EL GAUCHO MARTÍN FIERRO José Hernández. 1872-1879. www.produccion-animal.com.ar

I Hago tiritar los pastos; Mi gloria es vivir tan libre Aquí me pongo a cantar Con oros, copas y bastos Como el pájaro del cielo: Al compás de la vigüela, Juega allí mi pensamiento. No hago nido en este suelo Que el hombre que lo desvela Ande hay tanto que sufrir, Una pena estraordinaria Yo no soy cantor letrao, Y naides me ha de seguir Como la ave solitaria Mas si me pongo a cantar Cuando yo remuento el vuelo. Con el cantar se consuela. No tengo cuándo acabar Y me envejezco cantando: Yo no tengo en el amor Pido a los Santos del Cielo Las coplas me van brotando Quien me venga con querellas; Que ayuden mi pensamiento; Como agua de manantial. Como esas aves tan bellas Les pido en este momento Que saltan de rama en rama, Que voy a cantar mi historia Con la guitarra en la mano Yo hago en el trébol mi cama, Me refresquen la memoria Ni las moscas se me arriman, Y me cubren las estrellas. Y aclaren mi entendimiento. Naides me pone el pie encima, Y cuando el pecho se entona, Y sepan cuantos escuchan Vengan Santos milagrosos, Hago gemir a la prima De mis penas el relato, Vengan todos en mi ayuda, Y llorar a la bordona. Que nunca peleo ni mato Que la lengua se me añuda Sino por necesidá, Y se me turba la vista; Yo soy toro en mi rodeo Y que a tanta alversidá Pido a Dios que me asista Y torazo en rodeo ajeno; Sólo me arrojó el mal trato En una ocasión tan ruda. Siempre me tuve por güeno Y si me quieren probar, Y atiendan la relación Yo he visto muchos cantores, Salgan otros a cantar que hace un gaucho perseguido, Con famas bien obtenidas, Y veremos quién es menos. que padre y marido ha sido Y que después de adquiridas empeñoso y diligente, No las quieren sustentar No me hago al lao de la güeya y sin embargo la gente Parece que sin largar Aunque vengan degollando, lo tiene por un bandido se cansaron en partidas Con los blandos yo soy blando Y soy duro con los duros, II. Ayer y hoy Mas ande otro criollo pasa Y ninguno en un apuro Martín Fierro ha de pasar; Me ha visto andar tutubiando. Ninguno me hable de penas, nada lo hace recular porque yo penado vivo, ni los fantasmas lo espantan, En el peligro, ¡qué Cristos! y naides se muestre altivo y dende que todos cantan El corazón se me enancha, aunque en el estribo esté: yo también quiero cantar. Pues toda la tierra es cancha, que suele quedarse a pie Y de eso naides se asombre: el gaucho mas alvertido. Cantando me he de morir El que se tiene por hombre Cantando me han de enterrar, Ande quiere hace pata ancha. Junta esperencia en la vida Y cantando he de llegar hasta pa dar y prestar Al pie del eterno padre: Soy gaucho, y entiendaló quien la tiene que pasar Dende el vientre de mi madre Como mi lengua lo esplica: entre sufrimiento y llanto, Vine a este mundo a cantar. Para mí la tierra es chica porque nada enseña tanto Y pudiera ser mayor; como el sufrir y el llorar. Que no se trabe mi lengua Ni la víbora me pica Ni me falte la palabra: Ni quema mi frente el sol Viene el hombre ciego al mundo, El cantar mi gloria labra cuartiándolo la esperanza, Y poniéndome a cantar, Nací como nace el peje y a poco andar ya lo alcanzan Cantando me han de encontrar En el fondo de la mar; las desgracias a empujones, Aunque la tierra se abra. Naides me puede quitar ¡la pucha, que trae liciones Aquello que Dios me dio el tiempo con sus mudanzas! Me siento en el plan de un bajo Lo que al mundo truje yo A cantar un argumento: Del mundo lo he de llevar. Yo he conocido esta tierra Como si soplara el viento en que el paisano vivía 1 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal y su ranchito tenía no había uno que no parese ¡Y qué jugadas se armaban y sus hijos y mujer… con el cabresto en la mano. cuando estábamos riunidos! era una delicia el ver Siempre íbamos prevenidos, como pasaba sus días. Y mientras domaban unos, pues en tales ocasiones otros al campo salían a ayudarle a los piones Entonces… cuando el lucero y la hacienda recogían, caiban muchos comedidos. brillaba en el cielo santo, las manadas repuntaban, y los gallos con su canto y ansí sin sentir pasaban Eran los días del apuro nos decían que el día llegaba, entretenidos el día. y alboroto pa el hembraje, a la cocina rumbiaba pa preparar los potajes el gaucho… que un encanto. Y verlos al cair la tarde y osequiar bien a la gente, en la cocina riunidos, y así, pues, muy grandemente, Y sentao junto al jogón con el juego bien prendido pasaba siempre el gauchaje. a esperar que venga el día, y mil cosas que contar, al cimarrón le prendía platicar muy divertidos Vení, a la carne con cuero, hasta ponerse rechoncho, hasta después de cenar. la sabrosa carbonada, mientras su china dormía mazamorra pien pisada, tapadita con su poncho. Y con el buche bien lleno los pasteles y el güen vino… era cosa superior pero ha querido el destino Y apenas la madrugada irse en brazos del amor que todo aquello acabara. empezaba coloriar, a dormir como la gente, los pájaros a cantar, pa empezar el día siguiente Estaba el gaucho en su pago y las gallinas a apiarse, las fainas del día anterior. con toda siguridá, era cosa de largarse pero aura… ¡barbaridá!, cada cual a trabajar. Ricuerdo ¡qué maravilla! La cosa anda tan fruncida, Cómo andaba la gauchada que gasta el pobre la vida Este se ata las espuelas, siempre alegre y bien montada en juir de la autoridá. se sale el otro cantando, y dispuesta pa el trabajo… uno busca un pellón blando, pero hoy en día… ¡barajo! Pues si usté pisa en su rancho este un lazo, otro un rebenque, No se la ve de aporriada. y si el alcalde lo sabe, y los pingos relinchando lo caza lo mesmo que ave los llaman dende el palenque. El gaucho más infeliz aunque su mujer aborte… tenía tropilla de un pelo, ¡no hay tiempo que no se acabe El que era pion domador no le faltaba un consuelo ni tiento que no se corte!. enderezaba al corral, y andaba la gente lista… ande estaba el animal teniendo al campo la vista, Y al punto dese por muerto bufidos que se las pela … sólo vía hacienda y cielo. si el alcalde lo bolea, y más malo que su agüela, pues ahí nomás se le apea se hacia astillas el bagual. Cuando llegaban las yerras, con una felpa de palos; ¡cosa que daba calor! Y después dicen que es malo Y allí el gaucho inteligente, Tanto gaucho pialador el gaucho si los pelea. en cuanto el potro enriendó, y tironiador sin yel. los cueros le acomodó ¡Ah, tiempos… pero si en él Y el lomo le hinchan a golpes, y se le sentó en seguida, se ha visto tanto primor! y le rompen la cabeza, que el hombre muestra en la vida y luego con ligereza, la astucia que Dios le dio. Aquello no era trabajo, ansí lastimao y todo, mas bien era una junción, lo amarran codo a codo Y en las playas corcoviando y después de un güen tirón y pa el cepo lo enderiezan. pedazos se hacía el sotreta en que uno se daba mana, mientras él por las paletas pa darle un trago de cana Áhi comienzan sus desgracias, le jugaba las lloronas, solía llamarlo el patrón. áhi principia el pericón, y al ruido de las caronas porque ya no hay salvación, salía haciendo gambetas. Pues vivía la mamajuana y que usté quiera o no quiera, siempre bajo la carreta, lo mandan a la frontera ¡Ah, tiempos!