Escena de Il barbiere di Siviglia en San José Foto: Pat Kirk Foto: Pat

Ópera en Estados Unidos

Il barbiere di Siviglia en San José vibrante y atractivo fraseo. El maestro Ming Luke dibujó una Febrero 27, 2011. La Ópera de San José es una gema de excelente interpretación de parte de la orquesta. Equilibró el foso compañía; perfectamente ubicada en una pequeña sala enjoyada y el escenario razonablemente bien, favoreciendo tempi cómodos elegantemente como teatro (que alberga 1,100 personas), en la sobre atrevidos. La escenografía del diseñador de escena Matthew tercera ciudad más grande de California. Mantiene a una compañía Antaky lució tanto práctica como encantadora. residente de cantantes jóvenes (la cual se renueva cada año), por John Koopman y programa tres o cuatro producciones cada temporada. Este Barbiere tuvo un toque cosmopolita, con cantantes abarcando desde Bulgaria hasta Canadá, trabajando con un director de escena en Houston educado en Argentina: José María Condemi. Febrero 11, 2011. La popular obra con música de y libreto de Salvatore Cammarano, basada en la novela La puesta en escena fue tradicional, ligeramente condimentada The Bride of Lammermoor de Sir Walter Scott, tuvo su última con toques humorísticos. El méxico-norteamericano Adam presentación de la presente temporada con un lleno prácticamente Meza ofreció un Figaro optimista que energizó la acción escénica total, a cargo de la Houston Grand . En una escenificación en todo momento. Su ‘Largo al factotum’ —completa con el Sol minimalista bajo la ligeramente acartonada dirección escénica agudo no escrito, como es tradición— hizo retumbar el lugar. de John Doyle, que con un siempre preciso y expresivo juego Como Almaviva, Chester Piddock cantó bastante bien, pero, de luces firmado porJane Cox y un manejo de fondos y telones incluso para las dimensiones de este teatro, su voz de tenorino fue representando el siempre cambiante paisaje de Escocia, dio vida sólo marginalmente efectiva. La mezzo-soprano Cathleen Candia a este drama belcantista en tres actos tan siempre aclamado por fue una dinámica y agradable Rosina; actuó bien con opulento y el público. Los vestuarios de época a cargo de Liz Ascroft, en satisfactorio timbre. Ver a Figaro y a los dos amantes representados contraste con el manejo vertical, horizontal, e incluso oblicuo de por tan vibrantes y joviales actores tan cercanos a las edades de los los telones texturizados, lograron una atmósfera que dio realce más personajes fue especialmente gozoso. bien a la parte humana y acentuó la atención en el desempeño del elenco. La dupla de bajos buffos —Bartolo y Basilio— fue un deleite. Ambos fueron barítonos que rozaron los límites en algunas notas Un excelente y bien balanceado coro a cargo de Richard Bado graves, pero estuvieron más cómodos en la parte aguda de sus tuvo para si una serie de movimientos en escena que fueron más grandes arias. Turfel Borsting cantó con maestría la famosamente bien discretos, estáticos y en cierto modo un tanto aburridos, pero difícil aria de Bartolo ‘A un dottor della mia sorte’. Cumplió que vocalmente fue una gran aportación a la función. La soprano holgadamente bien con las demandas de dicción del personaje, coloratura rusa Albina Shagimuratova, quien a su cargo tuvo la convincentemente amenazante, y se hizo favorito del público. parte epónima, hizo gala de una emisión de timbre hermoso y de Paul Murray cantó y actuó la difícil aria ‘La calunnia’ como si gran brillo, con un registro lo suficientemente amplio para no sonar hubiera sido escrita para él. La mezzo-soprano Kindra Scharich insuficiente en los graves a pesar de su tesitura. Histriónicamente, y estuvo seriamente sobrada como Berta, como reveló al cantar al igual que el resto de los primarios, se le notó siempre preocupada su pequeña aria ‘Il vecchiotto cerca mogli’, con timbre firme, por su emisión y por su foco en el escenario, restando impacto

