DOSSIER:cultura afroamericana

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 327

Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses1

Jorge Ramírez Caro Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje Universidad Nacional, Costa Rica

Resumen En este artículo analizo cómo se presenta la mujer blanca y la mujer negra en cuatro textos de las letras costarricenses: “La negra y la rubia”, Cocorí, Los cuatro espejos y Limón blues. Pongo de manifiesto la pervivencia de estereotipos étnico-culturales que ponderan lo blanco como modélico en todos los aspectos de la vida, mientras que lo negro aparece degradado y excluido de las preferencias posibles, mostrándose a los personajes negros fascinados, atraídos y sometidos por el modelo blanco. Esta es apenas una primera lectura para contrarrestar el silencio y la omisión que los especialistas han practicado en los más de cien años de literatura nacional.

Palabras claves: Literatura costarricense, lectura étnico-cultural, discriminación, racismo.

Abstract In this article I analyze how white woman and black woman are described in four Costa Rican literary texts: “La negra y la rubia”, Cocorí, Los cuatro espejos, and Limón blues. I also demonstrate the prevalence of ethnic-cultural stereotypes considering whiteness as an ideal in all aspects of life, while blackness appears degraded and

1. Conferencia en el Auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Costa Rica, 21 de mayo, 2012, 5 p.m.

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 329 Jorge Ramírez Caro

excluded, introducing black characters as fascinated, attracted, and subjected by the white model. This is just a first reading to counteract silence and omission that specialists have practiced during more than 100 years of national literature in Costa Rica.

Key words: Costa Rican literature, ethnic-cultural reading, discriminations, racism

emos escogido cuatro muestras Lo blanco causa fascinación y lo de la literatura costarricense negro repulsa del siglo XX para poner de H Con el fin de concentrar mi exposición relieve el sesgo étnico-cultural de los autores vallecentristas. La muestra en la imagen que generan los textos está constituida por “La negra y sobre la mujer blanca y la mujer negra, la rubia” (1920), de Carmen Lyra, he optado por buscar un eje común en Cocorí (1947), de Joaquín Gutiérrez, los textos seleccionados. Dicho eje lo Los cuatro espejos (1973), de Quince constituye la fascinación que causa lo Duncan, y Limón blues (2002), de blanco en los negros y la repulsa que Anacristina Rossi. Estos textos provoca lo negro en los blancos (y en los podrían agruparse bajo categorías mismos negros). En los textos existe una como la fascinación por la blancura, preocupación por detallar el impacto el exotismo y la discriminación étnico- o efecto pragmático que provoca la cultural. Para resaltar estas categorías presencia de una mujer blanca en un concentraremos nuestro análisis en el mundo negro y la repulsa hacia las tratamiento y en la función asignada a negras y los negros. Para la generación la mujer blanca y a la mujer negra y su de tales efectos, los textos echan mano repercusión en el mundo masculino, de una serie de estrategias discursivas con el fin de resaltar las cualidades, ya sea blanco o negro. Queremos bondades y valores de las blancas y responder a los siguientes problemas:

¿Cuál es la función asignada a la 2. Carmen Lyra. Cuentos de mi tía Panchita (1920). mujer blanca y a la mujer negra en San José: Imprenta Española, 1936. Todas los textos mencionados? ¿Qué efecto las referencias serán tomadas de esta edición. Las páginas se indicarán entre paréntesis pragmático provoca la representación inmediatamente después del fragmento citado. de lo blanco y lo negro, tanto en Este volumen es considerado como un texto el mundo representado como en el emblemático de la identidad costarricense y en la actualidad está enlistado como de lectura lector? ¿Cuáles cogniciones sociales obligatoria para estudiantes de primer y segundo e ideológicas emergen del tratamiento ciclos, denominados los “primeros lectores” y “quienes ya leen” (MEP 2010), esto es, es un que los textos hacen del mundo blanco texto utilizado para iniciar y confirmar a niños y y del mundo negro? niñas en el gusto por la lectura.

330 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

minimizar sus aspectos negativos, a la en el contexto sociocultural de las dos vez que destacan defectos, antivalores primeras décadas del siglo XX, periodo y conductas negativas de las negras y en el que, como señala Ronald Soto, se minimizan o soslayan sus cualidades y han ido asentando negros en la Meseta bondades. El resultado es predecible: lo Central, sobresalen económicamente blanco aparece como modelo y lo negro y son mal vistos por los josefinos como antimodelo. Hacia lo primero se autodenominados blancos (Soto, 1998). reclama la adhesión y hacia lo segundo el rechazo. Observemos cómo sucede De esta manera, la estructura del esto en cada texto. cuento de hada europeo va a ser va- ciada para verter en su lugar aspectos La negra y la rubia propios de la problemática identitaria costarricense de los primeros años del “La negra y la rubia”2 (Carmen Lyra, siglo XX: la condena del arribismo 1920) es la versión costarricense de social y económico de los negros, la La cenicienta en las versiones de Pe- apuesta por la diferenciación étnico- rrault y los hermanos Grimm. Dicha cultural en el nuevo espacio, el uso adaptación se lleva a cabo en una do- particular de marcas discursivas que ble dirección: del texto europeo a la acentuarán el sesgo discriminatorio y realidad costarricense y de la realidad el recurso a lo sagrado como elemento costarricense al texto europeo. legitimador y justificador de la discri- minación y condena de las negras. La versión de Carmen Lyra elimina aspectos básicos de la versión europea Ya desde el mismo título (“La negra y como la indistinción étnico-cultural y la rubia”) se evidencia que la primacía las fiestas en el palacio, para introducir sintáctica de la negra sobre la blanca problemas fundamentes del entorno no es más que un recurso para ocultar nacional: el vocabulario, la distinción la parcialidad del narrador hacia la étnico-cultural y la sustitución de las rubia en contra de la negra. Dicha fiestas en el palacio por la ida a misa, preponderancia acentúa la posición asunto que posibilita la sustitución étnico-social que ocupa la negra en el del Hada madrina por la Virgen contexto sociocultural: quien habla se aliada, protectora y benefactora de autoconceptúa de condición blanca, la rubia. Aunque otros vean en estas razón por la cual ubica como tópico modificaciones una audacia literaria a la negra, pues es característico que que subvierte el modelo estético mencionemos primero al otro y luego europeo, para nosotros esto representa al nosotros. Además, la conjunción un mecanismo discursivo que propicia sirve para indicar que estamos ante dos la introducción de la realidad nacional y universos totalmente diferentes desde la problemática étnico-cultural reinante el punto de vista étnico-cultural: no se

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 331 Jorge Ramírez Caro

trata de una rivalidad fraternal, como en positivo de la rubia. Los rasgos que se la versión europea, sino de naturaleza le asignan ponen de manifiesto la po- étnica. El cotexto se encargará de sición del enunciador y del texto fren- confirmar que la preponderancia de te a los negros, a la vez que orienta y la negra sobre la rubia presente en el sesga el gusto del lector a favor de la título no es más que una estrategia del rubia y en contra de la negra: mientras discurso para colocar primero lo que que el retrato de la rubia atrae y gene- en el contexto sociocultural está de ra empatía, el de la negra provoca re- último. El orden asignado en el título pulsión y rechazo: el modelo estético vendría a servir de atenuante, ya que blanco es privilegiado en detrimento al iniciar el cotexto encontramos en del modelo estético negro. El primer primer lugar a la rubia. fascinado por la rubia y de estar en contra de la negra es el narrador. Con En el cotexto, la fascinación del na- esta actitud espera persuadir a los rrador por la rubia y su desprecio por lectores a favor de su personaje pre- la negra se va a poner de relieve en dilecto y en contra del rechazado. La dos aspectos básicos: en el retrato misma Carmen Lyra cuenta que de la que hace de ambas y en las actitudes historia sobre la negra y la rubia que le o efectos que provocan en quienes las contaba la tía Panchita: “La rubia era rodean. Veamos estos dos aspectos. mi predilecta, y el lunar azul en for- ma de estrella, de su mejilla, era una a) El retrato de la negra y la rubia fuente de encanto para mí” (p. 6). En su texto Las madamas Bovary, señala: Casi todas las antítesis de este relato “Nunca he admirado piel más blanca se concentran en el retrato que el y nacarada, dientes más admirables narrador hace de la negra y la rubia. ni cabezas más hermosas. Todavía De él se desprenderá un binarismo me parece ver agitarse sus cabelleras antitético en los siguientes niveles: color de madera con reflejos dorados, estético, cognitivo, moral, religioso, entre los rosales” (Lyra, 1977: 171). socioeconómico, biológico y étnico- cultural. Veamos. Tres elementos de este retrato nos con- ducen al nivel biológico: el color de la Estéticamente hablando, la rubia apa- piel, las facciones (ñata y trompuda) rece como un modelo de belleza, el y la contextura del pelo (pasuso) que buen gusto, el buen vestir, el refina- describen a la negra, mientras que la miento y la delicadeza, mientras que rubia es presentada por medio del co- la negra, por el contrario, es represen- lor de la piel (blanca), del pelo (rubio) tada como su antimodelo: negra, fea, y los ojos (azules). A esta descripción pelo pasuso, ñata y trompuda. Es evi- se le añade el elemento sanguíneo, dente el retrato negativo de la negra y cuando el texto indica que la niña

