WYNGAERDE EN ZAMORA

Wyngaerde in Zamora Francisco Javier Rodríguez Méndez. Universidad de Jesús María García Gago. Universidad de Salamanca

El cartógrafo flamenco Anton Van desde los distintas campos del 1. WYNGAERDE Y SUS den Wyngaerde dibujó por encargo conocimiento han incursionado en el VISTAS ESPAÑOLAS de Felipe II un inventario de vistas estudio de la evolución histórica de de las principales ciudades españo- las ciudades. La cronología del cartógrafo es las. Wyngaerde recorrió la geografía algo nebulosa, pues de él se sabe Rara es la investigación relativa a peninsular en tres viajes comprendi- con seguridad solamente el lugar y cualquiera de las localidades dos entre 1562 y 1570 que arrojaron el año de su muerte – y 1571- inventariadas en Ciudades del siglo como resultado 57 vistas de casi ; del nacimiento, se cree que fue en de Oro -en adelante, CSO-que no otras tantas localidades. Amberes, aunque en fecha desco- mencione al cartógrafo flamenco y/o nocida. Anton Van den Wyngaerde, Desde que, en 1986, el libro Ciu- reproduzca fragmentos del considerado como uno de los mejo- dades del siglo de Oro diera a cono- correspondiente grabado. Son res cartógrafos de la época en la es- cer las vistas españolas de Antonio abundantísimos los artículos que pecialidad de vistas urbanas, venía de las Viñas, multitud de investiga- estudian las vistas de Wyngaerde, prestando sus servicios a la Corona dores han escudriñado en estas bien sea en su conjunto o alguna de española, desde 1552, en Flandes e ventanas abiertas al pasado. ellas en particular, dentro de Inglaterra. Al cabo de un tiempo, Fe- investigaciones arqueológicas, Buscando la representación lipe II le hizo venir a la península urbanísticas, arquitectónicas o ideal, Wyngaerde despliega en su para hacerse cargo del gran inven- históricas. De entre ellos destacamos Vista de Zamora el habitual reperto- tario de las capitales del reino, am- el concienzudo estudio de Antonio rio de artificios: combinación de va- bicioso proyecto de carácter Sánchez del Barrio sobre La estruc- rios puntos de vista, acusada estratégico y militar. elevación de estos hasta alturas fic- tura urbana de Medina del Campo ticias... Artificios que quedan de ma- (2), que dedica un capítulo a las dos En 1562 se encuentra ya en Es- nifiesto en el presente estudio vistas medinenses del flamenco, y es paña comenzando su primera gira mediante el empleo de la restitución una de los primeras y más serias re- de las tres que llevará a cabo, perspectiva, la reconstrucción virtual ferencias a Wyngaerde tras la publi- siendo la segunda la de 1567 y la de la Zamora del siglo XVI y la foto- cación de CSO. tercera la de 1570, a tan solo un año de su prematuro fallecimiento. Los grafía aérea. Con el fin de poner de manifiesto tres itinerarios parten de la Corte y el largo recorrido de nuestra relación Palabras Clave: recorren, el primero, ciudades de La con la vista zamorana, hacemos Wyngaerde, Corografía, Restitución Mancha, Aragón, Cataluña y Le- perspectiva, Zamora. mención de dos artículos relaciona- dos con las murallas de Zamora y su vante, de Extremadura y Andalucía Plan Director, uno de 1998 (3) y otro el segundo, y de Castilla el tercero. INTRODUCCIÓN de 2004 (4). En ambos jugó la vista de Wyngaerde un importante papel Desde que en 1986 viera la luz como apoyo de ciertas interpretacio- 2. LLEGADA A ZAMORA Y en España el libro Ciudades del nes relativas a los recintos zamora- TRABAJOS PREVIOS siglo de oro (1), esta colosal obra nos. dirigida por Richard L. Kagan se ha En su último y tercer viaje, el de convertido no en un best-seller –su El objeto del presente artículo es 1570, el flamenco parte una vez más gran formato y cuidada presentación el análisis de los procedimientos de la capital del reino para encarar acarrean un elevado precio-, pero gráficos de Wyngaerde, tomando esta vez las vistas de Ávila, Alba de seguramente en uno de los libros como base la vista meridional de Tormes, Salamanca, Zamora, Toro, más consultados, y también más Zamora, que es la única de esta Tordesillas y Medina del Campo, codiciados, por todos aquellos que ciudad que se conoce. ésta última por segunda vez. Es

