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AGENCIA LONDRES F . S. HERNANDEZ

Imprenta Especialistas e n Catálogos, Dptos. Publicidad y Litografía Affiches e impresiones finas Dibujos y Clises

JUNCAL, Í372 ESQ. PLAZA INDEPENDENCIA ii .

LA REINA DE LAS YERBAS iiiiiiin in tiiiiiiiiitiiiiiiiiiiiitiiiiiiiiiiiiiiin iiiiiH iu iiiin iiiiiiii

llillllHIHIIIIIIIIIIIIIinilllllilllilliitinilinitlIlllllllllUIIIIIIHHHHMHinillllllHlliiXIÍIIIIIHIIIHIIIIHIIlilflIHnillllllllllllllllIflIlHIillliUllllllllllllHllllllllllllllMlilillllllllllllliilllll 4 cTim1 i i i octira hd«d año I número 9 montevide'o, j ul io 25de 1936

Perfil de Rene Clair por Benjamín James Pocos casos como el de René Clair, afortunado soñador, que creó un humorismo cinematográfico de la más dura materia. Filtra lo cómico más fino en la ipasta del más neto melodrama. A la buena tragicomedia no la derriba nadie. Astuto mani­ pulador, mezcla en la pantalla los más opuestos estimulantes. El veneno y el reactivo, la heroica ponzoña y el amarillo vaso de la más risueña limonada. A veces el elemento más absurdo — como el semidesnudista de EL MILLON — es traído al film para desempeñar la misión más grave: asesinar lo cursi. (René Clair siente quizá demasiado miedo a que sus películas resbalen por la rampa de lo cursi. No había por qué temer este peligro, y acaso el estar siempre al acecho de deslices probables llegue a restar jugosidad a las escenas. Bueno es que alguna vez los personajes hagan el tonto en medio de la pista. Las gentes agradecen mucho estos trances y, a cuenta de ellos, perdonan otros muchos ratos en que los personajes se obstinap en no salir de una tristeza que creen fundamental). Suele René Clair acudir al mundo de los últimos años del XIX y primeros del XX. ¿Por qué esa predilección del autor por tales fechas? ¿Cree hallar en más valiosos elementos cómicos y campo más fértil en adorables cursilerías? Todo lo contrario. René Clair escoge esos años precisamente porque ellos rezuman una melancolía auténtica que no podrían rezumar años anteriores de pleno romanti­ cismo. Menos aún los de la fría razón y el rococó. En una encuesta reciente ha dicho René Clair: “La mayor parte de las controversias empeñadas en torno a 1900 y a la anteguerra parecen bastante vacías. No se trata de saber si gusta o no gusta el estilo moderno o la literatura de la misma época. Juzgamos a 1900 y a la ante­ guerra según las reacciones que sentimos ante lo que ya ha muerto: unos se enter­ necen, otros no pueden reprimir un gesto de repulsión. Las huellas que nos quedan de las antiguas épocas — desde la edad del plesiosaurio hasta las últimas crinolinas ■—- nos parecen limpias, claras, despojadas de toda materia impura, como un bello hueso de esqueleto. puede dar el vértigo, no inspirar melancolía. Pero lo que representa verdaderamente el pasado, en el sentido terrible de la palabra, lo que sacude a los hombres a quienes espanta la idea de la4muerte, es la época que todavía está próxima a ellos, y de la cual nos quedan tantos restos horribles, enter- necedores o cómicos. Es la época de nuestra infancia o de nuestra juventud...” Para René Clair un siglo XVIII sólo es ya un helado museo; pero ese comenzar del XX resulta algo mucho más triste: un depósito de cadáveres. Entre ellos reposa el de nuestra infancia o el de nuestra juventud, aguardando la incorporación inmediata del resto de nosotros, que aún se mueve sobre la tierra, la autopsia definitiva de todo el hombre, antes de sumergirse en la historia o en la nada. ¿Qué hicieron los superrealistas sino irse apoderando de esa parte lejana de nosotros mismos, que estaba allí, acusándonos tal vez de infidelidad a nuestro ver­ dadero camino, torcido por necedades o precipitaciones? El superrealismo volvió — muy acertadamente — los ojos a la infancia de la vida, donde se sembró o se plantó la selva compacta de nuestros actuales apetitos, de nuestras preferencias o repul­ siones, de nuestros vicios o de nuestras virtudes. Por eso el superrealismo plantó la tienda muy en firme. Utilizaba como raíces de su arte las raíces de la misma vida, de SU arte, porque hay otros, porque hay otras tiendas no menos atendibles. ¿Con­ seguirá lo mismo René Clair? Creo que la pantalla no puede — no debe — darnos excesivas lecciones de FREUDISMO. De 1900 sólo recogerá probablemente la melancólica plasticidad de nuestros SARAOS y cachupinadas, el MONUMENTAL sombrero de la tía o los magníficos volantes de la dulce abuela. Pero todo esto, con la arquitectura y la música de aquellos años, basta y sobra para llenar de sabro­ sas y tiernas comicidades un film. No le tendremos respeto, pero sí le tendremos simpatía — es, al fin, una parte de nuestra historia. — O al menos le tendremos lástima. Y sentir profundamente lástima o simpatía es un placer de los más autén­ ticamente humanos. Parece como si subiésemos al desván de nuestra vida, donde se fueron amontonando juguetes inservibles, butacones con los intestinos fuera, cuan­ to — hoy ya inútil — llenó nuestras horas, y ante todo ello hilvanás mos un me­ lancólico vals, salpicado de mostaza humorística. Esto es el cine de René Clair. Poeta a dos vertientes: una de ellas hacia la vida de hoy, otra hacia la vida de aysr; no a la definitivamente ida. sino p la que aún está esperando, en el andén, a que llegue la expedición completa. Benjamín Jarnes. *

destrozando vallas. Como no podía ser menos, cana el juego y el beso de la niña de sus entretelas. Olivia de Havilland, que inmediatamente des­ pués actuaría de manera magistral en “Sueño de una noche de verano”, aceptó el intervenir oscura y deslucidamente en esta comedieta, cosa muy di­ fícil de perdonarle ahora que se la conoce y ad­ mira. E. D. F.

“MEFISTO”, NOMBRE QUE OCULTA UN ESPEC­ TACULO INVOLUNTARIAMENTE COMICO

Estamos de parabienes. Hace mucho tiempo que el público viene pidiendo más películas cómicas. Pero hacer reír- parece muy difícil. Y se tiene miedo de volver a los tiempos en que las comedias de Mack Sennett .terminaban con una batalla de tortas. Aquellos tiempos en que nos paraba los pelos de punta el “primer actor” con sus ojos en blanco, su parálisis én las manos y sus movimien­ tos de cejas, todos ellos antecedentes del futuro hombre mecánico. Las carteleras montevideanas exhiben hoy “su­ perproducciones” registradas, en su mayoría, en 1936. Chaplín filosofa en. exceso. Los dibujos có­ micos se vuelven un espectáculo de emocionante JOE E. BROWN, DISCULPA DE "DON poesía. DISCULPAS” Al anunciarse “Mefisto”, nadie imaginó que la película venía a transtornar este estado de cosas. Como herencia de su “Payaso del circo” o de Inquietud. Cierto terror en los niños. El nombre “ del payaso”, Joe E. Brown, que ya sonaba a algo demoníaco. De atr?verse uno a ver estaba consiguiendo ■que>sus héroes cómicos tuvie­ la película, parecía lo más recomendable hacerlo ran cierta humanidad y que trascendieran simpa­ en sección “vermouth”. Para evitar las pesadillas. tía, conserva un poco del modo exterior de aquéllos La película, francesa y producida en 1930, re­ en "Don Disculpas”, vuelta en redondo a la come­ gistra ruidos inesperados en la grabación sonora, dia “standard” de chiste a la fuerza y de grotesco que parecen del desmoronamiento del Himalaya: muñeco puesto a hacer reír como sea, >en que lo o silencios súbitos en que los actores gesticulan su hiciera gravitar durante tanto tiempo la “Warner conversación en seco, entre las carcajadas del pú­ Brothers”. Esta vez ese hacer reir a la fuerza se blico. Jean Gabin, queriendo Tmitar a Ohevalier, consigue inventando el protagonista las coartadas consigue reproducir a maravilla un muñeco de más inverosímiles para justificar los actos más ventrílocuo. France Dhélia, que un poco después inocentes. de intervenir en esta cinta nos visitó como segunda Cuando comprendamos y le tomemos el gusto figura de la “trouppe” de Béatrice Bretty, luce a ese juego norteamericano que consiste en arrojar diversos modelos de la época, entre ellos sombre­ una pelota, pegarle con un palo y salir corriendo ros que son, exactamente, la canasta de una dama­ como alma que lleva el diablo alrededor de la juana. La impresión de la película no parece hecha cancha, habremos penetrado el fondo, el ambiente en celuloide, sino en papel de diario. “Mefisto” es uno de’esos personajes metidos_en una bufanda, y el “color” de esta comedia a simple vista tan que cada vez que la cámara lo enfoca se vuelve, ingenua como el ir a un “cabaret” a tomar.un vaso enfurruñado, y nos deja eñ la incógnita de su per­ de leche. Porque todo gira en "Don Disculpas” en sonalidad. torno a un jugador provinciano de “baseball” a Pocas veces hemos visto divertirse tanto a un quien han engreído sus éxitos deportivos y que en público e intervenir tan directamente en los suce­ la ciudad debe sufrir varios tropezones antes de sos de un espectáculo como ésta, que corresponde imponerse, entre los que se cuentan el romanee a una de las películas más cómicas de la temporada con pequeñas complicaciones, el seborno de un — sin quererlo — y que, mejor que cualquier in­ "racket” que 'especula con las pérdidas y ganancias trospección, nos hace medir el tiempo transcurrido de los “teams” y su secuestro en momentos on que para el cine desde la época de "La casa del odio”. se disputa el partido final de un campeonato. Pero el favorito 82 escapa y llega a la cancha en camión, E. D. F. CHARLIE CUAN CUMPLE OTRA DE SUS APA­ RICIONES PERIODICAS Que son ya como una especie de viruelas del cine policial. Erupción cutánea de todos los meses y que en el cutis se queda, porque a ipeáar de sus terroríficos anuncios, estas .aventuras del detecti­ ve chino cuya familia sigue creciendo a la vez que disminuyendo sus máximas y refranes, son ligeras y en él las ¡parecen que no murieran los muertos, ni que fueran de verdad las balas. De uno a otro despacho de los escritores a suel­ de de “Fox” está pasando ahora el personaje de Earl Derr Biggers a quien se le inventó aventuras en Shanghai y en Egipto, ¡para hacerlo sostener ahora, en “ de Gharlie Ohan”, diálogos con los espíritus. Espíritus éstos muy modernos por cierto, que responden a juegos de espejos y a leyes físico-químicas, a rayos untravio¡letas y so­ luciones de bario. Mientras ¡Ohan descubre esta científica superchería de un espiritista y su “mé­ Jean Gabin se dispone a hacer de las suyas con uua dium”, se asesisa a un heredero cuya búsqueda an­ indefensa durmiente en una de las escenas de daba efectuando el detective a raíz de' un-. naufra­ “Mefisto” gio espectacular. Y desde allí, con procedimientos menos racionales que los empleados en anteriores aventuras, se iprodu'ce toda la truculencia esperada “El tigre del Mar Negro” y aburrido morlalmente de por los espectadores simples, aunque en medio a que le estuvieran haciendo repetir el misino, invaria­ un planteo limpio de los hechos, que tienen cierta ble tipo. Ni por la de Ann Sothern, que da eficazmente consistencia desacostumbrada en estos casos. Sos­ la nota de sensualidad, de pasión cálida, pero que pechados y sospechosos abundan como de costum­ aparece demasiado bien alimentadita como para que bre, y como siempre la solución — luego de un el espiritual de su heroína se haga creíble.. segundo de asesinato simulado — se determina en En todo caso, la eficacia de esta milésima edición el consabido “meeting” del último acto, que reúne del tema ha de hacerse recaer en Víctor Jory, desco­ a todos los supuestos culpables. nocido con su insolencia de galán, su sonrisa y sus ¡Para animar la parte romántica de esta película desplantes, magníficamente medidos por el intérprete: se aprovechó de presentar a dos caras nuevas, Ro- en la reproducción de una tormenta que merece po­ sina Lawrence y Charles Quigley, a quienes se co­ nerse junto a las mejores que4 haya presentado el cine noce tanto — por la “oportunidad” interpretativa y en las escenas de la pesca de mtún, único habitante que se les brinda — como si se contemplara sus de los mares que aparece para justificar el título. Y fotografías en una revista Y para desanimar a desmentirlo al mismo tiempo. Porque supongo que no cualquiera que vea la cintá se confió uno de los se querrá aludir eon lo de “tiburón” a ese marido principales papeles a Henrietta Cro'ssman, que si- romántico y generoso que toca en suerte encarnar a que especulando con Su título de “mimada de la Bancroft, ni mucho menos a ese galán a quien tiene esleena” neolyorki'na durante cincuenta ¡años” y que atropellar la heroína para que se precipiten los atacando los nervios a todos cuantos la ven y la hechos de la acción. oyen, con ¡1a falsa teatralidad y grandilocuencia R. A. D. de sus interpretaciones. E. D. F. Warner Oland adopta un gesto misterioso para justi­ ficar el título de su última aventura cinematográfica “CARNADA DE TIBURON”... ¿O DE ATUN? “El secreto de Charlie Chan” El capitán rudo e impulsivo, pero gene¿«so, vuelve a sufrir el abandono de la muchacha desamparada que se casó eou él por agradecimiento y que prefiere, naturalmente, a ese amigo peligroso de todos los ca­ pitanes de barco, muchacho fanfarrón, insolente y simpático por donde lo busquen. Se repite así el mito cinematográfico de esta especie de Neptuno desafor­ tunado con las nereidas terrestres, que transportadas a sus dominios, siempre encuentran algún tritón de quien enamorarse. Y, en el curso de una tormenta, -descubierta ya la inevitable infidelidad, vuelve el marino a rescatar al mozo de un peligro de muerte, para quedar él mismo hecho un montón de huesos rotos y poder sacrificarse a gusto tirándose luego al mar. ¿Cuántas veces hemos visto en el cine este argu­ mento que conmovía tan poderosamente a nuestras jiiamás? Se pierde ya la cuenta. una de lns formas más usadas de presenta^, el.* triángulo que merecería liaber sido inVentadíF por los comediógrafos france­ ses. sus más—dtFnodndos usufructuantes. Y una de las que aún se considera eficaces. ..No lo será esta vez por obra de George Bancroft, descolorido ya desde que se inició su decadencia en Ann Sothern y George Bancroft en el momento

