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LA FOTOGRAFÍA: AGENTE, PRODUCTO Y FUENTE DE LA HISTORIA. THE MIGRANT MOTHER (1936) DE MARÍA ANGELINA CAZORLA1

Fecha de recepción: 19/09/2020 Fecha de aceptación: 29/10/2020

RESUMEN La mayor parte de los temas generales de la historia, por su naturaleza social, admiten su abordaje desde numerosas perspectivas, como las que muestran los postulados del historiador Marc Ferro. Siguiendo los criterios que se desprenden de sus Diez lecciones sobre la historia del siglo XX, el análisis de los grandes fenómenos históricos puede ser realizado con documentos provenientes de la fotografía. Nos ocuparemos de la Gran Depresión según los registros de Dorothea Lange.

PALABRAS CLAVE: Gran Depresión - jornaleros migrantes – The Migrant Mother - Dorothea Lange

THE PHOTOGRAPHY: AGENT, PRODUCT AND SOURCE OF HISTORY. THE MIGRANT MOTHER (1936) BY DOROTHEA LANGE

ABSTRACT Most of the general themes of history, due to their social nature, admit their approach from numerous perspectives, such as those postulated by the historian Marc Ferro. Following his criteria from his Ten Lessons on the History of the 20th Century, the analysis of any great historical phenomena can be carried out with documents from photography. We will deal with the according to Dorothea Lange´s records.

1 María Angelina Cazorla. [email protected]. Profesora adjunta de la cátedra de Literatura de Europa Septentrional de las carreras de Profesorado y Licenciatura en Letras de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) Resistencia, Chaco.

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KEYWORDS: Great Depression - migrant workers - The Migrant Mother - Dorothea Lange

1. INTRODUCCIÓN La fotografía es, quizás, uno de los recursos didácticos más utilizados por los docentes en la enseñanza crítica y reflexiva de la historia política, social y económica de los pueblos, ya que el impacto del soporte visual puede ser aún más seductor y poderoso que las clases magistrales. De los tópicos de la historia socio-económica, la Gran Depresión de los años treinta en los EE.UU. ha sido, probablemente, uno de los más frecuentemente enseñados desde el registro documental. La estadounidense Dorothea Lange (1895-1965) inició su exitosa carrera de fotógrafa profesional como retratista de la elite de San Francisco, . En el comienzo de la Gran Depresión, Lange debió cerrar su estudio privado; sin embargo, sacó el objetivo y las lentes de su Graflex a la calle y comenzó a documentar los efectos de la crisis en los residentes de su ciudad natal. Al ver la calidad de las fotografías de desempleados, gente sin hogar, las carpas en los Hoovervilles2 instaladas en Central Park y las filas interminables de personas esperando conseguir su tazón diario de sopa, Roy Stryker -director del proyecto fotográfico de la Administración para la Seguridad Agraria (FSA por sus siglas en inglés)- la involucró en una idea gubernamental. Pero en las áreas rurales no había ningún lugar donde acudir para dormir o comer. El presidente Franklin D. Roosevelt creó el FSA con la finalidad de contrarrestar los desbastadores efectos sociales y económicos de la Gran Depresión mediante el otorgamiento de préstamos a los pequeños productores, la instalación de campamentos3 para trabajadores migrantes y ayuda económica para los agricultores empobrecidos. Para ello, el FSA contrató artistas y fotógrafos con el fin de documentar los conflictos y las luchas rurales. El objetivo de esta campaña era crear empatía, apoyo y financiación agrícola. Las cámaras

2 Fue el nombre por el que se conocían los construidos por y para las personas sin hogar durante la Gran Depresión en Estados Unidos. Tienen este nombre debido a que el Presidente de los Estados Unidos en el momento era Herbert Hoover quien, supuestamente, dejó caer al país en la recesión. Dorothy Alexander Sugarman. The Great Depression: A Migrant Mother´s Story; USA, Teacher Creative Materials, 2011, página 9. 3 Campamentos que consistían en carpas instaladas en plataformas de madera y un toldo sostenido por estacas sin ventanas, luz o aire a excepción de las aberturas delanteras y traseras. James Gregory. American Exodus: The Migration and Culture in California; USA, OUP, 1989, página 261.

