Juguete cómico, original, en un acto y en verso, por D. Pelayo Castillo, para representarse en Madrid, el año de 1868.

PERSONAJES. Cel. (Apostaría á que el pérfido le escribe ála vecinita de enfrente; hace mucho tiempo D. Homobono marido de que abrigo tales sospechas.. .) Doña Celestina Iíom. (Mi mujer!) D. Rogelio. Cel. Qué estás haciendo? Rita. Hom. Nada. Epoca actual. Cel. Conque nada, eh? Hom. Mira, si quieres... ACTO ÚNICO. Cel. No quiero. Yra sabes que yo acostumbro á respetar tus secretos. Hom. Mucho! Sala medianamente amueblada, pero respirando elegancia y Cel. Que no soy curiosa. ! buen gusto. A la izquierda un espejo de vestir de cuerpo en¬ tero; mesa de despacho con recado de escribir, y libros; puer¬ Hom. Cá! no. tas al foro y laterales, y á la derecha un balcón. Cel. Sin embargo, apuesto á que ese papel... Te atreves ESCENA primera. á enseñármelo? IIom. No debo D. Homobono, sentado á ¡a mesa y escribiendo. transigir con tus manías. Tres y cuatro, siete; y cinco Cel. Conque no quieres... doce, y ocho, veinte.—Cero, Iíom. Qué empeño!.. y van dos.—Dos y dos cuatro. Toma! (continúa sumando en voz baja.) Cel. (leyendo.) Garbanzos, catorce; Total, seis duros y medio.— almidón, veinte...— Qué es esto? Qué escándalo! Ya se vé, Iíom. Es la cuenta... aquí no hay ley, ni gobierno. .. Cel. Ya! (Respiro!) Si mi mujer fuera otra... . Hom. Te has convencido? Laus Deo! pero le ha sorbido el seso Cel. Pero me ocurre una duda. esa maldita pasión, Hom. Una nada mas? que Dios confunda, los celos, Cel. Sospecho y cada escándalo que arma.. .. Que ese papel no es el mismo... Esta casa es un infierno! No, tú estabas escribiendo Los criados se aprovechan. .. una carta! Claro está, á rio revuelto!.. IIom. Qué mujer! Voy á comprobar la suma Se empeña en darme tormento... á ver si resulta menos... Cel. La habrás escamoteado. Hom. Qué sé yo de escamoteo! ESCENA II. Cel. A ver. .. (registrando los bolsillos.) Iíom. (¿Pues no me registra Doña Celestina y dicho. los bolsillos del chaleco? Hom. Dos y dos, cuatro... ¿Si creerá que tengo oculta Cel. (Qué hace alguna mujer en ellos?) mi marido? Está escribiendo!) Cel. No encuentro nada, Hom. Cuatro y dos, seis, y seis, doce... Hom. Qué diablos 1

878569 2 Mate V. á mi mujer! has de encontrar, si no tengo!.. á mi marido; comprendo Cel. Mira, Homobono; á mí nadie que no haga caso de mí! me la pega; yo no puedo Estoy hecha un adefesio! tolerar lo que hace dias con harto dolor observo. ESCENA IV. IIom. Pero qué observas, mujer! Cel. Que la esposa de don Cleto, Doña Celestina, Rita. nuestro vecino de enfrente, Rita. Señora... es muy bonita. Cel. Qué es lo que ocurre? Hom. En efecto. Rita. Yo le diré á usted. Ckl. Que te asomas al balcón Cel. Hay algo?. . . solo por verla. Rita. La estoy viendo á usted, y dudo. í’om. No, eso Estoy asombrada! no es verdad. Cel. Al grano! Cel. El otro dia Rita. Señora, está usted aquí, Ja hallamos en el paseo ó está usted en el despacho de la fuente Castellana, del señorito?... y te quitaste el sombrero... Cel. Qué nécia Hom. Y qué! pregunta! Cel. Que te sonreiste, Rita. Lo digo, estamos? pues, asi, como diciendo: porque como el señorito me está usted gustando! está encerrado en su cuarto, Hom. Mira, y habla, yo no sé con quién. . . Celestina, te