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WYNGAERDE EN ZAMORA Kagan en CSO quien establece los dominando el paso del río Duero que evidencie la estancia del dibu- itinerarios de los tres viajes, basán- desde lo alto del acantilado. A ella es jante en Zamora (7). Durante un dose para ello en la fecha que figura a la que han recurrido siempre los tiempo no inferior a varias semanas, junto a la firma de cada una de las dibujantes o fotógrafos que la han Wyngaerde y sus auxiliares se dedi- vistas y en la lógica de los despla- inmortalizado (Muirhead Bone o J. carían a recorrer la ciudad de parte a zamientos (5). Laurent, por ejemplo). parte en busca de datos e informa- ciones: levantamiento de la trama Es de imaginar la llegada del car- En algunas de las panorámicas, urbana y de los edificios más rele- tógrafo a Zamora, acompañado de véanse las de Toro o Jaén, el punto vantes, trascripción de la toponimia su cohorte de agrimensores y ayu- de vista y el eje de visión son seña- de los mismos, medición de la altura dantes. La noticia de su actividad le lados por el autor representando de torres y otros elementos sobre- iba precediendo, pues eran muchas uno o varios personajes e el acto de salientes, etc. Alguien podría poner las villas del entorno que habían re- dibujar. No es el caso de Zamora, en en duda la pertinencia de alguno de cibido ya su atención, durante perío- cuya vista es el Monasterio de San estos trabajos previos, e interpretar dos de tiempo no breves. Si se tiene Jerónimo el elemento que adquiere que el dibujo ha sido tomado direc- en cuenta que una real orden de verdadero protagonismo, a causa de tamente del natural, como sugieren 1570, dirigida a “Concejos y justi- su situación en primer plano (Fig. 1). los personajes representados en el cias, regidores, caballeros, officiales Este monumento renacentista fue acto de dibujar. En el caso de Za- y hombres buenos de todas las ciu- desamortizado y revertió a manos mora esto no hubiera sido posible. dades de estos mis reynos y seño- privadas, que propiciaron su ruina ríos de Castilla” (6), exigía bajo pena más absoluta. De él apenas perma- La orilla sur del río Duero -ni si- de 1000 maravedíes la favorable necen in situ los cimientos, enterra- quiera en el piso superior del des- acogida -con alojamiento y manu- dos bajo montículos de tierra y aparecido Convento de San tención por cuenta del municipio y maleza. La vívida imagen que mues- Jerónimo- carece de elevación sufi- para toda la tropa acompañante-, se tra la vista es lo que queda de él, ciente como para proporcionar una deduce que lo que tendía a suceder junto con algunos restos de colum- vista que muestre el interior de la ciu- de manera espontánea, a tales altu- nas y arcos de los claustros, reubi- dad, y mucho menos la vertiente ras de los viajes de Wyngaerde, era cados en el atrio de la Catedral. Muy norte de la misma. La fotografía de la precisamente lo contrario a lo que se posiblemente, este edificio sirvió de Fig. 2, tomada desde la orilla iz- estaba demandando. albergue al dibujante y su cohorte, quierda, muestra solamente los edifi- que no podrían encontrar una base cios más próximos al escarpe rocoso. Si -como afirma Kagan- nuestro logística más idónea desde la que Por esta razón, el dibujante flamenco dibujante llegó a Zamora prove- preparar la panorámica. se vio forzado a emplear en Zamora niente de Salamanca, la ciudad se le el recurso habitual cuando se daba fue mostrando tal como posterior- Es necesario especular sobre el esta circunstancia: elección de un mente la plasmó en su vista. Y no es tiempo invertido y las actividades punto de vista imaginario y elevación de extrañar, pues esta es la vista que se realizaron antes de ensam- del mismo hasta una altura conve- que mejor muestra el carácter inex- blar la vista definitiva, pues no se co- niente para sus propósitos. pugnable de la antigua ciudadela, noce vestigio documental alguno Así pues, en estos casos fue pre- ciso “construir” la vista a partir de bo- cetos parciales -estos sí, tomados del natural- y partiendo forzosa- mente de una planta de la ciudad. La realización de dibujos preparato- rios de sus vistas era una práctica habitual en Wyngerde, como así lo atestiguan la cantidad de ellos que se conservan de otras capitales, no de Zamora. No se tiene constancia de plano fiable alguno de la ciudad anterior a 1570, por ello, dentro de los trabajos previos a realizar por Wyngaerde, estuvo también el le- vantamiento topográfico del casco urbano y su entorno. No es el obje- tivo de este trabajo formular hipóte- Fig. 1: Vista de Zamora. Detalle, en primer plano, del Monasterio de San Jerónimo. sis respecto al método empleado Fuente: Kagan, R. L., op. cit., p. 370 por el flamenco para elaborar ese

