Memorias Y Relaciones Viaje De Luigi Balzan
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MEMORIAS Y RELACIONES VIAJE DE LUIGI BALZAN - 1890-1892 Desde Asunción hasta Villa Bella y retorno Publicado originalmente en italiano en varios números del Boletín de la Sociedad Geográfica Italiana entre 1892 y 1894. Traducción del italiano: Clara LÓPEZ BELTRÁN. 1 CAPITULO 1 De Asunción a La Paz Relación a la Sociedad Geográfica Italiana del Profesor L. Balzan San Gertrudis (Coroico, Yungas) marzo 26, 1891. Egregio Señor Secretario, Al fin llegó el día de dejar Paraguay -donde he vivido1 unos cinco años- con el fin de iniciar mi viaje a Bolivia. Dejé un país en condiciones mucho más tristes de las que existían cuando lo conocí por primera vez. Al febril período de especulación y de empresa le siguió uno de terrible crisis; esto desde hace algunos meses. Los comerciantes mayoristas sin saber cómo terminaría el asunto no importaban nada o casi nada de mercaderías. Muchas personas entre quienes se contaban aquellas que gozaban de las mejores condiciones, se vieron obligadas a suspender sus créditos o pedir mora. Los barcos llegaban casi vacíos. Los pocos inmigrantes recientemente llegados se iban y el gobierno, habiendo perdido su única fuente de entradas con la suspensión de las importaciones, se encontraba en conflicto a la hora de pagar a sus empleados. Se puede decir que si el Paraguay hubiese tenido una buena administración, y si en lugar de lanzarse como Argentina en la especulación2 de tierras incultas o inútiles, a menudo inalcanzables, se hubiera limitado a fomentar -de hecho y no de palabras- las buenas leyes de inmigración y agricultura, habría podido en estos meses duplicar su población y llenar sus 1 Balzán fue profesor de ciencias naturales en Asunción durante cinco años. 2 El 7 de julio de 1885, el Estado paraguayo votó una ley de venta de tierras públicas. Esta permitio negociar de nuevo en Londres la deuda del país por consecuencia de la Guerra de la Triple Alianza que devastó Paraguay y arruinó su demografía por mucho tiempo. Los prestamistas recibieron importantes lotes de tierras que dieron lugar a una desenfrenada especulación sobre los yerbales dirigidos por unos grupos financieros internacionales. 2 campos desiertos con gente fuerte y trabajadora!!. No diré toda, porque sería una locura, pero parte de los inmigrantes que en esos días huían de la República Argentina se hubieran dirigido al Paraguay si las noticias no hubieran sido pésimas. Y efectivamente era así. Pocos meses antes se hizo una inspección en el Banco Nacional a los bienes del Estado para hacer frente a la excesiva emisión de moneda papel, pero se encontraron sólo unos pocos miles de escudos de plata!, por efecto de la reconversión de hace algún tiempo cuando todos exigían al Banco plata a cambio de papel moneda. Era una guerra despiadada provocada por el favoritismo que imperaba en el Banco y que llevaría a la ruina de la institución y del país. El decreto de primeros de diciembre, imponiendo un cambio fijo por dos años, hizo subir el precio del oro alrededor del 350%, por lo que, mientras en julio del '90 la moneda paraguaya ganaba del 15 al 20% sobre la moneda argentina, en diciembre la había igualado y en algunos momentos perdía. Cuando yo partí de Asunción, la libra esterlina valía 16 escudos, cuando su valor real era 6!. Es fácil imaginar el malestar general que se notaba en la capital de la República [del Paraguay]: buena parte de los propietarios de negocios -no se si correctamente- exigían el pago en oro; era muy difícil encontrar dinero para afrontar los compromisos. Si se hallaba, no era raro pagar el 4,5 o 6% de interés mensual. Y a causa del precio del oro, las mercaderías de primera necesidad llegaban a precios muy altos. Una crisis tan aguda no se debía a la crisis argentina. El Paraguay, en lugar de crear vías3 de salida hacia Europa para sus productos, por ser comercialmente independiente de la vecina república, se contentaba con comerciarlos en Buenos Aires. Sin embargo, esta claro que, para salir directamente a Europa, es necesario mejorar la calidad de los pocos productos que podrían tener aceptación, en particular el tabaco. Recuerdo que nuestro cónsul, caballero Legranzi, mandó el pasado año al Ministerio en Italia, por cuenta de una casa comercial italiana con sede en Asunción el mejor tabaco del Paraguay; respondieron que era inservible, aún sabiendo que en Italia no se fuma muy bien. En cambio en Paraguay el tabaco se seca al sol sin usar la más elemental regla para mejorar su calidad, pero como se lo consigue fácilmente están contentos con venderlo a precio infame en Buenos Aires. Mas hoy, ese mercado [Buenos Aires] también esta cerrado o casi al tabaco del Paraguay o por lo menos, en diciembre, habían pasado a las Cámaras argentinas los nuevos proyectos de ley sobre aduanas. 