrió muy pronto, En segundo lugar, por una allá por los años 20, que las na- convicción artística: creo, con Piedad Bonnett. rraciones y las dramatizaciones Jesús Martín Barbero (que cita lograban gran audiencia. En las al respecto a unos investigadores décadas del 40 y 50 viven su gran auge las radiono- italianos), que “un género es ante todo una estra- velas en toda Latinoamérica. Una de las primeras y tegia de comunicabilidad”. Y que un escritor es al- más populares fue Ave sin nido. Otra, tal vez la de guien que no se acomoda (en un género, por ejem- mayor recordación entre la gente mayor, El derecho plo), sino que trabaja con todas las posibilidades de nacer, que empezó a emitirse en 1948. A mí me del lenguaje, corriendo riesgos y experimentando. tocaron ya las de los años 60, cuando el género Y, en último término, acepté por nostalgia per- no tenía el mismo auge, pero no había sido, sin sonal. Pertenezco a una generación que disfrutó la embargo, derrotado por la fuerza de la televisión. radio en la infancia y la adolescencia. En el pueblo El trasfondo de la radionovela —y también, por en que nací, los radios se encendían a las cinco supuesto, de la telenovela— es el melodrama. En sus orígenes, que son aristocráticos, el melodrama * Nació en 1951 en Amalfi (Antioquia). Licenciada en Filo- fue un espectáculo musical con ingredientes lite- sofía y Letras de la Universidad de los Andes. Autora de una rarios, que explotaba la dramatización de historias extensa obra dramática y literaria, es profesora de literatura sentimentales llenas de conflictos. Opacado por en la Facultad de Artes y Humanidades de de la Universidad la ópera, género más espectacular y complejo, el de los Andes.

Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla 75 pp. 75-77. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 melodrama decae. Pero su espíritu va a pervivir en el folletín, novela por entregas de recepción masiva (resultaba muy barato acceder a ella) que se encarga de entretener al grueso público con dramas sentimentales de mucha acción, suspenso y efectos premeditados. No es lo mismo el folletín que la novela por en- tregas, pero los emparienta una cosa: que fueron publicados por diarios que querían aumentar su tiraje —y lo lograron— con historias fascinantes, que eran sacadas a la luz poco a poco, mantenien- do en ascuas a los lectores. Grandes folletineros fueron Alejandro Dumas, con Los tres mosqueteros, Eugène Sue con Los misterios de París, y Salgari con Sandokán, pero también Balzac, Stevenson, Dickens y Dostoievski, entre muchos otros, publi- Estudio 4 de Radio Nederland. caron sus novelas por entregas. trabaja sobre los “endoxa”, es decir, sobre las El folletín hizo algunos aportes, sobre todo creencias y supuestos de la mayoría de la gente. en los primeros tiempos: puso al alcance de un Algunos de ellos podrían ser: el dinero pervierte, gran número de personas la literatura, que antes los ricos son mezquinos y los pobres no, las mu- era de circulación más restringida. Y describió la jeres nacieron para la maternidad, los campesinos vida de las clases más populares, planteando sus son seres ingenuos, etc. Las grandes amenazas problemas, su subordinación a los poderosos, los del melodrama son, pues, por una parte, el lugar conflictos sociales de su momento. común, y por otra su conservadurismo, su propen- Sin embargo, el nivel literario del folletín, en su sión a hacer del género un perpetuador de viejos gran mayoría, es muy precario: en aras de la trama, órdenes, eludiendo todo elemento crítico, y todo la acción y el suspenso, sacrifica la complejidad, y aliento contestatario o subversivo. trabaja con personajes planos, unidimensionales, Pero además, a nivel de la trama, lo que pre- sin hondura sicológica de ninguna clase, y más domina es un sentimentalismo desbordado, que bien atrapados en su condición de estereotipos. pareciera predicar siempre aquello de que “el co- Vemos, entonces, el campesino, por lo general razón tiene razones que la razón no comprende”. idealizado, la niña buena (que además es bella), Nada suele haber de novedoso en lo propuesto. Y la mujer intrigante y malvada, el gamonal, el niño las situaciones se repiten de forma muy parecida rico y pretencioso, el vividor, el celoso, y así otros, una y otra vez, pues, como han dicho los estudio- en sucesión infinita. Aparecen en escena más como sos, el melodrama hace de la reiteración su técnica representantes de formas de vida o categorías fundamental. sociales que como individuos llenos de aristas, con dudas e incertidumbres. Los grises no suelen Si bien el uso del melodrama, tal como se da en existir en el folletín. Solo el blanco y el negro. la práctica, suele producir engendros de enorme mediocridad, no hay razón para usar el término Pero lo más grave —siendo grave— no es eso. únicamente en sentido peyorativo. Muchas de las Sino lo que señalan muy acertadamente dos in- grandes novelas clásicas tienen un transfondo vestigadores antioqueños, Federico Medina Cano melodramático, sin que esto menoscabe su ca- y Marta Inés Montoya Ferrer: “El folletín sella el lidad. Alejo Carpentier, el narrador cubano, en orden existente, universaliza sus valores, natura- conferencia dictada en la Universidad de Yale, liza sus conflictos y desalienta cualquier tipo de dice que hay ciertos elementos que el novelista reflexión o de gesto contestatario”1. latinoamericano —lejano a la asepsia de la novela La moral del texto melodramático en sus dis- europea e inmerso en un clima de violencia— de- tintos formatos (novela, radionovela y telenovela biera aceptar, por tratarse de ingredientes de la incluidas) es la del statu quo: valida un orden vida cotidiana: el melodrama, el maniqueísmo, y jerárquico, y, como anota Jesús Martín Barbero, el compromiso político. “¿Cómo —dice— situado en una realidad que 1 Medina Cano, Federico y Montoya Ferrer Marta Inés. Te- ha dejado muy atrás, en horror y truculencia, las lenovela: el milagro del amor, Medellín: Pontificia Universidad aventuras de “Fantomas” y los envenenamientos Bolivariana, 1989.

76 en serie del Conde de Montecristo, va el novelista Amable— muy “picaditos, tipo ping pong”. Nada de actual a sustraerse del hábito del melodrama que disertaciones tipo Dostoievsky o Milan Kundera. lo envuelve? ¿Temor a lo excesivo, a lo sangriento, Nada de monólogos hamletianos. a lo tremebundo? En los doce capítulos de que consta la radiono- Y añade: vela, mis grandes retos fueron: “No busquemos deliberadamente el melodrama, •Dramatizar la violencia —universal o latinoa- pero no lo esquivemos tampoco. América Latina mericana— sin ubicar la historia en un país con- está llena de trágicos melodramas cotidianos”2. creto. Hablé de violencia intrafamiliar, de violencia Cuando acepté escribir la radionovela para de género, de subversión, de persecución sindical, Radio Nederland supe que se trataba de aprender de maltratos del Estado, y de la violencia que está sobre el tema. En primer lugar, el género poco implícita en toda pobreza extrema. tiene que ver con el teatro, aunque comparta con •Lograr un vocabulario libre de modismos él la estructura dialogada. El teatro, tal como lo locales, sin caer en un lenguaje plano o neutro, entiendo yo, nace de una convención (parafrasean- desconectado de la riqueza del habla. do a Borges, en él unos fingen ser otros mientras •Crear personajes de carne y hueso, ni buenos otros fingen creer en la existencia de esos otros). El ni malos, con personalidades características, ac- artificio que lo caracteriza tuaciones impredecibles, y no riñe con la verosimili- a veces agujeros oscuros en tud que lo debe acompa- su comportamiento. ñar. Para representar una •Manejar varias histo- batalla, tal como lo dice rias entrelazadas, persi- Shakespeare, basta poner guiendo un equilibrio. dos guerreros en escena. Los distintos escenarios •Conseguir un ritmo, pueden coexistir, y en el una tensión, una identifi- mundo moderno se elude cación relativa con los per- la representación realista sonajes y las situaciones. de estos. Uno o dos ele- •Evitar moralejas y mentos pueden servir para discursos didácticos. En definirlos. La temporalidad cambio, propiciar enfren- también puede tener algo Piedad Bonnett con los escritores Juan Manuel tamientos dialécticos, que de ilusorio. En fin, lo oní- Roca y Juan Diego Mejía. hagan reflexionar sobre rico, lo poético, lo absurdo, aspectos políticos y sociales no riñen con el arte teatral. de la realidad latinoamericana. Las virtudes de la radionovela nacen, como en •Movilizar a los personajes en un territorio de el teatro, de sus limitaciones. Solo contamos con dilemas complejos, haciendo de la ambigüedad voces, música, efectos de sonido. Nada más. Ni una riqueza. nada menos. Amable Rosario, el director de las pro- •Combinar lo grave con lo leve, sin caer en la ducciones en Costa Rica, me dio unas claves que trivialidad. fueron importantísimas: mientras en el radioteatro Y sin duda muchos otros, que ahora olvido. cada capítulo es una historia en sí misma, en la radionovela prima la sensación de continuidad, No fue, en absoluto, una tarea fácil. Fueron de modo que hay una especie de crescendo de la cinco meses de arduo trabajo, compensados por acción, que se va enredando cada vez más hacia gran acopio de experiencia y aprendizaje. el final. Las escenas deben ser muy cortas, de un Sin embargo, no olvido que mi aporte es apenas máximo de cuatro minutos, y llevar incluido un parte de un todo. Mi texto ha sido modelado por las “gancho” que atrape la atención del oyente, por- voces de los actores, por los énfasis del director, que, a diferencia del televidente, se distrae muy por los apoyos musicales y de sonido. Si el nove- fácil. Y los diálogos deben ser —en palabras de lista es un dios omnipotente, el dramaturgo y el guionista tiene que ser, ante todo, un ser humilde, que se reconocerá apenas parcialmente en lo que 2 Carpentier, Alejo. “La novela latinoamericana en vísperas oiga, porque en la puesta en escena muchas cosas de un nuevo siglo”. En La novela latinoamericana en vísperas nuevas le serán reveladas. de un nuevo siglo y otros ensayos. México: Siglo XXI Editores, 1981: 7-32.