mayo-junio 2011 pro ópera  Albina Shagimuratova como Lucia en Houston dramático a su caracterización. Su momento culmen en la escena de superiores a lo simplemente correcto, siendo Willis-Sorensen la locura del tercer acto fue bastante destacado y bien pudo deshacerse que vale la pena subrayar ya que estuvo en todo momento libre por un considerable espacio de tiempo de esta situación; los de la mencionada “preocupación vocal y escénica” evidenciada sobreagudos no le hicieron ni cosquillas. por los demás, y también por su voz de hermoso color oscuro y plenitud de matices. La dirección orquestal de Antonio Fogliani El tenor neoyorquino de ascendencia griega, Dimitri Pittas, fue cuidadosa de los cantantes y sumamente expresiva en los encarnó al señor de Ravenswood y enamorado de Lucia, Edgardo. momentos más románticos, aunque careció de mayor peso e Su pleno y hermoso timbre lírico con buena base y squillo corrió impacto en los momentos dramáticos. En general, la falta de magníficamente, y dio un muy romántico y heroico toque a su acentos histriónicos del elenco y de acentos musicales desde el rol. Aunque también estuvo preocupado por su emisión y su foso, hicieron de esta una función que se podría calificar apenas lugar en escena, y en ocasiones se le notó ligeramente corto de como ligeramente arriba de lo regular, pero que a pesar de todo fiato, de los principales fue el más suelto en escena y en el dueto resultó ingeniosa y atractiva en la parte visual. Definitivamente una ‘Verranno a te sull’aure’, soprano y tenor se acoplaron de forma Lucia di Lammermoor lejana a las tradicionalistas y con mucho maravillosa tanto en el juego de timbres, como en el balance de que ofrecer para un título tan recurrido. intensidad. El barítono estadounidense Scott Hendricks dio vida por Jorge Arturo Alcázar al convenenciero hermano de Lucia, Enrico, con autoridad en su emisión, aunque es de hacer notar que “se comió” ligeramente la voz por darle oscuridad en diversos pasajes, sobre todo cuando The Nightingale en Nueva York interactuó con Pittas. No es un portento vocal de ninguna forma, Marzo 6, 2011. Un gran éxito se apuntó el director de escena pero su timbre posee belleza y su registro suficiencia; mayor Robert Lepage con la presentación en la Brooklyn Academy of libertad le habría granjeado mejor resonancia y por ende un mucho Music neoyorquina de su aclamada producción de El Ruiseñor mejor desempeño. y otras fabulas breves del compositor ruso proveniente de la Canadian Opera Company. Hilvanadas por medio Oren Gradus como Raimondo, Beau Gibson como Normanno, de piezas para clarinete del propio Stravinsky, el espectáculo dio Nataniel Peake como Arturo y Rachel Willis-Sorensen como inicio con una serie de canciones que sirvieron de antesala a la Alisa completaron el elenco con participaciones equilibradas, bien ópera-ballet El lobo, obras para las cuales con gran creatividad sujetas a las exigencias de su papel, y con resultados vocales muy Lepage se sirvió primero de sombras chinescas y luego de

