TRANSICION ETNICA EN LA PROVINCIA

Alison Spedding (*)

Los términos 'etnia' y 'etnicidad' hicie­ nes europeos con tradición más larga, ron su entrada en la antropología a par­ como Francia o el Reino Unido, encie­ tir de la década de los sesenta, para re­ rran hasta hoy minorías étnicas indíge• emplazar términos como 'tribu' que se nas con idiomas e identidades distintos consideraba anticuado, o 'raza' que traía a los de la población mayoritaria, ' In­ resabios racistas y ofensivos. Sin em­ tentos de promover conceptos de una bargo, no han recibido un desarrollo teó• nación o sistema educativo 'pluri-cultu­ rico adecuado, y suelen funcionar como ral' rara vez llegan a ser más que pro­ 'conceptos basureros' para explicar cual­ nunciamientos piadosos. mientras el ideal quier variación social o cultural que no de una nación mono-étnica sigue domi­ podía ser atribuida a causas más con­ nante en los proyectos de 'identidad na­ cretas. El concepto de 'etnia' existe en cional' en las naciones andinas. Por un balanceo mal definido con el de 'na­ ejemplo, si se introduce la enseiianza en ción', considerado como una unidad idiomas nativos en los primeros cursos política que a la vez es - o debe ser - de la escuela, esto es sólo para facilitar homogénea respecto al idioma, religión, la eventual entrada de los alumnos al sis­ y 'cultura' general; desde el siglo XIX, tema educativo en el idi oma nacional - Europa y los países más influenciados castellano - y no el principio de un siste­ por la cultura intelectual europea (como ma completo de educación en dichos idio­ ex-Union Soviética) han sido plagados mas. por repetidos intentos de establecer es­ De otro lado, es evidente que el tados-naciones que corresponden a este concepto de diferencia étnica, y tam­ modelo. aunque hasta los estados-nacio- bién los prejuicios étnicos, existían en el

(.) Docente de la Carrera de Sociología de Ita U.M.S.A l . En mu c ho~ casos, las élites de es tos paises han rea li zado campaña s inten sivas par:l imponer un solo lenguaje y cultura nacional. La homogeneidad existente hoy en día es lejos de ser un hec ho 'orgánico' o 'nalural' , si no es resultado de siglos de lucha politica, En FranC ia. por ejemplo , a fine s del Siglo XV II' menos que la mitad de IJ. población hablaba francés; ahora casi no se encuentra hablantes de los dial cClos regionales. Véase Gross( 1993) por un comentario sobre unos casos contemporáneos dt: multiJingüi slllo )' sus significados polílicos y culturales mundo andino prehispánico. Parece que monolítico, aunque una revisión del ma­ elementos constitutivos de la identidad terial etnográfico no apoya esta posición. étnica incluyeron el traje y la práctica Este trabajo intenta, a través del estu­ ritual (adoración de ciertas deidades lo­ dio de los cambios de idioma, ocupación cales, tipo de ofrendas utilizadas, etc.). y calificación étnica en una micro-re­ Se relacionaba también con la división gión boliviana entre 1940 y el presente, del trabajo (se diferenciaban grupos de abordar algunos aspectos del tema. pescadores, cazadores y recolectores, La enorme variedad de idiomas pastores, agricultores, etc.). La relación existentes en los Andes en el siglo XVI de esta identidad local/cultural con el se ha ido reduciendo paulatinamente a idioma queda mal definida. Dentro del través del tiempo. Los documentos his­ grupo lingüístico aymara, por ejemplo, tóricos revelan muchos casos de cam­ se reconocía muchas etnias distintas, y bio de idioma - por ejemplo, en el siglo el multilinguismo era muy difundido. La XVI en Cochabamba el idioma mayori­ prácti ca muy común hoy en día de usar tario era el aymara, pero por el siglo 'ay mara' o 'quechua' como nombres de XVIII éste había sido reemplazado por grupos étnicos no tiene base en la reali­ el quechua. Aunque estos procesos si­ dad. Hasta dentro del grupo relativamen­ guen muy activos, hay pocos estudios te compacto de aymara hablantes, un de cómo y por qué se realizan, y por 'aymara' de Ambaná no es lo mismo qué algunas regiones se dan por cam­ que un o de Qaqachaka, y mucho me­ biar su idioma - a veces dentro de unas nos se puede igualar un 'quechua' del dos o tres generaciones - mientras otras Vall e Alt o de Cochabamba con uno de mantienen situaciones estables de o de Ayacucho. Los aymara monolingüismo o bi- o trilingüismo. hablantes de Sud Yungas usan 'aymara' Hosokawa( 1980) compara dos como nombre de un idioma, no de un regiones actualmente trilingües (aymara­ g rup0 é tnico ; indican diferencias quechua-castellano), la Provincia Muñe­ 'étnicas' a través de la referencia allu­ cas () y la Provincia Bustillos (Po­ gar de origen del individuo o grupo, es tosi). Mientras la primera muestra una dec ir, en télminos de identidad local. El situación estable, donde los niños sólo tema de la identidad local y las variacio­ hablan quechua pero los adultos son bi­ nes culturales correspondientes no ha lingües en quechua y aymara, la segun­ recibido un tratamiento adecuado den­ da demuestra una transición del tro de los estudios andinos, que prefie­ monolingüismo aymara entre los mas ren hablar de una 'cultura andina' - o ancianos, a través del bilingüismo con 'ay mara' o 'quechua' - como un ente abandono progresivo del ay mara en las

I 18 generaciones actualmente adultas, has­ las provincias de Los Yungas (el cantón ta monolingüismo quechua (con mayor Suri, foco del presente estudio), e o menor dominio del castellano) entre Inquisivi (la región valluna de la provin­ los menores. Destaca la influencia de cia) mientras los cantones altiplanicos los contactos con el exterior - en la pri­ seguían siendo parte de Sicasica. La mera, con los valles y el Altiplano provincia moderna fue creada bajo el aymara hablante de La Paz; en la se­ nombre de 'Montenegro' en 1836, cam­ gunda, con los centros mineros y biando el nombre a 'Inquisivi' en 1844. Cochabamba - pero no explica por qué Entre 1866 y 1871 formaba parte del solo en el segundo caso esto ha condu­ departamento de Cochabamba, volvien­ cido a la perdida del idioma original. do a la jurisdicción de La Paz en 1871 Destaca el rol de las mujeres en la Pro­ (Canedo et al., 1979). La provincia vincia Bustillos en imponer el idioma abarca todos los pisos ecológicos prin­ quechua en sus hijos, siendo ellas mis­ cipales de los Andes - Altiplano, valles mas bilingües en quechua y aymara, algo y yungas - y se encuentra atravesada que va en contra del concepto de las por el importante camino de herradura mujeres como conservadoras de idioma. que une los Yungas paceños con Se suele asumir, también, que las muje­ Ayopaya en Cochabamba. Es mayor­ res tienen menos contacto con el exte­ mente una región agrícola, pero en la rior que los hombres; entonces Por qué cordillera de Kimsa Cruz hay varios será que, mientras 'el cambio idiomático centros mineros como y Cara­ de una generación a otra es gradual coles . Actualmente, aunque política• entre los hombres ... entre las mujeres ... mente sujeta a La Paz. sus vínculos co­ es catastrófico' l' merciales más importantes son con La región estudiada aquí es otro Oruro . ejemplo de una región trilingüe, en este La etnohistoria de esta región caso fronterizo entre los departamen­ queda para definir. Los yungas de tos de La Paz (mayormente aymara ha­ Inquisivi son geográficamente y blante) y CochabaQlba (mayormente culturalmente distintos de Nor y Sud quechua hablante). Lo que es hoy en Yungas. Mientras estos parecen vincu­ día la Provincia Inquisivi fue antigua­ larse mayormente con el antiguo mente parte del corregimiento de Omasuyos, es decir, toda la banda orien­ Sicasica. Después fue repartido entre tal del Titicaca. con contactos que se

Hosokawa {19RO),p .5.l . ÉnfaSIS en original

119 extienden por toda la región aymara ha­ derío económico por , una fun­ blante del Perú hasta Arequipa, los va­ dación republicana a pie de la cordillera lles de Inquisivi parecen haber sido par­ de Kimsa Cruz que empezó a crecer con te del reino de los Pacajes, es decir, per­ el auge de la minería a partir de 1880. teneciente al Altiplano central y alejado Las comerciantes de Quime' ahora for­ de la región lacustre. Los caciques man un grupo muy importante en la pro­ Fernández Guarache poseían haciendas vincia, ya que ellas controlan todas las en el valle río abajo de Inquisivi (Cho­ ferias rurales y rescatan la mayoría de que 1979)' , Yo tras haciendas en la mis­ los productos agrícolas. ma quebrada eran propiedades de los Este estudio trata del cantón comunarios de varios lugares de Pacajes, Suri, ahora reducido a la antigua reduc­ como . Caquingora, Ayoayo y ción colonial de Suri y las comunidades (Canedo et al., op.cit.). La aledañas a ésta, pero que antes abarca­ gente de , ahora parte del altiplano ba toda la región yungueña de la pro­ de Inquisivi, tenían ti erras en Cañamina vincia. La abundancia de restos arqueo­ y otras partes de los yungas de la pro­ lógicos indica que la región era bastan­ vincia. La proximidad de los diferentes te poblada antes de la Conquista, y Suri pi sos ecológicos facilita el control verti­ fue incluido en la encomienda coquera cal y hoy se da varios casos de gente de Suri, Zongo y Oyune (Romano & que cu lti va ti erras en di stintas zonas (por Tranchard 1983; Tranchard 1985). Sin ejempl o. en Circuata en los yungas y en embargo, Zongo y Oyune (hoy Huni) se Lakalaka en el va ll e), aunque ahora esto encuentran cerca de La Paz, mientras se organi za sólo en el ámbito de unida­ Suri estaba mucho más lejos, aunque es des domésticas individuales y no de co­ probable que Oyune al menos era parte munidad. La capital de la provincia es la del señorío de Pacajes (Loza, 1984). reducción colonial de Inquisivi , ahora Una indicación de la riqueza de Suri, medio abandonada y ve ncida en el po- basada en la producción de la coca, es

Entre t::. li sta de haciendas en los 'yall es de Ca\'ari y Capiñata' cilndo por Choque. Caichan i. Laca laca y Ca nqu l! se encuentran hoy en el valle del 'río de Inqui sivi' . Kaychani (Caichani) está en la banda derecha \lniranJo aguas abajo), las demás en la banda izquierda por donde pasa el actual camino carretero. Canque I K:mk i L por ser muy extensa. se ha di vid ido ahora en Kanki Chico. Ti ya Kanki y Kanki Grólnde ; Lakalaka (Laka lak a) es el lugar de ori gen de varios rni gmnlcs contemporáneos a Surí . ..¡ . Se usa el gé nero femenin o para destacar el número de mujeres ac ti vas en este grupo. aunque evidentemen­ It.: in clu )'e ;) hombres.

