Silvia Rivera Cusicanqui Sociología De La Imagen Miradas Ch’Ixi Desde La Historia Andina
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Silvia Rivera Cusicanqui Sociología de la imagen Miradas ch’ixi desde la historia andina Silvia Rivera Cusicanqui Sociología de la imagen Miradas ch’ixi desde la historia andina Rivera Cusicanqui, Silvia Sociología de la imagen : ensayos . - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Tinta Limón, 2015. 352 p. ; 20x14 cm. - (Nociones Comunes / Tinta Limón; 17) ISBN 978-987-3687-10-5 1. Sociología Política. 2. Historia. I. Título CDD 306.2 Fecha de catalogación: 29/06/2015 Diseño de cubierta e interiores: Juan Pablo Fernández Imagen de tapa: Nueva coronica y buen gobierno (página 155 ), Felipe Guamán Poma de Ayala, 1615 Corrección y cuidado de la edición: Tinta Limón © 2015, Silvia Rivera Cusicanqui © 2015, de la edición, Tinta Limón. www.tintalimon.com.ar Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Índice Palabras previas. Por Tinta Limón 7 Prólogo La sociología de la imagen como praxis descolonizadora 13 Primera parte. Tiempo y relato visual Secuencias iconográficas en Melchor María Mercado [1997] 35 Historias Alternativas. Un ensayo sobre dos “sociólogos de la imagen” [1997] 73 El mito de la pertenencia de Bolivia al “mundo occidental”. Réquiem para un nacionalismo [2003] 93 Construcción de imágenes de indios y mujeres en la iconografía post 52: el miserabilismo en el Álbum de la Revolución [2006] 145 Segunda parte. En busca de una episteme propia La universalidad de lo ch’ixi. Miradas de Waman Puma [2009] 175 Pensando desde el nayrapacha: una reflexión sobre los lenguajes simbólicos como práctica teórica [2010] 205 Principio Potosí Reverso. Otra mirada de la totalidad (fragmento) [2010] 221 Amo la montaña [2010] 233 Una retórica anti-conquista. Miradas ch’ixi en/ sobre Waman Puma [2015] 243 Tercera parte. Apuntes metodológicos y entrevistas Experiencias de montaje creativo. De la historia oral a la imagen en movimiento [1998] 283 El ojo intruso como pedagogía [2012] 293 Métodos heterodoxos. Entrevista con revista Jícara (Bogotá) [2013] 305 Conversa del Mundo. Diálogo con Boaventura de Sousa Santos (fragmento) [2015] 315 Glosario de términos en otras lenguas 321 Documentos Audiovisuales 337 Bibliografía 339 Palabras previas Por Tinta Limón Hace años que para nosotrxs el intercambio con Silvia Rivera Cusicanqui se ha convertido en parte de una colaboración profunda, artefacto de una amistad y espacio de poderosa inspiración. Por un lado, porque a ella la inquieta, tanto como a nosotrxs, cómo entender la investigación: creemos sin dobleces en su “dimensión política y subversiva”, como le exige Silvia a esta práctica, y a que su despliegue de lugar a una “micropolítica situada e iconoclasta” a la vez que a un debate abierto sobre el “buen gobierno”. La conversación, entonces, sedimenta, se amasa. Nos embarca jun- txs. Arma estilos que se cruzan y se hablan entre sí. Composiciones promiscuas. Por momentos, llega a coserse en co-investigaciones, tra- fica imágenes en común entre colectivos y nos envuelve en ofensivas compartidas. Silvia habla del aymara como un idioma “aglutinante”, porque es capaz de que un mismo término varíe según los sufijos, los con- textos de enunciación y con cada operación de significación espe- cífica, así como alrededor de las estrategias retóricas. Esa variación es a la que se somete su propia teoría, al punto de decir: “Hace algún tiempo he adquirido la costumbre de expresar en público el repudio por mi obra anterior”. Que esa posibilidad esté ligada a una trayectoria femenina no es menor: pone en acto “la ventaja de la desventaja, el lado afirmativo de nuestra desvalorización”. Y también performativiza una “episteme propia”, capaz de incluir términos no lineales, opuestos, zonas de conflicto y encuentro, nuevos puntos de partida. 7 En este libro en particular celebramos entonces la genealogía de un método original: la sociología de la imagen que Silvia propone es a la vez desplazamiento vital, historia política y experimentación pe- dagógica, anudados en la pregunta por la insubordinación descoloni- zadora como práctica. En este sentido, el libro es en sí mismo una serie de trajines, de recorridos, de rutas: las voces del sindicalismo libertario, la autono- mía india, la lectura desprejuiciada y no localista, las imágenes y los textiles como secuencias iconográficas de fuerte dramatización polí- tica, los vericuetos de las universidades pobres del sur, las fronteras sexuales y raciales, los fracasos. Tal vez podamos usar a uno de sus preferidos, el cronista y dibu- jante Waman Puma (siglo XVII) al que aquí le dedica numerosas pá- ginas, para contrabandearla a ella en uno de sus dibujos. Ese montaje nos daría una poeta-astróloga: “caminar, conocer, crear” los verbos de un método en movimiento, con el horizonte de una “artesanía intelectual”, que no se deja expropiar el debate sobre la idea misma de qué es otra mirada sobre la totalidad (como lo proyecta el Principio Potosí, de las minas coloniales al neoextractivismo). Los materiales con los que aquí se trabaja son parte de la apues- ta: sea el cine de Jorge Sanjinés o las acuarelas de Melchor María Mercado –dos precursores de la sociología de la imagen, según Silvia– se leen desde un ojo intruso, al mismo tiempo con sospe- cha y develando sus ausencias, destacando sus alegorías, insistiendo sobre su singularidad. La sociología de la imagen, como hace casi tres décadas la historia oral, son estrategias de un intenso combate que Silvia sostiene contra los límites de la escritura alfabética para reconectar con los ríos profundos de la vitalidad anticolonial. Y allí amalgama la exigencia de la presencia indígena desde la originalidad de su filosofía y no desde un estereotipo de lo originario. Hay dos problemas que nos interesan en particular resaltar para la discusión en marcha en nuestro continente. Por un lado, la cues- tión del desarrollo: el trabajo que Silvia practica sobre esta palabra ilumina cómo se vincula históricamente al decreto de miserabilismo 8 sobre los sectores populares o subalternos, en los años 50 pero tam- bién en la representación de la etapa oligárquica del siglo XIX y en la actualidad. Por otro, la emblematización de indios y cholas (extensible, de nuevo, a los sectores populares en general) por medio de su “subsun- ción ornamental”, dejando de lado su espesor productivo, su hegemo- nía urbana, su conciencia ch´ixi, abigarrada. Son ambas cuestiones claves de la actualidad latinoamericana, que se obturan demasiado a menudo, y que tensionan la actualidad de la crítica colonial desde un lugar filoso y no puramente ideológico, académico o moral. 9 Qhipnayra uñtasis sarnaqapxañani1 AFORISMO AYMARA Hay que soñar, pero a condición de creer firmemente en nuestros sueños, de cotejar día a día la realidad con las ideas que tenemos de ella; de realizar meticulosamente nuestra fantasía. V. I. LENIN 1. Este aforismo puede traducirse aproximadamente así: “Mirando atrás y adelante (al futuro-pasado) podemos caminar en el presente-futuro”, aunque sus significados más sutiles se pierden en la traducción. Prólogo La sociología de la imagen como praxis descolonizadora Una larga práctica de investigación social ha ido dando forma, poco a poco, al trabajo que se presenta en este libro. Muy tempranamente, mi inquietud por el mundo andino se había orientado hacia mí mis- ma –en una suerte de angustia identitaria o, como la llamara Denise Arnold, “nostalgia de ancestros” (2008)– y por ello me dirigí a los archivos y al altiplano, en busca de mis orígenes por línea materna, en la marka Qalakutu de la provincia Pacajes. En los años 1970 había caído en mis manos un enigmático documento de la temprana colo- nia1 que me permitió situarme en el inicio de un camino intelectual cada vez más proclive a buscar nexos entre la historia del pasado y los dilemas que vivía en el presente. Las tesis y documentos académicos que resultaron de aquella primera tentativa de hacer ciencia social 1. Se trata de una demanda de servicios gratuitos a favor de un cacique, cuyo folio más antiguo está datado en 1586. El cacique en cuestión aducía descender de Tikaqala, un mallku de Urinsaya Qalakutu, quien vio llegar a los españoles en el Cusco y retornó corriendo a avisar a los caciques de Pacajes que los recién llegados eran gente “fuerte y animosa” y que “no convenía hacerles resistencia”. La ulaqa de autoridades de Pacajes determinó ajusticiarlo por traidor y matar a todas sus cónyugues (abriéndoles los vientres para matar a sus herederos, dice el documento). De esta matanza habría escapado una india, Jakima, que se refugió en el valle costero de Lluta y dio a luz a un hijo de Tikaqala. Cuando las autoridades étnicas de Pacajes se dieron cuenta de que tenían que negociar con los españoles en calidad de vencidos, tuvieron que buscar a algún sobreviviente de la matanza que ellos mismos habían perpetrado, para que oficie como “cacique de sangre” y pueda ser legitimado bajo el sistema de gobierno indirecto de las “dos repúblicas”. El hijo de Jakima, llamado Awkiwaman, fue erigido en cacique y dio inicio al linaje de lo que sería posteriormente la familia Cusicanqui (ver Rivera y Platt 1978, Rivera 2015). 13 son por ello escasos, y el más importante fue destruido en 1980 en el contexto del golpe de García Meza2. Esta destrucción la interpreté como un mensaje del ajayu de Santos Marka T’ula (ver THOA 1984), un extraordinario pensador y cabecilla en el ciclo de insurgencia ay- mara de la primera mitad del siglo XX, cuya historia descubrí casi sin querer, pero sobre todo sin saber que su destino no era apuntalar una carrera universitaria sino alimentar un nuevo ciclo de insurgen- cia aymara. Ya en el marco del trabajo conjunto con lxs hermanxs del Taller de Historia Oral Andina, se nos hizo cada vez más evidente la dimensión política y subversiva de la investigación en el ámbito multifacético y plural de la memoria colectiva.