… ¡Si era un orgullo y aquel que no era chancleta, o lo echan a un batallón. ver jinetear un paisano! en cuanto el goyete vía, Cuando era gaucho baquiano, sin miedo se le prendía Ansí empezaron mis males aunque el potro se boliase, como güérfano a la teta. lo mesmo que los de tantos; si gustan… en otros cantos 2 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal les diré lo que he sufrido, a uno solo, por favor, De los pobres que allí había después que uno está… perdido logró salvar la patrona. a ninguno lo largaron, no lo salvan ni los santos. los más viejos rezongaron, Formaron un contingente pero a uno que se quejó III. Sirviendo en la frontera con los que del baile arriaron, en seguida lo estaquiaron, con otros nos mesturaron, y la cosa se acabó. Tuve en mi pago en un tiempo que habían agarrao también, hijos, hacienda y mujer, las cosas que aquí se ven En la lista de la tarde pero empecé a padecer, ni los diablos las pensaron. el jefe nos cantó el punto me echaron a la frontera, diciendo: quinientos juntos ¡y qué iba a hallar al volver! A mí el juez me tomó entre ojos llevará el que se resierte; Tan sólo hallé la tapera. en la ultima votación: lo haremos pitar del juerte, me le había hecho el remolón mas bien dese por dijunto. Sosegao vivía en mi rancho y no me arrimé ese día, como el pájaro en su nido, y él dijo que yo servía A naides le dieron armas, allí mis hijos queridos a los de la esposición. pues toditas las que había iban creciendo a mi lao… el coronel las tenía, sólo queda al desgraciao Y ansí sufrí ese castigo sigún dijo esa ocasión, lamentar el bien perdido. tal vez por culpas ajenas, pa repartirlas el día que sean malas o sean güenas en que hubiera una invasión. Mi gala en las pulperías las listas, siempre me escondo: era, en habiendo más gente, yo soy un gaucho redondo Al principio nos dejaron ponerme medio caliente, y esas cosas no me enllenan. de haraganes criando sebo, pues cuando puntiao me encuentro pero después… no me atrevo me salen coplas de adentro Al mandarnos nos hicieron a decir lo que pasaba… como agua de la virtiente. más promesas que a un altar, ¡barajo!… Si nos trataban el juez nos jue a proclamar como se trata a malevos. Cantando estaba una vez y nos dijo muchas veces: en una gran diversión, muchachos, a los seis meses Porque todo era jugarle y aprovecho la ocasión los van a ir a relevar. por los lomos con la espada, como quiso el juez de paz… y aunque usté no hiciera nada, se presentó, y ahi nomás Yo llevé un moro de número lo mesmito que en palermo, hizo arriada en montón. ¡sobresaliente el matucho! le daban cada cepiada Con él gané en ayacucho que lo dejaban enfermo. Juyeron los más matreros más plata que agua bendita: y lograron escapar: siempre el gaucho necesita ¡Y qué indios, ni qué servicio; yo no quise disparar, un pingo pa fiarle un pucho. si allí no había ni cuartel! soy manso y no había porqué, Nos mandaba el coronel muy tranquilo me quedé Y cargué sin dar mas güeltas a trabajar en sus chacras, y ansí me dejé agarrar con las prendas que tenía: y dejábamos las vacas jergas, ponchos, todo cuanto había que las llevara el infiel. allí un gringo con un órgano en casa, tuito lo alcé: y una mona que bailaba, a mi china la dejé Yo primero sembré trigo haciéndonos rair estaba, medio desnuda ese día. y después hice un corral, cuanto le tocó el arreo, corté adobe pa un tapial, ¡tan grande el gringo y tan feo, No me falta una guasca, hice un quincho, corté paja... lo viera cómo lloraba!. esa ocasión eché el resto, ¡la pucha que se trabaja bozal, maniador, cabresto, sin que le larguen un rial!. Hasta un inglés zanjiador lazo, bolas y manea… que decía en la última guerra ¡el que hoy tan pobre me vea Y es lo pior de aquel enriedo que él era de incalaperra tal vez no creerá todo esto!. que si uno anda hinchando el lomo y que no quería servir, se le apean como un plomo... también tuvo que juir Ansí en mi moro, escarciando, ¡quién aguanta aquel infierno! a guarecerse en la sierra. enderecé a la frontera. si eso es servir al gobierno, ¡Aparcero si usté viera a mí no me gusta el cómo. Ni los mirones salvaron lo que se llama cantón!… de esa arriada de mi flor, Ni envidia tengo al ratón Más de un año nos tuvieron fue acoyarao el cantor en aquella ratonera. en esos trabajos duros; con el gringo de la mona, y los indios, le asiguro 3 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal dentraban cuando querían: Tiemblan las carnes al verlo aflojar como un blandito! como no los perseguían, volando al viento la cerda, salieron como maíz frito siempre andaban sin apuro. la rienda en la mano izquierda en cuanto sonó un cencerro. y la lanza en la derecha; A veces decía al volver ande enderieza abre brecha Al punto nos dispusimos del campo la descubierta pues no hay lanzazo que pierda. aunque ellos eran bastantes; que estuviéramos alerta, la formamos al instante que andaba adentro la indiada, Hace trotiadas tremendas nuestra gente, que era poca, porque había una rastrillada desde el fondo del desierto; y golpiándose en la boca o estaba una yegua muerta. ansí llega medio muerto hicieron fila adelante. de hambre, de sé y de fatiga; Recién entonces salía pero el indio es una hormiga Se vinieron en tropel la orden de hacer la riunión, que día y noche está despierto. haciendo temblar la tierra. y caíbamos al cantón no soy manco pa la guerra en pelos y hasta enancaos, Sabe manejar las bolas pero tuve mi jabón, sin armas, cuatro pelaos como naides las maneja; pues iba en un redomón que íbamos a hacer jabón. cuanto el contrario se aleja, que había boleao en la sierra. manda una bola perdida, Ahi empezaba el afán y si lo alcanza, sin vida ¡Qué vocerío! ¡qué barullo! -se entiende, de puro vicio- es siguro que lo deja. ¡qué apurar esa carrera! de enseñarle el ejercicio la indiada todita entera a tanto gaucho recluta, Y el indio es como tortuga dando alaridos cargó, con un estrutor... ¡qué... Bruta! de duro para espichar; ¡jue pucha!... Y ya nos sacó que nunca sabía su oficio. si lo llega a destripar como yeguada matrera. ni siquiera se le encoge; Daban entonces las armas luego sus tripas recoge, ¡Qué fletes traiban los bárbaros! pa defender los cantones, y se agacha a disparar. ¡como una luz de ligeros! que eran lanzas y latones hicieron el entrevero con ataduras de tiento... Hacían el robo a su gusto y en aquella mezcolanza, las de juego no las cuento y después se iban de arriba; este quiero, éste no quiero, porque no había municiones. se llevaban las cautivas, nos escogían con la lanza. y nos contaban que a veces Y un sargento chamuscao les descarnaban los pieses, Al que le daban un chuzazo, me contó que las tenían a las pobrecitas, vivas. dificultoso es que sane. pero que ellos la vendían en fin, para no echar panes, para cazar avestruces; ¡Ah! ¡si partía el corazón salimos por esas lomas, y así andaban noche y día ver tantos males, canejo! lo mesmo que las palomas dele bala a los ñanduces. los perseguíamos de lejos al juir de los gavilanes. sin poder ni galopiar; Y cuando se iban los indios ¡y qué habíamos de alcanzar ¡Es de almirar la destreza con lo que habían manotiao, en unos vichocos viejos! con que la lanza manejan! salíamos muy apuraos de perseguir nunca dejan, a perseguirlos de atrás; Nos volvíamos al cantón y nos traiban apretaos. si no se llevaban más a las dos o tres jornadas, ¡si queríamos, de apuraos, es porque no habían hallao. sembrando las caballadas; salirnos por las orejas! y pa que alguno la venda, Allí sí, se ven desgracias rejuntábamos la hacienda Y pa mejor de la fiesta y lágrimas y afliciones; que habían dejao rezagada. en esa aflición tan suma, naides le pida perdones vino un indio echando espuma, al indio: pues donde dentra, Una vez entre otras muchas, y con la lanza en la mano, roba y mata cuanto encuentra tanto salir al botón, gritando: acabáu cristiano, y quema las poblaciones. nos pegaron un malón metau el lanza hasta el pluma. los indios y una lanciada, No salvan de su juror que la gente acobardada Tendido en el costillar, ni los pobres angelitos; quedó dende esa ocasión. cimbrando por sobre el brazo viejos, mozos y chiquitos una lanza como un lazo, los mata del mesmo modo: Habían estao escondidos me atropelló dando gritos: que el indio lo arregla todo aguaitando atrás de un cerro... si me descuido... El maldito con la lanza y con gritos. ¡lo viera a su amigo Fierro me levanta de un lanzazo. 4 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal

Si me atribulo o me encojo, ni cosa que se parezca; y hasta le hacía ver la luz siguro que no me escapo: mis trapos sólo pa yesca al que un cuero le llevaba. siempre he sido medio guapo, me podían servir al fin… pero en aquella ocasión no hay plaga como un fortín Sólo tenía cuatro frascos me hacía buya el corazón para que el hombre padezca. y unas barricas vacías, como la garganta al sapo. y a la gente le vendía Poncho, jergas, el apero, todo cuanto precisaba… Dios le perdone al salvaje las prenditas, los botones, algunos creiban que estaba las ganas que me tenía... todo, amigo, en los cantones allí la proveduría. desaté las tres marías jue quedando poco a poco; y lo engatusé a cabriolas... ya me tenían medio loco ¡Ah, pulpero habilidoso! ¡pucha...! Si no traigo bolas la pobreza y los ratones. Nada le solía faltar. me achura el indio ese día. ¡Ahijuna!, Para tragar Sólo una manta peluda tenía un buche de ñandú; Era el hijo de un cacique, era cuanto me quedaba la gente le dio en llamar sigún yo lo averigüé; la había agenciao a la tabla el boliche de virtú. la verdá del caso jue y ella me tapaba el bulto; que me tuvo apuradazo, yaguané que allí ganaba Aunque es justo que quien vende hasta que por fin de un bolazo no salía ni con indulto. algún poquito muerda, del caballo lo bajé. tiraba tanto la cuerda Y pa mejor hasta el moro que, con sus cuatro limetas Ahi no más me tiré al suelo se me jue de entre las manos; él cargaba las carretas y lo pisé en las paletas; no soy lerdo pero, hermano, de plumas, cueros y cerda. empezó a hacer morisquetas vino el comendante un día y a mezquinar la garganta... diciendo que lo quería Nos tenía apuntaos a todos pero yo hice la obra santa pa enseñarle a comer grano. con más cuentas que un rosario, de hacerlo estirar la jeta. cuando se anunció un salario Afigúrese cualquiera que iban a dar, o un socorro; Allí quedó de mojón la suerte de este su amigo, pero sabe Dios qué zorro y en su caballo salté; a pie y mostrando el umbligo, se lo comió al comisario; de la indiada disparé, estropiao, pobre y desnudo; pues si me alcanza me mata, ni por castigo se pudo Pues nunca lo vi llegar, y al fin me les escapé, hacerse más mal conmigo. y al cabo de muchos días con el hilo de una pata. en la mesma pulpería Ansí pasaron los meses, dieron una güena cuenta, IV. El pulpero. A buena cuenta y vino el año siguiente, que la gente muy contenta y las cosas igualmente de tan pobre recibía. seguiré esta relación, siguieron del mesmo modo: aunque pa chorizo es largo: adrede parece todo Sacaron unos sus prendas, el que pueda hágase cargo pa atormentar a la gente. que las tenían empeñadas; cómo andaría de matrero, por sus deudas atrasadas después de salvar el cuero No teníamos más permiso, dieron otros el dinero; de aquel trance tan amargo. ni otro alivio la gauchada, al fin de fiesta el pulpero que salir de madrugada, se quedó con la mascada. Del sueldo nada les cuento, cuando no había indio ninguno, porque andaba disparando; campo ajuera a hacer boliadas Yo me arrescosté a un horcón nosotros de cuando en cuando desocando los reyunos. dando tiempo a que pagaran, solíamos ladrar de pobres: y poniendo güena cara nunca llegaban los cobres Y cáibamos al cantón estuve haciéndome el poyo, que se estaban aguardando. con los fletes aplastaos, a esperar que me llamaran pero a veces medio aviaos para recibir mi boyo. Y andábamos de mugrientos con plumas y algunos cueros, que el mirarnos daba horror; que pronto con el pulpero Pero ahi me puede quedar les juro que era un dolor los teníamos negociaos. pegao pa siempre al horcón, ver esos hombres, ¡por cristo! ya era casi la oración En mi perra vida he visto Era un amigo del jefe y ninguno me llamaba; una miseria mayor. que con un boliche estaba; la cosa se me ñublaba yerba y tabaco nos daba y me dentró comezón. Yo no tenía ni camisa por la pluma de avestruz, 5 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal

Pa sacarme el entripao le dan al pobre soldao, por motivo de una gresca: vi al mayor, y lo fi a hablar; y lo tienen, de delgao, ¡ahijuna, si me estiraron yo me lo empecé a atracar, más ligero que un guanaco. lo mesmo que guasca fresca! y como con poca gana le dije: tal vez mañana Pero qué iba a hacerles yo, Jamás me puedo olvidar acabarán de pagar. charabón en el desierto; lo que esa vez me pasó; más bien me daba por muerto dentrando una noche yo ¡Que mañana ni otro día!, pa no verme más fundido: al fortín, un enganchao, Al punto me contestó: y me les hacía el dormido que estaba medio mamao, la paga ya se acabó; aunque soy medio despierto. allí me desconoció. ¡siempre has de ser animal! Me raí y le dije: yo… V. Gringos en la frontera. La Era un gringo tan bozal, no he recebido ni un rial. estaquiada que nada se le entendía, ¡quién sabe de ande sería! Se le pusieron los ojos Yo andaba desesperao, Tal vez no juera cristiano, que se le querían salir, aguardando una ocasión pues lo único que decía y ahi no más volvió a decir que los indios un malón es que era papolitano. comiéndome con la vista: nos dieran, y entre el estrago ¿y qué querés recibir hacérmeles cimarrón Estaba de centinela si no has dentrao en la lista? y volverme pa mi pago. y por causa del peludo verme más claro no pudo, Esto sí que es amolar, Aquello no era servicio y esa jue la culpa toda: dije yo pa mis adentros; ni defender la frontera; el bruto se asustó al ñudo van dos años que me encuentro aquello era ratonera y fi el pavo de la boda. y hasta aura he visto ni un grullo; en que sólo gana el juerte: dentro en todos los barullos era jugar a la suerte Cuando me vido acercar: pero en las listas no dentro. con una taba culera. quién vivore-? Preguntó; ¿qué víboras?, Dije yo. Vide el pleito mal parao Allí tuito va al revés; ¡Ha garto!, Me pegó el grito, y no quise aguardar más… los milicos son los piones, y yo dije despacito: es güeno vivir en paz y andan en las poblaciones ¡más lagarto serás vos! con quien nos ha de mandar; emprestaos pa trabajar; y reculando pa atrás los rejuntan pa peliar Ahi no más, ¡cristo me valga!, me le empecé a retirar. cuando entran indios ladrones. Rastrillar el jusil siento: me agaché, y en el momento Supo todo el comendante Yo he visto en esa milonga el bruto me largó un chumbo; y me llamó al otro día, muchos jefes con estancia, mamao, me tiró sin rumbo, diciéndome que quería y piones en abundancia, que si no, no cuento el cuento. aviriguar bien las cosas… y majadas y rodeos; que no era el tiempo de rosas, he visto negocios feos Por de contao, con el tiro que aura a naides se debía. a pesar de mi inorancia. se alborotó el avispero; los oficiales salieron Llamó al cabo y al sargento Y colijo que no quieren y se empezó la junción; y empezó la indagación: la barunda componer; quedó en su puesto el nación, si había venido al cantón para eso no ha de tener, y yo fi al estaquiadero. en tal tiempo o en tal otro… el jefe que esté de estable, y si había venido en potro, más que su poncho y su sable, Entre cuatro bayonetas en reyuno o redomón. su caballo y su deber. me tendieron en el suelo; vino el mayor medio en pedo Y todo era alborotar Ansina, pues, conociendo y allí se puso a gritar: al ñudo, y hacer papel; que aquel mal no tiene cura, ¡pícaro, te he de enseñar conocí que era pastel que tal vez mi sepoltura andar reclamando sueldos! pa engordar con mi guayaca; si me quedo iba a encontrar, mas si voy al coronel pensé mandarme mudar De las manos y las patas me hacen bramar en la estaca. como cosa más sigura. me ataron cuatro cinchones; les aguanté los tirones ¡Ah, hijos de una…! ¡La Y pa mejor, una noche sin que ni un ¡ay! Se me oyera, ojalá les ruempa el saco! ¡qué estaquiada me pegaron! y al gringo la noche entera Ni un pedazo de tabaco Casi me descoyuntaron lo harté con mis maldiciones. 6 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal

Yo no sé porqué el gobierno Se empezó en aquel entonces el jefe y el juez de paz, nos manda aquí a la frontera a rejuntar caballada, yo no quise aguardar más, gringada que ni siquiera y riunir la milicada y me hice humo en un sotreta. se sabe atracar a un pingo. teniéndola en el cantón, ¡Si creerá al mandar un gringo para una despedición Me parece el campo orégano que nos manda alguna fiera! a sorprender a la indiada. dende que libre me veo; donde me lleva el deseo No hacen más que dar trabajo, Nos anunciaban que iríamos allí mis pasos dirijo, pues no saben ni ensillar; sin carretas ni bagajes y hasta en las sombras de fijo no sirven ni pa carniar: a golpiar a los salvajes que donde quiera rumbeo. y yo he visto muchas veces en sus mesmas tolderías; que ni voltiadas las reses que a la güelta pagarían Entro y salgo del peligro se les querían arrimar. licenciándolo al gauchaje; sin que me espante el estrago, no aflojo al primer amago Y lo pasan sus mercedes que en esta despedición ni jamás fi gaucho lerdo: lengüetiando pico a pico tuviéramos la esperanza; soy pa rumbiar como el cerdo, hasta que viene un milico que iba a venir sin tardanza, y pronto caí a mi pago. a servirles al asao- según el jefe contó, y eso sí, en lo delicaos, un menistro o qué sé yo- Volvía al cabo de tres años parecen hijos de rico. que le llamaban don ganza; de tanto sufrir al ñudo resertor, pobre y desnudo, Si hay calor, ya no son gente; que iba a riunir el ejército a procurar suerte nueva; si yela, todos tiritan; y tuitos los batallones, y lo mesmo que el peludo si usté no les da, no pitan y que traiba unos cañones enderecé pa mi cueva. por no gastar en tabaco, con más rayas que un cotín; y cuando pescan un naco ¡pucha!- Las conversaciones No hallé ni rastro del rancho: uno al otro se lo quitan. por allá no tenían fin. ¡sólo estaba la tapera! ¡Por cristo si aquello era Cuando llueve se acoquinan Pero esas trampas no enriedan pa enlutar el corazón! como perro que oye truenos. a los zorros de mi laya; ¡Yo juré en esa ocasión ¡Que diablos!, Sólo son güenos que esa ganza venga o vaya, ser mas malo que una fiera! pa vivir entre maricas, poco le importa a un matrero. y nunca se andan con chicas Yo también dejé las rayas- ¡Quién no sentirá lo mesmo para alzar ponchos ajenos. en los libros del pulpero. cuando ansí padece tanto! Puedo asigurar que el llanto Pa vichar son como ciegos; Nunca juí gaucho dormido; como una mujer largué: no hay ejemplo de que entiendan, siempre pronto, siempre listo, ¡ay, mi Dios: si me quedé ni hay uno solo que aprienda, yo soy un hombre, ¡qué cristo!, más triste que jueves santo! al ver un bulto que cruza, Que nada me ha acobardao, a saber si es avestruza, y siempre salí parao Sólo se oíban los aullidos o si es jinete, o hacienda. en los trances que me he visto. de un gato que se salvó; el pobre se guareció Si salen a perseguir Dende chiquito gané cerca, en una vizcachera: después de mucho aparato, la vida con mi trabajo, venía como si supiera tuitos se pelan al rato y aunque siempre estuve abajo que estaba de güelta yo. y va quedando el tendal: y no sé lo que es subir esto es como en un nidal también el mucho sufrir Al dirme dejé la hacienda echarle güevos a un gato. suele cansarnos, ¡barajo! que era todito mi haber; pronto debíamos volver, VI. Desertor. Las ruinas del En medio de mi inorancia sigún el juez prometía, rancho conozco que nada valgo: y hasta entonces cuidaría soy la liebre o soy el galgo de los bienes, la mujer. vamos dentrando recién asigún los tiempos andan; a la parte mas sentida, pero también los que mandan Después me contó un vecino aunque es todita mi vida debieran cuidarnos algo. que el campo se lo pidieron; de males una cadena: la hacienda se la vendieron a cada alma dolorida Una noche que riunidos pa pagar arrendamientos, le gusta cantar sus penas. estaban en la carpeta y qué sé yo cuantos cuentos; empinando una limeta pero todo lo fundieron, 7 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal los pobrecitos muchachos, con la cola entre las piernas, y andaba de un lao al otro entre tantas afliciones, a buscar almas más tiernas sin tener ni qué pitar. se conchabaron de piones; o esconderse en algún cerro. ¡mas qué iban a trabajar, Supe una vez por desgracia si eran como los pichones Mas también en este juego que había un baile por allí, sin acabar de emplumar! voy a pedir mi bolada; y medio desesperao a naides le debo nada, a ver la milonga fui. Por ahi andarán sufriendo ni pido cuartel ni doy: de nuestra suerte el rigor: y ninguno dende hoy Riunidos al pericón me han contao que el mayor ha de llevarme en la armada. tantos amigos hallé, nunca dejaba a su hermano; que alegre de verme entre ellos puede ser que algún cristiano Yo he sido manso primero, esa noche me apedé. los recoja por favor. y seré gaucho matrero; en mi triste circunstancia, Como nunca, en la ocasión ¡Y la pobre mi mujer, aunque es mi mal tan projundo, por peliar me dio la tranca. Dios sabe cuánto sufrió! nací y me he criado en estancia. Y la emprendí con un negro Me dicen que se voló Pero ya conozco el mundo. que trujo una negra en ancas. con no sé qué gavilán: sin duda a buscar el pan Ya les conozco sus mañas, Al ver llegar la morena, que no podía darle yo. le conozco sus cucañas; que no hacía caso de naides, sé como hacen la partida, le dije con la mamúa: No es raro que a uno le falte la enriedan y la manejan; va-ca-yendo gente al baile. lo que a algún otro le sobre deshaceré la madeja si no le quedó ni un cobre aunque me cueste la vida. La negra entendió la cosa sino de hijos un enjambre. y no tardó en contestarme, Que más iba a hacer la pobre Y aguante el que no se anime mirándome como a un perro: para no morirse de hambre? a meterse en tanto engorro más vaca será su madre. o si no aprétese el gorro ¡Tal vez no te vuelva a ver, y para otra tierra emigre; Y dentró al baile muy tiesa prienda de mi corazón! pero yo ando como el tigre con más cola que una zorra, Dios te dé su proteción que le roban los cachorros. haciendo blanquiar los dientes ya que no me la dio a mí, lo mesmo que mazamorra. y a mis hijos dende aquí Aunque muchos creen que el les echo mi bendición. gaucho !Negra linda!- Dije yo. tiene alma de reyuno, Me gusta- pa la carona; Como hijitos de la cuna no se encontrará a ninguno y me puse a champurriar andarán por ahi sin madre; que no le dueblen las penas; esta coplita fregona: ya se quedaron sin padre, mas no debe aflojar uno y ansí la suerte los deja mientras hay sangre en las venas a los blancos hizo Dios, sin naides que los proteja a los mulatos san pedro, y sin perro que les ladre. VII. Pelea con el moreno a los negros hizo el diablo para tizón del infierno. Los pobrecitos tal vez De carta de más me vía no tengan ande abrigarse, sin saber a donde dirme; Había estao juntando rabia ni ramada ande ganarse, mas dijeron que era vago el moreno dende ajuera; ni rincón ande meterse, y entraron a perseguirme. en lo escuro le brillaban ni camisa que ponerse, los ojos como linterna. ni poncho con que taparse. Nunca se achican los males, van poco a poco creciendo, Lo conocí retobao, Tal vez los verán sufrir y ansina me vide pronto me acerqué y le dije presto: sin tenerles compasión; obligado a andar juyendo. po-r-rudo que un hombre sea puede que alguna ocasión, nunca se enoja por esto. aunque los vean tiritando, No tenía mujer ni rancho los echen de algún jogón y a más, era resertor; Corcovió el de los tamangos pa que no estén estorbando. no tenía una prenda güena y creyéndose muy fijo: ni un peso en el tirador ¡más porrudo serás vos, Y al verse ansina espantaos gaucho rotoso!, Me dijo. como se espanta a los perros, a mis hijos infelices irán los hijos de Fierro, pensé volverlos a hallar, Y ya se me vino al humo 8 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal como a buscarme la hebra, Por fin en una topada y a cualquier desgraciao y un golpe le acomodé en el cuchillo lo alcé, lo llevaba por delante. con el porrón de ginebra. y como un saco de güesos contra un cerco lo largué. ¡Ah pobre! Si él mismo creiba Ahi nomás pegó el de hollín que la vida le sobraba; mas gruñidos que un chanchito, Tiró unas cuantas patadas ninguno diría que andaba y