332 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

rubia poseía “sangrita ligera y buena rubia: “Las dos eran muy ruines; por que daba gusto” (p. 80). El narrador la menor cosa allá te va el pescozón de termina de guiar nuestras filias y fo- la vieja y el moquete o el pellizco de la bias cuando hace derivar de estas dife- negra” (p. 81., el destacado es nuestro). rencias biológicas otras diferencias de Se quiere acentuar con esto el grado carácter moral y cognitivo: según esto, de irracionalidad con que procedían la negra es mala, malcriada, engreída, madre e hija en contra la rubia. ruin, presumida, arrogante y egoísta, mientras que la rubia es exaltada con Aunado a los niveles estético, bioló- cualidades como buena, obediente, no- gico, moral y cognitivo en los que la ble, sencilla, amable, discreta, piadosa rubia sale favorecida, encontramos el y respetuosa. Estas valoraciones mora- nivel socioeconómico: la rubia y su les hacen que aumente nuestra estima, padre son ricos, mientras que de los aprecio y agrado por la rubia y acen- bienes de la negra y su madre se dice tuemos nuestro rechazo por la negra. que “eran más hojas que almuerzo” Máxime cuando a todo lo anterior se (p. 81), es decir que aparentaban. Este le sumará un elemento de carácter so- caudal económico otorga a la rubia y cioideológico como el olor o el hedor: a su padre una posición social elevada mientras que a la negra se le relaciona que contrasta con la de la negra y su la hedentina (p. 83 y 85), la rubia está madre quienes se ubican en un nivel asociada al perfume (p. 84 y 85). social inferior. Tal posición socioeco- nómica queda confirmada con el casa- Si unimos los resultados obtenidos del miento de la rubia con el príncipe, el retrato físico y del moral, vemos cómo cual eleva su estatus y deja a la negra el texto hace corresponder la belleza en situación de subordinada que, gra- física con la belleza del alma y la cias a la bondad y generosidad de la fealdad física con la fealdad del alma, rubia, es llevada al palacio y se casa esto remite a la triada axiológica clásica con un sirviente del rey. Este final presente en la filosofía platónica: bello, vuelve a resaltar el carácter modélico bueno, verdadero. Tanto en lo físico de la rubia en todos los aspectos. Por como en lo moral, el retrato exaltado es tanto, se podría decir que en este relato el blanco y el rebajado es el negro. Para lo blanco es bello, bueno y poderoso. terminar de degradar a la negra a nivel cognitivo, el narrador dice de ella: “la Finalmente, para cerrar con el retrato muy tonta se creía una imagen” (p. destaquemos una serie de actitudes 81). Con este perfil moral y cognitivo derivadas de la división espacial del derivado de las características texto y que nos remite a la división biológicas (negra, ñata y trompuda) se del trabajo. La rubia está “soterrada quiere justificar las actitudes violentas en la cocina” trabajando, mientras que de madrastra y hermanastra hacia la madre e hija negras están en la sala o

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 333 Jorge Ramírez Caro

salen a la calle a pasear o a la iglesia a (“para la rubia, entrar en aquella casa misa. Desde la óptica de las negras, la fue como entrar en el infierno”, p. 81), rubia no sale, está confinada a la coci- sino también demonizar a las negras. na. Pero desde la óptica del narrador, El distanciamiento que genera hacia la Virgen y también del lector, gracias la negra y el acercamiento hacia la ru- a que la Virgen se encarga de los ofi- bia se lleva a cabo mediante los pro- cios, la rubia puede ir a la misa. cedimientos retóricos utilizados, tales como la analogía, la comparación y la De la relación de estos personajes con antítesis que ya hemos desarrollado tales espacios deviene un conjunto de con el retrato. La condición de mo- actitudes que tienen una doble función delo estético y étnico de la rubia no en el lector: le refuerzan su adhesión deviene de su condición humana, sino por el modelo étnico, estético, de su condición divina: “parecía una biológico, moral y socioeconómico de machita por lo rubia y lo blanca que la la rubia, y terminan de indisponerlo había hecho Nuestro Señor” (p. 80. El frente al antimodelo de la negra, en destacado es nuestro). especial cuando el relato se esfuerza por persuadirnos de que el dominio Más tarde se analoga a la rubia con de las negras sobre la rubia es injusto la imagen de la Virgen por medio del y antinatural. Además, conviene retrato de la “blanca figurita” (p. 84): aclarar que, pese a que negra y “si no hubiera sido porque de cuando en rubia se oponen a nivel espacial, cuando daba su pestañada, se la hubiera tanto dentro como fuera de la casa, tomado por una imagen” (p. 86). llegan a converger en la iglesia. Sin Refuerzan esta relación los vestidos embargo, sus actitudes se mantienen obsequiados por la Virgen: el primero divergentes: mientras la negra va para se compara con lo “maravilloso” lucirse y exhibir sus ropas, la rubia va (p. 84), el segundo con “un celaje obedeciendo el mandato de la Virgen dorado” (p. 85) y el tercero con el y lo hace con absoluta devoción y “cielo cuando está amaneciendo” (p. piedad, razón por la cual cuando 86). El narrador ve con buenos ojos muere es premiada de nuevo por la que la rubia se parezca a la Virgen, Virgen, que en ningún momento deja de ser su aliada y benefactora. 3. Típico eximente utilizado por los racistas: el desprecio, la intolerancia y la discriminación b) Cómo se construye el efecto del otro se proyecta en otros y el responsable queda exculpado de la práctica discriminatoria. de distanciamiento En este relato, aunque el narrador no exprese explícitamente su repudio contra la negra, El retrato que hemos destacado no proyecta y expresa dicho rechazo en las actitudes y conductas de los animales (lora, sólo pretende angelizar a la rubia e gallinas y perros) y de las personas (soldados, infernalizar el mundo en que vive músicos y todo mundo).

334 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

pero descalifica la presunción de la ya que se emplean costarriqueñismos negra en ese mismo aspecto: “la muy como birringa y melindres (1995: tonta se creía una imagen” (p. 81). 81). Las estudiosas ven lo positivo del lenguaje popular, pero no reparan Esta preferencia del narrador por la rubia en la actitud del narrador a la hora de lo lleva angelizar a su niña predilecta y a asignarle la palabra a sus personajes: bestializar a la negra a través de la lora.3 mientras la niña rubia habla en perfec- “La niña linda debajo de una olla, la to español, la niña negra se presenta negra ferozase quiere casar” (p. 87 y 88. como que no sabe hablar, poniéndose El destacado es nuestro). A este proceso de manifiesto un clásico prejuicio: los de bestialización de la hija se le suma negros no hablan correctamente.4 el llevado a cabo con la madre cuando es llamada “vieja birringa”. Birringo El habla de la niña negra está diferenciada (a) es un costarriqueñismo que quiere o racializada. Esta diferenciación decir “Caballo chúcaro”. Referida a lingüística es tan marcada que el mismo una mujer tiene el sentido de “yegua narrador se ve obligado a traducir, no chúcara”. También remite a alguien “sin para incluir, sino para generar humor: fundamentos”. El tratamiento que el “-ni...niña, ni... niña, hagámonos narrador hace de la madre y de la hija comales-. Con lo que le quería decir: no está mediado por ningún diminutivo, -Niña, hagámonos comadres-” (p. 84). en cambio, para no ubicar a la rubia en el mismo nivel de sus victimarias El otro está doblemente señalado utiliza el diminutivo zorrita, con sentido como “arrevesada y tataretas para ha- afectivo y cariñoso que le quita su carga blar”, como tartamudo y como inca- despectiva, realzando, más bien, el paz de pronunciar correctamente. El carácter cognitivo de la rubia al destacar disgusto del narrador por el habla de su astucia, mientras que la negra es la negra es tan evidente que más tar- calificadapor el narrador como tonta. de omite lo que dice y sólo transcribe la traducción: “Que desde el domingo Desde el punto de vista del estilo, Mar- anterior se había hecho íntima amiga garita Rojas y Flora Ovares señalan de una machita preciosa… que la tenía que el uso del lenguaje popular pro- requeteconvidada para ir a pasear; y si voca en el lector costarricense un sen- Dios quería, cuando ella se casara iban timiento de cercanía con los cuentos, a ser comadres…” (p. 86). Si hacemos una lista de las descalificaciones que 4. Un ejemplo parecido lo encontramos en Puerto ha sufrido la niña negra en este relato, Limón, de Joaquín Gutiérrez: mientras el gringo ésta comprendería los siguientes nive- habla en perfecto español, el negro no sabe con- jugar los verbos ni establecer la coherencia entre les: estético, moral, cognitivo, econó- artículos y sustantivos. mico, étnico y lingüístico.