has propuesto Cbl Qué dices? volverme loco, y es fácil Rita. Que... yo soy algo que lo consigas. curiosa... cuestión de sexo, Cel. Te quiero y de edad... demasiado, y eso es todo. Cel. Habla! IIom. Hija, mucho te agradezco... Rita. Es el caso Pero yo preferiría.. . que al pasar junto á la puerta Cel. Qué? de la habitación del amo, Hom. Que me quisieras menos. oí su voz; me detuve, Cel. Eres un ingrato! y permanecí allí un rato Hom. Voy oyendo lo que decia. á despachar el correo... Cel. Y qué decia? Sepamos! Cel. Á quién tienes que escribir? Rita Se vá usté á enojar? Hom. Ya sabes que tengo un pleito Cel. Dime!. .. en Córdoba, y un negocio Rita. Pues bien, ó mucho me engaño, de gran cuantía en Oviedo. ó habla con una mujer. Voy á poner cuatro letras... Cel. Qué es lo que dices! Cel. No me engañas? Rita. Ni el canto Hom. Hasta luego. del ruiseñor, es mas dulce que la voz del amo, cuando ESCENA III. esclamaba: ¡Pobrecita de mi corazón! Doña Celestina. Cel. Malvado! Esos negocios que dice Rita. Estás malita? será tan solo un pretesto?... Cel. Perverso! Hace dias que Homobono Rita. Di, tienes frió? anda distraído, y creo Cel. Villano! que esa vecina de enfrente... Rita. Yo te abrigaré... Diosmio! no hay un tormento Cel. Perjuro! como el que causa en el alma Rita. Ven á mis brazos... el aguijón de los celos! Cel. Sus brazos! Quisiera ser insensible, Oh! yo voy... tener el alma de hielo, Rita. Calma, señora! no querer á mi marido Cel. He de tolerar... tanto, ay! Dios, como le quiero. Rita. Acaso Quisiera, en fin, dominarme, sea su hermana, ó quién sabe!... pero no puedo, no puedo! Cel. Déjame! Cuánto sufro! Anoche no hice Rita. No hay un pecado mas que llorar! Y hoy... hoy debo mas enorme, ni de mas estar horrible!—Veamos, trascendencia, que el escándalo. voy á mirarme al espejo. (lo hace.) Cel. Rita... Jesús! Estoy espantosa! Rita. Espere usted un poco. Qué palidez! Si parezco Cel. Esperar! Y si entre tanto. ..? un cadáver! Yo debia Rita. No se deje usted llevar aliñarme con esmero, de la cólera; los años para parecerle bien me han hecho ver que se debe Mate V. á mi mujer! 3 obrar con calina; Pancracío, Cel. Ella! mi difunto, era un bergante; Hom. Y di, quién es ella! que Dios le haya perdonado! Cel. Esa mujer! Cel. Qué hacer? Hom. Voto al chápiro! Rita. Sufrí mucho! De qué mujer hablas? Cel. , Nada, Cel. De esa entro, los veo, y los mato! que se escondía en tu cuarto! Rita. Un dia con el pretesto Hom. Lléveme el diablo si entiendo... de ir á cobrar unos cuartos, Cel. Tú mismo lo has confesado! salió de casa, diciendo, Hom. Vaya, tú has perdido el juicio! vuelvo pronto; y el taimado, Pero qué diantre! Ya caigo! después de cobrar el pico, Qué gracioso quid pro quo! fuéj y se marchó á picos pardos. Cel. Pues no se rie! Supe dónde estaba, y ciega Hom. Acabáramos de furor... de entendernos! Si es la Norma! Cel. Voy á matarlos! Cel. La Norma? Rita. Calma, señorita, calma! Hom. Te estaba hablando Le decia a usted, que en cuanto de la perrita, y tú... me enteré del hecho, fui Cel. Pues! á casa de don Macario, Yo me figuré que... el inspector del distrito, Hom. Claro! di parte, me acompañaron Cel. Tú no te esplicas. dos guardias, cogí infraganti IIom . Y tú, al perjuro, y le di el pago formas unos