77 De cómo llegue a escribir Déborah Kruel

Ramón Illán Bacca

El poeta y escritor, ya desaparecido, Jorge García destacaba, blanca lechosa y de un bucle y otro y Usta me preguntó alguna vez cuáles serían los otro en ascenso, la bautizaron “Mar de leva”. Por elementos a considerar en la génesis de la produc- eso cuando apareció aquella muchacha, que leía ción literaria de un escritor que se había quedado revistas gringas y que salía en bata de baño dos viviendo en la Costa. La respuesta se diluyó porque cuadras antes de la playa, pasaba frente al palacio los dulces árabes que en ese momento degustába- episcopal y se daba largos baños de mar y de sol mos nos hicieron cambiar de conversación, y por bronceándose, la ciudad no soportó la trasgresión. último reconocí que mi paladar no tenía tradición La bautizaron “Diablito frito”, “Brudubudura” (por árabe, pero sí mora, como todos los hijos de la una crema bronceadora) y una silbatina la acom- conquista. pañaba a su paso. Después cavilando he pensado si el nacer Una digresión no necesaria pero que quiero frente a una bahía prodigiosa, la de Santa Marta, hacer. Cuando me presentaron en enero de 2006 a me condicionó. En realidad me siento un escritor García Márquez y le dijeron que yo era la persona sin connotaciones locales que escribe en español, que había escrito un artículo titulado “De cómo no pero los temas, no lo niego, son reiterativos y los he llegado a conocer a García Márquez”, me con- espacios geográficos donde se desenvuelven son testó un: “Pues ya te jodiste”, y poco después en en la Costa Caribe colombiana. el transcurso de las pocas palabras que cruzamos agregó: “Yo conocí a Diablito frito”. “El mar, el mar, sin cesar empezando”, dijo Paul Valéry. Sin embargo, era un tanto sorprendente para mis ojos infantiles que el baño de mar fuera tan restringido. Las mujeres de la familia ni la de ninguno de mis amigos se bañaban conmigo en el mar. Más aún, el sol y el mar eran los enemigos naturales de algo muy alabado por los poetas y muy considerado por todos: la belleza alabastrina. “Sé blanca y sé triste / lo demás no importa/”, decía el poeta Barreneche, una gloria local, en las coronaciones de las reinas cívicas. Fieles a ese mandato, las muchachas de clase media y alta no se dejaban ver sino a partir de las cinco de las tarde en el camellón portando sombrillas. Con los brazos entrelazados cantaban Vereda tropical mientras lanzaban miradas coquetas a los contertulios del Park Hotel. Algunas usaban aquellos peinados de ondas ascendentes en el cabello. A la que más se RIB

78 Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla pp. 78-83. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 He escrito sobre la guerra submarina en el Cari- be con frecuencia, pues es algo que llenó mi infan- cia. El primer indicio, para mí, de la guerra fue un dirigible (los mayores todavía lo llamaban zepelín) que sobrevoló la bahía de Santa Marta en una tarde gris, como todas las tardes de la guerra. Los que lo vieron lanzaron conjeturas. “Sale del canal de Panamá y llega al cabo de la Vela para avistar a los submarinos nazis”, dijo, en forma sentenciosa, mi tío Nicolás, quien había hecho unos estudios en Lovaina de algo, que nunca se aclaró del todo, pero que con su indiscutible maestría en bailar tango, danzón y foxtrot, lo hacía ser una persona muy escuchada. Después, las emisiones de la BBC de Londres, con los tres toques de la quinta sinfonía de Beethoven “La llamada del destino” y con un inmenso radio dando noticias, condicionaron la infancia de mi generación. ¿Por qué no hay manzanas? ¿Por qué no hay uvas pasas? ¿Por qué no me compran un velocí- pedo? Y la respuesta siempre era: “Por la guerra, hijo, por la guerra”. Una noche, y mientras se re- presentaba La toma de Granada, una obra teatral de Antonio Álvarez Lleras, en el Colegio de la Pre- sentación, se oyó un ruido de un avión que pasaba volando bajito sobre el patio. Alguien gritó: “Es un avión alemán”. Hubo una estampida general y el castillo de cartón se cayó antes de ser tomado por los Reyes Católicos y la reina Isabel. Cayó en las piernas del obispo, y este, famoso por su mal genio, gritó: “María Poussepin, no llegarás a ser santa”. Desconozco si se ha cumplido su afirmación. Otra vez, mi tío Nicolás fue el oráculo, pues Jürgen Rohher señalaba que el último submarino afirmó que el radio de acción de un Messerschmitt alemán que operó en el Caribe lo hizo a finales del no daba para atravesar el océano. Muchos años 43 y a principios del 44, lo que da paso a múlti- después, en mi cuento “La apoteosis de Marí Pus- ples dudas sobre nuestra hazaña marina. Pero yo pán”, publicado en el libro Marihuana para Göring, prefiero creerle al tío Nicolás y no al historiador recreo este episodio, que posteriormente pasó a ser Rohher. Además, según el escritor Carlos Flores, un capítulo de Déborah Kruel. el Caldas era un barco inglés que alguna vez había pertenecido a la armada de Portugal y vendido Fue muy comentado en las sobremesas de mi después a nuestro país. Por eso las instrucciones casa el hundimiento de un submarino alemán por para el lanzamiento de las bombas de profundidad uno de nuestros barcos de guerra. El submarino estaban en portugués. Doble hazaña de nuestros dejó una estela de aceite, demostración irrefutable marineros. de que estaba hundido. “Brillante victoria de la ma- rina colombiana, hundido un submarino nazi por Todo este Caribe secreto pareció terminarse el ARC Caldas en el mar Caribe”, decía El Tiempo cuando los gringos de la ‘Yunai’, las mujeres belgas el viernes 21 de marzo de 1944. Posteriormente, con sus maridos colombianos, un judío alemán o nuestros marinos hicieron una entrada triunfal a polaco que portaba una bandera de la “Unión So- la plaza principal de Cartagena. Los datos están viética” —pues él solo constituía el comité de ayuda recreados en el libro “Colombia nazi” de Silva a la “URSS”— más una multitud heterogénea, des- Galvis y Alberto Donadio. Sin embargo, en algún filaron por el camellón celebrando ruidosamente recorte de periódico, con fecha septiembre 13 de el fin de la guerra. Por los parlantes se transmitía 1984, el prominente historiador naval alemán el porro del momento:

79 Ya la guerra se acabó rah Kruel —que, insisto, es una novela calificada ya por fin llegó la paz como de espionaje, pero que es en realidad un co- ya el Japón se rindió tilleo samario con el telón de fondo de la segunda con dos bombas nada más… guerra mundial— solicité a Eduardo Posada Carbó, que estudiaba historia en Oxford, que me enviara El Caribe volvía a tornarse en un mar para co- material sobre esa guerra submarina y secreta que merciar y bañarse y para que los jóvenes que fuma- se dio en el Caribe. Me lo envió dos años después de ban marihuana, traída de la Sierra Nevada, fueran mi petición cuando ya había terminado la novela, y a sentarse a la playa y mirar hacia el norte, pues la parte fuerte de espionaje la titulé “La operación allá estaba: “La Habana, hermano, La Habana…” pelícano”, en la que me agarré a un dato suelto La influencia cubana de Carteles, en la que hablaba muy someramente de los aviones alemanes que debían sobrevolar y Durante mi adolescencia, en los años cincuenta, bombardear el dique de Gatún y así poner fuera iba a la peluquería de Paco, el cubano, donde se de servicio el canal de Panamá. encontraban rimeros de revistas cubanas: Bohe- mia, Carteles y Vanidades. La revista Cromos solo Aún así, y ya terminada la novela, me interesó circulaba en las peluquerías del interior del país. el escrito que me había enviado Posada y que era Las radiodifusoras de La Habana eran las escucha- un informe al departamento de Estado hecho por el das, los dichos cubanos eran los que circulaban. vicecónsul norteamericano Terry B. Sanders, que había sido comisionado en 1941 para que diera Sus grandes orquestas eran las que nos visita- un vistazo por la Guajira. ban, sus radionovelas eran las escuchadas, como El derecho de nacer y la serie de Chang Li Po, el A pesar de su prosa árida, lo que se nos revela detective chino radicado en La Habana que decía es la complicidad de algunos políticos y gamona- en su tema musical los siguientes versos: les con los embarques de provisiones a los Nazis. Es interesante ver cómo los militares reputados Chang Li Po, Chang Li Po como pro-nazis, después ocuparon altos cargos por una linda cubana en los gobiernos posteriores y uno de los coman- en La Habana se quedó dantes de un puesto perdido en la Alta Guajira, Chang Li Po, Chang Li Po. el coronel Forero, promovió después en 1957 un La moda incluía, en los estratos populares, el golpe de Estado fallido. De este coronel, teniente tacón cubano; y la guayabera con corbatín era para esa época, el informe dice que una de las frecuente en los estratos medios y altos. Todo es- pruebas de su nazismo era su pluma fuente con tablecía un agudo contraste con el mundo andino. una esvástica. El documento clasificaba las sim- La presencia cubana en esos años cincuenta es un patías nazis o pro-británicas de los funcionarios, punto que no ha sido estudiado pero a veces el cónsul perdía la detenidamente y que indica que contención de su prosa oficial y en este litoral, lo que teníamos se desbocaba contando las situa- claro es que éramos del mismo ciones de suspenso en las calles mar. solitarias de Riohacha, donde él veía, tras las esquinas, espías y Pero adonde va esta crónica contraespías como en cualquier nostálgica es a esa nueva visión película de la época. En estas de la guerra que nos daban las series de indagaciones, en una revistas cubanas, en las que las ida a Riohacha, oí a los vecinos memorias de los espías Aliados de larga memoria cómo, en junio y los del Eje constituían parte de 1942, se había dado el hundi- esencial de su popularidad. El miento de un mercante america- Caribe aparecía como un lago no por los submarinos nazis que donde las tripulaciones de sub- lo acosaban como lobos feroces: marinos nazis desembarcaban por algo se llamaban los lobos en las playas alejadas (entre de mar. El capitán de la policía, nosotros la Guajira) y comercia- en la única medida a su alcance, ban combustible y provisiones ordenó apagar todas las luces, o con los contrabandistas locales. sea, los pocos bombillos somno- Años después y al escribir Débo- lientos, las lámparas “Primus” de

