NERUDIANA – nº 3 – 2007 [ 1 ] nerudiana Fundación nº 3 Agosto 2007 Director Hernán Loyola

Esfera, Pez y Hexagrama: el LOGO de Pablo Neruda

ENRIQUE ROBERTSON / HERNÁN LOYOLA Bielefeld, Alemania / Sássari, Italia escriben

e intentará en este ensayo: 1) aclarar el ori- Fernando Benítez gen y significado del logo nerudiano; 2) Dominique Casimiro S identificar al artista que lo diseñó. Tarea pen- Edmundo Olivares diente que, según veremos, Osvaldo Rodríguez Sara Reinoso Canelo Musso inició hace unos veinte años. Enrique Robertson Según el diccionario, logo o logotipo es un Gonzalo Rojas símbolo formado por letras y/o por imágenes. El Waldo Rojas logo de Neruda está formado por las seis letras del Mario Valdovinos sigue en p. 2

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nombre y por la horizontal imagen de un riosos artefactos, cuya representación grá- Sumario pez que mira hacia la izquierda, rodeado fica, hoy como ayer, confiere su fuerza sim- por unos anillos que esquemáticamente re- bólica a grabados, ex libris, logotipos, etc. presentan una antigua esfera armilar. En el centro de la esfera armilar del Esfera, Pez y Hexagrama: 1 el LOGO de Pablo Neruda La esfera armilar, perfeccionada hace logo nerudiano, en lugar de la Tierra –y ENRIQUE ROBERTSON / HERNÁN LOYOLA medio milenio por el sabio danés Tycho sin que sepamos por qué– está el Pez. Brahe, es un fáustico instrumento compues- Una antigua ilustración del Fausto de En el centenario de Miguel Prieto 8 to de anillas –círculos armillares, los llama Goethe nos informa que el protagonista tie- (España 1907—México 1956) Neruda– que representan los círculos de la ne en su laboratorio una esfera armilar. ¡Y esfera celeste, en cuyo centro se coloca un un pez disecado colgando del techo! No Estravagario: la posmodernidad nerudiana hay indicios de que Neruda haya conocido en clave carnavalesca 10 esa ilustración, ni tampoco la imagen del SARA REINOSO CANELO nodo cardánico trazada por el también Sublimación, virtualidad del fáustico sabio Jerónimo Cardán (Girólamo sonido y voz poemática Cardano: Pavia 1501-Roma 1576) (fig. 1), en Canto general (l950) de Pablo Neruda 14 cuya reproducción (fig. 2) envió Osvaldo DOMINIQUE CASIMIRO Rodríguez Musso (el Gitano) a Hernán Loyola hace dos décadas, convencido de Temuco 1908: una ciudad... que el logo nerudiano era una variante de un niño... un incendio... 17 dicha imagen [Invención cinco veces cen- EDMUNDO OLIVARES tenaria, el nodo cardánico –dicho sea de Huellas de paso– se utiliza todavía hoy en el sistema Rimbaud en Neruda 20 de transmisión de los automóviles.] La idea MARIO VALDOVINOS (fig. 1) de Rodríguez Musso no era descabellada. Notas Basta inscribirle un pez, y la imagen del La CIA contra Neruda (1963) 22 globo que figura a la Tierra. Además de nodo cardánico se transmuta en logo Publicaciones 24 Brahe, otros sabios —Képler, Cardán, nerudiano. ¡Alquimia pura! Newton— usaron estos instrumentos para El nodo de Cardán nos llevó a la Documentos 29 resolver difíciles problemas de trigonome- hexagonal representación gráfica del ele- “Pablo, volvamos” (1954) 32 tría esférica; problemas con los que Pablo mento agua en un antiguo libro de Képler GONZALO ROJAS Neruda, imposible de cálculos, nunca nada (fig. 3), otro fáustico personaje de aque- tuvo que ver. En su colección de curiosida- llos tiempos. La imagen muestra unos pe- des Neruda tuvo dos o tres de estos miste- ces y el signo Cáncer de nuestro poeta. Los juicios y opiniones vertidos en los artículos y demás materiales aquí publicados, son respon- sabilidad de sus respectivos autores.

nerudiana nº 3 agosto 2007

director Hernán Loyola

editor Mario Valdovinos

diseño y diagramación Juan Alberto Campos (fig. 3) secretaría de edición Adriana Valenzuela ¿Debería sorprendernos que al ubicar las (fig. 2) letras del nombre Neruda en cada punta FUNDACIÓN PABLO NERUDA Fernando Márquez de la Plata 0192 del hexágono, se obtiene otro interesante Providencia. logo nerudiano? (fig. 4). Sugiere posibili- Santiago Chile dades de interpretación basadas en los

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EDITORIAL

¿Quién diseñó el LOGO de Neruda? ¿De silencio, desde su regreso a Chile en 1932. dónde salió ese «pez horizontal que Estas cartas anticipan aquí su publicación encierran o desencierran dos círculos dentro del Epistolario Huidobro-Larrea- armillares», inscrito en la bandera azul que Guillermo de Torre, volumen de actualísima ondea sobre su casa en Isla Negra y que aparición en Madrid, por gentileza de su identifica sus libros en todo el mundo? El editor Gabriele Morelli (Università di poeta escribió algunas líneas sobre el Bèrgamo), especialista en literaturas hispá- emblema mismo, pero no dejó información nicas de vanguardia. sobre su autor ni sobre su historia. Una evocación (por Edmundo (fig. 4) A este asunto dedicamos nuestro do- Olivares) del incendio de Temuco en 1908 ssier de apertura, que incluye dos textos: (nunca olvidado por un Neftalí de 3 ó 4 vínculos del poeta con los misterios del mar uno sobre los antecedentes y significados años que suponemos fascinado cuanto ate- y sus navegaciones, que hacen casi obli- del LOGO, y otro sobre Miguel Prieto, su rrorizado) y un comentario sobre los esfuer- gatorio que lo simbolizado en el logo sea más seguro diseñador. Del múltiple artista zos de la CIA para impedir que Neruda ob- marinero o marítimo. español, amigo de Neruda en Madrid y tuviera el Nobel en 1963 y 1964, son tex- La abundancia de alegorías náuticas después en México (donde murió en 1956), tos que el lector encontrará en el nivel cró- en Isla Negra casi no deja ver otros obje- se cumple en este 2007 el primer centena- nica de nuestra revista. Así como señala- tos simbólicos que hay allí, como el gran rio de su nacimiento en Almodóvar del mos el importante libro de Frances Stonor locomóvil del sur con sus dos tremendas Campo. Una razón más para hacer justicia Saunders sobre la Guerra Fría cultural en ruedas volantes (fig. 5), cada una de ellas y dar mayor visibilidad a un artista de enor- América Latina, así nuestras reseñas recla- con seis radios como la rueda de la fortu- me valor y muy representativo de las artes man atención hacia recientes trabajos de na, corazón del Tarot. Intentando no ver el visuales (pintura, escenografía, diagrama- David Schidlowsky, Greg Dawes (ambos ción, gráfica en general) de la primera mi- pertenecen a la nueva promoción de tad del siglo XX, pero prácticamente des- nerudistas) y Jaime Concha. conocido fuera de México. Otros aniversarios jalonan 2007, en Se cumplen también 50 años de la particular el centenario del nacimiento de escritura de Estravagario, trabajada por Laura Reyes Candia, muy querida her- Neruda durante el largo viaje que hizo con mana del poeta, y el de Laura Arrué, una Matilde en 1957 hacia los lugares sagra- de sus amantes de juventud. No olvide- dos que había vivido o visitado antes de mos que 1917 fue el año de la primera conocerla (Birmania, Ceilán, China, rin- publicación de Neftalí Reyes: “Entusias- cones o barrios de París y Berlín). Viaje mo y perseverancia”, en La Mañana de

(fig. 5) de iniciación para su nueva compañera de Temuco (18 de julio), y que en 1927 vida, fresca aún la separación entre el poe- Neruda inició —con su travesía del logo nerudiano como esfera, tratemos de ta y Delia del Carril. Acerca de este libro Atlántico y con breves permanencias en percibirlo plano como la rueda de un ti- de rupturas, inicio de la escritura Madrid y París— los cinco años de su món. Conseguimos esto al fijar la atención posmoderna de Neruda, incluimos un pe- exilio en Oriente, que por un lado fue su en las seis letras que ornan la periferia del netrante ensayo en clave «carnavalesca» saison en enfer, y por otro la experiencia (es decir, en conexión con teorías de decisiva para su desarrollo como hom- círculo; como si éstas estuviesen allí para Mijaíl Bajtín) de Sara Reinoso Canelo. bre, ciudadano y poeta. Lo demostrarán ser asidas por un timonel. Tal vez el núme- En el plano de las relaciones de la publicación en 1937 de España en el ro seis, semioculto en el logo, significa algo Neruda con otros escritores, rescatamos un corazón, y diez años más tarde, en 1947, importante en su simbología. artículo sobre su vínculo con Rimbaud, de la de una “Carta íntima para millones de A todo nombre de seis letras como Mario Valdovinos, y reproducimos dos car- hombres” en El Nacional de Caracas, Neruda el logo viene como anillo al dedo. tas cruzadas entre Juan Larrea y Vicente preclaros hitos del creciente compromi- Por eso no nos extrañó encontrar la estre- Huidobro (inédita la primera) en 1935, año so político en su vida y en su escritura. lla de seis puntas en el escudo de armas de en que Neruda explota con su “Aquí estoy” Goethe (fig. 6). Partiendo de las seis le- contra las agresiones de De Rokha y —El Director tras, y dirigiendo radialmente la mirada Huidobro que viene soportando, en público [email protected] hacia el centro de la figura, pareciera que

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El logo debutó con la edición prínci- por estos andurriales, me gusta oír pe de Canto general (México, 1950), y la bandera restallando y el pescado desde entonces ha sido impreso en la por- nadando en el cielo como si viviera. tada de casi todos los libros de Neruda. No — Neruda, Una casa en la arena conocemos documentación del logo ante- rior a esa fecha. Su historia misma se re- duce a comentarios del propio Neruda en Una casa en la arena (1966) y a lo que dice Aitana Alberti en La arboleda com- partida. En una entrega de estas memorias (ver ABC Cultural, 99, Madrid, 24.09.1993) la hija de Rafael Alberti ase- gura que el diseño del logo nerudiano se- ría obra del periodista español Darío (fig. 6) Carmona. De ser así, debió diseñarlo en México para el primer libro de Neruda en la imagen pierde su forma esférica y tien- que aparece, Canto general, cuya contem- de a aplanarse evocando una especie de poránea edición chilena no lo trae. Y efec- medalla con bajorrelieves, con un pez pa- tivamente Darío Carmona fue —por un sando medio cuerpo a través de una hendi- breve tiempo— secretario de Neruda du- (fig. 8) dura, biojival como una mándorla (fig. 7). rante su gestión consular en México. Pero en la Navidad de 1941 o 1942 Neruda (des- Según Carl Gustav Jung, entre otros, de México) escribe a Alberti (en Buenos para los primeros cristianos la imagen del Aires): «Darío se fue a Chile, y me siento pez simbolizaba a Cristo. Sobre el pez de más solo porque me ayudaba muchísimo a su ex libris ÐlogoÐ bandera, Neruda acla- vivir aquí», aludiendo con toda probabili- ró (ibíd.): dad a Carmona, quien no nos resulta haber regresado a México a fines de la década Y por qué ese pez, me preguntan. (cuando el poeta organizó la edición de su Es místico? Sí, les digo, es el sim- Canto general con el logo en la cubierta). bólico ictiomín, el precristense, el En suma, la aseveración de Aitana Alberti cisternario, el lucicrático, el (fig. 7) no aparece refrendada por otras fuentes, ni fritango, el verdadero, el frito, el siquiera por el interesado. pescado frito. Las tres vocales y las tres consonan- Quienquiera fuese, el o la dibujante tes de N-E-R-U-D-A se distribuyen en su del logo debió seguir muy precisas instruc- Vale decir, el pez nerudiano no reco- logo como los números pares de la esfera ciones del poeta, porque de seguro Neruda noce su origen (ni su significado simbóli- de un reloj. La N en lugar del doce [A pro- tenía ya una idea clara al respecto. Pero el co) en la iconografía cristiana. ¿De dónde, pósito de la conexión logo-reloj, ver tam- encargo original fue un ex libris (lo afir- entonces? Tres conjeturas al respecto. bién Carlos Blanco V., “Reflexiones sobre ma Volodia Teitelboim), que sólo tras su Primera. Hay un pequeño pez al pie el emblema de la Fundación Pablo publicación en 1950 devino logo para el de la tarjeta que anuncia el nacimiento de Neruda”, en Pharos, revista de la Univer- poeta. Fruto de sus exactas instrucciones o Malva Marina Reyes Hagenaar el sidad de las Américas, número 2, Santia- proposición del artista gráfico, lo cierto es 18.08.1934 en Madrid (fig. 9). El anóni- go, 2003.] Pero la N, según declaró el poe- que a Neruda el diseño le gustó de tal ma- ta, está en el norte de su logo. Habrá que- nera que no sólo lo estampó en sus libros rido decir que ese punto lo ubicaba en el como el logo que conocemos: lo izó tam- nocturno clitorial de la mándorla. Porque bién como bandera en su casa de Isla Ne- sabemos que los puntos cardinales no di- gra (fig. 8): viden el horizonte en seis direcciones. Tam- poco suman seis el elemento agua y los …mi bandera es azul y tiene un pez otros tres principios fundamentales —tie- horizontal que encierran o desen- rra, aire y fuego—, lo que complica nues- cierran dos círculos armillares. En (fig. 9) tra tarea descifradora. invierno, con mucho viento y nadie

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mo diseñador de la tarjeta sería el artista Preferimos la primera de estas conje- sibilidad y de la percepción de la belleza y español Miguel Prieto, ya entonces amigo turas, que además sale al paso a los infati- armonía en la naturaleza y en las artes (se- de Neruda y experto en diseño de viñetas gables practicantes del «proceso a Neruda» gún Juvencio Valle, hay en Neruda un «co- (son suyas las que ilustrarán Nuevo canto (al capítulo de acusación: haber olvidado razón que mira»). Después, en su ascen- de amor a Stalingrado, cuadernillo de 14 a su hija). La segunda nos recuerda que el dente fluir, el serpenteante Kundalini se páginas editado en México, 1943). pez mira de derecha a izquierda, o sea de enfrentará a obstáculos de mucho mayor Segunda. Hay otro pez —¿también oriente a occidente, en sugestiva conexión grado de dificultad, cuando lo que se in- de Prieto?— en el libro-almanaque 1934 con las navegaciones del poeta-capitán. tente sea la realización de principios ya de la revista Cruz y Raya de Madrid, que Juan Larrea escribió alguna vez que impersonales, divinos según el tantrismo, con seguridad Neruda conoció (fig. 10). el nombre Neruda traduciría esa conden- sitos en la quinta, sexta y séptima shakra. sación simbólica de Europa y de Asia que Un más profundo estudio del tema lo de- es América. Al elegirlo, el chileno habría jamos a Jung y a sus discípulos, limitán- revelado otra de sus inclinaciones polares: donos por ahora a interpretar Kundalini la India, a cuya eufonía responde plena- como sublimación de la energía sexual. mente dicho apellido (Larrea 1944: 242). Con Larrea hay que andar con cautela, se sabe, pero buscando lo hindú que Neruda pudiese haber incorporado a su logo, to- pamos en efecto con el pseudónimo Kundalini, usado por Neftalí Reyes en 1919, a los 15 años de edad, para firmar el poema “Comunión ideal” que envía al con- curso de los Juegos Florales del Maule (fig. 10) (Cauquenes). ¿Sólo efímera resonancia de orientalismos por entonces de moda en la José Bergamín, director de Cruz y Raya y literatura chilena, estimulados en parte por de las ediciones conexas, incluirá impor- el Premio Nobel asignado a Rabindranath tantes colaboraciones de su amigo Neruda Tagore en 1913? La elección del pseudó- en el sucesivo libro-almanaque, el de 1935, nimo presupone en todo caso que Neftalí (fig. 12) y en septiembre de ese mismo año publi- conoce a través de sus lecturas adolescen- cará, en primera edición conjunta, los dos tes (libros y magazines) nociones que hoy volúmenes de Residencia en la tierra. son fácilmente accesibles en Google, por En la fig. 12 vemos la representación Tercera. Todavía otro pez que Neruda ejemplo: «Kundalini Maha Yoga se basa gráfica de las shakras o ruedas. De abajo no podrá ignorar: el de la bandera de Nyon en un principio muy simple: en cada ser hacia arriba, la cuarta es la shakra del co- (pueblo al borde del lago de Ginebra, Sui- humano hay una fuente de energía divina. razón, con su estrella de seis puntas (fig. za), que será testigo —mudo como buen El término sánscrito para esa fuente de 13). En este caso el hexagrama no repre- pez— de los clandestinos amores del Ca- energía es Kundalini... Esa divina energía senta el escudo de David o el sello de pitán y Rosario en 1951 (fig. 11). [Esta con- se manifiesta bajo forma cósmica y bajo Salomón: la estrella de seis puntas es un jetura la debemos a Sergio Olivares. Ella forma personal». símbolo de honda significación no sólo Para Neftalí esa tántrica palabra hin- dú (Kundalini) quizás simbolizaba lo que él después llamaría el río invisible (fig. 12). Kundalini es una suerte de energía poten- cial que reside encerrada —como una ser- piente dormida— en la shakra basal (hay además, otras seis shakras principales). Al

