Amnistía Internacional

COLOMBIA

EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES, «DESAPARICIONES», AMENAZAS DE MUERTE, TORTURA Y OTROS TIPOS DE VIOLENCIA POLÍTICA EN EL DEPARTAMENTO DE SUCRE

JUNIO 1996 RESUMEN ÍNDICE AI: AMR 23/30/96/s DISTR: SC/CO (22/96)

Amnistía Internacional está gravemente preocupada por la seguridad de los miembros de las organizaciones comunitarias locales y los partidos políticos legales de oposición tras la oleada de ejecuciones extrajudiciales, «desapariciones» y amenazas de muerte de los últimos meses en el departamento septentrional de Sucre.

Al parecer, desde comienzos de 1996 unas 137 personas han sido víctimas de homicidios perpetrados por las fuerzas de seguridad y por sus aliados paramilitares. El aumento de las violaciones de derechos humanos ha coincidido con el de la presencia de las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad en la región, y con el reforzamiento de las estructuras paramilitares que operan en ella.

La intensificación de las acciones guerrilleras en la región durante las últimas semanas ha hecho que aumente la preocupación por la seguridad de los miembros de las organizaciones comunitarias locales y de los partidos legales de oposición, considerados a menudo subversivos por las fuerzas de seguridad y los grupos paramilitares. Las fuerzas guerrilleras que operan en la región han sido responsables de numerosos abusos contra el derecho humanitario internacional.

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SECRETARIADO INTERNACIONAL, 1 EASTON STREET, LONDRES WC1X 8DJ, REINO UNIDO TRADUCCIÓN DE EDITORIAL AMNISTÍA INTERNACIONAL, ESPAÑA EXTERNO (para distribución general) Índice AI: AMR 23/30/96/s Distr: SC/CO ______Amnistía Internacional Secretariado Internacional 1 Easton Street Londres WC1X 8DJ Reino Unido JUNIO 1996

COLOMBIA:EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES, «DESAPARICIONES», AMENAZAS DE MUERTE, TORTURA Y OTROS TIPOS DE VIOLENCIA POLÍTICA EN EL DEPARTAMENTO DE SUCRE

Amnistía Internacional está gravemente preocupada por la seguridad de los activistas populares y los activistas políticos locales de partidos de la oposición, maestros, campesinos y ex guerrilleros que pertenecen a los partidos legales Corriente de Renovación Socialista (CRS), Esperanza, Paz y Libertad (EPL) y Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) en el departamento septentrional de Sucre tras la oleada de ejecuciones extrajudiciales, «desapariciones» y amenazas de muerte de los últimos meses. La intensificación de las operaciones guerrilleras en la región en los últimos meses ha hecho crecer la preocupación por la seguridad de los miembros de organizaciones comunitarias locales y organizaciones políticas. Las fuerzas de seguridad y sus aliados paramilitares suelen considerar que esas organizaciones locales son subversivas y partidarias de los objetivos guerrilleros.

Se cree que en los primeros 110 días de 1996 unas 137 personas han sido víctimas de homicidios perpetrados por las fuerzas de seguridad y por grupos paramilitares que operan con su apoyo en la región. El número de homicidios perpetrados por miembros de las fuerzas de seguridad y de grupos paramilitares parece aumentar sin parar. Hay muchas familias campesinas desplazadas que han huido de sus casas hacia la capital del departamento, .

Sucre: Una historia reciente de violencia política contra organizaciones comunitarias locales y activistas políticos

La reciente oleada de violencia política en el departamento de Sucre no es algo nuevo. Durante los últimos años, muchos activistas populares, maestros y agricultores han sido víctimas de violaciones de derechos humanos perpetradas por las fuerzas de seguridad y sus aliados paramilitares.