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WYNGAERDE EN ZAMORA documento de inicio. Entre los tipos que el dibujante representó en pri- de levantamientos urbanos descritos mer lugar los edificios principales y por Fernando Arévalo, nos decanta- ejes viarios, para pasar después a mos por el más sencillo denomi- las manzanas construidas (11). En nado “por polígonos” (8), consistente la mayoría de las vistas se eviden- en medir directamente los diferentes cia su estratificación en tres zonas, polígonos que conforman las man- tratadas con un nivel de detalle de- zanas y encajarlos en el recinto creciente: primer plano, plano medio amurallado que rodea la ciudad. y fondo (12). Es comúnmente acep- Fig. 1: Vista de Zamora. Detalle, en primer Una cédula real de 1563 -es decir, tado que el artista tomaba apuntes plano, del Monasterio de San Jerónimo. de Felipe II- describe pormenoriza- directos de los edificios, calles y pla- Fuente: Kagan, R. L., op. cit., p. 370 damente un sencillo procedimiento zas del primer plano y que tras esta de levantamiento que pudo haber “fachada” construía el resto de la (Fig. 3), es exactamente igual a la sido empleado por los agrimensores ciudad, la que no podía ver desde su que Wyngaerde representa (Fig. 9). de Wyngaerde en la obtención del punto de vista (13). Para fijar el punto de vista em- plano del recinto amurallado (9). Una vez en posesión de una pleado por Wyngaerde, es necesa- El mismo autor anterior men- planta a escala de la ciudad con la rio realizar las mismas operaciones ciona más adelante una referencia a situación de los edificios notables, el descritas antes, pero en orden dife- la ejecución de perspectivas urba- paso siguiente consistió, sin duda, rente: sobre un plano de la ciudad nas a partir de la planta, contenida en la fijación de un punto de vista trazaremos líneas pasantes por edi- en un documento de 1589, según la adecuado desde donde irradiar las ficios tales que en la vista de Za- cual Cristóbal de Rojas, un ingeniero proyecciones. Ello le permitió al mora estén situados en torno a la militar de origen manchego, declara autor, posteriormente, marcar sobre misma vertical. A falta de uno más su intención de levantar un plano de el pliego de dibujo unas líneas verti- próximo en el tiempo, y teniendo en la ciudad “para después poderla pin- cales, en las que encajar los dibujos cuenta la ausencia de desarrollo ur- tar y sacar al natural como lo andan de detalle, previamente tomados del bano apreciable en estos dos siglos, otras ciudades en estampas” (10). natural. En el caso que nos ocupa, nos hemos valido de uno de 1766, el lugar desde el que fueron dibuja- correspondiente a un proyecto de dos esos detalles parciales no fue fortificación que jamás se puso en 3. ANÁLISIS DE LA VISTA otro que las galerías superiores del práctica (14). El resultado de esta maniobra, patente en la Fig. 4, es DE ZAMORA Convento de San Jerónimo, inigua- lable observatorio de la ciudad en el que no existe un único punto, sino Antes de pasar a analizar la vista pasado, y hoy poco más que un en- que son dos los puntos de vista em- de Zamora, es necesario destacar clave arqueológico. Constituye una pleados en la panorámica de Za- unas características comunes –in- prueba de lo afirmado el hecho de mora. Un punto P1, que variantes gráficas- que se repiten en que la vista del Convento de San denominaremos principal, está si- la práctica totalidad de las vistas ur- Francisco, tal como se vería desde tuado sobre la perpendicular a la fa- banas de Wyngaerde. Parece claro la galería superior de San Jerónimo chada posterior del Convento de