DEBUTA TUTTA ROLF EN “LA RIVAL DE SI te y desarrolladas en interiores de un gusto exqui­ MISMA” sito. iClive Brook, ausente de nuestras pantallas des­ Sobre un “vaudeville” de .Savoir, “La costure- de hace más de un año, tiene pocas oportunidades rita de Luneville”, se ha realizado este “film”, ti­ de lucirse en ella, en cambio de una en que hace el tulado en inglés “Vestida para causar sensación”. ridículo poniéndose a bailar un cancán y a dejar Pero nosotros no entendemos mucho de modas, y por los suelos su continente circunspecto y su em- las de la protagonista se nos antojaron poi- demás ipaque de “lord” de incógnito. exageradas y ridiculas. Y Savoir, como ocurrió con Y Tutta Rolfj escandinava recién1 llegada a aquella desgraciada deformación de “La gran du­ Hollywood, después de un éxito señalado en pelí­ quesa y el camarero” que se sirviera con canciones culas europeas, está dúctil, desenvuelta, con cier­ de Bing Crosby, ni se ve por las escenas de esta pro­ ta pimienta y un aire físico muy semejante al de ducción de Harry Lachman. iLily Damita. todo lo cual es de esperar que la Durante la'gran guerra, un oficial enamora a convierta en primera figura de comedias frívolas, 1 una “midinette”, a quien olvida más tarde. donde ya da un estimable rendimiento como actriz. La modistilla se conviíxte, con el tiempo, en una C. R. famosa “estrella” teatral, rodeada de riqueza, ho­ nores y todo lo que la celebridad trae aparejado, DESFILE DE TIPOS SAINETESCOS EN “MI­ y en un encuentro con su antiguo novio, cambiada LLONES AL AIRE” ella en lo físico, con un tipo de “mujer fatal” muy distinto al de la modesta aldeanita de otrora, con­ ¿Habrá instalado “Paramount” algún “studio” sigue interesar al voluble galán, que se enamora de radiotelefónico? De otro modo es difícil explicar el ella y la persigue por todas partes. Pero la aldea­ aluvión de películas desarrolladas en este .escena­ nita vuelve a entrar en juego y con ella empiezan rio que nos está enviando la conocida productora. las desazones del enamorado que finalmente, fren­ El aprovechar su propia “broadcasting” justifica­ te a una puerta que encierra a las “dos mujeres en ría esa serie iniciada con “¡Ai las ocho en punto” y una”, confiesa que quiere verdaderamente a la más seguida con “Cazadores de estrellas” y “Millones en el aire”, en la que^esfilan figuras novísimas, en­ humilde tre ellas la‘zapateadora Eleanore Wihitney, una fi­ Herr Sigmund Freud escribiría un jugoso ar­ gura fresca, de picante atractivo, y una bailarina tículo sobre la posición de este teniente en pleno que no imita a sus congéneres; Willie Howard, que y continuo “marivaudage”, que probablemente gus­ se destacó en “La rosa del rancho” y que, en un ta de porque tiene reflejos de la aldeani­ tono “clownesco”, divierte-constantemente al públi­ ta y porque le encuentra, inconscientemente, un co: Benny Baker, otro que promete y un galancete idéntico tono sexual- aceptable, John Howard. De entre los intérpretes Pero el público, que no es Freud, dirá que es conocidos sobresalen George Barbier, que terminada esta película decidió retirarse del cine, para el que ’T' demasiada miopía la de estos héroe-s del cine a quie­ ha contribuido con ciento cincuenta internretacio- i \ B nes despista una peluca, un acento ruso y un arco nes diversas, y Cabharine Doucet, la tía de “Infa­ de cejas distinto. mia”, siempre inteligente y efectiva en su afecta­ La película pertenece a ese tipo “standard” -de ción. Y se pierde de vista Wendy Barrie que quien comedidas sin mayores gastos de ingenio en las sabe debido a qué milagrosas influencias sigue ob­ situaciones, planteadas de manera común y corrien­ teniendo primeros papeles. ★

Tu tía Rolf, con un .sinuoso gesto de vampiresa rusa “marte in U. S. A., refugiase en los brazos de C 1 i v e Brook de la pre­ tensión amorosa de Robert Barrat. No se sabe, en esta es­ cena de “La rival de si misma”, si la pa­ reja baila o se ha­ ce el amor

Lo atractivo y lo sabroso de “Millones en el aire” entera, cuando llega a Estados Unidos, de que su estíi en su desfile de tipos sainetescos. Un italiano que insiste en cantar “La don na é mol) lie” y que luego madre acaba de morir y por lo tanto debe regresar de repetidas incursiones en el “music-hall", las va­ a Irlanda, con lo cual entran en juego, como de riedades y las “broadcastingrs”, se hace el gusto pa­ costumbre, el melodrama estúpido, las escenas lacri­ sando la romanza de contrabando en el cuarteto de “Rigoletto”. Un “chistoso” de esos que saben multitud mosas, el inspector duro de gesto y blando de cora­ de historietas que sólo ellos se atreven a festejar, zón que se ve en el dilema de decirle la terrible ver­ personajes típicamente americano. Otro que vive fo­ rrado de cepillos, ceniceros, encendedores y demás dad y a quien personifica nada menos que Francis adminículos de uso doméstico que desenvaina cons­ Fcrd, entrevisto también hace unos días en “El se­ tantemente, y que con latas viejas y material de creto de Oharlie Óhan”. La niña se escapa, se re­ desecho repite aquel tipo' de “hombre-orquesta” de “Los inocentes de París”. fugia en la casa donde trabajaba su madre y allí Un señor que, no pudiendo dejar en casa a sus me­ se encuentra con un señor de esos que coleccionan llizos, va con ellos a la estación de radio y les canta aves raras, gastan quevedos con cinta negra y vis­ — por cierto que con gusto excelente — una canción de cuna matizada. con protestas de los crios. Y así ten a lo Abraham Lincoln. Llega a la casa y, como una cantidad de tipos bien observados cuyo desfile, le cae simpática al curioso personaje, se queda en realizado con ironía algo basta, lince innecesaria la existencia de un argumento que por otra parte la pe­ ella a escondidas de dos tías avinagradas que tiene lícula no tiene, o vale mas considerar que no tiene. su anfitrión. .Cuando éstas se van de viaje, se ope­ E. D. F. ra la transformación del señor, que se sale del vie­ jo álbum familiar para introducirse en la vida y las UN “MARCHA ATRAS” EN LA CARRERA DE modas de hoy, merced a la influencia de una mu­ JANE WITHERS: “LA IRLANDESITA” chacha rusa de quien se enamora y con quien ter­ mina casándose, con gran escándalo de las venera­ Suponíamos que Jane Withers, aquella pequeña y bles .damas. talentosa intérprete de “Ginger”, iba a' merecer El esquema está desarrollado con recursos de las­ después de aquel trabajo cierta consideración de timosa pobreza, en escenarios de archivo de pelícu­ sus productores — desde el punto de vista artistico las ya filmadas y con un ritmo que inquieta en un per lo menee, — siempre que se la volviera a los principio y acaba por poner los nervios de punta. primeros papeles. Nada original hay en “La Irlandesita’’: nada que ¡Suponíamos mal. ICIcn “La Irlandesita” se lesio­ eleve la película del plano de vulgaridad y de tor­ na el prestigio de Jane, dándole un “film” de la peza en que fué concebida y realizada. categórica pobreza de los de Sihirley Tempe, a quien Rita .Cansino, de bailarina a damita sin impor­ hubiéramos preferido ver en este papel, cumplien­ tancia; Pinky Tomlin, un “chansonnier” popular do una vez más, con su inconsciente espontaneidad, en Estados 'Unidos (quizá porque es uno de los dos las habituales monerías que tanto dinero siguen o tres “chansonniers” con un poco de voz que hay dando. Jane Withers es algo más serio. Su huma­ en el mundo), sirviendo de monigote al director nidad, su gracia, su comprensión exacta de los ma­ ¡Lew (Seiler y canturreando apenas una canción; tices — que ya rebasa largamente el nivel de la Vera Lewis y Louise Cárter, perfectamente insopor­ intuición infantil — sus astucias de intérprete, se tables en su rol de tías, nada pueden hacer por sal­ imponen sin ayudas físicas, sin belleza, sin arreglos var la 'película. Tan sólo George Givot se libra de la artificiales y excesivos, sin galantería de luces y rechifla por la manera en que detalla ese persona- fotógrafos. ej aventurero y lleno de tupé que regentea la “boi- Pero todas estas cosas que despuntaron o lucieron te” rusa. en “Ginger” ,se olvidan en “La Irlandesita”, edición Sobre el resto, vale más no seguir hablando. infantil de un argumento típico de Janet Gaynor, “Deliciosa” por ejemplo Una niña inmigrante se E. D. F. f ;■ VARIA NSE LEYES DE GEOMETRIA EN EL TRIANGULO DE “LA NOVIA QUE VUELVE”

Si se exceptúa el hecho de que no es la novia la -que vuelve, sino el novio, es absolutamente verídico el título de esta comedia dirigida por Wesley Ruggles.