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fotográficas en los años treinta no eran algo nuevo pero tampoco muy común. El estadounidense promedio sólo veía fotos publicadas en periódicos o fuentes similares por lo tanto las fotografías eran símbolo de la capacidad de la tecnología moderna para ayudarnos a mostrar verdades imparciales. En este sentido, el fotoperiodismo era la mejor herramienta de comunicación, de información y de propaganda política para el programa intervencionista de recuperación y redinamización económica del New Deal (1933-1938). La contundencia de las imágenes de la prensa servía para acortar la gran distancia social, económica y geográfica entre los EE.UU. rural y los grandes centros urbanos como New York, Chicago o Detroit. Las fotografías publicadas de Dorothea Lange se convertirían en el gran medio para conocer esta realidad estadounidense y despertar en los votantes el deseo de ayudar; pues entendía que las imágenes tienen la capacidad de revelar los problemas sociales, educar al público y provocar una acción oportuna en la clase media-alta.4 Así fue como, desde 1933, la Sra. Lange decidió colaborar, incansablemente, con este organismo gubernamental californiano recorriendo 14 estados y registrando las condiciones de los campesinos, otrora orgullosos, y que ahora enfrentaban la miseria junto a sus familias5.

2. LA HISTORIA DETRÁS DE LA FOTOGRAFÍA: EL CAMINO A LA GRAN DEPRESIÓN DE 1930 El primer decenio del siglo XX comienza con la huella de la tragedia: en 1901 el presidente norteamericano William McKinley es asesinado en Nueva York y en 1906 un terremoto destruye la ciudad de San Francisco (California) causando más de mil muertos6. A estas tragedias, le seguirán desórdenes sociales, huelgas, revueltas, reivindicaciones continuas (reprimidos brutalmente por la policía) y la Gran Guerra. Eran pésimos augurios y terribles presagios para una centuria predestinada a la violencia, el sufrimiento y la matanza. Era tal la imagen dominante de estos primeros años, que el historiador británico Eric Hobsbawn titula a la Primera Parte de su mirada panorámica del siglo XX: La Era de las Catástrofes, no sólo porque ha sido el siglo más mortífero de la historia a causa de la envergadura, la frecuencia y la duración de los

4 Robert Coles. Dorothea Lange: Photographs of a Lifetime. An Aperture Monograph; USA, Library of Congress, 2012, página 10. 5 Solamente en el Biblioteca del Congreso de EE.UU. se contabilizan 3901 de sus fotografías. En https://www.loc.gov/search/?in=&q=Dorothy+Lange&new=true&st= 6 Robert Remini. A Short History of the United States; USA, HaperCollins, 2008, páginas 159-162.