(fig. 11) ser liberado, Kundalini comienza a fluir como un río hacia otras shakras, eliminan- no vale para la invención del logo do los obstáculos que encuentra en su as- nerudiano, que es anterior, pero sí, proba- censo. Primeramente serpentea desde la blemente, para la idea de inscribirlo en una shakra basal hasta la Anaata o shakra del bandera.] corazón, que es centro del amor, de la sen- (fig. 13)

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para la cultura hebrea. Aparte la shakra del Pablo [Detalles al respecto en Robertson corazón, también la encontramos en el es- 1999 y en Loyola 2006: 409-410] . cudo de Goethe, y es de gran importancia Volvamos al Hexagrama, que para la en la símbología masónica. Alquimia medieval simbolizaba la mate- Esta estrella resulta de una suerte de ria prima, la que incluye en sí a todos los diálogo entre dos triángulos, uno femeni- elementos. Y recordemos el arduo conflic- no y otro masculino. Ahora bien, resulta to (uno de tantos) que con la Iglesia tuvo fácil descubrir la presencia de dos triángu- el sabio Girólamo Cardano —de azarosa los en el logo de Neruda, que se hacen vi- y novelesca vida— por su osado sostener sibles al unir en triángulo las tres letras vo- que la hexagrámica materia prima tenía cales por un lado, y las tres consonantes alma. A punto estuvo de acabar en la ho- por otro. Los dos triángulos forman, en- guera por decir tal herejía. Se dice que el garzados, una perfecta estrella de seis pun- mismísimo Papa tuvo que intervenir para salvarlo. (fig. 15) Por histórica afinidad, en los siglos sucesivos habrá sellos masónicos que en el centro de un hexagrama llevan una es- En el logo nerudiano, ese diálogo está cuadra y un compás, o bien un triángulo y reiterado por la presencia del Pez y del un ojo. Son los más conocidos. Pero hay Yoni. El Yoni —en occidente: Mándor- un diseño de Goethe, masón célebre, que la— es la almendrada estilización de la pareciendo un sello masónico no lo es; o vulva, que obviamente remite al principio talvez sí. Es el círculo cromático con que de femineidad, así como el Pez (= falo) ilustró su Teoría de los Colores —teoría remite al de masculinidad. Más aún: el pez que se consideró insostenible frente a la del logo podría ser Vishnu, divinidad re- de Newton, pero que Goethe defendió presentada a veces como un pez (o salien- como si se tratase de un dogma religioso. do de las fauces de un pez) y encargada de Su ilustración se parece mucho al dibujo que los principios Shivah y Shakti se re- de la shakra del corazón. (fig. 14) nueven y mantengan. Lo que correspon- Aunque Neruda —que sepamos— dería a la fórmula para nacer he nacido, nunca fue miembro de logia masónica al- y a esa suerte de Shivah-Shakti que actúa guna, sí tuvo muchos amigos en la cofra- tas (fig. 14). Es pues, posible ver un como principio original, fundante y día, a comenzar por personajes de su in- hexagrama en el logo nerudiano que, a la desencadenante de la obra nerudiana: «por fancia como Rudecindo Ortega Masson luz del Kundalini, alcanzaría un significa- una parte el bosque, cóncavo y negro, que (hijo de la tía Telésfora y más tarde diri- do equivalente o afín al de la shakra del representa a la tierra, la madre, la hembra; gente de la FECH, abogado, joven dipu- corazón. El pintor chileno Víctor Ramírez y por otro, el mar, el principio activo, mas- tado, ministro durante la presidencia de nos hace notar —desde Barcelona, donde culino» (Loyola). Aguirre Cerda, senador del Partido Radi- vive— que Neruda residenció en la tierra, Quizás Juan Larrea no andaba desca- cal) y Alejandro Serani, compañero de li- frente al mar de su casa en Isla Negra, un minado al afirmar que una de las inclina- ceo en Temuco, que con los años llegó a Hexagrama cuya alma son seis campanas. ciones polares de Neruda fue la India. En ser Gran Maestre. Otros amigos lo eran Ese macrocósmico Hexagrama al aire li- 1919, la misma vía de curiosidad que lle- también, como Acario Cotapos y Julio bre —el campanario del poeta— no nece- vó al quinceañero Neftalí hasta Kundalini Ortiz de Zárate, del grupo de Los Diez de sita otro círculo limítrofe que el del uni- lo hizo topar también, muy probablemen- Pedro Prado y Magallanes Moure. A lo verso (fig. 15). te, con el término Niruddha (¿talvez largo de su existencia Neruda tuvo innu- En el Shivah-Shakti, sistema dual del transcrito Niruda?) que nombra al quinto merables oportunidades de contactar con Kundalini-Yoga, el engarce de los triángu- estado de conciencia, el máximo o supre- masones, de Chile y de otros países, en los simboliza el diálogo entre dos ideas. mo a que puede aspirar el iniciado en la especial con los de España. Muchos fue- El del vértice superior (triángulo de las con- práctica del Yoga. No es temerario supo- ron los militantes de la Unión Republi- sonantes) simboliza la idea fundamental de ner que una casual resonancia de ese tér- cana, el partido de Diego Martínez Ba- la masculinidad. Y el del vértice inferior mino reforzará un año más tarde, en octu- rrio (dos veces presidente de la Repúbli- (triángulo de las vocales), la de la femi- bre de 1920, la elección del apellido que ca y grado 33 de la Masonería), que hu- neidad. Neftalí buscaba para el ya elegido nombre bieron de marchar al destierro para no ser

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asesinados. Franco había creado —«en una unificación e identidad inverosímil», según el periodista Haro Tecglen— el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo. Numerosos republicanos se exiliaron en Chile y en México. Algu- nos, amparados en Francia por la maso- nería de ese país, fueron pasajeros del Winnipeg. Si Darío Carmona hubiera sido quien diseñó el logo de Neruda, él mismo lo ha- bría dicho o lo habría documentado en al- guno de sus escritos. Se sabría. Su nombre no habría faltado en el Canto general mexi- cano de 1950 porque Miguel Prieto, res- ponsable de esa edición, incluyó al cierre un detallado colofón con todos los datos y créditos concernientes. Tras los nombres de Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, que dibujaron las guardas del libro, habría debido registrar, obligadamente, el nom- bre del diseñador del estrepitoso (por lo ostensible) LOGO de la cubierta. ¿Por qué no lo hizo? Hay un solo motivo que lo puede explicar. Miguel Prie- to fue el diagramador y responsable de la gráfica del libro y así lo acreditó destaca- damente el colofón. Para Miguel Prieto el ex libris de la cubierta era sólo un elemen- to de la diagramación y de la gráfica del volumen: su autoría del diseño era por lo tanto obvia y no requería ser puntualizada aparte. Lo que el artista español no imagi- nó (y al parecer tampoco Neruda en ese pecto a Robertson 1999 y Loyola 2006, p. REFERENCIAS: momento) fue que ese fragmento de su tra- 78 y siguientes). bajo iba a alcanzar una vida y una función Pues lo que en cambio nos importa Larrea, Juan. “El Surrealismo entre Viejo y propias, autónomas, independientes del destacar aquí es la figura —hasta ahora Nuevo Mundo”, en Cuadernos Americanos, 5, Méxi- co (septiembre-octubre 1944), pp. 235-256, y en su Canto general mexicano No imaginó que invisible en Chile— del inmenso artista que Del surrealismo a Machupicchu (México, editor Joa- su ex libris original iba a convertirse en elaboró para Neruda no sólo su insignia quín Mortiz, 1967), pp. 15-100. LOGO, vale decir, en el emblema (más personal y poética, su bandera, sino tam- Loyola, Hernán. Neruda / La biografía litera- aún, en la bandera) de un poeta que bién un signo secreto, evocador de su hija ria, vol. I, La formación de un poeta (1904-1932). subconscientemente olvidará (por eso nun- Malva Marina. Rindamos por ello un ho- Santiago, Seix Barral, 2006. ca lo dijo) el nombre de quien lo diseñó. menaje indispensable al tipógrafo, artista Neruda, Pablo. Una casa en la arena. Así como desde mucho antes ya había ol- gráfico y pintor Miguel Prieto, español y Barcelona, Lumen, 1966. vidado (también de modo subconsciente) mexicano, que en este 2007 habría cum- Robertson, Enrique. “Pablo Neruda: el enigma por qué se autobautizó Pablo Neruda, a plido cien años.♦ inaugural”, en América Sin Nombre, número 1, quién o a qué debía su verdadero nombre. Alicante (diciembre 1999), pp. 50-64. En ambos casos no fue por mala fe ni me- Teitelboim, Volodia. Neruda, edición revisada. nos por ingratitud, sino por complejas e Santiago, Sudamericana, 1996. íntimas razones que aquí sería excesivo e inoportuno detallar, aparte que no tenemos espacio para ello (pero remitimos al res-

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En el centenario de Miguel Prieto (España 1907—México 1956)

intor y gráfico español, Miguel letras y las artes, preclaros prohombres Prieto nació en Almodóvar del valencianos. Así, por ejemplo, José Renau P Campo, Ciudad Real, 1907. Estu- fue designado Director General de Bellas dió en la prestigiosa Academia de San Fer- Artes. nando, Madrid. Durante los años ’30 par- La revista El Buque Rojo (Nº 1 del ticipó en el Teatro Guiñol de La Tarumba 03.09.1936) fue la primera publicación de (nombre que le sugirió Neruda) y en la fun- la Aliança Valenciana, siendo sus dación de La Barraca con Federico García responsables Arturo Souto, Miguel Prieto, Lorca. Durante la Guerra Civil Española Rodríguez Luna, Juan Gil-Albert, A. combatió por la República, padeció en un Sánchez Barbudo y Ramón Gaya. Su campo de concentración en Francia y lue- nombre es alusión directa al barco soviético go emigró con su familia a México en Konsomol, símbolo de la solidaridad 1939. «Prieto fue el fundador de la tipo- internacional, destruido por la aviación grafía [mexicana] de la segunda mitad del facciosa. La revista proclamaba: «poner la siglo XX, y a pesar de su muerte prematu- imaginación al servicio de la causa popular ra en 1956, fue el diseñador más impor- no es, para nosotros, otra cosa que ponerla tante de los años ’40 y ’50 en el campo de al servicio de la verdad». Solamente se la prensa cultural» (Cuauhtémoc Medina). editó un número. A partir de enero de 1937 La revista Romance (1940-1941), di- la Alianza pasará a editar Hora de España rigida en México por el poeta Juan Rejano, y Nueva Cultura. fue elaborada gráficamente por Miguel La Aliança contaba con cuatro Prieto. En ella convivieron intelectuales es- Miguel Prieto y la Alianza de secciones: Literatura, Música, Publica- pañoles e hispanoamericanos. «Admirable Intelectuales para la defensa de la ciones y Artes Plásticas. Esta última su labor al frente del Departamento de Edi- Cultura (AIDC) —animada por Miguel Prieto— se ciones del INBA [Instituto Nacional de subdividió en cuatro talleres: taller de Bellas Artes] de 1949 a 1954. En todos los Al comienzo de la Guerra Civil Española, propaganda gráfica, bocetistas, arte popular impresos aparecían incluso letras hechas a en Valencia, las dos grandes organizaciones y taller de agitación y propaganda. mano con extrema minuciosidad, así la de artistas, la Unión de Escritores y Artistas diagramación en todos los detalles de Proletarios (UEAP) y Acció d’Art se unen * * * Diego Rivera. Cincuenta años de su labor creándose la Alianza de Intelectuales artística (1949) o sus impecables faenas para la Defensa de la Cultura (AIDC). Recuerdo de Miguel Prieto en México en el Arte, revista de la Univer- También se suma al proyecto un grupo de FERNANDO BENÍTEZ sidad de México.» (Jorge de la Luz). escritores independientes, entre los que escritor mexicano, 1912-2000 Neruda y Prieto se conocieron y enta- destaca Juan Gil-Albert. blaron amistad en Madrid, 1934. Muy pro- Fue el medio de que se valió el Miguel Prieto fue uno de los exiliados re- bablemente Miguel diseñó la tarjeta (pez in- Gobierno del Frente Popular para publicanos españoles que enriquecieron la cluido) con que Pablo anunció en agosto de sensibilizar la conciencia popular y urgirla cultura de nuestro país. Lo recuerdo con ese año el nacimiento de su hija Malva a actuar en pro de la república. En los emoción. Era un joven muy apuesto, de Marina. Y tuvo a su cargo la diagramación salones del Palacio de la calle Trinquete pequeña estatura, vivaz y de gran simpa- de la primera edición de Canto general de Caballeros, número 9, se daban cita los tía; un pintor nada desdeñable pero sobre (México, 1950). Fue, por lo tanto, el componentes de la Alianza. De aquel todo un diseñador genial desde los prime- diseñador del LOGO nerudiano que en ese reducto salieron para ocupar cargos ros años de su estancia en México. Él di- volumen apareció impreso por primera vez. importantes en el mundo de la política, las señó el formato de la inolvidable revista

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Vaya este breve apunte como un pós- Una “Calavera” Anónima tumo y tardío homenaje a la memoria de Miguel Prieto, iniciador del moderno di- El suplemento México en la Cultura del seño gráfico mexicano, ahora que nume- diario Novedades solía publicar en los años rosos ejemplos de su obra tipográfica se ’40 y ’50 del siglo XX unos pseudo- resumen en un libro. epitafios o ‘versainas’ fúnebres en la más pura tradición mexicana de la familiaridad * * * satírica o ‘carnavalesca’ con la Muerte Miguel Prieto (cuya máxima expresión fueron las célebres “calaveras” de Posada). PABLO NERUDA En su edición del 30.10.1949 el suplemento públicó la siguiente Calavera Prieto, pequeño árbol de ojos azules, nutre Anónima dedicada a su propio diagrama- sus raíces en el terreno pedregoso y dor, Miguel Prieto, y en la que se alude a polvoriento de la soledad castellana, y de la mítica bailarina Tongolele, célebre pronto es todo ramos y flor, primavera entonces como Shakira hoy: incandescente y petulante, por entre los azules pasa el crepúsculo frío, el fuego de Si, como suele decirse, las aldeas, los solitarios costados del mar. según populares normas, Joven pintor acendrado y devorador, árbol Miguel ya no se las huele, de mucha miel, hay en su ser la armonía y murió viendo a Tongolele, la furia: las dos sales del mundo. por su respeto a las formas.♦

— en El Nacional, México D.F., 19.10.1941, y Fuente:Marc Hanrez (ed.), Los escritores y la guerra en OC, IV, 2001, p. 474 de España, Barcelona. Libros de Monte Avila, 1977. Romance, el Canto general de Pablo Neruda, hoy convertido en una joya biblio- gráfica muy difícil de obtener, las edicio- nes del primer Instituto Nacional de Be- llas Artes y también hizo hermosos dibu- jos para La Celestina. Cuando se me dio la oportunidad de hacer el suplemento México en la Cultura del diario Novedades, el primer as que sa- qué de mi manga fue Miguel Prieto. Su for- mato estaba de tal manera fuera de los cá- nones que la imprenta del diario debió adap- tarse con dificultad a su diseño. Ya desde el primer número llamó la atención de un vas- to público. Se trataba de un formato de gran elegancia, ligeramente barroco. Miguel se movía en los talleres como un pez en el agua. Lo veo inclinado sobre las mesas de plomo, corrigiendo las cabe- zas, las ilustraciones y textos. Muchas ve- ces él sugería los temas y cada número, durante más de cinco años, causaba un efecto estético apreciado de los lectores. Por desgracia enfermó de un cáncer generalizado. Su agonía fue lenta y dolo- rosa, y nunca a pesar de las evidencias se Miguel Prieto manejando una de las marionetas del guiñol creyó afectado de cáncer. revolucionario La Tarumba.

