El Bandolerismo: De La Universalidad Al Estudio Regional 6 El Bandolerismo En Morelos 13
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Rebeldes y bandoleros en el Morelos del siglo XIX (1856-1876) Carlos Barreto Zamudio Prólogo Horacio Crespo Caminos, Saberes, Identidades 3 Rebeldes y bandoleros en el Morelos del siglo XIX (1856-1876) Carlos Barreto Zamudio Prólogo Horacio Crespo Universidad Autónoma del Estado de Morelos Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Estudios Regionales Barreto Zamudio, Carlos Rebeldes y bandoleros en Morelos del siglo XIX (1856-1876) / Carlos Barreto Zamudio ; prólogo Horacio Crespo. - - Primera edición.- - México : Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Estudios Regionales, 2018. 459 páginas. - - (Caminos, saberes, identidades ; 3) ISBN 978-607-8639-25-0 (impreso) 1. Bandoleros – Morelos (Estado) – Historia – Siglo XIX 2. Morelos (Estado) – Historia – Siglo XIX 3. Movimientos sociales – Morelos (Estado) – 1856-1876 LCC F1311 DC 972.49 Esta publicación fue dictaminada por pares académicos. Rebeldes y bandoleros en el Morelos del siglo XIX (1856-1876) Carlos Barreto Zamudio Primera edición, 2019 D.R. 2019, Carlos Barreto Zamudio D.R. 2019, Universidad Autónoma del Estado de Morelos Av. Universidad 1001 Col. Chamilpa, CP 62209 Cuernavaca, Morelos, México [email protected] libros.uaem.mx Edición y diseño: Marina Ruiz Rodríguez Formación ortotipográfica: Marina Ruiz Rodríguez y Ernesto Rodrigo Ortega Rosales Corrección de estilo: Mónica Herrera Guevara Cuidado editorial: Jefatura de Producción Editorial del IIHCS/ Dirección de Publicaciones y Divulgación Imagen de portada: Soldados del Sur de C. Castro y J. Campillo ISBN Caminos, Saberes, Identidades: 978-607-8639-07-6 (digital) ISBN: 978-607-8639-30-4 (digital) Hecho en México Contenido Rebeldes y bandoleros después de Hobsbawm Un comentario preliminar 5 El bandolerismo: de la universalidad al estudio regional 6 El bandolerismo en Morelos 13 Prólogo. Morelos en la encrucijada del siglo XIX: el camino de una renovación historiográfica, necesaria y bienvenida 21 Introducción 31 a) El estudio de las rebeliones en Morelos 34 b) ¿Rebeldes o bandidos? 37 c) Descripción del contenido 52 d) Cronología de movimientos rebeldes en Morelos: 1856-1876 58 I. Organización territorial y situación político-administrativa en Morelos: 1854-1869 63 Panorama de la situación político-territorial de Morelos: 1854-1869 68 Dos distritos, Morelos y Cuernavaca: 1855-1861 74 La propuesta de anexión a Guerrero: 1856-1857 80 El territorio de Iturbide: 1858-1860 85 Cinco distritos: 1861-1862 91 El Tercer Distrito Militar: 1862-1869 96 El departamento de Iturbide: 1865-1867 102 II. Rebeliones en Morelos durante la primera mitad del siglo XIX. A manera de antecedente 119 “La guerra tocó las vidas de todos” El parteaguas de la Independencia 122 ¿Independencia para qué? 134 Protesta rural en tiempos de la intervención norteamericana 141 A mitad de siglo. Tierras, raza y revolución liberal 147 Presencia de Juan Álvarez en Morelos 154 Las razones 159 Los soldados más bárbaros y la tropa más “estraña” 166 El mísero sudor del infeliz labriego 172 El nombre de Álvarez circula entre los indios 176 III. Morelos, entre “la guerra de exterminio contra los españoles” y “las gavillas de religioneros”: 1856-1857 181 La crisis del conflicto étnico:1856 185 El fantasma de la guerra de castas 185 Epicentro en San Vicente y Chiconcuac 200 Viva la Religión, Viva el Clero 208 La disputa religiosa a mediados del siglo XIX 208 Curas sediciosos y rebeliones religiosas 213 IV. Guerrilleros, rebeldes y bandoleros en Morelos durante la Guerra de Reforma y la posguerra: 1858-1861 229 Los conservadores a pacificar, los liberales a rebelar 232 Recuperación constitucionalista 246 Plateados. Bandidaje con militancia política 253 La persistencia de una Causa Santa 270 V. Rebeldía en Morelos durante la Intervención Francesa y el Segundo Imperio: 1862-1867 281 Franceses y franco-mexicanos del sur 284 Buscando la pacificación 296 Rebelión política durante el Segundo Imperio en Morelos 311 El fin de la empresa franco-imperial: la campaña de las discrepancias republicanas 326 VI. ¡Constitución, libertad y Porfirio Díaz! Rebeliones porfiristas en Morelos: 1867-1876 343 Desacuerdos frente a la restauración de la República 346 Un estado nace entre espinas 358 El Plan de Jonacatepec y la rebelión porfirista de Morelos 366 Plan del levantamiento de Jonacatepec 368 Represión y pacificación durante el gobierno leyvista 375 Leyva I 385 Ecos de Tuxtepec: 1876 389 Una frágil situación de calma 391 Después de Palo Blanco 396 Recuperación gobiernista en tiempos de reelección 399 El colapso del leyvismo 407 Conclusiones 411 Bibliografía, fuentes documentales y hemerografía 425 Bibliografía 427 Fuentes documentales citadas 456 Fuentes hemerográficas consultadas 457 Españolas 457 Mexicanas 457 Colecciones de leyes, decretos y documentos oficiales 459 REBELDES Y BANDOLEROS DESPUÉS DE HOBSBAWM UN COMENTARIO PRELIMINAR a historia social vivió una de sus más sensibles pérdi- L das cuando Eric J. Hobsbawm falleció en octubre de 2012. La muerte del influyente historiador detonó nuevos recuentos