The Outer Space Treaty (Ost) in 1967
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EUROPEAN TRAJECTORIES IN SPACE LAW 2007 European trajectores n space law 2007 by J.L. VAN DE WOUWER and F. LAMBERT Photo credit: ESA/NASA © European Communities, 2008 © Bruylant s.a., 2008 © Homes International s.a., 2008 All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system or transmitted in any form or by any means, electronic, mechanical or photocopying, recording, or otherwise without the prior permission of the publishers. The views expressed in this publication are the sole responsibility of the authors and do not necessarily relect the views of the institutions of the European Communities. Published by European Commission Oice for Oicial Publications of the European Communities 2 rue Mercier, L-2985 Luxembourg ISBN 92-78-40348-2 Catalogue number: OA-73-06-897-EN-C Bruylant s.a. Rue de la Régence 67, B-1000 Brussels ISBN 2-8027-2262-X Homes International s.a. Rue Froissart 119/5, B-1040 Brussels ISBN 2-74237-018-8 RESÚMENES «European Trajectories in Space Law» describe tres fases distintas en el Derecho del espacio: – el periodo anterior a 1960 – el periodo comprendido entre 1960 y aproximadamente 2000 – el periodo iniciado aproximadamente en 2000. El Derecho del espacio antes de 1960 Aunque el mundo se dividió en dos bloques antagónicos a partir de 1945, se mantuvo el sentimiento común de que el espacio no puede emplearse con ines militares y de que pertenece a la Humanidad. Entre 1945 y 1960 se establecieron los primeros principios generales, nunca cuestionados posteriormente: n necesidad de un marco jurídico propio, diferenciado del Derecho aéreo n acuerdo en que el espacio no es un lugar sujeto a propiedad, sino una fuente de actividades fácilmente determinables n aceptación de la libertad de acceso al espacio con ines pacíicos En ese momento sólo había dos Estados que desarrollaran actividades espaciales: los Estados Unidos y la Unión Soviética. Ambos coincidían en considerar la exploración del espacio como un asunto internacional por naturaleza. El principio de libertad del espacio se sustentaba en otros dos convenios internacionales: – la Convención de Ginebra de 29 de abril de 1958 sobre la Alta Mar – la Convención de Washington de 1 de diciembre de 1959 sobre la Antártida. El Derecho del espacio entre 1960 y aproximadamente 2000 Durante este periodo se llevó a cabo la institucionalización del espacio, a partir del Tratado sobre el espacio ultraterrestre de 1967. Para entonces, los rusos habían tomado la delantera al lanzar el Sputnik I en 1957 y lograr en 1961 el primer vuelo al espacio tripulado por el hombre (Yuri Gagarin). En Europa se crearon la ELDO −Organización Europea para el Desarrollo de Lanzadores de Vehículos Espaciales−, mediante convenio que estuvo abierto a la irma hasta el 30 de abril de 1962, y la ESRO −Organización Europea de Investigaciones Espaciales−, mediante convenio abierto a la irma el 14 de junio de 1962. De ambas instituciones nació en 1975 el Convenio de la ESA, la Agencia Espacial Europea, que entró en vigor el 30 de octubre de 1980. En 1963 las Naciones Unidas hicieron pública una «Declaración de los Principios Jurídicos que Deben Regir las Actividades de los Estados en la Exploración y Utilización del Espacio Ultraterrestre», poco después de la constitución de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíicos (UNCOPUOS). Ese mismo año se irmó el Tratado por el que se prohíben los ensayos con armas nucleares en la atmósfera, en el espacio ultraterrestre y debajo del agua. En el periodo comprendido entre 1967 y 1979 se aprobaron cinco importantes tratados multilaterales para regular las actividades en el espacio ultraterrestre: n el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967, en el que se incluyeron la Luna y los demás cuerpos celestes n el Acuerdo sobre el Salvamento y la Devolución de Astronautas y la Restitución de Objetos Lanzados al Espacio Ultraterrestre, que entró en vigor el 3 de diciembre de 1968, irmado en previsión de que los astronautas, considerados «enviados de la humanidad», necesitaran ayuda internacional n el Convenio sobre Responsabilidad Internacional por Daños Causados por Objetos Espaciales, irmado el 29 de marzo de 1972 y que entró en vigor el 1 de septiembre de 1972, para regular la cobertura contra posibles daños ocasionados por actividades espaciales n el Convenio sobre el Registro de Objetos Lanzados al Espacio Ultraterrestre, abierto a la irma el 14 de enero de 1975 y que entró en vigor el 19 de septiembre de 1976, para hacer un seguimiento de los lanzamientos n por último, el Acuerdo que debe regir las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos celestes («Acuerdo sobre la Luna»), abierto a la irma el 18 de diciembre de 1979 y que entró en vigor el 11 de julio de 1984 Desde mediados de la década de 1960, los Estados Unidos han asumido el liderazgo de la exploración espacial. El acuerdo intergubernamental de 1973 entre el Gobierno de los Estados Unidos y los Estados miembros de