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Directora y editora responsable: Prof. Esther Paglialunga Marta Alesso Coordinadora del Grupo de Investigación de Lenguas y Literaturas Clásicas. Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. Apdo. postal 491. (5101) Mérida. Venezuela. Consejo Editorial [[email protected]]

Dora Battistón Dr. Urpo Kalevi Kovala Universidad Nacional de Department: Research Center for Contemporary La Pampa, Argentina Culture, University of Jyväskylä, Finland, Lidia Raquel Miranda P.O. Box 35. (40351) Jyväskylä. Finland. Universidad Nacional de [[email protected]] La Pampa. CONICET. Argentina Dra. Francesca Mestre Pablo Cavallero Profesora Titular de Filología Griega de la Universidad Universidad de Buenos Aires. de Barcelona. España. Departament de Filologia Grega. CONICET. Argentina Universitat de Barcelona Gran Via de les Corts Catalanes 585. (08007) Claudia N. Fernández Barcelona. España. Universidad Nacional de [[email protected]] La Plata. CONICET. Argentina Dr. Julián Gallego Profesor Adjunto de Historia Antigua II (Clásica) en Editora de Reseñas: Lidia Raquel Miranda la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Revisión de Abstracts: Sonia Suárez Cepeda Buenos Aires. Investigador Adjunto del CONICET. Rojas 240 PB E. (1405) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Argentina. Dirección postal [[email protected]] Instituto de Estudios Clásicos Coronel Gil 353, 3° piso Dr. Pedro López Barja 6300 Santa Rosa. La Pampa. Argentina Profesor Titular de Historia Antigua, Teléfono: (054) 2954-451648 Universidad de Santiago de Compostela. (15782) Telefax: (054) 2954-433037 Santiago de Compostela. La Coruña. España. [[email protected]] E-mail: [email protected] Dr. Benjamín García Hernández Catedrático de Filología Latina de la Universidad Canje y ventas Autónoma de Madrid Biblioteca de la Universidad Nacional Departamento de Filología Clásica, Facultad de de La Pampa Filosofía y Letras, E-28049. Madrid. Coronel Gil 353, subsuelo. [[email protected]] 6300 Santa Rosa. La Pampa. Argentina Teléfono: (054) 2954- 451636 Telefax: (054) 2954- 433408 Colaboraró en este número como evaluador: E-mail: [email protected] Dr. Sandro Abate [Universidad Nacional del Sur]. Nº XVII | Año 2013 ISSN 1851-1724(enlínea) ISSN 1514-3333(impresa)

Publicación del Instituto de Estudios Clásicos Facultad de Ciencias Humanas. UNLPam En Madrid: Miño y Dávila editores Arroyo Fontarrón 113, 2º A (28030) tel-fax: (34) 91 751-1466 Madrid, España En Buenos Aires: Miño y Dávila srl Pasaje José M. Giuffra 339 (C1064ADC) tel-fax: (54 11) 4300-6919 Buenos Aires, Argentina e-mail producción: [email protected] e-mail administración: [email protected] web: www.minoydavila.com

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Presentación ...... 7

Artículos i. Julián Barenstein - Diana Angélica Fernández Carta de Giovanni Pico della Mirandola a Andrea Corneo: el incidente de Arezzo y la elección entre vita activa y contemplativa ...... 13 ii. María Delia Buisel Magistraturas e Imperium: de la monarquía al principado ...... 31 iii. Diana L. Frenkel La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo ...... 45 iv. Marina Larrosa A propósito de un Eros de cera (Ἔρως κήρινος): Anacreóntica 11 ...... 61 v. Francesca Mestre Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio fi nal ...... 71 vi. María Jimena Schere La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia Caballeros de Aristófanes ...... 89 vii. Alicia Schniebs Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad y la memoria en Roma ...... 107 viii. Mariano Javier Sverdloff Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont ...... 123 ix. Mariana Sverlij Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti: la simulación, el absurdo y la risa...... 151 Reseñas

Marta Alesso Atienza, Alicia; Battiston, Dora; Buis, Emiliano; Crespo, María Inés; León, Nilda; Rodríguez Cidre, Elsa (coordinadores). NÓSTOI Estudios a la memoria de Elena Huber ...... 171 Paola Druille Racket, Andrés. Esquilo. Prometeo Encadenado ...... 175 Mariana Gardella Hueso Mársico, Claudia e Inverso, Hernán. Platón. Eutidemo ...... 180 Lidia Raquel Miranda Matacotta, Dante. Simmaco. L’antagonista di Sant’ Ambrogio ...... 184 Laura Pérez Balzaretti, Lena y Coria, Marcela. Aristófanes. Nubes ...... 188 Luciano A. Sabattini Rodríguez Cidre, Elsa; Buis, Emiliano; Atienza, Alicia (compiladores). El oîkos violentado: genealogías confl ictivas y perversiones del parentesco en la literatura griega antigua ...... 193 Marcela Alejandra Suárez Sánchez, Luis; Demaría De Lissandrello, Fabiana; Kalinowski, Juan Pedro. Retórica Neolatina Rioplatense. Las prolusiones jesuíticas ...... 199

Colaboradores ...... 205

Normas para colaboradores ...... 213 Presentación

xisten muchos modos de enfocar los problemas e indagar posibles respuestas. Siempre el punto de partida va a estar en un diálogo estimulador, sea entre maestro o discípulo, sea entre texto y lector, sea con un antagonista al que queremos rebatir. Siempre también va a haber asombro, curiosidad, interés, estupor o admiración ante el milagro del conocimiento por develarse y la Eexperiencia por adquirirse. Parece sencillo el camino del descu- brimiento de nuestras posibilidades –o de nuestros límites– en una disciplina. Pero al poco andar, nos damos cuenta de que si bien el estudio no existe sin intelecto, tampoco existe sin tradi- ción, sin marco cultural propio, es decir, sin condicionamientos sociales, locales, geográfi cos y temporales. La travesía no es simple, es compleja. Por esa razón, ubicados en el aquí y ahora, en la Argentina de 2013 y más precisamente en La Pampa y más puntualmente en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de La Pampa, damos a conocer los resultados de las investigaciones en estudios clásicos y en la tradición que proviene de textos griegos y latinos que han llegado a nuestra publicación y que han sufrido el proceso normal de evaluación. El primer trabajo que abre el listado de los nueve artí- culos que presentamos en este número es la traducción de Julián Barenstein de una Carta en latín de Giovanni Pico della Mirandola a su amigo Andrea Corneo. Examina un tema de raigambre platónica, debatido arduamente por los intelectuales del siglo XV, pero que también concita en la actualidad debates entusiastas: la preferencia de la vida contemplativa por sobre la vida activa. La carta hace referencia, además, al llamado “incidente de Arezzo”, un episodio oscuro en el que es raptada la esposa de Giuliano Mariotto de’ Medici. La traducción está precedida por una introducción y exhaustivamente anotada. Como en ocasiones anteriores, hemos exigido que la traduc- ción se presente revisada con rigor por algún otro especialista, para el caso, Diana Angélica Fernández.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 7 Dos artículos de reconocidas personalidades, estudiosas de las letras latinas, van a realizar un análisis profundo de cier- tos aspectos de formas políticas y sociales de la antigua Roma. Nos referimos a María Delia Buisel y Alicia Schniebs. Buisel se detiene en su artículo –titulado “Magistraturas e Imperium: de la monarquía al principado”– en cuestiones terminológicas, no exentas de refl exiones sobre las pugnas en la política romana interna. El trabajo analiza las nociones y términos en relación con potestas, vis y virtus, y en particular con imperium, así como el tratamiento de un problema clave para la época, la oposición vitium - virtus. La investigadora se detiene especialmente en las perspectivas de Cicerón, quien temía los excesos de los magis- trados y confi aba en la constitución republicana, pero percibía también la necesidad de un ‘principado’. Alicia Schniebs, en “Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad y la memo- ria en Roma”, se sumerge en las transformaciones políticas, sociales y simbólicas propias de la instauración del principado. Va a focalizar su interés en las características y funciones de las fi guras retóricas en Valerio Máximo. Elige sobre todo la dubitatio para demostrar los matices de las refl exiones de este autor acerca de la memoria, de la interpretación del pasado y de su modo de exaltar las virtudes romanas, mediante el estilo propio de un retórico profesional. Schniebs recupera el comportamiento del enunciador como agente del discurso ejemplar y de sus destinatarios, puestos ante la necesidad de dar respuestas o de volver a formular esas u otras preguntas en el marco del régimen autocrático romano. En este ejemplar nos esperan además tres artículos sobre literatura griega, los de Marina Larrosa, María Jimena Schere y Francesca Mestre. Marina Larrosa ofrece un artículo que será con seguridad muy útil, tanto para su utilización en el aula como para todo quien disfruta la poesía de Anacreonte o de sus epítomes de la Antigüedad tardía. El poema que analiza en “A propósito de un Eros de cera (Ἔρως κήρινος): Anacreóntica 11” subraya las propiedades mágicas de la imagen de Eros hecha de cera que nos presenta la canción 11 del corpus anacreóntico. Larrosa se detiene especialmente en las dos explicaciones diferentes que se le otorgan al término παντορέκτης. De la premisa de que el vínculo entre el poeta y Eros se produce a partir de los

8 Marta Alesso / Presentación mecanismos de la magia se deduce que el sometimiento a esta divinidad signifi ca que el poeta se rinde ante la poesía erótica porque despliega indudablemente efectos mágicos. “La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia Caballeros de Aristófanes” de María Jimena Schere se propone demostrar que el personaje del esclavo Demóstenes, homónimo del general ateniense, se constituye en portavoz provisorio del enunciador-autor hasta que el Morcillero alcanza la estatura que se espera del héroe cómico. No es que Demóste- nes pueda asumir en forma defi nitiva ese lugar, pues no logra generar la identifi cación del ciudadano ordinario con el héroe, pero sí puede alcanzar un papel relevante en el marco de la estrategia persuasiva de la pieza, al menos en la primera parte. Francesca Mestre ha optado por un tema interesantísimo en su trabajo titulado “Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio fi nal”. Se trata de las descripciones del más allá que encontramos en las obras del fértil sofi sta helenístico, con énfasis en las decisiones de Radamantis como juez de los seres humanos. Por otra parte, la versión de Taciano, apologista cristiano, en su Oratio ad Graecos, distingue con claridad entre el juicio de Radamantis y el del propio Dios. Coinciden ambos autores en carecer de alusiones al infi erno o a horrorosos cas- tigos infernales; para ellos, la naturaleza de la vida después de la muerte signifi ca que la justicia es aplicada de manera auto- mática, sin castigo explícito. Las conclusiones son el resultado de un extenso tiempo dedicado a este tema por la autora. Diana Frenkel, especialista en textos sobre judaísmo hele- nístico, en su trabajo “La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo” aborda un concepto que exige un desarrollo amplio y refl exivo: el prosélito, en referencia a todos los que adoptaron el judaísmo entre los siglos II a.C. y II d. C. El personaje de Aseneth es el protagonista de la novela que Frenkel analiza, y se encuadra en la complejidad de los límites del grado de compromiso que el judaísmo exige. La narración demuestra el modo en que un pagano puede adoptar la tradi- ción monoteísta y puede crecer dentro de ella con las mismas posibilidades que las de los demás hijos de Israel. En respuesta a la convocatoria de trabajos sobre el con- cepto –demasiado vasto– de ‘tradición clásica’, Mariano Javier Sverdloff y Mariana Sverlij muestran que no está rota la cadena de nuestra deuda literaria con los antiguos griegos y romanos.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 9 Mariano Sverdloff , en “Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont”, especialista en las diversas relecturas de la literatura latina ‘decadente’ de los últimos años del siglo XIX, elige la obra de Gourmont, de 1892, porque ocupa un lugar peculiar en la tradición escrituraria en tanto se trata de una antología, comentada y traducida, que explora exponentes un tanto marginales a la literatura canónica. Esta colección crítica de obras glosadas por un apasionado por la historia y la literatura antiguas tanto como interesado en las nuevas investigaciones estéticas podría explicar –según Sver- dloff – las lecturas que escritores como Ezra Pound o Jorge Luis Borges hicieron de la latinidad clásica y medieval. La controvertida fi gura de Leon Battista Alberti aparece en nuestras páginas bajo la pluma de Mariana Sverlij en su artículo “Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti: la simulación, el absurdo y la risa”. Momus es una sátira alegórica, de tono político, que sigue como modelo a Luciano de Samosata, también presente en estas páginas de . Las Intercenales, por su parte, son una clara muestra por la apetencia de este típico renacentista atraído por las más variadas disciplinas. Sverlij percibe con inteligencia una de sus facetas menos investigadas, el rostro más sombrío –o menos luminoso– de su obra, la que Alberti construye en torno a la creencia en una inestabilidad sustancial o una existencia simulada que gobierna al mundo humano. Siete reseñas de libros de reciente publicación completan este volumen. Son compendios con críticas que esperamos sean útiles para los eventuales lectores de las obras que comentamos. No se puede, como dije al principio, aislar un objeto de estudio de su ámbito de producción, de su contexto, de sus antecedentes, pero tampoco se puede apartar de su devenir, de su futuro. Auguramos por tanto que estos trabajos, estas espe- culaciones y propuestas, serán contribuciones trascendentes para el campo de las investigaciones en los estudios clásicos y para el conjunto de los atraídos por los studia humanitatis en todos los órdenes e instancias del conocimiento.

Marta Alesso

10 Marta Alesso / Presentación Artículos

Carta de Giovanni Pico della Mirandola a Andrea Corneo: el incidente de Arezzo y la elección entre vita activa y contemplativa

Julián Barenstein (traducción y prólogo) [Universidad de Buenos Aires - CONICET] [[email protected]] Diana Angélica Fernández (revisión) [Universidad de Buenos Aires - CONICET] [[email protected]]

Resumen: En este trabajo presentamos la traducción del latín al español de la carta de Giovanni Pico della Mirandola a su amigo Presentación Andrea Corneo de Urbino con introducción y notas. En el texto, Pico expone sus puntos de vista respecto una de las cuestiones que tuvo omo es bien sabido, el en vilo a los intelectuales del siglo XV: la de la elección entre la vida activa y la contemplativa. año 1486 fue uno de La carta trata, además, del llamado “incidente de Arezzo”, un confuso episodio en el que los más prolíficos de el joven conde raptó a la esposa de Giuliano Pico. En marzo había Mariotto de’ Medici. A lo largo del texto Pico se revela como imitador de los autores clásicos regresado a Florencia latinos, entre ellos, Séneca, Horacio, Gelio, Plauto, Terencio y especialmente Cicerón. después de unos meses de estudio en la Uni- Palabras clave: otium - vita activa - vita versidad de París; se contemplativa - res uxoria. escapabaC así del exceso de torneos dia- lécticos y tosquedades lingüísticas para Giovanni Pico della Mirandola´s letter to Andrea Corneo: the incident of Arezzo encontrarse con sus amigos Lorenzo and the election between vita activa and comtemplativa de’ Medici y Angelo Poliziano. Con 23 años ya había descubierto la cábala, Abstract: In this paper, we offer the translation from latin to spanish of Giovanni Pico della comprado algunos de los libros más Mirandola’s letter to his friend Andrea Corneo from Urbino with introduction and notes. In this representativos de esta arcana sabiduría text, Pico presents his points of view about hebrea, que él mismo volvería cristiana, one of the most important problems along the fifteenth century: the choice between active and y encargado su traducción al enigmático contemplative life. In addition, the letter enter upon the so-called “incident of Arezzo”, a confus- Flavio Mitrídates, nombre bajo el cual ing episode in which the young count kidnapped se ocultaba el judío converso Guillermo Giuliano Mariotto de’ Medici’s wife. Along the text, Pico reveals himself as classical latin authors’s de Moncada. Y todavía le esperaban imitator, among others, Seneca, Horace, Gellius, Plautus, Terence and specially Cicero. meses de trabajo febril donde habría de conjugar fi losofía del amor, poetica Key words: otium - vita activa - vita contem- theologia y prisca philosophia en una plativa - res uxoria.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 13-30 13 síntesis universal de todo el saber que misa en la catedral aretina, cuando súbi- hallaría su suelo nutricio en la excelsa tamente “…fu a tradimento, et armata dignidad de la naturaleza humana. manu […] et per forza messa a cava- Pero, entremedio de toda esta sublime llo…” (Del Piazzo 1963: 279)3. El dam- vorágine, como un árbol en medio del nifi cado afi rmaba que los raptores eran bosque, se asoma otro Pico, no ya el hombres al servicio del conde, dispues- fi lósofo o el teólogo, sino el hombre de tos —según él— para hacer cualquier corte, aquél que mientras arde de amor cosa que se les ordenara4. por el conocimiento, no ve de lejos las Mientras así describía Giuliano lo fi estas y los placeres (Garin 1984: 178- sucedido, los magistrados de Arezzo 179; Borghesi 2008: 212-215; Edel- se apresuraron a notifi car a Lorenzo heit 2008: 281-282); vayamos, pues, a que consideraban los hechos como una su encuentro. ofensa para todo el pueblo aretino. De El 1 de mayo, Pico abandona la este modo, los ecos del alboroto se ciudad del lirio y fi ja su destino hacia encendieron como hierba seca y la Roma. En camino a la ciudad de los noticia rápidamente se expandió entre papas hace escala en Arezzo, donde los despachos ofi ciales y la correspon- intenta, aunque sin lograrlo, raptar a dencia diplomática, generando dife- Margherita, “bellísima” esposa de Giu- rentes versiones de lo ocurrido. Así liano Mariotto, un ofi cial de aduana, pues, de acuerdo con una carta que miembro de una rama muy colateral Aldobrandino Guidoni, uno de los y pobre de la familia Medici1. El con- fiscales estenses, dirigiera a Ercole fuso episodio será conocido como “el incidente de Arezzo”2. El propio Giuliano le escribe a su 3 Si bien el trabajo de Del Piazzo fue publi- cado en 1963, contiene la primera edición primo Lorenzo acerca de las circuns- de una serie de textos en italiano del siglo tancias del incidente, afi rmando que en XV, producidos alrededor del incidente de la mañana del 10 de mayo, su esposa Arezzo. En modo alguno se debe entender había ido con su dama de compañía y que los textos citados aquí fueron produci- dos en 1963. Asimismo, se ha de poner en un muchacho de maestranza a escuchar evidencia que todos los escritos recogidos en este compendio entrañan algunas difi - cultades de lectura para el lector contem- 1 Margherita era la rica viuda de un tal Cons- poráneo y un cierto número de irregulari- tante Speziale, que criaba caballos para el dades que no están presentes en el italiano palio, y se había desposado con el primo del moderno. Magnífi co en segundas nupcias. 4 “Colla serva pigliare recreatione al Duomo 2 La documentación sobre el incidente de Vecchio da fuori d’Arezzo, fu da gente del Arezzo ha sido compilada en M. Del Pia- signore della Mirandola, contra sua volontà, zzo (1963: 271-290), H. De Lubac (1994: presa e messa a cavallo et in groppa a gente di 12-102) y D. Berti (1859: 32-46). Para más sua famiglia colla quale era il decto Signore; detalles sobre la documentación, ver E. che per questo era venuto la sera dinanzi qui Garin (1984: 181, n. 21). En nuestro tra- agli alberghi d’Arezo, con circa 20 cavagli et bajo seguiremos principalmente al primero con balestrieri acti a far male…” (Del Pia- de estos autores. zzo 1963: 276).

14 Julián Barenstein - Diana Angélica Fernández / Carta de Giovanni Pico della Mirandola… d’Este el 12 de mayo, Margherita había maltrechos, escapar de la muerte, gra- dejado Arezzo “…infogata de lo amore cias a la velocidad de sus caballos5. Aun- del conte…” (Del Piazzo 1963: 279) y que no corrieron la suerte de los otros, según se desprende del texto de Gui- ambos permanecieron bajo la custodia doni, la mujer ya estaba enamorada de Giovanni Nicolacci da Marciano, que de Pico antes de su casamiento con el había colaborado con los perseguido- primo de El Magnífi co (Garin 1984: res, siendo Cristoforo quien cargó con 180). En esta misma línea, el cronista los peores tratamientos. Por contra- Luigi della Stufa escribe que la esposa posición, Pico recibió un trato afable de Mariotto “…come innamorata e debido, quizás, a su condición de noble cieca di sì bel corpo, volontariamente y de protegido de Lorenzo6. montò a cavallo…” (Del Piazzo 1963: Ahora bien, el incidente no solo 277). En una tercera versión, Stefano tuvo cierta resonancia, por así decir, Taverna, orador milanés en Florencia, a nivel popular7. Políticos e intelec- después de poner de relieve la fama de tuales de renombre como, el ya men- santidad de Pico y la opinión favorable cionado, Lorenzo de’ Medici, al que se que de él se tenía, afi rma que este fue suman Ercole I, Ficino y Alessandro “…provocato da una femina impazita di Cortese, deseaban excusar al prín- luy…” (Del Piazzo 1963: 281). Algo cipe de Concordia. En efecto, el 13 de más tarde, Constanza Ventivolgio, mayo, Lorenzo escribe a los señores de cuñada de Pico, en una carta del 16 de Arezzo (Otto di Guardia), refi riéndose mayo a fray Ieronimo da Piacenza se a la ofensa cometida contra su primo, alza en su defensa en los mismos tér- pero sin mencionar a la persona res- minos, alegando que Margherita “…lo ponsable. El segundo, escribió a su seguiva voluntariamente…” (Del Pia- orador, Aldobrandino, diciéndole que zzo 1963: 277). Por contraste, Fran- se hallaba muy apenado a raíz de lo cesco Baroni llegará a afi rmar que, a causa de lo ocurrido, el conde había 5 “...perché gli aretini hebono più gente perdido toda su reputación. n’amazorno XVIII et il magnifi co signore Más allá de la pluralidad de versio- fu ferito malamente et se non su fussi stato nes, lo cierto es que Filippo Carducci, il buon cavallo che haveva sotto, rimaneva anche lui in compagnia de’ 18…” (Del Pia- capitán y mayor de Arezzo, había zzo 1963: 281). dado la señal de alarma y perseguido 6 No sería aventurado, pues, afi rmar que esto al Mirandolano con sus hombres y un último haya sido lo que determinó la par- grupo de cerca de doscientos volun- ticipación del secretario en la conjura que tarios, que lo interceptaron cerca de terminó con el envenenamiento del conde. Marciano, en las afueras de Sienna. De 7 “Et veramente questo caso è di natura che acuerdo con della Stufa, en el hecho a tutta questa città rencresce perché questo conte Zohanne havea in questa cità uno murieron dieciocho hombres de Pico y nome del più docto homo che fusse uno solamente él y su secretario, Cristoforo buon pezo: et era reputato uno sancto; ora da Casale Maggiore, lograron, aunque ha perso la reputatione et conditione sua…” (Del Piazzo 1963: 279).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 13-30 15 ocurrido y con un tono más bien dulce, Sea de ello lo que fuere, fi nalmente da cuenta de la estima que siente por y gracias a la intervención de Lorenzo, el insigne intelectual, pidiendo entre Pico fue liberado y partió para Umbría. citas de Salomón –que también usará Durante los meses siguientes se Pico– su liberación como si se tratara genera una gran variedad de noticias de un hermano8. alrededor del suceso, algunas incluso Para llevar las cosas a otro nivel, con ínfi mos detalles9, pero nada se sabe Ficino escribe una apología, Apologus por la pluma del propio Pico. Habrá de raptu Margarite nymphe ab heroe que esperar hasta septiembre para Pico, en la que se enarbola a Pico como volver a oír su voz –o leerla–, en una “heros ingeniosus”, hijo de Mercurio carta dirigida a Ficino con fecha del y de Venus. En el texto, Margherita nueve. La epístola del Mirandolano viene caracterizada como una ninfa, contesta una misiva en la que el fi ló- por designio divino amante de héroes y sofo de Careggi le solicita la devolu- no de hombres, hija también de Venus, ción de su ejemplar del Corán. Pico pero fruto de su unión con Apolo. En el aprovecha la ocasión para ponerlo al relato echa mano de argumentos mito- tanto de sus estudios lingüísticos y sus lógicos: ambos –nos dice– fueron víc- conversaciones con Flavio Mitrídates y timas de marciales demonios que los el médico Pierleone da Spoleto, miem- separaron sin hacer caso de la justicia bro también de la Academia platónica. divina, desconocida por la plebe igno- Además se leen allí algunas referencias rante que aprueba la crueldad de Marte a la disputa romana, centro de todas y desaprueba la magnanimidad del sus preocupaciones actuales10. Empero, héroe. Asimismo, trae a colación los ejemplos de Teseo y Ariadna, Hércu- 9 Como por ejemplo las pertenencias del les y Iole, Plutón y Perséfone, y Júpiter conde que habían quedado en el lugar: y Europa, a los que se suman algunos “...restaci un cavallo di quelli del Signore extraídos de la Biblia. Por su parte y appresso l’oste, una cappa rosata foderata sin salir de este paradigma mitológico, di panno verde, due balestre d’acciaio...un turchasso...una cappetta,... un giacho di Alessandro Cortese, amigo también maglio...” (Del Piazzo 1963: 279). de Pico, escribe a su hermano sobre el 10 Si bien algunos autores han afi rmado como hecho, metamorfoseando al conde en posible que por esta fecha Pico le diera Paris y a Margherita en Helena, para algunos toques al Commento sopra una afi rmar, entre risas, que a veces los canzone d’amore di Girolamo Benivieni, nos parece más seguro afi rmar que este texto fi lósofos actúan alocadamente (Garin haya sido escrito entre los años 1486 y 1489. 1962: 81). Sobre todo, a juzgar por las similitudes de esta obra con el Heptaplus, con fecha cierta de 1489, que presenta algunos cambios 8 “…che certo le son cose che anche Salamone, importantes en referencia a lo expresado che fue tanto sapientissmo, incorse anchora en la Oratio de 1486. Aunque a juicio de lui alcuna volta in simile trasgressione, sì che Eugenio Garin algunos pasajes del Hepta- il gli è da havere compassione...” (Del Pia- plus son partes del Commento traducidas al zzo 1963: 284). latín, al extender la fecha de su redacción

16 Julián Barenstein - Diana Angélica Fernández / Carta de Giovanni Pico della Mirandola… no es sino en la segunda carta después El segundo párrafo, que será tra- del rapto fallido donde Pico aborda el ducido al inglés por sir Th omas More tema del incidente. Se trata de una hacia el fi nal de su vida, aborda la cues- epístola dirigida a su amigo Andrea tión de si ha de ser preferida la vida Corneo de Urbino, el quince de octu- activa (vita actuosa et civilis) por sobre bre del mismo año. ¶ la contemplativa (contemplandi vita) o viceversa y constituye la parte más Estructura y contenido compleja y fi losófi ca del texto. Desde el comienzo, el Mirando- a carta, que es a todas luces lano no deja dudas acerca de su posi- un trabajo no revisado, consta ción, obvia en un hombre de un temple L de cuatro párrafos. En el pri- como el suyo: “en vano me incitas a la mero de ellos, que hace las veces de vida activa y civil” –sentencia– y asume introducción, ya se deja ver el tono que la exhortación de su amigo a este áspero y enojoso que recorre todo tipo de vida se apoya en una categórica el texto. En efecto, a diferencia de descalifi cación de la labor y la fi gura del lo que ocurre con la mayoría de las philosophus y de la vida contemplativa. epístolas publicadas por su sobrino Delineado entonces el frente con el Gianfrancesco, en esta, Pico soslaya que combatirá, el Mirandolano ve con toda norma de cortesía, i.e., saludo y claridad que para revertir el punto de alabanza o augurio de buenos deseos vista del Urbinate es imperioso precisar al receptor, uso de vocativos exclama- el signifi cado de los términos “philoso- tivos, etc., para ir sin dilación a los phus” y “philosophia”. Así pues, no sin temas de su interés. Así, inicia el texto una acusada indignación empuña la respondiendo la queja de Corneo palabra, transfi gurada ahora en un arma que lo acusa de no haber contestado temible, y alega creer precisamente lo ninguna de las cartas que él le había contrario que Corneo. Con todo –como escrito previamente. Ante el tenor del se verá– su opinión no entraña una des- reclamo, Pico se apresura a decir que califi cación de la vita activa o del pasaje no recibió ninguna carta anterior a la de la contemplativa a la activa, sino más que aquí responde, poniendo como bien un rechazo de los motivos por los garantía de veracidad su diligente cuales esto deba hacerse, i.e., la infamia amor por la escritura (1. 1), para ter- (ignominia) y el ultraje (contumelia) de minar defi niendo la verdadera amis- los fi lósofos (2. 4). tad, como una tal que no exige, como Convencido, pues, de su punto de conditio sine qua non, un mutuo inter- vista, da cuenta de que esta convic- cambio de cartas (1. 2-3). ción general (persuasio) que Corneo hace propia, es también sostenida por unos cuantos e implica otra, cierta- podríamos pensar justamente lo contrario, mente funesta y monstruosa (existia- cosa que —por lo expuesto— nos parece lis et monstruosa): que los hombres más plausible (Garin 22004: 22).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 13-30 17 de Estado no deben fi losofar, que el queda de la sabiduría” (2. 9)11. Pero ni fi losofar mismo solo sirve para gran- siquiera esta aclaración es sufi ciente. jearse favores o bien, que es pura Pico vuelve a cargar las tintas: si bien, pedantería sin ninguna fi nalidad. Se de un lado, reconoce que una afi rma- trata de la acepción general de que la ción de este tipo no sería tan desacer- fi losofía constituye la paradójica acti- tada –siempre y cuando fuera eso lo vidad del que hace algo no haciendo que Corneo hubiera querido decirle–, nada, la de quien actúa ociose (2. 5-7). del otro, esto no es lo mismo que afi r- Y a esta opinión antepone no la suya, mar que es un crimen o un error el sino aquella de los sabios (sapientes), no pasar de la vida contemplativa a la pensando quizás en Agustín, Séneca y activa –como Corneo efectivamente Cicerón –en ese orden–, para quienes parece estar sosteniendo (2. 10) –. la fi rme y sólida felicidad reside solo Se vislumbra aquí el cenit de la en los bienes del alma, y en ellos está argumentación piquiana: si solo se la fi losofía, por lo que en poco han de puede fi losofar ociose (sin hacer nada) ser tenidos los bienes exteriores (2. 8). y, por tanto, no hay que fi losofar, enton- Como es evidente lo que busca Pico ces ¿en qué consiste este otium propio con este primer paso es poner la aten- de la fi losofía que conlleva virtud y ción sobre la ambigüedad del término lleva al hombre a esa felicidad de la que “ociose”. De aquí en adelante, su argu- hablan los más grandes sabios? Si es un mentación estribará principalmente en otium sine dignitate —para decirlo a la el análisis del uso común y una conse- usanza romana— como se sugería con cuente reinterpretación del sustantivo el “ociose” que Pico ponía en la mente “otium” y del adverbio “ociose”. E n de Corneo, entonces sería impropio efecto, al considerar el otium como algo de un hombre libre o de un príncipe necesario para la fi losofía, si el sentido el llevar a cabo un estudio desintere- del término “ociose” es correctamente sado de la sabiduría (2. 11). Pero esto entendido, deberá ser modifi cado el no podría ser sostenido ni siquiera por carácter peyorativo que poseen “phi- el más aguerrido enemigo de la vita losophia” y “philosophus” en el gueto contemplativa, e incluso –advierte– si cultural que se mueve Corneo. alguien piensa así, será porque nunca Ahora, sin salir de esta línea argu- ha fi losofado, sino más bien utilizado mentativa, pero como previendo una la fi losofía como si fuera una mercan- objeción de su interlocutor, el conde se cía (2. 12-13). anticipa y habiéndose puesto en la piel del Urbinate, reformula sus palabras, relajando la afi rmación inicial. Así, lo 11 Todo esto, nuestro autor lo expone bajo las que este habría querido decirle podría fi guras de Marta y María del célebre pasaje de Lc 10. Se trata de un lugar común utili- no haber sido “abandona la fi losofía” zado por una gran cantidad de autores que sino algo así como “sé un príncipe, antes que él trataron el tema, i.e., Agustín, hombre civil, etc. sin abandonar la bús- Meister Eckhart, Salutati, Landino y, en general, toda la tradición cristiana

18 Julián Barenstein - Diana Angélica Fernández / Carta de Giovanni Pico della Mirandola… Sabemos ya que el adverbio “ociose” por lo que, a fortiori, menos saldrá a no puede ser entendido como sin hacer la arena de los asuntos públicos (publici nada y que el otium es necesario para negocii) buscando algún beneficio la contemplación, veamos ahora cómo (2. 26). Con todo, señala que tiene hay que entender “philosophia”: “Me en mente dar a luz algunos libros –y pides –sigue Pico– que tome el lugar seguramente piensa en las Conclu- que me corresponde entre los prín- siones sive thesis DCCCC– para que cipes de Italia, pero aun no conoces muchos puedan alcanzar la felicidad la opinión que los fi lósofos tienen de (2. 27). Por lo demás, insiste, no ha sido sí mismos…”. Y aquí no deja de ser desperdiciado su otium, sino que lo ha signifi cativo que no se haga alusión a convertido en un otium philosophandi, la opinión de algún fi lósofo, sino a la gozando del cual logró dominar la len- de un poeta. Así pues, el conde para- gua hebrea, la caldea y con el cual, en frasea un pasaje de Horacio en donde breve dominará la árabe; todas lenguas este hace referencia a la extravagan- semitas, sagradas, poseedoras de un cia y los excesos de los fi lósofos, ante misterioso encanto y aun bastante lo cual –declara– se ha de buscar la desconocidas en la Europa continen- “dorada mediedad” (aurea mediocri- tal. Todo esto, en suma, es lo que Pico tas). Se trata de una expresión popu- considera digno de un príncipe impor- larizada por el autor del Ars poetica, tante (2. 28). que implica un cierto equilibrio, alcan- Hacia el fi nal del párrafo, el conde zado el cual no se incurre en peligro ni de Mirandola se detiene a alabar a los exceso alguno, es decir, una suerte de príncipes de Italia, en especial a Ludo- ataraxía epicúrea, adaptada al estilo de vico il moro (2. 29) y hace alusión a su vida romano. pronto traslado a Roma, para terminar Siguiendo, entonces, los imperati- dando cuenta de la veracidad e irrefu- vos de esta mediocritas, Pico despliega tabilidad de lo que ha dicho hasta aquí un retórico juego de opuestos a través (2. 31-33). del cual antepone la celda del monje En el tercer párrafo, después de a suntuosos palacios, los estudios a aceptar los consejos que Corneo le los negocios públicos, el deleite de los hiciera sobre asuntos maritales (res libros a la habilidad para sacar ventaja, uxoria), Pico hace algunas referen- y la paz del alma a los favores de la cias un tanto confusas al “incidente de curia, para dar una muestra de sus pre- Arezzo”. Entre ellas, que pensaba devol- ferencias, a las que considera propias ver a Margherita a su esposo, que esta de un verdadero fi lósofo (2. 14-25). había huido, al menos en principio, no Como si esto fuera poco, el Miran- impulsada por su amor hacia él, sino dolano remata su argumentación ale- para alejarse de su marido que la tra- gando que ni siquiera se preocupa taba casi como una cautiva; todas cosas por la utilidad que haya de depararle de las que el conde da cuenta utilizando su ocio literario (litterarium otium), un léxico muy afectado (3. 34-44). Sin

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 13-30 19 embargo, rápidamente despacha el algunas palabras que, aunque ausentes tema para reconocer su responsabili- en el texto latino, precisan el sentido de dad en el asunto y reprochar a su amigo algunas expresiones de Pico. ¶ por haberlo defendido (3. 45-47). En este contexto de lamentación y Giovanni Pico della penitencia que nos descubre otra de Mirandola a las facetas de Pico –la que irá acen- tuándose más y más después de su Andrea Corneo de Urbino cautiverio en las cárceles francesas en 1487–, ensaya una velada defensa de su [1] He recibido tus cartas, las que me enviaste más cerca ‘crimen’. Así, en tercera persona, como 12 avergonzado, promete no incurrir dos 1. de los idus de octubre. Las veces en la misma falta, encomia al otras que, según escribes, me enviaste amor como la fuerza más poderosa y, antes, no llegaron. Si las hubiera reci- como contraparte, al hombre como el bido, en seguida te las habría contes- ser más débil. La confesión se cierra tado, tal como soy, infatigable para con el ejemplo del santísimo Jerónimo, escribir y, ya sea por estudio o natu- que a pesar de su vida ascética, sucum- raleza, en modo alguno perezoso para bió ante sus infl ujos de su avasallante este ofi cio. [2] Con todo, el silencio no poder (3. 48-57). era cosa para temer. Nuestra amistad, Por último, el cuatro párrafo de la pues, no puede debilitarse ni siquiera con uno largo: yo soy un amigo para carta constituye un breve post scriptum 13 en donde rechaza el ser presentado toda la vida, no uno circunstancial . ante la familia Bonromeo de la mano [3] Además, una amistad no es lo del propio Corneo (4. 58). ¶ sufi cientemente fi rme si es tal que exige, por así decir, al modo en que se apoyan los fl autistas —para utilizar Traducción

frecemos aquí la traducción del latín al castellano anotada de la 12 Con el término idus se denominaba en el Ocarta que Giovanni Pico della calendario romano el día 13 de los meses de Mirandola envió a Andrea Corneo de enero, febrero, abril, junio, agosto, septiem- bre, noviembre y diciembre y el día 15 de Urbino el 15 de octubre de 1486. El marzo, mayo, julio y octubre. Estos últimos texto que hemos utilizado se incluye meses eran los únicos de 31 días. en los ff 314-316 de la editio princeps, 13 En este pasaje no sería necesario utilizar el publicada por Gianfrancesco Pico y pronombre personal ego. Está sobreenten- Pietro Maynardi, dos años después de dido en la desinencia verbal, sin embargo, y en correlación con el tono agresivo de la la muerte del conde (1496). La nume- carta, el Mirandolano lo utiliza para dar ración de los párrafos y de las líneas en mayor énfasis a la afi rmación, indicando la traducción sigue la división del texto que en la antítesis amicus perpetuus-amicus latino. Hemos agregado entre “< >” temporarius, él se encontraría en el primer término de la ecuación.

20 Julián Barenstein - Diana Angélica Fernández / Carta de Giovanni Pico della Mirandola… un término de Plauto14— el mutuo 2. [4] Pero, para pasar a aquello por intercambio de cartas15 como si se lo que me escribes, en vano17 me incitas tratara de una relación superfi cial y a la vida activa y civil, hablándome con- posesiva16. tra la infamia y hasta del ultraje de los fi lósofos, si a fi n de cuentas no sudaré en la palestra18 por tratar estas cosas y llevarlas a cabo. [5] Ciertamente, mi 14 Titus Maccius Plautus es, probablemente, amado Andrea, habría perdido todo el el cómico más exitoso de la Antigüedad. benefi cio y el tiempo de mis estudios si Según algunos historiadores, habría nacido estuviese ahora de tal modo animado en Sársina (Umbría) hacia el 254 a. C. y que pudiera asentir y sumarme a esta habiendo comenzado su carrera como actor, se dedicó ya en la madurez a la com- opinión tuya. [6] ¿Acaso no es esta posición de comedias hasta su muerte en el sino la funesta y monstruosa convic- 184 a. C. Nos han llegado veintiuna come- ción que ha invadido la mente de los dias de su autoría de acuerdo con la lista hombres: que los estudios de fi losofía de Marco Terencio Varrón, todas las cuales gozaron de cierta fama durante el Renaci- no han de ser encarados por hombres miento. Se trata de Amphitruo (Anfi trión), Asinaria (Comedia de los asnos), Aulula- 17 Traducimos el adverbio modal “frustra” ria (Comedia de la ollita), Bacchides (Las por “en vano”. Si bien la traducción no deja báquides), Captivi (los cautivos), Casina lugar a ambigüedades, si lo hace el lugar que (Cásina), Cistellaria (Comedia del cofre), ocupa este término en la oración: “…adhor- Curculio (El górgojo), Epidicus (Epídico), taris me tu ad actuosam vitam et civilem Menaechmi (Los mellizos), Mercator (El frustra me et in ignominia quasi ac contu- mercader), Miles Gloriosus (El soldado fan- meliam tam diu philosophotatum dicens…”. farrón), Mostellaria (El fantasma), Persa (El Esto produce en el lector una cierta perple- persa), Poenulus (El cartaginés), Pseudolos jidad, puesto que el “frustra” puede referirse (El mentirosito), Rudens (El sable), Stichus tanto a la exhortación a la vida activa y civil (Estico), Trinummus (Las tres monedas), como al utilizar como argumento una refe- Truculentus (El hombre salvaje) y Vidularia rencia a la infamia y el ultraje de los fi ló- (Comedia de la valija). Para más detalles sofos. En nuestra opinión, se trata de una sobre la obra de Plauto y su trascendencia ubicación estratégica, cuya fuerza reside en ver C. Panayotakis (2005: 130-148). la posibilidad de aplicar dicho adverbio a las 15 Plauto utiliza el verbo furcillere (no furcilere) dos opciones conjuntamente. en una sola ocasión: “Vae tibi, tu inventu’s 18 Con el término “palestra” (del griego vero, meam qui furcilles fi dem. quasi mihi non παλαίστρα) llegó a designarse en la Antigua sescenta tanta soli soleant credier.” ( P l aut o, Grecia a una suerte de recinto que, en sus Pseudolos 631-632). El término entraña el inicios generalmente funcionaba como el sentido de apoyar, sostener, etc. y solo parece anexo de un gimnasio y estaba destinado a encontrarse en Plauto. De ahí que Pico diga ofi ciar exclusivamente de lugar de entrena- “ut Plauto dixerim verbo”. Por lo demás, en miento de los luchadores profesionales. Más referencia a las exigencias de los fl autistas, tarde la palestra fue albergando diferentes cfr. Plauto, Aulularia 290-293. disciplinas, no solo deportivas, sino tam- 16 En esta oración hay dos juegos. El primero de bién sociales, educativas, etc. convirtiéndose ellos, de opuestos, entre los términos nutans fi nalmente en una escuela de adiestramiento (superfi cial) - infi rmuscula (posesiva). El gimnástico y cultivo del espíritu. Es evidente segundo, de palabras, entre fi rma (fi rme) y que Pico utiliza este término de acuerdo con nuevamente, infi rmuscula (posesiva). su primera acepción.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 13-30 21 de Estado o bien que han de ser degus- los sabios, la fi rme y sólida felicidad tados por labios delicados antes bien reside en los bienes del alma, por lo para ostentación del ingenio19 que para que poco o nada deben importarnos el cultivo del alma o, en una palabra, los bienes exteriores, ni los del cuerpo ociosamente20? [7] En general sostie- ni los de la fortuna22. [9] Pero, dirás, nen como un dogma aquel dicho de “yo quiero que abraces a Marta sin Neoptólemo de que no hay que fi loso- abandonar, mientras tanto, a María”23 far para nada o muy poco en virtud de y no rechazo esta opción, ni condeno, las bagatelas y de las vanas historietas ni acuso a quienes la siguen, [10] pero que ya nos llegan gracias a la fi loso- dista mucho decir que no es un error fía21. [8] Sin embargo, en palabras de pasar de la vida contemplativa a la civil de afi rmar que sea una vergüenza o 19 Si bien en castellano existe la palabra “inge- decididamente un crimen o un delito nio” con la que generalmente se traduce la el no pasar de una a la otra, porque uno latina “ingenium”. La primera designa una podrá ser llevado a ello por algún vicio, suerte de capacidad imaginativa o creativa muy aguda cuya aplicación primera y prin- mientras otro seguirá y perseguirá la cipal estriba en la resolución de todo género virtud por amor a la virtud misma, no de problemas o difi cultades. La segunda, por su parte, se refi ere más bien a lo que indicamos en castellano con “talento”, con- como “philosophandum est paucis; nam cebido éste como una posesión natural exis- omnino haud placet” (Noctes Atticae 5. tente desde el nacimiento susceptible sin 15-16). Ambos autores, entre otros, atri- embargo, de ser ampliada y perfeccionada buyen la sentencia a “ille Ennianus Neop- por medio del trabajo o el estudio. Para una tolemus”. No es posible afi rmar con certeza aproximación a la cuestión en autores clási- de dónde tomo la sentencia Pico, pero, sin cos, cfr. Cicerón, Pro Archia 3. 17. 31. 32 et duda alguna, Cicerón o Aulo Gelio son passim, y Séneca, Epistulae Morales ad Luci- fuentes más probables que el propio Ennio; lium 108. 23. Para una presentación esque- máxime, toda vez que en su biblioteca no mática de la infl uencia ciceroniana en el se encontraron obras de este autor y si de Renacimiento y en particular en la cuestión los dos anteriores, incluso en una carta diri- acerca del mejor estilo de vida me remito gida a Lorenzo de’ Medici en 1484, trae a a los textos de R. A. Bonnell (1966), M. colación un pasaje de Noctes Atticae (2. 13. Jurdjevich (1999), Ch. Trinkaus (1964), 5) en el § 2. Sea de ello lo que fuere, es evi- P. A. Lombardo (1982) y especialmente al dente que el conde está citando de memoria trabajo de H. Baron (1938). (Garin 1936: 115-116). 20 Ociose (ver la sección titulada “Estructura y 22 Si bien es obvio que en “sapientium” pue- contenido”). den estar incluidos una gran cantidad de escritores, fi lósofos y teólogos, lo más pro- 21 La expresión de Neoptólemo, personaje que bable es que Pico estuviera pensando en hace su primera aparición en un poema de tres de ellos, Agustín, Séneca y Cicerón, en Ennio, es “philosophari est mihi necesse, at ese orden. Se trata no solo de tres autores paucis; nam omnino non placet”. A partir de predilectos del Mirandolano, sino también Ennio es retomada por diversos escritores de algunos los pensadores más leídos en el latinos, los cuales indican haberla extraído Renacimiento. de los escritos de éste, p.e., Cicerón la repro- duce como “philosophari velle, sed paucis; 23 Se trata de una referencia a Lc 10. 38-42. nam omnino haud placere” (Cicerón, De Signifi ca en este contexto, sé un hombre Re Publica 1. 30); Aulo Gelio la reproduce público sin descuidar los bienes espirituales.

22 Julián Barenstein - Diana Angélica Fernández / Carta de Giovanni Pico della Mirandola… buscando nunca nada más que ella, de [16] quienes, como dice Horacio27, se modo que investigando los misterios creen reyes de reyes, no saben consen- divinos y los principios de la natura- tir ni acomodarse a las costumbres, leza, se gozará en ese ocio,24 desdeñoso [17] habitan consigo mismos y están de las demás cosas y despreocupado satisfechos con la tranquilidad de su cuando por medio de este se pueden alma, ellos se bastan a sí mismos, [18] cumplir sufi cientemente las promesas no buscan nada fuera de sí, lo que el de su escuela25. [11] Luego, ¿será algo vulgo pone en sitial de honor, ellos lo indigno de un hombre libre y de nin- reputan como deshonroso, desprecian gún modo propio de un príncipe, el y rechazan cualquier cosa por la que llevar a cabo un estudio desinteresado se despierta el deseo de los hombres de la sabiduría26? [12] ¿Quién sopor- y todo lo que ansía su ambición, [19] tará o escuchará estas cosas con ánimo cosa que, fuera de duda, vale tanto sereno? [13] Realmente nunca ha fi lo- para ellos como para todos, [20] no sofado quien por esta causa fi losofó, de solo para los que la fortuna ha favo- modo que unas veces no podía y otras recido [21] al punto que pueden vivir no quería fi losofar, antes bien practicó suntuosa, cómoda y, encima, esplén- el comercio que la fi losofía. didamente. [22] Esas grandes fortunas [14] Me escribes que ha llegado el elevan al hombre y lo vuelven célebre, momento de que tome mi lugar como pero a menudo también lo dan por uno de los grandes príncipes de Italia, tierra como un potro desbocado que [15] pero todavía no sabes la opinión derriba a su jinete, [23] de esos que, que los fi lósofos tienen de sí mismos, por cierto, siempre han tenido mala reputación porque más bien vejan 24 Otium sin más designa el tiempo libre, de que viajan28. [24] Hay que desear, por ahí que se lo contraponga a negotium (nec- otium). Ahora bien, entre los escritores 27 Quintus Horatius Flaccus, hijo de un liberto latinos clásicos –y de entre ellos máxime y recaudador de impuestos, nació en Venu- en Cicerón– con dicha palabra se hace refe- sia (Apulia), cerca de Lucania, una región rencia al tiempo libre de las ocupaciones helenizada, el 8 de diciembre del 65. a. C. y ciudadanas y por extensión, al momento murió el 27 de noviembre del 8 d. C. Su obra, apropiado para estudiar, investigar, o –para de la que nos ha llegado una gran parte, se decirlo con pocas palabras– llevar a cabo divide en epodos, sátiras, odas, y epístolas. diversas actividades con las que se ejercita Los especialistas han concluido que Hora- o perfecciona el ingenium. De aquí que se cio no escribió siempre en estos géneros, hable de un otium philosophandi, un otium ni mucho menos simultáneamente, por el litteratum o un otium cum dignitate. (Cfr. contrario, se estima que se dedicó al pri- Cicerón, Pro Archia 3. 12. 30 et passim y mero desde el 41, es decir, desde su regreso Séneca, Epistulae Morales ad Lucilium 8. 1 a Roma, hasta el 30 a. C., al segundo, desde y 10. 4). el 35 al 30 a. C., al tercero, desde el 30 al 13 25 Con “escuela” hemos traducido el término a. C. y al último desde el 26 hasta el 13 a. C. “secta”, que hace alusión a una escuela fi lo- Para más detalles ver G. Davis (2010: 7-33, sófi ca. 93-104, 253-270 y 391-413). 26 Pico se refi ere a que si se acepta la opinión 28 Juego de palabras: vexant (vejan) - vehant de Corneo, se cae en un absurdo. (viajan).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 13-30 23 tanto, aquella dorada mediedad29 que y esfuerzos versan sobre cualquier más fácilmente nos lleva como en sus cosa, has de saber que yo, después de manos y, sometiéndonos a su impe- haber encarado el estudio de la len- rio, estos nos servirán, no gua hebrea y el de la caldea, pasando nos dominarán. [25] Yo, quedándome asiduas e infatigables noches en vela, con esta opinión, antepongo mi celda, fi nalmente he llegado a aprenderlas mis estudios, el deleite de mis libros, y y ahora, además, estoy concentrando la paz de mi espíritu a vuestros regios todas mis fuerzas para sobrepasar las palacios, a vuestros negocios públicos, difi cultades de la arábiga. Son pues, a vuestra rapacidad para sacar ventaja30 estas, las cosas que yo he considerado y a los favores de la curia. [26] No miro siempre, y aun considero, dignas de ni siquiera los frutos que me haya de un príncipe importante. [29] Pero, así deparar este ocio literario como para como he dicho estas cosas con verdad que me arroje y agite al calor, a la y solemnidad32, de esta estirpe de prín- vorágine de los asuntos públicos. [27] cipes excelentísimos, por encima de Sin embargo, hay unos libros que he todos respeto y venero al magnánimo engendrado y estoy por dar a luz, los duque Ludovico de Bari33, a nadie le cuales entregaré a algún editor para debo más de entre los príncipes de Ita- pública utilidad a fi n de que si no por lia, y le debo –según entiendo– mucho la doctrina e ingenio de su autor, al y por muchos motivos, y no habrá menos por lo que allí se revele31, alguno impedimento alguno tan grave ni tan pueda llegar a ser feliz y próspero. [28] arduo para que (si se me concediera la Y para que no pienses que mis afanes prerrogativa) no hubiera de sentirme favorable a este hombre. [30] Pero tal 29 Horacio, Carmina 2. 10. 5. Aurea mediocritas es la dignidad de estos y es una expresión que se remite a la fi losofía tal mi insignifi cancia que yo no podría epicúrea y se refi ere a un punto medio entre no necesitar de ellos, mientras que los extremos o un estado óptimo, en el que el sabio no resulta afectado por los excesos ni ellos en absoluto pueden necesitar de por la virtud, sino la justa medida de ambos. mí, de mi ayuda o de mi presencia. [31] Aparece como tema poético por primera vez De todos modos, según lo planeado, en Horacio (Horacio, Carmina 2. 3). al amanecer partiré hacia Roma y, sin 30 El término aucupium, que hemos traducido duda, pasaré el invierno ahí, a menos por la expresión “rapacidad para sacar ven- que un imprevisto, alguna casualidad taja”, se refi ere a la caza o captura de aves (avis-cupire), así como también a un deseo exagerado (cupire). Si bien una traducción 32 Juego de palabras: vere (verdad) - severe podría haber sido la de “capacidad para…” (severidad). en vez de “rapacidad para…”, creemos que 33 Se trata de Ludovico Sforza (1452-1503), solo a partir de la segunda opción es posible hijo de Francesco Sforza y Bianca Visconti, mantener el tinte peyorativo de esta palabra. más conocido como ‘Ludovico il moro’. En 31 El verbo olere que Pico utiliza aquí solo el tiempo en que Pico escribe esta carta, fi gurativamente signifi ca revelar, represen- Ludovico era el duque de Bari, se converti- tar, indicar, etc. Como es evidente, el signi- ría en duque de Milán recién en 1494, con fi cado primario es oler, despedir olor, etc. la muerte de Gian Galeazzo, su sobrino.

24 Julián Barenstein - Diana Angélica Fernández / Carta de Giovanni Pico della Mirandola… o el arrebato de una nueva fortuna me las muelas, como dice Plauto36, “de traiga otra vez. [32] De allí oirás, qui- tiradores37”. zás, que sumido en la contemplación 3. [34] Lo que me escribes sobre de su vida umbrátil y sedentaria34 tu el matrimonio38, no lo considero amigo Pico hizo algunos progresos o como algo dicho a la ligera, ni mucho que… fi nalmente lo diré igual, aunque suene presuntuoso: digo que cuando, al oír aquella noticia, tú le opusieras la sentencia adversa de otros doctores, 36 Gelio, Noctes Atticae 3. 3. 14. La referencia esta será, sin duda, una opinión carente se remonta al comentario de Gelio respecto de autoridad en cuestiones literarias35. de que Plauto, al haber perdido el dinero Ganado como dramaturgo, se vio obligado [33] En efecto, en Roma y en cualquier a trabajar en un espacio cedido en una pana- lugar a donde yo vaya, habrá príncipes dería, removiendo muelas “de tiradores”. de estos que, según su voluntad, orde- 37 En este oscuro pasaje Pico se refi ere a que en narán a quien le habrán de arrancar cualquier parte del mundo, habrá opinio- nes encontradas respecto de la valoración de su trabajo, su acción, etc. Su respuesta, ciertamente anticipada, a esta diversidad de opiniones, consiste en afi rmar que los “buenos” comentarios sobre sus obras, serán los correctos y la opinión contraria carecerá de valor porque solo podrá ser arrancada por la fuerza a algún erudito. En otras palabras: Pico sostiene que nadie en su sano y libre juicio, podrá decir que él no 34 La misma expresión aparece en la carta a haya hecho algunos progresos en su “vida Lorenzo de Médicis, fechada en Florencia, umbrátil y sedentaria”. Desde ya, como él 15 de julio de 1484: “At te quis non videat mismo lo advierte, esta declaración suena ea non tenere precario, sed ut in quae ius presuntuosa. Se ha de advertir también, que habeas et potestatem pro arbitrio versare, aunque hemos dicho que el Mirandolano se agere et tractare, haec tu, proh felix inge- anticipa a una posible crítica, en el fondo, nium, in aestu rei publicae, in actuosa vita en todo este pasaje está pensando en el es assecutus quae nos, philosophorum non incidente de Arezzo. En efecto, respecto de discipuli, sed inquilini, in umbratili vita et este suceso también había opiniones encon- sellularia, sequimur potius quam consequa- tradas y no hay motivo para suponer que mur.” (Pero ¿quién no vería que tú posees el conde no las conociera, por consiguiente, esto, no precariamente, sino que tienes según creemos, por medio de esta suerte sobre ello verdadero derecho y poder para de “defensa anticipada”, Pico estaría sosla- dominarlo, escribirlo y desarrollarlo? Tú, yando las opiniones adversas sobre dicho ¡Oh feliz ingenio! has concebido en el her- incidente, más aun, toda vez que éste será vor de la política, en tu agitada existencia el tema del párrafo siguiente, que comienza lo que nosotros, ni siquiera discípulos de inmediatamente. fi lósofos, más bien sus inquilinos, en nues- 38 De larga data en el derecho romano, la tra vida umbrátil y sedentaria apenas segui- expresión “res uxoria”, que hemos tradu- mos, más no conseguimos). cido por “matrimonio”, llegó a designar un 35 Con “res litteraria” se hace referencia a dife- tópico renacentista: el de la relación entre rentes disciplinas, i.e., la historia, la poesía, los esposos, desde el punto de vista del la fi losofía, etc. hombre

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 13-30 25 menos, [35] pero soy Davo, no Edipo39 conciudadanos leerán sobre nuestro y si fuese no querría serlo. [36] Si a ti amor (y presta atención a lo que digo) algo de todo esto te parece latino40, cosas que hasta entonces no habrán explícamelo, si no, haz como Harpó- leído44. [41] Tú mismo podrás obser- crates41, [37] más, como estas cosas var muchísimos detalles que atañen, las sabes por experiencia42, acepto el en gran medida45, a tu problema. Y consejo. [38] No tienes por qué echar acerca de Alibrana46, aunque no es con- de menos mis versos etruscos43, ya veniente que hable del tema, le había hace un tiempo que, concentrado en dicho que aun cuando fuera justo, de otra cosa, abandoné los galanteos con mal grado47 la llevaría de regreso con juegos libertinos. [39] Sin embargo, su esposo, pues, [42] no se trató tanto quiero que esto también te recuerde a de una simple fuga suya al regazo de tu Laura, para que si te propones recha- otro hombre cualquiera, sino más bien zarla, la retengas aun algunos días más, de una huída hacia sí misma que la ale- [40] pues, quizás en el futuro nuestros jaba o desviaba del anterior48, puesto que en lo que hace a mis domésticos, ni 39 La expresión “Dauus sum, Edippus non antes ni ahora —como bien sabes—, les sum” corresponde a la comedia Andria de faltó el amo a la palabra ni ellos enga- Terencio (194). Se trata del parlamento que ñaron a su señor, cosa que él no puede el autor pone en boca del esclavo Davo, con el sentido de “soy un mero esclavo, no un adivino”. 44 El Mirandolano hace referencia a que lo 40 El sentido de esta expresión es indicar que sucedido en “el incidente de Arezzo” irá algo es ininteligible. Una oración similar deformándose con el tiempo, una vez puede leerse en Marcial (Marcial, Epigram- convertido en historia o, ¿por qué no?, en maton libri 2. 8). leyenda. 41 Harpócrates (Ἁρποκράτης) es el nombre 45 Juego de palabras: plurima (muchísimos griego del Dios egipcio Horus en su epi- detalles)-plurimum (en gran medida). fanía de niño. Se trata del hijo póstumo de Isis y Osiris que representa, bajo la fi gura de 46 “Alibrana” es un pseudónimo para Marg- un niño de piernas débiles, al Sol que brilla herita, cuyo signifi cado es no-libre. El tér- tenue en el amanecer. Harpócrates se trans- mino entraña una ambigüedad, pues, Pico forma en Hartomes, al vengar la muerte de no trata aquí de designar a una persona su padre y representa, ya transfi gurado, al que ha perdido o no ha alcanzado su liber- Sol poderoso del mediodía. Por lo demás, tad por causas externas, como un esclavo durante el reinado de los ptolomeos en que por una coacción es mantenido en su Egipto, Harpócrates fue celebrado como estado, sino más bien a alguien que no es dios del silencio. De este modo, la expresión libre por propia voluntad o indecisión. La “esto harpocrates” que utiliza Pico, signifi ca, connotación es idéntica a la del término “cállate”. griego ἀνελεύθερος. 42 El texto latino reza “…sese dant in arma…” 47 Hay aquí un juego entre dos expresiones: “bene meritum” (justo) y “male gratiam” 43 Con la expresión “Rhytmos meos etruscos”, (mal grado). Pico se refi ere a sus versos escritos en len- gua italiana o, mejor aún, toscana. La anti- 48 Aquí explica Pico que el que Margherita gua región de Etruria se encontraba en la haya caído en sus brazos no es nada más zona de la actual Toscana. que un hecho colateral.

26 Julián Barenstein - Diana Angélica Fernández / Carta de Giovanni Pico della Mirandola… decir49, ni mucho menos pagar lo que muchas veces también desataba sus me debe. [43] Sé que ella después huyó pasiones con algunas meretrices, no hacía mí y más tarde también de mí, recordaba nada de sus preceptos acerca [44] pero al elefante no le preocupa el de las costumbres55 cuando hacía a la mosquito50, [45] porque quiero confe- mujer amada lo que en los misterios, sarte todo en lo que ha pecado hasta a Ceres Eleusina56? [47] Pero tu amigo ahora este hombre licencioso51, pero no abraza estas defensas como justi- para que en el futuro no se me agote fi cación de su crimen, no solo no lo la paciencia por el hecho de que no se ama, sino que además lo odia, lo repu- haga cargo de su deuda para conmigo, dia y lo rechaza, al tiempo que lo reco- yo, fi nalmente me obligaré a pagarme. noce como propio. No esquiva, pues, [46] ¿Por qué defendiste a éste amigo la culpa y se lamenta por no haberse tuyo52 que terminó mal en Floriano53 defendido él mismo, siendo él quien por problemas amorosos? ¿Lo hiciste había pecado. [48] Parece incluso que por deber? ¿Por qué, si él tenía argu- para limpiar su nombre tiene que ser mentos con qué librarse de la eviden- disculpado por otros, porque él no cia de sus crímenes, extraídos de las puede disculparse por nada; en fi n, no historias, de los poetas, e incluso de la fi losofía misma? ¿Por qué, si tenía de Occidente. Se suele creer que durante con qué protegerse con sentencias de el Renacimiento fueron pocos los cultores grandes hombres, sobre todo las de de la fi losofía de Aristóteles, privilegiando David y Salomón, para no hablar de la fi losofía platónica, fundamentalmente a las de Aristóteles54, quien, dado que partir de la fundación de la escuela Neo- platónica de Florencia por Marsilio Ficino. A pesar de esto, existe nueva evidencia e 49 He aquí una posible alusión a la potencia interpretaciones nuevas y más profundas sexual del Mirandolano por oposición a de evidencia anterior que dan cuenta de la la impotencia de Giuliano Mariotto de’ permanencia y continuidad en el uso de los Medici. textos del estagirita desde su reingreso en 50 “Non curat culicem elephas” es un refrán el s. XIII hasta fi nes del s. XVI. Llegados popular latino. La idea que encierra es que a este punto, cabe señalar que la primera un hombre importante no ha de detenerse formación de Pico fue aristotélica, bajo el en minucias o que en un asunto grave uno magisterio del judío Eliahu del Medigo, y no debe perderse en detalles. que dejó una impronta muy profunda en su pensamiento. (Garin 1936: 3-48; Kriste- 51 A partir de aquí, Pico comienza a hablar de ller 1993: 52-72; Schmitt 2004: 21-54) sí mismo en tercera persona. 55 Se refi ere a los preceptos contenidos en las 52 De esta afi rmación se desprende que, en Éticas de Aristóteles. lo que hace a la evaluación del “incidente de Arezzo”, Corneo se alineó en las fi las de 56 La diosa Ceres, la diosa de las cosechas, la Lorenzo de’ Medici, Ercole de’Este, Ficino, Deméter de los griegos, tenía en la Grecia etc. como defensor del Mirandolano. antigua dos fi estas: Eleusina y Tesmoforia. Se trataba de celebraciones en donde se 53 Arezzo. ofrecían libaciones, sacrifi cios y ritos que 54 La obra de Aristóteles, perdida en su mayor ponían de manifi esto la fecundación de la parte para el occidente medieval hasta el diosa. Es evidente que Pico está haciendo s. XIII, constituye la primera enciclopedia referencia a esto último.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 13-30 27 hay nada más débil que el hombre57, ni en tierra, con su abstinencia de sema- tampoco hay nada más poderoso que nas, si esta peste bien pudo infestarlo el amor. [49] ¡Si hasta el espíritu inven- a él, a quién no domará59! [50] ¡quién cible e inquebrantable de Jerónimo58, no podría en pluma, en sombra, en mientras permanecía todo él insepa- toda abundancia de lujos ser domi- rable del cielo, asistía a las danzas de nado por él! [51] Y a esto se suma que las doncellas, si este amor pudo con su esta es la primera vez que aquél, siem- soledad, con sus miembros postrados pre orgulloso e ignorante, cayó presa de una desgracia semejante; [52] que 57 Esta declaración no deja de sorprender, vaya ahora a reclamarle a Neptuno, que toda vez que Pico está a punto de encarar la causó tantos naufragios. [53] Nadie le célebre disputa romana y, tiene al menos en tenderá una mano, nadie le tendrá mente, pues quizás aun no la había escrito, compasión si llegara a tropezar dos la llamada más tarde Oratio de honinis dig- nitate, con todo lo que esto implica. veces con la misma piedra. [54] Ahora, 58 San Jerónimo nació con el nombre de con justicia, no puede ser disculpado. Eusebio Sophronio Jerónimo en Stridón, [55] Que se castigue a quien así actuó, Dalmacia en el 347 y murió en Belén en el para que él no se considere a sí mismo 420. Bajo el magisterio de los más grandes digno del perdón de una disculpa, doctores de su época llegó a ser erudito en latín, griego y hebreo. Durante el quattro- [56] y que se lo castigue lo sufi ciente, cento italiano, su fi gura cobra un particular para que cuando este, tu amigo, quiera interés, sobre todo a causa de esto último. hacer memoria de lo sucedido, no solo En efecto, a diferencia de lo que había ocu- no pueda hacerlo en modo alguno, al rrido en épocas anteriores, durante el siglo XV hay un número considerable de pensa- punto que ni siquiera le sea posible 60 dores cristianos que estudian con maestros por registros escritos , sino que en lo judíos entre otros, nuestro Pico y el carde- sucesivo se esfuerce incluso por olvi- nal Egidio de Viterbo en Italia, Johannes dar hasta el más mínimo detalle. [57] Reuchlin en Alemania y François Tissard en Francia. Por otra parte, entre los Padres Salud. de la Iglesia, ni el conocimiento del pensa- miento hebreo, ni el aprendizaje de la len- gua en la que había sido escrito el Antiguo 59 El Mirandolano, que interpreta el rapto de Testamento formaban parte de las priorida- Margherita como un pecado gravísimo, se des de los grandes intelectuales, salvo por refi ere en este pasaje a su tajante decisión de los casos excepcionales de Orígenes y Jeró- olvidarse del incidente, su insistencia es tal nimo, ambos admirados por Pico. Por lo que llega a deplorar escribir sobre el tema. demás, hay sobrada cuenta de la presencia En nuestra interpretación es esto último de Jerónimo en el Renacimiento. Ejemplo lo que se sugiere con la expresión “non de ello son las múltiples representaciones solum aliquo modo non litteris tradi”. Por lo del santo que nos han llegado. Entre las demás, sobrada prueba de este rechazo al más célebres, la de Domenico Ghirlandaio relato de lo sucedido en Arezzo es el uso de de 1480 y la de Niccolò Colantonio, hacia la tercera persona para referirse a sí mismo 1450, donde se ve a Jerónimo sacando la en tanto pecador, que Pico ha utilizado a lo espina de la garra de un león, es decir, del largo de todo el párrafo. animal junto al que se lo representa en la mayoría de las pinturas. Para más detalles 60 Cristoforo da Casale Maggiore, secretario cfr. A. Cain (2009: 101-132). de Pico.