80 gasolina, las velas encendidas de las habitaciones Esta fue una de las setecientas películas me- y los cirios de la iglesia. Al día siguiente, se apre- jicanas que vi en Fonseca, durante los dos años só a los alemanes Eikoff y Malher, dueños de un en que estuve como juez promiscuo municipal. Es almacén de miscelánea con su fuerte en clavos y obvio que las fuentes para escribir Déborah Kruel cemento. Se les deportó y se incautaron los bienes. fueron, los folletos de espionaje de las revistas Se afirmó que el juego de luces era la señal para cubanas, dramones mexicanos, las canciones de que los submarinos entraran en acción. “¿Cuáles moda y el cotorreo parroquial, todo con un fondo luces?, si desde que llegamos no hemos vivido sino de mar Caribe. en un solo apagón”, era la respuesta perpleja de Decidí que escribiría esa novela y que me infor- los acusados. maría bastante. Leí mucho y hubo un momento Los Eikoff eran la bestia negra del vicecónsul en que estaba sobresaturado de información. Me norteamericano, que los acusaba de enviar gana- pregunté: “¿Pero por qué estoy zambullido en la do robado a los Estados Unidos. En su informe segunda guerra mundial si lo que tengo que escri- número 2, el norteamericano está cada vez más bir es simplemente de mi infancia samaria, con la furioso, porque en la aduana se pone la simple guerra como telón de fondo?” frase: “Destino de las mercancías: Altamar”. (“Así no se puede”, se le escapa en algún momento en La improbable Déborah el informe). Se puede decir que la novela fue como un barco a Este escrito me confirmó que, en mí capítulo, punto de naufragar ante tantos escollos. A pesar “no se me había ido la mano” como se dice colo- de los muchos sobresaltos y la inseguridad que me quialmente. producían, decidí escribirla. Le mezclé diligencias judiciales —porque aún era abogado en ejercicio—, También tuve que parar los caballos porque tal frases de alguna lectura porque siempre apuntaba como iban las cosas terminaría escribiendo algo algo que me había llamado la atención, que había así como “Los capítulos que se me olvidaron en oído algo en la calle, algún dato histórico intere- Déborah Kruel” o un “diario de la novela”, pues sante, un pequeño apunte, alguna joya preciosa de cuando no escribo las cosas, escribo por qué no alguna crónica que me había gustado y de la que lo hice. A veces son más largos esos textos que la yo hablaba con frecuencia. Sin embargo, pasaba idea primitiva. el tiempo y no escribía una Mientras pensaba en sílaba, aunque en todas mis escribir esa novela con un libretas encontraba apun- Caribe de espías —obra de tes como éste: “¡Ojo, leer la que hablé durante veinte a Isis sin velo para idear a años antes de escribir la pri- la pitonisa!” Esta situación mera sílaba—, el cine y sus siguió así hasta que un día mujeres misteriosas, “las me dijo Roberto Montes Ma- vampiresas” nuestras, me thieu: “Tu novela no se va a surtieron de imágenes para llamar Déborah Kruel sino configurar la Déborah espía La Improbable Déborah”. que pugnaba por salir. Las Me dolió el comentario, pero motivaciones incompren- tenía razón porque teniendo sibles del eterno femenino todo para hacer la historia, de pronto se me revelaban no me decidía. en una frase. En la película Me pasaba lo mismo que española Una mujer cual- con algunas películas que quiera…, con María Félix, se anuncian en los cines de al ser preguntada: “¿Por Barranquilla: dan cortos y qué te fuiste con él si sabías avances pero se demoran que iba a traicionarte?”, ella hasta un año para llegar a contesta, mientras alza la exhibirse. Escribía cuentos ceja, y dice con su voz ronca: y artículos que vislumbra- “Tú no puedes saber… son ban un tema más amplio, cosas de mujer…” con mayor respiración, pero

81 la novela no llegaba. En cierto momento estuve trataba. Al fin, Germán Vargas, que era un buen completamente enredado. Como quería hacer una amigo, llegó de un viaje y me trajo El desfile del novela con fondo histórico, pasaba horas en las amor. Lo leí con avidez, pero afortunadamente no hemerotecas indagando para sacar algún pequeño tenía nada que ver con lo que yo estaba haciendo. dato desechable, como las máquinas que remueven Lo que ocurre en Ciudad de México y lo que ocu- toneladas de tierra para sacar una pepita dorada. rre en nuestra Costa Caribe son diferentes, pues Ahí es cuando se comprueban las desventajas en dos sociedades tan distintas, un mismo hecho comparativas del que investiga en Barranquilla: produce resultados igualmente distintos. no había una buena hemeroteca, ni un archivo Cuando al fin terminé la novela, el sobresalto fílmico bueno, ni una buena colección de fotogra- llegó de donde menos lo esperaba. Se la entregué fías. Ahora hay una leve mejoría. a un amigo que me dijo: “Tienes que pasarla en Con la inmensa desventaja de no tener mucho computadora”. En esa época la computadora era en dónde buscar, en ese año del 85 me puse a una novedad, estoy hablando del 87. Este amigo escarbar y encontré algunos datos para el caso tuvo la novela un mes en su poder y no me la pasó. Mamatoco y sobre el hundimiento de un barco Después nadie sabía dónde estaba el mamotreto, alemán en las costas de la Guajira. De pronto, dónde estaba la novela. Allí trabajaban como tres y por casualidad, leí en El Tiempo una nota que o cuatro personas y nadie sabía de nada, todo se llamaba “Datos históricos” sobre los alemanes el mundo le echaba la culpa al otro. Al fin por en Colombia, y ahí estaba todo lo que me había un milagro y después de dos semanas apareció costado tantos meses de rastreo. La publicaron en dentro de un fólder que iban a botar. La rescaté un dominical cualquiera sin hacer alarde porque y se la entregué a una secretaria de nombre Co- esos datos los tenían a la mano. lombia. Le dije: “Hazme el favor, te voy a pagar, pásame esta novela”. Cuando estaba por la mitad Nunca me faltaron sobresaltos. Estuve durante me la devolvió y me dijo: “No voy a perder más semanas cortejando a una vieja alemana neuró- el tiempo, págueme los once mil pesos que me tica e hipersensible, con el fin de sacarle alguna debe y le entrego esto”. Entonces cogí la novela información. Mantuve la diplomacia con ella para y se la di a un par de amigas y les pedí el favor lograr mi objetivo, pero cuando estaba cerca del de que me la pasaran. Cuando me la entregaron tesoro, me decía: “Puedo mostrarle unas fotos empecé a revisarla y encontré que un personaje que le van a interesar pero no sé si debo dárselas, que en la primera parte se llamaba Colombia, en vuelva el próximo sábado”. Cuando estaba ya en la segunda parte se llamaba Francia Travecedo. un estado de felicidad y ansiedad, esperando que Fui adonde Colombia y le pregunté: “Cuando tú la mujer cediera finalmente, sale el libro titulado me transcribiste esto, ¿qué pasó?” “Colombia Nazi”, escrito por Silvia Me respondió: “Es que usted está Galvis y Alberto Donadio, donde empleando el nombre de Colombia estaban todas las fotos de los nazis para uno de sus personajes y yo no en Barranquilla y la información tengo ningún interés en que salga pertinente. Todo lo que la señora mi nombre en su novela”. Quedé me iba a decir ya estaba publicado. mudo. El asunto fue que, por un instante, me sentí ahogado y me dije: “¿Aho- Lo malo es que alguna gente ra qué hago?” En esos días llegó el de mi generación está leyendo la escritor R.H. Moreno Durán a Ba- novela como si tuviera claves y se rranquilla y me dijo: “Me ha dicho la pasan buscando parecidos todo Germán (Vargas Cantillo) que estás el tiempo. Así, me encontré con un escribiendo una novela sobre los médico en Barranquilla y me dijo: alemanes en el Caribe, pero sucede “Pero esa Mona Navarro en reali- que ya Sergio Pitol [un escritor me- dad es Raquelita Pereira”. “Pero, jicano] escribió El desfile del amor, ¿quién es esa Raquelita?”, pre- que trata sobre el mismo caso, la gunté. “Esa que tengo aquí (y me guerra en el Caribe”. mostró una foto), tú te inspiraste en ella”. “Lo siento —le dije— pero La nueva preocupación ahora, yo no conozco a Raquelita, no me pude inspirar en además del desánimo que me trajo, fue cómo ella”. Afortunadamente, he encontrado que la gente conseguirme la novela de Pitol para ver de qué se que la lee en el Interior del país o mis alumnos

82 me esté pasando esto?” Hasta que reconocí en un transeúnte al geren- te de Plaza y Janés que iba para el hotel, corrí y me presenté. Me dijo: “Creíamos que usted no venía. Usted tiene una reserva en este hotel”. Regresé, me bañé en la tina, bajé oloroso a agua de colonia y optimista a observar los resultados. Entonces empezaron a anunciarlos. Era por puntos y salí de cuarto. “Bueno, no está mal”, me dije. Después sa- lió la tercera escogida. Era una novela que se llamaba Ily Imy Iwy. El título me pareció horrendo. que la leen en Barranquilla, que tienen 18 años y El asunto era que el título estaba en inglés y ningún referente al respecto, lo hacen como debe significabaI love you, I miss you, I wish you. Des- leerse y les gusta o no les gusta, sin buscar su pués tuvieron que cambiar el título por el anodino correspondencia con personas reales. de Esposa o Amante. Es una novela al parecer poco leída. Cuando le entregaron el cheque del premio, Un concurso bizarro la autora se levantó y empezó a dar los agrade- Después de tantas dificultades, mandé Débora cimientos: “Agradezco porque ésta es la primera Kruel a un concurso de Plaza y Janés. Tenía ciertas vez que una mujer se hace presente en la novela correcciones: había tenido que tachar y poner en colombiana...” Al lado mío estaba Lucy Barco de lápiz el otro nombre y eso es malísimo porque si Valderrama, que se había ganado diez años antes, hay algo que los jurados detestan es que les hagan con la novela titulada “La picúa cebá”, el premio correcciones encima de los textos que les mandan. “Esso” de novela. Lo sé porque yo también he sido jurado. Como al Doña Lucy se iba a levantar a protestar y a se- mes después de haberla mandado al concurso, ñalar que la otra no era la primera mujer premiada cuando ya iban a dar el fallo, no tenía muchas en concursos de novela, sino que había sido ella, ilusiones. De pronto me enviaron un telegrama pero los familiares no la dejaron. Yo estaba diver- que decía: “Sírvase reclamar el pasaje para que tidísimo y disfruté el momento. El segundo premio venga a Bogotá”. Me dije: “Si me envían el pasaje fue para una novela que se llamaba Largo ha sido es que mínimo estoy de finalista”. este día, de un poeta natural de Ciénaga, José Cuando llegué a Bogotá, se me había olvidado Manuel Crespo, que vive en Bogotá, y el primer exactamente adónde era que tenía que ir, y llegué premio fue para Tomás González con Para antes a Plaza y Janés. Allí me dijeron: “No, señor, no es del olvido. Esa novela sí me gustó. Pero creo que aquí la ceremonia sino en el hotel Hilton”. Corrí con Déborah Kruel merecía mejor suerte en ese con- mi maleta hasta el Hilton, nadie me dio razón. Me curso. Después con el paso del tiempo esta novela preguntaba: “¿Qué hago en Bogotá con tan poca caminó sola, con buena crítica y malas ventas. plata? ¿Qué voy a hacer?” Desesperado llamé a Parece que llegará ser “una novela de estimación” algunos amigos a ver quién me daba alojamiento, (una mala traducción de la frase en francés), algo nadie respondía. Me decía: “¿Cómo es posible que es algo.