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conflictos bélicos que han asolado sin interrupción (excepto durante un breve período en los años veinte); sino también por las catástrofes humanas sin parangón posible, que han causado desde las mayores hambrunas hasta el genocidio sistemático. Para Hobsbawn, el siglo XX se inicia, cronológicamente, con la guerra total, la revolución mundial y el abismo económico.7 La Primera Guerra Mundial había convertido a EE.UU. en el principal proveedor (y acreedor) de materias primas y productos alimenticios básicos de Europa: trigo, algodón, azúcar, caucho, seda, cobre, estaño y café.8 Esta bonanza económica del decenio de 1920 (1924-1929), a su vez, permitió un meteórico crecimiento industrial que dio inicio a un fugaz (aunque intenso) período pertinentemente denominado the Roaring Twenties.9 Ya a partir de 1918, la prosperidad era notoria y evidente. Norteamérica había salido robustecida de la contienda: había ganado en el ámbito de la economía, pues se apoderó de los mercados tradicionalmente ocupados por los europeos y en política, puesto que se convirtió en la gran superpotencia mundial. Sus empresas se modernizaron y mecanizaron, convirtiendo al país en el más competitivo del mundo. La clave de la industrialización norteamericana fue su comercio interior, ampliado por oleadas de inmigrantes europeos10; un mercado sin barreras ni cortapisas aduaneras, con altos aranceles proteccionistas y muy bajos impuestos. Durante estos felices años veinte, los movimientos obreros entraron en un período de descanso porque, a pesar de la gran diferencia entre las clases sociales, había suficiente pan y trabajo para todos. El desarrollo económico, la incorporación de grandes masas de campesinos a la vida urbana, el descenso del analfabetismo, el acceso de la mujer a la vida social y la nueva legislación laboral regían las relaciones entre obreros y patrones. La Gran Guerra había arruinado a unos y favorecido a otros. Norteamérica había resultado indemne debido a la lejanía del teatro bélico y el ritmo de producción impuesto por la guerra desarrolló su industria de tal modo que, fácilmente, logró la hegemonía. Los norteamericanos no necesitaban ni dependían del resto del mundo, pues desde la finalización de la Primera Guerra necesitaban importar menos capital (excepto algunas

7 Eric Hobsbawn. Historia del siglo XX; Buenos Aires, Crítica, 1999, páginas 7-9. 8 Ídem. 9 Robert Remini. A Short History…, op. cit., página 220. 10 Oleada inmigratoria que, posteriormente, se limitó con la First Inmigration Quota Act de 1921 debido a la masiva llegada de mexicanos. En Robert Remini. A Short History… ,op.cit., página 215.

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pocas materias primas) y, en cuanto a sus exportaciones, Hollywood -la meca de la gran pantalla- monopolizaba, prácticamente, el mercado internacional del cine sonoro. Los años veinte fueron, asimismo, los años de la construcción inmobiliaria, del crecimiento de las obras públicas y el auge de todas las fábricas para el consumo. Eran los tiempos de la producción y el consumo masivo y de los nuevos inventos: radiorreceptores, discos de gramófono, refrigeradores, aspiradoras, estufas, lavadoras, cocinas eléctricas, teléfonos, máquinas de escribir, automóviles, terrenos y casas, entre otros. En la América de Calvin Coolidge, presidente cuyo mandato cubre estos años, la cultura lúdica11 se potenció con la apertura de cabarets, music halls, espectáculos de jazz y otros centros de diversiones que fomentaban los concursos de belleza y las maratones de bailes12. Por otro lado, la agricultura, que también se había beneficiado altamente por la actividad bélica durante las dos primeras décadas, no logró alcanzar el mismo crecimiento meteórico de los otros sectores, pues los precios agrícolas se mantuvieron muy por debajo de los valores industriales, generando un desequilibrio desfavorable para el sector primario. Al finalizar la guerra, se produjo un desajuste entre la oferta generada por Estados Unidos y la escasez de demanda procedente de Europa, lo que provocó la baja en el valor y el hundimiento de precios de los productos estadounidenses. Con el ritmo impuesto a la producción, se abarrotaron los mercados, la oferta superó a la demanda europea y cayeron los precios en picada. Esta situación llevó a la ruina de los agricultores que dependían del mercado de exportación. Volver a refugiarse en la tradicional producción de subsistencia no era posible para un país con la envergadura y riqueza económica de EE.UU. Esta circunstancia particular del sector agrícola, tuvo como agravante la combinación de otros factores, entre ellos el económico-financiero. El desempleo alcanzó cifras astronómicas13, los salarios se estancaron y con ello, el poder adquisitivo y la inversión. Los sistemas públicos de seguridad social (subsidio por desempleo generalizado, seguro obligatorio contra la enfermedad o los accidentes, medidas contra la vejez sin ingresos, entre otras medidas profilácticas adoptadas, posteriormente, como consecuencia de la Gran Depresión)

11 Steve FRASER. Wall Street, a Cultural History; USA, Faber & Faber, 2006, página 10. 12 Las pareja debía bailar lo más posible (incluso varios días) con la esperanza de ganar un premio de U$S 500. El espectáculo estaba bien organizado: había médicos, camas y comida. 13 Aproximadamente el 25% de los americanos estaban desempleados. En Robert Remini. A Short History…, op. cit., página 217.