Fig. 2: Vista General de Zamora (c. 1860). J. Laurent. Fuente: Archivo Ruiz Vernacci. IPHE. Ministerio de Educación y Cultura. Sig. C-435

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WYNGAERDE EN ZAMORA San Jerónimo, trazada por el centro principal P1 -situándolo en la per- El empleo de más de un punto de del claustro sureste, a una distancia pendicular por el centro del claustro vista no es exclusivo de Zamora. de dicho centro de 416 metros (503 mayor del Convento- obedece, a Sánchez del Barrio, por ejemplo, lo- varas castellanas). El punto secun- nuestro juicio a la intención delibe- caliza hasta tres en la vista de Me- dario P2, en el que confluyen las vi- rada de otorgar a este edificio un dina del Campo de 1565. Lo que suales de la mitad derecha de la lugar preeminente en la vista. La dis- tratamos de explicar aquí son las ra- vista, se sitúa sobre la perpendicu- tancia que separa el punto P1 del zones del dibujante para tal deci- lar a la fachada norte -trazada por el centro del claustro, tan próxima al sión, y se nos ocurren dos. La centro del claustro noroeste- a una medio millar de varas castellanas, primera tiene que ver con la carac- distancia aproximada de 62 metros redunda en el carácter intencional terística de la visión humana, limi- (75 varas) de la misma. de una decisión que obedece ade- tada –en ausencia de distorsiones La elección del punto de vista más a otros motivos. acusadas- a un cono de revolución

Fig. 4: Representación, sobre un plano histórico de Zamora, de los puntos de vista empleados y los monumentos representados por Wyngaerde. Fuente: Cermeño, J. M. 1766. Proyecto de fortificación de Zamora. Cartoteca Histórica del Sº Geográfico del Ejército, Sección de Documentación, nº 339

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WYNGAERDE EN ZAMORA de 60 grados de ángulo sólido cuyo consecuencia, las dos torres se su- P2 por su proximidad a la galería eje coincide con el de visión. Sobre perpondrán y el tablero quedará norte del Convento, atalaya desde el plano horizontal, esta limitación se prácticamente oculto por la primera la que dibujó del natural los boce- traduce en 30 grados a cada lado de ellas (Fig. 5). tos que posteriormente debían ser del eje. En Medina del Campo, ensamblados en la panorámica. Si se revisan las vistas de dadas la extensión de la ciudad y la Probablemente la decisión se tomó Wyngaerde de otras ciudades con distancia a ella de los puntos de con el boceto general bastante puente –, Alba vista, fueron necesarios tres puntos avanzado, lo que explicaría las nu- de Tormes, Salamanca, Córdoba, para abarcarla en su totalidad (15). merosas ambigüedades que se , Cuenca, , etc.- dan especialmente en la zona de En Zamora, si se coloca el vér- se comprueba que en todas ellas la contacto entre ambas vistas. tice de un ángulo de 60 grados visión del puente es siempre ses- sobre el punto principal P1, se com- gada, sea desde un lado u otro. En Todo lo dicho hasta ahora se re- prueba que sus lados abarcan la to- el caso de la vista de Valencia (16), fiere a la determinación en planta de talidad del recinto amurallado con en la que aparecen representados los dos puntos de vista; para con- una pequeña holgura. ¿A qué obe- cuatro puentes, la vista ha sido es- cretar su tercera coordenada, es dece, pues, la descomposición de cogida cuidadosamente para que preciso pasar ahora al espacio tridi- este ángulo en dos, de vértices y todos ellos muestren una imagen mensional. orientaciones diferentes, con aproxi- más o menos sesgada, pero nunca madamente 30 grados cada uno? proyectante. Pensamos que este cri- Tenemos la certeza de que la razón, terio de representación de los puen- 4. ZAMORA DESDE EL más que fundamentada en la fisiolo- tes respondía no solo a criterios AIRE gía del ojo humano, es de carácter estéticos, si no sobre a todo a la im- gráfico o visual. Puede comprobarse Para obtener imágenes de Za- portancia otorgada en la descripción en la Fig. 4 que una de las líneas vi- mora desde los puntos de vista es- de las ciudades a elemento tan es- suales pasa simultáneamente por tablecidos en planta, y poder tratégico de comunicación. las dos torres del puente; de lo que compararlas con la vista de se deduce que, en la perspectiva có- Sentada la necesidad de un Wyngaerde, se consideraron dos nica obtenida desde P1, el eje del nuevo punto de vista, se entiende procedimientos: la fotografía aérea puente será proyectante y que, en que el autor escogió el situado en y la maqueta virtual.

