UNIVERSIDAD DE FONDO EDITORIAL

La radio en el Perú

Emilio Bustamante

Historia de los medios de comunicación en el Perú: Siglo XX

La radio en el Perú

Emilio Bustamante Colección Investigaciones La radio en el Perú Primera edición digital, marzo 2016

© Universidad de Lima Fondo Editorial Av. Manuel Olguín 125. Urb. Los Granados, Lima 33 Apartado postal 852, Lima 100, Perú Teléfono: 437-6767, anexo 30131. Fax: 435-3396 [email protected] www.ulima.edu.pe

Diseño, edición y carátula: Fondo Editorial de la Universidad de Lima Foto de carátula: Luis Peirano

Versión ebook 2016 Digitalizado y distribuido por Saxo.com S.A.C.

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Se prohíbe la reproducción total o parcial de este libro sin permiso expreso del Fondo Editorial. ISBN versión electrónica: 978-9972-45-320-5 Universo del hombre Tú —el único sentido máximo engendras el siglo del Radio —de la broadcasting— i de la vida

Serafín Delmar Radiogramas del Pacífico (1927)

Maravilla moderna, fantástica, ilusoria; sonora maravilla que ha conmovido al mundo. Donde tú estás hay fiesta, hay ensueños de gloria y la vida palpita con un ritmo profundo.

Maravilla celeste que irradias por doquiera en mil compases brujos, tu magnético encanto, que aprisiona a las almas en redes de quimera y es bálsamo y antídoto para todo quebranto.

Amparo Baluarte, “Radiolandia” Alta Voz, 22 de setiembre de 1939

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Índice

Prólogo. Historia de los medios de comunicación en el Perú 13

Prefacio. Nosotros, los hijos de la radio 19

Presentación 29

Introducción 33

Capítulo 1. De OAX a Radio Nacional del Perú (1925-1937) 43 1. Un nuevo medio para la “Patria Nueva” 43 1.1 El gobierno de Leguía 43 1.2 El monopolio de la Marconi 46 1.3 La patente de Luis G. Tirado 47 1.4 La Peruvian Broadcasting Company 48 1.5 Las propuestas de La Crónica 49 1.6 El directorio de la Peruvian Broadcasting Co. 50 1.7 OAX.: La primera estación 52 1.8 El fracaso de la Peruvian Broadcasting Co. 59 1.9 La programación de OAX (1925-1926) 64 1.10 OAX bajo la administración de la Marconi 65 1.11 La programación de OAX de 1926 a 1930 66 1.12 Los primeros radioaficionados 70 2. Los años de la tempestad 71 2.1 Radio y política después del derrocamiento de Leguía 71 2.2 El conflicto con Colombia: La guerra a través de altoparlantes 82 2.3 La Marconi y el Estado peruano después de la muerte de Sánchez Cerro 84

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2.4 El homenaje a la fundación española del Cusco 85 2.5 La programación de OAX de 1930 a 1933 88 2.6 Avatares de los radioaficionados 91 3. Un medio masivo 92 3.1 Radio y política en el gobierno de Benavides 92 3.2 Nuevas emisoras en Lima y provincias 102 3.3 Anunciantes: Las emisoras y la publicidad 106 3.4 Programación de las radios limeñas (1934-1936) 108 3.5 La primera encuesta radial sobre preferencias del público 122 3.6 Las primeras estrellas 123 3.7 La primera revista especializada, el Día de la Radio y la primera reina 125 3.8 Los radioaficionados y el panamericanismo 126 3.9 Una propuesta: Radio en los autos de la policía 128 3.10 El consumo de la radio entre 1934 y 1936 128 3.11 Hacia la creación de Radio Nacional del Perú 134

Capítulo 2. La Edad de Oro (1937-1956) 141 1. Una radio “nacionalista” 141 1.1 Radio y política (1937-1939) 141 1.2 Las emisoras comerciales limeñas 157 1.3 Oferta y consumo 157 1.4 Anunciantes y publicidad 158 1.5 Primeros intentos de agremiación de los trabajadores 159 1.6 La relación entre la radio y el cine 162 1.7 Programación de las emisoras limeñas (1937-1939) 163 2. Tiempos de guerra 177 2.1 El censo de 1940 177 2.2 La educación y la radio 178 2.3 La guerra con Ecuador 181 2.4 La Segunda Guerra Mundial 184 2.5 La radio clandestina aprista 194 2.6 Las emisoras privadas 196 2.7 Los trabajadores de la radio 202 2.8 La asociación de broadcasters 206 2.9 Popularidad de animadores y locutores 206 2.10 Las reinas de la radio 207 2.11 Publicidad 208 2.12 Consumo 209 2.13 Programación en las radios limeñas (1939-1944) 210 ÍNDICE 11

3. Radio y crisis (1945-1949) 237 3.1 La radio como arma política: El gobierno de Bustamante y el golpe de Odría 237 3.2 La crisis económica y la radio privada 258 3.3 Emisoras y cadenas 261 3.4 La agremiación de broadcasters 264 3.5 Pulseadas entre la Anrap y Odría 270 3.6 Agremiaciones de trabajadores 273 3.7 Auditorios y estudios 274 3.8 Programación en las radios limeñas (1945-1949) 278 4. Alegría y lágrimas (1950-1956) 315 4.1 Radio y política bajo la dictadura de Odría 315 4.2 La radio privada 321 4.3 La publicidad 340 4.4 Agremiaciones de trabajadores 342 4.5 Las reinas de la radio 349 4.6 Programación y consumo en Lima (1950-1956) 351

Capítulo 3. Nuevas olas (1956-1980) 441 1. Convivencia y transición 441 1.1 Radio y política de 1956 a 1962 441 1.2 Nuevas reglas y actores 449 1.3 Radio estatal y radio privada durante la Convivencia 458 1.4 La publicidad 465 1.5 Agremiaciones de trabajadores 466 1.6 Las reinas de la radio 467 1.7 Programación en las radios limeñas (1957-1961) 467 2. El replanteamiento del modelo radial 483 2.1 Radio y política (1962-1963) 485 2.2 Radio y política durante el primer gobierno de Fernando Belaunde (1963-1968) 497 2.3 Nuevas emisoras y propuestas 502 2.4 Los gremios empresariales 506 2.5 La radio frente a la televisión 508 2.6 Agremiaciones de trabajadores 508 2.7 La publicidad 515 2.8 Programación en las radios limeñas (1962-1968) 515 3. La radio bajo el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada 529 3.1 Radio y política (1968-1980) 530 3.2 Los trabajadores de la radio durante el Gobierno Revolucionario 544 12 EMILIO BUSTAMANTE

3.3 Radios estatizadas y privadas 547 3.4 La publicidad 550 3.5 Programación en las radios limeñas (1968-1980) 550

Capítulo 4. El desborde (1980-2000) 573 1. Bajo fuego (1980-1990) 573 1.1 El Estado y la radio 574 1.2 La radio y el conflicto armado interno 581 1.3 Radio y religión 587 1.4 El movimiento de radio popular 590 1.5 La radio comercial 596 1.6 Gremios empresariales 610 1.7 Trabajadores 611 1.8 El estrellato de los disc-jockeys 614 1.9 Programación en las radios limeñas (1980-1990) 616 2. La década de Fujimori 634 2.1 Radio y política (1990-2000) 634 2.2 La radio popular 664 2.3 La radio comercial 678 2.4 La inversión publicitaria 682 2.5 Programación y segmentación de la audiencia 683 2.6 Consumo 687 2.7 Géneros y programas 688

Bibliografía 727 Prólogo Historia de los medios de comunicación en el Perú: Siglo XX

Ahora mismo, millones de peruanos están vinculados a un medio de co mu- nicación mientras miran la televisión, escuchan radio, asisten a una sala de cine o leen un medio impreso. La información, el entretenimiento, la re - flexión y la experiencia artística modelada al contacto con otras miradas, opiniones y formas de ver la vida y la cultura provienen de un trato colec- tivo con los medios de comunicación, que fue afianzándose hasta adquirir una importancia central en el curso del siglo XX. En consideración a esa realidad, el equipo de investigadores responsable de este proyecto editorial, profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima, se propuso elaborar, en el seno del Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima (IDIC), una “Historia de los medios de comunicación en el Perú: Siglo XX”. Es decir, examinar el desarrollo del periodismo, la radio y los medios audiovisuales (cine y tele- vi sión) peruanos, así como del marco regulatorio expresado en la le gisla- ción dictada sobre la materia, a lo largo de la centuria anterior. Uno de los impulsos para emprender el proyecto fue constatar la caren- cia de bibliografía sobre el tema. No se ha publicado ninguna historia ge neral de los medios de comunicación en el Perú. Solo existen trabajos parciales sobre cada medio, algunos muy logrados. Ellos trazan horizontes del desarrollo de la radio, el cine y la televisión, describiendo etapas espe- cíficas u ofreciendo opiniones críticas y de enjuiciamiento a los “productos mediáticos”, sean películas o programas televisivos. Creímos necesario, por eso, realizar una investigación basada en el acopio minucioso de datos ciertos y testimonios plurales, con el fin de aportar bases documentales que ayuden a ordenar la información dispersa y parcial sobre el tema tratado, sistematizando lo que se mantiene frag-

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mentario y facilitando las investigaciones que, más adelante, amplíen y profun dicen los estudios sobre los medios de comunicación en el país. Sabemos que no existe una Gran Historia, única, total y abarcadora que examine hechos, motivos y consecuencias a partir de una clave interpreta- tiva capaz de descifrar el sentido de todos los fenómenos y ocurrencias. Hay, en cambio, muchas historias y relatos que abordan los temas relevan- tes de una investigación desde horizontes y propósitos diversos. Este tra- bajo es una de esas historias, la primera que busca acercarse, en forma general, al asunto del desarrollo de los medios de comunicación en el Perú durante el siglo XX. En el futuro, otros estudiosos hallarán nuevas informa- ciones e intentarán otros abordajes, planteándose nuevas preguntas, las que dicte cada época, ofreciendo conclusiones a partir de las evidencias que no se hallaron aquí y ahora. La investigación que ofrecemos es un acercamiento realizado por profe- sionales de la comunicación, no por historiadores profesionales. Nuestra in tención y objetivo ha sido comprender el pasado de nuestros campos res pectivos de trabajo para tener bases más firmes en el desarrollo de nues- tra labor cotidiana como investigadores y profesores universitarios. Una periodista, María Mendoza Michilot, trabaja el tema del periodismo diario durante el siglo pasado; Emilio Bustamante, comunicador interesado en el fenómeno de la radio popular y en la creación de ficciones para los medios de comunicación, aborda el pasado de la radio; el abogado José Perla Anaya ofrece su visión del marco legal y normativo que sirvió para propiciar la creación y canalizar el desarrollo y regulación de los me dios; un abogado y crítico de cine, Ricardo Bedoya, se encarga de los me dios audiovisuales. Cada autor eligió los datos relevantes de acuerdo con su propio derrotero de investigación. En casi todos los casos, este trabajo amplía, modifica o ratifica las investigaciones realizadas por cada uno de los autores en los campos de sus especialidades respectivas, publicadas en obras previas. Abordamos esta investigación como un trabajo interdisciplinario. Cada uno de los tomos que la conforman tiene su propio diseño y entidad, y corresponde a la visión personal y la interpretación del autor que la sus- cribe, aun cuando el conjunto se gestó como una investigación propiciada por el IDIC. Centrar la investigación en el siglo XX no ha impedido el análisis de da tos relevantes de fechas anteriores. Es el caso del periodismo, cuyos an te ce dentes son básicos para entender el desarrollo que obtuvo en el periodo tratado. Lo mismo ocurre con el cine, aparecido en los años finales PRÓLOGO. HISTORIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN EL PERÚ 15

del siglo XIX, a los que se remonta la investigación. Solo la radio y la televisión nacieron y se asentaron en el siglo que estudiamos. Sin imponer una rígida división o establecer una periodización fija y cerrada, los investigadores convinimos en la necesidad de organizar los pe riodos estudiados en cada capítulo teniendo en cuenta algunos hitos reconocibles en el desarrollo político del país. Así, la primera parte de los trabajos sobre la prensa, el cine y la legislación de los medios de comunicación remiten a la situación de fines del siglo XIX y se proyec- tan hasta el ad venimiento del llamado Oncenio, o “Patria Nueva”, el periodo del se gundo mandato de Augusto B. Leguía que, a su vez, constituye un segundo periodo de estudio. Es entonces que empieza la investigación sobre la radio, instalada en el Perú a mediados de las décadas de los años veinte. Una tercera etapa abarca desde los inicios de los años treinta, acabado el periodo de la “Patria Nueva”, hasta llegar a la interrupción del periodo de mocrático del presidente José Luis Bustamante y Rivero, lo que marcó el comienzo del gobierno de Manuel A. Odría. Una cuarta etapa comprende lo ocurrido en los años cincuen- ta —cuando empieza la televisión, en 1958— y sesenta hasta la irrup- ción del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, presidido por el general , en su primera fase, entre 1968 y 1975, y por el general Francisco Morales Ber mú dez, en su segunda fase, hasta 1980. Las dos últimas décadas del siglo conforman la quinta etapa de la investigación. En algún caso, como el del cine, esta periodización se altera de algún modo debido a características propias del medio, que divide su existencia en dos épocas netas, el periodo silente y el sonoro. En lo relativo a la producción fílmica peruana, la periodización encuentra una demarcación adicional: la ley de promoción de la industria cinematográfica, dictada en 1972, hito que hay que considerar en la fijación de los periodos de la historia del cine en el Perú. Estudiar el desarrollo de los medios de comunicación supone examinar las características y singularidad de sus productos, en cualquier género o for mato, en soporte escrito o fílmico, de proyección mecánica o transmisión electrónica. Pero también requiere entender el marco general en que se produjeron: desde el encuadre legal y sus circunstancias políticas y eco nó- micas hasta el estado del equipamiento técnico empleado para su he chu ra, pasando por la identidad de las empresas que financiaron o elaboraron los diarios, películas, telenovelas, series televisivas y programas ra diales en general, sin olvidar la identificación de los profesionales, crea ti vos o técni- cos, que los imaginaron y diseñaron. 16 EMILIO BUSTAMANTE

Aunque la investigación de cada medio señala sus propias formas de acceso y metodología, en aras de conseguir un trabajo de coherencia orgánica los investigadores participantes decidimos establecer algunas directivas de organización para emprender y desarrollar la labor de acopio de in formación y las tareas posteriores de explicación y análisis. Las mencionamos a continuación. En primer lugar, para uso del equipo de los investigadores y no como objeto de investigación, establecimos un marco temporal, cronología o línea del tiempo, con indicación de hechos del contexto histórico, político, social, económico, cultural y tecnológico, nacional e internacional, a modo de referente para situar los procesos de comunicación en nuestro medio. En segundo lugar, prestamos atención al estudio de las formas y modos de propiedad, organización y producción de los medios, examinando las actividades de las empresas de comunicación, de productoras de películas y de emisoras radiales y televisivas, identificando sus “productos”, sean diarios, películas, programas de radio y televisión. La tónica del acercamiento se moldeó a las características de cada medio: en el cine, la “obra” acabada, la película estrenada o exhibida es el elemento distintivo y el ob jeto de estudio; en la televisión y la radio importan más los “flujos”, las co rrientes de programación, la lógica que se encuentra en la determinación de las grillas y en los horarios en los que se ubica un programa u otro. Atendimos a los avances tecnológicos de cada medio, sobre todo en el horizonte de un siglo que ha visto la sustitución de las técnicas de registro y difusión basadas en la reproducción analógica de imágenes y sonidos a las sustentadas en su codificación binaria o digital. La relación entre técnicas, lenguajes y mensajes en los medios de comunicación reviste un grado de significación fundamental. En tercer lugar, tuvimos presente las relaciones de los medios con el Es tado, examinando las políticas gubernativas en cada época, la legislación, la censura, las formas de promoción y, en general, los modos de intervención, directa o indirecta, del Estado en los medios. Ello sin perder de vista la in fluencia relevante de otras instituciones sociales, los grupos de poder económico y las decisiones de los individuos, protagonistas de circunstancias económicas y de negocios que llevaron a tal o cual orientación empresarial. En cuarto lugar, nos interesamos en estudiar los géneros y formatos do cumentales y de ficción trabajados y difundidos a través de los años, con sus particularidades expresivas, estilísticas y semánticas, sobre todo los de producción peruana, pero con referencias puntuales a productos extranjeros con influencia en los medios audiovisuales. PRÓLOGO. HISTORIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN EL PERÚ 17

En quinto lugar, prestamos atención al examen de la formación, am pliación e integración de los públicos al circuito de la comunicación, ras treando esa participación en testimonios aparecidos en espacios perio- dísticos y en las informaciones sobre recaudaciones de películas, índices de asistencia a las salas de espectáculos o mediciones de las audiencias radiales y televisivas. Algunos productos de los medios de comunicación, sobre todo los audiovisuales, son mercancías que se distribuyen en un mercado, anunciándose como espectáculos masivos, pero también elemen- tos distintivos de la historia social y cultural: testimonian identidades y formas de pensar, representan mentalidades, documentan la realidad, a la vez que pro mueven la circulación de valores, estereotipos, pautas de com- por ta mien to, modas. De allí la importancia de tener en cuenta las caracte- rísticas de su consumo público. Esos fueron los cinco vectores metodológicos que articularon la investi- gación, con las singularidades propias del estudio de cada medio y el acento particular aportado por los investigadores. No es posible acercarse con un bagaje metodológico invariable a medios de naturaleza distinta que cumplen funciones diversas, generando una pluralidad de mensajes que trascienden —como lo postula la semiótica— la identificación con el mero “contenido”. Nuestra propuesta de investigación tuvo desde el inicio la voluntad de poner por delante el establecimiento de datos e informaciones ciertas, como una forma de describir el estado de las cosas, preguntándonos cuándo y dón de pasó tal hecho y ubicando su ocurrencia en el panorama general de la historia internacional de los medios. El trabajo de campo se desarrolló a par tir de búsquedas en archivos, hemerotecas, filmotecas, videotecas y mu seos, aprovechando también los testimonios personales, las fuentes estadísticas, las visitas a lugares y la observación in situ, entre otros. En este punto, es preciso hablar de los problemas y limitaciones que tu vimos en el desarrollo de la investigación que se prolongó durante un lustro. Por ejemplo, de las dificultades para obtener informaciones indispen- sables para explicar una situación, corroborar una hipótesis, confirmar un dato o sustentar una afirmación. Investigar la existencia, forma, acabado, identidad o influencia de pelí- culas o programas televisivos o radiales es hacer una pesquisa sobre “pro- ductos mercantiles” que no se consideraron en su momento como obras culturales, dignas de comentario, preservación o memoria. En su época, muchos de esos productos audiovisuales fueron vistos como pasatiempos transitorios, fiascos insalvables o productos de la fungible y pasajera vida 18 EMILIO BUSTAMANTE

del espectáculo y la farándula. Por eso, su existencia apenas si se consigna en un pie de página o un comentario marginal. Las fuentes para conocerlos no son los estudios académicos, ni los propios “productos” audiovisuales, que se han deteriorado o perdido y no existen más, sino periódicos, revis- tas especializadas de espectáculos o documentos de existencia azarosa. Si estudiar los productos de la industria audiovisual es muy difícil en países de Europa o en Estados Unidos, lo es mucho más en el Perú, donde nunca existió conciencia de la necesidad de preservar las obras audiovisua- les y cuyos archivos documentales son mantenidos en precarios estados de conservación. No abundaremos en anécdotas como la del hallazgo en una biblioteca municipal de dos buscados tomos del diario La Crónica, del año 1930 (en el periodo crucial que siguió al derrocamiento de Leguía), envueltos por telarañas y transitados por insectos, pero es preciso lamentar la incuria con que se manejan en nuestro país las tareas de mante ni mien to del acervo documental —del que forman parte las grabaciones de programas radiales y los archivos audiovisuales—, por no mencionar la inexistencia de políticas de restauración y preservación del patrimonio audiovisual. Por último, anotamos que el ámbito geográfico de la investigación se concentró en la ciudad de Lima, capital del Perú, lo que no cancela la inclusión de referencias puntuales a hechos o sucesos ocurridos en otras re giones del país. Destinatarios de este trabajo son los estudiantes y los profesionales de la comunicación, pero también los interesados en la historia social y cultural del Perú. Ricardo Bedoya Coordinador de la investigación Prefacio Nosotros, los hijos de la radio

De mi infancia en el puerto de Mollendo atesoro recuerdos como si los estuviera viendo, o mejor dicho... oyendo. Porque todos los atardeceres de aquellos iniciales años cuarenta, cuando el rojísimo y enorme sol se hundía en el horizonte, mi padre se inclinaba sobre su poderoso Telefunken de madera y movía el dial buscando las nuevas de la gran guerra europea… Brotaban las noticias, mi madre mandaba callar el alboroto familiar con un gesto y entonces solo se oían voces extrañas que mis padres escuchaban con dramática atención en un ritual que se repetía todos los días. En la noche, después de comer, nos asomábamos al balcón que daba al mar para escudriñar en la negrura porque mi hermano mayor decía que en cualquier momento se verían las luces de un submarino alemán… No había mejor medio que la radio para seguir de cerca las incidencias de la guerra, sus efectos en Lima, en la política, en un tiempo de confusiones en que muchos creían que la catástrofe total estaba a la vuelta de la esquina. ¿Qué emisoras sintonizaban? Solo conservo en la memoria ese suave crepitar que surge cuando se salta de una banda a otra y se mueve el botón para buscar la radio justa. Quizá era la célebre BBC de Londres con sus notas beethovenianas iniciales o La Voz de América desde Washington, o la más lejana Radio Moscú. Aquel receptor era una especie de hermano mayor, pues cuando lo encendían debíamos callar para escucharlo, y en especial a mediodía, cuando irrumpía la presentación del famoso Repórter Esso, el noticiero que preparaba la agencia de noticias United Press para la petrolera Standard Oil de la familia Rockefeller. Pero esto lo sabríamos muchos años después, cuando comenzamos a comprobar que las emisoras iban a la guerra junto

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con sus ejércitos y que la radio había sido el más utilizado y potente medio de propaganda de la Segunda Guerra Mundial. En este texto que prologamos, el investigador Emilio Bustamante nos cuenta todo esto y mucho más poniendo fechas a evocaciones que eran difusas, arrinconadas en la memoria a la vez que nos provee del contexto para su comprensión, pues de otra manera no se puede explicar un hecho histórico tan trascendente como una emisión de radio. Para los tiempos en que tuve la fortuna de asomarme a la llamada edad de oro de la radio ya esta era un medio masivo de comunicación en toda la regla, que hacía temer y hasta retroceder a la prensa periódica que hasta entonces había reinado en el mundo de las noticias. Hasta que la radio no comenzó a transmitir noticieros los grandes públicos debían esperar al día siguiente de los grandes eventos para conocer resultados. Pero ahora solo había que sintonizar el noticiero para saber quién había ganado el partido del deporte favorito o mejor todavía, seguir la competencia directamente confiando en la versión del narrador para imaginar lo que pasaba en aquel campo deportivo. Al iniciarse la década de 1930 los resquemores de la prensa habían casi desaparecido porque se comprendió que eran roles y lenguajes distintos, los que podían convivir sin problemas en cualquier hogar: había un horario para leer las noticias y otro para encender el receptor y escuchar noticias; pero sobre todo entretenimiento y música, mucha música gratis. Y esta fue otra resistencia que debió vencer la radio, pues inicialmente los fabricantes de discos se negaron a que las emisoras transmitieran sus productos hasta que entendieron que el nuevo medio era el mejor publicis- ta para sus ventas. Quienes primero advirtieron la enorme importancia del nuevo medio fueron los comerciantes, quienes comprobaron que comprar espacios para publicitar sus productos podía ser hasta más rentable que la ya vieja prensa. Pero probablemente quienes mejor aquilataron su importancia fueron los políticos, los cuales creyeron que los mensajes radiales eran infalibles para la propaganda, el reclamo de adhesión a sus ideas. Todos los inventos son precedidos por otros y así, enriqueciendo, añadiendo, surgieron novedades tecnológicas tan importantes como la imprenta, por ejemplo, pero que debió esperar quinientos años antes de ser renovada. La radio en cambio fue consecuencia de una rápida sucesión: la telegrafía con hilos, el teléfono, la telegrafía sin hilos y finalmente la transmisión de sonidos, música y palabras. Fue tan nove- dosa que hubo que inventarle el nombre y así se adoptó el vocablo PREFACIO. NOSOTROS, LOS HIJOS DE LA RADIO 21

broadcasting (acción de diseminar semillas) porque no había otra ma - nera de llamarla. Los historiadores norteamericanos cuentan del radio boom de los años veinte, sin detenerse mayormente a considerar si este nuevo medio de comunicación masiva debía ser controlado dada su importancia política. Pero en América el prodigio se adaptó muy pronto al sistema comercial y, tal como la prensa, vendió espacios para avisos publicitarios. La radio entonces debía ser atractiva, convocar audiencias para que los avisos comerciales llamaran la atención y cumplieran con su rol de incentivar al consumo. Y todo esto debía estar, como en la prensa, en manos privadas empresariales. Los contenidos de la radio de los Estados Unidos —sistema que incidiría de manera decisiva en la enorme zona de influjo nor- teamericana— estarían a partir de entonces absolutamente ligados a lo comercial; y, en lo político, a lo que consideraban sistema ideal y natural de gobierno, es decir, a la democracia representativa. Pero los ingleses y muchos europeos no pensaban así, y plantearon y lanzaron el sistema de servicio público liderado por la BBC que no dejó pasar la publicidad como método de financiamiento, y adoptaron un sistema de pagos que el usuario debía hacer para disfrutar de una programación de entretenimiento cuidadosamente estudiada y noticieros muy balanceados y alejados de la pasión partidaria. Poca atención se prestó por entonces a que en el otro lado de Europa nacía la Unión Soviética que lideraba el desconocido Lenin, fundador del primer partido comunista que llegaba al poder desmantelando nada menos que al antiguo y poderoso imperio ruso. Era el año 1917, en plena Primera Guerra Mundial, cuando tomaron el control del país imponiendo su doctrina política, el marxismo-leninismo, esto es, la teoría de Karl Marx y la acción político-partidaria de Lenin. Quizá algunos se habían detenido a examinar el proyecto que señalaba claramente que los medios de comunicación, la prensa y la naciente radiodifusión debían ser utilizados para la educación de las masas, la politización, la organización, y en consecuencia pasarían a ser controlados por el partido y el Estado. Y así la nueva prensa y la radio comunistas nunca conocieron la publicidad porque su rol sería propagandístico y cultural. Tres modelos o puntos de vista sobre el uso y regulación de la radiodi- fusión. Y esto lo debió considerar el presidente Augusto B. Leguía cuando decidió que la radiodifusión debería formar parte de su modelo moderni- zador que había echado a rodar en esos años veinte, de gran influencia norteamericana. 22 EMILIO BUSTAMANTE

Y así comienza esta historia que nos relata en detalle Emilio Bustamante. Leguía no tenía otro camino que el liberal democrático norteamericano porque él mismo era Presidente gracias a elecciones. Pero era un dictador civil, es decir, había construido un férreo aparato político burocrático de control de las instituciones, incluido el Parlamento, que no toleraba la libertad de crítica. Entonces ideó un extraño modelo a la peruana. Otorgó el monopolio de la nueva radiodifusión a una empresa particular cuyos accionistas eran sus amigos y partidarios. Así salió al aire la pionera y legendaria OAX que más tarde sería adjudicada a la empresa inglesa Marconi, adoptándose el modelo inglés de pago por “derecho de antena”, un sistema exótico para un país latinoamericano. Lo interesante, cuenta Bustamante, fue la confianza de Leguía en el poder propagandístico de la radio pues, en su primer discurso luego de elogiar las bondades de la modernidad representadas en el nuevo medio pasó a asegurar que pronto se resolvería el agudo problema de las llamadas “provincias cautivas” —, Tacna y Tarapacá—, en manos chilenas desde el fin de la Guerra del Pacífico. Fueron años de rutina y baja calidad de programación que cambiarían de manera drástica luego de la caída del régimen leguiista. En la década de 1930 la radio peruana solo conoció el crecimiento; y las cifras, ejemplos y relatos de Bustamante lo demuestran. La extraordinaria capacidad de convocatoria y credibilidad de la radio fueron confirmadas en el Perú en 1936 con las emocionantes noticias que llegaban desde Berlín, adonde partiera una importante delegación peruana para participar en las Olimpiadas. Es probable que aquella haya sido la fecha clave para el gran lanzamiento de la nueva radio, que abandonaba su tono provinciano para buscar igualar a sus pares latinoamericanos, y en especial en el ancho mundo de los deportes donde reinaban el fútbol y el boxeo. El punto máximo de atención y tensión puede haber sido la confrontación militar con Ecuador, en 1941, donde se confirmó la capacidad propagandística del medio. Fue también el tiempo del grito de “¡Coche a la vista!” de los locutores que anunciaban la llegada de un automóvil a la meta o de los correspon- sales que aguardaban en los puestos de control el paso de los famosos pilotos peruanos Arnaldo Alvarado, el Rey de las Curvas; Henry Bradley y su Avispón Verde, o Luis Astengo, Flecha de Oro. Pero sobre todo del ídolo máximo, el Cholo Julio Huasaquiche, mecánico y piloto, que con un Ford casi destartalado partía entre los últimos y llegaba en el límite, cuando el PREFACIO. NOSOTROS, LOS HIJOS DE LA RADIO 23

público ya se había marchado y estaban a punto de cerrar el registro. La emoción era intensa cuando el locutor gritaba “¡Atención... se ven luces… viene un auto muy despacio... es... es... ¡Huasasquiche!”. Las carreras de autos estaban absolutamente ligadas a la radio. Hubo, recordarán todavía algunos, por lo menos tres competencias importantes: en 1940 -Lima-Buenos Aires; luego, en 1948, la formidable Buenos Aires-Caracas, y ese mismo año la Lima-Buenos Aires. En todas destacaba el esfuerzo organizador de Juan Sedó y sus corresponsales. Fue uno de ellos quien transmitió la primicia de que Arnaldo Alvarado, crédito nacional, atropelló a un burro en Paramonga y quedó fuera de la carrera cuando le pisaba los talones a Juan Manuel Fangio y los hermanos Gálvez en la sétima etapa, Lima-Tumbes, de la Lima-Caracas. Las radios locales de aquellos años dorados enviaban locutores y equipos a todos los eventos, de cualquier clase. Ellos ponían la narración y nosotros imaginábamos. Por ejemplo, un anunciante tuvo la idea de publicar un dibujo de la cancha cuadriculada en sectores numerados para que se pudiera seguir el partido de fútbol y entonces el argentino Boris Sojit pedía tener a la vista el diagrama y anunciaba “Pasan el balón al sector C… de ahí con un pase largo al sector D…”. Más imaginación todavía había que poner en las transmisiones dominicales de las corridas de toros, de la procesión del Señor de los Milagros, del fútbol de Lolo Fernández, del boxeo de Antonio Frontado y la célebre transmisión internacional Cabalgata Deportiva Gillete, con el locutor que insistía: “No se vayan… que esto se pone bueno…”, desde el lejano Madison Square Garden de Nueva York. Llegó entonces la época de los auditorios, que los colegiales sabíamos aprovechar bien. A la vuelta del colegio San Agustín, en el jirón Camaná, estaba Radio Colonial, donde a las cinco de la tarde se iniciaba un programa infantil al que asistían también alumnas de un colegio cercano. Apenas salíamos de las aulas nos atropellábamos en las estrechas escaleras que conducían a una pequeña sala donde nos apretujábamos más para ver a las chicas que para participar en el programa. Pronto los miembros de la pandilla quinceañera de Monserrate nos convertimos en expertos en programaciones, horarios y carteleras; porque todos los artistas de renombre hacían sus presentaciones en teatros, quizá cabarés (boites) y generalmente pasaban a la radio, donde el ingreso era libre. Solo era cuestión de ir temprano y acomodarse. Las radios Central, Mundial, Nacional (la de más antigua y mejor sala), Atalaya, La Crónica (quizá la última moderna), y otras, eran las favoritas. 24 EMILIO BUSTAMANTE

Era también el tiempo de los radioteatros, el antecesor de las radiono- velas. La diferencia, según la define el cubano Reynaldo Gonzales, está en que los primeros recogen adaptaciones de los folletines nacidos en Francia para la prensa popular. Más tarde vendrían los autores especializados y nacería el género radionovelesco, con técnica y lenguaje propios. Los melodramas preferían el mediodía y la tarde mientras que la noche era para el misterio y la aventura y también la política, porque alguna emisora recibía los discos que enviaba el servicio informativo de los Estados Unidos con su serie anticomunista Ojo de águila. El derecho de nacer, del cubano Félix B. Caignet, fue la máxima expresión de la radionovela, pues alcanzó niveles de sintonía que no han sido igualados, un fenómeno que llegó al Perú y aquí se hizo una versión a la peruana. Bustamante nos recuerda bien el incidente de la presunta agresión al actor Ego Aguirre que hacía el papel del odioso Rafael del Junco, el canalla de la historia. Nosotros también nos pasamos a la televisión cuando en 1957 ingresó a la casa un televisor Philco, que pronto cautivó a la familia e hizo arrinconar el radiorreceptor, que sin embargo no fue olvidado, porque siempre conservó su espacio para las noticias, el deporte y la música de moda, aunque el cambio fue inevitable. La banda de AM perdió terreno ante la novísima FM y sus emisoras de formato puramente musical, y en algún día que no podemos precisar se transmitió la última radionovela. Pero la vieja Onda Corta, aquella de las bandas de 19, 25 y, la favorita, de 31 metros, eran todavía el escenario preferido de la confrontación conocida como la Guerra Fría, en que La Voz de América lanzaba su artillería anticomunista hacia el otro lado de la Cortina de Hierro y desde allá contestaban y rebatían con igual potencia Radio Moscú y Radio Progreso. En el medio, para estar mejor informado, estaba la venerable BBC de Londres marcando una línea de esfuerzo de imparcialidad que seguían muchas otras emisoras, entre las que recordamos a Radio Nederland, Radio Suecia Internacional, la Deutsche Welle de Alemania Occidental, Radio Francia Internacional y muchas otras más (escribí una vez a Radio Pekín dando cuenta de haber escuchado sus programas y meses después me enviaron un recuerdo: varios paisajes recortados a tijera). Al terminar los años cincuenta trabajé por un par de años en La Oroya, editando una revista para empleados de la otrora formidable Cerro de Pasco Copper Co. Todos los que han transitado alguna vez por aquella ciudad (si se le puede llamar así) de paso a Jauja o Huancayo, concordarán PREFACIO. NOSOTROS, LOS HIJOS DE LA RADIO 25

en que es uno de los lugares más inhóspitos de los Andes centrales. Noches solitarias, frías e interminables, de lluvia y nieve, en que mi viejo receptor Philips de tubos, “tropicalizado”, que todavía conservo, se con- vertía en el amigo necesario para sobrellevarlas. Recuerdo, entre otras, las voces de “Aquí Radio Rebelde, transmitiendo desde territorio libre en América” de los guerrilleros castristas desde la Sierra Maestra cubana. Luego del triunfo revolucionario cederían el espacio internacional a Radio La Habana, que se lanzaría con fuerza a refutar la propaganda anticastrista de Miami. Confirmaría por entonces la enorme importancia de Radio Nacional y sus noticieros y de la BBC británica. Una decena de años más tarde viajé a Moscú contratado por una editorial para hacer corrección de estilo y tomé mis precauciones para estar informa- do porque me habían asegurado que allá, en la cuna del comunismo, era imposible conseguir un receptor y que todas las casas poseían uno pero de estación única que solo transmitía propaganda. Era una verdad a medias. El departamento asignado tenía efectivamente un receptor pero con dos esta- ciones, una de noticias y otra de música, ambas de manera permanente. Llevé mi potente y envidiado Zenith TransOceanic cuya enorme antena y ocho pilas me permitían asomarme a Radio Nacional de España, Radio Suecia Internacional y otras que me rescataban del aislamiento impuesto por el idioma. Tampoco era cierto que no se podía comprar receptores, pues había de todos los precios y bandas, y no era verdad que el régimen interfería las potentes señales de las emisoras norteamericanas —Free Europe era una de ellas— que bombardeaban todo el sector de países por entonces socialistas. En los ochenta ya mi receptor era un pequeño Sony digital, compacto, que carecía de dial y evitaba la búsqueda porque se requería solamente conocer la banda y la frecuencia. Hoy, la zona de la short wave está casi solitaria. La recorremos buscando las antiguas emisoras grandes y reconocemos algunas voces que es mejor escuchar por la maravilla moderna de internet, portador imbatible de miles de señales en todos los idiomas de todas las latitudes. La melancolía es ineludible al rememorar aquellos viejos buenos tiempos en que nos disputábamos el receptor, la radionovela llorosa versus el inven- cible Tamakún. Al paso de los años la radio sigue siendo el medio masivo de comu- nicación más importante de todos porque supo adaptarse a los tiempos, a los contextos cambiantes y configurar lo que podríamos llamar el Planeta Radio. Aquí cohabitan la radio comercial, la educativa, la públi- 26 EMILIO BUSTAMANTE

ca, la comunitaria, la estatal, la partidaria, todos abriendo espacios a la imaginación. Debemos agradecer a Emilio Bustamante la paciente investigación que ha tenido como fruto este magnífico texto. Aquí leeremos no solo los arañazos de historia que les he propuesto en estas nostálgicas líneas, sino que comprenderemos mejor por qué es así la radio en el Perú. Como todos los buenos historiadores el autor nos propone un derrotero personal para su relato, dividiendo la gran historia de la radio en el Perú en fases bien definidas. Primero los años iniciales, “De OAX a Radio Nacional del Perú 1925-1937”, que recoge los episodios inaugurales y conoce los sucesos dramáticos de transición del leguiismo al nuevo esce- nario político en que surgieron nuevos partidos y la radio avanzaba hacia la masividad y al uso propagandístico y publicitario pleno. La siguiente etapa es la favorita de los historiadores de la radio y hace bien Bustamante en llamarla “La Edad de Oro”, que corre desde 1937 hasta 1956, esto es, al año anterior a la llegada formal de la televisión. Son los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial, del conflicto con Ecuador, pero sobre todo los tiempos de la imbatible radionovela, de los grandes artistas que era posible ver sin pagar en los pequeños auditorios. La popularidad de la radiodifusión aumenta cada día, los receptores están ya en cada casa y se convierten para siempre en la manera de conocer las noticias por las mañanas. Nunca más perderán ese privilegio. “Nuevas olas 1956-1980” describe la etapa más dura de la historia de la radio, pues debió adaptarse a las nuevas condiciones para sobrevivir. Pero sobre todo fue obligada a inventar modelos distintos porque las radionovelas fueron derrotadas por la imagen de las telenovelas. Ya la posesión de una radio solitaria era un mal negocio porque los empresarios y comerciantes prefirieron invertir su publicidad en la televisión, lo que fomentó la creación de cadenas radiales, de empresas acaparadoras que incluso hoy llegan a superar el centenar de emisoras a nivel nacional. La última etapa que reconoce nuestro historiador la describe como “El desborde 1980-2000”, que él mismo sigue de cerca indicando como fecha de inicio el año en que empezaron las acciones de la violencia terrorista en los Andes centrales. En un conflicto tan severo la radio llegó a tener un rol informativo y político importante y no fueron pocos los periodistas perseguidos y abatidos por ambos bandos. Esta descripción del contenido del texto de Emilio Bustamante debería servir, pese a ser breve e incompleta, como incentivo para acompañar al PREFACIO. NOSOTROS, LOS HIJOS DE LA RADIO 27

autor en el extenso recorrido histórico que propone con metodología exacta y fuentes precisas en un envidiable trabajo que será muy difícil de superar. La historia de la radio tiene tantas aristas o, mejor, escenarios, que es muy difícil resumirla. Los temas de tecnología, propietarios, programas, música, noticias, locutores, radionovelas, educación a distancia, la intención comunitaria, emisoras pirata o sin licencia, publicidad radial, etcétera, merecen cada uno tratamientos históricos especiales y es por ello que la síntesis de Bustamante resulta tan importante como información cabal así como de incentivo a nuevas investigaciones que verán ahora rutas abiertas que ahondar. Juan Gargurevich

Presentación

El presente libro tiene como objetivo ofrecer un panorama de la evolución de la radiodifusión en nuestro país desde 1925 hasta el 2000. Forma parte del proyecto “Historia de los medios de comunicación en el Perú: Siglo XX”, impulsado por el Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima. Cuando en 1925 Augusto B. Leguía inauguró la primera estación radiodifusora, OAX, eran muy pocos quienes podían comprar en el Perú un receptor, aunque algunas personas armaban ingeniosamente sus propios aparatos de galena. Diez años después la radio estaba ya en camino de convertirse en un medio de masas. A finales de la década de 1930 brillaban las primeras estrellas y la música criolla empezaba su reinado en el dial. Durante las décadas de 1940 y 1950, la radio capturó la imaginación y los sentimientos de miles de oyentes a través de los radioteatros. A fines de la década de 1950 los transistores y las pilas o baterías eléctricas permitieron que un nuevo público accediera al medio, y algunos programas facilitaron que se tejieran redes entre los migrantes y se mantuviera el vínculo de ellos con la provincia. Si bien la llegada de la televisión restó dinero de la publicidad a las emisoras privadas, no acabó con la popularidad de la radio; por el contrario, las estaciones se reprodujeron en las décadas de 1960 y 1970. A comienzos de la década de 1980, no solo existía una radio comercial capaz de concentrar a jóvenes citadinos en espectáculos mu - sicales multitudinarios, sino también una radio educativa y popular a través de la cual se hacían escuchar sectores antes desoídos. Por otro lado, la “exclusiva” frecuencia modulada era invadida por ritmos populares y voces irreverentes. La radio se mantuvo al lado de la población en la violenta década de 1980, sufriendo atentados como ella, tranquilizándola durante los apagones, entreteniéndola en las noches de toque de queda. Y en la

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década de 1990, a la hora de informarse, la gente le otorgó mayor confian- za que a la televisión y la prensa escrita. Desde sus inicios la radio pareció buscar a las multitudes; su confina- miento nunca duró mucho. Y, sin embargo, la popularidad de la radio parece estar relacionada, también desde su inicio (recordemos a los radioaficionados), con cierta intimidad y con la participación de un oyente que demanda convertirse en emisor. Medio cálido en un sentido distinto al que le otorgaba McLuhan, la radio tiene en nuestro país una historia a veces incandescente. Este libro trata de dar cuenta de ella, dentro de las posibilidades del autor y las condiciones de la investigación. Los límites que hemos encontrado en la realización del proyecto en general han sido ya descritos por Ricardo Bedoya, el coordinador de la investigación, en el prólogo de la serie. Como allí se señala, el ámbito geo- gráfico prácticamente se tuvo que reducir a Lima, y es de lamentar la pre- cariedad de archivos documentales que ha dificultado el acceso a fuentes directas. En el caso de la radio, la casi total ausencia de archivos de sonido ha hecho que conozcamos de voces y programas de décadas pasadas, en su mayoría, solo por lo que dicen los diarios y revistas de ellos. Respecto de las décadas recientes, los problemas han sido distintos: el crecimiento impresionante de la radio en el país ha hecho que sea sumamente difícil recopilar y ordenar una información estimable que excede en mucho a la que se refiere al ámbito de las emisoras comerciales limeñas. Aún así, espe- ro que el libro sea de utilidad e interés para estudiantes y especialistas, y que motive nuevas investigaciones, más profundas y reflexivas. En algún momento pensé que este trabajo sobre la historia de la radio en el Perú debía ser realizado por un equipo de investigación, y no por un solo individuo; pero no lo hubiera terminado sin el apoyo de muchas per- sonas que, de algún modo, formaron a través del tiempo ese equipo que silenciosamente reclamaba. Son, entonces, varios los agradecimientos. A Teresa Quiroz y Fermín Cebrecos por su respaldo, comprensión y pacien- cia. Al poeta y acucioso investigador Guillermo Gutiérrez Lyhma, quien me proporcionó valiosa información y fue un interlocutor infatigable y crítico durante más de un lustro. A Irela Núñez del Pozo y Mario Lucioni, direc- tores del Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi), quienes pusieron a mi disposición su importante colección de revistas peruanas de espectácu- los de las décadas de 1930, 1940 y 1950, donde encontré material gráfico y datos que no hubiera podido hallar si no fuera por su amistad y confian- za. A Juan Gargurevich, que generosamente me entregó los libros de radio de su biblioteca y los recortes periodísticos que sobre el tema había reco- pilado a lo largo de varios años, con la única condición de que no se los PRESENTACIÓN 31

devolviera. A Julio Heredia, quien me abrió las puertas de Radio Nacional durante el breve tiempo que estuvo allí, y a Fabiola Sancho Dávila, por permitirme escuchar cintas antiguas del archivo de esa emisora; archivo que existe gracias a su iniciativa y cuidado. A Augusto Tamayo San Román, por confiarme los guiones radiofónicos de su padre, Augusto Tamayo Vargas. A Carlos Rivadeneyra, quien me proporcionó bibliografía y accedió a conversar conmigo más de una vez sobre la radio popular. A Fernando Ruiz Vallejos, que me brindó material inédito con declaraciones recogidas por él de célebres personajes de la radio. A Abelardo Sánchez León, Luis Peirano y Dan Lerner, que me facilitaron importante material fotográfico. A Maya Dolorier, quien transcribió fichas y grabaciones. A Ernesto Jiménez, por seguir aportando sus habilidades con entusiasmo y capacidad a la investigación, cuando ya no tenía obligación de hacerlo. A quienes contri- buyeron a que algunas entrevistas pudieran llevarse a cabo: Sergio Salas Dueñas, Miriam Larco, Estefanía Mas Amorós, Miguel Mejía Salas, Gina Yáñez de la Borda. A quienes accedieron a ser entrevistados y brindaron su testimonio y conocimiento: Miguel Humberto Aguirre, Óscar Avilés, Héctor Béjar, Teresa Bolívar, Jorge Cuadros Pastor, Caroline Cruz, Juan Francisco Escobar, Fernando Farrés, Carlos Galdós, Sergio Galliani, Román Gámez, Gina Gogin, Paul Gogin, Alberto Ku King, Cecilia Laca, Jaime Lértora, Adrián Menéndez, Juan Felipe Montoya, Emilio Muro, Luzmila Palma, Graciela Polo, Gerardo Manuel Rojas Rodó, Gerardo Rojas, José María Salcedo, Pedro Salinas, Álex Samaniego Pleitikosic, Fernando Samillán, Zenaida Solís, Víctor Tejada, Maruja Venegas, Enrique Victoria y del Campo. A mi esposa, Gabriela Dolorier, por darme fortaleza para terminar este trabajo.

Introducción

Este libro contiene cuatro capítulos que se refieren a cada uno de los perío- dos en los que he dividido la historia de la radio en el país. El primer período (1925-1937) comprende el surgimiento y la transformación de la radio de un medio de elite a uno de masas. El segundo período (1937- 1956) se inicia con la creación de Radio Nacional del Perú y la promulga- ción de un reglamento que consagra un modelo de radio comercial orien- tada al entretenimiento, con presencia, sin embargo, de una poderosa emisora estatal; abarca lo que se ha denominado la “edad de oro”, en él se con solidan algunas empresas y cadenas, así como determinados géneros, programas, locutores, animadores y artistas. El tercer período (1956-1980) se inicia con los primeros intentos de dar una nueva reglamentación al medio ante la inminencia del ingreso de la televisión al país, y las presiones de nuevos actores sociales y políticos que reclaman la modificación del modelo con una orientación de la radio hacia el servicio público; culmina con el fracaso del experimento realizado por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. El cuarto período (1980-2000) comienza con la devo- lución de las empresas mediáticas a sus propietarios, y comprende dos décadas de caótica expansión, la conformación de nuevas cadenas y cor- poraciones, y el desarrollo de una radio popular, todo ello bajo condicio- nes políticas difíciles creadas por el conflicto armado interno en la década de 1980 y el gobierno autoritario en la década de 1990. En cada período se ha considerado las relaciones entre radio y política; la evolución empresarial del medio, su recepción y consumo; y la pro- gramación de la radio comercial limeña.

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La relación entre radio y política ha sido intensa y ha adquirido carac- terísticas particulares en cada período. En la inauguración de la primera emisora (OAX) en 1925, el presidente Leguía aprovechó el discurso de apertura de la estación para defender su postura en torno al plebiscito sobre la devolución de Tacna y Arica al Perú, que se hallaba en plena discusión por esos años. Durante el régimen de Sánchez Cerro, la Radiodifusora Nacional OAX4A fue empleada para llevar a la ciudadanía los discursos del mandatario, haciéndose uso entonces de parlantes ubicados en lugares públicos con el fin de aumentar la audiencia del medio, que por el alto costo de los receptores y el pago del derecho de antena se hallaba entonces solo al alcance de personas pudientes. En las elecciones de 1936, los candidatos no desdeñaron el uso de la radio al haberse ya percatado de que un solo aparato receptor estratégicamente ubicado podía servir para que llegaran mensajes a decenas de personas. El general Benavides recurrió al medio repetidas veces, y bajo su jefatura se emitió el reglamento de 1937 que clasificó a las emisoras y buscó ordenar el otorgamiento de frecuencias. Durante el régimen de Benavides, además, el Apra empleó la estación clandestina Indoamérica para hacer oposición al gobierno. En las campañas electorales de 1939 y 1945 nuevamente los postulantes a la Presidencia y al Parlamento se valieron de la radio. Durante el gobierno de Bustamante y Rivero (1945-1948), el Presidente se dirigió al país constantemente por Radio Nacional (que además irradiaba el programa La Voz del Perú con mensajes del Ejecutivo en respuesta a la oposición), y las emisoras privadas dieron cabida a programas políticos (en ocasiones diarios) del Apra y la derechista Alianza Nacional. Al iniciarse la dictadura de Odría hubo una evidente tensión entre el Ejecutivo y las emisoras privadas al ser clausuradas algunas (Radio Victoria, temporalmente) y multadas otras (Radio América), pero también relaciones de cercanía política (con Radio Lima en especial, que contribuyó al golpe de Estado de 1948). Durante el Ochenio, se impuso la transmisión del Informativo Nacional en cadena a través de todas las emisoras, pero las agremiaciones de empresarios radiales lograron tener participación en la elaboración del nuevo Reglamento de Telecomunicaciones, que establecería las normas sobre adjudicación de frecuencias, finalmente promulgado en el segundo gobierno de Prado. En breve lapso de la Junta Militar (1962-1963), que derrocó a Prado, surgieron desavenencias entre los gobernantes y los empresarios radiales aparentemente por deudas de los últimos al Estado, pero que en el fondo expresaban concepciones opuestas respecto del medio, entendido como un servicio público por los militares y un negocio privado por los dueños INTRODUCCIÓN 35

de las emisoras. Durante el primer gobierno de Belaunde (1963-1968), la beligerancia política sería muy clara en algunas emisoras (Radio Expreso haría defensa cerrada del Ejecutivo y Radio Continente, alineada con la alianza Apra-UNO, se mantendría en constante oposición). Después, el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada (1968-1980) intervino en la radiodifusión como nunca antes lo hizo régimen alguno sobre la base de la Ley General de Telecomunicaciones que promulgó en 1971, y mediante la expropiación de un gran número de emisoras. La intención, según sus mentores, era cambiar el modelo para poner la radio al servicio de las mayorías nacionales, pero las medidas fracasaron y solo sirvieron para el control de la información por parte de la dictadura. Tras la devolución de los medios a sus antiguos propietarios al inicio del segundo gobierno de Belaunde (1980-1985), la radio enfrentó problemas políticos a la par que económicos. Durante ese régimen y el primer gobier- no de Alan García (1985-1990), los movimientos subversivos del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) realizaron tomas de emisoras con la intención de propagar sus mensajes, pero también se observó la defensa de los derechos humanos por parte de estaciones y programas radiales que, en represalia, sufrieron ataques tanto de los subversivos como de fuerzas paramilitares. En la década de 1990, las relaciones con el gobierno de fueron, a menudo, conflictivas. Durante el golpe de Estado de 1992, efectivos policiales y de las Fuerzas Armadas ocuparon los locales de las emisoras y detuvieron a varios periodistas. El gobierno, además, empleó la publicidad del Estado como forma de control sobre las radios, restringiéndola o negándola a las emisoras que le resultaban incómodas. Asimismo, usó el Poder Judicial y la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) para acallar o amedrentar a la prensa radiofónica. Algunos periodistas sufrieron seguimientos por parte de supuestos agentes del orden y amenazas anónimas. Los casos más graves se dieron en el interior del país, donde más de uno perdió la vida a causa de sus denuncias contra irregularidades cometidas por autoridades locales. El movimiento de radio popular, que había adquirido mucho vigor desde fines de la década de 1970, también recibió duros golpes. Vinculado a sectores progresistas de la Iglesia católica y a la izquierda, se vio afectado por la crisis mundial y nacional de las posturas socialistas. A ello se sumó un gobierno represivo que no solo pretendió dejarlo sin reservas económicas prohibiendo la publicidad en las radios educativas, sino que, mediante agentes de los servicios de inteligencia, sembró amenazas y llevó a cabo atentados físicos en contra de emisoras, directivos y conductores de programas. No obstan- 36 EMILIO BUSTAMANTE

te, al final del período, el movimiento de radio popular salió fortalecido, incrementando sus redes, que fueron de singular importancia para man- tener informado al país durante la crisis política del año 2000. El otorgamiento y uso de frecuencias, la propiedad y gestión de las emisoras, el financiamiento de estas, la adquisición de nuevas tecnologías y la formación de entidades gremiales de propietarios y trabajadores han sido también temas de análisis en cada período. En 1925, el gobierno de Leguía aparentemente optó por un modelo de monopolio privado al auspiciar la aparición de la Peruvian Broadcasting Co., empresa privada a la que adjudicó la frecuencia de OAX, la primera estación peruana. Sin embargo, al quebrar la entidad poco tiempo después, el Estado entregó la emisora a la empresa británica Marconi, que controlaba la Administración General de Correos y Telégrafos. Con la caída de Leguía en 1930, el Estado asumió la administración de la emisora por un breve intervalo antes de otorgársela a otra empresa privada: la Compañía Nacional de Radiodifusión S. A., que la dejó en 1937, cuando, sobre la base de OAX, se inauguró Radio Nacional del Perú como emisora estatal. Entonces ya se había roto el monopolio al hallarse en funcionamiento varias emisoras comerciales privadas, a las que el Estado había otorgado frecuencias desde 1934. El Reglamento de Radiodifusión de 1937 consagró un modelo donde se daba amplia cabida a la radio comercial privada, pero reservándose para el Estado una poderosa emisora de alcance nacional. No se trató de un mode- lo enteramente liberal el que rigió desde entonces, pues además de la pre- sencia de Radio Nacional, los gobiernos de Benavides y Odría impusieron censura a las radios privadas supervisando su programación mediante un funcionario de la Dirección de Radio (dependiente del Ministerio de Gobierno), cuando no las clausuraron o allanaron en los momentos que juzgaron conveniente hacerlo. Desde la década de 1940, sin embargo, se fueron creando cadenas de emisoras y agremiaciones de empresarios. En la década de 1950 había ya dos cadenas poderosas, con filiales que operaban varias frecuencias en diferentes ciudades del país: la encabezada por Radio América (Umbert-González) y la liderada por Radio Victoria (Cavero); y otras dos en crecimiento: la de Radio Central (Delgado-Gjurinovic) y la de Excelsior (Belmont). Asimismo, adquirió importante presencia la Asociación Nacional de Radioemisoras del Perú (Anrap), que agrupaba a los dueños de las emisoras y que demostró gran capacidad de negociación con el gobier- no de Odría, logrando el retiro de normas dadas por el Ejecutivo que los propietarios de las radios consideraban perjudiciales para ellos. Aunque la Anrap se partió en 1955 al separarse la cadena de Cavero, quien creó su propia organización gremial (Federación Peruana de Radio- INTRODUCCIÓN 37

difusión [Federadio]), los empresarios de ambas entidades (Anrap y Fede- radio) lograron integrar la comisión que elaboró el nuevo Reglamento General de Telecomunicaciones de 1957, promulgado por el segundo gobierno de Prado. No obstante, la Junta Militar de Gobierno de 1962 convocó a una nueva comisión a fin de elaborar un reglamento que supliera el de 1957, pero sin la participación de los empresarios radiales. En el primer gobierno de Belaunde se discutió la nueva normativa, que al final devolvió el estado de cosas al de 1957, debido a la presión que sobre el Parlamento ejercieron los gremios de empresarios. Durante el régimen de Belaunde, sin embargo, hubo cambios en el campo empresarial de la radiodifusión: algunas de las cadenas se fortalecieron (en especial la conformada por los hermanos Delgado Parker) mientras otras empezaron a afrontar dificultades económicas (las de Cavero y Belmont). La llegada de la televisión afectó la captación de publicidad, la principal fuente de financiamiento de las emisoras; lo que no significó que disminuyera el número de estas (al contrario, aumentó) sino que incumplieran compromisos de pago, abarataran sus costos de producción y se orientaran a una programación básicamente musical. La Ley de Telecomunicaciones de 1971, que dispuso la expropiación del veinticinco por ciento de las acciones de las empresas de radio, y la posterior expropiación mediante decretos del cien por ciento de las acciones de varias emisoras por parte del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, alteró no solo el estatus logrado por las empresas privadas sino el modelo mismo vigente desde 1937, reforzándose mucho el papel del Estado. A los pocos años de ser devueltos los medios a sus antiguos propietarios por el segundo gobierno de Belaunde, el panorama ya no era el mismo de antes de la expropiación. En un escenario de desborde popular del Estado descrito por el antropólogo José Matos Mar (1984), desaparecieron antiguas cadenas y surgieron otras, se produjo un proceso de popularización de la radio comercial en la frecuencia modulada, se replantearon los modelos de producción de las emisoras privadas (lo que supuso una búsqueda a veces desesperada y a ciegas de un público objetivo), se ensayaron nuevas formas de financiamiento de la radio comercial que implicaron el alquiler de espacios a emergentes actores culturales así como la organización de espectáculos masivos, se afirmó una radio popular impulsada por la Iglesia católica y organizaciones no gubernamentales, y aumentó el número de radios piratas. Durante la década de 1990 se consolidaron grandes cor- poraciones y, bajo su dirección, se organizaron las modernas cadenas nacionales que vincularon a muchas emisoras en todo el país por medio del satélite y llevaron su señal a miles de oyentes a través de la frecuencia 38 EMILIO BUSTAMANTE

modulada. Las emisoras provincianas, en su gran mayoría, fueron des- plazadas en el favor del público por estas cadenas. Las corporaciones lograron concentrar la inversión en publicidad radial, la que no sufrió mayor menoscabo durante la década, aún en la segunda mitad de esta, cuando la inversión en otros medios (sobre todo en la televisión) disminuyó dramáticamente a causa de la recesión. En cuanto al consumo, la radio era escuchada por la elite durante la década de 1920. Sin embargo, como ya se ha señalado, el gobierno de Sánchez Cerro —a comienzos de 1a década de 1930— empleó parlantes ubicados en las plazas públicas para hacer llegar los mensajes del Jefe de Estado a numerosos oyentes. El consumo del medio fue haciéndose masivo en Lima hacia finales de esa década, cuando se superó la crisis económica y se abarataron los precios de los receptores, que fueron ofrecidos a plazos. Además, continuaron las prácticas de recepción múltiple: la radio era escuchada no solo por los miembros de una familia sino a través de aparatos que se hallaban en establecimientos públicos o en domicilios particulares que eran visitados por los vecinos. Al ampliarse la cantidad de oyentes, hubo mayor inversión en publicidad, lo que permitió el desarrollo de la radio comercial desde fines de la década de 1930. En provincias se establecieron estaciones comerciales importantes (especialmente en Arequipa, Ica, Chiclayo y Cusco) y, en algunos casos, donde no había emisora local fueron adquiridos receptores por municipios para que los residentes escucharan programas de onda corta a través de parlantes. Se llegó a vender en zonas rurales y asentamientos mineros aparatos receptores de onda corta que funcionaban con batería, pero su precio era elevado. Asimismo, aparecieron los primeros receptores para ser incorporados en los automóviles. En el segundo período, al auge de los programas musicales de fines de la década de 1930 y comienzos de la de 1940 (en particular de música criolla), le siguió desde mediados de esta el de los radioteatros y pro- gramas humorísticos. La mayoría de las emisoras ambientaron en sus locales espacios de auditorio a los que acudía el público a presenciar números en vivo. Aunque el receptor a transistores y pilas se expandió algo tardíamente en el Perú, ya a inicios del tercer período permitió ampliar el público de la radio en las zonas rurales y, especialmente, en áreas urbanas recién pobladas por la gran ola migratoria de esos años. También por entonces aparecieron las primeras líneas de ómnibus citadinos equipados con receptores. Al comenzar la década de 1960, a pesar de la televisión, la radio seguía siendo el medio de mayor consumo. Según el censo de 1961, había en el país 72.399 televi- INTRODUCCIÓN 39

sores y 455.267 receptores de radio. No obstante, la televisión captó la mayor parte de la publicidad disponible, y la radio se limitó en la mayoría de los casos a satisfacer la demanda de música de los oyentes. Los auditorios prác- ticamente desaparecieron y la participación del público en los programas se realizó a través de llamadas telefónicas para solicitar canciones o intervenir en sencillos concursos; las emisoras emplearon ese mecanismo, además, para medir su audiencia. La frecuencia modulada (FM) apuntó en esos años a un público de clase alta. En la década de 1970 se hizo usual la comunicación por microondas. Al comenzar el cuarto período se incorporó el satélite, el cual permitió integrar a mayor cantidad de oyentes; entonces se produjo también la llamada “popularización de la FM”. En la década de 1990, como ya se ha mencionado, las nuevas corporaciones recurrieron al satélite y a la FM para formar cadenas de emisoras que les permitía cubrir amplios sectores del país. Los modelos de programación así como la predominancia de determinados géneros, formatos y estilos, han variado según los tiempos. A la radio elitista (de programación compuesta por espacios hablados y música diversa) de 1925-1936, le sucedió el modelo de radio masiva dirigida a un público heterogéneo y urbano, con una programación elaborada para satisfacer a cada segmento según un horario preestablecido. Este modelo, dominante desde 1937 hasta 1956, implicaba, sin embargo, una producción diferenciada, constante y costosa, que no pudo mantenerse con la disminución de los ingresos por publicidad ante el surgimiento de la televisión. Es así que, partir de 1960, se fueron creando otros modelos de programación, orientados hacia la especialidad musical o informativa. Los géneros tienen su propia historia que atraviesa los períodos establecidos. El musical fue el favorito de 1925 hasta mediados de la década de 1940. Desde entonces hasta comienzos de la década de 1960 las encuestas realizadas a los oyentes indicaron la preferencia por los radiotea- tros, los programas de humor y los musicales, en ese orden. Algunas emi- soras (como Radio Central y Radio La Crónica) llegaron a tener más de diez radioteatros diarios durante la década de 1950. Luego, a causa de la com- petencia de las ficciones televisivas y el reajuste financiero de las emisoras por la pérdida de publicidad que impidió seguir manteniendo cuadros de radioteatro, el género preferido volvió a ser el musical. Dentro del musical hubo gran variedad de estilos, desde 1925 hasta el 2000, hallándose en diferentes épocas programas especializados en la emisión de música crio- lla, andina, tropical, clásica y chicha. Los programas musicales en vivo fueron disminuyendo desde finales de la década de 1950 para dar paso a 40 EMILIO BUSTAMANTE

la hegemonía de los de disc-jockey. En las décadas de 1930 y 1940 la músi- ca criolla era la preferida en el dial; en la década de 1950 los ritmos tropi- cales empezaron a imponerse, y, de otro lado, el aumento de espacios de música andina fue notorio. A fines de la década de 1950 e inicios de 1960 el rock entró a la programación. En las décadas de 1970 y 1980 creció la preferencia popular por la salsa, la chicha y las baladas en castellano, aun- que hubo también emisoras dedicadas al pop-rock. Las radios que optaron por transmitir música en la década de 1990, vinculadas a las corporaciones y cadenas, conocieron dos etapas: durante el primer lustro se convirtieron, la mayoría de ellas, en radio mix, mezclando ritmos en busca de atraer a un público muy amplio; en el segundo lustro retomaron la especialización y, prácticamente, cada corporación contaba con cadenas de radio dedica- das a un tipo específico de música (salsa, baladas en castellano y pop- rock); a fines del período se impuso la tecnocumbia como el ritmo prefe- rido por los oyentes. A partir de la década de 1980, el género informativo (impulsado por RPP) empezó a adquirir una importancia inusitada, motivada en parte por la rapidez del medio para transmitir noticias, y por la posibilidad que ofrecían los aparatos receptores de emplear energía alternativa ante las frecuentes interrupciones del fluido eléctrico causadas por los atentados terroristas. A finales de la década de 1990, los programas informativos elevaron su audiencia debido a que el público prefirió enterarse de los agitados acontecimientos políticos de entonces a través de la radio, otorgándole al medio una credibilidad mayor que a la televisión y la prensa escrita. La presente investigación se refiere, en gran medida, a la historia de la radio en la capital del país. Los capítulos sobre programación contemplan únicamente la de las emisoras limeñas, y la relación de programas, locutores, animadores y artistas que se hace en ellos no pretende ser exhaustiva. Estas son algunas de las limitaciones del texto. Las fuentes de la investigación han sido fundamentalmente hemerográficas y bibliográficas. Se ha consultado diarios y revistas peruanos de 1925 al 2000; varias de esas revistas eran publicaciones de espectáculos espe- cializadas en radio. También se han llevado a cabo entrevistas a locutores, artistas, programadores y académicos. Es importante reconocer que este trabajo no se inició en un terreno inexplorado. Han sido de gran utilidad para mí los libros de Juan Gargurevich, La Peruvian Broadcasting Co. Historia de la radio (I) (1995), Prensa, radio y TV. Historia crítica (1987) e Introducción a la historia de los medios de comunicación en el Perú (1977). Asimismo, fueron de indispensable consulta el libro de Alonso Alegría, INTRODUCCIÓN 41

OAX. Crónica de la radio en el Perú (1925-1990) (1993), y el texto pionero de Jorge Vargas Escalante y Enrique M. Gamio, 40 años de radio en el Perú (1944). Entiendo que el conocimiento histórico se va construyendo sobre la base de investigaciones anteriores que nos revelan algo que ignorábamos, nos plantean interrogantes, nos mueven a cotejar datos, llenar vacíos, bus- car nuevas fuentes e inclusive disentir de ellas. Espero que futuros investi- gadores recurran también a este libro para conocer algo más sobre el tema, ampliar la información que contiene, corregir sus errores, o discrepar de su metodología y puntos de vista.

Capítulo 1 De OAX a Radio Nacional del Perú (1925-1937)

1. Un nuevo medio para la “Patria Nueva”

“La inauguración de este magnífico servicio de radiodifusión, es la prueba más concluyente de que el progreso del Perú marcha a grandes pasos hacia un porvenir que por ahora no podemos siquiera vislumbrar”. Augusto B. Leguía en la inauguración de OAX El Comercio, 20 de junio de 1925

1.1 El gobierno de Leguía

Augusto B. Leguía pone fin en 1919 a lo que Jorge Basadre llamó “La República Aristocrática”, aquel período de relativa estabilidad política y crecimiento económico iniciado en 1895 y caracterizado por la sucesión de presidentes surgidos de la oligarquía, cuya representación política recaía fundamentalmente en el Partido Civil. La oligarquía estaba compuesta por familias de Lima y la costa norte vinculadas a la agroexportación y la mine- ría, y por algunos ricos comerciantes del sur dedicados a la exportación lanera. Este grupo social de ascendencia europea era muy cerrado y exclu- yente, mantenía una alianza tácita con los gamonales de la sierra, y alenta- ba la inversión extranjera en el país. De 1895 a 1912 se sucedieron en el gobierno Nicolás de Piérola, Eduar- do López de Romaña, , José Pardo y Augusto B. Leguía. En 1912, fue elegido presidente sin contar con el apoyo del Partido Civil, pero en 1913 el coronel Oscar R. Benavides lo derrocó, y devolvió el gobierno en 1915 a los civilistas en la persona de José Pardo. Al terminar el segundo régimen de Pardo, en 1919, Augusto B.

[43] 44 EMILIO BUSTAMANTE

Leguía, distanciado ya del Partido Civil que lo había llevado al gobierno en 1908, se enfrentó en un proceso electoral al candidato de aquella agrupación política, Ántero Aspíllaga. Sin embargo, poco antes de la votación, el 4 de julio de 1919, Leguía dio un golpe de Estado alegando que se preparaba un fraude en su contra. En 1924 se reeligió, siendo candidato único, previa enmienda constitucional y luego de condenar a la prisión y el destierro a sus adversarios. Fue derrocado en 1930. Aunque había sido miembro del Partido Civil, Leguía (nacido en Lam- bayeque en 1863), no era exactamente un oligarca, sino un hombre de clase media que había obtenido su riqueza gracias a su sagacidad en la economía y los negocios actuando para empresas extranjeras y propias. Al asumir de facto la jefatura del Estado en 1919 anunció un régimen de “Pa - tria Nueva”; al término de este, su gobierno se conocería como “El Once- nio”, por los once años que duró. Según Baltazar Caravedo Molinari, el Oncenio de Leguía tuvo dos “fases políticas”: la primera, de 1919 a 1922; la segunda, de 1923 a 1930. A la primera fase la habría caracterizado la lucha anticivilista (y, por tanto, antioligárquica), la búsqueda de respaldo entre los nuevos sectores indus- triales, medios y populares, y una campaña proindígena y antigamonalista (Caravedo 1977: 59-60, Burga y Flores Galindo 1981: 132-133). La segunda estaría definida por la hegemonía norteamericana, el apoyo en la burguesía agraria e industrial y un “burocratismo represivo acentuado” (Caravedo 1977: 60). Aunque los historiadores Manuel Burga y Alberto Flores Galindo admiten la existencia de estas dos fases, consideran que hubo “líneas permanentes de gobierno y administración” y señalan como una de ellas la modernización del país, “desde múltiples perspectivas y niveles”; para ellos, “la preocupación central que asediaba a Leguía era urbanizar, construir caminos e irrigar tierras” (Burga y Flores Galindo 1981: 135). En efecto, durante el régimen se mejoraron de manera notable los servicios de agua potable y electricidad, se construyeron avenidas, paseos, bulevares, muelles, malecones, edificios públicos y monumentos. Lima, la capital del país se transformó, adquiriendo la apariencia de una ciudad moderna. El financiamiento de esas y otras obras se logró gracias a un aumento descomunal de la deuda externa. Al apartar a la oligarquía del gobierno, Leguía buscó apoyo en una nueva plutocracia que se esmeró en crear (Burga y Flores Galindo 1981: 137) y en una burocracia que amplió considerablemente, integrando a ella a sectores mesocráticos; sin embargo, no modificó sustancialmente la CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 45

estructura de la propiedad ni el modelo económico de la República Aris- tocrática. Las actividades principales siguieron siendo la agroexportación y la minería, y su gobierno continuó estimulando la inversión extranjera, aunque los capitales norteamericanos reemplazaron en gran medida a los ingleses que habían predominado en años anteriores. Una práctica de entonces fue que los mismos inversionistas asumieran la administración de las áreas en las que colocaban su dinero; el control de las aduanas, por ejemplo, pasó a manos de funcionarios de los bancos norteamericanos (Burga y Flores Galindo 1981: 137). Leguía también fortaleció a las instituciones militares y policiales, lo que permitió al Estado “imponer una autoridad indiscutible” (Burga y Flores Galindo 1981: 138). No debe olvidarse, por otro lado, que, pese al funcio- namiento del Parlamento durante el Oncenio, el origen del régimen era espurio, las elecciones de 1924 fueron una farsa, y la práctica del Ejecutivo no dejaba de ser autoritaria. Tanto en la primera como en la segunda fase, el gobierno practicó la detención y la expulsión del país de sus opositores políticos. Asimismo, estimuló la obsecuencia al Jefe de Estado de buena parte de la prensa, y encubrió una corrupción que tras su caída se reveló inmensa. Los primeros años de la radiodifusión en el Perú son indesligables de las características señaladas del Oncenio. El gran interés de Leguía por la modernización fue coherente con el apoyo que brindó a la iniciativa de crear una estación de radio en Lima a mediados de la década de 1920. La radio, entonces, era signo de lo nuevo, y un gobierno que se preciaba de moderno no podía ignorarla. El afán por la construcción de caminos por parte del régimen reflejaba, además, la voluntad de conectar a un país todavía insuficientemente cohesionado y cuyas fronteras, inclusive, no se hallaban plenamente definidas por tratados internacionales (otra de las preocupaciones de Leguía fue, precisamente, firmar convenios limítrofes con los estados vecinos); no era extraño por tanto, desde esta perspectiva integradora, que un medio de comunicación, como la radio, capaz de enlazar a habitantes de diversas regiones, resultara seductor para el go - bierno. Por otro lado, fiel a su política respecto al capital extranjero, el gobierno de Leguía entregó en un inicio (no sin fuerte resistencia de adversarios e incluso aliados políticos) la administración de la radiotelefonía a una empresa extranjera (la británica Marconi), aunque después permitiera que ella fuera asumida por una entidad nacional privada integrada por miembros de aquellos sectores cuyo ascenso político y económico se esmeró en estimular. 46 EMILIO BUSTAMANTE

1.2 El monopolio de la Marconi

Invocando razones de seguridad nacional, el gobierno de Leguía consideró, mediante Decreto Supremo del 19 de enero de 1921, que los servicios de correo, telégrafo y similares (lo que incluía a la radiotelefonía) constituían un monopolio cuya explotación corría a cargo del Estado (Gargurevich 1995: 46-47). Sin embargo, pocos meses después contempló que el desarrollo de esos medios de comunicación demandaba inversiones que excedían su capacidad financiera, y entregó, mediante dos decretos supremos fechados el 21 de abril de 1921, los servicios de correos y telégrafos a la empresa británica Marconi’s Wireless Telegraph Company. Los decretos, publicados el 27 de abril, hacían alusión a un contrato que no fue de conocimiento de la prensa sino hasta mayo, y que sería elevado a escritura pública el 13 de junio de 1921. El documento consagraba la entrega del Estado a la Marconi de “la administración completa, exclusiva e irrevocable, por un período de veinticinco años” de los servicios de correos y telégrafos, otorgándole facultades para usar y explotar todas sus patentes (presentes y futuras) sobre radiotelegrafía y radiotelefonía. El contrato fue muy cuestionado por el diario El Comercio, que veía inapropiada la entrega de un servicio público que comprometía la seguridad nacional a una entidad comercial extranjera. Por su parte, el diario El Tiempo criticó acremente, durante el año 1922, a la administración de la Marconi (Gargurevich 1995: 48-50). Cediendo a la presión de los medios y de la oposición política, el Ejecutivo llevó el documento al Congreso para su discusión. Fueron nombradas dos comisiones parlamentarias para estudiarlo: una en la Cámara de Diputados y otra en la Cámara de Senadores. La primera emitió su dictamen el 27 de noviembre de 1922, señalando que “vería con agrado” que se rescindiera el contrato; la segunda informó el 27 de diciembre del mismo año, sugiriendo solo algunas modificaciones al contrato. En febrero de 1923, el Senado envió al Ejecutivo un proyecto de contrato con las correcciones que consideraba necesarias, ninguna de ellas sustancial. Finalmente, el 1 de febrero de 1926, el Congreso promulgó la Ley 5363, que contenía el contrato firmado por el gobierno de Leguía y la Marconi, con las modificaciones propuestas por la Cámara de Senadores tres años antes (Gargurevich 1995: 50-52). En 1922, mientras se discutía la validez y pertinencia del contrato con la Marconi, el Estado promulgó el Reglamento de Licencias de Estaciones de Radiodifusión. Establecía como requerimientos para el otorgamiento de licencias que las estaciones estuvieran destinadas a la enseñanza, a la CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 47

experimentación científica o a la prestación de determinados servicios locales. Los aspirantes debían demostrar al administrador del servicio que perseguían fines científicos y de utilidad pública (Perla 1995: 47-48).

1.3 La patente de Luis G. Tirado

En 1923, el comerciante Luis G. Tirado1 solicitó ante el Ministerio de Fomento una patente de introducción de aparatos receptores de radiofonía y radiotelefonía, y el permiso para el establecimiento de “[…] una central transmisora, desde la cual se darían conciertos, se cantaría, se pronunciarían discursos adecuados a la cultura general, se impartirían noticias, etc., los que serían escuchados desde su casa por los poseedores de receptores” (La Crónica, 12 de setiembre de 1923). El Ministerio de Fomento acogió la solicitud, pero la compañía Marconi se opuso judicialmente, alegando que de proceder el pedido de Tirado se lesionaría el contrato suscrito con el gobierno, que le reconocía a la empresa británica la exclusividad para la explotación de todo tipo de patentes sobre la radiotelefonía, lo cual incluía las de importación y venta de aparatos. Además, argüía que se pondría en peligro el secreto de las comunicaciones y se vulneraría el privilegio de invención del que gozaba la Marconi. Según el diario La Crónica, los informes de dos peritos y del fiscal fueron adversos a la Marconi. El mismo medio de prensa comentaba que en el fondo lo que había era una “lucha comercial”, pues la Marconi pretendía “[…] englobar dentro de su contrato de administración postal y telegráfica el negocio del broadcasting para introducir y vender los aparatos ingleses”, mientras que “[…] los señores que han obtenido la

1 Luis G. Tirado era importador de automóviles y propietario de un garaje y estación de servicios. Según Cipriano A. Laos, sus actividades comerciales se iniciaron en 1923. Tenía la representación exclusiva para el Perú de Cadillac, Buick y Olds Mobile, marcas de la General Motor Co. de EE.UU. Vendía autos, repuestos y accesorios. El local para garaje y servicios había sido especialmente construido para esas actividades, y Tirado lo había adquirido también en 1923; tenía un área de 1500 metros cuadrados y contaba con siete cocheras, poseía instalaciones de mecánica, electricidad soldadura autógena, pintura al duco, vulcanización, carpintería, tapicería, etcétera. Ochenta operarios trabajaban en el lugar, y la sección técnica estaba a cargo de un ingeniero especialista en las marcas de auto que vendía la empresa. El garaje estaba ubicado en Washington izquierda; las oficinas se hallaban en los altos del garaje (Laos 1927: 608). En artículos de La Crónica sobre el tema de la patente se nombra a Luis J. Tirado; todo parece indicar que se trata de la misma persona. 48 EMILIO BUSTAMANTE

patente van a introducir y vender los acreditados aparatos de la Radio- Corporation de New York” (La Crónica, 12 de setiembre de 1923). Casi un año después, La Crónica insistía en atribuir a la Marconi apetitos comerciales y “una especulación colateral a su contrato de servicio público”. Acusaba a la empresa británica de haber “involucrado sofisticadamente” a la radiotelefonía en el contrato de exclusividad de administración de correos y telégrafos firmado con el Estado, lo cual era un despropósito, pues, señalaba, había tanta diferencia entre la radiotelegrafía y la radiotelefonía como entre el correo y el periódico. Recordemos que, para entonces, el contrato era materia de discusión en el Congreso. La Crónica informaba, también, del curso que había tenido el proceso entre la Marconi y Luis G. Tirado. Según el diario, previendo que los tribunales fallarían en su contra, la Marconi,

[…] optó por el camino más directo: por arreglarse con el contendor, y convenir con él la formación de una sociedad con acciones por el monto de cien mil soles, para invertir cincuenta mil en la estación trasmisora y repartirse amistosamente los otros cincuenta mil soles, amén de las utilidades del negocio que saldrían de la venta exclusiva y a precios locos de los aparatos y el producto de los servicios de réclame, subvenciones, etc. (24 de agosto de 1924).

Mientras ello ocurría, decía el periódico, se hallaba en vigencia una prohibición de importación de receptores de radio. La Crónica alertaba sobre la intención “arbitraria” y “ridícula” de la Marconi de ser la única entidad vendedora de aparatos de radio, e invocaba al gobierno que exigiera a esa empresa la implantación en un breve plazo de la estación trasmisora “ultra poderosa que nos viene ofreciendo” y la autorización de la importación libre de aparatos.

1.4 La Peruvian Broadcasting Company

La Crónica parecía ignorar, en aquella nota del 24 de agosto de 1924, que existía una resolución suprema fechada en mayo de ese mismo año por la cual, vista una solicitud presentada por la Marconi, el gobierno entregaba expresamente a esa compañía la exclusividad para “la importación, venta, alquiler y explotación de aparatos para la recepción y transmisión de la radiotelefonía”, y le otorgaba la autorización para que transfiriera ese derecho a un empresa peruana: la Peruvian Broadacasting Co. El gobierno consideraba en la resolución que la implantación de la Peruvian Broadcasting Co. significaba “progreso positivo” y representaba “un medio más de desarrollo cultural y sano entretenimiento” (Gargurevich 1995: 66). CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 49

La resolución dejaba en claro varios puntos. En primer lugar, al decir que se emitía a solicitud de la Marconi, evidenciaba que la empresa británica reconocía no haber gozado del derecho de exclusividad sobre importación y venta de aparatos antes de la emisión de la resolución, pues entonces únicamente hubiera demandado su reconocimiento, supuestamente otorgado en el contrato de 1921. En segundo lugar, la norma daba a entender que existía un acuerdo previo entre la Marconi y la Peruvian Broadcasting Co., pues la empresa británica no solo había solicitado que se le otorgara el derecho mencionado, sino la autorización para traspasarlo a la Peruvian Broadcasting Co. En tercer lugar, admitía la existencia de una empresa nacional que se dedicaría a la transmisión de programas de radio y la venta de receptores. Lo sorprendente, como señala Gargurevich (1995: 66), es que la Peruvian Broadcasting Co. no se constituiría como empresa sino hasta el 29 de agosto de 1924, es decir, meses después de que presuntamente fuera aprobada la resolución. Ese mismo 29 de agosto de 1924, La Crónica afirmaba tener informes sobre la constitución de una empresa para “la implantación en Lima de una poderosa estación trasmisora de radiotelefonía”, y alertaba que el gobierno cedería a las pretensiones de esa empresa de contar con el monopolio de la venta de los aparatos receptores. La Crónica no citaba el nombre de la empresa, pero evidentemente se trataba de la Peruvian Broadcasting Co. Que el diario La Crónica tampoco mencionara en esta nueva nota la resolución suprema de mayo hace suponer que la norma, aunque aprobada, no había sido aún publicada, o que su fecha de aprobación no era veraz y fue elaborada mucho después. Esto último no sería extraño, pues el gobierno de Leguía acostumbraba publicar resoluciones con fechas atrasadas para que surtieran efectos retroactivos.

1.5 Las propuestas de La Crónica

En su nota del 29 de agosto, La Crónica (dirigida por el escritor y radioaficionado Clemente Palma) sostenía que el otorgamiento de la exclusividad en la venta de receptores era inaceptable porque atentaba contra la libertad de comercio e industria. Sugería, además, que la venta de esos aparatos no era una manera práctica de obtener ganancias, pues a los potenciales oyentes les podría resultar más fácil y barato construir sus propios receptores de galena que comprar uno de los que fuera ofertado por la empresa. Descartaba, asimismo, que la contabilización de antenas facilitara el cobro de una tarifa, habida cuenta de que para las audiciones locales los 50 EMILIO BUSTAMANTE

oyentes no necesitarían una antena, y, para las del extranjero, aquella podría ser sustituida por “un pequeño cuadro especial de alambre que no es visible del exterior de las casas”. Consideraba que el único ingreso efectivo era por el pago de “[…] reclames o anuncios verbales de propaganda comercial o industrial intercalados entre las audiciones artísticas”; pero reconocía que este sistema en una primera etapa sería “restringido” hasta que el medio se expandiera. Proponía, entonces, que el Estado subvencionara a la empresa en una “primera etapa” o la liberara del pago de derechos aduaneros por la importación de receptores por el plazo de un año. Alertaba, sin embargo, sobre el peligro de que la empresa multiplicara empleados y asignara “sueldos enormes”. Decía que para el buen funcionamiento de la empresa bastaba “un director técnico, con tres o cuatro empleados auxiliares y un gerente general”, y para los números musicales: “una buena orquesta de tres o cuatro personas a las que se contratará para que presten servicio durante tres horas diarias” (La Crónica, 29 de agosto de 1929). Las propuestas de La Crónica no fueron atendidas por el gobierno, pese a la amistad que unía al director del diario, Clemente Palma, con el Presidente de la República. Esa cercanía con el poder, sin embargo, habría permitido a Palma conocer la constitución legal de la Peruvian Broadcasting Co., aunque aparentemente no estuviera enterado del decreto supuestamente aprobado en mayo.

1.6 El directorio de la Peruvian Broadcasting Co.

En su nota del 29 de agosto, La Crónica no precisaba el nombre de la empresa de broadcasting, como hemos señalado, ni si tenía algún vínculo con la que, según su información del 24 de agosto, habrían constituido la Marconi y Luis G. Tirado. Sin embargo, el 3 de octubre de 1924 publicó una Resolución Suprema fechada 30 de setiembre de 1924, en la que se daba cuenta de la cesión que hacía la Marconi de sus derechos sobre la explotación de servicios de radiotelefonía y de importación de aparatos de transmisión y recepción (incluidos repuestos y accesorios) a favor de la Peruvian Broadcasting Co. por un término de diez años. La resolución señalaba además que la Peruvian Broadcasting Co. procedería a instalar una estación de radio “en todo semejante a la de Londres”, que sería construida por la Marconi.2

2 El texto completo de la resolución suprema es el siguiente: Lima, 30 de setiembre de 1924. // Considerando: / 1º- Que la radio-difusión, o broadcasting, es uno de los medios más efectivos para fomentar la educación y progreso del país, siendo CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 51

Entre los fundadores de la Peruvian Broadcasting Co. se hallaba Luis G. Tirado. Los otros miembros del directorio eran los señores César Coloma, Santiago Acuña, Fernando G. Carbajal (peruanos), Paul Widmer (belga), Ronald M. J. Gordon (inglés) y W. F. Ford (norteamericano) (Gargurevich 1995: 100-101). El presidente era Coloma, y el gerente Carbajal. Ford trabajaba como Administrador General de Correo y, a pesar de ser norteamericano, desempeñaba el cargo de personero de la Marconi ante el gobierno; presumiblemente era el hombre de la empresa británica en la Peruvian Broadcasting Co. (Gargurevich 1995: 67). Gordon, Coloma y Acuña eran socios de la Compañía Urbanizadora de la Avenida La Magda- lena. Paul Widmer ejercía la gerencia del Banco de Perú y Londres. Coloma era, además, miembro del directorio de la Compañía de Seguros Rímac y de la Compañía Peruana de Teléfonos. Acuña era, también, director geren- te de Compañía de Seguros Rímac y director del Banco de Perú y Londres. Fernando G. Carbajal había sido gerente de la Compañía Peruana de Teléfonos (Gargurevich 1995: 67-70). Los lazos empresariales entre ellos parecen claros, así como con el capital británico y el gobierno. La relación con la Compañía Peruana de Teléfonos era importante, pues, como indica Balsebre (2001: 16), las emisiones radiofónicas entonces, aunque fuesen “sin hilos”, necesitaban

por lo tanto conveniente que no continúe el Perú por más tiempo, sin disfrutar de este factor de progreso; / 2º- Que es necesario y conveniente que este servicio se practique bajo el control y vigilancia del Gobierno, pues es indispensable que el Estado conserve la exclusiva de la comunicación radiotelefónica en todas sus mani- festaciones; y / 3º- Que la Marconi Wireless Telegraph Co. Ltd. haciendo uso de la autorización que se le otorgó por Suprema Resolución del 3 de mayo de 1924, ha transferido a la Peruvian Broadcasting Company el derecho de explotar la radiodi- fusión o broadcasting; // Se resuelve: / 1º- El Estado conservará la exclusividad de la radiodifusión o broadcasting en el Perú, y autoriza a la Peruvian para que efectúe ese servicio en forma exclusiva por un plazo de 10 años, como concesionaria de la Marconi Wireless Telegraph Co.; / 2º- La Peruvian Broadcasting Company procederá inmediatamente a la construcción en Lima de una estación trasmisora en todo seme- jante a la estación de la ciudad de Londres construida por la Marconi Wireless Tele- graph Company; y/ 3º- Durante el plazo de los diez años indicados la importación al Perú de los aparatos de trasmisión o recepción de broadcasting, de sus partes para armarlos en el país, y de los repuestos de ellos mismos, sólo podrá efectuarse por intermedio de la Peruvian Broadcasting Company. / Regístrese, comu níquese y publíquese. / Rúbrica del Presidente de la República. / La Torre, Director General de Gobierno. La resolución apareció en el diario El Peruano el 7 de octubre de 1924; es decir, cuatro días después de que fuera publicada por La Crónica. 52 EMILIO BUSTAMANTE

en algún momento de la conexión telefónica entre dos puntos, ya fuera entre el estudio y el centro emisor, cuando este se encontraba en otro lugar de la ciudad, o, en el caso de las retransmisiones, entre la estación y el teatro, edificio público, estadio o coliseo desde donde se realizaba la transmisión.

1.7 OAX: La primera estación

El 3 de octubre de 1924, el mismo día de la publicación de la Resolución Suprema que anunciaba el traspaso de derechos de radiotelefonía de la Marconi a la Peruvian Broadcasting Co., se anunció que la gerencia de la empresa peruana había “embarcado en uno de los puertos ingleses” todo el material necesario para la instalación de una estación transmisora. La Crónica anticipaba que la estación sería “una de las más poderosas del mundo”, pues emplearía corriente de mil quinientos vatios para la producción de ondas, mientras que las de las emisoras de Estados Unidos y Argentina solo empleaban corriente de mil vatios. Señalaba, además, que se había hecho un pedido, en este caso a Estados Unidos, de aparatos receptores “de diferente capacidad para que oportunamente los aficionados puedan adquirirlos”. No obstante, La Crónica insistía en lamentar el privilegio otorgado a la Peruvian Broadcasting Co. para la importación y venta de receptores. De otro lado, informaba que se había llegado a un acuerdo con la Marconi para que el servicio radiotelegráfico se realizara a horas distintas a las del funcionamiento del broadcasting, a fin de evitar interferencias (La Crónica, 3 de octubre de 1924). Ese servicio se realizaba desde una estación (OAZ) ubicada en el cerro San Cristóbal. En días y meses previos a la primera emisión oficial de broadcasting, El Comercio, La Crónica y Variedades desplegaron nutrida información sobre el nuevo medio. El Comercio inauguró una sección titulada “Radio”, que algunas veces salió bajo la firma de A. T. R. (Adolfo T. Romero); y durante varias semanas, antes y después de la inauguración de OAX, Óscar Miró Quesada (Racso) publicó la serie “La radiotelefonía y sus misterios”. Racso y Adolfo T. Romero eran, al igual que el director de La Crónica, Clemente Palma, radioaficionados, y participarían después en la creación del Radio Club Peruano. En enero de 1925, El Comercio comentaba que “[…] al fin podrán desva- necerse las sonrisas de incredulidad con que se recibieron las primeras noticias sobre el establecimiento de la radiodifusión (radio broad casting) en Lima”, pues los aparatos de transmisión ya se encontraban en la ciudad CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 53

y en breve quedarían instalados la antena y los generadores. Informaba, asimismo, que se había escogido como local para la estación transmisora un edificio en la calle Washington construido por la Compañía Peruana de Teléfonos “con vistas al desarrollo de sus servicios que, por ahora, no requieren mayor atención”. Aunque El Comercio lamentaba las condiciones “tan poco de acuerdo a los principios que hoy priman en este orden de cosas” en que se había constituido la compañía peruana de broadcasting, se felicitaba de que el país tuviera por fin “tamaño elemento de progreso”. Aclaraba, también, que los aparatos receptores que se estaban importando eran cerca de seiscientos, mitad ingleses (producidos por la Marconi) y mitad norteamericanos. Indicaba que se había preferido la introducción de receptores de uno o dos controles “cuyo manejo es fácil para el neófito”, y aquellos que no requerían “[…] el empleo de acumuladores cuya carga y cuidado da siempre ocasión a perturbaciones, sobre todo entre nosotros que siendo tan inclinados a las letras, descuidamos un poco las ciencias” (El Comercio, 20 de enero de 1925). El 12 febrero de 1925, la sección “Radio” de El Comercio publicaba una foto de “las primeras instalaciones de la Compañía Peruana de Broadcasting Estación O.A.X.” en la que aparecían el superintendente e ingeniero jefe del Servicio Radiotelegráfico del Perú, Ralph Elwyn Ricci; el ingeniero Edgard Slater, encargado del ensamblaje de los aparatos; el mecánico electricista Víctor Wither, y el reportero del diario. La nota que acompañaba a la foto precisaba que la construcción era llevada a cabo por el Servicio Radiotelegráfico del Perú, pero a cuenta de la Peruvian Broadcasting Company. Señalaba, también, que en breve se iniciaría la comercialización de aparatos de recepción, y “de partes para formarlos, repuestos y baterías”, a cargo de la misma empresa, que había establecido oficinas y lugar de ventas en la calle de Divorciadas (actualmente la sexta cuadra del jirón Carabaya), bajo la gerencia del ingeniero Julio Avendaño. Los aparatos receptores eran de dos tipos: a válvulas (con un alcance de 400 millas en buenas condiciones) y de cristal (con un alcance máximo de 80 millas).

1.7.1 El chispeo del cerro San Cristóbal El 6 de junio de 1925, La Crónica informaba sobre unas transmisiones de prueba iniciadas por la emisora de broadcasting, señalando en términos muy duros la interferencia producida por la torre radiotelegráfica instalada en el cerro San Cristóbal, que producía un constante y molesto “chispeo”. Como sabemos, el servicio radiotelegráfico estaba a cargo de la Marconi, empresa sobre la cual recayeron nuevamente los ataques de la prensa. Decía el diario dirigido por Clemente Palma respecto de la Peruvian Broadcasting Co. que 54 EMILIO BUSTAMANTE

“ni la huachafería de adoptar nombre inglés le vale para merecer consi- deraciones de la Marconi”; y añadía sobre la corporación británica:

Parece que esta empresa que en mala hora encajó sus garras aquí, se propone no cambiar su viejo chispeo por los sistemas modernos hasta que el Congreso no le apruebe el leonino contrato que tiene celebrado con el Gobierno. Y como parece que el Senado no está dispuesto a ceder, pues tendremos chispeo para rato (La Crónica, 6 de junio de 1925).

El 10 de junio de 1925 La Crónica publicaba dos cartas en torno a la queja del diario por el chispeo del cerro San Cristóbal. En una de ellas el ingeniero Jorge Vargas Escalante pedía paciencia y aseguraba que

[…] según lo convenido y de las disposiciones ya anunciadas se desprende que el departamento de radiotelegrafía está estudiando la forma más eficaz de salvar toda dificultad que emane de la continua transmisión de San Cristóbal, contemplando las necesidades en uno y otro sentido mientras duren los programas que emita normalmente OAX.

En la otra misiva, el lector L. Levy reducía el problema del chispeo al tipo de receptor empleado para captar la onda de broadcasting. “El trabajo de un receptor —decía Levy— es un trabajo de filtración rigurosa de ondas. Un receptor no es otra cosa que un filtro de sonidos”; y ponía un ejemplo, dirigiéndose al director del diario:

Si la señora de Ud. está al piano interpretando una sonata de Beethoven y se percibe en esos momentos el pregón estridente de la tamalera, Ud. sacude tranquilamente la ceniza de su cigarrillo; se levanta de la poltrona donde ha estado Ud. sumergido en un grato baño espiritual; se dirige Ud. a la ventana que da a la calle y, muy simplemente, la cierra Ud. Entonces se realiza este fenómeno: la tamalera insiste en obtener salida para su antihigiénica mercancía, pero esta vez sin impedir que Ud. y su culta esposa penetren de lleno en el dulce misterio de Claire de lune... (La Crónica, 10 de junio de 1925).

La Crónica (presumiblemente con la pluma de su director Clemente Palma) respondía al lector Levy que los únicos aparatos capaces de filtrar la onda de la estación radiotelegráfica eran los de onda corta, pero además de escasos resultaban poco prácticos pues la única estación de broadcasting que transmitía en esa frecuencia era la de Pittsburg, y solo a determinadas horas. Tales aparatos “[…] no servirían para escuchar las otras trasmisiones —insistía La Crónica—, sino a condición de cambiarles de bobinas; y entonces se harían víctimas del chispeo como los demás receptores en uso CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 55

corriente y moliente”. Terminaba la respuesta al lector con el agresivo estilo que caracterizaba al director del diario: “[…] Nos interesaría conocer y hacer conocer de nuestros lectores el maravilloso aparato del señor Levy que le permite chingarse en la tamalera del San Cristóbal” (La Crónica, 10 de junio de 1925). El chispeo del San Cristóbal continuó generando interferencias hasta 1927, año en que la estación radiotelegráfica fue relevada (Vargas y Gamio 1944: 93).

1.7.2 Las emisiones de prueba de OAX Los días 16, 17, 18 y 19 de junio de 1925, El Comercio informó sobre las emisiones de prueba de OAX. El martes 16 destacó que el programa musical emitido la noche anterior fue muy interesante, y que se escuchó con “bastante nitidez y relativo volumen”, pero lamentó que se malograra por la interferencia de la chispa radiotelegráfica del cerro San Cristóbal. Convendría, decía el autor de la nota, que la Marconi “impidiera la función de esa ametralladora en la hora de la trasmisión de conciertos”. En cuanto al programa en sí, se detallaba que había comenzado con una pieza bailable tocada por la orquesta de la estación integrada por los artistas González, Francini y Bascuñan, y conducida por el maestro Amílcar Mateucci. La misma orquesta interpretó a continuación el vals Primavera, la habanera Ahorita y la fantasía Pagliacci. Las señoritas Pepita Gómez Sánchez y Jelice Sathern cantaron, “habiendo bisado la primera su Canción Mexicana, por haberlo pedido telefónicamente los aficionados”. La transmisión se escuchó, según el diario, no solo en Lima sino también en el Callao y balnearios (El Comercio, 16 de junio de 1925). El miércoles 17, El Comercio comentaba la segunda prueba de la estación. Observaba que si bien la música de orquesta se escuchaba “con volumen y pastosidad muy agradables”, no ocurría lo mismo con los solos. Agregaba que el anunciador había prometido para la tercera prueba una sorpresa, y adelantaba que tomaría parte de la emisión una jazz band compuesta por “jóvenes dilettanti” (El Comercio, 17 de junio de 1924). El mismo diario informó, el jueves 18, sobre la tercera prueba, en la que volvió a participar la orquesta del maestro Mateucci, además de un cantante que interpretó un tema argentino y un conferencista que expuso sobre la radio. La sorpresa anunciada consistió en la presentación del afamado dúo criollo Montes y Manrique, quienes entonaron “cantos nacionales”. El autor de la nota de El Comercio relataba que la música de la emisión entró al receptor de la imprenta con “volumen ensordecedor”, y que perfeccionada 56 EMILIO BUSTAMANTE

luego la amplificación, pudieron ofrecer el programa “al numeroso público que invadió, con agrado para nosotros, el hall de la casa”; añadía que “[…] por vía de ensayo, también, hicimos sonar el altoparlante en las ventanas exteriores del edificio, para conocer el alcance del sonido, sorprendiendo con los agradables acordes de la música perifónica a los vecinos de dos cuadras a la redonda”. Reconocía que, aunque Montes y Manrique quizá se acercaron demasiado al micrófono, fueron coreados y aplaudidos por los oyentes con entusiasmo. Al final de la nota, el diario insistía “en nombre de los aficionados que no poseen sets de ajuste fijo” que se suspendiera el trabajo de radiotelegrafía del cerro San Cristóbal durante las horas de audición, pues se seguía escuchando el chispeo (El Comercio, 18 de junio de 1925). Una cuarta prueba se realizó la noche del 18 de junio. El Comercio destacaba la interpretación de Madame Butterfly por un solo femenino, y la Mignon, cantada por Carlos Pardo Figueroa. Aseguraba haber recibido llamadas telefónicas de oyentes de Miraflores, Barranco, Callao y La Punta, que decían haber escuchado “admirablemente” la transmisión. Hacía, por último, una mención elogiosa del speaker Antonio Garland, “[…] claro como una campana, con vago acento que delata larga permanencia en Nueva York y Pittsburg, sedes de grandes trasmisiones” (El Comercio, 19 de junio de 1925). Hubo una quinta y última emisión de prueba el viernes 19 de junio.

1.7.3 La inauguración de OAX Finalmente, el sábado 20 de junio de 1925, a las 11.30 horas, OAX fue inaugurada por el presidente Leguía. En la Plaza de Armas y la Plaza San Martín fueron instalados receptores para que el público congregado en esos lugares pudiera escuchar la transmisión. El local, ubicado en la calle Washington, había sido dividido en: sala de transmisión, sala de acumuladores, sala de control, y estudio. El transmisor era un Marconi tipo Q, similar al del 2LO de Londres, la antena en forma de T era sostenida por dos torres de 70 pies de altura. En la sala de acumuladores se hallaban instalados un generador de corriente alterna de 6 K.W de 3000 ciclos y 500 voltios y un generador de corriente continua (Vargas y Gamio 1944: 125). El presidente del directorio de la Peruvian Broadcasting Co., César A. Coloma, leyó un discurso en el que señalaba los objetivos de la emisora:

Esta Estación no va a ser únicamente un agente propulsor de cultura y honesto solaz; las conferencias y programas artísticos que en ella se CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 57

produzcan serán el exponente de nuestros ideales y de nuestros cons- tantes esfuerzos a este respecto. Aspiramos a más; aspiramos a que el comercio nacional la utilice como factor provechoso en sus transaccio- nes, a cuyo efecto se transmitirán diariamente cotizaciones, cambios, y en general cuanto en alguna forma pueda contribuir al mayor desarrollo comercial del país (Vargas y Gamio 1944: 124).

El presidente Leguía dijo en su discurso:

La inauguración de este magnífico servicio de radiodifusión, es la prueba más concluyente de que el progreso del Perú marcha a grandes pasos hacia un porvenir que por ahora no podemos siquiera vislumbrar. Es esta, una obra en la que se junta la perfección científica con el entu- siasmo reformador de un pueblo. Es incalculable lo que ganará nuestro país con el establecimiento de esta poderosa estación destinada no sólo a facilitar las transacciones comerciales y la vinculación más estrecha de las naciones, sino también a propagar con asombrosa rapidez los nuevos cocimientos que amplían los horizontes de la vida y las creaciones artísticas que la embellecen (El Comercio, edición de la tarde, 20 de junio de 1925).

Leguía aprovechó, además, la inauguración de la emisora para llamar a la ciudadanía a acatar el laudo arbitral de Estados Unidos, que había dispuesto un plebiscito para definir si Tacna y Arica retornaban al Perú. El laudo había sido repudiado por la ciudadanía, pero el gobierno había decidido acatarlo. Leguía defendió ante el micrófono la decisión de su régimen:

Ya que se me brinda esta primera oportunidad de que mi voz sea escuchada por todos mis conciudadanos, la aprovecho para decir en síntesis lo que, dentro de breves horas, les diré por escrito con mayor amplitud. Conciudadanos: Ha llegado la hora de liquidar el conflicto del Pacífico, acudiendo sin temor al plebiscito que debe decidir la soberanía de las provincias de Tacna y Arica. La concurrencia del Perú a este acto trascendental, está aconsejada por el respeto que debe a su tradición histórica y al honor nacional comprometido en un tratado. Ejercitaremos nuestros derechos al amparo de garantías que hemos solicitado y que se nos ha dicho serán otorgadas por la comisión plebiscitaria. Tengamos confianza en el porvenir y en la justicia de nuestra causa (El Comercio, edición de la tarde, 20 de junio de 1925). 58 EMILIO BUSTAMANTE

El Presidente daba así al medio, en su inauguración, un uso político. No sería la única vez que se emplease a la radio de ese modo. Poco después de las 21.00 horas se emitió el primer programa, preparado por el director artístico Antonio Garland. El carácter predominantemente limeño y “culto” de la selección fue evidente. Se leyó el Elogio a la limeña de Ricardo Palma; el poeta José Gálvez recitó algunos versos; la señorita Loayza ejecutó Claro de luna, la señorita Pepita Gómez Sánchez interpretó una canción, acompañada al piano por Federico Gerdes, director de la Academia Nacional de Música Alzedo; el señor Vicente Crebs recitó Cafetín de la bohemia vieja de Leonidas Yerovi, el señor Amílcar Mateucci ejecutó La Berceusse de José Lyn; la niña prodigio Elvira Sánchez Lavalle cantó el aria Lucía. Se tocó también “música de baile” y se finalizó con el himno nacional. Los locutores fueron Rosa Hernando y Juan Fernández Stoll (El Comercio, 21 de junio de 1925; La Crónica, 21 de junio de 1925; Vargas y Gamio 1944: 126-127). A los pocos días, la revista Mundial expresó su júbilo por la inauguración de la emisora, extendiéndose sobre las virtudes y las posibilidades “civilizadoras” del medio:

A medida que la Peruvian Broadcasting Co., perfeccione sus servicios y haga de ellos el foco de cultura y delectación espiritual que se propone y que en otros lugares ha logrado, aumentaría entre nosotros la ventaja de la radiotelefonía. Desde Lima se hará llegar a muchas ciudades y centros de trabajo del interior de la República las notas subyugantes de la buena música, el detalle oportuno de los sucesos locales y universales, confe- rencias de divulgación científica, recitales de canto, noticias de índole comercial y todo cuanto envuelva un aspecto interesante. En esta forma en el más lejano lugar de la selva o de una provincia desvinculada de la vida moderna se podrá compartir el trajín de la vida universal con bene- ficio para las cosas materiales y para el espíritu. A esos pueblos donde nunca llegó la voz de una cantante eximia ni los acordes de un concierto sinfónico ni la palabra de un literato selecto les será tarea fácil y barata redimirse de su alejamiento hasta hoy irremediable. Un aparato receptor de radiotelefonía, de precio irrisorio siempre en comparación con los beneficios que proporciona, será suficiente para realizar este nuevo mila- gro producto de la ciencia y digno de figurar al lado de los bíblicos por- tentos de la varita de Moisés (Mundial 263, 26 de junio de 1926).

Mundial acompañaba la nota con fotografías de la ceremonia de inau- guración de OAX, el edificio de Washington en el que podían apreciarse las torres transmisoras, el público escuchando la audición en la Plaza San Martín, y la primera orquesta de la emisora interpretando una pieza musical. CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 59

La revista Variedades (904, 27 de junio de 1925) imprimió también fotos de la ceremonia de inauguración, presidida por Leguía, y del públi- co atento a los receptores colocados en la Plaza de Armas y la Plaza San Martín.

1.7.4 OAX y el cine El 22 de junio, un aviso insólito aparecía en las páginas de El Comercio: el cine Excelsior anunciaba que durante sus funciones de noche, los concurrentes podrían escuchar la programación de la radio a través del potente receptor de la sala:

El Teatro Excelsior posee un aparato radiográfico [sic] potentísimo, que permite oír la estación O. A. X. con gran claridad y volumen. Esta noche funciones por tandas á 40 cts., á las 9 y á las 10 y 15, acompañadas por el aparato radiográfico del EXCELSIOR. El primer cinema en Sud América que inaugura funciones combinadas de radio y cinema (El Comercio, 22 de junio de 1925).

El 23 de junio se repetía el anuncio: “Las funciones nocturnas del EXCELSIOR serán acompañadas por las audiciones de la estación Radiofónica O. A. X. Venga usted á informarse personalmente de las maravillas de este invento del siglo que trasmite por el aire, música, discursos, noticias del día, etc.” (El Comercio, 23 de junio de 1925). En la función de las 21.00 horas se anunciaba el filme Pasión impura con Clara Adams y en la de las 22.15 La mujer de bronce con Clara Kimball Young. El experimento, al parecer, no duró mucho, pero la relación entre los dos grandes medios se mantuvo en las décadas siguientes.

1.8 El fracaso de la Peruvian Broadcasting Co.

Al día siguiente de la inauguración de OAX, Adolfo T. Romero informaba, en la sección “Radio” de El Comercio, que muchos lectores se quejaban de los precios impuestos por la Peruvian Broadcasting Co., y explicaba, con la finalidad de ayudar a quienes carecían de suficientes recursos eco- nómicos, “cómo se puede construir con poco gasto un receptor de cristal” (El Comercio, 21 de junio de 1925). Romero confiaba en que la Peruvian Broadcasting Co. importara, como había prometido, “partes aisladas” para que los oyentes pudieran armar sus propios receptores, pues los que había puesto inicialmente a la venta eran 60 EMILIO BUSTAMANTE

muy costosos. El texto de Romero reconocía la dificultad de conciliar los objetivos económicos de la empresa monopólica con las posibilidades educativas del medio.3 Una nota titulada “Radiotelefomanía”, aparecida en el diario La Crónica el 24 de agosto de 1925, firmada con el pseudónimo de Juan Pálido, indicaba que había en la capital una fiebre por el nuevo medio de comunicación. No obstante, no daba cuenta de compras de aparatos receptores, sino de piezas para su armado artesanal: “[…] medio Lima anda loca procurándose clavos de bronce, alambres, aisladores, galena, goma, laca y papel de estaño”, decía. Destacaba “el ingenio limeño” que había sido capaz de montar “un set de cristal perfecto” en una cáscara de nuez; y añadía, con humor, que se tenía conocimiento de quien procuraba armar un receptor con una papa y un clavo. Advertía, sin embargo, que los comerciantes de artículos para fabricación de receptores habían cuadruplicado sus precios. El sábado 29 de agosto de 1925, La Crónica publicó un aviso del Servicio Radiotelegráfico del Perú, en el cual se leía que “en vista del gran número de receptores radiotelefónicos instalados”, el Servicio hacía presente al

3 Decía Romero: “Entre veinte y treinta cartas tenemos en nuestro poder solicitando la descripción de un aparato a cristal, y en algunas de esas misivas que publicaríamos si no fuera por falta de espacio, se dedica a la compañía peruana de broadcasting adjetivos que por cierto habríamos tarjado de los originales. Pero precisa contemplar que hay en esto de la broadcasting, difusión o perifonía instalada en Lima, dos aspectos distintos. Se trata primeramente de una compañía comercial, con monopolio, explotando una novedad para el Perú como dueño único del mercado con todos los alicientes financieros de las empresas de gran rendimiento; y en seguida, de una rama de la industria que se conecta con la educación, no en el sentido de las buenas maneras, que aquí solemos darle, sino en el de la conformación del carácter, inclinándolo hacia obra de paciencia, de pericia y de observación finísima; y en todo eso en pos de una esperanza que se realiza necesariamente porque está sujeta a leyes científicas infalibles. Aliar ambos extremos es cosa difícil en agrupación de hombres de negocios de nuestra época: el beneficio alcanzado por fuertes intereses del capital erogado y la preocupación del bien común, del bien de la mejor parte de la humanidad: los niños. Hay que mirar este asunto con el primer criterio y tratar de embonarle el segundo, ya que no es posible invertir el orden. La compañía lo ha comprendido así, y después de la colocación de sus aparatos costosos, inabordables para la mayoría por la elevación de los precios, importará partes aisladas y elementos para la construcción de receptores. Y en el fondo, esta compañía, tal vez sin saberlo, pero cediendo a un imperativo moral, va a obtener mayores rendimientos en el renglón de la venta de partes que en el de la colocación de aparatos completos” (El Comercio, 21 de junio de 1925). CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 61

público que debían cumplirse las disposiciones contenidas en una resolución suprema que se transcribía a continuación. Según la resolución, fechada 18 de mayo de 1925, es decir antes de la salida al aire de la OAX, la Admi- nistración General de Correos, Telégrafos y Radiotelegrafía, por intermedio del Servicio Radiotelegráfico del Perú, se debía encargar del registro y con- trol de las “instalaciones radiotelefónicas receptoras”. Seña laba, además, que quienes adquirieran un receptor estaban en la obligación de pagar, por una sola vez, una libra peruana por el certificado de licencia. Esa suma permiti- ría, según la norma, “sufragar los gastos de control y vigilancia” que se le encomendaba al Servicio.4 La resolución citada buscaba contener la proliferación de receptores armados artesanalmente y promover la compra de los aparatos ofrecidos por la Peruvian Broadcasting Co. en exclusividad. Sin embargo, al adjudicar el dinero obtenido por certificados de licencia a la Administración General de Correos y Telégrafos, se le privaba a la Peruvian Broadcasting Co. de una posible fuente de ingresos. Sin poder percibir, entonces, dinero alguno por el certificado de licencia, y ante el aumento de receptores y antenas “clandestinos”, la Peruvian

4 El texto completo del aviso es el siguiente: “Servicio Radiotelegráfico del Perú / Radiotelefonía / En vista del gran número de receptores radiotelefónicos instalados, el Servicio Radiotelegráfico del Perú hace presente al público que debe darse cumplimiento a las disposiciones contenidas en la Resolución Suprema siguiente: / ‘Vista la comunicación adjunta de la Administración General de Correos, Telégrafos y Radiotelegrafía, comunicando el próximo establecimiento en la República de la radiodifusión o “Broadcasting” como generalmente se le conoce, y siendo necesario efectuar el debido control sobre todas las instalaciones, únicamente receptoras, que se hagan; ampliando la resolución suprema de 15 de mayo de 1922, que se refiere solo a instalaciones radiotelegráficas ó radiotelefónicas trasmisoras y receptoras al mismo tiempo; / Se resuelve: / Que la dicha Administración, por intermedio del Servicio Radiotelegráfico del Perú, se encargue del control de todas las instalaciones radiotelefónicas receptoras que existen dentro del territorio de la República, debiendo cuidar del registro de cada una, con todas las anotaciones convenientes para fines estadísticos y de su inspección, vigilando que se cumpla debidamente con todas las condiciones establecidas en la Resolución Suprema de 15 de mayo de 1922 aplicables a instalaciones radiotelefónicas únicamente receptoras. El Servicio Radiotelegráfico del Perú extenderá los certificados de licencia respectivos, debiendo abonar el beneficiario la suma de una libra peruana por una sola vez; habiéndose creado ese derecho con el fin de sufragar los gastos que demande el ejercicio del control y vigilancia que se le encomienda al indicado Servicio. Lima, 18 de mayo de 1925. / Regístrese. / Rúbrica del Presidente. / Salazar’” (La Crónica, 29 de agosto de 1925). El aviso se volvió a publicar el domingo 30 y el lunes 31. 62 EMILIO BUSTAMANTE

Broadcasting Co. pareció comprender la necesidad de abaratar los aparatos que vendía al público. En setiembre de 1925 anunció una semana de rebajas: los receptores de un tubo más baratos costaban 15 libras peruanas, los de dos tubos con altoparlante estaban a 23 libras, y los de tres tubos se hallaban en dos modelos, a 43 y 54 libras peruanas, respectivamente. La libra era equivalente a diez soles. El receptor de más bajo precio era de galena, y costaba 56 soles (La Crónica, 25 de setiembre de 1925). A fines de 1925, la Peruvian Broadcasting Co. trató de encontrar clientes entre hacendados y empresarios mineros mediante avisos publicitarios:

¡Agricultores y mineros! / Indaguen de que punto de la República nos llegan elogios de los resultados obtenidos con un “Zenith” o un “Stromberg Carlson”, y demás tipos de radiolas con los que no existe distancia y merced a los cuales en las soledades del asiento minero o de la hacienda, se reciben todas las noticias del mundo, las cotizaciones y cambios comerciales, y centenares de bellas y perfectas expresiones del Arte / No titubee en la compra, y acérquese a la “Casa de la Radio” de la Peruvian Broadcasting Company – San Pedro 337 / Consulte precios” (La Crónica, 14 de diciembre de 1925).

También se dirigió a padres de familia y directores de colegios:

Los directores de Colegios y Escuelas, lo mismo que los padres de familia / no encontrarán mejor regalo para sus alumnos premiados y para la Pascua de sus hijos, que un / ‘Junior Marconi’ / Cumplirán con satisfacción el sabio consejo clásico / ‘Deleitar instruyendo’ / Con un ‘Junior Marconi’ o un ‘Baby Cristal’, las imaginaciones infantiles se despertarán a una cultura y arte provechosos / Peruvian Broadcasting Co. – San Pedro nº 337 (La Crónica, 16 de diciembre de 1925).

Al parecer, la propaganda no tuvo demasiado éxito en ninguno de los casos. En enero de 1926, la Peruvian Broadcasting Co. ofertó por la Semana de la Radio receptores desde 54 soles, y aparatos para larga distancia y con altoparlante a 20 libras peruanas (Gargurevich 1995: 85). El 3 de junio del mismo año redujo notablemente los precios, ofreciendo “aparatos radio- telefónicos completos con accesorios y sistema de antena” desde 39 soles (La Crónica, 23 de junio de 1926). Puede parecer este último precio harto razonable, si se toma en cuenta que un gramófono mediano estaba a 55 libras peruanas y los discos a 2,50 soles (El Comercio, 26 de julio de 1927); sin embargo, se hallaba totalmente fuera del alcance de los sectores populares. Según un testimonio del obrero Guillermo Oquendo, recogido por Wilma Derpich y Cecilia Israel (1987: 28), en la década de 1930 una CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 63

familia obrera vivía con 1,20 soles a la semana. Las autoras acotan que el costo de vida en Lima, medido por el índice general de precios al consumidor, disminuyó entre 1926 y 1933 (aunque en ese lapso también aumentó considerablemente el desempleo), de modo que hacia 1926 una familia obrera necesitaba probablemente más de 1,20 soles por semana para subsistir; y es obvio que no compraba discos y mucho menos estaba en capacidad de adquirir el más barato receptor de radio, es más, era posible que en su vivienda ni siquiera gozara de energía eléctrica. La venta de receptores (principal fuente de ingresos de la compañía, ante la falta de publicidad pagada) no prosperó (como ya lo había vaticinado La Crónica). La Peruvian Broadcasting Co. quedó así en una situación financiera grave. Habría que considerar en este fracaso empresarial a la pequeñez del mercado: quienes disfrutaban de energía eléctrica eran probablemente los mismos que tenían la capacidad económica para adquirir discos y gramófonos, y se mostraban poco interesados en comprar aparatos de radio, que proporcionaban apenas unas hora fijas de entretenimiento con una calidad de sonido menor. De otro lado, quienes se hallaban seducidos por el nuevo medio habían armado sus propios receptores y antenas, siguiendo los consejos de la prensa; y podían disfrutar de la radiotelefonía sin pagar por un aparato a la Peruvian Broadcasting Co. ni abonar al Servicio Radiotelegráfico monto alguno por licencia, desafiando de este modo las advertencias de control y confiscación por parte de Estado. El 24 de setiembre de 1926, El Comercio publicó un aviso de la gerencia de la Peruvian Broadcasting Co. citando a Junta General Extraordinaria de Accionistas para el día 29 del mismo mes, teniendo como orden del día: “acordar la disolución y consiguiente liquidación de la compañía” (El Comercio, 24 de setiembre de 1926). En una extensa carta fechada el 23 de setiembre de ese año, y publicada en la sección “Intereses generales” de El Comercio el lunes 27 de setiembre, el lector O. A. Gonzales Moreno se refería a la crisis de la emisora y hacía una propuesta para salvarla. Juzgaba que la señal de OAX era muy potente, pero que su programación no llegaba a satisfacer al público debido a que la empresa que la administraba carecía de suficientes ingresos económicos para extenderla y mejorarla. Consideraba que era necesario mantener una estación peruana, pues no siempre se podía obtener buenas señales de larga distancia de las emisoras extranjeras, y planteaba crear un sistema de suscripciones para financiar a la Peruvian Broadcasting Co. Mencionaba el “enjambre de antenas que corona los edificios de Lima y los repartidos en otros lugares de la república que no son exponentes de suscripciones o 64 EMILIO BUSTAMANTE

cuotas que se traduzcan en remuneración por las vibraciones que reciben de la estación O.A.X.”. Proponía que la red de antenas debía traducirse en una de suscriptores, y sugería que se pagara 60 centavos mensuales por uso de antena en Lima, y el doble en provincias. Esta propuesta del pago por uso de antena resultaba sin embargo tardía, pues la Peruvian Broadcasting Co. estaba ya a punto de decretar su disolución, pero sería recogida por el Estado más adelante.

1.9 La programación de OAX: 1925-1926

La programación de OAX (cuestionada por Gonzales Moreno en su carta) se limitaba a dos horas al día (normalmente de 21.00 a 23.00 horas.). Comprendía conferencias y música diversa. La transmisión de los domingos, desde junio de 1925, se iniciaba a las 11.00 horas y estaba compuesta de música sacra y pláticas religiosas. El programador era Antonio Garland. En los primeros meses, la estación sirvió como tribuna al presidente Leguía y, en alguna oportunidad, al arzobispo de Lima, Emilio Lissón. En la carta de Gonzales Moreno, citada anteriormente, se destaca además “cómo se llevaron hasta el sur, durante las discusiones del plebiscito, los discursos pronunciados delante del poderoso radiotransmisor de la ‘O.A.X’ por nuestros más elocuentes oradores”. La variedad de la programación musical de la emisora puede apreciarse en dos ejemplos tomados de setiembre de 1926, el último mes en que OAX estuvo bajo la administración de la Peruvian Broadcasting Co.:

Viernes 17 de setiembre: Una mujer en un rincón – One step – De Peso. / – Solo de canto – Por el barítono Monti. / – Viens reves – Vals – De Vliemon. / – Solo de canto – Por la Sevillanita. / – Las olas del Danubio – Fox trot – De Cortopazzi. / – Fox trot – Canto – Bertita Dávalos. / – La Gran Vía– Selección – De Valverde. / – Canto y piano – Por el barítono Monti. / – Sumurum – Fox trot – De May. / – Conferencia – Por el señor L. F. Meza. / – El Carro del Sol – Canción venezolana – De Serrano. / – Solo de canto – Por la Sevillanita. / – Francesita – Tango de Torres. / – Canto y piano. Por la tonadillera Bertita Dávalos. / – Cuando las rosas caen – Camel trot – De Saco. / – Conferencia – Por el señor Luis Hinojosa de la Piedra. / – Canto y piano – Por la Sevillanita. / – El Querer Bandolero – Canción – De Alonso. / – Canto y piano – Barítono Monti. / – Fox trot- Bertita Dávalos. / – El Galeón – Pasodoble – De Solazzo (El Comercio, edición de la tarde, 17 de setiembre de 1926). Martes 28 de setiembre: 9 a 9 y ½. Curso de inglés por la profesora diplomada Miss Ferry, asistida por Luis Raspaldiza. El texto usado es el ‘Manual Elías’. / – 9 ½ a 10 y ½ .– Octava prelección de los cursos de CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 65

Mentalismo Gimnástico que dicta a los oyentes el profesor Reymar. Ilustrante: Soprano, señorita Teresa Ibarra, de las clases de canto de la señorita Teresa Ferreira. / Apertura musical. / Los motivos incaicos de la próxima fiesta de clausura de los cursos en el teatro Forero, y una proclama del eminente catedrático de la Universidad del Cusco, doctor Gabriel Cossío. / Partitura musical. / Prelección del profesor Reymar. Cómo por mentalismo se llega a las viriles potencias heroicas del optimismo, que todo vence hasta la muerte (última parte y revisión de la parte anterior). Nuevas y últimas pruebas de las influencias mentales en la vida y salud del cuerpo. / SO. Romanza de Tirindelli, por la soprano, señorita Teresa Ibarra. // – Continúa el programa de la OAX: / Canto, por Bertita Dávalos. / Número por los intérpretes populares Gamarra y Salerno. / Monólogo cómico por I. Cavero. / Número de canto, por la tonadillera Berta Dávalos. / Número de guitarra y canto por los intérpretes criollos Gamarra y Salerno. / Couplet cómico, por Cavero. / Canto, Bertita Dávalos. / Monólogo, Cavero. / Guitarra y canto, Gamarra y Salerno. (El Comercio, edición de la tarde, 28 de setiembre de 1926).

1.10 OAX bajo la administración de la Marconi

El 30 de setiembre de 1926, El Comercio, con el encabezado “El traspaso de la Broadcasting al gobierno”, publicó dos resoluciones supremas. En una de ellas, fechada el 6 de setiembre de 1926, el gobierno disponía la adquisición de los derechos y propiedades de la Peruvian Broadcasting Co., y la entrega de la administración de los servicios a la Marconi Wireless. El precio de la compra, según la norma, se haría sobre la base de una valoración realizada por peritos de la empresa británica. Asimismo, la resolución suprema dejaba sin efecto la exclusividad concedida a la Peruvian Broadcasting Co. para importar aparatos y accesorios radiofónicos, “quedando completamente libre la importación de ellos, previo pago de los respectivos derechos de aduana”. Por último, fijaba el pago semestral y adelantado por derecho de antena a los usuarios de receptores en una libra peruana y otorgaba facultades a la Administración General de Correos, Telégrafos y Radiotelegrafía (a cargo de la Marconi) para que propusiera la reglamentación sobre uso de aparatos y cobro de licencias (El Comercio, 30 de setiembre de 1926). Mediante la otra resolución suprema, fechada el 27 de setiembre de 1926, el gobierno, vista una “comunicación adjunta de la Administración General de Correos, Telégrafos y Radiotelegrafía”, establecía disposiciones reglamentarias para el uso de receptores, las que deberían ir impresas en el dorso de las licencias que se otorgaran. Mediante estas disposiciones, el gobierno prohibía el empleo de los aparatos con fin comercial, y fijaba 66 EMILIO BUSTAMANTE

límites a la longitud de las antenas. Advertía, además, que el poseedor de un receptor no debía divulgar ni permitir que se divulgaran mensajes que recibiera por medio del aparato, “excepto los programas de broadcasting, señales horarias e informes meteorológicos”. Las licencias eran intransferibles, y el poseedor debía comunicar al Servicio Radiotelegráfico si trasladaba el receptor a otro lugar. La resolución contemplaba también la inspección de la estación materia de la licencia y el decomiso de aparatos por falta de pago o instalación clandestina. El producto de la venta de los aparatos decomisados debía dividirse entre el Servicio Radiotelegráfico y la persona que denunciase la existencia de la instalación clandestina (El Comercio, 30 de setiembre de 1926). El 1 de octubre, el Servicio Radiotelegráfico del Perú, publicó un comu- nicado en El Comercio, informando al público que desde esa fecha, y de acuerdo a la resolución suprema del 6 de setiembre, la Administración General de Correos, Telégrafos y Radiotelegrafía (en manos de la Marconi) asumía el control general de los servicios de radiodifusión y de las trasmisiones de la estación OAX. Asimismo, indicaba que quedaban sin valor las licencias para el uso de receptores otorgadas anteriormente, y se remitía a las resoluciones mencionadas en cuanto al otorgamiento de certificación de licencias, el pago semestral y las normas de uso de los aparatos receptores (El Comercio, 1 de octubre de 1926). Como epílogo de este proceso, el 3 de octubre, El Comercio publicaba un aviso de liquidación de aparatos receptores de la Peruvian Broadcasting Co. en las oficinas de la compañía (San Pedro 337). El 20 de noviembre, un último aviso ofertaba receptores de galena desde 6 soles, de un tubo desde 28 soles, de dos o tres tubos desde 4 libras, de cuatro tubos desde 7 libras, y de cinco tubos desde 8 libras, así como partes aisladas (Gar- gurevich 1995: 89). En resumen, las disposiciones del gobierno no solo establecían la adquisición de las propiedades y derechos de la Peruvian Broadcasting Co. y otorgaban la administración de la estación de radio a la Marconi, sino que buscaban reordenar el uso del medio y aumentar el control del Estado sobre este. Pretendían, también, explorar otra forma de financiamiento, distinta al monopolio sobre la importación y venta de receptores, y com- plementaria al pago de licencia: el cobro por derecho de antena.

1.11 La programación de OAX de 1926 a 1930

Durante los años 1926 y 1927, el horario de trasmisión de la estación peruana siguió siendo de 21.00 a 23.00 horas. La programación se mantuvo CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 67

a cargo de Antonio Garland, y contemplaba la emisión de conferencias, intervenciones humorísticas, servicio informativo y música variada que comprendía piezas clásicas, fox trot, one step, zambas, pasodobles, canciones mexicanas, argentinas y nacionales.5 En las Fiestas Patrias de 1927 hubo una programación especial que com- prendió las retransmisiones del mensaje presidencial desde el Congreso y el concierto de gala desde el teatro Forero.6

5 Por ejemplo, el programa del sábado 16 de julio de 1927 fue el siguiente: Allegra- dor – Marcha – Barbirolli – Orquesta OAX. / Servicio informativo de la estación. / Me quieres – Fox trot – Donaldson – Orquesta OAX. / Por qué te fuiste – Zamba. Por la tiple Sra. María Catalán. / a ) Canto indígena; b) Fia – Anchorena – Danza – Primera audición – Orquesta. / Vals noble – Shumman – Piano a cuatro manos por el Rvdo. Padre Pablo Chávez A. y el profesor Sr. E. Thomas Rimmer. / A May morning – Dan- za – por la mezzo soprano Margaret Rimmer. / Liebesketten – Pot-pourri – Alpert – Orquesta OAX – Primera audición. / Estrellita – Canción mexicana, por la tiple señora María Catalán. / El país de las campanillas – Giamenese – Ranzato – Por la orquesta OAX. / Air de ballet – Piano a cuatro manos por el Rvdo. Padre Pablo Chávez Aguilar y el profesor E. Thomas Rimmer. / De mis montañas – Suite – Aguirre – Orquesta OAX. / Annie Laurie – Schottish – Por la Mezzo Soprano Margaret Rimmer. / La Geisha – Canción del balcón – Sydney Jones – Por la tiple señora María Catalán. / New Fox trot – Wood – Orquesta OAX. / Vals op. 34 N2 de Chopin – Solo de piano por el profesor señor E. Thomas Rimmer. / A las montañas iré – Triste nacional. / El Carretero – Marinera. / Year Not Y O Israel – Bock – Solo de canto por la Mezzo Soprano Margaret Rimmer. / Las mujeres – Fox trot – Silvan – Orquesta OAX. / La Calesera – Pasacalle por la señora María Catalán. / Yo las amé – One Step – Cristi- ne. / Nota: En el curso de la audición tendrá lugar la segunda conferencia literaria que ofrece el señor Arturo Montoya. El título de esta conferencia comprenderá la interpretación literaria de los textos del nuevo testamento (El Comercio, 16 de julio de 1927, edición de la tarde). 6 El programa de Fiestas Patrias de 1927 fue el siguiente: Día 28 – A las 4 y media p. m. Audición informativa de fiestas patrias. Servicio habitual. La orquesta del estudio O.A.X. trasmitirá hasta el momento oportuno de la retrasmisión del mensaje pre- sidencial desde la sala del congreso, las siguientes composiciones: Himno nacional del Perú. / Triana.- Paso doble.- Carrera. / Corazón.- Fox trot.- Camero. / El cóndor pasa.- Preludio.- Alomía Robles. / Deseando.- Fox trot.- Daving. / La duquesa de Bal Tabarin.- Selección.- Lombardo. / Esencia andaluza.- Paso doble.- Manella. / Remi- niscencias sobre aires cusqueños.- (Suito en 5 tiempos). / Fea.- Tango.- Petorrotti. / Romanza sin palabras.- Chávez Aguilar, director musical de nuestra Basílica. / Belmonte.- Pasodoble.- Andreu. / La estación dará oportuno aviso de la trasmisión del mensaje del presidente de la república, señor don Augusto B. Leguía. Terminada la trasmisión del mensaje, cierre de la estación con el himno patrio. / Día 29.- Si- lencia la estación. / Día 30.- A las 11 y media de la mañana. Audición informativa para provincias. Nota patriótica.- Servicio informativo general de noticias.- Actuará especialmente la orquesta del estudio, dirección Mateucci.- Servicio informativo de 68 EMILIO BUSTAMANTE

En 1928 se regularizó la transmisión en dos horarios; mañanas de 11.30 a 12.30, y noches de 21.00 a 23.00. La música popular de origen foráneo, pero interpretada por artistas nacionales, siguió ganando terreno en la programación.7 Hubo también algunas audiciones especiales, como las que tuvieron lugar con ocasión de la visita al Perú del entonces presidente electo de Estados Unidos Herbert C. Hoover, en diciembre de 1928. El 19 de febrero de 1929, OAX emitió un programa por el cumpleaños de Leguía que incluyó una “nota literaria” titulada “El ideario de acción

deportes por “Leader”.- A las 12 y media, cierre de la estación. / A las 9 y media de la noche.- Retrasmisión por O.A.X. del concierto de gala del Teatro Forero conforme el siguiente programa; y bajo la dirección del maestro Federico Gerdes. / Himno nacional.- Alzedo.- Coro con acompañamiento de orquesta.- 1ª estrofa, señorita María Isabel Arenas Loayza; 2ª señorita Josefina González del Riego. / Obertura de “Le Roi de Ise”.- Lalo.- Orquesta. / Concertstuck.- Weber.- Piano y orquesta.- Solista señorita María Jesús Felices. / Aria de la ópera “Lucía de Lamemoor”.- Donizetti.- So- lista señorita María Isabel Arenas Laoyza.- Acompañamiento de orquesta.- Dirección musical Gerdes. / Racconto de la ópera “Lohengrin”. Wagner.- Solista, tenor doctor Carlos Pardo Figueroa y orquesta. / Don Quijote.- Massenet.- Orquesta.- Obligado de cello, profesor señor Amilcare Mateucci. / Escena coro de hilanderas y balada del “Buque fantasma”.- Wagner.- Senta: señorita María Isabel Arenas Loayza. Mary: señorita Carmen Portella. Acompañamiento de orquesta. / Danza eslava.- Dvorak. / Cierre de la estación (El Comercio, 28 de julio de 1927). 7 El programa del miércoles 19 diciembre de 1928, horario de 9 a 11 de la noche, era el siguiente: El niño del regimiento – Marcha – Fucik – Orquesta OAX. / Servicio in- formativo de la estación – Cotizaciones – Lotería – Boticas. / Miettes d’amour – Vals – Volpatti – Orquesta OAX. / Barrio querido – Tango – Sánchez – Por el barítono señor Eduardo Fernández. / Aubade D – Ambrosio – Orquesta OAX / Villancico – Gregorio Martínez Sierra – Por el humorista señor L. Rojas Gallardo. / Y no tengas que sufrir – Tango – Por la señorita Miquita González. / Louisiana – Fox trot – Giuksman – Or- questa OAX. / Torna- Romanza – Deriza – Por el barítono señor Eduardo Fernández. / “Semana de salud” – 4ta. Disertación de propaganda médica ofrecida por el Dr. Carlos A. Bambarén – Tema: “El alcohol y otros tóxicos”. Fantasía – Urbach – Orquesta OAX. / Por favor – Tango – Por la señorita Miquita González. / A tu prójimo como a ti mis- mo – Conferencia – Por el humorista señor L. Rojas Gallardo. / Canción de mayo – De Micheli – Orquesta OAX. / Alegra bacán – Tango – Por el barítono Eduardo Fernández. / My Castle in Spanish – Tango – Por la señorita Miquita González. / Conferencia sobre la salud – Por el humorista señor L. Rojas Gallardo. / Lago di como – Serenata – Fau- chey – Orquesta OAX. / Te están esperando – Tango – Por el barítono señor Eduardo Fernández. / Fox trot – Hays – Orquesta OAX. / La descripción de un teatro – Por el humorista señor L. Rojas Gallardo. / Pasión gitana – Paso doble – Por la señorita Miquita González. / Johnson – One step – Rulli – Orquesta OAX. (El Comercio, 19 de diciembre, edición de la tarde). Como se puede apreciar, el tango comenzaba a desta- car como el género popular de mayor difusión: la programación incluye seis tangos en total, frente a una marcha, un vals, dos fox trot, un pasodoble y un one step. CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 69

leguiista” por el periodista y secretario del Comité Pro Museo Leguía, Carlos F. Bustamante. En julio, OAX desarrolló una serie de retransmisiones de la temporada de ópera desde el Teatro Municipal. Se escucharon La Boheme, Rigoletto, Il Trovatore, Tosca, Carmen y Germania. El director era Julio Falconí, y parti- cipaban los cantantes Augusto Concato, Angelo Pintucci, Armando Brogioli, Aurora Rettoro, Humberto Di Lellio, Romano Raspón, Adolfo Pacini, Guido Uxa, E. Marchetti, Iva Pacetti, Jesús de Gaviria, Giuseppina Cobelli, Roberto D’Alessio, y Víctor Damini. Las retransmisones se escu charon en Arequipa, Cajamarca y Pasco, según telegramas de felicitación enviados a la radio por oyentes de esos lugares. El 30 de julio, OAX repitió la ópera Carmen a las 20.00 horas para que fuera escuchada al aire libre en el Parque de la Exposición a través del sistema Vitaphone Dubreuil colocado en el Pabellón Municipal. En noviembre de 1929 se presentó el famoso ocultista y rosacruz Arnold Krum-Heller, quien se hacía llamar Huiracocha, para disertar sobre el sub- consciente. En diciembre la actriz y cantante mexicana Columba Quintana interpretó entremeses y fragmentos de zarzuelas. Por lo demás, OAX continuaba transmitiendo música variada, informa- ción sobre cotizaciones y boticas de turno, noticias deportivas, charlas, decla maciones de poemas, y monólogos cómicos (a cargo de la actriz Antonia Puro). El programador seguía siendo Antonio Garland.8

8 Dos ejemplos de programación en 1929: Sábado 10 de agosto de 1929. Mañana: 11.30. Servicio musical Brandes / 11.35. Información comercial: cotizaciones y cam- bios bancarios. / 11.40. Servicio musical / 11.45. Información noticiosa / 12 M. Hora cronométrica del estudio OAX. Conferencia / 12. 30. Cierre. // Noche: 9 a 11: Himno Nacional – Marcha por orquesta OAX / Informativo: cotizaciones, boticas, loterías. / Malia – Vals – Lovero – Orquesta OAX. / Serenata (Gori) – Orquesta OAX / El pistón – One step – Gamarra y Salerno. / Ready For The Rives – Fox trot – Kahn – Orquesta OAX / Lour Song From Paradise – Barlow Brown – All My Very Own – Por el barítono chileno Francisco Fuentes Pumarino, piano de Carlos Mateucci. / Nota deportiva del informador deportivo de OAX, Oscar Pa. / La Dolores / Breton) – Orquesta OAX / Breve charla sobre el Ecuador por el secretario de la delegación, Guillermo Polit. / Cocoteros (canción) por los estilistas Gamarra y Salerno. / La caja de juguetes – In- termezzo – Gauwin – Orquesta OAX. / Mirar así (Sánchez Fuentes), Princesita (Padi- lla) por Pumarino y Mateucci. / Marcha triunfal (Darío) – Balbucce (Baché), Tú me quieres alba (Storni) recitados por Rosita de la Puente. / Tiempo de tango – Orquesta OAX. / La fe (tondero) por Gamarra y Salerno. / Princesa (Gavota) – Orquesta OAX. / La lámpara maravillosa (marinera) por Gamarra y Salerno (La Crónica, 10 de agosto de 1929). 70 EMILIO BUSTAMANTE

1.12 Los primeros radioaficionados

Por decreto supremo del 14 de enero de 1921 se autorizó la instalación de “pequeñas estaciones de telegrafía o telegrafía sin hilos, destinada a la ense- ñanza, o la experimentación científica”. En mayo de 1922 se emitió una resolución “reglamentando la concesión de autorizaciones para la instalación y uso de pequeñas estaciones de radiotelegrafía o telefonía sin hilos”, que fue publicada en El Peruano el 21 de julio de 1922 (Gargurevich 1995: 62). En 1923 el radioaficionado Jorge Vargas Escalante llamó, desde las páginas de la revista Ideal, a la creación de un Radio Club, y expresó sus deseos de que se instalara una primera estación de broadcasting, así como que se adquirieran equipos emisores en las universidades de Lima, Trujillo y Arequipa, y receptores en la escuelas públicas. Además de Vargas Esca- lante, se contaba entre los primeros radioaficionados a Germán Gallo Porras, Adolfo Hournón, Manuel Zapata, González Galdós, Adolfo T. Ro mero, Luis Iturriaga, Santiago Devéscovi y N. Catter (Vargas Escalante y Gamio 1944: 73-75). El 6 de julio de 1924 Vargas Escalante, desde su estación JV1 ubicada en Magdalena del Mar, logró comunicación radiotelefónica con el argentino Franklin B. Yolde, radicado en Viedma (Río Negro, Argentina). El 26 de julio de ese año, el Buenos Aires Radio Club emitió una audición especial de homenaje al Perú por Fiestas Patrias. La transmisión se hizo desde la estación LOV (Brusa) y fue captada por JV1. El diario La Crónica publicó el

Lunes 16 de diciembre de 1929: Mañana: 11.30. Servicio musical Brandes / 11.35. Información comercial: cotizaciones y cambios bancarios. / 11.40. Servicio musical / 11.45. Información noticiosa / 12 M. Hora cronométrica del estudio OAX. 12.10. Charla económica, doméstica de puericultura. Noche: 9 a 11: La sirena – Marinera – Urbini – Orquesta OAX. / Servicio informativo. Cotizaciones, boticas de turno. / Obertura de El barbero de Sevilla por Orquesta OAX. / Alma (danza mexicana), canta Columba Quintana / Fleurs et chimeres (vals, Battle) – Orquesta OAX / La cocinera, monólogo cómico por Antonia Puro. / La vestale (suite, Drigo) – Orquesta OAX. / Romanza de la carta y escena de Pilar y Pacualito (de la zarzuela “Gigantes y cabezudos”) por Columba Quintana y Carlos Leondef / Serenata española (Michell) – Orquesta OAX. / Rainbow (Fox trot) – Orquesta OAX. / La maja aristocrática (Padilla) por Antonia Puro. / Adiós juventud (Fantasía, Pietri) – Orquesta OAX. / El flemazo (entremés, hermanos Álvarez Quintero) con Columba Quintana (Milagros) y Carlos Leondel (Pepe). / A las estrellas (Intermezzo, Paladilhe) – Orquesta OAX. / If I Knew I’d Find You (Fox trot, Brown) – Orquesta OAX. / Hasta luego (Tango, Donato) por Columba Quintana. / Miss Mister (One step, Brino) – Orqeuesta OAX (La Crónica, 16 de diciembre de 1929). CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 71

programa, en el que figuraban como participantes, entre otros residentes peruanos en Argentina, Luis Fernán Cisneros y Carlos Alberto Seguín. Se trató del primer homenaje hecho al Perú a través de la radiotelefonía. En la fecha central de las festividades patrias, el 28 de julio, JV1 logró comunicación radiotelefónica por primera vez con un barco: la nave-exposición Italia, anclada en el Callao (Vargas Escalante y Gamio 1944: 77-83). Durante aquel año de 1924 se realizó una “reunión preliminar” con el objetivo de fundar el Radio Club Peruano, objetivo que no llegó entonces a cristalizarse. Fueron convocados Vargas Escalante, Jaramillo Infante, Cle- mente Palma, Adolfo Romero y Enrique Pérez Palacio. Una segunda reunión tuvo lugar al año siguiente, bajo el estímulo de la inauguración de la Peruvian Broadcasting Co. y la importación de aparatos realizada por esta empresa. Se formaron comisiones de propaganda, reglamento e instalación. Entre los asistentes se encontraban, además de los que participaron en la primera reunión, Óscar Miró Quesada, Gerald Slater, Alfonso Pereyra, José Pereyra, José Rivero Ríos, Alfonso Rouillón, Carlos Braschi, Isaac Pajares y Carlos Tudela, entre otros (Vargas y Gamio 1944: 97-101). A partir de 1926, Germán Gallo Porras obtuvo “una serie de sensacionales éxitos en transmisión” con su estación OA4B. En octubre de 1927 transmitió “para toda América” el Campeonato Sudamericano de Fútbol desde el palco de prensa del antiguo Estadio Nacional. Vargas Escalante desempeñó la parte técnica de la emisión, y el cronista deportivo fue Fernando Braschi (Vargas y Gamio 1944: 85-86).

2. Los años de la tempestad

“Sánchez Cerro pasa como una tempestad por la historia peruana”. Jorge Basadre

2.1 Radio y política después del derrocamiento de Leguía

La recesión mundial originada por el crac de la bolsa de Nueva York en 1929 tuvo efectos devastadores en la economía del Perú. El Estado quedó en la bancarrota financiera, el comercio se contrajo, la moneda se devaluó, se restringió el crédito y aumentó la desocupación. El 22 de agosto de 1930, el teniente coronel Luis Miguel Sánchez Cerro tomó, con fuerzas del Ejército, la prefectura de Arequipa, emitió un manifiesto en contra del gobierno de Leguía, y se autoproclamó Jefe Supremo Militar y Político. En Lima, el 24 de agosto, Leguía era depuesto por una Junta Militar presidida 72 EMILIO BUSTAMANTE

por el general Manuel María Ponce; y, tras intentar salir del país, fue apre- sado. Sánchez Cerro, que contaba en la capital con un gran respaldo popu- lar y el apoyo de las escuelas del Ejército y la Aviación, así como con el de los cadetes y la plana menor de la Marina, llegó a un acuerdo con el gene- ral Ponce, y arribó a Lima en olor de multitud el 28 de agosto para asumir la presidencia de una nueva Junta Militar de Gobierno (Basadre 1970, XIII: 381-398, Ugarteche 1969, I: 108-179).

2.1.1 Sánchez Cerro y la Marconi El 25 de agosto de 1930, es decir, después del pronunciamiento de Arequipa, pero antes de ser reconocido como presidente de la nueva Junta Militar, Sánchez Cerro emitió un decreto en el que declaraba que su gobierno no reconocía validez a los actos y contratos celebrados por Leguía “o por sus sucesores en el Gobierno de Lima” a partir del 22 de agosto, y advertía que oportunamente se designarían “Comités de Investigación de las actas y contratos del Gobierno derrocado, anteriores al 22 de agosto último para la revisión de aquellos que fuesen lesivos a los intereses nacionales” (Ugarteche 1969, I: 149). La norma anticipaba cuál habría de ser la actitud del Jefe de Estado en relación con el discutido contrato con la Marconi que había regido correos, telégrafos, radiotelegrafía y radiotelefonía durante el Oncenio. Mientras ello ocurría, la empresa norteamericana All American Cables, que tenía un contrato celebrado con el régimen de Leguía en mayo de 1929 sobre servicios internacionales de comunicación cablegráfica, radiotelegráfica y radiotelefónica, sugería al gobierno de Estados Unidos que reconociera a la Junta de Sánchez Cerro (Ugarteche 1969, I: 225).9 La Marconi, como era de prever, fue intervenida por la Junta. Se nombró a Alfredo Herrera (hombre muy cercano a Sánchez Cerro) como personero del fisco en ella. Herrera gozó de facultades administrativas para despedir y contratar personal.

2.1.2 Las innovaciones de Joaquín de Azambuja El 1 de octubre de 1930, la Junta Militar dispuso mediante resolución suprema que el Ministerio de Gobierno asumiera directamente la administración del servicio de radiodifusión, nombrando a Joaquín de

9 El contrato con la All American Cables fue ratificado por el Decreto Ley 7231, emitido por la Junta Nacional de Gobierno presidida por Samanez Ocampo el 17 de julio de 1931. CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 73

Azambuja como jefe de dicho servicio (Gargurevich 1995: 95-96). Un mes más tarde, el 1 de noviembre, Joaquín de Azambuja anunciaba una serie de innovaciones en la radiotelefonía local, “de acuerdo con las sugerencias de la dirección artística que la ejerce el prestigioso escritor Antonio Garland”. Las novedades, publicadas en los principales diarios de Lima, eran las siguientes: a) El aumento de las horas de audición de broadcasting. En adelante serían seis las horas en las que transmitiría OAX, divididas en tres tandas: de 11.00 a 13.00, de 17.00 a 19.00, y de 21.00 a 23.00. Azambuja también anticipaba que se instalaría una nueva estación, a cargo de la casa F. W. Castellano y Hno., representante en Lima de Victor Talking Machine Co.; que emitiría su programación de 19.00 a 21.00. Esta estación se sumaría a OAX y a la de la casa Lemare que ofrecía una audición diaria de 18.00 a 19.30. b) La instalación en curso de dos poderosos parlantes en la Plaza San Martín, “para dar audiciones públicas, como se hace en Buenos Aires, Río de Janeiro, y otras capitales de importancia”; Azambuja recalca ba que se contaba para ello con el apoyo del alcalde Luis Antonio Egui- guren, y que los parlantes eran puestos por la Casa Philips a cuenta de OAX. c) La instalación de líneas directas a los cines Excelsior y Princesa, “a fin de dar al público, en las noches, la novedad de las retrasmisiones de los discos sonoros y películas parlantes de la Paramount, Goldwyn Mayer y Fox”. Anunciaba la inauguración de ese servicio para el 3 de no - viembre próximo. d) La instalación de un moderno aparato eléctrico de pick-ups en la estación OAX. e) La solicitud a la National Broadcasting de Nueva York del envío de discos que se imprimían allá. f) La cooperación de las casas Victor, Columbia, Brandes, Brunswick, Odeón y Lemare en el suministro de discos, “con lo que se podrá dar gran variedad a los programas”, sin dejar de contemplar en ellos “la inclusión de artistas de variedades que actúan en la localidad”. g) El permanente concurso de “artistas amateurs, literatos y poetas de valía nacionales”, lo que “proporcionaría a los radioescuchas verdaderas vela- das de arte y de buen gusto”. h) La emisión de boletines diarios de noticias (a las 12.00 y 21.00 horas) suministrados por los diarios El Comercio y La Prensa. 74 EMILIO BUSTAMANTE

i) La recepción de anuncios comerciales que no excediesen de 25 palabras. j) La continuación de las clases de inglés, para lo que se convocaría a un concurso de profesores de ese idioma.

Azambuja concluía haciendo una invocación a los radioescuchas a que pagaran sus cuotas de licencia (diez soles por semestre), aclarando que el abono era obligatorio para quienes tuvieran aparatos de radio en general, con antena o sin ella. Añadía que existían aún “puntos por desarrollar”: la instalación de aparatos de radio en escuelas fiscales, establecimientos penales y asilos; y la implantación de una poderosa estación de onda corta transmisora y receptora cuya señal pudiera alcanzar a todo el Perú y llegar con nitidez al extranjero. En la nota se decía, también, que se instalarían más parlantes en otros sectores de Lima y balnearios “como medio de esparcimiento para la clase media y el pueblo que no cuenten con recursos suficientes para adquisición de un aparato de radio”. Se invocaba, finalmente, “a los comerciantes de este ramo, la necesidad de vender aparatos de radio de bajo precio, a fin de que muchas personas que por modesta situación económica no puedan adquirir aparatos de lujo, como los que actualmente se venden, tengan a su alcance aparatos pequeños de menor valor” (La Noche, 1 de noviembre de 1930; La Crónica, 1 de noviembre de 1930; La Prensa, 3 de noviembre de 1930). Los anuncios hechos por Azambuja son relevantes. Expresan un interés que parece venir desde la Junta de Gobierno, por extender el consumo del medio en los sectores populares, es decir, en esos mismos sectores que habían aclamado a Sánchez Cerro en Arequipa y Lima. Debe anotarse que el jefe de la Junta, pese a haber dicho en un primer momento que no se presentaría a las elecciones presidenciales, anunció luego su postulación, la misma que sería muy controvertida. Es probable que Sánchez Cerro tuviera presente, ya por entonces, la utilidad política que podría depararle la radio como medio de propaganda y movilización. En las palabras de Azambuja se observa, al mismo tiempo, una estrategia dirigida a captar no solo más oyentes (a través de parlantes, aparatos de bajo costo, y la ampliación y mejora de la programación), sino también anunciantes; no otra cosa se deduce de la apertura de OAX a la publicación de avisos comerciales y los acuerdos a los que se había llegado con las casas de discos. A pesar de que aún era vital para OAX el pago de la licencia, era obvio que se estaba pensando ya en otra forma de financiamiento de la emisora. Finalmente, es de destacar que la instalación de nuevas estaciones, CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 75

de carácter privado, empezaba a perfilar un modelo que se consolidaría al final de la década, caracterizado por la presencia de una fuerte radiodifusora estatal y varias estaciones comerciales privadas. Sánchez Cerro no esperó demasiado para emplear la radio (y las innovaciones de Azambuja). El 31 de diciembre de 1930, los periódicos de Lima anunciaban que el presidente de la Junta emitiría por radio un discurso a las 12 de la noche, saludando por el Año Nuevo al país. Trans- mitiría la OAX en banda de 380 metros y la emisora del radioaficionado Germán Gallo Porras en banda de 41 metros. “De esta manera todas las personas que tengan aparatos de radio, de onda corta o larga, podrán escuchar las palabras del señor Presidente, y el resto de la población podrá escucharla por medio de los altoparlantes que la OAX tiene instalados en la Plaza San Martín” (La Crónica, 31 de diciembre de 1930).10 En su mensaje, Sánchez Cerro pidió cooperación, perseverancia y austeridad para reconstruir el país “después de once años de sistemática destrucción” (La Noche, 1 de enero de 1931). Semanas después, el 23 de febrero, el Jefe de Estado emplearía nuevamente el medio para declinar su candidatura presidencial. Sus pala- bras se escucharon, según el diario La Noche, “en todos los restorantes, en las calles donde los altoparlantes irrumpen sobre el tráfico [...]. En el Leons, en El Rey Mono, en el Hotel Canessa, en los flancos de la Plaza San Martín [...]” (La Noche, 23 de febrero de 1931).

2.1.3 Marconi y OAX durante el gobierno de Samanez Ocampo Tras insurrecciones en el sur y el norte del país, Sánchez Cerro dimitió el 1 de marzo de 1931, y viajó a Europa. Fue elegido Presidente provisorio el titular del Poder Judicial, Ricardo Leoncio Elías. No obstante, Elías no fue reconocido por los insurrectos del sur. El 5 de marzo, el comandante Gustavo Jiménez derrocó a Elías y convocó a (entonces cabeza de la Junta Civil del Sur que había desconocido a Elías) para que presidiera una Junta Nacional de Gobierno que se instaló el 11 de marzo en Lima. La nueva Junta de Gobierno se planteó como objetivo la vuelta a la cons titucionalidad; en mayo de 1931 convocó a elecciones a la presidencia

10 En 1929 Pedro Dulanto reemplazó a Clemente Palma (quien era partidario de Leguía) como director de La Crónica y Manuel Cisneros Sánchez asumió la presidencia del directorio. En 1931 el diario fue comprado por Rafael Larco Herrera. 76 EMILIO BUSTAMANTE

de la República y a un Congreso Constituyente. Aprobó, también, un Esta- tuto Electoral. La renuncia de Sánchez Cerro y el nombramiento de Samanez Ocampo como nuevo jefe de gobierno, ocasionó el cese inmediato de Alfredo Herrera como personero del fisco ante la Marconi, pero no el término de la intervención estatal en la empresa británica. La labor de Herrera fue elogiada por sus correligionarios y criticada por los opositores de Sánchez Cerro. La Revista Semanal denunció que, desde el nombramiento de Herrera, la estación OAX había generado pérdidas de 650 soles mensuales. Acusaba también al personero de haber repuesto a trabajadores que habían sido despedidos por malos manejos, haber creado nuevos puestos y hacer gastos innecesarios para adornar lujosamente su oficina (La Revista Semanal, 12 de marzo de 1931). El periódico El Hombre de la Calle (dirigido por Federico More) precisó que la Marconi, bajo la administración de Herrera, había gastado 30.502,90 soles de octubre de 1930 a febrero de 1931 (El Hombre de la Calle, 21 de marzo de 1931). Herrera denunció penalmente al director de La Revista Semanal por calumnia cuando esta sugirió que lo procesaran por malversación de fondos; el exfuncionario recordó que, según el contrato de 1926 entre el gobierno y la Marconi, al personero del fisco solo le correspondía supervisar la administración de la compañía, no el manejo de renta alguna, cosa que él había observado escrupulosamente. En el lugar de Herrera fue nombrado el abogado cusqueño Manuel Velasco, quien a su vez fue víctima de ataques por parte del órgano de prensa sanchezcerrista La Opinión. La caída de Herrera arrastró la de Azambuja, a quien la prensa contraria a Sánchez Cerro acusó de haber convertido a la OAX en un medio de propaganda a favor del renunciante Jefe de Gobierno. Decía, ironizando, El Hombre de la Calle:

El joven Alfredo [Herrera] tenía un amiguito. El señor Azambuja. Este señor Azambuja es tremendo. Se metió en la OAX, hizo gastar un montón de plata y habló de los enemigos del heroico, si que mocho, Comandante. Y aumentó los gastos de esa estación de furiadifusión en seiscientos cincuenta del ala. Del ala arcangélica del joven Alfredo. ¿Con qué objeto se metía el joven Alfredo en líos con la OAX? Nadie lo sabe. Pero desde sus frescos y muelles sillones, el joven abogado le ordenó al asesor que le dijese al secretario para que le avisara al contador para encargar al auxiliar que le encargasen cosas raras al señor Azambuja. Y el señor Azambuja empezó a decir un montón de lisuras contra el mundo. El único que era buen señor, elegante y buen mozo, era el señor Sánchez Cerro. Imaginen ustedes. Qué barbaridad, ¿no? (El Hombre de la Calle, 14 de marzo de 1931). CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 77

La Tribuna, órgano del Partido Aprista Peruano, también fustigó a la administración de Azambuja, acusándola de haber estado al servicio de los intereses políticos de Sánchez Cerro, a quien llamaba “tiranuelo seismesino” (en alusión a los seis meses que había durado como jefe de la Junta Militar):

Iba todo muy bien, cuando al bendito tiranuelo seismesino se le ocurrió introducir reformas que, como siempre, gravaron más el presupuesto. La oficina que, primitivamente, a órdenes de Antonio Garland, intelectual de diecicocho kilates, realizaba funciones de cultura evidentes, cayó en un aciago y triste artículo de propaganda a la autocandidatura del tiranuelo, y de denigración de quienes la combatían (La Tribuna, 15 de junio de 1931).

La Tribuna, sin embargo, se oponía al cierre de la estación por parte de la nueva Junta, como al parecer se estaba comentando que ocurriría:

Nos hemos informado de modo semioficial de que se trata de suprimir la estación de la radio OAX. Por economía se quiere realizar un acto injustificable, contra el cual habrán de protestar todas las personas cultas e incultas, es decir, todo el país [...]. No nos imaginamos con qué criterio puede hacerse algo tan incomprensible, y menos cuando, justamente, el radio está ayudando a una labor de efectivo provecho como es la que viene realizando el Departamento de Extensión Cultural de San Marcos [...]. Cumplimos con dar nuestra voz de alarma a tiempo, antes de que el mal se realice. Y creemos que no ha de llegarse al extremo de suprimir un servicio que es signo y vehículo de civilización (La Tribuna, 15 de junio de 1931).

La Junta de Samanez Ocampo no cerró OAX, sino que entregó la administración de la emisora en concesión a una nueva empresa privada, la Compañía Nacional de Radiodifusión S. A., fundada por Guillermo La - zarte, Santiago Neguib y Félix Navarro, e inscrita en el registro público para tal fin el 2 de octubre de 1931 (Gargurevich 1995: 96). La nueva empresa concesionaria puso a fin a los servicios de Antonio Garland como progra- mador de la emisora (La Tribuna, 23 de enero de 1934).

2.1.4 La radio y las elecciones de 1931 Las elecciones de 1931 marcaron la aparición en el escenario político del país de los partidos de masas: la Unión Revolucionaria, encabezada por Sánchez Cerro (quien había regresado al país), y el Partido Aprista Peruano, liderado por Víctor Raúl Haya de la Torre. Contendieron por la presidencia: Sánchez Cerro, Haya de la Torre, José María de la Jara y Ureta y Arturo 78 EMILIO BUSTAMANTE

Osores. La campaña electoral fue intensa; sin embargo, a juzgar por la información revisada, no fue empleada la radio como medio de propaganda. Se hizo uso de volantes, periódicos, revistas, carteles, mítines, conferencias, pero, aparentemente, no de la radio (Stein 1980). Los comicios se realizaron el 4 de octubre. Días después, Sánchez Cerro reiteró en un comunicado su desacuerdo (planteado semanas antes) con la decisión del jurado electoral de que no se efectuara el conteo de los votos en mesa inmediatamente después de la elección, sino que se esperara a que todas las ánforas de provincias llegaran a la capital para hacer el escrutinio. Las ánforas vendrían a través del servicio de correos a cargo de la Marconi. Decía Sánchez Cerro:

Yo sé que no puedo esperar imparcialidad de una junta de gobierno que negó mi entrada al Perú con fútiles pretextos; que ha hostilizado a mis partidarios; y que apoya, ahora una candidatura oficial. Tengo, por consiguiente, derecho a mirar con desconfianza un procedimiento que deja en manos del ministerio de gobierno, y más particularmente del correo y de esa misma compañía Marconi que durante la época de la tiranía tan experta fue en la violación de la correspondencia – el cuidado de las ánforas que habrán de contener los sufragios de los ciudadanos del Perú (Ugarteche 1969, II: 231).

La Junta de Samanez Ocampo, en efecto, había obstaculizado el retorno de Sánchez Cerro al país. Las elecciones, sin embargo, fueron ganadas por Sánchez Cerro. La instalación del Congreso Constituyente y la juramentación del Presidente de la República tuvieron lugar el 8 de diciembre de 1931 en el Palacio Legislativo. La ceremonia fue transmitida por OAX:

Sobre la derecha de la sala, entrando, por la puerta principal, en los pasadizos, detrás de uno de los mamparones, se ha instalado la estación de radio de la O. A. X. Que, como el día anterior, va a trasmitir todos los detalles de la memorable sesión. Sobre el estrado se colocan más tarde dos micrófonos, frente a los cuales han de hablar el presidente de la junta de gobierno y el presidente constitucional, comandante Sánchez Cerro (Ugarteche 1969, II: 259).

2.1.5 La rescisión del contrato con la Marconi Una vez asumido el mando por Sánchez Cerro e instalado el Congreso Constituyente con mayoría de su partido, la Marconi fue colocada nue- vamente en la mira. Manuel Velasco renunció como personero del fisco ante la compañía británica el 9 de diciembre, y en su reemplazo fue nombrado Oswaldo CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 79

Hoyos Osores. La Opinión, órgano de prensa del partido sanchezcerrista Unión Revolucionaria, publicó en enero de 1932 un artículo en el que demandaba que los servicios encargados a la Marconi “por mil razones deben ser única y exclusivamente manejados por peruanos” y afirmaba que la empresa británica “está sindicada por la opinión pública como la más inicua de las explotadoras entre las compañías extranjeras que hay establecidas dentro de nuestra circunscripción territorial” (La Opinión, 16 de enero de 1932). Por último, el Congreso Constituyente ordenó mediante Ley 7576 del 13 de agosto de 1932 que el Estado interpusiera acción rescisoria ante el Poder Judicial del contrato que había firmado la Marconi con el gobierno de Leguía, y recomendó al Ministerio Fiscal que procediera “con la mayor actividad y celo en la secuela de los juicios que inicie contra la Compañía Marconi, solicitando si fuese preciso el embargo preventivo y demás me - didas judiciales precedentes; teniendo en cuenta el daño que sufre el país con la continuación de la administración encargada a esa Compañía” (El Comercio, 10 de setiembre de 1932).

2.1.6 El Reglamento General de Radio de 1932 El 28 de mayo de 1932, el gobierno emitió un Reglamento General de Radio (publicado en El Comercio, 12 de junio de 1932). Se establecía en él que la Jefatura General de Radio expediría licencias a estaciones de seis tipos: de servicio internacional, de radiodifusión, privadas, de aeronavegación (fijas y móviles), experimentales, de carácter científico (fijas y móviles), y de aficionados. El Estado se reservaba el derecho de autorizar la frecuencia, el tipo de onda y la clase de aparatos que serían utilizados. Se consideraban como estaciones de radiodifusión las estaciones co - merciales de broadcasting que obtuviesen “autorización para efectuar trans- misiones con fines de propaganda comercial, música, etc.”. La frecuencia asignada era entre los 1500 y 550 kilociclos, con longitudes de onda de 200 a 545 metros. El reglamento precisaba en su numeral 27 que “las transmi- siones deberán tener como primordial objeto, ofrecer audiciones artísticas y culturales, noticias de interés general, y, en especial, difundir la música nacional”. En el siguiente artículo establecía: “Quedan terminantemente prohibidas las transmisiones que tiendan a llevar la alarma al público y a la propaganda política disociadora”. Estación privada era, según el reglamento, “toda compañía o particular que para su uso exclusivo o el de su negociación y con fines de carácter comercial necesita instalar un servicio de comunicación” (artículo 29). 80 EMILIO BUSTAMANTE

Las estaciones destinadas al servicio aeronáutico eran clasificadas como comerciales, y se distinguía en ellas a móviles y fijas (artículos 30 a 33). Las estaciones experimentales eran, según la norma, aquellas que tenían “como objeto el progreso técnico y científico, y todo lo relacionado a la radioelectricidad”. Las entidades solicitantes, entre las que se mencionaba a las universidades y escuelas técnicas, debían precisar el motivo de la instalación. Se indicaba que para evitar “perturbación al servicio público y oficial, todos los experimentos se efectuarán de acuerdo con la gama de ondas correspondientes a los aficionados” (artículo 37). La diferencia entre las estaciones experimentales y las de carácter científico no era clara, pues no se definía a estas últimas, señalándose únicamente que la obtención de su licencia era gratuita, que se clasificaban en móviles y fijas, y que debían justificar sus fines, estando obligadas a dar cuenta de sus estudios y observaciones a la Jefatura General de Radio (artículo 42). En cuanto a las estaciones de aficionados, tampoco había definición, pero se advertía que “sólo podrán hacer uso de sus transmisiones para mensajes que tengan relación con observaciones y experiencias científicas o de un carácter personal”. Se prohibía “en absoluto” a las estaciones de esta categoría “utilizar los aparatos para comunicar noticias a terceros, ni nada que tenga carácter se servicio radiotelegráfico, telegráfico o telefónico, y haya interés pecuniario” (artículo 43). Decía que no estaban facultadas para comunicarse con estaciones comerciales y oficiales, pero hacía excepciones por casos de sintonía, experimentos solicitados o de emergencia; no precisaba, sin embargo, los “casos de sintonía” (artículo 54). Advertía que “la moralidad del aficionado transmitente” sería “puesta a prueba”, debiendo concretarse el emisor “a sus experimentos” y en ningún momento auspiciar “comunicaciones maliciosas, de carácter político que alteren el orden público, así como también transmitir noticias falsas o inmorales que afecten las buenas costumbres” (artículo 56). El reglamento establecía tarifas de licencia e indicaba que los derechos que se recaudasen por concepto de licencia de aficionados se destinarían “al sostenimiento de la Estación de Radiodifusión O. A. X. de propiedad del Estado” (artículo 65).

2.1.7 El mensaje de Sánchez Cerro por OAX tras el atentado de Miraflores El Partido Aprista Peruano no reconoció la legitimidad de la elección de Sánchez Cerro en 1931. El mismo día de la juramentación del Presidente, el líder del PAP, Víctor Raúl Haya de la Torre, pronunció en Trujillo un CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 81

discurso en el que habló, a propósito de las elecciones, de “la victoria fugaz del fraude y la usurpación”. El 24 de diciembre de 1931 hubo un tiroteo en esa misma ciudad. Según el Apra se trató de un atentado contra la vida de Haya de la Torre; en la versión del gobierno, militantes apristas promovieron un alboroto subversivo. Tres días después del incidente de Trujillo, el Ejecutivo envió al Con- greso un proyecto de Ley de Emergencia, que fue aprobado el 9 de enero de 1932 con oposición aprista. El 15 de febrero, Haya de la Torre, perseguido, pasó a la clandestinidad, y el 29 de febrero, invocando la Ley de Emergencia, el gobierno deportó a veintidós parlamentarios apristas. El 6 de marzo, un joven aprista, José Melgar Márquez, disparó contra Sánchez Cerro cuando este salía de la iglesia matriz de Miraflores. El Presidente, gravemente herido, fue internado en la Clínica Delgado. La tarde del 23 de marzo, Sánchez Cerro, aún convaleciente, dirigió un mensaje a la nación desde la clínica, a través de los micrófonos de OAX. Según La Crónica, “gran cantidad de ciudadanos se estacionaron en la Plaza San Martín, y en las proximidades de las casas de música y establecimientos con radio” para escucharlo. El Presidente agradeció a la divina providencia y condenó, sin mencionarlo por su nombre, al Partido Aprista: “Mi gobierno no puede permitir que en el país se prediquen doctrinas de destrucción y odio, ni tampoco que el Perú sea hogar de una secta de fanáticos que llegan hasta el crimen, en su locura por convertirlo en la llamada ‘célula’ de un organismo internacional” (La Crónica, 24 de marzo de 1932).

2.1.8 Insurrección aprista y suspensión de licencias de radiotelefonía Los siguientes meses del gobierno de Sánchez Cerro fueron aún más vio- lentos. El 6 de mayo, Haya de la Torre fue apresado. Al día siguiente un motín de marineros contra el régimen culminó con el fusilamiento de ocho de ellos. El 7 de julio tuvo lugar la sublevación aprista en Trujillo. Fueron asesinados militares y policías que habían sido tomados prisioneros por los alzados. La insurrección fue sangrientamente reprimida por las Fuerzas Armadas, que tomaron el control de la ciudad el 11 de julio luego de combates y bombardeos, calculándose los muertos apristas en centenares, muchos de ellos víctimas de ejecuciones extrajudiciales. El mismo 11 de julio el gobierno emitió una resolución suprema suspendiendo todas las licencias de radio concedidas a estaciones privadas, con excepción de la OAX, la que, sin embargo, quedaba sujeta al control 82 EMILIO BUSTAMANTE

del Ministerio de Gobierno. La norma advertía que las estaciones que no cumplieran con lo dispuesto y funcionasen clandestinamente recibirían las sanciones establecidas en la Ley de Emergencia, que eran de multa, ocu- pación y suspensión del servicio (La Crónica, 13 de julio de 1932). Al cumplirse el 22 de agosto de 1932 el segundo aniversario del alza- miento de Sánchez Cerro en Arequipa, el Presidente, ascendido ya a gene- ral, hizo uso de la OAX para dirigirse al país. Lo presentó el director de la estación, Guillermo Lazarte, con encendidos elogios, que ejemplifican la obsecuencia de la emisora al régimen:

Por dos razones poderosas la dirección de la estación OAX siente verdadera satisfacción al dirigirse a sus oyentes: celebra el país, en esta fecha, el acontecimiento nacional que hace dos años llenara de júbilo patriótico el corazón de todos los peruanos: el derrocamiento de una tiranía que durante once años dejó sentir su insolente impudicia y que un valeroso ciudadano se encargó de arrancar de raíz, dándonos una segunda libertad. Esa, una razón; la otra, el anunciar que dentro de breves instantes va a dirigirse al país, a través del espacio aquel patriota: el General Luis M. Sánchez Cerro, Presidente Constitucional de la República: Trasmite OAX. Lima, Perú (La Crónica, 23 de agosto de 1932).

A través de los micrófonos, Sánchez Cerro fustigó al Apra, a la que llamó “secta internacional que predica la carnicería de las guerras civiles”. En el plano de la economía, notificó que los productos peruanos comenzaban a experimentar mejoras en los mercados, y que otorgaría facilidades y garantías a “una legión de buscadores de oro” que habían llegado al país “atraídos por el alto precio de este metal”. No obstante, llamó a una colecta nacional para aliviar las penurias del fisco. Asimismo, prometió la irrigación de La Joya, y anunció la continuación de las obras públicas. Nada hacía prever la guerra exterior que se avecinaba, en la que también le cupo un papel a la radio.

2.2 El conflicto con Colombia: La guerra a través de altoparlantes

El 1 de setiembre de 1932, un grupo de ciudadanos peruanos se apoderó por la fuerza de la región de Leticia, que había pasado a ser parte de Colombia según el tratado Salomón-Lozano, firmado en 1922 durante el gobierno de Leguía. El gobierno de Sánchez Cerro, tomado por sorpresa, se encontró en una situación difícil: era contrario a cómo se había firmado el tratado y discrepaba de la cesión de territorio acordada en él; pero, por otra parte, le reconocía validez jurídica. Presionado por la opinión pública a respaldar a los ciudadanos peruanos que habían ocupado Leticia, intentó CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 83

lograr una revisión del tratado sobre la base de la impopularidad de este en el país; lo que fue rechazado por Colombia. Los enfrentamientos armados no tardaron en producirse, y encontraron al Perú mal equipado para una guerra y con escaso dinero en sus arcas. Sánchez Cerro se dirigió constantemente a la población por radio durante el conflicto, empleando el sistema de altoparlantes para dar mayor alcance a sus discursos. El 18 de febrero de 1933 emitió un mensaje en medio de gran expectativa. El Comercio informó que:

Desde antes de las nueve de la noche de ayer, hora en que de ordinario se inicia la audición cotidiana de la estación radiodifusora OAX del Perú, los cafés, cantinas, bares, establecimientos públicos y casas particulares que cuentan con aparatos de radio, se vieron invadidos de gente deseosa de escuchar las palabras del Presidente de la República” (El Comercio, 19 de febrero de 1933).

La Crónica precisaba a su vez que “faltando media hora, público numeroso se hallaba congregado en las plazas y plazoletas donde habían instalado los altoparlantes” (La Crónica, 19 de febrero de 1933). Sánchez Cerro expuso esa noche la posición del gobierno, consistente en la revisión del tratado, y se quejó de que el clamor de los peruanos fuera “aceradamente juzgado por Colombia con inflexible y arcaico criterio jurídico, mas no con comprensión humana”. Advirtió, dramáticamente, que había “llegado la hora de repeler la fuerza con la fuerza” (La Crónica, 19 de febrero de 1933). El mensaje, según El Comercio, fue recibido “con una ovación y corea- do con vivas al Perú [...] improvisándose después una manifestación que recorrió las calles del centro, poseída de exaltado patriotismo y que llegó hasta la Plaza de Armas”. Esta manifestación “que alcanzó a reunir algunos miles de ciudadanos, se formó con los diversos grupos que habían escu- chado el mensaje presidencial desde los distintos puntos donde funciona- ban aparatos de radio y altoparlantes” (El Comercio, 19 de febrero de 1933). Dos días después, el 20 de febrero, tuvo lugar una gigantesca manifesta- ción de apoyo a la toma de Leticia (más de cien mil personas, de acuerdo a lo publicado por los diarios). Sánchez Cerro y el alcalde de Lima dieron discursos que fueron escuchados en todo el país, según La Crónica, gracias a que “en diferentes lugares de la República se pusieron altoparlantes” (La Crónica, 21 de febrero de 1933). Otras autoridades también usaron la radio en la coyuntura. El 25 de febrero de 1933, el jefe del Gabinete Militar, comandante Castro Ríos, se 84 EMILIO BUSTAMANTE

dirigió por OAX a la población para solicitar su colaboración monetaria a fin de sostener la guerra, haciendo insólitas alusiones al carnaval:

En consecuencia, queridos compatriotas, por la Patria y por Leticia, os invito a depositar, en las alcancías de la Defensa Nacional, por medio de la adquisición de la insignia respectiva, que debe lucir en el pecho de todos los peruanos, una pequeña parte de lo que pensabais gastar alegremente en el carnaval, con el fin de dotar a los institutos armados del Perú con serpentinas de acero para los cañones, confetis para las ametralladoras y fusiles y bombas para los aviones que han de mantener muy en alto, y con mucha gloria, el pabellón y el honor nacionales, en el épico carnaval que, contra nuestra voluntad, se ha iniciado en el Oriente y cuya reina será, por este año, Leticia, que fue, es y será siempre peruana (La Crónica, 26 de febrero de 1933).

En marzo, la señorita Beatriz Cisneros, del Consejo Nacional de Mujeres, y la señorita Helena Gazzani, de la Escuela de Enfermeras del Perú, se presentaron en OAX para pedir apoyo a la reorganización de la Cruz Roja Peruana mediante un óbolo a entregarse en el Día Patriótico Femenino. En abril de 1933, la Secretaria General de la Junta General Patriótica de Damas de Loreto residentes en Lima, Barcia Bonifatti, ofreció en OAX una charla sobre las “madrinas de la guerra”, invocando a “todas las mujeres del Perú” a que eligieran a un soldado como ahijado (La Crónica, 9 de abril de 1933). Por otro lado, hubo, al parecer, un intento del gobierno de impedir, mediante el alargamiento de la onda de OAX, que se recibieran en el Perú las emisiones de radios colombianas; al menos fue lo que afirmó meses después La Tribuna (23 de enero de 1934).

2.3 La Marconi y el Estado peruano después de la muerte de Sánchez Cerro

El presidente Sánchez Cerro fue asesinado el 30 de abril de 1933, cuando salía en un auto descubierto del hipódromo de Santa Beatriz, después de que presenciara un desfile de reservistas en el marco de la guerra con Colombia. Ese mismo día, el Congreso eligió como nuevo Presidente al general Óscar R. Benavides, quien en aquellos momentos ejercía el comando de las Fuerzas Armadas. En junio, Benavides marcó distancias políticas con el sanchezcerrismo y nombró jefe de gabinete a Jorge Prado Ugarteche, quien se presentó ante el Congreso el 5 de julio para leer su programa de gobierno, recibiendo al final un voto de confianza. La sesión fue transmitida por OAX; era la primera vez que la radio emitía en directo la exposición de un primer ministro ante el Congreso. CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 85

Ese mismo mes, el Congreso dispuso que el Ejecutivo fuera “el único encargado de modificar el contrato vigente con la Marconi”, anulando por tanto las gestiones de resolución iniciadas el año anterior. El diario La Crónica (adquirido ya por Rafael Larco Herrera) decía estar seguro de que el gobierno daría “las facilidades que la Marconi’s Wireless ha menester para que pueda completar su obra, mejorando considerablemente el sistema de comunicaciones postales, telegráficas y de radio”. Añadía: “Sabe el gobierno, y así lo entendemos quienes contemplamos el asunto sin apasionamiento, con un criterio eminentemente nacional, que ninguna otra empresa similar ofrece la solvencia y garantía técnica de la Marconi” (La Crónica, 26 de julio de 1933). Con la muerte de Sánchez Cerro, pues, la actitud del Estado hacia la Marconi tomaba un nuevo giro, favorable a la empresa británica, con el apoyo de algunos medios de prensa, como La Crónica. La empresa norteamericana All American Cables no vio con buenos ojos este cambio, conocedora de las pretensiones monopólicas de la Marconi, que había reclamado siempre la exclusividad sobre los servicios de radiotelegrafía y radiotelefonía internacional. All American Cables había ganado en 1929, durante el gobierno de Leguía, una batalla legal para obtener un contrato que le permitió instalar en el país estaciones de radiotelegrafía y radiotelefonía internacional e invocaba haber cumplido a cabalidad con lo estipulado en dicho contrato que, además, había sido ratificado en julio de 1931 por la Junta de Samanez Ocampo. Temía, no obstante, que en vista del restablecimiento de las buenas relaciones entre el Estado peruano y la Marconi, la empresa británica pretendiera retomar sus aspiraciones de exclusividad. Advertía que de atender a esos infundados anhelos, el Perú quedaría incomunicado con los Estados Unidos, pues según ley aprobada por el Congreso de ese país, el gobierno norteameri- cano prohibiría toda comunicación radiotelegráfica y radiotelefónica con entidades que “invocando un monopolio excluyan a Compañías Americanas de la libre explotación de estas industrias en cualquier parte del mundo” (La Crónica, 7 de julio de 1933).

2.4 El homenaje a la fundación española del Cusco

En agosto de 1933, OAX comenzó a emitir charlas de conocidos intelectuales en torno a la ciudad del Cusco, conmemorando el cuarto centenario de su fundación española. Participaron Luis E. Valcárcel, Carlos Ríos Pagaza, Ana- xi mandro Vega y Emilio Harth Terré. En octubre de aquel año, en el marco de la misma celebración, la emi- sora inició una serie de programas dedicados al Cusco, en los que, una vez 86 EMILIO BUSTAMANTE

por semana, una delegación de un departamento del país rendía homena- je a la ciudad imperial, previa presentación a cargo de un destacado inte- lectual cusqueño. La orientación de las conferencias y poemas era predo- minantemente indigenista; y entre los representantes de los de partamentos figuraron varios miembros del Apra, evidencia de la breve tregua democrá- tica que se vivió en los primeros meses del gobierno de Benavides, que para entonces había decretado ya una amnistía, permitiendo la libertad de varios presos políticos, incluido Haya de la Torre. La primera delegación en usar los micrófonos de la radio, el 29 de setiembre, fue la iqueña, compuesta por Alberto Ureta, J. Alberto Ormeño, Lizardo Revoredo, Roger Luján Ripoll, Guillermo Morón Ayllón y Julio César Nieri. El 9 de octubre se presentaron los intelectuales puneños José Antonio Encinas, Emilio Romero y Alejandro Peralta, el parlamentario Francisco Pastor y el músico Virgilio Laghi, quien interpretó Pandilla aima- ra de Teodoro Valcárcel. La semana siguiente le tocó el turno a Cajamarca; participaron Horacio H. Urteaga, Mariano Iberico Rodríguez, Pedro Barrantes, Fidel Zárate, José Sabogal, Anaximandro Vega y el músico Alfonso de Silva. Siguió el homenaje de Loreto, representado por Genaro Herrera, Enrique Dávila Cárdenas, el poeta Miguel de Chuquipiondo y el guitarrista Miguel Ángel Casas. En noviembre continuaron las transmisiones. La delegación de Apurímac estuvo integrada por Guillermo Pinto, Julio Velarde Valencia, Manuel Calle Luna y Arturo Bravo Pinto. El programa siguiente, dedicado por San Martín, incluyó canciones alusivas a Leticia: Viva Leticia, pasodoble de Carlos Cavero Egúsquiza, y A Leticia, muchachos, marcha de Manuel Clavero. En el homenaje de Ayacucho intervinieron el arpista Estanislao Medina, el conjunto musical dirigido por Justo P. Morales y los intelectuales Alberto Arca Parró y Enrique Galván. Por Ancash se presentaron Santiago Antúnez de Mayolo, Fermín Carrión Matos, Carlos Alberto Eyzaguirre, Ernesto Guzmán y el parlamentario Erasmo Roca; Rosa Roca leyó un poema de José Ruiz Huidobro y la orquesta La Rosa tocó “motivos autóctonos” (La Crónica, 22 de noviembre de 1933). En el programa de La Libertad se presentó el jefe del Apra, Víctor Raúl Haya de la Torre. La emisión tuvo lugar el lunes 27 de noviembre, y fue presentada por Manuel Velasco Núñez, secretario general del Comité Pro IV Centenario del Cusco. La pianista Victoria Vargas de Sivirichi interpretó el himno del Cusco y hubo números musicales a cargo de un conjunto de artistas trujillanos dirigidos por Ernesto López Mindreau. Además de Haya, quien pronunció un “Homenaje al Cusco”, intervinieron Antenor Orrego, con el tema “Cusco, matriz de americanidad”; Alcides Spelucín, quien diser- CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 87

tó sobre “Cusco y Trujillo”; y Ciro Alegría, quien declamó un “Poema al Cusco”, de su autoría (La Antorcha, 27 de noviembre de 1933). En diciembre hubo dos programas de homenaje de Arequipa a la ciudad imperial. En el segundo hizo de anfitrión José Z. Portugal e intervinieron Enrique Cornejo Koster, Raquel Delgado de Castro y Rómulo Meneses; este último exigió la solución al problema del indio y el campesino cusqueño, enfocando el tema “desde el punto de vista de la ideología aprista” (La Crónica, 9 de diciembre de 1933). El mismo mes tuvo lugar el homenaje de Junín; presentó el cusqueño Antonio de la Torre, participaron Salvador Faura, Clodoaldo Espinoza Bravo y el poeta Julián Petrovik (Óscar Bolaños Díaz), cantó un coro de alumnas del colegio de la señorita Edelmira del Pando; las señoritas Josefina García y Goya Altamirano también interpretaron canciones, “con el acompañamiento de las guitarras de José Santander y Manuel Cornejo Valdivia” (La Crónica, 14 de diciembre de 1933). El 18 de diciembre, dentro del homenaje de Lambayeque, fue programada la charla “Hacia el Tahuantinsuyo”, a cargo del dirigente aprista Luis Heysen. En el homenaje ofrecido por Lima, en enero de 1934, participaron José de la Riva Agüero, Óscar Miró Quesada, Rafael Larco Herrera, Jorge Guillermo Leguía, Angélica Palma y la Academia Nacional de Música Alzedo. Los problemas surgieron en la decimotercera emisión de homenaje. Correspondía la fecha de entonces (8 de enero de 1934) a la delegación de Piura. Se anunció en los diarios que se presentarían Luis Antonio Eguiguren, Luis Humberto Delgado, Luciano Castillo y el poeta piurano José Santos Berríos. El anfitrión sería el cusqueño Clímaco Tamayo. Castillo, Eguiguren y Tamayo integraban entonces el Congreso Constituyente: Castillo era representante de Piura por el Partido Socialista; Eguiguren (de origen piurano) era parlamentario por Lima y líder del Partido Social Demócrata; Tamayo era congresista por Cusco. La transmisión fue suspendida, según se dijo inicialmente por “desperfecto de la máquina de la estación”; sin embargo, La Tribuna denunció que los discursos de los participantes en el homenaje habían sido censurados por Santiago Neguib, inspector general de radio, quien pidió que se los entregaran por escrito antes de la transmisión, y, luego de leerlos, ordenó cancelar el de Luciano Castillo y tarjó párrafos en los de Eguiguren, Tamayo y Delgado. Los oradores, según el diario aprista, protestaron y resolvieron, indignados, no tomar parte de la audición, debiendo suspenderse esta (La Tribuna, 13 de enero de 1934; La Tribuna, 17 de enero de 1934). El Comité Pro IV Centenario del Cusco emitió un comunicado en el que culpó de la censura a la Jefatura General del Servicio Radiotelegráfico, pidió al gobierno una investigación al respecto y anunció que mientras ello 88 EMILIO BUSTAMANTE

no ocurriera, se suspenderían los homenajes departamentales al Cusco (La Tribuna, 13 de enero de 1934). Días después, Eguiguren, Castillo y Tamayo enviaron una carta al ministro de Gobierno y Policía, quejándose de la medida de censura en su calidad de representantes parlamentarios. Decían los congresistas en su misiva:

[...] el cargo legislativo nos obliga a dejar constancia ante Ud. de que esa censura es un atropello a la cultura y a la prerrogativa de la función de representante, al que no alcanza por expresa exclusión ni aún la ilegal ley de emergencia. No hay autoridad en la República que pueda poner veto a la expresión de un miembro del Congreso [...] (La Crónica, 17 de enero de 1934).

2.5 La programación de OAX de 1930 a 1933

Desde 1930, de acuerdo a lo anunciado por Joaquín de Azambuja, el horario de programación de OAX se amplío a tres tandas: mañana (11.00 a 13.00), tarde (17.00 a 19.00) y noche (21.00 a 23.00). Pese al cambio de administración y a la destitución de Antonio Garland en 1931, la oferta musical de OAX mantuvo su variedad genérica y se incrementó con el aporte de los discos de las casas Victor, Brandes, Brunswick, Odeón y Columbia, cuyos catálogos comprendían foxtrots, pasodobles, valses, rancheras, música clásica, etcétera. Gracias a ello, figuraban ya los nombres de Carlos Gardel, Tito Guízar, Libertad Lamarque y Marlene Dietrich entre los intérpretes anunciados en la programación. Asimismo, eran incluidos los temas musicales de las novedosas películas sonoras.11 No obstante, a inicios de 1931 hubo críticas al exceso de música popular grabada en la radio y a la desaparición de artistas nacionales de la programación, así como a la política de altoparlantes en plazas y calles de Lima que obligaba a los transeúntes a escuchar las melodías emitidas por OAX “mañana, tarde y noche”. En una nota de la revista Presente, dirigida por Carlos Raygada, tras formular los juicios mencionados, se hacía una exhortación “revolucionaria” (e irónica) al público a “disparar contra los altoparlantes de la Plaza San Martín, por considerarlos aten-

11 Una grabación de Falling in love again, tema interpretado por Marlene Dietrich en la película El ángel azul, se anunció el 19 de mayo de 1932 (La Crónica, 19 de mayo de 1932). El 6 de junio se programó Pajarito, cantado por Tito Guízar (La Crónica, 6 de junio de 1932). CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 89

tatorios de la paz urbana y del buen sentido de la cultura” (Presente 2, enero de 1931). El panorama fue cambiando desde 1932. Entre las grabaciones ofrecidas ese año se observa, por ejemplo, alguna del tenor nacional Alejandro Granda (El Comercio, 8 de setiembre de 1932). La música popular peruana tuvo también cabida, aunque minoritaria, en 1932; así, se llegaron a irradiar yaravíes y huainos, entre estos últimos uno que llegaría a ser famosísimo: Adiós pueblo de Ayacucho de Estanislao Medina. En cuanto a los músicos costeños, se programaron canciones interpretadas por Sáez y los hermanos Azcue, y se presentó en vivo Carlos Saco, mientras que el dúo Salerno y Gamarra figuró como participante frecuente de las transmisiones.12 En el programa del jueves 5 de enero de 1933, publicado por El Comercio, se anunciaba a la jazz band Pacocha, integrada por Pedro A. Montalva, Enrique Santa Cruz, Francisco Hidalgo, G. Ortiz y Carlos Vásquez, que interpretaría las siguientes canciones: Paseando con Susana (foxtrot), El huerto de mi amada (vals), Yes, yes (foxtrot), Confieso que te amo (foxtrot), Rosa Luz (vals), Oh, hermosa (foxtrot), Abuelita (tango), Honolulu Moon (dueto de guitarras hawaianas), Pasión y odio (vals) y Pacocha (foxtrot) (El Comercio, 4 de enero de 1933). Es de destacar que, al parecer, esta fue la primera vez que se interpretaron en la radio composiciones de Felipe Pinglo, y que en varias de esas canciones (El huerto de mi amada, Abuelita, Pasión y odio), en el programa publicado por El Comercio Pedro A. Mon- talva figura como coautor. Una de las primicias anunciadas por Joaquín de Azambuja en 1930, y que hoy puede sonar insólita, fue la retransmisión de películas sonoras desde determinadas salas cinematográficas. El miércoles 19 de noviembre

12 En diciembre de 1930, con motivo de la conmemoración de la batalla de Ayacucho, se presentó la estudiantina de la asociación ayacuchana Juventud Progreso Ayacucho, la cual tocó música típica ayacuchana, dirigida por Luis Bastidas (La Crónica, 9 de diciembre de 1930). El 6 de diciembre de 1931, Carlos Saco interpretó una Contestación al Cóndor Pasa en guitarra (La Tribuna, 6 de diciembre de 1931). La emisión nocturna del jueves 12 de mayo de 1932 tenía, dentro del programa de la Casa Victor, el yaraví En las riberas del Vilcanota y el huaino Cuzcopires, ambos ejecutados por un trío de quenas y arpa (La Crónica, 12 de mayo de 1932). En la emisión del 19 de mayo del mismo año se anunciaba a Salerno y Gamarra con la marinera Las chinas, y a Sáez y los hermanos Azcue con el vals El desesperado. El 14 de enero de 1933, la estación cerraba su emisión nocturna con un “programa bailable de la casa Victor”; el último tema era el huaino Adiós pueblo de Ayacucho, solo de arpa de Estanislao Medina (El Comercio, 14 de enero de 1933). 90 EMILIO BUSTAMANTE

de 1930 se anunció en La Prensa que desde el teatro Excelsior se emitirían las películas Vida nocturna y Orquesta típica mexicana, y se precisaba que en esta última actuaba una rondalla “ejecutando la popular canción ‘La paloma’ de Iradier” (La Prensa, 19 de noviembre de 1930). En realidad, se trataba de la retransmisión de escenas de ambas películas; no de las cintas completas. También se retransmitieron, desde el teatro Princesa, pasajes de los filmes sonoros Canción de cuna, El negro que tenía el alma blanca y El nuevo campeón. El viernes 16 de enero se anunció que se emitiría, esta vez sí íntegramente, de 21.30 a 23.30, la película Galas de la Paramount; también desde el teatro Princesa (La Noche, 15 de enero de 1931). En los meses de junio y julio de 1931, OAX retransmitió un ciclo de charlas y conciertos desde la Universidad de San Marcos, organizado por el Departamento de Extensión Cultural encabezado por y César Barrio. Víctor Andrés Belaunde habló sobre “Filosofía de la serenidad”, Uriel García sobre “El feudalismo peruano”, el general Luis E. Galván hizo “Una interpretación de las ideas filosóficas de la educación”, Emilio Gutiérrez de Quintanilla se ocupó de las “Causas de la anarquía en el Perú”, Mariano Iberico disertó sobre “La filosofía de Ragel”, Antonio Ugarte tocó el tema de los bancos y Alberto Ureta expuso sobre George Duhamel. Es a este ciclo al que se refirió elogiosamente La Tribuna para argumentar en contra de un posible cierre de OAX por motivos económicos. Según el órgano del Partido Aprista, diariamente había “más de tres mil personas, además de las quinientas que acuden al salón de la Universidad, que escuchan las conferencias y conciertos de ese departamento” (La Tribuna, 15 de junio de 1931). La nota no precisaba cómo se hizo ese cálculo de tres mil oyentes. OAX continuó brindando servicios informativos básicos durante aquellos años sobre cotizaciones, farmacias de turno y lotería. Incluyó horas dedicadas a la mujer, a los oyentes católicos y a los agricultores, así como clases de inglés. Hizo, además, destacadas transmisiones conjuntas con la estación de onda corta OA4B de Germán Gallo Porras, y homenajeó a diferentes naciones en La hora internacional; en diciembre de 1933, por ejemplo, se presentaron, en la emisión dedicada a España, el cónsul de ese país, Antonio Pinilla, y su esposa, la señora María Isabel Sánchez Concha (El Comercio, 1 de diciembre de 1933). También participó OAX en una campaña de combate a la tuberculosis durante los años 1932 y 1933, interviniendo en ella, entre otros especialistas, los doctores Max Arias Schreiber, Leonidas Klinge y Amadeo Soto. La Tribuna cuestionó, no obstante, la programación de OAX bajo la gestión de Lazarte, como lo había hecho antes respecto a la de Azambuja. En enero de 1934 acusó a OAX de ser una sucursal de discos y repetir los CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 91

mismos temas musicales en todos los horarios; criticó la Hora femenina (donde decía “no se escucha ninguna cosa real”), la Hora católica (“que se limita a transcripciones de discursos retóricos, con la única excusa de algunos coros interesantes”), la cátedra de periodismo (“a cargo de un señor que recién empieza a hacer periodismo, y en la peor forma posible”), y aseguró que la sociedad Neguib-Lazarte “sólo trata de llenar horas de cualquier forma, sin criterio selectivo y sin hacer gasto”. Demandaba La Tribuna una “reforma constructiva” de OAX que no solo fuera de pro- gramación, sino “financiera y técnica” (La Tribuna, 25 de enero de 1934). La revista Suplemento, dirigida por José Faura, también objetó la administración de Lazarte, a comienzos de 1934. En un diálogo humorístico titulado “Los chismes del Jirón de La Unión”, se decía que la programación de OAX era “puro aviso y puro disco”; y se discutía la potencia y el alcance nacional de la emisora: “cuando se trasmitió el discurso presidencial de año nuevo [sic], para que fuera escuchado en todo el Perú, la trasmisión no llegó ni a Pisco por el sur, ni a Huacho por el norte”. Añadía que la compañía concesionaria le había “sacado el jugo a la pobre institución, comprando avisos y más avisos, sin gastar un solo centavo en reparaciones, ni en artistas, ni en nada” (Suplemento, 15 de marzo de 1934).

2.6 Avatares de los radioaficionados

En diciembre de 1930, Germán Gallo Porras emitió en onda corta el mensaje de Año Nuevo de Sánchez Cerro. En enero de 1931 se fundó, por fin, el Radio Club Peruano. La primera junta directiva estuvo conformada por Germán Gallo Porras (presidente), Enrique Pérez Palacio (primer vicepresidente), Alfonso Cobián (segundo vicepresidente), Augusto Taimán (tesorero), Jorge Vargas Escalante (secretario), G. W. Wilson (pro secretario), Carlos Tudela, Alfredo Icaza, Harry Helden (fiscales); R. H. Cannock, R. Pflücker (vocales); Juan Semi nario, Áureo Amorós y Alfonso Pereyra (consultores técnicos). Óscar Miró Quesada fue nombrado presidente honorario. La directiva se instaló en un local de la Calle de Estudios (Altos de la Biblioteca Nacional), que había sido cedido gracias a gestiones de Clemente Palma (Vargas y Gamio 1944: 103). Quien mejor ha documentado estos primeros años de los radioaficionados es Jorge Vargas Escalante en su libro 40 años de radio en el Perú; sin embargo, no expone la razón de que transcurrieran varios años entre las reuniones preliminares y la constitución del Radio Club Peruano. En un artículo publicado en 1934 en el periódico aprista La Tribuna, se insinuaba que el retraso se debió a que Leguía, pese al impulso dado a la OAX, “per- 92 EMILIO BUSTAMANTE

siguió a los especialistas de radio”, pues “el despotismo le teme siempre a la noticia”. Se aseguraba en la nota que Vargas Escalante y Gallo Porras habían sido detenidos “repetidas veces” durante el Oncenio “porque se sospechaba de que ellos lanzaban al exterior noticias de lo que ocurría en el Perú” (La Tribuna, 23 de enero de 1934). El 19 de setiembre de 1931, la Junta presidida por Samanez Ocampo dispuso por decreto supremo que OAX entregara al Radio Club Peruano una de las tres estaciones de radio que tenía y que estaba al servicio de la Sociedad Agrícola La Esperanza, con el objeto de que pudiera ser utilizada “con fines de estudio y experimentación” (La Crónica, 9 de octubre de 1931). El Radio Club Peruano emitió su programación en banda de 230 metros a cargo de diferentes aficionados, la cual fue publicada desde agosto hasta el fin de aquel año en diarios de Lima; estaba compuesta en su mayor parte de temas musicales. Durante el gobierno de Sánchez Cerro, sin embargo, volverían a surgir las dificultades para los radioaficionados. Según La Tribuna, al pionero Áureo Amorós se le confiscó su aparato de transmisión y “a la compañía Italo Peruana se le impuso una crecida multa por tener aparato difusor”, multa que habría pagado “su empleado, el señor Ezeta, quien además fue detenido” (La Tribuna, 23 de enero de 1934).

3. Un medio masivo

Al dejar su exclusividad para determinados núcleos favorecidos por el halago de la fortuna, pasó a sernos familiar. Perdíanse en las nebulosidades del pretérito los primeros aparatos rudimentarios. De los laboratorios extranjeros, siguiendo las pautas del progreso, nos llegaron los primeros tubos electrónicos, revolucionándose la manufactura de los aparatos receptores. Restábasenos la emoción íntima del esfuerzo personal traducido en la confección de un receptor construido en casa, pero en cambio ganábamos con la ampliación de la voz dentro del hogar y la selección de los programas. Decretóse, así, la desaparición de las victrolas y el auge de los radiófilos. Luis Lama El Comercio, 21 de junio de 1936

3.1 Radio y política en el gobierno de Benavides

Benavides concluyó un acuerdo de paz con Colombia en 1934. A partir de ese año empezó a recuperarse la economía peruana gracias al aumento del CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 93

precio de la plata, el azúcar y, especialmente, el algodón; y al incumplimien- to del pago de la deuda externa, que permitió al país aumentar su capacidad importadora y estabilizar la tasa de cambio. El gobierno incrementó los impuestos y, considerablemente, la inversión, atacando el desempleo con un programa de obras públicas. Pudo implementar, además, medidas de carácter social, entre ellas el establecimiento del salario mínimo y el seguro social obrero; y creó los ministerios de Educación y Salud (Klarén 2004: 341). El clima político, sin embargo, continuó agitado. La amnistía dispuesta por el gabinete, llamado de “Paz y concordia”, presidido por Jorge Prado Ugarteche, no fue bien recibida por el diario El Comercio y los sectores sanchezcerristas, mientras que el Apra mantenía una actitud beligerante. Prado renunció el 24 de noviembre 1933, siendo nombrado un nuevo gabinete, presidido por el conservador José de la Riva Agüero, de inmediato rechazado por el Apra, que exigía la reposición de sus representantes en el Congreso. Benavides prometió a Haya de la Torre que, en lugar de la reincorporación de los representantes apristas, se realizarían elecciones complementarias al Congreso, pero ellas no fueron convocadas. El alejamiento de Riva Agüero de la presidencia del gabinete, el 18 de mayo de 1934, no calmó los ánimos. El 25 de noviembre tuvo lugar un intento de golpe de Estado promovido por el Partido Aprista que terminó con la prisión, el exilio y el retorno a la clandestinidad de varios de sus líderes. A raíz de ese incidente, y “habiéndose comprobado la transmisión de noticias de carácter alarmante y tendenciosas”, el gobierno decretó (el 29 de noviembre de 1934) la suspensión de las licencias de radioaficionados (Tribuna, 30 de noviembre de 1934; La Crónica, 30 de noviembre de 1934), medida que levantó al finalizar aquel año (Tribuna, 2 de enero de 1935).13

3.1.1 Las charlas del general Como sus antecesores en la presidencia, el general Benavides empleó la radio para dirigirse al país en la coyuntura política. La noche del 31 de diciembre de 1934 pronunció un discurso que se emitió por OAX, la recién creada Radio Grellaud (OAX4B) y la emisora de onda corta OA4B de Germán Gallo Porras. Se colocaron altoparlantes en lugares públicos, como ya era costumbre. El director-gerente de OAX, Guillermo Lazarte, presentó al presidente Benavides, quien comenzó su alocución así:

13 Tribuna era un periódico dirigido por Federico More y Humberto del Águila; no debe confundirse con el órgano aprista La Tribuna. 94 EMILIO BUSTAMANTE

No es un discurso el que voy a pronunciar; es una charla amistosa con mis conciudadanos, en estilo tan llano, preciso y claro como me sea posible. Hablemos, pues, sencilla, familiar y sinceramente, como compañeros que han hecho juntos un largo viaje y se detienen, después de una larga etapa, para comentar las dificultades vencidas, los progresos alcanzados, y para templar su optimismo y su fe en el comienzo de un nuevo camino […] (El Comercio, 1 de enero de 1935; Tribuna, 2 de enero de 1935).

El tono recuerda a las “charlas junto al fuego” que el presidente norteamericano Roosevelt dirigía a los oyentes de su país entre 1933 y 1936. Benavides pasó a enumerar los logros de su gobierno en materia económica, social y de política internacional, pero también se refirió a los sucesos políticos recientes:

[...] hice aún una nueva invocación a algunos sectores políticos que se desviaban de la senda en que honradamente debían actuar. La fatal influencia de las pasiones políticas, la incomprensión y las más mezquinas pasiones se impusieron sobre todo otro sentimiento. Y esas pasiones originadas por la ambición y por el odio han culminado en actitudes de rebeldía contra el orden, contra la paz pública, contra el bienestar y contra el prestigio de la nación (El Comercio, 1 de enero de 1935; Tribuna, 2 de enero de 1935).

El general Benavides volvió a dirigirse al país por radio al celebrar su segundo año en la presidencia. Esta vez hicieron cadena con OAX dos nuevas emisoras: la estación de onda corta OAX4D de All American Cable Inc. y OAX4C (Radio DUSA) (El Comercio, 10 de mayo de 1935). En su discurso anunció las elecciones generales del año siguiente y formuló votos para que: “El Perú elija en perfecta armonía, dentro de los principios y normas democráticas, al ciudadano que ha de sucederme y a quien entregaré las insignias del mando con el respeto del verdadero patriota y con la obediencia y la disciplina del soldado” (Atlántida 1981, II: 203). Pocos días después, el 15 de mayo, el ambiente político se ensombrecería nuevamente con el asesinato del director de El Comercio, Antonio Miró Quesada, y su esposa María Laos de Miró Quesada, a manos de un joven militante aprista. En medio de un clima otra vez violento y represivo, una resolución fechada el 5 de octubre de 1935, y firmada por el ministro de Gobierno y Policía, coronel Antonio Rodríguez, prohibió la propaganda de “tendencias comunistas y disociadoras” en todas sus formas, incluyendo en ellas a “la propaganda por radio” (La Crónica, 10 de octubre de 1935). CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 95

3.1.2 El asalto a Radio Sucre La noche del 7 de enero de 1936, un destacamento armado integrado por jóvenes apristas tomó Radio Sucre para transmitir un mensaje de saludo por el aniversario de la Federación Aprista Juvenil (FAJ). El asalto se produjo a las 22.50 horas. Los jóvenes eran alrededor de dieciocho, y llegaron en tres autos que estacionaron frente al edifico de la emisora. Diez o doce de los asaltantes ingresaron al inmueble, casi todos con los rostros cubiertos por pañuelos blancos. Los demás permanecieron en los autos y en la puerta de entrada. En el interior se encontraba el técnico de la estación, Raúl Rodríguez; el pianista Goyzueta Pardo, que ejecutaba un tema bailable; la señorita Armanda Vélez, cuya presentación había sido anunciada; personal de la radio y otras pocas personas. Los asaltantes reunieron a todos en el patio de la estación, amenazándolos con armas de fuego y emitieron un mensaje en el que, según el diario El Universal, saludaron a los militantes apristas y expresaron su solidaridad con “los compañeros presos en Satipo” (Villanueva y Throndike 2004: 75-77). Después huyeron en los autos con dirección a San Isidro. La Crónica y El Comercio informaron que el mensaje no llegó a ser emitido debido a la reacción del personal de la radio y los vecinos (La Crónica, 8 de enero de 1936; El Comercio, 8 de enero de 1936); pero ambos diarios se rectificaron después, señalando que el mensaje se emitió “en parte”. La Crónica añadió que, ante la reacción de los empleados, “el que tenía en sus manos el mensaje procedió a comerse el papel con tal de no dejar huella alguna sobre el citado documento” (La Crónica, 21 de enero de 1936). Según El Comercio, la policía sospechaba de los empleados de la emisora, pues los asaltantes habían procedido “con perfecto conocimiento del terreno en que actuaban”, y habían manejado sin titubear los aparatos, como si los conocieran. Concluía la información señalando que “de las investigaciones practicadas se desprende que casi en su totalidad los empleados de la estación pertenecen a partidos políticos de izquierda” (El Comercio, 9 de enero de 1936). El 15 de enero, La Crónica informó que, según el atestado policial, se encontraban comprometidos “los hermanos Arbulú”, señalándose a uno de ellos como el cabecilla del operativo (La Crónica, 15 de enero de 1936). El 21 de mismo mes, La Crónica dio cuenta de que cuatro jóvenes se hallaban detenidos, habiéndose liberado a dos menores, pese a su “activa participación en el asunto”. Los detenidos apellidaban Zevallos, Consiglieri, Morales y Tantaleán (La Crónica, 21 de enero de 1936). 96 EMILIO BUSTAMANTE

Muchos años después, el líder aprista Armando Villanueva del Campo, uno de los jóvenes que tomó Radio Sucre, rememoraría este suceso:

La “Operación Radio Sucre” estuvo bien planificada. El aún escolar Biagio Arbulú Galliani, más tarde graduado con honores en la Universidad de Ingeniería y profesional de prestigio nacional, fue quien, vecino de la Radio, levantó los planos que sirvieron para el asalto. Acompañó en este encargo el hermano menor de los Arbulú Galliani, Guillermo, más tarde General de División y comandante general del Ejército. De este episodio sobrevivimos Fortunato Jara Rondón, que fue uno de los choferes cuyo auto utilizamos (los otros fueron los com- pañeros Laura y Montoya, ya fallecidos), Víctor Tantaleán Vanini, Alfredo Morales y yo. Mi hermano Pedro trabajaba en El Universal como traductor de cables y me contó la consternación que había habido en el diario al recibirse la noticia (Villanueva y Throndike 2004: 77).

3.1.3 Las elecciones de 1936 El 14 de junio de 1936, a las once de la noche, el Partido Aprista lanzó a través de su emisora clandestina la candidatura de Víctor Raúl Haya de la Torre a la presidencia de la República. El coronel César Enrique Pardo (exiliado en ) era candidato a la primera vicepresidencia y el obrero Juan Guerrero Químper a la segunda vicepresidencia. La transmisión duró aproximadamente veinte minutos y durante esta se escucharon explosiones en varias partes de Lima (Baldeón 2005: 468). Al día siguiente, el 15 de junio de 1936, el gobierno, mediante decreto supremo, convocó oficialmente a elecciones para elegir presidente de la República, primer y segundo vicepresidentes, senadores y diputados. La candidatura de Haya de la Torre fue vetada el 5 de setiembre por el Jurado Electoral, invocando el artículo 53 de la Constitución, que prohibía la actividad política de partidos internacionales. Quedaron así cuatro candidatos a la presidencia: Jorge Prado Ugarteche, exprimer ministro de Benavides, por el Frente Nacional, que agrupaba a la burguesía industrial y financiera; Manuel Vicente Villarán, apoyado por los partidos Nacional Agrario, Nacionalista del Perú y Acción Patriótica, que se ubicaba a la derecha de Prado y representaba al viejo civilismo y a los agroexportadores; Luis A. Flores, por la Unión Revolucionaria, la agrupación de Sánchez Cerro, convertida ya en un partido fascista cuyos militantes desfilaban en las calles con camisas negras; y Luis Antonio Eguiguren, por el Partido Social Demócrata, que contaba con el respaldo del proscrito Partido Aprista Peruano. La elección de Jorge Prado como candidato del Frente Nacional concitó la atención de las emisoras DUSA, Grellaud, Internacional y Goicochea, CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 97

que informaron en directo de los pormenores de la asamblea que culminó con el lanzamiento del expremier a la Presidencia de la República. La Crónica, que respaldaba la candidatura de Prado, colocó altoparlantes en los balcones de su local para que el público siguiera el curso del evento transmitido por radio (La Crónica, 17 de marzo de 1936). Las elecciones de 1936 fueron, en realidad, las primeras en las que se empleó la radio como un medio de campaña, pues en los comicios de 1931, ya se ha señalado, el medio no fue usado por las fuerzas políticas que entonces contendieron. Tras una gira por el interior del país, Jorge Prado convocó en julio a un mitin en la Plaza Dos de Mayo, en Lima, el cual resultó muy accidentado. El discurso del candidato fue transmitido por Radio Goicochea, que además puso altoparlantes en las bocacalles de la plaza. Según el diario El Comercio, cuando las dos terceras partes de la plaza estaban ya ocupadas por los manifestantes, estalló un petardo de dinamita que voló un alambre que conectaba el micrófono con los altoparlantes, “interrumpiendo el servicio de los amplificadores por unos minutos”. Contramanifestantes de la Unión Revolucionaria y el Apra se enfrentaron a continuación a los seguidores de Prado e intentaron impedir el ingreso del candidato a la plaza. Prado logró penetrar, sin embargo, y se dirigió al domicilio de Víctor Larco Herrera, desde donde debía dirigir el discurso de campaña. A decir de El Comercio, los silbidos eran ensordecedores al punto de que la voz del locutor de la emisora que anunciaba en esos momentos el ingreso de Prado a la residencia apenas si se escuchaba por el bullicio. Cuando Prado, por fin, inició su discurso estallaron “dos potentes cohetes” debajo del balcón donde se encontraba; aun así continúo. “El Perú —dijo— necesita terminar con este sistema de luchas enconadas y odiosas de hombres que se despedazan, de derechas o de izquierdas” (El Comercio, 6 de julio de 1936). La campaña de Jorge Prado incluyó presentaciones de los candidatos de sus listas parlamentarias, en las radios Grellaud, DUSA, Goicochea, Inter- nacional y Miraflores, “en horarios diurnos y nocturnos”. Hicieron uso del medio los candidatos a senadores Melitón F. Porras, José Balta, Rafael Larco Herrera, Andrés F. Dasso; y los candidatos a diputados Genaro M. Agüero, Jorge Badani, Carlos Borda, Vicente H. Castro, Guillermo Correa Elías, Julio Ferrand, Francisco Lanatta, Santiago Llosa Argüelles, Julio César Mariátegui (hermano de José Carlos Mariátegui), Claudio Martínez, Carlos Sayán Álvarez y Federico Uranga (La Crónica, 8 de octubre de 1936). El discurso de cierre de campaña de Jorge Prado tuvo lugar en el local del comité ejecutivo del Frente Nacional, en la Calle del Milagro, y se escu- 98 EMILIO BUSTAMANTE

chó en la tarde del 9 de octubre por todas las estaciones limeñas en onda corta y larga; además, por los parlantes instalados en la Plaza San Martín y la Plaza Dos de Mayo. Prado nuevamente llamó a superar “todos los odios, todas las divergencias que hasta ahora hemos sufrido con pena y dolor los peruanos” (El Universal, 10 de octubre de 1936). Manuel Vicente Villarán también empleó intensamente la radio en su campaña. El 12 de mayo expuso su programa por Radio DUSA. El 20 del mismo mes, Clemente Revilla, líder del Partido Nacionalista que apoyaba su candidatura, se dirigió a los electores a través de las ondas hertzianas, prometiendo que Villarán: “No trasplantará métodos exóticos, y fiel a la ideología derechista, responderá a la ciudadanía como saben responder los hombres de honor y de conciencia rectilínea” (El Comercio, 21 de mayo de 1936). El 27 de mayo, Villarán usó nuevamente los micrófonos, esta vez para dirigirse a un público que le era más bien esquivo: “Lo que más interesa a los proletarios y empleados, si bien calculan su verdadera conveniencia, es que se conserve la paz y el orden, para que la prosperidad no se interrumpa” (El Comercio, 28 de mayo de 1936). La frecuencia de las alocuciones por radio de Villarán (quien tenía entonces 63 años de edad) hizo que La Crónica (defensora de la candidatura de Prado) se refiriera jocosamente a él como “El viejito de la Dusa” (Baldeón 2005: 472). Otro paladín de la candidatura de Villarán, el intelectual conservador José de la Riva Agüero, presidente de la Acción Patriótica, habló en junio a los oyentes: “Aspiremos a lo mejor, votemos por un gobierno derechista, homogéneo y compacto, de propósitos fijos y netos, de acendrada autoridad intelectual y moral”. En aquel discurso radial, Riva Agüero advertía sobre las tendencias de algunos electores: “Los que por novelería y poquedad de espíritu se inclinan a no repugnar un régimen de Centro Izquierda, porque se han constituido análogos en numerosos países, son pobres pusilánimes, débiles mentales, propensos a imitarlo todo, aún lo más dañino [...]” (El Comercio, 11 de junio de 1936). El uso privilegiado que dio Villarán a la radio como medio de pro- paganda durante su campaña tendría como razón, según comentaba el escritor marxista Juan Luis Velázquez en un folleto publicado aquel año, la incompatibilidad del candidato con la popularidad, lo que llevaba a sus promotores a guardarlo “en una cámara cerrada y hermética, como es el cuarto donde está el micro” (Velázquez 1936: 39). Velázquez se refería en su opúsculo a varias de las intervenciones por radio de los seguidores de Villarán (José de la Riva Agüero, Clemente Revilla, Pedro Beltrán, Raúl Ferrero Rebagliati, José Carlos Bernales, Enrique Douglas y Ernesto de la Jara), y se detenía especialmente en la de López de la Torre, quien habría CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 99

dicho: “Tengo el presentimiento de que este micro maravilloso ante el cual hablo, llega a los cuatro puntos cardinales del Perú, a todas las regiones y a todas las comarcas, a todas las inteligencias y a todos los corazones, una voz fraterna y una palabra cordial, cuyos ecos y matices se conservan inalterables a través del tiempo y la distancia” (Velázquez 1936: 51-52). Velázquez ironizaba sobre esas palabras:

¿Cree, efectiva, honradamente, el Dr. López de la Torre, que los aparatos receptores de radio están divulgados en el Perú, “en todas las regiones y en todas las comarcas”? Nosotros, la verdad, no podemos preciarnos de conocer totalmente el Perú, pero, le conocemos, sobre todo, en la costa, donde el nivel de vida es más elevado que en la sierra y la montaña. Y nosotros no hemos visto aparatos de radio en los hogares de los trabajadores de las ciudades de la costa —y estos hogares sí los conocemos—. Nosotros no hemos visto aparatos de radio en las chozas de los peones agrícolas. Nosotros sólo sabemos que los aparatos de radio son artículos, no sólo de lujo, sino de gran lujo en la costa del Perú. Sabemos que, inclusive, en muchas ciudades donde existe luz eléctrica, ésta no puede ser pagada por los obreros, por constituir un artículo de lujo, debido a las condiciones de vida que tienen [...]. El pueblo peruano está sin zapatos y en la ignorancia. El pueblo peruano, no puede tener radio. No puede tenerlo, así lo quisiera. No es cierto, pues, que, cuando se habla por radio, el Civilismo se dirige al pueblo. Cuando el Civilismo habla por radio, se dirige a los grandes señores feudales-latifundistas, esparcidos por todo el territorio nacional, se dirige a los familiares de los candidatos y adherentes, residentes, en su mayoría, parasitariamente en Lima. Cuando el Civilismo habla por radio se dirige al extranjero, a los imperialistas que siguen de cerca la política nacional, para buscar la mejor utilización de los hombres civilistas-feudales que pueden servir los intereses extranjeros (Velázquez 1936: 52-53).

No obstante que Velázquez tenía razón en su diagnóstico sobre el escaso alcance nacional del medio por entonces, ha de recordarse que el consumo de la radio no se hacía únicamente en el hogar, sino también en plazas y lugares públicos donde eran instalados altoparlantes, y en los centros comerciales. Por otro lado, el grueso de los electores (que según la ley vigente solo podían ser varones adultos que supieran leer y escribir) se concentraba en las ciudades, donde podía tener acceso a audiciones radiales. No debe olvidarse, además, que ya se había demostrado con motivo de la guerra con Colombia en 1933, y se comprobaría ese mismo año de 1936 con ocasión de las Olimpíadas de Berlín, la capacidad que tenía la radio para movilizar masas en Lima. Quizá por ello la mayoría de los postulantes a la presidencia no desdeñó el uso de la radio en su cam- paña electoral. 100 EMILIO BUSTAMANTE

La Unión Revolucionaria, el partido fascista que postulaba a Luis A. Flores a la presidencia, privilegió las manifestaciones de masas, pero tam- bién empleó la radio. El 13 de setiembre, una marcha convocada por la UR partió de la Plaza Unión hasta la Plaza San Martín. Allí, desde uno de los edificios del Portal de Belén, se dirigieron a la multitud Abelardo Solís (secretario general del partido), Yolanda Coco (secretaria de organización femenina) y Luis A. Flores. Los discursos fueron transmitidos por Radio Goicochea (El Callao, 14 de setiembre de 1936). El candidato del Partido Social Demócrata, Luis Antonio Eguiguren, contrató en setiembre una hora en Radio DUSA, con consecuencias ines- peradas. Según testimonio de César Miró recogido en el libro de Alonso Alegría, OAX Crónica de la radio en el Perú (1993), Eguiguren le pidió a Miró, entonces locutor de DUSA y conductor de La revista oral en esa emisora, que leyera en su lugar un mensaje debido a que el candidato tenía “muy mala voz”. Miró accedió. Al día siguiente tuvo que hacer frente a un intento de detención por parte del gobierno, Radio DUSA fue multada y La revista oral suspendida (Alegría 1993: 58-59). El argumento esgrimido por el gobierno para la sanción a la emisora fue que la transmisión no había sido autorizada por el Ministerio de Gobierno y Policía (Baldeón 2005: 477). La víspera del día de las elecciones, el 10 de octubre de 1936, el general Benavides se dirigió al país por las ondas hertzianas. Transmitieron las radios Nacional, DUSA, Grellaud, Internacional, Miraflores y Goicochea, con la cooperación de All American Cables Inc. y la Compañía Peruana de Teléfonos. En su discurso, el Presidente rechazó versiones de que había querido imponer como su sucesor a uno de los candidatos (Prado), pero reconoció que había buscado la unión de dos fuerzas políticas (las encabezadas por Prado y Villarán) para que formaran una sola candidatura, y aceptaba su fracaso en esa pretensión. Admitía, asimismo, haber empleado la censura pero “sólo con el objeto de impedir que se soliviantara a la opinión induciéndola en los peligros de una lucha inmotivada o favoreciendo la propaganda de tendencias adversas a la tranquilidad social y el orden que el gobierno está obligado a mantener”. Aludía, luego, al proscrito Partido Aprista y la candidatura de Eguiguren, llamando a los oyentes a cerrar filas en su contra; y hacía, por último, una invocación a los electores: “¡Que vuestro voto lleve al poder a un ciudadano que mantenga la orientación dada al país! Que vuestro voto afirme la senda del progreso nacional que hoy recorremos. ¡Que no sea el acto destructor que nos conduzca a la angustia económica, a la anarquía, al caos que en otras horas vivimos!” (La Crónica, 11 de octubre de 1936). Las elecciones se realizaron sin incidentes. Los escrutinios, sin embargo, se suspendieron cuando se comprobó que el candidato respaldado por el CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 101

Apra, Luis Antonio Eguiguren, empezaba a tomar notoria ventaja.14 El 3 de noviembre el Congreso declaró nulos los sufragios emitidos a favor de la lista de Eguiguren, y el Jurado Nacional de Elecciones anuló el proceso electoral. El 13 de noviembre, el Congreso prorrogó por tres años el mandato de Benavides, otorgándole además facultades legislativas; de modo que el general gobernaría en adelante sin Congreso. El 8 de diciembre, Benavides recurrió a la radio para inaugurar la prórroga de su gobierno. Una vez más aludió a la “charla familiar”: “Usaré, como en otras idénticas oportunidades, el sencillo lenguaje de la charla familiar”; recordó sus esfuerzos por lograr una candidatura única que hiciera frente al APRA: “Si se hubiera producido esa unificación que yo ansiaba y que propicié desde el primer instante, y que sólo fracasó, como ya dije, por una la mentable incomprensión, el país habría elegido, legal y pacíficamente a mi sucesor”; y, refiriéndose a la prórroga que le fue propuesta por el Congreso, exclamó:

Fue entonces cuando se produjo en mi espíritu el conflicto más hondo, más trascendental de toda mi vida [...]. La disyuntiva era fatal. O dejar al Perú en los más funestos y evidentes peligros, o me decidía a aceptar la ampliación de mi mandato [...]. Acepté la ampliación de mi mandato únicamente por la conformidad patriótica con que todo soldado acepta y cumple su deber, cuando la nación le reclama sus servicios. Ninguna ambición ni grande ni pequeña, ha sido el móvil de mi proceder. Pongo a Dios por testigo [...] (El Comercio, 9 de diciembre de 1936).

