Sociedad, Sectores Populares Y Cine. Los Años 30 En La Argentina
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Salvatori, Samanta Mariana Sociedad, sectores populares y cine. Los años 30 en la Argentina Tesis presentada para la obtención del grado de Licenciada en Sociología Director: Flier, Patricia Graciela Este documento está disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, el repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, que procura la reunión, el registro, la difusión y la preservación de la producción científico-académica édita e inédita de los miembros de su comunidad académica. Para más información, visite el sitio www.memoria.fahce.unlp.edu.ar Esta iniciativa está a cargo de BIBHUMA, la Biblioteca de la Facultad, que lleva adelante las tareas de gestión y coordinación para la concre ción de los objetivos planteados. Para más información, visite el sitio www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar Cita sugerida Salvatori, S.M. (2001) Sociedad, sectores populares y cine. Los años 30 en la Argentina [en línea]. Trabajo final de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.648/te.648.pdf Licenciamiento Esta obra está bajo una licencia Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina de Creative Commons. Para ver una copia breve de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/. Para ver la licencia completa en código legal, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/legalcode. O envíe una carta a Creative Commons, 559 Nathan Abbott Way, Stanford, California 94305, USA. UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA FACULTAD DE HUMANIDADES Y CS. DE LA EDUCACIÓN CARRERA DE SOCIOLOGÍA Trabajo Final para la Lic. en Sociología “Sociedad, sectores populares y cine. Los años 30 en la Argentina” Dir: Prof. Patricia Flier Alumna: Samanta M. Salvatori Nº Leg: 52926/0 Diciembre de 2001 Tel: (0221) 15-4204123 1 A modo de introducción: La idea de que ese gesto pudiera significar una frase y aquella mirada un largo discurso, se hace insoportable, pues significaría que la imagen, las imágenes sonoras, el llanto de aquella niña, el pánico de aquella gente, constituyen la materia de otra historia distinta a la historia, una contraanálisis de la sociedad. (Marc Ferro, Historia contemporánea y cine) Documental o ficción, un film es una construcción que selecciona y reorganiza algunos objetos -y otros no-, una recomposición imaginaria de un conjunto social. Tanto a través de los procedimientos realizados en torno a los relatos, como de los diversos medios técnicos (imágenes, montaje, dirección, sonidos, etc.), el cine registra cosas reales que no son la “realidad”; es una virtualidad, reconstruida e imaginada por quienes realizan las películas: sólo son representaciones. En este sentido es que entendemos al cine, más que como una copia de la realidad, como un elemento “revelador”: en los filmes quedan asentados detalles ínfimos, silencios, ausencias, presencias, gestos, gritos, movimientos, etc. que, intencionados o no, dan la posibilidad de insertarnos en un mundo que permite develar y redescubrir otras miradas de cierto escenario social. Como nos dice Marc Ferro, sería una especie de “contra-análisis” de la sociedad.1 La intención de este trabajo es centrarnos en la producción cinematográfica nacional como documento histórico de procesos sociales y culturales. A través del cine daremos cuenta de algunas situaciones y fenómenos ocurridos en la década del 30 y su relación con transformaciones pretéritas y futuras. Un amplio período que comienza con la Primera Guerra Mundial hasta el advenimiento del peronismo; un recorrido histórico que da cuenta tanto de los cambios en las relaciones de nuestra sociedad con el resto del mundo como de los reacomodamientos entre vínculos internos y posteriores alianzas de los diversos sectores sociales. Es de particular interés vislumbrar cómo estos cambios –también otros: modernización, industrialización, intervención del Estado, desarrollo de los medios de comunicación, etc.- modificaron la vida cotidiana y la cultura de los sectores populares, formando así un mundo de ideas que encontraron en el peronismo un espacio de expresión y concreción, y, muchas veces, de evasión. 1 Algunas reflexiones en torno a la relación cine, historia y sociedad: Marc Ferro; Historia contemporánea y cine, Barcelona, Ariel, 1995. Sorlin Pierre; Sociología del cine. La apertura para la historia de mañana, México, Fondo de cultura económica, 1985. Rosestone Robert; El pasado en imágenes. El desafío del cine a nuestra idea de la historia, Barcelona, Ariel, 1997. Lagny, M; Cine e historia. Problemas y métodos en la investigación cinematográfica, Barcelona, Bosch, 1997. 