Nuestra Señora Do Sciri Loronzo Patrona De Valladolid
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Certamen Literario y Artístico de 1953 En honor de Nuestra Señora do Sciri Loronzo Patrona de Valladolid TtRCtRA PARTt ) LÉRIDA GRÁFICOS ACADEMIA MARIANA 1954 y SÍ CERTAMEN LITERARIO Y ARTISTICO DE 1953 EN HONOR DE Nuestra Señora de San Lorenzo Patrona de Valladolid TERCERA PARTE LERIDA GRÁFICOS ACADEMIA MARIANA 1954 NIH1L OBSTAT EMMANUEL PERE, Can Poenit. Censor. Uerdae, 12 Decembris 1953 tAURELIUS, EPISCOPUS ILERDENSIS, \A V; <v Número 14 Premio 2.° DEL EXCMO. Y RVDMO. SR. DR. D. DANIEL LLORENTE Y FEDERICO, OBISPO DE SEGOVIA Ntra. Sra. de San Lorenzo, Patrona de «Auxilio Social» POR D. ISIDORO GALLEGO GONZÁLEZ LEMA: «QUÍ susceperít unum par- vulum talem in nomine meo, me suscipit». (MATTH. XVIII-5). Acabo dg llegar de la Salve cantada de la Iglesia Parroquial de San Lorenzo en Valladolid, abarrotada de fieles, sobre todo de hombres, que han ido allí en la vís• pera de la solemne Novena ¿ara pedir a Ntra. Sra. Pa• trona de Valladolid su bendición. Mañana muy de madrugada esos mismos hombres formarán en las filas del Rosario de la Aurora que todos los días de la Novena saldrá por las calles de la Parro• quia. La venerable imagen, toda iluminada ofrece un espectáculo encantador. Sobre su cabeza brilla un letrero con letras de oro que dice : «Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos...». Ciertamente que la Virgen María ha mirado siempre con ojos de misericordia a España desde aquel día venturoso en que posó sus plantas 'en Certamen de Ntra. Sra. de San Lorenzo. Padona de Valladolid Zaragbza y junto a aquel río caudaloso, figura de las gracias que Ella habríá de conceder a los españoles. Bien podíamos decir que España es el pueblo de las predilecciones de María porque lo es también de las pre• dilecciones del Corazón de Cristo-Rey. La historia de España es una historia Mariana desde que Santiago reci• bió alientos y protección junto al Ebro en los albores del Cristianismo hispano hasta el día-en que el Caudillo de Es• paña, Francisco Franco, cruzó la cara al comunismo in• ternacional y precisamente junto al mismo río Ebro. Mien• tras esté «esa Mujer ahí», decía un significado comunista a sus camaradas y a dos pasos ya de la invicta ciudad cesaraugustana, nosotros no la tomaremos. Este degene• rado español era, por más señas, zaragozano y conocía muy bien la historia de su región y la filosofía de la His• toria de España. Allí están las dos bombas que él y los suyos arrojaron sobre el templo del Pilar, como dos flore• ros que adornan él altar de la Virgen, testigos mudos del poder de María salvando, una vez más, a Zaragoza y a España de sus encarnizados enemigos. Decíamos que la historia de España es la historia de María y la península Ibérica un colosal templo mariano. No hay ciudad en España, ni pueblo ni aldea, que no tenga «su Virgen». Las advocaciones, imágenes, mila• gros, etc., de la Sma. Virgen en España son innumera• bles. La Patrona de San Lorenzo de Valladolid tiene una historia hermosa que no vamos a describir aquí, pero que es, sin duda, muy a propósito para ser también la Pa• trona dé esa gran Obra que nació en nuestra Gloriosa Cruzada, «El Auxilio Social». Y aunque es verdad que bajo este nombre están in• cluidas muchas y hermosas obras, yo me voy a fijar pre• cisamente en los Hogares de «Auxilio Social» en donde miles de niños reciben, con el pan de sus cuerpos, la doc• trina dé Jesucristo y la formación patriótica que hace de ellos españoles de nuevo cuño, que un día han de dar frutos muy consoladores. Sí, la Virgen de San Lorenzo era la más indicada para ser Patrona de «Auxilio Social». Huyendo de la invasión musulmana llega un día a Valladolid un santo Sacerdote. Viene de tierras toledanas y consigo trae un gran tesoro. Es una antiquísima ima• gen de María arrancada del poder dé los moros por modo Ntra. Sra. de San Loienzo, Patrona de «Auxilio Social» 5 maravilloso. Un día este Sacerdote descansa, triste y afli• gido, en la ribera izquierda del río Pisuerga, como San• tiago junto al Ebro. Hasta él van llegando tristes nuevas del avance de aquellos hombres que invaden nuestro suelo en plan amenazador. Pasan matando sacerdotes, destruyendo templos y quemando imágenes y son fieles seguidores de Mahoma, que emprenden fanáticos esta guerra que ellos llaman Santa. Este Sacerdote va a refu• giarse (como Pelayo en las cuevas del Auseva) en las cuevas del Pisuerga y aunque no pueda presentar por el momento la batalla que presenciaron los riscos de Cova- donga, dejará