CAPITULO III Dictadura Militar, Partidos Políticos Y Luchas Revolucionarias
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Temas de nuestra américa ISSN 0259-2339 CAPITULO III Dictadura militar, partidos políticos y luchas revolucionarias En 1954 fracasó la Revolución El indiscutible avance capitalis- Democrático-burguesa en Guate- ta, junto al debilitamiento de las mala. A partir de esa fecha reapa- clases dominantes vinculadas al recieron con toda su intensidad los negocio cafetalero, impidieron a rasgos autoritarios y represivos que Castillo Armas completar sus pla- habían caracterizado al Estado oli- nes de restauración oligárquica. gárquico hasta la caída de Ubico; La imposibilidad de reconstruir las aunque ahora esa política se repe- viejas estructuras de dominación tía en un contexto histórico-so- condujo a la formación de un he- cial diferente. La Revolución de terogéneo bloque de poder integra- 1944-1954 dejó como saldo una do por los herederos de los antiguos Guatemala mucho más moder- sectores hegemónicos agrario-expor- na, en la que definitivamente se tadores y los grupos burgueses emer- habían impuesto las relaciones gentes, constituidos por industriales y de tipo burgués, aún cuando financieros, asociados al capital mono- persistieran importantes ves- polista norteamericano. tigios semifeudales y una inmensa masa indígena El denominador común de esa alianza fue marginada como expo- un inusual y distorsionado crecimiento nente del patético atra- económico, acompañado de nuevas entre- so económico y social gas de los recursos naturales —níquel y pe- del país. tróleo, por ejemplo— al imperialismo y de la sobreexplotación del campesinado y la clase obrera. La coronación de este bloque de poder se efectuó en 1957 con la fundación de una vigorosa federación patronal —el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales y Financieras Número extraordinario 2013 61 Temas de nuestra américa Número Extraordinario 2013 ISSN 0259-2339 (CACIF)— que desde entonces ex- mejor el papel punitivo del ejército presa mejor que los propios partidos dentro de un esquema político to- burgueses las inquietudes e intereses davía más restringido —plasmado de las clases dominantes. en la Constitución de 1965-, como consecuencia directa de la necesi- Pero la asociación de la oligarquía dad de aplicar la represión más sis- terrateniente-comercial con las dis- temáticamente a fin de preservar el tintas fracciones burguesas ha sido régimen capitalista y enfrentar el un proceso complejo, matizado movimiento revolucionario. por choques violentos y frecuen- tes rupturas. Por regla general, las La ascensión al poder de Carlos confrontaciones en la cúspide de Manuel Arana Osorio en 1970, en- la sociedad guatemalteca no se han cabezando un gran operativo con- dilucidado a través de los mecanis- trainsurgente y la llamada primera mos tradicionales de la llamada de- ola de terror desplegada por los cuer- mocracia representativa sino con la pos armados y las tenebrosas ban- intervención militar. La creciente das paramilitares, que produjo un participación del ejército gracias a momentáneo repliegue de la lucha una especie de arbitraje militar, ha popular (1968-1971), puede inter- llevado a las fuerzas armadas a des- pretarse como el comienzo de otra empeñar funciones intermedias en- etapa histórica. El ejército sobrepasó tre una guardia de corps y las propias sus funciones clásicas dentro del Es- del bonapartismo. tado burgués al expandir su esfera de actividad al área económica, lo que Esa tendencia ya se manifestó en convirtió a muchos altos oficiales 1957 cuando el Movimiento de Li- en una nueva fracción de las clases beración Nacional (MLN) trató de dominantes en virtud de fabulosos impedir el triunfo electoral de Ydí- negociados y la especulación con los goras y se repitió en 1963 en ocasión fondos públicos. del golpe de Enrique Peralta Azur- dia, aunque en esta oportunidad la Este fenómeno no sólo hizo de las acción militar tenía que ver no sólo fuerzas armadas una pieza clave del con su papel mediador en las pug- sistema político, sino que también nas inter burguesas —posible regre- añadió mayor complejidad a las lu- so de Arévalo al poder— sino en chas por el poder, condenando al mayor medida con la crisis política país a una endémica inestabilidad desatada por las protestas populares constitucional. De todas maneras, la y las primeras acciones guerrille- agudización de la lucha de clases y ras. A partir de entonces se perfiló el creciente ascenso registrado en la 62 Luchas y partidos políticos en Guatemala Sergio Guerra Vilaboy Número Extraordinario 2013 Temas de nuestra américa ISSN 0259-2339 actividad combativa de las organiza- En ese escenario la apariencia cons- ciones político-militares integradas titucional tenía el valor de simple en la Unión Revolucionaria Nacio- utilería. Por