120 que los indígenas de Suri fueron grava­ el cliente hable quechua o castellano por dos con la tasa más elevada de toda la preferencia. región, una situación que persistía hasta Ahora, la región es trilingüe. Se el siglo XIX' . considera que un verdadero Sureño (ha­ Estos datos indican que en el bitante de Suri) debe hablar 'los tres' pasado esta fue una región de habla (quechua. ay mara y castellano) y pare­ aymara, al igual que Pacajes. Esta suge­ ce haber cierta preferencia por el rencia se apoya en el hecho de que la quechua y/o castellano. El panorama lin­ mayoría de los topónimos identificables güístico es complejo, pero; aparte de de la región son aymaras. Suri es el aves­ trilingües activos (capaces de escuchar y truz de la pampa; hay nombres como contestar en cada idioma) hay varios gra­ Machaq Yunkas ('nuevo valle caliente'), dos de bi- y ni-lingüismo, tanto activo como Muxsa Kuka ('coca sabrosa'), Quri pasivo (se escucha un idioma y se con­ Qamaña ('el oro se queda en casa' - hay testa en otro) hasta casos de una mina de propiedad japonesa de oro monolingüismo ay mara." Al principio. yo en ese lugar ahora), Sik'imirani ('tiene consideraba esta situacion como eviden­ hormiguero' - sik'imira es una hormiga cia de una migración, presumiblemente pequeña que pica) - mas los topónimos quechuahablante, del valle colindante con mestizos frecuentes en Yungas, como Cochabamba, encima de un sustrato Escalerani ('tiene una escalera') o Kisuni ay mara, pero cuando viajé a dicho valle. ('tiene queso'). Los yatiris de la región descubrí que la situación en allá era más usan aymara como lengua ritual; hacen compleja todavía. sus oraciones en aymara, incluso para Suri es bastante representativo clientes que no entienden el idioma como de los otros pueblos y comunidades de los dueños de otra mina de oro frente a los Yungas de Inquisivi (Circuata, Qura, , y en el caso de clientes Sik'imirani, etc.) mientras en el valle hay trilingües. miran coca o realizan otras mayor localización del idioma. Algunas actividades rituales en aymara, aunque comunidades. como Ojo de Agua, son

:ci. En 1846. por ejemplo. los originarios de Surí pagaban 20 pesos con :1 reales anualmente. mientras en olras patles de los Yungas '1 de Inquisivi la lasa de originarios variaba entre 15 pesos con 3 rcales y 4 pesos con un real y medio (P:ldroncs de Indios, A~chivo de La Paz; Canedo el al.,op.ciU. 6. He encontrado a quechuahablantes monolingües en la provincia, pero ninguno en Sun; el único 'monolin­ güe castellano' en Surí es un gringo norteamericano que realmente represenla bilingüismo caslellano­ ingles ('les considerado algo idiota por haber pasado unos quince años en la provincia sin haber podido adquirir los idiomas nativos: dado que alfabetos funcionales fácilmente hablan tres idiomas, hasta yo, siendo 'una doctora' . provoco decepción cuando tengo que admitir que sólo puedo hablar tres idiomas - inglés. castellano y aymara - y no cuatro o cinco).

121 mayoritariamente quechua monolingüe sutiles y no los trataré aquí). Muchas o quechua-castellano bilingüe, mientras mujeres en Suri usan el traje Orureño. otras, como Kaychani. son resueltamen­ La pollera es plizada y relativamente te aymara hablantes. En una comunidad corta (hasta las rodillas), con un forro como Lakalaka los oriundosdellugarpa­ delgado y parcial, y unas bastas delga­ recen ser todos trilingües, pero se ve ca­ das a la altura de las caderas. Se usa un sos como una mujer oriunda de Kaychani rebozo rectangular, sin gancho, y un y casada en Lakalaka, que hablaba sombrero estilo Paceño (tipo 'bombín', ay mara todo el tiempo excepto cuando un tongo modificado). El mandil es igual­ conversaba con otra mujer casada en mente corto, con bastas, y sin pechera. Lakalaka pero oriunda de Ojo de Agua, Otras usan la misma pollera, pero con que hablaba quechua pero no aymara; una blusa Cochala (una blusa corta, de entonces se entendían en castellano. Se mangas cortas, con escote en forma de supone que cada una de estas mujeres corazón) y algunas, mayormente jóve• había sido expuesta al quechua. o al nes, usan un sombrero Cochala de paja aymara. a lo menos durante su vida adul­ con una cinta de paño y talvéz una rosa ta: al parecer en algunos casos existe artificial. Otras usan 'media Paceña': una un rechazo de uno u otro idioma, pare­ pollera larga. hasta media pantorrilla, con cido al rechazo al quechua que existe bastas anchas a la altura de la rodilla y en Sud Yungas. donde hay varios un forro completo, pero con las bastas inmigrantes quechua hablantes, pero más delgadas que la Paceña verdadera, nunca pasan el idioma a sus hijos, ni lo tal como usan las comerciantes de La usan en ninguna ocasión (porque cuan­ Paz. Usan un mandi 1 largo con pechera c10 lo hacen. provocan risa entre los de­ y sin bastas. el sombrero Paceño. y una más yungueños. que son todos bilingües manta cuadrada doblada en dos y suje­ en aymara y castellano). El pueblo de tada con gancho. Mientras el traje Quime es igualmente conocido como Orureño es típico de la clase dominante ay marista. al igual que el altiplano de en Suri (tanto que se impuso el sombre­ Inquisi vi (los aymara hablantes mono­ ro Paceño a una mujer que llegó como lingües en Suri parecen proceder todos monolingüe quechua de Cochabamba. del Altiplano). con el traje correspondiente, cuando jun­ Esta variación idiomática corres­ to con su marido pasó la fiesta patronal ponde a una variación en el traje usado. del pueblo en 1990) las comerciantes de Esto es mas obvio en el caso de las mu­ Quime sin excepción visten el traje jeres (hay ciertos distintivos regionales Paceño. En el valle, las comunidades en la ropa de los hombres, pero son muy mayormente ay maristas visten el

122 Paceño, las quechuistas visten Orureño encuentra a una altura de 2000 msnm, o Cochala, y las demás una mezcla tal justamente en el límite entre ' yungas' y como en Suri. Es de notar que en el va­ 'valle', y hay varias familias que culti­ lle absolutamente todas las mujeres vis­ van a la vez en las tierras bajas cerca­ ten la pollera. En Suri, hay varias muje­ nas al río (1500 msnm) y en las tierras res de la clase dominante que visten de vallunas de Parpata, aprovechando así vestido, aunque otras usan la pollera, y de una variedad de cultivos. Ultimamen­ hay también una proporción bastante ele­ te, fomentado con créditos de la organi­ vada de mujeres de la clase baja que zación internacional 'Save the Children' usan el vestido, aunque en su forma hay producción de papa para el merca­ 'faldaki' (usan falda tubo, y nunca usan do. La producción de café, aunque es pantalón)'. un café de altura muy sabroso, ocupa La economía de Suri, hoy día un lugar periférico. Las formas de pro­ tal como en el pasado, se basa en la pro­ ducción de la coca, aunque básicamente ducción de coca. Hay producción de las mismas que en otras zonas de pro­ naranjas, de chirimoya, y en Parpata (la ducción tradicional, conservan algunos comunidad arriba del pueblo, ya en al­ rasgos del 'tiempo de hacienda', com­ tura 2400-2500 msnm, y por lo tanto paradas con la producción totalmente 'valle') luqutu. Se produce para el campesinizada de Sud Yungas; no todos autoconsumo maíz (variedades cubano, tienen coca les, los que tienen suelen te­ yungueño, chuncho y otras), papa en ner extensiones bastante grandes, y la Parpata, maní, y walusa, ésta última en cosecha se realiza puramente con jorna­ cantidad notable; hay menos producción leros'. La zona goza de suelos negros, de otros cultivos yungueños - muy poca fértiles aunque pedregosos; como con­ yuca, y de las nueve clases de plátano secuencia la coca crece abundantemen­ conocidas en Sud Yungas, en Suri sólo te pero carece de sabor. y combinada se encuentra la variedad 'enano'. Se con las técnicas poca cuidadosas de las practica una especie de control vertical jornaleras, produce una hoja inferior que tipo comprimido; el pueblo mismo se tiene un precio aproximadamente de la

7 . Estas convenciones contrastan a la vez con las de Sud Yungas. donde. en el campo hasta fin es de los 1980. lIluch:¡s solieras se visten de birlocha (falda estrecha o pantalón) o dc vestido. Las solteras que son de pollera usan una 'falda' que ¡;orrespondc a una pollera larga pero sin bastas . Las ca.~adas usan la pollera Pacclla. aunque hayan sido de vestido antes del malrimonio; las pocas que no la usan son faldaki. es decir. usan una falda ancha y larga que aunque no es una pollera es muy di stinta de la falda tubo de la birlocha. y no usan pant:llón. Sólo en los 1990 han aparecido unas jóvenes recién casadas que siguen vistiendo de birlocha. H. Véase Spedding( 1994) para un análisis detallado de la producción de coca en ambas provincias