Las reformas de la Constitución colombiana de 1991, que fomentaban una mayor participación en el proceso electoral, condujeron a la creación de muchos movimientos cívicos y populares en toda Colombia. En el departamento de Sucre, entre otras organizaciones cívicas, se crearon diversos comités cívicos o movimientos cívicos en varios municipios para participar en las elecciones locales y quebrar la tradicional hegemonía política de los partidos Liberal y Conservador colombianos. Entre los activistas que se unieron a estos movimientos cívicos y los apoyaron hay guerrilleros reinsertados pertenecientes al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y a la Corriente de Renovación Socialista (CRS), grupo disidente del Ejército de Liberación Nacional (ELN). El PRT se desmovilizó tras la firma de los acuerdos de paz con el gobierno colombiano en 1990, mientras que la CRS lo hizo tras firmar un acuerdo de paz con el gobierno en 1994. Los miembros de estos movimientos se encuentran entre los sectores especialmente castigados por las violaciones de derechos humanos en el departamento de Sucre.

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En cinco municipios del departamento de Sucre (Tolú, Sincé, San Pedro, San Benito y Sampués) se crearon en 1994 Comités Pro Revocatoria del Mandato, que han hecho campaña en favor de la destitución de los alcaldes de estos municipios basándose en denuncias de corrupción y malversación de fondos públicos. Desde su formación, muchos de sus miembros han vivido bajo amenaza.

En el departamento de Sucre, la propiedad de las tierras está muy concentrada. Poderosos terratenientes acaparan grandes extensiones de terreno y dejan a las familias campesinas sin tierras o con fincas de escaso valor. Gran parte de la violencia política se ha centrado en el problema de la propiedad de las tierras, y los campesinos sin tierras han realizado campañas para adquirir propiedades y han ocupado fincas. Muchas familias campesinas de la región han sido víctimas de violaciones de derechos humanos y se han visto obligadas a huir de sus casas y de sus tierras. Esto ha redundado en beneficio de los grandes terratenientes de la zona, que desean aumentar sus posesiones y asegurarse las tierras abandonadas.

Otro grupo en el que se han centrado especialmente las violaciones de derechos humanos en los últimos años es el de los maestros. En noviembre de 1995, la Asociación de Educadores de Sucre (ADES) presentó una lista de maestros amenazados al Comité Departamental de Educadores Amenazados1 en la que figuraban los nombres de 19 maestros que se habían visto obligados a dejar la región, los de 27 que, según los informes, aparecían en una «lista de la muerte», y los de otras siete personas que también se encontraban gravemente amenazadas. Los maestros de la región son amenazados tanto por los grupos paramilitares como por las guerrillas de la zona. Adolfo Tirado, miembro del comité ejecutivo de la ADES afirmó que sería «falso decir que son los profesores de izquierda los que están amenazados, también lo están los de derecha y quienes se mantienen al margen de la política».

Casos recientes de violaciones de derechos humanos en el departamento de Sucre

A continuación se describen varios casos de violaciones de derechos humanos en el departamento de Sucre sobre los que Amnistía Internacional ha recibido información.

El 15 de enero, varios hombres armados entraron por la fuerza en la casa de Jaime Antonio Blanquiceth Jaramillo, campesino de 28 años, en Majagual, y lo mataron de tres tiros. Ese mismo día, varios hombres armados dispararon indiscriminadamente contra la casa de Eduardo Navarro Beleño, campesino de 23 años, hiriéndolo a él, a Ana Francisca Beleño, de 19 años, y a dos niños que se encontraban en la vivienda, situada en la comunidad de Palmar, en el municipio de Majagual.

El 19 de enero, varios hombres fuertemente armados y vestidos con uniformes del ejército llegaron a la comunidad de , se dirigieron a la casa de Rafael Peñate Cabrales, campesino de 18 años, y lo mataron disparándole dos tiros en la cabeza. Según los informes, después fueron a la comunidad de Caracolí, donde mataron a Roberto Montes Vergara disparándole tres tiros en la cabeza.