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del ‘deber’ profético y otros. La alteración Estravagario: o desaparición de tales motivos elabora, en la posmodernidad nerudiana en clave su conjunto, la cosmovisión carnavalesca en el libro de 1958. Transfiguración que carnavalesca busca el detenimiento de un oscilar entre el tiempo circular de la realidad natural y el tiempo histórico de la realidad social, es SARA REINOSO CANELO decir, la verbalización del desaprendizaje. Universidad de Chile Términos como silencio e inacción resultan centrales para comprender el trán- sito de la modernidad a la posmodernidad ntento aquí plantear las bases de una Estravagario adquiere, aparte los matices nerudianas en Estravagario vale decir, su lectura carnavalesca de las particula- ideológicos propios de la experiencia de cosmovisión carnavalesca. Pero, a diferen- I ridades posmodernas en Estravagario posmodernidad, la tonalidad del género cia de la dualidad sonido/silencio de la (Buenos Aires, Losada, 1958) de Neruda. carnavalesco y la cosmovisión implícita poesía anterior, la noción de acción sigue Tal lectura implica, por un lado, la com- en dicho género (ver principalmente Bajtín, prensión del complejo diálogo entre la mo- 1987), donde el carnaval y su cosmovisión dernidad y la posmodernidad nerudianas representan el principio material y corpo- en la obra citada y, por otro, la captación ral de la experiencia humana. Ello supone de un sistema de imágenes que cristalizan postular la semejanza entre Rabelais y un cambio de época y al mismo tiempo una Neruda como traductores literarios de un modificación en la direccionalidad poéti- profundo cambio de época, hipótesis que ca del autor. Considerando el despliegue por razones de espacio no podré desarro- llar cabalmente en esta ocasión. La natu- raleza material que nutre las imágenes nerudianas y la cosmovisión grotesco-rea- lista que Bajtín mismo asignó explícita- mente a la obra del poeta chileno (de quien escribió: «continúa la tradición del realis- mo grotesco y de la cultura popular, refle- jando a veces la influencia directa de las formas carnavalescas»: 1987, p. 47), ad- presente en Estravagario como ausencia, quieren en Estravagario una radicalidad como inacción. Para el yo enunciador de que sólo podría haberse producido en el las Residencias la acción era un ‘deber’ contexto de la posmodernidad. ínsito en su poesía. En Estravagario la con- El intento modernista de unir en la trapartida o inversión del ‘deber’ es la in- escritura la poesía como sueño (como “fu- acción, o sea la inmersión en el lenguaje nesto alegórico”) y la poesía como acción, poético como catalizador de un nuevo sa- en el presente de Estravagario desaparece ber sobre el mundo, saber que —como dijo ‘narrativo’ de la obra de Neruda, Estra- voluntariamente provocando la tendencia Lorca sobre Neruda— se sustenta en la vagario sería el gozne que une dialógica- del hablante hacia el “sueño” poético para pasión, la ternura y la honestidad. Estrava- mente y refracta la traducción de dos mun- interrogarlo precisamente en cuanto por- gario inaugura una poética de la muerte dos: el alto de la modernidad y el bajo de tador del mundo material y cultural. En en el sentido carnavalesco del término, la posmodernidad. Neruda ciudadano y Estravagario el poeta alquimista desapa- conjugando modernidad y posmodernidad poeta transita por ambos, problemati- rece para emerger en su lugar el poeta ‘pro- como discursos de una ‘narrativa’ históri- zándolos, en la progresión histórica que su fundamente’ bufón que cambia, gustoso, la ca que la literatura discute, subvierte, poesía representa. En Estravagario tal pro- profecía por la visión carnavalesca. ironiza y parodia. Más aún, el texto discu- gresión encuentra la suspensión necesaria La imagen carnavalesca en Estrava- te, subvierte, ironiza y parodia aquella poé- para el despliegue de una reformulación y gario se vincula y dialoga con los motivos tica moderna de Neruda que había sido ali- de un complejo desaprendizaje de los su- implícitos en las Residencias y en Canto mentada por el metarrelato histórico (que puestos o dispositivos ‘modernistas’ de su general, como la muerte, el tiempo, el diría Lyotard), elaborando un punto de fuga poesía anterior. amor, la identidad, el sonido, la acción, el hacia lo más honesto de su poesía, hacia Esta suspensión que advierto en silencio, la inacción, el nombre, el motivo su fundamento último: la relación con la

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materia con la dimensión grotesco-realis- ta del mundo. Así, Estravagario sería el ars poetica de un Neruda en íntima y amar- ga confrontación con la muerte (intuida, prevista) de la Utopía modernista, pero al mismo tiempo en reencuentro con la vida del amor posible (Matilde Urrutia).

Este ars poetica carnavalesco de 1958 aborda tres ámbitos: el del hablante como conciencia ideológica de características posmodernas, que se mira desde un abajo proyectándose en un tránsito narrativo utó- pico anterior: el de las imágenes carnava- lescas del mundo natural representado y el

del lenguaje poético alimentado y sario «darse un baño de tumba / y desde la términos de posibilidad y no de imperati- reformulado que se convierte, por adquirir tierra cerrada / mirar hacia arriba el orgu- vo, dado que el ironista jamás sentencia calidad de cosmovisión carnavalesca, en llo. / Entonces se aprende a medir. / Se cosa alguna. Es desde tal circunstancia que un saber profundo del mundo. Este ámbi- aprende a hablar, se aprende a ser.» (“No el hablante dará inicio a su retiro, que es to del lenguaje poético de Estravagario tan alto”). Instalada así la lógica original también su viaje, hacia la región impreci- permite la continuidad de la unión no pro- del mundo al revés, es decir, la contradic- sa y altamente compleja de la nueva medi- blemática entre el ciudadano Neruda y el ción y la permutación, los coronamientos ción del mundo mediante un lenguaje poé- poeta. Vale decir, permite al personaje/au- y derrocamientos bufonescos (Bajtín, 16) tico por explorar. tor solucionar la aporía clásica: «Este ser se abre el territorio problemático del len- La acción, que fue una medida cen- y no ser fecundo / que me dio la naturale- guaje poético del Neruda posmoderno. tral para el poeta moderno, se desplaza za» (“Testamento de otoño”). La palabra ahora es enfáticamente subversivamente hacia las virtudes de la Tal poesía dialógica pareciera entre- ambivalente y es el requisito formal del inacción (inacción de la palabra). Caído gar la noción de una nueva armonía caren- carnaval de Estravagario. En el poema re- desde la modernidad utópica a la cual as- te de utopía moderna. Pero en la profundi- cién citado la ironía manifiesta explícita- cendió en el pasado, este hablante pide si- dad del texto hay siempre la búsqueda de mente sus dos direcciones: la poética del lencio, llama a callar, exponiendo tangen- la realidad histórica y las bases más evi- pasado, orientación de supuestos equívo- cialmente el cansancio provocado por la dentes de una epistemología sobre esa rea- cos —al estar determinada por una poesía energía histórica y advirtiendo en lo natu- lidad. En este sentido, encontramos a un que incluía la acción, es decir, lo histórico, ral una entidad que reconoce y que cree hablante que debe suicidarse desde la pla- lo cultural—, y la posibilidad de otra me- central para redirigir el abordaje poético. taforma de lo cultural e intentar capturar, dida de tiempo, de espacio y de hombre, A partir del silencio es posible ese otro len- mediante la muerte, la renovación de su esto es, de realidad. Nótese que la segunda guaje, esa otra escritura que mientras más pasada dimensión de realidad: le es nece- direccionalidad sólo puede entenderse en se aleja del discurso que mira a la moder-

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nidad, cuestionándolo, más se aproxima al desarraigo de las costumbres sociales y al ámbito álgido de un puro presente mismo tiempo la instalación de la libertad carnavalesco. La inacción, que tiene como del individuo. La visión del loco desman- finalidad el desaprendizaje (de una óptica tela la seriedad y el miedo respecto al y de un lenguaje precedentes) y que lleva mundo cultural en crisis. a la cosmovisión carnavalesca, también El poeta, que ya se mira a sí mismo complejiza el ser del hablante en un como lo inverso (que es una forma de con- ambivalente no ser: «Quiero no saber ni tener aquello que se invierte) de lo serio soñar. / Quién puede enseñarme a no ser, / cultural, ironiza al mismo tiempo sobre las a vivir sin seguir viviendo?» (“Estación características del individuo moderno ce- inmóvil”). El que sabe y sueña lo hace en rrado y concluso, seguro de sí mismo: la medida de su aprendizaje histórico y lo «Cómo puedo rehabilitarme? / Todos los buscado es la radical distancia con tal libros que leo / celebran héroes refulgentes aprendizaje. / siempre seguros de sí mismos: / me mue- La no-acción está lejos de poseer co- ro de envidia por ellos, / y en los filmes de rrespondencia con la muerte, antes bien, vientos y balas / me quedo envidiando al es la acción de lo no cultural, de lo natural tiempo que no puede ser definida ya por jinete, / me quedo admirando al caballo” los días, medida cultural, sino por las esta- ciones, medida natural del ser, en donde «nada se gasta ni se muere» porque tal acontecer es transformación, es decir, re- surrección, en donde el no ser es siempre posibilidad y potencia de existencia. El poeta que ha ingresado a otro len- guaje carente de la forma solemne, alta, sublime, expresamente escapa del monó- tono. El nuevo sonido a veces sarcástico y en general irónico es matizado, alimenta- do por la dulzura, noción-acción que une a la poesía con la realidad de la experien- cia humana y provoca la risa ambivalente llena de significado. El posmoderno poe- ta, cansado y a veces perplejo, aparece ironizando la crisis de un sistema dentro inferior donde el tiempo y la muerte como del cual se mira a sí mismo y donde ese sí (“Muchos somos”). Pero al mismo tiempo conceptualizaciones históricas no existen. mismo refracta la crisis. En poemas como se disfraza de aquel ciudadano profundo, El poeta que pregunta a lo cultural y no “Sobre mi mala educación”, “Estación in- «patriota de ferreterías», que también es. tiene respuesta («Cuánto vive el hombre, móvil” o “Muchos somos”, emerge el dis- Éste es uno de los momentos intensamen- por fin?») acude a la inmovilidad para ac- positivo irónico, como mecanismo central te carnavalescos de Estravagario en cuan- ceder a los signos de la materia, para ser en la elaboración y constitución del mun- to superación de su (moderna) autobiogra- también cualidad de esa materia: «Inmó- do al revés: «Cuando todo está preparado/ fía sublime. El capitán es ahora tripulación vil, con secreta vida / como una ciudad para mostrarme inteligente / el tonto que alzada, el oráculo es sólo pregunta, el al- subterránea / para que resbalen los días / llevo escondido / se toma la palabra en mi quimista es ahora bufón. Este momento de como gotas inabarcables: / nada se gasta boca» (“Muchos somos”). En el ámbito del intensa reflexión no deja de ser festivo y no ni se muere / hasta nuestra resurrección, / carnaval la figura-forma del tonto (o del alcanza magnitud de seriedad total, porque hasta regresar con los pasos / de la prima- loco) sugiere precisamente lo contrario de la visión de la inversión es de suyo una vera enterrada, / de lo que yacía perdido, / la medida cultural. Todo Estravagario es amplificación de la conciencia del poeta. inacabablemente inmóvil / y que ahora el discurso enloquecido del hablante y en La órbita más profunda en que opera sube desde no ser / a ser una rama florida» esa perspectiva se crea el mundo, que como el desaprendizaje es la memoria del sujeto (“Estación inmóvil”). Lo inferior, esa «ciu- mundo carnavalesco, implica la subversión enunciador. Alterando su saber del mundo dad subterránea», sube en este punto a la de su equivalente monológico. Esta carac- y en consecuencia su saber de sí, el poeta superficie, otorgando una concepción del terística del poeta-enunciador sugiere el intenta una diversa disposición de la me-

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moria que privilegia el tiempo circular de De ahí que en Estravagario el poeta es absurda y no es ambivalente, la unidad la realidad material y que con ello deviene ya no solamente está en el mundo: ahora del Yo cultural debe ser dejada como un memoria dialógica, incluyente y abarca- el mundo también está en él: «Yo estuve traje: así, el Yo deja de serlo para devenir dora de la realidad de la experiencia hu- sentado y el tren / andaba dentro de mi geografía integradora. mana. El discurso del sujeto posmoderno cuerpo / aniquilando mis fronteras, / de Luego del sueño de integración total de Estravagario, al contener su pasado en pronto era el tren de la infancia, / el humo a lo natural, el poeta da cuenta de un re- cuanto memoria-aprendizaje, da cuenta del de la madrugada, / el verano alegre y amar- greso al mundo. Ya trae un saber integra- derrumbe de ese gran relato moderno: «Ya go» (“Sueños de trenes”). Aunque también dor de dos lenguajes, el cultural alimen- está de cuanto amé / mi pequeño universo, / acontece ahora que el poeta se reencuentre tado por el natural: un saber resultante el sistema estrellado de las olas, / el desor- separado, solo en la orilla del mundo, ori- de una honesta experiencia de amor con den abrupto de las piedras. / Lejos, una ciu- lla que es su propio lenguaje: «He vuelto y el mundo: «Amo todas las cosas, / y entre dad con sus harapos, / llamándome, pobre todavía el mar / me dirige extrañas espu- todos los fuegos / sólo el amor no gasta, / sirena, / para que nunca, no, se desamore / mas, / no se acostumbra con mis ojos, / la por eso voy de vida en vida, / de guitarra mi corazón de sus duros deberes, / y yo con arena no me reconoce. / … / Por eso tengo en guitarra, / y no le tengo miedo / a la cielo y lira / en la luz de lo que amo, / inmó- que aprender / a nadar dentro de mis sue- luz ni a la sombra, / y porque casi soy de vil, indeciso, / levantando la copa de mi can- ños, / no vaya a venir el mar / a verme cuan- tierra pura / tengo cucharas para el infini- to.» (“Pacaypallá”). do esté dormido! / Si así sucede estará bien to» (“Aquí vivimos”).

Pero tal derrumbe abre también el ac- / y cuando despierte mañana, / las piedras Lo anterior se complementa con la ceso a una nueva mirada que —más certe- mojadas, la arena / y el gran movimiento categoría de dulzura que el poeta preci- ra— define los cimientos, las posibilida- sonoro / sabrán quién soy y por qué vuel- sa traducir a su lenguaje poético. Es un des, las impotencias; es decir, el acceso a vo, / me aceptarán en su instituto.» (“Des- re-conocimiento de calidad carnavales- otra representación del mundo. Así, en una conocidos en la orilla”). ca que aminora el miedo y subvierte la suerte de retiro hacia costumbres de loco La unión entre lo cultural del poeta y seriedad de la relación hostil con el bañado en muerte, el sujeto proyecta su lo natural del mundo sólo puede ocurrir, mundo revelando al mismo tiempo el nueva cosmovisión carnavalesca que sub- entonces, en el ámbito del sueño (que en contacto primigenio, el saber amable de vierte las categorías ordenadoras del mun- Estravagario es el sueño de su lenguaje las cosas: «Por qué esas materias tan do, propias de su discurso poético anterior, poético carnavalesco: “Sueño de gatos”, duras? / Por qué para escribir las cosas / como el tiempo progresivo, la preeminen- “Sueños de trenes”). Desde allí el poeta y los hombres de cada día / se visten los cia de lo alto sobre lo bajo (aristocratismo) experimenta la correspondencia excepcio- versos de oro, / con antigua piedra es- en la autorrepresentación, la acción como nal entre él y lo natural. Pero en tal sueño, pantosa? / … / Sin nosotros o con noso- vida y la inacción como muerte, la identi- en tal correspondencia, el saber anterior tros / lo dulce seguirá viviendo / y es in- dad y la conciencia como un sistema co- debe disolverse: el “Yo Soy” moderno de finitamente vivo, / eternamente redivivo, herente y unitario, la correspondencia del Canto general debe diluirse en el / porque en plena boca del hombre / para individuo con lo histórico más que con lo posmoderno “Muchos somos” de cantar o para comer / está situada la dul- natural, etcétera. Estravagario. La identidad en lo natural zura» (“Dulce siempre”).