Una n3ña de sociedad a quien sorprende la banca­ rrota económica, decide» como buena americana del Norte, valerse de por sí y recurre a uno de sus pre­ tendientes, que acaba de heredar varios millones y una revísta (Que — según atestiguamos los directo­ res y fundadores de “CINE-ACTUALIDAD” — son dos cosas que nada tienen qrte ver). Consigue el pues­ to deseado, pero sólo para ser víctima de la animo­ sidad de un periodista guarango con el cual está a partir un confite dos días después. Ante el cambio de frente, el millonario baja a una tienda de refrescos y compra soda, para “tomarla con soda”. La niña, por su parte, vuelve a sentirse americana y decide casarse de inmediato con su adorador, pero basta que el millo­ nario se interponga y deslice como al descuido la observación de que el novio es desordenado y casca­ rrabias, para que se deshaga el enlace en presencia del pastor.

El “disolvente** amigo marcha a la vicaría con la muchacha. Y durante la boda, realizad:; por un juez también intolerante, de mal genio, e interrumpida por cincuenta mil inconvenientes, la novia espera que se produzca la providencial aparición del periodista, que al fin llega y toma el lugar de su amigo el millonario. De quien hizo dos obras maestras en su género, como “¿Son éstos nuestros hijos” y “Cimarrón” — el director l

Ium escenas de esta comedla): y llobert Young, que no abandona su modoslsmo, se trabaja ¿i su auditorio femenino de simpatía física y de indumentaria ve­ raniega. El trío puede dar mucho nifts. Wesley Ruggles tam­ bién. Y, desde luego, la “l’nrnmount". R. A. D. i'UN GRAN DIRECTOR PARA “ROSA DE SANGRE” ' Y DOS FIGURAS PARA SU ROMANCE:

Margare! Su O 1 p h S c o 11

Componiendo con “Rosa de sangre” “Bel canto’’ un pro es la primera pelí­ grama de excepcio cula que filma pa­ nal atractivo, “Pa­ ra la empresa pre­ ramo lint” presen­ sidida por Adolpk tará en la semana Zukor una de las próxima, al iniciar figuras que más sus estrenos en la rápido prestigio ga nueva sala del Mo­ naran en los últi­ cador, la produc­ mos tiempos: Mar ción de King Vidor garet Sullavan, la de “Parece que fue “llosa de sangre”, ayer” y “Una chica vasta y espectacu­ angelical”. R a n- lar estampa de la dolpli Scott, típica guerra de secesión figura de h é r o e en que el gran di­ nortea mericano, rector vuelve a 1110 sostiene con ella el ver a los negros idilio en torno al del Sur, elementos cual el director ha que dieran lugar «i compuesto un es­ una de sus reali­ pectáculo denso y zaciones más va­ colorido, realzado liosas: “Aleluya”, según se anuncia desgraciadamente por fotografías de d e s c o n ocida de gran valor pictó­ nuestro público. rico. LE FRACASA UN HOMENAJE A LILY adaptación de la novela de Eleanor Gates que PONS Mary Pickford filmara en 1917, S-hirley Tem­ ple baila y canta en grande. L’no de sus núme- Lily Pofis llegó a la localidad de su mismo en la cinta, “But Definitely”, le planteó mi mo­ nombre, denominada así hace cuatro años, cil­ tivo de grave preocupación, que sin embargo la época de sus primeros éxitos en el “Metro- será de infinito regocijo para el público. Sus politan”. dientes delanteros postizos, “camouflage” obli­ Antes de volverse a Hcllywood, adonde de­ gado hasta que le salgan unos nuevos, le han be efectuar diversos preparativos para su se­ impedido pronunciar adecuadamente la palabra gunda película, cuyo rodaje comenzará la “definitely”, con la que se 'hace un lío que ha “RKO” dentro de unos días, Lily aprendió el encantado a los auditorios del estreno. “Star Spangled Banner,” famoso himno nor­ teamericano, ocn el propósito de cantarlo en la tumba de su autor, Francis Scott Rey, situada JEANNETTE, CLARK GABLE, RELIGION en Frederick, un pueblito cercano. Pero cuan­ POLITICA Y TERREMOTOS do llegó a éste no pudo cantar la canción. No hubo una persona en la localidad que tuviera Nada menos que esos elementos, además de un piano. una reproducción de la “costa bárbara" en 1906, un triángulo amoroso, bailes de “cabaret”,ope­ GRAVE PROBLEMA DE SHIRLEY ra, comedia y problema de moral integran la TEMPLE última producción de Van Dyke para la “Me­ En “La pobre rica”, su último “film” que a tro - Goldwyn - Mayer”, pero parece que están pesar del título no tiene nada que ver con la todos ellos espléndidamente combinados. La pe-

JKAA PAIIKEH, en pone incdKntIvn hncir-iidole conipetenelii n mu perro que ni pureeer tiene liiiiiblfn inlrtid fotoicénlen í Dick l’owell nos demuestra que su vida n<> está limitada a pasarse cantando para regodeo de sus admira­ doras de la pantalla. Caza, lee, juega, como cualquiera de nosotros puestos en trances hogareños o de descanso y además nos muestra orgulloso uní’ parte de su dormitorio, creación según él, construida espe­ cialmente de acuerdo a sus preferencias lícula se estrenó el sábado 18 en Nueva York y ELIZABETH ALLAN DE VUELTA las escenas del terremoto de San Francisco han hecho saltar al público en sus asientos, por el Desde hace pocos dias, Elizabeth Alian, a “verismo” empleado en la reproducción, que se quien “Metro-Goldwyn” había dado la mejor ha recorrido como la más impresionante que oportunidad de sus carrera en “Historia de dos haya realizado el cine. ciudades” se encuentra nuevamente en Holly­ wood, dispuesta a reanudar su carrera después SE NOS CASA MYRNA LOY de la seria crisis nerviosa que sufriera a princi­ pios de año y de la que se curó en su país, In­ Los tenorios de Hollywood andan desolados, glaterra. Myrna Loy, que se estaba poniendo cada día más bonita y más espontánea, acaba de casar­ JUSTIFICACION DE UN “LUNCH” se con el productor y argumentista de “Para- mount” Arthur Hornblow, Jr. (apellido que en En los cernedores de la “Universal”, Binnie Barnes daba los otros días la siguiente explica­ españo^pojdría traducirse como “sopla cuerno”) ción personal del “menú” elegido, a dos invi­ Pero nrf tddos 'han perdido el ánimo. Hay quie­ tados suyos: “Crema — mis vitaminas. Espina­ nes presentaron ya su candidatura para des­ ca — mi silueta. Ensalada — mi gusto. Y pas­ pués del divorcio. tel de chocolate — mi derroche.” ACTRIZ Y MOTIVO DEL PREMIO, PERO QUIEN SE GANA LA ESTATUITA ES FRANCHOT TONE

Padecemos ciertos “magisters”, en la crónica cine­ "film”. Son las gentes que. cuando se ocupan de una matográfica rioplatense, cuyas opiniones son, inalte­ cosa, caen exageradamente en el ditirambo, o en el rablemente, una síntesis de lo que la crítica francesa ■'descubrimiento” de motivos de interés y de sabor ha dicho con anterioridad, en su conjunto, sobre cada donde no hay nada mÚH que cosas adocenadas. "Ala- ñera" latina de la cabeza a los pies y muy propia de los críticos parisienses. Estas gentes nuestras han tenido sensibilidad, pero están infestadas de literatura hasta los centros, has­ ta en la misma sensibilidad. Pero como todo lo dicen con rictus dignos de Bragaglia y gesto ampuloso, no falta quien les permita manifestar que nos hemos vuelto locos nosotros los de “CINE - ACTUALIDAD”, pacíficas gentes dispuestas a opinar sobre todo lo que se estrena y a poner el mejor humor posible en la tarea, para no caer en el apóstrofe y en el adjetivo airado, que esos mismos maestros se cuidan muy bien de evitar pronunciándose tan sólo de vez en cuando sobre lo que se estrena. Estos críticos de la opinión propia impropia son los que encontraron ‘'genial” la actuación do Bette Davis en "Peligrosa”, todo porque con anterioridad la había consagrado una institución llamada Acade­ mia de Artes y Ciencias de Hollywood, que reparte anualmente estatuitas y otros objetos de plata entre los directores e intérpretes cuya labor estima sobre­ saliente. Por la susodicha ingenuidad de estos “ma- gtsters” es que les dedicamos e'l extenso preámbulo. Dijeron en Buenos Aires: Bette Davis es el “clon” de "Peligrosa”. Y en Montevideo casi no pudieron de­ cir nada de tan absortos que quedaron ante la in­ térprete y sus grandiosos raptos histriónicos. Pero ya dirán por cafés y despachos cuando se enteren de que nosotros encontramos la labor de la actriz en esta cinta muy discutible como cosa de categoría ar­ tística y que en cambio, de tener alguna estatuita que otorgar, se la entregaríamos a Franchot Tone. Aunque le diera un supiritaco a la Academia.