comentarios.. . que merecía; no tuve Vamos á ver, á qué vienen piedad de él; estuvo un año esos celos infundados?... a la sombra.. . Cel. Eso prueba, amigo mió, Cel. Yo no quiero, que te quiero.. . no necesito el amparo Hom. Demasiado! de la ley, no! Tengo uñas, Tú me quieres, y yo estoy tengo dientes. .. de tanto cariño ufano; Rita. , Sin embargo... pero la verdad, quisiera Cel. El viene! Yete!... que no me quisieses tanto! Rita. (Habrá una Cel. Mira, Homobono, no vayas de mordiscos y arañazos...) á creer que yo lo hago porque dude de tí,pero... ESCENA V. La verdad, voy á tu cuarto, porque.. . Verás, es cuestión Doña Celestina, á poco D. Homobono. de un solo instante; entro y salgo. (Aquí está—¡Quién se volviera (Como haya alguien dentro, haré tigre, para devorarlo! una de pópulo bárbaro.) Hom. Celestina, si supieras qué bien he pasado el rato! ESCENA VI. Cel. Homobono! Hom. Si es tan mona! Don Homobono. Cel. (Hábrase visto descaro.) Santo Dios! Santo inmortal! Hom. No me dejaba escribir. .. para qué rae habré casado! Qué mimos me ha hecho! Vamos, Las siete plagas de Egipto, no le falta mas que hablar. el cólera morbo, cuantos Cel. ( es muda!) males puedan afligir Hom. En brazos á todo el género humano, la he tenido todo el tiempo qué son si se les compara que he estado allí... con lo que yo sufro? Vamos, Cel. Temerario! si hay para perder el juicio, Y te atreves á decirme... y para armar un escándalo! Hom. Qué si me atrevo? Está claro! Cel. Infame! traidor! perjuro! ESCENA Vil. Hom. Pero mujer, tiene algo de particular... Dicho, luego Rita; (¡espites Doña Celestina. Cel. Perverso! Rita. Señor... Hom. Celestina... Hom. Qué ocurre? Cel. Hoy mismo entablo Rita. Que vengo la demanda de divorcio! con una pretensión. Hom. Mujer. .. Hom. Cuál? Cel. Hoy nos separamos! Rita. Le diré á usted... Me parece Hom. Estás loca? que no le debe estrañar. .. Cel. Pero antes En fin; como usted ya sabe. .. ha de morir á mis manos. Yo soy de Navalmoral.. . Hom. Quién? Hom. Y qué! 4 Mate V. á íi mujer! Rita. Que allí tengo un primo te quiero bárbaramente que me quiere, de verdad; y haré una barbaridad! quiero decir, con buen fin. Nadie lo puede estorbar! Hom. Y qu é! Cel. Cómo que nadie, perjuro?... (saliendo.) Rita. Se quiere casar. Hom. (Mi mujer!) Hom. Casarse! Cel. Ni el gran sultán Rita. Si! hace lo que tú ! Pretendes Hom. Desgraciado! por ventura transformar Quién le aconseja tan mal! esta casa en un serrallo? Rita. Pues yo creo que no tiene Responde! nada de particular. .. Hom. Por Barrabás! Hom. El lazo del matrimonio Esta mujer, no es mujer, no es un lazo, es un dogal es una calamidad! que aprieta, que luego ahoga, Cel. Rita!... fuera de mi casa! y concluye por matar... Hom. Por qué ha de irse? Esto mas! No estás viendo á mi mujer! Rita. Es que yo quiero! Rita. Y eso, áraí, qué se me dá! Hom, Yo no ! Es el caso, que me ha escrito Rita. Pues se irá! mi novio. Hom. Pues no se irá ! Hom. Y bien! Cel. Es el colmo de la infamia Rita. Aquí está y de la inmoralidad, la carta. querer que viva tu esposa Hom. Á mí, qué me importa.. . al lado de su rival. Rita. No sé, ni deletrear. Yo no quiero, yo no puedo Usted que es hombre entendió, tanto abuso tolerar! y un escribiente... IIom. Está visto! Mi mujer Hom. No