El Terremoto Una Versión Corregida.Pdf
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PROLOGO 7 INTRODUCCION 13 TIERRA FIRME 17 La tierra está viva 19 Temblor sui generis 21 Algunas mediciones 26 Las estructuras 31 LA RESPUESTA CIUDADANA 35 La ciudad 36 El desastre 39 El cielo extrañamente azul 41 El heroísmo 43 La solidaridad 48 Los días de ira 62 La sociedad civil 70 Los ciudadanos del mundo 77 LAS FALLAS HUMANAS 87 Un plan en el papel 88 La otra cara del desastre 91 México.. construida cual ciudad 98 Y las aguas se secaron 114 Corruptelas y abusos (públicos y privados ) 121 La falta de confianza y el beneficio de la duda 126 LA RECONSTRUCCION, ENTRE LA REALIDAD Y EL DESEO 133 Los planteamientos generales 138 La reforma urbana 154 Los predios expropiados 157 La democratización del Distrito Federal 172 Pagar o no pagar 176 LA TAREA CENTRAL: DESCENTRALIZAR 187 EL TERREMOTO: ¿OPORTUNIDAD? ¿PARTEAGUAS? 203 La historia no se ve 208 ANEXO 1: DISPOSICIONES LEGALES RELACIO- NADAS CON LOS SISMOS 211 BIBLIOGRAFIA 221 PROLOGO La crónica es un género de larga historia en nuestro país. No es difícil reconocer en Hernán Cortés, Bernal Díaz del Casti- llo y sus contemporáneos, a los primeros cronistas de nuestro devenir. Horacio Guajardo define este género como "el relato detallado, principalmente en tiempo, de un suceso reciente- mente ocurrido. La propia raíz de la palabra lo indica: erónos es tiempo. Lleva la crónica en sí, noticia y declaraciones, pero su sello distintivo se encuentra en la relación cronológica y pormenorizada del suceso". Por su parte, Carlos Monsiváis lo considera "una reconstrucción literaria de sucesos o figuras, género donde el empeño formal domina sobre las urgencias informativas (. .) En la crónica, el juego literario usa a dis- creción la primera persona o narra libremente los aconteci- mientos como vistos y vividos desde la interioridad ajena. Tradicionalmente —sin que eso signifique ley alguna—, en la crónica ha privado la recreación de atmósferas y personajes sobre la transmisión de noticias y denuncias". El suceso de referencia de este libro es el terremoto mexi- cano de 1985, sobre el cual se han publicado ya miles de pági- nas. Pero desde el principio, los autores advierten querer "es- cribir una crónica más, aunque distinta". La intención de 7 "abrir un espacio entre los acontecimientos de la tragedia y la visión que alrededor de ellos se ha venido formulando, o las visiones para ser precisos", superpone el sentido crítico e in- tercala a la reflexión y la preocupación por el futuro de nues- tra sociedad al afán informativo y al empeño literario: "nos hemos propuesto sembrar inquietudes, lanzar preguntas a quien quiera escucharlas, en el sentido de que una obra será siempre parte de otra obra". El libro fue terminado muy pocos meses después del te- rremoto. Es evidente que por ello no toma en cuenta lo que ha sucedido (y lo que no lia sucedido) desde entonces. Pero también por ello, quizás, su valor aumente, ahora que es pu- blicado. Las inquietudes y preguntas sugeridas no han perdido actualidad ni pertinencia y es posible que, a tres años de dis- tada del suceso, su vigencia sea mayor. El trabajo de Francisco J. Núñez de la Peña y Jesús Oroz- co, mediante el rigor y consistencia empleados para analizar sobre todo textos periodísticos y descubrir en ellos distintas versiones sobre el terremoto y sus consecuencias, se convier- te también (sin proponérselo explícitamente) en un estudio de las mediaciones informativas del acontecer social, uno de los campos de mayor interés actual entre los investigadores de la comunicación y la cultura. Después de muchos años de estudio de la prensa y su mí- tica "objetividad", comienza a reconocerse críticamente en el mundo académico cómo operan los medios informativos. Los estudios sobre la información y el impacto político de la "opi- nión pública" han evolucionado conforme han ido desarro- llándose los medios de difusión masiva y las formaciones so- ciales en que se inscriben. La noción clásica de Walter Lipp¬ mann, que parte de la creencia en un yo colectivo dentro del cual se generaría un número limitado —e identificable cuanti- tativamente— de opiniones diversas con respecto a cualquier acontecer tematizado por los medios, es todavía una de las claves para indagar las relaciones entre comunicación pública y democracia. Sin embargo, dejando atrás un buen número de limitaciones funcionalistas y mecanicistas, las investigaciones más recientes han refinado sus instrumentos y, sobre todo, sus puntos de partida teórico-metodológicos. Muchos de los 8 análisis actuales parten de postulados como el de que "los acontecimientos sociales existen sólo en la medida en que los medios de comunicación masiva los constituyen como tales" (Eliseo Verón) o el de que "los medios de comunicación de masas intervienen en la selección del acontecer público y me- dian una representación institucionalizada y objetivada de lo que acontece, realizando una tarea mitificadora y ritualizado- ra" (Manuel Martín Serrano). Aunque en el periodismo contemporáneo no son