María Uicab: Reina, Sacerdotisa Y Jefa Militar De Los Mayas Rebeldes De Yucatán (1863–1875)
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112 GEORGINA ROSADO ROSADO Y LANDY SANTANA RIVAS Georgina Rosado Rosado y Landy Santana Rivas* MARÍA UICAB: REINA, SACERDOTISA Y JEFA MILITAR DE LOS MAYAS REBELDES DE YUCATÁN (1863–1875) Resumen En 1847 estalla en Yucatán, México, una rebelión indígena llamada por los historia- dores la Guerra de Castas. Sobre este acontecimiento se ha escrito gran cantidad de tex- tos, pero la gran mayoría ha ignorado el papel de las mujeres en el levantamiento y en la sociedad autónoma que los rebeldes organizaron en los montes del actual territorio de Quintana Roo. El presente trabajo se ocupa de analizar la participación de algunas muje- res consideradas de la nobleza en la organización teocrática militar de los mayas rebeldes, en especial el de la reina y sacerdotisa María Uicab. MARÍA UICAB: QUEEN, PRIESTESS, AND MILITARY LEADER OF MAYA REBELS IN YUCATAN (1863–1875) Abstract An Indian rebellion referred to by historians as the Caste War broke out in Yucatan, Mexico, in 1847. While much has been written on the subject, few texts have examined the role played by women in the uprising and in the autonomous society set up by rebels in the back country of what is today Quintana Roo. This article looks at the participation of women members of the nobility in organizing a military theocracy, in particular the role played by Maria Uicab, queen and priestess. * Georgina Rosado Rosado (mexicana) es maestra en antropología Social por El Colegio de Michoacán. Actualmente es profesora investigadora titular de la Unidad de Cien- cias Sociales del Centro de Investigación Regional de la Universidad Autónoma de Yucatán e investiga sobre la familia maya y las relaciones de género en Yucatán. Su dirección de correo electrónico es [email protected]. Landy Santana Rivas (mexicana) es maestra en Etnohistoria en la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigación Regional de la Universidad Autónoma de Yucatán e investiga sobre Historia con perspectiva de género. Su dirección de correo electrónico es [email protected]. Las autoras agradecen al Dr. Melchor Campos García por haber asesorado la investi- gación y contribuido con sus valiosos comentarios al buen término del presente artículo. © MESOAMÉRICA 50 (ENERO–DICIEMBRE DE 2008), PÁGS. 112–139 07 Rosado&Santana 50.p65 112 6/6/2008, 10:17 AM MARÍA UICAB: REINA, SACERDOTISA Y JEFA MILITAR 113 obre la Guerra de Castas de Yucatán (1847–1902) se han escrito gran canti- S dad de textos que indagan sus orígenes y motivos de la rebelión de los mayas peninsulares, la participación de los diferentes grupos sociales, los perso- najes más destacados y las distintas etapas del conflicto hasta su término con la toma de Chan Santa Cruz, llevada a cabo por el ejército federal mexicano en 1902.1 Aunque los estudios son serios y profundos, carecen de una perspectiva de género.2 Esto les impidió advertir el papel de lo femenino en el cosmos y en la religión de los mayas rebeldes, el desempeño de las mujeres en la nueva socie- dad establecida por los indígenas y su participación en el conflicto interétnico sostenido con los blancos de la sociedad yucateca. Debido a lo anterior, nuestro trabajo implica revalorar el papel trascen- dental de María Uicab, quien ostentó el poder en un momento crítico de la historia de Yucatán; fue reconocida como reina, sacerdotisa y jefa militar de los cruzoob, además de transmisora de las órdenes del oráculo, y tuvo la suficiente autoridad para nombrar y cambiar a los jefes militares de los mayas de Chan Santa Cruz. Sin embargo, el tratamiento e interpretación que diversos autores han hecho acerca de María Uicab, Reina y Santa Patrona de Tulum, y el domi- nio que ejerció en la sociedad de los mayas rebeldes, es un claro ejemplo de las implicaciones de la ausencia de la perspectiva de género. Al respecto, Nelson Reed señaló con sorpresa que hacia 1867: Ya no era la Santísima [de Chan Santa Cruz, capital de los rebeldes] el símbolo nacional sin disputa: en Tulum había aparecido otra cruz. Fue la única que estu- vo controlada por una mujer, María Uicab, que se dice era llamada Reina y Santa Patrona, hacía hablar a la cruz y la interpretaba a su pueblo. Las mujeres siempre 1 La Guerra de Castas ha sido explicada por la historiografía desde diversas vertien- tes. Los historiadores decimonónicos y de principios del siglo XX la imputaron al “odio de los mayas hacia los extranjeros, que había sido alimentado por varios siglos de dominio europeo”. En los últimos años, se han propuesto la tesis de la expansión de la producción agrícola comercial y de la propiedad privada que introdujo entre la población indígena rela- ciones laborales que chocaron con el sistema tradicional de propiedad y de cultivo maya. Otro de los motivos fundamentales fue el nuevo sistema de contribuciones personales ini- ciado a partir de las leyes de las Cortes de Cádiz en 1812. Véase Melchor Campos García, Que los yucatecos todos proclamen su independencia (México: Universidad Autónoma de Yucatán, 2002), págs. 156–161. 