123 mitad de la hoja '' (de las zo­ nes durante 'el tiempo de fruta', que co­ nas de tierra roja y estéril de Nor y Sud incide con el tiempo cuando no llueve Yungas, cosechada con mucho cuida­ mucho, se puede transitar el camino, y hay do). algo de dinero en el pueblo. Hasta hace poco, la Los vecinos invierten sus nuevas comercialización de la coca era un mono­ ganancias en patrocinar más fiestas en­ polio de los comerciantes Quimeños, quie­ tre ellos. utilizando imágenes domésticas nes la llevaban a Oruro, el interior de la de santos como la Virgen de Candelaria, provincia, y a los centros mineros. Los la Cruz, y Santiago, aparte de la fiesta mismos Sureños comercializan la chirimo­ patronal de la Virgen de Natividad (8 de ya, luqutu. y otros productos que ofrecen septiembre). Un aspecto notable de las ganancias men ores. Desde 1990, los fiestas en Suri es el consumo de chicha. carnets de productor de ADEPCOCA En las fiestas de santos, los prestes la dis­ (Asociación Departamental de Produc­ tribuyen a todos los invitados, mientras en tores de Coca) permiten que los produc­ las fiestas calendáricas como Año Nue­ tores dispuestos a pagar unos 100Bs' para vo, Carnaval, San Juan o Todos Santos, sacar el carnet puedan llevar su coca a dos mujeres de la clase dominante ponen ve nderla en La Paz. Los productores más chicherías donde venden la bebida. Aun­ acomodados de Suri, mayormente veci­ que Suri mismo esta cada vez más des­ nos del pueblo. han aprovechado de estos poblado, estas fiestas atraen gente inclu­ cal'nets para convertirse en rescatadores sive del pueblo de (tres horas a de toda la coca del lugar y expulsar a los pie), un eje comercial que tiene mucha Quimeños de esta rama del comercio. Los más gente y más actividad, pero no tiene Quimeiíos siguen acaparando una parte chicha. El público básico de las fiestas, al del excedente local a través de la peque­ igual que el de la feria, proviene del pue­ ña feria (de verduras, alimentos procesa­ blo mismo (que no pasa de los 200 habi­ dos. ropa. cachivaches. etc.) que desde tantes, incluyendo todas las guaguas), la 1991 vienen montando en Suri cada vier- comunidad de Chajna que se extiende

9 . Eso fu e el costo de la primera emi sión de carncts. La segunda emi sión. en 1996-7. costó hasta 33085 para personas que no se habían carneri zado ante s.

t24 debajo del pueblo hasta el río, Parpata, la el abandono y el olvido. Según mis esti­ ex-hacienda de Muxsa Kuka, y L1awllini maciones, la población del pueblo ha (una ex-hacienda a medio camino entre decaido desde unas 200 o más perso­ Suri y Licoma). nas en 1986 hacia unas 160 en 1993, un Esta actividad festiva tiene algo vaCÍo llenado sólo en parte por gente de que ver con la identidad Sureña; tam­ Parpata o Chajna que alquilan casas en bién tiene importancia el hecho de ser el pueblo para habitar cuando se en­ pueblo cocalero, que entre aproximada­ cuentran allí. Este proceso de abando­ mente 1982 y 1990 tomó un nuevo rum­ no data básicamente de la década de bo al convertirse en centro de actividad los 60, cuando se construyó el camino 'pichicatera' "', una actividad ya en des­ carretero pasando por Licoma hasta uso debido a la represión policial y el Circuata, aislando a Suri del flujo co­ decaimiento del mercado de dicho pro­ mercial regional. Lo que sigue es un in­ ducto. La identidad local en general, tento de relacionar los conceptos de pero, queda mal definida. Gente de Suri etnicidad e identidad con los cambios en La Paz suele decir «Soy de los históricos y los procesos de transición Yungas, l> pero los Paceños mayormen­ en un lugar concreto. te ignoran la existencia de los yungas En el período colonial y republi­ de Inquisivi y creen que deben ser de cano temprano, el cantón Suri con sus Nor o Sud Yungas. Suri tiene cierta fama viceparroquias de Cajuata y Circuata histórica por ser el lugar de nacimiento abarcaba desde Pulchiri y Charapax i has­ del protomartir de la Independencia, ta Turculi y Cañamina. En realidad, pero, Pedro Domingo Murillo (según la tradi­ su 'microregión' era más amplia, ya que ción local, hijo del cura de que hasta mediados del siglo pasado Suri e vino a celebrar la misa de la Virgen de Inquisivi eran los únicos pueblos en toda Natividad y 'confesó' a la bella hija de el área desde Irupana hasta Ayopaya. un rico arriero del lugar) pero esto no Circuata y, con mayor importancia, ha impedido su descenso gradual hacia Cajuata, fueron fundados como pueblos en el siglo XIX, y en el siglo XX Cajuata

Io . :;~c~~~~ó n de past~ básica (sulfato) de cocaína, ge neralmenh! en condiciones muy rústicas y cantidades

125 se erigió en capital de la tercera sec­ numerosos 'casados' no casados por ción de la provincia Inquisivi, desplazan­ ley. y la mayoría de las defunciones no do a Suri de su eminencia colonial. Man­ son registradas, pero todos registran el tenía su importancia mientras persistía nacimiento de sus hijos. Claro que el re­ el transporte a lomo de mula. Aparte de gistro de los padres y madres sólo in­ la ruta 'de abajo' entre La Paz y cluye a la gente en edad reproductiva. Ayopaya (lrupana-Circuata-Cajuata­ pero esto corresponde a la mayoría de C h i1 kan i -F rut i Ilan i-Sacambaya-Kut i­ la gente económicamente activa (entre Paica/Independencia)" hay un camino de herradura ' por la loma' por donde se los 18 y los 45 años más o menos) y por llega desde Suri hasta Ventilla y otros lo tanto nos permite ver una sección lugares del va lle en un día de camino. importante de la población. Hasta 1971 En la década de los 40, la cantidad de el registro incluía no sólo el nombre de coca que salía por esta ruta era tanta la madre. y del padre, si había un padre que justificaba la mantención de un dispuesto a reconocer al niño, sino, re­ aduanero en Parpata para cobrar los ferente a cada individuo adulto, su 'pro­ impuestos correspondientes. fe.sión', su 'raza', su 'idioma' , y su lu­ Los registros del Notario Civil gar de residencia. Este último nos per­ fu eron establecidos en 1940, y los si­ mite ver hasta donde se extendía la in­ gui entes datos provienen de los regis­ fluencia de Suri en la época - de donde tros de Suri. estudiados en dos perío• venia la gente a registrar a sus hijos - dos 1940-1948 y 1966-1971 ". Se haes­ mientras es evidente que 'raza' corres­ cogido para el estudio los registros de ponde a una clasificación étnica; se usa nacimiento, descmtando los de matrimo­ tres categorías, 'india' o 'indígena', ni o y de defunciones; en el campo hay 'mestiza' y 'blanca' 13 . Claro que las

I l . Esta ruta. la más dir¡,; cla y fácil - va cas i en línea recta noroeste a sureste, y ti ene pocas subidas fuertes - es evioCllIcrncntc la usada por los vecinos de Sud Yungas cuando huyeron en masa de las huestes de Tupaj K:Hari. e I!!uallllcnte hubi ese jugado un papel importante en las com uni caciones entre los Yungas y la r..::pubriqut'~a dt: Ayopaya durante las guerras de la Independencia. La ignorancia generalizada respeclo a esta rcgión. ha conducido a estudios como del Valle de Si lcs( 1990) a suponer que los vecinos de Sud Yungas pa s Jro~ por Suri JI fugar. lo que, en términos geográficos. supone un desvío mu y poco probable por una ':Jra vana numerosa y cargado de enseres y familiares dI! toda edad. Esta misma ruta fue usada por la marcha encalaa dd Chapare a La Paz en 1994 11 Sl' agradece a l o~ sci'i ores Florencia Cossio y Macedonio Narvaez por haberme facilitado estos documen­

l OS .

126 fuentes no explican cómo se otorgaba munidades 'aledañas, pero los registra­ la clasificación - ¿el notario lo asignaba, dos entre 1940 y 1948 incluyen gente o era según las aseveraciones de la gen­ de Poqueloque, Tojra y Huaritolo (al te? - pero podemos percibir su relación otro lado del río Suri), Licoma y sus al­ con dos otros ejes importantes de la cla­ rededores (Toriri, Millamilla), unos cuan­ sificación étnica, el idioma y la división tos de Cajuata, y varios del valle del trabajo (la 'profesión'). (Frutillani, Luqutani, Kanki, Ventilla, Se ha analizado los datos en pri­ Chuwaylani). Esto indica que Suri se­ mer lugar según el género (mujeres y guía siendo el centro político para al hombres). La etnicidad es algo que va­ menos algunos de los habitantes de esos ría según el género; puede ser señalado lugares en esa época. Por 1966 se ve (por ejemplo, a través del traje, o el uso que su región de influencia ya se había del idioma) con más fuerza en un géne­ contraído a lo que es ahora, con sólo ro que en otro. La etnicidad puede ser uno que otro individuo de Huaritolo, heredada en forma bilateral, o con más Ventilla o Jach'a Qala (entre Suri y énfasis en la línea paterna o la materna; Sik'imirani) citado. Ya no aparecen ni ser judío es ser hijo de una madre ju­ los habitantes de Chuxllara o Culuyo día. 14 Hay varios casos de mujeres que (ex-haciendas ubicadas entre Llawllini registran hijos naturales sin mencionar y Licoma). al padre, así que más mujeres que hom­ Otro indice de etnicidad, o algo bres aparecen en las fuentes. En segun­ que muchas veces se toma como tal, es do lugar, se ha analizado dos relaciones: el apellido. Se ha dividido los apellidos primero, etnicidad y profesión; segun­ en dos clases, indígenas y europeos, y do, etnicidad e idioma. En 1940 y 1941 estudiado los que aparecen entre blan­ no se registraba el idioma. cos, mestizos e indios (v. Apéndice). En ambos períodos, la mayoría Resulta que los apellidos europeos pre­ de los registrados son de Suri y sus co- dominan en todos los grupos; pero, mien-