la ESRO vinculó a socios europeos al programa del Spacelab. En 1988 se consiguió intensiicar la cooperación internacional mediante el Acuerdo Intergubernamental sobre la Estación Espacial Internacional. En septiembre de 1993, tras el hundimiento de la Unión Soviética, los Estados Unidos decidieron vincular a Rusia a dicho Acuerdo. El 29 de enero de 1998 se dio en Washington un nuevo paso en la institucionalización de la cooperación internacional en relación con la Estación Espacial Internacional, con la irma por parte de quince Estados (Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y once Estados miembros de la ESA). En 1973 se alcanzó un acuerdo de ámbito mundial en un campo especíico pero importante, el de las telecomunicaciones, al irmarse el Convenio de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU). Desde entonces, son muchos los satélites de telecomunicaciones que se lanzan desde un pequeño número de centros de lanzamiento (de la NASA en Florida, Kourou en la Guyana Francesa y Baikanur en Kazajstán). En 1990, el «Libro Verde sobre un planteamiento común en el ámbito de las comunicaciones por satélite en la Comunidad Europea» garantizó un acceso libre y sin restricciones a los proveedores del segmento espacial de la UE. Las directrices adoptadas por la Comisión en 1991 dejaron claro que también era aplicable a los sectores de las telecomunicaciones la legislación sobre competencia de la UE. Los satélites tienen muchos usos (orientación para la navegación, misiones de observación, información meteorológica, etc.). El programa GALILEO, proyecto europeo de navegación y posicionamiento mediante satélite, está concebido como sistema civil (Plan de acción de la UE sobre las comunicaciones por satélite en la sociedad de la información, 1997). El Derecho del espacio desde el año 2000 Respondiendo a la demanda existente en materia de telecomunicaciones, ya antes del año 2000 se pusieron en órbita satélites de propiedad privada. Este paso se había visto impulsado por el anuncio del Presidente de los Estados Unidos, el 16 de mayo de 1983, de su Directiva sobre comercialización de vehículos de lanzamiento no reutilizables (conocidos como ELV), en la que se alentaba al desarrollo de actividades privadas de lanzamiento de carácter comercial. La propia NASA, sometida a presiones inancieras, sintió la necesidad de contar con el apoyo de la industria privada y publicó en noviembre de 1998 un plan de desarrollo comercial de la Estación Espacial Internacional, sometido no obstante a estrictas normas de protección. En la UE se periló en los años de cambio de milenio una visión estratégica del espacio. Las instituciones europeas se esforzaron por conseguir una convergencia institucional entre la Comisión Europea y la ESA. El objetivo de una política espacial europea se recogió en un Libro Verde (21 de enero de 2003), seguido del correspondiente Libro Blanco (11 de noviembre de 2003). La creación del marco para un nuevo Tratado –la Convención Europea– constituyó un nuevo hito, ya que fue esa la primera ocasión en que se mencionaron las actividades espaciales en un texto institucional. Al mismo tiempo, ha aparecido en Europa una nueva percepción: la necesidad de disponer de una Agencia Europea de Defensa. En este contexto, al constituirse el espacio en un bien estratégico para Europa y ampliarse los objetivos, se advierte la necesidad de una industria de defensa europea fuerte y coherente. El proceso se desarrolla simultáneamente a la aparición de determinadas reagrupaciones industriales dirigidas a la creación de un complejo militar-industrial europeo. Están en contra la fragmentación del mercado de defensa europeo y la competencia EE.UU.-UE en los contratos de defensa. Se ha adoptado una decisión sobre GALILEO desde una perspectiva que prevé su entrada en funcionamiento en 2008. La UE presta su apoyo al sistema de «Vigilancia global del medio ambiente y la seguridad» (GMES). La cooperación internacional en asuntos espaciales ha pasado a formar parte de los objetivos de la UE. Se ha negociado con éxito el establecimiento de vínculos con la Federación Rusa y con Ucrania, así como con otros países europeos no pertenecientes a la UE. La dimensión extraeuropea de la cooperación espacial queda demostrada por el compromiso de China de aportar 200 millones de euros al programa GALILEO. Completan el panorama otros acuerdos con potencias espaciales emergentes, como la India, Pakistán, Brasil o Argentina. También están en el orden del día la privatización de la organización de viajes espaciales, el cumplimiento del objetivo de realización de tareas de investigación en las estaciones espaciales y la acentuación de la dimensión multilateral de las telecomunicaciones espaciales. La UE, al airmar su deseo de participar plenamente y en un plano de igualdad con los Estados Unidos, ha tenido que adoptar decisiones dirigidas a hacer realidad una política de autosuiciencia, por ejemplo en los campos de la exploración del espacio y de su utilización para actividades como las observaciones militares.