tal! no tiene el juicio cabal! Rita. Qué no es usted escribiente? Cel. Rita, no oyes lo que he dicho? Hom. Escritor! Fuera de aquí! Rita. Lo mismo dá! Hom. Basta yá# Sabrá usted leer; por fuerza! de escándalo! Hom. Según eso, tú querrás, Rita. Señorita, que yo te lea esa carta?... es un pecado mortal Rita. Ha acertado usted, cabal. que yo no sepa leer? Hom. Tues venga. Pues es la pura verdad! Rita, (le dá la carta.) Con eso hace El señorito, que sabe, una obra de caridad. me leyó esta carta.. . (En este momento Doña Celestina, entreabre la puerta de su Cel. Cuál? habitación, y vá a salir; pero viendo á Rita y Homobono, se Rita. Esta, (le dá la carta que tomó de Homobono.) oculta tras del espejo y escucha sin ser vista; el espejo estará Cel. (leyendo.) «Rita de mi alma...» colocado de modo, que el público vea que Celestina oye, pero Hom. A ver si ahora caerás!.. no vé á los actores.) Cel. «Ya sabes lo que te quiero Cel. (Qué es esto?) y que no tienes rival... » Hom. (Leyendo.) «Rita del alma! Pero quién firma esta carta? Cel. (Virgen santa del Pilar! Colás! Y quién es Colás? j Enamora á la criada! Rita. Mi novio. Quién vió tanta liviandad!) Hom. Lo ves? IIom. Ya sabes lo que te quiero, Rita. Un novio y que no tienes rival.» que tengo en Navalmoral. Cel. (Aprieta!) Cel. Y yo creí... Hom. Nada en el mundo Hom. Lo de siempre! conseguiría entibiar Cel. Pensaba.. . mi cariño, y es mi pecho Hom. Pensabas mal. una fragua, es un volcan! Rita. Claro! Porque como dijo un dia Hom. No tienes que hacer? en Parla el primer galan, Rita. Si señor. hay mas fuego en mi j^echito Hom. Pues tu lugar que en la fábrica del gás\ es la cocina. Cel. (No sé cómo me contengo!) Cel. Si, anda... IIom. «Por tí, seria capaz Rita. Voy. (La señorita está... de reñir con un ejército, En fin, lo que dice el amo, * ó de tirarme al canal. no tiene el juicio cabal.) Cel. (Infame! Vil seductor!) Hom. Si me quieres, tú dirás ESCENA IX. cuándo nos casamos; juro hacer tu felicidad; D. Homobono, Doña Celestina. y ya ves, como yo quiera, Hom. Ya ves á lo que conducen en fin, Rita, si tú ingrata, tus celos tan infundados! me llegas á desahuciar, Rebajarte á una criada! Mate . á mi mujer! Cel. Si, pero... de mal gesto, mirar torbo, Hom. Armar un escándalo ! y que á juzgar por las trazas, Cel. Estás ofendido, esposo? debe de estar medio loco, Hom. Me sobra la razón. está ahí; dice que quiere Cel. Harto hablar con D. Homobono. lo conozco, y te prometo Le he dicho que no está en casa ; que me enmendaré. pero en vano, se hace el sordo, Hom. Cuidado y por mas que yo le digo, con prometer! insiste, á pesar de todo. Cel . Te lo juro. Cel. Quién será? Dile que pase. Hom. Siento que jures en vano. Rita. Mire usted que no respondo... Cel. No lo creas; desde ahora Ya le he dicho á usted que tiene ya verás cómo gozamos todas las trazas de un loco.. . de tranquilidad perfecta. Cel. No importa. No mas disgustos ni escándalos! Rita. Pues obedezco. Hom. Ojalá! Pero ya es tarde, Cel. Anda. (empujándola.) y me voy. Rita. Ando. Cel. Mira, te encargo Cel. (empujándola.) Corre! que no tardes... Rita. Corro Hom. Bien. Cel. Espera. ESCENA XII. Voy á componerte el lazo de la corbata. Doña Celestina; después D. Rogelio. Hom. Qué importa Cel. Quién podrá ser? No