1). Hay un solo caso de una parejil clasificada como 'morenos'. es decir negros, una categoría frecuente en Nor y Sud Yungas. pero casi ausente en Inquisivi . 14 . Es interesante que en este caso de herencia matrilincal. como entre los judíos hasidicos de Londres. los hombres mantienen un traje y un corte de pelo muy distinto. mientras las mujeres del grupo se visten según la moda occidental aunque en una versión conservadora

127 tras hay más apellidos indígenas entre no es un guía confiable de la 'raza', algo los 'indígenas' tampoco están ausentes que no debe ser sorprendente cuando entre los 'blancos'. Personas de cual­ hay tantos ejemplos de gente que cam­ quier grupo pueden apellidarse Condori, bia su apellido, y ejemplos históricos de Apaza, Aguilar o Balderrama, y mien­ familias donde madre, padre, hijo e hija tras los apellidos de los 'blancos' inclu­ tenían cada uno un apellido distinto yen unos tan históricos como Murillo, (Wachtel 1983). también tenemos 'indígenas' llamados Azurduy ". Se concluye que el apellido

Cuadros I.M UJERES l. Segú n la profesión A. 1940- 1948

Indígena Mtsiza Bia1:a NI" Tctai Prolcsión~ Cosechadora' 7 130 66 1 2 199 Agncultora 17 1 3 21 Propietaria 2 2 Tejedora 36 2 1 1 40 HihUldcra 21 1 1 23 Costurera 11 18 29 Labores de casa 2 14 22 6 44 NI 15 10 1 26 Otros 5'" 11'.1 6 Totales 221 110 50 9 390

Scomileauna 'morena' quenparececb; v=.enla)lirm:lOomodedicadaal

1) . Se refiere a la famos

Ird¡p13 Msi2a Bm:a N TOOlIes ~a:fu{e;ót

Cosechadora S S Agricultora 4 1 S Tejedora 3 4 1 1 9 Hi landera 2 1 1 4 Costurera 1 1 2 ÜlTHciate 2 1 2 S Uixxesdecasa JI 9í 13 2 148 N 1 3 1 1 6 TOOlIes ~ 111 Jl S 184

2. Según el idioma A =ayOlara. Q =q uechua. C =caste ll ano

A. 1942- 1948

~:RatÁ1: A Q C Q&A Q&C C&A Totales

Indíge na 168 22 5 2 1 198

Mestiza 11 24 40 1 1 4 8 1

Blanca 1 38 39

Morena . 1 1

NI 2 14 1 7

To tales 182 46 88 3 2 S 326

129 B.1966-1971

~R37~1. . A Q e Q&A NI Totales

Indígena 23 6 19 48

Mestiza 24 22 61 2 2 111

Blanca 1 19 20

NI 1 4 5

Totales 48 29 103 2 2 184

11 . HOMBRES 1. Segú n la profes ión A.1940- 1948

prorcsión ~ Indígena Mestiza Blanca Morena NI Totales Ag ri cu lt or 163 82 13 1 3 262 Prop ietario 2 12 14 Comcn; iante 2 9 2 13 Preceptor 1 3 - 4 Sastre 1 3 4 Carp intero - 3 3 Minero 1 1 2 Albañil 2 2 Otros 220 :VI 5 NI 7 1 8

Totales 171 95 45 1 5 317

20. [ sayañero, I sombrerero. 2 1 1 eban ista. 1 zapatero. I destilador

130 B.1966-1971

~Profesion Indígena Mesti za Blanca NI Totales Agricultor '}f¡ 58 10 3

2. Según el idioma

A. 1942· 1948

~R,u.a: : A Q C Q&A Q&C C&A C&Q&A NI Totales

Indígena 122 12 9 I 6 150 Mestiza 7 12 32 2 2 10 1 66 Bl anc a 36 36 Morena 1 NI 1 2 1 4 , Totales 129 25 80 3 2 16 1 1 257

22. I mccanico. 1 músico. La presencia del músico es algo accidental. ya que el nacimiento fue registrado du rante la fi esta ptllronal. y el procede de Llipc L1 ipc: se supone que fue contratado para la fies ta y por casuaJidad su esposa dio a lu z en Sun.

131 B.1966·197 1

~.Raza. A Q C Q&C Totales

Indígena 10 2 14 26 Mestiza 18 5 43 1 67 Blanca 20 20 NI 1 5 6

Totales 28 8 82 1 119

111. Considerando las categorías principales, y reduciendo las cifras a porcentajes, obtene· mos el siguiente cuadro comparativo.

Idioma: Aymara 50.2% 23.5% 55.8% 26. 1% Quechua 9.7% 6.7% 14.1% 15.8% Castell ano 3 1. 1% 68.9% 27.0% 60.0%

Profesión. Agricu ltor 83.0% 81.5% Cosechadora 51.7% 2.7% Agricultora 5.4% 2.7% Labores de casa 11.3% 81.0%

Raza: ~3 Indígena 58.4/53.4% 21.8% 60.7/56.7% 26.1% Mestiza 25.7/30.2% 56.3% 28.2/24.8% 60.3% Blanca 14.0114 .2% 16.8% 12.0112.8% 10.8%

23 Para el primer período. el primer porcentaje es relativo al idioma, entre 1943 y 1948, Y el segundo relativo a la profesión. entre 1940 y 1948.

132 Considerando el cuadro I1I, que resu­ El hecho de mantenerse casi me en porcentajes los resultados, se constante el porcentaje de hombres dedi­ puede comentar tres cambios aparen­ cados a la agricultura sugiere que la es­ tes. Mientras el porcentaje de tructura económica básica de la región no quechuistas es casi constante, con un ha cambiado. Los comentarios orales so­ leve aumento, el aymara ha sido reem­ bre el pasado indican que el sistema pro­ plazado por el castellano como idioma ductivo es el mismo que en los años 40, y mayoritario. En términos de raza, los es cierto que las mujeres no han dejado blancos han mantenido su presencia de cosechar coca. Puedo constatar que entre 10.8 y 16.8% (con más hombres entre las registradas como amas de casa blancos y menos mujeres blancas) entre 1966 y 1971 había varias mujeres mientras los porcentajes de indígenas y que, yo sé, siempre participan en la agri­ mestizos se han intercambiado: de 53.8- cultura. Es probable que, en parte, se tra­ 60.7% indígenas (con más mujeres que ta de un cambio de definición y no de ac­ hombres) y 24.8-30.2% mestizos (una tividad, aunque de otro lado tengo la im­ ligera mayoría de hombres) se ha pasa­ presión que las mujeres en Inquisivi ac­ do a 56.3-60.3% mestizos y 21.8-26.1 % tualmente participan menos en la agricul­ indígenas (ambos con más mujeres). Fi­ tura que en Sud Yungas. Incluso puede nalmente, el porcentaje de hombres agri­ ser considerado un mal trato por parte del cultores se mantiene en casi el mismo marido si él exige, o permite, que la mujer nivel (de 83% rebaja a 81.5%) mien­ se dedique mayormente a la agricultura, tras las mujeres parecen haber abando­ mientras en Sud Yungas una mujer que nado la agricultura en masa: de un no trabaja constantemente en la agricul­ 56.4% (combinando las cifras para tura (a lo menos en la cosecha de coca) cosechadoras" y agricultoras) las que es despreciada por tloja. declaran profesiones agrícolas se han En Inquisivi con frecuencia las reducido a 5.4%, a la vez que las dedi­ mujeres se quedan en la casa cocinando cadas a labores de casa han ascendido y llevan el almuerzo al marido al medio­ de 11.3% a 81.0%., día, mientras en Sud Yungas preparan todo

24 . Se supone que 'cosechadora' y 'agricultora' son básicamente lo mismo. pero se escoge la larca mus asociada con la mujer en la agricultura yungueña. la de cosechar coca. como título global de su actividad en el agro. Aparte de cosechar coca, las mujeres en Yungas también desyerban el cocal, trabajan en loda.~ ¡as elapas del cultivo en las chacras de autoconsumo, desyerban la huerta de cítricos y recogen café

133 en la madrugada y entregan un fiambre era propia de mestizas y blancas antes a cada miembro de la familia antes de de la Reforma Agraria, mientras las in­ irse a sus diferentes lugares de trabajo. dígenas eran cosechadoras o artesanas En Sud Yungas no se da comida a los (tejedoras o hilanderas) y por lo tanto jornaleros; en Inquisivi sí, que implica el enorme aumento de mujeres que que una mujer de la unidad domestica aseveran tener su casa como profesión, que emplea a jornaleros tiene que dedi­ no obstante su actividad real en la agri­ carse a cocinar para ellos en vez de tra­ cultura, corresponde a un intento de as­ bajar fuera de la casa. La presencia de censo social- un intento que, cuando se la chicha (virtualmente desconocida hoy convierte en realidad, puede acarrear un en día en Sud Yungas) igualmente im­ actual descenso económico. plica una inversi ón de fuerza de trabajo Los registros de idioma tampo­ fem enina en su manufactura doméstica co presentan un retrato completo de la en vez de la agricultura. La chicha es realidad; es cierto que hay mucho mas evidentemente muestra de una influen­ de un sólo individuo masculino que ha­ cia valluna y puede ser que la participa­ bla quechua, castellano y ay mara. Se ción reducida de las mujeres en la agri­ supone que los pocos casos citados de cultura también se debe a una influen­ bi- o trilingüismo corresponden a indi­ cia de las regiones maiceras, donde el viduos que querían insistir en el hecho. trabajo agrícola es intermitente y las Es probable que en los demás casos se mujeres no se ocupan tanto en ello; pero cita el idioma preferido del individuo y/o en Sud Yungas las mujeres migrantes el idioma que usaba para dirigirse al procedentes de las cabeceras de valle, notario (no necesariamente su idioma donde la chicha es fundamental en las materno, o el que habla con más facili­ fiestas y el maíz es un culti vo importan­ dad, o el que ocupa en su casa o en el te, se ajustan a los requerimientos cons­ trabajo cotidiano) sin preocuparse por tantes de trabajo agrícola en la econo­ la gama de sus habilidades Iinguísticas. mía cocalera y no mantienen sus hábi­ Dado que el castellano goza de mayor tos de origen, entonces esto no es una prestigio, cualquier que tiene un domi­ explicación adecuada. nio mínimo de ese idioma se presenta Es posible que esta desviación como castellano hablante; las cifras de del trabajo femenino de las tareas pro­ aymara y quechua corresponderían a ductivas tiene algo que ver con la mar­ personas que no pudieran expresarse en cada pobreza de Inquisivi comparada el idioma 'superior' (o sentían que su con Sud Yungas. A la vez es evidente dominio de lo mismo era deficiente y por que 'labores de casa' como profesión lo tanto preferían evitarlo). Evidente-