3.1.4 Radio Indoamérica El Partido Aprista, proscrito desde fines de 1934, empezó a irradiar mensajes el 14 de junio de 1936 (fecha en que lanzó la candidatura de Haya de la Torre a la Presidencia de la República) con una estación móvil a la que llamó Radio Indoamérica. Se trataría de la primera estación política clan- destina del país. Antes del primer mes de su funcionamiento, La Tribuna celebraba así el éxito de sus transmisiones:

14 Los resultados en el momento de la suspensión eran los siguientes, según fuentes oficiales: Luis Antonio Eguiguren: 74.485 votos; Jorge Prado Ugarteche: 50.162 votos; Luis A. Flores: 46.803 votos; Manuel Vicente Villarán: 29.166 votos (Atlántida 1981, II: 214). Según el diario La Prensa, las cifras eran: Luis Antonio Eguiguren: 77.042 votos; Luis A. Flores: 57.838 votos; Jorge Prado: 46.773 votos; Manuel Vicente Villarán: 30.803 votos (Baldeón 2005: 481). 102 EMILIO BUSTAMANTE

Continúa irradiando regularmente la estación Indoamérica APRA, desde Incahuasi, a pesar de la enconada e inútil persecución de la tiranía. El Partido del Pueblo ha demostrado una vez más su fuerza, su técnica y su maravillosa organización al instalar una potente emisora ambulante, que por más esfuerzos que hace el gobierno, no puede descubrir. Desde el 14 de junio que comenzaron nuestras irradiaciones, la estación Indo- américa ha venido realizando regularmente sus magníficas audiciones. Por la nitidez y precisión, la emisora aprista es una de las mejores del país. El gobierno se contenta con producir ruido y ‘chisperos’. Logra demostrar su impotencia. La audición deja de oírse en un barrio o sector, pero se escucha bien en el resto del país, y aún fuera de él. Esta labor per- fectamente controlada por el Secretariado Nacional de Técnica (Buró Nacional de Transmisiones) ha sido y es un admirable suceso del Aprismo. Emitir es fácil, pero emitir regularmente, teniendo al frente todo el poder de la tiranía, es una hazaña. Y esto solo el Aprismo puede hacerlo!! (La Tribuna, 10 de agosto de 1936).

Según La Tribuna, Radio Indoamérica transmitía diariamente a partir de las 21.30 horas en las ondas corta y larga. Anuladas ya las elecciones, y habiéndose intensificado la represión, el periódico aprista anunciaba que a partir de noviembre las emisiones serían interdiarias (La Tribuna, 5 de noviembre de 1936). Al día siguiente de este aviso, La Crónica informaba acerca del descubrimiento por parte de la policía de la estación aprista. Los miembros de la “brigada política del Ministerio de Gobierno”, según la nota, detuvieron a Carlos Braschi Porcari, “constructor de radios y técnico electricista” en su domicilio de Chacra Colorada, e incautaron diversos materiales de radiodifusión. Junto a Carlos Braschi fueron detenidos sus hermanos Sixto, Ricardo y José Luis, y el chileno Agustín Flores Guzmán, “discípulo de Braschi, y que tomaba participación en las transmisiones en su condición de mecánico” (La Crónica, 6 de noviembre de 1936). Días después, La Crónica hacía precisiones sobre la operación de detección de la estación aprista, dando cuenta de que los detenidos se hallaban en la Intendencia, y que se buscaba aprehender al dirigente José Bedoya (La Crónica, 8 de noviembre de 1936).

3.2 Nuevas emisoras en Lima y provincias

Durante varios años OAX fue la única estación peruana que emitía señal en onda larga. El 1 de noviembre de 1930, Joaquín de Azambuja decía que se hallaba en funcionamiento la estación de la casa Lemare (que transmitía CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 103

de 18.00 a 19.30 horas) y anunciaba el próximo inicio de actividades de la estación de la casa F. W. Castellano y Hno., la cual, sin embargo, no saldría al aire sino tres años después. El reglamento promulgado en 1932 estableció que la Jefatura General de Radio otorgaría licencias a emisoras no estatales, pero a raíz de la sublevación de Trujillo, el gobierno de Sánchez Cerro suspendió en julio de 1932 todas las licencias concedidas a las estaciones privadas. Los violentos acontecimientos que se sucedieron impidieron la aparición de nuevas emisoras comerciales hasta 1934, año en que empezó a notarse una importante mejora en la situación económica del país. En 1934 salió al aire en Lima Radio Grellaud, primero con transmisiones de prueba con la denominación OA4AR y luego como OAX4B, en 1200 kilociclos en onda larga, y OAX4G en onda corta. Estaba ubicada en la avenida Abancay 915 y era de propiedad del ingeniero Roberto Grellaud. Se inauguró oficialmente el 12 de mayo de 1934. Tuvo destacada participación en su puesta en marcha el ingeniero Alfonso Pereyra (El Comercio, 13 de mayo de 1934). Ese mismo año se anuncia la salida al aire de una nueva emisora, gestada por la empresa Difusora Nacional S. A. (DUSA). Saldría en trans- misiones de prueba como OA4K, y luego oficialmente como OAX4C. En mayo, La Crónica informaba que la estación estaba siendo construida por la firma Sanguinetti y Dasso, y que su antena se alzaba sobre el edificio Omnes Arts en la Plazuela de San Agustín; agregaba: “El espec- táculo que de noche ofrece de citada antena es sugestivo y atrayente, pues en el remate de ella se han instalado ocho potentes lámparas, de cuatro mil bujías cada una, las que proyectan intensísima luz” (La Crónica, 6 de mayo de 1934). El diario informaba, además, que se había contratado a artistas limeños y “personal para un periódico hablado”. El maestro Tito Cremagnani dirigiría la orquesta de la estación. Radio DUSA supo, asimismo, crear expectativa sobre su salida oficial al aire convo- cando a un concurso de locutoras. Gerente de la emisora fue nombrado Carlos Franco; transmitió en onda larga de 220 metros y en los 1360 kilociclos. Empleó, además, la onda corta de OAX4D de All American Cables Inc., con la que llegó a un acuerdo para usarla dos veces por semana. Inició sus transmisiones oficiales el 11 de agosto de 1934. Su programa de inauguración incluyó música clásica en vivo (dirigida por el maestro Tino Cremagnani), canto lírico, noticiarios (con el servicio de All American Cables y United Press), música popular (vals, rumba, pasi- llo, ranchera), y canto folclórico (temas en castellano y quechua por la argentina Ana S. de Cabrera) (La Crónica, 12 de agosto de 1934). Su 104 EMILIO BUSTAMANTE

programación regular iba en tres horarios, de 13.00 a 14.00, de 17.00 a 18.00 y de 21.00 a 22.30. En 1934, también, apareció Radio Weston (OAX4E), que transmitía en 960 kilociclos, propiedad del ingeniero Juan Pablo Goicochea. Inaugurada el 21 de diciembre de 1934, tuvo como padrinos a Rafael Larco Herrera (presidente del directorio de La Crónica y Variedades) y a María Isabel Sánchez Concha de Pinilla (La Crónica, 22 de diciembre de 1934). A mediados del año siguiente, Radio Weston cambió de nombre por el de Radio Goicochea, y mudó su local al jirón Ocoña 158. Rosa Elvira Figueroa fue su directora artística. En 1936 emitió, además, señal en onda corta (OA4K). El 13 de mayo de 1935 inauguró sus transmisiones Radio Castellano (OAX4F), de la casa F. W. Castellano y Hno., representante de RCA Victor en el Perú, y ubicada en la calle La Merced. Transmitía en onda larga en frecuencia de 1080 kilociclos. Era propiedad de los hermanos Federico y Santiago Castellano. El ingeniero encargado de la instalación fue Eduardo Romero Sáenz. El programa de inauguración incluyó música grabada: clásica, foxtrot, rumba, ranchera (El Comercio, 13 de mayo de 1935). El 3 de noviembre realizó su primera transmisión oficial Radio Miraflores (OAX4L) propiedad de los hermanos Ricardo, Clemente y Clemencia Palma Schmalz (hijos del escritor y exdirector de La Crónica, Clemente Palma); se autodenominó “La primera emisora de los balnearios del sur”, emitió su señal en frecuencia de 1250 kilociclos, y en horarios de 12.00 a 14.00 y de 21.00 a 23.30. Estaba ubicada en la calle Manco Cápac 347, en el distrito de Miraflores. El ingeniero Alfonso Pereyra fue el constructor del transmisor (El Comercio, 4 de noviembre de 1935). Otras estaciones que aparecieron en 1935 en Lima fueron Radio Internacional (OAX4I y OAX4J), de propiedad de R. H. Cannock, V. Reith Price, H. Drangenstin, M. Baer y J. Elliot (Portocarrero 2008: 298), dirigida por Antonio Vásquez Pequeño, que transmitía en 1100 kilociclos en onda larga y 6000 kilociclos en onda corta, y tenía su local en el Pasaje Olaya; Radio Gilco (OAX4O), de la Gildred Corporation (cuyos gerentes eran Albert y Henry Gildred), que transmitía en 1170 kilociclos; Radio Dávila (OAX4H), de Samuel Dávila, dueño de un establecimiento de venta de receptores Zenith en la calle Filipinas 554, que transmitía en 1050 kilociclos; y Radio Sucre (OAX4M), en 1450 kilociclos, de propiedad de Hernán Moscoso, vinculado a Aguas San Mateo, y con local ubicado en la calle Manuel Candamo 377, Lince. La antigua OAX, por su parte, empezó a denominarse “OAX4A Radio- difusora Nacional”; mudó sus oficinas de la calle Washington e inauguró CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 105

estudios en la tercera cuadra del Paseo Colón el 13 agosto de 1935. En abril de 1936 estrenó un nuevo aparato transmisor. Guillermo Lazarte siguió al frente de la emisora, y la dirección artística estaba a cargo de Rosa Hernando. La actividad radial también se incrementó en provincias.15 En Arequipa, el ingeniero Máximo Landa Valcárcel venía realizando transmisiones desde 1930 con el nombre de Radio Sur. Según información obtenida por Jacqueline Oyarce Cruz, los acontecimientos políticos de 1932 obligaron al cierre temporal de la emisora (Oyarce 2007: 17-19). En enero de 1933 reapareció la radio del ingeniero Landa con emisiones de prueba como estación experimental (Oyarce 2007: 21). El 1 de julio de 1933 se inauguró Radio Universidad (OA6A), de la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa. El 27 de abril de 1934 comenzó a funcionar de manera regular Radio Landa (Quiroz 1990: 621). En 1935 se creó la primera estación comercial en el sur del país: Radio Arequipa (OAX6A) (Oyarce 2007: 44); ese mismo año, Radio Landa (OAX4B) salió al aire ya como emisora comercial. En Iquitos, el diario El Eco, de Enrique Reátegui, inició, en febrero de 1934, transmisiones por altoparlantes colocados en su edificio, las que fueron bien recibidas por el público (La Crónica, 11 de febrero de 1934). En mayo del mismo año, El Eco emitió por sus altoparlantes la audición realizada por el actor mexicano Ramón Novarro (una de las primeras estrellas latinoamericanas de Hollywood) en una emisora de Buenos Aires. Según cables recibidos en Lima desde Iquitos, se aglomeró gran gentío delante de la imprenta del periódico, y “los radioescuchas existentes en esta localidad oyeron perfectamente la audición ofrecida por el célebre artista de la pantalla” (La Crónica, 6 de mayo de 1934). En 1934, en Tacna, los aficionados José Pareja, Luis Veraud y Edgardo Tarabotti crearon una estación de onda corta que se escuchaba con nitidez “en todos los aparatos receptores de la localidad, lo mismo que por los radioescuchas del vecino puerto de Arica” (El Comercio, 12 de octubre de 1934). En Huánuco se inauguró Radio Huallico, el 6 de octubre de 1934, gra- cias a los esfuerzos del ingeniero Máximo Cerro y el radioaficionado Óscar Benites (El Comercio, 6 de octubre de 1934). En octubre de 1935 se anunció en la prensa la pronta salida al aire de una emisora en el Cusco, por iniciativa del ingeniero Carlos Lizárraga

15 Para profundizar en los orígenes de la radio en el sur del país es recomendable el libro de Jacqueline Oyarce Cruz, Periodismo radial en el Perú 1 – Sur (2007). 106 EMILIO BUSTAMANTE

Fischer, quien manifestaba que estaban colaborando con él “para que el propósito fuera una realidad, los miembros del Rotary Club, el Alcalde y Teniente Alcalde del Concejo Provincial, el Rector de la Universidad, y algunas otras personas entusiastas y progresistas” (La Crónica, 22 de octubre de 1935). El 11 de abril de 1936 el proyecto se cristalizó y se inauguró Radio Cuzco (OAX7A) (Oyarce 2007: 75). En 1936, en Huancayo funcionaba la Radiodifusora Andina Junín OAX4R, que se podía escuchar en Lima en onda corta de 49 metros, entre las 12.00 y las 13.00 horas, y las 21.00 y las 23.00 horas (La Crónica, 14 de marzo de 1936). En Chiclayo se inauguró Radio Delcar (OAX1A), “La Voz de Chiclayo”, el 1 de noviembre de 1936. Transmitía en onda corta de 6125 kilociclos (La Crónica, 1 de noviembre de1936). En Trujillo se anunció, en mayo de 1936, que se estaba construyendo una emisora con artefactos de la casa Gildred Corporation de Nueva York, que llevaría por nombre “Radio Chimú” y transmitiría en las ondas larga y corta (La Crónica, 5 de mayo de 1936). En octubre del mismo año, sin embargo, el diario La Industria expresó su preocupación debido a que no se autorizaba aún el funcionamiento de la estación, pese a que contaba con un local ya preparado en el tercer piso de la Municipalidad (La Crónica, 7 de octubre de 1936). En Ica, en julio de 1936 salió al aire Radio Universal (OAX5A y OAX5B), “La voz de Ica para toda América”. Era propiedad de Luis Macchiavello y Antonio Umbert, y tenía potencia de 500 watts; las oficinas estaban ins- taladas en el Colegio Nacional San Luis Gonzaga. La institución educativa disponía de una hora semanal para hacer extensión cultural por esa emi- sora (El Universal, 12 de julio de 1936). En noviembre de 1936 se produjo un intento de formar una primera cadena radial que integrara a varias emisoras privadas. Radio DUSA, Radio Internacional, Radio Gilco y Radio Miraflores crearon Difusoras Unidas del Perú a inicios de ese mes. Las estaciones coordinaron sus programaciones durante algunas semanas; pero la experiencia duró muy poco. A fines de noviembre, Radio Internacional abandonó la corporación, que terminó disolviéndose (El Universal, 26 de noviembre de 1936).

3.3 Anunciantes: Las emisoras y la publicidad En 1934, en la programación de OAX4A, aparte de las casas que venden aparatos de radio (Casa Dávila, por ejemplo) y las fabricantes de discos (RCA Victor), aparece como auspiciadora la cervecera Pilsen Callao. CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 107

Con el surgimiento de nuevas emisoras de carácter comercial, se sostuvo que esas estaciones no estaban autorizadas a contratar propaganda de productos o empresas no vinculadas directamente a ellas; así, Weston y Grellaud, por ejemplo, solo podrían publicitar sus laboratorios. OAX, en cambio, sí estaría autorizada a contratar todo tipo de propaganda comercial. En algunos medios se denunció como inconstitucional esta situación (Buen Humor, 1 de julio de 1934), y ya a fines de 1935 y comienzos de 1936 aparecían en los diarios anuncios de programas pagados por diferentes firmas. Así, Chiclets Adams invitaba a los oyentes a “organizar una fiesta en su casa” con el programa bailable que obsequiaba en Radio Grellaud los domingos de 18.00 a 19.00 horas (La Crónica, 21 de setiembre de 1935); la Casa Welsh daba las 12.00 horas en Radio Internacional, evocando el cañonazo que antaño la indicaba desde el cerro San Cristóbal;16 Max Factor Internacional auspiciaba programas musicales de quince minutos dos veces por semana, Almacenes Santa Catalina presentaba varios espacios en Internacional, lo mismo que la Casa del Mueble de F. Cuadros Grillo en Goicochea, y la mueblería El Eslabón permitía que saliera al aire uno de los más prestigiosos programas de esos años (La hora notable de El Eslabón) en Grellaud. La elaboración de los avisos comerciales para ser emitidos por radio, sin embargo, no era aún muy sofisticada. En una encuesta realizada por el diario El Universal a locutores en 1936, varios de ellos se quejaban de las dificultades que les significaba la lectura de algunos avisos. A la pregunta de “cuáles son los problemas que diariamente confronta el speaker”, Roberto Cruzalegui, de Grellaud, respondía:

La mala redacción de los textos de avisos de algunos anunciadores que se empecinan en que se diga frases disparatadas. A este respecto soy de la opinión de que las direcciones de radio den a los speakers autoridad sufi- ciente para rechazar la redacción de anuncios que no sean lógicos, morales y bien escritos. Porque al fin y al cabo es la voz del speaker la que escucha

16 “Limeños… / Hace mucho tiempo que no escucháis el cañonazo que indicaba la hora meridiana / Hace también bastante tiempo que no podéis controlar la hora meridiana con la indicación de antaño de la bola señaladora del cerro San Cristóbal / Sintonizad… / RADIO INTERNACIONAL S.A. / (1120 y 6000 kilociclos) / Y de hoy en adelante la Casa Welsh usará nuestro micrófono para dar a conocer la hora exacta cronométrica, a las 12 M, en punto del día / Si queréis regular vuestros relojes estad atentos para oír la palabra de la Casa Welsh, sinónimo de exactitud y precisión / El tiempo es oro y debéis conocer cuándo lo tenéis que aprovechar, esto es / LA HORA EXACTA” (El Comercio, 1 de noviembre de 1935). 108 EMILIO BUSTAMANTE

el público diciendo disparates y él quien tiene que recibir luego el chapa- rrón de las críticas (El Universal, 30 de noviembre de 1936).

Por su parte, algunos oyentes y cronistas se quejaban del exceso de avisos, emitidos en largas tandas (El Universal, 23 de junio de 1935). En respuesta a uno de estos reclamos, y a la vez con clara intención publicitaria, Radio Goicochea comunicó que había elaborado un folleto titulado Cómo se anuncia en radio, como “primer aporte técnico a la ciencia de anunciar y que está a disposición de los señores anunciadores que lo soliciten”. En el texto se sugería el empleo de anuncios de treinta palabras como máximo cada quince minutos. Según la emisora de la calle Ocoña:

En otros sistemas empíricos por muy escuchada que sea una broadcasting, se proporciona al comerciante anunciador la posibilidad de que los oyentes atiendan un aviso perdido entre otros 62, en el espacio de una hora. En Radio Goicochea el comerciante, en cambio, no paga el 1/62 de la atención de un oyente medio en una hora, sino solamente 1/8 aproximadamente. Y el oyente no es sometido a la “tortura del anuncio” porque 30 palabras cada quince minutos lejos de fatigarle le hacen aplicar su atención a un objeto distinto del programa musical que está escuchando, y este cambio significa más bien un descanso para su atención. De allí que la eficacia del anuncio irradiado en Radio Goicochea es indiscutible, y que el placer que experimenta el oyente al escuchar sus programas es también tan indiscutible que, en menos de un mes, Radio Goicochea se ha convertido en la estación más sólida del Perú, y su anuncio es el más solicitado (El Universal, 24 de julio de 1935).

3.4 Programación de las radios limeñas (1934-1936)

Entre 1934 y 1936, OAX transmite en tres horarios: de 11.00 a 13.00, de 18.00 a 19.00, y de 21.00 a 23.00. En 1935, Radio Goicochea transmite de 7.00 a 11.30; Radio Internacional transmite en dos tandas: de 12.00 a 13.30 y de 19.00 a 23.00. Radio Miraflores tiene tres transmisiones: de 12.00 a 14.00, de 15.00 a 18.00 y de 21.00 a 23.30; aunque a veces no tiene tanda de la tarde. Radio Castellano lo hace de 15.00 a 17.00, Radio Dávila de 11.00 a 12.00 y de 14.00 a 15.00, y Radio Gilco de 8.30 a 12.00 y de 15.30 a 17.30. La programación es muy variada en OAX, DUSA, Goicochea y Miraflores; mientras que Castellano, Dávila y Gilco privilegian casi exclusivamente la emisión de música grabada. Se empiezan a afirmar ciertos espacios para públicos específicos y algu- nos géneros radiales. Hay también programas con motivo de eventos inter- nacionales y efemérides. CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 109

3.4.1 Panamericanismo y regionalismo En una década en la que se pretende afirmar el panamericanismo, son frecuentes los homenajes a países de nuestro continente. Durante 1934, por ejemplo, hay audiciones en OAX4A Radiodifusora Nacional, dedicadas a Chile, Uruguay, México, Venezuela, Guatemala y Nicaragua. El homenaje a Chile, en setiembre, es bastante destacado por contar con la participación de una importante delegación cultural del vecino del sur, compuesta por el poeta aviador Diego Barros Ortiz, la cantante Camila Bari y los narradores Mariano Latorre y Sady Zañartu; actúa como presentador el periodista Octavio Cabada Dancourt, quien tendrá larga vigencia en la radiodifusión nacional. Ese mismo año, en julio, OAX4A había realizado un programa especial sobre el Ecuador, con motivo de la visita del presidente electo de ese país, José María Velasco Ibarra. En junio de 1935, a raíz de la paz firmada entre Bolivia y Paraguay que ponía fin a la guerra del Chaco, OAX4A reunió ante sus micrófonos a los embajadores de esos países: Alberto Ostria Gutiérrez, de Bolivia, e Isidro Ramírez, de Paraguay; al embajador de Estados Unidos, Fred Morris Dearin, a los diplomáticos de Argentina y Venezuela y al ministro de Relaciones Exteriores del Perú, Fernando Tola. Un programa semejante presentó Radio Weston el mismo mes, organizado por su directora artística, Rosa Elvira Figueroa. La guerra del Chaco, en general, mereció la preocupación cons- tante de las emisoras locales, que informaron al respecto en sus espacios noticiosos.17 El 6 de noviembre de 1936, el general Benavides dirigió un mensaje de saludo y felicitación a la Conferencia Panamericana de Buenos Aires que se inauguraba entonces y a la que asistía el presidente norteamericano Roosevelt. Lo hizo desde Palacio de Gobierno a través de Radio DUSA y el servicio de onda corta de All American Cables. Benavides recordó que el Perú sería la sede de la VIII Conferencia Panamericana en 1938.

3.4.2 El IV centenario de la fundación de Jauja En 1934, OAX4A y Goicochea celebraron con charlas y números artísticos el cuarto centenario de la fundación de Jauja. En el primer programa dedi- cado a esa ciudad, OAX4A incluyó música indígena con Miguel A. Casas

17 Otro conflicto bélico que generó interés fue el surgido entre Italia y Etiopía en 1935, al que Radio DUSA dedicó varios programas. 110 EMILIO BUSTAMANTE

en la guitarra y las cantantes Teresa y Blanca Romero; se interpretaron además las melodías ¡Oh, luz resplandeciente! (recopilada en el libro Melodías populares indígenas de D’Acourt y M. Beclard) por Amílcar Mateucci en el cello y Alberto Mejía en el piano; y Wasi Wasiuta por el trío de flauta, violín y piano de la orquesta de la estación (La Crónica, 3 de octubre de 1934). El segundo programa contó con la participación de la Acción Cultural Jaujina; Germán Martínez tocó la marcha Centenario de Jauja, de la que era autor, y el yaraví En el cerco de Huancas se oye un lamento; Marino Baltasar ejecutó al piano el carnaval de Jauja y la cashua relojera Mi cholita; la orquesta La Rosa interpretó el yaraví-huaino Injusticia, el vals incaico Sueños del Inca y un fox incaico; Modesto Villavicencio disertó sobre “El punto de vista del hombre de los Andes”; Max Espinoza expuso su trabajo “El clima de Jauja, enemigo de la tuberculosis”; y Miguel Martínez hizo una síntesis histórica de la ciudad. El programa de Radio Goicochea incluyó la interpretación de El despertar de una ñusta por la orquesta de la estación; la directora artística, Rosa Elvira Figueroa, cantó Malpachán de Alomía Robles, e India bella, acompañada por la quena de Francisco Gómez Negrón (La Crónica, 5 de octubre de 1934).

3.4.3 El IV centenario de la fundación de Lima El 18 de enero de 1935 se conmemoró el cuarto centenario de la fundación de Lima. Las actuaciones oficiales fueron retransmitidas por la Radiodifusora Nacional OAX4A. Incluyeron, en la mañana, un tedeum en la Catedral y la inauguración del monumento a Francisco Pizarro como fundador de la ciudad. En la tarde, la estación oficial retransmitió el partido de fútbol entre Chile y Uruguay por el Campeonato Sudamericano, que entonces se realizaba en Lima. Luego emitió la sesión solemne desde el local de la Municipalidad, a la que asistió el presidente Benavides. En la noche irradió la “gran velada literario musical” que se llevó a cabo en el Teatro Municipal. El programa de la velada comprendió la interpretación del Himno Nacional a cargo de una orquesta dirigida por Federico Gerdes, un discurso del teniente alcalde y presidente de la Comisión de Festejos del IV Centenario, Diómedes Arias Schreiber, la ejecución del Himno al Sol del Ollanta de Valle Riestra, la lectura de unos textos dedicados a Lima por el poeta José Gálvez, la obertura Ifigenia de Gluck, un discurso de José de la Riva Agüero y La marcha de la coronación de la ópera Atahualpa de Valle Riestra (El Comercio, 19 de enero de 1935). Al día siguiente continuó el homenaje en la Radiodifusora Nacional, con un programa al que asistieron dignatarios internacionales y que fue amenizado por las canciones de Ana S. de Cabrera. La orquesta y el coro de la radio también participaron, así CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 111

como el conjunto Los Criollos (Luis de la Cuba, Luis Aramburú y Ernesto Echecopar). Se colocaron parlantes en el Paseo Colón (El Comercio, 20 de enero de 1935).

3.4.4 Presencia de la Iglesia católica El Congreso Eucarístico realizado en Buenos Aires, en octubre de 1934, recibió la atención de OAX4A Radiodifusora Nacional y OAX4C Radio DUSA. La primera, a través de La hora católica, dirigida por Ricardo Mariátegui Oliva, informó diariamente sobre el evento, mientras que DUSA hizo retransmisiones de este. La ceremonia de clausura fue retransmitida por OAX4A desde Buenos Aires, en cadena con Radio Splendid. El arzobispo de Lima, monseñor Pedro Pascual Farfán, al regresar del Congreso, dirigió un mensaje a los católicos peruanos a través de Radio DUSA. Al año siguiente tuvo lugar en Lima el Primer Congreso Eucarístico Nacional y las emisoras locales se esmeraron en elaborar programas al respecto. OAX4A Radiodifusora Nacional emitió conferencias alusivas. Para una de las charlas, dada por el rector de la Universidad Católica de Chile en setiembre, se instalaron parlantes en el frontis del nuevo domicilio de la radio (Paseo Colón 302), con el fin de que fuera escuchada por los transeúntes. Radio Goicochea inauguró una Hora mística, donde informó regularmente sobre el Congreso. Radio DUSA irradió disertaciones pre- paratorias de destacadas personalidades, entre ellas la de José de la Riva Agüero en junio, y la del rector de la Universidad Católica del Perú, padre Jorge Dintilhac, en julio. La ceremonia central tuvo lugar el 26 de octubre en la Plaza Dos de Mayo. Transmitieron en onda larga: Nacional, DUSA y Goicochea; y en onda corta: DUSA (a través de OAX4D de All American Cables) y Antonio Santelló (OA4R). La instalación de altoparlantes estuvo a cargo de los Laboratorios Goicochea, y fue criticada meses después por Jorge Vargas Escalante (El Comercio, 1 de enero de 1936). Actuaron como locutores (o speakers, como se les decía entonces) Luis Marchand de Radio DUSA, y los sacerdotes Muente, Averdi y Albacete. La palabra de bendición del papa Pío XII fue escuchada gracias a DUSA y American All Cables, “utilizando líneas telefónicas directas entre Roma y Berlín”, desde donde se transmitieron radiotelefónicamente a Buenos Aires y de allí a Lima (La Crónica, 28 de octubre de 1935).

3.4.5 Música Daniel Alomía Robles, quien había regresado al Perú en 1933, después de larga estadía en Nueva York, tuvo una presencia frecuente en la radio de 112 EMILIO BUSTAMANTE

esos años. Sus composiciones, muchas de ellas grabadas, fueron a menudo transmitidas por las emisoras locales, y, como presidente de la Asociación Cultural Música y Danza, impulsó diversas audiciones, dirigiéndose personalmente al público a través de los micrófonos y promoviendo la música peruana, especialmente la de influencia andina. Las presentaciones de la asociación presidida por Robles se hicieron en OAX4A, DUSA, Miraflores y Goicochea, y comprendieron desde un homenaje al Himno Nacional en 1934, en OAX4A, que contó con la participación de las cantantes Julia Spiers, Nina de Antonoff, Rosa Valentín y los pianistas Federico Gerdes y Alberto Mejía, hasta la presentación de jóvenes compositores como Alfonso de Silva, quien tocó su Canción india en DUSA, en noviembre de 1934. En agosto de 1935, Daniel Alomía Robles recibió un homenaje en Radio Goicochea. En noviembre del mismo año, en Radio Miraflores, la mencionada asociación presentó al violinista Virgilio Laghi y a los guitarristas Miguel Ángel Casas y Moisés Vivanco, quienes irradiaron varias canciones indígenas. El 22 de diciembre, Robles participó en un homenaje al departamento de Huánuco (de donde era oriundo) en la Hora regional de Radio Goicochea; se escucharon sus composiciones Himno al sol, Fantasía incaica y Algo me dicen tus ojos, cantada esta última por la conductora del espacio, Rosa Elvira Figueroa, quien también era huanuqueña. La corriente de música académica con inspiración andina (“nacionalista” o “romántica tardía”) tuvo también como importantes representantes en la radio de entonces a Carlos Valderrama, Carlos Sánchez Málaga, Teodoro Valcárcel y el mencionado Alfonso de Silva. En el programa de homenaje a Bolivia que realizara la OAX4A, en agosto de 1934, participaron Carlos Sánchez Málaga (con Himno al Illimani), Alfonso de Silva y Teodoro Valcárcel. En junio de 1936, Carlos Valderrama ofreció en Radio Internacional un In memoriam dedicado a los esposos Antonio Miró Quesada y María Laos, asesinados un año antes; además, tocó otras dos obras suyas: Idilio en la fuente y Funerales de un inca (El Comercio, 3 de noviembre de 1936). La ópera y el canto lírico conservaron su espacio en la programación radial. En julio de 1934, la flamante Radio DUSA organizó, bajo la dirección del maestro Tino Cremagnani y la ejecución de 55 profesores, un evento musical donde se cantaron temas de La fuerza del destino de Verdi, por la soprano chilena Blanca Hauser; el dueto final de Aída de Verdi por la soprano Elena Campos y el tenor Rodrigo Llorens; temas de Berlioz; partes de la Sinfonía nº 2 de Beethoven; el Preludio y muerte de Isolda de Tristán e Isolda de Wagner; y partes del Turandot de Puccini CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 113

(La Crónica, jueves 26 de julio de 1934). En agosto del mismo año, los cantantes Blanca Hauser, Emilio de Ioannes y Roberto Saa Silva, del Teatro Municipal de Santiago de Chile, y primeras figuras de la tempora- da de ópera que se llevaba a cabo en Lima, se presentaron en OAX4A Ra dio difusora Nacional.18 No obstante estas transmisiones en vivo, el público mantenía, al parecer, cierta preferencia por las grabaciones de prestigio. Así, en noviembre de 1934 un anuncio en La Crónica indicaba que “atendiendo a numerosas solicitudes” se repetiría la emisión de Carmen en la versión de la cantante Gabriela Besanzoni de la Scala de Milán. Se acotaba que el álbum, con la ópera completa, era el único que existía en Lima, y pertenecía a José Luis Arrieta (La Crónica, 1 de noviembre de 1934). La música popular de la costa (la llamada música criolla), empezó a cobrar mayor presencia en la programación, anticipando ya lo que sería su auge mediático a fines de la década. Si bien la renovación de la canción criolla se había iniciado algunos años atrás en los barrios populares de Lima, gracias a la que más tarde se denominó “La generación de Pinglo” (en alusión a Felipe Pinglo Alva, su más conspicuo representante), el acceso de los nuevos cantantes y compositores a la radio había sido aún restringido entre 1925 y mediados de 1934, limitándose la celebridad de muchos de ellos al ámbito barrial. Sin embargo, a fines de 1934 el panorama se veía distinto. A los nombres de Carlos Saco y de los integrantes del conjunto Los Criollos (Luis de la Cuba, Luis Aramburú y Ernesto Echecopar), que tenían ya buen tiempo figurando en la programación de OAX4A, se añadirían pronto los de otros cultores de la música criolla, aunque es preciso anotar que algunos de los artistas que poco después destacaron en este tipo de música debutaron en aquellos años interpretando tangos y rancheras argentinas. Tal fue el caso de Ángel Santillán, Nicolás Wetzell y Alcides Carreño, Alicia Lizárraga, el trío Guido-Espinoza-Hernández y el pianista Laureano Martínez.19 La música argentina estaba entonces de moda, e

18 Roberto Saa Silva era también director de cine y dirigió en el Perú El vuelo de los cóndores (1939). 19 El trío Santillán, Carreño y Farfán aparece interpretando música argentina en el programa del lunes 4 de febrero de 1935: Criollita de mis amores (zamba); Yo para quererte nací (cifra gaucha), Mi Buenos Aires querido (tango) (El Comercio, 4 de febrero de 1935). Laureano Martínez figura como ejecutor de música argentina en la programación del 6 de enero de 1935 (El Comercio, 6 de enero de 1935). 114 EMILIO BUSTAMANTE

inclusive César Miró, gran impulsor de la música criolla desde la dirección artística de DUSA, se destacó por cantar tangos ante los micrófonos.20 En 1935, solistas, dúos y tríos de barrio demostraban su talento y ver- satilidad en OAX4A Radiodifusora Nacional y en las nuevas emisoras. Alternaban la ejecución de música criolla con tangos, rancheras argentinas, foxtrot y one-step. En Internacional se presenta por única vez en radio el legendario Felipe Pinglo (1899-1936), quien, con el acompañamiento de Jorge Costa y Ángel Monteverde, interpreta El espejo de mi vida. En la misma emisora, el Conjunto Vitartino de Millares y Sotomayor, canta en noviembre A la memoria de Carlos Saco (fallecido pocos meses antes). En noviembre, también, debuta Rosa Ascoy (La Limeñita) en Radio Goicochea, donde los hermanos César y Manuel Andrade ejecutan “las más elogiosas piezas de su bellísimo y único repertorio de música criolla” (El Comercio, 2 de noviembre de 1935). Ese mismo mes se presentan en OAX4A el Trío Washington (Juan Sánchez, Manuel Ramírez y Domingo Flores) y Las Peruanitas (hermanas San Martín), acompañadas por el piano de Laureano Martínez. César Santa Cruz recuerda que en OAX4A existía La hora del aficionado y que el solista o conjunto que se presentaba, previo examen ante Rosa Hernando o José Muñoz, participaba en el mencionado espacio, “no siendo materia de discriminación el género y tipo de música que los postulantes cultivaran”. Añade Santa Cruz:

Quien revise la programación correspondiente al mes de abril de 1935 encontrará que el sábado 6, a continuación de la orquesta “Los bohemios”, se presentó el “Trío Catalino” dando inicio al momento de los aficionados. Este conjunto criollo lo conformábamos: Pablo Casas Padilla, Manuel Villalba La Rosa y un servidor de Uds. No recuerdo cuántas presentaciones cumplimos (no fueron muchas). Pablo recién se perfilaba como compositor; en cada programa incluía algunos de sus valses. Como nos reuníamos en el barrio de Santa Catalina (en él vivía Pablo), Villalba decidió que el nombre del conjunto lo evidenciara (Santa Cruz 1989: 75).

20 Según la revista Cascabel, Miró cantaba música argentina con el seudónimo de El Viejo Pancho (Cascabel 96, 18 de abril de 1937). Los músicos criollos también escuchaban y componían foxtrot y one-steps, como lo recuerda César Santa Cruz (1989: 74-75). Inclusive, algunas de las composiciones de Pinglo son one-steps, como Morir quisiera y Llegó el invierno. CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 115

En enero de 1936, César Santa Cruz Gamarra integra el Conjunto Abancay con Enrique Salinas, José Moreno y Ernesto Rosas. El grupo actúa ya bajo contrato en OAX4A y se llama así porque su “base de operaciones”, según Santa Cruz, se hallaba en la cuadra diez de la avenida Abancay (Santa Cruz 1989: 76). El programa de Radiodifusora Nacional del 14 de enero de 1936 incluye al Conjunto Abancay, anunciándolo como intérprete de varios temas, entre ellos La canción del porvenir y El espejo de mi vida de Felipe Pinglo (El Comercio, 14 de enero de 1936). El “criollismo” empieza a ponerse de moda en la radio en 1936. En La hora notable de El Eslabón de Radio Grellaud se presenta el periodista Ezequiel Balarezo Pinillos (Gastón Roger), director del diario La Noche, para hablar de “cuadros criollos de antaño” (El Comercio, 23 de enero de 1936); y la entusiasta Rosa Elvira Figueroa organiza una Fiesta de arte cholo en Radio Goicochea, por el día de San Pedro y San Pablo, con “lo más destacado del arte costeño”: el poeta José Torres de Vidaurre diserta sobre “El romancero criollo”, se escenifican piezas de Rosa Mercedes Ayarza, el escritor J. E. Menacho interpreta Yo y mis hermanitas, “monólogo revistero de las calles de Lima”, y el ya afamado conjunto Los Criollos luce nuevamente su repertorio (La Crónica, 29 de junio de 1936). Los “cuadros criollos de antaño” se suceden en La hora notable de El Eslabón, y hacia fines de aquel año, Higinio García Vásquez, ganador de un concurso de música criolla organizado por la Municipalidad del Rímac, canta en Radio Internacional. El 21 de diciembre de 1934 fue inaugurado el restaurante La Cabaña con asistencia del presidente Benavides, el mismo día en que iniciaba sus transmisiones Radio Weston (más tarde Radio Goicochea). La noche del 31 de diciembre, Radio DUSA transmitió en directo el baile de Año Nuevo desde el local del lujoso restaurante; en febrero, OAX4A haría retransmisiones de música bailable desde el mismo local a cargo de la orquesta Melody Jazz. Muchísimas audiciones musicales se emitirían desde allí en lo sucesivo, y La Cabaña se convertiría en las décadas siguientes en un local asociado al quehacer radial.

3.4.6 Radioteatro Aún no existía el radioteatro por episodios especialmente escrito para el medio que poco tiempo después se impondría en las emisoras limeñas, pero dos compañías destacaron por su constancia en representaciones radioteatrales durante 1935: la Compañía de Revistas, Comedias y Zarzuelas Radio Nacional dirigida por Pepe Muñoz; y la compañía de Camila Sánchez 116 EMILIO BUSTAMANTE

y Ricardo Carenzo. La primera se presentaba exclusivamente en OAX4A Radiodifusora Nacional; la segunda actuó en Goicochea e Internacional. Entre las obras que presentó la compañía dirigida por Pepe Muñoz se contaron: Primavera en otoño de Gregorio Martínez Sierra, la comedia Rigoberto del chileno Armando Mock, Pigmalion de George Bernard Shaw y la zarzuela El dúo de la africana de Manuel Fernández Caballero, que contó con la participación de Columba Quintana. Integraban el elenco de la compañía: Amalia del Valle, Celeste Pereda, Nina Ramos, Anita Villarán, Adolfo Hernández, Carlos de Granada, Elsa Alcalá, Enrique Rayo, Sara Macher y Luisa Castillo. En Radio Goicochea, Camila Sánchez y Ricardo Carenzo presentaron Bendito seas de Alberto Nervión, Con las alas rotas de Emilio Berisso, y Mamá Isabel; y en Radio Internacional La luna en el pozo de Armando Mock. El elenco estaba conformado por Silleta Allister, Rosa Armida, Margot Louis, Claribel, Uelita Allister, Ricardo Amestoy, Pedro Roggero, Lucho Muñoz, Luis Vicente, Julia Serrano, Alfredo Hernández y Alberto Ego Aguirre. En octubre de 1935, Internacional presentó el poema en verso en cuatro actos Cancionero de los sevillanos hermanos Álvarez Quintero, con Charito Molina, Clotilde Calvet, Amalia Díaz Labrada, José Granda, Aníbal Reyna y Francisco Adamuz. En 1935, también, el actor peruano Leonardo Arrieta encarnó al Don Juan Tenorio de Zorrilla en La hora notable de El Eslabón por Radio Grellaud; participaron Araceli Márquez y Elsa Alarcón. En 1936, el Conjunto Travesí representó en Goicochea Los hombres, comedia en un acto de Marín y Montenegro.

3.4.7 Programas culturales Durante 1935, Rosa Roca conduce El momento poético en Radio Weston, los martes a las 10.00 horas. El 15 enero tiene como invitadas a María Wiesse, Rosa María Rojas, Rosa Angélica Miró Quesada, Mercedes Spiers y Esther Zamora, que declaman versos propios y ajenos. El 22 de enero rinde homenaje al poeta chileno Pedro Prado; participa Ricardo Walter Stubbs, Rosa Roca recita poemas de Prado, cantan Nina de Antonoff, Rosa Elvira Figueroa y Rosa Pezet de Miró Quesada, acompañadas al piano por Alfonso de Silva; al final, el coro de la estación interpreta una cueca. En febrero el programa homenajeó al dramaturgo y poeta conservador Felipe Sassone, que había regresado al Perú después de varios años de residencia en España; habló Antonio Garland y recitaron poemas Rosa Pezet de Miró Quesada, Rosa Roca y Rosa Sánchez. En el mismo espacio, CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 117

meses después, se rindió tributo a César Vallejo, por entonces en Europa; constituyendo aquel probablemente el único homenaje que se le hizo en vida a Vallejo a través de la radio peruana. Rosa Roca recitó Los heraldos negros y Ágape, y Ernesto More dio una charla literaria; acompañaron la emisión Carmen Álvarez, quien interpretó algunas canciones, y Angélica Arévalo con piezas de música clásica para piano (La Crónica, 11 de junio de 1935). En enero de 1936, Rosa Roca ofrecería una edición de su Momento poético (cuando Radio Weston ya había cambiado de nombre por el de Radio Goicochea) a la memoria de Alberto Guillén; se escucharía el Poema Cera y miel (a Alberto Guillén) de Martín Adán, recitado por la conductora, y Teodoro Valcárcel tendría a su cargo el número musical (La Crónica, 14 de enero de 1936). En 1935 eran frecuentes las audiciones del escritor José Gálvez, quien conducía el espacio Estampas limeñas en el horario matutino de OAX4A, y del poeta costumbrista José Torres de Vidaurre, quien recitaba ante el micro de Radio Goicochea su Romancero criollo. En febrero de aquel año, OAX4A anunció el saludo a la ciudad de Lima de la poeta argentina Julia Prilut zky; en marzo rindió homenaje a la escritora española Concha Espina, parti- cipando en la audición Felipe Sassone, Angélica Palma, José Gálvez, Gui- llermo Lazarte, Rosa Hernando y el ministro de España, Avilés y Tiscar. Durante 1935 y 1936, Radio Castellano emitió las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma en la voz de un locutor que, según la revista Cascabel, era “más soporífero que el cloroformo y más pesado que un riel” (Cascabel 59, 16 de noviembre de 1936). En junio de 1936, La hora notable de El Eslabón de Radio Grellaud ofreció un ciclo de audiciones titulado Los poetas peruanos. Se escucharon poemas de José Santos Chocano, Luis Fernán Cisneros, José Gálvez, Alberto Ureta, Juan Parra del Riego, César Vallejo, Luis Berninzon, Nicolás Yerovi y Federico Barreto, entre otros. Recitaban los poemas Jorge Plasencia, Leo- nardo Arrieta y Rosalbina. En noviembre del mismo año, la escritora Rosa Arciniega desarrolló un ciclo de charlas literarias sobre las repúblicas americanas en Radio DUSA.

3.4.8 Programas infantiles En OAX4A el Conjunto Infantil Estrella de los hermanos Rojas tuvo un programa donde se interpretaban canciones de moda durante 1935. En Radio Goicochea se creó La hora del niño por iniciativa de Rosa Elvira Figueroa y Catalina Recavarren. Tenía las secciones “Canción de cuna”, “Canción ingenua” y “Correo de brujas”, donde “una señorita imitará la voz 118 EMILIO BUSTAMANTE

de una abuelita, que, previo aviso de las mamás, nombrará a los niños inscritos como participantes poniendo de manifiesto sus adelantos y travesuras” (La Crónica, 31 de enero de 1936). Fue, sin embargo, La hora infantil de Radio Internacional el más exitoso de los programas infantiles de esos años. Fundado prácticamente con la emisora en 1935 por Corina Garland, creó un Club Infantil en el que se inscribieron numerosos niños, y cuya membresía les permitía asistir a la radio y presentar espectáculos artísticos. Contaba con el respaldo del suplemento Pirulete de la revista Social, donde aparecían los cupones de inscripción. La mayoría de los niños eran de sectores socioeconómicos altos, y algunos de ellos alcanzaron notoriedad en las artes cuando fueron mayores, como Ricardo Roca Rey (el primer locutor infantil de la radio peruana), Joaquín Roca Rey y Chabuca Granda. Óscar Avilés, quien también participó en algunas audiciones, recuerda que allí conoció a Augusto Ego Aguirre, con quien formaría varios años después el conjunto Los Morochucos (entrevista con Óscar Avilés, 21 de setiembre del 2010). En el primer aniversario del programa se entregaron diplomas por asistencia y actuación a varios niños, entre ellos a Lucy Smith, quien se convertiría en cantante y actriz juvenil en la década siguiente (Pirulete 17, suplemento de Social 137, 5 de noviembre de 1936). Sin embargo, no a todos agradaba La hora infantil de Radio Internacional. La revista Cascabel opinaba que el programa era “para salir corriendo” (Cascabel 58, 9 de noviembre de 1935) y que “Radio Internacional mejora a partir del momento en que terminan los chiquillos”. Respecto a ellos decía que “son cada vez menos tolerables. Destrozan los oídos de la gente” (Cascabel 71, 15 de febrero de 1936). Por cierto, el título de la revista, dirigida por el talentoso y malhumorado Federico More, parecía remitir antes a un venenoso ofidio que a una alegre sonaja.

3.4.9 Programas deportivos Destacaron en esos años el espacio deportivo conducido por Gustavo Montoya en Goicochea, y las transmisiones desde el Estadio Nacional realizadas por Radio Miraflores en la voz del locutor Franklin Urteaga. En enero de 1935 se realizó el Lima el Campeonato Sudamericano de Fútbol con la participación de cuatro países: Argentina, Chile, Perú y Uruguay. El evento coincidió con las celebraciones por el cuarto centenario de Lima. Campeonó Uruguay, Perú quedó tercero, y los partidos fueron transmitidos por OAX4A Radiodifusora Nacional y las estaciones de onda corta OA4B y OA4R de Gallo Porras y Santelló, respectivamente. CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 119

En febrero de 1936, sin embargo, se entabló una polémica sobre la transmisión en directo de los partidos de fútbol. Ocurrió a raíz de una temporada internacional que tuvo lugar en el Estadio Nacional y que fue cubierta por Radio Miraflores. El primer partido de la temporada, entre Universitario de Deportes y el equipo argentino Vélez Sarfield, fue transmitido por la emisora de la calle Manco Cápac, originando la protesta de los dirigentes de los equipos y los empresarios que habían organizado el espectáculo, quienes alegaban que la transmisión les acarreaba perjuicio económico pues disminuía la afluencia de público al estadio, beneficiándose, en cambio, la emisora privada con el dinero que obtenía de los anunciantes. El gerente de Radio Miraflores, Clemente Palma Schmalz, arguyó en una carta enviada al diario El Universal que la transmisión no había causado daño económico a los empresarios deportivos ya que asistió “público a satisfacción” al estadio, ni había significado grandes ingresos para la radio, sugiriendo que animaba a Miraflores no el lucro sino “el deber de cultura y de patriotismo de expandir en el país y fuera de él los progresos del sport peruano” (Cascabel 71, 15 de febrero de 1936). La polémica se extendió a los medios de prensa escrita: El Universal se puso del lado de los empresarios deportivos, y la revista Cascabel apoyó a Radio Miraflores. A fines del mismo mes, el club argentino Gimnasia y Esgrima de Santa Fe, cuyo equipo de fútbol vino a jugar partidos a Lima, pidió al Comité Nacional de Deportes que no permitiera la transmisión a Radio Miraflores desde el Estadio Nacional. El Universal informó que había la idea de cobrar por los derechos de transmisión a la emisora y que “las utilidades fueran repartidas al prorrateo entre el C. N. D., la Federación y la empresa, perjudicadas con el menor ingreso a las tribunas” (El Universal, 27 de febrero de 1936). No sabemos si la propuesta mencionada por El Universal fue planteada a Radio Miraflores, pero finalmente el Comité Nacional de Deportes negó autorización a la emisora para que transmitiera los partidos de Gimnasia y Esgrima desde el Estadio Nacional. Sin embargo, Radio Miraflores llegó a transmitir el partido entre el club argentino y Alianza Lima, en marzo, desde una casa vecina al estadio. La revista Cascabel celebró el acontecimiento: “Cuando se tiene entusiasmo es fácil superar los obstáculos”, dijo. Y añadió: “Ahora los radioescuchas saben que los partidos de fútbol se transmitirán de todos modos” (Cascabel 75, 14 de marzo de 1936). El debate continuó en abril, cuando el club Alianza Lima pidió al Comité Nacional de Deportes que no permitiera la transmisión de sus partidos. El diario La Crónica publicó una carta de la lectora Blanca de Herrán en clara defensa de las transmisiones. Decía la lectora que las transmisiones benefi- 120 EMILIO BUSTAMANTE

ciaban a los enfermos, a los médicos y enfermeros que hacían turnos en los hospitales, a los policías y militares que se encontraban en comisarías y cuarteles, y a los niños de los internados. Aseguraba que, de otro lado, no afectaban al verdadero aficionado, quien “no estando enfermo, empeña hasta la camisa por asistir al match” (La Crónica, 19 de abril de 1936). A pesar del conflicto suscitado en aquellos primeros meses de 1936, nadie estaba en desacuerdo, en agosto del mismo año, con las retransmisiones que hiciera Radio Miraflores (con la voz del locutor Jorge Alvarado) de los partidos de fútbol que jugó la selección peruana en las Olimpíadas de Berlín. El mismo diario El Universal, que había objetado las retransmisiones del verano, elogió esta vez a la emisora (El Universal, 9 de agosto de 1936). Las noticias diarias de las olimpíadas fueron captadas en Lima a través de Radio DUSA y de la radio de onda corta alemana D. J. A.- D. J. N. A. Por el mismo medio se escucharon entrevistas a dirigentes y deportistas peruanos realizadas en los estudios de la emisora berlinesa. Los días en que la selección peruana de fútbol se enfrentó a las de Finlandia y Austria, numeroso público se ubicó en los alrededores de los establecimientos que poseían receptores de radio y en las afueras de los diarios limeños para escuchar las incidencias de los partidos. El 6 de agosto, Perú derrotó 7 a 3 a Finlandia; y el 8 de agosto, venció 4 a 2 a Austria. Sin embargo, la FIFA anuló el partido con Austria, alegando que el campo de juego había sido invadido durante el match por aficionados peruanos, y dispuso que se jugara un nuevo encuentro sin público el 10 de agosto; el gobierno peruano decidió que el equipo no se presentara al nuevo partido y ordenó el retiro de toda la delegación de los juegos olímpicos. Conocida la noticia de la anulación del partido por la FIFA, a través de la radio, el público se echó a las calles. El Comercio informó que “la calle Manco Cápac, donde funciona radio Miraflores, se vio muy animada y concurrida”, y “cada vez que el locutor deportivo de la estación lanzaba una nueva noticia, se sucedían las manifestaciones” (El Comercio, 11 de agosto de 1936). César Miró recuerda, en una entrevista concedida para el libro OAX Crónica de la Radio en el Perú de Alonso Alegría, que a través de los micrófonos de Radio DUSA convocó a una multitud de aficionados frente al local de la emisora en la Plazuela San Agustín. El público solicitó la salida de Miró a los balcones del edificio, pero el locutor temió que, de acceder al pedido, el general Benavides lo interpretara como un gesto político. Todavía se vivía el clima electoral (los comicios serían en octubre), y la CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 121

censura a La revista oral (conducida por Miró) a raíz de la presentación de Eguiguren era muy reciente (Alegría 1993: 61-62). Pero DUSA no fue la única emisora que llamó a manifestaciones masivas. Según El Comercio, “conforme las numerosas invitaciones se propalaron por intermedio de las estaciones radiodifusoras”, fueron reuniéndose cientos de personas en la Plaza San Martín, iniciándose una marcha que culminó en la Plaza de Armas. El presidente Benavides se vio obligado a hablar al público; criticó a la FIFA por el fallo, pero exculpó al gobierno alemán (El Comercio, 11 de agosto de 1936). El recibimiento brindado a la delegación olímpica en Lima, el 17 de setiembre de 1936, fue apoteósico. Las emisoras de Lima, Ica, Pisco, Cusco y Huancayo formaron una cadena con el nombre de Broadcasting Unidas del Perú, y cubrieron el desfile de los deportistas desde el Callao hasta el centro de la capital, así como los homenajes y discursos alusivos que se sucedieron en el trayecto. La transmisión comenzó a las 8.00 horas, “estimulando el interés del público con los primeros informes sobre la fiesta” y con “música ligera y alegre, genuinamente criolla”. A las 10.40, los olímpicos llegaron a la Plaza Dos de Mayo, precedidos por motociclistas municipales, y fueron aclamados por una ola humana que portaba banderas peruanas. Desde ese momento, según El Comercio, las radios “se concentraron a dar detalles del desfile que se iniciaba rumbo al Estadio Nacional” (El Comercio, 18 de setiembre de 1936). La delegación siguió luego a la Plaza San Martín. La transmisión duró hasta las 14.30 horas. La hípica siguió ocupando espacios en la programación radial de esos años. OAX4A realizó con frecuencia retransmisiones desde el hipódromo de Santa Beatriz. El locutor era Benjamín Puente; el 23 de diciembre de 1934 debutó como narrador hípico el joven Augusto Ferrando (Alegría 1993: 54-55). Radio Goicochea, por su parte, inauguró un programa de pronósticos y entrevistas a preparadores de caballos en 1935. El boxeo también recibió la atención de la radio. En junio de 1934, All American Cables instaló en el local del diario El Comercio una estación para recibir las noticias y descripción de la pelea entre Primo Carnera y Max Baer por el campeonato mundial de los pesos completos realizada en el Madison Square Garden de Nueva York. A través de un altoparlante, un locutor iba informando al público reunido en las afueras del local del diario de los despachos recibidos. Cuando el locutor anunció el triunfo de Baer por nocaut en el noveno asalto, “Una ovación estalló saludando al nuevo campeón. Luego los miles de oyentes se esparcieron animadamente por todos los sectores de la ciudad, llevando la noticia y sus comentarios” (El 122 EMILIO BUSTAMANTE

Comercio, 15 de junio de 1934). La pelea fue escuchada directamente por quienes poseían receptores de onda corta. El viernes 13 de diciembre de 1935, DUSA transmitió en castellano la pelea por el campeonato mundial de la máxima categoría entre Paulino Uzcudum (el Leñador Vascongado) y Joe Louis. El diario El Universal ins- taló un altoparlante en su local para que el público que careciera de recep- tores la escuchara (El Universal, 14 de diciembre de 1935). Ganó Louis por nocaut técnico en el cuarto round.

3.4.10 La hora notable de El Eslabón y otros programas La hora notable de El Eslabón era un programa de contenido variado (con- ferencias, música y radioteatro) producido por Eduardo Eckhardt Pastor y auspiciado por la mueblería El Eslabón. Salía por Radio Grellaud y gozaba de justificado prestigio. La instalación de estaciones con onda corta permitió que La hora del agricultor, programa preparado por la Sección Técnica de Defensa y Pro- paganda Agrícola y Ganadera del Ministerio de Fomento, pudiera llegar a lugares alejados de la capital. Se emitía por Radio Grellaud OAX4B y OAX4G, en ondas de 48 metros (6230 kilociclos) y 250 metros (1200 kilociclos). Comprendía conferencias y música. El 30 de setiembre de 1936 celebró su centésima audición. OAX4A emitió, a fines de 1934, Tic tac, con chistes, anécdotas, música y canciones, a partir de las 21.00 horas; se trataría de una de las primeras revistas del aire. La revista oral, en Weston, era un programa que estaba más orientado hacia lo informativo; era bisemanal, dirigido originalmente por José Torres de Vidaurre y Augusto Mariátegui Oliva; cuando el programa pasó a Radio DUSA, César Miró se hizo cargo de su conducción. Goicochea estrenó, en 1936, La hora cinematográfica, que contaba con la conducción del “actor y periodista Martínez Campo y el periodista King Wallace” (El Comercio, 1 de julio de 1936).

3.5 La primera encuesta radial sobre preferencias del público

En julio de 1935, el diario El Universal y Radio Goicochea lanzaron una encuesta para conocer las preferencias del público en cuanto a música, tipo de programa radiofónico y horario de sintonía. Cada participante debía responder a las preguntas y depositar en las oficinas de Goicochea (jirón Ocoña 158) tres de los cupones que aparecían en El Universal; entre los encuestados se sortearía un receptor marca De Wald (El Universal, 27 de CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 123

junio de 1935). Los resultados fueron publicados en la edición de El Universal del 3 de agosto. La música preferida era la popular (3.020 cupones), seguida de la clásica (2.907 cupones), la criolla (2.350 cupones) y la autóctona (687 cupones). Los programas que agradaban más a los participantes eran: musicales (2.030 cupones), literarios (1.654 cupones) y verbales (1.280 cupones). El horario preferido era el de la noche (7.256 cupones), luego venía el de la tarde (896 cupones) y al final el de la mañana (816 cupones) (El Universal, 3 de agosto de 1935).

3.6 Las primeras estrellas

Dos activas programadoras y conductoras destacaron nítidamente en esos años: Rosa Hernando (OAX4A Radiodifusora Nacional) y Rosa Elvira Figueroa (Radio Goicochea). Hernando había sido la voz femenina en la inauguración de OAX en 1925; fue, también, la directora de la revista especializada Radiocultura (1934). Rosa Elvira Figueroa había estudiado canto lírico en la Academia Alzedo y sería elegida la primera reina de la radio en los carnavales de 1936; su apoyo a la música peruana, tanto de inspiración andina como criolla, fue notable. El director artístico de Radio DUSA era César Miró. Poeta, narrador, cronista, cantante y compositor de música criolla (y décadas más tarde director de cine y conductor de televisión), Miró, quien se había iniciado en la revista Amauta, que dirigiera José Carlos Mariátegui, y había seguido cursos en La Sorbona y Madrid, fue una presencia destacadísima en la radio prácticamente desde que dejó escuchar su voz en ella. Además de la dirección artística de DUSA, tenía a su cargo La revista oral, el programa informativo de mayor relieve de entonces, y la animación y presentación de conjuntos de música peruana. Los directores artísticos mencionados eran también locutores o speakers, como se les llamaba entonces. Los speakers establecían un contacto diario con el público y sus voces identificaban a las emisoras. En DUSA se distinguieron en esos años, además de Miró, Juan Malmborg (Humorista Miope) y Jorge C. Aprile (Gaucho). En Gilco, José Pepe Muñoz conducía, con éxito, La voz de la capital. En Dávila, Graciela Lorza concentraba interés en La hora Zenith. En Grellaud se perfilaba Roberto Cruzalegui (sería una de las personalidades más importantes del medio en años posteriores), y llamaba la atención el mexicano Alfonso D’Alessio, quien había sido locutor de Radio Mercurio en Chile y animaba los espectáculos del restaurante La Cabaña. A fines de 1936, D’Alessio sería contratado por Radio Nacional, y lo reemplazaría en Grellaud el tenor Guillermo Lecca 124 EMILIO BUSTAMANTE

Iturbe, que había interpretado tangos en Radio Miraflores, y sería en el futuro actor de radioteatro y el más reconocido locutor nacional. Una jovencísima Maruja Venegas, quien hasta hacía poco tiempo había tenido a su cargo la discoteca de Radio Internacional, se convertía a fines de 1936 en “el alma de la emisora, sino en el corazón” (Pirulete 19, suplemento de Social 139, 5 de diciembre de 1936), participando en diversos programas como La hora de pedido y La hora infantil, comentando las modas de Hollywood con el seudónimo de Maruvene, y hasta terciando en números cómicos con el Cholo Revolledo y el Roto Palomino en un programa especial con artistas chilenos invitados (El Universal, 23 de noviembre de 1936). Por otro lado, la cantante y actriz cómica Teresa Arce, ya famosa en el teatro local, fue incorporada en 1935 a la plantilla de Radio Grellaud, y motivó de inmediato comentarios entusiastas por sus monólogos, en los que interpretaba a personajes populares e imitaba acentos regionales.21 Sería durante décadas primera figura de la radio peruana y haría memorable su creación de “La Chola Purificación Chauca”. Por entonces, las emisoras empezaban a disputarse a los artistas que gozaban del beneplácito del público. Eran frecuentemente citados y elogiados por la prensa el pianista Filomeno Ormeño, el trío Guido- Espinoza-Hernández, los guitarristas Ángel Monteverde y Jorge Costa, el conjunto Los Criollos, los cantantes José Pipo Cómena, Alberto Mecklenburg y Ernesto La Hoz (al comienzo integrantes del Conjunto Callao y, poco después, destacados solistas), Eduardo Villanueva (El Cantor Proletario), La Limeñita, Alicia Lizárraga, Celia Miller, Micaela González, Aída Medrano, Mercedes Segura, Elena Campos, Rodrigo Llorens, Santiago Bacigalupo e Ismael Hoyos, y los humoristas Carlos Cholo Revolledo y Paco Andreu. José Cómena fue elegido, en 1935, El Astro de la Radio, gracias a un concurso convocado por la revista La Lira Limeña. Cómena fue, quizá, el primer

21 “Podemos destacar la nota reciente y muy simpática por cierto, de la actuación de una de las artistas peruanas de valor y la única que, después de incesantes y denodados esfuerzos, ha logrado imponer, hasta ser reclamada con calor por el público, nuestro arte popular en el teatro. Nos referimos a Teresita Arce, creadora inimitable de tipos regionales. Llevados a la radio, las canciones y monólogos de Teresita Arce han causado entusiasmo y regocijo entre los escuchas. La Radio Grellaud —que es la que ha tenido el acierto de radiar sus canciones y monólogos— programa a esta artista limeña en sus audiciones que se escuchan con mucho agrado, constituyendo esto un estímulo para nuestros artistas y una manera de difundir nuestro folklore” (La Crónica, 12 de noviembre de 1935). CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 125

artista de la radio peruana cuya vida se convirtió en objeto de interés de las revistas de espectáculos; al menos eso parece desprenderse de estas líneas aparecidas a comienzos de 1937 en la sección “Captando la onda” del diario El Universal:

Al estilo de las revistas extranjeras que traen simpáticas crónicas sobre la vida de las estrellas radiotelefónicas, ha comenzado en Lima a publicarse algo de este género. Lo ha hecho un semanario de ameno y agradable material de lectura, y el primer motivo brindado: “La vida y milagros de Pipo Cómena” (El Universal, 11 de noviembre de 1937).

3.7 La primera revista especializada, el Día de la Radio y la pri mera reina

Radiocultura fue la primera revista especializada en radio. Apareció en 1935, dirigida por Rosa Hernando. Colaboraban en ella: Germán Gallo Porras, G. Corzo, Luis Alayza y Paz Soldán, José Hernando, Roberto Ral- ston, Augusto Taimán y otros. La importancia alcanzada por el medio en esos años se expresa en la celebración, por primera vez, del Día de la Radio en 1936. La iniciativa surgió de la revista Radiocultura, y fue acogida con entusiasmo por aficio- nados, diarios y emisoras. El 20 de junio de 1936, once años después de la primera emisión oficial de OAX, La Crónica decía de manera solemne: “Aunque oficialmente no se ha instituido, pero debido a motivos cronoló- gicos superiores, hoy es el día de la radio en el Perú” (La Crónica, 20 de junio de 1936). Las emisoras Dávila, Internacional, Grellaud, Castellano, Gilco, Goicochea y, por supuesto, OAX4A Radiodifusora Nacional, elaboraron programas especiales para conmemorar la fecha. En Goicochea asistieron como invitados varios representantes de la prensa y el escritor Antonio Garland disertó sobre la historia de la radio e hizo una reseña de sus años al frente de la dirección artística de OAX. La Radiodifusora Nacional, por su parte, invitó a todos los directores artísticos de las estaciones locales para que expresaran su parecer sobre el presente y el futuro del medio. El periodista Luis Lama dio una charla en Goicochea en términos similares a un artículo suyo publicado en El Comercio, en el que rememoraba, exultante:

Cientos de personas agrupadas en torno a los portavoces de las plazas públicas escuchaban alborozadas los detalles que les portaba el éter. Familias enteras en comunión con los vecinos de sus alrededores, se disputaban los fonos conectados a minúsculos aparatos construidos rudi- 126 EMILIO BUSTAMANTE

mentariamente a base de mica, de cartón, con hilos de bobinas y trozos pequeños de galena o de pirita, que extendían su embrionaria manifes- tación hacia los mástiles improvisados de las primeras antenas que se erguían orgullosamente sobre las azoteas […]. Al dejar su exclusividad para determinados núcleos favorecidos por el halago de la fortuna, pasó a sernos familiar. Perdíanse en las nebulosidades del pretérito los primeros aparatos rudimentarios. De los laboratorios extranjeros, siguiendo las pautas del progreso, nos llegaron los primeros tubos electrónicos, revolucionándose la manufactura de los aparatos receptores. Restábasenos la emoción íntima del esfuerzo personal traducido en la confección de un receptor construido en casa, pero en cambio ganábamos con la ampliación de la voz dentro del hogar y la selección de los programas. Decretóse, así, la desaparición de las victrolas y el auge de los radiófilos (El Comercio, 21 de junio de 1936).

Meses antes, durante el carnaval de 1936, la radio había elegido ya a su primera reina. Se trataba de Rosa Elvira Figueroa, la directora artística de Radio Goicochea. El 10 de marzo, Rosa Elvira I asistió al homenaje de la emisora en la que trabajaba; la acompañó su “corte de honor” compuesta por “princesas” de las estaciones Nacional, DUSA, Dávila, Miraflores y Gildred (La Crónica, 7 de marzo de 1936).

3.8 Los radioaficionados y el panamericanismo

Una de las actividades más destacadas de la radioafición en la década de 1930 fue la campaña de Buena Voluntad impulsada por Jorge Vargas Escalante “en pro de la intensificación y estímulo de las vinculaciones espirituales de las naciones del continente americano” (La Crónica, 15 de diciembre de 1933). Vargas Escalante actuaba en coordinación con radioaficionados de Bloomington y colaboraban con él Enrique Gamio, Guillermo Lazarte (director de OAX4A) y Rosa Hernando. El primer programa de la campaña se emitió el 6 de enero de 1934 por onda corta a todas las capitales de América del Sur a través de la estación OA4B de Germán Gallo Porras, y participaron el ministro de Relaciones Exteriores, Solón Polo; el embajador de Estados Unidos, Fred Morris Dearing; el nuncio apostólico, monseñor Gaetano Cicognani; los embajadores de Argentina, Bolivia, Venezuela, Ecuador y México; los encargados de negocios de Cuba y Chile; el alcalde de Lima, ; el presidente del Rotary Club de Lima, W. F. Molina; el presidente del Touring Club, Eduardo Dibós Dammert; el presidente honorario del Radio Club, Óscar Miró Quesada; y el representante de la Associated Press, Luis León. La locutora fue Rosa CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 127

Hernando; una orquesta tocó los himnos nacionales “a medida que cada diplomático daba su discurso” e interpretó Amanecer andino de Alomía Robles, “dedicado al pueblo peruano” (La Crónica, 7 de enero de 1934). El 14 de abril tuvo lugar el segundo programa de Buena Voluntad, en homenaje al Día de las Américas, patrocinado esta vez por la Unión Panamericana de Washington. La transmisión se hizo en dos horarios (tarde y noche) por OA4B en onda corta y OAX4A en onda larga desde la casa de Germán Gallo Porras. Inició la transmisión de la tarde Óscar Miró Quesada, y participó el ministro plenipotenciario de España en Lima, Luis Avilés y Tiscar, además de los invitados al primer programa. Habló en inglés el embajador de Estados Unidos, Dearing, “quien exaltó el panamericanismo, traduciendo la nueva doctrina internacional que día a día va ganando terreno en todo el continente” (La Crónica, 15 de abril de 1934). Rosa Hernando fue nuevamente la locutora, acompañada de un intérprete que anunciaba los números en inglés; se interpretaron temas de Alomía Robles (otra vez Amanecer andino) y Dunker Lavalle (Quenas). Por la noche, la banda de la Guardia Republicana tocó el Himno Nacional, Guillermo Lazarte leyó un homenaje a España, Enrique Villanueva Valcárcel habló en nombre de los intelectuales españoles y Alberto Ureta recitó en representación de los peruanos. El 29 de noviembre de 1934, después del fallido golpe de Estado orquestado por el Apra, el gobierno de Benavides suspendió las licencias otorgadas a estaciones de radioaficionados. Las licencias fueron restauradas el 31 de diciembre de ese mismo año, y el 14 abril de 1935 se volvió a celebrar El Día de las Américas, nuevamente bajo la iniciativa de Vargas Escalante, y con el concurso de OAX4A Radiodifusora Nacional, y la estación de onda corta del Germán Gallo Porras. El discurso de apertura en esa ocasión estuvo a cargo de Óscar Miró Quesada, quien dijo:

En el Día de América mi voz se torna continental, porque el milagro del radio dilata la palabra del hombre en la ruta ilimitada del espacio; viaje prodigioso del pensamiento, merced a la ciencia que da alas al verbo y enlaza a las mentes más remotas en instantánea comunicación [...]. El radio, señor del espacio y rey de la velocidad, vence todas las separaciones y unifica a todos los pueblos en la rauda soberanía del instante. Y en el Día de América las ondas del éter se pueblan de mensajes de buena voluntad, enlazando a los países del continente con la guirnalda expresiva de su sonora congratulación (Vargas y Gamio 1944: 186-187).

Luego hablaron el ministro de Relaciones Exteriores del Perú, Carlos Concha; el nuncio apostólico, los embajadores de Chile y Argentina, y el ministro de España. 128 EMILIO BUSTAMANTE

La actividad de radioaficionados se desarrolló también con entusiasmo en otros lugares del Perú, como Arequipa, donde los miembros del Rotary Club realizaron, en 1934, comunicaciones con sus colegas de Lima y La Paz con el fin de estrechar los lazos de amistad entre Perú y Bolivia.

3.9 Una propuesta: Radio en los autos de la Policía

En octubre de 1935, el ingeniero Juan Pablo Goicochea declaraba al diario La Crónica que, sobre la base de experimentos realizados por Henry Ford, se había demostrado que era posible la comunicación entre un automóvil “que corra a treinticinco millas por hora, o más, con un equipo de onda ultra corta de doble vía, o sea de doble comunicación, como si fuera un hilo de teléfono ordinario”. Sostenía, a continuación, la conveniencia de instalar “lo más pronto posible” equipos de radio para los autos de policía. El dueño de Radio Goicochea era también el representante en el Perú de E.R.L. (Radio Engenering Laboratories), que se había especializado en la instalación de tales equipos en los Estados Unidos (La Crónica, 2 de octubre de 1935).

3.10 El consumo de la radio entre 1934 y 1936

Cualquier consideración del consumo de radio en la década de 1930 deberá partir del hecho de que, al comenzar esta, más de la mitad de las familias en Lima carecían del servicio de corriente eléctrica, y presuntamente el porcentaje era mucho más alto en el interior del país. Según el censo de población y vivienda de Lima y Callao de 1931, el 43 por ciento del total de familias tenía luz eléctrica y el 57 por ciento carecía de ella. En el Callao, el 42 por ciento gozaba del servicio y el 58 por ciento no lo tenía.22 En el mismo documento se señalaba que existían solo seis tiendas de victrolas y aparatos de radio en la provincia de Lima (cuatro en el Cercado, una en La Victoria y una en el Rímac), y ningún establecimiento comercial de ese tipo en el Callao (Perú. Junta Departamental de Lima Pro-Desocupados 1932: 41). El número de negocios se incrementó en años posteriores.

22 Las cifras exactas eran las siguientes. En la provincia de Lima: 69.019 familias en total; 29.459 con luz eléctrica; 39.315 sin ella; 250 no consignaban el dato. En la provincia del Callao: 13.099 familias en total; 5.566 con luz eléctrica; 7.548 sin ella; 85 no consignaban el dato (Perú. Junta Departamental de Lima Pro-Desocupados 1932: 41). CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 129

A mediados de la década de 1930, algunas casas comerciales publicitaban receptores de baterías para quienes no recibían servicio eléctrico, aunque a un precio bastante alto.23 A partir de 1934, año en que aparecieron nuevas emisoras y se superó la crisis económica, se ofrecía, a quienes sí gozaban de luz eléctrica, receptores al contado o a plazos, de diferentes precios y variedad. En junio de 1936, el semanario Excelsior aseguraba que existían ya “más de veinte establecimientos dedicados, principalmente, a la venta de receptores” que ofertaban “aparatos de más de cuarenta marcas distintas” (Excelsior, 11 de junio de 1936). Las marcas más prestigiosas seguían siendo RCA Victor y General Electric. La primera tenía como distribuidora a F. W. Castellano y Hno., que vendía desde modelos avanzados de once tubos metálicos, onda corta y larga, a 1.450 soles o 1.598 soles a plazos con un pago inicial de 218 soles y doce mensualidades de 115 soles cada una (El Comercio, 9 de junio de 1936); hasta modelos “económicos”, “pequeños en tamaño pero grandes en resultados”, a 120 soles al contado, 130 a plazos con primer pago de 30 soles y 2,50 soles de aporte semanal (La Crónica, 23 de mayo de 1936). Otras marcas que compitieron en el mercado fueron Westinhouse, cuya distribuidora era la casa Cock en Lima; American Bosch, distribuida por Comercial Escardó S.A.; Atwater-Kent y Scott, distribuidas por Gildred Corporation; Zenith, distribuida por la casa Dávila; Wells-Gardner, distribuida por la casa Neisser; Hetro, distribuida por H. Burger; Gumen, Admiral y Howard, distribuidas por Gutiérrez y Menozzi; Silcox, distribuida por José M. Barrantes; además de Philips y Philco. La marca más popular fue Gilco, de la casa Gildred, que promocionaba sus aparatos de tres válvulas y en diversos colores (verde, rojo, caoba y beige) como “al alcance de todas las personas que no pudieron antes poseer un radio”; su venta era a plazos “desde S/. 1.50 semanal” (La Crónica, 11 de noviembre de 1935). Surgieron

23 Así lo revela un aviso publicado en El Comercio en octubre de 1936: “Radios de baterías/ GENERAL ELECTRIC/ todas las casas sin instalación de alumbrado eléctrico deben gozar ahora de largas horas de programas de radio de día o noche, al igual que los vecinos de la ciudad. NO SE NECESITA DE FUERZA MOTRIZ. El ‘Windcharger’ provee a su radio con fuerza motriz del viento/ MODELO U-70 con acumulador de 6 voltios/ precio contado: s/. 450.00/ precio a plazos: 484.00/ cuota inicial: 70.00 / 12 meses de 34.50/ El ‘windcharger’ carga su acumulador cuando sea necesario cargarlo, enteramente gratis/ precio contado: s/ 200.00/ precio a plazos: s/ 216.00/ cuota inicial: 30.00 /12 mens. de 15.50/ En provincias las agencias Grace conceden los mismos precios y facilidades de pago. / Distribuye la Int. Machinery Company […]” (El Comercio, 16 de octubre de 1936). 130 EMILIO BUSTAMANTE

también clubes, cooperativas y panderos cuyo atractivo era la posibilidad de verse beneficiado con un aparato receptor.24 El consumo de radio, sin embargo, no se limitó al interior del hogar. El sistema de altoparlantes promovido por Joaquín de Azambuja en 1930, a pesar del propósito inicial de uso político en favor de Sánchez Cerro, constituyó un cambio importante en la manera de consumir radio hasta entonces. La escucha de transmisiones radiales por altoparlantes de parte de un público ansioso de noticias y música fue constante durante la década, y su suspensión en algunos casos generó quejas. Una carta de un lector del diario La Crónica durante el gobierno de Samanez Ocampo, expresaba el descontento del remitente por haber sido retirado el altoparlante ubicado en la Plaza Grau, donde se reunía con otros vecinos a oír transmisiones de OAX. Los motivos del retiro del altorparlante no serían aparentemente políticos, según el suscrito, sino que obedecerían al disgusto de los propietarios de salas de cine cercanas que encontraban este tipo de consumo de la radio como perjudicial para su negocio (La Crónica, 15 de mayo de 1932). Los altoparlantes no fueron empleados únicamente por el Estado. Algunas emisoras comerciales privadas los colocaron en plazas públicas para llevar discursos de determinados candidatos en las elecciones presi- denciales de 1936. En otras ocasiones, los altoparlantes fueron ubicados por

24 En un aviso publicado en La Crónica en setiembre de 1934 se podía leer lo siguiente: “Cooperativa de Agencias S. A. Ltda. / ¡Lo esperado ansiosamente por todos! / Presentamos por primera vez en Lima / El primer club de radios y refrigeradoras / con opción a otros artículos al escoger / $ 5 –semanales – sorteos semanales / 120 semanas – 120 sorteos / Cada semana un sorteo / “Radios Scott” / Atwater-Kent / Refrigeradoras “Providence” / (Radio) Atwater-Kent / En 50 días hemos colocado ¡88 contratos! / Nuestra selección de radio es inmejorable. Ofrecemos el radio mundialmente conocido – El “Scott” – Insuperable y de calidad óptima. Esta es la época de la radio. Con una cuota semanal de cinco soles puede Ud. Adquirir un radio para su hogar; este pequeño lujo de antes se ha convertido hoy en una necesidad; adquiéralo por el sistema cooperativo – la suerte puede favorecerle / Contamos con una sección técnica bajo la dirección de un experto técnico exclusivamente para servicio ‘Scott’ y ‘Atwater-Kent’ – Todos nuestros radios son garantizados y tienen la correspondiente garantía de servicio / Pídanos una demostración sin obligación alguna para Ud. No deje de suscribirse a un contrato hoy / Cooperativa de Agencias S. A. Ltd. / La Merced 600-602 / Teléfono 32901” (La Crónica, 17 de setiembre de 1934). Menos costosa (tres soles semanales) era la cuota del “Club de radios El Inca”, ubicado en la calle Plumeros, que sorteaba cada siete días un receptor Silcox de onda corta y larga (La Crónica, 31 de enero de 1935). CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 131

emisoras y empresas periodísticas privadas en las afueras de sus oficinas o imprentas para transmitir a los oyentes, que se congregaban en la vía públi- ca frente a ellas, información directa o indirecta de acontecimientos políti- cos, culturales, religiosos y deportivos. Las emisoras DUSA y Miraflores, y los diarios El Comercio, El Universal y El Eco (Iquitos) ejercitaron con éxito esta forma de comunicación con el público. Algunos restaurantes, bodegas y otros centros comerciales instalaron también altoparlantes o aumentaron el volumen de sus receptores en ocasiones especiales (algunos de los discursos de Sánchez Cerro y Benavides tuvieron esa difusión), o simplemente para atraer clientes, aunque en alguna ocasión se ganasen la antipatía de sus vecinos. Una nota aparecida el 25 de junio de 1935 en el diario El Comercio, titulada “Radio impertinente”, daba cuenta de una carta de residentes de las calles Santa María, Corcovado, Sagástegui y Mascarón en la que se quejaban del propietario de un cafetín que tenía encendido su receptor de radio “las veinticuatro horas del día” a todo volumen; decían que cuando terminaban las transmisiones locales, el dueño del negocio sintonizaba las extranjeras impidiéndoles dormir (El Comercio, 25 de junio de 1935). En otros lugares, en cambio, los vecinos se mostraban felices de que el propietario de un receptor compartiera las audiciones con ellos. Según una información proveniente de Cusco y publicada en el diario limeño La Crónica, con motivo del Congreso Eucarístico de Buenos Aires, numerosas familias se congregaban en residencias particulares donde había aparatos de radio para escuchar “fervorosamente los actos rituales” (La Crónica, 15 de octubre de 1934). En 1934, en Huari, la instalación de un aparato receptor en el domicilio de uno de los vecinos constituyó un acontecimiento que mereció su publicación en los diarios:

Se efectuó la instalación del aparato radio receptor en la población de Huari.- Huari, octubre 20 (United). Ante nutrida concurrencia se efectuó el día de ayer la instalación del aparato receptor de radio en la casa del teniente Isaac Ingunza, jefe de línea del puesto de la guardia civil. La instalación del aparato de radio ha tenido buen éxito, pues las audiciones se han efectuado con toda claridad no notándose ruido mayor. Esta mejora pública se debe al entusiasmo que desde hace tiempo ha puesto en práctica el teniente Ingunza. En las horas de audición, el pueblo se estaciona debajo de los balcones de la casa del teniente Ingunza y pasa momentos agradables, escuchán- dose perfectamente los programas de los Estados Unidos, de la Argentina y de Bolivia. Con motivo de esta instalación de radio, el teniente Ingunza 132 EMILIO BUSTAMANTE

ha recibido numerosas felicitaciones (La Crónica, 21 de octubre de 1934).

En otras provincias se promovió la compra comunal de receptores para que la programación de las estaciones fuese escuchada por todos los pobladores. En Huanta, la Municipalidad adquirió un radiorreceptor que instaló en mayo de 1934; según un despacho publicado en El Comercio:

La prueba resultó muy buena. Fueron captadas las estaciones principales de los Estados Unidos de Norte América, de Paris, de España de la República Argentina, de Bolivia y de Lima. La plaza principal, donde se efectuó una audición, estuvo muy concurrida por numerosas familias de la localidad, ya que es la primera vez que en esta localidad se hace una instalación de radio (El Comercio, 28 de mayo de 1934).

El mismo mes, en Puerto Maldonado se inauguró un aparato de onda corta, renaciendo “el optimismo por el progreso de la localidad”, según el despacho publicado en El Comercio (29 de mayo de 1934). En Moquegua, un “grupo de distinguidas señoritas” realizó actividades sociales para comprar un receptor con altoparlantes que fue instalado en la plaza principal y entregado a la Municipalidad para su administración, “debiendo funcionar en las noches para esparcimiento del vecindario” (La Crónica, 26 de febrero de 1935, edición de la tarde). También se colocaron receptores de uso público con aportes económicos de la comunidad en Cabana (1934), Trujillo (1935), Huaraz (1936) y Cerro Azul (1936). En Yungay tuvo lugar un caso singular; un despacho publicado en El Comercio lo exponía de esta manera:

La señorita Julia Coello Vinatea, presidente de la Sociedad de la Cruz Roja, reunió a un numeroso grupo de personas de esta localidad a quienes expuso la labor que lleva a cabo el comité de su presidencia. Se presentó a la consideración de las personas que habían sido convocadas las cuentas en detalle, apreciándose que figuraba un saldo de doscientos cincuenta soles en caja. Después de un ligero cambio de ideas sobre la forma de invertir de la mejor manera esa suma de dinero, se rechazó por mayoría la iniciativa de entregarlo a la sociedad de beneficencia para que sirviera de base para la construcción de un asilo de mendigos, y sin desvirtuar la finalidad patriótica de la colecta, se tomo el acuerdo de obsequiarlo al señor párroco para la compra de un radio, completando el valor con una erogación inmediata y destinar su renta a la construcción del templo de esta ciudad (El Comercio, 1 de octubre de 1934). CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 133

En Cora Cora, donde también se compró un aparato receptor, hubo reclamos por su mal funcionamiento (El Comercio, 5 de octubre de 1936). No solo las plazas fueron ámbitos de consumo masivo de radio. Las audiciones en salas destinadas al cine y el teatro ya habían tenido lugar en Lima en la década de 1920, y en Iquitos se repitió la experiencia en 1934, con la instalación de un receptor en el teatro Alhambra. Según El Comercio, la primera función que se brindó allí “resultó espléndida”, y “el público se retiró completamente satisfecho y complacido de contar con un importante lugar de esparcimiento” (El Comercio, 5 de octubre de 1934). Un hecho nuevo fue la asistencia de público a audiciones radiales en vivo. El primer “auditorio” lo constituyó la sala de conciertos de Radio Dávila (OAX4H), que se inauguró el 28 de octubre de 1935 con una función de gala en la que participaron la cantante Matilde Bonino y los músicos Alfonso de Silva y Teodoro Valcárcel (La Crónica, 29 de octubre de 1935). Radio Goicochea no tardaría en anunciar una revista radio-teatral con todo su personal artístico en el Teatro Municipal, donde el público, por módicos precios, podría conocer “los secretos de las transmisiones” (El Universal, 10 de diciembre de 1935). Lo común, sin embargo, no era que el público llegara a la radio, sino que ella fuera a donde estaba el público. Se instalaron receptores en hospitales y en centros penitenciarios. Un representante al Congreso, Elio Dalmau, obsequió un aparato de radio a la cárcel de Trujillo (La Crónica, 10 de octubre de 1935), y el Rotary Club de Chiclayo ofreció otro a los reclusos de esa ciudad (La Crónica, 24 de noviembre de 1936). También empezó a escucharse la radio en los automóviles. Al respecto, el periódico Tribuna alertaba en 1934 sobre lo que consideraba un peligro de accidentes de tránsito:

Actualmente circulan por Lima innumerables automóviles dotados de radio. Es la moda. Una moda de la que [se] hace muy mal uso. La radio en un automóvil está muy bien cuando se va [de] picnic; pero resulta un snobismo, una rastacuerada, utilizarlo, como lo hemos visto, cuando se circula por el Jirón de la Unión, en el que existen como cincuenta establecimientos que emiten la música de sus radios. El chofer, en un auto con radio, va pensando en el baile, en un paso de tango, o se distrae con las reminiscencias que le trae la música. Estamos seguros de que, en cuanto el número de autos con radio aumente, los choques se producirán con más frecuencia. Muchas veces, los accidentes sobrevendrán con un ritmo de minueto o de jarana (Tribuna, 29 de octubre de 1934). 134 EMILIO BUSTAMANTE

En la década de 1930, la radio se convirtió, a través de diversas modalidades, en un medio de consumo masivo. No obstante, también se elevaron voces —sobre todo en las provincias— que reclamaban mayor nitidez y alcance a las señales, especialmente a OAX4A Radiodifusora Nacional, que carecía de una estación de onda corta.

3.11 Hacia la creación de Radio Nacional del Perú

En setiembre de 1934, el técnico de radio J. Vásquez de Velasco, en una entrevista concedida a El Comercio, intentaba explicar las causas de la mala recepción de las señales de radio en Huancayo, atribuyendo el problema al bajo voltaje de las líneas (160 voltios), la interferencia de señales radiotelegráficas, los techos de calamina y los minerales de los cerros (El Comercio, 3 de setiembre de 1934). Se decía en la nota que ni siquiera la señal de onda corta de DUSA llegaba con nitidez, escuchándose únicamente, y de vez en cuando, la de Grellaud. Sin embargo, en 1935, un nuevo reporte de Huancayo indicaba que sí eran bien recibidas algunas transmisiones en onda corta del extranjero (entre ellas la de Radio Illimani de Bolivia) y las de Antonio Santelló (OA4R) desde Lima. Los pobladores de Huancayo pedían al gobierno que modificara la señal de OAX4A Radiodifusora Nacional de larga a corta, o que implementara una estación de onda corta para mantenerlos informados de los acontecimientos ocurridos en el resto del país y evitar “la circulación de rumores falsos de supuestos movimientos revolucionarios, como ocurrió en días pasados” (La Crónica, 30 de enero de 1935). Semanas después, una nota desde Pampas se orientaba en el mismo sentido: los vecinos se quejaban de no recibir la señal de la Radiodifusora Nacional, por lo que se veían obligados a recurrir a emisoras extranjeras de onda corta para conocer las noticias del Perú. Según el artículo era posible escuchar a las emisoras peruanas de onda corta (Grellaud, DUSA y Santelló) solo dos veces por semana, haciéndose urgente el establecimiento de una estación nacional que transmitiera diariamente en esa frecuencia (La Crónica, 11 de febrero de 1935). Al año siguiente, un despacho aparecido en El Comercio daba cuenta de similar malestar entre los habitantes de Tacna:

Nuevamente se han acercado a esta corresponsalía numerosos radioescuchas a solicitar que se publique en los diarios de la capital su pedido para que las estaciones radiotransmisores transmitan un servicio noticioso de la República y también del extranjero, porque es una lásti- ma oír en las estaciones transmisoras de otras repúblicas un buen servi- CAPÍTULO 1. DE OAX A RADIO NACIONAL DEL PERÚ (1925-1937) 135

cio noticioso, mientras que nosotros los de provincias nos tenemos que contentar con los radiocomentarios que hace una estación de Lima dos veces por semana (El Comercio, 29 de mayo de 1936).

La deficiente o nula recepción de la señal de onda larga de la Radio- difusora Nacional en varias provincias, trajo consigo en 1934 la rebeldía de los radioescuchas de Pisco y Talara, que se negaron a pagar la cuota semes- tral de diez soles por derecho de antena (El Comercio, 13 de setiembre de 1934; El Comercio, 28 de octubre de 1934). En febrero de 1936, el semanario Excelsior inició una campaña para abolir el cobro del derecho de antena que continuaba haciéndose a favor de la Radiodifusora Nacional OAX4A. Excelsior recordaba que la beneficiada con ese cobro era la empresa privada que todavía tenía en concesión la señal (Excelsior, 15 de febrero de 1936). Ante tales quejas, demandas y gestos de protesta, el Ejecutivo manifestó su intención de recuperar OAX4A y convertirla en una poderosa estación. Pidió para ello proyectos de inversión a empresas extranjeras y después de, supuestamente, evaluar varios de ellos, se inclinó por el que presentó la Marconi Wireless Telegraph Co. Ltd., nada menos. Para entonces el conflicto entre la Marconi y el Estado, surgido durante el régimen de Sánchez Cerro, había sido resuelto. Fue así como el 20 de noviembre de 1935 se emitió una resolución suprema autorizando al director de Gobierno para que, en representación del Presidente de la República, firmara un nuevo contrato con la empresa británica, esta vez conducente a la erección de la Estación Oficial Radiodifusora del Perú (El Comercio, 24 de noviembre de 1935).25

25 Lima, 20 de noviembre de 1935. // Siendo conveniente a los intereses nacionales el establecimiento de una estación radiodifusora oficial de potencia suficiente que permita ser escuchada tanto dentro del territorio nacional como en otros continen- tes; y obedeciendo este propósito al deseo del Supremo Gobierno de intensificar la campaña de culturización en que está empeñado, utilizando los métodos más modernos, vistas diferentes propuestas presentadas con tal fin, y considerando: // Que entre estas la que ofrece mayores ventajas a la economía nacional es la de The Marconi’s Wireless Telegraph Co. Ltd. condensada en el proyecto de contrato que se acompaña a este expediente. // Se resuelve: // Acéptase la propuesta presentada por The Marconi’s Wireles s Telegraph Co. Ltd., para la erección de la “Estación Oficial Radiodifusora del Perú”, mediante la celebración de un contrato consistente en las diecinueve cláusulas del proyecto adjunto. // El Ministerio del ramo queda encargado del cumplimiento de esta resolución y se autoriza al Director del Go- bierno para que, en representación del Supremo Gobierno, suscriba el contrato de referencia; el mismo que será elevado a la escritura pública para los efectos corres- 136 EMILIO BUSTAMANTE

El contrato, que no fue publicado, contemplaba —según el diario La Crónica— la construcción de un local idóneo para la emisora en la avenida Petit Thouars y el establecimiento de dos transmisores: uno de onda larga y el muy reclamado de onda corta. El costo, de 800.000 soles, sería cubierto por la Marconi, que tendría a cambio la administración de la emisora por diez años, al cabo de los cuales pasaría al Estado. El ingeniero de la obra era el británico Charles James, quien venía de instalar una radiodifusora en Finlandia; cooperaban con él un señor de apellido Rice, el ingeniero Carlos Tudela, quien era jefe del Servicio Radiotelegráfico Nacional, y el ingeniero Jorge Vargas Escalante (La Crónica, 13 de noviembre de 1936). El 16 de junio de 1936 se promulgó la Ley 8341, mediante la cual se suprimió el cuestionado cobro de derecho de antena. La misma ley autorizaba al Poder Ejecutivo a destinar el producto de los derechos de importación a que estaban afectos los aparatos de radio y sus implementos a la amortización del costo y mantenimiento de la Estación Radiodifusora Nacional. Tales derechos podían ser elevados, según la norma, “hasta un cincuenta por ciento más de lo que pagan en la actualidad”. La ley entraría en vigencia el 1 de enero de 1937.

pondientes. Rúbrica del Señor Presidente de la República- Rodríguez” (El Comercio, 24 de noviembre de 1935). 1925-1937 Inicios de la radio

Inauguración de OAX por el presidente Leguía. 20 de junio de 1925. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi), revista Mundial.

Un numeroso público se reúne en la Plaza San Martín para escuchar la primera transmisión oficial de OAX. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi), revista Mundial. Copia del acta de constitución de la Peruvian Broadcasting Company. Archivo de Juan Gargurevich.

Rosa Hernando, la primera locutora. Antonio Garland, primer director artístico Foto: Lima en el IV centenario de su fundación (Mon- de OAX. Foto: La Prensa, 1937. ografía), 1935. Sánchez Cerro dirige un mensaje radial después del atentado sufrido en Miraflores. 23 de marzo de 1932.

Guillermo Lazarte, director de OAX en 1935. Foto: Lima en el IV centenario de su fun- Rosa Elvira Figueroa, primera reina de la dación (Monografía), 1935. radio en 1936. (Archi), revista Cahuide. César Miró en Radio DUSA, donde dirigió La revista oral. Fue poeta, narrador, cronista, compositor de música y posteriormente productor de programas de televisión. En 1936 convocó a una multi- tud frente al local de la emisora para protestar por la anulación del partido de fútbol Perú-Austria durante las Olimpíadas de Berlín. Capítulo 2 La Edad de Oro (1937-1956)

1. Una radio “nacionalista”

Las conferencias y toda clase de audiciones difundidas por las ondas de OAX4A y OAX4Z encarnan el nacimiento del nuevo espíritu del pueblo peruano. El diapasón del progreso fija sus bases en todo el ambiente cultural de una raza. Radiocine, julio de 1938

1.1 Radio y política (1937-1939)

1.1.1 Radio Nacional del Perú Durante el trienio (1937-1939) en que el general Benavides gobernó sin Par lamento, se relanzó la emisora del Estado, con el nombre de Radio Nacional del Perú, y se le orientó hacia la propaganda externa e interna. La ceremonia de inauguración de Radio Nacional del Perú tuvo lugar en el flamante local de la emisora, situado en la avenida Petit Thouars, el 30 de enero de 1937. El general Benavides en persona inauguró la estación. En su discurso, el representante de la Marconi en el Perú, Miguel Mc Nulty, destacó el cumplimiento por parte de la citada empresa del encargo que recibiera del Gobierno, y describió los modernos edificios que com- prendía la estación: el destinado a estudios y oficinas, en la avenida Petit Thouars, y el ubicado en el distrito de San Miguel, donde se hallaba la planta de transmisión. A su turno, Benavides aprovechó los micrófonos para dirigir un discurso a la nación en el que, una vez más, exaltó los logros de su régimen, entre los que incluyó la propia inauguración de Radio Nacional. Dijo el Jefe de Estado:

[141] 142 EMILIO BUSTAMANTE

Con la instalación de esta nueva Radiodifusora, mi Gobierno realiza una de las más vivas y justificadas aspiraciones en su perseverante obra de nacionalismo, de organización y de progreso. El Perú cuenta desde hoy con una de las Estaciones más poderosas y perfeccionadas de la América el Sur. A partir de este instante, las corrientes del conocimiento adquieren mayor frecuencia entre nuestros pueblos, y la misma distancia se convierte para ellos en proximidad y vínculo con todas las naciones de la tierra (El Comercio, 31 de enero de 1937).

Benavides afirmó sentirse complacido de “haber encomendado estos trabajos a la Compañía Marconi, cuyo prestigio mundial para esta clase de obras es nuestra mejor garantía”. Se despidió dirigiéndose a:

[…] mis conciudadanos de todas las regiones de la república […], a los peruanos que hallándose lejos de la Patria tienen fijos en ella el pensamiento y la esperanza; a las colectividades extranjeras que eligieron nuestro suelo para elevar nuevos hogares e identificarse en nuestro esfuerzo; a España que nos legara el noble idioma con el que trasmitimos hoy a las naciones amigas del orbe, nuestro mensaje cordial y nuestros fervientes votos porque la prosperidad y la paz presidan para siempre los destinos humanos (El Comercio, 31 de enero de 1937).

De 1937 a 1939, Radio Nacional tuvo como gerente general a Miguel Mc Nulty. La dirección comercial la ocupó Guillermo Lazarte y el director artístico fue Antonio Garland. Transmitía en tres longitudes de onda: OAX4A (351 metros, 854 kilociclos), OAX4T (31,37 metros, 9562 kilociclos) y OAX4Z (49,32 metros, 6082 kilociclos). El empleo político dado al medio por Benavides se intensificó en ese lapso, acentuándose, asimismo, un sesgo “nacionalista” en los mensajes y programación. A un año de inaugurada Radio Nacional del Perú, la revista Radiocine, muy afecta al régimen, destacaba cómo la emisora se había convertido en “intermediaria de la patriótica labor del General Benavides, que hace llegar sus frases de optimismo a los confines más lejanos del suelo nacional” (Radiocine 13, julio de 1938); y precisaba:

Las conferencias y toda clase de audiciones difundidas por las ondas de OAX4A y OAX4Z encarnan el nacimiento del nuevo espíritu del pueblo peruano. El diapasón del progreso fija sus bases en todo el ambiente cultural de una raza. Ya no podemos engañarnos de que la época de la recuperación de las fuerzas vivas del país es un hecho. El arte, las ciencias, las industrias y los ejercicios que preparan los músculos de un hombre, abriéndole nuevas perspectivas en el momento por el que atravesamos, son recogidos con toda preferencia, en las charlas que Radio Nacional efectúa. Pero lo que en el año transcurrido ha sido más CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 143

saltante es el contacto que se ha producido entre los hombres dirigentes del Perú con los ciudadanos de todos los sectores sociales repartidos en los más lejanos lugares de la República. El Presidente de la República, General Benavides y sus Ministros de Estado, han hecho conocer sus gestiones realizadas para el rápido crecimiento de todas las actividades sociales, industriales, comerciales, educativas y formación de una nacionalidad unificada. Antes de ahora no se conocía la labor desempeñada por los mandatarios y sus colaboradores; pero hoy, mediante la comprensión de ellos, que saben el deber contraído con el resto de la nacionalidad no se ocultan planes y se publican. Quiere decir, que todo se hace con el consenso de los ciudadanos. Las palpitaciones del alma nacional, reflejada por el Jefe del Estado y sus Ministros, día a día se agigantan y se conocen por la radiodifusión de las ondas de OAX4A y OAX4Z (Radiocine 13, julio de 1938).

1.1.2 El Reglamento General de Radiocomunicaciones de 1937 En armonía con la “nueva era” iniciada con el relanzamiento de la radiodifusora estatal, el gobierno de Benavides emitió, el 30 de junio de 1937, un Reglamento General de Radiocomunicaciones, que reemplazaba al de 1932. Consagraba el establecimiento de una estación de propiedad del Estado y pretendía poner remedio al carácter “precario” con el que habían sido dadas las licencias a las ya numerosas estaciones que funcionaban en el país. El Reglamento ratificó que toda estación, transmisora o receptora, debía contar con una licencia otorgada por resolución suprema, y cuya duración era de un año. Distinguía, además, los siguientes tipos de estaciones: a) Estaciones transmisoras de radiodifusión comercial privada (música y voz). b) Estaciones privadas de radiocomunicación (telegrafía únicamente). c) Estaciones aeronáuticas y de aeronaves (voz y telegrafía). d) Estaciones receptoras de noticias. e) Estaciones experimentales de carácter científico (voz, telegrafía y música para ensayo solamente). f) Estaciones de carácter cultural (voz y música). g) Estaciones de aficionados (voz, telegrafía y música solo para ensayo).

Las estaciones de radiodifusión comercial privada eran definidas como “aquellas dedicadas a emitir conjuntamente con su programa musical la 144 EMILIO BUSTAMANTE

propaganda del producto o artículo cuya representación se acreditó al momento de solicitar licencia”. Podían también “trasmitir avisos comerciales que no figurasen en su giro de negocios”; pero en ese caso debían regirse de acuerdo con las tarifas establecidas por Radio Nacional, y estaban obligadas a pagar el 10 por ciento de sus ingresos por tal concepto a la emisora del Estado (Vargas y Gamio 1944: 256-260). El Reglamento perfilaba con claridad el modelo de radiodifusión que se seguiría en adelante: el de una radio predominantemente comercial privada, pero con el funcionamiento permanente de una poderosa emisora estatal.

1.1.3 La Segunda Conferencia Sudamericana de Radiocomuni caciones La Segunda Conferencia Sudamericana de Radiocomunicaciones tuvo lugar en Río de Janeiro, del 7 al 20 de junio de 1937. Terminó con la suscripción del Segundo Acuerdo Sudamericano de Radio, que reemplazó al primer acuerdo firmado en 1935, en Buenos Aires. Asistieron representantes de nueve países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. El delegado peruano, Carlos Tudela, dijo a su regreso que se había obtenido un canal exclusivo para Radio Nacional en todo el continente, sobre la frecuencia de 1120, para lo cual fue necesario notificar a cinco estaciones ubicadas en esa misma frecuencia con el fin de que se retiraran y pudiese escucharse a la emisora estatal con toda nitidez. Dijo también que se había conseguido libertad completa para ubicar emisoras en lugares donde el gobierno creyese conveniente, “respetando los convenios existentes”, así como el acuerdo de que toda noticia de política nacional e internacional fuera autorizada por las oficinas competentes, evitando así “la perturbante (sic) piratería de noticias”. De otro lado, se había avanzado en el compromiso de elaborar leyes y medidas administrativas que hicieran uniforme una legislación sobre derechos de autor (Cascabel 124, 30 de octubre de 1937).

1.1.4 La radio como medio de propaganda política internacional José Perla Anaya ha destacado cómo, ya en 1936, el régimen de Benavides ponía énfasis en el objetivo propagandístico de la radio desde los considerandos de un documento legal:

Que la propaganda como medio de hacer conocer en el exterior las actividades nacionales, va tomando incremento cada vez mayor en los principales países del mundo. Que ella no debe limitarse al aspecto comercial, sino comprender también el industrial, el cultural y el artístico, CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 145

y es preciso para ello que se utilicen todos los medios modernos de difusión, comprendiendo prensa y publicidad, radio y cinematografía (citado por Perla 1995:50).

A partir de la inauguración de Radio Nacional en 1937, este objetivo sería claramente perseguido. En diciembre de 1938, se realizó en Lima un evento apropiado para alcanzarlo: la VIII Conferencia Internacional Americana. Participaron en ella representantes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Se deliberó sobre “la creación de una Corte Interamericana de Justicia, la codificación del Derecho Internacional Americano, la eliminación a las restricciones y limitaciones al comercio internacional, y la cooperación intelectual y técnica en el hemisferio” (Atlántida 1981, II: 272). Radio Nacional emitió boletines diarios y mensajes de los delegados de los países participantes. Transmitió también una proclama de periodistas latinoamericanos y una audición especial que tituló “Voces femeninas ante la VIII Conferencia”, con “las palabras de distinguidas damas representativas de la intelectualidad femenina americana”. El 26 de diciembre, un día antes de la clausura de la Conferencia, se ofreció a los delegados una función de gala de la revista musical América a través de la radio en el Teatro Municipal, dirigida por Rosa Elvira Figueroa, quien había sido nombrada asesora artística de Radio Nacional; los “temas folklóricos americanos” del espectáculo eran aportados por Rosa Mercedes Ayarza de Morales (Voces en Ondas 49, 27 de diciembre de 1938). En enero, la revista Cahuide, dirigida por el argentino Jorge Aprile, decía:

Nadie, casi podemos asegurar, habría podido afirmar antes de esta Conferencia, la importancia que se derivaría para el Perú, en el sentido de una verdadera propaganda práctica y efectiva, las transmisiones, que durante esta Conferencia se han sucedido sin interrupción, día a día, por intermedio de Radio Nacional (Cahuide 22, enero de 1939).

En verdad, es poco probable que nadie hubiese reparado en las posibilidades propagandísticas que el evento y el medio ofrecían, no solo al país sino al gobierno. La revista América a través de la radio, que se ofreció a los delegados de la VIII Conferencia, fue exhibida en enero de 1939 en el Teatro Segura. En realidad, aludía a la televisión y no a la radio, y en ella se incluía la acción de un personaje que salía de la pantalla del televisor para incorporarse al mundo “real”. La trama era la siguiente, según la revista Voces en Ondas: 146 EMILIO BUSTAMANTE

Un grupo de excursionistas viaja a bordo del avión “BUITRE” de la Compañía de Aeronavegación Intercontinental, rumbo a Lima, cuando, por una falla del motor, se ven obligados a efectuar un aterrizaje forzoso en pleno campo. Entre los viajeros, se dirige a Lima un inventor norteamericano, míster Stahl, que ha fabricado un receptor de Televisión y está interesado en hacerlo conocer por personas de influencia en la capital. Don Luis de Agüero, otro de los viajeros, quien viaja en unión de su esposa, Blanca Flor, le ofrece todo su apoyo, a condición de una demostración del receptor, que míster Stahl no tiene inconvenientes en efectuar en pleno campo, mientras se espera la llegada de un avión de trasbordo. Viajan también en el “BUITRE”, una muchacha Rosita, y un joven Julián, entre los cuales se establece una corriente de simpatía. Se verifica la demostración y van apareciendo ante el asombro de los viajeros, escenas típicas de cada uno de los países de América, a medida que van sintonizando. Mientras tanto, don Luis Agüero hace creer a sus oyentes, y en especial al inventor, que él posee grandes haciendas en el territorio peruano, etc., siendo lo cierto que es un simple y modesto portero del Congreso que está viajando gracias al cupón premiado del último concurso organizado por el Jabón Estrella. En el intervalo, Julián declara su amor a la joven viajera y consigue del piloto del avión, que se demore el viaje, pues la avería ha sido reparada. Prosigue la exhibición de música folklórica americana. Rosita no quiere aceptar el amor de Julián por razones muy especiales. La situación es altamente divertida, llena de ingenio sutil y de gracia y el interés no decae en ningún instante produciéndose un desenlace inesperado por el público que llena de confusión a todos los personajes. Termina la acción y la obra de revista con una apoteosis final en la cual Luis de Agüero baila una marinera típica nacional, con toda su sal y pimienta, con una de las figuras que han brotado de la pantalla televisora, tomando parte en el coro y palmoteo todos los actuantes. Final algo fantástico, pero lleno de novedad, interés y sobre todo, gracia, que es la virtud predominante en la Revista “América a través de la radio” (Voces en Ondas 51, 17 de enero de 1939).

1.1.5 La radio como medio de propaganda interna La propaganda gubernamental a través de la radio se orientó también hacia el interior; y estuvo acompañada de un discurso nacionalista acorde con los tiempos, y que buscaba contrarrestar el de organizaciones políticas de oposición (en especial el Apra y el Partido Comunista) que habían sido puestas al margen de la ley y a las que se había estigmatizado por su internacionalismo. El papel de propaganda fue adjudicado explícitamente a la radio estatal. En los considerandos de la Ley 8667 del 12 de mayo de 1938, que otorga CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 147

un crédito extraordinario a Radio Nacional del Perú, se lee que: “Es deber del Estado fomentar el funcionamiento de organismos que, como Radio Nacional del Perú, realizan acción cultural y de propaganda” (Congreso de la República del Perú, en línea). Además de los discursos y “charlas” oficiales retransmitidos por Radio Nacional; revistas especializadas en el medio, como Voces en Onda y Radiocine, dirigidas a sectores populares, publicaban panegíricos al gobierno, mezclados con canciones de moda y noticias frívolas. En el número 2 de la revista-cancionero Voces en Ondas, al pie de una nota editorial en la que se pedía más melodías populares en las emisoras, se publicó una marcha para piano dedicada al presidente Benavides (en la página central aparecía la partitura, firmada por el maestro Purizaga). La marcha, titulada Prosperidad, hacía un resumen laudatorio de la gestión del régimen:

En cuatro años y meses de gobierno / laborioso, patriota y paternal / consolida el Perú su orden interno / y conquista prestigio universal // Los empleados y obreros carecían / de asistencia social y atención / y el triste desamparo en que vivían / ha cesado al brindarles protección // Vías libres, / barrio obrero, / dique seco, / previsión, / más escuelas / y al deporte / la mayor / dedicación. // El Ejército, la Armada / y la Aviación Nacional / provistos en abundancia / de moderno material. // Auxilio a los hospitales / desayuno a los niños, / jubilación, cesantía / y asistencia en la vejez. // Aumento de los ingresos / de la Hacienda Nacional / y los pagos con el día / con agrado general. // Auxilio a las madres pobres, / control a la inmigración, / Universidad abierta / y aumento en la exportación. // Vías libres, etc. (Voces en Ondas 2, s/f).

Por su parte, la revista Radiocine, dirigida por Alfredo Ordóñez Lugo, además de festejar “el renacimiento del folklore peruano” ayudado por “las múltiples estaciones de radio ubicadas en todo el territorio”, elogiaba la labor educativa del gobierno, expresada en la construcción de escuelas, y acompañaba la loa con una foto del general Benavides alzando en brazos a una pequeña estudiante (Radiocine 13, julio de 1938).

1.1.6 Música criolla y nacionalismo La presencia de la música criolla en la radio había ido creciendo desde 1934, pero fue en 1937 que se inició su auge mediático; para ello, contó con el respaldo del Estado y de los propietarios de las emisoras privadas. La mayor frecuencia en la programación de la música criolla coincidió con la estrategia “nacionalista” del gobierno de Benavides. En octubre de 1937, una disposición oficial establecía que las “estaciones de radio del Perú deben dar ubicación preferente a la música nacional” (Cascabel 123, 148 EMILIO BUSTAMANTE

24 de octubre de 1937). El encargado de hacer cumplir esa norma era Fernando Bontá Chávez y la primera víctima habría sido Radio DUSA, a la que se le suspendió por veinticuatro horas por infringir la disposición (Cascabel 126, 13 de noviembre de 1937). En julio de 1938, la revista Radiocine, decidida partidaria del régimen, sostenía:

Nos encontramos en un momento oportuno para poder cimentar sobre bases sólidas las instituciones que tengan por fin el cultivo del Folklore nacional. Nuestra música está en plena etapa de transición y en camino de unificar motivaciones. El movimiento cultural, ayudado por las vías de comunicación y por las múltiples estaciones de radio ubicadas en todo el territorio, están colaborando en la rápida personificación de los diferentes temas de las regiones peruanas, que encuentran, como nunca fue, la simpatía y el aplauso públicos […]. Dos años atrás sentíamos el peso muerto de la injerencia extranjera en la música, en el cine y otros sectores de la cultura […]. Ahora sentimos felizmente la pujanza de la raza traducida en diferentes direcciones, inclusive en el campo artístico, más valioso, por cierto, tomándolo en el sentido de formar el sentimiento de unidad nacional (Radiocine 13, julio de 1938).

Ese mismo año, en el Teatro Municipal de Lima tuvo lugar un concier- to de Fiestas Patrias, con asistencia del presidente Benavides, en el que se interpretó música popular peruana seleccionada y arreglada por Rosa Mercedes Ayarza de Morales. La misma recopiladora comentaría entonces que:

[…] la concurrencia de altos funcionarios del Estado les permitirá también apreciar la calidad de nuestro folklore musical y sus innumerables pro- yecciones en los que se refiere al momento de nuestro sentimiento nacio- nalista por la exaltación de los valores propios, postergados hasta ahora por importaciones extranjeras, de inferior calidad (citada por Zanutelli 1999: 103).

No obstante lo funcional que resultaba el auspicio de la música popular peruana a la política nacionalista del régimen, la emisora del Estado, bajo la dirección artística de Antonio Garland, mantuvo un cierto equilibrio en la oferta de distintos géneros y estilos musicales. Una revisión de la programa- ción de Radio Nacional entre junio de 1938 y diciembre de 1939 (El Comercio, Voces en Ondas) revela que, aun habiéndose incrementado su presencia, la música peruana (costeña y andina) era solamente una de las propuestas de la estación, que emitía también música argentina, brasileña, cubana, mexica- na, boliviana, ecuatoriana, española, zíngara, italiana, rusa, francesa, y nor- teamericana (en especial el swing). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 149

En ese lapso hubo, sin embargo, una corriente de opinión que deman- dó una mayor presencia de la música popular peruana en la radiodifusora oficial. El semanario Alta Voz, por ejemplo, editorializaba:

Notamos en los programas de Radio Nacional […] una cierta deficiencia ambiental de colorido y sabor criollo. Es decir, que no bastan los peruanísimos programas de La Limeñita y Ascoy. Tampoco las audiciones peruanas del Maestro Sánchez Málaga o las estampas incaicas del cuarteto que dirige Félix Francisco Castro […]. Por eso sugerimos a los señores de la dirección artística de nuestra primera emisora, que programen, por ejemplo a conjuntos como el de Romero, Las Criollitas, o cualquier otro número esencialmente popular que daría mejor tinte criollo a sus audiciones y completaría el clima nacionalista que dicha estación tan ardorosamente persigue (Alta Voz 14, 6 de octubre de 1939).1

Cascabel, por su parte, exageraba y decía que en Radio Nacional “todo es música de Italia o de México, de Hawai o de Argentina” (Cascabel, 2 de setiembre de 1939). Por otro lado, para los empresarios privados, más allá de la sanción sufrida por DUSA, acatar la disposición de irradiar música popular peruana en esos años no les fue difícil: era la que más reclamaban los oyentes y permitía, por tanto, captar capitales de los anunciantes. Despreciada durante décadas por la elite,2 marginada por la radio3 e ignorada por los poderes públicos, la canción criolla, expresión cultural y

1 Consecuente con su demanda de promoción de la música criolla, Alta Voz convocó a un concurso de letras de canciones de ese género. En octubre de 1939 dio a conocer los resultados. En primer lugar quedó el vals La muñeca rota de las Hermanas Quinteras (Serafina Quinteras, seudónimo de Esmeralda González Castro, y Joaquina Quinteras, seudónimo de Emma Castro). El segundo lugar fue para el vals Olvido de Amparo Baluarte (Alta Voz 16, 21 de octubre de 1939). 2 Steve Stein, quien en 1971 realizó varias entrevistas a compositores y cantantes criollos de la llamada Guardia Vieja, afirma que: “La estrecha identificación de la música criolla con las masas populares llevó al total rechazo de tal música por parte de las clases alta y media de Lima. La antipatía exhibida por estos últimos grupos hacia la expresión popular alcanzó tal virulencia que los músicos de clase baja a menudo sufrieron agresiones verbales y, en ocasiones, físicas, cuando llevaban abiertamente sus guitarras a vecindarios aristocráticos” (Stein 1986: 90). 3 Según Cascabel, la señora Grellaud, programadora de la emisora del mismo nombre, “le tenía una aversión increíble a la música criolla, a la que consideraba como música de jarana y calificaba de ‘música aguardentosa’. Sólo una vez, y esto merced a mil gestiones personales, admitió a la señora Estela Alva como cancionista criolla. Es la única concesión que hizo” (Cascabel 292, 19 de octubre de 1940). 150 EMILIO BUSTAMANTE

artística de los trabajadores urbanos de la costa, adquirió así reconocimiento “nacional” a fines de la década de 1930, debido a la necesidad del gobierno de asumir la representatividad de esos sectores populares citadinos que peligrosamente se estaban desbordando y reconociendo dirigencias que cuestionaban su autoridad. Así como eran satisfechas explícitas demandas económicas y sociales por la dictadura de Benavides (estableció el Seguro Social Obligatorio, creó el Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación, y construyó barrios obreros y restaurantes populares), eran atendidas también implícitas demandas culturales. Pero, así como en el campo de lo político y social quedaba seriamente limitada la organización autónoma de los trabajadores, los temas y versos de las canciones criollas emitidas por la radio también debieron ceñirse a algunos parámetros, a fin de adecuarse a las expectativas del gobierno y los sectores que se pretendían hegemónicos. No es inverosímil, por lo mismo, que el vals criollo El Plebeyo, de Felipe Pinglo, fuese censurado en 1939.

1.1.7 La censura El músico y compositor piurano Enrique Pozo Zegarra ha descrito, en más de una ocasión (Pozo 1984, Kato 1975), un incidente de censura a El Plebeyo y otras canciones criollas ocurrido en 1939. Pozo era entonces integrante del trío de cuerdas de Radio Goicochea y encargado de elaborar los programas de música criolla de esa emisora. Un día, al presentar los temas que habían seleccionado los cantantes Delia Vallejos y Javier González, el director artístico de la estación, Eduardo Sierralta Lorca, tomó un lapicero y tarjó El Plebeyo en los programas. Los cantantes acudieron al despacho de Sierralta a pedirle explicaciones, y este, solicitándoles reserva, les dijo que la Dirección de Radio había prohibido la emisión de El Plebeyo y otros valses criollos bajo amenaza de multa a la emisora y suspensión indefinida a los cantantes que los interpretaran. Les mostró, además, el documento que contenía la prohibición y el listado de las canciones. Los otros temas censurados eran, según Pozo Zegarra: La oración del labriego, Mendicidad, El canillita, El huerto de mi amada, Droga divina,4 todos ellos de Pinglo; Fin de bohemio y El expósito de Pedro Espinel; y El tísico de Luis Molina. El motivo de la

4 No existe una composición de Pinglo con ese nombre; probablemente el autor se refiera a Sueños de opio. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 151

censura habría sido el supuesto carácter subversivo de las letras de esos valses. Pozo Zegarra afirma que las autoridades gubernamentales habrían atribuido la autoría de El Plebeyo al líder del Apra, Víctor Raúl Haya de la Torre.5 El mencionado director artístico de Radio Goicochea, Eduardo Sierralta Lorca, era chileno. Había sido dirigente ferroviario anarcosindicalista en su país, y en 1927 fue deportado al Perú después del golpe militar de Carlos Ibáñez del Campo contra Arturo Alessandri. En Lima trabajó en Radio DUSA, Radio Grellaud y Radio Goicochea. En julio de 1939 dejó su cargo en esta última emisora. Fue autor de una novela, El Apra y La Sombra (1957), sobre las supuestas relaciones entre el Partido Aprista y el espiritismo. En ese texto de ficción política (que lleva prólogo de David Alfaro Siqueiros y una “somera noticia acerca del autor” escrita por el ex parlamentario comunista chileno Salvador Ocampo) se lee un encendido elogio al vals peruano y Felipe Pinglo, así como frases muy duras respecto de los dueños de Radio Lima (ex Radio Grellaud), Jorge Carcovich y José Bolívar; no se menciona, sin embargo, a Radio Goicochea ni se hace alusión alguna al incidente de la censura a valses criollos. La censura era común en esos años. Maruja Venegas recuerda que se elaboraban los programas de las emisoras por triplicado: una copia era para el conductor, otra para la dirección de la radio y la tercera para el Ministerio de Gobierno (entrevista con Maruja Venegas, 6 de noviembre del 2009). Gonzalo Toledo precisa:

5 La letra de El Plebeyo es la siguiente: “La noche cubre ya con su negro crespón / de la ciudad las calles que cruzan las gentes con pausada acción / la luz artificial con débil proyección / propicia la penumbra que esconde en sus sombras / venganza y traición. / Después de laborar llega a su humilde hogar / Luis Enrique, el plebeyo, el hijo del pueblo, / el hombre que supo amar / y que sufriendo está esa infamante ley / de amar a una aristócrata siendo plebeyo él. // Trémulo de emoción, dice así en su canción: // El amor siendo humano tiene algo de divino / amar no es un delito porque hasta Dios amó / y si el cariño es puro y el deseo sincero / por qué robarme quieren la fe del corazón. / Mi sangre aunque plebeya también tiñe de rojo / el alma en que se anida incomparable amor / ella de noble cuna y yo humilde plebeyo / ni es distinta la sangre ni es otro el corazón. / Señor por qué los seres no son de igual valor. // Así en duelo mortal abolengo y pasión / en silenciosa lucha condenarnos suelen a grande dolor / al ver que un querer porque plebeyo es / delinque si pre- tende la enguantada mano de noble mujer. / El corazón que ve destruido su ideal / reacciona y se refleja en franca rebeldía que cambia su humilde faz / y el plebeyo de ayer es el rebelde de hoy / que por doquier pregona la igualdad en el amor” (Leyva 1999: 107). 152 EMILIO BUSTAMANTE

Antaño las estaciones de radio eran controladas por las autoridades de Gobierno (hoy del Interior), mediante una oficina instalada en el segundo piso del Pasaje del Correo, la misma que era jefaturada por don Víctor Ramírez Mantilla, persona afable, no mal vista por los broadcasters; en cambio temida por locutores y todo aquel que tuviera que ver con las actividades de las cabinas de emisión. En realidad se trataba de una oficina que ejercía la censura con el disfraz de control. Era obligación de los funcionarios de las radios llevar a la referida oficina, para su visación, la programación diaria, los libretos de radioteatro, determinados avisos, etc., sin cuyo requisito no podían ser difundidos. Este control subsistió hasta 1945. Que no quepa la menor duda que en la “línea de mira” de don Víctor y de los empleados de la oficina de control, estaban: el animador mexicano Alfonso D’Alessio, Edmundo Moreau, Augusto Ferrando, Teresita Arce, el Gaucho Aprile, Paco Andreu, el Abuelito Tito, Carlos Revolledo y algunos otros nombres, por temor a que dijesen —según las autoridades— alguna inconveniencia (Toledo s/f: 31).

Cabe mencionar que varios de los nombrados por Toledo (Moreau, Arce, Andreu y Revolledo) eran comediantes. Como volvería a ocurrir en épocas posteriores, la crítica a la dictadura se filtraba a través del humor. Las faltas de artistas y locutores eran sancionadas con suspensiones, pero existían también penas severas para quienes utilizaran el medio en contra de los intereses del gobierno. La Ley 8505, del 19 de febrero de 1937, Ley de Defensa Social y Seguridad Interior de la República (Congreso de la República del Perú, en línea), penaba a quienes “[…] verbalmente, por escrito, o por cualquier otro medio, propaguen en el interior o el exterior de la República, noticias o informaciones falsas o tendenciosas, destinadas a alterar el orden público o a dañar el prestigio del país, de sus instituciones, de sus altos funcionarios o de la Hacienda Nacional” (artículo 1, inciso 2); a “[…] los que fomenten o propaguen por cualquier medio, individual o como miembros de asociaciones, instituciones, grupos o partidos políticos, doctrinas o propósitos que tiendan a alterar o modificar violentamente el orden político o social de la República” (artículo 1, inciso 3), y a los

[…] que inciten a destruir o inutilizar, o destruyan o inutilicen, interrumpan o se apoderen, total o parcialmente, de los servicios pú- blicos, en especial de las vías de comunicación, medios de transporte, alumbrado, aguas, cables, telégrafos, teléfonos y radio, con el propósito de subvertir, variar o sustituir al Gobierno, o causar intimidación (artículo 2, inciso 8). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 153

1.1.8 Mensaje no emitido: El fallido golpe de Estado del general Rodríguez En la madrugada del sábado 18 de febrero de 1939, el general Antonio Rodríguez pretendió dar un golpe de Estado contra Benavides, previa conspiración con dirigentes apristas. Benavides se hallaba entonces fuera de Lima. La intentona acabó rápidamente cuando Rodríguez fue muerto por un policía al ingresar a Palacio de Gobierno. Según el diario El Universal, uno de los “primeros cuidados” de Rodríguez fue “dirigirse telefónicamente a la Estación Central de Telé- grafos y a la Estación de Radio Nacional, por medio de los cuales pretendía comunicarse con el resto de la República”, pero ello no fue posible porque los directivos de esas instituciones evadieron astutamente la solicitud de los golpistas de que transmitieran el mensaje del general rebelde (El Universal, 22 de febrero de 1939). El jefe técnico de Radio Nacional, René Dubreuil, relató que había sido despertado a las seis de la mañana del sábado por una llamada telefónica de un comisario de policía que le exigía asistir a esa hora a la estación. Dubreuil acudió y el comisario le exigió que transmitiese por los micrófonos el pronunciamiento del golpe. Dubreuil se excusó arguyendo que no era posible atender el pedido sin poner en marcha el transmisor de la avenida La Marina, para lo cual tenía que ir hasta allá. Se trasladó al lugar acompañado de un oficial y habló con el técnico encargado, pero de regreso en las oficinas de la emisora, Dubreuil aprovechó una distracción de los golpistas —mal organizados e indecisos— y huyó sin transmitir el mensaje (El Universal, 24 de febrero de 1939). Una vez que Benavides fue informado del amago insurreccional, envió por la radio del buque Rímac, donde se encontraba, unas palabras a la ciudadanía llamando “traidores” a los golpistas y anunciando su pronto retorno a la capital. Llegó en la tarde del mismo sábado.

1.1.9 El plebiscito y las elecciones generales de 1939 El 18 de abril de 1939, el gobierno de Benavides emitió la Ley 8875, con- vocando a un plebiscito. El objetivo era reformar la Constitución a fin de fortalecer el Poder Ejecutivo. Se fijó como fecha para el plebiscito el 18 de junio. El 25 de marzo, el Jefe de Estado se dirigió al país por Radio Nacional. Defendió el modelo presidencialista en contra del parlamentarista; y planteó crear facultades legislativas para el Presidente de la República, que deberían ejercerse durante el receso parlamentario, así como la potes- tad de observar las leyes emanadas del Congreso. Aclaró que su pedido era 154 EMILIO BUSTAMANTE

con miras al futuro del país, pues, como era obvio, él gobernaba sin Congreso. Solicitó, además, eliminar mediante el plebiscito “las comisiones de investigación parlamentaria” que se podían hacer según la Constitución de 1933, “en cualquier momento y sobre cualquier materia”, y cancelar las atribuciones otorgadas al Poder Legislativo para “crear y suprimir contribu- ciones y empleos públicos, votar gastos e inversiones de cualquier especie, sin la previa iniciativa del Ejecutivo”, así como las de “intervenir en cues- tiones de carácter técnico o que exigen riguroso secreto” (Atlántida 1981, II: 282-286). A dos días de su alocución a favor de la reforma constitucional planteada en el plebiscito, Benavides promulgó la Ley 8862 convocando a elecciones generales para el día 20 de octubre de 1939. La víspera del plebiscito, Benavides dirigió un mensaje a través de Radio Nacional bajo la forma de una entrevista. La Crónica transcribió la introducción que hizo el locutor de la emisora a las declaraciones del Jefe de Estado:

La equivalencia que posee la labor radiofónica con la periodística, nos llevó a solicitar del señor Presidente de la República, general Benavides, una entrevista en la que a manera de reportaje, y en víspera de la trascendencia del acto plebiscitario que mañana va a realizarse nos permitimos llevar a nuestros oyentes, las palabras de sereno patriotismo del Jefe de Estado, reafirmando su pensamiento ante las reformas cons- titucionales planteadas. Nos permitimos acudir al Palacio de Gobierno en la esperanza de que el Presidente de la República, acogiera nuestra solicitud. Sabemos, que a despecho de su infatigable labor, su palabra franca y aconsejadora, podría llegar oportunamente a nuestros oyentes. Venturosamente ha sido así (La Crónica, 18 de junio de 1939).

En la “entrevista”, Benavides reiteró que las reformas constitucionales que se consultaban en el plebiscito no estaban animadas por interés personal alguno, pues dejaría el poder a fin de año, “y, por tanto, no sería él beneficiario de las indispensables reposiciones de prerrogativas presidenciales” (La Crónica, 18 de junio de 1939). El plebiscito se realizó en la fecha señalada, y, según datos oficiales, el 87,83 por ciento de la población votó por las reformas constitucionales planteadas; solo el 12,17 por ciento se habría opuesto. La Constitución quedó reformada por Ley 8929 del 24 de julio de 1939. Benavides volvió a dirigirse a la nación por radio el 26 de julio: CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 155

Con la abrumadora votación a favor de las reformas constitucionales, no sólo habéis correspondido plenamente a la fe que tenía y tengo en vosotros. La habéis afianzado, la habéis fortalecido, la habéis superado. Es el motivo que me lleva a dirigiros hoy la palabra. Quiero expresar, en estos momentos, mi honda gratitud a todos los pueblos de la República que rivalizaron, sin excepción alguna, por dar a mi Gobierno y a mi persona el más alto y cierto testimonio de la confianza nacional. Como gobernante puedo y debo decir, con inmenso orgullo y satisfacción legítima, que existe entre el pueblo peruano y yo una firme y verdadera conjunción de ideales y de sentimientos. Lo habéis demostrado con vuestro voto, despreciando la propaganda malévola y calumniosa con que se pretendió desvirtuar la pureza de la consulta plebiscitaria (La Crónica, 27 de julio de 1939).

No obstante, advertía: “Creo que en el futuro, el Perú no podrá apartarse sin peligro de los precisos y definitivos lineamentos de la política seguida por mi gobierno” (La Crónica, 27 de julio de 1939). El candidato “oficial” fue , hermano de Jorge Prado Ugarteche, el ex primer ministro de Benavides y aspirante a la presidencia en los frustrados comicios de 1936. Los Prado constituían una acaudalada familia vinculada a la industria textil y las finanzas (eran dueños de Tejidos Santa Catalina y el Banco Popular, entre otras muchas empresas), y tenían especial interés en la ampliación del mercado interno (Portocarrero 2008). Sobre ellos pesaba, sin embargo, un estigma: su padre, , siendo Presidente de la República, había viajado a Europa en 1879, durante la Guerra del Pacífico, supuestamente para agilizar la compra de armas. No regresó al Perú sino hasta después de la guerra. La opinión pública había tomado esa acción como una fuga del mandatario; recayendo sobre él, además, las sospechas de hurto del erario del Estado. No obstante, Manuel Prado iba a las elecciones de 1939 como favorito, tanto por el respaldo de Benavides como por el hecho de que el Apra, aún en la clandestinidad, lo consideraba un “mal menor” frente a la otra candi- datura, la del derechista José Quesada, que contaba con el respaldo de la UR, El Comercio, La Prensa y los agroexportadores. El respaldo oficial a la candidatura de Prado tuvo manifestación en el espacio que le brindó Radio Nacional. En agosto de 1939, La Prensa criticaba que, en pleno proceso electoral, el servicio informativo de Radio Nacional diera “la mayor preferencia a la propaganda de determinada candidatura” y que transmitiera “con fruición sólo editoriales de diarios 156 EMILIO BUSTAMANTE

conocidos por su reducida circulación”, aludiendo probablemente a La Crónica (La Prensa, 20 de agosto de 1939). Semanas antes de los comicios se realizó un ciclo de “charlas cívicas” en Radio Nacional, con la intención de “ilustrar a la ciudadanía” (El Universal, 19 de octubre de 1939), y con evidente sesgo pradista. El viernes 13 de octubre, Prado recibió un homenaje de intelectuales en el hotel Bolívar, transmitido por Radio Nacional. El locutor fue Juan Sedó y el ingeniero encargado de la transmisión, René Dubreuil. Hicieron uso de la palabra Manuel Beltroy, Carlos E. Paz Soldán, Clemente Palma y Daniel Alomía Robles. Entre los oferentes estuvieron hombres de radio como Juan Malmborg y Leonidas Yerovi (El Universal, 14 de octubre de 1939). La tarde del domingo 15 de octubre tuvo lugar el mitin de cierre de campaña de Prado, en la Plaza de Acho. Fue transmitido por Radio Nacional. Según el diario El Universal, en una de las secciones del palco oficial se había colocado un poderoso transmisor, desde donde Juan Sedó “iba dando a los manifestantes las ordenanzas correspondientes de la manifestación y, a la vez, trasmitiendo detalles resaltantes de la manifestación”. Prado llegó a las 15.00 horas, se dirigió al estrado al compás de un himno compuesto en su honor por Ricardo Walter Stubbs, y leyó luego su discurso-programa (El Universal, 16 de octubre de 1939). El 20 de octubre se realizaron las elecciones. El viernes 1 de diciembre, Manuel Prado fue proclamado presidente electo por el Jurado Nacional de Elecciones. Radio Nacional transmitió, desde el domicilio de Prado, la visita que le hizo el presidente del JNE para comunicarle personalmente el resultado de los comicios. El 8 de diciembre, Radio Nacional emitió la ceremonia de transmisión de mando, y el programa de homenaje brindado al general Benavides. El 13 de diciembre, irradió los discursos pronunciados en el banquete ofrecido al presidente Prado en el hotel Bolívar (Alta Voz 30, 3 de febrero de 1940).

1.1.10 La escuela del aire En mayo de 1939, el diario La Crónica informaba sobre “un vasto proyecto para instalar la primera escuela del aire”, que había sido presentado en marzo del año anterior y se estaba estudiando en el Ministerio de Educación. La nota del periódico indicaba que ya existían redes culturales en Argentina, Uruguay, Venezuela, Europa y Estados Unidos, y que de ponerse en acción el plan peruano vendría “a realizar la recomendación suscitada y aprobada por la VIII Conferencia Internacional de Lima, que aconseja a todos los gobiernos de América emplear la radiotelefonía como elemento didáctico”. Añadía que de CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 157

ponerse en práctica el proyecto, señalaría “una etapa de avanzada en el progreso educacional del mundo”, pues resolvería el problema de la extensión escolar y universitaria en regiones apartadas de un territorio “cuyo mapa geográfico presenta tantos obstáculos para la penetración de locales escolares y de misiones pedagógicas” (La Crónica, 9 de mayo de 1939). La puesta en marcha del proyecto se realizaría durante el régimen de Manuel Prado.

1.2 Las emisoras comerciales limeñas

Al celebrarse el Día de la Radio en 1937, además de Radio Nacional, transmitían desde Lima las emisoras comerciales Grellaud (OAX4B), DUSA (OAX4C), Goicochea (OAX4E), Castellano (OAX4F), Dávila (OAX4H), Internacional (OAX4I), Miraflores (OAX4L) y Gilco (OAX4O) (El Comercio, 20 de junio de 1937). Entre 1937 y 1939 desaparecerían DUSA, Castellano, Dávila y Gilco. En 1937, Radio Miraflores, en cumplimiento de la reglamentación de radio, tuvo que trasladar su planta de transmisión fuera del perímetro urbano, que instaló en la avenida Del Ejército, “coincidiendo dicha fecha con el esfuerzo de los hermanos Palma para adquirir un transmisor RCA de 250 W”. En 1939, Miraflores adquirió un nuevo transmisor de 600 W (Vargas y Gamio 1944: 156). Radio Grellaud, por su parte, fue comprada en agosto de 1937 por la Empresa Peruana Parlante de José Bolívar y Jorge Carcovich. Un año después comenzó a llamarse Radio Lima, “La perla del Pacífico”, luego de un concurso promovido por la emisora entre sus oyentes para elegir el nuevo nombre de la estación. En primera instancia triunfó la denominación “Radio Perú”, pero se optó por la de “Radio Lima”, pues el nombre del país no podía ser empleado “sino mediante disposiciones oficiales” (Radiocine 14, agosto de 1938). Radio Lima mantuvo su local en la Plaza San Martín hasta fines de 1939, cuando anunció que mudaría sus oficinas y estudios a un edificio construido por la empresa en la cuadra 20 de la avenida Arequipa, donde funcionaría también el teatro Western. En cuanto a su organización interna, las empresas radiales limeñas contaban con un gerente general, un director comercial (quien encabezaba el departamento financiero que debía conseguir publicidad), y un director artístico (a cargo de la programación).

1.3 Oferta y consumo

Nuevos aparatos receptores son publicitados en los diarios. RCA ofrecía en 1937 un superheterodino de siete tubos con recepción de onda corta y 158 EMILIO BUSTAMANTE

larga, a baterías, para uso de “hacendados, agricultores, mineros e intere- sados en general” (El Comercio, 1 de junio de 1937). En 1939, Philco pone a la venta su modelo “tropical”, en cuya construcción “se han utilizado únicamente materiales a prueba de calor y humedad”, especialmente dise- ñado para obtener “una super recepción de onda corta” (El Comercio, 19 de agosto de 1939). Philco, también, promociona un modelo para automó- vil, con “cuadrante iluminado de plena visión”, circuito de antena sintoni- zado, “chasis suspendido a prueba de vibraciones” y “dimensiones reduci- das que lo hacen perfectamente adaptable a cualquier tablero” (El Comercio, 26 de agosto de 1939). La inauguración de la onda corta de Radio Nacional fue muy bien recibida, tanto en localidades de los Andes como en la Amazonía. Una nota publicada en El Comercio informa que localidades como Lamas, Saposoa y Tarapoto captan “admirablemente las audiciones de Radio Nacional” (El Comercio, 16 de mayo de 1939).

1.4 Anunciantes y publicidad

Algunos de los anunciantes eran: Toddy (suplemento alimenticio para niños), Max Factor, la Compañía Anónima Huacachina Ltda., Field, Café Chanchamayo, Bayer, Casa Welsh, Casa Suetomi, Nestlé, Casa Banchero, El Tigre, Fleisch- mann, Wessel y Duval, Casa Yogui y Futura, productos de belleza. La gama de “auspiciadores” se extendió, al punto de que un cronista ironizaba en 1939 sobre la aparición de un nuevo anunciante:

Radio Goycochea (sic) ha logrado una proeza que hasta ahora ninguna estación había alcanzado, no obstante que hay muchas que son todo un epitafio: Ha trasmitido un aviso funerario. La voz del locutor resonó lúgubre y gangosa y poco le faltó para hacer una cordial invitación al oyente a que se muera. Está abierto el camino para que la Beneficencia anuncie sus nuevos nichos perpetuos. ¡Era lo único que faltaba! (Alta Voz 11, 15 de setiembre de 1939).

También en Alta Voz se criticaba el estilo de avisaje de la radio peruana:

Quien sintoniza estaciones extranjeras [...] se siente en un mundo des- conocido y superior; muy superior —no se ofendan las locales [...]. Si imitáramos aquí, aunque fuera la forma de decir los avisos ya eso sería un respiro consolador. Pero no. Si en Radio El Mundo, V. G., hay réclames de diez palabras, aquí nos endilgan cincuenta, sin conside- ración ninguna al público que oye y que en la mayor parte de las CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 159

veces gira el dial contrariado. No amigos míos, nunca nos cansaremos de atacar la propaganda radiada extremosa de conceptos y larga en avisaje. Del mismo modo que aquella que a la hora de almuerzo le dice al oyente que se purgue, o esa otra que le habla de difuntos en hora bailable o que usando adjetivos imperativos categóricos manda a bañar a un lago salutífero, o le dice al oyente vegetariano que almuer- ce en el Raimondi. Todas esas consideraciones surgen solas de la máquina, cuando contem- plamos lo nada organizada que está la propaganda radial en el Perú. No hay fabricantes de textos. No hay animadores. Los directores —en su mayor parte— desdeñan al intelectual o lo menosprecian (Alta Voz 6, 11 de agosto de 1939).

1.5 Primeros intentos de agremiación de los trabajadores

En agosto de 1939, la revista Melodías, de propiedad de Pedro A. Casanova, publicaba un artículo en el que demandaba protección para los artistas peruanos del cancionero popular; decía:

[…] debemos manifestar que éstos se encuentran en la actualidad huérfanos de todo apoyo y en condiciones, triste es confesarlo, de las más absoluta miseria, debido a la invasión del elemento extranjero objetivamente discreto que se ha infiltrado en Lima y que debido a su audacia y por el prurito enfermizo de que adolecemos de darle más “chance” ha desplazado sistemáticamente a los artistas nacionales (Melodías 2, agosto de 1939).

El 4 de noviembre de 1939, la revista Alta Voz, dirigida por Juan Malmborg y Guillermo Lecca Iturbe, lanzó, en su editorial del número 18, la iniciativa de la creación de la Asociación de Artistas y Empleados de Radio como una “necesidad largamente sentida y reclamada en silencio por quienes hasta hoy solo han sido explotados, en ciertos sectores, y nunca han podido sacudirse de su impotencia”. Añadía: “En Argentina, en Chile, en Uruguay, ya los artistas y empleados de radio cuentan con organismos fuertes y legalizados que son las piedras angulares en que se sustenta ese equilibrio entre el propietario y el artesano que tanta falta hace entre nosotros. Por lo tanto, afirmamos que todos los que actuamos en micros y oficinas radiales debemos unirnos” (Alta Voz 18, 4 de noviembre de 1939). Malmborg trabajaba en Radio Lima y Radio Nacional como libretista; Lecca Iturbe era locutor y actor en Radio Lima. En su siguiente número Alta Voz publicó una carta suscrita por artistas y empleados de la radio, respaldando su iniciativa: 160 EMILIO BUSTAMANTE

Lima, 7 de noviembre de 1939. Señores directores de la revista “ALTA VOZ”. CIUDAD. Señores D.: Los artistas y empleados de radio que suscriben, habiendo recibido su vibrante editorial del sábado último con el calor y entusiasmo que tal idea se merece, nos adherimos fervorosamente a la iniciativa de esa popular Revista y deseamos que los grandes anhelos que la animan se cristalicen lo antes posible, por lo que mucho estimaríamos hicieran ustedes las gestiones para una futura e inmediata reunión con el objeto de cambiar ideas y proceder a la organización de la esperada y largamente sentida fundación de la ASOCIACIÓN DE ARTISTAS Y EMPLEADOS DE RADIO. Creemos sinceramente que una entidad como la que ustedes sugieren vendrá a llenar una alta finalidad social para nuestro gremio, expoliado e indefenso ante la indiferencia de un ambiente que siempre resultó hostil a las grandes realidades que nuestra vida y el ejercicio de nuestra sacrificada profesión imponen. Al aprobar ardorosamente tan valiosa iniciativa lo hacemos en la profunda convicción de que serán reconocidos nuestros derechos y de que muy pronto seremos fuertes y unidos en la prosperidad, en el orden y en el trabajo, bases sustanciales que serán los fundamentos de nuestra asociación. Felicitándolos calurosamente por las grandes campañas de “ALTA VOZ” y muy especialmente por la que motiva esta carta, firmamos todos por voluntad propia y sabedores de los incalculables beneficios que nos producirá la cohesión y el esfuerzo reunidos de nuestros recíprocos derechos. Solidaria y fraternalmente suyos. Filomeno Ormeño.- A. Sánchez.- Alicia Lizárraga.- Pedro Espinel.- Mechita Herrera.- Alcides Carreño.- Ernesto La Hoz.- Eduardo Márquez Talledo.- Ernesto Lora.- Elena Mayer.- Oscar Ruiz.- Hugo García.- Nicolás Wetzell.- Luis Romero.- Alfredo Catter.- Paco Cabrejos.- Antonio Díaz del Río.- T. Fuentes.- Alberto Mecklenburg.- H. Pereyra.- Carlos Barraza.- Francisco Carranza.- Miguel Ángel Sánchez.- Eloisa Angulo y Margarita Cerdeña (Las Criollitas).- Roberto Dunker.- Esther Granados.- Manuel García.- Alipio Ponce de León.- Melitón Carrasco.- F. Arteaga.- Esther Cornejo.- Enrique Carbel.- Osvaldo Campos.- C. Cobián.- Rosa Luz- Ricardo y Alejandro Govea.- Víctor Hocker.- María Guzmán.- Juana y Luisa Estrella (Las Estrellitas).- J. E. Brenneisen R.- Julio Garazatúa.- Roberto Cruzalegui.- Max Morales.- Alberto Crespo.- Blanca Varela.- Raúl Varela, y muchos otros cuyos nombres sentimos no consignar por estar firmados ininteligiblemente (Alta Voz 19, 11de noviembre de 1939). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 161

A la semana siguiente, Alta Voz informaba en su editorial sobre la Sociedad de Compositores Nacionales, que también se estaba formando. Indicaba:

[…] es también una necesidad largamente sentida por ese gran factor de nuestro mundo artístico que reclama protección y defensa y cuya acción para nadie debe estar desapercibida por el simple hecho de que el compositor nacional es lumbre y combustible de cualquier manifestación popular, de cámara o clásica en la que vibre el alma de nuestra nacionalidad, encendida y gravitante. Aquí estamos huérfanos de leyes especiales que protejan al compositor. Sabemos que en Buenos Aires, por ejemplo, por cada disco que se trasmita en radios o cines, hay una organización especial que cobra 2 ctvs. para el compositor, que por otra parte está espléndidamente remunerado y recibe derechos y sueldos por todas partes donde se pase su producción. Y no se diga que son medios superiores, que aquí, dentro de nuestro círculo también podemos obtener, aun cuando sea en pequeño, todos esos derechos y todas esas justas remuneraciones para quien solo ha visto siempre su arte como pasatiempo estéril aunque brillante (Alta Voz 20, 18 de noviembre de 1939).

Publicaba, asimismo, el acta de la última reunión de los compositores:

Reunidos previa cita, los autores y compositores nacionales, el miércoles 8 del pte.: se acordó como medida previa nombrar una Directiva con el carácter de provisional, hasta llevar a cabo una Asamblea plena, recayendo los siguientes nombramientos: Presidente: Sr. Carlos Sánchez Málaga / Vice-Presidente: Sr. Romualdo Alva / Tesorero: Jorge Aprile / Secretaria: Srta. Rosa E. Figueroa / Bibliotecario: J. Rivera del Mar. Fueron nombrados asesores técnicos, según clasificación de la música nacional, las siguientes personas: Música de Concierto: Rvdo. C. Chávez Aguilar / Música Teatral: Sr. Alomías Robles / Música Indígena: Sr. Teodoro Valcárcel / Música Criolla: Sra. Rosa Morales Ayarza / Música Popular y Bailable: Srs. Filomeno Ormeño, Alex Hernández, Laureano Martínez y Jorge Huirse. Firmaron el acta de fundación de la Asociación de Compositores y Autores Nacionales los siguientes Sres.: Carlos Sánchez Málaga, Romualdo Alva, Pedro Espinel, Enrique Pozo Zegarra, Jorge Aprile, Srta. Rosa E. Figueroa, Sra. Hermelinda Vda. de Pinglo, J. Rivera del Mar, Filomeno Ormeño, Teodoro Valcárcel, David Suárez, Benigno Ballón Farfán, Rvdo. C. Chávez Aguilar, Aurelio Collantes R. Se acordó citar nuevamente a todos los compositores y autores nacio- nales, el sábado 11 del pte. a las cuatro de la tarde, en domicilio de la 162 EMILIO BUSTAMANTE

Srta. Rosa E. Figueroa, cito en el Parque Mariscal Cáceres Nº 4 altos. Se ruega puntual asistencia (Alta Voz 20, 18 de noviembre de 1939).

1.6 La relación entre la radio y el cine

La irrupción de lo popular en la radio a fines de la década de 1930 coincidió con un momento de inusual producción fílmica en el país en que se apostó por la estampa costumbrista. Las películas peruanas de la llamada Edad de Oro apuntaron, al igual que la radio, a incorporar lo popular, y compartieron artistas con las emisoras de entonces. Los nombres de los músicos Filomeno Ormeño y Nibaldo Soto Carvajal, las cantantes Alicia Lizárraga y Jesús Vásquez, y las actrices Elvira y Gloria Travesí aparecen en cintas como De doble filo, De carne somos, Gallo de mi galpón, El guapo del pueblo y Palomillas del Rímac. La radio fue también tema de esa cinematografía que aspiraba a ser popular. En El destino manda (1938), Corazón de criollo (1938), Esa noche tuvo la culpa (1939), y Almas en derrota (1939), los protagonistas eran jóvenes de extracción popular que lograban superar su condición econó- mica y social gracias a las cualidades artísticas que demostraban ante los micrófonos. Los filmes no eran ajenos a los sueños que la radio motivaba en sus oyentes (Bedoya 1992, 1997). Corazón de criollo, estrenada en octubre de 1938, se inspiraba en El Plebeyo, la canción de Felipe Pinglo que entonces se escuchaba en las radios capitalinas; tuvo como protagonistas a Oswaldo Saravia y Gloria Travesí, esta última integrante del Conjunto Travesí, que se presentaba diariamente en Radio Lima. Por otro lado, los empresarios Jorge Carcovich y José Bolívar, dueños de Radio Lima, eran propietarios y administradores de locales de cine, y pioneros en el equipamiento de sonido en las salas de exhibición (fueron representantes de los equipos sonoros De Vry). Las salas que se encontraban bajo su manejo eran, según la revista Cahuide: las De Vry en Lima; Municipal, Popular y Colón en Trujillo, Olimpo en Pacasmayo, Excelsior en Chepén, Minerva en Guadalupe, San Pedro en San Pedro, Dos de Mayo en Chiclayo, Municipal y Ritz en Piura, Grau en Paita, Excelsior en Sullana; además de salas en Ferreñafe, Lambayeque, Monsefú, Chongoyape, Cata- caos, Talara, Negritos, Lobitos, El Alto, y en las haciendas Chiclín, Casa Grande, Cartavio, Causal, Roma, Chiquitoy, Cayaltí, Pomalca, Pucalá y Tumán (Cahuide 22, enero de 1939). Los equipos cinematográficos sonoros De Vry eran anunciados en todos los números de la revista Voces en Ondas, que resaltaba la programación de Radio Lima. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 163

Cabe recordar que otro propietario de una radio importante, Juan Pablo Goicochea (dueño de Radio Goicochea), fue el primero que instaló equipos sonoros (sistema Movietone) en una sala de cine del país (el cine Colón, en 1928).

1.7 Programación de las emisoras limeñas (1937-1939)

1.7.1 Música Las emisoras privadas orientaron claramente su programación hacia el en- tre tenimiento de un público masivo. Las empresas anunciadoras que finan- ciaban los programas también eligieron dirigirse a ese público. La música más escuchada fue la música popular, aunque los programadores y broad- casters no le tuvieran alta estima. En noviembre de 1938, el director artís- tico de Radio Lima, Roberto Cruzalegui, definía así el carácter de su emiso- ra: “Eminentemente popular. Frivolidad, ligereza, ausencia de lite raturas que no hacen sino fatigar al oyente poco versado” (Voces en Ondas 41, 1 de noviembre de 1938). Frente a la demanda de programas de música clá- sica y contenido educativo, señalaba:

La radiotelefonía como elemento de recreo debe estar orientada por el mismo público, y si aquí gusta “Tú ya no soplas” y “Bom-Bom Coronado”, pues hay que brindárselos al público hasta que él mismo se harte. Afirmar lo contrario es no conocer radiotelefonía. Ahora, que debe ser un vehículo de cultura, todos estamos de acuerdo también. Pero todo tiene su medida. Y para ello existen métodos que están supeditados al ambiente en general. Si siguiendo el método de Berlín, Londres o Ámsterdam, Radio Lima pusiese todas las noches en sus programas a una orquesta para que toque a Wagner, Bach, Borodin, Debussy, Falla, etc., entonces la gran masa de radioyentes que nos sintoniza todas las noches se iría a escuchar otras estaciones. Y al suceder esto, nuestros anunciantes, que son el único sostén que tenemos […], se irían con sus programas y avisos a otras estaciones de menos importancia que no hubiesen seguido nuestro depuradísimo ejemplo, y al fin y al cabo clausuraríamos la estación (Voces en Ondas 41, 1 de noviembre de 1938).6

6 Tú ya no soplas es una canción mexicana con música de Lorenzo Barcelata y letra de Ernesto M. Cortázar, que se escuchaba en la película Ora ponciano (Voces en Ondas 21, 6 de junio de 1938). Bom Bom Coronado es el nombre de una polca crio- lla compuesta por Abelardo Carmona, dedicada a un popular boxeador peruano, campeón amateur en el Sudamericano de Boxeo de 1938 (Alta Voz 33, 24 de febrero 164 EMILIO BUSTAMANTE

Un editorial de la revista-cancionero Voces en Ondas argumentaba que era ilusorio reclamar que se emitiera en las emisoras privadas música clásica y música popular en proporciones iguales:

[…] para establecer ese término medio hay enormes dificultades. Una mitad, la que corresponde a la música ligera y popular, es fácil conseguirla. Sobran cantantes y ejecutantes. Pero la otra media, salvo rarísimas excepciones, tendría que estar constituida por la trasmisión de grabaciones, conocidas y requeteescuchadas por los aficionados que seguramente han de preferir volverlas a oír cuando les venga en gana, en la ortofónica hogareña y no cuando alguna estación las trasmita en día y hora precisa […]. Por otro lado las broadcastings tienen que supeditar sus trasmisiones a los gustos y exigencias de los anunciadores que son quienes las sostienen. Y éstos no siempre tienen cultura y buen gusto en proporción suficiente para elegir la música que debe ser trasmitida; o sacrifican gustos personales para ceder el paso a melodías o canciones que gozan, en el momento, de mayor popularidad, ya que la principal finalidad que persiguen es la de que las trasmisiones sean oídas por el mayor número de personas. Esto cuando no intervienen para orientar la composición del programa, la calidad del producto que se anuncia y la clase del público al que se quiere impresionar. No cabría anunciar artículos de lujo en un programa de música criolla; como no cabría anunciar los restorantes populares con sinfonías de Beethoven” (Voces en Ondas 43, 15 de noviembre de 1938).

Para los empresarios radiales, pues, emitir música popular era rentable a fines de los treinta; y para el gobierno, como ya hemos visto, si estos ritmos populares eran además peruanos, su transmisión contribuía a afirmar la nacionalidad y servía como propaganda de lo “nuestro” frente a lo “foráneo” y “extranjerizante”. De este modo, fuera a causa del afán de lucro de las emisoras privadas o por motivos de política gubernamental, la música popular peruana, sobre todo en su variante criolla, alcanzó una presencia notable en la programación durante aquellos años. Si bien la radio acabó con la exclusividad del repertorio y el estilo de los barrios, dio a la canción criolla una difusión muy amplia, creando un gran espacio virtual para su consumo y contribuyendo, de manera fundamental, a otorgarle un carácter “nacional”. Algunos de los cantantes

de 1940); la canción aludida por Cruzalegui puede ser también la polca Bom Bom Coronado Campeón, compuesta por la misma época y con igual motivo por Pedro Espinel. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 165

y compositores, además, con el apoyo de la prensa, obtuvieron un rango de “estrellas”, es decir, alcanzaron en poco tiempo una condición mítica, convirtiéndose en arquetipos y ejemplo de ascenso social para los sectores populares. En 1939, la revista La Lira Limeña convocó a la elección de la Reina de la Canción Criolla, a iniciativa del periodista Aurelio Collantes, resultando elegida Jesús Vásquez. Nacida en 1920, Jesús Vásquez había debutado en Radio Grellaud en 1937, y pasado luego a Radio Goicochea. Roberto Cruzalegui la llevaría después a Radio Lima, y poco tiempo más tarde se convertiría en cantante estrella de Radio Nacional. En 1938 había aparecido en tres películas peruanas de la empresa Amauta Films: Gallo de mi galpón, El guapo del pueblo y Palomillas del Rímac. Su talento era innegable, y su popularidad sería inmensa en las décadas siguientes. Entre los intérpretes de música criolla, además de Jesús Vásquez, destacaron: La Limeñita y Ascoy (Rosa Ascoy y su hermano Alejandro), Las Costeñitas, Las Estrellitas, Las Norteñitas (Lucila y Marina Gamarra, antes: Las Marinas),Yolanda Matos, Maruja López, Rosita Delgado, Rosita Con- treras, Delia Vallejos, Carlota Calderón, Esther Cornejo, Flora Zevallos, Dioselina Salas, Esther Granados, Blanca Torres, el Trío Venero-Arévalo (Josefina y Luzmila Venero, y Zoila Arévalo), Juan M. Peña (a quien se debió, según la prensa de entonces, la “resurrección” del tema afroperuano El Congorito), los hermanos Azcue, el dúo Catter-Romero, los hermanos Oswaldo y Manuel Campos, Juan Criado (llamado El arquero cantor, pues en la misma época era figura del fútbol en ese puesto), Javier González y los hermanos Ricardo y Alejandro Govea. Populares cantantes peruanos que se habían especializado en otros géneros, como José Pipo Cómena y Alicia Lizárraga, incursionaron con éxito en la música criolla en aquellos años. Lizárraga, además de sus intervenciones como solista, integraría dos dúos: Las Trigueñitas con Nelly Villena, con quien interpretaría música internacional; y Las Mistianas con Dioselina Salas, dando cabida a la música peruana en su repertorio. Los músicos y compositores Filomeno Ormeño, Eduardo Márquez Talledo, Melitón Carrasco, Nicolás Wetzell, Laureano Martínez, Félix Loyola y Pedro Espinel obtuvieron merecida notoriedad gracias a sus intervenciones ante el micrófono.7 En 1938, Ormeño y Márquez Talledo (ambos ya enton-

7 En 1937, Cascabel comparaba los estilos de dos célebres compositores e intérpretes criollos: “La noche pasada sintonizamos alternativamente estas emisoras y asistimos 166 EMILIO BUSTAMANTE

ces en Radio Lima) crearon la Academia Nacional de Música Popular que preparaba cantantes y músicos para radio y teatro. En 1939, Ormeño y Carrasco recibieron medallas de plata de la Municipalidad de Lima “por su labor en la difusión de nuestra música” (Alta Voz 7, 18 de agosto de 1939). En julio del mismo año, algunas publicaciones celebraron que la música de Ormeño hubiera sido tocada en Cuba y transmitida por Radio CMQ de La Habana.8 Asimismo, surgieron nuevos compositores: Juan Huirse, Lorenzo Humberto Sotomayor y Aurelio Collantes. Aunque las radios limeñas dieron prioridad a la música criolla como manifestación de la “nacionalidad”, hubo también un espacio para la música andina, especialmente en la emisora del Estado. Destacó nítidamente en ella el Cuarteto Incaico, integrado por los quenistas Andrés Esquivel y Justo M. Morales, el pianista Roberto Carpio y el violinista Félix Francisco Castro, quien lo dirigía. En 1937 debutó el trío Los Estudiantes en el concurso Buscando estrellas, convocado por Radio Nacional. Tenían en su repertorio canciones como Pajarillo errante, el yaraví Te acordarás de mí y el huaino Picaflor de mis amores; y estaba integrado por los jóvenes Roberto Zimic, Carlos Gonzales y Moisés Vivanco. Este último conformaría en 1939 un trío de cuerdas de música peruana (criolla y andina) con Nicolás Wetzell y Alcides Carreño en la misma emisora; pocos años más tarde lanzaría la carrera de la cantante Ima Súmac. La música argentina siguió siendo muy apreciada entre los oyentes limeños. Aparte de los cantantes rioplatenses que visitaron el país y tuvieron tempora- das breves en las emisoras locales, destacaron Pipo Cómena, Alicia Lizárraga, Elena Mayer, Paco Cabrejos y la orquesta típica de Rodolfo Coltrinari, que tocaba en Radio Nacional y tenía como pianista a Jorge Huirse.

a una especie de torneo. Primeramente Filomeno Ormeño y los suyos en Interna- cional interpretaron el vals del recordado Felipe Pinglo ‘La oración del labriego’. A los tres minutos, más o menos, Pedro Espinel y los suyos hacían lo mismo en Grellaud. Pudimos apreciar entonces la bondad y las características de dos escuelas. En Internacional, el vals de Pinglo estaba mejor orquestado, tenía más ceremonia y mayor sabor sinfónico. En cambio, ‘La oración del labriego’ de Grellaud tenía más entonación y más jocundia. Se trasuntaba el resabio animador de la criolla jarana con verdadera propiedad” (Cascabel 126, 13 de noviembre de 1937). 8 Según Alta Voz los temas interpretados fueron Negrita caracundé, Infiel, Se va la paloma (cuya letra era de César Miró) y La tamalera (Alta Voz 2, 14 de julio de 1939). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 167

Aunque no relucían cultores peruanos de la música tropical, esta des- pertaba simpatías, como lo demostró la acogida brindada a conjuntos y cantantes cubanos que realizaron por entonces presentaciones en Lima. La música tropical era también disfrutada a través de discos irradiados por algunas emisoras. Por otro lado, la llamada entonces “música bailable” abarcaba varios géneros y estilos (entre ellos el jazz y el swing), y era interpretada por orquestas. En 1938 se realizó un concurso para elegir a la mejor orquesta de música bailable. Lo ganó la orquesta Harry’s de Radio Nacional, en segundo lugar quedó Alex Hernández y sus Muchachos de Radio Lima, y en el tercer puesto quedaron empatadas Rhythm Boys y la orquesta de Conrado Melzi. El jurado estuvo presidido por Miguel Mc Nulty (director de Radio Nacional) e integrado por Guillermo Lazarte, Tino Cremagnini, Demetrio Castañón, Carlos Sánchez Málaga, Roberto Carpio, Virginio Leghi, René Dubreuil y Rosa Elvira Figueroa (Voces en Ondas 28, 26 de julio de 1938). El 11 de agosto de 1938 se dictó la Ley 8743, que creó la Orquesta Sinfónica Nacional. El 9 de diciembre de ese mismo año, Radio Nacional retransmitió su concierto inaugural desde el Teatro Municipal. La orquesta ofreció cuatro conciertos más (uno de ellos al aire libre, en el Parque de la Reserva), y “una sucesión de programas de radio” (Atlántida 1981, II: 262). Inició una nueva temporada el 20 de abril de 1939 en el Teatro Municipal, que fue transmitida por Radio Nacional. Radio Nacional, además, emitió en noviembre de 1938 un programa denominado Historia de la música, desde el canto llano hasta la hora actual, con “textos de catedráticos de la Universidad de Oxford e ilustra- ciones musicales grabadas especialmente” (Voces en Ondas 42, 8 de noviembre de 1938); asimismo, dio importancia al canto lírico. El 30 de octubre de 1937 hizo una retransmisión de La Traviata desde el Teatro Municipal; y, entre 1938 y 1939, presentó ante sus micrófonos a la diva peruana Lucrecia Sarria, el tenor nacional Edmundo Pizarro, la soprano Elvira Sánchez Lavalle y los cantantes extranjeros Valeria Moraday (sopra- no ligera), Nino Guagglier (tenor), Rodolfo Ducal (tenor) y Edward Mathews (tenor). Radio Lima, por su parte, tuvo en el maestro Luis Gazzolo a un tenaz divulgador de operetas y zarzuelas con intérpretes nacionales. Gazzolo ofreció a los oyentes, entre otras, las zarzuelas El puñao de rosas, La rosa de las mulas, La gran vía y Enseñanza libre. 168 EMILIO BUSTAMANTE

1.7.2 Radioteatro En setiembre de 1937 se emite La Perricholi en Radio Nacional, obra de María Jesús Alvarado. La mexicana Columba Quintana interpretaba a la Perricholi, secundada por Luis Alberto Ego Aguirre y Alicia Bello. En los últimos meses de aquel año, Radio Grellaud y la revista Cascabel convocaron a un concurso de obras de radioteatro, en el que colaboró Genaro Delgado Brandt, “empleado de la organización Grellaud, quien ha desenvuelto una encomiable labor” (Cascabel 124, 30 de octubre de 1937). En noviembre se escenificaron las tres finalistas: Sol de la tarde, Las abandonadas y Por mi hijo, con el elenco compuesto por Eduardo Sierralta Lorca, Elvira Flores, Carmen Ibarra, Roberto Flores y Ernesto La Hoz. Salió triunfadora Por mi hijo de Víctor A. Díaz y Miguel Campo Flor. El argumento: un muchacho guitarrero y cantor engaña a una chica, pero luego regresa y es perdonado por ella, quien le había dado un hijo. Auspició la casa Suetomi (Cascabel 130, 11 de diciembre de 1937). En 1938, Felipe Sassone y María Palou teatralizaban obras famosas los domingos a las 22.00 horas en Radio Nacional, auspiciados por Toddy. Ese mismo año, el escritor y productor Jorge Rivarola ponía en el aire la serie 30 minutos a través de la historia americana, con dramatizaciones de trascendentales acontecimientos pasados ocurridos en el continente. Rivarola escribía los libretos y Pedro Ureta dirigía el elenco. Destacaron los episodios de “La tragedia de Querétaro”, con Pedro Ureta en el papel de Benito Juárez, y las actuaciones de Rosa Elvira Figueroa y Juan Ureta como Maximiliano; “El desembarco de los 33” (sobre la campaña de la independencia de Uruguay); y “Calixto García y la revolución cubana”. Rivarola escribía también los guiones de Esto sucedió ayer, “la audición más sintonizada del Perú”, según Alta Voz 11 (15 de setiembre de 1939), en la que eran dramatizadas notas de actualidad; Pedro Ureta, su esposa, María Mille, y sus hijos Pedro, Juan y Carlotita Ureta Mille integraban el conjunto radioteatral, que tenía como joven estrella a Elvira Tizón. Nacional emitía, asimismo, seriales como El Doctor X (cuatro episodios en octubre de 1938), y adaptaciones de obras literarias para niños y adolescentes dentro de El momento infantil, con libretos de Juan Malmborg. Radio Grellaud, antes de cambiar su nombre por el de Radio Lima, transmitió, en julio de 1938, “unos episodios históricos en forma novelada de los hechos que precedieron a la Jura de la Independencia del Perú, arreglo exclusivo del señor Roberto Cruzalegui, director artístico de esta popular broadcasting” (Voces en Ondas 27, 18 de julio de 1938). La prensa CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 169

destacó “los soberbios efectos sonoros” y la interpretación de los actores Amalia del Valle, Ernesto La Hoz y Guillermo Lecca Iturbe. En julio del año siguiente, la emisora, ya como Radio Lima, repetiría la experiencia patriótica con Al paso de los libertadores, que ofrecía “episodios escritos con orden cronológico a los acontecimientos que precedieron a nuestra independencia y que rematarán el 28 de Julio como un digno homenaje a la gran fecha que el Perú conmemora en estos días” (Alta Voz 2, 14 de julio de 1939). Radio Lima se pondría a la cabeza de las estaciones privadas que emitían programas de radioteatro desde el segundo semestre de 1938, gracias al Conjunto Travesí, integrado básicamente por don Fernando Travesí, su esposa María Anido, sus hijas Elvira, Gloria y Angelita, y los actores Ernesto La Hoz y Víctor González. Enrique Victoria recuerda que Ángel Sevrati también integraba el conjunto. Era hermano de Fernando Travesí; cambió el orden de las sílabas de su apellido porque “ya había muchos Travesí” (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005). A fines de 1938, el Conjunto Travesí actuaba todas las noches en la estación, con juguetes, sketchs y comedia. La revista Voces en Ondas resaltaba que era “el único conjunto de su género que actúa con tanta frecuencia, lo que prueba su éxito” (Voces en Ondas 38, 11 de octubre de 1938). En 1939 tenía ya dos horas continuas de programa, lo cual resultaba para entonces excepcional; fueron muy comentadas sus interpretaciones de El ladrón de Henry Bernstein, El conde de Montecristo de Dumas y Papá Lebonnard de Jean Aicard. La misma emisora también llevó al micrófono al personaje de Sherlock Holmes en El perro de los Baskerville, basado en el libro de Arthur Conan Doyle; y dramatizó canciones criollas como Julia e Infiel (ambas composiciones de Filomeno Ormeño) bajo la dirección de Carlos Gutiérrez. Radio Goicochea, por su parte, emitió en 1938 obras escritas para el medio por su director artístico, Eduardo Sierralta Lorca, con títulos como El derecho de amar y Canillita, al parecer inspiradas en canciones de Felipe Pinglo (Voces en Ondas 27, 18 de julio de 1938). Sierralta, como hemos señalado, era aficionado a la música criolla; al año siguiente, sin embargo, se vería obligado a censurar las composiciones del mismo Pinglo, según el testimonio de Pozo Zegarra citado anteriormente. En 1939, Radio Internacional contrató al argentino Ricardo Carenzo para que dirigiera un elenco de comedias de la estación; Carenzo era pionero del género en nuestro país. Ese mismo año, otro argentino, el actor, escritor y director Juan Carlos Croharé, tuvo un gran éxito en la emisora con las seriales Nunca tuvo novia y Clook, el brujo de laboratorio, interpretada por el actor Emilio Ureta Zamorano. Esta emisora tenía también un cuadro 170 EMILIO BUSTAMANTE

dirigido por Ernestina Zamorano. Asimismo, incursionó en el radioteatro patriótico: en 1941 presentó una versión del combate del 2 de mayo, con libreto de Octavio Cabada Dancourt. Por su parte, radio Lima organizó presentaciones de sus artistas en salas de cine. En abril de 1939 estrenó un sainete español, Aventuras de una chola, adaptado por Fernando Travesí. Los papeles principales eran inter- pretados por Antonia Puro, Edmundo Moreau, Clarita Ureta Puro, Angelita Travesí y Alfonso D’Alessio. En los cuadros intervinieron Ernesto La Hoz, Alicia Lizárraga, Venturita López Piriz, Filomeno Ormeño (acompañando al piano a Venturita), el Trío Esmeralda (compuesto por las hermanas Ureta- Puro, con número de varieté), Betty Aranda (interpretando folclore hispanoamericano), las hermanas Travesí y el dúo Lucy Smith-Violeta Aguilar (Radiocine 22, abril de 1939). En noviembre, Radio Lima volvió a ofrecer otra “función radioteatral” en el cine Monumental, en horarios de 18.30 y 21.45. Actuaron el concertista de acordeón Johnny Claudel, acompañado por la orquesta de cámara de la emisora, dirigida por Luis Gazzolo; el dúo Las Trigueñitas (Nelly Villena-Alicia Lizárraga), Carlos Ego-Aguirre y Luzmila Cáceres, el trío de cuerdas compuesto por Eduardo Márquez, Manuel García y Carlos Barraza; la cantante juvenil Lucy Smith, la actriz cómica Antonia Puro, el cantante José Pipo Cómena, el conjunto juvenil Trío Esmeralda, la intérprete tropical Perla Negra y el dúo Catter-Romero. La publicidad del espectáculo indicaba que además se exhibiría la película en castellano Padres sin ley, solo para adultos. En la función de matiné se ofrecía únicamente la película (El Comercio, 17 de octubre de 1939).

1.7.3 Programas humorísticos En 1938, Radio Grellaud emitía La hora en broma con Carlos Cholo Revolledo y Pepe Muñoz (tenor de óperas bufas en ese espacio); acompañaba en el piano Lorenzo Humberto Sotomayor. La hora en broma estuvo antes en Radio Dávila, y reaparecería en Radio Lima en marzo de 1939 con Antonia Puro, Edmundo Moreau y el chileno Juan Muñoz (conocido como el Niño del Tin Tan). En agosto de 1938, Radio Lima lanzó al aire La hora de la alegría, con participación del público, que enviaba sus chistes por carta a la emisora. Auspiciaba el programa Almacenes Suetomi, y según la revista Radiocine los “sostenedores de esta hora” eran “G. Delgado Brandt, agente de publicidad de Radio Lima, Cruzalegui y los animadores Poncho y Dorita” (Radiocine 14, agosto de 1938). Poncho y Dorita eran los nombres artísticos de Alfonso D’Alessio y su esposa Dora, ambos mexicanos. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 171

El actor cómico Álex Valle, muy popular en el teatro de variedades (y muchos años después en la televisión) también tuvo un espacio en Radio Lima en 1939. Interpretaba a Don Telésforo Babilonio, el Marqués de la Gran Lata, “novísimo y estrafalario personaje”, “simiesco pero sabihondo” (Alta Voz 17, 28 de octubre de 1939). Auspiciaban el programa los productos El Tigre. El argentino Abraham Rubel hizo conocido a su personaje Freddy el Rezongón en los diálogos humorísticos de Chela y Freddy a través de Radio Nacional. La cantante y actriz cómica Teresa Arce siguió destacando en la radio como en el teatro. Se presentaba tocando un pito e invitando a los oyentes a visitar el Perú. Juan Malmborg (quien poco tiempo después escribiría los libretos de sus monólogos) le dedicó un soneto en julio de 1939:

Vibra la sangre de los conquistadores en tus venas ardientes de serrana y hay en tus movimientos “entradores” la esencia más criolla y más humana.

Tu arte refleja risas y dolores. Eclosión nacional y soberana que da en paleta a cien mil colores entera el alma popular peruana.

Chola sin par, intérprete genuina de nuestra patria en todas sus regiones, eres la artista cándida y ladina.

Insultadora, tierna o retrechera... Tu voz es voz que enciende corazones y tu canto es canción... y ¡es marinera! (Alta Voz 4, 28 de julio de 1939).

1.7.4 Programas de concurso Los programas de concurso más populares fueron los de búsqueda de estrellas. Radio Nacional convocó a uno de ellos en 1938; habiéndose presentado 873 números, según la revista Voces en Ondas 37 (4 de octubre de 1938). Después de varios procesos de selección quedaron 42 para ser interpretados en la etapa final ante los micrófonos. La mayoría de los participantes cultivaba música criolla y andina 172 EMILIO BUSTAMANTE

En 1939, Radio Lima realizó un concurso de “voces nuevas”. Las emisio- nes eran diarias y había dos premios semanales de 25 soles cada uno. El organizador era Eduardo Márquez Talledo; destacaron cantantes como Yolanda Matos, Leonor García y Delia González.

1.7.5 Programas culturales En Radio Nacional, María Palou y Felipe Sassone condujeron el programa Los poemas olvidados. Ambos regresaron a España en mayo de 1939, concluida la guerra civil en ese país, y al haber triunfado las fuerzas rebeldes de derecha con las que simpatizaban. El mismo año, Nacional retransmitió las conferencias brindadas en El Ateneo de Lima por el médico y escritor español Gregorio Marañón, quien había sido partidario de la República y se hallaba exiliado. Por otro lado, cabe mencionar que la radio fue tema literario del entonces director artístico de la estación del Estado, Antonio Garland, quien publicó el 28 de julio de 1939 un cuento en La Crónica, dedicado a Miguel Mc Nulty (el director de Radio Nacional). El cuento llevaba por título El speaker que no dijo su adiós, y trataba de un locutor a quien el médico le había diagnosticado una grave enfermedad y prescrito el retiro de su actividad radial; el relato culminaba de un modo algo truculento:

Corrió a su escritorio. No le ganaban los minutos apremiantes de una improvisación. Ni la lectura de algún autor favorito, para traducir su emocionado adiós definitivo. Cogió la tijera con que a diario recortara comentarios periodísticos, elogios sin valor, algunas notas de interés literario reservadas para la cotidiana labor. Y, serenamente, de retorno al “studio”, dueño de sí, acercóse al micro plateado y sensibilísimo. Sonó entonces la nota insospechada. Un sonido de las hojas de acero trágicamente extraño. Que fue estrangulado por una salvaje expresión gutural de dolor que jamás volverían a percibir los radioescuchas. Y sobre el “parquet” luciente del “studio”, su lengua que tantas veces había vibrado a la belleza, cayó en definitiva ofrenda, palpitante casi, mientras allá en el fondo de la garganta, sin iteración posible, quedaban tremolando unos “glu-glus” extraños entre incontenibles borbotones de sangre…! Y quedó interrumpida la audición, sin escucharse el “buenas noches” de costumbre… (La Crónica, 28 de julio de 1939). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 173

Antonio Garland conducía, además, en Radio Nacional su programa de charlas Hacia el optimismo. Eduardo Eckhardt Pastor impulsaba en la misma emisora La hora notable de El Eslabón, con audiciones especiales como la dedicada al origen de las calles de Lima, en 1939, escrita por Juan Colich y Leonidas Rivera. Transmisiones de excepción en la radio estatal fueron las auspiciadas por la asociación Ínsula sobre el folclore nacional, con aportes de Rosa Mercedes Ayarza de Morales, también en 1939; y la “retransmisión científica” con los detalles del eclipse solar del 8 de junio de 1937.

1.7.6 Programas cinematográficos Rodulfo Bazán, con el seudónimo de Cinecrítico, conducía diariamente La hora cinematográfica en Radio Lima, de 16.00 a 18.00 horas. Tenía noticias, cortos musicales, sorteo de premios entre los oyentes que acreditasen haber asistido al cine, y presentaciones en vivo de músicos y cantantes (Elena Mayer, Javier González, Luis Bellido, las hermanitas Travesí, Filo- meno Ormeño y el trío Márquez-García-Barraza, participaban en el progra- ma). En setiembre de 1939, La hora cinematográfica inauguró un concurso entre sus radioescuchas, otorgando un premio semanal de veinte soles a “la crítica que mejor encuadre con el verdadero valor artístico de una pelí- cula cualquiera” (Alta Voz 11, 15 de setiembre de 1939). Radio Nacional emitía, a fines de la década de 1930, un programa de comentarios de cine y radio, denominado Cine Dial. Radio Internacional transmitía La hora de Hollywood y Radio Miraflores tenía un Boletín cinematográfico.

1.7.7 Programas infantiles El programa para niños más importante entonces fue El momento infantil de Radio Nacional. Lo dirigía Rosa Elvira Figueroa, y en él se representaban adaptaciones radioteatrales de obras como La caperucita roja (Perrault), Aladino y la lámpara maravillosa (Las mil y una noches), Dos años de vacaciones (Verne) y La ciudad de oro (Salgari), que se emitían a manera de serial. El autor de los guiones era Juan Malmborg. La estrella infantil de esos programas era Blanca Varela, llamada Pirulita por la prensa desde su participación en la serie Las aventuras de Pirulita en setiembre de 1937 (Alta Voz 30, 3 de febrero de 1940). Varela (años más tarde una de las más importantes poetas hispanoamericanas), era hija de la escritora y compositora Esmeralda González Castro, conocida con el seudónimo de Serafina Quinteras. 174 EMILIO BUSTAMANTE

Radio Lima tuvo, asimismo, un espacio dedicado a los niños conducido por el Abuelito Tito (Alipio Ponce de León), quien contaba cuentos y organizaba concursos, como este que mencionaba Alta Voz:

El abuelito Tito (Alipio Ponce de León) ha organizado un concurso; un concurso que tiene todas las características de una batalla de prolijidad y en el cual estamos seguros que serán muy pocos los vencedores: el certamen se denomina “El concurso del gallo chiquito” y se trata en él de enviar la pajarita de papel más chiquita de todas. Quien tal proeza logre se adjudicará el torneo. No le falta imaginación al abuelito, ¿verdad? (Alta Voz 20, 18 de noviembre de 1939).

También en Radio Lima, Angelita Travesí animó audiciones infantiles diarias en 1938, donde entonaba canciones y conducía radioteatro para niños.

1.7.8 Programas deportivos El 18 de abril de 1937, Radio Nacional rindió un homenaje al aviador Armando Revoredo Iglesias por el vuelo Lima-Buenos Aires que había realizado el 27 de marzo de ese mismo año. En febrero de 1938, la emisora del Estado efectuó retransmisiones del Campeonato Sudamericano de Básquet (en el que triunfó el equipo peruano) y del Campeonato Sudamericano de Boxeo, en el que Bom Bom Coronado obtuvo el título de los welter. Radio Miraflores también cubrió, con el locutor Jorge Alvarado, ese acontecimiento boxístico. En agosto del mismo año, Juan Sedó, de Radio Nacional, informó directamente desde Bogotá sobre el desarrollo de los Juegos Bolivarianos, donde el equipo peruano de fútbol campeonó. En enero y febrero de 1939, Radio Nacional y Radio Miraflores transmitieron el Campeonato Sudamericano de Fútbol que tuvo sede en Lima, y que ganó la selección peruana de ese deporte. La emisora estatal celebró el 14 de febrero a los campeones: hablaron dirigentes deportivos de Perú, Uruguay y Paraguay, y los futbolistas Raúl Chapell, Arturo Fernández, Teodoro Alcalde, Víctor Bielich y Jorge Alcalde; Juan Sedó leyó una carta enviada por Lolo Fernández, estrella de aquel equipo y máximo goleador del certamen. Amenizaron la ceremonia las Hermanas Montenegro, el dúo Costa-Monteverde y la comediante Teresita Arce. En abril de 1939, Nacional retransmitió una nueva edición del Cam- peonato Sudamericano de Básquet, esta vez desde Río de Janeiro, siem- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 175

pre con la voz de Juan Sedó. En junio informó, desde Lima, sobre el XI Campeonato Sudamericano de Atletismo. La emisora estatal cubrió tam- bién los campeonatos nacionales de atletismo y natación. Un evento muy destacado fue el Gran Premio Nacional de Automovilismo de 1939 (carrera Ica-Lima), ganado por Luis Astengo Alvizuri. La carrera fue organizada y transmitida por Gustavo Montoya, locutor de Radio Nacional. En una entrevista concedida a la revista Radiocine, Montoya relataba:

Últimamente hubo en el cerro de la “Corvina” unas pruebas de acroba- cia en las que participaron varios automovilistas peruanos; y allí me di cuenta del entusiasmo y de la capacidad del elemento nacional por el volante. Entonces me puse a organizar la carrera, trazando primero el plan para ella; y después el plan de trasmisión. Pedí la ayuda de la Radio Nacional; del Touring Automóvil Club, la máxima organización del deporte motorizado en el Perú, afiliada a otra organización interna- cional; y de la revista ‘Turismo’. La primera se encargó de la propagan- da radial con las charlas denominadas “Turismo y Automovilismo”; el Touring Automóvil Club dio los datos técnicos, y la revista “Turismo” se encargó de la propaganda de prensa. Con todas esas medidas toma- das, la organización de la carrera se hizo factible (Radiocine 22, abril de 1939).

La transmisión estuvo a cargo de cuatro locutores. Montoya narró la partida desde Ica, luego Jorge Rivarola informó del paso de los autos desde Chincha, Armando Ortiz Lambert lo hizo desde Cañete, y Eulogio Rengifo transmitió las impresiones del público desde Lima. La llegada de los autos a la meta en Lima fue descrita en directo por el mismo Montoya, quien se trasladó durante la carrera de Ica a la capital de la República en avión. La revista Radiocine afirmaba entusiasta en su editorial que la carrera había demostrado que la radio, la aviación y el automovilismo eran “tres pedestales de la cultura” del país. Y añadía: “De hoy, en adelante, para cumplir una misión delicada, serán estos tres inventos de la ciencia los que se usen en el Perú” (Radiocine 22, abril de 1939).

1.7.9 Otros programas En setiembre de 1937 reapareció La revista oral de Radio DUSA, con “menor brillo y virulencia” (Cascabel 119, 25 de setiembre de 1937). La dirigía Humberto Castro Príncipe. No duró mucho, como tampoco la emisora de los hermanos Franco. 176 EMILIO BUSTAMANTE

El noticiero más destacado fue La gaceta del aire de Radio Nacional, conducido por Eulogio Rengifo. Iba en cuatro horarios: 8.00, 13.00, 20.00 y 22.00. Radio Internacional tenía en 1937 una audición dirigida por Silvia Villalaz denominada El hogar y sus anexos; la revista Cascabel agregaba: “el marido es un anexo del hogar”, y criticaba la dispersión de temas que había en el programa (Cascabel 121, 9 de octubre de 1937). En 1939, Radio Lima lanzó un programa dirigido “exclusivamente” al público femenino, Hora de confidencias y vanidades, cuya conductora se hacía llamar Emmy. En Nacional se transmitieron con regularidad La hora obrera (inaugurada el 10 de setiembre de 1937 por el departamento de Extensión Cultural Obrera del Ministerio de Salud, Trabajo y Previsión Social) y La hora del empleado (desde el 17 de junio de 1938). Radio Lima realizó en febrero de 1939 una función en el Teatro Municipal a beneficio de las víctimas del terremoto de Chillán en Chile. Luis Gazzolo presentó en esa ocasión la revista Arco iris.

1.7.10 Visitantes En mayo de 1937, Radio Nacional retransmitió desde el Teatro Municipal las conferencias del padre Laburu, sacerdote jesuita que había desestimado, mediante métodos científicos y el uso del cine, la supuesta aparición de la Virgen María en la localidad de Ezquioga (en el país vasco). Otra visita destacada fue la de la poeta chilena Gabriela Mistral, quien se dirigió a los oyentes de Radio Nacional el 13 de agosto de 1938. Recibiría el Premio Nobel de Literatura en 1945. El cantante y actor mexicano Tito Guízar vino al Perú en octubre de 1937 y se presentó en Radio Nacional, auspiciado por la cervecería Backus y Johnston y la Casa Fleischmann (especializada en venta de perfumes, sedas y ropa interior). Guízar había protagonizado el año anterior el filme Allá en el Rancho Grande, que lo había convertido en el primer ídolo cantante del cine mexicano, según Emilio García Riera y Fernando Macotela (1984: 21). La música cubana tuvo a sus mejores exponentes en una embajada artística encabezada por Ernesto Lecuona, que se presentó en Radio Na- cional en 1937, y en Guillermo Portabales, El príncipe del punto cubano, quien encantó a los radioescuchas a través de la misma emisora en agos- to de 1939. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 177

En 1939 también nos visitaron dos grandes intérpretes de la canción argentina: Agustín Irusta (acompañado del pianista Daniel López Barreto y el violinista J. C. Quiroga) y Hugo del Carril. El primero se presentó en junio en Radio Nacional, y el segundo en setiembre en Radio Lima; ambos auspiciados por Toddy, una marca de alimentos para niños. El mismo año actuaron en Radio Nacional el dúo Martínez-Ledesma (Rodolfo Martínez y Manuel Ledesma), que interpretaba canciones pamperas y dejó magnífica impresión, y la cantante Ada Villarreal.

2. Tiempos de guerra

En estos días dolorosos y oscuros para la historia del mundo el hombre ha agregado un arma de combate más a sus mortíferos implementos bélicos: la radio. […] La radio, pues, se incorpora como novísimo medio de ataque y defensa y ya no es el vehículo de entretenimiento y cultura que todos soñábamos. No. Ahora es la atalaya amurallada e intangible que lucha y vence apostada en el abismo como una catapulta invisible que bombardea impávida el espacio. Alta Voz, 15 de setiembre de 1939

2.1 El censo de 1940

Durante el primer gobierno de Manuel Prado se llevó a cabo un Censo de Población y Ocupación, que fue muy publicitado. No se había hecho un censo nacional desde 1876. El censo tuvo lugar el 9 de junio de 1940; un día antes, el Presidente de la República emitió un mensaje por Radio Nacional en cadena con las demás radiodifusoras. Prado aludió en su discurso al reciente terremoto ocurrido el 24 de mayo de aquel año en la ciudad de Lima, augurando que “por vasta que sea la magnitud del desastre, sus consecuencias serán reparadas y sobre los escombros se levantarán nuevas ciudades florecientes y se crearán otras fuentes de trabajo y de riqueza”. Dijo más adelante que para la obra de progreso integrador del Perú era condición básica conocer los problemas del pueblo, y que el censo sería el medio más eficaz para “llegar al conocimiento exacto de la realidad nacional”; añadió que establecería “una moderna orientación de la vida del Estado peruano” y que constituía “el paso del empirismo hacia la técnica” (La Crónica, 9 de junio de 1940). 178 EMILIO BUSTAMANTE

Respecto a la radiodifusión, el censo permitió precisar el número de personas, por departamento, dedicadas al oficio de la radio; no así la cantidad exacta de personas dedicadas a la venta de receptores, pues ellas fueron incluidas en un rubro que comprendía también a los comerciantes de instrumentos musicales, partituras, fonógrafos y discos. De todos modos, la información es útil para tener una idea de cuan extendido se hallaba el medio en el país. En total, los trabajadores en estudios de radiodifusión en el Perú eran 185, según el censo; de ellos 132 laboraban en Lima, 14 en Ica, 8 en Lambayeque, 6 en el Callao, 5 en Arequipa, 4 en La Libertad, 4 en Junín, 3 en Tumbes, 2 en Cusco, 2 en Puno, 1 en Ayacucho, 1 en Loreto y 1 en Piura. Las personas dedicadas a la venta de instrumentos musicales, aparatos de radio, victrolas, discos y piezas de música eran 292 en total; de ellas 207 se hallaban en Lima, 38 en Arequipa, 14 en el Callao, 12 en La Libertad, 5 en Cusco, 5 en Junín, 3 en Piura, 3 en Ica, 2 en Lambayeque, 2 en Loreto y 1 en Cajamarca. Los demás departamentos no tenían trabajado- res dedicados a la venta de esos productos ni empleados en estudios de radiodifusión. Por otro lado, el examen de los resultados generales —que arrojaban una alarmante cifra de 60 por ciento de analfabetismo— impulsó al gobierno a una campaña educativa en la que se adjudicó un papel a la radio. La Dirección de Estadística estimaba que, no obstante el alto porcentaje de analfabetismo, era alentador que el 65 por ciento de la población peruana hablara castellano, y que debía propiciarse el aumento de ese porcentaje, pues se hallaba ligado a la instrucción (Ministerio de Hacienda y Comercio 1944: CLXXXIII-CLXXXVI). El Estado elevó en 52 por ciento el presupuesto destinado a la educación pública e inició una campaña que comprendió el uso del cine (mediante “equipos rodantes” en zonas rurales) y la radio (a través de la Escuela Nacional del Aire).

2.2 La educación y la radio

La Escuela Nacional del Aire fue creada para “auxiliar el dictado de las lecciones escolares y crear núcleos especiales de alumnos entre el elemento obrero y campesino” (El Comercio, 29 de julio de 1944). Ya en enero de 1940, Jorge Vargas Escalante, entonces director técnico de Radio Nacional, escribía al director de La Crónica sobre la conveniencia de adoptar el modelo de las escuelas del aire de Europa y Estados Unidos, en circunstancias en que se debatía en las cámaras parlamentarias sobre las deficiencias de la educación en el país. Proponía para el efecto un proyecto que incluía la creación de un Ministerio de Comunicaciones (La Crónica, CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 179

25 de enero de 1940). El mes siguiente fue presentado en el Senado un proyecto de ley para crear ese ministerio, pero no prosperó (La Crónica, 18 de febrero 1940). La Escuela Nacional del Aire, en cambio, fue creada por decreto supremo del 10 de julio de 1941. Su plan respectivo era variable cada tres meses, y estaba organizado por la Dirección de Educación Artística y Extensión Cultural del Ministerio de Educación Pública, con la cooperación de los establecimientos oficiales de enseñanza, la Academia de Música Alzedo y la Orquesta Sinfónica Nacional, y en armonía con la Ley Orgánica de Educación Pública (Vargas y Gamio 1944: 242). La mencionada escuela se inauguró el 1 de junio de 1942. En la ceremonia hicieron uso de la palabra Antonio Garland (programador de Radio Nacional) y Manuel Beltroy (director de Educación Artística y Extensión Cultural del Ministerio de Educación). Dijo Beltroy en esa ocasión:

Paulatinamente, la radiodifusión ha invadido la Escuela, el Colegio, la Universidad, ensanchando progresivamente el ámbito de su palabra de vida y la órbita de su labor, poniendo en contacto directo e inmediato al maestro con los últimos y más remotos vasos capilares de la colectividad y, mediante tan vasto e íntimo contacto, desarrollando en escala y con rapidez nunca soñadas la tarea de educación general e individual y constituyendo así la verdadera y perdurable Democracia. En nuestro país recién ahora comienza este trabajo educativo por medio de la Radio, al que se ha dado el nombre de Escuela del Aire, organizada, o en vías de organizarse, sobre las bases de la Ley Orgánica de Educación Pública y del Drecreto Supremo que la establece, al que acabamos de dar lectura. Tales audiciones —ensayo en nuestro medio de un novísimo modo de enseñanza— se realizarán todas las tardes de los días hábiles de 6 a 6 y 15, a través de las ondas de Radio Nacional; y consistirán en breves conversaciones que acerca de temas educacionales contemporáneos ofrecerán escogidos maestros y directores de educación primaria fiscal, profesionales egresados del Instituto Pedagógico Nacional. Serán a modo de las “Audiciones de sintonía” con que inician su funcionamiento las nuevas Estaciones de Radio, con el propósito de probar la eficacia de sus aparatos, la transmisión y el equipo mecánico y personal de sus instalaciones y estudios; así como, para observar y recibir las impresiones y los juicios del público, acerca de sus transmisiones, a fin de adecuarlos a sus necesidades y sus gustos. Agradecemos, por tanto, a nuestros oyentes se sirvan enviarnos a esta emisora las opiniones, juicios y sugerencias que les inspiren estas 180 EMILIO BUSTAMANTE

audiciones iniciales de experimentación, de suerte que el experimento cumpla el objeto a que responde: satisfacer la necesidad popular de la educación y culturización por medio de la Radio. No ofrecemos, pues, una Escuela Radial acabada y perfecta, armada de todas las piezas, sino apenas una escuela en formación, inspirada en las realizaciones y métodos practicados fructuosamente en medios más avanzados, adaptada al nuestro, correspondiendo a nuestra realidad social y educativa (Vargas y Gamio 1944: 242-243; La Crónica, 3 de junio de 1942).

Los programas de la Escuela del Aire comprendían conferencias, consejos para padres de familia, cuentos infantiles y un noticiario pedagógico. Con buen criterio, Vargas Escalante y Gamio comentarían en 1944:

Si ya está organizada la escuela Nacional del Aire en su lado administrativo y activo, sin embargo, urge organizar técnicamente el otro aspecto del problema, que es el más importante para su finalidad práctica, cual es el de organizar a los radioyentes escolares en especial; nada se diga de maestros primarios y secundarios y de padres de familia en todo el territorio de la República. O sea, que las retransmisiones radiales no vayan a ser infructuosas, es decir, que se pronuncie un discurso o conferencia cualquiera y ellos no serían escuchados por las personas a quienes son dedicados muy especialmente. Es de esperar pues que se complete esta parte del plan educacional a través de la Radiotelefonía. El problema del analfabetismo y la difusión de la cultura en el Perú se hace cada vez más urgente y serio; ahí están las cifras estadísticas del censo último del año 40, las que serían distribuidas gratuitamente por la ESCUELA NACIONAL DEL AIRE, que debe ser obligatoria y organizada en forma más amplia y científica (Vargas y Gamio 1944: 243).

José Jiménez Borja sucedió a Manuel Beltroy en 1943 como director de Educación Artística y Extensión Cultural. Durante este régimen también fue creada la Universidad del Aire Javier Prado, que tuvo como director al doctor Moreno Figueroa. De manera semejante a la Escuela del Aire, brindaba charlas periódicas desde los estudios de Radio Nacional (Vargas y Gamio 1944: 244). Asimismo, se dieron numerosas conferencias educativas en Radio Nacional dentro de la Cruzada Pro Educación de la Futura Madre, y, semanalmente, en un programa de la Inspección General de Instrucción Pre Militar. Otra actividad educativa de la emisora del Estado fue la transmisión de radioteatro cultural, con adaptaciones de novelas peruanas. Fueron CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 181

guionistas de estos programas Augusto Tamayo Vargas y Alberto Tauro del Pino. Las adaptaciones de Tamayo Vargas, que hemos podido leer, constituyen auténticas versiones radiofónicas en las que el diálogo y las indicaciones de sonido reemplazan muchas veces a la descripción empleada en la novela original, evidenciando un temprano conocimien- to del medio por parte de su autor. Aunque algunas de las historias están ambientadas en el siglo XIX (Julia, basada en la novela de Luis Benjamín Cisneros; y Sacrificio y recompensa, sobre el texto de Mercedes Cabello), el guionista evita el exceso de anacronismos que pueda hacer difícil la comprensión de los oyentes y perjudicar la fluidez del relato. Asimismo, cuando representa a personajes de regiones específicas, busca evitar el abuso de construcciones sintácticas propias de los habitantes de esos lugares. En una anotación en El guanay joven (adaptación del cuento El nido extraño de Fernando Romero), Tamayo Vargas además advierte por escrito a los actores sobre la inconveniencia de enfatizar en demasía esas particularidades: “Se emplean discretamente algunas formas prosódicas y sintácticas de la gente de la costa peruana, para dar ambiente al cuen- to, pero no debe exagerarse la pronunciación, pues no se trata de con- servar fielmente todos los rasgos folclóricos” (Tamayo 1944). Se trata, obviamente, de lograr la verosimilitud de la ficción mediante una ade- cuada estilización, no a través de una fidelidad que pudiera resultar contraproducente.

2.3 La guerra con Ecuador

La guerra con Ecuador fue, probablemente, el acontecimiento más importante en el primer gobierno de Prado (Klarén 2005: 349). Ante reclamos territoriales de Ecuador, y en respuesta a actos hostiles de guarniciones de ese país en la frontera, las fuerzas peruanas, al mando del general Eloy G. Ureta, avanzaron por aire y tierra sobre el vecino del norte. Los combates comenzaron el 5 de julio de 1941, hubo una tregua entre el 7 y el 22 de julio, y, finalmente, el 24 de julio tuvo lugar la batalla de Zarumilla, que culminó con victoria peruana. El conflicto armado cesó con el acuerdo de Talara del 2 de octubre de 1941. Posteriormente, en febrero de 1942, se suscribió el Protocolo de Río de Janeiro que fijó los límites territoriales entre ambos países (Ortiz de Zevallos 1995). El inicio del conflicto fue cubierto por las emisoras nacionales. Un mensaje de Manuel Prado de felicitación al Ejército fue escuchado el 9 de julio de 1941 a través de Radio Nacional. Durante los días siguientes, la Oficina de Informaciones y Prensa del Perú enviaba a las emisoras privadas 182 EMILIO BUSTAMANTE

un boletín informativo de los acontecimientos, que era de lectura obligato- ria. El diario La Crónica se quejó entonces de que en “más de una emiso- ra local” se leía el informativo “solo para salir del paso”, y denunciaba la “falta de elocuencia y de patriotismo” de los locutores (La Crónica, 11 de julio de 1941). No obstante, otros medios destacaron la ponderación de las radios locales en el modo de brindar la información frente al apasiona- miento de las emisoras ecuatorianas. Alta Voz decía, al respecto, que “nues- tra radiodifusión ha respondido a los insultos del éter tropical con la sere- na actitud de la cultura” (Alta Voz 107, 2 de agosto de 1941), y Cahuide destacaba que:

[…] la prensa nacional y las radios han demostrado con los hechos, que no en vano, en más de una centuria de vida libre y soberana han conservado la cultura que les legaron sus mayores, mejorándola en muchos casos. En cambio, la prensa y la radio ecuatoriana, han hecho todo lo posible para aparecer ante las Américas a la inversa, insultándonos a mansalva, con los epítetos más tropicales que pueden haber creado mentes caldeadas por los grados de calor y humedad, que el delicioso clima guayaquileño les brinda en casi todos los días del año (Cahuide 51, julio de 1941).

Ambas revistas elogiaron las alocuciones del speaker de Radio Inter- nacional, Heraldo Falconí Sevilla, durante el conflicto. Falconí Sevilla con- ducía los programas Viajes pascuales, La voz del pasado y Unas cuartillas en el aire, consistente en “libretos periodísticos de sabor literario” (La Crónica, 15 de octubre de 1941). El 28 de julio, Radio Nacional transmitió el discurso del presidente Prado en el Congreso de la República, en el que hizo un pormenorizado recuento de las acciones bélicas y negociaciones diplomáticas. Radio Nacional transmitió también un tedeum extraordinario para celebrar el triunfo alcanzado en la frontera. A través de las ondas de la emisora del Estado se escuchó a la Orquesta Sinfónica Nacional tocar el himno patrio, que fue coreado por los fieles que se hallaban en el interior de la basílica y por la muchedumbre que llenaba la Plaza Mayor. Se escucharon también las palabras del arzobispo de Lima, Pedro Pascual Farfán, quien dijo: “Tenemos que defender el Hogar Nacional, porque defender el Hogar Nacional es defender la Patria; y muchas veces para esa defensa es de necesidad la guerra”. No obstante, añadió que “ecuatorianos y peruanos son hermanos” y que sus brazos se extenderían hacia los ocasionales enemigos para darles un saludo de paz (La Prensa, 4 de agosto de 1941). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 183

El 2 de agosto, Alta Voz comentó en su sección “Bombardeo aéreo” que dos extranjeros que habían trabajado años atrás en la radio peruana, tuvieron “conductas diametralmente opuestas” durante el conflicto peruano- ecuatoriano:

El primero es el escritor colombiano Carlos Gutiérrez […] que en una magnífica audición en la Radio de Nueva Granada, Colombia, rindió el 28 de julio un hermoso y emocionado homenaje al Perú […]. El segundo, es doloroso consignarlo: se trata de un actor que recibió continuamente el aplauso de nuestros públicos y fue acogido en radios locales con benevolencia. Se trata de Juan Muñoz, el Niño del Tintán, quien actuando de locutor en Radio Telégrafo de Guayaquil, no ha tenido reparos en dirigir diariamente los más atroces insultos al Perú (Alta Voz 107, 2 de agosto de 1941).9

La tarde del sábado 16 de agosto, Radio Nacional transmitió desde el Estadio Nacional, en cadena con las demás emisoras, un homenaje al gobierno y a los caídos en la guerra. Asistieron el Presidente, los jefes de los poderes públicos y autoridades del clero. Hubo discursos y canciones. El 27 de setiembre de 1941, el general Fernando Melgar rindió homenaje a los aviadores nacionales desde el micrófono de Radio Nacional. Se conme- moraba el 31 aniversario de la hazaña de Jorge Chávez. Melgar citó a “nues- tros primeros mártires de la guerra, Renán Elías Olivera y José Quiñones González, caídos con gloria en defensa de los más sagrados intereses de la Patria, en la garantía de nuestra integridad territorial” (Radiocine Actualidades 50, octubre de 1941). El 29 de enero de 1942, el presidente Prado dio un mensaje sobre la firma del protocolo con Ecuador. Fue por Radio Nacional y en cadena. Dijo el gobernante: “El día de hoy podrá señalarse en la Historia, a las generaciones futuras, como uno de los momentos más venturosos para la fe en los prin- cipios de la justicia internacional y para el mantenimiento de la solidaridad americana. El arreglo de límites entre el Ecuador y el Perú suscrito en Río de Janeiro tiene ese significado de afirmación y esperanza”. Prado no perdió la oportunidad de evocar otro episodio histórico, el triunfo sobre fuerzas españolas en 1866, en el que su padre (entonces también Presidente del país) tuvo participación:

El espectáculo de hoy recuerda otra hora culminante de la Historia de América, henchida como ésta, de peligro y de emoción solidaria: la del 2

9 Juan Muñoz era de nacionalidad chilena. 184 EMILIO BUSTAMANTE

de mayo de 1866. Entonces como ahora, las naciones de América, estrechamente unidas en el pensamiento y en la acción, proclamaron su derecho a la Libertad y al respeto de los demás. Al Perú le cupo entonces el honor insigne de ser el paladín de aquella cruzada de fraternidad donde se afirmaron los derechos soberanos de los pueblos de este hemisferio. Esa misma voz del Perú es la que se ha dejado oír en América en el movimiento de la Conferencia de Cancilleres, asumiendo, hoy como ayer, idéntica actitud de viril responsabilidad ante los peligros que amenazan el porvenir del continente (La Prensa, 30 de enero de 1942).

Prado vinculaba de este modo a su apellido con dos victorias patrióticas, tratando de que el país olvidara el nefasto viaje de su padre a Europa durante la Guerra del Pacífico. Felipe Portocarrero Suárez destaca lo importante que era para el mandatario la resolución del conflicto con el Ecuador:

[…] el favorable desenlace con el Ecuador y la forma del Protocolo de Río de Janeiro determinó un fortalecimiento de su gobierno y de su propia figura, puesto que si bien el conflicto limítrofe tenía una connotación nacional, involucraba, asimismo el prestigio personal de Manuel Prado y el apellido de la familia por la natural asociación que se habría hecho, en caso de derrota, con los controvertidos sucesos de los que fue protagonista su padre hacía más de medio siglo (Portocarrero 2008: 122).

La guerra, por otro lado, motivó el interés por la creación de una estación radiodifusora en Iquitos que permitiera “una labor de propaganda histórica, geográfica y económica” en toda la región (El Comercio, 8 de julio de 1941). En pleno conflicto se formó el Radio Club de Loreto para “establecer una estación y desarrollar una activa labor de propaganda y divulgación regionales”; nombrándose como “presidente vitalicio de la institución” a Manuel Prado (El Comercio, 15 de julio de 1941).

2.4 La Segunda Guerra Mundial

Por decreto del 5 de septiembre de 1939, el gobierno de Benavides declaró la neutralidad del Perú frente a la guerra europea. En su mensaje del 28 de julio de 1941, Prado ratificó la neutralidad del país, pero alertó que ello no significaba ignorar el conflicto. En 1942 anunciaría la ruptura de relaciones con las potencias del Eje, y en 1945 el Perú les declararía la guerra.

2.4.1 La radio como arma de guerra El inicio de la Segunda Guerra Mundial trajo consigo una imagen distinta de la radio. Como bien lo señalaría Alta Voz, la radio se convertiría en CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 185

“medio de ataque y defensa” y no en “el vehículo de entretenimiento y cultura que todos soñábamos”. La revista-cancionero, dirigida entonces por Juan Malmborg y Guillermo Lecca Iturbe, editorializaba de este modo la transformación del medio:

En estos días dolorosos y oscuros para la historia del mundo el hombre ha agregado un arma de combate más a sus mortíferos implementos bélicos: la radio. El genio creador del más feliz y milagroso de los inventos tal vez no imaginara que su realización cumbre habría de servir también para guerrear, ya que el altruismo de su idea se nos supone un núcleo de enlace y unión de los pueblos. Es así como hasta nuestros tranquilos campos americanos, en donde espectadores ya curados de espanto de una nueva guerra, nosotros no dejamos por eso mirar con asco profundo la destrucción de Occidente, nos ha llegado la noticia —también radiada— de la guerra del éter. Y es que la comunicación es un poderoso vehículo no sólo de informe y constante unión entre los elementos que defienden las fronteras: también lo es de ataque, simulación, desafío y camouflage. Una estación emisora de Varsovia ha trasmitido todo un simulacro de combate con ruidos especiales y tres idiomas distintos, tal vez para impresionar al contrario —que en este caso era Polonia misma, pues que el autor de la farsa era alemán— y a través de las informaciones de onda corta de la estación de Alemania los radioescuchas lejanos oímos la muestra de cómo se desarrolla esta ‘guerra del éter’ que es tan peligrosa y efectiva como la metralla y las bombas porque ella encarna el sentido ultramoderno de las armas. La radio, pues, se incorpora como novísimo medio de ataque y defensa y ya no es el vehículo de entretenimiento y cultura que todos soñábamos. No. Ahora es la atalaya amurallada e intangible que lucha y vence apostada en el abismo como una catapulta invisible que bombardea impávida el espacio (Alta Voz 11, 15 de setiembre de 1939).

A la semana siguiente, Alta Voz volvía sobre el tema, absolviendo a los inventores de la radio por el uso que se le estaba dando en el conflicto:

Los discursos de Hitler, las exuberancias tardías de Chamberlain, las intemperancias de Mussolini y las vacilaciones de Daladier, todas desde sus respectivos micrófonos de origen, han sido los gestos preliminares de una contienda que recién se inicia, y que solo Dios sabe qué caracteres monstruosos irá cobrando con su avance. Pero en verdad que la radio no tiene ninguna culpa. Fue una realización científica lograda para hacer progresar a los pueblos, para unirlos con el 186 EMILIO BUSTAMANTE

imposible vínculo etéreo de la onda. Quienes la forjaron en horas, días y años de ímproba y agotadora labor, frente a complejos problemas y enrevesamientos de lo desconocido, sabían que luchaban por un ciclo de avance de la humanidad. Y así como no podemos enjuiciar a quien inventó la pólvora con fines altamente beneficiosos para la industria, porque ese elemento sirviera después para destrucción del “homo sapiens”, así también, mal podemos inculpar los sordos manejos que del divino invento de Marconi hacen los lobos de la política mundial, y que como el Prometeo de la fábula tal vez terminen con las entrañas al sol en gesto de inútil sacrificio por un mundo que lanzaron al abismo (Alta Voz 12, 22 de setiembre de 1939).

2.4.2 Despachos informativos internacionales En virtud de la neutralidad declarada por el gobierno de Benavides, Radio Nacional del Perú transmitía en 1939 noticias de las agencias United Press (norteamericana), Havas (francesa), TransOcean (alemana) y Reuter (in - glesa). Además, se podía escuchar en Lima la programación de las esta- ciones oficiales de Berlín en onda corta, que era anunciada en avisos pagados en diarios y revistas entre setiembre de 1939 y diciembre de 1941. La estación alemana DJA (31,38 metros, 9.560 kilociclos), emitía diariamente tres informativos “en lengua española”, a las 18.00, 20. 15 y 22. 30 horas, y un reportaje en español a las 21.20 (Alta Voz 83, 15 de febrero de 1941). La estación DJE (16,89 metros, 17.760 kilociclos) trans- mitía de 8.00 a 8.15 horas un “Noticioso matutino en castellano” con “sucesos europeos y mundiales” (Alta Voz 95, 10 de mayo de 1941). Se podía escuchar también a las estaciones germanas DJP, DZC, DZE y DJQ, que emitían en su idioma. Por su parte, Radio Londres BBC emitía noticias en castellano diariamen- te en cuatro frecuencias de onda corta (GVO, GRF, GRU, GRM) a las 11.00, 18.45 y 21.00 horas. En 1943 se promocionaba ya como La Voz de Londres. Radio Lima y Radio Mundial retransmitían en ese año los boletines informativos de la BBC por las ondas larga y corta. El mismo año, las frecuencias norteamericanas de onda corta WGEO, WGEA y WRX transmitían diariamente “noticias mundiales de última hora” en español en horarios de mañana, tarde y noche (Cahuide 62, junio de 1943). El desembarco de las tropas norteamericanas en Europa fue cubierto tanto por la emisora estatal como por las radios privadas. En junio de 1944, Radio Nacional anunciaba “rápidos sumarios de 5 minutos por el Reporter Esso” con “las últimas noticias de la invasión en Europa” vía United Press, de lunes a viernes: 8.30, 12.55, 20.55 y 22.55 horas; domingos y feriados: CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 187

20.55 y 22.55 horas. Radio América, por su parte, ofrecía “las últimas noticias directamente desde los campos de batalla” a las 8.00 y a las 13.00 horas, “cuando regrese para almorzar” (La Prensa, 8 de junio de 1944). En Radio América también, el periodista Benjamín Núñez Bravo conducía el programa La escena mundial, de lunes a sábado, a las 21.30, en el que comentaba los sucesos de la guerra y sus antecedentes históricos. En febrero de 1944 entrevistó al héroe de las Filipinas, comandante Carmelo López Manzano, quien realizaba giras en Sudamérica para disertar sobre la resistencia filipina contra la invasión japonesa.

2.4.3 Guerra y publicidad radial A fines de 1941, La Crónica, que tenía una clara posición a favor de los aliados, objetaba que se hiciera propaganda a productos alemanes en las emisoras peruanas, y, en especial, criticaba que el radioteatro de Radio Goicochea estuviera auspiciado por la firma Bayer. Lo consideraba “inapropiado para las circunstancias actuales del mundo, pues la necesidad económica no justifica subordinar a ella los intereses de la humanidad y la democracia”. Decía que en la emisión inaugural del programa se había empleado una “enfática oratoria, tratando de sugestionar al auditorio y de convencerlo de las grandes cualidades de un producto alemán, al cual se ha tomado como pretexto para, en sicológico fin, tener en la audición lo más presente que se podía el nombre del país cuyo tirano ha ensangrentado a Europa”. Culminaba la nota con una invocación a la dirección comercial de Radio Goicochea para que frenase lo que consideraba una “velada propaganda alemana” (La Crónica, tercera edición, 27 de octubre de 1941). Por otro lado, algunos anuncios publicitarios de receptores utilizaban el conflicto bélico para ponderar las virtudes de su producto. Así, un aviso de Radio Admiral aparecido en La Prensa, luego de señalar que se trataba de “el radio que todos admiran” el cual se fabricaba “para todos los climas”, añadía: “No hay lugar en la guerra para un radio que exija cuidados continuos. El radio de hoy día, de la clase que Admiral está produciendo para el servicio de guerra, en los calores de los trópicos, en el frío del Ártico, en los lejanos campos de batalla, es un instrumento robusto, sensible, resistente” (La Prensa, 21 de mayo de 1944).

2.4.4 El caso de Radio Internacional Desde fines de 1940, el diario La Crónica encabezó una campaña contra Radio Internacional, acusando a esta emisora de respaldar a las fuerzas 188 EMILIO BUSTAMANTE

nazi-fascistas y ser instrumento de ellas en América. El 1 de octubre de ese año, bajo el título “El ‘nuevo orden’ de Europa tiene un franco propagandista en Lima”, publicó lo siguiente:

Desde hace algún tiempo se viene advirtiendo que una radioemisora de Lima se dedica a hacer desembozada propaganda al totalitarismo de tal manera que sobre esta base encuentra cotidiano motivo para cantar y propalar las “glorias” de su admirado sistema. Esta estación que no es otra que Radio Internacional, viene hablando todos los días, pues, de ese “nuevo orden” del Viejo Mundo que tan ingrato resulta a los pueblos y hombres libres de América, por lo mismo que nuestras instituciones fundamentales, nuestra Constitución y nuestras leyes repudian el sistema que por la brutalidad se abre paso derrumbando y destruyendo, en medio de la condenación universal. Sin duda, así como Radio Internacional no podría tan desenfadadamente recomendar y elegir a la democracia en los países totalitarios, entre nosotros, por lo menos cabría bien que respetase el orden básico de la República y la Constitución del Estado que hacen peligrar todas las tendencias enemigas de nuestros principios democráticos, ya que tenemos entendido que todo reclame al totalitarismo significa sin ambages una invitación a enrolarse en las filas de los quintacolumnistas que tienen en guardia a América entera. Radio Internacional estima que el “nuevo orden” de Europa es una promesa de bien humano, cuando es efectivamente todo lo contrario. Déjese expresar lo que de ese orden piensan en los pueblos invadidos por el nazismo y se verá cómo ese orden no es menos lesivo al espíritu y a la dignidad humana que el orden que dejaron las legiones de Atila cuando llevaron la barbarie a un sector del otro continente. Además, Radio Internacional se refiere a la causa del totalitarismo como “nuestra causa”, lo que ya asume también cierta gravedad digna de tenerse en cuenta. No es de ninguna manera aceptable que estas expresiones de aversión a la democracia y de franca propaganda a los métodos de expansión a base de la violencia, se sostenga aprovechando de medios de divulgación que, en el mejor de los casos, debieran servir para dar, desde el micrófono, lecciones de civismo a la ciudadanía, de amor a la libertad y a las virtudes ciudadanas, de aliento a la defensa del patrimonio americano, en cuyo ambiente se vive y se actúa. Más útil y oportuno que (defender) el “nuevo orden” que no es sino el nuevo desorden y desastre de Europa, sería sostener los ideales del hombre libre, la cultura popular y tantos tópicos mediante los cuales se sirve con honestidad y respeto a las colectividades, la causa del bienestar y el mejoramiento de un pueblo. Hay una propaganda, vedada por la ética y por el patriotismo, y esa es la de elogiar aquello que está en abierta pugna con nuestras CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 189

instituciones fundamentales. El que usa tal medio pretendiendo desprestigiar a la democracia, la traiciona y traiciona al país en que con tanta desenvoltura elogia al que sabe es el enemigo público de América y, por lo tanto, de todos los pueblos que la integran” (La Crónica, 1 de octubre de 1940).

El 2 de octubre, otro artículo publicado en La Crónica aludía a la condición “extranjeros” del director de la emisora, Antonio Vásquez Pequeño, y de algunos locutores:

Elementos extranjeros tienen a su cargo la propaganda radial del columnismo […]. En efecto, resulta intolerable que desde alguna de las emisoras locales hombres de conciencia alquilable nos digan diariamente las excelencias de un régimen político cuyos métodos están reñidos con la opinión de nuestro pueblo […]. Pero, en esto de la propaganda totalitaria por medio de estaciones radiales, hay un aspecto todavía más interesante que el artículo de LA CRÓNICA al que nos referimos, no ha tocado. Ese aspecto es el de que esa propaganda se hace también subrayando con la tónica vocal, determinadas noticias favorables a los totalitarismos. Escuchando el famoso “Reloj Musical” cualquiera se da cuenta de eso. La forma como los locutores recalcan las noticias de las agencias “Transocean” e “Italia” es por lo demás elocuente. Pero es el caso de que tan repudiable labor se halla a cargo de elementos extranjeros. Basta escucharlos para identificarlos por el inconfundible acento con que hablan y por la forma como al expresarse maltratan la lengua castellana en determinadas letras. Si bien puede servirnos de consuelo que una radio extranjerizante —gerente no peruano; locutores no peruanos— sea la que haya tomado a su cargo la responsabilidad de la propaganda columnista, contraria a nuestras leyes y que en esta labor no intervengan elementos nacionales, no por eso el hecho entraña menor gravedad. La propaganda se hace desenfadadamente. Y eso es lo hay que evitar […]. La democracia consagra el derecho de opinar y de sentir. Pero, claro está, a condición de que no se ataque arteramente por la espalda. No es posible utilizar las garantías, que son la esencia de nuestra forma democrática, para atacar, precisamente a la democracia. Ya eso pasó en Alemania y el resultado fue la instauración de la dictadura nazi. En el Perú no debe ocurrir lo mismo. [Firma:] Peruano (La Crónica, 2 de octubre de 1940).

Antonio Vázquez Pequeño, el director-gerente y entonces propietario de Radio Internacional, era a menudo considerado español, aunque hay 190 EMILIO BUSTAMANTE

fuentes que afirman que era peruano;10 su hermano Juan ejercía la gerencia del Banco Italiano del Callao, y su padre, Juan Vázquez y López-Amor, había sido un diplomático español monárquico. El padre y el hermano de Antonio Vásquez Pequeño murieron en 1941 (Cahuide 54, febrero de 1941). Todo parece indicar que, en efecto, el director-gerente de Radio Internacional tenía simpatías por el fascismo.11 En otro artículo de La Crónica, también firmado con seudónimo, se cuestionaba el eslogan de la emisora (Una voz peruana para toda América) y, bajo el título “Emisoras locales al servicio del totalitarismo” se extendía el cargo de agentes de la quintacolumna a Radio Miraflores y Radio Huancayo, que transmitían programas en cadena con Radio Internacional:

Radio Internacional, que transmite en cadena con Radio Miraflores y Radio Huancayo, participa de la propaganda totalitaria y preconiza la conveniencia del nuevo orden de cosas europeo que, abiertamente, se rebela contra la democracia […]. Para justificar con argumentos por cierto muy débiles esta condenable labor, declaran que esas emisoras transmiten noticias de agencias responsables y que, previamente, han pasado por el tamiz de la censura, agregando que no se formulan comentarios de ninguna clase. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Y a la hora de perifonear las noticias que más convienen a sus propósitos, lo hacen, procediendo de acuerdo con ellos […]. Además, Radio Internacional, se llama “Una voz peruana para toda la América”, pretendiendo de esa manera monopolizar la atención de los oyentes del extranjero hacia nuestro propio país, como uno de los que se encuentran en la misma latitud de simpatía hacia los regímenes que —¡paradoja de la propaganda!— se oponen al suyo. No se necesita mucho esfuerzo para comprender que lo que se persigue mediante esta mistificación de la propaganda, es impresionar al público favorablemente hacia los gobiernos totalitarios. Entre noticia y noticia, emplean un truco musical, que consiste en interpretar ciertas notas vivaces, dialogando así con el piano la transmisión a gritos, para influenciar a los espíritus y mentes débiles. Esos elementos constituyen, luego, uno de los medios de acción de la quintacolumna.

