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UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE DE SEVILLA DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA, HISTORIA Y FILOSOFÍA PROGRAMA OFICIAL DE POSGRADO EN HISTORIA DE AMÉRICA LATINA CIUDAD Y PODER EN LA PROVINCIA DE TUNJA EN LOS SIGLOS XVI Y XVII DOCTORANDO: LUIS EDUARDO WIESNER GRACIA DIRECTOR: DR. JUAN MARCHENA FERNÁNDEZ SEVILLA, 2012 CONTENIDO AGRADECIMIENTOS 5 6 INTRODUCCIÓN CAPÍTULO 1. LA INSTAURACIÓN DEL PODER HISPÁNICO 22 1.1. La ciudad de los cronistas 23 1.2. Conquistar el oro o poblar la tierra 27 1.3 Fundación política de la ciudad 32 1.4. El gran pueblo de Tunja 45 1.5. Ordenar para gobernar 58 1.6. Ordenar para controlar 66 1.7. Origen étnico y político del Nuevo Reino de Granada 69 1.8. La provincia de Tunja 85 1.9. Integración política y administrativa del territorio 92 CAPÍTULO 2. FISONOMÍA DE LA CIUDAD 97 2.1. Traza y construcción 97 2.2. Desarrollo urbano 111 2.3. Población 121 2.4. Distribución civil y eclesiástica 129 2.5. Estancamiento y crisis 132 CAPÍTULO 3. LOS PROPIETARIOS 140 3.1. Origen de la propiedad 140 3.2. Primeros repartimientos de tierras 141 3.3. Desigualdad social de los primeros repartimientos 148 3.4. Vecinos, estantes y moradores 152 3.5. Raza y casta 160 3.6. Mercedes y composiciones 167 CAPÍTULO 4. EL PODER POLÍTICO 175 4.1. Jurisdicción 175 4.2. Administración y gobierno provincial 181 4.2.1. El Corregidor y Justicia Mayor de Tunja 184 4.2.2. El Teniente General de Corregidor 191 4.3. Administración y gobierno local: Cabildo, Justicia y Regimiento 195 4.3.1. Regimiento 202 4.3.2. Alferazgo Real 227 2 4.3.3. Alguacilazgo Mayor 232 4.3.4. El Depositario General 235 4.3.5. El Alcalde Provincial de la Santa Hermandad 239 4.3.6. Los Alcaldes Ordinarios 241 4.3.7. Los Alcaldes Ordinarios de la Santa Hermandad 256 4.3.8. El Procurador General de la ciudad 262 4.4. Oficios extra-capitulares 268 CAPÍTULO 5. CIUDAD Y PODER 272 5.1. Ciudad y república 272 5.2. Los encomenderos 278 5.3.Los eclesiásticos 294 5.4.Los mercaderes, tratantes, artesanos, estancieros y labradores 297 5.5.Segregación socio racial 304 5.6. Poder y representación social 308 5.6.1. El poder real 309 5.6.2. El poder eclesiástico 317 5.6.3. La comunión del poder 324 CAPÍTULO 6. CONSIDERACIONES FINALES 331 FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA 335 3 ABREVIATURAS UTILIZADAS ARB: Archivo Regional de Boyacá NT1: Archivo Protocolos Notaría Primera NT2: Archivo Protocolos Notaría Segunda AHT: Archivo Histórico de Tunja (Colombia) LC: Archivo Libros de Cabildo AE: Archivo Eclesiástico AGN: Archivo General de la Nación (Colombia) AGI: Archivo General de Indias (España) 4 AGRADECIMIENTOS A la Universidad Pablo de Olavide, por haberme recibido en sus aulas y permitir que palpara durante mi estadía la conexión iberoamericana de nuestra historia, recorriendo a Sevilla, la bella ciudad andaluza de los infinitos nombres, la de las ruinas romanas y murallas medievales, la de todas las iglesias y monasterios, la de los aires almohades, la del Guadalquivir por donde entró a Europa América. Al señor profesor Doctor Juan Marchena Fernández, mi director de tesis, por brindarme su generosa amistad y dirección, con sus iluminados textos y palabras, que se despliegan incesantemente desde el presente hasta el pasado, como en la parábola de un mito. A la señora profesora Doctora Diana Soto Arango, promotora de sueños intelectuales y utopías, de quehaceres incesantes, a quien debo el haberme adentrado en este nuevo mundo. Al Doctor Roberto Pineda Camacho, mi tutor en Colombia, por sus sabias recomendaciones y apoyo permanente. A la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en la ciudad de Tunja, que me concedió la comisión de estudios, en la otra orilla de la historia, donde el pasado también es presente. 5 INTRODUCCIÓN El éxito de la colonización europea en el Nuevo Mundo se debió en gran parte a la creación de la ciudad hispana en el interior de los territorios indígenas y a la concentración dentro de ella de las relaciones de poder que desencadenaron los cambios económicos, sociales, políticos y culturales, que condujeron a la destrucción de los pueblos nativas y a la formación de una nueva sociedad. La ciudad hispano-colonial era, a la vez, base de aprovisionamiento de los conquistadores, cabeza de puente para entradas más profundas en las tierras descubiertas, centro de intercambio comercial, sede administrativa y de gobierno local y regional, núcleo de sometimiento y fijación espacial de la población indígena, polo de comunicación de actividades de toda índole, foco de control de la propiedad del suelo y eje difusor de una forma de vida urbana traída del otro lado del océano. En función de las ciudades se definieron y configuraron las provincias humanas y administrativas que sustentaban al sistema colonial. Fundar una ciudad significaba al mismo tiempo fundar