134 mente el castellano ha avanzado mucho te temporal, pero con algunos casos de en los treinta años cubiertos por los da­ asentamiento permanente) hacia el tos, y más entre los hombres que entre Chapare cochabambino (quechua/caste­ las mujeres; pero el hecho de que el llano), combinado con el rechazo de la porcentaje de individuos registrados hegemonía económica de los aymaristas como quechua hablantes haya aumen­ de Quime. A la vez, corresponde al tado un poco entre las mujeres indica mayor prestigio local del quechua com­ que, conforme a mis impresiones basa­ parado con el aymara. Un anciano que das en el trabajo de campo entre 1986 y vivía en Suri pero es oriundo del valle 1993, en realidad el quechua ha avan­ (poseía tierras en Lakalaka y zado a costa del aymara en los contex­ Chuwaylani) comentó que la ex-hacien­ tos (domésticos, reuniones sociales in­ da valluna de Chilkani está dividido en­ formales, y el trabajo agrícola) donde tre los que viven debajo de la iglesia, se ocupa más los idiomas nativos. 'gente Cochala' (es decir, quechua Sospecho que, si se volviese a poner hablantes) y los de arriba, 'indios datos sobre idioma en los registros con­ aymaras'. Su opinión contradice la de temporáneos, el resultado sería una su yerno, otro migrante de Chuwaylani, aplastante mayoría de 'castellano' con que dice que Chilkani es básicamente una minoría 'quechua' y un porcentaje ay mara hablante aparte de unos cuan­ ínfimo de 'aymara', no obstante una rea­ tos inmigrantes de las comunidades lidad donde la mayoría de los adultos en quechuistas del valle, pero representa Suri son más o menos trilingües" . Este un concepto difundido en la región. Se avance del quechua corresponde con hizo un comentario parecido sobre la una relación comercial con Oruro variación lingüística en Suri: 'Suri está (trilingüe) y una migración (mayorrnen- en la frontera [entre aymara y quechua].

2) . Después de esc ribir la versión original de estc ensayo, tuve acceso a los datos del Censo de 1992 reunidos en Albó( 1995:202-5) teferenle a la provincia Inquisi,'i. Allí aparece 91 % de la población de Surí como castellano hablante, frente a 54% ay mara y 38% quc¡;hua, que no coincide con mi s dalos de campo (casi loJOS hablan los tres y muy pocos se presentan como ayrnarahablantcs excepto cuando enfrentan un monolingüe en eSle idioma). ParJ el cantón cercano de Circuata. un:! nota di ce que 'El t:c nso da sólo un ]3% de quechua para el segmento Cin.:lIJlta. Sin embargo. según informes recogidos en el lu gar para este estudio, CN cl pueblo mismo predomina la lengua quechua' y yo diría lo mi smo para Suri. Es otra mueslra de la poca fiabilidad de este tipo de datos sobre el idioma cuando no r.:uentan con el apoyo de un Imbajo de r.:.lInpo . Ln misma ruente asevera que hay un 26% de castellano hablantes monolingües en Suri. que si no es una mentira por razones de prestigio debe corresponder a los menores de 20 años que han sido mandados muy temprano a Oruro o La Paz por motivos de estudio: es más creíble la presencia de tales monolingücs en Cajuata (allí si lo constaté), pero allí se cita un porcentaje menor de ellos (22%).

135 De Chajna por abajo es quechua, de Esta representación ideal co­ Parpata por arriba es aymara'. rresponde con datos etnográficos de Esto no corresponde a la reali­ Inquisivi y otras regiones bolivianas, dad; de Chajna para abajo se pasa por donde el cambio de idioma de aymara a los yungas trilingües de lnquisivi antes quechua es asociado con el ascenso so­ de llegar a los aymaristas de Sud cial; el quechua es más 'civilizado', mas Yungas, y de Parpata para arriba se lIe­ 'dulce', mas 'caliente'; en las palabras ga a la mezcolanza lingüística del valle de un informante de Olivia Harris, 'el y finalmente a los quechuistas de castellano es idioma, quechua es dia­ Ayopaya. Pero corresponde a la rela­ lecto, pero ay mara es palabras nomás'. ción ideal entre los idiomas, aymara pro­ Pero la categoría de 'raza', sobre todo pio del Altiplano y quechua propio de en un contexto multilingüe, incluye mu­ los valles.'" Se considera que el ay mara chos factores aparte del idioma. hablante del Altiplano es más 'indio' . No Si consideramos 'indígena' es casual que, aunque la corresponden­ como un sinónimo cortés de 'indio', su cia no es exacta, el porcentaje de 'indí• extensión en la práctica es equivalente genas' registrados en Suri se rebaja al al término 'campesino' (o 'comunario'; igual que el porcentaje de 'aymara': hoy en día hasta 'campesino' se ha con­ entre las mujeres, de 60.7/56.7% indí• taminado del desprecio asociado con la genas y 55.8% aymara, a 26.1 % indí• palabra 'indio' l. En este caso, será lo genas y 26.1 % aymara; entre los hom­ mismo que la profesión de 'agricultor', bres. 58.4/53.4% indígenas y 50.2% es decir uno que cultiva la tierra perso­ aymara. a 21.8% indígenas y 23 .5% nalmente, mientras 'propietario' es el aymara. terrateniente que no trabaja la tierra él Se puede proponer entonces una mismo. Antes de la Reforma, se ve que equivalencia 'ideal' entre idioma y raza: los 'propietarios' eran casi todos blan­ ay mara - indígena; quechua -mestiza; cas­ cos, con una minoría de mestizos. Su­ tellano - blanca. pongo que estos propietarios mestizos

26 . Véase capilUlo 5 de Spedding(1994) por otros comentarios sobre este concepto, bastante difundido en los Andes del sur. Un ejemplo concreto de esta distribución de idiomas en el norte de Lil Paz se encuentra en Baslien( 197 8/ 1996).

136 hubiesen incluido individuos como la ex­ gueño y ojos claros. El mismo fenóme• patrona de Tiya Kanki que, no obstante no explicaría el caso único (entre 1942 su status indudable como miembro de y 1948) de una blanca de habla aymara la clase alta del lugar, lleva pollera y y profesión cosechadora. masca coca (algo que a mí me sorpren­ Se supone que esta composición dió, porque en Sud Yungas es impensa­ de la población indica un proceso de ble que algún miembro de la clase pa­ 'indianización' en el pasado, donde crio­ tronal acullique; allá no existe este tipo llos pobres pasaban a ocupar la posi­ de wiskhu patrun, el terrateniente que ción de campesinos y adoptaban el idio­ lisa abarcas). ma y costumbres de éstos, algo que pue­ En el segundo periodo del es­ de relacionarse con la mayoría de 'indí• tudio, después de la Reforma, los pro­ genas' que llevan apellidos europeos" , pietarios han desaparecido por comple­ y el hecho de aparecer entre los 'blan­ to, pero siguen unos blancos 'agriculto­ cos' algunos registrados como agricul­ res'. Es posible que este título encubriera tores residentes en haciendas, es decir, algunos individuos que en realidad se­ peones o colonos. Pero en la mayoría guían siendo patrones, algo que persiste de los casos el fenotipo no debe jugar (por ejemplo en L1awllini) hasta ahora; un rol determinante en la otorgación de pero es cierto que casi toda la clase ex­ categorías étnicas; es poco probable que patronal ha abandonado Suri, y ahora un actual mestizaje racial, y cambio de vive en La Paz, en Oruro, o en el exte­ características físicas, haya ocurrido rior, volviendo sólo para la fiesta o du­ dentro de treinta años para que la ma­ rante vacaciones escolares. En el pri­ yoría de los 'indígenas' se convirtieran mer período, se supone que un blanco en ' mestizos'. Los registros muestran 'agricultor' correspondiera a un cam­ dos casos de individuos (una mujer y un pesino de tez notablemente blanca, algo hombre, ambos de apellidos indígenas) que es común en Inquisivi donde la po­ que aparecen dos veces entre 1966 y blación en general muestra una propor­ 1971, una vez como de raza mestiza y ción elevada (comparada con otras re­ la otra vez como de raza blanca. Evi­ giones vecinas) de gente de cabello tri- dentemente ellos no podían cambiar sus

27. Es igualrncnlc posible que estos apellidos correspondan a apellidos de padrinos que eran hacendados u olros personas de influencia. y daban su apellido al ahijado indígena: también puede ser que representen cambios voluntarios del apellido con el deseo de presentarse como 'mestizo' o incluso 'blanco' .