83 Tres cuentos breves

Álvaro J. Ramos Q.*

Ruinas artificiales

—¡Ruinas artificiales! ¿Usted lo que quiere que Nuestro historiador decidió contratar a varios le construyamos es una casa que esté en ruinas espiritistas reconocidos, para ver si podían poblar- desde nueva? le su casa de vibraciones de recuerdos artificiales. —Sí, y quiero que sea exactamente igual a las Uno de ellos tuvo éxito, invocó espíritus de diversas ruinas de esta casa francesa del siglo XVIII que épocas, que encantados y presurosos se instalaron ustedes ven en esta fotografía; yo les suministraré en todos los rincones de la casa. Al principio era más fotos y todos los datos que necesiten, yo me interesante percibir esas presencias del tiempo; la se de memoria, es mi pasión, soy historiador. pero: o se le fue la mano al espiritista, o los espí- ritus que llegaron primero fueron trayendo a los Los arquitectos estudiaron muchas ruinas y otros. El caso fue que la mansión se convirtió en al fin le construyeron la nueva-vieja casa; con los una algarabía espectral que no coincidía exacta- muros mordidos por el viento, masticados por la mente con el espíritu de la arquitectura, porque hiedra y digeridos por las lluvias. Los pisos limados la mayoría de los fantasmas no eran ni franceses, por pisadas que nunca pasaron por allí, puertas ni del siglo XVIII, sino árabes del siglo XII y por desvencijadas y chirriantes, pero todo dentro de lo tanto las ruinas evocaban una época y una una gran dignidad. nacionalidad que no deberían evocar. Estando Salió más cara que si la hubieran construido uno asomado a una ventana francesa, tenía más moderna o posmoderna, y quedó elegantemente bien la sensación de encontrarse en un minarete, aterradora con sótanos oscuros y húmedos espe- y un silbido impreciso, tal vez un golpe de viento, rando las fáciles telarañas naturales y la completa hacía recordar el lamento del muecín llamando a gama de sabandijas. la oración junto a vastos arenales reverberando bajo el sol. El mobiliario fue maravilloso: sillas que cojean, telas raídas, manijas desgastadas y pomos que En suma, una alteración de las estructuras de se quedan en la mano. La inauguración fue es- la historia y de la muerte. pectacular, y en ella los invitados terminaron de Hoy nadie puede vivir allí, el Profesor se mudó destruir aún más los enseres y las paredes, ya de a un apartamentico en el centro. La casa ahora sí por sí endebles. que está abandonada, pero por la vida, porque es El historiador estaba feliz con su vieja-nueva muy pintoresca, tal vez porque los espíritus hacen casa y pensó que era cuestión de meses acos- esfuerzos ultrahumanos para no ser desalojados tumbrarse y sentirse a sus anchas, pero no, algo de su palacio. Se está abogando para que la de- hacía falta, algo intangible pero que tienen todas claren patrimonio nacional. Ni los ladrones se las verdaderas ruinas: Espíritu, podríamos decir; atreven a entrar, algunos que lo han hecho han una verdadera ruina habla de las innumerables sido encontrados muertos (tal vez de miedo, porque cosas que allí han pasado, de la personalidad de no presentaban señales de violencia). Solo viven sus habitantes ya muertos. Esta casa era una allí un par de perros callejeros que los espíritus historia sin historia. probablemente aceptaron adoptar. El Profesor pensó poseer un pedazo de historia, pero ahora es la ciudad la que posee un pedazo * Nació en Cartagena, 1947. Arquitecto de la Universidad de misterio, y el misterio posee un pedazo de la del Atlántico; profesor jubilado de la misma institución. Asiduo ciudad. colaborador del suplemento dominical del Diario del Caribe, (Para “Teorías y Testamentos”, marzo 31, 1987) sus cuentos han sido publicados en diversas antologías.

84 Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla pp. 84-85. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 Emmanuel

Siempre he sido un hombre muy metódico, y du- bien habitar este apartamento tan cómodo durante rante los 38 años que he trabajado de escribiente las horas que el dueño no estuviera aquí, no robo en el juzgado no he fallado un solo día, ni tampoco nada, todo se lo dejo cada día tal como lo encontré, he llegado tarde ni salido más temprano jamás. solo habito, oigo música (no puedo en mi cuarto), Había pensado, bueno, a mis 62 años ya cum- me baño y traigo mis propios jabones y toallas, veo plidos, es normal que vaya perdiendo un poco la algo de televisión (que tampoco tengo en mi cuar- memoria. Tenía todavía agua helada en la jarra to), y leo los libros de su maravillosa biblioteca. en el refrigerador... ahora está vacía... ¿en qué Una tarde, hace tiempo, el señor dejó olvidada la momento me la habré tomado?... estoy seguro, o llave puesta en la cerradura porque estaba aturdi- casi, de haber puesto las aspirinas en el baño, y las do con lo del incendio en la planta baja, yo la tomé, encuentro a menudo sobre la mesa del comedor. hice una copia y la volví a poner en su sitio, él la Vivo totalmente solo y hago mi propia limpieza descubrió al día siguiente, y pensaría: “¡Dios mío, los fines de semana, pero no sé si ya la edad me gracias que nadie abrió durante la noche!” Como ve cansa, pero siento como si hubiera más polvo y Ud., no le estoy haciendo daño a nadie, tengo tres más mugre en el piso que antaño. años de vivir aquí, a veces hasta le limpio las ven- Ayer cumplió años mi jefe, el Dr. Peña, el juez tanas, solo un poco para que no vaya a sospechar. nuevo (más joven que yo, apenas 40) y decidió ce- Ahora, si Ud. gusta dejarle algún recado escrito y rrar la oficina media hora antes de las 6:00 p.m., pasado por debajo de la puerta, yo le doy lápiz y nos dio salida más temprano. Cuando llegué a mi papel... yo he recibido cartas para él otras veces y apartamento casi pego un grito... la puerta estaba se las dejo como si hubieran sido deslizadas por entreabierta, oí ruidos, por precaución toqué el debajo de la puerta. O, si Ud. quiere, yo mismo le timbre para ver qué pasaba, y salió un señor muy escribo la esquela diciéndole que desea hablarle tranquilamente a decirme: el señor del apartamento 418. —A sus órdenes, en qué puedo servirle. En ese momento fue cuando caí en cuenta de que yo estaba parado a la puerta del 318, que es Conteniéndome le dije: exactamente igual al mío, pero un piso debajo. —¿Quién es Ud. y qué hace aquí?... Esta casa Sin embargo, quedé muy inquieto pensando que no es suya. el señor del 318 se parecía tanto a mí... y que ver- Y me ha contestado con toda tranquilidad: daderamente me estoy volviendo muy distraído... —Lo sé, aquí vive un señor que sale y llega pensar que confundí su piso con el mío... ya tres siempre a horas muy precisas, yo no tengo sino pisos me cansan como si fueran cuatro. un cuartito miserable en donde vivir, trabajo de Para la serie “Teorías y testamentos”, Barranquilla, sept. 1984. celador por las noches en una fábrica, me pareció

Encuentro antropológico

Para Adelita Estos indígenas también tenían su mito sobre Según el mito de los indígenas Tururús, que ya se lo que nosotros llamamos “Pirámide alimenticia”: extinguieron en las selvas amazónicas: “Las plantas se comen a los minerales y la luz, “En un principio Dios era todo y uno, pero se los herbívoros se comen las plantas, los carnívoros sintió solo, entonces decidió cortarse un pedacito se comen a los herbívoros, los humanos se co- de sí mismo y declararlo: ‘otro’ o universo. Ahora se men a las plantas, los herbívoros y los carnívoros entretiene y se burla viendo todas las evoluciones, cocinados. destrucciones y absurdas direcciones que toma esa Y en cuanto a los humanos, solo su alma es parte que ya no es suya ni es él, compuesta en su engullida por los ángeles que nos cazan agazapán- mayor parte por bolas incandescentes alrededor de dose en las esquinas del tiempo, y luego desechan las cuales giran otras bolas habitadas por seres es- nuestros cadáveres. túpidos que no hacen más que molestarse, matarse Los ángeles a su vez son devorados por Dios, y comerse unos a otros. Y todo eso suspendido que los acecha escondido en los repliegues de la en un vacío silencioso inmenso y muy muy frío”. eternidad, y solo desecha los recuerdos”. Colección “Cuentos crueles breves”, Barranquilla, mayo 8, 2007.

