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Atilio Boron Bitácora de un navegante antología esencial Teoría política y dialéctica de la historia latinoamericana Boron, Atilio Alberto Bitácora de un navegante : Teoría política y dialéctica de la historia latinoamericana : antología esencial / Atilio Alberto Boron ; prólogo de Sabrina González. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : CLACSO, 2020. Libro digital, PDF - (Antologías) Archivo Digital: descarga ISBN 978-987-722-711-6 1. Marxismo. 2. Análisis Político. I. González, Sabrina, prolog. II. Título. CDD 320.5322 Otros descriptores asignados por CLACSO: Marxismo / Teoría Política / América Latina / Historia / Imperialismo / Estado / Capitalismo / Revolución / Teoría social / Praxis Atilio Boron Bitácora de un navegante Teoría política y dialéctica de la historia latinoamericana antología esencial Estudio introductorio y selección de Sabrina González CLACSO Secretaría Ejecutiva Karina Batthyány - Secretaria Ejecutiva Nicolás Arata - Director de Formación y Producción Editorial Equipo Editorial María Fernanda Pampín - Directora Adjunta de Publicaciones Lucas Sablich - Coordinador Editorial María Leguizamón - Gestión Editorial Nicolás Sticotti - Fondo Editorial Diseño de colección - Gabriela Corrales · Estudio Namora Diseño de tapa - Alejandro Barba (en base a diseño de Estudio Namora) Fotografía de tapa - Lara Otero Corrección - Licia López de Casenave ISBN 978-987-722-711-6 © Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales | Queda hecho el depósito que establece la Ley 11723. El contenido de este libro expresa la posición de los autores y autoras y no necesariamente la de los centros e instituciones que componen la red internacional de CLACSO, su Comité Directivo o su Secretaría Ejecutiva. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo del editor. La responsabilidad por las opiniones expresadas en los libros, artículos, estudios y otras colaboraciones incumbe exclusiva- mente a los autores firmantes, y su publicación no necesariamente refleja los puntos de vista de la Secretaría Ejecutiva de CLACSO. CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - Conselho Latino-americano de Ciências Sociais Estados Unidos 1168 | C1023AAB Ciudad de Buenos Aires | Argentina Tel [54 11] 4304 9145 | Fax [54 11] 4305 0875 | <[email protected]> | <www.clacso.org> Índice Virtú y fortuna de un intelectual público marxista entre el infierno y la Biblia 9 Por Sabrina González Breves notas para esta Antología esencial 41 Por Francisco López Segrera Agradecimientos 47 PRIMERA PARTE • Estado, Mercado e Imperialismo 51 Mi camino hacia Marx. Breve ensayo de autobiografía político-intelectual 53 Clases populares y política de cambio en América Latina 99 Notas sobre las raíces histórico-estructurales de la movilización política en Chile 137 La formación y crisis del Estado oligárquico-liberal en la Argentina, 1880-1930 207 La verdad sobre la democracia capitalista 265 Hegemonía e imperialismo en el sistema internacional 309 Siete tesis sobre reformismo, revolución y contrarrevolución en América Latina 333 Populismo: una digresión sobre la experiencia reciente 361 SEGUNDA PARTE • Teoría social y praxis política 381 Maquiavelo y el infierno de los filósofos 383 Filosofía política y crítica de la sociedad burguesa. El legado teórico de Karl Marx 397 Federico Engels y la teoría marxista de la política 449 Lenin y la actualidad del ¿Qué hacer? 477 Rosa Luxemburgo y la crítica al reformismo socialdemócrata 537 Fidel: introducción a La historia me absolverá 617 De académicos, intelectuales y mercenarios 629 La pequeña Biblia de la Crisis 667 Por Fidel Castro De la guerra infinita a la crisis infinita 675 Por Atilio A. Boron Tercera parte • Revolución en Nuestra América 695 Fidel: ¡Hasta la Victoria siempre! 697 La revolución bolivariana de Hugo Chávez 703 Sobre los autores y la autora 721 Virtú y fortuna de un intelectual público marxista entre el infierno y la Biblia Por Sabrina González El silencio se apodera del nutrido grupo de estudiantes que colmábamos el Aula Magna. Alto, de barba y bigote sumamente cuidados, con un im- pecable traje azul, Atilio Boron1, deja su maletín sobre el escritorio, toma El Príncipe (1513) entre sus manos y lee, con voz clara y pausada, una de las metáforas más contundentes sobre la fortuna: Yo la suelo comparar a uno de esos ríos torrenciales que, cuando enfurecen, inundan los campos, tiran abajo los árboles y edificios, quitan terreno de esta parte y lo ponen en aquella otra; los hombres huyen ante él, todos ceden a su ímpetu sin poder plantearle resis- tencia alguna. Y aunque su naturaleza sea ésta, eso no quita, sin embargo, que los hombres, cuando los tiempos están tranquilos, no puedan tomar precauciones mediante diques y espigones de forma que en crecidas posteriores o discurrirían por un canal o su ímpetu ya no sería ni tan salvaje ni tan perjudicial. Lo mismo ocurre con la fortuna: ella muestra su poder cuando no hay una virtud organiza- da preparada para hacerle frente y por eso vuelve sus ímpetus allá donde sabe que no se han construido los espigones y los diques para contenerla (Maquiavelo, 1992, p. 117). 