10 Maruja Venegas, que trabajó en Radio Internacional durante la gerencia de Vásquez Pequeño, sostiene que era peruano; sin embargo, la prensa de entonces lo señala como español (entrevista con Maruja Venegas, 6 de noviembre del 2009). 11 Maruja Venegas confirma que, durante la Segunda Guerra Mundial, Vásquez Pequeño era “germanófilo” (entrevista con Maruja Venegas, 6 de noviembre del 2009). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 191

Naturalmente que, para mayor resultado, la emisión de las informaciones radiadas se hace por locutores, cuyo acento y entusiasmo, en ciertos pasajes de la noticia, denuncia al extranjero parcializado con dictaduras totalitarias. Compárese, si no, la transmisión, que para mal disimular alternan, entre noticias que a ellos convienen y las que no les interesa acentuar, y se comprobará que el speaker no es una persona imparcial sino que está vivamente interesado en dar mayor relieve, con maliciosa insistencia, a los acontecimientos que pueden lograr cierto efecto sicoló- gico en quienes, sin estar dotados de un sentido más amplio de la reali- dad, los sintonizan […]. Es, en resumen de todo lo dicho, una organizada ofensiva verbal que se tolera y cuyas consecuencias, de permitirse que ella continúe, han de ser por demás desastrosas para la seguridad nacional y el porvenir de nuestra libertad. [Firma:] Veritas. (La Crónica, 3 de octubre de 1940).

Ese mismo día, La Crónica editorializaba sobre la acogida que había tenido en el Parlamento su denuncia contra las radios Internacional, Miraflores y Huancayo. Según la nota, “destacados representantes, en las dos ramas del Parlamento Nacional” habrían hecho eco a la campaña del diario (La Crónica, 3 de octubre de 1940). No obstante, Radio Internacional continuaría emitiendo sus boletines informativos pro fuerzas del Eje, dentro del programa Reloj Musical, conducido por el argentino Néstor Tato, lo que motivaría un nuevo artículo en La Crónica, titulado “El sadismo de un relojero noticioso”, firmado, una vez más, con seudónimo:

Es una crueldad propia de quienes no tienen empacho en ponerse al lado de métodos que, de canto a canto, están reñidos con nuestro sistema republicano, la invención puesta en práctica por una emisora radial. Consiste, como lo habrán constatado numerosos escuchas, en el llamado Reloj Musical. Se trata de los momentos consagrados a propalar noticias de la guerra. De una a otra información se hacen breves intervalos musicales. Son momentos en los que se evidencia la psicología del locutor, digno de un refinado sadismo, toda vez que entre dato y dato, acentúa el espacio musical, que guarda cierta relación con el timbre de la voz, como llevando el compás de las notas en la misma crueldad de las noticias. Hay algo así como una sangrienta ironía en este reloj musical. No bien el speaker ha informado, con una tendencia muy totalitaria, lo que ocurre en los campos de lucha, hace mutis para dejar que la música, una música que tiene la insistencia de la propaganda, llene los receptores. No escapa al más elemental de los criterios que con esa manera de difundir noticias europeas, lo que se persigue es impresionar hondamente a los oyentes. Después de haber escrito escenas que, por cierto, favorecen por la presentación de las mismas al lado que tiene las 192 EMILIO BUSTAMANTE

simpatías de la emisora, vibra la música marcialmente, como dando el golpe de gracia a la tragedia que se acaba de describir. […] Lo más curioso es que esta modalidad de transmisiones denuncia, a las claras, que se busca por todos los medios hacer ambiente e ideologías reñidas con la Constitución o el país. Y lo denuncia, como que al aludir a los pueblos democráticos, el locutor se olvida de su fondo musical, a fin de hacer que pase desapercibido todo lo que sea contrario a sus simpatizantes. […] Coincide esta moda de dar noticias con una sospechosa interferencia de la radio londinense, cuya voz es buscada, en su mayoría, por los escuchas del país. Esa interrupción, a las nueve de la noche, revela que hay una emisora local interesada en que no lleguen a nuestro pueblo las noticias de la capital de la libertad. Además, no satisfecha la emisora, con estas curiosas novedades, se goza repitiendo, con la longitud de onda, una referencia que no le cuadra. En vano dice: “Una voz peruana”. No. Una voz peruana no puede ser. Es una voz totalitaria. Y al serlo deja, ipso facto, de ser peruana. Porque en el Perú un deber de patriotismo hace que los verdaderos peruanos no admitan, en su credo cívico, el culto a ideologías esclavistas. [Firma:] Canta Claro (La Crónica, 20 de octubre de 1940).

En 1941, Radio Internacional siguió emitiendo programas sobre el conflicto mundial; uno de ellos titulado Estamos en guerra, era transmitido los sábados a las 22.00 y presentado como una “versión en español de uno los más interesantes programas radiales trasmitidos últimamente por 730 estaciones del Continente Americano” (El Comercio, 2 de mayo de 1941). Los ataques a Radio Internacional, sin embargo, amainaron en los meses siguientes, aparentemente debido a la actitud asumida por la emisora durante la guerra con el Ecuador. El mismo diario La Crónica elogió en julio de 1941 el “patriótico y viril” comentario del locutor de Internacional, Heraldo Falconí Sevilla, sobre el conflicto que se acababa de iniciar. No obstante, días después La Crónica volvería a la carga, constatando que Radio Internacional seguía dando “noticias espectaculares, desconcertantes, antidemocráticas, distintas a las de otras emisoras”; censuraba que propalara “victorias totalitarias” y se preguntaba si acaso la estación deseaba la derrota de Inglaterra y las democracias en general (La Crónica, 14 de julio de 1941, edición de la tarde). Es pertinente recordar que el Perú rompería relaciones con los países del Eje recién en 1942, de modo que en julio de 1941 era todavía un país neutral. Sin embargo, desde la entrada en la guerra de los Estados Unidos, CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 193

tras el ataque japonés a Pearl Harbor del 7 de diciembre de 1941, el gobierno peruano, como otros regímenes latinoamericanos, se alineó decididamente con los Estados Unidos. El 15 de enero de 1942, el representante peruano asistió a la Conferencia de Ministros Exteriores de Río de Janeiro donde se discutieron las medidas que se deberían adoptar para la “defensa continental”. No volvieron a aparecer en la prensa comentarios sobre la postura de Radio Internacional. Antonio Vásquez Pequeño se retiraría de la radio “de forma definitiva” en 1943 (La Crónica, 30 de setiembre de 1943, edición de la tarde).

2.4.5 Prado, la radio y la guerra En mayo de 1942, Manuel Prado realizó una gira por Estados Unidos, Cuba, Panamá, Venezuela y Colombia, buscando reafirmar la política del panamericanismo. A su regreso al Perú, el 31 de mayo, fue haciendo escalas en Piura, Chiclayo y Trujillo, mientras el jefe de informaciones Jorge Mac Lean Estenós relataba por Radio Nacional las actividades pre- sidenciales en esas ciudades y los homenajes recibidos. Cuando estaba rumbo a Lima, Prado fue entrevistado en el avión para la emisora estatal, transmitiéndose en directo sus palabras (“vuestra felicidad es el objetivo supremo de mis anhelos”). Veinte minutos después aterrizó la aeronave en la capital, donde se realizó una manifestación (La Prensa, 1 de junio de 1942). En setiembre del mismo año visitó el Perú Nelson Rockefeller, coordinador de Asuntos Interamericanos del gobierno de los Estados Unidos; “sostuvo una conferencia con los responsables de los diarios locales, las estaciones radiales y las agencias noticiosas” (La Prensa, 20 de setiembre de 1942). El 12 abril de 1943 arribó a Lima el vicepresidente de Estados Unidos, Henry Wallace. Fue aclamado por la población y se alojó en Palacio de Gobierno. Dio una conferencia de prensa que fue emitida por la radio. Preguntado sobre si había seguridad para América Latina de que la política del buen vecino se mantendría en el futuro, res- pondió que el anhelo común era el panamericanismo (La Prensa, 13 de abril de 1943). El 13 de enero de 1944, una resolución suprema dio a conocer que el Ministerio de Gobierno y Policía revisaría las licencias otorgadas a las estaciones de radio, en virtud de que “las circunstancias internacionales” requerían la observancia de ciertas “formas y condiciones” en “cautela de la seguridad y defensa continental” (La Crónica, 15 de enero de 1944). 194 EMILIO BUSTAMANTE

El martes 8 de mayo de 1945, a las 21.00 horas, el presidente Manuel Prado habló por Radio Nacional en cadena con todas las emisoras privadas, para celebrar “El día de la victoria”. En esa misma fecha, Radio Mundial emitió, a las 14.00 horas el discurso del rey Jorge VI, y a las 16.00 horas Radio Victoria transmitió el discurso del premier británico Winston Churchill en cadena con la BBC (El Comercio, 8 de mayo de 1945). Prado, en su discurso por Radio Nacional, dijo lo siguiente:

En la contienda que llega a su final, el Perú se ha mantenido desde el primer instante en una firme posición democrática, y ha aportado toda la colaboración a su alcance con devoto e infatigable esfuerzo que está ampliamente compensado con los galardones del triunfo y con la satisfacción de poder decir que hemos cumplido en todo momento nuestro deber. El 8 de diciembre de 1939, al asumir el Poder manifesté que el Perú contribuiría a asegurar el predominio del Derecho en las relaciones internacionales y prestaría el calor de su entusiasmo a hacer efectivo el hermoso ideal del Panamericanismo, afirmando al mismo tiempo mi credo democrático. Desde principios de 1942 el Perú estuvo de hecho en estado de beligerancia con las potencias agresoras, puesto que hizo completo y franco aporte de sus recursos para acelerar su derrota, neutralizando además sus maniobras mediante severa vigilancia del territorio y el constante patrullaje marítimo y aéreo de nuestro litoral. Esa situación quedó oficializada con la Declaración que el 11 de febrero de este año formuló el Ministerio de Relaciones Exteriores y, tres días más tarde, al suscribir nuestro representante en Washington, el Acta de las Naciones Unidas (El Comercio, 9 de mayo de 1945).

El 10 de mayo, el Programa Latinoamericano de la BBC emitió un nuevo discurso de Churchill “sobre el desarrollo de la guerra y la labor de Gran Bretaña”, que fue retransmitido por las radios Victoria, América, Lima, Delcar, Trujillo, Universal de Ica, Continental, Cuzco, Mundial y Arequipa (El Comercio, 18 de mayo de 1945).

2.5 La radio clandestina aprista

Durante el primer gobierno de Manuel Prado, el Apra siguió proscrito y mantuvo activa una emisora clandestina. El alto dirigente aprista Armando Villanueva del Campo recuerda al respecto:

Que yo conociera y participara en esta actividad corresponde entre 1940 y 1944. En 1940 se obtuvo un aparato transmisor de onda corta de un CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 195

señor Gallo Porras […]. Él no supo a quién se lo vendía, pero por inter- pósita persona llegó a nosotros […]. Cuando ese aparato se adquirió en 1941 yo estaba en el exilio, por eso lo único que puedo decir es que fue el señor Gallo Porras quien lo vendió, hermano de quien sería después alcalde de Lima y también vicepresidente de la República […]. Cuando llegué yo del exilio, una de mis tareas, encargada por Víctor Raúl en la clandestinidad, era cómo hacer las transmisiones, porque había dos problemas: el primero, que la radio que habíamos adquirido era de onda corta, y la mayoría de las radios, las familiares, eran de onda larga, y lo que nos interesaba no era llegar a Ecuador o Chile, sino llegar acá. Ese era un problema. El otro problema era que podían inter- ceptar la señal. Durante la Segunda Guerra Mundial se había perfeccio- nado mucho el sistema para interceptar las transmisiones, especialmente en los sistemas de espionaje. En consecuencia, había que tener transmi- siones muy breves, y muy avisadas, para que la gente del partido que tenía solo onda larga viera la manera de asociarse a fin de sintonizar y escuchar la radio. Ese aparato lo teníamos guardado en Incahuasi. Incahuasi se llamaba el lugar de residencia clandestina de Víctor Raúl; no era —ni nunca fue— un lugar determinado. Donde él estaba se llamaba Incahuasi. A mí me tocó una época, en el año 42, manejar la radio (entrevista con Armando Villanueva del Campo, 16 de setiembre del 2005).

Denominaron a la estación Una voz en la noche, según Villanueva, “recor- dando a una radio clandestina europea antinazi que también se llamaba así”. Los libretos de las transmisiones los escribía Haya de la Torre, quien asistía a algunas de ellas. Los mensajes eran muy breves (“no podían durar más de tres minutos”). El gobierno nunca logró desactivar la radio porque trasladaba su punto de emisión. Hubo cuatro lugares desde donde transmitía: la casa del señor Federico Diez Canseco, en Miraflores; la casa del señor Sánchez Ortiz, al costado del hospital Dos de Mayo, en el Cercado de Lima; el domi- cilio del señor Pancorbo, en San Isidro, y una propiedad en San Miguel. Los destinatarios de las transmisiones eran personas vinculadas al partido. La primera comunicación se hacía verbalmente: unos avisaban a otros que se iba a realizar una emisión en la noche; se reunían los convocados en los hogares de quienes tenían receptores de onda corta, allí escuchaban la información, y al día siguiente la retransmitían a sus conocidos. A veces las emisiones incorporaban algunos versos satíricos en contra de autoridades del gobierno. Villanueva del Campo recuerda:

Por ejemplo, hubo un ministro de Prado en su primer gobierno, el doctor Garrido Lecca, que era productor de arroz del norte, e hizo una venta que fue muy censurada, inclusive en el Congreso, no obstante su sometimiento. Lo acusaron o censuraron, no recuerdo. Creo que lo 196 EMILIO BUSTAMANTE

acusaron. Se hablaba del robo del arroz. Entonces, en la campaña de propaganda poética que hacía el partido, por ejemplo, se recitaban estos versitos: Garrido Lecca o Montoya, del tribunal de sanción fue ministro de la argolla y ha caído por ladrón Y es que juntitos los dos, esta loba y “pollo hervido”, al pueblo se lo han sorbido con el robo del arroz.

Lo simpático era el día siguiente. Por ejemplo, Luis Enrique Debarbieri y Fernando Bedoya Reyes (hermano de Lucho Bedoya Reyes), que vivían en Surquillo y los dos eran apristas, escuchaban la transmisión en casa de Debarbieri y al día siguiente iban a la universidad y difundían estas cosas (entrevista con Armando Villanueva del Campo, 16 de setiembre del 2005).

Villanueva admite, sin embargo, las limitaciones de la radio clandestina: “Yo creo que la radio impactó muy relativamente, no había dimensión y volumen, no había extensión, pero cumplió una tarea” (entrevista con Armando Villanueva del Campo, 16 de setiembre del 2005).

2.6 Las emisoras privadas

A comienzos de los años cuarenta desaparecen algunas emisoras: Radio Castellano, Radio Dávila y Radio Sucre. En 1940, la estación privada más poderosa es Radio Lima: capta la mayor publicidad y se da el lujo de traer artistas extranjeros para temporadas en la capital; y se mantienen a duras penas tres emisoras chicas: Internacional, Goicochea y Miraflores.

2.6.1 Vicisitudes de las estaciones pequeñas Radio Internacional, dirigida por Vázquez Pequeño, y mudada del Pasaje Olaya al antiguo local de Radio DUSA en la calle Plumereros, es, como ya se ha mencionado, acusada de simpatías con las fuerzas del Eje. Radio Goicochea, por su parte, contrata en mayo de 1940 a Benigno Martínez de la Torre como director general. La radio tiene entonces como “locutores exclusivos” a Malmborg, Bereneiser, Juan Silva y García Evans, y como estrellas a los cantantes Elena Mayer y Paco Cabrejos. En setiembre de ese mismo año, Segundo Boy Mercado, empresario teatral, constructor y dueño de los cines Metropolitan y Beverly, alquila las ondas larga y corta CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 197

de la emisora a Juan Pablo Goicochea. A partir de entonces, la radio pro- mociona los espectáculos de Boy Mercado: La Dolores, la revista Hollywood Review y números de variedades ofrecidos en los cines Metropolitan y Beverly. En diciembre de 1940, Boy Mercado despide a Martínez de la Torre y a la cantante Elena Mayer. Según la revista Alta Voz (dirigida por Malmborg, uno de los locutores de la estación), Martínez de la Torre “rum- boso y hecho al boato, estaba arruinando el negocio de la sociedad” (Alta Voz 74, 14 de diciembre de 1940). El colombiano Carlos Gutiérrez reem- plaza a Martínez de la Torre, quien se lleva al personal artístico a Radio Miraflores, donde es contratado. El mismo mes, Boy Mercado organiza un concurso de aficionados, aparentemente para reemplazar al elenco que ha emigrado, y se niega a pagar por la onda corta a Juan Pablo Goicochea, alegando que la frecuencia falla continuamente. A comienzos de 1941, el ingeniero Goicochea intenta recuperar la radio alquilada, y demanda a Boy Mercado, quien consigna el alquiler en la Caja de Depósitos y Consignaciones. El contrato se deshace en marzo de 1941. Un mes antes se había formado el gremio de broadcasters con Goicochea como presidente. Carlos Gutiérrez deja la dirección artística, y esta pasa al actor y locutor Carlos Ego Aguirre, quien es luego reemplazado por Juan Silva. Al poco tiempo, Radio Goicochea se integra, también por alquiler, a la cadena de la Compañía Peruana de Radiodifusión. Radio Miraflores independiza en 1941 su planta transmisora de sus estudios, para los que adquiere “un espacioso local en la Avenida Pardo nº 769” (Vargas y Gamio 1944: 156). Benigno Martínez de la Torre asume la dirección artística de la emisora tras dejar Goicochea. En diciembre, Miraflores entra en una “manifiesta etapa de renovación, dedicándose especialmente a los matices culturales”, según La Crónica. Propala lecturas tomadas de Selecciones de Reader’s Digest, charlas comerciales y dramatiza páginas de El tesoro de la juventud (La Crónica, 5 de diciembre de 1941, edición de la tarde). No obstante, adolece de falta de personal artístico. El mismo diario sugiere que “debe contemplar la conveniencia de contratar algunos cancionistas para animar sus programas y hacer música peruana” (La Crónica, 10 de diciembre de 1941, edición de la tarde), y le critica el exceso de avisos comerciales entre un número musical y otro (La Crónica, 12 de diciembre de 1941, edición de la tarde). Al año siguiente, Miraflores pasa a formar parte de la red de la Compañía Peruana de Radiodifusión.

2.6.2 Nuevas emisoras El 3 de julio de 1941 se inaugura Radio Callao (OAX4C - 1160 kilociclos), “La Voz del Puerto”. Ubica sus estudios en la avenida Sáenz Peña 1448, 198 EMILIO BUSTAMANTE

Bellavista, y tiene como directores a Franklin Urteaga y Jorge Alvarado (gerente). Anuncia desde el primer día un numeroso elenco artístico, integrado por una orquesta de conciertos, el Quinteto Vienés, la orquesta típica argentina Filiberot, Los Swing Mackers (orquesta de jazz dirigida por Alejandro Hernández), el conjunto Voces de América, Los Miky Bros. (cuarteto instrumental de swing), Dante Miller, Nelly Villena, Víctor Acher, Miguel Ángel Sánchez (cantantes de música internacional), Eloísa Angulo La Criollita y Clara Aguilar (solistas criollas), Manuel García y Carlos Barraza (guitarristas), César Oviedo (pianista criollo), Horacio Villanueva (pianista folclórico), el dúo Hermanas Palacios (música criolla), Manuel Urresti (cajoneador), el dúo Los Porteños (música internacional), el conjunto Tierra Adentro (música internacional) y un conjunto radioteatral dirigido por el actor Federico Chacón (Cahuide 51, julio de 1941; La Crónica, 3 de julio de 1941). Radio Mundial (OAX4F en 1080 kilociclos y OAX4H en 6095 kilociclos), de Tomás Ronald, sale al aire el 23 de enero de 1942. El director artístico es Armando Ortiz Lambert. La estación trae de Argentina a Alberto Pillado Matheu como director comercial, y a su esposa, la actriz y escritora Queca Herrero (María Angélica Herrero), para que se haga cargo del elenco radioteatral junto al actor español José María Linares Rivas. Anuncia a los cantantes argentinos Alberto Gómez y Ada Villarreal; a los cantantes líricos Giana Pieri, Domenico Mastronardi, Sara de Llop y Edmundo Pizarro Dávila; a los cantantes peruanos de género internacional: Roberto Duncker, Alberto Meclkenburg y José Cómena; a Alina de Silva y el retorno de los animadores mexicanos Alfonso y Dora D’Alessio (Cahuide 53, diciembre de 1941). En febrero de 1942, Mundial logra también el regreso de los chilenos Vilma Waalovsky (pianista) y Nibaldo Soto Carbajal (compositor), y contrata al escritor Marino Ratto “para escribir diversas obras costumbristas de hondo sabor nacionalista”; la primera de ellas: La fiesta de San Camilo con el dúo Costa-Monteverde, Las Hermanas Palacios, La Limeñita, Amalia del Valle, Dora D’Alessio, Pepita Ureta, Pepe Muñoz, Alberto Ego Aguirre, Roque Pascuale y Jorge Pomar, entre otros (Alta Voz 132, 8 de febrero de 1942). El 9 de abril de 1944 salió al aire Radio Victoria (OAX4X), de José Eduardo Cavero, que más tarde se convertiría en la cabeza de una nueva cadena radial privada. Cavero era propietario de la Compañía Textil Boston. El primer directorio de la empresa radial lo integraban, además de él, su esposa Laura Dubois de Cavero, Jaime Cavero y Óscar Cavero. El nombre de la emisora era un homenaje al triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Alonso Alegría anota: “Apropiadamente eligen como CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 199

característica de la emisora el primer tema de la quinta sinfonía de Beethoven. Cuatro toques cortos y uno largo. La V, en alfabeto Morse: V de Victoria” (Alegría 1993: 95).

2.6.3 La Compañía Peruana de Radiodifusión En 1942 se creó la Compañía Peruana de Radiodifusión S. A., de propiedad de José Bolívar, José Carcovich y Antonio Umbert, que dio origen a una importante cadena de emisoras que comprendía a Radio Lima, la flamante Radio América, Radio Callao, Radio Miraflores y Radio Goicochea, en Lima; Radio Delcar, de Chiclayo; Radio Universal, de Ica; Radio Continental, de Arequipa; Radio Huancayo, Radio Huánuco y Radio Cusco, en Huancayo, Huánuco y Cusco, respectivamente. La Compañía Peruana de Radiodifusión S. A. se llamaba a sí misma, con orgullo, “la organización de radio más poderosa de la costa del Pacífico Sur”. Quedó establecida por escritura pública del 16 de enero de 1942, con un capital pagado de 240 mil soles. El directorio lo presidía Jorge Carcovich; los otros miembros eran: José Bolívar, Eugenio Dittlon, Iván Blume y Antonio Umbert (este último director gerente) (Cahuide 67, marzo-abril de 1944). Los principales socios, Bolívar y Carcovich, tenían también la re pre- sentación de los aparatos sonoros para cine De Vry, con los cuales, según Carcovich, equiparon “a todo el norte del Perú”. Eran, asimismo, distribui- dores cinematográficos. Suministraban material a veintiún salas de cine del norte del país (en los departamentos de La Libertad, Lambayeque y Piura), y a las haciendas Chiclín, Casagrande, Cartavio, Sausal, Roma, Chiquitoy, Cayaltí, Pomalca, Pucalá y Tumán. (Cahuide 22, enero de 1939). En diciembre de 1941, tomaron “bajo su dirección” el teatro Princesa en Lima, con la intención de estrenar películas argentinas, mexicanas y francesas (Cahuide 53, diciembre de 1941). Cambiaron el nombre del local por el de Victory, y, al final, proyectaron películas de la Radio-Keith-Orpheum (RKO). En 1943 adquirieron los Almacenes Suetomi y los convirtieron en Almacenes Lima S.A., ubicados en Bodegones 318, Judíos 294 y Santo Domingo 224,12 con Santiago Orezzoli como gerente (Cahuide 62, junio de 1943).

12 Los nombres actuales de dichas calles son: Bodegones: tercera cuadra de Carabaya; Judíos: segunda cuadra de Huallaga; y Santo Domingo: segunda cuadra del jirón Conde de Superunda. 200 EMILIO BUSTAMANTE

Las emisoras más importantes de la Compañía Peruana de Radiodifusión eran Radio Lima y Radio América. En noviembre de 1940, Radio Lima había dejado su local de Belén 138, y se había trasladado al tercer piso del edificio Emperpar (Empresa Peruana Parlante, también de propiedad de Bolívar y Carcovich) en el jirón Risso 267 (altura de la cuadra 20 de la avenida Arequipa). El edificio tenía seis pisos; el primero lo ocupaba el cine Western, de los mismos dueños (Vargas y Gamio 1944: 149). Radio América (OAX4U - OAX4V - OAX4W) inició sus transmisiones en abril de 1942, tenía estudios en la calle Ocoña y planta de transmisión en la avenida Argentina. Pertenecía a Bolívar, Carcovich y Antonio Umbert; el director-gerente era Umbert (Vargas y Gamio 1944: 150-151). La cadena se formó en Lima mediante el alquiler que hicieron los pro- pietarios de Radio Lima y Radio América de las emisoras Callao, Goicochea y Miraflores. Alta Voz ironizaba, en su sección “Conventillo radial”, sobre la nueva situación de los dueños de las emisoras alquiladas. Los hermanos Palma de Radio Miraflores y Franklin Urteaga (uno de los propietarios de Radio Callao) estarían satisfechos con el acuerdo logrado, pero Jorge Alvarado (el otro director de Radio Callao) y Juan Pablo Goicochea, no se hallarían tan contentos, según Alta Voz:

Mientras tanto, cinco broadcasters se quedan out side. “Supervigilando” sus respectivas estaciones, y cobrando su chequecito cada mes. Les va a parecer raro que les caiga “agua” tan mansamente, pero la vida es así: premia a los bienaventurados y a los que nacieron de pie con la buena estrella. De ellos, dos, los hermanitos Palma, en la gloria. Franklin Urteaga feliz por continuar en su amoroso puesto; pero hay otros que echan humo, cada uno por separado: Jorge Alvarado y el Ingeniero Goicochea. Jorge dice que la estación sigue siendo suya y Juan Jacobo que muy pronto volverá a serlo. Dios los cría, etc… (Alta Voz 132, 8 de febrero de 1942).

Radio Miraflores y Radio Callao se apartaron al poco tiempo de la compañía. Radio Goicochea hizo lo mismo, y su propietario, Juan Pablo Goicochea, logró que Genaro Delgado Brandt y Alberto Pillado Matheu tomaran las riendas de la emisora; ambos asumieron la dirección en noviembre de 1942, junto con Manuel Gjurinovic y Demetrio Cortez, y convirtieron la estación en una de las preferidas del público con el nuevo nombre de Radio Central. A inicios de 1944 la Compañía Peruana de Radiodifusión comprendía las radios América y Lima, de Lima; Delcar, de Chiclayo; Universal, de Ica; Continental, de Arequipa; Huancayo, Huánuco y Cusco, de Huancayo, Huánuco y Cusco, respectivamente; y anunciaba la incorporación de las CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 201

radios Trujillo y Piura, de Trujillo y Piura, respectivamente (Cahuide 67, marzo-abril de 1944). Pero ese mismo año, Bolívar y Carcovich se retiraron de la Compañía. Radio América pasó a ser propiedad de Antonio Umbert y Nicanor González Vásquez; y Radio Lima fue comprada por los hermanos Avelino, Luis y Raúl Aramburú (Alegría 1993: 102).

2.6.4 Auditorios La visita de artistas extranjeros a las emisoras para presentaciones públicas, y la demanda de los oyentes de apreciar en vivo a las emergentes estrellas de la radio, influyeron en la creación de nuevos auditorios por parte de las estaciones limeñas. En 1941, Radio Internacional inauguró un auditorio en su nuevo local de la calle Plumereros (actualmente la tercera cuadra del jirón Camaná), en el centro de Lima, donde antes estuvo el local de Radio DUSA. En 1944, Radio América, La Voz del Nuevo Mundo, construyó un auditorio en el segundo piso de su edificio propio, “dotado de todos los adelantos que la técnica radial moderna impone”, según la revista Cahuide. Tenía capacidad para doscientas personas y estaba “dotado de un novísimo juego de luces, aire acondicionado” y “micrófonos RCA Victor, de alta velo- cidad” (Cahuide 67, marzo-abril de 1944).

2.6.5 Radio en provincias El 1 de marzo de 1941 se inaugura OAX3A, Radio Huánuco, “La Voz de los Andes para el hogar peruano”, con frecuencia de 6198 kilociclos y banda de 48,40 metros. Destacan en su elenco los Hermanos Yupari, que interpretan ritmos internacionales, y el pianista Tino Sarmiento en música criolla. Durante el período se mantienen muy activas las emisoras incorporadas a la Compañía Peruana de Radiodifusión, especialmente Radio Delcar, de Chiclayo, que en 1941 tiene como figuras a Paco Cabrejos y Evita Rivera, quien interpreta canciones internacionales, acompañada al piano por el maestro Polo Bedoya. Radio Central de Huacho (OAX4D, 890 kilociclos) se inaugura el 28 de julio de 1944, con una transmisión llevada a cabo por Juan Silva y una delegación de artistas de Radio Central de Lima. Sería el primer paso hacia la creación de una nueva red privada de emisoras.

2.6.6 Crítica a las emisoras privadas Desde la prensa no solo se criticaba a la cadena creada por la Compañía Peruana de Radiodifusión, sino también a las estaciones pequeñas, las 202 EMILIO BUSTAMANTE

cuales, se decía, ofrecían una programación de escasa calidad y pagaban mal a sus artistas. En uno de sus “Editoriales Kodac” (sic), la revista Alta Voz denunciaba:

No hay vuelta que darle vuelta. La radio no progresa en el Perú por el excesivo comercialismo de quienes la manejan. Nos referimos, naturalmente a las llamadas “estaciones chicas” que a pesar de ser chicas, son grandes lobas en el reparto del botín. Los broadcasters nos hacen recordar a aquellos cojos que parodia Paco Andreu, que al renguear van haciendo una parábola con la pata torcida, como diciendo: “Todo para mí”… Y nada para el artista. Mucho menos para el público que en buena cuenta es el que paga… la luz eléctrica y el receptor… y la paciencia ¿Hasta cuándo, por cien mil pipas de diablos, nos estarán endilgando los mismos programas de radio El Mundo, Belgrano, Excelsior y Cooperativa Vitalicia? ¿Hay derecho para que en radio todavía estemos en pañales? No. Pero es que se precisa una nueva legislación que ampare al artista y dictamine sobre el avisaje y ponga coto a las incultas manifestaciones artísticas de las OAX limeñas. ¡Hasta cuándo, por Dios!” (Alta Voz 95, 10 de mayo de 1941).

2.7 Los trabajadores de la radio

Los trabajadores de la radio no conformaban entonces un grupo numeroso; según el censo de 1940, 185 personas declaraban trabajar en estudios de radiodifusión (de ellos 134 eran hombres y 51 mujeres), 132 de estas personas desempeñaban sus funciones en Lima (89 hombres y 43 mujeres). No obstante, surgieron intentos de agremiación poco antes de la elección de Prado. En 1939 se empezó a gestar una Asociación de Artistas y Empleados de la Radio a iniciativa, como ya se ha señalado, de la revista Alta Voz, dirigida por Juan Malmborg y Guillermo Lecca Iturbe, ambos empleados de emisoras limeñas. Atendiendo al llamado de la revista, se reunió un nutrido grupo de trabajadores de diversas estaciones y se nombró secretario interino al compositor y pianista Lorenzo Humberto Sotomayor. En enero de 1940, fue elegida una comisión encargada de elaborar las bases de un reglamento; estaba integrada por Eduardo Sierralta Lorca, Eduardo Márquez (Radio Lima), Rosa Ascoy (Radio Internacional), Jorge Costa (Radio Nacional), y Ernesto Lora (Radio Goicochea) (Alta Voz 29, 27 de enero de 1940). La revista La Lira Limeña, dirigida por Pedro A. Casanova, haciéndose eco del semanario El Intransigente, dirigido por el congresista Óscar Medelius, cuestionó la composición del Comité Provisorio de la Asociación, CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 203

reclamando que se incorporara en su seno a “uno o dos elementos de cada broadcasting”. El pedido, no obstante, parecía no tener sustento, pues los miembros de la comisión nombrada provenían de diferentes emisoras. La Lira Limeña culpaba a los dirigentes de la novísima Asociación de dividir al gremio radial y los acusaba de pretender “aprovecharse de su existencia para fines reñidos con el normal desenvolvimiento institucional generando una realidad de zozobra y desconfianza” (La Lira Limeña 503, 10 de marzo de 1940). La polémica continuó en el número 34 de la revista Alta Voz, donde Aurelio Collantes publicó un artículo en el que decía que era “algo vergonzoso ver la forma capciosa como algunas revistas han tratado de hacer campaña innoble contra los elementos fundadores de la Asociación de Artistas y Empleados de la Radio”. Aunque no mencionaba los nombres de las publicaciones, añadía que el fin de ellas era “buscar unas monedas de los ‘broadcasters’ en pago de sus artículos destructores hacia la unificación de los artistas de la Radio”. Aclaraba: “No es acción rebelde, la que pretendo que se ejecute, sino poner en el mismo nivel económico y artístico al artista nacional con el extranjero, porque este último casi siempre en nuestras emisoras, se hace pagar lo que exige, y algunas veces hasta con mucho menos méritos que los nuestros”. Llamaba a los artistas de la radio que sí tenían trabajo a “no seguir con la inercia de los que nada necesitan”, invocándoles a “pensar que no tienen garantías a largo plazo; y que pueden ser los desocupados de mañana y se encontrarán en la situación de los que ahora abogan por un porvenir mejor”. Insistía en que: “La sindicalización de los elementos radiales sería la idea más acertada y más rápida para su cometido, evitando a tiempo la desvalorización de los sueldos o pagos de audiciones y venta de libretos” (Alta Voz 34, 2 de marzo de 1940). La Lira Limeña, dándose por aludida, contestaba con violencia al artículo de Collantes, acusando a su autor de toxicómano y de haber sufrido condena por delito de subversión del orden público. Decía que la publicación de Collantes había que tomarla en consideración porque servía “para desenmascarar a los hombres que pretenden a toda costa formar una Asociación de Artistas a su antojo y con fines evidentemente subversivos”, y precisaba: “Lo más grave del asunto es que en el artículo en referencia se insta descaradamente a los artistas a la rebelión aconsejándolos y proponiéndoles la ‘Sindicalización’” (La Lira Limeña 503, 10 de marzo de 1940). En junio de 1941, la revista Alta Voz admitía el fracaso de la Asociación de Artistas y Empleados de la Radio cuya creación había impulsado en 204 EMILIO BUSTAMANTE

1939. Decía en uno de sus “Editoriales Kodac” que al lanzar la revista la iniciativa, los gerentes de Radio Lima convocaron a una reunión donde plantearon una “angustiosa disyuntiva”: “aquel que siguiera la iniciativa de ALTA VOZ a la calle”. La intimidación dio resultado. Alta Voz lamentaba que los artistas de la radio se encontrasen al margen de las leyes sociales que amparaban al trabajador, y hacía un nuevo llamado: “Artistas y empleados de radio deben unirse en un nuevo movimiento de cohesión, para formar un solo bloque sólido y pugnátil (sic) que termine de una vez por todas con la insultante rapacidad de los dueños de las emisoras” (Alta Voz 99, 7 de junio de 1941). Alta Voz no era la única publicación que expresaba su preocupación por la condición de los artistas de la radio. La revista Dial, dirigida por Leonidas Yerovi, exigía una ley que los amparase:

Nuestro ambiente radial acusa graves fallas y notables defectos. Se sigue la vieja secuela de las recomendaciones y los parentescos, contándose además con el temor a las represalias por parte de los dueños de las broadcastings. ¡Queremos acabar con las humillaciones! Deseamos que el artista de la radio no tenga que verse obligado a solicitar audiciones como favor. Queremos que se le estime y que a su sombra modesta no se lucre y hagan las grandes fortunas con que siempre se ahogan aspiraciones. El artista de Radio necesita una ley que lo ampare. Nosotros estamos dispuestos a luchar por ella, y queremos colaborar por el gran futuro de la radio peruana. ¡Es hora ya de que el artista se defienda…!! (Dial 5, 12 de diciembre de 1940).

La revista Radiocine Actualidades, dirigida por Alfredo Ordóñez Lugo, pese a hallarse muy cercana al grupo de dueños de cine y exhibidores cinematográficos, mostraba también preocupación por la situación eco- nómica y laboral de los artistas de la radio:

En la mayoría de nuestras radios existe un mal que en vez de ir desa- pareciendo, cada día toma más incremento. Se trata de la poca o nin- guna consideración que se tiene a los elementos que actúan en ellas, pues salvo el caso de las 3 ó 4 figuras estelares que cuenta toda Radio para quienes guardan todas las atenciones, los demás artistas están expuestos a pasar las vicisitudes más angustiosas que se pueden ima- ginar. Continuamente recibimos quejas de los mismos afectados. Unos dicen que los hacen trabajar horas extras sin recibir por ello remuneración extra alguna; aquellos, que cuando desean ver a un Director Artístico por algo relacionado con sus labores son atendidos en forma descortés o simplemente se les obstaculiza en alguna forma esa CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 205

entrevista, y no falta tampoco el artista que tiene que andar como ánima en pena para lograr el cobro de sus haberes, que le son retenidos, sin ningún motivo justificado, por tiempo más de lo prudente; viéndose ellos en “figurillas” para poder a su vez cumplir con sus propios compromisos contraídos. Es hora pues, que los señores Broadcasters y Directores Artísticos, tomen medidas sanas para evitar estas quejas y descontentos entre las huestes a sus órdenes (Radiocine Actualidades 50, octubre de 1941).

En ese mismo mes de octubre de 1941, La Crónica informaba que estaba aumentando la desocupación en las radios (La Crónica, segunda edición, 1 de octubre de 1941). En diciembre describía el tipo de con- tratación que se había hecho regular entonces: el artista firmaba por tres meses, al cabo de los cuales volvía a firmar por otros tres meses, pero sin reconocimiento del período antes laborado. En los tres meses de duración del contrato, actuaba en forma exclusiva para la emisora, recibiendo un bajo salario (en ocasiones un sol cincuenta por audición). Al cumplirse el período laboral, los dueños de la estación, si consideraban que el artista no había rendido de acuerdo a lo esperado o no era ya necesario para los fines de la emisora, no firmaban un nuevo contrato con él, dejándolo “con un saldo de duro egoísmo y de anémica economía” (La Crónica, edición de la tarde, 17 de diciembre de 1941). Señalaba el mismo diario que los broasdcasters preferían contratar artistas mujeres pues les pagaban menos que a los hombres, pero añadía que el público ya se estaba cansando de oír tantas voces femeninas (La Crónica, edición de la tarde, 23 de diciembre de 1941). El 6 de abril de 1942 se realizó una asamblea para constituir una Sociedad Mutualista de Artistas y Empleados de la Radio en el teatro República. Asistieron alrededor de cuarenta personas, “representantes de todas las emisoras”. Se eligió por aclamación como presidente honorario y vitalicio al Presidente del país, Manuel Prado. Se crearon tres comisiones: de estatutos (integrada por Mecha Cabot, Juan Infantes, Nelson Arrunátegui, Juan Malmborg, Fernando Palomino, José Marchinares y César Negreiros); de economía (conformada por Mecha Cabot, Graciela Zurita, Diana Sanders, Cucha Miró, Susana Sharím y Maruja Venegas); y de relaciones, prensa y propaganda (con Alicia Lizárraga, Zarela Cruzado, Diana Sanders, Rosa Passano, Juan Colich, Gustavo Montoya, Nelson Arrunátegui, Juan Infantes, Fernando Palomino y Leonidas Lecca Iturbe). Se acordó comunicar a los propietarios y gerentes de estaciones de radiodifusión su nombramiento como socios honorarios y “protectores” de la institución, y quedó establecido que “la sociedad sería de carácter mutual y social, y no algo 206 EMILIO BUSTAMANTE

que pudiera tener relación con la política” (Alta Voz 139, 11 de abril de 1942). Finalmente, el 29 de diciembre de 1942 tuvo lugar la ceremonia de instalación de la Asociación Mutualista de Artistas y Empleados de la Radio (Amaer) en el teatro Segura, con asistencia del presidente Prado y el ministro de Gobierno, Ricardo de la Puente Ganoza. Presidente de la Asociación fue elegido Rodulfo Bazán (Vargas y Gamio 1944: 139).

2.8 La asociación de broadcasters

En 1941 se formó una Asociación de Broadcasters presidida por el dueño de Radio Goicochea, el ingeniero Juan Pablo Goicochea. No duró mucho tiempo. La revista Alta Voz insinuó que había nacido con la intención de oponerse a la posible agremiación de los trabajadores radiofónicos, y le dedicó un poema satírico:

Somos los santos magnates de la radio-asociación… y hemos formado las bases de nuestra futura unión. ¡Juramos, de tal manera que no vamos a explotar… y que nos hemos unido, por Dios, para conversar! (Alta Voz 85, 1 de marzo de 1941).

2.9 Popularidad de animadores y locutores

El auge de la radio hizo crecer la popularidad de animadores y locutores, no solo de cantantes y actores. Algunos de los más destacados fueron César Miró y Julio Garazatúa (Radio Nacional); Roberto Cruzalegui, Guillermo Lecca Iturbe y Nelson Arrunátegui (Radio Lima); Carlos Alfonso Delgado, Heraldo Falconí Sevilla, Maruja Venegas y Juan Silva (Radio Internacional); Alfonso D’Alessio (Radio Mundial); Carlos Ego Aguirre, Alejandro Sánchez y César Augusto Negreiros (Radio Goicochea). César Miró había retornado al país en 1940, después de haber participado en La voz de Hollywood, que “se distribuía en toda Sudamérica” (Alta Voz 37, 23 de marzo de 1940). Julio Garazatúa era, según la revista Cahuide, el único locutor de América que había “presentado a un Jefe de Estado desde un avión en vuelo”; Garazatúa fue quien entrevistó al presidente Prado durante su viaje de regreso al Perú después de su visita a Washington, CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 207

“hecho este de gran trascendencia histórica en los anales de las actividades radiales de América”, acotaba Cahuide 59 (diciembre de 1942). Locutores jóvenes también empezaban a despuntar: Graciela Zurita (Radio Miraflores); Marietta Cruzado (Radio Goicochea); Juan Peirano (Radio Mundial); Violeta Bourget, Augusto Ferrando y Pepe Godard (Radio Central).

2.10 Las reinas de la radio

En febrero de 1941, Alta Voz ironizó sobre la elección de reinas: “Esto de que surjan reinas en plena gesta democrática es como si en el reino de Siam quisieran elegir Presidente de la república. ¿Dónde está la democracia?” (Alta Voz 84, 22 de febrero de 1941). Alta Voz, sin embargo, consideraba que sí era válido elegir a Miss Radio, y para ello había convocado a un concurso en 1940. Salió favorecida entonces la cantante Yolanda Matos, a quien Juan Malmborg, uno de los directores de Alta Voz, dedicó un soneto, cuyo primer cuarteto reafirmaba el sentido “democrático” de la elección: “Hasta el solio en que descansa tu romántica belleza / hecha arteria, sangre y fuego de exquisito criollismo / llega el grito de un deseo convertido en idealismo / porque es un voto libertario de un Gobierno sin Alteza” (Alta Voz 61, 15 de setiembre de 1940). Para celebrar el acontecimiento se realizaron dos funciones radioteatrales (tarde y noche) en el teatro Metropolitan, con un show en el que intervinieron Pepe Muñoz y Guillermo Lecca Iturbe como animadores, y María Jesús Jiménez, Javier González, Oswaldo Campos, Paco Cabrejos, Eduardo Fortunic, Zarela Cruzado, Rosa Passano y Blanca Portocarrero, como intérpretes, entre otros. Alicia Lizárraga fue elegida Miss Radio 1941 en concurso promovido también por Alta Voz. Recibió, como era costumbre, versos de homenaje: “Miss Radio, turbadora flor sureña… / Dios puso en ti armonía y gentileza… / loor a tu prestancia arequipeña… / y loor a tu arte… y loor a tu belleza!” (Alta Voz 113, 13 de setiembre de 1941). Alicia Lizárraga fue homenajeada por Radio Internacional y Radio Callao, y felicitada por Radio Lima y Radio Miraflores. La ceremonia de “proclamación” tuvo lugar en el teatro Francisco Pizarro. Pese al prurito democratizador de Alta Voz, otros medios de prensa continuaron eligiendo reinas. En 1940, la revista La Lira Limeña volvió a convocar a un concurso para elegir a la Reina de la Canción Criolla (en 1939 había ganado el evento Jesús Vásquez); esta vez salió elegida Rosita Passano. El diario La Noche, por su parte, llamó a sus lectores a la elección de la Reina de la Farándula en 1940 y 1941, ganando las preferencias del 208 EMILIO BUSTAMANTE

público, en ambas ocasiones, la actriz de radioteatro Gloria Ramírez, llama- da la Noviecita de la Radio. En los carnavales de 1944, la flamante Asociación Mutualista de Artistas y Empleados de la Radio eligió a Carlota Ureta Mille como su soberana.

2.11 Publicidad

A fines de 1940, Alta Voz se que queja del exceso de avisos en las emisoras privadas, que incumplen de ese modo el Reglamento General de Radio:

[…] a consecuencia de la puja descontrolada que las emisoras limeñas se llevan a cabo entre ellas, hayamos llegado al bochornoso e intolerable caso de escuchar cuarentaidós avisos por intervención de locutor, o sea ¡once minutos! de palabras comerciales entre número musical. Y esto, que lo prohíbe terminantemente el Reglamento General de Radio, ha sido no obstante, tolerado en desmedro del público escucha, y del mismo comerciante a quien la promiscuidad del avisaje tiene que dejar perdida su propaganda entre el montón angustioso de números y direcciones (Alta Voz 76, 28 de diciembre de 1940).

Alta Voz elogia, sin embargo, al director comercial de Radio Nacional, Guillermo Lazarte, y añade: “El aviso comercial de Radio Nacional, pasa sin estridencias ni abundamientos, vale decir, sin molestar al oyente, pero en cambio, satisfaciendo ampliamente al anunciador” (Alta Voz 78, 11 de enero de 1941). Menciona como firmas anunciadoras en Radio Nacional a Bayer, Philips Peruana y Air de París. Hacia 1944, Radio América, según la revista Cahuide, es la “entidad que tiene los mejores contratos suscritos con las empresas comerciales de mayor desplazamiento y nervioso sentido crematístico, establecidas en el país”. El mismo medio destaca que:

Una idea de la importancia de la radio como vehículo de propaganda la da las fantásticas cifras que registran en sus contratos de publicidad, aceptados por las firmas comerciales que saben utilizar los medios novísimos de enlace entre sus empresas y los posibles clientes. Radio América, por ejemplo, ha firmado contratos de publicidad con la “Sidney Ross”, por la cantidad de setenticinco mil soles (Cahuide 67, marzo-abril 1944).

No obstante, por la misma época, los oyentes siguen quejándose en cartas remitidas a los diarios, de la “andanada interminable de avisos”, resaltando que las transmisiones “no son sólo para los auspiciadores sino también para el público” (La Crónica, edición de la tarde, 12 de enero de 1944). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 209

2.12 Consumo

En 1940, Alta Voz publica una “Carta abierta al radioescucha desconocido” en la que alude al exceso de avisaje en las emisoras, y a la pasividad a la que es reducido el oyente de la radio:

Carta abierta al radioescucha desconocido. Mártir de la ciencia: ¡Ave César exigente e invisible! Tus privilegios y martirizadas orejas son los apéndices más infelices del cuerpo humano: ¡oye tú, radioescucha anónimo y heroico, yo te saludo! Tu número es incontable y nominal. Existes y no existes para la imaginación del locutor o cantante que te tortura. Una mala audición, un número errado, un gallo surgiendo de la garganta inexperta o cansada del intérprete llega hasta ti como una amenaza cumplida que tú recibes y callas, resignado, humilde, ¡eres la masa sin ojos, y sin voz ni voto que escucha! Y nosotros los verdugos, los despiadados, ni siquiera podemos decirte como el filósofo: “Pega, pero escucha”. Radioescucha desconocido y malaventurado: yo quisiera adivinar el número de veces que giras el dial para sintonizarnos; la cantidad de gestos que haces, el astronómico signo de bostezos que te causa, por ejemplo, un monólogo de Don Nicola, un chiste de Pomponio o un aviso de Nelson Arrunátegui; y quisiera, siquiera por un momento, ver la cara que pones cuando canta Cómena, rezonga deportivamente Alvarado o anuncia Vales Rosados Guillermo Lecca entre una zarabanda escalofriante de avisos continuados. Yo quisiera, ¡oh magnánimo radioescucha!, yo quisiera digo, adivinar tu mueca trágica cuando en la mesa estás y te endilgan una propaganda de moscas y cucarachas; cuando te hallas en la cama próximo al sueño y te mandan un fox bullicioso y afrodisíaco; cuando quieres decir frases dulces a la amada y oyes por radio: “Mañana es domingo, día del purgante” […] en fin cuando te revientan tantas audiciones pesadas y otros tantos poemas radiales, yo quisiera liberarte del pago de tu aparato receptor, indemnizar tus horas perdidas, multar a directores artísticos o desterrar la radio del Perú… todo eso quisiera, oyente amado, todo eso; todo eso quisieras tú también; pero nada de eso podemos y yo seguiré expectorando sandeces por un micro cualquiera, y tú, radioescucha incomparable y amigo, continuarás al pie del dial, con paciencia franciscana y calma benedictina, sintonizando radio y descorriendo la cortina simbólica y sagrada de tus místicos aburrimientos de aguantador crónico y corderil. No hay nada que hacer, tú, como el soldado de marras también mereces un monumento al Radioescucha desconocido. EL SPEAKER DESCONOCIDO (Alta Voz 35, 9 de marzo de 1940). 210 EMILIO BUSTAMANTE

Como irónicamente presagiaba el “speaker desconocido”, la audición de los programas de radio siguió en aumento durante el período. En octubre de 1941 se estableció la Casa Philco en Lima (calle Bodegones 376, hoy jirón Carabaya), ampliando aún más la oferta de receptores en la capital. En 1944 se calculaba que en Lima había ya 25 firmas comerciales dedicadas a la venta de aparatos de radio (Vargas y Gamio 1944: 10). En 1943, los resultados de una encuesta realizada por el diario La Crónica entre casi tres mil oyentes indicaban la preferencia del público limeño por la música criolla y el radioteatro dramático (Vargas y Gamio 1944: 156). Luego quedaban la música clásica, el radioteatro cómico, los boleros y rumbas, los programas noticiosos, el jazz y el swing, y los programas de concurso. El programa más escuchado, sin embargo, era uno de concurso: El chanchito de la inteligencia; lo seguían el radioteatro de Queca Herrero, Lo que sucedió ayer (que cambió de nombre aquel año por La marcha del tiempo), Contrapunto radial, Todo o nada, La carta extraviada y el programa de Teresita Arce. La hora de mayor audiencia era de 9.00 a 10.00, luego figuraban la de 20.00 a 21.00 y la de 22.00 a 23.00; la de menor audiencia era de 10.00 a 11.00. Las emisoras extranjeras eran poco sintonizadas porque la mayoría de los oyentes no tenía aparatos de onda corta; aun así, los programas extranjeros más escuchados eran los de los Estados Unidos, seguidos por los de Inglaterra, Argentina y Alemania (La Crónica, edición de la tarde, 11 de setiembre de 1943).

2.13 Programación en las radios limeñas 1939-1944

2.13.1 Música criolla La música criolla sigue teniendo una presencia muy importante en la programación, pero algunos medios advierten la tendencia de los broadcasters a “extranjerizarnos cada vez que pueden”, sobre todo “al llegar los feriados”, con pura música extranjera (tango, rumba, swing y conga). También se denuncia, hacia 1941, el despido de varios intérpretes de las emisoras que da lugar a que se incrementen los números grabados, que se repiten “hasta 10 veces” en las “audiciones bailables” (La Crónica, edición de la tarde, 26 de diciembre de 1941). En música criolla destacan, en el período, los compositores y pianistas Filomeno Ormeño, Melitón Carrasco y Lorenzo Humberto Sotomayor; los pianistas Luis de la Cuba, César Oviedo y Humberto Pereyra; el compositor CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 211

y ejecutor de laúd Nicolás Wetzell,13 el compositor y cantante Alcides Carreño, el conjunto Melodías Criollas dirigido por Ramón Urízar; los dúos Catter-Romero, Hermanos Govea, Bolaños-Casaverde y Costa-Monteverde; el trío Márquez-García-Barraza; los cantantes Juan Criado, Néstor Chocobar, Alberto Mecklenburg, Eduardo Villanueva (El cantor proletario), Eduardo Fortunic, Los Trovadores del Perú (Oswaldo Campos y Javier González), La Limeñita (Rosa Ascoy), Las Criollitas (Margarita Cerdeña y Eloísa Angulo), Las hermanas Del Mar, Delia Vallejos, Yolanda Mattos, Flora Zevallos, Blanca Torres, Dulce María Orellana, Rosita Passano (elegida Reina de la Canción Criolla en 1940), Meche Herrera, Clara Aguilar, Estela Alba, Las Estrellitas (Luisa y Juana Estrella; después: Juana Estrella y Bertha Campos), María Jesús Jiménez, Clara Aguilar, Blanca Portocarrero, Jael Bejarano (arequipeño, cantor de yaravíes), Esther Cornejo, Esther Granados, Carlota Calderón Cadillo, María Dioselina Salas (La Arequipeñita), Carmen Cueto y Linda Izquierdo. En 1941 debutan Graciela y Noemí Polo en Radio Goicochea como Las Torcasitas, ese mismo año cambian su nombre por el de Las Hermanas Palacios. Graciela Polo recuerda así sus inicios:

Nosotras estábamos en el colegio y teníamos una compañera que tenía un tío que era profesor en la orquesta del maestro Pacheco de Céspedes. “Qué bonita voz tienen”, nos dijo, “esas voces se necesitan para un coro”. Mi mamá no era muy amante de que cantáramos, pero fuimos [con mi compañera de colegio] porque su mamá era tan cariñosa, tan buena. Fuimos con la señora y comenzamos a cantar, la voz de mi hermana gustó mucho. El maestro Pacheco hacía coros. Pero era una

13 Amparo Baluarte le dedicó un poema, publicado en Alta Voz: “¡Pulsa mago el laúd maravilloso! / Haz que expanda sus raras armonías / que el auditorio mudo y silen- cioso / escucha con fervor tus melodías. //¡Vuelca tu alma de artista en el cordaje / de plata de tu Cítara encantada! / Así transmitirás dulce mensaje / en alas de la noche embalsamada // ¡Pulsa mago el laúd! En raudos giros / pasa de los arpegios a los tri- nos; / desgrana mil collares de suspiros / en endechas de trémolos divinos. // Ejecuta una fuga apasionada, / o preludia una trova melodiosa. / Español eres en “Capa y Espada” / y tierno soñador en “Amorosa” // Y ardiente visionario en “Delirando”, / donde flota la chispa abrasadora / de tu febril inspiración flotando / en su rara caden- cia turbadora. // ¿Y en “Amalia”?... ¡Qué suave melodía! / ¡Qué secreta dulzura, qué terneza! / tiene la albura de la eucaristía / y de los lirios la pureza. // Y tantas otras joyas exquisitas / de tu intelecto fino y elevado; / creaciones de bellezas infinitas / ¡que Mago del laúd te han consagrado! // ¡Todo lo puedes tú! ¡Bendito tu arte, / que a las almas sensibles enamora! / ¡Vas a la eternidad con tu estandarte / que es de lumbre de Sol y luz de Aurora! (Alta Voz 28, 20 de enero de 1940). 212 EMILIO BUSTAMANTE

cosa muy esporádica, no era para cantar seguido. […] En Radio Goicochea cantábamos como Las Torcasitas porque interpretábamos música mexicana, Las Veracruzanas, diferentes nombres nos ponían, como cantábamos así, de vez en cuando... No teníamos un contrato, nada. Las Hermanas Palacios era por el apellido materno de mi papá; él era Polo Palacios. La familia se molestó cuando supo que íbamos a cantar a la radio, mi papá no quería que cantáramos tampoco. Pero a nosotras nos gustaba (entrevista con Graciela Polo, 2 de octubre del 2010).

Graciela y Noemí Polo se presentan también en Radio Callao, donde las acompañan en sus actuaciones el pianista Oviedo y los guitarristas García y Barraza (Radiocine Actualidades 50, octubre de 1941). Más tarde irán a Radio Lima y se harán famosas con el nombre de Las Limeñitas. En 1942 aparece en escena Luis Abanto Morales como ganador del concurso La canción de los barrios de Radio Callao. No obstante, la gran figura de la música criolla sigue siendo Jesús Vásquez, muy celebrada por la prensa de entonces. Alta Voz dice que es la mejor cancionista criolla de todos los tiempos y que ha triunfado “por haber impreso a su interpretación del repertorio criollo, la esencia y el dulce sentimentalismo serranos” (Alta Voz 96, 17 de mayo de 1941). Radiocine Actualidades señala que no solo canta canciones de moda, sino también de “la guardia vieja”, y destaca la “obra de hondo sentido nacionalista en que se halla empeñada” (Radiocine Actualidades 50, octubre de 1941). En mayo de 1941, Amparo Baluarte le dedica un poema:

ALONDRA Para la Reina de la Canción Criolla, Jesús Vásquez, con todo cariño. Puntal de Radio Nacional del Perú.

Tierna alondra enamorada de los bosques y la altura suave tórtola que arrulla recatada en la espesura.

El dulce caudal de seda de tu garganta canora; es una música leda en la Lira de la Aurora.

Surtidor de mil colores se eleva al cielo tu acento, y tu cántico de amores siembra ensueños en el viento. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 213

No es el tuyo cetro de oro de brillo y de pedrería; es un cetro más sublime hecho de luz y armonía.

Tu reino no es de grandezas de vanidad ni ambiciones; más excelsa es tu realeza, ¡reinas en los corazones!

Y ante el raro encantamiento de tu voz arrulladora, veloz huye el sufrimiento del alma que triste, llora…

Haz que se aleje mi pena con tu suave melodía; si eres dulce y eres buena, dame un poco de alegría!...

Lima, 5 de mayo de 1941 AMPARO BALUARTE (Alta Voz 96, 17 de mayo de 1941).

La música criolla, sus compositores e intérpretes son materia de comen- tarios en la prensa, aunque no siempre favorables. Un columnista de La Crónica critica por entonces a Goicochea, por “exceso de música criolla” (La Crónica, edición de la tarde, 19 de julio de 1941), y a Miraflores por la ausen- cia de ella en su programación (La Crónica, edición de la tarde, 31 de julio de 1941). También censura la poca originalidad de los nombres artísticos de cantantes y dúos; resalta que Radio Goicochea tiene a Las Morochitas, Radio Lima a Las Morochas; Radio Callao a La Criollita y Radio Goicochea a Las Criollitas. “Total —concluye el periodista—, un entrevero para el público” (La Crónica, edición de la tarde, 31 de julio de 1941). En el mismo medio de prensa se denuncia “la actitud innecesaria, deprimente e injustificada” de “algunos compositores que tienen relación directa e indirecta con las programaciones de las emisoras donde actúan” que se estarían dedicando “no sólo a que sus producciones primen en el programa, sino a anular, o en el mejor de los casos, a dificultar la divulgación de la obra de otros compositores” (La Crónica, edición de la tarde, 2 de diciembre de 1941). Entre 1942 y 1944, Radio América emite unos programas especiales pre- parados por Rosa Mercedes Ayarza de Morales, patrocinados por la Inter- national Petroleun Company. Incluyen danzas y canciones tradicionales 214 EMILIO BUSTAMANTE

peruanas, y cuadros costumbristas; se interpretan panalivios, tonderos, marineras, resbalosas y festejos. Destacan los cantantes líricos Edmundo Pizarro, Alberto Rodríguez, Alfredo Herrera, Sara de Llop, Teresa Bolívar y el dúo Las Tapadas. El 18 de octubre de 1944, el presidente Prado decreta el Día de la Canción Criolla, designándose el 31 de octubre como la fecha de la celebración. Radio América realiza una transmisión especial desde el Centro Musical Carlos A. Saco, ubicado en los jirones Huánuco y Antonio Miró Quesada, plazuela de Buenos Aires, en los Barrios Altos, donde se congrega numeroso público; las demás emisoras también festejan.

2.13.2 Música andina No obstante que la presencia de la música andina es notoriamente menor que la de la música criolla en las estaciones limeñas, algunos de sus cultores empiezan a ser reconocidos. La revista Alta Voz menciona elogio- samente al arpista Estanislao Tany Medina, intérprete de Adiós pueblo de Ayacucho, de quien se afirma que es “una figura continental, casi diríamos mundial” (Alta Voz 43, 4 de mayo de 1940). En enero de 1940 se presenta en Goicochea el Conjunto Musical Folklórico La Esperanza de Jauja, en un homenaje a los congresistas electos. En la misma emisora, durante 1942, actúan regularmente el Conjunto Orcotuma y el cantante y guitarrista Jacinto Palacios, de quien Radiocine dice que llevaba más de cuatro años “propalando por diferentes ondas todo el arte y melodía de nuestra música, la música indígena”, pese al “escaso sueldo que percibe” (Radiocine Actualidades 50, octubre de 1941). La aparición más notoria de este período en cuanto música andina es, sin duda, la de la cantante Ima Súmac, quien integra en 1941 el Conjunto Folklórico dirigido por Moisés Vivanco, que se presenta en Radio Nacional. En mayo de ese año, Alta Voz asegura en su editorial que Ima Súmac es “la más lograda de nuestras cancionistas autóctonas”, y anuncia que “muy en breve ha de partir […] a mostrarle a los gringos cómo cantan los indios” (Alta Voz 95, 10 de mayo de 1941). El Conjunto Folklórico de Moisés Vivanco, que en efecto preparaba una gira a los Estados Unidos, estaba conformado por dos grupos, según Alta Voz:

Grupo A: Música de folklore andino: Moisés Vivanco (director), Ima Sumac (soprano lírica india), Mauro Núñez (charanguista puneño), Florencio Coronado (arpista), César Gallegos (quenista del Instituto Americano de Arte del Cusco), Antonio Pantoja (quenista ayacuchano), Augusto Navarro (músico cusqueño), Hernán Gutiérrez (charanguista), Víctor Ramírez (compositor), Nicolás Ramírez (segundo violinista del CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 215

conjunto), Miguel Viera (instrumentos incaicos y antiguos), Chara Góngora (primer danzarín cusqueño); Grupo B: Música de folklore mestizo: Moisés Vivanco (director), Félix Dongo (guitarrista criollo), Lucila Gamarra (1ª cantante), Marina Gamarra (2ª cantante), Humberto Sánchez (cantor trujillano) (Alta Voz 98, 31 de mayo de 1941).

Otra cantante vernacular, Cussi Collor, hace escuchar su voz en Radio América en 1944, acompañada del Conjunto Tahuantinsuyo. Jesús Vásquez, la gran estrella de la música criolla, incursiona en 1943 en la interpretación de canciones andinas a través de Radio Nacional. En diciembre de aquel año, acompañada por el trío de cuerdas Santillán- Carreño-Wetzell, canta El chofercito, composición de Pizarro Cerrón que, según La Crónica, adquirió en su voz “verdadero sabor serrano” (La Crónica, edición de la tarde, 13 de diciembre de 1943). En enero de 1944, Vásquez estrena en Nacional Canción de ausencia (yaraví), y en febrero la muliza Recuerdos de Tarma, ambos temas de Pizarro Cerrón.

2.13.3 Otros géneros musicales La música argentina, muy de moda en la década de 1930, experimenta un cierto declive. En diciembre de 1941, el diario La Crónica aseguraba que había una “crisis de cancionistas del género argentino” en el medio local, señalando a Alicia Lizárraga como la única intérprete de talento en ese género (La Crónica, edición de la tarde, 3 de diciembre de 1941). Sin embargo, la música argentina tuvo otras cultoras destacadas en el período: Ada Marvel, Bertha Carrasco, Elena Mayer, Leonor García, Carmen del Moral y la joven Lucy Smith. Entre los intérpretes masculinos destacaron: Pipo Cómena, Juan Carlos Roldán, Alberto Mecklenburg, Ernesto Lora y Dante Miller. El deportista Walter Ledgard demostró también ser un buen cantante de tangos en Radio Central al comenzar el año 1944. La argentina Fedora Cabral tuvo una larga temporada en Radio Lima en 1941, recibiendo entusiastas comentarios. Muy popular, además, era la orquesta típica del argentino Rodolfo Coltrinari, cuyas presentaciones animaban los fines de semana en La Cabaña, y eran transmitidas por Radio Central. La cantante tropical más notoria del período fue Nelly Villena. En Radio Callao cultivaron el género Julio Cáceres y Enrique del Campo. En 1944, Nelly Luján ganó un concurso en Radio Internacional; en los años siguientes destacaría en la música afrocubana. Aunque no eran muchos los intérpretes nacionales de ritmos tropicales aún, las orquestas que amenizaban los bailes de fin de semana ejecutaban ritmos caribeños de moda que eran disfrutados por el público, e irradiados por las emisoras. Eduardo Sierralta 216 EMILIO BUSTAMANTE

Lorca, quien fuera director artístico de Radio Goicochea, rememora en una novela las noches en La Cabaña hacia 1942:

Las orquestas de La Cabaña no descansaban. Alegría, música, hombres, mujeres y licor. No había donde poner el pie. Después de los valses criollos y los quejumbrosos tangos de Coltrinari, la conga emborrachaba de ritmo africano a las parejas. Los negros de la orquesta tropical estaban más alegres que nunca. Los tambores de la jungla vibraban, profundos, primitivos […]. La voz metálica de los pistones se levantaba con vigor por encima del litúrgico golpe de los tambores. Luego bajaba hasta confundirse con ellos, para después tomar las notas altas y estridentes. Bailábamos casi a oscuras: luces rojas y verdes se encendían a intervalos, lo que daba al conjunto un aspecto fantástico. Había en el ambiente algo de rito, de sagrada ofrenda al “gran numen negro de la humanidad”, mezclado con locura y sensualidad. Ritmo lujurioso y exótico, religioso y salvaje, casi obsceno, pero alegre y sugestivo. La conga reinaba en esos instantes (Sierralta Lorca 1957: 111).

Como música internacional se solía presentar al jazz y otros géneros. Juan Criado cultivaba el jazz, además de la música criolla. En Radio Mundial, Carlos Noya dirigía en 1944 el conjunto de jazz Philips, y el mismo año Pablo de Madalengoitia condujo una serie de audiciones sobre jazz auspiciada por el Instituto Cultural Peruano-Norteamericano (Icpna). Alina de Silva (que reapareció en Radio Nacional en 1940) tenía un amplio repertorio que incluía canciones francesas, así como valses, mientras que Nora Guzmán interpretaba canciones brasileñas en Radio Lima. Radio Nacional siguió dando espacio a la música clásica, con programas especiales como La evolución de la sonata en 1940, en el que intervenían Virgilio Laghi (violín) y Hans Levitus (piano). En la misma emisora, Ricardo Walter Stubbs daba charlas musicales. En 1944, Radio Callao inauguró un programa de “grandes maestros” todos los días, excepto los martes, a las 22.30 horas. El canto lírico también tuvo acogida en la emisora del Estado. La diva peruana Lucrecia Sarria se despidió de Lima en febrero de 1940 a través de Radio Nacional. Partió a Buenos Aires, donde cantaría en Radio Belgrano. Otros cantantes líricos que se presentaron en la radio estatal aquel año fueron Natalia Garland de Cook y el tenor Rodrigo Llorens, quien era además locutor y promotor de la música clásica. El tenor Alberto Iturri se presentaba por entonces en Radio Lima y la soprano Sofía Portales en Radio Mundial. En 1942, Radio Mundial presentó al tenor Doménico Mastronardi y a la soprano Giana Pieri con la orquesta del maestro Tino Cremagnani en las Audiciones Rapidol auspiciadas por la International CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 217

Petroleum Co. El programa incluía temas de Rossini, Cilea, Bixio y Tosti. Radio América ofreció en 1944 un programa lírico con el tenor Edmundo Pizarro y la orquesta de Tito Cremagnani; representaron, entre otras obras, Madame Butterfly de Puccini. En Radio Lima, el maestro Gazzolo siguió dirigiendo zarzuelas a co - mienzos de la década; más adelante formó un sexteto melódico con Elvira Sánchez Lavalle, Alicia Lizárraga, Mecha Hererrea, Irma Molina, Blanca Portocarrero y Ernesto La Hoz. En enero de 1944, Radio Nacional emitió la opereta La mariscala de Luis Pacheco de Céspedes (libreto de César Miró), con la orquesta de la estación, en un programa retransmitido para la CBS.

2.13.4 Radioteatro El radioteatro se consolidó como uno de los formatos preferidos por la audiencia. En Nacional continuó emitiéndose Esto sucedió ayer, con Jorge Rivarola como autor y Pedro Ureta como director del elenco. Rivarola escribía, además, otros espacios radioteatrales; en junio de 1940, por ejemplo, se anunció en la prensa una “superproducción radiofónica” de quince capítulos escritos por él en los que adaptaba la novela Aurora de Nevers, de Paul Féval (La Crónica, 15 de junio de 1940). A partir de 1940, Radio Nacional emitió radioteatros con una orientación educativa; se adaptaban novelas peruanas del siglo XIX, escribían los libretos originales Augusto Tamayo Vargas, Alberto Tauro y Emilio Champion. Asimismo, hubo en la estación del Estado representaciones de clásicos del teatro a partir de 1942, en las que actuaban Elvira Travesí, Juan Ureta, María Mille y Elvira Tizón; los directores del equipo de radioteatro entonces eran Elvira Tizón y Luis Romero. Nacional puso en las voces de sus actores, también, relatos policiales como Norton de Chicago, y de aventuras como Pimpinela Escarlata, y dio cabida a un radioteatro infantil escrito por Juan Malmborg dentro del espacio dedicado a los niños en las tardes. Como ya se ha señalado, desde 1938 Radio Lima tuvo un radioteatro diario en el que actuaba el Conjunto Travesí, integrado básicamente por Fernando Travesí y sus hijas Gloria, Angelita y Elvira. En marzo 1940 la revista Alta Voz informaba que había desaparecido el Conjunto Travesí del ambiente radial, aunque añadía: “sabemos que muy pronto volverá por una estación local” (Alta Voz 37, 23 de marzo de 1940). Aparentemente no se produjo tal reaparición, pero en junio de 1940, Elvira Travesí y Juan Ureta interpretaban en la misma emisora a Los novios del aire. Según Alta 218 EMILIO BUSTAMANTE

Voz: “Los diálogos llenos de gracia y picardía acusan un gran dominio literario de parte de la autora de los libretos, la señora María Revoredo” (Alta Voz 47, 8 de junio de 1940). Travesí y Ureta pasarían luego a Radio Nacional. En marzo de 1940, coincidiendo con la disolución del Conjunto Travesí, Ricardo Carenzo asumió la dirección de un conjunto de radioteatro en Radio Lima; lo integraban, entre otros: Iris Bullón, Blanca Carrasco y Ricardo Amestoy. En setiembre, Carenzo obtuvo buenas críticas por su adaptación y dirección de La casa de los cuervos de Hugo Wast en siete episodios; actuaban: Luis Mendoza, Pepe Muñoz, Ernesto La Hoz, Víctor Calderón, Alberto Mecklenburg, Blanca Carrasco, Amalia del Valle, Alicia Lazarte y Amalia Muñoz (Alta Voz 57, 17 de agosto de 1940). Desde octubre de 1940, la argentina Mecha Cabot y su grupo Evocaciones realizó en Radio Lima versiones para radioteatro de películas de Hollywood. En ese año puso frente a los micrófonos: Rebeca, Cumbres borrascosas, Reunión de almas y Mi hijo, mi hijo. En 1941 anunció: Ciudad de conquista, El cielo y tú, La carta y La gran mentira, basadas en cintas próximas a estrenarse cuya “exclusiva radio teatral” había sido cedida por la Warner Bros. al grupo Evocaciones, según el semanario Radiópolis, dirigido por la misma Mecha Cabot y el escritor Juan Colich (Radiópolis 3, febrero de 1941). En octubre de 1941, Cabot lanzó al aire una versión de María de Jorge Issacs, con Guillermo Lecca Iturbe como galán, y en 1942 presentó las radionovelas Equivocaste el sendero y La Perricholi de Juan Colich, auspiciadas por Toddy. Mecha Cabot —directora, primera actriz y libretista de su compañía— se alejó del Perú en 1943. Radio Lima también emitía un radioteatro dirigido a un público juvenil. En julio de 1940 transmitió Uranio X 90, radionovela de espionaje escrita por Juan Malmborg, con las actuaciones de Ernesto La Hoz, Blanca Carrasco, Ricardo Carenzo, Elena Mayer y Alicia Lizárraga como “una condesa sugestiva” (Alta Voz 52, 13 de julio de 1940); en junio de 1941 irradió A media noche con el personaje Charlie Chan y el auspicio de Toddy; y en noviembre del mismo año La Mujer X, con Carlos Ego Aguirre y Elvira Flores. Hacia 1944, Vargas Escalante y Gamio consideraban que Radio Lima tenía “el mejor cuadro de comedias en el Perú”, integrado entonces por Cucha Miró, Guillermo Lecca Iturbe, José Luis Romero y Luis Canessa (Vargas y Gamio 1944: 150). En Radio América, la otra emisora “grande” de la Compañía Peruana de Radiodifusión, dirigía el principal espacio de radioteatro la actriz Pepita CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 219

Ureta, y los libretos estaban a cargo de la escritora española Trini Delor (quien había sido protagonista de la película peruana De carne somos en 1938). Las emisiones eran diarias, con excepción de los domingos. Durante 1944, Pepita Ureta presentó, entre otras obras: El destino tiene alma de Tristán Ferreira, en 25 episodios; Sangre y arena de Vicente Blasco Ibáñez; Con las alas rotas, drama en tres actos, original de Emilio Berisso; El collar de azabache y El ángel de los arrieros. Radio Mundial tuvo dos conjuntos de radioteatro al poco tiempo de su salida al aire, en 1942; uno dirigido por Pepe Muñoz y Amalia del Valle, en el que actuaba el animador mexicano Alfonso D’Alessio; el otro era encabezado por Queca Herrero y el español José María Linares Rivas, y lo conformaban Carlos Ego Aguirre, David Llanos y la actriz cubana Sarah Cabrera (esposa de Linares Rivas), quien escribía los libretos. Este segundo grupo puso al aire obras como El séptimo cielo (Austin Strong), La casa de las penas (George Bernard Shaw), Una cita con Garret y Novela policíaca. A él se integraron los jóvenes Violeta Bourget y Enrique Victoria, quien recuerda:

Cuando yo estaba en Radio Mundial, no podía actuar con mi nombre porque mi padre adoptivo no quería que fuera actor. Mi hermana y yo fuimos adoptados por un matrimonio muy amigo de mis padres. Mi padre adoptivo no quería que yo fuera actor sino que estudiara, que después que terminara mi media decidiera; pero yo había decidido ser actor antes, cuando estaba en primaria. Entonces, cuando me incorporé al elenco de José María [Linares Riva], cambié mi nombre. Yo soy Enrique Carlos Victoria Fernández; entonces me puse “Carlos Fernández” para el radioteatro. Trabajaba con Violeta Bourget, hacíamos la pareja joven. Y desde entonces esa parejita fue despuntando. Cuando coincidimos después en el cuadro de Carmen Moreno, seguíamos siendo la parejita. Nos volvimos a juntar en Radio Lima, y nos fuimos convirtiendo poco a poco en ídolos. Yo no dejaba que me tomaran fotos, hasta que un día un fotógrafo del diario La Crónica me tomó una foto y la publicó. Tuve un lío con mi padre, pero me dio permiso con la condición de que trabajara con mi nombre verdadero. Entonces fui Enrique Victoria (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005).

En 1943, Queca Hererro pasó a Radio Central como directora de un cuadro de radioteatro, alcanzando un gran éxito con la adaptación de la novela Una hoja en la tormenta de Lin Yutang; sin embargo, en enero de 1944 tuvo que someterse a una operación quirúrgica, y en julio, luego de emitir La jornada oscura, regresó a Argentina; de allí partiría a Estados Unidos, aunque más tarde volvería al Perú. 220 EMILIO BUSTAMANTE

Radio Central tuvo como directores de radioteatro a Eduardo Olivares y Carmen Moreno (esposa de Demetrio Cortez, uno de los directores de la emisora), quienes conducían un elenco formado por Cynthia Miró, Ricardo Armestoy, Víctor González, Ricardo Márquez, Bertha Palacios y los jóvenes Enrique Victoria y Fernando Farrés (Fernando Santa Cruz Cavero). Pusieron en el aire, entre otras obras, El árabe y Cumbres borrascosas. Fernando Farrés (más tarde destacado locutor y actor de radio y televisión) evoca su debut en radioteatro de este modo:

Estaba en el patio de Radio Central cuando Eduardo Olivares sale presuroso con un libreto en la mano y me llama: “Ven, ven un ratito”. Y me dice: “¿Tú sabes leer de corrido?”. “Sí”, le respondo. Yo había sido en el colegio campeón de lectura, de declamación, y de todas esas cosas que se van cultivando desde el colegio. Y me pregunta: “¿Qué dice acá?” Yo leo: “El coche está listo, señora”. “¿Y qué dice por acá?”. “Ya llegamos, señora”. “Tú lo haces”, me dijo; y me llevó adentro, a la sala de ensayo. Allí me presentó a la señora Carmen Moreno, a quien yo llamé desde ese día mi madrina, porque fue mi madrina de radioteatro. Ella me dijo: “Ya, usted lo hace, joven; cuando le indiquen, usted habla, no se vaya a quedar callado ni a hacer bache”. Entonces Eduardo Olivares añadió: “Cuando yo te haga la señal en el hombro, tú hablas”. Ese fue mi inicio, ese fue mi debut. Nunca me olvidaré (entrevista con Fernando Farrés, 24 de enero del 2005).

En 1940, Radio Internacional estrenó una obra de César Miró, Herencia fatal (Alta Voz 55, 3 de agosto de 1940). En 1941 tuvo como escritor de comedias —que se irradiaban los días lunes, miércoles y sábado— a Heraldo Falconí Sevilla; actuaba en esas emisiones el también locutor Carlos Alfonso Delgado. En 1942, La Crónica objetó que Radio Internacional convirtiera en radioteatro un hecho policial: el asesinato del acaudalado hombre de negocios Alfredo Salcedo a manos, presuntamente, del ingeniero Pedro José Cárpena; decía La Crónica que la emisora hacía “una manifestación de su proverbial e inmoderada tendencia a reducir todo a dinero” y que “el decoro social reclamaba la cancelación de dicha audición” (La Crónica, edición de la tarde, 9 de marzo de 1942). En 1943, el argentino Pedro Zarlengo estrenó Martirio, con Pepita Ureta, Maruja Venegas y Emilio Ureta Zamorano; el columnista de La Crónica criticaba el argumento, que en su opinión era “un poco manoseado en el cine bonaerense”, pero admitía que satisfacía el gusto de un público al que le agradaban las historias de “contrabando de sedas, tahúres y jefes enamorados de las hijas de sus obreros” (La Crónica, edición de la tarde, 14 de setiembre de 1943). Emilio Ureta Zamorano escribió y dirigió en esa emisora una serie cómica con “parodias musicales de piezas modernas”, en la que actuaban Pepita CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 221

Ureta, José Luis Romero, Paco Andreu, Fernando Palomino y Adelina Iris (La Crónica, edición de la tarde, 9 de octubre de 1943). Enrique Victoria recuerda haber integrado un elenco de radioteatro en Radio Internacional con Carmen Moreno y Eduardo Olivares, antes de que emigraran los tres a Radio Central (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero de 2005). Radio Callao radioteatralizó las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma en 1941, con la compañía de Federico Chacón y libretos de Juan Malmborg. A fines de 1943 y comienzos de 1944 dramatizó biografías de personajes como Benjamín Franklin y George Washington en versiones de Roberto Cruzalegui, muy a tono con el interamericanismo del momento. En 1944, también, sus melodramas adquirieron buena acogida de los oyentes, escritos varios de ellos por Jorge Montalvo; destacaban en su elenco Enrique Victoria y Alejandro Sánchez. Fueron bien comentados por la prensa Malditas son las mujeres, A orillas del Nilo, Leandra, Marina y Degeneración, que se anunciaba con “momentos tétricos, misteriosos, dramáticos” (La Crónica, edición de la tarde, 7 de octubre de 1944). No obstante, el crítico de La Crónica se refirió en términos irónicos a una de las emisiones:

Callao estuvo fatal en su radio teatro de anoche. En la escena del duelo bajo los encinos, sobre la alfombra de gras donde cayó la moneda que tiraron al aire del sorteo de los disparos, aquello no debió sonar en una mesa o cajón. Si cayó en el gras, nadie pudo sentirla […]. Sánchez comenzó narrando: “Eran las doce de la noche cuando su amigo el Barón tocó el timbre”; y luego, con los nudillos de los dedos golpeó fuerte una puerta. ¿Era timbre o golpes? Un comienzo cómico, ¡más cuidado en los efectos sonoros! Aquella campana que dio las 10 horas, no sabemos si fue un reloj o un campanario dentro de una sala. A Sánchez le insinuamos no agarrarse la nariz para doblar un personaje. Igual se le conoce […]. Y por ahora hemos dicho bastante. Puede que ella sirva para el futuro (La Crónica, edición de la tarde, 6 de octubre de 1944).

Radio Miraflores también llevó al aire las Tradiciones… de Ricardo Palma. Fue en 1944. Estuvo a cargo Bernardo Roca Rey, con miembros de la Asociación de Artistas Aficionados y el auspicio de la International Petroleum Company. Dio espacio, asimismo, a un cuadro de radioteatro juvenil encabezado por Enrique Victoria, quien recuerda:

Estando yo en Radio Central, hablé con los hermanos Palma, Clemente y Ricardo, para hacer un radioteatro juvenil. Éramos una serie de figuras jóvenes en el radioteatro que queríamos despegar y no podíamos, y entonces decidimos formar un radioteatro juvenil y nos fuimos a Radio Miraflores. Allí debutó Elías Roca, con quien éramos muy amigos; 222 EMILIO BUSTAMANTE

habíamos estudiado juntos en Santa Liberata, que era un centro de estu- dios técnicos, en la Alameda de Los Descalzos (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005).

Además de Victoria y Roca, el elenco estaba integrado por Marietta Cruzado, Zarela Cruzado, Juan Moreno Martin y Hugo Guerrero Marthineitz. El auge que empezaba a tomar el radioteatro dio lugar a comentarios en la prensa sobre la labor de los libretistas y el estatus artístico del formato radioteatral. La Crónica, en la sección “Voz de fondo”, lamentaba en 1941 que las estaciones creyeran que cualquiera podía ser libretista. Resaltaba la labor de Juan Carlos Croharé, autor y director de Clook, el brujo de laboratorio y Nunca tuvo novio, y de Juan Malmborg, Mecha Cabot, Juan Colich y Jorge Rivarola; pero lamentaba que el libretista no fuera considerado “en la partida de gastos ni como individuo existente en las actividades radiales”, y que, en la mayoría de los casos, el radioteatro fuera “improvisado y dejado a la ventura” y no tuviera “nivel cultural y nacionalista” (La Crónica, 2 de octubre de 1941). Dos años después, el escritor José Ferrando publicaba en el mismo diario un artículo en torno al radioteatro, al que consideraba un arte. Decía: “A la radio aún se le niega categoría de octavo arte y se le niega injustamente. De todos los aportes de la radio sólo el radioteatro es eminentemente una cosa nueva, aporte no sumado antes a las artes humanas. Y el radioteatro, mirado en frío, tal como es actualmente, tiene las precisas líneas de un arte consumado, hasta que la televisión diga otra cosa”. Destaca Ferrando a César Miró, “inquieto artífice”, que “le ha dado un aliento verdadero al radioteatro”; a Emilio Champion, Augusto Tamayo Vargas, Heraldo Falconí Sevilla (“fino y criollo”), y a Juan Colich. Luego, dedica un elogio encendido a Jorge Rivarola. Afirma que Jorge Rivarola es “el iniciador” y que su arte “es auténticamente radial”, pues no viene de ningún género literario, “se hizo solo y para la radio”. Recuerda que Rivarola comenzó con capítulos de Lo que sucedió ayer, radioteatralizaciones de sucesos de la vida diaria; y al no hallarse atado a arte alguno, se situó con desenvoltura en el medio; cuenta que ya lleva seis años de radioteatro, con 2.000 libretos más o menos, y destaca que tiene una técnica propia, “no adquirida en el extranjero”, y que “maneja sus muñecos invisibles con destreza notable; al hablar, ellos mismos se describen tal cual son, bellos o feos, altos o bajos, y psicológicamente se emplazan a través del dialogar”. Añade: “Tienen siempre sentido y personalidad distintos”. Rivarola —señala Ferrando— es especialista en radioteatros de época, y “entonces hace gala del castellano antiguo, en su exquisita fabla y sus añorosos dimes y diretes”. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 223

Culmina admitiendo que la obra de Rivarola, al no ser escrita, “se la lleva el aire y el sonido; tiene la tragedia de lo inestable pero la eternidad de lo logrado” (Ferrando 1943).

2.13.5 Informativos La guerra con Ecuador y la Segunda Guerra Mundial trajeron como conse- cuencia una alta demanda de información de los oyentes. La mayoría de las emisoras tenían tres noticieros diarios, y se nutrían de las agencias inter- nacionales. Aparecieron, además, programas periodísticos que buscaban ampliar y comentar las noticias sobre el conflicto europeo. Radio Nacional emitía, desde 1940, El diario del aire, con Ricardo Walter Stubbs y José Diez Canseco. Radio América transmitía diariamente, de 20.00 a 21.00 horas, con excepción de jueves y domingos, un programa especial en cadena con la CBS de Nueva York; en la misma emisora, el periodista Benjamín Núñez Bravo conducía el programa La escena mundial, de lunes a sábado, a las 21.30, en el que comentaba los últimos acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. Surgieron también, durante el período, revistas noticiosas que aligeraban la emisión de los reportes con números cómicos y musicales. En Radio Internacional, el argentino Néstor Tato condujo Reloj musical, incorporando noticias breves alternadas con notas sobre cine y temas musicales. Una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial, como señalamos en páginas anteriores, el programa fue acusado por La Crónica de favorecer las noticias que resaltaban las victorias del Eje. Radio Lima estrenó, en 1940, Buenos días, de 7.45 a 9.15 horas. Era también una revista matutina que alternaba noticias, comentarios, música y humor. La conducían Guillermo Lecca Iturbe, Nelson Arrunátegui y Pepe Burgos. Participaban el compositor y pianista Eduardo Pereira y los comediantes Chola Extremaunción, Huachafa Zoila, Don Nicola Malatesta, Julián y Fernandete. Alta Voz celebraba que fuera “una agradabilísima innovación a la monótona lluvia de noticias” que constituían la mayoría de los programas informativos de entonces (Alta Voz 74, 14 de diciembre de 1940). En 1941, Radio Lima incluyó una revista semejante en horario nocturno, con el nombre de Buenas noches. Ese mismo año, Radio Goicochea presentó un noticiero matutino de estilo ligero conducido por Enrique Breneissen, y Radio Callao puso al aire Almanaque sonoro, con notas inter- nacionales y deportivas. 224 EMILIO BUSTAMANTE

2.13.6 Programas humorísticos Siguió destacando Carlos Cholo Revolledo. El reconocido actor cómico Paco Andreu tuvo celebradas audiciones en Radio Goicochea en 1940. En Goicochea, también, se emitieron unos diálogos cómicos entre La Pequeña (Cora Reyes) y La Pochola (Benigno Martínez de la Torre). En Radio Lima, Iris Bullón dirigió en 1940 La hora en broma, donde cantaba rancheras y mulas humorísticas. Pedro Ureta condujo Club del buen humor en Radio Central en 1943, y luego Microchiste radial en Radio Internacional. Las Hermanas Quinteras hicieron gala de su ingenio en Radio Nacional; la escritora Serafina Quinteras recuerda la presentación de un programa suyo de 1940:

SERAFINA.- Radio escuchas, escuchen las frases zandungueras que se vuelven almíbar después de ser quinina, porque te las endilga Serafinas Quinteras luego de azucararlas con su hermana Joaquina. Esta hermana Joaquina, tan rubia y timorata que duda displicente de mi sabiduría, pero que abrió los ojos cuando le hablé de plata y no puede, del todo, cerrarlos todavía. Joaquina es poetisa, dulce y azucarada; hierática y altiva, irónica y mordaz. Escucha, radioescucha, su voz entre-cortada y no me la interrumpas porque te quiere hablar.

JOAQUINA.- Yo soy, amigos míos, radioescuchas amables, la timorata y dulce literata Joaquina; pero que no publica los versos impasables que dominicalmente publica Serafina. A mi pobre y escuálida Serafina le sobra un soneto en ayunas con pan con mantequilla; una oda salvaje, que ni siquiera cobra, y por cena el encanto de una sola letrilla. Yo soy mucho más práctica; mucho más decidida. A mí no me convencen las frasecitas bellas. ¡Se necesita plata para vivir la vida porque no se fabrica jamón con las estrellas!

(Quinteras 1989: 5-6)

La gran estrella del género, Teresa Arce, dejó Radio Nacional en 1942 y pasó a Radio Central, donde continuó presentando a sus personajes de La Chola Purificación Chauca, La Huachafa, La Negra y La Palomilla, con CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 225

libretos suyos y de Marino Ratto (Cahuide 59, diciembre de 1942). Fue en esa época que tuvo lugar, probablemente, la detención de Arce por hacer una broma sobre el pasado familiar de los Prado. Habría dicho en una de sus intervenciones radiales: “El jabón Prado lava bien, pero no quita la mancha”, en alusión a que la buena gestión del presidente Manuel Prado no podía borrar la vergüenza del cuestionado viaje de su padre a Europa durante la Guerra del Pacífico, presuntamente para comprar armas. No hemos encontrado documento periodístico de la época que certifique el apresamiento de Arce por aquel motivo, pero la anécdota se difundió oralmente a lo largo de los años hasta convertirse en una leyenda urbana. Maruja Venegas confirma que Arce fue detenida, aunque por breve tiempo, y tiene una versión distinta de lo que dijo la comediante; según ella, la frase fue: “Todavía no regresa el barco” (entrevista con Maruja Venegas, 6 de noviembre del 2009).

2.13.7 Programas de concurso Destacaron los concursos de aficionados al canto con aspiraciones de con- vertirse en estrellas radiales. Al respecto, hubo un incidente con el concurso Voces nuevas en Radio Goicochea. Este programa fue cancelado el 18 de febrero de 1941 por la Dirección General de Radio después de varias emi- siones debido a las pocas ventajas y míseros premios para los participantes. Se habían inscrito muchos aficionados. Según Cascabel, “los elementos más interesantes eran separados para utilizarlos en un espacio especial, los domingos, sin que supieran de una ventaja económica”, ahorrándose gas- tos la emisora. Alta Voz deploró, después de cancelada la emisión radial, la “pobre relación de premios, que en total arrojaba la suma de trescientos soles. Suma ridícula que no compensa en nada el esfuerzo de tanta gente sacrificada a la suprema esperanza de trabajar algún día en radio” (Alta Voz 84, 22 de febrero de 1941). Boy Mercado anunció que el concurso conti- nuaría realizándose, pero ya no en el local de la emisora, sino en el teatro Metropolitan, que era de su propiedad. Fue acusado de explotar a los concursantes; sin embargo, un grupo de ellos negó que estuviese siendo víctima de explotación (Alta Voz 86, 8 de marzo de 1941). La intención de Boy Mercado, al parecer, era reemplazar con los aficionados al personal artístico despedido o que se había ido con el anterior director artístico, Benigno Martínez de la Torre, a Radio Miraflores. Del concurso surgieron algunos cantantes destacados como Amanda Sosa y Víctor Acher. Radio Callao también realizó un concurso de aficionados en 1941, denominado Voces de ahora; La Crónica sostuvo que “era un espacio en el 226 EMILIO BUSTAMANTE

cual ningún aficionado ha logrado demostrar méritos suficientes” (La Crónica, edición de la tarde, 16 de diciembre de 1941). Radio Lima hizo un concurso de ese tipo ese mismo año, y otro en 1943, con el nombre de Quiero triunfar, con el objetivo específico de buscar nuevos cantantes criollos; era programado tres días a la semana. Por su parte, Radio Central produjo, durante 1944, Contrapunto radial, con la animación de Juan Silva: cuatro aficionados intervenían por audición para ganar diez soles. En 1943, el programa La hora del bombero (Radio Central) convocó a un concurso de música criolla que ganó el Conjunto Limeño, ocupando el segundo ligar el Trío Macchiavello. Los premios eran exhibidos en las vitrinas de establecimientos comerciales durante el desarrollo de la competencia. Un aviso publicado en La Crónica precisaba: “Los premios se exhiben hasta el sábado a las 7 PM en la zapatería ‘América’ de Calle de Mandamientos, y de allí pasarán a la vitrina de la Farmacia Pastor de Calle del Noviciado, Jirón Azángaro, donde se exhibirán toda la semana” (La Crónica, edición de la tarde, 3 de diciembre de 1943). Esa exposición garantizaba la existencia de los premios ofrecidos, pues ya habían tenido lugar reclamos sobre premios fantasma, no entregados a los ganadores de los concursos. En 1939, por ejemplo, Radio Internacional promovió un evento entre sus oyentes de radioteatro; se gratificaría a quien adivinase los finales de las series Clook, el brujo del laboratorio y Nunca tuvo novia, ambas escritas y dirigidas por el argentino Juan Carlos Croharé. A inicios de 1940, La revista-cancionero La Lira Limeña decía que los premios no habían sido entregados aún:

Radio Internacional ofreció hacer regalos a propósito de las seriales “Clook, el Brujo del Laboratorio” y “Nunca tuvo novio”. El caso es que murió “Clook” […]; que “Icardo Escudero” se casó con “Lolita”; que Juan Carlos Croharé se marchó a Santiago y que los radioescuchas, por lo menos unos ocho mil quinientos según las cartas del autor argentino, recibidas como manifestaciones de simpatía, continúan esperando la función en la cual iban a hacer la repartición de los premios a las personas que acertaron en pronosticar los finales de estas seriales (La Lira Limeña 500, 28 de enero de 1940).

Un concurso muy llamativo en esos años fue ¿A qué hora pondrá el huevo la gallina?, que motivaba una audición diaria de 16.30 a 18.00 en Radio Lima, animada por Rodulfo Bazán y Santiago Zapata. En este caso, se exhibía en una vitrina a la gallina y no los premios. Los oyentes debían adivinar a qué hora pondría un huevo la gallina expuesta. Las bases del concurso fueron publicadas por la prensa: CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 227

1º Durante quince días se controlará la postura del huevo de una gallina con el fin de dar una idea aproximada para facilitar al amigo oyente, indicándole la hora de la postura en la audición correspondiente. 2º Una vez terminados estos días de prueba se colocará en una vitrina céntrica la gallina que pondrá el huevo a la hora que ella lo crea conveniente; esa vitrina estará lacrada y sellada ante un notario con lo que damos seguridad y la seriedad que nos merece el público oyente. Cada oyente que nos escriba podrá hacerlo solo una vez por día […]. 5º Al día siguiente de recibidas las cartas se leerán los nombres de los concursantes que se han hecho acreedores a una opción. 6º No deben dejar de sintonizar Radio Lima de 4.30 a 6 p.m., pues a medida que vayan sucediendo novedades e interés las iremos comunicando. 7º Importante: Para comodidad de los concursantes se colocarán buzones en los cinemas que oportunamente nombraremos. 8º Las respuestas acertadas esperamos que sean muchas se harán acreedoras de los premios que oportunamente daremos a conocer. 9º La hora exacta la contaremos sin el adicional de segundos. Por ejemplo la contestación debe venir escrita en la siguiente forma: la gallina pondrá el huevo a las x horas x minutos. Los segundos no los tomaremos en cuenta para simplificar la selección de soluciones (Alta Voz 139, 11 de abril de 1942).

Hacia 1943 se hizo muy popular el concurso Preguntones y respondones en Radio Central, que era emitido todos los jueves desde su auditorio, con la animación de Juan Silva Villacorta. Había participación del público presente en el auditorio y también de los oyentes que llamaban por teléfono. El “respondón” contestaba en el auditorio a los “preguntones” que interrogaban desde sus hogares. En una carta dirigida al diario La Crónica, una lectora descontenta criticaba la estructura del programa pues consideraba que el “preguntón” tenía mayores ventajas de ganar (La Crónica, edición de la tarde, 20 de enero de 1944). Otros concursos de preguntas y respuestas en Radio Central eran El chanchito de la inteligencia, con un pozo acumulado de premio para los ganadores, y El hombre que sabe, donde una persona respondía preguntas del público sobre un tema específico. En Radio América, Carlos Alfonso Delgado animaba dos programas de preguntas y respuestas muy sintonizados entre 1943 y 1944: Todo o nada, auspiciado por Mejoral, y Hombres vs. Mujeres, que consistía en la con- 228 EMILIO BUSTAMANTE

frontación de equipos; ambos en auditorio. En Radio Lima se realizaba en 1944 el concurso de auditorio Complete usted la frase, animado por Enrique Flores y auspiciado, también, por Mejoral. En Internacional, Carlos Ferrerira conducía Ni sí ni no. La gran acogida que empezaban a tener los programas de concurso en auditorio dio lugar también a ciertas prácticas censurables que la prensa denunció. En octubre de 1944, La Crónica señaló que había personas que comerciaban “los tickets que gratuitamente reparten las emisoras”, y que, de otro lado, se observaba la presencia de concursantes habituales, cuyas voces se escuchaban en diversos programas (La Crónica, edición de la tarde, 27 de octubre de 1944).

2.13.8 Programas culturales En febrero de 1940, en el espacio Autores selectos, Susana Solano comentó en Goicochea la obra de Mercedes Cabello, Clorinda Matto de Turner y Angélica Palma; en otra audición del mismo programa, se ocupó de la poesía de Alfonsina Storni. En 1942 hubo programas especiales de homenaje a escritores como José Santos Chocano (conmemorando un aniversario de su muerte, en Radio Nacional), Stefan Zweig (en Radio Callao, con la participación de Manuel Beltroy y José Gálvez), y Federico García Lorca (también en Radio Callao, organizado por Franklin Urteaga). A fines de 1943 e inicios de 1944, la poeta y recitadora Socorro Cáceres se presentaba todos los jueves a las 18.30 en Radio Nacional. En 1940, César Miró dirigió La hora regional en Nacional, donde reunía a “los más calificados valores de cada departamento o provincia”, destacan- do las “cualidades geográficas, políticas y económicas de nuestras princi- pales regiones nacionales” (Alta Voz 66, 19 de octubre de 1940). El 13 de noviembre de 1940 Federico More puso Cascabel en el aire en Radio Goicochea, “audición de indiscutible calibre cultural que enri- quece notablemente las ondas de Ocoña”, según Alta Voz 70 (16 de noviembre de 1940). El mismo semanario, sin embargo, en la sección “A vuelo de pájaro”, manifestaba la sorpresa que causaba la incursión de More en la radio precisamente a través de una emisora a la que había criticado ácidamente desde las páginas de su revista. En efecto, apenas once días antes de debutar More en Goicochea, la revista Cascabel se burlaba de la crisis que vivía esa radio, y decía que había vuelto “a ser el muerto de todas las épocas” (Cascabel 294, 2 de noviembre de 1940). Unas semanas después, More se defendía de Alta Voz, arguyendo que Cascabel había criticado siempre con independencia a todas las emisoras, CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 229

y que no era culpa suya “que en Lima no haya mejores estaciones y que, por lo tanto, exista imposibilidad material para celebrar un contrato con una gran emisora” (Cascabel 297, 23 de noviembre de 1940). En 1941, Nacional produjo Viñetas de América y Estampas peruanas, con música, coros y conjuntos típicos. En Radio Internacional, Carlos Al - fonso Delgado conducía Estampas, anécdotas y lirismo, con recuerdos de la Lima de antaño. También tenían carácter evocador las charlas que los miércoles por la noche ofrecía el poeta José Gálvez en Radio Nacional. A mediados de 1944, un programa de enseñanza del idioma inglés auspiciado por la firma Kolynos se emitía en varias emisoras nacionales. Se llamaba Aprenda inglés con Kolynos y salía al aire en Nacional, Mundial, Miraflores, Delcar de Chiclayo, Universal de Ica, Continental de Arequipa, Cuzco, y Huancayo.

2.13.9 Programas cinematográficos Rodulfo Bazán continuó dirigiendo La hora cinematográfica en Radio Lima; intervenían en ella cantantes en números musicales. En 1940 lanzó la iniciativa de coronar reinas de carnaval en los cines de Lima y Callao. En la misma emisora, César Augusto Huerta dirigía Microcine radial, un espacio informativo con concursos. En julio del mismo año aparecían en la programación de Radio Nacional, de 13.45 a 14.00, los Comentarios cinematográficos de César Miró. Desde enero de 1942, Alejandro Sánchez condujo un espacio de información cinematográfica en Radio Callao.

2.13.10 Programas infantiles En un artículo publicado en setiembre de 1940 en Alta Voz, Guillermo Lecca Iturbe celebraba los tres años de actuación ininterrumpida de El momento infantil en Nacional, fundado por Rosa Elvira Figueroa. Destacaba la labor de libretista de Juan Malmborg (codirector de Alta Voz), quien adaptara Dos años de vacaciones de Verne, e hiciera “Estampas de viaje” y “Episodios peruanos” para ese espacio. Después de la partida de Figueroa a Buenos Aires, Malmborg escribió para la radio la novela histórica Tierra de libertad e hizo la serie científica Los misterios de Blasbonia. En 1940 emitió dos obras basadas en Salgari: La ciudad de oro y Sandokán de Bengala, y una novela original: Norton de Chicago, mencionada antes, y que Lecca Iturbe describía como “serie policial de movilidad extraordinaria y emocionantes aventuras”. Decía luego el autor de la nota: 230 EMILIO BUSTAMANTE

[…] nuestra primera emisora cuenta con un magnífico conjunto infantil el único en el Perú con libretos escritos con amplia visión pedagógica y sentido literario exquisito. Sus intérpretes principales son cuatro adoles- centes —antes niños, ya que han crecido trabajando en eso— son Pirulita (Blanquita Varela), Raúl Varela, Nelly Varela y Alfonso Romero. Integran el conjunto la señora Esmeralda González y el conocido Paco Cabrejos (Alta Voz 60, 7 de setiembre de 1940).

En noviembre de 1941, después de cuatro años de trabajar en El momento infantil, el libretista Juan Malmborg dejó Radio Nacional. Al año siguiente, dentro de La Escuela Nacional del Aire (Radio Nacional), Rosa Elvira Figueroa condujo “Charlas de la madrina” los jueves. Acompañada de una niña colaboradora a quien llamaba “Elsita”. Sostenían diálogos “con gran sentido pedagógico, pero puesto al alcance de las mentalidades infantiles” (Cahuide 59, diciembre de 1942). Otro tenaz animador de programas para niños fue Alipio Ponce de León (El Abuelito Tito), quien conducía La audición infantil en Radio Callao, con cuentos, canciones y concursos. En 1943 pasó a Radio Central, y al año siguiente a Radio Huacho. El 18 de diciembre de 1944, Maruja Venegas puso en el aire Radio Club Infantil a través de Radio Mundial. Sería el más importante programa de su género en la historia de la radiodifusión peruana, y el más longevo. Venegas lo conducía, con algunas interrupciones, hasta el momento de escribir este texto, en el 2010.

2.13.11 Programas femeninos En 1940, Radio Lima transmitía La hora femenina, dirigida por Raquel Delgado de Castro, Carmen Toledo de Cortez y Thesalia. Al año siguiente, la periodista trujillana Graciela Surita condujo también una Hora femenina en Radio Goicochea. En 1943, Radio Callao emitió A ellas, a cargo de “Chela y Anita”, y al comenzar 1944 Carmen Moreno inauguró un programa similar en Radio Central. Durante 1943 destacó en Radio América el programa Nosotras dirigido por Rosa Elvira Figueroa, Catalina Recavarren de Zizold, María Isabel Sánchez Concha de Pinilla y Nina Rojas de Antonoff. Iba de lunes a viernes, a las 15.00 horas. En junio de ese año dedicó una emisión a “las primeras damas que en el país tomaron parte en las actividades radiales: Rosa Hernando, Rosa Elvira Figueroa, Cucha Miró, Maruja Venegas, Carmen Toledo de Cortez” (La Prensa, 22 de junio de 1943). El programa dejó de transmitirse en diciembre; una de las razones esgrimidas fue “el viaje al extranjero de sus CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 231

componentes”, quienes “en forma emocionada se despidieron del público” (La Crónica, edición de la tarde, 31 de diciembre de 1943).

2.13.12 Programas religiosos Las principales emisoras siguieron realizando retransmisiones desde las iglesias de Lima del sermón de las tres horas en la Semana Santa. En 1942, un acontecimiento destacado por la prensa en esas fechas fue la presencia en Lima del ex cantante José Mojica, convertido en fraile franciscano. Alta Voz ironizó al respecto:

Radio Mundial se apuntó un porotazo, transmitiendo el sermón de las 3 horas desde la Iglesia de San Francisco, no sólo porque las dotes oratorias de Monseñor Solano Muente14 son realmente patéticas y extraordinarias y sus siete palabras cobraron fervor maravilloso, sino porque en el coro sonaba una voz de milagro: una voz que había estado en los escenarios de Méjico, en los sets cineásticos de Hollywood y en los labios de todas las doncellas. ¡Era la voz de Fray José Mojica! Esto de escuchar al protagonista de tantas barrabasadas amorosas con la túnica santa y entonando un salmo nos ha sonado lo mismo que la voz pecadora de Armando Ortiz haciendo de Cristo en las Estampas de la Pasión que presentó Radio Mundial (Alta Voz 139, 11 de abril de 1942).

En 1943, Radio Internacional en la Hora símbolo del amor puso al aire un ciclo de charlas de María Zevallos de Ramírez, propagandista de la devoción al Corazón Eucarístico de Jesús (La Crónica, edición de la tarde, 3 de diciembre de 1943). Radio Nacional, por su parte, llevó a cabo jorna- das preparatorias de las misiones populares en 1944.

2.13.13 Programas deportivos, hípicos y taurinos El 9 de febrero de 1940, Radio Nacional retransmitió la pelea por el título mundial de boxeo entre el campeón Joe Louis y el retador chileno Arturo Godoy por cortesía de la NBC. En mayo de ese mismo año, Radio Nacional transmitió el Gran Premio Nacional de Automovilismo, con “cinco locutores apostados desde Chiclayo hasta Trujillo y desde allí hasta Casma y Huacho”, quienes “informaron en forma brillante y eficiente sobre el curso de los acontecimientos hasta

14 Monseñor Solano Muente era capellán general del Ejército. 232 EMILIO BUSTAMANTE

culminar en el Puente del Ejército, lugar de la meta” (Alta Voz 43, 4 de mayo de 1940). Los locutores eran, nada menos: Gustavo Montoya, César Miró, Armando Ortiz Lambert, Eulogio Rengifo y Antonio Garland. Nacional repitió la experiencia en los años siguientes, teniendo siempre a Montoya y el Touring Club como organizadores del evento. En Radio Internacional, Carlos Alfonso Delgado transmitía partidos de fútbol desde el Estadio Nacional, y el argentino Jorge Aprile ensayaba algunos comentarios acerca de estos. Radio Callao realizaba también este tipo de emisiones; en diciembre de 1943 hizo una dedicada al ex futbolista de Alianza Lima , quien se hallaba enfermo.15 Radio Goicochea tenía una Radio Revista Deportiva a comienzos del período. El prestigioso locutor Juan Sedó transmitía eventos deportivos a través de Radio Mundial desde fines de 1943, mientras que Gonzalo Toledo conducía una Síntesis deportiva en Radio Central por la misma época. Augusto Ferrando destacaba ya como locutor hípico con transmisiones en directo desde el hipódromo de San Felipe en 1944, dentro del programa Hipódromo Central que animaba los domingos Juan Silva en Radio Central.

15 Villanueva murió al año siguiente, a los 35 años de edad. Fue homenajeado en vida por Felipe Pinglo, quien compuso dos canciones en su nombre; a su muerte, Pedro Espinel le dedicó un vals, el mismo que fuera estrenado en Radio Central en abril de 1944 por el conjunto Los Chalanes (Toledo s/f: 78). El vals de Espinel dice: “El sol se despuntaba, anunciando un nuevo día / en las calles se advertía un barullo matinal / y en el nosocomio, una vida se extinguía / tras su lenta agonía partió a la eternidad. // Recuerdos de otros tiempos vienen hoy a mi memoria / como un eco de la historia, un pasaje del ayer / de aquel gran deportista que dio nombre y gloria / al deporte nacional, ¡un As entre los ases! / ¡Figura continental! // Fue un maestro sin igual, que nos hizo delirar / lo grande de su juego y de su escuela / América ha palpado bien su nombradía / Europa también lo supo apreciar. / Al despedirse de ti la afición con emoción / te dicen los que ayer batieron palmas: / ¡Que siempre vivirás en el recuerdo / Alejandro Villanueva, que dio lauros al Perú!”. En 1940, la muerte de otro futbolista, Víctor Bielich, de Deportivo Municipal, a consecuencia de un accidente automovilístico, motivó asimismo un vals titulado Guadaña traidora de Abelardo Carmona, que estrenó el también futbolista y cantante Juan Criado en Radio Lima. La letra de Guadaña traidora dice: “Hay un vacío en el fútbol nacional, / por la desaparición del jugador más impetuoso; que hoy llora tristemente la afición, / y que en su tumba hay muchas / cruces y coronas de flores, / que expresan el dolor profundo / de nuestros corazones. / Descansa en paz ¡PICHÍN BIELICH! / que el destino así lo quiso; / que la muerte se escondiera / en un camino; / para cortar con su guadaña traidora / la flor de tu existencia” (Alta Voz 39, 6 de abril de 1940). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 233

Ricardo Carenzo, en La hora Rich Vlan Rich de Radio Lima, incluyó charlas taurinas en 1940. En Radio Mundial, Luis Miranda, con el seudóni- mo de Tauro, realizó también comentarios y críticas sobre las corridas de toros, y lanzó en 1943 una campaña por la construcción de una nueva plaza para reemplazar a la de Acho. No obstante, en 1944 Radio Mundial emitía los eventos taurinos que tenían lugar en Acho, mientras que Radio Central transmitía corridas desde el coliseo de Sandia (La Crónica, edición de la tarde, 24 de enero de 1944). Ese mismo año se anunció la reaparición del Duque de Guaraguas (Néstor A. Díaz) como comentarista taurino en Goicochea; según La Crónica, se trataba del pionero en la conducción de espacios de este tipo (La Crónica, edición de la tarde, 3 de febrero de 1944).

2.13.14 Otros programas En 1940, Ricardo Carenzo condujo La hora Rich Vlan Rich en Radio Lima, con programa de revista; coanimaba Rosita Carrasco y tocaba el piano el argentino Eduardo Pereira. Según Alta Voz, tenía momentos de “comentarios amenos, risa, tragedia y música” (Alta Voz 28, 20 de enero de 1940). Dos prestigiosos programas mantuvieron su audiencia durante el período: La hora notable de El Eslabón y La hora del bombero. La hora notable de El Eslabón era dirigido por Eduardo Eckhardt Pastor, se había iniciado en 1935 en Radio Grellaud, y se emitía en Radio Nacional. Des- filaron por el programa personalidades y artistas como José Gálvez, Manuel Beltroy, Enrique Balarezo Pinillos, Alfonso de Silva, Rosa Mercedes Ayarza de Morales, Leonardo Arrieta, Antonio Garland y Serafina Quin- teras; y se presentaron en él gran variedad músicos de músicos y espec- táculos radioteatrales. La hora del bombero se emitía por Radio Goicochea (luego por Radio Central), y la dirigía Néstor A. Díaz. Comprendía un “Noticiero bomberil”, canciones, números cómicos, imitaciones, y declamación. En 1944 hizo una inusual presentación en la isla penal de El Frontón, “ofreciendo a los reclusos una actuación literario musical con Néstor A. Díaz M., Felipe Mejía Morales (corresponsal en el Callao) y Marcelo Delgado De La Croix, poeta y bombero mollendino”; acompañaron a los nombrados el Conjunto Macchiavello y el músico Simón Salas (La Crónica, edición de la tarde, 24 de febrero de 1944). Ese año también empieza a destacar en el programa el declamador Guido Monteverde, a quien La Crónica llamaría “el galán de Lima”, y que se convertiría en poco tiempo en un conocido periodista de espectáculos (La Crónica, edición de la tarde, 6 de julio de 1944). 234 EMILIO BUSTAMANTE

2.13.15 Visitantes El cantante mexicano de boleros Juan Arvizú, conocido como El tenor de la voz de seda, es traído a comienzos de 1940 por Toddy para varias audiciones. En enero del mismo año, la cantante cubana Josefina La Meca se presenta en Radio Nacional con los hermanos Lecuona y Esther Borja. Esta última retorna en abril para cantar en la misma emisora. En abril, también de 1940, visitan Radio Lima el cantante español Luis Álvarez, conocido como el Tenor de la Raza, y la cantante La Andalucita. Ese mismo mes, una delegación mexicana —integrada por el compositor Mario Talavera (autor de Arrullo), el tenor Renato López Magaña y el célebre locutor Agustín González (Escopeta)— se presenta en Radio Nacional. En agosto, el actor, cantante y director de cine chileno-argentino José Bohr asiste a Radio Lima y canta a dúo con Alicia Lizárraga; en la misma emisora se presenta la orquesta típica argentina de Juan Canaro. El trío mexicano Los Calaveras, integrado por Guillermo Bermejo, Miguel Bermejo y Raúl Prado, canta rancheras, también en Radio Lima, en julio y agosto de 1940. En Alta Voz 56, la niña Blanca Varela le dedica un poema; la revista hace una premonitoria introducción a los versos:

LUNA AZTECA Blanquita Varela, “Pirulita”, ha dedicado estos versos al popular trío mejicano. En ellos flota la emoción casi infantil de la gran poetisa que apunta en sus cortos doce años primaverales.

Rinconcito poblano cuajadito de ensueño. Guitarras, poesía, romanceros de amor; ojazos misteriosos que con su hechicería hacen de cada estrella una nueva canción…

Luna de Aztecas. Eterna enamorada de charro soñador; en las nubes deshojadas una pena ignorada con la melancolía de tu desilusión.

Tierra linda y risueña plena de poesía: posees el orgullo de una raza bravía; posees el encanto de la luna que sueña, por eso en este canto, llena de fantasía te va mi alma limeña. (Alta Voz 56, 10 de agosto de 1940). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 235

En enero de 1941 vuelve el cubano Ernesto Lecuona, con Hortensia Coalla, Óscar López, Elia de Granados, Miguel Grandy y la pareja de rum- bas Pablito y Lilón. Radio Nacional transmite sus presentaciones; y también las actuaciones de la soprano mexicana Mercedes Caraza y de la cantante cubana Zoraida Marrero. Un visitante destacado de esos años fue el escritor conservador español José María Pemán, quien dio conferencias en el paraninfo del colegio La Inmaculada y en el Teatro Municipal, transmitidas por Radio Internacional. Asimismo, Pemán “autorizó” a Radio Nacional la escenificación del primer cuadro de su poema La Santa Virreina (La Crónica, edición de la tarde, 12 de julio de 1941). La argentina Niní Marshall, Catita, arribó al Perú en febrero de 1941, y se presentó en Radio Lima. Su visita constituía, para la revista Cahuide, “el acontecimiento radial de mayor importancia de los últimos años”. Según el mismo medio de prensa: “En cada una de las audiciones de Catita, el público que llenaba el Auditorium de Radio Lima, le testimonió su simpatía en prolongados y entusiastas aplausos” (Cahuide 46, febrero de 1941). La revista Radiópolis destacó, por su parte, la emoción de los radioescuchas: “El público oyente demostró su aplauso y simpatía en repetidas e insistentes llamadas telefónicas” (Radiópolis 3, febrero de 1941). Junto a Catita, Radio Lima presentó al actor argentino Pedro Quartucci, el tenor mexicano Luis G. Roldán y la cantante argentina de jazz Paloma Acosta (Blackie). Todos ellos actuaron, además, en el Teatro Municipal. Se habló entonces de un posible encuentro entre Catita y la Chola Purificación Chauca (Teresita Arce) en Radio Nacional, que nunca llegó a concretarse. Según la revista Radioteatro: “la actriz cómica argentina, se comprometió a saludarse frente al micrófono de Radio Nacional con la “Chola”, pero no apareció, desairando así a las autoridades de dicha emisora, porque actuó en cambio a la misma hora en Radio Lima” (Radioteatro 2, enero de 1947). Una visita de tinte político fue la que realizó el actor Douglas Fairbanks Jr. Se presentó el 20 de junio de 1941 en La hora internacional Perú Calls You de Radio Nacional, que conducía Víctor Llona. Fairbanks cumplía una misión especial encomendada por el presidente Roosevelt en América Latina, dentro de la política del “buen vecino” y la defensa continental impulsada por el gobierno norteamericano. El programa incluyó una introducción con la interpretación de Zuray Zurita por la soprano Natalia Garland, y Tristeza andina por el tenor Edmundo Pizarro; luego, Antonio Garland leyó un discurso de saludo; a continuación Víctor Llona entrevistó a Fairbanks, mientras César Miró oficiaba de traductor. El actor dijo haber 236 EMILIO BUSTAMANTE

quedado impresionado en Lima por “la unanimidad de sentimiento hacia la política del señor Roosevelt de defender las democracias” (La Crónica, 21 de junio de 1941). Como despedida, Natalia Garland cantó Ramilletera de Rosa Mercedes Ayarza, y Edmundo Pizarro entonó India bella, con el acompañamiento de la orquesta de Luis Pacheco. Fairbanks salió de la estación en medio del aplauso de sus admiradores. El cantante mexicano Pedro Vargas vino al Perú por primera vez en agosto de 1941, auspiciado por Colliers, distribuidora de Kolynos. Tuvo audiciones en Radio Nacional y en el Teatro Municipal. Según Alta Voz, todos los diarios grandes lo elogiaron, pero no gustó a tres notables redactores de diarios “chicos”: Ángela Ramos, Fausto Gastañeta (Káskaras) y Juan Colich. Alta Voz defendió a Vargas de sus prestigiosos detractores: “De la primera y del segundo no nos extraña que traten a Pedro Vargas como a cualquier cantor de barrio sin adjudicarle la importancia que se merece. Pues ambos son escritores y no tienen el derecho ni el privilegio de entender esta clase de arte”, decía la revista, y añadía que Ángela Ramos era “una señora que sabe más de política internacional que de canciones”. Por su parte, Gastañeta, según la nota, habría afirmado que el cantante peruano César Andrade era mejor que Pedro Vargas, a lo que Alta Voz respondía: “comparar a César Andrade con Pedro Vargas sería como establecer la diferencia que hay entre un bombón (Angela Ramos) y una pasta dentrífica (Kolynos)” (Alta Voz 110, 23 de agosto de 1941). Vargas retornó a Lima en octubre de 1944 para cantar en Radio Central. La actriz y cantante argentina Fedora Cabral obtuvo en agosto de 1941 un gran éxito en el Teatro Segura y Radio Lima, donde se presentó auspiciada por Bayer. Según Alta Voz, Cabral era “la más espectacular intérprete de la canción argentina que hayamos escuchado aquí” (Alta Voz 107, 2 de agosto de 1941). En agosto de 1941 se presentó, también en Radio Lima (y en el teatro Segura), la vedette Celeste Grijó (conocida como la Betty Boop española, partidaria de la República). Al año siguiente, el cantante argentino Alberto Gómez estuvo en Radio Mundial. En 1943, otro destacado argentino, el actor Tito Lusiardo, se presentó en Radio Callao. A fines de 1943 y comienzos de 1944, desfiló por varias emisoras una Embajada Radial Argentina conformada por Elbita Burgos, Pedro Zarlengo y Carlos Ferrerira. En abril de 1943 vino Cantinflas para presentarse en el Teatro Segura y en la Plaza de Acho, donde hizo toreo bufo. A las pocas horas de su arribo saludó al público “por varias emisoras locales” (La Prensa, 3 de abril de 1943); sin embargo, fue Central la que logró contratarlo, según testimonio de Alberto Pillado Matheu, recogido por Alonso Alegría: CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 237

La contratación de Cantinflas es una historia que dice mucho sobre la competencia entre emisoras. Se anuncia que viene el gran comediante mexicano para hacer unas corridas bufas en Acho y siete presentaciones en el Teatro Segura. Cada emisora se siente obligada a anunciar que va a transmitir las funciones desde el teatro. Esperanzas, solamente, porque todavía ninguna ha hecho contrato con Cantinflas: están a la espera de que llegue a Lima. Pillado Matheu se les adelanta. Sabe que el avión en el que viene el comediante va a hacer escala en Chiclayo. Pillado vuela a Chiclayo, se sube al avión de Cantinflas y lo acompaña, rumbo a Lima. Se sienta junto a Silinski, cuñado y apoderado de Cantinflas, y le conversa todo el viaje. Logra que Silinski le permita entrar en la competencia por la contratación en condiciones ligeramente ventajosas. Radio Central queda frente a la puerta lateral del hotel “Bolívar”, donde se aloja Cantinflas. Pillado se aposta a la ventana de su radio desde donde ve entrar y salir a los dueños de las radios competidoras mientras va recibiendo llamadas de Silinski. “Me han ofrecido tanto” dice Silinski y Pillado, vez tras vez, ofrece “un sol más”. Finalmente, irremediablemente, Pillado gana la subasta; cruza la calle y firma un contrato por siete mil soles (mil soles cada función). Pero la mitad hay que ponerla sobre la mesa en ese momento. ¿Que Radio Central no tiene en caja, por todo tener, más de quinientos soles? ¡Minucias! Pillado saca su chequera personal (no es cosa de perder el momento) y se pone con los tres mil quinientos (que más tarde recupera, por cierto, cuando Central vende los programas a los auspiciadores) (Alegría 1993: 91-93).

3. Radio y crisis (1945-1949)

Me complace dirigirme a ustedes para expresarles mi patriótica felicitación y agradecimiento por los leales y eficientes servicios que esa emisora prestó al Movimiento Restaurador iniciado en Arequipa, a cuyo triunfo contribuyó de manera decisiva. Carta de Manuel A. Odría a los directores de Radio Lima La Prensa, 6 de noviembre de 1948

3.1 La radio como arma política: El gobierno de Bustamante y el golpe de Odría

En 1945 se enfrentan en las elecciones el abogado José Luis Bustamante y Rivero, candidato del Frente Democrático Nacional (FDN), y el general Eloy Ureta, héroe de la guerra con el Ecuador y candidato de las fuerzas de derecha agrupadas en la Unión Nacional Democrática. 238 EMILIO BUSTAMANTE

El Frente Democrático Nacional estaba integrado por sectores reformis- tas moderados (de cuyo seno emergía Bustamante) y el Partido Aprista que, con el nombre de Partido del Pueblo, volvía a la legalidad después de muchos años. Bustamante ganó las elecciones con el 67 por ciento de los votos válidos. La abrumadora victoria del Frente implicaba la promesa de democratizar la vida política y mejorar las condiciones económicas de los trabajadores; su gobierno “era aguardado con optimismo y esperanza” (Portocarrero 1983: 12). Sin embargo, apenas dos años después, el Frente Democrático Nacional se partió irremediablemente por discrepancias entre Bustamante y el Apra, y el gobierno tuvo que soportar, además, la arremetida oligárquica, en medio de una grave crisis económica. Entre 1933 y 1945 se había venido aplicando una política económica “basada en mayores impuestos, déficit público y controles de precios” (Portocarrero 1983: 61). Sin embargo, hacia 1945 esa política era ya inviable. Entre 1940 y 1944 las remuneraciones reales habían caído en la industria y la minería a consecuencia de la inflación. El precio internacional del petróleo y del oro había descendido, y la posibilidad de obtener empréstitos estaba supeditada a un arreglo previo de la deuda externa, que no se pagaba desde 1931. El Estado controlaba aún los precios y empleaba el ahorro en expandirse, pero la situación había llegado a un límite. Como señala Portocarrero, el gobierno de Prado dejaba una herencia problemática al gobierno del Frente Democrático: “fuertes pero reprimidas tensiones inflacionarias, escasas reservas internacionales, gran- des necesidades de importación, sobreliquidez, déficit fiscal ‘estructu- ral’…” (Portocarrero 1983: 59). Frente a esta situación, el ministro de economía Rómulo Ferrero, del primer gabinete de Bustamante, inició una política económica basada en el mantenimiento de los controles y la búsqueda de la austeridad fiscal; sin embargo, presiones externas e internas (especialmente del Apra, que tenía mayoría en el Congreso) motivaron su dimisión. Su sucesor, Manuel Vásquez Díaz, del Partido Aprista, se propuso conservar los controles (de cambio, precios e importaciones), elevar los impuestos directos y el gasto público, mejorar las remuneraciones, ampliar el aparato estatal y los servivios sociales, y subsidiar los productos alimenticios importados (trigo y carne de vacuno, especialmente). Sin embargo, a mediados de 1946 la escasez de divisas era tan grave que el ministro de economía tuvo que disponer que el BCR adquiriera todos los depósitos en moneda extranjera. La especulación se desarrolló, los precios se mantenían pero los alimentos empezaron a escasear y floreció el mercado negro, intensificándose el des- contento social. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 239

La derecha, por su parte, agrupada en la Alianza Nacional encabezada por Pedro Beltrán, descontenta con los impuestos a la agroexportación y con el aumento de los sindicatos, propiciaba la caída del régimen blo- queando el ingreso de capitales. Se oponía así al proyecto de pago de la deuda externa planteado por el gobierno (requisito indispensable para obtener empréstitos), y al contrato de explotación de los yacimientos de Sechura que Bustamante quería firmar con la IPC. Paralelamente, el diario La Prensa (vocero de los agroexporradores) y el bisemanario Vanguardia (dirigido por el ex secretario general del Partido Comunista, Eudocio Ravines, ahora convertido en aliado de Beltrán) atacaban duramente el gobierno y estimulaban la contrariedad popular denunciando el desabaste- cimiento y la especulación de alimentos como consecuencias de la política controlista del Ejecutivo. La agudización de la crisis económica coincidió con el agravamiento de la crisis política. La ruptura del FDN se produjo en enero de 1947, después del asesinato de Francisco Graña Garland, director de La Prensa. El asesinato fue atribuido a militantes del Apra, y, como consecuencia de ello, Bustamante retiró a los ministros apristas del gabinete, incluido Vásquez Díaz. Optó, de inmediato, por una “liberalización selectiva y controlada de la economía” (Portocarrero 1938: 151), imponiéndose una cierta austeridad fiscal y anunciando el retiro de los subsidios, a lo que se oponía el Apra, pero manteniendo los controles de cambios y precios, en contra de las presiones de la derecha. Sin partido propio, y enfrentado al Apra y a la oligarquía, era poco el tiempo que le quedaba a Bustamante en el gobierno. El 28 de julio de 1947 no pudo reunirse el Congreso por un boicot de los parlamentarios no apristas, incluidos los del Frente Democrático Nacional. En setiembre hubo una huelga nacional impulsada por la CTP, controlada por el Partido Aprista, y reprimida por el ministro del interior, Roque Saldías. En enero de 1948, el gobierno retiró los subsidios a los alimentos, con gran oposición del Apra, y en febrero Bustamante nombró un gabinete militar y se dirigió al país para denunciar el sectarismo del partido de Haya de la Torre. El 3 de octubre de 1948, sectores del Apra aliados con algunos mandos militares iniciaron un movimiento insurreccional en el Callao, pero fracasaron. Bustamante declaró entonces al Partido Aprista fuera de ley. El 27 de octubre, el general Manuel Odría (exministro del Gobierno de Bustamante) dio un golpe de Estado, poniendo fin al régimen del Frente Democrático Nacional e inaugurando una dictadura que duró ocho años. Hubo gran cantidad de detenidos; Bustamante fue deportado a Argentina; Haya de la Torre se refugió en la embajada de Colombia, donde permane- 240 EMILIO BUSTAMANTE

cería varios años ante la negativa de la dictadura a darle el salvoconducto que le permitiera salir del país; y Pedro Beltrán, quien según algunas ver- siones habría financiado el golpe, fue nombrado director del Banco Central de Reserva. El golpe de Odría no resolvió de inmediato los problemas económicos; 1949 fue un año inflacionario. No obstante, a partir de 1950 los precios de las materias primas aumentaron considerablemente “debido al programa rearmamentista de Estados Unidos primero y a la guerra de Corea después” (Portocarrero 1983: 205), lo que permitió la superación de la crisis y el aumento del ingreso y el gasto público.

3.1.1 La radio y la propaganda política en las elecciones de 1945 Bustamante llegó a Lima para iniciar su campaña el 8 de abril de 1945. Sus partidarios resaltaron que “a pesar de no contar con las radios para anunciar su llegada”, logró reunir a 120 mil personas que lo aplaudieron en el Estadio Nacional (Jornada, 9 de abril de 1945). El periodista Alfonso Tealdo escribió en el boletín del FDN un artículo titulado “Vida, pasión y gloria del 8 de abril”, en el que ratificaba que los diarios “no dijeron nada” y que a las emisoras “se les impuso el silencio”; precisaba con su estilo poetizante: “Y las ondas hertzianas, ese día, gracias a su mucha erudición y talento astro- nómico, enteradas de la otra candidatura, para ella vibraron solamente” (Frente Democrático 1, 21 de abril de 1945). Varios días después, el 25 de abril, el diario La Noche informaba que aún no se había extendido la licencia de propaganda radial al Frente De mo crático Nacional, pero que ya se sabía que las emisoras encargadas de pasar sus mensajes serían Mundial, Central, Miraflores y Callao (La Noche, 25 de abril de 1945). El miércoles 10 de junio, día del triunfo electoral de FDN, Radio Central hizo un reportaje a Haya de la Torre.

3.1.2 El Apra en la radio El Apra tuvo una presencia en la radio que nunca antes había tenido en su historia. En octubre de 1945, Víctor Raúl Haya de la Torre dio tres conferencias a sala llena en el Teatro Municipal, las que fueron transmitidas directamente por la emisora del Estado. El 3 de octubre disertó sobre “La filosofía del aprismo”. El 5 de octubre lo hizo sobre “El aprismo y la democracia”, y contó con la asistencia del premier Rafael Belaunde; al final el público entonó emocionado el himno del partido, la “Marsellesa aprista”. El 9 de octubre, Haya expuso “El plan económico del aprismo”; entre los CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 241

concurrentes estuvieron su madre y el poeta José Gálvez. La Tribuna infor- mó que más de un millón de personas había escuchado las conferencias por radio:

Las conferencias del Jefe del Partido han producido una verdadera conmoción nacional. Trasmitidas por radio, han podido escucharse en todo el país y el extranjero. Lima vio estos días el curioso espectáculo de abigarrados grupos alrededor de altoparlantes. En los restaurantes, en los automóviles, en las casas particulares, allí donde funcionaba una radio sintonizada con la conferencia, había grupos compactos de entusiastas y absortos oyentes. Hemos recibido telegramas de todos los puntos del país, felicitando al Jefe del Partido y noticiando que allí se ha repetido el espectáculo. Nuestro corresponsal en el Callao nos informa que en el vecino puerto fue semejante el espectáculo. En Trujillo, Arequipa, Cuzco, Puno, Iquitos, Piura, Ica y otras ciudades, la vida provinciana se paralizó virtualmente porque la población entera se agolpó alrededor de los altoparlantes (La Tribuna, 10 de octubre de 1945).

Radio Nacional emitió también el mitin de Apra del 13 de mayo de 1946, con motivo del regreso de Haya de la Torre de Santiago de Chile. Estuvieron presentes Magda Portal, Luis Alberto Sánchez, Arturo Sabroso, Luis Heysen, Ramiro Prialé, Jorge Idiáquez, Andrés Townsend, el independiente Rafael Belaunde y los ministros apristas de Fomento, Agricultura y Hacienda. Hablaron Prialé, Sabroso, Townsend, Belaunde y Haya (Jornada, 15 de mayo de 1946). Asimismo, Radio Nacional transmitió el homenaje que dio el Partido del Pueblo a la República Argentina el 25 de mayo de 1948, en el que Haya de la Torre culminó su intervención citando los versos del himno de ese país, que saludaban “la memoria común del gran Tahuantinsuyo”: “Se conmueven del Inca las tumbas / y en sus huecos revive el ardor, / lo que va renovando a sus hijos / de la Patria el antiguo esplendor” (La Tribuna, 26 de mayo de 1946). Radio Nacional programó también un ciclo de charlas apristas que comprendían, entre otras, intervenciones de Judith Prieto y Crisálida Grey. Además, retransmitió desde el hotel Bolívar los discursos que se pronunciaron en un banquete ofrecido al presidente de Diputados, Fernando León de Vivero, por la clausura de la cuarta legislatura ordinaria. Hablaron varios representantes, entre ellos el diputado Fernando Belaunde Terry, hijo de Rafael Belaunde. El 6 de junio de 1946, Nacional transmitió la inauguración de la Asamblea Nacional de Sindicatos del Partido del Pueblo, desde el local del 242 EMILIO BUSTAMANTE

antiguo colegio Hipólito Unánue en la avenida Alfonso Ugarte. Haya dijo allí que el capital debía venir “pero donde exista un control y una democracia organizada y una clase obrera consciente”, y añadió que “los grandes partidos tienen la obligación de cumplir su misión y no equivocarse” (La Tribuna, 7 de junio de 1946). En los primeros años de mandato del FDN, Radio Miraflores, que se hacía llamar ahora “La Voz de la Democracia”, brindó también sus micró- fonos a los líderes apristas. El miércoles 27 de junio de 1945, a pocos días de elegido el nuevo gobierno, anunció una transmisión en directo de la conferencia de Haya desde el teatro Alhambra del Callao. En setiembre de 1945, La Tribuna informó que a partir del 1 de octubre, el Partido Aprista tendría un noticiero conducido por Eduardo Jibaja en la emisora de los hermanos Palma. Se trataría de un espacio “polémico”, según el diario, donde participarían destacados dirigentes del partido, y cuyo objetivo era: “crear interés por los problemas de la política nacional a todos los ciudadanos del país, y al mismo tiempo, responder pública- mente y en tono elevado las críticas insólitas que se dirigen desde diver- sos ángulos al Partido del Pueblo” (La Tribuna, 29 de setiembre de 1945). Las emisoras privadas más cercanas al Partido del Pueblo fueron, no obstante, Alegría y Central. En Radio Alegría se presentaba La hora radial de la JAP, los días miércoles y domingos; la JAP era la Juventud Aprista Peruana. El 4 de setiembre de 1948 se llevó a cabo allí un programa especial en homenaje al estudiante aprista Heriberto Avellaneda Beltrán, al conmemorarse el primer año de su asesinato, ocurrido durante una huelga del Colegio Guadalupe, cuando Odría era ministro de Gobierno (La Tribuna, 4 de setiembre de 1948). El Departamento de Radio de la JAP, además, organizaba concursos de coros y elocuencia, con premios a “quien mejor relate cómo se realizan los campamentos dominicales de la Juventud Aprista” (La Tribuna, 10 de setiembre de 1948). En 1948, La hora radial de la JAP rindió homenaje a José Gálvez por los cuarenta años de su “Canción a la juventud” (La Tribuna, 22 de setiembre de 1948). En Radio Alegría se emitían, también, radioteatros interpretados por un conjunto que unas veces aparecía con el nombre Radioteatro del Pueblo y otras como Voces del Pueblo. Era dirigido por Adán Alva, integrado por Dora Villena, Elvira Ramont, Óscar Valcárcel y Luis Herrrea, y presentado por Eduardo Jibaja. Escenificó, entre otras obras, Una boda imposible y Ni al amor ni al mar de Jacinto Benavente. En Radio Central, el mismo conjunto anunció Lluvia de Somerset Maugham. Sus actividades eran pro- gramadas por la revista Publicaciones Pueblo. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 243

Radio Central transmitió, el 22 de julio de 1945, la ceremonia de jura- mentación y declaración de bienes de los senadores y diputados apristas desde la Plaza de Armas de La Victoria, que incluyó discursos de León de Vivero, Seoane y Haya de la Torre, quien habló durante más de dos horas (Trinchera Aliada, 25 de julio de 1945). En junio de 1946, en coordinación con La Tribuna, Radio Central informó sobre las elecciones congresales complementarias, que ganó el Apra (obtuvo 15 de 19 escaños en disputa). Rafael Belaunde, muy cercano al Apra entonces, pronunció un discurso el 9 de junio de 1946 en Radio Central, que fue celebrado por los apristas como un llamado a la unidad del Frente Democrático Nacional (La Tribuna, 9 de junio de 1946). En 1947, Radio Central emitió diariamente La audición aprista, de 18.30 a 19.00 horas, por las ondas larga y corta, y un programa matinal en el que se leía La Tribuna y se propalaban eslóganes anticomunistas según el semanario 1947, dirigido por Genaro Carnero Checa (1947 Semanario Peruano 14, 12 de mayo de 1947). El 12 de setiembre de 1947, Central dio sus micrófonos a Magda Portal para que defendiera la disciplina aprista y desmintiera supuestos desmanes de los miltantes. El 27 de mayo de 1948 transmitió el discurso de Haya de la Torre a su regreso de Estados Unidos desde la Casa del Pueblo, en el que el líder del aprismo criticó al gobierno, a los partidos de derecha y al comunismo, y saludó la figura de Gandhi (1948 Semanario Peruano 17, 31 de mayo de 1948).

3.1.3 La Alianza Nacional en la radio En el sepelio de Graña, el 9 de enero de 1947, Pedro Beltrán había prometido vengar su muerte ante los micrófonos de media docena de emisoras privadas. En abril de 1947, según 1947 Semanario Peruano, el grupo opositor derechista Alianza Nacional encabezado por Beltrán casi había logrado “el dominio del aire”. Tenía propaganda y espacios en Radio América, Radio Lima y Radio Victoria; y en Radio Selecta auspiciaba los programas de música clásica. Añadía la revista dirigida por Carnero Checa:

Reconociendo que en la variedad reside el interés, los programas radiales aliancistas, han abordado los diferentes géneros. No solamente la charla, sino los cuadros radioteatrales y preguntas y respuestas; voces y guitarras criollas. Esa avalancha está haciendo rabiar a muchas personas apolíticas, las que manifiestan que ya no es posible sintonizar una estación sin escuchar el tópico partidario (1947 Semanario Peruano 14, 12 de mayo de 1947). 244 EMILIO BUSTAMANTE

En mayo de 1947, la coalición derechista organizó una serie de trans- misiones en Radio Victoria, Radio Callao, Radio Central y Radio Lima, titu- ladas Las audiciones de la Alianza Nacional. En Victoria emitió el martes 6 una “invocación y saludo de la Alianza Nacional” con la interpretación de música peruana a cargo de la orquesta típica de Dante Laso, el conjun- to criollo de Lorenzo Humberto Sotomayor y el dúo La Limeñita y Ascoy. Al día siguiente, Jorge Bravo Bresani se dirigió a los oyentes a través de Victoria en cadena con Callao, presentado por Alfredo Cárpena Sardón, director del diario La Nación. Insinuó (sin nombrarlo directamente) que el Partido Aprista marchaba “desembozadamente a la captura del poder” y que Bustamante “no aplicaba medida restrictiva alguna a aquellos que amenazan la tranquilidad pública”. Añadió que en ese instante la Alianza Nacional era “el guardián del orden público y defensor de las institucio- nes”, advirtiendo que “apoyará al Ejército para implantar un Estado de Derecho […] teniendo frente a sí la misión de cancelar definitivamente la influencia de caudillos y grupos” (La Nación, 8 de mayo de 1947). El vier- nes 9, Víctor Cárcamo habló también por Victoria, comparando al Apra con Hitler. “Ha jugado como Hitler, sin lealtad, y también como el dictador alemán, de triste memoria, ha mostrado que su ambición es inconmensu- rable” (La Nación, 9 de mayo de 1947). La Alianza Nacional auspiciaba además los programas Una tertulia limeña (Mundial), Don Quijote y Sancho Panza en el Perú (Central), Yo soy el público (Liber tad) y Coney Island Radial (Lima), esta última “con ingeniosas preguntas y respuestas” (La Nación, 6 de mayo de 1947). Los programas continuaron en junio; el jueves 5 de ese mes el senador por el Cusco Rafael Aguilar habló por Victoria, en cadena con Callao, sobre el panorama político de su departamento. En el programa El Ateneo Político, transmitido en cadena a las 21.30 (horario estelar), martes y miércoles, por la cadena Lima-Miraflores-Selecta, se respondía a preguntas del público sobre la Alianza Nacional, con premios de diez soles a las mejores preguntas. El programa se desarrollaba en el auditorio de Radio Lima, y algunas de las preguntas eran:

1) ¿Hay civilistas en la Alianza Nacional?, 2) ¿Existen en la Alianza Nacional sectores contrarios a los Estados Unidos?, 3) ¿Admite la Alianza Nacional afiliaciones individuales o es preciso previamente ingresar a uno de los partidos políticos que la conforman?, 4) ¿La Alianza Nacional tiene el propósito de ser un organismo duradero en el país o se disolverá cuando pase esta crisis?, 5) ¿Cree la Alianza que el Perú tiene necesidad del capital extranjero y cuál es su posisición frente a él? (La Nación, 17 de junio de 1947). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 245

Las preguntas podían ser enviadas por carta o por teléfono, o formuladas directamente en el auditorio de Radio Lima los jueves en la tarde. La Alianza Nacional lanzó desde el 3 de julio un nuevo programa, de 13.00 a 13.30 horas, también en Radio Lima; se llamaba Nuestra voz y era dirigido por Nina Flores. Algunos de los temas tratados y los espacios estables eran: “Nuestra palabra frente a los problemas nacionales”, “El Partido Aprista y los problemas económicos del Perú”, “Oiga usted…”, “Máximas educativas”, “Diálogos de Juanacha y doña Luchita” (comentario festivo de la situación política actual), “El Frente Nacional de Mujeres en la Alianza Nacional, frente al país” (La Nación, 10 de julio de 1947).

3.1.4 El Partido Comunista en la radio El Partido Comunista y el Bloque Antifascista organizaron el 7 de noviembre de 1945 un homenaje a la Unión Soviética en el auditorio de la emisora del Estado. Participaron la Orquesta Sinfónica Nacional y distinguidas personalidades. El motivo era el aniversario de la revolución rusa y “el inminente establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales entre nuestro país y la Unión Soviética”. Hicieron uso de la palabra el senador Francisco Tamayo; María Luisa Oquendo, dirigente de Acción Femenina Peruana; Leonidas Klinge, a nombre del Bloque Antifascista; Jorge del Prado, a nombre del Partido Comunista; y Jorge Basadre, director de la Biblioteca Nacional, quien dijo que en el Perú el dilema no era entre comunismo y democracia sino entre autarquía y democracia. La Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el vienés Theo Buchwald, tocó por primera vez en nuestro país el himno de la Unión Soviética (Jornada, 8 de noviembre de 1945).

3.1.5 Bustamante y Rivero en la radio El 3 de noviembre de 1945, Bustamante dio un mensaje por Radio Nacional exponiendo sus experiencias en los tres primeros meses de gobierno. Destacó el clima democrático que permitía circular libremente por las calles a vencedores y vencidos en el proceso electoral. El periódico derechista El Heraldo (partidario de la UR) le reprochó no haber consolidado en ese tiempo un clima de seguridad, el que se veía constantemente amenazado por el Apra (El Heraldo, 30 de marzo de 1946). El 5 de diciembre, Bustamante empleó los micrófonos de Radio Nacional para pronunciarse sobre los escándalos producidos a raíz de la Ley de Imprenta. La ley buscaba limitar el poder de los grandes medios de prensa, obligándolos a publicar la nómina de sus accionistas, y reconocía el dere- 246 EMILIO BUSTAMANTE

cho a denunciarlos ante la Corte Suprema cuando incurrieran en calumnias o atentados contra el orden constitucional. La derecha consideró que se trataba de una “ley mordaza” creada por el Apra. El Frente Universitario de Reforma, apoyado por los diarios conservadores, convocó a un mitin con- tra la ley; el Apra envió numerosos contramanifestantes para disolverlo, generándose la muerte de una persona. El ex primer ministro del FDN, Rafael Belaunde, hizo luego unas polémicas declaraciones según las cuales “las ideas se combaten con ideas, y las masas se combaten con masas”. Bustamante, en su mensaje radial, lamentó que un debate doctrinario se hubiese convertido en un enfrentamiento violento. Ratificó, sin embargo, la importancia del Apra dentro del FDN, y sostuvo que las discrepancias entre los poderes del Estado siempre eran subsanables y que no constituían peli- gro para el régimen; añadió que “toda tendenciosa campaña destinada a divorciar las fuerzas que se aunaron triunfalmente el 10 de junio, no conseguirá su propósito” (Jornada, 7 de diciembre de 1945). El martes 30 de abril de 1946, Bustamante se dirigió al país por las ondas de Radio Nacional, cumpliendo con ello “su propósito no hace mucho expresado de dirigir periódicamente estas pláticas a la ciudadanía, que serán recibidas con singular agrado” (Jornada, 30 de abril de 1946). Lo hizo “convencido de la necesidad de un contacto directo entre el pueblo y el gobernante” y para mantener al país “exactamente informado de las orien- taciones políticas y de la acción administrativa del Estado”. Aludiendo al Apra, recordó que el gobierno “no es el predominio de un partido o la imposición desde arriba sino la concreción de los esfuerzos de todos los sectores nacionales en busca del bien colectivo” y lamentó que las actividades partidarias hubieran ido asumiendo grave peligrosidad, provocando hechos violentos que él condenaba. Prometió que el gobierno adoptaría medidas para que ese clima violento no prosperase, pero reclamaba la colaboración de los partidos y la prensa (Jornada, 1 de mayo de 1946). El discurso fue celebrado por El Heraldo, que dirigiéndose a los dirigentes apristas comentó: “Ahora están enterados, compañeros, de que el Gobierno no es el partido, y mucho menos es el partido totalitario, con tendencias piromaníacas y cleptómanas de Uds. Y desde luego saben que el Presidente Bustamante es el Presidente del Perú, y no el juguete del Apra” (El Heraldo, 11 de mayo de 1946). El discurso de Bustamante fue respondido, sin embargo, desde el propio FDN, también por radio. Rafael Belaunde empleó los micrófonos de Radio Central el 9 de junio para defender al Apra como primera fuerza del Frente. El expremier dijo, entre otras cosas, que el Partido del Pueblo tenía “innega- bles títulos y derechos como creador del régimen”, recordando que el Frente CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 247

Democrático Nacional “fue un instrumento creado para aprovechar del cuan- tioso, del decisivo electorado, del Partido del Pueblo, a favor de un candida- to, que extraño a sus filas, presidiese un régimen de reconciliación nacional”. Por ello, según Belaunde, resultaba absurdo esgrimir el nombre del FDN contra “el mayor de sus componentes”. Tras citar palabras de Franklin D. Roosevelt sobre lo que debe ser un presidente, afirmaba: “Es anacrónico el carácter hierático y ritualista del gobierno. Lo envuelve en una atmósfera glacial que lo aísla y deja a merced de la influencia íntima, irresponsable, apasionada e indocta” (La Tribuna, 10 de junio de 1946). El Heraldo comentó violentamente el mensaje de Rafael Belaunde. Sostuvo que el Apra había utilizado “el despecho de un cadáver político” (El Heraldo, 16 de junio de 1946), aludiendo a que Belaunde fue uno de los personajes que se voceó como candidato del Frente a la presidencia de la República, antes de que se designara a Bustamante. La Tribuna, por el contrario, consideró que el discurso de Belaunde era “un auténtico llamado a la unidad y el fortalecimiento de la fe democrática” (La Tribuna, 9 de junio de 1946). La presencia radial de Bustamante se incrementaría en los siguientes meses. El diario Jornada, que lo respaldaba absolutamente, inició transmisiones diarias a partir del 22 de julio de 1946, a las 14.00 horas, en Radio Libertad. Después del asesinato de Graña en enero de 1947, Bustamante —como ya se ha señalado— retiró a los ministros apristas y nombró un nuevo gabinete, compuesto en su mayoría por militares. Tuvo, sin embargo, que enfrentar el descontento de la población (a causa de la crisis económica), a la agitación aprista y a la elite agroexportadora liderada por Beltrán, dis- gustada por el reconocimiento de los sindicatos16 y con el alza de los impuestos a las exportaciones decretada por el gobierno, que afectaba sus ganancias en momentos en que el precio mundial del azúcar se elevaba (Klarén 2005: 362). El 12 de abril de 1947, a las 21.30 horas, Bustamante se dirigió al país por Radio Nacional en cadena con todas las emisoras privadas. Su discurso tendría, como otros en su corto régimen, un carácter dramático.

16 Carlos Contreras y Marcos Cueto señalan: “Sólo entre 1945 y 1947 se reconoció a 264 sindicatos, una cifra que significaba el doble de todos los que se habían reconocido en el anterior régimen. Todo ello iba alimentando la preocupación de la oligarquía, que había estado acostumbrada a tratar a los trabajadores y al pueblo en general, con métodos que combinaban el paternalismo y la coerción, para fomentar la docilidad y la dependencia” (Contreras y Cueto 1999: 228). 248 EMILIO BUSTAMANTE

El Presidente reconoció que desde hacía algunos meses se debatía el país “en un estado de exacerbada agitación política” y “continua inquietud social” que amenazaba “socavar las bases del orden y la convivencia nacionales y, como consecuencia, la firmeza de las instituciones del Estado”. Decía que eran tres las causas fundamentales de ello:

[…] el afán de partidos y grupos antagónicos por alcanzar un predominio poco sagaz y aun excluyente en la orientación del país; la sensación de temor e inseguridad producida por hechos, amenazas o actitudes que han conmovido a la opinión pública; y la confusión de ideas debido a una propaganda tendenciosa y malsana acerca de las intenciones y de la conducta del Gobierno frente a la realidad política de la hora.

Lamentaba que la juventud escolar estuviera siendo “organizada en milicias políticas sectarias”, los ataques irresponsables de una prensa que alimentaba el encono, el partidarismo en los sindicatos y la infiltración de las Fuerzas Armadas. En una parte del discurso, trazaba un panorama realmente sombrío:

Van transcurridos veinte meses sin que el Gobierno pueda dedicarse adecuadamente al desarrollo de su programa administrativo y a la atención de necesidades fundamentales de orden general y local, debido a la diaria angustia del problema político que absorbe estérilmente su tiempo y sus energías. Se relajan los resortes de la unidad nacional, que es garantía de vida y de fuerza para el Estado, y créase un estado de espíritu colectivo en que campean la agresividad y el rencor que conducen a grandes pasos a la guerra civil. Decrecen alarmantemente los índices del trabajo y de la producción, con peligro inminente de que el país se vea arastrado a la impotencia económica y a la miseria. Y en el exterior, comenzamos a dar un espectáculo de inestabilidad y confusión (La Tribuna, 14 de abril de 1947).

Advertía, sin embargo, que su gobierno pondría atajo a esa situación fuera por el convencimiento o por el imperio de la autoridad, pues al querer gobernar con la ley, no renunciaba a la fuerza de esta. Recordaba que el régimen que presidía había nacido de un movimiento cívico que se forjó con la idea básica de restaurar íntegramente la institucionalidad, y que por tanto tenía un sentido “nacional y no partidista”, no gozando ninguno de los integrantes de la coalición el derecho a llamar “suyo” al gobierno. Aclaraba que quienquiera que se apartase de la línea política trazada entonces, estaba “fuera del pacto” y merecía su desaprobación. Luego hacía precisiones sobre las investigaciones judiciales en torno al asesina- to de Francisco Graña Garland, aclarando que el Ejecutivo no estaba empantanando las pesquisas como afirmaba cierta prensa opositora. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 249

Admitía que el país se encontraba en una grave crisis económica al haber bajado la producción de azúcar y disminuido los precios internacionales del cobre y el petróleo, y que uno de los problemas más serios del país era la escasez de divisas. Anunciaba nuevas medidas de política laboral y económica, insistía en que antiguas y recientes experiencias demostraban cuan fatales eran para un pueblo las luchas intestinas, como en las que se hallaban los hombres del Perú en ese momento, advertía a los ciudadanos que “el goce de sus garantías depende de su propia conducta”, y culminaba:

No tienen mis palabras el sentido de una amenaza. Son, más bien, un requerimiento a la hombría de bien de mis conciudadanos y, en particular, de los dirigentes políticos de todos los grupos, para que, con la mirada puesta en la Patria, enmienden los errores cometidos, aplaquen sus pasiones y hagan supremo objetivo de sus actos la grandeza del país. De la acogida que se preste a este llamado depende, acaso, nuestra suerte (La Tribuna, 14 de abril de 1947).

El diario aprista La Tribuna reaccionó ante el mensaje recordando el deseo inicial del Presidente de querer “gobernar con todos”, inclusive con sus enemigos, y afirmando que, en realidad, había sido el Apra, “única y exclusivamente”, la fuerza que había colaborado, prestigiado y defendido al régimen. Sin embargo, observaba, parecía que el Presidente ahora ya no quería gobernar con todos, “ni con nadie, sino solo” (La Tribuna, 16 de abril de 1947). Haya de la Torre, por su parte, subrayaba que lo dicho por el Presidente ratificaba que, desde la salida de los ministros apristas del gabinete, el Partido del Pueblo no tenía responsabilidad alguna en los actos de gobierno (La Tribuna, 14 de abril de 1947). Para el urrista El Heraldo, las declaraciones de Haya eran cínicas, y advertía que las comunicaciones del país se hallaban en manos de un “proaprista”, Fernando Braschi, quien había sido nombrado director de Radio y Telecomunicaciones. El Heraldo recordaba que el ingeniero Braschi había sido el técnico que instaló los servicios de la clandestina Radio Indoamérica durante la proscripción del Apra en períodos anteriores (El Heraldo, 27 de abril de 1947). El 28 de julio de 1947, Bustamante dio un nuevo discurso en el que resaltaba la necesidad del régimen de defenderse a través de los medios de comunicación. Desde el 4 de agosto Radio Nacional emitió, a las 13.30 y a las 18.30 horas, un periódico oral “con la opinión del gobierno sobre diversos asuntos de interés público”, supliendo así “su falta de órganos periodísticos propios” (La Nación, 5 de agosto de 1947). 250 EMILIO BUSTAMANTE

En diciembre de 1947, Bustamante volvió a emplear Radio Nacional para tocar el tema de su gestión como mediador a fin de lograr el funcio- namiento del Parlamento.

3.1.6 La radio y el golpe militar de 1948 A inicios de febrero de 1948, luego de decretar la eliminación de los subsidios, el Ejecutivo enfrentó la activa oposición del Apra, que además lo acusaba de haber usurpado las funciones legislativas (el Congreso permanecía cerrado). Algunas fuentes señalan que el Partido Aprista cons- piraba ya contra el régimen (Portocarrero 1983: 175). El 4 de febrero, Bustamante, que siempre lamentó no contar con medios de comunicación eficaces para defender a su gobierno, firmó una resolución suprema con la intención de tener una mayor presencia de la que hasta entonces gozaba en la radio. La resolución establecía la obligatoriedad de todas las radiodifusoras de difundir gratuitamente los comunicados oficiales. Citaba la Ley 8807 del 26 de enero de 1939, que establecía tal obligatoriedad para los diarios, y la hacía extensiva a las estaciones de radiodifusión en cuanto “constituyen también medios de publicidad, que tienen por objeto transmitir noticias de interés general”. Se incluían como de emisión forzosa las audiciones gubernamentales de La Voz del Perú, y se disponía que los concejos municipales que tuvieran radiorreceptores se hallaran también obligados a sintonizar las transmisiones que contuvieran las noticias oficiales. La firmaban Bustamante y su ministro de Gobierno, Manuel Odría (La Prensa, 6 de febrero de 1948). La noche del 28 de febrero de 1948, Bustamante volvió a dirigirse al país por Radio Nacional en cadena con las emisoras privadas. Denunció que el Partido Aprista había “violado la línea democrática, pretendiendo someter al país a su férula unilateral y exclusiva”, buscando “implantar un partido único de organización vertical”. Dijo que los apristas estaban creando un “poder clandestino”, y defendió la conformación de un gabinete íntegramente militar (La Prensa, 1 de marzo de 1948). El diario Jornada comentó que el discurso dejaba en claro que “con el APRA no se puede compartir el honor ni la responsabilidad del Gobierno”, y entonces “no queda más remedio que dejar al APRA a un lado y continuar la tarea a través de cualquier dificultad que se presente en el camino” (Jornada, 3 de marzo de 1948). Uno días después se declaró a Radio Nacional en reorganización y se le dio la dirección a Daniel Camino Brent, ex gerente de La Prensa, director CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 251

de El Peruano y director de Informaciones del Ministerio de Gobierno. El director musical de la emisora, Luis Pacheco de Céspedes, fue despedido. En adelante, se intensificaría la propaganda a favor del gobierno por ese medio y tendría particular importancia el espacio La Voz del Perú. Los editoriales del programa radial del gobierno, La Voz del Perú, evidencian la situación confrontacional que se vivía entonces entre el Ejecutivo y el Apra. En el editorial del 3 abril de 1948 se insiste en la presunta intención del Apra de crear un poder clandestino:

El Apra, con una mayoría en la Cámara de Diputados, quiso controlar los organismos de Gobierno y ser más fuerte que el Gobierno mismo, revelando una manifiesta vocación totalitaria […]. Es un hecho indiscutible que se multiplicó en cierta época el ingreso de funcionarios y empleados de filiación aprista en dichos organismos y que estos empleados y funcionarios introdujeron en las oficinas del Estado la militancia política, cumpliendo dentro de ellas las órdenes de su partido… Semejante procedimiento de constituir un Estado dentro de otro Estado fue siempre la característica de los partidos totalitarios […]. El Partido Aprista, que rechazó las carteras que se le ofrecieron en los primeros gabinetes, no tuvo escrúpulos en precipitar una detrás de otra, las crisis ministeriales, censurando a ministros que apenas habían tenido tiempo de ocuparse de sus carteras. Cuando, como corolario de su propia presión, el Partido Aprista se vio obligado a aceptar la responsabilidad de sus acerbas críticas y tres de sus miembros hubieron de asumir las carteras contra las que particularmente se habían ensañado, la actitud del partido dentro del Gobierno fue la que hemos dejado anotada […]. Y para exponer, finalmente, un caso para el que no hay disculpa alguna, el Partido del Pueblo trató también de infiltrarse en el Ejército, primero mediante leyes demagógicas, luego, desarrollando una activa campaña subversiva entre la tropa, a la que se incitaba a la insurrección […]. También quiso imperar el partido sobre la voluntad y el criterio de la ciudadanía que no militaba en sus filas, utilizando para ello la amenaza y la violencia […]. El símbolo de la horca fue paseado públicamente y en discursos demagógicos se incitó a colgar a los adversarios de los postes del alumbrado. La cachiporra fue la respuesta del partido a los que pretendieron expresar colectivamente su disconformidad con él (El Comercio, 4 de abril de 1948).

El 7 de abril de 1948, La Voz del Perú la emprendió contra la Federación de Estudiantes del Perú, controlada por el Partido del Pueblo (El Comercio, 8 de abril de 1948), el 8 de abril acusó al Partido Aprista de atentar contra el prestigio internacional del país (El Comercio, 9 de abril de 1948), el 9 de abril se pronunció contra el comunismo internacional (El Comercio, 10 de abril de 1948), y el 13 de abril respondió al diario El Callao, que había 252 EMILIO BUSTAMANTE

expresado su disconformidad con el “tono polémico de determinadas publicaciones oficiales”:

[…] una cosa es garantizar a todos por igual el servicio de sus derechos, norma fundamental en todo régimen democrático, y otra, muy distinta, es que el Gobierno se resigne a recibir los diarios e infundados ataques que desde todos los medios le lanzan constantemente sectores de oposición […]. ¿Es que acaso se pretende exigir al Gobierno neutralidad cuando es atacado? ¿O se pretende, en cambio, que frente a cada acusación inexacta y tendenciosa, el Gobierno conteste con un Comunicado Oficial? La magnitud y persistencia de los ataques contra el Gobierno, lanzados especialmente por el sector aprista que utiliza todas las tribunas y medios de difusión a su alcance, obliga al Ejecutivo a contrarrestar esta campaña con medios adecuados (El Comercio, 14 de abril de 1948).

El 29 de junio, Bustamante se dirigió una vez más a los ciudadanos y anunció la conformación de un partido propio, el Movimiento Popular Democrático, “fuerza de contención y equilibrio que modere las limitaciones y egoísmos de los partidos extremistas, así de la derecha como de la izquierda” (Portocarrero 1983: 181). Al día siguiente, el diario Jornada destacó que los editoriales de La Prensa y La Tribuna coincidían “una vez más en enfrentarse al Gobierno”; y publicó el comentario que hiciera la noche anterior Roberto Cruzalegui en Radio Central, que reconocía en el mensaje del mandatario “una enorme dosis de sinceridad” y añadía que el presidente era “el ciudadano más indefenso de una República ante el ataque de sus enemigos” (Jornada, 1 de julio de 1948). El 7 de julio, La Voz del Perú informó que había sido debelado un levantamiento en Juliaca encabezado por el comandante Alfonso Llosa, quien se había refugiado en Bolivia (1948 Semanario Peruano 20, 12 de julio de 1948). Luego de la insurrección y el fallido golpe de Estado del 3 de octubre, el Ministerio de Gobierno dispuso el cierre y la ocupación de los diarios La Tribuna y El Callao, así como de Radio Alegría (La Crónica, 4 de octubre de 1948). El 18 de octubre, una resolución suprema, amparándose en el Reglamento Especial de Radiocomunicaciones y la Ley 8807, recordaba la norma del 4 de febrero para que las emisoras de todo el país transmitiesen en cadena a las 22.00 horas las informaciones oficiales y La Voz del Perú. La Dirección General de Correos y Telelecomunicaciones quedaba encargada de hacer cumplir la resolución, que firmaban Bustamante y su nuevo ministro de Gobierno y Policía, Julio César Villegas (La Crónica, 22 de octubre de 1948). El golpe de Estado del 27 de octubre encabezado por el general Odría tuvo como epicentro Arequipa (tierra natal de Bustamante). Odría se dirigió CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 253

desde allí al país a través de las ondas de Radio Continental de esa ciudad. Relataba el diario La Crónica:

Uno de los vehiculos de información con que se contaba fue la estación de Radio Continental de Arequipa, la cual desde que estalló la revolucion, comenzó a radiar diversos informes, entre ellos el volumen que había adquirido el pronunciamiento, y que estaban en contradicción con las noticias emanadas de fuente oficial. Siendo las 10.40 de la mañana, el locutor de la emisora arequipeña anunció que el general Manuel Odría daría en breve a conocer al país un programa puntualizando el carácter del levantamiento, sus motivos, así como la determinación de poner fin al régimen del doctor Bustamante. A las 10.50, el mismo locutor anunció que el general Odría ingresaba a los estudios de Radio Continental, acompañado de otros jefes del ejército. En ese momento, escuchose aplausos y vivas al jefe de la revolución. A las 10.55 en punto, escuchose la voz del general Odría, quien dio lectura a una proclama manifestando que las instituciones armadas de la República habían resuelto constituir un gobierno provisorio para restaurar la constitucionalidad democrática y que mantendrían los compromisos internacionales de acuerdo con el pacto suscrito en la ciudad de Bogotá (La Crónica, 30 de octubre de 1948).

Mientras tanto, en la capital, Radio Nacional, que según La Prensa transmitía directamente desde Palacio de Gobierno, llamaba a la defensa del gobierno de Bustamante (La Prensa, 3 de noviembre de 1948). Esa convocatoria no tuvo eco en las emisoras privadas. El semanario 1949 recordó meses después que las tres emisoras privadas arequipeñas habían apoyado el golpe, lo mismo que Radio América y Radio Lima, y que esta última “habría desempeñado también un gran papel en la organización del movimiento revolucionario, transmitiendo consignas y directivas en clave, desde Lima, e intercaladas con sus programas acostumbrados” (1949 Semanario Peruano 1, 3 de enero de 1949). Una carta del general Odría dirigida a los propietarios de Radio Lima (los señores Aramburú Raygada), parece confirmar que la función cumplida por la emisora en la ruptura del orden constitucional fue relevante. Aquí el contenido de la carta:

Señores Directores de la Radio Lima C. Señores Directores: Me complace dirigirme a ustedes para expresarles mi patriótica felicita- ción y agradecimiento por los leales y eficientes servicios que esa emi- 254 EMILIO BUSTAMANTE

sora prestó al Movimiento Restaurador iniciado en Arequipa, a cuyo triunfo contribuyó de manera decisiva. Aprovecho esta oportunidad para reiterarles mi deferencia personal. Manuel A. Odría, Presidente de la Junta Militar de Gobierno (La Prensa, 6 de noviembre de 1948).

Los dueños de Radio Lima (Avelino, Luis, José Antonio y Raúl Aramburú Raygada) eran cuñados del asesinado exdirector de La Prensa, Francisco Graña Garland (El Comercio, 8 de enero de 1947). El 7 de noviembre de 1948, representantes de las estaciones de radio privadas tuvieron una reunión con el director del Departamento de Informaciones de la dictadura militar, José V. Faura. El objetivo, según el diario La Prensa, era “cambiar ideas sobre los distintos servicios radiales de esa dependencia y acerca de las necesidades de las estaciones de radio”. Asistieron: Alfredo Coloma (Nacional), Antonio Umbert (América), Roberto Cruzalegui (Central), Avelino Aramburú (América), José Antonio Aramburú (Lima), Nelson Arrunátegui (Mundial), Augusto Moral (Libertad), Nicanor González (América), Franklin Urteaga Cazorla (Callao), Manuel Gjurinovic (Central), Pedro Florindo (Colonial) y Alejandro Otero (Victoria). Según La Prensa, Faura “dejó constancia del respeto del Gobierno por la libertad de expresión”, y luego invitó a los presentes a que expusieran sus puntos de vista, sus necesidades y problemas, pues, dijo, “el Gobierno que preside el General Odría, está llano con las mejores intenciones a servir al país en las distintas ramas de la actividad nacional”. Expuso en seguida la organización del Departamento de Informaciones del Perú y, en nombre del nuevo régimen, agradeció la cooperación que le brindaban las radioemisoras. Finalmente, “puso énfasis en hacer presente que la única finalidad de esta conversación amigable era cambiar ideas para mejor servir a la Causa Restauradora”. En representación de las emisoras hablaron Otero, Umbert y Cruzalegui, “incidiendo sobre los problemas que gravitan sobre las radios y respecto a los informativos radiales, asuntos alrededor de los cuales los asistentes hicieron diversas atingencias” (La Prensa, 8 de noviembre de 1948).17

17 La noticia, con exactamante las mismas palabras, aparece también en La Crónica, 8 de noviembre de 1948. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 255

3.1.7 El caso de Radio Mundial El 9 de noviembre de 1948 se informó, mediante un comunicado oficial, que el régimen de Odría había iniciado un proceso contra el ex Ministro de Gobierno Julio César Villegas, por malversación de fondos y fraude en perjuicio de la República, a raíz de la compra de Radio Mundial. Según el comunicado, el gerente de Radio Nacional, Alfredo Coloma, había declarado a la policía que Villegas le había dicho meses antes que por acuerdo del Consejo de Ministros se iba a adquirir Radio Mundial para el Estado, y que se designaba a Coloma para recibir medio millón de soles con ese fin, una vez que se emitiera la resolución suprema respectiva. No obstante, Coloma debía entregar luego el dinero en efectivo a Villegas, para que este comprara personalmente la emisora. La Resolución Suprema 223, firmada por el presidente Bustamante, se emitió el 18 de agosto de 1948. Con el considerando de que debía “atenderse al mejoramiento y ampliación de los servicios de radio”, se autorizaba a la Contaduría General del Ministerio de Gobierno y Policía a que girase 500 mil soles al gerente de Radio Nacional “para que atienda a la adquisición de repuestos y a las ampliaciones conexas con los servicios de radio”. Coloma, en cumplimiento del acuerdo previo, percibió el dinero y se lo entregó a Villegas a fin de que adquiriese Radio Mundial para el Estado. Sin embargo, desde setiembre, continuaba el comunicado oficial, cir- culó entre las entidades bancarias y comerciales una hoja impresa, dando a conocer a la Compañía Radiodifusora Amauta S.A. como adqui- riente de Radio Mundial, con un capital de 500 mil soles, no figurando para nada el Estado. El Directorio de Radiodifusora Amauta lo compo- nían Héctor Ucelli (gerente comercial de la Philips Peruana S.A.), Geró- nimo Alvarado (subgerente de la Compañía Petrolera Ganso Azul), Jac- ques Deleplanque (gerente técnico de la Philips Peruana), Adolfo Meini (contador público) y Benigno Martínez de la Torre, ex jefe de pu bli ci- dad de La Tribuna y tío político del exministro Villegas, según el comu- nicado (La Prensa, 9 de noviembre de 1948; El Comercio, 9 de noviem- bre de 1948). Villegas había firmado un recibo a Coloma, el mismo que fue incluido en el expediente y publicado en los diarios, junto con el comunicado ofi- cial. El recibo, con membrete del Ministerio de Gobierno y Policía, decía:

Recibí del Gerente de Radio Nacional del Perú, señor Coloma, la suma de Quinientos mil soles oro (S/. 5000.000.00) destinados a la adquisición de Radio Mundial, conforme a Acuerdo del Consejo de Ministros. Esta suma ha sido recibida por el Gerente de Radio Nacional del Perú, con 256 EMILIO BUSTAMANTE

cargo a rendir cuenta, la que será presentada al completarse la adquisi- ción de que se trata.

Lima, 31 de agosto de 1948. Julio César Villegas Ministro de Gobierno y Policía. (El Comercio, 9 de noviembre de 1948).

Iniciado el proceso, el 18 de diciembre de 1948, se emitió el dictamen del fiscal José J. Sotelo, indicando que no había lugar a juicio oral contra Villegas. Decía el dictamen que siendo Ministro de Gobierno, Villegas había proyectado la adquisición de Radio Mundial a fin de “contrarrestar la campaña desarrollada por un partido político organizado en el país contra el Gobierno presidido por el doctor Don José Luis Bustamante y Rivero”. La iniciativa había sido sometida al conocimiento del Presidente de la República en agosto, y luego había sido aprobada en Consejo de Ministros, pues “sería provechosa a los intereses del Estado”. En virtud de ello, el Consejo de Ministros acordó abrir un crédito suplementario de 500 mil soles para radiodifusión, dictándose el 16 de agosto una resolución suprema que autorizaba al Ministerio de Gobierno la adquisición de los bienes necesarios “adoptando, sí, las debidas garantías para asegurar la propiedad del Estado en ellos”. Villegas procedió entonces a organizar la Sociedad Anónima Radiodifusora Amauta, que se constituyó por escritura pública el 11 de setiembre, con los 500 mil soles aportados por el Estado, divididos en 500 acciones de 1.000 soles cada una. La nueva empresa adquirió Radio Mundial con su instalación completa, e hizo, según el dictamen fiscal, “reparaciones y adquisiciones necesarias, usando el dinero sólo en eso”. Decía el dictamen también que se había acreditado que la sociedad anónima “no tuvo otra finalidad que mantener en reserva el verdadero objeto de la adquisición hecha por y para el Gobierno”, por lo que el directorio, compuesto por Ucelli, Alvarado, Martínez de la Torre, Meini y Deleplanque, fue solo nominal, lo que habría quedado probado cuando, después del golpe de Estado y asilado Villegas en la Embajada de Colombia, su hermano y apoderado, Rafael Villegas, depositó por orden suya, a disposición del nuevo gobierno, en la notaría de Ortiz de Zevallos, las quinientas acciones. El régimen de Odría, con previo inventario, incau- tó la radio, entregando su administración a un funcionario nombrado para el efecto, que no era otro que Luis Aramburú Raygada, uno de los dueños de Radio Lima (El Comercio, 14 de noviembre de 1948). Según el fiscal Sotelo, todo ello probaba que no había habido malver- sación ni apropiación ilícita, y que Villegas: CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 257

[…] autor del proyecto sobre ampliación del servicio oficial de radiodi- fusión, lejos de cometer con ello y con los actos practicados en su eje- cución hecho alguno lesivo, dañoso o delictuoso en agravio del Estado, se esforzó por dotar al Gobierno de un elemento de acción y defensa contra los desbordes de la campaña, que sin control ni tasa, hacía un partido político desde tiempo ha, no sólo en daño del régimen imperan- te entonces, sino, y lo que es más grave aún, en agravio de la paz, tranquilidad y concordia social y otros nobles y elevados intereses fun- damentales de la nacionalidad (El Comercio, 8 de enero de 1949).

La Corte Suprema se pronunció en el mismo sentido. El 4 de enero de 1949 resolvió que los inculpados no habían “dispuesto en provecho propio, ni de terceros, de las cantidades destinadas por Resolución Suprema a la adquisición de Radio Mundial”, que la Sociedad Anónima Radiodifusora Amauta “fue constituida para dar carácter independiente a la propaganda oficial por acuerdo unánime del Consejo de Ministros”, y que todas las acciones habían sido “oportunamente entregadas al Gobierno”. Por tanto, concluía, no había lugar a juicio oral contra Julio César Villegas, Benigno Martínez de la Torre, Héctor Ucelli Rainuso, Jacques Deleplanque Barthes, Adolfo Meini Hahn y Gerónimo Alvarado, por malversación de fondos y apropiación ilícita en agravio del Estado. Firmaban los vocales Frisancho, Fuentes Aragón y Laines Lozada (El Comercio, 5 de enero de 1949). Ni el dictamen fiscal ni la resolución de la Corte Suprema se pronunciaban sobre la legalidad o ilegalidad de haber empleado dinero del Estado en la constitución de una sociedad anónima conformada íntegramente por terceros. Tampoco reparaban en que la Resolución Suprema 223 no autorizaba la emisión del monto para la adquisición de una nueva emisora sino solo para “repuestos y ampliaciones conexas con los servicios de radio”. No obstante, liberado de culpa Villegas, quedaba claro que la radio supuestamente comprada por el régimen de Bustamante para su defensa, estaba ahora en manos del gobierno de Odría. Al comenzar el Ochenio, el Estado contaba ya con dos estaciones propias: Nacional y Mundial. Cabe mencionar que el gerente de Radio Nacional, Alfredo Coloma, conservó su puesto con el nuevo gobierno (La Prensa, 10 de diciembre de 1948).

3.1.8 Las normas de la dictadura en 1949 El 1 de julio de 1949, el gobierno del general Odría puso en vigencia el Decreto Ley 11049, Ley de Seguridad Interior de la República. Prohibía “valer- se del cine y la radio para fines de propaganda sectaria o disociadora” (artí- culo 26), y penaba como delincuentes político-sociales a quienes propagasen “verbalmente, por escrito o por cualquier otro medio, en el interior o en el 258 EMILIO BUSTAMANTE

exterior de la República, noticias o informaciones falsas o tendenciosas, des- tinadas a alterar el orden público o a dañar el prestigio y crédito del país, de sus instituciones, de sus altos funcionarios o de la Hacienda Nacional” (artí- culo 1, inciso b). Asimismo, decía que incurrían en delito contra la seguridad y la paz interna los “que inciten a destruir o inutilizar o destruyan e inutilicen, interrumpan o se apoderen, total o parcialmente, de cualquier servicio público, medio de transporte, alumbrado, agua, cables, telégrafos y radio, con el pro- pósito de subvertir, variar o substituir al Gobierno o causar intimidación” (artí- culo 3, inciso e). La tramitación de los juicios se realizaba en las Zonas Judiciales de Policía, según las disposiciones procesales del Código de Justicia Militar y culminaban con sentencias dictadas por el Consejo de Guerra. Las sanciones penales alcanzaban incluso a los menores de edad (Congreso de la República del Perú, en línea). Por Decreto Ley 11060 del 15 de julio de 1949, el Gobierno estableció la obligación de tocar el Himno Nacional al inicio de “cada espectáculo cinematográfico y teatral y al cerrarse las audiciones de las estaciones de radio”. Ese mismo día se aprobó un crédito extraordinario de 730 mil soles para Radio Nacional a fin de reemplazar y modificar la planta transmisora y los estudios (Decreto Ley 11064); el 2 de diciembre, mediante el Decreto Ley 11224 se amplió el crédito a 1.090.000 soles (Congreso de la República del Perú, en línea). Por resolución de la Dirección General de Informaciones, del 1 de junio de 1949, se estableció que todas las radiodifusoras entrasen en cadena con Radio Nacional del Perú en su transmisión de las 22.00 horas, que era cuando se emitía el Informativo Nacional del Perú (Perla 1995: 51).

3.2 La crisis económica y la radio privada

La crisis económica de 1945-1949 se dejó sentir en las emisoras, sobre todo por la disminución de anunciantes. Para resolver el problema, en un primer momento, los dueños de las emisoras optaron por transmitir música grabada en discos, y reducir el sueldo de los artistas, lo que a su vez motivó un éxodo de cantantes y actores consagrados en el medio local, que prefirieron probar suerte en el extranjero. En otro momento se buscó auspiciadores poderosos (como la International Petroleum Co., Sydney Ross y Coca Cola) que pudiesen pagar a artistas extranjeros o nacionales de primer nivel. Un editorial de la revista Radioteatro se refería en 1947 a este problema del modo siguiente: CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 259

La crisis de los programas de radio que actualmente se manifiesta por la pobreza de las audiciones, la falta de elementos artísticos de relieve, y el pago muy modesto a los elementos nacionales, parece tener como causa directa la limitación en sus gastos de publicidad de una mayoría de firmas comerciales e industriales de la plaza. Es así como el problema de la escasez de divisas y la reciente desvalorización de la moneda en relación con el dólar, influye en las actividades radiales, y explica, en cierto modo, la situación de modorra, de repetición, de discos tocados hasta el cansancio, de falta de orquestas de renombre, de comedias que se transmiten de modo rutinario a un público habituado a este género de teatro que es tan diferente del hermoso y tradicional espectáculo. La respuesta que puede obtenerse, a esta situación, como se ve, es la falta de propaganda radial. Este concepto, desde luego, es erróneo y deben comprenderlo así los comerciantes e industriales. La publicidad radial no ha perdido nada de su eficacia, sino por el contrario la ha incrementado considerablemente en los últimos tiempos, por el hecho sencillo de que escuchan las audiciones de radio, muchas más personas que las que leen periódicos, e inclusive —aunque esta clase de público no puede ser causa de mayor ventaja— una extensa población analfabeta. Según buenos informadores, los comerciantes e industriales que continúan cooperando a la subsistencia de las estaciones suelen hacerlo con el criterio de mantener su nombre en el consenso público, pues creen que esta publicidad no les reporta mayor ventaja, por cuanto la poca mercadería que obtienen es vendida casi de inmediato y con frecuencia antes de llegar a sus manos. Frente a esta situación debe establecerse un nuevo criterio sobre la utilidad y función de la radio en el Perú, y aprovechar precisamente este período crítico para cambiar métodos y enrumbar hacia otros caminos. Dar mayor relieve a la dirección artística, solicitar el concurso de entidades que podrían elevar el nivel cultural de las audiciones, obtener facilidades del Gobierno a objeto de que en determinadas horas, mal cotizadas por la publicidad exigente, caracterizada por avisos rotativos y desagradables “características y sloogans” [sic] comenzara a tener ca[b]ida una labor orientada por alguna dependencia oficial, que bien podría ser la Dirección de Educación Artística, desde una oficina en la que tomaran parte representantes de las estaciones, que establecieron algunos programas de interés realmente artístico, patrió- tico, histórico, anecdótico, literario, etc. […] Posiblemente también la dependencia u oficina que supiera organizar programas atractivos pudiera tener el concurso de muchas instituciones comerciales, deseo- sas de cooperar en un cambio de rumbo de la radio peruana (Radioteatro 6, mayo de 1947). 260 EMILIO BUSTAMANTE

En octubre de 1948, mes del golpe de Estado contra Bustamante, Radioteatro criticaba a algunos broadcasters que practicaban la competencia desleal y “engañaban” a sus anunciantes, agravando la crisis:

Ha llegado la crisis al broadcasting nacional y ha empezado a cundir el pánico entre los broadcaster porque la mayoría de ellos no son sino hombres de buena voluntad que conocen de radio tanto como nosotros de zapatería. Es así que este grave momento los encuentra completamente desprevenidos y desorganizados sin que sepan qué deben hacer hasta que pase la tormenta que parece será un poco larga. El asunto sería menos grave, si los broadcasters y sus agentes se hubieran portado seriamente con sus clientes. Pero pasa, que cuando han ido a vender algún programa, le han ofrecido al anunciante “el oro y el moro” y después no han cumplido, entonces los avisadores han comenzado a desconfiar de la radio con muchísima razón, porque cuando se paga bien por una cosa mala, hay derecho a protestar en alguna forma, y entonces los anunciadores han protestado no anunciando sus productos por la radio. Conocemos casos de broadcasters de las que se titulan mejores emisoras, que han ido donde los avisadores llevándose programas, diciéndoles que les pondrían un gran “cantante”, dos locutores, glosas, guion, etc., y después salían pasando una vulgar audición “a la antigua”, con méto- dos que hace tiempo se han desterrado en la verdadera radiodifusión. Hay más todavía, entre los broadcasters existe una competencia desleal que indica además la falta de criterio que tienen todos estos señores, salvo alguna honrosa excepción. Sabemos que una radio X ofrece un programa Z en 6,000 soles; otra ofrece el mismo programa, pero con artistas deficientes, en 2,000 y como el anunciante generalmente no se preocupa de averiguar cuál es mejor, prefiere al más barato aunque sea malo, sin darse cuenta de que se perjudica enormemente porque nadie escucha la audición. Hay también el caso de una radio de categoría que ofrece diez avisos al día en 100 soles; entonces otra radio, también de categoría, ofrece los diez avisos en treinta sin pensar que a la corta está contribuyendo a que la radiodifusión se venga abajo. A nosotros nos parece que los broadcasters deberían llegar a un acuerdo serio, respecto a lo que les hacemos ver, porque es la única manera de capear el temporal que puede hacer quebrar a la mayoría de nuestras radiodifusoras. Pero el acuerdo que aconsejamos, debe ser muy honrado, no vaya a pasar como aquella vez que acordamos tener tarifas iguales de dos cate- gorías, una para las radios grandes y otra para las chicas, y al día siguien- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 261

te, cierto broadcaster fue a una tienda de abarrotes de la avenida España y vendió un programa de música criolla de un cuarto de hora de dura- ción para trasmitirlo tres veces por semana durante un mes, en 150 soles. ¡Haga usted radio en esa forma! Señores broadcasters, pónganse de acuerdo para que hagan renacer la confianza de los anunciadores en la radio, sobre todo en esta época de crisis (Radioteatro 23, octubre de 1948).

3.3 Emisoras y cadenas

A pesar de la crisis, el número de emisoras aumentó en la capital entre 1945 y 1948. En 1945 había diez radios en Lima y Callao: América, Barranco, Callao, Central, Internacional, Lima, Miraflores, Mundial, Nacional y Victo- ria. En 1948 se contaba ya catorce: América, Central, Victoria, Nacional, Callao, Excelsior, Alegría, Miraflores, Lima, Libertad, Mundial, Colonial, San Cristóbal y Selecta. Cuatro eran las principales: Nacional, y las privadas América, Victoria y Central. Radio Nacional tenía como gerente a Alfredo Coloma. América, de pro- piedad de Anotnio Umbert y Nicanor González, tenía como gerente a González, y encabezaba una cadena nacional; en marzo de 1948, la revista Radioteatro sostenía que era, al lado de Victoria, la mejor radiodifusora nacional (Radioteatro 16, marzo de 1948). Radio Victoria era propiedad de José Eduardo Cavero, dueño también de la Fábrica de Tejidos Boston; el gerente era Alejandro Otero. Entrevistado por Radioteatro en 1949, Cavero dijo que el mayor logro de Radio Victoria había sido la transmisión diaria de 7.00 a 00.00 horas, que incluía domingos y días festivos. Destacó la contratación de artistas internacionales que cumplieron breves temporadas en la emisora: Jorge Negrete, los Lecuona Cuban Boys, Toña La Negra, Bruno Terraza y Leo Marini; y elogió también a su elenco de cantantes y actores de radioteatro. A la pregunta de si Victoria era una sociedad anónima respondió que no lo era: “Es simplemente Radio Victoria, como una de mis actividades comerciales, y no tiene relación económica, ni sociedad con persona o entidad alguna” (Radioteatro 26, enero de 1949). Cavero había nacido el 27 de julio de 1914 en Lima. En su juventud había trabajado en el diario de debates del Congreso; fue luego constructor de carreteras y empresario textil. Es recordado por el locutor Juan Felipe Montoya como “un hombre menudito al que no le importaba su apariencia exterior. Venía el príncipe de Gales y él salía en mameluco secándose con waipe la cara […]. Era malgeniado, pero también gracioso, muy simpático” (entrevista con Juan Felipe Montoya, 5 de junio del 2007). En 1946, Cavero 262 EMILIO BUSTAMANTE

inauguró otra emisora de su propiedad: Radio Selecta; funcionaba en el mismo local de Radio Victoria y emitía música clásica. En Radio Central la gerencia general la ejercía Genaro Delgado Brandt y el director administrativo era Manuel Gjurinovic. Al igual que América y Victoria daba señales de iniciar una cadena propia. Así, el 8 de diciembre de 1945 salió al aire Radio Libertad, de Juan Pablo Goicochea (Alegría 1993: 105), quien seguía siendo propietario de Central. La nueva emisora anunció “su gran disposición para apoyar la intensificación del Panamericanismo” (La Crónica, edición de la tarde, 10 de diciembre de 1945); funcionaba en el mismo local que Radio Central. Ya entonces operaba también Radio Central de Huacho, inaugurada en 1944. Mientras América, Central y Victoria crecían, la otrora poderosa Radio Lima sobrevivía modestamente, aunque en 1946 estrenó estudios en la avenida Uruguay 355, bajo el lema “El arte en el espacio”. Por su parte, Radio Mundial, de Tomás Ronald, había perdido a varias de sus estrellas, pero buscaba recuperarse contratando al reconocido animador Nelson Arrunátegui como subgerente. En 1948, sin embargo, la emisora sería objeto de una extraña venta al Estado, que ya se ha comentado. La derrota de las fuerzas del Eje en la Segunda Guerra Mundial precipi- tó probablemente la desaparición de Radio Internacional, que ya durante 1945 daba señales de decadencia. El diario La Crónica, su gran opositor, festejaba en abril que cada programa de la emisora comenzaba con un disco de característica “melancólico e interminable” (La Crónica, edición de la tarde, 12 de abril de 1945). Internacional fue comprada ese año por Juan Sedó, ex locutor deportivo de Radio Nacional, y por entonces empleado de La Crónica.18 Nacería así Radio Colonial. La cercanía entre la nueva emisora y el diario no pasó inadvertida, la revista Radioteatro comentaba al respecto: “Qué sintomática y sugerente resulta la circunstancia de que en la Sección Radial del vespertino de ‘La Crónica’, cuyo jefe es al mismo tiempo gerente de Radio Colonial, sólo se haga comentarios y se dé infor- maciones de esta emisora, con la casi exclusión de las otras estaciones locales” (Radioteatro 5, abril de 1947). Es pertinente anticipar que Radio Colonial se convertiría en 1952 en Radio La Crónica, propiedad del grupo Prado.

18 Desde agosto de 1942 La Crónica pertenecía a la familia Prado (Gargurevich 1987: 95). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 263

El 8 de junio de 1946 empezó a transmitir Radio Alegría (OAX4D) en 970 kilociclos. Tenía estudios en Castilla 345, Magdalena Nueva, y oficinas en el Edificio Minería 202. El presidente del directorio era Alfonso Rouillón, antiguo radioaficionado, quien se hallaba vinculado a la productora cinematográfica Huascarán en el oficio de sonidista (Radioteatro 3, febrero de 1947; Bedoya 2009: 90); esa era quizá la razón por la cual la nueva emisora se llamaba a sí misma “La voz del cine”. Producciones Huascarán Ltda. había sido fundada por el fotógrafo Manuel Trullen pocos años antes. En 1944 había estrenado el filme Penas de amor en sociedad con Jorge Carcovich, exdueño de Radio Lima; y en 1945, un nuevo largomentraje, A río revuelto, también en coproducción, otra vez con Carcovich, y con el otro expropietario de Radio Lima, José Bolívar. En las fichas técnicas de ambas películas aparece Alfonso Rouillón como sonidista (Bedoya 1997: 143-149). El primer director artístico de Radio Alegría fue el locutor y actor César Augusto Negreiros; luego reemplazado por el periodista Leonidas Yerovi, quien hizo muy popular allí su programa Yo soy el pueblo. Durante el gobierno de Bustamante, la emisora apoyó al Partido Aprista. Después del golpe de Estado de Odría, fue clausurada por la dictadura. Una radio pequeña de entonces era Radio Barranco (OAX4M), “La voz del Pacífico”, en los 1300 kilociclos, propiedad de Hernán Miranda Nieto y Federico Pendavis (Alegría 1993: 106). Apareció en 1945. Tuvo por breve tiempo un cuadro de radioteatro encabezado por Enrique Victoria y Rosa María Quiroz, irradiaba programas en vivo y música grabada, y recibió algunos elogios de la prensa por su “esfuerzo para presentar un programa fuerte y colocarse entre las manifestaciones preferenciales para el público y para el anunciador” (La Crónica, edición de la tarde, 11 de diciembre de 1945). En 1947, Radio Barranco salió del dial, y fue reemplazado por Radio Armonía, que no logró concitar la atención de los oyentes. La revista Radioteatro comentaba, al comenzar 1948, que en el poco tiempo que tenía la estación había “demostrado falta de entusiasmo y tino”, y agregaba: “Es la emisora que ha ocupado el plano más bajo en 1947” (Radioteatro 15, febrero de 1948). En octubre de 1948, Armonía fue sustituida por Radio Atalaya, con local en la calle Washington; tenía como gerente a Carlos Cárdenas, y como principales animadores a Alberto Mecklenburg, Raúl Goyburu y Carlos Curonisy. En 1949, Atalaya contrató como director artís- tico al eficiente Juan Silva, que la convertirá en una emisora atractiva al iniciarse la década siguiente (Radioteatro 29, abril de 1949). Radio Excelsior (OAX4Y), en los 1360 kilociclos, salió al aire a comien- zos de 1948; era propiedad del ingeniero Humberto Mirenghi (Alegría 1993: 264 EMILIO BUSTAMANTE

106). El 25 de mayo de 1949 inauguró un audiotorio, con asistencia del director general de Informaciones, José V. Faura. Hablaron Mirenghi, Faura y el director artístico de la emisora, Alejandro Sánchez. Paradójicamente, Faura, funcionario de una dictadura, dijo en su discurso que la radio “es no sólo un vehículo de arte sino también una voz de apoyo a la libertad” (Radioteatro 30, mayo de 1949). A fines de 1948 apareció Radio San Cristóbal, propiedad de Emisoras Nor- Oriente. El presidente del directorio era el comandante Juan Dongo Montoya; el gerente, Francisco Crespo. En su inauguración anunció como estrellas de la emisora al cantante lírico trujillano Fortunato de Orbegoso, la recitadora Socorro Cáceres (quien tendrá un cuadro radioteatral) y el locutor deportivo Guillermo Martínez. Ofreció, además, que daría “a conocer valores ignorados, especialmente provincianos” (Radioteatro 26, enero de 1949). En 1946 se inauguraron Radio Municipal de Barranca (La Crónica, edición de la tarde, 31 de julio de 1946), y Radio Azul (OBX-4B, onda corta), “La voz andina del Perú”, de Cerro de Pasco, propiedad de la Empresa Radiodifusora Cerro de Pasco, que transmitía música andina y noticias del Reporter Esso (Radioteatro 2, enero de 1947). El 30 de octubre de 1948 se inauguró Radio Rural en Cusco, propiedad de Raúl Montesinos Espejo; más tarde cambiaría de nombre por el de Radio Tawantinsuyo y, según Oyarce Cruz, se caracterizaría por propalar música folclórica como alternativa a la música clásica que emitía su competidora Radio Cuzco (Oyarce 2007: 97).

3.4 La agremiación de broadcasters

El 26 de junio de 1946, el gobierno de Bustamante nombró, por resolución ministerial, una comisión que debía formular un proyecto de Reglamento Especial de Radiocomunicaciones. El reglamento fue aprobado por decreto supremo del 7 de enero de 1947; constaba de once capítulos y reemplazaba al de 1937. A las pocas semanas de nombrada la comisión que debía elaborar el proyecto de reglamento, en julio de 1946, se constituyó la Asociación Nacional de Radioemisoras del Perú (Anrap), que agrupaba a propietarios de las radios locales. Dice Alonso Alegría:

Puede ser que esta agremiación sea una respuesta a la iniciativa del gobierno de reglamentar la actividad de la radiodifusión comercial. Pero también puede estar acogiendo una iniciativa internacional que lanza el broasdcaster uruguayo Lorenzo Balerio Sicco: también ese año se cons- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 265

tituye la Asociación Interamericana de Radiodifusión (AIR). A la primera asamblea, realizada en México, asiste Tomás Ronald representando a la Anrap (Alegría 1993: 107).

En efecto, la agremiación de los broadcasters peruanos (que ya había conocido un fracaso previo) podía entenderse como una medida moti- vada por el instinto de defensa empresarial contra una tendencia del gobierno peruano que se entendía controlista, pero al mismo tiempo integraba un movimiento mayor de propietarios de emisoras latinoame- ricanas que buscaban unirse ante el eventual ascenso de regímenes dic- tatoriales o populistas en la región que podían atentar contra sus dere- chos adquiridos.19 Otro motivo de la agremiación (nacional e internacional) de broadcas- ters era prepararse para la adjudicación de frecuencias para la televisión, el nuevo medio que aparecería en la década siguiente. La primera junta directiva de la Anrap la presidió Tomás Ronald (Radio Mundial), y la integraban Antonio Umbert (Radio América), José Antonio Aramburú (Radio Lima), Hernán Miranda Nieto (Radio Barranco) y Ricardo Palma (Radio Miraflores). El sábado 13 de julio de 1946 tuvo lugar una cena de los propietarios de las emisoras en el restaurante La Cabaña. A las 22.30, Radio Victoria trasladó sus micrófonos hasta allí, y en cadena con veintidós emisoras (incluida la radio estatal), hizo la presentación de la asociación al público oyente. La cadena recibió el nombre de Emisoras Unidas, pero la transmisión no fue exitosa, pues según La Crónica, “se interrumpió por desperfectos técnicos, escuchándose solo parte del discurso del secretario” (La Crónica, edición de la tarde, 15 de julio de 1946). Entre el 24 y el 30 de agosto del mismo año, se llevó a cabo en el hotel Bolívar la Primera Convención Nacional de Radio, con asistencia de repre- sentantes de todas las emisoras comerciales del país. Participaron: Lima,

19 No hay que olvidar que Juan Domingo Perón había llegado poco antes (en 1946) al gobierno en Argentina, y los temores parecían fundados. Debe anotarse, de todos modos, que poco pudo hacer la AIR para evitar el copamiento de la radio por el peronismo, pues como recuerda Ulanovsky: “el gobierno de Perón se hizo cargo de todas las emisoras del país, salvo una, LV8 Radio San Juan, perteneciente a la familia de bodegueros Graffigna, que probablemente por sus vinculaciones con la Iglesia pudo resistir la medida” (Ulanovsky et al. 2004: 185). Perón incluso compró la cadena de Radio Belgrano al poderoso broadcaster Jaime Yankelevich, y la convirtió en un instrumento de propaganda de su gobierno. 266 EMILIO BUSTAMANTE

América, Central, Mundial, Colonial, Victoria, Libertad, Miraflores, Barranco, Callao, Alegría, Continental (Arequipa), Arequipa, Landa (Arequipa), Trujillo, Delcar (Chiclayo), Piura, Universal (Ica), Huancayo, Cusco, Azul (Cerro de Pasco), Chincha y Central de Huacho. El presidente de la Convención fue Tomás Ronald, y secretario general fue nombrado Juan Sedó. Asistió a la ceremonia de inauguración Mario Alzamora Valdez en representación del Ministerio de Gobierno. El evento se transmisitó en cadena radial para todo el país. Ronald dijo en su discurso que la Convención no se limitaría a reafirmar la cohesión de los broadcasters, sino que abordaría “aspectos inmediatos y objetivos de la actividad radial, de nuestras responsabilidades y de nuestros intereses”. Añadía que la Convención debía “trazar las grandes orientaciones de una obra que mejore el standard económico de las empresas de radiodifusión y las capacite para una tarea cultural de proporciones”. Pasó a hablar luego de lo que llamó “nuestras tareas inmediatas y concretas”:

Tenemos que debatir múltiples problemas radiales, entre ellos el de adoptar nuevas modalidades de trabajo, para ponerlo a tono con los propósitos del reglamento de radiodifusión que se está elaborando y se dictará dentro de poco. Vamos a estudiar el fomento de la colaboración de las radiodifusoras con las actividades de interés público. Para ello necesitamos mejoramiento interno en la técnica en los programas y organización de un intercambio cultural y artístico entre las estaciones emisoras del país. Tambien es menester que inspiremos un código de ética profesional, al que se sujetarán las personas que participan en la radiodifusión. Finalmente, nos esperan estas campañas: una tendiente a que sea mayor la importanción de radiorreceptores. Otra, tendiente a que sean dictadas disposiciones que les concedan a las empresas de radiodifusión ante el Banco Industrial del Perú las mismas atenciones que de esta institución bancaria reciben otras industrias. Eso nos permitirá ampliar posibilidades, contando, para ello, con un derecho reconocido a toda actividad industrial. Y por último, debemos durante esta Convención, coordinar las ponencias que nuestros delegados presentarán, en nombre de la radiodifusión peruana, a la Convención Interamericana de Radio, que se celebrará el 30 del próximo mes de setiembre en ciudad de México (La Prensa, 27 de agosto de 1946).

A la Convención Interamericana de Radiodifusión celebrada en México asistieron, en representación de la Anrap, su presidente Tomás Ronald y el ingeniero Alfonso Pereyra. El evento mexicano congregó a propietarios de emisoras de dieciocho países y culminó con la creación de la Asociación Interamericana de Radiodifusión (AIR), que agrupaba a la mayoría de las CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 267

empresas privadas de radio de América.20 La iniciativa de creación de AIR había sido impulsada por el broadcaster uruguayo Lorenzo Balerio Sicco, “[…] a fin de aunar ideas y esfuerzos tendientes a fortalecer la contribución de la radiodifusión privada de América a la cultura universal, a la consolidación del principio de Libertad de Pensamiento y Expresión, y a la comprensión y acercamiento de los pueblos” (Asociación Internacional de Radiodifusión, en línea). Balerio Sicco fue elegido primer presidente de la AIR en dicha convención. En 1948 la AIR convocó a su primera asamblea general, que tuvo lugar en Buenos Aires. La delegación peruana estuvo integrada por Clemente Palma (Miraflores), Juan Sedó (Colonial) y Manuel Gjurinovic (Central), quienes viajaron, según el diario La Prensa, para defender los derechos de las radios, “principalmente la libertad de expresión” (La Prensa, 28 de junio de 1948). El evento fue inaugurado por Juan Domingo Perón, quien, como ya hemos dicho, sometió durante su régimen a casi todas las emisoras privadas de su país. El uruguayo Bericco fue sucedido en la presidencia de la institución por el broadcaster cubano Goar Mestre. La Asamblea Interamericana de Radiodifusión reunida en Buenos Aires propuso el establecimiento o modificación de las leyes referentes a la radiodifusión sobre unas bases que se pueden considerar bastante radicales en su liberalismo, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de los países de América se hallaban gobernados por dictaduras militares. Se decía en esas bases que la radiofusión era de interés público, pero que no debía ser considerada un servicio público sino una actividad privada, se reclamaba para la radio los mismos derechos de expresión que para otros medios, así como la libertad de recepción para el público oyente, se pedía licencias de quince años renovables automáticamente, y se planteaban límites a la intervención del Estado en las emisoras privadas. En detalle, algunas de las bases eran las siguientes:

Base II: La radiodifusión se considera de interés público y de finalidad cultural, informativa y recreativa. Ella es una actividad privada, y libre en los límites establecidos por las leyes nacionales y las normas internacio- nales recibidas por el derecho interno de los Estados. No constituye un servicio público ni puede ser monopolizado por el Estado, ni por otras personas jurídicas de derecho público o privado.

20 Actualmente se denomina Asociación Internacional de Radiodifusión e incluye tam- bién empresas europeas. 268 EMILIO BUSTAMANTE

Base III: Las normas que protegen la libre emisión del pensamiento por otros medios de expresión rigen con igual extensión e intensidad cuando el medio empleado es la radiotelefonía. El derecho a editorializar constituye solamente una modalidad del derecho a la libre emisión del pensamiento por radiotelefonía. Base IV: Con igual extensión e intensidad que la libertad de emisión del pensamiento por medio de la radio, se garantiza la libertad de recepción de programas visuales o auditivos dirigidos al público en general. Base V: Se reconoce a todas las tendencias representativas de la opinión pública el derecho a difundir sus convicciones o propósitos por medio de la radio en igualdad de condiciones. Base VI: Las adjudicaciones de servicios se efectuarán por plazos no menores de 15 años, renovables automáticamente por igual tiempo, con indicación de la frecuencia en que ha de operar la estación. Las renovaciones no podrán ser negadas sino por las causales que una ley anterior declare bastantes para cancelar una adjudicación. La frecuencia acompaña a la adjudicación y sólo puede ser cancelada o sustituida por otra como consecuencia de convenios internacionales o cuando el interés público así lo exija. Base VII: El Estado podrá usar los servicios de radiodifusión privada exclusivamente en los casos siguientes y cuando careciera de otros medios igualmente eficaces: a) para trasmisiones limitadas de boletines oficiales, meteorológicos, relativos a la navegación marítima o aérea, o similares; b) para trasmisión de órdenes o noticias, destinadas a mantener o restablecer el orden, la seguridad o la salubridad pública amenazadas o alteradas; c) en excepcionales circunstancias en que las altas autoridades representativas del Estado deban dirigirse a la Nación para tratar importantes cuestiones de interés general o para conmemorar grandes acontecimientos nacionales. Base VIII: El contralor del Estado sobre la radiodifusión privada tiene por finalidades exclusivas: 1º Evitar o sancionar la interferencia de las trasmisiones; 2º Fiscalizar los casos de delitos cometidos por medio de la emisión del pensamiento; 3º Verificar la efectiva utilización de las frecuencias por los adjudicatarios, pudiendo cancelar las adjudicaciones en injustificado caso de no uso, de injustificada disminución del uso, o del grave o reiterado incumplimiento de las obligaciones asumidas por el adjudicatario en cuanto a la instalación o el mantenimiento de sus equipos, que resulten de normas generales aplicadas con criterio uniforme y equitativo. En todo caso, tal contralor se ejercerá por órganos de la administración civil, integrados con participación de las Asociaciones Nacionales de Radiodifusores. Base IX: La responsabilidad penal por los abusos de la libertad de emi- sión del pensamiento por radio es personal. Sólo podrá responsabilizar- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 269

se subsidiariamente al adjudicatario, cuando no se pueda establecer quién ha cometido el abuso. Su responsabilidad será solidaria cuando los autores directos actúen como simples intérpretes de materiales sumi- nistrados por la emisora. Base XI: De toda decisión administrativa que importe suspensión o clausura total o parcial de una radioemisora, o suspensión o cancelación de una adjudicación o sustitución por otra de la frecuencia en la que una radioemisora ha estado operando legítimamente, así como de toda sanción administrativa que afecta la utilización de la radio como vehículo de pensamiento libre, habrá recurso para ante órganos del Poder Judicial, con efecto suspensivo sobre la sanción, salvo en los casos en los que la aplicación inmediata de la misma sea indispensable para la preservación o para el restablecimiento del orden público. Base XII: La censura previa gubernamental sobre las trasmisiones radiotelefónicas solamente podrá establecerse en los casos graves o imprevistos de ataque exterior o de conmoción interna, o en casos semejantes de conmoción internacional definidos por normas de Derecho Internacional que hayan sido recibidas por el Derecho interno de los Estados, siempre que tales circunstancias autorizaren a adoptar igual medida respecto de los otros medios de expresión y en tanto subsistan efectivamente esas situaciones. Base XIII: Las radiodifusoras sólo podrán supervisar el texto del material a trasmitir, tratándose de programas de noticias que no se originen en agencias responsables o en cuanto sea preciso para evitar las emisiones que puedan configurar delito o atentado al orden público o a las buenas costumbres. Base XIV: Las estaciones gozarán de los mismos beneficios que, en el orden a la legislación fiscal o impositiva, rijan para otros medios de expresión o para las instituciones culturales o de utilidad pública. No se gravará con impuesto alguno la adquisición ni el uso de receptores y se facilitará por todos los medios la producción, importación y exportación de repuestos, piezas o materiales destinados a la construcción, reparación o conservación de receptores o trasmisores. Base XV: En ningún caso las emisoras del Estado o de otras personas jurídicas de derecho público realizarán propaganda comercial o competirán de cualquier modo con las emisoras privadas, en el campo de la publicidad comercial (Radioteatro 22, setiembre 1948).

En esos años se formó también otra agremiación, que bajo el nombre de Asociación de Ingenieros y Técnicos de la Radio incluyó a propietarios de estaciones de radioaficionados. Las asambleas de empadronamiento y elabo- ración de estatutos se realizaron en 1945, y la primera junta directiva fue elegida al año siguiente. Estaba integrada por Germán Gallo Porras (presi- 270 EMILIO BUSTAMANTE

dente honorario), Claudio Ugarte (presidente activo), Jorge Ezeta (vicepresi- dente), Néstor Camargo (secretario), Enrique Guillén Rosas (pro secretario), Jorge Murazzi (fiscal), Luis Ollé (tesorero), Roberto Pflucker (pro tesorero), Sixto Braschi (bibliotecario), Leopoldo Stagnaro (vocal de cultura), Gustavo Potn (vocal de organización), Humberto Mirenghi (vocal de prensa y propa- ganda), Alberto Parreto Ayulo (vocal de economía), Walter Sanden (vocal de disciplina), William Garey (vocal de asistencia social) (La Crónica, edición de la tarde, 29 de diciembre de 1945). En febrero de 1948 se eligió a los repre- sentantes para el segundo período de dos años: Jorge Ezeta Lazo (presiden- te), Jacques Deleplanque (vicepresidente) y Octavio de Rivero (secretario general); en la misma sesión se proclamó miembros honorarios al ministro de Aeronáutica, general Armando Revoredo; al ministro de Educación, comandante Manuel R. Nieto; y a los ingenieros Germán Gallo Porras y Juan Pablo Goicochea (El Comercio, 7 de febrero de 1948).

3.5 Pulseadas entre la Anrap y Odría

Tres acontecimientos tempranos dieron una pauta de lo que sería la rela- ción entre los propietarios de las emisoras privadas y la dictadura durante el Ochenio. En marzo de 1949 el locutor de Radio Central Fidel Ramírez Lazo fue suspendido por la Dirección de Informaciones por leer durante el servicio informativo de la radio unos textos del diario Jornada y la revista 1949, opositores al régimen. Antonio Umbert, presidente de la Asociación Na - cional de Radioemisoras intercedió por él y logró su reincorporación al trabajo. Preguntado por qué no hizo lo mismo a favor de Leonidas Yerovi, quien había sido arrestado por sus intervenciones en el programa Yo soy el público, y que inclusive había iniciado una huelga de hambre, Umbert respondió que no se había enterado de ese asunto.21 En cambio, aprovechó para informar a la prensa que la Anrap había pedido al gobierno que las emisoras del Estado no contrataran propaganda comercial, pues no debían competir con las estaciones privadas (1949 Semanario Peruano 12, 21 de marzo de 1949). En octubre de 1949, la Dirección General de Informaciones impuso una multa a Radio América por no pasar en cadena con las demás emisoras el

21 Yerovi acabaría emitiendo Yo soy el público en Radio Mundial, una de las emisoras del Estado, ese mismo año. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 271

Informativo Nacional. La resolución, publicada por diarios y revistas, fue la siguiente:

Lima, octubre 7 de 1949. RESOLUCIÓN DIRECTORAL Nº 3 Vistas las frecuentes infracciones cometidas contra el Reglamento General de Telecomunicaciones, en lo que concierne a la transmisión de los servicios informativos de radio; al incumplimiento de la disposición que determina la transmisión en cadena del Informativo Nacional de las 22 horas; y siendo necesario cautelar celosamente el cumplimiento de las leyes y disposiciones vigentes; SE RESUELVE: Imponer a la estación emisora Radio “América” una multa de cinco mil soles oro (s/. 5,000.00) la que deberá ser empozada en la caja de Depósitos y Consignaciones, Departamento de Recaudación, en el plazo de 48 horas, destinándose esta suma a incrementar el pliego de ingresos por concepto de Multas de Policía, participándose a los propietarios de la citada emisora que en caso de reincidir en el incumpliento de las órdenes y disposiciones vigentes se procederá a la clausura de la misma. Comuníquese y publíquese. (Fdo). José V. Faura, Director General de Informaciones. (Cineradio 35, segunda quincena de octubre de 1949).

Umbert no tardó en expresar su descontento con la medida. Dijo que América tenía la costumbre de pasar el informativo oficial después de El Reporter Esso, con cinco minutos de retraso en relación con las otras emisoras porque tenía un compromiso con la IPC desde hacía tres años. Precisaba: “El Reporter Esso se trasmite en toda América Latina a la misma hora. Desplazarlo trae perjuicios económicos para nosotros”. Consideraba que el director Faura se había “extralimitado”. Aunque la resolución daba un plazo de cuarenta y ocho horas para el pago de la multa bajo amenaza de clausura, los días pasaban y Radio América no pagaba, pero tampoco era cerrada. Mientras tanto, Umbert se entrevistaba con el ministro de Gobierno. Finalmente, el 21 de octubre se promulgaron dos resoluciones: en la primera, la Dirección General de Información duplicaba la multa a Radio América, elevándola a 10.000 soles; pero en la segunda, el Ministerio de Gobierno y Policía anulaba la resolución por la que había autorizado a la Dirección General de Informaciones a aplicar sanciones a las radioemi- soras privadas, señalando que tal atribución correspondía a la Dirección General de Correos y Telecomunicaciones, quedando así la multa a Radio 272 EMILIO BUSTAMANTE

América sin efecto. Fue la primera batalla que ganó Umbert al gobierno. Pronto vendría otra. El 5 de noviembre, la Junta Militar publicó el Decreto Supremo 810, en el que se disponía la reducción del horario de emisiones radiales en Lima y Callao de dieciocho horas a seis. El motivo invocado era la sequía que se sufría entonces en los Andes y que obligaba a ahorrar agua para fines agrícolas y limitar, por tanto, su uso en la energía eléctrica. Los directivos de la Anrap, con Umbert a la cabeza, protestaron. Arguyeron que el ahorro buscado no se obtendría con la medida adoptada, pues los transmisores no consumían demasiada energía (el promedio de los recibos mensuales era solo de doscientos soles, dijeron) y los oyentes no apagarían sus receptores en las horas suprimidas sino que sintonizarían frecuencias extranjeras y de provincias. Reunidos en los estudios de Radio América, los delegados de la Anrap propusieron un horario de catorce horas en días comunes (en lugar de las dieciocho anteriores) y que no hubiese limitaciones los sábados y domingos, en vista de que esos días las fábricas no trabajaban y no se necesitaba por tanto economizar energía. Acordaron, asimismo, iniciar una huelga: no transmitirían hasta que no se modificase la norma dictada por el gobierno. Con excepción de Radio Colonial, que no estaba afiliada a la Anrap, las emisoras privadas no salieron al aire durante cuatro días. Preguntado por la prensa sobre la situación de los trabajadores (800 empleados y 1.200 artistas en total), Umbert respondió que por el momento se había considerado pagarles los días no laborados, pero que si el gobierno no cedía, los despedirían (La Prensa, 9 de noviembre de 1949). Un efecto de esta crisis, como se verá más adelante, fue el resurgimiento de la Asociación Mutualista de Artistas y Empleados de la Radio (Amaer): los trabajadores de las emisoras se reunieron en Radio Victoria y decidieron relanzar la institución gremial para defender sus intereses. Los directivos de la Anrap se entrevistaron el miércoles 9 de noviembre con el general Odría, quien les prometió que resolvería el caso. El jueves 10, la dictadura cedió; derogó el decreto, aumentando el horario radial de seis a catorce horas. Puso como pretexto “lluvias accidentales” en la cordillera que habían modificado la situación anterior. Logrado el triunfo, la Anrap transmitió en cadena un mensaje de agradecimiento al gobierno. Poco después, el viernes 25 de noviembre, todas las radios ofrecieron a medianoche espacios criollos de homenaje a Odría por su cumpleaños. Radio Victoria, en particular, organizó un programa con su elenco en pleno, animado por Carlos Alfonso Delgado (1949 Semanario Peruano 47, 28 de noviembre de 1949). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 273

3.6 Agremiaciones de trabajadores

La Amaer dejó de tener vida activa durante casi todo el gobierno de Bustamante. En junio de 1946 se dijo que se habían iniciado “gestiones entre artistas, técnicos y empleados para reanudar las actividades de la Amaer” (La Crónica, edición de la tarde, 11 de junio de 1946), pero no se llegó muy lejos. Quienes buscaron agremiarse fueron los locutores. La iniciativa partió de Guillermo Lecca Iturbe, Eduardo Olivares, José Delgado, Carlos Buendía, Pepe Godard y Fidel Ramírez Lazo. El 16 de abril de 1945, un grupo de locutores convocados por los mencionados se reunió para constituir la Asociación Peruana de Locutores (La Crónica, edición de la tarde, 19 de abril de 1945). El 13 de octubre de 1945 se fundó el Sindicato de Actores del Perú gracias a la gestión, entre otros, de Carlos Revolledo. Un año después se dictó una resolución suprema que establecía el Día del Artista. No obstante, la crisis afectó a los artistas de la radio. La reacción de varios de los que vieron mermar sus ingresos en las emisoras locales fue probar suerte en el extranjero. Algunos de ellos, como Jesús Vásquez, regresaron y obtuvieron buenos contratos gracias a su condición de estrellas; pero en 1948, cuando se agudizaba la crisis, había cada vez más quejas sobre las condiciones en que trabajaban los artistas menos conocidos, e inclusive varios prestigiosos. Los únicos que recibían sueldos altos eran los famosos que tenían un fuerte auspiciador (Coca Cola o Sydney Ross), o los extranjeros, que venían contratados ventajosamente. La mayoría de los cantantes, en cambio, recibían salarios muy bajos y sus contratos eran apenas por un mes, y verbales, no escritos (Radioteatro 23, octubre de 1948). En noviembre de 1948, la actriz Pepita Miró era entrevistada por la revista Radioteatro. Se le preguntaba en qué estado creía que se encontraba la radiodifusión peruana. Respondía: “Indudablemente bueno para los broadcasters pero muy malo para los artistas”. Ante la repregunta de por qué era malo para los artistas, contestaba: “Por los sueldos tan bajos que pagan”, y añadía que el problema solo podía solucionarse con la unión de los perjudicados; “pero —añadía— es tan difícil…” (Radioteatro 24, noviembre de 1948). En el mismo número, la revista Radioteatro editorializaba sobre el tema:

La desidia de los artistas y la indolencia que los vence van permitiendo que los “broadcasters” hagan su agosto, en este año, mucho más que en los anteriores por la falta de valor de nuestra moneda. 274 EMILIO BUSTAMANTE

Con el pretexto lacrimosamente explotado de la falta de divisas; con ese pretexto, decíamos, han reducido los sueldos en una proporción que el público ignora, puesto que los mismos artistas, por vergüenza, se ven obligados a silenciar. El desmoronamiento de los artistas en general, no ha traído, como es lógico suponer, un abaratamiento en el costo de los avisos que se propalan. Esta situación, absolutamente ilógica, significa una doble explotación del “broadcaster”, pues explota a los números a quienes ha diezmado sus sueldos, y explota a los anunciantes, a quienes cobra por esos números diez veces más de lo que en realidad paga. Si los artistas ganan menos, y si por la desvalorización de la moneda un programa por el que antes se cobraba quinientos soles ahora vale tres mil, lo humano sería que se pagara mejor al artista que en estos tiempos gana lo mismo que antes de la guerra. Este es el estado actual de las cosas; explotación libre y cómoda, impunidad absoluta, mientras los artistas, como única habilidad y supremo recurso, tan solo atinan a reunirse en ciertas mesas y despotrican contra quienes les defienden. Creemos que la única solución es la sociedad de artistas radiales. En anterior oportunidad se organizó una institución como la que aconsejamos, pero los egoísmos, las ambiciones desenfrenadas, los rencores, las envidias, impidieron que siguiera adelante. Si siguen así, a los artistas radiales les quedará como recurso, vestirse de negro y asistir a su propio entierro. Sería muy largo enumerar la cantidad de verdades que en estas páginas hemos dicho, y que se han comprobado todas, una por una, sin equivo- carnos ninguna vez. Por eso mismo amigos artistas, no se olviden que al incitarlos a que sean unidos y que aprendan a respetarse mutuamente, nos guía el solo propósito del bien de ustedes, por el que estamos luchando desde la aparición de nuestra revista, en distintos sentidos, combatiendo con el peor enemigo que son ustedes mismos. Señor anunciante: sus productos se propalan en audiciones donde los oyentes son atraídos por los artistas y no por los avisos; proteja usted a ese artista, contrátelo directamente y saldrán ganando los dos: el artista cobrará más que la miseria que el “broadcaster” le da; y el anunciante, pagará mucho menos que lo que el “broadcaster” le cobra por el número que utiliza (Radioteatro 24, noviembre de 1948).

La resurrección de Amaer tendría lugar en 1949, como reacción a la intención del gobierno de reducir las horas de emisión radial.

3.7 Auditorios y estudios La escasez de anunciantes durante la crisis de 1945-1949, sin embargo, no significó la disminución de la popularidad del medio, la cual, por el con- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 275

trario, aumentó. Durante el período se hicieron frecuentes los programas de auditorio a los que asistía numeroso público. En ellos se presentaban cantantes y se realizaban en vivo los programas de concurso. Las emisoras grandes, y también algunas pequeñas, buscaron ambientar un auditorio en sus locales, aunque finalmente no tuvieran las condiciones requeridas para el bienestar del público. En 1947, la revista Radioteatro criticaba la estrechez, insalubridad e inse- guridad de los auditorios. También el que las estaciones no pagasen por ellos los tributos que sí abonaban las salas de cines y teatro. Las acusaba de com- petencia desleal y de haber matado al espectáculo de varieté:

Es incomprensible que la dirección de radiodifusión no ponga ningún reparo al funcionamiento de salas ‘auditoriums’, que burlan todas las reglamentaciones habidas. Estas salas de audiciones públicas se han multiplicado en las ‘broadcastings’ sin que en ellas se cumpla ninguna de las ordenanzas municipales que rigen el funcionamiento normal de las salas de espectáculos públicos, y que con tanto celo la Inspección de espectáculos del Municipio de Lima hace cumplir constantemente por medio de su cuerpo de inspectores, ajenos, sin duda, a la existencia de estos locales en que se congregan centenares de espectadores en lugares pequeños, que no pagan impuestos con que la Comuna grava los teatros y cinemas de la capital; que no cumplen sobre la capacidad de las salas; que no cumplen con la desinfección de los locales de espectáculos públicos; que no efectúan el depósito de garantías que a teatros y cinematógrafos exige el artículo respectivo; que no cumplen con la disposición del servicio contra incendios, y en los que ni siquiera la ordenanza que prohíbe el fumar durante el espectáculo parece conocerse, ejerciéndose así una desleal competencia a los empresarios teatrales y cinematográficos que cumplen todas las reglamentaciones municipales en vigencia. Además de esto, existe el perjuicio que significan los salones ‘audito- riums’ para los artistas que gratuitamente se presentan ante el público sin pensar que mañana, cuando esas mismas emisoras los alejen de sus elencos artísticos, no podrán ir a ganarse la vida a ningún escenario, porque el público ya está cansado de verlos, sin pagar nada. Para el ‘broadcaster’, el asunto de ‘auditoriums’ es un negocio, porque el anunciante paga con creces todo; pero para el artista será su sepultura. Casi se puede decir que el espectáculo de varietté ha muerto debido exclusivamente a la radio y en esta forma el artista radial calificado, cuando va a actuar a los teatros se encuentra con las salas vacías. Por estas razones sugerimos a las autoridades pertinentes que para bene- ficio de los mismos artistas suspendan su actuación en las ‘salas audito- riums’, permitiéndose sólo programas en que participe el público y los 276 EMILIO BUSTAMANTE

animadores únicamente, cuidando que se cumpla seriamente el regla- mento de radiodifusión (Radioteatro 11, octubre de 1947).