 pro ópera mayo-junio 2011 manipuladores-acróbatas que narraron las historias a las cuales los méritos caben para el siempre sonoro bajo Robert Pomakov a textos de las canciones hicieron referencia. cargo del rol del alto oficial de la corte imperial. Tanto el coro como la orquesta de la Canadian Opera Company tuvieron un El plato fuerte del espectáculo vino de la mano de la opera El desempeño memorable, el primero bajo la atenta mirada de la Ruiseñor, que constituyó la segunda parte del espectáculo y siempre efectiva Sandra Horst y el segundo bajo la sólida batuta para la cual el director de escena canadiense recurrió a la muy del joven y talentoso Johannes Debus. El público aplaudió a original idea de presentar a los personajes a través de tradicionales rabiar y sin la menor intención de abandonar la sala dispendió marionetas de agua vietnamitas manejadas por los propios interminables ovaciones a cada uno de los intérpretes. cantantes a los que sumergió hasta la mitad del cuerpo en una por Daniel Lara pileta llena de agua que ocupó buena parte de la escena. La idea de Lepage quizás pueda parecer rebuscada, pero visualmente funcionó a la perfección y le dio a la representación una espectacularidad Porgy and Bess en Atlanta que convirtió al director canadiense en el gran triunfador de la Marzo 9, 2011. El Sur interpreta al Sur con respeto y dignidad. noche por encima incluso de la ópera misma. El compositor George Gershwin especificó en su testamente que la ópera Porgy & Bess solamente podria ser puesta en escena El reparto vocal revistió gran interés, sobresaliendo con luz propia por cantantes de la raza negra y así continúa la tradición en tanto el impecable y comunicativo pescador del barítono Lothar todas partes del mundo. La Ópera de Atlanta logró una hermosa Odinius como el virtuosísimo y sensible ruiseñor de la soprano producción, superando las tendencias a teatro musical tipo Olga Peretytko. No se quedó atrás el bajo Ilya Bannik, quien Broadway que han caracterizado las escenificaciones de esta obra. concibió un emperador que rozó la perfección, y los mismos Los personajes adquieren una respetable dignidad en la calidad de voces y movimiento. No hay exageraciones para destacar una población sureña que deambula en la miseria. Es una ópera en todo el sentido de la palabra, aunque a veces quizás se podrían acortar algunos pasajes, pues la música se vuelve un poco monótona.

A pesar de la abundancia de solistas, con sus respectivas arias, es el coro el que se lleva los laureles. Actuando con orgullo y profesionalismo, bajo la dirección de Walter Huff, sus miembros se posesionan después de haberlo interpretado con gran éxito en París, donde la Opéra Comique brindó a Huff la más fuerte ovación de su vida. En la batuta vemos al director Keith Lockhart, titular de la Boston Pops Orchestra y recientemente nombrado Conductor de la Orquesta de la BBC de Londres. Joven y alegre en su ejecución, maneja los distintos matices de esta obra que, aunque compuesta en 1935, todavía se le puede llamar vanguardista y, de especial mérito, un impecable manejo de la percusión, que resonaba por todo el teatro con un lleno total.

Larry Marshall, director de escena, es un actor cantante que ha interpretado el papel estelar de esta ópera en el Met y de Milán, entre otras compañías de ópera, antes de dedicarse a dirigir, y logró un profundo entendimiento de los personajes. En el papel estelar figura el barítono oriundo de esta ciudad de Foto: Jack Vartoogian

Ilya Bannik como El Emperador y Olga Peretyatko como El Porgy and Bess en Atlanta Ruiseñor

mayo-junio 2011 pro ópera  Claude Girard e iluminación de Mark McCullough. Una serie de arcos estructurales sirvieron como la plataforma mediante la cual, con el cambio de los decorados y de la posición de los mismos, se logró estar ya bien en el palacio de los Capuleto, bajo el balcón de Julieta o en la capilla de Fray Lorenzo, por no mencionar la locación de cada cuadro, pero fue de factura exquisita y de gran realismo, adaptando cada momento a la época narrada en el texto y con excelente gusto en cada detalle de la misma. La dirección de Kahn desembocó en un continuo que además de humano y natural, fue convincente en drama y romanticismo. Los vestuarios no dejaron espacio para descuidos, y el manejo de la ambientación mediante la luz tuvo sus momentos más sobresalientes en la escena matrimonial del tercer acto, y en la escena inicial del cuarto acto cuando los jóvenes enamorados de la Verona del Siglo XIV viven al máximo su prohibida relación en la habitación de Julieta.