137 características físicas en ese intervalo. Por 1966-71, se percibe el de­ Dentro de la división de trabajo caimiento de la artesanía rural. La tela tradicional en los Andes, se suele con­ y la ropa de fábrica han desplazado a la siderar que la artesanía (a tiempo com­ mayoría de las hilanderas, tejedoras y pleto) es un oficio típicamente 'mesti­ costureras" , y a todos los sastres. Aun­ zo' . Aquí, pero, vemos que antes de la que las mujeres hasta ahora siguen fa­ Reforma fue un oficio tanto de mesti­ bricando chicha y cigarros, éstas ya no zos como de blancos entre los hombres: aparecen como profesiones. El único hay mestizos carpinteros, albañiles, y carpintero que persiste es un blanco, al un sombrerero, mientras entre los blan­ igual que los dos que anuncian un nue­ cos hay sastres, un ebanista, un zapate­ vo oficio, el de chofer, aunque el único ro y un destilador (la fabricación de al­ mecánico es un mestizo. Minero es en cohol de caña era una actividad indus­ ambos periodos un oficio de mestizos o trial en la zona). Entre las mujeres en blancos (no se indica si refiere a un in­ eSle período, la artesanía representa dividuo que trabaja en la mina, o es due­ 24.6% de las profesiones citadas, pero ñ.o de alguna empresa; hay muchas em­ aquí aparece una diferenciación étnica presas o 'cooperativas' pequeñas que más nítida: las indígenas son tejedoras lavan oro en los ríos locales). Entre los o hilanderas. mientras las blancas son hombres, 'comerciante' es siempre un costureras, aparte de una florista, y las oficio con mayoría de blancos, más unos mestizas d,emuestranlas actividades más mestizos pero ningún indígena. Entre las variadas; aparte de las mencionadas, mujeres parece que este oficio no inci­ mayormente costureras, incluyen a una de en su status étnico; en el segundo chiche ría, una cigarrera (dos oficios que período, hay más mujeres comercian­ persisten en la zona hasta hoy). una za­ tes, pero se distribuyen entre los tres palera. y la única comerciante entre las grupos (2 indígenas, 1 mestiza, 2 blan­ mujeres. cas). Se nota que 'empleado'

28 L1S mujeres de Suri IOdavía tejen 'camas' (frazadas gruesas para el hogar),

138 (presumiblemente se refiere a 'residen­ étnica es mas fuerte entre los hombres tes' Sureños con empleos asalariados en que entre las mujeres. Esto implica que la ciudad) es un oficio que desprende al el oficio pesa más en la identidad mas­ individuo de la clasificación étnica, por culina, mientras cualquier mujer se de­ no ser tradicional. dica a labores de casa u otro oficio fe­ Referente a la relación entre menino'"; será entonces las caracterís• etnicidad y división del trabajo, enton­ ticas culturales (traje, idioma ... ) que ella ces, podemos concluir: demuestra que pesan más. Esto puede l. No hay una relación muy fuerte . La proporcionar un motivo para los cam­ mayoría de los hombres indígenas son bios de idioma 'catastróficos' entre las siempre agricultores, pero la mayoría de mujeres: es un elemento detenninante los agricultores no son necesariamente en su identidad, mientras entre los hom­ indígenas. Esto es algo compartido con bres el cambio es gradual porque ellos otras regiones yungueñas, como por elaboran su identidad más en base a su ejemplo Sud Yungas, donde histórica• actividad económica. Es de notar que mente las divisiones étnicas no eran estos datos no comentan sobre la vesti­ muy fuertes, y gente de diferentes 'ra­ menta de la mujer, un elemento que zas' participaba por igual en la agricul­ anuncia su filiación étnica de manera tura y otras actividades económicas. Se obvia - aunque a la vez se relaciona COIl relaciona con las tasas altas de migra­ su ocupación (una comerciante puede ción y correspondiente fluidez social. ser de pollera, pero no una maestra o 2. Si hay alguna conexión, aparentemen­ una secretaria). te es la etnicidad que influye más en el El punto 2 va en contra de oficio (a lo menos el oficio declarado) una posición común en los estudios y no al revés. andinos, y al cual yo misma me in­ 3. La relación entre oficio y categoría c1ino''', donde se opina que la su-

29 Esto se reladon\!. con el comentario de Decre( 199(/1992) sobre los oficios femeninos en CajamOlfca. Perú: se suele considerarlos como meras extensiones de la identidad femenina - preparar alimentos, coser ropa para la familia .. - y no oficios como tal. Por lo tanto. no proporcionan una 'identidad' a la prnclicnnte de la misma mane rJ. que los oficios masc.: ulinos 30. V. Spcdding(1996) para una exposición detallada dc este argumenlo

139 puesta identidad étnica (indio/misti, coge ciertos elementos para señalar la etc.) es más una relación de clase 'etnicidad' y éstos, como el traje, el resi­ expresada en términos étnicos que dir en cierto lugar y tipo de casa, poseer o no movilidad particular, socializar en una verdadera diferenciación étnica. ciertos bares, etc., son factores relacio­ La 'etnicidad' es entonces un len­ nados con el nivel socioeconómico, es guaje para hablar de las diferencias decir, la clase. El factor cultural que sí de clase y también (esto es muy im­ incide en la 'etnicidad' es el idioma pero, portante) las diferencias regionales. como hemos visto, ésta es una rel ación bastante compleja. Se argumenta que mientras en casos En Suri, es cierto que todos prac­ de verdadera diferenciación étnica tican la misma religión" , participan en (como entre 'WASPs']1 , italianos, irlan­ la misma música y bailes, y comen los deses, polacos, judíos, etc. en los Esta­ mismos platos, solo que algunos tienen dos Unidos) factores culturales como la más variedad de alimentos que otros. Las reli gión, lacomida, arte y música son de­ categorías étnicas tienen otro aspecto en terminantes, en los Andes encontramos común con la clase social: son que básicamente todos practican el ca­ endogámicas. Cuando se cita ambos pa­ tolicismo sincrético, pueden tocar instru­ dres del niño cuyo nacimiento es regis­ mentos autóctonos o bailar en una com­ trado, casi siempre son de la misma raza. parsa al son de una banda en las fiestas, Se menciona también la raza del hijo, y y comen los mismos platos; solo se es- es de esperar que sería la misma que la de los padres. Entre 1940 y 1948 hay 4

Caso Raza del hombre Raza de la mujer Sexo y raza del hijo

I Mesti za Indígena Femenino, indígena

2 Mestiza Indígena Masculino, mestiza

3 Mestiza Indígena Masculino. mesti za

4 Indíge na Mestiza Masculino. mestiza

J l . Ac rón imo de 'Whilc Anglo-Saxon Protestants'. blancos anglosajones protestantes. J2 No hay una incidencia de sectas evangélicas en Suri . Las hay en otras regiones yungueñas. pero rara vez al.:aparan un porcentaje significativo de la población, y no han conducido a la fragmentación social como en varias comunidades del Altiplano. Sin embargo. las comunidades yungueñas son bastante fragmentadas debido a otros faclores sociales y económicos.

140 En tres de los cuatro casos, el regla de transmisión paralela. Entre hijo lleva la raza del progenitor del mis­ 1966 y 1971 se registra los siguientes mo sexo, es decir, parece prevalecer una casos:

Caso Raza del hombre Raza de la mujer . Sexo y raza del hijo

1 Blanca Mestiza Masculino, mestiza

2 Blanca Mestiza Femenino, blanca

3 Mestiza Indígena Masculino, mesti za

No se puede distinguir una regla cohe­ en la categoría blanca. Esta es otra in­ rente aquí. Además aparece una pareja, dicación que las características físicas ambos indígenas, cuyos hijos mellizos no son las principales en la otorgación son registrados como mestizos. ¿Estas de categoría, porque en esta región los asignaciones se basaban en las caracte­ hombres tienen el mismo origen que rísticas físicas del niño?]] De todos mo­ las mujeres y no muestran caracte­ dos, no corresponde a la clase social, rísticas físicas diferentes. Se encuen­ donde normalmente (al menos, dentro tra una relación similar en otras par­ de la tradición occidental/capitalista) se tes de los Andes: 'las mujeres son más asigna a los hijos una clase correspon­ indias'(de la Cadena, 1990). Aparen­ diente a la ocupación del padre; no hay temente esto no se relaciona con la una transmisión patrilineal. divisIón del trabajo, ya que en el se­ Se nota también una mayoría gundo periódo la mayoría de las mu­ de mujeres en las categorías indígenas jeres dan su profesión como labores y mestizas, y una mayoría de hombres de casa, sea lo que sea su categoría

:H Combinando los siete casos, c uatro muestran transmisión parale la y tres tran smi sión cru zada. Es intere ­ sante que en Sud Yunga.'i (y otros lugares de La Paz) se cree que las características físicas suelen heredarsc en rorma cruzada: se comenta. por ejemplo, ¡roma awkj' mimu, 'la niña sale del padre' , es decir, se supone que ha de parecer más a él que a la madre .

141 étnica. En realidad, pero, el notario como mestizas. Inclusive en el primer vi ve en el lugar y sabe lo que real­ período aparecen 5 mujeres indígenas re­ mente hace la gente; el sabe que tal gistradas como castellano hablantes. mujer actualmente trabaja mayormen­ Parece que estamos frente a un te como jorn ale ra en la cosecha de conjunto de factores subjetivos - ¿en la coca, como comerci ante de papa o lo mente del notario, de sus clientes, o ne­ que sea, y tal vez esto influyó en las gociados entre ambos? - difíciles de des­ categori zac iones. entrañar. La 'feminización' simbólica de En los Andes, la etnicidad es lo ind ígena, combinado con su subordi­ señalada con más claridad en las muje­ nación política, se demuestra en otros res a través del traje; es de suponer que aspectos de la cultura boliviana, por toda 'indígena ' y la mayoriade las 'mes­ ejemplo cuando el traje se feminiza ti zas' llevan pollera, Sospecho que el uso cuando asciende de clase. Así la trenza del vestido incluso entre algunas muje­ unica era el peinado varonil indígena, y res campesinas en Suri es reciente (¿a sigue siéndolo en Tarabuco" , pero es partir de los ochenta?); se nota que las e~p e inado femenino típico de las birlo­ mujeres mayores siguen con la pollera chas, es decir las mujeres en transición si no son definitivamente de la clase ex­ de la pollera al vestido; igualmente, un patroml. Pero el factor de idioma, que poncho tej ido a mano es una prenda va­ se pu ede suponer otro elemento de la ronil en el Altiplano rural, pero es usa­ identidad cultural que proporciona la do por mujeres de la clase media en la cat egoría étnica, no pesa mucho ; aun­ ciudad, Se exige indagaciones más pro­ que el porcentaje de mujeres ay maristas fundas sobre los conceptos de género y e indígenas en 1966-71 es lo mi smo su rel ación con la etnicidad. (26.1%) esto es un en gaño estadístico, Como una pista inicial, se pue­ pues 19 de los 48 indígenas citan su idio­ de comentar que la división del trabajo ma como castellano (contra 23 por sexo es más rígida entre la clase aymari stas y 6 quechuistas), y 24 de las media ('blanca') que entre los campe­ 48 ay mara hablantes son clasificadas sinos (Spedding, 1997); es inconcebible

~4 Pu cbl o del depart ament o de Chuq ui sncn. conoc ido por la vestiment a di stinti va de su s habitantes. La mayo ría de los ca mpesi nos bo li vianos abandonaro n este pein ado a parti r de la década de los ¡reinla, aun que últi ma ment e se ha puesto de moda entre mi embros de conjuntos folkl órico.