28 Julián Barenstein - Diana Angélica Fernández / Carta de Giovanni Pico della Mirandola… 4. [58] Cristoforo61 no estaba pre- Vitali, G. (1944). Orazio Flacco. Le Odi, il Car- sente cuando recibí tus cartas. No mine secolare e gli Epodi. Bologna: Nicola Zanichelli. quiero que me presentes a tu señor y a toda la familia Bonromeo, a la que Warmington, M. A. (1935). Ennio. Remains of Old Latin I (Ennius and Caecilius). siempre he estimado y aun estimo en London-Cambridge (Mass.): Heinemann- gran manera. Harvard University Press-Loeb. [59] Perugia, 15 de octubre, año de la gracia 1486. ¶¶ Bibliografía citada

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Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 13-30 29 Kristeller, P. O. (41993). El pensamiento rena- centista y sus fuentes. México: FCE (11982). Lombardo, P. A. (1982). “Vita Activa versus Vita Contemplativa in Petrarch and Salu- tati”. En Italica 59/2; 83-92. Panayokatis, C. (2005). “Comedy, Atellane, Farce and Mime” en Harrison, S. (ed.). A Companion to Latin Literature. Oxford: Blackwell; 130-148. Schmitt, Ch. B. (2004). Aristóteles y el Renacimiento. Madrid: Universidad de León. Trinkaus, Ch. (1964). “Humanist Treatises on the Status of the Religious: Petrarch, Salu- tati, Valla”. En Studies in the Renaissance 11; 7-45.

Recibido: 22-02-2013 Evaluado: 20-04-2013 Aceptado: 15-05-2013

30 Julián Barenstein - Diana Angélica Fernández / Carta de Giovanni Pico della Mirandola… Magistraturas e Imperium: de la monarquía al principado

María Delia Buisel [Universidad Nacional de La Plata] [[email protected]]

Resumen: El artículo analiza las nociones y términos en relación con potestas, vis y virtus, Introducción en particular con imperium, la tipificación del mismo y las magistraturas que lo detentaban; respecto del dictator, subraya las limitaciones a reflexión sobre las y extralimitaciones en el ejercicio del imperium causas del bellum y su desarrollo histórico; señala también la crisis de las magistraturas, destacando la del civile, la continuidad o consulado al final de la República; examina la propuesta de Cicerón para la salida de la crisis: agotamiento de ciertas el unicato con un princeps, y las semejanzas magistraturas, las deci- y diferencias entre el consul, el proconsul, el dictator, el dux y el princeps. Por último, da siones y planteos posi- tratamiento a un problema clave: vitium y virtus en la política de la época. bles campean en los escritos políticos del fi n Palabras clave: magistraturas - potestas - de la República, unidos al análisis de imperium - vis - virtus. L las circunstancias históricas que verifi -

Magistracy and Imperium: from the camos en Cicerón, Salustio, Tito Livio, Monarchy to the Principate en la poesía de Horacio y Virgilio o en

Abstract: We analyze the concepts and terms el accionar de Julio César y en el del regarding potestas, vis an virtus, particularly futuro Augusto. those of imperium, its definition and the mag- istracy that supported it; regarding the dictator, La crisis terminal del sistema we highlight the limitations and excesses in the exercise of imperium and its historical develop- republicano no solo se debió a fallas ment; we noted the crisis of the magistracy, constitutivas intrínsecas, observadas emphasizing the consulate at the end of the Republic. We examined the Cicero’s proposal en el encuadre de las magistraturas for ending the crisis: the autocracy with a prin- ceps; similarities and differences between the con falencias serias para afrontar la consul, the proconsul, the dictator, the dux and expansión territorial romana y habér- the princeps. It treats a key problem: vitium and virtus in politics and in the politics of the period. selas con nuevos pueblos y fronteras, o a la imprudencia o incapacidad de Key words: magistracy - potestas - imperium ciertos políticos, sino también a la - vis - virtus. corrupción electoral o ejecutiva, a la

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 31-44 31 violencia empleada sin escrúpulos y grave peligro, y ya en el De re publica a la carencia de las virtutes necesarias atisba una nueva magistratura seme- requeridas para los funcionarios del jante y a la vez diferente a la del dictator gobierno, que eran el sostén de la repú- y a la del rex, aunque no la caracteriza blica o summa res como lo atestigua el con precisión. Busca recomponer la célebre verso de Ennio “Moribus anti- auctoritas perdida que debe conformar quis res stat Romana virisque” (Ennio, la base de cada magistratura. Ann., frag. 296)1 que, en el desarrollo La dictadura, de carácter inape- de los Annales presenta, si bien frag- lable, le fue concedida por el Senado mentariamente, ejemplos concretos para solucionar la conjuración de de lo que eran las costumbres y el Catilina y terminar con ella, lo que heroísmo de los ancestros, como el de hizo, pero a un costo personal y polí- Manio Curio no vencido nec ferro nec tico muy alto, ya que debió cargar con auro2 (frag. 121). el ajusticiamiento legal, aunque políti- Cicerón, identifi cado con el sis- camente incorrecto de los lugartenien- tema mixto de la antigua república tes de Catilina. Sin olvidar que después antimonárquica, pero aristocrática en Pompeyo fue excepcionalmente cón- su funcionamiento por el predominio sul sine collega en el 53 a.C., con lo del Senado, era perfectamente cons- que el Senado evitó nombrarlo dictator ciente de que esta había decaído y que para poder someterlo a juicio si era de su fi bra moral poco o nada había necesario. quedado3. Cicerón, que fue cónsul en el El arpinate refl exiona sobre la nece- 63 a.C., experimentó la debilidad de un sidad de un poder unifi cado efectivo consulado bicéfalo, pleno de mutuos por encima de las magistraturas del condicionamientos, lo que difi cultaba cursus honorum porque el poder deci- la toma de decisiones en momentos de sorio, si es compartido, no resulta apli- cable en circunstancias de alto riesgo. 1 Cfr. Segura Moreno (1984: 122); en Y lo decía por experiencia propia. ¶ Warmington (1988), nº 467. A Cicerón le parece oracular por su concisión, porque ni Potestas, imperium y los hombres sin esas virtudes cívicas, ni las moribus sin el gobierno de tales hombres magistraturas hubieran podido fundar ni mantener por tan largo tiempo una república tan grande sí acuña el arpinate una expre- y con un territorio tan extenso. sión latina que caracteriza una 2 En cuanto al segundo frag. enniano, el 121 modalidad del poder imperium (Segura Moreno 1984: 74), también lo A cita Cicerón (De re publica 3. 3. 6) como nullum nisi unum de nítido carácter alto ejemplo de probidad. Después de Bene- absoluto que parecería corresponder vento, los samnitas derrotados quisieron a la época de la monarquía o de los comprarlo con oro, por lo que Manio Curio emperadores más arbitrarios o fun- replicó que la gloria no reside en poseer oro sino en derrotar a los que lo poseen. 3 Cfr. Gowing 2005: 3.

32 María Delia Buisel / Magistraturas e Imperium: de la monarquía al principado damentar el Principado4, sin embargo constriñéndola5, lo que comportaba el fue redactada por Cicerón cerca del uso de la vis; era el imperium la señal 54 a.C. (De republica 1. 38. 60) cuando concreta más elevada de la potestas. ambas posturas políticas, optimates Esta se diversifi ca confi ando las fun- y populares, en encarnizadas disen- ciones religiosas al pontifex maximus siones, coincidían necesariamente y al rex sacrorum, las político-militares en la unicidad del mando ejercido o a dos cónsules anuales y las judicia- imperium para ordenar el caos de esos les a dos pretores, con derecho al veto años y los de la siguiente transición, mutuo en ambos casos. El Senado porque los hechos y las conductas acrecentó sus facultades reservándose desbordaban la estructura legal. (como luego el cónsul) el derecho a Antes de analizar el texto, debemos designar en circunstancias graves un examinar someramente la noción de dictator6 temporario con funciones imperium con sus alcances y mati- inapelables, cuasi reales, salvo las ces desde la monarquía al Princi- sacerdotales ordinarias o regulares. pado en las diversas magistraturas Los cónsules y los pretores poseye- que lo poseían intrínsecamente. En ron imperium ordinario; los dictatores los comienzos de la monarquía, el y los magistri equitum, extraordina- rey elegido por el populus (patricios rio. Dentro de Roma (imperium domi) y plebeyos) ejerce poderes religiosos, era un poder restringido por el dere- políticos, administrativos, judiciales cho de apelación o por el veto, pero y militares de vida y muerte por una en campaña (imperium militiae) un lex curiata de imperio; además elige un general o en provincias un procónsul senado consultivo, pero ni legislativo lo ejercían sin restricciones. El impe- ni vinculante, coincidiendo en él la rium era dado a los cónsules por los plenitud de la potestas y del imperium. comitia curiata (patricios) y al dictator Con el advenimiento de la república o al magister equitum por el Senado (509 a.C.), la potestas (poder político) o por uno de los cónsules con carác- se dividió y transfi rió a las magistratu- ter temporario7, lo que la volvía una ras, unas con imperium y otras sin él. magistratura excepcional. Se denominaba imperium al ejercicio El dictator8, cuyo cargo era el más de la autoridad ejecutiva con poder alto en el cursus honorum, ejercía soberano en materia militar, civil y judicial para tomar todas las medidas 5 Cfr. Mommsen (1942: 118 y 127). Incluso de utilidad pública, incluso más allá de contando con los auspicia maiora. la ley, o como lo dice Mommsen, era 6 En De re publica 2. 32. 56, el autor recuerda el derecho de mandar en nombre de la que el primer dictator fue Ticio Larcio Flavo, comunidad reclamando obediencia o instituido diez años después del consulado. 7 No más de seis meses, o menos, si cesaba o moría el cónsul designante. 4 4Cfr. Beranger (1953), obra abarcativa; cfr. además Michel (1971). Ambas son obras de 8 No hubo dictadura en Roma entre el 202 y consulta general, pero muy esclarecedoras. el 82 a.C. y se hizo accesible a los plebeyos

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 31-44 33 el mando absoluto del ejército con la decisión última, no la comparte y se autoridad necesaria para reducir a los hace responsable de ella. facciosos a la obediencia, aplicar pena El siglo terminal de la república capital y ejercer ciertos actos religiosos muestra que por realismo político, por de ritual no regular. Un signo hono- ambición o por las circunstancias con- rífi co de la superioridad del dictator cretas, más de un cónsul ejerció o quiso sobre el cónsul se evidenciaba en la ejercer el imperium por más tiempo duplicación de las fasces de los lictores del estipulado (un año), ya sea como escoltas. Ya nombrado, su accionar no cónsul o dictator. Así en 104 a.C., Cayo dependía de la aprobación colegiada Mario elegido cónsul y sostenido en el ni consular; su jurisdicción absoluta cargo, a pesar de la ley y del Senado, se limitaba a resolver el asunto para por cinco años consecutivos, sentó un el que había sido nombrado por un riesgoso precedente apoyado por los tiempo y espacio determinado. En representantes de la plebe y por el ejér- suma, la dictadura se tuvo siempre y cito por él profesionalizado, al vencer justifi cadamente como una institución a los cimbrios y alejar tal peligro para cuasi monárquica dentro del sistema la república. En el 67 a.C. por la ley republicano y más de una vez sospe- Gabinia se designó a Pompeyo como chada de un retorno a la realeza9, pero procónsul por tres años añadiéndosele su brevedad y acotación ejecutiva la una dictadura naval para limpiar de eximía de tal conjetura. piratas el Mediterráneo hasta 50 millas No se oponen, pero tampoco son costeras; como Pompeyo resultó vic- sinónimos exactos, potestas e impe- torioso al año siguiente se lo nombró rium, sino que este es parte de la por la ley Manilia gobernador de tres primera; propio del imperium es la provincias orientales: Bitinia, Ponto y vis o fuerza o capacidad ejecutiva de Cilicia con el apoyo de Cicerón, cri- coerción; Tito Livio (3. 70. 1) señala ticado por contribuir al quebranta- que en campaña ambos cónsules son miento de la república y por abrir un potestate pari, pero la summa imperii camino a las ambiciones de los cau- la tiene uno solo10, que es el que toma dillos11. Previamente, del 74 al 71 a. C., Marco Antonio el Crético, padre desde el 356 a.C. a condición de que hubie- del triunviro, recibió un imperium ran alcanzado previamente el consulado. marítimo semejante al de Pompeyo, Cfr. Gow (1946: 211 y 184). 9 Incluso la denominación primera del dicta- renciándolos del legatus, que omnia agere tor en los inicios de la república fue magíster ad praescriptum, alter (imperator) libere ad populi, lo que era casi la misma defi nición summam rerum consulere debet, o sea que el del rey ya que este mandaba sobre patricios ‘legatus’ se atiene a las órdenes dadas, mien- y plebeyos, es decir, sobre el conjunto del tras que los primeros deliberan y actúan populus. libremente para lograr la más alta y completa fi nalidad recibiendo tal título por haber con- 10 César (Bellum civile 3. 51. 4) caracteriza al ducido a la victoria en una batalla. imperator (jefe en el campo de batalla, con imperium militar), consul o dictator, dife- 11 Cfr. Grimal (1984: 60).

34 María Delia Buisel / Magistraturas e Imperium: de la monarquía al principado así como Servilio Isáurico por cinco gobernar, exigiendo la creación de años renovados también para com- nuevas medidas y operativos; las ins- batir la piratería. En el 59 a.C., Julio tituciones estaban en crisis, la anarquía César elegido cónsul hizo votar una apuntaba sus zarpas y se enseñoreaba ley para que la Galia le fuese asignada la corrupción sin controles ni cuestu- como procónsul por cinco años, ley ras efi caces. contraria a las leyes específi cas, pero De todas las magistraturas, el con- basándose en el previo ejemplo de sulado era la más lábil y en situación Pompeyo. Este mando militar se pro- crítica. De la autoridad real que sus rrogó por cinco años más12 tomando mandantes representaban, poco o nada incluso César dentro de Roma el título quedaba; la bicefalia, producto, a veces, de imperator, solo reservado al general de alianzas momentáneas entre distin- en campaña; fue además revestido con tos partidos13, con mutua intercessio o la dictadura y la censura a perpetui- veto por ambas partes, el cambio men- dad, reelegido cónsul con continuidad sual de funciones (por ej. pasar cada y con la inviolabilidad que le confería mes de ocuparse de los asuntos inter- el poder tribunicio; obtuvo todo este nos a los exteriores y viceversa), la falta imperium legalmente, poder que lo de control para los grupos facciosos hizo casi un rey o más que cualquiera que carecían de contención legal o el de ellos, por la garantía de un ejército sometimiento a los mismos, el manejo que no tuvo ninguno de los reyes; esta de las elecciones para designar al suce- realeza de hecho es uno de los cargos sor, campaña que los ocupaba apenas con que los conspiradores justifi caron subían al cargo y el condicionamiento el magnicidio. al conocerse a los sucesores, incidía De modo que cuando llegamos a fuertemente en la efi cacia de sus fun- la frase antedicha, existe ya una serie ciones públicas, aun dejando de lado el de antecedentes a los que Cicerón ha fantasma o la realidad de la corruptela. aportado su granito de arena, no por Cicerón que había ejercido el con- traición, corrupción o acomodamiento sulado en el 63 a.C., había probado a la situación del momento, aunque se estas falencias en carne propia y había le puedan reprochar fallas humanas, conjurado una situación peligrosa sino porque su realismo aristotélico como la de Catilina, gracias al ejercicio y/o naturalmente latino le había adver- temporario de las facultades extraor- tido que la situación política venía dinarias conferidas por la dictadura y con una crisis de arrastre, la extensión por eso no se hacía ilusiones sobre la territorial del imperio se magnifi caba evolución de la crisis. volviéndose más compleja y difícil de

13 Como en el consulado de 63 a.C. de Cice- 12 Cicerón se manifestó a favor del manteni- rón y C. Antonio Hybrida, el primero apo- miento de César en la Galia añadiendo un yado por el partido senatorial y el segundo elogio de la obra del procónsul, cfr. Grimal por su disposición a pactar con el que le (1984: 82). rindiese benefi cios económicos.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 31-44 35 El equilibrio de la forma mixta, que basado en la auctoritas16 tanto de tra- incluía una sabia dosis de monarquía, dición romana como probada en las aristocracia y democracia de la anti- monarquías helenísticas o sustentada gua república, tan alabado por Poli- por los grandes fi lósofos de Platón bio un siglo antes14, ese equilibrio, se en adelante. La auctoritas consiste en había roto por la falencia intrínseca el crédito acordado a un personaje de las magistraturas o la inmoralidad prestigiado por su incorruptibilidad reinante en la dirigencia y el estado moral o virtus, su inteligencia práctica de convulsión pública generalizado. para resolver situaciones difíciles en el Álvaro D’Ors (1984: 23) señala que orden público, poseedor de una fi gura a partir de la revolución gracana, la paternal cercana a la de un monarca forma mixta de gobierno hace crisis sin serlo, porque es el primer some- y se frustra, de allí que de un monar- tido a la ley, un princeps17, el primero quismo teórico surja con sentido prag- cualitativamente, guía de los optima- mático y con las debidas restricciones tes, o sea encumbrado sobre cónsules republicanas, la idea de un poder per- y senadores18, por eso su auctoritas es sonal, el del princeps civitatis, diferente y debe ser ‘summa’. del de un rey del período inicial de El término princeps expresa el Roma. El triunvirato o la perpetuación aspecto civil de la función del dux de los cónsules o los dictatores eran una imperator o autoridad militar19. En lo realidad actuante, oscura y riesgosa, que resta del texto del De re publica, porque conllevaba tanto la pérdida de el término no aparece aplicado a un las libertades concretas como el avasa- personaje histórico concreto20, aun- llamiento de la justicia (amisimus [...] 15 colorem et speciem pristinam civitatis ) 16 Cfr. Balsdon (1960: 43-50) y Galinsky además de la posibilidad de encauzar (1996: 74). o no el desorden. ¶ 17 Para las cualidades y condiciones del prin- ceps, cfr. Grammatico (1994: 189-204 y 205-237) en Cicerón, un alma ardiente, Princeps y principatus y cfr. además Bréguet (1980: 128-142), prólogo a la ed. de Les Belles Lettres, con sa problemática tan compleja, enjundioso y contundente análisis del bien discernida por Cicerón, tema. Cicerón aplica el término a Tarquino Prisco, nacido en Corinto donde era prin- E lo ha llevado a buscar una ceps suae civitatis (2. 19. 34) por sus condi- salida en un ‘unicato’, sino perpetuo, ciones humanas y políticas mucho antes de al menos bastante prolongado, pero emigrar a Italia; en 1. 25 idéntica expresión para Pericles. 18 Cfr. Boyancé (1970: 193-194). 14 Para Polibio, las formas de gobierno no 19 Cfr. Hellegouarch (1998: 122-125). son perpetuas, ya que cuando llegan a una 20 San Agustín en Civ. Dei 5. 13 transcribe el cima, no escapan a la decadencia como exi- vocablo al indicar lo siguiente: ubi (Cicero) gencia propia del decurso histórico. loquitur de instituendo principe civitatis, 15 Cfr. Ad Atticum 4. 18. 2. que podría corresponder a un párrafo per-

36 María Delia Buisel / Magistraturas e Imperium: de la monarquía al principado que no debemos olvidar que los libros ellos. Ríos de tinta vienen corriendo 5 y 6 que se refi eren al optimus civis para precisarlo21. se han perdido casi en su totalidad. Se ha discutido también si el arpi- Sin embargo, en el Somnium Scipionis nate tenía en mente en el 54 a.C., que corona el De re publica, el autor en los años de redacción de nuestro emplea dos comparaciones para carac- texto, a un político ideal22 o un modelo terizar al princeps civitatis: 1) la ima- concreto para su princeps y si este era gen del Sol (4. 17) en el centro de las Pericles23 mencionado en 1. 16. 25; órbitas rigiendo el mundo como dux Escipión (recordado en 1. 19. 31 y 1. et ‘princeps’ et moderator luminum reli- 21. 34 y en el Somnium 6. 11, como el quorum, mens mundi et temperatio, y único capaz de sacar adelante la procu- 2) la del ‘princeps deus’ (3. 13 y 8. 26) ratio atque administratio rei publicae); que rige el mundo y que se goza en Pompeyo, al que Cicerón promovió la fundación y acrecentamiento de las para que el Senado le concediera una civitates. Vocabulario puramente polí- dictadura marítima, pero del que se tico donde ‘princeps’ es la palabra y la fue apartando ante la creciente falta de magistratura clave con la que nuestro apoyo al arpinate, por sus coqueteos autor se distingue del primitivo ‘rex’ con los cesarianos y su inclinación a romano, del ‘dictator’ extraordina- perpetuarse en el poder; Bruto o Casio rio, del ‘imperator’ con mando mili- después de la muerte de Julio César; u tar y en funciones cívicas en Roma, otro o el mismo Cicerón confi ado en del ‘proconsul’ con amplios pode- su capacidad y virtudes intelectuales res de decisión, pero acotado a una y políticas, ya que aunaba en sí la tra- provincia y a un período prefi jados; dición del pensamiento político helé- distinción, pero también sincretismo nico con la capacidad rectora de los de funciones, no siempre delimitado romanos y el vigor original que le era con claridad, pero sí medianamente propio24. Lo seguro es que no tenía en discernible. Esto ocurre por el escaso mente a César. empleo del término en lo que subsiste Richard Heinze (1973: 291-314) del texto y porque el mismo, teniendo observa que Cicerón escatima el tér- una connotación republicana, puede ser pensado como si se asentase más 21 Cfr. Bréguet (1980: 130), donde enuncia en la vis que en la virtus, como quiere una bibliografía básica, pero muy selectiva y valiosa, con el estado de la cuestión. Cicerón. Por otra parte, debemos estar alertas por los matices que se dan entre 22 Cicerón es una mentalidad realista y la urgencia de la situación lo llevaría a buscar el empleo plural o singular del tér- un hombre concreto. mino, ya que el princeps proviene del 23 Cfr. Michel (1974: 8-18). estamento dirigencial de los principes 24 Cfr. Galinsky (1996: 74), quien señala que, u optimates, pero está por encima de dada la vanidad del arpinate, varios pasa- jes de la caracterización por él aducida son dido del libro 5, tal vez 5. 10. 12 según Bré- solo aplicables al mismo Cicerón, por ej. De guet (1980: 131). re pub. 1. 3 y 13.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 31-44 37 mino princeps para su rector, pero quod quidem, nisi unum sit, esse aunque esté funcionalmente cercano nullum potest. a consul y a dictator, tal vez por el uso de la fuerza, no se confunde y encie- Así pues, ¿por qué dudas sobre lo rra el reconocimiento de una posición que debes pensar acerca de la repú- más destacada que la de estos; es más blica? explícito en De fi nibus 5. 11 al decir: En ella, si los asuntos públicos se cum docuisset qualem ‘in re publica confían a muchos, es principem’ esse conveniret. ¶ lícito que se comprenda ya, que no existirá ningún poder que mande, De Republica 1. 38. 60 pues por cierto, si (el mando) no es único, no puede existir. unidos de estos anteceden- Cicerón pone esta opinión en boca tes ubiquemos el texto en de Escipión, quien si bien es su admi- M su contexto donde dialo- rado portavoz, ya el empleo de un gan Escipión y Lelio sobre las pasio- alterlocutor implica una leve toma de nes que alteran el alma: ira, avaricia, distancia que le evita un compromiso ambición de mando o gloria, concu- dogmático y político excesivo en tiem- piscencias deshonestas, entre otras, pos tan facciosos. todas ellas contrarias a la razón y con- En segundo lugar, Escipión con- trolables por o con el consilium o pru- diciona este unicato como el mejor dencia o inteligencia o razonabilidad, (optimum), si modo ‘iusti’ sint (39. que funciona como un rey por ser 61)27; luego exige competencia e ido- la animi pars optima; el dominio del neidad para el cargo, si ‘digni’ modo alma le sirve a Escipión para realizar sint iis artibus (40. 62)28. Los libros 5 una analogía25 sobre el gobierno de y 6 tenían como tema el optimus civis, la república donde se inserta nuestro su educación y atributos políticos, al texto26: parecer equiparado al rector, aunque no siempre sinónimos intercambia- Cur igitur dubitas quid de re publica sentias? In qua, si in plures translata res sit, intellegi iam licet nullum fore quod praesit imperium, 27 Cfr. De re publica 3. 15. La justicia manda respetar a todos, proveer por el género humano, dar a cada uno lo suyo, no tocar lo 25 El argumento se reforzará luego con otras sagrado, ni lo público ni lo ajeno. dos analogías; una mítica: , dirige el 28 No olvidemos que cuando Cicerón en universo como rey paternal de dioses y su correspondencia o en otros tratados hombres, y otra fi losófi co-estoica: un espí- se refi ere a cualquiera de sus obras suele ritu o principio único rige el cosmos. hacerlo con el título que conocemos, pero 26 Citamos por la edición de Esther Bréguet la mayoría de las veces con una sinonimia, (1980), pero también consultamos la de así hablando del De re publica suele preci- Konrat Ziegler (1969) y la de Leonardo sar en De legibus su equivalencia De optimo Ferrero (1969). civitatis statu et de optimo cive.

38 María Delia Buisel / Magistraturas e Imperium: de la monarquía al principado bles29; el argumento se atiene a las ter populi (1. 40. 63); en suma, la salus necesidades palpables para combatir patriae exige imperium unifi cado en los abusos del partido popular como una sola autoridad, para el uso de la alterador del orden público (40. 63), fuerza con iustitia, la cual puede resi- sin embargo Cicerón/ Escipión se dir en los plures, pero a estos, no les guarda muy bien de concluir el silo- corresponde el imperium. gismo sosteniendo el unicato para La evocación de Rómulo vía Ennio poner orden con la fuerza30. trae el elogio de la monarquía que no Deja inconcluso el razonamiento hubiera caído si no fuese por la injus- teórico e introduce una nueva obser- ticia de uno solo31 (Tarquino el Sober- vación: este ejercicio irrestricto de la bio). Las transgresiones en las formas libertad popular que minatur, recusat, primarias conducen a la destrucción de appellat, provocat (1. 40. 63), no obs- los estados, por exceso de injusticia o tante en tiempos de guerra se autores- libertinaje, y aunque la monarquía es tringe, porque la seguridad y el miedo la mejor de las formas puras (1. 45. 69), lo llevan a obedecer a sus magistrados lo más efi caz aún es la forma moderada como a un rey (paret ut regi 1. 40. 63). y combinada de los tipos puros por la Antaño pues, en tiempos de graves integración respectiva de caritas, consi- peligros, nuestros antepasados acorda- lium y libertas al condicionar el empleo ron sine collega omne imperium nos- abusivo de la fuerza. La constitución tri penes singulos esse voluerunt (“los mixta peligra no como sistema sino nuestros quisieron que todo el mando por los defectos de los que gobiernan residiese en magistrados únicos sin (principum). colega”). Por supuesto que se refi ere al Karl Büchner32 en un planteo – dictator llamado en los inicios magis- creo– muy formalista, sostiene taxati- vamente que la constitución mixta es 29 Así para Drexler (1958: 243-280), ‘princeps’ la única expresión válida de la justicia y indica la posición política más encumbrada que toda decisión, incluso temporaria en el contexto del estamento dirigencial de de Escipión a favor de la monarquía, los ‘optimi cives’ y ‘rector’ se refi ere a la fun- ción política gubernativa. En plural son los no tiene más que una significación consejeros políticos, en singular, el que toma relativa, por lo tanto no puede ser la iniciativa. Las indagaciones de Drexler considerada como opinión ni del Afri- no son ajenas a su contexto histórico de la cano y, mucho menos, de Cicerón. Sin Alemania de la primera mitad del siglo XX. Cfr. también sobre el rector, pero no equipa- embargo –agregamos– se desprende rado al princeps, Roberto (1990: 1-37). una leve diferencia entre la monarquía 30 En el Pro Sestio ya había tratado el tema pretérita con imperium a perpetuidad de los optimates frente a los populares sin y la proposición del princeps, tal como presentar el problema del ‘unicato’ y sin la adelanta Cicerón, como medio para hacer un problema de clase social sino de calidad espiritual en el destinado a regir la 31 Cfr. De re publica 2. 25 y 26. res publica para lograr un estado de orden y posibilitar así el cum dignitate otium. Cfr. 32 Cfr. Büchner (1974: 134-145, esp. 136 y Nótári ( 2010: 197-217). 138-139).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 31-44 39 volver a revivir la república mixta, pero prácticas que se quieran35 encubiertas con un imperium maius quam consul, en idéntica fórmula, ¿con qué magis- expresión usada en su discurso a favor tratura o institución de transición se de Pompeyo mucho antes. Para Büch- llegará a restaurarla mutatis mutan- ner la fórmula del princeps supone dis?, ¿puede reimplantarse la justicia imperium quam consul33, siendo difícil sin la fuerza?, ¿cuál es el límite de de esclarecer cuando se trata de dife- esta?, ¿cómo integrar virtus y vis con rencias concretas. equidad o auctoritas por encima de la Este unicato ciceroniano añade un potestas? plus: el soporte teórico que no tuvo la Todavía sobre la virtus cabe una monarquía, dado por una doctrina distinción: ¿es heredada o adquirida? fi losófi ca. El principatus ciceroniano En el De re publica, Cicerón porme- conjuga el maridaje de dos elementos: noriza la diferencia; el arpinate no se uno monárquico parido con dolor por opone a la virtus heredada siempre que la falencia de las magistraturas republi- se convalide con actos propios, como canas, y una teoría fi losófi ca acuñada el del joven Escipión, doblemente por diversas escuelas griegas sobre Africanus por herencia y por méritos los atributos del gobernante como propios, pero es evidente que él como coniunctio potestatis ac sapientiae34. ¶ homo novus pone el acento en la adqui- rida y ejercida con esfuerzo propio. Poder y virtus En ese caso no era el primero en señalarlo, ya el discurso de Mario36 in embargo Cicerón ha expe- en el Bellum Iugurthinum 85. 1-50 de rimentado algo que no probó Salustio era un precedente ilustre, por- SPolibio en su entusiasmo por que Mario –también nacido en Arpi- la república romana, aunque tal vez lo previó: que ninguna forma, ni 35 Marcadas por Grenade (1951: 162-183), siquiera la mixta, subsiste cuando quien sostiene que Augusto traicionó el ideal ciceroniano del princeps con su polí- magnis principum vitiis evenit (1. 45. tica de usurpación; tesis, por supuesto, muy 69); carencia de virtudes o supremacía controvertida; mucho más imparcial el artí- de los vicios abaten cualquier tipo de culo de Boyancé (1970: 160-179). gobierno, hasta el más estable. ¿Cómo 36 Cfr. Florio (2012: 279-292), artículo exce- salir entonces de una situación como lente donde se analizan con gran rigor las posibles alusiones al discurso salustiano de la de esos años terminales? Si el obje- Mario viendo un claro eco del mismo en tivo ciceroniano es res publica resti- sus juveniles Verrinas 2. 3. 7-8. No se trata, tuenda, lema que Augusto hará suyo según Florio, de la única alusión o referen- con todas las diferencias semánticas y cia al paradigma mariano; por otra parte, la trayectoria del homo novus, exemplum de virtus adquirida que se transcodifi ca al cristianismo y a su nueva épica, evidencia la solvencia y rigor del autor al tratar el tema 33 Cfr. Büchner (1974: 140). con una exhaustiva bibliografía que le es 34 Cfr. Béranger (1944: 144-154). muy familiar.

40 María Delia Buisel / Magistraturas e Imperium: de la monarquía al principado num– se enorgullece de su condición prudencia para asegurar su perfectibi- de homo novus patente en las heridas lidad; 6) su princeps está lejos de una de su pecho y en la auctoritas que le monarquía o dictadura a perpetuidad, reconoce el estamento militar a su jefe; semejante a una tiranía, como ocurrió exemplum37 tal vez no explicitado en con Sylla o con las ambiciones no rea- Cicerón, porque Salustio militaba en lizadas totalmente de Pompeyo o con- la opuesta vereda cesariana38. cretamente del gobierno de César; 7) La propuesta de Cicerón de un exige virtus maxima en el candidato a princeps que no es rex, ni dictator, ni princeps como conditio sine qua non imperator, ni consul, ni proconsul, sino para cumplir la concordia ordinum. que comparte un rasgo de cada uno y En fi n, del pasado rescata lo mejor añade otros plus quam, es una nove- sin anclarse en un conservatismo irra- dad que: 1) no desdice las magistra- cional, y en cierto modo ha prefi gurado turas de la república mixta en las que el principado de Augusto, con las debi- se inspira y perfecciona; 2) se corona das diferencias, ya que de a poco este se con una garantía fi losófi co-religiosa; fue desprendiendo de las magistraturas 3) responde a las exigencias de una inferiores a la de princeps doblemente república abismada en una crisis pro- ejercidas, pero no se puede soslayar funda y destruida por las facciones y que su teoría y práctica de gobierno la corrupción; 4) por su fl exibilidad, bebieron forma e identidad política basada en un sano realismo, carece de en las instituciones del pasado y en la la rigidez de los formalismos legalistas, refl exión ciceroniana39. entre ellos los de la duración temporal, En suma, la propuesta ciceroniana de la que nada dice, porque la situa- es difícil, pero no irrealizable ni utó- ción real de la crisis no tiene un plazo pica, ya que él mismo la encarnó con exacto para resolverla; 5) se permite, fi rme convicción y la perfi ló en los como magistratura por encima de las paradigmas de su diálogo, Escipión existentes, modificaciones dictadas y Lelio, y con todas sus limitaciones por la experiencia, la idoneidad y la y errores, en las magistraturas por él ejercidas. 37 Salustio/Mario considera que si bien la Nadie como Cicerón temió los naturaleza humana es unam et communem excesos de los distintos magistrados omnium, sin embargo solo el fortissimum y él mismo caminó por un fi lo muy deviene generosissimum, es decir solo el muy valeroso se vuelve de linaje muy noble riesgoso; confi aba en la constitución (85. 15). republicana, pero sin atenerse a ningún 38 En De legibus 1. 1-2, la fi gura ejemplar de legalismo utópico o formulario y como Mario es evocada en la encina mariana, así sus enemigos políticos, que también bautizada porque Mario descansó bajo la veían con lucidez los problemas y hasta misma; sin embargo los cinco años del 104 al 100 a.C. –en que Mario se arrogó el con- compartían las mismas soluciones, sulado con apoyo militar y popular– no son objetados por su coterráneo sino pasados en silencio. 39 Cfr. Gowing (2005: 154-155).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 31-44 41 pero con distintos detentadores del patria41, lema presente en el antiguo poder, la salvación de la república fue senatus consultum ultimum republi- lo que le dictó la necesidad del ‘princi- cano con el que se designaba un dic- pado’ que tanta tinta ha hecho correr y tator: “Caveant/ videant consules ne sigue hoy desatando enconos. quid detrimenti respublica capiat”. E s t a La prudencia política (2. 25. 45)40 solicitud por ‘servare summam rem’ – no dicta medidas concretas idénticas seguimos con Ennio– se yergue en el y rígidas para cada situación, al con- itinerario de la historia de Roma, de trario anticipa o pronostica los cam- modo que, asesinados César y Cicerón, bios de rumbo y la necesidad de otras los grandes protagonistas de esos años soluciones; Cicerón vislumbró esta de sangre y de refl exión, la generación insufi ciencia y propuso la novedad del siguiente ahondó la meditación sobre principado como modo de contención los problemas políticos, pero a medida o remedio, porque si enim sapientia que la situación se fue ordenando y est quae gubernet rem publicam, quid pacifi cando, se hizo más evidente en tandem interest haec in unone sit an in los textos la insistencia en la virtus del pluribus (“si pues la sabiduría es la que gobernante como se ve en los grandes gobierna la república, ¿qué importa poetas y prosistas augusteos. que el gobierno sea de una o de varias No fue la de Cicerón una refl exión personas”) (3. 35. 47). Con ello remo- política y dolorida solo para su pre- zaba datos de la historia y añadía otros, lo que no signifi ca que la ejecución 41 Cfr. 3. 28. 40, frag. 2: Debet enim constituta posterior de dicha magistratura tran- sic esse civitas ut aeterna sit. Itaque nullus sitara los carriles previstos por el arpi- interitus est rei publicae naturalis ut hominis, nate y la concepción del principado se in quo mors non modo necessaria est, verum modifi cara por la ampliación del impe- etiam optanda persaepe. Civitas autem cum tollitur, deletur, extinguitur, simile est quo- rium en el tiempo y el espacio. dam modo, ut parva magnis conferamuus, Para todos estos romanos presti- ac si omnis hic mundus intereat et concidat giosos, enfrentados en los medios y las (“Una ciudad debe constituirse de manera personas o en las soluciones a lograr, que resulte eterna. La muerte no es natu- ral para una república, como lo es para un la máxima ley era la salvación de la hombre, para quien es necesaria y muchas veces deseable. Cuando, sin embargo, se suprime, se destruye o desaparece una ciudad es, comparando lo pequeño con lo grande, como si muriese y se derrumbase 40 Id enim est caput civilis prudentiae videre todo este mundo”), y 3. 29. 41: Tamen de itinera fl exusque rerum publicarum, ut, cum posteris nostris et de illa inmortalitate rei sciatis quo quaeque res inclinet, retinere aut publicae sollicitor, quae poterat esse perpe- ante possitis occurrere. (“Lo esencial de la tua si patriis viveretur institutis et moribus prudencia ciudadana es ver las rutas y los (“Sin embargo me inquieto por nuestra giros de los asuntos públicos, para que, posteridad y por la inmortalidad de la repú- sabiendo hacia donde se inclinan las reali- blica, que podría ser perenne si viviere con dades, poder contener o salir anticipada- las instituciones y costumbres de nuestros mente al encuentro de las mismas”). antepasados”).

42 María Delia Buisel / Magistraturas e Imperium: de la monarquía al principado sente y su futuro inmediato, sino tam- Boyancé, P. (1970). Études sur l’humanisme bién válida para uno tan globalmente cicéronien. Bruxelles: Latomus. convulsionado como el nuestro que no Büchner, K. (1974). “Imperium nullum nisi debería ignorar de ninguna manera unum” en André, J. M. (ed.). L’idéologie de l’impérialisme romain. Colloque de Dijon, estas refl exiones. ¶¶ 1972. Paris: Les Belles Lettres; 134-145. Drexler, H. (1958). “Principes-Princeps”. En Bibliografía Maia 10; 243-280. Florio, R. (2012). “Mi nobleza es nueva. El Ediciones y traducciones homo novus y su conversión cristiana”. En Maia 64/ 2; 279-292. Galinsky, K. (1996). Augustan Culture. Prin- Bréguet, E. (1980). Cicéron La république. ceton: Princeton University Press. Paris: Les Belles Lettres. Gow, J. (1946). Minerva. Buenos Aires: Emecé. D’Ors, A. (1984). M. Tulio Cicerón. Sobre la República. Madrid: Gredos. Gowing, A. M. (2005). Empire and Memory. Cambridge: Cambridge University Press. Ernout, A. (81968 ). Salluste. Catilina. Jughurta. Fragments des Histoires. Paris: Les Belles Grammatico, G. (1994). “El munus humanum Lettres. a deo adsignatum en el Somnium Scipionis de Cicerón” y “El príncipe como espejo Ferrero, L. (1969). M. Tulio Cicerone. De re del dios en La República de Cicerón” en publica. Introduzione, Testo e Commento. Grammatico, G. (coord.). Cicerón, un Firenze: La Nuova Italia. alma ardiente. Santiago de Chile: Univer- Labrousse, R. (1956). Cicerón. Las Leyes. sidad Metropolitada de Ciencias de la Edu- Madrid: Revista de Occidente. cación; 189-204 y 205-237. Ronconi, A. (1967). M.T. Cicerone. Somnium Grenade, P. (1951). “Autour du De Republica”. Scipionis. Firenze: Le Monnier. En R.E.L. 29; 162-183. Segura Moreno, M. (1984). Ennio. Annales, Grimal, P. (1984). Cicéron. Paris: Presses Uni- Madrid: C.S.I.C. versitaires de France. Stok, F. (21994). Cicerone. Il sogno di Scipione. Heinze, R. (1973). “Cicero ‘Staat’ als politische Venezia: Marsilio. Tendenzschrift ” en Klein, R. (ed.). Das Warmington, E. H. (1988). Quintus Ennius. Staatsdenken der Römer. Darmstadt: Wis- Statius Caecilius. Annales. London: Har- senschaft liche Buchgesellschaft ; 291-314. vard University Press. Hellegouarch, J. (1998). “Principe (prin- Ziegler, K. (71969). Cicero. De re publica. Lip- ceps)” en Dangel, J., Hinard, F. et siae: Teubner. Foulon, A. (eds.). Liberalitas. Scripta varia. Rassemblés et présenté s en Hommage à M. Joseph Hellegouarch. Bruxelles: Lato- Bibliografía citada mus 243; 122-125. Michel, A. (1971). Histoire des doctrines poli- Balsdon, J. P. (1960). “Auctoritas, Dignitas, tiques à Rome. Paris: Presses universitaires Otium”. En Classical Quarterly 54; 43-50. de France. Béranger, J. (1953). Recherches sur l’aspect Michel, A. (1974). “Cyrus et Pericles; Impé- idéologique du principat. Bâle: Friedrich rialisme et Principat chez Cicéron et Reinhardt. alii” en André, J. M. (ed.). L’idéologie de l’impérialisme romain. Colloque de Dijon, 1972. Paris: Les Belles Lettres; 8-18.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 31-44 43 Mommsen, T. (1942). Compendio de derecho público romano. Buenos Aires: Impulso. Nótári, T. (2010). “La teoría del Estado de Cicerón en su Oratio pro Sestio”. En Revista de Estudios Histórico-Jurídicos 32; 197-217. Roberto, U. (1990). “Aspetti della rifl essione sul governo misto nel pensiero político romano da Cicerone a Giustiniano” en Perelli, L. (1990). Il pensiero político di Cicerone. Firenze: La Nuova Italia; 1-37.

Recibido: 26-11-2012 Evaluado: 20-02-2013 Aceptado: 01-04-2013

44 María Delia Buisel / Magistraturas e Imperium: de la monarquía al principado La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo

Diana L. Frenkel [Universidad de Buenos Aires] [[email protected]]

Resumen: Nos proponemos analizar el personaje de Aseneth, protagonista de la José y Aseneth: una novela judeohelenística José y Aseneth en función de su decisión de abandonar su vida novela judía en un mundo anterior para adoptar la creencia monoteísta. A partir de ella reflexionaremos sobre identidad grecorromano y el fenómeno del prosélito, su ‘aceptación’ dentro de la comunidad judía y fuera de ella, por lo cual nos valdremos de algunas de las a ficción narrativa fuentes históricas y literarias que atestiguan la surgida en el seno del existencia del prosélito y su inserción en una sociedad en una época de transición entre el judaísmo entre los mundo pagano y el cristiano. siglos II a.C. - II d..C. (Esther, Daniel –ambas Palabras clave: Aseneth - novela - Biblia - judaísmo - prosélito. con sus respectivas adi- ciones griegas, Judith, The novel José and Aseneth: the passage of the idolatry to the monotheism Tobit, José y Aseneth–) ha sido motivo de discusión en rela- Abstract: The paper analyzes the character L of Aseneth, main character of the Hellenistic ción con su pertenencia o no al género Jewish novel Joseph and Aseneth according to novelístico grecorromano. Comparte his decision of leaving his former life to adopt the monotheistic belief. From this point we will con este último, rasgos signifi cativos meditate on identity and the phenomenon of the proselyte, its ‘acceptance’ inside the Jewish comunes (Wills 2011: 142 ss.) y en community and outside it, so we will use some lo particular sus héroes adquieren un of the historical and literary sources that testify the existence of proselyte and its insertion into nivel de ejemplaridad que los instaura a society in a time of transition between the pagan and the Christian world. como modelo para las generaciones posteriores. Ese elemento hagiográ- Key words: Aseneth - novel - Bible - Judaism fi co o aretalógico es el que prepara - proselyte. el camino para la ficción narrativa cristiana (Pervo 2002: 686) Las obras mencionadas –salvo José y Aseneth–

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 45-60 45 se encuentran en el texto bíblico por Docherty (2004: 27 ss.) propone el lo cual el hecho de su inclusión en término ‘rewritten Bible’ para designar un género fi ccional ha dado lugar a a textos que a partir del relato bíblico una serie de interrogantes y cuestio- amplían temas breves u oscuros del namientos que continúan hasta el día original3. ¶ de hoy. El egiptólogo A. C. Hermann (1953-1954: 51-62) postula la existen- José y Aseneth cia de una Egyptian Royal Novella o Königsnovelle como antecedente de los a novela José y Aseneth4 es una relatos existentes en Daniel y Esther1.. obra escrita en lengua griega, de Kilpatrick (1970: 234) defi ne a los Lautor anónimo, que a pesar de libros de Ruth, Esther, Tobit y Judith haber sido olvidada por los estudio- como ‘religious romances’. Salvo Judith, sos del mundo clásico, logró popula- ellos incluyen el motivo del matrimo- ridad durante varios siglos. Se trans- nio y los personajes femeninos jue- mitió a través de cuatro familias de gan el papel principal, a excepción manuscritos griegos y fue traducida de Tobit). En todos es importante la al eslavo, siríaco, armenio, rumano, relación con el mundo pagano y el latín (dos versiones), inglés, copto y tema del exilio forma parte de alguno armenio (West 1970). Su tema pro- de ellos. Grotanelli (1984: 9) afi rma que tanto la novela griega como la romana no son un producto enraizado mentos de la obra de Artápano sobre Abra- ham, Moisés; entre los no judíos el Libro de en el período helenístico sino que sus Ahikar, la Novela de Alejandro, Nino, etc); orígenes se encuentran en el mundo 3. novelas de carácter histórico, con perso- oriental y ejemplifi ca con José y Ase- najes de un pasado histórico más reciente neth. Wills (2011: 142-143) propone (II Macabeos, la familia real de Adiabene –en Josefo, AJ 124. 154-236; 20. 2. 17-96–). una clasifi cación de las novelas judías Nótese el difuso límite entre 2. y 3. en un contexto grecorromano en un 3 “A narrative that follows Scripture but intento taxonómico de un género includes a substantial a mount of supple- cuyos límites no siempre son claros2. ments and interpretative developments” (opinión de Vermes citada por Docherty 1 Este género se caracteriza por describir un 2004: 28) rey dueño de todo el poder, los confl ictos, 4 Este título no se encuentra en nin- envidias y rivalidades existentes entre los gún manuscrito sino que fue adoptado integrantes de la corte real, los sueños o siguiendo el modelo de las novelas grie- revelaciones del soberano y el problema gas, llamadas con el nombre de sus dos de sus interpretaciones, la llegada de un protagonistas. West (1974: 70) señala los extranjero a la corte que aporta la solución dos títulos bajo los cuales se transmitió al enigma, etc. el texto: Πράξεις τοῦ παγκάλου Ἰωσὴφ 2 Wills distingue: 1. novelas propiamente καὶ τῆς γυναικὸς αὐτοῦ Ἀσενὲθ θυγατρὸς Πεντεφρῆ ἱερέως Ἡλιουπόλεως es uno dichas cuyo personaje central es una fi gura y el otro Βίος καὶ ἐξομολόγησις Ἀσενὲθ no prominente del texto bíblico e incluye a θυγατρὸς Πεντεφρῆ ἱερέως Ἡλιουπόλεως mujeres (Esther, Daniel, Tobit, José y Ase- καὶ πῶς ἔλαβεν αὐτὴν ὁ πάγκαλος Ἰωσὴφ neth); 2. novelas de héroes nacionales (frag- εἰς γυναῖκα.

46 Diana L. Frenkel / La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo viene de Génesis 41. 45, versículo que La novela narra la entrega a José de Aseneth, hija del sacerdote Poti Fera, de On, l relato comienza con la expre- como mujer, por parte del Faraón.5 El sión lingüística habitual de texto abarca 29 capítulos; del 1 al 21 se E la narrativa bíblica Ἐγένετο. cuenta la historia del encuentro entre La mención del espacio y el detalle los jóvenes, el proceso de conversión minucioso del tiempo otorga al relato de Aseneth, su purifi cación y poste- un rasgo de verosimilitud. José, per- rior boda. Predomina el tema amoroso sonaje de confi anza del Faraón, en y místico. Del capítulo 22 al fi nal la su gira por Egipto, llega a Heliópo- narración se asemeja a un relato épico lis6, cuyo sacerdote Pentefrés7 tam- de traiciones y emboscadas al descri- bién cumple una función política, es bir los inútiles esfuerzos del hijo del gobernador σατράπης del Faraón, y Faraón, en combinación con algunos jefe de todos los demás funcionarios hermanos de José para apoderarse de reales, un hombre rico, prudente y Aseneth, su antigua prometida. La crítica concuerda en señalar como lugar y fecha de composición al Egipto romano anterior a la época 6 Ciudad situada a seis millas de El Cairo fue de Trajano, emperador que sofocó la capital del XIII nomo del bajo Egipto. Era cruelmente la rebelión de la comuni- el centro del culto al sol. Es mencionada varias veces en el A. T. (Gn 41.50; 46. 20; Ez dad judía (115-117 d.C). Fuera de ello 30. 17. Según Flavio Josefo (B. J. 1. 31-33) hay numerosos puntos de discusión: el sumo sacerdote Onías, quien debió la intención del autor, el género de la huir de Jerusalem a la llegada de Antíoco obra, su problemática y los lectores a IV (175-163 a.C.) fundó en esa ciudad un templo semejante al de Judea. Las fuentes quienes está dirigida. Durante largo talmúdicas (Yomá 39 y Menajot 109b) tam- tiempo se consideró que José y Ase- bién mencionan la existencia de un templo neth era una obra de un autor cristiano, de Onías, sin decir la ubicación geográfi ca opinión formulada por Batiffol, el Para más datos cfr. Frenkel (1999). primer editor del texto griego. Actual- 7 El texto bíblico menciona al amo de José, Potifar, eunuco del Faraón (Gn 39. 1), al mente se la considera un escrito de sacerdote de On, Poti Fera, padre de Ase- un autor judío conocedor de la Sep- neth (Gn 41.45; 50). Éste nombre pro- tuaginta. Los rasgos lingüísticos de la viene del egipcio Pa-di-pa-re “el que ha obra que también se encuentran en el sido entregado por Re (dios del Sol). José y Aseneth llama a éste último Pentefrés. La Nuevo Testamento pueden explicarse confusión entre estos dos personajes data en función de una época de composi- de tiempos antiguos. En el Testamento de ción contemporánea de la incipiente José 12 aparece el nombre Pentefrés para literatura cristiana. ¶ designar al bíblico Potifar; ocurre lo mismo en Jubileos XL 10 e incluso un arqueólogo prestigioso como Albright incurre en el mismo error: “Potiphar is simly an adapta- 5 Mediante esta boda, José ingresa a la capa tion or corruption of Poti Phera, name of the superior de la nobleza egipcia. priest of Heliopolis” (1918: 127).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 45-60 47 mesurado8. Aseneth9 su hija, es des- primogénito del Faraón (4. 12)13. La cripta según el canon de las novelas visión de José, desde la ventana de la griegas: virgen10 y poseedora de una torre en la que pasa sus días Aseneth, belleza extraordinaria; el rasgo dis- provoca el notable cambio en los sen- tintivo es el de su semejanza con las timientos de la joven (6. 1 ss.) la cual heroínas bíblicas. Esta mención es el arrepentida por sus palabras previas, primer dato que revela el origen judío reconoce su ignorancia14. La angustia de la novela y anticipa el futuro de la de Aseneth crece aún más al ser recha- joven11. Su habitación, atuendo y joyas zada por José, quien advierte su pesar rebosan de elementos característicos y ruega a Dios por ella. Por medio del de un culto idólatra12, hecho que des- discurso del joven se da a conocer su taca la magnitud e intensidad de su carácter piadoso y temeroso de Dios15. conversión. El carácter de Aseneth se El relato crea un ambiente semejante describe al comienzo altanero y des- al de una liturgia de admisión de pro- deñoso: antes de conocerlo, rechaza sélitos, un típico rito de iniciación. la boda con José por considerarla La triple fórmula de la plegaria Καὶ denigrante y aspira a ser la esposa del ἀνακαίνισον […] καὶ ἀνάπλασον […] καὶ ἀναζωοποίησον […] así lo demuestra16. Otro rasgo piadoso del 8 La descripción de Pentefrés recuerda la de hijo de Jacob es el hecho de comer Licomedes (Jenofonte de Éfeso 1. 1. 1) y la de Caritón de Afrodisia (6. 7. 10). en una mesa aparte para no ingerir 17 9 Nombre de origen egipcio. Signifi ca “la que alimentos impuros (7. 1) El ritmo pertenece a Neith”, diosa de la ciudad de narrativo se concentra en la descrip- Sais, en la zona este del Delta. Su culto se ción minuciosa del arrepentimiento remonta al período predinástico. Divinidad de la caza, guerra y el tejido, es una fuerza 13 Según su palabras, José es un varón prisio- creadora, que dio nacimiento al mundo y nero, extranjero, fugitivo y vendido como a los primeros dioses. Philonenko (1968: esclavo, hijo de un pastor de Canaán. 64) la considera bisexual, manifestán- dose su androginia en los epítetos que ella 14 Cfr. 6. 6: “No sabía que José es hijo de Dios”. recibe “Padre de los padres y madre de las 15 José se perfi la como el modelo de todas las madres…”. Lesko (1999: 62) no acepta su virtudes, no sólo lo en esta obra sino en carácter andrógino. los Testamentos de los Doce Patriarcas. Cfr. 10 Aseneth vive aislada en una torre, aten- Piñero (1987: 17). dida por siete doncellas, también vírgenes 16 Cfr. Philonenko (1965: 151). El autor (2. 1-11). Con respecto a la simbología de señala que la fórmula ternaria “pan-copa- la torre cfr. P. Riessler (1922) “Joseph und ungüento” se corresponde con la otra fór- Aseneth. Eine altjüdische Erzälung”, Th eo- mula ternaria “renuévala-vuelve a mode- logische Quartalschrift ” 103, pp. 1-22; 145- larla-vuelve a vivifi carla”. 183 (citado por Piñero 1982: 201) 17 La misma conducta sigue Daniel en la corte 11 Cfr. Rt 4. 11: Los ancianos desean que el del rey Nabucodonosor (Dn 1. 8). En 2 y futuro de la joven moabita sea como el 4 Macabeos la negativa de ingerir carne de de Raquel y Lea “que edifi caron la casa de cerdo desencadena los hechos de martirio Israel”. del anciano Eleazar y la madre con sus siete 12 Cfr. 2.4-5; 3. 10. hijos.

48 Diana L. Frenkel / La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo de la joven, purifi cación y transfor- místico en la novela mediante esta mación en una doncella apta para aparición celestial, a fi n de disipar ser la esposa de José. Nueve capítulos cualquier duda respecto a la sinceri- de los veintinueve18 describen el pro- dad del arrepentimiento de la joven y ceso de evolución exterior e interior su conversión a una nueva vida. En el del personaje que cambia de manera discurso de este personaje se destacan radical y como resultado de la trans- tres momentos: la orden a la joven de formación, el mayor deseo para quien despojarse del velo20, el cambio de su antes despreciaba al hijo de Jacob nombre, característica de los héroes dando muestras de soberbia y desdén, bíblicos futuros paradigmas naciona- es el de llegar a ser su esclava, lavarle les, como el caso de de Abraham (Gn los pies y servirlo durante el resto de 17. 5), su esposa Sara (Gn 17. 15) y su su vida (13. 12). Para ello se requiere nieto Jacob (Gn 32. 39); y la importan- la intervención de otro personaje que cia del arrepentimiento μετάνοια21 no es José, que ha proseguido viaje. en el caso de Aseneth (15. 7-9)22. La Aparece un ser semejante a éste en el purifi cación se sella con la ingestión aspecto exterior (14. 8) quien se pre- de miel de un panal aparecido mila- senta a sí mismo como “comandante grosamente; del mismo modo apa- de la morada del Señor y general en jefe de todo el ejército del Altísimo” como un ser que ha venido desde el cielo (14. 7)19. El autor introduce un rasgo ἄνθρωπος ἐξ οὐρανοῦ (14. 4). 20 El hecho de despojarse del velo indicaba que la novia ya había llegado a la cámara 18 El capítulo 9 describe la reacción de la joven nupcial; por lo tanto ya podía casarse con a la plegaria de José (mezcla de alegría, tris- José (cfr. Piñero 1982: 224). Este rasgo de teza y miedo (ibid. 1); su llanto posterior, androginia fue interpretado por algunos el apartamiento de los dioses paganos (ibid. críticos como una alusión a las característi- 2) y la partida de José con la promesa de cas atribuidas a la diosa Neith (cfr. nota 9). retornar al octavo día (ibid. 5). La peniten- cia de Aseneth ocupa el capítulo 10: ella 21 Traducimos μετάνοια por arrepentimiento se despoja de sus joyas vestiduras y viste y no conversión como lo hace Piñero en una túnica de duelo, destroza las estatuas su versión al español. Consideramos que de los ídolos y destina su regio alimento a Aseneth experimenta un proceso en el que los perros. Durante siete días permanece se arrepiente de su modo de vida anterior y postrada, sin probar bocado. Al octavo día lo expresa mediante los siete días de ayuno pronuncia una plegaria de arrepentimiento y penitencia. Por otra parte, como lo ha que se extiende a lo largo de los capítulos 12 señalado la crítica, la novela no describe y 13. Los capítulos 14-17 constituyen el clí- ninguna costumbre relacionada con la con- max de su arrepentimiento: la aparición de versión habitual, sino más bien un rito de un hombre celestial –el arcángel Miguel– iniciación mediante un panal de miel (cfr. quien continúa el rito de iniciación llevado nota 25). a cabo por José. 22 Aptowizer (1924: 304) considera que Ase- 19 Tales jerarquías confi rman que se trata neth en una baalat teshubá, una prosélita del arcángel Miguel (cfr. El testamento de cuya conversión ha sido acompañada por Abraham A 7; Apocalipsis de Esdras 4. 24; una profunda emoción y un proceso de 2 Henoch 33. 10), aunque en el relato no se purifi cación al término del cual ha adop- menciona su nombre. El autor lo nombra tado un nuevo estilo de vida.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 45-60 49 recieron las abejas que surgieron de símbolo de vida e inmortalidad27. éste23. Este fenómeno es otro rasgo Después de la ceremonia iniciá- típico de un rito iniciático: el enviado tica, Aseneth está preparada para su de Dios invita a la joven tres veces matrimonio con José, es una “virgen (15. 2; 3; 5) a tomar coraje mediante el santa”, y él, por su parte es un “varón imperativo θάρσει, verbo utilizado en piadoso, sensato, virgen, poderoso tales situaciones para armar de coraje en sabiduría y conocimiento, el espí- al futuro iniciado a punto de abando- ritu y la gracia de Dios están con él. nar costumbres anteriores e incorpo- (4. 9). La primera parte termina con rar nuevas responsabilidades, previo la boda de los jóvenes celebrada por pasaje a través de un rito mistérico24. el Faraón, el banquete nupcial28 y el Se interpreta25 que el alimento inge- nacimiento de Menasé y Efraím, los rido por el ser celestial y Aseneth se hijos de la pareja (21. 6-8)29. trata de maná, alimento enviado por En la segunda parte (caps. 22-29) Dios al pueblo en su salida de Egipto después de los siete años de abundancia y cuyo sabor semejaba al de una torta el hambre asoló el país de Egipto. Los de miel26. El episodio en cuestión, personajes de José y Aseneth pierden seguido de la muerte y resurrección protagonismo frente a la importancia de las abejas ha sido explicado como que cobran el hijo del Faraón y los hermanos de José. El hijo del Faraón enamorado locamente de Aseneth, maquina la muerte de José (23. 1-6). Se 23 La miel era “blanca como nieve” y tenía dan a conocer los diferentes caracteres “un aroma de vida” (16. 4). Se alimentaron de los hermanos de José: Dan y Gad con ella el ser celestial y Aseneth. Las abe- dispuestos a ayudar al hijo del Faraón jas que salieron del panal se posaron sobre el cuerpo de la joven, cayeron a tierra y en cumplimiento de su funesto plan y murieron, para fi nalmente resucitar y volar quienes defi enden a José: Simón, Leví, hacia el patio. 24 Cfr. el artículo de Joly (1955: 167) en el 27 La edición de Philonenko en su comenta- cual considera que el empleo de θαρρεῖν rio a 16. 15 señala que la imagen de abejas revela un origen en los cultos eleusinos. que simbolizan la resurrección se encuentra también en el Apocalipsis Apócrifo de Juan 25 Cfr. Philonenko (1965: 152-3) 11. Sin embargo Chesnutt (1992: 971) 26 Cfr. Ex 16. 30: Philonenko (ibid.) recuerda no acepta esta interpretación. Cfr. también que la expresión en hebreo lehem abi- la opinión de Fredrikson (2003: 68). En rim “pan de los fuertes” del Salmo 78. 25 Ben Sirá, en el discurso pronunciado por se traduce en la Septuaginta como ἄρτος la sabiduría, personifi cada, se afi rma que ἀγγέλων “pan de ángeles”. En Sb 16. 20 tam- su recuerdo es más dulce que la miel y su bién se alude al maná mediante la expresión posesión es más dulce que un panal de miel ἀγγέλων τροφή. Philonenko concluye: (24. 20). “Là est la révélation initiatique, la mystérieuse 28 Dura siete días como lo observa la tradición leçon de l´ ange: le pain de vie, c´est le pain judía. des anges”. Walter (2009: 85) piensa que se trata de una combinación del maná con el 29 La novela sigue fi elmente el pasaje bíblico néctar y la ambrosía. de Gn 41. 50-52.

50 Diana L. Frenkel / La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo Naft alí, Asher (23-25). Benjamín, el en determinados rasgos que confor- hermano menor, en una escena ins- man el sello característico de la obra: el pirada en el enfrentamiento de David amor a primera vista de Aseneth tiene y Goliat, hiere mortalmente al hijo del su correspondencia en el del hijo de Faraón30. A la muerte éste, es José quien Faraón; el personaje celestial com- recibe el trono. La última parte intro- parte cualidades con Leví y a su vez duce innovaciones en el relato bíblico: éste con el de José en la primera parte. la visita de José y su esposa a Jacob en Todos los hechos tienen lugar dentro Canaán, el complot del hijo del Faraón de un marco ético presente no sólo en contra José y la asunción de éste como los relatos bíblicos sino también en rey de Egipto31. La escasa presencia de el género novelístico: los buenos son la fi gura de José se compensa con la de recompensados y los malos castigados su hermano Leví, descripto como “pro- (West 1970: 75). ¶ feta, piadoso y temeroso del Señor” (22. 8), cualidades que se reiteran en Aseneth y su inserción el curso de la acción (23.8; 10; 26. 7). en el mundo hebreo El don de poder leer palabras escritas 32 en el cielo y revelárselas a Aseneth a fi gura de Aseneth es un perso- secretamente (22. 9) hace de Leví una 33 naje que a pesar de haber sido fi gura mística . En la última parte los L mencionado sólo dos veces en el elementos propios de acción e intriga relato bíblico (Gn 41. 45; 50) ha pro- juegan un papel más importante que vocado una serie de discusiones por en la primera, aunque ambas coinciden el hecho de que José, el hijo preferido de Jacob, no contrajo matrimonio con 30 Cfr. 1 R 17. 48-52. Benjamín era un joven una israelita, sino con la hija de un valiente y de hermoso aspecto (27. 2), tal sacerdote egipcio, adorador de ídolos. como lo era David (1 R 16. 12). Lo mismo ocurrió con Judá quien se 31 El dato acerca de José como autoridad casó con la hija de un cananeo (Gn 38. suprema de Egipto se encuentra en Sb 10. 2) y Moisés con la midianita Tzipora 14 y Josefo A.J. 2. 174. (Ex 2. 1). En dichos matrimonios, la 32 Philonenko (1968: 2011) aclara que se mujer extranjera fue incorporada a la trata de tablillas celestiales en las que están escritos sucesos del pasado y del futuro y comunidad hebrea. Sin embargo, estas remite al Testamento de Levi 5. 4 y el Testa- uniones han generado difi cultades en mento de Asher 2. 10; 7. 5. la exégesis rabínica34 al sacar a la luz 33 Cfr. Kee (1983: 405). El énfasis sobre las temas fundamentales y complejos cualidades morales de los personajes es un rasgo que se acentúa en la literatura posbí- blica, sobre todo en los Testamentos de los 34 Reproducimos el comentario de Sarna Doce Patriarcas. El relato histórico del texto (1989: 265) a Gn. 38. 2: “Conscious of the later bíblico deviene un ejemplo moral. El caso prohibition on intermarriage with canaanites mas notable es el de José, alabado por su (De. VII 1-3), Jewish commentators have gen- castidad frente a los avances de la mujer de erally understood Hebrew Kena´ani here in Potifar. Cfr. nota 15. the sense of ‘merchant’ […]”.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 45-60 51 como lo son la presencia del extran- 22. 20)35. Al mismo tiempo está des- jero ger, zar, ben nekar, nokrí y su rela- pojado de ciertas prerrogativas polí- ción con el pueblo judío (Harrison ticas (Dt 17. 15), económicas (Dt 15. 1988: 1). La Biblia hebrea presenta 3) y referidas al culto (Ex 12. 43); no al extranjero en distintas situacio- obstante el extranjero puede orar en el nes en las que se manifi esta el juego Templo de Jerusalem (1 R 8. 41). Los de aceptación-rechazo por parte del libros proféticos dirigen sus críticas a pueblo hebreo (Rauber 1970: 31). naciones extranjeras (Egipto; Edom, Es “el otro” que viene a irrumpir en Siria; Babilonia, Tiro, Sidón) advir- una identidad étnica consolidada o tiéndoles una pronta destrucción (Jr en proceso de serlo, pero con una adi- 46; 49; 50; Ez 28-30) pero también ción signifi cativa: algunos personajes vislumbran la posibilidad de incorpo- patriarcales que han sido consagra- rarlos al pueblo hebreo (Is 56. 3-8; 66. dos como fi guras ejemplares inclu- 18-21). El contacto con el amonita y yen dentro de sí un rasgo de alteridad moabita debe ser evitado por el mal- que los vuelve vulnerables y sensibles trato que éste infl igió a quienes salían frente al padecimiento del otro y por de Egipto tras experimentar siglos de lo tanto obligan a refl exionar una y servidumbre (Dt 23. 4-5); la misma otra vez acerca de esa situación. Abra- prohibición existe con respecto a los ham en el diálogo con los hijos de Het pueblos habitantes del territorio de se considera un extranjero (Gn 23. Canaán (Dt 7. 1-6). Sin embargo, el 4) (partió de su tierra natal, Jarán a Libro de Ruth presenta el caso de la la tierra de Canaán); Dios le anticipa moabita homónima, bisabuela del que su estirpe será extranjera en una rey David (Rt 4. 18-22). La obra en tierra que no le es propia (Gn 15. 13) cuestión relata el destino de Elime- (en alusión a la esclavitud de Egipto). lech quien con su mujer Noemí y sus El hijo de Moisés es llamado Gersón dos hijos emigraron a Moab debido al por considerarse extranjero ger en hambre que asolaba la ciudad de Bet- una tierra extraña (Ex 2. 22) La expe- lehem36. Ambos jóvenes se casaron riencia nacida a partir de los sufri- con mujeres moabitas y al morir éstos mientos vividos en Egipto constituye y quedar viuda Noemí, ella retorna el argumento esencial para respetar al a su tierra natal acompañada de su extranjero que reside junto al pueblo judío, el uno y el otro han padecido 35 Se ubica al extranjero en el mismo nivel que alejados de su tierra natal, compar- la viuda y el huérfano. La misma idea ocu- tieron dolores, por ello se lo incluye rre en la literatura profética: Jr 7. 6; 22. 3; Ez entre los que deben cuidar el sábado 22. 7 y 29, etc. (Ex 22. 10), y su maltrato está prohi- 36 El motivo del hambre es causa de migracio- nes, así lo refl ejan varios relatos bíblicos: el bido puesto que el pueblo hebreo tam- descenso de Abraham a Egipto (Gn 12. 10); bién ha sido extranjero en Egipto (Ex los hermanos de José (Gn 42. 1-2). En José y Aseneth dicho motivo recorre todo el relato (4. 8; 22. 1. 1-2; 25. 6).