85 Relatos

Rubén Maldonado Ortega*

alcalde popular Es cierto que provoqué la guerra entre costeños y sido porque igualaban a la población de desem- cachacos cuando a pupitrazo limpio sancioné la ley pleados no me habría bastado materia gris para lo- que prohíbe escuchar vallenato en todo el territorio grar un equilibrio social (los unos encerrados y los nacional, pero no lo es menos que gracias a ello otros custodiando su encierro) que me permitiera aumenté el número de los empleados carcelarios, consagrar a este problema menor que constituye la quienes además de encargarse de que ningún guerra; y aunque algunos tal vez me reprocharán acordeonero, guacharaquero o cajero disponga de que esta última sobrevino a consecuencia del mal tiempo en la prisión para seguir vallenateando, me del que quise librarme, lo cierto es que el trepidar proporcionaron un caudal de votación importante de los cañones ha terminado por convencerme de para seguir gobernando en este paraíso que edi- que la medida logró que este pueblo empezara por fi qué a partir de la medida tomada; y es que eran fi n a componer la música que lo identifi ca. tantos los cantautores vallenatos, que de no haber

aleJandro en delFos

Me acerqué al extremo de la tarima y me dispuse a pie, se disponía a meter la mano en el bolso des- hablar. Tal como lo tenía pensado, y con el único teñido que yo había visto antes en otro espacio y fi n de relajarme, empecé por confesar mi estado en otro tiempo, tuve el acierto de añadir que para de nervios. Les relaté que no era por la cantidad satisfacción mía el asesino sería linchado luego de público sino por mi sueño de anoche, en el que, por la muchedumbre que ahora gritaba furiosa: después de terminar con estas breves palabras, ¡Ale-jan-dro! ¡Ale-jan-dro! ¡Ale-jan-dro! alguien se levantará de su asiento, descargará su El hombre sacó entonces del bolso un viejo reloj revólver y me quitará la vida. Cuando alguien, de de bolsillo, y sin mirarlo, se marchó como si no le * Filósofo, Universidad Nacional, Bogotá, Doctor en Filoso- importara que a esa hora no encontraría trans- fía, Universidad Javeriana, Bogotá, docente de tiempo porte para volver al sitio de donde había llegado. de la Universidad del Norte desde 1993.

86 Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla pp. 86-89. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 El conferencista del jueves

Inicialmente fue como entrar a un salón colosal con Esa mujer delgaducha, casi una niña todavía, paredes de cúmulos y zócalos cuadriculados que que había podido quebrar la más duradera de las perdían sus contornos a medida que la vista que- alianzas desde que Byron se hizo al poder, por el ría abarcar más, como en las pinturas de Escher. mero hecho de tener chupadera, le miraba ahora Ninguna butaca, cortina o alfombra que pudiera con ojos de aquí estoy, tal como fue anunciado, dar la sensación de otra compañía en aquella in- para responder cualquier inquietud porque, cier- mensidad. Ni siquiera un cenicero a lo largo de la tamente, os veo muy inquietos. ancha retina donde apagar la colilla abrasando los La conferencia había terminado, y el silencio dedos que, muy a pesar, siguieron inmóviles. Pero que se extendía zigzagueante entre las ocho hileras en cambio, cuando sobrevino la primera reacción, dispuestas de modo que el salón pareciera menos el estrecho salón se tornó ruidoso, de un amarillo angosto presagiaba una dura faena. Preguntas sin sin luz, increpaciones que iban de aquí para allá, relación con lo expuesto, confusas, insípidas, mal sin detenerse en ningún lado, y, por ello mismo, formuladas nunca aparecieron, y, en cambio, un atendidas por Nadie, que ahora, por iniciativa de cotorreo incesante comenzó a filtrarse contrarian- Señor Venedizo, estaba siendo enjuiciado y casi do el sentido del casi imperceptible surco abierto condenado, a pesar de su condición de reo ausente. por el silencio reinante de hace apenas un mo- Cuando se vio incluido en aquella lista de mento cuando los once ministros de sotana, junto conferencistas cuidadosamente seleccionados con los otros veintisiete de sacoleva, sin contar a para co-loquiar a costillas del lenguaje, casi no sus acompañantes de mucho encaje y colorines lo podía creer. Había sido marginado durante todavía con olor a recién estrenados que batían mucho tiempo, que revisó y revisó hasta expulsar sus copas de nervios, porque el brindis aún no se la duda, porque, en efecto, era él y no otro quien había iniciado, y también de coraje, porque quién debía sustentar para un jueves de mayo que ya le dijo a ese señor quién era él, un maleducado rodeaba con un trazo naranja en su agenda, que Señor Venedizo, un maleducado que no ha sabido no todas las veces a ese efecto sonoro cuyo trági- guardar para otra ocasión su perra conferencia de co itinerario se iniciaba esta vez desde un corpus mal oliente ateísmo, habíanse puesto de pie, como concreto que era el suyo y se estallaba en oídos cumpliendo una orden impartida por ese punto que no le perdonarían semejante sacrilegio, que final que los cogió a todos de sorpresa. El rostro no todas las veces, había dicho, levantando la voz de Señor Venedizo era, en cambio, una especie de sin necesidad, le corresponde a esa sonoridad monumento; impertérrito recorría una a una las ausente una entidad real. Y, sin embargo, estaba muecas salidas de un fondo menos áspero que esos allí, apartando los cúmulos para hallar un cenice- pómulos, esas entrecejas maquilladas con singular ro donde arrojar la revoltura de paja y ceniza que maestría para simular dolor a la hora de la risa, y llevaba en las manos. claro está, mucha coquetería a la hora en que vine a parar a este maldito lugar. Eran mujeres que Ya bien adentro divisó la cortina transparente habían sido traídas de los más variados lugares de a través de la cual Iris ofreció su cuerpo desnudo la comarca para endulzarle el tinto a los señores, como prueba incontestable de lo que allí se vene- ¡ah! los señores, maniáticos todos, aunque ellos raba. Entonces vio los sofacamas ocupados por preferían llamarlo mi de vez en cuando dejo de otras arpías que simulaban tejer alguna cosa para neurosis, y también para endulzar sus ratitos de exacerbo delicado de las nada santas inclinaciones ocio, que era cuando la Iris se ponía toda grosera de la carne. Al fondo, sobre la blanda pared forrada con la Pupi porque le había sacado la piedra a ese en fino coroides por cuyo color quedaban ahora señor grandote que no podía coger rabia y que, al descubierto las vetas rojas, inequívoca señal aunque todo feo, era el que mejor pagaba, porque de deterioro, dos hileras de plantas ornamentales Byron sí sabía qué era lo que había que pagar caro. debidamente retocadas para la ocasión oficiaban Y ellas también lo sabían. de séquito a una leve catarata que prestaba sus tibias aguas para gozo de un jardín donde flore- Pero, Señor Ministro, las facultades que la Ho- cían tiernas, heroicas amapolas. Al saludar entre norable Duma delegó en vuestra sabia Consejería cortés y caviloso al prelado que apuraba el último no le habilitan para separarlo del cargo, recuerde botón de la bragueta, no pudo disimular el impacto usted que lo del prelado le incumbe únicamente que le produjo su primer encuentro con la Pupi. a la santa autoridad, y con ellos no hay Pupi que

87 valga. Mire, le cuento una cosa, pero ya sabe, como dificultad, pero a medida que las horas fueron una tumba, porque esa mirada, yo que conozco, transcurriendo sintió un poco de impaciencia por- esa mirada no me gusta nada. Usted que me vuel- que el muchacho no cedía. Se había sentado en ve a mirar así y yo que me levanto de la cama, y, uno de los extremos de la última columna como entonces, ni una cosa ni la otra. Pero se dejó caer queriendo pasar inadvertido, y ahora se levantaba suavemente bajada por brazos que la atenazaron para agradecer a Venedizo por todo lo que había con una muy tenue presión sobre sus costados dicho. La hoja de anotaciones en la mano, donde hundidos donde Mano Caliente comenzó a sentir sobresalía el tercer argumento usado por Vene- vellos erizados en señal de respuesta. Luego fue dizo para demostrar que en la relación biunívoca la boca la que respondió pero se apartó en segui- entre palabras y entidades reales estaría siempre da porque no quería ceder. Siguieron sus deditos ausente Dios, le confirmaba que en un instante del pie izquierdo que al estirarse y encogerse se tan decisivo para él estaría acompañado esa noche parecieron a ella misma, porque la Pupi, eso era por alguien que compartía sus puntos de vista. ella, quién lo creyera, tan menudita y con chupa- Pero, en cambio, lo había confundido con algún dera, hasta que ¡sus!, se derritió todita, la lengua revoltoso, y estaba ahora trenzado, como en duelo, recorriéndolo todo, y a medida que lo quería se lo mirándole fijamente a los ojos, porque el muchacho contaba todo Señor Ministro, todo, y tal vez sea tampoco cedía. Hizo entonces un último esfuerzo por eso que ahora lo sabe todo. y se vio a sí mismo entrando en ese inmenso globo Creyó que iba a ser agredido y por eso le clavó ocular, y Venedizo en la puerta que le decía: Pase, la mirada. Se la sostuvo, al comienzo sin ninguna señor, pase usted.