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todavía no estaban en vigencia en EE.UU.14 Tal vez, esto sea la razón por la cual la seguridad social de la clase trabajadora ha sido una preocupación recurrente y extensamente retratada en las fotografías de Dorothea Lange. Basten sólo algunos ejemplos al recorrer las imágenes compiladas por Marc Rochking en los cuatro primeros volúmenes del registro fotográfico del FSA.15 El aumento de la actividad agrícola, para satisfacer la demanda de las potencias en guerra, había causado la erosión del suelo de los estados de las Grandes Praderas. A este deterioro de la tierra, se agregaron la prolongada sequía (1930-1938), las nubes de polvo y arena y los vientos huracanados que azotaron el campo durante largos años convirtiendo a las otroras fértiles praderas en el Dust Bowl16. En estos cuencos de polvo nada crecía, los animales morían y las cosechas se echaban a perder. Los agricultores, que dependían directamente de la tierra para sobrevivir, quedaron en la ruina y el desamparo. Muchos propietarios de pequeñas granjas fueron a la bancarrota y los arrendatarios no podían pagar el alquiler. Hubo poca ayuda inmediata que el gobierno pudiera ofrecerles. Así, empezó una inmigración en masa hacia la rica y fértil campiña californiana. Como consecuencia de estos cambios económicos y ecológicos, los trabajadores agrícolas de las Grandes Planicies (, Texas, , Colorado, Nuevo México y Arkansas) se movilizaron hacia los estados del Pacífico. Esta migración interna de granjeros, el desplazamiento de colonos, la mendicidad, los trabajos intermitentes y la improvisación de campamentos eran una postal cotidiana del período de entre guerras. California, por su clima templado y su suelo favorable, parecía la más adecuada para una gran variedad de cultivos (hortícolas y frutales) y sus granjas eran mucho más modernas y mecanizadas que las que los malditos okies17 habían dejado en el Este del

14 Estados Unidos fue el último de los países industriales del hemisferio occidental en implementar cualquier clase de seguridad/beneficio social. La de Ley de Seguridad Social se aprobó en 1935 pero no se aplicaba a los trabajadores de color, ni a aquellos que realizaban tareas domésticas: mucamas, lavaplatos, porteros, etc. En Fernando Lamata. Manual de administración y gestión sanitaria; Madrid, Díaz de Santos, 1998, página 46. 15 Marc Rochking (2013). Dorothea Lange: FSA Photographs. En: https://www.amazon.com/-/es/Marc- Rochkind-ebook/dp/B00BGH1T06 16 Ronald Reis. Great History Disasters: The Dust Bowl; USA, Chelsea House, 2008. 17 Como se llamaba a estos migrantes, a veces con connotaciones peyorativas, por su marginalidad social puesto que junto a otros pobres y desplazados (aunque todos eran americanos y blancos), representaban una amenaza para la comunidad que se deterioraba con la abundancia de mano de obra barata.