esa razón, ni las clases nal Guatemalteca (URNG) fijaron dominantes ni el ejército tuvieron límites muy preciosos a las pugnas partidos propios en sentido estricto inter burguesas. y eligieron a sus candidatos constru- yendo alianzas transitorias con algu- Así se demostró con el compacto nas de las organizaciones reacciona- apoyo brindado por las clases domi- rias existentes. nantes al golpe militar que llevó al general Efraín Ríos Montt al Palacio Quizás la única excepción fue el Nacional, acción dirigida a impedir ultraderechista MLN, autoprocla- la continuación en el gobierno de la mado partido de la violencia orga- camarilla de Fernando Romeo Lucas nizada y ligado desde sus orígenes García. El plan era poner en prác- (1954-1960) a la vieja oligarquía te- tica proyectos remodeladores auspi- rrateniente-comercial y a los grupos ciados por el imperialismo nortea- pequeño-burgueses más conservado- mericano y frenar, con métodos más res y anticomunistas. Sus vínculos criminales, el inevitable avance del con grupos económicos en proceso movimiento de liberación. de declinación explican no sólo su virulenta actividad terrorista y la A diferencia de otros países lati- abierta complicidad con las bandas noamericanos, donde después del paramilitares, sino también el que triunfo de la Revolución Cubana sólo haya ocupado el poder des- se ensayaron, con el beneplácito pués de la muerte de Castillo Armas de los Estados Unidos, diversas fór- (1957), durante cinco años (1970- mulas reformistas, en Guatemala, 1975), y ello en coalición con otras seculares tensiones sociales y las agrupaciones derechistas. Por su par- ansias redentoras de las masas opri- te, los partidos reformistas burgueses midas no dejaron espacio para este que participaron en las contiendas tipo de alternativa. Estas circuns- electorales —el Partido Revolucio- tancias conformaron un proscenio nario (PR), primero, y la Democra- contrarrevolucionario en el cual cia Cristiana, después- terminaron sólo tenían cabida los partidos de- claudicando por el miedo a la repre- rechistas, que de una u otra forma le sión o a una victoria revolucionaria. hicieron el juego electorero al go- bierno militar de turno y cuyos po- Impedidas de desarrollar un esque- deres descansaban exclusivamente ma de gobierno democrático-bur- en el terror generalizado. gués, o de permitir siquiera el trabajo Luchas y partidos políticos en Guatemala 63 Sergio Guerra Vilaboy Temas de nuestra américa Número Extraordinario 2013 ISSN 0259-2339 político legal de la oposición en una Asamblea Constituyente-, que cortó sociedad extremadamente polariza- las aspiraciones del general Ydígoras da, las clases dominantes se vieron Fuentes. Castillo Armas, como era obligadas a parapetarse tras regí- de esperar, debutó cercenando las menes militares dictatoriales que principales conquistas democráticas dominaron el país sin solución de y revolucionarias del período 1944- continuidad hasta fines de los años 1954. La avanzada Constitución de ochenta del siglo XX. Los esporá- 1945 fue derogada y se disolvieron dicos intentos por establecer deter- los partidos políticos que apoyaron minadas formalidades legales o de a Arbenz, así como los sindicatos tolerar cierta apertura política — obreros y campesinos. Ydígoras entre 1958 y 1963, Méndez Montenegro al principio de su man- Junto a estas disposiciones puniti- dato (1966-1970) derivaron hacia vas, se instauró una despiadada polí- un aumento del poderío militar, la tica represiva que buscó sus víctimas violencia, el terrorismo y los asesi- predilectas en las organizaciones natos en masa por las fuerzas guber- populares y de izquierda. Además de namentales y las bandas gangsteriles. estas conquistas, se diseñó todo un programa económico neoliberal, re- La naturaleza criminal y genocida comendado por el Fondo Monetario del Estado burgués guatemalteco — Internacional (FMI), que contem- expresada en los sangrientos episo- plaba un presupuesto balanceado, dios de Panzós (1978) y la Embajada estabilidad monetaria, rebajas de de España (1980)- y las masacres salarios, respeto absoluto a la empre- de miles de indígenas del altiplano sa privada y estímulos a la inversión por el régimen de Ríos Montt, jun- foránea. to a las inhumanas condiciones de explotación en que fue sumida la El régimen de la restauración sólo población trabajadora, sólo dejó si- permitió el funcionamiento legal de tio en la tierra del quetzal al dilema organizaciones declaradamente con- revolución-contrarrevolución. trarrevolucionarias del tipo del Par- tido de Unificación Anticomunista Restauración oligárquico-imperialista: (PUA) y el Partido Independiente Castillo Armas Anticomunista de Occidente (PIA- CO). De entre las primeras agru- El 10 de octubre de 1954 Castillo paciones derechistas surgidas des- Armas quedó legalizado como pre- pués del triunfo de