3 El Paraguay es, junto con Bolivia, el país de América del Sur que carece de una salida marítima directa. Sin embargo, dispone de la vía fluvial del río Paraguay que permite a los barcos que remontan el río de la Plata de alcanzar Asunción. 3 Dejaba entonces un Paraguay en condiciones poco alentadoras. Hubiera querido hacerlo en octubre pero dos razones lo impidieron: la primera: no quería abandonar el colegio nacional antes de terminar el año escolar, y la segunda: que mi viejo amigo Germain4, con quien debía hacer el viaje había partido hacia Quillota, en Chile, donde le habían ofrecido una cátedra. El no la quería pero yo mismo le aconsejé que aceptara la invitación puesto que a su edad es mejor descansar gozando de un buen empleo que correr por lo bosques en busca de mariposas. Mi partida fue fijada para el 30 de diciembre; elegí ese día para tomar el vapor Centauro que estaba capitaneado por un paisano nuestro y querido amigo. Con él me sentía seguro y tendría un mejor viaje que en el piróscafo de la Compañía La Platense. El día anterior, el 29, llevé mi equipaje al puerto y en la mañana del día 30, a las 8 a.m., despedido por los amigos subí a la lancha remolcadora que nos llevó hasta el vapor. Me acompañaron a bordo algunos amigos íntimos y nuestro egregio cónsul el Caballero Legrenzi. La lancha estaba muy cargada especialmente de cueros salados. Olvidaba decir que casi todos estos años, al principio del verano, el río se seca y los grandes vapores no llegan hasta Asunción, razón por la cual se quedan en la Angostura que esta a dos y media horas más hacia el mar. Cerca de las 8:30 a.m. el vaporcito que me remolcaría dio la señal de partir y los amigos descendieron a tierra y aún los vi agitar sus pañuelos. Doblamos después en Itapitapunta (en guaraní: punta de la piedra roja) para ver desaparecer Asunción en la cual, como dije, había pasado cinco años. Pero ya comienza el viaje y debo empezar la narración. Itapitapunta esta formada por una pequeña colina que llegando hasta el río forma una rivera con una barranca o playa arenosa rojiza. El paisaje es bellísimo: arriba, hacia la ciudad esta la colina de Tacumbá sobre el cual se divisa el cementerio de Mangrullo con sus altos cipreses; a la derecha, las riberas y los bosques del Chaco y a la izquierda, la barranca roja excavada por las aguas en algunos puntos y ranchos o casuchas de paja medio escondidas entre bananos. Estos, cuando yo pasé, estaban completamente deshojados por las langostas que en esos días, junto con la crisis y una tremenda epidemia de viruela, habían desolado la parte del país que circunda la capital. 4 Germain, un entomólogo francés, llegó a Chile en 1850. Participó a la creación del museo de Santiago, luego regresó a Francia en 1865. Tenía que volver a irse hacia 1885. Después de una estadía forzada de tres meses en 1886 o 1887 en Corumba debido a una epidemia de cólera, alcanzó Asunción y ahí un compatriota hizo publicar sus relatos de viajes en un periódico francés de la ciudad. Tenía que encontrarse con su amigo Luis Balzán en la colonia Risso donde se encontraba de paso para la exposición de Barcelona .Ver GERMAIN, P. Voyage d’Asunción (Paraguay) a Mollendo (Perú), In : Actas de la Sociedad Científica del Chile. Vol. VII. pp. 256-296, Vol. VIII. pp. 128- 137; y Vol. VIII. pp. 13-30 de 1899. [Esta publicación se refiere a su estadía en los Yungas y en la sierra boliviana]. 4 Después de tres horas de viaje, con un calor sofocante que duraba desde hacía un mes (estábamos casi siempre a 34o c. dentro de las habitaciones), todavía nos movíamos lentamente porque el remolcador era débil para arrastrar una plataforma cargada. Después de haber pasado a nuestra derecha la colina de Lambaré cubierta de vegetación y muy querida por los paraguayos, llegamos al "Centauro" anclado cerca a las costas del Chaco y transbordamos a él. Recuerdo que el barco estaba anclado frente a un riacho o brazo del río que tenía la desembocadura cerrada debido a la sequía. Sus orillas eran boscosas, los árboles estaban cubiertos de enredaderas que caían en cintas y las tranquilas aguas cubiertas en parte de camalotes o plantas flotantes de río muy comunes, de hojas redondeadas con peciolo ancho y con bellas espigas de flores violetas. Ellas daban un aspecto pintoresco. Estos camalotes anuncian la época de lluvias en el Matto Grosso5 cuando descienden por el río con la corriente, y por lo tanto son presagio de que el río crecerá. De vez en cuando, alguna garza blanca sobrevolaba los camalotes y se quedaba parada destacando sobre el fondo verde del bosque.