Derecha E Izquierda Razones Y Significados De Una Distinción Política
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N o r b er t o B o bbio D er ec h a e Izq uierd a Razones y significados de una distinción política Nueva edición revisada y ampliada con una respuesta a los críticos TAURUS PENSAMIENTO Octava edición Título original: Destra e sinistra (2a edición) © 1995, Norberto Bobbio © 1995 Donzelli Editore, Roma © Sa n t il l a n a , S. A . T a u r u s , 1996 Juan Bravo, 38. 28006 Madrid Teléfono (91) 322 47 00 Telefax (91) 322 47 71 Traducción: Alessandra Picone Prólogo: Joaquín Estefanía Diseño de cubierta: Alfonso Sostres Imagen de cubierta: Luis Pita Diseño de interiores: Antonio Lax ISBN: 84-306-0082-5 Dep. Legal: M-32.414-1997 Impreso por: Gráfica Internacional Impreso en España Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial. Ín d ic e P r ó l o g o a l a e d i c i ó n e s p a ñ o l a , PORJOAQUÍN ESTEFANÍA 7 I ntroducción a l a s e g u n d a e d i c i ó n i t a l i a n a 1995. RESPUESTA A LOS CRÍTICOS 21 Introducción a l a p r i m e r a e d i c i ó n i t a l i a n a 41 I L a d i s t i n c i ó n r e b a t i d a 47 II E x t r e m i s t a s y m o d e r a d o s 71 III L a d í a d a s o b r e v i v e 87 IV En b u s c a d e u n c r i t e r i o d e d i s t i n c i ó n 101 V O t r o s c r i t e r i o s 111 VI I g u a l d a d y desigualdad 133 VII L i b e r t a d y a u t o r i d a d 153 VIII L a e s t r e l l a p o l a r 165 R eplantearse l a i z q u i e r d a P r i m e r a s orientaciones bibliográficas (1980-1994) d e P i e t r o P o l i t o 177 P r ó l o g o a l a e d ic ió n e s p a ñ o l a Joaquín Estefanía T estigo del siglo x x (la «u to pía invertida») L o s siglos naturales no suelen coincidir con los del calendario. Norberto Bobbio nació poco antes de la I Guerra Mundial (el 18 de octubre de 1909) y, por lo tanto, cumplió ochenta años pocos días antes de la caída del muro de Berlín. En medio, tantos acontecimientos que martirizaron a varias genera ciones de ciudadanos. En su Autobiografía intelectual, presentada en un seminario de la Universidad Me- néndez Pelayo de Santander, dirigido por Gregorio Peces Barba en el verano de 1992, el filósofo italiano escribe: «El transcurso de mi vida coincide en gran parte con el periodo histórico que ha sido denomi nado, con razón o sin ella, de la guerra civil europea. Es el periodo que comienza con la profecía del ocaso de Occidente y termina con la victoria triunfal de la mayor potencia occidental, y con la declaración, pre cipitada, del final de la historia. Los años de mi for mación coinciden con los del fascismo: cuando Mussolini llegó al poder hacía pocos días que yo había cumplido trece años; cuando cayó, el 25 de julio de 1943, yo tenía ya treinta y cuatro y había alcanzado ya il mezzo del cammino de mi vida. Los vein te meses de la guerra de Liberación que siguieron, entre septiembre de 1943 y abril de 1945, fueron, D e r e c h a e Izq u ier d a para la historia de mi generación, decisivos: dividie ron, incluso rompieron, el curso de la vida de cada uno de nosotros en un antes y un después en el que habíamos procurado sobrevivir con algún inevitable compromiso con nuestra conciencia y aprovechan do incluso los más pequeños espacios de libertad que el régimen fascista, una dictadura más suave que la nazi, nos concedía; un después en el que, por medio de una guerra civil, en algunos momentos despiadada, nació nuestra democracia». En estas palabras de Bobbio está, en esencia, el con tenido de una vida, afortunadamente todavía hoy ina cabada. Testigo del siglo X X , ejemplo de una cultura militante desde el antifascismo activo, desde la búsque da de la racionalidad, desde la pasión por la libertad, acérrimo defensor del socialismo liberal y democráti co —y por lo tanto, iluminador de la revisión del socia lismo marxista— Norberto Bobbio plantea en toda su obra teórico-política la misma complejidad: descon fianza hacia la política demasiado ideologizada; defen sa del gobierno de las leyes contra el gobierno de los hombres; elogio de la