A La Catedral O Santa Lucia 5 San Gil (Sanº giel)

B Palacio del Obispo (la Casa de Lobispo) P Sant André 6 San Salvador

C El Castillo Q Las Dueñas (Las Duennias mozes) 7 San Isidoro (Sanº desydero)

D Santa Marta R Convento de Belén (Bellem beatas) 8 Santa Susana (Sanº Sofande ¿?)

E San Idefonso (Sant elyfonzo) S San Leonardo (San Linardo) 9 Santo Domingo

F La Magdelena T Nuestra Señora de la Horta (Los hortos) 10 San Marcos

G San Cipriano (San Cibriaen) V San Miguel (San michyel) 11 Palacio de Doña Urraca (p de donya oraça)

H San Vicente X San Pablo 12 Puerta de Santa Ana (p de Santanna)

I Casa de los Condes de Alba (del Conde dalva) Y Santo Tomé 13 La Casa Santa (La Caza Sancta)

K San Francisco (Stº francº) Z San Benito 14 San Bartolomé

L San Simón (San Symon) 2 San Antolín 15 El mercado y Puerta del Tajamar

M Santa Clara 3 Santa María la Nueva (Sta maria nove)

N San Claudio (San glaudyo) 4 San Bernabé (San bernardo, por error)

16 San Juan de Puerta Nueva (falta en leyenda) 19 San Lázaro (falya en leyenca) 22 Puerta de San Torcuato (de San Tocaz)

17 Santiago el Burgo (falta en leyenda) 20 San Jerónimo (falta en leyenda) 23 Puerta de Santa Clara (de Santyago)

18 San Esteban (falta en leyenda) 19 San Lázaro 21 Torreón de Santa Marta (falta en leyenda) 22 24 Puerta de San Pablo (falta en leyenda) Puerta de San Torcuato (de San Torcaz)

Tabla 1: Leyenda elaborada a partir de la que se incluye en la Vista de Zamora. La denominación de los enclaves es la actual (entre paréntesis, en los casos en los que la diferencia es mayor, se adjunta la denominación de Wyngaerde). A partir del número 16, los edificios no están incluidos en la leyenda original