En lo que concierne a los solistas, Julieta estuvo interpretada por la soprano rusa Lyubov Petrova, ya conocida y querida por el público de Dallas, quien desarrolló su papel con ternura e inocencia y vocalmente logró envolver en su línea de canto de gran calidad, con agudos generosos, y que se notó fresca de principio a fin. El tenor neoyorquino Charles Castronovo dio vida al enamorado Romeo con gallardía y aplomo. Su timbre que si bien es lírico es también bastante aterciopelado, dio matices de ligera oscuridad

a su personaje y con esto logró un binomio entre juventud e Almond Foto: Karen

Robert Lloyd (Frére Laurent), Lyubov Petrova (Juliette) y Charles Castronovo (Roméo) en Dallas

Atlanta, Michael Redding, quien a pesar de contar con una excelente voz, imparte una sensibilidad al lisiado personaje que desborda sentimiento. La soprano Laquita Mitchell en el papel de la indecisa Bess, demuestra la inestabilidad del personaje, que se aferra a una juventud ya pasada. Bonitos dúos con Porgy. El villano Crown es interpretado por el barítono Eric Greene, con voz algo capretina. Las sopranos Aundi Marie Moore (Serena), NaGuanda Nobles (Clara), al igual que la mezzo Judith Skinner (Maria), impactantes en sus interpretaciones. La música vocal de Gershwin exige voces de primera calidad que puedan dar brillo a sus difíciles armonías. El versátil tenor Chauncey Parker, interpretando al casquivano Sporting Life, lleno de vicios y artimañas, aporta una inusual simpatía al diabólico personaje que logra convencer a Bess que se vaya con él.

De especial importancia es la novedosa escenografía que usa videos y diapositivas como telones. Impresionante el video de un huracán suministrado por el canal de TV Weather Channel, que fuera captado en vivo y luego ejecutado por un sistema desarrollado por la Universidad de Kentucky, que pone la mas moderna tecnología a disposición de la ópera. por Ximena Sepúlveda

Roméo et Juliette en Dallas El clásico shakespeariano, con música de Charles Gounod, se presentó el pasado 13 de febrero en el marco de la temporada 2010-2011 de la Ópera de Dallas. El libreto de Jules Barbier y Michel Carré fue llevado a la escena operística en una producción realista, dirigida por Michael Kahn, con diseño de producción de Stephen Costello (Roméo) y Ailyn Pérez (Juliette) en Filadelfia