El enigma de Rosado

Cuando Evangélico Rosado supo de la existencia maturas tomando el té con bastante limón a una de aquella comunidad de sabios presagió que su hora en que la luna dejara entrever su faz oculta; enigma le sería resuelto. Aficionado a la Filosofía, de la manera de aprovechar el poder nutritivo de devoró desde muy joven todas las páginas donde los espaguetis, si a cambio de rociarlos con queso creyó encontrar respuesta a su pregunta. El re- rallado se les cubría con un inmenso triángulo sultado de esta indagación fue su convencimiento equilátero construido a base de hojas de lechuga; de que la Filosofía, la reina de todas las ciencias, de la facilidad con que podría llegar a componer nunca se había formulado una pregunta que va- un concierto para piano en re menor, a condición liera la pena. de que las teclas blancas se untaran de lágrimas Fue por ello que se refugió en la pintura, hasta derramadas por una mujer que fingiera vergüenza el día que Alejandra, la prostituta que no había ante la inminencia de una violación a altas horas querido acostarse con él la noche anterior, le habló de la noche. de unos hombres que habían instalado un inmenso A las cuatro horas y diecisiete minutos de la campamento a la orilla del río Manso. mañana del 11 de julio, Evangélico Rosado conoció La entrevista con el que se llamaba a sí mis- por fin la única pregunta que ponía en evidencia mo Consejero de Asuntos Gnósticos le retornó la supremacía de la Filosofía sobre cualquier otra de inmediato su simpatía por los grandes temas actividad del hombre. Esa mañana dos hermosas metafísicos, aunque ahora este hombre, con apa- mujeres lo bañaron con aguas aromáticas mien- riencia de domador de fieras, se había limitado tras le cantaban una melodía que no pudo recono- a hablarle de la forma de evitar las arrugas pre- cer, para preparar su encuentro con el patriarca

88 de la comunidad, el único que estaba facultado constituido con el correr de los siglos en el para- para divulgar el secreto. digma de lo que sería una torpe indagación que desembocaba irremediablemente en un círculo El anciano lo miró con aire compasivo antes de vicioso. Pero no, hijo. ¡Nada de eso! Llévate la manifestarle que el misterio había permanecido pregunta que es nuestro único secreto, pontificó oculto para él porque los hombres, en su afán el anciano, y que los hombres respondan de una por complicar las cosas, habían desnaturalizado vez por todas si fue primero el huevo o la gallina. la Filosofía hasta el punto de que la pregunta, la única que se había hecho la Filosofía, se había

El hombre desgarrado

Avanzó quince metros y se detuvo como si de entonces en la más fácil pero hizo la más difícil. repente presintiera que no era cosa para él solo. La patada llegó justo donde ahora le dolía. Y ahí Buscó a los demás pero estaban muy lejos; pensó quedó.

La ira de Samuel

Samuel Ovejero se dispuso a armar el acertijo. O finitas). El uno con el dos, el cero con el nueve, el me vences o te venzo, porque aquí no cabe Gödel. cuatro que se extravió pero ya lo encontré y en- Y si el destino no me ha reservado la derrota te tonces irá con el cinco porque también se había veré descubriendo la pancarta: ¡Abajo el tirano! extraviado. Al comienzo sin ningún orden definido, Siempre fuiste del bando contrario, ya lo sé, pero pero luego, como por encanto (porque fue así como no me consta que nunca hayas derramado una hallé las claves, por puro encanto), deslizándome sola lágrima, y eso es lo que cuenta. Aquí no es sin contratiempos hacia la periferia del poder. Y como en la escuela, siempre con alguien que podía luego hacia el centro, desde donde te pude dis- decidir quién tenía la razón y quién no la tenía. tinguir sin dificultad, a pesar de que ahora no Quién había cometido la infracción. Claro, y tú… encuentro el seis, que, sé muy bien, cuadra con el no podías ser tú porque tu carita no lo consentía. ocho, a pesar del avispero que se alborotó, y todos Además, porque las niñas no tienen aire de mal- corriendo, buscando la salida, desocupando la vadas. Solo un niño pudo haberlo hecho. plaza que se llenó otra vez de basura, de lugares Pero ya no soy un niño y voy a armar el acertijo comunes desafiando el espíritu de la época, el tre- (tengo ahora las piezas completas, en completo pidar de los cañones y la ira de Samuel pugnando desorden, pero completas, y las posibilidades por amarrar el tres con el diez y el once con el doce de combinarlas de este o de este otro modo son para volverla a ver, ahora que todos se habían ido.

89 Viaje a la India

Cristina Duncan Salazar*

Lista maleta (¡Que no se me olvide!) Olor a cebolla frita, ॐ om toronjil cocido en casas coloreadas Magenta, naranja, o envejecidas; verde y amarillo, espejito dorado, encalado un cartel de bienvenida, en la choza limpia. el envoltorio del jabón de un internado de niñas. कर्ण oreja ऋषि sabio Vendedores ambulantes Foto de CDS. elefantes sin colmillos, Índigo y oro diosas, budas, ecos, rayas y florecitas cuerpos entrelazan प्रछ् preguntar en el sari, cinco cámaras de la cueva Ondea el verde guanábana, olor a orilla. sin turistas. el purpura de la dalia en el sari ofrecido, Krisna कृष्ण आनन्द bienaventuranza aroma a algodón teñido; delgado lino el brazo de Cecilia. Apenas rosa, oro y amarillo Dedos que producen alimentos en cúpula de templos chicos, en pájaros los convierten las en campos desteñidos. bailarinas. अखिल todo Casi amarillo, casi rosado, Shivá शिव शक्ति poder salpicando flores blancas Blanco templo y salwar kameej infantiles; Como Hansel y Gretel huele a coqueteo, a risa. cuida el santón, va dejando Concha sus cositas. paja la hierba seca, seca la vía. ऋच alabar दण्ड palo Palomas blancas libera Laura Voluntad इच्छा Azul cielo claro un jueves, en mi nuca rígida. una celestina, una libélula de- Cardamomo, carbón, tenida; chikoo y tamarindo, olor a pescado fresco, ओजस् vigor color de pieles mate, a curry, a vetíver. olores del camino. Atardecer melocotón, bóveda de cobalto, de polillas; fantasma el olor a incienso * Psicóloga M.A. de la Universidad del Norte y de New School del ritual de bienvenida. for Social Research de Nueva York. Profesora en pre y postgrado de la Universidad del Norte. Su primer libro, Tallulah.doc: Cartas de una inmigrante, mereció beca de la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo, Atlántico, 2009.

90 Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla pp. 90-91. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 औष्ठ labial ऊ Rayas ondulantes, mojadas, India en la boca, pica en el suelo de una ducha calienta el estomago que es también cocina. humedece las pestañas, quema la caverna de la boca sorprendida. झष gran pez Pocos pájaros, pocos policías en el campo seco de la India. ऋ

Despierta el paladar preguntar प्रछ् a la memoria infantil Negro, miel, verde, índigo, de la guayaba y sus pepitas, miradas abiertas, limpias; de la anona verrugosa y blanca, quedo ronronea la voz de Perico. y en alguna orilla del campo, las ciruelas de Castilla. झगझगाय destellar ॠ Morada la remolacha insípida, las estrellas tan blancas, tan encima; Mecen doce pies el columpio azul, fucsia el turbante enorme viento ondea los saris que los siguen. del hombre frágil, quebradizo. ऌ अ Pergamino empolvado, Rosado Barbie la casa, las manos secas del campo; la mochila, los calcetines, astilla, el afrecho del arroz, la cinta de la niña. del trigo, la hoja del mijo; piel de coco, piel de brazos y mejillas. आ ऐ Marrón negruzco el barro, las pieles; bocinas sordas acompañan los días. Lazos rojos pliegan trenzas partidas; इ roja pasión el sari y su bailarina; Negras las aves urbanas, azafrán en las guindillas. las cenizas del rincón de una cocina. ओ ई Mumbay, negro, humo, plano, invadido, Huele a rosa, la rosa florecida campo podrido a jazmín, el jazmín en flor en casuchas pegadas a almizcle, el hombre recién vestido a edificios. a azahar, el Orgullo de la India a huevo podrido, la caña molida. औ उ Del llanto y la desesperanza salvan las compras, El agua huele al jardín de mi madre la sabiduría, la fortaleza en el huerto tranquilo; de Cecilia. borbotea el agua clara en el canto de la novicia. Nashik, India, noviembre, 2003.

91 Martha Luz de Castro De Goya al carnaval contemporáneo

Danny Armando González Cueto*

Entre los años 1815 y 1823, el pintor español del arte y de la cultura popular, y armoniza en un Francisco de Goya y Lucientes ejecutó una serie formato digital dos técnicas que siempre han sido (aparentemente incompleta) de veintidós graba- muy cercanas, puesto que el grabado fue muy dos realizados con las técnicas del aguatinta y el importante en el origen de la fotografía. aguafuerte, con retoques de punta seca y bruñidor, Las imágenes empleadas aquí son las imágenes titulada “Los disparates” o “Los proverbios”. En del carnaval de Barranquilla que la artista ha to- estas estampas, Goya representó visiones oníricas, mado durante sus estancias en este, establecien- violencia y sexo, y ridiculizó a las instituciones po- do así lazos profundos con sus raíces culturales, líticas de la época. Ese mundo imagina- pero más allá de las fiestas mismas, tivo estaba enriquecido con escenarios pues sus lazos como artista hispáni- nocturnos, grotescos y carnavalescos. ca la relacionan con Goya, portento Más de dos siglos después, la artista de la pintura española del finales del Martha Luz de Castro, como muchos siglo XVIII y principios del siglo XIX. artistas contemporáneos, centra su El lenguaje universal de la pintura es atención en aquellas estampas y las in- traspasado por las técnicas actuales, terviene, planteando una crítica sobre como el fotomontaje digital, con el que otra crítica, la que permite a las fiestas la artista incorpora a los grabados de populares expresar su inconformismo Goya sus fotografías. Entre capas y sobre lo político, pero poner en escena capas de dicha técnica, se leen las los paisajes de la imaginación. formas, los colores y los protagonistas El concepto de apropiación, utiliza- de las historias de las fiestas. Aquí, do en el campo de las prácticas artísti- adquieren una nueva visión, una nue- cas contemporáneas, se refiere a me- va forma, un nuevo sentir. Entre los nudo al uso de elementos prestados en disparates de Goya aparecen ahora la creación de otra obra. Los elementos cumbiamberos, marimondas, diablos, prestados pueden incluir imágenes, vampiros, ánimas, descabezados, formas o estilos de historia del arte o payasos, africanos, burras mochas, de la cultura popular, o materiales y saltimbanquis, criaturas del día y de la técnicas de contextos del no-arte. Las noche, que resucitan en un ciclo anual obras que presenta Martha Luz de permanente. Castro en esta sala ponen como fondo Estos disparates contemporáneos los grabados de Goya, superponiendo de Martha Luz de Castro son la re- sus fotografías del carnaval de Barran- creación de la sociedad que somos, quilla, en las que en ningún caso una que el carnaval desfoga, reconvierte y imagen pretende “estar” por encima de revitaliza. Las obras no se enmarcan la otra, sino establecer un diálogo con dentro del manido discurso de la iden- las obras maestras del pintor aragonés. tidad, que equivoca muchas veces su Utiliza, así, componentes de la historia Sin títulos. interpretación del hecho cultural, sino * Magíster en Estudios del Caribe de la Universidad Nacio- en una visión renovadora de nuestra realidad, que nal de Colombia, Sede San Andrés. Comunicador Social de la trasciende el precarnaval y los días oficiales, los Universidad del Norte, Barranquilla. Coordinador Académico únicos eventos que les importan a los medios de del Programa de Artes Plásticas de la Facultad de Bellas Artes desinformación social. y profesor de las cátedras de estudios visuales y audiovisuales de la Universidad del Atlántico.

