Michela Marzano Programados Para Triunfar
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Michela Marzano Programados para triunfar Nuevo capitalismo, gestión empresarial y vida privada Michela Marzano PROGRAMADOS PARA TRIUNFAR Nuevo capitalismo, gestión empresarial y vida privada Traducción de Nuria Viver Barri Colección dirigida por Josep Ramoneda con la colaboración de Judith Carrera 85 TUSQ UETS EDITORES Título original: Extensión du domaine de la manipulation de l’entrepríse à la vie privée 1.a edición en Tusquets Editores España: mayo de 2011 1.a edición en Tusquets Editores México: junio de 2011 © Éditions Grasset & Fasquelle, 2008 © de la traducción: Nuria Viver Barri, 2011 Diseño de la colección: Estudio Úbeda Reservados todos los derechos de esta edición para © Tusquets Editores México, S.A. de C.V. Campeche 280 Int. 301 y 302 - Hipódromo-Condesa - 06100 México, D.F Tel. 5574-6379 Fax 5584-1335 www.tusquetseditores.com ISBN: 978-607-421-272-3 Fotocomposición: AngloFort, S.A. Impresión: LitográFica Ingramex, S.A. de C.V. - Centeno 162-1 - México, D.F. Impreso en México Queda rigurosamente prohibida cualquier Forma de reproducción, distribu ción, comunicación pública o transFormación total o parcial de esta obra sin el permiso escrito de los titulares de los derechos de explotación. Índice Introducción................................................................... 11 1. Nacimiento de una ideología ............................... 37 2. «Up or out»: las paradojas de la nueva gestión de empresas.............................................................. 67 3. La querella de los valores: ¿ética de los negocios o business de la é tic a ? ........................... 101 4. Sobre el buen uso de la gestión empresarial: de la «manipulación perversa» al suicidio......... 127 5. La extensión del ámbito de la gestión empresarial................................................................ 155 6. El último avatar de la gestión empresarial: el coaching ................................................................ 187 Conclusión ..................................................................... 211 Apéndices Selección bibliográfica................................................... 217 Notas ................................................................................ 229 A Jacques Vosotros que tenéis la mente sana observad la doctrina que se esconde bajo el velo de versos enigmáticos. Dante, Infierno, canto IX, 61-63 Introducción Hubo una época, en Occidente, en que alguien que tenía la suerte de tener un empleo se consideraba afor tunado. Al despertar, se preparaba para enfrentarse a una jomada rica en encuentros nuevos y retos estimu lantes. De camino al trabajo, mientras la radio repetía que había que «atreverse a la reforma permanente», vol vía a pensar en su reunión de la víspera. Había que ajus tar los equipos, actuar con urgencia, ser reactivo... Como la mayoría de sus colegas, tenía confianza en su jefe, un hombre excepcional que quería «derribar las murallas internas» y «vencer los inmovilismos». Al llegar a la ofi cina, apenas abierto el correo electrónico, el teléfono em pezaba a sonar. Mientras descolgaba, la secretaria entra ba para anunciarle que la reunión ya había empezado. «No basta con ser competente, además tiene que gustarte tu misión. La pasión a veces vale más que el saber.» El coach que hablaba había sido contratado para motivar de nuevo al personal. «Sois los actores de vuestro propio éxito y de vuestra felicidad. La empresa os da los medios para crecer y desarrollaros.» Pero, en la pausa para el café, su superior le advertía: «Vamos a tener que traba jar por cuatro. El director de recursos humanos acaba de cifrar nuestros objetivos al alza». Ya hacía varias ho ras que estaba en su oficina y sólo había realizado una tercera parte de las tareas que se había propuesto. Tenía 11 un calendario fijado y debía atenerse a él. No obstante, se veía obligado a regresar a casa. El terapeuta conyugal había sido categórico: «Para que la vida de pareja mar che bien, hay que dedicarse a ello. Energía, entusiasmo y compromiso máximo». Por la noche, estaba cansado. Pero al apagar la luz, ya pensaba en el día siguiente. Se preparaba para enfrentarse a una nueva jomada rica en encuentros y retos estimulantes... El final de la sociedad disciplinaria Este mundo que parece sacado de una mala novela es el nuestro. Pero nos cuesta verlo o, mejor dicho, lo vemos pero nos resulta tan familiar que ya no consegui mos dirigirle una mirada crítica. Por otra parte, se trata de un rasgo propio del hombre moderno «quizás enga ñado por un sentimiento de superioridad».1 Hay que decir que algunos tienen interés en presentarnos este mundo como una conquista, una victoria sobre el pasa do. Y no se equivocan del todo en apariencia. En