EFECTO DE TRES ESPECIES DE COBERTURA VIVA EN EL CONTROL DE MALEZAS EN UNA PLANTACIÓN DE BANANO ORGÁNICO (Musa AAA Cv. WILLIAMS) O
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Tierra Tropical (2011) 7 (1): 1-10 EFECTO DE TRES ESPECIES DE COBERTURA VIVA EN EL CONTROL DE MALEZAS EN UNA PLANTACIÓN DE BANANO ORGÁNICO (Musa AAA cv. WILLIAMS) O. Ramos, R. Vaquero1, R. León, F. Ayuso Universidad EARTH Las Mercedes de Guácimo, Limón, Costa Rica Recibido 26 de noviembre 2010. Aceptado 14 de abril 2011. RESUMEN El presente trabajo se realizó con la finalidad de explorar alternativas para usar plantas de cobertura en el control de malezas del cultivo de banano orgánico en la Universidad EARTH. Se evaluaron tres tipos de cobertura en un diseño de bloques completos al azar, para determinar el control que ejercen sobre las malezas en un área sembrada con banano orgánico. Las especies evaluadas fueron Geophila macropoda, Desmodium ovalifolium y Pilea sp. Todas las coberturas ejercieron cierto nivel de supresión de malezas en comparación al testigo (cobertura natural), resultando D. ovalifolium la que presentó mayor eficacia al momento de controlar malezas (niveles menores al 3 %). En cuanto a Pilea sp., G. macropoda y el testigo, presentaron un área cubierta con malezas de 45%, 43% y 91%, respectivamente. Asimismo, D.ovalifolium tuvo mayor biomasa aérea (3111 kg/ha de materia seca). Los niveles nutricionales del cultivo no se vieron afectados por la presencia de cobertura; por el contrario existe una tendencia a mejorar los niveles del elemento nitrógeno en la planta, 2,11 % en el caso de D. ovalifolium frente a 1,95 %; 1,93 %; y 1,83 %, en G. macropoda, Pilea sp. y en el testigo, respectivamente. Por otro lado, no se observaron diferencias importantes en los niveles nutricionales del suelo a 300 días después de la siembra de la cobertura viva. Además, otras variables biométricas de la planta así como la cantidad de nematodos en las raíces de banano, no presentaron diferencias entre los tratamientos. Palabras clave: banano, cobertura viva, competencia, control malezas, orgánico. ABSTRACT This work was carried out in order to explore alternatives to use cover crops to control weeds at an organic banana plantation at EARTH University. Three types of cover crops were evaluated in a randomized complete block design to determine their effectiveness on weed control. The species studied were Geophila macropoda, Desmodium ovalifolium and Pilea sp. All cover crops suppressed weeds to some extent compared to the control (no cover crop). Desmodium ovalifolium showed the lowest weed coverage (2.3 % of soil surface with weeds), while Pilea sp. G. macropoda and the control had 45 %, 43 % and 91 % of ground covered with weeds, respectively. Also, D. ovalifolium had the greatest biomass (3111 kg/ha of dry matter). Banana foliar nutrient levels were not affected by the presence of the cover crops. On the contrary, there was a tendency to increase the levels of foliar N in the banana plant, being 2.11 % in the case of D. ovalifolium compared to 1.95 %, 1.93 % and 1.83 % in G. macropoda, Pilea sp. and the control, respectively. Additionally, there were no significant differences in soil nutrient levels 1 Contacto: Roque Vaquero ([email protected]) ISSN: 1659-2751 2 Ramos et al. / Tierra Tropical (2011) 7 (1): 1-10 measured until 300 days after cover crop planting. In addition, other biometric variables such as the number of nematodes in the roots did not show differences between treatments. Key words: banana, cover crop, competition, weed control, organic. INTRODUCCIÓN La producción de banano es una de las actividades de mayor flujo económico mundial y en términos de fruta fresca es el principal producto de comercio internacional tanto en volumen como en valor. En términos de exportación, forma parte importante de las economías de muchos países con bajos ingresos, entre ellos: Ecuador, Honduras, Guatemala, Camerún, Costa de Marfil y Filipinas (Arias et al., 2003). El banano al igual que cualquier cultivo está sujeto a una serie de problemas que reducen su rendimiento. Uno de los principales problemas es la competencia ejercida por las malezas, cuyas pérdidas mundiales anuales en los principales cultivos han sido estimadas entre el 10 % al 15 % aproximadamente (Riches, 2001). En el caso propio del banano, es muy sensible a la competencia en los primeros cinco meses de su fase de establecimiento y durante ese periodo se requieren cinco a seis deshierbas con una inversión aproximada de 15 jornales por hectárea (Belalcázar, 1997). La otra opción es hacer uso de herbicidas con el inconveniente de que reducen en forma importante la cobertura vegetal del suelo, favoreciendo el proceso erosivo. Cualquier reducción en los costos de producción e incremento en la protección del suelo pueden resultar beneficiosos en términos económicos y ambientales, ya que el banano es uno de los principales productos agrícolas de exportación y el mercado cada vez es más exigente en estándares de calidad, cuyas certificaciones premian un uso más eficiente