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WYNGAERDE EN ZAMORA El más fácilmente abordable de entre las dos mitades de la vista, ob- los dos métodos, la fotografía aérea, tenidas desde los denominados fue puesto en práctica el 19 de julio puntos P1 y P2, donde se origina un de 2013, día en que la empresa problema que no tiene fácil solución MRW colocó sucesivamente sobre y que el dibujante resuelve más bien los puntos de vista previamente fija- de mala manera: los monumentos dos, y a una altura equivalente a la visibles tras la torre norte del puente de la coronación de la torre de la Ca- –templos de San Cipriano y Santa tedral, un globo aerostático provisto María la Nueva y Palacios de los de máquina fotográfica accionada Condes de Alba y de Doña Urraca- por control remoto. La decisión de están vistos desde P1, mientras que colocar la línea de horizonte a tal al- el propio puente lo está desde P2 tura fue de tipo intuitivo y partió de (Fig. 5). la mera observación de la vista de Otro desacuerdo, interesante por Wyngaerde. Se trata de un procedi- Fig. 5: Vista del puente, tal como se vería miento obligado en un caso como el desde el punto P1. Fuente: Propia la información que brinda, es la presente y había que pasar por él, forma como el flamenco representa pero los resultados obtenidos por su la esquina sur oriental del tercer re- medio no fueron concluyentes. De- cinto amurallado: en vez de hacerlo jando de lado lo oneroso y rígido del tal como se vería desde P2, mues- procedimiento, se hizo evidente lo tra esta esquina desde P1 (Figs. 6, que se sospechaba iba a ocurrir: 10 y 11). Ello prueba, a nuestro jui- que el caserío moderno y la densa cio, que la decisión de cambiar de vegetación imposibilitaban la visión punto de vista se tomó con la mura- pormenorizada. lla del extremo derecho ya dibujada y que no se rectificó tras el cambio. Abandonada la fotografía aérea, La anómala colocación de las puer- nos volcamos en la construcción de tas del lienzo oriental del segundo una maqueta virtual de la Zamora recinto -alguna está incluso dupli- del siglo XVI. Con la ayuda del pro- cada- se explica de igual modo. grama Sketchup, se procedió en pri- mer lugar a introducir la topografía Los tres templos visibles al fondo de la ciudad, sus recintos amuralla- de la vista (números 8, 9 y 10, Fig. 8) dos, el puente –en versión más mo- Fig. 6: Vista de la esquina sur oriental del ter- han sido desplazados hacia la iz- cer recinto amurallado, tal como se vería derna-, y los monumentos en pie en desde el punto P1. Fuente: Propia quierda sencillamente porque el el siglo XVI, tanto los incluidos por central, Santo Domingo, quedaba Wyngaerde en la leyenda como al- tapado por San Ildefonso (letra E, gunos más que olvidó mencionar Fig. 7); ello, a su vez, provoca el (Tabla 1). En segundo lugar, se si- traslado de San Isidoro (nº 7, Figs. tuaron en planta los dos puntos de 8y 9) hasta un punto situado entre vista y se capturaron las imágenes la cúpula y la torre de la Catedral. obtenidas desde ellos, para diferen- De modo semejante, el templo si- tes alturas de observación. La altura tuado junto al extremo sur del que ofrecía una vista de la ciudad puente arruinado -San Lázaro (nº más semejante a la de Wyngaerde 19, Figs. 8 y 9)- ha sido desplazado fue la de 45 m por encima de la co- hacia la derecha para permitir la ronación de la torre de la Catedral, vista sesgada de las aceñas y de es decir, 89 m sobre P1 ó 730 m las pilas aún en pie. sobre el nivel del mar. Por último, se hace notar la au- sencia en el dibujo del flamenco de dos templos insignes como son 5. AUSENCIAS Y Fig. 7: Vista del entorno de San Ildefonso, tal como se vería desde el punto P1. Santiago el Burgo y San Juan de DESACUERDOS Fuente: Propia Puerta Nueva (nº 16 y 17). La pri- Al comparar las vistas virtuales mera ausencia se debe segura- (Figs. 9 y 11) con la vista de mente a una omisión, pero la Wyngaerde (Figs. 8 y 10), se ponen achacables únicamente a la falta de segunda pudo deberse a la falta de de manifiesto una serie de des- rigor geométrico. El más notable de torre en ese momento a causa de acuerdos entre ambas que no son ellos se da en la zona de contacto un derrumbe (17).

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WYNGAERDE EN ZAMORA Fig. 8: Vista de Zamora, de Anton Van den Wyngaerde. Detalle de la mitad izquierda. Fuente: Kagan, R. L., op. cit., p. 370-371. http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/29/Zamora_%28van_den_Wyngaerde%29.jpg

Fig. 9: Vista de la maqueta virtual de Zamora desde P1. Altura de P1: 45 m sobre la coronación de la torre de la Catedral (730 m). Fuente: Propia

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WYNGAERDE EN ZAMORA Fig. 10: Vista de Zamora, de Anton Van den Wyngaerde. Detalle de la mitad derecha. Fuente: Kagan, R. L., op. cit., p. 371-372