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He intentado aquí un mínimo abor- daje a Estravagario en cuanto complejo problema discursivo que emerge de la ac- Sublimación, virtualidad del sonido titud dialógica del poeta (sujeto enuncia- y voz poemática en Canto general (l950) dor) con su propia palabra. La conciencia organizadora de Estravagario devela, en de Pablo Neruda la no coincidencia consigo misma (metaficción), un ánimo de destronamiento DOMINIQUE CASIMIRO carnavalesco cuyos indicios o signos he Université de la Sorbonne Nouvelle (Paris III) podido sólo insinuar aquí. Porque com- prender a Neruda en este inicio de su fase l oído no sirve sólo para nombrar los muertos de Macchu Picchu no sólo han posmoderna exige, obviamente, afrontar su Eruidos o las cosas habitualmente desaparecido: han vivido sólo para morir. compleja ruptura con la modernidad que sonoras: designa con permanencia el Así el hablante puede abordar, después de hasta entonces había encarnado. Y afron- sonido que es el fundamento de la “Alturas de Macchu Picchu”, las víctimas tar a la vez la imprevista aparición de una cosmogonía nerudiana y sobre todo la de las masacres de l946, los muertos poesía que se lee a sí misma, que efectúa fuente de todo escrito poético. El poema desconocidos y los muertos conocidos un cambio certero para lograr una modu- es un dar nacimiento a formas vivas, como Miguel Hernández (“A Miguel lación nueva, radicalmente diversa, y sin significantes, sonoras. Sonidos y sentidos, Hernández asesinado en los presidios de embargo también proveniente —como la significante y significado van de par en este España”, quinto poema del Canto XII “Los moderna modulación precedente— de una trabajo poético. En definitiva el sonido ek- ríos del canto”). Así también el Canto V, voluntad histórica y colectiva. Estrava- siste a través de ese movimiento por el cual “La arena traicionada”, irrumpe con un gario es el resultado de la lectura que el sale lo que el silencio tiene de más profun- poema que desaprueba el olvido y exalta poeta Neruda hizo del derrumbe vivido do en sí, para abrirse al mundo y darle la apertura de los labios: por el ciudadano Neruda en su proyecto sentido. El sonido entra en comunicación, mítico personal, en su relación con el simpática o antipática, con los seres y las Tal vez, pero mi plato es otro, mi alimento mundo y con la historia, a partir de 1956. cosas que lo hacen único y plural a la vez. es distinto: Lectura que nos permite comprender, des- mis ojos no vinieron para morder olvido: de abajo, la crisis de la poética nerudiana mis labios se abren sobre todo el tiempo, y y su evolución (desde la escritura ante- todo el tiempo, rior a la que seguirá). No existe otra obra no sólo una parte del tiempo ha gastado de Neruda que, a través de una negación mis manos.2 aparente, abra tal acceso a una compren- sión —afirmativa e integradora— de su El hablante intenta vaciarse de sí para ‘narrativa’ total.♦ incorporar al Otro, anónimo y silencioso, en una hermandad de palabras, en una voz humana y un canto de amor cuyo objeto amado es la patria, América, los pueblos, BIBLIOGRAFÍA las gentes, los individuos. El hablante Bajtín, Mijaíl. La cultura popular en la Edad lírico no cesa de reafirmar su vocación Media y en el Renacimiento. El contexto de François poética, su voluntad de canto. La empresa Rabelais. Alianza Universidad, Madrid, 1987, 429 pp. Cuando el sujeto lírico llega al Canto poética es profundamente política (en el Jameson, Fredric. Postmodernism / Or, The general, el sonido pretende englobar todo sentido más fuerte y más noble del Cultural Logic of Late Capitalism. Durham, Duke lo que existe en su desorden y en su término) y humanista en su esencia. Por University Press, 1991, 430 pp. heterogeneidad caótica, sin marco. Loyola, Hernán. “Neruda moderno / Neruda entonces y hacia adelante, el hablante Desprovisto de toda mistificación, no se posmoderno”, en revista América Sin Nombre n° 1, nerudiano se encuentra comprometido con Alicante (1999), pp. 21-32. define a partir de lo que es, sino a partir de las luchas cotidianas contra el silencio y Loyola, Hernán. Neruda. La Biografía lo que no es, o sea, a partir del silencio y descubre, en su combate, otras virtua- Literaria, vol. I. Santiago, Planeta - Seix Barral, 2006, de lo que se encuentra fuera del sujeto lidades lingüísticas que van a alimentar y 565 pp. lírico. renovar su poesía, a modificar las Neruda, Pablo. Estravagario [1958] en Obras La “hora de los silencios que no tienen estructuras de los textos, los ritmos de las Completas, edición de Hernán Loyola, vol. II palabras” 1 acaba de sonar. El Canto II toca palabras, los registros y las entonaciones (Barcelona, Galaxia Gutenberg, 1999), pp. 623-740. un límite infranqueable y lo desborda. Los de voz.

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Cuando el sujeto poético, eje predilecto de la armadura poética, conduzca al canto octavo, el discurso mezclará entonces varios lenguajes y distintos registros, del mismo modo que prestará a sus locutores intratextuales facultades de escucha y de expresión tan ricas y múltiples como las suyas. Frente a un mundo humana y materialmente plural, también el Sonido optará por la multi- plicidad a través de la voz de los Otros. Así lo afirma el locutor de Canto general en “Dicho en Pacaembú (Brasil, 1945)”, versos 65-73:

Yo quisiera contarte Brasil, muchas cosas calladas, llevadas estos años entre la piel y el alma, sangre, dolores, triunfos, lo que deben decirse los poetas y el pueblo: será otra vez , un día.

Hoy pido un gran silencio de volcanes y ríos.

Un gran silencio pido de tierras y varones.

Pido silencio a América de la nieve a la pampa.

Silencio: La Palabra al Capitán del Pueblo.

Silencio: Que el Brasil hablará por su boca.3

A este nivel de su evolución sonora, la voz poética se prepara a la gran coralidad cantados con las mismas palabras del «Si no he muerto, es para decirles que será el canto VIII, “La tierra se llama pueblo, por medio de la voz del «poeta camaradas…» Juan”, una vez que el sonido habrá intermediario». Lo que dicen los Después de la catástrofe de Sewell, germinado desde la tierra: protagonistas de este canto, tras los dos todos se encuentran enterrados, incluso la primeros poemas que ratifican o palabra. Abandonados, ellos comienzan su Los hondos pueblos de la arcilla, prefiguran la esperanza revolucionaria, es viaje al infierno, ese mismo viaje que los telares sacrificados, el silencio en el que han siempre vivido, experimentaría, algunos versos más las húmedas casas de arena esa herida infligida por la alienación o la adelante, el sujeto residenciario, él también dicen en silencio: “Túpac” humillación. Y, como por magia, la en la tierra. y Túpac es una semilla palabra toma el relevo ya que el cuerpo Sin embargo, y felizmente, se trata de dicen en silencio: “Túpac” se inmoviliza, muere. El sujeto poético, una palabra antes enterrada, pero en y Túpac se guarda en el surco, este sujeto «intermediario», está previsto adelante encontrada, tomada y transferida. dicen en silencio: “Túpac” para dar una palabra, un sonido a estos “La tierra se llama Juan”, no lo olvidemos. y Túpac germina en la tierra.4 silencios. El susurro de la palabra y la Lo que circula es la palabra de la cual los palabra como testigo quedan como los hablantes, comprendido el poeta, son los En un estudio5 consagrado a la únicos medios a los que Benilda Varela, relevos. Lo que se sugiere, lo que surge y enunciación en el octavo canto, “La tierra entre tantos otros, podría esperar germina del silencio es un auténtico y se llama Juan”, Hervé Le Corre ha sabido aferrarse. La necesidad de la palabra se original «tejido de voz» (Hervé Le Corre). demostrar perfectamente el carácter mixto hace entonces urgencia, como lo subraya Las voces de los hablantes están extraor- de esas voces antes mudas, en estos trozos esta temporalidad del verbo en presente: dinariamente incrustadas, superpuestas,

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mezcladas. Aunque el misterio planea a Pacífico… pústulas… lágrimas». Una vez ha puesto en situación de hablar. El silencio veces, como cuando nos interrogamos más estas palabras que llevan un acento es, por lo tanto, un momento de su tránsito. sobre la identidad del hablante de los gráfico se nos presentan como notas Esta palabra transitiva, anclada en la paréntesis en “Olegario Sepúlveda musicales. Una música subliminal que canta experiencia humana, se dirige hacia el (Zapatero, Talcahuano)”, del mismo canto y cuenta la aventura ontológica del hablante, Otro. A través de ella el sujeto inventa VIII: prisionero de un silencio centrípeto —ahí— —más que designa— un lugar, una nueva que se abre aquí hacia el Otro. residencia, la tierra, colocada bajo el (Oh! dolores del filo abierto Esta vez es el hablante Olegario quien régimen utópico de una nominación por de la miseria, lepra del mundo, subliminalmente se retira a un segundo venir, futura, pero ya presente en la palabra arrabal de muertos, gangrena plano para que lleguen a la superficie del poética. Y si ha sucedido que esta palabra acusadora y venenosa! texto los sonidos y las palabras idas. se aliena —pensemos en las Residencias— ( …) Intercambio de buenas maneras: poseído su ambición es precisamente la desalie- ya no quedan más lágrimas ni odio?) 6 de una misión mesiánica y de solemne nación a través del trabajo poético, en la gravedad, el hablante nerudiano escucha fluencia de la palabra de los Otros. Aunque si ninguna palabra parece generalmente a ese Otro: asignable a una entidad enunciadora, esta (…) pieza encubre virtuosismo y virtualidad No puedo apartar mi voz de cuanto sufre pero mi canto fue buscando hilos del bosque, sonoros. En varios textos de este canto VIII (…) secretas fibras, ceras delicadas, tiende a imponerse una enunciación plural, todos los fértiles fermentos y fue cortando ramas, perfumando una enunciación que incluiría el sujeto de las vidas y de los bosques la soledad con labios de madera. lírico en un conjunto más vasto. Sin me esperan con su teoría embargo, contrariamente a lo que se podría de inagotables humedades Amé cada materia, cada gota pensar, “Olegario Sepúlveda (Zapatero, pero no puedo, no puedo de púrpura o metal, agua y espiga Talcahuano)” presenta al interior mismo de sino arrancar tu silencio y entré en espesas capas resguardadas su cuerpo una comunicación perfecta entre una vez más la voz del pueblo, por espacio y arena temblorosa, palabras de Olegario y palabras del sujeto elevarla como la pluma hasta cantar con boca destruida, nerudiano. Aquí, la voz poemática, la voz más fulgurante de la selva, como un muerto, en las uvas de la tierra.8 del poema es resultado de las locuciones dejarla a mi lado y amarla del hablante nerudiano virtualmente hasta que cante por mis labios.7 En fin de cuentas, el sujeto lírico confundidas con las del zapatero. acaba de dibujar las curvas y volutas del A mi entender, el sujeto lírico delata Al dar expresión a estas voces del otro perfíl del lenguaje. Agregándose al su inclinación por las sonoridades pueblo, el sujeto lírico revela un coro, una discurso, este lenguaje ya no está sola- marcadas por el acento gráfico. Ahora bien, sonoridad heterofónica, hija del silencio. mente destinado a la comunicación. Es un si adoptamos este código de lectura La sonoridad y sus manifestaciones siguen lugar de creación verbal constante. Es adivinamos una continuidad, una fusión y sus mutaciones, para convertirse en canto precisamente el carácter silencioso y una porosidad de la palabra poética. Y global, suplicio escrito y cantado que latente de este lenguaje, primitivo en su entonces muy otro poema es el que leemos: orquesta la totalidad de esta sinfonía en la flexibilidad y simple en sus operaciones, Olegario Sepúlveda ha sido víctima de la que los solos se producen de manera lo que lo torna fulgurante.♦ presencia asfixiante de la tierra: «la boca coherente y con precisa oportunidad. El se me llenó de tierra», v. 7; «una montaña cuerpo mismo aparece trabajado por el de polvo / enterró las palabras», vv. 13-14. poder metafórico del lenguaje. El NOTAS Lo que estaba enterrado eran el cuerpo y oxímoron final del texto citado más arriba 1 El hondero entusiasta, poema 8. la palabra de Olegario. Sin embargo, sólo («tus raíces / cantan bajo la tierra y en 2 Canto general, V, pórtico. la palabra del zapatero inscribirá en el silencio») nos demuestra que todo es sólo 3 Canto general, IV, xli. espacio del poema la huella del hablante cuestión de sublimación. La palabra 4 Canto general, IV, xviii. 5 Hervé Le Corre, “La tierra se llama Juan: vers une nerudiano. Englobada por “Sepúlveda”, enterrada resurge y mide su valor en la onza poétique de l’énonciation”, en Revue des Langues toda la historia de la voz poética aparece del silencio. Silencio, agente revelador. Néo-Latines, mars 2001, pp. 19-36. resumida aquí, subliminalmente. Una Nos encaminamos hacia una pluralidad 6 Canto general, VIII, iv. oposición deíctica (ahí / aquí) reaviva la convergente de voces y hacia una comunidad 7 Canto general, IV, xl. trayectoria poética: «Allí grité… la boca se co-hablante: «vamos a hablar nosotros». 8 Canto general, XV, xv. me llenó… grité más… me dormí… La voz poética ya no se presenta sólo enterró»; «Aquí… único… sombrío como origen de la palabra: el silencio la — traducción del francés : Elena Ballerino

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calles eran grandes ríos de barro. Las carretas Temuco 1908: se empantanaban. Por las veredas, pisando en una piedra y en otra, con frío y lluvia, una ciudad... un niño... un incendio... andábamos hacia el colegio. Los paraguas se los llevaba el viento. [...] Luego venían las inundaciones que se llevaban las poblaciones EDMUNDO OLIVARES donde vivía la gente más pobre, junto al río. Fundación Pablo Neruda También la tierra se sacudía, temblores. Otras veces en la cordillera asomaba un penacho de luz terrible: el volcán Llaima despertaba. Pero lo peor eran los incendios. En el año 1906 o 1907, no recuerdo bien, fue el gran incendio de Temuco. Las casas ardían como cajitas de fósforos. Se quemaron veintidós manzanas. No quedó nada, pero si los sureños saben hacer algo de prisa, son las casas. No las hacen bien, pero las hacen. Cada sureño tiene tres o cuatro incendios totales en su vida. Tal vez el recuerdo más remoto de mi propia persona es verme sentado sobre unas mantas frente a nuestra casa que ardía por segunda o tercera vez.

Casas de madera, cocinas a leña, ilu- minación a vela, braseros indispensables (más de uno en cada casa): el origen para los incendios no faltaba. Pero la mayoría eran incendios localizados, que afectaban a una o dos familias. Sin embargo, el que menciona Neruda ha de ser sin duda el Gran Incendio de Temuco de 1908, cuando contaba con ape- nas cuatro años de edad. a imagen que tenemos del niño Neftalí vencia de libros, revistas, papeles y documen- LRicardo –entre los dos y los diez años– tos. Álbumes fotográficos incluidos. Una crónica de la época es más bien difusa y fragmentaria, apenas Ocurría lo que ocurría en esos terri- delineada por unos breves testimonios re- torios. Sobre este gran incendio (que se inició el cogidos de parientes y amigos y por una Repetidos incendios. Frecuentes tem- 18 de enero de 1908 al mediodía y que duró sola fotografía –la de Temuco, a los 2 años– porales. Desastrosas inundaciones. A lo hasta la medianoche) quedan un importante bastante conocida y frecuentemente inclui- cual habría que añadir ocasionales trasla- artículo y diez fotografías que la revista da en diarios y revistas. dos de domicilio. Larga podría ser la enu- Zig-Zag de Santiago publicó en su edición Del archivo de Lola Falcón proviene meración de las muchas peripecias y cir- del 26 de enero. una reproducción hecha por ella misma de cunstancias que iban deteriorando o des- Este reportaje, sin firma, huye de los la fotografía original que, a la usanza de la truyendo la documentación de las familias sensacionalismos habituales en aquella época, estaba adherida a una cartulina que del Temuco de aquellos años. época para tratar grandes catástrofes, y pre- llevaba el nombre del estudio fotográfico En 1954 –en el marco de las activida- senta los hechos de manera precisa, con el de Temuco que la realizó. des con que se festejan sus 50 años– la pri- agregado de algunos oportunos y breves Sin embargo se conjetura –es posible– mera conferencia en la Universidad de comentarios. He aquí el texto (con orto- 1 la existencia de algunas fotos familiares de Chile trae un relato sobre sus días infanti- grafía actualizada): los Reyes-Candia, entre las cuales pudiera les donde leemos: aparecer, uno entre muchos, el futuro poeta. Incendio de Temuco Debe recordarse, no obstante, que en el A veces, en la mañana, la casa del frente Temuco de comienzos del 1900 todo parecía se despertaba sin techo. El viento se lo había La floreciente ciudad de Temuco, de la cual conspirar contra la conservación y supervi- llevado a doscientos metros de distancia. Las hace algún tiempo dimos una serie de vistas

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pánico, pues se llegó a creer que en la imposibilidad de poderse comunicar con el norte, de acá no podrían enviársele socorros. Aprovechando la situación angustiosa en que quedó tanta gente sin hogar, algunos comerciantes poco escrupulosos comenzaron a explotar el hambre, pidiendo el doble por los artículos de primera necesidad. En esta emergencia el gobierno impartió instrucciones a los ferrocarriles para movilizar trenes de norte a sur, especiales para los damnificados por el fuego. En medio de las ruinas se han visto escenas dolorosas. Mujeres pobres llorando al lado de sus pobres viviendas reducidas a cenizas. Según cálculo aproximado se han quemado 25 a 30 manzanas, en su tercera parte las más importantes de la ciudad, que con este desastre queda arruinada talvez para no volver a levantarse antes de diez años. El fuego se ramificó en varios brazos, pues dentro del área quemada han quedado pedazos intactos.