una provincia. El teniente de gobernador Gonzalo Jiménez de Quesada expresó al respecto en su instrucción del 10 de mayo de 1539: “digo que por cuanto yo, por si estas cosas que convienen al servicio de Su Majestad y a la buena gobernación y pacificación de este Nuevo Reino de Granada, he fecho fundar y poblar en la Provincia de Tunja y para la buena gobernación de la dicha ciudad y provincia una ciudad llamada la ciudad de Tunja”1. El cronista Aguado2 dice que el poder del “tiempo y el vulgo” no quiso que la ciudad se llamara Málaga, como la ciudad ibérica de la que era natural su fundador Gonzalo Suárez Rendón, sino Tunja como el cacique muisca más afamado y nombrado de la provincia, que, con sus indios sujetos, bohíos y cercados poblaba el lugar a la llegada de los españoles. Fundada en la tierra adentro de la “Tierra Firme”, Tunja se destacó frente a otras ciudades por haber desempeñado un papel protagónico en la creación del Nuevo Reino de Granada y en su posterior consolidación económica, social y política; con las ciudades de Santafé (1538) y Vélez (1539), Tunja posibilitó tempranamente el asentamiento de sus bases como una nueva entidad política y administrativa autónoma de la gobernación de Santa Marta, y con estas ciudades y las ciudades de Málaga (1542), Tocaima (1544) y Pamplona (1549) conformó una 1 Instrucción para fundar la ciudad de Tunja al capitán Gonzalo Suárez Rendón, Santafé 10 de mayo de 1539, en: Libro de Cabildos de la Ciudad de Tunja, 1539-1542. Volumen I. Bogotá: Ediciones del Concejo, 1941, pp. 5-6. 2 Pedro Aguado: Recopilación Historial. T. I. Con introducción, notas y comentarios de Juan Friede. Bogotá: Presidencia de Colombia, 1956, p. 335. 6 “red urbana mayor”3 de comunicación y tráfico que conectó entre sí a las altiplanicies de la cordillera oriental de la región andina, y promovió la aglutinación provincial del entorno natural y humano que las rodeaba. Apenas transcurridos cinco lustros de fundada Tunja se consideraba con Santafé uno de los “dos pueblos principales” de todo el Nuevo Reino de Granada; sus vecinos habían adquirido gran relevancia económica y social, los indios de encomienda eran numerosos y la ciudad jugaba un papel político estratégico, para controlar el desgobierno que campeaba en su provincia. En 1564 el presidente Andrés Díaz Venero de Leiva, al ver que los españoles desconocían al poder real y agraviaban a los indios, le propuso al rey Felipe II que la ciudad fuera la mitad del año la sede alterna del gobierno de la Real Audiencia, pará que se acatara su justicia: Convendría para el bien de los indios y para que se les hiciese justicia y se asentasen, que la mitad del tiempo estuviese la Audiencia en la ciudad de Tunja, atento a que es mayor y de más vecindad que no ésta [Santa Fe] y tiene cincuenta mil indios de repartimiento. Y a causa de no haber estado allí Audiencia, no se ha entendido que cosa es justicia ni guardar cédulas de Vuestra Majestad tocante al buen gobierno. Hasta saber la voluntad de Vuestra Magestad, no he osado mudarla aunque he entendido convenir. Suplico a Vuestra Magestad me mande avisar si es servido de mude allí por dos años para asentar la tierra4. 3 En relación a su estabilización precoz y definitiva como centros de colonización, que permanecería en su estructura general sin mayores modificaciones durante los siglos XVII y XVIII. Jaques Aprile-Gniset: La Ciudad Colombiana Prehispánica, de Conquista e Indiana. Bogotá: Banco Popular, 1991, p. 162. 4 Carta al Consejo de Indias enviada por el presidente Venero de Leiva. AGI. Audiencia de Santa Fe. 188, f. 423, en: Juan Friede: Fuentes Documentales para la Historia del Nuevo Reino de Granada. Desde la instalación de la Real Audiencia en Santa Fé. Tomo V, 1563-1567, Doc. 721. Bogotá: Banco Popular, 1976, p. 128. A raíz de esta manifestación del presidente Venero de Leiva, se ha hablado de la existencia de una disputa o rivalidad entre Santafé y Tunja (Javier Ocampo López: Historia del pueblo boyacense. Tunja: ICBA, 1983, p. 88). Sin embargo, en este caso no la hubo ni lo fue, porque la carta de Venero de Leiva no se produjo por petición de Tunja ni en oposición a Santafé, sino como resultado de su percepción ante la difícil situación que se vivía. Otra cosa es que, innegablemente, el vecindario de Tunja era tan importante como el de Santafé y los indios más numerosos que los de esta, lo que le daba gran preeminencia y poder. Desde un comienzo Tunja quiso emular a Santafé, como una de las dos fundaciones constitutivas del Nuevo Reino de Granada. En el momento en que se proyectaba su creación, se solicitó que fuese la sede alterna del gobierno la mitad del año: “Item suplican a Su Magestad mande al gobernador y a los oficiales de Su Magestad, residan lo más del año en la dicha ciudad de Tunja y allí hagan asiento, pues se cree que será la más principal de las ciudades que había pobladas en el dicho Nuevo Reino de Granada”.