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Edén.18 En efecto, para 1930 la automatización en los ranchos, las granjas y las huertas había reducido la demanda de recolectores manuales. Igualmente, la realidad de California en la época de la publicación de las fotografías (1936) suponía que estos trabajadores itinerantes solitarios no eran una especie en extinción.19 Los hombres viajaban en pares o en pequeños grupos, no sólo porque las carreteras eran peligrosas, sino para evitar atraer la atención de las autoridades locales. Dorothea Lange registra y describe esta masiva migración interna como si fuera un éxodo bíblico: miles de trabajadores rurales desempleados dejaban sus tierras para ir al Oeste a esclavizarse temporalmente en las granjas ajenas, donde abundaban los cereales. Los viajeros intentaban ir en sus propios autos o en los techos de los trenes o camiones, sin pagar, por la carretera 66, ruta principal del flujo migratorio hasta la “Tierra Prometida”. Los peones afro-americanos sureños, que también migraban al norte, la pasaban peor. Los negros eran los primeros en perder el trabajo y los últimos en encontrarlo; tampoco podían integrar los sindicatos ni los gremios. No había nadie quien los proteja ni defienda legalmente, además, la crisis aceleró el crecimiento de corporaciones extremistas. La década de 1920 sería testigo del auge del Ku-Klux-Klan, una organización de encapuchados intolerantes, racistas y segregacionistas, que con su cotejo de agresiones, linchamientos y ahorcamientos consiguió extender fácilmente su alcance y reclutar miembros por todo el Medio Oeste.20 De hecho, Lange registra un gran número de fotografías de personas de raza negra californianas como modo de examinar el racismo sostenido por aquellos mismos trabajadores blancos contratistas que, a su vez, sufrían la miseria más extrema. En este sentido, la segregación por el color de la piel es parte del microcosmos que Lange registra en sus documentos. Sin embargo, la prosperidad de los años veinte, que era un tanto ficticia, dio paso a la euforia especulativa. En 1929 parecía haber más lujo y consumo que nunca. Los Estados Unidos estaban sumidos en una oleada de individualismo, capitalismo y liberalismo y muy seguros de las premisas administrativas del presidente electo: Herbert Hoover, un republicano de derecha. Había pocos controles y todo lo que servía para

18 . The Harvest Gypsies: On the Road to ; USA, Heyday Books, 2002, página 229. 19 Foto # 2 Negativo N° LC USF 34-163117-E de marzo de 1937 “Towards Los Angeles, California.” Marc Rochking. Dorothea Lange: FSA Photographs, 2013. En: https://www.amazon.com/-/es/Marc- Rochkind-ebook/dp/B00BGH1T06 20 M, Ortiz. Historia gráfica…, op. cit., página 130.

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hacer dinero (manipulación de las cotizaciones, negocios ilegales, ventas de acciones falsas, etc.) estaba permitido. Con el dinero, que corría con fluidez, se podía gastar, comprar, derrochar y almacenar bienes de consumo duraderos. Con este alto grado de confianza en el futuro, el boom de los (no tan) felices años veinte había producido una gran especulación en torno a la cotización de las acciones de las empresas en los mercados de capitales. Todo el mundo compraba a crédito, incluso las acciones. Wall Street, el centro de finanzas neoyorkino, permitía a los imprudentes comerciantes o los ilusos lustrabotas conseguir valores a crédito y comprar a plazo a través de agentes de bolsas oportunistas que atizaban la fiebre de compra con una inversión inicial mínima. Entre 1928 y 1929 muchos valores bursátiles alcanzaron su cotización más elevada. Por dar un ejemplo, el índice Dow Jones llegó a su punto culminante con una subida de 340 por 100.21 Esta orgía crediticia llegó bruscamente a su fin el 24 de octubre de 192922, cuando el mercado de valores de Wall Street tuvo una súbita caída (de varios puntos), debido a que el valor de las acciones había dejado de reflejar la marcha de la economía real. La Gran Depresión fue una profunda recesión económica que se inició con este derrumbe bursátil en Nueva York y repercutió directamente sobre el sistema bancario, industrial, agrario, comercial y mercantil internacional.23 La recesión llevó a la caída de los precios, los mercados y las expectativas. Frente a una menor demanda, las áreas dependientes del sector primario fueron las más afectadas. Así, los hacendados, que habían adquirido tierras, animales y maquinarias agrícolas para cumplir con las ventas, quedaron sumergidos en préstamos impagables e hipotecas ejecutables. Incapaces de satisfacer a los acreedores, los propietarios se vieron obligados a malvender sus granjas, abandonar a sus familias, recoger sus pocas pertenencias y buscar trabajo temporario en alguna ilusoria tierra prometida. Este crack borró de un plumazo la supuesta invulnerabilidad de los EE.UU. liberales, capitalistas y republicanos de los prósperos años 20. Nadie podía imaginar, en aquellos primeros momentos, que este desastre financiero impactaría sobre el sistema económico mundial y que se prolongaría por un decenio. La crisis anterior, la que siguió el fin de la Primera Guerra Mundial, había sido