pelando el envenao y ya cantó pal carnero: aguaitándolo la muerte. me atropelló dando gritos. nunca me puedo olvidar de la agonía de aquel negro. Pero ansí pasa en el mundo, Pegué un brinco y abrí cancha es ansí la triste vida: diciéndoles: caballeros, En esto la negra vino pa todos está escondida dejen venir ese toro. con los ojos como ají la güena o la mala suerte. Solo nací- solo muero. y empezó la pobre allí a bramar como una loba. Se tiró al suelo; al dentrar El negro, después del golpe, le dio un empellón a un vasco, se había el poncho refalao Yo quise darle una soba y me alargó un medio frasco y dijo: vas a saber a ver si la hacía callar, diciendo: beba cuñao. si es solo o acompañado. mas pude reflesionar Por su hermana, contesté. que era malo en aquel punto, Que por la mía no hay cuidao. Y mientras se arremangó, y por respeto al dijunto yo me saqué las espuelas, no la quise castigar. ¡Ah, gaucho!, Me respondió; pues malicié que aquel tío ¿de que pago será crioyo? no era de arriar con las riendas. Limpié el facón en los pastos, ¿Lo andará buscando el hoyo? desaté mi redomón, Deberá tener güen cuero; No hay cosa como el peligro monté despacio y salí pero ande bala este toro pa refrescar un mamao; al tranco pa el cañadón. no bala ningún ternero. hasta la vista se aclara por mucho que haiga chupao. Después supe que al finao Y ya salimos trenzaos ni siquiera lo velaron, porque el hombre no era lerdo, El negro me atropelló y retobao en un cuero, mas como el tino no pierdo, como a quererme comer; sin rezarle lo enterraron. y soy medio ligerón, me hizo dos tiros seguidos le dejé mostrando el sebo y los dos le abarajé. Y dicen que dende entonces, de un revés con el facón. cuando es la noche serena Yo tenía un facón con s, suele verse una luz mala Y como con la justicia que era de lima de acero; como de alma que anda en pena. no andaba bien por allí, le hice un tiro, lo quitó cuanto pataliar lo vi, y vino ciego el moreno; Yo tengo intención a veces, y el pulpero pegó el grito, para que no pene tanto, ya pa el palenque salí y en el medio de las aspas de sacar de allí los güesos como haciéndome chiquito. un planazo le asenté, y echarlos al camposanto. que lo largué culebriando Monté y me encomendé a Dios, lo mesmo que buscapié. VIII. El ser gaucho es un delito rumbiando para otro pago, que el gaucho que llaman vago Le coloriaron las motas Otra vez en un boliche no puede tener querencia, con la sangre de la herida, estaba haciendo la tarde; y ansí de estrago en estrago y volvió a venir jurioso cayó un gaucho que hacia alarde vive llorando la ausencia. como una tigra parida. de guapo y peliador; a la llegada metió éL andaba siempre juyendo, Y ya me hizo relumbrar el pingo hasta la ramada, siempre pobre y perseguido, por los ojos el cuchillo, y yo sin decirle nada no tiene cueva ni nido alcanzando con la punta me quedé en el mostrador. como si juera maldito; a cortarme en un carrillo. porque el ser gaucho- ¡barajo!, Era un terne de aquel pago El ser gaucho es un delito. Me hirvió la sangre en las venas que naides lo reprendía, y me le afirmé al moreno, que sus enriedos tenía Es como el patrio de posta; dándole de punta y hacha con el señor comendante; lo larga éste, aquél lo toma, pa dejar un diablo menos. y como era protegido, nunca se acaba la broma; andaba muy entonao, dende chico se parece 9 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal al arbolito que crece Si uno aguanta, es gaucho bruto; Y al campo me iba solito, desamparao en la loma. si no aguanta es gaucho malo. más matrero que el venao, ¡Dele azote, dele palo, como perro abandonao Le echan la agua del bautismo porque es lo que él necesita! a buscar una tapera, aquél que nació en la selva; De todo el que nació gaucho o en alguna vizcachera busca madre que te envuelva, ésta es la suerte maldita. pasar la noche tirao. le dice el fraire y lo larga. Y dentra a cruzar el mundo Vamos suerte, vamos juntos Sin punto ni rumbo fijo como burro con la carga. dende que juntos nacimos; en aquella inmensidá, y ya que juntos vivimos entre tanta escuridá Y se cría viviendo al viento sin podernos dividir- anda el gaucho como duende; como oveja sin trasquila; yo abriré con mi cuchillo allí jamás lo sorpriende mientras su padre en las filas el camino pa seguir dormido, la autoridá. anda sirviendo al gobierno, aunque tirite en invierno, IX. Matreriando. La lucha con Su esperanza es el coraje, naides lo ampara ni asila. la partida su guardia es la precaución, su pingo es la salvación, Le llaman gaucho mamao Matreriando lo pasaba y pasa uno en su desvelo, si lo pillan divertido, ya a las casas no venía; sin más amparo que el cielo y que es mal entretenido solía arrimarme de día, ni otro amigo que el facón. si en un baile lo sorprienden; mas, lo mesmos que el carancho, hace mal si se defiende siempre estaba sobre el rancho Ansí me hallaba una noche y si no, se ve- fundido. espiando a la polecía. contemplando las estrellas, que le parecen más bellas No tiene hijos ni mujer, Viva el gaucho que ande mal, cuanto uno es más desgraciao, ni amigos ni protetores, como zorro perseguido, y que Dios las haiga criao pues todos son sus señores hasta que al menor descuido para consolarse en . sin que ninguno lo ampare: se lo atarasquen los perros, tiene la suerte del güey, pues nunca le falta un yerro Les tiene el hombre cariño y ¿donde irá el güey que no are? al hombre más alvertido. y siempre con alegría ve salir las tres marías; Su casa es el pajonal, Y en esa hora de la tarde que si llueve, cuanto escampa, su guarida es el desierto; en que tuito se adormece, las estrellas son la guía y si de hambre medio muerto que el mundo dentrar parece que el gaucho tiene en la pampa. le echa el lazo a algún mamón, a vivir en pura calma, lo persiguen como a plaito, con las tristezas del alma Aquí no valen dotores, porque es un gaucho ladrón. al pajonal enderiece. sólo vale la esperiencia; aquí verían su inocencia Y si de un golpe por ahi Bala el tierno corderito ésos que todo lo saben, lo dan güelta panza arriba, al lao de la blanca oveja, porque esto tiene otra llave no hay un alma compasiva y a la vaca que se aleja y el gaucho tiene su cencia. que le rece una oración; llama el ternero amarrao; tal vez como cimarrón pero el gaucho desgraciao Es triste en medio del campo en una cueva lo tiran. no tiene a quien dar su oveja. pasarse noches enteras contemplando en sus carreras Él nada gana en la paz Ansí es que al venir la noche las estrellas que Dios cría, y es el primero en la guerra; iba a buscar mi guarida, sin tener más compañía no le perdonan si yerra, pues ande el tigre se anida que su delito y las fieras. que no saben perdonar, también el hombre lo pasa, porque el gaucho en esta tierra y no quería que en las casas Me encontraba como digo, sólo sirve pa votar. me rodiara la partida. en aquella soledá, entre tanta escuridá, Para el son los calabozos, Pues aun cuando vengan ellos echando al viento mis quejas, para el las duras prisiones, cumpliendo con su deberes, cuando el grito del chajá en su boca no hay razones yo tengo otros pareceres, me hizo parar las orejas. aunque la razón le sobre; y en esa conduta vivo: que son campanas de palo que no debe un gaucho altivo Como lumbriz me pegué las razones de los pobres. peliar entre las mujeres. al suelo para escuchar; pronto sentí retumbar 10 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal las pisadas de los fletes, te va alzar por las cuarenta Uno que en una tacuara y que eran muchos jinetes si te resistís hoy día. había atao una tijera, conocí sin vacilar. se vino como si juera No me vengan, contesté, palenque de atar terneros, Cuando el hombre está en peligro con relación de dijuntos; pero en dos tiros certeros no debe tener confianza; ésos son otros asuntos; salió aullando campo ajuera. ansí tendido de panza vean si me pueden llevar, puse toda mi atención que yo no me he de entregar, Por suerte en