fotográficas interesantísimas, ha estado a punto consternación que se apoderó de los habitantes Con natural retardo, esta crónica de de ser totalmente destruida por un incendio. El ante tamaña desgracia y el eco que ella ha Zig-Zag del día 26 de enero es la primera fuego principió en un edificio cercano a la Plaza tenido en toda la República. que resume lo esencial de los hechos y de Armas e impulsado por un fuerte viento del En la noche la ciudad presentaba un publica impresionantes fotografías. La oeste, tomó proporciones tales que llenó a la aspecto horrible. La vista abarcaba la enorme prensa de Santiago, entretanto, a partir del población de consternación y espanto. extensión comprendida entre la estación y la Veintiuna manzanas fueron totalmente calle Vicuña, y espantaba ver cómo quince domingo 19 había comenzado a dar suce- reducidas a escombros. Las bombas del pueblo cuadras ardían siniestramente, miles de sivas y fragmentarias informaciones. El y las que pudieron ir de Concepción y otras montones de fuego en medio de los edificios diario El Mercurio (19.01.’08) titula: ciudades de la frontera fueron impotentes para caídos. “Temuco consumido por las llamas. Se contener la impetuosidad de las llamas y se quemaron 30 manzanas. Irreparables pér- limitaron a defender de su voracidad las casas Al día siguiente, en la extensa y ancha didas. La desesperación del pueblo. Auxi- que servían de margen a aquel verdadero avenida abierta por el fuego, veíanse palos lios de Valdivia, Victoria y Traiguén.” torrente de fuego. carbonizados, una que otra chimenea de cal y Lamentando la infausta noticia, la No menos de 3.500 personas quedaron sin ladrillo, troncos de árboles quemados, postes nota señala: «Pocas ciudades, ninguna hogar y en la más absoluta miseria. Las pérdidas de luz eléctrica carbonizados, máquinas, talvez, en el país, ha alcanzado como avaluables en dinero pasan de 1.500.000 pesos. alambres telefónicos por el suelo, montones de Temuco en tan corto lapso de tiempo, un El fuego abarcó una extensión de quince zinc quemados, ruinas, desolación y por todas desarrollo tan formidable en la agricultu- cuadras de largo por ocho de ancho y terminó partes escombros humeantes. en la noche después que hubo consumido todo Desde los primeros momentos del incendio ra, el comercio y la industria.» el combustible que encontró en su derrotero, la gente se entregó al pillaje, sin que hubiera la Aquello era lo que existía. Pero al pro- en el Hotel Leguas por el sur y la Bodega de fuerza de policía necesaria para evitarlo. greso y desarrollo de ayer se contrapone la Mac Kay por el norte. Calcúlase que la tercera parte de la ropa y imagen que hoy ofrece gran parte de la ciu- mobiliario desaparecido es obra de los ladrones. dad que «semeja los campos después del Contemplando el plano de la ciudad de A pretexto de salvamento, la gente llevábase roce». Temuco, que publicamos en otra página, puede carretonadas y montones enormes de objetos Al día siguiente, y contrariando la noti- comprenderse la verdadera magnitud del robados. Hubo también casos en que personas cia de que el incendio se había iniciado en la incendio. Descartando las manzanas que se aseguradas impidieron que por dentro de sus tienda La Proveedora del Hogar, la informa- hallan más allá de la línea férrea, de la Avenida casas se sacaran muebles de sus vecinos no ción indica que el fuego comenzó a un cos- de 30 metros y el rincón formado por ambas asegurados. tado de ese edificio, en Avenida Prat esquina que están despobladas, puede decirse que las A causa de la caída de los postes desde el de Manuel Montt, en «un montón de made- llamas consumieron la tercera parte de la primer momento faltó el telégrafo y el teléfono ciudad. y esparcida esta noticia por la ciudad, ra», un mínimo fuego que en sus inicios pudo Es, pues, completamente explicable la contribuyó en no pequeño grado a aumentar el haberse controlado fácilmente.

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Como es natural, la prensa chilena e incluso la extranjera dan cuenta del desas- tre, y no faltan los textos en que, aludiéndose al terrible y reciente terremoto de Valparaíso, se comenta la fatalidad que esta nueva tra- gedia representa para Chile.

Perder es morir un poco...

En aproximación sumaria a un tema que podríamos denominar el sentimiento de pérdida en la obra de Neruda, se diría que el poeta se confronta desde muy niño con la ocurrencia de pérdidas esenciales (la de su madre, para comenzar), seguida de otras pérdidas lacerantes que de una u otra ma- nera crean una sensación de desamparo. Sin memoria aún, pero ciertamente con algún grado de aguda conciencia de orfandad, se ve expuesto a sucesivos des- arraigos: un ama de leche transitoria, un Primera. Unos muebles. Un álbum Tercera. Un incendio criminal abuelo fantasmal, un padre que va y viene, fotográfico presencias cambiantes y desdibujadas; todo El último incendio que vi en Temuco fue ello en medio de lugares diversos que son En esta casa de los Mason había también el del diario de Orlando Mason. Se lo y no son su casa, que constituyen su pe- un salón al que no nos dejaban entrar a incendiaron de noche. El incendio en la queño, precario y cambiante mundo. En los chicos sino en contadas ocasiones. frontera era un arma nocturna. suma, ha de experimentar todo un período Nunca supe el verdadero color de los de dolorosa transición hasta que se produ- muebles, porque estuvieron cubiertos Pérdida o circunstancia particular- ce el asentamiento definitivo de su padre con fundas blancas hasta que se los llevó mente sensible esta última, puesto que, en Temuco y allí aparece, instaurando el un incendio. Había allí un álbum con como sabemos, fue en ese diario donde el hogar, la Mamadre. fotografías de la familia. Estas fotos eran joven estudiante Neftalí Ricardo Reyes vio En Temuco, el niño siente que puede más finas y más delicadas que las publicado en 1917 su primer artículo. terribles ampliaciones iluminadas que echar raíces. Que tiene un sitio bajo el sol. Su primera contribución al mundo de invadieron después la frontera. Sus memorias hablarán de ese rasgo de las letras.♦ carácter: «Yo adonde llego asumo un sue- Segunda. Una oveja recibida de regalo ño vegetal, me fijo un sitio y trato de echar de manos de un niño desconocido alguna raíz, para pensar, para existir...» Sin embargo Temuco no es el paraíso Era una oveja de lana desteñida. Las ni el refugio. Dista mucho de serlo. El niño ruedas con que se deslizaba se habían no tardará en descubrir que en Temuco tam- escapado. Nunca había visto yo una bién ronda la fatalidad, la mano del desti- oveja tan linda. Fui a mi casa y volví con no. Existen fuerzas naturales imposibles de un regalo que dejé en el mismo sitio: una controlar. Abundan las catástrofes de dife- piña de pino, entreabierta, olorosa y NOTA: rente signo. La enumeración ya consta en balsámica que yo adoraba. 1 Se trata del texto “Infancia y poesía”, recogido en Obras los primeros párrafos de «Infancia y poe- Nunca más vi la mano del niño. Nunca más completas, edición Hernán Loyola, vol. IV (Barce- sía». he vuelto a ver una ovejita como aquélla. lona, Galaxia Gutenberg, 2001). Un texto que con Pero entre todas estas situaciones, La perdí en un incendio. Y aún ahora, en algunas variantes Neruda incluirá posteriormente serán los incendios los que causen algunas estos años, cuando paso por una juguetería, tanto en sus memorias de O Cruzeiro Internacio- nal (1962) como en el libro póstumo Confieso que de las pérdidas expresamente lamentadas miro furtivamente las vitrinas. Pero es inútil. he vivido. por el poeta. Nunca más se hizo una oveja como aquélla. Examinemos esas referencias y las pérdidas que conllevan:

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Huellas de Rimbaud en Neruda

MARIO VALDOVINOS Universidad Finis Terrae, Santiago

Pero en definitiva él botó esta basura. — Enrique Lihn

Desde la adolescencia Pablo Neruda Rimbaud como algo inabarcable y por eso experimentó, en su vida y en su obra, el lo hace suyo. El primer acercamiento co- influjo de Jean-Arthur Rimbaud. Los pri- rresponde al espíritu compartido por meros indicios corresponden a una atmós- Rimbaud con Baudelaire y Mallarmé –tam- fera que el poeta francés ha irradiado des- bién poetas malditos– y es coherente con de su centelleante aparición y ejercicio la consubstancial rebeldía juvenil expre- de la literatura, desde los 16 a los 20 sada en hostilidad a la figura paterna y años, hasta hoy. Rimbaud es un con- en la búsqueda de una vida llena de temporáneo de la vanguardia, un desdichas cuyo acicate es el dolor del eterno adelantado, y la adhesión universo. Para este efecto ofrece ante que provoca surge de dos afluen- la realidad una presencia de enluta- tes: el hecho de menospreciar la do, al mismo tiempo, visceral y poesía a temprana edad, cuando conscientemente anárquico. Las cree consumada la tarea porque su desmesuras de Rimbaud, desplega- continuación llevaría a la clausu- das por Europa y África, no estaban ra, y el acto concreto de dedicarse claras ni siquiera para él. Los pasos a reproducir y, paradójicamente, a que persiguieron opio y pedrerías y rechazar lo anunciado por las pala- lo cubrieron de spleen, configuran un bras. Lo prueban sus desplazamien- ideograma grabado en la escritura y en tos hacia el Oriente, parecidos a una sus tempestuosas correrías por el Mar fuga, que constituyen en su medio histó- Rojo, Abisinia y Somalía, obsesionado por rico, el siglo XIX, el espejismo de lo exó- el oro y furioso por alcanzar de una vez la tico y la respuesta al cansancio producido sentencia: yo es otro. por la urbe oficial y su cultura, pero tam- En el itinerario de Pablo Neruda la bién la nueva veta sirve para acarrear mer- primera huella visible del grandioso derro- cancías a la metrópoli, que son el produc- tado, como lo llama, es más bien una acti- to de un desembozado saqueo. En suma, tud, una situación espiritual que el poeta la huida de Rimbaud tiene un propósito, tornarse rico, olvida la literatura, escribe chileno asume junto al (neo) romanticis- en primera instancia, literario y, acto se- sólo epístolas de comercio, es administra- mo presente en la composición de sus tex- guido, comercial. dor de factorías coloniales y vende armas. tos inaugurales, de allí al constante acica- Solidariza con La Comuna, pero ni las En medio de la neblinosa mitología que lo te del deseo en el temple de esos poemas explosiones de pólvora ni los himnos de envuelve, y que su vida y su silencio final (Crepusculario, Veinte poemas de amor y guerra tocan al joven ambiguo, de rostro estimulan, se transforma en traficante de una canción desesperada, Tentativa del desafiante y angelical. Ya no se fatiga sin esclavos y agota su cuerpo, mientras el hombre infinito). Cuando se traslada a sentido viajando desde Charleville a Pa- tiempo pasa. Oriente como cónsul, en medio del olvido rís, donde sólo encontrará decepciones: y del desarraigo, cae en la lectura recurren- ahora la ambición guía sus zancadas hacia El grandioso derrotado te de Rimbaud y experimenta con dolor la las antípodas de Europa. Empieza a que- pasión telúrica: «Djibouti me pertenece. Lo dar atrás el vidente: se trata de vivir de Neruda conoce sus textos siendo muy jo- he dominado paseando bajo su sol en las acuerdo al desorden premeditado de los ven, en traducciones precarias o directa- horas temibles: el mediodía, la siesta, cu- sentidos. Rimbaud busca en su propósito mente del francés. Presiente el deseo de yas patadas de fuego rompieron la vida de

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Arthur Rimbaud…» (“Danza de África”, obreros, construcciones, puentes, ciudades, asume la existencia como algo dramático crónica de viaje en La Nación, Santiago, ferrocarriles, países en desarrollo, que él ve pero susceptible de corregir mediante un 20.11.1927, y en OC, IV, Barcelona 2001, como territorios de exilio. En síntesis, la sistema de relaciones sociales más justo. p. 335). parafernalia de la modernidad, con la que Para este deseo ofrece propuestas de cons- entra en conflicto. trucción de un nuevo concepto del hom- Cuerpo y escritura Lo suyo es un compromiso contradic- bre y de la sociedad, es decir, una antropo- torio con el hombre, de amor y odio con la logía poética plena de certeza en el pro- En este punto se cruzan cuerpo y escritu- materia de su ser, un humanismo misan- greso y en la perfectibilidad del ser huma- ra, la palabra se hace carne y ésta literatu- trópico compuesto por temporadas en el no. La conciencia en expansión del hablan- ra. Así, uno de los senderos reiterados de infierno y por iluminaciones. El primer tra- te nerudiano cambia al vaivén de las ca- la poesía nerudiana de ese tiempo (ver Re- mo del recorrido es, así lo cree, el verbo tástrofes históricas que protagoniza: des- sidencia en la tierra) es la esterilidad pro- de el congénito joven rebelde al ensimis- vocada por la situación física del poeta ante mado diplomático en Oriente, al adulto el mundo natural. La embriaguez de la atormentado ante el drama de España, al botánica corrosiva, capaz de configurar una hombre maduro perseguido por el fascis- inmovilidad frente a la naturaleza, alcanza mo. Cada vivencia arrastra un ideario poé- a la sociedad y a la historia de esa «des- tico y un camino de ascenso en la desola- venturada familia humana», como llama a ción del individuo, sin excluir intuiciones, los indios y birmanos, y en cierto modo lo entrañas, ingenuidades ideológicas, escep- contagia. Lo que antes fue consuelo a sus ticismos repentinos, retrocesos, períodos al- devaneos afectivos en los libros iniciales, ternados de dogmatismo y descreimiento. ahora se transforma en la desesperación de observar una catástrofe sin poder interve- La patria poética nir en ella o modificarla (véanse los poe- mas residenciarios “Walking Around” y Tras la muerte de Neruda, la etiqueta de “Ritual de mis piernas”). poeta oficial acecha a su legado. El paso El humanismo desarrollado por los siguiente es contemplarlo resecarse en es- dos poetas es muy diverso. El de Rimbaud tatuas y calles con su nombre. Tal com- no tiene salida posible, ninguna experien- portamiento ‘oficial’ y mediático frente a cia conocida lo puede redimir, está «más la vigencia de Neruda aparece privilegia- allá de todo», y por lo tanto no puede aco- do por sobre la lectura y el conocimiento tar los términos de su situación. Su con- de su obra, la que en cambio precisa ser cepto del hombre emerge del acto de va- incorporada a la práctica de una sociedad gabundear, del escapismo del deber, la suya con una perspectiva diversa, replanteando Rimbaud, a la edad de 18 años, dibujo realizado por es un alma en perpetua ansiedad por hallar Paul Verlaine, en junio de 1872. de paso la función del escritor y de la lite- el lugar y la fórmula. Se vuelve un con- ratura. Sus versos aún están lejos de ocu- templativo, más que nada volcado a su in- par un sitio en el imaginario chileno. terior, pero ha llegado a esa condición por El embriagador humanismo de una paradoja: dejando atrás el problema clarividente y transformador y, el segun- Neruda emerge de su confianza, manteni- humano, quiso comprometerse con la raíz do, las obsesiones por el mercado y el po- da hasta último momento, en la palabra y de los hechos, y, al no lograrlo, accede a la der material. El anhelo de sus últimos años en la patria poéticas. Nunca las considera situación opuesta, al menosprecio del mun- es enmudecer y regresar rico y coronado un conjunto de actos fallidos o imágenes do. Entonces examina la realidad desde la al continente europeo, sin saber si ese re- inútiles: no sólo una geografía, o quizás postura del vidente, del observador, del torno incluye una nueva inserción en la un territorio, sino la posibilidad de instau- voyeur, del mirón. El mundo es una apa- cultura oficial o sumirse, sin más, en el acto rar un sistema verdaderamente antropocén- riencia hermética, enemiga y desordena- irreversible del olvido. trico. Al menos ésa fue su postura pública. da, y el poeta intenta cifrarlo en unos cuan- La visión de Neruda sobre el estado En privado, según Jorge Edwards en Adiós, tos signos que se niegan a sí mismos. Este de las cosas evoluciona con las etapas de poeta…, murió lleno de dolor e incerti- recorrido no quiere decir superficialidad: su poesía, más extensas que las de dumbre, con la patria en tinieblas. la perspectiva irónica sobre los hechos Rimbaud. En ningún momento de ellas Resulta transparente en este sentido implica previamente el acto de asumirlos decae su confianza en el canto: es una poe- la “Oda a Jean-Arthur Rimbaud”. Com- y dominarlos, de ese modo surgen a su paso sía que cree en sí misma, que cíclicamente puesta durante un período optimista en el