l.A ACTRIZ Y SU PERSONALIDAD No es precisamente porque queremos negarle ta­ lentos de intérprete a la figura que creó con tan inolvidables acentos y rasgos aquella camarera “cock- ney” de “Cautivo del deseo”, poseída de un despre­ nados y sonrisas adolescentes tiene la necesidad de cio morboso hacia el hombre de categoría espiritual repetir a cada cinco minutos que es una mujer fatal. superior a la suya. Por el contrario, creemos que Poi- miedo de que no nos diéramos cuenta de ello, Bette Davis tiene todas las dotes. Es, en primer lu­ a pesar de la rotura de un cristalero, del limpiarse gar, cerebral, lo cual le permite tocar las cuerdas los dientes con los dedos o hacer buches de "gin”. más opuestas y estar controlada siempre. Recuérde­ recursos de pésimo gusto utilizados para poner en se que debutó notablemente como la hermana fea, evidencia la “fatalidad” del personaje. Ni aún así maternal y bondadosa de “Al mejor postor". Aunque puede resucitarse impunemente a estas alturas ahora se )a haya estereotipado como “la furia del aquella casta cinematográfica de las Pola Negri en cine” — postura demoníaca que se aviene probable­ “Bella Donna” o Theda Bata en “La tigresa”. mente con ciertos resortes de la conformación psíqui­ ca de la mujer, 'puestos en evidencia demasiado amenudo —■ Bette Davis puede ser, cuando quiera, hasta la "vedette” picaresca de un espectáculo emi­ HACEí ESCUELA l’IRANDELLO nentemente frívolo como “Modas de 1934”. Y estar siempre en su sitio. Toda la originalidad del asunto de "Peligrosa” Bette Davis es una caja de sorpresas dentro de la consiste en que en la película se empiezan las cosas cual se esconde siempre alguna incógnita inesperada. Que se traduce en un movimiento o un gesto poten­ por el final y termina todo como debía estar en un te. vigoroso. Y que suscita siempre emociones diver­ principio. Lo cual tampoco es invención del señor sas en el espectador. Laird Doyle, como que tal técnica constructiva cons­ tituye la sazón de no menos de veinte comedias de Pirandello. El amor que la protagonista siente por FATALIDAD DE UNA MUJER FATAL el hombre cuya presencia ha determinado su regene­ ración está contrabalanceado por el amor sin espe­ Al ponerse bajo las órdenes de Alfred Green — el ranzas que su marido siente por ella. Y la dama re­ maestro de la comedia de ambiente y problema mo­ suelve desnivelar la situación estrellando el coche dernos, tipo “El pobre héroe” — Bette Davis creó que guía contra un árbol, a ver si muere ella o su tácitamente a su director el compromiso de brin­ consorte. Pero éste queda paralítico: ella, que ha darle un .personaje intenso, con una línea uniforme en lo dramático. No es éste el fuerte de Green. Ni vuelto a triunfar en el teatro, se dedica a cuidarlo y mucho menos — por la muestra — el del argumen­ la última víctima de su halo fatal se casa con la tista, que 'proporcionó a éste un material de folle­ novia abandonada. tín con ese caso de la actriz caída en el vicio y en la Bien presentada, cuidada en sus exteriore.-, mag­ abyección que, a causa del inexplicable interés amo­ nífica de ambiente en sus exteriores, con un fotógra­ roso qüe siente súbitamente por ella un muchacho fo cuyo manejo de sombras en los primeros planos de sano, normal, rico y a punto de casarse con una no­ la “estrella” realiza el milagro de dar a ésta tolda via a quien quiere, se convierte — en el brevísimo la “peiligrosidad" requerida en muchos mementos, plazo de dos días — en' una chica pizpireta y llena de coqueterías. Cambio tan ridículo como poco fun­ el diálogo abunda en expresiones poco finas, des­ damentado desde el punto de vista psicológico, que tinadas principalmente a pintar la confianza que sitúa desde un principio a “Peligrosa” en el terreno existe entre el arquitecto y su ama de llaves, y que dé lo banal, de lo que las gentes que aún no respetan huelga reipetir por razones de buena educación. al cine califican cómodamente, por lo general, de La escena culminante de "Peligrosa”. por su “coísas de biógrafo”, conservando la arcaica denomi­ planteo, por la reacción de los personajes y por la nación. labor de los actores está a cargo, no de Bette Davis, En la escena inicial de “Peligrosa” está, íntegra, sino de Margaret Lindsay y de Franchot Tone, in­ la actriz del premio. La mirada extraviada, el labio tenso en toda la obra, sobrio, bien metido dentro caído, el andar desmadejado, el rictus nervioso del vi­ de ese hombre en cuyo pecho se levanta de repente cio que reclama satisfacción inmediata. Hay una po­ la pasión como una tempestad sorda; intérprete de derosa fuerza trágica en esa presencia de actriz que rara autoridad esta vez y de un juego completamen­ en “Cautivo del deseo” había justificado ampliamen­ te moderno. Es la escena de la ruptura de relaciones-, te la distinción académica, ofrecida ahora, según al­ dicha con una espontaneidad y una emoción conte­ gunos, como compensación de aquel olvido y tenien­ nidas que se encuentran muy raramente en el cine, do en cuenta muy especialmente la admirable com­ y que se recomienda como modelo de solución a posición ofrecida bajo la guía 'de John Cronwell y al cuantos se encuentran en situación análoga. lado de Leslie Howard. ¿Y luego? Luego esta . “peiliigrosa” protagonista cuya regeneración se evidencia por lacitos en el pei­ E, D. F. ■Mj

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Nadn puede un título espeluznante contra la promesa

Este “f21m” es uno de los estrenos a ofrecerse por el programa Gliicks- m a ni, en la próxi­ ma semana, y filé realizado, como de ciamos, por la mis­ ma empresa que propició el “debut” de Rains en el ci­ ne, arrancándolo de los escenarios neo- yorkinos d o n d e triunfaba como pro tagonista de “La eterna ninfa”. “EL HOMBRE QUE RECLAMO SU CABEZA" t¡Y EL ACTOR QUE ENCONTRO SU OPORTUNIDAD REFUGIA

NUEVAMENTE

S U EXPRESION

DOLORIDA

TRAS LAS REJAS DE

UNA CARCEL E N

Los "astros" cinematográficos, una vez avanzada asaltante a quien sorprende la policía en casa d» su su carrera y olvidadas las vacilaciones y las duras novia. Acusada como cómplice, se la condena a quin­ pruebas del "debut", sienten una especie de necesi­ ce años de la cárcel, de los cuales la libra de ahí a dad sentimental de volver al ambiente del primer poco mediante una estratégica fuga, su compañera éxitr. I’or cúbala, por superstición, por gratitud, to­ '.le celda. Pero 1 > que la candorosa Mary Burns no ima­ dos ellos piden un personaje (iue recuerde aquél que gina es que la policía la ha dejado escapar, conven­ les dió fama. Y si no lo piden ellos — los producto­ cida de que en cuanto se vea libre correrá a los bra­ res — personas también sentimentalísimas — lo dis­ zos de su amado. Y en cambio ella, que no tiene na la ponen por su cuenta, luego de una consulta minucio­ de "delincuente”, se ocupa, como empleada de un hos­ sa a los "bordereaux" (le aquella primera película. pital, en hacer buen calé a un enfermo neurasténico, Cualquiera de ambas razones explica el que Sylvla gritón y de pocos amigos, que se ha quedado tempo­ ralmente ciego en el curso de una de sus aventuras Sldney vuelva a ir a la cárcel; — en la ficción cine­ de explorador. La policía apura los acontecimientos, matográfica, claro está — esta vez en su carácter y también el asaltante con cara de bebé, n quien se de Mary Burns una mujerclla tierna e inocente co­ le desarrolla la peligrosa necesidad sentimental de mo un pajarito, a quien las patrañas de fiscales acu­ tener a Mary Burns a su lado. En pleno oficio reli­ sadores, el mecanismo férreo y absurdo de la ley, la gioso la reconquista revólver en mano, para volver dureza de la vida en la prisión, para nada logran a perderla en seguida y morir a manos de ella cuan­ cambiar. Mar.v Burns, mujer de la cabeza a los pies do líos "G Men” le preparan una coartada en casa del en la socorrida definición que atribuye a su sexo la explorador repuesto ya de su ceguera y listo para actitud pasiva ante los hechos de la vida, se ha ena­ adquirir esa otra ceguera — mucho más fácil de lle­ morado de un muchacho de quien nada sabe y que, var — que es el amor. pese a su voz húmeda y tierna, resulta un peligroso (Cont. en In última púg.t EN “STUDIOS" BRI­ TANICOS, CONRAD VEIDT ANIMA UN VIGOROSO PER- SONAJE:“EL REY DE LOS CON­

DENADOS" La Isla d e 1 Día- blo, in­ fie r n o en v i d a durante muchos años en que refugiara a los criminales más temibles, sigue teniendo para el cine el mismo carácter de cárcel siniestra que la distinguiera antes como una maldición, y acaba de ser tema de diversas películas filma­ das en Hollywood y en Europa, de entre las cua­ les ha destacado la crítica foránea la producción “Gau- mont - British’’ “El rey de los condenados’’, uno de los pri­ meros estrenos que se nos pre­ sentará al reinaugurarse la tem­ porada cinematográfica del Estu­ dio - Auditorio, suspendida, como se sabe, para dar lugar a la realización de diversos espectáculos de ópera. En esta historia de una revuelta de los penados que se hacen dueños de la cár­ cel y devuelven barbarie por barbarie a los que los vinieran torturando, destácase la reaparición de Noah Beery, un notable característico ayer, luego un sorprendente “basso profundo” en las primeras operetas del cine y por último una sombra de recuerdo. Noah Beery ha encontrado esta vez, al parecer en los “studios" de Londres, la oportunidad de retorno que Hollywood le viniera escatimando. Un actor tan interesante siempre y tan maestro de la caracterización como Conrad Veidt y otra importa­ ción californiana, la sugestiva Helen Vinson. compo­ nen con Beery un trío central de intérpretes capaz de conferir a este próximo estreno todo el interés ar­ tístico requerido. “CARTOONS”

“SPAGHETTI” SIGUE PELEANDO A El’ERZA DE DOSIS DE ESPINACA EN “PASEN A COMER, SEÑORES”

En muy poco varían los recursos de F1 ir,li~r para las aventuras de Spaghetti, cuyo amorío ron Olivia, interrumpido por la llegada del giganlesc) capitán, es la secuencia cómica 1936 de un asunto caro al cine mudo de 1920 y que terminaba, como terminan siempre estas historietas del ma­ rinero, con una paliza de padre y señor m’o. Pe: o es que en nada necesita variarse la fórmula rara regalar al auditorio un rato único de diversión. Sin que preocupen ahora al artista de la “Para- mount”, como hace un tiempo, los “enfoques”-al dar la impresión de los cuales trajo nuevas perspecti­ vas, nuevos puntos de vista para el dibuje en sí-las andanzas de Spaghetti siguen teniendo el mismo sentido del disparata, la misma cantidad de ideas humorísticas brillantes y la misma fluidez de un principio. Que es la manera de superarse de Flels- cher: estar, mantenerse en el sitio conquistado, co3a por demás difícil para todo arte que alcanza una gran difusión popular. R. A. I).