aquel momento y ya escuché sin tardanza aunque vengan todos juntos. venía coloriando el alba como el ruido de un latón. y yo dije: si me salva Pero no aguardaron más la virgen en este apuro, Se venían tan calladitos y se apiaron en montón; en adelante le juro que yo me puse en cuidao; como a perro cimarrón ser más güeno que una malva. tal vez me hubieran bombiao me rodiaron entre tantos; y ya me venían a buscar; ya me encomendé a los santos, Pegué un brinco y entre todos mas no quise disparar, y eché mano a mi facón. sin miedo me entreveré; que eso es de gaucho morao. hecho ovillo me quedé Y ya vide el fogonazo y ya me cargó una yunta, Al punto me santigüé de un tiro de garabina, y por el suelo la punta y eché de giñebra un taco; mas quiso la suerte indina de mi facón les jugué. lo mesmito que el mataco de aquel maula, que me errase, me arroyé con el porrón; y ahi no más lo levantase El más engolosinao si han de darme pa tabaco, lo mesmo que una sardina. se me apió con un hachazo; dije, ésta es güena ocasión. se lo quité con el brazo; A otro que estaba apurao de no, me mata los piojos; Me refalé las espuelas, acomodando una bola, y antes de que diera un paso para no peliar con grillos; le hice una dentrada sola le eché tierra en los dos ojos. me arremangué el calzoncillo, y le hice sentir el Fierro, y me ajusté bien la faja, y ya salió como el perro Y mientras se sacudía y en una mata de paja cuando le pisan la cola. refregándose la vista, probé el filo del cuchillo. yo me le fui como lista Era tanta la aflición y ahi no más me le afirmé, Para tenerlo a la mano y la angurria que venían, diciéndole: Dios te asista, el flete en el pasto até, que tuitos se me venían, y de un revés lo voltié. la cincha le acomodé, donde yo los esperaba; y, en un trance como aquél, uno al otro se estorbaba Pero en ese punto mesmo haciendo espaldas en él y con las ganas no vían. sentí que por las costillas quietito los aguardé. un sable me hacía cosquillas Dos de ellos que traiban sables y la sangre me heló; Cuando cerca los sentí, más garifos y resueltos, dende ese momento yo y que ahi no más se pararon, en las hilachas envueltos me salí de mis casillas. los pelos se me erizaron enfrente se me pararon, y, aunque nada vían mis ojos, y a un tiempo me atropellaron Di para atrás unos pasos no se han de morir de antojo, lo mesmo que perros sueltos. hasta que pude hacer pie; les dije, cuando llegaron. por delante me lo eché Me fui reculando en falso de punta y tajos a un criollo; Yo quise hacerles saber y el poncho adelante eché, metió la pata en un hoyo, que allí se hallaba un varón; y en cuanto le puso el pie y yo al hoyo lo mandé. les conocí la intención uno medio chapetón, y solamente por eso de pronto le di un tirón Tal vez en el corazón es que les gané el tirón, y de espaldas lo largué le tocó un santo bendito sin aguardar voz de preso. a un gaucho, que pegó el grito al verse sin compañero y dijo: ¡Cruz no consiente Vos sos un gaucho matrero, el otro se sofrenó; que se cometa el delito dijo uno, haciéndose el güeno. entonces le dentré yo, de matar a un valiente! Vos mataste un moreno sin dejarlo resollar, y otro en una pulpería, pero ya empezó a aflojar Y ahi no más se me aparió, y aquí está la polecía y a la pu-n-ta disparó. dentrándole a la partida; que viene a ajustar tus cuentas; yo les hice otra embestida 11 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal pues entre dos era robo; Antes de cair al servicio, arrastro mi triste suerte y el Cruz era como lobo tenia familia y hacienda; paso a paso y como pueda, que defiende su guarida. cuando volví, ni la prenda que donde el débil se queda me la habían dejao ya. se suele escapar el juerte. Uno despachó al infierno Dios sabe en lo que vendrá de dos que lo atropellaron; a parar esta contienda. Y ricuerde cada cual los demás remoliniaron, lo que cada cual sufrió, pues íbamos a la fija, X. Por culpa de una mujer que lo que es, amigo, yo, y a poco andar dispararon hago ansí la cuenta mía: lo mesmo que sabandija. Amigazo, pa sufrir ya lo pasado pasó; han nacido los varones; mañana será otro día. Ahí quedaron largo a largo estas son las ocasiones los que estiaron la jeta; de mostrarse un hombre juerte, Yo también tuve una pilcha otro iba como maleta, hasta que venga la muerte que me enllenó el corazón, y Cruz de atrás les decía: y lo agarre a coscorrones. y si en aquella ocasión que venga otra polecía alguien me hubiera buscao, a llevarlos en carreta. El andar tan despilchao siguro que me había hallao ningún mérito me quita; más prendido que un botón. Yo junté las osamentas, sin ser un alma bendita me hinqué y les recé un bendito, me duelo del mal ajeno: En la güeya del querer hice una cruz de un palito soy un pastel con relleno no hay animal que se pierda- y pedí a mi Dios clemente que parece torta frita. las mujeres no son lerdas, me perdonara el delito y todo gaucho es dotor de haber muerto tanta gente. Tampoco me faltan males si pa cantarle al amor y desgracias, le prevengo; tiene que templar las cuerdas. Dejamos amotonaos también mis desdichas tengo, a los pobres que murieron; aunque esto poco me aflige: ¡Quién es de una alma tan dura no sé si los recogieron, yo sé hacerme el chango rengo que no quiera una mujer! porque nos fuimos a un rancho, cuando la cosa lo esige. Lo alivia en su padecer: o si tal vez los caranchos si no sale calavera ahi no más se los comieron. Y con algunos ardiles es la mejor compañera voy viviendo, aunque rotoso; que el hombre puede tener. Lo agarramos mano a mano a veces me hago el sarnoso entre los dos al porrón: y no tengo ni un granito, Si es güena, no lo abandona en semejante ocasión pero al chifle voy ganoso cuando lo ve desgraciao, un trago a cualquiera encanta; como panzón al maíz frito. lo asiste con su cuidao, y Cruz no era remolón y con afán cariñoso, ni pijotiaba garganta. A mí no me matan penas y usté tal vez ni un rebozo mientras tenga el cuero sano; ni una pollera le ha dao. Calentamos los gargueros venga el sol en el verano y nos largamos muy tiesos, y la escarcha en el invierno ¡Grandemente lo pasaba siguiendo siempre los besos ¿por qué afligirse el cristiano? con aquella prenda mía, al pichel, y por mas señas, viviendo con alegría íbamos como cigüeñas Hagámosle cara fiera como la mosca en la miel! estirando los pescuezos. a los males, compañero, ¡Amigo, qué tiempo aquel! porque el zorro más matrero ¡La pucha, que la quería! Yo me voy, le dije, amigo, suele cair como un chorlito; donde la suerte me lleve, viene por un corderito Era la águila que a un árbol y si es que alguno se atreve, y en la estaca deja el cuero. dende las nubes bajó; a ponerse en mi camino, era más linda que el alba yo seguiré mi destino, Hoy tenemos que sufrir cuando va rayando el sol; que el hombre hace lo que debe. males que no tienen nombre, era la flor deliciosa pero esto a nadies lo asombre que entre el trebolar creció. Soy un gaucho desgraciao, porque ansina es el pastel, no tengo donde ampararme, y tiene que dar el hombre Pero, amigo, el comendante ni un palo donde rascarme, mas güeltas que un carretel. que mandaba la milicia, ni un árbol que me cubije: como que no desperdicia pero ni aun esto me aflige Yo nunca me he de entregar se fue refalando a casa; porque yo sé manejarme. a los brazos de la muerte; 12 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal yo le conocí en la traza Y como nunca al que manda con carta tan conocida: que el hombre traiba malicia. le falta algún adulón, mujer y perra parida, uno que en esa ocasión ¡no se me acerca ninguna!. Él me daba voz de amigo, se encontraba allí presente, pero no le tenía fe; vino apretando los dientes XI. A bailar un pericón era el jefe, y ya se ve, como perrito mamón. no podía competir yo; A otros les brotan las coplas en mi rancho se pegó Me hizo un tiro de revuélver como agua de manantial; lo mesmo que un saguaipé. que el hombre creyó siguro; pues a mí me pasa