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 335 Jorge Ramírez Caro

Veamos ahora el tratamiento que el y la negra “no dejaba a la pobre tentar narrador da a los personajes, cómo tierra”. Esta solidaridad del narrador es las llama. En el título podemos similar a la de la Virgen y la lora, como decir que ambas están vistas desde veremos más adelante, pero también el punto de vista étnico, pero en el expresa el punto de vista de quien fir- cotexto se produce un cambio. La ma el Prólogo a los Cuentos de mi tía niña rubia es llamada alternadamente Pachita en el que se puede leer: rubia o niña, con predominancia de la segunda. Mientras que la niña La viejilla me contaba sobre este negra es únicamente llamada negra, pozo, mentiras que hacían mis lo cual nos lleva a revisar el uso de delicias: en el fondo había un sustantivo “niña”. Según la Real palacio de cristal, en donde las Academia Española, “niña” es un lámparas eras estrellas. Allí vivía “tratamiento que se da a personas de un rey y una reina que tenían dos más consideración social”. Además, hijas muy lindas: una morena de es importantísimo tener en cuenta las cabellera negra que le llegaba a siguientes consideraciones de Weber la rodilla, con una lunar en forma respecto al uso de niño (a): de flor junto a la boca; la otra blanca, con el cabello de oro que de uso general en América, le arrastraba y con un lunar azul tratamiento que daban los en forma de estrella. La rubia era negros esclavos a los hijos de los mi predilecta, y el lunar azul en amos […]. Niño tiene en varios forma de estrella, de su mejilla, países de América un matiz de era una fuente de encanto para distinción. Niño como forma mí (p. 6. El destacado es nuestro). vocativa es siempre tratamiento de abajo arriba (Weber, En “La negra y la rubia” se pone de citado en Flórez, 1954: 81. El manifiesto la misma predilección por destacado es nuestro). la rubia y, en consecuencia, el sesgo en contra de la negra. El relato sirve Pese a esta clara distinción que de caja donde resuenan las elecciones se le atribuía al tratamiento niña (“de étnico-culturales previas de la autora: abajo a arriba”), el narrador posee el narrador se convierte en portador un regusto por lo blanco y lo rubio: ideológico del autor, y la ideología desde el mismo título está de parte de que porta es discriminadora y racis- la niña rubia y acentúa esa preferencia ta. Su alianza con la rubia lo lleva a al establecer vínculos de afectividad y presentarnos una historia en la que el conmiseración hacia la situación de- orden humano, el orden animal y el gradada en la que ha caído su perso- orden divino están a favor de la rubia naje: “pobre niña”, “pobre niña rubia” y en contra de la negra.

336 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

El narrador escenifica el rechazo hacia a la negra y con ellos espera persua- la negra y en consecuencia quiere de dir a los lectores para que también se actuemos según ese parámetro: a) los burlen y se distancien de lo que él se animales le huyen cuando va camino burla y distancia. Veamos la atmósfera a la iglesia con su traje nuevo: “la humorística que rodea el pasaje de la seda de su vestido hacía tal ruido, entrada de la negra a la iglesia: que las gallinas que picoteaban en la calle y los perros salían corriendo”; b) Por fin [la negra] salió para las personas que están en la catedral misa de tropa, chiqueándose también expresan su repudio: “Cuando que era un contento, y la seda entró en la Catedral, todo mundo, del vestidohacía tal ruido, que hasta los soldados y los músicos de la las gallinas que picoteaban banda, volvieron a ver qué significaba en la calle y los perros, salían aquel ruido que parecía una creciente. corriendo. Cuando entró en la Además, la iglesia se llenó de un Catedral, todo mundo, hasta olor a agua Florida, en la que se los soldados y los músicos había bañado” (p. 83); c) el mundo de banda,volvieron a ver qué celeste no determina a la negra para significaba aquel ruido que nada: la Virgen sólo se le aparece a parecía una creciente. la rubia y nunca se refiere a la negra; Además, la iglesia se llenó de para la Virgen, la negra no existe. En olor a agua Florida, en la que consecuencia, tanto la alianza como se había bañado (p. 83. El la relación entre narrador, animales, destacado es nuestro). todo el mundo y la Virgen tienen una función retórica y pragmática: buscan persuadir y orientar la recepción de la La nota predominante de este pa- historia en favor de la rubia. saje es el efecto que genera la negra en el mundo circundante: se trata de Estrategias discursivas un efecto cómico-burlesco que tiene como función primordial distanciar Como principal estrategia discursiva al narrador de aquello que representa encontramos el humor, tanto desde y provocar esa misma distancia en el el punto de vista del retrato cómico lector. La negra es asociada a dos as- burlesco o caricaturesco aplicado por pectos básicos: ruido y hedor. El mun- el narrador a la niña negra, como des- do circundante ve en la ostentación de el punto de vista del lenguaje con de la negra un objeto de burla y un el cual en narrador le hace guiños al objeto de rechazo. Quienes primero lector. Tales procedimientos humorís- se espantan por el escándalo son los ticos también servirán para acentuar animales, criaturas dotadas de instin- el distanciamiento del narrador frente to para advertir el peligro y ponerse a

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 337 Jorge Ramírez Caro

resguardo. Esta escena contrasta con y legitimadores de tal orden y la el pasaje que cuenta la entrada de la inexistencia de otras etnias dentro del rubia al mismo espacio: “Al entrar en imaginario identitario nacional. la Catedral lo hizo de puntillas para no llamar la atención, pero la iglesia Al polarizar el mundo entre negros y se llenó de un perfume de rosas y todo blancos y destacar la superioridad de el mundo volvió los ojos y quedaba estos últimos sobre los primeros, el texto encantado al ver aquella blanca figu- parte del supuesto de la superioridad rita” (p. 84. El destacado es nuestro). racial y etnocéntrica que dieron pie al Al ruido de la negra se opone el silen- racismo biológico del siglo XIX y que cio de la rubia, al hedor, el perfume, se manifestó en Costa Rica en muchas y al rechazo se contrapone el encan- disposiciones legales sobre inmigración to y admiración de los concurrentes. deseada e inmigración indeseada (Ver Mientras que la negra es objeto de Soto, 1998; Alvarenga en Sandoval, burla y rechazo, la rubia es objeto de 2007) y sobre la presencia de los negros admiración y aceptación. en el país (Ver Casey, 1979; Murillo, 1995 y Senior, 2011). Esto es planteado El discurso racista en el texto cuando se dice que la rubia tenía una “sangrita ligera y buena que Pese a que este es el discurso más daba gusto”. De su carácter blanco y evidente y reiterado en el cuento, es puro se derivan los aspectos estéticos, sobre el que menos se ha dicho. Hemos morales, cognitivos, socioeconómicos adelantado que la rubia es representada y étnicos que ya hemos destacado. por el texto como modelo en todos los Desde el punto de vista cultural, tal niveles: estético, moral, cognitivo, superioridad se pone de relieve de tres socioeconómico y étnico-cultural, maneras: a) descalificando el modo mientras que la negra es propuesta de hablar de la negra (“era medio como antimodelo en esos mismos arrevesada y tataretas para hablar”); niveles. Esa imagen tan positiva de b) evitando que la rubia hable con la la rubia cuenta con la alianza de la madrastra y la hermanastra negra, y triada narrador-Virgen-lora, mientras c) haciendo que la única digna de su que la imagen negativa de la negra atención conversacional sea la Virgen. resulta de las estrategias retóricas y discursivas del narrador y del efecto El discurso religioso e impresión que hace que animales y personas tengan del sentir, pensar Adelantamos que “La negra y la rubia” y actuar de la negra.Este discurso lleva a cabo una sacralización de la racista se sostiene en tres supuestos versión pagana de la Cenicienta. Dicha básicos: la superioridad racial, Dios conversión se lleva a cabo al sustituir y la Virgen como creadores, garantes el Hada por la Virgen y convertir a

338 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

la protagonista en su fiel seguidora y descalificados en el universo externo, devota. La Virgen es convertida en cuestión que también es legitimada modelo de la virgen rubia y de todo por la misma Virgen. aquel que se identifique con la heroína. Desde el punto de vista estructural, la Al cargar las tintas sobre los Virgen cumple un papel fundamental: abusos infligidos por la madrastra y es la que posibilita la transformación del hermanastra sobre la rubia, el narrador mundo infernal en que es sumida la rubia no hace otra cosa que propiciar la en mundo celestial, regalo de la misma condena y castigo de los abusadores Virgen al final del relato. La intervención de quien en todo momento aparece de la Virgen es equilibradora para la configurada como inocente. El rubia y desequilibradora para la negra: narrador hace parecer tan “ruines” a la Virgen acude para reivindicar de las rivales de la rubia que cualquier penuria, abuso, maltrato y explotación castigo queda justificado. Para de que es objeto la rubia por parte de las quienes ya tenían cierto prejuicio e negras; el ser sagrado no admite que una indisposición étnico-cultural hacia blanca sea tratada como esclava, como las negras, la historia de “La negra parte de la servidumbre, pero sí estaría y la rubia” les ofrece suficientes a favor de que la situación se invierta, ingredientes despreciativos para es decir, que las negras funjan como vehicular y descargar sus prejuicios esclavas o domésticas de la blanca. con sesgo discriminatorio y racista. Sin las imágenes que le proporciona El sustento ideológico derivado del el texto, el lector no hubiera podido discurso religioso puede expresarse materializar y expresar sus propios de la siguiente manera: quien sufre sentimientos de desprecio hacia los con paciencia y resignación, tiene fe otros étnico-culturales. Para quienes y es fiel, al final será recompensado aún no tenían aprendido mecanismos gracias a la intervención de la Virgen. de diferenciación étnico-cultural, ni sabían cómo formularlos, el texto “La negra y la rubia” no trata sólo de les inculca y escenifica una lista de la rivalidad fraterna, sino también de creencias y prejuicios que dejan bien la rivalidad étnico-cultural: dicha riva- sentados que la rubia es el modelo y lidad no es por el padre o por ningún la negra el antimodelo en los niveles otro bien, sino por el reconocimiento biológico, estético, moral, cognitivo, y la estima social de la protagonista, socioeconómico y étnico-cultural. estima que no sólo se queda en el pla- no de la representación ficcional, sino Parafraseando a Bruno Bettelheim que alcanza hasta el mundo del lector. (1975: 325), bajo la aparente humildad Quienes en su fuero interno (casa) de la rubia subyace la convicción de mantienen sojuzgada a la rubia son su superioridad con respecto a su