52 Diana L. Frenkel / La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo nuera Ruth, quien se negó a abando- mente el contexto sugiere un sentido narla37. En Betlehem Ruth contrajo religioso (Stuehrenberg 1992: 503) matrimonio con Boaz, pariente de emanado de la aplicación del código Noemí38, y del hijo de ambos des- legislativo, por ejemplo, cuando el ciende la dinastía davídica39. ¶ extranjero debe ser juzgado del mismo modo que un nativo (Lv 24. 22 y 25. El prosélito 35). En otros pasajes se utilizan los términos πάροικος (Ex 12. 45; 18.3), l término ‘prosélito’ προσήλυτος ἀλλότριος (1 R 8. 41), ἀλλογενής (Is es usado en la Septuaginta como 56. 3 y 61. 5). En épocas posteriores E sinónimo de extranjero resi- “prosélito” adquiere la signifi cación dente (traduce el original hebreo ger, de “convertido al judaísmo”. extranjero residente en el país; Ex 20. Filón, probablemente contempo- 10; 22. 21; 23. 9; Dt 4. 14; 16. 11), ello ráneo del autor de José y Aseneth, uti- ocurre setenta y siete veces y general- liza los términos ἐπηλύτης, ἔπηλυς, ἐπήλυτος con mayor frecuencia que προσήλυτος para referirse a los que 37 Cfr. la respuesta de Ruth a Noemí (Rt 1.16). adoptaron el judaísmo. El filósofo, Ciertos comentaristas interpretan este poseedor de una visión universalista versículo como una señal de conversión. “Does all this mean that Ruth, a Moabitess, (Alesso 2007: 14) afi rma que quienes is now technically a convert to Judaism?” cfr. se convierten al judaísmo deben ser Campbell (1977: 80). amados por los demás como iguales 38 Siquans (2009: 445) menciona las opi- por el hecho de haber abandonado su niones de F. Fischer y Y. Zakovitch que patria, costumbres, templos (De virtu- ubican la composición del Libro de Ruth a tibus 103). Ejemplifi ca con la fi gura de mediados del siglo V a.C. como respuesta a Dt 7. 1-6; 23. 4; Esd 9-10 y Ne 13. 23-30: Abraham, un caldeo, hijo de un astró- “Th ese marriages are exactly the kind of rela- logo quien dejó atrás su tierra natal, tionship that is strictly forbidden by Ezra and su casa paterna y sus antiguas creen- Nehemiah”. cias por la fe en un único Dios (Virt. 39 “[…] the Jews of antiquity held a wide range 212-214) y lo considera un modelo of opinions about the degree to which the proselyte became just like the native born” de nobleza para todos los conversos (Cohen 1989: 14). El autor describe siete (Virt. 219). Acerca de la defi nición de maneras por las que un gentil podía mani- ‘prosélito’ discusiones y defi niciones festar su aprecio o respeto por el judaísmo: se han sucedido hasta hoy en día, al 1. admirar algunos aspectos de la tradi- ción judía; 2. reconocer el poder de Dios o resultar difícil determinar con exac- incorporarlo al panteón pagano; 3. benefi - titud cuál es el alcance específi co de ciar a los judíos o mostrarse amistoso con dicho término40. Esta complejidad en ellos; 4. practicar algún ritual del judaísmo; el establecimiento de límites precisos 5. venerar a Dios y renegar de las divinida- des paganas; 6. integrarse a la comunidad en la defi nición del grado de compro- judía sin efectuar una conversión formal; 7. haber hecho una conversión formal y prac- ticar todos los preceptos. 40 Libro comentado por Cohen (1996).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 45-60 53 miso con respecto al judaísmo ha dado (AJ 18.82), engañada por unos judíos lugar a una revisión sobre el llamado impostores quienes se apropiaron “proselitismo judío”, fenómeno atesti- de su donación al Templo en benefi - guado en diversas fuentes del Nuevo cio propio. Este hecho, según Josefo Testamento y en autores grecorroma- originó la expulsión de los judíos de nos (McKnight 1991). Según los his- Roma por Tiberio (AJ 18. 83-84). toriadores E. Will y C. Orrieux41, el Menciona a los σεβόμενοι τὸν θεόν Evangelio de Mateo 22. 15 sería la única cuando describe la enorme riqueza del fuente que menciona expresamente Templo de Jerusalén originada en las una actividad misionera por parte del donaciones de los judíos y de los que pueblo judío. Los demás testimonios reverencian a Dios (AJ 14. 110). El his- (que citaremos en párrafos siguien- toriador presenta un interesante relato tes) presentan tal grado de ambigüe- sobre la conversión de Helena, reina de dad, según los autores mencionados, Adiabene43 y su hijo Izates (AJ 20. 17). que impedirían afi rmar la existencia En los pasajes en cuestión tampoco se de una conducta misionera por parte vale del término ‘prosélito’ sino de la de los judíos a partir del siglo I a.C. El expresión μεταβάλλειν εἰς ἔθη “adap- Nuevo Testamento no sólo menciona a tar las costumbres”. La reina ya se había prosélitos (Hch 2. 11 y 6. 5), también convertido al judaísmo cuando su hijo se refi ere a los σεβόμενοι τὸν θεόν o conoció a un comerciante judío Ana- φοβούμενοι τὸν θεόν “los temerosos nías quien había enseñado a mujeres de Dios,” (Hch 10. 1; 13. 16; 16. 14; de la corte a “reverenciar a Dios”. Iza- 18. 7) términos aplicados a personas tes adoptó la fe judía sin circuncidarse atraídas por la religión judía que par- ticipaban del ritual en las sinagogas, 43 Cfr. Nolland (1981: 173 ss.). El autor sin haber llevado a cabo una conver- comenta el artículo de Neil J. McEleney 42 en el que se afi rma que durante el período sión formal , a diferencia del prosélito helenístico existía una apertura en la comu- quien se habría comprometido a cum- nidad judía que permitía aceptar a un con- plir con los preceptos de la legislación verso que respetara las leyes mosaicas aún mosaica. Sin embargo, la distinción sin estar circuncidado. Se basa en pasajes de Filón, Epicteto y en textos rabínicos, obras entre estos grupos no parece ser tan que según Nolland ofrecen una interpre- clara (Albright & Mann 1967: 126; tación ambigua. Analiza el relato de la con- Stern (1976: 104).Flavio Josefo suele versión de Izates en el texto de Flavio Josefo. evitar el término ‘prosélito’ en relación Destaca que la posición de Ananías es dis- cutible, por tratarse de un comerciante y no a los conversos (Stuehrenberg 1992: un conocedor exacto de las leyes ancestra- 503) salvo en el caso de Fulvia, una les como Eleazar. Además, Izates, a pesar de mujer romana atraída por el judaísmo ser un monarca, se consideraba estar en un rango inferior al de un prosélito en su situa- ción (pág. 194). Concluye Nolland que 41 Tal es el caso de Hch 10. 1: el centurión no existe evidencia de la existencia de una Cornelio no es un prosélito. apertura judaica anterior al siglo I a.C. en el 42 Provincia de la Mesopotamia, cuya capital hecho de aceptar un converso sin haberse era Arbela, actualmente la iraquí Arbil. circuncidado.

54 Diana L. Frenkel / La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo por temor a la opinión de sus súbditos, buye la expulsión al hecho de que los decisión avalada por su madre y Ana- judíos pensaban transmitir sus ritos nías (AJ 20. 41-42). Pero otro judío, sagrados a los romanos46, conducta Eleazar, lo exhortó a cumplir el ritual que puede interpretarse como una para no cometer impiedad (AJ 20. actividad misionera47. La Sátira XVI 43-44). Este pasaje señala dos puntos (vv. 96-106) de Juvenal (siglo I d. C.) de vista sobre la admisión del prosélito ofrece otro testimonio acerca de este al seno del pueblo judío, que refl ejan punto y corroboran la existencia de diferentes opiniones por parte de los simpatizantes de la religión judía en sabios (siglos I a.C. - II d.C): para unos la sociedad romana: los vicios de los la circuncisión era un requisito funda- padres infl uyen en la conducta de mental para formar parte del judaísmo, sus herederos, quienes avanzan un según otros no era un rito esencial para grado más que sus progenitores48. Así incorporarse al seno del pueblo judío. Hasta hoy en día no se ha arribado a bién de los caldeos –famosos por sus cono- una conclusión unánime sobre lo que cimientos de astrología–. El mismo Hispalo se habría exigido a un futuro prosélito (que había echado a los caldeos) expulsó a 44 los judíos porque se proponían transmitir para ser llamado como tal . ¶ a los romanos sus ritos sagrados. Hispalo echó sus altares privados de los lugares Prosélitos en Roma públicos. El segundo pasaje (1. 3. 3; Stern 147b) amplía el primero, puesto que especi- fi ca la fecha de la expulsión: durante el con- iversos pasajes de autores lati- sulado de Popilio Laenas y Calpurnio (139 nos demuestran de manera a. C) y menciona un edicto que expulsaba a contundente la presencia de los caldeos de Roma y de Italia y también a D los judíos. Este pasaje ofrece un testimonio prosélitos en Roma, y las consecuen- sobre la errónea identifi cación por parte de cias que derivaron de ello. Valerio los paganos del Dios de Israel con Sabazio Máximo (siglo I d.C.) en dos pasa- (deidad frigia identifi cada con Dioniso). jes de Facta et Dicta Memorabilia se Cfr Stern (1976: 359). refi ere a la expulsión de judíos que 46 Stern (1976: 359) menciona a determi- llevaban a cabo una actividad misio- nados historiadores (Schürer, Fried- länder) que consideran a la delegación nera en Roma (139 a.C.) Se trata enviada por Simón el Hasmoneo como un del primer suceso de la historia de acto de celo misionero; en cambio otros los judíos de Italia conocido hasta (Gressmann; Janne, Nock) interpretan ahora45. En ambos pasajes se atri- que la actividad misionera se debió a los judíos de Frigia. 47 Cfr. El comentario de Duff (1962: 420) 44 Stern (1976: 357) cree que Valerio Máximo señala que el proselitismo judío era cono- pudo haberse informado de este suceso por cido en Roma. Tito Livio. 48 Tácito (5. 5. 4-5) también expresa que la 45 El primer pasaje (1. 3. 3; Stern 147a) nom- circuncisión fue instituida para que los bra al pretor Cornelio Hispalo (Cn. Cor- judíos pudieran reconocerse entre ellos nelius Scipio Hispanus) como autor de la y quienes adoptan su fe, llevan a cabo la expulsión no sólo de los judíos sino tam- misma práctica.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 45-60 55 los hijos de los metuentes ‘temerosos babilónico fue clausurado en el 500 de Dios’, se circuncidan49. Omitimos d.C.), cuando las autoridades judías otros testimonios histórico-literarios construyeron límites muy defi nidos que se encuentran en la obra de Stern a la población para evitar su disper- y que también prueban la existencia sión y asimilación fuera del judaísmo. de una corriente proselitista en Roma. José y Aseneth fue compuesto varios Otro tema sumamente debatido es siglos antes en Alejandría, lugar en el el de la aceptación de prosélitos por que existía una numerosa población parte de las autoridades judías des- judía. Filón afi rmaba que los judíos pués de la caída del Segundo Templo habitaban dos de los cinco barrios de de Jerusalem (70 d.C.) y que se refl eja la ciudad y que había no menos de un en la literatura talmúdica. Ésta fue millón de judíos (In Flacc. 43)51. El compuesta a fi n de aclarar y comentar cumplimiento de los preceptos mosai- pasajes del texto bíblico que requerían cos era esencial para la continuidad de algún tipo de explicación complemen- la comunidad, pero desligados de un taria. No existe una única defi nición sentido territorial52, fenómeno que con respecto a quienes adoptaron el provocó la reducción del sentido reli- judaísmo: por un lado se elogia a sabios gioso de la tierra y el hecho de con- judíos conversos o descendientes de centrarse en la trascendencia de Dios. ellos (Rabi Akiva; Onkelos; Smaya; La Carta de Aristeas a Filócrates com- Abtalión, Rabi Meir), pero por el otro puesta en Alejandría a fi nes del siglo un sabio palestinense comenta que II a.C. expresa que es posible una vida los prosélitos son tan molestos como judía en la Diáspora si se observan los una costra50 en la piel (bYeb. 109b). Un preceptos del judaísmo53. Esta convi- sabio judío, converso, Rabi Abraham vencia con la sociedad greco-egipcia Ha Guer, interpreta dicha afi rmación acarreó determinadas consecuencias. de un modo elogioso. Los conver- El contacto cotidiano con el mundo sos, para integrarse al pueblo judío, no judío derivó en matrimonios con han debido estudiar en profundidad gentiles54, uniones peligrosas para la los preceptos y son tan rigurosos en continuidad del pueblo judío, según cumplirlos, que resultan molestos a los demás judíos que no alcanzan un grado tal alto de cumplimiento. Estas opi- 51 La cifra proporcionada por el fi lósofo no se puede comprobar, pero da a entender que la niones fueron vertidas en la literatura población en la ciudad era numerosa. (cfr. talmúdica, compuesta en los primeros Collins 1997: 137). siglos de la edad cristiana (el Talmud 52 Cfr. nota 6. 53 Cfr. Frenkel (2005: 172). 49 Cfr. Kant (1987: 686). 54 Schwartz (2009: 247) interpreta que la 50 Saphahat en el original hebreo se refi ere a mezcla con gentiles derivó en un proseli- una especie de lepra, que convierte a un ser tismo, “ya fuera por razones altruistas o humano portador de la misma en impuro. como reacción defensiva contra las acusa- Para más información cfr. Lavee (2012). ciones de distanciamiento y misantropía”.

56 Diana L. Frenkel / La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo la concepción ideológica subyacente than57; en su paráfrasis de Gn 41. 45 en los libros de Esdras y Nehemías55, comenta que Aseneth era la hija que a los que se les opone el mensaje del Dina, hija de Jacob dio a luz después Libro de Ruth56. ¶ de haber sido violada por Siquem, hijo de Jamor (Gn 34). La niña fue Refl exiones fi nales criada por la esposa de Potifar. Una explicación semejante ocurre en Pirké osé y Aseneth fue compuesta de Rabí Eliezer cap. 3858. La versión por un judío alejandrino cuya que hace de Aseneth la salvadora de J comunidad proseguía con José está atestiguada en Yalkut Genesis el cumplimiento de los preceptos par. 146. La piedad de Aseneth es su mosaicos y a la vez experimentaba el virtud más destacada y una persona infl ujo de la cultura helenística. Esta poseedora de dicha cualidad puede apertura a nuevas formas de expre- alcanzar un estatus semejante o supe- sión y de pensamiento se refl eja en la rior a cualquier integrante del pueblo obra que recreó a manera de novela judío. Se trata una evidente defensa la unión de José con una idólatra. Lo del prosélito59. Gran parte de la crítica hizo introduciendo ciertos cánones de comenta el propósito ‘misionero’ de la novelística grecorromana a la que entretejió la problemática bíblica. Por 57 El Targum no es sólo una traducción del su parte, la tradición hebrea elaboró Pentateuco, sino incluye también gran can- las siguientes explicaciones (midras- tidad de explicaciones, paráfrasis y expan- siones del texto bíblico. La fecha de com- him en hebreo), sobre el mismo tema, posición del Targum de Pseudo Jonatahan estudiadas por Aptowizer (1924): 1. es incierta, al igual que la de Pirké de Rabí Aseneth, en verdad descendía de la Eliezer, pero se cree que no puede ser ante- familia de Jacob (era hija de Dina, pro- rior al siglo VIII, si bien una parte esencial de su contenido debía circular oralmente en ducto de una violación); 2. ella fue la siglos anteriores. salvadora de José; 3. se trataba de una 58 Pérez Fernández, editor de la obra, en persona piadosa que decidió abando- el comentario ad hoc manifi esta que la nar la idolatría por el monoteísmo. leyenda no tiene base fi lológica en el texto La primera explicación halla eco en bíblico y su surgimiento se debe a motivos la novela El Targum de Pseudo Jona- teológicos a fi n de disipar el escándalo del matrimonio entre José y una extranjera por un lado; por el otro para contrarrestar las tendencias más abiertas de judíos alejan- drinos y prosélitos que dieron origen a la novela de José y Aseneth. 55 Durante el exilio babilónico, algunos judíos 59 Cohen (1989: 21-22) considera que Ase- se habían casado con mujeres extranjeras, neth es una prosélita del tipo 5 (cfr. nota 40) motivo por el cual los jefes de la comunidad que destruye sus ídolos y renuncia al poli- Esdras y Nehemías ordenan la separación teísmo, si bien el texto no menciona ningún de los matrimonios con extranjeras (Esd cumplimiento de preceptos. El autor añade 9-10; Ne 13. 23-30). Cfr. nota 39. que numerosas leyendas sobre Abraham 56 Cfr. nota 39. relatan cómo el patriarca destruyó los ído-

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 45-60 57 José y Aseneth (Philonenko 1968: 55 medio del arrepentimiento y adquiere ss.; Cohen 1996: 432; Piñero 2006: un nivel de santidad cercano al de la 91; Walter 2009: 84); por nuestra ciudad sagrada. Del mismo modo que parte ignoramos si se trató de un texto Abraham es, de acuerdo con la óptica destinado a difundirse entre los genti- fi loniana, un ejemplo para todos los les60 o más bien fue conocido dentro conversos, la novela instaura a la de los límites de la comunidad judía. joven egipcia en el mismo nivel que el De haber ocurrido la segunda posi- patriarca (Philoneko 1968: 55), con- bilidad, que creemos más probable, solidando un espacio de legitimidad consideramos que el objetivo primor- que no siempre fue fácil de encontrar dial era demostrar no sólo la plena para quien abandonaba su vida y cos- incorporación del prosélito al pueblo tumbres previas en búsqueda de un judío, sino, como afi rmamos pre- nuevo camino. ¶¶ viamente, la posibilidad de alcanzar dentro de ella un lugar privilegiado Bibliografía y devenir en ejemplo paradigmático para los demás, mediante un sincero Ediciones y traducciones arrepentimiento de la vida y costum- bres anteriores. El propósito del libro Aland, K. (1966). Th e Geeek Testament. New es, según nuestra opinión, demostrar York: American Bible Society. cómo un pagano puede adoptar la tra- Albright, W. F. y Mann, C. S. (eds. y trads.) dición monoteísta y crecer dentro de (1971). Th e Anchor Bible. Matthew. New ella con las mismas posibilidades que York: Doubleday & Company. 61 las de los demás hijos de Israel . La Arnaldez, A. R. (1962). Philo. De virtutibus. imagen de una prosélita que se trans- Paris: Cerf. forma en una ‘Ciudad de refugio’ para Batiffol, P. (1889-1890). Le Livre de la Prière cobijar a numerosos pueblos recuerda d´ Asenath. Studia Patristica I-II. Paris: el mensaje profético de Isaías 45. Leroux. 14 ss.; 46. 6-8 y Zacarías 2. 15 entre Campbell, E. (ed.y trad.) (1977). Th e Anchor otros, aunque no se trata de la ciudad Bible. Ruth. New York: Doubleday & Com- pany. de Jerusalem, como aluden los profe- tas, sino de una pagana que cambió Duff, J. D. (ed.) (1962). Juvenal. Satires. Cam- bridge: Cambridge University Press. sus costumbres y pensamiento por Goelzer, H. (ed.) (1939). Tacite. Histoires. Tome II. Paris: Les Belles Lettres. los de su padre y adoptó la fe en un dios Marcus, R. (ed.) (1953). Josephus. Opera. único, sin especifi car precepto alguno. London-Cambridge (Mass.): Heinemann- 60 José y Aseneth no presenta ningún pasaje Harvard University Press-Loeb. apologético de la ley como lo hay en la Martínez Fernández R. y Piñero, A. (1982), Carta de Aristeas (128-171). José y Asenet en Díez Macho, A. (ed.) 61 De la unión de José y Aseneth nacieron dos Apócrifos del Antiguo Testamento. Tomo hijos: Efraím y Menasé ( Gn 46. 20) que III. Madrid: Cristiandad. conformarán dos tribus de Israel.

58 Diana L. Frenkel / La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo Pérez Fernández, M. (ed. y trad.) (1984). Los Fredrikson, N. I. (2003). “La douceur et l´ capítulos de Rabbí Eliezer. Valencia: Biblio- amertume dans le langage spirituel des teca Midrásica. Institución San Jerónimo saveurs”. En Vigiliae Christianae 57/1; para la investigación bíblica. 62-93 Philonenko, M. (ed. y trad.) (1968). Joseph et Frenkel, D. (1999). “El templo de Onías en Aséneth. Leiden: Brill. Egipto: ¿un confl icto con Jerusalem’”. En Actas de las X Jornadas de Estudios Clásicos Piñero, A. (1987). Testamentos o discursos del “La cultura grecolatina en África”, Facultad adiós en Díez Macho, A. (ed.) Apócrifos de Filosofía y Letras, UCA; 63-8. del Antiguo Testamento. Tomo V. Madrid: Cristiandad. Frenkel, D. (2005). “Una visión del Egipto ptolemaico según la Carta de Aristeas a Sarna, N. (1989). Th e JPS Torah Commentary. Filócrates. En Circe 10; 157-175. Genesis. Philadelphia/ New York/ Jerusa- lem: Th e Jewish Publication Society. Harrison, T. (ed.) (1988). Greeks and Barbar- ians, Edinburgh: Edinburgh University Bibliografía citada Press. Hermann, A. C. (1953-1954). “Die Königsno- velle in Ägipten und in Israel”. En Wissen- Albright, W. F. (1918). “Historical and Mythi- schaft liche Zeitschrift der Karl-Marx Uni- cal Elements in the Story of Joseph”. En versität 3; 51-62. Journal of Biblical Literature 37/3-4; 111- Joly, R. (1955). “L´ exhortation au courage 43. θαρρεῖν dans les mystères”. En Revue des Alesso, M. (2007). “Qué es una madre judía Études Grecques 68; 164-170. según Filón. En Circe 11; 11-25. Kant, L. H. (1987) “Jewish inscriptions in Aptowizer, V. (1924). “Asenath, the Wife of Greek and Latin”. En Aufstieg und Nieder- Joseph. A Haggadic Literary-historical gang der Römischen Welt 20/2; 671-713. Study”. En Hebrew Union College Annual Kee, H. C. (1983). “Th e socio-cultural setting 1; 239-306. of Joseph and Aseneth”. En New Testament Chesnutt, R. D. (1992). “Joseph and Aseneth” Studies 29; 394-413. en Freedman D. N. (ed.) Th e Anchor Bible Kilpatrick, G. D. (1970). “Untersuchungen zu Dictionary. Vol. III. New York: Doubleday Joseph und Aseneth by C. Burchard; Joseph & Company; 969-971. et Aséneth by M. Philonenko. En Novum Cohen, S. J. D. (1989). “Crossing the Boundary Testamentum 12/2; 233-6. and Becoming a Jew”. En Harvard Th eolo- Lavee, M. (2012). “Proselytes are as hard to gical Review 82/1; 13-33. Israel as a scab is to the skin’: a Babylonian Cohen, S. J. D. (1996). “Prosélytisme juif? His- Talmudic concept”. En Journal of Jewish toire d´une erreur by E. Will & C. Orrieux”. Studies 63/1; 22-48. En Th e Jewish Quarterly Review 86/3-4; Lesko, B. S. (1999). Th e Great Goddesses of 429-434. Egypt, University of Oklahoma Press. Collins, J. J. (1997). Jewish Wisdom in the McKnight, S. (1991). A Light Among the Hellenistic Age. Westminster: John Knox Gentiles: Jewish Missionary Activity in the Press. Second Temple Period. Minneapolis: For- Docherty, S. (2004). “Joseph and Aseneth: tress Press. Rewritten Bible or Narrative Expansion?”. Nolland, J. (1981). “Uncircumcised Pro- En Journal for the Study of Judaism 35/1; selytes?” En Journal for the Study of 27-48. Judaism 12/2; 173-194.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 45-60 59 Pervo, R. (2002). “Th e Ancient Novel becomes Wills, L. (2011). “Jewish Novellas in a Greek Christian” en Schmeling G. (ed.). Th e and Roman Age: Fiction and Identity”. En Novel in the Ancient World. Leiden: Brill; Journal for the Study of Judaism 42: 141-65. 685-709. Philonenko, M. (1965). “Initiation et mystère dans Joseph et Aséneth”, en Initiation. Study Recibido: 02-04-2013 Evaluado: 20-05-2013 in the History of Religions. Supplements to Aceptado: 27-05-2013 Numen. Vol. 10. Leiden: Brill; 147-153. Piñero, A. (2006). Literatura judía de época helenística en lengua griega. Desde la ver- sión de la Biblia en griego hasta el Nuevo Testamento. Madrid: Síntesis. Rauber, D. F. (1970). “Literary Values in the Bible: Th e Book of Ruth”. En Journal of Bib- lical Literature 89/1; 23-37. Schwartz, D. R. (2009). “El trasfondo judío del cristianismo” en Assis, Y. T., Asla- nov, C. y Senkman, L. (eds.) Encuentros culturales de judíos, paganos, cristianos y musulmanes. Vol. I Buenos Aires: Lilmod; 229-261. Siquans, A. (2009). “Foreignness and Pov- erty in the Book of Ruth: A Legal Way for a Poor Foreign Woman to be integrated into Israel”. En Journal of Biblical Literature 128/3; 443-52. Stern, M. (1976). Greek and Latin Authors on Jews and Judaism, Jerusalem: Th e Israel Academy of Sciences and Humanities. Stuehrenberg, P. F. (1992). “Proselyte” en Freedman D. N. (ed.) Th e Anchor Bible Dictionary. Vol. V. New York: Doubleday & Company; 503-505. Walter, N. (2009). “La literatura judeo- griega del período helenístico” en Assis, Y. T., Aslanov, C. y Senkman, L. (eds.). Encuentros culturales de judíos, paganos, cristianos y musulmanes. Vol. I. Buenos Aires: Lilmod; 63-90. West, S. (1970). “Joseph and Asenath: A Neglected Romance”. En Classical Quar- terly 24/1; 70-81. Will E. y Orrieux C. (1992). “Prosélytisme juif?” Histoire d´une erreur. Paris: Les Belles Lettres.

60 Diana L. Frenkel / La novela José y Aseneth: el pasaje de la idolatría al monoteísmo A propósito de un Eros de cera (Ἔρως κήρινος): Anacreóntica 11

Marina Larrosa [Universidad Nacional de Rosario - Conicet] [[email protected]]

Resumen: El objetivo de este breve artículo es l presente artículo con- definir las propiedades mágicas de la imagen de Eros hecha de cera que nos presenta la sistirá en un comenta- canción 11 del corpus anacreóntico. Dado que el término παντορέκτης en particular (v. 11) rio de la canción 11 de ha generado al menos dos explicaciones dife- la colección poética rentes, argumentaremos a favor del sentido de ‘todopoderoso’, considerando para ello algunos anónima que conoce- casos similares de construcción de figuras mágicas en otros textos, así como el contexto mos como Carmina de la propia poética anacreóntica. Anacreontea o Ana- creónticas1. Específi ca- Palabras clave: magia - Eros - poesía ana- mente, nos interesa la fi gura de Eros creóntica - coerción erótica - juramento. E realizada en cera (Ἔρως κήρινος) Apropos of a wax effi gy depicting Eros mencionada en el primer verso, pues (Ἔρως κήρινος): Carmen Anacreonteum 11 nos permitiría ingresar en el mundo Abstract: Our aim is simply to define the magi- de las prácticas mágicas en la Antigüe- cal qualities of a wax effigy depicting Eros as presented in the eleventh song of the anacre- dad grecorromana. Las lecturas previas ontic corpus. Since two different meanings are given to the word παντορέκτης (v. 11), we will que han buscado una interpretación de argue that its sense here is ‘all-doing’, basing nuestra canción considerando este tipo ourselves on the construction of similar magical figurines as described in other texts, as well as de prácticas no han intentado preci- on the context of the anacreontic poetics. sar el supuesto accionar de una fi gura tal, por lo que será nuestro objetivo Key words: magic - Eros - anacreontic poetry - erotic constraint - oath. ofrecer una respuesta satisfactoria al

1 La numeración corresponde a la edición de M. L. West (1993), de donde se ha tomado el texto griego. Las traducciones al caste- llano, tanto de los poemas anacreónticos como de otros textos citados, son de mi autoría.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 61-69 61 respecto. En el camino que trazare- pero no deseo convivir mos nos detendremos en particular con un Eros todopoderoso”. en el vocablo παντορέκτης (v. 11), “Dámelo, pues; por un dracma el cual ha sido interpretado de forma dame al bello concubino”. distinta a como lo haremos aquí. Final- Y tú, Eros, ya mismo mente, contextualizaremos el motivo abrásame; si no lo haces, tú de la magia empleado en esta canción bajo la llama te fundirás. dentro de la poética anacreóntica en P. Rosenmeyer (1992: 171) ha su conjunto, la cual, como propondre- establecido una posible relación mos, podría comprenderse en térmi- intertextual entre la Anacreóntica y nos de una ‘coerción erótica’. el famoso Idilio 2 de Teócrito. En este En la Anacreóntica 11 se representa último el relato de Simeta nos permite un diálogo entre quien podríamos asu- asistir al ritual que ella misma va reali- mir es la ‘persona’ del poeta y un ven- zando para ‘atar’ (καταδήσομαι, v. 3, dedor, caracterizado como un joven v. 10, v. 159) a su innoble amante. Una que desea deshacerse de una fi gura de de las acciones que intervienen en el Eros hecha de cera. ritual es la fundición de un muñeco Ἔρωτα κήρινόν τις de cera expuesto al fuego (ὡς τοῦτον νεηνίης ἐπώλει· τὸν κηρὸν ἐγὼ σὺν δαίμονι τάκω, ἐγὼ δέ οἱ παραστάς v. 28). Es evidente, no obstante, que no ’πόσου θέλεις’ ἔφην ‘σοι se trata de la misma práctica, pues en τὸ τυχθὲν ἐκπρίωμαι;’ el caso del poema teocriteo la fi gura ὃ δ’ εἶπε δωριάζων ’λάβ’ αὐτὸν ὁππόσου λῆις. de cera representa al amado de Simeta, ὅπως δ’ ἂν ἐκμάθηις πᾶν, el cual (se espera) habrá de derretirse οὐκ εἰμὶ κηροτέχνας, por el calor del amor así como su equi- ἀλλ’ οὐ θέλω συνοικεῖν valente de cera lo va haciendo literal- Ἔρωτι παντορέκται.’ mente por acción de la llama. En la ’δὸς οὖν, δὸς αὐτὸν ἡμῖν Anacreóntica, en cambio, el muñeco δραχμῆς, καλὸν σύνευνον.’ representa a Eros y, de acuerdo con el Ἔρως, σὺ δ’ εὐθέως με pedido que se realiza en los versos fi na- πύρωσον· εἰ δὲ μή, σύ les, podemos decir que del objeto se κατὰ φλογὸς τακήσηι. esperaría un comportamiento idéntico Un Eros de cera al del dios. Resultará más adecuado, un joven vendía. por tanto, el cotejo con otros textos. Yo, parado junto a aquel, Primero, manteniéndonos dentro le pregunté: “¿A cuánto quieres de la esfera de la literatura, podemos que te compre el producto?” mencionar un opúsculo de Luciano de Y en dialecto dórico dijo: Samósata, El amante de las mentiras, “Llévatelo por lo que te parezca. en donde se relata la construcción de Y para que sepas todo, una fi gura que representa a Eros (14): yo no hago artesanías de cera,

62 Marina Larrosa / A propósito de un Eros de cera (Ἔρως κήρινος): Anacreóntica 11 τέλος δ’ οὖν ὁ Ὑπερβόρεος ἐκ más material acerca de este tipo de πηλοῦ ἐρώτιόν τι ἀναπλάσας, fi guras. En dos recetas (PGM 4. 1840 ss. Ἄπιθι, ἔφη, καὶ ἄγε Χρυσίδα. y 12. 15 ss.) se revelan los pasos nece- καὶ ὁ μὲν πηλὸς ἐξέπτατο, μετὰ sarios para construir fi guras de Eros, μικρὸν δὲ ἐπέστη κόπτουσα τὴν las cuales son consideradas en los dos θύραν ἐκείνη καὶ εἰσελθοῦσα περιβάλλει τὸν Γλαυκίαν ὡς casos como un ‘asistente’ (πάρεδρος). ἂν ἐκμανέστατα ἐρῶσα καὶ En PGM 4. 1840 ss., la asistencia de συνῆν ἄχρι δὴ ἀλεκτρυόνων la fi gurilla del dios, realizada aquí en ἠκούσαμεν ᾀδόντων. madera de morera, coincide con la Al fi nal el Hiperbóreo, luego de función descrita en el texto de Luciano, modelar un pequeño Eros a partir esto es, que Eros se presente ante la per- de arcilla, dijo: “Vete y trae a Crí- sona amada y conduzca a esta, ahora side”. Y el (muñeco) de arcilla salió enamorada, hacia el interesado. Otra volando, y en poco tiempo aquella función del Eros πάρεδρος explici- apareció llamando a la puerta, y tada en esta misma receta y que revela tan pronto entró, abrazó a Glaucias nuevamente el carácter del dios como como si hubiera estado locamente intermediario es la de enviar sueños enamorada, y estuvieron juntos (ὀνειροπομπεῖν). En la receta PGM hasta que oímos a los gallos cantar. 12. 15 ss. se agrega a las funciones ya referidas del Eros πάρεδρος (en este En comparación con el Eros de caso, construido de cera tirrénica) la de nuestra Anacreóntica, no solamente provocar insomnio (ἀγρυπνία) y la el material es diferente, sino que a la expulsión de daimones malignos. Estas fi gurilla de Luciano se la ha animado habrían sido, por lo tanto, algunas de (ἐμψυχία) para que cumpliera con un las habilidades de este muñeco, quizás encargo amoroso, mientras que el Eros las más requeridas. Pero destaquemos de cera parece ser un objeto mágico en que en la fórmula que, según se repro- sí mismo. De todos modos, el hecho de duce en esta misma receta, se debe pro- que se trata de una fi gura de Eros (a nunciar para lograr que el Eros cumpla diferencia del muñeco de cera de Teó- con su tarea, más que la determina- crito, el cual representaba al amado de ción de una acción en particular se le Simeta) nos permite presuponer que pide ante todo que se convierta en un el objetivo del modelaje de este dios servidor y que responda siempre a lo habría sido, por lo general, la creación que se le pide (διακόνησόν μοι, καὶ de un mediador entre el enamorado y ἀπάγγειλον ἀεί, ὅτι ἄν σοι εἴπω, el amado. PGM 12. 40-41). Es lógico pensar Recurriendo ahora a documentos que cualquiera sea el servicio que se no literarios, son los denominados requiera de esta fi gura, será mayor- 2 papiros mágicos los que nos ofrecen mente dentro de la esfera de lo eró-

2 Se citan con las siglas PGM (Papyri Graecae dos volúmenes de Preisendanz (1928 y Magicae), que corresponden a la edición en 1931).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 61-69 63 tico, pero en sí la fi gura podría realizar convivir (συνοικεῖν) con un objeto muchísimas tareas, pues su función es, al que califi ca como παντορέκτης ante todo, cumplir con la voluntad de (v. 11). Llegamos así a este vocablo, su propietario3. sobre cuyo signifi cado no hay con- Podemos, entonces, suponer que senso. En Liddell, Scott & Jones el modelaje de fi guras (de arcilla, de (1940, s. v. παντορέκτης) se ofrecen madera o de cera) que representaban dos entradas; en primer lugar, en tanto a Eros solía estar orientado a la confec- compuesto a partir del verbo ῥέζειν, ción de un asistente (πάρεδρος) que el término aparece como sinónimo de operase principalmente como inter- πανοῦργος, que a su vez es defi nido mediario entre el amante y agente del como ‘preparado para realizar toda hechizo y el amado, por lo que tam- clase de cosas’, aunque a juzgar por los bién esta habría sido la función de la ejemplos que se ofrecen, dichas cosas fi gurilla en la Anacreóntica 11 (inde- tendrían una connotación negativa4. pendientemente del pedido fi nal, el Como ejemplo de esta primera acep- cual analizaremos al fi nal de este tra- ción, se ofrece precisamente el v. 11 bajo). Es cierto que en el poema no se de nuestra Anacreóntica. La segunda describe la construcción de un Eros entrada corresponde a la defi nición πάρεδρος sino la compra del mismo, de ‘que lo desea todo’ (all-desiring), en pero el funcionamiento del muñeco no cuyo caso el compuesto se forma con tendría por qué verse alterado. Es úni- el verbo ὀρέγεσθαι. Curiosamente, camente el escenario lo que cambia, quienes se han dedicado a estudiar el ya que lo mágico se transforma aquí corpus anacreóntico se inclinan en su en una experiencia amena de la vida mayoría por este segundo signifi cado, urbana y social, en lugar de estar confi - pues sería “más lógico pensar que el nado a la privacidad del ritual mágico- muchacho quiera desprenderse de un erótico. Esta operación de banalización dios veleidoso que de un dios omni- acuerda perfectamente con el tono potente” (Brioso Sánchez, 1981: ligero de toda la poesía anacreóntica. 11, n. 5). Así también lo interpreta P. La venta de la fi gura de Eros se rea- Rosenmeyer (1992: 171), para quien liza a partir de una llamativa excusa del la Anacreóntica 11 podría estar remi- vendedor, quien asegura a su cliente tiendo a una típica escena de venta de que él no ha realizado la artesanía y que, por lo tanto, no lo pone a la venta 4 Cfr. Hesiquio 1009 παρρέκτης: πάντα porque sea su propio producto, sino πράττων ἐπὶ κακῶι, donde, por el con- porque es mucho más que un sim- trario, la construcción con ἐπί parece estar ple muñeco hecho de cera y no desea indicando un accionar contra aquello per- nicioso. Recordemos, a propósito de esta defi nición, que el Eros de la receta PGM 12. 3 Para una descripción de la fi gura del 15 ss. podía expulsar daimones malignos. πάρεδρος según su aparición en las dis- La entrada de Hesiquio correspondería a tintas recetas mágicas ver Ciraolo (2001) una formación del compuesto con παν- en y Scibilia (2002). lugar de παντ(ο)- (cfr. παρρησία).

64 Marina Larrosa / A propósito de un Eros de cera (Ἔρως κήρινος): Anacreóntica 11 esclavos, donde este Eros vendría a multifacético haría del Eros un objeto cumplir el papel de un servidor con con un poder excepcional pero a la vez ‘apetitos ilimitados’. También para G. temible, lo que justifi caría el deseo del Lambin (2002: 229) habría una insi- prudente vendedor de deshacerse de nuación sexual, pero la adjudica a una imagen que no se anima a tratar. una oposición entre παντορέκτης y En segundo lugar, y siguiendo el argu- σύνευνος (v. 13); mientras la primera mento de Rosenmeyer (1992: 171, n. palabra sería empleada por el vendedor 47; ver supra), la palabra en cuestión de manera despectiva (Lambin tra- puede interpretarse en el contexto de duce el término curiosamente como un intercambio comercial. Tal como ha vaurien, i. e. ‘bueno para nada’, ‘inútil’), explicado la autora, la frase del verso el comprador lo encuentra perfecto octavo (ὅπως δ’ ἂν ἐκμάθηις πᾶν) como ‘compañero de alcoba’. El sen- puede entenderse a partir de una obli- tido erótico se intensifi ca si se toma el gación que habría tenido el vendedor término σύνευνος como un eco del de esclavos de ofrecer al potencial com- adjetivo φίλευνος, aplicado a Ana- prador toda la información que poseía creonte en la Anacreóntica 1.7. Final- sobre la ‘mercadería’ pretendida. Pero mente, A. Müller (2010: 210, n. 685), si dentro de la misma lógica comercial recurriendo a la aparición del término pensamos no ya en la venta de esclavos en textos tardíos, se inclina por consi- sino en ferias de artesanos (es decir, lo derar el signifi cado de παντορέκτης que en efecto parece ser el contexto del en relación con el deseo incontrolable diálogo), podríamos entender los repa- que se atribuye a la fuerza que encarna ros del vendedor como una estrategia Eros. de venta orientada a estimular la curio- No obstante los argumentos ofre- sidad del comprador. Cabe mencionar cidos por los críticos mencionados, en este punto que C. Bonner (1950: algunas observaciones nos permi- 17) había sugerido precisamente esta tirán sostener que aquí el término conducta en los antiguos (y actuales) παντορέκτης aludiría al poder del vendedores de amuletos y demás obje- objeto mágico y no al carácter del dios. tos mágicos, quienes habrían solido Primero, hemos visto ya que el Eros exagerar o directamente inventar las πάρεδρος de las recetas mágicas era precauciones que se habían tomado útil para diversas acciones, pues en sí para proveer al objeto de un verdadero su función primordial sería respon- poder. Desde nuestro punto de vista, der a los encargos de su propietario. en la Anacreóntica 11 se podría estar En este sentido, y teniendo en cuenta utilizando el término παντορέκτης que el Eros de la Anacreóntica es asimi- en una estrategia similar; al expresar su lable al Eros de las recetas, el término deseo de deshacerse del objeto mágico, παντορέκτης que utiliza el vendedor el vendedor está advirtiendo sobre los podría referirse a la efi cacia de este asis- peligros de exponerse a su accionar, tente en distintas tareas. Este carácter cumpliendo quizás con cierta ética

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 61-69 65 comercial, pero al mismo tiempo esta- que no cumpliere con su palabra5. Una ría acentuando lo que queda implícito: amenaza de este orden estaría justifi - que la fi gura de Eros podrá realizar cada en tanto Eros, en su calidad de todo aquello que le indicare su posesor. πάρεδρος, se encontraría obligado a En cuanto al sentido sexual que Lam- actuar según una promesa contenida bin hallaba en el término σύνευνος en el término παντορέκτης, dicho en réplica al término παντορέκτης, por el vendedor. En la medida en que entendemos nosotros que aquel res- el poeta ha adquirido el muñeco por pondería mejor al verbo συνοικεῖν su supuesto poder, pretende ahora empleado por el vendedor (“no deseo asegurar que el mismo actuará de convivir con este Eros”, “dame a mí al acuerdo con aquello por lo que lo ha bello concubino”), y que por ello no comprado. En este punto resulta inte- necesariamente habría implícito un resante destacar que la enunciación de componente erótico. una amenaza no habría sido ajena a la Por su parte, en los tres últimos propia construcción del πάρεδρος. versos advertimos también una refe- La fórmula que acompaña la creación rencia a ciertos rituales basados en de la fi gura de Eros en la receta PGM la noción mágica de sympatheia. Si 12. 14 ss. fi naliza con una advertencia bien podemos reconocer un guiño en el caso de que aquella no cumpliere en el hecho de que Eros pueda con- con su cometido. Debemos aclarar, no vertirse en víctima del fuego con que obstante, que la amenaza aquí no es la suele realizar sus propios tormentos destrucción de la fi gura, sino que se (Rosenmeyer 1992: 172; cfr. Antolo- mencionan consecuencias cósmicas6, gía Palatina 5. 179 y 9. 179), la gracia de esta paradoja se apreciaría mucho 5 Ver Faraone (1993: 60-65; 1999) y mejor si advirtiéramos que no se trata Collins (2008: 92). Quizás sea necesario solamente de un artilugio conceptual, aclarar que estas fi guras de cera representa- sino que a la idea de un Eros derritién- ban en verdad a la persona que juraba y que dose subyace la imagen de una práctica la amenaza de su destrucción era lanzada por este mismo en muestra de su voluntad ritual del ámbito jurídico: la disolución de sujetarse al juramento. En la Anacreón- de κολοσσοί de cera. Desde nuestra tica, en cambio, quien hace la amenaza perspectiva, la amenaza que realiza el es el comprador, mientras que quien se comprador se relacionaría con las fór- encuentra sujeto a un juramento implícito es el Eros de cera. No creo, empero, que esto mulas tradicionales de los juramentos invalide la interpretación de los versos fi na- e imprecaciones, cuya pronunciación les en relación con las amenazas incluidas podía ser acompañada de la acción en los juramentos. anteriormente referida, donde las 6 Brioso Sánchez (1981: 12, n. 1) y Rosen- figuras de cera expuestas al fuego meyer (1992: 172) mencionan como un antecedente de la amenaza de la Anacreón- simbolizaban la destrucción de aquel tica 11 el Idilio 7. 103 ss. de Teócrito, en donde las consecuencias de un hipotético incumplimiento por parte del dios Pan están formuladas también en términos de

66 Marina Larrosa / A propósito de un Eros de cera (Ἔρως κήρινος): Anacreóntica 11 pero en todo caso estamos advirtiendo versos (vv. 14-17), el ahora poeta ana- acerca de la posibilidad de que la ame- creóntico dice lo siguiente: naza hubiera sido una expresión usual- ἐγὼ δ´ὁ μωρὸς ἄρας mente factible dentro de los rituales ἐδησάμην μετώπωι· mágico-eróticos. En PGM 1. 42 ss., καὶ δῆθεν ἄχρι καὶ νῦν por ejemplo, se exhorta al practicante ἔρωτος οὐ πέπαυμαι. a que una vez conseguido el asistente Y yo, un insensato, la tomé divino (que en este caso no es Eros), se y a mi frente la até. lo someta a un juramento (ἐξόρκιζε), Y desde entonces hasta ahora por el que prometa lealtad y obedien- del amor no he descansado. cia. Si bien no se menciona aquí una amenaza, lo que sí podemos corrobo- Al haberse analizado este poema rar es que el πάρεδρος estaría atado en relación con el motivo de la 7 a un juramento de por sí. Dichterweihe , se ha puesto el énfasis en En contraste con las lecturas que la entrega de la corona como acto sim- relegan el tema de la magia a un bólico de consagración, semejante a la segundo plano o a una intertextuali- entrega que hacen las Musas a Hesíodo dad muy superfi cial, entendemos que de una rama de laurel o a Arquíloco de la comprensión de la naturaleza de este una lira, y no se ha prestado atención Eros παντορέκτης es crucial para a la totalidad del acto, que incluye la interpretar la Anacreóntica 11 y que no atadura de la corona, probablemente se trata de una simple excusa para ejer- porque esta no es interpretable en el citar una variación en el tratamiento marco del tópico de la Dichterweihe. anacreóntico del amor. En el corpus en Deteniéndonos, en cambio, en el frag- su conjunto, el tema de la magia puede mento reproducido, observamos que la parecer marginal, pero a continuación iniciación poética es concebida por el veremos que en realidad habría una propio poeta en términos de una coer- defi nición programática del amor ana- ción erótica que, en el contexto de la creóntico en términos mágicos. poesía anacreóntica, es asimismo una En la canción primera del corpus restricción poética: el poeta no puede que nos ocupa, la cual opera en el con- elegir libremente su materia, sino que texto de la colección como un poema está obligado a cantar siempre poe- 8 programático, se relata una escena sía amorosa . A este respecto, resulta onírica de iniciación poética en la que Anacreonte cede su corona (στέφος) 7 Acerca del motivo de la Dichterweihe en a su sucesor. En los últimos cuatro la Anacreóntica 1 y sus implicancias pro- gramáticas, ver Brioso Sánchez (1979; también 1981: 2, n. 1), Rosenmeyer (1992: 68-69), Bartol (1993) y Müller (2010: alteraciones en el orden de lo natural. La 124-130). Anacreóntica estaría en este sentido mucho más cerca de las fórmulas de los juramentos 8 En el último verso citado de la Anacreón- acompañados de la acción de derretir fi gu- tica 1 la palabra ἔρως refi ere tanto al amor ras de cera. como a la poesía de temática erótica. Un

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 61-69 67 importante destacar que el evento que de estas estatuillas en el marco de las da comienzo a esta coerción es justa- prácticas mágicas, sino que desea que mente una atadura, acción que en el Eros utilice su poder sobre él mismo. marco de las prácticas mágicas tiene De esta manera debemos interpretar el objeto de manipular la conducta de la expresión fi nal en nuestra canción. un otro. Proponemos, por lo tanto, Pero además, la elección de un motivo comprender la atadura de la corona tal no sería una simple variación, fruto en términos de una acción cuyo efecto de un ingenio puesto al servicio de una es una coerción y, de este modo, pen- práctica poética superfi cial, sino que sar la iniciación poética anacreóntica recupera una noción presente en el como un ritual en donde intervienen programa anacreóntico y, por lo tanto, también mecanismos atribuidos a la determinante para defi nir esta poesía: magia. que el vínculo entre el poeta y Eros se Como segunda y última observa- podría explicar a partir de los meca- ción señalaremos que la atadura es rea- nismos de la magia. Y en la medida en lizada por el propio poeta que se inicia, que el sometimiento a Eros equivale al por lo que se da la paradoja de que la sometimiento a la poesía erótica, esta restricción es autoprovocada. En esta última nos estaría revelando su natu- primera Anacreóntica, el poeta se cali- raleza encantatoria. ¶¶ fi ca a sí mismo de insensato (μωρός, v. 14), declarando así haber ignorado Bibliografía las consecuencias de la atadura de la corona. Sin embargo, en el resto Ediciones y traducciones del corpus el motivo de la ‘sumisión voluntaria’ es recurrente, por lo que la Brioso Sánchez, M. (ed. y trad.) (1981). Ana- coerción erótico-poética experimen- creónticas. Madrid: Consejo Superior de tada por el poeta anacreóntico es por Investigaciones Científi cas. él mismo deseada y celebrada. El argu- Harmon, A. M. (ed. y trad.) (1921). Lucian. mento de la canción 11 se encuentra, Works. Vol. III. London: Harvard Univer- por lo tanto, en total relación con el sity Press. programa anacreóntico. El poeta no Preisendanz, K. (ed. y trad.) (1928-1931). pretende emplear la fi gura de Eros para Papyri Graecae Magicae. Die griechischen Zauberpapyri. Vols. I y II. Leipzig-Berlin: manipular a un tercero, de acuerdo Teubner. con lo que habría sido el uso habitual West, M. L. (ed.) (1993). Carmina Anacreon- tea. Stuttgart-Leipzig: Teubner. (11984). ejemplo claro de la imposibilidad de com- poner otra clase de poesía lo encontramos en la Anacreóntica 23, compuesta como una Bibliografía citada recusatio algo singular, ya que el poeta sí muestra la voluntad de componer poemas Bartol, K. (1993). “ΤΟΝ ΑΝΑΚΡΕΟΝΤΑ épicos, pero se ve traicionado por el queha- ΜΙΜΟΥ. Einige Bemerkungen zum Car- cer autónomo del instrumento musical, que solo toca canciones eróticas.

68 Marina Larrosa / A propósito de un Eros de cera (Ἔρως κήρινος): Anacreóntica 11 men Anacreonteum 1 W”. En Antike und Faraone, C. (1999). “Curses and Social Con- Abendland 39; 64-72. trol in the Law Courts of Classical Athens”. En Dike 2; 99-121. Bonner, C. (1950). Studies in Magical Amulets. Chiefl y Graeco-Egyptian. Ann Arbor: Th e Lambin, G. (2002). Anacréon. Fragments et University of Michigan Press. Disponible imitations. Rennes: Presses Universitaires en: [URL: http://classics.mfab.hu/talis- de Rennes. mans/bibliography/30]. Liddell, H. G., Scott, R. y Scott, H. S. Brioso Sánchez, M. (1979). “¿Otra consagra- (1940). A Greek-English Lexicon. Oxford: ción poética?: Anacreóntica primera”. En Oxford University Press (11843). Emérita 47; 1-9. Müller, A. (2010). Die Carmina Anacreontea Ciraolo, L. J. (2001). “Supernatural Assistants und Anakreon. Ein literarisches Generatio- in the Greek Magical Papyri” en Meyer, nenverhältnis. Tübingen: Narr. M. y Mirecki, P. (eds.). Ancient Magic and Rosenmeyer, P. (1992). Th e Poetics of Imita- Ritual Power. Boston-Leiden: Brill; 279- tion. Anacreon and the Anacreontic Tradi- 295. (11995). tion. Cambridge - New York - Melbourne: Collins, D. (2008). Magic in the Ancient Cambridge University Press. World. Malden-Oxford: Blackwell. Scibilia, A. (2002). “Supernatural Assistance Faraone, C. (1993). “Molten Wax, Spilt Wine, in Th e Greek Magical Papyri. Th e Figure and Mutilated Animals: Sympathetic of the Parhedros” en Bremmer, J. N. y Magic in Near Eastern and Early Greek Veenstra, J. R. (eds.). Th e Metamorphosis Oath Ceremonies”. En Journal of Hellenic of Magic from Late Antiquity to the Early Studies 113; 60-80. Modern Period. Leuven-Paris-Dudley: Peeters; 71-86.

Recibido: 08-05-2013 Evaluado: 06-09-2013 Aceptado: 16-09-2013

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Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio fi nal

Francesca Mestre [Universidad de Barcelona] [[email protected]]

Resumen: El marco y los personajes de las descripciones del más allá que encontramos en las obras de Luciano, que ponen un énfasis especial en las decisiones de Radamantis como juez de los seres humanos, muestra un tipo de moralidad que puede analizarse tanto desde la perspectiva de los modelos grecoromanos tra- Luciano y la tradición dicionales como desde el enfoque de otros con- textos religiosos nuevos del Imperio Romano. del ultramundo Los apologistas cristianos, por otro lado, entre otros Taciano en su Oratio ad Graecos, insisten en distinguir claramente entre el juicio de Rada- uciano de Samosata mantis y el del propio Dios. Tanto uno como otro enfoque reciben la influencia del mito griego describe el mundo de y de la manipulación de Platón de este mito. La pérdida de la antigua función del mito entre los muertos en varias los paganos y la existencia de ideas cristianas de sus obras. A pesar propias relativas a la vida después de la muerte pueden haber provocado que un escritor como de que, generalmente, Luciano haya encontrado en la vida en el más allá uno de sus temas favoritos. esas descripciones son consideradas un pre- Palabras clave: más allá - Radamantis - texto para la parodia de Luciano - Taciano - religión. lasL tradiciones religiosas griegas y una Lucian and Tatian: about the Afterlife and excelente oportunidad para la inter- the Last Judgment textualidad, cabría preguntarse si este Abstract: The framework and the characters sub-mundo tiene realmente un sentido of Lucian’s descriptions of the afterlife, focusing in particular on the decisions of Rhadamanthys propio en la obra de Luciano. as a judge of human beings, show a kind of morality which can be analyzed both from the Mi objetivo en este artículo es perspective of traditional Graeco-Roman stand- explorar someramente el marco y los ards and from that of the new religious contexts of the Roman Empire. Christian apologists, on personajes de las descripciones lucia- the other hand, like Tatian in Oratio ad Graecos, insist on distinguishing clearly between the nescas del más allá, y presentar algu- judgment of Rhadamanthys and that of God nas consideraciones sobre el papel de himself. Both views of the afterlife are influenced by Greek myth and by Plato’s manipulation of it. Radamantis como juez de los seres The loss of the ancient function of myth among the pagans and the real presence of Christian humanos. El tipo de moralidad que issues regarding the afterlife may have caused revisten sus decisiones puede anali- a writer like Lucian to reflect on the real sense of the afterlife.. zarse tanto desde el punto de vista de la tradición greco-romana como desde Key words: Afterlife - Rhadamanthys - Lucian - Tatian - Religion.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 71-88 71 el del contexto de las nuevas religiones gía griega sobre el tema constituyen del Imperio romano. el resultado de distintas operaciones Todos los humanos, de todas las que tratan de dar explicaciones sobre civilizaciones, se han preocupado de tan ardua cuestión, siempre a partir lo que sucede después de la muerte. de la adaptación, desarrollo o mani- Todas las culturas tienen relatos sobre pulación de aquellos mitos originarios. la muerte1; a lo largo de la historia los Preguntas del tipo: ¿a dónde vamos seres humanos han intentado compren- los humanos después de la muerte?, der la experiencia de la muerte, y han ¿quién va y quién no?, ¿quién manda propuesto explicaciones y respuestas. allá?, ¿cómo se llega hasta allá?, ¿se Los mitos cosmogónicos proto-indo- puede regresar, cómo?, ¿cómo es ese europeos suelen ser defi nidos como lugar?, ¿cómo son sus gobernantes?, y el resultado de un acto de sacrifi cio otras por el estilo, reciben respuestas, a primordial que implica a dos herma- lo largo de la tradición griega, siempre nos gemelos, humanos, de los cuales siguiendo el esquema original trazado uno, la víctima del otro, se convierte por los poetas arcaicos4; es interesante en señor de los muertos. Esto es así en notar, en este sentido, que existe en la la mayoría de mitologías indoeuro- cultura griega desde la época arcaica peas; la mitología griega, sin embargo, una tradición de viajes, en vida, al presenta un relato algo más complejo2: más allá, de algunos personajes que por un lado, según Hesíodo (Trabajos y tienen oportunidad de entrevistarse días 1693), Cronos, no un hombre sino con los muertos –desde la Odisea a la un dios, substituye a su padre, Urano, Eneida, pasando por Platón (Gorgias, como señor de los muertos; por otro República) y Aristófanes (Ranas)–, del lado, Homero (Odisea 4. 564) pone a mismo modo que son bien conocidos Radamantis, un héroe –hijo de Zeus y los mitos del retorno a la vida –siempre Europa–, mortal por lo tanto, al frente momentáneo– de algunos personajes de los campos elíseos, que son, tam- míticos ya fallecidos. bién, morada de los muertos. Luciano, con sus divertidas y mor- La tradición mítica griega sobre daces puestas en escena del mundo el más allá, pues, hasta donde alcanza de los muertos, forma parte, induda- nuestro conocimiento, deriva, en blemente, de esta tradición. Las cir- substancia, de esas dos primeras ase- cunstancias culturales concretas de su veraciones que son la base para todos época, no obstante, no tienen nada que los relatos griegos que hablan de la ver con las de los antiguos mitógra- vida después de la muerte; por lo fos; en efecto, cuando Luciano evoca tanto, todos los motivos de la mitolo- un mito, esta evocación depende más de las elaboraciones sucesivas: por un lado, del desarrollo que sobre temas 1 Cfr. Edmonds (2004: 2). 2 Cfr. ahora Lincoln (1981: 236-238). 4 Para una aproximación al tema, cfr. Brem- 3 Cfr. también Píndaro, Olímpica 2. 70-77. mer (2002: 4-8).

72 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final míticos se hacía en los ejercicios de por parte del propio samosatense. No escuela convencionales5, y, por otro, se trata aquí de simple parodia de lo del uso fi losófi co de ese mismo mito, referente a los antiguos dioses; o, al muy especialmente por parte de Pla- menos, es posible detectar un pensa- tón6, sea por la aportación de una ver- miento sobre estos asuntos algo más sión racional del mito, sea por la crítica profundo de lo que a simple vista de la versión de los poetas7. pudiera parecer. Ciertamente no es Sin embargo, en mi opinión, el que Luciano presente un auténtico tratamiento de los mitos relacionados programa fi losófi co, pero muestra una con el más allá y la vida después de la preocupación evidente con respecto a muerte tienen en Luciano una carga de este tipo de temas tan humanos, esté mayor calado, sobre todo teniendo en o no esté involucrado un sentimiento cuenta el tratamiento de otros mitos religioso, y, sin duda, un estableci- miento de valores. 5 Cfr. Elio Teón, Progymnasmata 66. 19-21: Luciano aborda el motivo del más διηγήσεως δὲ παραδείγματα ἂν εἴη allá en muchas de sus obras8; esta recu- κάλλιστα τῶν μὲν μυθικῶν ἡ Πλάτωνος … περὶ δὲ τῶν ἐν Ἅιδου ἐν τῷ Φαίδωνι καὶ rrencia es, a mi modo de ver, altamente ἐν τῷ Γοργίᾳ καὶ τῷ δεκάτῳ τῆς πολιτείας signifi cativa. [“Los más bellos ejemplos de narración Caster (1937: 275-306), en el capí- serían, de las míticas, … las narraciones de Platón relativas al Hades en el Fedón, en tulo “L’au-delà et les mystères” de su el Gorgias y en el libro décimo de la Repú- libro Lucien et la pensée religieuse de blica”], sigo la edición de Patillon (1997) son temps9, distinguía entre algunas y la traducción al castellano es mía; cfr. obras de la lista mencionada y afi rmaba también Apolodoro 3. 1. 2; 2. 4. 11, etc. que algunas de ellas debían incluirse en 6 Cfr. Gorgias 523a-524a, Fedón 127e-128a, un grupo cuyo tema principal era la entre otros, como bien sabía Teón (véase nota anterior). 8 Concretamente en las siguientes: Relatos 7 Tal como ha sido ampliamente debatido, Verídicos (VH), El descenso hacia el Hades o la utilización, por parte de Platón, de los el tirano (Cat.), Icaromenipo (Icar.), Caronte mitos, incluidos los suyos propios, es siem- o Los contempladores (Cont.), El afi cionado pre difícil de interpretar: ¿son un puro a las mentiras o el incrédulo (Philops.), adorno literario, o bien expresión simbólica Menipo o la nigromancia (Nec.), Sobre el de la realidad?, cfr. Edmonds (2004: 26-28), luto (Luct.), Alejandro o el falso profeta quien ve en esta utilización de los mitos (Alex.), Diálogos de los muertos (DMort.). “competing forms of authoritative cultural discourse”; sin embargo, esas aparentes con- 9 En realidad, el interés principal de esta obra, tradicciones ofrecen material de parodia a tal como leemos en la reseña de Rose (1939), Luciano y, como veremos, dan pie a los cris- es resumir y discutir los estudios sobre reli- tianos para desacreditar los mitos paganos: giosidad y sobre las infl uencias fi losófi cas de en realidad, lo que Edmonds (2004: 238) la segunda sofística y del Imperio en gene- califi ca de “bricolage with a limited set of ral –de entre los cuales, sobre todo, Helm traditional elements”, así como el hecho de (1906). Con independencia de la utilidad comunicar ideas nuevas a la sociedad poni- que esto pueda tener, lo cierto es que el tema éndolas en escena en obras literarias es algo ha sido estudiado con mayor profundidad difícilmente aplicable al período imperial, desde entonces y los resultados son cada vez ni por parte de Luciano ni de los cristianos. menos concluyentes.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 71-88 73 descripción tradicional del Hades, muy así como el poder indiscutible de los relacionadas con la mitología popu- jueces, son cuestiones abordadas en lar y la diatriba menipea, mientras en términos de justicia ética y social. Esos otro grupo distinto había que situar el tribunales son presentados como las relato de la estancia en la Isla de los únicas instancias donde se hace justicia Bienaventurados de Relatos Verídicos de verdad y, por ello, parecen desvelar (VH 2. 4-34), inspirado en un motivo los presupuestos de Luciano respecto al novelesco pitagórico10. mundo que lo rodea13. Nuestro autor, No es mi intención discutir ahora pues, encuentra en esas descripciones esta clasifi cación ni los términos de un ejemplo perfecto de uso del mito los que Caster se sirve para defi nir como espejo en el cual refl ejar los pro- cada uno de los dos grupos; me inte- pios deseos no realizados –una vida resa más, en cambio, establecer otra feliz para los buenos y los humildes, y distinción, a saber, por un lado, las una vida de sufrimiento para los ricos, obras que contienen una descripción soberbios y opresores–, pero, al mismo del viaje11, y, por otro, aquellas otras tiempo, la coincidencia con los tópicos obras que describen cómo es la organi- cristianos para una vida feliz después zación del sub-mundo, las leyes que lo de la muerte terrenal es evidente. En rigen, y la celebración de los juicios12. realidad, los cristianos de los primeros Luciano aborda los dos temas de una tiempos, mucho antes de la introduc- manera completamente diferente, lo ción del purgatorio como lugar donde cual parece revelar una posición dis- las almas son purifi cadas, creían que tinta, signifi cativa en lo que atañe a su los seres humanos creyentes, buenos implicación personal, y, por lo tanto, y humildes, iban directamente, des- infl uye en su crítica o aceptación de pués de su muerte, al lado de Cristo, algunas ideas que eran lugares comu- mientras esperaban la resurrección y nes en su entorno. el juicio fi nal. En cambio, de nuevo, los Mientras el relato del viaje suele ricos y opresores iban directamente al estar teñido, en general, de humor, a infi erno. En ambos casos, ciertamente, base de poner de relieve algunas absur- ese destino de después de la muerte didades divertidas –como el hecho de es un lugar donde son corregidas las que los muertos están obligados a pagar injusticias terrenales14. ¶ (El descenso hacia el Hades, Sobre el luto), o la terrible burocracia que llevan a cabo los funcionarios infernales–, los asuntos legales y los juicios, en cambio,

10 Cfr. Iamb. VP 82, y Edmonds (2004: 79). 11 Cont. y algunos diálogos de DMort. serían los mejores ejemplos. 13 Cfr. Edmonds (2004: 4). 12 Véase ahora VH y Cat. 14 Cfr. Bremmer (2002: 56-70).

74 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final Minos y Radamantis: el rol cristiano en la discusión sobre los jueces del ultramundo la igualdad entre los hombres forma parte del mismo contexto. as obras de Luciano a las que De todos son bien conocidas las nos referimos siguen la tradi- aportaciones del cristianismo para des- L ción griega que hace de Minos pués de la muerte y, evidentemente, lo y Radamantis los jueces que deciden que se suele llamar la vida después de sobre lo bueno y lo malo y, por tanto, la muerte, es decir, la resurrección (en si hay que recompensar o castigar. Es griego, el término ἀνάστασις, a par- el mismo principio que leemos en tir de los escritos neotestamentarios, Platón: los seres humanos, una vez queda especializado con este signifi - 16 muertos, se presentan ante un ente cado ); a pesar de que las tesis sobre de justicia suprema, y merecen ser la inmortalidad del alma de Platón juzgados con imparcialidad; es decir, podrían ser entendidas en esta direc- no de acuerdo con los valores terre- ción, lo cierto es que la aportación más nales sino por un cuerpo legislativo radical de los cristianos en este asunto que trasciende la vida cotidiana de es precisamente esta nueva vida, no nuestro mundo. Además, la época de solo de alma, sino también de cuerpo. Luciano se caracteriza por la reivindi- Por otro lado, es interesante notar cación, más o menos explícita, de una que uno de los principales ataques vida mejor y, por lo tanto, al no con- cristianos a la mitología y a las creen- seguirla, la seguridad de alcanzarla cias del paganismo es, precisamente, en el más allá. En efecto, el Imperio el papel de jueces ejercido por Minos romano distaba mucho de cualquier y Radamantis, su intervención en lo pretensión igualitaria, mucha gente que los cristianos llamaban juicio –fi lósofos, sofi stas, poetas, intelec- fi nal, que, para ellos, tenía lugar des- tuales– tenían una cierta tendencia pués de la resurrección y de la segunda 17 a poner de relieve el hecho de que muerte . debía de haber un lugar en el que los Algunos estudiosos han estable- humanos obtuviesen justicia verda- cido paralelos entre Luciano y el cris- 18 dera. No es una coincidencia que los tianismo de su época . En general cristianos proclamaran no solo el ori- se discute si el escritor de Samosata gen humilde de Cristo sino también la clara preferencia de Jesús por los más la función de infundir ánimos a los humildes, los pobres y los inculpa- creyentes para soportar las persecuciones, dos o condenados15; es indudable que cfr. Bremmer (2002: 57). 16 Cfr., por ejemplo, Nuevo Testamento, Hechos de los Apóstoles 17. 16-32. 15 Hay ejemplos de ello incluso antes de los 17 Cfr. Nuevo Testamento, Apocalipsis 20. martirios, cfr. por ejemplo, Nuevo Testa- 4-15. mento, Evangelio de Lucas 16. 19-31 y 23. 43. Más tarde, los Acta Martyrum lo hacen 18 Lightfoot (2003: 203); Whittaker aún más evidente: estos escritos tienen ade- (1982: xi).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 71-88 75 conocía o no las principales directri- A nosotros no nos juzgan ni Minos ces cristianas de su tiempo, basándose ni Radamantis, antes de cuya sobre todo en su obra Sobre la muerte muerte ningún alma, según el mito, de Peregrino19: en efecto, la descripción, fue juzgada, sino que nuestro juez en clave satírica, de los cristianos que es el mismo dios creador22. ¶ acuden, ingenuamente, a socorrer al impostor Peregrino, parece correcta, Taciano y su aunque algo caricatural –lo cual, por otro lado, no es raro en Luciano. Discurso a los griegos Sin duda, el papel que Luciano da a los dos hermanos del inframundo, l Discurso a los griegos es, en hijos de Zeus y Europa, parece estar mi opinión, un extraordi- relacionado con el argumento reduc- E nario ejemplo de composi- 23 cionista con el que los cristianos se ción escolar , pues contiene una apresuran a diferenciar sus propias amplia gama de progymnasmata: creencias a propósito del juicio fi nal de confi rmación (κατασκευή), refu- las actividades de los jueces míticos20; tación (ἀνασκευή), comparación un argumento, sin embargo, que no (σύγκρισις), tesis (θέσις), contradic- 24 pone en duda el núcleo de la cuestión, ción (ἀντίρρησις) . Taciano, que fue es decir el juicio, su existencia y su fun- un apologista cristiano destacado en ción, sino simplemente en manos de el s. II d.C., fue educado (al igual que quién está la facultad de juzgar; dicho Luciano, con quien comparte, ade- de otro modo, la gran diferencia –o más, el mismo origen provincial) en la 25 casi la única– es quién juzga. paideia griega , y la obra a la que nos Encontramos un ejemplo ilus- 22 Cfr. también, más adelante, ibidem, 25. 2-3: trativo en el Discurso a los griegos de …κριτὰς εἶναι Μίνω καὶ Ῥαδάμανθυν, ἐγὼ 21 Taciano : δὲ αὐτὸν τὸν θεόν. En este segundo pasaje, no obstante, la oposición entre paganos y δικάζουσι δὲ ἡμῖν οὐ Μίνως cristianos es presentada desde el punto de οὐδὲ Ῥαδάμανθυς, ὧν πρὸ τῆς vista de la suma de todas las contradicci- τελευτῆς οὐδεμία τῶν ψυχῶν, ones heredadas por los fi lósofos paganos, ὡς μυθολογοῦσιν, ἐκρίνετο, que se peleaban unos con otros cada uno δοκιμαστὴς δὲ αὐτὸς ὁ ποιητὴς con su postura, mientras que los cristianos θεὸς γίνεται. tienen una sola verdad. 23 A diferencia de la Apología de Justino, a pesar de la coincidencia en algunos temas; para una comparación entre Justino y 19 Concretamente algunos pasajes muy evi- Taciano, cfr. Hawthorne (1964: 187-188) dentes: cfr. Peregr. 13. y Marcovich (1995: 1-3); Whittaker (1982: xiv). 20 Cfr. Taciano, Oratio ad Graecos 6.1; 25.2; etc. 24 Cfr. Kennedy (2003), para una visión de conjunto de los progymnasmata. 21 Taciano Oratio 6.1. Las traducciones de Taciano al castellano son mías; en cuanto a 25 Cfr. Whittaker (1982: xiii), cfr. también la edición, sigo la de Goodspeed (1915). Hawthorne (1964).