21 M, Ortiz. Historia gráfica…, op. cit.,página 265 22 Fecha que pasó a la historia como el jueves negro e inició la triste etapa de la Gran Depresión. Karen Blumenthal. Six Days in October. The Stock Market Crash of 1929: a Wall Street Journal Book for Children; USA, Simon & Schuster, 2013, página 95. 23 Tan solo la Unión Soviética cerrada, comercialmente, a occidente se salvó de la crisis.

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intensa, pero no muy larga; y se creía que esta sería también breve y mucho más moderada. El alto nivel de integración en la economía internacional y el rol protagónico que en ella desempeñaban los EE.UU. hicieron que la crisis se propagara a países centrales y periféricos. La quiebra generalizada del sistema bancario estadounidense arrastró a la banca europea provocando el colapso del sistema monetario internacional. Incluso Argentina, cuyo nivel de actividad económica era muy dependiente de la entrada de divisas y estaba subordinada al capital extranjero, se vio, también afectada en no pequeña medida, y tardó en salir del déficit comercial. EE.UU. transfirió los efectos de la crisis a los países que se encontraban bajo su influencia, disminuyendo los precios internacionales de las materias primas, repatriando inversiones, restringiendo las importaciones y colocando trabas a las exportaciones. La gravedad de la situación implicaba la inmediata intervención del Estado para la resolución de la crisis, quien adoptó medidas legales de proteccionismo para restablecer la prosperidad de la añorada década anterior. En EE.UU., se registró un marcado giro hacia la izquierda bajo su nuevo presidente Franklin Roosevelt, quien puso en práctica el New Deal más radical y progresivo.

3. THE MIGRANT MOTHER (1936) DE DOROTHEA LANGE En su recorrido por los EE.UU. durante la gran crisis agropecuaria del medio-oeste estadounidense, Dorothea Lange se detuvo en un campo de guisantes (pea-pickers camp24) en Nipono en el condado de San Luis Obispo al norte de Los Ángeles, California para continuar con su investigación fotoperiodística sobre los jornaleros inmigrantes californianos, a quienes el premio nobel de literatura John Steinbeck llamó los vagabundos de la cosecha en sus artículos reunidos en The Harvest Gypsies.25 En ese , tomó una de las fotografías más famosas de la historia americana. En un trabajo que merece el reconocimiento y la legitimación de Dorothea Lange como artista creadora, expresa su propia visión del mundo con voluntad autónoma respecto de las ideologías dominantes y las instituciones gubernamentales. La noche anterior, el frío

24 Granjas o comunidades de la agencia federal de gobierno que reunía a las familias con dificultades. 25 John Steinbeck. The Harvest… op. cit., USA, Heyday Books, 2002.

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de marzo había quemado las cosechas, no había trabajo, ni dinero ni comida. Pero sí muchas familias reunidas sin nada productivo que hacer.

Figura 1. The Migrant Mother (1936) de Dorothea Lange26

En un ambiente de abierta segregación racial, las consignas del FSA eran claras: se priorizaban las fotografías de campesinos de origen europeo y se desestimaban aquellas de familias afro-americanas, mexicanas o indígenas norteamericanos. Una imagen de niños rubios, sucios y pobres hacía resonar acordes emotivos en las grandes ciudades con una afectividad enorme. La Madre Migrante representa el trabajo temporario, rural y nómade en EE.UU. durante la Gran Depresión de los años treinta. Se trata de la última foto de una secuencia de seis tomada en un plano medio y neutro. 27 La sesión no duró más de diez minutos. Esta dinámica fotográfica breve era típica de Lange: tomaba varias fotos hasta que conseguía la que mejor testimoniaba las preocupaciones e intereses de la dueña de la cámara. Una