tan níti- das como antaño las fronteras entre los géneros "noticiosos" y los "de opinión", el discurso periodístico tiene que conside- rarse sujeto a ciertas normas de producción específicas, a par- tir de cuya operación "la noticia imparte a los casos que ocu- rren su carácter público, en cuanto transforma meros sucesos en acontecimientos públicamente abiertos a la discusión" (Gaye Tuchman). La información periodística se caracteriza por seguir un método institucionalizado, por las relaciones que mantiene con otras instituciones sociales legitimadas y por ser el producto de profesionales especializados, que expo- nen sus propios intereses, valores y significaciones. Con base en la Teoría de la Mediación, Manuel Martín Se- rrano ha propuesto un modelo y un método para analizar la contribución de los medios masivos a la producción del acon- tecer público y a la elaboración de representaciones del entor- no en su obra La Producción Social de Comunicación. (Alian- za Universidad, Madrid, 1986). El proceso se inicia cuando, "de determinados emergentes que acontecen en determinado grupo social, determinadas instituciones comunicativas, a tra- vés de determinados medios de comunicación de masas, por el concurso de determinados emisores, seleccionan determina- dos objetos de referencia, a propósito de los cuales ofrecen determinados datos de referencia sobre lo que acontece, que ponen en relación con determinados valores de referencia, a propósito de los cuales ofrecen determinados datos de evalua- ción de lo que acontece". Los "emergentes" son todos aquellos sucesos que, al afec- tar a algún grupo social, se convierten en "aconteceres", pero que deben ser seleccionados por las instituciones comunicati- vas para constituirse en "aconteceres públicos" que serán di- 9 fundidos por los medios. Hasta aquí, en este proceso de selec- ción, las instituciones comunicativas realizan una primera me- diación entre el cambio del entorno y su conocimiento social. El terremoto fue un "emergente" de tal magnitud, que la co- bertura periodística, aun en el extranjero, se orientó a inter- pretarlo, como el "acontecer público", en múltiples dimen- siones y con diversos sentidos. El proceso de producción, según Martín Serrano, conti- núa cuando "los datos de referencia y los datos de evaluación se integran en un repertorio de temas, desarrollados en unos relatos concretos que ocupan determinado espacio y/o tiem- po y se confeccionan o montan de determinada forma en un producto comunicativo que se trata de hacer llegar a determi- nadas audiencias; producto que Hega a ser conocido por de- terminados receptores efectivos, quienes seleccionan determi- nados datos (de referencia y de evaluación) pertinentes para sus intereses y necesidades y los relacionan con otros datos procedentes de otras fuentes de información y de evaluación, o procedentes de la propia experiencia, en una representación subjetiva, concerniente a los mismos o a otros datos de refe- rencia. Esta representación eventualmente puede orientar los comportamientos del agente". En la forma de presentación del producto comunicativo se encuentra en operación una segunda mediación: entre la imprevisibilidad del acontecer y las rutinas de programación del medio. Una de las conclusiones-postulados del modelo de Martín Serrano es que "los productos comunicativos son el resultado de procesos de producción (de información a pro- pósito de lo que acontece) y de procesos de reproducción (de las instituciones comunicativas). En consecuencia, en los pro- ductos comunicativos se van a encontrar puntos de vista y va- lores que responden al encuentro de intereses generales y de intereses particulares". No es este, por supuesto, el lugar para exponer más exten- sa o detalladamente hipótesis, teorías o modelos de análisis como los mencionados. Hay una extensa bibliografía al respec- to. Lo que se quiere resaltar es que este libro, sin necesidad de recurrir a densos marcos teórico-metodológicos, explora los procesos de construcción de las versiones, las interpréta- lo ciones, las representaciones socio-culturales del significado del acontecer social, de la forma en que tales versiones se su- perponen y muchas veces se contradicen entre sí, de las inten- ciones y condiciones que están detrás (y dentro y delante) de cada una de ellas, y de lo que finalmente una lectura crítica puede sustraer de todo este conjunto de discursos puestos en circulación en la sociedad por los medios de difusión. La descripción o narración de hechos sociales o el registro y análisis de los debates suscitados por ellos y convertidos así en nuevos hechos sociales, susceptibles a su vez de ser analiza- dos y debatidos, y así hasta el infinito, puede parecer a mu- chos un ejercicio inútil. Pero el conocimiento, esa dimensión esencial de la vida, no está hecho sino de versiones —en perpe- tua formación— sobre esos hechos. Darle significación y sen- tido a nuestras versiones, cuestionarlas y corregirlas, sobre todo cuando se trata del presente y el futuro de nuestra na- ción, es una práctica intelectual necesaria.