El 28 de enero, Juan Antonio Solano Suárez, campesino de 22 años, murió de un tiro en la cabeza en Tolú. Los autores fueron seis hombres fuertemente armados vestidos con uniformes del ejército.

Abelardo Méndez Paternina, campesino, murió en Toluviejo el 31 de enero a manos de varios hombres armados que le dispararon en la garganta.

El Comité Departamental de Educadores Amenazados estudia la seguridad de los maestros que han sido amenazados o han sufrido atentados por razones políticas y considera la posibilidad de destinarlos a otras partes de Colombia o del departamento de Sucre. El Comité funciona bajo los auspicios de la Procuraduría General de la Nación. 3

Según los informes, el 4 de febrero, varios hombres fuertemente armados llegaron a la comunidad de Don Gabriel, en el municipio de Chalán, y secuestraron a cuatro campesinos. A tres de ellos los dejaron en libertad más tarde, mientras que al cuarto, Ramiro Merlano Díaz, de 24 años, lo mataron de seis disparos. Aunque las noticias aparecidas en la prensa atribuyeron el hecho a las guerrillas del grupo armado de oposición Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), los habitantes de la zona afirmaron que los autores pertenecían a un grupo paramilitar.

El 6 de febrero, varios individuos armados que viajaban en un camión hirieron a Jorge Padilla Zúñiga, campesino de 25 años, y lo remataron en el suelo con tres tiros en la cabeza. Los hechos sucedieron en Tolú.

El 14 de febrero, dos hombres sin identificar mataron de ocho disparos a Alfredo Alvarado Esalas, concejal del ayuntamiento de Santiago de Tolú, cuya esposa resultó herida en el atentado. Alfredo Alvarado había recibido amenazas de muerte y había sobrevivido a otro atentado.

El 15 de febrero, varios hombres fuertemente armados que viajaban en un vehículo sin distintivos se llevaron a la fuerza de su casa, situada en el distrito Kennedy de Sincelejo, al joven de 20 años Enrique Acosta. Desde su secuestro se desconoce su paradero.

El 25 de febrero, varios pistoleros mataron de cuatro disparos en la cabeza a Álvaro Santander Paternina Martínez en Colosó. La víctima era maestro del Colegio Nacionalizado Víctor Zubiría, situado en este municipio. Es el segundo maestro del centro que muere, y hay otros dos amenazados de muerte.

El 27 de febrero, Marlene Pelufo Teherán, de 34 años, resultó herida junto con su hija por un grupo de pistoleros sin identificar que atacaron su casa, situada en el municipio de Chalán. Los habitantes del lugar afirmaron que los responsables del ataque y de otros ataques recientes en el vecindario eran «escuadrones de la muerte».

Manuel de Jesús Vides Pineda, de 49 años, murió en San Benito Abad el 17 de marzo a manos de varios hombres armados vestidos de civil que se identificaron como miembros de un grupo paramilitar autodenominado Escuadrón de la Muerte.

El cadáver del ex alcalde de Chalán, César González, que era conductor de autobús de la ruta entre Sincelejo y Chalán, fue hallado el 25 de marzo en San Antonio de Palmito, municipio de Colosó. Según los informes, dos días antes había sido secuestrado por un grupo de encapuchados armados, que tras detener el autobús que conducía y obligar a los pasajeros a ponerse en fila y tirarse al suelo, se lo habían llevado con los ojos vendados. Hay testigos que afirman que el responsable del secuestro y el asesinato de César González fue un grupo paramilitar que actúa en la región. Un testigo afirmó: «profesores de Colosó denunciaron la presencia de personas extrañas en la vía, ... requisan a los pasajeros y a algunos se los llevan, como pasó con el chófer del jeep, quien apareció muerto dos días después"

También el 25 de marzo tres hombres armados mataron al campesino Eduardo Barbosa cerca de la ciudad de San Onofre.

El 27 de marzo, varios pistoleros mataron en su casa del centro de Sincelejo a Jairo Pérez Mier, guerrillero reinsertado del EPL y líder del Movimiento Cívico Popular Independiente, disparándole varios tiros en la cabeza.