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 339 Jorge Ramírez Caro

madrastra y hermanastra. A lo mejor negros en el territorio nacional. Tal en su fuero interior se ha dicho: “me escenificación sirve para producir un tratan como me tratan porque están efecto retórico y pragmático en el lector envidiosas de que yo sea superior a quien verá inclinada su preferencia ustedes”. El final feliz respalda esta por la rubia en detrimento de la negra. convicción de superioridad de la Del mismo modo como Quesada Soto rubia: al final no sólo es rescatada ve en el prólogo del volumen Cuentos por el príncipe del mundo de las de mi tía Panchita una escenificación negras, sino también por la Virgen de la polémica entre los intelectuales de este mundo terreno y corruptible. de la oligarquía con los de la cultura Su bondad, sacrificio y sufrimiento popular, también podemos señalar que callado es recompensado: de las “La negra y la rubia” sirve como vitrina cenizas es elevada, primero al palacio que ventila las confrontaciones étnico- y después al cielo. La rubia pasa de culturales de las primeras décadas del la vida humillante impuesta por las siglo XX en Costa Rica. negras a la vida superior otorgada por el príncipe y la Virgen. El príncipe y El sesgo étnico-cultural es tan delibe- la Virgen se convierten en los héroes rado que el relato se apropia de otros que le garantizan ese ascenso: lo textos a nivel intertextual y subvierte superior humano sustituto del padre el sentido que los referentes tienen y lo superior celeste sustituto de en las historias originales, tal es el la madre vienen garantizarle a la caso de Cenicienta y La leyenda de rubia su vuelta a la condición de la Negrita. La intención del texto de superioridad que en ella subyacía. Carmen Lyra es sacar la historia del circuito profano e introducirla en el La intervención divina de la Virgen circuito sagrado en el que la Virgen está motivada por el hecho de que aparezca como legitimadora y garan- la rubia no sólo es representada te del sesgo discriminatorio. De este como víctima, sino también como modo, la rubia ya no se mueve en am- una inocente que materializa las bientes de fiestas y bailes palaciegos, virtudes marianas: creyente, sumisa, sino en ambientes misas y oraciones obediente, callada, devota. Contrario católicas, descalificando la versión de a este retrato moral, el narrador le Perrault. La virgen tampoco es negra pinta al lector a unas negras como la ni se mueve en el mundo de los par- encarnación de los vicios o pecados dos o negros, sino en el mundo de los de vanidad, ostentación y lujuria. Esta rubios, no viene a unir las etnias, sino visión dual y maniquea, lejos de ser a segregarlas, tampoco es imparcial, una representación arquetípica, recrea sino que muestra siempre su predilec- la estima que tienen los habitantes del ción por la rubia, dejando atrás la ver- Valle Central sobre la presencia de los sión de la leyenda de La Negrita.

340 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

La fascinación por la blancura en la rosa que la niña blanca regala a Cocorí se esconde Un eje común atraviesa tres novelas un enorme barco cargado de de los últimos sesenta años de la dominación y que llevará al literatura costarricense: la fascinación, negro a perder su autenticidad, embeleso o embrujo por la blancura que a menospreciar sus valores, a experimentan los personajes negros. desvalorizar su medio y estilo Tales textos son Cocorí (1947), Los de vida, y a adoptar a medias cuatro espejos (1973) y Limón blues una cultura extraña, cuyo único (2002): estas novelas representan su resultado posible y probable es mundo y sus personajes desde una la enajenación (I: 204). óptica, no sólo vallecentrista, sino La rosa, símbolo de la también eurocéntrica, eurofílica y niña blanca y de la cultura etnofóbica: frente al mundo nativo de occidente, que envuelve a se impone la lógica colonialista y Cocorí en una nube, no sólo sus cánones estético-ideológicos. encierra belleza y bondad, como Veamos, someramente, cómo sucede se muestra en la narración, esto en cada uno de los textos. sino también sabiduría. Es la sabiduría la que hace descubrir a) Cocorí: el negro, la rubia y a Cocorí que todo cuanto la rosa lo rodea (su mundo y los Fue Lorein Powell Bernard (1985) la valores respetados y valorados primera en poner de manifiesto el ra- positivamente por él antes del cismo en Cocorí 5 (1977). Powell se- arribo de la rosa), es inferior, ñaló en ese momento que la estructura malo y negativo. Es debido a significativa que engloba la novela es la sabiduría que le trasmite la el colonialismo, presente en las ca- rosa que empieza a operar la tegorías civilización y primitivismo, metamorfosis que sufre el niño, representados por la niña rubia y su quien cambia de negrito malo a mundo y el niño negro y su mundo, negrito bueno, gracias a la acción respectivamente (I: 200). Dicho co- “civilizadora” proveniente del lonialismo queda simbolizado en la hombre blanco (I: 206-207). rosa, analogía de la niña rubia. Las La luz de la rosa, elocuentes palabras de Powell son: representativa de la civilización occidental, no sólo modifica 5. Joaquín Gutiérrez. Cocorí. San José: Editorial Costa Rica, 1977. Para las citas utilizaré esta el medio primitivo, natural al edición diferente a la modificada por el autor negro, sino que modifica la intra- posterior a 1995. Las páginas las indicaré individualidad de éste… Como entre paréntesis inmediatamente después del fragmento citado. epílogo a la obra, la influencia

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 341 Jorge Ramírez Caro

unilateral de occidente sobre el del 2004: con la excepción de dos o negro y el trópico, aparece el tres artículos, los demás no hacen más rosal dominando el medio. Se que defender el texto y eximir al autor perpetua [sic] así la influencia de la ideología del racismo.6 occidental sobre el negro y su medio (I: 235-236). Pero vayamos a lo que me interesa poner Powell ve que detrás de la de relieve de la novela de Gutiérrez: la fachada de un tierno relato fascinación del personaje por la niña infantil se oculta el proceso de rubia y todo lo relacionado con ella. descubrimiento, conquista y El mundo de los rubios aparece en el colonización de la cultura blanca horizonte de las expectativas de Cocorí a la cultura negra y se pone de boca de los pescadores que cuentan de manifiesto “la afirmación sus aventuras. Un día, en la playa, rotunda e incuestionable de la sucedería algo inusitado: la llegada de superioridad racial del hombre los rubios, en su barco más grande que blanco, que justifica el privilegio todas las chozas del poblado. Dicho de ser él el conquistador, barco “infundía en Cocorí una temerosa colonizador y explotador de las fascinación. Los ojos querían saltársele” razas no blancas” (I: 238). (p. 17. El destacado es mío). Esta fascinación es todavía más paralizante cuando aparece la niña rubia, que lo He citado en extenso el análisis de confunde con un mono y el mal humor Powell porque comparto sus conclu- que aquello le ocasionó se le disipa con siones y conviene rescatar estudios el asombro que la niña le genera: como estos que pasan desapercibidos en una sociedad y en una cultura cuya El Negrito estaba como tendencia es no cuestionar, ni polemi- clavado en su sitio, aunque zar, ni desenmascarar aquellos sujetos tenía unos deseos frenéticos de consagrados por la crítica académica desaparecer. Hubiera querido que cada vez tiende a parecerse más a lanzarse de zambullida al la crítica periodística: superficial y lle- agua, pero no le obedecían na de florituras, como la que encontra- las piernas. Su desconcierto mos en el número especial de Káñina creció cuando la mamá se acercó a mirarlo, y de un salto 6. Aunque no comparto las conclusiones, de ese alcanzó la cuerda y se deslizó volumen de Káñina son valiosos los artículos hasta la lancha. La niña, desde de Virginia Caamaño Morúa (“Cocorí: una la borda, lo buscaba con la lectura desde la perspectiva de la construcción identitaria costarricense”, pp. 27-32) y el de Jorge vista entre las flores y frutas, ChenSham (“El cronotopo de indias y el sujeto pero Cocorí, escondido debajo afro-caribeño: recepción de Cocorí”, pp. 33-40). del asiento, sólo asomaba de

342 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

vez en cuando un ojo todavía Después de ese encuentro paralizador cargado de turbación (p. 18. viene el intercambio de regalos: Co- Los destacados son míos). corí le regala conchas, caracoles, es- trellas de mar y arbolitos de coral (p. 18), mientras que la niña rubia le re- No sólo estamos ante un juego de mi- gala una rosa. Esta rosa, símbolo de la radas de dos sujetos que se miran por niña rubia, también va a ejercer un po- primera y única vez en la historia, sino der mágico y transformador en Cocorí ante el juego de conocimiento, posesión y su entorno familiar y comunitario. y asimilación de lo nunca antes visto por Veamos el pasaje: parte de ambos personajes. El efecto de la mirada de la niña rubia sobre Cocorí Entre sus manos [la niña] es paralizante, razón por la cual lo po- traía una Rosa. Parecía hecha demos analogar al efecto que produce de cristal palpitante, con los la mirada de la Bocaracá en sus presas, estambres como hilos de luz según nos lo cuenta doña Modorra: y rodeada de una aureola de fragancia. los pájaros, ante esa mirada Para Cocorí era algo mágico. hipnotizante, sienten que Retrocedió unos pasos las alas se les paralizan y asombrado. Él sólo conocía las grandes flores carnosas comienzan a acercarse como de su trópico. Esta flor era sonámbulos. La culebra no distinta. Jamás podría cerrar hace otra cosa que mirarlos… sus pétalos para comerse a una El pájaro salta de rama en abeja como lo hacían las flores rama, siempre acercándose, de la manigua. Su perfume no sin poder apartar la vista, tenía ese aroma hipnótico de hasta que se va de bruces en las orquídeas. Era un color leve la bocaza abierta (p. 69. Los como una gasa transparente que destacados son míos). envolvía a Cocorí con su nube. Miró a la niña atónito y volvió Eso mismo le sucede a Cocorí: la niña a ver a la flor. rubia devora todo lo que él era hasta “En el país de los hombres ese momento y queda inmerso en un rubios –pensó el Negrito-, las mundo que hasta ese momento desco- niñas y la flores son iguales”. nocía. La niña rubia es la Bocaracá que Y con su Rosa apretada contra devora a Cocorí presa. La presencia de el pecho, celoso del viento la niña rubia cambiará su pasado, su que quería arrebatársela, presente y su futuro. Ella marca un an- Cocorí emprendió el regreso tes y un después en su vida. hacia la costa.