igual; era confiado y le juro aunque las mías nada valen, A poco andar, conocí que cerquita se arrimaba, de la boca se me salen que ya me había desbancao, pero, siempre en un apuro como ovejas de corral. y él siempre muy entonao, se desentumen mis tabas. aunque sin darme ni un cobre, Que en puertiando la primera, me tenía de lao a lao Él me siguió menudiando ya la siguen los demás, como encomienda de pobre. mas sin poderme acertar, y en montones las de atrás y yo, dele culebriar, contra los palos se estrellan, A cada rato, de chasque hasta que al fin le dentré y saltan y se atropellan me hacía dir a gran distancia; y ahi no más lo despaché sin que se corten jamás. ya me mandaba a una estancia, sin dejarlo resollar. ya al pueblo, ya a la frontera; Y aunque yo por mi inorancia pero él en la comendancia Dentré a campiar en seguida con gran trabajo me esplico, no ponía los pies siquiera. al viejito enamorao- cuando llego a abrir el pico, el pobre se había ganao tengaló por cosa cierta, Es triste a no poder más en un noque de lejía. sale un verso y en la puerta el hombre en su padecer, ¡Quién sabe cómo estaría ya asoma el otro el hocico. si no tiene una mujer del susto que había llevao! que lo ampare y lo consuele: Y emprésteme su atención; mas pa que otro se la pele ¡Es zonzo el cristiano macho me oirá relatar las penas lo mejor es no tener. cuando el amor lo domina! de que traigo la alma llena; Él la miraba a la indina, porque en toda circustancia, No me gusta que otro gallo y una cosa tan jedionda paga el gaucho su inorancia le cacaree a mi gallina; sentí yo, que ni en la fonda con la sangre de sus venas. yo andaba ya con la espina, he visto tal jedentina hasta que en una ocasión Después de aquella desgracia lo pille junto al jogón Y le dije: pa su agüela me refugié en los pajales; abrazándome a la china. han de ser esas perdices. anduve entre los cardales Yo me tapé las narices, como bicho sin guarida; Tenía el viejito una cara y me salí esternudando, pero, amigo, es esa vida de ternero mal lamido, y el viejo quedó olfatiando como vida de animales. y al verle tan atrevido como chico con lumbrices. le dije: ¡que le aproveche!- Y son tantas las miserias Que había sido pa el amor Cuando la mula recula, en que me he salido ver, como gaucho pa la leche. señal que quiere cociar, que con tanto padecer ansí se suele portar y sufrir tanta aflición, Peló la espalda y se vino aunque ella lo disimula; malicio que he de tener como a quererme ensartar, recula como la mula un callo en el corazón. pero yo sin tutubiar la mujer, para olvidar. le volví al punto a decir: Ansí andaba como guacho ¡cuidado!, No te vas a per-tigo; Alcé mis ponchos y mis prendas cuando pasa el temporal; poné cuarta pa salir. y me largué a padecer supe una vez por mi mal por culpa de una mujer de una milonga que había, Un puntazo me largó, que quiso engañar a dos; y ya pa la pulpería pero el cuerpo le saqué, al rancho le dije adiós, enderecé mi bagual. y en cuanto se lo quité, para nunca más volver. para no matar un viejo, Era la casa del baile con cuidado, medio de lejos Las mujeres, dende entonces, un rancho de mala muerte, un palazo le asenté. conocí a todas en una; y se enllenó de tal suerte ya no he de probar fortuna que andábamos a empujones: 13 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal nunca faltan encontrones Gané en seguida la puerta sobre esos males, canejos? cuando un pobre se divierte. gritando: ¡nadies me ataje! Nace el gaucho y se hace viejo, Y alborotado el hembraje, sin que mejore su suerte, Yo tenía unas medias botas lo que todo quedo escuro, hasta que por ahi la muerte con tamaños verdugones; empezó a verse en apuro sale a cobrarle el pellejo. me pusieron los talones mesturao con el gauchaje. con crestas como gallos: Pero como no hay desgracia ¡si viera mis afliciones El primero que salió que no acabe alguna vez, pensando yo que eran callos! fue el cantor, y se me vino; me aconteció que después pero yo no pierdo el tino de sufrir tanto rigor, Con gato y con fandanguillo aunque haiga tomao un trago, un amigo, por favor, había empezado el changango, y hay algunos por mi pago me compuso con el juez. y para ver el fandango que me tienen por ladino. me colé haciendomé bola, Le alvertiré que en mi pago mas metió el diablo la cola, No ha de haber achocao otro: ya no va quedando un criollo: y todo se volvió pango. le salió cara la broma; se los ha tragao el hoyo, a su amigo cuando toma o juido o muerto en la guerra; Había sido el guitarrero se le despeja el sentido, porque, amigo, en esta tierra un gaucho duro de boca: y el pobrecito había sido nunca se acaba el embrollo. yo tengo paciencia poca como carne de paloma. pa aguantar cuando no debo; Colijo que jué por eso a ninguno me le atrevo, Para prestar un socorro que me llamó el juez un día, pero me halla el que me toca. las mujeres no son lerdas: y me dijo que quería antes que la sangre pierda hacerme a su lao venir, A bailar un pericón lo arrimaron a unas pipas; y que dentrase a servir con una moza salí, ahi lo dejé con las tripas de soldao de polecía. y cuanto me vido allí como pa que hiciera cuerdas. sin duda me conoció; Y me largó una proclama y estas coplitas cantó Monté y me largué a los campos tratándome de valiente; como por raírse de mí: más libre que el pensamiento, que yo era un hombre decente, como las nubes al viento y que dende aquel momento las mujeres son todas a vivir sin paradero, me nombraba de sargento como las mulas; que no tiene el que es matrero pa que mandara la gente. yo no digo que todas, nido, ni rancho, ni asiento. pero hay algunas Ansí estuve en la partida, que a las aves que vuelan No hay juerza contra el destino pero ¿qué había de mandar? les sacan plumas. que le ha señalao el cielo, Anoche al irlo a tomar y aunque no tenga consuelo, vide güena coyontura, Hay gauchos que presumen ¡aguante el que está en trabajo! y a mí no me gusta andar de tener damas; ¡Nadies se rasca pa abajo, con la lata a la cintura. no digo que presumen, ni se lonjea contra el pelo! pero se alaban, Ya conoce, pues, quién soy; y a lo mejor los dejan Con el gaucho desgraciao tenga confianza conmigo: tocando tablas. no hay uno que no se entone Cruz le dio mano de amigo, ¡la menor falta lo espone y no lo ha de abandonar; Se secretiaron las hembras, a andar con los avestruces juntos podemos buscar y yo ya me encocoré; faltan otros con más luces pa los dos un mesmo abrigo. volié la anca y le grité: y siempre hay quien los perdone. ¡dejá de cantar- chicharra! Andaremos de matreros Y de un tajo a la guitarra XII. Ansí estuve en la partida si es preciso pa salvar; tuitas las cuerdas corté. nunca nos ha de faltar Yo no sé qué tantos meses ni un güen pingo pa juir, Al punto salió de adentro esta vida me duró; ni un pajal ande dormir, un gringo con un jusil; a veces nos obligó ni un matambre que ensartar. pero nunca he sido vil, la miseria a comer potro: poco el peligro me espanta; me había acompañao con otros Y cuando sin trapo alguno yo me refalé la manta tan desgraciaos como yo nos haiga el tiempo dejao, y la eché sobre el candil. yo le pediré emprestao Mas ¿para qué platicar el cuero a cualquiera lobo, 14 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal y hago un poncho, si lo sobo, De los males que sufrimos al darle, malicio yo mejor que poncho engomao. hablan mucho los puebleros, que en sus adentros pensó pero hacen como los teros que el hombre los precisaba Para mí la cola es pecho para esconder sus niditos: que los bienes igualaba y el espinazo es cadera en un lao pegan los gritos con las penas que le dio. hago mi nido ande quiera y en otro tienen los güevos. y de lo que encuentro como; Y yo empujao por las mías me echo tierra sobre el lomo Y se hacen los que no aciertan quiero salir de este infierno: y me apeo en cualquier tranquera. a dar con la coyontura: ya no soy pichón muy tierno mientras al gaucho lo apura y sé manejar la lanza, Y