2 El concepto de género se desarrollo en el ambiente académico en la década de 1980, lo que explica la falta de esta perspectiva en los trabajos que tratan el tema de la Guerra de Castas, la mayoría de los cuales se elaboraron con anterioridad, por lo que nuestra crítica no tiene la intención de desmerecer sus importantes aportaciones. 07 Rosado&Santana 50.p65 113 6/6/2008, 10:17 AM 114 GEORGINA ROSADO ROSADO Y LANDY SANTANA RIVAS habían tenido un papel secundario en la religión de los mayas, y estaban exclui- das de todos los servicios de origen pagano; debe haberse tratado en este caso de una personalidad desusadamente fuerte, que en tiempos agitados lograría que- brantar la tradición.3 Como podemos notar, Reed entiende la participación de María Uicab como el quebrantamiento de una tradición ya que, de acuerdo a su opinión, la mujer cumplía un papel secundario, en el mejor de los casos. En cambio, en este estudio pretendemos probar que la participación de algunas mujeres consi- deradas nobles en el ejercicio de poder durante la Guerra de Castas no fue un hecho extraordinario en la cultura maya ni implicó quebrantar la tradición. Las mujeres mayas participaron activamente en la rebelión, algunas de ellas en la dirección de su pueblo en el ámbito religioso y de gobierno. Es importante también señalar que el punto de vista etnohistórico con el que se elaboró la investigación se caracteriza por combinar las fuentes históricas con el trabajo de campo, en este caso realizado entre los miembros actuales de la Iglesia Maya de Quintana Roo, que a través de su historia oral reconstruyeron su pasado. Esto nos permitió conocer mejor la sociedad maya y su funciona- miento en el pasado e interpretar con mayor profundidad las evidencias docu- mentales. LO FEMENINO Y LO MASCULINO EN LA RELIGIÓN DE LOS MAYAS REBELDES DE YUCATÁN Los modelos de lo femenino y lo masculino contenidos en el cosmos de un pueblo no son un reflejo fiel de las relaciones reales y concretas entre los géneros, pero en ellos podemos encontrar elementos simbólicos y valorativos que legitiman las formas de participación de hombres y mujeres en la sociedad. La religiosidad y las representaciones divinas de lo femenino y lo masculino son aspectos a considerar para entender los elementos que legitimaron el poder de algunas mujeres en la sociedad teocrática-militar de los mayas rebeldes. Esto adquiere particular importancia si tomamos en cuenta que las mujeres que ejer- cieron un papel protagónico en el gobierno y en la conducción de la guerra eran sacerdotisas e intérpretes de la voluntad divina. Recién fundada Chan Santa Cruz, los alzados adoptaron una nueva reli- gión retomando elementos católicos y prehispánicos y tuvo su base inicial en la adoración de una Cruz Parlante cuyo origen se cuenta de la siguiente manera: José María Barrera, en una de sus correrías en la región de Quintana Roo, se encontró con un árbol de cedro. Al verlo, pintó una cruz en él. Al crecer el árbol, 3 Nelson Reed, La Guerra de Castas de Yucatán (México: Era, 1971), pág. 220. 07 Rosado&Santana 50.p65 114 6/6/2008, 10:17 AM MARÍA UICAB: REINA, SACERDOTISA Y JEFA MILITAR 115 también aumentó el tamaño de la cruz. Éste, al ver la cruz se lo comunicó a sus compañeros y les dijo que era obra de Dios y los mayas así lo creyeron. Como paso siguiente, cortaron el árbol sagrado y con la madera hicieron una cruz, la llevaron al pueblo y le pusieron de nombre al pueblo de Chan Santa Cruz. Lo siguiente fue hacer que la cruz hablara cada vez que fuera necesario.4 Con la aparición de la Cruz, su culto se difundió y arraigó entre la pobla- ción maya rebelde, la cual se identificó como cruzoob. Esta cruz, centro de la nueva religión, no fue completamente cristiana. Entre los mayas prehispánicos ésta existía como símbolo de la planta de maíz o como representación del árbol de la vida cuyas raíces se sumergen al inframundo y su copa se eleva al cielo. Fray Bartolomé de Las Casas narró que precisamente en Cozumel había un adoratorio de la cruz relacionado con las lluvias, tan necesarias para el cultivo del maíz.5 El sincretismo entre estas dos cruces, la cristiana y la maya, se confirma con el hecho de que durante la Colonia, como hasta hoy en día, una de las fiestas religiosas más importantes para los milperos fue y sigue la de la Santa Cruz celebrada el tres de mayo, al inicio de la temporada de lluvias.6 La importancia del sincretismo religioso puede confirmarse con el descu- brimiento de cruces con los extremos de los brazos labrados con mazorcas a manera de adornos en los arcos de un edificio, a un costado de la iglesia de Yaxcabá, construida en 1789.