CARICATURAS 1)E "ESTRELLAS” EN “EL OTRO TERCETO DE DISNEY DESTINADO A LA TEAM DE POLO DE MICKEY” POPULARIDAD: “LOS TRES GATITOS”

Cada “film” de Disney, de los últimamente ex­ A los dos años de revolucionar el mundo entero hibidos, se caracteriza por algún rasgo distintivo. y conseguir con sus “Tres chanchitos” el mejor En “Musilandia” fueron la partitura y los efectos éxito de boletería de la temporada en Estados sonoros la nota predominante: en “Tribunal ga­ Unidos, Walt Disney se ha hecho ya totalmente tuno” el color, y en “El team de polo de Mickey”, dueño de la técnica del dibujo en color, como lo la caricatura. Es éste un cuadro en 'el que figura vimos recientemente en “Tribunal gatuno”. Tan el Pato Donald, verdadero protagonista de la his­ perfecto resulta todo en cada uno de sus cuadros torieta, sobre el cual se cierne constantemente la -—■ ritmo, composición, colorido, distribución de las horda arrolladora de jinetes jugadores y que en figuras — que ya no asombra. Tienen ahora las determinado momento se divide en cinco Donald?, “Sinfonías tontas’.’ esa “difícil facilidad" que e de puro zarandeado. Forman dicho “team” Mickey, achaca a los clásicos en las antologías y los estu­ el Lobo Feroz, “Harpo” Marx — qwe, como entre dios. Y tienen siempre ideas de un humorismo con­ nosotros no se conoce aún a los excéntricos herma­ movedor por su sutil za: el gatito que, puesto nos, se preguntaba todo el concurso quién sería — Charles Chaplín y Laurel y Ilardy, actuando Jack sobre las teclas de una pianola, se enreda en uno Holt como “referee”. Y presencian el partido Clark de los botones, y la hace funcionar ¡nada menos Cable, que se ruboriza y bate sus prominentes que con el rollo de “El gato sobre el teclado”, que orejas frute a Edna May Oliver: Garbo, Shirley lo sorprende y lo enfurece porque es la música Templ , que se acompaña de los tres chanchitos, que él debió improvisar! y Eddie Cantor, entre otros. ■Un solo detalle da de por sí, esta vez, idea de la Ya había intentado Disney la caricatura de lo? finura de concepción que Disney pone en sus “Sin­ astros en el relato cómico de la “premiére” de gala fonías”: el de que el pequeño mundo de “Los tres del ratoncito: pero nunca stuvo más feliz en el gatitos” sea también, únicamente, el del especta­ ridiculizar amablemente a las grandes figuras del dor: alfombras, superficies de m'esas, teclado de cine que esta vez, en que el desfile s? ve comple­ un piano: viéndose de la cocinera negra, solamen­ tado por una acción vertiginosa y un “tempo” te, los pies monstruosos, para hacer más mínimo rapidísimo, oportunos para aumentar el solaz del y más infantil el escenario y el tono de su obra. espectáculo. R, A. D. R. A. 1). Clive Brook, que veremos hoy, nueva- mente en el plano que corresponde a su prestigio, animando la figura cen- tral de “Los amores de un dictador”. el médico que se adueñó de la voluntad de Cristiñn I de Suecia e hizo gravitar en torno suyo la política y la vida cortesanas de aquel país en el tiempo de su privanza. CARCAJADAS Y FILOSOFICULA SUMINISTRAN CAPRA, COOPER Y ARTHUR EN “EL SECRETO DE VIVIR”

El señor Deeds va a la ciudad. Ha recibido torio de un teatro de ópera que esperaba descan­ veinte millones de herencia, y el dinero obliga y sar en su ignorancia para enjugar los deliberados trae responsabilidades. El señor Deeds es un lí­ “déficits” de la empresa: pone en su lugar a una rico, que ignora el valor del dinero. Toca la tuba aspirante a parte de sus millones que invoca para y hace versos para las efemérides patrióticas. Cree ello una supuesta relación ilícita con el legatario: en la libertad y en Ja personalidad. Y en la ética estropea a su abogado el plan de expoliación que de los hombres de talento. se había trazado. Pero ni se 'le ocurre sospechar Llegado a la ciudad, el señor Deeds choca con­ que su compañera de paseos, su persona de con­ tra la dureza, la venalidad, el convencionalismo de fianza, su único refugio afectivo y la 'única perso­ las gentes que no tocan la tuba ni hacen versos na que está enterada de sus menores pasos es, pre­ para las efemérides patrióticas. Su ingenuidad y cisamente la que publica un relato burlón y cir­ su pureza lo hacen el hazmerreír de las multitu­ cunstanciado de éstos, día por día. Cuando lo sabe, des, a través de una sucesión de "headlines” en Mr. Deeds, súbitamente desinteresado de la ¡vida, que una periodista sintetiza la vida cotidiana del decide repartir sus veinte millones entre necesita­ campesino. Mezcla curiosa de supicacia y creduli­ dos y desocupados. Se produce un gran escándalo dad, Mr Deeds niega parte de su fortuna al direc­ nacional. Su acción es calificada de inmoral, y su mismo abogado se encarga de llevarlo a los tribu­ hay algún 'periódico norteamericano que pueda nales en nombre de la pretendiente a la fortuna, dedicarle diariamente titulares a toda la página a bajo 1- o.—irn-'ó’i de insania. un señor por el solo hecho de tener veinte millo­ Todos los gestos y actos de Mr. Deeds — indu- nes y ser algo excéntrico — es una de las obras dablomente un original — son deformados duran­ más atractivas, más divertidas y más Ínter santos te el juicio. El acusado no so defiende. Ya'nada de la temporada. Por la enorme e increíble varie­ ni nadie le importan Pero cuando la periodista dad de sus motives, por el equilibrio entre sus salo a defenderlo a gritos y a confesar su amor aciertos y desaciertos, por restituir a la pantalla por él, Mr. Deeds reacciona y, con su mismo pue­ un clima d, Chaplín que Chaplín mismo es incapa-, blerino humorismo, vuelve la oración por pasiva. de crear: por todo ello se desprende de esta nueva Uno por uno de los que 'han desfilado durante el producción de Capra un encanto v un valor suti­ juicio resultan acusados, hasta que el público lo lísimos a los que yo no sé resistir y que segura­ saca en andas del tribunal. mente es muy difícil qu: resista ninguno de us­ tedes. > « f > ❖ Dos horas dura la película y dos números de la Frank Capra y Robert. Riskin — el “dueto” que .revista podrían dedicársele para comentarla en se hizo famoso con el éxito do “Lo que sucedió cada uno de sus aspectos. Ya volveremos sobre aquella noche” — vuelven a colaborar y a derro­ ella y entraremos entonces en el análisis de ese char sus talentos en un “film”. “El secreto do vivir”, con material para diez argumentos cinema­ maravilloso retrato que Gary Cooper hace de Mr. tográficos, con sátira, con poesía, con gruesos Deeds—-tan consustanciado con su verdadera natu­ efectos cómicos y con finísimas notas humorísti­ raleza si se atiende a las biografías que por ahí cas, con absurdos e incongruencias como ese jui­ circulan — y en el análisis de esa supuesta gran cio de opereta en que se burlan ambos de Freud comsdianta que se ha querido hacer de Jean Ari- y el freudismo; con patéticas referencias a la cues­ hur, cuya dicción y cuya voz chillcnamente dra­ tión social, con escenas de una ternura maravi­ mática son suficientes para desmerecer cualquier llosa, como aquélla en que Mr. Deeds se declara esfuerzo serio de ella o su director. en verso a la periodista, y detalles imperdonables como ese de pretender hacer creer al público que R. A. D. que se ve venir en la atmósfera, a leer un 1 trerit » sobreimpreso que lo entera sumaria, y a ve? s lejanamente, do lo que quiere decir el diálogo original. Pero que en un cine que cobra un peso la butaca se agoten las localidades en un día de semana con el estreno de una película argentina, es algo inusitado y por demás suger.nt?. Tanto como que el público no haya reído con, y sí haya reído de “Sueño de una noche de verano”, dejando así nuestra tan mentada cultura por los suelos.

La Argentina, según los productores y dir ctores argentinos

I-Iablemos — después de esto — de sensibilidad artística, de obras que expresen “algo” y demás, y quedémonos mientras tanto -n la esperanza, en­ gañándonos a nosotros mismos, de que llegará el día en que se sabrá apreciar las obras artística-, y so guardará respetuoso silencio frente a ¡o qu • no so alcanza a comprendí’, en vez de reprobar 01 un jaleo lo que está más allá de la mentalidad del espectador. Por ahora vemos desparramarse por la sala u a ola de complacencia, que a veces rompe en carca­ jadas o, lo que es peor, en expresiones de admi­ ración,» ante un chiste guarango, un gesto impú­ dico, una acción desarrollada entre hampones, guapitos, proxenetas o, como en el caso de “Loco lindo”, ladrones de ganado, uno de los cuales es a la vez embaucador de criollitas y trae engañada a la ciudad a la novia de un paisano que, por su traza y por los rasgos con que lo dota el intér­ prete, — Sandrini, — es un pobre tarado. Por amor a la muchacha se convierte este personaje “LOCO LINDO”, OTRA en héroe a su manera, luego de haber soportado el MUESTRA DEL FLORE­ espectador una serie de disparates increíblemente mal hilvanados. CIENTE ESTADO ARTISTICO Sandrini se estancó ya en su tipo cinematográ­ DEL CINE ARGENTINO fico, más humano y simpático en “Riachuelo” que en esta oportunidad, en que llega a ser la expre­ sión de una tara psíquica, como decíamos. A veces No vamos a empezar, como siempre que a al­ fácilmente y otras a empellones, pero siempre sin guien se le ocurre comentar alguna película ar­ sentido de la medida, mantiene todo el peso cómico gentina, a detallar la historia del cine riopla'.ease. del “espectáculo”, o lo que sea. Ya no caben palabras nuevas en este zarandeado asunto del cual el único culpable es el públi o. Como todos no han de ser d sastres, cabe con­ El éxito de las películas criollas es puramente signar que los fotógrafos de los “studios” de Bue­ económico y se obtine con la más absoluta y de­ nos Aires empiezan a estar de vuelta de sus expe­ liberada prescindencia de lo artístico, de lo moral riencias y ya no vuelcan despiadadamente una luz y de la realidad social rioplatense. Pero es el pú­ cruda sobre los rostros en primer plano, ahora blico el que lo decreta y a él debe achacarse en su glosados e interpretados por algún esguince de mayor parte el noviciado en que se halla y se ha­ sombra, o no sujetan su cámara a un poste, sino llará el cine de nuestros vecinos. que la mueven y hasta la vuelcan en algún inte­ resante ángulo de toma. La continuidad, desde el Y siguen los éxitos de taquilla punto de vista fotográfico especialmente, empieza a cobrar algún sentido para los realizadores ar­ “Loco lindo’’, pobre e ingenua de recursos, va­ gentinos: el sonido, aunque todavía imperfecto, no liéndose solamente de la atracción que puede des­ pone a prueba los tímpanos y la música está adap­ prenderse de la presencia de ciertas figuras popu­ tada con criterio, especialmente en determinados lares en su reparto, despertó una vez más la es- momentos como ese de la presentación del Quijote pectativa del público, y al estrenarse en un día conquistador, durante las cuales el acompaña­ cualquiera de la semana deparó la sorpresa más miento parece propio de dibujos animados y por grande que se haya tenido en boletería alguna d? sí solo obtiene todo el efecto humorístico deseado. las nuestras, en los últimos tiempos. Que el hecho Pero estos detalles, que consignamos con harta hubiera acontecido en un cin? de barrio, no ten­ buena disposición, no alcanzan a disimular la poca dría nada de particular. Es lógico que un público dignidad de todo el conjunto, cuyo éxito será, otra que se supone de criterio escaso y exigencias limi­ vez, el fracaso de nuestro público y un nuevo bal­ tadas prefiera ver en la pantalla una gesticulación dón para el año cinematográfico. de esas tan particulares y absurdas de Sofía Bozán, acompañadas de la insinuación de una palabrota E. D, F. “ EL PODER INVISIBLE” CON­ VIERTE AHORA A KARLOFF EN UNA BOMBILLA ELECTRICA