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plano político, la década de los cincuenta, plantea «al más atroz de los desesperados» Notas la invitación a dejar su soledad y a incor- porarse, por medio de una nueva evolución de su discurso, a la alborada (socialista) aparentemente muy cercana: «Hoy es más La CIA contra Neruda (1963) simple, somos / países, somos / pueblos, / los que garantizamos / el crecimiento de la poesía, / el reparto del pan, el patrimonio / A fines de 1963 el periodista Luis Alberto del olvidado. Ahora / no estarías / solita- Mansilla publica una crónica bajo el título “Intriga rio.» (de Nuevas odas elementales: en OC, internacional le arrebató Premio Nobel / Una gran II, Barcelona 1999, p. 393). conspiración contra Pablo Neruda” (en El Siglo, El temprano acercamiento de Neruda Santiago, 15.12.1963). Se sabe que ese año a la poesía y vida de Rimbaud no se diluye Neruda fue, con Sartre y Beckett, uno de los al calor de la confianza ideológica deposi- candidatos más cotizados. Arthur Lundkvist tada en los socialismos reales de Europa —miembro de la Academia y amigo de Neruda— del Este –recuérdese que muere antes de había publicado un elogioso artículo en BLM - su caída–, aun cuando contrasta con la Bonniers Litterära Magasin de Estocolmo. Pero transgresión cultivada por el poeta francés. la virulencia misma de la contracampaña Al contrario, persiste –si bien con las on- confirma cuán cerca estuvo Neruda de obtener el dulaciones reseñadas– y va a culminar en Premio ese año. El escritor uruguayo Ricardo esa cita de Rimbaud incluida por Neruda Paseyro, caso extremo de un ex comunista en su discurso de recepción del Premio transformado de improviso en un antinerudiano Nobel, precisamente para confirmar solem- profesional, publica una “Carta abierta a la nemente su plena fe en el surgimiento de Academia Sueca” (en Combat, París, 21.10.1963) un mundo solidario: «sólo con una ardiente que se une a las acusaciones de y de paciencia conquistaremos la espléndida Jean-Clarence Lambert sobre una presunta ciudad que dará luz, justicia y dignidad a conexión de Neruda con el asesinato de Trotski todos los hombres», (en OC, V, Barcelona en México, y a otras maniobras (todo ello 2002, p. 341). denunciado en cartas de Sun Axelsson y Giuseppe Jean-Arthur vivió obsesionado por Bellini) que condicionarán la decisión de la borrar de una plumada el rastro de sus poe- Academia. mas, después de todo apenas unos cuantos La crónica de Mansilla sostiene que se trató signos escritos sobre hojas de papel, y par- de una operación internacional fraguada por una tió en busca del oro africano, para encon- organización muy discutida entonces y conocida trar sólo la asfixiante palabra que lo men- como Congreso por la Libertad de la Cultura, cionaba. de clara orientación antisoviética, bajo la Neruda siguió las huellas de Rimbaud conducción de otro ex comunista, el español hasta el fin, aunque sólo fuese el surco de Julián Gorkin. La desclasificación de documen- un fantasma.♦ tos secretos del gobierno norteamericano (relativos a esos años) ha certificado, no hace mucho, el financiamiento y las directivas de la — Versión revisada de un texto originalmente CIA para esa organización. El enfoque de la publicado en La Época, Santiago, 25.08.1996. crónica de Mansilla, que en esos años pudo ser leída en clave de Guerra Fría (vale decir, con las reservas que podía generar un texto publicado en un diario comunista como era El Siglo), ha sido recientemente confirmado por la escritora e investigadora británica Frances Stonor Saunders en su importantísimo libro Who Paid the Piper? The CIA and the Cultural Cold War (London, Granta Books, 1999), traducido por

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Rafael Fontes con el título La CIA y la una bellísima secuencia de la aparición y un perfume, en un sabor, un fraseo Guerra Fría cultural (Madrid, Editorial desarrollo de la primavera en torno a su musical, un tacto inadvertido. Un pasado Debate, 2001). Esos mismos datos de casa. La mirada del poeta se detiene sobre mental y emocional, fantasmal, en una Saunders han sido recogidos y ampliados cada una de las plantas y flores de su jardín, palabra, y como todo pasado revisitado por Adam Feinstein en su Pablo Neruda: las examina y las describe con precisión por nuestros sentidos, bordado de a Passion for Life (London, Bloomsbury, de botánico, hasta completar un espléndido fugacidades, entretejido de motivos 2004), páginas 333 y siguientes. ramillete de formas y colores vegetales. Al translúcidos y deshilachados. Luego de Entre los personajes estelares del libro final del texto, uno de esos toques sutiles años de frecuentar sus poemas, y gracias de Saunders figuran John Hunt, Michael del maestro. a uno de esos giros propicios de la vida, Josselson y Melvin Lasky (ver foto de Por último hablaré de las docas (que) llevan se me ofreció la fortuna de conocer al portada de la edición española), funcionarios un nombre griego: aizoaceae. El esplendor poeta en su persona; un encuentro hecho encargados de asuntos culturales desde de Isla Negra en estos tardíos días de de ocasiones escasas, si se quiere, pero 1947. Ellos, con Keith Botsford, lanzaron primavera son las aizoaceae que derraman en circunstancias que siguen siendo para la operación destinada a impedir el Premio una invasión marina, como la emanación mí sucesos marcadores. Mi vínculo con Nobel a Neruda a través de Gorkin, Paseyro de la gruta del mar, de los racimos que su poesía no fue, no es todavía, de ningún y René Tavernier: «cuando Irving Kristol le acumuló en su bodega Neptuno Marinero. modo sereno, ni se ha congelado en una preguntó a Hunt si era cierto que el / Y, justo en este momento, la radio nos sola forma de aceptación o de rechazo. Y Congreso (por la Libertad de la Cultura) anuncia que un buen poeta griego ha en eso mismo aquella relación ha sido la estaba ‘difundiendo rumores’ sobre Neruda, obtenido el renombrado Premio. Ya, de un diálogo. ¿Hay otro modo auténtico Hunt replicó socarronamente que era Matilde y yo, nos quedamos tranquilos. de entrar en contacto con un clásico? inevitable que la candidatura del poeta al Con solemnidad retiramos el gran candado Porque si no hay gran mérito en reconocer Premio Nobel suscitara controversias» (p. del viejo portón para que todo el mundo hoy día que Neruda es uno de ellos, y de 486). Michael Josselson murió en enero de siga entrando sin llamar a las puertas de los más indiscutibles, en mi opinión lo es 1978. Su viuda Diana Dodge, funcionaria mi casa, sin anunciarse. Como la sobre todo por todas y cada una de las ella misma, en entrevista con Saunders primavera. páginas de aquella formidable obra de (1997) declaró: «Es evidente que juventud. organizaron una campaña para que Neruda No hace falta mucha perspicacia para Pero, ¿qué es ser un clásico? La no obtuviera el Premio Nobel. Es un hecho captar el enlace que el texto instaura entre respuesta a esta pregunta la encontré en las cierto.» (p. 488). Feinstein resume: el los nombres griegos de las flores y del líneas de una entrevista a George Steiner. Congreso, «sponsored by the Central poeta triunfador. Así respondió Neruda, Dice el filósofo: “es ser releído constan- Intelligence Agency», operaba en unos 35 como escritor de raza que fue, a la sordidez temente, continuar siendo inagotable y países, incluidos los de América Latina. Y y miseria de la operación actuada en su seguir provocando profundas disensio- uno de sus blancos principales fue Pablo contra aquel año de 1963.♦ nes… pero es igualmente ser mal leído”. Neruda. (p. 334). Y da enseguida como ejemplo unas páginas La operación tuvo éxito y el Premio — Hernán Loyola de crítica de La Ilíada debidas a la pluma Nobel 1963 no lo ganó Neruda (tampoco de la filósofa francesa Simone Weil. Sartre ni Beckett) sino el poeta griego Neruda en Poitiers (12.07.2004) Lectura “errónea de punta a cabo” Guiorgos Seferis. Seguramente fue un duro —asevera Steiner—, y se apresura en golpe para las naturales expectativas de Oh, metamorfosis mística / de todos los agregar: “pero sólo alguien como Homero Neruda, acentuadas ese año por los sentidos fundidos en uno, escribe es susceptible de provocar una tal interpre- pronósticos de la prensa mundial, pero el Baudelaire acerca de la memoria. Hoy día, tación”. poeta respondió con dignidad y elegancia cuando se cumple el centenario del Fuente de errores y de revelaciones, a través de un hermoso artículo: “El Premio nacimiento de Neruda, a más de treinta en este mismo sentido, la Residencia es Nobel en Isla Negra”, publicado en el años de su muerte, plazo en que gene- más que perfecta porque obra incumplida diario El Siglo (24.11.1963), más tarde ralmente se inscribe el desarrollo de una en un contexto de perfección. Se trata, recogido en el libro Una casa en la arena generación, y a algo más también de pues, de un clásico, y seguirá siéndolo (1966) y ahora en el volumen III de mi cuarenta años de nuestras relecturas porque nada nos asegura que no se seguirán edición de Obras completas (Barcelona, juveniles de la Residencia, quisiéramos haciendo malas lecturas suyas, e incluso Galaxia Gutenberg, 2000), páginas 111- encontrar incólumes en el recuerdo el lecturas tan malas como la mía…♦ 114. En ese artículo Neruda toma el asedio rumor interior, inefable, de las emociones de los periodistas (antes de la asignación de esos instantes. Volver a ellos como se — Waldo Rojas del Premio) como pretexto y marco para reencuentra el pasado en los efluvios de París

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refleja en su método que, como indicó Publicaciones Schidlowsky en una entrevista en El Mer- curio, sigue las pautas de su ex-director de tesis doctoral en la Freie Universität (Ber- David SCHIDLOWSKY, Las furias y lín), Víctor Farías. Todos los documentos las penas: Pablo Neruda y su tiempo, acumulados y la provechosa labor emplea- dos tomos, Berlín, Wissenschaftlicher da se dejan regir por ese método que desta- Verlag, 2004. Ð1337 pp. ca, ante todo, las fallas del poeta para así poner en duda el carácter de Neruda y la legitimidad de sus posturas políticas. Voy a tratar de comprender Podría ofrecer muchos ejemplos al lo que no debo hacer y hacerlo, respecto, pero me limitaré a cinco que se y así poder justificar hallan condensados ya en la introducción los caminos que se me pierdan, del libro y luego elucidados en los dos to- porque si yo no me equivoco mos de la biografía. Empecemos por el quién va a creer en mis errores? título: Las furias y las penas: Pablo Neruda Si continúo siendo sabio y su tiempo. De entrada esto muestra se- nadie me va a tomar en cuenta. ñas de una selección particular, tendencio- sa, al elegir un poema de la Tercera resi- [“Partenogénesis”, Estravagario] dencia y sugerir que eso representa la quintaesencia de su vida y obra. Así se le juzga según una época desolada de su pe- regrinación vital que el mismo poeta so- Una de las lecciones que imparte la den apreciar su poesía por su brillo formal metió una y otra vez a una crítica severa y vida y la obra de Neruda es precisamente y por el manejo magistral de las técnicas y que declaró haber superado en numerables ésa: la de ser autocrítico, y que esa nega- los tropos y, sin embargo, frenar ante la textos, entre ellos, “Alturas de Macchu ción lleve a su superación. Esto lo han se- plasmación del contenido, sobre todo en Picchu”. Es decir, la enajenación que su- ñalado varios críticos, pero pienso en par- cuanto atañe a lo político. De hecho, como fre y que se despliega en su obra en los ticular en Hernán Loyola quien dice —en se sabe, la crítica nerudiana sigue dividién- años 20 y 30 llega a absorber toda una eta- su magnum opus, Neruda: la biografía li- dose nítidamente entre aquellos críticos que pa de la obra del Nobel chileno. Basta com- teraria— que «Neruda no fue un santo, ni comparten los ideales marxistas del poeta y parar los títulos de las biografías sobre mucho menos, pero fue un hombre ínte- aquellos que se oponen rotunda u oblicua- Neruda —Neruda (Volodia Teitelboim), gro».1 Es por esa combinación dialéctica mente a esa postura aun en esta época su- Pablo Neruda: A Passion for Life (Adam de esperanzas y desilusiones, logros y erro- puestamente desprovista de los conflictos Feinstein), y la ya mencionada Neruda: la res, posturas dignas y algunas indignas, que de la guerra fría. La enorme biografía re- biografía literaria (Hernán Loyola)— para el poeta fue, según Gabriel García ciente de David Schidlowsky, Las furias y darse cuenta del punto de vista del biógra- Márquez, «el mejor poeta del siglo XX, las penas: Pablo Neruda y su tiempo, se fo. Un autor más imparcial habría señala- en la lengua que sea»2 y que seguimos acomoda con el segundo grupo pese a las do que “Las furias y las penas” encaja en como lectores volviendo a su obra porque, intenciones del autor de ser objetivo. El que la unidad de la Tercera residencia como como afirma José Emilio Pacheco, «no sea así no quiere decir que no tenga méri- momento que, en la dialéctica de la obra, hacerlo empobrecería nuestra vida».3 Se tos: incluye valiosos documentos inéditos, se ve eclipsado por las etapas posteriores trata entonces de ver los errores y las con- corrige errores registrados en otras biogra- en ese mismo poemario. tradicciones como fenómenos productivos fías, propone una narrativa que es una “ex- Así Schidlowsky retrata a un Neruda que forman parte de un todo: Neruda, su tensa cronología biográfica”, y es el fruto angustiado y oportunista que no dejó pa- poesía y su cosmovisión política. de años de labor intensa. Y hay pasajes su- sar ocasión en su vida para conseguir la Siempre se corre el riesgo de despren- gerentes en que el crítico logra captar el fama y el reconocimiento que tanto der el fragmento del todo, de concentrarse momento histórico y el papel que desem- añoraba. Insistentemente sostiene a lo lar- excesivamente en aquél y no éste, trátese peña el poeta en él, como por ejemplo, go de la biografía y en la introducción que de los errores o el elogio de la forma poéti- “Años 30: Neruda y los Congresos de Es- Neruda cultivó sus amistades con el fin ca. Si los lectores que dudan del don poéti- critores para la Defensa de la Cultura”, que calculado de conseguir lo que quería: «Des- co de Neruda son pocos y muchos los que se publicó en el último número de de su juventud serán de gran trascenden- se alimentan de su obra, hay quienes pue- Nerudiana. Pero el partidismo del autor se cia para el joven Neftalí Reyes y futuro

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Pablo Neruda, sus relaciones sociales, sus mentable» porque «había dejado a su mu- nistas formulado prensa chilena» (270), amistades y enemistades que tendrá a lo jer Maruca Reyes y su hija enferma en una cosa que evidentemente preocuparía a largo de su vida. Son sus vecinos y com- Holanda ocupada por la Alemania nazi, Neruda dado que perdería el trabajo. Se pañeros de colegio los que lo ayudarán a cumple malamente con la promesa de man- refiere a ese mismo tema —no haber teni- publicar sus primeros poemas». Así tam- dar una modesta remesa mensual, deján- do nada que ver con el PCE en ese mo- bién cuando se refiere a la época de la gue- dolas en una situación dramática» (15). mento— en una carta del 20 de agosto rra de España alega que sus nuevos ami- Ahora bien, el lector puede asombrarse 1937 a Moisés Vargas, Encargado de Ne- gos comunistas y su relación con Delia del ante estos hechos, criticar a Neruda o lo gocios de Chile. Y agrega en esa carta que Carril, «fomentarán fuertemente el desa- que quiera, pero también desde la óptica niega «la aseveración contenida allí y se- rrollo [de] su fama literaria». «Es esta es- de la conducta humana imperfecta, se pue- gún la cual yo sería amigo íntimo y vecino pecial aptitud de Neruda para hacer y cul- de entender perfectamente bien que Neruda del escritor soviético Ehrenburg», afirma- tivar amistades», afirma Schidlowsky, «la haya querido separarse definitivamente de ción que es cierta porque en ese momento que contribuirá en mucho a que su talento Maruca para vivir con Delia, con quien ya dado apenas lo había conocido. Pero aña- poético logre en vida una enorme popula- llevaba dos años de romance. En algún de Neruda esta oración significante: «No ridad y reconocimiento» (12). Para alcan- momento eso tenía que pasar, se supone. creo que frecuentar a un escritor como zar la fama o para salir de apuros Neruda, Pero nótese también la contradicción in- Ehrenburg sea deshonroso, ni vaya en con- según lo ve Schidlowsky, recurre a sus herente a las dos citas. En la primera dice tra de la moral funcionaria de un Cónsul amigos. «Para huir del hambre, la ciudad que Neruda las dejó en Montecarlo; en la de Chile, pero el hecho es ese: no frecuenté fría, la bohemia santiaguina y la sociedad segunda alega que el poeta «había dejado ni veo jamás a Ehrenburg» (299-300). burguesa, busca y obtiene, otra vez con a su mujer Maruca Reyes y su hija enfer- Como se ve, no se trata de deshonestidad ayuda de amigos, un puesto como Cónsul ma en una Holanda ocupada por la Ale- de parte del poeta, sino de un caso en el Particular de Elección» (13). Esta crítica mania nazi» (15). El hecho trágico es que que temía perder su puesto por razones algo sutil de la persona de Neruda llega a Maruca y su hija abandonaron Montecarlo económicas (habiendo pasado años, como explicitarse con las afirmaciones de Mario —sin Neruda— y se fueron a su tierra natal se sabe, viviendo con sueldos muy bajos). Vargas Llosa en relación con el poeta. (Holanda). Pero los acontecimientos, tal Pasamos al último punto que voy a Según el gran novelista peruano y como los presenta Schidlowsky, hacen pen- abordar acá, que es la cuestión de los pre- anticomunista, entre 1959 y 1964 a Neruda sar que Neruda es un desalmado que con juicios raciales en Neruda. En este senti- se le considera un “poeta bonachón y el crueldad abandonó a su mujer e hija sa- do la investigación de Schidlowsky coin- soberano absoluto” que hace campañas por biendo que iban a vivir en una Holanda cide con la de Farías en relación con Sal- el Premio Nobel y es objeto de rumores ocupada por los nazis. vador Allende por su afán de aislar los pu- antinerudianos (17). Como se puede apre- Si bien remite Schidlowsky al papel tativos comentarios de la totalidad de los ciar hasta ahora, el retrato de Neruda que de Neruda durante la Guerra Civil en Es- 69 años de vida del poeta y así sembrar emerge de estas descripciones es de un paña, su compromiso con la República y dudas con respecto de la personalidad y, hombre egocéntrico, manipulador y sin con el movimiento comunista internacio- por ende, el marxismo de Neruda. «No embargo débil (porque depende de otras nal, alude al hecho de que el poeta «en car- deja de sorprender que en artículos, poe- personas). tas a sus superiores jerárquicos en el Mi- mas, discursos y cartas hasta 1945 Neruda Cuando no es así, insinúa Schidlows- nisterio de RR.EE. chileno... desmiente ser asuma algunos prejuicios raciales existen- ky, se porta como alguien lamentable, cruel comunista». Y niega «haber conversado o tes en la sociedad chilena» (15). o deshonesto. En el primer caso se trata tener amistad con el escritor soviético Ilya Schidlowsky considera irónico que los de omitir parte de la información u ofrecer Ehrenburg» (13). Sin el contexto necesa- anticomunistas hayan atacado al poeta por información contradictoria. Así, por ejem- rio, el fragmento suscita confusión y asom- «judío degenerado» dado que se supone plo, el biógrafo aclara que en 1936 Neruda bro que hace pensar que Neruda es desho- que Neruda hizo comentarios racistas y sale de Madrid con su esposa (la Maruca) nesto. Pero si se examina la situación, el antisemitas. Los dos casos de antisemitis- e hija y luego ellas se instalan en tejido en el cual se encuentra este cabo mo incluyen la referencia a un «judío cur- Montecarlo para luego pasar a Holanda. suelto, nos damos cuenta que Neruda te- si», que bien puede ser una manera des- No cuenta aquí que en 1934 Neruda cono- mía perder su trabajo por su voto de neu- criptiva de hacer alusión a, como lo pone ció a Delia del Carril y se enamoró de ella tralidad como cónsul de Chile en España. Schidlowsky, Max Jacob y por lo tanto no —dato que aparece en otro momento dado Y la verdad es que en ese momento no era tiene por qué ser algo peyorativo. El eno- en la biografía— y por eso quería separar- miembro del Partido Comunista pero sí era jo es evidente, pero eso no hace de Neruda se el poeta de Maruca. Y sin embargo antifascista. De hecho, Schidlowsky cita un antisemita (226-229). Al biógrafo tam- Schidlowsky considera que «la vida de de una carta en la que Maquieira hace men- bién le extraña que en 1947 en el Senado Neruda alcanza su nivel humano más la- ción de los «cargos concomitancias comu- Neruda sostuviera que «el diplomático