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 343 Jorge Ramírez Caro

Esa noche la flor iluminó la civilización, las grandes preocupaciones choza de mamá Drusila (p. 20. fundamentales del ser humano frente Los destacados son míos). a la vida y la muerte, el bien y el mal, lo efímero y lo trascendente. Antes de la llegada de la rubia-rosa, Al igual que la niña rubia, sin parangón Cocorí vivía sin esas preocupaciones en el entorno habitado por Cocorí, la trascendentales, sumido en el mundo rosa también presenta ese rasgo de más rastrero. La llegada de la rubia- excepcionalidad en relación con las rosa, en consecuencia, marca un antes y demás flores del trópico: su naturaleza, un después en la vida del niño: “nunca su finura, su delicadeza y destello Cocorí se había sentido más bueno luminoso la diferencia y la coloca por que aquella mañana” (p. 22). “La rosa encima de las flores salvajes de acá, había aromado la choza: lo había hecho caracterizadas por ser carnívoras y más bueno” (p. 36. Los destacados son poseer un aroma hipnótico. El efecto míos). La rubia-rosa viene a cualificar de esa rosa extranjera también es éticamente la vida de Cocorí, lo eleva paralizante: Cocorí se asombra y queda a un estatus imposible de alcanzar sin atónito, envuelto en aquella nube de ese bien exterior, presentificado con la aroma especial. Con dicha rosa no sólo llegada de la rubia-rosa. En este aspecto, es descalificada la naturaleza nativa, el texto lo que hace es alienar al negro y hacer de él una imagen totalmente sino que se posiciona la naturaleza negativa: sin esa niña rubia y sin esa artificial de los rubios en el contexto rosa el negro no es nada ni nadie. tropical y construye dos ideologemas básicos: todo lo que viene de afuera es Lo anterior se materializa en el texto mejor que lo propio y los negros están cuando Cocorí se da cuenta de que la dispuestos a acoger y plegarse a todo rosa se ha marchitado: “sintió que el aquello traído por los extranjeros rubios. mundo se desplomaba sobre su cabeza” Una consecuencia derivada de ambos (p. 34). La pérdida de ese bien tan pre- ideologemas es que muestran al negro ciado no sólo va a trastornar la vida de como carente de identidad y de luz Cocorí, sino la del resto del mundo de propia: la luz les viene de fuera como un su comunidad y la de los animales de la regalo que ellos acogen para iluminar su selva: por querer encontrar una explica- mundo interior, familiar y comunitario. ción a la pregunta ¿por qué lo bello y lo bueno vive tan poco tiempo y por qué La rosa debemos verla como un lo feo y lo malo vive largo tiempo? En elemento simbólico dentro del texto, su proceso indagatorio primero invo- dado que se convierte en analogía de la lucra a sus congéneres (mamá Drusila, niña rubia y en metáfora de todo lo que Viejo Pescador, Carpintero, Aguador, su mundo representa: la luz, la cultura, la Leñador y Campesino) y a los animales

344 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

más viejos de la selva (Tortuga, Lagar- pero ubicándola muy por debajo de to y Bocaracá). Quien le dará la res- los demás animales. puesta será el Negro Cantor. El narrador, en otras oportunidades, os Este proceso indagatorio pone de ha presentado a mamá Drusila como manifiesto que son los hombres y no una mujer que posee un mal carácter: las mujeres quienes se preguntan y se “a mamá Drusila era mejor dejarla que responden cuestiones trascendentes. se serenara sola” (p. 12) y que agrede Si la niña rubia introduce al niño negro físicamente a su hijo con pellizcos (p. en el camino hacia el conocimiento 12) y con tirones de orejas (p. 32). En sobre los misterios de la existencia esto se parece a la madre de la negra humana, viene también a develar del cuento de Carmen Lyra. la autoconcepción o autoimagen negativa que mamá Drusila posee. b) Los cuatro espejos o el proceso Cuando Cocorí le hace la pregunta, de blanqueamiento ella no sólo pierde la paciencia, Los cuatro espejos7 (1973) es tal vez sino que también se retrata: “¡Deja la novela menos conocida de Quince de molestar!... Yo soy una Negra Duncan y la más difícil de conseguir ignorante y no entiendo tus preguntas” en librerías: Charles McForbes asiste (p. 39). Esta imagen de la madre con su esposa blanca Ester Centeno contrasta con la que se nos presenta de a una conferencia sobre minorías los animales, conceptualizados como raciales en el Teatro Nacional. No sólo más prudentes (Tití en p. 53 y Tortuga sale desconcertado, sino que al día en p. 59, 60 y 67). De Doña Modorra siguiente, al mirarse al espejo no ve se dice que es “una tortuga tan bien su rostro y entra en crisis identitaria. educada” (p. 74). Ese papel negativo Eso desemboca en un proceso de de la madre queda acentuado cuando búsqueda que lo llevará a su infancia emprende la búsqueda de su hijo y y vida anterior en Estrada, Limón. llega donde el Negro Cantor y este Tal recorrido permite conocer la vida le responde en versos que “Cocorí pasada del protagonista, sus padres, la busca la Rosa”: “No me vengas con memoria de sus antepasados, la muerte majaderías en verso –bramó furiosa de su primera esposa Lorena, sus demás mamá Drusila, dando pataditas en el amantes, el legado cultural e ideológico suelo” (p. 64. El destacado es mío). de su abuelo, cómo resulta atrapado Además de confesarse ignorante, el entre dos culturas y dos razas, de tal narrador termina animalizándola, modo que no se siente ni negro ni blanco

7. Quince Duncan. Los cuatro espejos. San José: y acaba con su retorno a San José al seno Editorial Costa Rica, 1973. Todas las referencias de la sociedad blanca, se mira al espejo serán tomadas de esta edición. y “una sonrisa profunda ilumina el color

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 345 Jorge Ramírez Caro

de su piel” (p. 163). Esta felicidad final Charles desde Estrada hasta llegar a del personaje se debe a que, pese a Ester Centeno en San José. todo su pasado, ha logrado el cometido socioideológico de su abuelo: casarse El texto nos ubica entre los dos extre- con una blanca, “adelantar”, “aclarar” y mos posibles del mundo racial: el negro “subir de color” (p. 130). y el blanco, siendo considerado negati- vo el mundo negro y positivo el mundo Un pasaje nos servirá para visualizar el blanco. En medio de esos dos mundos proceso de blanqueamiento de Charles están los mulatos, quien en ningún mo- McForbes y el papel que entrarán a mento debe mirar hacia atrás (casarse cumplir las mujeres en dicho proceso. con una negra), sino en el lugar que está (casarse con otra mulata) o hacia ade- No quiero a ninguno de ustedes lante (casarse con una blanca). De este casado con una negra. Búsquense modo queda invocado el sistema de una mulata o una inglesa. Hay castas y el proceso de blanqueamien- que subir de color para escapar to impuesto por la lógica racista del de esta cochinada en que colonialismo español. En este proceso estamos. El negro desde Noé de blanqueamiento la mujer, mulata o fue condenado por Dios a sufrir. blanca, cumplirá una función particu- Va a sufrir siempre: aléjense de lar: servirá de puente o de escalera de ellos lo más posible. Hay que ir ascenso social, económico y racial a blanqueando, esa es la solución: los McForbes. Dicho ascenso será más hay que ir blanqueando (p. 130. acentuado o progresivo cuanto más Los destacados son míos). blanca sea la mujer con que se case.