1. Siendo Boron un apellido de origen italiano no corresponde el acento ortográfico. 9 Sabrina González La atmósfera cambia al ritmo de este profesor que camina mientras nos habla y, al hacerlo, nos traslada desde la ciudad porteña de los años ‘90 –(¡del siglo pasado!)– hacia otra más distante en tiempo y espacio. En el corazón de la Florencia renacentista la pluma de Nicolás Maquiavelo (1469-1527) escribe consejos, sin adulaciones ni decorados, dedicados al mandatario; discursos inspiradores (¿o conspiradores?) ofrendados a sus compañeros de tertulias2; comedias, sátiras y epístolas plagadas de mor- daces e incisivas aseveraciones. El aire se puebla de la vulgaridad de los de abajo que no quieren ser oprimidos, de la presunción de los grandes que detestan ser gobernados, de la desunión entre ambos fuente de to- da libertad republicana. También, paradójicamente, de los avatares y los sinsabores que consagrarían el apellido del florentino como adjetivo des- calificativo de la política. Una suerte de melodía compuesta de palabras y de acciones nos ins- criben en el riesgoso terreno en el que miden fuerzas el filósofo y la ciu- dad. Repentinamente, nos convertimos en testigos privilegiados de la crónica de dos muertes anunciadas. Boron nos presenta a Sócrates co- mo el filósofo por excelencia, amante de la duda y de los interrogantes, del diálogo y la crítica, del pensar que no deja huella escrita porque no aspi- ra a la inmortalidad. En la antigua Atenas, capital intelectual, política y artística de toda Grecia, ninguna de aquellas características era, per se, delictiva. Sin embargo, estábamos en medio de un juicio: la democracia acusa al filósofo de corromper a sus jóvenes y este, lejos de amedren- tarse, se compara con los vencedores olímpicos y pide por sus servicios ser absuelto y premiado. Como el escorpión del cuento popular, la polis condena a Sócrates a beber la cicuta y, en ese mismo movimiento, clava sobre sí su propio aguijón inoculándose el veneno que la corroe y preci- pita en su propia crisis terminal. De la geografía griega al esplendor y el cenit de la civitas romana, Boron recorría el programa de Teoría Política y Social I en un ir y venir 2. Il príncipe (1513), originalmente, dedicado a Giuliano de’ Medici, finalmente, fue ofrendado a Lorenzo di Piero de Médicis, duque Urbino, nieto de Lorenzo el Magnífico, en un encuen- tro datado entre el 15 de mayo y el 3 de julio de 1515 en Florencia (Connell, 2015). Discorsi sopra prima deca di Tito Livio (1513-1520) los obsequia a los jóvenes Zanabi Buondelmonti y Cosimo Rucellai, este último anfitrión en los famosos jardines de los Orti Oricellari. 10 VIRTÚ Y FORTUNA DE UN INTELECTUAL PÚBLICO MARXISTA entre el pasado y el presente. Todo lo cual, suponía descubrir, sacar ve- los, exhibir, los legados de las mentes más preclaras de la filosofía po- lítica antigua en su complejidad. Del aburrido oscurantismo medieval poco o nada quedó en pie, luego de repasar las Confesiones del atribulado pecador que fuera Agustín, obispo de Hipona; los secretos amores en- tre Eloísa y Abelardo; las persecuciones contra herejes y brujas; el sur- gimiento de las universidades y de las bibliotecas. Boron demolía, una a una, las afirmaciones convencionales, los lugares hipócritas, los fetiches sacralizados a veces por ignorancia, otras por vagancia y, en no pocas oportunidades, por connivencia intelectual y política. En la pionera Inglaterra, espejo invertido de otra isla, la de Utopía, en- frentamos al capitalismo con el comunismo. Del Londres dominado por las ovejas, nebuloso y triste, viajamos al Caribe, soleado y revolucionario, del Che y de Fidel. Y el debate se dispara, las pasiones se encienden, los desencuentros se agudizan y perdemos la cabeza junto con Tomás Moro por decisión de Enrique VIII. La clase se aproxima a su final pero nadie se mueve del lugar que ocupa por virtú o por fortuna (se trate de un banco de madera, un escalón o el alfeizar de una de las ventanas). En ese momento Boron menciona al escritor argentino Jorge Luis Borges, conocido aman- te de las bibliotecas, esos ‘gabinetes mágicos’ protectores de los grandes espíritus de la humanidad, y nos invita a incluir en las nuestras República de Platón, Política de Aristóteles, El Príncipe y Discursos de Maquiavelo… Leerán esos textos, aseveró, en más de una ocasión y dialogarán con esos inmensos pensadores desde sus propias preocupaciones y sus proyectos vitales. Anoten en los márgenes de esas páginas, nos aconsejó, las obser- vaciones que cada nueva lectura les susciten. Con el correr del tiempo, esos libros de hojas amarillentas se convertirán en cuadernos de bitácora de cómo navegaron sus propias biografías.3 Aquella primera clase que tan vívidamente recuerdo ha sido como el hilo que Ariadna le ofreció a Teseo para adentrarse en el laberinto de Creta y vencer al Minotauro.