de su obra y reconsideraciones acerca de su nota- ble concepto “bandolerismo social”. Con sus apreciaciones desarrolladas más de medio siglo atrás, Hobsbawm marcó una senda para que el bandolerismo, visto anteriormente como un tema residual, fuera colocado en el ámbito de lo académico. En sus trabajos, Hobsbawm presentó al bando- lerismo social como un fenómeno extendido que mostra- ba rasgos de rebeldía primitiva, prepolítica y precapitalista que se desplegaba principalmente, como señala Juan José Piqueras, “dentro de las sociedades campesinas en fases de desintegración de la organización familiar y de transición al capitalismo agrario [y que] podía coexistir subordinado a una revolución campesina y servirle de precursor en la me- dida que expresaba malestar rural”.1 La inspiradora idea del bandolero social ensanchó la no- ción histórica de los alcances de la protesta campesina y de las muestras de descontento de la gente común en los universos políticos de la premodernidad. Una vez abierta la discusión, los debates internos entre los estudiosos del bandolerismo lo co- locaron como un tema de frontera epistemológica a través del cual, ampliando gradualmente el horizonte de fuentes y pers- pectivas teórico-metodológicas, el historiador podría discutir 1 Piqueras, José Antonio, “Eric Hobsbawm en América Latina. Una revi- sión”, en Historia Mexicana, 63.1 , México, 2013, p. 385. 5 Carlos Barreto Zamudio los límites de las conductas criminales colectivas frente a las manifestaciones de disidencia y las prácticas revolucionarias. Los trabajos de Hobsbawm dotaban a su modelo de universa- lidad, pero los trabajos que le sucedieron formaron un orfeón explicativo que requirió de ir incrementando su especificidad en términos regionales, desde lo continental hasta lo local. El estudio del bandolerismo en América Latina y México ha avanzado, algunas veces cobijado por el trabajo de Hobsbawm y otras veces desde una perspectiva crítica y distante, pero manteniendo la impronta de su trabajo. En las últimas déca- das ha crecido la producción de estudios del bandolerismo en regiones y en etapas específicas. El manejo de una escala de observación reducida a regiones, poblaciones y lugares per- mite detallar la percepción de este fenómeno. El incremento de los estudios regionales del bandolerismo ha venido enri- queciendo el estudio del siglo XIX mexicano y de los albores del XX bajo una perspectiva que armoniza la historia social y política con la historia regional. El bandolerismo: de la universidad al estudio regional La figura de aquellos hombres a quienes se les reconoce como bandoleros ha estado presente en el mundo en di- versas épocas. Algunos estudiosos del tema, precedidos por Hobsbawm, les han otorgado un carácter universal que representa “poco más que una protesta endémica del campesino contra la opresión y la pobreza”.2 La influen- cia de los bandidos queda de manifiesto con la cantidad de obras inspiradas en el tema, que van de la historia a la literatura, a la música al cine o la televisión. El cuadro 2 Hobsbawm, Eric, Rebeldes primitivos, Crítica, Barcelona, 2000, p. 16. 6 Rebeldes y bandoleros en el Morelos del siglo XIX resultante es muy complejo, pues articula una gran variedad de contextos socio-político-económico-geográfico-culturales. El extenso cuadro de bandidos tradicionalmente se ha nutrido de ejemplos más cercanos a la literatura o a la tra- dición oral, que a la documentación histórica más ortodoxa. Muestran distintos niveles de friccionalidad social, lo mismo en situaciones de relativa paz que en momentos de tensión evidente o de una guerra generalizada. Mencionaré algunos ejemplos célebres a nivel mundial. En Europa surgieron Robín Hood, Dick Turpin (ambos en Inglaterra), los hai- duks en los Balcanes, el andaluz Diego Corrientes (España) o Salvatore Giuliano (Italia). En Australia, el bushranger Ned Kelly. En Estados Unidos fueron famosas las andanzas en the Wild West de Sundance Kid, Billy the Kid o Butch Cassidy. En América Latina tenemos los casos argentinos de Juan Bautista Bairoletto (o Vairoletto) y David Segundo alias Mate Cosido; de Brasil Virgulino Ferreira, Lampião, líder de una banda de cangaçeiros; en Colombia, es célebre el caso del bandido toli- mense mariquiteño Reinaldo Palomo Aguirre. En México existe un profuso inventario de bandidos cuya trayectoria llama a evaluar su condición de fuera de la ley y sus alcances políticos: Joaquín Murrieta (el personaje histó- rico que con sus andanzas en California dio forma al ficti- cio Zorro), el nayarita Manuel Lozada el Tigre de Álica; Los Plateados, para el caso del estado de Morelos; Heraclio Bernal el Rayo de Sinaloa; Jesús Negrete, el Tigre de Santa Julia en el entorno rural de la capital o a Jesús Arriaga Chucho el Roto, entre otros. Todos ellos han generado un debate acerca de la naturaleza criminal de sus actividades, incluso llegándose a negar dicha condición. Esta categorización, en el caso mexi- cano y en el resto del mundo, remite a un viejo problema de fuentes: varios de estos supuestos bandoleros en realidad con- taban con un programa político, invisibilizado en documen- tación oficial o hemerográfica con algún grado de militancia.