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chileno Enrique Bernstein, por ser de ori- NOTAS Poetry and Politics (Lewisburg: Bucknell gen judío [debiera] mostrar una actitud po- 1 Hernán Loyola, Neruda: La biografía literaria, University Press, 2006). Se trata de un sitiva frente a la Unión Soviética, donde volumen 1: 1904-1932. Santiago: Planeta-Seix aporte fundamental que abrirá, sin duda, los judíos eran tratados con respeto y no Barral, 2006: pág. 12. muchos caminos para futuras investigacio- asesinados como en el resto de Europa» 2 De la portada de Neruda: Selected Poems, edición nes sobre Neruda, especialmente con res- (15-16). Lo interesante en este caso es que y prólogo de Nathaniel Tarn. Nueva York: pecto a la compleja imbricación de sus Houghton Mifflin, 1990. Neruda rehusara considerar a Bernstein posturas políticas y su praxis como poeta. 3 José Emilio Pacheco, “Prólogo: Para llegar a Isla únicamente como descendiente hebreo o Como señala el propio Dawes, lan- Negra” en Pablo Neruda, Memorial de Isla Ne- creyente en el judaísmo y que tomara en gra, edición y notas de Hernán Loyola, Barcelo- zarse a hacer otro estudio sobre Neruda cuenta el impacto nocivo del antisemitis- na: Random House Mondadori, 2004: pág. 8. puede parecer un gesto un tanto desfasa- mo a lo largo de la historia. Por lo cual le do. No sólo ha menguado el interés aca- recomienda la URSS porque cree que la * * * démico por este ganador del Premio Nobel política de ese país socialista milita contra en tiempos recientes (por una serie de mo- el antisemitismo. tivos complejos vinculados con el momen- En resumidas cuentas, esta biogra- to histórico) sino que existe un bien arrai- fía proporciona al lector una plétora de gado canon crítico cuyo prestigio es tal que documentos por consultar que, junto con llevaría a almas más tímidas a no atreverse los que se publicaron en las obras com- a incursionar en su “coto vedado”. pletas de Galaxia-Gutenberg, ofrecen in- Ésta es, precisamente, una de las vir- formación sumamente útil y alecciona- tudes principales del libro de Dawes. El dora. Sin embargo, todo depende de cómo peso colectivo de las lecturas de Neruda queramos interpretar los datos. La meto- realizadas por Emir Rodríguez Monegal, dología, por muy objetiva que pueda ser René de Costa, Enrico Mario Santí y Ma- a ratos, nos precipita a la conclusión de nuel Durán/Margery Safir es tal que pocos que Neruda era un hombre con mucho estudiosos estarían dispuestos a desafiar- talento pero era inhumano, insensible, las. La casi ritualizada denigración del egocéntrico y antipático. Al fin de cuen- Neruda “político” (frecuentemente acusa- tas, el Neruda de Schidlowsky que emerge do de “propagandizar” en su poesía), la de estas 1.337 páginas es un ser atormen- tendencia a destacar la gran “ruptura” que tado que lucha con las furias y las penas se dio en su obra después de Residencia y que se ahoga en los errores cometidos. en la tierra, el cuestionamiento de la sin- No es el que aparece en los versos arriba ceridad de la “conversión” al comunismo citados que ve el error como algo produc- Greg DAWES, Verses Against the de Neruda —todos forman parte íntegra tivo, como parte de la dialéctica de ese Darkness / Pablo de la lectura ortodoxa de Neruda, particu- gran todo: la vida. Siguiendo el camino Neruda’s Poetry and Politics. Lewisburg: larmente en la academia norteamericana. del excepcionalismo, Schidlowsky elige Bucknell A pesar del prestigio que disfrutan es- una parte y sostiene que representa el University Press, 2006. Ð 325 pages. tos nerudistas canónicos, Dawes no mani- todo. Es más: difícilmente puede el lec- fiesta temor de arremeter contra sus ideas tor o el crítico desligar la vida de Neruda centrales a través de Verses. Al mismo de su comunismo, así que al fin de cuen- El profesor Gregory Dawes (North tiempo, Dawes entra en debate con ellos tas el biógrafo sugiere que su marxismo Carolina State University) ya es una figu- de una manera que muestra el pleno respe- —aún en su forma más elaborada y dia- ra muy conocida en el campo de los estu- to que siente por sus provechosas contri- léctica como se manifiesta tan a menudo dios latinoamericanos en los Estados Uni- buciones, aun cuando estas últimas tal vez en la obra de Neruda— fue un proyecto dos, principalmente por su libro titulado hagan más difícil la tarea de desarrollar sus fallido. Resultado que Neruda, desde lue- Aesthetics and Revolution: Nicaraguan propios argumentos (De hecho, a veces go, negaba rotundamente.♦ Poetry, 1979-1990 y por su labor como creo que resulta demasiado comprensivo fundador y editor de la valiosa revista elec- con ellos). Por otra parte, el crítico pone —Greg Dawes trónica A contracorriente (www.ncsu.edu/ sobre la mesa sus propias cartas ideológi- North Carolina State University project/acontracorriente/). Ahora su per- cas al reconocer sus deudas respecto a otro fil en la profesión aumentará notablemen- núcleo de representantes del nerudismo te por la reciente publicación de Verses canónico, el constituido por Alain Sicard, Against the Darkness: Pablo Neruda’s Jaime Concha y Hernán Loyola, más aso-

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ciado con planteamientos hechos desde la tratar abiertamente el tema de la ética y argumento (se beneficia del trabajo reali- izquierda. de la moralidad. Estemos convencidos o zado por Sicard y Concha), contribuye mu- Al delinear una coherente y unitaria no del empleo por Dawes del concepto chísimo al hacerlo más convincente. evolución en el pensamiento sociopolítico de “realismo moral” tal como lo desarro- Es más, Dawes convence no sólo so- y la praxis poética de Neruda en vez de lla el politólogo Alan Gilbert (yo mismo bre este punto sino sobre muchos otros jus- una trayectoria marcada por la “ruinosa” tengo un par de dudas), su certera incli- tamente por su capacidad de deslindarse interrupción que ocurre una vez que se hace nación a hacer argumentos políticos con- un tanto del árbol genealógico crítico del miembro del Partido Comunista, Dawes centrándose en la distinción entre lo mo- cual procede al reconocer lo que él llama realiza el tipo de ceñido análisis textual ralmente justo/correcto y lo moralmente las “idiosincrasias individuales” que influ- que, desgraciadamente, se ha vuelto poco reprobable es vigorizante en esta época yen en la configuración de la obra poética usual en los estudios literarios tal como se de “indeterminación” posmoderna. Fuer- de Neruda. Es decir, tiende a restarle im- practican en los Estados Unidos hoy en día. zas progresistas en muchas partes del portancia en muchos momentos a la Existe la irritante tendencia cada vez más mundo, y especialmente en los Estados sobredeterminación social e histórica para común, especialmente entre los estudiosos Unidos de George W. Bush, han cedido reconocer más enérgicamente el papel de más jóvenes, de hacer aseveraciones tras- el terreno de la moralidad y de la ética a esos factores vinculados a los rincones me- cendentes y tajantes basándose en mínimas la derecha con demasiada facilidad—a un nos asequibles del proceso creador de cual- pruebas textuales. Dawes, en cambio, cree costo político altísimo, diría yo. El que quier artista. en la necesidad de anclar sus argumentos Dawes esté dispuesto a referirse de ma- Ahora bien, no lo hace simplemente señalando pasajes específicos en las obras nera abierta al “bien” y al “mal” en su para “ganar puntos” con el aparato bajo consideración. Estemos o no de acuer- análisis —algo que seguramente suscita- académico liberal con el que tiene que do con sus conclusiones, siempre podemos rá la ira de sus colegas de simpatías habérselas en el país donde trabaja, sino ver la materia prima sobre la que trabaja posmodernizantes— es una jugada sóli- porque reconoce las auténticas limitaciones su análisis (Por cierto, la editorial de la da para romper ese monopolio santurrón. de ciertos enfoques historicistas. Pero ojo: Bucknell University, importante divulga- Pero la mayor contribución del libro tampoco termina remitiendo a los dora de estudios sobre literatura española a los estudios sobre Neruda sería, a mi en- “misterios de la creación” de un modo que y latinoamericana, merece nuestro aplau- tender, la de destacar Tercera residencia clausure el debate de forma abrupta como so por haberle permitido a Dawes incluir como un texto clave que nos puede ayudar ocurre con gran frecuencia. tantas citas relativamente extensas de los a entender la transición entre el Neruda A fin de cuentas, estoy seguro que Ver- poemas de Neruda). temprano y el abiertamente comprometi- ses dejará una huella notable en los estu- Entre las virtudes mayores del enfo- do. En efecto, constituye una especie de dios nerudianos, muy probablemente con- que general de Dawes está su disposición, “eslabón perdido”, la identificación del tribuyendo a aflojar la hegemonía de la es- sin reparo alguno, a tratar cuestiones cual hace más comprensible la trayectoria cuela interpretativa Monegal—Costa— estilísticas, o bien más estrechamente es- en su conjunto. El esfuerzo de Dawes por Santí—Durán/Safir, especialmente aquí en téticas, de un modo que no se encuentra a demostrar que Residencia en la tierra en los Estados Unidos. Claro, también haría menudo en lo que podríamos llamar los sí no corresponde bien a lo que los susodi- mucho bien si este texto se difundiera en enfoques “sociocríticos”. Dada la perfec- chos críticos canónicos nos han presenta- círculos intelectuales y académicos en tamente comprensible tendencia de este do como única lectura, también ayuda a Latinoamérica, especialmente en este mo- tipo de crítica a centrarse en el contexto comprender esa trayectoria. mento de un resurgimiento de la izquierda histórico, en la dinámica sociopolítica, Lejos de retratar una temporada mar- en muchos países. La voz nerudiana hace etc., a menudo se hace caso omiso de las cada por un solipsismo de orientación falta tal vez más que nunca, esto es, sin los preocupaciones de los estudios literarios proto-surrealista que se desenvuelve den- deformantes filtros a través de los cuales ha más tradicionales. Dawes comprende que tro de un (ahistórico) mundo interno, la tenido que pasar en tiempos recientes. La esta área hacia la que estas preocupacio- primera Residencia registra formas de ena- reivindicación de un Neruda “puro y duro” nes se dirigen no puede ser entregada sim- jenación plenamente arraigadas en ese rin- podría contribuir a la muy necesaria neu- plemente a los que están sentados al otro cón de la Historia llamada el “Asia coloni- tralización de las variantes del descreído lado de la mesa ideológica. Corriendo el zada”. Esa experiencia se desemboca casi pensamiento posmodernista cuya implan- riesgo de parecer anticuado, Dawes no tie- “lógicamente” en la fase posterior de la tación en Latinoamérica, por conductos bien ne miedo de invocar la belleza de la poe- vida de Neruda en la que éste se enfrenta curiosos a veces, ha contribuido a la sía de Neruda, amén de su fuerza politico- al sistema socioeconómico que él consi- desactivación política de importantes sec- retórica. dera el principal culpable de la variante del tores de la intelectualidad del continente. Otro aspecto arcaicamente refrescan- infierno que había presenciado. Si bien Huelga decir que para que el libro de Dawes te del libro de Dawes es su disposición a Dawes no es el primero en presentar este tenga un papel en toda esta dinámica,

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tendría que ser traducido al español y pu- joven saltó a la fama académica en Chile blicado en algún lugar de Latinoamérica. Se con un magistral ensayo sobre Residencia me ocurre que Chile mismo sería el lugar en la tierra (en revista Mapocho n° 2, 1963) más sensato. y antes de dejar el país publicó un volumen — James Iffland hoy mítico, Neruda 1904-1936 Boston University (Universitaria, 1972). Los cuatro ensayos aquí reunidos Otras opiniones de académicos giran en torno a las Residencias: «A la norteamericanos sobre este importante postre, esta época de más de un veintenio libro de Greg Dawes: (1925-1947), fue la morada creadora más honda de la poesía nerudiana. Su residencia — «Verses Against the Darkness posee una en la tierra, planetaria y geográfica rara condición: la de ser un experto y primero, se hizo luego patria histórica y maduro estudio monográfico basado, al social, en la tierra española de su tercer mismo tiempo, en el impecable examen libro.» (de la “Nota preliminar” del autor). crítico de la nerudología precedente y en En los cuatro ensayos resplandece, una vez un riguroso y amplio dominio personal del más, la perspicacia estilística y simbólica tema. Quienes lo lean saldrán enriquecidos que caracteriza el método interpretativo de no sólo con una magistral e historizada Jaime Concha. introducción a la vida y obra de Neruda, El primero persigue el itinerario de sino también con un nivel de comprensión la Noche como núcleo del imaginario de las complejidades de la poesía misma Jaime CONCHA, En torno a un Cente- nerudiano, deteniéndose en los análisis del verdaderamente nuevo y profundo. Estudio nario. Cuatro estudios sobre Pablo segundo de los Veinte poemas y de “Serenata” de larga gestación, devendrá obligado Neruda. Messina (Sicilia), Andrea y “Alianza (sonata)” en Residencia. Día y trabajo de referencia... Con esta completa Lippolis Editore, 2006.—157 pp. Noche: «Dos órdenes heterogéneos pueblan y utilísima publicación, el profesor Dawes Colección “La Estantería Ibérica” nº 8. la realidad; en ellos le toca vivir al habitante confirma su reputación de estudioso mayor del planeta, al ‘residente en la tierra’. Si, para en el campo nerudiano y en amplias áreas Los siempre valiosos y estimulantes Dante, el Amor es el que mueve el sol y las de la poesía latinoamericana.» ensayos del profesor Jaime Concha (en estrellas, para el Neruda de las Residencias particular los que se refieren a Neruda) suelen es el eros nocturno el que crea este dinamismo — Neil Larsen, University of ser de acceso problemático porque están cósmico que une sol y tierra, y a cuya sombra California, Davis. dispersos en revistas y actas de congresos sucede el tiempo de los humanos.» (p. 35). internacionales. Por eso la publicación de este El segundo ensayo es un asedio al — «Este libro abre nuevos territorios pequeño volumen es, y no exagero, un tríptico de madrigales de la primera en nuestra comprensión del pensamiento acontecimiento digno de celebrar. Lo Residencia, “Madrigal escrito en y arte de Neruda. Dawes nos lleva más debemos a Doménico Antonio Cusato, invierno”, “Fantasma” y “Lamento lento” allá de las comúnmente aceptadas inter- catedrático italiano de literatura hispano- (que en origen fueron titulados pretaciones del joven maestro como americana en la Universidad de Catania, “Dolencia”, “Tormentas” y “Duelo surrealista, proponiéndolo más bien como quien desde hace algunos años edita y publica decorativo”, respectivamente), conectados un realista cuya poesía, en sintonía con la en Messina, donde vive, los deliciosos los tres a la figura de Albertina Azócar, la de Baudelaire, se ocupa de la moderna vida tomitos de la colección “La Estantería amada reticente, y estructurados en urbana. Al recorrer el itinerario de cambios Ibérica” (información: [email protected] ). versificación menor que contrasta con la en el estilo poético de Neruda, Dawes ve Como se sabe, Concha enseña desde dominante: «Residencia en la tierra está las Odas elementales como celebraciones hace más de 20 años en la Universidad de hecha de versos anchos, alas de aliento y de objetos no mercantilizados, y no como California – San Diego (sede La Jolla), de vasta respiración, y de miniaturas más simples versos acerca de la existencia habiendo sido profesor en la Universidad frágiles, de verso exiguo, de neta cotidiana. Tiene una visión completa de la Austral de Valdivia y en la de Concepción preferencia por el eneasílabo y un sonido obra de Neruda y esa visión la despliega hasta 1973 y, durante los primeros años de angustiado y angustioso» (p. 42). De estas con habilidad, finura e inteligencia.»♦ su exilio, en las universidades de Clermont- miniaturas, precisamente, se ocupa el Ferrand (Francia) y Seattle (USA). Muy ensayo. — Gene Bell-Villada, Williams College.