14 2 que un hombre criollo se lave la ropa, ba leyes ordenando la residencia, los mientras en familias campesinas ('indí• impuestos y hasta el uso suntuario (por genas') no es raro que todos los hijos e ejemplo. los indios no podían llevar es­ inclusive el marido laven ropa, o que un pada si no tenían permiso real) según la hijo varón cocine. Se nota que calificar­ clasificación étnica. Aunque burladas en se como 'de raza mestiza' en Suri co­ toda oportunidad. estas le yes hubiesen rresponde justamente a la adopción (o influído en el concepto de la identidad al menos la pretensa de la adopción) de étnica. y se dice que hasta los Inkas pro­ una división de trabajo por sexo más mulgaban ' Ieyes' ordenando, por ejem­ 'europea'/ 'clase media', donde la mu­ plo. que cada uno llevase el traje de su jer debe dedicarse a los labores domés­ etnia y ningú n otro. Estas estructuras ticos, en contraste con la división cam­ jurídicas se han ido desmoronando con pesina, donde ambos sexos trabajan fue­ el ti empo, con la abolición de la tenen­ ra de la casa y la persona que se dedica cia servil en la Reforma Agraria y el a los trabajos domésticos es señalado abandono del pago de la tasa (hasta su más por la disponibilidad global de mano pago simbólico en algunas reg iones tra ­ de obra adentro de la unidad domést ica dicionalistas se perdió después de la y el hecho de no tener actividades en hiperinllaci ón de los 1980 s), como los afuera en ese rato, que por el género en últimos hitos en el proceso. Aunque he­ si. mos visto que los colonos de hacienda Hemos mencionado los aspec­ en Suri incluían a blancos y mestizos. tos físicos, culturales y socioeconómicos es ev idente que la mayoría eran indíge­ de la clasificación étnica. Hay un cuar­ nas, y la abolición de este status ha per­ to aspecto que rara vez recibe mucha mitido a muchas personas redefinir su consideración: lo jurídico. Claro que en ca te gnría étnica a la vez que su clase muchas sociedades lo étnico no recibe soc ial. un reconocimiento legal (y si lo recibe, Las posibilidades mayores de mayormente es en forma negativa. se movilidad social correspondientes a este prohibe la discriminación étnica) pero proceso pueden ten er más que ver con en algunas, como Africa del Sur antes el aumento aparente del ' mestizaje' en de la caída del apartheid. el componen­ lnquisi vi que cualquier otro factor; la te jurídico es importante: un individuo castellanizacion es otra señal del mis­ puede hacerse declarar legalniente mo proceso. y la adopción del vestido como miembro de uno u otro grupo ét­ inclusive entre mUjeres de la clase baja. nico o ·racial'. Los Andes coloniales Se suele decir que la educación univer­ eran una de estas sociedades; se dicta- sal ha sido un factor importante en este

143 proceso, pero en los Yungas esto no pesa den migrar a trabajos agrícolas tempora­ tanto; la presencia de varios 'precepto­ les. si las mujeres migran es mayormente res' (profesores) antes de la Reforma, como empleadas domésticas, un empleo inclusive residiendo en haciendas, indi­ que, si es que dura más que unos meses, ca que ya había escuelas. Los testimo­ tiende a producir la migración urbana per­ nios orales sugieren que más se 'hacía manente en vez de un regreso al campo estudiar' a los hijos varones. Ahora las con nuevas habilidades linguísticas y so­ mujeres también van a la escuela en ciales. Estas mujeres se hubiesen casado masa, pero el grado de 'castellanización' en la cuidad y no aparecen en los datos entre ellas, por 1966-71, era 8.9% me­ disponibles aquí. nos que entre los hombres, mientras en Las posibilidades varoniles de 1940-48 la difererencia era sólo 3.1 %. obtener una experiencia mas cosmopólita Otros factores aparte de la escuela pue­ sin abandonar el ambiente rural puede den influir aquí; los hombres general­ explicar porque más hombres se han con­ mente van al servicio militar, que in­ vertido en 'blancos' (que no se puede cluye una castellanización obligatoria, explicar a través del cambio de profe­ las mujeres no ; y en adición, el rol mas­ si6n, dado que mayormente siguen sien­ culino de representante público del ho­ do 'agricultores') mientras el porcentaje gar delante las autoridades nacionales de mujeres 'blancas' ha disminuido. A la puede inducirle a aseverar su dominio vez, se supone que una mujer que logra del idioma nacional, mientras las muje­ clasificarse como 'blanca' puede domi­ res no se preocupan por eso. Estos fac­ nar las costumbres domésticas y las mo­ tores legales y políticos acontecen a ni­ dalidades de conducta femenina de la vel nacional , y no basta para explicar clase media. Tal mujer se coloca fácil­ un contexto concreto - las mismas le­ mente como empleada de 'gente decen­ yes ri gen en el valle de Inquisivi, pero te' (los que ya no quieren empleadas de las mujeres no han abandonado la po­ pollera) en la ciudad y también consigue llera. un marido que al menos aspira a ser de Hay que tomar en consideración la clase media. El porcentaje reducido otros factores que no aparecen en los de mujeres 'blancas' puede significar, en­ Registros Civiles, como por ejemplo las tonces, no que las mujeres hayan queda­ posibilidades de migración laboral ; estos do en la indianidad, sino que han migrado son mayores en el caso de los varones, y en mayor número. pueden explicar más adecuadamente su Parece que ha ocurrido un pro­ mayor dominio del castellano que la asis­ ceso de este tipo entre los vecinos del tenciaescolar. Mientras los hombres pue- pueblo de Cajuata, un lugar

144 sociológicamente distinto a los demás pacio urbano y, por no considerarse 'in­ pueblos de la región. Los Cajuateños se dios', no aceptan los trabajos de carga­ dan por muy 'blancos' y criollos; los dor o albañil más accesible almigrante hombres salen a trabajar, a tomar, de­ rural varón. Ahora ti enen empleos en la safiarse y pelear, mientras las mujeres mina de oro de Chilaya, pero ellos mi s­ quedan en casa lavando y barriendo y mos comentan que sólo aceptan traba­ organizando cuidadosamente su espa­ jos de superficie; los trabajadores de cio doméstico, produciendo una impre­ interi or mina son casi todo de las min as sión muy di stinta a las casas de famili as de la cordillera, es decir, más ·indios'. campesinas, donde el mismo espacio do­ Las direcciones geográficas de mésti co sirve para todo y a todos y las la mi grac ión son otro factor clave. To­ cosas son amontonadas como sea. Du­ das las regiones yungueri as comparten rante el día toda la familia está afuera y ciertas característ icas: son regiones con en la noche descansan sin que les im­ niveles elevados de migración , donde la port e la limpieza. Las Cajuateñas, aun­ mayoría de los habitantes son que só lo habitan un cuarto, cuelga n cor­ inmigrant es de primera o segunda ge­ lilla.s para demarcar los espacios otor­ nera ción. y no tienen mucho apego al gados a di I"erent es personas, y es tán lugar donde vive n. Las re giones más constantemente recogiendo para que prósperas reciben migrantes. mayor­ todo quede adentro del cajón u ordena­ mente de los va lles. mientras Suri, por do en las repisas forrados con telas bor­ estar mu y decaído en términos econó­ dadas. Cajuata sufre de un a mentada micos, expul sa población." Algunos van desigualdad demográfica: hay un exce­ a otros lu gares del campo: al Alto Beni, so de hombres en edad reproductiva y a Sud Yungas, al Chapare, y ultimamente no hay muj eres. Esto se pu ede atribuir hay '.ID movimiento de regreso al va ll e a la mi grac ión urbana de las muj eres de Inquisivi. donde la apertura de una jóvelles. cuyas hab ilidades domésticas carretera en 1990 ha proporcionado y la conducta sumi sa (esperar en casa nuevas oportunidades como el cultivo de al marido) que se las ense ri a, la s reco­ zapa ll os 'quintaleros' para el mercado mienua allí. mientras los hombres no ti e­ urbano. Pero el fluj o principal es hacia nen habilidades dilúenciadas en el es- las ci udades de La Paz y Oruro. Todos

:\). As í qUl.: la disponihilidad tk tit'rras Tl O necesarianlt'nte cxpli( a las pautas mig rat orias Hay bastante tierra l'll Suri. lX'rn la gcntc va a otra., par1l' s. inclu so ( uando posee lierras

145 los hijos de los ex-patrones han ido allí, ceden de actividades conjuntas para y hasta los hijos de las familias más hu­ reunir fondos con este fin " . mildes (campesinos jornaleros) hacen Al igual que en Sud Yungas, todo lo posible para establecerse en la estas aspiraciones conducen a la cos­ ciudad. En esto su física 'blancona' y tumbre de criar a los hijos en castellano las costumbres más urbanizadas/euro­ y no en idiomas nativos. Esto no es tan peizadas les favorece; vestidos a la reciente; conozco personas nacidas en moda urbana, fácilmente consiguen tra­ las décadas de los 40 y 50 que dicen bajos de clase media baja como secre­ que sus padres los criaban así, y sólo taria. Son misti wawjam, 'como hijo de después de 'juntarse' con un cónyuge clase media', en palabras de una cam­ en el campo empezaban a ocupar el idio­ pesina de Sud YUll gas comentando so­ ma nativo que, sin embargo, entendían bre su hijo de tez clara. Es de notar que siempre dado que sus padres lo usaban buscan empleos asalariados, conforme delante suyo para comunicarse con a las aspiraciones de ' mesti zación' en otras personas mayores. Es probable su lugar de origen, y no se dedican a que los hijos que logran establecerse per­ ramas de ' trabajo por cuenta propia' manentemente en la ciudad van a per­ como el comercio donde más predomi­ derla habilidad activa en el idioma nati­ na la gente de pollera que mantienen la vo y no lo van a pasar a sus hijos, aun­ cultura denominada 'andina urbana'. que pueden seguir usándolo para comu­ Aunque los Sureños residentes en La nicarse con sus padres (en señal de que Paz mantienen cierto contacto social ellos también ya son mayores y no hijos entre ellos, no hay ningún centro de re­ dependientes) y con sus suegros si es­ sidentes y nunca realizan actividades tos son de origen rural. colecti vas (si quieren hacerlo, van a al­ ¿ y los que quedan en Suri? El guna fi esta del pueblo). Sus contribu­ futuro del pueblo ahora parece ser el de ciones para el pueblo son individuales campesinizarse por completo. De la vieja (por ejemplo, un residente en los EE.UU. clase dominante ya quedan sólo los donó una generadora de luz) y no pro- mayores y ancianos; cuando sus hijos