Alfonso Beltrán Chamorro, miembro del Movimiento Nueva Colombia y concejal del ayuntamiento de Chalán, murió el 31 de marzo junto con su esposa, Yermis Merlano, directora del 4 colegio de Chalán y ex secretaria de Educación del ayuntamiento de la localidad, a manos de un grupo de hombres vestidos con uniformes de las fuerzas armadas que se identificaron como miembros del ejército. Ese mismo día, seis hombres fuertemente armados entraron por la fuerza en la casa de José María Florez Hernández y lo mataron disparándole en la frente delante de su familia. José María Florez trabajaba en la Unidad Municipal de Atención Técnica y Agrícola (UMATA) y presidía la Asociación de Padres de Familia. Según los informes, el grupo paramilitar también amenazó a varios maestros de Chalán, golpeó al director del Núcleo de Chalán, Orlay Lázaro, y secuestró al comerciante Jairo Sierra, cuyo cadáver fue encontrado posteriormente con claros signos de tortura.

Luis Miguel Vergara de León murió el 2 de abril. Era diputado de la Asamblea Departamental de Sucre por el Movimiento Cívico Popular Independiente, ex alcalde de Corozal, fundador de los periódicos Nuevo Sucre y Costa Alternativa, y dirigía una iniciativa de los comités y movimientos cívicos de la región para poner en práctica alternativas socioeconómicas en el ámbito regional y nacional. Un grupo de hombres armados que iban en un vehículo sin distintivos le disparó nueve veces cerca de su casa en Sincelejo.

Nelson Escorcia Imbreth, líder político, guerrillero reinsertado del EPL y concejal de Toluviejo por el partido Esperanza, Paz y Libertad (EPL), murió el 9 de abril a manos de dos hombres armados que le dispararon siete veces en su casa del distrito de Los Pioneros en Sincelejo. A Nelson Escorcia se le había asignado una escolta armada, que le había sido retirada unos meses antes de su asesinato.

Aumento de la presencia paramilitar y de las fuerzas de seguridad en Sucre

A menudo es difícil establecer la responsabilidad de cada homicidio. Sin embargo, la escalada de la violencia política coincidió con un aumento de la presencia de los grupos paramilitares que actúan en la región y de las fuerzas de seguridad en Sucre, con el despliegue de la I Brigada de Infantería de Marina en Sincelejo en la última semana de marzo de 1996.

Según los informes, el grupo paramilitar Autodefensas de Sucre lleva operando en la región de los Montes de María del departamento de Sucre desde 1994. En 1993 se estableció una base paramilitar a cinco kilómetros de la comunidad de Ceja de Mango, en el municipio de Sampués. Hay informes de que a comienzos de 1996 fueron desplegados en el departamento de Sucre setenta miembros de grupos paramilitares que operaban en el departamento de Córdoba y en la región de Urabá del departamento de Antioquia, y están patrullando en él. Al parecer, los miembros de las fuerzas de seguridad no han hecho intento alguno de aprehenderlos ni de limitar sus movimientos. Según los informes, estas fuerzas paramilitares están al mando del conocido jefe paramilitar Fidel Castaño, implicado en numerosos casos de graves violaciones de derechos humanos ─entre ellos varias matanzas─ y contra el que se han dictado varias órdenes de arresto. Fidel Castaño fue condenado in absentia a 20 años de cárcel por su actuación en las matanzas de La Negra, Honduras y Punta Coquitos en 1988, y hasta la fecha las autoridades no han hecho ningún esfuerzo por arrestarlo.