Karloff y Lugosi, fabricantes de horror en so­ ciedad anónima, vuelven a dar trabajo a los fotó­ grafos y técnicas de la “Universal”. Otra vez, en efecto, se empeñan éstos en disimular con sus re­ construcciones, con sus luces, con sus trucos mag­ níficos, la puerilidad de una anécdota truculenta que comienza con un prólogo en el que se nos anun­ cia sentenciosamente que no será difícil ver cumpli­ das, en un futuro más o menos lejano, las predic­ ciones de la película, así como se vieron sobrepasa­ das en la realidad las de Julio Verne. Para que se den ustedes idea del optimismo de di­ cho preámbulo vamos a decirles que se trata de un sabio que descubre que a la nebulosa Andrómeda le falta un pedazo y supone que éste ha caído a tie­ rra, precisamente en Africa Pero de ésto hace mil millones de años, aunque en upa especie de placa fotográfica que este sabio supone que en el espacio se conserve aún, según él, registro del aconteci­ miento, que muestra a sus asombrados visitantes- Tan convincente resulta la prueba que marcha con ellos a Africa, a descubrir los restos del bólido y la sustancia de extraordinario poder radial que de él sospecha que subsiste. El descubrimiento tiene éxito y él sabio logra encerrar en una cajita unos gramos del poderoso rayo, que pulveriza todo aque­ llo a que se le aplica. Envenenado por el contac­ to ,y convertido en una bombilla eléctrica que res­ plandece en cuanto ,se produce la oscuridad, nues­ tro hombre encuentra quien le fabrique un antídoto que deberá aplicarse diariamente. Pero como todos se van antes que él para dar cuenta del nal hallazgo y su mujer se enamora de un expedicionario y también lo planta, el hombre de condluir con todo el reparto, llevándose el pre­ mio de ese jueguito tan de moda en Estados Uni­ dos que consiste en indicar mímicamente una frase popular, como se muestra en “Millones e.n el aire”. La frase del caso es “mal rayo te parta” y, de vuel­ ta en París, la aplica al pie de la letra a sus pre­ suntos enemigos. Pero en el tercer asesinato lo de­ tiene su madre destruyendo el antídoto, con lo cual contrar regenerado a Bela “Drácula” Lugosi, bue­ se produce un corto circuito en la instalación inter­ no y cabal desde el principio hasta el fin de la pe­ na del buen señor, según se desprende del humito lícula: el ver que Bcris Karloff sólo añade un bi­ que despide éste antes de morir. gote a su máscara que, por lo trabajada por sus visajes, reproduce el mapa de Europa, a poco me­ “PARIS, U’iEST LA TOUlR EIFFEL” nos; y el apreciar la insolencia con que Francés Drake usa de sus incitantes encantos de morena. En Todo ésto, que bien podría constituir el espec­ cambio, Beulah Bondi, a quien se obliga a hacer el táculo cómico de la semana, no lo es gracias al di­ ridículo, indeliberadamente, al presentarla de ex­ rector y los técnicos de la ‘^Universal”, que hacen ploradora en “Shorts”, Frank ILawtcn. el David tragable y digerible tamaña colección de sucesos iCopperfield adolescente, que tiene como galán unos cruentos, mallgastando magníficos recursos. A hacer rubores y timideces dignos de una pupila del Sa- llevadera la película contribuye la sorpresa de en- cré coeur, y Violet Kemble Cooper. más realista que el rey, más “karloffesca ” que el mismo Karloff, .con su voz ahuecada y apocalíptica, le llevan la contra al director y los técnicos, que bien pudieron pasar­ se de presentar a París con la torre Eiffel. (Bue­ no, es que aún no habrán leído los primeros ejem­ El próximo número de “CINE plares de ‘^CINE - (ACTUALIDAD” Ni conocerían la anécdota de aquel actor que decía detestar a la Torre Eiffel y se iba a cenar todas las noches al ACTUALIDAD” aparecerá el “restaurant” de la misma- Al preguntarle por qué lo hacía el actor, como ustedes sabrán, contestó SABADO 8 de AGOSTO que iba allí porque era el único sitio de París desde el cual no se veía la torre Eiffel). C. R. DE “UNA NOCHE DE BATIDA” ACABA DE ESTRENARSE ÍJJj DIALOGO

¿No suena a cosa sin sentido la expresión del epígrafe? Pues sin embargo lo tiene. La parte mu­ da de esta película había sido exhibida hará ya co- sa de tres años, o sea tres después de que la diri­ giera /Carmine Gallone en unas vacaciones que le dejara su trabajo en Joinville. Pero se la dió a co­ nocer en un cine donde se desnaturaliza, mediante el agregado de tres o cuatro escenas pretendidamen­ te sicalípticas, una cantidad de cosas serias; cine donde el espectáculo, verdadera caja de sorpresas, ofrece de repente la imagen d Garbo en “La leyen­ da de Gosta Berling”, o los rostros casi olvidados de Viola Daña, de Priscilla Deán y de tantas es­ trellas de antaño. En su segunda versión — la original — “Una noche de batida’’ apenas puede verse. Pero no se asusten Vds : si se hace difícil verla es por la os­ curidad de la fotografía y la oscuridad de la pro­ yección del cine -en donde ,s-e exhibiera- Cuando mis ojos se acostumbraron a ambas oscuridades, como los de los gatos, pude advertir la distancia que hay entre una cosa que se consideraba más que discreta hace seis años y lo que hoy estimamos de­ cente- La aventura, bien americana en su esencia, del marinero que se hace boxeador y abandona a su cariñosa amante — una “Chanteuse réaliste”, se­ gún rezan los anuncios del cafetín en donde actúa— por una “cocotte’’, perdiendo luego el compeona- 1930 las -poses y las pretensiones de actriz dramá­ to, ha sido aderezado por Gallone con recursos gro tica con que hoy estropea sus intervenciones: la seros que, si bien contribuyen a fijar el ambiente simpatía y desenvoltura de Albert Préjean, la co­ canallesco de la obra, no se justifican en el tono micidad tan francesa -de Lucien Baroux y la desa­ de comedia romántica que ésta tiene. gradable afectación de Edith Méra, que sólo al reir Pobre en y todo su desarrollo, aunque más cinema­ cuando ve entrar a su amanta cubierto de regalos tográfica que la mayoría de las cosas que se nos tiene un acento espontáneo que la justifique como sirve -hoy en -día, “Una noche de batida” destaca actriz. el encanto de Annabella, que felizmente no usaba en E. D. F.

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■Cada vez que tenemos la ocurrencia sentimental de ir a una “matinée” y ver una película de “cowboys”, nos ponemos en la disposición espiri­ tual de dar unas cuantas vueltas a la aguja del reloj del tiempo y volver a los doce años. Todo no pasa, por lo general, de un movimiento de buena voluntad, porque las películas de “cowboys” de ahora tienen trompadas de cartón, corridas debidas a la aceleración de la manivela y villanos suaves y simpatiquísimos. Pero habíamos de soportar una historieta sin consecuencia, la inesperada villanía de Robert Ellis — que también se dedica ahya a escribir argumentos para el cine — y la presencia .

► 0< c ! I I Visite i3 f I ! MUEBLERIA Y TAPICERIA <5 I i J i ! i ci ■ I CASA A M o R I L L A O-I 7 I o I I ► 0< W&ó'l

NO ES AFORTUNADO EL SEGUNDO VIAJE CINEMA­ TOGRAFICO DEL “TEATRO FLOTANTE” DE EDNA F E R B E R

— y dos canciones: el famoso “OI Man River” y “Make Believe” que aparecían cantando Laura La Plante y Joseph Schildkrant, aunque en realidad sus voces hubieran cido “dobladas” en el cine pór la primera vez. A pesar de todos los aplazamientos, escenas re­ hechas y gastos diversos, “Universal” no perdió dinero con su experiencia; el costo total de “Bo­ hemios” había ascendido a 1.100.000 dólares y los beneficios líquidos, descontado éste, alcanzaron casi al medio millón. El nuevo viaje del "Show Boat”

f Hace dos años se decidió repetir el viaje con­ gregando como pasajeros del barco que recorría las orillas del Misslssipí desparramando con sus melodramas elementales un picante perfume de mundanismo, a Irene Dume, la nueva Magnolia Hawks — demasiado “grande dame” para imitar bailes negros o fingir emociones de adolescente; Paúl 'Robeson, que rinde una estupenda versión De “El teatro flotante” (Show Boat) novela ro­ de “OI’ Man River”, con su voz poderosa y plena, mántica en que se hace la apología de un spec- en la que asoma la melancolía y el drama de su táculo americano, absolutamente vernacular, se raza; Alian Jones, nueva figura traída de la ope­ vendió en un año 300.000 ejemplares. La “Uni­ reta, que canta con gusto y se desempeña con bue­ versal” compró 103 derechos d? adaptación cine­ na voluntad; Helen Morgan, que vuelve por sus matográfica de la novela de Edna Ferber en 19 28, fueros de gran intérprete de “blues” cantando de dos años después de la publicación del libro. Po­ una manera magnifica el “Can’t Help Lovin’ that Man”; Helen Westley, empujada otra vez, como cos meses dispués, el famoso Floren:? Ziegfeld su antecesora Emily Fitzroy, al brochazo grueso complicó todo el asunto adquiriendo las derechas y a los efectos de viejo dramón, que se quiere ri­ para la versión teatral, que resultó magnífica, diculizar precisamente en la obra; Charles Win- especialmente gracias a la música de Jerome Kern, ninger, buen Capitán Hawks, y Queenie Smith, Y el éxito obtenido decidió a “Universal” a sus­ que aunque es una negra que parece recién 'bar­ pender la filmación hasta que pudiera obtener la nizada, da mucho del espíritu de su raza en tres adaptación teatral de Hammerstein II. Después de o cuatro rasgos. Numerosísimas figuras conocidas algunas dilaciones, se comenzó por fin el rodaje y “ex-estrellas” de entre las cuales proporcionan de la (película, con Laura La Plante en el papel la sorpresa mayor Forrest Stanley, cincuentón y principal. redondeado por los años en su administrador del La fatalidad que se había cernido sobre el teatro, y Helen Jerope Eddy, totalmente descono­ “film” desde que se pensó en realizarlo reapareció cida como la periodista deslenguada y vulgar que de nuevo: había surgido ante un mundo mudo de entrevista a Kit, se agregaron al pasaje de este sorpresa “El cantor de jazz”, con sus doce pala­ “Barco flotante”, que vuelve a naufragar y se bras habladas y sus canciones intermitentes. Los lleva con él al fondo del río a Cari Laemle, el dirigentes de “Universal” se dieron cuenta de que “padrícito iLaemle”, cuyo retiro como presidente si la película se lanzaba sin el atractivo máximo de la empresa estuvo supeditado a los resultados de la producción teatral, la música — ahora que obtenidos con esta pretenciosa versión. ti sonido era posible — estaban destinados a un En “El ensueño del Misslssipí”, interesante fracaso ruidoso. Y desesperadamente se le agregó sólo por alguno que otro número musical que so un prólogo cantado por elementos de la “trouppe” encaja en la trama con el terrible convencionalis­ de Ziegfeld — que no escuchamos nosotros al ex­ mo de los primeros tiempos del cine parlante, no hibírsenos el “film” con el título de “Bohemios” hay Misslssipí. La sugestión del río, la voz del “OI’ Man River” se encuentran totalmente ausen­ en el Rex Theatre. Estreno en Estados Uni­ tes del folletín, mutilado entre nosotros en más dos: Febrero 8 de 1936. Duración, 65 minutos. “EL JINETE INVENCIBLE”, el mismo día, en la de dos actos a causa dé su número excesivo de misma sala y en el Cine Ariel. Estreno en canciones y de su final ya macarrónico. Y sólo Estados-Unidos: Mayo 20 de 1933. Duración, algunas escenas de fácil sátira -— la representa­ 57 minutos. ción de una de esas obras del “repertorio refina­ “EL SECRETO DE VIVIR”, el mismo día, en la misma sala. Estreno en Estados Unidos: Abril do” del teatro flotante, con el temblor de voz de 12 de 1936. Duración ¡¡¡118 minutos!!! Irene Dunne amenazada por el mal hombre — “LOCO LINDO”, el martes 14 de Julio, en el Cine pueden salpimentar el tedioso desarrollo de la Ariel. historia, que sigue teatralmente una construcción “EL SECRETO DE CHARLIE CHAN”, el mismo y concepción netamente teatrales. día, en el Cine-Teatro Artigas. Estreno en Estados Unidos: Enero 10 de 1936, Duración, Con este fiasco se produjo la incorporación de 71 minutos. James Whale, fabricante de espectáculos terrorí­ “EL PODER INVISIBLE”, el miércoles 15 de Ju­ ficos a veces notables, al difícil género de la co­ lio en el Rex Theatre. Estreno en Estados Unidos: Eneró 20 de 1936. Duración, 75 media musical. minutos. R. A. D. “UNA NOCHE IDE BATIDA”, el jueves 16 de Julio ♦ en el Cine-Teatr0 Montserrat. Estreno en Estados Unidos: Julio 17 de 1932. “EL AVENTURERO”, el viernes 17 de Julio, en ORDEN DE ESTRENOS el Cine Ariel. Estreno en París: Diciembre 17 de 1934. “LA NOVIA QUE VUELVE”, el martes 7 de Julio, “DELINCUENTE”, el mismo día, en la misma sala. en el Cine-Teatro Artigas. Estreno en Estados Estreno en Estados Unidos: Noviembre 15 de Unidos: Enero 3 de 1936. Duración, 83 mi­ 1935. Duración, 85 minutos. nutos. “LA FUERZA DEL DEBER”, el sábado 18 de Ju­ “DON DISCULPAS”, el mismo día, en el Cine lio, en el Rex Theatre. Ariel. Estreno en Estados Unidos: Junio 15 “ENSUEÑO DEL MISSISSIPI”, el mismo día, en de 1935. Duración, 72 minutos. la misma sala. Estreno en Estados Unidos: “ME'FISTO”, el jueves 9 de Julio, en el Cine-Tea­ iMayo 17 de 1936. Duración, 115 minutos en tro Montserrat. Estreno en París: Enero de la versión original: en la exhibida en Monte­ 1930. video, 90 minutos. “LA RIVAL DE SI MISMA”, el viernes 10 de Ju­ “MILLONES EN EL AIRE”, el mismo día, en el . lio, en el Cine-Teatr0 Artigas. Estreno en Cine-Teatro Artigas. Estreno en Estados Uni­ Estados Unidps: Agosto 16 de 1935. Duración, dos: Diciembre 13 de 1935. Duración, 72 6 8 minutos. minutos. “PELIGROSA”, el mismo día, en el Cine Ar e’. “LA IRLANDESITA”, el jueves 23 de Jul’o, en la Estreno en Estados Unidos: Enero 4 de 1936. inauguración del Cine 'Mogador. Estreno en Duración, 78 minutos. Estados Unidos: Enero 17 de 1936. Duración, “CARNADA DE TIBURON”, el sábado 11 de Julio. 7 6 minutos. AGUDOS TOQUES SATIRICOS TIENE “EL AVENTURERO” ENCARNADO EN VICTOR FRANGEN