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El tercero profundiza las dimensiones de un solo Texto unitario, en coherencia del Tiempo y del Recuerdo a través de con el subtítulo en singular, Himno a las Documentos poemas situados en sectores extremos de glorias del pueblo en la guerra (así como Residencia: “Galope muerto”, en apertura en 1925 los fragmentos de Tentativa del del libro, y al cierre “El reloj caído en el hombre infinito habían sido también mar”, “Vuelve el otoño” y “Josie Bliss”. unificados en la portada por un subtítulo Este ensayo repropone y ejemplifica en singular: poema y no ‘poemas’). Por con particular densidad la temática otro lado, la diagramación agregó al Texto Huidobro y Larrea: residenciaria a la que Jaime Concha ha notables fotografías, collages y arreglos dado una de sus contribuciones mayores. visuales del artista plástico Pedro Olmos, dos cartas (1935) Un aspecto de Tercera residencia lo que entonces implicó una gran novedad interesa, en fin, al último de los cuatro en la bibliografía de Neruda. Novedad que Del libro VICENTE HUIDOBRO. Epistolario ensayos: “La guerra en España en el retomará en Canto general (1950), en con Gerardo Diego, Juan Larrea y Guillermo corazón: el tema y sus formas”. Es el más Estravagario (1958), en Las piedras de de Torre, edición de Gabriele Morelli, Madrid, extenso y —para mi gusto— el más Chile (1961), en Una casa en la arena Publicaciones de la Residencia de Estudian- novedoso de los cuatro. Comienza por (1966), para no hablar de las especiales tes, 2007. Volumen de inminente aparición en situar el texto de 1937 en el decurso reediciones ilustradas de las obras más España. De las cartas que siguen la de Larrea hispánico de la relación entre guerra y conocidas del poeta, habituales desde que es inédita, mientras la respuesta de Huidobro, poesía: «Veo la poesía española, la grande Losada devino su editor en los años aquí tomada directamente del manuscrito y poco conocida, fue publicada hace años por por lo menos, no demasiado regida por el cuarenta.♦ David Bary desde una copia que le envió el tic guerrero —¡gracias a Dios!», salvo los — Hernán Loyola mismo Larrea en 1962. Agradezco al editor casos del juglar de Mío Cid, de Ercilla, de Gabriele Morelli (Università di Bèrgamo, Ita- Herrera y algún otro. Pero los más altos lia) su autorización para anticiparlas aquí. Las poetas del siglo XX (Jiménez, Machado, publicamos sin comentarios en el contexto del Lorca) se opusieron al clima beligerante bien conocido conflicto de Huidobro con en que les tocó vivir. «Todo esto nos lleva Neruda, que incluye aquí sus reiteradas (cuanto a calibrar, por la afinidad que unía a estos grotescas) acusaciones contra Diego Muñoz poetas con Neruda, lo fuerte que debió ser y Tomás Lago. Sobre ese conflicto remito el desafío que tuvo que enfrentar el chileno principalmente a notorios trabajos de David cuando decidió, en medio de la refriega y Bary, René de Costa, Volodia Teitelboim y de la tragedia española, escribir poesía de Faride Zerán. – HL combate para ayudar al pueblo en armas que sostenía y defendía a la República. Nada de su obra anterior hacía prever esto; nada lo preparaba para esta eventualidad. [Carta manuscrita de Juan Larrea a España en el corazón es fruto de una tensa Vicente Huidobro] e intensa remoción de sus hábitos poéticos y significa un cambio completo en su El Plantío [Madrid], 13 de junio de 1935 repertorio de temas.» (p. 112). De esta consideración parten, sea el Querido Vicente: examen global de la obra que el análisis específico de algunos textos represen- [...] Mucho me duele tu lucha cotidiana tativos (“Canto a las madres de los contra el vacío. ¿No podrás nunca, milicianos muertos”, “Canto sobre unas Vicente, anular con la comprensión ese ruinas”). Destaca Concha la doble aspecto de tu temperamento que te formatación —diseño tipográfico y diseño pone a merced de cualquiera que te desa- gráfico— de la edición Ercilla de 1937. fía? Es ese quijotismo excesivo el Por un lado la tipografía dispuso que al reducir los problemas a cuestiones deliberadamente los textos (por ejemplo personales te arrebata el tiempo “Explico algunas cosas”) como fragmentos necesario para tu pleno desenvolvimiento

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y te amarga la vida. Ahora mismo de nuestra vida vegetativa. Toda idea de La salud de mi madre me impide hacer aún no he podido comprender qué graves mérito personal significa reclamación de muchas cosas que debiera hacer y que no consideraciones te han impulsado a derechos, creencia en la jerarquía, deseo puedo por no acarrearle disgustos. Es emprender campaña [Al margen izquier- de explotación. Pensar que el más inteli- terrible vivir en esta contrainte. A veces do Huidobro pone de su puño la gente está hecho para recibir el tributo de me digo: partiré a Europa. Pero su salud siguiente frase, entre paréntesis: «No los que no lo son me parece una inver- tampoco me lo permite. Y piensa que existe tal campaña. Sólo una pequeña sión de términos ocasionada por la ambi- nunca sabrá ella todo el sacrificio que respuesta a ciertas infamias.È] contra ción explorativa del yo. El más inteligen- vivo por ella. Las olas no me desgarran Neruda, buen muchacho inofensivo. Ya te, si no se queda a medio camino, se verá sino que me gustaría, entre ola y ola, imagino que es este mismo aspecto el obligado a comprender (y a justificar) al poder hablar, con alguien, encontrar un que te irrita, porque no admites que que lo es menos. Parece un absurdo pen- oído y una garganta afín. Me desespera el nombre excelso de poeta pueda apli- sar que los menos inteligentes se ven en ver estas gentes tan por debajo de cada carse a quien es movido por ambiciones la obligación de entender al que lo es cosa y de cada problema. de menor cuantía. Pero esto no me pare- más.[...]. No quiero que el advenimiento de la ce suficiente para que tú, que maravilla viviente por la cual he aspiras a otra cosa, emprendas esta cam- trabajado tantos años y que tanto he es- paña que no hará sino acarrearte perado me encuentre en un campo de molestias de toda especie. Déjalo que sandías y que no pueda recibirla como se vivan y «adelante por el vasto azur merece. siempre adelante».1 El constructor no se Me hablas de una campaña contra hace consciente sino cuando en vez Neruda. No, querido Juan, tú no puedes de lamentarse por ejemplo de la ausencia dejarte engañar, eso está bueno para los de hermosos mármoles para sus otros, tú no puedes marchar en esa construcciones hace posible con su bús- combina. Yo no he empezado ninguna queda que sea descubierto el cemento. campaña contra ese señor que no es tan Sí, de muchísimas cosas tendríamos que [tachado: ÇinofensivoÈ] buen muchacho hablar. Mas ocasión llegará, como aparenta sino un admirable Vicente, en que podamos hacerlo con esa hipócrita. Es precisamente al revés, es él sacra libertad de quienes buscan el quien emprendió una campaña en mi triunfo de la vida en toda su indescripti- contra. Te mando ese número de Vital ble magnificencia. El día que te para que lo veas. Yo fui obligado a defen- sienta fuera de ti mismo será para mi derme porque ese señor me calumniaba en gusto uno de los más radiosos que he todas partes. Desde Argentina escribía conocido. Porque a veces me asalta el verdaderas circulares calumniándome y temor de que te suceda algo de lo que ahora manda versos de insultos en mi pasó a Colón que, por discutir derechos contra desde España. Esto no me impor- sobre el mundo que descubrió, no ta, lo que yo no podía tolerarle eran sus llegó a saber lo que era el Nuevo Mundo. bajezas. Figúrate que este señor al partir Su temperamento no le dejaba de Chile para Argentina [tachado: ÇseÈ] percibir las realidades psicológicas, de [Carta manuscrita de Vicente Huidobro envió una serie de cartas anónimas, creo las que, al enajenarse las a Juan Larrea] que también en forma de circular, a mu- voluntades, fue finalmente víctima. chos escritores argentinos, diciendo: Como verás te hablo con toda franqueza. Santiago, 5 de julio de 1935 ’Ahí va Neruda, espía militar chileno’ — Ojalá pueda en ti la conciencia libertaria o algo por el estilo. A todas luces de la idea de yo hasta comprender que el Querido Juan: lo que quería era hacerse el interesante y acto en apariencia más meritorio no es Ah! Si tu libro va a hacer que ocurra promover revuelo en torno a su persona. fruto del individuo sino de la vida imper- lo que aguardamos con tantas ansias, si Armó el revuelo y entonces el infame sonal como consecuencia de todo el tra- tu libro va a hacer llover, que venga escribió desde allá a Chile, haciéndose la bajo colectivo anterior por exigencias de pronto: todas las estatuas del mundo me víctima, es su política habitual y conoci- la creación siempre presente, dentro parecerían pocas para glorificarte.2 da por todo el mundo— y señalando de un mecanismo tan automático como el Yo vivo en una jaula de gruesos barrotes. cómo posibles autores de esas cartas a

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«Huidobro o algún creacionista»; te sabes que tengo razón. Puedes creerme Tres inmensas novelas que escribimos transcribo sus palabras, pues me han que si él no me hubiera calumniado y en colaboración con [Hans] Arp en mostrado esas circulares, «o a Pablo de hecho que dos amigos suyos [escrito Arcachon. Rokha o a Isaac Echegaray ». ¿Ves la encima de la línea: Çambos de la Policía Cada vez que pienso en lo que eres y lo infamia? ¿Crees tú que yo le iba a tolerar SecretaÈ] me insultaran en el diario Las que vales te quiero más y me siento semejante villanía? Últimas Noticias yo jamás me habría orgulloso de mí mismo. De haber sabido Debo advertirte que cuando en la Asocia- ocupado de él ni para bueno ni para encontrar un amigo como tú. Nunca he ción de Escritores y Artistas malo. Fue él quien emprendió campaña dejado de quererte y estimarte, ni aun en Revolucionarios se habló mal de él, re- en contra mía y no yo en contra de él. los momentos en que tu obra podía cién llegado yo a Chile, yo fui el único En el asunto del plagio no tuve arte ni gustarme menos o ciertos aspectos de en defenderle. En varias ocasiones al parte. Claro está que él dijo que era yo el ella, siempre te he sentido cerca y acusarse su actitud turbia yo le defendí. autor. Así se presenta como víctima o siempre tan excepcional, tan por encima Asimismo cuando Pablo de Rokha le trata de hacer creer que las gentes le tie- de los demás que eres consuelo y insultó [escrito encima de la línea: «gro- nen odio por envidia. Es su sueño. Y es ejemplo. Ojalá te vean como hay que seramenteÈ] yo hablé con él y le dije que tanto lo que sueña que no se da cuenta de verte y sirva tu ejemplo. hacía mal en insultar así a un compañero. que le tenemos desprecio y no odio. Ese abrazo mío especial para ti Vicente Luego cuando entre los jóvenes comunis- No creas que este asunto me acarree mo- [Huidobro] tas se le acusó de andar con dos policías lestias, apenas si me hace reír. El puede [escrito encima de la línea: «sus íntimos emprender en España todas las campañas [post scriptum a lápiz:] amigosÈ] para arriba y para abajo yo que quiera en mi contra. traté de disculparlo. De todo esto hay España no me interesa, quiero decir la [...] Mira qué cosa triste y qué pobre. muchos testigos. Entretanto el infame no España literaria. La otra me interesa mu- Y ve con qué habilidad [escrito encima hacía otra cosa que hablar mal de mí por chísimo. Toda la intelectualidad española de la línea: «al atacarme»] ha cambiado debajo y por detrás. Esto lo he sabido yo para mí se reduce a una sola persona: los roles y se hace la víctima. Pero tú, ahora por otros que se han peleado con él Juan Larrea. Tú lo sabes muy bien. El Juan, tú no puedes caer en la trampa. y me lo han contado. [Escrito encima de resto me parece igual que Bolivia. Nunca Te figuras tú el boche que habrían arma- la línea: «Algunos como Pilo Yáñez y su he podido olvidar la frase tremenda de do los jóvenes en Francia por un mujer me han contado las frases y cam- Picasso a su regreso de España: «España, señor cuyos íntimos y mejores amigos pañas que el hipócrita hacía en mi con- todo tan largo, tan largo y tan tonto». Y son Diego Muñoz y Tomás Lago de la tra.È] Hoy se presenta con su actitud de tú recordarás la frase de nuestro amigo Policía Secreta de Santiago. Si en España indio vencido e hipócrita diciendo con Juan Gris: España es el único país del esto les parece poco... Allá ellos. voz compungida: ‘Yo no sé qué tiene mundo que todavía no ha aprendido que Es triste para España.♦ Huidobro en contra mía, qué le ha dado hay que decir cosas grandes y bellas en por arrancarme y hacerme campañas’. lenguaje familiar y sin énfasis. El pequeño canallete sabe muy bien que Son profesores de retórica. Escriben aún nadie le recibió con mayor cordialidad en la Edad Media, con tizona, larga capa que yo mientras él y sus amigos vivían y sombrero con pluma. Todavía no saben tratando de socavarme. que el arte de escribir bien consiste en El único choque que tuve yo con él lo escribir mal. Son retóricos, terriblemente tuve en casa de Yáñez y precisamente retóricos. por tu poesía y creo que la de algunos Sacúdeles un poco. Por eso tu misión es otros españoles jóvenes. De ti grande, porque debes despertar y modifi- recuerdo, y puedes decírselo a él en su car a un gran pueblo. NOTAS: 1 cara, de ti hablamos y yo defendí tu poe- Ximena [Amunátegui] está escribiendo a Larrea cita el último verso del poema “Pegaso” de Rubén Darío, Cantos de vida y esperanza, 1905, sía. De los otros españoles no recuerdo Guite, encantada de haber recibido una que reza: «adelante en el vasto azur, ¡siempre ade- con certeza y por otra parte él es superior larga carta. Dale un gran abrazo mío y lante!» escrito encima de la en mi concepto [ muchos cariños a mis sobrinitos Lucienne 2 Huidobro alude talvez a Versión celeste, libro que línea: «a»] casi todos ellos, excepción y Jaime. Vladimir [Huidobro] les manda Larrea publicará por primera vez en Italia mu- hecha de ti, así es que sus palabras no me un abrazo y un beso a cada uno y otro a chos años más tarde (1969), o más probablemente habrían chocado mucho por ese lado. sus tíos. a Orbe, el libro que proyectaba publicar en 1936 Esta es la verdad, Juan, tú me conoces y Por este correo te mando En la luna y (pero la Guerra Civil lo impidió).

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Pablo, volvamos (1954)

GONZALO ROJAS

Pablo, volemos abajo esa tristeza de morir de aquí. en la mujer y en el placer. Volvamos Volvamos

(1904) (1934) al año cuatro, a tus pulmones a la tierra, a la multiplicidad recién nacidos, al minuto y a la unidad profunda de la tierra, que te cortaron de tu madre al vértigo del ser, a descubrir sangrienta, a tu estrella. que el hombre solo es nada, hasta que el hombre Volvamos (1944) (1914) el hombre entra en los hombres como el sol, a tu niñez, al día oscuro y empiezas a ser, Pablo, de Temuco, al relámpago empiezas a ser pan, vida, volcán de tus diez años. de Chile, ese minero ¿Oyes que es el poeta, y te hundes y nos sacas del fondo en la lluvia ese tren, con el beso cada día más luz. de tu padre? Pero volvamos Hijo mío, volvamos (1954) (1924) a este día otra vez, a esta alegría a tus veinte años libres, a tu de vernos y callarnos, velocísima estrella. tú con tu medio siglo y con tus siglos, Subamos yo con mi corazón, con mi trabajo, al sol terrible, a la revelación a este día de todos, a este día del amor en el mundo de tu estrella. y abajo, Volvamos.

NOTA: Texto inédito que apareció entre los papeles conservados por la Fundación, con esta nota sin fecha: «Querido Pablo: Te escribí estos versos a toda prisa. Son mi saludo personal. Perdona la demora. Cariñosamente, Gonzalo Rojas.» Enviado desde Concepción, fue leído durante la celebración de los 50 años de Neruda (1954). Se publica con autorización del autor.

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