adivino. .. ' que esté mal!... Le sabrá mal á Hombono Cel. Ven acá , ingrato ! que yo reciba en su ausencia... Hom. Tengo prisa. No, por mi mal no es celoso!... Cel. Pues paciencia. Rog. A los pies de usted señora. Hom. Haz lo que quieras. Cel. Beso á usted la mano. Cel. Acabo Rog, Asombro en un momento... Yo misma le causará mi visita... me rio, cuando ha pasado Cel. (Pues, señor, no le conozco.) la tormenta de mis dudas Rog. Me sentaré, porque vengo y continuos sobresaltos. muy cansado; estoy un poco Soy tan loca.. .Mas, qué veo! constipado, por lo tanto Una mujer está al lado me cubriré. de mi marido! (mirando al espejo.) Cel. (Vaya un modo Hom. Mujer, de conducirse!...) no ves que te estás mirando Rog. Señora, al espejo! yo tengo el genio algo tosco; Cel. Y es verdad! no me valgo de rodeos, Hom. Ea, á Dios! Si no me marcho, porque me voy siempre al fondo voy á hacer un disparate! de la cuestión; por lo mismo Cel. Pero escucha... debo advertirla, ante todo, Hom. Vete al diablo! que debe usted preparar las tocas de viuda, pronto, ESCENA X. porque vengo decidido... Doña Celestina. Cel. A qué? Rog. A matar á su esposo. A dónde irá? Ya se vé, Cel. Jesús, María y José! le enojo, y huye de mí. Rog. Yo soy D. Rogelio Lobo Y por qué he de ser yo asi? y Machuca, ex-comandante Porqué, Dios mió! por qué? de húsares; y habrá muy pocos Apostaría á que está que me escedan en servicios, la vecina en el balcón, (asomándose al balcón.) porque no hace un terremoto Justo! Si era de cajón! los estragos que hice yo Ahora le saludará en la guerra contra el moro. mi señor marido... pues! Sale, la mira estasiado... Cel. Y bien? Rog. Figúrese usted No lo dije? Se ha quitado lo que haré con Homobono! el sombrero hasta los piés! Necesito dos, doscientos El infame! El coqueton! como él; y si le cojo... Y ella sonrie!... Insolente! Cel. Pero sepamos, al menos, Esa vecina de enfrente el motivo de su encono. . . ha de ser mi perdición! Rog. El motivo? Escuche usted ESCENA XI. Yo estoy casado; yo adoro á mi mujer, y quisiera Doña Celestina y Rita. guardarla en lo mas recóndito Rita. Señorita, un caballero de , como guarda 6 Mato V. á mi mujer! un avaro su tesoro. y de frió. Cel. La quiere usted enterrar? Cel. (Aquí está.) Roe. Ahora bien, D. Homobono Hom. Cáspita! es un cínico, un malvado! Corre un gris por esas calles... Se atreve á poner los ojos Cel. Ven acá! en mi mujer! Hom. Estas enojada Cel. Es posible! otra vez? Rog. Tengo pruebas! Hace poco Cel. Ven acá, infame! que he interceptado una carta! Hom. Apenas entro, borrascas. Es un billete amoroso Cel. Desembózate! dirigido á mi mujer Hom. Es capaz en estos términos, ú otros de creer, voto al rey Wamba! parecidos; «tengo el gusto (saca la carta.) que hay una mujer oculta de anunciar á usted que pronto, en los pliegues de mi capa! á pesar de su marido, Cel. Ahora, mírame! se arreglará aquel negocio.» Hom. Te miro. Cel. Y firma en él mi marido! (mirando.) (Quién tuviera cataratas Rog. Con todas sus letras; como en los ojos!) soy de opinión, que tratándose Cel. Y te atreves de achaques de matrimonio, á mirarme cara á cara! es muy difícil ver claro, Hom. Por qué no? porque el mas lince es un topo, Cel. No te avergüenzas? no he creído conveniente Responde; no te anonadas cometer