En febrero de 1948, Radioteatro insistía en que “cada día que pasa” se comprobaba “más y más la inconveniencia de permitir el acceso del público a las salas de transmisión”. Decía que los números humorísticos se desvirtuaban porque el artista buscaba arrancar carcajadas del público presente mediante gestos y poses cómicas, olvidando por completo a los oyentes, que no podían entender el sentido de las risas que escuchaban por sus aparatos de radio (Radioteatro 15, febrero de 1948). No faltaron tampoco críticas al modo como se orientaban los aplausos y las risas del público mediante carteles durante las transmisiones, ni a las quejas destempladas de algunos animadores que increpaban a los concurrentes su poco entusiasmo pese a no haber tenido que pagar entrada para asistir a las audiciones (Radioteatro 22, setiembre de 1948). También se objetaba el criterio de selección para el ingreso del público. Un lector de Radioteatro decía lo siguiente:

Como en nuestras emisoras no se ha implantado en forma regular el sistema de “pases”, las personas que ingresan al auditorio de una emisora son determinadas por el criterio del portero. Este hombre deja pasar a la emisora a sus amigos o simplemente a quien le da la gana, sin tener en cuenta que los espectadores de una audición radial deben ser personas escogidas, ya que forman parte del programa con sus aplausos y carcajadas regidas por una indicación del animador. Tenemos el caos frecuente de señoritas que van a la radio a tejer mientras el artista interpreta un número musical. O el del señor que lee un periódico de la tarde o conversa con el vecino durante la audición. […] Por otro lado, el portero casi siempre prohíbe la entrada a personas a quienes verdaderamente interesa el número radial. Se han presentado casos en que no se permitió el ingreso a los propios anunciadores, por el hecho de que el portero no los conocía. Con el sistema de pases, el portero sólo concretaría sus funciones a no dejar entrar sino a las personas munidas de su correspondiente pase. […] Desde hace algunos días hay una radio que ha empezado a cobrar una suma mínima por la entrada al auditorio. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 277

Al cobrar cincuenta centavos por entrada, en un auditorio que tiene doscientas butacas arroja cien soles diarios por ese concepto. Tres mi soles mensuales permiten a la emisora pagar a un buen portero y renovar constantemente su salón auditorio, así como se obliga así mismo a ofrecer a ese público que paga un espectáculo continuado de siete a diez de la noche” (Radioteatro 24, noviembre de 1948).22

En 1949, Radio Central anunció que iniciaría sus programas de auditorio a las 16.00 horas, lo cual constituía una innovación en el medio porque hasta entonces todas las funciones de auditorio eran nocturnas. La revista Cineradio informó que, según Central, “las nuevas trasmisiones serán ofrecidas con la misma eficiencia que las nocturnas”, y que el encargardo de organizarlas sería Nelson Arrunátegui (Cineradio 33, segunda quincena de setiembre de 1949). La década siguiente ratificaría la preferencia del público por las actuaciones en vivo en auditorios radiales. Las condiciones de estos mejorarían en algunos casos. Los reparos sobre la poca salubridad de los auditorios se extendían a la de los estudios desde donde se emitían algunos programas que no se hacían ante el público. La ubicación de los estudios de Radio Victoria en el sótano de La Cabaña fue, así, motivo de objeción:

En Radio Victoria se atenta contra la salud de los artistas, sobre todo contra la de los artistas radioteatrales, que tienen que permanecer dentro de una cámara en la que no existe ninguna defensa, porque además de estar en el interior de un sótano, la humedad reinante y exhalaciones deletéreas perjudican enormemente a los intérpretes. Sería interesante que “la broadcasting millonaria” gastara una pequeñísima parte de “sus millones” en mejorar las condiciones del local, poniendo, cuando menos, unos ventiladores y un poco de pintura. Así mejoraría la estética y la salubridad de sus cámaras (Radioteatro 19, junio de 1948).

22 La revista Radioteatro tenía periodicidad mensual. El primer número está fechado el 21 de diciembre de 1946. El director era Armando Ortiz Padilla. Era una publicación de Editorial Etinsa, de los hermanos Belmont Bar, quienes eran también propietarios de Laboratorios Abeefe (Gargurevich 2000: 172). Desde el número 30, correspondiente a mayo de 1949, figura como director Guido Monteverde. Para el número 32, aparecido en setiembre de 1949, cambia de nombre por el de Cineradio, con una advertencia entre paréntesis: “Antes ‘Radioteatro’”. Monteverde aparece como director-responsable y Augusto Bemont B. como director-gerente. 278 EMILIO BUSTAMANTE

3.8 Programación en las radios limeñas (1945-1949)

A inicios de 1947, Radioteatro hacía una evaluación negativa de la pro- gramación radial:

[…] La radio, en la mayoría de los casos ha quedado reducida a tres cosas principales: música, propaganda, radioteatro. La música, transmitida mediante discos (hablamos de nuestro país), y los intérpretes de esta música, sobreviviendo, por puro entusiasmo, con salarios mezquinos, que dependen en la mayor parte de las veces de la “generosidad” de los anunciadores, quienes, como es lógico, por lo demás, sólo buscan su propio interés, y del modo como mejor lo entienden. La propaganda que consiste en el aviso repetido hasta el cansancio, sin ninguna piedad para el “escucha”, la “característica” que es un trozo de música, segregado de la melodía, roto en aristas trasmi- tidas para fijarse en el cerebro de los que encienden su aparato de radio. El radioteatro presenta compañías que han arreglado ya un modus vivendi con alguna casa anunciadora, pero transmiten solamente “obras” (de algún modo hay que llamarlas) que constituyen adaptaciones de novelas sumamente ingenuas, sosas y banales (Radioteatro 3, febrero de 1947).

Como ya se ha señalado, la crisis había originado el éxodo de varios artistas, y ello había afectado la calidad de las audiciones. La revista se preguntaba en marzo de 1947: “¿Por qué viajan al extranjero los buenos elementos de la Radio y el Teatro?”, y respondía que en busca de trabajo bien remunerado, pues en el medio local se estaba imponiendo el ama- teurismo. Tanto las emisoras como las empresas anunciadoras preferían, según la revista, contratar artistas inexpertos por un bajo salario y llenar el resto de la programación musical con discos antes que desembolsar altas sumas en los consagrados. Lamentaba “el hecho conocido que en nuestro medio, suelen hacerse algunas veces esfuerzos para traer algún valor del extranjero, pagando los pasajes y hoteles y lo más alto que sea posible, pero cuando se trata de elementos locales, suele imponerse tan sólo un criterio de estricta economía” (Radioteatro 4, marzo de 1947). Entre 1945 y 1949 salieron del Perú, entre otros: Jesús Vásquez, Queca Herrero, Elvira Travesí, Juan Ureta Mille, Carmen Moreno, Delia Vallejo, Óscar de Alvarado, Yolanda Vigil, Ismael Hoyos, Oswaldo Campos, Javier González, Gloria Ramírez, Tany Medina, Enrique Victoria y Teresa Bolívar. Algunos retornaron dentro del mismo período. Otros un tiempo después. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 279

3.8.1 Música Como ha quedado indicado, los géneros preferidos por el público siguieron siendo el musical y el radioteatro. La emisión de discos se incrementó; lo cual fue también criticado. “Se está haciendo un intolerable abuso del disco con perjuicio del artista que se ve desplazado de los programas en provecho de las empresas, que logran con tal motivo ganancias que están fuera de lo razonable” (Radioteatro 22, setiembre de 1948). Sin embargo, se continuó produciendo programas musicales en vivo, aunque en las condiciones poco propicias para los artistas que ya se ha mencionado. La elaboración de un programa musical era descrita de este modo:

[…] si determinado comerciante solicita un programa X, el Director Artístico debe averiguar cuál es el producto que el anunciante desea propagar, conociendo esto, contratar un número artístico bueno o regular, pero que esté a tono con el producto que desea hacer conocer, por ejemplo, si lo que va a anunciar es un artículo femenino de excelente calidad, no se puede hacer colaborar en el programa a un artista cómico o a un conjunto criollo. Los conocimientos de un buen Director Artístico, le harían saber inmediatamente que a un artículo fino le corresponde una audición selecta en la que puede tomar parte una cantante —no cancionista—, una orquesta de música selecta, un recitador o un espacio dedicado al elemento femenino. Conociendo esto, se prepara el programa. Ante todo una buena característica, en seguida se presenta el programa y a los artistas contando para ello con un buen animador que debe glosar la interpretación del artista en cada oportunidad durante la audición. Al terminar la primera intervención del número artístico, el locutor, no el animador, puede leer un aviso, lo mismo puede hacer antes de la última, siempre naturalmente ciñéndose a las pautas del aviso moderno, corto, de pocas palabras pero que quede, que se le pegue al oyente. Menos avisos mejor para el producto, el público simpatiza más pronto con él. Al terminar la audición se vuelve a tocar la característica, se agradece a los oyentes y se anuncia la próxima oportunidad en que transmitirá el programa. Naturalmente, todo esto tiene que estar pauteado en un guion o libreto —llámese como se desee— con el tiempo medido cronométricamente, ya que, si una audición es de media hora y comienza a las diez, debe terminar forzosamente a las diez y media, para que inmediatamente comience el siguiente programa, en esta forma la emisora adquiere pres- tigio y no se perjudica ni el público, ni el anunciante, ni el broadcaster (Radioteatro 20, julio de 1948). 280 EMILIO BUSTAMANTE

Como se aprecia, hay en la nota transcrita aún una postura despectiva frente a la música popular; se dice que un producto fino no puede ser promocionado por un conjunto criollo, y se distingue a una “cantante” (supuestamente cultora del género lírico) de una “cancionista”, aludiendo a las intérpretes de música popular. No obstante, los programas de música popular eran los más sintonizados y promocionados. La música criolla siguió contando con las preferencias del público. Algunas de sus estrellas aparecidas en la década anterior mantuvieron vigencia, como La Limeñita y su hermano, el guitarrista Alejandro Ascoy. En 1945, se presentaban en Radio América, auspiciados por Ravettino; en 1947, en Radio Victoria, los lunes, auspiciados por Agua Mineral Lloc- llapampa y los jueves, dentro del programa La jarana criolla. En 1948 estuvieron en Radio Central en los Grandes Programas El Tigre, y en 1949 otra vez en América, dentro de Coca Cola musical. La célebre Jesús Vásquez estuvo ausente del país desde 1945. Hizo entonces presentaciones en Bolivia, Argentina (donde grabó discos para el sello Odeón) y Chile. En enero de 1947 regresó al Perú, contratada por Radio Libertad. El 11 de febrero reapareció ante el público en el auditorio de esa emisora. Su regreso fue apoteósico, la revista Radioteatro lo describió así:

Radio Libertad contrató en forma exclusiva a Jesús Vásquez, y anunció su debut para el martes 11 de febrero. Esa noche, la emisora de Belén no tuvo espacio para recibir a la gran cantidad de público que acudió. Lleno su salón auditórium, lleno el patio, la gente se agolpó a las puertas, ocupando la vereda, en su afán de distinguir a Jesús Vásquez. Hizo ésta su aparición en el escenario, en medio de los aplausos de la concurrencia. Vestía un elegante traje de noche de tul, y lucía un bonito peinado alto. Fue obsequiada con dos hermosos ramos de flores naturales. Pronunció algunas frases de agradecimiento, muy emocionada. Esa noche, Jesús Vásquez justificó la gran expectativa que había en el público y ratificó su fama de gran cancionista. Interpretó: “Todos vuelven”, “Nostagia” y “Picaflor”, un triste con fuga de tondero. A pedido insistente del público, se vio obligada a obsequiar a éste con “Cholita”, que fue premiado con estruendosos aplausos. El público asistente tuvo que soportar durante media hora que duró la audición, un calor sofocante, capaz de asfixiar a cualquiera. Sería conveniente que la emisora instale unos cuantos ventiladores dentro del auditórium, que es pequeño, y tiene que albergar una gran cantidad de público, cada vez que hay una audición como la noche del debut de Jesús Vásquez (Radioteatro 3, febrero de 1947). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 281

En 1948 y 1949, Jesús Vásquez fue artista exclusiva de Coca Cola musical de Radio Victoria, programa animado por el boliviano Hugo Peláez Rioja, donde se presentó acompañada de la orquesta de Lorenzo Humberto Sotomayor. Otra figura, el compositor y pianista Filomeno Ormeño, luego de un periplo por Chile, regresó al Perú en 1946, para trabajar en Radio Victoria. La destacada cantante Delia Vallejos estuvo fuera del país un buen tiempo, pero llegó a actuar en una “Ronda de estrellas” en 1945, dentro de los Programas Calidad ofrecidos por Radio Victoria, animados por Juan Silva, y al lado del conjunto Los Chalanes; más tarde, en febrero de 1948, se presentó en Radio Victoria. Rosa Passano tuvo gran éxito en Radio Lima en 1946, y cumplió una buena temporada en Mundial en 1948. María Jesús Jiménez se afirmó en esos años como intérprete en Radio Victoria, y en 1947 adquirió reconocimiento en Radio Cusco. La joven Esther Granados, tras una incursión en Radio Miraflores en 1945, donde lució su versatilidad, triunfó en 1947 en Radio Colonial. Eloísa Angulo hizo lo propio en Radio Central, acompañada por Márquez Talledo en la guitarra y Alejandro Villalobos en el piano. La consagrada Alicia Lizárraga alternó sus actividades de cantante con las de actriz de radioteatro y conductora de programas femeninos y de concurso en Radio Mundial (en 1946 animó La canción de la suerte en esa emisora, auspiciada por Agua Mineral Llocllapampa). En 1947 fue contratada por Radio Colonial, donde condujo el programa de la lotería de Arequipa, y estrenó el vals Evocación, con música de Germán Zegarra y letra de Catalina Recavarren, premiado en el concurso distrital del Rímac organizado con motivo de la fiesta de Amancaes. En 1948 pasó a Radio América. El dúo Los Morochucos (Augusto Ego Aguirre y Luis Sifuentes) sufrió un duro golpe al fallecer Sifuentes durante una gira a Buenos Aires, en 1946. En 1947 lo reemplazó Dante Miller, y el dúo se presentó en Radio Libertad con buena crítica. En 1948, sin embargo, Dante Miller optó por una carrera de solista, y fue sustituido por Alejandro Cortez, exmiembro de Los Chalanes; fue esa la conformación (Ego Aguirre-Cortez) la que se presentó en Radio Atalaya en 1948, con éxito (Radioteatro 25, diciembre de 1948). Poco después se incorporó el virtuoso guitarrista Óscar Avilés, conformándose así un trío que tendría brillantes actuaciones en Radio Nacional y Radio Lima. Los Trovadores del Perú (Javier González, Oswaldo Campos y Miguel Paz) se dividieron en 1947, luego de una gira a Buenos Aires, donde gra- baron discos para el sello Odeón, con acompañamiento en el piano de Jorge Huirse. González, Campos y Paz, cada uno por separado, continua- 282 EMILIO BUSTAMANTE

ron presentándose luego fuera del país. Finalmente, Campos haría dúo con Irma Céspedes. Los Hermanos Govea, por su parte, cumplieron mil audiciones en Radio Colonial en 1949 (La Crónica, 12 de noviembre de 1949). Otros intérpretes destacados en esos años fueron La Peruana (Yolanda Vigil), en Radio Libertad (antes de viajar a Panamá); Los Cholos (Víctor Gadea, Miguel Cabrejos y Eduardo Velásquez), también en Libertad; Lucha Omar y Olga Ríos, en Excelsior; Gianina Blas, en Victoria; Dorita y Car- mencita (que también cantaban música internacional), en Radio Lima; Aída Valencia, en Colonial; Los Trovadores Criollos (dirigidos por el compositor Eliseo Rueda Pinto), en San Cristóbal; Las Estrellitas Mistianas, en Radio Atalaya; y Teresita Velásquez. A fines de la década, Graciela y Noemí Polo dejaron de presentarse como Las Hermanas Palacios para hacerlo como Las Limeñitas. Graciela Polo recuerda que fue Luis Aramburú, dueño de Radio Lima, quien les puso el nombre que las identificaría como el mejor dúo femenino de la música criolla:

Hicimos un programa para Ica, había una señora que quería que cantáramos música criolla de Ica […]. Pero nos dice: “Las Hermanas Palacios… eso está feo”. “¿Pero qué nombre nos ponemos?” Proponíamos nombres, y no salía nada. “No, eso no”. “Que no, que no”. “No les queda bien”. “Bueno, no nos queda bien, pero ¿qué nombre nos ponemos?” Entonces el señor [Luis] Aramburú, ya molesto de tantos nombres y que no saliera nada, nos dice: “Bueno, esto se acabó, se van a llamar Las Limeñitas”. “Pero señor Aramburú, si está La Limeñita [Rosa Ascoy]”. “La Limeñita es un guitarrista con su hermana; ustedes, las dos, son damas. Además, son del mismo tamaño y tienen todo el tipo de la limeña antigua”. Así nos quedamos con Las Limeñitas. No nos pudimos quitar nunca más el nombre (entrevista con Graciela Polo, 2 de octubre del 2010).

Los programas de revista donde el eje era la canción criolla fueron La jarana criolla de Radio Victoria, animado por Carlos Alfonso Delgado, y Noches de La Palizada en Radio Lima, dirigido y animado por Pedro Florindo, con la actuación de los comediantes Paco Andreu y Edmundo Moreau, la actriz Marietta Cruzado, Los Criollos, y el conjunto dirigido por el pianista Luis de la Cuba; según La Crónica, el libreto describía “una jarana limeña con parte interpretativa y parte musical”, y los auspiciaba la empresa de licores La Palizada (La Crónica, 23 de octubre de 1948). En 1947, el programa La voz del Rímac, dirigido por Rafael Velorio Palma, inició sus transmisiones en Radio Mundial, dedicándose a la difu- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 283

sión de la música criolla a través de jóvenes intérpretes que vivían en el barrio del Rímac. En febrero de 1948 anunció la realización de audiciones regionales dedicados a cada uno de los departamentos del Perú, en las cuales se expondría, según el diario La Prensa, “el contenido espiritual de cada región de nuestro país a través de su arte folklórico” (La Prensa, 12 de febrero de 1948). La voz del Rímac tuvo varios años de vigencia. En 1948, el Centro Musical Victoria, presidido por el compositor Abelardo Carmona, ofreció un ciclo de audiciones en Radio Central. En Libertad, durante 1948, “todos los días menos domingos”, de 13.30 a 14.30 horas, amenizaba el almuerzo de los radioescuchas el Conjunto Patria- Amistad-Criollismo, dirigido por Juan Criado, con Carlos Pacheco, Carlos Vera, Edy Cortés, Polo Alfaro, Daniel Linares, Humberto Samamé y el cajoneador conocido como El Pibe Piurano (La Crónica, edición de la tarde, 13 de noviembre de 1948). La música andina mantuvo su presencia. En setiembre de 1948, Alejandro Vivanco se presentaba en Radio Victoria con su Orfeón Folklórico Peruano, luego de un gran éxito alcanzado en salas de la capital con su Compañía Ollanta. Entonces, la revista Radioteatro comentaba:

La gran deferencia que los oyentes de todo el país tienen por nuestra música típica, ha hecho que los broadcasters se interesen en ella, con magníficas consecuencias. Casi la totalidad de las radiodifusoras limeñas cuentan con uno o dos conjuntos folklóricos animados por notables sopranos incaicas. Se puede decir que mucho ha contribuido a ello la grandiosa popularidad de la eminente soprano Imma Sumack [sic] en todo el continente (Radioteatro 22, setiembre de 1948).

El atractivo para el público oyente, especialmente citadino, seguía siendo la interpretación de las sopranos significativamente llamadas “incaicas”; dentro del patrón republicano “incas sí, indios no”. Aún no se imponía la música más popular de los Andes, cosa que ocurriría en décadas siguientes. La más destacada de las sopranos incaicas, después de Ima Súmac, que no se hallaba en el país, era Suray Surita (Luz Bedoya). Su popularidad quedó comprobada el día de su matrimonio religioso, celebrado en la iglesia de Jesús María, en Lima, con el periodista Humberto Silva Solís, a comienzos de 1948. Según una nota: “La enorme cantidad de público que se reunió en la calle, en la mayoría constituido por admiradores de la artis- ta, daba un espectáculo imponente que tuvo que ser controlado por fuer- zas policiales ya que la enorme masa humana pugnaba por acercarse a su artista predilecta” (Radioteatro 16, marzo de 1948). 284 EMILIO BUSTAMANTE

Suray Surita se presentaba ese año en Radio Alegría; el anterior lo había hecho en Radio Libertad. Otras cantantes destacadas dentro del mismo género fueron Raymi Tticka, Illa Kori e India Colla (estrella esta última de Radio Central en 1947). Dos orquestas de tango resaltaron. La ya tradicional de Rodolfo Coltrinari, que pasó de Radio Central a Radio Victoria en 1948, y se presentaba en la boite Baccará, y Los Embajadores del Tango, del bandoneísta Domingo Rullo, en Radio Central, que hacía temporadas en el Grill Bolívar. El más apreciado cantante peruano de tangos era Raúl del Mar, quien en 1949 dejó la orquesta de Coltrinari para integrar la de Rullo. Varios años después, Del Mar se uniría a la orquesta del argentino Miguel Caló. El peruano Jorge Escudero cantó tangos en Radio Central en 1946, y se dejó escuchar intermitentemente en otras emisoras. Había comenzado su carrera en los Estados Unidos, donde conoció a Gardel. En 1944 regresó al Perú para actuar en la película Penas de amor, dirigida por Ricardo Villarán, haciendo el papel de cantor, al lado de otra intérprete de tangos, la argentina residente en nuestro país, Ada Marvel. Marvel estuvo durante aquellos años en varias estaciones: Mundial (1947), Alegría (1948), Libertad (1948) y Nacional (1949). Otros cultores del tango fueron Berta Carrasco y Nora Guzmán, ambas en Radio Mundial, y Jorge Campos en Radio Atalaya, donde presentaba el programa Yo soy el tango en 1949. Paco Cabrejos, uno de los más tenaces intérpretes de la música porteña argentina, se presentaba en Radio Victoria por la misma época. Nelly Luján fue la más aplaudida cantante peruana de ritmos afrocaribeños. Había debutado en 1944 en Radio Internacional. Luego estuvo en Radio Miraflores y Radio Mundial, antes de partir al extranjero en 1947. Incursionaron también en la interpretación de canciones tropicales, en diversas emisoras, Gloria Lecaros, Lucy Smith, Carmencita Lara, Teresita del Valle y Rafael Ferreyra. La música mexicana fue cultivada por el dúo femenino Las Huastecas, en Radio Victoria y Radio Central. En música internacional destacaron Teresa Bolívar en La caravana de Mister Buick de Radio Victoria, acompañada por el piano de Pepe Morelli; y, en la misma emisora, el brasileño Ray Alcóver, esposo de la actriz Marianella Ureta y radicado en el Perú desde 1947. María Esperanza Vargas, cantante y bailarina de flamenco, tuvo presencia también en Radio Victoria, en 1948, paralelamente a la exhibición de su espectáculo Danzas y cancio- nes de España en el teatro Segura. Un programa de música popular variada CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 285

fue La ronda, en Colonial, dirigido por Alberto Macklenburg, con libretos de Eduardo San Román. Las estaciones, además, siguieron irrandiando música bailable los fines de semana. Entre los nuevos programas de este tipo destacaron los de Colonial desde la boite Acapulco, los de Radio Alegría con la Orquesta Perales, y sobre todo los de Radio América con el ejecutante de órgano Carlos Pickling. Augusto Ferrando se lució como animador de este tipo de programas, en 1945 en Radio Libertad, y en 1947 en Radio Colonial. La música clásica y el canto lírico tuvieron lugar especial en Radio Nacional, que retransmitía las obras ejecutadas por la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) desde el Teatro Municipal. La International Petroleum Co. (IPC) auspiciaba en la misma emisora conciertos de cámara los días lunes. Fue figura el violinista Bronislaw Mitman, cuyas intervenciones durante 1945, emitidas por la radio del Estado, recibieron elogios, ya fuera con la misma OSN, integrando un cuarteto de cuerdas con Laghi, Franken y Bellacci, o como solista. El año siguiente, el afamado tenor peruano Alejandro Granda dio un ciclo de recitales en Radio Nacional, acompañado por la orquesta dirigida por Luis Pacheco de Céspedes, también con el auspicio de la IPC. En 1948, Radio Nacional brindó un homenaje póstumo al compositor Teodoro Valcárcel con la orquesta de la estación, dirigida por Enrique Jimeno. El programa comprendió una breve charla sobre Valcárcel ofrecida por César Miró (director artístico de la emisora), la ejecución de obras de Valcárcel, Alomía Robles, Valle Riestra, Alfonso de Silva y Andrés Sa, y la interpretación de la canción Suray Surita por parte de Lucrecia Sarria (La Prensa, 22 de marzo de 1948). Otras estaciones que dieron espacio a la lírica y la música clásica fue- ron Radio Lima, Radio América y Radio Victoria, que tenía un programa de ópera las tardes de los sábados. Radio Selecta, del mismo dueño de Victoria, fue lanzada como una estación exclusivamente dedicada a la emisión de música clásica, pero fue criticada por la poca variedad de dis- cos que poseía y la ausencia absoluta de programas en vivo (Radioteatro 15, febrero de 1948). Jóvenes cantantes líricos se afianzaron en esos años, entre ellos Juan Carlos Dorcal (Edmundo Pizarro) y el trujillano Fortunato de Orbegoso. Ambos incursionaban con frecuencia en otros géneros. Un programa que se dedicó casi íntegramente a la difusión de música clásica y canto lírico fue La hora Esso, auspiciada por la IPC, que comenzó 286 EMILIO BUSTAMANTE

sus audiciones en Radio América en febrero de 1947, los martes y viernes, de 21.30 a 22:00 horas. Tenía orquesta y coro dirigidos primero por Rafael Carretero y después por Fernando Balaguer. En el programa inaugural se presentó la soprano argentina Mary Capdevila. Participaron en distintas audiciones el barítono Renato Duval, los tenores Juan Díaz Andrés y For- tunato de Orbegoso, la pianista Felicja Roon y el cellista Adolfo Odnoposoff (Radioteatro 6, mayo de 1947).

3.8.2 Radioteatro Los radioteatros tuvieron enorme difusión y acogida del público. Todas las emisoras “grandes” tenían sus “cuadros de radioteatro” con directores contratados. Los libretos eran escogidos por los mismos directores, aunque había también libretistas que escribían especialmente para esos espacios, como José Luján Ripoll (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005). Algunos de los actores que integraban los elencos tenían carácter de estables, pero otros eran “no exclusivos” y trabajaban en diversas emisoras durante el día. El actor Enrique Victoria recuerda:

El campeón de la no exclusividad era don Carlos Ego Aguirre, que llegó a tener seis radioteatros en cuatro emisoras distintas en el día. Empezaba en Radio Mundial a las dos de la tarde. Radio Mundial quedaba por donde está el cine Excelsior, al lado del edificio de La Prensa. El radioteatro duraba veinticinco minutos. Terminaba el radioteatro y don Carlos volaba a Radio Central. A las dos y treinta estaba en Radio Central, que quedaba en el Jirón de la Unión, casi al lado del Club Nacional, donde hay ahora un estacionamiento. Terminaba, y estaba a las tres de la tarde en Radio Lima, que entonces quedaba por La Colmena. De allí volaba a Radio América, que estaba en Ocoña. En dos horas hacía cuatro radioteatros. Después que terminaba en América, se iba al Mario, un restaurante de artistas donde nos reuníamos todos, en la esquina de La Colmena y Tacna. Allí se sentaba a descansar un rato, a tomar un lonche, a fumar. A las ocho de la noche tenía un radioteatro histórico en Nacional. Hacía su radioteatro histórico, y a las diez y media de la noche tenía otro radioteatro con Elvira Tizón, después del noticiero. Seis radioteatros en un día, en cuatro emisoras diferentes. Era el campeón. Llegaba a todos lados a tiempo (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005).

Fernando Farrés, por entonces joven locutor y actor “no exclusivo”, tiene un recuerdo similar de su propia actividad:

Yo comenzaba a las nueve de la mañana y terminaba a las once de la noche. Me iba de radio en radio a hacer un radioteatro, o sea una nove- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 287

la, en cada emisora. Hacía dos novelas en Radio Central, tenía un pro- grama cómico al mediodía en Radio Mundial, un radioteatro con Pepita Ureta en Radio Lima, otro en Radio América con Marianella Ureta, y otro más en Radio Victoria con Ana Mendoza. Terminaba a las once de la noche en Radio Callao con mi amigo Enrique Victoria, que tenía allí un espacio de radioteatro. Algunos actores como Marietta (Cruzado), como Zarela (su hermana) y algunos más, cinco o seis, nos íbamos en tranvía, que lo tomábamos en la Plaza San Martín, y nos bajábamos en la segun- da cuadra de Sáenz Peña, donde estaba Radio Callao. ¡Qué lindo recuer- do! (Entrevista con Fernando Farrés, 24 de enero del 2005).

En 1948, la revista Radioteatro comentaba sobre el actor venezolano, radicado en Lima, Rafael González Guía (famoso por su papel de El monje loco) que hacía radioteatros “en casi todas las emisoras y en casi todas las horas útiles” (Radioteatro 19, junio de 1948); en la entrevista que concedía en ese mismo número, González Guía afirmaba tener siete audiciones diarias. En Radio Internacional, en 1945, Pepita Miró y Guillermo Lecca Iturbe conducían un cuadro de radioteatro. Asimismo, el argentino Juan Carlos Croharé (por entonces en la Compañía Nacional de Comedias) reeditó en esa emisora su éxito de 1939, El brujo del laboratorio. Croharé moriría en 1947 en un accidente de aviación, motivando un libro de homenaje escrito por Carlos Fonseca (seudónimo de la poeta Nelly Fonseca Recavarren, quien se hallaba platónicamente enamorada del actor). La emisora que más había venido cultivando el radioteatro hasta entonces era Central. Experimentaría, sin embargo, una baja importante primero con el accidente de Queca Herrero en 1944, y luego con el viaje de esta escritora y actriz a Estados Unidos en 1945. Según la encuesta realizada por La Crónica en 1943, el radioteatro de Queca Herrero era el más escuchado de la capital. Herrero, contratada por la NBC en 1945, se encontraba desde entonces al frente de un elenco de radioteatro en Nueva York, cuyas producciones eran oídas en varios países del continente (La Crónica, edición de la tarde, 30 de junio de 1945). El programa se llamaba El radioteatro de las Américas y Central se encargó de transmistirlo para el Perú en 1947, los domingos en la noche. Queca Herrero trabajó además, por esos años, en el doblaje de películas para la Metro (Radioteatro 2, enero de 1947; Radioteatro 5, abril de 1947). El otro gran elenco de radioteatro de Radio Central, el encabezado por Carmen Moreno y Eduardo Olivares, también se disolvió en esos años. En 1945 y 1946, Moreno y Olivares condujeron El radioteatro de los sábados. El cuadro lo conformaban Consuelo Rey, Ada Marvel, Teresa Olmos, Bertha 288 EMILIO BUSTAMANTE

Palacios, Rafael González Guía, Carlos Ego Aguirre, Richard Mur, Fernando Ross, Miguel Arnaiz y Ricardo Roca Rey. Presentaron obras como El hombre que perdió la vergüenza, La llamarada, Cuando en el cielo pasen lista, El abate negro (basado en la novela de Edgard Wallace), Rosa pálida y De barro y luz (estas últimas con guiones de la argentina María del Carmen Martínez Paiva). Carmen Moreno mereció un sentido poema de Amparo Baluarte:

Reina y soberana de las ilusiones que brindas a aquellos que saben sentir, la gama exquisita de las emociones que tu alma de Artista les hace vivir. Tu voz interpreta todas las pasiones de la gran tragedia que es el existir; es mezcla de llantos y renunciaciones, de arrullos y gritos de intenso sufrir. Del Arte sublime tienes la grandeza, tu voz acaricia, llora, canta y reza, por lo cual recibes triunfal ovación. Y es que en cada vida que tu alma interpreta tienes la divina fórmula secreta de volcar entero tu gran corazón. (Baluarte 1958: 179).

A fines de 1946, Carmen Moreno viajó a Guayaquil con los actores Miguel Arnaiz, Richard Mur y Teresa Olmos para realizar varias pre sentaciones en teatro y radio. Su elenco en Central quedó disuelto. En marzo de 1947, el diario La Crónica informaría que el grupo de Moreno triunfaba en Ecuador “con obras de autores nacionales” (La Crónica, edición de la tarde, 26 de marzo de 1947). La gira continuaría en Colombia y Venezuela. Disuelta la compañía radioteatral de Carmen Moreno, su pareja escénica, Eduardo Olivares, se uniría a Cucha Miró para formar un cuadro en Radio Lima. Radio Central contaría, no obstante, con otros programas radioteatrales. En 1945, Eugenio Casal dirigió ¿Vos sois de Tingo?, una “tierna comedia de ambiente mistiano” con “música melgariana” (La Crónica, edición de la tarde, 26 de abril de 1945). Pepita Ureta presenta con éxito El crimen de una madre, con un elenco conformado por Aquiles Guerrero, Luis Canessa, Carlos Ego Aguirre, Francisco Pomar, Clarita Ureta, Blanca Rowlands, Luis Vergiú, Paquita Guerrero, Alfredo Herrera Lynch, Jorge Campos y otros. El venezolano Aquiles Guerrero había actuado en la película argentina La guerra gaucha (1942, Lucas Demare); trabajaría en varios elencos peruanos e incursionaría años más tarde como animador en Radio Libertad, en el programa Fonodupleta radial. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 289

Central también hizo radioteatro histórico, a cargo de Carlos Videla, quien dramatizó los apuntes biográficos de José Antonio de Lavalle sobre el capitán Teodoro de Croix, Virrey del Perú, personaje “bondadoso, honrado y comprensivo”, según La Crónica, que añadía: “El libreto estuvo hábilmente orientado hacia el propósito de presentarnos a su personaje como un celoso centinela de la hacienda de la corona, pero que jamás olvidaba que el trabajo de nuestro pueblo merecía derechos que él supo respetar” (La Crónica, edición de la tarde, 17 de diciembre de 1945). La emisora de la calle Belén presentó, en 1947, Doña Caro y sus hijas, basada en los personajes creados por Fausto Gastañeta, que ya habían sido llevados años antes al radioteatro; esta vez contaba con la actuación de la popular Teresita Arce y auspiciaba Sydney Ross. Ese mismo año, el argentino Roberto Salinas dirigió, en la misma estación, un cuadro con Violeta Bourget como figura. Cucha Miró, por su parte, en compañía de Guillermo Lecca Iturbe, Guillermo La Hoz y Julia Ferrer, dramatizó noticias en el espacio Sucesos mundiales, que anticipaba ya el regreso de La marcha del tiempo. En abril de 1947, el argentino Francisco de Paula encabezó en Central el elenco de los radioteatros La puerta del cielo y El novio de Londres, con Blanca Rowlands y Carlota Ureta, auspiciado por Sydney Ross. De Paula era primer galán de la compañía de Eloísa Cañizares, que se presentaba en el teatro Segura, y había sido traído por la entonces empresaria Trini Delor. La actriz española Helena Cortesina, tenía, en 1948, “un sintonizado espacio de radioteatro” en Central, haciendo pareja con Pepe Soria (La Crónica, 13 de enero de 1948). Cortesina fue la primera mujer que dirigió una película en España (Flor de España o la leyenda del toreo, 1921), y durante la Guerra Civil había emigrado a Argentina. El actor chileno Eduardo Naveda (cuyo verdadero nombre era Eduardo Zaldívar), quien vino a Lima con la compañía de Helena Cortesina para actuar en el teatro Segura, dirigió también radioteatro en Central aquel año de 1948. Puso en escena “obras ligeras” con libretos que provenían de Argentina y Chile (Radioteatro 20, julio de 1948). Su elenco tenía a Lucy Smith como primera actirz y a Violeta Bourget como dama joven. En 1949, Guillermo Lecca Iturbe dirigió en Central La vida es así, con libreto de José Luján Ripoll y la actuación de Marianella Ureta, auspiciado por la crema dental Abeefe. Ambos, Lecca y Ureta, habían venido haciendo radioteatro juntos durante los últimos meses de ese año en Radio Excelsior, dirigidos por María Mille, madre de la actriz. También en 1949, Pepita Ureta, que había estado varios años al frente del radioteatro de América, lideró el Radioteatro Mejoral en Central, auspi- 290 EMILIO BUSTAMANTE

ciado por Sydney Ross. Su selecto elenco lo componían Elvira Tizón, Elvira Flores, Cuchita Miró, Consuelo Rey, Leonardo Arrieta, Guillermo Lecca Iturbe, Rafael González Guía, José Carlos Salinas, Aquiles Guerrero, Carlos Ego Aguirre y Elías Roca. El productor era Eduardo Miller. José Carlos Salinas destacó allí como galán joven, y se convirtió en “el ídolo de todas las mujeres del Perú”, según la revista Cineradio 33 (segunda quincena de setiembre de 1949). Pepita Ureta, sin embargo, partió a Caracas en setiembre de ese mismo año, y el cuadro estelar de la tarde sería encabezado por Guillermo Lecca Iturbe y Lucy Smith, cuya carrera como actriz radiofónica se hallaba en apogeo. Paralelamente, Central ofrecía otros espacios: uno a las 14.30 con el conjunto Voces Amigas, dirigido por Elías Roca; otro en las noches, a las 21.00, con la actriz chilena Araceli Márquez (esposa de Leonardo Arrieta) y José Carlos Salinas. Los sábados, la emisora presentaba al elenco de César Negreiros y Lucy Smith, quienes antes habían estado en Radio Alegría. En octubre de 1949 regresó a Central el argentino Roberto Salinas, para hacerse cargo de Radioteatro Regal. Tuvo gran éxito con El tren de las ocho de su compatriota Juan Carlos Chiappe. Actuaban Martha Edelmira, Pepe Muñoz, Violeta Bourget, Carmen Ibarra y el niño Francisco Daglio, cuyo papel de Cepillito lo convirtió en “una revelación de los micrófonos” (La Crónica, 28 de noviembre de 1949). La marcha del tiempo reapareció en Radio Central en mayo de 1949. Decía Radioteatro:

[…] han vuelto a poner en micro la famosa audición de noticias dramatizadas “La Marcha del Tiempo”. Este programa está por encima de todo elogio. Redacta los libretos de cada día el buen escritor radial Jorge Rivarola, dirige el diálogo el conocido actor radial Guillermo Lecca y supervisa el inquieto Eduardo Miller, uno de los hombres más expertos en producción que hay en el país. La noticia publicada la mayor parte de las veces en los diarios de la tarde, aparece agudamente tratada y teatralizada a las 8 de la noche, siempre con una nota de alta clase literaria, un concepto fundamental sobre la ciencia de vivir y una ráfaga de ingenio penetrante y agudo que deja al oyente en angustioso suspenso y concluye por entregarle un desenlace lógico, feliz y adecuado. Todo ello en el increíble tiempo de quince minutos (Radioteatro 30, mayo de 1949).

Integraban el elenco de La marcha del tiempo: Guillermo Lecca Iturbe, Elvira Tizón, José Carlos Salinas, Fernando Farrés, Marietta Cruzado, Cucha Miró y Julia Ferrer. En octubre de 1949, la revista Cineradio publicó una entrevista al productor y libretista Jorge Rivarola con ocasión de la centési- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 291

ma audición del programa. Rivarola recordó que había comenzado a emi- tirlo con el nombre de Lo que sucedió ayer en 1938, teniendo como primer intérprete a Pedro Ureta. Decía no creer que el radioteatro fuera “la forma suprema de la programación radial” sino solo una de las formas, y que el público tenía gustos diversos. Añadía: “La radio debe, principalmente, recrear. La radio comercial no es una academia que deba necesariamente enseñar; pero puede servir para afinar el gusto del público”. Y hacía una precisión: “La centésima audición de este año, por Radio Central, fue en realidad la audición Nº 3,485 de La Marcha del Tiempo. Representa más de 18,000 páginas escritas durante poco más de 10 años”. Admitía:

Tiene que haber de todo, bueno, regular y malo. La literatura radial es efímera, la obra no puede ser meditada; en primer lugar, debe impresionar, agradar e interesar. No se les puede exigir la calidad de lo destinado a leerse y a permanecer. Un programa de noticias radioteatralizadas es fiambre al día siguiente. Sí, he escrito poesía. También he escrito dos novelas que algún día imprimiré. Serán lo menos malo de mi producción. No me siento un valor consagrado, ni en la radio siquiera. Espero llegar a serlo cuando pueda dedicarme intensamente a las letras. Escribiré novelas, ensayos, teatro. Tengo proyectos, pero es mejor hablar de realidades (Cineradio 34, primera quincena de octubre de 1949).

Competidora de Central en el género de radioteatro era la flamante Radio Colonial. En 1946 tenía un cuadro dirigido por Carlos Curonisy donde participaban, entre otros actores, Richard Mur, Gloria Lecaros, Pablo de Madalengoitia y Noemí Roldán (Inés Angulo). En 1947, la revista Radioteatro afirmaba que era “en la actualidad el más serio conjunto de radioteatro en el Perú, tanto por los artistas y sus interpretaciones, como por la calidad de las obras que representan”. Añadía que habían dado “obras de jerarquía” como: Sangre negra, Cita con el destino, Las campanas de los Monjes Blancos, El enemigo de papá, No estamos solos y Juana Eyre (Radioteatro 2, enero de 1947). Ese mismo año, Carlota Ureta y Pepe Muñoz hicieron radioteatro poli- cial en la misma emisora con Aventuras de Perry Mason, y los chilenos Maruja Ravanal y Romilio Romo presentaron Robo sensacional, una obra cómico-policial de quince capítulos “de gran éxito en Santiago y La Paz” (La Crónica, edición de la tarde, 27 de julio de 1946). En 1947, Elvira Travesí y Juan Ureta, de regreso de México, presentaron con su compañía obras como Ni al amor ni al mar de Jacinto Benavente, con la calidad acostumbrada. 292 EMILIO BUSTAMANTE

En julio de 1948, Colonial puso ante los micrófonos Mariano Melgar de Mario Rivera del Carpio, con Guillermo Lecca Iturbe como Melgar, Elvira Flores, Elvira Tizón, Ada Marvel, Aquiles Guerrero, Carlos Ego Aguirre y Blanca Rowlands como Silvia, bajo la dirección de Richard Mur. En octubre, transmitió La historia del Señor de los Milagros en veintidós episodios escritos por Octavio Cabada Dancourt e interpretados por el elenco de Leonardo Arrieta y Araceli Márquez. Otra emisora que, en esos años, tuvo un notable cuadro de radioteatro fue Radio Libertad. Estaba encabezado por el español José María Linares Rivas, quien integraba la Compañía Nacional de Comedias, dirigida entonces por su compatriota Edmundo Barbero. Formaban parte del conjunto, entre otros, Sarah Cabrera, Carlota Ureta y Enrique Victoria, quien recuerda que “era prácticamente el elenco de la Compañía Nacional de Comedias el que estaba allí” (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005). Por entonces, Victoria era “el más joven de los actores del elenco” y, según el diario La Crónica, “desde hace años una de las más destacadas figuras juveniles de los principales elementos radio teatrales” (La Crónica, 1 de junio de 1946). En noviembre de 1946, sin embargo, el cuadro se desintegró. Linares Rivas partió contratado a México, donde hizo una prolífica carrera cinematográfica; y su esposa, Sarah Cabrera, tras protagonizar la película de César Miró Una apuesta con Satanás, lo seguiría a comienzos de 1948. En Libertad, también, Pablo de Madalengoitia y Carlota Ureta hicieron radioteatro como integrantes del sello Gente Joven, de lunes a viernes, en 1946. Primero presentaron piezas cómicas, y luego algunas de corte “serio” y “adulto” (La Crónica, edición de la tarde, 18 de enero de 1947). En enero de 1947 escenificaron su última obra, Vírgenes modernas, de Jacques Deval. En 1948, el espacio radioteatral de Libertad contaba con Elías Roca y Bertha Palacios como actores principales. En diciembre, Bertha Palacios participó en una versión de Lo que el viento se llevó, y en enero de 1949 en Pygmalion de George Bernard Shaw, según adaptación de Gustavo Moral, con el auspicio de Almacenes Carlos Craff. Libertad dejaría de interesarse por el radioteatro en la década siguiente. Hacia 1947, el argentino Antonio Luján lograba capturar la sintonía de los oyentes desde Radio Mundial con melodramas radioteatrales que no eran del gusto de la crítica:

“El muro de las lamentaciones”… “Reminiscencias de las lloronas”… “Radioteatro del llanto”… y muchas “jeremiadas” más debiera llamarse a las intervenciones radioteatrales de Antonio Luján y su compañía. Oír a CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 293

este conjunto es asistir a una cátedra doliente o a un ensayo de velorio… sin café y sin licor. Luján nos está resultando un magnífico llorón y lo que es peor, está haciendo “escuela” entre su elenco… (Radioteatro 6, mayo de 1947).

Pese a las objeciones, Luján sintonizaba con el gusto popular y supo dar trabajo a los actores nacionales en época de crisis. Enrique Victoria recuerda, al respecto:

Antonio Luján venía con novelas de la Argentina y la primera novela que transmitió fue Con los brazos en cruz; una “radiollorona”, digamos. Nos contrató a Violeta Bourget y a mí. Nos pagaba bien. Aparte de eso, teníamos un contrato de teatro. Luján implantó en el Perú la costumbre de que cuando faltaban diez o quince capítulos para terminar la novela, la llevaba al teatro. Hacía una versión teatral. Recorríamos los teatros de la capital. Generalmente debutábamos en el Segura, y después íbamos a los barrios: los distintos barrios de Lima, Callao, Miraflores, Chorrillos… Un día en cada teatro. Hacíamos un recorrido de dos semanas, de lunes a domingo. O sea que teníamos catorce días de teatro en funciones de vermuth y noche. La gente rompía las rejas para entrar. Nunca trabajamos con media sala, tres cuartos de sala. Siempre con gente sentada en los pasillos; repleto absolutamente el teatro (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005).

En Radio América, la prestigiosa Pepita Ureta dirigió el principal cuadro de radioteatro de esa emisora de 1946 a 1948. Antes estuvo en Radio Internacional y después en Radio Central. En 1946 dirigió La Novela del Aire, auspiciada por crema dental Squibb, siendo muy comentada su versión de Rebeca de Daphne du Murier (La Crónica, edición de la tarde, 18 de junio de 1946). Su afiatado elenco, mientras permaneció en América, lo integraban Luis Canessa, Consuelo Rey, Lucy Smith, Aurora Salas, Fernando Farrés, Manuel Velorio, y el venezolano Rafael González Guía. Este último, como ya se ha mencionado, se hizo muy popular por su papel de El monje loco, donde lucía “una risa verdaderamente macabra”, según palabras de Enrique Victoria (entrevista, 19 de enero del 2005). El mismo González Guía bromeaba a propósito de su célebre interpretación: “me empezó a llamar un alienista —contaba en marzo de 1948— y me decía que haciendo todos los días ese papel, la normalidad de mi cerebro corría grave peligro” (Radioteatro 16, marzo de 1948). Otro de los integrantes del elenco, el joven Manuel Velorio, se cambiaría de nombre a fines de 1949 por el de Manuel Delorio, con el que sería conocido en la radio, el teatro y la televisión por muchos años. La salida de Pepita Ureta de América permitió que Lucy Smith encabezara el cuadro principal de radioteatro desde diciembre de 1948, con González Guía y Luis Canessa como princi- 294 EMILIO BUSTAMANTE

pales figuras masculinas. En 1949, Lucy Smith se alejaría de América, con- tratada por Central. En América también estuvo un breve tiempo el ecuatoriano Hugo Vernel, que hizo dramatizaciones de valses criollos. Una de ellas, basada en Burla de Lorenzo Humberto Sotomayor, contó con las actuaciones de Alicia Lizárraga, Elvira Tizón y Consuelo Rey, pero la crítica de la revista Radioteatro no le fue favorable: “la citada audición transcurrió entre un montón de gritos histéricos que hacían reír, cuando el propósito del joven Verneil [sic] era hacer llorar […]. Me sorprendió escuchar a actrices de la categoría de Elvira Tizón y Consuelo Rey, que en ningún momento han debido aceptar trabajo en semejante audición” (Radioteatro 31, junio de 1949). A Vernel le iría mejor pocos meses después en Radio Atalaya. América presentaba, asimismo, un radioteatro infantil. Durante 1948 transmitió todos los días, a las 18.00 horas, cuentos adaptados de Las mil y una noches. Cada día se radioteatralizaba un cuento diferente con libreto y dirección de Pepe Muñoz. Actuaban Consuelo Rey, Rafael González Guía, Luis Canessa, Fernando Farrés, Óscar Ross, Haydée Paredes y Nancy Revolledo; auspiciaba Arturo Field. Radio Lima tenía a Cuchita Miró y Ernesto La Hoz como directores de radioteatro. Después se integraría Eduardo Olivares. Pusieron, entre otras piezas, Malditas sean las mujeres de Manuel Ibo Alfaro en 1948. Ese año también tuvo mucha audiencia, según La Crónica, la puesta de El castillo del odio de A. J. Cronin, dirigida por La Hoz, con las actuaciones de Violeta Bourget, Alberto Sorogastúa, María del Solar y Sonia del Mar (La Crónica, edición de la tarde, 15 de octubre de 1948). Otra compañía que actuaba en Radio Lima fue la de José Carlos Giraldo, integrada por Diana Mayo, Anita Silva, Jorge Mogoyón y Juan Paredes, que ofrecía una vez por semana Cine en el espacio, con adaptaciones de películas. También contaba la emisora con una Compañía de Radioteatro Juvenil que se presentaba diariamente, conducida por Germán Garay, y en la que actuaban Sonia del Mar y Anita Silva. Radio Victoria, que con Radio América eran las dos estaciones más fuertes de entonces, presentaba cuatro emisiones diarias de radioteatro. Uno de sus elencos era dirigido por Juan Moreno y tenía como escritor a Jorge C. Montalvo, quien hacía adptaciones de obras famosas. Entre ellas, A orillas del Nilo (basada en The house on the Nile de Anne Duffield) fue bastante elogiada por la prensa. Decía La Crónica: “tiene de todo, sin exageraciones y nos llevan a todas partes, dándonos emociones diferentes” (La Crónica, edición de la tarde, 15 de enero de 1947). Integraban el elenco: Ruth Revoredo, CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 295

Bertha Palacios, Zarela Cruzado y Alberto Arenas. En la misma emisora estu- vieron, durante 1948, Marianella Ureta y María Mille. El elenco estelar de Victoria entre 1947 y 1949 fue, sin embargo, el conducido por Elvira Travesí y Juan Ureta, que presentaban Radioteatro Mundo todas las tardes. En 1947 irradiaron, entre otras obras, La culpa de nadie, del guionista argentino Carlos Alberto Orlando, que no fue del gusto de un cronista de la revista Radioteatro, quien comentaba:

Últimamente Radio Victoria ha venido presentando un espacio radioteatral con libretos —muy mediocres por cierto— del escritor argentino Carlos Alberto Orlando, titulado “La culpa de nadie”. En realidad la culpa es de Orlando y de Radio Victoria por haberlo contratado. Los artistas están bien; sobre todo la primera actriz Elvira Travesí y el actor Juan Ureta, quienes merecen obras de más lucimiento. Creemos que las emisoras locales deben estimular la producción nacional, y no favorecer a libretistas extranjeros, que además de ser mediocres, se dan gran porte y cobran astronómicamente (Radioteatro 5, mayo de 1947).

Carlos Alberto Orlando se convertiría, no obstante, en uno de los más importantes guionistas del cine argentino. Fue autor de los guiones de La calle grita (1948) de Lucas Demare, De hombre a hombre (1949) de Hugo Fregonese, y La Tigra (1953) de Leopoldo Torre Nilson, entre otros. También en Victoria, el muy activo Elías Roca dirigió en 1949 un radioteatro de tema policial, auspiciado por Hisol, un producto de laboratorios Abeefe, dirariamente a las 18.30 horas. Entre las radios chicas, Radio Alegría demostró interés por el género. Tuvo en 1946 un elenco dirigido por César Negreiros e integrado por Lucy Smith (primera dama joven), Bertha Palacios, Elías Roca, Zarela Cruzado, Eduardo Tellería y José Carlos Salinas. Además, se presentaba allí, como ya se ha mencionado, un radioteatro aprista conducido por Adán Alva y presentado por Eduardo Jibaja. Radio Callao, por su parte, contrató en 1948 al elenco de Juan Moreno, quien ya había trabajado años antes en la emisora, y venía de mostrar su talento en Victoria. Las estaciones de creación más reciente, como San Cristóbal, Excelsior y Atalaya, apostaron, asimismo, por el género. San Cristóbal tuvo a la compañía de Socorro Cáceres, y Excelsior al cuadro de Juan Moreno en 1949. En Excelsior, durante ese año, se presentaron además Marianella Ureta y Guillermo Lecca Iturbe, dirigidos por María Mille, que pasarían luego a Radio Central. En 1949, Atalaya tuvo como actriz destacada a la joven Emma Sacker, y contrató al ecuatoriano Hugo Vernel, quien presentó, esta vez con gran éxito, Nosotros los pobres, inspirada en la taquillera película mexicana de Ismael Rodríguez. 296 EMILIO BUSTAMANTE

Radio Nacional, por su parte, contrató en 1947 al actor chileno Eduardo Naveda, quien dejó Central y dirigió, entre otras obras, El enfermo imaginario de Molière, con la actuación del español Edmundo Barbero, por entonces director de la Compañía Nacional de Comedias y de la Escuela Nacional de Arte Dramático.

3.8.3 Informativos En diciembre de 1946, la revista Radioteatro comentaba:

En lo que respecta a la difusión de noticias estamos quizá en uno de los últimos niveles si no en el último. ¿A qué se debe esta desigualdad…? Muy sencillo. Durante mucho tiempo leyes coercitivas no permitieron a las radios más noticias que las que proporcionaba el gobierno, las cuales tenían muchos defectos en el orden técnico, perdiendo no solamente el público el interés en escucharlas, sino las mismas estaciones en transmitirlas, cosa que tenían que hacer obligadamente so pena de severas sanciones (Radioteatro 1, 21 de diciembre de 1946).

Durante los últimos años del gobierno de Bustamante, como ya se ha indicado, se estableció la obligatoriedad de pasar en cadena el informativo del régimen. El programa oficialista La Voz del Perú editorializó diariamente sobre los acontecimientos políticos desde la óptica del Ejecutivo. Con el golpe de Odría, la situación se agravó. Entre los programas informativos del período destacó El Reporter Esso, de la IPC, que se emitía a través de Radio Nacional, cuatro veces al día: 8.30, 12.55, 20.55 y 22.55 horas, con despachos de la United Press. El locutor era Julio Garazatúa. En una nota aparecida en la revista Fanal se describía, en 1946, cómo se elaboraba el informativo:

Radio-operadores bien adiestrados captan en los receptores las señales Morse que van deshilvanando, como una madeja, mensajes que llegan de Bombay y Londres, de Washington y Sidney, de Río de Janeiro y Moscú, de grandes capitales y pequeñas poblaciones en las que haya ocurrido algo que el experto periodista que representa a la U. P. en ese sector califica de noticia mundial. Y cuando la estática, las manchas solares o cualquier otra causa de perturbación atmosférica hace inaudibles los mensajes inalámbricos, allí están las líneas de los cables submarinos para salvar la deficiencia. Lacónicamente redactados los mensajes, en su mayoría en idioma inglés, son pasados inmediatamente a un traductor-redactor de experiencia, quien se encarga de darles redacción española. Entra luego en funciones el mensajero ciclista que lleva a nuestras ofici- nas y a los estudios de la Radio Nacional los mensajes redactados. Viene CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 297

entonces la parte final. En la pizarra que tiene el Reporter Esso en las vidrieras de nuestras oficinas en la Plaza San Martín, se coloca el boletín de la hora, para conocimiento de los millares de transeúntes que, a todas horas del día circulan por allí, a muchos de los cuales es frecuente ver detenidos para leer las últimas noticias. Y en Radio Nacional, breves minutos después de haber llegado, cuatro veces al día, el boletín del Reporter Esso, la voz del locutor se encarga de hacer conocer a todos los radio-escuchas lo último que ha sucedido por la tierra (Fanal 4, marzo de 1946).

En 1948, El Reporter Esso empezó a transmitirse por Radio América y tuvo como locutor al joven Juan Ramírez Lazo. Otros noticieros fueron El diario del aire en Radio Mundial, que se emitía también cuatro veces al día y era conducido por Emilio Armaza, y Radioperiódico El Mundo de Radio Victoria, que salía diariamente a las 7.10, y se convertiría durante décadas en uno de los más escuchados del país. Colonial tenía un programa informativo llamado Mesa revuelta, el cual todas las noches combinaba noticias nacionales e internacionales con microteatro en el que actuaban Marietta Cruzado y Fernando Farrés. En Central, como ya se ha anotado, se dramatizaba información internacional en Sucesos mundiales en 1947, y reaparecería La marcha del tiempo en 1949. El mismo año, Juan Malmborg emitía Panoramas del mundo en Radio Nacional.

3.8.4 Programas humorísticos La encuesta de La Crónica de 1943 había confirmado el gusto del público por el radioteatro cómico. En esa vertiente se ubicó Las aventuras de Pachequito que Pepe Muñoz dirigió en Colonial con las actuaciones de Carlota Ureta, Francisco Pomar, Consuelo Rey y Emilio Ureta, de lunes a viernes al mediodía, durante varios meses de 1946. Al año siguiente, Colonial anunció La audición de los locos con libretos y dirección de Augusto Ferrando y actuación de Paco Andreu. En 1947, también, Carlos Martínez interpretaba al japonés Tesuda en Radio Libertad con libretos de Leonidas Yerovi, mientras Teresita Arce dejaba Radio Nacional para encarnar en Radio Victoria a su célebre personaje La Chola Purificación Chauca, los martes, jueves y sábado, de 20.30 a 21.00 horas, en el programa Chispazos risueños, auspiciado por Nutrol. Como de costumbre, se presentaba tocando un pito. Ese año, Arce escribió una nota en Radioteatro, titulada “Cómo nació ‘La Chola Purificación’”. Revelaba que surgió cuando trabajaba en Radio Grellaud sobre la base de las experiencias que le narraba una empleada del hogar 298 EMILIO BUSTAMANTE

y comadre suya: “Cuando mi comadre me contaba las cosas a su modo, yo ‘vivía el personaje’, y de lo que ella encontraba a veces triste, yo sacaba la nota cómica”. Terminaba el artículo con una de sus frases famosas: “¡Visite el Perú!” (Radioteatro 3, febrero de 1947). En 1949, Teresita Arce se presentaba tres veces por semana en Radio Central, auspiciada por Loterías de Huancayo, en el programa Del brazo con la fortuna. Muy comentados eran entonces sus actos de filantropía. El comediante Ángel Crespo realizaba, en 1948, imitaciones y daba voz a Pelito, el niño prodigio y a Filete en Radio Victoria. En la misma emisora, Carlos Revolledo interpretaba al detective Cholo Holmes con libretos de Pedrín Chispa (Elías Ponce Rodríguez), encabezando un elenco integrado por Carlos Curonisy, Ruth Revoredo y el cantante Rodolfo Cueto. Meses antes, Revolledo y Pedrín Chispa trabajaron en América, en el programa humorístico de Chocolate Ravettino, con la cantante Aída Valencia, la orquesta de Don Gregorio y la actriz y locutora Marietta Cruzado. A fines de ese año, Ángel Crespo fue contratado por Radio Central, y Radio Victoria reclamó que el personaje de Pelito lo tenía registrado, oponiéndose a que Crespo lo interpretara en Central, y advirtiendo que iniciaría acciones legales si lo hiciere. Crespo ignoró la advertencia, y se presentaron así El auténtico Pelito (Ángel Crespo) en Central, y Pelito registrado (Edmundo Moreau) en Victoria (Radioteatro 25, diciembre 1948). En 1948, también, Paco Andreu y Nelson Arrunátegui obtuvieron un gran éxito con Don Ismael y su muñeco parlante, los lunes, miércoles y viernes en el auditorio, a las 19.45. El veterano y graciosísimo Andreu hacía de muñeco parlante y Arrunátegui de ventrílocuo. Decía Radioteatro: “[…] es de lamentar que muchas veces Don Paco haga uso de las ‘morcillas’ y del chiste de doble sentido bastante marcado” (Radioteatro 20, julio 1948); pero, al parecer, esos exabruptos no molestaban para nada al público asistente a la audición que —la propia revista reconocía— respondía a ellos con carcajadas.23 En enero de 1949, Los hijos del capitán, protagonizado por Carlos Revolledo, con libretos de Pedrín Chispa, significaría un nuevo triunfo para Radio Central:

23 Un verdadero ventrilocuo, el profesor Dilmer, argentino, se presentaba con su muñeco Venancio en Radio Colonial en julio de 1948, precisamente en la misma temporada en que Andreu y Arrunátegui realizaban su parodia. Dilmer volvió a presentarse en 1949 en Radio América. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 299

Chistes de corte y efecto netamente populares jalonan la audición deno- minada “Los Hijos del Capitán”, que está a cargo del popular Cholo Revolledo, secundado por la magnífica actriz infantil Lucerito del Valle, Marietta Cruzado y Carlitos Guerrero, en un ciclo auspiciado por “Crush”. El programa logra altos planos de eficacia reidera. Carlos Revolledo, simpático, ágil, se encarama por sobre el libreto de Pedrín Chispa, rebasando a veces los límites del libro (Radioteatro 26, enero de 1949).

Aquel año, el compositor Lorenzo Humberto Sotomayor creó un perso- naje cómico, Pildorín, en un programa de Radio Victoria, pero el autén tico suceso humorístico de la emisora de Cavero fue el Zambo Ma lambito, hin- cha de Alianza Lima y de la cerveza, interpretado por Carlos Rodrigo en el programa Al compás del criollismo, con libretos de Pedrín Chispa. La revis- ta Radioteatro editorializaba sobre Rodrigo y Malambito:

Carlos Rodrigo […] con su personaje “Malambito”, logra en la actualidad el más grande suceso y la más enorme sintonía que artista alguno haya logrado en la radiotelefonía nacional. “Malambito” se escucha con emoción y con ansiedad. Sabemos que desde mucho antes de la hora de la audición, millares de personas ya están pendientes del instante de escucharlo. En una palabra, todo Lima tiene como ídolo radial a “Malambito” y por ende al sin par Carlos Rodrigo (Radioteatro 29, abril de 1949).

Durante aquel año, Rodrigo logró otra caracterización feliz: la del animador Takeo Tashima en Caravana de Mister Buck. En diciembre de 1949 siguió interpretando a Malambito en Victoria, en un programa auspiciado por Nutrol, siempre con libretos de Pedrín Chispa, pero esta vez con el acompañamiento de Lucerito del Valle, Carlos Curonisy y Ruth Revorado. En el mismo espacio intervenían Los Chalanes, el dúo Olga Ríos-Margarita Cerdeña, Carlos Alfonso Delgado, Hernán Delgado, Alberto Arenas y Fidel Ramírez Lazo.

3.8.5 Programas de concurso Los auditorios no solo permitieron la presentación de artistas ante sus admiradores sino la realización de programa de concurso con numeroso público. No obstante, algunos conductores de estos programas fueron criticados por la prensa por hacer escarnio de los participantes:

El público que escucha radio, y que es como se sabe muy numeroso, habrá observado en las audiciones en las que se hace participar a los asistentes, un hecho que merece franca censura. El “animador” o speaker de estas audiciones seudoculturales, se permite, con frecuencia, burlas y 300 EMILIO BUSTAMANTE

bromas crueles con algunas personas que suelen ser celebradas por los asistentes con grandes risas […]. Los “animadores”, habituados al trato con el público, adquieren una “soltura” y facilidad para expresarse, que limita cada día más el freno que permite a un orador diferenciarse de un mero charlatán, y es así cómo, seguramente sin proponérselo, llegan con palabras a herir y mortificar a muchas personas, hombres o mujeres, con observaciones de tipo tan chabacano y vulgar que realmente admira cómo las respectivas direcciones de las emisoras no les llaman la atención […]. Una persona se presenta con la confianza de que va a ganar un pequeño premio, y desde ese instante es recibida con una serie de frases y sarcasmos que la acobardan cuando no la anonadan. Sus respuestas tímidas, sus réplicas indecisas, su nerviosidad ante el micro muy naturales en quienes no tienen práctica ni condiciones para ello, son aprovechadas por el “animador” para obtener la carcajada fácil, y para que a través de los espacios se dé a estas audiciones un sello de tan inferior calidad humana y cultural, realmente inaceptable (Radioteatro 5, abril de 1947).

Fue Radio Central la emisora que más programas de concurso tuvo en el período. Tenían una frecuencia casi diaria en el horario de las 20.00 horas. En 1945, por ejemplo, programaba los martes Espuma del saber, los miércoles Notas que hablan (“la audición que descubre estrellas”), los jueves el ya célebre Chanchito de la inteligencia, los viernes Problemas musicales y los sábados el sintonizadísimo Contrapunto radial. Ese año, Libertad presentaba La bolsa de la buena suerte y El palacio de la risa, ambos con Pepe Godard como animador. En 1947, Central siguió al frente con Cante su mejor bolero, Problemas musicales y, por supuesto, El Chanchito de la inteligencia. En Radio Li ma destacó La frase millonaria, con la animación de Armando Ortiz Lambert. Victoria convocó los sábados a audiciones especiales para afi- cionados, en un espacio animado por Juan Silva, y en Colonial Carlos Cu ronisy animó otro programa de concurso en el que se mezclaban can- ciones y adivinanzas. En 1948 resaltaron Mil soles en una noche en Radio Central, animado por Nelson Arrunátegui y Fidel Ramírez Lazo, y Crucigrama radial en Radio Lima, mientras que Goles y soles llenaba el pequeño auditorio de Radio Colonial, donde se lucía el animador Pepe Delgado. En 1949, un concurso más ambicioso, Bajo las luces de Kolynos, era animado por Pepe Muñoz, Hugo Peláez Rioja y Pepe Delgado en Radio Victoria; y Glostora regala, con Juan Silva y Fernando Farrés como anfitriones, y libretos de Eduardo Miller, reunía a decenas de personas en el auditorio de Radio Central. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 301

3.8.6 Programas culturales En una “autoentrevista”, en Radioteatro, el libretista Pedrín Chispa escribía:

— ¿Qué opina usted de la radio? — ¡Que debería hacer labor cultural en los oyentes… la labor de la radio debe tender a que sus audiciones sean siempre educativas…! — ¡Bravo… esa es una opinión inteligente…! — Sí, claro… Lo malo está que si se hacen programas educativos, no habría a quién educar, porque nadie los escucharía… (Radioteatro 20, julio de 1948)

No está de más recordar que Pedrín Chispa (Elías Ponce Rodríguez) era profesor y había escrito, inclusive, algunos textos escolares. Los espa- cios educativos, sin embargo, no estuvieron ausentes de la radio. Entre 1945 y 1948, siendo Luis Alberto Sánchez rector de la Universidad de San Marcos, se emitieron programas educativos diarios en Radio Nacional a nombre de esa casa de estudios. Y, si hemos de dar crédito a Sánchez, sí eran escuchados:

El Poder Ejecutivo me prestó al principio limitada cooperación, pero acabó sumándose a la estúpida conjura contra San Marcos. Cierto que nos facilitaba diariamente, por una hora, la Radio Nacional, a fin de que a través de ella transmitiéramos nuestros programas vespertinos de Extensión Cultural; gracias a ello hasta en las más remotas poblaciones del país, ahí donde llegaban las ondas de la OAX, la gente se reunía en las casas o, si era preciso, en las plazuelas, para escuchar ansiosas el cotidiano mensaje de su Universidad Mayor. Desde luego, no era un mensaje mío. Lo irradiaban Claudio Sánchez Albornoz, José Giral, André Maurois, Marcelo Ruiz Funes, Alfredo Palacios, Dámaso Alonso, Luis Jiménez de Asúa, Marcel Bataillón, Pedro Salinas, Pedro Lain Entralgo, Raymond Ronze, Guido de Ruggiero, Arthur Whitaker, Frank Tannenbaum, Mariano Picón Salas, Eugenio Pereira Salas, Amanda Labarca, Germán Arciniegas y qué sé yo. Los peruanos escuchaban todos los días la palabra de algún profesor, artista, escritor o líder de gran autoridad. Las cartas que sin cesar recibíamos desde los más lejanos rincones del Perú constituían parte de nuestro tesoro, razón de nuestro orgullo (Sánchez 1987, vol. 2: 868).

Sin embargo, añadía Sánchez: “[…] en Enero de 1947 el nuevo Gabinete, el Gabinete post-Graña, presidido por Roque Saldías y del que era Ministro de Gobierno Odría, empezó su provocadora y agresiva política contra San Marcos. Nos negó o cicateó Radio Nacional para acallar esas transmisiones 302 EMILIO BUSTAMANTE

de alta cultura. Luché. Al cabo obtuve que se nos siguiera facilitando la OAX. No se logró sin duro trabajo” (Sánchez 1987, vol. 2: 868). En Nacional, también, José María Arguedas, entonces conservador de folclore de la Dirección de Educación Artística Cultural del Ministerio de Eduación, inició en junio de 1946 un ciclo de divulgación de la cultura andina. En 1947, la revista Folklore que dirigía el poeta ayabaquino Florencio de la Sierra (Florentino Gálvez Saavedra) emitió La hora vernacular en Radio Nacional, y promovió un primer concurso folclórico nacional. En marzo de ese año se presentó allí el profesor Cosme Vildoso, catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú, para disertar sobre la importancia del folclore para los niños. La revista Folklore auspició, asimismo, Ronda azul de los poetas en Radio Colonial, donde se presentaron, entre otros, Alejandro Vivanco y su Orféon Folklórico Peruano, el Conjunto Huanca Villca, la soprano India Colla y el poeta chotano Anaximandro Vega. En Nacional, además, se irradió Arte, auspiciado por la IPC, con ejecutantes de música clásica, como la clavecinista Julieta Goloschwartz; también formaron parte de la programación de la emisora estatal La hora cultural del Instituto Cultural Peruano-Norteamericano (Icpna), y Ecos de Francia. En 1948, Ernesto More inauguró La hora del Perú en América con audiciones dedicadas a la cultura de países vecinos. Entre 1948 y 1949, Roberto Cruzalegui produjo y escribió La revista del pasado en Radio Central, con la animación de Nelson Arrunátegui y Fernando Farrés, y los cantantes Gloria Lecaros y Miguel de Albarracín. Fue el antecedente de otro programa que realizaría Cruzalegui en 1954 y 1955 para Radio Panamericana: Música y sucesos del ayer. Por Colonial se transmitió la serie Bronces históricos peruanos, escrita por Manuel Vegas Castillo, dedicada a los maestros y estudiantes del país. En la misma emisora, Pablo de Madalengoitia inauguró Cita de estrellas en 1946, donde presentó a Alina de Silva (de quien se escucharon las canciones que grabara con Jorge Huirse), a los realizadores e intérpretes de la película peruana La lunareja (con audición de la partitura compuesta para el filme por Luis Pacheco de Céspedes), y a miembros de la Compañía Nacional de Comedias (Edmundo Barbero, Elvira Tizón, José María Linares Rivas, Eduardo Olivares y Carlos Curonisy), quienes interpretaron escenas de la obra Olaya o El barquero y el virrey de Manuel Nicolás Corpancho, que estaba por estrenarse en el teatro Segura (La Crónica, 5 de julio de 1946). Teresita Arce, por su parte, condujo en 1947 La verdad sobre el teatro nacional, de lunes a viernes, a las 13.00 horas, en Radio Victoria, con par- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 303

ticipación de críticos y artistas. En Radio Central, el animador Pepe Godard logró atraer desde setiembre de 1948 el interés de la audiencia por la poe- sía amorosa en Hablemos de amor, todos los días a las 22.45, en Radio Central. Un año después, Godard publicó un libro con el mismo título, se trataba de una antología de poemas de diversos autores recitados en su programa. La poeta Amparo Baluarte tuvo un espacio similar en Radio Selecta desde julio de 1948. En 1949, ya bajo la dictadura de Odría, el Ministerio de Educación Pública transmitía por Radio Nacional (los jueves) y Radio Mundial (los viernes) la Hora de Educación Nacional. Al comienzo era un programa en el que participaban alumnos de colegios estatales, con preguntas y respuestas sobre temas de historia y geografía del Perú; luego se transformó en un espacio dedicado a un colegio por audición, donde se presentaban los directores, profesores y alumnos de los planteles, con charlas, canciones y radioteatro. El espacio incluía un Informativo Oficial del Ministerio de Educación Pública.

3.8.7 Programas cinematográficos César Augusto Huerta siguió en el aire con su programa Microcine radial que se transmitía por Radio Central. En 1949 celebró ocho años de permanencia. Otros espacios de información cinematográfica fueron El séptimo arte en Radio Colonial, animado por Raúl Herera y Carlos Curonisy; y El momento cinematográfico en Radio Mundial, conducido primero por Gloria Denis y después por Evelin Bisley.

3.8.8 Programas infantiles Maruja Venegas fue la gran promotora de espacios infantiles entonces. Conducía su Radio Club Infantil los sábados, a las 18.30, en Radio Mundial, donde con el lema “Educar, ayudar, entretener” realizaba campañas a favor de la niñez desamparada. Además, presentaba allí a niños de clase media con cualidades artísticas que pronto serían estrellas de la radio. En diciembre de 1945, en colaboración con Alberto Mecklenburg y con el auspicio de la Casa Montori, adaptó Las mil y una noches en un programa que era emitido todos los martes de ese mes. Hacia 1948 su labor era ya ampliamente reconocida. La revista Radioteatro comentaba:

Nunca nuestra radiotelefonía tuvo una audición de tanta trascendencia popular como la titulada “Radio Club Infantil” que se transmite por los micrófonos de Radio Mundial, conducida por su creadora y animadora Marujita Venegas, elemento del ambiente radial de gran raigambre entre 304 EMILIO BUSTAMANTE

todas las clases sociales, pero especialmente entre la niñez desvalida, a la que por medio de su magnífica cruzada social radiotelefónica, y con la colaboración de gran cantidad de niños pertenecientes a la ya gran institución, ha llevado en diversas oportunidades momentos de gran felicidad. Testigo de ello son los miles y miles de niños inscritos en “Radio Club”, los enfermitos del Hospital del Niño, los niños tuberculosos del Sanatorio de Collique, los leprositos de Portada de Guía, los niños ciegos, los sordomudos y todas aquellas criaturas que viven con alguna tara física. La labor de Maruja Venegas ha trascendido hasta el extranjero, desde donde a diario le llegan cartas y obsequios para que los reparta entre sus niños, y que, unidos a los regalos que le hacen colaboradores nacionales, no llegan a satisfacer la gran demanda que tiene por la gran cantidad de niños necesitados que hay que ayudar de alguna manera. Esta gran cruzada de bien social no debe pasar desapercibida para los poderes públicos y en especial para el gobierno, el que en vista de su enorme trascendencia popular y de la gran cantidad de socios que tiene Radio Club, debería brindárseles, por lo menos, un local para sede de la institución. Tampoco puede, ni debe ser inadvertida por las personas adineradas, y a los que “Radio Club” no solicita dinero, sino ropita aunque sea usada, juguetes, revistas, figuras, y todo aquello que pueda servir para brindar momentos felices a los desheredados de la fortuna (Radioteatro 16, marzo de 1948).

Entre los niños artistas que se presentaban regularmente en el programa destacaban nítidamente, desde 1947, los Hermanitos Ponce y Lucerito del Valle. Los Hermanitos Ponce (Elías, Daniel y Malva Luz) eran hijos del libretista Elías Ponce Rodríguez (Pedrín Chispa). Cantaban temas mexicanos, y a los pocos meses de debutar en Radio Club Infantil se convirtieron en Los Chicos de la Radio, y ofrecieron audiciones en Radio Central, Radio Libertad, Radio América y Radio Victoria. El recuerdo que tenían de Maruja Venegas en 1949 era cálido. En una entrevista realizada en enero de aquel año, el reportero anotaba: “Los Chicos atropellan todo para elogiar a Maruja… Nos hablan de ella, como se hace de una querida profesora… de una amiga de los chicos… de todos los chicos del Perú…” (Radioteatro 26, enero de 1949). Más adelante, uno de ellos declaraba ante la pregunta de si pensaban en los oyentes cuando cantaban: “Sí señor… pensamos en que nos están escuchando todos los muchachos de Lima… Cantar para los chicos es lo que hacemos siempre, sobre todo para los chicos de los hos- pitales y para los enfermos… Eso lo aprendimos en Radio Club Infantil…” CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 305

(Radioteatro 26, enero de 1949). En la década de 1950, los hermanos Ponce serían cotizados intérpretes de jingles publicitarios. Por su parte, Lucerito del Valle (Violeta Cáceres) sería la gran estrella infantil de fines de la década de 1940 e inicios de la década de 1950. En 1948 firmó un contrato con Radio América e intervino en el programa Noches criollas Ravettino, al lado del prestigioso actor cómico Carlos Revolledo, interpretando a Angelita, una creación de Pedrín Chispa. En 1949 apareció en Los hijos del capitán en Radio Central, también con Carlos Revolledo, y participó en Al compás del criollismo de Radio Victoria en los celebrados sketchs de Malambito con Carlos Rodrigo. Radioteatro comentaba entonces que: “la pequeña gran actriz Lucerito del Valle, supera ampliamente con su naturalidad y perfecta dicción a todas nuestras actrices de radioteatro” (Radioteatro 29, abril de 1949). Lucerito del Valle seguiría creciendo en la radio limeña durante la década siguiente, al punto de tener un programa propio y ser disputada por las principales emisoras de Lima. Ya en la adultez, Violeta Cáceres se convertiría en una de las más talentosas y respetadas actrices nacionales. Aparte de Mundial, otras emisoras tenían programas para niños. Colonial ofrecía de lunes a sábado, a las 17.00, La hora infantil, con el Abuelito Carlos (Carlos Ego Aguirre), auspiciada por Productos Fénix; y Radio Alegría transmitía La audición infantil, diariamente, a las 17:15.

3.8.9 Programas femeninos Entre los programas destinados a la mujer destacó nítidamente Club de mujeres de Radio Colonial. Salía al aire en julio de 1946, y se emitía tres veces por semana en las tardes. Lo conducían Catalina Recavarren, Raquel Delgado de Castro, Rosa Elvira Figueroa, Rosa Hernando y Melva Luna, y participaban María Llona, María Wiesse, Rosa Mercedes Ayarza de Morales y Elvira Tizón. Tenía secciones permanentes: “Orientación de conducta y actividades femeninas”, “La inquietud del momento” (debate), “Notas de arte”, “Apuntes a la buena lectura”, “Confidencias” y “Galería social: la invitada de honor”. En 1947 presentó como invitadas, entre otras figuras, a la famosa rejoneadora Conchita Cintrón, la Diosa rubia del toreo, que fue en tre vistada por Melva Luna y Graciela Lorza, y a la recitadora argentina Ber tha Singerman. En 1948, Rosa Elvira Figueroa y Catalina Recavarren condujeron Nosotras, dos veces por semana en la misma emisora. En 1943 ya habían tenido un programa con ese nombre en Radio América. Reemplazó a Club de mujeres con las mismas características. 306 EMILIO BUSTAMANTE

Otros programas dedicados a las mujeres fueron La revista del hogar en América y Sólo para mujeres en Atalaya, conducido por Marianella Ureta. Ambos en 1949.

3.8.10 Programas de revistas El género de revista, con influencia del teatro de varieté, tuvo una de sus principales manifestaciones en Pisco Catedral de Victoria, donde se presentaban Ángel Crespo (Pelito), Ruth Revoredo, Las Criollitas y el animador Carlos Alfonso Delgado. Victoria ofrecía, además, otra revista cómico-musical, Rondas criollas, animada por Juan Silva, con la orquesta Coltrinari, Las Criollitas y Ángel Crespo. El mismo Juan Silva conducía Burbujas La Sirena con la cantante Teresa Bolívar, el tenor Juan Carlos Dorcal (Edmundo Pizarro) y libretos de Pedrín Chispa; también participaban Lidia Montenegro, Raúl Varela, el locutor comercial Alberto Arenas y el comediante Alfonso Romero, que interpretaba a Don Cotencio. En 1949, en Radio América se realizaban unas Fiestas de fin de semana, con la orquesta de Carlos Pickling, la animación de Pepe Delgado, los cantantes Alfonso Morúa y Hernán Pelayo, el comediante Edmundo Moreau y el locutor Gustavo Indacochea.

3.8.11 Programas deportivos, hípicos y taurinos En Radio Nacional continuó Gustavo Montoya al frente del plantel deportivo. Transmitía los domingos los partidos de la Asociación No Amateur de Fútbol, desde el Estadio Nacional. Otras emisoras hacían lo propio: Colonial, Mundial, Central, Lima y Victoria. Eran ellas, también, las que tenían los mejores programas deportivos. Colonial, en particular, mostraba un gran interés por los deportes. No hay que olvidar que su propietario, Juan Sedó, era básicamente un locutor deportivo. En 1947 transmitió el Campeonato Sudamericano de Fútbol desde Guayaquil, y entre el 26 de diciembre de 1947 y el 8 de enero de 1948 cubrió los Juegos Bolivarianos celebrados en Lima. No solo prestaba atención al fútbol, sino también al boxeo y al catchascán. Su programa principal era Coca Cola deportiva desde 1945, y el plantel estaba integrado ese año por el mismo Sedó, Alberto Mecklenburg, Augusto Ferrando, Carlos Curonisy, Gastón Guido, Alejandro Herrera Químper, Pedro Florindo y el argentino Boris Sojit, quien se encargaba de relatar las peleas de boxeo. El narrador de catchascán era Pedro Florindo, pero al pasar este a Radio Lima fue reemplazado por Manuel Sojit (Corner), hermano de CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 307

Boris.24 Se integraron al plantel poco después Raúl Goyburu y Alejandro Sánchez, quien asumió la locución comercial durante las transmisiones de los partidos de fútbol. Colonial puso en el aire, además, audiciones de concurso con tema deportivo. En 1948 lanzó Goles y soles, con la producción de Raúl Goyburu y la animación de Pepe Delgado. Los concursantes se agrupaban en equipos que respondían preguntas sobre asuntos vinculados al fútbol y se anotaban un gol por cada acierto; auspiciaba la embotelladora Barton y Compañía. Otro programa de concurso fue Pelota de trapo, en 1949, con la animación de Alberto Mecklenburg y Eduardo San Román; asistían a las audiciones “viejos cracks” como “invitados de honor” (La Crónica, edición de la tarde, 7 de julio de 1949). En octubre de 1948, Colonial transmitió la carrera Buenos Aires-Caracas, Gran Premio América del Sur, cuyas etapas cinco, seis y siete se desarrollaban en territorio peruano. Contó con el auspicio de Alfredo Mantilla y Ventura Hermanos, y la colaboración de la Subdirección de Comunicaciones, la Dirección de Trasmisiones del Ejército, la Companía Nacional de Teléfonos, Telégrafos del Estado, Touring y Automóvil Club del Perú, la All American Cable, las Empresas Eléctricas Asociadas, la companía de aviación Faucett, West Cost Cable, Radio Continental de Arequipa, Radio Trujillo, Radio Delcar, Radio Piura y Radio Universal de Ica. Estableció 54 puntos de información con 162 personas interviniendo la red (La Crónica, edición de la tarde, 20 de octubre de 1948). En julio de 1949 transmitió la carrera Zarumilla-Lima, con puestos en Piura, Chiclayo, Trujillo, Casma, Barranca, Chancay y Lima (La Crónica, edición de la tarde, 18 de julio de 1949). El programa deportivo de Radio Mundial se llamaba La voz del deporte, iba a las 22.45 horas, y en 1945 era, según La Crónica, el de mayor sintonía en todo el país (La Crónica, 26 de setiembre de 1945). Lamentablemente, en setiembre de 1946 falleció su director, Conrado Baldovino, conocido como Tuto. En 1947, la conducción la asumieron Eduardo San Román y Arturo Pomar en un nuevo horario, a las 18.45. Una de las transmisiones memorables de Radio Mundial tuvo lugar en diciembre de 1945, con moti-

24 Boris y Manuel Sojit tenían otro hermano que también era locutor deportivo y que no trabajó en el Perú: Luis Elías, muy famoso en Argentina, y partidario de Perón. Según Hugo Martínez de León, fue quien inventó la frase “hoy es un día peronista” para señalar “que había un sol espléndido” (Martínez de León 2005: 153). Se le atribuye, asimismo, la creación de la frase “¡coche a la vista!” en las transmisiones automovilísticas. 308 EMILIO BUSTAMANTE

vo del Campeonato Latinoamericano de Box Amateur en Buenos Aires. Entonces hizo cadena con Radio El Mundo. El relato de los encuentros lo realizó Boris Sojit. Mundial también transmitió los Juegos Bolivarianos de 1947-1948. En Radio Central, el periodista Raúl Villarán estrenó en 1948 el programa Goles, los domingos en la noche. Comprendía comentarios sobre los partidos de la fecha, entrevistas, noticias del fútbol argentino, sketchs y la retransmisión de momentos de los encuentros disputados en el Estadio Nacional. La animación estaba a cargo de Fidel Ramírez Lazo, los comenta- ristas eran Guillermo Cortez Núñez (Cuatacho), Federico La Rosa Toro, Augusto Chávez Costa y Manuel Sojit (Corner). Según la revista Radioteatro, en los sketchs y comentarios dialogados destacaba Violeta Bourget, y en la lectura de los avisos los locutores Fernando Farrés y Óscar Ross (Radioteatro 23, octubre de 1948). Al mes siguiente, sin embargo, Villarán y su plantel de comentaristas se mudaron a Radio Victoria, donde presentaron Goles con Carlos Alfonso Delgado como animador, Ruth Revoredo en los sketchs y Lázaro Tello en la locución (Radioteatro 24, noviembre de 1948). Radio Central también cubrió la carrera Caracas-Buenos Aires en 1948. No tuvo el monumental despliegue de Radio Colonial, pero utilizó un avión “desde el que trató de transmitir el desarrollo de la carrera, pero, infortunadamente, solo con relativo éxito” (Radioteatro 23, noviembre de 1948). En 1949 salió al aire en Central, Pregón deportivo, dirigido por Óscar Artacho, con un plantel integrado por Lucho Palma, Don Rebote, Lucho Vélez (seudónimo de José Artacho Morgado, hermano de Óscar), Fernando Farrés y Nelson Arrunátegui. Tendría una vida larga y sería uno de los grandes programas deportivos de la historia de la radio peruana. Su director, Óscar Artacho, nacido en Argentina, había venido al Perú en 1946 como futbolista y vestido la camiseta del Club Mariscal Sucre; luego de una lesión se había dedicado al periodismo deportivo. Su consagración llegaría muy pronto, durante el Sudamericano de Fútbol de 1949 con sede en Brasil, donde tuvo a su cargo la narración de los partidos, acompañado por Fidel Ramírez Lazo en la locución comercial y Raúl Villarán y Alfredo Narváez en los comentarios. La revista Radioteatro comentaba en abril de aquel año que Artacho era el “mejor narrador de partidos de fútbol que existe en el Perú” y añadía que “para todos los aficionados al deporte resulta inconfundible su clásico grito: —¡Gooooooool!...” (Radioteatro 29, abril de 1949). Fue, en efecto, Artacho quien impuso la modalidad de alargar la “o” en la designación de los goles. Artacho condujo también un programa de revista los sábados CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 309

por la noche, Música y goles, que combinaba —como su nombre sugería— fútbol y canciones; participaba la orquesta Los Embajadores del Tango, y era auspiciado por la fábrica de chocolates El Tigre. En Radio Lima, Guillermo Martínez era el narrador de los partidos de fútbol, Santiago Ferrando fungía de comentarista deportivo, y Pedro Florindo, con el ubicuo Boris Sojit, realizaban las transmisiones de catchascán. Martínez, quien tenía tantos defensores como detractores por su estilo de locución, estuvo después un tiempo en Mundial, antes de arribar a Radio San Cristóbal en 1949, donde condujo a un buen plantel compuesto por Raúl Dreyfus, Roberto Farly, Guillermo Zurita y Carlos Iturrizaga. Este último había tenido a su cargo pocos años antes el espacio Deporte al día en Radio Alegría. Victoria contaba con Jorge Álvarez y Óscar Torres Bouroncle como locutores deportivos. El 29 de marzo de 1947 se anotó un éxito al transmitir la pelea entre Antonio Frontado (el ídolo boxístico del momento) con el argentino Raúl Rodríguez desde la Plaza de Acho, en cadena con Radio Arequipa, Radio Azul de Cerro de Pasco, Radio Chincha, Radio Universal de Ica y Radio Tacna (La Crónica, 29 de marzo de 1947). En Radio Excelsior, César Chávarri Neyra dirigía, en 1948, La revista deportiva del aire. Radio Libertad, por su parte, emitía el programa La voz de la cancha, conducido por el futbolista Enrique Perales, y luego por el entrenador de Universitario de Deportes, Arturo Fernández; los libretos eran de Sergio Moral. Así como transmitían los partidos del fútbol desde el Estadio Nacional, las radios Colonial, Mundial, Central, Lima y Victoria también llevaban sus micrófonos al hipódromo de San Felipe, “con comentarios documentados y con gente nueva”, según el diario La Crónica (edición de la tarde, 3 de junio de 1946). En Radio Lima destacaba nítidamente Santiago Ferrando, quien conducía “con gran amenidad” el programa Dupleta radial los viernes y promovía concursos de pronósticos, premiando a los ganadores con tarros de leche (La Crónica, edición de la tarde, 1 de marzo de 1947). En Central, su hermano Augusto interrumpía las transmisiones de fútbol los domingos para informar lo que acontecía en el hipódromo; al año siguiente, Augusto Ferrando pasó a Radio América. En Radio Atalaya animaba la audición hípica Leonidas Yerovi; Excelsior tenía de comentarista a Ricardo Hurtado y Victoria a Juan Rasilla. La tauromaquia mantuvo un lugar en las emisoras. En Colonial se hallaba el crítico Luis Miranda (Tauro); en América, Pepe Soria animaba un espacio dedicado al tema, y en Excelsior el comentarista era Don Félix. 310 EMILIO BUSTAMANTE

3.8.12 Otros programas El pionero Antonio Garland continuó difundiendo durante esos años en Radio Colonial sus charlas Hacia el optimismo y Maruja Venegas condujo en Radio Mundial Álbum social, un programa “bien estructurado, moderno, ágil, de claro enfoque”, según la revista Radioteatro 19 (junio de 1948). Se mantuvieron algunos programas destinados a públicos específicos. Así, Colonial inauguró La hora del ciego, patrocinado por varias firmas comerciales, cuya programación era escogida por ciegos, según el diario La Crónica (tercera edición, 1 de octubre de 1948). Se mantuvo La hora del bombero peruano, ahora en Radio Callao, con evocaciones de la Lima y el puerto de antaño. Entre las audiciones más curiosas de entonces se hallan las que ofreció, durante 1948, la Obra Vocacional Franciscana de la Provincia de los XII Apóstoles del Perú, que tuvieron como productor, director y animador al ex cantante mexicano convertido en fraile, José Mojica. Los programas incluían tómbolas, rifas, radioteatro, canciones, e iban en cadena por las radios Nacional, Mundial, América, Colonial, Miraflores y Alegría, de modo que acaparaban “una sintonía casi absoluta en nuestras ondas”, como cons- tataba el diario La Crónica (edición de la tarde, 3 de mayo de 1948).

3.8.13 Premios y encuestas Los premios y encuestas permiten tener una idea de la popularidad de programas y artistas en esos años. El premio Talía se creó en 1948, según Radioteatro gracias a una iniciativa del actor Richard Mur que fue acogida por la firma INFA S.A. (Radioteatro 16, marzo de 1948). Era otorgado a los mejores artistas de teatro y radio y a la mejor emisora del año, según opi- nión de un jurado integrado por periodistas y “representantes de institucio- nes artísticas y culturales de Lima” (La Crónica, 4 de mayo de 1948). Participaban en la deliberación críticos teatrales y radiales de Radioteatro, El Comercio, La Crónica, La Tribuna y La Prensa. Los ganadores del premio Talía, correspondiente al año 1947, fueron: Fortunato de Orbegoso (mejor tenor), Lucrecia Sarria (mejor soprano), Suray Surita (mejor soprano vernacular), Jesús Vásquez (mejor cantante criolla), Elvira Travesí (mejor actriz de teatro), Leonardo Arrieta (mejor actor de teatro), Eduardo Olivares (mejor galán de radioteatro), Pepita Ureta (mejor actriz de radioteatro); Radio Colonial fue designada como la mejor emisora, y Raúl Calle como el mejor compositor de música criolla (La Crónica, edición de la tarde, 7 de mayo de 1948). La premiación se CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 311

realizó en el Teatro Segura el 17 de mayo, con asistencia de representantes del gobierno (La Crónica, edición de la tarde, 18 de mayo de 1948). Los premios Talía de 1948 fueron otorgados a los siguientes artistas: Jesús Vásquez (mejor cantante criolla), Montserrat Rodoreda (mejor cantante lírica), India Kory (mejor cantante vernacular), Elvira Tizón (mejor actriz teatral), Carlos Revolledo (mejor actor teatral), Guillermo Lecca Iturbe (mejor actor radioteatral), Consuelo Rey (mejor actriz radioteatral), Los Chavalillos (premio de baile), Lorenzo Humberto Sotomayor (mejor compositor por su vals Soñar). La mejor emisora fue elegida Radio América. Los premios de 1949 fueron entregados a mediados de 1950. Recibieron el trofeo: Yolanda Vigil, La Peruana (mejor cantante criolla), Edmundo Pizarro (mejor cantante lírico), Luis Álvarez (mejor actor teatral), Irma Diez Canseco (mejor actriz teatral), José Carlos Salinas (mejor actor de radioteatro), Marianella Ureta (mejor actriz de radioteatro), Pilar de Triana (premio de baile), Manuel Raygada (mejor compositor, por el vals Mi Perú). Radio Victoria obtuvo el galardón a la mejor emisora. Hubo dos premios especiales: uno para Paco Andreu por sus cincuenta años de carrera artística, y otro, póstumo, para Lucy Smith (Última Hora, 30 de mayo de 1950). En 1948, la revista Radioteatro hizo una encuesta entre sus lectores. En diciembre dio los siguientes resultados:

Mejor actor radioteatral: 1) Rafael González Guía, 2) Eduardo Naveda. Mejor actriz radioteatral: 1) Pepita Ureta, 2) Elvira Travesí. Mejor galán radioteatral: 1) Guillermo Lecca Iturbe, 2) Juan Ureta Mille. Mejor actriz de carácter: 1) Consuelo Rey, 2) María Mille. Mejor dama joven: 1) Ruth Revoredo, 2) Lucy Smith. Mejor actriz cómica: 1) Teresita Arce, 2) Antonia Puro. Mejor actor cómico: 1) Paco Andreu, 2) Ángel Crespo. Mejor libretista: 1) Pedrín Chispa, 2) Perico de los Palotes. Mejor locutor: 1) Fidel Ramírez Lazo, 2) Alberto Arenas. Mejor animador: 1) Carlos Alfonso Delgado, 2) Juan Silva. Mejor compositor: 1) Lorenzo Humberto Sotomayor, 2) Raúl Calle. Mejor locutor deportivo: 1) Óscar Artacho, 2) Guillermo Martínez. Mejor cantor criollo: 1) Aurelio Acuña, 2) Juan Criado. Mejor cancionista criolla: 1) Jesús Vásquez, 2) Aída Valencia. Mejor cantante lírico: 1) Juan Carlos Dorcal, 2) Fortunato de Orbegoso. Mejor cantante lírica: 1) Suray Surita, 2) Lucrecia Sarria. Mejor cantor de música extranjera: 1) Raúl del Mar, 2) Ray Alcóver. Mejor cancionista de música extranjera: 1) Carmencita Lara, 2) Teresa del Valle. Mejor dúo criollo masculino: 1) Los Cholos, 2 Trío Perú [sic]. Mejor dúo femenino: 1) Las Criollitas, 2) Hermanas Wetzell. Mejor conjunto de música extranjera: 1) Los Chicos de la Radio, 2) Dorita y Carmen. Mejor cantan- te vernacular: 1) Raymi Tticka, 2) Illa Kori. Mejor orquesta: 1) Orquesta 312 EMILIO BUSTAMANTE

Esso, 2) Rodolfo Coltrinari. Mejor acompañamiento: 1) Orquesta Esso, 2) Carlos Pickling. Mejor emisora: 1) Radio Victoria, 2) Radio América (Radioteatro 25, diciembre de 1948).

En 1949, la revista Cineradio, sucesora de Radioteatro y dirigida por Guido Monteverde, llamó a una encuesta similar. Los resultados publicados en noviembre fueron:

La emisora: 1) Victoria, 2) América, 3) Central, 4) Atalaya, 5) Colonial, 6) San Cristóbal. Figura femenina: 1) María Esperanza Vargas, 2) Jesús Vásquez, 3) Lucha Omar, 4) Alicia Lizárraga, 5) Teresa Velásquez, 6) Lucy Smith, 7) Teresa Arce, 8) Teresa Bolívar. Figura masculina: 1) Carlos Rodrigo, 2) Juan Carlos Dorcal (Edmundo Pizarro), 3) Raúl del Mar, 4) Guillermo Lecca, 5) Carlos Alfonso Delgado, 6) Roberto Tello, 7) Nelson Arrunátegui, 8) José Carlos Salinas, 9) Pepe Godard. Programa: 1) Al compás del criollismo, 2) Caravana de Míster Buck, 3) Bajo las luces de Kolynos, 4) Radioteatro Fanaplan, 5) Fiesta de fin de semana, 6) Del brazo de la fortuna, 7) Glostora regala, 8) Radioteatro Regal (Cineradio 38, segunda quincena de noviembre de 1949).

3.8.14 Visitantes Llama la atención que a pesar de la crisis, durante aquellos años se presentaran artistas muy cotizados de diversas nacionalidades en emisoras y boites. En setiembre de 1945 se lució en Radio Mundial la soprano mexicana Mercedes Carazas, quien interpretó, “a pedido del público”, La pampa y la puna (La Crónica, 27 de setiembre de 1945). El actor peruano residente en Chile, Lucho Córdova, visitó el país en junio de 1946, y recibió un homenaje que fue transmitido por Radio Victoria en cadena con Radio Agricultura y Radio Cooperativa Vitalicia de Chile. Carácter distinto tuvo el arribo, en julio del mismo año, del cantante y astro del cine mexicano Jorge Negrete, quien llegó acompañado del Trío Los Calaveras para actuar en Radio Victoria, Radio Selecta y el cine City Hall. En julio, también, el argentino Miguel Caló y su orquesta típica iniciaron una temporada en Radio Central, ganándose la simpatía del público. A fin de año vinieron, para animar las audiciones de Coca Cola en Radio Central, la Orquesta Havana Riverside y la orquesta del trompetista y cantante francés George Henry. En la misma Radio Central se presentó el mexicano Néstor Mesta Chayres, dejando muy buena impresión por su calidad interpretativa y sus gestos humanitarios, pues intervino en funciones a beneficio de las víctimas del terremoto del norte y de la Navidad del Niño del Pueblo. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 313

A inicios de 1947 la cantante cubana Olga Chorens impresionó al auditorio de Radio Victoria. En marzo, la famosa recitadora argentina Bertha Singerman acudió a Radio Colonial, donde fue homenajeada; y Jack Linen y sus Estudiantes Argentinos amenizaron Coca Cola musical de Victoria. En mayo, el español Manuel de Mozos declamó poemas en Victoria (reaparecería en febrero de 1948 en Radio América), y el cantante argentino de boleros Leo Marini (Alberto Batet Vitali) alcanzó un éxito “de vastas proporciones” en Victoria, donde se presenta con Don Américo y sus Caribes; Radioteatro consideró que: “el auditórium de la emisora de La Cabaña es pequeño para contener la gran cantidad de público que asiste a todas sus triunfales presentaciones” (Radioteatro 6, mayo de 1947). En junio, el cantante y actor de cine italiano Ernesto Bonino tuvo audiciones en Radio América, Radio Victoria y la boite Embassy. El cantante cubano de boleros Wilfredo Fernández gustó en Radio Mundial también a mediados de ese año, al igual que la orquesta del clarinetista Barry Moral, que se presentó en Victoria. La mexicana Eva Garza, la Novia de la Canción, y El Charro Gil deleitaron a los oyentes de Radio Central en setiembre. Ese mismo mes, el humorista e imitador argentino Ricardo Pimentel hizo reír a los oyentes de la emisora de la calle Belén. En los últimos meses, arribó la orquesta Los Embajadores del Tango, y volvió a visitar el Perú la cantante argentina Fedora Cabral, para cumplir compromisos en Radio Central. En enero de 1948, la cantante Zeneida González debutó en Radio Colonial con el acompañamiento de la Orquesta Ritmo Cubano. En marzo, la rumbera cubana Blanquita Amaro, conocida como la Reina del Mambo y la Atómica Cubana, fue escuchada por las ondas de Victoria y admirada en el auditorio de la emisora. El mismo mes, el actor norteamericano Ray Milland visitó Lima y fue entrevistado en El Reporter Esso de Radio América por Rodolfo Ledgard y el productor del programa, Jorge Peláez (Radioteatro 16, marzo de 1948). En mayo, el cantante colombiano Régulo Ramírez tuvo aclamadas actuaciones en Radio América. En julio, los intérpretes argentinos de tango Carlos Galán y Carlos Casares lucieron sus voces en Colonial. También lo hizo en el mes de setiembre la cantante y folclorista argentina Martha de los Ríos, quien al despedirse de Lima recibió un homenaje en esa emisora, en el que participó el Orfeón Folklórico Peruano que dirigía Alejandro Vivanco. Ese año se presentó en Radio América la cantante y compositora portorriqueña Myrta Silva, conocida más tarde como la Gorda de Oro, pero entonces dueña de una escultural figura; la acompañó la orquesta de Benny Bustillos. El Trío Mastra, encabezado por el uruguayo Alberto Mastra (Hilario Alberto Mastracusa), interpretó tangos en Victoria, 314 EMILIO BUSTAMANTE

donde también se destacó el buen cantante boliviano Gastón Peñaloza Vila, quien cultivaba el mismo género musical. En enero de 1949, la orquesta del cubano Charles Rodrígez fue aplaudida en Victoria y en el Grill Bolívar. Nos visitó, asimismo, el Conjunto de Arte Folklórico de Panamá, que fue presentado en el auditorio de Radio Colonial por Eduardo San Román. En marzo, la actriz norteamericana Ramsay Ames (estrella del cine B) se paseó por varias estaciones de radio y boites limeñas, y la orquesta del brasileño Almirante Jonás (saxo y clarinete) actuó en programas de Radio Victoria y en el Grill Bolívar. En abril fueron muy elogiadas las intervenciones de la cantante mexicana Flor Silvestre en Radio Colonial. En abril de 1949 vino también Xavier Cugat con su orquesta para presentarse en Radio América, el Embassy y el Teatro Municipal. El catalán Cugat había residido desde niño en Cuba y gozaba de mucho prestigio en Centroamérica y Estados Unidos. Acostumbraba exhibirse en el escenario cargando un perrito chihuahua. No gustó a todos; un comentarista de la revista Radioteatro afirmó que el público salió descontento de las audiciones:

[…] porque había ido a ver una orquesta-espectáculo parecida a la “Lecuona Cuban Boys” y se había encontrado con un conjunto de circo de tonys y todo […]. Y para asegurar la popularidad de las actuaciones se recurrió a explotar el hecho de que su director tenía un un perro chichuahuense, que era muy celoso y que era poseedor de dos millones de dólares, como si eso tuviera que ver algo con la capacidad artística de los ejecutantes que con toda sinceridad diremos que son magníficos y que ellos son los que han dado su nombre a Cugat, que solo supo mostrar mala educación, falta de cultura, y ser un buen payaso. Nada más, ni nada menos. Eso. Un payaso (Radioteatro 29, abril de 1949).

Paradójicamente, en el mismo número de Radioteatro se otorgaba “la medalla del mes” a la audición de Cugat en América, aunque precisando que el galardón era dado por “la calidad de la orquesta y el esfuerzo de la firma” que la había traído. En setiembre de 1949, Central recibió al famoso dúo cómico musical argentino Buono-Striano (Rafael Buono y Salvador Striano); Buono tocaba el acordeón y Striano la guitarra. En octubre, el argentino Raúl Iriarte interpretó tangos en Radio América y el Embassy. Ese mismo mes se despidió de Lima la cantante italiana Tati Casoni después de obtener “un suceso de grandes proporciones en sus presentaciones por los micrófonos de Radio América, Radio Central, Radio Miraflores y Radio Continental” (Cineradio 34, primera CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 315

quincena de octubre de 1949); la orquesta que la acompañó fue dirigida por el maestro Sannicandro y animaron los programas Hugo Peláez Rioja y Pepe Delgado. Cosa inusual, el programa de despedida de Casoni se transmitió en cadena por las estaciones mencionadas.

4. Alegría y lágrimas (1950-1956)

El “general de la alegría” no representaba, necesariamente, una alegría general. Gillermo Thorndike, Los apachurrantes años 50.

4.1 Radio y política bajo la dictadura de Odría

4.1.1 El candidato único y la suspensión de Radio Victoria Manuel Odría había asegurado que la Junta de Gobierno era transitoria y que convocaría a elecciones. En febrero de 1949, el régimen nombró una comisión encargada de elaborar un estatuto electoral. El 27 de octubre de 1949, en un mensaje a la nación, Odría ratificó su intención de convocar a elecciones y aseguró que el 28 de julio de 1950 el país volvería a tener un gobierno constitucional. Las elecciones fueron fijadas para el 2 de julio. La campaña electoral se inició con la proclamación de la candidatura de Odría por la Unión Democrática (un conglomerado de partidos de derecha) el 3 de enero de 1950, coincidiendo con el inicio de los juicios contra los dirigentes apristas que se hallaban presos por la rebelión del 3 de octubre de 1948. El 13 de enero se dio lectura al informe del juez instructor militar en torno a la acusación que pesaba sobre Radio Alegría y los diarios La Tri- buna y El Callao, por ser los “medios utilizados por el Apra para hacerse propaganda, preparando e incitando a la subversión contra el Gobierno”. En el caso de los diarios, la responsabilidad recayó en la dirección política del Apra; pero tratándose de la emisora se consideró que la responsabilidad recaía en su director, pese a que no existía “prueba material por la naturaleza de su propaganda” (La Prensa, 14 de enero de 1950). En mayo de 1950, la Liga Nacional Democrática (LND) lanzó la candidatura del general Ernesto Montagne a la presidencia de la República, con Ernesto Delgado Gutiérrez y Francisco Mostajo como aspirantes a las vicepresidencias. La Liga estaba integrada por partidos de centro y derecha 316 EMILIO BUSTAMANTE

de oposición a Odría (como el Movimiento Popular Democrático fundado por inspiración de Bustamante, el Partido Social Republicano de Francisco Tamayo y la Acción Cívica de Ernesto Montagne), y por algunas personalidades cercanas a la Unión Revolucionaria. El 12 de ese mes, la Liga convocó a una manifestación en la Plaza de Armas de Arequipa, logrando reunir a 25 mil personas. El gobierno reaccionó desautorizando el uso de la radio como medio de propaganda política de la oposición; pero, en cambio, empleó a una serie de emisoras para difundir en cadena la visita del Jefe de Estado a las obras públicas que se venían realizando, y usó las ondas de Radio Nacional para que el domingo 14 de mayo la esposa de Odría se dirigiera a la nación por el Día de la Madre. Ello ocasionó que el diario Jornada acusara al régimen de monopolizar el medio. No obstante las advertencias gubernamentales, Radio Victoria inició el 29 de mayo una campaña a favor de Montagne, “asumiendo todos los riesgos que esta decisión implicaba” (López 2005: 157). Un mes antes, José Eduardo Cavero había rechazado una oferta de los dueños de Radio América, quienes deseaban comprar Radio Victoria (1950, Semanario Peruano, 1 de mayo de 1950). El 2 de junio de 1950, Montagne solicitó la inscripción de su candidatura en el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Esa misma fecha, Odría dejó la jefatura de la Junta en manos del general Zenón Noriega (lo que llamó su “bajada al llano”), y el 6 de junio inscribió su candidatura, que fue tachada de inmediato por el general Montagne arguyendo que la Constitución establecía que para postular a la presidencia había que abandonar un cargo público seis meses antes de las elecciones, y Odría lo estaba haciendo a menos de un mes de los comicios. El mismo 6 de junio, Montagne dio un mensaje al país que fue transmitido por Radio Victoria, en el que expuso la inconstitucionalidad de la candidatura de Odría, “mientras que los manifestantes que lo acompañaban eran reprimidos por la policía” (López 2005: 158). El 11 de junio, el JNE decidió rechazar la solicitud de inscripción de Montagne con el pretexto de que las firmas presentadas correspondían a la Unión Revolucionaria (UR) y no a la LND. Esta emitió un comunicado de protesta y convocó a un mitin; el gobierno respondió clausurando todos sus locales y los de la UR. El 12 de junio se inició una huelga de estudiantes en Arequipa, que fue sangrientamente reprimida el día 13; lo que motivó una protesta popular en la Plaza de Armas de la ciudad, en la que resultaron muertos un obrero y dos estudiantes. El 14 de junio, la ciudadanía arequipeña exigió la renuncia del prefecto y formó un gobierno provisional encabezado por Francisco Mostajo; sin embargo, el gobierno central reaccionó mandando CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 317

tropas, que dispararon a una multitud congregada en la Plaza de Armas. La población repelió el ataque con “algunas armas, piedras y bombas caseras hechas con botellas con gasolina” (Quiroz 1990: 661). En horas de la noche, Mostajo envió a unos delegados con bandera blanca a negociar una tregua con los representantes de las fuerzas del orden, pero fueron baleados y muertos los delegados Arturo Villegas Romero y Carlos Bellido (Caravedo 1979: 91). Una segunda comisión logró reunirse con el comandante de las fuerzas militares, quien exigió la rendición incondicional de los rebeldes. La revuelta arequipeña terminó sofocada por el Ejército. Radio Landa informó el día 16 que hubo ochenta muertos de ambos lados y doscientos heridos en los sucesos de Arequipa; el Gobierno sostuvo que solo se contaban ocho muertos, todos de parte del Ejército (La Crónica, edición de la tarde, 17 de junio de 1950). El diario La Prensa consideró que lo de Arequipa había sido “una confabulación comunista, en alianza con la Acción Cívica de Ernesto Montagne” (La Prensa, 16 de junio de 1950). El régimen detuvo de inmediato a numerosos dirigentes de oposición en todo el país, incluido el general Montagne, y clausuró todos los medios que apoyaban su candidatura, entre ellos Radio Continental de Arequipa, que fue la primera en informar sobre el levantamiento de la Ciudad Blanca, y Radio Victoria, que transmitía en Lima “informaciones de los amotinados de Arequipa” (La Prensa, 16 de junio de 1950). El diario Jornada también fue cerrado. Eliminado de la contienda electoral el general Montagne, solo quedó Odría como candidato a la presidencia. Además, en virtud del Decreto Ley 11384 del 29 de mayo, que establecía que solo serían inscritas listas de candidatos a senadores y diputados de grupos que patrocinaran candidaturas a la presidencia de la República, se dejó fuera del Parlamento a quienes no respaldaban a Odría. De este modo, el 2 de julio se realizaron elecciones con candidato único a la jefatura del Estado y aspirantes a parlamentarios que le prestaban todo su respaldo. Radio Victoria volvió a salir al aire el miércoles 28 de junio a las 18.30, catorce días después de su suspensión, y tres días antes de los singulares comicios. El locutor Alberto Arenas pronunció la conocida frase “como decíamos ayer…” y citó a los artistas de la emisora para que concurrieran al local de la radio al día siguiente. El diario Última Hora destacó que “muchos de los astros y estrellas de la popular broadcasting no se hicieron esperar y concurrieron el mismo miércoles en la noche” (Última Hora, 30 de junio de 1950). Victoria festejó días después su “retorno al éter” con un desfile artístico y un banquete en La Cabaña, con más de doscientos comensales. En la mesa de honor estuvieron el dueño de la emisora, José 318 EMILIO BUSTAMANTE

Eduardo Cavero, la estrella Jesús Vásquez, el animador Carlos Alfonso Delgado, y el abogado de la radio, Fortunato Isasi. Se adhirió al festejo el entonces gerente de Radio Atalaya, Juan Silva, y se hizo presente también el presidente de la Asociación Nacional de Artistas y Empleados de la Radio (Anaer), César Chávarri Neyra (Última Hora, 3 de julio de 1950).

4.1.2 Roces y acuerdos entre los broadcasters y la dictadura La noche del sábado 13 de enero de 1951 tuvo lugar un espectacular operativo policial en el local de Radio Atalaya. La emisora funcionaba desde hacía poco tiempo en un edificio del jirón Ica, en el centro de Lima. El primer piso lo ocupaban los estudios, el segundo había sido destinado a salón de baile, y el tercero albergaba a los aparatos de transmisión. Cuando entraron 150 policías armados al local, se hallaban varias parejas bailando en el segundo piso. Todas fueron registradas; después se permitió salir a las mujeres, y los hombres fueron llevados en tres camiones a la Dirección General de Investigaciones. También fueron detenidos Juan Silva (gerente y director artístico de la emisora), su hermano Pablo Silva (administrador) y Teófilo Fernández (portero). Hasta el lunes 15, no se conocía el motivo del operativo ni de las detenciones. La Crónica especulaba:

[…] se dice que la causa de tal medida estriba en el ejercicio de actividades políticas. Otras versiones circunscriben el incidente al tráfico de drogas y, por último, se añade que Radio Atalaya carecía de licencia para llevar a cabo sus fiestas populares. Por la forma como se han producido los sucesos, cobra mayor crédito la primera versión, puesto que la Jefatura de la Brigada de Seguridad tiene un campo de acción limitado (La Crónica, edición de la tarde, 15 de enero de 1951).

Al final, el portero y los Silva fueron liberados. El presidente de la Anrap, Antonio Umbert, declaró a Última Hora que “una alta autoridad” le había informado que en el local “se estaban efectuando colectas para el santo de Haya de la Torre”, pero advertía que si ello fuera cierto, estaba seguro de que se hacía a espaldas de Juan Silva, a quien conocía desde mucho tiempo atrás (Última Hora, 16 de enero de 1951). Otras dos emisoras tuvieron problemas con el gobierno durante el Ochenio. Radio Restauración sufrió una invasión de miembros del Cuerpo de Investigación y Vigilancia la mañana del 10 de agosto de 1954, cuando emitía el programa Reloj musical. Aparentemente se le vinculó con la supuesta conjura del general Zenón Noriega en contra de Odría, que trajo consigo la expulsión del país de Noriega. El presidente de la Asociación Nacional de Radiodifusores de entonces, José Eduardo Cavero, anunció que CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 319

Restauración volvería al aire el 13 de agosto, como en efecto ocurrió. Radio Excelsior, por su parte, fue multada el 17 de agosto de 1954 por el Ministerio de Gobierno y Policía, acusada de propagar informaciones inexactas sobre un conflicto entre la IPC y sus trabajadores en Talara. Nuevamente Cavero intercedió, y la multa fue anulada. Cavero declaró a la prensa:

El señor ministro de Gobierno y Policía, en gesto democrático y en expresión de su reconocida simpatía hacia la radiodifusión, ha creído por conveniente dejar sin lugar la multa que le fuera impuesta a Radio Excelsior, y es para todos los broadcasters del Perú sumamente satisfactorio el poder comprobar con hechos el clima de tolerancia y libertad de expresión que se disfruta actualmente (La Crónica, tercera edición, 23 de agosto de 1954).

En realidad, pese a las tensiones creadas en diferentes momentos de la dictadura con Victoria, América, Atalaya, Restauración y Excelsior, la relación entre los propietarios de estaciones privadas y el gobierno de Odría fue, en líneas generales, buena. Ninguna suspensión duró demasiado y las multas no se cobraron. Las emisoras privadas consiguieron que Radio Nacional no compitiera con ellas en la búsqueda de publicidad (Resolución Suprema del 18 de noviembre de 1950), y que el Estado paralizara los trámites de otorgamiento de nuevas licencias (Resolución Suprema del 8 de marzo de 1956). Asimismo, los gremios de broadcasters obtuvieron representación en la Comisión que debía elaborar el nuevo Reglamento de Telecomunicaciones, asegurándose prerrogativas en la adjudicación de licencias futuras (Perla 1995: 165-166).

4.1.3 Nacionalismo y represión En 1950, Radio Nacional renovó sus transmisores de las ondas larga y corta con potentes equipos comprados a la Philips en Holanda. Santiago Negib fue comisionado para realizar las operaciones comerciales con el apoyo de Jorge Vargas Escalante (jefe de la sección técnica) y Roberto Pflucker (jefe de transmisiones). Se inició, también, la construcción de un nuevo edificio para la planta de onda corta. Estas mejoras fueron realizadas dentro de una política de reorganización de la emisora del Estado, oficializada por resolución suprema del 27 de setiembre de aquel año. El 18 de noviembre, mediante otra resolucion suprema, la Dirección General de Gobierno eliminó el cargo de gerencia y lo reemplazó por la Dirección General Técnica Administrativa; asimismo, suprimió el título de director artístico y lo sustituyó por el de coordinador artístico. Estableció, además, la “supresión absoluta de la propaganda comercial” (prestando oídos a la 320 EMILIO BUSTAMANTE

Anrap), y puso en vigencia “las leyes y demás dispositivos que crean rentas especiales para el sostenimiento de la Radio Nacional”, lo que significaba que se financiaría con partidas del Estado. Como director general fue nombrado Santiago Negib y la Coordinación Artística recayó en César Miró, lo que en verdad fue una ratificación de ambos, pues ya venían ejerciendo los antiguos cargos de gerente y director artístico, respectivamente. En 1953, Negib fue reemplazado en la gerencia por Raúl Aramburú Raygada. Radio Nacional estrenó sus nuevos transmisores de 20 kw (onda larga) y 50 kw (onda corta), en noviembre de 1951. Al mismo tiempo anunció espacios de música nacional, radioteatro peruano a cargo de Sebastián Salazar Bondy, y los programas Estampas limeñas y Bronces históricos (diálogos entre el abuelo y el hijo, interpretados por José Luis Romero y Guillermo Luna Victoria). La estación estatal ofrecía también programas en cinco idiomas (español, inglés, francés, portugués y quechua) con motivos peruanos dirigidos a oyentes del extranjero. En 1953, el profesor José Mario Benigno Farfán presentaba Takiyninchis, con noticias, comentarios y canciones en quechua. En octubre de 1953 fue inaugurada la filial de Radio Nacional en Iquitos, y en agosto de 1954 la de Tacna. Estas medidas aplicadas a Radio Nacional estuvieron acompañadas de otras que evidenciaban el interés del gobierno de fortalecer el sentido “nacionalista” de la radiodifusión y el de ejercer control sobre las emisoras privadas, aunque sin entrar en graves conflictos con sus dueños. Una de las primeras acciones de este tipo fue la creación de la Escuela de Locutores del Perú el 3 de agosto de 1950. Días después, el 23 de agosto, el Ministerio de Gobierno y Policía designó una junta para organizarla. La junta la integraban el director general de Telecomunicaciones, Aurelio Mon- tero; el director artístico de Radio Nacional, César Miró; el presidente de la Asociación Nacional de Radioemisoras, Antonio Umbert; y el director nombrado de la Escuela, Alfredo Figueroa Coello. En diciembre se llevó a cabo, en el auditorio de Radio Central, un Primer Conversatorio de Radiofonía preparado por la Escuela con la participación de los primeros locutores diplomados por ella. Se indicaba que el evento tenía como “centro de interés patriótico el contribuir a la defensa del Idioma Nacional, exaltando el principio de que el idioma es la Patria del Espíritu” (La Crónica, 11 de diciembre de 1950). Obviamente, se condideraba como idioma nacional al castellano. Se buscaba también definir un código de ética profesional. Presidía el conversatorio el director general de Correo y Telecomunicaciones, Aurelio Montero; lo dirigía Alfredo Figueroa Coello; e integraban un “jurado de calificaciones” de las ponencias los locutores Eulogio Rengifo y César CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 321

Chávarri Neyra, entonces presidente de la Anaer. Entre los ponentes figura- ban conocidos hombres del micrófono como Nelson Arrunátegui y Juan Felipe Montoya. Las conclusiones del Conversatorio se darían a conocer a los Ministros de Gobierno y Educación, y a la Academia Peruana de la Lengua. Se otorgaría la medalla de oro a los principales trabajos. La Escuela funcionó por lo menos hasta 1952; un aviso publicitario de entonces indicaba que el plan de enseñanza comprendía tres ciclos de seis meses cada uno; en total diecicocho meses, tras lo cuales se otorgaba al alumno un título profesional de locutor. Las especialidades eran en Radio- fonía Educativa, Deportiva y Teatral. Figuraban como asignaturas: Dicción y lectura estética, Locución, Radiodifusión, Radiofonía educativa, Radiofonía deportiva, Radioteatro, Cultura musical, Fonética inglesa, Declamación, Radio-Escuela, Redacción radial, Radio-técnica, Oratoria y práctica (La Prensa, 6 de abril de 1952). El 25 de agosto de 1951 el gobierno dictó una resolución suprema por la que obligaba a los locutores a tener nacionalidad peruana (Perla 1995: 165). En 1956, la Dirección de Trabajo reiteró la vigencia de esa norma a pedido del Sindicato de Locutores y Operadores del Perú. Asimismo, en 1953 se limitó por decreto supremo el tiempo de estadía en el país de artistas extranjeros. Se impuso también la transmisión por Radio Nacional de “la hora oficial peruana” emitida por la Escuela Naval del Perú, y se mantuvo la obligatoriedad de la transmisión en cadena del Informativo Nacional. Desde 1951, además, funcionó una Junta de Censura de los noticieros nacionales; y a partir del 20 de octubre de 1953 fueron prohibidos los saludos de cumpleaños y las dedicatorias radiales por orden de la Di - rección de Telecomunicaciones, bajo el argumento de que solían tener fi - nes de lucro. Aunque Odría no era un gran orador, empleó al igual que sus antecesores la radio para dirigir sus mensajes al país, y, sobre todo, para promocionar las obras públicas que realizaba su gobierno, así como las actividades de caridad que llevaba a cabo su esposa María Delgado.

4.2 La radio privada

En febrero de 1951, cuando supuestamente se estaba en tránsito de superar la crisis económica, la revista Radiocine Actualidades 89 decía, en su nota editorial, que Lima “es probablemente la ciudad que en el mundo posee más radiodifusoras en proporción al número de sus habitantes”, y atribuía el “estancamiento de la radio” en el país a que existían “demasiadas emisoras y poco dinero que repartir en publicidad”. 322 EMILIO BUSTAMANTE

La mejora en la situación económica durante la década de 1950 se manifestó en un notable aumento de la publicidad radial, y en el forta- lecimiento de las estaciones América, Victoria, Central y El Sol. No obstante, la preocupación por la desproporción entre la oferta radial y el reducido mercado publicitario se mantuvo y se expresó en una dura competencia entre las más poderosas emisoras y cadenas. El fantasma de la televisión flotó en esos años, y aumentó el celo de las empresas radiodifusoras que aspiraban a incursionar en el nuevo medio. Los broadcasters mantuvieron tratos con la dictadura para obtener ciertos márgenes de acción y determi- nadas prerrogativas, sobre todo en la adjudicación de frecuencias, pues no deseaban compartir con nadie más la torta publicitaria y ansiaban hallarse en la primera fila cuando se otorgasen las licencias de la televisión. La Anrap sufrió, sin embargo, un cisma en 1955, al separarse la cadena de Radio Victoria.

4.2.1 Emisoras y cadenas En 1948 había catorce emisoras en Lima: América, Central, Victoria, Nacional, Callao, Excelsior, Alegría, Miraflores, Lima, Libertad, Mundial, Colonial, San Cristóbal, Selecta. Cuatro eran las principales: Radio Nacional, y las privadas América, Central y Victoria. Alegría salió del aire en 1948, por los motivos ya expuestos. En 1950 se sumó al dial Radio El Sol, aparecerían luego Radio Restauración, Radio Panamericana (1953), Radio La Crónica (1953, que reemplazó a Radio Colonial), Radio Reloj (1954), Radio Sport (1955), Radio Luz, Radio 1160 (en la antigua frecuencia de Radio Callao) y Radio del Pueblo. Radio América tenía como socios a Antonio Umbert, Nicanor González y Avelino Aramburú, quienes, según un reportaje de Última Hora, se con- sideraban a sí mismos “El Trío Tempestad” (Última Hora, 20 de agosto de 1954); el gerente era González. América poseía al inicio de la década los transmisores más potentes entre las emisoras privadas y encabezaba una cadena con filiales en Chiclayo, Piura, Ica, Arequipa, Trujillo y Loreto (desde 1953), donde habían sido instalados equipos bajo la supervisión de Dante Capella. Gozaba de buenos contactos con la CBS y la NBC, que le proporcionaban programas grabados en Estados Unidos. Contrataba artis- tas extranjeros de renombre como Olga Guillot, pagaba una orquesta propia de quince músicos, y poseía un equipo para grabar programas. Durante el Ochenio solía ofrecer siete espacios informativos y siete audi- ciones de radioteatro diarias, más una dominical. Sus directores de radio- teatro eran Elvira Tizón, Rafael González Guía, Carola Yonmar y Enrique Romero. Aunque el elenco varió con los años, comprendió siempre a CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 323

actores destacados; por ejemplo, en 1954 lo integraban: Blanca Rowlands, Bertha Palacios, Hilda de Canessa, Zarela Cruzado, Gregorio Díaz, Raúl Zea, Luis Canessa y Edgardo Pérez Luna (La Crónica, 15 de abril de 1953). Dos de sus propietarios, Antonio Umbert y Nicanor González, ocuparon en diferentes períodos la presidencia de la Asociacion Nacional de Radioemisoras. Radio Victoria era propiedad de José Eduardo Cavero, dueño también de Radio Selecta y de la Fábrica de Tejidos Boston. Su fuerte estaba en los programas en vivo de música criolla (sus estrellas eran la cantante Jesús Vásquez y el trío Los Embajadores Criollos), y en la presentación de algunos astros internacionales de enorme magnitud (en 1956 contrató a Pedro Infante, quien se presentó en Lima en enero de 1957). Las oficinas y estudios de Radio Victoria se hallaban en el sótano del restaurante La Cabaña; pero en diciembre de 1952, Cavero adquirió un terreno en la avenida Tacna valorado en 750 mil soles, donde —anunció— funcionaría la emisora dentro de pocos años. Desde 1951, el dueño de Radio Victoria manifestó su intención de crear una cadena radial de doce emisoras (siete en Lima y cinco en provincias). La primera que inauguró en provincias fue la de Cajamarca (1954), le siguieron las de Ica (1955), Huánuco (1955) y Huaraz (1956), conformando así Cadena Nacional S. A. En 1954 adquirió una nueva planta transmisora de 10 kw, potencia semejante a la de Radio América, la gran competidora de Victoria (La Prensa, 15 de abril de 1954). En diciembre de 1952, Cavero declaró a la prensa que estaba dispuesto a establecer una planta televisora en el país, y que lo haría por su cuenta si es que no encontraba apoyo en la Asociación de Nacional de Radiodifusores (La Crónica, 7 de diciembre de 1952); de la que fue presidente por dos períodos. En 1954 presentó al gobierno un proyecto de Ley de Radio y Televisión, pero se apartó de la institución gremial en 1955, luego de la turbulenta Segunda Convención Nacional de Radioemisoras, donde fue derrotado por Nicanor González. Procedió, entonces, a crear la Federación Peruana de Radiodifusión (Federadio), con las empresas que integraban su cadena. Radio Central adquirió una enorme popularidad, especialmente por sus radioteatros. En 1955 emitía catorce radioteatros diarios; fue la emisora que inspiró la novela La tía Julia y el escribidor de Mario Vargas Llosa. También tenía espacios en vivo, como Verbena Crush, y de concurso de gran sintonía, además de dos de los programas cómicos más importantes de la historia de la radio peruana: Loquibambia y Escuelita nocturna. Los concesionarios de Central eran, durante el período, los muy hábiles Genaro Delgado Brandt y Manuel Gjurinovic. El dueño seguía siendo Juan Pablo 324 EMILIO BUSTAMANTE

Goicochea, pero al morir este surgió un conflicto judicial —en 1952— entre sus herederos (que deseaban poner fin al contrato y nombrar un interventor) y los concesionarios. Los herederos de Goicochea sostenían que Delgado y Gjurinovic pagaban 10 mil soles mensuales por el alquiler de la emisora, lo que consideraban era muy poco. Con gran visión, el periodista Guido Monteverde comentaría: “El juicio probablemente terminará dentro de seis u ocho años. Para entonces ¡¡¡la televisión!!!” (Última Hora, 13 de noviembre de 1952). En el local de Central funcionaba también la pequeña Radio Libertad, propiedad de Goicochea. En 1953, Genaro y Héctor Delgado Parker, hijos de Genaro Delgado Brandt, crearon Radio Panamericana, con un perfil propio. La cuarta radio grande del período, y la de más reciente creación, fue Radio El Sol, de la Compañía de Producciones Radiales y de Televisión S. A., sociedad integrada por Alfonso Pereyra, Santiago Acuña, Luis Graña Garland, Manuel Ferreyros Balta, Luis Seminario Fuentes y José Ratto (posteriormente el diario El Comercio adquiriría acciones de la empresa). Durante los primeros años el gerente fue Carlos Pérez Fontcuberta. Salió al aire en julio de 1950, y dos tempranos acontecimientos le dieron protagonismo en la radiodifusión peruana: la contratación de Dámaso Pérez Prado para una inolvidable temporada en 1951, y la emisión de la radionovela El derecho de nacer en 1952. Tenía, además, una infraestructura respetable: una potente planta transmisora de 12 Kw (con la que aventajaba a América y Victoria), inaugurada en 1951, y un moderno edificio diseñado por Luis Miró Quesada Garland y construido por Graña y Montero en la avenida Uruguay con Pasaje Velarde. La inauguración de este inmueble, en noviembre de 1954, contó con la participación de los valores de la casa (Elías Roca, Teresa Olmos, Linda Guzmán, Carlos Oneto, Eddy Martínez, Pedrín Chispa, Mario Cavagnaro, Los Troveros Criollos), y los deslumbrantes invitados extranjeros Sarita Montiel y Lucho Gatica. De mayor volumen que las chicas, pero sin ser grande, era Radio La Crónica. Aunque considerada por algunos como la hija pobre de una acaudalada familia, La Crónica (propiedad del Grupo Prado), tuvo una ostentosa fiesta de nacimiento y compitió con Central por el favor de los adictos a las radionovelas. Salió al aire en abril de 1953, en la frecuencia que hasta poco antes ocupara Radio Colonial. Figuraban como miembros del directorio Manuel Cisneros, Gustavo Prado, Ernesto Diez Canseco y Carlos Moreyra y Paz Soldán (La Prensa, 7 de abril de 1953). En su inauguración contó con la presencia de Ima Súmac, convertida ya en diva mundial, la Orquesta Sinfónica Nacional y el Jefe de Estado, Manuel Odría. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 325

Entre las emisoras pequeñas con aspiraciones de crecimiento se hallaba Radio San Cristóbal. Los argentinos Jorge y Rodolfo Roisenvit, de la empresa Publiradio, asumieron su administración en 1951, con Pedro Tello Cadenas en el cargo de director artístico. En 1952 anunciaron a Los Morochucos y Lorenzo Humberto Sotomayor como principales atractivos de su programación. Ese mismo año, Tello Cadenas, Raúl Varela y Alfonso Garatea hicieron en los estudios de la emisora una célebre entrevista al actor norteamericano John Wayne, quien se encontraba en Lima. Los Roisenvit, sin embargo, fueron muy combatidos por el periodista Guido Monteverde, quien los acusó reiteradamente de violar disposiciones legales que prohibían a extranjeros dirigir una estación peruana. Durante el período 1950-1956 las radios chicas experimentaron diversos cambios. En Radio Excelsior, Augusto Belmont Bar entró como socio de Humberto Mirenghi, y se convirtió en el hombre fuerte de la empresa. Aunque la emisora enfrentó —como ya se ha indicado— un problema con la dictadura, mantuvo casi siempre un perfil bajo. Su director artístico fue durante varios años Sergio Moral. Contaba con un auditorio y programas de concurso, y en algún momento con directores destacados de radioteatro como Elías Roca, Carmen Valdez y Carola Yonmar, y guionistas inspirados como Sofocleto (Luis Felipe Angell) y Miguel Yi Carrillo. Sin embargo, no podía competir con la potencia y los salarios de las emisoras grandes. En 1956 asumió la dirección artística el compositor Pedro Espinel y fue colocado un busto de Felipe Pinglo en la entrada del edificio de la radio, ubicado en el jirón Camaná. Ese año, Augusto Belmont Bar asumió la presidencia de la Asociación Nacional de Radioemisoras. La propiedad de Radio Atalaya fue objeto de disputa durante 1950; según el diario Última Hora, para entonces, se había convertido “en una de las cuatro emisoras más populares del país”, bajo la dirección de Juan Silva. Tiempo después del operativo policial, descrito líneas arriba, Atalaya fue comprada por Augusto Belmont Bar. Se convirtió en una “radio automática”, casi sin locutores, que pasaba los mismos temas musicales todo el día. Cuando en 1956 surgieron rumores de que Belmont pensaba adquirir una tercera emisora, el diario La Prensa comentó que sería interesante que antes mejorase las que entonces poseía (La Prensa, 7 de enero de 1956). Radio Lima, propiedad de los hermanos Aramburú Raygada (muy ligados a la dictadura, como se ha visto), pasó a manos de Óscar Dianderas. Estrenó transmisores nuevos en 1954, pero no recuperó el esplendor de antaño. Héctor Béjar recuerda que la emisora propició la instalación de parlantes en los mercados para ser escuchada, y que sus directivos tuvieron 326 EMILIO BUSTAMANTE

frecuentes problemas con los trabajadores de la radio, pues les pagaban con verduras y frutas que a su vez recibían de sus clientes de aquellos establecimientos comerciales (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre de 2010). Radio Miraflores también perdió brillo. Aunque mantuvo un plantel de periodistas deportivos muy competente y permitió la aparición del disc- jockey Barton Wilson, notorio difusor de la música norteamericana en esos años, no pasó de ser una modesta (y digna) emisora de balneario. Radio Libertad, por su parte, se convirtió en una emisora de disc-jockey; pasaba discos y publicidad. Estimulaba con premios las llamadas telefónicas para medir su sintonía y a fines de 1955 inauguró nuevos transmisores. En 1956 firmó un contrato con el sello de discos El Virrey para irradiar sus grabaciones antes que cualquier otra estación (La Prensa, 26 de mayo de 1956). Entre las nuevas emisoras, Radio Restauración protagonizó el caso más dramático. Salió al aire en 1950, con un nombre que aludía a la “revolución restauradora” del general Odría. Fue relanzada el 1 de marzo de 1952, con un costoso plantel de locutores y artistas. Era propiedad de la Compañía Electrónica S. A. y como principal accionista figuraba Pablo Trefogli. El 16 de marzo de 1952, los directivos dijeron que no podían pagar a su personal. Según el diario La Crónica, los gastos mensuales de planilla ascendían a 60 mil soles y hasta ese momento la radio apenas disponía de 4 mil soles en contratos de publicidad (La Crónica, edición de la tarde, 17 de marzo de 1952). Los trabajadores (con la excepción de un par de locutores) decidieron paralizar sus actividades el día 18 en demanda de la cancelación de la deuda. En la mañana habían presentado su reclamo a la Dirección de Trabajo; y denunciado, además, que dos miembros del directorio los habían amenazado “insinuando que la estación era de propiedad del Estado” (La Crónica, 19 de marzo de 1952). El director, Pablo Trefogli, prometió solucionar el problema, que dijo había sido creado por sus socios. Sin embargo, el 21 de marzo, el personal en paro recibió una carta notarial en que se le notificaba la decisión de la radio de prescindir de sus servicios. La Anaer respaldó a los trabajadores y deploró

[…] la triste actitud de todos aquellos otros —felizmente los menos— que, socavando la gallardía del movimiento, continuaron al servicio de una empresa insolvente y arbitraria, revelando carecer de emoción social y del más elemental sentido de solidaridad; atentando contra el reclamo justo de la mayoría de sus compañeros y poniendo una nota ingrata en la limpia trayectoria de nuestro gremio (La Crónica, 27 de marzo de 1952). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 327

La mayoría de los empleados y artistas decidió iniciar un proceso judicial a la emisora, mientras que la argentina Carmen Valdez, directora del elenco de radioteatro, firmaba contrato con Radio Excelsior. El 10 de abril, Restauración echó mano del viejo recurso de las emisoras insolventes y sin personal: convocó un concurso de aficionados que llamó ¿Quiere ser Ud. Artista?, invitando a participar en él a “quienes tengan aptitudes para locutor o actor teatral” (La Prensa, 10 de abril de 1952). El concurso fue un fracaso, y en junio el diario La Crónica comentaba que aún no se habían cancelado los haberes y que el local de la radio había sufrido embargo; añadía: “El caso de la emisora de la avenida Wilson es el más original que se ha presentado en nuestra capital y a la vez constituye una enseñanza para todos los que viven de la radio” (La Crónica, edición de la tarde, 23 de junio de 1952). Restauración dejó de transmitir desde ese mes hasta diciembre. Hizo una emisión de prueba en la Navidad de 1952, y finalmente reinició sus audiciones el 12 de enero de 1953, con un nuevo directorio, integrado por Alberto D’Angelo, Guillermo Figari y Abel Trefogli. El gerente era Pablo Trefogli y el director artístico Guillermo Martínez. Su nuevo local estaba en la avenida Colonial, aunque poco después se mudó a la avenida Tacna. Según el diario La Crónica, las deudas del directorio anterior fueron cubiertas (La Crónica, edición de la tarde, 14 de enero de 1953). Aquel año destacarían en la emisora los locutores Juan Moreno, Marietta Cruzado, Alberto Salazar, José Fonkén y Gonzalo Toledo. Sin embargo, en agosto de 1954, la radio sufriría una intervención del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, y una breve suspensión, al parecer por sospechas de vínculos con el intento de golpe del general Zenón Noriega. En 1955 ingresaron Pepe Godard como director comercial y Hugo Nalvarte como director artístico, y en 1956 la emisora convocó a un concurso entre sus oyentes para cambiar de nombre ya que el que poseía había hecho “que la gente lo identifique como vocero de un partido político”, con el cual sus propietarios afirmaban no tener vínculo alguno (La Prensa, 8 de julio de 1956). Se referían obviamente al Partido Restaurador del general Odría. Si la historia de Restauración fue dramática, la de Panamericana fue feliz. Después de administrar por un tiempo Radio Libertad, los hermanos Genaro y Héctor Delgado Parker (hijos de Genaro Delgado Brandt) crearon Radio Panamericana, que salió al aire oficialmente el 30 de noviembre de 1953. Los estudios de la emisora se hallaban en el segundo piso de un edificio al lado de Radio Central, y la planta transmisora se ubicaba en Monterrico. Panamericana proyectaba una imagen de sofisticación, juventud y moderni- dad desde la decoración hasta la programación. Sus propietarios prometie- 328 EMILIO BUSTAMANTE

ron quince minutos de música por dos de publicidad no estridente, y la elaboración de jingles en vivo. Su programa inaugural contó con la voz de Pepe Ludmir, quien dejó El Sol por la nueva radio, y su primer espacio informativo fue conducido por Humberto Martínez Morosini, quien pronto haría famosa la característica de la estación: “¿Sabe quién transmite?” Panamericana contaba además con un auditorio inaugurado en 1954, pequeño pero con butacas super pullman, cámara acústica y aire acondicionado, con lo que reafirmaba el efecto de exclusividad buscado. No se limitó, por consiguiente, a pasar discos (preferentemente de música internacional); tuvo también números en vivo aunque con cantantes surgidas de las clases altas, como Chela Roselló y la reina de belleza Bebelú de la Borda. Su mayor suceso en el período fue, sin embargo, un programa de concurso de preguntas y respuestas: Helene Curtis pregunta por 64.000 soles, animado por Pablo de Madalengoitia. Su noticiero se llamaba El Panamericano y tuvo como director a Mario Vargas Llosa. Los propietarios de la estación hicieron, por último, experimentos con algunas novedades radiofónicas (aunque con poca suerte), como la “tercera dimensión del sonido”, que demandaba a los oyentes tener dos receptores encendidos sintonizando diferentes emisoras (Central y Panamericana, por supuesto), para obtener un sonido estereofónico. No faltaron críticos que reclamaron música criolla a Panamericana, pero los jóvenes Delgado Parker no los escucharon, pues sabían con certeza cuál era su camino, y en él se encontraba —dicho sea de paso— la televisión. Héctor Béjar, por entonces locutor de Radio Central, recordará muchos años después que fue testigo del alumbramiento de Panamericana:

Yo la vi nacer. Cuando Delgado encuentra que su techo en Radio Central ya había llegado al tope […] entonces idea Panamericana. Panamericana fue una innovación en todo porque a diferencia de Radio Central, que era una radio para el promedio, y por tanto nosotros hablábamos y hablábamos, con el estilo de la radio de aquella época, con cierta cosa engolada, Radio Panamericana fue ideada para la clase media alta: música suave, música norteamericana, los locutores hablando suave, muy suave, nada gritado, y por cada quince minutos de música solamente dos minutos de publicidad. Era la segunda radio orientada a un segmento de la audiencia, porque la primera fue Radio Libertad, que era el otro extremo. Radio Libertad era la radio donde todo era gritado; fue la primera radio que comprobó que existía el achoramiento, los comienzos del achoramiento en Lima. Empezaba con la característica de El pájaro loco, que los locutores odiaban; [seguían] todos los avisos gritados, los programas de La Sonora Matancera… Era una cosa absolu- tamente popular. Incluso el primer proyecto de Radio Libertad había fracasado, porque el proyecto de los Delgado era poner una radio de CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 329

sintonía fija en los ómnibus: a cada ómnibus le regalaban un radio de sintonía fija para que escucharan solo Radio Libertad, con lo cual asegu- raban a los anunciadores una cobertura. Pero el Ministerio de Gobierno, en el que estaba Esparza Zañartu, no quiso aceptarlo. No les salió eso. Como no salió eso, entonces hicieron solamente la radio en señal abier- ta. Después, con la experiencia de Radio Libertad, que era sesgada hacia el gran público pobre de aquella época, hicieron la otra, sesgada hacia la clase media alta: Panamericana. Y fue un éxito. Como Panamericana no tenía plata, Delgado se asoció con Lindley, el dueño de Inca Kola, que era un buen tipo. El viejo Lindley era un inglés que tenía una con- ducta similar a la de Delgado Brandt con sus trabajadores, porque hasta hoy en día, si no me equivoco, la Inca Kola mantiene un estándar muy especial con sus trabajadores: gran estabilidad, mucho respeto por las condiciones de trabajo; supongo que por allí también se entendieron Delgado y Lindley. Entonces el viejo Lindley pone la publicidad, y con él la publicidad significa financiar [la radio]. Y el otro socio fue La Prensa. Lindley, La Prensa, y Delgado, que era el creativo. Eso fue Panamericana en sus comienzos. Pero como Delgado ya estaba viejo, ya no le interesaba mucho y quería retirarse, le dejó esto a Genaro hijo. Y Genaro entró también con una gran creatividad (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre del 2010).

Casi un año después de Panamericana apareció Radio Reloj. Era propiedad de Raúl Aramburú. Transmitía diecinueve horas diarias. Desde las 6.00 hasta la 1.00 del día siguiente, sobre el fondo de un rítmico tic-tac, un locutor leía cansinamente noticias mientras otro daba la hora exacta cada minuto. La emisora recibía, además, llamadas que no salían al aire para atender consultas sobre farmacias de turno, ubicación de calles, horarios de espectáculos, etcétera. No era la más entretenida del dial. Radio Sport saltó a la cancha en 1955 para dedicarse exclusivamente a informar sobre la actividad deportiva. Tenía como director gerente a Juan Sedó, y a Alberto Mecklenburg como director artístico. Su elenco de locutores y comentaristas lo conformaban José Barreto, César Augusto Salinas, Luis La Torre, José Brouset, José Hernández, Lucho Ossio, Ítalo Romano, y los futbolistas Alberto Terry, Germán Colunga y Luis Suárez (La Prensa, 1 de junio de 1955). Sus estudios se ubicaban en la avenida O’Higgins. El día de su inauguración presentó un curioso radioteatro cómico: La pensión de los campeones, que ironizaba sobre el campeonato de fútbol local (La Prensa, 24 de junio de 1955). En 1955 surgió también Radio del Pueblo, del periodista Leonidas Yerovi, pero tuvo vida efímera. En octubre de 1956 se inauguró oficialmente Radio 1160, después de varios meses de pruebas. Aspiraba a ser una de las grandes. Salió en la frecuencia de la antigua Radio Callao. Su equipo transmisor era un RCA de 330 EMILIO BUSTAMANTE

10 kw, los estudios y el amplio auditorio estaban ubicados en la cuadra 9 de la avenida Alfonso Ugarte, y la planta se hallaba en el Callejón de Mirones. Era propiedad de la Empresa Radiodifusora 1160, que tenía como cabeza visible a Augusto Semsch Terry. La gerencia general la asumió Carlos Pérez Fontcuberta, que venía de hacer un buen trabajo en El Sol. La dirección artística fue encargada a Pedro Álvarez del Villar, y tenía como productores a Mario Rivera, Alberto Martínez Gómez y Alberto Sorogastúa. Los libretistas eran Serafina Quinteras, Juan Malmborg y Sofocleto (quien firmó contrato de no exclusividad). Sus primeros programas de éxito fueron Música en el aire de Héctor Rocca, Intermezzo de José B. Adolph, Peluquero de señoras protagonizado por Juan Carlos Altavista con libretos de Sofocleto y, sobre todo, Callejón, con libretos de Serafina Quinteras. En 1956, también, fue inagurada Radio Luz, después de librar una guerra santa contra la Asociación Nacional de Radioemisoras y, en particular, contra José Eduardo Cavero. Luego de anunciada, en abril de 1955, la intención de un grupo de empresarios de poner en el aire una emisora católica, la Anrap se opuso. Esgrimió la estrechez del dial, la competencia desleal que suponía la aparición de una estación patrocinada por altos dignatarios de la Iglesia, y la incompatibilidad ética que habría entre los objetivos del clero y el lucro al que se aspiraba con una radio comercial. En un comunicado fechado el 19 de mayo de 1955, la Anrap insistió: “si el clero desea disponer de una radioemisora, que se remita a solicitar una licencia de radiodifusión cultural” (La Prensa, 20 de mayo de 1955). El 20 de mayo de 1955, el director accidental de Correos y Telecomunicaciones, Daniel Gordillo Monterroso, dijo que no existía “ninguna prohibición legal para el otorgamiento de licencias a emisoras” y frente al argumento de que la banda era muy estrecha, afirmó que eso se solucionaba con la instalación de equipos mucho más precisos que los que estaban operando en ese momento. El mismo día, el canciller del Arzobispado de Lima, monseñor Ignacio Arbulú Pineda, desmintió que la jerarquía eclesiástica estuviera implicada en la gestión de Radio Luz, y aclaró que “el hecho de que algún sacerdote particular pueda actuar como asesor no autoriza a inmiscuir al clero como tal en un asunto comercial o legal al cual es ajeno” (La Prensa, 21 de mayo de 1955). Antes, Ricardo Ferro, miembro del directorio de Radio Luz, había sostenido que era absurdo plantear que la competencia de su emisora fuera desleal, y como puntillazo había declarado: “si esa competencia le resta al señor Cavero y a las demás radios parte de sus ganancias, lo sentimos mucho, pero no podemos, ni nosotros, ni los que deben defender la libertad de comercio y expresión, tolerar que las radios se conviertan en monopolio o en trust”. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 331

Los directivos de Radio Luz empezaron a quejarse, luego, de que Cavero y la Anrap querían “prohibir a los católicos poseer una radioemisora” (La Prensa, 2 de abril de 1955). El gobierno, mediante Resolución Suprema, autorizó la salida al aire de Radio Luz, pero la Anrap no se dio por vencida y convocó a un paro de todas sus afiliadas el domingo 22 de mayo de 1955, entre las 18.30 y las 19.00 horas. Las únicas estaciones que no acataton el paro fueron Radio La Crónica y Radio Restauración. La Anrap solicitó a los directores de La Crónica que despidieran al gerente Juan Silva a causa de ello, pero el pedido fue ignorado (La Prensa, 4 de junio de 1955). El paro probablemente ocasionó a las radioemisoras que lo cumplieron más pérdida que ganancia. La Prensa comentó con ironía: “Alguien dijo que esta paralización de las radios hubiera contado con la simpatía del público masculino si se hubiera producido a las nueve de la noche de cualquier día de la semana que no fuera domingo. Es que a esa hora se transmite un fuego graneado de radioteatros” (La Prensa, 23 de mayo de 1955). En diciembre de 1955, a pocos días de la Segunda Convención de Radioemisoras que culminó con la salida de Cavero de la Anrap, no había duda de que Radio Luz saldría por fin al aire. La revista Radiovisión entrevistó ese mes al presidente del directorio, Carlos Vinatea Cantuarias, quien declaró: “Tenemos el propósito de llenar una labor social y demostrar que el verdadero, el auténtico catolicismo, no está reñido con la alegría y la sana diversión” (Radiovisión 10, 20 de diciembre de 1955). El 13 de enero de 1956, Radio Luz (OBX4L onda larga y OBX4V onda corta), fue inaugurada. El cardenal Juan Landázuri bendijo sus equipos; Nicanor González, presidente de la Anrap le dio la bienvenida al dial con un piadoso discurso; y la esposa del Jefe de Estado, María Delgado de Odría, ofició de madrina (La Prensa, 14 de julio de 1956).

4.2.2 La carrera por la televisión La Anrap, bajo la presidencia de Cavero, ya había solicitado al gobierno desde 1953 que no se otorgaran más licencias a emisoras comerciales. En noviembre de ese año había elevado una carta al Ejecutivo señalando que varias de las estaciones existentes atravesaban por “serias dificultades de orden económico, y en general todos se ven en la imposibilidad de realizar inversiones y mejoras que sería de desear” (La Prensa, 14 de noviembre de 1953). La propuesta de la Anrap era que el Estado contribuyera a fortalecer las radios existentes para que estas mejoraran su señal y programación, lo cual no sería posible si se seguían repartiendo los ingresos por publicidad 332 EMILIO BUSTAMANTE

entre un número cada vez más alto de emisoras que se inteferían recíprocamente en el dial. Al mismo tiempo, tanto América como Victoria se hallaban en una carrera de inauguración de filiales en provincias aprovechando licencias previamente otorgadas. En realidad, los miembros de la Anrap buscaban integrar poderosas cadenas o corporaciones que pudieran, en una etapa siguiente, participar con el gobierno en las decisiones de la adjudicación y retiro de licencias a nivel nacional. Temían —con razón— que al llegar la televisión esta concentrara la mayor cantidad de la publicidad disponible; por ello procuraban llegar temprano al reparto de licencias de televisión y reducir al máximo el número de las empresas de radio que tuvieran que disputarse el avisaje que quedara. Se iría consolidando así un oligopolio. El 8 de marzo de 1956, por resolución suprema, el gobierno prestó oídos a la Anrap y canceló las licencias otorgadas a emisoras que no esta- ban haciendo uso de ellas. Se paralizaron, además, todos los trámites para obtener nuevas licencias, y se anunció la elaboración de un nuevo Reglamento de Radio, constituyéndose una Comisión para ello. El artícu- lo 2 de la Resolución Suprema señalaba que “el referido reglamento deberá consignar que las solicitudes de licencias para estaciones radiodi- fusoras, transferencias, alquileres, asignaciones y cambios de frecuencia y todo lo relativo a radiodifusión comercial privada, aparte de los trámites correspondientes, deberán llevar el informe favorable de la Asociación Nacional de Radioemisoras del Perú”; y el artículo 3 establecía que “la Co misión efectuará una revisión de frecuencias de las emisoras en el ac - tual funcionamiento y recomendará las medidas necesarias” (Perla 1995: 165-166). El reglamento anunciado debería tomar en cuenta también a las fre- cuencias de televisión. Como hemos visto, desde 1952 Cavero tenía en mente establecer un canal de televisión; pero no era el único empresario radial con esa perspectiva. En 1954, Alfonso Pereyra, director de Radio El Sol, fue más allá de las declaraciones a la prensa y las buenas intenciones y llevó a cabo una exhibición del nuevo medio. No en vano la empresa que había engendrado a El Sol se denominaba Compañía de Producciones Radiales y de Televisión S. A. Fernando Vivas Sabroso reseña así la exposición de Pereyra:

El viernes 28 de mayo de 1954 Pereyra ofreció a la prensa e invitados una prueba de televisión en el Hotel Bolívar. Él mismo manejó la cámara que, con el arbitrario logo de canal 3, estaba montada sobre un trípode rodante en el estrado del Grill. A varios metros, en el Salón Dorado había dos receptores que sintonizaron una bandera peruana. A CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 333

continuación, Carlos Pérez Fontcuberta, jefe de prensa de Radio El Sol, presentó a Pereyra que habló a través del aparato. Alberto Ferrara, director del Grill Bolívar y la actriz argentina Linda Guzmán, futura estrella de la consejería femenina, animaron una velada de dos horas que se sumó a los discursos almibarados, el show de Antón Bardají y sus Chispas, el Trío América cedido gentilmente por Radio América (poco después sus dueños Antonio Umbert y Nicanor González empezaron a pensar seriamente en la televisión), los Troveros Criollos estrellas de El Sol y los Hermanos Castillo de la misma casa. Pereyra anunció que en los próximos días filmaría escenas callejeras y sacaría la cámara a la puerta del hotel, pero sólo concretó a medias la promesa. En junio su pionerismo sí fue efectivo al producir para los Almacenes Santa Catalina el primer aviso publicitario en vivo en circuito cerrado. El monitor puesto en la vitrina de la tienda mostraba a las actrices Ofelia Van Galen y Consuelo Rey exhibiendo la mercadería lanuda del negocio (Vivas 2001: 18).

En abril del año siguiente tuvo lugar, en el Colegio Guadalupe, la Segunda Gran Exposición de Radio, Electrónica y Televisión, con la presencia del ingeniero Jorge Ezeta Lazo y la presidencia honoraria de Manuel Odría. Según el diario La Prensa, hubo varias salas ocupadas con diagramas y cuadros de “aparatos novísimos en sus aplicaciones” y avanzados “modelos de radiotransmisores, radiorreceptores y pantallas de TV” (La Prensa, 30 de abril de 1955). Poco antes, en ese mismo mes, se había realizado una exhibición televisiva con motivo de la IV Asamblea de la Asociación Interamericana de Radiodifusión (AIR).

4.2.3 La IV Asamblea de la AIR La III Asamblea General Ordinaria de la Asociación Interamericana de Radiodifusión había tenido lugar en Puerto Rico del 10 al 17 de abril de 1953. La delegación peruana la habían conformado José Eduardo Cavero (Victoria), entonces presidente de la Anrap, Alfonso Pereyra (El Sol) y Alejandro Seminario (Callao). También habían asistido Andrés Avelino Aramburú (América) y Manuel Gjurinovic (Central), consejeros de la AIR en el Perú (La Prensa, 12 de marzo de 1953). La IV Asamblea tendría lugar en Lima en 1955. Representaron al Perú en ella: Carlos Pérez Fontcuberta, Alejandro Seminario, Fernando Aramburú, Augusto Belmont, José Eduardo Cavero, Óscar Dianderas, Genaro Delgado Brandt, Genaro y Héctor Delgado Parker, Juan Dongo, Alberto Fernández, Luis Freundt, Julio Goicochea, Nicanor González, Manuel Gjurinovic, Hernán Miranda Nieto, Clemente y Ricardo Palma, Alfonso Pereyra, Augusto Semsch, Juan Silva y Antonio Umbert, por las emisoras de Lima; 334 EMILIO BUSTAMANTE

Alberto Elejalde y Luis Gálvez Puente Arnao, por las de provincias. A ellos se sumó Andrés Avelino Aramburú Raygada como consejero de la AIR en el Perú (La Prensa, 8 de abril de 1955). El evento se inauguró la tarde del 11 de abril en el auditorio de El Sol, con representantes de dieciséis países. No asistieron el general Odría ni el presidente de la AIR, el mexicano Emilio Azcárraga. Los discursos estuvieron a cargo de Cavero por la Anrap, José Ramón Quiñones (vicepresidente de la AIR) y Ricardo Palma Silva por la OEA. La ceremonia fue transmitida en cadena por todas las emisoras, y, en la primera sesión, Cavero fue elegido presidente de la mesa de debates (La Prensa, 12 de abril de 1955). Según Fernando Vivas Sabroso, en ausencia de Azcárraga, las cabezas de la Conferencia fueron los mexicanos José Luis Fernández y Antonio Cabrera, el portorriqueño Félix Muguerza y el colombiano Antonio Lleras Camargo; sin embargo, quien mayor atención concitó en los medios fue el cubano Goar Mestre, magnate de la CBQ. Mestre se lució exhibiendo un microrreceptor a transistores “que apenas rebasaba la palma de una mano” (La Prensa, 12 de abril de 1955) y manifestó su deseo de asociarse a capitales peruanos para formar una compañía de televisión en el Perú (La Prensa, 15 de abril de 1955). El tema de la televisión, pues, se halló presente. De hecho, para el evento llegó de Nueva York una delegación de la Radio Corporation of America compuesta por R. J. Rainey, William J. Reilly y Joseph H. Roberts con “equipo técnico y humano” para hacer una exhibición de TV. Vivas la rememora así:

La RCA distribuyó diez receptores en la ciudad —uno en Palacio de Gobierno para uso del presidente Manuel Odría, otro en el colegio Guadalupe, sede de una exposición técnica como lo había sido en 1939, otro en el Parque Salazar de Miraflores, en los hoteles Bolívar y Crillón, y en redacciones periodísticas de Lima— y un transmisor ubicado en el Bolívar rematado con una antena en el techo. Las primeras imágenes emitidas fueron de filmes cubanos y brasileros sobre el progreso de las telecomunicaciones y luego, escenas previamente filmadas del evento mismo. A la demostración institucional siguieron horas de show, durante la semana del congreso, por el improvisado canal 6 de Lima. A la inauguración del acto y a las transmisiones no asistió Odría pero sí envío a sus sabuesos, el ministro de Gobierno Augusto Romero y el director de Gobierno Alejandro Esparza Zañartu […]. Los técnicos visitantes sumaron a sus filas al presentador Pepe Ludmir, al libretista Roberto Cruzalegui y al camarógrafo Alfonso Pereyra Jr. para las agitaciones de transmitir en vivo. Desfiló por la escena del Bolívar la belleza cantarina Bebelú de la Borda, quien había flechado a Lucho Gatica una temporada atrás, y se transmitieron imágenes filmadas durante los oficios de Semana CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 335

Santa. Siguieron el colombiano Nelson Pinedo, de gira por Lima, y los Romanceros Criollos dieron paso a Alicia Lizárraga. No todo fue música. Se encargó a Juan Ureta Mille escribir un sketch cómico-sentimental y éste ofreció un entremés alusivo a la irrupción del nuevo medio llamado Los novios de la tele, protagonizado por su esposa Elvira Travesí. Elías Ponce “Pedrín Chispa”, estrella de Radio El Sol, escribió números para el cómico Carlos Oneto “Pantuflas” y los Hermanos Ponce. El canal 6 y los diez aparatos distribuidos por la ciudad desaparecieron a los pocos días, pero tras el evento de la AIR se aceleró la carrera por la televisión que ganarían, por puesta de mano, el canal 7, estatal y el canal 4, privado (Vivas 2001: 19-20).

Además, se discutieron en la Asamblea temas de ética, de contratación de los artistas (la delegación peruana propuso que se creara un registro de representantes de artistas para tal efecto), y de función de la radio (se discutió una propuesta de combate al analfabetismo). Paralelamente se desarrolló un foro sobre sintonía, donde se destacó la importancia de las radionovelas, que ocupaban en todos los países el primer lugar según los surveys, seguidas de los programas humorísticos y la música (La Prensa, 12 de abril de 1955). El evento fue clausurado el sábado 16 de abril con una cena en el Country Club, eligiéndose como nuevo presidente al chileno Ricardo Virado. El peruano Avelino Aramburú figuró como vocal en la flamante directiva (La Prensa, 17 de abril de 1955).

4.2.4 La ruptura de Cavero con la Anrap José Eduardo Cavero renunció a la presidencia de la Asociación Nacional de Radioemisoras del Perú en setiembre de 1955. Había ocupado ese cargo desde 1952. Fue reemplazado por Nicanor González, a quien le tocaría inaugurar la Segunda Convención de Radioemisoras en noviembre de 1955. Ese mes apareció una entrevista a Cavero en la revista Radiovisión, donde el director de Radio Victoria se explayaba sobre el pasado, el presente y lo que esperaba del futuro del gremio de los broadcasters. Recordó que la Anrap había sido fundada en 1946 con la finalidad de “buscar la superación de la Radiodifusión, la defensa de sus asociados y establecer vínculos de contacto y confraternidad con las Emisoras del Continente Americano”, y que en la actualidad reunía a diecisiete emisoras de Lima y dieciséis de provincias. Añadía que las relaciones con las autoridades del Estado se habían fortalecido debido a que “la serena exposición de nuestros problemas y necesidades, ha encontrado amplia comprensión y deseo de ayudar a su resolución”. Mencionaba también la reciente IV Asamblea de la AIR, “una de las más fecundas en conclusiones y con mayor brillantez 336 EMILIO BUSTAMANTE

realizada”, y se extendía en el proyecto de Ley de Radio preparado por él y enviado al gobierno:

Durante seis meses, tomando de modelo las Leyes de Radio de otros países, compulsando su aplicación a nuestro medio y a la realidad de nuestras diversas circunstancias, concluí la preparación de un anteproyecto de Ley de Radio y TV del Perú, el mismo que entregué al General Don Manuel A. Odría, Presidente de la República, el que me ofreció enviarla al Ministerio de Gobierno y Policía, para su revisión y pase posterior al Congreso Nacional. La Ley se encuentra en estos momentos en el Despacho del Sr. Alejandro Esparza Zañartu y espero confiadamente que la nueva Junta Directiva de la Asociación Nacional de Radioemisoras del Perú culmine su aprobación, para dar a nuestra Patria un galardón más, y esta vez aplicado a una sabia Legislación en la Radiodifusión y TV, estimulante de su progreso y mejor éxito de su misión orientadora: esparcimiento, información y cultura (Radiovisión 9, 20 de noviembre de 1955).

Cavero insistía en la importancia de su proyecto de ley. Decía que al dejar la presidencia de la Anrap tenía “la sensación de haber cumplido con la resolución de diversos problemas y necesidades de la Radiodifusión nacional”, pero añadía que “uno ha quedado por liquidarse”, el de la Ley de Radio y Televisión:

Desde mi asistencia a la III Asamblea de la AIR en Puerto Rico, el año 1953, vi la necesidad de que la Radiodifusión Peruana tuviera, al igual que otros países de América, una legislación radial que señalase nuestras prerrogativas y nuestras responsabilidades, ajustándose más estrechamente al avance de la Radio y Televisión en el mundo, así como a la evolución de los conceptos que se están formando en el mundo con respecto a la Radio y la TV, en donde se considera que estos dos modernos medios de expresión, tienen iguales o quizá mayores probabilidades para convertirse definitivamente en el más eficaz, rápido y completo sistema de información y difusión, habiendo ascendido al cuarto poder del Estado, hombro a hombro con el periodismo escrito (Radiovisión 9, 20 de noviembre de 1955).

La Segunda Convención de Radioemisoras se inauguró el sábado 25 de noviembre de 1955, a las 18.00 horas, en el décimo piso del edificio Málaga Santolalla, en la avenida Tacna, con asistencia de treinta representantes de diecisiete emisoras de Lima y provincias, y del ministro de Gobierno y Policía, Alejandro Esparza Zañartu, quien “expresó su complacencia y ofreció su colaboración” (El Comercio, 26 de noviembre de 1955). Nicanor González fue elegido presidente de la Convención y Juan Silva secretario general. Se presentaron diversas ponencias. América y La Crónica propusieron elaborar un memorial dirigido al Ejecutivo haciendo ver que “siendo las CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 337

radios los medios publicitarios que con más frecuencia usa el Gobierno sin cargo alguno para irradiación de noticias, así como de transmisiones específicas”, era de “toda justicia” que se les exonerase “de los derechos de importación y adicionales, para todos los equipos, accesorios y repuestos que las radios necesitan”. La Crónica propuso que la Convención obtuviera del gobierno “una considerable rebaja de tarifas” de consumo eléctrico para las emisoras de Lima y provincias, por el “carácter especial” de la radio como “el promotor de consumo eléctrico más importante del país” (El Comercio, 30 de noviembre de 1955). América y La Crónica plantearon, asimismo, pedir autorización al gobierno para organizar dos cadenas que irradiasen el Informativo Nacional con dos horas de diferencia, de tal manera que mientras la mitad de las emisoras transmitieran ese espacio, la otra continuara su programación habitual (La Prensa, 9 de diciembre de 1955). América, por último, reclamó que se realizara la Convención cada año. Todas las ponencias de América y La Crónica fueron aprobadas. También se aprobaron las mociones de Radio Huancayo (que las emisoras de provincias tuvieran las mismas prerrogativas que las de Lima en onda corta y larga, y que las agencias de publicidad hicieran jingles de solo 30 segundos), y Radio Libertad de Trujillo (que la Anrap redactase principios que deberían ser respetados por todas las radios del país bajo medidas disciplinarias que se acordarían como un Código de Ética Comercial) (La Prensa, 29 de noviembre de 1955). Libertad y Lima, por su parte, hicieron valer su pedido de que la Anrap elaborara un registro de clientes morosos, llamando a todas las emisoras afiliadas “a no aceptar solicitudes de propaganda de las personas o entidades que figuren en el registro” (La Prensa, 1 de diciembre de 1955). El acontecimiento más resaltante de la Convención fue, sin embargo, el retiro de Cavero y sus emisoras de la Anrap. La decisión fue tomada a raíz de la presentación de una moción de Radio Cusco y Radio Libertad de Trujillo en el sentido de que se votaran las decisiones por entidad y no por emisora. En virtud de tal pedido, la Cadena Nacional S. A. de Cavero, que agrupaba a cuatro emisoras provincianas tendría solamente un voto. De ese modo se veía seriamente comprometida la aprobación de las propuestas del dueño de Radio Victoria (en especial el respaldo de la Anrap al proyecto de Ley de Radio y Televisión que había elaborado, y la creación de organismos regionales de la institución gremial). El 29 de noviembre, Cavero envió una carta a Nicanor González, informándole del retiro de sus emisoras (Radio Victoria, Radio Selecta, Radio Ica, Radio Cajamarca, Radio Huánuco y Radio Arequipa) de la Convención. Se quejaba de que la ponencia presentada solo afectaba a su cadena porque las otras dos (las de 338 EMILIO BUSTAMANTE

América y Central) se componía de emisoras “constituidas por entidades individuales”. La carta completa de Cavero es la siguiente:

Lima 29 de noviembre de 1955 Sr. Don Nicanor González, Presidente de la II Convención Nacional de Radioemisoras del Perú. Ciudad. Señor Presidente: Dentro de la II Convención Nacional de Radioemisoras del Perú, se han presentado ponencias que por su carácter personal y agresividad, han quitado a la reunión el espíritu fundamental que se busca en estas Asambleas y que se reduce a procurar el estrechamiento de los lazos de unión y cordialidad de los asociados, buscando la mejor solución de los problemas colectivos de la Asociación. Particularmente el día de hoy, se ha tratado de considerar las Cadenas de Radioemisoras de Provincias como UNA entidad ante nuestra Institución olvidando que están compuestas por VARIAS Emisoras, que tienen igual derecho a voto en cualquier circunstancia, creándose una figura singular, pues según la moción aprobada anteriormente, deben contribuir con sus cuotas en forma individual, pagar su cuota de ingreso individualmente, y cooperar cada una en todas las sugerencias de la Asociación, pero que, a la hora del voto, sólo tienen derecho a uno solo, en forma colectiva de la Cadena que conforman. Esta posición, casi adoptada por la Asamblea Plenaria, atenta contra los Estatutos de la Asociación Civil, pues el artículo VII dice: “Pueden ser miembros de la Asociación tanto las personas naturales como jurídicas.- Todos sus miembros son activos y gozan de los mismos derechos y prerrogativas, sin distinción de ningún linaje”. Por otra parte, el artículo XVI dice: “La Junta General es el Órgano Supremo de la Asociación y la constituyen todos los representantes ACREDITADOS DE CADA UNA DE LAS EMISORAS, que sean miembros de la misma.- Cada Emisora, designará un solo representante ante la Asociación”. También el artículo XVI dice: “Para que haya quórum en las Juntas Generales, se requiere que concurran las tres cuartas partes de los Asociados. Igualmente, para que los acuerdos de las Juntas tengan validez, será menester que se obtengan por mayoría absoluta de los votos de los representantes acreditados de las Emisoras”. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 339

Con referencia a las representaciones, se anota: “Todos los asociados gozan de las facultades de poder hacerse representar en las Juntas por mandatarios, a los que otorgarán esa delegación por Carta Poder”. Respecto a la marcha de la Asamblea dice: “El Presidente dirigirá las Juntas o Asambleas y las reuniones del Consejo y en caso de impredimento lo sustituirá el Vicepresidente”. Al respecto, hemos notado que quien dirige los debates, otorga la palabra y expresa el sentir de la Mesa, está siendo el Secretario, durante toda la II Convención, y no el Presidente como lo indican nuestros Estatutos. De todo lo anotado, se establece que en toda oportunidad, los Estatutos de la Asociación mencionan a Emisoras, mas no a Cadenas. Comprendo que la Asamblea pueda enmendar los articulados de nuestra carta de constitución, pero esa delicada tarea sólo debe realizarse después de un detenido examen, con el debido asesoramiento de juristas y la concurrencia y opinión del quórum reglmentario, no con un pequeño grupo, como el de hoy. Se ha mencionado las palabras “peligro” y “perjuicio”. Creo sinceramente que ningún poseedor de Emisoras que conforman una Cadena, puede desear para su organización ventajas que perjudiquen a sus colegas. Demás está mencionar que nuestra Asociación se encuentra formada por personas dignas, con ánimo de trabajar por el progreso común, por la superación de nuestra industria y sin intención de procurar supuestas ventajas de grupo, en perjuicio de los demás asociados. Su sola suposición entraña una sospecha muy por debajo de la respetabilidad de nuestros consocios, que cabe desechar rotundamente. La ponencia presentada está dirigida solamente a mi organización, ya que las otras dos cadenas que existen en la República (Radio América y Radio Central), se componen de Emisoras constituidas por entidades individuales. Igual riesgo e intención ha corrido la edición de la Obra “Diez Años de Radio en el Perú”, gestión que después de ser aprobada por todos los asociados, como se menciona reiteradamente en Actas, ha sido objeto de singular auscultación y abandono. Lo mismo ha sucedido con la Ley de Radios, que después de haberse estudiado en muchas Asambleas y por una Comisión nombrada por la Asociación, recién se le encuentra tachas e inconvenientes, a tal punto que se ha pretendido retirarla, sin darse cuenta de que al desautorizar a una pretendida obra personal mía, se está desautorizando a la misma Asociación. 340 EMILIO BUSTAMANTE

Estas son las razones que me ponen en la necesidad de dejar en plena libertad a la II Convención Nacional de Radioemisoras del Perú que Ud. preside, de asumir la responsabilidad de adoptar tan graves decisiones, que pueden sentar funestos precedentes en nuestra vida Institucional, rogándole tomar nota de que le solicito por medio de la presente, se sirva indicar conste en Actas el retiro de la II Convención Nacional de Radio Victoria, Radio Selecta, Radio Ica, Radio Cajamarca, Radio Huánuco y Radio Arequipa. De Ud., muy atentamente. José Eduardo Cavero. (Radiovisión 10, 20 de diciembre de 1955)

La moción de Radio Cusco y Radio Libertad de Trujillo fue aprobada, y el retiro de las emisoras de Cavero de la Convención trajo consigo la ruptura de la Anrap. Las normas legales dictadas en 1956 otorgaron a los asociados de la Anrap participación en la comisión que dictaría el nuevo Reglamento de Radiodifusión en 1957, el mismo que contemplaría normas específicas sobre televisión. Cavero, apartado de la Anrap, creó su propia institución gremial, la Federación Peruana de Radiodifusión (Federadio), y obtuvo representación en la comisión (Gargurevich 1987: 172). Los roces entre la Asociación y la Federación no tardaron en producirse. Un incidente surgió en julio de 1957, cuando El Sol (afiliado a la Asociacion) trajo a Los Indios Tabajaras para celebrar su aniversario anunciándolos como artistas exclusivos. Cavero, sin embargo, contrató también a los músicos brasileños para presentaciones en Victoria. La Anrap quiso imponer sanciones a Los Indios Tabajaras, y vetar su participación en Victoria, pero Cavero declaró a La Prensa que “como quiera que Los Tabajaras no han hecho ninguna pasada a las emisoras afiliadas a la Federación, no hay ningún inconveniente en que Radio Victoria o sus afiliados los contraten” (La Prensa, 9 de julio de 1956). Los problemas entre emisoras empezaron a generarse también dentro de la Anrap. Radio Central se quejó, en junio de 1956, de constantes interferencias de El Sol en su señal (La Prensa, 22 de junio de 1956).

4.3 La publicidad

El período se caracterizó también por cambios en el concepto y el estilo de la publicidad radial que respondían al asentamiento de las agencias de publicidad y al comienzo de la profesionalización del publicista en el país. El 8 de marzo de 1954 se fundó la Asociación Peruana de Agencias de Publicidad (Apap) “bajo la batuta de cuatro de los pioneros de esta profe- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 341

sión en nuestro medio: Roberto Protzel (McCann Erickson Corp.), Antonio Flórez-Estrada (Compañía Anunciadora Universal S. A., Causa), Alberto Pi- llado Matheu (Publicidad Perú) y Kenneth Lowder K. (Publicidad Lowder)” (El Comercio 2003: 80); agrupaba a las principales agencias que laboraban en el país, y se convirtió en interlocutora permanente de la Anrap. En no - viembre de 1956 se realizó la Primera Convención Nacional de Publi cidad, presidida por Erasmo Roca, que culminó con la creación del Consejo Nacional de Publicidad y la aprobación de un Código de Ética (Radiovisión 21, noviembre de 1956). Como es de suponer, las principales agencias de publicidad en el Perú establecieron lazos estrechos con las emisoras. Publicidad Causa (Compañía Anunciadora Universal S.A.), dirigida por Antonio Flórez-Estrada, se hallaba vinculada a Radio El Sol, mientras que Publicidad Perú, de Alberto Pillado Matheu, lo estaba a Radio Central. En esta emisora, Sidney Ross auspiciaba radioteatros, pagando altas sumas que permitían cubrir no solo el sueldo de los artistas sino de toda la planilla de la estación (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre del 2010). Publicidad Lowder, de Kenneth Lowder, por su parte, compró el primer radioteatro grabado en el extranjero para ser emitido por Radio Panamericana (causando gran polémica). McCann Eriksson, establecida desde 1946 en el país, producía jingles para ser emitidos en varias radioemisoras. Jorge Álvarez Segura, director del de - partamento de radio de esa agencia, era, según la revista Radiovisión, el “más popular productor de jingles del Perú” (Radiovisión 1, 25 de febrero de 1955). Al comenzar 1950, Última Hora llamaba la atención de que se estuviera “generalizando la costumbre de grabar discos con avisos, eliminando progresivamente al locutor” (Última Hora, 27 de febrero de 1950). No obstante, la producción de avisos grabados y jingles se incrementó durante el período sin afectar laboralmente a los profesionales del micrófono; al contrario, como diría Juan Silva en 1954, el mejor vendedor por radio era, a menudo, el mejor locutor (La Crónica, 8 de noviembre de 1954). La publicidad radial dio trabajo también a escritores, actores y cantantes. Aparte de Jorge Álvarez, eran reconocidos por la prensa Juan Silva y Alfonso Tealdo como creativos inventores de jingles. Héctor Béjar recuerda:

Tealdo innovó muchísimo la publicidad, y cambió la publicidad de la Lotería de Lima y Callao. El Ramo de Loterías de Lima y Callao tenía entonces una publicidad más o menos tradicional, y empezaban a aparecer los jingles. Había un ingeniero (Mirenghi) que puso un estudio de grabación, y empezaron a grabarse jingles, spots, en Lima, porque 342 EMILIO BUSTAMANTE

hasta aquella época venían todos grabados de La Habana. Y con esos jingles entra Tealdo. Entonces Fernando Farrés y Manuel Traverso, que era otro locutor de la época, tenían voces muy adecuadas para los textos de Tealdo. En esa publicidad de Tealdo que decía: “¡Gorda, cómo te quiero!”, la gorda era la lotería. “¡Gorda de mi alma, cómo te quiero!”. Tealdo, pues, innovó para su época, llamó la atención (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre del 2010).

Juan Gargurevich evoca otro ejemplo del ingenio publicitario de Tealdo, referido también a la lotería, en este caso a la de octubre, mes del Señor de los Milagros: “Negra por ‘afuera’ y por ‘adentro’ de oro. Negra de octubre, ¡cómo te adoro!” (Gargurevich 2009: 187). Algunos conjuntos, como Los Caballeros de la Noche y Los Chamas, destacaron por poner música y voces armoniosas a los avisos publicitarios. No faltaron, sin embargo, críticas a algunos avisos; un columnista de la revista Radiovisión, por ejemplo, expresaba su descontento con el de una marca de insecticida:

Nunca hemos escuchado un jingle más mal hecho y peor interpretado, que aquel que pregona las excelencias del insecticida Black Flag. Esa jovencita y ese joven que hacen el papel de insectos desesperados, están como para matarlos no con el famoso insecticida, sino con esos papelitos untados con miel que venden los chinos. Un “tremendo palo” para el creador de esta pieza de radioteatro cursi (Radiovisión 10, 20 de diciembre de 1955).

Una innovación en este campo fue la de Radio Panamericana, que lanzó la moda de los jingles en vivo con el pianista Pepe Morelli y los locutores Ina Duval, Bobby Mollison y Johnny Salim. Durante esos años las emisoras buscaron, además, en respuesta a pedidos del público y la prensa, establecer una mejor distribución de la publicidad en la programación. En 1955, Radio Central dejó de pasar publicidad después de la emisión de cada disco, y, al igual que Panamericana, se impuso tandas de dos minutos después de quince de música. América ubicó sus bloques comerciales después de tres discos (La Prensa, 27 de diciembre de 1955).

4.4 Agremiaciones de trabajadores

Las revistas de la época se refieren repetidas veces a la diferencia de sueldos entre los trabajadores. Una estrella de la canción criolla ganaba 4.500 soles por doce presentaciones en un mes, mientras otros cantantes, por un número igual de actuaciones, apenas recibían 150 soles. Se decía también que los artistas extranjeros eran mejor pagados que los naciona- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 343

les. Según Radiocine, algunas directoras extranjeras de radioteatro gana- ban 15.000 soles mensuales, y, en cambio, la mayoría de actores nacio- nales no alcanzaban a percibir 300 soles, que era lo mínimo que la Anaer pedía que se les pagara (Radiocine 9, segunda época, 31 de agosto de 1953). Pepe Delgado, locutor de Radio América, se quejó en 1952 del afán de los directivos de las emisoras por traer artistas extranjeros cuyo talento no justificaba el sueldo que se les abonaba. Decía Delgado: “Eso de traer gente de fuera cuya real capacidad radial se desconoce y se les contrata por el hecho de ser extranjeros, es francamente desalentador y sobre todo cuando ese elemento viene a posponer injustamente a gente que ha entregado de lleno sus energías para el logro de triunfos artísticos” (La Prensa, 15 de marzo de 1952). A ello se sumaban las multas, despidos injustificados y maltratos de parte de los directivos de las emisoras que continuamente denunciaban a la prensa empleados y artistas. Delgado, en la misma entrevista, confirmaba que “las relaciones de jefe a empleado entre la gente de radio son poco cordiales”. Delgado fue despedido de Radio América a raíz de estas declaraciones, aunque luego fue repuesto por presión de sus compañeros de trabajo. La agremiación de los trabajadores de la radio enfrentó, sin embargo, dificultades durante el período. La Asociación Mutualista de Artistas y Empleados de la Radio (Amaer) resucitó a fines de 1949, con motivo de la decisión del gobierno de Odría de reducir las horas de emisión de los programas radiales, lo que obviamente iba a traer consigo la pérdida de trabajo de muchos artistas. Ello ocasionó tanto las protestas de los dueños (como hemos visto en el capítulo anterior) como de los empleados de las estaciones. En noviembre de 1949, los artistas y trabajadores de las emisoras se reunieron en el auditorio de Radio Victoria y reflotaron su institución gremial. Fue elegido presidente el tenor Edmundo Pizarro, quien usaba en sus presentaciones radiofónicas el seudónimo de Juan Carlos Dorcal. El gobierno, como ya se ha señalado, dio marcha atrás y amplió la horas de de emisión, luego de una huelga de radios y de entrevistas entre los broasdcasters y Manuel Odría. En abril de 1950, la Amaer protestó por el cierre de los espacios radioteatrales del escritor José Luján Ripoll en Radio América. Según el diario Última Hora, la medida estaba destinada a evitar futuros reclamos, pues Luján Ripoll era uno de los más activos dirigentes de la Amaer y los integrantes de su elenco estaban asociados a la institución (Última Hora, 13 de abril de 1950). A partir de ese año, la Asociación Mutualista de Artistas y Empleados de Radio (Amaer) cambió su nombre por el de Asociación 344 EMILIO BUSTAMANTE

Nacional de Artistas y Empleados de Radio (Anaer), obteniendo reconocimiento oficial el 3 de octubre de 1951 (Gargurevich 1977: 124). En las elecciones realizadas en diciembre de ese año salió elegido César Chávarri Neyra como presidente de la institución, imponiéndose por 53 votos a 33 a Octavio Cabada Dancourt; Luján Ripoll fue elegido vicepresidente. Al año siguiente, la Asociación representó a los trabajadores en la búsqueda de solución de dos problemas: el de las deudas de Radio Restauración, que había dejado sin pago a sus empleados al revelarse insolvente; y el de una transmisión que hizo Radio Atalaya en Semana Santa de un programa grabado que meses antes había sido irradiado por América, sin haber abonado por ello dinero alguno a los artistas. Asimismo, logró resolver un conflicto surgido en Radio Central entre la firma Sidney Ross y un elenco de radioteatro: Sidney Ross había decidido disminuir personal, horas de trabajo y sueldos en la radionovela de las 15.30, lo que había originado un paro de los trabajadores encabezado por las actrices Carmen Ibarra y Julia Ferrer; la intervención mediadora del entonces presidente interino de la Anaer, José Luján Ripoll, permitió que Sidney Ross diera marcha atrás y el espacio pudiera salir al aire (La Prensa, 19 de abril de 1952). En 1952, la Anaer tuvo nueva directiva. Fue elegido presidente José Luján Ripoll, imponiéndose a Octavio Cabada Dancourt, César Augusto Huerta y Elías Roca. Esta vez votaron 101 miembros. Como vicepresidente fue elegido el destacado actor Carlos Revolledo. En noviembre de aquel año, la directiva de la Anaer llegó a un acuerdo con Genaro Delgado Brandt y Manuel Gjurinovic de Radio Central. La emisora se comprometía a que todos los artistas y empleados que contratase estuvieran inscritos en la Anaer. Además, en virtud del pacto firmado entre la institución gremial y Radio Central, no se podía transmitir en la estación más de tres libretos extranjeros al día; la proporción de artistas en radioteatros debería ser 2 a 1 a favor de los actores nacionales; y el personal de locutores, operadores y sonidistas debía ser exclusivamente peruano (La Crónica, 30 de noviembre de 1952). La argentina Carmen Valdez fue una de las primeras víctimas del acuerdo; tuvo que dejar de emitir su radioteatro Mujeres que trabajan (que tenía como protagonistas a las actrices Emma Sacker, Haydée Pareras y Vanda Theler), pues el programa entró al aire cuando ya se había alcanzado el límite de radioteatros con libretos de autores extranjeros. Valdez aclaraba en una carta dirigida al diario La Crónica que la causa de su salida del aire no era la baja calidad del libreto; ponía énfasis en ello pues era la primera vez que escribía uno y temía que se pensara que la cancelación se debía a deficiencias de sus textos (La Crónica, 10 de febre- ro de 1952). Valdez irradiaría Mujeres que trabajan dos años después, por CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 345

Radio La Crónica. El acuerdo entre la Anaer y Central no tuvo, sin embargo, mucha vigencia ni repercusión, al no poder obtenerse otros similares con América y Victoria. José Eduardo Cavero, en particular, se mostró desdeñoso con la Asociación, sosteniendo que era muy reciente y, según su criterio, no representaba a nadie. En marzo de 1953, la Anaer apoyó a la actriz Emma Sacker en un litigio que tuvo con Radio San Cristóbal por pago de haberes, y celebró la norma gubernamental que limitaba el tiempo de permanencia de artistas extranjeros en la radio peruana. No obstante, en julio eran ya evidentes las dificultades de subsistencia de la Asociación; la revista Radiocine destacaba la falta de asambleas y de un local propio para las reuniones. Esto último trató de ser solucionado mediante el alquiler de un piso en la plaza Bolognesi, donde se instaló una mesa de billar donada por el locutor Barton Wilson para el esparcimiento de los miembros. Ese año, además, fue elegido Juan Silva como nuevo presidente, lo que podría considerarse un error, pues al margen de su talento como locutor y animador, había venido cumpliendo —desde hacía algunos años— cargos directivos en diferentes empresas de radiodifusión, y su posición parecía estar más cercana a la de los broadcasters que a la de los trabajadores. En efecto, al poco tiempo de elegido como presidente de la Anaer, en noviembre de 1953, Silva fue contratado como gerente de Radio La Crónica, y tuvo que abandonar el cargo gremial. En reemplazo de Silva fue elegido presidente César Augusto Huerta, quien a los pocos días manifestaba ya su deseo de renunciar por falta de apoyo de la directiva (La Prensa, 26 de noviembre de 1953). La Asociación, sin embargo, logró en ese mes de noviembre la restitución de tres trabajadores que habían sido despedidos de Radio Restauración; pero la armonía estaba rota. Al comenzar diciembre, un grupo de locutoras, contrariadas porque los organizadores de La Semana del Locutor habían omitido a las mujeres en el programa de celebraciones, organizaron su propia festividad. Maruja Venegas, una de las lideresas, declaró a la prensa: “Han organizado carrera de autos, partidos de fútbol y fulbito, campeonatos de billar, póker y otras cosas, pero se han olvidado de nosotras” (La Prensa, 1 de diciembre de 1953). Las locutoras rebeldes plantearon la realización de una misa, partido de vóley y una romería a la tumba de Lucy Smith. El grupo contestatario lo integraban, además de Venegas: Sonia del Mar, Ina Duval, Marina Guevara, Violeta Bourget, Rosa Wunder, Nelly Mendívil, Carmen Rivas, Gloria Dennis, Yolanda Hernández, Yolanda Morla y Teresa Olmos (La Prensa, 1 de diciembre de 1953). Si bien el gesto de las locutoras fue tomado con simpatía, los ánimos andaban caldeados. En una tumultuosa sesión, se ratificó el 4 de diciembre 346 EMILIO BUSTAMANTE

a Huerta como presidente, pero no faltaron insultos y gritos destemplados. Rosa Wunder pidió enérgicamente mayor participación de la mujer en los asuntos de la Asocación, y al día siguiente reiteró su reclamo en la prensa haciendo “hincapié en la falta de una auténtica representante de las locutoras en esa institución”. Afirmó que la Vocal de Asistencia Social de la Anaer, la argentina Carmen Valdez, no podía ser considerada como tal pues ganaba 6.000 soles mensuales y no conocía la verdadera situación del locutor peruano (La Prensa, 6 de diciembre de 1953). Días después, Valdez renunció al cargo. En marzo de 1954, Alberto Martínez Gómez declaró que se había retirado de la vocalía de Prensa y Propaganda, y que la Anaer se encontraba en plena decadencia por culpa de la desidia de su presidente, César Augusto Huerta. Sus palabras fueron respondidas por Luis Gálvez Puente Arnao, quien culpaba de la debacle a Juan Silva. Sostenía que Huerta mal podía trabajar con “una labor iniciada fuera de la realidad” por el presidente anterior, quien además había abandonado el puesto por “una posición directriz bien retribuida” (La Prensa, 16 de marzo de 1954). Lo cierto es que estas disputas y renuncias debilitaron a la Anaer. Un pedido de expulsión de la directora española de radioteatro Carola Yonmar, firmado por varios miembros de la institución en ese mismo mes de marzo, no tuvo ningún efecto (La Prensa, 16 de marzo de 1954). En abril, más de cien afiliados a la Asociación firmaron un “Memorándum de la Unidad”, con siete puntos de demanda gremial: sueldo mínimo, pago extraordinario por trabajo los domingos y feriados, participación en las utilidades, obtención de garantías para la estabilidad de los trabajadores, cursos de capacitación y perfeccionamiento, seguro social y estudios para una ley que considerase el horario del trabajador radial, limitase las horas de trabajo y otras condiciones. Los firmantes indicaban que la misión de la Anaer era “estudiar a fondo los problemas del trabajador radial y rescatarlo de la paupérrima situación en que se encuentra con relación al pago, a la obtención de seguridades para el trabajo y ayudándolo a obtener las superaciones sociales dignas del ser humano de este siglo”; y añadían que ella se había olvidado por “acudir a luchas fuera de nuestros propósitos”. Acotaban que “más que locales bonitos, se necesitan reivindicaciones” y sostenían que frente “al problema que plantea la necesidad económica del trabajador radial, no hay retirada posible ni evasión para la lucha… Quien no se sienta con espíritu de clase no debe honrarse con las labores de la radiotelefonía en el Perú” (La Prensa, 9 de abril de 1954). Una nueva directiva fue elegida en agosto de 1954, encabezada por el locutor y publicista Alejandro Sánchez. La institución afrontaba por entonces CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 347

también problemas económicos, y el 17 de agosto se organizaron desfiles artísticos de vertmuoth y noche para recolectar fondos en el teatro El Porvenir. Participaron peruanos y extranjeros (residentes y de paso por nuestro país): Gregorio Barrios, Leo Marini, Fernando Fernández, Eddy Martínez, Teresita Arce, Roberto Airaldi, Juan Carlos Correa, Elvira Travesí, Pachitea, Pantuflas, la orquesta de Lucho Rovira, la vedette Lidia Scott y Los Troveros Criollos. Se anunciaron concursos entre las animadoras y los animadores: Rosa Wunder, Sonia del Mar, Violeta Bourget, Teresa Olmos y Ruby Romero; David Odría, Nelson Arrunátegui, Carlos Alfonso Delgado, Fidel Ramírez Lazo, Ortiz Lambert y Miguel de los Reyes (La Crónica, 17 de agosto de 1954). Fue un éxito, pero lo recaudado sirvió poco más que para pagar deudas y la asistencia médica de algunos asociados que se hallaban enfermos (La Crónica, tercera edición, 26 de agosto d 1954). En noviembre de aquel año, la Anaer y el Sindicato de Actores se manifestaron en contra de la emisión del radioteatro mexicano El dios maltrecho anunciado por Panamericana. Se trataba de la primera radionovela grabada fuera del país e íntegramente interpretada por actores extranjeros que se pretendía transmitir en el Perú. Los actores nacionales consideraron que constituía un atentado contra ellos. La Anaer convocó a una sesión permanente; el primer día debatieron el asunto “con energía” Teresita Arce, Guillermo Lecca, David Odría, Juan Ureta, Héctor Béjar, Pablo Silva, Gloria Travesí, Rosa Wunder, Carlos Ego Aguirre, Alberto Martínez y otros (La Crónica, tercera edición, 3 de noviembre de 1954); pero no se pudo lograr entre los concurrentes el acuerdo de huelga propuesto por los miembros más radicales. El mayor peso de la lucha terminó recayendo en el Sindicato de Actores. Numerosos integrantes del gremio acudieron al Parlamento, hasta donde se llevó el debate por la transmisión del radioteatro extranjero, que no fue suspendido. Poco pudo hacer también la Anaer para que Radio Lima y Radio Libertad pagaran las planillas atrasadas como reclamaban sus trabajadores ese mismo mes. En enero de 1955, la Asociación mudó sus oficinas a un edificio ubicado en la avenida La Colmena con el jirón Angaraes; en mayo recibió una notificación de desahucio y se le embargó el mobiliario; renunciaron el vocal Juan Moreno, el tesorero Bartolomé Dextre y el secretario general David Odría. Al poco tiempo la organización gremial dejó de existir. Según Juan Gargurevich, en el edificio “sólo quedó la placa” y “allí estuvo varios años, como marcando la tumba de Anaer” (Gargurevich 1977: 124). En junio de 1955, el locutor David Odría propuso crear una Federación de Trabajadores de la Radio que integrara los sindicatos de locutores, ope- radores, escritores, actores, productores, etcétera. El primer paso sería la 348 EMILIO BUSTAMANTE

creación del Sindicato de Locutores y Operadores. En mayo de 1956 se eligió una junta directiva de este sindicato conformada por David Odría (secretario general), Carlos Casanova (subsecretario general), Héctor Béjar (secretario de defensa), Eduardo Navarro (relaciones), Fernando Farrés (propaganda), José Lázaro Tello (economía), Miguel de los Reyes (actividades artísticas), Manuel Obregón (técnica) y Augusto Cáceres (coordinación) (La Prensa, 11 de mayo de 1956). Ese mismo mes, el sindicato exigió a los dueños de las radios locales un pago extra por trabajo de domingos y feriados. Se acordó realizar reuniones con los presidentes de la Anrap y de Federadio con tal fin. El Sindicato de Actores nombró también a sus representantes para estas reuniones: Miguel Gómez Checa, Sonia del Mar, Violeta Bourget, Socorro Cáceres, Jorge Dávila, Carmen Martínez, Gloria Lecaros, Moisés Asturrizaga y Ángel Otoya. Las entrevistas se llevaron a cabo y los directivos de las entidades empresariales ofrecieron pagar remuneraciones adicionales por domingos, Primero de Mayo, Año Nuevo, Carnaval, Viernes Santo, Fiestas Patrias y Navidad (La Prensa, 29 de mayo de 1956). Sin embargo, un mes más tarde, José Eduardo Cavero fue multado por la Dirección de Trabajo por no concurrir a las citas convenidas para discutir el reintegro a sus locutores y operadores por los domingos y feriados en que habían trabajado (La Prensa, 23 de junio de 1956). El Sindicato de Locutores logró también que la Dirección de Trabajo reiterara en junio de 1956 la vigencia de la Resolución Suprema 1612 del 25 de agosto de 1951, según la cual para ejercer la locución en las emisoras del país había que ser peruano de nacimiento. El secretario de defensa de aquella primera junta directiva del Sindicato de Locutores recuerda:

En esa época la lucha del sindicato era por varias cosas. En principio por que se formalizara la profesión del locutor, y porque hubiera una escuela de locutores. Dos, [por derechos laborales, aunque] las disposiciones que teníamos eran bastante buenas, porque según las leyes de la época trabajabas cuatro horas y tenías que ser obligatoriamente incorporado a planilla; solo con cuatro horas. Además, no podías trabajar más, solo eran cuatro horas. Yo recuerdo que trabajaba en la radio, y luego me iba a la universidad. Leía mi noticiario de dos horas en la mañana, y todo el día lo tenía para mí con sueldo apreciable, y regresaba a las 6 de la tarde o a las 7 de la noche hasta las 8 ó 9. Las condiciones de trabajo eran mejores que ahora. Absolutamente. Con un gran respeto, y con estabilidad. Y con un ambiente simpático; un poco loco, como es este mundo, pero simpatiquísimo. Son años realmente muy bellos los de aquella época. Pero, claro, eso era para un grupo de privilegiados, que éramos los de las radios grandes: Radio América, CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 349

Radio Central, después fue Panamericana. Ya Radio Victoria, con Cavero, era otra cosa. Y después entró Augusto Belmont, que era un tipo muy simpático, pero alguien le aconsejó mal. Primero puso Radio Excelsior, después compró Atalaya, y la convirtió en una especie de máquina. Se compró una de esas reproductoras de cinta, y todo el día pasaba las cintas. Se había conseguido dos tipos para que le grabaran los comerciales, y eso era Radio Atalaya. Y después convirtieron a Radio Excelsior en eso también. Y nosotros estábamos contra eso. El sindicato estaba contra esas radios, que les decíamos nosotros “las radios automáticas”. Esa era la otra lucha que había (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre del 2010).

Otras agrupaciones se crearon en el período. El 20 de febrero de 1952 se fundó la Asociación Peruana de Autores y Compositores (Apdayc), teniendo entre sus impulsores a Eduardo Márquez Talledo, Abelardo Carmona y Rosa Mercedes Ayarza de Morales. En marzo de 1952 se creó la Asociación de Cronistas de Cine, Radio y Teatro (Acirate), que tuvo como principal animador a Guido Monteverde, ya entonces muy popular por sus columnas “Antipasto Gagá” y “Qué pasa en radio”, ambas publicadas en el vespertino Última Hora. La Acirate entregaba anualmente los premios Inka, y la integraron, entre otros conocidos hombres de prensa: Mario Castro Arenas, José Velásquez Neyra, Víctor Orzero y Pepe Ludmir. Varios de ellos eran, además, trabajadores de las empresas radiofónicas, donde oficiaban de libretistas, productores o conductores de programas. La representativi- dad de la Acirate fue, no obstante, cuestionada por algunos medios; la revista Radiocine, por ejemplo, señalaba que en ella no estaban inscritos los periodistas de La Crónica, Sucesos, El Mundo, Excelsior, Social y Reflejos, entre otros diarios y revistas que contaban con cronistas de radio, teatro y espectáculos (Radiocine 2, segunda época, 18 de julio de 1953). En enero de 1953 se fundó la Asociación Peruana de Locutores Deportivos (La Prensa, 25 de enero de 1953).

4.5 Las reinas de la radio

Durante la década de 1950 continuó la elección de reinas de la radio en los carnavales. Además, las emisoras participaron activamente en los concursos de belleza, aportando artistas y transmitiendo en directo las ceremonias. En los carnavales de 1950, la Amaer y el diario La Noche coronaron como reina de la radio a la italiana Franca Fenatti, que se presentaba en Radio América. El mismo año, el diario Última Hora realizó una encuesta para elegir a Miss Radio, resultando triunfadora la cantante Jesús Vásquez (Radio Victoria). 350 EMILIO BUSTAMANTE

En enero de 1951 se llevó a cabo un concurso denominado Reinado de Farándula, auspiciado por la Anaer. Aída Bertini, candidata de Colonial, fue elegida soberana; animaba un espacio de música criolla. La ceremonia de coronación se efectuó en el teatro Segura, con asistencia del alcalde de Lima, Eduardo Dibós Dammert (La Crónica, 30 de enero de 1951). En los carnavales de 1953, Teresa Bolívar fue la reina de los artistas. La revista Excelsior destacaba su trayectoria: “Llena de donaire y de arrogancia, Teresa Bolívar ha sido antes de reina de los artistas, nuestra embajadora en Europa. En Madrid y en París su voz seductora y su prestancia artística le ganaron muchos aplausos y admiraciones” (Excelsior 221, enero-febrero de 1953). En mayo, Victoria, Central y Excelsior propalaron desde el cine Tacna el desfile de candidatas a La Más Bella del Perú. Colaboraron en el evento Miguel Yi Carrillo y los animadores David Odría y Nelson Arrunátegui. Salió elegida Betty de la Borda, Ofelia Grabowsky quedó segunda, participó la orquesta de Freddy Roland, y tocaron Los Troveros Criollos. El elenco de Loquibambia hizo allí su debut teatral, y, según Última Hora, superó las expectativas (Última Hora, 28 de mayo de 1953). En junio, América y La Crónica transmitieron el concurso Señorita Perú desde el Teatro Municipal, con la animación de Juan Silva. La Crónica regaló radiorreceptores RCA a la triunfadora, Mary Ann Sarmiento, y a ocho finalistas departamentales (La Crónica, 26 de junio de 1953). La reina de los carnavales limeños de 1954, Bebelú de la Borda (María Luisa de la Borda), debutó como cantante en Panamericana en enero de 1955, acompañada por una orquesta de doce músicos conducida por Carlos Berscia. Había firmado un contrato de 75 mil soles por doce audiciones; y declaró que donaría el íntegro del dinero a la Central de Asistencia Social que dirigía la esposa del Jefe del Estado, María Delgado de Odría (Última Hora, 21 de enero de 1955). En febrero de 1955, Ofelia Van Galen fue coronada Reina de la Radio en el cine Central en “ninivítica y babilónica función nocturna”, según el cronista del diario La Prensa (18 de febrero de 1955). Durante 1954, Van Galen había actuado en La Crónica, América y Central, simultáneamente, y a decir de la revista Mezzanine, su participación en el radioteatro Tú también eres mi hija, la había hecho acreedora “a la popularidad y al estrellato como la actriz de mayor sintonía del país” (Mezzanine 13, 1 de marzo de 1955). Enrique Victoria la recuerda de este modo:

Ofelia Van Galen fue la última gran estrella de radioteatro peruano. Alborotaba tanto que cuando se transmitían las novelas, afuera de las radios parecía mitin político. La gente con carteles: “Ofelia te queremos”, y todas esas cosas. Las chiquillas, los hombres, las mujeres, en las puer- CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 351

tas de las radios. Venía la policía para que Ofelia pudiera salir. Una estrella de altísima magnitud (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005).

En la misma ceremonia en que fue coronada Van Galen, la uruguaya Eda Lorna fue aclamada como Reina de la Farándula y Silvia Revolledo recibió el título de Reina de los Artistas. En 1956, Elvira Travesí fue elegida Reina del Teatro y la Radio; y la argentina Chela Blua sucedió a Eda Lorna como Reina de la Farándula (“soberana del club nocturno”, decían algunos medios). La coronación tuvo lugar en el Campo de Marte y el evento fue organizado por el Sindicato de Actores del Perú y la Federación de Bancarios (El Comercio, 9 de febrero de 1956).

4.6 Programación y consumo en Lima (1950-1956)

Durante el período, las principales emisoras privadas (América, Central, El Sol, Victoria) iniciaban su programación alrededor de las 7.00 horas y la cerraban hacia la medianoche. Abría la transmisión un noticiero matutino; luego seguía una programación de discos que duraba aproximadamente hasta el mediodía, en el que se emitía otro informativo. En la tarde se daba paso a los radioteatros. La noche se iniciaba con un nuevo reporte de noticias o un programa deportivo; a continuación venían los programas de auditorio con transmisiones en vivo de presentaciones de cantantes, espacios cómicos o de concurso. A las 21.00 iba otro radioteatro, a las 22.00 las emisoras entraban en cadena para llevar a los oyentes el Informativo Nacional. Después podía venir un radioteatro más. Se cerraba la transmisión con un noticiero o un programa musical emitido desde algún local de moda. Los domingos la programación incluía, según la emisora, retransmisiones de la misa dominical, las carreras del hipódromo o partidos de fútbol. Desde 1955, Panamericana, América, El Sol y La Crónica buscaron tener una programación más variada esos días, con música, concursos e inclusive radioteatro cómico. Las emisoras más poderosas orientaban su programación hacia un público masivo y se apoyaban en los géneros radiales. Si entre 1925 y 1937 se había dado el paso de una radio de elite a una de carácter masivo, entre 1937 y 1956 tal carácter se asentó. Existía, en este período, un nuevo público integrado por los migrantes de la sierra que, sobre todo durante el gobierno de Odría, se volcaron a la capital creando las llamadas “barria- 352 EMILIO BUSTAMANTE

das”, inicialmente en zonas periféricas como los cerros El Agustino, San Cosme y San Cristóbal. Como señala Matos Mar, “cada una de las grandes expansiones de la barriada” tuvo “un correlato o vinculación política, económica, social” (Matos Mar 1977: 16); así, algunas se formaron a raíz de la crisis económica o la sequía en la sierra, y otras como consecuencia del clientelismo político promovido por el mismo Odría (Collier 1978: 76-77). En todo caso, los migrantes que poblaron las barriadas se convirtieron en nuevos consumidores de radio en la capital. La radio les ofrecía programas a través de los cuales se manifestaba la ciudad y una manera de ser urbano, pero en los que también podían reconocerse. Estos programas eran básicamente los radioteatros y algunos programas musicales. Los radioteatros cumplieron probablemente la función que cupo al folletín más de un siglo antes en Europa, y al cine por la misma época en México: la de “educar” a las masas migrantes del campo (mayoritariamente analfabetas) en las costumbres, habla y modos de la ciudad, impartiendo valores del grupo social hegemónico, pero incorporando a la vez ciertas matrices populares (Martín Barbero 1982). De otro lado, a partir de 1953, año en que Luis Pizarro Cerrón empezó a transmitir El Sol en Los Andes, a través de Radio El Sol, los programas de música vernacular se expandieron en las radios limeñas, contribuyendo al mantenimiento de vínculos de los migrantes, entre ellos y con la provincia, así como al establecimiento de nuevos lazos dentro de la capital. Un fenómeno paralelo a este fue la grabación de discos de parte de cantantes folclóricos que inicialmente se presentaban en vivo en las emisoras o en los coliseos. Los discos eran grabados por la empresa Iempsa (mientras que la empresa Sono Radio se especializaba en música criolla de la costa) y eran emitidos luego en los programas radiales. La invención de los transistores y las baterías alcalinas favorecieron, asimismo, la audición de programas en las barriadas limeñas y en lugares apartados del país, donde no había servicio de electricidad. El cubano Goar Mestre trajo como curiosidad para la IV Conferencia de la AIR en 1955 un pequeño radio a transistores, y llamó la atención de algunos periodistas con ello, pero en realidad desde 1951 se promocionaban en la prensa peruana microaparatos como el Alba Midget que se decía era una “joya para manos primorosas” (El Comercio, 18 de mayo de 1951). Aunque inicialmente el precio de cada uno de esos receptores era el de una gema, pocos años después los radios a transistores se abaratarían enormemente, aumentando así las posibilidades de consumo. La audiencia radial se amplió también entre las masas populares urba- nas de los barrios limeños tradicionales, que gozaban desde 1950 de una CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 353

mejor situación económica por la coyuntura favorable de la economía ya reseñada. En 1952 surgió la iniciativa de colocar receptores de radio en vehículos de transporte urbano de Lima y Tacna, tal como se puede leer en el diario La Crónica:

Novedad en el transporte urbano: ómnibus con radio. En el paradero del Mercado Mayorista la gente espera a los 3 vehículos de la línea 22 (entre el Rímac y el Mercado Mayorista) de los 24 vehículos que componen la flota. De los 3, 2 tienen un aparato de radio al lado del timón del chofer, oyéndose música clásica, resultados de pollas, y música criolla. La idea fue de los choferes Pérez y Arboleda, quienes decidieron adquirir un radio y acondicionarlo en el ómnibus para estimularse con la música y prestar una “gratuita y sana diversión a los pasajeros”. “Las radios son de propiedad de los choferes y conductores que trabajamos en estos ómnibus… Los hemos adquirido de común acuerdo pagando entre todos 50 soles semanales que se nos descuenta de nuestro salario” (Pérez). En Tacna, donde hay un servicio urbano de ómnibus, también estos tienen radio, de tal manera que son dos ya las ciudades del Perú en donde se cuenta con esta amena innovación. El administrador de la compañía de ómnibus “Progreso” dice al diario que, en efecto, los radios son de propiedad de los choferes y conductores de ambos vehículos y la compañía no tiene nada que ver, habiendo prestado en forma personal su garantía para la obtención de los radios a crédito. No se ha advertido aún que haya significado el aumento del número de pasajeros (La Crónica, 2 de junio de 1952).

Según se expuso en la IV Conferencia de la AIR, los programas de mayor audiencia en el Perú, como en toda Latinoamérica, eran los radioteatros, los humorísticos y los musicales; en ese orden (La Prensa, 12 de abril de 1955). Reparemos en ellos.

4.6.1 Música criolla Los programas que emitían música criolla continuaron gozando de prefe- rencia. Artistas como Jesús Vásquez, La Limeñita y Ascoy, Alicia Lizárraga, Los Morochucos, Los Embajadores Criollos, Los Troveros Criollos (dúo integrado por Luis Garland y Jorge Pérez, en El Sol y después en La Crónica), Irma y Osvaldo, Luis Abanto Morales, Eloísa Angulo, Margarita Cerdeña, Delia Vallejos, Carmencita Lara, Teresita Velásquez, Los Chamas (Washington Gómez, Rolando Gómez y Carlos Bromley), Las Limeñitas, Los Dávalos, Los Cholos y el Conjunto Fiesta Criolla de Óscar Avilés (a final del período) disfrutaron de gran popularidad. 354 EMILIO BUSTAMANTE

Jesús Vásquez siguió siendo la reina indiscutida de la canción criolla, aunque estuvo ausente del país durante algunas temporadas. Su matrimonio con el cantante mexicano Jorge Luis Zamora en la iglesia de San Marcelo, en el Rímac, congregó a cinco mil personas el 18 de junio de 1950, según el vespertino Última Hora, que dedicó su carátula y una página íntegra al acontecimiento (Última Hora, 19 de junio de 1950). Ese año Vásquez partió al extranjero. Retornó al Perú a comienzos de octubre de 1953. Según el diario La Prensa, el día de su arribo, mientras interpretaba el vals Todos vuelven para Radio Victoria desde el aeropuerto de Corpac, la Anrap tomaba el acuerdo de suspenderla por un mes debido a que había firmado contrato con cuatro emisoras (Victoria, Central, América y El Sol), lo que estaba prohibido por la Asociación de broadcasters. El mismo diario informaba que al descender del avión, la estrella “tuvo que permanecer 10 minutos frente a los micrófonos de Victoria y escuchar a Los Cholos cantar el vals ‘Reina’, compuesto especialmente para su llegada”. El animador desde el aeropuerto fue David Odría. Cumplida la sanción impuesta por la Anrap, Jesús Vásquez reapareció en Victoria el 31 de octubre, Día de la Canción Criolla. La apoyó una orquesta de diez músicos dirigida por el argentino Julio Genta, animó Carlos Alfonso Delgado, y Alberto Arenas leyó los textos comerciales. Como en ocasiones anteriores, cientos de personas acudieron a verla y escucharla (La Prensa, 1 de noviembre de 1953). Jesús Vásquez continuó presentándose en Victoria martes, jueves y sábados, auspiciada por Pisco Vargas. Muy destacados fueron también Los Embajadores Criollos, trío integrado por Rómulo Varillas, Carlos Correa y Alejandro Rodríguez. Surgieron en Atalaya en 1950, y en 1951 pasaron a Victoria, presentándose lunes, miércoles y viernes al mediodía. Los temas melodramáticos que interpretaban, su estilo plañidero y la voz de falsete del robusto Varillas les dieron enorme popularidad. Juan Felipe Montoya recuerda que “a la hora en que ellos cantaban, no había ventana ni puerta de donde no salieran las voces y las guitarras de Rómulo Varillas, Carlos Correa y Alejandro Rodríguez” (entrevista con Juan Felipe Montoya, 5 de junio del 2007). Raúl Serrano Castrillón coincide con Montoya: “[…] todo Lima escuchaba a los Embajadores Criollos que eran presentados por ‘el animador de las multitudes’, José Lázaro Tello. Si uno caminaba a través de una cuadra, podía escuchar un vals completo de los Embajadores, ya que en cada casa por donde pasaba, la radio estaba encendida” (Serrano 1994: 100). Los Embajadores Criollos eran los músicos favoritos de Manuel Odría (a quien se le llamó el General de la alegría), y amenizaban reuniones en Palacio de Gobierno. Tuvieron también detractores. En noviembre de CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 355

1953, un cronista de La Prensa criticaba su escaso repertorio: “Se concretan a cantar piezas que, después de haber sido deformadas por ellos, se han tornado insoportables al oído” (La Prensa, 18 de noviembre de 1953); y en diciembre de 1955, la revista Radiovisión decía que como regalo de Navidad, Los Embajadores Criollos habían encargado a Papá Noel un juego de sábanas para secar sus lágrimas (Radiovisión 1, 20 de diciembre de 1955). El otro trío célebre de entonces era Los Morochucos (Augusto Ego Aguirre, Alejandro Cortez y Óscar Avilés), afiatado y elegante, con mayor acogida en la clase media. Óscar Avilés recuerda: “Estaban en vigencia Los Embajadores Criollos. El pueblo los tenía como favoritos a ellos; pero, ya en otro plano social, Los Morochucos eran indispensables” (entrevista, 21 de setiembre del 2010). Fue aquella la época en que se consolidó, asimismo, el dúo Las Limeñitas (Graciela y Noemí Polo). Entre los animadores de los programas de música criolla destacaron Carlos Alfonso Delgado, David Odría y Aurelio Collantes. Este último, llamado la Voz de la Tradición, fue despedido injustamente en 1952 de Radio Nacional, según el diario La Prensa, por usar en glosas de las audiciones criollas la frase “como el ajo”, que él consideraba “sinónimo de lo bueno, lo estupendo” (La Prensa, 6 de abril de 1952). Fue contratado de inmediato por Victoria (La Prensa, jueves 24 de abril de 1953). El espacio criollo de mayor prestigio fue Sábado peruano (Radio Nacional), que se emitía los sábados a las 22.15. Su director era Alberto Martínez Gómez, y contaba con la participación del experimentado pianista Filomeno Ormeño. Hacia 1956 incorporó música andina y de la selva; una presentación especial del programa en el teatro Segura mereció elogios de la revista Radiovisión:

La función dada en el teatro Segura en que Radio Nacional del Perú presentó en su Audición “Sábado Peruano” a los Indios Aguarunas del Marañón, merece nuestra más amplia aprobación. Aparte del valor artístico de los números presentados, esta ha sido la primera vez que se ha presentado en el Perú un espectáculo en que nos ofrecían manifestaciones musicales de nuestras tres regiones naturales; por otro lado, el producto de lo recaudado sirvió para que estos peruanos pudieran llevar a sus tierras del Marañón implementos de labranza y medicinas que tanto necesitan (Radiovisión 22, diciembre de 1956).

Otros programas destacados fueron Al compás del criollismo, animado por Carlos Alfonso Delgado en Victoria, y La Voz del Rímac de Rafael Velorio Palma en Atalaya. 356 EMILIO BUSTAMANTE

Compositores de generaciones distintas como Filomeno Ormeño, Pedro Espinel, Ernesto López Mindreau, Lorenzo Humberto Sotomayor, Augusto Rojas Llerena y Mario Cavagnaro tuvieron constante presencia como animadores o impulsores de programas. En enero de 1956, La Prensa anun ciaba que Chabuca Granda (ya famosa por La flor de la canela) sería contratada por Radio La Crónica (La Prensa, 28 de enero de 1956). En julio de ese mismo año se colocó un busto de Felipe Pinglo (obra de Artemio Ocaña) en el patio principal de Radio Excelsior, y, en agosto, Radio Nacional convocó a un concurso de música criolla que culminó con el triunfo del Trío Limeño. Durante el Ochenio, dos empresas disqueras se disputaron el mercado de la música popular: Iempsa y Sono Radio. Mientras que la primera tenía como artistas exclusivos a Los Embajadores Criollos, la segunda contaba con Los Morochucos. Raúl Serrano Castrillón señala que las grabaciones iniciales de Los Morochucos se hicieron en el estudio de un ciudadano chileno apellidado Calcagno, pero luego, ya bajo el sello de Sono Radio, el trío grabó en los estudios de Radio América, pues “Antonio Umbert y Nicanor González, tenían intereses en la nueva fábrica, conjuntamente con Lucho Graña, Cillóniz, Patiño y Mendiburu” (Serrano 1994: 99). Iempsa era propiedad de Enrique Pardo Heeren y tenía estudios de grabación en el edificio Frederich, a la espalda del cine Metro (Serrano 1994: 99, 149); fue la primera empresa que se animó a grabar a músicos populares andinos.

4.6.2 Música andina A fines de 1951, las hermanas Hoyle divulgaban por Radio Nacional el repertorio inédito de Carlos Valderrama (La Prensa, 6 de diciembre de 1951); pero la música clásica de inspiración incaica estaba ya dejando paso a la música popular andina, que era disfrutada por miles de migrantes de la sierra en la capital e inclusive empezaba a ser empleada en la publicidad: una nota de La Prensa daba cuenta de la salida al aire de un aviso de Mc Cann Erickson en el que se empleaba un huaino, objetando que el nombre del producto no se escuchara con claridad (La Prensa, 6 de diciembre de 1951). Al año siguiente, por iniciativa de Luis Pizarro Cerrón, Radio Nacional convocó a un Concurso de Música Popular Peruana. El certamen se inició el 9 de diciembre de 1952 y culminó el 30 de enero de 1953. Participaron, entre otros: Víctor Echave, Los Pastores del Perú, Mensajeros de Ancash, Los Provincianos, Héctor Flores, Adán Vargas Cáceres, Sicuris de Puno, Dúo Hermoza, Dúo Arequipa, Trío Altiplano, Trío Los Andinos, Prudencia CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 357

Arias, José Farfán Aldea, Trío Rodríguez, Trío Koana, Obreros de Huaraz, Conjunto Pacha Mama, Hermanitas Zevallos, Sol del Perú, Luis Pardo de Chiquián, Ccoscco Llacta, Estudiantina Puno, Víctor Coello y José Castellares (La Crónica, 9 de diciembre de 1952; La Prensa, 1 de febrero de 1953). Jaime Guardia recuerda que La Lira Paucina también se presentó y, como resultado de ello, “nos hicimos acreedores a un contrato con Radio Nacional para actuar durante un año” (Guardia 1988: 26). El concurso lo ganó el Conjunto Atusparia, y fue un éxito; pero no faltaron quienes lamentaron el “pobre panorama” —según ellos— ofrecido por los ejecutantes y, bajo óptica paternalista (cuando no racista), demanda- ron “elevar artísticamente” la música popular andina mediante su recopila- ción, transcripción al pentagrama y orquestación occidental. Mario Castro Arenas, por ejemplo, comentaba desde su columna “Yo digo que” en La Prensa:

Radio Nacional debe cumplir el rol primordial al que le asignan sus funciones: difundir la música peruana en la mejor forma, es decir, propalar las mejores interpretaciones de ella. La música vernacular es la que merece mejor dedicación por el hecho de no haber sentido los benéficos efectos de la técnica musical. Las piezas autóctonas, en su mayoría, no han sido llevadas al pentagrama, realizando por ello sus intérpretes, versiones al oído, o sea desprovistas de la sistematización musical. Por lo expuesto y por muchas otras razones que la tiranía del espacio me impide enumerar, se hace necesaria la creación del Departamento de Música Vernacular en Radio Nacional, una organización que cuente con personal idóneo —este es el requerimiento fundamental y lo recalco porque, a menudo, se suele no tomarlo en cuenta— que realice labor de recopilación en los departamentos de la sierra y que lleve al pentagrama las obras musicales que recojan. Una vez realizada esa labor, sería menester que esas obras se orquestasen para darle, así, un indudable aquilatamiento artístico. El pobre panorama que presentan los conjuntos que intervienen en el Concurso de Música Vernacular, cambiaría por completo para regocijo nuestro y de todo peruano (La Prensa, 20 de enero de 1953).