92 Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla pp. 92-92. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 Los ensacados.

Martha Luz de Castro: “Puedo decir que estoy conectada con la obra de Goya…”

Óscar Jairo González Hernández*

Todas las ilustraciones son de Martha Luz de Castro

En la cámara y en la mirada de Martha Luz de mente a hacer tensión sobre sí misma, en ella. Una Castro lo que se instala para ella misma es la in- mirada que no está en ella como tal, sino que ella cesante y obsesiva manera lúcida de hallar, de dar prepara y provoca, perturba y lleva a la cámara. luminosidad, de revelar lo que para el observador Mirada y cámara se mezclan y combinan entre sí, está oculto, lo que no le es visible de manera in- porque ella lo quiere, lo provoca. mediata, y en las que, por medio de los sentidos, Cuando descubre a Goya, tras mirarlo, exacer- tiene que hacer una torsión y peso sensible para bar los sentidos al mirarlo, y con drástica mirada hacer evidente, en el mayor sentido e indicación en formación, no como la mirada de la Medusa, de la evidencia; o sea, no es aquella evidencia de que ya es en sí Medusa, sino la mirada que tiene la evidencia, sino de lo que la percepción pone en que formar, halla pues en Goya una relación in- evidencia. disoluble entre Goya y el carnaval, como antes lo La mirada de Martha Luz es una mirada que había hecho y realizado de manera extraordinaria busca, examina, siente y halla. No una mirada con el barroco, y dentro de la teatralidad del barro- cualquiera, sino una mirada que tiende necesaria- co y la muerte. Fiesta de los sentidos y muerte de estos, en el drama barroco de Goya y el carnaval; *Profesor de Teoría e Historia del Arte. porque lo que hay, el hilo conductor entre Goya y

Huellas 88 y 89. Uninorte. Barranquilla 93 pp. 93-96. 04/MMXI - 08/MMXI. ISSN 0120-2537 Martha Luz de Castro

Nacida en Medellín, de familia barranquillera. Estudios: Economista, Universidad de Antioquia; Troisième Cycle, Institut d’Études Économiques et Sociales de Paris ; Economista en ISA: Estudios económicos y evaluaciones financieras; Cursos de fotografía en la Academia Cultural Yurupary; Ejer- cicio de la fotografía con énfasis en los procesos digitales; Cursos, seminarios y conferencias sobre arte en general y sobre fotografía en particular; So- cia activa del Club Fotográfico Medellín –CFM. Exposiciones individuales Sin título. Érase una vez... Hotel Four Points Sheraton, du- rante las II Jornadas Internacionales de la Nueva el carnaval, es la misma tensión, el mismo extra- Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, NEL (2002). vío, el mismo mundo de las insólitas y extrañas Después de siglos antes... antes de siglos después... combinaciones del mundo real y del mundo irreal, Galería Yurupary, Medellín; Sala de arte de Comfa- miliar, Barranquilla; Club ABC, Barranquilla; Café de la visión de lo extraño; y lo mismo ocurre en el de arte “El Polp”, Valencia, España (2003). Inter- carnaval. En Goya, hacia la locura, la ironía y la conexión Eléctrica S.A., Medellín; Liceo Salazar y risa; y en el carnaval, hacia el exceso, el furor y Herrera, Medellín; IE Antonio Ricaurte, Medellín el frenesí hedonista, y que tiene como medida el (2004). exceso. En uno, Goya lo oscuro y lo luminoso de Crónica de un carnaval con Goya. Museo de la Uni- su visión; en el otro, el carnaval, el exceso de la versidad de Antioquia; Café Literario El Taller, Me- luz, de la máscara y de la burla. dellín; Isagen Medellín (2004). Casa del Carnaval, Barranquilla; Hotel Dann, Medellín (2005). Es esto lo que ha sabido muy bien ver y hacer- ¿Por qué están amarillos y verdes? Café Literario El nos ver, con su mirada y su cámara, Martha Luz de Taller, Medellín; Galería Yurupary, Medellín; Club Castro, y aquí nos los dice, desde su perspectiva: ABC, Barranquilla (2006). Tú eres tu autorretrato, tú eres tu autor, tú eres tú, tú ¿En qué momento es usted consciente de que le inte- eres, tú… Galería Yurupary, Medellín (2006). Nueva resa, le llena y le posee la necesidad, esencial y básica Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, NEL, Medellín de hacer fotografía? (2007). Del disparate de Goya al disparate del carnaval Desde que “saqué de mi cabeza” la actividad que Fundación Universitaria Bellas Artes, Medellín la había ocupado durante 30 años, ya fuera estu- (2010). Museo del Caribe, Barranquilla (2011). diando o trabajando: la economía. Exposiciones colectivas Salón Colombiano de Fotografía, 2002, 2010. ¿Concede usted mayor relevancia en su tarea, en su Salón de arte fotográfico UPB, 2001, 2002, 2003, hacer estético a la técnica o a la intuición, cómo se da 2005, 2006. o no esa relación? Salón “Los trabajos y los días” de la Escuela Nacio- Cada una tiene su momento. La intuición me lleva nal Sindical, 2002, 2003. al encuentro de la temática a fotografiar y a dar Yurupary 20 años de fotografía, 2005. los primeros pasos para definir lo que quiero hacer Club Fotográfico Medellín 50 años, 2005. con las fotografías. La técnica es el medio que me Club Fotográfico Medellín 55 años. El Medellín del permite hacer lo que quiero. Bicentenario, 2010. Es básico decir que la mirada de un fotógrafo se forma: Distinciones ¿Cómo ha ido usted provocando la formación de su 15º Encuentro Colombiano de Fotografía, mejor portafolio, 2002. mirada? Salón Colombiano de Fotografía, mención de honor, Tomando y analizando mis fotos. Mirando y ana- 2002. lizando las fotos de los otros. Salón de arte fotográfico UPB, 2º puesto, 2005. Medellín, abril de 2011.

94 Es indudable que usted relaciona sus es- tudios de la pintura en la historia del arte con la fotografía: ¿Cuándo decide hacerlo y por qué? Fue un encuentro casual mientras toma- ba fotografías de recicladores. Al mirar una de esas fotos tomadas por mí, recordé la pintura del San Sebastián de Man- tegna. Al compararlas encontré muchos parecidos de orden formal, de expresión y de actitud entre san Sebastián y un reciclador. A partir de ahí, sentí que podía llevar al pasado personas a quienes había fo- tografiado o traer al presente personajes de las pinturas que por alguna razón me habían conmovido, de manera que las fotos podían acompañar a las pinturas Disparate femenino. o viceversa.

Observamos que, en sus temas, hay una constante En los 70, cuando estudiaba en París, asistí temperatura y temperamento por relacionarse con el a una exposición de Goya en l’Orangerie y luego arte del llamado Barroco, ¿por qué? visité las salas de Goya en el Museo del Prado; allí Por el realismo de la representación pictórica de descubrí la faceta “oscura” en sus pinturas sobre ese período. Porque entre los temas del Barroco la guerra y en sus Pinturas negras. Más adelante está la vida cotidiana y porque durante el Barroco empecé a estudiarlo y conocí sus grabados. Un se representa al hombre de una manera realista. pintor tan polifacético y una obra tan compleja me impactaron profundamente. ¿Cómo y desde dónde en usted, en su forma de ser, ¡Puedo decir que estoy conectada con la obra comienza a desarrollarse la conexión que hace con de Goya, por la manera como representa la condi- Goya, y por qué él y, más en concreto, Los disparates? ción humana; y, en particular, con Los disparates, La conexión con Goya existe desde muchos años porque estos tienen un ingrediente adicional: son, atrás. De pequeña me encantaron sus pinturas o parecen ser, imágenes de sueño o de pesadilla, alegres. De estas recuerdo a Las lavanderas, La traídas del inconsciente! gallina ciega, El pelele, El quitasol… ¿Cuándo se da en usted el deseo de establecer esa relación entre Goya y el carnaval de Barran- quilla, y para qué? El deseo de establecer esa relación se dio en el año 2004 cuando regresé del carnaval y vi las fotografías que había tomado. El encuentro inicial fue entre la pintura de Goya El pelele y una de mis fotografías del Entierro de Joselito Carnaval. Ahí me dije: ¡Joselito es un pelele! A partir de allí surgieron imágenes que me hicieron traer a Goya al carnaval de Barranquilla, en la serie que titulé “Cróni- ca de un carnaval con Goya”. Esta es una serie bastante festiva donde el encuentro fue principalmente con los cartones para Sin título. tapices y con los retratos: era el encuentro