Antes de analizar este pasaje, conviene Charles McForbes se adhiere al ideario aclarar que el abuelo de Charles, racial de su abuelo que “obligó a todos Saltiman McForbes, no se consideraba sus hijos a asistir al colegio. Era un negro, sino mulato, descendiente de un colegio exclusivo, donde solamente escocés que tuvo intimidad con unas de podían ir mulatos” (p. 129). Charles va sus criadas. Por esta razón aconsejaba a al colegio y a la universidad y después sus hijos: “ustedes no son negros, pero empieza su escalada con las mujeres, tampoco son blancos. Son gente de que podemos dividir en tres grupos, color, nunca se olviden de eso. Y sepan según su condición étnica, geográfica eso, el negro es incapaz de unirse al y socioeconómica. El primer grupo lo negro: pero nosotros la gente de color, constituyen las mulatas Lorena, Mills, sí somos capaces de hacerlo” (p. 130). Victoria y Ruth, oriundas de Estrada y Con esto aclarado, quedamos ante un de una condición socioeconómica baja. pasaje que nos coloca frente al proceso En el segundo grupo está Engracia, de blanqueamiento que emprenderá mujer blanca, oriunda de Grecia y

346 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

de una condición socioeconómica Más adelante dice de Engracia: media. Y el tercer grupo lo conforman Magdalena y Ester, de San José, blancas “El martes fui a la casa de y pertenecientes a una condición Engracia, una exótica mujer económica alta. El blanqueamiento blanca de Grecia. Su blanca de Charles no sólo ha consistido en piel quemada por el llano, “escapar de aquella cochinada en que conservaba no obstante la estaba”, mediante el estudio, sino fresca espuma de la caña de su también por medio de las diferentes tierra… Engracia necesitaba mujeres, que progresivamente ha ido de mí y yo de ella. Ella de seleccionando en orden creciente mi negrura para amortiguar hacia lo blanco, lo económicamente un tanto su palidez. De mi estable y en dirección hacia el Valle juventud para aplazar el paso de Central: la idea de Charles no es sólo los años. Yo me vengaba de la blanquearse, sino también acomodarse vida, de los que durante tantos y vallecentralizarse. años me habían dominado, robándole a mi padre su Sería bueno destacar cómo son capta- humanidad misma, y a sus das dos de estas mujeres blancas por padres y abuelos antes, y a la la mirada de Charles McForbes. De vez cultivaba en ella mi propia Engracia señala: madurez” (pp. 139-140).

Era linda la condenada. Lo El pasaje pone de relieve el propósito de mejor que ha producido Grecia. Charles de conocer, ver y encontrar una Lo digo con toda franqueza: mujer blanca. También nos ubica ante las yo fui allá a conocer y no pude razones por las cuales Charles terminará ver nada semejante a Engracia. con Engracia: es la encarnación de la Pero además de linda era mala. bella mala y es más vieja que él. Pese Era jodida… Una mujer no a todo, Charles admira la blancura y suele ser demasiado bonita a esa la luz que irradia.8 Además, Engracia edad, pero Engracia lo era… sirve para que Charles recuerde que su Cuando Engracia se desnuda, madre es mulata y que él va camino al todas las cosas son de mármol. blanqueamiento. Engracia lo aproxima Mármol pulido… Es como ver una pieza de mármol salpicada 8. El asunto de la luz es una constante que admira Charles en todas las mujeres: de Ester dice de luces… Tenía sombras en su “una larga luz inundando el cuerpo” (p. 9); de piel, sombras azules. Un pelo Ivonne, una negra blanqueada señala: “sobre rojizo que le hacía recordar a sus ojos ardientes se posaba la luz” (p. 13); en el Esqueleto Mojado se encuentra una mujer uno a la propia madre (p. 65. blanca de la cual destaca que es “un instante Los destacados son míos). de luz” (p. 119).

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 347 Jorge Ramírez Caro

racial, económica y geográficamente a su con una blanca ante la alta sociedad meta: casarse con una blanca acomodada josefina. Con este ritual, Charles de San José. Estamos ante un Charles McForbes consigue: a) mostrarse, interesado y arribista, que instrumentaliza lucirse e impresionar: ponerse a la vista las relaciones amorosas en función del de todos, y b) esperar la sanción social beneficio material y racial. de la aceptación: miren a un negro con una blanca. Pero detengámonos en otros Ester y yo entramos triunfantes aspectos del fragmento. al Teatro Nacional para escuchar aquella conferencia Charles no deja de ponderar los atributos sobre minorías raciales en étnico-culturales de su pareja, al destacar Costa Rica. Mi esposa era de rasgos físicos que la asocian a valores porte distinguido, elegancia como la distinción, la delicadeza, la griega, grandes ojos y un ligero elegancia griega, los rasgos germánicos. rasgo germánico. De familia Le interesa poner de relieve que su mujer distinguida, no rica, pero es un prototipo de lo blanco y de lo descendiente de ricas familias acomodado económicamente hablando. de fecundos pasados… Ester Así se lo confirma a Ruth cuando va a vestía esa noche: calzado y visitarla a Estrada: “me han dicho que vestido en armonía con sus tu mujer es blanca y ni siquiera te he ojos celestes; dedos delgados, preguntado si eso es cierto y mucho mejillas ligeramente rosadas, menos su nombre. –Sí, es blanca: de y recogiendo sus hermosos buena familia. –De buena familia. Y cabellos de trigo una cintilla Lorena, ¿era de mala familia? –Quiero rosada. Caminamos despacio, decir de familia burguesa (p. 148. Los como corresponde a nuestro destacados son míos). Repárese en la papel social. La gente esperaba relación clase social-raza. eso de nosotros… Ester y yo nos sentamos adelante, al puro Con dicho prototipo se evoca el frente de todos, para que ningún modelo europeo, el canon de belleza interesado se quedara sin vernos occidental. Esto trae a la memoria el (p. 10. Los destacados son míos). proyecto eurofílico, eurocéntrico y etnofóbico del abuelo Saltiman y que Charles está siguiendo al pie de la letra. Toda esta cita corresponde a un ritual sociocultural: el ingreso de un negro En otro pasaje, Christian es bombar- al centro de cultura de la burguesía deado por su padre con el siguien- capitalina, como lo es el Teatro Nacional. te discurso: “Maldito hijo de perra, Pero también tiene que ver con el ritual no sos hijo mío. Mírate en el espejo: de presentación de un negro casado sos tan negro. No sé cómo saliste tan

348 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

negro: mira tu hermana. Tu herma- negro algo que valiera la pena” (p. 101). na es mucho más clara. Vos no sos Para ser admitido en la familia Centeno, hijo mío, yo tuve padres con sangre Charles tuvo que “suprimir muchas de europea. Vos sos más negro que un sus costumbres, adecuarse a [Ester], condenado salvaje africano” (p. 61). vestir a su manera y, finalmente, ganar Varios aspectos podemos destacar de el cariño de Magdalena y entonces sus este fragmento: a) el padre de Chris- celos” (p. 108). tian prefiere lo blanco y desprecia lo negro; b) la eurofilia y el etnocentris- Por eso, cuando retorna a casa de su mo al considerar lo europeo como esposa, al cierre de la novela, encon- modélico, c) la etnofobia al denostar contra lo africano, y d) el llamado a tramos la siguiente escena: auto-reconocerse como un ser despre- ciable por el color de la piel. Tanto en Los ojos de Ester eran de Christian como en Charles, el discurso pronto duros y silenciosos. La materno jugará un papel importante en volvía a ver: blancos eran sus pies al igual que sus suspiros su quiebre identitario. y sus besos. Pucha carajo, era bien blanca. De lo que no cae en la cuenta Charles es de la asimilación que sufre por -Si venís por el divorcio –dijo-, parte de la cultura blanca, de la que olvídate. termina reproduciendo sus prejuicios -¿Es una amenaza? y estereotipos sobre los negros y a la -No. No quiero que me dejés. Charles me cuesta decir eso. que termina justificando: de sí mismo -Sí, te cuesta. Pero¿te das sólo ve lo blanco (los dientes), pero no cuenta que al encadenarme te ve lo negro (el rostro) (p. 21). Cuando encadenás vos misma? se da cuenta de su rostro en el espejo, -Charles –dijo, sus ojos perdidos se entera con asombro de que es “un en la inmensidad de la noche-, rostro negro” (p. 30), lo cual, desde todos estamos encadenados. su propósito de blanquearse, le resulta Son cadenas de Dios. inaceptable. Termina odiando a negros Al entrar a casa fui directamente y negras: “Odiaba a todas ellas, a todos al baño para mirar mi rostro en los desgraciados condenados negros el espejo. Una sonrisa profunda del mundo” (p. 38), “cómo odiaba las iluminó el color de mi piel (p. condenadas costumbres de los negros” 163. Los destacados son míos). (p. 40). Tampoco se da cuenta de que Ester lo valora por lo que tiene de Estamos ante una especie de retorno blanco (“sus dientes, fila de mármol del esposo negro pródigo, el bien re- destellando luz, llamaron la atención de cibido en la casa de su esposa blanca Ester. Era la primera vez que veía en un que le sigue causando admiración. El

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 349 Jorge Ramírez Caro

regreso al seno de la sociedad blan- El origen de este deseo de ser blanco ca hace que Charles: a) recupere su proviene de la ideología colonialista satisfacción, b) reafirme su proceso del sistema de castas, como en Los de blanqueamiento y c) refuerce su cuatro espejos, ahora encarnado en la sueño de romper con la cultura ne- mercantilización de la belleza exterior gra. Pero este retorno también pone y en los juguetes para niñas. Una ne- de manifiesto el proceso coloniza- gra acaudalada quiere aprovechar la dor que porta la sociedad blanca y internacionalización del movimiento la asimilación que de dicho proceso de Garvey para promocionar sus pro- ha realizado el negro. En este pasaje ductos blanqueadores de piel. Cuando de cierre encontramos una negación Garvey le dice que no, se lleva a cabo de la acción humana blanca en la di- el siguiente diálogo: ferenciación étnico-cultural: al decir que las cadenas que los atan son “ca- -No entiendo –dijo Mrs. Walker denas de Dios” se des-responsabili- apretando sus inmaculados za a los blancos del sometimiento dientes-. Ellos son libres de de los negros. Ester aparece bajo el blanquearse, así como las papel del conquistador-colonizador pelirrojas se quitan las pecas. blanco que encadena al negro. Char- -Véalo así, Mrs. Walker: para les termina como al principio de la una norteamericana quitarse las novela: “me sentí incapaz de romper pecas es un gesto cosmético. Para las cadenas” (p. 8). un negro, blanquearse la piel es un gesto político, un síntoma de autodesprecio. El color de la piel c) Limón blues: blancocracia, debe ser nuestra bandera. fascinación y exotismo -Mmnnn… sí, creo que Marcus Garvey detectó que uno de los entiendo. ¿Y qué del alisette, problemas capitales de los negros de me lo anunciarán? principios de siglo XX era querer ser -El alisette sí (pp. 189- como blancos, y aunque deje traslucir 190. Excepto alisette, los su fascinación por el modelo blanco, destacados son míos). su proyecto tiene en miras liberar a los negros de dicha fascinación. La no Mientras que el punto de vista de comprensión de su proyecto liberador Walker es el mercantilismo de la blan- por parte de los negros la achaca a los cura, el de Garvey es la defensa de la mismos negros que apenas triunfan negritud: la señora Walker no visualiza “se sienten parte de la blancocracia”.9 el gesto político de la alienación identi- 9. Anacristina Rossi. Limón blues (2002). San taria que expresan los negros mediante José: Punto de Lectura, 2010, p. 146. Todas las el proceso de blanqueamiento; ella sólo referencias serán tomadas de esta edición. ve la posibilidad de ganancia dentro de