Pizarro Cerrón, convertido en el adalid de la música popular andina en Lima, comenzó a transmitir su programa El Sol en los Andes en Radio El Sol oficialmente en noviembre de 1953, entre las 6.00 y las 7.00 horas. El Sol le concedía gratuitamente el espacio; las presentaciones de los intérpretes populares eran en vivo y no remuneradas, pero los músicos podían enviar mensajes o anuncios sobre sus actividades (Lloréns 1987: 49). En 1954, El Sol empezó a cobrarle a Pizarro Cerrón (Lloréns 1987: 50), quien inauguró otro programa en la misma emisora: Cantares quechuas, 358 EMILIO BUSTAMANTE

que se propalaba los días lunes, miércoles y viernes a las 22.15 (La Prensa, 31 de marzo de 1954). En setiembre de 1955 la revista Mezzanine llamaba despectivamente a Pizarro Cerrón “El ídolo de las tomateras”, y anunciaba que planeaba un concurso interdepartamental con participación de instituciones regionales (Mezzanine 26, setiembre de 1955). Lo que realmente tenía en mente por entonces el conductor de El Sol en los Andes era celebrar el segundo aniversario del programa con un desfile de artistas de todos los lugares del Perú, que se presentarían en el auditorio de El Sol el 24 de noviembre, desde las 6.45 hasta las 12.00 horas. La revista Radiovisión 9 (20 de noviembre de 1955) felicitó la iniciativa, que efectivamente se llevó a cabo. No fue El Sol en los Andes el único programa de música popular andina. En noviembre de 1953 también salió al aire Takiyninchis de José Mario Benigno Farfán por Radio Nacional, donde se presentaba La Lira Paucina una vez por semana (Guardia 1988: 27). En 1955 apareció La voz del folklore en Radio Lima, conducido por Octavio Meza Ordóñez y Mónica Ruiz; según su eslogan, no era “un programa más de música vernacular” sino “el alma y sentir de las provincias del Perú” (La Prensa, 8 de enero de 1956). Aquel mismso año, Néstor Gross, jefe de prensa de la Radio 980 (que anunciaba su próxima inauguración, y sería después Radio 1160), aseguraba: “Tendremos un disc-jockey quechua para hacerle la competencia a Pizarro Cerrón” (La Prensa, 18 de enero de 1956); mientras que en Nacional aparecía Ayacuchomanta, dirigido por el guitarrista Gaspar Andía Fajardo. Sin embargo, el mayor competidor que tuvo El Sol en los Andes fue probablemente Llamando a las puertas de las provincias de Guillermo Morales Lazo en Radio San Cristóbal. También se emitía a las 6.00, difundiendo música andina y costeña, tenía corresponsales en provincias que informaban sobre problemas locales, y su conductor aseguraba que aspiraba al acercamiento de los habitantes de las regiones del Perú; se leían en el espacio monografías sobre paisaje, historia y folclore de cada departamento, y se premiaba con pasajes a distintos puntos del país a oyentes que refierieran anécdotas de su pueblo. Un programa prestigioso en el que participaban tanto artistas populares como intérpretes de formación académica fue La hora vernacular, auspiciada por la revista Folklore que dirigía Florentino Gálvez Saavedra (Florencio de la Sierra). Se emitía por Radio América los domingos a las 20.05. En 1956 se presentaron, entre otros artistas, el conjunto ancashino Atusparia (que para entonces había grabado ya veinticinco discos para los sellos Odeón y Sono Radio), el dúo cusqueño Los Linares, el conjunto de CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 359

cuerdas caracino Huandoy, los músicos Alejandro Vivanco y Francisco Rivera, la joven cantante lírica Margarita Ludeña Guerrero y la recitadora Doris Sánchez Caballero. Así como en Sábado peruano se daba cabida a la música andina; en La hora vernacular intervenían también cantantes del folclore de la costa, como Los Ribereños (Jorge Ordinola, Misael Ordinola, Luis Barrios y Víctor García) (Folklore 36, s/f). La creciente demanda de música popular andina que evidenciaban los cada vez más numerosos programas y concursos radiales, así como los concurridos espectáculos en los que se presentaban los intérpretes, atrajo el interés de las empresas disqueras. En 1955 se montó la fábrica de discos El Virrey, y su gerente y director, Manville D. Smith, declaraba: “Fomentaremos el desarrollo de la música criolla y folklórica nacional, estimulando a los compositores e intérpretes, creando a su debido tiempo adecuados concursos que les den la oportunidad de mostrar sus condiciones” (Radiocine 9, 31 de agosto de 1955). Para entonces, ya otra fábrica de dis- cos, Iempsa, había contratado a los cantantes María Alvarado Trujillo (Pastorita Huaracina), y Ernesto Sánchez Fajardo (Jilguero del Huascarán) (Serrano 1994: 100). En 1956 la emisora del Estado promovió nuevamente un concurso de música andina que volvió a ganar el Conjunto Atusparia. En segundo lugar quedó la Compañía Folklórica Pachamama dirigida por Alejandro Vivanco, y en tercer lugar el Conjunto Los Nativos. También fueron premiados el Trío Lozano-Alarcón, el Grupo Alma Andina, el dúo Los Pocras (Medina- Juscamaita), y los solistas Augusto Navarro, José Farfán Aldea, Roberto Gamarra y Gaspar Andía Fajardo (este último recibió un premio especial otorgado por el Banco Continental). Recibieron diplomas como estímulo a su labor los conjuntos Cori Marca de Tinta, Asunción de Chacas, Huacanquis de Cusco, Obreros de Huaraz, el trío Lira Paucina, el trío Chuchicos de Cusco, el dúo Quispicanchis de Cusco, la Estudiantina Indígena, el solista Armando Allende y el arpista Serapio Sullca (Folklore 36, s/f). Aquel año, en Nacional, fueron muy elogiadas las audiciones de la Lira Paucina (Jaime Guardia, Jacinto Peve y Luis Nakayama) y del consagrado arpista Florencio Coronado, quien también se presentó en Radio La Crónica. El Día del Indio (24 de junio) fue celebrado en todas las emisoras con música andina: Radio El Sol irradió un programa de 7.00 a 10.00 “como complemento de ‘El Sol en los Andes’ de Pizarro”, Nacional realizó la conmemoración en su programa Takiyninchis a las 18.00; América lo hizo a través de La hora vernacular de Florencio de la Sierra a las 20.05; La Crónica invitó a los músicos Francisco Rivera y Alejandro Vivanco para que se presentaran en un espacio de 21.00 a 21.30; Excelsior anunció al conjun- 360 EMILIO BUSTAMANTE

to Alma Andina de Cerro de Pasco a las 19.00. Victoria, Lima, San Cristóbal, Callao, Miraflores y Mundial también tuvieron programas especiales (La Prensa, 24 de junio de 1956).

4.6.3 Boleros y ritmos tropicales El bolero, el mambo y la guaracha gozaron de enorme acogida en la década, aunque los principales representantes de estos ritmos en las radios limeñas fueron visitantes extranjeros. No obstante, en Central destacó, a comienzos de 1950, Tú, yo y el bolero, con los nacionales Lucha Omar y Roberto Vargas. En el programa se radioteatralizaba, además, un idilio protagonizado por José Carlos Salinas y Violeta Bourget, con libretos de Luján Ripoll. En enero de 1951, dos meses antes de la visita de Pérez Prado, ya El Sol emitía La hora del mambo a las 19.15. Se presentaba la orquesta de Jorge Beltrán y el cantante César Sánchez. En 1953, Lucy del Carpio conducía Mambo Club en Libertad. Ese año, en Victoria, la orquesta del saxofonista argentino Freddy Roland (Ángel Bagni), quien había venido con Pérez Prado y se hallaba radicado en el Perú, obtuvo éxitos en Radio Victoria, con Alberto Cortez como cantante de ritmos tropicales. En 1953, Freddy Roland pasó a Radio El Sol; tendría una larga carrera en nuestro país. La Orquesta Camaguëy, que había iniciado sus actuaciones en 1946 en Radio Libertad, pasó luego a Nacional, Colonial y Mundial, y en 1953 destacaba en Radio San Cristóbal. Lo integraban entonces: Genaro Falcón (vocalista), Isaías Muñoz (primera guitarra), Reynaldo Menacho (segunda guitarra y cantante de boleros), Kuis Florián Ponce (bongocero), Guillermo Carballo (tumbador), Carlos Lavalle (segunda voz), Julio Valencia (tercera voz), Nico Gonzales (piano), Carlos Hayre (contrabajo). Tenía su origen en el distrito limeño de La Victoria (Radiocine 2, segunda época, 18 de julio de 1953). En años siguientes algunos de sus miembros emigrarían y otros se mantendrían en la agrupación. Tiene vigencia hasta nuestros días.

4.6.4 Tango y música internacional El tango conservó cultores y admiradores. Coltrinari tenía en 1950 un espacio diario en Victoria, con Roberto Tello como cantante. A comienzos de la década, el bandoneonista argentino Domingo Rullo y el cantante peruano Raúl del Mar destacaron también en varias emisoras. A mediados de esta, Coltrinari y Rullo se unieron. En Miraflores, Aquí está el tango cumplió ocho años en el aire en 1956; era conducido por Nelly Mendívil Castro. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 361

Desde comienzos de la década se hicieron presentes en el dial disc- jockeys de música internacional, especialmente anglosajona. Barton Wilson mantuvo desde 1949 hasta 1955 su programa Hit Parade Clubtime en Miraflores, los sábados a las 21.00, con “lo mejor del ranking norteamericano”. Sus audiciones no se hallaron exentas de polémica. En Última Hora, un cronista comentaba en 1950, que había “un norteamericano que tiene un programa con música norteamericana”, y añadía: “En el Perú existe un artículo en el Reglamento de Radiodifusión que prohíbe terminantemente que los extranjeros ejerzan la profesión de locutor. Hasta ahora no sabemos por qué no se hace cumplir” (Última Hora, 14 de marzo de 1950). La Prensa, sin embargo, consideraba en 1955 que Wilson era “el mejor disc-jockey del medio” y añadía que tenía “el mayor número de auspiciadores en la radio peruana” (La Prensa, sábado 22 de enero de 1955). Barton Wilson presentaba, además, otros dos programas en Miraflores: en 1953, Date UIT Music, selecciones de piezas teatrales norteamericanas; y, en 1955, el radioteatro The Hollywood Theatre Of Stars, grabado en Hollywood. En 1952, en El Sol, Pepe Ludmir animaba La hora Buchanan de lunes a viernes a la 13.15 y a las 22.15, también con melodías populares norteamericanas. Ludmir pasó luego a Panamericana. En febrero de 1955 la revista Radiovisión decía que era él (y no Wilson) el mejor disc-jockey del medio (Radiovisión 1, 25 de febrero de 1955). En 1952, Selecta tenía también un disc-jockey de música norteamericana: Jimmy Black. Su programa salía al aire todos los días de 19.00 a 21.00 horas. Sus secciones eran: “At home whit Jimmy Black”, “Breakfast in Hollywood” y “News”. En San Cristóbal, Joe Peters y Chick Martin animaban los sábados, de 22.30 a 23.30, un programa de jazz en 1953. En Excelsior, Oswaldo Brown Bravo hacía los libretos y narraba Glosas del jazz en 1954. Por su parte, Jorge Peláez Rioja conducía dos espacios en Radio América: La hora de la melodía y La cajita de música. Arturo Pomar era el disc-jockey de Carnavalito musical en 1956 en El Sol, donde difundía los cincuenta discos más populares en los Estados Unidos, seleccionadaos por Disc Sail, “agrupación especializada en la industria fonoeléctrica norteamericana” (La Prensa, 14 de setiembre de 1956). Radio Lima transmitía diariamente, en 1952, Glosas japonesas con música oriental; los domingos actuaba el grupo Los Niseis, “artistas nipones que cantan, tocan y hacen chistes” (La Crónica, edición de la tarde, 4 de marzo de 1952). En 1956, el joven Augusto Irei presentaba en la misma emisora un programa hablado en japonés con grabaciones japonesas, todos los días, de 14.00 a 15.00. El mismo año, en Lima también, Adria Lovedan difundía música italiana, auspiciada por la firma Necchi. 362 EMILIO BUSTAMANTE

Otros programas de disc-jockey fueron Hablando al corazón (Pepe Aste, Libertad, 1953, con canciones de películas musicales); Quince minutos contigo (Juan Ureta Mille, Central, 1955); Joyas musicales (Enrique Bergier, Panamericana, 1955); Música en el aire (Héctor Roca, El Sol, 1955); Feliz amanecer, Cascada de estrellas e Invitación musical (Carlos Rojas, Radio Lima, 1956); La dama duende (Betty Watson, Panamericana, 1956); Collar de melodías (Selecta, 1956). La actriz Teresa Olmos (en El Sol) y el cantante italiano Piero Solari (en Panamericana) también condujeron programas de este tipo en 1955. Asimismo, el humorista Sofocleto dirigió un espacio, La alfombra mágica (1955), en el que alternaba música e información de países que recorría en una imaginaria alfombra voladora. La música internacional se escuchó también a través de intérpretes en vivo. Carlos Pickling ofrecía Melodías inolvidables en América en 1953, y la cantante Fetiche (Rosa Palma Gutiérrez) se convirtió en la gran revela ción de 1954 en América, con un repertorio variado. En Excelsior, Alejandro Hernández producía, dirigía y tocaba el piano en Viaje por el pentagrama de las Américas, que tenía como cantantes a Carmen Cueto y Gloria Lecaros. El jazz tuvo, asimismo, expresiones en vivo: Jazz en El Sol, animado por Héctor Rocca, presentó en 1956 al saxofonista cubano Rubén Menéndez, y a los peruanos Eulogio Molina y Lucho Neves, entre otros. Las emisoras continuaron transmitiendo en directo los espectáculos bai- lables desde las boites. San Cristóbal lo hacía desde El Sirocco en 1953. En enero de 1955, con el auspicio de Philips, transmitió hasta las 6.00, estable- ciendo un récord para entonces. Excelsior transmitía desde el Ben Gout en 1953, y desde el Tico-Tico en 1954. América lo hacía desde el Grill Bolívar. Radio Libertad lanzó en 1956 unos bailables “para la juventud” con la orquesta de Freddy Roland y Eulogio Molina, en el Circolo Sportivo Italiano, desde las 22.00 hasta las 5.00. Panamericana presentó como cantante exclusiva a la ex reina de belleza Bebelú de la Borda (María Luisa de la Borda) en enero de 1955. Ese mismo año, la emisora de los Delgado Parker lanzó a la joven Chela Roselló (estudiante de Farmacia e intérprete de temas en inglés) como “La Doris Day peruana”.

4.6.5 Música clásica Radio Nacional, bajo la dirección de César Miró, dio importancia a la música clásica en el período. En 1951, la emisora tenía una orquesta dirigida por Luis Pacheco de Céspedes e integrada por miembros de la CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 363

Orquesta Sinfónica Nacional. Aquel año se presentaron en la emisora la diva Lucrecia Sarria y el principiante Luis Alva, en La hora selecta, junto a otros cantantes (María Elena Campos, Sarah de Llop, Alba del Castillo, Argentino Jaramillo, Sergio Jotty y Régulo Ramírez). Alva destacó nítidamente, y volvió a hacerlo ese mismo año en Las audiciones Cinzano de Victoria, interpretando pasajes de ópera y zarzuela. En 1953 partiría a Italia, tras cosechar nuevos éxitos en Nacional y Victoria. En 1951, también, María Wiesse conducía Los grandes maestros en la emisora del Estado, todos los días a las 12.00. Hacia el final del período, el programa más destacado fue Grandes conciertos, con orquesta de cámara de Virgilio Laghi y coros dirigidos por Armando Sánchez Málaga. Los animadores eran Francisco Pardo de Zela y Guillermo Lecca Iturbe. El coordinador artístico de la emisora era Luis Pacheco de Céspedes. Entre las emisoras privadas, las que mayor cabida dieron a la música clásica fueron Victoria y Selecta (ambas de Cavero). Victoria programaba Concierto dominical con música grabada, y en 1952 anunció la actuación en vivo del tenor Edmundo Pizarro, quien retornaba al Perú después de dos años de gira por países de Sudamérica; lo acompañó la orquesta de Ernesto López Mindrau (La Crónica, 1 de marzo de 1952). En 1956, Selecta publicitó que había adquirido 1.118 nuevos long plays para su discoteca (La Prensa, 27 de octubre de 1956). Sin embargo, esta emisora alternaba programas de música clásica con transmisiones desde el hipódromo, y, en ocasiones, interrumpía la emisión de una pieza musical con un avance informativo de las carreras de caballos, lo que —por supuesto— causaba mala impresión a oyentes y comentaristas:

Es francamente deplorable lo que sucede en Radio Selecta, “LA EMISORA AL SERVICIO DE LA CULTURA MUSICAL EN EL PAÍS”… día a día deja más que desear su programación de música selecta, con sus continuas repeteciones de obras y su serie de programas que nada tienen de música clásica, su propaganda estridente, los comentarios hípicos, los pronósticos hípicos, esto y lo otro que sería largo de enumerar… […] pero, lo q’ sucedió el Domingo 8 del presente, a las 13,45 horas es francamente ABOMINABLE ¡sí señores!... ABOMINABLE, con mayúscula… algo que consideramos un atentado contra la buena música, una falta de respeto para un compositor de la categoría de Peter Tchaikovsky y una franca desconsideración para el oyente… bueno, fuera de tanto preámbulo y les diré… era un programa de música de ballet… salía al aire “El Lago de los Cisnes” de Peter Tchaikovsky; en una de las escenas más sublimes de este sublime Ballet el operador corta la transmisión y una extraña voz que nos saca bruscamente de nuestro éxtasis, nos dice que en el Hipódromo la hora es la una y cuarenta y cinco minutos y que dentro de diez minutos 364 EMILIO BUSTAMANTE

se correrá la próxima carrera… este fue todo su comentario y continuó el Ballet… (Mezzanine 18, 15 de mayo de 1955).

Radio Excelsior tenía también un espacio de música clásica: Vivamos la verdadera música; iba los lunes, miércoles y viernes, auspiciado por Sanguinetti y Dasso. Entre disco y disco se relataban biografías de los autores, anécdotas y el motivo de la inspiración (La Prensa, 5 de noviembre de 1953).

4.6.6 La fiebre del radioteatro El radioteatro alcanzó su apoteosis. Si ya en la década de 1940 el radioteatro invadía la programación de las emisoras, durante la década de 1950 la cantidad de audiciones diarias de radioteatro llegó a ser impresionante. En 1955, por ejemplo, Radio Central emitía catorce radioteatros diarios, Radio La Crónica nueve y Radio El Sol siete. Casi todas las otras estaciones tenían también programas de este tipo. En junio de 1956 se creó un Club de Fanáticos del Radioteatro por iniciativa de María Mille que, según el diario La Crónica, reunió a siete mil socios en pocos días (La Crónica, tercera edición, 22 de junio de 1956). Las grandes emisoras poseían cuadros estables a cargo de actrices y actores de fuerte carácter como Elvira Tizón, Carola Yonmar, Queca Herrero, Antonio Luján y Alberto Sorogastúa. Los actores que trabajaban con exclusividad para una emisora eran pocos, la mayoría actuaba e incluso dirigía radioteatros en varias estaciones por día. Los libretos eran, por lo general, comprados en el extranjero (especialmente en Cuba y Argentina); pero había también —como en la década antrerior— escritores que residían en Lima y eran contratados por las radios para esa tarea: Queca Herrero, Gloria Travesí y Raúl Salmón (en quien se inspiraría Mario Vargas Llosa para crear al Pedro Camacho de La tía Julia y el escribidor). No eran, sin embargo, abundantes los radioteatros escritos por peruanos. El joven Sebastián Salazar Bondy tuvo a su cargo un espacio de radioteatro de autores peruanos en Nacional desde 1951, con la argentina Nélida Quiroga como directora del elenco; pusieron obras escritas por María Wiesse, Serafina Quinteras y María Rosa Macedo. Otros escritores nacionales de radioteatro activos durante el período fueron los experimentados Juan Malmborg y Jorge Rivarola, y los jóvenes José Luján Ripoll, Miguel Yi Carrillo, Pedro Álvarez del Villar, Elías Roca y Max Obregón Mikkelsen, este último autor de sugestivos radioteatros de terror. El conocido periodista Alfonso Tealdo adaptó noticias a radioteatro en El film de la vida. Su programa, comenzado a emitir en 1951 por Central, tenía como conductor y narrador a Hugo Guerrero, y el elenco estaba compuesto por Luis Álvarez, Marietta Cruzado, Marcela Giufra, José CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 365

Montoso y Tito Díaz; en 1952, Enrique Romero y José Fonkén reemplazaron a Hugo Guerrero, y Juan Moreno tomó el lugar de Luis Álvarez. El popularísimo género recibió, sin embargo, duras críticas de ciertos medios de prensa y representantes parlamentarios. En 1952, en La Crónica, bajo el seudónimo de Don Micro, un redactor se quejaba en la sección “Radiales”:

Gran parte de las horas del día y de la noche, todas las emisoras locales ofrecen programas de radioteatro utilizando obras que a lo más pueden ser calificadas de mediocres para abajo. A mayor cantidad de escenas de gritos y llantos, menor es la calidad de los conjuntos que tienen a su cargo dichos espacios… Tal se infiere de la superabundancia de folletines tipo Gran Guiñol, basados en argumentos deprimentes, informados en una sensiblería barata y de pésimo gusto (La Crónica, edición de la tarde, 6 de diciembre de 1952).

En 1953, en La Prensa, Mario Castro Arenas decía en su columna “Yo opino que”:

Para tragedia de las personas de buen gusto, ya se avecina otra obra radial, plena de sensiblería y de situaciones intrascendentes… Ya el año pasado se había puesto a prueba el estoicismo ciudadano; pero, ahora, el asunto tiene visos de confabulación y de ensañamiento contra la insignificante partícula de buen gusto literario, que, lentamente, nos están aniquilando. Había una zona espiritual que permanecía inmaculada, incontaminada; había en cada radioyente una casi innata resistencia hacia el radioteatro extraído de novelas rosa o de baratos y postizos sentimentalismos. Pero el oyente se está doblegando casi inconscientemente pues le endilgan obras con títulos angelicales, y arrastrado por su buena fe, cae en el terreno fofo de la sub-literatura radial. Esta vez nos asiste el derecho: el derecho de protestar ante los ángeles malos de la radio que, agazapados en la calle, se preparan para darnos el infernal concierto de sus alaridos (La Prensa, 9 de febrero de 1953).

A fines de ese año, el diputado por Ica Agustín Bocanegra y Prada pidió, en sesión del 19 de noviembre, que se controlaran y reglamentaran los programas de radioteatro, pues “no reportan cultura, sino perversidad y pornografía; traición, infidelidad y adulterio, lo que escuchan el anciano, el joven y el niño”. Sugería establecer una hora determinada para la transmisión de “radioteatros y novelas aceptables sólo para adultos”, de manera que los padres de familia pudieran controlar la audición de ellos (La Prensa, 20 de noviembre de 1953). La postura de algunos intelectuales no era, sin embargo, totalmente ad - versa al género. El arequipeño Guillermo Ugarte Chamorro, quien en 1946 366 EMILIO BUSTAMANTE

había publicado su tesis El radioteatro: nueva forma de expresión artística, anunció en 1950 un libro sobre radioteatro escolar, recordando que en el programa El momento infantil de Nacional había escrito 120 comedias para niños (La Prensa, 12 de julio de 1950).25 María Wiesse, por su parte, des- tacaba también las posibilidades artísticas del radioteatro, aunque advertía sobre sus “peligros”:

En la comedia radial es factor importantísimo el sonido, los efectos musicales que dan clima y ambiente a la obra. Eso ha de ser confiado a un experto, a un técnico que conozca la música apropiada a cada situación, a cada escena. Todo eso debe ser cuidadosamente estudiado en la ‘armazón’ de la comedia radial: textos, efectos musicales, interpretación, duración de la obra, su propósito educativo y de difusión cultural. De no ser así, el radioteatro continuará su camino de cursilería y de chabacanería. Y millares de escuchas caerán en las bajas esferas del mal gusto, del folletín grosero, de la novela por entregas sin calidad literaria (La Prensa, 19 de abril de 1952).

Había radioteatros para niños, de aventuras para adolescentes, de terror y policiales; pero los de mayor éxito fueron, sin duda, los melodramáticos (llamados también radionovelas), que comprendían mayor número de capítulos y permitían el sostenimiento de las radios. Héctor Béjar, quien fuera entonces locutor de Radio Central, la principal emisora de radioteatros de la década, recuerda el sistema en que se basaba el género:

La radio tenía un horario, y a partir de las 2 de la tarde comenzaban las radionovelas. De 1 a 2 era la música criolla. En la mañana era un noticiario, muy temprano; y a partir de las dos de la tarde hasta las 7 de la noche que empezaba el auditorio y los programas en vivo, eran las radionovelas. Y, luego, a partir de las 9 ó 10 de la noche, se volvía a las radionovelas. Entonces, eran muchísimas. Pero esto era un sistema financiado por una empresa que era la Sidney Ross. La Sidney Ross era una empresa de publicidad norteamericana que tenía una línea de productos donde estaban fundamentalmente jabones y dentríficos. Esa empresa pagaba toda la planilla de la radio. Me acuerdo hasta las

25 En 1949 se realizó un concurso de radioteatro infantil promovido por el Gobierno, en el que participó Ugarte Chamorro, quien obtuvo el tercer puesto por Sangre española, sobre un cuento de Edmundo de Amicis. Triunfó Matilde Indacochea con Carta azul, y el segundo puesto fue para Iris Guardiola por La rosa mágica. El jurado estuvo conformado por: Pedro Benvenuto Murrieta, Grimanesa Manrique de Barreto, José Alfredo Hernández, César Bravo Ratto y Juan Francisco Bazán (La Crónica, 10 de enero de 1950). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 367

cifras: eran treinta mil soles al mes. Esos treinta mil soles al mes le permitían a la radio pagar no solamente la planilla de los actores, sino toda la planilla. Nosotros en esa radio teníamos una situación de gran estabilidad. Y como el dueño de la radio, Genaro Delgado Brandt, era un hombre muy ordenado y muy respetuoso de la gente, pues estábamos todos en planilla y teníamos todos los derechos laborales; cosa que en la mayoría de las otras radios de esa época no sucedía. Entonces el sistema era ese. Esta empresa mantenía estas novelas para sus productos, y esas novelas permitían contratar a diversos elencos de actores y a su vez los libretos eran importados desde La Habana. En La Habana, donde estaba la CMQ, que después se convertiría en televisora, había ya cadenas de radio y se producían muchísimas radionovelas; yo recuerdo que se recibían cajas de libretos. Era una cosa como de llave en mano: todo estaba financiado por la publicidad. Lo mismo hacía la competidora, que era Radio América, con Droguerías Kahn, para Kolynos. Mientras Radio América pasaba la propaganda de Kolynos y no sé qué jabones, Radio Central pasaba la de Antipio. Entonces, las radionovelas estaban atadas a todo esto, era una forma de vender. En cuanto a los actores, había lo actores que dependían de todo este aparato; y había otros que trabajaban en producciones independientes, entre las producciones independientes estaban las de la familia Ureta: Juan Ureta, Elvira y Gloria María, que era una adolescente (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre del 2010).

El radioteatro de los cincuenta produjo éxitos de sintonía como El derecho de nacer y Tamakún, escándalos como el de El dios maltrecho, frustraciones como la de Yo pecador, esfuerzos culturales como el de Salazar Bondy y Nélida Quiroga, personajes de novela como el boliviano Raúl Salmón. Hubo también tragedia.

4.6.7 La muerte de Lucy Smith La década del radioteatro se inicia dramáticamente con la muerte de una de sus mayores estrellas: Lucy Smith. La juventud y popularidad de la actriz, las circunstancias del deceso, el proceso judicial que le siguió, la folletinesca cobertura que le dio la prensa, y su sorprendente persistencia en la memoria popular, dan a la desaparición de Lucy Smith un carácter especial. En la madrugada del 1 de enero de 1950, Lucy Smith y su novio, Carlos Denny Espinoza, salieron del Country Club, a donde habían ido a recibir el Año Nuevo. Abordaron un taxi, y dentro del vehículo en movimiento, continuaron una riña que se había iniciado en el salón de baile. Ambos se encontraban bajo los efectos del alcohol, y tras un forcejeo, la puerta del auto se abrió y la actriz cayó a la pista. Fue llevada de inmediato por su novio y el chofer del taxi, Nicolás Rimachi, al hospital Loayza, donde no 368 EMILIO BUSTAMANTE

recibió atención adecuada. Al llegar su padre, la trasladó a la clínica Maison de Santé. A las pocas horas, murió. Tenía solo 23 años. Lucy Smith (Luz Elena Smith Ariñez) era hija del ciudadano boliviano Eduardo Smith, uno de los administradores de Radio Central. De niña había integrado la Compañía Hermanitos Gassols con Enrique Victoria y Carlos, Fernando, Irma, Hilda y Zaira Gassols (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005). En 1936 había participado en La hora infantil de Radio Internacional e interpretado algunas canciones en Radio Goicochea. Poco después se hizo conocida en Radio Lima como la Cantante Colegiala, incluyendo en su repertorio tangos primero y, después, música criolla y tropical. Desde mediados de la década de 1940 su talento brilló más en el radioteatro que en la canción. Actuó en Radio Callao, Radio Mundial, Radio Alegría, Radio América y Radio Central. Al momento de su muerte encabezaba un cuadro de radioteatro, privilegio que hasta entonces parecía reservado a actrices de mayor edad que la suya. El 3 de enero de 1950 su sepelio congregó a una variopinta multitud, lo que según el diario El Comercio demostraba que “había logrado despertar simpatías hondas en todas las clases sociales” (El Comercio, 5 de enero de 1950). En el cementerio le rindieron homenaje Roberto Cruzalegui, por Radio Central; José Luján Ripoll por la Amaer; Paco Andreu por la Sociedad Peruana de Actores, Armando Padilla por el Sindicato de Actores Peruanos, y Roberto Salinas por los artistas de radioteatro (La Crónica, edición de la tarde, 3 de enero de 1950). Después del sepelio, durante varios días, semanas y meses, los diarios siguieron publicando notas sobre Lucy Smith; en especial, en torno a lo que llamaron “su extraña muerte”. El vespertino Última Hora, desde el 7 de febrero de 1950, comenzó a publicar la biografía de Lucy Smith por capítulos; no dejó de mencionar que el último radioteatro interpretado por la artista tenía un título premonitorio: La muerte sale de noche (Última Hora, 15 de febrero de 1950). La prensa dio también amplia cobertura al proceso penal que se siguió por homicidio culposo al novio de la actriz, Carlos Denny Espinoza, y al chofer del taxi, Nicolás Rimachi. En julio de 1952, más de dos años después del accidente, ambos (novio y chofer) fueron absueltos. El deceso de Lucy Smith se produjo en un agitado mes de enero de 1950, a escasos dos días del inicio del juicio oral contra los líderes apristas acusados de la rebelión del 3 de octubre de 1948, y en un año electoral violento. Podría especularse que fue usado como una “cortina de humo” o elemento de distracción del pueblo; sin embargo, las características del suceso, la CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 369

juventud y ascendente fama de la víctima, le otorgaban un halo trágico auténtico. Los cientos de oyentes de radio y lectores de revistas de espectáculos que acompañaron el féretro de Lucy Smith desde su casa hasta el cementerio lo hicieron posiblemente conmovidos por la desaparición de alguien que se les había hecho familiar desde niña y que habían seguido en su crecimiento físico y artístico año tras año hasta verla convertida en una estrella. Su muerte no era la de una persona a la que sintieran lejana. Y no era cualquier muerte, sino inesperada y violenta. El dolor era verdadero. En 1951, el compositor Abelardo Carmona expresó ese sentimiento en un inspirado vals, cuya interpretación por Los Embajadores Criollos (el trío más popular de la década de 1950) sigue escuchándose en nuestros días. Sus estrofas son las siguientes:

¡Qué tristeza y qué dolor, siento yo en mi corazón! al saber la desaparición de la estrella de la radio, que en vida se llamó: Lucy Smith.

En las alas del misterio, emprendiste raudo vuelo. La aurora aparecía salpicada de tristezas, el sol, con su rayo de oro, al cielo se la llevó; y en el cielo hay una estrella, una estrella muy hermosa, que en la tierra deja seres que no cesan de llorar.

La desaparición de Lucy Smith terminó por formar parte de la mitología popular, uniendo juventud, fatalidad y muerte. En el 2004, el disc-jockey Iván Santos inauguró un programa de rock progresivo titulado El taxi de Lucy Smith en la radio limeña Doble Nueve; iba los domingos por la noche y duró tres años. En la actualidad existe un grupo musical peruano de rock llamado El Vals de Lucy Smith, cuyas canciones suelen tener temas fúnebres; algunos de sus títulos son: Mueres, Ciudad interior, Madame Lamorte, La casa en el panteón, El canto del gallo, El cráneo y el corazón, El cuervo y La bailarina de Chernobyl. Desde el 2006, la banda publica un blog con su nombre. El 25 de setiembre de 1950, otro joven artista de radioteatro encontró una muerte trágica. El galán José Carlos Salinas sufrió un accidente auto- movilístico cuando iba en dirección a Radio Libertad, donde trabajaba. 370 EMILIO BUSTAMANTE

Fa lleció, también, en la clínica Maison de Santé, a consecuencia del acci- dente. Se había iniciado como locutor y actor en 1946, integrando el cuadro de radioteatro dirigido por César Negreiros en Radio Alegría, donde com- partió micrófonos con Lucy Smith (Última Hora, 26 de setiembre de 1950).

4.6.8 El radioteatro de Sebastián Salazar Bondy y Nélida Quiroga En noviembre de 1951, el escritor Sebastián Salazar Bondy y la actriz argentina Nélida Quiroga inauguraron un espacio de radioteatro en Nacional, a las 17.00 horas. Según el diario La Prensa, era el radioteatro “mejor intencionado, más selecto, y por lo tanto, y sin lugar a dudas, el más costoso del país” (La Prensa, 24 de noviembre de 1951). La primera obra que pusieron al aire fue La familia no está en casa del mismo Salazar Bondy. Las críticas, sin embargo, no se hicieron esperar. La Prensa observaba que faltaba “lo estrictamente radial”. Añadía: “Se ha prescindido de los efectos sonoros, del uso premeditado de cortinas, de cuidadosa selección de la música. Y estos factores son decisivos en una producción radial” (La Prensa, 24 de noviembre de 1951). Cuatro días después, reconocía que la música entraba “con mayor oportunidad”, pero censuraba que se empleara demasiado la voz del narrador, sugiriendo que debería de ser suplida “por los recursos propios del radioteatro”; demandaba, por último, la presencia de un productor que coordinara “la literatura de Salazar Bondy con el elenco de la emisora” (La Prensa, 28 de noviembre de 1951). La segunda obra presentada fue El mar y los piratas de María Wiesse, quien había escrito artículos precisamente sobre lenguaje radioteatral. La Prensa celebró que se siguiera programando libretos de autores nacionales, pues así se podría “contrarrestar la dañina influencia de los argumentos de atracción ‘standard’ que se importan a precios ínfimos” (La Prensa, 19 de diciembre de 1951). El cuadro lo integraban Guillermo Lecca, Manuel Velorio, Ernesto La Hoz, Marcela Giufra, Luis Álvarez y Jorge Montoro. Al comenzar 1952, María Wiesse adaptó La amada inmóvil de Nervo para el espacio, y en abril de aquel año, Serafina Quinteras (Esmeralda González Castro) presentó su versión de La llaga, basada en la obra de su padre, el escritor ecuatoriano Nicolás Augusto González. En mayo, María Rosa Macedo presentó Surcos de pasión, y María Wiesse volvió a hacerse presente con El canto del mundo. En 1953, Nélida Quiroga siguió apareciendo en la programación de Nacional con El radioteatro peruano, donde diariamente, a las 21.30 horas, se representaban cuentos, novelas y leyendas peruanas de autores CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 371

nacionales, con los actores Luis Álvarez, Jorge Montoro, Guillermo Lecca, Consuelo Rey, Elvira Flores, Aníbal Ráez y Luis Ramos. Además, el domingo tenía El teatro del aire, con un elenco integrado por Guillermo Lecca Iturbe, Luis Álvarez, José Romero, Jorge Montoro, Fernando Farrés, Consuelo Rey, Julia Ferrer, Linda Guzmán, Socorro Cáceres, María Salomé, Carmen Martínez, María Isabel Hurtado, Angélica Campos y Elvira Flores. Quiroga dirigía, asimismo, un espacio en Radio Victoria con obras menos selectas.

4.6.9 El derecho de nacer La radionovela de mayor éxito en la radio peruana fue El derecho de nacer, que se comenzó a emitir en marzo de 1952 por Radio El Sol. Había sido escrita por el cubano Félix B. Caignet y emitida por primera vez en La Habana por CMQ en 1948. Contaba la historia de Albertico Limonta nacido de un amor prohibido y condenado a muerte por su propio abue- lo, el hacendado don Rafael del Junco, pero salvado por la nana María Dolores, quien esforzadamente lo educó hasta convertirlo en un compe- tente médico. La versión peruana fue dirigida por el sacerdote José María Condomines. Participaron 56 artistas. Los estables eran: Javier del Solar (Albertico Limonta), Pablo Fernández (Alfredo Martínez), Narcisa Cisneros (María Dolores), Teresa García (Isabel Cristina), Lucía Irurita (María Elena), Fer- nando Hilbeck (Oswaldo), Carlos Tuccio (Ricardo del Castillo) y Carlos Ego Aguirre (Rafael del Junco). El narrador era Roberto Vargas, y la locución estaba a cargo de Alberto Sorogastúa. La gran mayoría de los actores incur- sionaba por primera vez en el radioteatro y pertenecía a la Academia de Arte Dramático de la Universidad Católica, lo que originó reclamos de actores profesionales que sostenían que de ese modo se estaba debilitando al gremio (La Prensa, 3 de marzo de 1952). Pocos días después de su salida al aire, en marzo de 1952, el diario La Prensa publicaba una nota bajo el título: “Un derecho torcido”. En ella, el cronista sostenía que la radionovela era producto de “una mentalidad calculadora” que “se burla deliberadamente de los sentimientos humanos so pretexto de exaltarlos”. De su autor, Félix B. Caignet, decía que no era honrado, y afirmaba que El derecho de nacer era “un programa radial al cual no le interesa un pito la radio”, porque de lo contrario “hubiera prescindido de hacer experimentos”. Respecto al elenco sentaba una clara posición: “Somos enemigos de que esta gente nueva ocupe, por obra y gracia de alguien, el lugar que por antigüedad, por esfuerzo de 372 EMILIO BUSTAMANTE

cada día, por calidad de profesionales, se han ganado muchos de nues- tros buenos actores. Esta es una actitud desacertada del padre Condamines”. Concluía sentenciando que si el resultado le parecía “deplorable” era “porque los actores del padre Condamines no son los actores del Perú”. No obstante, admitía: “Prenderá en el público limeño el argumento embrollón de ‘El Derecho de Nacer’”, pues había sido “estu- diado su resultado ‘taquillero’, llamémoslo así” (La Prensa, 4 de marzo de 1952). En esto último, no se equivocaba; en cuanto a los bisoños actores, varios de ellos (Lucía Irurita, Carlos Tuccio, Pablo Fernández) se conver- tirían años más tarde en primeras figuras del teatro, la radio y la televisión del país. Quien no incursionaba por primera vez en radioteatro, por cier- to, era Carlos Ego Aguirre, intérprete en la novela del villano don Rafael del Junco. En torno a él ocurrió un célebre acontecimiento. Los diarios informaron que el 7 de octubre de 1952, cuando la sintonía de El derecho de nacer estaba al tope, Ego Aguirre había siso interceptado y golpeado por dos desconocidos en el parque situado frente a Radio Nacional, a un costado del monumento a Petit Thouars. El actor fue internado en la clínica Villarán, donde declaró que sus agresores eran “dos oyentes de la difundida radionovela” que habrían querido castigarlo por las iniquidades cometidas por su personaje. El incidente ocurría en circunstancias especiales: el malvado Rafael del Junco, que Ego Aguirre interpretaba, ya estaba pagando sus culpas en la ficción pues había sufrido un accidente y se había quedado sin habla (por tanto Ego Aguirre no era indispensable en el programa en esos momentos), y el estreno de la película basada en el éxito radial se hallaba muy próximo. Ello motivó que se especulara que la golpiza sufrida por el actor no era real y que se trataba de un truco publicitario para elevar aún más la sintonía de El derecho de nacer. Ego Aguirre, sin embargo, tomó distancia de la radionovela declarando que le parecía “cursi y un tanto huachafa, pero destinada al corazón”, y, por su parte, los doctores Baltazar Caravedo y Andrés Carrillo Broatch, consultados por la prensa, consideraron que transmisiones de gran carga emocional podían desencadenar reacciones violentas como un ataque al actor que interpretase al villano de un readioteatro (La Prensa, 9 de octubre de 1952). La versión fílmica de El derecho de nacer (película mexicana dirigida por Zacarías Gómez Urquiza e interpretada por Jorge Mistral y Gloria Marín) se estrenó el 9 de octubre en el cine Excelsior, con gran afluencia de público, que interrumpió el tránsito de vehículos en el centro de Lima. Los espectadores, sin embargo, salieron decepcionados de la sala (La Prensa, 11 de octubre de 1952). Según los historiadores mexicanos Emilio CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 373

García Riera y Fernando Macotela, el filme era “una especie de crucigrama melodramático con posibilidades cada vez más fuertes de convertirse en obra maestra involuntaria del cine cómico” (García Riera y Macotela 1984: 95-96). El último capítulo de la radionovela se emitió el 12 de diciembre de 1952. El derecho de nacer había durado diez meses en el dial. En 1953 el padre Condomines dirigió un nuevo radioteatro, Ángeles de la calle, pero no repitió el éxito.

4.6.10 Carola Yonmar Los cuadros de radioteatro de las emisoras solían tener como directoras a temperamentales actrices: Carmen Valdez, Elvira Tizón, Queca Herrero; pero quizá ninguna tan explosiva como Carola Yonmar. Yonmar era una actriz y declamadora española. Había emigrado a América en 1939. Actuó en República Dominicana, Honduras y Guatemala. En el Perú trabajó en Radio América, donde protagonizó (en agosto de 1952) una sonada pelea con el locutor arequipeño Gustavo Indacochea, en la que intervinieron el actor venezolano Rafael González Guía y el esposo de Yonmar, Enrique Larause. Según el periodista Niko Cisneros, Indacochea lanzó en medio de la trifulca “una frase imperecedera para la historia de la radiotelefonía local”: “El que me insulta a mí, insulta al Perú” (La Crónica, edición de la tarde, 9 de agosto de 1952). Yonmar permaneció en Radio América hasta fin de año, y tuvo éxito con varios radioteatros, entre ellos la serie policial juvenil Chang Li Poo, que inclusive motivó la creación de un club “para jóvenes que tengan aficiones detectivescas” (La Crónica, edición de la tarde, 2 de diciembre de 1952). Al año siguiente, Yonmar pasó a Radio Lima, donde dirigió ocho radio- teatros diarios, pero su fuerte carácter le acarreó problemas con el dueño de la emisora, Óscar Dianderas, quien terminaría por declarar: “Prefiero 20 avisos de sastrería a cualquier radioteatro de Carola Yonmar” (La Prensa, 18 de marzo de 1954). La directora española sería contratada, no obstante, por Augusto Belmont Bar para Radio Excelsior en marzo de 1954; su arribo a esa emisora tampoco se hallaría exento de polémica, pues se anunció que dieciocho actrices y cuatro libretistas quedarían sin trabajo al llegar ella con su elenco. Los afectados se quejaron a la Anaer y obtuvieron el respaldo de varios colegas, quienes pidieron que se con- siderara a Yonmar persona no grata y se le expulsara del país por suscitar la división del gremio (La Prensa, 16 de marzo de 1954). El reclamo no prosperó. Más allá del incidente, Yonmar no gozaba de mucha simpatía entre los actores. 374 EMILIO BUSTAMANTE

Grégor Díaz recuerda que la excéntrica española “exigía a sus actores pronunciar la ‘z’” (Díaz 1998: 178), testimonio que se condice con el del periodista guatemalteco José Antonio García Urrea, quien recuerda: “[…] en una época estuvo [en Guatemala] la actriz y declamadora Carola Yomar [sic], y una vez que leía unos diarios me dijo: ‘¡Hombre!, ¿qué os pasa a vosotros los guatemaltecos que escribís como los ángeles, pero habláis como los demonios’” (García Urrea 2009). Pese a todo, se le reconocía a Yonmar como una profesional seria que demandaba responsabilidad y pagaba buenos sueldos a su elenco, al que daba trabajo estable (La Prensa, 18 de marzo de 1954; Reflejos 12, 8 de mayo de 1954). En la década de 1960, Yonmar dirigió telenovelas en la televisión peruana.

4.6.11 Los radioteatros de Central y el escribidor de Vargas Llosa Como ya se ha señalado, Radio Central era la emisora que más radioteatros pasaba al día (catorce en 1955, quince en 1956), y su principal auspiciador era Sidney Ross, que tenía como jefes de publicidad a Jorge Peláez Rioja y Alejandro Sánchez, ambos hombres de radio. Entre los radioteatros más exitosos de Sidney Ross se contaron, en 1952, Ben Hur, propalado en Semana Santa, y Un tranvía llamado deseo. El lanzamiento de este último contó con el respaldo de la Warner Bros., que había producido la película un año antes, y anunció que se utilizaría la misma música que en el filme. El elenco estuvo encabezado por Noemí Roldán y Guillermo Lecca Iturbe; la temperamental Elvira Tizón renunció días antes porque consideraba que no le habían dado un papel acorde con “su categoría de primera figura nacional” (La Prensa, 9 de marzo de 1952). En 1953, Central inició la transmisión de El collar de lágrimas, obra del mexicano José Sánchez Carrión García. Duró casi dos años en el aire, tenía una exorbitante cantidad de capítulos que hizo necesario habilitar tres ambientes de la radio para almacenarlos (Mezzanine 18, mayo de 1955). Salía a las 21.30, el director era Alberto Sorogastúa, y el elenco estaba encabezado por Noemí Roldán (Esmeralda), Jorge Montero (Alfredo), Araceli Márquez (Enriqueta) y Fernando Arrieta. Tuvo gran audiencia. En 1954, Sidney Ross anunció nuevos radioteatros con dos elencos, uno integrado por Guillermo Lecca Iturbe, Violeta Bourget, Luis Álvarez y Leonardo Arrieta, y otro conformado por Pepe Soria, Haydeé Paredas y Jesús Morales. Central contaba, además, con el elenco de Elvira Travesí y Juan Ureta Mille, que no tenía el auspicio de Sidney Ross. En 1955, Pepita Ureta dirigiría otro cuadro. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 375

Para 1956 el número de artistas de radioteatro de la emisora llegaba a cincuenta (La Prensa, 10 de enero de 1956), y Genaro Delgado Brandt anunciaba una renovación de la programación de radionovelas con capítulos de veinte minutos sin avisos comerciales ni cortinas musicales, a fin de que el oyente disfrutara la audición “con la misma continuidad con que ha sido escrita y tal como se propala en Cuba y Méjico” (La Prensa, 22 de diciembre de 1955). Ese año se integraron a la radio Jorge Almada, Linda Guzmán, Luis Macchi y Sonia Seminario, y se informó que habían sido compradas varias novelas en Cuba: El caso de María Laura Quinteros de Iris Dávila (que interpretarían Almada-Travesí), El amor de los pobres de J. Caravahio Rey (que estaría a cargo de la pareja Seminario- Almada), Yo destrocé mi hogar de Iris Dávila (por el elenco de Pepita Ureta), Amargo destino de Armando Couto (con Linda Guzmán-Luis Macchi), Alma y carne de Caridad Bravo Adams. Además, se irradiaría La Huaca del peruano Julián Martel (seudónimo de Juan Ureta Mille), que pondría en el aire el elenco de Elvira Travesí (La Prensa, 22 de diciembre de 1955). Central comenzó a transmitir, también, Radio Cine Semanal, diariamente, a las 10.30 horas, en el que se radioteatralizaba una película famosa. El cuadro era dirigido por los argentinos Linda Guzmán y Luis Macchi, y lo integraban: Miguel Cardó, Manuel Delorio, Tito Garay (Ger- mán Vegas Garay), Sergio Malbrán, Grégor Díaz y Héctor Rocca. Aus- piciaba Helene Curtis. Los programas se grababan y enviaban a emisoras de provincias. A fines de 1955 e inicios de 1956 empieza a aparecer en los diarios el nombre del boliviano Raúl Salmón como escritor de radionovelas. En diciembre de 1955 figura en la programación de Central Cuatro para el secreto, de su autoría, a las 17.30 horas, con Elvira Travesí (La Prensa, 21 de diciembre de 1955). En enero de 1956, el periodista José Velásquez Neyra, de La Prensa, revela que Salmón ha escrito los primeros capítulos de El puente de cristal, radionovela que dirigía Luis Macchi, al no haber llegado los originales de Buenos Aires (La Prensa, 22 de enero de 1956). En junio de aquel año, Salmón es mencionado como creador y productor del programa de auditorio El tribunal de la vida (La Prensa, 29 de mayo de 1956). Todo esto tiene interés porque Raúl Salmón fue quien inspiró a Mario Vargas Llosa el personaje de Pedro Camacho de La tía Julia y el escribidor. Por entonces, el joven Vargas Llosa era director del noticiero de Radio Panamericana (la reciente creación de los Delgado), y había quedado impresionado, durante sus visitas a Central, por la capacidad de trabajo de Salmón y la desmesurada cursilería de sus radionovelas. Años más tarde utilizaría este insumo de la realidad en la elaboración de La tía 376 EMILIO BUSTAMANTE

Julia y el escribidor, donde alternaría sucesos recreados de su propia vida con argumentos de radioteatro escritos por el enloquecido Pedro Camacho. En una entrevista concedida al crítico José Miguel Oviedo en 1977, Vargas Llosa confesaba lo siguiente sobre el origen de la novela y el personaje del escribidor:

Bueno, nació como casi todo lo que he escrito, a base de ciertos recuer- dos. En este caso, recuerdos del año que pasé trabajando en Radio Panamericana en Lima, o sea el año 1953 ó 54. Yo recordaba siempre esta época vinculada a un personaje que trabajaba no exactamente en Radio Panamericana, donde yo me ocupaba de los servicios de noticias, de los boletines, sino en una radio contigua, Radio Central, que era además del mismo propietario de Panamericana. Y ese era un personaje muy pintoresco que escribía todos los radioteatros que eran el plato fuerte de radio Central. Era un boliviano que había sido importado por los dueños de la radio, los hermanos Delgado Parker, porque habían descubierto que este hombre era un “as” en Bolivia de todo lo que fuera radioteatros e incluso teatro melodramático. Entonces se ocupaba en Lima de todos los radioteatros de esa emisora, que no solamente escribía, sino también dirigía e interpretaba como galán. Y era un personaje realmente muy pintoresco que trabajaba como un galeote, que tenía una extraordinaria conciencia profesional y estaba muy imbuido de su papel de escritor, de artista, pero al mismo tiempo, juzgado desde un punto de vista literario, digamos, era una especie de parodia o de caricatura, de versión pedestre, deformada, un poco patética, de lo que podía ser un escritor. Y tenía realmente mucha popularidad. Entiendo que sus radioteatros eran un éxito en Radio Central. A mí me divertía mucho, hasta me fascinaba, porque era justamente una época en la que yo sentía cada vez más fuerte la vocación de la literatura. En la que realmente creía que lo que más me gustaba ser en la vida era ser un escritor. Y creo que el único escritor que yo conocía en esos años, que realmente podía merecer ese nombre por el tiempo consagrado a su oficio, por el público que seguía y apoyaba su trabajo, era esa caricatura de la literatura, el autor de radioteatro boliviano, Raúl Salmón. Bueno, le ocurrió una historia entre jocosa y trágica a Raúl Salmón: se volvió loco, Pero la forma como se descubrió que estaba loco fue realmente regocijante porque fue a través de los oyentes de su radioteatro. Un día Radio Central comenzó a recibir cartas, llamadas y protestas de oyentes que descubrían gruesas incongruencias, incoherencias en sus radioteatros. Personajes que cambiaban de profesión o cambiaban de nombre, o que incluso saltaban de un radioteatro a otro. En fin, empezaban a contarse extravagancias y disparates descomunales en los radioteatros de Raúl Salmón, y así, los dueños de la radio descubrieron que este señor sufría una crisis. Hablaron con él. Entonces, él, muy nervioso, comenzó a introducir toda clase de catástrofes en sus radioteatros para liquidar a sus personajes y poder comenzar de nuevo CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 377

las historias que se le habían empezado a confundir. Al final, la cosa no tuvo solución: Raúl Salmón tuvo que irse a descansar a un hospital. Siempre me quedó dando vueltas en la cabeza la historia de Raúl Salmón y siempre pensé en escribir alguna vez algo que se relacionara con esto... (Oviedo 1983: 201-202).

En 1990, Raúl Salmón dio al periodista José Comas, del diario español El País, una versión distinta a la de Vargas Llosa de su paso por la radio peruana y opinó sobre la novela que había inspirado:

Dice [Vargas Llosa] que él me conoció en la misma empresa donde trabajaba. Yo llegué a Lima en un excepcional momento. Ellos [se refiere a los Delgado] se alimentaban con novelas, libretos, que les mandaban de Cuba. Se pelearon con los de Goar Mestre y yo llegué a Lima en ese momento. Naturalmente era una pieza valiosa para el negocio de Radio Panamericana. Me contrataron para eso y presumiblemente fui el extranjero mejor pagado en la vida de las actividades peruanas. Naturalmente, al ser el extranjero mejor pagado, tenía que concitar una serie de odios y fastidios […] La novela por sí sola determina su destino y puede tener un escritor 20 obras, de las cuales alguna, por precipitado, la lleva a la imprenta. El editor generalmente quiere vivir del escándalo. Presumo que es la novela [se refiere a La tía Julia y el escribidor] menos feliz de toda la producción de Vargas […] jamás le he dado importancia al tema. No he hecho una conferencia de prensa. No he botado sapos, ni culebras. He tomado la cosa con desaprensión, un poquito en chiste (Comas 1990).

En realidad, Salmón no trabajó en Panamericana sino en Central, y es poco probable que fuera el extranjero mejor pagado de la emisora, como también lo es que se pareciera demasiado a Pedro Camacho. Después de laborar en el Perú, Salmón regresó a Bolivia, donde fue director y propie- tario de Radio América. En 1979 fue elegido alcalde de La Paz, en 1981 recibió el Premio Ondas, otorgado por la Sociedad Española de Radiodifu- sión (SER). La muerte lo sorprendió cuando era presidente de la Asociación de Medios de Comunicación de Bolivia (El País, 26 de setiembre de 1990).

4.6.12 Panamericana y El dios maltrecho En 1954 se generó un escándalo en torno al readioteatro mexicano El dios maltrecho. La empresa Publicidad Lowder compró los derechos de esa obra, basada en la novela de J. F. Esares Don (seudónimo del escritor cubano José Fresneda Etchegayen) e interpretada por Arturo de Córdova. La empresa anunció que el citado radioteatro, grabado en México, sería emitido por Radio Panamericana. 378 EMILIO BUSTAMANTE

Entonces no era común que se emitieran en el Perú radioteatros graba- dos en el extranjero; la compra de libretos era normal, pero no la de pro- gramas. La Anaer protestó alegando que su transmisión atentaría contra los derechos de sus asociados al reemplazarlos por discos o cintas producidos fuera del país, amenazó con una huelga, y recurrió a las cámaras del Parlamento nacional. El 2 de noviembre de 1954, día fijado para el estreno de la radionovela, apareció en los diarios una carta de la Anaer y del Sindicato de Actores, donde pedían al Jefe de Estado y a los diputados que se prohibiera “la transmisión de novelas grabadas en el extranjero ya sea en sistema de cinta o disco, así como que se hagan en el Perú por elencos extranjeros de paso por nuestro país, si esas grabaciones no llevan el 80% del personal nacional”. Añadían que “el dinero nacional escapa en grandes cantidades con desmedro del Erario Nacional que no cobra siquiera derechos arancelarios por estas grabaciones”, y sostenían “que el que lleguen novelas grabadas significa un desdoroso colonialismo tanto en lenguaje como en espíritu”. Se quejaban de que el artista no estuviera protegido por un estatuto, y advertían que “no existiendo en México tratados artísticos de reciprocidad y siendo difícil sino imposible para artistas peruanos actuar en esas tierras, la transmisión en el Perú de una novela grabada en el extranjero y por artistas extranjeros es un atropello y una injusticia para el actor peruano” (La Crónica, edición de la tarde, 2 de noviembre de 1954). El mismo día se presentó un proyecto de ley en el Congreso, por parte de los señores Tudela Lavalle, Aguilar, Medina, Villacorta, Iparraguire y Arispe, en el que se prohibía a las radioemisoras incluir en sus programas radioteatros grabados en el extranjero, y se disponía que los libretos fueran en un ochenta por ciento originales de autores peruanos. Admitido, pasó a debate a las comisiones de Cultura y Bellas Artes, y a la de Legislación (La Crónica, 3 de noviembre de 1954). El Ministerio de Trabajo emitió, por su parte, un oficio que ordenaba que las reparticiones del Estado atendieran el reclamo de los artistas de la Anaer. Sin embargo, la Anrap envió una solicitud al presidente del Senado oponiéndose al proyecto de ley presentado y acusándolo de inconstitucional pues, sostenía, atentaba contra el artículo 40 de la Constitución que reconocía el libre ejercicio del comercio y la industria. El proyecto de ley no fue aprobado. El 8 de noviembre aparecieron en La Crónica declaraciones de Genaro Delgado Parker, quien afirmaba que no era la primera vez que se emitía un radioteatro grabado en el extranjero y ponía como ejemplos “varias novelas por la compañía del actor español Doroteo Martí y por la compañía de la actriz chilena Luchita Boto”, y que ello no había significado “alguna CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 379

merma o perjuicio para el personal artístico”. Aseguraba no haber transgre- dido ningún reglamento “por la muy justa razón de que no ha existido jamás prohibición de transmitir esta clase de grabaciones” y, basándose “en el elemental principio de que lo que no está prohibido es perfectamente lícito”, estimaba que Radio Panamericana no había cometido “ningún des- acato, ni adoptado actitud rebelde de ninguna especie”. Hacía frente tam- bién a quienes acusaban a la radionovela de ser irrespetuosa con el cato- licismo; afirmaba:

El público oyente y el que ha leído la novela sabe que no se refiere en nada al Supremo Hacedor, sino al símbolo del hombre de elevadas ideas, de corazón generoso, que infunda en los suyos elevado respeto y desinteresado amor, pero quien atormentado por la crueldad de la vida, se siente maltrecho, destruidos sus ideales, inútil su lucha por el bien (La Crónica, 9 de noviembre de 1954).

El dios maltrecho se emitió desde el 2 de noviembre de 1954 hasta el 25 de junio de 1955, a las 22.15. Según el representante de Publicidad Lowder, el día de su estreno la sintonizaron 22 de cada 25 radioyentes (Radiovisión 1, febrero de 1955). Duró 8 meses y 148 capítulos. Al iniciarse tenía alrededor de treinta personajes, de los cuales solo sobrevivieron cuatro, según la revista Mezzanine 20-21 (junio de 1955), pese a ello, la misma publicación sostenía que había tenido éxito. Enrique Victoria tiene un recuerdo distinto:

Radio Panamericana no hacía radioteatro; era exclusivamente musical. Pero hizo radioteatro, y no lo hizo con actores nacionales, sino con una cinta grabada en México. Eso significó desocupación para los artistas peruanos. Aquí teníamos muchísimos actores y de muy buena calidad. No teníamos que envidiar absolutamente a nadie. Incluso cuando Queca Herrero empezó a escribir, lo hizo para actores peruanos. Nunca trajo un actor argentino; ella fue muy peruana pese a haber nacido en Argentina. Respetaba mucho a los actores peruanos. Y cuando alguien trajo actores argentinos, como Sidney Ross, que trajo a dos o tres estrellas de la Argentina, se encontraban que aquí no eran estrellas porque había actores y actrices que los superaban. Nuestras novelas se escuchaban en el extran- jero y aquí llegaban cartas y cartas. Radioteatros grabados no se vendían, libretos sí. El primero que vendió radioteatros grabados fue México. Así que cuando Panamericana trajo El dios maltrecho, los actores peruanos protestamos y boicoteamos las grabaciones que hacían los Delgado Parker con nosotros. Decidimos no grabar, hasta que no retiraran esa novela, en las radios de los Delgado Parker, que eran Libertad y Central, aparte de Panamericana […]. Tuvieron que cortar la novela. No la terminaron. El público además nos apoyó, y no la sintonizó. Fue la primera vez que nos 380 EMILIO BUSTAMANTE

dimos con que el público nos apoyaba […]. Nunca pegaron las radiono- velas extranjeras en el Perú. Nunca. Por muy argentinas o mexicanas que fueran, el público las rechazó; querían escuchar voces peruanas, afortuna- damente (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005).

4.6.13 Tatán En enero de 1955, La Prensa anunció que Radio Libertad llevaría al radioteatro la vida del ladrón de joyas Luis D’Unian Dulanto, apodado Tatán, con el mismo delincuente como protagonista (La Prensa, 16 de enero de 1955). Tatán había adquirido fama local de Robin Hood. En el libro de Guillermo Thorndike, Los apachurrantes años 50, se le describe así: “[…] pasea las cuadras bien vestido, cambia diariamente de traje, reparte billetes entre la palomilla que lo celebra y ahurra. Evita que sus vecinos sean desalojados. Paga cuentas atrasadas de familias en los alrededores. Se bendice su nombre […]” (Thorndike 1982: 144). Tras escapar varias veces de la policía, Tatán fue detenido y procesado. Su juicio oral convocó a una muchedumbre. Una vez condenado, se decía que en la cárcel se había arrepentido de sus fechorías y que continuamente se confesaba con un sacerdote. Fue entonces que surgió la noticia de que existían planes de llevar su biografía a la radio y convertirlo en actor. Según Última Hora el título del radioteatro sería Yo regeneré mi vida y la idea era de Humberto Panfichi, gerente de Radio Libertad. Los libretos habrían sido escritos por José Antonio Jiménez León. Aunque Última Hora recogió opiniones favorables a la realización del proyecto de parte de monseñor Luis Lituma y del doctor Modesto Villavicencio, en el sentido de que sería “un buen ejemplo para la juventud” y “un aliciente para que Tatán se regenere”, la Asociación de Radioemisoras del Perú negó tajante- mente la posibilidad de que se llevara a cabo, y los artistas de radioteatro se manifestaron en contra de que el ladrón interpretase papel alguno (Última Hora, 22 de enero de 1955). Tras salir en libertad, Tatán volvió a ser apresado por robar cajas fuertes, y murió asesinado en la cárcel. En 1994 se estrenó una miniserie de televisión inspirada en su vida (Vivas 2001: 248).

4.6.14 La disputa por La marcha del tiempo En enero de 1955 se produjo un entredicho entre Jorge Rivarola y el argentino Freddy el Rezongón (Abraham Rubel) por la paternidad de La marcha del tiempo, el sintonizado programa de noticias teatralizadas que entonces emitía Radio Central y que había comenzado a transmitirse en CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 381

1938 por Radio Nacional, con el nombre de Lo que sucedió ayer. Era escri- to y dirigido por Rivarola y su elenco estaba integrado, en la década de 1950, por Guillermo Lecca Iturbe, Elvira Tizón, Marietta Cruzado, Fernando Farrés, Julia Ferrer y Ana María Álvarez. Abraham Rubel recordó que había venido al Perú en 1938, para hacer el programa Chela y Freddy en la emisora del Estado, donde hizo famoso a su personaje de Freddy el Rezongón. Entonces, el director de la radio, Miguel Mc Nulty, le encargó que armara y pusiera en el aire otro programa que ya había producido en Radio Belgrano, La marcha del tiempo. Rubel afirmaba haber cumplido la encomienda y, antes de regresar a su país, haber designado a Rivarola para sucederle y a la familia Ureta para que integrara el plantel de actores. Decía: “El Sr. Rivarola sabe perfectamente que esa es la verdad y que existen muchos testimonios que pueden confirmarla. Sin embargo, cada vez que una información periodística —en este caso equivocada— le atribuye a él la creación del programa, él no trata de subsanar el error, lo cual implica una evidente falta de ética”. Rivarola aclaraba que Freddy no había inventado ningún programa, pues lo que hizo fue adaptar The march of the time, que se irradiaba en Estados Unidos desde 1936. Decía que en varias oportunidades había reconocido que Rubel había sido el iniciador de ese programa en el Perú, pero que no tenía por qué recordarlo en todo momento, más aún cuando solo lo había tenido a su cargo durante un mes en 1938. Añadía: “ya es tiempo de que comprenda que durante 17 años, día a día, he estado escribiendo ‘La marcha del tiempo’ convirtiéndola no en una simple exposición de sucesos con ruidos y efectos sonoros sino en una verdadera comedia de exposición, nudo y desenlace”. Concluía:

[…] es tiempo de una vez por todas de sacudirnos de esa especie de patrocinio, de tutela, que tratan de establecer algunos elementos extranjeros que se adjudican las creaciones de cosas ya creadas y se sienten acreedores a la eterna gratitud, al reconocimiento y a la sumisión de los peruanos, que bien podemos pasarnos sin ellos, porque en lo referente a ‘La marcha del tiempo’, siempre, con Freddy o sin él, hubiéramos escuchado radios americanas y hubiéramos aprendido a hacer lo que en esas radios se hacía (La Prensa, 8 de enero de 1955).

Abraham Rubel era entonces productor de dos exitosos programas cómicos en Central: Loquibambia y Escuelita nocturna.

4.6.15 Tamakún En junio de 1956, se inició la emisión de Tamakún, radionovela de aven- turas del cubano José Obelleiro Carvajal, en Radio La Crónica. Iba de 382 EMILIO BUSTAMANTE

lunes a viernes, a las 19.00 horas, aupiciada por Kolynos. Tamakún había ya batido récords de sintonía en La Habana y Caracas. Contaba la historia un príncipe hindú que luchaba contra Sakiri el Negro, quien había asesi- nado a los padres del joven heredero y se había apoderado del reino de Saracardi; luego de derrotar al villano y recuperar su reino, Tamakún decidía enfrentarse al crimen en el mundo entero, y era solicitado por gente de diferentes lugares para ejercer justicia e imponer la libertad. “Donde el dolor desgarre, donde la miseria oprima, donde el peligro amenace, donde la maldad impere, allí estará TAMAKÚN, el vengador errante”, rezaba la publicidad del programa (La Prensa, 3 de junio de 1956). Para la versión peruana, Jorge Rivarola asumió la dirección, siendo ele- gido como Tamakún el actor Ángel Otoya. Sin embargo, la imagen de Tamakún para la prensa era compuesta por otra persona, según recuerda Enrique Victoria:

Tamakún fue una radionovela de aventuras a la manera de las historias de Salgari. La protagonizaba un actor que se llamaba Ángel Otoya, un actor de una voz y una capacidad histriónica fabulosas, muy buen actor, de radio sobre todo. Otoya era Tamakún, pero como se publicaban foto- grafías, los auspiciadores no querían que Otoya apareciera en ellas; “es cholito”, decían. Los Delgado Parker tenían entonces un vendedor de muy buena pinta, muy guapo. Era un vendedor estrella. Entonces, tomaron la figura de este vendedor, y él era Tamakún para las fotografías; se presen- taba con turbante e iba para aquí y para allá, donde los anunciantes lo llevaban. Ese vendedor era José Enrique Crousillat (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005).

Tamakún tuvo un enorme éxito en Lima, similar al obtenido en Caracas y La Habana, tres capitales de países sometidos en ese entonces a dictaduras. Al respecto, el escritor venezolano José Balza ha especu- lado:

La Venezuela sometida a la dictadura de Pérez Jiménez, encuentra en Tamakún aquello en qué proyectar un verdadero deseo de justicia. El pueblo venezolano logra un raro símbolo en el personaje que, a pesar de que no tiene connotaciones políticas, se convierte en una especie de canal para el pueblo sometido a la dictadura, un canal que ilumina una posible libertad. Eso fue lo importante: siendo Tamakún un fenómeno comercial, ajeno totalmente a la realidad venezolana, tiene sin embargo una significación muy importante, ya que era casi la única posibilidad política de ver el mundo en libertad. Entonces, adquiere una dimensión que no tenía (citado por Benítez 1984: 37). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 383

Tamakún fue repetida en radio hasta la década de 1970, en Lima. En 1975, el personaje apareció en historietas argentinas con guion de Armando Couto y dibujos de Miguel Callejas. Otros radioteatros de aventura destacaron en el período. Las aventuras de Tarzán en Central estuvo varios meses en el aire durante 1950. Los libretos eran de Víctor González Añazgo, la dirección de José Luis Romero, la producción de Guillermo Salas, y el auspicio de Inca Kola. César Negreiros interpretaba a Tarzán, y lo acompañaban en el elenco: Marietta Cruzado, Zarela Cruzado, Raúl Zea, Ernesto La Hoz, Víctor González y Hugo Guerrero. Aquel año, Guillermo Lecca daba voz a Sca- ra muche, al lado de Marianella Ureta, también en Central, auspiciado por Abeefe. En 1955, Mario Rivera adaptó y dirigió El corsario negro de Sal- gari para El Sol, con las actuaciones de Lucía Irurita, Ernesto La Hoz y Germán Vegas Garay. Radio Lima propaló en 1954 y 1956 Poncho negro, de lunes a viernes, a las 18.30, y con una historia completa los sábados en el mismo horario. También estaban dirigidas a un público infantil Las aventuras de Joe Carson, en Radio Victoria, a las 18.55. Carson se presentaba como campeón mundial de lucha libre, y la audición era complementada para el público del auditorio con una exhibición en vivo “de la fuerza del atleta” (La Prensa, 19 de noviembre de 1951).

4.6.16 Yo pecador En agosto de 1956, Radio Central anunció que se realizaría Yo pecador, radioteatro basado en la autobiografía del sacerdote mexicano José Mojica, quien residía en Lima. Mojica había sido en años pasados cantante y astro del cine mexicano, pero, arrepentido de su vida bohemia, había tomado luego los hábitos de la orden franciscana. Se anunció que la emisora buscaría treinta voces nuevas para la radionovela, y que saldría al aire de lunes a viernes, en el horario de 21.30 a 22.00. En los primeros días de octubre se grabaron los capítulos iniciales. El elenco era de más de 150 actores, la adaptación correspondía a Enrique Bravo, y había sido “vigilada” por Mojica, el director era Luis Macchi. Actuaban, entre otros, Amparo Rivera, Carmen Terzano y José Velarde. Luis Álvarez hacía la narración y las glosas (La Prensa, 3 de octubre de 1956). Sin embargo, Radio Central suspendió el estreno “minutos antes de dar comienzo a la transmisión”, pues Mojica se opuso a que la radionovela fuera emitida, tomando por sorpresa a los directivos de la emisora, según el diario La Prensa. Mojica sostenía, de acuerdo a ese medio de información, que la producción de 384 EMILIO BUSTAMANTE

Central carecía “del necesario ambiente mexicano” y era “inferior a la calidad de la obra original”, por lo cual había optado por enviar los primeros capítulos de su autobiografía a México para que fueran adaptados en ese país. Según La Prensa, conversaciones posteriores entre Genaro Delgado Brandt y Mojica no habían logrado “declinar la posición del último de llevar a México la primera parte de su libro”, lo que habría conducido a Delgado Brandt a encomendar a Radioprogramas de México “la producción de los capítulos preliminares, los que serían devueltos grabados y listos para emitir” (La Prensa, 10 de octubre de 1956). Esta iniciativa, al parecer, tampoco prosperó. El recuerdo de El dios maltrecho se hallaba fresco.

4.6.17 Otros radioteatros La gran competidora de Central en radioteatros era Radio La Crónica. Ambas emisoras se disputaban a menudo a directores y artistas. Durante la década dirigieron elencos allí los argentinos Queca Herrero, Roberto Airaldi, Linda Guzmán y Luis Macchi. También estuvo en esa emisora Gloria Travesí, quien había regresado al Perú en 1953, después de vivir diez años en el extranjero (era compositora y cantante además de actriz y escritora de radionovelas). Otra figura que retornó fue Eduardo Olivares, tras algunos años de residencia en Colombia; condujo en 1955 en La Crónica un elenco compuesto por Gloria Raines, Delia Fortún, Cuchita Miró, Consuelo Rey, Ernesto La Hoz, Óscar Ross, Paco Gamonet y Aníbal Ráez. Radio El Sol no destacó únicamente por El derecho de nacer. En 1953, Carmen Martínez y Carlos Curonisy interpretaron La pequeña Loreley, Ruby Romero hizo, en 1955, La que se vendió, y Alberto Sorogastúa dirigió el mismo año El dueño de la tierra y Todos los días nace una esperanza (radionovela de Abel Santa Cruz), con plantel de lujo integrado por Gloria Raines, Consuelo Rey, Leonardo Arrieta y Luis Álvarez. La argentina Raines trabajaba también en La Crónica y participó en puestas del Club de Teatro de Lima. Elías Roca adaptó para El Sol la novela Selva trágica de Arturo Hernández en 1955, y al año siguiente dirigió una versión de Sangama (la obra maestra del mismo autor), que ya había estrenado en 1950 en Victoria. Mucha expectativa creó la versión radiofónica de Collacocha, que El Sol propaló en 1956, con el elenco que había triunfado en el teatro representando la obra de Enrique Solari Swayne, y que era encabezado por Luis Álvarez y Ricardo Blume. En Excelsior, la argentina Carmen Valdez condujo un cuadro de radio- teatro antes de ir a Central, y el escritor Miguel Yi Carrillo adaptó El ángel CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 385

azul de Heinrich Mann, Anna Karenina de Tolstoi y El mercader de Venecia de Shakespeare, entre otras obras, y contó las aventuras de La familia Quintana con libreto original en 1953. Ese año, en la misma emi- sora, Adan Boris adaptó y dirigió Pigmalión de George Bernard Shaw, con Óscar Ross y Alicia Alcandre en los roles principales, y describió las peri- pecias del detective Fan Tan, interpretado por Elías Roca. En 1955, también en la estación de Augusto Belmont Bar, Sofocleto intentó en El Yo y yo abordar los problemas de un “matrimonio de actualidad” en las voces de Jorge Fonkén y Violeta Bourget; y José Luján Ripoll inauguró la novela El mundo es así. En Atalaya, el ecuatoriano Hugo Vernel dirigió, a comienzos de la década, un cuadro de radioteatro con Juan Moreno, Teresita Velásquez y David Odría, que hacía además presentaciones en teatros de barrio. San Cristóbal acogió en 1952 a Las fronteras de adulterio de Pedro Tello Cadenas en El radioteatro del mediodía, con las actuaciones de Elías Roca, Violeta Bourget y Miguel Gómez Checa. En 1953 tuvo a Emma Sacker y Raúl Calle interpretando Mi adorable dictadora. En 1956 emitió Nacida para el mal, con Alberto Sorogastúa, Luis Álvarez y Chaba Reyes. Aquel año también, Raúl Varela dirigió adaptaciones de películas como Marty y La princesa que quería morir. Radio 1160 logró reunir, en 1956, un buen cuadro de radioteatro dirigido por Mario Rivera y en el que destacaban Lucía Irurita, Miguel Arnaiz y Clara Vizcarra. Restauración, por su parte, perdió tempranamente a la argentina Carmen Valdez, quien partió a Excelsior, pero produjo en 1955 un interesante Radioteatro de la medianoche escrito y dirigido por Max Obregón Mikkelsen, para “oyentes aficionados a las aventuras espeluznantes y de terror y también aquellos que por sufrir de insomnio buscan desesperados la mejor forma de matar el tiempo” (La Prensa, 18 de mayo de 1955); participaban: Hugo Nalvarte, Víctor Nazareno, Soledad Rossi, Judith Acuña, Fernando Parodi y Carlos Gómez.

4.6.18 Informativos Los principales noticieros se emitían en la mañana, al mediodía y en la noche. Los más importantes eran: Informativo Nacional del Perú (Nacional), El Reporter Esso (América), El diario de las informaciones (Central) y Radioperiódico El Mundo (Victoria). Radio Nacional transmitía el Informativo Nacional del Perú cuatro veces al día: 7.45., 13.00, 20.00 y 22.00 horas, esta última emisión era en cadena con todas las radios nacionales. La locución (de estilo marcial) estaba a 386 EMILIO BUSTAMANTE

cargo de Octavio Nieri, a quien secundaba el joven Juan Ramírez Lazo, quien recordaría muchos años después:

¿Quiénes pasaban las noticias? Las pasaban el Sr. Nieri, un excelente locutor, muy especializado para noticias, natural de Ica, abogado, y yo. Habría una diferencia como de 15 a 20 años, pero cada vez que terminábamos de leer las informaciones, el mismo presidente Odría llamaba, nos felicitaba. Allí no había […] oportunidad de repasar siquiera las noticias, porque las noticias llegaban de Palacio de Gobierno en motocicleta cuando nosotros estábamos con el micrófono abierto […] y no se nos permitía siquiera una observación ni nada por el estilo, todo era a mano militar… (Ruiz Vallejos 1994: 8).

El Servicio Internacional de Radio Nacional del Perú sacaba al aire, además, un programa de lunes a viernes, de 12.30 a 13.00 horas, en inglés y francés, que conducía Francisco Pardo de Zela. La radio del Estado también emitía Mundo al día con comentarios de actualidad internacional de Rafael del Carpio. El noticiero más escuchado de aquellos años en la radio privada fue probablemente El Reporter Esso de América, que tenía tres emisiones diarias (8.00, 13.00 y 20.00 horas) y formaba parte de la Cadena Esso, con más de 5.000 corresponsales en todo el mundo. Las noticias eran de la agencia United Press. El locutor era Eduardo Navarro, quien se retiró en 1957. El diario de las informaciones de Central tenía también notable audiencia. Transmitía de 7.30 a 9.00 horas. Los locutores y comentaristas fueron: Roberto Cruzalegui, Nelson Arrunátegui, Fernando Farrés, Héctor Béjar, José Fonkén, César Augusto Huerta, Walter Ledgard y Alfredo Osterling. Héctor Béjar recuerda:

Yo era fundamentalmente narrador de noticias. Hacía un noticiario en la mañana que en esa época tenía un éxito enorme. Prácticamente teníamos sintonía total. Se llamaba El diario de las informaciones, que era dos horas de noticias. En realidad yo continué un éxito que ya existía, porque el éxito lo habían hecho Nelson Arrunátegui […] y Fernando Farrés. Cuando Farrés y Arrunátegui dejaron el noticiario para dedicarse a otras cosas, porque Farrés se dedicó más a la publicidad y Arrunátegui a presentador de los programas en vivo, entonces entramos José Fonkén y yo […]. Lo que hacíamos era leer los periódicos; pero, claro, el trabajo era seleccionar las noticias, y como yo ya tenía una orientación izquierdosa en aquella época (cosa que Delgado Brandt me permitía y se lo agradezco aún hoy), teníamos una página internacional muy importante (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre del 2010). CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 387

Béjar señala que la mitad del programa era sobre asuntos internacionales y que no había censura en esa información. No ocurría lo mismo con la nacional: “Una vez nos pasamos de la raya, pero no en noticias internacio- nales, sino en nacionales. Al pasar noticias de huelgas y todo lo demás, Esparza Zañartu llamó a Genaro Delgado Brandt. Y Genaro Delgado Brandt tuvo que ir a hablar con Esparza Zañartu por el noticiario. Ahora, a mí nunca me dijo nada” (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre del 2010). No obstante no haber censura sobre noticias internacionales, existían ciertas presiones:

Los comentarios internacionales en la radio eran muy sesgados en aquella época. Era la época del maccarthysmo. Entonces había mucha penetración de la embajada americana y de la embajada inglesa. Yo recuerdo mis líos con los ingleses porque la embajada inglesa quería que yo pasara noticias contra Nasser, y por supuesto yo nunca les pasé nada. Entonces venía el agregado de prensa: “¿Por qué no nos pasas…? Te ofrezco un viaje a Londres, mira que puedes ir a trabajar a la BBC, tú tienes muy buena voz”. Iba con todas esas. Era además un peruano que había trabajado en la BBC, había sido locutor de la BBC […]. Bueno, yo definitivamente no las pasaba, y a nadie se le ocurrió obligarme a pasarlas (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre del 2010).

Radio Victoria emitía desde 1949 Radioperiódico El Mundo. El director originalmente era Octavio Cabada Dancourt, pero a raíz de una pelea con Carlos Alfonso Delgado, Cabada se fue en 1952 a América. La conducción de Radioperiódico El Mundo quedó a cargo de Alberto Arenas y David Odría; también colaboraban Ruth Revoredo y Carlos Curonisy. Para Héctor Béjar: “El dúo era Alberto Arenas y Ruth Revoredo. Una linda pareja porque realmente leían muy bien. Y eran los que pasaban los comerciales en la noche y hacían la presentación de los programas en vivo. Era una pareja muy simpática, con un gran charm. Un charm auditivo que no es fácil. Grandes personajes” (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre del 2010). Arenas permaneció hasta 1956, el locutor que lo reemplazó desde enero de ese año fue Juan Ramírez Lazo (La Prensa, 18 de enero de 1956), quien sería identificado durante décadas con aquel programa y haría allí célebre su frase: “Nos preocupa…”. Leonidas Yerovi llevó a Victoria Yo soy el público después de unas temporadas en Radio Mundial. Domingo Tamariz Lúcar recuerda que, además de Radioperiódico El Mundo:

Radio Victoria —que entonces funcionaba en los bajos de La Cabaña— tenía a la par otro espacio periodístico que irrumpió diariamente en el aire con la estentórea voz de Leonidas Yerovi, hijo del famoso poeta, 388 EMILIO BUSTAMANTE

periodista y autor teatral, que muriera vilmente asesinado el año 1917. Se transmitía al mediodía y llevaba el título de Yo soy el público. Su audiencia era bastante grande. Algunos de sus temas eran picantes. Yerovi solía finalizar su programa diciendo a grito pelao [sic]: “¡Esta es mi voz, esta es mi palabra, yo soy el público!” (Tamariz Lúcar 1997: 189-190).

En América, además de El Reporter Esso, se emitía Antena, un radio- periódico dirigido inicialmente por Alfonso Tealdo y luego por Octavio Cabada Dancourt, que comprendía un boletín informativo de Onifrance Films, con noticias sobre cine francés. Los locutores eran Pepe Delgado y Tito Díaz, después Manuel Traverso entró en el lugar de Díaz. Domingo Tamariz Lúcar anota que: “Si bien no daba noticias de ‘su cosecha’, por lo menos volteaba o le daba vuelta a las informaciones de los rotativos; trabajo que estaba a cargo del ‘Viejo’ Gómez —que también laboraba en Última Hora— y de Antonio Tineo, que continuó en ese espacio hasta convertirse en su director. En Antena eran importantes los comentarios de Cabada, que, aunque mesurados, no dejaban de ser polémicos” (Tamariz Lúcar 1997: 190). Hubo otros noticiarios. A comienzos de la década, Efraín Ruiz Caro produjo Extra para Radio Libertad y Guillermo Gerberding comentaba noticias internacionales en El panorama de Radio Lima. El Sol tenía en 1951 un radioperiódico nocturno que salía tres veces por semana, redactado por Álvarez del Villar, con Teresa Olmos y Carlos Curonisy en la locución. Ese mismo año, Santiago Ferrando conducía Diario oral en Radio Lima. En 1952 Excelsior presentó El diario vespertino del aire con Miguel Yi Carrillo, Manuel Aguirre, Jorge Donayre, Jesús Reyes y Guillermo Cortez Núñez, y durante algunos años mantuvo Radio-sucesos con la conducción de Juan Ramírez Lazo, antes de que el locutor emigrara a Victoria. En 1955, Excelsior inauguró otro noticiero internacional con la voz de Gonzalo Toledo y textos de Sofocleto. San Cristóbal tuvo también un Diario del aire en esos años, conducido por Mario Herrera Gray. Un innovador en los programas periodísticos radiales fue Alfonso Tealdo, que dirigió Antena en América y escribía La voz y la pluma en Central, abordando “el aspecto humano de la noticia”. Los excelentes textos cortos de Tealdo de La voz y la pluma eran leídos a las 19.00, primero por el español Enrique Romero y más tarde por Héctor Béjar. En 1955, La voz y la pluma pasó a La Crónica, en horario del mediodía; su locutor era Juan Moreno. Simultáneamente salía al aire otro programa escrito por Tealdo: Contrapunto, donde comentaba con ironía algún acontecimiento diario; leían David Odría y Fidel Ramírez Lazo, “con el calor CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 389

y la eficiencia que les son habituales”, según la revista Mezzanine 20-21 (junio-julio de 1955). Panamericana incursionó también en el género periodístico. En 1953 anunció un informativo con fuentes del diario La Prensa; los locutores eran Humberto Martínez Morosini y Fernando Farrés (La Prensa, 14 de febrero de 1953). Podujo, además, Interpretación de la noticia al ritmo de los acontecimientos, que se presentaba con el efecto de sonido de un teletipo, y tenía comentarios internacionales de Benjamín Núñez Bravo, a quien Tamariz Lúcar recuerda como “un periodista de pequeña estatura, rostro pálido, cabellos castaños y una erudición aplastante” (Tamariz Lúcar 1997: 191). Después aparecería El Panamericano:

Este salió al aire en 1954 bajo la dirección de Mario Vargas Llosa —que aún no había cumplido los 18 años—, secundado por Pepe Ludmir, Lucho Loayza, Alejandro Deustua y Pascual Lucen. Era un noticioso ágil, moderno, bien concebido, aunque con mucho de ficción (explicable estando en manos de un futuro novelista). Sin em - bargo, el noticiario no salía siempre con ediciones impecables. Algunas veces, quizá porque Mario se retrasaba o simplemente no estaba en vena, su redacción no era tan pulcra. […] Vargas Llosa trabajó en aquel noticiario hasta 1958. Al alejarse de El Panamericano lo reemplazó Carlos Paz Caferatta, quien —como todos recordarán— siguió durante muchos años al frente de los noticiarios de la radio y, luego, del canal de los hermanos Delgado Parker (Tamariz Lúcar 1997: 190).

4.6.19 Programas humorísticos En abril de 1950, el columnista de Mirador radial del diario Última Hora criticaba los programas cómicos de la radio limeña: “El número cómico es el punto débil de los programas de radio. Piensan sólo en hilvanar sandeces, usan lo burdo, lo chabacano, lo insulso” (Última Hora, 22 de abril de 1950). Sin embargo, durante la década surgirían nuevos espacios (como Loquibambia y Escuelita nocturna) y comediantes (como Carlos Oneto, Pachitea y Chicho Gordillo) que transformarían la escena humo- rística radial. Asimismo, varias figuras de décadas anteriores conservarían su popularidad, aunque algunas de ellas en realidad estuvieran entonando su canto de cisne. Teresita Arce, presentada como “la estrella máxima de la risa”, continuó en Central auspiciada por Loterías de Huancayo. La acompañaba en el 390 EMILIO BUSTAMANTE

diálogo, a inicios de 1950, el animador Nelson Arrunátegui en concurridos programas de auditorio. Arce combinaba estas presentaciones con actua- ciones en teatros de Lima y provincias, y con otro espacio radiofónico: Consultorio de señoras (también en Central), que tenía libretos de Juan Malmborg. En febrero de 1954 hizo noticia cuando anunció que deseaba ser monja y entraría al convento de Copacabana en marzo, cuando terminara su contrato con Radio Central. El diario La Prensa dijo que se sospechaba que el anuncio era un truco publicitario (La Prensa, 12 de marzo de 1954). En mayo la revista Reflejos insistió en el tema: Arce habría dicho que ingresaría al convento “en compañía de su hija adoptiva, quien seguiría estudios en la escuela del Convento”; según la revista, Arce declaró: “He trabajado mucho por la causa de los pobres. Mi esposo dejó de existir hace tres años y ya no hay razón para que siga luchando. He madurado mucho mi resolución. Estoy plenamente convencida de que en la vida conventual haré más por los pobres”. Habría añadido: “Muchos creen que cuando una toma una resolución de éstas, es porque está enamorada o loca. No adolezco de ninguna de estas enfermedades” (Reflejos 12, 8 de mayo de 1954). Teresita Arce, sin embargo, no se hizo monja; continuó trabajando en Central y en junio de 1955 se casó en la iglesia de Santa Teresita, en San Isidro, “con un señor de frente despejada que no perdía ninguno de sus programas” (Mezzanine 20-21, junio-julio de 1955). La boda fue multitudinaria, su registro cinematográfico (conservado por el Archivo Peruano de Imagen y Sonido) muestra las calles de los alrededores del templo y la iglesia misma repletas de personas. Según el Noticiero Perú, de Eduardo Tellería, hubo “tres mil invitados oficiales y otros tantos extra oficiales”. La vocación religiosa de Arce, no obstante, era auténtica; varios años después se convertiría en misionera evangélica y dejaría la actuación. El libretista cómico más exitoso y prolífico de la década de 1950 fue Pedrín Chispa. Escribió situaciones y parlamentos humorísticos para Ángel Crespo (Pelito), Carlos Rodrigo (Malambito), Carlos Oneto (Pantuflas), Carlos Revolledo (Cholo Holmes), y otros. En 1955 se unió a Mario Cava- gnaro para producir la revista Los dibujos animados de la radio en El Sol, con un elenco que incluía a Pantuflas, Linda Guzmán, Teresa Olmos, Carlos Velásquez y Benjamín Ureta (Última Hora, 13 de julio de 1954). En octubre de 1952 Carlos Rodrigo celebró 5.000 audiciones ininterru- pidas en Victoria y recibió el homenaje de sus colegas, ente ellos Pantuflas y Álex Valle; después pasaría a Radio La Crónica. Ángel Crespo, por su parte, regresó a Victoria en 1950, luego estuvo en Central (1952), Excelsior (1953), y otra vez en Victoria (1955), siempre interpretando al niño Pelito. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 391

En 1950 Antonia Puro presentó en América a La familia Perencejo con libretos de Pepe Muñoz, y Edmundo Moreau como el Profesor Col y Flor. El experimentado Álex Valle trabajó en Victoria y América. Otro veterano, Paco Andreu, causó cierto revuelo con sus chistes subidos de tono para la época con Machiavello Lobatón en Central (1950) y más tarde en San Cristóbal (1953). No era la primera vez que Andreu agitaba las aguas por ese motivo. También reavivó polémica el talentoso imitador Luis Rebachea, quien en Radio América hacía parodias de María Victoria, Leticia Palma, Tongolele, Amparo Garrido, Carmen Miranda, Carmen Amaya e Ima Súmac. Un columnista de La Crónica, que firmaba con el seudónimo de Sonámbulo, escribió en agosto de 1954:

Con un desparpajo inaudito, se presenta ahora y nada menos que en Radio América, un sujeto cuyos extraños antecedentes son el producto de una seria crisis de hormonas masculinas. Nada censurable veríamos si frente al micrófono observara la dignidad que de acuerdo a una labor pública se espera de todo artista. Pero no es así, y escuchándole se advierten tales desviaciones que sólo la más enérgica censura podría recibir (La Crónica, edición de la tarde, 21 de agosto de 1954).

Días después, el periodista Guido Monteverde, de Última Hora, en su espacio “Qué pasa en radio”, intentó hacer una defensa de Rebachea que, sin embargo, estaba también cargada de prejuicios:

Sonámbulo [columnista de La Crónica] habla de un artista de Radio América calificándolo de ‘enfermo hormonal’, como si el arte tuviera que ser mezclado con taras humanas. En ese caso habría que recordar que Radio La Crónica tiene entre sus principales artistas a uno que padece del mismo mal que el artista nacional que ha criticado. No hay que escupir al cielo (Última Hora, 26 de agosto de 1954).

En febrero de 1955, la revista Radiovisión brindó a Luis Rebachea una “ovación” por “la estupenda imitación de Ima Súmac en una de sus últimas imitaciones en Radio América” (Radiovisión 1, 25 de febrero de 1955). Una de las grandes revelaciones de la década fue, sin duda, Carlos Oneto (Pantuflas), quien pasó de imitar a Cantinflas a componer un personaje con identidad propia. En un artículo publicado en agosto de 1952 en El Comercio, Oneto contaba que había nacido en Lima el 8 de mayo de 1929, pero había vivido desde los tres hasta los veinte años en Pisco e Ica. Había sido vendedor viajero, y era aficionado a la poesía y la pintura. Por intermedio de Luis Nadel consiguió una audición con Pedrín Chispa, hizo pruebas con Violeta 392 EMILIO BUSTAMANTE

Bourget y Ruth Revoredo, y fue aceptado por el libretista y productor, quien lo bautizó como Pantuflas y lo hizo debutar en La caravana de Mr. Buck en Victoria, el 2 de febrero de 1950, imitando a Cantinflas. Tres meses más tarde él y Pedrín Chispa pasaron a Radio América, y a fines de ese año fueron contratados con exclusividad por El Sol (El Comercio, 26 de agosto de 1952). En marzo de 1951, Pantuflas fue el “secretario” de Pérez Prado en el famoso concurso de mambo que se realizó en la Plaza de Acho. En 1952 participó en El Tribunal Popular Pacocha, en el que un juez sopesaba “la actuación del hombre y la mujer en el cotidiano vivir”; el juez era interpretado por Raúl Varela, la defensora de las mujeres era Teresa Olmos, y el abogado de los varones lo encarnaba Oneto. Pedrín Chispa escribía los libretos y, según el diario La Prensa, las audiciones eran espectadas de pie por los concurrentes al auditorio (La Prensa, 15 de setiembre de 1952). En 1955, Pantuflas conformó el plantel de Los dibujos animados de la radio y parodió a los disc-jockeys del momento en El suplemento dominical de El Sol; sería su última participación en esa emisora. Al año siguiente se incorporó a Radio La Crónica, donde obtuvo un éxito rotundo con Ceferino el adivino. El programa salía dos veces por semana (miércoles y sábado) a las 20.40 horas, con Pantuflas como el adivino, Violeta Bourget en el papel de su secretaria, y el animador David Odría en las réplicas. Los libretos eran de Sofocleto (Luis Felipe Angell). Al comienzo acompañaba a Oneto el actor Edmundo Moreau. La estructura incluía una presentación a cargo de David Odría; un diálogo cómico entre Oneto, Odría y Bourget; una canción interpretada por Oneto; y la lectura de una carta enviada por el público con una consulta al adivino, quien se “transportaba mentalmente” al lugar de los hechos, en compañía de su secretaria, para dar una respuesta al remitente. Transcribimos algunos extractos del programa del 22 de octubre de 1956:

David Odría: La Crónica, máxima sintonía en los 1.320 kilociclos presenta el programa campeón de los auditorios locales. Nada más tétrico, nada más espectacular, nada más espeluznante, nada más atrevido, crudo y tremendo, como una película francesa [risas]. En el aire: otra cita con Ceferino el Adivino, el súper sabio que sabe su vida y la del vecino. Libretos del primer escritor humorístico del Perú: Sofocleto, para Carlos Oneto, Pantuflas, el famoso actor cómico peruano, el amigo dilecto de grandes y chicos, interpretando a su personaje cumbre. Con Ceferino el Adivino, su guapísima secretaria; con ustedes nuestra juvenil y simpática actriz: V. B. Véanla bien. Visto bueno: Violeta Bourget [aplausos]. David Odría: Con la fuerza del ratón, la valentía del conejo, la velocidad de la tortuga y la inteligencia de la gallina, se hizo el más extraordinario CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 393

de los seres inferiores. Por eso, Radio La Crónica se complace en pre- sentar una nueva consulta de su demente exclusivo: el hipercacuano y polidíptero [gong] ¡Ceferino el Adivino! [aplausos]. Ceferino: Señoras y señores… Nnnnoches…. Bueno, me perdonarán si vengo un poco tarde, ¿no?, pero es que mi hermana ha dado a luz otra vez. Violeta Burget: ¿Qué cosa, Adivino? ¿Su hermana ha dado a luz nuevamente? ¡Pero si hace quince días que dio a luz! Ceferino: No, es que esa vez no llegó a dar, oiga usted. Se le quemaron los plomos. David Odría: Adivino, eso a mí me parece un pretexto. Ceferino: Si eso es un pretexto, usted cuando nació debió ser una excusa. Violeta Bourget: No, Adivino, no. Nuestro amigo quiere decir que cada vez que usted llega tarde le echa la culpa a su hermana. Ceferino: No, si a su hermana ni caso le hago. Su hermana es tan interesada que le dicen “la mantequilla serrana”. David Odría: ¿Qué cosa?, ¿qué a mi hermana le dicen “la mantequilla serrana”? ¿Y por qué? Ceferino: Porque apenas ve un sol, se derrite. […] Violeta Bourget: Adivino Ceferino, hablando de su familia, ¿ustedes cuántos hermanos son? Ceferino: Bueno, somos… ehhh… tres de padre… dos de madre… y uno de vecino. David Odría: ¿Cómo que un hermano de vecino? ¿Quiere decir entonces que…? Ceferino: Sí, señor… es el mismo caso suyo en distinta calle [risas y aplausos]. […] David Odría: Pero resumiendo, señor, para que no me haga perder el tiempo: ¿cuántos hermanos tiene usted? Ceferino: Dos mil. Violeta Bourget: ¡¿Dos mil hermanos?! ¡¿Y de dónde han salido?! Ceferino: Del Señor de los Milagros… Somos de la hermandad, pues. […] 394 EMILIO BUSTAMANTE

David Odría: Esta es otra barbaridad de las suyas, Adivino; pero ya que está con el mariachi a su lado… Ceferino: ¿Cuál azulado? Los dos están de morado, oiga. Y no por el Señor de los Milagros, sino porque hace frío y están sin camiseta… [Ceferino canta acompañado por los mariachis; termina y hay aplausos] David Odría: Bien Adivino, aquí tenemos las cartas… […] Ceferino: Ahhh… a ver, aquí tenemos una que dice así: “Pedazo de muerto de hambre…” Mmmm… “Tu hijo mayor ya está en quinto de media y todavía no me has mandado los pañales que te encargué para él”… David Odría: ¿Esa carta pide un consejo, Adivino? Ceferino: No lo pide, más bien me da uno: que me pegue un tiro en el ojo. A ver, leamos otra carta. Aquí tenemos esta que dice así: “Adivino Ceferino, mi marido es tan bruto que la policía sospecha que él mató a Julio César. Cree que el 6 es un 1 con la barriga hinchada y que el 3 es el pecho de una gorda visto desde arriba”. ¡Qué bruto! Y me pregunta: “¿Qué hago con él, Adivino? ¿Lo boto o lo pongo a correr en San Felipe? Violeta Bourget: ¡Pero cómo puede haber hombres tan burros! Ceferino: Si quiere saber pregúntele al papá de mi ayudante… A ver, señorita, por favor, concéntrese, y reconcéntrese. Un poquito más, que todavía se le ve pálida. Bien eso es, ahora sí… Bolénomus… Bolénumos… Mirénomus. Muy bien. Vamos a cuidarnos de las malas lenguas… Muy bien… esto es… (Entra en trance) Allí está la casa… Allí veo a una señora que habla con un burro joven y ella le dice: Violeta Bourget (también en trance): Procúrame un analgésico para la jaqueca que me tortura el cráneo, Pitágoras [risas]. Ceferino: ¿Qué te pro… Qué? ¿Para la ja… Qué cosa? ¿Qué te cuánto el cra… Cómo? [risas]. Violeta Bourget: ¡Pero cuándo dejarás de ser tan bruto, Pitágoras! Ceferino: La culpa es tuya pues, Chupetina [risas]. La culpa es tuya porque toda la vida te pasas hablándome en francés. Violeta Bourget: No es francés, es español. Ceferino: Y cómo voy a hablar español si nunca estuve en Alemania. Secretaria: ¡Ay, Dios mío, un salvaje! ¡Un verdadero salvaje! ¡Eso es lo que eres!... Anda Pitágoras y tráeme el periódico. Ceferino: ¿Cuál? ¿El de hoy o el de mañana? CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 395

Violeta Bourget: ¡El de mañana no ha salido, pedazo de cretino! ¡El que ha salido es el de hoy, nada más que el de hoy! Ceferino: ¿Y el de ayer cuándo sale? (Sofocleto 1956)

Dos de los programas humorísticos más celebrados del período fueron Loquibambia y Escuelita Nocturna, ambos creados, escritos y dirigidos por el argentino Freddy el Rezongón (Abraham Rubel), y emitidos por Central. Loquibambia salió por primera vez al aire el 6 de agosto de 1952, presentando “una sucesión de disparates que ocurren en una emisora figurada”, donde las transmisiones eran interrumpidas por vendedores de paltas, “italianos que aspiran a criollos” y “otros personajes de la vida cotidiana limeña” (La Crónica, 7 de agosto de 1952). Era conducido por Nelson Arrunátegui, Federico Gunther hacía el papel de director y Ricardo Lavié era “el especialista en interrupciones radiales”; Yoyo Pérez interpretaba a un locutor mexicano. Freddy había adaptado el programa de uno realizado años antes para la radio argentina (La Prensa, 15 de setiembre de 1952). Durante su vigencia formaron parte del elenco, entre otros artistas: Chicho Gordillo, Chicho Romero, Pepe Morelli, Joaquín Roca Rey, Rosa Wunder y Piero Solari (Alegría 1993: 132-133). Chicho Gordillo (Juan Eduardo Gordillo Espinoza) alcanzó una rápida celebridad. Había debutado en San Cristóbal en febrero de 1952, y al año siguiente, cuando no había cumplido aún los 20 años, triunfó en Loquibambia interpretando al narrador Manuel D’Encía y a Catita. En 1954 fue contratado por El Sol para Los dibujos animados de la radio; viajó luego a Colombia y después a México, donde continuó su carrera. En 1956 retornó al Perú por una breve temporada para presentarse al lado de Andy Rusell en El Sol. Actuaría más tarde en la televisión latina de Estados Unidos, Cuba y España. Escuelita nocturna se estrenó en enero de 1953. Según Alonso Alegría, tuvo como protagonistas a Carlos Ego Aguirre (Profesor Pajonares), Juvenal Malpartida (Pachitea), Fernando Farrés (Carlucho), Benjamín Ureta (Vale Cuatro), Violeta Bourget (Cucharita), Aurora Salas (Garufita) y Rubí Romero (Vampi). Alegría describe así el programa:

Al inicio, una campana llama a los alumnos de esta “escuela” (y al público oyente) y va a comenzar la clase. Los alumnos están vestidos de guardapolvo blanco […] y va a comenzar la clase. Ingresan recitando a coro un gracioso y dislocado versito dedicado a satirizar al profesor y a la escuela. Entonces el profesor, llamado “Pajonares”, los hace sentar e intenta dictar una clase, misión tan imposible como imposibles son los alumnos: “Pachitea” es un charapa enamorador y cuentista; “Carlucho” 396 EMILIO BUSTAMANTE

es el criollo limeño, jaranista, respondón y casi “achorado”; “Vale Cuatro” es el adinerado de cortísimo entendimiento que sólo piensa en ganarse algo; “Cucharita” es la serrana que mete pleito por cualquier cosa; “Garufita” es la única que algo sabe; y la señorita “Vampi” es un superchurro (también lo es, por cierto, en la vida real) y la engreída del profesor. El profe “Pajonares”, con voz de viejo, está perdidamente enamorado de la “Vampi” y cada vez que se dirige a ella tartamudea (Alegría 1993: 131-32).

En junio de 1953 Benjamín Ureta interpetaba al profesor, Óscar Ross a Sabino y Luis Pereyra a Vale Cuatro. En 1954 integraron también el elenco Enrique Victoria, Silvia Revolledo y Ana María Miranda. El creador de Loquibambia y Escuelita nocturna, el argentino Abraham Rubel, basaba sus programas en libretos escritos en Argentina que no tuvo mayores dificultades en adaptar a nuestro medio, que conocía bastante bien. Había trabajado en Radio Nacional de 1937 a 1941, donde había hecho popular a su personaje Freddy el Rezongón, a través del espacio Chela y Freddy, e iniciado el programa de noticias dramatizadas Lo que sucedió ayer (como lo recordó en la polémica con Rivarola). De regreso al Perú en 1952 retomó sus charlas radiales como Fredy en Sermones caseros, pero sus mayores éxitos serían los dos programas cómicos mencionados, que se emitieron en Central hasta 1956, para pasar después a La Crónica. Otro aclamado programa humorístico fue Callejón, surgido en 1956 en Radio 1160, con libretos de Serafina Quinteras y actuaciones de Maruja Bromley, Luis Álvarez, Teresa Rodríguez, Juvenal Malpartida (Pachitea) y Gastón Guido. En un testimonio recogido por Fernando Ruiz Vallejos, Serafina Quinteras recordaba sobre Callejón:

[…] en 1160 el director era Carlos Pérez Fontcuberta, un hombre muy inteligente que nunca me censuró un libreto. Me decía “usted me va a matar de un infarto”, porque “Callejón” se prestaba para pegarle palo a todo el mundo. En “Callejón” estaba la señora venida a menos, la aristócrata que se llamaba Cristina Pérez de Remoquete, el marido que había sido empleado era cesante y no tenía nada, y la señora no salía al caño sino de noche para no codearse con la chamuchina, con la plebe. Tenía una hija esta pareja, la hija era enamorada de Luis Enrique, un muchacho que trabajaba, era un plebeyo pues; la vieja, la madre, lo detestaba a Luis Enrique porque su hija era una princesa. Y, así, después estaba el portero que sabía la vida y milagros de todo el callejón, y des- pués estaba el viejo que vendía suertes, jugaba a las cartas, hacía la brujería. Había la zamba, mujer de un cantor muy famoso que venía cada semana, no daba ni medio para los hijos, pero ella lavaba y planchaba, CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 397

los hijos que eran unos palomillas… Todo eso se hacía como teatro, con un auditórium […]. Era teatro, pero era radio en primer lugar; el auditorio se llenaba y toda la gente escuchaba “Callejón” (Ruiz Vallejos 1994: 9).

Pueden citarse otros programas humorísticos que destacaron en el período. El tribunal de la alegría, de Radio América, era un espacio donde contaban chistes Carlos Rodrigo, Ángel Crespo y Chicho Gordillo, con Pepe Muñoz como animador, la Orquesta Mori en los números musicales, y un “mano a mano entre los chistes que presentaban los cómicos y los que enviaban los oyentes” (La Crónica, edición de la tarde, 6 de junio de 1953). Radioescenas se nutría de diálogos humorísticos entre Violeta Bourget y Roberto Airaldi. Clínica de complejos, con Juvenal Malpartida (Pachitea), era otra adaptación de un programa argentino por Abraham Rubel, donde el falso médico Canuto Berdejos atendía a incautos pacientes asistido por el impertinente enfermero Filiberto (La Prensa, 2 de diciembre de 1953). Peluquero de señoras era un radioteatro cómico que tenía libretos de Sofocleto y salía por 1160 con actuaciones de Jesús Morales, Elsa Vizcarra y el argentino Juan Carlos Altavista. Escuelita alegre, producida por el profesor de segunda enseñanza Gualberto Flores Alegre y emitido por América, no tuvo mayor acogida del público, pero contó con un plantel joven en el que destacaba el actor Antonio Salim, más tarde popular en televisión (Radiovisión 12, 29 de febrero de 1956).

4.6.20 Programas de concurso En 1956, Helene Curtis pregunta por 64.000 soles se convirtió en el progra- ma de concurso representativo de la década e hizo de su animador, Pablo de Madalengoitia, una gran figura de la radio peruana gracias a su carisma y dominio de escena. El programa era producido por el mexicano Salvador Varela, quien se inspiró en uno muy similar que se hacía en su país (que a la vez copiaba otro realizado en Estados Unidos). Los concursantes se especializaban en un tema, respondían preguntas al respecto y ganaban dinero; en cada etapa debían decidir si se retiraban con lo obtenido o aceptaban responder una nueva pregunta que les permitiría ganar más dinero o les causaría la pérdida de casi todo lo que habían recibido hasta ese momento. El premio mayor era de 64 mil soles. La primera semana los concursantes debían responder 7 preguntas para ganar 4 mil soles, y una pregunta adicional por 8 mil soles; en la segunda semana debían responder una pregunta por 16 mil soles; en la tercera otra por 32 mil soles; y en la cuarta tendría lugar la pregunta de los 64 mil soles. 398 EMILIO BUSTAMANTE

El primer programa salió al aire el viernes 31 de agosto de 1956, fue transmitido desde el cine Venecia y comparecieron seis concursantes. Las preguntas (elaboradas por Benjamín Núñez Bravo) eran difíciles, y los concursantes que se sucedían iban siendo eliminados; pero en octubre uno de ellos, Tomás Unger, llegó hasta la penúltima instancia concursando sobre automovilismo, y respondió correctamente la pregunta por 32 mil soles. Sin embargo, Unger no quiso ir por la de 64 mil y se retiró con lo ganado. La actriz Sonia Seminario, que concursaba sobre Sófocles, sí se atrevió a responderla, y ganó (Radiovisión 20, 31 de octubre de 1956). Pablo de Madalengoitia recuerda a otro concursante triunfador:

De los que ganaron el premio grande, el sensacional fue un chiquito llamado José Serra Vega. Tenía 16 años, estaba en el último año del colegio, contestó preguntas sobre Genhis Khan. Y el chico ampliaba la pregunta antes de contestar… contestaba más preguntas de las que yo le hacía, se mandaba la historia de todo lo que correspondía a la respuesta. El estaba en el colegio Raimondi y, la noche que ganó, toda su clase había ido al teatro y lo sacaron en hombros y lo llevaron hasta la plaza San Martín. Me acuerdo que salió en la primera plana de La Prensa, un artículo con la foto del chico (Alegría 1993: 173).

Madalengoitia dice que aquel año también ganó Pepita Botto Parra del Riego con el tema de Nijinski, y que, pese al éxito del programa, Genaro Delgado Parker decidió hacerlo “descansar” luego de un año, para lanzarlo más tarde por la televisión con la seguridad de que sería un “hit” (Alegría 1993: 173). Otro concurso de preguntas y respuestas que concitó interés fue Quien estudia triunfa de Radio Lima en 1953. Los participantes eran escolares que conformaban delegaciones de los colegios secundarios de Lima. Lo animaba César Chávarri Neyra, auspiciaban La Prensa y Kolynos. El colegio triunfador fue Alfonso Ugarte, con Pablo Villalón y Emilio Zúñiga del Carpio, de tercer y cuarto año de media, respectivamente (La Prensa, 22 de noviembre de 1953). Años después, Quien estudia triunfa se reeditaría también en televisión. Al comenzar la década de 1950 se mantuvieron en el dial algunos programas de concurso que venían de años anteriores, como Hombre versus mujeres y Bajo las luces de Kolynos, ambos de América y animados por Pepe Delgado; y El chanchito de la inteligencia en Central, que tuvo como maestro de ceremonias en su última etapa a Fernando Farrés. No faltaron en el período los concursos para aficionados, como Voces nuevas de Radio Callao, en el que intervinieron, según La Crónica, “niños, adultos, una cieguita y un cojo”, resultando vencedor este último (La CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 399

Crónica, edición de la tarde, 16 de agosto de 1951); Ruleta Texoro de Central, animado por Nelson Arrunátegui; Buscando nuevas estrellas de Colonial, conducido por Fidel Ramírez Lazo; La escalera del triunfo y Cante Ud. Pulitón de Excelsior; Así canta mi barrio de América; Luminarias artís- ticas y Voces de mi barrio de Radio Lima. Esta última emisora convocó tam- bién a un concurso de canto japonés en 1956. Algunas publicaciones denunciaron el maltrato de que eran víctimas los concursantes por parte de ciertos animadores en los concursos de auditorio. Guido Monteverde, en su sección “Qué pasa en radio” de Última Hora comentaba en 1950: “Dos locutores de Atalaya, en una de las funciones realizadas en el teatro Francisco Pizarro, auspiciados por esa emisora, faltaron el respeto al público, pues a un concursante al subir al proscenio a recibir su premio (que era un repollo y cinco kilos de olluquitos), lo bromearon arrojándole el repollo en la cabeza y los olluquitos se los echaron dentro de su impermeable” (Última Hora, 2 de octubre de 1950). Aunque el servicio telefónico no estaba suficientemente extendido aún en la capital, las emisoras probaron medir su sintonía e incentivarla mediante concursos que premiaban las llamadas telefónicas de los oyentes.

4.6.21 Programas culturales Radio Mundial transmitía La hora de la educación nacional. Cada viernes, a las 19.00 horas, se presentaba un programa elaborado por un colegio nacional que incluía charlas, canciones y radioteatro. El espacio concluía con un consultorio pedagógico y el informativo oficial del Ministerio de Educación. Mundial organizaba también audiciones especiales por Fiestas Patrias con centros de enseñanza. Nacional, por su parte, transmitía competencias deportivas y académicas entre colegios, como el Torneo de Estímulo y Competencia Intelectual de 1951. Por Nacional se dictaron clases de inglés en 1950 y 1951, en cadena con emisoras de Trujillo, Chiclayo, Ica, Arequipa, Tacna y Cusco. Las lecciones se publicaban en los diarios La Crónica (Lima), El Norte (Sullana), Ecos y Noticias, La Industria (Trujillo), La Opinión (Ica), Noticias (Nazca), El Deber, El Pueblo, Noticias (Arequipa), La Voz de Tacna (Tacna), Los Andes (Puno). El profesor era Edwin T. Cornelius, director de curso del Icpna, que dictó también un curso de verano para profesores de inglés organizado por el Ministerio de Educación. En 1955, Radio Miraflores y el diario La Prensa programaron Aprendamos inglés con La Prensa, tres días por semana con el profesor Wilfred Stevenson. 400 EMILIO BUSTAMANTE

Hubo cabida para la poesía. Roberto Salinas recitaba poemas gauchos en Central en 1950, Raúl Zea Olivares leía versos en La voz del alma en 1953, Ricardo Lavié hacía lo propio en Esta noche es tuya a través de Restauración (1950) y Central (1952), y Pepe Godard mantuvo una fiel audiencia con Hablemos de amor en Colonial primero y Libertad después. Las artes plásticas tuvieron como promotor radial a Eduardo Moll, quien condujo los miércoles en la noche el espacio Charla y crítica de arte en Radio Callao, donde entrevistó a artistas como Sérvulo Gutiérrez y Cristina Gálvez. En Radio Victoria, los domingos, a las 22.15, se presentaban las Audiciones Nebli con la “presencia de reputadas personalidades del mundo intelectual”. Uno de los invitados en 1953 fue el dramaturgo Juan Ríos, recientemente galardonado por su obra de Ayar Manco; ante la pregunta de cómo definía el teatro, Ríos declaró:

En lo que a mi propio teatro se refiere, podría definirlo como una tentativa más de demostrar que el destino humano no es una farsa ridícula ni una agonía estéril, sino algo que vale la pena de cantar y de vivir […]. En una frase: mi obra aspira a ser —como muchas otras— un instrumento de combate y no una mera combinación de palabras y de imágenes o una sucesión de escenas más o menos ingeniosas o divertidas […]. Yo no pretendo ni pretenderé nunca escribir para “el público”, que, como dice Unamuno, no es sino la parte más artificiosa del pueblo, tan artificiosa que ya apenas si es pueblo. La opinión de los imbéciles que van al teatro exclusivamente a divertirse y la crítica de los snobs de aldea que remedan simiescamente los antepenúltimos grititos de la moda parisiense o neoyoquina me dejan por completo indiferente (Radiocine 2, segunda época, 18 de julio de 1953).

La información histórica vinculada a la música popular fue abordada por Roberto Cruzalegui en La revista del pasado al comenzar la década. En 1954, Cruzalegui lanzó una versión perfeccionada de ese programa en Panamericana con el nombre de Música y canciones del ayer, donde evocaba temas musicales de 1917 a 1945 con breves menciones a acontecimientos de la época en que fueron creados. En febrero de 1955 el espacio fue rebautizado como Música y sucesos del ayer e incrementó la parte histórica; los oyentes colaboraban ofreciendo música grabada y escrita. A la celebración de su primer aniversario fueron invitadas, entre otras personalidades: José Gálvez, Ángela Ramos, Sebastián Salazar Bondy, José Leguía Swayne, Pedro P. Martínez, Franklin Arteaga, Andrés Sas, Fernando Braschi y Carlos Revolledo (Radiovisión 1, 20 de diciembre de 1955). No faltaron las horas dedicadas a determinados países, con material cedido por las embajadas. Nacional tenía “horas culturales” dedicadas a CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 401

Bélgica, Bolivia, Venezuela, Paraguay, España y Líbano, entre otras. Radio Victoria inauguró en 1952 La hora japonesa. En 1955, Radio América ensayó un programa internacional, En la ruta de los cóndores, junto a Radio Corporación de Santiago, Radio Illimani de La Paz, Radio Carve de Montevideo y Radio Belgrano de Buenos Aires. La producción era del chileno Juan Ramón Silva. Los programas se emitían simultáneamente en todos los países de las emisoras que actuaban como coproductoras. Se grabó un programa en Lima que incluyó un recorrido por las catacumbas de San Francisco y los chifas de la calle Capón, y un reportaje a la señora Rosa Mercedes Ayarza de Morales sobre los pregones limeños. En 1956 apareció Así es mi tierra, dirigido por Víctor Dongo Casalino y conducido por José González Penacho, con el conjunto estable de cuerdas de la estación, Filomeno Ormeño, Los Dávalos y el duo Wetzell-Campos, entre otros. La revista Mezzanine detallaba:

El programa se realiza con colaboración de las cartas escritas especialmente por los innumerables oyentes de provincias que tiene Radio Nacional. Ellos procuran narrar los hechos más saltantes de la historia de su pueblo nativo, así como los atractivos de su folklore, paisaje, leyendas, etc. De manera que, por medio de amenos y ágiles diálogos entre los que se insertan cuatro ilustraciones musicales, se figura una excursión por cada uno de los diversos e interesantes pueblos de todas las regiones del país (Mezzanine 38, 15 de abril de 1956).

4.6.22 Programas cinematográficos César Augusto Huerta siguió animando Microcine radial, para entonces uno de los programas más antiguos de la radio peruana; pero fue Pepe Ludmir quien revolucionó la información cinematográfica. Ludmir había ingresado a Radio El Sol en 1950, donde empleaba el seudónimo de Pepe Mil. Allí condujo Charlas de cine, que luego se convirtió en Cine Lux en el aire. Simultáneamente ejercía de disc-jockey en La hora Buchanan, donde irradiaba música anglosajona. En 1951 asistió al festival de Punta del Este, y en 1953 pasó a Radio Panamericana con dos programas: el renacido Charlas de cine y el musical Hora de estrellas. En 1953, también, estuvo en el festival de Cannes y visitó Hollywood, donde obtuvo entrevistas exclusivas con estrellas del cine y la televisión norteamericanos. En 1954 cubrió el festival de Río de Janeiro y logró que Ava Gardner, de visita en Lima, acudiera a Hora de estrellas. En abril de aquel año, Ludmir transmitió por primera vez en el Perú una grabación de la ceremonia del Oscar que había tenido lugar en Hollywood pocas semanas antes. 402 EMILIO BUSTAMANTE

En Radio Panamericana Enrique Bergier ensayó la crítica de cine en 1954. El programa se llamaba Rincón del cine y su propósito era “guiar al público que considera al cine, fuera del entretenimiento, una verdadra expresión artística” (Mezzanine 4, 9 de octubre de 1954). Colaboraba con él Jorge Almada. El esfuerzo de Bergier, sin embargo, no era del todo comprendido; un columnista de La Crónica lo acusaba de leer ceremoniosamente textos sentenciosos y se preguntaba: “¿Para qué tanta suficiencia? ¿Es tan trascendental, acaso, una crítica de cine?” (La Crónica, edición de la tarde, 17 de agosto de 1954).

4.6.23 Programas infantiles y femeninos Lucerito del Valle (Violeta Cáceres) estrenó Fantasía infantil en Radio Victoria, el 1 de octubre de 1953, cuando tenía once años. El programa salía todos los días a las 18.00 horas, animado por Lucerito y su hermana Gloria, y estaba destinado a “estrechar los vínculos de fraternidad entre todos los niños y a despertar el amor por la cultura y la educación” (Radiocine 9, segunda época, 31 de agosto de 1955). En una entrevista concedida al diario La Prensa, Lucerito afirmaba: “Mi programa tiene como finalidad la cultura y el deporte, pues diariamente reúno a cientos de niños en Radio Victoria y con ellos lo produzco, es decir, los niños son artistas, cantan, bailan, recitan, hacen radioteatro y fuera de la emisora, practicamos toda clase de deportes” (La Prensa, 21 de enero de 1955). Asistieron a la primera audición en Victoria alrededor de cien niños, a los que se les dio el título de “socios fundadores”; cuando en 1955 Lucerito del Valle se retiró de esa emisora, al ser contratada por Radio Central, el programa tenía nueve mil socios en Lima, provincias y el extranjero (Radiocine 9, segunda época, 31 de agosto de 1955). Radio Club Infantil de Maruja Venegas mantuvo su audiencia y prestigio en Mundial. Los niños allí también cantaban y hacían radioteatro. Además, el programa organizaba bailes para los socios y elecciones de reinas infantiles, así como caravanas benéficas y reparto de víveres destinados a personas de escasos recursos económicos. Decía tener ocho mil socios en 1951 (La Crónica, edición de la tarde, 18 de agosto de 1951). Hubo, asimismo, radioteatro actuado por adultos dirigido a los niños. Las mil y una noches se emitía diariamente por América con dramatizaciones de cuentos infantiles desde 1950. Iba a las 18.00 horas, lo condujo primero Consuelo Rey y luego Rafael González Guía. El elenco lo integraban: Bertha Palacios, Zarela Cruzado, Hilda de Canessa, Edgardo Pérez Luna y Rafael Segovia. En junio de 1955, La Prensa mencionaba a un nuevo actor en el radioteatro para niños de América, se llamaba Johnny Salim y la nota CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 403

resaltaba que hacía cuatro voces distintas para igual número de personajes (La Prensa, 17 de junio de 1955). Con el nombre artístico de El Tío Johnny, Salim se convertiría en estrella de la televisión en la década de 1960 animando programas infantiles. El programa orientado al público femenino que tuvo mayor acogida fue Solo para mujeres de Queca Herrero en El Sol, que sería llevado años más tarde por su conductora a la televisión.

4.6.24 Programas deportivos, hípicos y taurinos El programa deportivo más importante del período fue Pregón deportivo. Al comenzar 1950 estuvo en Central, dirigido por Óscar Artacho; el plantel lo integraban Lucho Palma, Lucho Vélez, Raúl Postigo, Nelson Arrunátegui y Fernando Farrés. En agosto pasó a El Sol y en marzo de 1951 el programa efectuó “las mejores transmisiones de los Juegos Panamericanos de Buenos Aires”, según el vespertino Última Hora (7 de marzo de 1951). Al año siguiente, Pregón deportivo estuvo en Radio Colonial, y de allí se fue a Radio Miraflores; pero en diciembre de 1952 una discusión entre Artacho y Gustavo Montoya (de Radio Nacional), iniciada en el estadio de Universitario de Deportes, culminó con una sanción de la Anrap a Artacho por haber empleado los micrófonos de la radio para, supuestamente, hacer “aclaraciones personales” a Montoya (La Crónica, 7 de diciembre de 1952). Artacho quedó impedido de trabajar en emisoras peruanas, y viajó a Venezuela. Regresó a nuestro país tres años después para retomar la dirección de Pregón deportivo en El Sol. Eran varias las emisoras que cubrían los eventos deportivos. En esos años se transmitieron sudamericanos de fútbol y de básquet, juegos bolivarianos y panamericanos, así como carreras de autos. Semanalmente se llevaban a los oyentes las incidencias del campeonato nacional de fútbol desde el Estadio Nacional; en 1956 eran siete las radios que realizaban estas transmisiones: Central (con Humberto Martínez Morosini, César Augusto Salinas, Óscar Paz, José Hernández, Alberto Fernández y Fernando Farrés); Miraflores (con Pepe Barreto, Carlos Vera, Tito Rázuri, Hermes Tuero y Pedro Roncallo); El Sol (con Óscar Artacho, Lucho Vélez, Raúl Goyburu y Ulises Jordán); La Crónica (con Juan Weiss, José Vildoso y Francisco Lamarque); Sport (con Alberto Mecklenburg, Lucho La Torre, Luis Barbarán y Luis Lazo); Lima (con los hermanos García); y Restauración (con Gerardo de las Casas, Carlos Iturrizaga y Enrique Cabrera) (La Prensa, 4 de agosto de 1956). Ya entonces destacaba Humberto Martínez Morosini como relator deportivo. Había estado en Colonial con Juan Sedó, y en Libertad, donde 404 EMILIO BUSTAMANTE

condujo el espacio La verdad del deporte en 1953. Era la voz que preguntaba “¿Sabe quién transmite?” en Radio Panamericana, y en 1956 firmó un contrato para relatar ocho partidos de fútbol al mes en Radio Central por una cifra “fabulosa para el medio”, según el diario La Crónica, (tercera edición, 12 de junio de 1956). Radio Sport, de los experimentados Sedó y Mecklenburg, además de las retransmisones y comentarios deportivos puso en el aire un radioteatro cómico donde cada equipo de fútbol era representado por un actor, la Asociación Central de Fútbol por “una actriz de carácter, adusta y perdona- vidas” y el campeonato por una chica “romántica, tierna, prometedora”; al final del certamen el campeón profesional se casaba con la señorita campeo- nato (La Prensa, 24 de junio de 1955). Los más destacados comentaristas y locutores hípicos fueron los hermanos Augusto y Santiago Ferrando, quienes viajaron a Venezuela en enero de 1950 y regresaron al Perú en agosto de 1951. Condujeron programas y retransmi- siones desde el hipódromo de San Felipe sucesivamente en Excelsior, San Cristóbal y Victoria. Otros programas hípicos fueron los de Ítalo Romano en Colonial y Raúl Serrano en Mundial. El comentarista taurino más escuchado fue Luciano Ruiz de Navarro (Ráfagas), por Radio América.

4.6.25 Programas de revista y variedades En 1950 causó furor Verbena Crush de Radio Central. Se trataba de un festival de estrellas que se realizaba en distritos populares de Lima, y que incluía concursos, fuegos artificiales y la elección de una reina del barrio. Era auspiciado por Orange Crush. Desfilaron en las recordadas verbenas, entre otras figuras: Los Embajadores del Tango y Raúl del Mar, Filomeno Ormeño, Los Morochucos, Teresita Velásquez, Aída Valencia, Fina Domín- guez, El Negrito Jack, el conjunto Lucumi y Paco Andreu. Animaban Nelson Arrunátegui, Fernando Farrés y Violeta Bourget. En 1950, Hugo Guerrero (años más tarde gran figura de la radio argentina) condujo La hora mejor de Mejoral en América. En 1951 El Sol puso en el aire La caravana de Mr. Buck, donde intervinieron Pantuflas, Carlos Curonisy, Gastón Guido y Teresa Olmos en la conducción, con libretos de Pedrín Chispa; en 1955 lanzó Los dibujos animados de la radio, producción de Pedrín Chispa y Mario Cavagnaro. Por entonces, Radio Nacional emitía los domingos, de 18.00 a 23.00 horas Suplemento domini- cal, con animación y libretos de Pedro Álvarez del Villar; el programa incluía radioteatro (con Rafael del Carpio), música y noticias. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 405

4.6.26 Retransmisiones y otros programas Durante los años cincuenta se realizaron retransmisiones desde los locales de moda. Cada emisora grande tenía “su” local, donde se presentaban sus artistas exclusivos. El Sol transmitía desde el Grill Bolívar, Victoria desde La Cabaña y La Crónica desde el nihgt club Embassy. Las retransmisiones eran diarias y comenzaban a las 23.00 horas. Otras retransmisiones eran las de la Santa Misa (Radio Nacional), los domingos en la mañana; las de las carreras desde el Hipódromo de San Felipe, y las de los partidos de fútbol desde el Estadio Nacional, que realizaban varias emisoras. Hubo programas que mezclaban caridad y civismo. Cruzada Krein, de Central, daba a conocer “angustiosos problemas de personas desafortunadas” para llevarles, con ayuda del público, “aliento moral y material” (Última Hora, 27 de febrero de 1950). Los libretos era de Luján Ripoll, la animación de Nelson Arrunátegui y Fidel Ramírez Lazo, e intervenían Marianella Ureta, Violeta Bourget y Jorge Omar. En 1953, Victoria impulsó una campaña pro Ciudad de los Niños, y El Sol emitió La medalla Ford, que exponía en cada audición “acciones heroicas de hombres y niños de la actualidad que han cumplido labor humanitaria a favor del prójimo”, para condecorar luego a los héroes; era conducido por José Herrero. Otro programa de El Sol era ¿Qué debe hacer la ciudad?, orientado al servicio público, donde se debatían “asuntos de interés colectivo con la participación de especialistas de cada materia”; empleaba una unidad móvil para recoger “el punto de vista de la calle sobre el tema debatido” (La Prensa, 25 de febrero de 1955). En 1956 Radio Luz creó La salud, que salía diariamente “para brindar apoyo material a los enfermos de modesta situación económica que no pueden ser atendidos en un nosocomio”; las personas debían llamar a la emisora y previa comprobación de su situación económica se les conducía a un consultorio de Por la Fe de Nuestros Padres, donde recibían atención médica (La Prensa, 23 de octubre de 1956). Programas de conversación eran El Sol y las estrellas que dirigía Mario Castro Arenas, y Crónica del aire de Alberto Martínez, que mostraba “facetas desconocidas de los hombres de la radio” (La Prensa, 25 de enero de 1953). Mezclaban realidad y ficción El jurado tiene la palabra de Radio Victoria, con libretos y dirección de Armando Ortiz Lambert, donde una “corte de justicia” trataba problemas de los participantes, y era el público quien decidía su culpabilidad o inocencia; y Este recuerdo es tuyo de Radio Callao, que convertía en serie novelada la experiencia amorosa de juventud que los oyentes relataban en sus cartas. 406 EMILIO BUSTAMANTE

4.6.27 El mambo de Pérez Prado Fueron muchas las visitas de artistas extranjeros en esos años, pero quizá ninguna tan memorable como la de Pérez Prado. Escribe Mario Vargas Llosa en Los cachorros:

Cuando Pérez Prado llegó a Lima con su orquesta, fuimos a esperarlo a la Córpac, y Cuéllar, a ver quién se aventaba como yo, consiguió abrirse paso entre la multitud, llegó hasta él, lo cogió del saco y le gritó “¡Rey del mambo!”. Pérez Prado le sonrió y también me dio la mano, les juro, y le firmó su álbum de autógrafos, miren. Lo siguieron, confundidos en la caravana de hinchas, en el auto de Boby Lozano, hasta la Plaza San Martín y, a pesar de la prohibición del Arzobispo y de las advertencias de los Hermanos del Colegio Champagnat, fuimos a la Plaza de Acho, a Tribuna de Sol, a ver el campeonato nacional de mambo. Cada noche, en casa de Cuéllar, ponían Radio “El Sol” y escuchábamos, frenéticos, qué trompeta, hermano, qué ritmo, la audición de Pérez Prado, qué piano (Vargas Llosa 1967: 47).

En marzo de 1951 llegó a Lima Dámaso Pérez Prado, el creador del mambo. Vino con el auspicio de Coca Cola para una serie de presentaciones en Radio El Sol y para animar un concurso de mambo de varios días en la Plaza de Acho. La expectativa que generó su visita fue inmensa. El viernes 2 de marzo arribaron como heraldos algunos músicos de su orquesta y la bailarina Lilia García Gutiérrez. El sábado 3 de marzo, a las 9.55, Pérez Prado hizo por fin su esperada aparición en el aeropuerto de Córpac. Lentes ahumados, bigotes y perilla, traje gris a cuadros, corbata verde con un brillante de prendedor y zapatos de piel de chinchilla, según el vespertino Última Hora. Una gran cantidad de personas lo aclamó. Al lado de una cantante rubia y de Alberto Ulloa, gerente de Coca Cola, montó en un auto verde descapotado donde había un cartel en el que se leía: “Pérez Prado, rey del mambo”. El coche arrancó, precedido por una camioneta de Coca Cola que llevaba un altoparlante en el techo por el que se escuchaban mambos a todo volumen, y custodiado por un auto de la Policía con cinco efectivos en su interior. La multitud acompañó la caravana hasta el hotel Bolívar. Durante la conferencia de prensa que dio en el hotel, y ante preguntas sobre las advertencias que venía haciendo la Iglesia católica en torno a la supuesta indecencia de su invento, Pérez Prado declaró que el mambo era un baile “muy decente” y que tanto él como sus padres eran católicos; recomendó “no ver los actos superficialmente sino las intenciones”, y aña- dió que no era criticable “dar rienda suelta a la alegría” (La Crónica, edi- ción de la tarde, 3 de marzo de 1951). Esa misma noche, Pérez Prado CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 407

debutó apoteósicamente en El Sol, pero todavía lo realmente memorable estaba por venir. La emisora, Coca Cola y el diario Última Hora habían organizado, ade- más de las presentaciones de Pérez Prado en la radio, un campeonato nacional de mambo que tendría lugar en la Plaza de Acho el sábado 10 y el martes 13 de marzo, con el músico cubano como “juez supremo” y su orquesta como animadora. Las fechas coincidían con el tiempo de cuares- ma, y la Iglesia católica puso literalmente el grito en el cielo. Para participar en el campeonato bastaba llenar un cupón que salía en Última Hora e ir a inscribirse con él al periódico. Había diez mil soles en premios que serían repartidos entre cinco parejas finalistas; solo podían participar aficionados. En la primera fecha del concurso, quince mil personas llenaron la Plaza de Acho para escuchar a la orquesta y ver a más de cien parejas en competencia. Pérez Prado se presentó en smoking. Levantó los ánimos Lilia García Gutiérrez con un baile de apertura. Empezaron luego a salir las parejas en grupos de diez. Carlos Oneto (Pantuflas) era el “secretario” de Pérez Prado; vestido como Cantinflas, era el encargado de retirar a las parejas que el “juez supremo” le indicaba. Decía Última Hora que Oneto “mambeaba entre los concursantes y los sacaba sin dejar de bailar”. En el tercer grupo de aspirantes salió una joven en bikini que según el vespertino “parecía una anguila”; por supuesto, clasificó. Treinta parejas pasaron a la segunda etapa del campeonato, que se realizaría dos días después. El martes, nuevamente quince mil personas “rieron, gritaron y aplaudieron al compás del ritmo incendiario de Dámaso Pérez Prado”, según Última Hora. El público reclamó a la bailarina Lilia García Gutiérrez, quien atendió la demanda bailando el Mambo nº 8 con Pantuflas. Al final quedaron cinco parejas finalistas y la triunfadora fue la conformada por los niños Héctor de la Cruz y Otilia Marcos. Muchos años después, Héctor de la Cruz recordaría ante el periodista Martín Gómez:

[…] en la etapa final quedamos cinco parejas y bailamos —según me cuentan— quince mambos seguidos. Yo no los pude contar porque estaba concentrado en el baile. Sólo me fijaba en el público cuando me celebraban algún paso que yo extraía de no sé dónde. También escuchaba, de algún rincón, la voz de mi hermano, arengándome, “tírate al suelo, ahí, baja más… Y sonaba el ‘Mambo Nº 5’, ‘Al Compás del mambo’, ‘Mambo cerezo’ y tantos más. Y así gané (Gómez 2006).

De la Cruz rememora, en ese reportaje, que salió en hombros de la Plaza de Acho y que motociclistas de la Policía lo escoltaron hasta su barrio 408 EMILIO BUSTAMANTE

de Surquillo. También que un empresario le ofreció un contrato en la boite Embassy, la más lujosa de entonces, pero que ello no prosperó por la presión de la Iglesia católica sobre la Municipalidad. La Iglesia reaccionó al éxito del Campeonato Nacional de Mambo con una monición pastoral firmada por el cardenal y arzobispo de Lima Gualberto Guevara el mismo día 13 de marzo, y que fue leída en todas las iglesias de la capital el domingo 18. En ella se advertía a los confesores que no otorgaran la absolución a quienes bailasen mambo. El texto del célebre documento es el siguiente:

MONICIÓN PASTORAL En nuestro edicto sobre el Año Santo en la Arquidiócesis de Lima, publicado recientemente decíamos: “Si siempre hemos condenado el baile en tiempo de Cuaresma, de una manera especial lo hacemos ahora por un doble motivo: tiempo cuaresmal y Año Santo; por lo demás ya sabe el cristiano que debe huir en todo tiempo del baile escandaloso y sensual como son la mayor parte de los que ha introducido la moda en estos últimos tiempos”. Al hacer esta admonición pensamos que ella hubiera bastado para moderar el afán desorbitado de fiestas y diversiones, de bailes y danzas que desgraciadamente estamos presenciando. No nos imaginamos jamás que en plena Cuaresma se hubiera desatado en ciertos sectores sociales una verdadera lluvia de bailes escandalosos tal como ha ocurrido en estos últimos tiempos. Como si no hubiera bastado la ya larga serie de danzas importadas de dudoso mérito artístico y de pésimo grado de inmoralidad, se ha tenido la triste ocurrencia de contratar una empresa de baile a todas luces indecoroso que está haciendo verdadero furor en ciertos sectores sociales y que, sin atajo ni control de ninguna especie, se exhibe en diversos lugares públicos. Ya no se tiene en cuenta para nada ni la moralidad que está llegando al mínimun ni el tiempo santo en que nos encontramos. Antes que todo eso prima el inmoderado afán de lucro, el deseo de dar pábulo a ruines instintos. Es en vano que la autorizada voz del Papa haya dicho que este es el año del regreso a Cristo, de la penitencia y del perdón. Es inútil que se recuerde que estamos abocados a nuevos y pavorosos conflictos que nos amenazan con insondables abismos de ruina y destrucción; que no se puede eludir la justicia de Dios y que esa justicia se deja sentir inexora- ble cuando los desórdenes y los escándalos llenan la copa de la cólera divina. CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 409

Nada detiene esa ola de impudicia que aumenta cada día y que pretende avasallar todos los órdenes de la actividad humana. Lo más triste de este cúmulo de males que estamos contemplando, es que hasta ahora no se ha levantado una voz suficientemente poderosa y fuerte que condene semejantes desórdenes; no se ve por ninguna parte que se organice un movimiento de reacción de carácter oficial o de índole particular que ponga coto a semejantes desmanes; o que hayan sido coronados por el éxito los aislados esfuerzos que se han hecho por contener el mal. Parece como que la hombría de los buenos se hubiera dormido; o que la sociedad de las personas sensatas y honorables que todavía las hay prefieran guardar silencio antes que asumir una actitud valerosa y cristiana que la pusiera a cubierto del delito de hacerse solidarios con el vicio. En medio, pues, de esta postración moral que nos aterra y nos contrista; conscientes de nuestros sagrados deberes pastorales; en nombre de la moralidad cristiana; con todo el amor que profesamos a la grey encomendada a nuestro cuidado; condenamos con todas las veras de nuestra alma los desórdenes que a continuación enumeramos: los bailes que nada tienen de cultos y artísticos y que por el contrario, reñidos con toda norma de estética, estimulan los instintos bajunos y excitan las pasiones más funestas; las audiciones radiales que difunden programas con música y letra nauseabunda; las exhibiciones escandalosas cinematográficas; las publicaciones pornográficas de todo género ya sea de propaganda ya de culpable deleite; el juego de lucro o de placer en el que se consume largas horas que estarían bien empleadas en obras de provecho o en el cumplimiento de los deberes domésticos; las desnudeces escandalosas y provocativas en playas y piscinas. Denunciamos asimismo los torneos de baile anunciados para estos días y esperamos que los católicos de verdad se abstendrán de concurrir a semejantes diversiones. Invitamos a las autoridades que tienen que ver con la guardia y custodia de la moral pública en cinemas, radios y espectáculos públicos a que cumplan su deber, reprimiendo la inmoralidad no sólo en los recintos cerrados, sino también aquella otra que se exhibe en forma escandalosa en calles y plazas. Quiera el Señor que en medio de esta vorágine de males, se impongan la fe y la moral cristiana, el sentido de verdadera y auténtica cultura; los nobles sentimientos que dignifican la persona humana; el recuerdo de nuestras honrosas tradiciones; de los insignes ejemplos de virtud, mode- ración y honestidad que nos legaron nuestros santos, entre ellos, Rosa de Santa María, que debería ser el modelo siempre vivo, jamás olvidado, de la mujer peruana. 410 EMILIO BUSTAMANTE

Apelamos a los católicos de hecho y no de puro nombre para que sacudiendo el letargo que parece dominarlos en estos momentos apoyen toda cruzada que se haga para restablecer los fueros de la moral y revitalizar la vida cristiana. “Hora est iam vos de somno surgere” (Rom. 13, 14). Ya es hora de sacudir el sueño, diremos con San Pablo. Por esto mismo invitamos a los hijos fieles de la Iglesia a organizar actos de desagravio individuales y colectivos. Especialmente nos dirigimos a las comunidades religiosas, Acción Católica y Asociaciones piadosas. Advertimos también a los confesores que nieguen la absolución a las personas que asistan o tomen parte en el baile “mambo”. Haga cada uno cuanto está de su parte, compórtese como buen soldado de Cristo en esta campaña de bien social; y prepárense todos para celebrar con recogimiento y devoción la Semana Santa precursora de la gran fiesta de Pascua de Resurrección, o sea el gran triunfo de Cristo, verdadero y único Salvador de la humanidad. Léase esta Monición en todos los templos y oratorios públicos el domingo inmediato a su recepción. Dada en el Palacio Arzobispal de Lima, el día 13 del Año Jubilar de 1951. Juan Gualberto Cardenal Guevara, Arzobispo de Lima. Ignacio Arbulú, Canciller-Secretario. (La Crónica, edición de la mañana, 15 de marzo de 1951).

El efecto de la monición sobre los fieles no fue muy grande, al parecer. El periodista e historiador Juan Gargurevich recuerda con ironía: “Miles y miles pasarían al purgatorio a través del mambo. La disposición de la Iglesia criolla se convirtió en un reto para los peruanos. En las fiestas se colocaban los discos, sonaban las notas del mambo y todos se miraban para luego sumarse a la ola creciente de excomulgados que desafiaban el anatema” (Gargurevich 2000: 213). No obstante, la intemperancia de la Iglesia tuvo algunas víctimas; la más notoria de ellas fue la bailarina cubana Amalia Aguilar. A fines de marzo, un grupo de jóvenes de la Acción Católica enarbolando carteles y repartiendo volantes trataron de impedir el ingreso del público al cine Metropolitan, donde se presentaba la conocida artista. Según el diario Última Hora, los volantes decían: “Ten presente que el espectáculo al que vas a asistir está condenado por la Iglesia, por inmoral e indecente. Te exhortamos en nombre de nuestra tradicional fe de pueblo católico, para que no participes en él”. El público, según el mismo diario, ignoró el pia- doso llamado y “volteó la taquilla”, pero Amalia Aguilar no pudo bailar CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 411

mambo porque el Inspector de Espectáculos de la Municipalidad de La Victoria, amenazó con multarla con 10 mil soles si insistía en dar el espectáculo (Última Hora, 26 de marzo de 1951).

4.6.28 La visita de Ima Súmac Ima Súmac vino al Perú en abril de 1953 para realizar una serie de presentaciones; una de ellas tenía como motivo la inauguración de Radio La Crónica. Se había convertido en una figura mundial gracias a su portentosa voz. Residía en Estados Unidos con su esposo Moisés Vivanco, quien componía los temas que ella interpretaba. Fue anunciada como “la voz increíble” y “la voz más excitante de la tierra”. Arribó a Lima el sábado 4 de abril. El martes 8 hizo su primera actuación en el auditorio del edificio de Radio La Crónica en la avenida Tacna, que se inauguraba en esa fecha. Acudieron el jefe de Estado, Manuel Odría; el presidente del Senado, Julio de la Piedra; el presidente de la Cámara de Diputados, Juan Manuel Peña Prado; el presidente de la Corte Suprema, Luis Antonio Eguiguren; y el presidente del directorio de La Crónica, Manuel Cisneros Milla. Según los diarios, miles de personas se apostaron en la calle para escuchar a la diva por los parlantes colocados en la fachada del inmueble. Ima Súmac fue presentada por César Miró y estuvo acompañada por la Orquesta Sinfónica de Alexander Borisof. La transmisión se realizó en cadena por Radio La Crónica y Radio América. A las 22.00 horas, la cantante salió al balcón del segundo piso para saludar al público que seguía de pie en la avenida, y fue aclamada (La Crónica, 8 de abril de 1953). El 9 de abril Ima Súmac se presentó en el Teatro Municipal y el 10 lo hizo en el Grill Bolívar, exclusivamente para La Crónica. El sábado 11 dio un concierto en el Estadio Nacional, con animación de Juan Silva. Nuevamente entraron en cadena La Crónica y América, y el espectáculo se retransmitió además a provincias por un consorcio de emisoras (La Crónica, 12 de abril de 1953). Aunque, en general, llovieron elogios sobre Ima Súmac por estas presentaciones, el periodista de La Prensa José Velásquez Neyra se atrevió a comentar a fin de año que la cantante había “desnaturalizado la música que interpreta en aras de un mayor éxito comercial” (La Prensa, 31 de diciembre de 1953). El 6 de agosto de 1955, Pepe Ludmir transmitió en su programa Charlas de cine de Radio Panamericana una entrevista que había hecho días antes (el 28 de julio) a Ima Súmac y Moisés Vivanco. Aquel año se estrenó el filme La leyenda de los incas donde actuaba la diva al lado de Charlton Heston, 412 EMILIO BUSTAMANTE

Robert Young, Nicol Maurey y Thomas Mitchel. La revista Mezzanine comentó: “Como cosa curiosa anotamos que el español de Moisés Vivanco e Ima Súmac ha mejorado bastante desde su última presentación en el Bolívar, en que lo habían olvidado casi por completo, haciendo sus presen- taciones en una mezcla de castellano e inglés” (Mezzanine 24, 15 de agos- to de 1955).

4.6.29 Otros visitantes ilustres En enero de 1950, el cantante francés Charles Trenet se presentó en Ecos de Francia de Radio Nacional; meses después, el argentino Eduardo Farrell (José Luis Juliá) hizo una aplaudida temporada en Atalaya, mientras la bolerista chilena Linda Romay, la cantante italiana Franca Fenatti y las portuguesas Bonitonas (hermanas Meireles) alcanzaban el éxito en Radio América. En noviembre de ese año la estrella de cine y cantante argentina Rosita Quintana convocó a una multitud que la vitoreó en los estudios de Central, y en diciembre la Policía tuvo que sacar a su compatriota Alberto Castillo de esa emisora para evitar que sus admiradoras le arrancaran la ropa después de aclamarlo en auditorio lleno. El gran acontecimiento de 1951 fue la visita de Pérez Prado, ya relatada. Ese año vino también la actriz Joan Fontaine y Cantinflas tuvo un fugaz paso por Lima. El astro mexicano llegó en su avión privado el 8 de enero y partió el mismo día; dio una conferencia de prensa e hizo declaraciones a Radio Nacional donde recordó su visita de 1943. Los diarios no se pusieron de acuerdo sobre la actitud que asumió en su breve visita; Última Hora lo calificó de “sobrado” y El Comercio de “encantador” (1951, Semanario Peruano, 12 de febrero de 1951). En 1952, los cubanos de El Trío Martino actuaron en Radio América, que presentó además a Mario Gil, conocido como El Trovador de México, y al argentino Leo Marini. La rumbera cubana Amalia Aguilar repitió temporada en Lima, esta vez en Radio Libertad, para felicidad de sus seguidores. En agosto de aquel año arribó el actor norteamericano John Wayne presuntamente para participar en la película Sabotaje en la selva (donde actuó Pilar Pallete, más tarde esposa de Wayne), y fue entrevistado por Pedro Tello Cadenas, Raúl Varela y Alfonso Garatea para Radio San Cristóbal. El episodio daría lugar a varias bromas a costa de Tello Cadenas, quien era de altas calidades pero de baja estatura. Según el periodista Niko Cisneros, John Wayne hizo gala de su agudeza, que “se manifestó con la precisión de sus respuestas y le sirvió para vengarse de Pedro Tello Cadenas, que en repetidas veces manifestó que John era el actor a quien CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 413

habíamos visto de niños. El ex cowboy, en varias oportunidades señaló al pequeño Tello, diciéndole ‘niño’ y riéndose” (La Crónica, edición de la tarde, 9 de agosto de 1952). En 1953, Olga Guillot maravilló a los oyentes de El Sol; La Havana Cuban Boys, orquesta tropical dirigida por Armando Oréfiche, se lució en la misma emisora; y otro cubano, Wilfredo Fernández, se presentó en América, que acogió también al cantante y compositor argentino Mario Clavell. El mexicano Tin Tan (Germán Valdés) y su carnal Marcelo (Marcelo Chávez) hicieron reír a los limeños desde las ondas de San Cristóbal, y el cómico chileno Manolo González recibió elogios de la prensa por desarrollar un humor específicamente radiofónico (Radiocine 2, 18 de julio de 1953). Ese mismo año, la actriz y cantante española Raquel Rodrigo (protagonista de Carceleras, la primera película sonora del cine español) cumplió una temporada de dos meses también en San Cristóbal, emisora que quería ser grande y contrató en 1954 al panameño Tito Contreras, el Guarachero del Ritmo. En aquel año, los mexicanos Fernando Fernández y Miguel Aceves Mejía, y el chileno Lucho Gatica, fueron las atracciones de Radio El Sol, al tiempo que Bienvenido Granda (Los Bigotes que Cantan) causaba sensación en la venida a menos Radio Lima. Leo Marini regresó entonces para una nueva temporada, esta vez en La Crónica, dando lugar “a tumultuosos desbordes de entusiasmo” (La Crónica, 8 de agosto de 1954). En setiembre de 1954, otra estrella de Hollywood, Ava Gardner, arribó a Lima; “el animal más bello del mundo”, según machista frase del director John Huston, fue entrevistada por Pepe Ludmir en su programa Hora de estrellas. A fines de 1954 y comienzos de 1955 se presentó en América la compositora y cantante cubana Isolina Carrillo con su cuarteto vocal. En febrero de 1955, el folclorista argentino Ariel Ramírez ofreció un ciclo de audiciones en Nacional. El mismo mes el portorriqueño Bobby Capó (Félix Manuel Rodríguez) hizo una presentación en el Club de Tiro del Ministerio de Hacienda con motivo del carnaval, que retransmitió Radio San Cristóbal. En junio, Lucho Córdova y su esposa, Olvido Leguía, residentes en Chile, vinieron para una temporada en el Teatro Segura, que retransmitió Victoria. Durante aquel año volvieron Lucho Gatica, para actuar en Panamericana; Nelson Pinedo para presentarse en Radio Lima; y Bienvenido Granda, esta vez para La Crónica. Una nota de Radiovisión decía que Granda “a pesar de sus bigotes atrae mucho público; entre ellos los peluqueros japoneses, quienes sueñan con meterle tijera algún día” (Radiovisión 10, 20 de diciem- bre de 1955). El cubano Miguelito Valdés (Mr. Babalú) fue en agosto la atracción de El Sol; según la revista Mezzanine cantaba: “los ritmos que traducen los sufrimientos de los esclavos negros que llegaran a Cuba y los 414 EMILIO BUSTAMANTE

descendientes de éstos. Se acompaña de tambores y bongoces y se expre- sa musicalmente en la jerga lucumí de los compositores negros” (Mezzanine 23, 1 de agosto de 1955). El Sol presentó también ese año al dúo chileno Los Caporales, al cantante español Juan Legido (el Gitano Señorón), al tenor mexicano Nicolás Urcelay y a la cantante y actriz sevillana Antoñita Colomé, quien había sido estrella del cine español durante la República y trabajado en Hollywood para la Paramount. San Cristóbal, por su parte, se anotó un triunfo con la presentación de Celia Cruz en noviembre. Victoria buscó aumentar su audiencia con la española Lola Flores en diciembre. En mayo de 1956 vino el cómico argentino Pepe Iglesias, conocido como el Zorro, sumamente apreciado en nuestro medio. Cumplió una temporada en El Sol, auspiciado por Pilsen Callao. Ese año, La Crónica trajo a la argentina Elder Barber (Elda Perla Barbero), la promocionó como la Estrella de la Juventud y organizó un club de fans en torno a ella. Con menos publicidad, la joven ecuatoriana Fresia Saavedra (tiempo después conocida como la Señora del Pasillo) desplegó su arte en Victoria. También en la emisora de Cavero destacaron las Hemanas Fleta (Elia y Paloma), hijas del tenor español Miguel Fleta, que cantaban boleros y chachachás. Los Indios Tabajaras, legendario dúo de guitarristas brasileños integrado por los hermanos Mussapere y Herundy (o Antenor y Natalicio Moreyra Lima), que interpretaban música instrumental americana y europea ataviados con trajes típicos, actuaron en El Sol, auspiciados por Esso. El Sol festejó en julio de 1956 su sexto aniversario con actuaciones de Andy Russell, Chicho Gordillo y el boliviano Raúl Shaw Moreno. En octubre, con el patrocinio de Pilsen, se presentó en la misma emisora el comediante uruguayo Verdaguer, y en noviembre causó conmoción la actriz y cantante mexicana Evangelina Elizondo. Contratada por Muebles Fimac S.A. para audiciones en El Sol, Elizondo, llamada entonces la Zorrita Plateada, brindó una conferencia de prensa y sesión de fotos, vistiendo ajustados pantalones cortos, en los salones de exhibición de la mueblería (esquina de Wilson y Camaná en el centro de Lima), siendo admirada por los transeúntes a través de las amplias vitrinas. Según la revista Radiovisión: “Fue necesaria la intervención policial a fin de impedir que el público ingresara a los salones Fimac y [se] acercase más aún a su estrella favorita” (Radiovisión 22, diciembre de 1956). En noviembre de 1956, la cubana Xiomara Alfaro triunfó en El Sol.

4.6.30 Balances anuales Diarios y revistas solían hacer balances anuales con rankings de los mejo- res programas y artistas, en cuya elaboración participaba en ocasiones el público mediante sus votos. La Acirate, por su parte, creó los premios Inka CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 415

para galardonar a quienes consideraba los más destacados del año. Aunque no faltaron suspicacias sobre la metodología de las encuestas, y objeciones al criterio de los analistas, esos listados y distinciones servían como termó- metros de popularidad. A fines de 1951, el periodista Alberto Martínez, de La Prensa, presentaba su ranking. Como mejor intérprete consideraba a Jesús Vásquez, que seguía siendo el “más meritorio caso de personalidad”. Otorgaba una mención honrosa a Teresita Bergamino, “cuyas interpretaciones tienen el mérito de no poseer influencias extrañas”, pero “necesita estudiar” y “urgentemente, una administración más inteligente”. Entre los libretistas citaba a Pedrín Chispa como “escritor cómico sin comparación” y a Alfonso Tealdo, por “su experiencia en las letras y su talento”. Entre los actores de radioteatro, ubicaba en los primeros lugares a Elvira Travesí, “dúctil y menos propensa a la monotonía”, y a Luis Álvarez, “el más eficiente”, “no es un galán de simpatía sino un actor evidente”. En cuanto a programas con grabaciones mencionaba a La hora de la melodía de Peláez Rioja, “el único productor de nuestro medio que usa el cronómetro y ensaya sus programas”. La mejor orquesta era, en su opinión, la de Vicente Bianchi. El mejor locutor deportivo: Martínez Morosini. La mejor audición deportiva: Pregón deportivo. El mejor hípico: Augusto Ferrando. La mejor audición de cine: el programa de Pepe Ludmir. El mejor radioperiódico: Antena, de Tealdo. El mejor locutor de cabina: Gustavo Indacochea (La Prensa, 31 de diciembre de 1951). De acuerdo con la votación de los lectores de La Prensa, los “campeones de la radio” de 1951, eran los siguientes: Actores cómicos: Pantuflas (711), Teresita Arce (687); actores dramáticos: Guillermo Lecca (579), Luis Álvarez (574); Elvira Tizón (703), Elvira Travesí (597), Marcela Giufra (519). Locutores: Gustavo Indacochea (538). Orquestas: Vicente Bianchi (893), Rodolfo Coltrinari (575). Escritor cómico: Pedrín Chispa. Programas de variedades: La caravana de Mr. Buck; de grabación: La hora de la melodía. Canción criolla: Hilda (736), Zenobia (728). Intérpretes solistas: Roberto Tello (809), Alicia Lizárraga (675), Teresita Bergamino (662). Conjuntos criollos: Los Embajadores Criollos (842), Los Morochucos (813) (La Prensa, 29 de diciembre de 1951). El año 1953 no tuvo mayores atractivos para el periodista José Velásquez Neyra de La Prensa, pero destacó la aparición del cómico Pachitea, la recuperación de posiciones de la música criolla (con Los Embajadores Criollos a la cabeza) y el éxito de la visita de Ima Súmac, aunque criticó a la cantante haber “desnaturalizado” la música que inter- pretaba con fines comerciales, como ya se ha mencionado (La Prensa, 31 de diciembre de 1953). 416 EMILIO BUSTAMANTE

El 31 de agosto de 1955, los cronistas del espectáculo afiliados a Acirate entregaron los premios Inka correspondientes a 1954. La ceremo- nia se realizó en la boite Embassy y Pepe Ludmir fue el maestro de cere- monias. El Inka al mejor narrador de noticias fue para Eduardo Navarro de El Reporter Esso, David Odría de La Crónica obtuvo el pemio a mejor animador. José Argüelles fue distinguido como el mejor locutor, Pedrín Chispa como el mejor libretista por Los dibujos animados de la radio (considerado, además, el mejor programa). Fetiche (de Radio América) recibió un premio “a su extraordinaria superación”, Abraham Rubel fue reconocido como el mejor productor por Loquibambia y Escuelita noc- turna. La mejor orquesta fue la de Carlos Pickling; Billy Williers el mejor cantante nacional (actuaba en la orquesta de Freddy Roland); Los Dávalos el mejor conjunto criollo (se impusieron a Los Troveros Criollos y al con- junto de Luis Abanto Morales). Roberto Cruzalegui recibió de manos de Elvira Travesí un premio extraordinario por sus años de labor en la radio. Mejor emisora fue elegida Radio América (Mezzanine 26, 15 de setiembre de 1955). Los Inka de 1955 se entregaron el 12 de agosto de 1956 una vez más en el Embassy. El espectáculo contó con las actuaciones de Andy Russell, Chicho Gordillo, Raúl Shaw Moreno y Los Peregrinos, Los Chamas, Juan Carlos Correa, Los Indios Tabajaras y Los Vallenatos. El maestro de ceremonias fue nuevamente Pepe Ludmir. Pizarro Cerrón se alzó con el premio al mejor montadiscos; Radio El Sol (que cumplía años ese mes) fue considerada la mejor emisora; Eddy Martínez, el mejor cancionista; y la mejor orquesta fue la de Freddy Roland (Mezzanine 43, 15 de agosto de 1956). En diciembre de 1956, la revista Radiovisión hizo un “cuadro de honor” de ese año. Consideraba como la mejor emisora a Radio El Sol, como el hit del año a la presentación del Zorro Iglesias y como “el programa más interesante” a Helene Curtis pregunta por los 64.000 soles. Destacaba a Sofocleto (Luis Felipe Angell) y Pantuflas (Carlos Oneto) por Ceferino el Adivino; al locutor políglota Francisco Pardo de Zela de Radio Nacional; al animador Pablo de Madalengoitia por Helene Curtis pregunta por 64.000 soles; a Augusto Ferrando de Radio América como el mejor locutor hípico; a Humberto Martínez Morosini de Radio Central como el mejor locutor deportivo; al comentarista de noticias Benjamín Núñez Bravo, de Radio Panamericana; a Roberto Cruzalegui por su programa Música y sucesos del ayer; a Jorge Álvarez, de la compañía Mc Cann Ericsson, por el jingle de Ron Pomalca, “el mejor de todos los tiempos”; y al músico Carlos Pickling, de Radio América. Elogiaba a Los grandes conciertos de Radio Nacional, y CAPÍTULO 2. LA EDAD DE ORO (1937-1956) 417

resaltaba que el arpista Florencio Coronado, “tras una ausencia prolongada dejó escuchar sus magníficas interpretaciones por las ondas de Radio La Crónica, Radio América y Radio Nacional”. Entre los visitantes distinguía a las Hermanas Fleta (Radio Victoria) y Los Indios Tabajaras (Radio El Sol) (Radiovisión 22, diciembre de 1956).

1937-1956 Los directivos y la política

Miguel Mc Nulty. Primer di- rector de Radio Nacional. 1938. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Edificio de Radio Nacional del Perú, emisora inaugurada en 1937. Archivo Peruano de Ima- gen y Sonido (Archi), revista Alta Voz. Acta de constitución de la Peruvian Broadcasting Company.

José Bolívar y Jorge Carcovich compraron Radio Grellaud en 1937, y la convirtieron al año siguiente en Radio Lima. En 1942 crearon Radio América y fundaron la Compañía Peruana de Radiodifusión S. A., que dio origen a la primera gran cadena de emisoras privadas. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). José Eduardo Cavero en 1955. Dueño de Radio Victoria y Cadena Nacional S. A., era conocido como “El zar de la radio”. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Manuel Odría se dirige al país por radio como candidato único a la Presidencia de la República en 1950. La Crónica. Locutores y conductores

Julio Garazatúa, el primero en hacer Fernando Farrés, locutor y actor de larga una entrevista desde un avión. Locutor trayectoria. Debutó en 1940. de Reporter Esso, 1946. Revista Fanal. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Pepe Ludmir revolucionó la información Arturo Pomar en 1956, cuando traba- cinematográfica. Ingresó a El Sol en jaba en El Sol. Archivo Peruano de Imagen 1950. Archivo Peruano de Imagen y Sonido y Sonido (Archi). (Archi). Guillermo Lecca Iturbe. Locutor, ac- tor y cantante lírico. En 1948, su voz fue una de las más queridas y apre- ciadas de la radio peruana. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Gustavo Montoya, pionero de las transmisiones automovilísticas en 1939. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Música andina

Estanislao (Tany) Medina, intérprete de Adiós pueblo de Ayacucho, y su conjunto, en 1940. Ar- chivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Luis Pizarro Cerrón, creador del célebre pro- grama El Sol en los An- des en 1953. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Ima Súmac poco tiempo después de su debut. Mayo de 1941. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Música criolla

Apoteósica presentación de Jesús Vásquez en Radio Libertad. 11 de febrero de 1947. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Graciela y Noemí Polo antes de ser Las Limeñitas. Octubre de 1941. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Rosa Ascoy, La Limeñita, con- siderada como la primera estrel- la de la canción criolla, debutó en Goicochea en 1935. Archivo Peruano de Imagen y Soni- do (Archi).

Cantante Alicia Lizárraga. Miss Radio 1941. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Música internacional

Cantante y actriz Lucy Smith en 1941. Su muerte en 1950 conmocionó Lima. Archivo Peruano de Imagen y Sonido. (Archi).

La Orquesta Coltrinari en 1940. Animaba las noches de La Cabaña y era escuchada en Central. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Radioteatro

Conjunto de Ricardo Carenzo, uno de los primeros elencos de radioteatro. Radio Lima, 1940. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Conjunto Travesí en 1939. Al centro, arriba: Fernando Travesí. Abajo: sus hijas Gloria, Elvira y Angelita. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Carmen Moreno condujo un cuadro radioteatral en Central, antes de emigrar, en 1946. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Enrique Victoria en 1947, elogiado por la revista Radioteatro. Debutó en Mundial en 1942. Pocos años después se convirtió en uno de los mejores actores nacionales. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Elvira Tizón, noviembre de 1939. Posteriormente dirigió un cuadro radioteatral en Radio Nacional. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Queca Herrero. Escritora, actriz y directora de radioteatro. Nacida en Argentina, vino al Perú en 1942 con su esposo Alberto Pil- lado Matheu. Trabajó en varias emisoras limeñas. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Ar- chi).

Jóvenes Mario Rivera y Lucía Irurita en 1956. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Actriz y locutora Violeta Bourget en 1947. Tenía legiones de admiradores. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Ruth Revoredo, actriz y locutora, octubre de 1948. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Programas humorísticos

Paco Andreu como el mu- ñeco parlante y Nelson Ar- runátegui como Don Ismael. Radio Central, julio de 1948. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Los dibujos animados de la radio. Radio El Sol, 1955. Al centro, sentado, Pedrín Chispa; a la derecha: Linda Guzmán y Carlos Oneto. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Teresita Arce, La Chola Purificación Chauca, en 1947. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Programas infantiles

Lucerito del Valle en 1948. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Maruja Venegas, creadora de Radio Club Infantil. 1948. Archivo Peruano de Imagen y Soni- do (Archi). Blanca Varela en El momento infantil. Radio Nacional, 1938. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Visitantes

Gabriela Mistral en Radio Nacional, 1938. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

El Zorro Iglesias en El Sol, 1956. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). La monición pastoral contra el mambo, provocada por la visita de Pérez Prado. Marzo de 1951. La Crónica.

Capítulo 3 Nuevas olas (1956-1980)

1. Convivencia y transición

A la humilde quincha reemplazó el ladrillo [...] las criollas fiestas en el vecindario tapa la antena de un gran televisor César y Victoria Santa Cruz. Del callejón a la quinta (vals)

1.1 Radio y política de 1956 a 1962

1.1.1 La radio y el proceso electoral de 1956 Al acercarse las elecciones de 1956, la fundación del Partido Restaurador fue un indicativo de la intención de Odría de mantenerse en el poder; pero la oligarquía agroexportadora se oponía a su continuidad, pues tenía dis- crepancias con el régimen especialmente en torno al elevado gasto públi- co. Conformó entonces la opositora Coalición Nacional, que reclamó la derogatoria de la Ley de Seguridad Interior de la República, la reforma del estatuto electoral y la amnistía general, lo que significaba abrir un espacio para la reincorporación del Apra a la vida democrática. A pesar de que el Apra había sufrido la más fuerte represión de su historia bajo el gobierno de Odría, seguía siendo una fuerza política importantísima, que no se podía ignorar en ninguna elección. Tras incidentes en Arequipa, la Coalición logró la destitución del ministro de Gobierno, Alejandro Esparza Zañartu, y Odría se vio obligado a gestionar una reunión de las llamadas “fuerzas vivas” del país para conseguir una candidatura única que aglutinara

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a la derecha, tanto al Partido Restaurador como a la Coalición y al sector financiero, industrial e inmobiliario que representaba Manuel Prado. Terminada la reunión, que tuvo lugar en el convento de Santo Domingo, no se llegó, sin embargo, a ningún acuerdo por la insistencia de los pradistas de que fuera su líder el candidato presidencial. Las diferencias se agudizaron luego ante el presunto apoyo de la Coalición Nacional a la insurrección de Iquitos (López 2005: 131-132). En efecto, el 16 de febrero la guarnición de Iquitos, al mando del general Marcial Merino, se levantó contra Odría. El gobierno dispuso la suspensión de las garantías constitucionales y la detención de los líderes de oposición, en particular de los miembros de la Coalición. En un operativo sin precedentes, las fuerzas del orden allanaron el exclusivo Club Nacional en busca de ellos. También fueron apresados periodistas del diario La Prensa (vocero oficioso de la Coalición) y su director, Pedro Beltrán, a quienes se envió a la isla penal de El Frontón. Debelado el movimiento de Iquitos, las garantías fueron restablecidas y los detenidos liberados. El gobierno, sin embargo, no salió fortalecido y el Partido Restaurador no lanzó abiertamente un candidato oficial. Se presentaron tres candidaturas fuertes a la presidencia de la República: la de Hernando de Lavalle por Unificación Nacional; la de Manuel Prado, del Movimiento Democrático Pradista (MDP); y la de Fernando Belaunde, respaldada por el Frente de Juventudes Democráticas. Hernando de Lavalle, un abogado oligarca, obtuvo inicialmente el apoyo de la derechista Coalición Nacional, la ultraderechista Unión Revolucionaria, la Democracia Cristiana y el Apra, que decidió respaldarlo a cambio de la legalización del partido. Inscribió su candidatura el 2 de mayo de 1956 (López 2005: 160). Al día siguiente de su inscripción recibió el apoyo del Partido Restaurador de Odría, lo que ocasionó el retiro de la Democracia Cristiana de la alianza y del candidato a segundo vicepresidente, Honorio Delgado. El 5 de mayo, Lavalle fue entrevistado por Radio Central y Radio Panamericana, el 6 de mayo fue escuchado por la cadena formada por Radio Victoria, Radio Selecta, Radio del Pueblo, y las emisoras de provincias de José Eduardo Cavero. En todas estas audiciones, Lavalle supo mantener su optimismo pese a las deserciones sufridas (La Prensa, 5 de mayo de 1956; La Prensa, 6 de mayo de 1956). El 12 de mayo, Unificación Nacional realizó un exitoso mitin que fue muy promocionado por la radio y la prensa escrita. Al parecer, sin embargo, no fue retransmitido. Lavalle habló durante 55 minutos, los asistentes cantaron la marinera Lavalle es el hombre, y en el estrado estuvieron, entre otras personas, Luis A. Flores de la UR y Ramiro Prialé del Apra (La Prensa, 13 de mayo de 1956). CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 443

El 15 de mayo el gobierno anunció una postergación de las elecciones, fijando como nueva fecha de los comicios el 17 de junio. La medida, por un lado, favoreció a Lavalle, quien pudo reemplazar al renunciante Honorio Delgado por Ernesto Delgado Gutiérrez (de la UR); pero, por otro, dio tiempo para que se descompusiera su precaria alianza (López 2005: 173). La conformación predominantemente oficialista de las listas parlamentarias de Unificación Nacional generó el retiro del apoyo del Apra, así como el alejamiento de líderes de la Coalición. El Apra miraría entonces hacia Prado. El jueves 7 de junio, ya con la Unificación Nacional desmoronándose, Lavalle dio un mensaje de veinte minutos “vía numerosas radios de Lima”, según El Comercio, y “por casi todas las emisoras comerciales del país”, según La Prensa. Rechazó enérgicamente la versión de que su candidatura fuera oficialista. “No puede ser oficialista —dijo— el candidato que ha procurado y conseguido modificar la acción del Gobierno respecto a los partidos y personas que han combatido al Régimen” (El Comercio, 8 de junio de 1956). Sin embargo, aclaró que su candidatura tampoco era opositora, en el sentido de que no era “negativista ni demagógica”. Prometió que en su gobierno nadie sería excluido, y que habría amnistía política y estatuto de partidos. Añadió que quería darle al pueblo el “espectáculo” de una “contienda de ideas” (La Prensa, 8 de junio de 1956). Otros candidatos de la Unificación Nacional también emplearon la radio: José Quesada y Juan Vicente Nicolini, candidatos a parlamentarios hicieron uso de los micrófonos de El Sol el 14 de junio. El periodista Juan Malmborg Ratto disertó sobre “Lavalle y la cultura” en Radio del Pueblo de Leonidas Yerovi el lunes 11 de junio como parte de un ciclo de charlas de apoyo a la candidatura de Unificación Nacional. Yerovi era candidato a diputado, pero no por el movimiento de Lavalle sino por la Lista Popular Independiente, que no patrocinaba candidato presidencial alguno (La Prensa, 10 de junio de 1956). Lavalle volvió a dirigirse al país por radio el viernes 15 de junio a las 21.00 horas, esta vez en un discurso de cierre de campaña. En el aviso del discurso publicado en los diarios prometió un Perú sin privilegios ni odios, descentralización, elecciones municipales sin ciudadanos excluidos, amnistía política, independencia del Poder Judicial, derogatoria de la Ley de Excepción, libertad sindical y autonomía universitaria. Su lema era: “Ni repetición, ni improvisación”, aludiendo a Prado y Belaunde, respectivamente (El Comercio, 15 de junio de 1956; La Prensa, 15 de junio de 1956). Prado llegó a Lima el 18 de abril procedente de Estados Unidos; antes había residido en París. Encabezó una manifestación el 21 de abril, y tuvo, 444 EMILIO BUSTAMANTE

como era de esperar, a Radio La Crónica como importante medio de campaña. Sin duda, tomando en cuenta que por primera vez votarían las mujeres (el año anterior el gobierno de Odría había decretado el sufragio femenino), se presentaron en La Crónica sucesivas emisiones de charlas brindadas por damas que hacían campaña a favor de Prado; así, Consuelo Urmeneta de Gamboa hizo algunas “Consideraciones relacionadas con la vida política de la mujer” el miércoles 23 de mayo, Luisa Aramburú de Watson disertó sobre “La política, mi hogar y yo” el miércoles 30 de mayo, y Amelia Palacios de Durand explicó “Por qué soy pradista” el viernes 1 de junio. El 8 de junio, se acuerda el Pacto de Convivencia entre Prado y el Apra o Pacto de Monterrico. El Apra respaldaría finalmente a Prado a cambio de amnistía política y representación en las listas parlamentarias del MDP. El 14 de junio se realizó el mitin de cierre de campaña de Prado en la Plaza San Martín. El conocido hombre de radio Pedro Tello Cadenas, vinculado al Apra, se desempeñó como animador. Hablaron José Gálvez y Ramiro Prialé. La Prensa consideró que fue una manifestación aprista (La Prensa, 15 de junio de 1956). El 15 de junio, a las 22.15 horas, Prado habló por La Crónica en cadena con El Sol, América, Panamericana, Restauración, Reloj, Sport, Libertad, Central, San Cristóbal, Lima, Callao, Miraflores, Atalaya, Excelsior, Selecta, Del Pueblo. En provincias emitieron su discurso: Libertad (Trujillo), Trujillo, Progreso (Piura), San Miguel (Piura), Piura, Independencia (Ica), Ica, Loreto, Continental, Landa, Arequipa, Chiclayo, Delcar, Cajamarca, Huánuco, Huancayo, Junín, Corporación (Cerro de Pasco), Tacna, Huaraz, Tahuantinsuyo (Cusco) y Cusco. Además, se le escuchó por radio mediante redes de altoparlantes en Trujillo, Huánuco, Ica y Cajamarca y Piura (La Prensa, 15 de junio de 1956). El carismático arquitecto Fernando Belaunde Terry, hijo del expremier Rafael Belaunde, había sido diputado por Lima durante el gobierno de Bustamante y Rivero. Representaba a las fuerzas de centroizquierda de la clase media. No contaba con las simpatías de la derecha pero tampoco con las de la dirigencia aprista que consideraba que le disputaba su base social con planteamientos similares a los suyos. Era respaldado por el Frente de Juventudes Democráticas e incluía en sus listas parlamentarias a representantes del Movimiento Social Progresista. Belaunde resultó el más favorecido por la postergación de las elecciones, pues la prórroga le permitió recabar las firmas que necesitaba para inscribir su candidatura y seguir recorriendo el país en una campaña pueblo por pueblo que empezaba a rendirle frutos. Una vez presentadas las firmas, el Jurado CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 445

Nacional de Elecciones se demoró en reconocer su validez, y Belaunde en respuesta a ello encabezó una marcha el 1 de junio de 1956 para exigir su inscripción. Cerca de la iglesia de La Merced, en el centro de Lima, los manifestantes fueron reprimidos con chorros de agua lanzados por vehícu- los rompemanifestaciones (que el pueblo había bautizado con el nombre de “Rochabús” aludiendo al exministro de Gobierno Temístocles Rocha, quien los había importado), y Belaunde fue levemente herido. El episodio (conocido más tarde como “El Ultimátum de La Merced” o “El Manguerazo”) aumentó la popularidad del arquitecto, cuya candidatura fue finalmente inscrita. Belaunde contó con un programa diario en Panamericana que se llamaba Adelante: Belaunde a la presidencia, y se emitía a las 14.30 y a las 18.00 horas. Además, en Central el Comité Femenino de su candidatura tenía un espacio los días martes y viernes a las 18.30 horas (La Prensa, 3 de junio de 1956). La manifestación de Belaunde en la Plaza San Martín tuvo lugar el 8 de junio y fue considerada por la prensa la más grande de las que se habían realizado en el país después de la del 20 de mayo de 1945. Hablaron, además del candidato presidencial, Edgardo Seoane a nombre de las provincias, y Juan Miranda por la Unión de Trabajadores Democráticos. El domingo 10 de junio, Matilde Pérez Palacio, postulante belaundista a una diputación por Lima, se refirió a “La responsabilidad de la mujer peruana como ciudadana” en Radio Central. El viernes 15 de junio a las 21.30 horas, Belaunde se dirigió a los electores por Radio Panamericana, Radio Central, Radio Libertad, Radio Miraflores, Radio Libertad de Trujillo, Radio Landa, Radio Cusco, Radio Huancayo y Radio Corporación de Cerro de Pasco (La Prensa, 15 de junio de 1956). El día de las elecciones fueron varias las emisoras que se esmeraron en brindar información a sus oyentes. Según La Crónica destacaron El Sol y Lima, con unidades móviles que operaron hasta la una de la mañana. El Sol coordinó sus labores informativas con El Comercio, emitiendo boletines informativos de los escrutinios en mesa. San Cristóbal transmitió resultados desde el local del Jurado Nacional de Elecciones, América y Central no tuvieron la misma cobertura y transmitieron resultados extraoficiales sin cifras, Nacional no dio resultados y Reloj solo los dio parcialmente (La Crónica, tercera edición, 18 de junio de 1956; El Comercio, 18 de junio de 1956). Los días que siguieron a la fecha de elecciones fueron bastante agitados. El 20 de junio apareció en los diarios un comunicado del comando de la candidatura de Belaunde en el que se acusaba al vespertino La Crónica y a la radio del mismo nombre de realizar una campaña “con el propósito de 446 EMILIO BUSTAMANTE

extraviar el criterio público sobre los escrutinios y con la intención de crear un clima de intranquilidad y agitación”. El texto señalaba, además, que simpatizantes de Prado habían atacado a partidarios de Belaunde con “cachiporras y garrotes” en el Jirón de la Unión el día anterior (La Prensa, 20 de junio de 1956). El 28 de junio, el Frente de Juventudes Democráticas emitió otro comunicado, firmado por su presidente Manuel Velarde Aspíllaga, en el que se volvía a acusar a Radio La Crónica (junto a los diarios La Nación y La Crónica) de pretender alterar el proceso electoral mediante imputaciones a los seguidores de Belaunde de cometer desmanes (La Prensa, 29 de junio de 1956). Al día siguiente el mismo Belaunde, en una conferencia de prensa, reiteró la queja contra la emisora y los dos diarios, que en “sospechosa coordinación” habían tratado de inculpar a miembros de su movimiento de provocar disturbios. Protestaba, además, por la detención de dirigentes y afiliados del Frente de Juventudes y del Movimiento Social Progresista, que eran las columnas de su candidatura, lo que la había dejado sin personeros ante los jurados departamentales (La Prensa, 29 de junio de 1956). El sábado 7 de julio, Belaunde dirigió un mensaje de dieciocho minutos al país desde Radio Libertad, en cadena con otras emisoras, donde criticó la forma como se había desarrollado el proceso electoral y anunció la conformación de un nuevo partido político (que sería Acción Popular). La Crónica comentó al día siguiente: “En este mensaje, el señor Belaunde, con un criterio muy personal y parcializado, intentó justificar su derrota, tratando así de empañar los intachables comicios del 17 de junio último de los que está orgullosa y satisfecha la ciudadanía” (La Crónica, 8 de julio de 1956). Finalmente, los resultados oficiales de las elecciones dieron como ganador a Prado con el 45,48 por ciento; Belaunde quedó segundo con un alto 36,69 por ciento; y Lavalle solo alcanzó 17,83 por ciento (López 2005: 177). Prado fue proclamado vencedor por el JNE el 13 de julio, y ese mismo día pronunció un discurso desde su casa a las 21.20 horas, que salió al aire por Sport, Victoria, Libertad, Panamericana, El Sol, Central, América, San Cristóbal, Lima, Excelsior, Atalaya y La Crónica (La Prensa, 14 de julio de 1956). El general Odría, quien había sufrido un accidente, dio su último mensaje al país como gobernante el 27 de julio, desde su lecho de enfermo. Fue transmitido por todas las emisoras de 21.00 a 21.31 horas. Dijo que su gobierno había emergido del “aflictivo” cuadro anterior a octubre de 1948, y que la Junta había desarrollado y rehabilitado económica y financieramente el país, garantizando su tranquilidad. Afirmó haber contado con la coo pe- CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 447

ración del pueblo que votó por él en 1950, y objetó la “antipatriótica” acti- tud de un sector político “movido por el rencor personal y otras pasiones inconfesables” que había “abusado de la libertad de imprenta a la que ha dado el carácter de libertinaje”. Culminaba declarando que había hecho por el país “todo el bien que he sido capaz de realizar, entregándome por com- pleto a la tarea de gobernar”, y lamentaba que por su “infortunado” acci- den te no pudiera entregar la insignia de mando al nuevo Jefe de Estado (La Prensa, 28 de julio de 1956).

1.1.2 El debate político por radio durante el segundo gobierno de Prado La transmisión de mando se emitió por Radio Nacional. José Gálvez le puso la banda presidencial a Prado. Como estaba previsto, no asistió Odría. La radio fue un medio por el cual se enfrentaron el gobierno y la oposición; pronto se le unió la televisión. Al comenzar 1957 Prado dirigió, desde su despacho, un discurso de Año Nuevo propalado por Radio Nacional. Aseguró que se habían resuelto los problemas fiscales que le dejó el régimen anterior y que se mantendría el valor de la moneda sin controles de ninguna clase (La Prensa, 2 de enero de 1957). También dieron mensajes de Año Nuevo: Manuel Cisneros Sánchez, Belaunde, Pedro Roselló y Ramiro Prialé, todos ellos a través de Radio San Cristóbal (La Prensa, 1 de enero de 1957). El mensaje de Prado tuvo respuesta de Belaunde el 11 de enero por la cadena de Radio Victoria. Belaunde acusó a Prado de incumplir sus promesas electorales. Calificó de inflacionista el presupuesto de 1957; condenó las emisiones inorgánicas para cubrir adelantos del tesoro, fuera de los límites fijados por la ley; sostuvo que no había habido renovación de la política fiscal y que si el anterior gobierno había dejado una enorme inflación, el actual le seguía los pasos. Llamó a la presunta alianza de pra- distas, apristas y odriistas “triple sustento heterogéneo y precario”, sostuvo que era la causa de la “infecundidad” del gobierno, y la describió como la “unión de un poderoso imperio económico y familiar con perseguidos y perseguidores”. Expresó su sorpresa (aludiendo al Apra) “de que los diri- gentes de una agrupación de izquierda, que surgió para luchar contra los intereses económicos, haya terminado siendo factor decisivo en la entrega del poder político al sector más poderoso de ellos, poniéndose a las órde- nes de dos gobernantes que ayer nomás fueron sus encarnizados enemigos y que combatieron acremente”. Para Belaunde, esa alianza había restado al gobierno libertad de acción y mermado su autoridad moral, pues “la fide- 448 EMILIO BUSTAMANTE

lidad a los pactos ocultos” parecía ser la única preocupación de Prado y no el cumplimiento de las promesas hechas a la ciudadanía. Decía que el régimen no podía exhibirse como abanderado de revolución alguna, pues habían “vuelto al poder los hombres que ya pasaron por él, sin haber saca- do al país de su atraso, sin haber dejado labor social digna de recordarse, sin haber dado término a obras que empezaron y que constituyen, once años después, caminos que no han llegado a su destino o centrales que no han generado una chispa”. Acusó al gobierno de bloquear las iniciativas de Acción Popular y de no presentar alternativas propias, y lamentó que el Parlamento estuviera a punto de entrar en receso sin haber discutido medi- das importantes. Aseguró no creer en “el iracundo odio de clases” ni en la arbitrariedad y la violencia; pero advirtió que se estaba creando “un clima de franco repudio ciudadano”, del que hacía responsable al gobierno y sus aliados. Pese a ello, culminaba: “Tengo plena confianza en el pueblo peruano, y digo: ¡Adelante!” (La Prensa, 12 de enero de 1957). Como señala Peter Klarén, “Prado tuvo problemas en la primera mitad de su gobierno debido a los efectos de la recesión internacional” (2004: 375). Estados Unidos elevó los aranceles a los minerales y comenzó a libe- rar su excedente de algodón en el mercado mundial, lo que afectó a las principales exportaciones peruanas. Según Klarén, la aguda crisis económi- ca, “plasmada en una balanza de pagos cada vez más desfavorable y en el incremento de la fuga de capitales”, obligó a Prado a nombrar en julio de 1959 como primer ministro y ministro de Hacienda a uno de sus principa- les opositores de derecha: Pedro Beltrán, agroexportador y propietario del diario La Prensa (Klarén 2004: 376). Beltrán empleó la radio y la televisión para dirigirse al país antes que al Congreso en una célebre intervención el 22 de julio de aquel año, en la que anunció drásticas medidas económicas, entre ellas el alza del precio de la gasolina. Como lo haría otro ministro peruano décadas más tarde, Beltrán culminó su alocución invocando la ayuda de la Providencia. Según Pedro Planas ese mensaje inició la era de la videopolítica en el Perú (Planas 2001: 90). Las medidas liberales tomadas por Beltrán para estabilizar la economía fueron cuestionadas por la oposición. El 26 de agosto de 1959, el diputado y secretario general de la Democracia Cristiana, Héctor Cornejo Chávez, habló por Radio El Sol y Canal 9 de televisión para refutar al ministro y responder a La Prensa y Última Hora que, según él, venían tergiversando los planteamientos de su partido (El Comercio, 27 de agosto de 1959). Días antes Cornejo se había enfrentado a Beltrán en el Congreso, y puesto “en jaque las vigas maestras del programa del premier” (Planas 2001: 93). En CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 449

diciembre de ese año Beltrán explicó las razones de nuevas medidas económicas asumidas a través de Radio América y los tres canales de tele- visión existentes entonces (4, 7 y 13), obteniendo, según el vespertino Últi- ma Hora, “sintonía total” (Última Hora, 16 de diciembre de 1959). En marzo y mayo de 1960, el ministro volvió a emplear los medios para hablar sobre los bonos del tesoro y hacer un balance autocrítico de su gestión, respectivamente. En abril de 1961 otra vez recurrió a la radio y la televisión para exponer sus planes de reforma agraria y vivienda (Planas 2001: 105).

1.2 Nuevas reglas y actores

1.2.1 El reglamento de 1957 Una de las primeras medidas del régimen de Prado fue liberar a las emisoras privadas de la transmisión del informativo estatal de las 22.00 horas. La Federadio de José Eduardo Cavero, en nota enviada a la Dirección de Informaciones del Perú, elogió la decisión, pues la obligatoriedad de propalar ese noticiero estaba “en completo desacuerdo al clima de libertad y superación en que se desenvuelve la radiodifusión americana” (La Prensa, 3 de agosto de 1956). Cavero, uno de los primeros broadcasters que había expresado su deseo de gestionar un canal de televisión, empe- zaba así a acercarse amistosamente al gobierno. En octubre de 1956 el régimen expidió una resolución suprema que creaba una comisión encargada de elaborar un reglamento de radio y televisión. La integraban Carlos A. Tudela, subdirector general de Telecomu- nicaciones de la Dirección General de Correos y Telecomunicaciones; Jorge Vargas Escalante, jefe del Departamento Técnico de Radio Nacional; Genaro Delgado Brandt (Anrap), José Eduardo Cavero (Federadio), Carlos Vinatea (Radio Club Peruano), capitán Víctor Inga Hoyos (División de Comunicaciones del Ministerio de Guerra), Enrique Ureña (División de Comunicaciones del Ministerio de Marina), comandante FAP Gustavo Raussen (División de Comunicaciones del Ministerio de Aeronáutica), capi tán de fragata Miguel Flores (asesor técnico) y Guillermo Tantaleán (director de Gobierno). El presidente de la comisión era Tudela, y la secretaría recaía en Vargas Escalante (La Prensa, 31 de octubre de 1956). El gobierno promulgó el Reglamento General de Telecomunicaciones el 12 de enero de 1957. El texto (publicado en El Peruano, 2 y 6 de febrero de 1957) ratificaba la soberanía del Estado sobre las emisiones que se produjeran dentro del territorio nacional; establecía que, en caso de emergencia local o nacional, las estaciones de radiocomunicaciones estaban obligadas a prestar 450 EMILIO BUSTAMANTE

la ayuda y cooperación que exigieran las autoridades, y que en situación de guerra, o cuando la seguridad nacional lo requiriese, esas estaciones queda- ban bajo el control del gobierno. Asimismo, otorgaba preferencia a las radios del Estado sobre las particulares en la asignación de frecuencias y ubicación de estaciones, y obligaba a todas las emisoras a difundir boletines oficiales o cualquier información del gobierno que, en casos urgentes, les fuera entregada por la Secretaría del Presidente de la República, la Dirección General de Informaciones, la Dirección General de Correos y Telecomuni- caciones o dependencias autorizadas del Ministerio de Gobierno. Definía al servicio de radiodifusión como aquel cuyas transmisiones estaban destinadas a ser recibidas directamente por el público en general. Incluía en este servicio a las transmisiones de sonido, televisión y facsímil; y distinguía tres tipos de radiodifusión: estatal, comercial y cultural. La estatal era la actividad ejercida directamente por una entidad del gobierno con fines informativos, culturales y oficiales; la comercial era una actividad de carácter privado cuya orientación era “de entretenimiento, información y cultura, con fines comerciales”; y la cultural aquella “realizada por ins- tituciones culturales con el objeto de difundir programas de índole netamente cultural sin fines comerciales”. De acuerdo con la banda de frecuencia y el sistema de modulación, el Reglamento distinguía estaciones de onda media, onda corta, frecuencia modulada, televisión y facsímil. Las estaciones de onda corta podían ser diseñadas para transmisión dentro del territorio nacional (banda tropical) o para extender su señal fuera de este, según convenios suscritos por el país en materia de radiodifusión internacional. La asignación de canales la haría el gobierno “considerando la concentración excesiva, la normal adecuación o la carencia de radiodifusoras en determinados lugares, así como los factores de extensión territorial, población, nivel cultural, volumen comercial y demás factores de interés público atendibles” (artículo 02-13). El Reglamento también reconocía cadenas y repetidoras. Definía como cadena al “enlace de dos o más estaciones de radiodifusión, con el objeto de emitir en forma simultánea y a la misma hora los mismos programas”, y como repetidoras a “aquellas que reciben y transmiten simultánea y continuamente el programa de una estación principal”; añadía que las estaciones repetidoras operaban en la misma frecuencia que la principal y que no eran consideradas como estaciones independientes. Señalaba que una persona natural o jurídica no podía tener más de una licencia para el establecimiento o explotación de una radiodifusora por CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 451

localidad, y que una radiodifusora no podía operar más de una frecuencia por banda, y advertía que los concesionarios no podían, sin consentimiento previo de la autoridad competente, ceder o arrendar —total o parcialmente— la licencia concedida. La norma comprendía también a los locutores, a quienes exigía como requisitos para cumplir con su labor: acreditar la nacionalidad peruana y la condición de ciudadanos en ejercicio no inhabilitados judicialmente; presentar un certificado de haber terminado un curso de capacitación; y tener instrucción media completa o por lo menos cinco años de locución profesional. Precisaba que los cursos de capacitación serían organizados por las radiodifusoras bajo control de la Dirección General de Correos y Telecomunicaciones. El Reglamento solo admitía la actuación de locutores extranjeros cuando se tratase de “personas de reconocida capacidad y necesarios en ciertos programas”, para lo cual debían obtener autorización “en términos renovables y revocables” de la Dirección General de Correos y Telecomunicaciones. Como dato curioso se puede anotar que el Reglamento prohibía “la transmisión de mensajes particulares tales como felicitaciones y saludos de persona a persona, por medio de las estaciones radiodifusoras” (artículo 02-76).

1.2.2 La televisión La gran novedad del Reglamento era, por cierto, el capítulo sobre televisión. Aparte de una serie de definiciones y precisiones técnicas, la norma creaba procedimientos para el otorgamiento de licencias y adjudicación de canales. Declaraba caducas todas las solicitudes de licencia presentadas con ante- rioridad a la fecha de promulgación del Reglamento y establecía un plazo de sesenta días para la presentación de nuevas solicitudes. Los canales que podían ser asignados a particulares eran los numerados del 2 al 13, con excepción del 5, cuya banda de frecuencia quedaba reservada para el Estado. Los solicitantes debían ser peruanos de nacimiento o personas jurídicas con domicilio legal en el país cuyos integrantes fueran peruanos de nacimiento. Las licencias debían solicitarse a la Dirección General de Correos y Telecomunicaciones y, entre otros documentos, tenía que adjuntarse a la solicitud un certificado de depósito de garantía en bonos de la deuda interna de un 6 por ciento por la suma de un millón de soles en la Caja de Depósitos y Consignaciones o alguna institución bancaria de Lima. El depósito sería devuelto a los solicitantes que no resultasen favorecidos. Los favorecidos también verían el retorno del depósito, pero 452 EMILIO BUSTAMANTE

una vez que la estación entrara en funciones para el público. El plazo para que comenzara a operar el canal era de un año (prorrogable a treinta días más) desde la expedición de la resolución ministerial que autorizaba la ins- talación. En caso de que el consignatario incumpliera los plazos de funcionamiento, se cancelaría el permiso y el Estado se quedaría con el depósito. Las onerosas condiciones impuestas para la adjudicación de licencias e instalación de los canales parecían esconder, según Pedro Planas, “un razo- namiento en torno a lo limitado del mercado publicitario y a la imposibilidad de tener cinco o seis canales disputándose a los mismos auspiciadores” (Planas 2001: 31); sin embargo, los broadcasters ejercieron presión sobre el gobierno para que aligerara los requisitos establecidos. El 5 de abril de 1957 el gobierno cedió, y mediante un decreto supremo modificó y amplió el Reglamento General de Telecomunicaciones. La nueva norma estableció que la “presentación de solicitudes de licencia para estaciones de televisión podrá hacerse en cualquier época sin sujeción a plazo alguno”, aboliendo así los sesenta días a partir de la vigencia del Reglamento que establecía la norma anterior; redujo, asimismo, el depósito de garantía a 100.000 soles; y declaró que la televisión era una industria amparada por la Ley 9140 “para el efecto de la exoneración de derechos de importación de equipos y transmisores y sus accesorios e implementos”. Las primeras concesiones fueron otorgadas en 1957 a la Compañía Peruana de Radiodifusión - Radio América (Canal 4), la Compañía de Pro- ducciones Radiales y Televisión S.A. - Radio El Sol (Canal 9) y Panamericana Televisión S. A. (Canal 13). La radio engendraba así a la televisión. El Esta- do, además de reservarse el Canal 5, adjudicó el Canal 7 al Ministerio de Educación. Fue precisamente el Canal 7 el primero en salir al aire, el 17 de enero de 1958. El Canal 4 inauguró la televisión comercial el 15 de diciem- bre de 1958. En agosto de 1959 transmitió oficialmente el Canal 9, y en octubre lo hizo el Canal 13. Radiodifusora Victoria de Cavero (quien soña- ba con la televisión desde comienzos de la década) solicitó la frecuencia de Canal 2 en 1958, pero tuvo que esperar hasta 1962 para estrenarla (Vivas 2001: 77). La televisión terminaría por absorber el mayor porcentaje de la publi- cidad y a las más brillantes estrellas de la radio; pero, al comenzar la déca- da del 1960, la radio era aún el medio de mayor presencia en los hogares peruanos, y la reciente difusión de los receptores a transistores y pilas había contribuido a integrar el país. El censo de 1961 reveló que existían 455.267 aparatos de radio en el Perú, y solo 72.399 televisores. CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 453

1.2.3 La polémica por las repetidoras A fines de la década de 1950 los broadcasters no centraban sus disputas únicamente en el espectro televisivo. Si la radio, como era de prever, recibiría un menor porcentaje de la publicidad, era deseable que aquel no se dispersara en una excesiva cantidad de radioemisoras. Las empresas más poderosas, amparándose en el Reglamento de 1957, tendieron a afirmar sus cadenas con filiales y repetidoras. Si bien Victoria y América habían tenido la iniciativa en ello, ahora era Panamericana la que apuntaba con fuerza a la creación de una red. El 22 de diciembre de 1957, La Crónica informaba que se habían embarcado en Holanda los primeros equipos consignados por Panamericana para instalar repetidoras en ciudades de la costa del país y estaciones de onda corta con las que pretendía llegar a tres millones de oyentes. Tenía la autorización gubernamental para operar en Talara, Piura, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Chincha, Ica y Arequipa. Los terrenos ya habían sido adquiridos (La Crónica, 22 de diciembre de 1957). Pocos días después, José Eduardo Cavero cuestionaba la conveniencia de las repetidoras, opo- niéndolas a las estaciones locales. Decía que una emisora provinciana estimulaba el proceso comercial local, servía a las autoridades y brindaba servicios sociales; en cambio, una repetidora era “un simple eco” de la estación central. De otro lado, añadía que la repetidora no podía ofrecer “la claridad de una estación local”, por ser nuestro territorio “sumamente difícil para una clara difusión de las ondas radiales” (La Crónica, 25 de diciembre de 1957). Cavero, por cierto, era dueño de un conjunto de emi- soras pro vin cianas (no repetidoras) que transmitían algunos programas en cadena con Radio Victoria. A fines de diciembre, propietarios de emisoras pequeñas afiliadas a la Anrap, como Óscar Huayta de Sport y Ricardo Palma Schmalz de Miraflores, cuestionaron también el plan de repetidoras de Panamericana y exigieron que se realizara una asamblea de la Anrap el 15 de enero a la que debían ser invitadas las radios de provincias (Última Hora, 31 de diciembre de 1957). La reunión se realizó el 3 de enero de 1958, para discutir el tema de las repetidoras y elegir nueva junta directiva de la Asociación. Según el vespertino Última Hora: “La sesión se caracterizó por su violencia y por la exclusión de los broadcasters de provincias quienes, pese a estar debida- mente registrados en los archivos de la institución, no pudieron votar por- que se lo impidieron los dirigentes del clan de Ocoña” (Última Hora, 4 de enero de 1958). El “clan de Ocoña” lo constituían las emisoras vinculadas a Radio América. La asamblea fue conducida por el hasta entonces presiden- te de la Anrap, Manuel Gjurinovic, accionista de Panamericana. La Prensa 454 EMILIO BUSTAMANTE

informaría el 7 de enero que: “Después de la borrascosa asamblea general de la Asociación Nacional de Radiodifusores, varios broadcasters de provin- cias estarían pensando en su renuncia por la razón de que no se les conce- dió ninguna validez a sus intervenciones y mociones”. El diario añadía que: “José Eduardo Cavero, presidente de la entidad rival (Federación Peruana de Radioemisoras) les abriría las puertas a los broadcasters disidentes” (La Prensa, 7 de enero de 1958). No obstante, Augusto Belmont, nuevo presidente de Anrap, negó que su institución estuviera dividida: “Se ha dicho que en el seno de la Aso- ciación Nacional de Radioemisoras hay dos grupos de intereses contra- puestos. Eso no es cierto. Lo que existe es simplemente diferentes con- ceptos con respecto a la radiodifusión”, declaró a La Prensa el 9 de enero. Reconoció que las repetidoras constituían “un notorio progreso”; pero advirtió que si las de Panamericana “llegaran a causar perjuicios en la interferencia técnica a las cadenas de emisoras ya instaladas, podría no permitirse su funcionamiento”; acotó que Panamericana, además, tendría que contemplar que sus tarifas comerciales no fueran muy diferentes de las de sus competidoras para no perjudicarlas (La Prensa, 10 de enero de 1958). Cavero volvió a la carga el 14 de enero. Dijo que la ley debería ser igual para todos y que si una estación de Lima podía poner una repetidora en provincias, una estación provinciana debería tener el derecho de colocar una repetidora en Lima. Explicó que, sin embargo, ello no sería permitido porque los canales de la capital se hallaban saturados, de modo que lo que se estaba viviendo era “un embrollo” que tenía que solucionar “la autoridad de Telecomunicaciones”. Alertaba que faltaba aún la decisión del Ministerio de Gobierno para que las repetidoras de Panamericana salieran al aire, insistía en que las repetidoras no podían brindar una “señal limpia” en provincias, y que sus servicios nunca fueron iguales a los de las radios locales: “Los acontecimientos locales, su música, actuación de los hijos del lugar y muchas otras cosas no lo puede otorgar la estación repetidora, sujeta a repetir lo que la base de Lima le envía” (Última Hora, 15 de enero de 1958). Dos días después, Genaro Delgado Parker respondió que las repetidoras no dañaban a nadie:

Estoy seguro que la oposición que se nos está haciendo ha de pasar muy pronto, pues ello se debe a la lógica ofuscación que promueve en los competidores toda innovación o cambio para mejorar los sistemas radiotelefónicos […]. Han pasado los días en que con un concepto sórdido de la competencia comercial, se hacía depender la prosperidad propia del atraso ajeno. En toda empresa verdaderamente moderna —continuó— no CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 455

tiene ya cabida el dirigente que aceptaba estar tuerto con tal que el com- petidor estuviera ciego (La Prensa, 17 de enero de 1958).

En una nota enviada a los diarios, Delgado Parker ampliaba la exposición de su punto de vista:

La ley es para todos y no protege de manera exclusiva a Radio Panamericana. Lamentablemente entre las estaciones de provincias no existe todavía una emisora que sea de primera clase. En cuanto a las broadcastings de Lima, todas ellas pueden instalar una red de repetidoras y ojalá lo hagan porque sería beneficioso para el país. Ante la afirmación de Cavero, que las repetidoras nunca podrán igualar el servicio de la radio local, nosotros pensamos que si él estima que la red repetidora no es un buen sistema, con no instalar una para su negocio ha solucionado todo su problema, pero si se opone, como está haciendo, a que nosotros la pongamos, cabe suponer que Cavero, propietario de un numeroso grupo de emisoras de Lima y provincias, considera que no es tan mala como pretende hacer creer a los demás. Tanto Cavero, como otros competidores que se oponen a la instalación de la red de repetidoras, deben comprender que el progreso técnico de la radiodifusión peruana no debe detenerse. Urgen métodos modernos y eficientes en nuestras comunicaciones para ponerlas al servicio del actual progreso del país (Última Hora, 22 de enero de 1958).

Manuel Gjurinovic, declaró a fines de enero que la instalación de las repetidoras era el paso más importante dado por la radiodifusión en ese momento, y que nada ni nadie impediría que se llevara a cabo pues estaba protegida por el Reglamento General de Telecomunicaciones. Lamentó que “la ambición y el criterio monopolizador que rige el pensamiento de un grupo de broadcasters que dominan muchas radios en el país, los lleve a proteger sus intereses personales hasta el extremo de oponerse al progreso de un medio de comunicación”, y aseguró que las repetidoras instaladas en provincias no atentaban contra el derecho de expresión de cada zona, ni interferían en el libre desenvolvimiento del comercio regional; más bien, enfatizó, lo iban a estimular (La Prensa, 28 de enero de 1958). Sin embargo, Panamericana había conseguido solo una licencia para operar las repetidoras a prueba; y la definitiva no la pudo obtener. Según Alegría, para impedir que el proyecto se realizara, se adujo desde el gobierno “algo vago acerca de interferencia de frecuencias o cosa por el estilo” (Alegría 1993: 196); es decir, fueron acogidos los argumentos de Cavero. Alegría relata que los Delgado enviaron “cartas a las altas autoridades, lograron entrevistas al más alto nivel, pero nunca recibieron una explicación satisfactoria ni mucho menos la licencia” (Alegría 1993: 196). El mismo autor 456 EMILIO BUSTAMANTE

concluye: “La lucha por ganar el ámbito nacional era sin cuartel y los Delgado, en ese momento, perdieron la batalla” (Alegría 1993: 196). Tendrían su revancha pocos años después. Si bien eran evidentes los celos comerciales entre ellos, los propietarios de las grandes emisoras podían llegar a acuerdos cuando se trataba de presionar al gobierno a fin de que limitara la aparición de nuevas radios que no pertenecieran a las cadenas establecidas. El 16 de mayo de 1958, atendiendo a un pedido de las estaciones agrupadas en Anrap y Federadio, el gobierno consideró en un decreto supremo que la “proliferación de emisoras” debilitaba “económicamente a las ya existentes”, las que gozaban “de derechos adquiridos que deben ser amparados por el Estado” (Perla 1995: 52-53).

1.2.4 Radio e integración La creación de nuevas emisoras en provincias, como de repetidoras y emisoras afiliadas, se sumó a la creciente oferta de radios a pilas y transistores, y permitió con ella la expansión del medio y una mayor integración del país. Matos Mar relaciona este fenómeno con otros cambios observados en la década de 1950:

Fue la década de 1950 la que dio paso a la configuración de los elementos centrales que caracterizan a la sociedad actual. […] Es también el comienzo de nuevos movimientos y partidos políticos como el Social Progresista, el de la Democracia Cristiana y el de Acción Popular; de un crecimiento explosivo de la educación popular a nivel nacional con proliferación de escuelas, colegios y universidades; de la finalización de grandes vías asfaltadas como las Panamericanas Norte y Sur, que atraviesan toda la costa peruana y de construcción de las rutas de penetración a la sierra y ceja de selva, que abren nuevas perspectivas para la comunicación entre Lima y las provincias. La radio se difunde. Se acelera la intercomunicación de pueblos, caseríos y comunidades, con las ciudades provincianas y las capitales de departamento (Matos Mar 1984: 34-35).

Carlos Contreras y Marcos Cueto encuentran en la expansión de la radio uno de los factores de lo que se llamaría después la “cholificación” de la sociedad peruana:

Las campañas de oposición contaban ahora con unos medios de comunicación más desarrollados que décadas atrás. La prensa periódica se había fortalecido. En buena parte debido a la extensión de la alfabetización (entre los censos de 1940 y 1960 el analfabetismo retrocedió del 58 al 27 por ciento), lo que incluso llevó a la difusión de CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 457

muchos periódicos en provincias. Durante los años cincuenta aparecerían semanarios políticos como Caretas, o como Rochabús, que más bien practicaba el humorismo político. “Sofocleto”, pseudónimo del conocido humorista Luis Felipe Angell, daba inicio a su prolongada trayectoria en el periodismo peruano. El economista Pedro Beltrán modernizó el antiguo diario La Prensa, donde se formaría toda una promoción de periodistas peruanos. A ello se sumó la impresionante difusión de la radio en la sociedad rural. El aparato de transistores, totalmente portátil y alimentado por económicas pilas de manganeso, comenzó a ser parte común del menaje de las casas campesinas y un acompañante frecuente del trabajador minero o del servicio doméstico, durante sus labores. Precisamente la radio, junto con el ya mencionado fenómeno de las migraciones a la capital, dieron paso a la aparición en los años cincuenta de las figuras de la canción vernácula. El “Jilguero del Huascarán”, el “Zorzal Andino”, el “Picaflor de los Andes”, junto con la “Flor Pucarina” y muchas otras cantantes, surgieron como símbolos populares a escala casi nacional. Además de transmitir su música por la radio, llenaban los coliseos de las ciudades (una suerte de teatros populares) y campos deportivos en los fines de semana. De esta manera la música campesina dejó de ser una expresión solamente localista; alcanzó dimensión nacional y sus compositores eran invitados a las radios, aparecían en los periódicos y eran tentados por empresas discográficas. […] Todas estas transformaciones: la extensión de la educación secundaria y superior, la migración a las ciudades y la “nacionalización” de la cultura y la música vernacular, dieron paso a la aparición de un nuevo personaje social: el mestizo ilustrado. Hombres provenientes del mundo campesino, cuyos padres jamás se acercaron a un periódico, eran ahora “normalistas” (profesores secundarios), dirigían publicaciones locales, o habían adquirido profesiones como las de abogado o ingeniero. La sociología llamó a este fenómeno: “cholificación”; una forma de incorporación de la población campesina a la comunidad nacional (Contreras y Cueto 1999: 244-246).

A nivel regional la introducción de los receptores a pilas y transistores hizo crecer enormemente la importancia del medio y permitió la concientización, organización y movilización campesina al comenzar la década de 1960. Según Tamayo Herrera, en el Cusco: “A partir de 1960, y coincidiendo con la ‘rebelión campesina’, la influencia de la radio se torna preponderante, y supera en mucho a la de los medios de comunicación escritos” (Tamayo 1981: 229). El mismo autor insiste en el papel de la radio en la rebelión campesina que tuvo lugar en La Convención y Lares entre 458 EMILIO BUSTAMANTE

1956 y 1964, y en la que se erigiera Hugo Blanco como notorio líder. Al exa- minar las causas de la rebelión, dice Tamayo Herrera:

Algún papel juega la coyuntura, el crecimiento y la subida de precios de los productos que exporta La Convención y que dan su base al poder contestatario de los arrendires. Pero la causa fundamental, está en las condiciones de atraso y explotación en que subsiste el sistema de hacienda, y en la falta de modernidad de buena parte de los terratenientes; asimismo es muy importante la coyuntura política; el impacto de la Revolución Cubana; del fidelismo febril, que actúa como detonador y potenciador principal de los movimientos de izquierda. El fidelismo llegó a los campesinos (arrendires, comuneros y colonos) vía la radio y el transistor… ¿Podría hablarse de una rebelión del transistor? (Tamayo 1981: 217).

En Juliaca (Puno) la expansión de la radio a transistores, unida a la creación de Radio El Sol de los Andes, facilitaría también la sindicalización de campesinos y la creación de una fuerza política conducida por los hermanos Cáceres, propietarios de la mencionada emisora (Tamayo 1982: 113).

1.3 Radio estatal y radio privada durante la Convivencia

1.3.1 Las emisoras del Estado Radio Nacional tuvo un buen comienzo en el período en que tuvo a César Miró como director y a Roberto Cruzalegui como jefe de producción. Bajo el lema de “la educación al alcance de todos” se impulsó la Universidad del Aire con clases dictadas por distinguidos intelectuales, se produjo una serie dramatizada sobre la historia del país dirigida por Guillermo Lecca Iturbe y escrito por Mario Herrera Gray, y se realizaron varios radioteatros basados en novelas y personajes peruanos con guiones escritos por Augusto Tamayo Vargas. Eleodoro Ventocilla reemplazó a César Miró como director a comienzos de 1958, pero fue sustituido al poco tiempo por Julio Vargas Prada, quien decretó algunos despidos y cambios de programación. A fines de ese año, Radio Nacional inauguró una antena direccional sobre una torre de acero de treinta metros, y reparó el equipo de onda corta que tenía sin uso (La Prensa, 31 de diciembre de 1958). La potencia y nitidez de la señal mejoró. En 1961, Ventocilla retornó a la dirección de la radio. En la otra emisora del Estado, Radio Mundial, se anunció a inicios de 1957 un concurso de rock and roll por carnavales, pero la nueva directora de la estación, Malva Luna, lo canceló. En conferencia de prensa respondería CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 459

a un periodista que la interrogó sobre el tema: “Créame usted que de organizar o autorizar concursos de baile para los carnavales no serán precisamente aquellos cuyos ritmos o letras son inapropiados a la formación cultural de nuestra juventud. Radio Mundial, radiodifusora del Estado, habría dado lógica preferencia a los bailes típicos peruanos como marineras, valses, etc.; muy superiores en todo a esos ritmos francamente lamentables” (La Prensa, 31 de enero de 1957).

1.3.2 Las emisoras privadas en Lima El 29 de marzo de 1957, poco tiempo después de emitida la Ley General de Telecomunicaciones, se reveló que las emisoras comerciales le debían al fisco 420.750 soles por derecho de licencia. El 18 de enero de 1955, el gobierno de Odría había autorizado mediante resolución suprema la anulación de la deuda que las radioemisoras tenían con el Estado. La norma también establecía que a partir de entonces las empresas debían pagar por adelantado sus anualidades; y que en caso de incumplimiento se les retiraría la licencia. Sin embargo, las radios no habían hecho pago alguno, y tampoco habían sufrido sanción. El monto que se tenía que abonar se calculaba en relación con la cantidad de horas que utilizaba la estación y su potencia. Las mayores deudoras eran El Sol (43.500 soles), América (36.000 soles), Victoria (22.500 soles) y La Crónica (22.500 soles). Panamericana debía 18.000 soles y Central 15.000 soles. En total, las radios capitalinas adeudaban 321.000 soles y las provincianas 99.750, lo que hacía el total de 420.750 soles (Última Hora, 29 de marzo de 1957). Las empresas no pagaron y el problema no se solucionó durante el gobierno de Prado; se volvería a plantear luego del golpe militar de 1962. Pero, así como era cuantiosa la deuda con el Estado, eran fuertes las inversiones que hacían América, Panamericana, El Sol y Victoria tanto en televisión como en la lucha por la hegemonía radial. Hacia fines de 1950 era Panamericana, y no ya Central, la emisora líder del grupo Delgado, que se perfilaba como el más dinámico de todos. En enero de 1958, según información de La Crónica, los primeros lugares de sintonía los tenían Libertad, La Crónica y Panamericana; dos de las tres eran radios vinculadas a los Delgado. El éxito de Libertad se debía, en opinión de algunos medios, a la sagacidad de su gerente, Humberto Panfichi. Para el columnista Guido Monteverde, de Última Hora, Panamericana fue la mejor emisora de 1959 y Libertad la primera de las radios disqueras (Última Hora, jueves 31 de diciembre de 1959); era el mismo año en que los Delgado inauguraron su canal de televisión. Al terminar 1959 Libertad ensayó una transmisión ininterrumpida de 24 horas, y al comenzar 1960 460 EMILIO BUSTAMANTE

—reeditando experiencias añejas de otras estaciones— gestionó la insta- lación de altoparlantes en plazas de El Porvenir y Barrios Altos (El Comercio, 2 de enero de 1960). Libertad también había intentado, durante el régimen de Odría, colocar su señal en radios de sintonía fija en vehículos de transporte masivo, pero se había topado con la oposición del Ministerio de Gobierno (entrevista con Héctor Béjar, 22 de setiembre del 2010). En 1957 la católica Radio Luz retomó la idea y la llevó a la práctica con éxito. Obtuvo la autorización de la Dirección General de Tránsito y llegó a un acuerdo con la Asociación de Propietarios de Ómnibus para instalar receptores sellados (que emitían únicamente su señal) en varias líneas de vehículos. La primera de ellas fue la de Cocharcas-José Leal. A mediados de 1958 eran ya cincuenta las unidades implementadas con los receptores; según los directivos de Radio Luz cada ómnibus transportaba 2.500 pasajeros por jornada, de modo que se jactaban de que su emisora era escuchada por cien mil personas al día (La Prensa, 13 de agosto de 1958). Varias emisoras afrontaban, sin embargo, dificultades financieras y de otra índole. En enero de 1958 una resolución ministerial adjudicaba el local de La Cabaña al Consejo Nacional de Teatro, lo que implicaba que Radio Victoria debía desalojarlo. Sin embargo, Cavero solicitó un “plazo conveniente” hasta que su edificio de la avenida Tacna estuviera concluido y pudiera “cambiar de casa” (La Prensa, 4 de enero de 1958). El edificio Cavero-Dubois se inauguró en 1960, pero Victoria siguió ocupando los ambientes de La Cabaña. Radio Restauración, por su parte, decidió cambiar de nombre en 1956 debido a que, según sus propietarios, el que tenía había hecho que la gente lo identificara “como vocero de un partido político al cual no están afiliados” (La Prensa, 8 de julio de 1956). Después de que fuera rechazado el nombre Radio El Mundo (por su semejanza con el de Radio Mundial), Restauración se convirtió en 1957 en Radio Inca, con Bartolomé Dextre y Augusto Irey como nuevos directivos. Según Alegría, Inca se estrenó “con una serie de programas dedicados a la vasta colonia japonesa que tiene Lima, ganando rápidamente la preferencia de tan distinguido público” (Alegría 1993: 163). Radio Sport sufrió la pérdida de Óscar Huayta, quien murió en un accidente automovilístico en marzo de 1958. Tres años antes se había convertido en el dueño de la emisora al adquirir el 60 por ciento de las acciones (Última Hora, 14 de marzo de 1958). Sport se transformó en 1959 en Radio Ritmo (El Comercio, 2 de octubre de 1959). CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 461

Desde 1956, Alfonso Rouillón intentó recuperar la licencia para operar Radio Alegría, rebautizada con el nombre de Radio Metropolitana; lo logró en 1959. San Cristóbal se convirtió en 1961 en Onda Popular con la conducción de Pedro Tello Cadenas, la voz de Guillermo Morales Lazo y énfasis en la música tropical (Alegría 1993: 194). Surgieron, asimismo, emisoras completamente nuevas. Radio Santa Rosa, de los padres dominicos, salió oficialmente al aire el 15 de octubre de 1958. El obispo auxiliar de Lima, monseñor José Dammert Bellido, bendijo los equipos, y en la ceremonia de inauguración hablaron el alcalde de Lima Héctor García Ribeyro y el padre provincial Humberto Molano, quien afirmó que la intención de la emisora era: “hacer que la Palabra de Dios sea anunciada, en su diversa riqueza, donde no pueda llegar la persona del fraile predicador”. El primer director de la radio fue el padre Francisco Villena Cabrera, y el más entusiasta animador del proyecto el padre Isnardo Huayta Canales. Los dominicos ya habían hecho notar su interés por el medio desde 1954, cuando tenían un espacio diario alquilado a Radio Restauración (Cuadros 2008: 11). En 1960 surge Radio Continente, de Roberto Martínez Merizalde, vinculado al Apra. Le da especial “importancia a la información periodísti- ca […], y a la música peruana, además de transmitir los mítines preelecto- rales” (Alegría 1993: 194). El mismo año obtiene licencia de transmisión Radio 1060, de Pedro Tello Cadenas. En 1960, también, empezó sus transmisiones de prueba la primera estación en frecuencia modulada: Radio 100 FM; sería inaugurada oficial- mente en mayo de 1962. Figuraba como directora Marcela Pajares de Ajello; pero el gran impulsor del proyecto era su esposo, el norteameri- cano Richard Ajello, quien había fundado años antes la empresa Telemú- sica S.A., dedicada a la instalación de música ambiental en establecimien- tos comerciales. En octubre de 1961 se otorga licencia a Radio Ondas del Callao, que después se convertiría en Radio del Pacífico.

1.3.3 Nuevas emisoras en provincias Después de promulgado el Reglamento General de Comunicaciones, nuevas radios emergieron en varios departamentos. El 16 de junio de 1957 se inauguró Radio Atlántida de Loreto, propiedad de Julio Reátegui (La Crónica, 5 de enero de 1958); era la tercera emisora en el departamento pues ya venían funcionando Radio Loreto (filial de 462 EMILIO BUSTAMANTE

América) y la filial de Nacional, ambas creadas en 1953 (Zumaeta 1991: 24). En enero de 1958, el gerente de la emisora, José Vildoso, expuso al diario La Crónica las dificultades y logros de su gestión hasta ese momento:

[…] las casas grabadoras envían grabaciones muy atrasadas; también hemos tropezado con la falta de técnicos y principalmente de la falta del elemento artístico de experiencia, en este aspecto es notable la carencia total de músicos y creo firmemente que una orquesta haría un ‘platal’ en Iquitos […]. Cuando recién llegamos a la radio, Germán Peralta y yo tuvimos hasta que barrer, y ahora puedo certificar, por medio de recortes y con orgullo, que Atlántida ha sido calificada la primera emisora del Oriente Peruano (La Crónica, 5 de enero de 1958).

Vildoso destacaba que había recibido apoyo de los periódicos El Eco de Fernando Reátegui Scavino y El Oriente de Walter Salazar. En octubre de 1957 se autorizó el funcionamiento de Radio Pisco, cuyo director era Daniel Villa (La Crónica, 7 de noviembre de 1957). En diciembre de 1958 empezó a transmitir en prueba Radio Mollendo, que se inauguró en enero del año siguiente. Su propietario era Rufino Zúñiga y figuraba como filial de Radio Arequipa (La Prensa, 21 de diciembre de 1958). El 18 de julio de 1960 aparece Radio Latina de Tacna con una programación orientada a los jóvenes; la empresa había sido constituida por Clemente Urday Banchero, Renau Barreda Madueño, Leandro Apolinario Maldonado y Edmundo Castillo Chamorro (Oyarce Cruz 2007: 201). El 15 de agosto de 1959 se inauguró una nueva emisora en Cusco: Radio La Hora, con capitales de José Eduardo Cavero y Raúl Montesinos Espejo, el dueño de Radio Tawantinsuyo (ex-Radio Rural). Radio La Hora se presentó como “la emisora de la juventud” y formaba parte de la cade- na de Radio Victoria (El Comercio, 23 de agosto de 1959). El 1 de octubre del mismo año surge Radio Salcantay de Ricardo Campana, donde tendría cabida El gran periódico del aire conducido por Aníbal Acurio Alarcón (Oyarce 2007: 110-111). El 25 de setiembre de 1961 salió Radio Onda Imperial, de los hermanos Armando y Alberto Barrionuevo Sánchez (Oyarce 2007: 116). El 28 de febrero de 1957 se dejó escuchar Radio La Voz del Altiplano en Puno. Era propiedad de Juan Zea Gonzales y tuvo como animadores en su primera audición a los integrantes de la Sociedad Intelectual Chasqui (José Paniagua Núñez, Rubén Ponce, Carlos Oda, Juan Solórzano, entre otros) (Oyarce 2007: 220-222). En 1960, al cumplir la emisora tres años, el periódico Los Andes le brindó un homenaje. Jacqueline Oyarce Cruz (2007: CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 463

242) rescata de allí unas décimas de L. Edmundo Pérez Zavala, dedicadas a La Voz del Altiplano:

[…] Se han cumplido nuestros sueños surcando el cielo peruano va La Voz del Altiplano debido a grandes empeños por uno de los puneños. Señala pues la partida de la campaña emprendida febrero cual ramillete del año cincuentisiete marcando una nueva vida. […]

El 20 de abril de 1957 aparece Radio Puno, integrante de Cadena Nacional S.A. de Cavero. El director fue Pedro Tito Coria. El poeta José Paniagua Núñez tuvo allí un programa de información y luego otro de comentarios, Ruso Américo Núñez Calsín condujo un programa musical y Atalo Gutiérrez Valdivia empezó a cautivar desde sus programas folclóricos a los oyentes (Oyarce 2007: 247). El 13 de mayo de 1958 se inauguró Radio Onda Azul por iniciativa de los padres Maryknoll y el obispado de Puno. Monseñor Alberto Dettmann Aragón bendijo los equipos y pidió al personal de la radio “la máxima entrega a la labor educativa y evangelizadora del pueblo puneño” (Figueroa 1996: 37). Radio Onda Azul tendría una larga e importante participación en la alfabetización y las luchas sociales de la región. El 27 de julio de 1959 surge Radio Juliaca. Según Oyarce Cruz: “Radio Juliaca nació teniendo como mentor fundador a Juan Zea Gonzáles [sic], y se constituyó, desde el momento de su aparición, como una empresa fami- liar de la que Víctor Urviola era el presidente del directorio, su esposa Regina Hani la administradora de la empresa, y sus tres hijos, Raúl, Oscar y Nelly, sus miembros” (2007: 269). Tenía una programación variada en la que destacaba Radioperiódico La Voz de Juliaca. En 1961 los hermanos Cáceres Velásquez, representantes de la burguesía comercial de Juliaca, incursionaron también en la radio de esa localidad. Según José Tamayo Herrera, hacia 1957 Róger Cáceres, diputado por la Democracia Cristiana, y Néstor Cáceres, economista egresado de la Universidad San Agustín de Arequipa, empezaron a afiliar a campesinos 464 EMILIO BUSTAMANTE

puneños a un movimiento político y a un aparato sindical propios, que años después se convertiría en el Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos (Frenatraca), con promesas de obtener salarios para los cam- pesinos, conseguir una reforma agraria y conquistar el voto de los analfa- betos. En 1961 consiguieron licencia para Radio El Sol de los Andes, y la empresa comercial Enrique P. Cáceres S.A. —“núcleo económico de la familia”— importó miles de receptores de onda fija que vendieron a los campesinos a precios reducidos. Los Cáceres, además, lograron captar a su movimiento de organización sindical a Atalo Gutiérrez Valdivia, locutor de Radio Puno, quien al leer al aire reclamos y pedidos de los campesinos se había hecho muy popular. Todo esto coincidió con “la revolución del transistor”, y muchos campesinos adquirieron también radios a pilas, lo que les permitió conectarse con el resto del país. Al comienzo de la década de 1960, gracias a la radio, el “aislamiento tradicional” del campesino puneño era roto, y su movilización política por parte de los hermanos Cáceres se hacía posible (Tamayo 982: 113). Tamayo Herrera reflexiona:

No hay duda de que los Cáceres actuaron con una habilísima metodología política, que coincidió con un momento histórico sui géneris: el ascenso de Juliaca como centro comercial del Altiplano y como asiento de una burguesía comercial, que sin intereses directos sobre la tierra, podía oponerse a los terratenientes a fin de lograr dos objetivos básicos: el control absoluto del mercado interno puneño, a través de la comercialización que Juliaca empezó a monopolizar, y el control político sobre la masa de campesinos indígenas, que carecían de un aparato político propio y que no tenían, debido a la debilidad de la organización del PC, un mecanismo por el cual expresar sus contradicciones de clase con el poderoso estrato terrateniente, dueño del Altiplano. Los Cáceres reclutaron, como quería Lenin, un núcleo de agitadores profesionales, pagados por ellos, y dedicados a tiempo completo a su tarea política, utilizaron con gran eficiencia el novísimo impacto de la radio en el medio campesino, y resultaron, hay que reconocerlo, sobre todo a partir de 1963, un grupo pequeño, pero activísimo, de parlamentarios, que atendían todos los reclamos de los pequeños pueblos puneños, batían los records de presentación de proyectos y mociones, y mantenían un enlace permanente con sus representados a través de la correspondencia epistolar y de su radio, que informaba diariamente a sus electores de sus gestiones, logros y “victorias” políticas, en quechua y aymara […]. Naturalmente, que nunca hubo como en Cusco o en La Convención un objetivo realmente revolucionario de trastornar radicalmente el sistema o ir a la huelga total indefinida; en el fondo, y acorde con los intereses de la burguesía comercial juliaqueña todo se movía más bien en un ambiente de demagogia. El objetivo primordial era el aprovechamiento del voto de los campesinos altiplánicos para montar un aparato político propio y acelerar CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 465

la monetización, para conseguir un mayor número de compradores en las ferias semanales de Juliaca (Tamayo 1982: 114-115).