36. Para un caso contrario (residentes organizados en un centro Que reunían fondos paca donaciones a su lugar de ori gen ) ver el ca~ o de los residentes de (han (Bauti sta Saavedrn) en Llanos y Spedding(en prensa).

t4 6 terminan sus estudios, ya no vienen en rente de Suri es de un bilingüismo las vacaciones siquiera. Mis datos no quechua-castellano, donde su pasado son suficientes para comentar con au­ aymara va quedar cada vez más lejano. toridad sobre la estabilidad de la situacion En conclusión, la interpretación linguística. Los vecinos de ahora usan de la 'etnicidad' andina en esta micro­ castellano y también quechua en oca­ región se ve como un discurso para des­ siones sociales (en la chichería, por cribir e interpretar la clase social, a tra­ ejemplo) y aunque saben aymara solo vés de la enraizada división étnica del lo usan con alguien, generalmente un trabajo. Una persona refiere a su clase migrante altiplánico, que ti ene poca ha­ social, o la clase social a que aspira, a bilidad en los otros idiomas. El futuro través de una etiqueta étnica. Esto se del aymara en Suri depende de los la­ relaciona con el idioma, el traje, y otros zos comerciales y migratorios que ha de aspectos de la vida cotidiana, pero nin­ mantener en las décadas que vienen. guno de estos corresponde a una iden­ Mientras siga siendo un lugar donde la tidad étnica en si. Aquí se nota con cla­ cuestión no es (como en Sud Yungas) ridad que ay mara y quechua son idio­ cómo el migrante logró establecerse, mas, no son identidades étnicas (la gente si no porqué no ha podido salir a un lu­ refiere m<Ís bien a 'aymaristas' y gar más provechoso, no va a atraer más 'quechuistas' ). Incluso, dificilmente gente ni del Altiplano ni de los valles podría serlo, ya que adentro de una pa­ donde se mantiene ese idioma. rentela extensa en esta región se pue­ En Suri se valoriza más el de encontrar unidades domésticas que quechua y asociados rasgos culturales van desde una preferencia para el como el consumo de chicha (la chicha quechua. o el predominio del castella­ mas legítima es considerada parte de la no. hd sta un LI SO cas i exclusivo del cultura 'Cochala' quechuahablante de aymara. Así, en una región multilingüe, Cochabamba) como expresión de una el idioma en si no puede ser la esencia resistencia a los Quimeños. y también a de la identidad, mientras en una región los Li comellos. Licoma es un pueblo monolingüe (a lo menos respecto al idio­ fundado después de la Reforma Agra­ ma nalivo) el idioma ni siquiera se men­ ria: ahora tiene mús gente y más activi­ ciona como componente de la identidad dad que Suri, y se nota allí el predomi­ - se lo habla, no se lo cita. En un con­ ni o de mujeres vestidas de Pacella. Los tex to más amplio, el discurso étnico tam­ Surellos dicen que los Li comellos son bién sirve para expresar la identidad malos y mayormente del Altiplano, es re gional, y la formación de una identi­ decir, ay mara hablantes. El futuro apa- dad distinta, o el cambio de identidad,

147 puede corresponder a varios formas de Catari, Cavina, Coca, Colque, Condori, lucha, sobre todo entre elites locales, por Chambi, Chino, Choque, Chuqui, Chura, detener la hegemonía de la region.17 Guaica, Huaita, Huanca, Huanacu, Sin embargo, las formas del discurso ét­ Huarco, Huayla, llave, Laura, Limachi, nico (los factores tomados como cen­ Liqui, Llusco, MaIlcu, Mamani, trales, los términos que se aplica y Mancachi, Marca, Mita, Nina, Pacaje, cómo ... ) varían de lugar en lugar, y an­ Paco, Poma, Quillca, Quispe, Runa, tes de intentar de pontificar en térmi­ Saire, Sullcani, Tintaya, Uruña, Villca, nos generales sobre la 'etnicidad' en los Yujra. Andes, más bien se necesita más in­ vestigación detallada del tema en luga­ Europeos res concretos Aguilar, Alvarez, Anaya, Areñas, ArgoLIo, Ayala, Azurduy, Balderrama, Baltasar, Apendice: apellidos registrados Bautista, Beizaga, Bellido, Bicora, Cabe­ zas, Cadena, Cairo, Calle, Callejas, Casti­ En la mayoría de los casos, el regis­ llo, Ceniso, Córdoba, Crespo, Cruz, Cuba, tro sólo lleva un apellido por persona. Cuevas, Delgado, Durán, Encinas, Espe­ En el caso de que se cita dos, se ha re­ jo, Espinoza, Faldín, Felipe, Femández, gistrado los dos independientemente en Flores, Fragoso, Fuentes, García, Gómez, la lista aquí. No se ha considerado la Gonzales, Guisbert, Gutierrez, Guzmán, frecuencia de los apellidos. Se mantie­ Hinojosa, Jimenez, Lobo, Lopez, Loza, ne la ortografía original. Malles, Manuel, Márquez, Mejia, Miran­ da, Mina, Montaño, Monteros, Morales, (1 )De indígenas Muñoz, Muriel, Narvaez, Norande, Indígenas Obando, Ochoa, Olivera, Orellana, Pal­ Adoviri, Aguayo, Apaza, Aruguata, ma, Panoso, Parado, Pasten, Peñarrieta, Aruquipa, AucaIli, Cachi, Calavi, Picabia, Prado, Quinteros, Quiroz, Callisaya, Canchari, Caro", Carua, Rarnírez, Ramos, Reina, Rodriguez, Ro-

37 . Este aspecto de la etnicidad en Suri es tratado en Spedding(l994), cap. Y. 38. He tomad o esto como una castellanizucion de la voz quechua kiot. distante, pero puede ser de origen europeo también ,

148 jas, Salas, Sal azar, Salinas, Santos, Silves­ Europeos tre, Soliz, Soto, Torres, Trujillo, Ulloa, Aguilar. Aguirre, Antesana. Ardaya, Urbino, Valencia, Valles, Vargas, Vasquez, Areñas, Avila, Balderral11a, Bautista, Vicente, Vi lIanueva, Vino, 21mbrana. Be llido, Blacut. Bolaños, Borras, Bu stillos, Cabezas, Cairo, Campos. (2)De blancos Call1posalado, Cárdenas, Cardona. Indigenas Cardoso, Carvajal, Castellón. Castillo. Aguayo, Apaza, Calavi, Condori, Caveros, Chacón. Cando, Córdoba. Cusicanqui, Guarachi Cossío. Cru z. Cuba, Delgado. Díaz, En­ cinas. Escobar, Espejo. Fernandez, Flo­ Europeos re s. Fuentes. GÓl11ez. Gonzales. Guillén. Aguirre, Aguilar, Al varez, Areñas, Gutierrez. Herbas. Hinojosa, Jiménez. Balderrama, Bellido. Blacut, Boyan, Jordán, Jucul es , López, Lovera , Loza, Bustillos, Callejas, Cardenas, Carvajal, Maldonado, Mallen, Manzaneda , Mejía. Cesar, Cordoba, Eguino, Escóbar, Méndez. Mendoza, Mercado, Miranda. Fernández, Flores, Fuentes, Gonzales. Montallo. Montes inos, Morales . More­ GUtiCITéZ, Guzmán, Herrera. Hilguero, no , MUI10Z. Narvaez. Obando. Olivera. Jiméncz, Lobo. Maldonado, Man zaneda. Ortiz. OrtUI1 0. Paredes, Patiño, Márquez. Mejía, Mena, Mercado, Molina. Penainill o. Pella. Pellalo za , Perez. Montesinos, Moreno, Murillo, Narvaez. Picabia, Ponce. Prado, Quinteros, Navarro, Nori ega, Orcllana. Pacheco, Quiroga. Quiroz, Ramírcz, Ramos, Ríos, Palomequi, Paredes, Paz, Pérez, Prado. Ri ve ras, Rod ríguez, Rojas, Ru eda. Putkal11mer, Qui sbert , Relus, Rueda , Sa~l\' ed ra. Salares, Salaza r. Salguiero, Ri veros. Rocha, Salas, Salinas, Siles, Soto. Salustiano, Sandoval, Sanjinés , Santos, Traisos, Uriona. Valdes, Vargas. Vasquez, Sansustc, Savouri, Torrelio, Trainini, Villa, Zacomda. Treso , Ugane. U1I 0a. Valdés. Val encia, Vargas. Villa, Vino, Zaconeta, (3) Dc mcstizos Zambrana. Zapata, Zevallos. Indígenas Ali, Apaza. Arapa, . Cachi. Calqui, Bibliografía Caspa, Catari, Cavina, Chambi. Coca. Condori. Covana. Cusicanqui, Gualachi, ALBO Xavier( 1995 ) plurilingüe. Huanca. Huayta, Lima, Limachi, L1usco. Guía para planificadores y educadores. Mamani, Marca. Nina, Pacajes, Paco, La Paz: UNICEF/CIPCA. Cuadernos Paneara, Pañuni. Quispe, Quito, Sullcata. de in ves ti gac ión 44. Tintaya. Villca.

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