26 Foto N° 37 Marc Rochking. Dorothea Lange: FSA Photographs, 2013. En: https://www.amazon.com/- /es/Marc-Rochkind-ebook/dp/B00BGH1T06 27 Esta serie se publicó en el periódico San Francisco News el 10 de marzo de 1936 con el título “Raidos, hambrientos y quebrados, los trabajadores de la cosecha viven en la miseria”. Todas las fotografías de Dorothea Lange eran distribuidas, sin costo a los periódicos nacionales, al no estar protegidas por el derecho de autor. Al poco tiempo llegó desde Washington D.C. un cargamento de 9 mil toneladas de comida.

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escenificación artística, levemente manipulada y muy poco espontánea, que sigue una composición triangular destacando a una mujer triste y resignada; pobre pero digna. La mujer carga en brazos a un bebé y hay otros dos menores cuyo sexo no se alcanza a distinguir, pues ocultan sus rostros en los hombros de la madre como si estuvieran llorando. Esto es, en parte, para evitar distraer la atención del rostro emocional de la madre y, por otro lado, para deshumanizar a los niños hasta cierto punto enfatizando la desesperanza en la condición precaria de los trabajadores. Se supone que la infancia debe ser feliz y gozosa, pues los niños son el símbolo de la esperanza y la prosperidad futura. Sin embargo, la escena, en su conjunto, muestra la imagen arquetípica de la vulnerabilidad e incertidumbre de las familias en lucha. Para conseguir apoyo económico, había que apelar a la emoción sin caer, fácilmente, en el sentimentalismo, entonces el padre está excluido de la toma, así como también el rostro de los niños mayores. La cara de un niño es poderosa en cualquier forma de arte y ocultarla puede ser igualmente contundente. Es una imagen en blanco y negro pues en esa época no era frecuente (por lo costosa) la película cromática. Al tratarse de una fotografía en la escala de los grises, el primer golpe de vista nos dirige hacia la zona mejor iluminada: el rostro. El rostro de la madre es la clave (o más específicamente sus ojos que miran a la distancia), puesto que con la mano derecha se toca la cara dirigiendo u orientando la mirada del espectador. Al pesimismo visual en relación con la penumbra que rodea a la madre, se le agrega la mirada de la protagonista, que sin interpelar directamente a la cámara o a nosotros como observadores, se dirige a un punto indeterminado más allá del campo visual presentado. Dorothea Lange solía apuntar la cámara hacia los rostros (con la justa y suficiente distancia como para no intimidar) lo que daba una perspectiva que dignificaba al sujeto fotografiado. El retrato no se enmarca en su entorno, el escenario no queda visible por lo cerrado del encuadre. Sólo alcanzamos a distinguir, apenas, la estaca que sostiene el toldo de la carpa. Estamos ante una imagen tomada en el espacio vital personal e íntimo de alguien confiriendo una idea de privacidad y cercanía que nos invita a empatizar de inmediato con el tema. Años más tarde, se conocerán los detalles de la vida de esta mujer

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(Florence Owen Thomson de 32 años) ícono de la Gran Depresión, cuya imagen sería inmortalizada como la Madre Migrante28. Las fotografías de Dorothea Lange representan la cruda realidad de los años treinta: soledad, aburrimiento, segregacionismo, indigencia, desamparo, vulnerabilidad de los débiles, deshumanización en el trato, animalización del trabajo manual, inestabilidad laboral, salarios indignos, abuso de poder, violencia y discriminación. Pero la madre migrante, en particular, es una de los retratos más reproducidos en la historia de las imágenes ya que no está sujeta a las leyes del copyright al ser de dominio público como parte integrante de la documentación reunida por el FSA.