Radio Juliaca y Radio El Sol de los Andes compitieron durante varios años por el favor de los oyentes. Jacqueline Oyarce anota los recuerdos de Víctor Urviola Garrido:

El Radioperiódico de la Voz de Juliaca era el más esperado en las noches, era una hora poco propicia para una ciudad que duerme temprano, pero había un Radioperiódico el Sol de los Andes, de la emisora de la familia Cáceres, que salía a las siete. A las siete la gente se iba al cine, pero a las nueve ya la gente retornaba a su casa, entonces yo aprovechaba el momento en que la gente estaba en su casa, preparando su té, su cena o ya preparándose para ir a la cama, prendían la radio… ¿vamos a ver qué dice Radioperiódico de la Voz de Juliaca? El periodista de Radio el Sol de los Andes era combativo, enérgico y yo era el sacerdote que calmaba al hombre y fomentaba la reflexión, entonces yo hacía un periodismo de conciliación, eso les gustaba […] (Oyarce 2007: 274).

En 1961 empezó a funcionar Radio Pucallpa, de Julio Reátegui, afiliada a la red de Cavero, y al final de aquel año se anunció la inauguración de Radio Ilo (Expreso, 2 de diciembre de 1961).

1.3.4 El terremoto de Arequipa Un terremoto ocurrido en Arequipa el 15 de enero de 1958 movilizó a las radios arequipeñas y limeñas. La primera emisora que informó al respecto en Lima fue Radio Reloj. Radio América se conectó con Radio Continental de Arequipa y ambas emisoras pusieron en marcha La Cadena de la Solidaridad, con Pepe Delgado a la cabeza, que permitió a los arequipeños que se hallaban en la capital del país comunicarse con sus familiares y recaudar alimentos, medicinas y ropa para las víctimas. Humberto Martínez Morosini, quien se hallaba en Arequipa, grabó un reportaje que fue difundido por Pana- mericana, y que sirvió para conocer la situación momentos después del sismo. Todas las emisoras limeñas emitieron boletines cada quince o veinte minutos. Los radioaficionados desplegaron también una intensa labor. La Anrap donó diez mil soles para los damnificados (La Prensa, 28 de enero de 1958).

1.4 La publicidad

Las agencias de publicidad, ya afirmadas, grababan jingles para sus clientes con artistas como los hermanos Ponce (Malva, Daniel y Elías), hijos del li - 466 EMILIO BUSTAMANTE

bre tista Pedrín Chispa (Elías Ponce Rodríguez), y locutores como Manuel Obregón y Carlos Alberto Sosa, los más requeridos de esos años. Algunos medios criticaban la poca originalidad de muchos jingles que, decían, eran copias de producciones cubanas y mexicanas (Última Hora, 12 de setiembre de 1957), y no faltaron comerciales grabados en el extranjero que fueron emitidos por la radio peruana, con la correspondiente protesta de los periodistas (La Prensa, 2 de enero de 1958).

1.5 Agremiaciones de trabajadores

Meses después de promulgado el Reglamento General de Telecomunicaciones, que daba pasos para la deseada profesionalización de los locutores, se reunieron delegados del Sindicato de Locutores y Operadores de Radio, liderados por David Odría, con representantes del Politécnico Nacional José Pardo, el Ministerio de Educación, la Universidad de San Marcos y la Dirección General de Radio Nacional, para discutir y elaborar un anteproyecto de creación de una Escuela de Locutores y Operadores (Última Hora, 26 de setiembre de 1957). En mayo de 1960 Fernando Farrés fue elegido secretario nacional del sindicato de locutores, sucediendo en el cargo a Humberto Martínez Moro- sini. En junio de 1961 se realizó el Primer Congreso Nacional de Locutores y Operadores de Radio en Lima. Farrés renunció al poco tiempo a la secre- taría general, y Manuel Ñique, secretario de organización, asumió el cargo. Ñique era militante aprista. El sindicato fue reconocido oficialmente ese mismo año; tenía cuatrocientos cincuenta afiliados. En octubre de 1961, el locutor Jorge Torres Lara, a nombre del sindi- cato y desde Radio Excelsior, pidió que se retirara de la locución de Radio América a los argentinos Oswaldo Vásquez y Mabel Duclós, en cumpli- miento del Reglamento General de Telecomunicaciones. En virtud de ello, Vásquez y Duclós dejaron, temporalmente, la locución comercial y de noticias, y se dedicaron a la animación. Torres Lara conformó al año siguiente una Asociación de Comentaristas Radiales del Perú que integra- ban, entre otros, Leonidas Yerovi, Juan Ramírez Lazo, Guillermo Morales Lazo y Horacio Parisi; todos ellos cercanos a José Eduardo Cavero, dueño de Radio Victoria. El Sindicato de Actores, por su parte, siguió expresando su preocupa- ción por la situación de los actores de radioteatro que ganaban ínfimos sueldos mensuales, y por la intención de ciertas emisoras de propalar radioteatros grabados en el extranjero. No obstante, el columnista Mario Castro Arenas llamaba la atención sobre la falta de solidaridad de “varias CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 467

primeras figuras nacionales” que no asistían a las reuniones donde se deba- tían estos problemas, y destacaba que, por el contrario, actores extranjeros como Roberto Airaldi, Linda Guzmán y Juan Carlos Altavista sí acudían (La Prensa, 30 de julio de 1958). En enero de 1957 la Acirate —que tenía como notorio dirigente a Guido Monteverde— declaró persona no grata a Nicanor González Vásquez, gerente general de Radio América, por haber insultado, presuntamente, a los periodistas Víctor Orzero y Pedro Alibrandi de Última Hora.1

1.6 Las reinas de la radio Hubo algunas soberanas destacadas en el período. En febrero de 1958 fue coronada Reina de la Radio la actriz juvenil Gloria María Ureta en el cine Coloso de La Victoria, con asistencia del alcalde del distrito. Años antes su madre, Elvira Travesí, había recibido una distinción similar. Las integrantes de su corte de honor fueron Yolanda Luna Victoria, Lucerito del Valle y Luzmila Ego Aguirre. En octubre del 1959, la cantante Teresita Velásquez fue elegida Reina de la Simpatía de Radio Nacional. Ese año, El Sol, Canal 9 y El Comercio organizaron el concurso Venus Perú que envió a María Elena Rossell Zapata como representante del país a Miss Universo.

1.7 Programación en las radios limeñas (1957-1961)

1.7.1 Música criolla La compositora Chabuca Granda gozaba ya de fama y daba argumento al programa La flor de la canela en 1160 a inicios de 1957. En Nacional La

1 Según los agraviados, González se había molestado ante la pregunta de Orzero de si era cierto que se habían elevado las tarifas publicitarias de la radio en un 50 por ciento. La interrogante fue formulada el día de Año Nuevo, y González le habría colgado el teléfono al periodista. En días sucesivos Orzero habría insistido, y Guido Monteverde, también de Última Hora, se habría sumado a los detractores de González. Además, una caricatura de González empezó a aparecer en la tira cómica Sampietri, dibujada por Julio Fairlie en el mismo diario (La Prensa, 15 de enero de 1957). Al encontrarse González con Orzero y Alibrandi a la salida de Radio América el 7 de enero, González insultó a Orzero; dijo que él no tenía miedo a ningún periodista, y añadió: “todos son unos miserables” (La Prensa, 15 de enero de 1957). 468 EMILIO BUSTAMANTE

cita criolla era un programa de auditorio que se emitía los miércoles en la noche con animación de David Odría, libretos de Juan Malmborg y la actuación de Los Troveros Criollos. En junio de 1957, La Voz del Rímac de Rafael Velorio Palma celebró diez años en San Cristóbal; al año siguiente, en el espacio Historia de la canción criolla de Radio Inca se rindió home- naje a compositores y artistas, entre ellos a Benigno Ballón Farfán, maestro del vals arequipeño. En mayo de 1961, Los Hermanos Govea (Ricardo y Alejandro Govea), cultores de las canciones de la Guardia Vieja, completaron 4.444 audiciones de Páginas de antaño en Radio Mundial. En diciembre, El sentir de los barrios de Radio El Sol cumplió veinticinco años; había comenzado a emitirse en Radio Goicochea en 1936 como La hora del bombero y era considerado un semillero de intérpretes. Famosos cantantes criollos surgidos en décadas anteriores seguían vigentes. En 1957 Javier González retornó al país luego de largas temporadas en Buenos Aires; conformó el grupo Los Chasquis y se presentó en La Crónica. Luis Abanto Morales reapareció en Radio Victoria en febrero de 1958; fue recibido con flores por sus admiradores (La Prensa, 4 de febrero de 1958). Aquel año, la emisora de Cavero firmó contrato con el nuevo conjunto de Óscar Avilés: Fiesta Criolla. En 1959 Jesús Vásquez retornó a Lima después de una temporada en Radio Illimani de Bolivia; como era costumbre, fue aplaudida en Victoria. Surgieron, también, nuevas figuras. En 1957 los diarios limeños anunciaban presentaciones de la “juvenil cantante” Alicia Maguiña en Radio Nacional (La Prensa, 6 de noviembre de 1957), y de la “chiquilla” Maritza Rodríguez en Radio América (La Crónica, tercera edición, 21 de diciembre de 1957). En 1961, el periodista Alberto Balbuena de La Crónica llamaba a Lucha Reyes “la Pelé del vals”, y la elogiaba por sus presentaciones en los programas dominicales que conducía Augusto Ferrando en Victoria (La Crónica, tercera edición, 13 de junio de 1961). El último día de 1959, las cadenas de América y Victoria, y los canales de televisión 4 y 13, transmitieron Sinfonía peruana, un programa extraordinario con música criolla orquestada. Participaron una orquesta sinfónica de 45 músicos dirigida por Luis Antonio Meza, y un coro de 25 voces dirigido por Carlos Sánchez Málaga. Hubo viñetas coreográficas de Ricardo Roca Rey, y actuaciones especiales de los conjuntos de Adolfo Zelada, Porfirio Vásquez y Carlos Villasante, así como del infaltable Filomeno Ormeño. La dirección técnica estuvo a cargo de Héctor Velarde Cruz, quien contó con la asistencia de Luis Álvarez. La dirección general fue de Bernardo Roca Rey (Última Hora, 31 de diciembre de 1959). CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 469

1.7.2 Música andina El programa de música andina más sintonizado siguió siendo El Sol en los Andes de Luis Pizarro Cerrón, quien continuó celebrando a lo grande cada aniversario de su programa. Al iniciarse 1958, La Crónica destacaba que las emisoras limeñas habían ampliado el número de sus programas de música folclórica, y que todos ellos contaban con auspicios comerciales (La Cró- nica, 26 de enero de 1958). América, Central, Victoria y Nacional no solo exhibían espacios de este tipo sino que buscaban tener, cada una, su estre- lla exclusiva. En América, Pastorita Huaracina (María Alvarado Trujillo) se presentaba tres veces por semana; y con igual frecuencia lo hacía Wara Wara (Judith Acuña) en Victoria. En 1959, Picaflor de los Andes (Víctor Alberto Gil Mallma) comenzaba a destacar en Excelsior. Cantantes que ori- ginalmente representaban a una región se iban convirtiendo, por influencia de la radio (y de la industria del disco) en estrellas suprarregionales, tal como lo observa Raúl R. Romero:

Quizás la consecuencia más importante del “sistema de estrellas musicales” andino fue que trascendía las barreras locales y regionales y se expandían hacia el contexto nacional. Antes de que emergiera, la música regional se producía y era consumida por sus propias comunidades; ahora, personas de diferentes regiones se convertían en consumidores de una única estrella de la música. Dicho fenómeno se podía ver, por ejemplo, en los casos de Pastorita Huaracina y Jilguero del Huascarán, quienes estaban relacionados con los estilos regionales del norte del departamento de Ancash, y en los de Picaflor de los Andes y Flor Pucarina, vinculados con el folclor wanka de los Andes centrales. A pesar de su lealtad hacia el estilo musical de una cultura regional particular, los seguidores de estos intérpretes provenían de diferentes regiones del Perú y aprendían a apreciarlos a través de la radio, conciertos en vivo y grabaciones. Este primer intento de fusión de estilos y gustos locales estaba lejos de ser un proceso de homogeneización. Era evidente, sin embargo, que el estilo de vida del inmigrante había empezado a crear condiciones para la interacción cultural y el rompimiento de singularidades locales a favor del proceso de identificación suprarregional (Romero 2007: 17).

1.7.3 Otros géneros musicales La música tropical tuvo como su más entusiasta cultor a Freddy Roland, quien se presentaba con su orquesta en Central de lunes a sábado. Los programas de disc-jockey privilegiaban la música melódica en castellano, inglés y otros idiomas; destacaban nítidamente entre ellos La cajita de música del boliviano Jorge Peláez Rioja en América, La canción del mediodía de Emilio García Lara (que pasó de Central a El Sol), y los 470 EMILIO BUSTAMANTE

conducidos por Arturo Pomar (Carnavalito musical y Ritmo y melodía) también en El Sol. En enero de 1957, Malva Luna, gerente de Radio Mundial, desmintió que esa radiodifusora del Estado fuera a organizar un concurso de rock and roll, y añadió que había decretado “la supresión definitiva en la programación de Radio Mundial de música poco saludable para el espíritu” (La Prensa, 31 de enero de 1957). Sin embargo, el rock and roll, que tenía ya en el Perú a sus primeros seguidores, se iría abriendo paso. El 7 de febrero de 1957, Radio El Sol convocó a un “programa extraordinario de rocanrol” en su auditorio, donde se presentaría el conjunto Los Millonarios del Jazz, especializado, según Carlos Torres Rotondo, “en tocar jazz y versiones de Elvis”; el único miembro peruano del grupo era la primera guitarra Elías Ponce Jr. (Torres 2009: 28). Al año siguiente, Guido Monteverde, el sagaz cronista radial de Última Hora, siempre atento a los aires de moda, organizó un Campeonato Nacional de Rock. En Victoria, desde 1959, el chileno Sergio Vergara animó Sesiones de rock and roll.

1.7.4 Radioteatro A partir del 3 de junio de 1957 Radio Nacional emitió un radioteatro sobre la vida de Faustino Sánchez Carrión interpretado por el elenco que dirigía Guillermo Lecca Iturbe. El texto era del escritor y profesor universitario Augusto Tamayo Vargas. Iba de lunes a viernes a las 15.00 horas, y en versión grabada a las 23.00 horas. En armonía con los tiempos (se acababa de salir de una dictadura), en la introducción de la obra se ponía énfasis en el carácter democrático del prócer cuya vida se iba a representar:

Locutor.- En esta pieza escrita para Radio Nacional del Perú se rinde tributo a José Faustino Sánchez Carrión, primerísima figura de la República, que defendiera los ideales de la misma y que estableciera las bases de nuestra primera Constitución. Su presencia de patriota austero y puro ha sido ya resaltada por muchos de nuestros escritores a través de 1os años. José Joaquín Larriva, Pedemonte y Mariátegui, Paz Soldán y Juan Antonio Ribeyro, Ricardo Palma, Nicolás Rebaza, Neptalí Benvenuto, Luis Antonio Eguiguren, Víctor V. Villavicencio, Héctor Centurión y muy especialmente Raúl Porras Barrenechea, han esclarecido su figura, un tanto perdida en la nebulosidad de su modestia y de su retraimiento. Su firma estampada al lado de la de Bolívar en la convocatoria al Congreso de Panamá es la prenda inequívoca de su firme espíritu democrático y americanista. Esta radioteatralización de su vida —novelada en lo que hay de lagunas en sus biógrafos— es un nuevo y sincero homenaje a quien representa CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 471

más certeramente los ideales libertarios en el Perú independiente (Tamayo Vargas 1957).

Entre 1957 y 1959, Tamayo Vargas escribió varios radioteatros para Radio Nacional. Algunos eran completamente nuevos, y otros versiones abreviadas y mejoradas de las adaptaciones de novelas peruanas que había escrito en 1944, también para la emisora del Estado. Entre los títulos se hallaban: Sacrificio y recompensa, sobre la novela de Mercedes Cabello, en cinco capítulos (había llevado antes a la radio una versión de diez capítulos); Una muchacha del campo basado en un tema del escritor colombiano Luis Tablanca, también en cinco capítulos; Tres señas, dos ases, adaptación del cuento de Abraham Valdelomar, en diez capítulos; y Ruta de sangre, una historia de piratas ambientada en la Colonia, basada en una novela del chileno Salvador Reyes. Como en las versiones de 1944, en estas Tamayo Vargas demostraba conocimiento del medio radial: en los guiones había indicaciones de efectos de sonido, los diálogos primaban sobre las descripciones del narrador, los parlamentos eran breves y verosímiles. Radio Nacional emitió también un radioteatro sobre la historia del Perú escrito por Mario Herrera Gray e interpretado por el elenco dirigido por Guillermo Lecca Iturbe. En enero de 1958 transmitiría una adaptación de Don Quijote de la Mancha con libretos de Alberto Pradel, y la voz de Roberto Airaldi (La Crónica, tercera edición, 5 de enero de 1958). La otra emisora del Estado, Radio Mundial, bajo la gestión de Malva Luna, adaptó su auditorio para convertirlo en una sala de teatro de cámara. A mediados de 1958 firmó contrato por dos años renovables con la compañía de la joven actriz Lucía Irurita para que escenificara allí obras que serían transmitidas. El Teatro de Cámara de Radio Mundial debutó con Ligados de Eugene O’Neil el 23 de agosto de 1958. La compañía estaba formada por Lucía Irurita (directora general y actriz); Conrad Fisher y José Carlos Tuccio (productores); Fernando Samillán y Conrad Fisher (directores); Carmen Escardó, Rosa Wunder, Saby Kamalich, Fabiola Goicochea, María Elena Morán, Vilma Valdivia, Isabel Capocci, Haydee Ingunza (actrices); José Carlos Tuccio, Víctor Goicochea, Ricardo Tosso, Hernando Cortez (actores); Carlos Bernasconi, Alfredo Ruiz Rosas (escenógrafos); Paul Delfín (técnico de luces); Alberto Medinacelli (jefe de escena); Herbert Bittrich (sonido); Francisco Solano y Manuel Mendoza (encargado de la tramoya) (La Prensa, 23 de agosto de 1958). En El Sol destacaron las adaptaciones de importantes obras de dra- maturgos contemporáneos que dirigió Alberto Sorogastúa. Versiones de Sartre, Camus, Pirandello y Eugene O’Neil fueron interpretadas por un 472 EMILIO BUSTAMANTE

elenco integrado por Luis Álvarez, Leonor Arrieta, Carlos Velásquez, German Vegas Garay, Ina Duval y Ana Mendoza. El Sol también programó el radioteatro de la compañía Ureta-Travesí, a las 16.00 horas, en el que debutó en 1957 la adolescente Gloria María Ureta, hija de Juan Ureta Mille y Elvira Travesí. En Central, Pepe Soria, Linda Guzmán y Pepita Miró dirigieron cuadros radioteatrales; y destacaron allí actores veteranos como Carlos Ego Aguirre y noveles como Hudson Valdivia. La Crónica, por su parte, buscó arrebatar a Central el primer lugar como emisora de radioteatros, y lo consiguió con elencos dirigidos por Ofelia Van Galen, Miguel Arnaiz, Gloria Travesí y Manuel Delorio, en los que destacaban, entre otros actores: Carlos Curonisy, Rosa María Quiroz, Jesús Morales, Dalmacia Samohod, Adriana Romero, Raúl Varela, Tito Díaz, Consuelo García, Carlos Cisneros, Alfredo Bouroncle, Marietta y Zarela Cruzado, Luis Otoya, Carlos Larrañaga, Eduardo Olivares, Noemí Roldán, Cuchita Miró, Aníbal Ráez y el argentino Pepe Martin. Los libretos, en su mayoría, eran de melodramas y habían sido adquiridos en el extranjero; figuraban autores como José Caiñas Sierra (El hijo de la otra), Caridad Bravo Adams (Bodas de odio), Iris Dávila (El pasado de mi madre) y Abel Santa Cruz (Juan Satanás). Los títulos eran sumamente expresivos: El dolor de una mentira, El secreto piadoso, Peor que ser culpable, Un ángel en el fango, Cuando el rival es un hijo, Sangre de mi sangre, Rosaura a las 10… No faltaron quienes acusaron a los argumentos y diálogos de muchos de ellos de “inmorales” (Última Hora, 17 de julio de 1957); mientras otros hablaban de “temas adultos” y parlamentos “naturalistas”. No había, en cambio, objeciones a la dirección y las actuaciones, a menudo impecables; por eso cayó tan mal al gremio de actores que a fines de 1957 se anunciara que La Crónica había comprado Yo pecador, radioteatro grabado en Buenos Aires sobre la vida de fray José Mojica (La Prensa, 15 de noviembre de 1957; La Crónica, 14 de noviembre de 1957). No se pudo evitar, sin embargo, que radioteatros grabados en el extranjero fueran comprados y emitidos por emisoras limeñas, aunque el público prefirió siempre los nacionales.

1.7.5 Informativos Aparecieron programas nuevos en los que los locutores no se limitaban a leer los diarios. Rafael del Carpio y Alberto Pradel realizaron Reportajes en la calle en 1957 para Radio Nacional con unidad móvil; uno de sus transmi- siones más comentadas fue la que hicieron desde La Ciudad de Los Niños, CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 473

con una entrevista al padre Iluminato. Ese mismo año, el joven Juan Gargurevich inauguró el microprograma Hoy en La Crónica, y Efraín Bazán presentaba El reportaje del día dentro de Almanaque sonoro de Juan Malmborg en El Sol. Desde 1958 en Central, el anticomunista cubano Armando Cruz Cobos escribía Más allá de la noticia, que era leído por Nelson Arrunátegui a las 12.30 horas. El 12 de mayo de 1960 se presentó en ese programa la grabación “Testimonio de Huber Matos en su propia voz” (La Crónica, 12 de mayo de 1960). Matos, quien participó en la guerrilla que tomó el poder en 1959, había sido condenado por el régimen cubano a veinte años de prisión. Este testimonio se repitió el 20 del mismo mes. Algunas emisoras empezaron a reportar informaciones desde el Congreso de la República: Victoria, Panamericana e Inca. Esta última tenía el programa Parlamento radial producido y conducido por Jorge Escalante, con “comentarios y entrevistas a todos los parlamentarios, y con informes sobre los sucesos concernientes a la actividad cívica”; iba de lunes a viernes, de 18.00 a 18.15 horas (La Prensa, 11 de febrero de 1958). Panamericana salía con Parlamento al día en 1957, que luego cambió de nombre por El Parlamento en síntesis; era dirigido por Mario Vargas Llosa, quien estaba a cargo, además, del Servicio Noticioso de Radio Panamericana. En 1958, Vargas Llosa viajó a París luego de ganar un concurso de cuentos (La Prensa, 8 de enero de 1958). La radio brindó también un servicio de avisos de interés público, provocando en algunos casos cierta alarma en la población. En noviembre de 1959, emisoras de Lima advirtieron a los oyentes que el médico Alberto Torres había olvidado en un ómnibus Cocharcas-José Leal una probeta de cultivo con virus de poliomielitis. Tras la “alarma general” y la “psicosis colectiva”, según el vespertino Última Hora, el chofer del vehículo —que había escuchado la radio— devolvió el objeto, “siendo inmediatamente vacunado” (Última Hora, 18 de noviembre de 1959). Exageración o no del diario, el pánico provocado por aquel aviso fue, sin duda, menor del que generó una falsa noticia propalada por Radio Victoria con motivo del Día de los Inocentes. El 28 de diciembre de 1959, Juan Ramírez Lazo, de Radioperiódico El Mundo de Victoria, quiso emular a Orson Welles. El Comercio reseñó así lo sucedido:

En el servicio noticioso de Radio Victoria que se propala de 7 a 8 de la mañana, el lunes último, en momentos en que se hallaba leyendo informaciones del exterior, tomadas de los diarios locales, el locutor interrumpió la audición, y poniendo un tono dramático, manifestó que ofrecería una versión extraordinaria, y era que en Talara, cerca del 474 EMILIO BUSTAMANTE

lugar denominado El Alto, un pescador había observado un platillo volador en tierra. Según la alarmante especie radial, el pescador comunicó el hecho a las autoridades de policía, las que a su vez entraron en contacto con los Ministerios de Marina y Aviación. Añadía el locutor que la zona en que había caído el platillo volador, cercana a la playa, estaba calcinada y que el pescador había visto una portezuela abierta por la que descendieron dos seres de tamaño descomunal. Agregó el locutor alarmista que de inmediato presentáronse corresponsales de todos los diarios del país y de agencias noticiosas. […] insistió en que muchas personas suspendieron sus viajes al Norte del país por temor a mortales radiaciones. Estas informaciones tremendistas causaron, por supuesto, la alarma consiguiente entre los radioescuchas; pero luego vino otra, igualmente inquietante. Dijo el locutor, que a causa de la repentina crecida de las aguas del Rímac, el puente Santa Rosa se había derrumbado. Esta nueva fue dada varias veces con tono sensacionalista. Muchas personas preguntaron entonces a nuestro diario sobre la veracidad de las afirmaciones […]. Varios radioaficionados establecieron también contacto con el Norte, indignándose al enterarse de la falsedad de los hechos propalados (El Comercio, 30 de diciembre de 1959).

1.7.6 Programas de concurso El aclamado Helene Curtis pregunta por 64.000 soles terminaría su temporada en radio en 1957, y, como ya hemos señalado, entraría en receso con miras a reaparecer en televisión. Pablo de Madalengotia, sin embargo, conocería un nuevo suceso en Panamericana con Pablo y sus amigos, un show de conversación a la manera de los conducidos por Ed Sullivan y Jackie Gleason, según La Prensa (La Prensa, 19 de febrero de 1958). Madalengotia aclararía años después que se había inspirado en realidad en el Tonight Show de Johnny Carson. Fueron sus primeros invitados la reina de belleza Gladys Zender y Tony Moro, “el rey del cha- cha-cha” (Alegría 1993: 173-174). Un concurso mucho más humilde que Helene Curtis pregunta por 64.000 soles causaría sensación en 1958, permaneciendo en la memoria de los oyentes durante décadas: 1160 y Naranjas Huando premiaban al loro que dijera el nombre del producto. La expectativa fue aumentando a medida que desfilaban por la emisora cada vez más loros. El diario La Prensa informaba en agosto de aquel año:

Hasta ayer ni un solo loro ha pronunciado la frase publicitaria que exigen los patrocinadores del original concurso que difunde con el ochenta por ciento de sintonía de la ciudad, la perseverante Radio CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 475

Once Sesenta. Mientras se sostiene que el mutis de los loros confirma la teoría del absoluto silencio nocturno de estas aves, por otro lado, el espectáculo que proporcionan sus poseedores ante el micrófono es intensamente conmovedor. Niños y mujeres le imploran al loro que diga la frase, con una entonación que inspira lástima (La Prensa, 12 de agosto de 1958).

1.7.7 Programas humorísticos Freddy El Rezongón regresó al Perú en setiembre de 1957, y con él volvieron Loquibambia y Escuelita nocturna, esta vez en Radio La Crónica. Loquibambia duraba treinta minutos y tenía como figuras a Juan Carlos Altavista (Mocoso, El alemán Otto, El Chapetón Muñeira, Doña Marietta, El Gangoso, Claretino, El Tartamudo Pánfilo, Guarioni), Tulio Loza (Quispe y Flor de Lys), Chicho Romero (Catalino, El vendedor de paltas, Vinatea, Rábano Menacho), Enrique Victoria (El Chileno, El Funebrero, el Pocholo), y Benjamín Arce (Huacatay, El Piurano, Bardales). Pepe Morelli era el director musical. El programa comenzaba con una canción de melodía característica, entonada a coro por los integrantes del plantel, y cuya letra cambiaba a diario. Luego venía la presentación del animador (David Odría) y a continuación los sketchs. En una audición de 1959 se escucha lo siguiente:

Loquibambia, la emisora / que funciona media hora. / Hoy actúan locos mansos / que se ganan sus garbanzos. / Se transmite una novela / pues lo pide la clientela. / Y tenemos consejitos / que va darles Flor de Lys / Flor de Lyyysss…. Animador: Sí, señores, esto es Loquibambia. El suceso cómico del momento. La creación festiva de Freddy, por los 1320 kilociclos de Radio La Crónica. Entre risas y piruetas: ¡aquí están los locumbetas! Y como dijo Bermejo, con ustedes los dejo. […] ¡Oiga, oiga!, ¡ya está, ya está!, ¡lo dije!… ¡Deme los veinte mil! Oiga primo, ¿y usted quién es? Un loco. Un loco lindo. Flor de loco. Soy un loco con vista al mar… Shhhh… ¿Qué pasa? Los indios… ¿están lejos? (Al público:) A este le sigo la corriente, ¿no? Le sigo la corriente… ¿Qué pasa con los indios? 476 EMILIO BUSTAMANTE

¿Dónde están los indios, piyú, piyú? En el sótano. ¿Qué están haciendo? Tejiendo chompas ¿No estarán envenenadas? ¡Sí! Gracias a Dios; le regalaré una a mi suegra. Este, tan loco parece que no está. Shhhh…Shhhh… Pongan atención… Ya está puesta. Ponga un poco más Aquí tiene, tome. ¿Está bien así? Shhhh… Silencio en la noche… ¿Ya todo está en calma? Sí pué. ¿El músculo duerme? Sí, primo. Muy bien… Shhhh… Entonces acérquense y escuchen… Escúchenme: “Naranjas Huando”. Bueno, ¿y qué? ¡Vaya pasando los veinte mil, pues hombre!, ¡lo dije!... ¡Lo dije bien clarito! ¡Págueme! ¡Usted está loco, hombre! Sí, claro. ¿Cómo se atreve a reclamarnos nada? Soy el primer loco que dijo “Naranjas Huando”. ¡Gané! Hombre, no diga usted disparates. Aquí no le damos nada, ¡no le damos nada! Ustedes ofrecían veinte mil al primer loco que dijera “Naranjas Huando”. ¡Yo lo dije!... Vengan los veinte mil… No, primo, no, el concurso era para loros y no para locos, pué ¿Ah no? ¿Ah no, no?... ¿Entonces por qué no escribieron claro, a ver?... ¿Y ahora qué hago yo?... ¡Tres meses aprendiendo a decir “Naranjas Huando” y ahora se salen con eso, ¿no?!... ¡Tres meses para decir CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 477

“Naranjas Huando!... ¡Aquí hay amarre!… ¡Y yo que tenía tantas esperan- zas de ganar los veinte mil loros! Oiga usted, el premio es de veinte mil soles, no loros. ¡¿Soles?!... Arghhhh… ¡Qué asco!... Entonces no me importa. ¿Qué me haría yo con veinte mil soles? No sé qué podría hacer usted con esa plata… ¡Ah, ya sé! ¡Me compraría un loro! ¡Chau, chau!... Ujujujú….Ujujujú… (Freddy el Rezongón 1958)

En la nueva Escuelita nocturna, Freddy contaba con actores experimentados como Juvenal Malpartida (Pachitea) y Violeta Bourget, y nuevos talentos como Ana María Miranda, quien hacía ahora de la niña boba Garufita. En audición del 11 de noviembre de 1958, escuchamos:

Profesor: Bueno, bueno, a estudiar. Historia Antigua. A ver si… Vampi: ¿Paso yo, señor? Profesor: Esteee… ¿Se siente bien en Historia Antigua? ¿Podrá responder acerca de la civilización maya? Vampi: Cómo no, señor. Pregunte que lo atiendo ansiosa… Profesor: Bien, hablemos entonces de lo que sepa de la civilización maya. Vampi: Sí, señor. La civilización maya fue la civilización de los balnearios y las playas. Profesor: No, no, no…. Ayayay… parece que está confundidita… ¿Por qué dice eso? Vampi: Señor, lo he leído. Esa fue la civilización por la cual se impuso la malla de baño, era la malla exigida por la civilización… Ay, ¿no es así, señor? Profesor: No, no por ahora no, señorita, está en un error. Vampi: ¿Ha visto, señor? Los autores de los libros de historia solo buscan desorientar a los alumnos. Profesor: No se preocupe, señorita, por ahora le pongo un 20. Sabino: ¡Oiga, qué es eso, no sabe nada y le encaja 20! Profesor: Usted no se meta. Le pongo un 20 por adelantado, porque estoy seguro de que aprenderá la lección para la próxima. Vampi: Gracias, señor, usted es un tesoro. Almenara: Seguro, seguro, “el tesoro de la juventud”. 478 EMILIO BUSTAMANTE

Cucharita: ¡Señor, señor! ¿Por qué no estudiamos Historia Antigua? Papacho: Pero mi purruchunchita linda, si en eso estamos. Cucharita: ¿Ah si? Yo voy. Ay, pero yo quisiera estudiar esa parte de la civilización maya. Papacho: Otra casualidad, mi chimbelita, justo en esa parte estamos. Profesor: ¿Acaso sabe decirme qué ha sido la civilización maya?, ¿en qué época tuvo lugar? Cucharita: Sí, señor. La civilización maya fue entre abril y junio. Profesor: ¡Vaya a su asiento! ¡Tiene cero! Cucharita: (enojada) ¡Ajá! ¡Cero, ¿no?! ¡A la Vampi 20, y a mí cero, ¿no?! ¡Ajá! ¡A la huelga! (Freddy el Rezongón 1959)

Como señalaba el semanario 1957, aquel año hubo toda una “floración” de programas cómicos. A la reaparición de Loquibambia y Escuelita noc- turna se añadió el estreno de La patota de Peteto, Ensalada Popoff y La vuelta al mundo; y se mantuvieron Ceferino el Adivino y Callejón (1957 Semanario peruano, 23 de octubre de 1957). Callejón cumplió un año el 1 de octubre, con emisiones de tres veces por semana. Los actores eran: Luis Álvarez, quien interpretaba al portero del conventillo, y dirigía el elenco; Moisés Asturrizaga y Cuchita Miró (Perochena y su consorte), Carmen Escardó (Olinda La Negra), Raúl Varela (El Viejo Cirilo), Enrique Carrión (El Chino Flaco), y Carlos Rodrigo (Malambito). En febrero de 1958 se anunció que Callejón, que seguía cosechando éxitos en radio, sería llevado al teatro, con dirección de Raúl Varela. Ensalada Popoff se estrenó el 16 de octubre de 1957, con Carlos Galán, el trío infantil Los Gorrioncitos, Alberto Díaz, Violeta Bourget, Amparito Rivera, Ana María Miranda y Chicho Romero. Los libretos eran de Alberto Quiroga y Flor Ángel Ortega. Iba los lunes, miércoles y viernes a las 20.30 horas por La Crónica; pero a los pocos meses el programa fue cancelado por falta de sintonía y poco público en el auditorio. La prensa atribuyó el fracaso a que “era un calco de espacios argentinos” (1957 Semanario peruano, 11 de diciembre de 1957). La vuelta al mundo era una adaptación humorística de la obra de Julio Verne con libretos de Raúl Varela y las actuaciones de Pachitea y Edmundo Moreau; lo emitía San Cristóbal. La patota de Peteto salía por La Crónica, con un elenco de lujo integrado por Edmundo Moreau, Reynaldo Malbran, Pachitea, Ana María Miranda, Carlos Oneto, Roberto Airaldi, Chicho Romero CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 479

y Sonia del Mar. Los libretos eran de Sofocleto, y estaban inspirados “en hechos reales sobre un grupo de amigos” (La Crónica, tercera edición, 17 de setiembre de 1957). Al año siguiente, Sofocleto firmó contrato con El Sol. Otro exitoso escritor cómico de entonces, Pedrín Chispa, se convertía en productor independiente, y escribía para audiciones de Panamericana, América y Victoria. Teresita Arce se mudó de Victoria a América en 1957, donde siguió interpretando a sus queridos personajes, esta vez con libretos de Dante Miller (Don Rebote). Su retiro, sin embargo, estaba cerca.

1.7.8 Programas culturales y cinematográficos En 1958 se oficializó La Universidad del Aire de Radio Nacional, una serie que se proponía “proyectar la enseñanza hacia todo el país, mediante programas que eleven el nivel cultural de nuestro pueblo”. Estos programas se irradiaron a partir del 14 de abril, de lunes a viernes, de 19.15 a 20.00 horas, en ciclos trimestrales que incluían tres clases diarias de quince minutos cada una. Los profesores eran: Augusto Tamayo Vargas (Literatura Peruana), René Boggio (Educación Cívica), José Matos Mar (Historia del Perú), Gonzalo Reparaz (Geografía del Perú), Ernesto Gastelumendi (Urbanismo), Luis Jaime Cisneros (Castellano), María Wiesse (Apreciación Musical). El lema de La Universidad del Aire era: “La educación al alcance de todos”. La emisora tenía la intención de que los programas se escucharan “en la capital y en los más remotos puntos del país” (se transmitían en onda larga, en 854 kilociclos, y dos ondas cortas, de 31 y 49 metros); además, ofrecía a los oyentes que tuvieran un especial interés en uno o más cursos las síntesis mimeografiadas de ellos, para lo cual solo tenían que solicitarlas a sus oficinas. En conexión con La Universidad del Aire, Radio Nacional inició ese mismo mes un programa de radioteatro sobre la historia del Perú, que ya hemos citado. Este radioteatro iba de lunes a viernes de 18.05 a 18.30 horas, estaba dirigido por Guillermo Lecca Iturbe, y tenía libretos de Mario Herrera Gray; comprendía doscientas audiciones (Radio Nacional del Perú s/f). El 8 de febrero de 1957 murió José Gálvez; había sido una presencia recurrente en la radio en los breves períodos de democracia que había vivido el país. Las emisoras del Estado se declararon en duelo y pasaron música clásica todo el día. Mundial emitió boletines especiales con la biografía del poeta y textos suyos, mientras que Panamericana le hizo un homenaje en el espacio Música y sucesos del ayer, al que había sido invitado meses antes por Roberto Cruzalegui. Al año siguiente, Cruzalegui y su programa se trasladaron a Radio Nacional, luego de completar quinientas audiciones. 480 EMILIO BUSTAMANTE

En 1957, Ciro Alegría retornó al Perú. En Nacional, César Miró lo entre- vistó en diciembre al lado del ecuatoriano Jorge Icaza sobre la novela en Latinoamérica. En enero de 1958, Alegría rindió un homenaje a César Vallejo en Radio Trujillo. La actriz Ofelia Woloshin inauguró en julio de 1957 Poetas del Perú y del mundo en 1160, con el auspicio de la Editorial Losada; y, en febrero de 1958, el poeta Juan Gonzalo Rose salió al aire por las ondas de América conduciendo Notas de Latinoamérica con “estampas y música folklórica del hemisferio”, tres veces por semana (La Prensa, 1 de febrero de 1958). Radio Selecta, de José Eduardo Cavero, sumó a sus espacios de música clásica una guía cultural y un radioteatro sobre compositores con libretos de Nicolás Cisneros. Radio Luz, vinculada como sabemos a la Iglesia católica, estrenó su onda corta en 1958 y anunció el lanzamiento de las Escuelas Radiofónicas, destinadas a “proporcionar enseñanza elemental a los pobladores de los pueblos más apartados del país” con lecciones de higiene, alfabetización, cálculo, moral, agricultura y recreación (La Prensa, 12 de agosto de 1958). Entre los programas de información cinematográfica, se fortaleció Charlas de cine de Pepe Ludmir en Panamericana, que hizo coberturas exclusivas de la entrega del Óscar. Otros espacios fueron Brújula de cine de Néstor Gross en 1160, Mundo cinematográfico de Carlos Peña Jr. en Radio Lima, y el decano Microcine radial de César Augusto Huerta en Central.

1.7.9 Programas infantiles y femeninos En diciembre de 1957 retornó El Abuelito Tito (Carlos Alipio Ponce de León) a Lima, después de largas temporadas en el sur del país y Bolivia. Anunció que trabajaría en Radio Miraflores. Los programas infantiles más sintonizados, sin embargo, seguían siendo Radio Club Infantil de Maruja Venegas en Mundial y Fantasía infantil de Lucerito del Valle en Central. En Panamericana, Edna Delgado, “erudita en materia de cocina”, conducía Sazonando en 1958. En diciembre de 1959, Queca Herrero, de Sólo para mujeres, anunció que dejaba la radio para incursionar en la televisión.

1.7.10 Programas deportivos Alfonso Pocho Rospigliosi y Littman Gallo, dos legendarios periodistas deportivos, se iniciaron en el medio radial en 1957, según cuenta Littman Gallo a Luis Carlos Arias Schreiber: CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 481

Nuestra primera experiencia en ese medio fue en 1957 a través del programa Sinopsis del Deporte, que se transmitía por Radio San Cristóbal. El conductor era Santiago Ferrando (hermano de Augusto, amigo íntimo de Pocho), y teníamos entre los comentaristas a Lolo y Arturo Fernández, que no tenían mucha facilidad de palabra, pero eran figuras reconocidas y queridas por los hinchas. Después, siempre con Pocho, pasamos a Radio Sport, donde hicimos un programa diario de siete a ocho de la noche, desde estudios. Radio Sport, cuyo dueño era el señor Huanta [sic], tenía estudios por el Estadio Nacional y había sido fundada en 1955 por Juan Sedó y Gustavo Montoya, pioneros de la prensa deportiva en el Perú. La mecánica de nuestro programa era parecida a la actual: presentábamos noticias, se hacían algunas entrevistas por teléfono y pasábamos las notas que habíamos grabado en los entrenamientos de la mañana. Al comienzo los jugadores se reían de vernos cargar nuestras grabadoras, que entonces eran tremendos aparatazos. Por esos años el gran programa deportivo radial era, sin dudas, Pregón deportivo, conducido por Óscar Artacho, con un equipo en el que figuraban Miguelito de los Reyes, Lucho Vélez, Raúl Goyburu, Pedro del Pino… Se transmitía por Radio El Sol y Pocho trabajó durante un tiempo con ellos […] (Arias Schreiber 2008: 289).

En 1959 se integraría a Pregón deportivo el comentarista argentino Luis Garro, quien años más tarde sería compañero de Pocho Rospigliosi y Littman Gallo en Ovación, el programa que los haría famosos en El Sol. Otro periodista deportivo cuyo prestigio iría creciendo con los años, Eduardo San Román, transmitía los encuentros futbolísticos desde el Estadio Nacional en 1958; al año siguiente pasaría a Radio Ritmo (ex-Radio Sport), donde compartiría cabina con Luis La Torre y Alberto Mecklenburg. Este último, pese a haberse salvado de morir en un accidente automovilístico (el mismo en el que perdió la vida el dueño de Radio Sport, Óscar Huayta), no abandonó su pasión por los fierros; hacia 1959 conducía en Miraflores Rugen los motores.

1.7.11 Visitantes El 8 de enero de 1957 llegó a Lima el mexicano Pedro Infante (el mayor ídolo del cine y la canción latinoamericanos de entonces) para una breve tempo- rada, contratado por Publicidad Causa y Pilsen Callao. Arribó a las 7.30 horas; cinco mil personas lo esperaban en el aeropuerto de Corpac. Se alojó en el Hotel Bolívar, y según el diario La Prensa, “a cada rato tenía que salir al balcón” para saludar a la gente que lo vitoreaba en las afueras del hotel (La Prensa, 9 de enero de 1957). Dio audiciones en los teatros City Hall, Porvenir, Primavera y Pacífico del Callao. El debut fue en el City Hall, lo transmitió 482 EMILIO BUSTAMANTE

Radio Victoria e incluyó números previos con Julio Genta, Los Embajadores Criollos y el dúo Irma y Oswaldo. Pedro Infante interpretó varios temas de 20.00 a 20.30 horas; Jesús Vásquez cerró el espectáculo (La Prensa, 10 de enero de 1957). El animador fue Juan Felipe Montoya. Una nueva presenta- ción en el City Hall, el 12 de enero, fue transmitida también por Victoria, y esta vez contó con Fernando Farrés y Gonzalo Menacho como maestros de ceremonias. El cantante se despidió el 15 de enero con una actuación para los niños del sanatorio de Bravo Chico en la que participaron además Jesús Vásquez, Los Chamas y el conjunto Los Karamandukas (La Prensa, 16 de enero de 1957). Partió con rumbo a Panamá el 16 de enero. Durante su permanencia en Lima atendió a varias entrevistas y respondió por escrito a un cuestionario de la revista Radiovisión, donde dijo tener 39 años de edad y un hijo de 19 meses de su último matrimonio, haber actuado en 56 pelí- culas, gustar de los libros de Salgari, poseer una quinta, ocho autos, cuatro aparatos de televisión, haber sido tentado por Hollywood y no haber acep- tado por temor, sufrir de muchos defectos… Preguntado por qué profesión le agradaría si no fuera artista respondió “fabricante de muebles” (había sido antes carpintero), e interrogado por su hobby contestó: “volar” (Radiovisión 22, 31 de diciembre de 1956). Como se sabe, murió en un accidente de avia- ción el 15 de abril de 1957. En junio de 1957 vino Antonio Badú para cantar en Victoria; hijo de libaneses nacido en México, había actuado en numerosas películas. En julio arribó La Sonora Matancera, traída por Óscar Dianderas de Radio Lima. En agosto, el mexicano Pepe Aguilar cantó en Victoria, y en noviembre el ecuatoriano Julio Jaramillo fue contratado por la misma emisora. Un acontecimiento realmente especial fue la presentación en Radio Nacional de la actriz francesa de origen español María Casares. Por deferencia a César Miró, de quien era amiga, presentó El malentendido de Albert Camus con el Teatro del Aire junto a Guillermo Lecca Iturbe, Elvira Tizón y Marianella Ureta, el 20 de octubre de 1957. Casares y Jean Vilar estaban de gira por Sudamérica. En enero de 1958 volvieron a pisar el país el norteamericano Andy Russell y la mexicana Evangelina Elizondo, ambos para presentarse en El Sol. La visita más destacada de ese año fue, sin embargo, la del cubano Benny Moré, quien fue recibido por caravanas de admiradores. Se presentó en junio con dieciocho músicos en Radio La Crónica y las boites Embassy y Las Brujas. Fidel Ramírez Lazo y David Odría fueron los anfitriones en La Crónica. Al año siguiente retornaron los populares Bienvenido Granda, para La Crónica, y Mario Clavell para América. En 1960 Rolando Laserie actuó en La Crónica. CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 483

Bill Haley y sus Cometas, el grupo que colocó por primera vez una canción de rock en una película de Hollywood (Rock around the clock en Blackboard jungle de Richard Brooks, 1955), inauguró el 25 de noviembre de 1960 el nuevo auditorio de Radio Victoria en el edificio Cavero-Dubois de la avenida Tacna. La Crónica dijo que el arribo de Bill Haley a Lima causó “un gran revuelo en el aeropuerto” y que hubo “lunas rotas” e “histeria general”; el reportero del diario ampliaba así la información: “El astro Bill Haley sufrió el robo de su billetera conteniendo trescientos dólares, sus anteojos, sombrero, pañuelo y un prendedor de oro. Y para colmo de la tremenda agitación de la que fue objeto, una furibunda admiradora intentó cortarle el rulo que le cae a su amplia frente y que es característica de su personalidad artística” (La Crónica, 26 de noviembre de 1960). Bill Haley compartió escenario en Victoria con Luisito Aguilé y Domingo Rullo; animaron el espectáculo Carlos Alfonso Delgado y Moisés Arias. Ese mismo mes volvió el Zorro Iglesias para presentarse en La Crónica; el diario del mismo nombre (y los mismos dueños) pronosticaba: “‘El Zorro’ Pepe Iglesias conseguirá —al igual que lo hizo Sarita Montiel— que se apague el 90% de los televisores la noche que él esté haciendo sus pro- gramas de radio en los 1320 kilociclos” (La Crónica, 15 de noviembre de 1960). A partir de ese año, sin embargo, la mayoría de los artistas extran- jeros de renombre arribarían para presentarse casi exclusivamente en tele- visión. No obstante, La Crónica (cuyos propietarios no tenían canal de televisión) insistió en presentar a artistas de primer nivel; en junio de 1961 trajo al italiano Domenico Modugno.

2. El replanteamiento del modelo radial

[…] es necesario reemplazar a los actuales organismos y comi- siones que han sido creados en forma transitoria para resolver problemas específicos de telecomunicaciones, por un nuevo organismo cuya dinámica se proyecte a una política de reno- vación y unidad del sistema de Telecomunicaciones en el País. Considerando del Decreto Ley 14198 que crea la Junta Permanente Nacional de Telecomunicaciones, 31 de agosto de 1962.

Desde mediados de 1930 el modelo peruano era el de una radio básica- mente comercial, donde el Estado, propietario de las frecuencias, se reser- vaba una o más de ellas pero adjudicaba la mayoría a empresas particulares que se regían por las leyes del mercado. Este modelo no era estrictamente 484 EMILIO BUSTAMANTE

liberal, sin embargo, pues los gobiernos dictatoriales que asumieron la administración del Estado ejercieron censura sobre las informaciones; pese a ello, durante la dictadura de Odría las grandes cadenas encabezadas por Radio América y Radio Victoria prosperaron notoriamente. Esta prosperi- dad estuvo facilitada por el incumplimiento del pago al Estado del derecho de frecuencia y la falta de abono de los derechos de seguro social de los trabajadores. Durante el segundo gobierno de Manuel Prado se buscó crear una nueva legislación sobre los medios debido, entre otros factores, a la inminencia de la llegada de la televisión. Los gremios empresariales pugnaron por participar en las comisiones encargadas de elaborar las nuevas normas. El reglamento de 1957 no dejó del todo satisfechos a estos gremios, y mucho menos otras disposiciones legales, como la de derechos de autor. La norma de 1957 distinguía entre emisoras comerciales, culturales y estatales, tratando de diversificar el régimen; sin embargo, las de mayor potencia y alcance seguían siendo las emisoras comerciales, aparte de la poderosa Radio Nacional. La Junta Militar de Gobierno (1962-1963) al crear la Junta Permanente Nacional de Telecomunicaciones (JPNT) como órgano estatal que supervisaba las telecomunicaciones en el país, se enfrentó con los propietarios de las principales cadenas privadas. La creación de la JPNT fue un primer paso hacia un mayor control del Estado de la actividad radial y televisiva, con énfasis en el interés público. Como veremos más adelante, la JPNT se planteó la elaboración de un Reglamento de Telecomunicaciones que reemplazara al de 1957, y en la que no participaran los propietarios de las emisoras privadas. La JPNT subsistió durante el primer gobierno de Belaunde, aunque variando en algo su composición. Para entonces ya estaban muy marcados dos bandos que evidenciaban dos políticas frente a la radio, y que contemplaban, por cierto, de modo distinto el régimen de propiedad vigente desde mediados de la década de 1930. De un lado estaban las Fuerzas Armadas, el partido Acción Popular, la Democracia Cristiana y las fuerzas nuevas de centro e izquierda, que querían modificar el modelo, dándole un carácter más cercano al servicio público, con mayor presencia del Estado en el empleo educativo y nacionalista del medio. Proponían, también, mejoras en las condiciones laborales, limitación en el plazo de las licencias y una mayor descentralización. De otro lado, estaban los principales gremios empresariales (Anrap y Federadio), que, contando con el apoyo de la coalición Apra-UNO, deseaban mantener el modelo de radio predominantemente comercial y los privilegios obtenidos durante los CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 485

gobiernos de Odría y Prado, es decir, licencias sin plazo, libertad de contratación, poca injerencia del Estado y consulta de este a los gremios empresariales sobre legislación, adjudicación de nuevas licencias y cambios posibles en el modelo. El desarrollo de este conflicto, cuya culminación afectó de modo especial la propiedad de los medios, puede apreciarse con mayor detalle desde las decisiones tomadas por quienes tuvieron la conducción del Estado a partir de 1962, como veremos a continuación.

2.1 Radio y política (1962-1963)

2.1.1 Las elecciones de 1962 Siete candidatos a la presidencia de la República se presentaron para las elecciones de 1962: Víctor Raúl Haya de la Torre por la Alianza Democrática (que agrupaba al Apra y al Movimiento Democrático Pradista); Fernando Belaunde Terry por Acción Popular; Manuel Odría por la Unión Nacional, Héctor Cornejo Chávez por la Democracia Cristiana; Alberto Ruiz Eldredge por el Movimiento Social Progresista; César Pando Egúsquiza por el Frente de Liberación Nacional, y Luciano Castillo por el Partido Socialista. La fecha de los comicios fue fijada para el 10 de julio. La campaña fue intensa, sobre todo a partir del mes de mayo, y comprendió por primera vez el empleo de la televisión; pero, siendo aún limitado el número de televisores, la radio y la prensa escrita mantuvieron su importancia como medios de propaganda y exposición de plataformas políticas. El general Pando Egúsquiza y Genaro Carnero Checa, del FLN (vinculado al Partido Comunista), hablaron el último día de abril por Radio Nacional, en el bloque electoral, invocando el voto de los trabajadores a propósito del Primero de Mayo. Haya de la Torre se presentó el 2 de mayo en el teatro Libertad de su ciudad natal, Trujillo, para exponer la “Doctrina aprista frente al comunismo”. Su conferencia fue transmitida por Radio Victoria y su cadena de radios de provincias, además de Selecta, Callao y Continente (La Crónica, 2 de mayo de 1962). La definición respecto del comunismo sería uno de los ejes de la competencia electoral. En Panamericana, en el noticiero El Panamericano, Oscar Valdivia, líder de AP, disertó el 4 de mayo sobre “Bases de un plan de gobierno” (La Crónica, 4 de mayo de 1962). Ese mismo día, Fernando Belaunde expuso su concepción de “El Perú como doctrina” a las 22.12 horas por Canal 13 486 EMILIO BUSTAMANTE

(Panamericana TV), Radio Panamericana y su cadena de emisoras de provincias (La Prensa, 4 de mayo de 1962). El sábado 5 en Nacional se lanzó al aire el “Manifiesto al país de la juventud Demócrata Cristiana” (La Prensa, 4 de mayo de 1962). La noche del 6 por Nacional, el PAP reiteró los tres objetivos básicos de su campaña: Lucha contra el comunismo, posición constructiva frente a los problemas del Perú y la consolidación de la unidad de todos los peruanos en el gobierno. El programa ocupaba el turno semanal que le correspondía a la Alianza Democrática de acuerdo con el Estatuto Electoral; se difundieron allí fragmentos grabados de conferencias que Manuel Seoane había pronunciado sobre los mencionados objetivos días antes en La Casa del Pueblo (La Crónica, 7 de mayo de 1962). Al día siguiente, en Nacional, se emitieron dos discursos de Seoane: uno realizado en Moquegua y otro dirigido a la Juventud Aprista Peruana (JAP) (La Prensa, 7 de mayo de 1962). El lunes 7 de mayo, también en Nacional, se presentaron Gustavo Valcárcel y María Salazar Moscoso del FLN, respondiendo a quienes acusaban a su agrupación de extremista, y planteando algunas interrogantes. Valcárcel preguntó: “Hace 140 años que fue proclamada nuestra independencia, pero de cada dos niños, uno de ellos no sabe ni leer ni escribir: ¿de esto tienen alguna culpa los extremistas?” (Expreso, 8 de mayo de 1962). A partir del 8 de mayo, Radio Expreso sale oficialmente al aire y apoya la candidatura de Belaunde. Ernesto Asher es el gerente y Augusto Semsch Terry figura como director artístico. Nicomedes Santa Cruz le dedica una décima a la flamante emisora que comienza con las palabras: “¡Adelante, Radio Expreso!” (Expreso, 9 de mayo de 1962), en alusión al lema de Acción Popular. La festividad del Día de la Madre no escapa a la propaganda electoral. El sábado 12, Favetta de Cornejo Chávez, esposa del candidato de la Democracia Cristiana, da un mensaje a la madre peruana por Nacional. En la misma radio del Estado se presentan el domingo 13 las damas apristas Antonieta de Prialé, Elena Távara de Seoane, Lucía Haya de la Puente, Judith Prieto de Zegarra, Graciela de Franco Guerra para rendir su homenaje a las madres peruanas (La Prensa, 13 de mayo de 1962). El jueves 17 las odriistas Jimena de Berckemeyer, María de Revilla, Nelly Mendívil y Carmen de Otoya exponen en Nacional sobre la mujer y el odriismo (La Crónica, 17 de mayo de 1962). El 27 de mayo en Nacional, Haya define la posición conciliadora del Apra frente a la Iglesia y las Fuerzas Armadas (La Prensa, 27 de mayo de 1962). Sus adversarios recordaban entonces su oposición juvenil a la consagración del país al Corazón de Jesús durante el gobierno de Leguía y el veto que CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 487

pesaba sobre él de parte de las Fuerzas Armadas. Dos días después Victoria retransmitió el discurso que pronunció el líder aprista en la Plaza de Armas de Iquitos (La Crónica, tercera edición, 29 de mayo de 1962). El lunes 28 de mayo, el dirigente de construcción civil Rolando Guevara, del FLN, se presentó en Nacional, donde, según el diario Expreso, “se dedicó a dar cifras para probar la casi total dependencia económica del Perú ante los Estados Unidos” (Expreso, 29 de mayo de 1962). El mitin de Haya en el Campo de Marte de Lima fue transmitido por La Crónica y la cadena de Victoria el 5 de junio. El líder aprista habló desde las 23.15 hasta las 23.45 horas. Dijo que su partido estaba librando una batalla dramática por la supervivencia de la libertad y que la campaña electoral marcaba el fin de la “etapa preparatoria y experimental de la Convivencia”; advirtió: “o mantenemos la democracia, la libertad y la independencia del Perú, o caemos bajo la amenaza del imperialismo comunista”. Aludiendo a palabras de Belaunde según las cuales solo podrían ganarle a Acción Popular con fraude, señaló: “el único fraude es el que pretende hacer elegir a los representantes totalitarios, so capa de que son democráticos”; y prometió: “si me eligen, cumpliré hasta el fin con la lealtad inalterable de quien dedicó su vida al servicio del pueblo”. Instó a sus partidarios a “encarar y derrotar a todos aquellos que pretendan entregar a la patria a una potencia extranjera”, y los invocó a hacer “un juramento por la patria, para mantenerla libre y democrática, segura y dueña de su camino”. Insistió en que “el voto aprista será un voto contra el totalitarismo”, y pidió a la multitud votar por la lista completa. La lista incluía a apristas, pradistas y beltranistas. Según la prensa extranjera, la manifestación fue una de las más grandes de los últimos tiempos (Expreso, 6 de junio de 1962). El Movimiento Social Progresista, en cambio, no hizo mitin de cierre de campaña, según su dirigente Francisco Moncloa por falta de dinero (La Prensa, 6 de junio de 1962). El candidato presidencial del MSP, Alberto Ruiz Eldredge, expuso en Nacional la noche del 6 de junio un programa para enfrentar el subdesarrollo, que se cumpliría, aseguró, hasta 1983 en cinco etapas (La Crónica, 7 de junio de 1962). Haya, Belaunde, Odría y Cornejo dieron sus mensajes finales el 8 de junio; todos fueron transmitidos por radio. Haya se presentó en los estudios de Canal 13 a las 20.00 horas, sus palabras se escucharon por Radio Callao, Radio Onda Popular, las cadenas de Panamericana y Victoria, y por Radio Nacional y sus filiales de Tumbes, Iquitos y Tacna. Llamó a la concordia nacional y dijo que gracias a la Convivencia teníamos el mérito de vivir en libertad. Belaunde emitió un mensaje desde Canal 13 a las 488 EMILIO BUSTAMANTE

20.45 horas, que fue transmitido también por la cadena de Panamericana; y otro a las 22.00 horas en los canales 4 y 9 de televisión, simultáneamente con El Sol y América. En ambos resaltó su anticomunismo y rindió homenaje a las Fuerzas Armadas. Cornejo dio su discurso de cierre de campaña por Canal 13 (Panamericana TV) a las 21.30 horas, en cadena con Radio Nacional, Radio Panamericana y un grupo de emisoras de provincias; fiel a su agresivo estilo, se dedicó a atacar a todos los partidos, y dijo que había que votar por la DC porque si no se favorecería al comunismo. Odría, conocido por su poca facilidad de palabra, fue el único de los candidatos grandes que no se presentó en vivo; grabó un discurso en el que prometió concretar buenas relaciones entre el capital y el trabajo, y lo hizo pasar por Canal 13 a las 22.15 horas (La Prensa, 9 de junio de 1962; Expreso, 9 de junio de 1962). Las elecciones se realizaron el domingo 10 de junio de 1962. Humberto Martínez Morosini, de Radio Panamericana, entrevistó por teléfono esa noche a Odría, quien respondió desde su casa y denunció supuestos casos de fraude de los que dijo tener noticia (La Prensa, 11 de junio de 1962). Varias emisoras, especialmente Radio Continente (vinculada al Apra), informaron de los escrutinios “minuto a minuto” en los días siguientes. Aunque Continente daba como ganador a Haya, la mayoría de las otras radios (según Expreso, que tampoco era imparcial) otorgaba el triunfo a Belaunde. Los resultados indicaban, en realidad, márgenes muy estrechos de diferencia entre uno y otro. Radio Inca emitió un comunicado a las 12.05 horas del 14 de junio en el que decía, con cautela, que en vista de que los datos de los escrutinios dados por los diarios y emisoras eran divergentes y extraoficiales, desde el viernes solo transmitiría informes oficiales del JNE (Expreso, 15 de junio de 1962). Los resultados oficiales dieron como vencedor a Haya con 558.237 votos (32,98 por ciento), seguido por Belaunde con 534.828 votos (32,13 por cien- to) y Odría con 481.404 votos (28,44 por ciento). Ninguno alcanzaba el mínimo de 33,33 por ciento de los votos que establecía la Constitución como necesario para ser ungido presidente de la República, de modo que correspondería al Congreso elegir al nuevo mandatario. No obstante, las Fuerzas Armadas cuestionaron los resultados sosteniendo que las cifras que ellas manejaban en diez departamentos eran distintas a las del JNE. El 29 de junio en la noche, Manuel Seoane sugirió en Canal 13 un entendimiento entre el Apra y la UNO, y una “superconvivencia” que incluyera también a AP. El 3 de julio se presentó Pedro Roselló (candidato de la Alianza Democrática y muy cercano a Beltrán) por Canal 2 y Radio Victoria; dijo que había llegado la hora de la unidad y la cordura, que las elecciones eran CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 489

limpias, y que “elementos ambiciosos”, “heridos en su insano narcisismo”, buscaban una guerra civil, en alusión a Belaunde (La Crónica, 4 de julio de 1962). Se volvió a hablar entonces del veto de las Fuerzas Armadas a Haya de la Torre,2 y el Apra inició negociaciones con Belaunde y Odría, decidien- do al final otorgar sus votos a Odría en el futuro Congreso (probablemente la decisión más dramática del Partido Aprista en su historia). El lunes 9 de julio se produjo el esperado mensaje de Belaunde a través de Canal 13 y Radio Panamericana. Se inició a las 21.00 horas, fue corto y contundente. El candidato de AP denunció que el poder electoral se había rebelado contra los institutos armados, y declaró que él se hallaba al lado de los institutos armados porque cualquier defensa de ellos era una defensa del Perú. Dijo que el camino constitucional estaba abierto y conducía a la revisión de los resultados departamentales por el JNE. Aseguró que a la vista del “desacuerdo” entre lo sostenido por las Fuerzas Armadas y el JNE, se estaba descubriendo “la forma deshonesta” en que se había realizado el proceso. Terminada su intervención viajó a Arequipa para hacer barricadas contra el supuesto fraude (La Prensa, 10 de julio de 1962).

2.1.2 La Junta Militar de Gobierno La madrugada del 18 de julio de 1962 el presidente Prado fue depuesto por un golpe militar. La Junta de Gobierno presidida por el general Ricardo Pérez Godoy dispuso la toma de Radio Nacional y la detención del locutor de Radio Victoria Juan Ramírez Lazo. Asimismo, la intervención temporal de las emisoras Victoria, La Crónica y Panamericana, y de los canales de televisión 2 y 13. En la noche, Pérez Godoy se dirigió al país por radio y TV:

El fraude electoral acaba de poner fin a toda esperanza de libre renovación democrática. Como consecuencia, el Perú se halla al borde una lucha fratricida —ajena a toda respetuosa competencia política— que es preciso evitar porque del odio y la ambición no ha de esperarse la felicidad de la patria. Pese al clamor ciudadano y a la serena y constructiva actuación de la Fuerza Armada, llamada a asegurar los derechos de la República y el cumplimiento de la Constitución y de las leyes, un grupo de políticos,

2 Según Luis Alberto Sánchez el presidente Prado le comunicó personalmente a Haya la existencia de ese veto el 4 de julio (Sánchez 1987, 4: 4, 129). 490 EMILIO BUSTAMANTE

para quienes los intereses nacionales están supeditados a los de círculo o partido, ha ejecutado con premeditada y desafiante continuidad delictiva, este fraude electoral. El pueblo ha sido burdamente engañado con la complicidad de jurados y autoridades políticas y edilicias, según fue previsto y luego comprobado por el Poder Judicial y por la Fuerza Armada en todo el territorio nacional […]. Sería inadmisible que en estas delicadas circunstancias, cuando la democracia está en peligro, el pueblo en armas olvidara sus deberes constitucionales sin hacerse cómplice de los traidores y sujetarse a las mismas. Por eso: porque la Fuerza Armada tiene una rotunda y salvadora obligación; porque así lo han entendido y dispuesto los legisladores que la concibieron; y porque entre todas las dignísimas instituciones nacionales solo la Militar une el culto a la Patria con la capacidad compulsiva que la ley exige, debemos cumplir con la misión que el Pueblo nos confiere (La Crónica, 19 de julio de 1962).

Días después apareció en la prensa una carta abierta dirigida por el director de Radio Victoria, José Eduardo Cavero, al presidente de la Junta Militar de Gobierno exigiendo la libertad de Manuel Prado, que aún se hallaba detenido:

Lima 20 de julio de 1962 Sr. General de División don Ricardo Pérez Godoy Presidente de la Junta Militar de Gobierno: En la seguridad de creer, sincera y firmemente, estar interpretando el sentir de las grandes mayorías del país, cumplimos con nuestro imperativo al servicio de la opinión pública de la Nación, en dirigirnos a Ud., por estas, las ondas de la Organización de Radio Victoria, para formular a Ud. una solemne y patriótica solicitud: la liberación incondicional del doctor Manuel Prado, depuesto la madrugada del 18 de los corrientes, y prisionero desde esa fecha en un buque de la Armada Peruana. No creemos oportuno analizar las razones que la Fuerza Armada pudo creer tener para adoptar tal medida, pues, por encima de todo cuanto podamos creer y actuar en estos días de incertidumbre y de graves dificultades a la vida nacional, existe una autoridad muy por encima de todos nosotros que en su oportunidad sabrá calificar la dura etapa que venimos recorriendo: Esa autoridad es la Historia, y a ella, irremisiblemente, tenemos que remitirnos todos los que en uno u otro campo, nos toca la severa responsabilidad de participar, directa o indirectamente, en los hechos cuya solución la estamos solicitando. El Dr. Manuel Prado fue elegido Presidente Constitucional del Perú en las elecciones de 1956: Su ascensión al poder significó a todo lo largo CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 491

de su Mandato Constitucional, nuestro reingreso al campo del Derecho, y al más absoluto imperio de la ley. Y fue así que gracias a su línea indeclinable al servicio de nuestro Ordenamiento Jurídico, que nuestro país alcanzó un amplio y firme prestigio en el consenso de las Naciones del Mundo, además de estabilidad económica y amplia ayuda de las diversas organizaciones con las cuales los Estados Unidos de Norteamérica ayudan a las naciones de estructura democrática. [...] Por todas estas razones, señor Presidente de la Junta Militar de Gobierno, y en la seguridad de estar interpretando el sentir de las grandes mayorías del Perú y el de millones de Hombres de América y del Mundo, pedimos a Ud. solemne y patrióticamente, LA LIBERTAD INCONDICIONAL DEL DOCTOR MANUEL PRADO, a quien la Nación le entregó su personificación en las elecciones de 1956. Es solicitud que esperamos alcanzar, y que entregamos a Ud., a fin de que considerar la necesidad de presentarla a la Junta Militar de Gobierno que Ud. preside para su justa, humana y patriótica resolución. Dios guarde a Ud. Por la Organización Nacional de Radio Victoria José E. Cavero Director Gerente (La Crónica, edición de la mañana, 23 de julio de 1962).

Fue este el primer enfrentamiento de Cavero con la Junta de Gobierno. Vendrían otros. El 31 de agosto, el gobierno militar creó, mediante Decreto Ley 14198, la Junta Permanente de Telecomunicaciones (JPNT); la radio pasaba a depender de ella y no ya de la Dirección de Correos. La JPNT estaba integrada por siete miembros: tres de las FF.AA., uno del Ministerio de Gobierno, uno de la Universidad Nacional de Ingeniería y dos propuestos al interior de la Junta misma (Congreso de la República del Perú, en línea). Se encargó a la JPNT la elaboración de un nuevo Reglamento General de Telecomunicaciones. La Anrap y la Federadio se opusieron a ello, pues no fueron invitados a integrar la comisión encarga- da de preparar la nueva norma. La JPNT adujo que los propietarios de las emisoras comerciales no podían participar pues no era conveniente que fueran juez y parte. El siguiente conflicto que se produjo entre los gremios empresariales y la JPNT tuvo que ver con el pago de tarifas adeudas por las emisoras. En julio de 1963, la JPNT anunció que embargaría a ochenta emisoras privadas por no pagar derechos de licencia de funcionamiento desde 1955, cuando 492 EMILIO BUSTAMANTE

el régimen de Odría decretó la quiebra de los recibos por deudas fechadas a partir de 1947. Algunas emisoras, como las de la cadena de Radio Victoria, de propiedad de Cavero, prácticamente no habían pagado las tarifas al Estado desde su creación. El total de la deuda ascendía a 2 millones 500 mil soles. El dueño de Radio América y líder de Anrap, Nicanor González, pidió al Estado que se aplicara la misma medida que en el gobierno de Odría, es decir, la condonación de la deuda. Ante la negativa de la JPNT, González y Cavero declararon que, simplemente, no pagarían. La cadena de Radio Panamericana, sin embargo, inició el pago de su deuda, distan- ciándose de la Anrap y la Federadio. Genaro Delgado Parker declaró que cancelaría “hasta el último centavo” (Expreso, 24 de julio de 1963). Pero el cobro de estas deudas quedó en suspenso debido a la instalación del nuevo gobierno.

2.1.3 Las elecciones de 1963 La Junta Militar de Gobierno convocó a elecciones para el 9 de junio de 1963. En marzo de ese año, el general Pérez Godoy fue reemplazado en la presidencia de la Junta por el general Nicolás Lindley López. En su breve período, la Junta no solo creó la JPNT; también dio partida de nacimiento al Instituto Nacional de Planificación y emprendió un programa de reforma agraria en La Convención (Cusco), donde había tenido lugar una importante revuelta campesina. El golpe de Estado de 1962 reveló una posición institucional de las Fuerzas Armadas de preocupación por el desarrollo del país desde una perspectiva de la seguridad nacional. Oficiales formados en el Centro de Altos Estudios Militares (creado por el general José del Carmen Marín en 1950) consideraban entonces que la mejor defensa contra enemigos internos y externos como el comunismo era propiciar la modernización de la sociedad peruana, lo que suponía la atención de demandas de amplios sectores históricamente postergados; para ello se hacían necesarias reformas profundas. El golpe no solo había impedido que el candidato más conservador (Odría) llegara al poder, sino que había evidenciado que se mantenía el veto institucional contra Haya. Aunque era evidente la preferencia de los militares por Belaunde, no era seguro que ganara las elecciones de 1963, que serían nuevamente muy reñidas. En ellas la radio tendría todavía un papel importante. Se presentaron esta vez solo cuatro candidatos: Haya de la Torre por el Partido Aprista Peruano; Belaunde por la nueva alianza Acción Popular- Democracia Cristiana; Odría por la Unión Nacional; y Mario Samamé Boggio por la izquierdista Unión del Pueblo Peruano (UPP). Radio Victoria y Radio Panamericana (así como los canales de televisión 2 y 13) volvieron CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 493

a tener un papel destacado otorgando espacios a los candidatos. Radio Expreso apoyó incondicionalmente a Belaunde y Radio Continente a Haya de la Torre. El 6 de abril, el alto dirigente aprista y responsable principal de las recientes alianzas de su partido, Ramiro Prialé, habló sobre el momento político en el programa Ante el público de Canal 13, que conducía Jorge Luis Recavarren; su intervención fue también escuchada por las ondas de Radio Continente (Expreso, 6 de abril de 1963). Durante ese mes, Continente, Victoria y Canal 2 transmitieron un ciclo de conferencias sobre “Las Fuerzas Armadas y el Apra”, con exoficiales vinculados al Partido Aprista Peruano como el coronel (r) Juan Heysen Incháustegui y el capitán de navío (r) Alejandro Bastante (Expreso, 9 de abril de 1963; Expreso, 22 de abril de 1963). Radio Expreso emitió el 22 de abril un discurso de Fernando Belaunde en Piura (Expreso, 22 de abril de 1963). El 29, el candidato de AP-DC justificó a través de Canal 13 y Radio Panamericana su conducta en torno a los comicios del año anterior: “Fuimos a Arequipa a defender la civilidad y a combatir el fraude. Otros hicieron oposición ensangrentando cuarteles”, dijo. Aseguró que el fraude fue denunciado por los mismos ministros de Prado, se preguntó: “¿Íbamos a permitir nosotros esa irregularidad?”, y afirmó que ante tales circunstancias había asumido “la responsabilidad de crear el clima para frenar el fraude”. En su exposición dio cuenta también de su campaña “de frontera a frontera”, abordó los problemas del norte peruano y presentó su plan de desarrollo de la costa (Expreso, 30 de abril de 1963). El Partido Aprista Peruano inició en mayo una serie de programas con el título El Apra responde, que se emitió por los canales 2 y 13, y las emisoras Victoria y Continente. Luis Alberto Sánchez se presentó el 2 de mayo y Ramiro Prialé el 6 para hablar de los pactos electorales (Expreso, 2 de mayo de 1963; Expreso, 7 de mayo de 1963). Belaunde empleó nuevamente la señal de Canal 13 y la cadena de Radio Panamericana el miércoles 8 de mayo. Un vocero se encargó de anunciarlo: “Nosotros no tenemos dinero para competir con la millonaria campaña televisada de los adversarios, pero sí contamos con un líder que al presentarse en TV, para hablar sobre el Perú, no tiene competidores” (Expreso, 7 de mayo de 1963). Belaunde, en respuesta a los pactos del Apra, dijo que “el poder debe llegar por el camino recto de la voluntad popular y no por componendas”. Reveló que no aceptó la presidencia en 1962, “ofrecida en bandeja” por el Congreso, pues solo podía aceptar el voto popular. Criticó el contrato de Marcona y otros “sin orientación nacio- 494 EMILIO BUSTAMANTE

nalista”, y declaró que la Alianza AP-DC respetaría los convenios pero cuidando las riquezas nacionales (Expreso, 9 de mayo de 1963). Luis Alberto Sánchez compareció el viernes 10 de mayo en Canal 13, Radio Continente y la cadena de Radio Panamericana para denunciar que en la Alianza había candidatos que meses antes formaban parte de la Convivencia. Dijo que en 1957 el Apra había pedido la unificación partidaria por el bien del país, antes que Belaunde, y que “los partidos de hoy copian el programa aprista de 1931” (Expreso, 11 de mayo de 1963). El domingo 12 de mayo, Mario Polar Ugarteche, candidato demócrata- cristiano a la segunda vicepresidencia por la Alianza AP-DC, se presentó en Canal 13 y la cadena de Radio Panamericana (Expreso, 12 de mayo de 1963). El lunes 13 de mayo, en El Apra responde, por Canal 2, Victoria y Continente, Alejandro Sacco Miró Quesada lo refutaba (Expreso, 13 de mayo de 1963). En Radio Expreso, los martes y viernes de ese mes, de 20.00 a 20.30 horas, el Comando de Juventudes de AP presentaba Juventud triunfante Adelante con destacadas figuras de la Alianza como invitados: Álvaro Llona Bernal, Francisco Miró Quesada, Sandro Mariátegui, Alfredo García Llosa, Matilde Pérez Palacio, Javier Alva Orlandini, Héctor Cornejo Chávez y Mario Villarán Rivera (Expreso, 12 de mayo de 1963). El martes 21 de mayo, Prialé habló por Continente y Panamericana (televisión, radio y cadena) (Expreso, 21 de mayo de 1963). El miércoles 22 de mayo, Belaunde por Panamericana (televisión, radio y cadena) respondió a quienes venían recordando su pasado como diputado del Frente Democrático en el período 1945-1948, cuando él y su padre Rafael Belaunde parecían muy cercanos al Apra: “Nunca fui aprista”, afirmó, y añadió: “Si alguna vez coincidimos fue porque ellos se acercaron a nuestra línea recta. Nosotros no podemos estar juntos con los que firmaron el Pacto de Monterrico”. Dijo que la Alianza AP-DC se diferenciaba del “socialismo de derecha” (que invocaba Odría) y del “espacio-tiempo histórico” (en alusión a Haya), en que buscaba una solución peruana a los conflictos nacionales (Expreso, 23 de mayo de 1963). Edgardo Seoane, candidato a la primera vicepresidencia por la Alianza AP-DC, se presentó el 24 de mayo en el programa Debate de Canal 13, que retransmitieron Radio Panamericana y su cadena (Expreso, 24 de mayo de 1963). Dos días después, en El Apra responde, por Canal 13 y Radio Continente, Armando Villanueva sostuvo que el Apra era la mejor opción contra el comunismo (Expreso, 26 de mayo de 1963). El miércoles 29 de mayo, a las 20.00 horas, Belaunde, por Canal 13 y la cadena de Radio Panamericana aseguró: “No he sido ni seré comunista”, y pidió que se le combatiera con armas limpias; desmintió rumores de que la alianza con la CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 495

DC se hubiese roto, “como lo quisiera La Prensa”, y sintetizó la ideología de su partido en la frase: “La conquista del Perú por los peruanos” (Expreso, 30 de mayo de 1963). El 1 de junio, en El Apra responde, Luis Felipe de las Casas expuso el Plan de Gobierno de su partido a través de Canal 13, Panamericana y Continente (La Crónica, 1 de junio de 1963). El miércoles 3, también en El Apra responde pero por Canal 2 y Radio Victoria, además de Radio Continente, Luis Alberto Sánchez ridiculizó el Libro blanco de la Junta Militar de Gobierno en el que se pretendía exponer el supuesto fraude electoral de 1962 (Expreso, 3 de junio de 1963). Al día siguiente, El Comercio criticó que tuviera esa intervención a pocas horas del deceso del papa Juan XXIII, “cuando otros candidatos suspendieron sus presentaciones y todas las estaciones transmitieron música sagrada” (Planas 2001: 155). El 4 de junio, por Radio América y su cadena, se emitió la versión grabada de la intervención que Víctor Andrés Belaunde había tenido tres días antes en Canal 9 de televisión (Expreso, 4 de junio de 1963). Víctor Andrés Belaunde, ideólogo católico conservador, ex presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas y tío de Fernando Belaunde, llamó a los peruanos a votar responsablemente por la Alianza AP-DC, que representaba, según dijo, “la mezcla de la filosofía social cristiana y de la peruanidad”, y “una fuerza sin otro compromiso que el evangelio y la tierra”. Agregó que, lejos de apoyar al comunismo, el voto por la Alianza era la mejor forma de evitarlo, porque el Perú requería una transformación social, precisamente para evitar la revolución (Planas 2001: 143). La captación del voto católico se hallaba en marcha. El 5 de junio, Fernando Belaunde se presentó a las 19.30 en Canal 13, y por ese medio, y la cadena de Radio Panamericana, anunció que no haría mitin de cierre de campaña por respeto a la muerte del Papa (Expreso, 5 de junio de 1963). A las 20.30 horas, Héctor Cornejo Chávez, ferviente católico y líder máximo de la Democracia Cristiana, ratificó la fortaleza de la alianza AP-DC por Canal 4 y la cadena de Radio América (Expreso, 5 de junio de 1963). El jueves 6, los candidatos lanzaron su discurso de cierre de campaña por radio y televisión. Haya de la Torre se dirigió al país a las 21.30 horas por Canal 13, Panamericana y su cadena, La Crónica, Central, Excelsior y Onda Popular (Expreso, 6 de junio de 1963). Llamó a las Fuerzas Armadas para que cooperaran con todos los peruanos en el progreso del país, distinguió entre Fuerzas Armadas y gobierno, para indicar que su oposición a este no significa hostilidad a aquellas. Afirmó que su partido era de oposición pero constitucionalista porque nunca había apoyado a una dic- tadura. Culminó con una declaración de fe religiosa, que a esas alturas 496 EMILIO BUSTAMANTE

parecía necesaria: “Nosotros creemos en Dios, y Él es justicia y también libertad”, y citó a San Pablo: “Allí donde está el espíritu de Dios, allí está la libertad” (Expreso, 7 de junio de 1963). Odría habló a las 22.15 horas por Canal 2, Canal 13, Panamericana y su cadena, Victoria y su cadena, Callao y Selecta. Hizo un llamado a la unidad para el trabajo eficaz, y el olvido de las calumnias y los insultos; rechazó, asimismo, que hubiera tratado de impedir la inscripción de un candidato (Belaunde) en 1956 (La Crónica, 7 de junio de 1963). Belaunde dio nuevamente dos discursos. Uno a las 20.00 horas por Canal 13, y la cadena de Radio Panamericana; otro a las 23.25 por Canal 4 y la cadena de Radio América. En Panamericana (radio y TV) negó nuevamente que fuera comunista, como lo sostenía Última Hora. Este diario, La Crónica y La Prensa habían publicado “a toda página, un anuncio donde estaba Belaunde al centro, con la mano hacia delante, rodeado de Fidel Castro y Hugo Blanco. El titular: ‘Adelante… hacia el comunismo’ ” (Planas 2001: 142). A Última Hora, Belaunde le disparó una “vigorosa descarga”, según Expreso. Acusó a sus directivos de “felipillos que venden a su patria” y ser expresión de “peruanos que sufren de colonialismo cultural”. Analizó algunos problemas del país desde la “ideología” de AP-DC y calificó a Cornejo Chávez de “colega”, pues él fue el “arquitecto de la Alianza”. En América (radio y televisión) emplazó a sus adversarios, sobre todo a Odría, a quien acusó de querer “el fraude de la infamia y la calumnia”. Mostró un aviso de la UNO que decía “Defiende tu hogar”, en el que se insinuaba que votar por Belaunde era hacerlo por el comunismo, y preguntó si Odría había defendido el hogar de Bellido y Villegas, mártires de Arequipa en 1950 (Expreso, 7 de junio de 1963). El sábado 8 de junio, el personero de la Alianza AP-DC, Javier Alva Orlandini, se entrevistó con el director de Gobierno, Clímaco Basombrío, para protestar por el incumplimiento de la Ley Electoral de las emisoras La Crónica, Libertad y Continente, así como de Canal 2, que seguían pasando comunicados de mujeres odriistas que acusaban a Belaunde de comunista, cuando ya se había vencido el plazo de la propaganda electoral (Expreso, 9 de junio de 1963). Ese mismo día, sin embargo, El Comercio había publicado un titular: “Catolicismo peruano apoya a alianza AP-DC”, así como un manifiesto firmado por católicos que respaldaban la candidatura de Belaunde (Planas 2001: 143). Canal 2, Radio Victoria y Radio Continente difundieron durante ese día un comunicado del Arzobispado de Lima que desmentía el apoyo del catolicismo a la Alianza AP-DC. La autoridad eclesiástica decía que no apoyaba a ningún candidato político. A las 22.30 horas, el prefecto de Lima, coronel Tomás Acha CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 497

Monzón, fue a Canal 2 junto con el director general de Investigaciones, Javier Campos Montoya, y le dijeron al gerente, Luis Gálvez, que estaba prohibido transmitir ese comunicado así como la declaración de damas católicas odriis- tas. Victoria dejó de transmitirlos, pero no Radio Continente, que se negó a aceptar la prohibición (La Crónica, 9 de junio de 1963). Los resultados de las elecciones dieron como triunfador a Belaunde con 708.662 votos (36,2 por ciento), seguido de Haya con 623.501 votos (34,4 por ciento) y Odría con 463.085 votos (25,5 por ciento). El Apra y la UNO acordaron una coalición que constituyó mayoría en el Congreso. El 18 de julio, el general Lindley pronunció un mensaje por radio y televisión al año del golpe militar; explicó los motivos de este (insistió en el argumento del fraude electoral), resaltó las medidas de la Junta en cada ministerio, y se comprometió a entregar el poder (Expreso, 19 de julio de 1963).

2.2 Radio y política durante el primer gobierno de Fernando Be launde (1963-1968)

Durante el gobierno de Belaunde se distinguen, desde el comienzo, dos bloques políticos, cada uno de ellos con respaldo evidente de ciertas emisoras radiales. La coalición Apra-UNO, que era mayoría en el Congreso, estaba respaldada por Radio Victoria, Radio Continente, Radio Onda Popular y Radio 1060. La alianza AP-DC, que conducía el Poder Ejecutivo, tenía de su lado a Radio Nacional, Radio Expreso (después Radio Noticias) y Radio Sudamericana. A los pocos meses de instalado el nuevo gobierno falleció el destacado dirigente aprista Manuel Seoane; Radio Nacional le rindió homenaje (La Crónica, lunes 16 de setiembre de 1963). El deceso del expresidente Prado en agosto de 1967 motivó también un amplio des- pliegue informativo, especialmente de Radio La Crónica (La Crónica, 20 de agosto de 1967).

2.2.1 Las radios clandestinas y la JPNT Según representantes de la Junta Permanente Nacional de Telecomunicaciones, en 1963 existían más de tres mil quinientas radios clandestinas en el país que evadían impuestos y ponían en riesgo la seguridad nacional. Estas emisoras clandestinas eran utilizadas por radioaficionados y grandes empresas comerciales que evitaban de este modo pagar los servicios telefónico y telegráfico. Los representantes de la JPNT indicaban que eran incontables los casos en que pilotos de naves aéreas de servicio regular, 498 EMILIO BUSTAMANTE

veían interferidos sus aparatos de radio en pleno vuelo, con grave peligro para la vida de los pasajeros. Señalaban también que las radios clandestinas interferían las frecuencias de radios extranjeras, ocasionando airadas quejas por vía oficial. Proponían como medida para solucionar el problema la adquisición de un equipo especializado de control “sin cuyo auxilio es imposible ubicar y sancionar a los propietarios” (Expreso, 26 de noviembre de 1963; Expreso, 28 de diciembre de 1963). La preocupación de la JPNT por la existencia de las radios clandestinas implicaba que el Estado empezaba a tomar en serio la necesidad de cautelar la formalidad en la propiedad de las emisoras y en el uso de las frecuencias, a fin de fortalecer la caja fiscal y garantizar la defensa nacional. En esta actitud se percibía también un cambio respecto a la adoptada frente a la radio en décadas anteriores. El interés público sobre el medio se iba haciendo más evidente.

2.2.2 El pago de tarifas y la JPNT En agosto de 1963, a las denuncias de la JPNT contra Radio Victoria por deudas de tarifas, se sumaron la de la Caja de Depósitos y Consignaciones. Según esta entidad, la empresa de Cavero debía 250 mil soles al Fondo Nacional de Seguros y Bienestar Social. En noviembre, Radio Victoria, Canal 2, Canal 4 y Canal 9 pidieron que se derogara la ley de creación de la JPNT por inconstitucional, pues emanaba de un gobierno de facto. La coalición Apra-UNO respaldó el pedido de derogatoria y añadió que la JPNT representaba gastos inútiles al Estado. La alianza AP-DC se opuso al pedido, argumentando que la JPNT garantizaba el control del Estado sobre las telecomunicaciones y evitaba los monopolios; atribuyó el interés de Cavero por la disolución de la JPNT a su deseo de no cancelar las deudas contraídas con el Estado por el uso de frecuencias (Expreso, 24 de noviembre de 1963). La JPNT no se llegó a disolver, pero se reestructuró a partir de 1964; de los tres militares que la integraban solo quedó uno. La nueva estructura de la Junta era la siguiente: un miembro del Ministerio de Gobierno, uno del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, uno de la Universidad Nacional de Ingeniería, uno del Instituto Nacional de Planificación, uno del Instituto Geofísico del Perú, y uno de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Además se creó un Consejo Consultivo de Radiodifusión, Televisión y Radioaficionados, integrado por representantes de la Anrap, la Federadio, la Unión Nacional de Radios y el Radio Club Peruano. En 1966 consiguieron integrar el Consejo Consultivo nada menos que Nicanor González, José CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 499

Eduardo Cavero y Genaro Delgado Parker. Los propietarios de las emisoras ganaban, así, la primera batalla.

2.2.3 El conflicto entre el Municipio de Lima y Radio Victoria por La Cabaña En 1964 la Municipalidad de Lima ganó un proceso judicial a Radio Victoria para que esta emisora desocupara el local de La Cabaña, en cuyo sótano operaba. El local era propiedad de la Municipalidad, y esta se lo había alquilado a Radio Victoria; sin embargo, el contrato de arrendamiento ya había vencido, y la emisora continuaba ocupando el inmueble. La Municipalidad quería destinar el local a espectáculos teatrales y a las actividades del Instituto Nacional de Arte Dramático, la Escuela Nacional de Arte Dramático y la Dirección Nacional de Teatro. El propietario de Radio Victoria, José Eduardo Cavero, se negó a acatar la resolución judicial, procediéndose entonces al desalojo el 12 de febrero de 1964. Radio Victoria mudó sus enseres a su nuevo local de la avenida Tacna, pero, en el Congreso de la República, la coalición Apra-UNO, que era mayoría, logró en esa misma fecha la aprobación de un proyecto de ley por el cual el Estado expropiaba el local de La Cabaña y se lo adjudicaba a la Federación Peruana de Radiodifusión (Federadio), liderada por Cavero. El alcalde de Lima, , pidió que el Ejecutivo observara la ley por inconstitucional, pues habría sido dada para favorecer a una persona en particular: el dueño de Radio Victoria (Expreso, 13 de febrero de 1964). En medio de una batalla mediática, que incluyó prensa escrita, radio y televisión, y en la que hubo un intercambio de frases de diverso calibre entre Bedoya y Cavero, el 17 de febrero se realizó una sesión del concejo municipal a la que asistieron Cavero y su empleado Jorge Torres Lara. Durante la sesión Bedoya acusó a Cavero de haber querido sobornarlo durante la campaña municipal ofreciéndole espacios gratuitos en sus emisoras (Expreso, 18 de febrero de 1964). Cavero y Torres Lara reaccionaron violentamente, el segundo insultó a los regidores de la alianza AP-DC. Cavero fue desalojado y Torres Lara detenido por la Policía. En los días que siguieron una comisión del municipio se entrevistó con los presidentes de las cámaras de senadores y diputados, y el ministro de Justicia, Emilio Llosa Ricketts, se pronunció en contra de la llamada “Ley Cavero”, que consideraba inconstitucional (Expreso, 22 de febrero de 1964). La “Ley Cavero” no llegó a promulgarse. El incidente, más allá de lo anecdótico, revelaba la pugna entre fuerzas políticas con distintas concepciones sobre las relaciones que debían existir 500 EMILIO BUSTAMANTE

entre los poderes públicos y los propietarios de las emisoras. José Eduardo Cavero había prosperado durante la dictadura de Odría y el segundo gobierno de Prado; sus detractores lo acusaban de haber gozado, más que de libertades, de privilegios. Uno de ellos, aseguraban, era decidir sobre el otorgamiento de frecuencias; otro, no abonar al Estado el monto por derecho de licencia; y, uno más, la ocupación de un inmueble municipal sin pagar renta por ello. Durante el breve período de la Junta Militar de Gobierno y bajo el primer mandato de Belaunde, parecía que estos privilegios empezaban a desaparecer. Por encima de los intereses del propietario del medio se insinuaban los de la colectividad representada por los poderes públicos. Se perfilaban además dos concepciones distintas sobre el régimen de propiedad de la radio y sobre la relación del medio con el Estado.

2.2.4 La Radio Oficial del Congreso El pedido de que el Estado no emitiera propaganda comercial fue planteado por la coalición Apra-UNO desde 1966, y sus adversarios de la alianza AP-DC vieron en él un intento de desfinanciar a Radio Nacional. En 1966, también, la coalición Apra-UNO elaboró un proyecto de ley para que Radio Mundial se convirtiera en la Radio Oficial del Congreso. Radio Mundial se encontraba por entonces en manos del Ejecutivo y había sido asignada al sector Educación para programas de alfabetización en Puno. La alianza AP-DC se opuso, por cierto, a su traspaso al Congreso, lo mismo que algunos órganos de prensa como la revista Oiga y el diario El Comercio, que sostuvieron que de aprobarse la norma, Radio Mundial se convertiría en una radio aprista y odriista sostenida con el dinero de los ciudadanos (Oiga 159, 28 de enero de 1966; El Comercio, 27 de enero de 1966). La ley que destinaba Radio Mundial al Congreso (Ley 16156) fue aprobada en diputados y senadores. Aunque fue observada por el Ejecutivo, finalmente el Congreso ordenó su promulgación y publicación el 2 de junio de 1966.

2.2.5 Las normas básicas de 1968 El 2 febrero de 1968 el gobierno promulgó las normas básicas a las que debían sujetarse las actividades de radiodifusión del país (Ley 16851). Estas contemplaban el apoyo del Estado a la empresa privada, la prohibición de propaganda comercial en las radios públicas, y la reducción de las tarifas que debían pagar las empresas de acuerdo con su capital social. Aunque la ley prohibía la concesión de más de una licencia por departamento a una persona natural o jurídica, añadía que no consideraba incursas en esa prohibición a las CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 501

repetidoras y retransmisoras. Advertía que ninguna autoridad podía suspender, clausurar o impedir por ningún medio el funcionamiento de una estación radiodifusora, excepto por mandato escrito del juez competente. Declaraba que la radiodifusión constituía “un órgano de difusión y expresión”; no enfatizaba el carácter cultural de la actividad como lo había hecho el reglamento de 1957, pero establecía la obligación de las radios privadas de dedicar media hora diaria de programación a la educación de acuerdo con el Plan Nacional de Educación Pública. Una disposición transitoria suspendía la tramitación de nuevas licencias hasta que se expidiera el reglamento de la ley (Congreso de la República del Perú, en línea).

2.2.6 El debate político en radio entre 1963 y 1968 Los más importantes debates políticos en Lima durante la década de 1960 se realizaron en estudios de televisión y aunque la mayoría fueron transmitidos simultáneamente por radio, las connotaciones de la imagen visual que proyectaban los políticos en las pantallas resultaron tanto o más trascendentes que la consistencia de sus discursos verbales radiados. Pedro Planas indica que ya en las campañas de 1962 y 1963, cuando la televisión no se hallaba aún tan difundida en el país, un candidato como Fernando Belaunde destacó por sus cualidades telegénicas, mientras que Haya y Odría no parecían amoldarse al medio y Cornejo Chávez lucía excesivamente agresivo para los televidentes. Los debates por la alcaldía de Lima en 1963 y 1967, o los que tuvieron lugar por las elecciones complementarias para diputaciones en 1966 y 1967, fueron bien aprovechados por los candidatos que demostraron un mayor dominio de escena como Luis Bedoya Reyes (postulante triunfador a la alcaldía de Lima en 1963 y 1966) y Enrique Chirinos Soto (aspirante de la coalición Apra-UNO a la diputación vacante por Lima en 1967). Emisoras que cubrieron esas polémicas, paralelamente a la televisión, fueron Panamericana y Continente, entre otras. La alianza AP-DC lanzó en 1966 a través de Radio Sudamericana el programa Voces y canciones peruanas, que alternaba intervenciones de los candidatos a los municipios distritales con música vernacular (Expreso, 6 de octubre de 1966). Radio Continente programó en 1967 Tu protesta es mi protesta, programa de campaña cuyo nombre repetía el lema del candidato Chirinos Soto, y en el que además del postulante a la diputación se presentaron altos dirigentes apristas como Luis Alberto Sánchez (Expreso, 3 de noviembre de 1967). El llamado “affaire de la página 11”, producido en setiembre de 1968 en torno al Acta de Talara firmada por el Estado y la International Pretoleum 502 EMILIO BUSTAMANTE

Company, y que precipitó la caída del gobierno de Belaunde, se ventiló por radio y televisión, pero fue probablemente mayor el impacto de la televisión, sobre todo cuando el ex presidente de la Empresa Petrolera Fiscal, Carlos Loret de Mola, expuso ante las cámaras de Canal 4 las diferencias entre la última página del contrato original y la fotocopia presentada ante los medios por el gobierno y la IPC. Según Loret de Mola, él había hecho en esa página “anotaciones importantes sobre el precio de venta del petróleo extraído por la Empresa Petrolera Fiscal (EPF) a la Refinería de la International Petroleum Company (IPC)” (Pease y Verme 1974: 11). Por encima del debate técnico y jurídico quedó la sensación de que algo oculto viciaba la negociación. El dirigente aprista Luis Alberto Sánchez vería en el escándalo un complot para evitar la llegada del Apra al poder en las elecciones que debían realizarse en 1969, y señalaría en sus memorias que los propietarios de Canal 4 y Radio América (Antonio Umbert y Nicanor González) parecían partícipes de la conspiración (Planas 2001: 200).

2.3 Nuevas emisoras y propuestas

El período se inicia prácticamente con la vigencia del Reglamento General de Telecomunicaciones, promulgado en enero de 1957, que establece una distinción entre emisoras estatales, comerciales y culturales. En febrero de 1962, el Congreso dicta la Ley 13978 que busca promover la actividad radiofónica comercial mediante exoneraciones de pago de derechos de importación de materiales y equipos para las empresas ya existentes y las que se constituyan en el curso de cinco años a partir de la fecha de emisión de la norma. Aparentemente se trataba de estimular el establecimiento de la televisión comercial con el beneplácito de los propietarios de las principales cadenas radiales que ya habían incursionado o pensaban hacerlo en el medio televisivo. Durante los primeros diez años del período surgieron nuevas radios y otras dejaron de salir al aire; pero, en general, el número de emisoras aumentó considerablemente, en contra de lo que se podría pensar ante la aparición de la televisión. En 1962 existían 108 emisoras a nivel nacional, según datos del Ministerio de Gobierno y Policía (Expreso, 26 de mayo de 1962); las limeñas eran 26 y las provincianas 82. Las estatales eran, al comienzo del período, Radio Nacional y sus filiales en Piura, Tacna e Iquitos, además de Radio Mundial, destinada al sector Educación. Esta proporción entre radios comerciales privadas y estatales variaría sustancialmente durante la década de 1970, como veremos después, a consecuencia de las expropiaciones llevadas a cabo por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 503

Las emisoras comerciales limeñas eran: América (de Nicanor González y Antonio Umbert), Victoria, Reloj, Callao y Selecta (todas ellas de José Eduardo Cavero), La Crónica (de la familia Prado), Panamericana, Central y Libertad (vinculadas a la familia Delgado), El Sol (ligada a los propietarios de El Comercio), Miraflores (de la familia Palma), Lima (de Óscar Dianderas), Luz (radio católica), Continente (de Roberto Martínez Merizalde, aprista), Inca (de Bartolomé Dextre), Onda Popular (ex San Cristóbal, de Pedro Tello Cadenas), Metropolitana, Agricultura, 100 FM, Sudamericana, Ritmo (ex-Sport), Atalaya, 1160 y Excelsior (las tres últimas de la familia Belmont). En 1963 surge la empresa productora Radioprogramas del Perú, por iniciativa de Manuel Delgado Parker, a partir de la cual se crea una importante red de emisoras.3 Radioprogramas produce a partir de octubre de ese año una programación diaria para doce estaciones afiliadas en diferentes ciudades del país: Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Barranca, Piura (Radio San Miguel), Tumbes (Radio La Voz de la Frontera), Iquitos (Radio Amazonas), Cusco (Radio Salcantay), Arequipa (Radio Sur Peruana), Ica (Radio Regionalista), Huancayo (Radio Centro) y Lima (Radio Central) (Alegría 1993: 198). La programación se emite simultáneamente y el lema es: “Una sola voz para todo el Perú”. La simultaneidad se obtiene mediante la transmisión coordinada de cintas previamente grabadas en Lima que son distribuidas con anticipación a las emisoras de provincias. Según Alegría, la empresa contrata a José Enrique Crousillat en el área de producción de programas:

Lo que va a hacer Crousillat es conseguir lo más exitoso y popular de la radio de la “edad de oro”: ¿va a ir un bloque largo de diez radionovelas? Pues contrata a lo más experimentado en radionovela: Elvira Travesí, Queca Herrero, Juan Ureta, José Caparroz, Carlos Curonissy, y muchos otros artistas […]. ¿Gusta la música para la juventud? Pues RPP hace el programa “Hola Juventud”. ¿Deberían ir los clásicos programas cómicos para la noche, “Loquibambia” y “Escuelita Nocturna” por ejemplo? Pues se trae a Lima, para su segunda visita, a Freddy “el Rezongón”, y también vuelve el “Zorro” Iglesias y el dúo cómico-musical chileno “Los Caporales”. Además, para contar con lo mejorcito en todos los ámbitos, “jalan” al animador estrella de la competencia: David Odría. En Radio

3 A propósito, Alonso Alegría anota en su O. A. X. Crónica de la radio en el Perú (1925-1990), editado por Radioprogramas: “Hay que recordar que Radioprogramas es ahora, y fue desde su origen, una productora de programas para radio y no una emisora radial. Radioprogramas brinda su programación a emisoras afiliadas en todo el país” (Alegría 1993: 226). 504 EMILIO BUSTAMANTE

Nacional y, sobre todo, en La Crónica, David ha aumentado aún más su enorme popularidad” (Alegría 1993: 199).

La voz que caracteriza las transmisiones es la de Humberto Martínez Morosini. En enero de 1964 se anuncia la incorporación de Carlos Alfonso Delgado para la animación de dos programas de música criolla (Festival Philips y El ranking nacional de los éxitos), y Amalia Semsch (del programa de Canal 4 de TV, La cocina de Amalia) es contratada para un espacio culinario (Expreso, 14 de enero de 1964). En marzo de aquel año, David Odría reemplaza al chileno Enrique Maluenda como jefe de producción (Expreso, 6 de marzo de 1964). El 30 de setiembre de 1968, Radioprogramas anunciaba su salida en Lima en una nueva frecuencia, la de los 985 kilociclos, “entre Panamericana y América”; su programación para el 1 de octubre es la siguiente: La doctora corazón (10.00); La cocina de Amalia (10.30); Un corazón en venta (10.50); El ranking nacional de los éxitos (11.15); Noticiero RPP Informa (13.00); La hija del diablo (13.20); Doña Virtudes (14.00); Una flor en el pantano (14.30); Dime la verdad (Corín Tellado) (15.00); La rubia habla (16.00); El hombre sin alma (16.40); El pecado de Sandra (17.30); Hola juventud (18.00); Festival de cómicos (20.10); La tremenda corte (20.35); Perdóname (Corín Tellado) (21.10); Paraíso maldito (21.35) (Expreso, 30 de setiembre de 1968). El programa-emblema de esta primera etapa de Radioprogramas del Perú es La doctora Corazón. Alonso Alegría señala:

El día se inicia con un programa que estará quince años en el aire: “La Doctora Corazón”. En él se presentan dramatizaciones de problemas amorosos. Los argumentos se construyen en base a ciertas cartas que envían los oyentes relatando sus problemas sentimentales. Wilder Cervantes y Carlos Curonissy se encargan de escribir los libretos. El elenco está conformado por Mary Font, Alicia Taipe, Haydeé Cáceres, Gaby Crespo. La “doctora” es interpretada por Isabel “Chaba” Reyes (Alegría 1993: 200).

La simultaneidad de la programación de RPP permite que se pueda hablar ya de “sintonía nacional”. Como dice el mismo Alegría, las doce afiliadas de RPP funcionaban como si fueran una sola emisora que competía con cualquier otra de Lima o provincias, y, por supuesto, ganaba (Alegría 1993: 203). La mayor sintonía supone, obviamente, una mayor concentración de los montos de publicidad. Aun así, en Lima la radio más sintonizada durante la década de 1960 era La Crónica, con una programación compuesta casi enteramente por radionovelas que no pudo ser derrotada por la de RPP. Las nuevas emisoras que salieron al aire en Lima fueron: Expreso (1962, de los dueños del diario Expreso, antes Radio Metropolitana y Radio Alegría, CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 505

después Radio Noticias [1966] y, luego de ser expropiada en 1970, Radio Revolución); Pacífico (1963, antes Ondas del Callao, de José Luis Daly); Agricultura (1963, de Mario Fernández Matta, dirigida por Bartolomé Dextre); La Voz del Oriente (1965, de Andrés Chang); Unión (1965, del Arzobispado de Lima); Universal (1965, de Óscar Dianderas, después Radio Tigre [1968] de Cassinelli, más tarde RBC); San Isidro (1967, de Ricardo Guimet); Mar (1968, de Dagoberto Lainez); 1060 (con licencia desde 1960 pero activa a partir de 1968, después Radio Éxito, de Pedro Tello Cadenas); Progreso (1968, luego Radio Aeropuerto, de Manuel Gjurinovic). De otro lado, la Iglesia católica se mostraba cada vez más interesada en el empleo del medio para sus fines de evangelización. Radio Santa Rosa, de los padres dominicos, se convirtió en radio comercial en 1963, ampliando su potencia y posibilidades de comunicación. En 1965, como ya se ha señalado, aparecería la poderosa Radio Unión, del Arzobispado de Lima. En provincias destacaron las escuelas radiofónicas que impulsaron los padres Maryknoll a través de Radio Onda Azul de Puno. En julio de 1962, Robert Kerns, padre Maryknoll, anunció que comenzaría una campaña alfabetizadora con cien receptores de frecuencia fija, que captaban únicamente la señal de Radio Onda Azul (Expreso, 20 de julio de 1962). En abril de 1963 comenzaron a funcionar las escuelas radiofónicas en el Altiplano a través de esa emisora, con el respaldo del obispo de Puno, monseñor Julio González, y los prelados de Ayaviri (Luciano Metzinger) y Juli (Eduardo Fedders) (Figueroa 1996: 60). Las lecciones eran grabadas previamente y se transmitían todos los días de acuerdo con un cronograma y según los años de estudios; comprendían matemáticas, lenguaje, geografía, ciencias naturales e historia. Los alumnos escuchaban las clases por los receptores de frecuencia fija que eran otorgados de forma gratuita, y un monitor especialmente seleccionado por las parroquias “explicaba, ampliaba y reforzaba la lección”. Las audiciones eran “complementadas con cartillas expresamente preparadas por maestros asignados al proyecto” (Figueroa 1996: 64). Al final del año académico los estudiantes rendían un examen, y, si aprobaban, el Ministerio de Educación les otorgaba el certificado correspondiente al año lectivo. En 1963 los Maryknoll obtuvieron también licencia para el funcionamiento de un canal de televisión, constituyéndose formalmente Onda Azul Radio y Televisión. En 1967 construyeron una granja modelo para “las demostraciones de los cursos técnicos agropecuarios que se empezaron a dictar por radio”. Al iniciarse en 1963 las escuelas radiofónicas en el campo eran 15; en 1968 llegaban a 1750; el número de estudiantes creció de 120 a 8701. A partir de mayo de 1968 se incorporaron programas radiales sobre “agroganadería, 506 EMILIO BUSTAMANTE

salud, higiene, asistencia técnica, educación cívica y educación religiosa en tres idiomas: español, quechua y aymara” (Figueroa 1996: 62-66); pero ese mismo año las escuelas radiofónicas entraron en crisis por desacuerdos internos, y los cambios políticos experimentados por el país les darían el tiro de gracia. Nelson Figueroa relata así el fin de esta interesante experiencia de la radio religiosa y educativa puneña:

A pocas semanas de producido el golpe militar de Juan Velasco, a fines de 1968, el Ministerio de Educación corta las subvenciones económicas que recibían las escuelas radiofónicas y retira a su personal de maestros. Este hecho y otros como la nueva situación política, la falta de maestros y el descontento del personal por problemas económicos, hace que las escuelas radiofónicas entren en una violenta crisis y, en menos de un año, a fines de 1969, dejan de funcionar. En 1971, con el padre Charles Davignon, director de la emisora, hay un intento de reabrir las escuelas radiofónicas con un personal reducido. Se emitieron programas de salud y de evangelización, pero las clases por radio no pudieron implementarse por falta de recursos económicos. Definitiva- mente la escuela dejó los micrófonos de Onda Azul (Figueroa 1996: 68-69).

Otra emisora que inició sus actividades evangelizadoras y educativas en la década fue Radio Quillabamba (Cusco). En octubre de 1966, la vicaría de Santa Rosa de los misioneros dominicos adquirió la emisora, cuyo propietario era Carlos Lizárraga, y que venía funcionando desde 1959. El padre Joaquín Barriales, quien había sido director de Radio Madre de Dios, fue el iniciador del nuevo proyecto. En 1969, Radio Quillabamba inauguró una nueva planta de un kilowatt de potencia y asumió la dirección el padre Luis Llana Secades (Lobo y Encinas 1987: 151-152).

2.4 Los gremios empresariales

El Primer Congreso de Radiodifusión celebrado en Lima, en marzo de 1963, reunió a la Anrap, liderada por Nicanor González y Antonio Umbert, y a la Federadio de José Eduardo Cavero. Asistieron 75 representantes y lo presidió el puneño Juan Zea González. Fueron invitados los hermanos Delgado Parker (propietarios entonces de las emisoras Central, Panamericana y Libertad, y de Canal 13 de televisión), pero estos se retiraron del evento por discrepancias con Nicanor González en torno a ley de derechos de autor. Los Delgado Parker formaron de inmediato su propia entidad gremial: la Unión de Radiodifusores del Perú (URP). Los principales temas de preocupación de los gremios empresariales eran, al comienzo del período, el tamaño del mercado y la saturación del dial, la CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 507

concentración de emisoras en Lima y los criterios de adjudicación de frecuen- cias por parte del Estado. En el Primer Congreso de Radiodifusión se discutie- ron, además, campañas de alfabetización y código de ética y autocensura; pero el tema que generó mayores discrepancias entre los propietarios fue el de la ley de derechos de autor y su reglamento. Mientras Cavero y González consi- deraban la mencionada ley “anticuada, inconstitucional y monstruosa”, los Delgado Parker se avinieron a ella. El representante de Panamericana ante el Primer Congreso, César Augusto Huerta, declaró a la prensa su acuerdo pleno con la ley y el reglamento de derechos de autor, porque, según dijo, cautela- ban “los justos derechos de los compositores por el uso de sus piezas musica- les” y no era posible “que se trate de escamotear sus legítimas regalías”. González, por su parte, denunció la “sucia conducta competidora” de los Delgado Parker, que habían cumplido con pagar derechos de autor a la Asociación Peruana de Autores y Compositores (Apdayc) (Expreso, 30 de marzo de 1963). Más adelante, la Anrap y la Federadio tratarían de llegar a un acuerdo sobre el pago de derechos de autor con la Sociedad de Autores y Compositores del Perú (Saycope), organización gremial competidora de Apdayc, pero acabarían por firmar contratos con esta última. Otro tema que dividió campos entre González y Cavero, por un lado, y los Delgado Parker, por otro, fue el de la licitación de Canal 5. La Junta Nacional Permanente de Telecomunicaciones nombrada por la Junta Militar de Gobierno convocó a licitación de ese canal, y a ella se opusieron González y Cavero. La licitación fue ganada por la empresa de televisión de los Delgado Parker, a la que ya se le había adjudicado la señal de Canal 13. Los Delgado Parker se retiraron del Primer Congreso, y el 31 de marzo anunciaron la formación de una nueva entidad gremial, la Unión de Radiodifusores del Perú, integrada por veintidós radios y ocho canales de televisión. Las radios eran: Panamericana, Central, Libertad, Amazonas, Piura, Sudamericana, Pacasmayo, Faro, Tele, Sur Peruana, Quillabamba, Mundo, Regionalista, Minería, Andina, Villarrica, Huamanga, Chulucanas, El Sol de los Andes (Puno), Cañete, Imperial y Santa Rosa; los canales: 13 (Lima), 2 (Arequipa), 7 (Piura), 7 (Trujillo), 9 (Ancash), 9 (Chiclayo), 4 (Cusco) y 2 (Tacna). Sus gestores enunciaron como principios de la nueva organización gremial: la libre empresa, la libre y leal competencia, la iniciativa privada y la libertad de expresión; y manifestaron su rechazo al sensacionalismo y el amarillismo (Expreso, 1 de abril de 1963). El 17 de mayo la URP se presentó oficialmente a la prensa; sus representantes dijeron tener como objetivo “la integración nacional efectiva de todas las emisoras de radio y televisión del país, tendiente a posibilitar en el futuro la defensa común del gremio”. Afirmaron que la conformación “regionalis- 508 EMILIO BUSTAMANTE

ta o zonal” que adoptaba la institución constituía “garantía de una partici- pación mayoritaria de la radiodifusión provincial” en su rectoría. Presidía la URP Gerardo Garrido Pinzón, dueño de radios de Tumbes y Piura, e integraban la directiva: Benigno Solsol (Iquitos), Alfredo Pérez Rosas (Trujillo), Manuel Delgado Parker, Fernando Cruz Mendieta, Atilio Nieri, Gustavo Quintanilla y José Gamero (Expreso, 18 de mayo de 1963).

2.5 La radio frente a la televisión

El censo de 1961 reveló que existían en el Perú 72.399 televisores, y 455.267 receptores de radio. Al comenzar el período la radio seguía siendo el medio de mayor alcance y consumo en el país. Además, como hemos visto, el número de emisoras iba en aumento. Sin embargo, eran la televisión y las cadenas radiales vinculadas a ella las que absorbían la mayor cuota de publicidad comercial. Según Gargurevich (1987: 174) RPP absorbía, en 1969, el 28,95 por ciento de la publicidad total de la radio. Las nuevas empresas radiales, con excepción de las vinculadas a las grandes cadenas, eran comercialmente débiles. Por otro lado, si bien los propietarios de las principales cadenas radiales fueron también los pioneros de la televisión en el Perú, no todos corrieron la misma suerte en el nuevo medio. Mientras González-Umbert y los Delgado Parker prosperaron con América Televisión y Panamericana Televisión, respectivamente, a José Eduardo Cavero le fue mal con Canal 2. Tampoco tuvieron éxito los propietarios de Radio El Sol con Canal 9. Cavero intentó vender o alquilar su canal (en quiebra) a los Delgado Parker en 1964, según fuentes periodísticas rápidamente desmentidas (Expreso, 22 de enero de 1964), y finalmente lo vendió a la empresa Movierecord del belga Joe Linten, representada en el Perú por Manuel Belaunde Ginassi (Vivas 2001: 80). Canal 9, por su parte, fue traspasado en 1962 a Nicanor González. A Augusto Belmont Bar no le fueron propicios los nuevos tiempos ni en televisión ni en radio; no logró convertir a Canal 11 (inaugurado en 1964) en una empresa rentable, y su hermano Fernando Belmont Bar le embargó Radio Atalaya y Radio 1160 en 1967.

2.6 Agremiaciones de trabajadores

2.6.1 El sindicato de locutores El Reglamento General de Telecomunicaciones de 1957 estableció que los locutores de las radios debían ser peruanos, tener certificado de capacita- CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 509

ción de un año de práctica, y educación secundaria completa. Disponía, asimismo, que las emisoras debían organizar cursos de capacitación de los locutores con el apoyo de la Dirección de Correos. La actuación de locutores extranjeros se permitía solo para “casos especiales”, estaba sujeta a término y era revocable. Estas disposiciones, sin embargo, quedaron en suspenso mediante una resolución suprema ante la presión de los propietarios de las emisoras (Gargurevich 1987: 170). En octubre de 1962, el diario Expreso informó de “un gran triunfo” del Sindicato de Locutores y Operadores de Radio y Televisión del Perú, que había conseguido que tres de las cuatro emisoras de Huancayo fijasen horarios de trabajo de seis horas diarias para sus locutores, en vez de la jornada de ocho horas. La única estación que se había resistido al pedido de los trabajadores era Radio Junín, filial de Radio Victoria de Lima (Expreso, 15 de octubre de 1962). En enero de 1963 el sindicato entregó un memorial a la Junta Militar de Gobierno. Reclamaba un sueldo mínimo de dos mil soles para los locutores y operadores de radio y televisión que trabajaban en Lima, y de mil quinientos para los que laboraban en provincias. Solicitaba, además, que se estableciera un turno máximo de trabajo de cuatro horas diarias. Exigía al gobierno que hiciera cumplir la disposición del Reglamento de Telecomu- nicaciones que establecía que los locutores extranjeros, previamente autori- zados, no debían exceder del 20 por ciento del total de los que laboraban en radio y televisión en el país (Expreso, 30 de enero de 1963). En abril de mismo año, los locutores participaron en un concurso de televisión auspiciado por la firma Scala para obtener fondos que les permitiera organizar un Congreso Nacional Extraordinario donde se elegiría una nueva junta directiva y se discutirían los problemas del gremio. A inicios de marzo de 1964, los locutores aún no habían realizado su Congreso y Manuel Ñique, su secretario general, pedía que el Parlamento Nacional otorgara al sindicato una subvención de 250 mil soles para realizarlo (Expreso, 6 de marzo de 1964). Los locutores demandaban nuevamente que se pusiera en vigencia el artículo 2 –65 del Reglamento General de Telecomunicaciones de 1957, que limitaba el ejercicio de la locución comercial y la narración comercial a los extranjeros y cuya aplicación había sido suspendida por la resolución suprema del 20 de octubre de 1961 hasta la elaboración del nuevo reglamento de telecomunicaciones. El sindicato reclamaba que, al no haberse derogado la norma y no haberse dictado aún el nuevo reglamento, debía ser puesta otra vez en vigencia (Expreso, 13 de febrero de 1964). El 19 de marzo de 1964 el Sindicato de Locutores y Operadores de Radio y TV inauguró, por fin, su congreso en el palacio municipal, con asistencia 510 EMILIO BUSTAMANTE

del presidente de la República. Hubo desfile de carros alegóricos desde la cuadra tres de la avenida Uruguay, donde se hallaba el local del sindicato, y, al día siguiente, un festival folclórico en la Plaza de Acho. Asistieron delegados de Colombia, Ecuador, Panamá y México. Las sesiones se llevaron a cabo en el hotel Continental (Expreso, 18 de marzo de 1964). Dicho congreso acordó crear el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Radio y Televisión. El coordinador del simposio, Jorge Carcelén, informó que podían afiliarse a él “desde los porteros, barredores y modelos hasta los artistas y locutores que trabajen en una estación de radio o TV” (Expreso, 24 de marzo de 1964). En el mismo mes de marzo, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que incorporaba a los locutores, modelos, operadores y especialistas de radio y televisión a la Ley 4916. Los trabajadores de la industria de la radio y televisión se convertirían, así, en empleados y figurarían en planilla. Aunque laborasen una hora diaria tendrían, de acuerdo a la nueva disposición, todos los derechos sociales de que gozaban los empleados con un mínimo de cuatro horas. Aquel 1964 fue, también, un año en el que los locutores del pasado obtuvieron reconocimientos públicos. En enero, la empresa Philips, al celebrar sus bodas de plata, auspició una serie de programas de televisión en los que se presentaban las antiguas voces de la radio. Participaron Rosa Hernando, Nelson Arrunátegui, Maruja Venegas, Juan Sedó, Juan Malmborg Ratto y Guillermo Lecca Iturbe, entre otros (Expreso, 28 de enero de 1964). Ese mismo mes, la revista Estampa, suplemento dominical de Expreso, publicó un artículo de Jorge Rivarola, locutor, escritor y productor de programas, ya para entonces retirado de la actividad radial. El texto llevaba por título “Los locutores” y decía:

Los años azarosos han pasado para siempre. Hace 30 años el locutor era el alma de la estación. Teníamos que programar, que conseguir la propaganda y que emitir al público. Los locutores éramos una especie de hombre orquesta. Pero estábamos presenciando el nacimiento de una gran industria y no lo sabíamos. La popularidad de los locutores era inmensa. El público, ávido por escucharnos, se sabía de memoria los incidentes de nuestras vidas y los comentaba a su antojo. Ser locutor confería una calidad suprema que abría todas las puertas. Pero no abría los bolsillos. El locutor era pobre y sigue siéndolo. A su alrededor, hombres menos ilustrados pero más prácticos, fueron tejiendo los eslabones de la gran industria. Con pocos centavos creaban una estación, la encomendaban a un locutor y nacía CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 511

una fortuna. El locutor siempre se quedaba atrás. El locutor vivía de ilusión, de fantasía, de esperanzas. Y sigue viviendo así todavía. Testigos de excepción de los años heroicos, son los locutores que aún viven. Hay una serie de ellos. Hombres envejecidos que entregaron la facundia de su ingenio a una labor ingrata. Ellos continúan como sombras del pasado, siendo los testigos de los azares de la industria. Envejecidos, perdido el impulso viril de su juventud, el ánimo y la arrogancia. Repasar la historia de los locutores de la radiodifusión peruana es recorrer un camino lleno de privaciones y de miserias. Apenas si queda de ellos el eco olvidado de sus voces claras y precisas, de sus párrafos finos y rotundos, porque el locutor escribió una acción en el éter imponderable. El viento se llevó sus palabras (Rivarola 1964).

2.6.2 Los derechos de los autores y compositores La ley y el reglamento de derechos de autor fueron, como hemos señalado, objetados por las dos grandes cadenas radiales encabezadas por Radio América y Radio Victoria, y las organizaciones gremiales creadas en torno a ellas (Anrap y Federadio). En enero de 1963 la Asociación Peruana de Autores y Compositores (Apdayc) demandó a Nicanor González y José Eduardo Cavero ante la Junta Permanente Nacional de Telecomunicaciones (JPNT) por incumplimiento en el pago de derechos de las composiciones musicales que propalaban sus emisoras. Aunque González y Cavero comparecieron ante la JPNT, no llegaron a ningún acuerdo con Apdayc, pues sostuvieron que consideraban que el reglamento de la ley era inconstitucional en la medida en que creaba un fuero privativo para discutir derechos patrimoniales. También arguyeron que, existiendo dos entidades que reclamaban la representatividad de los autores y compositores, no sabían a cuál de ellas debían dirigirse para abonar los derechos respectivos. Las dos entidades gremiales eran la Apdayc, creada en 1952, y la Sociedad de Autores y Compositores del Perú (Saycope), fundada en 1960. No obstante, en ese mismo mes de enero, Genaro Delgado Brandt y su hijo Genaro Delgado Parker, principales directivos de la cadena encabezada por Radio Panamericana y Canal 13 de televisión, llegaron a un acuerdo con el delegado de la Apdayc, Ántero Aspíllaga, para el cumplimiento de los pagos, que se harían al final de cada mes. Las empresas de los Delgado no estaban agremiadas a la Anrap ni a la Federadio. Invitados en marzo al Primer Congreso Nacional de Radiodifusión organizado por los dos organismos gremiales de empresarios, los representantes de Panamericana abandonaron el evento cuando Nicanor González los acusó de llevar a cabo una “sucia 512 EMILIO BUSTAMANTE

conducta competidora” por acatar la ley de derechos de autor, y, como ya se ha anotado, crearon su propia organización gremial, la Unión de Radio- difusores del Perú (URP). En abril, la Anrap y la Federadio se comprometieron a pagar derechos de autor a la Saycope, la entidad que agrupaba a menos autores y compositores. Las empresas de Cavero y González anunciaron que la ceremonia de la firma del contrato con la Saycope sería emitida por radio y televisión en cadena nacional. Cavero declaró a la prensa: “La Ley no especifica que deba firmar con Apdayc, así que lo hago con Saycope, que tiene igual personería jurídica” (Expreso, 14 de abril de 1963). La Apdayc denunció que las emisoras vinculadas a la Anrap y la Federadio propalaban música de sus afiliados sin autorización, y que se reservaba el derecho de reclamarles una indemnización de tres millones de soles por ello (Expreso, 29 de abril de 1963). En septiembre, la Anrap y la Federadio accedieron, finalmente, a firmar contratos con la Apdayc, que regirían desde julio de 1963 (Expreso, 29 de setiembre de 1963).

2.6.3 Los actores e intérpretes En 1962 se estableció el carnet obligatorio para los artistas de radio, televisión y teatro, expedido por la Inspección de Espectáculos de la Municipalidad de Lima. Ese mismo año, los actores de radionovelas de Radio La Crónica amenazaron con una “huelga de lenguas caídas” por adeudarles la empresa dos quincenas de pago. En 1963, los artistas, a través de su sindicato, reclamaron a las empresas privadas que los inscribieran en el Seguro Social; firmaban el pedido Enrique Victoria y César Urueta, entre otros. En julio de 1963, el diario Expreso entrevistaba a varios actores de radio que expresaban su malestar por la falta de protección legal. Juan Ureta Mille declaraba:

Los artistas [de radio], y por extensión ahora, los de televisión, así trabajen cinco, diez, veinte o treinta años en una empresa teatral, de radio y televisión, la ley le niega a estos beneficios [...]. El artista es un elemento que trabaja contratado. Sí, por ejemplo, en una radioemisora, permanece cinco años con carácter de exclusividad, cuando menos ha renovado cinco veces su contrato. Si desea descansar un mes, la empresa no le reconoce las vacaciones que le da a cualquier otro trabajador que no sea artista. Si se enferma, no tiene derecho a asistencia médica. Si se retira de la empresa se marchará sin reclamar siquiera los beneficios sociales que le corresponden a un obrero o a un empleado [...]. Como no estamos definidos no tenemos derecho a nada. Hay un caso palpable: CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 513

Luis Canessa Mendieta, actual decano de la escena nacional, prestó sus servicios por más de 20 años en una emisora local. Un día le dijeron: “Su labor ha terminado. Muchas gracias por haber estado tantos años en la radio” (Expreso, 10 de julio de 1963).

Ureta sugería que las empresas de radio y TV hicieran un convenio con el Seguro Social del Empleado así como lo ha hecho Radio Nacional “para que los artistas estables tuvieran siquiera donde curarse cuando se accidenten o sufran alguna enfermedad”. Otro de los entrevistados, Enrique Victoria, aseguraba que:

El Seguro Social del Artista es una necesidad. A nosotros nos descuentan mensualmente el 3 % de bienestar social y el 14 por mil de timbres, pero no sabemos a dónde van a parar esos impuestos. Si caemos en desgracia, hay que esperar las colectas generosas de los amigos. No tenemos vacaciones. Si las tomamos por nuestra cuenta, no cobramos. Si caemos enfermos y faltamos a nuestros trabajos, no ganamos. En Bolivia, sin ir muy lejos, los artistas tienen leyes de protección social. ¿Y en el Perú? (Expreso, 10 de julio de 1963).

En estas circunstancias es comprensible el beneplácito con el que fue acogida la Ley 15087, que incorporaba a los artistas de teatro, radio, cine y televisión a los beneficios de la Ley 4916 (Ley del Empleado). Aun así, los actores tuvieron que realizar algunas medidas de fuerza para que sus empleadores acataran la ley, como relata Enrique Victoria:

En el mes de julio del 64, el gobierno del arquitecto Belaunde promulga la Ley 15087, que nos incorpora a los beneficios de la Ley 4916, o sea, al Seguro Social. Los Delgado Parker, en Radioprogramas, que solo hacía radionovelas y programas cómicos para transmitir en provincias (tenía la Cadena Onda que no transmitía directamente de Lima sino que enviaba las cintas a provincias), se negaron a pagar los seguros. Entonces decidimos no grabar. Hicimos una huelga. La policía coludida con los que mandan más, en esa época, vino a disolver nuestra protesta. Y nosotros lo único que hacíamos era desfilar delante de la puerta del edificio de Radioprogramas, que estaba donde ahora se ubica Hiraoka, en el sexto piso de la avenida Abancay; con cartelones, dábamos vuelta, a la manera norteamericana, protestando y gritando. Vino la policía a disolvernos, nosotros dijimos “solo estamos haciendo lo que la ley permite”; pero nos metieron palo y nos llevaron a varios de nosotros en camiones celulares y nos metieron presos. Yo recuerdo haber pasado no 24 sino 48 horas en la tercera comisaría en la Plaza Italia detenido junto con Álvaro Gonzales y otros. Salimos y en la puerta nos esperaban los compañeros, y gritamos: “¡Abajo los Delgado Parker!, ¡abajo la policía corrupta!”, en la puerta de la comisaría. No nos hicieron nada. No podían ya. Esa fue nuestra primera 514 EMILIO BUSTAMANTE

huelga contra los Delgado Parker. La segunda ocurre tiempo después, cuando pretenden utilizar los textos de la televisión en radio. No pudieron. Y finalmente también tuvieron que asimilarnos al Seguro” (entrevista con Enrique Victoria, 19 de enero del 2005).

No obstante, se hallaba pendiente el reconocimiento de otros derechos que debería contemplar una largamente esperada Ley del Artista.

2.6.4 Los músicos Los músicos peruanos también plantearon reclamos gremiales. En agosto de 1962, Manolo Ávalos, Pepe Morelli y Elías Ponce integraron la Comisión Reorganizadora del Sindicato de Músicos del Perú, y dijeron haberse impuesto “la tarea de hacer cambiar la mentalidad de los ejecutivos de las disqueras, boites, radioemisoras y canales de televisión, respecto de la valía del músico peruano frente al extranjero”. Ávalos se quejaba de que en “los canales de TV, estaciones de radio, disqueras y boites”, los músicos peruanos recibieran “ínfimas cantidades por sus servicios, no porque no tengan calidad sino porque son nacionales. Esta mentalidad debe ser cambiada” (Expreso, 13 de agosto de 1962).

2.6.5 Cavero y los trabajadores Quien mayores conflictos tuvo con los representantes de los trabajadores fue José Eduardo Cavero, propietario de la cadena encabezada por Radio Victoria. En 1963, la disputa por La Cabaña entre Radio Victoria y la Municipalidad de Lima originó, como hemos señalado, una contienda mediática (sobre todo a través de la radio y la prensa escrita) en donde menudearon los ataques mutuos entre Cavero y el alcalde Luis Bedoya Reyes. Dentro de este clima de enfrentamiento se produjeron varias denuncias de chantaje en contra de Cavero, y otras de carácter laboral. Así, en agosto de ese año, la Federación de Empleados Bancarios (FEB) acusó a Radio Victoria de haber percibido ilegalmente 300 mil soles por concepto de publicidad del Seguro Social del Empleado durante el gobierno de Manuel Prado, y no haberlos devuelto a la entidad respectiva. César Becerra Meneses, delegado de la FEB ante el Seguro del Empleado, calificó a Cavero y al locutor de Radio Victoria Juan Ramírez Lazo de “traficantes del dolor humano” (Expreso, 28 de agosto de 1963). El mismo mes, el diario Expreso acusó a Cavero de recibir dinero del Seguro Social Obrero a cambio de propagan- da radial, mientras adeudaba a sus trabajadores los pagos de cuotas obrero- patronales y de fondo de jubilación. Según Expreso, el dinero entregado a CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 515

Cavero por el Seguro financiaba, en realidad, una campaña de desprestigio contra la Federación Médica (Expreso, 30 de agosto de 1963). Otra acusación contra Cavero fue la de los obreros de construcción civil, quienes lo demandaron ante el Ministerio de Trabajo por el incumplimiento de pagos de derechos sociales desde 1959. Jorge Palma Martínez, secretario general del Sindicato de Construcción Civil de Lima y Balnearios, declaraba a Expreso que Cavero pagaba jornadas rebajadas y había amenazado con una pistola al obrero Cruz Velásquez Chiri por haber reclamado que le cancelara su salario de acuerdo con la ley. Acusaba, también, al locutor Juan Ramírez Lazo de haber pretendido chantajear al sindicato (Expreso, 27 de agosto de 1963). Las acusaciones contra Cavero arreciaron durante los primeros años del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada.

2.7 La publicidad

Durante todo el período la publicidad continuó siendo el sustento de la mayoría de las emisoras. Desde comienzos de la década de 1960, sin embargo, los ingresos por publicidad en la radio disminuyeron notoriamente a favor de la televisión. Las emisoras vinculadas a empresas televisivas exitosas, como América, RPP y Panamericana, pudieron mantenerse como las más poderosas. Otras perdieron importancia, y la mayoría subsistieron precariamente, con poca inversión publicitaria, mínimo presupuesto y apoyándose básicamente en la oferta discográfica. El fracaso de Canal 2 supuso para José Eduardo Cavero la pérdida del medio que estaba en capacidad de atraer mayores capitales en los nuevos tiempos. La Anrap y la Federadio insistieron durante el período en la propuesta de que las emisoras del Estado no tuvieran publicidad comercial para que no les disputaran ingresos a las radios comerciales. Al final fueron escuchados por el Congreso. Las principales agencias de publicidad eran Walter Thompson y McCann Erickson; luego, según Gargurevich se hallaban “una veintena de agencias nacionales” (1987: 194).

2.8 Programación en las radios limeñas (1962-1968)

La mayoría de las principales emisoras comerciales abrían su programación alrededor de las 7.00 horas y la cerraban hacia la medianoche. Desde 1962, sin embargo, hubo algunas, como Radio Inca, Radio Onda Popular y Radio Atalaya, que comenzaron a transmitir veinticuatro horas al día; se denomina- ban entonces “emisoras sin sueño” (Expreso, 18 de agosto de 1962). 516 EMILIO BUSTAMANTE

Al inicio del período la estructura de programación de parte de las gran- des radios comerciales (Victoria, América, Central, El Sol), salvo ligeras variantes, era muy semejante a la del período anterior. En las mañanas se comenzaba la transmisión con un noticiero, venían después programas musicales variados (algunas emisoras incluían un programa femenino) hasta el noticiero del mediodía. Luego se emitían radioteatros durante la tarde, y en las noches noticieros, programas musicales y deportivos. Las emisoras especializadas en radioteatros, como La Crónica y Central, ubicaban esos espacios también en horario matutino y nocturno. Las radios comerciales más pequeñas limitaron su programación a música y noticias. Así lo hacía saber, por ejemplo, Radio 1160, de la cadena de Augusto Belmont Bar, que en 1965 eliminó no solo los programas de auditorio sino el auditorio mismo:

“Música y noticias” es la base de programación diaria de 1160. Por la mañana, música optimista, con marchas para animar a la gente; al mediodía, música nacional; por la tarde, música selecta; y por la noche, música romántica. Los domingos, ni un solo comercial. 1160 tiene una fabulosa discoteca y su nuevo local ha eliminado el auditorio precisamente porque su programación es hecha a base de discos y de espacios noticiosos (Oiga 120, 15 de abril de 1965).

Los programas de auditorio, en efecto, tendían a desaparecer o a trasladarse a la televisión. Una empresa como Radio Lima, que inauguró un nuevo local con auditorio en 1963, no tomó en cuenta esa tendencia. Más tarde, el gobierno militar que llegó al poder en 1968 trataría de revitalizar los programas de auditorio. Algunas radios comerciales se dirigían hacia un segmento específico del público. Radio Selecta, de la cadena de Radio Victoria, se mantuvo como emisora de música clásica. Miraflores siguió apelando a un público de clases media y alta, localizado en los balnearios de Lima. La Crónica fijaba su interés en un público femenino amante de radioteatros, lo mismo que la flamante productora Radioprogramas del Perú. Otras radios se dedicaban especialmente al género informativo. Radio Reloj, antes de Raúl Aramburú y ahora de la cadena de José Eduardo Cavero, daba hora y noticias minuto a minuto desde la década de 1950. En el nuevo período aparecería Radio Noticias (de los dueños del diario Expreso) como emisora eminentemente informativa. Radio 100, que había inaugurado la FM, conservó su público compues- to por oyentes de clases media y alta, pero adultos, a diferencia de Mira- flores, que era la emisora juvenil para esos mismos sectores. En 1967 Pana- CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 517

me ricana inauguró su FM, dándole a esta un sentido socialmente “exclusi- vo” que perdería durante la década de 1980. Al empleo de la FM se sumó la estereofonía (1962). Asimismo, la expansión de los radios portátiles de transistores a pilas, que permitió la recepción de programas en las zonas rurales, y fue empleado en programas de alfabetización fuera de Lima (como el impulsado por Radio Onda Azul de Puno). Los géneros sufrieron transformaciones importantes debido a la menor recaudación por publicidad de parte de la radio y la competencia de la televisión. El género musical se impuso, pero los programas musicales en vivo disminuyeron para dar cabida a los estructurados sobre la base de emisión de canciones grabadas en discos. El tipo de música transmitida también varió; los ritmos tropicales, muy escuchados en la década de 1950, siguió contando con la preferencia del público y las emisoras, pero la llamada “música moderna” (rock, nueva ola, baladas) pasó a ocupar espacios cada vez más amplios, mientras que la música nacional se replegó, observándose una mayor presencia de la música andina sobre la de la costa. El disc-jockey reemplazó al animador, o mejor dicho, se convirtió en un nuevo tipo de animador que no se comunicaba ya con el público del auditorio sino con el que realizaba llamadas telefónicas. Los grandes programas de concurso desaparecieron; en su lugar se efectuaban eventos y sorteos más sencillos que servían para medir la sintonía vía cartas y teléfono. Los radioteatros se resistieron a dejar la escena y la emisora más sintonizada fue La Crónica, que pasaba varias radionovelas al día. Aparte de los programas musicales (con las nuevas características mencionadas), fueron los programas deportivos los que consiguieron una audiencia importante, sobre todo tratándose de la cobertura de competencias internacionales. Otro tipo de programas, sin embargo, como los humorísticos, infantiles y de revista empezaron a decaer.

2.8.1 Música criolla Radio Nacional es la emisora que mayor cabida da a la música criolla. En 1963, el programa El sentir de los barrios cumple veinticinco años en esa emisora. El mismo año tiene gran audiencia Jueves criollos con Filomeno Ormeño, Las Limeñitas y Los Dávalos. En 1964, la radio del Estado realiza un concurso en homenaje a Laureano Martínez Smart, organizado por Luis Abelardo Núñez, y que tiene un jurado compuesto por Alicia Maguiña, Manuel Acosta Ojeda, Víctor Orzero y Nicolás Wetzell; resultan ganadores Aurora Alcalá, Mercedes Valdivia y Luis Bulnes. 518 EMILIO BUSTAMANTE

Las radios privadas conservan aún espacios criollos, pero los músicos y cantantes de planta van cediendo su lugar a los disc-jockeys, y las presentaciones en vivo a las audiciones discográficas. La canción criolla va dejando de ser crónica del sentimiento contemporáneo y diario acontecer de los habitantes de los barrios populares limeños. Los programas se tornan ahora memoriosos. Radio Victoria emite en 1967 Melodías de Pinglo, serie de treinta capítulos sobre la vida y música del afamado compositor en recuerdo del 31o aniversario de su muerte. Lo produce y dirige Aurelio Collantes, conocido como la Voz de la Tradición, quien conduce además otro programa en Radio La Crónica titulado Evocaciones limeñas, que con- tiene un segmento, “Nostalgia de Buenos Aires”, donde se recuerdan tan- gos. Fernando Rubio y Gonzalo Toledo, por su parte, sacan al aire Concierto de medianoche en Radio Central, e invitan a compositores con- sagrados como Amparo Baluarte y Jorge Huirse. El compositor Manuel Acosta Ojeda, que tiene en Radio Agricultura un programa diario de música criolla, declara al respecto en 1967: “Mi programa —sin pretensiones— sirve de barómetro para medir el interés del público por el repertorio añejo, y muy a mi gusto he advertido que ‘prendió’ la sugerencia que recibí en el sentido de reverdecer las gloriosas páginas de nuestro cancionero criollo” (La Crónica, 27 de mayo de 1967). Destacan en la década los espacios de mediodía del Carreta Jorge Pérez (ex integrante de Los Troveros Criollos) en Radio Callao, Carmencita Lara en La Crónica y Los Embajadores Criollos en Victoria, así como Noche peruana de Alicia Maguiña en Panamericana y La voz de La Victoria que conduce Abelardo Carmona en Radio Luz.

2.8.2 Música andina La música andina había cobrado ya importancia en las radios limeñas durante la década de 1950, motivando el interés de las empresas discográficas por la contratación de sus más conocidos intérpretes como María Alvarado Trujillo (Pastorita Huaracina) y Ernesto Sánchez Fajardo (Jilguero del Huascarán) (Serrano 1994: 100). En la década de 1960, la “andinización” de Lima a causa de las migraciones tenía clarísima expresión musical en la radio capitalina. Emisoras como Inca, Excelsior, Agricultura y Nacional (esta última bajo la subdirección del guitarrista Gaspar Andía Fajardo, ex conductor del programa Ayacuchomanta) le dieron notable cabida en su programación. En 1963, la enorme acogida de la música andina se hizo evidente cuan- do Radio Excelsior convocó a un “mano a mano” en la Plaza de Acho CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 519

(escenario típicamente limeño) entre Víctor Alberto Gil (Picaflor de los Andes) y Juan Bolívar (Zorzal Jaujino). Asistieron doce mil personas que vitorearon y sacaron en hombros a los cantantes al final de la contienda musical (Toledo s/f: 58). En julio de 1967, Radio La Crónica organizó una Serenata a la patria con comparsa vernacular, celebración de santiago “estilo Huancayo” y pandillas folclóricas (La Crónica, tercera edición, 22 de julio de 1967). Para entonces, había más de tres mil títulos de discos comerciales de música popular de la sierra (Lloréns 1983: 122); y eran varios los espacios folclóricos en las emisoras limeñas: Amanecer andino en Radio América, La voz de las provincias en Radio Expreso, ambos dirigidos por Manuel Rivera Palomino; el pionero El Sol en los Andes en Radio El Sol, y Nuestros pueblos en Radio Continente, ambos producidos por Luis Pizarro Cerrón, quien además conducía Acuarelas peruanas en Radio Nacional; La voz del folklore en Radio Lima, bajo la dirección de Octavio Meza Ordóñez; Mañanitas Andinas conducido por Carmen Pizarro Rojas (Cori Wayta); Estampas peruanas en Radio Luz a cargo de Gustavo Córdova Peralta (el Chutito de la Radio); Panorama andino, en Radio Agricultura, conducido por Manuel Rojas (Cachupín); La hora regional, en Radio Inca, con la dirección de Hipólito Puntreano; El cantar de los Andes, dirigido por El Jilguero del Huascarán en Agricultura, El trencito folklórico dirigido por Paulino Rebaza (El Trovador Andino), también en Agricultura (antes estuvo en Continente); El Ande, la música y la noticia, emitido por Radio Selecta, conducido por Nicolás Quiñónez y Elsa Quesquén; Antena folklórica y El coliseo del aire en Radio La Crónica, dirigidos por Emilio Alanya. Existían, además, espacios semejantes en las radios Central, Santa Rosa, Callao, Universal, Sudamericana y Unión (La Crónica, 27 de mayo de 1967; La Crónica, tercera edición, 22 de julio de 1967). Todos estos programas no solo emitían música, servían también para mantener contactos entre los oyentes que provenían de determinadas regiones o provincias, quienes se agrupaban en clubes u otras instituciones similares; incluían referencias a comidas, fiestas y costumbres rurales, así como saludos y avisos de todo tipo. Uno de los más activos conductores de programas de música andina fue precisamente el compositor Emilio Alanya Carhuamaca (Moticha), nacido en Pucará (Huancayo). En una entrevista concedida a La Crónica en 1967 recordaba haber conducido El Perú y sus cantares (Restauración), Llamando a las puertas de la provincia (San Cristóbal), La voz del folklore (Lima), Amanecer andino (Excelsior), Antena vernacular (Continente) y 520 EMILIO BUSTAMANTE

Panorama andino (Agricultura). En emisoras de provincias dirigió Por las rutas del Perú (Cusco), Fiesta del huaino (Huancayo), La voz del pueblo (Pasco), La voz de los trabajadores metalúrgicos (Radio Minería de La Oroya) y Surcando el cielo peruano (Tarma) (La Crónica, tercera edición, 8 de julio de 1967). En octubre de 1967 inauguró en Radio La Crónica el programa de auditorio El coliseo del aire, apadrinado por el periodista Niko Cisneros y la cantante Flor Pucarina (Leonor Efigenia Chávez Rojas) (La Crónica, tercera edición, 10 de octubre de 1967).

2.8.3 Música tropical En 1962, Central convocó a un concurso de sonoras nacionales. La triunfadora fue La Sonora de Koky Palacios, que se impuso en la fecha final a la de Nelson Ferreira (La Crónica, tercera edición, 31 de julio de 1962). Sin embargo, los temas y artistas tropicales más escuchados en la radio fueron extranjeros, y algunos sufrieron censura. En noviembre de 1963 el periodista Rogelio Scott, de Expreso, criticó en notas sucesivas la emisión de las canciones Los hermanos Pinzones (interpretada por el cuarteto cubano Los Llopis y editada por El Virrey) y El Cubanito (interpretada por el trío Cancioneros del Norte y editada por Cubaney y Maype). Scott afirmaba que las letras de ambas canciones tenían “un fondo de pornografía”, y aclaraba: “Los versos en el papel parecen inofensivos, pero cuando el intérprete canta la canción, corta las frases con énfasis y se descubre el sentido inmoral que le dieron al componerla”. Reconocía que Los hermanos Pinzones se propalaba en “un gran número de estaciones de radio de Lima y provincias” y que en las rocolas era “el disco favorito”, pero sostenía que sus versos, además de inmorales, ofendían a los Reyes Católicos, “que hicieron posible el descubrimiento de América” (Expreso, 5 de noviembre de 1963; Expreso, 6 de noviembre de 1963; Expreso, 7 de noviembre de 1963). La versión de Los hermanos Pinzones que cantaban Los Llopis decía:

Ay Colón, Colón, Colón, Colón, y sus hijos Cristobalitos.

Los hermanos Pinzones eran un par de… marineros, que se fueron con Colón, que era un viejo… bucanero. Y llegaron a Calcuta a buscar algunas… rutas, CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 521

y los indios mochilones les cortaron… la retirada.

Al piloto Pedro Angulo le quisieron dar por… muerto, y a su hermano Bobadilla lo llenaron… de laureles.

La reina Isabel dio sus alhajas cuando Colón le hizo la… historia. Y a la reina de Castilla le gustaban las… torrejas. Y aquellos indios sembraban frutas Para los hijos… del pueblo.

Ay Colón, Colón, Colón, Colón, y sus hijos Cristobalitos.

(Los Llopis s/f).

Respecto de El cubanito, propalado incesantemente por Radio Onda Popular, Scott decía que era de una “literatura decadente, chabacana y cursi”. Los versos que provocaban el escándalo del cronista decían:

Yo sé de un gran pelotero que batea jonrones duros; pero no llega a primera porque le pesa mucho el…

Cubanito soy, señores, cubanito y muy formal. Vale más el cubanito aunque usted lo tome a mal.

Yo conozco un cantinero que trabaja como un mulo y descorcha las botellas apretando mucho el…

Cubanito soy, señores, cubanito y muy formal. Vale más el cubanito aunque usted lo tome a mal. 522 EMILIO BUSTAMANTE

La mujer del tabernero se hizo un traje con Angulo. Cada vez que se lo pone, ¡cómo se le marca el…

Cubanito soy, señores cubanito y muy formal. Vale más el cubanito aunque usted lo tome a mal.

El dueño de este lugar es un muchacho muy puro. Él le cobra con dinero o le cobra con el…

Cubanito soy, señores cubanito y muy formal. Vale más el cubanito Aunque usted lo tome a mal.

Si estos versos le han gustado, dígalo con disimulo. Agarre a su compañero y métaselos por el…

Cubanito soy, señores cubanito y muy formal. Vale más el cubanito aunque usted lo tome a mal.

(Trío Cancioneros del Norte 1995)

Scott culminaba su nota del 6 de noviembre de 1963 con un llamado a las autoridades a que hicieran una “limpieza en nuestra radiotelefonía de esta clase de canciones”. Al día siguiente, el agente fiscal de turno, Raúl Amat y León, anunció que denunciaría a los representantes de las disqueras El Virrey, Cubaney y Maype “por incurrir en flagrante delito de corrupción a través de la radio y la TV” (Expreso, 6 de noviembre de 1963), y el nuevo jefe de la Dirección de Radio de la Oficina de Correos y Telecomunicaciones del Perú, Mario Vaccaro Sánchez, dijo que notificaría “a todas las estaciones y radios de Lima y provincias prohibiendo terminantemente que propalen piezas musicales que ofendan la moral y el buen gusto del público peruano” (Expreso, 6 de noviembre de 1963). Expreso informó que de inmediato “un grupo de empleados de la Dirección de Radio” había “comenzado a chequear las irradiaciones musicales de las estaciones de la CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 523

gran Lima”, y que “en adelante las canciones extranjeras ‘Los hermanos Pinzones’ y ‘El Cubanito’ ya no volverán a escucharse a través de las radioemisoras” (Expreso, 6 de noviembre de 1963). Al día siguiente, el mismo diario destacaba que el agregado cultural de la Embajada de España, Julio Garcés, había protestado por el insulto que contenía Los hermanos Pinzones contra las Majestades Católicas (Expreso, 7 de noviembre de 1963). Rogelio Scott, por su parte, se felicitaba de que su denuncia sobre las “canciones obscenas” hubiera tenido eco en las autoridades, y concluía: “ya era tiempo que se cortara de raíz el fomento de esas canciones inmorales. No se puede comercializar con la moral pública” (Expreso, 7 de noviembre de 1963). Unos meses después, la víctima del puritanismo local sería el dengue, nuevo ritmo inventado por Dámaso Pérez Prado, quien volvió al Perú traído por José Eduardo Cavero para unas presentaciones en Canal 2. Pérez Prado vino acompañado de la bailarina Daisy Guzmán, cuyos sensuales movimientos motivaron una multa de la Municipalidad de Lima a la empresa de Cavero (Expreso, 14 de febrero de 1964). El dueño de Radio Victoria acusó días después al alcalde Luis Bedoya Reyes de ser inconsecuente con los valores que invocaba, pues, según afirmó, había ido a una presentación de Pérez Prado en el balneario de Ancón y había estrechado la mano de Daisy Guzmán (Expreso, 18 de febrero de 1964). El alcalde calificó de calumnias las declaraciones de Cavero. Después de que la Municipalidad de Lima desalojara a Radio Victoria de La Cabaña, Cavero afirmó que la medida tomada había sido un acto de venganza de Bedoya en su contra por haberlo desenmascarado; en realidad, el proceso que culminó con el desalojo se había iniciado mucho tiempo atrás.

2.8.4 La música moderna Como ya hemos indicado, desde 1959 el chileno Sergio Vergara tenía un programa en Victoria con el nombre de Sesiones de rock and roll (Torres 2009: 32); después se llamaría El show de Sergio y se emitiría también en Canal 2 de televisión. Radio 1160 promovió en 1962 un concurso de rock y twist, con miras a la visita al Perú de Chubby Checker, quien al año siguiente celebró su cumpleaños en Canal 2 (Vivas 2001: 74). En Radio Regionalista de Ica, el adolescente Gerardo Manuel Rojas se iniciaba en 1963 como disc-jockey con el programa Surf Beat 63, transmitiendo música surf rock (Beach Boys, Dick Dale, The Del-Tones, Super Stocks). Tomó el nombre del espacio de una canción de Dick Dale (entrevista con Gerardo Manuel Rojas Rodó, 19 de enero del 2011). 524 EMILIO BUSTAMANTE

En 1963, también, Radio Expreso convocó a un concurso nuevaolero entre conjuntos de barrio. En 1964, Radio Miraflores se promocionaba como la única emisora del país que transmitía “solamente música para la nueva ola, de día y de noche y todos los días” dirigida a “los rocanroleros elegantes”. Los disc-jockeys de Radio Miraflores (Bruce Turner, Ernesto Fernández, Gustavo Galliani, Pepe Carrasco, Perico Durán y Anny Puppi) atendían pedidos de música alcanzados por carta o teléfono y regalaban discos firmados por los cantantes, con el lema: “Radio Miraflores está en órbita” (Gente 63, setiembre de 1964). En 1968, en Radio Atalaya, Antonio Esparza dirigía Revista Juvenil 68, los domingos de 6.00 a 9.00 horas y de 21.00 a 24.00 horas, difundiendo canciones de los Beach Boys, The Doors, Donovan y otros; y desde 1967, Luis Aguilar en El clan de la media noche (Radio Continente) presentaba a grupos nacionales como Los Dolton’s, pues la música moderna tenía ya jóvenes cultores locales que interpretaban covers y composiciones propias. En aquellos años, la distinción entre ‘nueva ola’ y ‘rock’ aún no era clara en los medios, como señala Carlos Torres Rotondo:

La prensa de entonces hacía eco de los nuevos sucesos musicales e inventaba etiquetas para catalogar la inédita movida juvenil. En ese contexto aparece la nueva ola, nombre que quizás fue tomado prestado del grupo de cineastas franceses agrupados alrededor de la revista Cahiers du Cinema, la nouvelle vague. El movimiento musical peruano que adoptó ese nombre representó el lado más amable, melódico, romántico e ingenuo del naciente rock peruano. Y en la mayoría de los casos ni siquiera eran rockeros, sino baladistas peinados con la típica montañita con versiones en castellano de temas italianos […]. Sin embargo, la frontera es porosa. En un principio, tanto la gente del rock como los nuevaoleros tenían influencias comunes de grupos de rock mexicanos que adaptaban standards al castellano, como sucedía con Los Teen Tops. Solistas como Jimmy Santi, Gustavo “Hit” Moreno, Elmo Riveros o Danny Valdy compartían escenarios con la naciente escena rockera, normalmente cantando en las matinales con playback para que el público no se impacientara mientras las bandas acomodaban sus instrumentos. Canciones melódicas de las nuevas bandas rockeras —como Ana de Los Saicos o La enamorada de un amigo, versionadas por Los Shain’s— podrían pasar como nueva ola. Y un solista como Jean Paul “El Troglodita” o un grupo como Los Dolton’s podían fácilmente cruzar la frontera entre ambas escenas, que con el tiempo fueron distanciándose, cuando los rockeros empezaron a cantar en inglés y a adoptar nuevos sonidos y efectos en su música (Torres 2009: 85-86).

Gerardo Manuel Rojas también da testimonio sobre la confusión que había entonces entre rock y nueva ola: CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 525

Entré a una emisora que quedaba a dos cuadras de la casa de una tía mía, donde yo vivía en Lima, en la avenida Iquitos (Radio El Sol). Me hice amigo de unas personas que trabajaban ahí, les comenté que tenía experiencia en radio y me dieron una hora los domingos. El programa se llamaba, estúpidamente, El planeta de los nuevaoleros. El nombre más feo que se me puede haber ocurrido en mi historia radial. Era el nombre que estaba de moda. Había una especie de malentendido con respecto a la palabra nueva ola, y cuando me di cuenta de que estaba metido en una salsa que no era la mía, cambié de condimento. Me fui a Radio Miraflores, un par de años más tarde. Mi paso por Radio El Sol fue bastante corto porque ya me estaba dedicando a la música. Ya había formado Los Dolton’s, de ahí pasé a Los Shain’s, y me dediqué a tocar con la banda y a la vez estudiar Derecho en San Marcos. Pero el bichito de la radio es como la hepatitis, cuando entra nunca se va. En ese lapso pasé por varias emisoras, nada significativo, hasta que en 1967 entré a Radio Miraflores, justo cuando estaba grabando el cuarto álbum de Los Shain’s. Ahí fue que saqué La hora pirata, con la que me fue muy bien durante 24 años (entrevista con Gerardo Manuel Rojas Rodó, 19 de enero del 2011). Uno de los programas de música moderna más escuchados era El hit de la una (1964-1969) de Radio Panamericana, conducido sucesivamente por Carlos Oneto, Fidel Ramírez Lazo y el chileno Enrique Maluenda. Salía simultáneamente en radio y televisión. Allí se presentaron, entre otros gru- pos nacionales, Los Dolton’s y Los Shain’s. Nuevos disc-jockeys aparecían. A los nombrados se sumaron Diana García en 1963 con Atardecer musical a través de Santa Rosa, Armando Varela en La Crónica, Iván Márquez con Reportaje a una discoteca y el chileno Enrique Maluenda con Caravana de éxitos, ambos en Panamericana.

2.8.5 La aparición de la música chicha La fusión de ritmos tropicales, andinos y modernos daría origen a la llamada más tarde música chicha, expresión de los jóvenes hijos o nietos de migrantes rurales nacidos en Lima y otras ciudades. El grupo precursor de este tipo de música, Los Destellos, debutó en Radio La Crónica en 1967. De él se lee en el diario del mismo nombre en marzo de aquel año: “Buen conjunto de música tropical y moderna; ha debutado con éxito en El Súper Show [...]. ‘Los Destellos’ dominan ampliamente las guitarras eléctricas y tienen la voz de una guapa muchacha que está progresando, esperándose de ella mayores logros” (La Crónica, edición de la mañana, 11 de marzo de 1967).

2.8.6 La música clásica Radio Selecta cubría prácticamente toda su programación con sinfonías, conciertos, óperas, operetas, zarzuelas. Incluyó la atención a pedidos del 526 EMILIO BUSTAMANTE

público que se hacían por teléfono en las mañanas. El conductor de la mayoría de los programas era Juan Felipe Montoya.

2.8.7 Radioteatro Los radioteatros no parecen sentir la competencia de la televisión en los primeros años del período. Radio La Crónica mantiene la primacía gracias a sus buenos elencos y libretos importados de México y Cuba. En 1967 emite veintitrés radionovelas diarias (La Crónica, 17 de enero de 1967), entre ellas: Thalidomida, dramatización sobre los efectos del medicamento que causó pánico a comienzos de la década de 1960 en madres gestantes, con el actor Roberto Cañedo; El provinciano, inspirado en un vals de Laureano Martínez con la actuación de Miguel Arnáiz, que “pinta todas las peripecias, emocionales, dramáticas y humorísticas de un muchacho del interior que lleno de ilusiones llegó a la capital en busca de un porvenir mejor” (La Crónica, tercera edición, 4 de diciembre de 1967); y Yo soy aquel, inspirado en una canción interpretada por el español Raphael. Además: Ella, la inolvidable, La viuda negra, Sombra de tormento y Una mujer llamada fantasía. En la misma emisora, en el espacio Matiné Cinematográfica se emiten versiones radiofónicas de una hora de las películas La malquerida, Impaciencia del corazón, Dueño y señor, La hiedra, El ferroviario y Electra. La otra estación especializada en radioteatros, Central, anuncia en 1962 “radionovelas para varones” con contenido “más social que melodramático, a semejanza de Cuba, México y América Central”, y las actuaciones de Elvira Travesí, Ofelia Van Galen y Carlota Ureta Zamorano. A partir de 1963, la programación de Central es cubierta por Radioprogramas del Perú que contrata “a casi todas las figuras y elencos de la radio peruana” (La Crónica, 12 de setiembre de 1963) como Elvira Travesí, Marianella Ureta, Queca Herrero, Jorge Almada, Fernando Larrañaga, Hudson Valdivia y la joven Gloria María Ureta. En Nacional, Elvira Tizón siguió conduciendo su espacio de radioteatro, y Rafael del Carpio escribió libretos para biografías de Grau (El Caballero de los Mares) y Cristóbal Colón (El Almirante del Océano) (Expreso, 6 de octubre de 1963). Otra vida llevada a la dramatización radiofónica fue la de San Martín de Porres por Excelsior en 1963.

2.8.8 Informativos El noticiero más escuchado y polémico fue Radioperiódico El Mundo de Radio Victoria, conducido por Juan Ramírez Lazo. En ese espacio se reali- CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 527

zaron campañas cuestionadas por personas que se consideraron agraviadas por ellas, o por los opositores de José Eduardo Cavero, quienes sostuvieron que eran motivadas por el cálculo político o el mero chantaje y la extor- sión. Otros noticieros importantes fueron El Noticiero Conchán (que reem- plazó a El Reporter Esso en Radio América), El Panamericano (Radio Pana- mericana), Panorama limeño en el aire (Radio Inca, con la locución de Ana María Miranda), El Diario (Radio Central, con la conducción del veterano Gustavo Montoya), El Radioespectador (Radio Selecta, con sección de tipo festivo y una publicación impresa en los años 1963-1964). En 1961, la biblio tecaria Carmela Garcés estrenó Mujeres (Radio La Crónica), “primer noticiero dirigido a la mujer”. Dos emisoras dedicaron su programación íntegramente a las noticias, como ya se ha mencionado: Radio Reloj (con locutores de poca dinámica que, además, daban la hora minuto a minuto), y Radio Noticias (antes Radio Expreso), bajo la dirección de Mario Miglio. Radio Noticias incluía una revista político-radial los domingos, El rostro de la semana, con invitados de peso como el ex presidente del Senado David Aguilar Cornejo; el rector de la Universidad de San Marcos Juan de Dios Guevara; y el senador aprista Ramiro Prialé.

2.8.9 Programas humorísticos En 1962, Radio Central reunió a experimentados cómicos como Carlos Revolledo, Carlos Rodrigo, Álex Valle y Antonia Puro con jóvenes como Néstor Quintero en El show de la carcajada (Expreso, 15 de mayo de 1962). En 1963, Radioprogramas del Perú recuperó a Freddy El Rezongón y salieron nuevamente al aire Escuelita nocturna y Loquibambia a través de su red, que incluía a Central como filial en Lima. Actores como Tulio Loza, Chicho Romero y Felipe Sanguinetti confirmaron su valía y brillaron en el elenco al lado de los veteranos. Loza se convertiría poco tiempo después en estrella de televisión; Sanguinetti (hermano menor de Fidel y Juan Ramírez Lazo) escribiría libretos para Loquibambia y El Bodeguero (Serván 2011), y luego conduciría Loquilandia en 1969 en Central (Expreso, 8 de marzo de 1969), antes de pasar también a la pantalla chica.

2.8.10 Programas infantiles y femeninos Inca, América y El Sol tenían programas infantiles matutinos en los primeros años de la década de 1960. En 1962, el niño cantante Ángel Zaldívar con- ducía El paraíso de los niños en Radio Lima, los martes, jueves y sábados, de 19.00 a 19.30 horas. 528 EMILIO BUSTAMANTE

Los programas dirigidos al público femenino mantuvieron una orienta- ción conservadora. María Luisa de Basterriz creó en 1962 el espacio Club: Amas de casa en Radio Expreso, que se emitía diariamente a las 10.00 horas, y que trataba temas como la conducta dentro del hogar, “la autoedu- cación de la mujer”, el trato con el esposo, la educación infantil, la adoles- cencia, decoración, novedades de la moda, “normas para cultivar la simpa- tía, la cordialidad, el buen humor”, y “todo aquello relacionado con la mujer y su vida espiritual”. El programa promovía la efectiva creación de un club de oyentes que hacía reuniones quincenales y solo demandaba a sus miembros “ganas para integrarse”; su fin era “lograr la mayor compren- sión y armonía dentro del hogar” (Gente 50, marzo de 1963). Mientras que Amalia Semsch obtenía alta sintonía en la red de Radioprogramas del Perú con La cocina de Amalia, Radio Victoria emitía un programa diario de cuatro horas titulado Mundo femenino.

2.8.11 Programas deportivos y taurinos El programa más importante a comienzos de la década de 1960 era Pregón deportivo (que tuvo versión televisiva en Canal 9), pero entonces nació Ovación. Littman Gallo recuerda que fue Gastón Guido, gerente de El Sol, quien le propuso a Alfonso Pocho Rospigliosi hacer un programa deportivo en esa emisora después de que Óscar Artacho se mudara con su plantel de Pregón deportivo a Radio Unión. La propuesta la hizo el 12 de noviembre de 1964 en la mañana, y en la noche salió la primera edición del programa, ya con el nombre de Ovación. Gallo evoca en su testimonio dado a Luis Arias Schreiber:

El primer programa fue armado al vuelo. Pocho le pidió a (Carlos) Enciso que invitara a Tito Drago a los estudios para que fuera el primer entrevistado; también fue su hermano Pichirro Drago para hablar de básquet. En los días siguientes a Koko Cárdenas y Carlitos Enciso fuimos sumándonos quienes conformamos el equipo base de Ovación en su primera etapa: Toño Llerena en la narración comercial, Lucho Isuzqui, Lolo Salazar, Lucho Ossio Pastor, Pipo Carbone y yo. Después entrarían tantos otros como Enrique Valdez, Lucho Garro, Miguel Portanova, Juan Iglesias, Germán Villalobos, Ronald del Águila, Elejalder Godos y Mario Grau. Casi desde el inicio de Ovación nacieron los slogans que han caracterizado al programa a lo largo de los años: “donde se hace deporte, ahí está Ovación” y “un Perú en sintonía”, que si no me equivoco, fueron creación de Toño Llerena. La cortina musical era el himno olímpico compuesto para los Juegos de Tokio 1964; años después se utilizó el himno del Mundial de Argentina 1978 (Arias Schreiber 2008: 290). CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 529

En 1967 el programa Impacto Deportivo de Victoria hizo una espectacular cobertura de la carrera Caminos del Inca gracias a las 46 estaciones que entonces integraban Cadena Nacional S.A. (La Crónica, edición de la mañana, 24 de setiembre de 1967). Un programa taurino tenaz fue Sol y sombra de Ángel Parra Guzmán, que tras ser emitido desde la década anterior en diferentes radios (Selecta, América, Luz y Continente) recaló en Central.

2.8.12 Otros programas Pepe Ludmir realizaría —para Charlas de cine de Panamericana— entrevis- tas a verdaderas estrellas cinematográficas como Catherine Deneuve y Ri- chard Burton. En Victoria, Caravana musical Philips reuniría a Maritza Rodríguez, Los Morunos, Nicomedes Santa Cruz, Los Chamas, Los Dávalos, Los Pacharacos, Anamelba y Néstor Quintero en presentaciones al aire libre con la animación de José Lázaro Tello, mientras que El súper show de La Crónica sería el gran programa de auditorio en una década en que estos tendían a desaparecer. Las visitas de famosos artistas tenían como principal objetivo el lucimiento en televisión, y aunque algunas presentaciones eran simultáneamente emitidas por radio (como la de María Félix en 1963 en Canal 2, que transmitió Victoria), la atención del público estaba puesta en la imagen más que en el sonido. Una excepción fue la audición de Carmen Sevilla, que vino exclusi- vamente para Radio La Crónica, en junio de 1967.

3. La radio bajo el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada

Ministro: […] Estos formidables medios de comunicación han sido utilizados diestramente hasta la actualidad por los pequeños grupos de poder a los que el Perú debe su singular atraso y frustración. Han servido para adormecer la conciencia del pueblo, tratando de formar sus apreciaciones y conceptos y lograr así una pasividad cómplice. Oiga: ¿Significa esto que los sistemas serán cambiados radical- mente? Ministro: Así es, serán cambiados de todas maneras. General Aníbal Meza Cuadra, ministro de Transportes y Comunicaciones, en entrevista concedida a la revista Oiga, 23 de octubre de 1970. 530 EMILIO BUSTAMANTE

3.1 Radio y política (1968-1980)

3.1.1 El Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, Primera Fase El 3 de octubre de 1968 las Fuerzas Armadas derrocaron al presidente Fernando Belaunde Terry, dando inicio al Gobierno Revolucionario encabezado por el general Juan Velasco Alvarado. La noche del golpe de Estado, el secretario general del Apra, Armando Villanueva del Campo, se dirigió a la ciudadanía a través de Radio Noticias, invocando el derecho de insurrección. Los militares allanaron luego esa emisora (propiedad del acciopopulista Manuel Ulloa) y Radio Continente (de Roberto Martínez Merizalde, vinculado al Partido Aprista). Ambas radios llegaron a informar a sus oyentes que estaban siendo tomadas por efectivos policiales y que saldrían del aire, pues en esas circunstancias no podían seguir transmitiendo (Expreso, 4 de octubre de 1968). Volvieron a emitir su señal el 7 de octubre, dos días después de la anulación del Acta de Talara, y dos días antes de la expropiación y toma por parte del Estado de los yacimientos de La Brea y Pariñas, hasta entonces en posesión de la IPC. Sin embargo, la noche del 31 de octubre, el Gobierno Revolucionario decretó nuevamente la clausura de Radio Noticias y Radio Continente; también fueron cerrados el diario Expreso, propiedad de Manuel Ulloa, y la revista Caretas. La Dirección General de Informaciones afirmó, en un comunicado, que esos medios venían “distorsionando las informaciones y atacando en forma malévola la dignidad de los miembros del Gobierno Revolucionario, para crear premeditadamente un clima de desconfianza y malestar en la ciudadanía, con el deliberado propósito de entorpecer la realización de los cambios estructurales que constituyen objetivos fundamentales de la Revolución” (El Comercio, 1 de noviembre de 1968). El diario El Comercio publicó al día siguiente de la clausura un editorial a favor de la libertad de prensa, en uno de cuyos párrafos decía:

La libertad de prensa está llamada a funcionar dentro de sus más amplios alcances y dentro de una objetividad muy libre. ¿Quién es el llamado a calificar si hay o no verdad en las informaciones publicadas? ¿Quién es el autorizado a juzgar si la crítica que se formula contra el gobierno es o no constructiva? El subjetivismo no puede ser el mejor consejero y por eso, a pesar de nuestras discrepancias con la línea del diario “Expreso”, a pesar de que no compartimos la posición que ha asumido la revista “Caretas”, a pesar de que Radio “Continente” pertenece a un partido que ha estado y está en contra de los intereses del país; a pesar de todo ello CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 531

y de conocer muy bien los intereses que mueven el pensamiento de esos órganos, creemos que el principio es el que se debe conservar y que la libertad de prensa deber ser mantenida porque es un derecho y una conquista del pueblo del Perú, el mejor juez de su propia historia. […] El Gobierno Revolucionario debe confiar a la eficacia de su acción refor- mista el respaldo que espera obtener de la ciudadanía y que obtuvo sin condiciones cuando el asunto de la Brea y Pariñas quedó definitivamente liquidado. La urgencia es gobernar de prisa, en beneficio de las masas, no clausurar periódicos que tienen puntos de vista, equivocados según el Gobierno, pero al fin y al cabo respetables (El Comercio, 1 de noviembre de 1968).

El 6 de noviembre el gobierno levantó la clausura de Radio Noticias y Radio Continente, y decretó que a partir del 15 de ese mes podrían volver a aparecer Expreso y Caretas; no obstante, allí no terminaron los problemas del régimen con los medios, aunque eventualmente recibió el respaldo de algunos. Así, en abril de 1969, Federadio, la agremiación liderada por José Eduardo Cavero, manifestó su apoyo al gobierno militar “en la recuperación del petróleo del Perú y en la defensa de la soberanía nacional” a través de un comunicado que hizo público cuando se hallaba en el país la misión Irwin enviada por el presidente norteamericano Richard Nixon para negociar una solución al problema con la IPC; los Estados Unidos pretendían detener los préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo al Perú a raíz de las medidas tomadas respecto a la transnacional petrolera. El comunicado de la Federadio era firmado por 46 emisoras de todo el país:

La Federación Peruana de Radiodifusión reafirma su indeclinable respaldo a la política patriótica y nacionalista del Gobierno Revolucionario en la recuperación del petróleo del Perú y en la defensa de la soberanía nacional – Radio Victoria (Lima) – Radio Selecta (Lima) – Radio Tumbes (Tumbes) – Radio Atlántida (Iquitos) – Radio La Hora (Iquitos) – Radio Cajamarca (Cajamarca) – Radio Tropical (Tarapoto) – Radio Talara (Talara) – Radio Grau (Piura) – Radio Lambayeque (Chiclayo) – Radio Libertad (Trujillo) – Radio Chepén (Chepén) – Radio Chimbote (Chimbote) – Radio Huaraz (Huaraz) – Radio Huacho (Huacho) – Radio Huaral (Huaral) – Radio Huánuco (Huánuco) – Radio Telesar (Pucallpa) – Radio Pasco (Cerro de Pasco) – Radio Chanchamayo (La Merced) – Radio Junín (Huancayo) – Radio Jauja (Jauja) – Radio Reloj (Lima) – Radio Callao (Callao) – Radio Ayacucho (Ayacucho) – Radio San Juan (Tarma) – Radio Tingo María (Tingo María) – Radio Tacna (Tacna) – Radio Juliaca (Juliaca) – Radio La Oroya (La Oroya) – Radio Huancavelica (Huancavelica) – Radio Ica (Ica) – Radio Nazca (Nazca) – Radio Internacional (Pisco) – Radio 532 EMILIO BUSTAMANTE

Chincha (Chincha) – Radio Fessa (Cañete) – Radio Mala (Mala) – Radio Imperial (Imperial) – Radio Arequipa (Arequipa) – Radio Moquegua (Moquegua) – Radio Mollendo (Mollendo) – Radio Tawantinsuyo (Cuzco) – Radio La Hora (Cuzco) – Radio Altiplano (Puno) – Radio Puno (Puno) – Radio Ayaviri (Ayaviri) (Expreso Deportivo, 7 de abril de 1969).

3.1.2 El Estatuto de Libertad de Prensa y La Ley del Periodista Una seria confrontación entre el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada y los propietarios de los medios de comunicación tuvo lugar a raíz del Estatuto de Libertad de Prensa dictado el 30 de diciembre de 1969 (Decreto Ley 18075), que estableció delitos de prensa y sanciones. Los dueños de las empresas periodísticas, radiales y televisivas se quejaron del enorme campo que abría la norma para la interpretación subjetiva de los delitos. Se castigaba, por ejemplo, la publicación de artículos o crónicas que perjudicaran la “seguridad integral del Estado” o que atentasen “contra la seguridad monetaria del país”. Alfonso Baella, editorialista de El Comercio, consideró que la intención del decreto ley era “anular de hecho toda opinión no favorable al Poder Ejecutivo” (El Comercio, 1 de enero de 1970). Las empresas periodísticas convocaron a un paro de protesta en los últimos días de 1969, pero fue levantado a las 48 horas porque, según el mismo Alfonso Baella, no era bueno “ponerse la mordaza uno mismo por dos días”. El 3 de enero, la Cámara Peruana de Radiodifusión, que agrupaba a la Anrap, la Federadio y la URPE (Unión de Radiodifusión del Perú), emitió a través de la prensa el siguiente comunicado:

La Cámara Peruana de Radiodifusión en representación de las emisoras de radio y estaciones de televisión en todo el país, ante la dación del llamado estatuto de libertad de prensa que involucra en sus alcances a los informativos de radio y televisión así como a la prensa escrita acuerda: 1.- Reiterar su adhesión permanente al principio de la libertad de expresión, fundamento de la dignidad humana. 2.- Expresar que el mencionado estatuto de libertad de prensa lejos de garantizar esta libertad la conculca. 3.- Gestionar la derogatoria del mencionado estatuto a fin de que sea garantizado plenamente el libre ejercicio de la función periodística tanto hablada como escrita. 4.- Expresar su solidaridad absoluta con la protesta ya formulada por los órganos de la prensa escrita. Lima, 3 de enero de 1970. CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 533

Asociación Nacional de Radiodifusoras del Perú (ANRAP), Nicanor González Vásquez, presidente, L.E. No 3178629 - Unión de Radiodifusión del Perú (URPE), Carlos Gamero Larrea, presidente, L.E. No 2793651 - Federación Peruana de Radiodifusión, José Eduardo Cavero Andrade, presidente, L.E. No 2607629. (Expreso, domingo 4 de enero de 1970).

La Federación de Periodistas del Perú decretó otro paro de protesta en contra del Estatuto los días 18 y 19 de enero de 1970, al que se unieron los afiliados de radio y televisión. Todo ello se produjo en medio de un áspero debate entre los medios privados y los controlados por el Estado. Radio Nacional, que difundía boletines cada media hora, afirmaba que el Estatuto de Libertad de Prensa pretendía “acabar con el periodismo vil que defienden algunos empresarios”. Agregaba que las empresas periodísticas no eran peruanas, que por eso habían apoyado a la International Petroleum Company y se habían opuesto a la reforma agraria, y que peruanizar la prensa era un pecado que jamás le podrían perdonar a la Revolución (Expreso, 6 de enero de 1970). Manuel D’Ornellas, editorialista de Expreso, respondía que Radio Nacional y El Peruano recurrían al agravio y eran fieles representantes de un gobierno totalitario (Expreso, 24 de enero de 1970). Otra emisión oficial de Radio Nacional, glosada en un cable de AFP, decía que los propietarios de los diarios no querían que estos fueran regulados porque deseaban que permaneciera incólume el privilegio de mentir y agraviar, y que eran “casi sin excepción representantes de grupos económicos nacionales y foráneos”. Según AFP, Radio Nacional añadía:

Los sectores populares carecen de recursos suficientes para montar un gran medio de difusión. Por tanto, lejos de reflejar y defender los intereses del pueblo, los medios de difusión, con pocas excepciones, reflejan y defienden los intereses de sus dueños que, a su vez, pertenecen a círculos perfectamente detectados de intereses económicos y políticos. La intocable libertad de prensa no te defiende a ti, peruano. Defiende a las castas privilegiadas contra las cuales la revolución libre lucha sin cuartel (Expreso, 5 de enero de 1970).

A raíz de la promulgación del Estatuto, la Asociación Interamericana de Radiodifusión (AIR) canceló la reunión que tenía prevista en Lima para ese mismo mes de enero. Los gremios empresariales se opusieron, también, a la Ley del Perio- dista (Decreto Ley 18139) del 6 de febrero de 1970. Era aplicable a empresas periodísticas, radiales y televisivas. Otorgaba estabilidad laboral a los periodistas, pago por horas extras, jornadas nocturnas, domingos y 534 EMILIO BUSTAMANTE

feriados. Establecía, asimismo, el derecho a los artículos de opinión y la intervención del sindicato en el nombramiento de una comisión que estableciera un rol de publicación de estos artículos. Un decreto supremo emitido el mismo día obligaba a los medios a la publicación de los comunicados oficiales.

3.1.3 Radio Revolución El 4 de marzo de 1970, el gobierno dispuso por Decreto Ley 18169 la expro- piación de los diarios Expreso y Extra, y su entrega a sus sindicatos de trabajadores, con miras a su cooperativización. Acción Popular, el Apra y el Partido Popular Cristiano se opusieron a la medida; el Partido Demócrata Cristiano y la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), dirigida por el Partido Comunista, la respaldaron. Manuel Ulloa, propietario de la empresa Editora Nacional, que publicaba esos diarios, acusó a la junta militar de “fascista”, pero días después declaró en el extranjero que eran marxistas quienes asesoran al gobierno (Pease y Verme 1974: 149-151). Para la nueva conducción de Expreso y Extra se creó la Cooperativa de Producción y Trabajo Prensa y Pueblo Ltda. En agosto, Radio Noticias, de propiedad de la misma empresa Editora Nacional, fue convertida en Radio Revolución, emisora administrada por la Cooperativa Prensa y Pueblo. El nombre de la radio fue elegido en un concurso promovido por el diario Expreso. La emisora salió al aire en septiembre, el presidente del directorio era Antonio Laynes, exsecretario general del sindicato de gráficos de Expreso y Extra. La cantante y secretaria general del Sindicato de Actores e Intérpretes, Teresita Velásquez, fue elegida “reina de la fiesta de inauguración”. Laynes declaró a la prensa que el 40 por ciento de la música que emitiría la radio sería peruana (criolla y folclórica), y que habría informativos de mañana y tarde, además de noticieros de cinco minutos cada hora. Invocó el apoyo del comercio, la industria, la banca y las agencias de publicidad para la nueva emisora (Expreso, 20 de setiembre de 1970).

3.1.4 El proceso a José Eduardo Cavero José Eduardo Cavero Andrade era ya conocido como el Zar de la Radio en el Perú; a la propiedad de Radio Victoria sumaba la de más de cuarenta emiso- ras agrupadas en su Cadena Nacional. Mantenía, además, el liderazgo de la Federadio. Sus buenas relaciones con el gobierno de Prado y, después de un inicio conflictivo, con la dictadura de Odría habían sido tan evidentes como sus discrepancias con la Junta Militar de Gobierno 1962-1963 y el régimen de CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 535

Belaunde. Luego del golpe de Estado de 1968, no tardó, como hemos visto, en solidarizarse con el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada; sin embargo, se alejó de él a raíz de la promulgación del Estatuto de Libertad de Prensa, firmando en enero de 1970 un comunicado de protesta por la Cámara de Radio y Televisión en representación de la Federadio. En setiembre del mismo año, al retornar de Miami, José Eduardo Cavero fue detenido por unas horas e interrogado por la policía fiscal en torno a una presunta evasión de divisas. Entonces se hallaba vigente un decreto ley que prohibía la salida de dólares del país. El 5 de noviembre de 1970, Cavero y el subgerente y locutor de Radio Victoria, Juan Ramírez Lazo, fueron detenidos de nuevo. Al día siguiente, el procurador general de la República, José Tello Campodónico, presentó denuncia contra ellos por la fuga de 400 mil dólares y por haber vendido, supuestamente, Canal 2 a una firma española, contraviniendo la norma que prohibía que extranjeros fueran dueños de medios de comunicación en el Perú. El juez Augusto Tambini del Valle abrió instrucción y ordenó el arresto de Cavero y Ramírez Lazo, a quienes se condujo al penal de Lurigancho. A los pocos días fue apresado también José Cavero Dubois, hijo de Cavero Andrade, y otros funcionarios de su cadena radial. Expreso, en manos de la Cooperativa Prensa y Pueblo, desató una campaña contra Cavero, especulando que el dueño de Radio Victoria era, en realidad, un testaferro del cubano Goar Mestre, poderoso magnate de la radio y la televisión en América Latina. La campaña hacía recordar a la desarrollada por Expreso en 1964, cuando el diario era propiedad de Manuel Mujica Gallo, durante el conflicto entre Cavero y la Municipalidad de Lima por la posesión de La Cabaña; entonces se había dicho que Cavero era testaferro de la familia Prado. Durante la detención de Cavero, los trabajadores de dos de sus emisoras, Radio Reloj y Radio Huacho, demandaron su cooperativización. A los trabajadores de Radio Reloj los encabezaba Jorge Torres Lara, otrora “mano derecha” del Zar de la Radio y ahora ferviente partidario del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. En marzo de 1971, los trabajadores de otra empresa de Cavero, Radio San Juan de Tarma, pidieron al gobierno la expropiación de la emisora. Al comenzar 1971, el Imperio Cavero parecía próximo a desmoronarse.

3.1.5 La Ley General de Telecomunicaciones y sus consecuencias La promulgación de una Ley General de Telecomunicaciones era temida por los propietarios de los medios desde 1969. En julio de aquel año el Segundo 536 EMILIO BUSTAMANTE

Congreso Nacional de Radio y Televisión acordó solicitar al gobierno que, de promulgarse una ley de telecomunicaciones, esta garantizara la propiedad privada de las empresas de radiodifusión. El congreso aprobó una resolución en que se afirmaba que el mejor incentivo para la industria de radio y televisión era el otorgamiento de licencias sin plazo de vencimiento, pero con causales de caducidad. También acordó pedirle al gobierno que garantizara la libertad de transmisiones y la recepción de la radiodifusión sin coacciones técnicas, económicas ni legales, y que esa actividad fuera ejercida por peruanos, pero salvaguardando el carácter universal de la libre contratación. Las medidas tomadas por el gobierno militar respecto de los medios en 1970 (Estatuto de Libertad de Prensa y Ley del Periodista), parecían indicar, sin embargo, que la Ley General de Telecomunicaciones se iba a regir por pautas distintas a las sugeridas por el Segundo Congreso Nacional de Radio y Televisión. En una entrevista realizada por la revista Oiga en octubre de ese mismo año, el ministro de Transportes y Comunicaciones, general Aníbal Meza Cuadra, anticipaba las características que tendría la nueva ley. La entrevista llevaba por título: “Los actuales vicios de la radio y TV no sobrevivirán”, y Meza Cuadra decía en ella:

[...] tanto la radio como la televisión cumplen un papel de manera importante en la formación de la conciencia nacional y aún de la estructura mental del pueblo. Entonces no puede descuidarse un aspecto tan medular para el desarrollo integral del país y dejar que los actuales vicios sobrevivan. Este punto ha sido totalmente analizado y estudiado para su incorporación al decreto ley en mención. Casualmente he remitido recientemente una comunicación al respecto al señor Ministro de Educación para lograr una coordinación de base con respecto a la reforma educacional. La ley será escueta, pero la reglamentación ha de ser lo más amplia y específica posible. Oiga: ¿Esto implica, señor Ministro, que no existe correspondencia alguna entre el sistema actual que rige la televisión y la radio, principalmente, y las necesidades de cambio estructural que afrontamos? Ministro: Así es, con toda seguridad. Estos formidables medios de comunicación han sido utilizados diestramente hasta la actualidad por los pequeños grupos de poder a los que el Perú debe su singular atraso y frustración. Han servido para adormecer la conciencia del pueblo, tratando de formar sus apreciaciones y conceptos y lograr así una pasividad cómplice. Oiga: ¿Significa esto que los sistemas serán cambiados radicalmente? Ministro: Así es, serán cambiados de todas maneras. (Oiga 396, 23 de octubre de 1970). CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 537

Durante 1971 se acrecentaron las aprensiones de los propietarios sobre una posible expropiación de los medios por parte del gobierno. A partir del 1 de noviembre, el diario La Prensa dedicó sus editoriales a alertar a la opinión pública del peligro de un “monopolio del Estado” sobre los medios de comunicación. El 4 de noviembre, el mismo diario publicó unas declaraciones de Genaro Delgado Parker, dueño de la cadena de Radio Panamericana y Panamericana Televisión, quien decía estar convencido de que “el gobierno no va a dar una ley que configure el monopolio estatal de la radio y la televisión”, y agregaba que “una ley de esa naturaleza estaría en conflicto con el enunciado libertario de este Gobierno”. Delgado Parker, sin embargo, reconocía que existía gente que deseaba una ley de ese tipo. “Esa gente —precisaba— son los extremistas enquistados en Expreso que quieren encajonar al Gobierno hacia una dictadura” (La Prensa, 4 de noviembre de 1971). El 6 de noviembre, El Comercio publicaba un artículo en su página 4 que titulaba “¿Quiénes tergiversan los objetivos de la Revolución?”, donde afirmaba que era “indudable” la existencia de “un concertado plan marxista” que “con el pretexto de profundizar la Revolución, lo que busca es desvirtuarla con finalidad sectaria”. En la misma página se acusaba al Partido Comunista y su órgano Unidad de unirse a una campaña “orquestada por algunos voceros extremistas de los diarios Expreso y La Nueva Crónica” que buscaban “el silenciamiento de toda opinión independiente”. El 9 de noviembre de 1971, mediante un aviso publicado en los diarios, la Anrap advertía una vez más del peligro de un monopolio estatal sobre la radio y la televisión, pero, a semejanza de Delgado Parker, “reafirmaba” su “confianza en el gobierno” (Pease y Verme 1974: 328). En la misma fecha se informó que el presidente de la Asociación Interamericana de Radiodifusión había enviado al general Velasco una carta pidiéndole implícitamente que no promulgara la ley. Un cable de la agencia UPI copiaba la misiva:

Con el debido respeto a los poderes de su gobierno para decidir cuestiones internas de su país, me permito señalar a vuestra excelencia que una radiodifusión libre privada es una conquista inalienable del continente americano. En nombre de 11,000 emisoras de las Américas apelo a su esclarecida inteligencia pidiendo evitar que se concrete la medida, contraria a los tradicionales principios de una radiodifusión siempre al servicio del desarrollo y del progreso de nuestros países. La Asociación Interamericana de Radiodifusión confía en vuestra excelencia para impedir un fuerte golpe contra la iniciativa privada en el campo de las telecomunicaciones, cuya repercusión negativa será sentida por la mayoría de aquellos que desean el éxito de la revolución peruana bajo el comando de vuestra excelencia (El Comercio, 10 de noviembre de 1971). 538 EMILIO BUSTAMANTE

Pese a estas invocaciones, la ley fue promulgada el mismo 9 de noviembre de 1971. El Estado se reservaba, a través de ella, la explotación de los servicios públicos de telecomunicaciones, integrándolos todos en el Plan Nacional de Telecomunicaciones, y asumía el control de los servicios de radiodifusión por razones de seguridad y por considerarlos medios de educación masiva. Sus lineamientos obedecían al llamado Plan Inca de la Fuerza Armada, revelado años más tarde, en 1974. Según el Plan Inca el objetivo del sector Comunicaciones era lograr, bajo el control del Estado, un Sistema de Comunicaciones que asegurara el desarrollo socioeconómico del país, con- tribuyera a la integración y garantizara la defensa nacional. La radiodifusión, sostenía el Plan Inca, se hallaba concentrada en las grandes ciudades y era controlada por unas pocas empresas privadas que manipulaban la opinión pública de acuerdo a sus intereses, con contenidos alienantes y extranjerizantes. El objetivo del gobierno de la Fuerza Armada era poner la radiodifusión al servicio de la educación, la cultura, la recreación y la información veraz de la realidad nacional e internacional. Era para ello que se planteaba la explotación de los servicios de radiodifusión por el Estado, solo o asociado con el capital privado nacional, y su progresiva transferencia a organizaciones representativas de la sociedad (El Peruano, 30 de julio de 1974). Respecto de la radio, en particular, era obvio que el Gobierno Revolu- cionario de la Fuerza Armada apuntaba a cambiar el modelo existente en el país desde mediados de la década de 1930. La promulgación de la Ley de Telecomunicaciones en 1971, elaborada sobre las bases reseñadas, daba un giro a la historia de la radiodifusión en el Perú y resolvía, aparentemen- te, y de modo dramático, el conflicto iniciado a comienzos del período entre las tendencias privatistas (que buscaban conservar privilegios) y las que pretendían una radio orientada hacia el servicio público. La ley mantenía un sistema mixto de propiedad, pues contemplaba la existencia de empresas públicas, estatales asociadas, privadas y cooperativas; asimismo, la radio no dejaba de ser —de inmediato— mayoritariamente comercial en cuanto a sus fuentes de financiamiento. Sin embargo, la participación del Estado era mucho mayor que en el régimen anterior, y las únicas empresas privadas permitidas eran las pequeñas. Una sola persona jurídica no podía ser propietaria de más de una licencia de radio y televi- sión por departamento, y no podía poseer más de siete emisoras en todo el país. El Estado, en cambio, podía participar en empresas públicas y empresas asociadas de radio con no menos del 25 por ciento de las accio- nes. En el caso de la televisión, la participación del Estado era de no menos del 51 por ciento de las acciones. CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 539

En cuanto a la programación, la ley establecía que el 60 por ciento de los programas de radio y televisión debían ser producidos en el Perú (otorgándose un plazo de tres años para el cumplimiento de la norma) y que las empresas privadas debían ceder al Estado sesenta minutos diarios para programas educativos y culturales. Obligaba, asimismo, a las empresas de radio a la difusión en cadena de los mensajes que el gobierno considerara de interés nacional. Por otro lado, la ley creó el Instituto Nacional de Investigación y Capaci- tación en Telecomunicaciones (Inictel) y la Comunidad de Telecomunicaciones, esta última como persona jurídica de derecho privado compuesta por todos los trabajadores que no participaban en la propiedad de la empresa pero sí en la gestión y las utilidades de esta. La misma noche en que fue promulgada la ley, como recuerda Gargu- revich, “funcionarios del ministerio ingresaron en todos los canales de tele- visión y en las estaciones de radio más importantes para cumplir con el decreto expropiatorio de las acciones” (Gargurevich 1987: 216). La ley fue, por cierto, rechazada por El Comercio, La Prensa y Caretas, y defendida por la prensa estatal y sus aliados como el diario Expreso y el semanario comunista Unidad. Desde Río de Janeiro, el presidente de la Aso- ciación Interamericana de Prensa, José Almeida Castro, declaró solemnemen- te: “la América libre y democrática condena la decisión del Gobierno perua- no” (Expreso, 12 de noviembre de 1971). Sorprendentemente, uno de los aliados del gobierno, la revista Oiga, se manifestó en contra de la ley, pero desde una perspectiva aún más radical que aquella desde la que se había elaborado la norma. El 12 de noviembre de 1971, el semanario dirigido por Francisco Igartua fustigaba en su edito- rial “la incoherente intervención estatal en las radios y televisoras” y “su falta de explícito amparo a la libertad de expresión”. Sostenía que hubiera sido preferible la creación de una empresa estatal que pusiera fin a la propiedad privada de la radio y la televisión “y otorgara claros derechos a las instituciones y a los ciudadanos para usar libremente de esos medios de comunicación de acuerdo a una precisa y democrática reglamentación”. Reiteraba su propuesta: “una o dos televisoras e igual número de radios para todo el país, directamente dirigidas por el Estado, con garantías de libre uso para la ciudadanía”. Lamentaba que el gobierno hubiera cedido, en cambio, “a un peligroso juego de presiones que sin duda convertirá al mundo de la TV y la radio en repartija de aventureros”, consideraba que los puestos de trabajo en las emisoras se iban a convertir “en botín de los grupos de presión que rondan al gobierno y en nidos de burócratas”, y advertía que “a la corta o a la larga, será el Estado el que deberá cargar con 540 EMILIO BUSTAMANTE

todas las quiebras y déficit que inevitablemente se producirán en el sector”. Culminaba:

A un dispendio incalculable de subvenciones abiertas o encubiertas se unirá un coro de voces más o menos oficiales y más o menos disonantes que darán la imagen de un gobierno que no sale de un permanente zafarrancho de combate. Y todos estos problemas son infinitamente más graves y más onerosos que la desocupación que hubiera podido producir la eliminación de la empresa privada y el costo de las expropiaciones (Oiga 449, 12 de noviembre de 1971).

Basándose en la Ley General de Telecomunicaciones, el gobierno expropió en noviembre de 1971 el 25 por ciento de las acciones de varias radios limeñas y 50 radios provincianas. Así, se convirtió en socio de Radio Victoria, Radio Reloj, Radio Excelsior (Bego S.A.), Radio El Sol (Siglo XX S.A.), Radio Panamericana (Empresa Difusora Radio Tele S.A.), Radio Disco (Disco S.A., filial limeña de RPP), Radio 1160, Radio Atalaya, Radio Continental, Cadena Nacional S.A., Emisoras Populares S.A. (ambas de Cavero), Compañía Peruana de Radiodifusión S.A. y Emisoras Nacionales S.A. (ambas de González-Umbert). El 20 de noviembre el Ministro de Transportes y Comunicaciones declaró que la inversión del Estado en expropiaciones (incluidas las acciones de televisión) se elevaban a 20 millones de soles, y justificó la medida porque respondía, según él, “a la necesidad de romper los grupos de poder y cadenas que han venido funcionando en el país” (La Prensa, 20 de noviembre de 1971). Pero el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada no se limitó a expropiar el 25 por ciento de algunas emisoras. En 1972 expropió el 100 por ciento de las acciones de Radio Atahualpa de Cajamarca, Radio Andina de Huancayo, Radio Juliaca de Puno y Radio La Voz del Altiplano, también de Puno. En 1974 expropió el 100 por ciento de las acciones de Radio Victoria, Cadena Nacional y Radio Reloj, con lo que terminó por liquidar a la Federadio, e hizo desaparecer por completo al llamado “Imperio Cavero”. El Estado, al tomar las empresas de Cavero y las radios provincianas mencionadas, pasaba a ser propietario absoluto de 35 emisoras a nivel nacional, y “asociado” de la mayoría de las emisoras restantes. El 16 de mayo 1972 se publicaron el Decreto Supremo 05-ED y el Decreto Supremo 06-ED, que normaban los contenidos de la publicidad y de los programas en radio y televisión, respectivamente. El primero prohibía la publicidad indirecta, la apelación personal, el uso de extranjerismos y los anuncios de cigarrillos y alcohol antes de las 21.00 horas. El segundo prohi- bía los programas (pero no las canciones) en idioma extranjero, con excep- ción de aquellos dirigidos a las colonias, debidamente autorizados. CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 541

Sancionaba, asimismo, el lenguaje soez, la burla hacia los participantes en programas de concurso, y todo tipo de discriminación (El Peruano, 16 de mayo de 1972). El 5 de marzo de 1974, por Decreto Ley 20550, se crea el Sistema Nacional de Información (Sinadi) y, dentro de este, la Oficina Central de Información (OCI). El organismo pasa a manejar Radio Nacional y Canal 7, absorbe la Gerencia de Radiodifusión de Entel Perú, y, a través de ella, controla todas las empresas de radio y televisión en las que el Estado tiene acciones (Congreso de la República del Perú, en línea). El 27 de julio el gobierno interviene los grandes diarios de circulación nacional, anunciando su expropiación y nombrando nuevos directores para ellos; ese mismo día se divulga un nuevo Estatuto de Prensa (Decreto Ley 20680), aprobado el 23 de julio, y en el que se indica que los órganos de prensa cuyo tiraje exceda los veinte mil ejemplares “pertenecerán a la población organizada” (Congreso de la República del Perú, en línea). En diciembre del mismo año, se crea Enrad Perú (Empresa Nacional de Radiodifusión del Perú), encargada de la gestión empresarial del Estado en la explotación de los servicios de radiodifusión y la producción de programas. Enrad Perú asume las actividades de Radio Nacional, Canal 7, la Gerencia de Radiodifusión de Entel Perú y del Instituto Nacional de Teleducación (INTE).

3.1.6 El fracaso del nuevo modelo A los pocos años de dictada la Ley General de Telecomunicaciones y de la intervención del Estado en las radioemisoras, el objetivo de hacer que estas contribuyeran a la educación, la cultura, el entretenimiento y la información veraz parecía muy lejano. Las emisoras seguían dependiendo de la publicidad comercial para subsistir y su programación casi no había variado. Gargurevich anota:

Las empresas radiodifusoras sólo debieron adecuarse a las nuevas reglas del juego político, sin apartarse del sistema de economía de mercado, su única manera de supervivir. El Estado no podía sostener la radiodifusión con recursos propios, ni siquiera administrarla o intervenirla, así que dejó que las radios sobrevivieran al viejo modo: la competencia. No salió, pues, la radiodifusión de las manos de los viejos esquemas; la industria del disco, las agencias de publicidad, las agencias de noticias extranjeras, etc., siguieron dominando el medio (Gargurevich 1987: 223).

Las expropiaciones habían servido únicamente para acallar a los oposito- res al régimen militar. Al interior del gobierno empezaron a manifestarse tendencias y surgieron conflictos entre los directivos nombrados por el 542 EMILIO BUSTAMANTE

gobierno y los trabajadores de los medios que aspiraban a controlarlos. En marzo de 1973 un grupo de 170 periodistas y dirigentes sindicales de radio y televisión se quejó, en un comunicado dirigido al Ministro de Educación, Alfredo Carpio Becerra, de la dificultad que tenían para apoyar la Reforma de la Educación mientras no se reglamentara la Ley General de Telecomu- nicaciones, debido a la falta de libertad que había en las empresas. Guillermo García, secretario general del sindicato de Radio Reloj, declaraba: “Prác- ticamente es imposible colaborar con esa reforma mientras no se goce de la libertad de expresión dentro de las empresas”. Gustavo Indacochea, exdiri- gente del sindicato de Radio La Crónica, denunciaba que los trabajadores de los medios estaban imposibilitados de colaborar con las reformas porque los empresarios se seguían rigiendo “por los prácticas del sistema capitalista” (Expreso, 25 de marzo de 1973). El nuevo modelo parecía no funcionar ni dejar contento a nadie. En abril de 1974, la revista Variedades, comentaba que en la radio peruana:

[…] pese a los cambios que vive el país, se continúa manteniendo un espíritu comercial. Lo chabacano, lo insulso, sigue siendo el dominante. Un alto porcentaje de música extranjera, alienante, domina nuestro dial, privando a nuestro público de poder medir, con más propiedad nuestros valores. Las canciones de arraigo folklórico tienen una programación de amanecida cuando el 70 por ciento de los receptores están apagados (Variedades 17, 4 al 10 de abril de 1974).

En la misma nota se recogían declaraciones de la cantante Tania Libertad, quien se quejaba de que su último disco no era emitido por las estaciones de radio: “Ha sido mi mejor larga duración, pero no lo tocan las emisoras peruanas. Cuarenta músicos, instrumentos folklóricos, todo para conseguir lo mejor… No se escucha” (Variedades 17, 4 al 10 de abril de 1974). En setiembre de 1975 el periodista Mario Lente, de El Comercio, comen- taba que no se cumplían las normas del gobierno según las cuales las emi- soras de radio debían tener programas de auditorio y contar con un conjun- to criollo estable (El Comercio, 5 de setiembre de 1975), y que muchas emisoras no habían reestructurado su programación y seguían “abusando de la música foránea”. Un año después, ya durante la segunda fase del régimen, el columnista afirmaba que “sólo las radios de la costa vienen acatando en parte las normas de radiodifusión establecidas por el Gobierno Revolucionario. No así las de la sierra y selva, donde aún se hace caso omiso de todas las disposiciones sobre programación radial” (El Comercio, 5 de agosto de 1976). CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 543

3.1.7 El Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, Segunda Fase El 29 de agosto de 1975 el general Juan Velasco Alvarado era depuesto como jefe del gobierno militar, y reemplazado por el general Francisco Morales Bermúdez. Se iniciaba la segunda fase del régimen. Los lineamientos de política de la segunda fase se hallaban en el Plan Túpac Amaru, publicado en octubre de 1977 (Decreto Supremo 020-77-PM). Aparentemente, respecto a la radiodifusión, ellos no se apartaban sustancialmente de los del Plan Inca. El Plan Túpac Amaru constataba una situación en la que, pese a las normas dictadas en la primera fase, había poca producción nacional, deficiente programación y publicidad basada en “criterios mercantilistas que alientan un patrón inadecuado para nuestra sociedad”. Tomaba nota, también, del exceso de radioemisoras de poca potencia que se concentraban en algunas ciudades y de la necesidad de ampliar el alcance de Radio Nacional. Su análisis pasaba por un reconocimiento de que no se había llegado a transferir los medios de radiodifusión a las organizaciones representativas de la sociedad (en realidad tampoco se había hecho eso en cuanto a los medios de prensa escrita). Ante ello, el Plan Túpac Amaru se planteaba como objetivo lograr que los medios de comunicación masiva se convirtieran en importantes instrumentos de apoyo a las reformas del gobierno y de información veraz sobre la realidad nacional e internacional. Para lograr este objetivo insistía en el incremento de la producción nacional de programas de radiodiodifusión, la mejora de la calidad de los programas y una regulación más estricta de la publicidad. Planteaba, además, la constitución de una “red radiofónica de cobertura nacional”, dotar a Radio Nacional de nuevos y más poderosos equipos de transmisión y transferir los medios de radiodifusión sonora a “organizaciones representativas de nuestra sociedad en formación”. Esta transferencia no comprendía a la televisión, pues se pretendía que ella pasara íntegramente a propiedad del Estado. El gobierno, sin embargo, no ejecutó la gran mayoría de las acciones propuestas por el Plan Túpac Amaru y, por cierto, estuvo muy lejos de acercarse a los objetivos diseñados. Entre los logros se pudieron contar la instalación de centros de grabación y producción en Radio Nacional en 1977 y la creación de una cadena nacional de treinta emisoras en 1979. Sin embargo, presionado por una cada vez más aguda crisis económica y por la oposición política de derecha e izquierda, el general Morales Bermúdez declaró en mayo de 1979 que: “La expropiación de los diarios fue el más grande error que cometió el gobierno y como gran error es de difícil solu- 544 EMILIO BUSTAMANTE

ción” (Gargurevich 1987: 259). El error no se limitaba, obviamente, a la prensa escrita sino que se extendía a la radio y la televisión; pero el gobier- no militar no pudo enmendarlo, y dejó la solución del problema a los civiles. En 1978, con la instalación de una Asamblea Constituyente, comenzó un proceso de transferencia del poder. Los miembros de la Asamblea fueron elegidos por sufragio universal. Participaron casi todas las fuerzas políticas menos Acción Popular y los partidos marxistas conocidos como Patria Roja y Sendero Luminoso. El primero porque demandaba elecciones presidenciales inmediatas, y los otros dos porque rechazaban la vía electoral y apostaban por la lucha armada como único medio de llegar al poder. Realizadas las elecciones, la mayoría la constituyó el Partido Aprista Peruano (35 por ciento), el Partido Popular Cristiano obtuvo el segundo lugar. Las agrupa- ciones de izquierda, que se presentaron divididas, alcanzaron un importante 30 por ciento. La Constitución aprobada en 1979 establecía que los medios de comunicación social del Estado se hallaban al servicio de la cultura y la educación, pero que los privados solo “colaboraban a dichos fines de acuerdo a ley” (artículo 37); asimismo, prohibía todo tipo de monopolio sobre prensa, radio y televisión, fuera este por parte del Estado o particulares (artículo 134). Se señalaba, de este modo, el camino para volver a un régimen anterior al impuesto por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. El 18 de mayo de 1980 se realizaron elecciones generales para la Presidencia de la República y el Congreso. Resultó electo el candidato de Acción Popular, Fernando Belaunde Terry, el mismo mandatario que fuera derrocado doce años antes por las Fuerzas Armadas. En la campaña electoral había ofrecido devolver los medios a sus antiguos propietarios, respetando los derechos de los trabajadores.

3.2 Los trabajadores de la radio durante el Gobierno Revolu cionario

3.2.1 Cavero y los trabajadores Las acusaciones contra Cavero arreciaron durante los primeros años del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. En abril de 1970, José Eduardo Cavero fue denunciado ante la opinión pública por el sindicato de actores por el despido de un grupo de artistas y la negativa a cancelarles sus beneficios sociales. En junio, la encargada de la discoteca de Radio Victoria, María Luz Muro Paz, denunció al empresario por negarse a pagarle los dere- chos sociales de cinco años de trabajo (Expreso, 7 de junio de 1970). CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 545

El conflicto más grave de esos años fue, sin embargo, el que sostuvo el llamado Zar de la Radio con los trabajadores de Radio Reloj. En abril de 1970 fue constituido el sindicato de periodistas, locutores y empleados de esa emisora. Ante los problemas económicos que atravesaba (y, probablemente, siguiendo el ejemplo de Radio Noticias, convertida en Radio Revolución por la cooperativa Prensa y Pueblo), los trabajadores manifestaron su intención de transformar Radio Reloj de sociedad anónima en cooperativa. Cavero y su hijo, José Cavero Dubois (quien figuraba como dueño de la empresa), desconocieron al sindicato. Los trabajadores de Radio Reloj tomaron la emi- sora, difundieron un mensaje de adhesión al gobierno y a la Revolución Peruana, demandaron el pago de meses adeudados, e insistieron en su pro- puesta de convertir a Radio Reloj en cooperativa. Radio Reloj, sin em bargo, dejó de salir al aire después de ese comunicado, según los trabajadores por- que Cavero había sustraído piezas esenciales para la transmisión. El conflicto se mantuvo sin resolver por mucho tiempo. Llamó la atención que Jorge Torres Lara, otrora brazo derecho de Cavero, se convirtiera en uno de los líderes de los trabajadores, invocando su fidelidad a la Revolución Peruana. Finalmente, como hemos reseñado, el Estado asumió en 1971 el 25 por cien- to de las acciones de Radio Reloj, y en 1974 se hizo del 100 por ciento de ellas. El movimiento generado por los trabajadores de Radio Reloj tuvo eco en otras empresas de Cavero. En noviembre de 1970, Radio Huacho fue ocupada por sus trabajadores, quienes constituyeron la cooperativa Túpac Amaru y pidieron al Estado que se transfiriera a ella la emisora. Según los trabajadores, recurrían a esta medida “al comprobarse que la cadena radial de Cavero funciona con participación de capitales extranjeros y desarrolla campañas contra el país”. El comunicado de los trabajadores afirmaba que Cavero y Ramírez Lazo habían usado tradicionalmente los medios de comu- nicación para “desatar campañas de inmoralidades y chantajes”. Cavero recuperó las instalaciones de Radio Huacho por asalto en febrero de 1971, pero las perdió en noviembre del mismo año, luego de promulgada la Ley General de Telecomunicaciones. En marzo de 1971, los trabajadores de otra emisora de la cadena de Cavero, Radio San Juan de Tarma, pidieron su expropiación por ser parte de “los órganos de publicidad de la contrarrevolución” (Unidad, 11 de marzo de 1971). Se puede presumir que las acciones de los trabajadores estaban motiva- das política e ideológicamente, pero es obvio que la conducta laboral de Cavero favorecía el descontento de los trabajadores de sus empresas. Poco antes de la promulgación de la Ley General de Telecomunicaciones, 546 EMILIO BUSTAMANTE

Cavero combatía en un frente externo (las denuncias fiscales) y uno inter- no (la rebelión de sus trabajadores); además, tenía en contra a un sector de la prensa. La caída del Zar de la Radio era inminente.

3.2.2 La Ley General de Telecomunicaciones y los trabajadores La Ley General de Telecomunicaciones fue celebrada por el Sindicato de Artistas e Intérpretes. Teresa Velásquez, dirigente de la institución, declaró en noviembre de 1971, a los pocos días de promulgada la norma: “Todos los artistas nacionales debemos de estar muy contentos con este paso que ha dado el gobierno de las fuerzas armadas. Nuestro sindicato aplaude sin reservas esta ley porque viene a beneficiar al artista nacional” (Estampa, revista de Expreso, 14 de noviembre de 1971). Se pronunciaron en el mis- mo sentido las cantantes Lucy Villa, Jesús Vásquez y Zoila Soriano; la com- positora Chabuca Granda y los actores César Ureta y Edelmira Muñoz. Algunos de ellos aprovecharon para reclamar la promulgación de una ley del artista. El cantante César Altamirano, a su regreso de una temporada en Ecuador, declaró:

[…] la mejor bienvenida que puedo tener es saber que ya tenemos una nueva ley de telecomunicaciones. Por lo que me he enterado, va a beneficiar a muchos artistas peruanos. Ya era tiempo y lo hemos esperado mucho [...]. Los postergados, como en mi caso, vamos a ser reivindicados. Creo que el gobierno ha puesto las cosas en su sitio en nuestra radio- difusión. Debemos felicitarnos por este hermoso regalo a los que depen- demos de la radio y la televisión (La Crónica, 16 de noviembre de 1971).

También manifestaron su respaldo a la Ley otras figuras de la radio y la televisión como la locutora y modelo Sonia Oquendo (Expreso, 13 de noviembre de 1971) y el comediante Carlos Oneto. Este último, en su con- di ción de secretario general del Sindicato de Actores del Perú, firmó un comunicado apoyando la promulgación de la norma. El comunicado decía: “La Ley General de Telecomunicaciones, al recoger en líneas generales lo planteado por el Sindicato de Actores del Perú, no puede sino merecer nuestra adhesión y beneplácito en cuanto prioriza la función educativa y cultural de la radiodifusión” (Expreso, 16 de noviembre de 1971). Representantes de los sindicatos de Radio América, Radio Panamericana y Canal 2 se manifestaron, igualmente, a favor de la Ley. El Círculo de Periodistas, Locutores y Trabajadores de Radio y Televisión, que tenía como presidente a Teodosio Valenzuela y como secretario general a Pedro Julca, expresó su complacencia en un comunicado. La CGTP, por supuesto, saludó la medida del gobierno. CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 547

3.2.3 Los sindicatos del Sinamos Una vez dictada la Ley General de Telecomunicaciones, el gobierno se esmeró en aclarar que la Comunidad de Telecomunicaciones no pretendía liquidar ni constituirse en un órgano paralelo a los sindicatos. Por otro lado, el Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social (Sinamos) se hallaba abocado, según Gargurevich (1987: 219), “a la tarea de vertebrar una gran organización sindical oficialista que planteara competencia a las organizaciones centrales obreras”. Así, en 1972 Sinamos alentó la formación de una Federación de Trabajadores de Radio y Televisión a fin de integrarla a la Central de Trabajadores de la Revolución Peruana (CTRP). A fines de ese año, a los sindicatos de las radios Panamericana, Victoria, Reloj, La Crónica y América (todos ellos proclives al gobierno), se sumaron los comités sin- dicales de las radios Selecta, Central, Lima, Revolución, Tigre, Callao y El Sol. En 1973 se realizaron asambleas de preinstalación de las comunidades de telecomunicaciones de las emisoras controladas por el Estado. Las primeras en constituirse fueron las de las emisoras Victoria, Reloj y Miraflores (Gargurevich 1987: 219).

3.3 Radios estatizadas y privadas

Las radios estatizadas pasaron a depender de Enrad Perú, que producía programas educativos y de participación para Nacional, La Crónica y Victoria, entre otras (Variedades, tercer domingo de setiembre de 1976). En 1977 salió al aire la Cadena Nacional de Enrad Perú con treinta emisoras conectadas por microondas de 7.00 a 10.30 horas, y una programación que comprendía: de 7.00 a 8.00 horas, el informativo nacional; de 8.00 a 9.00, un programa musical con “los favoritos de la semana”; de 9.00 a 10.00, Lucía Sierra, radionovela con libretos de Max Obregón Mikkelsen; de 10.00 a 10.30 el programa La olla de barro (Variedades, cuarto domingo de setiembre de 1977). No obstante, al parecer Enrad Perú no pudo asumir la administración de todas las emisoras. Así, por ejemplo, a fines de la década alquiló Radio Junín a sus trabajadores (Variedades, segundo domingo de abril de 1979), y dio en concesión Radio Victoria a Juan Ramírez Lazo (quien había sido empleado de confianza de José Eduardo Cavero), en una medida que parecía presagiar el retorno de los medios a sus antiguos pro- pietarios (La Calle 3, 20 de marzo de 1979). Desde diciembre de 1971 empezó a transmitir Radio El Sur, en Cusco, propiedad de Gilberto Muñiz Caparó, con una tendencia opositora al gobierno militar e innovadora en programas de música juvenil y conversa- ción. En 1973 sufrió un incendio que, sin embargo, no impidió que volvie- 548 EMILIO BUSTAMANTE

ra a salir al aire al poco tiempo desde el domicilio de Henri Aragón Ibarrra, uno de los principales colaboradores de la emisora (Oyarce 2007: 124). Hacia fines de la década se constituye Emisoras Nacionales S. A., integrada por radios de provincias (Extra, 2 de octubre de 1978). Entre las estaciones limeñas, Radio Mar alcanza notable sintonía desde comienzos del período con Abraham (Branny) Zavala como gerente y Wilmer Salgado como direc- tor. Su plantel de locutores integrado por Enrique Arturo, Julio Moreno, Salvador Otoya, Américo Pachas y Román Gámez (el Ronco, exlocutor de Excelsior), crea un nuevo y polémico estilo coloquial que tiene gran acogida entre los oyentes de sectores populares. La mayoría de ellos emigraría en 1975 a RBC (ex-Radio Tigre) de Ricardo Belmont Cassinelli, y contribuiría a situar a esa emisora entre las más escuchadas en la capital. En 1977, Salvador Otoya, Yolvi Traverso, Enrique Arturo, Julio Moreno, Felipe Santiago y Tito Briceño anunciaron que dejarían RBC para ir a otra estación, que sería Radio Moderna (ex-Radio Central) (Variedades, 8 de mayo de 1977). En 1977 se inaugura Radio Comas, dirigida por Viñico Tafur; tras un receso reaparece en 1979 con Gilberto Aquino como director ejecutivo (La Calle 19, 9 de julio de 1979). En 1978 sale al aire Radio Impacto (ex-Radio Disco), de Mauricio Arbulú y Willy Dyer, al poco tiempo se hace llamar Radio Impacto Estación X, y luego solo Estación X. Radio Callao se convierte en una emisora deportiva bajo la dirección de Bruno Espósito en 1978; el mismo año se anuncia que Selecta ha sido comprada por Óscar Artacho. Las emisoras más potentes de la década son Unión y América con 50 kilovatios. Los primeros lugares en los surveys de sintonía se los disputan Radio Mar, 1160, Onda Popular, Panamericana, La Crónica y Miraflores (Variedades, primer domingo de enero de 1977). RPP transmitió su programación en Lima primero por Radio Central, luego por Radio Disco y después por Radio La Voz del Oriente. En 1976 la programación era dirigida por Javier Bello, comprendía el sintonizado espacio de La doctora Corazón, la radionovela Silvia con Liz Ureta inspirada en la vida de Mariano Melgar, y radioteatros basados en obras de autores como Somerset Maugham y Antonio Buero Vallejo (Última Hora, 4 de mayo de 1976). Al finalizar 1979, RPP dejó la frecuencia de La Voz del Oriente para iniciar una transformación que culminará en la siguiente déca- da. Alonso Alegría dice al respecto:

De vuelta al Perú, Manuel Delgado Parker se da cuenta de que hay que marcar un nuevo derrotero. Para lograrlo, encuentra al hombre indicado: Hernán Valderrama. Con gran experiencia en ventas en Panamericana CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 549

Televisión, Valderrama pilotea un gran cambio desde la Gerencia General. Se proponen relanzar la empresa con una serie de proyectos de alcance nacional. Estos van desde inversiones en infraestructura y avances tecnológicos hasta una nueva programación que permita, poco a poco, entrar a lo que hasta ahora ha sido campo inexplorado: hacer de la noticia y del comentario de actualidad las “estrellas principales” de una emisora. […] Para realizar el cambio, lo primero es conseguir el apoyo de los anun- ciantes. Se emprende una audaz campaña de presentación y pre-venta: RPP fleta un vuelo charter de Faucett y lleva hasta Iquitos a las principa- les personalidades de las agencias publicitarias y los anunciadores, invi- tados todos por un fin de semana. Esta reunión es mucho más que una cita de negocios: es también una fiesta de reencuentro de los Delgado Parker con sus antiguos amigos y clientes. La campaña de pre-venta resulta exitosísima. Y luego la emisora se dedica a cumplir lo que ha prometido en Iquitos: concretar la nueva estrategia de programación, ampliar el alcance de sus ondas y realizar los proyectos de mejoramiento de infraestructura. En ello va la credibilidad indispensable para salir adelante. En lo que a alcance nacional se refiere, hay una novedad importante: RPP consigue un contrato con Entel que le permite transmitir a nivel nacional, vía microondas. Pero no es posible contratar, por el momento, más de media hora diaria. Entonces todas las noches, a eso de las 9, se graba en cinta magnética un noticiero de una hora completa de dura- ción. Luego se lanza la grabación a alta velocidad para transmitirla por microondas a las filiales (en circuito cerrado, esto no lo oye el público). Las filiales copian la transmisión de media hora, con las grabadoras en alta velocidad, para transmitir luego la grabación a velocidad normal, durante la hora completa. Así se ha ahorrado media hora del costoso servicio de microondas. Y así nace la primera hora de “La Rotativa del Aire” que, gracias al uso creativo de la tecnología disponible, tiene sufi- ciente actualidad. Sus primeros directores son Gerardo Calderón y Carlos Paz Caferatta y la locución la hace —cómo no— David Odría. El público apoya con fuerza el proyecto, la programación comienza a modificarse para incluir más noticias, y se hacen esfuerzos por mejorar las emisoras afiliadas. En Lima, se finiquita el contrato con la filial Radio Oriente y, para 1979, hay una nueva afiliada en Lima: es la empresa Soracosa (Sociedad Radiodifusora Comercial, S.A.), que obtiene licencia en los 730 kilociclos para operar con un potente transmisor de 10 kilovatios. El esquema de la programación sigue siendo el mismo de antes: novelas de producción propia (con algunas importadas), la sintonizadísima “Doctora Corazón”, algunos programas cómicos y algo de música como 550 EMILIO BUSTAMANTE

para matizar. Pero pronto RPP compra una hora más de servicio de microondas, por la mañana, y la “Rotativa del Aire” puede hacerse con una duración de dos horas. Aquí comienza a gestarse la entrevista en directo, la mesa de debates y todo aquello que en un futuro no muy lejano va a constituir el perfil y la personalidad de RPP (Alegría 1993: 227-229).