el despropósito al mirar mi torbo aspecto? de pedirle esplicaciones Hom. No, mujer, si eres muy guapa! á mi mujer. Cel. Inicuo! Traidor! Aleve! Cel. Es el colmo Hom. A qué viene esa andanada de la infamia, que me engañe de requiebros? mi marido de este modo! Cel. Lo sé todo! Rog. Un amigo, que conoce (con acento trágico y lúgubre.) al señor D. Homobono, Tiró el diablo de la manta me acaba de dar las señas y se descubrió el pastel! de su casa, y vengo ansioso Hom. No me hagas perder la calma! (ríen de beber su sangre! Cel. He hablado con su mai’ido. (ídem.) Cel. No! Hom. Pero di, voto á mi estampa! Eso no! Qué marido... Rog. O dejarle cojo, Cel. El de la otra! por lo menos. Hom. Que otra, ni calabazas! Cel. Pero... Cel. Ya puedes temblar! Ha dicho Rog. O manco. que te vá á romper el alma! Cel. Eso tampoco. Hom. A mí? Rog. Tampoco? Cel. Y te la romperá! Cel. No señor, no me conviene; si señor! Di no te basta mi marido es un buen mozo. .. con una mujer? Es preciso Rog. Y qué? tener un serrallo? España Cel. Seria una lástima... es Turquía, por ventura, Rog. Que no se meta á Tenorio. rije aquí la poligamia? Cel. Tiene usté mucha razón, Hom. Pero mujer ó demonio, pero... callarás? Rog. Me voy, vuelvo pronto; Cel. No, solo calla y como le pesque, juro la que tiene que callar, dar que hablar á los periódicos. yo, no, que soy muy honrada! Como yo fuera ministro!.. ESCENA XIII. Hom. No hay duda, bien gobernada estaría la nación! Doña Celestina. Cel. Si señor, como Dios manda! Que asi me venda el infiel! Publicaría una ley Qué debo hacer? Ay! de mí! diciendo; que nunca salga, Esto clama al cielo! Si; ni á la puerta de la calle no he de tener piedad de él! un marido, de su casa, Nos separaremos hoy, sin que su mujer le lleve. .. y tendrá fin mi quebranto. Hom. Justo, cosido á las faldas!. .. Pero si le quiero tanto! Cel. Eres un infame! Dios mió! Qué infeliz soy! Hom. No hay quien te ponga una mordaza! ESCENA XIV. Ño sabes lo que te pescas; no sabes lo que te hablas! Dicha, D. Homocono, embozado en su capa. Has perdido el juicio! Voy Hom. Vengo muerto de cansancio, á encerrarte en una jaula. Mate V. a mi mujer! A Leganés ó á Toledo! Rog. (presentándosela.) Quién firma esta carta? Elige lo que te plazca! Hom. Vamos á ver. (viéndola.) Rog. Usted! ESCENA XV. Hom. (con descaro.) Yo! Rog. Y se atreve á confesar !... Dichos, D. Rogelio. Cel. Es un infame, está visto! Roe. (Dándole una palmada en el hombro á D Homo- Hom. Pero señores, por Cristo! bono.) déjenme ustedes hablar! Servidor de usté!. . Qué dice esta carta? Creo Hom. (Qué adusto!) que ofenderle usted á no debe. Cel. Aquí tienes al marido! (leyendo) «Muy Señora mia; en breve Hom. Cómo? «se cumplirá su deseo. Cel. Tú le has ofendido, Rog. Pero... y viene á matarte! Hom. Ponga usted un dique Roe. Justo! á su furor. Cel. Has faltado á tu deber!... Rog. Por mi nombre Eres un infame! que he de averiguar!... Hom. Yo... Hom. Pues, hombre, Rog. Vengo á matarle á usté deje usted que yo me esplique! Hom. No! Debo advertirle, que soy Mate usté á mi mujer! director de un semanario Rog. En su gran sabiduría, científico-literario. una compañera, Dios Está usted amigo? dió al hombre! Rog. Estoy. Cel. Tú quieres dos! Hom. Sabiéndolo Doña Clai'a... Rog. Pues, la de