Marcel L’ Herbier que, como industrial del basa en el tremendo malentendido que se crea cine, conquistara nuestros plácemes en “Víspe­ entre ambos protagonistas, y por sobre su ex­ ra de Combate” por la manera relativamente posición directa y audaz del estado de corrup- novedosa con que se «acercó al ambiente naval se aplica a estudiar las reacciones de ese tipo para extraer de él una obra de espectáculo, ción en que se encuentra la política francesa, se embarca ahora en la aventura harto dificul­ de burgués que, luego de conseguir una posi­ tosa de satirizar a la .burguesía, o mejor dicho, ción más que holgada, cifra todas sus aspira­ a ciertos tipos de la burguesía, en su adapta­ ciones en conseguir por intermedio de influen­ ción de “El aventurero”, obra dramática de Ca- cias oficiales la roseta de la Legión de Honor. pus que aquí aparece vestida, en múltiples oca­ El libreto cinematográfico compuesto por L’ siones, de ur.i penetrante “humour”. Herbier, y la cámara al servicio de aquél, deta­ 'Relata este aspecto las peripecias de un fuer­ llan las reacciones de este individuo en un tono te industrial, llevado a la ruina por las malas satírico liviano y grato, que disimula la exten­ especulaciones de la Bolsa de su hijo, que está sión del “film” y la fisonomía decididamente a frente del establecimiento, y su salvación del folletinesca del tipo central, presentado como desastre merced a los buenos oficios de un so­ contraste de las limitaciones y la falta de inicia­ brino suyo, cuyos vidriosos negocios de aven­ tiva, de espíritu creador, que caracteriza a la turero en el norte de Africa llenaron sus arcas moral burguesa. de billetes. En ese personaje ¿«e Guéry reside prin­ El “enfant prodigue”, el mozo que despre­ cipalmente el sabor del “film”, que Abel Ta­ ciara las moralinas al uso, llega a la casa de su rrido, el intérprete, se encarga de acentuar pariente en el momento crítico y ayuda con su con entonaciones y efectos ligeramente tea­ experiencia en trances azarosos a solucionar trales pero Realizando una caricatura finísima. satisfactoriamente ef conflicto planteado entre Por su parte, Víctor Francen, que necesi- lebreros y patronos. daba un director como L'Herbier para hu­ La obra, más que nada, por sobre la parte manizarse, para isonrejr, «para adquirir sim- romántica cuyo interés, como dé costumbre, se i (Cont. en la última pAg.) 1

Reparto y datos técnicos de las películas revistadas en este número

"LA NOVIA QUE VUELVE" “DELINCUENTE” (The Bride Comes Home) “Paramount". Dirección de (Mary Burns, Fugitive) “Paramount". Producción Wesley Ruggles. Libreto cinematográfico de Claude de Walter Wanger, presentada por Adolph Zukor. Bynion, adaptado de un argumento original de Eli­ Dirección de William K. Howard. Adaptación cine­ zabeth Holding. Direcoión artística de Hans Dreier y matográfica por Gene Towne. Graham Baker y Louls Robert Usher. Fotografía de Leo Tover, A. S. C. Re­ Stevens de un argumento original de los dos primeros parto: Jeannette Desmereau, Claudette Colbert;, Cy- Fotografía de León Shamroy, A. S. C. Escenografía ruc Ardenson, Fred Me. Murray: Jack Bristow, Robert de Alexander Toluboff. Editor, Pete Frich. Reparto: Young. Alfred Desmereau, William Collier Sr. ; El Many Burns, Syivia Sidney; Alee Mac Donald. Mel- Juez. Donaíd Meek; Frank, Richard Carie; Otto, Joh- vyn Douglas; Goldie Gordon, Pert Kelton; Don “Babe” nny Arthur; Pintor Bob Me. Kenzie; Obrero, Eddie Wilson, Alan Baxter; Harper, Wallace Ford; “Spike”, Dunn; Mozo, Jerry Mandy; Varita, A. S. “Pop" Biron; Brian Donlevy; Steve, Frank Sully; La camarera, Henry, edgar Kennedy; Emma Kate McKenna; Len Francés Gregg; Fiscal de edistrito. Charles Waldron; Noble, James Conlon; Conductor de “taxi”, Edward Juez, William Ingersoll; Red Martín. Boothe Howard; Cargan. • Joe, Norman Willis; Willie, Joe Twerp; Mike, Wi­ lliam Pawley; “G. Men”, Kerman Cripps e Ivan Mi- “PELIGROSA" 11er. (Dangerous) “Warner Brothers”. Dirección de Al- fréd E. Green. Argumento y adaptación cinematográ­ “EL ENSUEÑO DEL MISSISIPI” fica de Laird Doyle. Fotografía de Ernie Haller. Edi­ (Show Boat) "Universal”. Producción de Cari Laem- tor del “film", Thomas Richards. Escenografía de le, Jr. Adaptación de la novela de Edna Ferber “Show Hugh Reticker. Trajes de Orry Kelly. Dirección mu­ Boat” y de la pieza teatral de Oscar Hammerstein II. sical de Leo F. Forbstein. Reparto: Jo.yce Heath, Be- con música de Jerome Kern. Dirección de James Wha- tte Davis; Don Bellows, Franchot Tone; Gail Armi- le. Fotografía, de John J. Mescall. Dirección musical tage. Margaret Lindsay; Mrs. Williams, Allison Skip- de Víctor Baravelle. Escenografía de Charles D. Hall. worth; Gordon Heath, Jo'hn Eldredge; Teddy, Dick Coreografía de Le Roy Prinz. Director técnico. Leigh- Foran; Roger Fárnsworth, Walter Walker; Pitt Han- ton JBrill. Trajes diseñados por Doris Zinkeisen y ley, Richard Caijlé; Charles Melton, George Irving; realizados por Vera West. Reparto: Magnolia Hawks, George Sheffield', Plerre Watkin; Elmont, Douglas Irene Dunne; Gaylord Ravenal, Alian Jones; Capitán Wood; Reed Walsh, William Davldson. ■ • Andy Hawks, Charles Winninger; Joe, Paúl Robeson; “DON DISCULPAS’^ Julie La Verne, Helen Morgan; Parthenia Hawks, He­ len Westley; Steve, Donald Cook; Ellie Schultz, » X Queenie Smith; Frank Schultz. Sammy White; Quee- (Alibi Ike) “Warner Brothers". Dirección de Ray nie, Hattie McDaniel; “Cara de goma”, Francis X. Enright. Argumento $je Ring Lardner. Adaptación ci­ Mahoney; El Sheriff Vallon, Charles Middleton; Pete, nematográfica de WÍuliam Wister Haines. Director Arthur Hohl; Windy. J. Farrell Me Donald; Green, de diálogo Gene Lewfs. Fotografía de Arthur Todd. Charles Wilson; Kim, bebé. Patricia Barry; Kim, a Editor del' “film", Thómas Pratt. Director artístico, los ocho años, Marylin Kno'wlden; Kim, a los diez y Esdras Hartley. Dirección musical de Leo F. Forbs­ ocho años, Sunnie O’Dea; La dueña de la casa de tein. Reparto: Frank X. Farrell, Joe E. Brown; Dolly huéspedes, Mae Beatty; Sam, Clarence Muse; El dueño Stevens, Olivia de Havilland; Bess, Ruth Donnelly; del “music-hall”. Stanley Fields; Periodista, Helen Carey, Roscoe Karns; Cap, William Frawley; Jack Jerome Eddy; Administrador‘del teatro, Forrest Stan­ Mack, Eddie Shubert; Lefty Crawford, Paúl Harvey; ley; y Barbara Pepper, Dorothy Grainger, Harry Ba- Johnson. Joe King; Conductor, Jpseph Crehan; Valet, rris, Flora Finch y Tiny Staifford. Adrián Rosley; "Coach”, George Stovall, y los si­ guientes jugadores profesionales de “baseball’; Ed “LA RIVAL DE SI MISMA” Wells, Archie Campbell, Mike Gazella, Bob Meusel, Ce- dric Durst, Dick Cox, Wally Hood, Ray French. Lou tDressed to Thrill) “Twentieth Century-Fox”. Di­ Koupal, Irish Meusel, Hermán Bell, Walter G’olvin, rección de Harry Lachman. Producción de Robert T. Pat Shea, Don Hurst, Frank Shellenback. Wes King- Kane. Adaptación por Samson Raphaelson de la obra don, Wally Hebert, Jim Levy, Guy Cantrell, Wally de Alfred Savoir “La costurerita de Luneville”. Fo­ Rehg, Smead Jolley, .“Babe" Pipelli, Johnny Bassley y tografía de Rudolph Mate, A. S. C. Técnico de sonido. Gene Desautels. \ A. L. Von Kirbach. iDirección de bailes, Jack Dono- l hue. Música y letra de las canciones, original de Lew “EL SECRETO DE VIVIR” Pollack y Paúl Webster. Escenografía de Jack Otter- son y Hans Peters. Trajes de Haward Creer. Direc­ (Mr. Deeids’,íjoes to Town) “Columbia”. Dirección ción musical de Louis de Francesco. Reparto, Colette de Frank Capra’k.Libreto cinematográfico de Robert Dubois y Nadia Petrovna, Tutta Rolf; Bill Trent, Oli­ Riskin. adaptación* de un argumento de Clarence. Bu- ve Brook; Gastón Dupont, Robert Barrat; Anne Tre- dington Keland. Fotc^rafía de Josenh Walker, A. S. C. pied, Nydia Westman; Henri, George Hassell; Sonya. Editor del “film” Gene Havlick. Dirección musical de Mme. Smirnova; Raskolnikoff, Leonid Snegoff; Char­ Howard Jackson. Escenografía de Stephen Goosson. les Penfield, G. P. Guntley, Jr. Trajes de Samuel LangtS Efectos fotográficos de E. Roy Davidson. Reparto: Dongfllow Deeds, Gary Coo- “EL PODER INVISIBLE” per; Babe Bennett, o Mary Dawson, Jean Arthur; MC- Wade, George Bancroft; Cornelius Cobb, Lionel Stan- (The Invisible Ray) “Universal”. Producción de der; John Cedar, Douglas Dumbrille; Walter, Ray- Edmund Grainger. Dirección de Lambert Hyllier. Ar­ niond Walburn; Juez May, H. B. Warner; Mabel Daw­ gumento de Howard Higgin y Douglas Hodges. Adap­ son. Ruth Donnelly; Morrow, Walter Catlett; Campe­ tación cinematográfica de John Colton. Fotografía sino, John Wray; Mme. Pomponi, Margaret Matze- de George Ro'binson. Efectos fotográficos especiales nauer; Psiquiatra, Wyrley Birch; Mozo, Gene Mor- de John P. Fulton. Reparto: Dr. Jano Rukh, Karloff; gan; Guardaespaldas, Warren Hymer; Theresa, bu­ Dr Benet Bela Lugosi; Diana Rukh, Francés Drake; riel Evans; Mal, Spencer Charters; La señora Mere- Ronald Drake, Frank Lawton; S:r Francis Stevens, dith, Émma Dunn; Bodington, Arthur Hoyt; James Walter Kingsford; Lady Ara'bella Stevens, Beulah Cedar. Stanley Andrews; Arthur Cedar, Pierre Wat- Bon’di; Madre Rukh, Violet Kemlble Cooper; Briggs, lcins: Swenson, Christian Rub; Sernple, Jameson Tho­ Nydia Westman; Guía de la expedición, Danell Hai­ mas; La señora Sernple Mayo Methot; El Dr. Mal- nes; El Jefe de Surete George Renavent; Noyer, Paúl colm, Russell Hicks; El Dr. Von Holler, Gustav Von Weigel; Mme. Noyer, Adele St. Maur; El Profesor Seyffertitz; El Dr. Fosdick, Ed Le Saint; Hallor, Char­ Mendelssohn, Frank Reicher; Mujer zulú, Etta Mc- les Levlson; Frank, Irving Bacon; Bob, George Coo- Daniels: Pastor, Winter Hall: Celeste, Inez Seabury; per; Mayordomo, Barnett Parker; Sastre. Franklyn Muchacho número uno, Lawrence Stewart; y Lloyd Pangborn; Jane Faulkner. Margarett Seddon; Amy Whytlock; Edward David. Alphonse Martell Daisy Faulkner, Margaret McWade. Rufford y Clarence Gordon.