3.4 La publicidad

La publicidad había sido el sustento de las emisoras comerciales, y el control de Estado sobre los medios a partir de 1971 no modificó esta situación. Desde comienzos de la década de 1960, sin embargo, los ingresos por publicidad en la radio disminuyeron notoriamente a favor de la televisión; y hacia 1970 (antes de que fuera promulgada la Ley General de Telecomunicaciones), la televisión absorbía el 61 por ciento de los gastos de publicidad en Lima metropolitana, mientras que la radio apenas el 15 por ciento (Gargurevich 1987: 194). A finales de la década de 1970, la escasa publicidad seguía siendo motivo de preocupación, como lo anotaba Variedades: “Malestar y nerviosismo habría entre la mayoría de directores de las radios en vista de la poca publicidad que obtienen. Esto, como es natural, les impide hacer inversiones y contratar productores especializados, de ahí se desprende la poca calidad de muchos espacios” (Variedades, 6 de agosto de 1978).

3.5 Programación en las radios limeñas (1968-1980)

Los cambios en el régimen de propiedad a partir de 1971 no afectaron sustancialmente la programación de las emisoras. A través del estudio de la programación se observa que, en realidad, el modelo propuesto por el Gobierno Revolucionario de una radio de servicio público orientada a la educación y la cultura, nunca llegó a implementarse. Las emisoras, bajo el control del Estado, mantuvieron un perfil comercial, no dejaron de lado sus nexos con la industria discográfica, la publicidad y las agencias de noticias, y continuaron orientando su programación hacia el entretenimiento de un público masivo. Algunas radios comerciales se dirigían hacia un segmento específico del público, como en el período anterior. Radio Selecta, de la cadena de Radio Victoria, se mantuvo como emisora de música clásica hasta su venta a Óscar Artacho, que la convirtió en emisora predominantemente deportiva. Miraflores siguió apelando a un público juvenil de clases media y alta. Radio La Crónica fijaba su interés en un público femenino amante de los radioteatros, lo mismo que Radioprogramas del Perú. CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 551

Otras radios se dedicaban especialmente al género informativo. Radio Reloj, de la cadena de José Eduardo Cavero, existía desde la década de 1950 dando la hora y noticias minuto a minuto. Aparecería después Radio Noticias (de los dueños del diario Expreso) como emisora eminentemente informativa; más tarde, como hemos visto, se convertiría en Radio Revo lu- ción. Esta última, aunque apoyaba al gobierno de la Fuerza Armada (y su supuesto modelo de radio educativa), dejó de lado la exclusividad noticio- sa y asumió el modelo de una radio comercial mass-mediática. Radio 100, que había inaugurado la FM, conservó su público compuesto por oyentes adultos de clases media y alta. Otras emisoras (Panamericana, Miraflores, 1160, Unión) exploraron también la FM. Las posibilidades eco- nómicas de la FM se vislumbraban ya en 1978, cuando la revista Variedades publicaba el rumor de que “Unión FM estaría facturando más que Unión AM” (Variedades, 12 de marzo de 1978). Aparte de los programas musicales, son los deportivos los que consiguen una audiencia importante, sobre todo tratándose de eventos especiales, a despecho de la competencia de la televisión. Otro tipo de programas, sin embargo, como los humorísticos, infantiles y de revista, se reducen a su mínima expresión. Pese a la intención expresada por el Gobierno Revo- lucionario de la Fuerza Armada de cambiar el modelo de la radio de entre- tenimiento por otra de tipo educativo y cultural, no parece haber muchos programas educativos realmente destacados en el período.

3.5.1 Música En la década de 1970 se incrementó la emisión de la llamada entonces “música moderna” (rock, nueva ola, baladas), y la salsa tuvo también amplia cabida en la programación, reduciéndose notablemente las horas destinadas a la música criolla y andina. Como observa Lloréns, esta pre- ferencia de la radio limeña por la música moderna no guardaba relación con “los gustos populares vigentes y mayoritarios en el Perú” que se expre- saban en la venta de discos (el mayor porcentaje de discos vendidos era entonces de música vernacular andina). El motivo podría hallarse, según Lloréns, en la presión de la industria cultural internacional sobre disqueras y emisoras (Lloréns 1980: 40-41). En 1978, un redactor de Variedades comentaba:

Los gerentes de algunas emisoras, nos cuentan, se sienten agradecidos porque el dinero que antes se destinaba a la compra de discos se dedica ahora a la reparación de los equipos. La razón de este ahorro es que las casas fabricantes de discos les obsequian las grabaciones, pero solo las 552 EMILIO BUSTAMANTE

que ellos creen les conviene promocionar. De esa manera fuerzan el gusto popular. Esto demuestra lo gaseoso de los ‘rankings musicales’ (Variedades, 5 de noviembre de 1978).

La situación, pues, no había variado bajo el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. La R.D 002-75-OCI/DGD ordenaba que el 15 por ciento, como mínimo, del total de la producción radial debería dedicarse a la músi- ca peruana, y la mitad de ese porcentaje a la música folclórica y clásica. Sin embargo, como señala Lloréns, el porcentaje establecido era en realidad muy pequeño en relación con “la gran variedad y riqueza de los géneros tradicionales de la música nacional, y sobre todo en relación con los gustos populares”. La norma, en buena cuenta, autorizaba la primacía de la músi- ca extranjera; es decir, consagraba una situación ya existente. Pero, inclu- sive el porcentaje mínimo no fue acatado por la gran mayoría de las esta- ciones de radio, que emitían música peruana por debajo de lo legislado (Lloréns 1980: 40). En cuanto a la música peruana irradiada, se pudo observar al final del período que la andina ocupaba más horas de transmisión, en las estaciones limeñas, que la música costeña, aunque esta última gozaba aún de horarios “estelares” (normalmente, la hora de almuerzo). Según cuadros elaborados por Lloréns (1980:41), la música andina era emitida preferentemente en los horarios de las 4.00 a las 7.00 horas (65 por ciento) y de las 7.00 a las 8.00 horas (25 por ciento), mientras que la música costeña cubría horarios de las 00.00 a la 1.00 horas (25 por ciento), y de 12.00 a 14.00 horas (50 por ciento). Lloréns destaca que para entonces había por lo menos dos emisoras que cubrían más de la mitad de su programación con música andina (San Isidro y Excelsior), mientras que no existía ninguna que hiciera lo mismo con la música costeña.

3.5.2 Música criolla Uno de los más activos difusores de la música popular peruana fue el poeta Nicomedes Santa Cruz, quien tuvo a su cargo un programa desde 1969 en Radio América (Así canta mi Perú), que se emitía de lunes a sábado al mediodía. Lo promocionaba con los siguientes versos:

A las doce meridiano me tendrán todos los días con selectas melodías del cancionero peruano. Demostraremos, paisano, rompiendo el viejo tabú, CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 553

que hacer patria en el Perú no es una lucha quimérica. Los espera en radio América, Nicomedes Santa Cruz. (Expreso deportivo, 3 de marzo de 1969).

Y lo presentaba de esta manera:

Todo acto o voz genial Viene del pueblo y va hacia él Con voz que aflige y que alegra Con voz de quena y laúd Con voz indoblanquinegra ¡Así canta mi Perú! (Santa Cruz Gamarra s/f)

Santa Cruz condujo también durante la década de 1970 un sintonizado programa de televisión sabatino: Danzas y canciones del Perú, y los pro- gramas de música latinoamericana América canta así en Radio América y Música en la ruta del sol en Selecta. En 1971 salió al aire en Radio Unión Primicias criollas con la cantante Lucha Reyes (la gran estrella de la música criolla de entonces) como anfi- triona, quien presentaba el espacio entonando:

Soy Lucha Reyes, señores Vuestra criolla servidora Con el Perú y con ustedes En mi cita de esta hora

Oficiaba como maestro de ceremonias el locutor Antonio Boza (Ponce 2010). El programa duró hasta 1972. Lucha Reyes murió a los 37 años de edad, en 1973; su sepelio convocó a miles de personas. El poeta Tulio Mora le dedicó unos versos en los que le hacía decir:

Esta vez ya canto con Pedro Vargas, cuadruplico el llanto de Juan Gonzalo Rose (Tu voz/ tu voz/ tu voz/ tu voz existe/ anida en el rincón de lo soñado), floto entre las luces del hotel Crillón, hay helechos que me envuelven como chales. Pero en un micrófono presiento al ojo monstruoso de un insecto y antes que me digan que aún joven me encontró la muerte 554 EMILIO BUSTAMANTE

me arranco la voz y al cielo se la arrojo Para vergüenza de todos los gorriones (Mora 2009: 189).

Otros programas de música criolla fueron El cofre del maestro en Excelsior con canciones de Felipe Pinglo, conducido por Pepe Fonseca, y el espacio animado por el Carreta Jorge Pérez en El Sol. Hacia fines de 1976 e inicios de 1977, Victoria revivió programas de auditorio: Fiesta, con la animación de Carlos Alfonso Delgado; Hermanos, aquí es el tono con la participación de La Limeñita y Ascoy, Lucía de la Cruz, Lucila Campos, Luis Abanto Morales y El Indio Mayta; y la presentación los viernes en la noche de Jesús Vásquez. En Nacional, Alfonso Pocho Apéstegui y Liliana Burga condujeron en 1979 Fin de semana en el Perú, y Román Gámez (El Ronco) tuvo ese mismo año un espacio diario de música criolla al mediodía en Radio Mar.

3.5.3 Música andina El talentoso charanguista Jaime Guardia, que realizó una importante labor de recuperación y conservación del folclore andino desde el Departamento de Folklore del Instituto Nacional de Cultura (INC), dirigió un programa de música andina en Radio Selecta a inicios de la década de 1970, pero la llegada a la dirección de la lingüista Martha Hildebrandt precipitó la desa- parición del espacio. Jaime Guardia recuerda:

Tuvimos también un programa radial que el Sr. Sergio Moral, Director de Radio Selecta concedió al Departamento de Folklore. Este programa estaba a mi cargo, se transmitía una hora cada domingo; le dimos comienzo con el Dr. Roel pero luego me encargó la responsabilidad. Durante la hora dominical presentábamos música folklórica con comen- tarios. Glosábamos el programa, se informaba detalladamente sobre la música o la danza que se presentaba en cuanto a su origen, intérprete, instrumentos usados, ocasión de la misma. En fin, éramos muy minucio- sos. Tenemos la satisfacción de saber que la gente estudiosa de nuestro folklore realizó grabaciones de estos programas pues los encontraban muy interesantes. El Dr. Arturo Jiménez Borja y Alejandro Vivanco eran por ejemplo nuestros oyentes más entusiastas. Yo trabajé con mucho cariño en este programa. Nunca me ceñí al horario; teníamos tarjeta de control y sin embargo, era muy frecuente que me quedara trabajando varias horas después de la salida oficial. A pesar de todos los contratiem- pos, hicimos obra en consulta con el Dr. Josafat Roel, fue él quien me dio luces con respecto a este tipo de trabajo. Cuando llegó la doctora Martha Hildebrandt continuamos con esta difu- sión radial, pero luego creyó que una hora era demasiado para un progra- CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 555

ma folklórico, por lo que dispuso que se compartiera el tiempo. La hora se dividió en transmisión de música clásica, información de la Oficina de Relaciones Públicas del INC y sólo 15 minutos para la difusión de nuestro folklore; pero pronto se redujeron a 10, hasta que se anunció que la con- ducción del programa estaría a cargo de un locutor al que tenía que entregarle el material listo. Naturalmente me incomodó esta resolución, pues estaba quitándome una tarea que hasta el momento era muy bien recibida por el público oyente, que era fruto de mi esfuerzo y dedicación y también trabajo del Dr. Roel. El especialista contratado por la Dra. Hildebrandt no sabía nada de quechua, por lo que la transmisión no salió suficientemente limpia. Por otra parte, el Sr. Moral no estuvo de acuerdo con este cambio de programa, adujo que Radio Selecta tenía muy buena difusión de música clásica y sin embargo no tenía ninguno de música folklórica, así que suspendió la hora dominical que hasta ese momento había venido funcionando como donación (Guardia 1988: 35-36).

La obligación de cubrir un 7,5 por ciento de programación con música folclórica o clásica, establecida por el Gobierno Revolucionario de las Fuer- zas Armadas en 1975, no fue acatada por todas las emisoras. Lloréns com- probó en 1980, estando aún vigente la norma, que ocho emisoras de onda media no contaban con programas folclóricos y otras cuatro les dedicaban menos del 5 por ciento de su programación. En total eran 12 emisoras lime- ñas de 32 en AM que no seguían la norma. Además, de 8 emisoras que entonces transmitían en FM, solo una de ellas dedicaba media hora a la música andina (Lloréns 1983: 128). No obstante, algunas estaciones como Agricultura, San Isidro y Excelsior dieron amplia cabida a programas de música andina. Algunos espacios des- tacados fueron los de La Pastorita Huaracina en Agricultura, Amanecer andino de América con la conducción de Crescencio Orozco (director artístico de la empresa discográfica Sono Radio), Domingos folklóricos (pro- grama de auditorio de Agricultura), y Así canta mi pueblo de Eladio Obispo Ureta en Radio Continente. Cabe anotar que durante esos años, en Cusco, Mario Molina Almanza, conocido como Walaycho, adquirió gran popularidad como locutor y ani- mador bilingüe (quechua y castellano) imponiendo un estilo ingenioso y socarrón. Comenzó conduciendo Kusikuy en Radio Onda Imperial en 1972, reemplazando a otro locutor bilingüe, Antonio Daza. Luego tuvo a su cargo los programas Qosqo Taki y Qosqo Illary en Radio Tawantinsuyo, donde presentaba en vivo a grupos musicales de la región. En testimonio recogi- do por Jacqueline Oyarce Cruz, Waylacho afirma:

El quechua es mi lengua. El quechua es lo máximo. Con esa formación entré al colegio, ahí aprendí castellano. Luego entré a la universidad. Yo 556 EMILIO BUSTAMANTE

entro a la radio con esa formación campesina, y al poblador quechua le transmito en mi idioma, con mi pensamiento, con esa formación campe- sina, le transmito el conocimiento al poblador que me escucha. Mi prin- cipal objetivo era revalorar al campesino, fortalecer su autoestima (Oyarce 2007: 104).

3.5.4 Música tropical La música tropical, y en particular la salsa, tuvo gran acogida en Lima. La estación más caracterizada con ese ritmo fue Radio Mar, aunque otras, como RBC, intentaron competir con ella en determinados momentos. Algu- nos programas destacados en otras emisoras fueron Salsa durísima de Niko Estrada en Excelsior, Salsomanía de Koko Giles en Radio Lima, Show lati- no de Lucho Ballesteros en El Sol y Vermuth salsera de Mauro Díaz y José García en La Crónica. En Radio Mar una emergente generación de locutores impuso un nuevo estilo: el popular urbano o achorado. Los jóvenes disc-jockeys de esa emisora buscaron una mayor retroalimentación con el público a través de un modo coloquial y humorístico, y de programas abiertos a las llamadas telefónicas de los oyentes; Salvador Otoya (el Lechucero), Julio Moreno (el Intocable), Julio Mayo (el Flaco), Román Gámez (el Ronco), fueron los más escuchados. En una nota publicada en 1973 en la revista Caretas, se decía de Salva- dor Otoya que “Sus gritos y demás ruidos lo han hecho conocido especial- mente entre la gente del volante”. Otoya declaraba:

Lo de “Lechucero” es porque trabajo de noche y no porque me parezco a una lechuza. Al comienzo en Radio Mar me decían el “Tigre de Media- noche”. Pero como el nombre lo patentó una emisora, tuve que buscar otro que me identificara, así que se me ocurrió lo de “El Lechucero”. De noche me siento muy bien, cuando intento trabajar de día me da sueño. Siempre me ha gustado trabajar de noche. Son pocos los que me conocen personalmente, así que ya me imagino cómo pensarán que soy: flaco con cara de lechuza, ojos saltones, etc. la curiosidad debe ser mucha porque hasta me han pedido que mande fotos autografiadas para conocerme. Me imagino que en esos 240 minutos que salgo al aire debo picar la curiosidad. Yo transmito para los lechuceros entre las 10 de la noche y las 2 de la madrugada en Radio Mar. Animo lo mejor que puedo y trato de sacarle partido a cualquier ocurrencia que se me viene a la cabeza. Lo más importante aquí es entretener. Nunca me canso. Siempre estoy alegre […]. Esto de la radio es algo que llevo en la sangre. Toda mi familia, mi hermano, mi tío, mis primos […]. De día me dedico a la CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 557

venta de publicidad radial, soy locutor y periodista hípico. He ganado dos veces el trofeo Presidente de la República y una vez un viaje a Argentina (Olaya 1973).

Julio Moreno conducía El show del Intocable de 18.00 a 22.00 horas. Declaraba en el mismo reportaje:

Aquí en mi programa, pasamos música de todo tipo y creo que gusta. Me inicié aquí en Lima, aunque tuve mis comienzos en Satipo donde mi hermano mayor era propietario de una emisora. Siempre pensé trabajar en radio pese a que lo veía como una cosa difícil. No me tenía mucha confianza, pensaba que no servía. Ahora ya tengo confianza por las car- tas y el aliento que me dan. En el programa todo es espontáneo y quien juega un papel importante es el operador, pues contribuye a alen tarlo a uno conversando, cambiando ideas. Aquí todo es informal. Nadie se siente cansado, por eso siempre decimos: ‘Aquí en Radio Mar nos gana- mos la plata divirtiéndonos’. Y es muy cierto. Ser locutor es algo hermo- so (Olaya 1973).

Moreno decía que quería ser actor y había tenido un breve papel en la telenovela Rosas para Verónica; años después aparecería en las películas peruanas Cuentos inmorales (1978) y Abisa a los compañeros (1980). Julio Mayo era locutor, cantante e imitador; había estado en Noticias, Central y Panamericana, y participado en el programa cómico Teleloquilandia de Canal 4 (La Crónica, 2 de octubre de 1974). Román Gámez también era imitador y comediante, hizo famoso su saludo “¡¿Qué tal?!” y alcanzó una enorme popularidad; había comenzado en Excelsior y en el 2010 recordaba así su trayectoria en la radio:

[En los 60] yo trabajaba con Augusto Ferrando. Antes de la televisión, él tenía una peña criolla en el Hipódromo de San Felipe. Entre carrera y carrera presentaba sketchs y parodias. Yo llegué de improviso, hacía los mandados. Cuando me quito de la peña, me proponen entrar a Radio Excelsior. Fui y Augusto Belmont me convocó, quería los servicios del Ronco para hacer un personaje tipo Cantinflas. Yo tenía que leer algo en el día, grababan mi intervención de 10 a.m. y lo pasaban todo el día. Entré grabado a radio. Me dieron el apelativo de el Ronco de la Ciudad, como decir la Voz del Pueblo. Yo usaba términos distintos. Leía una noticia y la comentaba a mi manera. Eso pegó. Hasta que un día me ofrecieron hacer un programa, no recuerdo el año, a las 5 a.m., con un programa de huai- nos, para ver qué pasaba. Gustó mi intervención en el segmento criollo, y pegó mi forma de decir las cosas de manera informal. Eso incomodó a la asociación de locutores […]. El locutor iba con terno, el operador tam- bién, nada de ruido y decían lo que tenían que anunciar. Yo comencé con la locución informal. A las 5 a.m. me comenzaron a escuchar los que 558 EMILIO BUSTAMANTE

trabajan fuera de casa, lejos, la gente popular. En ese tiempo había tranvía. Yo me encargaba de lo criollo. Yo me encargaba de la música, porque escuchaba radio desde siempre. Tenía en el oído a los artistas, que luego fueron mis amigos: Lucha Reyes, Zambo Cavero, etcétera. Primero me averiguaba quiénes eran los artistas y luego los ponía. Era a mi criterio. En ese tiempo ya se comprobaba la sintonía y salimos en primer lugar. Luego me dieron programa solo, hasta las 6. Comencé a tocar baladas, yo escogía la música […]. Me hice amigo de Ricardo Belmont, pero después tuvimos un impasse […].A fin de mes renuncié […]. Me llamaron de otras radios; Panamericana, Expreso, etcétera. Ya Radiomar tenía un año al aire. Yo trabajaba en el taller de mi papá, de baterías para carro. Radiomar era una radio cuyos locutores hablaban como el pueblo y tocaban música popular, lo que hoy sería del recuerdo. Sus locutores hablaban como yo, habían sido influenciados por mí. Hasta ese entonces nadie se hacía llamar por apelativo. Yo dormía en un garaje para poder llegar a Radiomar. También escuchaba Radiomar, antes de entrar. Ahí estuve hasta hace poco. Luego de 39 años me dijeron que estaba viejo y me invitaron a salir (entrevista con Román Gámez, 3 de diciembre del 2010).

En un reportaje publicado por La Crónica en 1974, se afirmaba que Otoya, Moreno, Mayo y Gámez eran “buenas personas” y se añadía:

Por ejemplo para el día de la madre, ellos eligen por sorteo a una entre las miles de amas de casa que envían sus cartas. A la elegida ese día la sientan en la sala de su casa para que presencie un desfile artístico. Mientras tanto los cuatro muchachos (más el gerente de la emisora Abraham Zavala y el jefe de programación Wilmer Salgado) hacen la plaza, cocinan, asean la casa, lavan la ropa, es decir, la alivian de todos los trabajos que ella habitualmente desempeña (La Crónica, 2 de octubre de 1974).

Sin embargo, no todos veían con simpatía a estos jóvenes locutores. En un número de Variedades de diciembre de 1977 se puede leer: “Un señor que se hace llamar ‘El Lechucero’ tiene la desvergüenza de dedicarle can- ciones para el ‘Canal 2’ sin tener el menor respeto por las esposas. Además se las da de clarividente a la hora que se refiere a ‘las parejitas que en estos momentos están en la Costa Verde” (Variedades, 4 de diciembre de 1977). En la misma revista se decía en tono censor que los locutores de Radio Mar “ahora no sólo gritan sino que también cantan con los comer ciales” (Varie- dades, 27 de marzo de 1977).

3.5.5 Nueva ola, rock y pop La nueva ola y el rock se encontraron mezclados todavía al comienzo del período. En 1969 Radioprogramas del Perú inició sus matinales semanales CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 559

gratuitas a través del programa Hola Juventud. Las presentaciones se hacían en diversos cines de Lima (Brasil de Magdalena, Francisco Pizarro de Barrios Altos, Ollanta de Lince, Santa Marina del Callao, etcétera), y contaban con la participación de Gino Montana, Los Yorks, Los Jerry’s Sound, Los Shain’s, Natacha, Zoilita Soriano y Mirtha Sam, entre otros. Ese mismo año, en octubre, RPP cubrió el Festival de Trujillo, y su gerente general, José Enrique Crousillat, entregó el primer premio al cantante Raúl Vásquez por su canción-protesta La tierra, la tierra con veinte mil soles y un pasaje de ida a su ciudad natal, Iquitos. Durante los primeros meses de 1970, RPP realizó un “festival de verano” con “teatro rodante” que recorrió las playas de Lima, con conjuntos y cantantes modernos, bailarinas juveniles y un concurso de Miss Simpatía, a cuya ganadora se le ofrecía un puesto de relacionista pública en la emisora (Expreso, 10 de febrero de 1970). RPP organizó, en mayo de 1970, un programa concurso, Buscando estrellas, con la conducción de David Odría. A raíz del terremoto de ese año, y a pedido del alcalde del Santa, el programa se transmitió desde Huaraz. La semifinal, celebrada al año siguiente, se hizo a beneficio de la Ciudad de los Niños, y fue invitada la cantante argentina Tormenta (El Comercio, 23 de noviembre de 1971). Gerardo Manuel Rojas Rodó, precoz disc-jockey, cantante primero de Los Dolton’s y luego de Los Shain’s, se convirtió a fines de la década de 1960 en trabajador de la empresa discográfica El Virrey y conductor (con el nombre artístico de Gerardo Manuel) del programa de rock La hora pirata en Radio Miraflores. Los anuncios comerciales del programa iban al principio, a la media hora y al final de la emisión, lo que le permitía “pasar enteras canciones largas, como la versión completa de In a gadda da vida, de Iron Butterfly, que duraba cerca de dieciocho minutos, ocupados en gran parte por solos” (Torres 2009: 204). Gerardo Manuel explica el origen del nombre del programa, su configuración y relación con la disquera El Virrey:

Ese programa tenía ese nombre por una razón muy simple. Era la época en que comenzaban las FM, que permitía que se pudiese pasar música más extendida. Hasta ese momento, en la AM, los discos máximo podían durar tres minutos con cuarenta segundos, más o menos. Cuando apare- ce la FM ya se podía tocar óperas completas, como por ejemplo In a gadda da vida, que fue uno de los más largos que se hizo en rock a los comienzos de la FM, sin cortar el tema. Siendo otra frecuencia y otro estilo, yo le propuse a Ricardo Palma hacer un programa que se llame así porque era como las grandes transmisiones de las radios piratas que habían salido en Europa para evitar el control del Estado. Cinco millas 560 EMILIO BUSTAMANTE

náuticas alrededor de Inglaterra no podía haber ninguna transmisión que no fuese de la BBC de Londres. Entonces, los capitales privados compra- ron unos barcos en mal estado, sobre los que pusieron unos súper transmisores para pasar toda la música que les dio la gana al continente, siempre fuera de las cinco millas. Esas eran las radios piratas. Como yo no tenía 24 horas de programación, sino sólo una hora, pero con el mismo estilo, decidí llamar al programa así. El nombre pegó y se quedó así. Fue el primer programa que tuvo la aceptación que yo quería. Ahí tocábamos Jimmy Hendrix, The Who, tocábamos todo lo que no tocaban las otras radios porque tenían miedo al rechazo de la gente. Ya para cuando se dieron cuenta que la cosa funciona, era tarde, porque no tenían el material. Ahí todos voltearon hacia Radio Miraflores con La hora pirata. […] algo que me ayudó muchísimo fue el tener la ayuda paralela que necesitaba para complementar lo del programa. El año que comencé con Radio Pirata entré a trabajar en Discos El Virrey, que era una empresa grande que representaba un montón de sellos de afuera, donde yo reorganizaba el departamento internacional. O sea, para encargarme de lo que siempre yo había manejado. Yo conocía catálogos, sellos, artistas. Todo lo tenía grabado. Nunca había planeado usar ese conocimiento así. Cuando comienzo con ese trabajo, empiezo a recibir los envíos. Disponía de esas muestras y las canalizaba en mi programa, que era una especie de test para saber qué iba a funcionar localmente. El lanzamiento local significa que, lo que representas de fuera, podrías lanzarlo y venderlo en tu mercado, fabricado por ti. Así, en el Perú se comenzaron a escuchar bandas grandes como Led Zeppelin, Iron Butterfly, etcétera […]. El tra- bajo del tema escogido venía después. Primero te mandaban la muestra para que les enviaras de vuelta tu sugerencia. Entonces hacían una espe- cie de sondeo en todos los air managers a nivel mundial y escogían un tema, por mayoría de votos. Luego te lo sugerían. Esa era la especie de estudio de mercado que hacían las disqueras. Eso fue en 1968. En esa época había salido de Los Shain’s y estaba con Los Pepper Smelter y grabamos en El Virrey. [El horario del programa] era de lunes a viernes a las 8 p. m. Ese programa duró hasta el año 1990 (entrevista con Gerardo Manuel Rojas Rodó, 19 de enero del 2011).

Los rockeros peruanos suelen culpar al gobierno de Velasco de la desapa- rición de la primera escena rockera nacional. Según esta versión, el nacio- nalista Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada habría considerado al rock “alienante” y “extranjerizante”. Pero si bien es verdad que el régimen prohibió las matinales y decretó en 1971 la expulsión del país del guitarrista mexicano Carlos Santana (quien había arribado a Lima para dar un concierto en la cúspide de su carrera), como señala Carlos Torres Rotondo (2009: 263) hubo otras causas que produjeron la desaparición de aquella primera “movi- CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 561

da”: falta de visión empresarial de los grupos, viaje al extranjero de sus inte- grantes por razones de estudios y encarecimiento de los instrumentos eléctri- cos importados. Gerardo Manuel tiene una opinión similar:

En la época del gobierno militar la cosa se puso dura, pero no como mucha gente dice, por culpa de Velasco. Él más bien ignoraba lo que pasaba. Digo esto porque cuando yo, a través de un conducto regular propuse la idea de hacer el programa [de televisión] Hola patas, que era la época de Telecentro, aceptaron la propuesta inmediatamente. Claro que iban a ser bandas peruanas las que iban a tocar, también. Era una época de auge de la música folclórica peruana porque Simon and Garfunkel acababan de grabar El cóndor pasa en inglés, diciendo que era un tema de ellos. Luego vino el juicio que hizo la familia del com- positor, que ganaron a nivel mundial. Entonces la música folclórica cobró un auge inimaginable. Yo en cada programa pasaba un tema de una banda folclórica, no por paternalismo sino para que la gente a la que le gustaba el rock también conozca grupos de ese estilo. Fue un puntazo a favor para mí con el gobierno militar. No hubo presión. La única presión fue con respecto al porcentaje de difusión para el material producido en el Perú (entrevista con Gerardo Manuel Rojas Rodó, 19 de enero del 2011).

Respecto al incidente de la expulsión de Carlos Santana del país, Gerardo Manuel recuerda:

Eso nos hizo mucho daño y fue una metida de pata de un personaje siniestro llamado Artola. Yo evito acordarme de él, por eso no me acuerdo su nombre. Era ministro del Interior. Era un tipo totalmente negativo. Eso no trascendió mucho en las radios porque Radio Miraflores ya estaba haciendo la publicidad. Las emisoras que no tuvieron nada que ver con el asunto no entraron a apoyarnos. El asunto entonces no reper- cutió mucho. Tímidamente los medios trataron el asunto porque estaban parametrados; nadie podía ir contra la decisión del ministro Artola. Yo sí lo mencioné. Nada pasó por eso con nosotros. Lo hicimos con mucha mesura como para que no tengan de dónde agarrarse para decir que estábamos contra el gobierno. Dijimos que lamentábamos que el Perú se alejara de ser una sede de eventos internacionales de esa talla. Justo esa era la época de auge de Santana, eso nos iba a dar una pre sencia increí- ble en el mundo de los espectáculos. Santana acababa de tocar en Woodstock. Lo dijimos sin meternos con el gobierno (entrevista con Gerardo Manuel Rojas Rodó, 19 de enero del 2011).

Es preciso anotar que el rock anglosajón no desapareció de la radio peruana durante el régimen militar; varias emisoras locales, además de Miraflores, le dieron lugar preferente en su programación durante el perío- 562 EMILIO BUSTAMANTE

do. Panamericana, 1160 y Atalaya le brindaron amplia acogida. El boom de la música disco y la popularidad de los Bee Gees y el actor John Travolta a través de las películas Fiebre del sábado por la noche y Grease tuvieron repercusión en la radio en la segunda mitad de la década de 1970. En 1979 Onda Popular emitía el programa juvenil El mundo de John Travolta (Variedades, 14 de enero de 1979), y no faltó quien lamentase que ocho de diez emisoras limeñas pasaran música extranjera, y que los locutores “incitaran” al “travoltismo” a fines de 1978 (Variedades, 22 de octubre de 1978). Desde 1976, Panamericana pidió los votos de sus oyentes para elegir la mejor canción del año en un programa con el nombre de La Más Más. En 1978, la presentación de La Más Más daría lugar a un concurrido espec- táculo organizado por la emisora en el cine El Pacífico; al año siguiente el escenario del evento sería el Campo de Marte.

3.5.6 Otros géneros musicales Los boleros se convirtieron en canciones del recuerdo y tuvieron sus espacios en Radio Mar, Onda Popular, Victoria y Radio Lima. Las baladas en castellano se impusieron como el género “romántico” de la época. El disc-jockey Carlos Rojas, que conducía el programa Feliz amanecer desde comienzos de la década de 1960, declaraba en 1974 que sus radioescuchas preferían en los nuevos tiempos “a Camilo Sesto, Palito Ortega y el peruano Homero” (La Crónica, tercera edición, 22 de julio de 1974). Muy populares como conductores de programas de este género fueron Adolfo Sobenes con Música para enamorados en Miraflores, José Carlos Kovas (José Carlos Kovaleff) con Lo que el mundo necesita es amor en América, e Iván Márquez con Eva y yo en Panamericana. Tuvieron programas de música popular melódica en castellano e inglés Diana García (Tú, yo y mis discos), Luis Ángel Pinasco (Pinascoteca), Sonia Oquendo (Agenda musical), Jorge Peláez Rioja (La cajita de música) en América y Emilio García Lara (La canción del mediodía) en El Sol. Menor presencia tuvo el jazz. Destacó la tenacidad de Norma Molina con espacios de ese género en Radio Selecta. Las principales promotoras de música clásica fueron Martha Mifflin con Musiciana en Selecta (y luego en Unión), Yolanda Parodi y Emma Escuza en Radio del Pacífico, Juan Felipe Montoya en Selecta y Anita Rojas con Club barroco en Miraflores. El director de orquesta Leopoldo La Rosa tuvo un programa, Sala de concierto, en Libertad. Radio Aeropuerto y Radio del Pacífico se caracterizaron por transmitir ligeras melodías instrumentales. CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 563

3.5.7 Radioteatro Aunque la afición a los radioteatros se iba desplazando hacia las telenovelas, a fines de los sesenta y comienzos de los setenta RPP pudo aún imponer los éxitos de Simplemente María y Natacha, que sorprendentemente se emitían en el mismo horario que el de su exhibición televisiva, y con el mismo elen- co. RPP tenía, además, un cuadro estable que grababa otras radionovelas y que lo conformaban: Orlando Sacha, Zoila López, Sonia del Mar, Germán Vegas Garay, Elva Alcandré, Augusto Varillas, Maruja Saavedra, Gaby Crespo, Consuelo Rey, Benjamín Arce, Edmundo Monteza, Lucha Ravina, Lucha Otero, Annabella Polo, Paco Denegri, Marietta Cruzado y Zarela Cruzado. Ya en 1971 adquirió gran popularidad La doctora Corazón, donde se drama- tizaban problemas amorosos en base a cartas de los oyentes; los libretos eran de Wilder Cervantes y Carlos Curonisy; el elenco lo integraban: Isabel Chaba Reyes (Doctora Corazón), Mary Font, Alicia Taype, Haydeé Cáceres y Gaby Crespo (El Comercio, 10 de noviembre de 1971). La Crónica siguió compitiendo en radioteatros con RPP. En 1971, anun- ció María Soledad, escrita, según la publicidad, especialmente para la can- tante Cecilia Bracamonte, que debutaba como actriz; participarían en el elenco: Neptalí García, Benjamín Arce, Noemí Roldán, Luisa Otero y Paco Denegri (La Crónica, 10 de noviembre de 1971). La estatización de la anti- gua emisora de los Prado no cambió su preferencia por el género. En 1979 Variedades comentaba: “Novelas súper lacrimógenas transmite radio La Crónica en el horario de 10 a 11 de la mañana. Se pueden escuchar escenas de pánico que de seguro traumatizarán a más de una ama de casa” (Varie- dades, 27 de diciembre de 1979). Radio Nacional también produjo radionovelas, entre ellas Lucía Sierra, que inauguró la red de microondas de Enrad Perú en 1977. Era escrita por el prolífico Max Obregón Mikkelssen.

3.5.8 Informativos Los programas informativos bajo el gobierno militar estaban sujetos a cen- sura. La Oficina Central de Información (OCI) era la encargada de regularla. En varios noticieros los locutores se limitaban a leer las noticias de los diarios, inclusive en La rotativa del aire de RPP que se emitía por Cen tral con la voz de Fidel Untiveros (Variedades, tercer domingo de octubre de 1976). América y Unión contaban con buena infraestructura para sus noti- cieros así como con competentes locutores, pero, según Variedades, su “cuantiosa inversión” dio “flojos resultados” (Variedades, 16 de julio de 1978). La misma publicación lamentaba que no existiera “el gran noticiero 564 EMILIO BUSTAMANTE

de la radiotelefonía peruana” (Variedades, 23 de abril de 1978), pero la razón era obvia: la falta de libertad. Hubo, sin embargo, algunos casos des- tacados: en Nacional, Nicolás Aguilar Sayritúpac leía noticias en quechua y aimara; en El Sol, el locutor Antonio Llerena Marotti se permitía hacer comentarios a las informaciones (Variedades, cuarto domingo de noviem- bre de 1976); en Miraflores, Pedro Roncallo y Rómulo Flores también emi- tían opinión en El Momento; en Selecta, los experimentados Chela Lorza y Carlos Curonisy imprimían agilidad y seriedad a su noticiero; y en Moderna, a fines de la década, alcanzó notable audiencia Lo bueno, lo malo y lo feo de la jornada, programa matutino dirigido por Rubén Sánchez, donde se recreaban humorísticamente las noticias, y se deslizaban comentarios que, según el periódico La Calle, solían “agarrar carne” (La Calle 33, 22 de octu- bre de 1979). Un programa que se arriesgó a dar noticias que incomodaron al gobier- no fue El día del pueblo de Santa Rosa, lo que motivó que más de una vez su director, el padre Jorge Cuadros Pastor, fuera citado a las oficinas de la OCI (entrevista con el padre Jorge Cuadros Pastor, 10 de noviembre del 2010). En 1979, en Juliaca, luego de una manifestación popular reprimida por la policía, fue clausurado Radio El Sol de los Andes y detenidos varios de sus trabajadores, asimismo fue golpeado el conductor del noticiero de Radio Altiplano, según denunció el entonces representante ante la Asamblea Constituyente Roger Cáceres. El Sol de los Andes fue reabierto luego por “presión popular” (La Calle 23, 6 de agosto de 1979). En 1977 reapareció Radioperiódico El Mundo por Victoria, de 7.00 a 9.00 horas, con la conducción de Juan Ramírez Lazo y una tendencia oficialista y conservadora. El programa, no obstante, obtuvo respetable audiencia gra- cias a la habilidad de su conductor. Por su parte, RPP, iniciado ya su pro- ceso de transformación hacia una emisora prioritariamente informativa reforzó en 1979 sus programas noticiosos matutinos con el relanzamiento de La rotativa del aire, el retorno de Humberto Martínez Morosini, la inclu- sión de un programa periodístico a cargo de David Odría y de comen taris- tas invitados como Armando Villanueva del Campo, y la conexión vía microondas de sus filiales. En RBC, su propietario, Ricardo Belmont Cassinelli (hijo de Augusto Belmont Bar), hizo uso de los micrófonos desde mediados de la década de 1970 para emitir opinión y solicitarla de los oyentes en El programa es usted, lo que le daría audiencia y popularidad. Las iniciales de la radio correspondían a las de su dueño; preguntado Ricardo Belmont Cassinelli CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 565

por la revista Oiga en 1978 si no le parecía petulante designar a su emiso- ra de esa manera, respondió:

No hermano, no me parece petulante; lo que pasa es que a todo lo que hago le pongo mi firma. ¿Acaso los pintores no tienen derecho a firmar sus cuadros? Además hay otra razón: mi nombre es lo que jamás podrán quitarme. Yo una vez he perdido todo lo que tenía y tuve que empezar de nuevo, desde cero […]. En realidad a mí, no, a mi padre Augusto Belmont, la familia le quitó Atalaya y 1160. Pero te aseguro que alguna vez lo voy a recuperar. Y van a ver las cosas que se pueden hacer desde la radio para ayudar al país. Pero ayudar de verdad, de una manera efectiva, no con palabrería (Oiga 6, 3.ª época, 20-27 de febrero de 1978).

Belmont aseguraba en la misma entrevista que no había tenido pro ble- mas de censura con el gobierno militar y que le gustaría incursionar en la televisión. Para entonces ya había participado en una maratón televisiva con fines benéficos en Panamericana. Durante las elecciones para la Asamblea Constituyente destacaron las coberturas de Nacional y Onda Popular. América, según Variedades, no aprovechó la maquinaria informativa que montó Telecentro entonces (Variedades, 25 de mayo de 1978).

3.5.9 Programas culturales y educativos En 1975 el gobierno dispuso la transmisión del programa Reto y respuesta, producido por el Ministerio de Educación y dirigido a docentes. Se emitía dos veces por semana por Radio Nacional, Radio del Pacífico, Radio Mundo de Chimbote, Radio Atahualpa de Cajamarca, Radio Tahuantinsuyo del Cusco y Radio Atlántida de Iquitos. Nacional inició, asimismo, en 1976, una serie llamada Forjadores del Perú con biografías de César Vallejo, José María Arguedas, José Carlos Mariátegui y Ciro Alegría, entre otros peruanos ilustres. No faltó en la emisora del Estado el recurrente curso de inglés (en 1979) en coordinación con la BBC de Londres. Luis Maguiña cumplió una tarea solitaria, tenaz y meritoria con su pro- grama Tú y el arte, primero en Radio El Sol y después en 1160. Ana Rojas produjo programas culturales para Radio Miraflores a fines de la década de 1970.

3.5.10 Programas deportivos e hípicos Dos programas deportivos destacaron nítidamente en el período: Ovación (Radio El Sol) conducido por Alfonso Pocho Rospigliosi, y el antiguo Pre- 566 EMILIO BUSTAMANTE

gón deportivo (Radio Unión, y después en Radio Selecta) dirigido por Óscar Artacho. Ambos cubrieron eventos deportivos como las olimpíadas (1972, 1976), los mundiales de fútbol (1970, 1974 y 1978) y los sudamericanos de voleibol, con enviados especiales en las sedes de los acontecimientos. Su audiencia se vio favorecida por los éxitos deportivos que las representacio- nes nacionales tuvieron durante en el período. Ovación se caracterizó por su increíble dinamismo; los fines de semana realizaba transmisiones simultáneas desde diversos escenarios, hacía cone- xiones previas a los partidos de fútbol entre jugadores rivales de un cama- rín a otro, alternaba la narración de un encuentro no solo con comentarios sobre las incidencias, sino también con informaciones dadas por reporte- ros desde la planta baja del estadio, y con los resultados del fútbol inter- nacional. Cuando había un gol, los micrófonos registraban el júbilo de las tribunas, y parecía que aún dentro de la cabina los conductores del pro- grama saltaban y se abrazaban. La cantidad de información que se iba alternando y sucediendo con rapidez creaba una sensación de ubicuidad, vértigo y euforia. Con solo escuchar el programa aumentaba la adrenalina. Littman Gallo, en el testimonio brindado a Luis Carlos Arias Schreiber, recuerda:

Nos escuchaba la gente que no iba al estadio, pero también la gente que estaba en las tribunas y no quería perderse detalles de los partidos. Con Ovación se hizo común que los hinchas fueran al estadio llevando sus pequeños radios a pilas. De repente, desde la cabina de occidente alta Pocho podía preguntar a un reportero de planta baja qué sucedía detrás del arco sur, y tú veías cómo todos en el estadio volteaban a mirar en esa dirección (Arias Schreiber 2008: 291).

Ovación innovó también la publicidad en programas deportivos, como lo indica el mismo Littman Gallo:

[…] fue el iniciador de los spots publicitarios en pleno partido, convir- tiendo a la voz comercial en elemento fundamental de las transmisiones. Estos spots eran cortitos pero pegajosos, ocurrentes, se hacían a dos voces, marcaban el ritmo del juego. Si había un tiro libre, Pocho decía “¡cómo acomoda la barrera!”, y el narrador comercial respondía: “¡cómo acomoda Comodoy!”. Si un jugador resbalaba y caía, Pocho preguntaba “¿qué pasó?”, ¿qué pisó?”, y el narrador comercial respondía “para pisos, Pisopak”. Si nos íbamos al descanso del entretiempo, Pocho feliz pre- guntaba “¿qué hay para comer?”, y el narrador comercial respondía “Pollos y parrilladas Hilton, ¡qué placer!”. Y así por el estilo había muchos comerciales que nacieron en Ovación y se incorporaron al len- guaje cotidiano de las calles (Arias Schreiber 2008: 290). CAPÍTULO 3. Nuevas olas (1956-1980) 567

Al estilo juvenil de Ovación, su rival Pregón deportivo oponía un talante sereno avalado por sus años en el aire y la madurez de sus con- ductores. Si con Ovación el oyente se sentía en medio de la barra, con Pre gón deportivo podía imaginarse en la comodidad de un palco. En 1979, el programa de Óscar Artacho cumplió treinta años, y Raúl Goyburu Ezeta, uno de sus más renombrados comentaristas, escribió unas palabras de homenaje; recordó los inicios de Artacho como futbolista, su llegada al Perú, su paso de las canchas a los micrófonos, la fundación del pro- grama, los logros y dificultades, y culminó rememorando a los compañeros que ya no estaban:

Han transcurrido veloces estos treinta años de la familia de Pregón… Y no se puede olvidar a quienes la vida les fue injustamente breve y por quien guardamos permanentemente en el recuerdo de nuestra profunda amistad, compañerismo y entrañable fraternidad: Lucho Vélez, Ángel Serván, Lucho la Torre, Luis Palma, Eduardo Miller y esa gran figura del periodismo que fue el flaco Rodolfo Espinar, cuya aureola sobrevive en Pregón deportivo y en el corazón de sus compañeros (Goyburu 2009).

Desde 1970, Tito Navarro impuso en Radio Central un estilo agresivo en Campeonísimo, que llevó luego a Radio Éxito y después a Victoria. El más conocido locutor hípico, Augusto Ferrando, pasó de Victoria a RBC en 1978.

3.5.11 Otros programas Programas de información cinematográfica realizados en coordinación con las distribuidoras de películas se realizaron en 1979: Mundo cinematográfico, dirigido por Pablo Anchieta Cano, a través de Radio Frecuencia 1470 (Radio Inca); Cine Selecta en Radio Selecta, producido y conducido por Norma Molina. Maruja Venegas llevó su Radio Club Infantil a la televisión, y a fines de la década de 1970 se encontraba ya en Radio Santa Rosa, donde continua- ría por varios años más. Compartir de Meche Solaeche en RPP y Ventana a la vida de Linda Guzmán en América, se enmarcaron en el formato de los programas feme- ninos tradicionales. Un sesgo distinto fue el del espacio La acción de la mujer en el desarrollo nacional que condujo Margarita Frías en América en 1979. Junto a ti de Radio Frecuencia 1470 (Inca) se presentó en 1979 como un magacín matutino de 8.00 a 13.00 horas, con consejos médicos, legales, psicológicos, notas de actualidad y horóscopo. 568 EMILIO BUSTAMANTE

Por su parte, el astrólogo Zandrox (Pedro Paradizo), quien también incur- sionó en la televisión y la prensa escrita, tuvo espacios en La Crónica y Radio Mar, aunque sufrió constantemente ataques de cierta prensa que reclamaba el cierre de sus programas y que la OCI sancionara a los funcionarios que permitían “el cuento de las consultas astrológicas” (Variedades, 8 de diciem- bre de 1974; Variedades, 22 de mayo de 1977). 1956-1980 Música criolla y andina

Fiesta Criolla, el excelente conjunto creado por Óscar Avilés, firmó contrato con Radio Victoria en 1958. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

María Alvarado Trujillo (Pastorita Huaracina), intérprete y difusora de la música andina. Foto: Revista Quehacer. Visitante y deporte

Pedro Infante vino a Lima en enero de 1957 contratado por Pilsen. Murió pocos meses des- pués. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Miguel de los Reyes, de Pregón Deportivo, entrevista a Gladys Zender en el Estadio Nacio- nal. Revista Radiodifusión, setiembre de 1957. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Programas humorísticos

Abraham Rubel (Freddy El Re- zongón) libretista y director de Loquibambia y Escuelita Noc- turna. Archivo Peruano de Ima- gen y Sonido (Archi).

Callejón de Serafina Quinteras, con Luis Álvarez (derecha). En Radio 1160, enero de 1958. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi). Locutor y conductor

Víctor Dongo Casalino condujo Así es mi tierra en Radio Nacional y fue voz característica de Radio América. Archivo Peruano de Imagen y Sonido (Archi).

Román Gámez (El Ronco) impuso un nuevo estilo de conducción y locución en la década de 1970. Archivo: Revista Quehacer. Capítulo 4 El desborde (1980-2000)

1. Bajo fuego (1980-1990)

Las emisoras Radio Quillabamba y Radio Onda Azul promo- vieron y defendieron abiertamente los derechos humanos en la región, con lo que lograron construir una opinión pública favorable al respeto de la dignidad humana […]. La experien- cia de estas radios del sur andino, en medio de la guerra inter- na, muestra el lado positivo de los medios de comunicación. Comisión de la Verdad y Reconciliación. Informe final (2003)

La década de 1980 se caracterizó por una aguda crisis económica y por el conflicto armado interno promovido por el Partido Comunista del Perú- Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Dos gobiernos democráticamente elegidos (el de Fernando Belaunde Terry de Acción Popular y el de Alan García Pérez del Partido Aprista Peruano) fracasaron en su intento de solucionar aquellos problemas, y con algunas de sus medidas, por el contrario, contribuyeron a agravarlos. En relación con los medios, el gobierno de Belaunde cumplió su promesa electoral de retirar la intervención del Estado de ellos, restaurando así el modelo de radio comercial privada anterior a las reformas del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. Incentivos tributarios otorgados por el régimen acciopopulista per- mitieron, además, la modernización de algunas estaciones. Sin embargo, no todas las emisoras fueron devueltas inmediatamente a sus antiguos dueños; José Eduardo Cavero tuvo que esperar varios años para recuperar las suyas. Asimismo, el gobierno de Belaunde creó una entidad estatal como el Sistema Nacional de Comunicación Social (Sinacoso), con las mismas funciones que el anterior Sinadi del régimen militar, y el gobierno de García no llegó a desactivarlo, pese a prometer hacerlo. La década también comprendió el cre-

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cimiento del movimiento de radio popular que contó con el respaldo de sectores progresistas de la Iglesia católica y organizaciones no gubernamen- tales. De otro lado, la crisis económica y la subversión afectaron al medio en general. Las emisoras comerciales compitieron ferozmente por una audiencia renovada y una torta publicitaria reducida, y no faltaron tampoco amenazas y atentados contra estaciones de todo tipo (comerciales, religiosas, estatales, populares) dentro del marco del conflicto armado.

1.1 El Estado y la radio

1.1.1 Devolución de las empresas a sus dueños Como hemos visto, el gobierno militar había dispuesto la expropiación de las acciones de varias empresas de radiodifusión. En algunos casos se había llegado a expropiar el 100 por ciento de las acciones, y en otros el 51 por ciento (como ocurrió con las empresas televisivas) o el 25 por ciento (con algunas empresas radiales). Durante la campaña electoral, el recién electo presidente Belaunde había prometido devolver las empresas de comunicación a sus dueños. La primera medida que tomó al respecto fue nombrar, por Resolución Suprema 034-80-OIC, del 28 de julio de 1980, a los antiguos propietarios (o sus herederos) como directores de los medios que se encontraban aún en posesión del Estado. Sin embargo, la transferencia legal sería materia de un proceso que solo acababa de iniciarse. En agosto, el Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de ley solicitando, de acuerdo a la Constitución, facultades extraordinarias para legislar sobre el tema durante 120 días. El pedido fue aprobado el 11 de noviembre de 1980. En la misma fecha fue aprobada también la Ley 23226, que dejaba sin efecto el Decreto Ley 20681 que había dictado el gobierno militar en 1974 para expropiar los medios de prensa escrita. No se trataba únicamente de una derogatoria (pues en tal caso se hubiera reconocido efectos legales a la anterior disposición), sino que se volvía, gracias a ella, a la situación anterior a la norma dictada por los militares. El presidente Belaunde promulgó la Ley 23226 en Palacio de Gobierno, en presencia de los propietarios de medios impresos, televisivos y radiales, quienes luego tuvieron una cita de confraternidad en el hotel Sheraton. El 21 de noviembre, el Ejecutivo, en ejercicio de las facultades legislativas concedidas por el Congreso, dictó el Decreto Legislativo 3, ordenando la devolución “inmediata” de acciones y bienes a los propietarios de empresas de radio y televisión afectados por el Decreto Ley 19020, siempre y cuando CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 575

estuvieran en ejercicio de su personalidad jurídica y operando sus respectivas estaciones de radiodifusión, y no hubiesen cobrado el valor de sus acciones. Los casos no contemplados por la norma debían ser evaluados por una comisión presidida por el ministro de Justicia e integrada por el jefe del Sinadi y los ministros de Trabajo y de Comercio, Turismo e Integración. En virtud de la norma, se restituyeron las acciones a la Compañía Peruana de Radiodifusión S.A., Radio Continental S.A., Panamericana Televisión S.A., Radio Disco S.A., Radio Atalaya S.A., Empresa Radiodifusora Once Sesenta S.A., Promotora Siglo XX S.A. y Emisoras Nacionales S.A. El Estado no con- templó la devolución de las propiedades de la familia Prado (Radio La Cró- nica, entre ellas), ni las de José Eduardo Cavero (Radio Victoria, Radio Reloj y Cadena Nacional). La comisión presidida por el ministro de Justicia comenzó a trabajar el 2 de diciembre de 1980. El jefe del Sistema Nacional de Información (Sinadi), Miguel Alva Orlandini, advirtió el 17 de diciembre del mismo año que la situación de las radioemisoras de Lima y provincias era “compleja”, pues no se tenía “noticia exacta del estado en que se encontraban” (El Comercio, 18 de diciembre de 1980). El 15 de junio de 1981, el Ejecutivo dictó el Decreto Legislativo 182, por el cual se extendió a las empresas de radio y televisión beneficios y exone- raciones tributarias que ya se habían otorgado a las empresas periodísticas que habían regresado a sus dueños, con los fines de resarcir el daño causado por la estatización, modernizar las antiguas compañías y promover la insta- lación de nuevas. El decreto legislativo fue publicado dentro de un bloque de normas referidas al Sistema Nacional de Comunicación Social (Sinacoso), que desde el 12 de junio sustituía, por Decreto Legislativo 176, al Sinadi con sus mismas funciones (Perla 1995: 87; El Diario de Marka, 19 de junio de 1981). En virtud de la nueva legislación, los propietarios de las emisoras se vieron beneficiados no solo con exoneraciones arancelarias, sino también con una amnistía tributaria. La oposición al gobierno protestó por las medidas, aduciendo que Enrad Perú había renovado equipos de las empresas confiscadas antes de su devolución, que debían ser pagados por los dueños, y que algunas de las empresas devueltas habían quebrado antes de ser estatizadas.

1.1.2 El Estado peruano y las emisoras de José Eduardo Cavero Como se ha señalado, la norma emitida el 21 de noviembre de 1980 no contempló la devolución de las emisoras de José Eduardo Cavero Andrade, 576 EMILIO BUSTAMANTE

debiéndose entender que estaban comprendidas en aquellas que se some- tían al examen de la comisión presidida por el ministro de Justicia. En diciembre de 1981, a más de un año de promulgada la mencionada disposición, José Eduardo Cavero aún no había recuperado sus emisoras y declaraba a la prensa que la no devolución obedecía a “motivaciones polí- ticas”. Afirmaba haber presentado toda la documentación necesaria dentro del plazo de 120 días que establecía la norma legal, y aspiraba no solo a que le devolvieran sus emisoras radiales, sino también el Canal 2 de tele- visión (La República, 30 de diciembre de 1981). En junio de 1982, Cavero sufrió un derrame cerebral que lo dejó hemi- pléjico. Aún así, continuó reclamando sus emisoras y asistiendo diariamen- te a su oficina, ubicada en el mismo edificio donde funcionaba Radio Victoria. En noviembre de 1992 envió un comunicado a la prensa en el que se quejaba nuevamente de la discriminación de la que decía era víc- tima de parte del gobierno. Lamentaba que mientras a América y Paname- ricana el Ejecutivo les había devuelto directamente sus propiedades, a él lo habían remitido al Poder Judicial. La libertad de expresión, culminaba, “no puede ser parcial y mientras sigan confiscadas Radio Victoria, Radio Reloj y Cadena Nacional, no se podrá decir que existe libertad de expre- sión en el Perú” (Ecran, suplemento de El Observador, 11 de noviembre de 1982). El hijo de José Eduardo Cavero Andrade, Eduardo Cavero Dubois, denunció en febrero de 1983 haber sido blanco de atentados contra su vida; sin embargo, no precisó quiénes serían los atacantes, aunque vinculó los hechos con la no devolución de las emisoras:

No solo a mi familia se la ha despojado de un importante grupo de radioemisoras, despojo que continúa en forma de una inexplicable con- fiscación en tiempos democráticos, sino que ya van dos veces que dis- paran contra mí y sin consideración por la presencia de mis hijas. Fran- camente es una provocación o una desestabilización a todo nuestro sistema de vida (La República, 24 de febrero de 1983).

En junio de ese mismo año, Cavero demandó al Estado. El proceso fue largo, pero ganó el pleito en dos instancias. En marzo de 1986, antes de que el caso pasara a la última instancia, el gobierno de Alan García dispuso por Resolución Suprema 087-86-JUS la devolución de las 24 emisoras de José Eduardo Cavero Andrade, quien para entonces contaba con 75 años de edad. El Estado desistía así del recurso de nulidad ante la Corte Suprema, y se avenía a los fallos de las instancias previas. En declaraciones a la prensa, Cavero manifestó que pensaba retomar su actividad de broadcas- CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 577

ter, y que en los años transcurridos desde la estatización de sus emisoras había consagrado su tiempo el negocio inmobiliario, mientras que su hijo “se fue a la selva a dedicarse a la extracción de madera” (La República, 27 de mar zo de 1986).

1.1.3 Radio Nacional En septiembre de 1980, el jefe del aún Sistema Nacional de Información, Miguel Alva Orlandini, declaró a la prensa que Enrad Perú, empresa que administraba treinta radioemisoras, además del Canal 7 y sus filiales en provincia, se encontraba en estado de quiebra. Atribuía tal situación a la mala administración anterior, el descuido en el mantenimiento y la reno- vación de equipos, y la escasez de recursos económicos (La Crónica, 4 de setiembre de 1980). El nuevo gerente de Enrad Perú, Alfonso Pereyra, denunció, pocos días después, pérdidas por más de mil millones de soles (La Crónica, 7 de setiembre de 1980). Como ya se ha mencionado, en junio de 1981, el Sistema Nacional de Comunicación Social (Sinacoso) reemplazó al Sistema Nacional de Infor- mación (Sinadi). El Sinacoso quedaría conformado por la agencia de noti- cias Andina, Radio y Televisión del Perú (RTP), que sustituía a Enrad Perú y Editora Perú (Empresa de Servicios Editoriales), que se encargaría de publicar los diarios del Estado. En julio del mismo año, mediante el Decreto Legislativo 179, se creó oficialmente la Empresa de Cine, Radio y Televisión (RTP), empresa estatal de derecho público a la que pertenecería en ade- lante Radio Nacional. Radio Nacional planteó entonces una programación variada, dando cabida a diversos géneros musicales. Prácticamente fue la única emisora que continuó realizando programas de auditorio. No obstante, sus críticos le objetaron que cubriera su programación con un alto porcentaje de músi- ca extranjera, atribuyendo esta medida al asesor Ángel Parra y el coordina- dor Dante Capella (El Observador, 21 de febrero de 1983). Parra, antiguo hombre de radio, fue nombrado director de la emisora en marzo de 1983. Ese mismo año se anunció que Radio Nacional renovaría sus equipos y contaría con una nueva estación matriz, gracias a la cooperación técnica y financiera de la República Federal Alemana. Asimismo, se dijo que se refor- zaría la red de emisoras de frontera (El Observador, 12 de marzo de 1983; El Observador, 8 de noviembre de 1983). En 1983, también, Radio Nacional trasladó los trasmisores de amplitud modulada del fundo Oquendo (San Miguel) a la campiña de Villa (Chorrillos). Al mismo tiempo, anunció un amplio plan de incentivo al teatro bajo la con- 578 EMILIO BUSTAMANTE

ducción del actor Hernán Romero, que incluiría un festival de teatro escolar (El Observador, 31 de marzo de 1983). En este período hubo, sin embargo, algunos incidentes con los traba- jadores de la emisora. En mayo de 1982 el cantante Luis Abanto Morales se quejó de que había sido vetada su participación en el programa radial Fin de semana en el Perú por haber criticado al gobierno el incumplimiento de sus promesas electorales durante la emisión del programa de TV El Show de Tulio Loza, donde interpretaba al personaje de Taita Abanto. El gerente de la emisora, Roque Otárola, negó la existencia de veto en contra del cantante. Entre marzo y junio de 1983 se generó un nuevo problema con el famoso guitarrista Óscar Avilés, quien conducía el programa La hora de la tradición. En marzo, Avilés se quejó de que querían quitarle media hora a su programa. En junio renunció a la emisora, donde dijo se sentía hostilizado, y pasó a Radio Mar. Según Avilés, el director de la emisora, Ángel Parra, le exigía un libreto que debía ser previamente aprobado por él antes de que el programa saliera al aire. Avilés consideró esto un “parametraje” (El Observador, 24 de marzo de 1983; El Observador, 11 de junio de 1983). Con el cambio de gobierno en 1985, Fernando Schiantarelli se hizo car go de la presidencia de RTP, y el conocido locutor David Odría fue nombrado gerente de Radio Nacional. Odría declaró en septiembre de 1985 que había encontrado la empresa en un “deplorable estado técnico, económico y finan- ciero”. Dijo que el último balance que había recibido era de 1981, lo que daba una idea del desorden administrativo en que se encontraba, y denunció la “desaparición” de cinco unidades móviles. Odría ofreció convertir a la radio en un “importante instrumento de comunicación e integración entre los pueblos más apartados del país a los que la televisión no puede llegar con su mensaje de peruanidad”. Dijo que todas las regiones del país se enlazarían por microondas y sin comerciales, porque habría de desarrollarse un “fenó- meno integracionista” con “programación definida como cultura educativa y de esparcimiento”. Anticipó que los auspiciadores solo “presentarían” y “des- pedirían” los programas, y que los espacios que ocupaban hasta entonces las tandas comerciales serían llenados con microprogramas culturales, informa- tivos y de servicio. Prometió un 75 por ciento de música y canciones nacio- nales, y música clásica con la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por Carmen Moral, que interpretaría a autores peruanos como Alomía Robles, Holzmann, Guevara Ochoa, Iturriaga y Valcárcel. Odría también esbozó la programación de la emisora del Estado. Los espacios de música vernacular se emitirían de 5.00 a 6.00 horas (en vivo), CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 579

y se ofrecería orientación al campesinado. Estas trasmisiones serían en que- chua y castellano. La primera edición del informativo iría de 6.00 a 8.00 ho ras y habría microboletines cada 15 minutos, con entrevistas y flashes informativos; la segunda edición sería de 9.00 a 10.00 horas. Después de las 22.00 horas, se contemplaba la emisión de “conciertos didácticos de música culta”, y a las 22.30 habría un programa cultural: Te leo un libro. Odría insistía en la urgencia de instalar nuevos equipos mediante convenios que se podrían suscribir de gobierno a gobierno, para que en un plazo relativamente corto se pudiera cubrir todo el territorio nacional y proteger las fronteras con calidad y potencia de sonido. Dijo tener la pretensión de que la radio fuera escuchada también en el extranjero, para lo cual pensaba realizar emisiones en lenguas foráneas a través de bandas internacionales. Añadió que se racionalizaría el personal de la empresa, asignando a los trabajadores funciones de acuerdo con sus capacidades (La República, 3 de setiembre de 1985). En 1986, Fernando Schiantarelli renunció a la presidencia ejecutiva de RTP. A partir de abril de 1987, Radio Nacional empezó a emitir programas en castellano, quechua y aimara, llegando su programación en directo a las filiales de Tumbes, Tacna, Puno, Puerto Maldonado y Trujillo (Hoy, 24 de abril de 1987). En diciembre de ese mismo año, fue nombrado un nuevo directorio de RTP, presidido por Carlos Guillén Bringas e integrado por Hugo Garavito, Juan Velit Granda, William Ladines, Luis Aldave, Víctor Gallardo Tapia, Rosario Vera y Marco Paredes, según Resolución Suprema 0295-87-PCM (La República, 26 de diciembre de 1987). En agosto de 1988, Radio Nacional cambió de nombre por el Radio Pachacútec e inauguró un trasmisor de 40 kilovatios donado por el gobier- no de la República Federal Alemana (La República, 27 de agosto de 1988). Cecilia Laca fue nombrada directora de la radio, constituyéndose en la primera mujer en ejercer el cargo. Laca había trabajado antes en RPP y Canal 11. En conferencia de prensa motivada por su nombramiento, Laca anunció la firma de un convenio con la Junta del Acuerdo de Cartagena para llegar vía satélite a todos los países bolivarianos, el envío de un plan- tel deportivo a las Olimpíadas de Seúl, la reaparición del programa Fin de semana en el Perú, animado por el cantante Jorge Pérez, la presentación de programas folclóricos de auditorio, un Primer Concurso de Tunas Universitarias a nivel nacional y espacios culturales, así como noticieros bilingües dirigidos al campesinado (El Comercio, 21 de setiembre de 1988). Cumplió sus promesas. En octubre de 1988, Radio Nacional orga- nizó una “radiotón” para pro mover la Tercera Jornada de Vacunación Van 88, colocando un escenario en la cuarta cuadra de la avenida Petit Thouars 580 EMILIO BUSTAMANTE

en Lima, donde se presentaron conocidos artistas (El Comercio, 15 de octubre de 1988).

1.1.4 Las radios de frontera La necesidad de mejorar la red de emisoras de frontera y promover la inte- gración del país a través de la radio por parte del Estado se puso en eviden- cia durante el conflicto armado con Ecuador a inicios de la década. En febrero de 1981, el ministro de Transportes Fernando Chaves Belaúnde, anunció que tanto la estación de televisión como Radio Nacional de Tumbes y Radio Nacional de Iquitos serían elevados de potencia a fin de contrarrestar las interferencias que causaban los medios de comunicación ecuatorianos (El Diario de Marka, 5 de febrero de 1981). El mismo mes, El Diario de Marka informaba que la mayoría de receptores de Piura y Tumbes sintonizaban emisoras de Guayaquil, y con menor nitidez unas pocas radios peruanas como América, Unión y Radioprogramas (El Diario de Marka, 7 de febrero de 1981), mientras que El Observador alertaba que Radio Amor y Radio Acción de Guayaquil, recién inauguradas, tenían pla- neado instalar repetidoras cerca de la frontera peruana (El Observador, 3 de julio de 1982). A fines de 1982, se informó que técnicos alemanes instalarían desde enero de 1983, potentes transmisores en zonas de fronteras correspondientes a la red de radioemisoras del Estado (Ecran, suplemento de El Observador, 23 de diciembre de 1982). En 1986 se pusieron en marcha los programas “Estación de recepción de televisión por satélite” y “Radio Nacional y sus filiales”. Jorge Menacho Ramos, director ejecutivo del Proyecto Especial de Radio y Televisión del Instituto Nacional de Comunicación Social señaló que se pretendía hacer efectivo el plan de fronteras vivas, buscando que los habitantes de la frontera, especialmente de la selva, recibieran programas de televisión y radio gracias al satélite. Fueron instaladas estaciones en las fronteras con Ecuador (Capitán Bazada, Puesto Bonanza, Puesto Cunambo, Puesto Bellavista, Puesto Torres Causano); Colombia (Caucaya, Yubuyanos, Puerto Arturo, Santa Rosa, Puerto Franco, Yaguas, Caballococha); Brasil (Iñapari), Puerto Maldonado, Santa Rosa, Mazuco y Puno. Ello fue posible gracias a un convenio firmado con Francia por 35 millones de francos franceses. Menacho informó también que la red de Radio Nacional y sus filiales ya se encontraba operativa y fun- cionando en onda media. Las filiales de frontera eran Tumbes, Iquitos, Puerto Maldonado, Puno y Tacna. La de Caballococha estaba por ser insta- lada. Radio Nacional de Tumbes tenía una cobertura de veintiocho pueblos; CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 581

la filial de Iquitos llegaba a diez, la de Puerto Maldonado a quince, la de Puno a treinta y la de Tacna a catorce. El proyecto era posible gracias a la cooperación técnica del gobierno de la República Federal de Alemania (La República, 17 de enero de 1986).

1.1.5 El proyecto de desintegración del Sinacoso Como ya se ha mencionado, el gobierno del presidente Belaunde convirtió el Sinadi en Sinacoso. El presidente García dijo en 1985 que desactivaría esa entidad del Estado. En agosto de 1986, después de que renunciara el jefe del Sinacoso, Hugo Otero, se anunció que ya se había elaborado un proyecto de desactivación, y que el Sistema Nacional de Comunicación Social sería reemplazado por la Onapre (Oficina Nacional de Prensa, Radio y Televisión). El proyecto tenía diez artículos y había sido preparado, entre otros, por los jóvenes abogados Luis Ramírez Daza y Rocío Villanueva. Según el diario La Voz se suponía que habían participado en su elaboración los periodistas Mario Castro Arenas, Víctor Tirado y Carlos Hidalgo, a quienes se atribuía el alejamiento de Hugo Otero del cargo. La Onapre dependería directamente de la Presidencia de la República y los trabajado- res del Sinacoso serían trasladados al Instituto Nacional de Administración Pública (La Voz, 31 de agosto de 1986). El proyecto nunca fue aprobado.

1.2 La radio y el conflicto armado interno

La violencia política de la década afectó constantemente a la radio. Se regis- traron desde atentados como los mencionados anteriormente hasta tomas de radio por grupos subversivos para transmitir proclamas. En febrero de 1981 una explosión destruyó la antena de Radio Nacional en Tacna. Según los especialistas de Seguridad de Estado, “la voladura fue obra de técnicos en la materia” (El Diario de Marka, 1 de febrero de 1981). Se trataba del segundo atentado sufrido por la estación desde el estallido del conflicto armado interno. El primero tuvo lugar el 28 de julio de 1980. En julio de 1981, El Diario de Marka daba cuenta de las hostilidades de que era víctima el periodista ayacuchano Félix Gavilán (conductor del pro- grama Estación Noticia de Radio La Voz de Huamanga) de parte de auto- ridades locales, que lo acusaban de defender a terroristas. Gavilán declara- ba que las acusaciones en su contra habían surgido a los pocos días de haber denunciado en su programa a varios especuladores de alimentos. Gavilán era respaldado por el Frente de Defensa, el Sutep y el Colegio de 582 EMILIO BUSTAMANTE

Abogados de Ayacucho (El Diario de Marka, 2 de setiembre de 1981). Gavilán sería uno de los periodistas asesinados en Uchuraccay el 26 de enero de 1983. En la madrugada del 30 agosto de 1981, dos hombres asaltaron Radio El Sol en Lima, durante la trasmisión del programa El Sol en los Andes, redujeron a la conductora, Carmen Pizarro Rojas y a su hermano, y transmi- tieron “una proclama en quechua y castellano, hasta que al parecer se asustaron y huyeron dejando olvidado el tocacassette”. El 16 del mismo mes, un grupo de jóvenes había ingresado a Radio La Crónica, y tras ama- rrar al locutor, había tratado también de propalar una grabación, pero no había tenido éxito en su objetivo (El Diario de Marka, 30 de agosto de 1981). En marzo de 1982, el director del Sinacoso, Miguel Alva Orlandini, lamentaba las millonarias pérdidas que había dejado un atentado contra la estación de Radio Nacional en Ayacucho (La República, 27 de marzo de 1982). El 5 de septiembre del mismo año, subversivos volaron, en la mañana, antenas de Entel en Tocto (Ayacucho), y, en la tarde, la antena y la planta transmisora de Radio Ayacucho en el cerro Yurac Yurac, que formaba parte de RTP (La República, 6 de setiembre de 1982). El 10 de septiembre, en la noche, a pocas horas del entierro de la senderista Edith Lagos, cuatro enca- pu chados asaltaron Radio La Voz de Ayacucho y durante cinco minutos irradiaron mensajes en un casete, prometiendo vengar su muerte (Domingo , suplemento de La República, 12 de setiembre de 1982). En diciembre de 1982, Radio América dejó de transmitir al ser derrum- bada una fuente de energía que afectó la torre trasmisora de Ventanilla. En Iquitos, suspendieron el programa Panorama, que venía difundiéndose por Radio Eco, luego de que su director fuera amenazado de muerte por subversivos (Ecran, suplemento de El Observador, 23 de diciembre de 1982). En enero de 1983, Sendero Luminoso convocó a un paro de 24 horas en Ayacucho. En una carta enviada a la administradora de Radio La Voz de Huamanga, Rina Cruz de Camborda, los subversivos “invocaban” a los transportistas, comerciantes y propietarios de todos los establecimientos públicos a que efectuaran la paralización de labores “como protesta ante la represión que viene sufriendo el pueblo ayacuchano”. Rina Cruz de Camborda dijo que los senderistas la amenazaron con tomar “medidas de fuerza” en caso de que no cumpliese con transmitir el texto de la carta cada media hora, durante todo el día (La República, 8 de enero de 1983). CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 583

Las emisoras de provincias, a consecuencia de este hecho, pidieron a las autoridades mayor protección policial (El Observador, 13 de enero de 1983). El 17 de ese mismo mes, uno de los programas informativos más sintonizados en Lima, La Voz de Libertad, fue asaltado por militantes de Sendero Lumi noso, quienes emitieron desde allí un manifiesto (El Observador, 18 de enero de 1983). El 23, Sendero Luminoso voló dos torres retransmisoras de microondas en Ancash (La República, 24 de enero de 1983). En junio de 1983, una llamada anunciando la colocación de una bomba, segundos antes del inicio del programa de auditorio El heraldo musical de los Andes, causó pánico en Radio Nacional, provocando un desalojo gene- ral (El Observador, 21 de junio de 1983). En julio se produjo un atentado con explosivos contra el local de la emisora, y la policía capturó a los ata- cantes (El Observador, 30 de julio de 1983). El 25 de julio de 1983, Sendero Luminoso convocó a un paro en Huanta. De las cuatro emisoras locales (Huanta, Esmeralda, Huanta 2000 y Radio Cultural Amauta), solo salió al aire Huanta 2000, pero fue silenciada luego de que un comando senderista ingresara en la mañana a sus instalaciones para propalar un manifiesto contenido en un casete, que fue interrumpido por la intervención de la policía (La República, 26 de julio de 1983). El 2 de agosto del mismo año, el corresponsal del diario La República, Jaime Ayala Sulca, informaba que “quince efectivos de la infantería de marina destacados en esta jurisdicción fueron descubiertos esta madrugada cuando iban a destrozar todas la instalaciones de la planta transmisora de Radio Esmeralda para impedir su salida al aire”. La radio se hallaba a cien metros del cuartel de los marinos al noreste de la ciudad. Era, según Ayala, el segundo atentado que sufría en dos meses por parte de los mismos efectivos. El anterior había tenido lugar el 8 de junio. Ayala acotaba que en aquella ocasión los militares “calificaron a Radio Esmeralda, como emisora de los terroristas y que por lo tanto estaba alentando a la subversión y que no debía salir al aire”, y presionaron a los propietarios para que no se difundiera el informativo de Abilio Arroyo Espinoza, Actualidad, que se emitía a las 12.30 horas. Arroyo estuvo detenido en Seguridad del Estado de Ayacucho durante días, acusado de colaborar con los subversivos. En esta segunda incursión, señalaba Ayala “todos los efectivos se encontraban uniformados y fueron descubiertos por el propietario de la radio emisora, Aurelio Liberato” (La República, 3 de agosto de 1983). Jaime Ayala Sulca fue tiempo después víctima de desaparición forzada. Testigos lo vieron ingresar una mañana de agosto de 1984 al estadio de Huanta, donde se hallaba la base de la Marina; no salió con vida. 584 EMILIO BUSTAMANTE

El 6 de noviembre de 1983, senderistas ingresaron violentamente al local de Radio Huanta 2000, y entregaron al locutor Rómulo Anderson un oficio y un casete. El texto del oficio amenazaba de muerte a los empleados de la emisora si es que no colocaban la cinta magnetofónica en el aire. La grabación duraba doce minutos, y en ella Sendero Luminoso indicaba que había dado la consigna de “boicotear las elecciones municipales para demostrar al país la fuerza del movimiento guerrillero” y convocaba a un paro general para los días 12, 13 y 14. Los candidatos a las alcaldías de Ayacucho y Huanta, Jorge Jáuregui y Rodolfo Calderón, eran señalados como “lacayos y serviles perros del gobierno explotador y entreguista”. El local de Radio Huanta 2000 se hallaba en el jirón Gervasio Santillana 455, cerca de la estación de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP) y de la comandancia de la Guardia Civil. Media hora más tarde, el comando sen- derista ingresó a Radio Amauta (segunda cuadra del jirón Gaviora) y emitió el mismo mensaje (La República, 6 de noviembre de 1983). En mayo de 1984, senderistas tomaron dos radioemisoras de Huancayo (La República, 2 de mayo de 1984). En junio hizo su primera aparición públi- ca el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), capturando Radio Imperial 2 de Villa El Salvador. Los emerretistas encañonaron al propietario Aníbal Torres Avellaneda, al locutor Óscar Astete y al operador Ricardo Suesnabar, obligándolos a difundir un casete contra el gobierno, “al que res- ponsabilizaron del hambre y la desocupación imperante en nuestro país”. Luego los amordazaron y pintaron las paredes con tres “V” en un círculo, y el lema: “Túpac Amaru vive, vuelve y vencerá”. El dueño de la radio recordó que la emisora ya había sufrido una intervención similar, pero que en esa ocasión “eran senderistas” (La República, 1 de junio de 1984). En octubre de 1984, cuatro emerretistas tomaron por asalto Radio Comas y ordenaron al operador Rufino Candela que colocara el consabido casete con la proclama. Julio Saldaña Grández, director gerente, relató que los atacantes tenían dos cajas azules “y nos manifestaron que en el interior de estas había dos bombas que harían estallar si es que intentábamos frustrar su misión”. Se fueron dejando las cajas en la puerta. Las cajas estaban vacías (La República, 9 de octubre de 1984). En julio de 1985, un destacamento de los autodenominados Comandos Revolucionarios del Pueblo (CRP) tomó, a las 18.45 horas, los estudios de Radio del Pacífico en Lima (avenida Guzmán Blanco 465, sétimo piso), deteniendo a diez personas (directivos, locutores, operadores, oficinistas y visitantes). El locutor Luis Cáceres Núñez y el administrador y jefe de programación Reynaldo Aragón fueron llevados al baño, junto con dos religiosos evangélicos “vendedores de avisos publicitarios”. El locutor CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 585

Julián Rivera fue obligado por “dos mujeres y un hombre jóvenes” a tras- mitir un casete. A las 19.00 horas salieron los sones de un fondo musical con zampoñas, seguidos de las voces de un hombre y una mujer que se alternaban en la lectura de la proclama. En ella se exigía al Apra que no pagase la deuda externa peruana, y que se sancionara a los “corruptos” como “el parlamentario populista Díaz Orihuela y los exministros Chaves Belaunde y Elías Laroza”. La voz de la mujer ponía énfasis en que “los intereses del pueblo peruano no son los mismos de los ricos como Rodríguez Pastor y Piazza”. La grabación duraba cinco minutos pero se repitió automáticamente varias veces. Las paredes del local fueron pinta- das con alusiones al CRP. Yolanda Parodi señaló como atacante a un joven alto y de bigotes, pero no pudo identificar al resto. Reynaldo Aragón señaló que los subversivos esperaron que terminara el programa Ritmo Visión, auspiciado por la FAP, para colocar su mensaje. Al irse deja- ron explosivos y al personal de la radio encerrado en el baño. Cuando llegaron los efectivos de la Guardia Civil se trabaron, según los testigos, “en una agria disputa con efectivos de la Dirección Contra el Terrorismo de la PIP”, que también habían llegado al lugar. Solo al retirarse los miembros de la PIP la Guardia Civil empezó a desactivar las bombas, dando prioridad a la que había sido puesta junto a la cabina de transmi- sión (La República, 19 de julio de 1985). En setiembre de 1985, el MRTA anunció que Luis Varese ya no militaba en esa agrupación y que “sus únicos voceros” eran el periódico Vence- remos, “la Radio 4 de Noviembre”, y sus “conferencias de prensa” (La Repú blica, 4 de setiembre de 1985). Debía entenderse como “la radio” a las emisiones realizadas en los asaltos a las estaciones. En la mañana del 16 de enero de 1986, el MRTA tomó por breves minutos La Crónica, Moderna, Onda Popular y La Voz de Oriente (El Popular, 17 de enero de 1986). Un año y un mes después, el 19 de febrero de 1987, la misma agru- pación asaltó nueve emisoras: Estación X, Cadena, Radio Mar, R-700, Moderna, Oriente, Doble Nueve, Chosica y Comas. Los operadores fueron obligados a leer un mensaje, y los subversivos llenaron las paredes con siglas del MRTA y el MIR. Los mensajes duraban más de diez minutos; rechazaban el “allanamiento a las universidades” y condenaban a Sendero por estar “contribuyendo y propiciando las fascistización del gobierno”. A la salida del local de Doble Nueve, en Jesús María, la policía capturó a cuatro subversivos (La República, 20 de febrero de 1987; Voz Rebelde 3, marzo-abril de 1987). A partir de entonces, la mayoría de las emisoras extremaron las medidas de vigilancia y restringieron el ingreso a sus loca- les (Hoy, 6 de marzo de 1987). 586 EMILIO BUSTAMANTE

En marzo del mismo año se produjo la muerte del conocido locutor Carlos Palá durante el toque de queda. Según la versión oficial, Palá había salido aproximadamente a las 4.00 horas de los estudios de Radio Libertad, donde transmitía el programa De toque a toque; a las 4.15 el automóvil que conducía chocó con un vehículo militar. El locutor murió a causa de ese accidente. Su familia y sus colegas, sin embargo, no se sintieron satisfechos con esta versión y reclamaron que se investigara el caso (Hoy, 27 de marzo de 1987). En los días previos a su fallecimiento, Palá estaba organizando una “radiotón” pro fondos para las víctimas de los huaicos de Chosica; el evento se llegó a realizar y llevó su nombre (Hoy, 3 de abril de 1987). En setiembre de 1987, Sendero Luminoso asesinó al locutor Carlos Medrano en Cerro de Pasco; Medrano conducía programas folclóricos y era dirigente del sindicato de Centromín (La República, 18 de setiembre de 1987). Durante aquel año, el MRTA continuó invadiendo estaciones de radio: en octubre incursionó nuevamente en Onda Popular, en noviembre tomó emisoras en Pucallpa, Chiclayo, Huancayo y Canto Grande (La República, 24 de octubre de 1987; Voz Rebelde 8, noviembre de 1987), y otra vez entró por la fuerza a Radio Cadena de Lima (Hoy, 20 de noviembre de 1987). El 29 de diciembre, una cadena nacional de radio y televisión participó en un mensaje por la paz junto al Arzobispado de Lima. A las 11.00 horas se pidió un minuto de silencio por las víctimas del conflicto armado inter- no, al cabo del cual el cardenal Juan Landázuri habló por radio y televisión (La República, 29 de diciembre de 1987). Las acciones violentas, sin embargo, prosiguieron. El Estado cerró en el oriente del país las estaciones de Radio Tropical de Tarapoto y Radio Moyobamba de Moyobamba. El MRTA protestó por esa medida (Voz Rebelde 10, febrero-marzo de 1988). En febrero, este grupo subversivo tomó Radio Luren y Radio Regionalista de Ica; en junio hizo lo propio con Radio Pucallpa (Voz Rebelde 10, febrero-marzo de 1988; Voz Rebelde 12, junio-julio de 1988); en octubre con Radio JER de Trujillo (Voz Rebelde 13, octubre-noviembre de 1988); en noviembre con Radio Frecuencia Popular de Chepén, Radio Mil FM de Arequipa, Radio Nuevo Mundo de Pucallpa y, nuevamente, Radio Pucallpa (Voz Rebelde 13, octubre-noviembre de 1988). La modalidad era siempre la misma: reducían al personal, emitían una proclama y se iban. Los asaltos continuaron en 1989, con las tomas de Radio San Martín y Radio Sur Peruano de Arequipa, y en 1990 con las de R-700, San Isidro, Libertad, Callao, Excelsior e Imperial, en las que se emitió una proclama en contra de las medidas de shock económico del gobierno de Alberto Fujimori. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 587

El 20 de abril de 1989, un comando paramilitar mató en Tingo María al periodista radial Guillermo López Salazar (Shallauita), presunto simpatizante de Sendero Luminoso y conductor del programa Huaicapeando con Huai- capa de Radio Tingo María (Uceda 2004: 222-224). El 4 de octubre de 1989 el MRTA secuestró al broadcaster Héctor Delgado Parker, entonces presidente del directorio de Panamericana Tele visión. Lo mantuvo cautivo más de seis meses y lo sometió a un “juicio popular”. El empresario fue liberado el 21 de abril de 1990; falleció en 1995. En 1990, miembros de Sendero Luminoso ingresaron a Radio Moderna en horas de la mañana, cuando se emitía el noticiero humorístico Lo bueno, lo malo y lo feo de la jornada, y obligaron a los locutores a transmitir una proclama en apoyo al paro armado del 28 de marzo de ese año (Página Libre, 25 de marzo de 1990).

1.3 Radio y religión

1.3.1 Las emisoras de la Iglesia católica El Episcopado de Lima había vendido la potente Radio Unión en la década de 1970, pero la Iglesia católica siguió ejerciendo derecho de propiedad sobre estaciones comerciales de radio. Radio Omega, una de ellas, apareció en 1983 en 97.1 FM, y aunque per- tenecía al Episcopado, no dedicó el íntegro de su programación (ni siquie- ra la mayoría) a explícitas tareas evangelizadoras o confesionales. En sus primeros años emitió música popular romántica en castellano y algunos programas de contenido religioso a cargo de sacerdotes como Salvador Piñeiro. Después se orientó hacia la emisión de música clásica y noticias. Iván Lioubicic fue su gerente general y Víctor Torres Leichton su pro gra- mador. El plantel de locutores estuvo conformado por Nela Lazarte, Annie Arias, Rebeca Tello, Germán Liza y Zarela Solís. Entre sus programas des- tacaron Empezando la mañana, conducido por Víctor Torres, de 6.00 a 9.00 horas; y Abriendo camino, producido por jóvenes egresados de la Universidad de Lima. Además de Radio Omega, la Iglesia católica siguió contando con Radio Santa Rosa, de la orden de los dominicos. En 1986, el padre Sokolich, direc- tor de la emisora, destacaba que Santa Rosa tenía una programación variada, donde prevalecía “fundamentalmente la opción por los más necesitados, por aquellos que necesitan la voz de Cristo, por los humildes de nuestro pueblo”; decía que la emisora estaba “al servicio de las mayorías”, y “en defensa de 588 EMILIO BUSTAMANTE

los derechos humanos” (La Razón, 15 de octubre de 1986). Dentro de aque- lla programación resaltaba nítidamente El día del pueblo, programa produci- do por el Centro de Producción y Documentación Radiofónica El Día el Pueblo, uno de los espacios clave en el movimiento de radio popular de la década de 1980, y que contó entre sus animadores a Nelson Figueroa y Pedro Sánchez, años más tarde secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Radio (CNR) y de la Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (OCLACC). El programa, “bastante sintonizado” e inclinado “un poquito marcadamente al socialismo” (entrevista con Luzmila Palma, noviembre del 2010), recibió amenazas y críticas, pero no dejó de “denunciar las injusticias” (entrevista con Jorge Cuadros Pastor, noviembre del 2010). En la madrugada del 5 de noviembre de 1980, Radio Santa Rosa sufrió un atentado mientras se transmitía el programa El día del pueblo; los atacantes pintaron una cruz esvástica en la pared y se llevaron dos grabadoras, dos máquinas de escribir, un tornamesas, doscientos casetes grabados, cincuenta mil soles y útiles de escritorio (El Diario de Marka, 6 de noviembre de 1980). Por otro lado, la emisora también sufrió las incursiones del MRTA; Luzmila Palma, secretaria de la radio, recuerda una de ellas:

Nos dejaban mensajes en esos maceteros que tenemos y luego nos llama- ban por teléfono: “En el tercer macetero encontrarán una carta”. Entonces íbamos y, efectivamente, encontrábamos cartas, pañuelos rojos, cosas así. Y ya estábamos asustados. La policía eventualmente mandaba gente que protegiera un poco. Pero hubo un caso en el que estuve yo. Era la una y el padre Juan Sókolich no se iba. Estábamos como nueve personas conversando sobre las situaciones de la radio y algo lo detuvo al padre Juan, no se fue a su oración comunitaria como de costumbre, y en eso entraron cuatro emerretistas, dos fueron a cabina y le pusieron el arma al operador Eduardo Torres y le obligaron a poner el casete, mientras tanto dos vinieron aquí donde estábamos con el padre Juan. Estaban con la pañoleta roja y amenazaban con la metralleta a todos: “No pasará nada, ustedes quédense tranquilos”. Yo por reflejo hice como para tocar el timbre, porque así nos comunicábamos antes, por un timbre, y el de la metralleta vino hacia mí, ¡me asusté!, pero gracias a Dios dijo: “Tran- quilos que no pasa nada”, solo querían pasar lo que estábamos escu- chando en la radio. Eran más o menos cinco minutos lo que ellos que- rían hacer conocer. Y nos dejaron: “Hay bomba en la puerta, no se mue van, no llamen a la policía y no pasará nada”. Se fueron y nos que- damos todos helados. Lógicamente, cuando se fueron, después de un rato, llamamos a la policía, vinieron los de la Unidad de Explosivos, y no era bomba. Así, esas cosas han pasado (entrevista con Luzmila Palma, 17 de noviembre del 2010). CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 589

Otras radios vinculadas a la Iglesia católica tuvieron destacada partici- pa ción en el movimiento de radio popular y la defensa de los derechos humanos durante el conflicto armado interno.

1.3.2 Las radios evangélicas Radio del Pacífico siguió siendo la radio evangélica comercial de mayor presencia en Lima. Tuvo como director gerente a Pedro Ferreira. Destacó en su programación El mundo maravilloso de la música, conducido por Yolanda Parodi. Algunos de los programas religiosos venían grabados de Estados Unidos. Su eslogan era: “Una señal de tranquilidad en un mundo apresurado”. En 1989 anunció la creación de una filial en Iquitos con el nombre de Radio Arpegio (El Comercio, 21 de enero de 1989). Durante la década, varios grupos evangélicos alquilaron espacios en otras emisoras para emitir mensajes. Esta práctica se incrementaría en la década siguiente (Gogin 1997). La secta religioso-esotérica La Divina Revelación Alfa y Omega alquiló espacios desde 1985 en diferentes radios: Comas (1985), Estación X (1985-1987), Star (1988-1989), Victoria (1989), Oriente (1989-1990) y Unión (1990). La secta había sido fundada por el chileno Luis Antonio Soto Romero, quien decía sostener conversaciones telepáticas con Dios, y escribía interminables rollos de papel, según él bajo los dictados de Jehová (Alfa y Omega 2011). En el 2003, la Comisión de la Verdad y Reconciliación nombrada por el Estado para esclarecer los graves hechos ocurridos en el país entre 1980 y 2000, reconoció la labor de las estaciones evangélicas Radio Amauta de Huanta y Radio del Pacífico de Lima en su enfrentamiento contra la vio- lencia durante el conflicto armado interno:

Radio Amauta construyó discursos funcionales, estratégicos, para enfrentar la violencia, los cuales articularon con los discursos de las iglesias rurales. Se situaron en el espacio público EN una forma diferente de enfrentar a los subversivos, CON una lucha no solo militar sino también ideológica. Por otro lado, la narración de los acontecimientos desde la mirada y la voz de las víctimas fue un elemento restaurador en esta circunstancia, permitiendo la participación de ciudadanos no necesariamente evangé licos para que se comuniquen y dialoguen con la población, combinando estos espacios con programaciones de música y mensajes evangélicos. Es importante anotar que en los años de violencia, Radio Amauta organizó festivales musicales que eran transmitidos en directo. Al lado de este espacio abrieron otro, una especie de participación popular, cada fin de 590 EMILIO BUSTAMANTE

semana llegaban hasta el local de la emisora grupos de pobladores que querían no solo enviar sus mensajes de saludo, sino también entonar sus canciones para decir lo que sentían. En ese sentido, cumplió un rol tera- péutico, de soporte emocional al brindar un espacio público de expresión de dolor, de tristeza, pero también de esperanzas. De esta forma Amauta contribuyó a reconstruir las redes sociales rotas por el accionar del PCP-SL en una de las zonas mas golpeadas por la violencia. En los últimos años, Amauta continuó acompañando a las víctimas de la violencia, ofreciendo su espacio a sus demandas y colocando permanen- temente la defensa de los derechos humanos en su agenda periodística. Radio del Pacífico generó discursos en dos espacios históricos de la violencia política. En los tiempos iniciales de las acciones terroristas en el país nació desde la radio el denominado Movimiento Nacional de Oración, que tenía como propósito convocar a los evangélicos a orar por la paz en el país. Sin embargo, a nivel periodístico el tema de la paz, en tanto búsqueda de la justicia y defensa de los derechos humanos era un asunto ajeno a la agenda de la radio. En un segundo momento, movidos por el testimonio de presos evangélicos injustamente encarcelados por delitos de terrorismo, empezaron a abrir sus puertas, difundiendo esta problemática en la comunidad evangélica y comenzaron a trabajar el tema de la justicia y pusieron "al aire" un proble- ma que no siempre había estado en la agenda pastoral de las iglesias urbanas (Comisión de la Verdad y Reconciliación 2003: 485-486).

1.4 El movimiento de radio popular

En la década de 1980 maduró el movimiento de la radio popular que había empezado a manifestarse a fines de la década de 1970. Este movimiento se erigió sobre la base de las radios educativas de la Iglesia católica, y los programas impulsados por gremios, organismos no gubernamentales y agrupaciones vinculadas a la izquierda y al movimiento popular. Aspiraba a estrechar la comunicación entre sectores populares para la exposición y solución de sus problemas. Los objetivos eran, pues, de desarrollo; y, para la Iglesia católica, además, de evangelización. El movimiento en la década de 1980 llegó a comprender las radios educativas, populares y comunitarias. Frente a la concepción de radios educativas, cuya finalidad era “educar al pueblo”, se planteó la creación de radios populares, donde el pueblo pu - diera expresarse directamente y utilizar el medio en su lucha por mejores condiciones de vida; según Carlos Rivadeneyra, estas emisoras cumplieron “un rol de acompañamiento a los movimientos políticos de los sectores CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 591

populares: sindicatos, clubes de madres, etcétera” y fundaron “una nueva forma de hacer radio ya no para los sectores populares sino desde los sec- tores populares” (entrevista con Carlos Rivadeneyra, abril del 2010). Apa- reció luego el movimiento de radios comunitarias, que promovía emisoras sin fines de lucro, de propiedad de las comunidades y con participación de ellas. La mayoría de las emisoras educativas, populares y comunitarias se hallaban asociadas a la Coordinadora Nacional de Radio.

1.4.1 La Coordinadora Nacional de Radio En 1978, como consecuencia de la labor de estas unidades de producción radial, se habían llevado a cabo el Primer Encuentro Nacional de Radio y el Primer Encuentro Ecuménico de Comunicadores de Radio, en Sicuani (Cusco):

En la convocatoria a la reunión se señalaba como objetivo el intercambio de experiencias de radio, la reflexión sobre la acción pastoral y educativa de la Iglesia. Participaron entonces Radio La Voz de la Selva de Iquitos, CINCOS de Chimbote, EDACY de Sicuani, y representantes de la Arqui- diócesis de Huacho. También estudiantes Dominicos [sic] de Radio Santa Rosa de Lima, Agentes Pastorales de Pueblos Jóvenes de Arequipa, miembros de la Radio del Vicariato Apostólico de Pucallpa y el Equipo Radiofónico de la Arquidiócesis de Cusco. Entonces, la Secretaría Andina de Celadec (Comisión Evangélica Latino Americana de Educación Cris- tiana), asumió la coordinación (Acevedo 2006: 26).

Al final de estos eventos, los participantes nacionales habían decidido crear la Coordinadora Nacional de Radio (CNR). Al año siguiente se realizó el Segundo Encuentro Ecuménico de Comunicadores de Radio en Lima, siempre bajo la coordinación de la Celadec. A principios de 1981 la Celadec se aleja del movimiento. En agosto de 1981, la CNR, constituida ya como sociedad educativa sin fines de lucro, organizó un cursillo sobre radio y comunicación popular, dictado por el especialista argentino Mario Kaplún. Integraban la CNR “emisoras comunitarias, populares y ciudadanas” y centros de producción radial con “distintas formas de propiedad y gestión, pero con objetivos comunes de aporte al desarrollo social con participación ciudadana”. Articuladas a otras organizaciones y redes de la sociedad civil, estas radios y centros de producción radial promovían la democratización de las comu- nicaciones, “ofreciendo espacios de información, expresión y diálogo a la ciudadanía” (Acevedo 2006: 20). En 1982 comenzaron los primeros contactos con la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER). Durante la década se consolidarían nuevas experiencias, pero también se 592 EMILIO BUSTAMANTE

tendrían que afrontar ataques provenientes tanto de las agrupaciones subver- sivas como de organismos del Estado. Recuerda Jorge Acevedo al respecto:

En los años más difíciles de la violencia, la CNR defendió la vida por sobre todo, y el orden constitucional, a través de los programas locales de cada emisora y centro de producción, y mediante los programas elaborados por la Oficina Nacional con participación de los centros radiales asociados. La CNR se pronunció a favor de los derechos huma- nos, denunciando violaciones por parte de los grupos terroristas y por agentes del Estado (Acevedo 2000: 29).

A fines de la década de 1980 se inician los intercambios informativos a través de la Red Informativa Nacional (RIN). La CNR pone énfasis en dis- tinguir las redes de las cadenas creadas por los consorcios de las radios comerciales: “Las cadenas tienen un centro y repetidoras. Centralizan con- tenidos, información, opinión, tecnología y formación de capacidades. Las redes tienen muchos y diversos centros que son similares entre sí; descen- tralizan información y opinión, comparten avances tecnológicos y forma- ción de capacidades” (Aquino 2006: 51).

1.4.2 Cronología de la radio popular Podemos establecer la siguiente cronología de acontecimientos en la cons- titución de la radio popular durante la década de 1980, tomando como fuentes principales textos contenidos en Radio y comunicación popular en el Perú, coordinado por Mariano Valderrama (1987); Onda Azul. Una voz al ritmo de los tiempos de Nelson Figueroa (1996); y Voces y movidas radio- ciudadanas. Itinerarios, experiencias y reflexiones desde la Coordinadora Nacional de Radio, editado por Jorge Acevedo (2001):

• 1980. Se reorganiza Radio La Voz de la Selva gracias al apoyo de radio Neederland, que adquiere una orientación “popular”. Había sido funda- da en abril de 1972 al fusionarse Radio San José y Radio Mariana, dos emisoras de la Iglesia católica. • El programa El Chacarero apoya al “sector organizado del campesinado y al trabajo que vienen desarrollando los agentes pastorales y promotores del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (Caaap), como entidad asesora del Comité de Productores de Arroz de la Pro vin- cia de Maynas (Copapma) y de la Federación Campesina de la Provincia de Maynas (Fecadema)” (Vela 1987: 226-227). • 1980. El Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes) empieza a emitir desde Radio Unión en Lima el programa Tierra fecunda (Ruruq allpa) CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 593

dirigido a los campesinos. Los objetivos del programa son: 1) ofrecer a los campesinos un medio en donde puedan expresarse; 2) ofrecerles asesoría jurídica; 3) informarles sobre lo que ocurre en el país, espe- cialmente en el campo; 4) buscar y difundir la información de los pro- pios campesinos sobre lo que ocurre en el campo; 5) mostrar el saber de los campesinos y su fuerza colectiva; 6) mostrar la enorme riqueza cultural del Perú (fiestas, cantos, mitos, leyendas, danzas); y 7) servir como nexo entre la ciudad y el campo, entre los migrantes y sus pue- blos de origen (Montoya 1987: 279). • 1981. Como consecuencia de los Encuentros Nacionales de Radio Popu- lar (en los que la Iglesia tiene importante participación), se constituye legalmente la Coordinadora Nacional de Radio (CNR) como sociedad civil de carácter educativo, sin fines de lucro. • 1981. El 6 de abril sale al aire el noticiero Pututo en Radio Onda Azul de Puno, con un equipo integrado por Martín Carbajal, Juan José Marro- quín y Raúl Rodríguez (Figueroa 1996: 111). • 1981. El padre José Luis Maldonado es premiado por La tarde que comencé a vivir de Radio Marañón en el certamen del Centro de Tele- ducación de la Universidad Católica (Cetuc) (El Comercio, 21 de octubre de 1981). • 1982. Sale al aire El poblador puneño, producido por el Departamento de Promoción Barrial de Radio Onda Azul. Conducen el programa Gumercinda Vargas y Martín Carbajal. Busca apoyar al movimiento de pobladores generado entonces en la región para enfrentar a la sequía y la carencia de servicios básicos (Figueroa 1996: 117). • 1983. El nuevo propietario de Radio Sicuani ofrece al obispado partici- pación en las acciones de la empresa. La Iglesia adquiere el 30 por ciento de ellas. Se orienta a la educación de los campesinos. Produce entrevistas, programas de cultura popular (música, cuentos, mitos), reportajes sobre fiestas comunales, etcétera. Cuenta con el apoyo de la CNR y del Cepes. • 1983. Radio Quillabamba, del Cusco, define su identidad como “emisora cultural educativa del Centro de los Medios de Comunicación Social (Cemcos), en la provincia de La Convención”. El objetivo último es la evangelización de dicha provincia. Como “opciones o líneas preferen- ciales” se plantea: 1) “democratizar la comunicación”, lo que supone el acceso a la radio de las organizaciones sociales; 2) educación popular, es decir, promover la conciencia crítica del pueblo a fin de que le permita asumir, expresar y defender los valores de su cultura; y 3) acompañar al 594 EMILIO BUSTAMANTE

pueblo organizado: promover y defender las organi zaciones populares, con un compromiso especial con las comunidades campesinas cristianas (CCC) y los sindicatos (Lobo y Encinas 1987: 163-165). • 1983. Radio Quillabamba emite un programa radial de las CCC y capaci ta (en coordinación con el Cetuc) a promotores de comunicación de dichas comunidades. Las funciones de los promotores son: 1) recoger opiniones, problemas y vivencias de las comunidades campesinas cristianas; 2) pro- mover la participación de las comunidades en los programas radiales; 3) promover la comunicación y participación en el interior de las CCC; y 4) defender los valores culturales a través de los medios de comunicación (Lobo y Encinas 1987: 159-160). • 1983. La CNR, con apoyo de la ALER y la participación de José Ignacio López Vigil, organiza un taller nacional de producción en Puno. Según Nelson Figueroa: “Fue un evento clave, que ayudó a avanzar no sólo a Onda Azul sino al conjunto de la CNR. En este taller apareció con fuerza el criterio de participación que se incorporó al quehacer radial. Ya no más hablar por el pueblo, ahora debe ser el pueblo quien hable directamente” (Figueroa 1996: 124). • 1983. Radio Onda Azul de Puno inaugura una red de corresponsales (Figueroa 1996: 112). • 1983. El programa Ondas campesinas de Piura es transmitido ahora por Radio San Francisco. La Federación Regional Agraria de Piura y Tumbes asume su producción y financiamiento. • 1984. En Radio Onda Azul de Puno se establecen dos bloques de progra- mación para las zonas quechua y aimara: el de aimara por la mañana y el de quechua por la tarde. Los espacios en quechua y aimara constituyen el 50 por ciento del conjunto de programación de la radio (Rodríguez 1987: 215). • 1984. Sale al aire el programa Mosoq allpa del Centro Bartolomé de Las Casas, por Radio Quillabamba (Cusco). Está destinado a los campesinos del sur andino. Transmite eventos de las federaciones campesinas, valora la música, la medicina popular y la comida andinas. • 1985. A partir del 1 de mayo, los programas de radio de Mosoq Allpa se empiezan a transmitir por Radio Sicuani y Radio Onda Azul, además de Radio Quillabamba. • 1985. El 7 de junio, un atentado con dos cargas de dinamita destruye la planta transmisora de Radio Quillabamba. El sacerdote dominico Fran- cisco Panera, en declaraciones ofrecidas a la Comisión de la Verdad y Reconciliación en el 2003, culpó del atentado al Grupo Alfa del Ejército y CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 595

a su jefe, el mayor Hans Chacón (Comisión de la Verdad y Reconciliación 2003: 535). • 1985. Desde el 1 de octubre, los programas de Mosoq allpa se transmiten también en Radio Municipal del Cusco. En las transmisiones se destaca la emisión de una serie radiofónica de 33 capítulos basada en el libro Gregorio Condori Mamani, autobiografía, en el formato de charla tes- timonial, “enriquecida con algunos recursos dramáticos” (Orós 1987: 195). • 1985. Radio Quillabamba realiza otro ciclo de capacitación básica para promotores de comunicación que comprende aquellas comunidades que no han participado en el ciclo de dos años atrás. El objetivo es que los programas que la radio otorgue gratuitamente a las organizaciones popu- lares tengan mínimos requisitos técnicos. • 1986. Es inaugurada Radio Cutivalú de Piura, producto de una iniciativa del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca). El nombre es un homenaje al cacique tallán Lucas Cutivalú, quien logró el reconocimiento de la corona española a la posesión de las tierras de su comunidad en el siglo XVI. La radio busca que “los invisibilizados y exclui dos” tengan información de calidad y sean “generadores de infor- mación y opinión pública” (Aquino 2006: 42). Los primeros cinco años de Radio Cutivalú transcurrieron, según Rodolfo Aquino Ruiz, “en medio del debate de tres temas centrales: pacificación, descentralización e hiperin- flación”. En ese lapso, también, la emisora afrontó permanentes dificulta- des por la escasez de energía eléctrica (Aquino 2006: 43). Radio Cutivalú, desde su nacimiento, da gran importancia a la unidad móvil para llevar la voz de la gente, con sus preguntas, opiniones y propuestas, en progra- mas como De pueblo a pueblo, por los caminos de Piura; ¿Se puede?; Diálogo abierto con el pueblo; Propuestas en Cutivalú y Usted juzga. La radio se integra a la CNR y la ALER y articula la Red de Agentes de Comu- nicación para el Desarrollo Local y Regional, integrada por personas ubi- cadas en las principales zonas rurales y urbano-marginales de la región, la mayoría de ellos “docentes de escuela con un innato liderazgo en sus localidades” (Aquino 2006: 52). • 1986. El 3 de agosto, la antena de radio Onda Azul de Puno es volada con dos cargas de dinamita por un grupo paramilitar. Nelson Figueroa recoge el testimonio de una dirigente sobre el hecho:

Con el impacto de la bomba, quedaron al aire, sueltos, los radiales. Al día siguiente, las mujeres de los barrios se reunieron porque a su radio habían atentado y subieron con sus palas y picos para poder enterrar ‘las tripas’ 596 EMILIO BUSTAMANTE

de la radio. Ellas decían ‘hasta las tripas lo han sacado con el bombazo’. Entonces ellas fueron a trabajar para enterrar las tripas de la radio. Fueron las mujeres las primeras en responder por la radio (Figueroa 1996: 148).

• 1986. Agosto. Onda Azul y Coddehh-Puno realizan el foro “Puno quiere la paz”: “El tema de la vida, la democracia, el diálogo, el respeto a los derechos humanos y la paz como producto de la justicia convocó a los partidos políticos, la universidad, maestros, organizaciones populares, instituciones y las fuerzas vivas de todo el departamento” (Figueroa 1996: 145). • 1988. El 5 de julio, Onda Azul nuevamente sufre un atentado que des- truye la unidad de sintonía. Una segunda explosión daña la base de la antena. El director de la emisora, Raúl Rodríguez, culpa a paramilitares apristas (Figueroa 1996: 149). • 1988. Radio Onda Azul inaugura una estación en FM que orienta su programación a los jóvenes (Figueroa 1996: 152). • 1989. En Radio Onda Azul, el programa Hola vecinos (“informal y fami- liar”) reemplaza al “militante y exitoso” Poblador puneño. Lo conducen Carlos Serna y Francisco Ávila (Figueroa 1996: 120).

En el 2003, la Comisión de la Verdad y Reconciliación reconocería que durante la década de 1980:

Las emisoras Radio Quillabamba y Radio Onda Azul promovieron y defendieron abiertamente los derechos humanos en la región, con lo que lograron construir una opinión pública favorable al respeto de la dignidad humana. A pesar del estigma de prosenderistas y las fuertes desconfianzas que se anidaron en su interior, lograron evitar la con soli- dación del PCP-SL y del MRTA en esta región. Pero también evitaron la sistemática aplicación de la estrategia de tierra arrasada por parte de las fuerzas del orden. Los agentes del Estado fueron fuertemente presiona- dos a combatir a los subversivos en el marco del respeto a los derechos humanos. En el caso de Puno, policías y militares participaron en espa- cios de concertación para la lucha contra la subversión. La experiencia de estas radios del sur andino, en medio de la guerra interna, muestra el lado positivo de los medios de comunicación (Comisión de la Verdad y Reconciliación 2003: 534).

1.5 La radio comercial Una de las consecuencias de los beneficios arancelarios otorgados por el gobierno de Belaunde fue la modernización de las empresas, que renovaron sus equipos para aumentar su potencia; otra fue el surgimiento de nuevas CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 597

emisoras. En 1980 había 220 emisoras comerciales en el país; en 1985 el número se había elevado a 294. Lima seguía concentrando la mayor cantidad de ellas (56) y el mayor porcentaje de potencia instalada (51 por ciento). El grupo más poderoso era el encabezado por Radioprogramas del Perú (RPP), de los Delgado Parker, que incluía a Radio Panamericana y emisoras en Arequipa, Huancayo, Trujillo, Chiclayo y Piura. RPP llegaba por sistema de microondas a veintisiete ciudades del país durante doce horas diarias. Otras empresas importantes eran las de Radio Mar, con filiales de onda media en Arequipa, Trujillo y Chiclayo; Radio Star con emisoras en onda media y FM en Lima, Chiclayo y Trujillo, y Empresas Nacionales S.A. con radios en Piura, Chiclayo, Ica, Huancayo y Trujillo. Los problemas que se iban a crear por la proliferación de emisoras se anunciaron tempranamente en 1980 con una disputa entre Miraflores, Inca y Atalaya, frecuencias vecinas en AM que se quejaban de interferencias. La pugna pasó luego a la FM, que se reveló como la frecuencia de mayor sintonía en las noches (Alegría 1993: 247). Se gestó así el llamado “boom de la FM”. En 1981 solo había nueve emisoras en esa frecuencia en Lima; en 1983 eran ya diecinueve, según datos de la Compañía Peruana de Estu- dios de Mercado y Opinión Pública (CPI) (Alegría 1993: 245). Albergue, al comienzo, de radios destinadas a un público adulto de sectores medios y altos, la FM cobijó pronto, también, a emisoras que se orientaban a un público juvenil y popular. Probablemente la primera en romper con la “formalidad” de la frecuencia fue Radio Mar, que en 1982 lanzó el eslogan: “Radio Mar le pone la salsa a la FM”. El mismo año Radio San Borja comen- zó a hacer transmisiones de prueba con música criolla y vernacular, al igual que Excelsior, que se haría llamar: “Tu FM latina”.

1.5.1 La dura competencia La competencia en la radio fue muy dura en la década; no solamente por- que había muchas emisoras, sino porque la porción de la llamada torta publicitaria era pequeña. Según cifras de la empresa Datum, a fines de 1982 la televisión captaba el 41,2 por ciento de la publicidad, los diarios el 29,2 por ciento, la radio el 17,6 por ciento y las revistas el 5,3 por ciento (La República, 16 de noviembre de 1982). Las empresas más beneficiadas fueron algunas de las llamadas grandes, que captaban el grueso del porcentaje de publicidad. Estas eran RPP, Pana- mericana, Studio 92 y Mar. Así lo confirmaron estudios de mercado duran- te el período (La República, 15 de julio de 1984; Expreso, 31 de diciembre de 1990). Las demás, sin embargo, tuvieron que desarrollar diversas estra- 598 EMILIO BUSTAMANTE

tegias para sobrevivir. Un ejemplo de la precariedad de algunos programas y emisoras es el episodio reseñado por El Observador a fines de 1982: según el diario, los productores del programa Quiero amanecer de Radio Libertad —Pancho Gutiérrez Miraval y Lalo Archimbaud— “se vieron pre- cisados a comprar en la feria de Polvos Azules los regalos que no envió una conocida firma distribuidora de artefactos eléctricos” (Ecran, suple- mento de El Observador, 16 de diciembre de 1982). Ante la escasa capta- ción de publicidad por parte de la radio, la Asociación de Radiodifusoras lanzó el eslogan “La radio está más cerca de la gente”, a fin de persuadir a los anunciantes a invertir en el medio. Otro fenómeno que hacía más compleja la competencia era la heteroge- neidad del público. En 1983 la emisora con más alta sintonía llegaba única- mente al 5,2 por ciento del total del público oyente. Más que un solo públi- co masivo existían varios públicos específicos; correspondía a las emisoras definir bien al público al que pretendían dirigirse, a fin de capturarlo y asegurarse una renta publicitaria. Algunas de las empresas grandes de anta- ño tuvieron dificultades para definir su público y el perfil de las emisoras, cambiando constantemente de uno a otro, procurando, a la vez, limitar los gastos de producción. Radio El Sol, por ejemplo, que tenía una programa- ción variada y que funcionaba con concesionarios de programas, aparente- mente se dirigía a un público demasiado amplio; en 1981 optó por conver- tirse en una emisora “juvenil” y se quedó apenas con dos de sus figuras más representativas, quienes alquilaban espacios: el periodista deportivo Alfonso Pocho Rospigliosi y el disc-jockey Emilio García Lara (El Diario de Marka, 24 de enero de 1981). América, una de las emisoras más potentes del dial, también decidió convertirse en emisora musical “juvenil” en 1981. Libertad siguió el mismo camino, después de haber intentado ganarse a un público aficionado a la música tropical. El alquiler de espacios a concesionarios se convirtió en una práctica corriente durante la década. Fueron muchas las emisoras que sobrevivieron bajo esta modalidad. Según el diario La República, los concesionarios suma- ban alrededor de 200 en Lima hacia 1985 (La República, 28 de diciembre de 1985). La mayoría de ellos se dedicaban a irradiar programas dirigidos a comunidades de provincianos residentes en la capital, y daban especial cabi- da a la música vernacular andina. Algunas de las emisoras que más conce- sionarios acogieron fueron Inca, San Isidro, Agricultura y Oriente. Un aviso publicitario de Radio Inca, aparecido en enero de 1984 en La República, es ilustrativo del fenómeno; la emisora se autotitula: “La señal folklórica andina a nivel nacional”, y ofrece espacios en concesión: CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 599

Contamos con: / 1- Excelente sonido profesional / 2- Potentes transmiso- res / 3- Sintonía confirmada / 4- Emisión de largo alcance / Disponemos de: / 3-24 horas en el aire / Requerimos de: / 1- Experiencia en la materia / 2- Solvencia económica / 3- Pulcritud en la conducción / Informes en: / Av. Arequipa No 2469- Lince / Citas al tlfo: 71-8266 / lunes a viernes: de 8.30 am a 5 pm / Los sábados: de 9 am a 1 pm (La República, 9 de enero de 1984).

La modalidad de las concesiones, sin embargo, tuvo detractores; El Dia- rio de Marka, por ejemplo, lamentaba en 1984 que:

[…] cualquier persona que pueda pagar lo que la emisora cobra utilice los micrófonos para, en la mayoría de los casos, dizque dedicarse al folklore. No toda, es cierto, hay que aclararlo, pero la mayoría de esta gente que accede a los micrófonos de una radioemisora no tiene abso- lutamente ningún criterio sobre lo que debe ser un programa de radio, y los espacios se convierten en un concierto de gritos destemplados, de risotadas, de chascarros denigrantes que son un verdadero atentado con- tra la radiodifusión, contra el folklore y contra la inteligencia (El Diario de Marka, 3 de febrero de 1984).

El número de emisoras piratas, además, aumentaba. En mayo de 1987, el flamante presidente de la Asociación de Radio y Televisión del Perú, Pedro Tello Benítez, declaraba que había aproximadamente 90 emisoras “fantasma” en el interior del país que se situaban en frecuencias “laterales”, es decir, que transmitían al costado de las estaciones que gozaban de mayor sintonía y que incluso eran bautizadas con un nombre parecido a aquellas, a fin de confundir al oyente.

1.5.2 Las emisoras comerciales limeñas según Rosa María Alfaro En 1985, Rosa María Alfaro, profesora de Comunicaciones de la Universidad de Lima, publicó en el número 1 de la revista Contratexto un artículo titulado “Modelos radiales y proceso de popularización de las radios limeñas”. En él proponía cinco modelos radiales básicos, a partir de una investigación ini- ciada en 1982 que tomaba en cuenta las fuentes de financiamiento de las emisoras, las características de programación y lenguaje radial, los usos dados por el público a los mensajes, y el grado y tipo de participación del oyente. Los modelos eran los siguientes: la radio casetera, la emisora massmedia, la emisora local, la emisora popular urbana y la emisora andino- provinciana. La radio casetera la ubicaba preferentemente en FM, pero admitía su existencia en AM. Los anunciantes eran bancos, líneas aéreas, etcétera. Su 600 EMILIO BUSTAMANTE

programación privilegiaba la música instrumental con pocas interrupciones, los locutores eran mesurados y los noticieros estaban orientados a las finan zas. Se hallaba dirigida a un público de clase alta. No era difícil reco- nocer en el modelo a Stereo Lima 100 de Richard Ajello. La emisora massmedia estaba ubicada, según Alfaro, en AM con una fuerte potencia de salida. Tenía producción variada que aspiraba a llegar a un público amplio y diverso, aunque con una tendencia mayor hacia las clases medias urbanas. La locución era profesional y la publicidad grabada en agencias. Alfaro aludía a RPP al citar el lema de esta emisora (“Una sola voz a la vez”) para señalar que manejaba un discurso de integración nacio- nal; no obstante, como veremos después, RPP se orientó hacia la especia- lidad informativa. El modelo identificaba mejor —quizá— a emisoras como El Sol, Unión y América que, sin embargo, no podrían sostenerlo con facilidad. La emisora local elegía un criterio de territorio distrital y copiaba el lenguaje y la programación del modelo massmedia, aunque con atención sobre las noticias de la zona y captando publicidad del mismo lugar. Radio Comas, Radio ABC de Chosica y Radio Independencia de Villa El Salvador podrían encajar en este modelo propuesto por Alfaro. La emisora popular urbana se dirigía a un público popular apelando a la “viveza criolla” y el humor, el empleo de replana por parte de los locutores y los premios a los oyentes mediante concursos que servían, a la vez, para promocionar productos. La participación del público a través de llamadas telefónicas para participar en los concursos era frecuente, y la música que se irradiaba preferentemente era la salsa. Alfaro decía que por esos años este tipo de emisora ocupaba los primeros lugares de los rankings. No era difícil reconocer en el modelo a Radio Mar y Radio Moderna. Las emisoras andinas provincianas eran el resultado del alquiler de espacios por parte de grupos provincianos que irradiaban música vernacular, publicitaban pequeños negocios de propiedad de migrantes y festividades comunales con un estilo y un efecto de reverberación que acercaba la locu- ción al perifoneo con un parlante. Algunas emisoras que, en diferentes momentos, llenaron su programación alquilando espacios para este tipo de programas fueron Radio Agricultura, Radio San Isidro, Radio Éxito y Radio Inca.

1.5.3 Radioprogramas del Perú (RPP) En diciembre de 1980, RPP enlazó de manera permanente a trece emisoras de radio, ubicadas en igual número de ciudades del país, por el sistema CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 601

nacional de microondas. RPP podía así no solo transmitir, sino también reci- bir información instantánea de esos puntos, dando un paso gigantesco en su pretensión de lograr “una sola voz para todo el país”. El sistema de microon- das era propiedad del Estado. Según los opositores al régimen de Belaunde, el gobierno había decidido alquilar el servicio a un precio muy bajo a RPP. Como señaló el diario La República años después, la simultaneidad obtenida gracias a las microondas permitió que RPP se convirtiera en la mejor alterna- tiva para los anunciantes, “ya que podían contratar su publicidad desde Lima con la seguridad de llegar al vasto público de la capital y las provincias, al mismo tiempo” (La República, 8 de octubre de 1988). Ese mismo año de 1980, Justo Chávez Espinoza asumió la Dirección de Noticias en RPP y Elsa Inamine la Jefatura de Informaciones (La Prensa, 2 de diciembre de 1980; Alegría 1993: 230), y a partir de 1982, luego de una exitosa cobertura del Mundial de Fútbol de España, RPP se orientó defi- nitivamente a la especialidad informativa, transmitiendo las veinticuatro ho ras del día, con tres ediciones del noticiero La rotativa del aire y micro- noticieros a cada hora. En 1982, también, canceló su programa de radioteatro más exitoso, La doctora Corazón. El giro no dejó de tener opositores: el periodista Pablo Mesías Antón criticó desde las páginas de El Observador que la radio satu- rase al oyente de noticias, “descuidando otros ángulos de su programación” (Ecran, suplemento de El Observador, 13 de enero de 1983) y comparó la emisora con “la fenecida Radio Reloj” (Ecran, suplemento de El Observador, 20 de enero de 1983). No obstante, en el mismo diario no se tardaría en reconocer, con moti- vo de la cobertura que dio la emisora sobre los huaicos ocurridos en el verano de 1983 en la zona de Matucana, que bien podría considerarse que se estaba ingresando a una nueva etapa del periodismo radial, “más obje- tivo y directo” (El Observador, 23 de marzo de 1983). Meses más tarde se destacaría el despliegue infor mativo de la radio durante los apagones pro- ducidos por los atentados de los grupos subversivos (El Observador, 23 de julio de 1983). RPP ratificó su liderazgo en el género informativo durante las elecciones municipales de 1983. Para entonces sus programas alcanzaban un alto rating, como el matutino Comunicando, conducido por Miguel Humberto Aguirre sobre la base de entrevistas, en el horario que antes ocupaba La doctora Corazón. Aguirre, un periodista chileno que había llegado exiliado en 1973, después del golpe de Pinochet, condujo otros programas de éxito: Línea abierta (desde 602 EMILIO BUSTAMANTE

1984), donde “un psicólogo, un sacerdote, un especialista en tributación y un médico escuchan y resuelven las consultas telefónicas ocupando el primer puesto de sintonía radial” (La República, 3 de abril de 1987) y Domingo es fiesta, donde dialogaba con el sacerdote Clemente Sobrado (desde 1987). Su mayor popularidad la alcanzaría, sin embargo, tranquilizando a los oyentes durante los apagones, que fueron frecuentes en esos años, motivo por el cual recibiría el apelativo de El señor de las tinieblas. Además de Miguel Humberto Aguirre, destacaron en RPP las voces de Jesús Miguel Calderón, Dennis Vargas Marín, Américo Pachas, Zoraida Arias, Fernando Llamosas y, por supuesto, Humberto Martínez Morosini. En enero de 1990, RPP subió su señal al satélite Panamsat, y se convirtió en la primera cadena de radio de América del Sur que empleaba ese medio para conectar a sus emisoras entre sí (Alegría 1993: 256).

1.5.4 Doble Nueve Doble Nueve salió al aire en 1979 en FM, dedicada exclusivamente a la emisión de música rock. Fue fundada por Manuel Sanguinetti, administrador de empresas graduado en la Universidad del Pacífico, y exvocalista de la banda limeña Traffic Sound. La emisora se dirigía a un público juvenil de clase alta (lo que se podía verificar en la publicidad), hacía gala de una selección rigurosa y muy actualizada de discos de rock, y sus disc-jockeys eran en su mayoría jóvenes con buen conocimiento del género. En octubre de 1984 el escritor Óscar Malca decía que Lima podía vanagloriarse de tener una emisora dedicada exclusivamente al rock, como era Doble Nueve, pero lamentaba la salida de la emisora del disc-jockey Diego Mariátegui, quien tenía a su cargo el único programa de rock en español de esa radio. Criticaba, asimismo, que se transmitiera un programa conducido por un disc-jockey que hablaba únicamente en inglés (probable- mente se refería al británico Peter Schneider, que se hacía llamar Pete the Beat). Malca destacaba también que pese a que el público objetivo de la emisora parecía estar constituido por jóvenes de clase alta, la emisora era escuchada por aficionados al rock de todos los estratos sociales (La República, 6 de octubre de 1984). La poca atención en Doble Nueve al rock en español, y al rock peruano en particular, fue motivo de reparos de otros comentaristas. En 1985, un cronista de La República aseguraba que si no fuera por el disc-jockey Pepe Coronado, no se escucharía rock peruano en Doble Nueve “ni en fiestas patrias” (VSD, suplemento de La República, 1 de noviembre de 1985). En 1986 se ironizaba sobre el eslogan de la radio: “La primera radio rock del CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 603

país”; a propósito de que los únicos temas en castellano a que daba cabida la emisora eran argentinos, el redactor se preguntaba a qué país se refería Doble Nueve (VSD, suplemento de La República, 14 de marzo de 1986). En 1987 Doble Nueve enfrentó a sus detractores aus piciando un concurso de rock no profesional en Lima, con el auspicio de Pilsen, la revista Esquina y Canal 9 (La República, 16 de agosto de 1987).

1.5.5 Sol Armonía Sol Armonía (88.9 FM) salió al aire el 1 de enero de 1984 como estación exclusivamente cultural vinculada a Radio El Sol. Meses antes, Alejandro Miró Quesada Garland, Martha Mifflin Dañino y Álvaro Llona Bernal habían creado la Asociación Cultural Filamornía, entidad sin fines de lucro, encargada de la programación de la radio. Según Alejandro Miró Quesada Garland, la radio pudo financiarse gracias a la venta de un terreno que tenía Radio El Sol en Magdalena, lo que permitió comprar otro más barato en Villa e invertir en la emisora, “además de un aumento de capital que hicimos personalmente”. La intención era llegar no solamente a las clases altas sino también a las medias y populares, afirmaba Miró Quesada. La publicidad a la que apostaron era fundamentalmente de imagen, no de productos, y buscaron, además, captar donaciones (El Comercio, 1 de enero de 1989). La aparición de la emisora fue celebrada unánimemente por la prensa. Inclusive el izquierdista El Diario de Marka comentó: “En un año que comienza con tan negros presagios, la aparición de esta emisora es larga- mente lo mejor que nos podía haber pasado en esta última semana a quienes creemos que el pueblo necesita espacios de radio de calidad” (El Diario de Marka, 6 de enero de 1984). Cinco meses después, el mismo periódico señalaba que “si hay una emisora radial que merece ser felici- tada por la regularidad con que nos ofrece buena música esta es Sol Ar - monía FM”. No obstante, sugería que debería incluirse en la programa- ción de “música culta” no solo a clásicos sino también a “los moros” como Eric Satie, Char les Ives y Arnold Schönberg, y a “algunos extremis- tas” como Stockhausen y Cage. La misma nota decía que si en el progra- ma La hora lírica que emi tía la radio, se había incluido a Sarah Vaughan (y hasta a Barbra Streisand) no había razón para que se olvidara a Billie Holiday y Ella Fitzgerald (El Caballo Rojo, suplemento de El Diario de Marka, 6 de mayo de 1984). Las sugerencias, al parecer, fueron escuchadas; un mes después el periodista y poeta Jaime Urco aplaudía desde El Diario de Marka la “inte- ligencia” y “heterodoxia” con que era conducida la radio. Urco celebraba 604 EMILIO BUSTAMANTE

la inclusión en la programación de música contemporánea como la de Schönberg e, inclusive, de jazz y rock. Manifestaba su grata sorpresa al haber escuchado en un programa sobre música electrónica del siglo XX a Stockhausen, Jimi Hendrix y Pink Floyd. Decía el entusiasta articulista:

Lo interesante era que el conductor del programa había roto los eternos esquemas. Cultos y serios por aquí; populares intuitivos por allá. Hendrix y Stockhausen [...] parten de distinto origen, con distinto procedimiento, pero apuntan a una misma meta. En ambos la meta es el ensanchamien- to del lenguaje musical. Y la única forma de dilatar el horizonte es tomando caminos antes no explorados, [...] recorriendo pasillos prohibi- dos (El Diario de Marka, 10 de junio de 1984).

En julio de 1984 apareció por primera vez el programa Cultura viva conducido por Hugo Salazar del Alcázar, de 12.00 a 13.00 horas. Incluía entrevistas, noticias, reportajes especiales y música variada que iba desde la clásica hasta la nueva canción latinoamericana. En enero de 1987 el programa y su conductor recibieron el premio España de Radio Nacional de España, por el programa Los músicos de la calle, realizado con Carlos Fernández Loayza. Se trataba de un galardón otorgado a emisoras y profesionales de todo el mundo que destacaran en la difusión del castellano y los valores de los pueblos hispánicos. Sin embargo, en julio del mismo año, a pocos días de su tercer aniversario, Cultura viva salió del aire por falta de auspiciadores; Hugo Salazar del Alcázar declararía apesadumbrado: “En nuestro país a nadie le interesa apoyar la cultura. Desde hace meses no conseguimos ninguna financiación” (Visión Peruana 117, 26 de julio de 1987). Cultura viva fue reemplazado en agosto de 1988 por otro programa de similares características, en el mismo horario: Meridiano, conducido por Carlos Fernández Loayza. Ese mismo año, la emisora empezó a irradiar dis cos compactos en los programas Serenata láser y Noches de ópera, am - bos dirigidos por Alfredo Labbé, primer secretario de la embajada de Chile, encargado de asuntos culturales. El material lo proporcionaba la Philips Peruana, la Dirección General Administrativa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y las embajadas de Chile en La Haya y Washington (El Comercio, 3 de setiembre de 1988).

1.5.6 RBC: De la radio a la alcaldía de Lima Desde la década de 1970, Ricardo Belmont Cassinelli había logrado una au diencia popular a partir de sus programas en RBC 980 AM, donde dialo- gaba con el público. En la década de 1980 fue dueño también de RBC FM (91.9 FM) y Radio Excelsior FM (104.1 FM), que orientó su programación CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 605

hacia la salsa. RBC emitía en AM música popular melódica en castellano y mantenía la línea de diálogo con los sectores populares a través de progra- mas como La voz del pueblo, primero, y Habla el pueblo, después. En FM, RBC seguía un modelo de radio casetera (según la clasificación de Rosa María Alfaro). Belmont incursionó también en la televisión a través de Canal 11, elevó su popularidad organizando teletones pro fondos para el Hogar Clínica San Juan de Dios, y en 1990 fue elegido alcalde de Lima.

1.5.7 Radio Cadena En 1986, Julio Schiappa convirtió la antigua Radio Lima en Radio Cadena 1200, buscando convertirla en una emisora informativa con unidades móviles al estilo de RPP, pero con cierta tendencia izquierdista. Buscaba combinar métodos de las emisoras comerciales con los de la radio popular que se venía gestando desde fines de la década pasada. Contrató a locutores jóvenes que venían destacando en televisión como Gonzalo Iwasaki y Elena Pasapera, y en 1987 se jactaba de tener 300 mil oyentes conectados a través de una red de parlantes ubicados en veinticua- tro mercados de la capital (Hoy, 23 de octubre de 1987). En 1988 tenía una programación que cubría las veincuatro horas del día. Destacaban en su plantel Eduardo Guzmán, Luis Miguel López Cano y Ramón Alfaro (La República, 18 de octubre de 1988).

1.5.8 Radio Ritmo Internacional El caso de Radio Ritmo Internacional 93.1 FM reviste importancia porque constituyó un intento de afirmar una filial de una empresa extranjera en el país. Se inauguró en noviembre de 1990 como filial de WXDJ Radio Ritmo de Miami, que tenía como objetivo unir a todas las comunidades de habla hispana en el mundo mediante una cadena de emisoras enlazadas por satélite. El gerente de la filial peruana era Abraham Branny Zavala, dueño de Radio Mar, y las encargadas de la programación eran Betty Pino (desde Miami) y Sonia Freundt. Emitía música tropical, pop y baladas en español. Contaba con los conocidos disc-jockeys Sammy Sadovnik y Mario Liberti (Expreso, 28 de noviembre de 1990; Expreso, 19 de diciembre de 1990).

1.5.9 Súper FM Inaugurada auspiciosamente a comienzos de la década de 1980, y desa- parecida al final de esta, luego de vaivenes de programación, Súper FM 93.1 606 EMILIO BUSTAMANTE

constituyó un claro ejemplo de la dura competencia que se libró en el perío- do por captar públicos y anunciantes. Su propietario era Fernando González del Campo, un militar retirado que había sido gerente general de Radio Unión. Integraban el directorio César Barreto, Emilio Rodríguez Larraín y el teniente coronel (retirado) Julio Vargas Muro. Se implementó con equipos modernos gracias a las facilidades aran- celarias otorgadas por el gobierno de Belaunde, y contó con un local de tres pisos en la avenida Nicolás Corpancho. En sus primeros años se orientó hacia un público juvenil de clase media. Su jefe de programación fue Donald Wilson; el director de informaciones fue Carlos Arteaga; y entre sus locutores destacaban Zoila Pagaza, que conducía 30 minutos hispanoamericanos, y los jóvenes Óscar Guerra, Anabelí Rodrigo, Lolita Ronalds y Luis Quiñe (La República, 5 de febrero de 1983). El disc- jockey Jorge Lenti recuerda la primera etapa de Súper FM en su blog Historia de la escena limeña: Años ochenta de este modo:

La primera señal de gran importancia en la nueva música de los ochenta la dio la emisora de las 93.1 razones de escucharla, me refiero a la Súper FM que salió al aire durante diciembre de 1981. Aquella, en definitiva, fue la puerta más tentadora para la creciente nueva generación. Pese a ello, el público oyente no representaba un número significativo para las empresas auspiciadoras, quienes preferían anunciar en las emisoras comerciales de la época. Sin ingresos adecuados, la emisora pronto vería su final […]. Lamentablemente, nunca más Lima tuvo una programación de calidad como la de aquella Súper FM. Incluso una de sus cuñas los describía muy bien. Aún la llevo presente: En Lima existen dos tipos de oyente, los que escuchan radio, y los que escuchan Súper FM... aquellas programaciones les cambió la vida a muchos de nosotros. Fue el auténtico nacimiento de la nueva escena limeña. A partir de entonces, surgirían muchas nuevas cosas en el futuro inmediato. Fue aquella la estación que por primera vez reunió a todos los artistas de la New Wave: Kissing The Pink (recuerdo muy especialmente su incansable Maybe This Day), Modern English (con su inevitable I Melt With You), Red Rockers (con la memorable China), The Rescue, Josie Cotton, Roxy Music (eran muchas las canciones que pasaban de ellos, especialmente Same Old Scene, Angel Eyes), Romeo Void, A Flock Of Seagulls (recuer- do algunos lados b, Commited o Pick Me Up... o el divertido Standing In The Doorway), Polyrock, Chas Jankel (Johnny Funk), Yazoo (le llama- ban Soul tecnificado...), Eurythmics, recuerdo especialmente de ellos la oscura Somebody Told Me mezclada al final con el bizarro Wind Power de Thomas Dolby y luego el Love Action de Human League... una de aquellas secuencias clásicas e inolvidables. Por cierto, Love Action fue elegida como la canción del año 1982 según Súper FM... recuerdo haber CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 607

votado por ella y haber llamado la noche del ranking a pedir que tocaran también la versión 12”, tal y como sucedió. Oscar Guerra contestó el teléfono. […] Los programas establecidos, todos, se especializaban en un género musi- cal. Teníamos Súper Jazz los domingos de 7 a 9 PM, conducido por Tito Barretto y Mabela Martínez. Súper Soul los sábados de 7 a 9 PM, condu- cido por Mr. Freeze. Música brasileña (Banana Café) por las tardes. E incluso reggae (Reggae en Lima) conducido por Pepe Barretto. Sin embargo el fuerte de la programación lo constituía la nueva música de los ochenta, léase, las nuevas propuestas de los nuevos músicos ado les- centes a ambos lados del Atlántico. Algunos de aquellos DJs: Oscar Guerra, Anabelí Rodrigo, Lolita Ronalds, Gianina De Carli y Lucho Quiñe, entre otros. El jefe de programación, el ideólogo de la Súper FM, y el primer y más importante introductor de la New Wave en los medios limeños fue el Sr. Donald Wilson, a quien debemos mucho, pues él le despegó los ojos a mucha de aquella adolescencia adormecida por los productos ‘idiotizantes’ que desde siempre nos pretenden imponer los medios… Abel Salazar, en tanto, estuvo a cargo de la parte empresarial y promocional de la emisora en cuestión. Mención aparte para el programa estrella: Radio Clash, conducido por Oscar Guerra y transmitido los viernes de 7 a 9 PM (Lenti 2007).

En septiembre de 1983 se observaron los primeros cambios en Súper FM. El jefe de programación Donald Wilson fue reemplazado por Julio Mayo, quien dio más presencia a las canciones en castellano. También fue despedido el encargado de ventas, Agustín Bonifaz, que según González del Campo había prometido una lluvia de auspiciadores, “pero terminó creando una ‘tormenta’ de problemas” (El Observador, 14 de setiembre de 1983). Los cambios incluyeron el despido de tres locutores y la renuncia de un grupo de operadores. En octubre, los trabajadores de Súper FM hicieron una huelga, pero la estación se mantuvo en el aire gracias a la colaboración de otras emisoras ante el llamado de González del Campo, quien entonces era el presidente de la asociación de broadcasters (El Observador, 21 de octubre de 1983). En 1987, Súper FM pasó a ser administrada por RTV Producciones, y se orientó a la emisión exclusiva de música peruana (polcas, valses, marineras, huainos, landós y chicha). Fue nombrado programador Álex Dupont, jefe de ventas Luis Valderrama, y adoptó un nuevo lema: “Viva lo nuestro” 608 EMILIO BUSTAMANTE

(Hoy, 9 de enero de 1987; Hoy, 27 de febrero de 1987). En junio de ese año organizó el concurso La Kiwicha de Oro, para “rescatar valores perua- nos”. Se presentaron 150 temas y la entrega del premio tuvo lugar en el Día de la Canción Criolla (Hoy, 3 de julio de 1987). No obstante, el año siguiente Súper FM se convirtió en radio salsera, y en diciembre de 1988 promovió un evento titulado La Súper Salsa en el coliseo Amauta (El Comercio, 1 de noviembre de 1988). En 1990, la emiso- ra desapareció del dial.

1.5.10 Promociones Las emisoras limeñas desplegaron, en colaboración con sus auspiciadores, diversas formas de promocionarse entre los oyentes. Mediante regalos, concursos, cartas y llamadas telefónicas, buscaron establecer sus propias mediciones de sintonía, alentar la audición de sus programas, afirmar a sus anunciantes y captar más publicidad. Algunas radios auspiciaron las pre- sentaciones de artistas extranjeros, en coordinación con otras firmas. Radio Inca, en 1981, invitaba cada quince días al avant premiere de alguna película. Los pases se obtenían llamando a la emisora por teléfono. En 1982, 1160 regaló lapiceros a escolares y sorteó televisores. Inició tam- bién una campaña de obsequios de casetes a oyentes que tuvieran en su auto la calcomanía de la radio con el eslogan: “Ya pegó”. A fin de año impulsó una nueva campaña con el nombre La búsqueda del tesoro. Radio Mar organizaba por entonces la campaña El gran panetón, sor tean do tele- visores, cocinas a gas, refrigeradoras, máquinas de coser, etcétera. En el verano de 1983, Radio Onda Popular organizó con el diario El Observador un certamen de belleza, Sabor Moreno, en la playa de San Bartolo. Los publicistas de Radio Libertad no tuvieron mejor idea que hacer un bingo (El bingo Libertad) con premios para sus oyentes en 1984. Studio 92 hizo conocido al León regalón de jabón Dermex en 1987. Radio Inca, cuyos programas se dirigían a un público popular, inició en 1987 (en plena crisis económica) una campaña con el eslogan: “Radio Inca hace tu vida feliz”. Los ciudadanos que pudieran identificar su libreta electoral por las señas del libro de registro, ganaban una bolsa de productos de primera necesidad (Hoy, 3 de abril de 1987). Dos años después, la emisora impulsó los Video matinales Inca: en una sala cinematográfica se exhibía una película en avant premiere, se presentaba un grupo de música tropical andina y se hacía un sorteo de regalos y bolsas con productos de primera necesidad. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 609

Studio 92 y Radio Mar continuaron, durante toda la década, premiando la sintonía con regalos para el hogar. A fines de 1990, Panamericana y 1160 desplegaban campañas promocionales casa por casa. Radio A formó en 1989 un club de oyentes y en 1990 regaló pavos por Navidad. Hubo también eventos de tipo familiar. R-700, en 1987, anunció su activi- dad El paseíto de papá”: ciento cincuenta padres de familia (cien inscritos por sus hijos por teléfono y cincuenta que habían respondido correctamente a preguntas de los locutores) salieron en ómnibus de los estudios de la radio para tener un día de esparcimiento que incluía almuerzo al aire libre. El motivo familiar fue invocado, asimismo, por Radio Mar para un concurso de cometas que se realizó por primera vez en 1984. No faltaron, tampoco, los eventos deportivos con carácter promocional o celebratorio de las emisoras. Radio Uno organizó en 1987 una “bicicle- teada” con el nombre Uno sobre ruedas en los distritos de San Isidro y Mi raflores. RPP, el mismo año, realizó una competencia internacional de ciclismo por su 24 aniversario. Otras radios promovieron la presentación de artistas extranjeros me - diante la constante emisión de sus canciones y el obsequio de pases para sus conciertos, como Studio 92, respecto del grupo de rock mexicano El Tri en 1986 y el argentino Los Violadores, que se presentó en la Plaza de Acho en 1987 con el auspicio de Coca Cola. El mismo año, Radio Panamericana y Pepsi organizaron el concierto de los argentinos de Soda Stereo en el auditorio Amauta. En enero ya habían presentado a los tam- bién argentinos de GIT en ese escenario. La comentada presentación de los españoles Hombres G fue promocionada por 1160 con motivo del ani versario de la emisora en octubre de 1987. Por su parte, Radio Mar trajo al cantante salsero Willy González para un espectáculo en La Máquina del Sabor N.o 3 en 1989.

1.5.11 Eventos humanitarios En julio de 1985 Radio Panamericana lanzó el proyecto de grabación de un disco a beneficio de los niños de Ayacucho. Se le unieron Radio Inde pen- dencia (Ica), Radio Constelación (Ica), Radio Star (Trujillo) y Radio Huan cayo (Huancayo). El tema único que contenía el disco se titulaba Un canto para el amor dormido, y fue compuesto por José Escajadillo. Participaron varios cantantes nacionales (al estilo de You are the world, como lo destacó la prensa) y fue lanzado por la disquera Iempsa. Los entonces disc-jockeys de Panamericana Javier Lishner y Sammy Sadovnik condujeron el proyecto, que se concretó en 1986. 610 EMILIO BUSTAMANTE

Studio 92 realizó “radiotones” en beneficio de los huérfanos del Pue- ricultorio Pérez Araníbar los años 1986 y 1987, con la participación de artistas nacionales. Libertad también organizó una radiotón en 1986 por las víctimas de los huaicos de Chosica.

1.6 Gremios empresariales

En la Convención Nacional de Radio y Televisión, inaugurada el 27 de julio de 1982, se acordó formar una Asociación Única de Radiodifusión mediante la fusión de la Asociación de Radiodifusoras del Perú y la Unión de Radioemisoras de Provincias (Gargurevich 1987: 251). La presidió Fernando González del Campo, exdirectivo de Unión y dueño de Súper FM. En esa Convención, además, los empresarios consideraron que la exo- neración por aranceles no se estaba cumpliendo a cabalidad, se quejaron de que en la aduana los trataban como “contrabandistas o traficantes”, manifestaron su disgusto con los arbitrios municipales que tenían que pagar y reclamaron al Estado que se les otorgara tarifas especiales en el cobro de luz eléctrica, pues, dijeron, debía considerarse su labor como un servicio a la comunidad y no como una mera actividad industrial o comercial. Asistieron ciento veinticinco delegados y fue inaugurada con la asis- tencia del Presidente de la República, Fernando Belaunde (Ecran, suple- mento de El Observador, 18 de noviembre de 1982; El Observador, 27 de noviembre de 1982; Ecran, suplemento de El Observador, 2 de diciembre de 1982; El Observador, 8 de enero de 1983). Una manifestación de la unión de los empresarios tuvo lugar un año des- pués, cuando trabajadores de Súper FM, la empresa del presidente de la Asociación, Fernando González del Campo, intentaron boicotear las trasmi- siones de la emisora en protesta por recientes despidos. Según el diario El Observador (21 de octubre de 1983), a un llamado de González del Campo, acudieron en su ayuda, para garantizar la salida al aire de la emisora, Richard Ajello (FM Stereo 100), Branny Zavala (Radiomar y 1160), Pedro Tello Benítez (Onda Popular) y Ricardo Belmont (Excelsior y RBC). En enero de 1987, Pedro Tello Benítez, gerente de Onda Popular, fue elegido nuevo presidente de la Asociación de Radio y Televisión del Perú. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 611

1.7 Trabajadores

1.7.1 El problema de Radio Reloj En diciembre de 1981, Radio Reloj, que formaba parte de RTP, dejó de ope- rar. Sus trabajadores fueron puestos a disposición del Instituto Nacional de Administración Pública para su reubicación. En mayo de 1982, la Asociación de Locutores del Perú publicó un comunicado, lamentando “la actitud indi- ferente de las autoridades responsables” del Sinacoso, quienes se habrían negado a conversar con los locutores de Radio Reloj (El Observador, 29 de mayo de 1982). En diciembre de ese mismo año, la Asociación de Locutores del Perú insistió en solicitar que dichos trabajadores fueran repuestos en su labor específica de locutores de radio y televisión. Se dijo que serían trasla- dados a la agencia Andina de Noticias (Ecran, suplemento de El Observador, 16 de diciembre de 1982). Radio Reloj fue devuelta a su antiguo propietario José Eduardo Cavero en 1986, y reapareció en el aire el 25 de abril de 1987.

1.7.2 El reclamo de mayor presencia de artistas nacionales en la radio La demanda de una mayor presencia de artistas nacionales en la programación de las emisoras fue constante. En agosto de 1985, la periodista Patricia Salinas proponía que se diera una ley “como en Venezuela”, donde “se transmite luego de una grabación extranjera, una nacional” (La República, 14 de agosto de 1985). En septiembre de 1985, el presidente Alan García promulgó la Ley del Artista, y para celebrar el acontecimiento ofreció un almuerzo a doscien- tos sesenta artistas nacionales y extranjeros radicados en el país. El almuerzo contó con un show pre parado por David Odría. El Presidente anunció durante el evento que exigiría a la radio y la televisión peruanas cumplir con la ley, “dando par ti cipación sustantiva a la produc- ción nacional”. La nueva ley ratificaba el porcentaje obligatorio de produc- ción nacional establecido en la Ley Ge neral de Telecomunicaciones (La República, 16 de setiembre de 1985: 15). Sin embargo, durante la década, la mayoría de las emisoras comerciales no alcanzaron a cubrir el porcentaje legal de producción nacional en su programación. Pocos días después de promulgada la Ley del Artista, el periodista Álamo Pérez Luna, desde su columna “Rock mayor” en el suple- mento VSD de La República, hacía recuentos de los discos y cintas de rock peruanos que habían sido irradiados en las emisoras limeñas, constatando 612 EMILIO BUSTAMANTE

que la cantidad era pequeña, y felicitaba a los disc-jockeys Javier Lishner, Sammy Sadovnik, Gastón Medina (Panamericana), Randy Calandra (Studio 92) y Pepe Coronado (Doble Nueve) por su apoyo al rock nacional (VSD, suplemento de La República, 20 de setiembre de 1985). En los años siguientes, mientras algunas empresas trataban de reducir gastos de personal y sostenerse mediante la emisión de música grabada (en su mayoría extranjera) a cargo de unos pocos disc-jockeys, sectores de artistas y la prensa reclamaron al Estado la reglamentación de los artículos 22 y 91 de la Ley General de Telecomunicaciones, que establecía el mínimo de 60 por ciento de programación nacional en las emisoras comerciales. En diciembre de 1986, La Federación Nacional de Trabajadores y Artistas del espectáculo (Fentaep), que agrupaba a sindicatos de músicos, actores, artis- tas folclóricos y trabajadores de la industria cinematográfica, lanzó un comunicado firmado por Ricardo Ríos Rodríguez, secretario de prensa, y Alfredo Verástegui Ochoa, secretario general, indicando que habían pedido al presidente García “su definición al problema de la programación de radio y televisión, que en la actualidad nada tiene de peruana”, y que promulgara los reglamentos de los artículos 22 y 91 de la Ley General de Telecomunicaciones; lamentaban que el Presidente prefiriera conceder entrevistas y almorzar con algunos empresarios de espectáculos y no aceptase entrevistarse con “las organizaciones representativas de los artistas de base” (La República, 1 de enero de 1987).

1.7.3 Conflictos laborales Algunas empresas tuvieron problemas con sus trabajadores, quienes se quejaban de sueldos atrasados, despidos injustificados y falta de aportaciones al seguro social. En marzo de 1981 el trabajador Marino Mejía, de Radio Éxito, fue despedido por inasistencia y logró su reposición después de recurrir al Ministerio de Trabajo. Mejía dijo que faltó al trabajo por enfermedad y denunció que la emisora no hacía sus aportaciones al seguro social, motivo por el cual el personal de la radio no podía atenderse en los hospitales públicos (El Diario de Marka, 27 de marzo de 1981). Dos conocidos locutores de Radio Libertad tuvieron conflictos con sus empleadores, que fueron difundidos por la prensa. Guillermo Hernández Navarro, conocido como Rico Papá, fue despedido de esa emisora por el gerente general Humberto Panfichi. Hernández exigió el pago de sus haberes por despedida intempestiva. El dueño de la emisora, Julio Goicochea, dijo, sin embargo, que la acción tomada por Panfichi no tenía validez (La CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 613

República, 25 de noviembre de 1982). Al año siguiente, el secretario general del sindicato de Radio Libertad, Carlos Palá, fue despedido, según él por reclamar con otros dirigentes el pago de varios meses que adeudaban a tra- bajadores de la empresa, así como las vacaciones atrasadas (El Observador, 5 de agosto de 1983). En junio de 1983, el Sindicato de Actores del Perú se quejó de los “con- tinuos abusos” de Radioprogramas y Producciones Panamericana en contra de sus afiliados (El Observador, 4 de junio de 1983). En noviembre se pro- dujo el despido de trabajadores de Súper FM con los resultados ya señalados.

1.7.4 El gremio de locutores El gremio de locutores se mantuvo activo durante la década, aunque sus objetivos no se vieron siempre cumplidos. En 1981, la Asociación de Locutores del Perú eligió una junta directiva presidida por Fernando Farrés e integrada por Miguel de los Reyes, Ina Barúa, Hugo Almanza, Antonio Llerena y Matías Jiménez (El Diario de Mar- ka, 28 de febrero de 1981). Farrés mencionó como parte de su plan de tra- bajo la creación de la escuela del locutor; la casa del locutor, el fondo mutual del locutor y el refuerzo de las filiales de provincias (El Diario de Marka, 31 de marzo de 1981). En 1984 juramentó una nueva junta directiva, presidida por Raúl Vargas (El Diario de Marka, 20 de enero de 1984). Ina Barúa enca- bezó ese año un comité femenino de la Asociación; la acom pañaron: Nelly Mendívil, Nelly Rojas, Linda Izquierdo, Diana García, Lucha Ravina, Ana Julca, Amanda Barral, Carla Linares, Marina Lopez Loli y Zarela Solís (La República, 17 de abril de 1984). En marzo de 1987, Esteban Soriano asumió la presidencia de la Asociación; Antonio Boza fue el vice presidente; Pedro Mina Silva, fiscal; y Marina López Loli, secretaria de actas y archivos (Hoy, 13 de marzo de 1987). En mayo de 1987, salió al aire Estampas criollas en Radio Selecta, “el primer programa de la Asociación de Locutores del Perú cedido por una emisora comercial en nuestro medio”. Lo dirigía Pedro Mina Silva y difundía un cancionero criollo de lunes a viernes, de 12.00 a 13.00 horas. Ofrecía, además, comentarios, entrevistas y anécdotas (Hoy, 1 de mayo de 1987). En octubre de ese año, los locutores solicitaron a la Asociación de Radio y Televisión que se reconociera el 8 de diciembre como el Día del Locutor, y que se les concediera descanso en esa fecha a sus agremiados. La Asociación realizó, también, cursos y seminarios en provincias en coordinación con sus filiales. 614 EMILIO BUSTAMANTE

Durante la década, los locutores insistieron en que se dictara la Ley de Profesionalización del Locutor y la Ley de Creación de la Escuela Nacional de Locutores del Perú. Los proyectos fueron presentados en septiembre de 1988 por el diputado aprista Luis Alvarado Contreras y respaldados por once parlamentarios. Se dijo que algunos conocidos parlamentarios, como Alberto Borea y Grover Pango, habían sido locutores y estaban interesados en la aprobación de los proyectos. Nunca se convirtieron en leyes (El Comercio, 7 de setiembre de 1988).

1.8 El estrellato de los disc-jockeys

Al potenciar las emisoras limeñas la oferta musical, los disc-jockeys adquirie- ron singular importancia. Prácticamente desaparecidos los programas de auditorios y los radioteatros, las estrellas de la radio dejaron de ser los can- tantes y actores nacionales, para dejar su lugar a los montadiscos. Desde la década anterior se había ido perfilando un tipo de disc-jockey en las radios “popular urbanas” (como las llamaría Rosa María Alfaro), que emitían preferentemente música tropical y salsa, pero también baladas en castellano. Se trataba de un locutor alegre, ingenioso y bromista que dialo- gaba con el oyente y empleaba la jerga y la replana. Julio Moreno (el Into- cable), que se inició en Radio Mar y pasó luego a RBC, Moderna y R-700, decía respecto al nacimiento de ese estilo en la primera de las emisoras nombradas: “Nosotros inventamos una nueva forma de transmitir alegría, pri meritos, su música en castellano, que tenga mensaje, y que agarre carne, después su batida, luego su cochineo y rematas con su consejo para que todos se porten bien” (VSD, suplemento de La República, 18 de abril de 1986). Como se ha visto anteriormente, dentro de ese estilo destacarían, además de Moreno, otros locutores que también estuvieron en Radio Mar, como Eduardo Urbina (el Primo Coco); Román Gámez (el Ronco); Wilmer Salgado; Coco Giles y Pepe Quiroz (que conduciría después el programa La catedral de la salsa en Unión). Entre los disc-jockeys de emisoras dirigidas a un público juvenil de clase media con ofertas de música pop y rock destacaron Johnny López de Pana- mericana y Mario Liberti, que estuvo en Miraflores, Studio 92, 1160, Pana me- ricana y Ritmo, así como Reynaldo Aragón Jr. de 1160. Su estilo era también distendido y coloquial. Sammy Sadovnik y Javier Lishner, con un estilo más sereno y formal, se especializaron en promover el rock nacional desde Panamericana y Mira- flores, y al final de la década recalaron en Radio Ritmo. Juan Carlos Hurtado, CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 615

que se había iniciado en Atalaya, compartía con ellos un talante sobrio; estu- vo en Miraflores y luego fue programador de Studio 92. En Doble Nueve sobresalieron Pepe Coronado, Chapu (José Luis Yáñez), Óscar Guerra y el británico Pete The Beat (Peter Schneider), quien transmitía su programa en inglés. Diana García, de América, era —según la prensa— la disc-jockey mejor pagada del medio. Como especialistas en rock destacaron Anabelí Rodrigo (primero en Studio 92 y luego en Doble Nueve) y Helene Ramos (con su programa 2001 en Miraflores). Otras mujeres tuvieron notable audiencia en distintos géneros musicales: Vicky Jiménez, Elizabeth Caballero, Ivette Dávalos (Inca), Vicky Zamora Bercelli, Lizbeth Woodman Casalino (Súper FM), Lolita Ronalds (Súper FM) y Gina Parker (Panamericana). Entre los veteranos mantuvieron vigencia Emilio García Lara (La can- ción del mediodía en El Sol), Jorge Peláez Rioja (Radio del Pacífico) y Roy Morris (Ritmos y estilos en Stereo Lima 100). En 1988, el disc-jockey de Radio 1160 Randy Calandra intentó batir el récord Guiness de permanencia ante el micrófono que tenía el irlandés Robert Morgan de WKRC, de Kildare, desde 1981. Durante el extenso pro- grama que presentó para la ocasión, Calandra contó con asistencia médica, presentó en vivo a grupos de rock nacionales y recolectó una cantidad de dinero (alrededor de un millón y medio de intis) que fue donada al pueri- cultorio Pérez Araníbar (El Comercio, 23 de setiembre de 1988). Los disc-jockeys no solo gozaron de popularidad, y muchos de ellos bien ganado prestigio, sino que también tuvieron detractores y hasta se llegaron a tejer especulaciones sobre los vínculos de algunos programadores y disc- jockeys con las empresas discográficas. El periodista Pablo Mesías Antón sugería en 1983, desde las páginas de El Observador, que ciertos progra ma- dores y disc-jockeys recibían dinero de las disqueras para poner productos de cantantes extranjeros en desmedro de los nacionales (El Observador, 11 de junio de 1982; El Observador, 24 de febrero de 1983). Mesías Antón habla- ba de una “argolla de la coima” (El Observador, 23 de febrero de 1983). Estas presuntas relaciones turbias entre programadores, disc-jockeys y disqueras, sin embargo, nunca fueron demostradas. Lo que sí pudo probarse fue la influencia que tenía la radio en la promoción de cantantes y grupos musica- les. El diario Hoy daba cuenta de ello en 1987, con motivo de la visita al país del grupo pop español Hombres G:

Una vez más quedó demostrada la fuerza que tiene la radio cuando se trata de “meter” a un grupo artístico en nuestro medio. Fue “agresiva” la campaña para Los Hombres G, con el respaldo de Pepsi Cola [...]. A partir 616 EMILIO BUSTAMANTE

de su llegada comenzaron a golpear fuerte sus temas. Todos los disc-joc- keys y trabajadores de la radio tomaron conciencia de que Los Hombres G tenían que concitar la expectativa general... Concursos con preguntas acerca de su vida y los consabidos métodos para crear el ambiente propi- cio para la bienvenida triunfal formaron parte de toda esta maquinaria o ‘bluf’ publicitario [...]. La televisión hizo lo suyo. Los Hombres G apenas sabían del Perú y se hallaron con una histeria colectiva (Hoy, 9 de octubre de 1987).

En 1990, el músico Manuel Valencia, del grupo de rock Trama, decía que, en realidad, las disqueras poco podían hacer para que se difundieran las composiciones de los grupos nacionales, pues una vez hecha la grabación todo quedaba en manos de los disc-jockeys, “señores del micrófono que manipulan a diestra y siniestra los temas en las radios en compañía de sus programadores”. Añadía Valencia que los disc-jockeys “no te pasan tu tema porque les caes mal o porque no tienes plata para comprarlos” (Página Libre, 2 de abril de 1990). Para Ricardo Claros, disc-jockey de Radio Paname- ricana, la razón de que no se emitieran canciones de grupos peruanos era otra: “Lo que sucede es que muchas veces el producto musical nacional es pobre, no gusta, mediocre, además, la gente no los pide en las llamadas que nos hacen” (Página Libre, 20 de marzo de 1990).

1.9 Programación en las radios limeñas (1980-1990)

Desde comienzos de la década la oferta radial comprendía una programación mayoritariamente musical. En 1980 el 59 por ciento del espacio de emisión en las radios de Lima era llenado con programación musical, 17 por ciento con publicidad y solo 14 por ciento con programas hablados (Ballón 1987: 39). La oferta musical seguiría siendo prioritaria durante toda la década, cre- ciendo el protagonismo de los disc-jockeys y el de los programadores como árbitros del gusto del público. Los géneros más importantes en la década fueron el musical y el infor- mativo. Como hemos visto en páginas anteriores, la competencia llevó a algunas emisoras a especializarse en ciertos géneros hasta abarcar toda la programación con ellos.

1.9.1 Música criolla La música criolla fue ocupando cada vez menos espacios en la radio. Pro- bablemente las emisoras que mayor cabida le dieron fueron Radio Nacional y Radio San Borja. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 617

Algunos de los programas más destacados de la década fueron: La can- ción olvidada (Nacional), microprograma de diez minutos con el composi- tor Manuel Acosta Ojeda; Así es mi Perú (América), conducido y producido por Willy Roggero Chumpitaz; Guardia nueva (Nacional) con Cecilia del Risco; Especial de la música criolla (Aeropuerto) con Ivonne Dávalos; El sentir de los barrios-Lucha Reyes (Nacional), uno de los programas más antiguos de la radio peruana, que añadió a su nombre el de la cantante Lucha Reyes, quien debutara en él; Los criollos somos así (RBC), con Carlos Palá; Las dos horas de la canción criolla (Unión FM), con José Lázaro Tello; Fiesta Criolla (Radio Cora) con Gabriela Álvarez; Antología musical criolla (Radio Cora) con Silvia Ramírez; La revista musical del criollismo (Oriente), con Alfredo Durán García; y Así canta el Perú (Nueva Estación X) con Juan Mosto.

1.9.2 Música andina y chicha En 1982, el periodista Francisco Moncloa decía en el diario El Observador que se estaba librando en Lima una lucha cultural sorda pero activa entre una cultura que se pretendía hegemónica y la de los inmigrantes andinos. Afirmaba que en las radios predominaba la música norteamericana o “nor- teamericanizada”, y que solo tres de treinta radiodifusoras tenían programas de música andina (El Observador, 9 de agosto de 1982). La percepción de Moncloa no era del todo certera. La música norte- americana o “norteamericanizada” no era la que “imperaba abrumadora- mente” como decía en su nota, y esas tres emisoras que emitían música andina lo hacían durante casi todo el día. La música andina, en realidad, había venido ocupando cada vez más espacios en la radio limeña desde la década de 1950, cuando apareció El Sol en los Andes de Luis Pizarro Cerrón, y tendría una presencia importantísima gracias al alquiler de programas a que se vieron obligadas algunas emisoras para sostenerse. Los concesiona- rios fueron, en gran número, migrantes andinos que elaboraron programas con tintes regionales, difundieron su música y promovieron la comunica- ción entre sus coterráneos en la capital. En 1980 uno de los pocos programas de auditorio que quedaban era El heraldo musical de los Andes, que se transmitía los domingos a las 18.00 horas en Radio Nacional; era conducido por Juan de Dios Arista. En los pri- meros años de la década, Agricultura, San Isidro, Oriente e Inca alquilaron espacios a concesionarios. Oriente pasó de tener cinco horas de música andina en 1981 a ofrecer dieciséis horas en 1982, y cambió de nombre por el de Radio Folklore. Inca tenía, el mismo año de 1982, veinte horas diarias 618 EMILIO BUSTAMANTE

de música andina en su programación. Radio San Isidro, que se hacía llamar “La nota elegante del dial”, se convirtió en “La nueva voz del folklore”. Excel- sior alquiló también espacios, pero para capitalizarse y sacar luego Excelsior FM, con música salsa y tropical (Lloréns 1987: 53-54). Lloréns señala las características de los programas de música andina en las emisoras limeñas: 1) la concentración en horas de la madrugada; 2) su carácter regionalista, pues se limitaban a una región o provincia; 3) la emi- sión de mensajes de las actividades de los migrantes en la ciudad; 4) su dirección y conducción a cargo de cantantes y artistas populares; y 5) anun ciantes cercanos a su público objetivo, tales como transportistas y empresas de servicios en zonas periféricas (Lloréns 1987: 58-62). Como veremos, la concentración en horarios de madrugada dejaría de ser una característica. Ya en diciembre de 1981, Radio San Isidro presenta- ba la siguiente programación:

Canciones de las tres regiones del Perú (6 am). Voces y canciones del Perú (7 am). La hora Parinacochana (8 am). La voz de Cora Cora (9 am). El Heraldo Puquiano (10 am). Melodías Peruanas (11 am). Nostalgia Folklórica (12 m). Sentimiento Huanca (1 pm). Buenas tardes Huancayo (2 pm). Clarinadas peruanas (3 pm), por los hijos del Picaflor de los Andes. Por las rutas del centro (4 pm). Así canta Perú (5 pm) por Eusebio Chato Grados. Así canta Ayacucho (5.30 pm). Voces del Canipaco (6 pm). Discomanía internacional (7 pm, bailables y del recuerdo). El cantar de los Andes (7.30 pm, con el Jilguero del Huascarán). Ayacucho Canta (8 pm). Canciones de mi tierra (9 pm). Sentimiento Andino (10 pm). Orientación Lucanas (11 pm). (La República, 14 de diciembre de 1981). CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 619

Algunos de los programas más sintonizados de música andina en la década fueron: La hora parinacochana (San Isidro), dirigido por el charan- guista Tulio Gutiérrez Guardia; Sentimiento ayacuchano (Agricultura), dirigido por Beraldo Caballero; La voz de Pararca (San Isidro), conducido por Nora Araujo; Serenata errante (San Isidro), dirigido por Gilberto Cueva Fernández; La hora huarochirana (Inca) a cargo de la profesora Rosa Vásquez Cajahuaringa los domingos, y de lunes a viernes conducido por su creador Laureano Enrique Chumbipuma; Un momento con el folklore peruano y latinoamericano (Radio Folklore), conducido por Maruja Zúñiga Gamarra; Acuarelas andinas (Agricultura); El Callejón de Huaylas y su folklore (Excelsior), conducido por Violeta Carranza Bonilla; Por los cami- nos de Pomabamba (La Crónica), con Félix Mendoza como director, y coanimación de Olinda Núñez Zavaleta; El Perú y sus provincias (San Isidro) de Carlos Gil y Dora de Gil; La voz del valle de Yacus (La Crónica), dirigido y conducido por Benjamín Torres Sal cedo; Corazón calquequeño (Oriente), conducido por Jorge Farfán; Huanta y su folklore (Oriente), diri- gido por Rogelio Trejo Yauriño; La voz de San Lorenzo de Quinti (Inca), dirigido por Alfredo Huamanyauri Vásquez; Así cantan Ayacucho y el Perú (Imperial de Villa El Salvador) conducido por Irene Martínez. En abril de 1990, el poeta Enrique Verástegui recordaba a Pizarro Cerrón como el iniciador de este tipo de programas y destacaba que el huaino El pío pío, interpretado por Amanda Portales, se había convertido, según una revista especializada norteamericana, en la canción más escu- chada del país. El excéntrico Verástegui resaltaba el carácter erótico de la canción y hacía, además, un homenaje a la cantante, quien, decía: “tiene un cuerpo divino, atractivo, seductor a lo Raquel Welch” (Página Libre, 2 de abril de 1990). No solo recibieron elogios, sin embargo, estos espacios. El Observador, en 1982, dijo que en ellos había “libertinaje” y censuró la “vulgaridad” de los locutores. Criticó también que en ellos se “atropellara” el castellano y “ni siquiera se hablara bien el quechua” (El Observador, 24 de junio de 1982). Sorprendentemente, El Diario de Marka emitió una opinión similar en 1984; aunque advertía que no todos, sí decía que la mayoría de los conductores de los programas dedicados al folclore convertían los espacios en “un concierto de gritos destemplados, de risotadas, de chascarros deni- grantes que son un verdadero atentado contra la radiodifusión, contra el folklore, y contra la inteligencia” (El Diario de Marka, 3 de febrero de 1984). En las mismas emisoras que albergaron a los programas de música andi- na se alojó la música chicha o tropical andina. En abril de 1984, Radio Inca 620 EMILIO BUSTAMANTE

anunciaba su “dulce programación tropical andina” con un extraño eslo- gan, difícil de pronunciar: “¡Tropicalandinízate!” (La República, domingo 22 de abril de 1984). Algunos de los programas de música chicha de la década fueron: Fuego tropical (Inca) con Víctor Valladares, primero, y Angélica Palomino Galin- do, después; Fuego de cumbia (Moderna AM) con Rosy Amorós; Shapi- manía (Agricultura) con Juan José García Porras; Horóscopo y sus estrellas (Unión FM), producido por Juan Campos Muñoz; y Tardes tropicales (Unión FM), conducido por Miguel Ordinola Saavedra.

1.9.3 Música tropical y salsa La salsa había sido un género que concitó amplia preferencia en AM al final de la década de 1970. En la década de 1980 tomaría la FM. Radio Mar tuvo el liderazgo en ambas frecuencias. Compitió sobre todo con Excelsior. Otros competidores fueron Moderna, Unión, América y R-700. En 1981 el abogado Luis Delgado Aparicio Porta, conocido como Saravá, emitió su prestigioso programa Maestra vida a través de Radio América AM y FM, de lunes a viernes, a las 19.30 horas y los sábados a las 22.00 horas. Al año siguiente pasó a Radio Mar FM, de 19.00 a 20.00 horas de lunes a viernes y los sábados de 19.00 a 22.00 horas, en simultáneo con la frecuencia de onda media. Luego estuvo en Radio Excelsior hasta marzo de 1989, para regresar finalmente a América FM en mayo del mismo año, con la intención de elaborar la programación de la emisora a través de su empresa Flamboyán. Delgado Aparicio era para entonces dirigente del Movimiento Libertad y manifestaba sus intenciones de postular a una diputación por el Callao en las próximas elecciones generales (La República, 8 de mayo de 1989). Moderna lanzó en enero de 1983 Salsa matadora, con la conducción de la voleybolista Cecilia Tait, los sábados y domingos de 9.00 a 13.00 horas. Dirigía el programa y ayudaba en la conducción el disc-jockey Yolvi Traverso. Tenía como auspiciador a Dunlop. Según el diario El Observador (24 de enero de 1983), la deportista “no convenció en su faceta de disc-jockey salsera”. También se escucharon críticas de algunos locutores que, desde una óptica gremialista, objetaron la improvisación de Tait ante los micrófonos. El director comercial de la emisora, Agustín Bonifaz, respondió destempladamente a estas críticas, llamando a los locutores “vejestorios” a quienes la jubilación los iba a alcanzar con su “proyecto amarillento” de profesionalización en las manos (El Observador, 31 de enero de 1983). Marcos Durand, quien trabajaba en la disquera Iempsa, produjo desde 1983 Salsadomingo en Radio América, con bastante éxito. El programa iba CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 621

los domingos de 9.00 a 12.00 horas. El equipo, además de Durand, quien también conducía, lo formaban Ángel Neyra, Manuel Ballena, Ernesto Torres y Alejandro Olórtegui (comentarista de la Sonora Matancera), Freddy Sánchez (coordinador), Juan Pardavé (relaciones públicas), Pablo Anchieta (apoyo periodístico), Víctor Díaz (unidad móvil), Óscar Hernández (asesor legal), Juan Ramírez y Moisés Taboada (operadores de sonido) (Hoy, 24 de abril de 1987). En 1987 el programa convocó el concurso “Buscando un ídolo”, con el auspicio de Iempsa, para encontrar un nuevo cantante de boleros. En 1989, Salsadomingo, siempre con la conducción de Durand, pasó a Unión FM, de 13.00 a 18.00 horas, con nuevas secuencias, entre ellas una de humor (El Comercio, 23 de enero de 1989). Hugo Abele Maldonado fue conductor y productor general de Sonido latino en América AM y FM, los sábados de 11.00 a 14.00 horas, desde 1986 hasta 1989. En 1990, después de un receso de un año, reapareció en América FM los jueves, de 22.00 a 24.00 horas. Otros dos destacados programas de salsa fueron: Salsa picante en Súper FM y Pueblo Latino en América FM. Según un anónimo comentarista del diario Página Libre, cada uno tenía su estilo: el primero privilegiaba “la salsa de salón y el latín jazz”, y el segundo “la salsa dura y más cumbanchera” (Página Libre, 15 de abril de 1990). Walter Rentería conducía Pueblo Latino, los domingos de 17.00 a 19.00 horas. Rentería era coleccionista de discos y decía que hacía radio por hobby; difundía salsa clásica, salsa actual que no llegaba a otras emisoras, boleros, música cubana y grabaciones en vivo. Estos fueron los programas de mayor renombre en la década. Hubo otros, pero los críticos observaron que, en general, los temas más difundidos eran de menor calidad que en la década de 1970, y que se tendía a cierta homogeneización del estilo tanto entre los músicos como entre los disc- jockeys. En 1987, el crítico Agustín Pérez Aldave llamaba la atención sobre este fenómeno, y ensayaba una explicación al respecto:

En los años 70, la locución no era la mejor, pero la salsa que se difundía era de mayor calidad. Por lo general los encargados de los programas eran no sólo aficionados sino coleccionistas de discos [...]. Ahora, con el declive de la Fania, los sellos se han multiplicado y no todos tienen representación aquí. Los discos importados son caros y las radios se ven limitadas casi siempre a lo que las disqueras nacionales editan de sellos que no son los mejores [...]. No se difunde el latin jazz, la salsa romántica o la música cubana [...]. Al público puede gustarle la salsa radial porque es la única que se le brinda, como que finalmente termina pegando un tema repetido por todas partes” (VSD, suplemento de La República, 1 de mayo de 1987). 622 EMILIO BUSTAMANTE

Radio R-700, desde 1987, eligió “La salsa del año” con un espectáculo de multitudes, animado por el disc-jockey y jefe de programación Eduardo Urbina (el Primo Coco). En 1989, sin embargo, tuvo que cancelar el evento a los pocos días de la fecha anunciada por una mala coordinación con el Canal 7 de televisión, que figuraba como coauspiciador. En 1990, una encuesta hecha por los promotores de las principales empresas discográficas sobre los mejores programas de música salsa y tro- pical arrojó los siguientes resultados por horario: el programa conducido por Carlos Alberto Villanueva (Radio Mar) en el horario de 6.00 a 10.00 horas; el de Julio Daniel (Radio Uno), en el de 10.00 a 14.00 horas (muy cerca quedaba Coco Giles, figura principal de Radio Mar); el de Henry Venegas (Excelsior) en el horario de 14.00 a 18.00 horas (Expreso, 14 de noviembre de 1990).

1.9.4 Pop, rock La emisora especializada en rock fue Doble Nueve, como hemos indicado en páginas anteriores. Otras emisoras que difundieron rock durante la década fueron Súper FM (hasta 1983), Miraflores, Studio 92 y Panamericana, que orientaban su programación hacia un público juvenil de clase media. Programas destacados a inicios del período fueron La hora pirata de Gerardo Manuel, La caverna subterránea de Hugo Salazar y Encuentro con el rock peruano de Pico Ego Aguirre. El disc-jockey Eduardo Lenti sostiene que la difusión de New Wave la inició Súper FM. Afirma que esa emisora “llevó a los oídos de muchos adolescentes de la clase media limeña aquella nueva música. Es ahí donde la New Wave explosiona a nivel más o menos masivo en Lima... La New Wave se infiltró desde la clase alta y Súper FM consiguió que la clase media también accediera a ella” (Lenti 2007). El mismo Lenti destaca dentro de la programación de Súper FM de entonces a Radio Clash de Óscar Guerra:

Mención aparte para el programa estrella: Radio Clash, conducido por Oscar Guerra y transmitido los viernes de 7 a 9 PM. En él, Oscar se encargaba de tocar canciones aún más rebuscadas que las de la programación habitual, así mismo, marcaba estrenos, e incluso preparaba especiales de aquellos grupos. Una de las particularidades del programa era la de los fragmentos de diálogos sacados de la televisión, de Perdidos en el espacio por ejemplo, los mismos que colaba en las partes instrumentales de las canciones de tanto en tanto… la cortina del programa era la divertida This Is Radio Clash de los Clash en la versión que aparece en el lado posterior del maxi-single… la de frases en español. Y el fondo de presentación del primer bloque: Uncontrollable CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 623

Urge! de DEVO, en versión directa, tomada del clásico doble sampler, Urgh!!!... (Lenti 2007).

Hubo en la prensa constantes críticas a programadores y disc-jockeys de ciertas emisoras por preferir los temas en inglés en desmedro del rock en castellano y los intérpretes nacionales. La estación que recibió más objecio- nes al respecto fue probablemente Doble Nueve, cuyo disc-jockey Peter Schneider (Pete the Beat) conducía su programa íntegramente en inglés. Doble Nueve, no obstante, auspició en 1987 un concurso de rock no pro- fesional que permitió la aparición de grupos como QEPD Carreño y Cadena Perpetua. En 1982, Albina Rojas, jefa de programación de Radio Callao explicaba la hegemonía del rock y el pop en inglés en las emisoras limeñas por la falta de grabaciones en español (Ecran, suplemento de El Observador, 9 de setiembre de 1982). Tres años después, el periodista Álamo Pérez Luna volvía sobre el tema: reconocía que existía una “proliferación de grupos y solistas” que no llegaban a la radio por “la corta producción discográfica existente” (VSD, suplemento de La República, 5 de julio de 1985). No obstante, hubo programas que entre 1985 y 1990 incluyeron nume- rosas canciones de artistas nacionales, desde las ligeras de Río (Televidente, A la droga dile no, Lo peor de todo) hasta Escalera al infierno del grupo “marginal” Del Pueblo-Del Barrio (que Studio 92 colocó en su ranking) y No me correspondizas de los subterráneos de Eructo Maldonado, pasando por Dímelo, dímelo, Ya no aguanto de Miky González y Me da igual de La Banda Azul. Los disc-jockeys que dieron cabida a estas grabaciones fueron, entre otros, Javier Lishner y Sammy Sadovnik (primero en Panamericana, después en Miraflores con Perú Rock e Instantes), Gastón Medina (Panamericana y 1160), Randy Calandra (Hola pana en Studio 92), y Pepe Coronado (Doble Nueve), quienes también anunciaban conciertos y pre- sentaciones de los rockeros nacionales (VSD, suplemento de La República, 20 de setiembre de 1985; Cronopio, suplemento de La República, 23 de enero de 1987). Sadovnik y Lishner organizaron un Encuentro de Rock Peruano en 1987, a través de su programa Instantes en Radio Miraflores (Hoy, 27 de febrero de 1987). Más adelante hicieron un llamado a “todos los grupos de rock que aún no han grabado” para que lo hicieran gratuitamente en los estudios de la emisora. Ahora bien, no todos los grupos de rock ponían grandes expectativas en ser acogidos por las emisoras. Los miembros de Leuzemia declaraban a Álamo Pérez Luna en 1985: “Repudiamos a las radios. No queremos ser 624 EMILIO BUSTAMANTE

famosos. Nos une lo que no queremos ser”. Añadían, sin embargo: “si pasan un tema nuestro por la radio, está bien pues. Si la fama llega, a buena hora. Nos une nuestros ideales, nuestra inconformidad ante la sociedad y el lema: Anarquía, Paz y Libertad” (VSD, suplemento de La República, 8 de noviem- bre de 1985). Algunos programas, que no necesariamente difundían rock peruano, disfrutaron de especial acogida por los aficionados debido a su actualidad, alto nivel de selección y el conocimiento demostrado por sus conductores. Entre ellos: 2001 de Helene Ramos en Studio 92, y Nueva Generación de Carlos Tello en Súper FM. Como se ha señalado páginas atrás, hubo además emisoras que organi- zaron conciertos: Studio 92 los de El Tri (1986) y Los Violadores (1987), Panamericana el de Soda Stereo (1987). No faltaron estaciones que organizaron eventos masivos de fin de año para presentar su ranking y elegir a las mejores canciones. Los más impor- tantes fueron La Más Más de Radio Panamericana, que se celebraría duran- te toda la década de 1980 en diferentes escenarios (el Campo de Marte, la Plaza de Acho, el coliseo Amauta), y Lo Mejor de lo Mejor de Studio 92 (el Campo de Marte y la Plaza de Acho). Las actividades estaban dirigidas a un público adolescente y juvenil, aficionado a la música rock y pop que transmitían las emisoras. Animaban los espectáculos los disc-jockeys de las radios, se exhibían videos musicales y se presentaban en vivo cantantes y grupos nacionales. Había sorteos y euforia. Panamericana organizaba también una Más Más del Verano, al final de la temporada estival, y Studio 92, para no quedarse atrás, lanzaba Lo Mejor del Verano por la misma época. En 1987 el lugar elegido para el espectáculo de Studio 92 fue la Plaza de Acho. Un cronista del diario Hoy reseñó así los incidentes que ocurrieron:

“Lo mejor del verano” presentó el domingo Studio 92 en Acho [...]. La euforia colectiva no podía estar ausente. Chicos y chicas bailaron al ritmo de sus canciones favoritas [...]. Lo que nos sorprendió fue la escasa vigilancia policial en el interior del coso. Lo que permitió que un grupo de palomillas se dedicara a tirar arena a diestra y siniestra. Durante las casi tres horas que se desarrolló el show pudimos notar una polvareda al centro del ruedo y grupos que corrían tratando de refugiarse. No había nadie que impusiera orden. Cuando ya había transcurrido una hora de batalla campal, recién hicieron su aparición varios guardias que repar- tieron “palazos”. Pero ya la cosa había avanzado tanto que los mucha- chos volvieron a las andadas, apenas la policía se retiró (Hoy, 10 de abril de 1987). CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 625

Al final de 1988, Radio Estación X organizó un evento similar en el audi- torio del colegio San Agustín, con la presentación de los grupos JAS, Dudó y Arena Hash.

1.9.5 Otros géneros y estilos musicales La música llamada “adulto-contemporánea” tuvo sus principales difusores en los experimentados disc-jockeys Jorge Peláez Rioja (La cajita de música en América, y después en Radio del Pacífico), Emilio García Lara (La can- ción del mediodía, que celebró veinticinco años en Radio El Sol en 1984), y Roy Morris (Ritmos y estilos en Stereo Lima 100). Algunas emisoras como Omega (al comienzo de la década), Radio A y RBC privilegiaron la transmisión de canciones románticas en castellano, en particular baladas. Radio A organizó en 1988 un festival “hispano” con can tantes nacionales. Jorge Henderon, con sus programas Enhorabuena y Mundo musical iberoamericano (Miraflores, América), fue el disc-jockey que más se caracterizó por emitir este tipo de música. Otros programas destacados fueron: Música y romance (El Sol) con Eduardo Tarazona; Los grandes en concierto, Lo mejor de la música hispanoamericana y Los espe- ciales de Kike Guerrero (RBC), con Enrique Guerrero Esparza. Vicky Jiménez condujo Una hora romántica con Vicky Jiménez en La Crónica, donde emitía boleros, realizaba concursos entre los oyentes y tenía una sección de horóscopo. David Rivas ponía también boleros en Motivos de amor en Libertad. El tango tuvo una representación relativamente pequeña en el dial en esta década. Los programas de tango más notorios fueron: Festival del tan- go (Nacional) con Linda Izquierdo, que fue programa de auditorio; Buenos Aires canta de Freddy del Caro; Sinfonía tanguera (Súper FM), que era en realidad un programa grabado de Radio Rivadavia de Argentina; el espacio del exfutbolista Gilberto Torres en Radio Lima; y Tardes porteñas (Radio del Pacífico) con Zoraida Arias. Programas de jazz se escucharon en Sol Armonía (Esto es jazz), América FM (Jazz Contempo de Fernando González) y Súper FM (un programa con- ducido por Mabela Martínez en 1982), entre otras emisoras. La música clásica fue el gran soporte de la programación cultural de Sol Armonía. Otras radios que emitieron programas de música clásica fueron: Nacional, Radio del Pacífico (El mundo maravilloso de la música, conducido por Yolanda Parodi) y Stereo Lima 100. Un programa de música japonesa se escuchó en la segunda mitad de la década: Nik FM (América FM) conducido por Keiki Moromisato. 626 EMILIO BUSTAMANTE

1.9.6 Radioteatro La cantidad de programas de radioteatro siguió disminuyendo en la década. La doctora Corazón, que combinaba los consejos de la conductora con dramatizaciones de casos de “la vida real”, tenía una considerable audien- cia, pero fue retirado de la programación de RPP en 1982 al optar la emi- sora por la exclusividad informativa. En febrero de 1982, Radio del Pacífico propaló Madre Coraje de Bertolt Brecht, en cinco secuencias de veinte minutos cada sábado, con la dirección de Sara Joffré y las actuaciones de Aurora Colina, Ismael Contreras, Edgard Guillén, Alberto Montalva, Luis Felipe Ormeño, Hugo Salazar del Alcázar y Natalia Velarde (La República, 6 de febrero de 1982). En 1983, Radio Nacional anunció un “amplio plan teatral” impulsado por el actor Hernán Romero. Se planteaba la difusión del teatro en los ámbitos escolar y popular, y la realización del Primer Festival Nacional de Teatro Escolar auspiciado por la emisora del Estado (El Observador, 31 de marzo de 1983). Ese mismo año, Nacional puso en el aire obras de radioteatro grabadas en años anteriores pero que nunca habían sido propaladas; entre ellas, Casa de muñecas de Ibsen, con Elva Alcandré, Alfredo Bouroncle y Luis Álvarez (El Observador, 11 de julio de 1983). A fines de 1988, el Centro de Producción y Documentación Radiofónica El Día del Pueblo produjo la radionovela Con la escoba y el crucifijo sobre San Martín de Porres, que fue trasmitida por Radio Santa Rosa (El Comercio, 14 de noviembre de 1988).

1.9.7 Informativos El género informativo tuvo un importante desarrollo en la década. Como se puede deducir de lo señalado en otra parte de este capítulo, la emisora líder en el género fue Radioprogramas del Perú. Destacó también el proyecto de Radio Cadena, ya comentado. En 1980, el político izquierdista Ricardo Letts lanzó en Radio Santa Rosa el radioperiódico La verdad, un programa en el cual la predominancia de la política era, según El Diario de Marka, su mayor virtud y su principal defecto, “porque muchas veces Letts parte del supuesto de que los oyentes conocen el teje y maneje de los intríngulis políticos, y eso no siempre es así. Y al contrario, otras veces da tal cantidad de datos adicionales que lo medular de la noticia ya no se percibe” (El Diario de Marka, 2 de setiembre de 1980). CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 627

En 1982, el periodista Jorge Donayre reconocía desde las páginas de El Observador que la lucha entablada en las mañanas por los noticieros radia- les era “tremenda” (El Observador, 17 de junio de 1982), y destacaba entre los combatientes a La Voz de Libertad de Víctor Manuel Avendaño, quien en una extensa entrevista en el diario La República explicaba cuál creía que era el motivo de su éxito:

La razón fundamental es que hemos dejado de lado el viejo estilo de las radios periódicos, que eran estructurados en base a la habilidad de cier- tos locutores con fácil dicción y una gran disposición para comunicar algo que no les era propio: difundían noticias que aparecerían en los diarios. En el presente, en cambio, se estructuran “periódicos hablados” como corresponde. En esta forma cada periódico hablado tiene una estructura con secciones que van desde la información al comentario, pasando por la nota de servicio (defunciones, estado del tiempo, hora, etc.) [...]. Por primera vez se incorpora a elementos intelectuales en dia- rio contacto con el público. Se puso así en fácil comunicación a maestros de la talla de un Luis Alberto Sánchez, o un experto científico como el Dr. Oscar Miró Quesada, en diaria o interdiaria tertulia a través de ame- nos comentarios sobre hechos o asuntos de interés o de actualidad por ser de la noticia. [...] Una noticia tiene diversos ángulos. Los periódicos escritos la presentan conforme a sus puntos de vista, o también de acuer- do a sus intereses. Aquí destacamos esos aspectos y también señalamos el calibre de cada información. Muchos nos han imitado. Creen que el asunto es “leer las primeras planas” con más o menos amenidad. Están equivocados. En eso no consiste la cosa. Hay más bien que analizar cada información, darle el complemento necesario, la acotación precisa, acaso la versión testimonial vivida por el reportero (La República, 2 de febrero de 1982).

Avendaño, a quien se le objetaba a menudo su excesivo coloquialismo y sus comentarios drásticos e incluso agresivos, respondía así a esos repa- ros: “considero que el lenguaje empleado es siempre alturado, los adjetivos son limitados al mínimo, pero se hacen indispensables para despertar a los alu didos de su abulia” (La República, 2 de febrero de 1982). Dos años después, refiriéndose al mismo asunto, declaró: “Lo que pasa es que estoy desarrollando un tipo de periodismo que se ajusta a la verdad, [...] y como vivimos en un mundo de hipocresía, tropiezo con la sensibilidad de personas que tratan de vivir en base a la apariencia [...]. El tipo de periodismo frío, ausente de crítica que preconizó Beltrán, ya pasó de moda. Es necesario darle calor humano a la noticia, con un len- guaje coloquial que deje huella en el oyente” (La República, 10 de marzo de 1984). 628 EMILIO BUSTAMANTE

En enero de 1983, Avendaño fue obligado por militantes de Sendero Luminoso a irradiar un manifiesto de ese grupo subversivo (El Observador, 18 de enero de 1983). El noticiero humorístico Lo bueno, lo malo y lo feo de la jornada siguió emitiéndose durante la década de 1980 en Radio Moderna, de lunes a sába- do desde las 7.00 horas. Incluía dramatizaciones de las noticias e imitaciones de personalidades. En 1985 lo conducían los locutores Rubén Sánchez, Enri- que Arturo Arias Ballón (el Sugar Sugar), Hugo Cabellos Valera (Loro Gordo), Carlos Álvarez (Tuko), Rafael Álvarez (Tiko) y Marcelino Llatas (el Macho) (La República, 21 de setiembre de 1985). El alejamiento de Juan Ramírez Lazo de Radio Victoria, para fundar su propia estación (Radio Cora) afectó a Radioperiódico El Mundo, tan identifi- cado con la emisora y la voz del locutor. Lo reemplazó otro célebre hombre del micrófono, Arturo Pomar, pero el programa no pudo alcanzar los niveles de influencia y sintonía de la década anterior. El Momento, noticiero de Radio Miraflores, se caracterizó por los comen- tarios de sus experimentados conductores, Pedro Roncallo y Enrique Llamo sas, percibidos por alguna prensa de izquierda (El Diario de Marka, por ejemplo) como extremadamente conservadores. Miraflores emitía tam- bién La Revista de El Momento, bajo la dirección del periodista Óscar Díaz Bravo. La Máquina de Radio Star alcanzó cierto prestigio a partir de su salida al aire en 1985. Estuvo dirigido primero por David Odría y, luego, por Mariela Maldonado. Roy Dante se afirmó como locutor de ese noticiero. En 1986, Mónica Delta y Mario Guimarey, más identificados con la televi- sión, se unieron para hacer un programa radial de entrevistas y análisis políti- cos, Actualidad, que iba en R-700 de lunes a viernes, 8.00 a 9.00 horas. Análisis de Onda Popular (lunes a sábado de 7.00 a 9.00 horas) era diri- gido por Alberto Zorrilla. Contaba con la locución de Osmán Hernández y la participación del neurocirujano Artidoro Cáceres (muy activo por enton ces en los medios de comunicación, opinando sobre casi cualquier tema) y el abogado Mario Camacho Perla, quienes absolvían preguntas del público. La Revista de RBC, dirigida por Renán Gorriti Delgadillo, estuvo en el aire desde 1982, los sábados de 8.00 a 9.30 horas. Se tocaban los temas más saltantes de la actualidad. Sus comentaristas eran José Béjar Aviar (comen- tarista internacional), Lucas Borja (comentarista taurino), Pocho Ugarte y Óscar Llerena (análisis de noticias nacionales). La locutora era Carmen Asto, y tenía una sección de participación del público titulada “La calle opina”. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 629

Entre las revistas informativas destacaron las conducidas por el argentino Guillermo Giacosa: Las cien mañanas (Stereo Lima 100), Rapidísimo (Mira- flores), Informativamente informal (Super FM, San Isidro, Miraflores). Com- binaba noticias, comentarios de actualidad, música y humor. En 1990 apareció Radio Antena 1, con la intención de ser una nueva emi- sora informativa, “pero con espacios de entretenimiento, cultura, deportes y política” (Página Libre, 19 de abril de 1990). Lelio Balarezo era el presidente del directorio; Eduardo Rosenfeld, el director ejecutivo; Cecilia Laca, directo- ra radial; Luis Suárez, director comercial; Luis Rey de Castro y César Lévano, comentaristas. La programación era elaborada por Cecilia Laca (La República, 25 de noviembre de 1990).

1.9.8 Programas culturales Como ya se ha mencionado, Sol Armonía dedicó toda su programación a la cultura, dándole un espacio privilegiado a la música clásica, pero también a la poesía. Desde 1983, Augusto Tamayo Vargas condujo Interludio de poesía, donde comentaba poemas de autores peruanos, latinoamericanos y españoles. Destacaron en Sol Armonía los espacios Cultura viva de Hugo Salazar del Alcázar, que apareció en 1984 y dejó de salir al aire en 1987, y Meridiano de Carlos Fernández Loayza, que se estrenó en agosto de 1988 y continúa hasta hoy en las ondas de Radio Filamornía (la frecuencia que sucedió en el 2001 a Sol Armonía). Fernández Loayza rememora:

[…] la primera vez que salió al aire el programa fue el 1 de agosto de 1988, y me acuerdo —además— que sufrimos mucho para conseguir nombre. Como el programa anterior se llamaba Cultura viva, yo tenía en la cabeza la idea de un programa que tuviera un nombre con dos palabras: Año cero, en fin, me acuerdo que tenía varias ideas; pero cuando fui a proponer el nombre a Martha [Mifflin], me dijo: “no, mejor que sea un programa que tenga un nombre de una sola palabra”. Entonces, otra vez empezamos a darle vueltas, hasta que encontramos Meridiano. […] Hay un montón de cosas que no recuerdo, pero sí recuerdo la música del primer programa porque era de Silvio Rodríguez, y para mí era lo máximo Silvio Rodríguez […] y el primer tema musical que puse fue ¿A dónde van? De eso sí me acuerdo, no de quién fue el invitado. Pero sí me acuerdo que me preguntaba quién habría escuchado el programa, porque era la época en la que todo el tiempo había apagones. Y salimos el 1 de agosto; eso quería decir que habíamos pasado Fiestas Patrias, y en Fiestas Patrias siempre había un montón de voladuras de torres y había apagones en Lima. Entonces, el 1 de agosto de ese año no fue la excepción. Medio Lima estaba en 630 EMILIO BUSTAMANTE

apagón, entonces no sé realmente quiénes habrán escuchado el pro- grama. Alguna vez alguien me escribió y me dijo: “yo escuché el primer programa”, pero yo no me acuerdo quiénes estuvieron en ese primer programa, y siempre he dudado de que alguien pueda haberlo escu- chado (entrevista con Carlos Fernández Loayza, 1 de febrero del 2011).

El financiamiento de Meridiano no fue fácil en sus primeros años:

[…] creo que el primer auspiciador fue Concytec. Porque Concytec en esa época tenía un montón de plata y auspiciaba todo. Pero ese aus- picio fue muy corto. Después estuvo Southern, y la forma como salió Southern fue curiosísima. Hay dos versiones: una esotérica y una más o menos racional. Te cuento primero la versión esotérica. Concytec nos auspició tres o cuatro meses, no creo que más, y después siguió salien- do el programa sin auspiciadores. Claro, yo era todavía estudiante y tenía que pagar mi pasaje, y tenía que venir todos los días y, en fin, había que hacer llamadas telefónicas y todo eso implicaba, pues, un costo. No me importaba en la medida en que uno, cuando es joven, cuando estás en esa edad, no te importa en realidad; pero siempre significaba un esfuerzo, y me acuerdo que llegamos a un punto en el cual era ya difícil seguir haciendo el programa. En esa época siempre venía a la radio una bruja, una bruja de verdad que se llamaba Tessy Bermúdez, y una vez le pedí a Tessy que me diera un amuleto para conseguir auspiciadores. Y me dijo ya, y simplemente me dio el amu- leto, y, aunque no lo creas, a la semana salió Southern; de la nada salió Southern. Esa es una versión. Otra versión, racional, es que yo tenía un amigo, a quien no voy a decir socio, sino que era un partner del programa, Víctor Urquiaga. Y Víctor siempre ha sido muy buen relacio- nista público, y él tenía unos amigos en la Embajada de los Estados Unidos, y no estoy muy seguro, pero creo que a través de él consiguió que alguien en la embajada le hablara bien de nosotros a Southern, y Southern se portó. No sé si habrá sido cosa del amuleto de la bruja Tessy o del auspicio de la embajada norteamericana, a la que no creo que le haya hecho mucha gracia que nosotros pusiéramos siempre música de Silvio Rodríguez, pero el caso es que salió Southern y estu- vo con nosotros varios años. Ya después, cuando se fue Southern, porque Southern dejó la ciudad de Lima, se fue a Are quipa, simple- mente se acabó el auspicio […] Tessy ya había muerto, lamentablemen- te; y me acuerdo que entramos en crisis porque Southern nos pagaba 500 dólares, y era nuestro único auspiciador, pero 500 dólares era un montón de plata en esa época. Y no había quién nos diera 500 dólares de una sola vez. Y me acuerdo que un amigo, Lucho Lama, me dijo: “en lugar de conseguirte uno que te dé 500, consíguete 5 que te den 100; es mucho mas fácil”. Una cosa que era obvia, por supuesto; pero a mí, que era principiante, no se me había ocurrido. Era mucho más CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 631

fácil, y las cosas fueron cambiando. Pero así fueron los primeros años, heroicos, realmente (entrevista con Carlos Fernández Loayza, 1 de febrero del 2011).

Meridiano se caracterizó desde el comienzo por adoptar un concepto amplio de cultura que le permitió llegar a un público variado y hacer entre- vistas tanto a Mario Vargas Llosa como a poetas principiantes y artistas marginales. Su creador explica:

[…] yo venía de alguna manera de una escuela bien informal, porque yo no estudié comunicaciones; todo lo que hecho de manera empírica y autodidacta. Entonces venía de la escuela informal y por obvias razo- nes, me gustaba ver la cultura como algo más cercano, como algo más cotidiano. Tenía esta otra visión de la cultura, que no es solamente bellas artes sino que lo es todo, una visión antropológica de la cultura. Entonces, ese era un poco el concepto que primero vi que tenía Hugo [Salazar del Alcázar] con respecto a su programa Cultura viva, y que de alguna manera también yo le di al mío cuando ya me tocó hacer Meridiano […]. La visión que yo tengo sobre el tema es más bien demo- crática en el buen sentido, quiero decir: yo podría conseguir más pres- tigio como periodista, más prestigio para el programa en general, si solamente vinieran los consagrados, si solamente tocáramos determina- dos temas y no otros, porque yo sé que hay temas que te dan más rating que otros; pero esa nunca fue la idea. Para mí la idea es que si tú tienes un medio, tú estás al servicio. Entonces, todo el que hace algo o el que quiere hacer algo, debe tener igualdad de oportunidades de venir para contar lo suyo. Sí, eso sí tiene su costo; a veces entrevistas a alguien que nada que ver, o que publica un libro de poemas dedicados a su mamá, pero también viene alguien de peso. Esa es la idea. Yo no creo que uno le haga el favor a la persona para que venga a hablar en la radio, sino que es al revés realmente (entrevista con Carlos Fernández Loayza, 1 de febrero del 2011).

Otros programas culturales se emitieron durante la década. En Radio Miraflores, Luis Maguiña siguió transmitiendo Tú y el arte; y en Radio Lima, al comienzo de la década, un grupo de estudiantes de la Universidad de San Marcos produjo Nosotros y el arte. En 1981, Sará Joffré estrenó en Radio del Pacífico un programa sobre teatro, con Helena Huambós y Hugo Salazar del Alcázar. Radio del Pacífico dio cabida, también, a Hombre y medio ambiente, producido por el Centro Multidisciplinario de Desarrollo y Estudios Sociales y auspiciado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Concytec) hacia el final del período. RPP inició en agosto de 1988 la emisión del programa de concurso de preguntas y respuestas Los que más saben, dirigido a escolares de todo el 632 EMILIO BUSTAMANTE

país. Las preguntas eran elaboradas por la Dirección Departamental de Edu cación de Lima. Jaime Ackerman era promotor nacional del concurso. Cada colegio elegía a cuatro alumnos. Los estudiantes eran de Tumbes, Piu ra, Chiclayo, Chimbote, Trujillo, Barranca, Ica, Arequipa, Ilo, Tacna, Caja marca, Huancayo, Cusco, Juliaca y Lima. El programa se realizaba en vivo, los martes y viernes, de 15.20 a 16.00 horas. Cada grupo de estudiantes respondía desde su propio colegio, en Lima o provincias, a las preguntas que les formulaban los conductores Humberto Velásquez y Roxana Cartolín (Gente 659, 1 de setiembre de 1988).

1.9.9 Programas de revista Un programa de magacín novedoso por su orientación y contenido social fue El mundo de los barrios (Radio Santa Rosa 1500 AM), producido por Flor Sánchez. Salía de lunes a viernes, a las 11.00 y a las 18.00 horas. Su intención era recoger “las inquietudes, problemática y alternativas” de los pobladores de todos los distritos de Lima. Tenía secciones de opinión, humor, reportaje y música, y se realizaban entrevistas y encuestas en dife- rentes centros de concurrencia popular como mercados, plazas y calles. El magacín nocturno Quiero amanecer (Radio Libertad), producido por Pancho Gutiérrez Miraval y Lalo Archimbaud, también obtuvo notoriedad. Presentaba secuencias de concursos, deportes, historia, música, ajedrez y otros. En 1986 se incorporó al plantel la periodista Sonia Goldenberg. Tiempo de Star con Roberto Martínez, Cecilia Alegría y Rubén Ramos contenía música, noticias, unidades móviles y participación del público. Iba de lunes a viernes, de 9.00 a 12.00 horas, en Radio Star 1300 AM. Radio Cadena emitió en 1988 el programa Corto circuito, auspiciado por la organización feminista Flora Tristán. Las productoras eran Susana Mendoza y Magali Noriega del Valle. La actriz Ethel Mendoza conducía el espacio. Sus temas abarcaban desde sexualidad femenina hasta esoterismo.

1.9.10 Programas deportivos Mantuvieron su importancia Ovación (El Sol) de Alfonso Pocho Rospigliosi, y Pregón deportivo (América y Selecta 2000) de Óscar Artacho. Durante la década, sin embargo, fallecieron sus fundadores: Artacho en 1986 y Rospi- gliosi en 1988. Destacaron también Campeonísimo (Moderna) de Tito Navarro, y Golazo (Callao) de Bruno Espósito; este último fue el único que estuvo presente en las Olimpíadas de Los Ángeles (1984), cuando el tirador Fran- CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 633

cisco Boza ganó una medalla de plata. Dennis Vargas, de RPP, fue proba- blemente el primer narrador deportivo que transmitió en quechua un par tido de fútbol durante un campeonato mundial, el de España 82 (Alegría 1993: 241-243). Otros programas que se escucharon durante la década fueron: Mundo deportivo (La Crónica) con Roberto Salinas y Eduardo Lalo Archimbaud; Deportegrama (Unión) de Littman Gallo; La Mañana de El Veco (El Sol) de Emilio Lafferranderie; Radio Cadena Deportiva (Cadena) con Luis Miguel López Cano; La hora de Lalo (Victoria) de Eduardo Lalo Archinbaud, con Raúl Cajas, Arturo Casas, Víctor Valdez, Jesús Ríos y Martín Fernández; Cam- peones del volante (Cadena), dirigido por Alberto Torres, con Mario Capellino, Juan Velarde, Hans Firbas, Iván Arias y Carlos Castro, que informaba sobre kartismo, automovilismo, motociclismo y ciclismo; y El mundo del automóvil (Unión) de Lucho Izusqui. En 1982, el adolescente Alberto Beingolea hizo su aparición en Radio RBC. La prensa auguró que sería “un serio contendor” para Micky Rospigliosi, el joven hijo de Pocho Rospigliosi, quien había debutado como comentarista deportivo durante el Mundial de Fútbol de Argentina 78 (El Observador, 26 de mayo de 1982).

1.9.11 Programas nocturnos En una década signada por apagones y toque de queda, los programas nocturnos tuvieron especial acogida de los oyentes. Algunas emisoras, como RPP y 1160, inauguraron transmisiones que abarcaban las veinticuatro horas del día al comienzo del período. Los anunciantes empezaron a poner atención a ese horario, y la competencia llegó pronto a él. Destacaron la revista Quiero amanecer de Radio Libertad, conducida y producida por Pancho Gutiérrez Miraval, que incluía música y entrevistas a personalidades diversas; Chicha Show de Radio América, dirigido por Guido Monteverde, y los espacios de Radio 1160 que se emitían desde las 0.00 hasta las 6.00 horas: El gran rato con Martín Acha Fiorani, El Super agente 98.1 con Reynaldo Aragón Jr., Alto voltaje con Mario Jiménez, Cóm- plices con Sonia Freundt, y La noche del lobo con Wolfie (Gastón Medina). Otros locutores que incursionaron también en el horario nocturno fue- ron los conocidos Carlos Palá, que conducía De toque a toque en Radio Libertad, y Román Gámez (el Ronco) en Radio Mar. Como ya se ha mencio- nado, Palá murió en un accidente durante el toque de queda en 1987; según la versión ofi cial, su auto chocó con un vehículo militar en la madrugada. 634 EMILIO BUSTAMANTE

2. La década de Fujimori

y total corrupción hay en todos lados y por cinco lucas me compro un diputado, un juez, un fiscal, un par de abogados, un arquitecto o en su defecto un novelista, un par de periodistas, un arzobispo, un cardenal una virgen que llora y una virgen de verdad y quizás a Fujimori Nosequien y los Nosecuantos, Las torres (1991)1

2.1 Radio y política (1990-2000)

En las elecciones de 1990 salió elegido como Presidente de la República el ingeniero Alberto Fujimori, del movimiento Cambio 90, quien derrotó al escritor Mario Vargas Llosa, candidato del derechista Frente Democrático (Fredemo). Fujimori era un outsider en política que prometió durante su campaña no aplicar un shock económico para solucionar la grave crisis en que dejaba al país el gobierno de Alan García. Una vez instalado en el poder, sin embargo, llevó a cabo el temido shock, que, siguiendo las recetas monetaristas, trajo consigo el alza de los alimentos y numerosos despidos de trabajadores, pero también la reducción de la inflación y la reinserción del Perú en el ámbito financiero internacional. El gobierno implementó, por otro lado, políticas asistencialistas para atenuar el efecto de las medidas económicas en los sectores más pobres del país, y ofreció acabar de una vez por todas con el terrorismo de Sendero Luminoso y el MRTA. Durante casi dos años, los representantes del Ejecutivo tuvieron que negociar una serie de normas en el Parlamento, pues no gozaban de mayoría en las cámaras legislativas; sin embargo, el 5 de abril de 1992, el ingeniero Fujimori dio un golpe de Estado con el respaldo de las Fuerzas Armadas, decretó la disolución del Congreso e inauguró así un régimen autoritario.

1 A inicios de la década, este tema del grupo musical Nosequien y los Nosecuantos describió la corrupción existente en el país, y tuvo gran audiencia a través de la ra- dio. Paradójicamente, en el 2001, el líder del grupo, Raúl Romero, confesó haberse reunido cinco veces con Vladimiro Montesinos para negociar la composición de canciones y realización de conciertos a favor de la tercera elección de Fujimori. En CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 635

Las relaciones entre la radio y el gobierno tuvieron un punto de quiebre, precisamente, en ese golpe de Estado de 1992. Desde entonces, el Ejecutivo empleó formas de control e intimidación sobre los medios que fueron, en el caso de la radio, desde la discriminación publicitaria y la amenaza de la intervención de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) hasta la incautación de transmisores, la voladura de una estación y el probable asesinato de periodistas radiales, pasando por amenazas (escritas y telefónicas) y seguimientos atemorizantes en automóviles a conductores de programas y empresarios.

2.1.1 El golpe de Estado del 5 de abril de 1992 La noche del 5 de abril de 1992 el presidente Fujimori dio un golpe de Estado con el apoyo de las Fuerzas Armadas. Cerró el Congreso, detuvo a los presidentes de las cámaras de diputados y senadores, también ordenó el apresamiento de varios adversarios políticos y sometió al Poder Judicial. Según encuestas de opinión el golpe contó con la aprobación de la mayo- ría de los ciudadanos, pero no dejó de originar algunas protestas internas y, sobre todo, internacionales. La Policía y el Ejército tomaron los medios de comunicación, entre ellos las estaciones de radio. Las más afectadas fueron Radio Red y Radio Antena 1. El 6 de abril a las 5 de la tarde, dieciocho trabajadores de Radio Red fueron detenidos en las oficinas de la estación (Petit Thouars 4328, Miraflores); entre ellos se encontraban el gerente Jaime Delgado, la productora Bertha Rivas, el jefe de informaciones Enrique Reforme, los periodistas y los locuto- res Anabella Zamarriego, Rosalinda Flores, César Carrasco, Daniel Vásquez, Diana Madeline García, Edgar Pacheco, Carlos Rivadeneyra, y Walter Tullume y los asistentes Delio Paucarmayta, Manuel Gutiérrez, Rodolfo Muñiz y Francisco Caparó (Expreso, 9 de abril de 1992). Carlos Rivadeneyra recuerda así aquel suceso:

Yo hacía un programa de 3 p. m. a 6 p. m. Entrevistábamos a artistas, temas de cultura, un magacín de entrevistas. Pero de 5 a 6 hacíamos con- tactos con emisoras del interior del país, de Cusco, Puno, Iquitos. Llamá- bamos y conversábamos con los locutores de esas radios y les preguntá- bamos cuáles era las noticias más importantes. El lunes 6 de abril yo

una entrevista concedida a la revista Caretas, Romero reconoció que había solicita- do 1.500.000 soles al asesor del Servicio de Inteligencia Nacional, sin llegar luego a un acuerdo (Mucha 2001). 636 EMILIO BUSTAMANTE

estaba al aire, conversando con colegas de otros medios. Y nos decían: “La gente está sorprendida gratamente, la gente apoya el golpe. Ha habido algunas manifestaciones en Cusco, salieron las asociaciones de estudiantes a marchar en contra y han sido puestos presos; hubo una marcha del Apra en el norte, y también fue reprimida. Pero la oposición es poca, más bien la población está a favor de Fujimori”. A las 5 y 15, cuando estábamos haciendo esa conversa, entra a la cabina, vestido de civil y a la fuerza, un grupo de personas. Nosotros éramos tres periodistas en la cabina, y al otro lado el señor que manejaba los controles. Entraron, lo empujaron, lo apuntaron e ingresaron a la cabina. Y así: “¡Cállate!”, cachetada, apuntán- dole a uno y apuntándole a otro. En ese momento tú no atinas a nada más que a callarte, y no sabes quiénes son, pues están de civil. Eran policías. Radio Red quedaba en un pequeño edificio de la avenida Petit Thouars en la cuadra 40, en un tercer piso. Bloquearon toda la calle, tenían porta- tropas en las entradas de la calle y al centro tenían patrulleros. Nos sacaron con las manos en la nuca y nos metieron a cada uno en un patrullero, nos llevaron a una comisaría, después a otra delegación y por último a Se_ guridad del Estado. O sea, nos trataron como delincuentes. El único peca- do era que estábamos haciendo radio. Ni siquiera estábamos diciendo “el golpe está mal hecho, Fujimori está mal”; solamente preguntábamos qué opinaba la gente. Fue una gran experiencia, hasta ese momento sabía que la radio tenía mucha importancia, pero no sabía que me iban a sacar con una pistola en el cráneo. Nos acusaron de “subvertir el orden público”. Estuvimos un día en Seguridad del Estado, y esa madrugada del 6 al 7 llega a la carceleta de Seguridad del Estado Gustavo Gorriti, que había sido preso antes. Lo habían llevado al SIN, lo sacaron y lo llevaron a Seguridad del Estado, pero lo habían raptado, lo habían desaparecido, y cuando entra y ve que somos varios y pregunta quiénes somos, y sabe que somos periodistas dice: “Uy, me salvé”, porque allí había diez periodistas; no iban a matar a diez, en cambio si estaba solito… Al día siguiente nos soltaron, hubo una reacción internacional muy fuerte. No hubo una denuncia, ni siquiera una requisitoria, solo el parte policial. El dueño de Radio Red era Gilberto Muñiz Caparó, exalcalde del Cusco y exdiputado por Acción Popular; político, pero debo reconocerlo —y ojalá que alguna vez escriba esto— un demócrata. Nunca nos dijo, siendo el dueño de la radio, “privilegien a la gente de Acción Popular, entrevisten más a ellos u opónganse a otro”. Yo era muy joven, estaba en noveno ciclo en la Universidad y nunca me dijo eso, más bien siempre defendió la democracia institucional, los principios y los valores democráticos (entrevista con Carlos Rivadeneyra, abril del 2010).

Antena 1 también sufrió la ocupación policial y militar. Fueron arresta- dos el gerente general Eduardo Rosenfeld y dos reporteros. La directora Cecilia Laca recuerda así los acontecimientos: CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 637

El 5 de abril, mientras regresaba en mi auto de una playa del sur, escuché abruptamente el discurso del entonces presidente Alberto Fujimori, quien anunciaba la disolución del Congreso. En ese momento (no tenía celular) me dirigí directamente a la emisora y a los pocos minutos comenzaron a llegar por iniciativa propia gran parte de periodistas de la emisora. Llamé inmediatamente a don César Lévano, quien se apersonó a la emisora para realizar una transmisión que yo consideraba trascendental. Emisoras como RPP y canales de televisión tenían en su programación El chavo del 8 en lugar de su acostumbrado programa político o música en lugar de noticias, nosotros comenzamos a transmitir en vivo y en directo desde las calles de Lima. A las 10 de la noche, recibí una llamada de un general del Ejército (o comandante, no recuerdo exactamente) que me solicitaba cancelar la transmisión. A los pocos minutos llegó un comandante y por lo menos diez soldados armados, quienes ingresaron directamente a la cabina de transmisión y de operación. En ese preciso momento recordé algo que mi padre me había dicho toda la vida: un soldado siempre se cuadra ante la bandera y el himno nacional. “Pepe”, le dije al operador de turno, “el himno nacional”... Y luego de anunciar que cerraríamos la transmisión debido a la intervención del Ejército, no sin antes despedirnos escuchando las sagradas notas de nuestro Himno Nacional, salí de la cabina junto con los periodistas Cesar Lévano y Reynaldo Aragón que me acompañaban en ese momento... Efectivamente, los soldados estaban esperando que el himno terminara para que se cerrara la transmisión. Así salimos la mayoría de los periodistas. Ellos buscaban a la directora de la radio, yo me encon- traba en short y polo (tenía 29 años de edad) y por esa razón creo que no se imaginaron que yo saldría pasando por sus narices... Más tarde llegó el gerente general de la emisora Eduardo Rosenfeld y otros reporteros que fueron tomados y llevados a la carceleta de Aramburú, donde permane- cieron casi dos días (Cecilia Laca, mensaje enviado por correo electrónico, 7 de marzo del 2011).

El 6 de abril, según testimonio de Cecilia Laca, ella y otros periodistas intentaron ingresar nuevamente al local de la radio, pero había una tan- queta y varios soldados que se lo impidieron. Hicieron otro intento el día 7, pero tampoco lograron su objetivo. Finalmente, el 8 de abril, a las 7.30 horas, entraron ella, Pedro Salinas, Juan Velit Granda, Jorge Hernández, César Sáenz, Carlos Paredes, Alicia Morales y dos técnicos, y reabrieron la transmisión con el programa Diálogo abierto, que iba de 8.00 a 9.00 horas. En la tarde, el gerente Eduardo Rosenfeld, que acababa de ser liberado, ordenó cortar la información periodística y poner música; pero Laca y César Lévano se reunieron con el dueño de la emisora, Lelio Ba - larezo, para manifestarle su decisión de continuar con la programación periodística, lo que Balarezo aceptó. La transmisión se reanudó con un programa especial a las 17.30, con entrevistas y micrófono abierto al 638 EMILIO BUSTAMANTE

público (Cecilia Laca, mensajes enviados por correo electrónico, 1 y 2 de julio del 2011). Cecilia Laca sufrió represalias por la actitud asumida entonces: “Luego del 5 de abril fui víctima de asalto con arma de fuego a dos cuadras de mi casa y semanas más tarde un paquete con 40 kilos de anfo explotó en el garaje de mi casa, a lo que se sumaron llamadas de amenazas contra mí y mi menor hijo” (Cecilia Laca, mensaje enviado por correo electrónico, 7 de marzo del 2011). El periodista Pedro Salinas rememora, también, lo sucedido en aquellos días:

Fujimori salió en la televisión anunciando que iba a disolver el Congreso y, en paralelo, las fuerzas militares se apostaron en las instalaciones de canales, radios y periódicos. La directora en ese entonces era Cecilia Laca que nos comunicó a César Lévano y a mí lo que estaba pasando. Y la radio, valientemente empezó... Bueno, contactó con un locutor en la noche y comenzó a tomar contacto con algunas personas que habían sido desaparecidas. Ya la gente se olvidó, pero en esa noche hubo gente que desapareció, dirigentes de izquierda fundamentalmente (Henry Pease, Barrera Bazán, eran varios). Por supuesto que después llegaron los del Ejército y lo sacaron al locutor. Entonces Cecilia Laca tuvo el gesto recontra valiente de desacatar la orden, avisarnos previa- mente que llegáramos a la radio muy temprano […] y a una hora deter- minada ¡boom! salimos al aire. Y comenzamos a llamar al Presidente de la Cámara de Diputados (quien tenía arresto domiciliario), que era Ramírez del Villar, el Presidente de la Cámara de Senadores (que era Felipe Osterling), denunciamos la desaparición de Gustavo Gorriti (que habían tomado su casa), nadie sabía dónde estaba o qué había pasado con él, habían cercado prácticamente la manzana para secuestrarlo... ¡Un escándalo! Y mientras que nosotros hacíamos eso […] en RPP esta- ba Dennis Vargas hablando sobre las balanzas que no pesaban bien en los mercados y estaban engañando a las amas de casa. ¡Oye, hay un golpe de Estado, y un tipo habla de las balanzas en los mercados! (entrevista con Pedro Salinas, 27 de agosto del 2010).

El 6 de abril, la Asociación de Radio y Televisión del Perú (ARTP) emitió un comunicado demandando al gobierno “el retiro de las fuerzas del orden del interior de las estaciones de radio y televisión, respetando la irrestricta libertad de información, expresión y opinión”. El miércoles 8 ya se habían retirado los militares de la mayoría de las estaciones de radio, según el diario Expreso; la última que desocuparon fue RPP, a las 3 de la tarde, de acuerdo con lo sostenido por ese medio (Expreso, 9 de abril de 1992). Sin embargo, Miguel Humberto Aguirre estima que los militares se quedaron en RPP más CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 639

tiempo del señalado por Expreso: “Para el golpe, yo estaba escribiendo y llegó un compañero a decirme que había un militar en la radio. Me dijo que todo lo que saliera tenían que verlo ellos antes. En cabina estuvo conmigo. Vinieron a la radio a vigilar. Los militares se quedaron diez días. No dijeron si algo salía o no, pero miraban lo que hacíamos” (entrevista con Miguel Humberto Aguirre, 3 de diciembre del 2010). El 16 de abril, la Coordinadora Nacional de Radio (CNR) dirigió un mani- fiesto a la opinión pública expresando su preocupación por la ruptura del sistema democrático y el orden jurídico. Decía que el golpe había llevado al país al aislamiento internacional, y consideraba que el terrorismo podía encontrar en esas circunstancias “mayores argumentos para incrementar sus acciones violentas”, señalando como una de ellas “la destrucción de locales como el caso de Radio ‘Stereo Villa’, en el distrito de Villa El Salvador”. Creía que aún era tiempo “de buscar salidas a la situación” y llamaba “al diálogo sincero a todas las instituciones democráticas y fuerzas políticas para lograr el restablecimiento del Estado de Derecho”. Terminaba instando “a todos los Medios de Comunicación en particular a nuestros afiliados a mantener la libre información, la difusión y el debate de las diferentes propuestas que se formulen tendientes a estos fines”, y los alentaba a permanecer “vigilantes en defensa de las Libertades Democráticas y la Libertad de Prensa en particular” (La República, 16 de abril de 1992).

