Cobró Los Tributos Y Fungió Tan Sólo Como Un Intermediario En Los Proyectos Del Conquistador
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
El gobierno de Toluca en los inicios del siglo xvi cobró los tributos y fungió tan sólo como un intermediario en los proyectos del conquistador. Algunos testimonios confrman que Cortés confó “al descendiente de Chimaltecuhtli”, la administración de las tierras que Axayacatl y Moctezuma se habían adjudicado, es decir, aque- llas donde marcaron los contornos de la Villa de Toluca y de sus barrios.42 Ahora bien, Macacoyotzin reinó muy poco tiempo ya que Cortés pronto lo alejó acu- sándolo de idolatría. Al respecto, el testimonio de Francisco de Santiago destaca: “[…] por aver idolatrado y cometido delito con una hija suya lo llevaron a México y quedó en su lugar en la dicha población de Toluca don Pedro Cortés su hijo por manera que […] no fue señor ni cacique en la dicha villa y población y tierras a donde está agora fundada la dicha villa de Toluca el dicho Macacoyotzin cacique de ella sino principal como dicho tiene”. 43 En la época en que fray Juan de Zumárraga fue arzobispo de México, Macacoyotzin habría sido llevado al convento de San Francisco en la capital, donde cumplió años de con- dena. Nada indica que haya regresado a la región de Toluca. Su hijo, don Pedro Cortés indio, sucedió a su padre como gobernador. Lo cierto es que Cortés sacó provecho del alejamiento de Macacoyotzin de México para apresurar la creación de la villa de Toluca. Resumiendo, los testimonios anexados al expediente muestran cómo Cortés logró eli- minar la posible infuencia del señor matlatzinca, no sin haber utilizado sus funciones de gobernador lo mejor que pudo. En efecto, además de la construcción de los barrios y de los pueblos con sendas iglesias, Hernán Cortés le encargó la edifcación del convento franciscano de Toluca, la recaudación de los tributos y la congregación de la población.44 El contexto le era favorable: los habitantes del Valle de Toluca declararon que Macacoyotzin no era cacique de Toluca y que el linaje no procedía de Toluca sino de la casa de Calixtlahuaca.45 Dado que Chimaltecuhtli había renunciado al poder y había huido, el señorío no había podido trans- mitirse a su descendencia.46 Esos elementos explican por qué Francisco García declaró que 42. Son los pueblos de “San Mateo Oztotitlan, Tolitic, San Bernardino, San Miguel, Aticpac, Tlantzinco, Mixcohuac, San Juan Evangelista, Cozcatlan”. Véase AGN, Hospital de Jesús, leg. 277, croquis de las tierras repartidas a los señores de la Triple Alianza y sus allegados. Otra información recogida por Margarita Menegus Bornemann confrma que Cortés dio “jurisdicción al cacique de Toluca sobre todos los pueblos que se había apropiado Axayacatl y luego Moctezuma, su sucesor”. Véase Margarita Menegus Bornemann, Del Señorío indígena a la República de indios, op. cit., p. 142. 43. AGN, Hospital de Jesús, leg. 70, cuaderno 1, exp. 4, f. 40v. 44. “[…] y el dicho don Fernando yndio que antes se llamava Macacoyotzin el dicho don Fermando Cortes primero marques del valle le mando que tuviese cuydado de recoger todos los frutos de las tierras de esta comarca y los enzerrase en unas trojes que hicieron cerca del dicho cerro en el llano para el dicho don Fernando Cortes al qual dicho como gobernador yndio principal de esta población de este cerro y tierras donde desde a cierto tiempo se fundo y hizo cerca de las dichas trojes el monasterio de san francisco donde el dicho Macacoyotzin hacía llamar y congregar los yndios vecinos y moradores de todo este dicho valle para la obra del dicho monasterio y hecho y acabado todos los dichos yndios de este dicho valle yvan allí a la doctrina y se baptizaban y desde entonces en estas dichas tierras contenidas y declaradas en esta pregunta se fueron haciendo varrios y iglesias […]”. Declaración de Francisco García, idem, f. 36r. 45. “[…] uno que se llamava Macacoyotzin y se llama don Fernando Cortes y este yndio según oyo y entendió este testigo era descendiente de la casa de Chimahteutlique que tenia en Calystlahuac […]”. Idem. 46. Al menos parece haber sido el argumento mexica en su contra. La verdad es que el señorío había sido aniquilado desde la primera campaña de conquista, durante el gobierno de Axayacatl. 