 pro ópera mayo-junio 2011 incipiente madurez que abonaron en un desarrollo del papel con superlativa forma vocal, Pérez concibió con un bellísimo esmalte complejidad por encima de lo normalmente escuchado en ese rol. vocal una Julieta de gran musicalidad, canto refinado y sensible que emocionó hasta las lágrimas y dejó ganas de más. El veterano y experimentado bajo británico Robert Lloyd tuvo para si el papel de Fray Lorenzo, y no hay palabras que logren Una grata sorpresa dio el Tebaldo de Taylor Stayton, quien con hacer justicia a lo que su afable actuación, su naturalidad en escena importantes medios y gran nobleza de acentos dotó a su parte de y su aún poderosa y robusta voz lograron con el papel; baste para un relieve poco usual. Excelentes, tanto Elena Belfiorecomo ello comentar que la ovación para él al final de la función, incluyó Marian Pop compusieron a la perfección los roles de Stefano y un teatro completo de pie y múltiples gritos proferidos por el Mercutio, respectivamente. Aunque un tanto verde, fue válida respetable. Joshua Hopkins, barítono canadiense, tuvo a su cargo y meritoria la labor de Justin Hopkins como el fraile Lorenzo. el rol de Mercutio, fiel amigo de Roméo. Su desempeño histriónico Un comentario aparte mereció Daniel Mobbs, quien con gran fue enérgico y natural, y vocalmente podemos decir que cumplió autoridad vocal dio vida al jefe del clan Capuleto. Los demás solventemente sin mayores sobresaltos qué destacar. personajes secundarios fueron cubiertos con gran profesionalismo por elementos locales. Al coro se le escuchó afinado y bien La mezzo soprano rumana Roxana Constantinescu en el papel preparado. A cargo de la vertiente musical, Jacques Lacombe de Estefano logró convencer vocalmente, pero su actuación se obtuvo de la orquesta de la casa una lectura excepcional nunca excedió en jugueteos pueriles (demasiados aún para el papel) y se exenta de brillo, dinamismo y matices. Trasladando la acción a le llegó a notar preocupada por sus trazos escénicos. El Capuleto la actualidad y colocando a las dos familias rivales —una en el del bajo estadounidense Stephen Morscheck denotó autoridad mundo fashion de la moda y a la otra en el mundo marginal de la y fuerza, y cabe señalar que su presencia escénica es importante, calle—, la producción escénica que firmóManfred Schweigkofler aunque podría sacarle mayor provecho si se creyera un poco más mostró algunas buenas ideas y convenció aunque a regañadientes. el personaje. La mezzo-soprano estadounidense Jane Bunnell por Daniel Lara como Gertrude dio una lección de lo que debe ser un comprimario, logrando ajustarse a la perfección a su papel tanto en lo actoral como en lo vocal, sin robar escena a nadie; gran tarde para ella. El Duque del bajo local Mark McCrory no fue malo, pero su emisión fue rebasada por el resto del elenco y es que quizá el papel le pesó psicológicamente, por lo que entubó y engoló su voz para darle mayor peso y carácter, y esto no le rindió grandes frutos a final de cuentas. El Tebaldo del tenor californianoAaron Blake fue una verdadera decepción: desafinó pasajes de mediana dificultad, se vio inseguro en su papel, y al final terminó siendo casi ridículo al contrastarlo con un desempeño tan sobresaliente del elenco en general. Benivolio fue interpretado por el tejano Juan José de León y Gregorio por el barítono coahuilense Juan Alberto Galván, ambos correctos y con gran energía. Por último —en todo sentido—, está el Paris del también local Steven LaBrie, que más desangelado e insolvente no pudo ser, y eso sin tomar en cuenta que lanzó un par de gallos durante su primera intervención. El coro a cargo de Alexander Rom mostró balance y control, y sus secciones masculinas lucieron especialmente bien. El foso, con Marco Zambelli a la batuta, dio a la función la vestimenta musical más digna y expresiva que recuerdo en este título en mucho tiempo: su manejo de los tiempos fue siempre Julia Koci (Violetta) y Jesús García (Alfredo) en Phoenix intencionado y preciso, su uso de acentos fue delicioso y echó de ver esa sutil pero gran diferencia que existe entre los directores que marcan compases, y los que interpretan una partitura con miras al La Traviata en Phoenix texto y al momento teatral. En lo general una gran tarde que superó El 4 de marzo de 2011 la Ópera de Phoenix presentó la las expectativas de quien suscribe y que hizo recordar a quienes tradicional puesta en escena de Carroll Freeman de La Traviata asistimos que la música de los grandes compositores, depositada en en el Orpheum Theatre. El set de Peter Dean Beck, diseñado buenas manos, es siempre mucho mejor. originalmente para el Florida Grand Opera, fue fácilmente por Jorge Arturo Alcázar transformado en varios escenarios de la ópera. El detallado vestuario John Lehmeyer posicionó la escena en la época correspondiente, colaborando con el atractivo visual de la ópera. Roméo et Juliette en Filadelfia Febrero 20, 2011. Una gran fiesta se vivió en la Ópera de Filadelfia La soprano vienesa Julia Koci fue una Violetta radiantemente con la vuelta a la cartelera local de Romeo y Julieta de Gounod, hermosa que cantó con buen gusto y musicalidad. Es una de las que además reunió a una de las más fulgurantes parejas líricas pocas intérpretes de este papel que puede realmente manejar tanto con las que cuenta el firmamento lirico local: la dupla conformada la coloratura del primer acto como el drama requerido en las por Stephen Costello y Ailyn Pérez quienes se anotaron un gran escenas subsecuentes. El ganador de Jesús García fue y bien merecido éxito personal. Como Roméo, el tenor Costello un joven amante apasionado que cantó con voz robusta y timbre encandiló por su descollante vocalidad, su intensidad interpretativa resonante. Juntos, compusieron una pareja ideal en el Acto I, y un