los años setenta, Occidente salió progresivamente de lo que Michel Foucault llamaba entonces el universo «discipli nario», establecido sobre las minas del viejo orden me dieval. Esta salida de un mundo ordenado ha desembo cado en un nuevo horizonte, mucho más abierto, que deja a cada uno frente a sí mismo. Además, con el paso de los años, importantes mutaciones tecnológicas han acelerado esta emancipación de los individuos y han ge nerado un nuevo tipo de capitalismo.2 Las modifica ciones culturales y psicológicas que han acompañado a estas modificaciones de la sociedad liberal han produci do un «hiperindividualismo», una sensación de insignifi cancia, un narcisismo cuyos efectos devastadores en Oc 12 cidente algunos no dejan de condenar.3 Pero sus discur sos, a menudo brillantes, son vanos. Por otra parte, no tienen ninguna influencia sobre el mundo. Y con razón. Asistimos hoy a lo que se llama en la jerga epistemo lógica un «cambio de paradigma», que puede dar vérti go, pero que se muestra extremadamente seductor. Del modelo «paternalista», según el cual la autoridad reli giosa, moral o política podía interferir constantemente con la libertad de los individuos en nombre del bien o de la prevención del mal, hemos pasado a un modelo «in dividualista», según el cual nadie puede determinar su concepción del bien mejor que el propio individuo y, por lo tanto, lo que quiere o no quiere hacer. Es la realiza ción del sueño liberal de Isaiah Berlín, que evoca el de seo intrínseco de todo hombre de convertirse en el sujeto de su propia vida: «Por encima de todo, quiero concebir me como un ser que piensa, que desea, que actúa, que asume la responsabilidad de sus elecciones y es capaz de justificarlas basándose en su propia visión de las cosas».4 Ahora, en este nuevo paradigma, la libertad se dibuja, se gún nosotros, con los trazos de un tríptico de valores pro metedores: autenticidad, voluntarismo y autonomía. El individuo contemporáneo, que ya no se deja encerrar en un papel que otros le han asignado, tiene la sensación de poder convertirse finalmente en lo que es; es el culto a la autenticidad. Conectado con su portátil y unido al mundo entero, creo que posee los medios materiales y tecnológicos5 de hacer realidad lo que quiere; es el culto al voluntarismo. Liberado de antiguas obligaciones mo rales, que le dictaban lo que tenía que hacer, el hombre occidental se cree capaz de determinar de forma precisa lo que desea; es el culto a la autonomía. 13 ¿Quién ser? El vértigo de Robinson Cada individuo es ahora la imagen de un Robinson Crusoe que hubiera elegido su naufragio. Solo, en su isla, se cree suficientemente fuerte para desenvolverse de ma nera autónoma. Por otra parte, ¿acaso esta «mezcla de aventura, espíritu práctico y compunción moralizante» de que hablaba Italo Calvino6 a propósito de Robinson no sirve de base al discurso justificativo del capitalismo contemporáneo y asegura hoy su sorprendente popula ridad? Pero, como Robinson durante los primeros días de su naufragio, multitud de preguntas asaltan al hom bre contemporáneo, liberado de las antiguas sujeciones del paternalismo.7 ¿Cómo convertirse en lo que se es? ¿Cómo hacer realidad lo que se quiere? ¿Cómo conse guir lo que se desea? Preguntas en apariencia prácticas pero que remiten a cuestiones mucho más amplias... Se comprende que el individuo esté actualmente pi llado en una especie de crisis existencial frente a este campo infinito de posibilidades. Kierkegaard afirmaba que el «vértigo de la libertad» suscita la angustia. A par tir del momento en que los papeles ya no parecen deter minados de antemano, y en que el lugar de cada uno ya no se fija por el nacimiento -aunque veremos que hay que matizar esta bonita utopía porque, en la nueva aris tocracia financiera, se produce un fuerte retomo muy interesante de la herencia, que es en parte la respuesta paradójica de las «supraclases» mundializadas a este vértigo angustioso del vacío-, podemos dejamos mecer por la ilusión fascinante y angustiosa de que «todo es po sible». Pero entonces, ¿cómo responder a estas molestas preguntas?: ¿qué es tener éxito en la vida? y ¿cómo en 14 frentarse a ello? No es una casualidad que precisamente en 1970, en un periodo de ruptura entre el antiguo y el nuevo paradigma, Jacques Berque escribiera: «La pre gunta que se va a plantear a nuestras sociedades ya no es ese famoso ¿qué hacer?, sino un ¿quién ser? mucho más radical».8 ¿Quién ser, en efecto, en un mundo donde los modelos tradicionales se han superado y donde nadie puede pretender imponerse a los demás? ¿Quién ser cuando la incertidumbre conquista incluso a las mentes más lúcidas? ¿Quién sabrá proporcionamos caminos nuevos? Los nuevos profetas La ocasión hace al ladrón. Como en toda época, nue vos interrogantes engendran nuevos profetas.9 Desde