El hecho de que las fuerzas de seguridad no hayan puesto coto a las actividades paramilitares ni detenido las operaciones paramilitares en Sucre en los últimos meses indica hasta qué punto apoyan a los grupos paramilitares desde su despliegue en la región. El 19 de julio de 1990, un pistolero trató de matar a Guillermo Montero Carpio en Sincelejo durante una marcha de campesinos, pero fue detenido por éstos y entregado a las autoridades. Días después, se le vio entrar a la base de Corozal del Batallón de Infantería de Marina Nº 5 y luego salir libremente de ella.

El despliegue de grupos paramilitares en la región y la mayor presencia de las fuerzas de seguridad ha sido una reacción a la intensa actividad guerrillera que se ha dado en el departamento de 5

Sucre en los últimos años. Los grandes terratenientes del departamento han ido utilizando cada vez más a los grupos paramilitares para hacer frente a las organizaciones guerrilleras e impedir secuestros y extorsiones económicas. El descenso de las extorsiones en la región se ha atribuido a esta actividad paramilitar. Sin embargo, según los informes, también los ganaderos los han utilizado para ampliar sus propiedades en la región. Muchas familias campesinas se han visto obligadas a abandonar sus tierras, de las que después se han apropiado poderosos terratenientes. Con el aumento de la actividad paramilitar en el departamento de Sucre, hay informes de que Fidel Castaño está adquiriendo tierras en la región.

El despliegue de grupos paramilitares que actúan en la región parece ser parte integrante de la estrategia de contrainsurgencia empleada por las fuerzas de seguridad, que incluye la selección deliberada de los civiles sospechosos de simpatizar con las fuerzas guerrilleras. En la práctica, esto supone que a los miembros de la población civil con actividad en partidos legales de la oposición o en organizaciones que buscan alternativas socioeconómicas contrarias a las poderosas elites o los poderosos intereses económicos locales suele considerárseles subversivos. De forma similar, a los campesinos que viven en zonas conflictivas y a los maestros, entre otros, suele considerárseles partidarios de la guerrilla. En un reciente artículo del periódico El Tiempo (17 de marzo de 1996), un miembro de un grupo paramilitar describió la estrategia paramilitar en Sucre afirmando que los grupos paramilitares estaban pareparados para hacer «guerra por la paz hasta las últimas consecuencias», no sólo «eliminando subversivos sino quitándoles posibles adherentes».

Al parecer, hay sectores de las fuerzas de seguridad colombianas que comparten esta actitud de considerar subversivas a las organizaciones comunitarias locales, y con frecuencia, a comunidades enteras. Habitualmente permiten que los grupos paramilitares patrullen e intimiden a la población civil, mientras ellos se inhiben o «hacen la vista gorda». En varias localidades del departamento de Sucre, los miembros de las fuerzas de seguridad se han mantenido al margen y han permitido que los grupos paramilitares entren en las comunidades y cometan graves abusos contra los derechos humanos.

El 13 de marzo, tras el asalto nocturno de la comisaría de Chalán por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en el que murieron once policías, el subdirector de la policía nacional, general Luis Enrique Montenegro, acusó a los habitantes de Chalán ─unas 4.000 personas─ de ser «cómplices». Según los informes, en una conferencia de prensa en Santafé de Bogotá, el general, refiriéndose a la población de Chalán, declaró: «Ellos sabían del asalto guerrillero y no fueron capaces de informar ... O están con ellos o están con nosotros». Por su parte, la reacción del director de la policía nacional, general Rosso José Serrano, fue afirmar: «si la población no nos colabora, pues sacamos a la Policía y que entre la guerrilla y acabe con todos». Días después de estas declaraciones, se retiró de la población a los policías destinados en el área urbana y los paramilitares entraron en ella. El resultado ha sido el desplazamiento de unas 2.100 personas del municipio de Chalán en los últimos meses.

Los días siguientes al ataque contra la comisaría de Chalán, la policía también se retiró de otros municipios del departamento de Sucre: Caimito, , Betulia, , Colosó, Buenavista, Sucre y La Unión. La gran preocupación que produce el futuro traslado de los grupos paramilitares a estos municipios ha ocasionado un éxodo de las familias campesinas. Según los informes, otras comunidades, como Chinulito, del municipio de Colosó, han sido prácticamente abandonadas por sus habitantes, mientras que en la comunidad de La Ceiba, en el municipio de Chalán, sólo quedan unas cuarenta familias.