95 Sin títulos. con la capa exterior del carnaval y del disfraz. Creo ¡El carnaval es el disparate! En el carnaval, al que establecí esa relación porque el carnaval de disfrazarse, las personas hacen realidad sus sue- Barranquilla es una fiesta popular que tiene raíces ños y sus pesadillas. Y proponen una nueva rea- españolas, indígenas y negras. Las raíces españo- lidad al disfrazarse de marimondas, monocucos, las se manifiestan en algunas danzas, disfraces y descabezados, monstruos, muerte, diablos, sáti- festejos del carnaval. ros, animales fantásticos… personajes grotescos, deformes, monstruosos y fantásticos muy cercanos En la serie sobre Los disparates voy un poco más a los de Goya. Los unos son disparates pintados. allá: intento vaciarlos de sentido al establecer su Los otros son disparates vividos y representados. estructura formal, interpretarlos al seleccionar los que para mí son sus protagonistas, y reinterpre- ¿Podría usted hacer con su misma mirada y estudio tarlos poniéndole color a lo que es negro y oscuro, una serie de esta misma índole y naturaleza, desde ¡y proponiendo visualmente que en el disparate del otros carnavales que hay en Colombia o en el mundo? carnaval los sueños y las pesadillas se hacen reali- dad! Tal vez establezco esa relación para convocar, a Creo que no. En el fondo, a pesar de que la obra quienes ven y/o viven el carnaval, ¡a que vayan más de Goya trasciende el tiempo y el espacio y a pesar allá de lo que está en la primera capa del disfraz, de que todo carnaval es un disparate, yo establecí de la danza, de la comparsa y de la fiesta! esa relación con el carnaval de Barranquilla, por- que este dejó en mí huellas de niñez y juventud. La vida atormentada, las visiones delirantes de Goya, Probablemente, otros carnavales darían lugar a de donde usted extrae su mundo fantástico, ¿qué ten- otra mirada. drían que ver con el carnaval de Barranquilla? Desde su inicial exposición “Érase una vez…” (2002), Yo creo que la vida atormentada de Goya, sus ¿en qué medida observa y examina usted su evolu- visiones delirantes y su mundo fantástico están ción sensible y formal?, si podemos hablar en esos expresados en Los disparates. Estos parecen ser términos. la representación pictórica de sus sueños y pesa- dillas. Sueños y pesadillas que tienen que ver con Al leer a Machado y escuchar a Serrat, ellos me la vida y la muerte, el amor y el odio, lo femenino invitan a decir que, en lo personal y en lo formal, y lo masculino, la alegría y la tristeza, lo terrenal voy haciendo camino al andar. y lo fantástico…

96 Índice acumulado de

Para facilitar la consulta de los artículos apa- ANDRADE Álvarez, José Joaquín. Francia y el ideal de la liber- recidos en la revista Huellas, la Biblioteca de la tad, nº 56-57 (ago.-dic 2000) ; p. 62-63. Universidad del Norte elabora el índice acumulado ANDRADE Álvarez, José Joaquín. La Universidad del Norte y de contenido. la formación del hombre en el mundo Contemporáneo, nº 60-61 (2001) ; p. 5-8. El índice está dividido en tres secciones: autor, ARISTIZÁBAL Montes, Patricia. Criterios del canon en la li- título y materia, ordenadas alfabéticamente en teratura colombiana de la segunda mitad del siglo XX, nº 58-59 (2000) ; p. 32-36. cada caso. BACCA, Ramón Illán, 1938-. Entrevista con Alfonso Fuenma- Para ayudar al manejo del índice se explican yor: Barranquilla y su grupo, nº 63-66 (2002) ; p. 156-160. BACCA, Ramón Illán, 1938-. Voces de Barranquilla, nº 69-70 a continuación los términos que componen cada (dic. 2004) ; p. 60-68: fot. una de las citas de los artículos: BACCA, Ramón Illán, 1938-. En tiempo de carnaval: Unas miradas bizcas sobre la Barranquilla de mis., nº 71-75 (2005) ; p. 177-185: fot. BACCA, Ramón Illán, 1938-. Meira Delmar: un poco de alegría o simplemente nada, nº 85-86-87 (abr.-ago.-dic. 2010); p. 56-57. BACCA, Ramón Illán, 1938-. Meira Delmar: un poco de alegría BANCELIN, Claudine. Yo fui Jesucristo, nº 71-75 (dic. 2005) ; o simplemente nada, nº 85-86-87 (abr.-ago.-dic. 2010) ; p. 197-198, : fot. p. 56-57. BANCELIN, Claudine. Álvaro Cepeda Samudio y el cine, nº 85-86-87 (abr.-ago.- dic. 2010) ; p. 53-55. BANCELIN, Claudine. India: nostalgia y olvido de un pasado aciago, nº 78-79 (abr.-dic. 2007) ; p. 113-116. BANCELIN, Claudine. Noé León: Revive, nº 58-59 (abr.-ago. 2000) ; p. 81-85. BANCELIN, Claudine. Entre ráfagas de viento, nº 69-70 (dic. Índice de autor 2004) ; p. 85-89. BARRAMEDA Morán, Armando. Radar: Alfonso Fuenmayor, nº 63-66 (2002) ; p. 119. ABELLO Roca, Carlos Daniel, 1930-. Un porvenir para Colom- BARRIOS Lizcano, Manuel. Problema social, nº 71-75 (dic. bia: Antología política de Francisco Posada de la Peña, nº 2005) ; p. 206-212. 54 (dic. 1998) ; p. 58-63. BARRIOS Lizcano, Manuel. Amor de madre, nº 71-75 (dic. ABELLO Banfi, Jaime Orlando. El carnaval: una actividad 2005) ; p. 212-217. saludable, nº 71-75 (2005) ; p. 158-162. BASSI Arévalo, Ernesto. La invención de una nación andina: ABELLO Banfi, Jaime Orlando. Radio universitaria: el desafío criollos ilustrados, conflictos partidistas, y la descaribeñi- de trabajar el periodismo, nº 80-81-82 (abr.-dic. 2008) ; zación de la nueva república colombiana, 1808-1837, nº p. 16-23. 85-86-87 (abr.-ago.- dic. 2010) ; p. 8-18. ABELLO Villalba, Margarita. Tres culturas en el carnaval de BASSI Labarrera, Rafael 1947-. La música cubana en Barran- Barranquilla, nº 71-75 (2005) ; p. 113-117, : fot. quilla, nº 62 (2001) ; p. 2-17, : fot. ALARCÓN Meneses, Luis. Documentos para una historia del BASSI Labarrera, Rafael 1947-. Justo Almario: adelantar la mú- carnaval de Barranquilla, nº 71-75 (2005) ; p. 76-89. sica, nunca atrasarla, nº 80-81-82 (abr.-dic. 2008) p. 59-65. ALARCÓN Meneses, Luis Alfonso. Comportamiento electoral y BECERRA Jiménez, Jorge,1927-. La creación del departamento actores políticos en el Estado Soberano del Magdalena, nº del Atlántico: semblanza del general Diego A. de Castro 55 (abr. 1999) ; p. 11-22. Palacio, nº 78-79 (abr.-dic. 2007) ; p. 2-11. ALONSO, Marta Cecilia. Cumbiambera, nº 71-75 (dic. 2005) ; BELL Lemus, Gustavo, 1957-. Cosme o una introducción al p. 205. siglo XX de Barranquilla, nº 71-75 (2005) ; p. 31-34. ALVARADO Borgoño, Miguel. Notas sobre narración e ideología BELL Lemus, Gustavo, 1957-. Ignacio Luque y Francisco Car- frente a la diversidad latinoamericana, nº 78-79 (abr.-dic. mona: dos caudillos venezolanos en la formación del Estado 2007) ; p. 42-53. nacional de la Nueva Granada, 1830-1842 / Gustavo, nº ARÉVALO Correa, Carmen. El Museo del Caribe y la cons- 85-86-87 (abr.-ago.- dic. 2010) ; p. 123-136. trucción de la . -- 6 p., nº 85-86-87 (abr.-ago.- dic. 2010) ; BERMÚDEZ Barrera, Eduardo, 1957-. Voces y la mitomanía p. 30-35. sobre “el Sabio catalán” nº 69-70 (dic. 2004) ; p. 76-79. AMADOR, Mónica. Un horizonte de amor, nº 54 (dic. 1998) ; BETTER, John. Tras el espía inglés de Ramón I. Bacca. No p. 34-37.

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98 FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Un rato de charla con Luis FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Carlos Pellicer: Ni más acá Vidales, nº 63-66 (2002) ; p. 19-22, : fot. ni más allá, nº 63-66 (2002) ; p. 122. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. El doctor Agustín Nieto FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. El regreso del poeta, nº Caballero habla de Europa, nº 63-66 (2002) ; p. 23-26, : fot. 63-66 (2002) ; p. 123-128. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Los recuerdos de una gran FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Un silencioso aniversario: dama, nº 63-66 (2002) ; p. 26. Ni más acá ni más allá, nº 63-66 (2002) ; p. 134. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Carta de San Francisco: FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. En la muerte de un poeta, Hacia la Universidad de Stanford, nº 63-66 (2002) ; p. 42. nº 63-66 (2002) ; p. 135. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Carta de los Estados Unidos, FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. La feria del libro: Ni más nº 63-66 (2002) ; p. 44-45. acá ni más allá, nº 63-66 (2002) ; p. 136. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Carta de Nueva York (II) nº FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Sobre el periodismo: Ni más 63-66 (2002) ; p. 47. acá ni más allá, nº 63-66 (2002) ; p. 137. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Carta de Washington, nº FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Pablo y Porfirio: Ni más acá 63-66 (2002) ; p. 48. ni más allá, nº 63-66 (2002) ; p. 138. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Descripción de un recuerdo FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Festival vallenato: Ni más (I), nº 63-66 (2002) ; p. 49-50. acá ni más allá, nº 63-66 (2002) ; p. 139. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Viendo la pintura de Cecilia FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Un caso de exorcismo, nº Porras, nº 63-66 (2002) ; p. 51. 63-66 (2002) ; p. 140. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Hablemos de carnaval, nº FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. El cachaco de chinchurria 63-66 (2002) ; p. 52. y chanchullo: Ni más acá ni más allá. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. El carnaval, nº 63-66 nº 63-66 (2002) ; p. 141. (2002) ; p. 53. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Frente a Barranquilla: Ni FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Los deportistas y el porvenir, más acá ni más allá, nº 63-66 (2002) ; p. 142. nº 63-66 (2002) ; p. 55-56. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Álvaro Cepeda Samudio: FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Cometario comentado, nº (1926-1972 , nº 63-66 (2002) ; p. 143-144. 63-66 (2002) ; p. 56-57. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Hacia la Gran Manzana, nº FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Donde suena la estudian- 63-66 (2002) ; p. 145-146. tina, nº 63-66 (2002) ; p. 57-58. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Granizo tibio: Desde la Gran FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. León de Greiff 50 años Manzana, nº 63-66 (2002) ; p. 147. después: Aire del día, nº 63-66 (2002) ; p. 58-59. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. Vicisitudes de la traducción: FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. El viejo patriarca: cómo era Ni más acá ni más allá, nº 63-66 (2002) ; p. 148. Barranquilla hace 105 años, nº 63-66 (2002) ; p. 68-72, : il. FUENMAYOR, Alfonso 1915-1994. 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