Foto: Howard Paley Foto: Howard y su fuerte prestancia escénica que llevó al público al delirio. En par de atormentados pero interesantes amados posteriormente. Fue

mayo-junio 2011 pro ópera  inevitable no buscar un pañuelo en el último acto, cuando Germont, no la soprano, lee la carta tardíamente recibida: una elección interesante por parte del director que funcionó bien.

El Germont estuvo cantado con garbo por el veterano barítono franco-canadiense Gaétan Laperrière. Realmente hizo enojar cuando le dio a Violetta una muestra de su estrecha mentalidad, pero, al final, con sus expresiones de remordimiento, movió las más sensibles fibras del corazón. Una atractiva Flora, Erin Tompkins, cantó con sonido sólido mientras Francisco Rentería fue un Gastone de una pieza. Alexis Davis Hazell fue una punzante Annina, y su esposo Earl Hazell cantó el Commissionario con voz estentórea. Los barítonos Christopher Homes y Christopher Herrera representaron al Barón Douphol y al Doctor Grenvil con autoridad; mientras el bajo barítono Andrew Gray demostró ser un Marqués D’Obigny imponente.

El fundador de la Compañía y director artístico, John Massaro, guió a la orquesta, algo pequeña, en una presentación suave y lírica de la obra. La respuesta del público al final fue tumultuosa y abundante en elogios a los excelentes intérpretes que dieron vida a la maravillosa ópera de Verdi. por Maria Nockin

Turandot en San Diego El 19 de enero, la Ópera de San Diego abrió su temporada 2011 con una función de gala de Turandot, con colorida escenografía del célebre artista David Hockney. Similarmente colorido, el vestuario estuvo diseñado por Ian Falconer. Aunque el escenario está estilizado en una versión simplificada de tipo chino, para las representaciones de la Ópera de San Diego, el inventivo director de escena Lofti Mansouri, nacido en Irán, hace que sus protagonistas tengan reacciones congruentes con las situaciones de la historia.

Para Lise Lindstrom, Turandot se ha convertido en su personaje estrella desde que lo debutara la temporada Lise Lindstrom (Turandot) y Carlo Ventre (Calàf) en San Diego pasada en el Met. Después de San Diego, lo cantará en La Scala y en la Deutsche Oper de Berlín, antes de regresar a Estados Unidos, además de una presentación más en la Lyric Opera de fue definivamente un lujo en el elenco: su meliflua voz, de timbre Kansas City. Lindstrom canta el papel con suavidad, desmintiendo ahumado, y su consumada interpretación hicieron de su personaje la dificultad de la parte. Su técnica radiante recuerda a Birgit un agente de gran importancia en este drama. Nilsson, pero aunque su voz tiene destellos metálicos capaces de cortar la textura orquestal como un láser, esta Princesa de hielo El trio de Ping, Pang y Pong añadió humor en el primer acto y derritió a su apasionado amante en el tercer acto. Pero no fue ella un matiz pastoral en el segundo. El barítono Jeff Mattsey como la única soprano estrella sobre el escenario. Ping, con los tenores Joel Sorenden y Joseph Hu como Pang y Pong, cantaron con colores distintivos mientras combinaron La soprano albana Ermonela Jaho, a quien se le escuchó en coherencia dramática con picardía visual. Como el Mandarín, San Diego como , fue una magnífica e intensa Liù. el veterano comprimario Scott Sikon dominó la escena con Realmente sacó lágrimas de los ojos de todos cuando cantó su aria sus proclamaciones. Sentado en la parte más alta del proscenio, ‘Tu che gel sei cinta’. Jaho es una soprano lírico con un arcoiris Joseph Frank como el Emperador Altoum cantó con un terso y de cálidos y encendidos colores en su voz, y con la capacidad de estremecedor timbre que denotó su avanzada edad. involucrar las emociones de la audiencia con lo que pasa en escena. El director del coro, Charles Prestinari, dibujó hábilmente Como Càlaf, el tenor uruguayo Carlo Ventre fue un pretendiente las entrelazadas armonías del excelente grupo de coristas de la paciente que cantó todas las notas en su lugar con un sonido cálido, Ópera de San Diego como el pueblo de Pekín. El director italiano como de bronce. Su Xinterpretación podría haber sido un poco Edoardo Müller, enérgico y entusiasta, condujo a la orquesta a más enérgica y apasionada, pero su rendición de ‘’ través de la compleja y en cierta forma impresionista partitura de hizo cimbrar el recinto. Tener a Reinhold Hagen cantando Timur Puccini. Cuando la función terminó, el aplauso fue estruendoso y,