Fig. 11: Vista de la maqueta virtual de Zamora desde P2. Altura de P1: 45 m sobre la coronación de la torre de la Catedral (730 m). Fuente: Propia

6. CONCLUSIONES este principio entró en conflicto con el tivos ya expuestos del punto de de representar de forma clara los di- vista, decisión que le llevó a repre- La intención inicial de Wyngaerde versos elementos, el flamenco no sentar toda la mitad derecha de la al enfrentarse a la Vista de Zamora – dudó en concederse todo tipo de li- panorámica con un punto de vista di- y por extensión, en todos los demás cencias. ferente al principal. casos- fue, sin duda, la de ser lo más rigurosamente fiel a lo que sus ojos le En el caso de Zamora, la más mostraban. Ahora bien, cada vez que notoria fue la duplicación por los mo-

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WYNGAERDE EN ZAMORA 7. NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Kagan, Richard L. (dir.). 1986. Ciudades del siglo de Oro. Las vistas españolas de Anton Van den Wyngaerde. Madrid: El Viso. ISBN 84- 86022-24-X 2. Sánchez del Barrio, Antonio. 1991. La estructura urbana de Medina del Campo. Valladolid: Junta de Castilla y León. P. 84 y ss. ISBN 84- 7846-075-6 3. Rodríguez Méndez, Francisco Javier. 1998. “Localización de la puerta de Balborraz y otras aportaciones al conocimiento de las mura- llas de Zamora”. Anuario 1996 del Instituto de Estudios Zamoranos “Flo- rián De Ocampo”. P. 349-387. ISSN 0213-82-12 4. Rodríguez Méndez, Francisco Javier. 2006. “Plan Director de las murallas de Zamora. Algunas aportaciones al conocimiento del Monu- mento”. En Actas del IV Congreso Internacional “Restaurar la Memoria”. Valladolid: Junta de Castilla y León. P. 557-570. ISBN 84-9718-360-6 5. Kagan, R. L., op. cit., p. 10. 6. “Antonio de las Viñas nro pintor va por nra orden y mandado a pintar la descripción de algunos de essos pueblos principales... y hazer otras cos- sas de nro servicio tocantes al dho. Su officio queremos q en lo q por allá se le offreciere sea bien tratado... le dexeis y consintáis estar y residir li- bremente con sus criados y cabalgaduras y gente q le ha de ayudar”. To- mado de Haverkamp-Begemann, Egbert. 1991. “Las Vistas de España de Anton Van den Wyngaerde”. En Kagan, R. L., op. cit., p. 58. 7. Es una lástima, a este respecto, que se desconozca el paradero del tomo correspondiente al año 1570 del libro de Actas del Ayuntamiento (Pescador del Hoyo, Mª del Carmen. 1948. Documentos históricos. Archivo Municipal de Zamora. Zamora: Heraldo de Zamora. P. 174). 8. Arévalo, Federico. 2003. La representación de la ciudad en el Rena- cimiento. : Fundación Caja de Arquitectos. P. 127. ISBN 84- 932542-6-6 9. Espejo, Cristóbal. 1908. “Modo de medir un término en tiempos de Felipe II”. Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones. Año VI, no. 61. P. 314-316. Tomado de: Sánchez del Barrio, A, op. cit., p. 89, nota 137. 10. Arévalo, F., op. cit., p. 199 y p. 203. 11. Sánchez del Barrio, A., op. cit., p. 100. 12. Cuesta Aguilar, María José y Moya García, Egidio. 2011. “Una mirada a la imagen urbana de Jaén en el siglo XVI”. Exedra. Nº 5. p. 103-116. 13. Haverkamp-Begemann, E., op. cit., p. 61. 14. Zermeño, J. M. 1766. Proyecto de fortificación de Zamora. Cartoteca Histórica del Servicio Geográfico del Ejército, Sección de Documenta- ción, nº 339. 15. Sánchez del Barrio, A., op. cit., p. 96. 16. Kagan, R. L., op. cit., p. 205-207. 17. Ramos de Castro, Guadalupe. 1977. El Arte Románico en la pro- vincia de Zamora. Zamora: Diputación Provincial. P. 177.

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