350 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

la libertad de empresa que el mercado encontramos normal que a posibilita. Por otro lado, pese a que pocas cuadras de aquí, en el Garvey no admite el blanqueamiento maravilloso parque, no haya de la piel, sí acepta el alisado perma- una sola niñera blanca. Todas nente del pelo, gesto con el cual se pre- son mulatas o negras, y cuidan tende ocultar una de las marcas de la a niños muy blancos o a niñas racialización. También debemos resal- que, gracias al Paradigma de tar de este pasaje la actitud del narrador Referencia de sus Padres, han ante la diferenciación étnico-cultural: logrado el mismo estatus que además de poner de relieve el carácter los niños blancos, si bien no mercantilista y alienador de la señora enteramente el color de la piel. Walker, el narrador quiere dejar patente ¡De hoy en adelante, hermanos de que lo único que tiene blanco son Negros de Port Limón, me van “sus inmaculados dientes”, cuestión a hacer el favor de no darles a que también hemos destacado en Char- sus hijas muñecas blancas (p. les McForbes de Los cuatro espejos. 200. Los destacados son míos). Otro pasaje en el que Garvey arremete No voy a detenerme en todos los contra el proceso de blanqueamien- aspectos que condensa este pasaje. Sólo to es el ejemplo de las niñas negras señalo que con este planteamiento, jugando con muñecas rubias. Dicho Garvey destaca que la aspiración a ejemplo viene después de haber se- la blancura se inculca en el mismo ñalado: “Aprendemos una ideología proceso de socialización de roles que blanca donde lo negro es boñiga”: los padres llevan a cabo con niños y A ver, miren todos con lo que niñas. Por carecer de un paradigma están jugando estas graciosas de referencia como los blancos y los niñitas de nuestra Raza. chinos, los negros han perdido su propia Y Garvey alzó en el aire, para identidad y se dedican a aprender a ser que todas pudieran verlas, como blancos o aspiran a ese color al dos muñecas muy rubias, muy asimilar los estereotipos inculcados por los blancos sobre la inferioridad de blancas, muy claros los ojos un 10 poco extraviados. Garvey casi los negros. Esta mecánica que hemos gritó, asustando a las niñas: puesto de relieve en Los cuatro espejos, ¡Estas niñas juegan con también se ejemplifica en Limón blues muñecas blancas! Así aprenden a desear bebés rubios y a 10. Recuérdese aquí el “Vocación”, cuento de Más despreciar su bello color abajo de la piel, de Abel Pacheco. La abuela le pregunta al negrito qué quiere ser cuando sea moreno. Así aprender a ser grande y el niño responde “Un blanco, Mistá, un niñeras de los blancos. Y todos blanco” (Pacheco, 1972).

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 351 Jorge Ramírez Caro

en el caso de Orlandus Robinson: un iría la vida si no la encontraba? Sin- negro fascinado por una mujer blanca. tió que perdió el equilibrio” (p. 50. El destacado es mío. Nada distinto de lo El embrujo de Orlandus es similar experimentado por Cocorí). Todo esto al experimentado por Cocorí con la tiene que ver con el efecto ejercido por rubia que baja del barco colonizador: Leonor en Orlandus. Este mismo efecto Orlandus queda embelesado cuando del encuentro lo experimenta después ve bajar a Leonor del tren que la con la separación: al leer la carta en la lleva de San José a Limón. El punto que Leonor le comunica que ya no pue- de encuentro cautivador es la mirada den verse otra vez, Orlandus “buscó un (como la Bocaracá a su presa): “La rincón infecto donde sólo los perros lo mujer del ministro le clavaba los ojos. vieran y se echó a llorar. Después se Estaba seguro de que jamás ninguna asió a sí mismo y supo que estaba en mujer lo había mirado así… Él sus manos morir o vivir” (p. 80). tampoco podía dejar de mirarla. Nunca había visto a una mujer elegante con el Mucho tiempo después, cuando ya se pelo suelto” (p. 43). No es suficiente ha casado con Irene, se lleva a cabo el destacar que Orlandus será aquí el reencuentro con Leonor. El impacto objeto de deseo y Leonor el sujeto y la fascinación es la misma o tal vez de deseo. También debemos resaltar más intensa, pese a que las cosas suce- que para Orlandus son las mujeres den frente a Irene y son contados desde blancas y no las negras la expresión su perspectiva. Del mismo barco donde de la belleza. En otras palabras, la vienen Orlandus e Irene desciende un belleza viene de fuera de Limón y grupo de mujeres. Una de ellas es sin- fuera del mundo negro. Un detalle gularizada y destaca de tal modo que más, de carácter fenotípico nos lo captura la atención de Irene: brinda el pelo suelto, cualidad no apreciable en las negras, sino en las Una de ella viste de forma blancas. La mujer blanca viene a ser distinta, será su falda de seda excepcional, única en su modo de negra, la ausencia de refajo, ver, en su belleza y en su elegancia. su corpiño ligero lo que la hace resaltar, o su pelo largo Después de un pequeño intercambio de sin sombrero ni peinetas, tiene palabras, Orlandus está aún tan maravi- unos grandes ojos húmedos y llado e impresionado que “no recuerda oscuros y si la noto tanto es qué le preguntó ni qué le respondió” (p. porque me mira, sí, me mira 48), “a Orlandus una especie de zumbi- directo y luego mira a Orlandus do lo aturdía” (p. 49). “Se sentía agoni- y su cara morena se arrebola, zar de ganas de mujer… ¿Qué había en arde cuando lo mira… mi su imperio, en sus ojos, que le habían negro mira a la señora y abierto una rajadura por donde se le su rostro se descompone

352 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

como si le hubieran dado días rumiando sus problemas y no es un susto mayúsculo… la capaz de compartirlos conmigo y me- mano le tiembla… se miran nos aún de interesarse en los míos. No y parece que nada va a poder sabe cuáles son los míos, no puede despegarles los ojos… los ojos conversar” (pp. 165-166). En vista de de mi negro y los de esa señora esta indiferencia de Orlandus es que se trenzaron, se tocaron, las Irene encontrará atractivo, compren- miradas de los dos se unieron sivo y maravilloso al blanco y gringo tan impúdicamente que es Ariel: “Al verlo y escucharlo tenía la como si los hubiera visto impresión de estar ante un libro que desvestirse… todo el brazo de leía y entendía. Todo lo contrario de Orlandus para detenerlo como su esposo” (p. 170). “Ariel la escu- si él fuera a correr detrás, pero chaba casi sin moverse, sin pestañar. el oficial ya puso de nuevo Orlandus nunca la había escuchado de las cuerdas, se perdieron de ese modo” (p. 179). vista las cuatro pero él no se recobra… (p. 113-114. Los Si Orlandus es considerado como ob- destacados son míos). jeto sexual por parte de la mujer blan- ca y del hombre blanco,11 Irene va a De más está señalar el impacto que ser vista como mero objeto sexual por ha causado en Orlandus la aparición parte del hombre blanco. repentina de Leonor: al negro se le descompone el rostro, la mano le Debo confesarle que cuando tiembla, queda como hipnotizado o la vi por primera vez usted paralizado, después quiere salir detrás encarnó para mí la imagen de Leonor y finalmente no se repone del trópico… Yo leía libros de aquel maravillamiento. A raíz de de aventuras imaginando que esa experiencia su relación con Irene viajaba a un país tropical. En jamás volverá a ser como antes. En otra los libros de piratas aparecía ocasión Irene pondrá de manifiesto la Port Limón. Así me propuse diferencia del Orlandus de ahora con venir a conocer… Vuelvo el Orlandus de antes: “Irene salió a lo que le dije: cuando la al patio a bañarse pensando mira tú, vi pensé que usted resumía cuando lo conocí podía hablarme perfectamente la belleza del por horas y ahora hay que sacarle las trópico. No es solamente que palabras con cuchara” (p. 119).

11. Recuérdese que Orlandus es abusado por el Irene le contará a Talita que Orlandus escocés con quien trabajó de sirviente por “es un hombre lejano… Está como primera vez (p. 31-32, 146). De ese abuso se encerrado, no puede salir. Se pasa los vengará su madre Nanah (p. 105).