2.1.2 Del Congreso Constituyente Democrático a las elecciones de 1995 El 23 de abril, ante las declaraciones de Alberto Fujimori de restablecer el orden constitucional en el plazo de un año previa consulta plebiscitaria, la Asociación de Radio y Televisión del Perú hizo un nuevo pronunciamiento en el que afirmaba que no sería posible legitimar la vuelta a la constitucio- nalidad “sin la existencia de un clima adecuado que propicie el diálogo y en el que exista un irrestricto ejercicio de las libertades ciudadanas, y muy espe- cialmente el de las libertades de expresión e información, las que sustentan y defienden las demás libertades”. Subrayaba a continuación la importancia de contar con garantías para tal ejercicio de libertades: “Durante el lapso de un año fijado, resulta necesario y urgente que el Gobierno no sólo respete escrupulosamente el derecho del pueblo a las libertades de información, opinión, expresión y difusión, —como ocurre todavía—, sino que las garan- tice, para lo cual debe comprometerse expidiéndose debidamente. Este paso resulta, a nuestro juicio, un requisito indispensable” (El Comercio, 24 de abril de 1992; La República, 24 de abril de 1992). 640 EMILIO BUSTAMANTE

En mayo, Fujimori, cediendo a presiones internacionales, declaró ante la OEA su intención de convocar a un Congreso Constituyente. Tras un recru- decimiento de la violencia terrorista con la voladura de un edificio en la calle Tarata en Miraflores en julio, el gobierno se adjudicó una importantísima victoria en la guerra antisubversiva con la captura del líder máximo de Sen- dero Luminoso, Abimael Guzmán, en setiembre de 1992. En enero de 1993 comenzó a funcionar el Congreso Constituyente Demo- crático, elegido en un proceso electoral en el que se abstuvieron de partici- par algunas fuerzas políticas. La Constitución resultante, y que hasta hoy rige al país, según Peter Klarén “había sido preparada a la medida del régimen fujimorista caracterizado cada vez más por la autocracia, arbitrariedad y des- precio por las instituciones cívicas” (Klarén 2004: 502). La nueva Carta Magna, a diferencia de la anterior, permitía la reelección presidencial, lo que apuntaba a que Alberto Fujimori pudiese presentarse a los comicios de 1995. Entre 1993 y 1995, el control del gobierno sobre los medios de comuni- cación se ejerció fundamentalmente a través de la discriminación publicitaria. El gobierno favorecía a determinados medios que le eran obsecuentes con la compra de espacios publicitarios, y negaba en cambio publicidad a los que le eran adversos o medianamente críticos. En agosto de 1994 la Asociación de Radio y Televisión del Perú hizo pública su preocupación por la preferencia en inversión publicitaria que el gobierno daba a medios que tenían deudas tributarias. El comunicado de la ARTP culminaba con una protesta “por esta situación discriminatoria que constituye no solamente una subvención particular indebida, sino además una intervención del Estado en la libre competencia en beneficio de unos y perjuicio de otros, con criterios antitécnicos” (El Comercio, 19 de agosto de 1994). No obstante, no hubo mayores reclamos de las emisoras durante el proceso electoral de 1995. Fujimori ganó fácilmente la elección, imponiéndose al ex secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, quien postulaba por las fuerzas opositoras. En las listas parlamentarias de diferentes agrupa- ciones políticas figuraron personas vinculadas a la radio. La reportera de RPP, Teresa González, postuló a la segunda vicepresidencia de la República por el Movimiento Independiente Paz y Desarrollo de Miguel Campos Arredondo; el ex comentarista de asuntos internacionales de Antena 1, Juan Velit Granda, se presentó en la lista de Unión por el Perú (UPP); y Zenaida Solís candidateó por la Unión Cívica Independiente. Dennis Vargas Marín, conductor de programas y director de prensa de RPP, postuló al Congreso con el número 1 en la lista de CODE-País Posible, una alianza opositora al gobierno; en una entrevista otorgada al diario El Mundo confesó que tenía aspiraciones presi- denciales a largo plazo y comentó en torno a su candidatura parlamentaria: CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 641

“Me llora el corazón. En el fondo no quisiera dejar la conducción de mis programas ni la dirección de prensa de RPP, pero siempre en la vida he tra- tado de actuar con mucha ética. Por eso considero que mi candidatura no es compatible con mi trabajo en la radio” (El Mundo, 9 de enero de 1995). Inmediatamente después de ser elegido, Vargas Marín se pasó a las filas del oficialismo fujimorista.

2.1.3 La toma de la residencia del embajador de Japón por el MRTA Uno de los sucesos que ocasionó mayor tensión en el país y amplia cober- tura por los medios de comunicación fue la toma de la residencia del embajador de Japón por un comando del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). El 17 de diciembre de 1996, catorce emerretistas al mando de Néstor Cerpa Cartolini ocuparon la casa del embajador japonés Morihisa Aoki, y retuvieron a más de seiscientas personas que se hallaban disfrutando de una recepción. El objetivo de los subversivos era capturar rehenes para exigir al gobierno la liberación de los militantes del MRTA que se encontraban en prisión. En los días siguientes fueron liberados varios rehenes y se iniciaron negociaciones con las autoridades del Estado que duraron hasta abril de 1997. Para entonces se hallaban aún 72 rehenes en la residencia del embajador. Cuando las negociaciones se encontraban suspendidas, el 22 de abril de 1997, efectivos de las Fuerzas Armadas ingre- saron al lugar por un túnel que había sido cavado especialmente para la operación que recibió el nombre de Chavín de Huántar. Fueron rescatados 71 rehenes. Murieron un rehén, dos efectivos militares y los catorce miem- bros del MRTA. Durante los 126 días de la toma de la residencia, las emisoras desplegaron una amplia labor informativa, especialmente RPP y CPN (Cadena Peruana de Noticias, ex Antena 1). José María Salcedo, de RPP, recuerda el primer día: “Cuando el MRTA tomó la embajada, ellos llamaron a la radio y amenazaban con ciertas cosas. Me tocó estar al aire y recibir amenazas con respecto a lo que iban a hacer adentro. Teníamos que abrirles los micrófonos porque si no lo hacíamos podría haber sido todo peor” (entrevista con José María Sal- cedo, 29 de noviembre del 2010). Miguel Humberto Aguirre, de la misma estación, dice que la cobertura fue periódica, y que en abril aguardaban el desenlace: “Teníamos gente parada ahí hace días, preparada para la recu pe- ración” (entrevista con Miguel Humberto Aguirre, 3 de diciembre del 2010). Zenaida Solís, entonces directora de programación de CPN, recuerda que su emisora dedicaba un programa diario especialmente a los rehenes: 642 EMILIO BUSTAMANTE

Allí fue que hicimos una labor muy bonita. Hicimos un puente de plata. Los cuatro meses que estuvieron los rehenes, transmitimos todos los días un programa, primero media hora, después una hora entera. Fue una hora maravillosa de puente. Hasta ahora me encuentro con alguien que se acerca, y me pregunta si yo soy Zenaida Solís, y luego me dice: “Usted salvó mi vida, no sé qué hubiera hecho si no hubiera escuchado su pro- grama, yo todos los días vivía para escuchar su programa”. Poníamos música japonesa también, para los japoneses. Poníamos huainitos, marine- ras, para los peruanos. En fin. Poco a poco fueron acercándose las espo- sas, los hijos, e inclusive gente de la embajada japonesa, japonesas con un disco para ponerle el tema a su esposo, y le hablaban un poco en japonés. Este programa no fue un invento; yo había leído que en Colombia los hacían. Se conversó con el directorio; en ese entonces todavía el propie- tario era Galsky, y el gerente era Willy Contreras, y le encantó la idea, estaba muy contento con esa idea, y la impulsó realmente (entrevista con Zenaida Solís, 9 de noviembre del 2010).

Solís también recuerda haber recibido una llamada telefónica a la radio para informarle sobre la construcción de un túnel:

Yo comenté, hice la queja de cómo era posible que, además de la situa- ción tan dramática que se vivía, se pusiera música tan alta en los alre- dedores de la casa de Aoki. Pusieron unos parlantotes, después unos carros de guerra a dar vueltas que remecían todo. Comenté que cómo era posible, a quién se le ocurría enervar más los ánimos de esa mane- ra. Y me llamaron por teléfono y me dijeron: “Es para que no se escu- che el túnel, pues Zenaida”. Yo me quedé lívida porque llegué a la conclusión de que era cierto: estaban haciendo un túnel. Y fue una de las muy escasas veces en que me he callado algo por decisión propia. Me callé porque me di cuenta de que la persona que me llamó y me volvió a llamar, y me llamo otra vez, quería que yo dijera eso, ¿para qué?, para que abortara el plan. Ya a esa altura estábamos tan dolidos, tan erizados todos, que me dije: “Dios, si es cierto, yo no quiero saber- lo, allí me quedo”. Y no lo dije (entrevista con Zenaida Solís, 9 de noviembre del 2010).

Cabe anotar que pese a la prudencia de Zenaida Solís, circularon rumores de la construcción de túneles varias semanas antes del rescate. El 6 de marzo, el MRTA anunció que no asistiría a la décima reunión con el gobierno debi- do al descubrimiento de un túnel debajo de la residencia. El 11 de marzo el presidente Fujimori declaró que no estaba en condicio- nes de “negar o afirmar la existencia de uno o varios túneles” y que el Estado no podía revelar cuál era su estrategia para enfrentar el problema (Ideele 96, abril de 1997). CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 643

2.1.4 El caso Palma El suceso más comentado vinculado a represalias del gobierno vía denuncias de la Sunat fue probablemente el de Ricardo Palma Michelsen, dueño de Radio Miraflores. Palma dirigía en su emisora el espacio Buenos días, señor Presidente, en el que había criticado la política estatal respecto del Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS), exigido una exhaustiva investigación en el caso de un avión de la FAP descubierto con droga y pilotado por el ede- cán del presidente Fujimori, y cuestionado la licitación de la central hidroeléctrica de San Gabán. El 16 de mayo de 1996, Palma fue detenido por orden del juez Saúl Peña Farfán en virtud de una acusación de la Sunat por presunta evasión de impuestos y doble facturación por concepto de publicidad. Según la denun- cia, Palma había favorecido ilegalmente a una serie de empresas emitiendo facturas que no correspondían a los montos pagados a la radio con la inten- ción de que aquellas empresas contaran con documentos para reducir sus impuestos a la renta y pudieran utilizar el crédito fiscal correspondiente de las supuestas operaciones (La República, 21 de mayo de 1996). Entre las instituciones presuntamente beneficiadas por la doble facturación se hallaba el Instituto San Ignacio de Loyola, de propiedad del ex ministro de Economía del régimen, Carlos Boloña. El abogado de Palma, Armando Lengua Balbi, declaró a la prensa que su defendido no había incurrido en el delito de doble facturación, y que única- mente era responsable de facturación no registrada. Añadió que el mismo Palma había recurrido el año anterior a la Sunat para informar y regularizar su situación, pues la entidad estatal no se había percatado de ella. Unas car- tas entre Palma y la Sunat, publicadas por el diario La República el martes 21 de mayo de 1996, sustentaban esta versión; una de ellas (fechada el 7 de diciembre de 1995) revelaba además que Palma había pretendido llegar a un acuerdo con la Sunat para “poner en orden su contabilidad” mediante “una operación de pago mediante Canje de Publicidad”. No obstante, el contador de la radio, Manuel Jesús Garrido Silva, quien también había sido detenido, sostenía que sí se había efectuado la doble facturación y pedía acogerse a la Ley 25582 que exoneraba de pena a quien proporcionara información veraz y oportuna sobre presuntos delitos en agravio del Estado (La República, 22 de mayo de 1996). En declaraciones al diario La República, Palma sostuvo que estaba siendo víctima de una venganza política “desde arriba” por la denuncia que había hecho en la radio sobre irregularidades en la licitación de la central hidroeléc- trica de San Gabán. Decía que el mismo día en que había hecho la emisión recibió una llamada anónima con la amenaza de que “le caería” la Sunat si 644 EMILIO BUSTAMANTE

seguía abordando el tema. Relataba que la policía, tras detenerlo, lo había conducido al local principal de la Sunat, y que “un policía de apellido japo- nés llamó a un canal de televisión muy vinculado al gobierno para darle una linda primicia”. Decía haber recibido golpes de los agentes del orden que no fueron certificados por el médico legista del Palacio de Justicia, a donde fue conducido posteriormente, y reclamaba la intervención de organizacio- nes de Derechos Humanos en su defensa. Añadía: “Quiero que la gente sepa que me llevaron a un local policial clandestino, que se ubica entre la aveni- da Canadá y Paseo de la República. Ahí estuve en una celda de tres metros, en mangas de camisa junto a otros 11 detenidos” (La República, 20 de mayo de 1996). El mismo día en que Palma hizo estas declaraciones a la prensa, el arzo- bispo del Callao, monseñor Miguel Irízar, dijo durante una misa celebrada por el Día de las Comunicaciones que la detención del dueño de Radio Miraflores era injusta porque el supuesto delito no guardaba relación con la manera tan violenta en que había sido apresado (La República, 20 de mayo de 1996). La Coordinadora Nacional de Radio (CNR), por su parte, calificó la detención de Palma como un “atentado contra la libertad de prensa y opi- nión” en un comunicado aparecido en el diario La República el 21 de mayo. Lo firmaban el presidente de la CNR, Miguel Bohler, y el secretario ejecutivo, Pedro Sánchez. El texto calificaba a Radio Miraflores como “un medio de comunicación caracterizado por su libertad de opinión y de crítica”, y añadía que le causaba extrañeza el trato diferenciado que le estaba dando el Estado, “cuando existen otras empresas que mantienen deudas mucho más fuertes con la Sunat” (La República, 21 de mayo de 1996). Un día después apareció en los diarios un comunicado, mucho más cauto, de la Asociación de Radio y Televisión del Perú, firmado por su Junta Directiva. Decía que el delito del que se le acusaba a Palma debía ser probado “dentro de un debido proceso por el Poder Judicial, como lo establece el ordenamiento jurídico de nuestro país”, y que el dueño de Radio Miraflores debía “ser tratado con el debido respeto de su dignidad ni puede ser víctima de tratos humillantes, pues estos son Derechos Fundamentales de la Persona consagrados en nuestra Constitución Política”. La ARTP culminaba expresando su confianza en que el proceso se desarrollase “en el marco estricto que la ley establece, de tal manera que no quede la mínima duda de que el mismo pudiera tener algo que ver con el Derecho de la Libertad de Expresión, consagrado también en nuestra Constitución Política” (La República, 22 de mayo de 1996). Palma recibió en el penal de San Jorge las visitas de los empresarios Carlos Boloña (ex ministro de Economía del gobierno de Fujimori) y Raúl CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 645

Diez Canseco (ambos propietarios del Instituto San Ignacio de Loyola, una de las empresas supuestamente beneficiadas con la doble facturación), y del alcalde de Miraflores, Fernando Andrade, quienes le expresaron su solidari- dad. Boloña criticó las excesivas atribuciones que había adquirido la Sunat en virtud de recientes cambios legales, advirtiendo que las empresas y los peruanos en general podrían caer “bajo un régimen policíaco tributario” (La República, 20 de mayo de 1996). El juez Saúl Peña Farfán ordenó el embargo preventivo de los bienes de Palma, incluyendo a Radio Miraflores. El 27 de mayo se realizó una inspección ocular en el local de la emisora. Palma llegó esposado y, según el diario La República, “un compacto y bullicioso grupo de oyentes coreó su nombre y pidió al gobierno justicia y que se le deje en libertad” (La República, 28 de mayo de 1996). El jueves 30 de mayo, la Undécima Sala Penal presidida por William Paco Castillo Dávila, revocó el mandato de detención emitido por el Juzgado Especializado en Delitos Tributarios que conducía Peña Farfán, reemplazándolo por el de comparecencia, y ordenó la excarcelación de Palma previo depósito de 500 mil soles de caución en el Banco de la Nación (La República, 31 de mayo de 1996). Palma aban- donó así la cárcel de San Jorge después de 15 días de prisión. Al salir declaró que su libertad la debía a 180 personas que pagaron la fianza, algunas de ellas de forma anónima. Destacó que era codirector de Producciones Santiago Apóstol, “empresa que produce los programas de radio de la Iglesia católica”, con los arzobispos Vargas Alzamora e Irízar; recordó haber tenido que pagar cupos a grupos subversivos entre 1989 y 1994 que afectaron la economía de la radio (“en algún momento se paga- ban 8 mil dólares semanales”, acotó); y aseguró que jamás se había visto favorecido por la publicidad del Estado: “Nunca hemos peleado por esa publicidad. Nos hubiera gustado tener el mismo porcentaje de publicidad que tienen otros medios, pero también hemos comprendido que eso implica renunciar a la independencia. Es más, cuando se ha tenido que hacer campañas del Ministerio de Educación, lo hemos hecho gratuita- mente como un servicio a la comunidad” (La República, 2 de junio de 1996). Casi un año después, Palma fue nuevamente encarcelado al revocar la Corte Suprema la orden de comparecencia por la de prisión (La República, 24 de mayo de 1997). Su abogado Armando Lengua Balbi afirmó que había “una intención política” en su detención. El hecho coincidió con un comunicado del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas que acusaba al director de Frecuencia Latina Canal 2, Baruch Ivcher, de desarrollar una campaña de desprestigio contra la insti- 646 EMILIO BUSTAMANTE

tución, y con la reglamentación que hizo el Congreso del derecho a recti- ficación, que parecía motivada por una denuncia del congresista fujimoris- ta Andrés Reggiardo contra el periodista César Hildebrandt. La Asociación de Radio y Televisión vinculó los tres acontecimientos en un comunicado fechado el 26 de mayo, alertando sobre la sensación que habían provocado en la opinión pública de que existía “una estrategia del gobierno para suprimir las libertades de expresión e información” (La República, 27 de mayo de 1997). Por otro lado, se comentó que el proceso seguido a Palma en verdad tenía como verdadero objetivo comprometer penalmente al ex ministro oficialista Carlos Boloña, quien se perfilaba como posible candidato a la Presidencia de la República para el año 2000 (La República, 27 de mayo de 1997). En diciembre de 1997, la Sala Nacional de Delitos Tributarios sentenció a Palma a cuatro años de prisión efectiva y al pago de 50 mil soles de reparación civil por evasión de impuestos por cerca de 10 millones de soles, desde enero de 1991 hasta diciembre de 1995. En mayo de 1998, la pena fue aumentada a cinco años por la Corte Suprema. Desde el penal donde fue recluido, Palma siguió produciendo su programa diario de Radio Miraflores, al que le cambió el nombre por Pan con mantequilla, con temá- tica básicamente carcelaria (El Comercio, 13 de mayo de 1998). Ricardo Palma Michelsen salió en libertad luego de permanecer más de un año en prisión. El juez Nicolás Trujillo López aprobó su pedido de semilibertad al considerar que había cumplido un tercio de su condena. Palma declaró a su salida del penal que esos eran “tiempos de callar”, que uno de los roles de los comunicadores era propiciar la unión y la fraterni- dad, y que no se debía buscar la polarización de la sociedad: “No quiero utilizar la palabra oposición, los programas en la radio serán abiertos, los comunicadores debemos ser realistas. Oposición significa polarizar y no hay que polarizar” (La República, 29 de agosto de 1998).

2.1.5 Otros casos notorios A pesar de su amplia cobertura mediática, el caso de Ricardo Palma Michelsen no fue el más grave que vinculó a la radio con la represión gubernamental. El 17 de octubre de 1996 tuvo lugar un atentado dinamitero contra Radio Samoa de Puno y la filial de Global Televisión de esa ciudad. El hecho fue considerado en un inicio como un acto terrorista atribuible a las organizacio- nes subversivas aún en actividad; sin embargo, tras las investigaciones corres- pondientes, la policía capturó a tres militares, a quienes sindicó como los CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 647

autores del atentado: los suboficiales Ángel Felipe Sauni Pomaya, Luis Felipe Barrantes Yáñez y Flavio Javier Urquizo Ayna. En sus declaraciones a la jueza encargada de la instrucción, Sauni y Barrantes confesaron que se infiltraron en el gobierno de la región José Carlos Mariátegui en setiembre de 1996 como parte del Plan Nerval, previa coordinación con el jefe del Servicio de Inteligencia de la IV División de Infantería, general EP Alfredo Quiccia, y el director regional de asesoría jurí- dica, el abogado Ethel Guido Mendoza Bernardo, quien le asignó a Sauni el puesto de analista de cómputo y a Barrantes el de fotógrafo en el gobierno regional. Fue Mendoza también, según los militares, quien planificó el atentado; la dinamita la obtuvieron del cuartel Manco Cápac y de la oficina G-2 de la IV Región de Infantería. El suboficial Urquizo declaró que Mendoza tenía ade- más “otros objetivos”, entre ellos: Radio Cultura y el periodista Machaca Crespo. Mendoza, al ser capturado, dijo ser inocente y calificó a los subofi- ciales que lo acusaban como “desquiciados e insanos”, aunque admitió haberlos contratado con la anuencia del presidente regional César Núñez Bravo, “para que investiguen las infidencias que había en el Gobierno Regional” (La República, 22 de noviembre de 1996). El 20 de noviembre de 1996 fue destituido el general de la IV División de Infantería de Puno, general EP Enrique Delgado Velásquez al haberse com- probado que autorizó la infiltración de los agentes de Inteligencia en el gobierno de la región. Ese mismo día se presentó en el Congreso el ministro del Interior, general Juan Briones, quien afirmó que el atentado no tenía “connotaciones políticas” y que la intervención de miembros del Ejército “se debió a razones de dinero” (La República, 21 de noviembre de 1996). El general EP en situación de retiro Rodolfo Robles Espinoza consideró, en cambio, que el atentado, al estar dirigido contra medios de oposición al gobierno, formaba parte de una política de este orientada a allanar el camino hacia la reelección del Fujimori en el año 2000 (La República, 22 de noviem- bre de 1996). El Congreso, con mayoría oficialista, había aprobado en agos- to de ese año una ley de “interpretación auténtica de la Constitución” que permitía a Fujimori ir a una segunda reelección. Robles también indicó que el suboficial Ángel Sauni era miembro del Grupo Colina y que había participado en la matanza de Barrios Altos, aun- que no había sido denunciado ni sentenciado por ello. En su libro Muerte en el Pentagonito, el periodista Ricardo Uceda sostiene que Sauni nunca integró el Grupo Colina (Uceda 2004: 59), pero lo menciona como uno de los miembros del Grupo Escorpio que participó en 1989 en el asesinato del 648 EMILIO BUSTAMANTE

periodista radial Guillermo López Salazar (Shallauita) en Tingo María (Uceda 2004: 222).2 Los móviles privados y la delincuencia común serían invocados en ade- lante por el gobierno para explicar atentados contra medios de prensa en general, y radiales en particular. No se dejó de lado, sin embargo, la intimi- dación de periodistas a través de investigaciones y fallos judiciales. Así, en febrero de 1998, Rubén Zurita Vilela, propietario de Radio Sinfonía de Madre de Dios y conductor del programa El gran magazine de la semana de esa emisora, fue condenado por la Corte Suprema a un año de pena privativa de la libertad. Se le acusaba de ser “un inescrupuloso extorsionador que utiliza- ba un medio de comunicación para conseguir favores y dinero de funciona- rios del Estado” (La República, 22 de febrero de 1998); sin embargo, lo inquietante de la sentencia era que se apoyaba en la consideración de un delito inexistente: el ejercicio ilegal del periodismo. Es decir, se condenaba a Zurita no por extorsionador, sino por desempeñar el periodismo sin tener título ni estar colegiado. La Sociedad Interamericana de Prensa, el Consejo de la Prensa Peruana, la Asociación Nacional de Periodistas y el Instituto Prensa y Sociedad protestaron el fallo, pues se oponía al derecho a la liber- tad de pensamiento, opinión y expresión consagrado en la Constitución Política del Estado. El Consejo de la Prensa Peruana aclaró, mediante un comunicado, que la colegiación de los periodistas no era obligatoria en el Perú ni era requisito legal para ejercer el periodismo contar con un título profesional (La Repú- blica, 13 de febrero de 1998); Jorge Salazar, del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) sostuvo que la sentencia de la Corte Suprema era una espada de Damocles sobre la prensa independiente (La República, 22 de febrero de 1998). Más oscuro fue el caso de Isabel Chumpitaz Panta, conductora del pro- grama La voz del pueblo de Radio Satélite La Unión de Piura. Chumpitaz y su

2 El Grupo Colina, según Uceda, sí sería el responsable del asesinato de otro perio- dista radial: Pedro Yauri, conductor del programa Punto final de Radio Universal de Huacho. El crimen tuvo lugar el 25 de junio de 1992. Relata Uceda: “A la una de la mañana del 25 de junio raptaron al periodista Pedro Yauri, director del programa Punto final en Radio Universal de esa ciudad y presunto simpatizante del MRTA. En una casa de la plaza de Armas, Yauri vivía con su padre, quien presenció el secues- tro. El periodista fue muerto a balazos y enterrado en las afueras. Toda la operación demoró unas dos horas. A las tres, los vehículos del destacamento retornaron a Lima” (Uceda 2004: 319). CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 649

esposo, José Amaya, productor y locutor de ese programa, hacían una cam- paña en contra de la empresa de mantenimiento y operación del proyecto de Chira-Piura que, según el diario La República, era promovida por el ministro de Agricultura Absalón Vásquez. El 8 de febrero de 1998, los diarios informaron sobre el asesinato de la periodista y su esposo. Semanas antes habían convocado a una movilización de campesinos para exigir al gobierno cambios en la política agraria de la región. La policía detuvo a siete delin- cuentes comunes, integrantes de una banda, a quienes acusó del asesinato, indicando que el móvil original había sido el robo. Los familiares de las víctimas, el congresista aprista Alejandro Santa María, el presidente de la Asociación Nacional de Periodistas y el decano del Colegio de Periodistas de Piura expresaron su disconformidad con el informe policial y pidieron al Congreso que investigara el caso. El presidente de la filial piurana de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), Fidel Quintana Quezada, alertó sobre el peligro en que se encontraban muchos periodistas que, a causa de sus opiniones, podían sufrir atentados contra su vida “bajo el pretexto de robo” (La República, 24 de abril de 1998). En un artículo publicado en el diario La República, el parlamentario izquierdista Manuel Dammert sostuvo que el asesinato de Isabel Chumpitaz se trataba de un crimen político y que el “esquema de acción” correspondía a una “planeada operación para-militar de aniquilamiento selectivo, y no a un simple grupo de abigeos”. Según Dammert, habrían intervenido tres bandas de delincuentes comunes convo- cadas por “una fuerza superior a ellas” con móviles políticos (La República, 25 de abril de 1998). El empleo de delincuentes comunes por grupos de poder en el silen- ciamiento o amedrentamiento de periodistas radiales pareció incrementar- se el año siguiente. En marzo de 1999, el sacerdote jesuita Luis Távara, director de Radio Marañón de Jaén, denunció una serie de atentados y amenazas contra periodistas de la emisora. El caso más serio había ocurri- do el 18 de marzo, cuando dos encapuchados entraron a la una de la mañana a la emisora y dispararon dos balazos en el vientre al productor José Luis Linares Altamirano. Una semana después el conductor radial Pedro Delgado Mendoza sufrió un asalto en su domicilio y recibió una nota de amenaza. El padre Távara también fue amenazado; según declaró en conferencia de prensa ya eran ocho los periodistas de Radio Marañón que habían sufrido agresiones en poco tiempo. El religioso especuló que grupos de poder “que probablemente se sienten incómodos con la pro- gramación de la radio, que por lo general toca temas de derechos huma- nos, defensa de ronderos, campesinos, entre otros”, estaban interesados en callar a la emisora, empleando para ello a delincuentes comunes (La 650 EMILIO BUSTAMANTE

República, 24 de marzo de 1999; La República, 30 de marzo de 1999). Radio Marañón recibió la solidaridad de la CNR, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Prensa y Sociedad, la Asociación de Periodistas del Perú y el Comité Subregional de Rondas Campesinas, entre otras instituciones. El viernes 26 de marzo, el diario La República informó que, según el presidente de Comité Subregional de Rondas Campesinas, alrededor de 300 ronderos se encontraban “custodiando las instalaciones de Radio Marañón y los domicilios de los periodistas” en prevención de nuevos atentados (La República, 26 de marzo de 1999). En mayo de ese mismo año, el presidente Alberto Fujimori concedió una entrevista a RPP donde descartó que hubiera una política de hostigamiento a la prensa. Dijo que las agresiones podrían provenir de “alguien del Gobierno o del sector privado”, pero que no formaban parte de una estrategia del régi- men y debían ser denunciadas e investigadas. Aludiendo al caso de Isabel Chumpitaz y José Amaya, recordó que “se investigó y se demostró que el lamentable caso fue consecuencia de actos delictivos motivados por el robo”. Respecto a periodistas peruanos que habían conseguido asilo político en Estados Unidos, declaró que “se acogieron a esa legislación porque no podían conseguir la residencia de otro modo”, y en cuanto a la “imagen negativa del Perú en el extranjero por la situación de la libertad de prensa” consideró que era producto de “campañas de desinformación”. Expresó su confianza de que ella cambiaría con el tiempo; “se va a dejar que esto se resuelva solo”, dijo (El Comercio, 9 de mayo de 1999). Eso, sin embargo, no se resolvió solo. La situación de agravó. Uno de los sucesos más sonados al comenzar el año 2000 involucró al periodista César Hildebrandt. Hildebrandt, muy reconocido por sus programas periodísticos televisivos desde la década de 1980, había mantenido su independencia y postura crítica frente al régimen. Según algunas informaciones, en 1996 se había organizado desde el SIN el llamado Plan Bermuda para “mandarlo de vacaciones”, es decir, cancelar el programa En persona que conducía en Canal 9; el proyecto comprendía —de acuerdo con esas mismas fuentes— amenazas a su familia (Ideele 124, diciembre 1999/enero 2000; Ideele 126, marzo del 2000). En 1998, una ex agente del Servicio de Inteligencia del Ejército declaró haber tenido noticia de otro plan para asesinarlo (el de- nominado Plan Octavio); Hildebrandt entonces conducía el programa La clave en Global Televisión, Canal 13 de Lima, de propiedad de Genaro Delgado Parker (La República, 21 de marzo de 1998). Un año después, el periodista ya no estaba en televisión; en una entrevista concedida a Milagros Leiva del diario El Comercio, Hildebrandt decía: “Estoy seguro de que la CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 651

televisión está blindada respecto a un espacio como el mío. Yo creo que en Astros los empresarios se han convertido en rehenes […]. Hace seis días Genaro (Delgado Parker) me dijo que tenía muchas presiones, entre ellas judiciales”. En efecto, poco después, la jueza suplente del 29 Juzgado Civil, Sara Mejía Quintana, dispuso la entrega de la administración de Red Global al accionista minoritario, apartando a Genaro Delgado Parker de la empresa. En la misma entrevista a El Comercio, Milagros Leiva preguntaba a Hilde- brandt si había pensado en trabajar en radio. “Es una buena opción —res- pondía Hildebrandt— No sé… Creo que siempre subestimé a este medio. De alguna manera quien probó la televisión considera la radio como un premio consuelo y eso está mal. En Colombia y España la radio es más importante que la televisión, más decisiva e influyente” (El Comercio, 3 de mayo de 1999). A fines de enero del 2000, Hildebrandt estrenó en Radio 1160 el programa Ondas de libertad. El 2 de febrero embargaron el transmisor de la emisora por una orden judicial emitida por la juez suplente Sara Mejía Quintana, y el programa tuvo que ser cancelado. El embargo se hacía en virtud de una deuda de la empresa Marconi de Genaro Delgado Parker, propietaria de 1160, con Franco de Ferrari, hijo de Vittorio de Ferrari, ya fallecido, ex pro- pietario de Marconi. La deuda ascendía a 113 mil dólares; no obstante, como señalaron varios juristas, la medida judicial era inconstitucional pues atentaba contra el artículo 2, inciso 4 de la Constitución, que prohibía “toda acción que suspende o clausura cualquier órgano de expresión o le impide circular libremente”; además infringía el artículo 651 del Código Civil, que prohibía confiscar equipos esenciales de la empresa (Fowks 2000: 89). Se trataba del segundo transmisor embargado a 1160 en pocas semanas, cuatro días antes de que saliera al aire Ondas de libertad le habían embargado otro transmisor a la emisora. Hildebrandt era entonces director del diario Liberación, donde firmaba la columna “Radicales libres”. En la edición del jueves 17 de febrero se refirió en esa columna al caso de 1160 con el título “Volveremos”:

Ayer, como es público y notorio, la mafia gubernamental ha vuelto a actuar. Desmantelando Radio 1160, la mafia totalitaria le ha enviado un mensaje a Genaro Delgado Parker, ha sacado del aire “Ondas de libertad” —un programa que empezaba a ser comentado en la calle— y ha girado una vez más la tuerca del control de los medios de comunicación. No es casualidad que en el programa de anteanoche, Susana Higuchi contara cómo en 1991 recibió cartas de algunos donantes japoneses que, con incomodidad, le preguntaban por el destino altruista de cientos de miles de dólares recibidos por su marido. “En ese momento, Alberto Fujimori empezó a corromperse”, añadió Susana. 652 EMILIO BUSTAMANTE

Muy pocas horas después, una jueza de vacaciones, un monigote acree- dor que no quiere cobrar pero sí embargar y algunos policías se llevan —por segunda vez— el transmisor del Morro Solar y todos los equipos electrónicos, incluidos los micros, del local de la avenida Brasil. [… ] Pero esta no es una anécdota hertziana. Es parte de la conspiración fuji- morista para ganar las elecciones a como dé lugar y sin mayores protes- tas en la calle. En lo que a nosotros respecta, no nos van a asustar. Tampoco esta vez vamos a ceder. Les participo que Oscar Becerra y Federico Castro ya están consiguiendo un tercer transmisor (el primero también fue embargado cuatro días antes de la salida del programa). Les aviso que volveremos […] (Liberación, 17 de febrero del 2000).

Hildebrandt, el gerente general de 1160 (Federico Castro), y el produc- tor Óscar Becerra dieron una conferencia de prensa el 16 de enero. El periodista dijo que “la radio puede ser también peligrosa en estos tiempos”, y afirmó que “el gobierno ordenó a sus magistrados digitados del Poder Judicial que cerraran 1160 porque teme que se continúe revelando sus miserias” (Liberación, 17 de febrero del 2000). El hecho provocó reacciones de varios sectores. Luis Guerrero (Somos Perú), (Perú Posible), (Solidaridad Nacional) y (Avancemos), quienes eran líderes de las principales agru- paciones políticas que se alistaban a presentarse a las elecciones generales de ese año se pronunciaron en contra del embargo y coincidieron en que era “una acción dirigida por el gobierno con la intención de eliminar del aire el programa Ondas de libertad”. Los miembros de la misión de observadores del Centro Carter y del Instituto Nacional Demócrata que se encontraban en el país para seguir el proceso electoral alertaron que la medida podía agravar el clima de cuestionamiento a este. El director de la oficina permanente en el Perú del Centro Carter, Luis Fernando Nunes, declaró al diario Liberación que viajaría a provincias “con la intención de comprobar si estos mismos hechos están ocurriendo con las emisoras que mantienen una línea editorial independiente” (Liberación, 17 de febrero del 2000). El presidente de la Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR), el uruguayo Fernando Amengual, anunció que vendría a Lima para ver el caso, y el Comité de Protección a los Periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, envió una durí- sima carta al presidente Fujimori, firmada por su directora ejecutiva Ann K. Cooper, en la que protestaba por la “confiscación” de los equipos de 1160 y CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 653

consideraba que la emisora había sido “desmantelada para acallar a una de las pocas voces independientes dentro del periodismo peruano” (Liberación, 25 de febrero del 2000). En marzo del 2000 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) acogió una medida cautelar solicitada por Genaro Delgado Parker y pidió al gobierno peruano que dictara las medidas necesarias para devol- ver al empresario la administración de Radio 1160 y Red Global de Televisión, y para que fueran repuestos los transmisores confiscados de Radiodifusora Marconi S.A. La CIDH daba al gobierno un plazo de 15 días para que informara sobre las medidas adoptadas en atención a su pedido, considerando que los hechos ocurridos habían afectado “la libertad de buscar, recibir y difundir información”, y que se habían producido “dentro de un proceso electoral que varios observadores internacionales ya han cuestionado en cuanto a su transparencia y corrección” (La República, 12 de marzo del 2000; El Comercio, 12 de marzo del 2000).3 Al día siguiente, dos de los magistrados del Tribunal Constitucional (destituidos por el Congreso con mayoría oficialista), Delia Revoredo y Guillermo Rey Terry, declararon que se debía cumplir la medida cautelar, pues el país se hallaba dentro de la Convención Americana aunque el gobierno hubiese decidido retirarse de la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Aclaraban que la medida cautelar buscaba reponer las cosas a la situación anterior al acto constitucional y no implicaba prejuzgamiento sobre el fondo de la cuestión (Liberación, 13 de marzo del 2000).4 El gobierno, sin embargo, ignoró el requerimien- to de la CIDH.

3 También recurrió a la CIDH y obtuvo una recomendación favorable a sus reclamos el empresario Baruch Ivcher, propietario de Frecuencia Latina Canal 2 de Televisión, a quien el gobierno había retirado la nacionalidad peruana en 1997 y entregado la administración del canal a los accionistas minoritarios después de que se emitieran en ese medio de comunicación unos reportajes en los que se denunciaban torturas sufridas por la agente del SIN Leonor la Rosa a manos de miembros de la misma institución, y se daba cuenta de los ingresos económicos ilegales del asesor de Inte- ligencia Vladimiro Montesinos. Respecto a Leonor La Rosa, la parlamentaria fujimo- rista Martha Chávez dijo en una entrevista concedida a CPN que la agente del SIN se había autotorturado, lo que según la periodista Zenaida Solís fue “un escándalo” (entrevista con Zenaida Solís, 9 de noviembre del 2010). 4 En mayo de 1997 el Congreso, controlado por el Ejecutivo, decretó la destitución de los magistrados Delia Revoredo, Manuel Aguirre Roca y Guillermo Rey Terry, disolviendo con esa medida el Tribunal Constitucional luego de que este declarara 654 EMILIO BUSTAMANTE

Así, en un clima de profunda desconfianza y recorte de la libertad de expresión, se llevaron a cabo las elecciones generales en abril del 2000.

2.1.6 Las elecciones generales del 2000 El domingo 9 de abril del 2000 fue la fecha de los comicios. Los primeros resultados a boca de urna ofrecidos por la empresa Datum daban un 48,5 por ciento de preferencia para el principal candidato opositor, Alejandro Toledo, y 42,7 por ciento para el presidente Fujimori, quien aspiraba a su tercer período consecutivo. La empresa Apoyo, por su parte, otorgaba 45,2 por ciento a Toledo y 46,6 por ciento a Fujimori. En horas de la noche, luego de hacerse los primeros conteos de actas, los resultados parecían favorecer claramente a Fujimori, y la oposición consideró que se estaba operando un fraude. Se produjo así un mitin en las afueras del hotel Sheraton presidido por Toledo y los demás candidatos opositores, y luego una marcha hacia la Plaza de Armas. La información que los medios dieron ese día en Lima sobre el proce- so electoral y los acontecimientos posteriores fue muy discreta, con excepción de la entregada por Canal N (televisión por cable) y las emi- soras CPN y RPP. El director del Instituto Prensa y Sociedad, Jorge Salazar, comentaría días después que la radio se había convertido en “un medio de comuni- cación importante, casi indispensable en la coyuntura electoral”, mientras que los canales de televisión de señal abierta, a diferencia de los últimos meses “en los cuales se dedicaron a desinformar con campañas sucias, esta vez simplemente ignoraron lo que ocurría en el país” (La República, 16 de abril del 2000).5 En un artículo teñido de ironía publicado en el diario El Comercio, la periodista Elizabeth Bushby recordó que los canales de televisión de señal abierta propalaron programas enlatados mientras se desarrollaban manifes taciones en el centro de Lima. Bushby decía no tener

inaplicable la ley de interpretación auténtica de la Constitución que permitía pos- tular a Fujimori por la segunda reelección. En junio de 1999, el régimen dispuso el retiro del Perú de la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. 5 Después se supo, gracias a la revelación de videos, que los dueños de los principa- les canales de televisión de señal abierta (José Enrique y José Francisco Crousillat de América Televisión, y Ernesto Schutz, de Panamericana Televisión) habían recibido varios millones de dólares de manos de Vladimiro Montesinos a cambio de someter la línea editorial de sus empresas al gobierno. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 655

televisión por cable (recordaba que solo 300 mil personas tenían ese pri- vilegio en todo el país) y ponía en relieve el papel informativo cumplido por la radio. “Para la próxima ya lo sé —concluía—, cuando todo sea os - cu ridad, siempre estarán las ondas de radio en el aire, para iluminarme” (Bushby 2000). Si bien Jorge Salazar sostenía que RPP y CPN habían cumplido su labor informativa a cabalidad, la investigadora Jacqueline Fowks encuentra dife- rencias entre la labor de una y otra emisora durante la jornada. En su libro Suma y resta de la realidad, Fowks reconoce que RPP brindó una cober- tura permanente al proceso electoral desde las seis de la mañana hasta la una de la madrugada, pero indica que “la predilección informativa se incli- nó hacia la orilla oficialista”. Esta preferencia, según la autora, no solo se tradujo en cantidad de minutos transmitidos sino también en el tratamiento noticioso reflejado especialmente en los reportes emitidos desde diversos puntos del país, que “daban cuenta de un proceso electoral sin mayores incidentes”. Agrega Fowks:

En el caso específico de RPP, por ejemplo, esta imagen de limpieza fue reforzada por las declaraciones emitidas por el jefe de la MOE-OEA, Eduardo Stein, y el Defensor del Pueblo, Jorge Santistevan de Noriega, las que, a su vez, fueron reforzadas por la presencia de los representan- tes de los organismos electorales (Rómulo Muñoz Arce del JNE y Jorge Recavarren, gerente de Información y Educación de la ONPE, entre otros), y del gobierno (Alberto Bustamante, presidente del Consejo de Ministros), así como la de los analistas que, al tener cierta inclinación oficialista, garantizaron la limpieza y transparencia de las elecciones (Fowks 2000: 169).

No obstante esta tendencia oficialista, Fowks reconoce que RPP dio cabida a denuncias de los opositores como las del recorte de la fotografía del candidato Toledo de algunas cédulas de sufragio. También señala que la emisora transmitió en directo la manifestación de Toledo, aunque califi- cando a la marcha a Palacio de Gobierno como un “acto inaceptable” (Fowks 2000: 170). En cuanto a la cobertura de CPN, la autora anota:

Los aspectos más destacados a lo largo de la programación de CPN fueron su apertura y su oportunidad. La mayor ventaja de la radio como tecnología fue ampliamente aprovechada por esta emisora, ya que transmitía la información de inmediato y con una rapidez superior a la lograda por los canales de televisión (incluso cable) el 9 de abril del 2000. Además de cubrir las actividades de los seis principales can- didatos a la Presidencia, tuvo como fuentes permanentes a los miem- 656 EMILIO BUSTAMANTE

bros titulares del JNE, los funcionarios de la ONPE (directivos y coor- dinadores), los miembros de la Asociación Civil Transparencia, el jefe de la MOE-OEA, el Defensor del Pueblo y votantes en general. Hubo constantes enlaces con los corresponsales de provincias y del extranje- ro y a lo largo de la jornada entrevistaron a analistas políticos en cabi- na […]. La transmisión en directo otorgó un mayor grado de credibili- dad a los hechos, ya que la televisión optó por diferir y editar la votación de algunos candidatos y otros hechos, el embargo informativo fue por minutos y, en ciertos casos, como la concentración de ciuda- danos que reclamaban la opción de cambio, duró casi 24 horas. En este marco, las emisoras radiales y Canal N resultaron beneficiados con el respaldo y la aprobación del público. Además del aprovechamiento de la información en directo y la pluralidad de las fuentes, la información difundida en CPN era, de modo usual, continuada o retomada con análisis y comentarios. Los tres únicos que transmitieron en directo la concentración de ciuda- danos en las afueras del Sheraton y los acontecimientos de la Plaza de Armas fueron Canal N […], CPN y RPP (Fowks 2000: 171-172).

Al día siguiente de las elecciones, en el programa Agenda del día de CPN, los conductores Santiago Pedraglio y Zenaida Solís enfatizaron la importancia de que los medios de comunicación ampliaran su cobertura si es que se pasaba a una segunda vuelta electoral, y criticaron al canal del Estado por no haber mantenido la imparcialidad en los últimos meses. CPN fue transmitiendo los resultados parciales de la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales) durante el día, sin dejar de expresar preocupación por la lentitud con la que se iban dando y el clima de tensión que ello creaba. En el noticiero de la tarde, el representante del gobierno español Abel Matutes y el embajador de Gran Bretaña en el Perú manifestaron su inquietud por el desarrollo de las elecciones. Como señala Jacqueline Fowks, estas declaraciones fueron importantes pues la prensa escrita no haría mención de las reacciones internacionales sino hasta el día martes (Fowks 2000: 173). El Instituto de Defensa Legal, que había logrado crear una red de 77 emisoras asociadas a Ideele-radio, informó de diversas irregularidades acontecidas en el interior del país en la fecha de los comicios. Según sus reporteros, en Sicuani la policía y los miembros de las Fuerzas Armadas designaron a los miembros de mesa, y varios gobernadores actuaron como personeros del partido oficialista Perú 2000; en San Marcos, Cajamarca, miembros de la ONPE entraban con los votantes a la cámara secreta “para indicarles cómo votar” y un técnico del Programa Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos (Prona- CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 657

machcs)6 cortó la imagen del candidato Toledo de los afiches en las cámaras secretas; en Tarapoto se hacía propaganda a Fujimori el mismo día de las elecciones (lo que estaba prohibido), y se entregaron cédulas ya marcadas con el símbolo de Perú 2000; y en Cutervo una supuesta reportera de Frecuencia Latina (canal de televisión privado) repartía pro- paganda a favor del candidato presidente (Ideele 127, abril-mayo del 2000). Las quejas continuaron en las semanas que siguieron al proceso elec- toral, advirtiéndose que se preparaba un fraude en caso de que se produ- jera una segunda vuelta electoral, como aparentemente ocurriría, pues ninguno de los dos candidatos más votados (Fujimori y Toledo) alcanzaba el 51 por ciento, según las encuestas, porcentaje necesario para ser electo en primera vuelta (Liberación, 21 de abril de 2000). La radio mantuvo una presencia informativa importante y algunas emisoras fueron objeto de intimidaciones. En Huaraz el director del programa Línea vecinal, Meter Tinoco Rosales, denunció presiones para que se orientaran los espacios radiales independientes a favor de la reelección de Fujimori; acusaba con- cretamente al padre y al hermano del director del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP), Fredy Moreno Neglia, quienes eran propietarios de Radio Ancash, Canal 2 y el diario Prensa Regional de esa ciudad. Poco después Moreno Neglia renunció al IRTP y fue reemplazado por Jorge Lazarte Conroy (Liberación, 20 de abril del 2000; El Comercio, 11 de mayo del 2000). La fecha fijada para la segunda vuelta electoral fue el domingo 28 de mayo; sin embargo, el candidato Toledo consideró que no existían las garantías necesarias y pidió a sus seguidores que no votaran o viciaran su voto. La misión de observadores de la OEA solicitó que se postergara el día del escrutinio, y, ante la negativa del gobierno, optó por retirarse del país. Fujimori resultó electo con el 51,2 por ciento de los votos según la ONPE, pero el porcentaje de votos nulos y viciados fue el mayor hasta entonces registrado en la historia del Perú. Fujimori inició su tercer período el 28 de julio del 2000 en medio de una violenta jornada de protesta convocada por la oposición que se denominó La Marcha de los 4 Suyos. Hubo incendios, saqueos, seis muertos y casi un centenar de heridos. Las fuerzas opositoras culparon a los servicios de inteligencia del gobierno de haber infiltrado la manifestación para generar desmanes. Los incidentes fueron transmitidos

6 Una organización del Ministerio de Agricultura. 658 EMILIO BUSTAMANTE

por Canal N y algunas emisoras; sin embargo, el diario Liberación informó que durante el día se produjeron cortes a las señales de Canal N y Radio Santa Rosa (Liberación, 29 de julio del 2000). La violencia vivida en esa fecha y la división del país entre gobiernistas y opositores generó preocupación internacional. Tras una reunión de cancille- res en Canadá, el gobierno peruano accedió a la iniciativa de la OEA de formar una Mesa de Diálogo con la oposición. La Mesa de Diálogo comenzó a funcionar el 21 de agosto, teniendo como facilitadora a la OEA, represen- tada por el embajador permanente Eduardo Latorre.

2.1.7 Tránsfugas, amenazas y una entrevista radial a Vladimiro Montesinos7 Como consecuencia de las elecciones generales del 9 de abril, el oficialismo perdió la mayoría en el Congreso; sin embargo, antes de la instalación de este, el lunes 24 de julio la recuperó gracias a que varios parlamentarios elec- tos por las agrupaciones opositoras sorpresivamente se pasaron al bando del fujimorismo. Estos parlamentarios recibieron el apelativo de “tránsfugas”. Uno de ellos fue el dueño de Radio Libertad, Jorge Polack, quien había lle- gado al hemiciclo por el partido Solidaridad Nacional. Radio Libertad había sido durante mucho tiempo, según el diario Libe- ración, una tribuna para quienes discreparan abiertamente del régimen. Sin embargo, el 9 de julio, Polack apareció en el programa de televisión Hora 20, muy vinculado al gobierno, para criticar la Marcha de los 4 Suyos que ya había sido convocada. El 15 de julio, Radio Libertad suprimió sus pro- gramas informativos y de opinión, y se dedicó a transmitir únicamente música. El 16 de julio, Polack, en otro programa de televisión cercano a la dictadura, Contrapunto, dio a conocer su decisión de abandonar las filas de Solidaridad Nacional. Según Liberación, Polack habría sido chantajeado por el gobierno, pues estaba a punto de perder su emisora (Liberación, 18 de julio del 2000). Detallaba Liberación que Polack tenía dos procesos judiciales en curso y que el local y el transmisor de Radio Libertad se encontraban hipotecados. Ello hacía, según el diario, “que el empresario radial tenga todo el perfil requerido para ser la próxima adquisición del

7 Vladimiro Montesinos Torres, abogado y ex capitán del Ejército, fue formalmente asesor del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) durante los años de gobierno de Al- berto Fujimori. En realidad, ejerció extraoficialmente la jefatura del SIN. Actualmente purga condena penal por varios crímenes cometidos en aquellos años. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 659

fujimorismo, pase que le permitiría librarse de todas sus angustias judiciales y financieras”. Añadía que Polack había sido uno de los abanderados de una línea periodística independiente, y concluía que “por eso lo eligieron” (Liberación, 21 de julio del 2000). Por otro lado, continuaron las hostilidades contra gente de radios oposi- toras. El 1 de setiembre, durante el I Encuentro de la Red Informativa Nacional y la Red de Periodistas en Emergencia del Instituto Prensa y Sociedad, el director de la Coordinadora Nacional de Radio (CNR), Pedro Sánchez, denunció una campaña de amenazas y agresiones físicas que venían sufriendo sus afiliados. Una de las principales víctimas era el sacerdote dominico Juan Sókolich, director de Radio Santa Rosa, quien recibía constantemente llamadas telefó- nicas con amenazas de muerte. Otros periodistas de esa emisora y de radios de Piura, Sicuani, Jaén y Puerto Maldonado eran también objeto de presiones y seguimientos, y en Madre de Dios los periodistas radiales habían sido acu- sados de hacer apología de la violencia por el director del Consejo Transitorio de Administración Regional. Sánchez anunció que la CNR estaba promoviendo acciones conjuntas con la Defensoría del Pueblo, el Instituto Prensa y Sociedad, y el Relator para la Libertad de Prensa de la OEA para que cesaran esas hostilidades (La República, 2 de setiembre del 2000). El 14 de setiembre, en una dramática conferencia de prensa, el parla- mentario del Frente Independiente Moralizador, Fernando Olivera, exhi- bió un video donde se apreciaba al poderoso asesor de Inteligencia del gobierno, Vladimiro Montesinos, entregando dinero al congresista oposi- tor Alberto Kouri a cambio de su incorporación a las filas del oficialismo. La revelación ocasionó un verdadero terremoto político, pues ponía en evidencia el mecanismo empleado por el régimen para obtener la mayoría parlamentaria. La mañana del 16 de setiembre, el arzobispo de Lima, mon- señor Juan Luis Cipriani, en el programa Diálogo de fe que conducía en RPP con el periodista Miguel Humberto Aguirre, recomendó en primer lugar separar de su cargo al “doctor Montesinos”, a quien consideraba que se hallaba “al frente del servicio de inteligencia”, y, en segundo lugar, poten- ciar el diálogo con la OEA “para recuperar la confianza tanto del país como en el exterior”. Cipriani sugería, sin embargo, que Fujimori se mantuviera en el gobierno:

[…] la salud moral del país exige la separación, en este momento, de quien ha estado al frente de un sistema de inteligencia que ha sido muy eficien- te, que habrá tenido muchos logros, pero que de un tiempo a esta parte 660 EMILIO BUSTAMANTE

está interviniendo demasiado —esta es la impresión de todos los perua- nos—, en la vida personal de cada uno. Como les digo, pueden sacar videos de todo el mundo, pueden sacar copias de conversaciones de todo el mundo, ¡hasta dónde va a llegar este esquema de venganzas, de chan- taje y de corrupción! Esto hay que cortarlo por la necesidad de una vida sana en el país. Pero no pensar que hay que cortar la cabeza, porque me parece que sería un mal mayor. Hay que cortar el miembro que está podrido, el cuerpo y la cabeza me parece que son perfectamente salvables, y así se lo pido a Dios con toda la confianza (Arzobispado de Lima 2000).

Ese mismo día Alberto Fujimori anunció la desactivación del Servicio de Inteligencia Nacional y la convocatoria a nuevas elecciones en las que él no participaría. Montesinos salió del país con rumbo a Panamá el 24 de setiembre, pero retornó un mes después para dar una entrevista desde la clandestinidad al periodista Jesús Miguel Calderón, de RPP. La entrevista salió al aire el 24 de octubre. Según Calderón, Montesinos lo llamó a la radio a las 12.40 horas, pero la conversación se emitió una hora más tarde porque hubo que mejorar la calidad de la grabación, ya que Montesinos había llamado a un teléfono que no era el empleado para registrar entrevistas en directo. Esa misma razón fue invocada por Calderón para justificar que no se le escucharan sus preguntas y que pareciera que Montesinos hablaba solo e incluso que leía sus declaraciones. En diálogo con El Comercio, Calderón negó que Montesinos “le hubiera impuesto parámetros o que hubiera existido un cuestionario previamente acordado”, y atribuyó a la “emoción” haberse olvidado de preguntarle por su paradero, el soborno a Alberto Kouri, y su presunta participación en una intentona golpista frustrada poco antes de su viaje a Panamá (El Comercio, 25 de octubre del 2000). En la entrevista, Montesinos dijo que había salido del país porque su pre- sencia se había convertido en motivo de conflicto para la desactivación del SIN. Explicó que, no obstante, el asilo político que se había gestionado para él con ayuda del secretario general de la OEA y presidentes de varios países de América Latina, no pudo concretarse, y que había retornado al Perú por- que grupos de Sendero Luminoso, el MRTA y el narcotráfico estaban llegando a Panamá para atentar contra su vida. Aseguró que su retorno había sido coordinado con el embajador de Perú en Panamá, Alfredo Ross, y que el presidente Fujimori estaba al tanto de ello. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 661

Negó haber tenido participación alguna en las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta y en la tortura a la agente del SIN Leonor La Rosa. Por último, dijo haberle salvado la vida a Abimael Guzmán, a quien el gobierno habría querido fusilar después de su captura en 1992 (El Comercio, 25 de octubre del 2000; La República, 25 de octubre del 2000).8

8 El Comercio publicó la entrevista con acotaciones de Jesús Miguel Calderón. El texto es el siguiente: Calderón: ¿Por qué dejó el país? Montesinos: Porque mi presencia se había convertido en un motivo de conflicto para el proceso de desactivación del Servicio de Inteligencia Nacional. Mi perma- nencia podría significar un obstáculo y con esa medida dejaba en libertad a quienes tuvieran a cargo dicha desactivación. Muchos se han preguntado por qué pedí asilo. La respuesta es muy simple. Durante diez años de trabajo, luché contra el terroris- mo del MRTA y Sendero Luminoso, para rescatar a los rehenes de la residencia del embajador de Japón, y he enfrentado frontalmente el flagelo del narcotráfico. En ese sentido, mi vida y seguridad personal corrían un serio peligro frente a estas organi- zaciones criminales. Y así creo que lo ha entendido el secretario general de la OEA, el señor Gaviria, y los presidentes de varios países de América Latina, a quienes quiero expresarles mi agradecimiento por las importantes gestiones realizadas para solicitar mi asilo en la hermana república de Panamá. ¿Doctor Montesinos, por qué regresó al país? A pesar de la solicitud de asilo en Panamá, esto no pudo concretarse. De lo con- trario, tengan ustedes la seguridad de que me hubiera quedado en Panamá. Pero habiéndose vencido 30 días de permanencia que la ley me permitía y sabiendo que varios grupos de organizaciones de Sendero Luminoso, del MRTA y del narcotráfico estaban llegando no sólo para hacerme un reglaje sino también para atentar contra mi vida, es que decidí regresar a mi patria. Que quede bien claro que ese ha sido el motivo, no como se viene diciendo que para crear desestabilización en el país o atentar contra la democracia. Eso está muy lejos de mi memoria. Que se entienda que regreso porque me iban a matar. Espero que mi presencia no altere el proceso de diálogo ni el cronograma electoral que se ha establecido por las partes. En cuan- to a las coordinaciones para mi regreso, éstas se hicieron con el señor embajador del Perú en Panamá (Alfredo Ross) y con el presidente. El señor Ross contrató el avión en que regresé desde Panamá hasta Pisco. Fue quien realizó la hoja de ruta Panamá-Guayaquil-Pisco. Estando en Guayaquil, el presidente me llamó por un teléfono celular que me proporcionaron las autoridades en Guayaquil y conversó conmigo en presencia del piloto, el copiloto de la nave y de las otras tres personas que me acompañaban. En esos momentos dio las instrucciones para que el avión pudiera aterrizar en Pisco. Voceros de la oposición le atribuyen estar involucrado en los casos de Leo- nor La Rosa, la matanza de La Cantuta y de los Barrios Altos. No tengo nada que hacer con los lamentables sucesos de La Cantuta, de Barrios Altos y lo ocurrido contra la señora Leonor La Rosa. Fui procesado por los sucesos 662 EMILIO BUSTAMANTE

2.1.8 Epílogo Al día siguiente de emitida la entrevista, el presidente Fujimori protagonizó un insólito operativo policial de “ubicación” de su exasesor, que fue tele- visado y aparentemente no tuvo éxito. A comienzos de noviembre, se abrió un proceso judicial contra Montesinos, quien por entonces se encontraba

de La Cantuta al igual que el general Hermoza Ríos y a los dos la justicia militar nos encontró sin responsabilidad penal. Los responsables de esa matanza fueron condenados por la justicia militar y después amnistiados por una ley del Congreso. Ni el general Hermoza ni yo nos acogimos a la Ley de Amnistía. Por lo tanto, nadie puede imputarme responsabilidad, porque fui sobreseído con carácter de cosa juzgada. En cuanto a Leonor La Rosa, la señora sufrió los lamentables hechos en las instalaciones del Servicio de Inteligencia del Ejército y no del SIN. Los respon- sables de esos hechos fueron procesados y hoy cumplen condena por disposición de la justicia militar. Si se revisa el expediente, verificarán que en el auto apertorio de la Sala de Guerra ni en la denuncia del representante del Ministerio Público ni en ninguno de los actuados aparece mencionado mi nombre. Nunca la señora me ha incriminado. Como hombre de leyes siempre apuesto por la vida, nunca he apostado por la muerte. Les voy a contar una anécdota: Al señor Abimael Guzmán lo iban a fusilar. El gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional firmó un dispositivo después del 5 de abril de 1992 y después de su captura en setiembre de ese año, para fusilarlo. Hablé con el presidente y le dije que no me parecía con- veniente que se procediera a la ejecución de estas personas porque consideraba que la vida no se puede quitar por obra de los hombres. Sólo corresponde quitarla a Dios. Le pedí al presidente que me diera la posibilidad de establecer un diálogo con él (Guzmán) y, a través de un diálogo pacífico y de una lucha de mentes, poder conocer los entretelones de la organización y recopilar información que permitiera llevar a cabo el proceso de pacificación nacional, respetando escrupu- losamente la vida. Ese proceso ha tenido como eje la superioridad ética y moral de las fuerzas del orden. De esa forma hemos logrado combatir la violencia, con ética y superioridad moral del Estado de derecho frente a la amenaza de la violencia criminal de Sendero Luminoso. Calderón relata que, cuando hizo las coordinaciones correspondientes, in- gresó la llamada por un teléfono que habitualmente no utilizan para hacer las entrevistas que son en directo: Pero no podía desaprovechar la oportuni- dad de escuchar la voz de Montesinos. Le pregunté como dato curioso, antes de agradecerle la posibilidad de con- versar con él, cómo salió de Pisco. Se ha dicho que salí con un equipo de seguridad personal y no es verdad. A la fecha no estoy desempeñando ningún cargo en la administración pública. Soy un ciudadano común y corriente. Por mandato de la ley, no tengo ningún equipo de seguridad personal. El personal que me ayudó a salir fue autorizado por las autori- dades competentes para facilitar mi traslado. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 663

nuevamente fuera del país.9 El 13 de ese mes, Fujimori viajó a Brunei para una cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC). El 16 de noviembre llegó a Tokio. Ese mismo día, tras ser destituida de la presiden- cia del Congreso la oficialista Martha Hildebrandt, en una votación que evidenció un sustantivo cambio en la correlación de fuerzas en el Legislativo, se eligió presidente de ese poder del Estado al opositor Valentín Paniagua. La primera medida que tomó el Congreso bajo la presidencia de Paniagua fue la restitución de los magistrados que habían sido retirados del Tribunal Constitucional. Dos días antes el Ejecutivo había aceptado las recomendaciones de la Comisión Internacional de Derechos Humanos de que cesara el hostigamiento contra Baruch Ivcher, propietario de Frecuencia Latina, quien había sido despojado de su canal de televisión y de la nacio- nalidad peruana. Genaro Delgado Parker, propietario de Radio 1160 y víctima a su vez del despojo de la administración de otro canal de televi- sión (Global Televisión Canal 13) expresó su deseo que también se resol- viera favorablemente su caso restituyéndosele sus derechos tal como había sido discutido en la Mesa Diálogo. En la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, mientras tanto, se clausuraba un seminario internacional sobre Información para la Democracia al que asistieron, entre otros, los relatores especiales para la libertad de opi- nión de la ONU y la OEA (Abid Hussain y Santiago Cantón, respectivamen- te); el Defensor del Pueblo, Jorge Santistevan de Noriega; y el presidente del Consejo de la Prensa Peruana, Enrique Zileri. El relator de la OEA, luego de hacer un recuento del informe correspondiente al año anterior en que se enumeraban restricciones y problemas afrontados por la prensa en el país, concluyó: “Hoy la situación ha cambiado significativamente. Las acciones de hostigamiento han cesado y se ha avanzado”. El embajador de Finlandia en el Perú, Mikko Pyhala, resaltó, por su parte, los esfuerzos de periodistas locales: “Gracias a estos héroes el Perú tiene una Mesa de Diálogo y resulta-

Luego le hice un comentario sobre la situación del país, la reciente renuncia del vicepresidente, la Mesa de Diálogo, le pregunté si tenía algo más que agregar o comentar sobre el particular. Espero de todo corazón que el Perú continúe por el camino que se ha trazado y que todos los peruanos, sin distinción de credos ni posiciones políticas, logremos vivir en paz. Ése es mi anhelo y a eso me voy a dedicar, a vivir en paz y estar alejado de la política y de toda actividad de la función pública. Mi objetivo es exclusivamente dedicarme a mi profesión de abogado (El Comercio, 25 de octubre del 2000). 9 Fue capturado en Venezuela en junio del 2001. 664 EMILIO BUSTAMANTE

dos importantes”. Enrique Zileri clausuró el evento dando lectura a una declaración final que denominó Los principios de Lima en la que se ratificaba la vigencia del acceso a la información como derecho humano fundamental, resaltándose que la información pertenece a los ciudadanos y no al Estado (El Comercio, 17 de noviembre del 2000). El diario El Comercio editorializó el domingo 19: “Los peruanos apreciamos enormemente la valía de tales principios, pues hemos sufrido en carne propia las consecuencias de la manipulación intolerable de la información oficial y también el amedrenta- miento del régimen a la prensa, que afortunadamente empieza a ser cosa del pasado ante el declive de la autocracia” (El Comercio, 19 de noviembre del 2000). El lunes 20 de noviembre Alberto Fujimori renunció a la Presidencia de la República por fax desde Tokio. El Congreso no aceptó la renuncia y declaró el cargo vacante por incapacidad moral. Tras las renuncias de los vicepresidentes Francisco Tudela y Ricardo Márquez, el titular del Congreso, Valentín Paniagua, asumió la Presidencia de la República, el miércoles 22 de noviembre del 2000.

2.2 La radio popular

2.2.1 La Coordinadora Nacional de Radio en la década de 1990 En 1992, la CNR creó su Agencia de Noticias que produjo informaciones, reportajes y trabajos de investigación difundidos por la red de la CNR y otros medios. Para entones, la CNR comprendía a treinta emisoras y cin- cuenta centros de producción radial. Algunas de las estaciones tenían equipos potentes, pero otras eran prácticamente artesanales. Emitía dos noticieros, en la mañana y al mediodía, en cadena. En 1994, el diario La República informaba sobre las actividades de la red y la agencia de noticias:

Cada emisora tiene un bloque informativo local, pero se engarza a otro a nivel nacional que permite a los piuranos saber qué está pasando en Puno, y [a] los selváticos enterarse de los problemas de Cerro de Pasco. La credibilidad de la red es cada vez mayor. A diferencia de las emisoras comerciales de la capital, donde la fuente de provincias es un solo corresponsal, la CNR tiene el privilegio de contar con un pool de corres- ponsales integrados por emisoras, cada una con decenas de reporteros que abastecen con veracidad cada despacho informativo emitido a sus similares de otras ciudades del país […]. La agencia también coloca sus despachos en radios de Lima como Santa Rosa, Cora, Cadena, Unión, CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 665

Antena 1, Moderna, y en dos diarios de circulación nacional” (La Repú- blica, 3 de octubre de 1994).

La CNR recuerda que entonces: “Primeras planas de diarios de circulación nacional y amplios segmentos de noticiarios de televisión acogieron las denuncias y resultados de investigaciones periodísticas de la CNR y sus emi- soras asociadas” (Acevedo 2006: 33). A fines de la década de 1990, la CNR, en coordinación con ALER, realizó esfuerzos para el empleo del satélite e internet no solo con finalidad informativa sino también para “la difusión de programas educativos y de evangelización” (Acevedo 2006: 33). La CNR con- vocó, asimismo, a concursos como La radio frente a los 500 años en 1992, con motivo del quinto centenario del encuentro de Europa y América,10 y La radio invita: Participación Ciudadana en 1996, en colaboración con Ceapaz (Centro de Estudios y Acción para la Paz) y SER (Servicios Educativos Rurales), con el fin de “fortalecer espacios públicos de deliberación entre gobiernos locales y población” (La República, 9 de diciembre de 1996). Publicó también una revista (Perú Radio). En 1996, después de la primera reelección de Fujimori, la CNR advirtió en su XV Asamblea General de Socios que la intolerancia política se había incrementado. Las emisoras de la CNR entraron entonces en conflicto con el gobierno:

Porque son radios que quieren darle voz al pueblo y son radios que son hechura del pueblo […], y, cuando el pueblo habla, lo hace a favor o en contra de los regímenes políticos. En este caso el pueblo habla lo bueno de Fujimori en términos de asistencia, pero también habla de lo malo de Fujimori en términos de proyecto de desarrollo nacional. El asistencialis- mo sabemos que no es una buena forma de promover el desarrollo sostenible de un grupo social, y ahí empiezan las críticas y los proble- mas. El gran movimiento de radios populares en el Perú […] entra en severa crisis con Fujimori, quien persigue a algunas radios opositoras, el SIN se mete a algunas radios, las persigue, las vigila las hostiga… Fujimori intenta modificar la Ley de Telecomunicaciones con el fin de añadir un artículo en el cual se prohíba que las radios educativas puedan vender publicidad, entonces era casi atentar contra su sostenibilidad y

10 El primer lugar fue para el programa Encuentros y desencuentros, un debate ne- cesario, producido por el antropólogo José Carlos Vilcapoma y el comunicador Carlos Rivadeneyra Olcese, emitido por Radio Red. El segundo lugar lo obtuvo el programa A lo largo del camino (Jaya Thaki, en aimara), realizado por Domingo Páucar, del Centro Illa-Puno, que se transmitió por Radio Onda Azul de esa ciudad. El tercer lugar lo ganó 500 años de resistencia cultural del Instituto Comunicación y Desarrollo (Lima) (El Comercio, 24 de enero de 1993). 666 EMILIO BUSTAMANTE

hacer que vivan solamente de las donaciones extranjeras, lo cual es cada vez más difícil (entrevista con Carlos Rivadeneyra, abril del 2010).

En 1997, en declaraciones dadas a La República, el director ejecutivo de la CNR, Pedro Sánchez, resaltaba que los programas de las emisoras afilia- das partían de la realidad regional a diferencia de los producidos por las cadenas nacionales que eran dirigidos desde Lima; reiteraba que la CNR promovía la integración del país, buscaba el desarrollo cultural y educativo de la población y el fortalecimiento de la sociedad civil en sus respectivas localidades. Destacaba que las emisoras de la CNR ocupaban los primeros lugares en el rating en noticieros y programas de participación directa, y competían “de igual a igual” con las cadenas comerciales en programas de entretenimiento, a quienes decía no temerles; pero respecto a la situación política comentaba: “Trabajar por la democracia y por la promoción de los valores en el Perú es casi un delito. Sí hemos tenido problemas. El período político que vivimos es muy autoritario y represivo. Así como existe el temor, también tenemos la convicción de seguir trabajando” (La República, 21 de setiembre de 1997). En 1998, en su XVI Asamblea de Socios, la CNR denunció hostilidades y amedrentamiento a periodistas, entre las que incluyó la norma que pro- hibía a las radios educativas difundir publicidad comercial, con la que se quería cortar una de las pocas posibilidades de generar ingresos que tenían esas emisoras (Acevedo 2006: 34). La CNR, sin embargo, no se amilanó: “como red y desde el aporte diferenciado pero importante de cada una de sus instituciones socias, tuvo un rol fundamental para la recuperación de la democracia” (Acevedo 2006: 35). Se convirtió en alternativa informativa a través de su “agencia de noticias, página web y servicios informativos en red y de producción descentralizada”, así como en articuladora de volun- tades y generadora de espacios de participación ciudadana y propuestas. Durante la Marcha de los 4 Suyos y las jornadas de protesta del año 2000: “Las transmisiones de la CNR llegaron a más de 400 emisoras en América Latina, y diversos medios y ciudadanos en el mundo, a través del sistema satelital propio y el de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica. La agencia Pulsar de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc) fue también un aliado valioso en este esfuerzo […]” (Acevedo 2006: 36). La Agencia de Información Pulsar, con sede en Ecuador, operaba por internet y en tres idiomas: francés, inglés y español. Incluía data y voz, y tenía nueve servicios informativos diarios (Comunicaciones, suplemento especial del diario El Comercio, 6 de octubre del 2000). CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 667

La actividad de la CNR comprendió, también, la lucha contra la epidemia de cólera que hubo en el país en 1991. En colaboración con organismos como ALER, Amarc y la Organización Panamericana de la Salud, las emisoras asociadas a la CNR desarrollaron proyectos para informar, sensibilizar y edu- car a la población (Rubio 2007: 350). Durante la década de 1990, emisoras y programas de radio populares, vinculados en su mayoría con la CNR, afrontaron dificultades, las superaron y alcanzaron trascendencia. Destacamos a continuación algunos casos.

2.2.2 Radio Onda Azul (Puno) Nacida por iniciativa de los padres Maryknoll, con finalidad educativa (alfa- betizadora y evangelizadora), Radio Onda Azul alcanzó justo prestigio en la década de 1970 por sus escuelas radiofónicas (Figueroa 1996: 66). En la década de 1970 dejó de recibir el apoyo de los Maryknoll y del Estado para las escuelas radiofónicas y, como otras emisoras de la Iglesia, alquiló espa- cios a gente comprometida con la problemática social. Esos programas le imprimieron a Onda Azul “un ritmo y le dieron una cara beligerante y com- prometida” (Figueroa 1996: 94-95). Afiliada a la CNR, Onda Azul buscó en la década de 1980 alcanzar el perfil de las radios populares que pretendían “educar, organizar, concientizar” (Figueroa 1996: 126) y apoyó las propuestas de redistribución de la tierra y bienes de las empresas asociativas a favor de las comunidades campesinas que hacían la Federación Departamental de Campesinos de Puno (FDCP) y defendía el Partido Unificado Mariateguista (PUM), integrante de la Izquierda Unida, por lo que se identificó a la emiso- ra con esas organizaciones. En aquellos años destacaron en Onda Azul el noticiero Pututo y los bloques de programación en quechua y aimara. Durante el conflicto armado interno, la radio defendió los derechos humanos y, como ya se ha anotado, sufrió dos atentados dinamiteros (uno en 1986 y otro en 1988) con daños graves para su antena. En la década de 1990, Onda Azul atravesó una severa crisis que no fue ajena a la del movimiento popular en Puno. Como señala Figueroa: “A comienzos de los 90, las organizaciones barriales y femeninas fueron cayen- do en Puno, presionadas por la violencia senderista, la división y el despres- tigio de los partidos políticos de izquierda y la política neoliberal del gobier- no de Fujimori” (Figueroa 1996: 121). La crisis de la izquierda afectó a una emisora que se hallaba demasiado cercana a ella. Como señala uno de sus principales directivos de entonces: “[…] cometimos el error de que cúpulas tanto políticas como gremiales tenían en la radio la prioridad de los espacios y el discurso” (Rodríguez cita- 668 EMILIO BUSTAMANTE

do en Figueroa 1996: 150). El PUM prácticamente había tomado la radio, y ello le restaba credibilidad: “[…] la gente empezó a identificarnos con un partido político y allí perdimos credibilidad. Eso nos llevó a sentirnos perde- dores y no podíamos enfrentar a la gente y decirles que éramos un proyec- to muy aparte (Paquita citada por Figueroa 1996: 163). La división del PUM trajo consigo la debacle de la FDCP y un fuerte con- flicto en Onda Azul:

Casi toda la gente en la radio era del PUM, por lo menos un 90%, o sea, si no eran militantes por lo menos eran simpatizantes, pero todos de la misma línea, por eso éramos sólidos. Después vino el rompimiento del PUM en tres y la gente de la radio también se divide en tres grupos. Ahí vino el problema, empezaron las discusiones de ideología, de concepción y se armó el toletole en la radio (Casazola citado por Figueroa 1996: 161).

Monseñor Jesús Calderón Barrueto, obispo de Puno y uno de los gran- des forjadores de la emisora, reconocía en 1996:

En la radio también hubo crisis, ya que la gente se dividió en dos lideraz- gos. En la radio se veía buen trabajo, buenos frutos en comunicación, prestigio inclusive a nivel internacional, pero había un problema de fondo: la manipulación política y la falta de honestidad de un grupo que se sen- tía accionista de la radio, que si hubiera seguido así, la radio hubiera ter- minado quebrada como quebraron la Comisión de Derechos Humanos y otras ONG. Entonces, vino la crisis, el personal se dividió y tomaron la radio en protesta del grupo muy politizado (Figueroa 1996: 159).

Monseñor Calderón Barrueto admitió, además, errores de la Iglesia que resumían el triunfalismo (“supervaloración y poca profundidad en nuestro trabajo”), no haber dado primacía a la labor pastoral evangelizadora explíci- ta, otorgando en cambio “demasiada importancia a la política, a la utopía política”, y haber depositado “demasiada confianza” en los agentes pastorales (Figueroa 1996: 158). La crisis de Onda Azul se agudizó, además, por las malas relaciones humanas (no solo políticas) que fueron creándose entre su dirección y el personal (Figueroa 1996: 162). El 10 de setiembre de 1992, un comité sindical que agrupaba a más de la mitad de los trabajadores de la radio tomó el local de Onda Azul y pidió la destitución del director Raúl Rodríguez. La toma duró cuatro días, al final de los cuales el obispo Calderón Barrueto intervino nombrando una comisión reorganizadora integrada por la hermana Bárbara Philippart y los padres Luis Zambrano y Eugenio Ramírez. El director de la emisora y siete trabajadores renunciaron. La comisión se dedicó a “reestruc- turar el trabajo interno de la radio, a cambiarle de imagen y a superar los CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 669

problemas administrativos”. Bárbara Philippart fue nombrada directora y bajo su gestión, que culminó en 1996, se “reflotó la economía de la radio, resta- bleció el buen manejo financiero de los proyectos, dio confianza a las finan- cieras, reestructuró los departamentos de trabajo, se elaboraron los estatutos, el manual de funciones y el reglamento interno de la radio” (Figueroa 1996: 164). En 1996 asumió la dirección el padre José Loits Meulemas. Respecto del cambio de la imagen de Onda Azul, una trabajadora de la emisora sostenía, en 1996:

La gente cree más en nosotros porque damos una imagen más pluralista, más amplia porque se da apertura a todos los sectores políticos. Hemos cambiado nuestra forma de decir las cosas, más moderada, ya no como en esos tiempos muy fuertes donde, inclusive, insultábamos a los parti- dos políticos, pinchábamos demasiado a algunos sectores con frases muy fuertes. Ahora hay que hablar pensando en lo que se va a decir, porque todavía tenemos muy fuerte el pasado, los atentados y todo eso. El pasado nos ha enseñado muchas cosas, nos ha jalado las orejas, nos ha llevado a meditar más en los pasos que damos. Debemos seguir diciendo esto está mal cuando las cosas no caminan pero hay que saber decirlo de otra manera (Paquita citada por Figueroa 1996: 176).

El concepto de radio popular experimentaba también algunos cambios a mediados de los noventa, ante la nueva situación creada por el triunfo del liberalismo, el fracaso de los socialismos reales y el auge de la globalización:

Hoy la radio popular no es sólo denuncia ni principalmente un medio al servicio de las organizaciones. Ahora busca su lugar como mediadora social, dialogando con todas las instituciones de la sociedad civil, siendo útil a la gente, construyendo democracia, estableciendo relaciones afec- tivas con los oyentes, articulando redes y apoyando el conjunto de esfuerzos de los grupos sociales, fiscalizando y formando opinión públi- ca (Figueroa 1996: 174).

Onda Azul asumió en la década de 1990 que debía llegar a un público masivo y competir con las emisoras comerciales y las cadenas radiales que tenían su centro en la capital:

Ahora que la radio popular redescubre que es ante todo un medio masi- vo, que se debe no sólo a los sectores organizados de la sociedad y que hay que ganarse el derecho de hablar a las grandes audiencias, a los grandes públicos que son las masas contradictorias, plurales y anónimas […]. En las radios populares hay, pues, una necesidad de salir resuelta- mente a captar audiencia y competir en el dial […]. Precisamente, bus- cando adecuarse al presente momento Radio Onda Azul le da nuevo sentido a su práctica social. Ahora no son tiempos de gritar, de repetir 670 EMILIO BUSTAMANTE

discursos principistas o de denunciar únicamente. Hoy es tiempo de construir en pequeño, de lograr triunfos cotidianos, de buscar resultados concretos, cosas que las personas puedan apreciar, ver, sentir, gozar, y a partir de los cuales puedan ir tomando confianza en sí mismas y en su capacidad creativa (Figueroa 1996: 177).

Esta apuesta por lo masivo no implicaba sin embargo un abandono del tema de la identidad cultural. Continuaron produciéndose programas en quechua y aimara, orientados fundamentalmente al campesinado. El infor- mativo Pututo siguió siendo representativo de la emisora, y se buscó impri- mirle “un matiz más pluralista e imparcial”, dando cabida también a las voces de las autoridades civiles, policiales y militares, y promoviendo el periodismo de investigación “principalmente dirigido a fiscalizar y a mora- lizar las labores sociales de las entidades del Estado, de los gobiernos locales y del gobierno regional” (Figueroa 1996: 182). En 1994 salió al aire la revista Ruidos de la ciudad, conducida por Francisco Ávila, Justa Velásquez y Juan Espinoza. “La novedad de la revista consistió en combinar la cabina con la unidad móvil y los conductores visitan un barrio distinto cada día, previa investigación y estudio de los problemas de los vecinos” (Figueroa 1996: 122). El programa buscaba “promover el diálogo y la participación de los diversos grupos sociales en torno a sus intereses particulares y problemas comunes” (Figueroa 1996: 184). Con la finalidad de “realizar una evangelización más sistemática explíci- ta de las verdades de la fe cristiana”, la radio creó un Departamento de Evangelización que produjo el programa En buena hora. Onda Azul buscó, asimismo, generar recursos propios mediante la venta de artículos de oficina y librería, la creación de un centro de danzas (en el local de una antigua capilla del obispado), y la constitución del Club de Amigos de Onda Azul. Desde comienzos de la década de 1990, Onda Azul había ido confor- mando una cadena de emisoras en FM con radios de la región, denomina- da La Cadena Azul. En 1996 tenía catorce “pequeñas emisoras afiliadas pertenecientes a grupos organizados y personas naturales ubicadas en el campo” (Mauricio Rodríguez citado por Figueroa 1996: 190). Estas emisoras retransmitían el informativo de la mañana y otros programas, y Onda Azul les brindaba “servicios de grabación” y les facilitaba “programas grabados” (Figueroa 1996: 190). A finales de la década, la estrategia orientada a llegar a un público masi- vo parecía rendir frutos. En diciembre de 1999, Onda Azul AM ocupaba el cuarto puesto en el ranking de CPI entre las emisoras más escuchadas en CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 671

Juliaca y Puno. En diciembre del 2000 era ya la segunda en la preferencia de los oyentes (la primera era Panamericana FM), aventajando a radios de cadenas nacionales como RPP, Radio A, Radiomar Plus y Ke Buena.

2.2.3 Radio Cutivalú (Piura) En 1986, Radio Cutivalú había creado una Red de Agentes de Comunicación para el Desarrollo Local y Regional. Entre 1986 y 1991 los integrantes de la red actuaron como los tradicionales corresponsales, transmitiendo infor- maciones; entre 1991 y 1997 llevaban al aire también planteamientos de solución de los pobladores a problemas de la localidad. A partir de 1998 se convirtieron en actores sociales, “movilizadores de la población en la búsqueda de su desarrollo” y en “generadores de concertación y consen- sos” (Aquino 2006: 52). Aquino Ruiz acota que la Red cumplió “un rol estratégico para intercomunicación regional” durante “acontecimientos como el Fenóme no del Niño de 1998, los procesos electorales municipa- les, regionales y generales, o la Marcha de los 4 Suyos en defensa de la democracia” (Aquino 2006: 51). En diciembre del 2000, Radio Cutivalú contribuyó a que los ciudadanos se movilizaran en defensa del Distrito Electoral Múltiple que finalmente fue aprobado por el Congreso.

2.2.4 Radio La Voz de la Selva (Loreto) Radio La Voz de la Selva cumplió un importante papel en el combate con- tra la epidemia de cólera en 1991, realizando una campaña de sensibiliza- ción en coordinación con Cáritas y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La campaña comprendía producción y difusión de mensajes radiales, cuñas y seguimiento epidemiológico con las autoridades de salud en hospitales y postas médicas. La ex directora de la emisora Julia Jáuregui detalla:

A través de nuestra red regional de corresponsales se obtenía informa- ción de lo que estaba ocurriendo en los distintos pueblos y cómo se estaba enfrentando la epidemia. Además se organizaron talleres con corresponsales y promotores de salud del área rural y se hizo impresio- nes de afiches, boletines y otros materiales impresos para distribuir en las postas de salud de los pueblos (Jáuregui 2006: 98).

En 1996, Radio La Voz de la Selva firmó un contrato con la Federación Indígena de los Aguaruna-Huambisa para “producir y difundir en sus pro- pias lenguas mensajes de salud reforzando las campañas para prevenir el cólera” (Jáuregui 2006: 98). 672 EMILIO BUSTAMANTE

2.2.5 Radio Marañón (Jaén) Una de las emisoras más hostilizadas por el gobierno durante la década fue Radio Marañón, del Vicariato Apostólico de Jaén (Cajamarca), una radio educativa orientada principalmente al campesinado. Desde sus inicios, Radio Marañón consideró que “un aspecto importan- te de la educación” era “despertar en la población un sentido crítico de su propia situación, del mundo que los rodea” (Maldonado 1987: 233). Este afán por formar el espíritu crítico de los oyentes tuvo consecuencias. En marzo de 1999 se denunció que ocho periodistas de Radio Marañón habían sufrido atentados y que el director de la emisora, el sacerdote jesuita Luis Távara, era víctima de amenazas. Uno de los periodistas, José Luis Linares Altamirano, había sido atacado en su domicilio por encapuchados, quienes le dispararon dos balazos en el vientre. Se sospechaba de autoridades de la región. Los hechos causaron la preocupación de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Prensa y Sociedad, la CNR, la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh), el IDL y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) (La República, 30 de marzo de 1999; La República, 18 de octubre de 1999). En respuesta a las agresiones, ronderos campesinos decidieron custodiar la radio y las casas de los periodistas (La República, 26 de marzo de 1999).

2.2.6 Radio Yaraví (Arequipa) Desde su fundación, en octubre de 1992, por el Centro de Comunicación Amakella, dio especial importancia a la investigación en temas como ciu- dadanía y perspectiva de género, descentralización, liderazgo juvenil e infantil, y salud (Ramírez 2006: 64). Las campañas de la radio tuvieron notorio éxito en la década:

Cuando en 1993 realizamos un estudio en salud sobre el tratamiento de la basura, el sondeo de base demostró que un 60% de la población encuestada tenía como costumbre arrojar la basura en lugares no permi- tidos y peligrosos como la ribera de torrenteras. No había costumbre de esperar el carro recolector. A partir de este dato iniciamos desde la radio una campaña consistente en la elaboración de programas y cuñas sobre el tema. Tres años después, solo un 10% mantenía esa costumbre (Ramírez 2006: 65).

Radio Yaraví participó también en las manifestaciones de oposición al gobierno de Fujimori en el 2000: “[…] el aprecio de nuestros oyentes se dejó sentir cuando la batalla por recuperar la democracia en la dictadura de Alberto Fujimori procuraba largas y harto riesgosas jornadas de trabajo. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 673

Así, la radio se fue ganando a pulso la imagen de seriedad y con ella el sello de credibilidad” (Ramírez 2006: 63).

2.2.7 Radio Santa Rosa (Lima) A mediados de la década de1990, a raíz de la norma impulsada por el gobierno para que las emisoras educativas no recibieran dinero de la publi- cidad, Radio Santa Rosa marcó distancia con la Asociación de Radio y Televisión del Perú, y afirmó su vínculo con la Coordinadora Nacional de Radio:

En ella [la Asociación de Radio y Televisión del Perú] hemos participado muchísimos años, y la radio tiene incluso algunos reconocimientos, pero viendo la necesidad de agrupar al otro sector donde están las minorías, se optó por quedarse en la Coordinadora Nacional de Radio, dejar de lado un poco a la Asociación de Radio y Televisión del Perú por cuanto había una ley en el Congreso discutiéndose sobre la no apertura de las radios educativas a la publicidad en general, y entonces la postura de la gran mayoría de la Asociación de Radio y Televisión era que no deberían las radios culturales y educativas tener acceso inclusive a la publicidad del Estado. Entonces, los que estábamos en radios culturales y educativas ¿cómo íbamos a sostenernos sin publicidad? Ahí comenzó la fragmenta- ción, y a consolidarnos más como Coordinadora Nacional de Radio, que sí veía por intereses más comunes a todos. No se logró, gracias a Dios, mayor avance en esa ley. Creo que se quedó truncada por allí (entrevista con Luzmila Palma, noviembre del 2010).

En el año 2008, el padre Jorge Cuadros Pastor hacía un balance del trayecto de la radio en los años transcurridos:

A Radio Santa Rosa le ha tocado difundir sus programas en tiempos bas- tante difíciles y que obligaron a aceptar toda clase de retos en defensa de la verdad y de la justicia. Le correspondió asumir con alegría y obediencia la gran visión del Concilio Vaticano II y colaborar para que los fieles pudieran adaptarse a los grandes cambios en la práctica de la vida cristia- na y en la liturgia. Muchas veces le correspondió defender los derechos ciudadanos en los años de dictadura, ya sea de Velasco Alvarado o, posteriormente, de Fujimori (Cuadros 2008: 12).

En 1999 Radio Santa Rosa se integró a la cadena de Ideele-Radio y el año 2000 la señal de la emisora fue cortada más de una vez durante las jornadas de protesta contra el régimen de Fujimori (Liberación, 19 de julio del 2000). La secretaria de Radio Santa Rosa, Luzmila Palma, se refie- re a ello: 674 EMILIO BUSTAMANTE

Es que la radio ha sido una de las emisoras que se ha mantenido libre durante la dictadura. Al inicio la radio, es verdad, creo que fue la prime- ra emisora que le dio el micrófono a Fujimori porque estaba cerca,11 tenía mayor acceso, e incluso él mismo agradeció y dijo que era la pri- mera emisora que le había abierto la puerta; pero después, cuando hubo el cierre del Congreso, ahí la radio tuvo que cerrar una brecha y mostrar la libertad. Y, entonces, también vinieron las consecuencias (entrevista con Luzmila Palma, noviembre del 2010).

En setiembre del 2000, Pedro Sánchez denunció, a nombre de la CNR, que el padre Sókolich, director de Radio Santa Rosa, recibía constantes ame nazas de muerte e insultos por vía telefónica (Liberación, 2 de setiem- bre del 2000). Durante la década de 1990 destacaron, entre otros programas emitidos por Radio Santa Rosa: Signos, conducido por Carmela Fiori y Luis Llontop y producido por el Área de Comunicaciones del Instituto Bartolomé de Las Casas del Rímac; Irradiando, del Club de Radio de la Universidad de San Marcos integrado por Hamilton Segura, Dieter Linares, María Cosnilla, Betty Cerdeña, Miguel Fonseca, Álvaro Heredia, Maritza Gómez, José Ratto, Janet Mauricio e Ítalo Meza; Pequeño empresario, producido por Gustavo Mal- partida, y Democracia ahora, espacio radial de Foro Democrático conducido por Nora Loredo e Iván García Mayer.

2.2.8 Tierra fecunda Tierra fecunda es un programa radial del Cepes que busca “desde la comu- nicación radial, la inclusión de pequeños agricultores y campesinos en los procesos de modernización y democratización, con un compromiso políti- co amplio por un desarrollo democrático, nacional, descentralizado y equi- tativo” (Rivadeneyra 2006: 81). Se produce en Lima pero con información de todo el país. Durante la década de 1990 se emitía en Radio Unión en castellano y quechua. Tierra fecunda ha cumplido también un importante papel en la preser- vación y promoción de la música campesina. Ha realizado concursos y trabajos de recopilación que ha editado en libros y discos compactos, y ha logrado crear un importante archivo de esta manifestación artística gracias al aporte de los oyentes (Rivadeneyra 2006: 82). En 1994 editó Estaba como

11 Radio Santa Rosa tiene su sede en el convento limeño de Santo Domingo, que es vecino de Palacio de Gobierno. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 675

dormida, con la participación de la Agrupación de Decimistas Peruanos, y produjo (en colaboración con Amnistía Internacional) una serie de progra- mas en lengua asháninka sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos. A partir de aquel año realizó “un paciente trabajo de investiga- ción de la audiencia rural”, que llevó a Carlos Rivadeneyra (director del área de radio de Cepes) a una importante conclusión:

Luego de caminar y conversar con pobladores rurales de diversas zonas del país podemos afirmar que la radio es el medio de mayor alcance y credibilidad en el ámbito rural, es un medio sumamente importante ya que significa el puente que facilita la comunicación entre el campo y la ciudad, ya que los campesinos no consumen una sola emisora de radio sino que definen su audiencia radial a partir de la combinación de emi- soras locales, regionales y nacionales. Este hallazgo fortalece la necesi- dad de contar con medios democráticos y participativos en cada uno de esos ámbitos (Rivadeneyra 2006: 86).

Consciente de que “un solo programa de radio poco puede lograr en un escenario nacional atestado de miles de emisoras” (Rivadeneyra 2006: 83), desde 1995 Cepes promovió la Red Informativa Agraria (RIA), compuesta por un “heterogéneo grupo de periodistas-promotores” de las radios de carácter educativo y comunitario con trabajo a favor del desarrollo rural. En un inicio la red estuvo compuesta por ocho corresponsales de las emisoras Onda Azul, Marañón, Voz de la Selva, Cutivalú, Oriente, Horizonte, Quillabamba y Sicuani. Actualmente existen treinta corresponsales que brindan amplia infor- mación y permiten conocer a los oyentes lo que está sucediendo en el sector rural. La red, de ese modo, amplía y enriquece la labor de Tierra fecunda (entrevista con Carlos Rivadeneyra, abril del 2010).

2.2.9 Ideele-Radio Ideele-Radio nació a fines de la década de 1990 como un proyecto del Instituto de Defensa Legal (IDL), una ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos, y recibió el apoyo del Consejo Británico. Tenía dos “componentes”: la serie de programas radiales Los derechos que te tocan y la Cadena Nacional de Ideele-Radio. Los derechos que te tocan compren- día trece programas de carácter educativo en derechos humanos y era trans mitido todos los jueves a las 9.00 horas a través de RPP; era dirigido por Susana Villarán, tenía secciones grabadas y contaba con José María Salcedo en la conducción de la parte en vivo. La Cadena Nacional enla- zaba a numerosas emisoras regionales (46 en febrero de 1999, 75 en marzo del 2000) en un programa informativo de dos horas de duración, cuya frecuencia pasó de una a dos veces por semana en pocos meses 676 EMILIO BUSTAMANTE

(Ideele 115, febrero de 1999; Ideele 117, abril de 1999; Ideele 126, marzo del 2000). En junio de 1999, Ideele-Radio organizó en Lima un primer taller nacio- nal sobre periodismo y derechos humanos e inició un proyecto de descen- tralización de la producción del programa de la Cadena transmitiendo desde Radio Cultural Amauta de Huanta. Luego lo hizo desde Juliaca y Sicuani (Ideele 119, junio de 1999, Ideele 120, julio de 1999), y más adelan- te compartió una emisión en vivo sobre descentralización con Radio La Voz de la Selva desde Loreto (Ideele 122, setiembre-octubre de 1999). En los primeros meses del año 2000, Ideele-Radio llevó a cabo una campaña de educación y vigilancia electoral que denominó “Radioemisoras, vigías del proceso electoral”, y que comprendió seminarios y conversato- rios en diversas regiones del país, impulsados por las emisoras asociadas, sobre periodismo de investigación, manejo de información, derechos humanos y proceso electoral, en los que participaron no solo periodistas sino también representantes de la lglesia, la Policía Nacional, el Jurado Nacional de Elecciones y la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) (Ideele 126, marzo del 2000). Durante las elecciones de abril del 2000, la red creada por Ideele-Radio se mantuvo vigilante y denunció una serie de irregularidades cometidas en diversas partes del país que llevaron a cuestionar la legitimidad del proceso (Liberación, 21 de abril del 2000; Ideele 127, abril-mayo del 2000).

2.2.10 Red Perú En 1996, Red Perú conectaba a 33 emisoras de provincias por medio de la onda corta para compartir información y fomentar “la participación demo- crática de los medios locales” (El Comercio, 15 de diciembre de 1996). Surgió en 1995 como iniciativa de la periodista Cecilia Laca, quien recuerda así la génesis del proyecto:

Luego de ver las exitosas experiencias de emisoras en otros países lati- noamericanos y europeos, elaboré un proyecto que hiciera posible que los tomadores de decisiones escucharan las voces de los líderes de opi- nión y la población de las provincias, considerando que las emisoras y los medios de comunicación más importantes en el Perú, no solo trans- miten desde Lima, sino que además toda su producción y concepción es realizada y emitida desde la capital, con una visión excesivamente cen- tralista, donde el corresponsal no tiene ningún protagonismo. Las auto- ridades y los políticos en general (por lo menos hasta ese momento) viajaban a determinadas actividades a provincias, cargando todo su séquito de periodistas de Lima. Fui testigo muchas veces de cómo los CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 677

periodistas de provincias no podían acceder en una conferencia presi- dencial, a una entrevista, en Arequipa o Iquitos, pues la prioridad la tenían los periodistas enviados desde Lima. El otro punto era que los temas de interés para las emisoras que transmitían de Lima diferían, la mayoría de veces, de los temas locales. Mientras que en Lima se discutía, y en transmisión nacional, sobre una confrontación entre dos congresis- tas, en Arequipa la discusión giraba en torno al desalojo de un colegio y en Iquitos el tema principal era el cierre temporal del aeropuerto por la invasión de gallinazos. Existen algunos estudios de CPI que se hicie- ron para el proyecto, en el que se demostró que el liderazgo de emiso- ras como RPP era absoluto solo en ciudades como Lima, en los horarios de transmisión de noticiarios, principalmente matutinos; recuerdo muy bien que en Arequipa Radio Melodía tenía por ejemplo mayor rating que RPP, y Radio Cutivalú en Piura también. Con este fin, elaboré un proyecto piloto en un rincón de mi casa y vía telefónica me convertí en corresponsal ad honórem de Lima para diversas radios de provincias. Compré una consola de seis canales en jirón Paruro, una doble casetera y otros accesorios. El ingeniero Rubén Campos se encargó de las instalaciones y la primera emisora con las que entré en contacto fueron Radio Melodía de Arequipa y Radio Cutivalú de Piura. Al cabo de dos meses ya contaba con una red de 15 programas informativos de diferentes emisoras del país. Cada mañana, entre las 5.30 y las 9.00 de la mañana, enviaba despachos y alguna vez presentaba entrevistados como Enrique Chirinos Soto, Rafael Rey y Ántero Flórez Aráoz, quienes fueron directamente entrevistados por los conductores de provincias. Los menciono a ellos porque tuvieron la gentileza de asistir y soportar con su presencia el proyecto; la mayoría de congresistas, cuando se les decía que iban a ser entrevistados por programas de provincias, no aceptaban. El proyecto lo financiaba yo con recursos propios (Cecilia Laca, mensaje enviado por correo electrónico, 7 de marzo del 2011).

En 1996, Laca consiguió el apoyo del Instituto de Investigación y Capacitación Municipal y contó con el auspicio de la fundación Konrad Adenauer:

Un día invité a Ricardo de la Flor Bedoya, quien era en ese entonces director del Instituto de Investigación y Capacitación Municipal (Ini- cam), para hablar sobre un tema referido a descentralización. Al final de la entrevista, me preguntó quién financiaba ese proyecto y me invitó a formalizarlo con el apoyo de la fundación Konrad Adenauer. Inicialmente con mis equipos me trasladé a las oficinas de Inicam en Miraflores. Gracias a este “acuerdo”, tuvimos varios encuentros con los periodistas de los programas informativos de provincias, quienes eran capacitados en diversos temas vinculados a “descentralización y perio- dismo”. 678 EMILIO BUSTAMANTE

El proyecto adoptado por Inicam y con el auspicio de la Fundación ale- mana Konrad Adenauer comenzó agrupando a 33 programas radiales de diversos puntos del interior del país. El sistema consistía en invitar a diver- sas autoridades a una cabina de radio instalada en las oficinas de Inicam y ponerlas en contacto con los conductores de los programas radiales del interior del país, de tal forma que fueran ellos los que tuvieran acceso a las fuentes directas de información. Así cada autoridad invitada tenía que responder a diferentes realidades en espacio de una hora aproximadamen- te. Por esa cabina pasaron como entrevistados ministros, congresistas, deportistas y diversos especialistas que, en gran parte, eran invitados a solicitud de las mismas emisoras de provincias (Cecilia Laca, mensaje enviado por correo electrónico, 7 de marzo del 2011).

En diciembre de 1997, Red Perú organizó el seminario internacional “Medios de comunicación, democracia y desarrollo local sustentable”, en la bahía de Paracas. Asistieron representantes de la Universidad Católica de Chile y la Universidad Católica de Córdova (Argentina), de Radio Huancayo, Radio Salcantay (Cusco), Radio Latinoamericana (Ica), Radio Libertad (Trujillo), Radio CNR (Chimbote), Radio Alturas (Cerro de Pasco), Radio JHC (Chiclayo), Radio Tropical (Tarapoto), Radio Tacna (Tacna), Radio Cutivalú (Piura) y Radio Melodía (Arequipa). En la cita se firmó el Acuerdo de Paracas, documento que perfilaba las actividades de la Red (El Comercio, 7 de diciembre de 1997; El Comercio, 14 de diciembre de 1997). Posteriormente, Cecilia Laca se apartaría del proyecto:

A fines de 1998 decidí crear una empresa de asesoría en imagen institu- cional, con dos jóvenes recién egresados de la Universidad del Pacífico. La empresa “Prensicorp” logró captar rápidamente una interesante carte- ra de clientes. Paralelamente, en el proyecto Red Perú, yo había contado con la asistencia de dos comunicadoras recién egresadas de la Universidad San Martín, quienes se quedaron a cargo de las transmisio- nes y yo continué como asesora. Años más tarde, luego de capacitarme en temas de responsabilidad social y proyectos de desarrollo, decidí crear la ONG “Instituto de Comunicación para el Desarrollo”, razón por la que dejé definitivamente el proyecto (Cecilia Laca, mensaje enviado por correo electrónico, 10 de marzo del 2011).

2.3 La radio comercial

2.3.1 La saturación de la FM y las radios informales En la década de 1990, la FM se impuso, por su calidad de sonido, como la frecuencia preferida del público y como la banda más usada por las empre- CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 679

sas tanto de alcance nacional como local. Una encuesta realizada en Lima metropolitana por Apoyo Opinión y Mercado S. A. en febrero del 2000, revelaba que el 75 por ciento de los oyentes solo escuchaba FM, apenas un 11 por ciento escuchaba únicamente AM, y el 14 por ciento sintonizaba ambas frecuencias (El Comercio 2001: 315). Como señala Medalith Rubio Guerrero, el abaratamiento de la tecnología permitió instalar una emisora de FM con una inversión promedio de 1500 a 5000 dólares. Las corporaciones que se formaron entonces crearon redes de estaciones en FM, y, por otro lado, se reprodujeron pequeñas radios locales independientes en FM en las diversas regiones del país, muchas de ellas informales. Estas emisoras informales, ilegales, clandestinas o “piratas” llega- ron a superar en audiencia a las estaciones legales en varias comunidades e incluso fijaron allí las reglas del mercado (Rubio 2007: 345). En 1996, el viceministro de Comunicaciones, Percy Fernández Pilco, advirtió que había 400 pedidos de funcionamiento de nuevas estaciones de radio y televisión, pero que se “estaba tocando techo” en el espacio radiofó- nico al punto de que en Lima, Cusco, Arequipa y Trujillo ya no se estaban otorgando licencias en la banda de FM porque estaba completamente satu- rada. En Lima metropolitana había entonces 26 emisoras en FM funcionando legalmente.12 En 1999, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), existían en total 1425 emisoras legales en el país, de ellas 906 eran en FM, 404 en onda media y 115 en onda corta. En el departamen- to de Lima funcionaban 175 emisoras (98 en FM, 54 en onda media y 23 en onda corta) (El Comercio 2001: 315). Esta información no incluía a las radios clandestinas.

12 Estas eran: Telestéreo (88.3), Sol Armonía (88.9), RPP (89.7), CPN (90.5), San Borja (91.1), RBC (91.9), Studio 92 (92.5), Ritmo (93.1), Hit (93.7), América (94.3), “A” (94.9), Sabor Mix (95.5), Miraflores (96.1), Omega (97.1), 1160 (98.1), Doble Nueve (99.1), Stereo 100 (100.1), Panamericana (101.1), Del Pacífico (102.1), Unión FM (102.7), Nacional (103.9), Súper Latina (104.7), San Isidro (105.5), Mar (106.3), Inca (107.1), Star (107.7). Total: 26 emisoras (El Comercio, 7 de julio de 1996). Había, además, 36 emisoras en AM: Inca (540), Oriente (560), Radio María (580), Cora (600), Del Pacífico (640), Omega (660), RBC (680), R-700 (700), RPP (730), Mar (760), Victoria (780), Libertad (820), Nacional (850), Unión (880), El Sol (900), Mo- derna (930), Panamericana (960), Estación X (985), América (1010), Onda Popular (1040), Éxito (1060), Latina (1110), Selecta (1130), Once Sesenta (1160), La Merced (1200), Miraflores (1250), Atalaya (1300), La Crónica (1320), Excelsior (1360), Callao (1400), San Isidro (1420), CPN (1470), Santa Rosa (1500), Reloj (1520), Independen- cia (1550), Agricultura (1590). Total: 36 emisoras (El Comercio, 7 de julio de 1996). 680 EMILIO BUSTAMANTE

El Informe Nacional Perú 2000 de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER) indicaba que existían 1000 radios que fun- cionaban sin licencia en el país; pero según algunas instituciones la cifra sería en realidad mayor. En 1999 el Ministerio de Transportes y Comu- nicaciones procedió a la instalación del Sistema Nacional de Gestión y Comprobación Técnica del Espectro Radioeléctrico, cuya función era “reducir la informalidad y obtener con rapidez y precisión la identifica- ción de emisiones radioeléctricas no identificadas” (Rubio 2007: 342-343).

2.3.2 Cadenas y corporaciones Las cadenas nacionales modernas comenzaron a formarse a fines de la déca- da de 1980 e inicios de la de 1990. Emplearon primero las microondas, y luego el satélite, para hacer llegar una señal desde Lima a emisoras de FM (repetidoras, afiliadas y filiales) ubicadas en provincias, logrando así una cobertura nacional y simultánea. La primera de estas cadenas se formó a partir de Radio Panamericana, que solicitó la frecuencia de 101.1 mgz en FM para casi la mitad de sus emi- soras repetidoras en el interior del país, cuando todavía la FM no se hallaba saturada, lo que le dio ventaja frente a sus competidoras, pues facilitaba su ubicación en el dial por los oyentes y, por tanto, su posicionamiento (entre- vista con Adrián Menéndez, 20 de octubre del 2010). Las otras importantes cadenas creadas en la década de 1990 fueron las de Corporación Radial del Perú (CRP) de la familia Zavala (Radiomar Plus, Ritmo), las del grupo RPP dirigido por Manuel Delgado Parker (RPP, Studio 92, Ke Buena), y las de la familia Lainez (Radio A, Z Rock & Pop). A finales de la década tomaron fuerza las de Corporación Universal de Mario Capuñay (Radio Universal, Radio La Karibeña). También destacó Cadena Peruana de Noticias (propie- dad primero de Isaac Galsky y luego de Manuel Romero Caro). La creación de las cadenas se realizó de modo paralelo a la de las corpo- raciones radiales que facilitaron rentabilizar las posibilidades tecnológicas (Rubio 2007: 350) y concentrar la inversión publicitaria. Según Adrián Menéndez, son varios los factores que permitieron la aparición de las corpo- raciones. En primer lugar un factor económico, pues el liberalismo de la década de 1990 produjo, no solo en el país sino en el mundo entero, este tipo de organización de consolidados de empresas para controlar el merca- do. En segundo lugar, un factor específico del mercado radial peruano: al concentrarse los grandes anunciantes en corporaciones como ANDA (Asociación Nacional de Anunciantes del Perú, fundada en 1984), que ope- raban en Lima, ello hizo conveniente la agrupación de las empresas vende- doras de publicidad también en la capital; los anunciantes ya no tenían que CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 681

ir a cada ciudad para negociar su publicidad sino que la compraban directa- mente en la metrópoli. En tercer lugar, el abaratamiento del satélite y su fácil acceso precisamente a través de las asociaciones de empresas; como explica Menéndez: “El satélite se puso a cinco o seis mil dólares mensuales, y, si tú prorrateas eso entre veinte radios o cuarenta radios, te sale un sencillo por radio” (entrevista con Adrián Menéndez, 20 de octubre del 2010). Hubo, por último, un factor político: las corporaciones no representaban peligro para el gobierno de Fujimori, pues ofrecían en su gran mayoría solo entretenimien- to (RPP era la excepción, pero no se enfrentaba al régimen); por consiguien- te, no sufrieron hostilidades ni impedimentos para su constitución y fortale- cimiento (entrevista con Adrián Menéndez, 20 de octubre del 2010). Las corporaciones radiales y las cadenas se valieron de algunas estrategias para consolidarse y eliminar a la competencia de las radios locales. Medalith Rubio Guerrero indica que la formación de las cadenas desde la década de 1980 se hizo a través de convenios, alquiler o compra de frecuencias (Rubio 2007: 347). Sin embargo, debe tomarse en cuenta que la legislación entonces vigente prohibía a una empresa tener la propiedad de más de una emisora en una misma frecuencia y localidad (artículo 23 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Telecomunicaciones de 1993), de modo que, antes de hacerlo a través de compra, las cadenas se consolidaron a partir de convenios de como- dato mediante los cuales obtenían de las radios locales la administración de la frecuencia (entrevista con Adrián Menéndez, 20 de octubre del 2010). Otro aspecto sustancial en la consolidación de las cadenas en la década de 1990 fue la tecnología. Rubio destaca que “sus propietarios realizaron fuertes inversiones con el objetivo de comprar nuevos equipos que permiti- rían mejorar la señal de audio y lograr mayor alcance y permanencia de la transmisión” (Rubio 2007: 347). A ello sumaron innovaciones en la programación y el márketing, debido a la mejora en las técnicas de medición de audiencia que permitieron seg- mentar con mayor precisión al público oyente, y a la capacitación académi- ca de los herederos de los dueños (entrevistas con Carlos Rivadeneyra, abril del 2010, y Adrián Menéndez, 20 de octubre del 2010). Menéndez recuerda que las radios locales aún mantenían la programación de bloques horarios cuando las cadenas entraron con música durante todo el día, una segmen- tación clara del público, y un estilo más fresco de locución. Radio Ritmo, por ejemplo, apuntó con éxito a un público femenino aman- te de la música romántica en castellano, de modo que se hicieron corrientes comentarios como: “Me gusta esta radio porque ya no tengo que esperar hasta las 5 de la tarde para escuchar baladas” (entrevista con Adrián Menéndez, 20 de octubre del 2010). 682 EMILIO BUSTAMANTE

En cuanto al márketing, Adrián Menéndez, quien por entonces trabajaba para Radio Ritmo de Corporación Radial del Perú, evoca:

A mí me tocaba organizar eventos por ciudad, y en Arequipa, Trujillo, fuimos los primeros que llevamos a Gianmarco, por ejemplo, a una discoteca, dos noches. Todos invitados por Radio Ritmo. El boom de esa época, el impacto mediático. Teníamos prensa gratis […]. Las radios locales, todas, cayeron. […] La audiencia respondió por la novedad, porque los locutores llegaron con un estilo fresco, y además se trabajó muy conscientemente un estilo nacional […]. Yo grababa saludos para 25 ciudades, y salían en paralelo […]. Se traba- jó mucho lo nacional: “¡Hoy le dedicamos la programación a Trujillo!”, una cosa así. Se hizo mucho de eso, sobre todo en Radiomar, Radio Ritmo, Panamericana, que eran las más agresivas en ese entonces. La tercera cadena, Radio A, empleaba otra estrategia de organización. Radio A usó una doble cabina: Radio A-Lima y Radio A-Provincias. Radio A-Lima era parecida a Radio Ritmo, pero Radio A-Provincias era Leo Dan, el club de Camilo Sesto, toda esa gente… Eso es un gol en provincias. Se pensó en una estrategia nacional (entrevista con Adrián Menéndez, 20 de octubre del 2010).

En esa misma línea, Radiomar Plus (también de CRP) solía premiar anualmente la sintonía de una provincia y celebrar su aniversario en esa localidad. Así, por ejemplo, en 1994 conmemoró sus 25 años en Ayacucho. En 1995 dio un espectáculo en vivo en Cajamarca, convirtiéndola en “Capital de la Salsa”; tuvo como escenario la plaza de armas, donde reunió a cuatro mil personas que escucharon al trío Salsa Kids de Puerto Rico y al Grupo 5 de Monsefú (El Comercio, 15 de octubre de 1995). Finalmente, una característica de las corporaciones era que la mayoría de ellas se basaba en negocios familiares con notorios patriarcas que las encabezaban, lo que en cierto modo contribuía a su cohesión y a la pro- ducción y gestión centralizadas. CRP era de la familia de Abraham Zavala Falcón, el Grupo RPP de la familia de Manuel Delgado Parker, el grupo de Radio A de la familia de Dagoberto Lainez Lozada, y el Grupo Panamericana de la familia de Genaro Delgado Parker. Como recuerda Menéndez, y lo ratifican los rankings de sintonía de CPI, las cadenas y corporaciones prácticamente barrieron con las radios locales, salvo excepciones como Radio Arpegio de Loreto y Radio Melodía de Arequipa, que obtuvieron o disputaron primeros lugares en sus regiones durante la década.

2.4 La inversión publicitaria

La inversión publicitaria en radio subió a mediados de la década para bajar hacia finales de esta, pero sin experimentar una caída dramática, como sí ocu- rrió con la inversión en televisión. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 683

En 1994 la inversión en radio fue de 17 millones de dólares, lo que equivalía al 10,4 por ciento del total de la inversión publicitaria (CPI Market Report, febrero de 1995). El año de mayor inversión fue 1997, con 28 millo- nes de dólares (8,2 por ciento del total); se trató del año con más alta inversión en medios en general (341 millones de dólares). En 1998 y 1999 la radio mantuvo una inversión publicitaria de 25 millo- nes de dólares (8,4 por ciento y 10,6 por ciento del total, respectivamente). Este dato es importante porque 1999 fue un año de severa recesión: la televisión de señal abierta vio reducidas las inversiones en un 28 por cien- to respecto de 1998, los diarios en 20 por ciento y los paneles publicitarios de la vía pública en 22 por ciento. La empresa de investigación de merca- do CPI consideraba que la razón de que la radio no hubiese experimenta- do reducción alguna de inversiones era, en parte, “su utilización como medio alternativo ante una televisión debilitada por la serie de problemas” que afrontaba “en el orden financiero, de programación y societario, entre otros” (CPI Market Report, diciembre de 1999). Es de destacar que en aquel año, en el que el ambiente electoral empezaba a calentarse, una emisora informativa como RPP figuraba ya como la primera en el ranking en Lima metropolitana. En el crítico año 2000 la inversión en televisión siguió bajando (79 millo- nes de dólares, muy lejanos de los 165 millones de dólares obtenidos en 1997), y si bien la inversión en radio también bajó (a 22 millones de dóla- res), el descenso fue menor y el porcentaje respecto del total de inversio- nes publicitarias en medios fue el más alto alcanzado en la década (10,9 por ciento). CPI consideraba que ello se debía a que la radio era “el medio con mayor eficiencia —con menores CxM— y porque las principales emi- soras han sabido segmentar convenientemente su audiencia” (CPI Market Report, diciembre del 2000). RPP se mantuvo como la primera emisora en el ranking de Lima metropolitana y se convirtió en la cadena nacional de mayor sintonía, habiendo tenido sus picos de audiencia, según CPI, “en los meses de mayo y octubre, coincidiendo con las épocas de mayor furor de la política nacional” (CPI Market Report, diciembre del 2000).

2.5 Programación y segmentación de la audiencia

Al comenzar la década de 1990 se observaban dos tendencias en la progra- mación de las emisoras comerciales: la especialización (Doble Nueve, Sol Armonía, RPP) y la de la radio masiva que buscaba su público yendo tras los gustos musicales de la audiencia. Emisoras musicales que se habían especia- lizado en años anteriores en un determinado género musical, empezaron a 684 EMILIO BUSTAMANTE

mezclar ritmos en su afán de capturar a un público amplio, guiados más por la intuición de los programadores que por análisis científicos, y dando origen así al surgimiento de las llamadas radio mix. En una entrevista concedida al periodista Mario Sifuentes del diario El Comercio, la comunicadora Helena Pinilla se refería a estas tendencias:

[…] hasta ahora hay dos estrategias que siguen vigentes: La ‘especialización’, como Doble Nueve, que dice ‘nunca seremos la primera ni queremos serlo’, porque no aspiran a público masivo sino a perfil del oyente, en función del que estructuran su programación y publicidad. Y la otra es la de ‘masifica- ción’, donde la competencia es feroz. La masividad se entiende como la fusión de todo. Las radios se preguntan cuál es la mezcla perfecta que hace que la mayoría de la gente te escuche. ¿Techno con pop y salsa…? Son fór- mulas que se van ensayando pero sin investigación. Puro instinto (El Comercio, 3 de setiembre de 1998).

La primera de las radio mix de la década de 1990 fue, probablemente, Studio 92. El trujillano Víctor Tejada, locutor de Studio 92 a comienzos de esa década, y más tarde locutor y programador de Radio A y Radio América, comenta:

Las radios con mezcla de género siempre existieron. Eran mezclas más decentes en esa época, claro. La balada pop con el rock, por ejemplo. En los noventa pasó algo que partió de Studio 92, cuando mezcló el rock de Nirvana con el techno, con la balada y hasta con la salsa. Studio 92 tocó salsa en un momento. Eran resultados de la sintonía, alta o baja. Studio 92 no pudo competir con Radiomar en eso. Se pensó que para competir había que tocar un poco de salsa. A Radiomar recién la pasamos en abril del 93, cuando sacamos una campaña que decía: “Studio 92, no salsa”. Hacia finales de los noventa comienzan las segmentaciones de las radios y géneros. El mercado fue marcando la tendencia, las radios tenían sus marketeros que comenzaron a aparecer, se comenzó a hablar más de posicionamiento y segmentación (entrevista con Víctor Tejada, 21 de octu- bre del 2010).

Para el profesor Paul Gogin la radio mix de la década de 1990 expresa- ría no tanto la incertidumbre de los programadores de entonces como cierta propensión cultural del limeño y del peruano en general:

Tengo la impresión de que en los noventa la radio fue la radio tonera, la radio mix. Creo que el bloque RPP encontró este formato, que no era un formato de mezcla, sino un formato de fiesta. El concepto es que en una fiesta tú puedes pasar varios géneros musicales, y la gente —si es que están bien escogidos— baila. Entonces podías pasar rock en castellano, pasabas una salsa, pasabas una balada. Estabas ampliando el mercado, pero también estabas desvirtuando los espacios que antes tenías como las CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 685

tendencias en la radio, los gustos exclusivos […]. Yo creo que los noven- ta sirvieron para asentar la cultura mix del peruano, que ahora está en el rollo de la comida, en ciertos sectores. La radio te está diciendo en los noventa que en ese momento las cosas se están combinando […]. El limeño no es ni chicha ni limonada; el limeño es chicha y limonada. No es que no seamos ni lo uno ni lo otro; somos lo uno y lo otro. Por eso es que tú tienes combo en todos lados. Combinas una cosa con la otra y con la otra […]. Entonces, nuestra cultura se caracteriza por la increíble y preciosa capacidad de yuxtaposición de un montón de cosas, y de hacer un todo armónico de esas cosas […]. En los noventa yo he percibido esto de radio mix (entrevista con Paul Gogin, 26 de julio del 2010).

Aun admitiendo la hipótesis de Gogin, es indudable que la programa- ción en el primer lustro de los noventa seguía siendo más intuitiva que científica en las radios limeñas. El programador de la emisora tenía una gran responsabilidad. Ante la pregunta de cómo se definía la línea musical de la radio, Víctor Tejada recuerda:

No era tan profesional. Ahora se hacen estudios de investigación pagados, cuestan mucho […]. Todo era intuición del programador, el dueño le creía a ciegas […]. Más que gustos personales era tu apuesta personal. Se trata- ba de lo que sentías, pensabas que funcionaba y la ponías […]. Ahora tengo director, productor, posproductor, marketero, agente de ventas, etcétera. En esa época el programador era todo: relacionista público, ope- rador, jefe de campaña móvil, locutor, todo […]. La radio era un tema de arte, hoy es un tema de ciencia. Hoy tienen puntaje las canciones, que viene como resultado de la investigación científica que mide el apetito o rechazo de una canción. Antes éramos antropólogos, sociólogos de la música, estábamos en mucho contacto con la gente. Me iba con las móvi- les a las campañas para averiguar qué se escuchaba porque hacíamos el trabajo nosotros mismos. Éramos investigadores de mercado (entrevista con Víctor Tejada, 21 de octubre del 2010).

A mediados de la década mejora el estudio de audiencia y entran eje- cutivos con formación académica a las emisoras. Ambos acontecimientos van a tener influencia en la constitución de las corporaciones y cadenas, una segmentación más precisa del público y el retorno a las radios espe- cializadas. Carlos Rivadeneyra sostiene al respecto:

En la segunda mitad de los noventa empiezan a haber estudios de audiencia en los que se podía acceder a una hipersegmentación. Antes los estudios de audiencia se plasmaban en papel y se compraban impresos en una revista; entonces tú decías: “Segmento C, mujeres”. Pero a partir del 94, y ya con fuerza el 95, lo que hay es un software al que le puedes pedir cuántas de las mujeres, amas de casa de Lima Este, de 25 a 35 años escuchan tal radio de 686 EMILIO BUSTAMANTE

12 y media a 2 de la tarde. Al existir una segmentación del público mucho más fina, lo que sucede es que las radios tienen que empezar a vender publicidad basándose en ese estudio. Y el anunciante tiene el estudio y dice: “Segmento A tienes un montón, pero no son varones sino mujeres; ¿qué hago yo publicitando After Shave? Voy a poner Chanel”. Entonces empieza a haber un re-giro de las emisoras de radio con respecto a los anunciantes, y cuando esto pasa es que las radios se dan cuenta y dicen: “Solitas no la hacemos, hay que empezar a conglomerarnos para juntar más partes de la torta”. Esa es mi interpretación, por un lado; también hay interpretaciones más casuísticas. Al haber profesionales en una de las familias más eminentes de la radiodifusión en el Perú que tiene un hijo que dice: “Esta es una empre- sa, hay que generar plata, y como hay que generar plata hay que organizar- nos de esta manera, hay que hacer un consorcio, pues en el mundo ya no se hace negocios solos”, aparece Corporación Radial del Perú. El gerente, Zavala, es una persona egresada de Harvard y el suyo es el primer grupo que sale; inmediatamente después sale el grupo RPP, que es un grupo mul- timedia, no como la Corporación Radial del Perú que solo es radio, RPP incluye además de radio, televisión, editorial, internet, etcétera (entrevista con Carlos Rivadeneyra, abril del 2010).

Una segmentación importante fue la de Radio A, que se convirtió en 1996 en cadena nacional y empezó a transmitir en doble cabina: para Lima y provincias. Víctor Tejada fue protagonista de este episodio:

En ese tiempo la única cadena nacional era Panamericana, era un mons- truo con el que había luchado y perdido la batalla en Trujillo. Radio A se repotenció y salió a nivel nacional a enfrentarse a ese monstruo. En ese momento hice dos cabinas, con dos programaciones y equipos distintos de locutores; una para Lima y otra para provincia. Yo era de provincia y sabía cómo era la cosa por allá. Tenía dos señales, eso nunca se había hecho en el país. Con eso nos fuimos al primer lugar, les ganamos a todos (entrevista con Víctor Tejada, 21 de octubre del 2010).

Conformadas las corporaciones, evitaron que se dispersara la publicidad destinando una radio para cada público con el tipo de música que ese segmen- to de la audiencia prefería. A fines de los noventa prácticamente cada corpora- ción tenía una emisora para pop-rock, otra para salsa y otra para música román- tica en castellano; y también había emisoras informativas. Se imponía así la especialización. En diciembre del 2000, CPI reconocía que la segmentación del público era uno de los factores que había permitido a la radio capear la recesión, y hacía algunas precisiones:

Las emisoras Inca y Fuego, ambas dirigidas mayoritariamente a los estra- tos D y E, incrementaron fuertemente sus audiencias como resultado de CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 687

la reestructuración de sus programaciones y sus campañas promociona- les […]. CPN y 1160 gracias a su especialización han capitalizado la coyuntura política duplicando su audiencia, lo que les ha permitido ascender varios peldaños en la escala del ranking. A y Ritmo acaparan el sector femenino que gusta del Género Romántico [sic], y han mantenido un perfil parejo durante todo el año. Planeta también es una de las emisoras que ha sobresalido durante el presente año, posicionándose como la primera emisora dentro del público joven de los estratos AB (CPI Marker Report, diciembre del 2000).

La especialización de las emisoras no trajo consigo, sin embargo, una mayor calidad de programas. A diferencia de las emisoras especializadas pequeñas que existían desde la década de 1980, como Doble Nueve y Sol Armonía, las radios de las corporaciones que constituían cadenas nacionales, una vez capturada su audiencia, se preocuparon poco por la innovación y las primicias musicales. Paul Gogin reflexiona al respecto: “Lo bacán de los 2000 es que se volvió nuevamente a los sectores. Las radios están segmen- tadas: Hay unas radios tropicales, hay unas radios de rock, hay unas radios poperas… Lo malo es que estas radios son ochenteras, setenteras, clásicas… Entonces todas, por más modernas que se digan, son antiguas” (entrevista con Paul Gogin, 26 de julio del 2010).

2.6 Consumo

En junio del 2000, CPI comprobaba que la televisión de señal abierta y la radio tenían una penetración “casi total en los hogares” de Lima metropo- litana, llegando “fácilmente a un alcance semanal cercano al 100%” (CPI Market Report, diciembre del 2000). En febrero de ese mismo año, el perio- dista Fernando Vivas destacaba, con cifras de la empresa Apoyo, el 96,4 por ciento de penetración de la radio en los hogares de Lima frente al 90 por ciento de la televisión, con “modalidades intensivas de consumo entre 1 a 5 horas diarias en casas, autos y centros de trabajo”. Añadía que a nivel nacional la relación era aún más favorable a la radiodifusión, pues el perua- no oía radio 3 horas 22 minutos en promedio y veía televisión solo 2 horas y 45 minutos (Vivas 2000). En agosto y octubre de 1999 CPI había hecho mediciones de audiencia según las cuales el consumo de radio era superior al de televisión en la zona sur del país (Arequipa, Cusco, Puno/Juliaca e Ica), y prácticamente igual en la zona norte (Piura, Chiclayo, Trujillo y Chimbote) (CPI Market Report, febrero del 2000). Años antes, en 1996, un estudio de la misma 688 EMILIO BUSTAMANTE

empresa en Lima metropolitana había indicado que en el horario de 6.00 a 20.00 horas el promedio de radioescuchas (842 mil) era superior al de tele- videntes (820 mil), y que en el horario de 6.00 a 12.00 la radio superaba “ampliamente a la televisión en una proporción de 2 a 1” (1.097.000 radio- yentes versus 532 televidentes). Señalaba la empresa que el estudio permi- tía “visualizar la importancia de la radio como medio de comunicación en Lima”, pero también advertía que la audiencia televisiva se repartía básica- mente en 8 canales, y la radial en aproximadamente 65 emisoras (CPI Market Report, noviembre de 1996). Esta dispersión (que implicaba también una dispersión de la publicidad, desde ya menor en porcentaje que la des- tinada a la televisión) constituyó uno de los motivos de la formación de las corporaciones. El público, por otro lado, prefirió, durante la década —como ya se ha señalado— a la FM por encima de la AM, y a las radios de las cadenas nacionales sobre las radios locales, con las escasas excepciones menciona- das (Radio Arpegio de Loreto, Radio Melodía de Arequipa). En el primer lustro fueron las emisoras musicales las que ocuparon los primeros lugares de sintonía en todas las regiones, destacando Radiomar y Panamericana, pero en el segundo lustro fueron ascendiendo en el ranking las radios informativas, y hacia el final de la década RPP ocupaba el primer lugar en sintonía en casi todo el país. Las preferencias por las emisoras musicales, sin embargo, siguieron siendo mayoritarias: si bien una encuesta de Apoyo Opinión y Mercado, en febrero del 2000, establecía que un 29 por ciento de los limeños escuchaba radio para informarse, el porcentaje mayoritario (61 por ciento) lo hacía para acompañarse, relajarse y divertirse. Ante la pregunta de qué atributos debería poseer una emisora, el 42 por ciento decía “buenos noticieros”, y el 48 por ciento se inclinaba por la “buena música” (El Comercio 2001: 315).

2.7 Géneros y programas

2.7.1 Musicales La radio siguió siendo el medio más utilizado para escuchar música en Lima, según una encuesta realizada en 1999 por CPI. De un total de 602 entrevistados mayores de 12 años, el 70,2 por ciento mencionaba a la radio como el medio más empleado; 16,2 por ciento al casete; 6,9 por ciento al disco compacto (CD); y 6,6 por ciento a la televisión. En el nivel socioeconómico AB (Alto/Medio), la radio descendía al 46,6 por ciento; y en los niveles C y D (Bajo y Muy bajo) ascendía al 76,5 por CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 689

ciento y 77,1 por ciento, respectivamente. Las tendencias, según la em presa de investigación de mercado, se manifestaban también en los estudios de audiencias que realizaba periódicamente (CPI Market Report, agosto de 1999). La misma encuesta señalaba como el género musical de mayor prefe- rencia a la salsa, especialmente en los niveles bajo y muy bajo. En segundo lugar se ubicaban las baladas en español (con mayor preferencia en el nivel alto/medio). Boleros y pasillos ocupaban el tercer lugar, y tenían su mayor audiencia en el público mayor de 38 años. Los géneros criollo, folclórico y tropical (que incluía cumbia y chicha) también encontraban sus porcentajes más altos entre las personas mayores de 38 años, mientras que las baladas en inglés, el rock y el reggae obtenían mejores resultados entre los jóvenes de 12 a 25 años. Como se ha señalado, durante el primer lustro de la década primó la radio mix, y en el segundo se fue perfilando la especialización (muy noto- ria ya al final del período) y, como consecuencia de ello, la competencia entre emisoras de distintas corporaciones que emitían el mismo género musical. Panamericana competía con Radiomar Plus (de CRP) en música salsa a nivel nacional, mientras que Ritmo (de CRP, convertida en Ritmo Romántica) competía con Radio A (del Grupo Lainez) en baladas en espa- ñol, y Studio 92 (de RPP) lo hacía con Z (del Grupo Lainez) en pop-rock. Pero si bien las estrategias y los formatos de programación de las emi- soras fueron cambiando, no hubo una sustantiva modificación en los gus- tos musicales del público hasta el año 2000, cuando irrumpió la tecnocum- bia. El primer puesto de la salsa y el segundo de las baladas en castellano obtenidos en la encuesta de CPI en 1999 coinciden con los lugares de esos mismos géneros según una encuesta de Apoyo de 1992 (Espectáculos, suplemento del diario La República, 7 de marzo de 1992). El programa de salsa más duradero fue Salsa Picante de Roy Rivasplata (Súper FM, Antena 1 y CPN), que se mantuvo en el dial prácticamente durante toda la década; se trataba de un programa dirigido a un público que gustaba de la salsa dura y el latin jazz. Otro conocedor del género, Jorge Eduardo Bancayán, dirigió La catedral de la salsa a comienzos de los noventa en Radio Unión-Vamisa, y el experimentado Hugo Abele condujo Sonido Latino en Radio Nacional a finales de esos años. El locutor más conocido de salsa ligera en radio fue Koko Giles (ex locutor estrella de Radiomar), quien asumió en 1995 el cargo de director de programación en Radio Antena 1 con la misión de convertir a esa emisora informativa en estación salsera, sin embargo el experimento duró poco tiempo y Antena 690 EMILIO BUSTAMANTE

1, con el nuevo nombre de CPN, volvió a ser una radio básicamente noti- ciosa. Eduardo Livia Daza condujo los programas de salsa La Vellonera en Radio Universal FM (1996) y El estelar de la salsa en Radio Libertad AM (1997). Fueron varios los programas de música romántica en castellano emitidos por Radio A, Ritmo Romántica y RBC (convertida en Radio Okey en 1998); uno de ellos era dirigido por el sacerdote agustino Pablo Larrán García (en Ritmo Romántica), quien aclaraba en 1999 que el suyo no era un programa religioso (El Comercio, 4 de abril de 1999). Uno de los espacios de boleros más destacados fue Su majestad el bolero (Radio Uno), conducido por Leo Ramírez, quien relataba al periodista Agustín Pérez Aldave en 1992 la motivación del programa: “Había observado que su suegro se levantaba muy temprano y se ponía a mover el dial de un lado a otro buscando canciones de su época. En ese plan estaba largo rato, hasta que, decepcionado, apagaba la radio”. Ramírez se preguntó entonces cuántas perso- nas de esa edad harían lo mismo, y produjo Su majestad el bolero (Expreso, 15 de marzo de 1992). La música clásica tuvo a Sol Armonía como su emisora, la cual atravesó constantes problemas económicos; en 1999 tuvo que dejar la frecuencia modulada que alquilaba a Radio El Sol. En el 2001 la Asociación Cultural Filamornía, que la creó, suscribió un convenio con el Instituto de Radio y Televisión del Perú, en virtud del cual este le confió, por un plazo de diez años prorrogables, la utilización de la frecuencia 102.7 mhz en FM, permi- tiendo así el nacimiento de Radio Filarmonía, autodenominada “La Radio Cultural del Perú”. Sol Armonía logró construir en sus 16 años de existencia un archivo de 28 mil horas de música y “grabaciones de valor histórico que constituye parte del patrimonio cultural del Perú” (Rubio 2007: 359). En 1998 editó su primer CD: Antología del barroco musical peruano, junto con la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (El Comercio, 22 de diciem- bre de 1998). El programa musical emblema de la radio fue Musiciana de Martha Mifflin. Dos programas dirigidos a sectores pequeños pero fieles del público se mantuvieron en el dial con conductores sobrios y capacitados: Sonidos del mundo (Stereo 100) de Mabela Martínez, con world music, y Ritmos y esti- los (Stereo 100, Antena 1 y Omega FM) de Roy Morris, con jazz y música romántica del recuerdo en inglés. En rock, Doble Nueve se mantuvo como la emisora especializada en Lima, con discos exclusivos, locutores que conocían ampliamente el géne- ro y una discreta y original publicidad. La tenaz Helene Ramos sostuvo CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 691

2001 durante toda la década en Radio Miraflores con una personal selec- ción de discos y entrevistas a rockeros nacionales y extranjeros. En Mira- flores, también, Denise Arregui condujo Línea alternativa, dando a cono- cer las nuevas tendencias del rock (El Comercio, 3 de marzo de 1996); y Ernesto Vidal tuvo a su cargo Sólo rock latino de 1997 al 2000. Una pro- puesta novedosa (por su orientación informativa, la actualidad de sus grabaciones y la variedad de estilos), aunque lamentablemente breve, fue la de Cambio de aire, dirigido por Santiago Pillado Matheu, Pancho Diez Canseco y Santiago Roose en Radio Cadena AM (El Comercio, 20 de febre- ro de 1994). En Radio Comas FM, Julio Martínez Silva puso en el aire durante varios años Cola Rock; y en Radio Inca, Piero Bustos, Franklin Jáuregui y Dalmacia Ruiz Rosas programaron rock peruano, argentino y mexicano en Condorock. A fines de la década, Juan Carlos Guerrero, desde su programa Zona 103 en Radio Nacional, difundió también rock peruano, y organizó conciertos en el antiguo local de la emisora, con entu- siasta acogida; tocaron allí, entre otros, Leuzemia, Rafo Ráez y Dolores Delirio. Aunque su programa no era estrictamente musical, sino de con- versación, Sergio Galliani desde Radio Insomnio (Radio América) impulsó también la realización de espectáculos rockeros. Al final del período, Magda Botteri condujo otro programa de rock nacional con el nombre Cuerdas locales en Radio América. Radio San Borja (de Atilio Samaniego) fue la emisora que dio mayor cabi- da a la música criolla, con espacios como Música peruana y Viernes de jarana. En octubre del 2000 anunció un programa especial por el Día de la Canción Criolla con Panchito Jiménez, Bartola, Neda Huambachano, Jorge Luis Lasso, Los hermanos Santa Cruz, Roni Zuzunaga, Julie Freundt, Rosa Flor, Jesús Vásquez, Esther Granados y Cecilia Barraza, entre otros intérpretes (El Comercio, 29 de octubre del 2000). Algunos programas criollos de la década fueron: Inca y su jarana criolla de Enrique y Abraham Guzmán (Radio Inca), Oiga peruano, aquí los Scaglia Avilés (Omega AM), La hora de Alicia Maguiña (Omega AM), Galas del criollismo de Fernando Galas (Antena 1), Mediodía criollo de Alfonso Pocho Ugarte (Radio del Pacífico FM), Balcón criollo de Guillermo Rosenberg (Radio Cora), La perla del crio- llismo de Walter Leyva Espino (Radio Comas AM) y Música del pueblo de Manuel Acosta Ojeda (Radio Santa Rosa). El madrugador Show del Ronco de Román Gámez en Radiomar Plus dedicaba también una hora a la música criolla. A pesar de que era común hablar de la decadencia de la música criolla desde años atrás, las encuestas de CPI sobre preferencias musicales en Lima durante la década nunca le dan menos del 20 por ciento, siendo la de 1999 la que le otorga mayor porcentaje (30 por ciento), aunque sus pun- 692 EMILIO BUSTAMANTE

tajes más altos los obtiene entre personas mayores de 37 años (CPI Market Report, agosto de 1999). Radio Inca (emisora de la familia Irey, posteriormente asimilada por Corporación Radial del Perú), se caracterizó por brindarle gran acogida a la música chicha. En 1992, el diario El Comercio destacaba que era la única emisora que “las 24 horas del día pasa chicha” (El Comercio, 30 de agosto de 1992). En realidad, por entonces tenía también un programa de música criolla los domingos de 0.00 a 2.00 horas: Inca y su Jarana criolla, condu- cido por Enrique y Abraham Guzmán, y un programa religioso a cargo del padre Manuel Rodríguez de lunes a domingo, a las 21.00 horas (El Comercio, 21 de junio de 1992). No obstante, era innegable el predominio de la música chicha, aunque, como señalan Bailón y Nicoli, los dueños de la radio “no apostaron desinteresadamente por esta nueva corriente musi- cal”, pues “los promotores de los grupos alquilaban los espacios (una hora diaria costaba alrededor de tres mil dólares mensuales)” (Bailón y Nicoli 2009: 91). En 1992 salía al aire de lunes a viernes Chacalón en Turbo Stereo, conducido por Gilberto Lozano y J. Ponce, con canciones de Lorenzo Palacios Quispe (Chacalón); en 1993 apareció El super show de Tongo, animado por Abelardo Gutiérrez; y entre 1994 y 1996 los grupos Génesis, Guinda, Los Shapis, Karicia y Naranja tenían programas en esa emisora producidos y conducidos por ellos. Inca programaba también espacios de rock, esotéricos, radionovela, consultorio, conversación y new age, pero a fines de 1996, según El Comercio, eliminó los programas que no coincidían con “su formato de cumbia andina” (El Comercio, 22 de diciembre de 1996). En 1997, con un cambio de dirección, retornaron otros géneros musicales, como el rock en castellano a través del citado programa Condorock (Click, suplemento del diario La República, 15 de junio de 1997). En el 2000 acogió con entusiasmo la tecnocumbia, y una de sus principales representantes, la cantante Ana Kohler, tuvo un progra- ma allí: La fiesta de la selva. Entre los cantantes nacionales que en opinión del público encuestado por CPI en 1999 habían alcanzado mayor notoriedad aquel año, figuraba en primer lugar Rosy War (30,7 por ciento), intérprete de tecnocumbia, seguida del cantante pop Pedro Suárez Vértiz (14,3 por ciento), Gianmarco (baladas en castellano, 11,9 por ciento), Christian Meier (baladas y pop, 9,7 por ciento) y Eva Ayllón (música criolla, 2,7 por ciento) (CPI Market Report, agosto de 1999). La mención a Rosy War es importante, pues indica el despegue de la tecnocumbia, género que combinaba ritmos tropicales, andinos y brasile- ños con instrumentos eléctricos y sintetizadores electrónicos. Aunque aún CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 693

no destacaba en la encuesta de CPI como género musical, la tecnocumbia alcanzaría en el 2000 una popularidad inmensa. El conductor y performer Carlos Galdós, quien en ese entonces trabajaba en Radiomar, recuerda: “Justo en ese año la tecnocumbia entró a tallar, las radios tropicales cam- biaron de música de un año al otro. Todo comenzó con Agua Marina […]. Yo en ese momento me daba cuenta de que todo era cumbia. De pronto llegó un lunes y se acabó la salsa. Para ellos era dramático, ya que la salsa había sido lo suyo desde siempre. Pasar de Héctor Lavoe a Ruth Karina era sin duda fuerte” (entrevista con Carlos Galdós, 10 de noviembre del 2010). Una encuesta realizada a 641 personas por Apoyo Opinión y Mercado en febrero del 2000 colocaba ya a la tecnocumbia como el género musical más escuchado en Lima, seguido por las baladas y la salsa (El Comercio 2001: 288), y al final de ese año se hablaba del boom del nuevo género musical. Decía El Comercio en su Anuario 2000-2001:

Fue escuchada durante el 2000 en las calles, en la TV, en la radio y hasta en las campañas presidenciales. La bailan o entonan todos los sectores de nuestra sociedad. La tecnocumbia: un fenómeno musical que nació en la década del noventa, fermentó en nuestra selva sazonada por los ritmos brasileños, el merengue y la cumbia. Esta rama de la chicha, que gracias al uso de sintetizadores ha adquirido su ingrediente sonoro más característico —el “techno”—, nació en plena era de la globalización, cuando más de una mujer decidió lanzarse al escenario para conquistar al público. Por ello sus primeras estrellas han sido todas femeninas, “reinas” de la Amazonía que ahora traspasan fronteras (El Comercio 2001: 288).

La máxima reina de la tecnocumbia fue Rosy War (Rosa Guerra). El musi- cólogo Raúl R. Romero confirma que la aparición de la tecnocumbia en el Perú fue “tan rápida como inesperada”, y añade que sucedió “en torno al excepcional éxito musical de la cantante Rosy War”, cuyo tema Nunca pensé llorar, compuesto por su esposo y productor Alberto Tito Mauri “rompió récords de ventas y se convirtió en una melodía muy familiar durante varias semanas en la mayoría de las estaciones de radio” (Romero 2007: 36). Rosy War nació en Madre de Dios, región de la selva peruana; a los 17 años viajó a Lima para residir en la zona industrial de Vitarte, y en 1984 empezó su carrera profesional como cantante del grupo los Bio Chips de Chimbote, donde conoció a Alberto Mauri. Tras grabar en Chile y Bolivia, formó en 1997 La Banda Kaliente, con Mauri como productor, y en 1997 sacó a la venta en Lima un álbum que incluía el éxito Nunca pensé llorar, “propalado hasta en las estaciones radiales que normalmente sacaban al aire solo rock, salsa y pop” (Romero 2007: 38). 694 EMILIO BUSTAMANTE

La música de Rosy War tuvo aceptación en todos los sectores sociales. Con ella, la cumbia peruana “evolucionó de ser una expresión cultural a ser la músi- ca bailable dominante”, según Raúl R. Romero, quien detalla cuatro razones que explicarían este fenómeno: 1) desandinización (acentuación de elementos no andinos vinculados a lo amazónico, lo caribeño, al pop y al tecno); 2) sensua- lidad (mayor énfasis en el baile, el vestuario ligero y los movimientos pélvicos y de caderas de la cantante y las bailarinas acompañantes); 3) globalización (inspiración en cantantes exitosas de otras latitudes como la mexicana Ana Gabriel y la intérprete de tex-mex Selene, cuyo atuendo era similar al adoptado por Rosy War); y 4) masividad mediática, pues: “La radio, la televisión y la industria disquera se enfocaron en el género como el negocio musical más rentable en los tiempos recientes” (Romero 2007: 38-40). Romero advierte cómo:

Poco tiempo después del gran éxito de Rosy War los productores inde- pendientes empezaron a formar grupos de jóvenes cantantes de tecno- cumbia, a imitación de los grupos que la industria pop mexicana había promocionado tan efectivamente en América Latina. Dirigidos al merca- do adolescente y con la ayuda de altamente calificados arreglistas profe- sionales y músicos de estudio, estos grupos (Skandalo, Tornado y Zona Franca, por nombrar a algunos) se apoderaron de un importante seg- mento del mercado (Romero 2007: 41).

Y añade que “otros intérpretes de tecnocumbia y de otras variantes de la cumbia peruana fueron descubiertos por los medios y la industria disquera” (Romero 2001: 40), algunos de ellos bastante antiguos, como el grupo nor- teño Armonía 10, fundado en 1972. Además de Rosy War, dos intérpretes femeninas destacaron entonces: Ruth Karina (nacida en Pucallpa, también en la selva peruana), con mayor influencia brasileña en su música, y Ana Kohler, quien popularizara El ritmo del Chino, tema oficial de la campaña presidencial de Alberto Fujimori en el 2000, y animara, como ya se ha señalado, el programa radial La fiesta de la selva en Radio Inca Sat desde setiembre de aquel año (El Comercio, 17 de setiembre del 2000). En octubre del 2000, el diario El Comercio daba cuenta de la celebración de los 31 años de Radiomar Plus (nacida como Radio Mar) que tendría lugar en el distrito limeño de San Juan de Lurigancho. Como de costumbre, se anunciaba a numerosos grupos musicales, pero la novedad era que había, según el diario, “más artistas de chicha que de salsa”. Citaba entre los invita- dos a Ruth Karina, Ada y los Apasionados, Ana Kohler y Euforia, Camagüey, Skándalo, Joven Sensación, Agua Marina y Armonía 10 (El Comercio, 22 de CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 695

octubre de 2000). El espectáculo de aniversario de una de las emisoras más identificadas con la salsa confirmaba los cambios en los gustos musicales de los limeños al final de la década. En diciembre del 2000, El Comercio obser- vaba cómo Panamericana, otra de las emisoras identificadas en los últimos años con la salsa, privilegiaba también la tecnocumbia en su programación (El Comercio, 3 de diciembre del 2000). Sin embargo, el empleo político que se hizo de la tecnocumbia no solo en la radio, sino también en la televisión, generó algunas resistencias. En un artículo publicado en El Comercio con el título “La música perversa”, José Quezada vinculaba a la tecnocumbia con una política cultural de manipula- ción de masas impulsada por el gobierno:

En los últimos días hemos oído hasta el agotamiento —no digo escuchar que es un acto voluntario que implica atención— una pegajosa musiqui- lla de campaña del candidato presidente. Un respetable líder provincia- no señaló que existía música que no contribuía al enriquecimiento cul- tural del pueblo, razón tiene, pero no es la música en sí el problema, sino el uso que de ésta se hace. […] El problema no es que exista la tecnocumbia —que personalmente no me agrada— sino que su difusión sea prioritaria y excluyente. Los me - dios de señal abierta tienden a incentivar una estandarización y a desa- pa recer todo aquello que no tenga rating: A mayor diversificación menos concentración de rating. Los regímenes totalitarios han usado instrumentalmente las creaciones culturales, pervirtiéndolas al orientarlas hacia fines reñidos con la digni- dad de las personas y con el bien común. Crean sistemas de valores, ideas y expresiones de todo tipo, por supuesto, “artísticas” también, que contribuyen a su afianzamiento, al ser vehículos sumamente potentes de cohesión y de manipulación de masas. Se explica así la aparición de la cultura nazi, por ejemplo, con una estética propia, o la cultura estalinis- ta, que estableció absurdos postulados para regir las creaciones de poe- tas, músicos o cineastas. La musiquilla fácil, los contenidos ‘culturales’ embrutecedores de la televisión de señal abierta y de los diarios ‘chicha’, sirven para manipular al pueblo. De hecho existen coincidencias y afinidades en el plano de las políticas cultura- les entre el gobierno y estos medios: ambos necesitan para sus fines el mismo perfil del público. El mitin se convierte en ‘tono’ y la ‘fiesta electoral’ en ‘bacilón’, que puede admitir chanzas y prepotencia: una especie de gran ‘pollada bailable’. Entonces, ¿quién dice que el gobierno no tiene política cultural? […] (El Comercio, 16 de abril del 2000). 696 EMILIO BUSTAMANTE

Al lado del artículo de Quezada aparecía una foto de Ana Kohler bai- lando. Aunque sin desconocer el empleo político de la tecnocumbia, Raúl R. Romero, a diferencia de Quezada, no ve su difusión de entonces como parte de una política cultural del régimen. Por el contrario, opone la desa- lentadora corrupción del gobierno con el manifiesto optimismo del género musical en alza:

A finales de los años noventa hubo dos acontecimientos que captaron la atención pública en el Perú. El primero fue el auge y caída del corrupto régimen fujimorista, una década de dictadura encubierta y violaciones sistemáticas de los derechos humanos. El otro fue el apogeo de la tecno- cumbia […]. Hasta entonces la música y la política no habían sido relacionadas con fre- cuencia por los analistas sociales o por los periodistas en el Perú, pero ahora ambas dimensiones compartían las primeras páginas, programas televisivos, debates públicos e inclusive campañas presidenciales. Mientras Alberto Fujimori y su política poco ética llevaban al país a la casi destrucción de sus instituciones formales (sistema judicial, organismo electoral, partidos políticos y fuerzas armadas), ignorando sistemáticamente las voces de la sociedad civil, la tecnocumbia era vista por muchos como una expresión espontánea de la población. El grado de participación pública e interacción social rela- cionadas con la música, espectáculos y actuaciones de la tecnocumbia creció en proporción inversa a los canales democráticos a través de los cuales las personas podían expresarse en los gobiernos locales y nacionales. Las oscu- ras figuras del congreso nacional y las fuerzas armadas, representantes de un régimen dictatorial en decadencia, aparecían en marcado contraste con los intérpretes musicales quienes, surgiendo de humildes hogares, se habían convertido en celebridades, modelos a seguir por el público en general. La música popular, por lo tanto, presentaba una visión diferente del futuro de la nación (Romero 2007: 7-8).

2.7.2 Juveniles Una de las novedades de la década fue la aparición de programas juveniles de conversación y música. Destacaron La Puerta (Radio Nacional), realizado por un colectivo de alumnos de la Universidad de Lima; TTT (1160, Miraflores, Studio 92) de Juan Francisco Escobar, Eduardo Toguchi y Adolfo Bolívar; Rondando la noche (CPN) y Carlos en la radio (Radiomar Plus) de Carlos Galdós; Miles de tontos (Súper Latina), Sin nombre (América) y Radio Insomnio (América) de Sergio Galliani. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 697

Se trataba de programas conducidos por jóvenes y dirigidos a jóvenes, en los que había diálogo informal, humor (en ocasiones parodia), micrófo- nos abiertos al público y música (generalmente pop-rock). La Puerta nació en 1997. La iniciativa surgió como parte de un curso de radio dictado por la profesora Gina Gogin en la Facultad de Comu nicación de la Universidad de Lima. Con el apoyo del profesor César Zamalloa (de la Dirección de Bienestar Universitario), y la conducción de Paul Gogin, un grupo de alumnos, compuesto por César Pita, Caroline Cruz, Raúl Argandoña, Piero Montaldo y José Carlos Martínez, se organizaron en un taller de producción de ese programa. Salía los viernes en Radio Nacional FM, de 19.00 a 20.00 horas; estaba dirigido a estudiantes universitarios. El formato era de revista: se discutían temas juveniles, se invitaba a especia- listas y se informaba sobre actividades de interés para su público objetivo. Sus creadores buscaban transmitir un mensaje fresco, que sobre la base de una estructura previamente acordada permitiera la improvisación. Paul Gogin se refiere a ello:

Lo que se planteó, por una formación que tengo como músico, y que los chicos entendieron, es que la improvisación deviene de un conoci- miento de la estructura. Una vez que conoces la estructura, puedes permitírtela. O sea, anulamos el guion escrito, todo se trabajaba en base a temas. Los temas implicaban que cada uno investigaba el tema y empe- zábamos a hacer terapias: “Qué sabes tú de este tema”, “ya, bacán”, “mira esta pregunta, bacán”. Así que llegamos a un programa conversa- do. La misma estructura la tenían los TTT. También estaban hablando y parecía que estaban totalmente desbocados, pero atrás estaba la produc- tora que decía: “Va el tema, va el otro tema”. Y esa fue mi labor: Ordenar esta súper creatividad de los chicos y que entendieran un nuevo forma- to que no era necesariamente el formato tradicional, porque en ese momento había otras experiencias, de otras universidades, que al ver esto querían también involucrarse en el asunto, pero tenían el formato antiguo con un locutor, dos locutores, tres locutores… Que a mí me parece simpático, pero nosotros queríamos experimentar (entrevista con Paul Gogin, 26 de julio del 2010).

La Puerta organizó en 1998 los festivales de música Radiocafeína en la Universidad de Lima. Se trataba de encuentros musicales “de convocatoria abierta, para alumnos de todas las universidades que hacen música y quie- ren tener oportunidad de expresarse” (El Comercio, 21 de mayo de 1998). Al año siguiente, La Puerta siguió saliendo por Radio Nacional FM con el auspicio del Centro de Estudios y Acción para la Paz (Ceapaz). Gogin recuerda: “Allí ya cambiamos de invitados y, de cierta manera, el estilo ya 698 EMILIO BUSTAMANTE

no iba a ser tan universitario sino juvenil de otros sectores, ya no alineados completamente al sector de clase media. Tuvimos contactos con otros pro- gramas, con el de los TTT, con uno de San Marcos, con el cual tuvimos bastante relación pero, igual, éramos mundos diferentes” (entrevista con Paul Gogin, 26 de julio del 2010).13 TTT (sigla de Tres tristes tontos), un auténtico boom radial a fines de la década, también tuvo su origen en un proyecto estudiantil. Tres alumnos de comunicaciones del Instituto Orson Welles (Juan Francisco Escobar, Eduardo Toguchi y Adolfo Bolívar) elaboraron un proyecto de fin de carre- ra y lo llevaron a Radio 1160 en 1998, donde les dieron el horario de las 7.00 horas, de lunes a viernes:

Tuvimos una reunión con la productora de la radio, que se llamaba Cecilia Barreto, una persona muy espiritual, muy buena, y ella fue como nuestra mentora. Nos dijo que, en realidad, ninguna radio entendía que entráramos a conversar en una radio musical para jóvenes. No enten- dían que los chicos jóvenes también tenían muchas cosas de qué hablar y muchas cosas de qué reírse, y mezclado (esto) con música podía ser entretenido. Ella apostó por nosotros, pero no nos pagaba ni un mango. Nos pasamos muchos meses, (saliendo) a las 7 de la mañana, no dor- míamos bien porque nos pasábamos todo el día produciendo porque no teníamos la viada; los engranajes no estaban listos para que camina- ra correctamente (el programa). Estudiábamos mucho. Fue alucinante porque aprendimos mucho. Y esta persona confió en nosotros. Tuvimos problemas con el programador, que nos quería botar, nos escondía los micros; nuestro operador no llegó una vez y tuvimos que aprender a operar. Me acuerdo que tuvimos muchos problemas, pero el negocio de la radio lo aprendimos allí, en 1160. Nos comenzaron a llamar de los colegios. Nos comenzaron a llamar chicos jóvenes que se iban a la uni- versidad o al instituto, y comenzamos a tener una conexión que no esperábamos. Y lo que tiene el horario de la mañana, y que en ese momento no lo sabíamos, es que es un horario muy fiel, de oyentes muy fieles. Allí es que hicimos un público cautivo. Ahora, cuando se acaba la radio porque la radio se acaba, me acuerdo que nos pagaron cinco meses de chamba con un polo de Gloria Estefan en blanco y

13 Paul Gogin alude al Club de Radio de San Marcos que emitía el programa Irra- diando por Radio Santa Rosa AM, los domingos a las 11.00 horas, y que realizaba también una importante labor de difusión cultural entre el público universitario. Integraban el club: Hamilton Segura, Dieter Linares, María Cosnilla, Betty Cerdeña, Miguel Fonseca, Álvaro Heredia, Maritza Gómez, José Ratto, Janet Mauricio e Ítalo Meza (El Comercio, 3 de mayo de 1998). CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 699

negro, y un panetón de la “U” con jugadores que ya no estaban en la “U”. Esa fue nuestra paga. Pero nosotros nos fuimos felices (entrevista con Juan Francisco Escobar, 29 de setiembre del 2010).

De 1160 los TTT pasaron al año siguiente a Radio Miraflores, emisora que se encontraba en problemas por la detención de su propietario, Ricardo Palma Michelsen. Fue allí, sin embargo, que el programa se con- solidó en un horario vespertino:

Nos fuimos a Radio Miraflores. Hablamos con el tío Ricardo Palma y la radio estaba de capa caída. Perdón, hablamos con el hijo, porque él estaba preso. Y entramos a la tarde (ninguno quería trabajar en la mañana). Me quedaba muy cerca, yo siempre he vivido en Miraflores. Feliz. Es una radio con una cabina medio incómoda, muy pequeña, pero la pasamos muy bien. Y allí, en esa radio, por el tío Ricardo Palma, y por toda la onda de Fujimori, nos convertimos en unos chiquillos muy políticos. Yo tenía muy buenos datos políticos porque trabajaba en esa época en el programa de Laura Bozzo, Intimidades.14 Fui el primero que comentó el collar que le había regalado Montesinos porque lo sabía de primera mano. Y allí como que comenzamos a levantar polvo, y ya no solo los chiquillos de colegio y los que empiezan a estudiar una carrera nos escuchaban, nos comenzó a escuchar el joven adulto con una visión política más clara, y nos conver- timos en un programa entre serio y bromista que tiraba cosas muy fuertes y también hacía estupideces. El tío Ricardo Palma vuelve a la radio, y nos dice si podíamos bajar un poquito el tono porque, en realidad, a él lo habían metido preso, y lo podían meter preso de nuevo. Y yo, con la inso- lencia que me caracteriza y que creo que me va a caracterizar siempre (y por eso casi nunca tengo trabajo), le dije que de ninguna manera, que si nos censuraba nos largábamos. En esa época la radio no tenía sino Buenos días, señor Presidente y en la noche los programas noticiosos. Y él me dijo que estaba bien, que siguiera, pero que me quede claro, recuerdo que me dijo, que estaba arriesgando la integridad del dueño; pero que no me iba a censurar. Y me pareció muy valiente de su parte, y muy loable (entrevis- ta con Juan Francisco Escobar, 29 de setiembre del 2010).

La estructura de TTT era también de revista. Dedicaba un día a un tema específico; los temas más fuertes o entretenidos iban los lunes y viernes. El programa tenía careta de presentación, bloques y cuñas de entrada y salida; sus conductores, según confesión propia, querían darle con ello un

14 Laura Bozzo era una conductora de polémicos programas de reality en televisión. En muchas ocasiones se le vinculó con el régimen de Fujimori, y, en especial, con el asesor del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) Vladimiro Montesinos. 700 EMILIO BUSTAMANTE

esquema “televisivo”. Tenía secciones como “El destripador”, donde ha - cían crítica de canciones (una de sus principales víctimas era Ricardo Arjo- na), “Noticias en Bi… Ci… cleta“ (informativo), “Los expedientes secretos Achís” (parodia de la serie de TV Los expedientes secretos X), “El Memovox” (mensajes al aire de los oyentes) y “El antiranking” (sátira de los progra- mas musicales, conducido por un locutor obsoleto, inventado por los TTT). Los martes estaban dedicados al género de horror: los oyentes enviaban historias de terror al programa que los conductores convertían en pequeños radioteatros; esos microprogramas eran grabados, pero los TTT también hacían radionovela en vivo, con efectos de sonido produci- dos en cabina. La elección de la música que se ponía en el programa llamó la atención por su originalidad, y estuvo en verdadera sintonía con el gusto de sus oyentes:

Teníamos una manera de poner música que era rara para la radio: Uno, que sí poníamos lo que la gente nos pedía, porque hasta hoy las radios se jactan de eso y es mentira; yo he trabajado once años en radio y nunca ponen lo que la gente les pide. Y dos, teníamos tres canciones emblemá- ticas que eran: “La caleta”, que era una canción escondida, de repente nueva, pero que nadie se atrevía a poner; teníamos una romántica (“La lenteja”); y teníamos una que era nacional, siempre poníamos rock nacio- nal. Eso era lo emblemático en el programa (entrevista con Juan Francisco Escobar, 29 de setiembre de 2010).

La fluidez que demostraron sus conductores en la comunicación telefó- nica con el público afianzó a TTT como un programa juvenil líder:

Hacíamos tripartitas. Yo recuerdo que en Radio Miraflores juntamos a una pareja al aire, y años después, en otro programa mío, me llamó el pata que se había casado con la chica y que a su hijo le habían puesto Juan Francisco. Eso para mí es mostro. En otro programa nos llamó una chica que se quería suicidar, que sufría depresiones, y teníamos un psi- cólogo, y la comenzamos a asesorar fuera del aire, y terminó yendo al programa y el psicólogo le dio asesoría, y ahora está muy bien, hasta donde sé, por lo menos (entrevista con Juan Francisco Escobar, 29 de setiembre del 2010).

A pesar de que al aire los TTT parecían ir creando el programa sobre la marcha armados únicamente de su ingenio y sentido del humor, en reali- dad el espacio se hallaba bastante estructurado:

Nos sentábamos y discutíamos mucho. El programa tenía como recurso la improvisación, pero no como medio la improvisación. Estaba muy CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 701

bien estructurado. Y la estructura de cada día era discutida por los tres, por los cuatro, en realidad, porque había también un chico que estuvo con nosotros mucho tiempo y terminó operando: Jesús Véliz (entrevista con Juan Francisco Escobar, 29 de setiembre del 2010).

Las constantes bromas sobre autoridades del gobierno que hacían los TTT en su programa en los años finales de la década acarrearon, según Juan Francisco Escobar, algunas medidas de intimidación en su contra:

Yo tenía presiones desde Radio Miraflores. Nos amenazaban. Llamaba gente que no conocías. Te decían: “Tú eres Juan Francisco, ¿no?” Pum, te cuelgan. En este momento te ríes, en esa época daba miedo. Mucho, mucho miedo. A mí me han seguido de Radio Miraflores hasta mi casa camionetas negras, todo polarizado. Yo entraba a mi casa, y la camione- ta paraba y se quedaba allí. Mientras yo no entraba, no se movía la camioneta. Más de una vez, la misma camioneta. Yo pensaba: “No, no, no… Soy un comunicador, no creo que me maten. Lo máximo que harán será quitarme mi puesto de trabajo”. En realidad, era muy joven y no me daba cuenta de lo que hacía, pero sí me han podido bajar y nadie se iba a enterar. Te desaparecían. Sí, teníamos presión. Yo creo que en Studio 92 bajó un poco esa presión porque, a pesar de que estábamos con los dueños de RPP, no nos jodieron mucho (entrevista con Juan Francisco Escobar, 29 de setiembre del 2010).

A fines de 1999, tras surgir discrepancias con Ricardo Palma Michelsen por un inminente cambio de horario del programa, los TTT fueron contra- tados por Studio 92:

Hugo Delgado nos dice: “Miren muchachos: Ustedes en la época del Mundial han tenido 25 mil oyentes en Radio Miraflores”. Y Radio Miraflores en esa época tenía 2 mil oyentes. Tener 25 mil oyentes en Radio Miraflores era alucinante porque era una radio de alcance muy corto. Entonces, nos dijo: “Para que ustedes tengan esa cantidad de oyentes, creo que son importantes. Yo acabo de comprar Studio 92, vamos a limpiar la radio, vamos a poner música, y solamente a las 6 de la tarde van a estar los TTT, y, todo el resto del día, música. Yo quiero que ustedes sean como la cabe- za de la radio” […]. Y así entramos en Studio 92, y allí, creo, es donde viene el boom, allí es donde empieza la cosa grande […]. Teníamos una sala de posproducción toda la mañana para nosotros, y cuando la radio se muda a este edifico bonito en el Zanjón, no nos dieron oficina, pero era muy cómodo trabajar allí, y nos sentíamos parte de algo importante. Yo no era más importante ni el Chino era más importante, ni Adolfo era más ni menos importante. Cada uno era una T de los TTT. Sentíamos un poco más de responsabilidad, y eso quizá influyó un poco al programa, pero no decayó. Nos comenzamos a pituquear en el sentido de que las 702 EMILIO BUSTAMANTE

producciones eran mejor hechas, había más capacidad para hacer cosas. Teníamos un posproductor a nuestra disposición, y una sala de pospro- ducción para nosotros […]. En Studio 92 llegamos a tener más de 100 mil oyentes, 120 mil, lo que era una locura porque teníamos más rating que Los Chistosos en RPP; ¡o sea, le ganábamos a RPP en rating! Era algo loquí- simo para Studio 92. Y en la general —no solo en nuestro horario—, en la general del día, éramos número uno, lejos; le llevábamos 20 mil oyentes al más cercano. Era una locura el poder que habíamos llegado a tener como programa (entrevista con Juan Francisco Escobar, 29 de setiembre del 2010).

Diez años después, Escobar ensaya una explicación sobre el éxito del programa:

Lo que no entendían, me parece, en esa época, en ese medio de comuni- cación masiva, dirigida a los jóvenes, es que a los jóvenes no les gusta que les hablen como papá. Entonces, si vienen unos patas a hablarles de tú a tú, primero, la gente nos consideraba igual, pero nuestra opinión tenía más valor porque estábamos en un medio de comunicación, y eso nos ponía en una especie de pedestal. Nosotros éramos tres personas comunes y corrientes que no impostábamos la voz, y eso le daba un valor agregado [al programa]. Teníamos al tímido (el Chino), yo que era el no tímido, y [había] alguien un poco más serio (Adolfo). Teníamos una trinidad allí con la que muchos se podían identificar; éramos personajes identificables del barrio, y eso, creo yo, era lo que le gustaba a la gente (entrevista con Juan Francisco Escobar, 29 de setiembre del 2010).

Otro “pata de barrio” era Carlos Galdós. Comenzó en radio CPN presen- tando una agenda cultural en 1996, pero ese mismo año le dieron un pro- grama de conversación con el público en la emisora; se llamaba Rondando la noche, e iba de lunes a viernes, de 22.00 a 01.00 horas. En 1998, Galdós pasó a Radio América, donde hacía microentrevistas en un programa matu- tino, y en 1999 llegó a Radiomar:

Radiomar hizo un estudio con Publicistas y Asociados. En ese entonces había una campaña de cerveza de la que yo era el protagonista, se hicieron doce comerciales durante tres años. El estudio arrojó que Radiomar era parte de su público objetivo, tenían un buen rango de público B que oía la radio. Recogieron muestras graciosas de gente que escuchaba Radiomar. Me acuerdo que me dieron un ejemplo de un tipo que dijo que estaba manejando por el Golf, de pronto pasaba una chica con su carro y se paraba a su costado y él sentía vergüenza del eslogan de la radio. La marca no le gustaba pero consumía el producto. Ellos detectaron eso y querían encontrar una imagen media, un locutor que no sea tan tierra y que tampoco sea ficho. Yo venía con la imagen de CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 703

este personaje de la campaña universitaria que era justamente eso. Eran cuatro amigos: el millonario, el aventurero, el intelectual, y yo era el chonguero del medio […]. Radiomar me dio un programa en horario estelar, de 10 a. m. a 2 p. m. Ese horario a nivel de radios es top, lo que los gringos llaman traffic show. El programa no subió ni bajó el rating de la radio. Yo nunca he sido un locutor. Ellos tienen un esquema de inflexión de voz, de comunicación, es un tipo que chanca mucho la marca. A mí eso no me sale y no me gusta. Yo siempre he sido un conductor. Yo me siento y cuento mis historias, y más o menos armé un programa divertido. Sacaba llamadas, ponía un tema chonguero; el público de Radiomar es muy entretenido, muy sabroso. Había muchas bromas, era una cosa muy criolla. Hacíamos concursos para transportis- tas; es una radio de gran compañía también para amas de casa. Una vez pedí que una combi que estaba en Huaylas se desvíe con todos sus pasajeros para que vaya a la radio y reciba unos regalos. La calle se llenó de combis, era un chongazo (entrevista con Carlos Galdós, 10 de noviembre del 2010).

Un año después, Galdós fue contratado por Studio 92 gracias a otra audacia radial:

Un profesor de la universidad, que es jefe de producto en Studio 92, me dictaba el curso de radio y tuve la desfachatez de dar mi examen en vivo. Llamé al profesor [Luigi Santana] y di mi examen, y a él le gustó eso. Studio 92, que había pertenecido a los Picasso, acababa de ser absorbida por este grupo [RPP]. Él me llamó y me dijo para hacer un programa y así nació este programa, hace 10 años. Los primeros meses fueron un ácido absoluto. El gerente de la emisora, César Abril, que venía de manejar otras radios, me dijo que ya iban dos mediciones de audiencia y no caminaba el programa. “A la tercera, a tu casa”. Yo dije que estaba seguro de que eso iba a caminar y de pronto enganchó. El rating subió y nunca más bajó. Eso fue luego de seis meses, porque las mediciones de audiencia son entre cuatro y cinco al año (entrevista con Carlos Galdós, 10 de noviembre del 2010).

Inventivo y buen conversador, Galdós debió también parte de su éxito a su facilidad de adaptación a distintos formatos y públicos. El conocimien- to del público al que se dirigía, y una conciencia muy clara del tipo de emisora en el que laboraba, le permitían improvisar sobre la base de una estructura sencilla:

Dentro de la estructura que tengo improviso bastante. Vengo con una idea en la cabeza y la suelto durante el programa. Sabes que va a fun- cionar porque estás acostumbrado, orientado al público al que vas, sin subestimarlo. Una clásica discusión en la radio es “los universitarios no 704 EMILIO BUSTAMANTE

consumen política”; yo creo que claro, no la consumen, pero sí tienen una opinión (entrevista con Carlos Galdós, 10 de noviembre del 2010).

A diferencia de Juan Francisco Escobar, sin embargo, Carlos Galdós no sintió presiones externas por las burlas que hacía en sus programas de políticos o personajes cercanos a ellos:

Yo estaba en un programa de entretenimiento en Radiomar. Yo me burla- ba mucho de Laura Bozzo justamente en una radio que iba al mismo público. Yo ponía temas muy estúpidos, en un talk show que hacía, y al aire, sacaba llamadas y les daba un rol a cada uno. Hacía el detrás de cámaras en vivo y los hacía que se peleen. No [había censura], eso debe ser una pregunta más para un comentarista de noticias. Hubieran tenido que censurar al Perú entero porque ese show era mofado por todos. En Studio he hecho cosas bien hardcore también. En campañas políticas, por ejemplo, cortar tandas electorales, el tema de Zaraí, etcétera. Esta radio es un nicho bien interesante para los políticos porque es una radio juvenil, el grueso de los votantes está en ese target (entrevista con Carlos Galdós, 10 de noviembre del 2010).

Sergio Galliani hizo uso de un formato similar al de Galdós y los TTT, pero puso en su programa más importante, Radio Insomnio, un mayor énfasis en el rock nacional y lo emitió en un horario poco común. Aunque Radio Insomnio salió al aire en el 2000, la vocación de Galliani por el medio se había manifestado antes:

A la radio yo entré en el año 95 o 96. Lo que hicimos fue alquilar horas en Súper Latina, donde es RBC. Hicimos un programa que se llamaba Miles de tontos. Con dos personas más, hablábamos tontería y media y poníamos ská, música en joda, etcétera. Nos burlábamos de los aconte- cimientos y personajes “serios” o “no serios” del mundo del espectácu- lo. Entrevistábamos bandas también. Ya era actor, había estado en la Escuela y había estudiado comunicación audiovisual. La radio era, y es aún para mí, un mundo más íntimo. Lo que me gusta hasta ahora de la radio es el hecho de que tienes que tratar de inventarte un mundo que tiene que llegar a la gente solo a través del sonido. Por eso me niego a que nos pongan una cámara mientras hacemos el programa, como hace Belmont en RBC o como hace RPP. Matas la ilusión de los que escu- chan. Es puro audio. Por ende es mucho más libre. ¿Por qué el nombre Miles de tontos? Porque éramos tres personas que nos burlábamos de nosotros mismos y de todos. Nosotros éramos unos tontos dentro de miles de tontos. Nos burlábamos de la prensa, de lo que publican sin saber si era verdad o no. Creo que es un mundo de tontos, aún. Publican noticias sin haber ahondado, con tal de hacer noticias. Creo que el espacio costaba 500 dólares al mes. Salíamos tres veces a la CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 705

semana y cada programa duraba dos horas (entrevista con Sergio Galliani, 7 de octubre del 2010).

La estructura de Miles de tontos era similar a la de otros programas juveniles de conversación: había un tema central de diálogo, bloque de lla madas y noticias comentadas con humor. Había también música en vi - vo, pero “solo con una guitarra nomás” porque “no era una cabina muy grande”. Lo que distinguía al programa era la energía en la conducción de Galliani. En 1998, el actor incursionó nuevamente en radio con Sin nombre (al lado de Gigi Mitre) en Radio América, propiedad entonces de la familia Crousillat:

Yo trabajaba en América Producciones. Se quedó con ese nombre [Sin nombre] porque no se nos ocurrió qué ponerle. Yo trabajaba al frente, en las novelas. Un día, conversando con Gigi Mitre, que producía pro- gramas en la radio, quedamos en hacer uno. Nos llamaban siempre para entrevistarnos [a los actores de las novelas] en la radio. La idea era hacer sketchs de burla, radionovelas, etcétera. Bajábamos cosas de internet, pero las dramatizábamos. Entrevistábamos a muchas bandas (entrevista con Sergio Galliani, 7 de octubre del 2010).

En Sin nombre, Galliani y Mitre hacían su propia producción, en realidad, como dice el conductor, ellos hacían todo: “Yo llevaba mi casetone y musi- calizábamos las radionovelas. Yo las escribía. Invitábamos a los actores que estaban enfrente y hacían personajes. Cada radionovela duraba veinte capí- tulos, como tres meses” (entrevista con Sergio Galliani, 7 de octubre del 2010). El programa comprendía, además, un “momento cultural”: “Consistía en un pata muy erudito que hablaba tontería y media sobre distintos temas. Esos guiones también los hacía yo”; y un “ciclo de buenas costumbres”: “Ese lo hacía Gigi, no recuerdo bien cómo era. Había uno de la doctora Pamela y el doctor Chu, sobre salud. Era muy suave, claro”. Los entrevistados eran varia- dos (músicos, actores, e inclusive bandas internacionales), que los “jalaban” de América Televisión (“Solo había que hacer una llamada para que bajen”). Añade Galliani: “Eso duró todo un año, de mitad del 98 a finales del 99. A mí se me cruzó mucho con las novelas y lo tuvimos que dejar. Yo le dije a la radio que quería continuar, me dijeron que tenían horario a las 12 de la noche y ahí nació Radio Insomnio (entrevista con Sergio Galliani, 7 de octu- bre del 2010). Radio Insomnio se convirtió en el programa más exitoso de Galliani en radio. En un horario insólito, el conductor (quien tenía dificultades para dor- 706 EMILIO BUSTAMANTE

mir de noche), logró convocar una audiencia importante e impulsar desde allí una movida de rock nacional que incluyó espectáculos públicos:

Para empezar, la radio me dijo que no tenía plata para pagarme. Quedamos en que “no me pagan y yo no pago”. La radio era mía desde las 12 de la noche hasta las 5 de la mañana. La estructura de Radio Insomnio era de bloques rotativos, como rompecabezas. Siempre tengo la entrada, bienvenida y música. Luego había un bloque del “Llanero solita- rio”, a partir de la una y treinta de la mañana. Era un solo de llamadas, la gente hablaba y cada uno presentaba su tema, con dedicatorias, etcétera. Llamada tras llamada. Yo ponía voz grave. Había una sección que se lla- maba “Diga lo que quiera”. Cada uno invitaba a conciertos, vendía sus discos, guitarras. Estábamos tan seguros que iban a llamar que lo podía- mos hacer. Había bloque de entrevistas y luego hicimos lo que ahora ha derivado en lo que es mi radio:15 quince minutos de hip hop, reggae, etcétera. Había muchos géneros que poníamos. Ahí empezó esa movida del rock peruano. Yo entro a las 12 y comienzo a poner música de discos que había ahí y algunos propios, de rock peruano, etcétera. Un día veo en el piso dos discos. Uno de Amén y uno de 6 Voltios. Los puse en interno y le dije al operador que ponga Decir Adiós de Amén y Huirito de 6 Voltios. Automáticamente sonaron los teléfonos. Dije que traigan sus discos y los ponemos. Esa noche llegaron un par de discos. Después llegaron pilas de discos y se armó, llenó la mesa. Comenzaron a llegar invitaciones a conciertos, comenzamos a invitar bandas. En Locademia16 ya llevábamos bandas de rock peruano todos los viernes, pero en Radio Insomnio se masificó. En esa época, el programa lo producía mi hermano. Él produjo los Radioinsomniotonos y los Desgraciadazos, al comienzo. Cuando cumplimos tres meses yo hice la primera bomba radial. El rating estaba alto, la gerencia de la radio nos felicitó, cosa que no esperábamos, trabajando con rock nacional. De emoción comenté al aire que cumplía- mos tres meses e invité a todas las bandas amigas para que vengan a saludarnos. Aparecieron como 40 bandas, no sé exactamente cuántas en realidad. Yo había dicho de broma que traigan un vinito para celebrar. Nos llenamos de vino. Fue un programa que duró toda la noche. Ese día, de la emoción, dije que íbamos a hacer el primer Radioinsomniotono. Vamos

15 Galliani dirige actualmente Radio Insomnio en internet, donde además de su pro- grama se pueden escuchar espacios musicales conducidos por jóvenes y prestigio- sos presentadores como Caroline Cruz y Gerardo Rojas. 16 Programa de entretenimiento que condujo Galliani en la televisión del Estado en 1994. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 707

a buscar local, la entrada iba a ser libre, por ser el primero. Comenzaron a llover mails, así que tuvimos que hacerlo. Encontramos una discoteca en Lince donde entraban 1500 personas. La cosa es que fue Mar de Copas, Amén (precio especial por ser amigos de la radio), Trémolo de Tacna, fueron como seis bandas. La tocada era un sábado y un jueves entregamos las entradas a las primeras 1500 personas. Había un montón de personas haciendo cola en la puerta. La discoteca se repletó. Tal fue el éxito que hicimos el segundo y el tercero. Nos quedaron tan chicos los espacios, ya cobrábamos un mínimo, dije que lo íbamos a hacer en un complejo más grande. Entraban 5000 personas. “Este va a ser el más desgraciado, va a ser el Desgraciadazo.” Lo pagué yo, era una inversión. Tenía algunos auspiciadores, Montana, casas de discos. [Después] El programa se finan- ciaba de los auspiciadores de los conciertos, de los conciertos mismos. El programa duró como cinco años. Hasta el 2005 (entrevista con Sergio Galliani, 7 de octubre de 2010).

En el programa de madrugada el característico estilo rápido e intenso de Galliani se hizo más evidente:

Era para mantener a la gente despierta. Yo era Insomnio. A esa hora estaba más despierto que durante el día. Si hago un programa de noche, y les hablo suavecito, la gente se me va a dormir, la idea era que se queden conmigo toda la noche. Había que mantener esa emoción toda la noche todos los días. El programa lo terminaba a las 2 y media o 3 de la mañana, y dejaba música. A veces nos íbamos de largo (entrevista con Sergio Galliani, 7 de octubre del 2010).

2.7.3 Informativos Los sucesos políticos del final de la década acentuaron la preferencia de los oyentes por las emisoras informativas, que resultaron más confiables que los canales de televisión y la mayoría de los diarios. En el año 2000, según una encuesta de Apoyo Opinión y Mercado S. A. realizada en Lima a una mues- tra de 641 personas, el 29 por ciento escuchaba radio para informarse, el 27 por ciento para acompañarse, otro 27 por ciento para relajarse y el 17 por ciento para divertirse. El 48 por ciento de los encuestados señalaba como el principal atributo de una emisora que tuviera buena música, pero un alto 42 por ciento mencionaba como el más importante que tuviera buenos noticie- ros (El Comercio 2000: 315). En febrero del 2000, el periodista Fernando Vivas citaba cifras de Apoyo que otorgaban a la radio mayor credibilidad que la televisión y los diarios: 72 por ciento de las personas encuestadas confiaba en la radio, 58 por ciento en los diarios y 22 por ciento en la televisión (Vivas 2000). 708 EMILIO BUSTAMANTE

Tres emisoras destacaron nítidamente en el género informativo durante los noventa: RPP, CPN (antes Antena 1) y 1160. Fundada en 1963 como productora, RPP se definió como estación infor- mativa desde 1980, estableciendo una programación noticiosa de veinticua- tro horas, y eliminando las radionovelas que entonces emitía. “Cambiamos historias de ficción por historias reales que son las noticias”, recordó en 1999 su propietario, Manuel Delgado Parker (El Comercio, 24 de octubre de 1999). La intención de conformar una cadena de emisoras a partir de RPP, que propalara una programación única en todo el país, nació prácti- camente con la radio. En los años sesenta, RPP enviaba a sus retransmiso- ras y filiales en provincias casetes con la programación diaria; en décadas posteriores la cadena se afianzaría con el soporte de las microondas y luego con el satélite y la FM. En 1999, Manuel Delgado Parker declaraba que RPP tenía 56 operadoras afiliadas, de las cuales dos eran las más poten- tes del país, y que estaban cubriendo al 97 por ciento de la población (El Comercio, 24 de octubre de 1999). Había incursionado además en internet y su programa La rotativa del aire era transmitido por un canal de televi- sión por cable. Hacia el final de la década, coincidiendo con la agitada coyuntura polí- tica, RPP Noticias se convirtió en la emisora más escuchada en Lima en todos los niveles socioeconómicos. En el año 2000 fue la primera en audiencia en las principales ciudades del país (CPI Market Report, diciem- bre de 1999; CPI Market Report, diciembre del 2000). La emisora era, ade- más, cabeza del grupo nacido en 1996, que comprendía también Studio 92, Ke Buena y Clásica 96.7 (después: Corazón). Sus espacios informativos más importantes eran: La rotativa del aire (tres ediciones: mañana, mediodía y tarde), Ampliación de noticias, Comunicando, Controversia y Enfoque de los sábados. Entre los conductores más represen- tativos de sus programas estuvieron: Miguel Humberto Aguirre, Dennis Vargas Marín, Humberto Martínez Morosini, Guido Lombardi, Jesús Miguel Calderón, José María Salcedo, Raúl Vargas, Rosa María Palacios, Juan de la Puente, Mónica Delta, Gonzalo Iwasaki y Álvaro Ugaz. Durante el período estudiado, algunos de ellos dejaron la radio, incursionaron en la política activa y fueron elegidos parlamentarios: Vargas Marín llegó al Congreso por CODE-País Posible en 1996, para emigrar luego al fujimorismo; y Humberto Martínez Morosini fue electo en el 2000 por Avancemos, agrupación lidera- da por el político derechista Rafael Rey. RPP, sin embargo, ha buscado siempre mantener una imagen de neutra- lidad política. Manuel Delgado Parker decía a fines de 1999: “Tenemos una CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 709

clara vocación por la objetividad y por la pluralidad. El no tener opinión, salvo en casos de excepción, nos permite un desarrollo imparcial de los hechos, para que público forme la suya” (El Comercio, 24 de octubre de 1999). De modo similar José María Salcedo (quien fue algunos años direc- tor de noticias de RPP) se refiere a la línea editorial de la emisora:

La radio saca por igual al aire al del gobierno o al de la oposición. Esto es desde 1963. La radio vive gracias a eso y no es política, no es un partido […]. Acá tienes que cuidarte de dar tu opinión. Yo no puedo usar la radio para dar mi opinión sobre las cosas. Si hago periodismo en una radio grande (porque en las pequeñas con determinadas tendencias puedes hacerlo) no puedo abusar de mi programa. Si quiero dar mi opinión la doy en otro lado (entrevista con José María Salcedo, 29 de noviembre del 2010).

Esta perseguida neutralidad de la emisora ha llevado a que algunos sos- tengan que “nunca queda mal con nadie”, aunque existen también quienes han criticado su cobertura de las elecciones del 2000 como inclinada hacia el lado oficialista (Fowks 2000: 169). José María Salcedo sostiene, en cambio, que durante aquellos comicios: “No se dejó de informar nada y se les dio cabida a todos”, aclara que entonces él ya no era director de noticias, pero “cuando me tocaba estar al aire salía todo el mundo, independientemente de su postura”. Salcedo añade que no era función de la radio hacer oposición a Fujimori: “La oposición la hacen los partidos. No puedes trasladarle al medio la responsabilidad de los partidos”. También niega haber sufrido pre- siones gubernamentales durante la década:

Nunca. En esta radio nunca nadie me ha dicho lo que se dice o no. Yo fui director de la radio dos años y durante ese tiempo nadie de la empre- sa o el gobierno me dijo nada. Una cosa es que puedas estar influencia- do y otra es que la empresa se corra el riesgo de decir qué se dice y qué no. Era muy difícil que pase eso porque el negocio de esta radio es la objetividad. Los dueños tienen esto como único negocio. Si pierden la credibilidad baja el rating, por ende la publicidad. Ahí no vale “dijo el gobierno”, etcétera. Si baja el rating la Cristal no anuncia (entrevista con José María Salcedo, 29 de noviembre del 2010).

Fernando Vivas, en febrero del 2000, tenía una perspectiva distinta:

RPP es la radio de la pregunta reprimida, de la llamada filtrada, de la desproporción entre invitados del bando oficial y el opositor, pero sí que hay de los últimos y a veces se pueden despachar en dorados segundos. La rotativa del aire es un noticiero de imposible equilibrio aunque tan veloz como informado y la Ampliación de noticias con Rosa María Palacios puede a veces compensar ese apuro (Vivas 2000). 710 EMILIO BUSTAMANTE

Aunque la entrevista de Jesús Miguel Calderón con Vladimiro Montesinos el 24 de octubre del 2000 despertara suspicacias, y uno de los reporteros de la radio (Enrique Vidal) fuera vinculado en el 2001 con el SIN, RPP no perdió la confianza de sus oyentes: al final de la década era la radio más escuchada, la que más recordaban los limeños y la más creíble, según encuestas de Apoyo (El Comercio 2001: 315). No hay que olvidar, por otro lado, que RPP dio cabida a un espacio pro- ducido por el Instituto de Defensa Legal (IDL), que durante 1999 emitió trece programas sobre derechos humanos en la radio con el título Los derechos que te tocan (impulsados por Susana Villarán y con José María Salcedo como conductor de la parte en vivo). Uno de los aspectos más valorados por los oyentes era la comunicación en vivo que podían realizar con la emisora, especialmente a través del pro- grama Línea abierta. En más de una ocasión, las llamadas del público duran- te ese y otros programas tuvieron el carácter de verdaderas noticias de último minuto y permitieron actuar con oportunidad a las autoridades. José María Salcedo recuerda, en especial, la cobertura durante el fenómeno El Niño en 1998: “Eso acá es fuerte porque, generalmente cuando se produce el Fenómeno del Niño, no hay cámaras pero sí teléfono. Este es un país que se ha telefo nizado. La gente lo primero que hace es llamar acá. Entonces, la policía y el gobierno se enteran por la radio. Recuerdo que un tipo me llamó cuando se estaba produciendo un huaico” (entrevista con José María Salcedo, 29 de noviembre de 2010). En otra ocasión Salcedo ya se había referido a ese incidente:

Para mí lo más sensacional pasó en Trujillo. Ese día en que se inundó el cementerio. Estaba hablando con el alcalde y empieza el desborde. El tipo corre y va transmitiendo. Le avisa a la gente que se viene el huaico y se arma el laberinto. Una mujer grita “quiero llegar a mi casa, allá está mi mamá”. Le decimos que no puede ir. Le pedimos el número de su teléfo- no. Llamamos y su anciana madre le advierte que no regrese porque las cosas están terribles. Y esa mujer nos iba transmitiendo desde el techo todo lo que ocurría durante 24 horas. Eso solo podía pasar en la radio. La televisión no lo hubiera podido hacer (La República, 25 de abril de 1999).

RPP contó además con programas de magacín como Entre amigos y A media mañana; de consulta como Centro médico, De persona a persona (donde se turnaban los días de la semana el psicoanalista Fernando Maestre y el sacerdote Clemente Sobrado), Hora 9 y Era tabú (ambos conducidos por Maestre), deportivos (La rotativa deportiva con Miguel Humberto Aguirre y Roberto Zegarra, quienes cubrieron mundiales de fútbol y olimpíadas), edu- cativos (Diálogo educativo de León Trahtemberg, La enciclopedia del aire y CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 711

el concurso Los que más saben), y religiosos (Domingo es fiesta con Clemente Sobrado y Miguel Humberto Aguirre, y Diálogo de fe con el mismo Aguirre y el cardenal Juan Luis Cipriani). Respecto a Diálogo de fe, Miguel Humberto Aguirre recuerda: “Conversando con el cardenal le propuse hacer un programa en la radio. Aceptó y le pro- puse ponerle Conversaciones en la catedral. Empezamos a prepararlo y releí el libro, había temas de putas y cosas así. Lo llamé y le dije que había revi- sado el libro y que teníamos que cambiar el nombre, él le puso Diálogo de fe” (entrevista con Miguel Humberto Aguirre, 3 de diciembre del 2010). Un programa cómico de RPP alcanzó gran popularidad desde su apari- ción en 1995, se trataba de Los Chistosos, con Guillermo Rossini, Fernando Armas y Hernán Vidaurre. Salía en las primeras horas de la tarde parodiando a los políticos, comentando las noticias y abriendo los teléfonos al público para que “conversaran” con un personaje de su elección, a quien los con- ductores imitaban. En los años finales de la década se comentaba en las calles que Los Chistosos se aventuraba a decir en broma lo que otros progra- mas no se atrevían a expresar en serio sobre la coyuntura política. Desde 1991, RPP impulsó y formó parte de la cadena Solar (Sociedad Latinoamericana de Radiodifusión) con RCN de Colombia, Radio Panamericana de Bolivia, Radio Rumbos de Venezuela y Radio Quito de Ecuador. En 1998 se unió Radio Mitre de Argentina y en 1999 Radio Chilena de Chile. Transmitía un breve noticiero diario con las principales noticias de esos países y el objetivo de brindar información a más de cien millones de oyentes. Cadena Peruana de Noticias (CPN) se creó en 1996, cuando el empre- sario pesquero Isaac Galsky compró Antena 1, que había pertenecido a Lelio Balarezo, para desarrollar una estación informativa. Antena 1 ya había sido una radio con orientación informativa. Era una emisora pequeña en AM y FM, pero a comienzos de los noventa contaba con un plantel de periodistas muy calificados como Cecilia Laca, Zenaida Solís y César Lévano, jóvenes de talento como Pedro Salinas, y comentaristas de pres tigio como Juan Velit Granda en temas internacionales y Emilio Lafferran- derie (el Veco) en deportes. La emisora fue una de las que más sufrió la represión del gobierno durante el golpe de Estado del 5 de abril, y también una de las que actuó con mayor valor y celo informativo al mantener los teléfonos abiertos en el transcurso de aquel suceso, lo que motivó la deten- ción del gerente Eduardo Rosenfeld. En 1995 Antena 1 intentó convertirse en radio musical salsera, para lo cual contrató como director de programación a Koko Giles (La República, 17 de setiembre de 1995), pero el año siguiente, al ser adquirida por Galsky, cam- 712 EMILIO BUSTAMANTE

bió de nombre a CPN y volvió al formato noticioso con Zenaida Solís en el cargo de directora de programación y Gilberto Hume como director perio- dístico. CPN salió oficialmente al aire el 11 de junio de 1996, y anunció una serie de programas: Agenda del día, La hora 5, Premiando tu sintonía, Rondando la noche, y un atractivo plantel de conductores: Juan Carlos Tafur, John Villanueva, Marco Touzet, Mariella Balbi, Alberto Ku King, Lorena Caravedo y Ricardo Rondón (Click, suplemento del diario La República, 12 de junio de 1996). A ellos se sumaron luego Pedro Planas, Rafael Hidalgo, Cecilia Valenzuela, Milagros Valverde, Roxana Canedo, Carlos Galdós y la psicoanalista Carmen González, entre otros. En esa primera etapa, CPN ten- dría tres noticieros diarios (6.00, 12.00 y 18.00 horas) que competirían evi- dentemente con La rotativa del aire de RPP, y micronoticieros cada media hora. La emisora se propuso hacer periodismo independiente. CPN, sin embargo, tuvo serias dificultades de financiamiento, al no poder captar publicidad del Estado ni privada, esto último a causa de probables presiones gubernamentales sobre los anunciantes. Hacia 1997, CPN denuncia- ba que, además, sufría restricciones a su labor informativa por parte del régi- men, pese a que Galsky, según Zenaida Solís, quería que “la radio fuera un tanto amable y que no incomodara mucho al gobierno”. Solís añade:

Fujimori dio la orden de que sus ministros no fueran a CPN y nadie iba. Y si tú no tienes con quién conversar no puedes hacer periodismo, no puedes corroborar las voces, no tienes cómo contrarrestar las posiciones, te quedas con cojera permanente si muchos no van, y en ocasiones, no iban. Era muy duro. Hubo momentos en que en la radio ya estaban can- sados. Me decían: “Zenaida, hay que calmarse un poco, hay que bajar un poco el tono”, porque era muy difícil seguir trabajando. Tú sabes que si yo decía algo en mis programas, toda la radio pagaba los platos rotos. La reportera o el reportero asignado a Palacio se quedaba sentado. El mismo Fujimori salía y decía: “CPN… CPN… No va”. “¿Por qué, Presidente?” “Porque no hay campo”. Los llevaban en helicópteros a todas partes, y el reportero o la reportera asignado a Palacio se quedaba sentado quince días, un mes, y no lo llevaban, iba por gusto a Palacio, no le daban entre- vistas, no participaba.17 Esa era la forma de Fujimori de castigarnos. Y lo

17 Alberto Ku King, quien reemplazó a Gilberto Hume como director de noticias, tiene un recuerdo similar de las restricciones del gobierno a la tarea informativa de CPN: “[…] pedíamos, por ejemplo, que nuestros reporteros se subieran en los aviones donde viajaba Fujimori, y los desembarcaban. ¿Por qué? Porque nuestros reporteros iban con las preguntas críticas” (entrevista con Alberto Ku King, junio del 2010). CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 713

mismo con la publicidad. ¿Qué hace un medio que tiene absoluta sequía publicitaria? Ya no solamente la publicidad estatal, no solamente eso (entre vista con Zenaida Solís, 9 de noviembre del 2010).

Solís recuerda que, en ocasiones, se encontraba en alguna reunión con empresarios que conocía y les proponía que invirtieran en publicidad en la radio (“No es que fuera mi función, yo nunca he estado en publicidad, pero era tal la desesperación porque los chicos, los practicantes, no ganaban un centavo, los sueldos eran muy chiquitos, todo era muy franciscano, que algunas veces me animaba a decirles”), obteniendo como respuesta: “Zenaida, ¿estás loca? ¡El Chino nos manda la Sunat!” (entrevista con Zenaida Solís, 9 de noviem- bre del 2010). A comienzos de 1998, la emisora fue comprada por el dueño del diario Gestión, Manuel Romero Caro. Con el nuevo propietario, CPN buscó com- petir con RPP:

La gente escuchaba los noticieros a tales hora, pues a tales horas. En algún momento en un periódico pusieron que estábamos copiando la programa- ción de Radioprogramas; no era una copia, era que estaba ya establecido que en esos horarios la gente escuchaba ese tipo de programas. La hora punta, por ejemplo, la hora de salida del trabajo, era La Hora 5. En ese momento nadie hacía un programa a las 5 de la tarde; lo hacían a las 6 pero no a las 5. Lo adelanté y posicioné esa hora (entrevista con Zenaida Solís, 9 de noviembre del 2010).

Romero Caro mantuvo la posición independiente de la radio en contra de las presiones del gobierno. Zenaida Solís, quien según una nota apare- cida en El Comercio en el año 2000 se había convertido desde CPN en una “incorruptible líder de opinión”, recuerda:

No hay periodista independiente, autónomo, si no hay un propietario que lo permita; eso es cierto. Mientras que hay otras emisoras que trabajan adosadas al poder, en este caso no. Pese a que en los peores años del fujimorismo tuvimos una sequía absoluta de publicidad, no solamente esta- tal, pues los privados tenían miedo a que les mandaran a la Sunat, y por eso no anunciaban en la radio; pese a eso, la decisión era seguir haciendo periodismo independiente. Entonces hacíamos una mesa todos los días, con todos los productores de los programas, y deliberábamos a quién íba- mos a entrevistar, y cada semana hacíamos una sesión con Manuel Romero, y teníamos una contraloría interna. Si tú habías entrevistado dos veces en una semana a un personaje, tenías que dar razones de por qué, qué era lo que ameritaba que lo volvieras a invitar. Se cuidaba mucho de que no hubiera corrupción, de que no hubiera coimas. Se cuidaba mucho eso. Me acuerdo una vez en que Manuel Romero me dijo: “¿Y esas rositas que están 714 EMILIO BUSTAMANTE

repartiendo por allí? ¿Ya te has enterado? ¿A qué se debe?” Y es que, pues, hay algunos lobbistas que creen que, sobre todo a las productoras, hacién- doles un presente, van a lograr que entrevisten a su gente, entrevistas más amables, notas informativas más de lado. Eso se cuidaba mucho, cosa que ahora, lamentablemente, veo que no hay. Además, ya sabemos, el perio- dismo no es solamente lo que se dice, sino lo que se deja de decir. Hay cosas que no se dicen por consigna (entrevista con Zenaida Solís, 9 de noviembre de 2010).

La radio también mantuvo la política de los teléfonos abiertos a las llamadas del público, lo que en ocasiones permitió controlar no solo la veracidad de las informaciones sino la moralidad de los corresponsales en otras regiones del país:

Una de las cosas que a mí me ha dado más resultados es tener los teléfo- nos abiertos. Una vez, me acuerdo mucho, recogí un informe de Huaraz. El corresponsal de Huaraz me dijo que todo estaba bien, y de pronto entró una persona a la radio y me dijo: “Es que, señora, no está bien. En este momento está pasando esto, esto y esto otro, y su corresponsal no se lo ha dicho, pregúntele por qué, pregúntele en qué planilla está”. Y era eso, que alguien había sobornado al corresponsal de CPN, al corresponsal de la otra radio, y todo el mundo decía que todo estaba bien, y no estaba bien, había una tremenda protesta en una de las minas (entrevista con Zenaida Solís, 9 de noviembre del 2010).

Para algunos analistas (Fowks 2000) CPN fue más equitativa que RPP en la cobertura de las elecciones del 2000, y tuvo destacada participación en la denuncia de violaciones de derechos humanos, como en el caso de la tortu- ra a la agente de inteligencia Leonor La Rosa (Solís recuerda que fue en uno de sus programas que la congresista fujimorista Martha Chávez afirmó que La Rosa se había autotorturado). La independencia periodística tuvo su costo, sin embargo. A las presiones económicas sufridas desde la creación de la emisora, se sumaron amenazas personales y campañas adversas desde medios controlados por el Estado:

En un momento CPN, y yo puntualmente, era una voz en el desierto. Había amigos que me llamaban y me decían: “¡Zenaida, cállate! El país está caminando, deja que camine, ¡cállate!” ¡Mira a dónde estaba caminando! Y era muy difícil decir cosas, y te amenazaban, y por supuesto te perseguían y te hacían reglajes, y te interceptaban el teléfono […]. Fueron años bru- tales. Yo me acuerdo que hicieron un evento a favor mío de reivindicación en el 99, porque en este periodiquillo El Chino me sacaban la mugre porque decían que yo era sanguinaria, que quería sangre y no sé qué […]. Ahora, a la distancia, recién te das cuenta de que han sido años muy duros, y a veces yo me digo cómo los hemos podido soportar. En realidad CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 715

mis hijos los han sufrido más que yo. Porque mis hijos estaban en la casa, sentían bombazos, y sabían que había habido otro asunto de esos, y que había esta persecución. Sobre todo mi hija (entrevista con Zenaida Solís, 9 de noviembre del 2010).

En la era de Romero Caro aparecieron otros programas, como Ahora y Voces de la aldea global (donde acudían embajadores y agregados culturales de diversos países para conversar sobre sus costumbres), y se mantuvieron algunos espacios no noticiosos como Salsa picante de Roy Rivasplata. El empleo de los teléfonos abiertos al público sirvió también, como en el caso de RPP, para dar en ocasiones oportuna ayuda a los oyentes:

Línea directa era un programa de los problemas barriales, distritales y todo, con mucha presencia de la radio, con unidades móviles en los dis- tritos, y eventualmente empezamos a hacerlo en provincias: Piura, Caja- marca, y nos quedamos allí por falta de recursos […]. Tener los teléfonos abiertos te da para todo, y la radio, con un país desinstitucionalizado como el Perú, con instituciones muy débiles, y, en algún tiempo, casi in - exis tentes, la radio se convierte, efectivamente, en la institución. Enton- ces, ha habido ocasiones en que hemos ayudado mucho a personas. Me acuerdo de una señora con su hijito en la puerta de la radio, que había venido de Tacna, que le dijeron que iban a atender al niño en el Hospital del Niño, estaba muy enfermo, y resulta que no lo atendieron ni los tomaron en cuenta ni nada, y lo que se le ocurrió a la señora fue hacer- se conducir por alguien a la radio, pues en Tacna escuchaba y conocía de memoria la dirección de la radio […]. EsSalud respondió al instante e inmediatamente llamaron a una ambulancia, recogieron a la señora; cubri mos todo eso y le solucionamos el problema. Muchas veces hemos hecho eso. Y, ya te digo, si ahorita hay radios que recogen las quejas de la gente, están basadas en esas experiencias tan importantes y cotidianas en que cuando la gente se siente vejada, cuando se siente agredida, cuan- do encuentra que no le hacen caso las instituciones, recurre a la radio porque se da cuenta, pues, de que la van a escuchar (entrevista con Zenaida Solís, 9 de noviembre del 2010).

Al igual que RPP, CPN prestó ayuda durante los desastres producidos por el Fenómeno del Niño en 1998. Sin tener la vocación informativa de RPP y CPN, le cupo a Radio 1160 un papel destacado vinculado a la información al final del período, cuando le fueron embargados (en febrero del 2000) sus transmisores con evidente inten- ción censora del Ejecutivo que entonces controlaba al Poder Judicial. El blan- co inmediato de tal medida fue, como ya se ha reseñado, el programa Ondas en libertad de César Hildbrandt; pero no era ese el único espacio periodístico independiente que acogía la emisora y que incomodaba al gobierno. 716 EMILIO BUSTAMANTE

Radio 1160 era una estación antigua y pequeña que se había dedicado desde su nacimiento a transmitir música. Al final de la década de 1990 se convirtió en una escuchada emisora en la capital del país gracias espacios informativos dirigidos por tenaces periodistas. En setiembre del 2000, El Comercio revelaba que según un reporte de CPI, el programa Rompe- cabezas —conducido por Pedro Salinas en 1160— era el más escuchado en el horario de las 21.00 horas, por encima de Controversia de RPP y de De a dos de CPN (El Comercio, 10 de setiembre del 2000). 1160 salía al aire entonces solamente en Lima gracias a un transmisor de repuesto, pues aún no le habían sido devueltos los embargados. Pedro Salinas recuerda su labor en aquellos meses:

Lo hacía gratis, no me pagaban ni un mango, simplemente lo hacía por- que ya no había espacios, o sea fue una época bien fea: no había un solo espacio donde hacer periodismo. La televisión estaba totalmente comprada por Fujimori y Montesinos. RPP se moría de miedo, por supuesto; hacía un periodismo que te contaba la historia de un país que no era el que estabas viviendo. Y en 1160 nos dieron la programación a los que quisiéramos tomarla […]. Y mi principal satisfacción fue que en los estudios de CPI, yo que antes siempre hacía programas para ganarle a RPP y nunca había podido, a esa hora el programa líder era Rompe- cabezas, le sacaba la mugre a RPP (entrevista con Pedro Salinas, 27 de agosto del 2010).

Pese a ello, 1160 no pudo constituir una alternativa a RPP ni a CPN. Más allá de que actuara bajo un notorio hostigamiento gubernamental (Genaro Delgado Parker se pasó todo el año 2000 tratando de recuperar sus transmi- sores de 1160 y el canal de televisión Global TV), había otras dificultades, como anota Salinas: “Era una radio en la que no había inversión y querían hacerlo así al caballazo, chicha […]. Por allí música, y por allí noticias, y por allí un espacio sobre cosas tántricas... Salían a la tirada de incienso... Nada que ver, había unas cosas muy incoherentes en la programación de esa radio” (entrevista con Pedro Salinas, 27 de agosto de 2010).

2.7.4 Culturales En 1996 el poeta Antonio Cisneros inauguró el microprograma Crónica del oso hormiguero en RPP, donde abordaba temas variados. En una entrevista concedida a Milagros Salazar, del diario La República, comentaba: “Me sien- to cómodo, mucho más que en la televisión. La radio tiene que ver con la escritura porque es un acto solitario, donde tú estás solo con el micro y al mismo tiempo sabes que hay un montón de personas que te están escuchan- CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 717

do. La radio es mucho más cálida, hasta un silencio se puede considerar como un síntoma de ternura” (Salazar 1996). Sol Armonía mantuvo su presencia como la emisora cultural de Lima y Meridiano, de Carlos Fernández Loayza, como el más importante informa- tivo cultural. No estuvo ajena la emisora, sin embargo, a las tensiones políticas de la década. El viernes 3 de abril de 1992 se estrenó en Sol Armonía el programa Poesía en el aire, con la dirección de Eduardo Rada y la participación de integrantes del taller de poesía de la Universidad de Lima, entre quienes se encontraban Sonaly Tuesta, Araceli Ma, Jaime Rodríguez y Gastón Agurto. Según El Comercio, el espacio estaba dirigido a los oyentes interesados en “la divulgación de nuevas publicaciones, conocimiento de nuevos poetas, entrevistas con escritores reconocidos, intentando un equilibrio entre lo erudito y anecdótico para hacer más acce- sible la programación” (El Comercio, 3 de abril de 1992). Después de varios años de audiciones, Poesía en el aire dejó Sol Armonía en mayo del 2000 por decisión de la directora de la radio, Martha Mifflin. El programa del viernes 12 de ese mes había comprendido una cinta grabada de la presen- tación de La fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa, un comentario sobre el Manifiesto por la Cultura de Paz de la Unesco, e información en torno a una lectura de poesía frente al Centro Cívico en la que habían participado Álvaro Vargas Llosa y Shantal Toledo (hija del candidato presidencial Alejandro Toledo). El día 18, según la revista Caretas, Mifflin le comunicó a Rada que su programa quedaba cancelado y que podía irse “a cuaqluier otra emisora que transmitiera noticias políticas”. Caretas solicitó su versión a Mifflin, quien admitió su responsabilidad en el cierre del programa, pues la cultura debía ser, según dijo, “el remanso de tranquilidad del radioescu- cha” (Caretas 1629, 26 de mayo del 2000).

2.7.5 Religiosos En setiembre de 1997, Gina Gogin presentó su libro Presencia religiosa en las radios de Lima, donde daba cuenta del creciente empleo del medio por entidades religiosas en la década, sugiriendo una mirada atenta a un ámbi- to en el que convergían lo “secular moderno” con “el discurso y la rituali- dad tradicionales”. Tras advertir entre las dificultades de la investigación la movilidad y el tránsito de los programas religiosos por diversas emisoras, constataba la exis- tencia de programas de la Iglesia católica en las radios Cadena AM, Unión AM, Santa Rosa AM y Omega FM; de la Iglesia evangélica en Radio del Pacífico FM y Radio Star AM; de la Iglesia pentecostal en Panamericana FM 718 EMILIO BUSTAMANTE

y AM, Victoria AM y Selecta AM, y de la Hermandad del Cordero de Dios Alfa y Omega en Cadena AM y Oriente AM (Gogin 1997: 73). Algunas de las emisoras se hallaban vinculadas confesionalmente a las iglesias (Radio Santa Rosa era de la orden dominica, Radio Omega pertenecía al arzobispado, y Radio del Pacífico a la Iglesia evangélica); otras emitían los programas en virtud de un contrato de alquiler que permitía a los grupos religiosos irradiar sus programas durante todo el día (Victoria), o por horas (Radio Star). Los programas eran en vivo o previamente grabados; varios de los emitidos por Radio del Pacifico, por ejemplo, eran producidos y grabados en el extranjero (Gogin 1997: 76). En el año 2000, Gina Gogin y Rolando Pérez publicaron un artículo en el que profundizaron la investigación sobre uno de los programas citados en el libro de Gogin, La hora estelar de la Divina Revelación Alfa y Omega, que durante los noventa había sido transmitido en Radio Star (1987-1991), Radio Unión (1990), RBC (1992), Radio Victoria (1993), Radio Oriente (1994-1996) y Radio Unión (1996-2000). Según los autores, el grupo religio- so que producía el programa (La Hermandad del Cordero de Dios o La Divina Revelación Alfa y Omega), encontraba “en la cultura masiva y en sus códigos, material necesario para hacer doctrina y, en general, construir su religiosidad” (Gogin y Pérez 2000: 248-249); parafraseando a Jesús Martín Barbero, constataban que de la interacción de la cultura de masas y la cultura religiosa, surgía en los ritos del grupo “una suerte de ‘reencanta- miento’ de la vida cotidiana” (Gogin y Pérez 2000: 249). Precisaban:

Es interesante observar cómo incluso el lugar donde se reúnen los fieles nos remite a una suerte de sala cinematográfica, con butacas distribui- das frente a un ecran para la proyección de películas, principalmente referidas al mundo de los extraterrestres y de las artes marciales, así como a temas bíblicos, que se constituyen en parte de la programación incluida en sus cultos. Todo esto nos habla, sin duda, de un movimien- to religioso que construye su experiencia religiosa, entre otros horizon- tes, desde la cultura de masas; en ella, el espectáculo audiovisual hace que la experiencia religiosa se viva desde otras sensibilidades (Gogin y Pérez 2000: 249).

Loa autores añadían:

El papel que cumple el programa radial es sumamente importante. Por un lado, posibilita una presencia pública del grupo; pero además, por otro lado, se constituye un nexo importante para motivar a los oyentes a visitar el local de la Hermandad, es decir, para que la gente acceda allí directamente a los planos y folletos y escuchen las conferencias del “hermano” Córdova. CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 719

Por otro lado, es importante anotar que el programa radial se constituye en un espacio clave para convocar a los fieles a las reuniones, dar a conocer la doctrina y sensibilizar a los oyentes respecto a la validez de las creencias de la Hermandad del Cordero de Dios. Los testimonios de los fieles dan cuenta de que la mayoría de ellos llegaron al local de la Hermandad motivados por aquello que han escuchado en el programa radial (Gogin y Pérez 2000: 262).

Entre las radios católicas llamaba la atención, según Gogin (entrevista, 16 de julio de 2010), que no hubiera una emisora “oficial” sino tan solo algunas de sectores o congregaciones más o menos activas. Entre ellas, la estación de los dominicos en Lima, Radio Santa Rosa, fue de las más diligentes en el período. No solo transmitió programas propios sino que albergó también a los de miembros de otras congregaciones. Allí, por ejemplo, el claretiano Manuel Rodríguez (quien había incursionado previamente en Radio Inca) condujo un programa antes de fundar su canal de televisión JN 19. Asimismo, en Radio Santa Rosa tuvo su germen Radio María, en un inicio un programa creado por el padre monfortiano Luciano Ciciarelli en 1994. Con el apoyo de Radio María Italia, Ciciarelli y sus seguidores adquirieron en 1996 la frecuencia 580 en AM (ex Radio Atalaya) y la 97.7 FM con la que pudieron llegar con claridad al cono sur de Lima. En 1998 inauguraron una estación satelital, y en 1999 tenían ya retransmisoras en Chiclayo, Trujillo, Piura, Paita, Sullana, Talara, Juliaca y Ayacucho. En el 2000 ampliaron su audiencia a Huaraz, Barranca, Pisco, Chepén y Huancayo (Radio María Perú s/f). Aparte de los programas religiosos de RPP (Domingo es fiesta y Diálogo de fe, mencionados páginas atrás), un programa católico perseverante fue Signos, dirigido por Susana Villarán entre 1990 y 1994, y producido por el Instituto Bartolomé de Las Casas, una asociación civil sin fines de lucro fundada en 1974 por el sacerdote Gustavo Gutiérrez, representante máximo de la Teología de la Liberación en el mundo. Signos se emitió en Radio Cadena y Radio Santa Rosa.

2.7.6 Deportivos Destacó la creación de Radio Ovación, una emisora dedicada preferentemen- te al deporte creada por Micky Rospigliosi Moyano, quien continuó así la labor de su padre Alfonso Pocho Rospigliosi Rivarola, periodista deportivo fallecido en 1988 que había fundado el programa Ovación décadas atrás. Radio Ovación salió en señal de prueba en 1997 y oficialmente en 1998 con ocasión del Mundial de Fútbol de Francia. En su plantel figuraban experimen- tados hombres del micrófono: Mario Grau, Enrique Valdés, Elejalder Godos, Germán Villalobos y el exfutbolista Máximo Vides Mosquera. 720 EMILIO BUSTAMANTE

En Radio Selecta se difundió el programa Escuela de periodismo depor- tivo Óscar Artacho Morgado. Estaba orientado a “formar periodistas depor- tivos y dar apoyo a las ligas menores” (El Comercio, 24 de julio de 1993). El nombre era en homenaje al legendario locutor deportivo Óscar Artacho (fallecido en 1986), fundador de Pregón deportivo, el espacio que durante muchos años compitiera con Ovación por la preferencia de los aficionados. Pregón deportivo siguió saliendo al aire, también en Selecta, durante la década de 1990. La rotativa deportiva de RPP, con un plantel encabezado por Miguel Humberto Aguirre, donde destacaba el locutor Roberto Zegarra, cubrió cam- peonatos locales y sudamericanos, mundiales y olimpíadas. Miguel Humberto Aguirre recuerda:

En la radio fuimos haciendo cosas, compitiendo y superando a Ovación. Pasábamos mucho fútbol, porque a la gente le gusta, apoyábamos mucho el deporte amateur […]. Para la radio cubrí desde España para adelante, como cuatro mundiales […]. Una vez fuimos a dejar ayuda a una ciudad por Ancash, a como cuatro mil metros. En la altura se me acercó un señor y me dijo que había estado junto a mí en el Mundial de Estados Unidos. Le pregunté en qué partido y me respondió que en todos. Le pregunté si era prensa y me dijo que no, que había escuchado el Mundial por RPP y que le daba la impresión que estaba a mi costado. Ahí me dije qué tal poder el de la radio (entrevista con Miguel Humberto Aguirre, 3 de diciembre del 2010).

Comentaristas deportivos escuchados en la década fueron, entre otros, el uruguayo Emilio Lafferranderie (el Veco) (Radio El Sol, Radio Antena 1), Tito Navarro (Radio Moderna), Gustavo Barnechea (Stereo 100), Sammy Sadovnik, Gonzalo Núñez y Enrique Negrini (Antena 1).

2.7.7 Otros programas En diciembre de 1994, Maruja Venegas festejó el 50 Aniversario de su pro- grama Radio club infantil. Continuaba entonces saliendo al aire los sába- dos a las 18.00 horas en Radio Santa Rosa (El Comercio, 5 de diciembre de 1994). En 1999, los actores Lola Vilar y Jaime Lértora, con la producción de Anabella Zamarriego, pusieron en el aire En sintonía con Lola y Jaime por Radio Nacional FM. Se trataba de un programa de revista familiar que iba de 10.00 a 13.00 horas. Lértora recuerda:

La radio nos llamó porque estaban en un relanzamiento y pensaron en nosotros, que en ese momento éramos figuras en la televisión. Pensaron CAPÍTULO 4. El desborde (1980-2000) 721

que nosotros podríamos hacer química y soportar un programa diario de tres horas […]. Era un magacín de bloques de salud, familia, legal, muchas cosas. De ahí salió la doctora Cachetada [Carmen González] a tratar el tema psicológico. El bloque de medicina natural era con Jeanette Enmanuel […]. Me acuerdo que venía gente del instituto del cáncer, o del Hospital del Niño, de la Sunat. Nosotros inauguramos las consultas tributarias por la radio […] Era un programa muy de orientación familiar. Interactuábamos con el público a cada rato. La cantidad de llamadas eran nuestro indicador de rating. Teníamos muchos caseritos […] Yo creo que el segmento era C y D, un poco de B también. Más nos escu- chaba la gente de Lima norte y Lima sur, los conos (entrevista con Jaime Lértora, 11 de marzo del 2011).

Pese a salir por Radio Nacional, Lértora sostiene que no sufrieron pre- siones del gobierno, y que, por el contrario, él y Lola Vilar pusieron como requisito trabajar en libertad: “Nosotros pusimos como condición, de en - trada, eso. Si es que se nos usó, puede haber sido para vender pluralidad. Incluso cuando hubo elecciones recibíamos a los candidatos para que hablen de ellos, no de política. Entrevistábamos a todos. Lo teníamos muy claro, Lola y yo. La radio, como yo la entiendo, es de todos los peruanos y no propiedad del partido de turno […]” (entrevista con Jaime Lértora, 11 de marzo del 2011). En agosto de 1999 falleció Lola Vilar, luego de sentirse enferma durante la transmisión del programa. Dice Lértora:

Ese recuerdo lo tengo vívido porque es una mujer que yo quiero mucho aún. Se puso mal y no se quería ir, la tuve que sacar mientras estábamos al aire. Se fue, me hizo una caricia en la cabeza y al día siguiente ama- neció muerta. Fue un golpe muy duro para mí, para su familia, para el programa; era una persona pública, así que fue un golpe para mucha gente. Fue espantoso. Al día siguiente fue sábado, entonces no había programa. El lunes salí solo, con una rosa en el lugar de Lola. Fue gente de los canales a grabarnos. Fue una semana muy sentida con entrevistas y recordatorios de Lola (entrevista con Jaime Lértora, 11 de marzo del 2011).

En sintonía con Lola y Jaime fue reemplazado por Como en familia, pro- grama con el mismo formato animado por Jaime Lértora y Meche Solaeche.

1980-2000 Programas informativos

Cecilia Laca, en 1988 fue la primera mujer que asumió la dirección de Ra- dio Nacional. El 5 abril de 1992, como directora de Antena 1, se pronunció contra el golpe de Estado y se negó a cerrar la emisora. Foto: Archivo de Cecilia Laca.

José María Salcedo fue director de Noticias de RPP, la emisora más escuchada en el Perú al fi- nalizar la década de 1990. Foto: Ernesto Jiménez. Zenaida Solís abrió los micró- fonos de CPN al público en la década de 1990 y en la crisis del 2000. Foto: Archivo de Zenaida Solís.

Miguel Humberto Aguirre, la voz de RPP durante los apagones en las décadas de 1980 y 1990. Foto: Ernesto Jiménez. Programas juveniles

Juan Francisco Escobar, uno de los creadores y conductores de TTT, el programa que innovó la radio juvenil a fines de la década de 1990. Los otros dos miembros del equipo fueron Eduardo Toguchi y Adolfo Bolívar. Foto: Emilio Bustamante.

Sergio Galliani logró inusitada audiencia con Radio Imsomnio en el 2000. Foto: Ernesto Jiménez. Programas de revista y cultural

Jaime Lértora condujo En sintonía con Lola y Jaime en Radio Nacional FM, junto a Lola Vilar, en 1999. Foto: Ernesto Jiménez.

Carlos Fernández Loayza de Meridiano, el mejor programa cultural de fin de siglo. Foto: Ernesto Jiménez. Bibliografía

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Diarios

El Callao El Comercio El Diario de Marka El Observador El País (España) El Peruano El Popular El Universal Expreso Hoy Jornada La Antorcha La Crónica La Noche La Prensa La República La Voz La Tribuna 738 EMILIO BUSTAMANTE

Liberación Página Libre Tribuna

Revistas, suplementos y semanarios

1947 Semanario peruano 1948 Semanario peruano 1949 Semanario peruano 1950 Semanario peruano 1951 Semanario peruano 1957 Semanario peruano 7 Días Alta Voz Cahuide Caretas Cascabel Cineradio Click, suplemento del diario La República Dial El Hombre de la Calle CPI. Market Report Espectáculos, suplemento del diario La República Ecran, suplemento de El Observador Excelsior Folklore Frente Democrático, boletín del FDN Gente Ideele La Lira Limeña La Revista Semanal BIBLIOGRAFÍA 739

La Rosa del Perú Melodías Mundial Mezzanine Oiga Pirulete, suplemento de Social Presente Radiocine Actualidades Radiópolis Radioteatro Radiovisión Reflejos Social Suplemento Trinchera aliada Unidad Variedades Variedades, suplemento de La Crónica Voz Rebelde VSD, suplemento de La República

Entrevistas

Miguel Humberto Aguirre Óscar Avilés Héctor Béjar Teresa Bolívar Jorge Cuadros Pastor OP Caroline Cruz Juan Francisco Escobar Fernando Farrés 740 EMILIO BUSTAMANTE

Carlos Galdós Sergio Galliani Román Gámez Gina Gogin Paul Gogin Alberto Ku King Cecilia Laca Jaime Lértora Adrián Menéndez Juan Felipe Montoya Emilio Muro Luzmila Palma Graciela Polo Carlos Rivadeneyra Gerardo Manuel Rojas Rodó Gerardo Manuel Rojas José María Salcedo Pedro Salinas Álex Samaniego Pleitikosic Fernando Samillán Zenaida Solís Víctor Tejada Maruja Venegas Enrique Victoria Armando Villanueva del Campo

La radio en el Perú

La historia de la radio tiene tantos escenarios que es muy difícil encontrar una bibliografía integral que aborde los temas de tecnología, propietarios, programas musicales, noticieros, locutores, radionovelas, educación a distancia, emisoras pirata o sin licencia, publicidad, entre otros aspec- tos relativos a este medio de comunicación en el Perú. Por ello, el panorama estudiado por Emilio Bustamante resulta importante y valioso como información cabal, y puede, asi- mismo, ser un incentivo para nuevas investigaciones sobre este medio audiovisual.

El libro empieza relatando el surgimiento de la radio, en la década de 1920, y luego expone su posterior transfor- mación de un medio de elite en uno de masas, pasando por su Edad de Oro, a mediados del siglo XX, el fracaso del experimento realizado por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada; y concluye con el estudio de las dos últimas décadas de caótica expansión, la conformación de nuevas cadenas y corporaciones, así como el desarrollo de la radio popular.

ESCUELA DE HUMANIDADES • FACULTAD DE COMUNICACIÓN