4. CONCLUSIÓN Quienes, como Hobsbawn y Lange escriben la historia del siglo XX, consideran que esta centuria fue la de mayor trascendencia histórica, ya que en ella se registró una serie de cambios profundos e irreversibles para la vida humana de todo el planeta. Probablemente el crack del mercado bursátil neoyorkino y la Gran Depresión tengan un interés histórico más limitado, en comparación con otras catástrofes del siglo XX.29 Sin embargo, de no producirse la crisis económica, no hubieran existido el New Deal de F. Roosevelt; ni tampoco The Migrant Mother de D. Lange. En su relación con la sociedad y la historia, la fotografía ha sido abordada como agente, producto, fuente y obra de arte cuya descripción queda sujeta a apreciación y juicio. Concebida inicialmente como diversión destinada a la minoría elite, dado el costo elevado de los materiales para la impresión, los fotógrafos se han esforzado durante toda su historia en revelar (u ocultar) el funcionamiento de la sociedad con gran belleza estética. La veracidad del testimonio documental de esta imagen nos ayuda, a través de la fotografía, a comprender mejor las profundas consecuencias que tuvo ese hundimiento económico en el devenir de la historia del pueblo norteamericano. La economía capitalista mundial pareció derrumbarse en el período de entre guerras; pero también en esta época surgieron algunas de las obras artísticas y creativas más importantes de la

28 Robert Coles. Dorothea Lange: Photographs of a Lifetime. An Aperture Monograph; USA, Library of Congress, 2012, páginas 20-22. 29 El ataque japonés a la base naval de Pearl Harbor (Hawái) en 1941. Dorothea Lange registró la evacuación de los japoneses estadunidenses a los campos de concentración tras el bombardeo. Pero éstos eran malos tiempos para contar la verdad.

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fotografía. The Migrant Mother es un documento de protesta social que denuncia las condiciones de vida en los ranchos californianos y los efectos devastadores de la mayor y más importante depresión económica de la historia moderna. Puede resultar ofensiva para los moralmente sensibles; sin embargo, Dorothea Lange ha tratado el tema con compasión y honestidad. Una discurso visual de alto impacto, que con crudo realismo describe la oleada de trabajadores llegados a la California fértil procedentes del medio- oeste espoleados por la sequía, las malas cosechas y la falta de trabajo. La claridad y sencillez de la creación de Dorothea Lange forman parte de su intención de divulgar los problemas de la clase rural sub-ocupada estadounidense. Una catástrofe financiera que arrasó con los cimientos de la prosperidad de los EE.UU. y con la ilusión de Florence O. Thomson. The Migrant Mother, es una obra de arte por derecho propio. Claramente, no es un elogio al estilo de vida estadounidense, el país de las oportunidades que presume de salir siempre adelante gracias al propio esfuerzo. Pero aquí no hay esfuerzo individual que alcance. Por otro lado es, al mismo tiempo, un canto a la dignidad, el orgullo, la valentía que definen a los EE.UU. De las fotografías que se tomaron de la Gran Depresión, pocas tuvieron un impacto tan inmediato y atemporal como esta. En 2008 Dorothea Lange ingresó, a título póstumo, en el California Hall of Fame situado en el Museum of History Women and Arts por obra del gobernador de California Arnold Schwarzenegger.

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Ankele, Daniel (2013). Dorothea Lange: The Great Depression + 100 Photographic Reproductions. En https://www.amazon.com/-/es/Daniel-Ankele- ebook/dp/B0071X6IZ0/ Blumental, Karen (2013). Six Days in October. The Stock Market Crash of 1929; a Wall Street Journal Book for Children. USA: Simon & Schuster. Coles, Robert (2012). Dorothea Lange: Photographs of a Lifetime. An Aperture Monograph. USA: Library of Congress. Ferro, Marc (2003). Diez lecciones sobre historia del siglo XX. México: Siglo Veintiuno. Fraser, Steve (2006). Wall Street, a Cultural History. USA: Faber & Faber.

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