131 La conformación de los territorios ni Axayacatl ni Moctezuma habían podido darle tierras a Chimaltecuhtli porque se había “ausentado con todos sus vasallos”.47 Pese a su carácter radical, todas estas afrmaciones son perfectamente correctas. No podía haber “cacique de Toluca” porque la villa no existía como tal; Macacoyotzin tampoco podía ser cacique de Calixtlahuaca porque la Triple Alianza se había apoderado de la ciudad; y, fnalmente, ya nadie estaba capacitado para probar el origen de su poder, sin duda porque la mayoría de los señores había perecido en las guerras contra la Triple Alianza o bien se había exiliado. Todas las decisiones se fundaban en un consenso satisfactorio para las partes involucradas: la posibilidad de que los descendientes del linaje de Calixtlahuaca recuperasen parte de su patrimonio territorial dependía más de su aptitud para colaborar con los conquis- tadores, que de su capacidad para convencer a unos súbditos que, de alguna forma, los habían desautorizado. Como lo señala Margarita Menegus, en otras regiones centrales, la conquista azteca no había interrumpido la relación entre el señor supremo y sus macehuales, y el tributo imperial había sido fjado sin que se alterasen las relaciones étnicas del grupo derrotado por los mexicas.48 El destino de los matlatzincas fue completamente distinto porque Chimaltecuhtli había perdido su jurisdicción y quedado como “señor de Toluca”. Las versiones coinciden al menos en un punto: Cortés jamás restituyó ninguna juris- dicción señorial a ningún miembro del linaje de Chimaltecuhtli. La redistribución territo- rial emprendida por Axayacatl y sus sucesores había implicado una metamorfosis profunda e irreversible de las entidades, de su jerarquía interna, de las divisiones regionales y, proba- blemente, había inducido la implantación de redes a partir del núcleo de la familia reinante. Los aztecas habían ocupado la ciudad de Calixtlahuaca, que corresponde sin duda a la enti- dad “Matlatzinco” defnida por las fuentes, y los matlatzincas se habían replegado probable- mente en “el cerro de Toluca”. Gracias a la llamadas mojoneras de Axayacatl, los mexicas se habían apropiado tierras para su propia ventaja y de sus aliados y, sobre todo, habían ocu- pado y poblado el espacio. Muchos pueblos eran habitados exclusivamente por los descen- dientes de los nahuas desplazados por la Triple Alianza. Así, los indios tributarios no eran 47. “[…] porque el dicho su padre deste testigo ni los dichos yndios viejos antiguos deste dicho valle no dijeron ni trataron que el dicho Axayaca ni Montezuma su hijo uviesen dado en el tiempo que vivieron estas tierras ni parte alguna dellas a Chimaltzin porque es éste el Chimalteutli que se fue y huyo de este dicho valle como señor de él quando el dicho Axayaca venía contra el como lo tiene declarado este testigo en la segunda pregunta de esta susodicha por lo qual aviendose señoreado el dicho Axayaca rey de México en este dicho de Matalcingo por averse ausentado de él el dicho Chimalteutli con todos sus yndios vecinos y vasallos tomó y repartió para sí las tierras contenidas y declaradas”. Declaración de Francisco García, AGN, Hospital de Jesús, leg. 70, cuaderno 1, exp. 4, f. 37r. Los testigos nunca mencionan a los hijos de Chimaltecuhtli. Puede ser que huyeran con su padre y que en el momento de la Conquista, o bien ellos o bien sus nietos, regresaran con la idea de recuperar parte de su señorío o al menos de sus tierras patrimoniales. 48. Margarita Menegus Bornemann, Del Señorío indígena a la República de indios, op. cit., p. 56. La autora cita a Alfredo López Austin, “Organización política en el Altiplano central de México durante el Posclásico”, Historia Mexicana, núm. 92, vol. xxiii, 1974, pp. 529-530. 132 El gobierno de Toluca en los inicios del siglo xvi tan sólo matlatzincas; allí los mexicas habían instalado a mazahuas originarios de Ecatepec;49 Tepemaxalco y Calixtlahuaca habían sido literalmente vaciados de sus respectivos habitantes. En ese contexto, ¿cómo hubiese sido posible legitimar el retorno de un señor matlatzinca para gobernar a súbditos tributarios de los señores de la Triple Alianza desde hacía unos cua- renta años? Obviamente, Cortés sacó provecho de la situación que de alguna manera sellaba la imposibilidad de poder restituir el señorío y de proponer, por ende, una delegación del gobierno. Dado que los matlatzincas ya no eran mayoritarios, era imposible reconstruir las redes de vasallaje, a menos de volver a organizar un “golpe de Estado señorial”, cosa total- mente impensable. Ahora bien, el mismo Hernán Cortés estaba preparando aquel golpe de Estado, pero con otros fnes. La Triple Alianza, la Corona española y el marqués Con excepción de las tierras de los señores de Tenochtitlan, Texcoco, Tlatelolco y Tacuba, varias localidades del Valle de Matlatzinco habían sido adjudicadas a allegados del soberano de México, a Ahuitzotl, por ejemplo. Todos esos señores cobraban el tributo de las villas y pueblos que se les había concedido. Así, cuando llegaron los españoles, el Valle de Toluca era un mosaico de propietarios indígenas de linaje imperial, señorial y noble.50 Para poder diferen- ciar entre la pluralidad de los estatus, las autoridades del virreinato mandaron elaborar listas de las localidades que se encontraban en manos del emperador, de sus aliados y de la nobleza indígena antes de la conquista. Este acto permitía defnir las nuevas asignaciones de tierras; dependiendo de su naturaleza, podían ser atribuidas sea a la Corona, sea a particulares –por medio de mercedes–, o bien a los descendientes de linajes nobles. Así fue cómo las tierras imperiales fueron transferidas a la Corona.