76 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final estamos refi riendo demuestra clara- por alto el encargo divino a Minos y mente una aplicación de los ejercicios Radamantis, claramente explicado practicados en la escuela26. En efecto, en el Gorgias de Platón (523a-524a), la defensa del dogma cristiano que el e insiste exclusivamente en el hecho autor lleva a cabo en ella se estructura de que esas supuestas divinidades a base de la yuxtaposición de breves eran en realidad mortales y, por lo composiciones retóricas, teniendo tanto, tuvieron una vida histórica, por cada una de ellas como tema central así decir, en el tiempo real, antes de uno de los aspectos donde la tradición morir, lo cual, según Taciano, con- pagana supuestamente se equivoca; el vierte la noción de juicio universal autor, seguidamente, ofrece una solu- en manos de tales personajes en algo ción defi nitiva a dichos errores, solu- imposible, por simple cuestión crono- ción que pasa siempre por la nueva lógica. verdad transmitida por el cristia- En cambio, por su lado, los cris- nismo. El conjunto de este Discurso, tianos habían fi jado una cronología pues, está formado por la sucesión clara para lo de después de la muerte: –no siempre coherente– de esas pie- la sucesión de hechos cronológicos zas más breves27. El pasaje citado más consistía en primera resurrección, arriba pertenece a la parte que tiene juicio fi nal dictado por Dios después por fi nalidad explicar la creación por de un reinado de mil años, y segunda el verbo de Dios y la absoluta necesi- resurrección28. Por ello Taciano parece dad de la resurrección del cuerpo al tan preocupado por la cronología, fi nal de los tiempos. En este contexto sobre todo teniendo en cuenta que –y de un modo bastante confuso, vale pretende, al mismo tiempo, establecer decir– es introducida la noción de jui- que las genealogías griegas así como las cio. No es mi intención aquí discutir fechas relevantes de la tradición griega la coherencia o el peso de los argu- son posteriores a Moisés29, con lo cual mentos utilizados para refutar el mito añade otra absurdidad a los mitos pagano; pretendo solamente estable- paganos del más allá: es cronológica- cer que Taciano pasa completamente mente imposible afi rmar que todos los seres humanos, de todos los tiempos, han sido juzgados por Radamantis por 26 Estos ejercicios se basan, normalmente, la condición de mortal del propio juez. por su contenido, en la teoría de Platón sobre la inmortalidad del alma. Los cristia- En este punto puede ser útil poner nos infl uenciados por la fi losofía pagana, de relieve –como han hecho otros– que como Taciano y Justino, introducen la Taciano es un contemporáneo estricto dualidad alma/cuerpo para explicar el con- de Luciano y, además, como también cepto cristiano de resurrección, cfr. Brem- mer (2002: 59). se ha mencionado, oriundo, al igual 27 Cfr. Marcovich (1995: 5): “Tatian’s train of thought is given to digression and the 28 Cfr. supra n. 15, y Taciano, Oratio 6. structure of his Oratio is rather loose and ill- organized”; cfr. Whittaker (1982: xx). 29 Cfr. Taciano, Oratio 36 y 40-41.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 71-88 77 que aquel, de Siria; Siria, por lo demás, en aquello que profeso difundir. era en aquella época, un foco muy Conociendo, por lo tanto, quién importante para el desarrollo del cris- es Dios y cuál es su creación, estoy tianismo y, como puntualiza Swain30, listo para ofrecerme a vosotros para todo lo griego se asociaba cada vez más el análisis de mis creencias, mien- a los dioses paganos, mientras que los tras me reafi rmo en mi modo de cristianos encontraban en el ataque vida, siguiendo a Dios, sin posibi- a las inconsistencias de las religiones lidad de renuncia. antiguas –tanto las griegas como las De ahí que las coincidencias pesen 31 no griegas – una manera óptima para más que las divergencias, por mucho propagar su infl uencia. que, a lo largo de los siglos, los estudios En consecuencia, podríamos supo- han tendido a magnifi car las diferen- ner que las biografías de Taciano y cias, a exagerarlas, en mi opinión, para Luciano presentan un buen número de marcar, desde sus orígenes, la gran dis- coincidencias: viajes, educación, rela- tancia –que no es tal– entre las con- ciones. Las últimas líneas del Discurso cepciones de paganos y cristianos ante a los griegos de Taciano son bastante asuntos como los que tratamos aquí. explícitas –y permiten la suposición Lo que es innegable es que los primeros 32 mencionada –: intelectuales cristianos fueron forma- Ταῦθ’ ὑμῖν, ὦ ἄνδρες Ἕλληνες, dos en la paideia griega e, indudable- ὁ κατὰ βαρβάρους φιλοσοφῶν mente, en la mayoría de aspectos, su Τατιανὸς συνέταξα, γεννηθεὶς imaginario coincide33. ¶ μὲν ἐν τῇ τῶν Ἀσσυρίων γῇ, παιδευθεὶς δὲ πρῶτον μὲν τὰ ὑμέτερα, δεύτερον δὲ ἅτινα Juicios en el más allá νῦν κηρύττειν ἐπαγγέλλομαι. de Luciano γινώσκων δὲ λοιπὸν τίς ὁ θεὸς καὶ τίς ἡ κατ’ αὐτὸν ποίησις, n las obras de Luciano, el juicio ἕτοιμον ἐμαυτὸν ὑμῖν πρὸς efectuado por Minos y Rada- τὴν ἀνάκρισιν τῶν δογμάτων mantis tiene lugar en Relatos παρίστημι μενούσης μοι τῆς κατὰ E θεὸν πολιτείας ἀνεξαρνήτου. Verídicos y en El descenso hacia el Hades o el tirano. Si analizamos las Todo esto, griegos, lo he redactado actitudes y decisiones de dichos jue- para vosotros yo, Taciano, un fi ló- ces podemos inferir una clara tenden- sofo de tierra bárbara, nacido en el cia de Luciano a hacer del mundo de país de los asirios, y educado pri- los muertos un lugar de justicia social mero en lo vuestro, pero después y moral; los elementos religiosos, en

33 Hawthorne (1964: 177) lo expresa con 30 Swain (1996: 307-308). diáfana claridad: “Th e important thing here is that Tatian invented nothing; he but bor- 31 Lightfoot (2003: 206-208). rowed arms from the arsenal of the Greeks to 32 Taciano, Oratio 42. combat the Greeks”.

78 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final cambio, no parecen tener demasiado tis es siempre adecuada, sabia: Áyax peso. Así pues, la concepción luciá- debe sanar de su locura antes de ser nica del más allá es similar a la de admitido, Menelao será quien viva con los primeros cristianos, con una sola Helena porque es su esposo legítimo, diferencia: la ausencia de creencia y, naturalmente, Alejandro prevalece religiosa. sobre Aníbal. Al principio del segundo libro, el Es de suponer que los lectores de narrador de Relatos Verídicos y sus Luciano debían de considerar tales compañeros consiguen matar a la decisiones como una cuestión de sim- ballena –en cuyo interior habitaban– ple sentido común, a pesar del alto y partir para un viaje a través de varias grado de humor que la escena contiene islas; así llegan a la Isla de los Bien- y de que, tanto el caso de Áyax como el aventurados34, donde Radamantis es, de Menelao, implican una corrección al mismo tiempo, rey35 y juez. del mito, ya que este, sin duda, no se Los viajeros, pues, como todos los adaptaba a la moralidad del Imperio36. que arriban a la Isla de los Bienaven- Seguidamente, Radamantis debe turados, son conducidos ante Rada- tratar con el problema de qué hacer mantis para ser juzgados –la única con esos visitantes que han ido a parar diferencia es que estos están vivos. a la Isla de los Bienaventurados antes La descripción de la escena del juicio de morir. Actúa con gran refl exión, nos muestra cómo Radamantis realiza ponderación e inteligencia, y llega su trabajo de juez, ya que lo vemos incluso a pedir asesoramiento a otras tomando decisiones sobre unos cuan- autoridades legales –Arístides de Ate- tos casos internos difíciles que afectan a nas, por ejemplo; al fi nal, esta es su los héroes, habitantes naturales, por así sentencia: decir, de la Isla. En efecto, Radamantis ὡς δὲ ἔδοξεν αὐτῷ, ἀπεφήναντο, debe decidir si Áyax telamonio puede τῆς μὲν φιλοπραγμοσύνης ser autorizado a vivir en la Isla o no; en καὶ τῆς ἀποδημίας, ἐπειδὰν segundo lugar, debe decidir quién tiene ἀποθάνωμεν, δοῦναι τὰς derecho a vivir con Helena, si Teseo εὐθύνας, τὸ δὲ νῦν ῥητὸν χρόνον o Menelao; y, por último, debe fallar μείναντας ἐν τῇ νήσῳ καὶ sobre si Alejandro es mejor que Aní- συνδιαιτηθέντας τοῖς ἥρωσιν bal o viceversa. Todas estas cuestiones ἀπελθεῖν. ἔταξαν δὲ καὶ τὴν afectan directamente a los habitantes 36 Es interesante notar, en estos casos, la de la Isla de los Bienaventurados, y, en manera segmentada de abordar los mitos este sentido, la decisión de Radaman- por parte de Luciano: como aquí lo que interesa es presentar a un Radamantis justo y en perfecta consonancia con el 34 Cfr. VH 2. 5. sentido común de los lectores de Luciano, 35 Tiene un papel relevante como rey: está al no importa tergiversar asuntos que, si se mando del ejército de los héroes bienaven- observan bien, no son de detalle, sino que turados que luchan contra la insurrección alteran, en buena parte, todo el sistema de los malvados (cfr. VH 2. 23). mitológico griego.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 71-88 79 προθεσμίαν τῆς ἐπιδημίας μὴ infames cuyo castigo debe ser severo; πλέον μηνῶν ἑπτά (2. 10). pero, por ende, a la gravedad de tales delitos hay que sumar el perjuicio que Cuando hubo tomado una deci- implican para terceros: los compañeros sión, se nos comunicó que ya ren- de expedición, como ángeles caídos38, diríamos cuentas de nuestra curio- pierden la posibilidad de pasar más sidad y viaje al morir, pero que, de tiempo en la Isla de los Bienaventu- momento, nos iríamos de allí, tras rados, donde todos son felices y están permanecer en la isla un tiempo libres de enfermedad o daño; son, en estipulado durante el cual com- defi nitiva, expulsados del paraíso39. partiríamos el modo de vida de En el Descenso hacia el Hades o el los héroes. Fijaron que el plazo de tirano, Luciano, después de dar razón, nuestra estancia no sería superior a a través del diálogo entre varios perso- siete meses37. najes, de cómo se produce, un día cual- Por desgracia, los visitantes come- quiera, el viaje al inframundo, pone al ten un grave error, impropio de quien tirano Megapentes ante el juez Rada- ha sido autorizado a visitar la Isla: mantis y, con él, también al zapatero resulta que uno de ellos, para su pro- Micilo y al fi lósofo Cinisco, actuando pia vergüenza y la de sus compañeros, este último como acusador del tirano40. seduce a Helena y se acuesta con ella Este interesante diálogo tiene clara- (2. 25). Enterado del hecho, Menelao mente dos niveles; el primero, cercano pide justicia a Radamantis y, también, a los Diálogos de los Muertos o de los en este caso, la decisión no puede Dioses, satiriza los aspectos literales ser más justa: el amante delincuente del mito: el personaje de Caronte – y sus más allegados son transferidos un inquieto barquero que siempre va al lugar de los condenados, el mundo con prisas por terminar el trabajo y se subterráneo, mientras que el resto de la pone nervioso esperando a –, o expedición es obligada a abandonar la bien algunos pequeños incidentes que Isla de inmediato, mucho antes, pues, del tiempo que se les había dado para 38 El concepto de “ángeles caídos” es una permanecer en ella de visita. innovación del Nuevo Testamento, y suele aplicarse a los seguidores de Satanás, expul- De nuevo, es fácil observar que la sados, ellos también, del paraíso, cfr. Nuevo decisión del juez es del gusto de los Testamento, Apocalipsis 12. 9. contemporáneos de Luciano, y no solo 39 Los juicios en la Isla de los Bienaventura- del gusto, sino adecuada a sus valores dos no están atestiguados en ningún otro morales: el adulterio y, tal vez todavía lugar de la literatura antigua: los héroes van más, la incapacidad de controlar los allí directamente, del mismo modo que los cristianos van directamente al encuentro impulsos sexuales –aunque sea ante de Cristo, cfr. Nuevo Testamento, Segunda la mismísima Helena–, son delitos Epístola a los Corintios 5. 1-10; Epístola a los Filipenses 1. 22-23; Evangelio de Lucas 23-43. 37 Las traducciones de VH son de Mestre y Gómez (2007). 40 Cfr. sobre este diálogo Mestre (en prensa).

80 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final se producen antes o durante el viaje, o a Cloto su inmensa alegría de aban- bien el papel de Cloto y de Átropo, una donar la miserable vida que lleva en el especie de azafatas del inframundo, mundo de los vivos: cuya misión es, en el caso de Cloto, ἐγὼ δὲ ἅτε μηδὲν ἔχων ἐνέχυρον llevar el control de los muertos que ἐν τῷ βίῳ, οὐκ ἀγρόν, οὐ embarcan hacia el Hades, y, en el caso συνοικίαν, οὐ χρυσόν, οὐ σκεῦος, Átropo, ir en busca de los vivos en la οὐ δόξαν, οὐκ εἰκόνας, εἰκότως tierra, para acompañarlos, ya muertos, εὔζωνος ἦν, κἀπειδὴ μόνον ἡ ante Radamantis después de desem- Ἄτροπος ἔνευσέ μοι, ἄσμενος barcar. Este nivel está íntimamente ἀπορρίψας τὴν σμίλην καὶ τὸ relacionado, como ha sido bien obser- κάττυμα – κρηπῖδα γάρ τινα ἐν 41 ταῖν χεροῖν εἶχον – ἀναπηδήσας vado por la crítica , con la tradición εὐθὺς ἀνυπόδητος οὐδὲ τὴν popular, igual que sucede en otra obra μελαντηρίαν ἀπονιψάμενος del mismo Luciano, Sobre el luto. εἱπόμην, μᾶλλον δὲ ἡγούμην, Ahora bien, en el Descenso hacia ἐς τὸ πρόσω ὁρῶν· οὐδὲν γάρ el Hades o el tirano, desde el capítulo με τῶν κατόπιν ἐπέστρεφε καὶ 14 en adelante, el tono cambia; este μετεκάλει. καὶ νὴ Δί’ ἤδη καλὰ cambio de tono viene marcado por τὰ παρ’ ὑμῖν πάντα ὁρῶ· τό τε dos discursos: el del zapatero Micilo, γὰρ ἰσοτιμίαν ἅπασιν εἶναι καὶ un hombre corriente, pobre; y el de μηδένα τοῦ πλησίον διαφέρειν, ὑπερήδιστον ἐμοὶ γοῦν δοκεῖ. Cinisco, un fi lósofo con nombre sufi - τεκμαίρομαι δὲ μηδ’ ἀπαιτεῖσθαι cientemente elocuente. Las palabras de τὰ χρέα τοὺς ὀφείλοντας ἐνταῦθα Micilo tienen una importancia central μηδὲ φόρους ὑποτελεῖν, τὸ en la obra, precisamente por señalar el δὲ μέγιστον, μηδὲ ῥιγοῦν τοῦ punto de infl exión entre una exposi- χειμῶνος μηδὲ νοσεῖν μηδ’ ὑπὸ ción satírica, pero ligera, de los relatos τῶν δυνατωτέρων ῥαπίζεσθαι. míticos relacionados con la muerte, εἰρήνη δὲ πᾶσι καὶ πράγματα ἐς y la sátira dura, amarga incluso, sar- τὸ ἔμπαλιν ἀνεστραμμένα· ἡμεῖς cástica, del carácter igualador de la μὲν οἱ πένητες γελῶμεν, ἀνιῶνται δὲ καὶ οἰμώζουσιν οἱ πλούσιοι (15). muerte. Como rematando la exposi- ción del zapatero, el fi lósofo Cinisco Yo, en cambio, como no tenía nada emprende la acusación del tirano ante que me atara a la vida, ni campo, ni Radamantis y, fi nalmente, se produce fi nca, ni oro, ni muebles, ni fama, la sentencia. ni efi gies, lógicamente estaba dis- En efecto, Micilo basa su discurso puesto, y, en el mismo momento en mostrar una actitud ante la muerte en que Átropo me hizo señal, con totalmente opuesta a la del tirano: gusto solté la tijera y el cuero –pues mientras este se lamenta de todo lo tenía una bota en las manos–, al que deja atrás, el zapatero manifi esta punto pegué un brinco, y descalzo, sin ni siquiera limpiarme el betún, la seguí, mejor dicho, me puse yo 41 Cfr. Grinsell (1957: 260-4).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 71-88 81 delante, mirando al frente: pues personal, nepotismo, abuso de poder, nada de lo que dejaba atrás me corrupción, conspiración, asesina- hizo girarme ni me reclamaba. Y tos…; la novedad es que, en el Hades, ¡por Zeus!, lo veo todo hermoso, todas sus víctimas se encuentran pre- ya aquí entre vosotros: que haya sentes y están dispuestas a comparecer: igualdad de honores para todos y [...] αὐτίκα εἴσῃ προσκαλέσας que nadie se distinga del vecino, τοὺς ὑπ’ αὐτοῦ πεφονευμένους· me parece ciertamente estupendo. μᾶλλον δὲ ἄκλητοι, ὡς ὁρᾷς, Soy testigo de que aquí ni se recla- πάρεισι καὶ περιστάντες man las deudas a los deudores ni se ἄγχουσιν αὐτόν. οὗτοι πάντες, ὦ pagan impuestos, y lo más impor- Ῥαδάμανθυ, πρὸς τοῦ ἀλιτηρίου tante, ni se pasa frío en invierno, ni τεθνᾶσιν, οἱ μὲν γυναικῶν ἕνεκα se enferma, ni está uno expuesto a εὐμόρφων ἐπιβουλευθέντες, οἱ δὲ υἱέων ἀπαγομένων πρὸς los golpes de los más poderosos. Paz ὕβριν ἀγανακτήσαντες, οἱ δὲ total y tornas completamente vuel- ὅτι ἐπλούτουν, οἱ δὲ ὅτι ἦσαν tas; mientras los pobres nos reímos, δεξιοὶ καὶ σώφρονες καὶ οὐδαμοῦ se afl igen y lamentan los ricos42. ἠρέσκοντο τοῖς δρωμένοις (26).

Por su lado, Cinisco, cuando le [...] vas a averiguarlo enseguida si llega el turno de hablar ante el juez, haces comparecer a los que fueron presenta una larga lista de los crímenes asesinados por él. Mejor dicho, sin de Megapentes, la mayoría de los cua- haber sido llamados, ya ves que se les repiten lo que la tradición griega, 43 han personado aquí y rodeándole y el propio Luciano en otras obras , le agarran del cuello. Todos estos, tiene establecido como tipología de 44 Radamantis, han fallecido a manos la tiranía : posesión de una guardia de este criminal: unos, víctimas de emboscadas por culpa de sus her- 42 Las traducciones de Cat. son de Jufresa y mosas mujeres, otros, fuera de sí Vintró (2013). por el ultraje que sufrieron sus hijos 43 Cfr. Fálaris, El Tiranicida; en realidad, secuestrados, otros porque eran el tirano Fálaris era uno de los nombres utilizados como paradigma de crueldad ricos, y otros porque eran rectos extrema, incluso entre los cristianos (cfr. y razonables y no aprobaban sus Taciano, Oratio 34; Gregorio Nacianceno, fechorías. Contra el emperador Juliano 35. 624; Orí- genes, Contra Celso 4. 67, por no citar más que tres ejemplos). Asimismo, los cristianos mostraban la absurdidad de los paganos cuales se van asentando los aspectos más porque, a pesar de las atrocidades come- convencionales de la tradición hasta fi jar- tidas por Fálaris, los griegos le erigieron los como topoi, hacen precisamente de la estatuas por doquier, como a otros muchos acusación del tirano o de las manifestacio- personajes de dudosa ejemplaridad: cfr. nes en contra de la tiranía un ejemplo de Taciano, Oratio 34. ejercicio retórico, concretamente del koinós 44 Es preciso recordar que, en época impe- tópos, cfr. Hermógenes, Progymnasmata 6. rial, los repertorios escolares a través de los 40; Aft onio, 10. 17.

82 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final Después de escuchar al acusador, el Cinisco, el fi lósofo, vuelve a ser de juez entra en acción; en efecto, Rada- vital importancia para esta decisión, ya mantis asume a la perfección su papel que su propuesta es aceptada inmedia- de juez: invita a Megapentes a hablar tamente por Radamantis: en realidad, en su defensa, seguidamente autoriza no hace falta utilizar la violencia para a Cinisco la presentación de testigos, y castigar los actos violentos del tirano; escucha a todos. Para terminar, ordena privarlo de la capacidad del olvido al tirano que se despoje de sus vesti- será castigo suficiente y no menos mentas de púrpura para comprobar terrible que otros. Del mismo modo las marcas de su cuerpo, siendo esta la que Micilo podrá, en el Hades, olvidar última comprobación antes de emitir su lastimosa vida y Cinisco su sufri- sentencia45. Vistas las manchas, el juez miento intelectual por no conseguir ya tiene sufi ciente para emitir un vere- abolir la injusticia, y ambos podrán así dicto, aunque no tiene claro cuál debe compartir la felicidad de los Bienaven- ser el castigo a imponer: turados, Megapentes, en cambio, será Ἅλις ἤδη τῶν μαρτύρων. ἀλλὰ καὶ condenado a recordar sus privilegios ἀπόδυθι τὴν πορφυρίδα, ἵνα τὸν perdidos, durante toda la eternidad. ἀριθμὸν ἴδωμεν τῶν στιγμάτων. Hemos visto cómo la Isla de los παπαί, ὅλος οὗτος πελιδνὸς καὶ Bienaventurados es presentada, en Rela- κατάγραφος, μᾶλλον δὲ κυάνεός tos Verídicos, como paradigma de buena ἐστιν ἀπὸ τῶν στιγμάτων. τίνα administración y de justicia, incluso ἂν οὖν κολασθείη τρόπον; ἆρ’ para los bienaventurados héroes, y pone ἐς τὸν Πυριφλεγέθοντά ἐστιν de relieve que el bien siempre preva- ἐμβλητέος ἢ παραδοτέος τῷ Κερβέρῳ; (28) lece sobre el mal. Este lugar tiene, sin duda, puntos en común con la utopía Basta ya de testigos. Ala, pues, des- del paraíso de los cristianos. pójate del traje de púrpura para que Sobre el paralelo de la Isla de los veamos la cantidad de manchas que Bienaventurados con el paraíso cris- tienes. ¡Carajo! todo él está lívido y tiano, ya se ha observado más arriba la moteado, mejor dicho, está amo- alusión al carácter equiparable de los ratado por las marcas. ¿Qué cas- visitantes que son expulsados por mal tigo habría que imponerle? ¿Acaso comportamiento con el de los ángeles debe ser lanzado al Pirifl egegonte, o caídos. Existe, sin embargo, un para- entregado a Cerbero? lelo aún más evidente. En efecto, Sócrates, uno de esos bienaventurados habitantes de la Isla46, que ha obtenido tal estatus por su 45 Sobre las marcas que distinguen a las almas según sus pecados, cfr. Plutarco, Sobre el retraso de la divina venganza (Moralia 46 Para la asimilación de Sócrates y, en gene- 548A-568A) 563B ss.; a propósito de esta ral, de todos los que practican fi losofía, con obra en relación con el cristianismo primi- los héroes, cfr. Platón, Fedón 95b7-8; 89c5- tivo, cfr. Betz, Dirkse & Smith (1975). 10, etc.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 71-88 83 incansable lucha contra el mal, recibe programa moral por parte Luciano. Es un premio del rey Radamantis: un vasto cierto que todo ello se presenta más y hermoso paradeisos, donde puede bien como justicia social y no como pasear y conversar con sus amigos. religión –Luciano estaba probable- Es importante no pasar por alto esta mente muy poco interesado en la reli- broma, muy signifi cante, de Luciano. gión50–; no obstante esta justicia social El término paradeisos (παράδεισος), parece señalar una moralidad cercana a préstamo léxico del antiguo iranio la de los cristianos51. No cabe la menor (pairi-daeza, “recinto”)47, significa duda de que el zapatero Micilo, a través “parque de caza”48, y es, por otro lado, de su discurso, pretende exponer una la palabra que en la Septuaginta se muestra de los importantes valores del usa para traducir al griego el término más allá; parece, efectivamente, que “jardín del Edén” –paraíso– en los pri- la vida real no da comienzo hasta el meros capítulos del Génesis. Desde el momento en que los seres humanos período helenístico en adelante, esta abandonan sus vidas terrenales. Micilo, palabra es entendida como un prés- cuando Átropo va en su busca, lo deja tamo no solo léxico, sino también cul- todo y “me puse yo delante, mirando tural y religioso. Los cristianos retuvie- al frente”; no necesita ninguna prepa- ron la palabra de la tradición judía y, ración, como si desde siempre hubiera en tiempos de Luciano, seguramente estado esperando este gran momento: debía de evocar un contexto cristiano. “descalzo, sin ni siquiera limpiarme El samosatense, pues, de una el betún”; y cuando entra en el ultra- manera irónica y poco casual, coloca mundo siente como si hubiera alcan- un paradeisos en la Isla de los Bien- zado la perfección: “lo veo todo her- aventurados, que, consecuentemente, moso, ya aquí entre vosotros”, y muy hace que pueda ser evocada como un especialmente “que haya igualdad de paralelo del paraíso de los cristianos49. honores para todos” (ἰσοτιμία) (Cat. Por otro lado, en Descenso hacia 15), de modo que los humildes y los el Hades o el tirano, la recompensa de pobres ríen, mientras los ricos lloran. Micilo y de Cinisco, así como el castigo La belleza del lugar y la igualdad son de Megapentes, denotan una suerte de sufi cientes para distribuir a cada uno lo que merece, tal como muestra el juicio 47 Cfr. Chantraine (1974: 857): s.u. fi nal de Radamantis. ¶ παράδεισος. 48 Así es utilizado por Jenofonte en diversas ocasiones, refi riéndose siempre a los par- 50 Lightfoot (2003: 187): “seriousness about ques de reyes y nobles persas, cfr. por ejem- religion is essentially foreign to Lucian”; cfr. plo: Helénicas 4. 1. 15; Económico 4. 13; Baldwin (1961). Anábasis 1. 2. 7; 2. 4. 14, etc. 51 Véase, de nuevo, en Taciano, el sentido de 49 Esta podría ser la razón por la cual el esco- sus ataques contra los espectáculos de gla- lio a Luciano señala el uso inapropiado de la diadores (Taciano, Oratio 23, nuevo para- palabra en VH 2. 23, y no solo por razones lelo de la misma moralidad); cfr. también de purismo lingüístico. Clarke (1967: 125).

84 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final Juicio fi nal en Luciano ral, no obstante, es que Luciano, en este y Taciano mismo pasaje, dé a Cristo el apelativo de sofi sta; vale la pena reproducir el omo Luciano, los cristianos de pasaje, tanto por la defi nición que en las dos o tres primeras centu- él se hace de la comunidad cristiana, rias aún no tienen en mente ni como por la caracterización de su C 54 el infi erno ni los horrorosos castigos líder : infernales; Bremmer lo afi rma cla- πεπείκασι γὰρ αὑτοὺς οἱ ramente: sus expectativas se dirigían κακοδαίμονες τὸ μὲν ὅλον hacia la promesa de salvación, no de ἀθάνατοι ἔσεσθαι καὶ condena eterna52. La propia naturaleza βιώσεσθαι τὸν ἀεὶ χρόνον, de la vida después de la muerte signi- παρ’ ὃ καὶ καταφρονοῦσιν τοῦ θανάτου καὶ ἑκόντες αὑτοὺς fi ca que, de modo automático, la justi- ἐπιδιδόασιν οἱ πολλοί. ἔπειτα δὲ cia es aplicada, sin castigo explícito. ὁ νομοθέτης ὁ πρῶτος ἔπεισεν No es improbable que Luciano αὐτοὺς ὡς ἀδελφοὶ πάντες estuviera al tanto de las principales εἶεν ἀλλήλων, ἐπειδὰν ἅπαξ ideas de los cristianos; quién sabe, tal παραβάντες θεοὺς μὲν τοὺς vez en alguna ocasión se cruzó con Ἑλληνικοὺς ἀπαρνήσωνται, τὸν Taciano y discutieron sobre el tema… δὲ ἀνεσκολοπισμένον ἐκεῖνον Documentalmente, sin embargo, las σοφιστὴν αὐτὸν προσκυνῶσιν καὶ alusiones concretas son escasas53, pero κατὰ τοὺς ἐκείνου νόμους βιῶσιν. καταφρονοῦσιν οὖν ἁπάντων es difícil imaginar, en el siglo II d.C., ἐξ ἴσης καὶ κοινὰ ἡγοῦνται, una ignorancia completa por parte ἄνευ τινὸς ἀκριβοῦς πίστεως de los intelectuales paganos como τὰ τοιαῦτα παραδεξάμενοι. ἢν Luciano de lo que los cristianos pro- τοίνυν παρέλθῃ τις εἰς αὐτοὺς clamaban por doquier, sobre todo en γόης καὶ τεχνίτης ἄνθρωπος καὶ un momento en que su expansión ya πράγμασιν χρῆσθαι δυνάμενος, era de tipo intelectual y no solo, como αὐτίκα μάλα πλούσιος ἐν βραχεῖ en los primerísimos tiempos, de carác- ἐγένετο ἰδιώταις ἀνθρώποις ter popular. Ya hemos mencionado ἐγχανών. más arriba la descripción caricatural Y es que los infelices creen a pies que de ellos hace Luciano en Sobre la juntillas que serán inmortales, y muerte de Peregrino. No tan caricatu- que vivirán eternamente, por lo que desprecian la muerte e incluso 52 Cfr. Bremmer (2002: 64). muchos de ellos se entregan gozo- 53 Cfr., de nuevo, Sobre la muerte de Peregrino sos a ella. Además, su fundador 13 y también Alejandro o el falso profeta 25; les convenció de que todos eran sobre la falta de información correcta sobre los cristianos por parte de Luciano, cfr. Walsh (1991: 261); sobre las coincidencias 54 Luciano, Sobre la muerte de Peregrino 13; entre paganos y cristianos sobre demonolo- la traducción al castellano es de Alsina gía, cfr. Conybeare (1896). (1966), ligeramente modifi cada.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 71-88 85 hermanos. Y así, desde el primer rencia ni tampoco el desconocimiento; momento en que incurren en este lo cual no quiere decir, por otro lado, delito reniegan de los dioses grie- que Luciano entienda de ellos lo que gos y adoran en cambio a aquel una mirada cristiana posterior crea sofi sta crucifi cado y viven según que se debía entender. sus preceptos. Por eso desprecian Para Luciano un sofista es un los bienes, que consideran de la hombre formado, con capacidad de comunidad, si bien han aceptado infl uencia sobre los demás. Como en estos principios sin una completa todo, los hay buenos y los hay malos; certidumbre, pues si se les presenta a estos últimos, impostores que apa- un mago cualquiera, un hechicero, rentan tener una formación y defender un hombre que sepa aprovecharse unos ideales elevados que, en realidad, de las circunstancias, se enriquece no tienen porque solo buscan su pro- en poco tiempo, dejando burlados pio provecho, el samosatense dedica a esos hombres tan sencillos. una parte de su obra y vierte sobre ellos Es este un pasaje muy conocido y un segmento de responsabilidad de muy citado, uno de los pocos en que un los males del mundo que le rodea. Un escritor pagano se refi ere a los cristia- sofi sta es, pues, en defi nitiva, alguien nos, aludiendo incluso, sin nombrarlo sobre quien recae el deber de mantener a Jesucristo. En general, la crítica ha una ética y unos valores determina- querido ver en esta parodia de los dos y usar esta situación de privilegio cristianos una prueba del desconoci- para engañar es una falta gravísima. miento y de la indiferencia de Luciano Denominando así al líder de los cris- hacia ellos55; sin embargo, llamar tianos parece indicarse claramente que sofi sta a Jesucristo es una muestra, en la actitud de este ante sus seguidores es mi opinión56, de que ni es tal la indife- en todo similar a la de algunos sofi stas que lesionan gravemente las expectati- vas de sus seguidores y discípulos. 55 Para un estado de la cuestión y una revisión Asimismo, es difícil, por otro lado, de apreciación sobre este asunto, que com- parto, cfr. Karavas (2010). no ver en los ataques de Taciano un eco 56 Una opinión, vale decir, que ya otros han de algunas de las creencias paganas –sus expresado, como por ejemplo Pernot historias relacionadas con el mundo del (2002:248-250): “Il convient de prendre au más allá: en sus referencias a Radaman- sérieux le mot de “sophiste” appliqué à Jésus. tis y el juicio que lleva a cabo, Taciano (…) En qualifi ant Jésus de sophiste, Lucien n’a donc pas lancé un mot en l’air. Il a risqué puede ser tachado de simplista, y, por lo une assimilation. Il a voulu dire que le chris- tanto, más cercano a las frescas palabras tianisme n’était pas coupé de la civilisation de Luciano que a los profundos argu- gréco-romaine, dans laquelle il s’est déve- mentos de Platón y sus seguidores. Los loppé. (…) Lucien a été le premier à faire un tel rapprochement. Il fallait sans doute être argumentos de Taciano contra la acti- un esprit fort, comme c’était son cas, et être vidad de juez de Radamantis son de la animé d’une puissante volonté polémique misma categoría que las de Luciano en pour ouvrir cette perspective”.

86 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final Sobre el luto cuando se burla evocando Goodspeed, E. J. (ed.) (1915). Die älteste Apo- todas las cosas que, dicen, se pueden logeten. Göttingen: Vandenhoeck & Rupre- cht, 268-305. ver en el inframundo al mismo tiempo que afi rman que está totalmente oscuro; Jufresa, M. y Vintró, E. (ed. y trad.) (2013). Luciano. Obras V. Madrid: CSIC. o bien cómo aquellos que regresan de allá –Alcestis, Protesilao, Teseo, Odi- Kennedy, G. A. (trad.) (2003). Progymnas- mata. Greek Textbooks of Prose Composi- seo– pueden hablar del Hades si han tion and Rhetoric. Atlanta: Society of Bibli- sido obligados a beber de la fuente del cal Literature. 57 olvido… Marcovich, M. (ed. y trad.) (1995). Tatiani Supongamos por un momento que Oratio ad Graecos –Th eophili Antiocheni as Luciano y Taciano se están respon- Autolycum. Berlin: De Gruyter. diendo el uno al otro sobre la cues- Mestre, F. y Gómez, P. (ed. y trad.) (2007). tión de la vida después de la muerte. Luciano. Obras IV. Madrid: CSIC. El énfasis de Luciano estaría puesto en Patillon, M. (ed. y trad.) (1997). Aelius Th eon. afi rmar que lo que los humanos nece- Progymnasmata. Paris: Les Belles Lettres. sitan realmente es justicia auténtica, no dogmas. En cambio, si es Taciano Bibliografía citada el que responde a Luciano, su princi- pal argumento es que los juicios de Baldwin, B. (1961). “Lucian as a Social Radamantis son cronológicamente Satyrist”. En Th e Classical Quarterly 11; 199-208. imposibles y, por lo tanto, un mito, no una realidad. Ahora bien, a pesar de la Betz, H. D.; Dirkse, P. A. & Smith, E. W. (1975). “De sera numinis uindicta (Mora- ideología tan dispar, tal vez se pueda lia 548A-568A)” en Betz, H. D. (ed.). afi rmar que la profunda noción de jus- Plutarch’s Th eological Writings and Early ticia y de sentido común son bastante Christian Literature. Leiden: Brill; 181-235. compartidas: si Taciano denuncia el Bremmer, J. N. (2002). Th e Rise and Fall of the engaño en el que viven los paganos Aft erlife. London & New York: Routledge. por estar sujetos a sus mitos, también Caster, M. (1937). Lucien et la pensée reli gieuse Luciano advierte que las promesas del de son temps. Paris: Les Belles Lettres. sofi sta Jesucristo llevan a un engaño Chantraine, P. (1974). Dictionnaire Étymolo- similar, por mucho que el envoltorio gique de la Langue Grecque. Vol. III. París: Klincksieck. sea diferente. ¶¶ Clarke, G. W. (1967). “Th e Date of the Ora- tion of Tatian”. En Th e Harvard Th eological Bibliografía Review 60; 123-126. Conybeare, F. C. (1896). “Christian Demono- Ediciones y traducciones logy II”. En Th e Jewish Quarterly Review 9/1; 59-114.

Alsina, J. (ed. y trad.) (1966). Luciano. Obras Edmonds, R. G. (2004). Myths of the Under- II. Barcelona: Alma Mater. world Journey. Plato, Aristophanes, and the ‘Orphic’ Gold Tablets. Cambridge & New York: Cambridge University Press. 57 Luciano, Sobre el luto 2 y 6.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 71-88 87 Grinsell, L. V. (1957). “Th e Ferryman and His Fee: A Study in Ethnology, Archaeology, and Tradition”. En Folklore 68; 257-269. Hawthorne, G. F. (1964). “Tatian and his Dicourse to the Greeks”. En Th e Harvard Th eological Review 57; 168-188. Helm, R. (1906). Lucian und Menipp. Leipzig: Teubner. Karavas, O. (2010). “Luciano, los cristianos y Jesucristo” en Mestre, F. y Gómez, P. (eds.). Lucian of Samosata. Greek writer and Roman citizen. Barcelona: Publicaci- ons i edicions de la Universitat de Barce- lona; 115-120. Lightfoot, J. L. (2003). Lucian. On the Syrian Goddess. Oxford: Oxford University Press. Lincoln, B. (1981). “Th e Lord of the Dead”. En History of Religions 20; 224-241. Mestre, F. (en prensa). “Dramaturgia del diá- logo en Luciano. El ejemplo de El descenso hacia el Hades o el tirano”. En Lexis 31. Pernot, L. (2002). “Christianisme et Sophis- tique” en Calboli Montefusco, L. (ed.). Papers on Rhetoric. Vol. IV. Roma: Herder Editrice; 245-262. Rose, H. J. (1939). “Reseña de Caster, M. (1937)”. En Th e Journal of Hellenic Studies 59/1; 169-170. Swain, S. (1996). Hellenism and Empire. Lan- guage, Classicism, and Power in the Greek World, AD 50-250. Oxford: Oxford Univer- sity Press. Walsh, J. J. (1991). “On Christian Atheism”. En Vigiliae Christianae 45/3; 255-277. Whittaker, M. (1982). Tatian. Oratio ad Grae cos and Fragments. Oxford: Oxford University Press.

Recibido: 04-03-2013 Evaluado: 10-04-2013 Aceptado: 20-04-2013

88 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia Caballeros de Aristófanes

María Jimena Schere [Universidad de Buenos Aires - CONICET] [[email protected]]

Resumen: Este trabajo se propone demostrar que el personaje de Demóstenes cumple Introducción un papel central dentro de la estrategia persuasiva de la pieza, que intenta degradar la imagen pública de Cleón. En las obras a comedia Caballe- tempranas, el héroe cómico suele ser el ros (424 a.C.) tiene el principal portavoz de la postura defendida en la obra; sin embargo, en Caballeros la imagen propósito político de del héroe, el Morcillero, resulta al principio tan devaluada que debilita la fuerza argumenta- degradar la imagen tiva del ataque; en este sentido, Demóstenes pública del líder con- actúa como un héroe provisorio y un portavoz autorizado del enunciador-autor hasta que temporáneo Cleón, el Morcillero alcanza legitimidad y verdadera estatura heroica. representado en la pieza bajo el personaje de Palabras clave: Demóstenes - Cleón - estrategia Pafl agonio. La obra describe la relación persuasiva - héroe cómico - legitimidad. L existente entre el dêmos ateniense y sus

The argumentative function of the character líderes a través de la alegoría del amo of Demosthenes in Aristophanes’ Knights y del esclavo: Pafl agonio es un esclavo

Abstract: This paper aims to demonstrate that del viejo Demos, personifi cación del the character of Demosthenes plays a central pueblo votante, que difama en forma role in the persuasive strategy of the piece, which attempts to degrade the public image permanente a los demás servidores of Cleon. In the early works, the comic hero is usually the main spokesperson who defends (i.e. sus rivales políticos) y adula a su the position maintained in the work; however, amo para ganar sus favores y ocupar the image of the hero in Knights, the Sausage- Seller, is so devaluated at first that the argumen- un lugar de privilegio en la casa de tative force of the attack becomes weak; in this sense, Demosthenes acts as a provisional hero Demos. En este contexto, los escla- and authorized spokesman for the enunciator- vos identifi cados por los manuscritos author until the Sausage-Seller reaches more legitimacy and true heroic stature. medievales como Nicias y Demóstenes constituyen los rivales de Pafl agonio. Key words: Demosthenes - Cleon - persuasive Nicias perteneció al ala moderada del strategy - comic hero - legitimacy. poder político, opuesta al sector popu-

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 89-106 89 lar liderado por Cleón; Demóstenes, La función de Demóstenes por su parte, fue el general responsable en la apertura de la obra del plan táctico en la reciente victoria de Pilo (425 a.C.), que le había dado a comedia Caballeros fue repre- enorme fama a Cleón y había consoli- sentada en el momento de mayor dado su poder. L popularidad de Cleón, luego de En este trabajo, nos proponemos su victoria en la isla de Pilo (425 a.C.). analizar la función argumentativa que Según el testimonio de Tucídides (4. desempeña el esclavo Demóstenes en 1-41), Demóstenes fue el principal Caballeros. A nuestro modo de ver, en impulsor de esa campaña. El historia- el prólogo de la obra, el personaje actúa dor relata los hechos de la siguiente como el principal portavoz del discurso manera: el general Demóstenes realiza positivo avalado en la pieza –es decir, el un bloqueo en Pilo y toma prisioneros ataque contra la política cleoniana– y espartanos. Los peloponesios in ten- asume un lugar de héroe cómico pro- tan fi rmar una tregua para que liberen visorio durante las primeras escenas a los prisioneros, pero el líder Cleón de la pieza. En las comedias tempranas pro mueve su rechazo en la asamblea del período cleoniano, el héroe cómico y el bloqueo se prolonga indefi nida- (i.e. Diceópolis, Trigeo) suele operar mente sin que se encuentre una solu- como el portavoz privilegiado de la ción defi nitiva al confl icto. Cuando postura política sustentada en la obra. se acerca el invierno, los atenienses Sin embargo, el comienzo de Caballe- temen no poder aprovi sio nar a sus ros presenta una imagen totalmente tropas y perder el control de la isla. En degradada de su héroe, el Morcillero, ese momento, la asamblea ciudadana que se revertirá tan solo en el desenlace cuestiona a su líder por haber propul- de la pieza cuando el personaje alcance sado el rechazo de las negociaciones; su verdadera estatura heroica y guíe a por su parte, Cleón se defi ende cri- Demos hacia su transformación defi - ticando a los generales responsables, nitiva. En virtud de esta imagen nega- en particular a Nicias, y asegura que tiva del comienzo, el autor ha incluido si él mismo tuviera el mando podría fi guras alternativas, más legitimadas, obtener el domino completo de Pilo. que puedan hacerse cargo del ataque Los asistentes a la asamblea le toman contra Pafl agonio-Cleón con mayor la palabra y el demagogo no tiene autoridad que el héroe y que logren otra alternativa que hacerse cargo de generar, entonces, un efecto persua- las operaciones. Finalmente, Cleón sivo sobre el público. En este sentido, marcha a Pilo y, junto con el general el personaje de Demóstenes asume en Demóstenes, logran la victoria defi ni- la obra, según intentaremos demostrar, tiva sobre los espartanos. una función central dentro de la estra- El suceso de Pilo, que consolida el tegia argumentativa de la pieza. ¶ poder de Cleón en la Atenas contem- poránea, ocupa un lugar destacado en

90 María Jimena Schere / La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia… la comedia Caballeros. Aristófanes le Henderson (2006 [1998]: 222, n. 2) asigna a Demóstenes una actuación manifi esta que los dos esclavos son protagónica desde el inicio de la obra, personajes genéricos, sin una identi- precisamente, para presen tarlo como el dad específi ca, porque con sidera que verdadero responsable de la victoria y la inteligibilidad de sus palabras y desprestigiar de ese modo la fi gura del acciones no depende de la caricatura líder, tan benefi ciada por el episodio. personal 3. En un artículo posterior, La comedia no identifi ca de manera Henderson (2003) alega que –aparte explícita la identidad de los dos ser- de la referencia a Pilo– ninguna otra vidores, pero al comienzo de la pieza anéc dota remite específi camente a la pone en boca del esclavo Demóstenes fi gura de Demóstenes. Por el contra- una referencia clara al suceso de Pilo rio, Sommerstein (1980: 46-7) (1981: que permite deducir su identidad: 144-5) acepta la identidad de los ser- Δημοσθένης vidores, propuesta por los manuscri- (…) καὶ πρώην γ᾽ ἐμοῦ tos medievales. A los fi nes de nues tra μᾶζαν μεμαχότος ἐν Πύλῳ interpretación de la obra, resulta espe- Λακωνικήν, cialmente signifi cativo determinar la πανουργότατά πως περιδραμὼν identidad del esclavo que personifi ca- ὑφαρπάσας ría a Demóstenes. A nuestro entender, αὐτὸς παρέθηκε τὴν ὑπ᾽ ἐμοῦ además de la referencia expresa al epi- 1 μεμαγμένην . sodio de Pilo, la imagen del Demóste- Demóstenes: (…) Y el otro día, nes aristofánico en Caballeros coincide cuando yo había amasado una con la que aporta Tucídides (4. 1-41), torta lacónica en Pilo, que lo presenta claramente como el con la mayor maldad, apresurán- impulsor y el responsable del plan 4 dose, me la robó tác tico de Pilo : Demóstenes planifi ca y le sirvió él mismo la torta que yo había amasado. identifi cable desde la apertura misma de (vv. 54-57) la pieza a través de máscaras que hicieran reconocibles a Nicias y a Demóstenes. Sos- Dover ha afi r mado que la iden- tiene, asimismo, que el humor de la primera tidad del esclavo Demóstenes puede escena no requiere necesariamente la iden- resultar factible por esta referencia tifi cación. El autor enfatiza las difi cultades técnicas que hubiera impli cado para los explícita al suceso de Pilo (vv. 54-57); antiguos griegos fabricar máscaras con una sin embargo, observa que no hay evi- identidad reconocible para el pú bli co. dencias claras para vincular al otro 3 También Tammaro (1991) cuestiona la iden- esclavo con Nicias2. Por su parte, tidad individualizada de los dos esclavos. 4 Woodcock (1928: 101) argumenta que Tucídides se muestra hostil hacia la fi gura 1 Utilizamos la edición de Sommerstein de Demóstenes porque lo vincula con la (1981). Las traducciones son nuestras. democracia radical y entiende que su victo- 2 Dover (1959) (1975 [1967]) cuestiona ria en Pilo ha permitido mantener a Cleón que la identidad de los dos esclavos fuera en el poder. Además, Woodcock subraya

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 89-106 91 rodear a las tropas espartanas y atacar- así como el Demóstenes histórico las por todos los fl ancos desde sitios habría tenido una función determi- elevados, utilizando infantería ligera nante en el episodio de Pilo. Por cierto, dotada de fl echas, dardos, piedras y su fi gura ocupa un lugar central desde hondas; de este modo, los enemigos el comienzo de la pieza; Demóstenes se verían embestidos por todas par- inaugura la obra y presenta, antes que tes, de frente y por la espalada, y no ningún otro personaje, el blanco cen- podrían defenderse (4. 32). Tucídides tral de la comedia: destaca que “Demóstenes, al principio, Δημοσθένης concibió el desembarco con este plan ἰατταταιὰξ τῶν κακῶν, y lo dispuso en la práctica”5. Es decir ἰατταταῖ. que, de acuerdo con este testimonio, κακῶς Παφλαγόνα τὸν el general no solo fue el responsable νεώνητον κακὸν de idear la táctica de ataque desde un αὐταῖσι βουλαῖς ἀπολέσειαν οἱ comienzo, sino también de su ejecu- θεοί. ción defi nitiva. ἐξ οὗ γὰρ εἰσήρρησεν ἐς τὴν οἰκίαν En Caballeros el esclavo Demós- πληγὰς ἀεὶ προστρίβεται τοῖς tenes propone el plan salvador para οἰκέταις. librarse de Pafl agonio (vv. 109-11) y luego se ocupa de la iniciación polí- Demóstenes: ¡Ay, ay, qué desgra- tica del Morcillero (vv. 147-233). En cias! ¡Ay! este sentido, el personaje tiene un Ojalá destruyan los dioses de mal papel sumamente activo y es el primer modo al canalla recién comprado, impulsor de la derrota de Pafl agonio, Pafl agonio, junto con sus planes. Porque desde que llegó a esta casa, que Tucídides no aprovecha la misma línea no deja de hacer dar palizas a los argumental de Aristófanes para degradar esclavos. a Cleón (i.e. atribuir el mérito de Pilo en (vv. 1-5) exclusividad a Demóstenes), sino que atri- buye la victoria sobre todo a la suerte. Por En la apertura de Caballeros, el contrario, creemos que Tucídides sugiere Demóstenes juega un papel semejante una estrategia argumentativa semejante a la al del héroe Diceópolis en Acarnienses, de Caballeros al presentar expresamente a Demóstenes como el responsable del plan quien presenta en su monólogo inau- táctico y de su ejecución. Sobre la imagen gural (vv. 1-42) el principal blanco de de Demóstenes en Tucídides, cfr. Wylie ataque de la obra: la política en favor (1993: 20-30). Se desconoce la relación que de la continuidad de la guerra entre efectivamente haya existido entre Demóste- nes y el historiador, pero Gomme (1951: 76) Atenas y Esparta. Del mismo modo, conjetura que habría sido amistosa y que Demóstenes menciona en los primeros sus familias pueden haber estado ligadas versos al blanco central, Pafl agonio, y por vínculos matrimoniales. lo ubica como su principal antagonista. 5 Tucídides. 4. 32-33: τοιαύτῃ μὲν γνώμῃ ὁ Demóstenes pronuncia luego un Δημοσθένης τό τε πρῶτον τὴν ἀπόβασιν extenso parlamento en el que relata ἐπενόει καὶ ἐν τῷ ἔργῳ ἔταξεν.

92 María Jimena Schere / La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia… la situación y describe los rasgos identifi car por primera vez, sin ambi- negativos que caracterizan a Pafla- güedades, tanto a Demóstenes como gonio en toda la pieza (vv. 40-72): el también al propio Cleón. El relato nuevo esclavo de Demos, Paflago- incluye, por un lado, la referencia nio, ha resultado ser el más malvado explícita antes citada a la “torta lacó- (πανουργότατον, v. 45) y el más nica” (vv. 54-57) elaborada en Pilo, calumniador (διαβολώτατόν, v. 45); que Pafl agonio ha robado y regalado a partir de su llegada, no deja de adular al amo como si fuera suya; pero, ade- a Demos y de difamar a los otros escla- más, el esclavo llama a Paflagonio vos para ganar un lugar de privilegio “curtidor de pieles” (βυρσοδέψην, v. en la casa de su amo. El largo relato de 44), adjetivo que, como ha observado Demóstenes comienza con una refe- Sommerstein (1981: 146), permite rencia explícita a los espectadores: que el público contemporáneo con- βούλει τὸ πρᾶγμα τοῖς θεαταῖσιν fi rme por primera vez la identidad de φράσω; (“¿Quieres que explique el Cleón, cuya riqueza familiar provenía asunto a los espectadores?”, v. 36). La del negocio de la curtimbre7. Por lo mención expresa de los θεαταί en boca tanto, este pasaje tiene una relevan- de un personaje es una marca con- cia insoslayable dentro del prólogo. Si vencional en Aristófanes que favorece como sostiene Dover (1975 [1967]) la cercanía y la complicidad entre el las máscaras no permitían reconocer público y ese personaje. En Acarnien- individualidades concretas8, tan solo el ses, por ejemplo, el héroe Diceópolis es parlamento de Demóstenes posibilita el único que tiene el privilegio de utili- que los espectadores puedan corro- zar el término “espectadores” (ἄνδρες borar, a la vez, los referentes precisos οἱ θεώμενοι, v. 496). En Caballeros, de los personajes involucrados en la Demóstenes es el primer personaje en escena y comprender el significado la obra que goza de esta prerrogativa. histórico de la alegoría política repre- Su mención del público quiebra la ilu- sentada en Caballeros. En defi nitiva, sión dramática6 y favorece la empatía este pasaje no debe tomarse como una inicial del público hacia su fi gura y mención aislada y sin importancia, hacia su postura anticleoniana. como sostienen algunos autores, sino A partir de este largo parlamento que resulta clave para la interpretación de Demóstenes, el público podría de la obra; el hecho relevante de pre-

7 Los “po líticos nuevos”, como Cleón, se 6 Sifakis (1971) no acepta que exista la ilusión caracterizaban por tener riqueza, pero no dramática en la comedia aristofánica. Sin pertenecían a la aristocracia (cfr. Connor embargo, coincidimos con Thiercy (1986: 1992: 162). En su modo de hacer política 139) en que resulta abusivo negar su existen- cobra relevancia la alianza con los sectores cia. A nuestro modo de ver, la referencia al populares antes que el apoyo de círculos público genera una cercanía cómplice entre de amigos, como era el modelo tradicional el personaje y los espectadores. Para una dis- (cfr. Connor 1992: 135). cusión sobre el tema de la ilusión dramática, cfr. Cottone (2005: 33-41). 8 Cfr. n. 2.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 89-106 93 sentar conjuntamente una referencia Demóstenes: ¿Por qué nos lamen- inequívoca a Cleón y a Demóstenes ha tamos sin razón? ¿No deberíamos sido pasado por alto por los autores buscar alguna salvación para que consideran a los dos esclavos como ambos y dejar ya de llorar? personajes genéricos. Nicias: ¿Y qué salvación podría Además de inaugurar la pieza (vv. haber? 1-5), relatar la situación en casa de Demóstenes: Dila tú. Demos (vv. 40-72), defi nir las iden- Nicias: Dímela tú para que no tidades de los personajes y tener el peleemos. privilegio de mencionar al público de (vv. 11-14) manera expresa (v. 36), Demóstenes La carac terización del Nicias es el encargado de idear el plan salva- aristofánico parece responder a esta dor, imagen de estratega astuto, que lo tendencia de los come dió grafos a acerca al retrato tucidídeo como res- ridiculizar su falta de resolución (Som- ponsable del plan táctico de Pilo. Por merstein 1981: 145). En otras obras el contrario, Nicias se muestra incapaz tempranas, es el héroe cómico quien de proponer soluciones efectivas. En la propone el plan salvador o la solución comedia antigua, las burlas que se diri- al confl icto central que se plantea en la gen contra él suelen ridiculizar su falta pieza: por ejemplo, en la comedia Paz de confi anza, su ten dencia a la dilación el campesino Trigeo, héroe cómico de y el rechazo a tomar responsabilida- la obra, idea la forma de recuperar a la 9 des . También en la primera escena de diosa Paz para todos los helenos y se Caballeros, el esclavo que representa a enfrenta con su antagonista Pólemos, Nicias muestra su re ti cen cia a propo- una personifi cación de la guerra. En ner una solución para hacer frente a Acarnienses el campesino Diceópolis, Pafl agonio: ante el desinterés generalizado por la Δημοσθένης tregua entre Atenas y Esparta, encuen- τί κινυρόμεθ᾽ ἄλλως; οὐκ ἐχρῆν tra una manera de salvarse a sí mismo, ζητεῖν τινα consigue una tregua individual para él σωτηρίαν νῷν, ἀλλὰ μὴ κλάειν y su familia y se enfrenta contra todos ἔτι los antagonistas que quieren frustrar Νικίας τίς οὖν γένοιτ᾽ ἄν; su plan. En Caballeros, en cambio, Δημοσθένης esta función propia del héroe corre λέγε σύ. por cuenta de Demóstenes: Demóste- Νικίας nes encuentra la solución al confl icto σὺ μὲν οὖν μοι λέγε, planteado en la obra y descubre la ἵνα μὴ μάχωμαι. manera de librarse de su antagonista Pafl agonio. El esclavo propone robar los oráculos de Pafl agonio que duerme 9 Aristófanes, Aves 640; Aristófanes, fr. 100; borracho (vv. 109-11) y, a partir de las Frínico, fr. 59. Cfr. Sommerstein (1981: revelaciones de esos oráculos, des- 145).

94 María Jimena Schere / La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia… cubre que un vendedor de morcillas y yo estaré con estos, y el dios será capaz de vencer a Pafl agonio (vv. ayudará. 143)10. Si bien la ejecución del plan (vv. 225-230) –esto es, la derrota efectiva de Pafl ago- Demóstenes incluye entre los cola- nio– estará a cargo del héroe, el Morci- boradores del héroe a los caballe ros, a llero, resulta signifi cativo que la autoría las personas decentes y a los espectado- del plan salvador sea mérito exclusivo res inteligentes, y los encolumna detrás de Demóstenes. de su fi gura y la del Morcillero. Asi- Por último, Demóstenes se ocupa mismo, vuelve a tener el privilegio de también de la iniciación política del nombrar en forma expresa a los espec- Morcillero. El héroe, que en un pri- tadores (v. 229), como al comienzo de mer momento se resiste a en fren tarse la obra (v. 36). Demóstenes es el primer con Pafl agonio, pregunta con escepti- personaje que menciona en dos opor- cismo quiénes lo apoyarán en su lucha. tunidades a los θεαταί, referencia que Demóstenes, entonces, aporta el argu- permite generar una empatía inicial mento central que permite convencer entre su fi gura y el público11. al Morcillero: En síntesis, en el prólogo el papel Δημοσθένης más activo queda en Caballeros a cargo ἀλλ᾽ εἰσὶν ἱππῆς, ἄνδρες de Demóstenes: el esclavo no solo ἀγαθοί, χίλιοι inaugura la pieza y relata el confl icto μισοῦντες αὐτόν, οἳ βοηθήσουσί central, como lo hacen otros esclavos σοι, de la comedia temprana12, sino que καὶ τῶν πολιτῶν οἱ καλοί τε κἀγαθοί, además propone el plan salvador y καὶ τῶν θεατῶν ὅστις ἐστὶ convence al Morcillero de enfrentar δεξιός, a Pafl agonio, función que suele des- κἀγὼ μετ᾽ αὐτῶν, χὠ θεὸς empeñar el héroe cómico, quien tiene ξυλλήψεται. en otras obras la iniciativa de concebir Demóstenes: Hay mil caballeros, hombres nobles, que, como lo odian, te ayudarán y de entre los ciudadanos los bue- 11 En la comedia Caballeros hacen mención nos y nobles, expresa del público los personajes que se oponen a Cleón, es decir, aquellos que y de entre los espectadores todo el ocupan el lugar más favorable en la pieza: que sea inteligente, el héroe provisorio De mós tenes (vv. 36, 228), el coro en la parábasis (v. 508) –como es habitual– y el Morcillero (v. 1318) en la 10 Tammaro (1991: 147) destaca que Nicias última escena, ya transformado. Demos corre el peligro de ejecutar el robo. Sin también nombra a los espectadores, pre- embargo, nos parece destacable el hecho de cisamente en el momento previo a su que Demóstenes idea la solución y ordena me tamorfosis positiva (v. 1210). realizar el robo a Nicias. El esclavo Nicias se limita a cumplir las indicaciones de 12 En Avispas y Paz también uno de los escla- Demóstenes. vos expone el confl icto central de la pieza.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 89-106 95 y poner en práctica su “gran idea”13. La función de Demóstenes Cabe destacar que ni la fi gura de Nicias en la primera escena agonal ni la de Demóstenes escapan al ridí- y su posterior desaparición culo en el prólogo; por cierto, ambos participan de la misma alegoría del n la obra hay tres escenas ago- amo y del esclavo con la que se ridi- nales que enfrentan al héroe culiza al líder Cleón. Sin embargo, el E cómico, el Morcillero, con su personaje de Demóstenes se ve real- antagonista Pafl agonio15. La primera zado por los elementos mencionados (vv. 235-497) se desarrolla entre que le asignan un lugar de privilegio. Pafl agonio-Cleón, por un lado, y el En la comedia aristofánica, todos los Morcillero, Demóstenes y los caballe- personajes suelen ser objeto del ridí- ros, por otro. El segundo agón tiene culo y carecen de una imagen ideali- lugar en el Consejo (vv. 624-682) zada; sin embargo, algunas fi guras, por entre Pafl agonio y el Morcillero y lo general los héroes cómicos, gozan de el tercero, frente a Demos (vv. 691- ciertos rasgos positivos que atenúan 1408). Solo la primera escena agonal los efectos corrosivos del humor. En incluye la presencia de Demóstenes, el caso de Demóstenes, este comparte que desaparece por completo después con los héroes aristofánicos la inven- de la parábasis. Analizaremos el papel tiva para resolver el confl icto, su fi rme que cumple Demóstenes en este pri- determinación, su capacidad de acción mer enfrentamiento y luego indagare- para poner en marcha la solución del mos las razones de su desaparición en problema y su habilidad retórica para los últimos dos embates. involucrar a los demás personajes en La primera escena agonal de la obra su plan14. ¶ se inaugura con el parlamento inicial de Pafl agonio (v. 235) y se cierra con la parábasis (v. 497). Pafl agonio sale al escenario acusando de conspiradores a sus oponentes (vv. 235-9). Ante la aparición de Pafl agonio, el Morcillero demuestra su cobardía y trata de huir de su poderoso rival; nuevamente es

15 Whitman (1964: 88-89), entre muchos 13 Robson (2009: 11) hace referencia a una otros autores, observa que toda la obra cons- “estructura emocional” de la comedia anti- tituye un gran agón dividido en tres secuen- gua centrada espe cial mente en el héroe cias principales: en primer lugar, un enfren- cómico: insatisfacción - gran idea - oposi- tamiento entre los dos rivales, caracterizado ción - solución - celebración. por la presencia de gritos y expresiones de 14 Whitman (1964) caracteriza al héroe alarde; luego, una segunda disputa ante cómico, entre otros rasgos, como un salva- el Consejo; por último, una competencia dor, falto de escrúpulos, hábil orador y con por ganar el favor de Demos. Cfr. Thiercy gran poder de decisión. (1986: 248) y Brock (1986: 25).

96 María Jimena Schere / La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia… Demóstenes quien logra persuadirlo el enfrentamiento (v. 275 y v. 280)16; para que le haga frente y llama al coro por ende, el protagonismo inicial recae de caballeros en su auxilio: sobre Demóstenes y los primeros argu- Δημοσθένης mentos que comprometen seriamente οὗτος, τί φεύγεις; οὐ μενεῖς; ὦ la imagen de Cleón que dan a cargo γεννάδα de los caballeros, que representan a la ἀλλαντοπῶλα, μὴ προδῷς τὰ joven aristocracia de Atenas: πράγματα. Χορός ἄνδρες ἱππῆς, παραγένεσθε· (…) τὰ κοινὰ πρὶν λαχεῖν νῦν ὁ καιρός. ὦ Σίμων, κατεσθίεις, ὦ Παναίτι᾽, οὐκ ἐλᾶτε πρὸς τὸ κἀποσυκάζεις πιέζων τοὺς δεξιὸν κέρας; ὑπευθύνους σκοπῶν ἅνδρες ἐγγύς. ἀλλ᾽ ἀμύνου ὅστις αὐτῶν ὠμός ἐστιν ἢ κἀπαναστρέφου πάλιν. πέπων ἢ μὴ πέπων· ὁ κονιορτὸς δῆλος αὐτῶν ὡς καὶ σκοπεῖς γε τῶν πολιτῶν ὁμοῦ προσκειμένων. ὅστις ἐστὶν ἀμνοκῶν, ἀλλ᾽ ἀμύνου καὶ δίωκε καὶ πλούσιος καὶ μὴ πονηρὸς καὶ τροπὴν αὐτοῦ ποιοῦ. τρέμων τὰ πράγματα. Demóstenes (al Morcillero): ¿Tú, κἄν τιν᾽ αὐτῶν γνῷς ἀπράγμον᾽ ὄντα καὶ κεχηνότα, por qué huyes? ¡Quédate! Noble καταγαγὼν ἐκ Χερρονήσου, Morcillero, no traiciones el plan. διαβαλὼν ἀγκυρίσας, Señores caballeros, venid. Ahora es la oportunidad. Simón, Panecio, ¿no cabalgaréis hacia el 16 Sommerstein (1981: 158) y Henderson (2006 [1998]: 264) atribuyen el verso 274 al ala derecha? Morcillero, pero esta variante ha sido motivo Nuestros hombres están cerca. de controversia. El manuscrito asigna al coro (Al Morcillero) Defi éndete y date el parlamento del verso 274 (“Y has graz- vuelta de nuevo. nado, ¿como siempre revuelves la ciudad?”) y el verso 275, al Morcillero (“Pero yo te La polvareda indica que atacan en pondré en fuga a ti con este grito primero”). conjunto. Neil (1966: 44), por ejemplo, conserva la Pero defi éndete y persíguelo y versión del manuscrito. Otra alternativa pre- ponlo en fuga. sentan Hall y Geldart (1907): los autores atribuyen el verso 274 al coro y el 275 a Pafl a- (vv. 240-246) gonio; en ese caso, el Morcillero no interven- Demóstenes una vez más es el prin- dría en el agón hasta el verso 280. A nuestro cipal propulsor del ataque y evita con entender, la opción de Hall y Geldart parece la más adecuada al desarrollo de la sus arengas que el Morcillero escape de escena y a las características de los perso- inmediato, amedrentado por las ame- najes involucrados. De todas formas, si nos nazas de Pafl agonio. El Morcillero no atenemos estrictamente a la atribución del inter vie ne en el diálogo hasta iniciado manuscrito, el Morcillero habla por primera vez en el verso 275, también ya iniciado el agón y con una intervención marginal y poco signifi cativa. El Morcillero toma mayor protagonismo tan solo a partir del verso 280.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 89-106 97 εἶτ᾽ ἀποστρέψας τὸν ὦμον El Morcillero adopta por primera αὐτὸν ἐνεκολήβασας. vez un papel activo en la escena agonal durante la competencia que propone Coro: (…) devoras los fondos el coro de caballeros (v. 227): el coro comunes, antes de tocarte incita a los dos rivales a batirse en una en suerte tu parte, lucha que consagrará ganador a quien y presionas oprimiendo a los obli- pueda demostrar ser superior en des- gados a rendir cuentas como higos, vergüenza (ἀναίδεια). A partir de la viendo sugerencia del coro, Pafl agonio toma cuál de estos está verde o maduro o la iniciativa y acusa al Morcillero de no maduro aún; exportar “cuerdas para las trirremes y miras cuál de los ciudadanos de los peloponesios” (vv. 278-9). Esta tiene mente de cordero, acusación directa de Pafl agonio con- es rico y no malvado y temeroso de tra el Morcillero le asigna al héroe por los asuntos públicos. primera vez un lugar protagónico en Y si descubres que alguno de estos la escena; el Morcillero rompe el silen- es ajeno a los asuntos públicos y cio17 y responde con otra imputación boquiabierto en espejo, secundada por Demóstenes: lo traes desde el Quersoneso, poniéndole la zancadilla con Ἀλλαντοπώλης calumnias, ναὶ μὰ Δία κἄγωγε τοῦτον, ὅτι κενῇ τῇ κοιλίᾳ entonces, lo pones de espalda y te εἰσδραμὼν εἰς τὸ πρυτανεῖον lo engulles. εἶτα πάλιν ἐκθεῖ πλέᾳ. (vv. 258-263) Δημοσθένης El coro acusa a Pafl agonio de sacar νὴ Δί᾽, ἐξάγων γε τἀπόρρηθ᾽, benefi cios económicos de su liderazgo, ἅμ᾽ ἄρτον καὶ κρέας practicar la calumnia y la extorsión. καὶ τέμαχος, οὗ Περικλέης οὐκ ἠξιώθη πώποτε. Por lo general, el héroe cómico tiene la función de denunciar las faltas de Morcillero: Sí, por Zeus, y yo sus antagonistas. Sin embargo, la fi gura [lo acuso] a él, porque después de del Morcillero resulta al principio tan haber corrido negativa que no puede hacerse cargo al Pri ta neo con la panza vacía, sale legítimamente de la postura avalada luego con la panza llena. en la obra; por ese mismo motivo, el Demóstenes: ¡Por Zeus!, expor- autor apela a fi guras alternativas de tando lo prohibido, pan, carne, refuerzo como Demóstenes y el coro fi letes de pescado salado, con lo de caballeros. Si el ataque corriera, en que jamás fue dignifi cado Pericles. cambio, por exclusiva cuenta del héroe, (vv. 280-283) sus efectos argumentativos perderían efi cacia persuasiva.