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 353 Jorge Ramírez Caro

usted sea bella. Es que usted es que Leonor, dirá que su intención es vibrante. Excuse mi candor. carnal: “No quiero ser brusco, pero voy Dijo vibrante. A Irene le gustó. a decírtelo, desde que te vi por primera En pocos minutos se había vez contraje un tipo de tropical fever que establecido entre ellos una se llama pasión” (p. 172). El modo en inexplicable familiaridad (pp. que Ariel la posee descalifica la manera 169-170. El destacado es mío). como lo hace Orlandus: “Ariel adoró su cuerpo con una devoción extraña que a Desde el punto de vista de Ariel, Irene Irene no le habían prodigado nunca” (p. encarna el exotismo libresco, la ilusión 173). “Irene estaba segura de querer a su del aventurero y la belleza salvaje y marido y sus noches no habían dejado de primitiva. La diferencia con el antiguo tener pasión. [Pero] las cosas con Ariel colonizador es que Ariel se presenta como eran muy diferentes” (p. 177). Queda un tipo elegante, refinado y profesional, claro que lo blanco ejerce un poder es un médico de la Compañía bananera. seductor sobre lo negro, sea masculino El punto culminante de esta primera o femenino: así como Orlandus se rinde entrevista es que Irene, pese a estar ante ante Leonor, de igual manera lo hace un extraño que la ha perseguido por el Irene ante Ariel: “Y yo que soy tan… mercado, se deja seducir por sus palabras no sé, yo esas cosas las aguanto poco. y termina envuelta en “una inexplicable En cambio, contigo, una seda”, le dice familiaridad”. La mujer negra ha sido Irene a Ariel (p. 181). También, si la seducida y maravillada por el hombre relación entre Orlandus y Leonor tenía blanco: “Contra su costumbre y todo un impedimento, la de Irene y Ariel la su pasado, Irene dejó que las manos tendrá: Ariel le dice a Irene que viven protectoras y tibias de ese perfecto “circunstancias incompatibles” cuando desconocido la envolvieran. Sentía sus ella esperaba hablarle a él del futuro de finos labios contra su mejilla” (p. 171). ambos: “Pero Ariel le había advertido Irene termina envuelta por la finura y claramente que no habría futuro” (p. delicadeza de su pretendiente quien no 183). La despedida es clave: “Tú eres hallará resistencia en ella. la materialización de mi sueño tropical. ¡¿Qué más puedo pedir? (p. 184). La Mediante la descripción que se hace reacción de Irene: “Tuvo ganas pavorosas de la experiencia erótica de Irene con de romper ese hielo, besarlo, morderlo, Ariel conocemos el modo de proceder metérselo otra vez dentro de sí. Pero de Orlandus para con ella y su aventura Ariel se había rodeado de una corriente hace paralelo con la de Orlandus y magnética que la alejaba. Irene no pudo Leonor: del beso de Ariel dirá Irene que romper ese cerco” (pp. 185-186). es “infinitamente suave, dulce, sereno, que se fue convirtiendo en algo caliente Para finalizar, así como Orlandus tuvo su y peligroso” (p. 172). Ariel, al igual rencuentro con Leonor, Irene también lo

354 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Mujer blanca y mujer negra: fascinación, exotismo y discriminación étnico-cultural en las letras costarricenses

tendrá con Ariel. En esta ocasión ella lo obediente, sumiso y alegre. Por eso sabe va a buscar, pero en lugar de un encuen- bailar” (“El negro, sentido de nuestra ale- tro amoroso, Ariel la convierte en objeto gría”. A lo largo del corto camino. San de estudio de una enfermedad tropical. José: Editorial Costa Rica, 1961, p. 173). Delante de los estudiantes de medicina “Congolí” también es otro ejemplo de hace que Irene se desnude para explicar este caso de infantilización de la cultura el mal de que padeció: “El impétigo es y el mundo negros (Pacheco, 1972). una infección difícil de tratar, común en los niños. Mrs. Barret era maestra en El mundo blanco se arroga la prerro- una escuela primaria de bajos recursos. gativa, no sólo de despojar al negro La mala higiene, el hacinamiento, el cli- de su condición de adulto, sino tam- ma caliente y húmedo…” (pp. 316-317. bién de reducirlo a una etapa histórica Orlandus también será asociado por primitiva o prehistórica, pre-racional, Ariel con “una enfermedad de la cual se pre-cultural, convirtiéndolo así en ser sabe poco”, p. 374, 370). Al señalar que carente y necesitado en el que el mun- la enfermedad es común de los niños, do blanco puede actuar como benefac- Ariel nuevamente infantiliza a Irene, ya tor o como segregador. que en un pasaje anterior, el narrador Si Orlandus dijo de Leonor que “ella te- señalaba: “Y él, con un tono de doctor nía los ojos del amo” (p. 66), Irene tam- cariñoso y paternal, agachándose como bién le confesará a Talita que ella sintió si le hablara a alguien muy pequeño – ese mismo sentimiento de criatura frente cuando en realidad Irene era mayor que a Ariel: “Yo era su esclava, también”. Ese él, y más alta- le tomó una mano en un “también” se refiere a que Ariel le había gesto que quería ser reconfortante” (p. declarado a Irene: “Tu cuerpo me con- 180. Los destacados son míos). vierte en tu esclavo, ¿comprendes?” (p. 322). La diferencia radica en que, mien- Esta misma actitud maternal y de supe- tras Ariel deja claro que lo que lo ata a rioridad la asume el resto de la cultura Irene es el cuerpo, lo material, el sexo, blanca en relación con negros y negras. Irene es cautiva de todo lo que rodea a En otra ocasión Irene se queja con una Ariel: ella está dispuesta a dejarlo todo señora rubia sobre este asunto: “Tengo para pertenecer al mundo de su amante veintidós años, trabajo de maestra pero blanco: “Puedes pedirme más, pídemelo me tratan como a una bebé. A las jamai- todo, ruégame que abandone esta vida quinas les dan más libertad” (p. 109). por ti; aunque no me lo ruegues, con Un caso muy similar lo encontramos en sólo que me lo digas abandonaré todo” Yolanda Oreamuno: “Un negro de veinti- (p. 184. El destacado es mío). Este pasaje cinco años es un niño al que le han creci- nos recuerda el proyecto de blanquea- do desmesuradamente las piernas, y con miento del abuelo de Charles McForbes: su mentalidad en pañales, es irreflexivo, “Hay que subir de color para escapar de

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 355 Jorge Ramírez Caro

esta cochinada en que estamos” (p. 130). Gutiérrez, Joaquín. (1977). Cocorí. Para Irene “esta vida” remite al mundo San José: Editorial Costa Rica. negro, al mundo de Limón. El sueño no Lyra, Carmen. (1920). Cuentos de mi ejecutado de la negra era ingresar al mun- Tía Panchita. San José: Im- do blanco. Pero Ariel le cierra su mundo prenta Española, 1936. y la deja por fuera: “Irene no pudo rom- ______. (1977). Relatos escogi- per ese cerco” (pp. 185-186). dos. Selección, prólogo, notas y cronología de Alfonso Chase. San José: Editorial Costa Rica. Bibliografía Murillo Chaverri, Carmen.(1995). Identi- Alvarenga Venútolo, Patricia. (2007). dades de hierro y humo. La cons- “La inmigración extranjera en trucción del ferrocarril al Atlánti- la historia costarricense”. Car- co, 1870-1890. San José: Porvenir. los Sandoval García, ed. El mito Oreamuno, Yolanda. (1961). A lo lar- roto. San José: EUCR, 3-24. go del corto camino. San José: Editorial Costa Rica. Bettelheim, Bruno. (1975). Psicoaná- Pacheco, Abel. (1972). Más abajo lisis de los cuentos de hadas. de la piel. San José: Editorial Barcelona: Crítica, 2010. Costa Rica. Caamaño Morúa, Virginia. “Cocorí: Powell, Lorein. (1985). Lectura (en cri- una lectura desde la perspecti- sis) de tres obras racistas. Tesis va de la construcción identitaria de Licenciatura. Heredia: Escue- costarricense”. Káñina XXVIII, la de Literatura y Ciencias del número especial (2004): 27-32. Lenguaje, Universidad Nacional. Casey Gaspar, Jeffrey. (1975). Limón Rojas, Margarita y Flora Ovares.(1995). 1880-1940. Un estudio de la in- Cien años de literatura costarri- dustria bananera en Costa Rica. cense. San José: Farben Norma. San José: Editorial Costa Rica. Rossi, Anacristina. Limón blues (2002). ChenSham, Jorge. “El cronotopo de San José: Punto de Lectura, 2010. Indias y el sujeto afro-caribeño: Senior Angulo, Diana. Ciudadanía recepción de Cocorí”. Káñi- afrocostarricense. El gran es- na XXVIII, número especial cenario comprendido entre (2004): 33-40. 1927 y 1963. San José: EU- Duncan, Quince. (1973). Los cuatro espe- NED-EUCR, 2011. jos. San José: Editorial Costa Rica. Soto, Ronald.(1988). Inmigración e iden- Flórez, Luis. “Algunas fórmulas de tidad nacional en Costa Rica, tratamiento en el español del 1904-1942. Los “otros” reafirman departamento de Antioquia el “nosotros”. Tesis para optar por (Colombia)”. Thesaurus, Tomo el grado de Licenciatura en Histo- X, No. 1, 2 y 3 (1954): 78-88. ria. Universidad de Costa Rica.

356 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014