del suelo y del ambiente. Lo anterior justifica la necesidad de desarrollar tecnologías que puedan reemplazar algunas prácticas de manejo convencional usadas en la producción del banano que se han señalado como riesgosas para la salud humana y ambiental si no se hacen adecuadamente, como es el caso del control de malezas mediante el uso inapropiado de herbicidas (Madsen y Streibig, 2004). La competencia que ejercen las malezas sobre el cultivo reduce la disponibilidad de recursos vitales (luz, nutrimentos, agua, espacio) limitando de esta manera el desarrollo de las plantas de banano. Sin embargo, no todas las plantas que no aportan ingresos económicos directos pueden considerarse malezas, de hecho muchas veces resultan benéficas, puesto que algunas de ellas pueden reducir la erosión, contribuyen a mejorar la infiltración del agua y la retención de humedad en el suelo y proporcionan alimento y refugio a la fauna silvestre (Gómez, 1989). Muchas de éstas no representan un riesgo de enfermedades o plagas. Esto es de mucha importancia, ya que muchas malezas contrariamente pueden ser hospederas de enfermedades, tal es el caso de Comelina spp., la cual es hospedera del nematodo Rotylenchus reniformis. Asímismo varios autores señalan a musáceas silvestres como hospedantes de Cosmopolites sordidus y el “Moko” P. solanacearum (Belalcázar, 1991). Otras especies de plantas aportan nutrientes al suelo, un claro ejemplo de ello son las leguminosas. Algunas de estas plantas presentes dentro del cultivo pueden actuar como inhibidores de la germinación, crecimiento y desarrollo de otras especies (Gómez, 1989). No solo por el efecto competencia en recursos sino también por efectos más directos como la alopatía, la cual ha sido muy estudiado en los últimos años y confirmada plenamente; ésta consiste en que una planta es capaz de segregar sustancias que pueden ser toxicas, estimulativas, o inocuas sobre el desarrollo de otras (Alemán, 2004). Ramos et al. / Tierra Tropical (2011) 7 (1): 1-10 3 Pese a que la idea de usar coberturas para evitar el crecimiento de malezas no es nueva, ya que fue propuesto en 1959 por Simmonds, el cual señaló una lista de leguminosas como alternativas viables para su utilización para este propósito. Se ha visto que los productores de banano aún hacen uso de prácticas convencionales, tanto de chapia como de herbicidas (Caseley y Parker, 1996). Stover y Simmonds (1987) explican que la mayor limitante para la adopción de esta tecnología está relacionada con el alto costo de establecimiento y un lento desarrollo de las coberturas. La planta que más se ha utilizado y ha dado mejores resultados para este fin es la oreja de ratón (Geophila macropoda (Ruiz & Pav.) DC.), por sus buenas características tales como su crecimiento rastrero, adaptación a la sombra y al tránsito de las personas. Debido a esto, se perfila como una planta con un alto potencial para cobertura; sin embargo, es poca la información sobre la interacción de esta planta con el cultivo del banano (Rodas, 2004; Stover y Simmonds, 1987). G. macropoda es una dicotiledónea rastrera cuyo desarrollo se da principalmente entre los 0 m.s.n.m. y los 800 m.s.n.m. y se encuentra distribuida en regiones de bosque húmedo y muy húmedo. Por su tamaño reducido, es recomendado en plantaciones bananeras como cultivo de cobertura, ya que no impide las labores propias de la plantación. Posee un sistema radical poco profundo, adaptación al pisoteo y a la sombra; sin embargo, posee la desventaja de ser muy susceptible al contacto directo con fertilizantes sólidos (Vargas y Abdelnour, 2010). El Desmodium heterocarpon subsp. ovalifolium (Prain) H. Ohashi, originario del sureste asiático (Tailandia, Indonesia, Filipinas, Vietnam, Laos y Malasia), es una especie perenne predominantemente de tierras bajas y trópico húmedo con clima caliente y precipitaciones variables (1200 mm a 4500 mm); crece y produce semillas en una gran diversidad de suelos (Pérez et al., 2002). Esta especie se caracteriza por poder formar raíces fácilmente a partir de los nudos inferiores y por tener las hojas trifoliadas con foliolos redondos ovalados. Las flores nacen en racimos cortos y son de color púrpura o rosa intenso (Skerman et al., 1991). D. ovalifolium es utilizada desde hace mucho tiempo como un cultivo protector en Sri Lanka y Malasia especialmente en las plantaciones de caucho, ya que se desarrolla muy bien bajo la sombra. También ha sido estudiada como posible planta forrajera encontrándose además que puede ser lenta en establecerse, pero el hábito de crecimiento estolonífero da una buena protección al suelo y además resiste la defoliación (Skerman et al., 1991). Otras especies con potencial como coberturas vivas pertenecen a la familia de las Urticaceas; estas plantas son ampliamente cultivadas como especies ornamentales en China y en otros lugares. Algunos géneros, como Elatostema, Pellionia y Pilea, se desarrollan con frecuencia en ambientes sombríos y húmedos de los bosques subtropicales y se convierten en elementos dominantes de la vegetación del suelo del bosque.