La ofensiva paramilitar en Sucre, junto con las continuas operaciones de la guerrilla en la región, ha provocado el desplazamiento de muchas familias campesinas de todo el departamento. Desde principios de año, unas novecientas han huido a la capital, Sincelejo, y los temores por su seguridad aumentan, ya que en las zonas donde viven las familias desplazadas se ha visto patrullar a hombres fuertemente armados, al parecer miembros de fuerzas paramilitares.

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Amenazas a activistas populares y otros miembros de la población civil

Los homicidios de activistas populares, campesinos, maestros, activistas de partidos legales de oposición y guerrilleros reinsertados perpetrados en los últimos meses en el marco de la ofensiva paramilitar en gran escala que se desarrolla en la región han hecho que en las últimas semanas haya aumentado la preocupación por la seguridad de los miembros de estos sectores. En concreto, hay una gran preocupación por las personas que se indican a continuación. Estas personas han recibido amenazas de muerte por escrito o por teléfono o han estado sometidas a vigilancia constante. En otros casos, individuos desconocidos han preguntado por ellas en los lugares que suelen frecuentar.

Jesús Barrios Acosta, maestro y presidente de la Asociación de Educadores de Sucre (ADES).

Edinson Zamora, fundador del Movimiento Cívico de y candidato a la Asamblea Departamental de Sucre.

Alberto Sánchez, maestro, miembro de la ADES y guerrillero reinsertado del Ejército Popular de Liberación (EPL).

Néstor Herrera Pacheco, diputado de la Asamblea Departamental de Sucre por el partido Nueva Colombia y fundador de la Fundación para la Investigación y el Desarrollo en Sucre (FIDES).

Jaime Vides Ferias, periodista corresponsal del periódico El Universal y el canal de televisión regional Telecaribe.

Ramiro Chamorro, líder campesino perteneciente a la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) - Línea Sincelejo.

Antonio Gómez Meza, maestro, miembro de la ADES y activista del partido Unión Patriótica.

Guillermo Montero Carpio, presidente de la ANUC - Sucre y administrador nacional de la ANUC.

Franklin Donado, fundador de la Corriente de Renovación Socialista (CRS), maestro, miembro de la ADES y candidato al Congreso Nacional.

Ana Silvia María Arrieta, socióloga y ex candidata a la Asamblea Departamental de Sucre por la Asamblea por la Organización de Mujeres de Sucre.

Jorge Mercado, ex trabajador del gobierno departamental y ex director de la Oficina de Reinserción de Sucre.

Miriam Pérez, fundadora y coordinadora de la Asociación de Amas de Casa Rurales de Sucre (AMARS), administradora del Movimiento Ciudadano de Sucre y miembro del Zonal de Derechos Humanos de Sucre.

Tobías Galván Correa, fundador y director de la Fundación para el Desarrollo Integral de la Comunidad (FUNDEICO), miembro del Comité de Revocatoria del Mandato de San Pedro y miembro del Zonal de Derechos Humanos de Sucre.

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Lácides Month Arrieta, fundador de la FUNDEICO, miembro del Comité de Revocatoria del Mandato de San Pedro y miembro del Zonal de Derechos Humanos de Sucre.

Edinson Manjarrés Prieto, líder campesino, fundador de la Cooperativa de Abastos de San Pedro y del Comité de Revocatoria del Mandato de San Pedro.

José Padilla, administrador de la Línea Sucre de la ANUC, lider campesino y concejal del ayuntamiento por el Movimiento Cívico de Morroa.

José Angel Bohórquez, líder campesino y miembro de la Asociación de Cooperativas de la Costa, (ASOCOSTA).

