La Mitología Clásica En La Emblemática Española
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UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DE LA ANTIGÜEDAD Y DE LA EDAD MEDIA TESIS DOCTORAL LA MITOLOGÍA CLÁSICA EN LA EMBLEMÁTICA ESPAÑOLA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR EN FILOLOGÍA CLÁSICA DOCTORANDO: EMILIO ASENCIO GONZÁLEZ DIRECTOR: PROF. DR. ÁNGEL C. URBÁN FERNÁNDEZ CÓRDOBA 2004 ÍNDICE INTRODUCCIÓN GENERAL . 9 I. Del Mito a la Razón. El lenguaje mítico . 9 II. Imagen y Mito . 12 III. Banalización y reinterpretación del Mito . .15 IV. La pervivencia de la Mitología Clásica . 20 V. Emblemática y Mitología . .29 a. El rapto de Ganímedes . 35 b. El centauro Quirón . 49 c. Conclusión . 71 VI. Límites, metodología y finalidad del presente estudio . 71 PARTE Iª: CINCO FIGURAS EMBLEMÁTICAS . .77 I. HÉRCULES O “DE VIRTUTE” . .79 I. Hércules en la Mitología Clásica . 81 II. Hércules y la tradición mitográfica postclásica . .90 III. Hércules en la Emblemática . 110 1. Los Emblemata de Alciato . 114 2. La Emblemática española . .141 II. JANO O “DE PRUDENTIA” . .169 I. Jano en la Mitología Romana . 171 II. Jano en la tradición mitográfica . .172 III. Jano en la Emblemática . .178 1. Los Emblemata de Alciato . 178 2. La Emblemática española . 185 a. Juan de Solórzano: Orandum et operandum . 185 b. Antonio de Lorea: Omnibus praesens . 197 III. FAETÓN O “DE TEMERITATE” . 203 I. Faetón en la Mitología Clásica . 205 II. Faetón en la tradición mitográfica . .209 III. Faetón en la Emblemática . .215 1. Los Emblemata de Alciato . 215 2. Conexiones temáticas del mito de Faetón en la Emblemática española . 223 IV. FORTUNA O “DE VOLUBILITATE” . .233 I. Tyque-Fortuna en la Mitología Clásica . 235 II. Fortuna en la tradición mitográfica . .238 III. Fortuna en la Emblemática . .261 1. Los Emblemata de Alciato . 261 2. La Emblemática española . 276 V. SIRENAS Y HARPÍAS O “DE LIBIDINE ET AVARITIA” .295 I. Sirenas y Harpías en la Mitología Clásica . 297 II. Sirenas y Harpías en la tradición mitográfica . 301 III. Sirenas y Harpías en la Emblemática . 313 1. Los Emblemata de Alciato . 313 2. La Emblemática española . 321 PARTE IIª: PINTURA MITOLÓGICA Y EMBLEMÁTICA. CINCO ESTUDIOS . 337 INTRODUCCIÓN . 339 I. CARRACCI Y HÉRCULES EN LA ENCRUCIJADA . .345 II. RUBENS Y EL TEMPLO DE JANO . 419 III. POUSSIN Y FAETÓN EN EL CARRO DE APOLO . .433 IV. UN PINTOR ANÓNIMO DE LOS UFFIZI Y LA INCONSTANTE FORTUNA . .445 V. VELÁZQUEZ Y LAS SIRENAS . 467 CONCLUSIÓN GENERAL . 497 BIBLIOGRAFÍA . .517 APÉNDICE DE ILUSTRACIONES . 537 LISTA DE ILUSTRACIONES . 539 ILUSTRACIONES . 553 ÍNDICE DE LEMAS . 651 INTRODUCCIÓN GENERAL Introducción General 9 I. DEL MITO A LA RAZÓN. EL LENGUAJE MÍTICO. En un estudio del Mito Clásico, de sus particularidades, composición, pervivencia e interpretaciones, se hace necesario un acercamiento previo a su esencia y vicisitudes en el seno de la sociedad que lo creó: el mundo helénico. La primera premisa que debe resultar completamente clara es la total comprensión de qué es y qué no es un mito. Efectivamente el mito ha sido definido siempre en una doble oposición, en primer lugar a lo real: el mito es una pura ficción; y en segundo lugar a lo racional: el mito es un absurdo. De esta manera es difícil dar explicación a la “inmoralidad” del mito griego. ¿Cómo una sociedad tan civilizada y culta como la griega pudo construir historias tan salvajes y absurdas, un lenguaje tan incongruente, y –lo que puede resultar más escandaloso- atribuir a los dioses abominaciones como el parricidio, el adulterio, el homicidio e incluso el canibalismo? Una visión romántica de la cultura griega, como la que se tenía en el siglo XIX, choca frontalmente con el mito. Al lado del racionalismo heleno parece imposible comprender la irracionalidad de estas narraciones denostadas por los mismos filósofos griegos, pero de las que no pueden desligarse totalmente. Para una total comprensión del mito hay que tener en cuenta los múltiples cambios que se dieron en la antigua Grecia entre los siglos VIII al IV a.C. y que contribuyeron al paso de lo que comúnmente se conoce como “Mythos” y “Logos”. En la Grecia arcaica, en un período preliterario el mito constituía el sistema de comunicación más común. Se trataba de un modo de expresión específico con su lengua, su pensamiento y su lógica particulares. Mediante ellos se transmitían valores e informaciones fundamentales para el desarrollo de la persona y de la comunidad. A través del mito se enseñaba al hombre su posición en el mundo con respecto a sus semejantes y a la divinidad. La característica fundamental del mito en este período es su transmisión oral. Al no existir un lector que reflexione sobre lo leído de una manera fría y un tanto desapasionada, lo principal del mito es su capacidad de seducción1. La narración oral provocaba en el auditorio una comunión afectiva con la acción dramática que se relataba. 