17 Cfr. n. 16.

98 María Jimena Schere / La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia… Luego del episodio de Pilo, se le nan los gritos, las amenazas de golpe había concedido a Cleón el privilegio y las expresiones de alarde: de comer en el Pritaneo a expensas del Παφλαγών Estado, honra que se reservaba a per- ἀποθανεῖσθον αὐτίκα μάλα. sonas excepcionalmente destacadas, Ἀλλαντοπώλης como los ga nadores de los festivales τριπλάσιον κεκράξομαί σου. deportivos, pero que jamás se había Παφλαγών concedido a un político (Sommers- καταβοήσομαι βοῶν σε. tein 1981: 158)18. El suceso de Pilo Ἀλλαντοπώλης vuelve a gravitar de manera signifi - κατακεκράξομαί σε κράζων. Παφλαγών cativa en la pieza. La re ferencialidad διαβαλῶ σ᾽, ἐὰν στρατηγῇς. no fi ccional del hecho le suma fuerza Ἀλλαντοπώλης persuasiva al argumento del héroe; sin κυνοκοπήσω σου τὸ νῶτον. embargo, por la falta de legitimación Παφλαγών del Morcillero, su primera acusación περιελῶ σ᾽ ἀλαζονείαις. en este enfrentamiento con su rival es Ἀλλαντοπώλης secundada por la de Demóstenes, que ὑποτεμοῦμαι τὰς ὁδούς σου. le aporta credibilidad y valor argumen- Παφλαγών tativo. En este caso, Demóstenes agrega βλέψον εἴς μ᾽ ἀσκαρδάμυκτος. Ἀλλαντοπώλης la in culpación de exportación ilegal y ἐν ἀγορᾷ κἀγὼ τέθραμμαι. el hecho de que ni el propio Pericles Παφλαγών había gozado del honor de comer en διαφορήσω σ᾽, εἴ τι γρύξει. el Pritaneo (vv. 280-281). Ἀλλαντοπώλης Inmediatamente después del par- κοπροφορήσω σ᾽, εἰ λαλήσεις. lamento de Demóstenes, se desarrolla Παφλαγών un cruce entre los dos rivales, sin par- ὁμολογῶ κλέπτειν· σὺ δ᾽ οὐχί. ticipación de los demás personajes; sin Ἀλλαντοπώλης embargo, resulta signifi cativo observar νὴ τὸν Ἑρμῆν τὸν ἀγοραῖον, κἀπιορκῶ γε βλεπόντων. que este primer duelo directo, sin per- sonajes de refuerzo, tiene un carácter Pafl agonio: (a Demóstenes y el farsesco. Por cierto, en la primera Morcillero) Moriréis los dos ahora escena agonal el Morcillero se limita mismo. sobre todo a protagonizar este tipo de Morcillero: Graznaré tres veces escenas payasescas, en las que domi- más que tú. Pafl agonio: Haré callar tus gritos 18 Wilkins (2000: 179-189) señala que el gritando. honor de comer en el Pritaneo alude a las Morcillero: Haré callar tus grazni- ventajas que el demagogo saca de su fun- ción pública. Sobre la visión de Pafl agonio- dos graznando. Cleón como un consumidor voraz, véanse Pafl agonio: Te difamaré, si eres también Whitman (1964: 92-96), Tai- estratega. llardat (1965: 413) y, más recientemente, Morcillero: Te golpearé como a un Wor man (2008: 92). perro el lomo.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 89-106 99 Pafl agonio: Te cercaré con impos- mentativa al embate contra Pafl agonio- turas. Cleón. La simple actuación del héroe, Morcillero: Te cortaré los caminos. en esta primera instancia, no sería sufi - Pafl agonio: Mírame sin pestañar. ciente para darle fuerza persuasiva al Morcillero: Yo también me he ataque contra el demagogo. El prestigio criado en el Ágora. del Demóstenes histórico, afamado por Pafl agonio: Te haré pedazos, si sus aptitudes militares, le aporta una refunfuñas algo. mayor legitimidad al embate. Además, Morcillero: Te cubriré con mierda, la inclusión de personajes históricos si parloteas. permite que la comedia no quede cir- Pafl agonio: Confi eso que robo y cunscripta al ámbito de la mera fi cción tú no. literaria, sino que pueda traspasar más Morcillero: Sí, ¡por Hermes del fácilmente sus fronteras e incidir de Ágora! manera real y efectiva en la opinión Y juro en falso cuando me ven. pública19. (vv. 284-298) Luego de la parábasis, Demóste- En este pasaje, se dejan de lado los nes desaparece defi nitivamente de la argumentos más serios y elaborados, escena. Sobre su desaparición, Hen- pa ra pasar a un intermedio de carác- derson (2003) ha argumentado que ter lúdico, a cargo de Pafl agonio y el si realmente los esclavos tuvieran Morcillero, que excluye a los persona- una identidad extra tex tual específi ca jes más legitimados de la obra (Demós- –hecho que niega–, el autor les hubiera tenes y el coro). En suma, la primera dado un papel relevante también des- escena agonal comienza con el prota- pués del prólogo. A nuestro entender, gonismo de Demóstenes, que incita al Demóstenes cumple una función de Morcillero a no huir y llama en auxilio héroe cómico alternativo que solo es a los caballeros (vv. 240-246); luego, necesaria durante el progresivo pro- las acusaciones más serias corren por ceso de legitimación del Morcillero. cuenta del coro (vv. 247-277); el Mor- Un vez que el Morcillero alcanza un cillero interviene por primera vez con lu gar destacado y victorioso, después una acusación secundada por Demós- del primer agón, la función provisoria tenes (vv. 280-283) y, por último, se de Demóstenes como héroe cómico y desata una escena lúdica entre los dos rivales (284 ss.). Este comienzo del pri- 19 Parte de la crítica aristofánica niega que mer agón demuestra que la función del el comediógrafo se proponga infl uir sobre héroe es al principio marginal, carece la opinión pública en cuestiones políticas de autonomía y se reserva para las (cfr. Halliwell 1984; 2008; Heath 1987; Olson 2010); sin embargo, la presencia de escenas farsescas. Por eso, el autor ha personajes con referente extratextual preciso destacado desde el comienzo la fi gura y bien identifi cable para el público, como de Demóstenes, y luego apela al coro, Cleón y Demóstenes, demuestra que el autor para aportarle mayor efi cacia argu- intenta trascender la mera fi cción literaria e incidir en el debate contemporáneo.

100 María Jimena Schere / La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia… portavoz del discurso positivo ya no ἐκ τῆς πόλεως ῥαθαπυγίζων, αἳ es necesaria, y podría incluso opacar τὰς σπονδὰς προκαλοῦνται. al verdadero héroe de la obra; por lo Morcillero: ¿Y cómo tú lo amas [a tanto, Demóstenes debe ser necesaria- Demos], si no te compadeces de mente excluido. verlo habitar en toneles Las tres escenas agonales signifi - y en nidos de buitres y en almenas can un incremento gradual del poder durante ocho años, del Morcillero y el debilitamiento de y, por el contrario, luego de Pafl agonio20. Las victorias sucesivas haberlo encerrado, lo exprimes? Y del héroe en los tres episodios agona- cuando Arqueptólemo traía les van legitimando progresivamente la paz la dispersaste al viento; y su imagen negativa del comienzo echas las embajadas ante el público. En el segundo agón, de la ciudad a patadas en el trasero, luego de su primera victoria, el Mor- aquellas que ofrecen treguas. cillero asu me ya su plena condición de (vv. 792-796) héroe cómico clásico como principal representante del punto de vista del En este punto del enfrentamiento, enunciador-autor21 y por primera vez la argumentación del Morcillero se pronuncia acusaciones serias contra transforma en un alega to serio contra su rival, sin el refuerzo de otros per- Paflagonio, elaborado con datos de sonajes: la realidad contemporánea. El héroe Ἀλλαντοπώλης denuncia hechos históri cos, efectiva- καὶ πῶς σὺ φιλεῖς, ὃς τοῦτον mente ocurridos, como la situación de ὁρῶν οἰκοῦντ᾽ ἐν ταῖς los campesinos emigrados a la ciudad φιδάκναισι por causa de la guerra (vv. 792-3)22 y καὶ γυπαρίοις καὶ πυργιδίοις el impulso para rechazar la tregua por ἔτος ὄγδοον οὐκ ἐλεαίρεις, parte de Cleón (vv. 794-6), quien siem- ἀλλὰ καθείρξας αὐτὸν βλίττεις; pre había sostenido una posición beli- Ἀρχεπτολέμου δὲ φέροντος cista. Si en el primer agón el Morcillero τὴν εἰρήνην ἐξεσκέδασας, τὰς actúa como mero doble cómico, idén- πρεσβείας τ᾽ ἀπελαύνεις tico a su antagonista, ya en su segundo enfrentamiento se convierte en héroe cómico clásico, es decir, denunciante 20 Brock (1986: 25) destaca que la obra cons- tituye una serie de agônes que representan justiciero y principal portavoz del caí das sucesivas de Pafl agonio. Cfr. n. 15. enunciador-autor. 21 La noción “enunciador-autor” se refi ere a Además de este giro notable en la una construc ción de carácter discursivo, argumentación del Morcillero durante diferente del emisor o autor empírico el segundo agón, el desenlace de la (cfr. Charaudeau y Maingueneau 2005 obra rescata especialmente su fi gura: [2002]: 541-2). Nuestro abordaje se pro- pone explorar la identidad discursiva que el autor empírico elabora de sí mismo, y de su 22 El testimonio de Tucídides confi rma la situa- postura política, a través de su obra. ción de los campesinos emigrados (2. 52).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 89-106 101 el héroe se transforma mágicamente Es preciso subrayar que los héroes en un buen líder y guía a Demos hacia aristofánicos carecen de una imagen su conversión defi nitiva (vv. 1316 ss.)23. idealizada; sin embargo, son aquellos El liderazgo del Morcillero promueve que actúan como portavoces privi- la adopción por parte de Demos de legiados del discurso positivo y que una serie de medidas políticas opues- ocupan el lugar más destacado en la tas a la orientación de Cleón: asegu- pieza. Diceópolis, por ejemplo, asume rar el legítimo salario de los remeros la postura en contra de la guerra, como (vv. 1366-7); prohibir que los hopli- alter ego del enunciador-autor, pero tas, una vez enrolados, puedan por su adopta una solución egoísta: una tre- infl uencia cambiar de inscripción (vv. gua con Esparta para él y su familia; 1369-1371); evitar la infl uencia de los con todo, el héroe concibe esta alter- jóvenes políticos adiestrados en el arte nativa individual luego de percibir el de la retórica (vv. 1373-1380). A par- rechazo del resto de sus conciudada- tir de este cambio, podemos afi rmar nos que se desinteresan por la paz24. que, a pesar de la imagen negativa del Trigeo asume también la perspectiva comienzo, el desenlace presenta una a favor de la paz, pero idea el cómico imagen renovada del Morcillero que plan de subir montado en un pestilente destaca su liderazgo. escarabajo hasta el Olimpo. En el caso del Morcillero, su imagen es negativa en grado extremo, mucho más que la de ningún otro héroe aristofánico 23 La sorpresiva resolución de la obra con la conversión fi nal del héroe ha dado lugar a y requiere, según vimos, el necesario innumerables interpretaciones y es uno de refuerzo de personajes menos degra- los pasajes más discutidos de esta comedia. dados; pero con el transcurso de la Murray (1933: 50), por ejemplo, desta ca pieza, esas figuras deben perder su la inconsistencia argumental de la pieza. Algunos autores entienden que el Morci- protagonismo: Demóstenes desapa- llero adopta en el desenlace un carácter rece por completo y el coro adopta un favorable, ya sea porque asume rasgos papel marginal para que el héroe pueda divinos (Whitman 1964: 83-4 y 101-3), alcanzar su verdadera estatura heroica. por transformarse en un cocinero benéfi co (Reckford 1987: 116-120; Wilkins 2000: En el comienzo de la obra, la fama de 198-200) o en un fármaco salvador (Ben- Demóstenes como militar exitoso, net y Blake Tyrrell 1990; Bowie 1993: lo vuelve propicio para convertirlo 58-66). Asimismo, Ford Jr. (1965) inter- en el primer portavoz autorizado del preta que el fi nal de Caballeros representa el paso de la Atenas real a la Atenas ideal (cfr. enunciador-autor. En este sentido, su Brock 1986). Por su parte, Land fester referencia extratextual precisa, que el (1967) destaca que el Morcillero le reinte- público puede reconocer desde el ini- gra fi nalmente a Demos su so beranía per- dida. A nuestro entender, la transformación del Morcillero indica una clara línea diviso- 24 Parker (1991: 206) argumenta que el ego- ria entre él y Pafl agonio, y ubica claramente ísmo de Diceópolis encuentra un atenuante a este úl timo como blanco cómico central en la ceguera de sus conciudadanos que de la pieza. rechazan la paz.

102 María Jimena Schere / La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia… cio, a partir de los versos claves 54-57, dad del general ateniense. En primer favorece la estrategia persuasiva de la orden, destacamos el hecho de que pieza en tanto su fi gura prestigiosa le la identidad de Pafl agonio-Cleón y la aporta legitimidad a la postura anti- del esclavo Demóstenes se confi rman cleoniana y, al mismo tiempo, opaca conjuntamente en el mismo pasaje (vv. los méritos atribuidos a Cleón por la 40-72). Además de la referencia explí- victoria de Pilo. Desde la perspectiva cita al suceso de Pilo, hemos observado aristofánica, Cleón ha construido su que el papel activo que desempeña el liderazgo valiéndose exclusivamente personaje se corresponde con la repre- del engaño y de maniobras deshones- sentación del Demóstenes tucidídeo, tas: el episodio de Pilo es un ejemplo capaz de idear y llevar a cabo la cam- más de su arte de distorsionar la reali- paña de Pilo. El carácter protagónico y dad en benefi cio propio. La presencia resolutivo del esclavo resulta coherente del Demóstenes histórico sirve enton- con las intenciones argumentativas ces para sacar a la luz los falsos méritos de la pieza que se propone atribuir al sobre los cuales Cleón ha consolidado general el mayor mérito por el suceso su poder. Con el transcurso de la obra, de Pilo y opacar la fama del Cleón his- sin embargo, Demóstenes debe ser tórico. Henderson (2003), quien ha relegado para permitir la apoteosis cuestionado la identifi cación de los dos del Morcillero. La condición inicial esclavos, observa que si es tos tuvieran de Demóstenes como héroe proviso- realmente una identidad extratextual, rio hace indispensable su eliminación Nicias debería asumir en la obra el luego de la parábasis; solo entonces papel central por ser una fi gura polí- el Morcillero puede cobrar verdadera tica más destacada que Demóstenes25. autonomía, acaparar la atención y la Desde nuestra pers pectiva, Aristófanes empatía del público y ocupar su lugar le asigna una actuación protagónica a clásico de portavoz central del enun- Demóstenes, precisamente, para pre- ciador-autor. En caso de permanecer sen tarlo como el verdadero respon- en escena, la presencia de Demóstenes sable de la victoria de Pilo, versión de hubiera duplicado la función del héroe los hechos sugerida en Tucídides y que y opacado la fi gura del Morcillero en seguramente circularía entre los círcu- su proceso paulatino de legitimación. ¶ los opositores a Cleón. En segundo lugar, observamos Conclusiones que el esclavo Demóstenes cumple un papel central en la primera parte l análisis del personaje de de la obra y desempeña algunas fun- Demóstenes nos ha permitido, ciones relevantes que en otras come- Een primer lugar, apoyar la hipó- dias corresponden al héroe cómico. tesis, discutida por algunos autores, Demóstenes es el encargado de pre- de que el esclavo que inaugura la pieza responde efectivamente a la identi- 25 De la misma opinión es Tammaro (1991: 147-8).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 89-106 103 sentar al blanco central de la pieza y sus dad o relevancia política o social, capaz rasgos salientes, idea el plan salvador y de captar –al menos parcialmente– la le da el impulso inicial, ante las reticen- identifi cación del público26. El Morci- cias del Morcillero. La fi gura del héroe, llero se adapta a este patrón, pero su hemos argumentado, resulta al prin- fi gura se desempeña al comienzo como cipio tan degradada, carente de todo un mero doble cómico de Pafl agonio, prestigio y semejante a su antagonista, idéntico a su antagonista, y requiere, que no puede funcionar como un por- por lo tanto, el aval de un general tavoz autorizado de la posición defen- preeminente, con referencia histórica dida en la pieza. Por lo tanto, el autor concreta. Demóstenes tampoco podría ha introducido fi guras alternativas de asumir en forma defi nitiva el lugar de refuerzo, Demóstenes y el coro, que héroe cómico, precisamente, por ser legitiman en primera instancia la pers- un personaje reconocido, incapaz de pectiva avalada en la obra. La elección generar la identifi cación del ciudadano del prestigioso general Demóstenes le ordinario; en este sentido, no se ajusta aporta, sin duda, efi cacia persuasiva a al modelo aristofánico del héroe, pero la pieza. En el transcurso de la obra, el sí resulta una importante figura de Morcillero experimenta un paulatino apoyo y un héroe cómico provisorio proceso de legitimación debido a sus durante la primera parte de la obra. ¶¶ sucesivas victorias, que culmina con su conversión fi nal. Si bien su fi gura Bibliografía nunca tiene un carácter idealizado –al igual que el resto de los héroes aristofá- Ediciones y traducciones nicos–, el personaje alcanza luego de su primera victoria una mayor estatura y Hall, F. W. y Geldart, W. M. (eds.) (1906- puede asumir de manera autónoma su 1907). Aristophanis Comoediae. Oxford: condición de portavoz del enunciador- Clarendon Press. autor. Además, sus intervenciones ya Henderson, J. (ed.) (2006). Aristophanes. cuentan con el aval previo que le han Acharnians. Knights. Vol. 1. Cambridge - proporcionado las fi guras más presti- Massachusetts: Harvard University Press 1 giosas de Demóstenes y el coro en la ( 1998). primera escena agonal. A diferencia de 26 Henderson (1993: 310) considera que el Henderson, creemos que Demóstenes héroe se identifi ca con el ateniense ordina- desaparece luego de la parábasis para rio y sus in te reses. Por el contrario, Thiercy no opacar el proceso de legitimación (1986: 188) señala que el héroe, por su mez- del Morcillero y resaltar su fi gura como cla de aspectos ani males, humanos y divi- nos es superior al común de los hombres. el verdadero héroe de la pieza. Coincidimos en este punto con Thiercy y Al igual que en las otras comedias creemos que el héroe es un hombre común, tempranas, el verdadero héroe cómico pero con cierto grado de excepcionalidad, es un personaje fi ccional, un hombre por ejemplo su astucia, su dominio de la retórica, su autodeterminación; en otras común, con cierta cuota de estilización palabras, es un ateniense común con cierta heroica, carente de especial notorie- cuota de estilización heroica.

104 María Jimena Schere / La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia… Jones, H. S. (ed.) (1958). Th ucydidis. Historiae. Halliwell, S. (1984). “Ancient Interpretations 2 vols. Oxford: Oxford University Press of ὀνομαστὶ κωμῳδεῖν in Aristo pha nes”. (11900). En Th e Classical Quarterly 34/1; pp. 83-88. Neil, R. A. (ed.) (1966). Th e Knigths of Aristo- Halliwell, S. (2008). Greek Laugther. A Study phanes. Hildesheim: Georg Olms (11901). of Cultural Psychology from to Early Christianity. Cambridge: Cambridge Uni- Sommerstein, A. H. (ed.) (1981). Th e comedies versity Press. of Aristophanes. Knights. Vol. 2. Warmin- ster: Aris & Phillips. Heath, M. (2007). Political Comedy in Aristo- phanes. Göttingen: Vandenhoeck & Rupre- 1 Bibliografía citada cht ( 1987). Henderson, J. (1993). “Comic heroe versus political élite” en Sommerstein, A. H., Bennett, L. J. y Blake Tyrrell, W. M. (1990). Halliwell, S., Henderson, J. y Zimmer- “Making Sense of Aristophanes’ Knights”. mann, B. (eds.). Tragedy, Comedy and the En Arethusa 23/2; 235-252. Polis. Papers from the Greek Drama Confe- Bowie, A. M. (1993). Aristophanes. Myth, Ritual rence (Nottingham, 18-20 July 1990). Bari: and Comedy. Cambridge: Cambridge Uni- Lenvate Editori; 307-319. versity Press. Henderson, J. (2003). “When an identity Brock, R. W. (1986). “Th e Double Plot in Aris- was expected: the slaves in Aristo pha nes’ tophanes’ Knights”. En Greek, Roman and Knights” en Bakewell, G. W. y Sickinger, Byzantine Studies 27/1; 15-27. J. P. (eds.). Gestures. Essays in Ancient His- tory, Literature, and Philosophy Presented Charaudeau, P. y Maingueneau, D. (2005). to Alan L. Boegehold. On the occasion of his Diccionario de análisis del discurso. Trad. retirement and his seventy-fi ft h birthday. de Agoff , I. Buenos Aires - Madrid: Amo- Oxford: Oxbow Books; 63-73. rrortu editores. Landfester, M. (1967). Die Ritter des Aristo- Connor, W. R. (1992). Th e New Politicians phanes. Beobachtungen zur dramatischen of Fift h-Century Athens. Indiana polis - Handlung und zum komischen Stil des Aris- Cambridge: Hackett Publishing Company tophanes. Amsterdan: B. R. Grü ner. (11971). Murray, G. (1933). Aristophanes. A Study. Cottone, R. S. (2005). Aristofane e la poetica Oxford: Oxford Clarendon Press. dell’ingiuria. Per una introduzione alla loidoría comica. Roma: Carocci Editori. Olson, D. S. (2010). “Comedy, Politics, and Society” en Dobrov, G. W. (ed.). Brill’s Dover, K. J. (1959). “Aristophanes, Knights Companion to the Study of Greek Comedy. 11-20”. En Th e Classical Review 9/3; 196- Leiden: Brill; pp. 35-69. 199. Parker, L. P. E. (1991). “Eupolis or Dicaeopo- Dover, K. J. (1975). “Portrait-Masks in Aris- lis?”. En Th e Journal of Hellenic Studies 111; tophanes” en Newiger, H.-J. (ed.). Aristo- 203-208. phanes und die alte Komödie. Darmstadt: Wissenschaft liche Buch ges sellschaft ; 155- Reckford, K. J. (1987). Aristophanes Old-an- 169 (11967). New Comedy. Chapel Hill - London: Uni- versity of North Carolina Press. Ford Jr., G. B. (1965). “Th e Knights as a source of Aristophanes’ attitude toward the dema- Robson, J. (2009). Aristophanes. An Introduc- gogue and the demos”. En Athenaeunm 43; tion. London: Duckworth. 106-110. Sifakis, G. M. (1971). Parabasis and Animal Gomme, A. W (1951). “Four Passages in Th u- Choruses. A Contribution to the History of cydides”. En Th e Journal of Hellenic Studies Attic Comedy. London: Athlone Press. 71; 70-80.

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Recibido: 24-11-2012 Evaluado: 20-02-2013 Aceptado: 11-03-2013

106 María Jimena Schere / La función argumentativa del personaje de Demóstenes en la comedia… Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad y la memoria en Roma

Alicia Schniebs [Universidad de Buenos Aires] [[email protected]]

Resumen: La obra de Valerio Máximo se edicados a Tiberio, inscribe en las transformaciones políticas, socioculturales y simbólicas propias de la a quien se presenta instauración del principado. En este artículo se estudian las características y funciones como respaldo de de la dubitatio, una de las figuras retóricas la preservación más idiosincrásicas del estilo de este autor, como marca textual que permite recuperar el de las virtudes y comportamiento del enunciador como agente del discurso ejemplar y de la memoria, temas el castigo de los centrales del texto y de un contexto en que la vicios, los Facta et elite se ve obligada a redefinir su identidad y su papel en la escena política. dicta memorabilia deD Valerio Máximo consisten en una Palabras clave: Valerio Máximo - dubitatio - colección de episodios del pasado de memoria - ejemplaridad - Tiberio. Roma y de algunos pueblos extranje-

Dubitatio and exemplum in Valerius ros que, especialmente seleccionados Maximus: the operation of exemplarity and y califi cados como exempla, el autor memory in Rome distribuye en una serie de secciones Abstract: The work of Valerius Maximus enrolls in the political, socio-cultural and dedicadas a temas que hacen al sis- symbolic transformations of the advent of the tema institucional y axiológico propio Principate. We study the features and functions of dubitatio, one of the most idiosyncratic rhe- de esa cultura, todo lo cual aparece torical figures of this author’s style, as a textual markings which allows recover the position enunciado explícita o implícitamente of the speaker as an agent of the exemplary en el prefacio de la obra: discourse and memory, main focus of the text and of a context in which the elite is forced to redefine their identity and their role in the Vrbis Romae exterarumque gentium political scene.. facta simul ac dicta memoratu digna apud alios latius diff usa sunt quam Key words: Valerius Maximus - dubitatio - memory - exemplarity - Tiberius. ut breuiter cognosci possint, ab inlus- tribus electa auctoribus digerere cons- titui, ut documenta sumere uolenti- bus longae inquisitionis labor absit.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 107-122 107 [...] Te igitur huic coepto, [...] certis- 1984: 3-5), lo interesante del variopinto sima salus patriae, Caesar, inuoco, compendio valeriano es que muestra el cuius caelesti prouidentia uirtutes, funcionamiento de la ejemplaridad en de quibus dicturus sum, benignissime Roma y su injerencia en la construc- fouentur, uitia seuerissime uindican- ción y determinación de la memoria, tur (1. pr.)1. precisamente en un momento en el que Esta conjunción de elementos los sectores dominantes, generadores y históricos, éticos y retóricos en una guardianes por excelencia del deber ser obra que además se precia de cumplir y el deber hacer romanos, ven compro- una fi nalidad didáctica problematiza metidas su función e identidad por la su encuadre genérico y ha dado pie a instauración defi nitiva del principado diversas posiciones de los estudiosos2. (Roller 2001: 3-13). De los muchos Pero más allá de su innegable hibri- caminos posibles para abordar este dez, que a nuestro juicio se inscribe tema, nos centraremos aquí en el estu- en la transformación política y socio- dio de una fi gura particular, la dubita- cultural propia del período (Alfonsi tio, que consideramos relevante pues, al igual que la adnominatio, constituye uno de los rasgos más idiosincrásicos 1 “Los hechos y dichos dignos de memoria de de la factura retórica de la obra (Bloo- la ciudad de Roma y de los pueblos extran- mer 1992: 248-259). En este orden de jeros han sido desplegados por otros de cosas, proponemos que, por sus carac- forma demasiado amplia como para poder conocerlos en poco tiempo; resolví pues terísticas y funciones, la dubitatio no es seleccionar y ordenar algunos tomados de un elemento más del ornatus sino una autores famosos para liberar del esfuerzo marca textual del posicionamiento del de una larga indagación a quienes quieran enunciador como agente de la opera- recurrir a estas enseñanzas. [...] Por tanto, para esta empresa te invoco a ti, [...] segu- ción a la vez selectiva e interpretativa rísima salvaguarda de la patria, César, cuya anunciada en el prefacio. celestial prudencia con suma benignidad En la cultura romana, la ejem- vela por las virtudes, de las que hablaré plaridad es un discurso, un sistema luego, y con suma severidad castiga los vicios”. Para Valerio Máximo, seguimos el coherente de símbolos que organiza texto fi jado por Briscoe (1998). Las tra- el pasado de una manera particular, ducciones de este y del resto de los textos determina una manera también parti- latinos son nuestras. cular de fi jarlo, conocerlo y emplearlo, 2 Aunque el grueso de los fi lólogos (Desi- y consta de cuatro instancias: (a) una deri 2004; Gowing 2005; Guerrini 1981; Maslakov 1984) la inscribe en el género acción puntual llevada a cabo por un historiográfi co, otros estudiosos la consi- sujeto individual o colectivo; (b) una deran un tratado de ética práctica (Skid- ‘audiencia primaria’, constituida por los more 1996; Thurn 2001) e incluso una testigos, que evalúa el acto como repre- simple recopilación de exempla destinada a quienes aprendían o practicaban las decla- sentativo para la comunidad y lo asocia mationes, postura sostenida por Bloomer con alguna de sus prácticas, institucio- (1992) con argumentos un tanto parciales y nes o valores; (c) la conmemoración a ya objetados por la crítica.

108 Alicia Schniebs / Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad… través de testimonios de diverso tipo sea a través de las imagines familiares5, (narrativos, plásticos, rituales, etc.), sino también en el propósito didáctico que inscriben el hecho en la memo- de los historiadores6, y, lo que resulta ria colectiva y lo perpetúan para una más interesante para nosotros, en las serie infi nita de ‘audiencias secunda- palabras del mismo Valerio: rias’; y (d) la imitación o evitación del [...] iniciam stilum qua nostrae urbis tal acto, esto es, su transformación en qua exterarum gentium priscis ac paradigmas ya sancionados positiva memorabilibus institutis: opus est (laus) o negativamente (reprehensio) enim cognosci huiusce uitae, quam por el conjunto social, tal como leemos sub optimo principe felicem agimus, 3 en Valerio : quaenam fuerint elementa, ut eorum Gratas uero animi signifi cationes et quoque respectus aliquid praesentibus ingrata facta libuit oculis subicere, moribus prosit (2. pr.)7. ut uitio ac uirtuti iusta merces aes- Desde luego, este acervo de epi- timationis ipsa comparatione acce- sodios y actores modélicos se presu- deret. Sed quoniam contrario propo- pone como de público conocimiento sito sese distinxerunt, nostro quoque y, de hecho, de allí deriva la efi cacia stilo separentur, prioremque locum del exemplum histórico en la oratoria, obtineant quae laudem quam quae donde ofi cia como una forma particu- 4 reprehensionem merentur (5. 2. pr.) . lar del razonamiento inductivo, cuya Concebida pues como un con- fuerza persuasiva reside, al decir de junto de modelos de conducta elogia- los tratadistas, en que, por conside- bles o reprochables, la función social rarse del orden de la verdadero e inte- de la ejemplaridad, al igual que la de grar la enciclopedia compartida por la memoria, es en Roma fundamen- el orador y su auditorio, opera como talmente pragmática (Roller 2009: una res certa que no necesita demos- 218; Farrell 1997), cosa que se veri- tración8. Sin embargo, aunque desde fi ca no solo en ciertas prácticas, como una perspectiva fáctica el episodio en por ejemplo la evocación del quehacer de los antepasados sea en los convivia 5 Cfr. Skidmore (1996: 13-21). 6 Cfr. Salustio. Cat., 4. 2; Livio. pr., 3; 9-10. 3 Para esta concepción y características de la 7 “[...] daré curso a mi pluma por las antiguas ejemplaridad, seguimos a Roller (2004: y memorables instituciones de nuestra ciu- 4-7). dad y de los pueblos extranjeros. Pues es necesario conocer cuáles fueron los funda- 4 “He querido poner a la vista las muestras mentos de esta vida feliz que llevamos bajo de agradecimiento y los actos ingratos un óptimo líder, a fi n de que volver la vista para que la comparación misma aporte hacia ellos sea de algún provecho a las cos- justa estimación al vicio y la virtud. Pero, tumbres actuales.” puesto que se distinguen por sus intencio- nes opuestas, sepárelos también mi pluma y 8 Cfr. Retórica a Herenio, 1. 13; 4. 62; Cice- obtenga el primer lugar aquello que merece rón. De orat., 3. 204. 205; Orat., 120: Verr., alabanza por sobre lo que merece censura”. 3. 209; Quintiliano. Inst., 5. 11. 6-16.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 107-122 109 sí sea incuestionable, su interpreta- disciplina militaris, a través de los de ción y empleo por parte de las audien- Postumio Tuberto y Manlio Torcuato cias secundarias, entre las cuales se (2. 7. 6). Así pues, por consensuada y encuentran Valerio Máximo y sus lec- unívoca que parezca, la ejemplaridad, tores, pueden apartarse de los estable- al igual que la memoria, están sujetas cidos por la primaria, diferencia esta a los vaivenes del contexto discursivo e que incluye desde el cuestionamiento histórico en el que se actualizan. Es por mismo del estatuto ejemplar del tal esto, quizás, que Valerio no se limita suceso hasta la sustitución o amplia- a enunciar un tema e ilustrarlo con ción de las prácticas, instituciones o episodios por todos conocidos, sino valores que supuestamente ilustra. Es que pone especial cuidado en acom- indudable que, por un lado y como pañarlos de comentarios autorales, bien afi rma David (1980: 85), el fun- que dan cuenta de su parecer acerca cionamiento de los exempla comporta de los hechos, sus agentes o su mismo una focalización por sinécdoque pues estatuto ejemplar. Es aquí donde opera el agente queda reducido a un único la dubitatio y es esto lo que torna sig- comportamiento del cual se constituye nifi cativa la recurrencia a esta fórmula en modelo, cosa que Valerio expone de hesitación, pues se trata de tramos con toda claridad cuando, a propósito discursivos en los que el autor se posi- de Aulio Fulvio que ordena la muerte ciona explícita o implícitamente como de su hijo porque se había unido a la audiencia secundaria y, en consecuen- conjuración de Catilina, comenta: cia, como agente de la ejemplaridad y Licuit, donec belli ciuilis rabies prae- la memoria o, para retomar sus propios teriret, inclusum arcere: uerum illud términos en el prefacio, como selector cauti patris narraretur opus, hoc y ordenador de una cierta ejemplari- seueri refertur (5. 8. 5)9. dad digna de constituirse en parte de la memoria. Pero, por el otro, los textos nos La dubitatio consiste, en un sentido muestran a la vez la maleabilidad del amplio, en la expresión por parte del discurso ejemplar, de lo cual es prueba enunciador de su presunta incertidum- nuevamente el propio Valerio, ya que bre o indecisión entre dos o más inter- los casos de fi licidios cometidos en pretaciones de un hecho, un estado de nombre de la salvaguarda de las ins- cosas, una idea, una persona, etc.10: tituciones ilustran tanto la severitas patrum a través de los ejemplos del Dubitatio est, cum quaerere videatur citado Aulio Fulvio, Lucio Bruto (5. 8. orator, utrum de duabus potius aut 1) y Espurio Casio (5. 8. 2), como la quid de pluribus potissimum dicat, hoc modo: “Off uit eo tempore pluri- 9 “Pudo haberlo apartado encerrándolo hasta mum rei publicae consulum sive stul- que pasara la furia de la guerra civil. Pero eso se hubiera narrado como la obra de un 10 Cfr. Quintiliano. Inst., 9. 2. 19; 9. 3. 88; padre precavido; esto se refi ere como la de Lausberg (1967: §776-777); Mortara uno severo”. Gravelli (1988: 275-276).

110 Alicia Schniebs / Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad… titiam sive malitiam dicere oportet de diálogo silente con el destinatario sive utrumque” (Retórica a Herenio y apela a su coparticipación. Hechas 4. 40)11. estas aclaraciones sobre el recurso en Su formulación lingüística es general, corresponde ahora que nos amplia y puede resolverse a través de adentremos en sus características y conectores disyuntivos, como vemos funciones dentro de Facta et dicta. en el citado ejemplo de la Retórica a Como ya adelantamos, Valerio Herenio, o incluir además reforzado- recurre con notable frecuencia a la res lexicales, como el verbo nescire o dubitatio y lo hace sobre todo en los el adjetivo dubius: comentarios autorales que acompañan a los exempla, los cuales suelen ubi- Quo postquam, dubium pius an sce- carse antes o después de la narración leratus, Orestes propiamente dicha y operan en el nivel exactus furiis ipse venerat suis interpretativo14. Los más frecuentes y 12 (Ovidio. Tristezas, 4. 4. 69-70) . más provechosos para nuestro análi- [...] Nil moror tibicinam; sis son los segundos pues constituyen nescias utrum ei maiores buccaene an lo que Guerrini (1980) denomina mammae sient (Plauto. El cartagi- “refl exión conclusiva”. Todos ellos se nesito, 1415-1416)13. construyen sobre la base de dos nocio- nes fundamentales: la duda entre dos o Como puede verse, al igual que la más opciones explícitamente enuncia- praeteritio y la correctio, estrechamente das y la comparación, expresadas estas vinculadas con ella, se trata de una por elementos lexicales y morfosintác- fi gura por adjunción, que suministra ticos, y acompañadas por lo general de un plus de información al destinatario, tramos explicativos de las razones que pero enmascarándola o disimulándola, sostienen las alternativas de la disyun- en este caso bajo una supuesta disyun- ción. En cuanto a la interpretación en tiva, que desde el punto de vista prag- sí, su rasgo común es ampliar el rango mático atenúa la responsabilidad del de lo ilustrado por el exemplum a tra- emisor, a la vez que, por la vía de un vés de una focalización múltiple que aparente soliloquio, genera una suerte toma en cuenta los diversos aspectos que intervienen en la concreción del 11 “La dubitación se produce cuando el orador suceso relatado. Veamos un primer parece preguntarse acerca de cuál de entre caso que muestra a las claras lo dicho dos o más palabras usar, de este modo: ‘En hasta aquí. En el apartado 2.7, dedicado aquel tiempo la república fue perjudicada por –hay que decirlo– la estupidez de los a ilustrar la observancia de la disciplina cónsules o su malicia o ambas cosas a la vez’”. 12 “Después que Orestes, dudo de si piadoso 14 Tomamos este concepto de Suleiman o criminal, había llegado allí, perseguido él (1977), quien observa que el relato ejemplar mismo por sus propias Furias”. opera en tres niveles: narrativo (el relato en 13 “No me interesa la fl autista; uno no puede sí), interpretativo (el comentario) y prag- saber si tiene más grandes la quijada o las tetas”. mático (la aplicación).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 107-122 111 militaris, que se califi ca como la gloria hensio que vertebra la sanción social. y estabilidad del poder romano y en Por el otro, y a través de la justifi cación cuya tutela residen la paz y la tranqui- de las dos opciones propuestas, suma lidad (2. 7. pr.), se incluye el ejemplo una mirada secundaria dirigida a un de la negativa del senado a recuperar a tercer personaje, Aníbal. Participante los seis mil soldados romanos hechos indispensable del suceso pero a la vez prisioneros por Aníbal en la batalla de carente de todo valor para convalidar Canas y ofrecidos por este a cambio de la práctica e importancia de la disci- un rescate. Referido el hecho, Valerio plina militaris en Roma, la mención de comenta: sus motivos opera como un refuerzo Quorum nescio utrum maius dedecus de la focalización en el objeto. A su fuerit quod patria spei an quod hos- vez, en el caso del senado, foco prin- tis metus nihil in his reposuerit, haec cipal del relato y del tema tratado, la pro se, ille ne aduersus se dimicarent mirada provista por la dubitatio amplía parui ducendo (2. 7. 15)15. y matiza lo ya dicho en el tramo narra- tivo pues la desvalorización del rendi- Como puede observarse, se veri- miento militar de los soldados cautivos fi ca aquí la presencia tanto de las dos aparece como otro motor posible que nociones señaladas: la de duda, indi- se agrega al del castigo de su vergon- cada por el verbo nescire y la interro- zosa conducta16. gativa indirecta doble o disyuntiva, y Todos estos elementos reaparecen la de comparación, a través del adje- en el resto de los casos donde la dubi- tivo maius, como de un tramo expli- tatio oficia de reflexión conclusiva, cativo que fundamenta la alternativa aunque con variantes respecto de la planteada. Evidentes son también la resolución lingüística y del centro ele- mecánica y función del segmento en gido para la focalización. Entre otros términos interpretativos. En efecto, ejemplos de la mirada dirigida no al por un lado y al revés de lo que cabría sujeto que realiza la acción paradigmá- esperar y de lo que, por lo demás, es tica sino al objeto afectado por ella17, usual en la obra, la mirada no se cen- pueden citarse: tra en el sujeto (el senado) que realiza 1.- la reflexión conclusiva del la acción en tanto representante de permiso concedido por el senado a la institución (la disciplina militaris) Escipión el Africano, a pedido de las ilustrada por el exemplum, sino en el tropas, para desempeñar el consulado objeto (los prisioneros) afectado por ella, completando con la mención de 16 “[...] memor tantam multitudinem armato- su desdoro la polaridad laus / repre- rum iuvenum, si honeste mori voluisset, tur- piter capi non potuisse” (“considerando que un número tan grande de hombres jóvenes 15 “No sé si su mayor deshonra fue que la armados no hubiera podido ser vergonzo- patria no tuviera esperanza alguna en ellos samente tomado prisionero, si hubiera que- o que el enemigo no les tuviera miedo; rido morir con honor”). aquella tuvo en poco que lucharan por ella, este que lo hicieran contra él”. 17 Cfr. 4. 6. 1; 6. 6. 1.

112 Alicia Schniebs / Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad… antes de tener la edad estipulada por 3.- la de la absolución de Clodio la ley, que ilustra los reconocimientos por parte de un tribunal sobornado extraordinarios otorgados a ciertos por favores sexuales, que ilustra los individuos. Aquí, aunque el agente es el censurables efectos de la libido. Su inte- senado, se incluye, al igual que en la de rés reside en que la focalización con- los prisioneros, una mirada centrada fi ere estatuto de agente a quienes, en en un actor secundario (el ejército), sentido estricto, son los objetos afecta- cuyo quehacer, como el de Aníbal en dos por la comisión del vitium referido el caso anterior, se enuncia como causa en este apartado, de tal manera que, alternativa de la sanción social: agrupados todos como responsables Ita nescias utrum illi plus decoris de un taetrum fl agitium, el episodio patrum conscriptorum auctoritas an ejemplifi ca las nefastas consecuencias militum consilium adiecerit: toga sociales de la libido, pero, a la vez, la enim Scipionem ducem aduersus corrupción de los tribunales y la vio- Poenos creauit, arma poposcerunt (8. lación de la pudicitia: 15. 1)18. Quo in fl agitio tam taetro tamque 2.- la del episodio de la devotio de multiplici nescias primum quem Decio durante la Tercera Guerra Sam- detestere, qui istud corruptelae genus nita, que ilustra la pietas erga patriam. excogitauit, an qui pudicitiam suam Su peculiaridad es que la focalización sequestrem periurii fi eri passi sunt, an sobre el objeto afectado comporta ade- qui religionem stupro permutarunt 20 más una ampliación del mismo, toda (9. 1. 7) . vez que no es ya el que efectivamente En otras ocasiones, la reflexión ofi cia como tal en el relato (los solda- conclusiva gira en torno del sujeto dos), sino la totalidad de Roma: agente del hecho ejemplar. En estos Ita dinosci arduum est utrum casos, la focalización múltiple se con- Romana ciuitas Decios utilius habue- creta a través de la incorporación de rit duces an amiserit, quoniam uita variantes internas o externas al epi- eorum ne uinceretur obstitit, mors sodio en sí, que complejizan la inter- fecit ut uinceret (5. 6. 6)19. pretación y aplicabilidad del modelo. Ejemplos de este comportamiento son, entre otros21:

18 “Así, uno no puede saber si a Escipión le comportó más honor la autoridad de los 20 “En tan abominable y múltiple crimen, uno padres conscriptos o la decisión de los sol- no puede saber a quién execrar primero, si dados, pues la toga lo designó comandante a quien maquinó esta forma de corrupción, contra los cartagineses, el ejército lo exigió.” o a quienes permitieron que su castidad deviniera agente de un perjurio, o a quienes 19 “Así, es difícil dilucidar si la comunidad de permutaron su juramento por sexo ilícito”. Roma tuvo por más provechoso el haber tenido a los Decios como jefes o el haberlos 21 Cfr. también 2. 9. 2; 2. 10. 5; 3. 8. ext. 4; 5. perdido, pues la vida de estos impidió que 1. 8; 5. 2. 9; 9. 6. ext. 2. Omitimos el cierre fuera vencida, su muerte hizo que venciera”. del pasaje 4. 3. 14, que parecería inscribirse

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 107-122 113 1.- el caso de Coriolano, modelo de Sed nescio an hoc fortius, quod ille falta de codicia por haber rechazado [sc. Cato] usitato, tu nouo genere la recompensa económica ofrecida mortis absumpta es (4. 6. 5)23. por el cónsul a sus hazañas militares y 3.- el de Jerjes, que ilustra la super- haber solicitado, en cambio, el caballo bia y la impotentia cuando, a punto de que había montado en batalla y la vida declarar la guerra a los griegos, con- de un prisionero al que lo unía una voca a los príncipes de Asia y les dice antigua amistad. La variante es aquí que los ha reunido meramente para interna y equipara como motores de la que no parezca que decide las cosas por laus el rechazo del botín, que sin duda sí solo pero que, en rigor, la función de es el acto socialmente más represen- ellos es obedecer, no aconsejar. Aquí tativo pues implica la renuncia a un la variante es también externa pues derecho adquirido y hace al ámbito incorpora el resultado de la guerra y de lo público y lo comunitario, con el abre la posibilidad de que el episodio pedido de retener el caballo y el amigo, sea leído como ejemplo no solo de la inscripto en el terreno de lo privado y falta de prudentia en el gobernante lo anecdótico: sino del riesgo resultante de ignorar el Qua tam circumspecta animi modera- consilium de los pares, cosa que puede tione nescias utrum maiore cum laude vincularse quizás con el papel prota- praemia elegerit an reiecerit (4. 3. 4)22. gónico que Valerio confi ere al senado 2.- el de Porcia, paradigma de amor a lo largo de toda su obra: conyugal que, imitando la muerte viril Adroganter, etiam si uictori repetere de su padre Catón, se suicida tragando ei regiam contigisset: tam deformiter carbones encendidos al enterarse de la uicti nescias utrum insolentius dic- muerte de su esposo Bruto. El foco no tum an inprudentius (9. 5. ext. 2)24. está puesto en la acción modélica en Una tercera posibilidad es que la sí sino en el modo de llevarla a cabo y disyunción derive de la focalización la ponderación resulta de la inclusión conjunta del sujeto agente del acto de una variante externa (el suicidio de modélico y del objeto afectado, estra- Catón), cosa que abre la posibilidad de tegia que aparece en dos casos. Uno de que el mismo hecho sea leído también ellos es la refl exión fi nal del episodio como ejemplo de los valores puestos protagonizado por la vestal Claudia en juego a la hora de elegir la forma de morir: 23 “Pero no sé si más valerosamente que él en este grupo, porque los problemas de la [Catón], porque él se mató con un tipo tradición manuscrita no permiten recupe- habitual de muerte, tú con uno novedoso”. rar con total certeza el sentido del texto. 24 “Arrogante, incluso si le hubiera tocado en 22 “Ante tan observante moderación, uno suerte volver victorioso a su palacio; (pero) no puede saber si mayor fue la gloria por como discurso de alguien tan vergonzosa- las recompensas que eligió o por las que mente derrotado, uno no puede saber si fue rechazó”. más insolente o más imprudente”.

114 Alicia Schniebs / Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad… quien, ejemplo de la pietas erga paren- luego no es lo mismo una vestal que tes, acompaña el carro de triunfo de los esclavos, pero por su condición de su padre Apio Claudio para desalen- mujer Claudia es un actor subalterno tar, con la sacralidad de su persona, a y de hecho no es casual que el mismo quienes pretendían impedirle disfrutar procedimiento se use, como vimos, de tal honor: para mensurar el tipo de suicidio ele- [...] nec discerni potuit utri plus lau- gido por Porcia. dis tribueretur, cui uictoria an cui Ahora bien, como lo muestran los pietas comes aderat (5. 4. 6)25. casos analizados, los datos aportados por esta focalización múltiple resul- El otro, es la del protagonizado por tante del uso valeriano de la dubitatio los esclavos de Plocio Planco, quienes son en cierto modo accesorios pues ilustran la fi des servorum pues, aunque ninguno de ellos hace en sentido sometidos largamente a la tortura, se estricto a la eficacia del exemplum negaron a revelar a los agentes de los como ilustración del tema tratado. triunviros el paradero de su amo, hasta Pero esto no les resta importancia sino que este se presentó voluntariamente todo lo contrario. A nuestro modo de para privar de tal suplicio a sus fi eles ver, el empleo de la dubitatio, recurso servidores: que el lector previsto está desde luego Quod certamen mutuae beniuolen- en condiciones de reconocer, ofi cia tiae arduum dinosci facit utrum dig- como una marca que diferencia este nior dominus fuerit, qui tam cons- tipo de refl exión conclusiva de otras tantem seruorum fi dem experiretur, formuladas del modo usual, como es an serui, qui tam iusta domini mise- el caso de esta que comenta las conse- ricordia quaestionis saeuitia libera- cuencias positivas a nivel ejemplar de rentur (6. 8. 5)26. la patientia de Zenón, quien, mientras Falaris lo torturaba a la vista de todos, El elemento común es que el objeto increpó a los de Agrigento para que afectado deviene la vara con la que se depusieran su temor y se enfrentaran mide la laus del verdadero protago- al tirano: nista del acto ejemplar, lo cual se debe, probablemente, al lugar que uno y otro Senis ergo unius eculeo inpositi non ocupan en la jerarquía social. Desde supplex uox nec miserabilis eiulatus, sed fortis cohortatio totius urbis animum 25 “[...] y no pudo determinarse a cuál de los fortunamque mutauit (3. 3. ext. 2)27. dos atribuir más gloria, si al que tuvo por compañera a la victoria o a la que tuvo por Esta diferencia formal remarca tal a la abnegación”. para el lector otra a nivel del contenido: 26 “Este certamen de mutua benevolencia hace difícil dilucidar si fue más digno el 27 “Así pues, la voz de un único anciano, amo de experimentar una lealtad tan fi rme constituida no en suplicante ni en misera- de parte de sus esclavos, o los esclavos de ble lamento sino en valiente exhortación, ser librados de la crueldad del interrogato- mudó el espíritu y la fortuna de toda una rio por la misericordia tan justa de su amo”. ciudad”.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 107-122 115 la que existe entre las interpretaciones agente la decisión acerca no solo del unívocas consagradas por la tradición qué de la materia recordada, sino tam- y estas otras, abiertas y plurivalentes, bién del cómo, del porqué y del para que no niegan las anteriores sino que qué. Para corroborarlo, corresponde las complejizan. En su estudio sobre el revisar las otras apariciones de la fi gura empleo de los ejemplos históricos en en el texto. Cicerón, David (1980: 85-86) advierte Fuera del caso ya estudiado, donde con acierto que, por efecto de su reite- la dubitatio opera a modo de refl exión ración, el exemplum termina convir- conclusiva, su empleo más frecuente se tiéndose muy a menudo en una suerte produce en los segmentos que prece- de catacresis socio-lexicalizada. Estas den al relato propiamente dicho, como cristalizaciones son las que hiende sucede en los siguientes ejemplos28: Valerio al multiplicar, a través de la Sed quae ad custodiam religionis dubitatio, las miradas con las que adtinent, nescio an omnes M. Atilius evalúa los testimonios del pasado. Se Regulus praecesserit [...] (1. 1. 14)29. nos podría objetar que ninguno de los casos revisados conlleva algún aporte Sed cum aliquotiens senatus pro mili- realmente signifi cativo en términos de tari disciplina seuere excubuerit, nes- interpretación, no solo por el tenor de cio an tum praecipue, cum [...] (2. los datos aportados sino porque, dado 7. 15)30. que la presunta duda involucra solo una cuestión comparativa, el efecto Sed nescio an Octauius Balbus con- de sentido resultante es, como va de citatioris et ardentioris erga fi lium suyo, la aseveración de las alternativas beniuolentiae fuerit (5. 7. 3)31. planteadas. Puede que así sea, pero lo Sed nescio an Hannonis excellentissi- interesante no reside en las alternati- mae prudentiae consilium [...] (7. 2. vas de lectura en sí, sino en el hecho ext. 16)32. mismo de formularlas pues es esto lo que muestra no solo el estatuto dinámico del discurso ejemplar y de la memoria sino los modos como se 28 Cfr. también 5. 4. 6; 7. 8. 5; 8. 15. 11; 9. 9. 3. concreta su determinación. En otras palabras, si Valerio anuncia en el prefa- 29 “Pero en lo que hace a la custodia de la religión, no sé si precede a todos M. Atilio cio de su obra que esta consiste en una Régulo [...]”. selección de los dichos y hechos del 30 “Pero, aunque el senado veló varias veces pasado dignos de integrar la memoria severamente por la disciplina militar, no sé de la comunidad en tanto testimonios si lo hizo sobre todo entonces, cuando [...]”. de los mores maiorum, creemos que la 31 “Pero no sé si fue más vívida y más ardiente dubitatio es una marca textual de que la benevolencia para con su hijo de Octavio recortar el pasado es una operación Balbo”. compleja que supone por parte de su 32 “Pero no sé si el consejo de la más eminente sabiduría fue el de Hanón [...]”.

116 Alicia Schniebs / Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad… Quorum e numero nescio an in pri- nes les corresponde por derecho propio mis Pausanias debeat referri [...] (8. integrar el repertorio de los exempla 14. ext. 4)33. dignos de laus, la inclusión de accio- Desde luego se trata de fórmulas nes llevadas a cabo por actores sociales de transición, lo cual a primera vista externos a la elite (3. 8.7). Considera- parecería restarles importancia no solo mos, por lo tanto, que, aun cuando este como segmentos interpretativos sino empleo de la dubitatio al inicio de los como dato pertinente para analizar el exempla parezca ser solo un recurso del funcionamiento de la ejemplaridad y ornatus destinado a proveer una más la memoria. Pero la perspectiva cam- de las muchas variantes utilizadas por bia, sin embargo, si reparamos en que Valerio para enlazar las distintas partes el elemento común de todas ellas es la de ese patchwork que por momentos idea de comparación, que reconocimos parece su obra, el contenido proposi- como propia del empleo de la dubitatio cional implica un cierto modo de rein- en Valerio, indicada aquí a través de terpretar el pasado y de constituirse en 34 elementos lexicales (el prefi jo prae-) o sujeto de esa operación . morfológicos (comparativos y super- El análisis efectuado es sufi ciente, lativos). En efecto, para una sociedad creemos, para demostrar que, como como la romana, donde la elite se postulamos en un principio, el estudio caracteriza por su carácter timocrático, del uso de la dubitatio en Facta et dicta donde la contentio dignitatis genera y memorabilia es una herramienta útil justifica enfrentamientos políticos, para dar cuenta del funcionamiento de donde la identidad de un individuo se la ejemplaridad y la memoria en Roma construye en y por el juicio de sus pares y de la constitución de Valerio como acerca de él, su familia y sus antepasa- agente de su determinación. Pero sin dos, proponer un rango en el interior embargo queda una pregunta por for- de la cadena ejemplar no es una acti- mular y responder: ¿por qué la dubi- vidad menor. Esto lo prueba el mismo tatio? Unos pocos ejemplos del uso Valerio cuando se disculpa con Rómulo de esta fi gura no considerados hasta por referir en primer lugar a Horacio ahora nos dan la respuesta. Al refe- Cocles, y no a él como paradigma de rirse a Alcibíades, Valerio echa mano fortitudo (3. 2. pr.), cuando señala que de la dubitatio para incluir, a manera los actos realizados por dos miembros de apósito, un comentario respecto de de la familia gobernante, Julio César y Tiberio, son el grado máximo de esa escala, superable tan solo por los mis- 34 Obsérvese, al respecto, que la otra variante mos dioses (8. 9. 3; 5. 5. 3), o cuando del empleo de la dubitatio en el tramo ini- cial, registrada en dos oportunidades (3. 2. lisa y llanamente justifi ca, ante quie- 23; 6. 4. 4), consiste precisamente en una disyunción inclusiva acerca de la prece- dencia de las dos áreas, facta et dicta, que 33 “De entre cuyo número, no sé si en primer el prefacio enuncia como constitutivas de la lugar debe mencionarse Pausanias [...]”. memoria y la ejemplaridad.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 107-122 117 las dudas que genera su interpretación (5. 3) es ilustrar el por completo cen- como sujeto histórico: surable incumplimiento de la gratia: Et ut a Graecis aliquid, Alcibiades Quo te nunc modo, Magne Pompei, ille, cuius nescio utrum bona an uitia attingam nescio: nam et amplitudi- patriae perniciosiora fuerint [...] (3. nem fortunae tuae, quae quondam 1. ext. 1)35. omnes terras et omnia maria fulgore El contenido de la duda es en sí suo occupauerat, intueor et ruinam mismo irrelevante respecto del papel eius maiorem esse quam ut manu de nuestro autor como agente de la mea adtemptari debeat memini. Sed ejemplaridad y la memoria porque, tamen nobis quoque tacentibus Cn. apenas unas líneas después, el texto Carbonis, a quo admodum adules- endilga la disyuntiva y su resolución cens de paternis bonis in foro dimi- a los propios atenienses: cans protectus es, iussu tuo interempti mors animis hominum non sine ali- Sed uiderint Athenae utrum Alcibia- qua reprehensione obuersabitur, quia dem lamententur an glorientur, quon- tam ingrato facto plus L. Sullae uiri- iam adhuc inter execrationem hominis bus quam propriae indulsisti uere- et admirationem dubio mentis iudicio cundiae (5. 3. 5)37. fl uctuatur (3. 1. ext. 1)36. Como podemos ver, Valerio com- Pero lo que sí es relevante, en bina aquí, sugerentemente, la dubitatio cambio, es el empleo de la fi gura para con otra de las fi guras por adjunción indicar esta suerte de alternativa entre vinculadas con ella, la praeteritio. Una laus y reprehensio que comporta el y otra se complementan, ahondan la quehacer de ciertos personajes, y que focalización múltiple propia del uso de Valerio reitera en otros casos donde la dubitatio en Valerio, y enfatizan así la duda es signifi cativa porque hace el tenor alusivo y a la vez elusivo de a los romanos. De entre ellos, el más todo el pasaje. En efecto, leída a la luz representativo es uno que involucra a Pompeyo, fi gura ineludible del pasado 37 “En cuanto a ti, Pompeyo Magno, no sé reciente pero a la vez confl ictiva para de qué modo tratarte, pues no solo tomo quien dedica su obra a Tiberio y no en cuenta la grandeza de tu fortuna, que pierde ocasión de glorificar a Julio alguna vez ocupó con su brillo todas las tierras y todos los mares, sino que tengo en César. El objetivo de todo el apartado mente que su caída fue demasiado grande como para que yo deba acercarme a ella con mi mano. Pero con todo, incluso aunque se 35 “Y, para tomar algo de los griegos, aquel silencie, la muerte, ejecutada por orden Alcibíades, de quien no sé si fueron más tuya, de Cneo Carbón, quien te había pro- dañinos para su patria sus buenas cualida- tegido luchando en el foro por tus bienes des o sus defectos”. paternos cuando eras aún muy joven, per- 36 “Pero vea Atenas si se lamenta o se gloria de manecerá en la mente de los hombres no Alcibíades, pues hasta ahora la duda fl uctúa sin alguna censura, pues con este acto tan entre la execración y la admiración de ese ingrato complaciste más al poder de Lucio hombre”. Sila que a tu propio sentido del respeto”.

118 Alicia Schniebs / Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad… de la frase participial concesiva (quo- de Farsalia, pueda deberse no solo o que tacentibus) que denota la presencia no tanto a la fortuna, sino también, al de la praeteritio, la dubitatio parece- menos desde la perspectiva de un cesa- ría plantear una disyuntiva implícita riano, a su propia índole que lo lleva a entre tacere / dicere, derivada, en el desatender sus compromisos para con decir del autor, del estrepitoso cam- Julio César y con Roma. Este denso bio de fortuna padecido por Pompeyo entramado de implícitos permite pen- entre su extraordinaria gesta militar sar que la alternativa subyacente en la y algo que se da por sobreentendido, dubitatio es doble y en ambos casos lo cual implica una mirada centrada involucra el posicionamiento de Vale- en el agente pero enriquecida por ele- rio como sujeto del discurso ejemplar mentos externos al hecho específi co, y la memoria. Por un lado, plantea la tal como vimos en el ya comentado disyuntiva entre callar o decir, esto caso de Jerjes. Así, la duda (quo ... es, entre recordar u olvidar, opción modo) no ronda o, mejor dicho, no fundamental para quien se presenta parece rondar en torno del modo de en el prefacio como un selector de la formular el exemplum sino de algo más masa de hechos y dichos recordables, básico: la opción de referirlo o callarlo. pues, como bien señala Flower (2006: Sin embargo, el resto de la preterición 1-13), el olvido es en Roma, como en complejiza esta primera lectura porque cualquier otra cultura, una forma de identifi ca a Pompeyo con un vitium, ejercer el control de la memoria; algo censurado de manera explícita a través que Valerio tiene muy presente pues del sustantivo reprehensio, e implícita a en sus referencias a las feroces pros- través de la identifi cación con Sila, del cripciones dispuestas por los triun- verbo indulgere, de la negación de la viros, se cuida muy bien de “olvidar” verecundia, y del hecho signifi cativo de que Augusto era uno de ellos38. Por el que, unas pocas líneas antes y dentro otro, formula la alternativa entre dos de los ejemplos que ilustran el cum- maneras de decir el recuerdo: una plimiento de la gratia, Valerio incluye abierta y explícita que, verifi cada en el precisamente al propio Sila, quien resto de los exempla del apartado, no demuestra públicamente su reconoci- deja dudas respecto de la opinión del miento a Pompeyo por haberlo apo- enunciador; y otra que solo la insinúa, yado en su juventud, cuando peleaba como se comprueba al cotejar esta for- en el ejército de su padre (5. 2. 9). Pero mulación del caso de Pompeyo con el además, al referirse a un hecho ocu- pasaje que introduce los del resto de rrido entre el 82 / 81 a. C. y por lo tanto los individuos mentados: previo a los momentos de esplendor Ceterum ut senatus populique mens y ruina antes mencionados, nuestro in modum subitae tempestatis con- autor deja entrever la posibilidad de citata leni querella prosequenda est, que esa estrepitosa caída, que desde luego no es otra cosa sino la derrota 38 Cfr. 5. 7. 3; 6. 7. 2; 7. 3. 9; etc.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 107-122 119 ita singulorum ingrata facta liberiore refl exión de este hacedor de la memo- indignatione proscindenda sunt, ria acerca no solo de su contenido, sino quia potentes consilii, cum utrumque también la manera de interpretarla y, ratione perpendere liceret, scelus pie- por ende, de emplearla. Poco importa, tati praetulerunt (5. 3. 3)39. insistimos, el tenor en sí de las presun- El contraste entre este modo de tas dudas. Lo que importa es plantear- referir la memoria definido como las como tales y colocar al emisor y en libera indignatione proscindere y aquel cierto modo a sus destinatarios ante la otro implicado en la dubitatio no puede necesidad de volver a dar respuestas o, ser más explícito. Desde luego estamos quizás mejor, de volver a formularse las aquí frente a un personaje particular- preguntas, reformulación ineludible mente controversial en sí y sobre todo para la elite en un escenario signado bajo Tiberio y las prácticas de censura por la instauración del régimen auto- y castigos derivadas de su legislación crático, que la elección de un sucesor de maiestate40, que en nada puede com- por parte de Augusto plantea como un pararse al inofensivo suicidio de Porcia estado de cosas defi nitivo e irreversi- o a los austeros reclamos de Coriolano. ble. En efecto, esta transformación Pero su ventaja consiste en que, por implica un reposicionamiento de la efecto de la artifi ciosa factura retórica, dirigencia que, anulada como sujeto el texto deja entrever su propio proceso colectivo de poder, pone en discurso productivo y, con ello, la razón de ser un abanico complejo y a veces contra- de la dubitatio en la puesta en palabra dictorio de representaciones tendien- de la operación selectiva e interpreta- tes a construir su actitud y función ante tiva anunciada por el autor. el régimen autocrático, caracterizado, Como esperamos haber demos- según bien señala Lobur (2008), por la trado, al ampliar y/o variar la focaliza- instalación del consensus como instan- ción del pasado, sea aportando la pers- cia de legitimación que trasciende las pectiva de Aníbal, sea jerarquizando instituciones republicanas y garantiza el quehacer de algunos por sobre el de la concordia, devenida esta condición otros, sea sugiriendo la dualidad de sufi ciente y necesaria no solo de la exis- Pompeyo, el soliloquio aparente pro- tencia y el poder de Roma sino tam- pio de la dubitatio implica la propia bién de un modo de vida identifi cado con la salus y la tranquillitas, lemas por excelencia del principado de Tiberio. 39 “Pero, así como la mente del senado y del Como va de suyo, esta reformulación pueblo, excitada como una súbita tempes- del entramado simbólico comporta tad, debe referirse con leve reconvención, necesariamente la revisión de los mores así los actos ingratos de los individuos en particular deben fustigarse con la más libre y, con ello, de los agentes y las acciones indignación, pues pudiendo deliberar y ejemplares que los refrendaron en el sopesar lo uno y lo otro por medio de la pasado. Dicho de otro modo, si, como razón, prefi rieron el crimen a la piedad”. dice Enio, “moribus antiquis res stat 40 Cfr. Levick (1999: 180-200).