Olga Díaz, ex candidata al ayuntamiento de Chalán, fundadora de la Asociación de Mujeres Chalaneras (ASOMUCHAS).

Larchín Steer Luna, abogado y miembro del Comité de Revocatoria del Mandato de San Pedro, y consejero del Comité de la Tercera Edad de San Pedro.

Carlos Barrios, miembro del Sindicato de Empleados Públicos y portavoz del Comité de Revocatoria del Mandato de San Benito Abad.

El 10 de abril, el gobernador de Sucre, Héctor Pérez Santos, anunció su intención de convocar «una cumbre de seguridad» el 24 del mismo mes en Sincelejo, a la que fueron invitados el ministro de Defensa, Juan Carlos Esguerra Portocarrero, la ministra de Educación, María Emma Mejía, el director de Planificación, Antonio Ocampo Gaviria, y el consejero presidencial para la Costa Atlántica, Eduardo Verano de la Rosa, entre otras autoridades. El anuncio se hizo tras la visita efectuada al gobernador por guerrilleros reinsertados y activistas de partidos políticos de izquierda legales, que solicitaron una reunión con los jefes militares, la policía nacional y el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) para pedir que se tomaran medidas para garantizar su seguridad. El 2 de mayo se celebró un Consejo de Seguridad en la base del Batallón de Infantería Nº 5 en Corozal, al que asistieron el ministro del Interior y el de Defensa, entre otras autoridades. Según los informes, en este Consejo de Seguridad se llegó al compromiso de volver a destinar a cincuenta agentes de policía a los municipios de Chalán y Colosó en los meses siguientes y a otros cincuenta a finales de año. Hasta la fecha no ha habido confirmación de que se hayan vuelto a desplegar fuerzas de seguridad en estos dos municipios. También se informó de que las fuerzas armadas adquirirían helicópteros para reforzar su capacidad de respuesta ante situaciones de conflicto. El Consejo de Seguridad también apoyó la idea de crear una Comisión Regional de Convivencia.

Según la información recibida por Amnistía Internacional hasta la fecha, ninguno de los responsables de las violaciones de derechos humanos detalladas en este documento ha sido identificado ni arrestado por las autoridades colombianas.

Abusos de la guerrilla contra el derecho internacional humanitario

En el departamento de Sucre operan varias organizaciones guerrilleras, entre ellas el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el EPL y los Frentes 35 y 37 de las FARC. En Colombia, las fuerzas guerrilleras han sido responsables de numerosos abusos contra el derecho internacional humanitario, como la toma de rehenes y el homicidio deliberado y arbitrario de civiles. También han matado a miembros de las fuerzas armadas que se han entregado. Los grupos armados de oposición suelen tomar rehenes para pedir rescate por ellos. Según los informes, en Sucre fueron secuestrados 37 ganaderos en 1995. En los primeros cuatro meses de 1996 se ha informado de 24 secuestros, aunque no se sabe si en todos los casos los autores han sido guerrilleros. El dinero procedente del pago de rescates se ha convertido en una de las principales 8 fuentes de ingresos de algunos grupos guerrilleros. Otras víctimas son secuestradas por motivos políticos, bien para presionar a las autoridades a fin de que accedan a las peticiones de la guerrilla o bien para exigir publicidad. Varios funcionarios locales, especialmente alcaldes acusados de corrupción o de aplicar políticas sociales injustas, han sido secuestrados y sometidos a «juicios populares» para obligarlos a dimitir o a «devolver» fondos públicos presuntamente malversados. Algunos han sido ejecutados sumariamente por la guerrilla. Se cree que el 4 de noviembre de 1995 la guerrilla mató a Xilena Patricia Vásquez Gómez, de 17 años, alumna del Colegio Nacionalizado Víctor Zubiría, en el municipio de Colosó, por tener «relaciones afectivas con un agente de la policía».

Amnistía Internacional condena estos abusos contra el derecho humanitario internacional cometidos por los grupos armados de oposición.