1 Vernant, J-P., “Razones del mito”, Mito y sociedad en la Grecia antigua, pp. 170- 220. La Mitología Clásica en la Emblemática Española 10 Introducción General Pero además, el mito es una arquitectura compositiva cuyos pilares son los símbolos. Estos elementos establecen múltiples relaciones semánticas, numerosos niveles de significación. Tanto el emisor como el receptor de este mensaje que llamamos mito conocían evidentemente de forma natural el código que lo hacía para ellos enteramente aprehensible. La pérdida de este código y el carácter dispar y, a veces incongruente, del mito tal como ha llegado a nosotros, ha dado lugar a múltiples interpretaciones y distorsiones del mismo. Es cierto que el carácter fragmentario del mito y las múltiples variantes que presenta dificulta su comprensión. Pero aunque el mensaje se haya modificado en ciertos puntos, siempre respeta un juego regulado de asociaciones y oposiciones que lo hace inteligible para una cultura. A lo largo de la historia los helenistas han abordado el mito desde innumerables puntos de vista y análisis. Desde considerarlo como un mero juego de la imaginación, como un cuento para entretener a los niños; hasta intentar ver bajo el velo de la narración una verdad oculta de índole moral o religiosa, o bien el reflejo de una sociedad en sus distintos aspectos: político, económico, antropológico o sociológico. Los mismos griegos acometieron ya esta labor sin despreciar totalmente al mito en nombre del logos. De hecho no dejaron de utilizarlo literariamente y reconocieron en él un valor propedéutico, si bien la enseñanza que proporcionaban podía resultarles a partir del siglo VII a.C. oscura. De este modo en el s. VI Teágenes de Regio intentó la exégesis alegórica de los mitos de Homero y la transposición del universo mítico y simbólico a otro racional. Todo ello con el fin de purificar el relato de los absurdos e inmoralidades que escandalizaban la razón, pero con la contrapartida de “prostituir” su mensaje, de hacerle decir cosas muy diferentes de las que venía a expresar. En cualquier caso este tipo de hermenéutica se desarrollará espectacularmente con el estoicismo y el neoplatonismo. Lo que resulta evidente es que la misma tradición griega reconocía en el mito una manera diferente de expresar una verdad en forma simbólica. El mismo Platón utilizará el mito en sus escritos a la hora de referirse a los dioses o al nacimiento del mundo. En estos casos, como afirma en el Timeo, 29bc, es necesario contentarse con una fábula verosímil, ei)ko/ta mu=qon. Se trata, pues, de una reintegración del mito al universo de la razón filosófica. En cualquier caso el mito conlleva una dificultad comunicativa y significativa. Sin embargo, a pesar de las divergencias en las tradiciones y de las innovaciones que se fueron aportando con el tiempo, el sistema general de creencias y conciencia religiosa no se La mitología Clásica en la Emblemática española Introducción General 11 vio afectado. Esto se debe a que lo importante no es tanto la fabulación, que puede presentar más o menos variantes, como el contenido transmitido a través de una arquitectura mental que el receptor poseía y aprendía de forma natural, tal como un niño aprende su lengua materna. La comprensión del mito se produce por tanto a través de la decodificación de un complejo sistema de pensamiento que no nos es accesible de forma inmediata porque nuestras formas de comunicación son radicalmente diferentes. Simplemente su modo de expresión basado en el símbolo es diferente del modo de pensamiento y expresión conceptual. Mientras que ésta se realiza a través del signo lingüístico, caracterizado por su simplicidad y transparencia; el símbolo es un elemento polisémico y ambivalente, su característica fundamental es la cualidad que posee para adoptar nuevos valores expresivos y nuevas significaciones, algunas de ellas contradictorias entre sí. El símbolo está, por tanto, siempre vivo y cambiante, lo que explica la principal cualidad del mito: que reciba sin cesar nuevas significaciones, que incorpore continuamente nuevos comentarios e interpretaciones abriéndose a nuevos campos semánticos. Si bien el mito utiliza como vehículo de expresión la lengua común, es evidente que se sirve de ella de un modo distinto utilizándola como un sistema simbólico que permite la comunicación de una colectividad. No es el mito una simple expresión de sentimientos individuales, es por el contrario un sistema simbólico institucionalizado, con reglas precisas para clasificar, definir, oponer y relacionar los hechos y experiencias. En este complejo sistema de comunicación se hace preciso descifrar sus categorías y estructuras. Para ello es fundamental partir del análisis pormenorizado del texto en todas sus variantes y versiones. Se trata de buscar la armadura intelectual del mismo, el nivel profundo más allá de la superficie narrativa, de la fábula en sí. Colores, plantas, animales, joyas, características físicas, ademanes. Todo este universo simbólico expresa con una riqueza impresionante multitud de enlaces, de relaciones y oposiciones que el receptor del mito captaba sin esfuerzo.