120 Alicia Schniebs / Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad… Romana virisque” (Anales, 5. 156 Sk)41, Desideri, P. (2004). “Fatti e detti memorabili: el nuevo orden trae consigo no solo un un progetto storiografi co?” en Troiani, L.- Zecchini, G. (eds.). La cultura storica nei cierto recorte de la memoria colectiva primi due secoli dell’impero romano. Roma: sino también y sobre todo una nueva L’Erma di Bretschneider; 77-98. manera de perpetuarla y de interpre- Farrell, J. (1997). “Th e Phenomenology of tarla. En este proceso de “barajar y dar Memory in Roman Culture”. En Th e Classi- de nuevo” se inscriben Valerio, su obra cal Journal 92/ 4; 373-383. y, si se nos permite el oxímoron, el dia- Flower, H. J. (2006). Th e Art of Forgetting. lógico soliloquio de la dubitatio, que Disgrace and Oblivion in Roman Political acaso no por casualidad es una de las Culture. Chapel Hill: University of North Carolina Press. fi guras predilectas de nuestro autor. ¶¶ Gowing, A. (2005). Empire and Memory. Th e Representations of the Roman Republic in Bibliografía Imperial Culture. Cambridge: Cambridge University Press. Ediciones y traducciones Guerrini, R. (1980). “Tipologia di ‘fatti e detti memorabili’: dalla storia all’exemplum”. En Materiali e discussioni per l’analisi dei testi Briscoe, J. (ed.) (1998). Valeri Maximi. Facta classici 4; 77-96. et dicta memorabilia, vols. I-II. Leipzig: Lausberg, H. (21967). Manual de retórica liter- Teubner. aria. Madrid: Gredos (11966). Martín Acerra, F. (trad.) (1988). Valerio Levick, B. (21999). Tiberius the Politician. Lon- Máximo. Los nueve libros de hechos y dichos don and New York: Routledge (11986). memorables. Madrid: Akal. Lobur, J. A. (2008). Consensus, Concordia and Shackleton Bailey, D. H. (ed. y trad.) (2000). the Formation of Roman Imperial Ideology. Valerius Maximus. Memorable Doings and New York-London: Routledge. Sayings, vols. I-II. London: Harvard Uni- versity Press. Maslakov, G. (1984). “Valerius Maximus and Roman Historiography. A Study of the exempla Tradition”. En Aufstieg und Nie- Bibliografía citada dergang der römischen Welt (ANRW) II. 32. 1; 437-496. Alfonsi, L. (1984). “Caratteristiche della let- Mortara Garavelli, B. (21996). Manual de teratura giulio-claudia”. En Aufstieg und retórica. Trad. de María José Vega. Madrid: Niedergang der römischen Welt (ANRW) II Cátedra (11991). 32.1; 3-39. Roller, M. (2001). Constructing Autocracy. Aris- Bloomer, W. M. (1992). Valerius Maximus tocrats and Emperors in Julio-Claudian Rome. & the Rhetoric of the New Nobility. Cha- Princeton: Princeton University Press. pel Hill and London: University of North Roller, M. (2004). “Exemplarity in Roman Carolina Press. culture: the cases of Horatius Cocles and David, J. M. (1980). “Maiorum exempla sequi: Cloelia”. En Classical Philology 99; 1-56. l’exemplum historique dans les discours Roller, M. (2009). “Th e exemplary past in judiciaires de Cicéron”. En Mélanges de Roman historiography and culture” en l’École Française de Rome 92/ 1; 67-86. Feldherr, A. (ed.). Th e Cambridge Com- panion to the Roman Historians. Cambridge: 41 Lo romano se asienta sobre las costumbres Cambridge University Press; 214-231 antiguas y sobre los varones.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 107-122 121 Skidmore, Cl. (1996). Practical Ethics for Roman Gentlemen. Th e Work of Valerius Maximus. Exeter: University of Exeter Press. Suleiman, S. (1977). “Le récit exemplaire. Parabole, fable, roman á thèse”. En Poétique 32; 468-489. Thurn, N. (2001). “Der Aufb au der Exem- plasammlung des Valerius Maximus”. En Hermes 129/ 1; 79-94.

Recibido: 24-02-2013 Evaluado: 12-04-2013 Aceptado: 15-04-2013

122 Alicia Schniebs / Dubitatio y exemplum en Valerio Máximo: el funcionamiento de la ejemplaridad… Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont

Mariano Javier Sverdloff [Universidad de Buenos Aires - Conicet] [[email protected]]

Resumen: Dentro de las diversas relecturas n el marco de las de la literatura latina ‘decadente’ del fi n-de- siècle, Le latin mystique (1892) de Remy DE diversas relecturas GOURMONT ocupa un lugar excepcional, en la medida en que no se trata solamente de un de la literatura latina texto crítico sino también de una antología ‘decadente’ del fi n-de- comentada y traducida. Le latin mystique, texto que se plantea como la exploración de una lite- siècle, Le latin mystique ratura no estudiada por críticos y profesores, es una obra clave para comprender aspectos (1892) de Remy de de la sensibilidad fi n-de-siècle y las lecturas Gourmont ocupa un ‘no académicas’ que escritores del siglo XX, tales como Ezra POUND o Jorge Luis BORGES, lugar excepcional, en la harán de la latinidad clásica y medieval. Emedida en que no se trata solamente de un texto crítico sino también de una Palabras clave: Gourmont - décadence - latín 1 medieval - intertextualidad - Menard. antología comentada y traducida . La compilación de Gourmont, al igual Re-writings of the Tradition: Le latin mysti- que el texto en el cual se inspiró, el capí- que by Remy de Gourmont tulo III de À rebours (1884) de Joris- Abstract: Among the various fi n-de-siècle rein- terpretations of the ‘decadent’ latin literature, Karl Huysmans, implica toda una serie Le latin mystique (1892) of Remy DE GOURMONT de complejas operaciones de lectura has a singular place, because is not only a criti- cal essay but also an annotated and translated y reescritura. El ‘redescubrimiento’ anthology. Le latin mystique, book that reviews a literature supposedly not studied by critics de textos antiguos o medievales es un and scholars, is a key text for understanding movimiento ambiguo: por un lado, se aspects of the fi n-de-siècle sensibility and the ‘non-academic’ readings that twentieth century writers, like Ezra POUND or Jorge Luis BORGES, will make of the classical and medieval latin literature. 1 Abreviaremos Le latin mystique como LLM. Citamos siguiendo la siguiente edición: de Gourmont, R. (1922). Se encuentran Key words: Gourmont - décadence - medieval latin - intertextuality - Menard. valiosas indicaciones sobre LLM y la obra de Gourmont en general en URL http:// www.remydegourmont.org/ (accedido el 18/08/2013).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 123 revalorizan obras del pasado, con toda tación en cierto sentido anómala, que su carga de autoridad y prestigio; y, por se aparta deliberadamente de la exac- el otro, tales obras son releídas de un titud de las lecciones fi lológicas. Ya modo radicalmente novedoso, proceso Charles Baudelaire, en sus “Notes este que podrá también observarse, por nouvelles sur Edgar Poe” (1859), había ejemplo, en el uso de las fuentes clá- recurrido a la crítica del canon pro- sicas y medievales que hacen Rubén fesoral para reinterpretar a su modo Darío o Ezra Pound, ambos atentos la oposición decadencia/clasicismo3. lectores de Gourmont. De este modo, Este gesto antiacadémico se encuen- LLM, texto que se plantea como la tra también en Huysmans, quien exploración de una literatura no estu- critica en À rebours no solamente a diada por los críticos y profesores, es Virgilio sino a los pedantes (“pions”) un texto clave para comprender no que lo proponen como modelo4. La solo aspectos de la sensibilidad fi n-de- décadence fi nisecular, a la par que siècle, sino las lecturas ‘no académicas’ revaloriza la literatura tardoantigua, que el siglo XX hará de la latinidad clá- bizantina o medieval, propone un uso sica y medieval2. ¶ deliberadamente distorsivo de la tra- dición, a partir del cual se interpreta Fin-de-siècle y lógica al ‘clasicismo’ como una copia ser- del montaje vil de las fuentes. Se trata este de un movimiento ambiguo, dado que por a relectura de las fuentes anti- un lado se critica la erudición acadé- guas es, tal como se sabe, uno de mica, pero por el otro se hace un uso Llos aspectos más signifi cativos discrecional y fragmentario de ella, que se mezcla con el comentario, la de la literatura del fi n-de-siècle. Ahora 5 bien, una vez que nos adentramos en traducción libre o la reescritura . el análisis concreto de esas apropia- ciones, nos encontramos con diver- sos problemas interpretativos. En 3 “Littérature de décadence! - Paroles vides de sens que nous entendons souvent tomber, principio, hay que decir que no esta- avec la sonorité d’un bâillement empha- mos frente a lectores que dominen tique, de la bouche de ces sphinx sans con solvencia absoluta sus fuentes, énigme qui veillent devant les portes saintes al modo en que, por ejemplo, podían de l’Esthétique classique. A chaque fois que l’irréfutable oracle retentit, on peut affi rmer hacerlo un Desiré Nisard o un Ernest qu’il s’agit d’un ouvrage plus amusant que Renan. La lectura que hacen Léon l’Iliade” (Baudelaire 1968: 346). Bloy, Joris-Karl Huysmans y Remy 4 Huysmans 2005: 599. de Gourmont implica una interpre- 5 Véase como ejemplo el himno latino que Jean Richepin preparara para el Tombeau de Charles Baudelaire (1896), reproducido 2 Una interesante discusión de la idea de en la revista La Plume, que recuerda, a su lectura ‘no académica’ de los clásicos se vez, a “Francescae meae laudes”, pieza en encuentra en García Jurado 1999. latín incluida en las Fleurs du mal (fi gura 1).

124 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont La décadence es una forma de la quête d’un idéal diff érent des pos- montaje intertextual, que convierte en tulats offi ciels de la nation résumés en principios productivos la mala inter- une vocifération vers un paganisme pretación o el anacronismo. El cono- scientifi que et confortable (déifi ca- cimiento no especializado, en muchos tion de la nature, de la science, de la casos escolar de la cultura grecolatina, force, de l’argent, de l’hygiène, culte confi gura un archivo fantaseado de las de l’enfant, du petit soldat et de la formas, y posibilita la acuñación de gymnastique, etc.); et, pour ce qui toda una serie de discursos en torno est des normes prosodiques, un grand a la tradición, que dialogan con la dédain. A cause, sans doute, de ces lectura parcial de las fuentes. Recuér- semblances vaguement perçues, le dese que el método de composición nom nous fut donné de décadents; il de Huysmans para su famoso capítulo ne peut convenir. La décadence d’une III de À rebours, como ya notara en langue c’est sa mort lente ; elle ne peut su momento el propio Gourmont en être perçue qu’après son extinction sus “Souvenirs sur Huysmans”, fue el de totale. Décadents furent relativement fundir pasajes de diversos manuales de les poètes qui sculptèrent en un bois literatura latina, con escasa consulta vermineux; décadents par fatalité; de los textos originales6. Este gesto, en le mot est de convention: pour en cierto sentido inaugural, adelanta toda référer encore, par exemple, au Sta- una lógica del montaje, a la que acu- bat Mater, quels signes de décadence dirá una y otra vez el fi n-de-siècle: los reconnaître en ce poème oeuvré par textos antiguos devienen una materia une main douloureuse mais sûre, plenamente manipulable a partir de selon des lignes très nobles, des voiles la cual se enuncian fi cciones críticas raidis comme par des larmes de sang, sobre la historia de la literatura. Lo en cette robe de deuil mais frangée cual posibilita reorganizar el canon d’or vert, mais stellée d’améthystes? mediante todo un arte de la referencia Ne furent-ils pas bien plutôt les déca- parcial y fuera de contexto: así Gour- dents, les Italiens qui alors, ou plus mont puede referirse a Catulo como tard un peu, ovidifi aient de mytholo- “ce Verlaine” (LLM 5), o bien comparar giques lamentations? el “Stabat mater” con la poesía de Jules Et en ces récentes années, quel fut Laforgue, para discutir la validez de l’authentique décadent, du poète la noción de décadence: chercheur de formes, d’images, du Plus d’un trait de la fi gure caracté- poète forgeur de son verbe; d’un ristique des poètes latins du christia- Laforgue ou d’un Sully-Prudhomme; nisme se retrouve en la présente poésie de ce fol ivre d’impossible ou de ce française, — et deux sont frappants: rédacteur de vers, à l’âme polytechni- que et morale? (LLM 9)

6 de Gourmont 1924: 5-18. Cfr. también Gomez y Van de Ven 1996 y Céard 1978.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 125 La décadence no cesa de inventar Borges9). Resumamos brevemente la infl uencias y genealogías literarias7. narración que hace Gourmont en LLM propone una fi liación medieval el cuarto tomo de sus Promenades para el verso libre, que habría sido Littéraires: Louis Ménard fue poeta prefigurado por los secuenciarios romántico, plagiario, helenista, histo- (“sequentiaries”) y las letanías (“lita- riador de la religión, químico, pintor, nies”); según Gourmont se estaría renovador de la ortografía, partisano produciendo en la poesía del siglo XIX de la comuna; en el plano religioso, una suerte de ruptura comparable a la se consideró sucesivamente adorador que signifi có en la Edad Media el paso de los dioses paganos y exaltado cris- de la métrica cuantitativa de la Anti- tiano devoto de la Virgen de Lourdes. güedad clásica al verso cualitativo de Se trata, según Gourmont, de uno las lenguas vulgares, basado en la rima, de esos personajes que “admettent el acento, la aliteración y la cantidad tous les dieux, n'étant pas bien sûrs de de sílabas (es interesante observar que croire en Dieu” (de Gourmont 1920: para Gourmont la métrica de la Edad 161). Ahora bien, a partir del eclecti- Media implicó un retorno a los oríge- cismo, se confi gura toda una práctica nes populares de la poesía latina: la literaria: Ménard escribe poemas a la métrica cuantitativa, esto es, de largas manera de Leconte de Lisle; redacta un y breves, es leída como una importa- Prométhée délivré en francés (aunque, ción “artifi cial” tomada de Grecia, que según Gourmont, el “pagano místico” violentó el verdadero carácter del verso hubiese disfrutado más escribiéndolo latino, basado en el número de sílabas, directamente en la lengua de Esquilo); la aliteración, la rima y la asonancia)8. escribe un relato apócrifo de Diderot, Para comprender el uso que hace Le diable au café, texto que habría LLM de la tradición medieval, qui- pasado por original de no haber sido siéramos detenernos un poco en este denunciada la falsifi cación por Anatole carácter fi ccional y descontextualizante France. El clasicismo de Ménard es de la erudición fi n-de-siècle, ejemplifi - una forma de anacronismo: cado en el retrato gourmontiano de la C'etait un jeune homme d'une ardeur fi gura de Louis Ménard (personaje en incroyable à l'étude, mais qui, au el que se basa, como ha notado entre moment même où il se sentait plein otros Emir Rodríguez Monegal, el de vers eschyliens, ne pouvait oublier Pierre Menard del célebre cuento de qu'il était le contemporain de Victor Hugo. Quand il lisait Homère, il pensait à Shakespeare, mettait Hélène 7 Cfr. Michel 1983. sous les regards distraits d'Hamlet et 8 LLM 7-8. Cfr. Murat 2010. Para un acer- camiento a las lecturas gourmontianas del 9 Cfr. Rodríguez Monegal 1987: 112. Para medioevo, tema que se extiende mucho la relación Gourmont-Borges, cfr. el sug- más allá de LLM (y por tanto de nuestra estivo e interesante artículo de Gaël Pri- exposición), cfr. Tucci 2008. gent (2011).

126 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont entrevoyait aux pieds d'Achille la poco como las extrañas ropas de fi ló- plaintive Desdémone (de Gour- sofo cínico con las que se paseaba por mont 1920: 163). París, atemorizando a los porteros de Si para Ménard leer un texto del las casas de sus amigos. ¿Es Ménard pasado es invocar el presente, inversa- ‘antiguo’ o ‘moderno’? ¿‘Copia’ o ‘crea’ mente, escribir es copiar, citar un texto Ménard? ¿La imitación menardiana del pasado, dado que “Il a trop lu et il no es, después de todo, una suerte de a trop de mémoire. Même quand il ne originalidad? cite pas, on sent qu'il s'appuie sur une La respuesta a estas preguntas, autorité cachée” (de Gourmont 1920: con grandes resonancias en el arte y 166). Ménard padece, pues, un exceso la literatura del siglo XX, es indecidi- de erudición, dado que las “mauvai- ble, lo cual es una cifra de la compleja ses herbes” que hubiera habido que relación que existe en el fi n-de-siècle arrancar del labrantío de su espíritu entre invención y parodia, tal como habrían alcanzado para engalanar más se observa también en LLM. Recuér- de un campo vecino (de Gourmont dese que muchos textos centrales de 1920: 169). Y esta erudición atrapa la décadence, tendencia que no deja a Ménard en un curioso círculo: de proclamar la originalidad como cuando quiere ser original, no hace valor supremo, revisten un carácter más que parodiar (así, su Prométhée paródico: el poema de Verlaine délivré no es más que una mala imi- “Langueur”, publicado por primera tación de Esquilo), y cuando parodia, vez en la revista Le Chat Noir el 26 no hace más que ser original (Gour- de mayo de 1883, al ser recogido en mont explica que el texto más logrado Jadis et naguère (1884) fue incluido de Ménard es Le diable au café, esto es, en la sección titulada “À la manière una imitación del estilo de Diderot de plusieurs”, con lo cual queda bas- de la cual dice que está mejor escrita tante claro el carácter irónico de su que cualquiera de las obras de Dide- enunciación; uno de los textos claves rot). A pesar de su erudición (o más en la difusión de la idea de que efecti- bien gracias a ella), Ménard no logra vamente existía un movimiento deca- deslindar el presente del pasado. Fra- dente fue Les déliquescences, poèmes casa así en uno de los objetivos de la décadents d'Adoré Floupette (1885), fi lología y la ciencia histórica, que es pastiche que combina reescrituras de conocer el pasado en cuanto pasado: Verlaine, Rimbaud, Mallarmé y su propio presente se entromete para otros autores (claro que “Adoré Flo- reescribir el pasado, como sucede en el upette” es una invención de los ver- caso del Diable au café. Pero también daderos autores del volumen, Henri fracasa Ménard cuando intenta ser un Beauclair y Gabriel Vicaire); Paul autor original, dado que el pasado, la Adam y Félix Fénéon publicaron, bajo cita de los antiguos, se entromete en el seudónimo de Jacques Plowert, el el presente: su Prométhée délivré es un diccionario paródico Petit glossaire

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 127 pour servir à l’intelligence des auteurs que en breve nos referiremos, sino décadents et symbolistes (1888). Y por también por el modo en que Gour- supuesto, la propia novela À rebours no mont, promeneur de la literatura puede sino ser interpretada como una latina cristiana, recontextualiza diver- sátira o ironía sobre la propia noción sos detalles con el objeto de saciar la de décadence. La falsedad y el artifi cio curiosidad del esteta fi n-de-siècle. Así que se supone es propia de los lengua- sucede con las páginas dedicadas a jes ‘decadentes’ es llevada al segundo los debates medievales acerca de la grado por estas obras que a la vez que virginidad de María, donde Gour- crean la literatura decadente, son ya su mont, en una clave inequívocamente parodia. Es una variante sofi sticada, fi nisecular, glosa las descripciones del hipertextual, de la fumisterie o esprit de vientre puro de la madre del hijo de blague que encontramos en colectivos Dios o las discusiones acerca de si fue como los Hydropathes, los Hirsutes, o ella fecundada o no auricularmente, los Incoherents10. ¶ bien que aclarando que solamente en “esprits antimystiques” estas lecturas Remy DE GOURMONT, lector podrían provocar representaciones anacrónico del medioevo irrespetuosas (LLM 316-7). Lo mismo podría decirse de esos inventarios de s notable que Gourmont en piedras preciosas que aparecen en el su LLM recurre a procedimien- lapidario de Marbodio (cap. XII de Etos que recuerdan el anacro- LLM), que recuerdan a las coleccio- nismo de la ‘obra’ del pagano mís- nes y catálogos que tanto fascinaban tico Ménard. Y esto no solamente a des Esseintes o a esas largas series por las opciones de traducción, a las de adjetivos que Gourmont utilizará en sus propias “Litanies de la rose”. También es un ejemplo de anacro- 10 Una leyenda sobre la acuñación del término nismo el modo en el que Gourmont, “Décadents” como forma de denominar a como buen psicólogo fi nisecular, se escritores resalta este costado paródico y admira del raro conocimiento que humorístico de la décadence (costado que a veces olvidan lecturas al estilo de la de demuestra del “caractère feminin” Mario Praz, que se concentran sobre todo Anselmo de Canterbury cuando en la mitología de la ‘enfermedad’ y el mal desmonta “le mécanisme de cet être du siècle): se dice que cuando algunos escri- si naïvement immoral” (LLM 243). A tores jóvenes invitaron a Verlaine a par- ticipar de una revista cuyo título iría a ser este mismo espíritu misceláneo y fi s- La Décade, Verlaine contestó: “On va se gón, más amante de la sorpresa que foutre de vous, on va vous appeler les Déca- de la exactitud, responde una obser- dents” (Verlaine 1959: 988); la escuela vación como la siguiente acerca de ‘decadente’ podría deberle, por tanto, su nombre a un calembour, lo cual no deja de las difi cultades que tenían los monjes ser signifi cativo. Asimismo, para un con- medievales para mantener la castidad: texto del problema del pastiche en la litera- tura francesa del siglo XIX, cfr. Aron 2008.

128 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont Ces six degrés de l’échelle de chasteté traducciones que son en muchos casos apparaissent, même le premier, d’une reescrituras. Variedad de registros a la diffi cile ascension : aussi les vieux cual también hay que sumar el frontis- traités de théologie morale sont-ils picio de Maurice DENIS y los ornamen- remplis d’exemples de manquements, tos art nouveau de Roger DEVERIN (cfr. de chutes en la rupture des échelons. fi guras 2-5), que aproximan a LLM a C’est, au rapport d’Odon de Cluny, L’Ymagier, la revista que Remy DE la mémorable aventure de ce prêtre GOURMONT dirigió entre 1894 y 1896 qui mourut si malheureusement, “ita con Alfred JARRY, y donde se asiste a divino judicio miser interiit, ut cum una curiosa lectura de la iconografía semen funderet animam pariter exha- medieval en clave simbolista12. LLM laret, sicut mulier perhibuit”. es un artefacto literario en el que se Au même chapitre II des Collatio- superponen multitud de tiempos cultu- nes, Odon narre la singulière tenta- rales. Y colabora con este efecto calei- tion, singulière par l’ingéniosité des doscópico la ordenación de la antolo- arguments, à laquelle, par le fait du gía, que aunque presenta en general un Malin, succomba un pauvre ermite: criterio cronológico, según el cual cada capítulo incluye uno o varios autores Cui per diabolum injecta cogitatio de la misma época, también intercala est ut quandocumque libidine titi- capítulos que narran la diacronía de llaretur, sic semen de tritu genitalis un género o tipo de composición, tal membri egerere deberet, tanquam como los “sequéntiaires” (cap. VII), fl egma de naribus projiceret. las “litanies” (cap. IX), la “séquence” Et le théologien, merveilleux à (cap. X), al ciclo anónimo de la Virgen propos! lui applique la parole d’Isaïe: (cap. XVII) o el “Dies irae” (XVII). “Tes mains sont pleines de sang” GOURMONT además agrega multi- (LLM 175). tud de citas de autores no medieva- LLM no es una historia científi ca- les o en otras lenguas que el latín. mente construida (como sí lo son, por Así sucede en el capítulo XIX, el que narra la historia del “Stabat mater”, ejemplo, las compilaciones de MIGNE que empieza en el siglo XI y termina y DU MÉRIL, consultadas por GOUR- con VERLAINE, “le plus méprisé d’entre MONT), sino una serie de ensayos que incluye textos originales y traduccio- les poètes parias” (LLM 361), de quien nes en verso y en prosa11. Se trata de asimismo se cita un poema de Sagesse. un conjunto heterogéneo en el cual la Otros ejemplos son las citas de autores voz autoral puede amplifi car tal o cual como Laurent TAILHADE (LLM 299), poesía latina, hacer la écfrasis de una la inclusión en el cap. IX de una leta- ilustración medieval o bien proponer nía del siglo XVII escrita en francés, hallada en el breviario de una religiosa desconocida (LLM 155), o la transcrip- 11 Para las fuentes usadas por Gourmont, véase la bibliografía en LLM 389-398. 12 Cfr. fi guras 6-10.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 129 ción en el cap. XVI de unos “Horloges con una lectura puramente literaria de de la Passion”, que tienen interpolada la literatura medieval. De este modo, debajo del texto latino la traducción a mientras que BLOY presenta como una un francés contaminado de normando versión exasperada y radicalizada del (LLM 287). GOURMONT muestra, pues, Génie du Christianisme (1802) de a la tradición como un palimpsesto René DE CHATEAUBRIAND o del Du plural. Lo cual salta aún más a la vista pape (1819) de Joseph DE MAISTRE, si se coteja, tal como ha hecho Gaëlle GOURMONT, interesado en la diacronía GUYAUX-ROUGE, LLM con “La langue literaria, a la vez condena la ortodoxia de Dieu”, la reseña que de LLM hiciera gramatical y se burla sutilmente del Léon BLOY, publicada en el Mercure dogmatismo religioso. Agreguemos de France en marzo de 1893 (GUYAUX- asimismo que también un HUYSMANS ROUGE 2005). BLOY hace en este texto ya convertido atacará directamente esa una exégesis alegórica de la transfor- zona de ambigüedad y anacronismo mación de la lengua latina; de este que es manifi esta en el texto gourmon- modo, mientras que el latín del Impe- tiano: en el prefacio a la primera edi- rio Romano habría sido la lengua de la ción de LLM (que luego sería sacado corrupción, el latín medieval cristiano por GOURMONT), critica abiertamente la sería la lengua de la salvación; el latín moda literaria del misticismo, y emite se identifi ca, de hecho, directamente incluso un juicio adverso sobre las tra- con el cuerpo de Cristo, dado que se ducciones de LLM, que no le parecen dice que él también fue crucifi cado “suffi samment littérales et exactes”14. como el hijo de Dios13. Y al modo Objeción esta a la que responderá en el que del pecado de Loba surgió Marcel SCHWOB en su reseña a LLM la dulzura de la Virgen, del corrupto latín romano nació el latín cristiano, instrumento de la revelación, cuyo 14 El prefacio de Huysmans fue luego recogido en En marge (1927), compilación exponente más logrado es el “Stabat preparada por Lucien Descaves. Cita- mater”. Lo cual contrasta, tal como mos de la edición electrónica de ese texto: explica GUYAUX-ROUGE, con la asi- “Je laisse maintenant de côté une partie du livre qui, je l’avoue sincèrement, me gêne un milación que GOURMONT intenta entre peu, celle des traductions. Souvent, elles me misticismo cristiano e “idéalisme” fi n- paraissent rester inertes et parfois elles ne de-siècle (por ejemplo, en LLM 123), y sont pas, à mon avis du moins, suffi sam- ment littérales et exactes. Mais, sauf cette réserve, il est légitime de glorifi er le livre, car, 13 “Mais la langue latine fut heureusement en dehors même de sa parfaite chimie qui accrochée par les Trois Clous et ne fi t plus un parvient à condenser en de brèves pages la pas vers la mort. A des profondeurs incom- masse de documents épars dans de copieux mensurables, elle est ainsi devenue la Polaire bouquins, il relève et assaisonne des sujets toujours immobile d’un fi rmament dévasté. jusqu’alors cuits à l’étuvée et dans de l’eau de Elle est aux autres langues, en un mot, ce pompe par de bas cuistres” (Huysmans 1927 que la Vulgate est aux autres versions de la [Disponible en URL http://www.huysmans. Parole, l’unique à ‘peu près’ de restitution org/enmarge/enmarge4.htm], accedido el divine” (Bloy: marzo de 1893). 18/08/2013).

130 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont aparecida en el Mercure de France en Venancio FORTUNATO pero errónea- noviembre de 1892: mente atribuido a Claudio MAMERTO: M. de Gourmont a adopté un sys- Sola digna tu fuisti ferre pretium tème particulier pour rendre en [saeculi français le Latin mystique. Il le tra- Atque portum praeparare nauta duit en bon frère. Il le transforme et [mundo naufrago il l’orne, parce qu’il l’aime par-dessus Quem sacer cruor perunxit fusus tout et qu’il veut le faire aimer aux [Agni corpore. autres. Ainsi Baudelaire a donné du (Solamente tú fuiste digna de pagar style aux phrases parfois incertaines [una fi anza por la época d’Edgar Poe. Quand M. de Gour- Y de preparar, como navegante, un mont traduit: [puerto para el mundo náufrago, Oculorum acies nunquam satiatur Ungido de la sagrada sangre que [avara, [manó del cuerpo del Cordero)16. “Les yeux concupiscents, poignards se traduce así: [insatiablement avides”, Seul, tu fus digne de porter la rançon il n’est point besoin de nous avertir [du siècle, que sa traduction est volontairement O fanal éternel du havre permanent. inexacte, et qu’il a faussé le sens vers Secours défi nitif du monde rénové par le concret (Schwob: noviembre de [le sang sacré de l’Agneau. 1892). Del mismo modo, esta letanía Y efectivamente, la “méthode (LLM 154): littéraire-littérale” (nótese la obvia contradicción de la expresión) que Christe eleison, qui expansis in cruce manibus traxisti omnia ad te saecula. dice seguir GOURMONT acude al ana- cronismo y la reescritura15. Así, por Christe eleison. ejemplo, la última estrofa del “Pan- Kyrie eleison, Agne mitis basia cui gue lingua” (LLM 74-5), escrito por lupus dedit venenosa, Kyrie eleison. Christe eleison, qui prophetice promp- sisti : Ero mors tua, o mors, Christe 15 “Aucun des textes qui seront mis en fran- eleison. çais n’avaient encore été interprétés selon la méthode littéraire-littérale et la plupart (Compadécete Cristo, que abiertas n’avaient jamais été traduits: À ce point de tus manos en la cruz, arrastraste vue, et aussi par son ensemble et sa logique, ce travail aura donc un intérêt certain pour todas las épocas humanas hacia tí, tous ceux qui ne sont pas atteints de misoné- Compadécete Cristo. isme, qui ont échappé à l’incuriosité de ce siècle, à sa stupidité, à son incapacité spiri- tuelle” (LLM 4). Para un excelente análisis de la técnica de traducción de Gourmont, 16 Todas las traducciones del latín entre parén- cfr. Céard 1996. tesis nos pertenecen.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 131 Compadécete Señor, dulce Cor- Versión encantadora sin dudas dero al cual el lobo le dio venenosos desde el punto de vista rítmico, en besos, Compadécete Señor. donde sin embargo desaparece la Sibila absorbida por el verbo prophétiser, a Compadécete Cristo, tú que profé- los efectos de conservar la rima. Otra ticamente revelaste: Seré tu muerte, forma del anacronismo, si se quiere la oh muerte, Compadécete Cristo) más paradojal, es la traducción etimo- se traduce así: lógica. Gourmont a menudo intenta Christ, aie pitié, ô Toi qui les mains elegir la palabra francesa que más se épandues sur la croix, attiras à toi acerca a la etimología latina, lo cual sin tous les siècles, ô Christ, aie pitié. embargo da por resultado una traduc- ción aún más anacrónica: así sucede Seigneur, aie pitié, ô très doux con la traducción de “De saeculi istius Agneau, à qui le loup donna de véné- fine” (acróstico de Comodiano de neux baisers, Seigneur, aie pitié. Gaza) por “De la fi n du siècle” (LLM Christ, aie pitié, toi qui murmuras 19). Nótese que si bien se respeta la raíz prophétiquement : Je serai ta mort, ô de la palabra latina (o bien justamente mort ! Christ, aie pitié. por eso), la traducción es un anacro- nismo, en la medida en que la expre- Nótese que Gourmont traduce sión “fi n du siècle” remite obviamente “prompsisti” por “murmuras”, lo cual al crepúsculo de siglo XIX y no al fi n de es un excelente hallazgo poético, pero los tiempos apocalíptico al que refi ere se aparta del sentido original de promo, Comodiano. Asimismo, la ya mencio- que puede signifi car “decir”, “revelar”, o nada traducción de “acies oculorum” “dar a conocer”, pero no “murmurar”17. por “poignard”, es también una forma Otro buen ejemplo de los resulta- de invención basada en la etimología: dos de este método es la traducción del Gourmont literaliza la expresión Dies irae (LLM 339): “acies oculorum” (que en latín era una Dies irae, dies illa, frase hecha que signifi caba brillo de los Solvet saeclum in favilla, ojos, la mirada) y vuelve al sentido ori- Teste David cum Sibylla. ginal de acies, el de fi lo o espada18. Éste (Día de la ira, día de la ira es un excelente ejemplo de cómo el Disolverá en cenizas al tiempo método de traducción de Gourmont [humano puede ser a la vez ‘literal’ y ‘literario’. Siendo testigos el rey David y la Ahora bien, la reescritura gour- [Sibila) montiana del latín medieval desborda LLM: Gourmont escribió su propio Jour de colère, en ce-jour-là, “Livre des litanies” (1896), integrán- Comme David le prophétisa, dose a ese sorprendente “Nachleben” Le monde en cendres s'en ira.

17 Cfr. OLD s.v. promo. 18 Cfr. OLD s.v. acies.

132 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont del género “letanía” de las últimas que narra la Historia Augusta (Vida décadas del siglo XIX, al que Isabelle de Antonino Heliogábalo 21.5) y que Krzywkowski (2002) le ha dedicado reprodujo el pintor Lawrence Alma- recientemente un detallado estudio. Tadema en su célebre cuadro Th e roses Quizá la letanía gourmontiana más of Heliogabalus (1888). conocida sea “Letanies de la rose”, Podemos decir, pues, que ‘menar- texto que toma de los secuenciarios dianamente’ Gourmont parodió a los presentados en los capítulos VII y VIII textos cristianos medievales de LLM. de LLM su esquema rítmico, y de las “Les Saintes du paradis” (1898) es una letanías descriptas en el capítulo IX la larga serie de plegarias ordenadas invocación y la repetición formular: alfabéticamente según la inicial del Fleur hypocrite, nombre de las santas, lo cual genera un efecto de extrañamiento, que parece Fleur du silence. adelantar procedimientos vanguar- Rose couleur de cuivre, plus frau- distas u oulipianos, pero que también duleuse que nos joies, rose couleur evoca a los acrósticos de Comodiano de cuivre, embaume-nous dans tes de Gaza citados en LLM y a esos him- mensonges, fl eur hypocrite, fl eur du nos alfabéticos del antifonario de Cam- silence. gill que integran la biblioteca de des Esseintes19. Otro ejemplo de este uso Rose au visage peint comme une fi lle d’amour, rose au cœur prostitué, rose 19 “Agathe, au visage peint, fais semblant d’être Joyau trouvé parmi les pierres de la Sicile, pitoyable, fl eur hypocrite, fl eur du Agathe, vierge vendue aux revendeuses silence. [d’amour, Agathe, victorieuse des colliers et des bagues, Rose à la joue puérile, ô vierge des Des sept rubis magiques et des trois pierres futures trahisons, rose à la joue pué- [de lune, Agathe, réjouie par le feu des fers rouges. rile, innocente et rouge, ouvre les rets Comme un amandier par les douces pluies de tes yeux clairs, fl eur hypocrite, fl eur [d’automne, du silence. Agathe, embaumée par un jeune ange vêtu (…) [de pourpre. Agathe, pierre et fer, Agathe, or et argent, (de Gourmont 1921: 149) Agathe, chevalière de Malte, Claro que no se canta aquí a la rosa Sainte Agathe, mettez du feu dans notre [sang. mística sino a la fl or carnal. La rosa Agnès, gourmontiana entronca así con ese Agnelle, épouse du feu, Agnelle, amie de linaje de las fl ores corruptas y pecado- [l’Agneau, ras del fi n-de-siècle, linaje que incluye a Agnès, plus forte que la magie des jeunes la Pisanelle d’annunziana, a la Flor de [cheveux, la gran Sífi lis de À rebours o a las “violis Agnès, fi lle sacrée du signe de la croix, Agnès, Agnelle et Danielle, toi qui caressas et fl oribus” con las que Heliogábalo D’une main pure la crinière cruelle des sofocó a sus invitados, según la escena [brasiers,

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 133 paródico del latín místico es “Orai- Ezra Pound dice haber encontrado sons mauvaises” (1900), una plegaria en la obra y las teorías de Gourmont paradójica donde encontramos líneas una confi rmación de sus propias ideas como “Que ton âme soit bénie, car elle acerca del ritmo (artículo de diciem- est corrompue” o “Que ta bouche soit bre de 1915 en la Fortnighty review), bénie, car elle est adultère!” (de Gour- le dedica a Gourmont un elogioso mont 1919: 75-7). ¶ obituario en la revista Poetry (1916)21 y en Instigations (1920) transcribe y Productividad de la comenta las “Litanies de la rose” (agre- lectura gourmontiana en guemos que el método de traducción y cita de Homage to Sixtus Propertius el siglo XX o de los Cantos, recuerda bastante a las reescrituras gourmontianas)22. El anto el LLM como las letanías modernismo latinoamericano tam- gourmontianas tuvieron una bién reescribió a su modo el antifo- Tprolífi ca posteridad. Las Pâques nario gourmontiano: tal como explica à New York (1912) de Blaise Cen- Karl Uitti (1960) en un extenso drars se plantean explícitamente trabajo sobre la presencia de Gour- como una reescritura de LLM; T. S. mont en el mundo hispánico, Darío Eliot cita a Gourmont en diversos ensayos y reescribe las “Litanies de la Rose of forgetfulness rose” en “Ash Wednesday” (1930)20; Exhausted and life-giving Worried reposeful Th e single Rose Blanche Agnès, décollée par le glaive aveugle. Is now the Garden Et trempée dans la gloire vierge des lys Where all loves end [rouges. Terminate torment Brebis, Toison, Manteau, trame et chaîne des Of love unsatisfi ed [palliums, Th e greater torment Sainte Agnès, fi lez pour nous la laine éternelle. Of love satisfi ed Angèle End of the endless Qui avez vu dans le ciel une échelle, Journey to no end Une longue échelle rouge où montaient des Conclusion of all that [jeunes femmes, Is inconclusible De belles jeunes femmes vêtues de blanc, Speech without word and Angèle qui avez gravi l’échelle de neige et de Word of no speech [sang, Grace to the Mother Angèle qui êtes montée au ciel en revenant For the Garden [de Jérusalem, Where all love ends” (Eliot 1963: 87-8). Angèle qui avez le pouvoir d’apaiser les orages, 21 Cfr. “Remy de Gourmont”, en Fortnightly Sainte Angèle, apaisez les orages de notre Review, XCVIII (N.S.) 588, (1ero. de diciem- [coeur.” bre de 1915), pp. 1159-1166 y “Remy de (…) (de Gourmont 1919: 60-1) Gourmont”, en Poetry VII.4, enero de 1916, pp. 197-202, ambos compilados en Pound 20 “Lady of silences 1991: 125-134. Calm and distressed Torn and most whole 22 Para la relación entre Pound y Gour- Rose of memory mont, cfr., inter alios, Espey 1955.

134 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont se refi rió numerosas veces a Gour- percibe ecos de LLM en diversas mont en sus Opiniones. Anota Uitti obras, tales como “El coloquio de los que, según Arturo Marasso, el título centauros”, a lo que podríamos agre- Prosas profanas se habría inspirado en gar nosotros la “Letanía de nuestro LLM (recuérdese que la prosa es un señor don Quijote” (1905), o la breve género de poesía litúrgica)23. Uitti “Secuencia para nuestra señora” (1914). Asimismo LLM habría sido el 23 Agreguemos esta observación de Ricardo hipotexto de algunos pasajes de Las Sáenz-Hayes sobre la lectura del antifonario montañas del oro (1897) de Leopoldo gourmontiano en la Argentina: “Con el latín Lugones, lo cual no sería raro si místico se acompañaba ese otro místico sutil tenemos en cuenta que, como hemos que fue Joaquín V. González. En aquella suerte de tétrica antología de los poetas del podido constatar, existe un ejemplar antifonario y del medieva lismo simbólico con marcas de lectura del antifonario que es el Latín místico. Poco amor humano gourmontiano en la biblioteca perso- expresan esos místicos en una lengua que nal de Lugones, conservada en La se parece al latín clásico como Notre Dame al Partenón: como un poema de piedras y Biblioteca del Maestro de la ciudad de lágrimas a una oda de Píndaro; lo que el de Buenos Aires. Es particularmente Calvario a los juegos pyticos; lo que María notoria la inspiración de LLM en “El a Diana. Tan atroz e incorregible se les pre- himno de las torres”, dado que ade- senta a tales poetas, precursores de Dante, la perversidad del hombre, con entrañas de más de varias referencias a la litera- lobo para su semejante, que han perdido tura medieval, Lugones incorpora toda esperanza de infundirle misericordia una cita del poema erótico latino con palabras de amor y recurren a las amena- “Sevit aure spiritus” (que se incluye en zas, a los anuncios de mundo en trance de desaparecer en un infi erno cuyo fuego devo- las páginas 148-9, como poema Nº 56, rador jamás ha de extinguirse en la eternidad en la sección “Amatoria. Potatoria. de castigos que se merecen los culpables. Lusoria” de Schmeller 1883; note- Me refi ero en este caso al himno Dies Irae, mos que en la biblioteca personal de de Fray Tomás de Celano, compañero de San Francisco de Asís, que Gourmont tra- Lugones hay una reedición de 1904 duce al francés y González al español. Con de la compilación de Schmeller)24. una diferencia, honradamente señalada por González: que la versión de Gourmont De González: es directa del latín, calcada sobre el original en ritmo y rima, y la de González es trasla- Vendrá el día de la cólera, día del futuro dada del inglés de Macaulay, muy libre, sin [incierto el ritmo ni la rima del original. Citaré solo el que David y la Sibila vaticinan de concierto, primer terceto del himno: y el mundo caerá en el abismo convertido [en polvo yerto. Fray Tomás: (Sáenz-Hayes 1965: 240-241). Dies irae, dies illa Solvet saeclum in favilla 24 “Y mi alma –golondrina ideal- desde su Teste David cum Sibylla torre sigue mirando: y mira a San Bene- De Gourmont: zeto haciendo cantar la trulla en los altos andamios, sobre los granitos bordados de Jour de colère, en ce-jour-là, las gárgolas; y a San Juniperto pensando Comme David le prophétisa, un mosaico bajo los claustros bizantinos; Le monde en cendre s’en ira. y a Santa Hildegarda diciendo fl oridas

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 135 Indiquemos, para terminar, otros que no canto”/ “la ardiente y ciega rosa dos episodios (según nuestro cono- que no canto” / “la rosa inalcanzable”) cimiento, nunca comentados) de la y la “Fleur de silence”, a la que alude posteridad gourmontiana en la litera- una y otra vez la letanía gourmontiana: tura argentina. Se trata de dos reapro- La rosa, piaciones que por su tono tan diverso la inmarcesible rosa que no canto, ponen en primer plano la ambigüedad la que es peso y fragancia, de la lectura simbolista del latín medie- la del negro jardín en la alta noche, val, que vacila entre el idealismo y la la de cualquier jardín y cualquier carnalidad, y que admite, por tanto, [tarde, interpretaciones opuestas. El primer la rosa que resurge de la tenue episodio se da en la obra de Jorge Luis ceniza por el arte de la alquimia, Borges, quien, en la reedición de 1969 la rosa de los persas y de Ariosto, de Fervor de Buenos Aires, añade “La la que siempre está sola, rosa”, texto que se diferencia clara- la que siempre es la rosa de las rosas, mente del tono criollista que domina la joven fl or platónica, en el resto del poemario. Borges la ardiente y ciega rosa que no retoma en este poema (acaso inspirado [canto, en el pasaje de “Ash Wednesday” que la rosa inalcanzable.25 hemos citado más arriba) el tópico de la rosa y el procedimiento de la letanía. Por supuesto que, como a menudo Lo cual aproxima el poema borgeano al ocurre en Borges, la determinación texto de Gourmont, sobre todo si se de las fuentes se revela sumamente considera la cercanía que existe entre difi cultosa. No afi rmemos pues taxati- los sintagmas que refi eren a la inefabi- vamente que las letanías gourmontiana lidad de la rosa (“la inmarcesible rosa o elliotiana fueron el hipotexto del poema borgeano. Sí observemos que Borges cita aquí la imagen de la “rosa secuencias para agradar a Dios; y a San Juan de Segovia labrando el oro de las basí- de las rosas”, presente por ejemplo en licas, para componer, como una oración de la cantiga 10 de Alfonso X (“Rósas pedrerías, una custodia; y a Jehan Fouquet das rósas e Fror das frores, /Dona das iluminando de oro una miniatura anjélica; donas, /Sennor das sennores”26) o en y a los errantes clérigos goliardos cantando en las ferias, y bajo los portales de la abadía, los Carmina Burana (“Flos est puella- sus estribillos de latín ingenuo. rum/quam diligo/et rosa rosarum”27), (Nudam fovet Floram lectus Caro candet tenera, Virginale lucet pectus 25 Borges 2010: 27 (con notas de los tra- Parum surgunt ubera)” ductores/anotadores al poema “La rosa” en pp. 85-6). (Acoge el lecho a la desnuda Flora, Se enciende la tierna carne, 26 Casson, “Cantiga 10”. Brilla el virginal pecho 27 Cfr. Schmeller 1883: 211 carm. 140. Para Surgen poco a poco los senos) el tópico de la rosa en la literatura medieval, (Lugones 1999: 65). cfr. Joret 1892.

136 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont reapropiación de la literatura medieval de la rosa. Plagio, reescritura, relacio- que no hubiese desagradado a Gour- nes paradójicas entre el modelo y la mont. Agreguemos asimismo otra lla- copia, Pound, Eliot y el tópos de la mativa coincidencia: en las Crónicas de rosa: todo parece remitir al universo Bustos Domecq (1967), en “Homenaje a gourmontiano, según una red de rela- César Paladión”, se describe a un émulo ciones que la crítica debería investigar de Pierre Menard (y por tanto del en detalle. Louis Ménard gourmontiano). Pala- La otra reapropiación de la letanía dión compone copiando obras enteras, gourmontiana es un texto de 1974 de motivo por el cual es comparado con Osvaldo Lamborghini. Este escritor Pound y Eliot28. Asimismo, en el que, como se sabe, también hizo de relato “Naturalismo al día” se comenta la parodia uno de los procedimientos la obra de Hilario Lambkin, quien fundamentales de su poética, le otorga propone un “mapa” de la Divina Come- una sorprendente posteridad al tópico dia que es idéntico palabra por palabra medieval de la rosa, al parafrasearlo a la Divina Comedia; luego, se narra el en clave posvanguardista y lacaniana, caso del poeta Urbas, quien ganó un “excremental”: concurso literario sobre el tema de la ¿ROZAMIENTOS MÚLTIPLES? rosa al presentar una rosa real en lugar ¿PRUEBA DE REALIDAD? de una escrita, y se impuso así sobre ¿LETANÍA O CANCIÓN MASO- los otros competidores que escribie- QUISTA? ron diversas variaciones sobre el tema Pubis y esfínteres. Margaritas ya sin pétalos, letanía, 28 “La metodología de Paladión ha sido objeto de tantas monografías críticas y tesis doc- Nada: ni un solo pétalo por arrancar. torales que resulta casi superfl uo un nuevo Margaritas felices resumen. Bástenos bosquejarla a grandes Y al mismo tiempo desgraciadas, rasgos. La clave ha sido dada, una vez por Pubis y esfínteres: todas, en el tratado La línea Paladión- Pound-Eliot (Viuda de Ch. Bouret, París, Vivir la coherencia 1937) de Farrel du Bosc. Se trata, como De algún estado, defi nitivamente ha declarado Farrel du Vivir en coherencia Bosc, citando a Myriam Alien de Ford, ¡Con algún estado! de una ampliación de unidades. Antes y después de nuestro Paladión, la unidad Un cuerpo hay literaria que los autores recogían del acervo Uno solo y verdadero común, era la palabra o, a lo sumo, la frase No millares, letanía hecha. Apenas si los centones del bizantino Rozamientos múltiples o del monje medieval ensanchan el campo estético, recogiendo versos enteros. En Rozamientos de pubis nuestra época, un copioso fragmento de Rozamiento de esfínteres, la Odisea inaugura uno de los Cantos de Órganos de los ojos Pound y es bien sabido que la obra de T. Órganos del goce, S. Eliot consiente versos de Goldsmith, de Baudelaire y de Verlaine” (Borges y Bioy Letanía o canción masoquista. Casares 1979: 304). Margaritas: toda la sangre fl uyó

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 137 Pasado el momento de la agreste En el aura siempre, letanía, canción [podadura. [masoquista, El látigo es un órgano del esfínter. En el círculo: áulica herida. El esfínter es (rozamientos de pubis, Pero ni siquiera bellos uniformes [rozamientos múltiples) Aun siquiera para a algún naides por defi nición aquello que se “carcome” [conformar. [y “amorfa”. O para vestir las desnudas corolas. Letanía, canción masoquista. Planicie de hielo, planicie de esfín- La piel nuestra, una miríada, teres, rosetones de esfínteres. Otra vez la prueba de la realidad La rosa excremental en el cuerpo Y otra vez la protesta [cardinal. Letanía, canción masoquista. Tierra desplegada, letanía, sin puntos Ni naides es menos nadas, ni [ni horizontes. Nadas es menos naides. Mar de adioses y ya estamos de vuelta. Nada, ni siquiera un par de charreteras Letanía, canción masoquista: O un emborlado bastoncillo de desfi le, Rozamientos múltiples A cambio de nuestros pétalos, Rozamientos de pubis A cambio de nada. Rozamientos de esfínteres. El vacío empieza a suceder (Lamborghini 2012: 64-66) Y es lo único que sucede, él es el La “rosa” se ha convertido en “roza- [único, mientos”, “rosetones de esfínteres” y Emperador, rey y soberano. “Margaritas ya sin pétalos”, la letanía Letanía: nuestros cuerpos, religiosa en “canción masoquista”. Achatados retratos sobre la tierra… También esta reescritura es una prueba Nuestros cuerpos, del “menardiano anacronismo” -esto Achatados retratos sobre la tierra… es, de la productividad- del texto gour- Letanía, todo es letanía y letanía, montiano. ¶¶ Muerte y merda. Monoeyaculación monódica. Monóculos de bazar, llenos de tedio Bibliografía [y de soslayo, letanía: Rozamientos múltiples Ediciones y traducciones Rozamientos de pubis Rozamientos de esfínteres. Baudelaire, Ch. (1968). Oeuvres complètes. Paris: Seuil. Y viene el idiota de las preguntas. Borges, J.L. (2010). Obra completa Tomo I. ¿Dónde está la herida? Edición crítica de Rolando Costa Picazo e En el halo, Irma Zangara. Buenos Aires: Emecé. En el ano, Borges, J. L. y Bioy Casares, A. (1979). Obras En la connota, completas en colaboración. Buenos Aires: Emecé.

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140 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont Figura 1: Poema de Jean RICHEPIN “In honorem Baldelarii novempedalis prosa”, publicado en página 147 de La Plume 165 (1ero. de marzo de 1896). El poema integró el Tombeau de Charles Baudelaire (Paris: Bibliothèque Artistique & Littéraire, 1896; 68-9). Para un estudio de Jean RICHE- PIN como poeta latino y en particular de este poema, cfr. DAVID 2001.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 141 (Prosa de nueve pies en honor de Baudelaire:

Con vocablos de barbarie De allí que junto a tu cadáver se Ya teñida por una putrefacción de tan [cultive [varios El andropogon o vetiver, Colores, yo te cantaré, Baudelaire Hasta que de él reverdezca la primavera. Pues del pus mezclado con esperma Mientras tanto estamos en el océano Que desde lo profundo has destilado Agitado por los vientos tormentosos; Estamos enteramente ungidos. Y, cuando ya nos hundimos, entonces [surges, Y sin embargo tenemos sed De esa hora que, en presencia del Y por el mar de las tinieblas te haces [nuevo Estrella polar para las barcas de Siglo, dará blanca aurora. [muchas gemas De nuestos cármenes multicolores. Por eso te amamos, Figura femenina del hombre Por todo eso, Deidad que ha de ser Áspera dulzura en la amargura. [invocada Con esta voz podrida y lívida, La rosa y el rocío de tu zarzal Entrecortada y balbuciente, permite Nos embriagan toda la boca, Tanto a bárbaros como a sutiles. Que a ti con lengua de barbarie Ya teñida por la putrefacción de tan Cada uno exclama, cuando ofreces [varios tu corazón de donde fl uye pus y colores yo te cante, Baudelaire.) [fl uido licor: “Desespero y estoy totalmente [abandonado”

142 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont Figura 2: LLM, frontispicio de Maurice DENIS.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 143 Figura 3: Portada de LLM.

144 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont Figura 4: página 1 de LLM (con ornamento de Roger DEVERIN).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 145 Figura 5: página 223 de LLM (con ornamento de Roger DEVERIN).

146 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 147 Figuras 6-9: “Passion” de Alfred Jarry, en páginas 11-17 de Nº1 (dedicado a la Pasión de Cristo) de revista L’ Ym a g i e r (1894).

148 Mariano Javier Sverdloff / Reescrituras de la tradición: Le latin mystique de Remy de Gourmont Figura 10: página 27 de Nº1, dedicado a la Pasión de Cristo, de revista L’Ymagier (1894).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 123-149 149

Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti: la simulación, el absurdo y la risa

Mariana Sverlij [Universidad de Buenos Aires] [[email protected]]

Resumen: Lejos de la interpretación de Leon eflexionar sobre la Battista Alberti como prototipo del “hombre universal”, GARIN ha reconocido el carácter obra de Leon Battista contradictorio del pensamiento albertiano. En efecto, en la extensa y polifacética obra del Alberti (1404- 1472) humanista genovés coexisten dos visiones supone en primer antagónicas del hombre y el mundo. A una le corresponde la confianza en la razón, a la otra lugar reconocer la la constatación del carácter absurdo de la exis- tencia. Este Alberti “sombrío” se expresa en las presencia de dos páginas de Momus y las Intercenales. En ellas, visiones antagóni- la apelación a una existencia simulada es abordada a través de una risa desacralizadora cas del hombre y el del ideal humano que alumbró el temprano mundo que se aglutinan al interior Renacimiento italiano. R de una misma mentalidad. Su narra- Palabras clave: Alberti - razón - absurdo - risa ción latina, Momus sive de Principe, - simulación. así como los diálogos, narraciones y fábulas que conforman sus Intercena- Leon Battista Alberti’s Momus and Interce- nales: simulation, absurdity and laughter les, relatan el carácter absurdo de la

Abstract: Far from the interpretation of Leon experiencia vital, contrastando con I Battista Alberti as a prototype of the “universal libri della Famiglia y sus tratados sobre man”, GARIN has analyzed the contradictory nature of Alberti’s thought. In fact, in the exten- arte, que ponen en primer plano la sive and versatile work of the Genoese human- ist two opposite visions of man and the world capacidad humana de racionalizar el coexist: one believes in the power of reason, mundo. En el presente artículo nos the other acknowledges the absurdity of life. It is in Momus and the Intercenales that this centraremos en aquellas producciones “somber Alberti” is present. In these texts the appeal to a simulated life is addressed through de Leon Battista Alberti incluidas en a form of laughter that demystifies the human lo que denominaremos el ‘paradigma ideal of the early Italian Renaissance. del absurdo’. Este paradigma se nutre

Key words: Alberti - reason - absurd - laughter de una convicción: el mundo humano - simulation. carece de un esquema racional que lo contenga y le otorgue sentido, soste-

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 151-167 151 niéndose y propagándose sobre la patrón fi jo (de un ideal de vida y de base de valores irracionales. Es en el conducta) que dicte el camino a seguir marco de esta ‘desilusión’ albertiana1 por los personajes y la precariedad de que Momus y las Intercenales2 apelan la existencia humana, sometida a los a una existencia ‘simulada’, a través constantes vaivenes de la fortuna. Es de una risa desacralizadora del ideal en este sentido que la ausencia de un humano que alumbró el temprano esquema racional, en Momus, se arti- Renacimiento italiano. cula con el contenido de la narración, Una de las características centra- pero también con las particularidades les según la cual entendemos y deli- del género poético que le da forma: mitamos ‘la cosmovisión absurda’ es la sátira menipea. Uno y otro se pre- la puesta en escena de la inestabili- suponen mutuamente. Esta ausencia dad que gobierna en el mundo y que de parámetros fi jos y la inestabilidad encuentra una traducción en, por lo propia de la vida humana dan protago- menos, dos niveles: la ausencia de un nismo a un personaje (Momo) que es en sí mismo expresión de esta fl exibi- lidad; un personaje que en la mutación 1 Alberti escribe Momus entre 1443 y 1450. El texto fue transmitido a través de cuatro permanente da a luz una ideología y manuscritos del siglo XV, dos ediciones un programa de acción determinado. ¶ impresas en Roma en 1520 y una vulga- rización en Venecia de 1568. Es de desta- car, también, una temprana traducción La teoría de la simulación al castellano, en 1568. La primera edición moderna, debida a G. Martini, es de 1942. ucintamente, esta es la trama de La redacción de las Intercenales es fechada Momus sive de Principe: Júpiter entre 1428 y 1437. Las Intercenales fueron escritas a intervalos, recogidas y distribui- Screa al mundo. Su obra se revela das en diez libros. Permanecieron inéditas prontamente una segunda versión del hasta que en 1890 G. Mancini publicó el cielo, pero mejorada: los dioses sien- manuscrito oxoniense en que se conserva- ten envidia de la nueva creación y ban diecisiete de las cuarenta y uno de la actual colección. Las veinticuatro restantes manifi estan sus quejas a Júpiter, quien permanecían guardadas en la Biblioteca del decide enviar todo tipo de padeci- Convento de S. Domenico de Pistoia y fue- mientos al mundo humano. El insi- ron encontradas y puestas en circulación dioso Momo, crítico de la creación, por E. Garin en 1965. de la conducta de los celestes y de 2 Los pasajes en castellano correspondientes a las Intercenales son propios y han sido la arbitrariedad de Júpiter, es expul- cotejados con la traducción italiana de F. sado del cielo, cayendo en territorio Bacchelli y L. D’Ascia (2003). En el caso etrusco. Entre los hombres, Momo de Momo sive de Principe, las citas en cas- predica en contra de los dioses, quie- tellano corresponden a la traducción de F. Jarauta (2002) y los pasajes en latín a la nes, temiendo que se propague la des- edición de Knight y Brown (2003). En creencia en el mundo humano, envían todos los casos, los pasajes en latín serán a tierra a la diosa Virtud y aceptan reproducidos en el cuerpo del texto y su nuevamente a Momo en el cielo. traducción castellana en nota al pie.

152 Mariana Sverlij / Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti… Momo ha visto que el ascenso y el des- Infi ernos, y la realización de ofrendas censo, la aceptación y el rechazo no humanas a los dioses para evitar este dependen de una conducta virtuosa fi n. Momo desde el océano envía una sino del desarrollo de una técnica: la niebla que obliga a los dioses a des- simulación y la disimulación. Vuelto cender a tierra para presenciar los al cielo, se consagra como cortesano espectáculos humanos, ocupando favorito de Júpiter, quien le solicita el lugar de las estatuas que en repre- al dios, antes que sus acciones, sus sentación de ellos los hombres idea- palabras: Momo es invitado a relatar ron. Una serie de sucesos provocan su experiencia en el medio humano. la ruina de las estatuas y de los dioses Este relato se concentra en las distin- mismos que retornan al cielo. Una tas ‘ocupaciones’ que articulan la vida vez allí Júpiter recuerda un opúsculo de los hombres, y que dan cuenta del sobre el arte de gobernar, que tiempo carácter irracional de la existencia, atrás Momo le había entregado, en el llevando a Momo a proclamar como cual se analiza el modo en que debe único modelo de buen y feliz vivir al conducirse el príncipe y el funciona- del vagabundo. El mundo se ha dado miento de la fortuna. vueltas, o mejor, es visualizado desde Volvamos al comienzo: otro lugar: ahora son los hombres los Nam cum Iuppiter optimus maximus que se quejan por sus continuos pade- suum hoc mirifi cum opus, mundum, cimientos. Júpiter, creyéndolos ingra- coaedifi casset et eum quidem esse tos, considera la necesidad de destruir quam ornatissimum omni ex parte el mundo existente y reemplazarlo por cuperet, diis edixerat ut sua pro virili un mundo nuevo. En su afán de con- quisque in eam ipsam rem aliquid seguir y analizar distintas propuestas elegans dignumque conferret (ed. sobre un posible mundo futuro, los Knight and Brown 2003: 14 [ed. dioses hacen un recorrido por las Jarauta 2002: 15])3. distintas escuelas fi losófi cas, consul- tando la opinión de los fi lósofos más Los dioses más encumbrados destacados. Como producto de una hacen sus contribuciones, entre las intriga palaciega de la que deviene que resaltan el buey de Palas, la casa víctima, Momo es nuevamente expul- de Minerva y el hombre de Prome- sado del cielo, castrado y amarrado a teo que, en calidad de ornamentos, una roca en el océano. El mundo está integran la creación. Una vez conoci- por llegar a su fi n, lo que suscita dos dos los aportes de los dioses, Momo acciones complementarias: la llegada revela su lugar en el cielo, poniendo a tierra desde los infi ernos del fi lósofo Gelasto y el barquero Caronte, para 3 “Cuando el gran Júpiter creó esta obra maravillosa que es el mundo, deseando contemplar el mundo terreno antes que fuese adornado de la manera más bella de su acabamiento y que concluye con posible, ordenó a los dioses que cada uno su huída desesperada de vuelta a los según sus fuerzas y poderes contribuyese a esa creación con algo elegante y digno”.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 151-167 153 en acción aquello que lo singulariza: (ed. Knight and Brown 2003: 16 su espíritu crítico. Momo, en efecto, [ed. Jarauta 2002: 16])4. no contribuye a la Creación, como los La crítica de Momo a la creación otros dioses, sino que revela las con- prometeica se conecta con tres aspec- tradicciones de lo creado, dejando en tos centrales del Momus. En primer evidencia las falencias de la casa, del lugar, pone en escena uno de los buey y, sobre todo, del hombre. Estas motores centrales de la narración: las críticas de Momo ubican al personaje peripecias narrativas son ocasionadas, albertiano dentro de una tradición sobre todo, a partir de la apelación a específica (las amonestaciones del una conducta simulada. En segundo dios a los dones divinos ya fi guran en lugar, Momo nos presenta al ‘hombre’, la fábula esópica de mediados del siglo en adelante objeto de una constante IV a. C) que llega hasta Alberti, sobre reflexión filosófica y antropológica, todo, a través de la obra de Luciano de que participa, diferenciándose, de los Samosata. Sin embargo, en el contexto presupuestos y debates que se originan de la refl exión albertiana las críticas de al interior del movimiento humanista. Momo adquieren un singular valor. De En tercer lugar, esta crítica del dios da hecho, Momo, siguiendo la tradición cuenta de la oposición entre la casa y el referida, critica la casa en razón de su hombre, un antagonismo central en el falta de movilidad; un argumento por marco de la refl exión y de los dilemas el cual la casa, en tanto espacio físico albertianos. La casa y el hombre, en la y hogar, vale decir, en tanto lugar de lúcida refl exión de Momo, presentan, cobijamiento de un grupo humano en efecto, un carácter antagónico: al específi co, es valorada en De re aedi- estatismo de la primera se opone la fi catoria (el tratado de arquitectura movilidad del segundo, siempre presto de Alberti) y en I libri della famiglia. a desvincular su rostro exterior de su Es, en efecto, esta estructura física y rostro interior. Señala Caye: simbólica la que permite al hombre mantenerse a resguardo del carácter Alberti es (…) un pensador del ‘móvil’ (lábil, transitorio) de todo lo “oikos”, en el doble sentido del tér- demás. Por el contrario, en el caso mino griego: pensador de la “casa”, del hombre diseñado por Prometeo, del “edifi cio” como testimonia el Momo señala que: De re aedifi catoria, pero también, como lo indica el otro signifi cado In eoque opere illud tamen stulta de este término, pensador (…) de videri commissum ratione, quod la “familia”, de ahí la estrecha rela- intra pectus mediisque in praecordiis homini mentem obdidisset, quam 4 “[Prometeo] había procedido sin refl exio- unam suprema ad supercilia propa- nar al haberle escondido el pensamiento tulaque in sede vultus locasse oportuit dentro del pecho, en medio de las entrañas, mientras que habría sido oportuno que estuviera en lo alto de la frente, en el punto más descubierto del rostro”.

154 Mariana Sverlij / Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti… ción que une a De re aedifi catoria homines longe deteriori in sorte quam al De Familia. En tanto pensador bruta animantia constituti, non del “oikos”, Alberti entra necesa- modo deorum erga se invidiam exs- riamente en relación con el tema tinxere, verum et sui misericordiam estoico de la “oikeiosis”, lo que excitavere (ed. Knight and Brown Cicerón llama la “commendatio” 2003: 20 [ed. Jarauta 2002: 18])5. que determina nuestra adaptación Los padecimientos que Júpiter al mundo y el grado de familiaridad envía a la humanidad no solo trans- que podemos mantener con él. Los forman la envidia de los dioses en com- antiguos pensaban la “oikeiosis”, pasión, sino que también, y en primer la ‘habitación del mundo para el lugar, hacen del hombre un habitante hombre’, bajo el reino de la “phy- extranjero en su propia casa, un ser sin sis”, de la “naturaleza viviente”, y hogar. El hombre, de aquí en más, vive bajo el abrigo de su plenitud onto- en el marco de un divorcio con la reali- lógica, según una perfecta provi- dad, que se revela siempre hostil a sus dencia en la adaptación del hombre ambiciones y necesidades. En este sen- al mundo que da la impresión de tido, si las obras ‘racionales’ de Alberti que todo está al servicio del hombre meditan sobre las fórmulas de recon- (2010: 140). ciliación entre el hombre y el mundo, Recordemos que, una vez com- sus producciones ‘absurdas’ denuncian pleta la creación del mundo y solo a esta desunión, poniendo en escena la los fi nes de ‘embellecerlo’, el hombre fractura que se ha producido entre el aparece en la creación: el mundo no hombre y el mundo. En sintonía con el está al servicio del hombre, sino que Momus, las Intercenales abordan una y el hombre está al servicio del mundo, otra vez esta de falta de nexos entre la de su ‘embellecimiento’. Pero esta rela- voluntad del hombre y la exterioridad ción cambia pronto de signifi cado y del mundo. Así, la búsqueda activa del el mundo comienza a manifestarse conocimiento y la labor humanas no contrario y hostil al hombre. Los dio- producen felicidad alguna (Pupillus, ses, que han observado la belleza del Defunctus); los dioses permanecen mundo humano, sienten envidia del ajenos a las desgracias del hombre hombre, encomendado a Júpiter sus (Scriptor, Religio); la justicia no obra en quejas y haciendo que este quite al la tierra (Virtus, Discordia); el dios al mundo su belleza o, mejor aún, depo- que se alaba es ‘la moneda’ (Nummus); site sobre la belleza el mal. Para que en adelante ningún celeste prefi era ser 5 “Infundió a la sazón temores y ansias en las hombre antes que dios, Júpiter: almas humanas y mandó dolores, enferme- dades y muerte. A causa de estas desgracias Ergo in hominum animos curas los hombres quedaron reducidos a una con- metumque iniecit, morbosque et dición mucho peor que la de las bestias, por lo que no solo hizo desaparecer la envidia mortem atque dolorem adegit. Qui- de los dioses sino que esta se transformó en bus aerumnis cum iam adeo essent compasión”.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 151-167 155 la felicidad radica en el terreno de la sentido. Por un lado, Momo cambia doxa, de la mera opinión (Prohemium al interior de la tradición literaria de ad Paulum Toscanellum). la que nace como personaje: deviene Esta extranjería del hombre res- ‘otro Momo’, distinto al de Luciano, pecto de la realidad tiene otra conse- o, mejor aún, es el Momo de Luciano cuencia inmediata: se transforma en inserto en otro contexto histórico que una extranjería del hombre respecto lo obliga a desarrollar otro lenguaje7. de sí mismo y, sobre todo, respecto de Si el Momo de Luciano, como señala sus semejantes. Para sobrevivir en el Simonicini, encarna “la capacidad crí- medio social, el hombre debe trans- tica y la sinceridad, el rechazo a toda formarse siempre en ‘otro’, variar de auctoritas y toda verdad absoluta en los personaje (persona). Momo, que ha ámbitos político y fi losófi co, siendo el asumido el rostro de poeta y luego de primer autor en darle a este personaje fi lósofo para predicar en contra de los una ‘personalidad literaria’ acabada” dioses, advierte sobre la efi cacia de (1998: 411), el Momo de Alberti, como estas transformaciones. Los dioses, sostiene Rinaldi, pone al lado de este preocupados por el entrelazamiento personaje, “demasiado sincero y franco de Momo con los hombres, deciden censor, otra imagen especular de un enviar a la tierra a la diosa Virtud. Momo simulador e hipócrita” (2002: Momo comprende enseguida que si la 115). Dicho de otro modo: si el Momo franqueza había sido el motivo de su de Luciano “deviene en la contamina- expulsión del cielo, la simulación fue ción (…) entre diálogo filosófico y aquello que lo impulsó a recobrar el comedia antigua, ‘un dios que no cree interés de los dioses: en los dioses’ ” (Simoncini 1998: 411), Dices: ‘Nequeo esse non Momus; el Momo de Alberti se transforma en nequeo non esse qui semper fuerim, un dios que emula a los hombres. liber et constans’. Esto sane: ipsum te Aquello que criticaba de la creación intus in animo habeto quem voles, prometeica, por ello mismo, lo vuelve a dum vultu, fronte verbisque eum te su favor, al mismo tiempo que lo cons- simules atque dissimules quem usus poscat (ed. Knight and Brown 2003: 44 [ed. Jarauta 2002: 31])6. 7 Un ejemplo de la conducta sincera y cen- sora del Momo de Luciano lo ofrece Zeus Ante esta revelación el personaje trágico. Zeus ha escuchado que los fi lósofos de Momo se transforma en un doble debaten sobre la existencia de los dioses, llegando a dudar de ella y de sus benefi cios. Decide, pues, convocar a una asamblea 6 “Di incluso: no puedo seguir siendo celeste que se propone pensar esta difícil Momo, no puedo seguir siendo el que he situación que siembra una amenaza sobre sido siempre, anárquico y terco. Esto que el cielo. El dios Momo aprovecha la ocasión quieres mantenlo en lo más profundo de e hilvana un discurso sobre las injusticias tu corazón para que seas capaz de adaptar que rigen el mundo humano, siendo lógico el rostro y la lengua a la necesidad, simu- el consiguiente descrédito en que se tiene a lando y disimulando”. los dioses.