£ “EL SECRETO DE CHARLIE CHAS” Cont. de “EL AVENTURERO” (Charlie Chan’s Secret). “Twentieth Century-Fox”. Dirección de Gordon Wiles. Coproducción John L. Stone. Argumento y adaptación cinematográfica de patía y fuerza de conviqción, se encuentra Robert Ellis y Helen Logan, en colaboración con Jo- seph Hoffmann y sobre el personaje creado por Earl otra vez muy lejos de sus “Alas rotas” y de Dérr Biggers. Fotografía de Rudolph Mate, A. S. C. Técnico de sonido, Al Protzman. Diálogo de Nick de sus “Después del amor”. Es ya un actor de Maggio. Escenografía de Duncan Cramer y Albert Hogssett. Trajes de Helen Myron. Dirección musical ■cine, como lo es también otra figura familiar de Samuel Kaylin. Reparto: Charlie Clan: Alice Lo- well, Rosina Lawrence; Diek Willians. Charles Qui- a nuestros ‘habitúues” de temporadas fran­ gley; Henrietta Lowell, Henrietta Crossman; Fred Gage, Edward Trevor: Janice Gage, Astrid Allwyn; cesas, Henri Rolland, ique tiene ahora ges­ Baxter, Herbert Mundin; Warren T. Phelps, Jonathan Hale; Ulrich, Egon Brecher; Carlotta, Gloria Roy; tos y recursos de vez en cuando convincen­ Morton Ivan Miller; Profesor Bowan, Arthur Edmund Carewe'; Harris, William Norton Bailey. tes y hasta sutiles.

> “LA IRLANDE^SITA" Debuta además en “El aventurero” una he­

(Paddy O’Day). “Twentieth Century - Fox”. Di­ roína muy distinta de las “platinum blondes” rección de Lew Seiler. Producción de Sol M. Wurtzel. americanas, femenina y f-rancesísima: Giséle Compaginación de Lou Bresjow y Edward Eliscu. Fo­ tografía de Arthur Miller, A. S. C. Director artístico. Casadesus, que opone la'manera y la gracia un Duncan Cramer. Escenog'rafía de Lewis Creber. Mú­ sica de Harry Akst y Troy Sanders. Letra de Sid- poco alambicada del continente a lo que se sir­ ney Clare y Edward Eliscu. La música de la canción “Changin My Ambition” pertenece a Pimky Tonlin. ve envasado en lata desde Estados Unidos co­ Director coreográfico, Franchón. Lobreto cinemato­ gráfico de Al De Gaetano. Trajes de Helen Mirón. mo expresión de supremo encanto y de “sex- Técnico de sonido, Al Bruzlin. Dirección musical cíe Samuel Koylin. Reparto: Paddy O’Day, Jane Withers; appeal”. Roy Ford, Pinky Tonlin; Tamara Petrovitch, Rita Cansino; Dora, jane Darwell; Mischa, George Givot; La presentación adecuada, v la música, divor­ Tía Flora Ford, yera Lewis; Inspector de Inmi­ gración McGuire, Francis Ford; Tía Jane Ford. Lou- ciada completamente de la acción y casi inex­ se Cárter; Bentoni Russell Simpson; Popushka Pe­ trovitch. Michael Visaroff; Momusnka Petrovich, Ni­ plicable en su línea melódica y en su tratamien­ na Vlsaroff. to, son otros rasgos salientes de “El aventu­ “UNA NOCHE DE BATIDA” rero”, que puede incluirse entre las expresio­ ( Un Soir de Rafle) "Osso Films”. Dirección y nes más discretas de cine francés que se nos adaptación de Carmine Gallone. Reparto: Georget, Al­ bert Préjean; Mariette, Annabella; Barón Zonzini, haya dado a conocer este año. Lucien Baroux; Ivonne, Edith Méra; Charly Stick, Constant Remy. C. R.

“LOCO LINDO” 4> “Argentina Sono Film”. Dirección de Arturo S. Moni. Argumento de Manuel Romero. Fotografía de John Aitón. Reparto: Mlguelito Andrade. Luis San­ drini; Carmencita, Anita Jordán; Peralta, Pedro Fio- Cont. de “DELINCUENTE” rito; Negra, Sofía Bozán; El catalán. Tomás Simari; Don Manuel, Francisco García Garabá; Gauchito, Ernesto Famá; Don Rudecindo, Juan Sarcione. El fotógrafo es el protagonista otra vez.

“EL AVENTURERO” He sintetizado a ustedes el asunto sin ganas de (L’aventurier) “Pathé - Natan”. Dirección de ponerme en trascendental: pero fuerza es confesar Marcel L’Herbier. Adaptación por el mismo de la obra de Alfred Capus. Fotografía de Thlrard. Músi­ que en manos del director William K. Howard todos ca de Jean Wiener. Decorados de Aguettand. Reparto: estos episodios adquieren el mayor grado posible de Etienne Ranson, Víctor Francen; Marthe Guery, Blan- che Montel; Geneviéve. Giséle Casadesus; André Va- verosimilitud. Sin sacudir, interesa el desarrollo del réze, Henri Rollan; Guéroy, Abel Tarrlde; Framié, caso de esta muchacha iluminada por su amor en Joffre; Prefecto Dubard, Pierre Jouvenet; Compra­ dor, Alexandre Rlgnault; Su mujer, Kissa Koupri- principio, y luego perennemente compungida, que Syl- ne; Jaime Guéroy, Lucien Pascal. via Sidney encarna con destellos de ese talento dra­ mático que sucesivas interpretaciones y papeles sosos han venido desliendo en los últimos tle.mipos. El dibu­ jo psicológico responde a las sumarísimas necesida­ CINE ACTUALIDAD des de una historieta de “Saturday Evening Post”: pero cierta tensión atmosférica que el fotógrafo crea Precio del ejemplar 0.0 7 con sombras de rejas, con bocanadas de niebla, ion proyecciones de ramas de sauce sobre un momento Dirección y Redacción de: DESPOUEY, idilíco, determina el acierto de los intérpretes, envuel­ R O U X Y DOMINONI tos y llevados por esa sombra hacia la dramaticld.id contenida, hacia el ademán que se' adivina y no se vé, Editada por “AGENCIA LONDRES’’ hacia la expresión de un conflicto más rico que ese Dirección, Redacción y Ad­ retorcido conflicto policial - amoroso en que se ve envuelta Mary Burns. ministración: Juncal 1372. Ello determina el atractivo de la película, que se U. T. E. 8-66-04. verá sin duda con agrado y con interés desde el prin­ cipio hasta el fin. r. a. n. I

lociedad uruquaua deeimalTado va. COMISION DE PROPAGANDA DEL CENTRO PROPIETARIOS DE OMNIBUS DEL URUGUAY