democracia; defensa a ultranza de una política laica, entendiendo el laicismo como ejercicio del espíritu crítico contra los opuestos dog matismos de católicos y comunistas y, finalmente, incondicional admiración del sistema político inglés. Bobbio se considera doblemente a sí mismo —la últi ma vez en este libro al que Vázquez Montalbán ha cali ficado de «casi testamentario»— como un hombre de izquierdas («por lo tanto siempre he dado al término izquierda una connotación positiva, incluso ahora que está siendo cada vez más atacada, y al término derecha una connotación negativa, a pesar de estar hoy amplia mente revalorizada») y un moderado. M P r ó l o g o a la e d ic ió n e spa ñ o la Aunque más tarde abundaremos en lo que signifi ca esta moderación (parte fundamental de sus tesis), volvamos a las palabras explicativas del propio filóso fo: «Frente al fascismo y al nazismo hubo que com portarse como extremistas, escogiendo entre resig narse y resistir. Y no dudo que fueron los extremistas de entonces los que llevaron razón. Pero en una sociedad democrática, pluralista, donde existen varios grupos en libre competición, con reglas del juego que deben ser respetadas, mi convicción es que tienen mayor posibilidad de éxito los modera dos [...] Guste o no guste, las democracias suelen favorecer a los moderados y castigan a los extremis tas. Se podría también sostener que es un mal que así ocurra. Pero si queremos hacer política, y esta mos obligados a hacerla según las reglas de la demo cracia, debemos tener en cuenta los resultados que este juego favorece. Quien quiere hacer política día a día debe adaptarse a la regla principal de la demo cracia, la de moderar los tonos cuando ello es nece sario para obtener un fin, el llegar a pactos con el adversario, el aceptar el compromiso cuando éste no sea humillante y cuando es el único medio de obte ner algún resultado». Esos valores fundamentales de la ética social y polí tica, la tolerancia, la libertad, el pluralismo y la no violencia, la paz, la fraternidad, la igualdad (¡aten ción a este concepto en Bobbio!), son los que le per mitieron batirse con el fascismo y con el comunismo dogmático. No vale la pena insistir en el primer com bate, pues toda su obra y su práctica están impregna das de él (pese al interés reciente de algunos de ponerlo en cuestión desempolvando textos aislados, que tendrían interés histórico, pero no de convencí- [>>I D e r e c h a e I zq u ier d a miento) pero sí recordar algunas piezas del segun do. En Derecha e izquierda... Bobbio reconoce el fraca so del comunismo histórico, «aunque el desafío que lanzó permanece. Y permanece la distinción entre izquierda y derecha». Entiende que el socialismo integral, o el comunismo integral, o la democracia integral no tienen futuro: «Toda concepción totali zadora de la historia, según la cual la historia tiene una meta preestablecida y definitiva, no tiene futuro, porque ninguna meta está establecida de antemano taxativamente, ninguna meta es nunca definitiva. Al menos en una concepción no profética, no escatoló- gica de la historia, como la que caracteriza al pensa miento laico al que no me siento ligado». En esa discusión permanente, siempre en el seno de la izquierda antideterminista, tiene un interés superlativo la polémica de Bobbio con Palmiro Togliatti, fundador y secretario general del Partido Comunista Italiano, en la que remata su posición de siempre: «Mi objetivo principal en el debate fue la defensa de los derechos del hombre, en particu lar el derecho a la libertad —que no debía ser con siderado una conquista de la burguesía de la que el proletariado no hubiera sabido hacer uso— aun que fuera un afirmación de la que primero nació el Estado liberal, después el Estado democrático, el mismo al que los comunistas hubieran debido lle gar para salvar una revolución cuya importancia yo mismo he podido reconocer varias veces en el transcurso del diálogo. Con aquel debate quise dar un ejemplo de lo que yo consideraba la función mediadora y moderadora del intelectual ante dog matismos opuestos».