usted, y la mia! Rog. Mi mujer!. .. Cel. Tan inicuo proceder Hom. El otro dia pide una venganza.. . me i'emitió una poesía Hom. Si, para que yo la insertára en vez de matarme á mí, en mi periódico. mate usted á mi mujer! Rog. Si? Rog. Estoy de sangre sediento! Hom. Pues ! Y yo la he complacido! Cel. Y tiene mucha razón! Rog. No me doy por convencido! Rog. Necesita una lecion! Hom. No? Pues la prueba está aquí. Hom. Eso es, un escarmiento! Lea usted (presentándole un periódico.) Cel. Vende á su cara mitad! Rog. Vamos á ver. Rog. Y compromete á lamia! «Poesía dedicada (leyendo.) Cel. Eso es una villanía! á mi esposo»... Está firmada Rog. Eso es una iniquidad! por ella! Por mi mujer! Cel. Traidor, no te puedo ver! Cel. Es posible? (leyendo.) Rog. No sabe usted quién soy yo! Rog. Si señora. Voy á matarle! .] No baria versos mejores Hom. Hombre, no, ni el mismo... Me echa unas flores!... mate usted á mi mujer! Ved, me compara á la aurora!... Rog. Es cosa particular! Hom. (Debe ser la Boreal.) Cuando á mí, negra fortuna! Bien me puede usted creer; me basta, y sobra con una, tiene, amigo, una mujer quiere usted tener un par! de un talento sin igual! Cel. Esto ya de raya pasa! Rog. El júbilo me enagena! Siendo tu mujer tan buena, Pobre Clara! Yo, en su nombre vas á buscar en la agena debo darle gracias... lo que tienes en tu casa? Hom. Hombre, Rog. Voto al mismo Lucifer! si eso no vale la pena! Cel. Ya que criminal ha sido, Rog. Sospeché de usted en vano mate usted á mi marido y á repararlo me obligo. Hom. No señor, á mi mujer! Cuente usted con un amigo! Rog. Tanto cinismo me asombra! Hom. Gracias. Hom. Amigo... Rog. Beso á usted la mano. Rog. No soy su amigo! Se batirá usted conmigo! ESCENA XVI. Hom. Bátase usted con su sombra ! Rog. Matarle á usted, he aquí, Doña Celestina, D. Homokono. lo que mi honor me aconseja! Hom. Ea, estás ya satisfecha? Hom. Pero sepamos, qué queja Cel. Satisfecha? No á fé mia! puede usted tener de mí! Hom.‘Por vida de!... Todavía Rog. La tengo! te queda alguna sospecha? Hom. Creo que no. Cel. Si te he de hablar francamente, Rog. Me quejo con razón harta ! entre mil dudas me pierdo. Hom. Pero... La verdad; no estás de acuerdo 3 Mate V. á mi mujer! con la vecina de enfrente? de que ya no he de ofenderte... Hom. Mujer, te quieres callar! Me querrás?... (con mimo.) Cel. Pero... Hom. (abrazándola.) No he de quererte ! Hom. Que dudes de mí! Cel. Me lo juras? (con desconfianza.) Cel. Dudo, porque... soy asi, Hcm. (con sinceridad) Te lo juro! no lo puedo remediar. Esclavo de mi deber Hom. Y tengo la culpa yo? y de tu amor me verás; Cel. Qué quieres, esa vecina mas no me hagas padecer! no me dá muy buena espina! Porque no digajamás Hom. Pero porqué? Mate usted á mi mujer! Cel. Porque no. Hom. Aun querrás atormentarme? FIN. Cel. No; se me ha quitado un peso de encima... Te lo confieso, casi estoy por alegrarme. MADRID. Hom. Calla por piedad! La hiel Imprenta i>e Gabriel Alhambra, de los celos te envenena, tanto, que siendo tú buena San Bernardo, 73. te conduce á ser cruel. Cel. Puedes vivir bien segura 1S68.

¡Mate V. á mi mujer!

Examinada esta comedia, no hallo inconveniente en que su representación se autorice.—Madrid l.° de Junio de Í858.—El Censor de teatros:—Narciso S. Serra.