156 Mariana Sverlij / Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti… truye como una ‘nueva personalidad mismo. Es en este sentido que Marassi literaria’: aduce que, en Momus, el “enmascara- Et profecto hic apud homines versari miento de las intenciones” se consti- oportet, si quid ad dolum et frau- tuye “como un modo de responder al dem velis astu perfi diaque callere poder del Hado y a la volubilidad de la (...) Atqui hoc mihi ex acerbo exilio fortuna, no para engañar a la verdad obtigisse voluptati est, quod vafre et sino como conquista de la esfera más gnaviter versipellem atque tergiver- íntima del ánimo” (2008: 78). En reali- satorem praebere me simulando ac dad, en Momus el hombre logra ejercer dissimulando perdoctus peritissimus- un dominio sobre sí mismo a cambio que evaserim. Quas profecto artes de desdoblarse, de convertirse siem- commodas et usui pernecessarias in pre en otro personaje. “La vida moral” illo apud superos otio et luxuriae ille- deviene, entonces, “una construcción cebris constitutus numquam fuissem calculada”, un programa que requiere assecutus (ed. Knight and Brown del hombre el desarrollo de una apti- 2003: 60 [ed. Jarauta 2002: 40])8. tud a partir de la cual ‘ejercer la vida’: Ne vero non me architectum elegantem Donde no había lógica –el envío omnis malitiae praebui? (ed. Knight de los padecimientos a los hombres and Brown 2003: 62 [ed. Jarauta 2002: por parte de Júpiter es del todo arbi- 40])9, aduce Momo. El portador de esta trario– se instaura una lógica mun- lógica mundana debe convertirse, por dana, circunstancial, movediza como ello, en una suerte de nuevo orator, la propia vida. Aún más: una de las vías capaz de alternar en escena su rostro y de responder a la falta de un esquema sus palabras. En esta dirección, señala racional (en términos de una razón vir- Momo: tuosa) es la construcción de una razón calculada que engendra las herramien- Demum sic statuo oportere his qui- tas para llegar a un determinado fi n. bus intra multitudinem atque in En el marco de esta construcción el negotio vivendum sit, ut ex intimis hombre adquiere un dominio sobre sí praecordiis numquam susceptae iniu- riae memoriam obliterent, off ensae vero livorem nusquam propalent, sed 8 “Y en verdad hace falta relacionarse con inserviant temporibus, simulando los seres humanos si quiere acostumbrarse atque dissimulando. In eo tamen uno a todas las astucias, los engaños y los fraudes (…) De este duro exilio hay una opere sibi nequiquam desint, sed cosa que me ha venido bien: haber apren- quasi in speculis pervigilent (...) Alia dido maravillosamente a ser sagaz y astuto, ex parte sua ipsi studia et cupiditates a saber disimular y fi ngir cualquier cosa y callida semper confi ngendi arte inte- a poner en mi rostro cuantas caras quiera, pudiendo urdir cualquier embuste y mal- gant (...) sempiterne sui sint memores; dad. Nunca habría adquirido estas técnicas ventajosas y utilísimas quedándome allí con los dioses, entre los placeres de la luju- 9 “¿No he demostrado ser un gentil arqui- ria y el dulce no hacer nada”. tecto para componer maldades?”.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 151-167 157 numquam adversariis parcant nisi el dominio que la fortuna tiene en la cum velint gravius laedere, aretium vida del hombre encuentra una res- more, qui quidem abscedendo impe- puesta en el dominio del hombre sobre tum concitant, quo vehementius sí mismo. Una vez adquirido este domi- impetant. (….) frontis familiari- nio, el hombre vuelve a contactarse con tate et blanditiis iram animi operi- los demás, pero lo hace mimetizán- ent (...). Quam quidem rem pulchre dose con el carácter fraudulento que assequemur si verba vultusque nostros visualiza en su entorno social. En el et omnem corporis faciem assuefa- marco de esta ética circunstancial, la ciemus ita fi ngere atque conformare, búsqueda del ser es reemplazada por ut illis esse persimiles videamur qui la búsqueda del parecer, tal como se boni ac mites putentur, tametsi ab expresa en Oraculum: illis penitus discrepemus. O rem opti- Libripeta: Oro, , fave. Hos mam nosse erudito artifi cio fucatae libros dono aff ero. Aveo videri litte- fallacisque simulationis suos operire ratus. atque obnubere sensus! (ed. Knight Apollo: Sis. Atqui ut sis noctesque and Brown 2003: 102-104 [ed. diesque assidue, lectitato. 10 Jarauta 2002: 64-65]) . Libripeta: Tedet longueque malo El arte de la simulación supone, en videri, quam esse. primer lugar, un dedicado gobierno de Apollo: Omnium ergo litteratorum sí. Como señalábamos anteriormente, obtrectator esto (ed. Bacchelli e D’ Ascia 2003: 92)11. 10 “(…) los hombres de negocio y quienes tie- Absurdo es vivir en un mundo nen una intensa vida de relaciones deben comportarse de este modo: no olvidar social y no poder establecer un con- jamás en lo más profundo de su corazón las tacto efectivo con los otros. Una frac- ofensas recibidas, sin revelar el rencor en tura que se relata una y otra vez en ningún caso, y adaptarse escrupulosamente las Intercenales, catalogadas por Bac- a las circunstancias, simulando y disimu- lando; y al hacer esto, no distraerse ni un chelli y D’Ascia como un “manual instante, estar siempre con los ojos bien de supervivencia del individuo ais- abiertos como si fuera un centinela (...) Por lado, privado de auténticos contactos otra parte deben saber esconder las propias sociales” (2003: xliii). Esta soledad ambiciones y los deseos con el hábil arte de fi ngir. (…) deben tener en todo momento se pone en evidencia al constatar que el pleno control de sí mismos y jamás tener el hombre ha perdido la posibilidad piedad a los adversarios (…) tener bien de comprenderse en el marco de un cubierta la animosidad interior bajo una apariencia amigable y melifl ua (…) Conse- guiremos brillantemente el objetivo si nos 11 “Libripeta: Oh Apolo, sedme propicio. Te acostumbramos a modelar perfectamente traigo en donación estos libros. Bramo de las palabras, el rostro y todo el aspecto ser considerado culto. Apolo: para serlo, exterior (….) ¡qué excelente cosa es saber lee día y noche. Libripeta: No me interesa, ocultar y envolver en la niebla los propios prefi ero por mucho parecerlo que serlo. sentimientos con la experiencia discreta y Apolo: Entonces, murmura acerca de todos engañosa en el arte de la simulación!”. los literatos”.

158 Mariana Sverlij / Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti… plan mayor, en una razón exterior a D’ Ascia 2003: 86)13. El hombre, en él, dando cauce a la emergencia de este sentido, ya no consulta con su un plan y una razón individual, que deidad el camino a seguir, ni conjura opera y destruye, siempre volcada este desamparo existencial apelando a sobre sí misma. En Religio, el diálogo los otros, también desamparados. El entre Lépido y Libripeta revela, en este diálogo se establece, por el contrario, sentido, que la única salida efi caz es al interior de la propia subjetividad: aceptar que los confl ictos humanos se Nunc vero aliam nostris tempori- resuelven humanamente, que la salva- bus accommodatiorem personam ción o el naufragio ya no depende sino imbuendam sentio. Et quaenam del hombre: ea erit persona, Mome? Nempe ut Verum tu quidem dic, queso: tuamne comem, lenem aff abilemque me exhi- apud pictos deos orabas causam, an beam. Item oportet discam praesto esse interpres aliorum exstitisti? (…) omnibus, benigne obsequi, per hilari- Nullos, mihi crede, ad tempestatem tatem excipere, grate detinere, laetos levandam naute, nisi mari et fl ucti- mittere. Ne tu haec, Mome, ab tua bus confi derent, uspiam deos nossent. natura penitus aliena poteris? Potero (...) Atque, tu si causas malorum quidem, dum velis (…). Spe illectus, fugies, nusquam ullos ad malum abs necessitate actus propositisque prae- te auferendum deos desiderabis; vel, si miis, ipsum me potero fi ngere atque homines hominibus nocuos esse cen- accommodare his quae usui futura seas, non deos defensores orare, sed vel sint (ed. Knight and Brown 2003: magis homines ipsos placare opus est 100/ [ed. Jarauta 2002: 63])14. (ed. Bacchelli e D’ Ascia 2003: 24-26)12. 13 “la absurda pretensión de recibir de los Siguiendo este último criterio, en el dioses aquello que podemos procurarnos proemio dedicado a Leonardo Aretino, nosotros mismos”. Alberti señala (…) quamque inepte a 14 “(…) pero ahora que son otros los tiem- diis ea exposcuntur, que in manibus pos creo haber alcanzado el momento de nostris adsunt (…) (ed. Bacchelli e actuar de otro modo, más apropiado a mi nueva condición ¿Qué personaje Momo?”. Sin duda uno que se muestre simpático, 12 “Libripeta: ¿rogaste por ti a esos dioses pin- apacible y cordial. Estará bien que apren- tados o lo hacías en nombre de otros? (…) das a estar dispuesto para todo lo que los Ningún marinero, créeme, habría sabido de otros quieran, a recibir con buen humor a dioses capaces de calmar tormentas si no las personas, entretenerlas amablemente se hubiera confi ado a las olas del mar (…) y procurar que se vayan contentas. ¿Y tú, Tú también, si evitas las causas de tus males Momo, podrás domeñar tu naturaleza a no te verás en obligación de desear que los estas cosas tan contrarias a ella? Claro que dioses alivien tu mal. O si entiendes que son podré, si quiero (…). Atraído por la espe- los hombres los que se dañan unos a otros, ranza, movido por la fuerza de las cosas y no te hará falta pedir a los dioses que te por el premio que se anuncia, bien podré protejan; más bien habrás de aplacar a los moldearme a mí mismo y adaptarme a lo hombres”. que será útil”.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 151-167 159 Esta ‘actitud dialógica hacia uno que Pico della Mirandola señalará mismo’ recoge los fundamentos del como ‘lo propio del hombre’, de su género soliloquio. En términos de ‘dignidad humana’, se transforme en Bajtín: Alberti en la astucia que supone ‘fi c- En su base está el descubrimiento cionalizarse’. ¶ del hombre interior; de uno mismo accesible no a una autoobservación Ficción y autoconciencia pasiva sino tan solo a un enfoque dialógico de su persona, enfoque que l arte del disimulo, sin embargo, destruye la ingenua integridad de no solo propone un programa conceptos acerca de uno mismo Ede acción sino que también que fundamentaba la imagen lírica, sienta las bases de la teoría gnoseo- épica y trágica del hombre. El enfo- lógica que se despliega en el Momus. que dialógico de la propia persona “Momo deja de ser Momo” porque rompe las capas externas de su ima- ha aprendido de la experiencia; para gen, que existe para otros hombres, ello tuvo que ‘caer’ y, sobre todo, tuvo que determina la valoración externa que vivenciar la vida. Es esta última, del hombre (por otros) y que entur- de hecho, la que le aporta a Momo bian la pureza de la autoconciencia un conocimiento acabado del mundo (1986: 169). humano: un saber cuya fuerza radica en ocultarse. Dicho de otro modo: lo En Momus el soliloquio existe, sin que aprende Momo es que lo consti- embargo, para evidenciar el quiebre tutivo del hombre es la fi cción, enten- entre la valoración del otro y la pro- dida en términos del ocultamiento del pia valoración en tanto modo político artifi cio. de relacionarse en la vida social. No Es Caronte, el barquero que tras- busca autenticidad sino pragmatismo. lada las almas a los infi ernos y que llega Por ello, la revelación (de uno a uno a tierra con el fi lósofo Gelasto en los mismo) se fundamenta en el oculta- últimos tramos de la narración, quien miento (de uno hacia el otro). En este remonta la lógica de la ‘fi cción’ a la sentido, Momus ensaya una defi nición creación del ser humano. Se trata, en desencantada del ‘ser social’15. De allí este caso, de una nueva versión, que que el ‘acto de moldearse a sí mismo’ dialoga con la prometeica. El Creador –según escuchó Caronte de la boca 15 Como señala Tafuri, “(…) la misma de un pintor– fabricó varios ejem- simulación –antes de ser acogida como plares humanos y les aconsejó seguir ingrediente común por parte de las teorías el camino que conducía a un palacio políticas de los siglos XVI y XVII– era el tema principal [del] Momus de Leon Bat- donde hallarían todo lo que necesita- tista Alberti” (1995: 21). El desarrollo de sen. Muchos ejemplares humanos, sin esta técnica no ociosamente se manifi esta embargo, se desviaron de este camino en estrecha relación con la refl exión sobre central, convirtiéndose por ello en el papel de la fortuna en la vida humana.

160 Mariana Sverlij / Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti… seres monstruosos. Volvieron con sus (se ocultarán) con distintas máscaras. semejantes, pero fueron expulsados El género humano resulta condenado a causa de su terrorífi co aspecto. Por a generar ‘fi cciones’, lo que ilumina un esta razón se cubrieron con barro, por- campo semántico que se ha reconocido tando desde entonces máscaras seme- como propio de la narración: fi ngir, jantes al rostro de los demás. Según simular, disimular, enmascarar. La des- esta historia, obediencia trae consigo una opacidad hoc personandorum hominum artifi - originaria, imponiendo una marca sus- cium usu quoad paene a veris secer- tantiva en el mundo humano: la confu- nas fi ctos vultus ni forte accuratius sión. ¿Qué hay detrás de las máscaras? ipsa per foramina obductae personae ¿Qué rostro es verdadero y cuál no? En introspexeris: illinc enim contemplan- el relato de Caronte, la premisa de un tibus varias solere occurrere monstri camino recto que hay que seguir y las facies. Et appellatas personas, hasce tentaciones que representan posibles fi ctiones easque ad Acherontis usque desvíos de este camino central intro- undas durare, nihilo plus, nam fl u- ducen un tono moralizante. Se trata de vium ingressis humido vapore evenire una propuesta binaria, representada en ut dissolvantur. Quo fi t ut alteram la disyuntiva de optar por un camino nemo ad ripam non nudatus amissa correcto, asociado al bien, frente a otro persona pervenerit (ed. Knight and que conduce a la perdición, tal como Brown 2003: 310 [ed. Jarauta había sido mentado por Lactancio en 17 2002: 175-176])16. sus Divinae Institutiones . El relato recuerda también a la República de A diferencia de la arbitrariedad con Platón, y en particular, al mito de Er. que Júpiter envía padecimientos a los Pues luego de la actuación en tierra se hombres en el comienzo de Momus, el halla el vapor del agua, que borra las castigo aquí es consecuencia de la des- máscaras. En este sentido, la evoca- obediencia respecto del mandato del ción de Caronte recurre a una noción Creador y se focaliza en la necesidad de justicia fi nal, vinculada a la reve- de transformación de los verdaderos lación de la identidad verdadera. Sin rostros que, en adelante, se cubrirán embargo, el acento recae en el triunfo de los enmascarados en tierra, esceni- 16 “Este recurso de enmascararse ha llegado fi cado en la confusión de rostros. La a ser tan común que hay que mirar atenta- secuencia de dos vías opuestas, desde mente a través de los agujeros de la máscara superpuesta para distinguir las caras falsas este punto de vista, pierde nitidez, de las verdaderas, solo así son visibles los diferentes rasgos monstruosos. Estas más- caras, llamadas ‘fi cciones’, duran hasta que 17 En el relato de Caronte, a semejanza de lo llegan a las aguas del Aqueronte, porque que expone Lactancio, el camino correcto entrando en el río el vapor las disuelve; esta es también el que entraña mayor difi cul- es la razón por la que ninguno ha pasado tad. Respecto de las fuentes cristianas del a la otra orilla sin perder la máscara y ser Momus y, en particular, Lactancio, ver: descubierto”. Rinaldi 2002: 141-188.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 151-167 161 como lo pierde la frontera que separa escoger la tesis de la miseria de la vida el ‘bien’ del ‘mal’ o, al menos, las indi- del hombre: Equidem in eum propitii vidualidades que encarnan una u otra fuistis, superi, cui vestra pietate con- ética. El difunto Gelasto reconoce esta cessum est, ut diem ante obiret suum, confusión. En vida había sido amigo quam omnes etatis miserias norit (ed. del fi lósofo Énope y, al observarlo en Bacchelli e D’ Ascia 2003: 430)19. El tierra, se asombra de las críticas que difunto cobra conciencia del carácter este le propina: Sed nunc intellego fi c- ilusorio de la vida al abandonarla. La tum hominis ingenium et ex tuo illo per- adquisición de esta nueva conciencia, sonandorum artifi cio obductum; fronti por ello mismo, alcanza un estatuto fi ctam, non veram benivolentiam exs- trágico y a la vez cómico, que descom- titisse (ed. Knight and Brown 2003: pone esta misma tragicidad sin anu- 314 [ed. Jarauta 2002: 178])18. larla. Esta tragedia y esta comicidad Este reconocimiento de Gelasto dialogan, una vez más, con el corpus da cuenta de un aprendizaje funda- platónico: aquí también el mundo de mental que se ha revelado en la his- las esencias se opone al mundo de las toria relatada por Caronte: la muerte apariencias, engañoso respecto de la proporciona, ante todo, un saber sobre verdad del ser. Los muertos, represen- la vida. Señala Marassi, en este sen- tantes del primero, por ello mismo, tido, que en Momus “la vida no es ser, observan desde una posición superior sino fi cción, y la muerte no es nada, al mundo de las apariencias, de las que sino verdad” (2008: 81). Defunctus, no pueden sino reírse. Sin embargo, uno de los diálogos más extensos de la narración albertiana, imbuida de las Intercenales, que circuló también la sátira lucianesca, descompone al de forma independiente, aborda en mismo tiempo las bases que sostienen forma paradigmática este saber que la el edifi cio platónico. Los muertos que muerte proporciona sobre la vida. El circulan con su nueva conciencia, de difunto Neofrono relata a Politropo hecho, son profundamente humanos. cómo, luego de su muerte, se dispuso De este modo, mientras que Neofrono, a contemplar su propio velorio desde al confrontar ambos mundos, se recon- el techo de una casa vecina. Desde esta forta con su liberación de la cárcel del perspectiva privilegiada, Neofrono cuerpo (carcere corpis), Politropo, con la advierte los engaños de su mujer, la verdad ya revelada, se muestra entusias- alegría de sus hijos, libres del peso que mado ante la idea de poder volver habi- su padre signifi caba, y el robo que sus tar algún día su antigua materialidad: parientes hicieron de sus bienes. Ante Vide ne ille felicior ac beatior longe tal panorama, Neofrono no duda en sit, qui fortune temeritatem consilio et prudentia fregerit, qui acerbitatem 18 “pero ahora entiendo su falsa y fi ngida con- dición pues debía llevar una máscara de ese 19 “Generosos han sido, oh dioses, con aquellos artifi cio que me has explicado con la que su a los que les concedieron la muerte antes de rostro simulaba amistad y benevolencia”. conocer todas las miserias de la vida”.

162 Mariana Sverlij / Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti… tolerantia et patientia superarit, quive ámbito de lo individual: (…) nunc enim sensus et appetituum stimulos ratione defunctus primum conspexi cum cete- et ordine temperarit. Mihi quidem, ros, tum etiam ipsum me summa sem- ubi superum benefi cio liceat, nihil per in insania fuisse constitutum (ed. eque imprimis dari opto quam, ut Bacchelli e D’ Ascia 2003: 360)21, pristinum corpus reintegrem. Nam in refl exiona Neofrono. Lo absurdo se ea preclarissima certandi materia, in traduce aquí en el divorcio al que illa ipsa pulcherrima et ornatissima hemos aludido entre el hombre y el compage membrorum iuvabit multo mundo, y entre el hombre y el hombre. quam antehac egerim ardentius expe- La máscara ha pasado a cubrir el rostro riri, quid egregie valeam ad ultimam humano y eso ha depositado al indivi- gloriam et felicitatem pulcherrime duo en una radical soledad: no hay una comparandam (ed. Bacchelli e D’ construcción civil que albergue al ‘yo’ Ascia 2003: 430)20. y al ‘otro’, sino personajes que mutan, La muerte, en este sentido, antes adaptándose a las distintas escenas, a que asumir una forma imperecedera, las distintas circunstancias. Es de este perfecta y atemporal, proporciona modo que la mujer del difunto puede una visión ‘clara’ de la ‘verdad’ (veri- representar el papel de esposa dolida: tatis tam claram): el hombre adquiere, At enim sic, ut vides, ridicule res uxoris por vez primera, conciencia de sí y de acta est (...) quis hanc ipsam fraudu- la arquitectura del mundo en que ha lentissimam feminam censeat has fi ctas vivido. De ahí que coloque a Neofrono posse lachrimas depromere, aut hos tam ante el descubrimiento de la verdadera simulatos dolores adeo verisimiles imi- versión de su realidad y, en ese mismo tari? (ed. Bacchelli e D’ Ascia 2003: 22 acto, el edifi cio de ciudadano virtuoso 372) . El contraste entre esta verifi ca- que había construido comience a des- ción y la imposibilidad de la vida (vale moronarse. Caído el edifi cio, cae tam- decir de una conciencia mundana) da bién la ciudad que lo albergaba, en la lugar, entonces, a una comicidad para- medida en que la revelación excede el dójica: terapéutica, reveladora, mordaz y, al mismo tiempo, amarga. 20 “Refl exiona si, por caso, no sea mucho más La muerte es el lugar de emergen- feliz y beato quien haya superado con su cia de la autoconciencia, que redimen- razón práctica el arbitrio de la fortuna y siona la experiencia de la vida y cons- con la paciencia las asperezas del destino, o truye con ironía una verdad dolorosa. quien haya subordinado a un orden racio- nal los estímulos de los sentidos y de los apetitos. En cuanto a mí, si los dioses lo 21 “(…) solo ahora, luego de muerto, me doy permiten, mi mayor deseo no es otro que cuenta de que hemos vivido una vida total- volver a tener mi viejo cuerpo: dentro de mente absurda, y no menos que los otros”. aquella excelente materia de lucha, aquella magnífi ca conexión de miembros, estaré 22 “Como ves, la mujer recitó su comedia (…) contento de poner a prueba mis capacida- quién hubiese dicho que fuese capaz de des, con mucho más ardor que antes, para esparcir sus lágrimas y de imitar con tanta conseguir la vida beata”. naturalidad un dolor puramente simulado”.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 151-167 163 En este sentido, si el ‘yo’ se defi ne en su la medida en que el personaje emerge relación con el ‘otro’, la muerte se pre- en virtud de la escena y cambia con senta principalmente como una instan- ella. Este saber de esta autoconcien- cia de redefi nición del ‘yo’ que rompe o cia es ante todo, por tanto, un des- redimensiona su vínculo con los ‘otros’. cubrimiento. Pero si la muerte es un Es por ello que, aunque en Defunctus saber, la vida es ocultamiento y en haya ecos de los discursos sobre ‘la última instancia confusión. La risa miseria humana’, el diálogo albertiano que nace de esta revelación alumbra se encuadra, sobre todo, en este nuevo esta paradoja de la existencia. En este marco cognitivo, vinculado, antes que sentido, en palabras de Cardini, la risa al llanto, a la risa. Con el trasfondo de albertiana se caracteriza por ser la ultratumba de Luciano de Samo- una risa que quisiera hacer reír y sata, cada uno de los descubrimientos que en cambio da pena, es una risa desoladores que el difunto hace res- que es llanto y es un llanto que es pecto de su vida pasada, encuentran risa, es en suma un perfecto oxí- como respuesta la risa: Nam hec apud moron: y esto porque el principio me lascivia uxoris admodum ridicula fundante en el pensamiento alber- est (ed. Bacchelli e D’ Ascia 2003: tiano es justamente el oxímoron, la 23 370) , refl exiona el difunto. Cardini agudísima conciencia de la radical (2008), incluso, señala a Alberti como contradicción que atraviesa al hom- creador del ‘humorismo moderno’. bre y todas las cosas (2008: 34). De hecho en el Proemio de Momus Alberti declara: Proximus huic erit is Habíamos advertido en un inicio qui cognitas et communes fortassis res que Momus participa de la sátira meni- novo quodam et insperato scribendi pea, un género, de acuerdo con Bajtín, genere tractarit. (…) apud Latinos qui “fl exible y cambiante como proteo”. adhuc fecerint nondum satis exstitere Para Bajtín una de las características 25 (ed. Knight and Brown 2003: 4 [ed. de la menipea es ‘la síncrisis’ (o la Jarauta 2002: 6-7])24. confrontación) de las ‘últimas cues- La muerte, señalábamos, propor- tiones del mundo’, teniendo su origen ciona una autoconciencia que se nutre (…) en la época de la descompo- del reconocimiento de la verdad. La sición de la tradición nacional, de vida es para esta autoconciencia una la destrucción de las normas éticas ficción, hábilmente enmascarada. que habían integrado el “venerable” Esta fi cción subsiste en el cambio, en de la Antigüedad clásica (“belleza,

23 “la lascivia de mi mujer me hace morir de la 25 De acuerdo con Bajtín uno de los procedi- risa”. mientos principales del “diálogo socrático”, 24 Alberti incita a “afrontar contenidos noto- del que también se nutre la sátira menipea, rios (…) con un estilo en cierto modo nuevo es la síncrisis, entendida como “la confron- e imprevisible”, “no habiendo muchos entre tación de diversos puntos de vista sobre un los latinos que lo hayan conseguido”. objeto determinado” (1986: 156).

164 Mariana Sverlij / Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti… generosidad”), en la época de una fi losófi cos necesarios para una recon- intensa lucha entre numerosas y sideración y revalorización de la risa. heterogéneas escuelas religiosas y Sus pilares son Luciano y las epístolas fi losófi cas, cuando las discusiones pseudo hipocráticas, pero también la acerca de las últimas “cuestiones” emergencia de las nuevos descubri- de la visión del mundo llegaron a mientos que alimentan el paradigma ser un fenómeno cotidiano y de racional albertiano, particularmente, la masas en todos los estratos socia- búsqueda brunelleschiana de la pers- les y tuvieron lugar en todas par- pectiva. En La perspectiva como forma tes donde se reunía la gente: en las simbólica, Panofsky (2008 [1927]) plazas de mercado, en las calles, en señala cómo la perspectiva artifi cialis se los caminos, en las tabernas, en los presenta como un fenómeno ambiguo: baños públicos, en las cubiertas de si, por un lado, los fenómenos artísti- los barcos, etc., cuando la fi gura cos quedan inexorablemente unidos a del fi lósofo, sabio (cínico, estoico, reglas matemáticas y el cuadro deviene epicúreo) profeta o taumaturgo se una construcción racional y objetiva, hizo típica y se encontraba aún más por otro lado, la centralidad que ocupa a menudo que la del monje durante el punto de vista en la distribución del la Edad Media (1986: 168). cuadro, hace de este siempre una selec- La tradición de la menipea encuen- ción de la subjetividad que recorta la tra un momento de auge en el período realidad a su medida. Para Cardini de producción de las obras de Alberti, –aunque en esta línea se manifi estan coincidente con el renacimiento de esa también Garin (1992), Tafuri (1995), tradición fi losófi ca-literaria, merced a Catanorchi (2005)– el ‘ilusionismo la traducción al latín de un número de la búsqueda perspectiva’ abre las signifi cativo de sus obras: los diálo- puertas al escepticismo y a una risa que gos de Luciano, las Epístolas pseudo es efecto de la creencia obsoleta de que hipocráticas, las Epístolas del Pseudo existen elementos y parámetros fi jos Diógenes, el Axioco pseudo platónico. que sostienen la realidad. Una risa de La risa albertiana, imbuida de muchos este tipo está presente en el Defunctus de los elementos de la sátira menipea albertiano, que pone en evidencia que es, sobre todo, una risa que dialoga con toda representación cambia, modifi - las novedades de su época, revelando y cando el punto de vista, que la realidad descomponiendo “las últimas cuestio- es siempre mutable, y que “este fl uir, nes del mundo”. De acuerdo con Car- esta ambigüedad y esta duda justi- dini, Defunctus, en particular, es un fi can y alimentan la risa” (Cardini texto que pudo ser concebido y escrito 2008: 31). El Defunctus albertiano, porque en los primeros decenios del fi nalmente, retoma la perspectiva de Quattrocento habían madurado en Caronte acerca del origen de la crea- Italia y al interior del Humanismo ción humana: la máscara es una con- italiano los presupuestos culturales y dena inherente a la vida, que solo la

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 151-167 165 muerte puede deshacer. Mirar desde una pluralidad de ideales de vida y de un lugar-otro (inusual, desnaturali- valores morales, solo explicables en el zado) abre también y en el sentido más marco de esta concepción dinámica pleno la posibilidad de ‘descubrir’26. ¶ del hombre, cuya cualidad funda- mental es la versatilidad: Conclusiones La concepción unitaria –pero diná- mica– del hombre y la pluralidad ara Agnès Heller, el hombre de valores morales fueron las dos del Renacimiento tiene una caras, necesariamente emparen- Pcaracterística central: el dina- tadas, de un mismo desarrollo. El mismo. El Renacimiento, desde el dinamismo de la concepción del punto de vista de la fi lósofa húngara, hombre refl ejaba la misma trans- constituye “la primera etapa del largo formación revolucionaria de la vida proceso de transición del feudalismo social y humana que la desintegra- al capitalismo” y, por consiguiente, de ción de la unidad ideal de hombre. la destrucción de “las relaciones natu- Aunque convendría fi jarse en otro rales entre el individuo y su familia, aspecto: en que del interior de una su posición social y su lugar estable- misma concepción del hombre sur- cido en la sociedad” (1994: 8-9). El gió toda una variedad de ideales hombre dinámico del Renacimiento, humanos (1994: 26). desde esta perspectiva, en vínculo estrecho con el fomento de la produc- En consonancia con esta transfor- ción para conseguir riqueza y la diso- mación que Heller vislumbra en la lución de la estructura de la jerarquía vida social del Renacimiento, la obra feudal, vive en un proceso constante de Alberti se construye en torno a la de “llegar a ser”. En un mundo cuyas creencia en una inestabilidad sustan- estructuras y jerarquías tradiciona- cial que gobierna al mundo humano; les estaban siendo zarandeadas surge esta inestabilidad es abordada desde la ‘razón’ o desde el ‘absurdo’. Momus se inserta en la vía de lo absurdo haciendo 26 Señala Bajtín, en esta dirección, que en suya propia la inestabilidad, valiéndose la menipea “aparece un tipo específi co de de un género que acompaña estos fantasía experimental totalmente ajeno a la epopeya y la tragedia antigua: la observa- vaivenes y que le permite revisar ‘las ción desde un punto de vista inusitado, por últimas cuestiones del mundo’. Una ejemplo, desde la altura, cuando cambian de ellas, la central, es la emergencia drásticamente las escalas de los fenómenos de una pregunta: ¿cómo construir y observables de la vida, como en el Icarome- nipo de Luciano o el Endimión de Varrón construirse en el marco de esta ines- (observación de la vida citadina desde la tabilidad? Como hemos podido obser- altura). La línea de esta fantasía experimen- var, en Momus y las Intercenales esta tal prosigue también durante las épocas construcción se realiza apelando al arte posteriores, bajo la infl uencia determinante de la menipea, en Rabelais, en Swift , en Vol- de la simulación. La narración denun- taire (Micromegas) y otros” (1986: 164). cia y se mimetiza con este desolador

166 Mariana Sverlij / Momus sive de Principe y las Intercenales de Leon Battista Alberti… panorama, recurriendo a una risa des- Marassi, M. (2008). Metamorfosis de la histo- tructora de unos valores tan dinámicos ria. El Momus de L. B. Alberti. Barcelona: Anthropos. como efímeros, primer movimiento necesario de rebelión frente a la frac- Panofsky, E. (2008). La perspectiva como forma simbólica. Barcelona: Tusquets (¹1927). tura de la vida. ¶¶ Rinaldi, R. (2002). “Melancholia christiana” Studi sulle fonti di Leon Battista Alberti. Bibliografía Firenze: Olschki. Simoncini, S. (1998). “L’avventura di Momo Ediciones y raducciones nel Rinascimento. Il nume della critica tra Leon Battista Alberti e Giordano Bruno”. En Rinascimento 38; 405-454. Bacchelli, F. e D’Ascia, L. (ed. y trad.) (2003). Tafuri, M. (1995). Sobre el Renacimiento. Leon Battista Alberti. Intercenales. Bolo- Principios, ciudades, arquitectos. Madrid: gna: Pendragon. Cátedra. Jarauta, F. (ed.) (2002). Alberti. Momo o del príncipe. Valencia: Consejo General de la Arquitectura Técnica de España. Recibido: 18-04-2013 Brown, V. y knight, S. (ed. y trad.) (2003). Evaluado: 04-06-2013 Aceptado: 06-06-2013 Alberti. Momus. London: Th e I Tatti Renaissance Library.

Bibliografía citada

Bajtín, M. (1986). Problemas de la Poética de Dostoievski. México: Fondo de Cultura Económica [¹1979]. Cardini, R. (2008). “Alberti scrittore e umani- sta” en La vita e il mondo di Leon Battista Alberti I. Atti dei Convegni internazionale VI centenario della nascita di Leon Battista Alberti. Città di Castello: Centro studi L. B. Alberti; 23-40. Catanorchi, O. (2005). “Tra politica e pas- sione. Simulazione e dissimulazione in Leon Battista Alberti”. En Rinascimento 45; 137-177. Caye, P. (2010). “Alberti ‘bourgeois’? Otivm et negotivm dans De Familia et dans le De re aedifi catoria”. En Albertiana 13; 131-147. Garin, E. (1992). Rinascite e rivoluzioni. Movi- menti culturali dal XIV al XVIII secolo. Roma- Bari: Laterza. Heller, A. (1994). El hombre del Renacimiento. Barcelona: Península (¹1980).

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Reseñas

ATIENZA, Alicia; BATTISTON, Dora; BUIS, Emiliano; CRESPO, María Inés; LEÓN, Nilda; RODRÍGUEZ CIDRE, Elsa (coordinadores)

NÓSTOI Estudios a la memoria de Elena Huber

EUDEBA, Buenos Aires, Argentina, 2012, 758 págs. ISBN 978-950-23-2015-1

por Marta Alesso [Universidad Nacional de La Pampa - [email protected]]

ue en marzo de 2013 cuando el de fi lología griega, de fi lología latina, nutrido y bullicioso grupo de sobre la tradición clásica y de lingüís- Fdiscípulos de Elena Huber nos tica y literatura modernas. reunimos en la sala de profesores de Los “Estudios de fi losofía y cultura la Facultad de Filosofía y Letras en la de la antigüedad” están precedidos por calle Puán, en Buenos Aires, para la un fragmento de Plotino (Enéadas 1. 6. presentación del libro en su home- 8) que tradujeron María Isabel Santa naje. Muchas risas y algunas lágri- Cruz y María Inés Crespo. Después mas se superponían para recordar de ese umbral de lujo asoman los pel- a la querida maestra, quien a casi daños de ocho artículos, de los cuales todos nos había enseñado a conocer destaco el de Cora Dukelsky sobre la el griego desde la letra alfa y a nave- construcción simbólica y visual de los gar por la cultura helénica desde los espacios femeninos en la cerámica ojos asombrados de Odiseo. Nostoi es griega (pp. 67-83). Apoyado en exqui- un título muy apropiado para presidir sitas ilustraciones, el texto desgrana todas las policromadas expresiones una interpretación de las ficciones –científi cas y estéticas, académicas y simbólicas que los artistas helénicos poéticas– que encierra el volumen. desarrollaron en los vasos, las hidrias, Setecientas cincuenta y ocho páginas los perfumeros y las pyxeis. Las seño- dan cuenta del derrotero que hemos ras nobles con su cabello largo y las seguido y del punto al que arribamos siervas de pelo corto, las doncellas de quienes dimos los primeros pasos de melena suelta y las mujeres maduras la mano de Elena. La profusa y diversa de cabellera recogida, todas, se reúnen producción –después de las “Sem- junto a la fuente, se acicalan, se afanan blanzas” y “Poemas” que encabezan el en el gineceo en arreglos femeniles y libro– se agrupa bajo apartados cuyo presentan una promesa de seduc- título común es Estudios. Así tenemos ción y placer en las pinturas sobre la de fi losofía y cultura de la antigüedad, cerámica. Las escenas proyectan una

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 171 sucesión de códigos iconográfi cos que Perséfone en Ranas. Hermes adquiere solamente una experta puede descifrar protagonismo en Paz y en Pluto. No y en este caso Dukelsky nos guía con abandona su rol de mensajero de Zeus, paso diestro. pero incorpora con fuerza la faceta de Los “Estudios de fi lología griega” sujeto elocuente y embustero, lo cual están encabezados por unos versos lo constituye en una especie de doble de Homero (Odisea 9. 19-38) tradu- del héroe cómico, quien generalmente cidos por María Inés Crespo. De las ostenta idéntica característica de inmo- dieciocho colaboraciones elijo dos ral locuacidad. Dionisio, por su parte, para hacer un breve comentario, la de aparece como cobarde y afeminado las Claudia N. Fernández, “Consecuencias más de las veces; basta contemplar su de la parrhesía cómica: insulto a los comportamiento y su disfraz ridículo dioses en la comedia de Aristófanes” en toda la primera parte de Ranas. Fer- (pp. 229-241) y la de Elsa Rodríguez nández certeramente logra demostrar Cidre, “Divinizar lo deshumanizado: que los denuestos y las críticas a los la apoteosis en de Eurípides” dioses no son ajenos a la vena política (pp. 363-372). de la comedia antigua. Las divinidades Fernández vuelve sobre el concepto están integradas a la vida de la polis y parrhesía, que designa en la época no solo eso, sino que son uno de los clásica la posibilidad de exponer con males más enquistados. libertad una crítica, una acusación Rodríguez Cidre evoca en su capí- o hasta un insulto contra persona- tulo el tema de la animalización de jes encumbrados –reales o fi cticios–, personajes femeninos en la tragedia, licencia especialmente admitida sin especialmente en Medea, cuestión censuras en la comedia. Las aristas de que frecuentó en trabajos anteriores. las invectivas contra las divinidades Aquí acude al concepto más amplio de en Aristófanes son tan ríspidas como ‘deshumanización’ pero en un proceso aquellas dirigidas a personalidades ciu- inverso a la animalización: la divini- dadanas y políticas. Ningún dios queda zación. El procedimiento de elevar a exento de injurias, ni los olímpicos ni Medea hasta lo divino en la apoteosis las divinidades extranjeras reciente- fi nal de la tragedia cobra su dimensión mente admitidas en el panteón griego, real si se lo considera en paralelo con aunque verdad es que hay divinidades los procesos de reifi cación (es nube que son casi siempre objeto más ape- de lamentos, roca, hierro) y animali- tecible de los dardos aristofaneos. Es zación (es leona, toro, serpiente) de la el caso de , Hermes y Dioniso. protagonista. Son procesos homólogos Heracles es una de las fi guras cómi- en cuanto a los efectos que se generan. cas preferidas del género. Su fama de La conclusión de Rodríguez Cidre es glotón insaciable lo precede en todas que al colocar Eurípides a Medea por sus intervenciones. Así lo retratan las fuera de la norma, sus actos no pueden hospederas del Hades y la criada de ser juzgados con criterios humanos. Es

172 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 decir, la impunidad fi nal del personaje cuyo extenso título es “Mas ¿cómo adquiere un sentido especial en tanto menguará? ¿quién puso tasa?/ ¿Quién ha sufrido estos procesos de deshuma- limitó con ley, de amor, la brasa?: Imagi- nización y no puede ser encuadrado en nario homoerótico y traducciones de la las reglas de lo natural. Égloga II de Virgilio en el Siglo de Oro Los “Estudios de fi lología latina” Español” (pp. 597-615). El estilo es abi- son siete, todos profundos e intere- garrado y oscuro para ser un artículo santes. Están introducidos por unos científi co. Hay más una delectación por versos de Ovidio (Epistulae ex Ponto la palabra propia que el cumplimiento 1. 3. 27-36), traducidos por Dora Bat- del objetivo de mostrar las pocas bon- tistón. Escojo “El epitalamio tardo dades del la traducción de la Égloga II antiguo: mitología y sofistificación de Virgilio por Abdías Joseph (al pare- en la representación literaria de los cer un seudónimo de algún otro tra- placeres nupciales” (pp. 471-480), de ductor destacado de la época), si es que Liliana Pégolo, para una glosa sucinta. de eso se trata el objetivo del trabajo. Pégolo retoma la tradición del cultivo Porque Vila anuncia que Abdías Joseph del hexámetro en las escuelas impe- “bien puede ser el inicio de nuestras riales. Pone el acento en el hecho de refl exiones” cuando ya ha transcurrido que la poesía hexamétrica de siglo IV medio capítulo, así que de nuevo queda y principios del V no quedó anclada oscuro el objeto de estudio, pues de los en los convencionalismos épicos, sino cinco otros traductores de las Églogas que se desplegó también con conteni- en el Siglo de Oro –Juan del Encina, dos mitológicos y eróticos, enriqueci- Juan Fernández de Idiáquez, Diego dos con representaciones alegóricas. López, Cristóbal de Mesa y Fray Luis Ejemplifi ca con un fragmento de un de León– poco sustancioso dice o, epitalamio de Estacio y otro de Clau- mejor dicho, nada dice con claridad. diano, quien enlaza el epitalamio con Hasta las mismas conclusiones son fra- el panegírico. La hipótesis que emerge ses enunciadas entre ambigüedades y de este trabajo es que el mito renace en elipsis y hasta con inseguridad: “debería estas expresiones poéticas tardo anti- reconocer la imposibilidad de ofrecer guas como un procedimiento retórico certezas”, “sólo puedo hablar de intui- estéticamente aceptable en tanto ya no ciones”, “quizás no sería errado intuir”. representaba una afrenta a los valores Una aportación interesante es la infor- cristianos que muchos aristócratas de mación que ofrecen dos apéndices: uno las cortes imperiales habían abrazado. sobre las fechas de las traducciones y Unos bellísimos versos de Yorgos sus reediciones y otro sobre las versio- Seferis (Sobre un verso extranjero) nes de las Églogas en lo que respecta traducidos por Hernán Martignone a datos editoriales y de patronazgo o abren los “Estudios sobre la tradición aprobación. clásica”. De los ocho capítulos, elegi- Los “Estudios de lingüística y mos el último, el de Juan Diego Vila, literatura modernas” se inician con

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 173 un fragmento de la voz de Miguel de esencia de una mujer íntegra y equili- Cervantes Saavedra (Don Quijote de brada fl uye de esa poesía en la que una la Mancha, Segunda Parte, capítulo imagen se confronta con otra y, sin más 72) y constan de diez capítulos. Este comentarios, una refl exión concisa y a apartado es el más heterogéneo por- la vez efímera o evanescente brota de que en él se insertan desde un análisis cada una de esas composiciones que del discurso de asunción de Fernando en tres versos encierra el meollo sus- Lugo, presidente de Paraguay, a cargo tancial de la existencia. de Elvira de Arnoux y Juan Eduardo Creo que el libro Nostoi representa Bonnin, hasta capítulos sobre Gramá- a Elena. Está allí un pedacito de cada tica como el de “Modalidad y grama- uno de nosotros, sus discípulos, los que ticalización” de Laura Ferrari o el de bebíamos su palabra en las clases, los “El valor aspectual” de Mabel Giam- que nos amontonábamos en la mesa matteo, pasando por un estudio de “La de un café para admirar su ademán intrusa” de Jorge Luis Borges, por Jorge amplio y soberbio, su discurso lumi- Alejandro Flores. El más entrañable y noso. “Aquello que más amaba era apropiado es el último artículo, dedi- enseñar”, afi rma el Prefacio, y entonces cado a la obra poética de Elena Huber, viene a la mente su fi gura grandiosa al con un aserto en el título que completa frente del aula desgranando los versos la idea adecuadamente: “La dilatada de Safo como si los estuviera creando búsqueda de la palabra única”. Está fi r- allí mismo, los aforismos de Heráclito mado por María Hortensia Troanes. como si la fi losofía estuviera naciendo Después de publicar su primer libro a ahí delante de nosotros, los hexámetros los 18 años, Elena espera dos décadas de Homero como si se develara por fi n para que el resto de su obra poética vea el sentido de la literatura. Quien no la luz. Troanes reconoce dos períodos: conoció el talento de Elena Huber para 1) Hálito en fuga (1976) y Búsqueda conducir teatralmente aquel asombro del Ser en Mundo Soledad (1977) y 2) estudiantil desde el deslumbramiento Rubí en asombro (1981), Barrio de imá- hacia el conocimiento no entenderá genes (1991) y La Plaza de los Galgos que estoy hablando de una maestra en (2005). Las citas de algunos versos nos todos los órdenes y en la acepción más devuelve el aroma de aquella concep- completa. Quizás tratamos vanamente, ción minimalista y profunda de los los que somos profesores, de imitar su haikus de Elena. Imágenes urbanas – estilo, quizás intentamos transmitir la calles, patios, casuales esquinas, pavi- cultura griega como ella. Si no lo logra- mento, niebla, balcones– danzan junto mos, siempre nos quedará el orgullo a los destellos de la naturaleza –torca- de haber pertenecido a su círculo y de zas, ceibos, glicinas– en las composi- haber sido iluminados por su amistad ciones breves y de eco recóndito. La generosa y fecunda.

174 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 RACKET, Andrés

Esquilo. Prometeo Encadenado

(Introducción, traducción y notas). Colección Griegos y Latinos. Editorial Losada, Buenos Aires, Argentina, 2012, 104 págs. ISBN 978-950-03-9918-0

por Paola Druille [CONICET/Universidad Nacional de La Pampa - [email protected]] as distintas traducciones de Pro- La reducida “Introducción” que meteo encadenado han enrique- inicia la edición (pp. 7-28), presenta Lcido el texto atribuido a Esquilo un análisis continuo, sin subtítulos ni con interpretaciones que han actuali- esquemas, de Prometeo encadenado. zado el sentido original que el poeta El traductor abandona el recorrido quiso imprimir en su tragedia. El tradicional de las ediciones moder- trabajo que la editorial Losada nos nas, y en lugar de confrontar los datos acerca de la mano de Andrés Racket reales y anecdóticos de la biografía no es la excepción. Lejos de producir del autor, expone un resumen de las una traducción anclada en la llanura discusiones de los especialistas sobre de lo literal, Racket estudia el texto la autoría y la fecha en que fue escrita griego para reconstruir la formación o puesta en escena la obra de Esquilo. rítmica, los versos, el argumento y el Recuperando información procedente signifi cado de las palabras de la tra- de distintas épocas –Antigüedad, gedia Prometeo encadenado. El tra- Romanticismo, siglo XIX–, Racket se ductor examina el lenguaje utilizado manifi esta de acuerdo con los datos por Esquilo y desarrolla un análi- transmitidos por los comentaristas sis singular de su obra aplicando las antiguos (p. 7). Los primeros biógra- herramientas tanto de la metodolo- fos no tuvieron dudas en determinar gía fi lológica como de la teoría de los que el autor de Prometeo encadenado actos del habla. En este sentido, el tra- fue Esquilo, aunque es la única trage- bajo del traductor se convierte en un dia conservada que se le atribuye de la verdadero estudio de la forma y del que no existe datación, a pesar de que contenido de la obra esquileana que todo indique que se le debe asignar una atiende a los aspectos más puramente fecha posterior al 479 a. C. Reconoce teóricos del pensamiento del poeta y a que habría una trilogía que empezaba los elementos pragmáticos que hacen con Prometeo encadenado, continuaba del discurso de cada personaje un con Prometeo portador del fuego y ter- motivo de acción. minaba con Prometeo liberado, y que las dos últimas obras que completan la

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 175 trilogía no se han conservado, a excep- los. Con respecto a la tékhne, lleva a ción de pequeños fragmentos que han cabo el siguiente recorrido. Primero, sobrevivido. considera que el fuego es una metáfora La exposición sobre la datación de la civilización porque representa el de la obra de Esquilo deja espacio a desarrollo técnico. Segundo, explica el una nueva síntesis de las versiones del signifi cado del término sosteniendo mito de Prometeo transmitidas por los que abarca una serie de actividades autores de la Antigüedad. Además de dotadas de un componente teórico la versión que pone en escena Esquilo, y un campo de aplicación práctico. Racket afi rma que el mito está atesti- Tercero, observa que “el término ‘arte’ guado en las obras de Hesíodo, en traduce mal” el signifi cado original de fragmentos de Íbico y Safo, en Platón, la palabra griega, que considera com- en una comedia de Epicarmo y en un prendida entre la “ciencia” y el “ofi cio” drama satírico de Esquilo, Prometeo (p. 11). Por último, interpreta tékhne encendedor del fuego, del 472 a. C. (p. como “previsión”, y en este sentido 8). De todas las obras que nombra, como metáfora de Prometeo. Mediante comenta con especial dedicación los estas consideraciones, Racket concluye argumentos de los relatos contenidos que la tékhne inaugura la posibilidad en Teogonía 535 ss. y Trabajos y días 41 de prever en el ámbito de lo humano; la ss. (p. 9), para concentrar su análisis esperanza, por el contrario, tiene la uti- sobre los conceptos que a su entender lidad de ocultar el futuro. La primera actúan como ejes de la obra de Esquilo. opera en el campo de lo racional, por Estos ejes son introducidos en pares lo que su utilidad implica la supervi- léxicos cuyos componentes mantienen vencia humana; en cambio, elpís, cae una relación de oposición. en el ámbito de lo irracional, ciega toda El primer par está formado por posibilidad de previsión. elpís (“esperanza”) y tékhne (“arte” o La previsión de Prometeo le per- “técnica”, pp. 10-11). La “esperanza” era mite decir o callar lo que sabe. Com- uno de los males contenidos en la jarra parando a Prometeo con otros dos per- que Pandora abre para diseminarlos en sonajes de la literatura griega antigua el mundo. Con interrogantes retóricos, –Antígona y Casandra–, Racket sos- Racket enfatiza el estado ambiguo del tiene que las previsiones de Prometeo concepto elpís, el que puede ser exa- son escuchadas y tienen la capacidad minado como un bien o como un mal de modifi car el futuro: Zeus derroca (p. 10). Siguiendo la interpretación que a Crono gracias a que Zeus escucha defi ende A. Pérez Jiménez en Hesíodo, lo que dice Prometeo (vv. 219 ss.). Teogonía. Trabajos y días. Escudo Para Racket, Prometeo construye el (1997), el traductor sostiene que la futuro mediante el uso del lógos. Con esperanza queda en la jarra porque se este término, el traductor introduce le niega a los hombres la posibilidad la idea de función performativa, que de advertir los males antes de recibir- tiene su origen en la teoría de los actos

176 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 del habla desarrollada por J. L. Aus- término, cuando eligen y actúan “se tin, para examinar el valor del lógos y hacen partícipes de la construcción su efecto. Luego de considerar que el de su propio destino” (p. 16) que ya se lógos adopta la misma función que se encuentra determinado por el lógos. Si le asigna a los oráculos, afi rma que las bien los personajes no esperan que las palabras de Prometeo no se limitan cosas salgan mal, el determinismo de a describir las acciones futuras sino su destino es lo que hace de su futuro que tienen un efecto sobre los perso- una tragedia. Más allá de las elecciones najes con los que dialoga. El episodio que tomen, nada permite que alcancen paradigmático que cita como ejemplo la felicidad. Aquí es donde el tema de es el encuentro entre Prometeo e Ío. Prometeo encadenado es típicamente El protagonista relata los hechos que trágico si se piensa que muestra no sucederán en el futuro a la vez que da tanto la capacidad técnica de previsión a Ío instrucciones sobre el recorrido otorgada por la tékhne sino cierto ocul- geográfi co que debe realizar para que tamiento, una “ceguera optimista” (p. se cumpla la predicción en la que está 17) que está en la naturaleza del hom- implícita su liberación: Ío dará naci- bre, le hace olvidar su condición mor- miento a la generación que engendrará tal y caer en la suposición de que las al niño que derrocará a Zeus y con él cosas pueden salir bien. Racket nombra su tiranía (vv. 700-885). El lógos de como ejemplos mitológicos de lo que Prometeo tiene como efecto último la podríamos llamar ‘esperanza trágica’ a modifi cación de la realidad en pos de Sísifo, las danaides, Casandra, persona- un objetivo concreto. jes que olvidan su condición mortal y se Con respecto a la función trágica aferran a una espera irracional. de los personajes ideados por Esquilo, El traductor amplía así la idea de Racket no considera que sean pasivos. esperanza que aborda en las primeras Por el contrario, sostiene que los per- páginas de su “Introducción”. Junto sonajes elaboran su propio destino. La con la capacidad de previsión técnica, idea de destino en la que se basa Racket la esperanza, en tanto olvido y nega- es el determinismo que sostenían los ción de la condición humana, fue dada griegos. Tanto en las tragedias con- a los hombres. Los dioses no tienen servadas de Sófocles –Áyax, Las tra- esperanza sino previsión. Prometeo quinias, Antígona, Edipo rey, Electra, es quien provee a Zeus de un motivo Filoctetes y Edipo en Colono–, como en inexcusable para que no lo destruya las de Eurípides –Medea, Efi genia en porque su aniquilación implicaría el Áulide, Orestes– sucede lo mismo que derrocamiento futuro del tiránico dios. con los personajes de las obras com- Siendo el poder el que está en juego, pletas de Esquilo –Siete contra Tebas, Racket observa que el texto de Esquilo Persas y Orestía–, los personajes eligen abunda en la caracterización de Zeus y actúan en consecuencia. Aunque no como un týrannos (p. 19). Aunque son libres en el sentido moderno del el enfrentamiento entre Prometeo y

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 177 Zeus “no es el de un tirano cruel con- fomente la unión amistosa. El poder tra un dios altruista y defensor de los obliga a que la enemistad gane terreno hombres”, sino una puja entre dioses sobre la amistad y evolucione en un que conocen el poder. Prometeo sabe intercambio de hostilidades en lugar cómo será derrocado Zeus y utiliza este de favores. Según Racket, es Prome- conocimiento como protección para su teo quien instala las hostilidades en su futuro. Zeus sabe que Prometeo calla relación con Zeus cuando decide dar a algo indispensable para que se man- los hombres la posibilidad de obtener tenga su gobierno. Como los dioses la mejor parte de los animales como carecen de la condición humana opti- alimento provocando así que “el poder mista, son conscientes de cuáles son no pudiera ser pensado a través de sus limitaciones y no están encegueci- alianzas” (p. 21). Para el traductor, este dos por la esperanza de que todo pueda evento es el que provoca llevar a tér- salir bien. Zeus conoce la naturaleza mino uno de los mayores errores trá- del poder y hace uso de él en conse- gicos del mito de Prometeo, la creación cuencia. Prometeo tampoco se engaña de la mujer. Racket coloca la idea de ni olvida que su poder está en no decir hamartía (“error”, p. 22) en los dioses lo que sabe. Por lo tanto, la relación no en los hombres. La creación de la entre Zeus y Prometeo no da lugar a mujer tiene una funcionalidad sustan- la philía (“amistad”, p. 20), otro de los cial para la tragedia de Esquilo porque términos griegos que Racket selec- su existencia produce un encadena- ciona de la tragedia de Esquilo. Los miento de consecuencias inevitables términos týrannos y philía constituyen que conducen a la desgracia prevista el segundo par cuyos componentes se por Prometeo, pues será una mujer la encuentran en una tensión similar a que dará a luz un niño que derrocará la que Racket observa con respecto a a Zeus. El plan de Prometeo fue tra- elpís y tékhne. Si bien el análisis de los zado como una proyección de futuro textos clásicos griegos a partir de las que abarca varias generaciones en la relaciones que se generan entre pares que se mantiene constante la relación de opuestos es un lugar común en la de oposición entre dioses y hombres. crítica moderna, también responde a El personaje de Ío es el encargado de la mentalidad dual de la cultura griega. mostrar esta relación y funciona como Racket deja implícito que Esquilo una pieza esencial para la consecución quiere enseñar a los espectadores de del plan político organizado por el pro- su tiempo que la philía es inadmisible tagonista de la tragedia. La mentalidad en el ámbito del poder. La posibilidad técnica de Prometeo le permite elabo- de amistad debe estar subordinada rar estrategias como medios necesa- a la existencia de alianzas en las que rios para dar cumplimiento a un fi n una de las partes de la relación debe preciso. ceder para que se mantenga un vín- Los temas desarrollados por Rac- culo de concordia y hospitalidad que ket, i. e. la condición humana, la espe-

178 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 ranza como olvido de la muerte, el sen- Racket anota íntegramente en inglés, tido de la supervivencia a partir de la tres corresponden a las ediciones técnica, la palabra como instrumento consultadas para la traducción de la para construir el destino, la esterilidad tragedia, entre las que se encuentra del poder sin alianzas, son elementos Aeschylus, Prometheus Bound, editada que lo conducen a refl exionar sobre por M. A. Griffi th, Cambridge Univer- el carácter político de la tragedia de sity Press, 1935, trabajo utilizado como Esquilo. La concepción de poder que base de la presente traducción. En las expresan Zeus y Prometeo no coincide últimas páginas de la publicación se con la glorifi cación del sistema político ubican el “Índice” (p. 97) y un extenso ateniense típica de su obra. En este sen- glosario de las distintas traducciones tido, Racket vuelve sobre la necesidad impresas por Losada (pp. 99-102). de colocar la obra dentro de la trilogía Tanto la “Introducción” como la incompleta de la cual formaría parte traducción propiamente carecen de Prometeo encadenado. El traductor notas signifi cativas que ilustren al lec- plantea como hipótesis que la trilo- tor sobre la gran cantidad de tópicos gía tendría un cierre en un momento que posee la obra Prometeo encade- posterior en el que los dioses deponen nado. El trabajo que nos acerca Racket la acción por la fuerza y se redefi ne la resulta interesante en cuanto al análisis concepción del poder en términos que crítico que propone en la “Introduc- resulten benefi ciosos para los mortales ción” y el singular tratamiento de la y remitan a los idearios sostenidos por métrica de Esquilo, aunque la pobreza la democracia ateniense. de material bibliográfi co que sustente La “Introducción” finaliza con su estudio y de las notas que otorguen una breve sinopsis de la estructura de calidad académica a su excelente tra- la obra (pp. 26- 27), y con un escaso ducción provocan un vacío que hacen inventario bibliográfi co de las edicio- de su labor un material apto para estu- nes y comentarios utilizados durante diantes que inician sus lecturas de los el desarrollo del análisis crítico y de trágicos griegos. la traducción del texto griego. De las cinco referencias bibliográficas que

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 179 MÁRSICO, Claudia e INVERSO, Hernán

Platón. Eutidemo

(Introducción traducción y notas). Colección Griegos y Latinos. Editorial Losada, Buenos Aires, Argentina, 2012, 213 págs. ISBN 978-950-03-9690-5

por Mariana Gardella Hueso [CONICET/Universidad de Buenos Aires - [email protected]]

l Eutidemo de Platón se pre- dia Mársico, y a los trabajos puntuales senta al lector como un diálogo sobre Aristipo de Cirene, desarrollados Eenigmático, en torno al cual se por Hernán Inverso, que contribuyen vuelve compleja y laboriosa la tarea a poner en valor el pensamiento de de desentrañar las intenciones del los discípulos de Sócrates. Aunque a autor, delimitar los referentes polémi- diferencia de Platón y Jenofonte fi guras cos de la obra y develar el hilo con- como Euclides de Mégara, Antístenes, ductor que hilvana la multiplicidad de Aristipo, Fedón de Elís y Esquines de temas que allí se desarrollan. Por este Atenas fueron considerados como motivo, suele ser abordado de manera pensadores ‘menores’, sus propues- soslayada y sin prestar atención a tas fi losófi cas constituyen verdaderos las múltiples conexiones que guarda hitos del pensamiento del siglo IV con el resto del corpus platonicum. a.C., a la luz de los cuales es posible Sin embargo, la traducción que aquí reinterpretar las doctrinas de los fi lo- presentamos procura revertir esta sófi cos que la tradición consagró como tendencia, al mostrar el singular valor ‘mayores’. que esta obra posee no solo para la La presente traducción está hecha comprensión de problemas centrales en base a la edición de L. Méridier, de la fi losofía platónica, sino también publicada en 1931 en la editorial pari- para el conocimiento de la relación sina Les Belles Lettres, y toma como que Platón mantuvo con otros dis- referencia la edición canónica de Henri cípulos de Sócrates, entre los que se Estienne para la numeración del texto. cuentan principalmente los fi lósofos La traducción logra ajustarse fi elmente megáricos, de cuya propuesta fi losó- al original griego respetando, al mismo fi ca el autor del Eutidemo pretende tiempo, las estructuras castellanas. Asi- diferenciarse. mismo sortea las difi cultades adicio- La presente versión del Eutidemo nales que impone una traducción del se suma a la traducción completa de Eutidemo, pues en numerosos pasajes los fragmentos y testimonios de los de la obra, los hermanos Eutidemo y fi lósofos socráticos, a cargo de Clau- Dionisodoro, interlocutores de Sócra-

180 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 tes, presentan razonamientos que se El segundo apartado, “Escenario, estructuran en base a ambigüedades datación y personajes”, está dedicado a semánticas o sintácticas propias de la la descripción del gimnasio Liceo, sitio lengua griega que no tienen un corre- donde transcurre el diálogo, y al trata- lato estricto en nuestra lengua, e.g. los miento del problema de la fecha fi ccio- razonamientos que operan en torno a nal en la que se desarrolla la trama y la ambigüedad de ciertas proposicio- de la fecha real de composición del diá- nes objetivas, en las que el sustantivo o logo. En torno a este último punto, sin participio en acusativo puede interpre- duda controvertido, los autores ubican tarse como sujeto u objeto directo del al Eutidemo como un diálogo de tran- verbo en infi nitivo (cf. Eut. 299e-300c). sición, escrito circa 384 a.C., destinado Por esta razón, en profusas notas a pie a conformar el “cinturón protector” de se consignan explicaciones sobre estos la teoría de las Formas desarrollada en fenómenos y se presentan al lector tra- diálogos posteriores. El tratamiento de ducciones alternativas que ponen de los personajes, lejos de ser una cues- relieve la ambigüedad en cuestión. tión de detalle menor, es uno de los La traducción está precedida de puntos nodales de la interpretación una introducción que comprende una del diálogo, de modo que, allende la centena de páginas y que ofrece las descripción de los principales prota- principales líneas de la interpretación gonistas del diálogo, Sócrates, Critón, original de la obra que proponen los y los muchachitos Clinias y Ctesipo, el autores. Esta culmina con una lista de tratamiento de las fi guras del interlo- bibliografía actualizada que se com- cutor innominado y de los hermanos pleta con las menciones de piezas Eutidemo y Dionisodoro se profundiza bibliográfi cas adicionales en notas a y completa en apartados posteriores. pie. El primer apartado de la introduc- Tras una referencia en el tercer ción, “Sobre enfrentar hidras y cangre- apartado, “Estructura de la obra”, a la jos”, indaga la analogía que Sócrates organización general del diálogo, cuyas establece entre su encuentro con los diversas secciones son distribuidas en hermanos Eutidemo y Dionisodoro y un cuadro, el cuarto apartado, “Síntesis la segunda de las doce tareas de Hera- exegética de los problemas centrales”, cles, donde el héroe se enfrenta, según dividido a su vez en diferentes seccio- algunas versiones del mito, a la Hidra nes, se aboca al tratamiento de la cues- de Lerna y al cangrejo que Hera le tión de la identidad de los adversarios enviara para atacarle los pies. Este epi- del diálogo y a la crítica platónica de sodio se propone como clave de lectura otras fi losofías socráticas (4.1). Luego del diálogo y muestra las batallas que el de analizar las referencias a la tradi- propio Platón debe librar contra líneas ción literaria (4.1.1) y a las menciones intelectuales que, como la megárica, se marginales a sofi stas que tienen lugar reclaman herederas de las enseñanzas en la obra (4.1.2), se argumenta a favor socráticas. del vínculo entre la práctica erística

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 181 retratada en el Eutidemo y la dialéctica monios supérstites sobre el grupo, en megárica. La hipótesis que los autores especial, los que conciernen a las fi gu- defi enden es que, aunque la dialéctica ras de Euclides de Mégara y Eubúlides megárica guarda algunas semejanzas de Mileto. Sopesando la interpretación con la platónica, pues ambas derivan platónica, los autores señalan cómo, de la práctica de interrogación del lejos de ser solo una práctica litigante, Sócrates histórico, en el Eutidemo se la dialéctica megárica pretende alertar enfatizan las diferencias que existen a los usuarios poco precavidos de una entre una y otra, al mostrar cómo el lengua sobre las múltiples ambigüeda- aspecto beligerante de la erística con- des, tanto sintácticas como semánticas, trasta con el diálogo cooperativo socrá- que presenta el lenguaje y que son el tico-platónico. En este punto, Platón motivo por el cual este se convierte en no solo muestra las falencias formales una herramienta inútil para acceder del procedimiento erístico, sino tam- al conocimiento de lo real. Para ello el bién la falta de una dimensión ética fi lósofo megárico diseña una serie de que procure la mejora del interlocutor, argumentos que manifi estan las con- al exhortarlo a la vida virtuosa. En este tradicciones de los conceptos gnoseo- punto, el análisis de los autores podría lógicos y ontológicos utilizados por enriquecerse con la consideración de la la tradición fi losófi ca. Este es el caso diferencia entre la práctica refutatoria de los argumentos desarrollados por o élenchos, propia de los diálogos tra- Eubúlides, conocidos como el Menti- dicionalmente llamados ‘socráticos’, y roso, el Velado (o Electra) y el Sorites la dialéctica que Platón desarrolla en (o Pelado), los cuales son analizados el Fedón y en los libros centrales de en la introducción. República, escritos en su madurez. A Luego, los autores realizan un exa- diferencia de lo que ocurre en estos men pormenorizado de los argumen- últimos diálogos, donde los interlo- tos refutativos que utilizan Eutidemo cutores cooperan con Sócrates en la y Dionisodoro (4.2). Entre ellos se búsqueda conjunta del conocimiento, cuentan, por una parte, las paradojas en las obras tempranas la actitud de sobre la imposibilidad de conocer (Eut. algunos interlocutores, e.g. Calicles 275e-278e), elaboradas en torno a la en el Gorgias y Trasímaco en el primer homonimia del verbo manthánein, que libro de la República, se caracteriza por poseen una estructura similar a las que la hostilidad y la renuencia a entablar Platón consigna en Menón 80d-e. Por una conversación amigable, que no se otra parte, la tesis sobre la imposibili- adecuan a la identifi cación total de la dad del error (Eut. 283a-286b), que los dialéctica socrático-platónica con el autores vinculan no solo con la doc- diálogo cooperativo. trina protagórica, sino también con la Los fundamentos y aspectos for- de Antístenes. Contra este socrático males de la dialéctica de los megáricos Platón mantuvo abiertas disidencias, son reconstruidos a partir de los testi- motivadas especialmente por la dife-

