Sígueme Si Puedes: Hazañas Y Miserias En El Tour De Francia
Sígueme si puedes: hazañas y miserias en el Tour de Francia El fogoso Ferdi Kübler, durante una de sus escaladas suicidas, recibe los pasionales ánimos de su mujer (foto: DP) «Sígueme si puedes». ¿Acaso no se reduce el ciclismo a eso? A pedalear más y mejor que tu adversario, sea subiendo, bajando, en una contrarreloj o en un frenético sprint. Sígueme si puedes, le dijo Luis Ocaña a José Manuel Fuente después de que este le hubiera estado atacando una y otra vez hasta que sus piernas comenzaron a desfallecer. Y es que, de todos los deportes donde se participa por equipos, ninguno es tan solitario como el ciclismo. Cuando los músculos dejan de responder, los pulmones se empequeñecen, el corazón parece a punto de estallar y restan por recorrer cincuenta, cien o más kilómetros, ningún compañero podrá librarte de esa delicada agonía que es desfallecer en una competición ciclista. El secreto de la victoria segúnHenri Desgrange, fundador del Tour de Francia, sigue siendo el mismo hoy como ayer: tête et jambes, o lo que es lo mismo, cabeza y piernas. No basta solo con buenos músculos y un corazón a prueba de bombas; la cabeza del campeón ciclista, más allá de su capacidad para leer la carrera o planear estrategias, más allá de una alta capacidad de recuperación, ha de ser más fuerte que las piernas, porque | 1 Sígueme si puedes: hazañas y miserias en el Tour de Francia cuando estas comiencen a ceder, lo único que puede seguir dándole la victoria al corredor es la habilidad mental para sobreponerse a la agonía y el sufrimiento.
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