 pro ópera mayo-junio 2011 una vez más, el público dio la bienvenida al inicio de su temporada uno u otro personaje, lo cual resultó un poco tedioso después de ópera. de un rato. Fiorilla, brilantemente representada por la soprano por Maria Nockin georgiana Nino Machaidze, absolutamente fascinante, tanto visual como vocalmente, está cansada de su esposo de mediana edad Geronio, interpretado por el divertidísimo barítono italiano en Los Ángeles Paolo Gavanelli. Este papel es justo lo que necesita para mostrar El 27 de febrero de 2011, presentó una función su creciente potencia como estrella; la cantante hará de Juliette en matinée de Il turco in Italia de Rossini en una innovadora en la ópera de Gounod para Los Angeles Opera, la próxima producción de la Ópera Estatal de Hamburgo firmada porChristof temporada. Gavanelli es un maestro del pasado cantando los Loy. En California, la obra fue puesta en escena por Axel trabalenguas de las arias rossinianas y pronunció cada palabra Weidauer. El escenario de Herbert Maurauer fue funcional, con increíble nitidez. y su vestuario atractivo dijo mucho de lo que los portaban. La obertura de Rossini es una pieza hermosa con un bello solo de Enamorado también de Fiorilla, está el refinadísimo Don corno, tersamente tocado en esta ocasión por Steven Becknell. El Narciso, cantado con gran élan por el tenor ruso de coloratura “campamento gitano” es un pequeño tráiler del cual emergen todo Maxim Mironov. La mezzo-soprano Kate Lindsey, fabulosa el coro y algunos solistas, sacando carcajadas del público. Un viejo como Nicklaus y la Musa en Les contes d’Hoffmann del Met truco de circo, pero que sin duda funciona. transmitida en HD la temporada pasada, estuvo no menos fascinante aquí. Su dulce legato, elegante y moderna apariencia El poeta Prosdócimo estaba bloqueado para escribir y necesita y su talento para la danza se combinaron para hacer de ella una entontrar una buena historia que le inspirara. Con los locos triplemente amenazante Zaida. Podemos esperar para ella una personajes de esta ópera ve algunas posibilidades. Cantado por el gran carrera. veterano barítono inglés Sir Thomas Allen, el poeta fue siempre un deleite auditivo. Si bien fue constantemente humillado por El alto y esbelto bajo barítono italiano Simone Alberghini es ya Foto: Robert Millard