182 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 rencia que la propuesta materialista de la luz de su vinculación con algunos Antístenes guardaba con la doctrina planteos que serán desarrollados pos- platónica. Por último, un argumento teriormente en la República. Asimismo, contra las Ideas (Eut. 300e-301c), que señalan el valor de la apelación a este problematiza la relación que existe género en el contexto del Eutidemo, entre lo Bello y la multiplicidad de que sirve a los efectos de mostrar a las cosas bellas. Los autores muestran los ojos del lector que la exhortación, cómo esta sección puede ser vincu- ligada con el ámbito práctico y con la lada no solamente con los dilemas transmisión de contenido ético, está de la participación presentados en ausente en la erística que impulsan Parménides 130e-131c, sino también, Eutidemo y Dionisodoro, pero no así y en esto radica la novedad del plan- de la dialéctica platónica. teo, con la objeción conocida tradi- Por último, los autores se dedican cionalmente como ‘el tercer hombre’. al análisis de la fi gura del interlocutor Aunque las versiones más conocidas innominado, que aparece al fi nal del de esta objeción son las que Platón diálogo censurando frente a Critón aporta en Parménides 132a-b y las tanto a los cultores de la erística como que Alejandro de Afrodisia atribuye a Sócrates. Los autores adhieren a la a Aristóteles y a Eudemo (in Metaph. identifi cación de este personaje con el 83.34-84.7; 84.21-85.3), los megáricos orador Isócates, cuyo Contra sofi stas también formularon versiones de este condena diversos modelos educativos, argumento. A diferencia de las ver- entre los que se cuentan los de los fi ló- siones tradicionales, las megáricas no sofos socráticos. Por este motivo es que postulan un regreso infi nito de For- Platón pretende marcar distancia con mas, sino que objetan el concepto de respecto a prácticas fi losófi cas que, a participación. Los autores analizan la ojos de otros intelectuales como Isó- versión del megárico Políxeno (Alejan- crates, pueden parecer idénticas. dro, in Metaph. 16-21) y muestran su Por todo lo dicho, esta traducción vinculación con el pasaje del Eutidemo. del Eutidemo logra no solo revalorizar A continuación, los autores se esta obra, sino también acercar al lec- dedican al análisis de los modelos pro- tor del diálogo al conocimiento de las trépticos desarrollados por Sócrates en voces de los interlocutores platónicos, la obra (4.3). Luego de formular algu- cuya consideración permite el surgi- nas consideraciones sobre el protéptico miento de interpretaciones nuevas qua género textual tradicional, anali- sobre obras y problemas tradicionales. zan el contenido de estos discursos a

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 183 MATACOTTA, Dante

Simmaco. L’antagonista di Sant’ Ambrogio

Saggio Introduttivo di L. M. A. Viola. Victrix Edizioni, Forli, Italia, 2010, 383 págs. ISBN 978-88-88646-38-1

por Lidia Raquel Miranda [CONICET/Universidad Nacional de La Pampa - [email protected]]

a fortuna de la obra de Quinto la época tardoantigua, la atención Aurelio Símaco ha sido diversa sobre la fi gura de Símico ha adquirido La lo largo de los siglos. Entre nueva intensidad. En este sentido, la la producción de Macrobio y la de obra de Dante Matacotta, Simmaco. Casiodoro, la de Símaco ha sido con- L’antagonista di Sant’ Ambrogio, ha siderada como la de un gran orador; venido a llenar una laguna en el estu- en la Alta Edad Media su tradición se dio específi co sobre la romanidad eclipsó pero se revalorizó en el rena- tardo imperial y, al mismo tiempo, ha cimiento platónico del siglo XII. Sin tratado de enmendar el tratamiento embargo, Símaco no conoce nueva y superfi cial, limitado y hasta despec- especial atención hasta el año 1400, tivo de la cultura imperial romana cuando se produce una vuelta hacia del período tardoantiguo; además ha la cultura romana clásica, recupe- podido hacer emerger, en su comple- ración que durará hasta 1600. En el jidad, la signifi cación de la vida y de siglo XIX aparecen dos monografías la obra de Símaco en la historia de la sobre la vida de Símaco que renova- retórica, la religión y la política. rán el interés, la de E. Morin (Étude El texto que reseñamos, publicado sur la vie et sur les écrits de Symma- en 2010 por Victrix Edizioni, reedita que, préfet de Rome en 384) y la de el aparecido en 1992; sin embargo O. Seek (Symmachi quae supersunt); se organiza de manera diferente por esta última contiene la primera edi- cuanto incluye como parte introduc- ción crítica completa de la obra del toria un ensayo a cargo del especialista romano y signifi ca un lento rescate en religión romano-italiana L. M. A. del magisterio del orador. En 1955 se Viola, que se ocupa de presentar al publica un estudio de R. Romano (In orador Quinto Aurelio Símaco en el difesa dei Templi), que, aunque no es marco de la romanitas y en relación a enteramente exhaustivo, encuadra al la controversia con Ambrosio de Milán hombre en la obra y aborda su con- en una dilatada sección de más de 100 texto y su valor. A fi nes del siglo XX, (cien) páginas, extractada de la obra al multiplicarse los estudios sobre la más amplia de dicho autor, Quinto Antigüedad romana clásica y sobre Aurelio Simmaco, lo splendore della

184 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 romanitas (2010). En esta introduc- mudando y la disciplina oratoria ya no ción, Viola pone de manifi esto la ten- tenía la misma elevada condición que sión existente en el Imperio romano a en el período de la República. La con- partir de la mitad del siglo III entre los troversia entre Ambrosio de Milán y gentiles y los cristianos, que coincide Símaco representa la confrontación con la disgregación del orden social del cristianismo con el mundo pagano, tradicional a causa de la reorganización que tuvo lugar en torno a la reposición de la administración imperial por parte del altar de la Victoria en el aula del de Constantino, en particular la refe- Senado romano a fi nales del siglo IV. rida al acceso a los cargos dirigenciales Luego de una breve nota biográ- del imperio. El aspecto más destacable, fica comienza el texto propiamente en relación con este problema, fue la de Dante Matacotta, especialista en asignación de puestos de gobierno a jurisprudencia y destacado diplo- personalidades provenientes de órde- mático, fallecido en 2004. Simmaco. nes sociales distintos del senatorial, lo L’antagonista di Sant’ Ambrogio se com- que comportó un cambio en el equi- pone de una Introducción y 18 (diecio- librio y la calidad de la élite romana, cho) capítulos que abordan los temas la cual, según la tradición, debía tener del contexto (la situación del Imperio una dignidad religiosa precisa. Esta romano en el siglo IV; la herencia de degradación del cursus honorum lle- Roma; el Estado, la sociedad y la vida vada adelante por la política de Cons- religiosa en el período tardoantiguo; tantino devino, como era de esperarse, el cristianismo) y los concretos refe- en un embate fundamental a la “autén- ridos al orador (juventud y estudios; tica tradición romana”. Símaco, como familia y amigos; la carrera política; la representante de la nobleza senatorial, obra y sus últimos años). El escrito de desempeña una misión específi ca en Matacotta resulta un estudio completo esta época, por la cual se convierte en y riguroso del período que abarca el fi n el símbolo que encarna al “verdadero del siglo IV y el inicio del V, durante Padre romano”, comprometido con el cual el Imperio romano afrontó una la defensa de Roma, su religión y su crisis determinada en buena parte por imperio. Según Viola, Símaco fue el el progresivo ascenso del cristianismo mejor orador de su tiempo: encarnó y por el ingreso de bárbaros en diver- el modelo del optimus orator, tal como sos puntos de la frontera imperial. El fuera descripto por Cicerón y Quin- autor pone en evidencia que esta fase tiliano; fue un experto en todas las de la tardoantigüedad, tan importante artes que formaban al rector civitatis para la historia europea, permanece ejemplar y con su vida personifi có el poco conocida y merece el esfuerzo ideal del vir vere romanus. El arte ora- de los historiadores para una mejor toria le fue indispensable como arma elucidación. Asimismo, el texto pone principal de su cargo, a pesar de que la su acento en la personalidad de Símaco función de la elocuencia pública estaba y la célebre polémica con Ambrosio,

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 185 en un análisis que revela ciertas cor- mente la obra en la que Símaco alcanza respondencias con la situación de plu- la cumbre más alta de su pensamiento ralismo religioso del mundo actual, y expresión, redactada en un estilo perspectiva que destacamos de la obra bastante sobrio. El texto consta de por constituir, junto con los aspectos unas 1300 (mil trescientas) palabras, retórico e histórico, un alcance nota- organizadas en 20 (veinte) parágrafos, ble para una obra referida al siglo IV, que Matacotta traduce al italiano para un indiscutible aliciente para iniciar hacer más accesible al lector la com- su lectura. prensión de los temas que plantea. El Habida cuenta del vasto material texto posee una arquitectura retórica que ofrece el texto, a continuación nos muy bien estructurada, con una intro- dedicaremos únicamente a los capítu- ducción, un tratamiento del problema los XV, “La Tertia Relatio” y XVI, “La y una peroración. Cada término parece Polemica”, debido a que se concentran haber sido bien pensado y elegido; y puntualmente en contenidos atinentes por primera vez, explica el autor del a la obra de Símaco, su valor retórico y libro, Símaco abandona su estilo lin- su contrapunto con el pensamiento de güístico habitual para incursionar en Ambrosio de Milán. la variatio, que consiste en volver atrás Las Relationes son los escritos o en repetir ciertos conceptos: ya no que Símaco compuso cuando ejercía se trata del orador que habla sino del el cargo de prefecto en Roma, textos prefecto que escribe, y, en este sentido, en los que se presenta como princeps su discurso escrito posee la pausa y la senatus. De ellos se ocupa el capítulo majestad de la prosa clásica. En cuanto XIV de Matacotta, sección que des- al contenido, Símaco no intenta una cribe el ámbito de trabajo del orador y defensa de la religión pagana como las disputas contra la administración tal y evita con gran cuidado tocar central, la cual, condicionada por el cualquier argumento teológico: se clientelismo que predominaba en la acerca a este tema solamente en la burocracia y en la sociedad romana, parte 10, en la cual, a través de la idea basaba su política de ingreso y pro- platónica que permeaba ya en todo el moción del personal no en criterios ámbito romano, afi rma la unidad del de mérito sino en el peso de la amis- ser supremo y concluye con la famosa tad y en el juego de los favoritismos. El frase en favor de la pluralidad reli- contenido y efecto de las casi cincuenta giosa “No se puede llegar por un solo relaciones son explicados uno por uno camino a un misterio tan profundo”, en el capítulo, salvo la Tertia Relatio, y en seguida, consciente de haber que es tratada específi camente en el tocado un tema muy espinoso, agrega capítulo XV. “pero estas son discusiones dignas de El tercer informe al emperador, quienes no tienen nada que hacer”. universalmente conocido por su Símaco defi ende la religión romana, no nombre latino, Tertia Relatio, es cierta- tratando de mostrar su validez intrín-

186 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 seca, sino alegando los benefi cios que Roma, cuando entraban en posesión ella ha traído al pueblo romano. Parece de su cargo, ofrecían incienso y vino una visión instrumental o utilitaria de en el altar de la Victoria, en la sala de la religión romana, como la entiende reuniones del Senado. Si bien la cere- Matacotta, pero sin duda tiene la monia tiene muchos antecedentes, fue ventaja de diferenciarla de otras ins- Augusto, luego de la batalla de Accio, tituciones por no ser una mera fun- quien instituyó a la Victoria como ción subordinada al Estado, como la divinidad tutelar y como símbolo del administración de justicia o la defensa culto estatal-imperial de Roma: la esta- del territorio. Por lo tanto, el prefecto tua fue traída desde Tarento y erigida sostiene que quitarle el fi nanciamiento para presidir las reuniones del Senado. estatal a la religión pagana no signifi - En 357 la estatua fue removida, y caba ponerla en alguna difi cultad sino, repuesta por Juliano hacia 361. Luego, simplemente, arruinarla. Esto explica el emperador Graciano dispuso que la valiente defensa que Símaco hace de fuera nuevamente retirada del Senado, los subsidios del Estado a las vestales: decisión que fue acompañada por la él se refi ere a las vestales porque ellas eliminación de subsidios a los colegios aseguraban la perennidad del Estado sacerdotales. Por ello, gran parte de los y eran muy apreciadas entre los roma- senadores encomendaron a Símaco nos; pero en realidad, defi ende todos que presentara una queja al empera- los sacerdocios de la religión pagana. dor. El obispo Dámaso de Roma, por El argumento principal del que se vale su parte, elevó al obispo Ambrosio de el orador para la defensa de su tesis es Milán, donde residía el emperador el de la intangibilidad de la tradición: Graciano, una nota de los senadores la religión pagana debe ser mantenida cristianos. En el año 384, los senado- porque tiene en sí la fuerza de la tra- res romanos volvieron a insistir, esta dición, entendida esta como una pala- vez ante la corte de Valentiniano II. bra de orden, como un leit motiv que Símaco, entonces praefectus urbis, fue inspiraba el pensamiento y la acción recibido por el joven emperador y leyó de los últimos paganos. Constituía, en una petición escrita. Ambrosio elevó, síntesis, una fortaleza con la cual ellos por su parte, una carta a Valentiniano estaban decididos a salvar del olvido II. A partir de allí se da la controversia cuanto fuese posible de la historia, entre ambas personalidades, que cono- de la literatura, de los monumentos ció diversos intercambios epistolares y y de la religión que les habían sido de relationes. transmitidos. Según Matacotta, Símaco y Ambro- El capítulo XVI se concentra en sio, en realidad, hablaban “dos lenguas el análisis del conflicto en torno al distintas”. Símaco creía, no tanto en los altar de la Victoria, uno de los últimos dioses como los representaba la mito- enfrentamientos entre la romanidad logía clásica sino en el pacto indiso- y el cristianismo. Los senadores de luble entre ellos y la res publica, en

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 187 virtud del cual Roma había logrado el Quinto Aurelio Símaco, con gran cui- dominio del mundo entero. Ambrosio dado de abarcar siempre el contexto, no era enemigo del Estado romano, del tanto político como cultural, y las que era un alto funcionario, pero con- relaciones literarias y retóricas con sideraba su fe como un valor absoluto, otros autores contemporáneos. Esto al que todo debía estar subordinado e, le permite mostrar un conjunto de la incluso, si fuera necesario, sacrifi cado. actuación del orador romano, modelo En estos capítulos que hemos del civis romanus, en el que destacan comentado, así como en el resto de generalmente su pensamiento y su Simmaco. L’antagonista di Sant’ Ambro- acción, en una coherencia ejemplar gio, el autor ofrece un tratamiento muy que se revela, con especial intensidad, sustancioso de la vida y de la obra de en sus escritos.

BALZARETTI, Lena y CORIA, Marcela

Aristófanes. Nubes

(Introducción, traducción y notas). Colección Griegos y Latinos. Editorial Losada, Buenos Aires, Argentina, 2012, 194 págs. ISBN 978-950-03-9810-7

por Laura Pérez [Universidad Nacional de La Pampa - [email protected]]

o es posible exagerar la impor- ciones elaboradas por especialistas y tancia de contar con traduccio- preocupadas a la vez por la fi delidad Nnes fi ables y de calidad a la hora al original y por la inteligibilidad para de acercarnos a las literaturas en len- el lector actual. Así, la Colección Grie- gua extranjera. Ello es cierto aún en gos y Latinos de la editorial Losada se mayor medida para la literatura de enriquece año a año con nuevas tra- la Antigüedad conservada en griego ducciones que acercan al lector con- clásico y latín, lenguas que ya nadie temporáneo las obras y los autores habla y que solo un reducido público fundamentales de la literatura clásica erudito puede leer. En este sentido, es antigua. En esta ocasión presentamos un hecho de enorme relevancia el que uno de los trabajos publicados en el las editoriales de nuestro país amplíen año 2012, la comedia Nubes de Aristó- su oferta de textos clásicos en traduc- fanes, que ha sido traducida, con intro-

188 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 ducción y anotaciones, por Lena Bal- La traducción que nos ofrece en zaretti y Marcela Coria. Especialistas esta oportunidad la editorial Losada en griego clásico, las traductoras con- está precedida por una concisa pero taban ya con amplia experiencia en la rica “Introducción” donde las traduc- obra de Aristófanes pues previamente toras exponen los conceptos y nocio- en la misma editorial habían publicado nes histórico-culturales indispensables en conjunto Acarnienses y Avispas, para una cabal comprensión y contex- además de Aves y Las Tesmoforiantes, tualización de la obra. El primer apar- elaboradas por Lena Balzaretti. tado se dedica a “La comedia ática Nubes fue representada en las Gran- antigua”, la primera fase de la produc- des Dionisias de 423 a.C. y obtuvo el ción cómica que se caracteriza por la tercer puesto en la competencia. Pero a invectiva y la crítica política y que, pesar de este rotundo fracaso, la come- según la periodización que prefi eren dia ha provocado un sinnúmero de las autoras, fi naliza con la muerte de lecturas y discusiones porque presenta Aristófanes en 385 a.C., único autor una imagen satírica y controvertida de del que se han conservado once obras Sócrates que contrasta fuertemente con completas, frente a la pervivencia de otras descripciones literarias del célebre no más que fragmentos y títulos de personaje, como las de Platón o Jeno- otros comediógrafos. En esta sección fonte. Estas semblanzas constituyen se ubica la comedia en el marco de nuestro único punto de comparación las festividades religiosas de la polis y con la paródica visión del comedió- del culto de Dioniso y se presenta una grafo, pero no debemos olvidar que el detallada descripción de la estructura público contemporáneo, en cambio, de la comedia antigua, sus partes y podría comparar esa representación sus procedimientos más importan- con el hombre real que caminaba por tes. Especial hincapié reciben las dos las calles de Atenas. A través de un partes “sustanciales y específi cas de Sócrates que se acerca peligrosamente la comedia” (p. 10): el agón, en que el a los métodos y modos de pensamiento héroe cómico entra en confl icto con de la sofística y un personaje central otro personaje, y la parábasis, donde que fracasa una y otra vez en sus inten- el coro dirige sus invectivas contra tos por adquirir las habilidades retóri- espectadores particulares, contra el cas que le permitan sortear la justicia público en general o contra los adver- y evitar los reclamos de sus acreedores, sarios del poeta. En cuanto a los pro- Aristófanes pone en escena una crítica cedimientos, se destacan, por un lado, mordaz a la nueva forma de educación, el denominado onomastì komoideîn, aprovechada de mala manera por los que consistía en el ataque a personali- ciudadanos para obtener ventajas polí- dades por todos conocidas y permitía ticas o ganar juicios injustamente a tra- mostrar a través del prisma de la come- vés de un uso tergiversado de la retórica dia todo el espectro social de la polis y de argumentaciones falaces. y, por otro, la parodia, que al invertir

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 189 el sentido de un enunciado mediante en una versión reelaborada entre 422 y su introducción en otro contexto o la 417/6 a.C. La Guerra del Peloponeso, modificación de alguno de sus tér- cuyos principales acontecimientos se minos, ofrecía una particular lectura puntualizan, y las pestes y epidemias de todos los discursos sociales. Con sufridas en Atenas conforman el tras- respecto al lenguaje de la comedia se fondo político aludido o asumido en la señala la funcionalidad política de las obra. El contexto cultural se encuentra abundantes expresiones escatológicas y signado por el emerger del teatro, que obscenas. Estas permitirían suplir –en prolifera a través de numerosos autores el ámbito teatral– las agresiones físicas de comedia y tragedia, y por el surgi- o verbales que serían sancionadas por miento de nuevas formas de pensa- las normas ciudadanas, de modo que miento, puestas de manifi esto en las ofrecían a la comunidad una forma de investigaciones de los fi lósofos de la liberación de su malestar y agresividad. naturaleza, el desarrollo de la medicina Por último, se indica la importancia de y las enseñanzas de los sofi stas. los esquemas rítmicos en la comedia El resto de la “Introducción” –su y se realiza una breve referencia a los sección más extensa– se dedica espe- disfraces y la escenifi cación utilizados. cífi camente a la comedia Nubes a tra- El segundo apartado, “Aristófanes”, vés de un análisis de su trama y de sus señala la escasez y poca confi abilidad personajes. En el apartado “El entra- de los datos sobre la vida del poeta. mado” se realiza un recorrido por el Solo se sabe que nació alrededor del argumento de la pieza en el transcurso 445/4 y que murió después del 338 del cual se señalan aspectos relevantes a.C. Se ofrece aquí una cronología de para su interpretación. Con respecto las obras del comediógrafo y se ubica a los personajes centrales, Estrep- Nubes en su primera etapa de produc- síades y su hijo Fidípides, se explica ción, caracterizada por el predominio que sus nombres apuntan a los rasgos del onomastì komoideîn, el compro- más notorios de su personalidad, ele- miso político y la convicción pacifi sta mento imposible de percibir sin un que lo lleva a criticar duramente en conocimiento del idioma griego. En varias de sus obras al político Cleón, cuanto a la relación entre Estrepsíades opositor de Pericles y partidario de la y Sócrates, las autoras, luego de indicar guerra. En lo cultural, prevalecen la lo “preocupante” (p. 22) del hecho de afi rmación de su propio valor como que Sócrates desempeñe el papel del poeta y la polémica con Eurípides y bufón que acompaña al héroe, desta- Sócrates, frecuentes blancos de sus can la extraña situación que se produce invectivas. La sección “Esta comedia entre ambos, pues por momentos los y su contexto”, presenta sintéticas refe- roles de héroe cómico y bufón resultan rencias al contexto socio-político en intercambiados. Se resalta asimismo que se produce la obra, estrenada en la ridiculización en la descripción de 423 a.C., pero que ha llegado a nosotros Sócrates y de los experimentos desa-

190 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 rrollados en su escuela, el “Pensatorio”, cias negativas de sus acciones, Balza- que remiten a las teorías de los fi lósofos retti y Coria señalan que este aspecto de la naturaleza. A ello se añaden como ha provocado diversas interpretaciones rasgos despectivos la confesión de y manifi estan su propia posición, que ateísmo del maestro y su presentación asume que la conducta engañosa del como guía de ritos iniciáticos. Entre coro responde “a la naturaleza de fi gu- las divinidades aceptadas por Sócrates ras informes y cambiantes” (p. 29) de –que no son las del Panteón tradicio- las Nubes. Por último, expresan que el nal, cuya existencia niega el fi lósofo– se fi nal de la pieza, en que Estrepsíades, encuentran las Nubes, a las que invoca ante los resultados desastrosos de su para ayuda de Estrepsíades. Ellas con- plan, intenta quemar el Pensatorio con forman el coro y sus vestidos volátiles maestro y discípulos adentro, resulta y vaporosos simbolizan la inconsis- tenebroso y poco cómico, sobre todo tencia del pensamiento criticado en la si se lo percibe como anticipación del obra. Ante el fracaso absoluto en sus otro fi nal, el del Sócrates real conde- intentos de aprendizaje, Estrepsíades nado a muerte en los tribunales de convence a su hijo Fidípides para que Atenas. reciba las enseñanzas y lo deja ante dos Al personaje de Sócrates se dedica maestros, el Argumento Mejor, o más la mayor parte de la siguiente sec- fuerte, kreísson, y el Argumento Peor, ción de la “Introducción”, “Sócrates y o más débil, hétton. Estas personifi ca- Estrepsíades”. Las traductoras analizan ciones protagonizan el agón que, según la parodia del fi lósofo y destacan la las autoras, desarrolla el “núcleo con- yuxtaposición de rasgos disímiles que ceptual de la comedia” (p. 26). A través caracteriza al personaje, presentado de una parodia del método del sofi sta a la vez como iniciador de misterios, Protágoras, que mediante la argumen- fi lósofo de la naturaleza ateo, asceta tación podía hacer prevalecer un dis- preocupado por la moral y sofista. curso o su contrario, el agón presenta Balzaretti y Coria opinan que esta dis- el confl icto entre la educación tradi- par representación es una respuesta de cional y las nuevas concepciones de la la comedia frente a la percepción de cultura y del modo de acceso a ella pro- “fenómenos absolutamente nuevos en puestas por los sofi stas. Las traductoras el orden del pensamiento” (p. 34), a los delinean, basándose principalmente en que Aristófanes hace responsables por la clásica obra de Marroux (1948), las la destrucción de los valores sociales y características principales de ambos de su patria. Sócrates representaría, en tipos de educación y destacan la este sentido, un “chivo expiatorio” (p. importancia del agón por la riqueza 35) que encarnaba todos estos males de los datos que provee al respecto. En y su inmolación, el medio de salva- relación con la conducta cambiante del ción de la comunidad. Por otra parte, coro, que primero apoya a Estrepsíades se señalan también las dificultades y luego le advierte sobre las consecuen- en la interpretación del personaje de

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 191 Estrepsíades, un héroe fracasado y de utilidad para la ubicación de pasajes conducta reprehensible, que recurre específi cos y para el cotejo con el texto como último medio desesperado a griego, pero que a la vez permite que la violencia. Según las autoras, no es el lector no especializado alcance una descabellado pensar que una parte del mejor percepción de la forma poética público ateniense se sentiría identifi - de la comedia. cado con su reacción. La “Introduc- De igual calidad y provecho son las ción” se cierra con un apartado sobre numerosas notas que acompañan la “Esta traducción”, donde se indica que traducción aportando elementos varia- el texto griego seguido es el fi jado por dos que constituyen una herramienta Guidorizzi (19961), aunque se han con- de inestimable valor para la compren- sultado numerosas ediciones y traduc- sión e interpretación de la comedia. ciones, detalladas en un listado al fi nal Los datos léxicos, conceptuales, histó- de la sección introductoria. ricos e intertextuales resultan funda- La traducción en sí misma consti- mentales al momento de acercarse a tuye el aporte más valioso del libro por una obra literaria tan alejada de noso- su gran calidad, que se aprecia tanto en tros en el tiempo y el espacio. Pero ade- la clara legibilidad del texto castellano más las notas proveen aclaraciones en para el lector moderno así como en la aquellos pasajes en que la traducción fi delidad al texto original. En efecto, no puede refl ejar un juego de palabras las traductoras han logrado reproducir u otros aspectos lingüísticos y humo- la vivacidad y desenvoltura del texto rísticos. Por último, las notas remiten aristofánico, tarea que siempre implica a una abundante bibliografía especí- un enorme desafío, pero cuya comple- fi ca sobre la comedia aristofánica y su jidad se amplía en una medida incal- interpretación crítica, de gran utilidad culable por tratarse, por un lado, de un para aquellos lectores que deseen pro- texto antiguo cuyo ámbito de produc- fundizar su estudio así como para el ción resulta prácticamente irrecupera- público especializado, aunque hubiera ble para el lector actual y, por otro, de sido útil la inclusión de un listado fi nal una comedia en que los efectos cómi- en que se sistematizaran las numerosas cos se producen a través de juegos del referencias bibliográfi cas señaladas en lenguaje, pequeños guiños o alusiones, las notas tanto de la traducción como muchas veces imposibles de traspasar de la “Introducción”. de una lengua a otra. Balzaretti y Coria En conclusión, esta traducción nos ofrecen así un texto que transmite de Nubes no solamente constituye un la frescura, gracia y comicidad del aporte inestimable para el público eru- comediógrafo ateniense. Es destacable dito por su calidad y respeto al texto también el hecho de que la traducción griego original, sino que además se respeta los versos del texto original – presenta como una valiosísima con- siguiendo la numeración fi jada por la tribución a la difusión y lectura de la crítica– aspecto que resulta de enorme comedia y, en general, de la literatura

192 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 griega clásica entre el público no espe- obras más emblemáticas de esta litera- cializado, que puede así acercarse, a tura fundacional para nuestra cultura través de una edición confi able y de occidental moderna. agradable legibilidad, a una de las

RODRÍGUEZ CIDRE, Elsa; BUIS, Emiliano; ATIENZA, Alicia (compiladores)

El oîkos violentado: genealogías confl ictivas y perversiones del parentesco en la literatura griega antigua

Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2013, 292 págs. ISBN 978-987-1785-81-0

por Luciano A. Sabattini [Universidad Nacional del Sur - [email protected]]

as páginas que conforman este mundo helénico antiguo. Como ya ates- libro son el resultado del pro- tiguan LSJ y Macdowell (“Th e Oikos in Lyecto de investigación UBACyT Athenian Law”, en Th e Classical Quar- llamado “Genealogías violentas y terly, Vol. 39, 1, 1989), la palabra griega problemas de género: confl ictividades οἶκος reviste tras de sí una pluralidad familiares y perversiones del oîkos en de sentidos que refi eren tanto a nues- la literatura griega antigua” y desarro- tras palabras castellanas ‘casa’ u ‘hogar’, llado entre 2010 y 2012. El trabajo con- como a la ‘propiedad’ (el conjunto de tinúa las líneas investigativas explora- bienes domésticos) y a la ‘familia’ (una das en un proyecto UBACyT anterior, acepción análoga tenemos en nuestro cuyo fruto fue la publicación del libro idioma cuando hablamos, por ejem- La pólis sexuada: normas, disturbios y plo, de la ‘casa real’). Sobre este último transgresiones del género en la Grecia signifi cado de oîkos versan las distintas Antigua (Buenos Aires, Facultad de investigaciones aquí expuestas, más pre- Filosofía y Letras/UBA) en 2011. cisamente sobre los modos (instaurados El eje en torno al que giran los diver- desde la literatura y el arte helénicos) de sos capítulos de la obra es el oîkos en cimentación de las rupturas con reglas tanto institución confl ictiva dentro del y prácticas familiares, socialmente esta-

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 193 blecidas y ancladas, de ascendencia y cada uno de los trabajos presentados. consanguinidad. Esto se observa no sólo en los esfuerzos La actualidad de la problemática individuales y colectivos realizados por de investigación escogida se hace evi- los investigadores, sino también en la dente en el uso del adjetivo ‘violentado’ pluralidad de intereses, recepciones e referido al oîkos, palabra de raigambre instancias de producción de cada uno latina instalada en nuestra sociedad de ellos. El estudio fi lológico es poten- como parte del campo léxico de lo que ciado con los aportes proporcionados se conoce como ‘violencia doméstica’ por el derecho, la fi losofía política, la así como de la llamada ‘violencia de psicología o el arte. Con ello, no sola- género’. Así, el título del libro nos dice mente el contenido de los capítulos que este trabajo no sólo pretende dar aborda problemáticas escogidas cuyo cuenta de la confl ictividad del oîkos tratamiento requiere la consideración propia de la Grecia antigua, sino tam- de la cultura griega en toda su com- bién crear un vínculo entre las proble- plejidad: también la propia fi lología máticas del mundo griego antiguo y las griega se halla directamente involu- de la cultura occidental actual en que crada en una propuesta metodológica nos hallamos inmersos, cuyas mismas interdisciplinaria a la hora de tratar bases (entre ellas, podemos mencionar su objeto de estudio, a saber, el texto la noción de familia) son actualmente griego antiguo. fruto de debates con repercusiones en La actualidad del libro también se el universo simbólico que conforma observa en su estructura, ordenada en nuestra cultura, especialmente en la base a un criterio temático (es decir, moral, la política y el derecho positivo. en base a las problemáticas desarro- Podemos apreciar entonces la posición lladas en cada investigación), en vez de los autores respecto del carácter de hacerlo según una presentación ‘clásico’ que la cultura griega antigua cronológica de autores y fuentes tra- guarda con nuestra cultura occidental tados. Esto responde a la finalidad latinoamericana actual: no se trata de explícita de constituir y consolidar ejes recibir pasivamente y repetir ritual- de refl exión en torno de la representa- mente la tradición heredada, sino de ción de los vínculos del parentesco, que reinterpretar el legado griego mediante como dijimos es uno de los aspectos el descubrimiento de nuevas proble- fundamentales del oîkos helénico. La máticas y su desarrollo bajo renovadas estructura del libro se halla dividida herramientas proporcionadas por el en tres secciones de tres capítulos cada saber occidental contemporáneo. En una. Cada capítulo ha sido redactado este sentido, las investigaciones siguen por un autor que se ha focalizado en un el planteo fi losófi co-metodológico de aspecto concreto del oîkos en cuanto Gadamer. familia. Con esto observamos, una vez En estrecha relación con lo dicho más, el rescate del planteamiento her- se halla el carácter interdisciplinario de menéutico gadameriano.

194 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 La primera parte se titula “Trans- su hijo Orestes) a partir de la concep- misiones del discurso familiar”, en que ción, allí presentada, del tiempo como se intenta abordar cómo los textos lite- una convivencia inarmónica, litigante, rarios dan cuenta de la construcción entre presentes, pasados y futuros atra- genealógica y cómo refl ejan, bajo la fi c- vesados por múltiples coexistencias y ción, los nexos entablados entre padres confusiones. Así, el autor analiza el e hijos o maridos y mujeres. El primer contraste entre Euménides y las otras capítulo que la compone, “Confl ictos dos partes de la trilogía (Agamenón y y poderes familiares en Teogonía. Una Coéforas) para evidenciar el modo en excavación del dispositivo vincular que la trilogía fl uctúa desde una con- hesiódico”, cuya autora es María Ceci- vención escénica donde lo invisible es lia Colombani, analiza la confl ictivi- presentado mediante modos sustitu- dad familiar en el primer segmento tivos hacia otra que parece plantear de la Teogonía de Hesíodo bajo la tesis la absoluta visibilidad de todo lo que, foucaultiana de la “guerra silenciosa” hasta entonces, permanecía oculto. en que descansa todo orden político e Bajo este análisis, Caputo sostiene que, institucional y cuya violencia funciona si el anacronismo (entendido como un como productora de nuevos órdenes. pasado que regresa de forma insistente Para la autora, la primera familia en el presente) aparece en las tragedias representa un acto fundacional de lo analizadas como estructurante, ello se que luego será la tendencia inscrita debe a que la misma realidad política en el dispositivo genealógico y consti- y social de la Atenas del s. V a. C. se tuye un primer modelo vincular que se percibe como una amalgama inestable transmite a las demás familias divinas, en la que lo que se creía superado como dando cuenta de la ambigüedad de la perteneciente a otro tiempo, amenaza fi gura de Gea, concebida, por un lado, siempre con retornar. como potencia productora de ser, y por El tercer capítulo, “‘Tenemos que otro, como potencia divina que, unida hablar’. El diálogo matrimonial en a Urano, inicia la sucesión amorosa Lisístrata y Asambleístas de Aristófa- que dará cuenta del orden progresivo nes” de Mariel Vázquez Bellatti, estu- de lo real. Con ello, la transmisión del dia las dos únicas escenas de diálogo pensamiento hesiódico marcará las matrimonial preservadas de la come- ulteriores confi guraciones vinculares dia de Aristófanes para señalar en ella dentro de la sociedad helénica. la reproducción de los estereotipos de El segundo capítulo, “Transforma- género. El análisis muestra el modo en ción y pervivencia de lo arcaico en la que se representan los confl ictos pro- Orestía de Esquilo” de Jorge Caputo, ducidos en el oîkos a partir de un pro- analiza la trilogía trágica de Esquilo blema político al que las mujeres, más (donde, como sabemos, el oîkos se que los hombres, enfrentan e intentan ‘violenta’ a través del asesinato de Aga- dar solución. Pero el confl icto familiar menón y de la posterior venganza de producto de la ausencia femenina es

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 195 a su vez denunciado por los maridos El segundo capítulo, “Locura, preocupados por su bienestar. La divi- mujer y muerte: el ritual dionisíaco sión de roles aparece aquí reforzada y en Bacantes de Eurípides”, de Cecilia las relaciones de oposición, superpo- J. Perczyk, estudia la representación sición y complementariedad ha que- de la locura en Bacantes de Eurípides, dado evidenciada. La comedia sugiere, relevando el lugar que en ella ocupa lo una vez más, que probablemente en el femenino, con aportes de la psicología imaginario del ciudadano ateniense las y de la fi lología. Los dos principales divisiones no fueran tan rígidas como ejes conceptuales de su lectura son, por los esquemas teóricos. un lado, la animalización ‘bestial’ de La segunda parte “Transgresio- los personajes de Dionisos y las muje- nes del discurso familiar” trata de las res (recurso utilizado para dar cuenta manifestaciones críticas de la realidad del estatuto de alteridad radical de la del oîkos a partir de la visión distor- locura), y por otro, la elección del ritual sionada que plantean los testimonios dionisíaco como escenario de la mani- griegos. Su primer capítulo, “Las festación femenina del descontrol. Con mujeres que el teatro ateniense saca ello, Perczyk analiza la intrusión vio- de(l) quicio: un análisis performativo lenta de lo femenino en la pólis, mos- de Antígona de Sófocles”, de Katia trando la desaparición del eje político Obrist, comienza haciendo notar el que implica el fenómeno de la ‘manía’ simbolismo literario de la puerta, no manifestado en el travestismo de solo erótico, como punto de encuentro Penteo, los rasgos femeninos de Dio- entre los sexos, sino también como ele- nisos y la irrupción del menadismo. mento asociado al dominio femenino. La presencia del dios Baco, intrusiva, Se detiene en el análisis de la puerta causante de ‘manía’ y mortífera, posee central del teatro trágico para expli- el poder de confundir las diferencias citar la asociación entre el desquicio entre los hombres y las mujeres, de y las mujeres. A partir del estudio del tal modo que la organización de la uso de la espacialidad desde los plan- pólis sufre la disolución, de la misma teos de la Semiótica del Teatro y del manera que Penteo el sparagmós. rastreo de unidades léxicas y deícticas El tercer capítulo, “Parir y matar: los utilizadas para nombrar el ‘aquí’ y el lamentos fúnebres de Medea y Ágave ‘allí’ en Antígona, la parte central del a sus hijos”, de Elsa Rodríguez Cidre, texto está destinada a refl exionar, por trabaja el discurso trenético en Medea un lado, sobre cómo contribuye el uso y Bacantes de Eurípides, partiendo de de la espacialidad a caracterizar a la una concepción de la tragedia como protagonista, a su hermana y a la pro- forma de procesar los confl ictos de la blemática de la obra, y por otro, sobre ciudad mediante la puesta en escena las valencias semánticas que gravitan de comportamientos que cuestionan lo en torno al éndon en la misma tragedia socialmente establecido, y como forma a través de la fi gura de Eurídice. que recurre a la estrategia de perver-

196 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 sión en su tratamiento de los rituales recurre a las fi guras femeninas para de la pólis. Si muchas de las mujeres plantear el expansionismo ateniense, que entonan thrênoi son madres llo- codifi cando en clave erótica la relación rando la pérdida de sus hijos, Medea entre Atenas y las póleis aliadas o ene- y Ágave son las causantes de la muerte migas, instaurando referencias capaces de sus propios hijos a llorar, y su con- de develar las relaciones de domina- dición de fi licidas las ubica en el punto ción e identifi carlas como parte de un culminante de la perversión del ritual. enfrentamiento entre la agresión ‘mas- El capítulo despliega una doble línea de culinizada’ de Estados hegemónicos (el análisis: por un lado, releva los gestos y caso de Atenas) y la debilidad ‘afemi- expresiones que puedan considerarse nada’ de pueblos oprimidos. como parte del ritual funerario con El capítulo “El universo familiar centro en los personajes femeninos y, frente a la pólis: un fenómeno de plu- por otro, analiza los personajes mascu- ralismo jurídico en la Atenas clásica linos como Jasón, Creonte o Cadmo en (Arist. Pol. 1252b 9-30)”, de Eduardo función de la perversión del ritual de Esteban Magoja, abre su refl exión con thrênos que Eurípides lleva adelante. la concepción del derecho clásico ate- La tercera parte, “Transpolaciones niense como pluralista (es decir, que del discurso familiar”, trata sobre las considera posible la coexistencia de metáforas de las relaciones de paren- varios sistemas jurídicos en un mismo tesco en ámbitos que exceden el espacio campo social, cada uno con la capa- de lo privado, dando cuenta así del tras- cidad de dictar sus propias normas lado de categorías familiares para expli- dotadas de validez y efi cacia). Segui- car la realidad político-institucional de damente, apoyándose sobre los pasajes Atenas. En el primer capítulo de esta de la Política de Aristóteles en los que última parte, “Enemigos íntimos: el éste describe la forma de organización imaginario simbólico del matrimonio de la comunidad ateniense, muestra y las metáforas eróticas de la política el modo en que el oîkos en la Atenas internacional en la comedia antigua” clásica supuso la existencia de un sis- de Emiliano J. Buis, el autor parte de tema jurídico que convivía e interac- los aportes del derecho y de la fi lología tuaba con uno mucho más complejo (específi camente de las nuevas corrien- y amplio, sin estar enteramente some- tes de pensamiento en el ámbito de los tido a éste: el de la pólis ateniense. estudios feministas sobre el derecho El capítulo “Del drama familiar a internacional) para interpretar distin- la cerámica: Orestes y las Erinias” de tos pasajes de Póleis de Éupolis y de Cora Dukelsky examina la represen- Lisístrata de Aristófanes, mostrando tación de las Erinias en la iconografía que estas comedias escenifican un de la Orestía pintada sobre las piezas planteo diplomático que superpone de cerámica ática e italiota (unos años los planos semánticos del erotismo y posteriores a 458 a. C., fecha de la pri- la geopolítica. En efecto, la comedia mera producción de la trilogía). A lo

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 197 largo del análisis de las piezas arqueo- fías de los autores y posteriormente un lógicas, la autora señala la diferencia índice general. entre la iconografía y la representación El oîkos violentado es una lectura escénica: la cerámica no busca repro- indispensable para todo especialista ducir con exactitud sino traducir el que desee profundizar sus propias drama a su propio lenguaje pictórico, investigaciones sobre los textos clási- de manera que la interpretación de la cos o emplear nuevas herramientas de interacción entre iconografía y perfor- análisis a la hora de indagar sobre la mance resulta siempre compleja. cultura griega antigua, ya que cada uno Los versos y fragmentos de obras de sus capítulos aporta nuevos enfo- en griego se hallan en su idioma origi- ques teóricos y metodológicos para nal, con la correspondiente traducción enriquecer la fi lología, demostrando abajo. Las palabras griegas utilizadas en lo fructífero de la interdisciplinariedad el cuerpo de cada trabajo son transcritas a la hora de dar cuenta de una cultura. según la ortografía griega, pero deter- Asimismo, para el lector familiarizado minadas palabras son transliteradas al con la labor académica pero no espe- abecedario latino cuando se las trata cializado en la cultura griega antigua, como conceptos teóricos susceptibles el libro puede resultar una buena intro- de análisis o establecidos como punto ducción a su estudio a través de uno de de partida para exámenes ulteriores sus conceptos fundamentales como es sobre otros conceptos (pólis, oîkos). el oîkos. Sin embargo, es evidente que El aparato de notas se halla a pie la obra no se dirige al público lego ni de página, debajo del cuerpo del texto. por su contenido ni por su estructura, La bibliografía específi ca de cada capí- debido a la pluralidad de temáticas y tulo se detalla al fi nal de los mismos. fuentes tratadas que pueden desorien- Al fi nal del libro se incluyen las biogra- tar al lector desconocedor de los textos clásicos.

198 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 SÁNCHEZ, Luis; DEMARÍA de LISSANDRELLO, Fabiana; KALINOWSKI, Juan Pedro

Retórica Neolatina Rioplatense. Las prolusiones jesuíticas

(Edición bilingüe, introducción y notas). Ediciones del Copista, Villa María, Córdoba, Argentina, 2012, 252 págs. ISBN: 978-987-563-342-1

por Marcela Alejandra Suárez [CONICET/Universidad de Buenos Aires - [email protected]]

n el marco del proyecto de inves- Conocidas con el nombre de prolusio- tigación denominado “Rescate, nes, las composiciones reunidas en esta Etranscripción y edición crítica de publicación pueden ser defi nidas como textos inéditos producidos en el actual pequeñas piezas oratorias de carácter territorio argentino durante los siglos académico, pronunciadas en la instan- XVII y XVIII”, radicado en el Centro cia previa a la defensa de una tesis doc- de Filología Clásica y Moderna de la toral: Prolusión a las tesis de Metafísica Universidad Nacional de Villa María, pronunciadas a la inmaculada con- sale a la luz una nueva publicación cepción de la Virgen (IV), Prolusión a titulada Retórica Neolatina Riopla- favor de las tesis de Física dedicadas a tense. Las prolusiones jesuíticas, en la San Luis (XV), Prolusión a las tesis de que han colaborado Luis Sánchez- Lógica bajo el nombre de Borgia (XIX), Fabiana Demaría de Lissandrello- Juan entre otras. Este tipo de producciones, Pedro Kalinowski, docentes de Lengua prueba palmaria del debate teórico y y Cultura Latina e investigadores con metodológico sostenido en los claus- amplia experiencia en el campo de la tros del Colegio Máximo de Córdoba, literatura neolatina. se convirtió para los integrantes de la Los veinticinco textos que integran Compañía en el instrumento apto para esta edición bilingüe latín-español per- abordar temas fi losófi cos, gramaticales tenecen al códice escurialense J- III- 9 o teológicos. de la Biblioteca del Monasterio de El Con respecto a su estructura, el Escorial (Madrid- España), uno de los libro consta de: presentación, versión testimonios insoslayables de la “pro- bilingüe, bibliografía e índice. ducción intelectual proto-argentina”, En la presentación, los autores refi e- pues incluye trabajos que abarcan gran ren, de manera clara y precisa, las carac- variedad de temas y géneros literarios, terísticas del Códice y las difi cultades elaborados en Córdoba y Buenos Aires, que este documento ha planteado (tipo alrededor de 1767, año en que se pro- de letra, omisiones, enmiendas, dupli- duce la expulsión de la orden jesuítica. caciones, segmentos tachados y reescri-

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 199 tos, manchas y roturas, trazo del copista, producciones en la vida de los jesuitas sistema de abreviaturas) y la metodolo- se confi rma a partir de la existencia, en gía, es decir, la aplicación del método el códice J-III-9, de un tratado de carác- fi lológico que comienza con una trans- ter preceptivo para componer prolusio- cripción respetuosa de la ortografía y la nes, cuyas características desarrollan en puntuación originales. Asimismo, dejan la presentación. Se trata de la obra del P. en claro los criterios editoriales: edición Antonio Machoni (1671-1753) titulada bilingüe latín-español, acompañada de “Vestíbulo del palacio de la elocuen- un nutrido cuerpo de notas al texto en cia o dos tratados sobre el método de latín y a la traducción. En el primer variar los discursos y sobre las precepti- caso, el objetivo es explicar cuestiones vas de las prolusiones”. El autor no solo gramaticales, lexicales y fi lológicas, y, se centra en la defi nición y descripción en el segundo, iluminar aspectos temá- de este tipo de discurso, sino también ticos, históricos y literarios. En cuanto en su estructura que se caracteriza por a la ortografía latina, se han seguido tres partes: propositio (presentación), las normas del latín clásico con miras a confi rmatio (confi rmación) y applicatio facilitar la lectura. La escritura original (aplicación). Con respecto a la elocu- de las formas anómalas corregidas en tio (elocución) de las prolusiones, el el cuerpo del texto ha sido indicada en P. Machoni menciona diversos estilos, nota al pie con mención del folio en el a saber: humilde, infantil, elevado. La que se encuentra. última parte del tratado aporta una En cuanto al contexto cultural, se variada ejemplifi cación. incluye una breve referencia a las par- La introducción concluye con un ticularidades del sistema educativo comentario acerca de los documentos de la Compañía basado en la Ratio jesuíticos conservados en el archivo de Studiorum, obra en la que los jesuitas la Universidad Nacional de Córdoba, exponen sus ideales pedagógicos con que prueban no solo la dedicación de el objetivo de evangelizar y educar. Así la Compañía por dejar asentados libros se desprende la importancia de un con- y papeles, sino también la formación junto de técnicas retóricas (praelectio, académica impartida por la orden concertatio, scriptionis aff erendae, repeti- desde los claustros. tionis utilitas) que confi guran la base del La traducción, que pone al descu- ejercicio de la palabra, de reconocida bierto una profunda refl exión en torno tradición didáctica. En este sentido, las al texto original en todos sus niveles prolusiones manifi estan, según los auto- de análisis (morfológico, sintáctico, res, “la sorprendente habilidad retórica semántico- léxico y retórico), se ubica de los jesuitas, su fl uido manejo de la en página enfrentada y cuenta con lengua latina y profundo conocimiento notas al pie que permiten aclarar dife- de la tradición clásica” (p. 12). rentes aspectos socio-históricos, inter- Sánchez, Demaría y Kalinowski textuales y estilísticos. El objetivo es, consideran que la relevancia de estas sin dudas, que el lector interesado en

200 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 el área de los estudios neolatinos com- Es de notar, pues, que Retórica prenda cabalmente ciertas problemá- Neolatina Rioplatense. Las prolusiones ticas en relación a la identifi cación de jesuíticas implica una doble contribu- personajes, lugares o sucesos relevan- ción en el área de la literatura neolatina: tes, la presencia de tópicos literarios, por un lado, echa luz sobre las prolu- fi losófi cos y religiosos, el manejo de las siones como testimonios retóricos de citas y alusiones, el género y estilo del la intensa actividad académica en el texto y las peculiaridades morfosintác- seno del Colegio Máximo de Córdoba; ticas y lexicales de la composición. y, por otro, revela el énfasis el diálogo Por tratarse de un trabajo que entre tradición clásica y literatura colo- aborda textos inéditos, pero a su vez nial, y rescata la importancia del fondo relacionado, en parte, con el área de la bibliográfi co jesuítico en la formación biblioteconomía, la bibliografía con- cultural del hombre religioso y letrado signa diccionarios, catálogos y obras proto-argentino. generales.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 171-201 201

Colaboradores

Marta Alesso. Profesora en Letras sidad Nacional de La Plata. Fue (Universidad Nacional de La docente del Seminario Mayor “San Pampa). Doctora en Letras (Univer- José” de la ciudad de La Plata. Es sidad Nacional de La Plata). Profe- investigadora del Centro de estu- sora Titular de Lengua y Literatura dios latinos (UNLP) y co-direc- Griegas en la Facultad de Ciencias tora del proyecto de investigación Humanas de la UNLPam. Directora “Tema y Textos de la Latinidad: e Investigadora Responsable del El Otro Mundo en la literatura Proyecto de Investigación Cien- latina”. Es autora de “Las sibilas de tífi ca y Tecnológica (PICT 2008) San Telmo” en Auster 15, 2010 y “Mesianismo y política en los textos “Horacio: historia, épica y lírica en de Filón de Alejandría”. Editora del la Oda II, 1 a Polión” en Revista de libro “Hermenéutica de los géneros Estudios Clásicos 37, 2010. literarios: de la Antigüedad al cris-  [Calle 32 Nº 483 (esquina 4 bis), (1900) tianismo”, Instituto de Filología Clá- La Plata, Argentina] sica, Universidad de Buenos Aires.  [[email protected]]  [Pestalozzi 625, (6300) Santa Rosa, La Pampa, Argentina]  [[email protected]] Paola Druille. Licenciada en Letras (Universidad Nacional de La Pampa). Doctora en Letras, Orien- Julián Barenstein. Profesor y Licen- tación Estudios Clásicos (Univer- ciado en Filosofía por la Universi- sidad Nacional del Sur). Docente dad de Buenos Aires. Estudiante de auxiliar de Griego y Literatura doctorado y becario del CONICET. Griega Clásica en la Facultad de Se ha desempeñado como investiga- Ciencias Humanas de la UNLPam. dor en diversos proyectos UBACyT Investigadora del Proyecto Inter- bajo la dirección de la Dra. Silvia nacional Philo Hispanicus, bajo la Magnavacca. Es autor de artículos dirección del Dr. J. P. Martín, en y traducciones sobre los temas de el marco del cual ha publicado su especialidad: la transición Edad el prólogo, traducción y notas de Media-Renacimiento. Entre otros, Sobre los Querubines en Obras “Ramón Llull y los múltiples rostros Completas de Filón de Alejandría. de la fi losofía” en Ser Filósofo en la Vol. II (Madrid: Trotta). Es autora Edad Media, Buenos Aires, 2012. del libro Clemente de Alejandría y  [Av. Montes de Oca 675 1º D, (1270) Ciudad las costumbres sociales en el marco Autónoma de Buenos Aires, Argentina] apologético del Pedagogo. Tesis  [[email protected]] Doctoral (formato CD).  [Mosconi 825, (6300) Santa Rosa, La Pampa, Argentina] María Delia Buisel. Docente de la  [[email protected]] Facultad de Humanidades y Cien- cias de la Educación de la Univer-

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Colaboradores, pp. 205-209 205 Diana Angélica Fernández. a la memoria de Elena F. Huber , Licenciada en Filosofía por la Buenos Aires, 2013. Universidad de Buenos Aires.  [San José de Calasanz 45 4º A, (1424) Estudiante de Doctorado y beca- Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ria del CONICET. Se desempeña Argentina]  [[email protected]] como docente en el área de Filo- sofía Medieval de la Universidad de Buenos Aires. Ha participado Mariana Gardella Hueso. Pro- como miembro investigador de fesora en Filosofía (Universidad diversos proyectos UBACyT y de Buenos Aires). Doctoranda en PICT bajo la dirección de la Dra. Filosofía (Universidad de Buenos Silvia Magnavacca. Es autora de Aires). Becaria del Consejo Nacio- “Agustín y la tolerancia religiosa” nal de Investigaciones Científi cas y en ETIAM 4, 2009 y de “El fi lósofo Técnicas (CONICET). Es miembro como ductor hominis: Fides et ratio en calidad de investigadora en los en el pensamiento de Agustín de proyectos “Filosofía práctica y psi- Hipona y Buenaventura de Bagno- cología en las fi losofías socráticas rea” en Controversias filosóficas, desde un enfoque por Zonas de científi cas y teológicas en el pensa- Tensión Dialógica (ZTD)” (PICT miento Tardo-Antiguo y Medieval, 2012-2015) y “Filosofía práctica 2011. y psicología en Platón desde un  [Av. Montes de Oca 789 2º F, (1270) Ciudad enfoque por ZTD” (UBACYT Autónoma de Buenos Aires, Argentina] 2012-2015). Es autora de “Con-  [[email protected]] fl ictos socráticos en el Eutidemo: la crítica platónica a la dialéctica Diana L. Frenkel. Doctora en megárica” en . Revista de la Letras Clásicas (Universidad de Asociación Argentina de Estudios Buenos Aires). Docente de Lengua Clásicos 36. y Cultura Griegas en la Facultad de  [Paraguay 2878 6º A, (1425) Ciudad Filosofía y Letras (Universidad de Autónoma de Buenos Aires, Argentina]  [[email protected]] Buenos Aires UBA) y en la Uni- versidad Católica Argentina. Ha sido directora del proyecto UBA- Marina Larrosa. Licenciada en CyT 2008-2010 que produjo una Letras (Universidad Nacional de edición bilingüe con introducción Rosario). Doctoranda en Humani- y notas al texto Ranas de Aristó- dades y becaria de CONICET. Es fanes. Es autora de “La institu- miembro del Centro de Estudios ción de la monarquía en el relato Helénicos de Rosario (CEHel). Es bíblico” en Stylos 20, 2011 y “La docente auxiliar de la cátedra de sabiduría y la cuestión de género” Griego I en la Facultad de Huma- en Atienza et alii, Nostoi. Estudios nidades y Artes de la Universidad

206 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Colaboradores, pp. 205-209 Nacional de Rosario. Es autora de Lidia Raquel Miranda. Profesora “El parásito a la mesa: imagen del y Licenciada en Letras (Univer- poeta en el epigrama de Lucilio” sidad Nacional de La Pampa). Circe 14 y de “El himno a Hades Doctora en Letras (Universidad y otras divinidades infernales en Nacional de Tucumán). Investi- Edipo en Colono (1556-1578): una gadora Adjunta del CONICET. lectura” en Argos 34. Directora del proyecto de investi- Es investigadora del proyecto de gación PICTO 2011 “Metáfora y investigación “Usos literarios de episteme: hacia una hermenéutica la lengua griega antigua: algunas de las instituciones”. Es autora de propuestas de análisis”. Europa, Europae. Textos y contex-  [Necochea 1659 3º 3, (2000) Rosario, tos para refl exionar sobre los temas Santa Fe, Argentina] de la tradición occidental (Buenos  [[email protected]] Aires: Biebel), 2012, y de “Uni- dad y dualidad en la naturaleza Francesca Mestre. Profesora Titu- humana en los tratados De para- lar de Filología Griega de la Uni- diso y De Cain et Abel de Ambrosio versidad de Barcelona, España. de Milán” en Argos. Revista de la Es autora de los siguientes libros: Asociación Argentina de Estudios L’assaig a la literatura grega d’època Clásicos 34. imperial. Promociones y Publica-  [Raúl B. Díaz 685, (6300) Santa Rosa, La Pampa, Argentina] ciones Universitarias, PPU, 1991 y  [[email protected]] en colaboración con J. Alsina Clota y P. Gómez, Luciano de Samosata. Consejo Superior de Investiga- Laura Pérez. Profesora y Licenciada ciones Científi cas, CSIC, 2007. Es en Letras (Universidad Nacional autora de los artículos: “Plutarco y de La Pampa). Doctoranda en la biografía en la época imperial” Letras. Orientación Estudios Clá- en Revista de Estudios Clásicos 34 sicos (Universidad Nacional del y “Uso y abuso de los libros en el Sur). Es investigadora del “Pro- mundo libresco: algunos ejemplos yecto Internacional Philo Hispa- griegos en la época imperial” en nicus, I: Edición de las Obras de Faventia: Revista de fi lologia clàs- Filón de Alejandría; II: Estudio de sica 30/1-2. su relación con la Cultura Occi-  [Departament de Filologia Grega. dental” dirigido por el Dr. José Universitat de Barcelona Gran Via de Pablo Martín. Es autora de “Orfeo les Corts Catalanes 585, (08007) Barcelona. y el plagio de la fi losofía hebrea: España]  [[email protected]] citas órfi cas en Stromata 5, 14 de Clemente de Alejandría” en Circe 15 y de “El cuerpo (σῶμα) como tumba (σῆμα) del alma en Filón de

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Colaboradores, pp. 205-209 207 Alejandría. Uso y resignifi cación fanes” en Circe 16; “El tópico del de una metáfora” en Circe 16. burlador-burlado en la comedia  [Savioli 952, (6300) Santa Rosa, La Pampa, Caballeros de Aristófanes” en Nova Argentina] Tellus 30; “El êthos discursivo de  [[email protected]] los antagonistas aristofánicos en las comedias Caballeros y Avispas” Luciano A. Sabattini. Ayudante en Cuadernos de Filología Clásica. alumno de la cátedra Lengua y Estudios griegos e indoeuropeos 23. Cultura Griega I. Becario del CIN  [La Pampa 2020 7º B, (1428). Ciudad de Buenos Aires, Argentina] (Becas de Estímulo a las Vocacio-  [[email protected]] nes Científi cas 2012) en el marco del plan “La construcción fi losófi ca de la alteridad y su tratamiento en Alicia Schniebs. Profesora y Licen- el Áyax de Sófocles”, insertado en ciada en Letras (Universidad Bue- el Proyecto de Investigación Acre- nos Aires). Doctora en Letras ditado “¿Marginaciones margina- Clásicas (Universidad Buenos das? El imaginario de la exclusión Aires). Profesora Titular Regular en los testimonios fragmentarios de Lengua y Cultura Latina I, II, del drama y la oratoria de la anti- III, IV y V (Facultad de Filosofía y gua Grecia”, dirigido por la Dra. Letras, UBA). Dirige el proyecto de Viviana Gastaldi, en el que parti- investigación “Discurso, memoria cipa en calidad de Colaborador. y saber en Valerio Máximo” (UBA).  [Dorrego 589, 1º P, Dpto. D, (8000) Es autora de “El cuerpo del ciuda- Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina] dano: alternativas de una metáfora  [[email protected]] en Cicerón” en Fornis - Gallego -López Barja - Valdés (eds.) Dia- María Jimena Schere. Licenciada, léctica histórica y compromiso Profesora y Doctoranda en Letras social. Homenaje a Domingo Plá- (Universidad Buenos Aires). cido, Zaragoza, 2010; Ovidio. Arte Docente de Lengua y Cultura Grie- de amar. Texto latino, traducción, gas de la Facultad de Filosofía y introducción y notas (en colab. con Letras (UBA). Es investigadora del G. Daujotas), Buenos Aires, 2009; proyectos de investigación “El mito de “Si vir es: palabras de mujer de la Edad de Oro en la Comedia e identidad masculina en Livio, Antigua” (UBACyT, 2011-2014). AUC 1” en Argos 31; “El diálogo Es autora de “Los destinatarios intertextual en Propercio 4.9” en del discurso político en la come- Myrtia 18. dia Caballeros de Aristófanes” en  [Güemes 3741, 1° 3, (1425) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina] Praesentia 13; “Los alcances de la  [[email protected]] crítica contra la justicia ateniense en la comedia Avispas de Aristó-

208 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Colaboradores, pp. 205-209 Marcela Alejandra Suárez. Doc- “Ut pictura decadentia: Huysmans tora en Letras con orientación en como crítico de arte. De los impre- Lenguas Clásicas (Universidad de sionistas al Cristo de Grünewald” Buenos Aires). Profesora Adjunta en Boletín de estética 12. Regular de Lengua y Cultura Lati-  [Tucumán 2118 2º 14, (1050) Ciudad nas del Departamento de Lenguas Autónoma de Buenos Aires, Argentina] y Literaturas Clásicas (Facultad de  [[email protected]] Filosofía y Letras, UBA). Investiga- dora adjunta del Consejo Nacio- Mariana Sverlij. Licenciada en nal de Investigaciones Científi cas Letras y Profesora de Enseñanza y Técnicas (CONICET) y direc- Media y Superior en Letras, tora de la Maestría en Estudios Facultad de Filosofía y Letras de Clásicos. Dirige varios proyectos la Universidad de Buenos Aires. de investigación sobre comedia Integrante del Departamento de plautina, traducción y literatura Ediciones del Centro Cultural de jesuítica de los s. XVI al XVIII. Ha la Cooperación Floreal Gorini. tenido a su cargo la edición crítico- Becaria doctoral del CONICET. genética y anotada de la Rusticatio Es docente de Literatura europea Mexicana de Rafael Landívar y la del Renacimiento en la Facultad de edición bilingüe y anotada de Apri- Filosofía y Letras de la Universi- lis Dialogus de Vicente López. dad de Buenos Aires. Es autora de  [Chacabuco 1980, (1646) San Fernando, “Diálogos de muertos: las Interce- Buenos Aires, Argentina]  [[email protected]] nales y el Momus de L. B. Alberti” en Actas de las X Jornadas Naciona- les de Literatura Comparada, 2011. Mariano Javier Sverdloff. Licen-  [Curapaligue 967 8º 77. (1406) Ciudad ciado en Letras (Universidad de Autónoma de Buenos Aires, Argentina] Buenos Aires). Doctor en Letras  [[email protected]] (Universidad de Buenos Aires). Director de la Colección Colihue Clásica. Docente de la cátedra de Literatura Europea del Siglo XIX de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, en la actualidad investiga, como beca- rio postdoctoral de CONICET, la recepción y reelaboración de la literatura latina en los siglos XIX y XX. Investigador diversos proyec- tos de investigación en el área de literaturas comparadas. Es autor de

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Colaboradores, pp. 205-209 209

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Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 213 Ediciones y traducciones • En cursiva: títulos de obras (citar por editor y/o traductor) (Eneida), palabras o citas latinas Mazon, P. (ed.) (1993). Hésiode. y extranjeras y términos técnicos Théogonie, Les travaux el les poco usuales. jours. Paris: Les Belles Lettres • Abreviaturas usuales: siglo V a.C. (11928). / Cfr. / fr. 13 / 134 ss. / Gn 2. 13 Santa Cruz, M.I. y Crespo M.I. • Para los términos griegos se (trads.) (2007). Plotino. Enéadas. empleará Unicode (ἤθος) tamaño Buenos Aires: Colihue. 11. Evitar citas extensas. • No incluir subrayados ni números Bibliografía citada en subtítulos. Charney, M. (32005). Comedy • En el cuerpo del trabajo no deben High and Low. New York: Peter emplearse ni subrayados ni negri- Lang (11978). tas. En caso de que sea necesario Frontisi, F. (2004). “Ovide porno- enfatizar una palabra, se hará entre graphe? Comment lire les récits comillas simples. de viols”. En Clio 19. Disponible 5. Deben constar además el título del en: [URL: http://clio.revues.org/ trabajo en castellano y en inglés y document643.html]. resumen y abstract (en castellano Long, A.A. (1990). “Filosofía pos- y en inglés) en un solo párrafo de taristotélica” en Easterling P.E. no más de 100 palabras cada uno y y Knox, B.M.W. (eds.). Historia cinco palabras-clave en castellano de la Literatura Clásica. Vol. I. y en inglés. Trad. de Federico Zaragoza Albe- 6. En archivo aparte deben consig- rich. Madrid: Gredos; 669-689. narse los datos personales del Rodríguez Cidre, E. (1998). “Las autor, pertenencia institucional, cóleras en la Medea de Eurípides”. título de una o dos publicaciones y En Nova Tellus 16/2; 57-77. domicilio para correspondencia, al • Las referencias a autores antiguos modo en que aparecen en el apar- deberán ir en la siguiente forma: tado Colaboradores los curricula Homero, Odisea 10. 235 abreviados. (citar en la bibliografía la edición 7. La aceptación de los trabajos sur- utilizada). girá de la evaluación externa (sis- • Las citas textuales deberán reali- tema de doble anonimato) de un zarse entre comillas. En el caso de miembro del comité de referato que excedan dos líneas, irán sin internacional. Los especialistas comillas en párrafo aparte con san- del comité tendrán en cuenta para gría (2 cm), interlineado sencillo. la aprobación de los artículos los • Las notas deben ir en pie de página, aspectos formales y estilísticos, con interlineado sencillo. la coherencia entre los objetivos

214 Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 planteados y su consecución, la seriedad de la bibliografía y edicio- nes consultadas y la contribución al área de investigación específi ca. En lo posible se tratará de enviar el trabajo a dos especialistas y uno de ellos podrá no ser miembro del comité. Si uno lo rechaza y otro lo acepta, se enviará a un tercer eva- luador. El dictamen se concreta mediante tablas de evaluación en formularios ad hoc. Los auto- res recibirán siempre íntegros los informes de los evaluadores. 8. Si el artículo resulta aceptado con modificaciones, el autor deberá tener en cuenta las observacio- nes y si mantiene su posición en determinado aspecto deberá ser convenientemente fundamentada y aceptada por el referatista. Una vez remitido el artículo corregido, el comité editorial decidirá su aceptación defi nitiva previo envío al evaluador que recomendó los cambios. 9. Circe tiene una periodicidad semes- tral en su versión en línea y anual en papel. Suele tener un plazo de espera para la publicación de artícu- los de cuatro a seis meses. En cada artículo aparecerá la fecha de su recepción, evaluación y aceptación.

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