2 Pero, teniendo en cuenta la amplitud y riqueza de este período, nos preguntamos: ¿por qué tomamos los años 30 para nuestro análisis de la sociedad y sus proyecciones en los códigos del cine nacional? Como hemos dicho, muchas de las inflexiones que se produjeron en esta década no dejan de tener su explicación en fenómenos -básicamente de orden internacional- del período anterior, con la Primera Guerra Mundial como principal protagonista. Esto nos brinda cierta sensación de continuidad, que hace cuestionable la posibilidad de realizar un corte taxativo de la década. Sin embargo, estos cambios se profundizaron, y llegados los años 40 la Argentina industrial ya había abandonado las peculiaridades del país agroexportador de los dorados 20. En este sentido, podemos decir que, más allá de lo heredado, la década del 30 no tiene la particularidad de ser una referencia -fundamental- para entender los cambios estructurales y superestructurales que conformaron la base sobre la cual se establecería una nueva sociedad. Ya iniciada la Segunda Guerra Mundial, se evidenció el comienzo paulatino de una nueva etapa, marcada principalmente por el surgimiento de Perón como figura política que, junto con otras transformaciones, instituiría un tramado histórico ya diferente al anterior. El sustento documental este trabajo son los filmes nacionales, específicamente en la etapa sonora. Estas películas nos permiten abordar el pasado desde una mirada que, en demasiadas ocasiones la historiografía tradicional ha olvidado, perdiéndose, de esta manera, la "utilidad" potencial que las producciones cinematográficas poseen. En una primera instancia, queda expuesto un recorrido histórico de las transformaciones sucedidas en la década del 30, tanto en la sociedad en su conjunto como en el mundo del cine en particular. Consideramos que, para comprender una obra y el entorno al cual esta hace referencia, no sólo hay que realizar un análisis de las imágenes, la narrativa y sus recursos, sino también un examen de aquellas relaciones que nuestro objeto de estudio presenta con distintas variables históricas: producción, crítica, público, sistema político y económico.2 En una segunda instancia se analiza un corpus de filmes ficcionales en directa relación con la vida e identidad de los sectores populares. Aquí, el objetivo central es tratar de encontrar en estas producciones elementos, imágenes, personajes que nos ayuden a comprender y a definir, en el proceso histórico, la cultura y la identidad de este sector que, poco a poco, fue abandonando sus aristas más heterogéneas para ir componiendo una escenografía social más definida y uniforme. Estos diferentes filmes se encuentran ordenados a través de varios tópicos modernización, costumbres, sentimiento de lo propio, “gustos”, modelos masculino y femenino -, con la intención de salir y entrar de dichas producciones hacia la sociedad. 2 Marc Ferro; op. cit. 3 PRIMER PARTE La sociedad argentina Dos hechos inauguran la década de los años 30: la crisis económica y el golpe militar de septiembre. Gracias a nuestra mirada retrospectiva en contrapartida a la incertidumbre de la época, estos hechos resultan ser dos referentes capaces de indicarnos el fin de un ciclo tanto en el plano económico como en el político, que no dejaron de repercutir sobre todos los aspectos de la vida de la sociedad argentina en su conjunto. Como se sabe, la crisis mundial marcó el agotamiento final de la etapa primario agroexportadora. La Argentina se había vinculado a los países centrales a través de un claro intercambio; materias primas y alimentos por productos industriales, y por el espacio para la inversión en los sectores de bienes exportables y de infraestructura. Para superar dicha crisis, supuestamente “transitoria”, no bastaron las recetas tradicionales. La economía argentina se encontraba en una clara asincronía con los movimientos del sistema capitalista mundial y se hacía imprescindible reemplazar el impulso generado hasta entonces por las inversiones y exportaciones extranjeras. Para ello, según Marcelo Cavarozzi, hacían falta dos requisitos, “(...) que la acumulación de las clases dominantes se dirigiera, en una proporción significativa, a actividades tanto industriales como agropecuarias, menos vinculadas con los mercados externos, y que la infraestructura se expendiera y se adecuara a una economía “menos abierta”.3 En aquel entonces, estas medidas poco seducían a la burguesía terrateniente que, cómodamente, centraba su poder económico en la acumulación, en mayor medida a través de la apropiación de la renta diferencial de la tierra. Las ganancias obtenidas de ésta le permitían desentenderse, entre otras cosas, de la promoción de un desarrollo económico más equilibrado y profundo, razón por la cual el estancamiento económico no era incompatible con el