Escena de Il turco in Italia en Los Ángeles

mayo-junio 2011 pro ópera  Michael Kepler Meo y Patricia Racette en The Turn of the Screw

conocido en Los Ángeles y su Selim se apuntó como un éxito más la bien espaciosa escenografía de Paul Brown de 1950 aportaron en su lista de personajes. Como siempre, cantó con sonido robusto poco a la sensación de misterio del principio, pero uno llegaba y creó una enérgica caracterización. Recientemente egresado del eventualmente a percatarse de que Miss Jessel, interpretada por programa Adler Fellow de la ópera de San Francisco, Matthew Tamara Wilson, era una creatura que vivía en el lago. O’Neill hizo de un atractivo Albazar, cuya suave entonación y firme compomiso añadieron valor a la función. Racette interpretó su parte como una apasionada pero inocente muchacha que no quería sino lo mejor para los niños. Su voz En su conferencia previa a la función, el director James Conlon lustrosa se elevó fácilmente sobre la orquesta de trece músicos y su hizo notar que no había tenido oportunidad de dirigir esta ópera dicción fue impecable. La mezzo-soprano irlandesa Ann Murray desde sus inicios como director. No siendo necesario decirlo, no fue una ama de llaves sin sentido: ¡fue divertido verla usar una Conlon lo dio todo y su dinámica presencia dio vida a los aspiradora vintage sobre el piso del escenario! Éste es, desde luego, propulsivos ritmos y a la inventiva sonoridad de esta ópera poco el único personaje que, podíamos estar seguros, no veía cosas que interpretada. La tarde entera fue un deleite y los asistentes dejaron no eran reales. No tuvo mucha música melódica que cantar, pero su el teatro sonriendo, con felices melodías sonando en sus cabezas. interpretación fue magistral y su timbre fue sonoro y seguro. por Maria Nockin Una joven y menuda soprano, Ashley Emerson, y un niño soprano de doce años, Michael Kepler Meo, hicieron de los niños Flora y Turn of the Screw en Los Ángeles Miles. Emerson estuvo sorprendentemente increíble como la niña Ésta es una ópera de cámara de mediados del siglo XX compuesta pequeña. Meo tenía un trabajo mucho más sencillo al interpretar por Benjamin Britten a partir de un libreto de Mynfanwy Pipe, a un niño de su propia edad, y su incisiva habilidad vocal le dio quien más tarde escribiría también los libretos de Owen Wingrave y vida al personaje. Los personajes del lado oscuro, Wilson como Muerte en Venecia. El Teatro de Venecia estrenó la ópera Miss Hesel y William Burden como Quint, no fueron otra cosa de Britten The Turn of the Screw el 14 de septiembre de 1954. sino fantasmas tradicionales. Es por ello que la audiencia no pudo nunca tener la seguridad de qué eran exacatamente. Los dos artistas En el Prólogo se nos cuenta la historia del pasado en la que una tienen voces maravillosas y enunciaron sus líneas con sonido institutriz es contratada para hacerse cargo, por completo, de un sólido y brillante. No se movieron como fantasmas, pero crearon la hermano y una hermana huérfanos que viven con el ama de llaves, ambigüedad solicitada por Britten y Piper. Mrs. Grose, en una casa de campo llamada Bly. Aunque los niños son su sobrino y sobrina, su tutor no quiere cuidarlos y le dice a la Aunque la orquesta fue pequeña, fue tremendamente interesante: institutriz que no le escriba, que no investigue la historia de Bly y cada instrumento tenía una parte integral que tocar y Conlon, el que no abandone sus responsabilidades. director, hizo sobresalir la belleza del tema y sus variaciones. El ensamble estuvo, desde luego, conformado por los mejores Al principio, no sabemos nada del estado mental de la Institutriz, elementos de Los Angeles Opera. El corno inglés de Leslie Reed aspecto de la historia encomendado al director de escena y a y la celesta de Vryndon Hassman fueron sólo dos de las delicias la cantante; en este caso, en el estreno del 12 de marzo, fue un de esta noche. Colon dijo que apenas se comenzaba a celebrar tour de force de la directora Francesca Gilpin y de la soprano el centenario de Britten y que ésta fue una excleente manera de Patricia Racette. La producción fue montada originalmente por comenzar. o

Jonathan Kent en el Festival de . El vestuario y por Maria Nockin Foto: Robert Millard

 pro ópera mayo-junio 2011