escondida la imagen de la Virgen en la ciudad de la Gran Promesa cuando lleguen a ella los invasores. Parece que en su interior escucha la voz de la Señora que le dice que la ciudad de Valladolid no será, en defi• nitiva, del Islam, sino de Cristo. Que sus hijos defende• rán la fe de sus antepasados y que para premiar la de• fensa que ellos hacen de su religión y de su suelo, un sencillo pastor descubrirá un día la imagen que él deja ahora escondida, y que más adelante esta imagen ha de ser la Patrona de la Muy Noble, Muy Leal, Heroica y Lau• reada Ciudad de Valladolid, cuba dé Felipe II y de San Pedro Regalado y que guardará también en su seno los restos de Colón y los del P. Hoyos, el jovén jesuíta a quien el Corazón del Rey Divino prometiera un día que «reinaría en España y con más veneración que en otras partes». Pasan los años y los siglos, y la patria de los Isi• doros, de los Guzmanes y Loyolas, de los Fernandos, Isa• beles y Teresa de Jesús, va a convertirse en blanco de las iras del infierno. La pobre España está pagando tributo quizá sin darse cuenta, al siglo mal llamado de las luces, y se . pone de moda el laicismo y la escuela sin Dios y se arranca de las Escuelas del Estado el Santo Crucifijo y se auita de las manos de los niños el Catecismo de la Doc• trina Cristiana, que es el Código más completo dé Filo• sofía y de Moral y, de haberlo conocido Aristóteles y Pla• tón, lo hubieran estudiado dé rodillas... En Valladolid está un joven de mirada amplia y pro• funda como las llanuras y los valles de su tierra. Aunque es vallisoletano, ha pasado algunos años én Salamanca, haciendo la carrera de Abogado. Es profundamente cató- Certamen de Ntra. Sra. de San Lorenzo, Patrona de Valladolid lico y por sus venas siente correr la sangre de Cortés y -de Pizarro. Ha terminado brillantemente su carrera en las aulas salmantinas y trae atravesada una espada en su corazón joven y ardiente, al haber escuchado al santón de los intelectuales izquierdistas y leído sus escritos anti• españoles y heterodoxos, Miguel dé Unamuno. Una tarde se pasea triste y pensativo por las riberas del Pisuerga. Al estallar la República Española en aquella triste tarde del 14 de abril, ha visto a la gente en ruidosas manifestaciones populares y les ha oído gritar: ¡Viva Rusia...! ¡Abajo el clero...! Onésimo Redondo sabe que la Virgen María es el consuelo de los afligidos y que la imagen que tiene en la Parroquia dé San Lorenzo, a dos pasos de donde él pasea, es la misma que un día alentó a Pélayo y a San Fernando y que la imagen que veneran los vallisoletanos en aquel lugar tiene una historia bella y tierna a la vez. Entra en el templo y postrado dé rodi• llas piensa en Castilla, en España, en América Española, en el mundo entero, ya que su alma es amplia y dilatada como las llanuras castellanas. Este joven abogado, se ha paseado por Salamanca precisamente por aquellas calles que un día vieron al soldado de Carlos V, Ignacio de Loyola, a Fray Luis de León, a Suárez y a Victoria. El no ha doblado la rodilla ante el ídolo moderno de los intelectuales españoles. Es más: un día sabe que en una de las calles de Salamanca que van al huerto del cantor de la Noche Serena, sé ha abierto una Capilla protestante; allá va... y primero con razones y después con amenazas demuestra ser paisano fiel de Pelipé I!. Onésimo Redondo sabe que la fuerza de su dialéctica (que pocos pueden contradecir) tiene que ser sustituida por la fuerza. El no entiende de respetos humanos y por eso, cuando es estudiante y congregante mariano en Salamanca, es el primero que se pone sobre el pecho la imagen de la Inmaculada y lleva una véla como la más sencilla viejecita de su pueblo; y al llamarle uno dé sus compañeros «beato», porque es de los pocos que dan la cara cuando se trata de salir en las procesio• nes públicas, Onésimo le contesta con unas bofetadas, y de no haberle separado los que me contaron este ras^o de coraje, hubiera dejado en su rival recuerdos más se• ñalados... Ntra. Sra. de San Lorenzo, Patrona de «Auxll o Social» 7 Es un joven muy piadoso y muy devoto de la Virgen. Una de las tardes en que ha ido a rezar una Salve a la Virgen de San Lorenzo, sale llorando de la iglesia y con• tinúa por la ribera izquierda del Pisuerga. No lejos de allí se para él Caudillo de Castilla frente a la desembo• cadura del Canal de Castilla. Esas aguas del canal vienen turbias y van a precipitarse en el Pisuerga con un len• guaje elocuente de los males que padecen los labradores castellanos con la tiranía de ciertos monopolios y cargas que les hacen la vida difícil.