dejo rodar la bola, con rigor la autoridá, y hasta los indios no alcanza que algún día se ha de parar- ellos a la enfermedá la facultá de gobierno tiene el gaucho que aguantar le están errando la cura. hasta que lo trague el hoyo, yo sé que allá los caciques o hasta que venga algún criollo XIII. A los indios me refalo amparan a los cristianos, en esta tierra a mandar. y que los tratan de Ya veo que somos los dos cuando se van por su gusto. Todos se güelven proyetos astillas del mesmo palo: ¡A qué andar pasando sustos-! de colonias y carriles, yo paso por gaucho malo Alcemos el poncho y vamos. y tirar la plata a miles y usté anda del mesmo modo; en los gringos enganchaos, y yo, pa acabarlo todo, En la cruzada hay peligros, mientras al pobre soldao a los indios me refalo. pero ni aun esto me aterra: le pelan la cucha- ¡ah, viles! yo ruedo sobre la tierra Pido perdón a mi Dios arrastrao por mi destino; Pero si siguen las cosas que tantos bienes me hizo, y si erramos el camino- como van hasta el presente, pero dende que es preciso no es el primero que lo erra. puede ser que redepente que viva entre los infeles, veamos el campo disierto, yo seré cruel con los crueles: Si hemos de salvar o no, y blanquiando solamente ansí mi suerte lo quiso. de esto naides nos responde; los güesos de los que han muerto. derecho ande el sol se esconde Dios formó lindas las flores, tierra adentro hay que tirar; Lo miran al pobre gaucho delicadas como son; algún día hemos de llegar- como carne de cogote: le dio toda perfeción después sabremos a dónde. lo tratan al estricote y cuanto él era capaz, y si ansí las cosas andan, pero al hombre le dio más No hemos de perder el rumbo: porque quieren los que mandan, cuando le dio el corazón. los dos somos güena yunta. aguantemos los azotes. El que es gaucho ve ande apunta Le dio claridá a la luz, aunque inora ande se encuentra; ¡Pucha! Si usté los oyera, juerza en su carrera al viento, pa el lao en que el sol se dentra como yo en una ocasión le dio vida y movimiento dueblan los pastos la punta. tuita la conversación dende la águila al gusano; que con otro tuvo el juez; pero más le dio al cristiano De hambre no pereceremos, le asiguro que esa vez al darle el entendimiento. pues, sigún otros me han dicho, se me achicó el corazón. en los campos se hallan bichos Y aunque a las aves les dio, de los que uno necesita- Hablaban de hacerse ricos con otras cosas que inoro, gamas, matacos, mulitas con campos en la fronteras, esos piquitos como oro avestruces y quirquinchos. de sacarla más ajuera, y un plumaje como tabla donde había campos baldidos le dio al hombre más tesoro Cuando se anda en el desierto y llevar de los partidos al darle una lengua que habla. se come uno hasta las colas; gente que la defendiera. lo han cruzao mujeres solas Y dende que dio a las fieras llegando al fin con salú, Hace mucho que sufrimos esa juria tan inmensa, y ha de ser gaucho el ñandú la suerte reculativa que no hay poder que las venza que se escape de mis bolas. trabaja el gaucho y no arriba ni nada que las asombre, porque a lo mejor del caso, ¿qué menos le daría al hombre Tampoco a la sé le temo; lo levantan de un sogazo que el valor pa su defensa? yo la aguanto muy contento; sin dejarle ni saliva. busco agua olfatiando el viento Pero tantos bienes juntos y, dende que no soy manco, 15 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal ande hay duraznillo blanco Y daré fin a mis coplas cuando vuelve del desierto; cavo, y la saco al momento. con aire de relación; veré si a esplicarme acierto nunca falta un preguntón entre gente tan bizzarra Allá habrá siguridá más curioso que mujer, y si al sentir la guitarra ya que aquí no la tenemos; y tal vez quiera saber de mi sueño me despierto. menos males pasaremos como jué la conclusión. y ha de haber grande alegría Siento que mi pecho tiembla, el día que nos descolguemos Cruz y Fierro de una estancia que se turba mi razón, en alguna toldería. una tropilla se arriaron; y de la viguela al son por delante se la echaron imploro a la alma de un sabio Fabricaremos un toldo, como criollos entendidos, que venga a mover mi labio como lo hacen tantos otros, y pronto sin ser sentidos y alentar mi corazón con unos cueros de potro, por la frontera cruzaron. que sea sala y sea cocina. Si no llego a treinta y una ¡Tal vez no falte una china Y cuando la habían pasao, de fijo en treinta me planto, que se apiade de nosotros! una madrugada clara y esta confianza adelanto le dijo Cruz que mirara porque recibí en mi mismo, Allá no hay que trabajar, las últimas poblaciones, con el agua del bautismo, vive uno como un señor; y a Fierro dos lagrimones la facultá para el canto. de cuando en cuando un malón, le rodaron por la cara. y si de él sale con vida, Tanto el pobre como el rico lo pasa echao panza arriba Y siguiendo el fiel del rumbo la razón me la han de dar; mirando dar güelta el sol se entraron en el desierto, y si llegan a escuchar no sé si los habrán muerto lo que esplicaré a mi modo, Y ya que a juerza de golpes en alguna correría, digo que no han de rair todos: la suerte nos dejó aflús pero espero que algún día algunos han de llorar. puede que allá veamos luz sabré de ellos algo cierto. y se acaben nuestras penas: Mucho tiene que contar todas las tierras son güenas; Y ya con estas noticias el que tuvo que sufrir, vamonós, amigo Cruz. mi relación acabé; y empezaré por pedir por ser ciertas las conté, no duden de cuanto digo; El que maneja las bolas, todas la desgracias dichas: pues debe creerse al testigo el que sabe echar un pial es un telar de desdichas si no pagan por mentir. y sentársele a un bagual cada gaucho que usté ve. sin miedo de que lo baje, Gracias le doy a la virgen, entre los mesmos salvajes Pero ponga su esperanza gracias le doy al Señor, no puede pasarlo mal. en el Dios que lo formó; porque entre tanto rigor y aquí me despido yo y habiendo perdido tanto, El amor como la guerra que he relatao a mi modo no perdí mi amor al canto lo hace el criollo con canciones; males que conocen todos, ni mi voz como cantor. a más de eso en los malones pero que naides contó podemos aviarnos de algo; Que cante todo viviente en fin amigo, yo salgo otorgó el Eterno Padre; de estas pelegrinaciones. cante todo el que le cuadre LA VUELTA DE como lo hacemos los dos En este punto el cantor pues sólo no tiene voz buscó un porrón pa consuelo, MARTÍN el ser que no tiene sangre. echó un trago como un cielo, FIERRO dando fin a su argumento; Canta el pueblero... Y es pueta; y de un golpe el instrumento I. Martin Fierro canta el gaucho... Y, ¡ay Jesús!, lo hizo astillas contra el suelo. Lo miran como avestruz, Atención pido al silencio su inorancia los asombra; Ruempo, dijo, la guitarra, y silencio a la atención, mas siempre sirven las sombras pa no volverme a tentar; que voy en esta ocasión, para distinguir la luz. ninguno la ha de tocar, si me ayuda la memoria, por siguro tengaló; a mostrarles que a mi historia El campo es del inorante, pues naides ha de cantar le faltaba lo mejor. el pueblo del hombre estruido; cuando este gaucho cantó. yo que en el campo he nacido Viene uno como dormido digo que mis cantos son 16 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal para los unos... Sonidos, Ya verán si me despierto pues el viejo, como el horno, y para otros... Intención. cómo se compone el baile; por la boca se calienta y no se sorprenda naides Yo he conocido cantores si mayor fuego me anima; II que era un gusto el escuchar; porque quiero alzar la prima mas no quieren opinar como pa tocar al aire. Triste suena mi guitarra y se divierten cantando; y el sunto lo requiere; pero yo canto opinando, Y con la cuerda tirante ninguno alegrías espere que es mi modo de cantar. dende que ese tono elija, sino sentidos lamentos yo no he de aflojar manija de aquel que en duros tormentos El que va por esta senda mientras que la voz no pierda, nace, crece, vive y muere. cuanto sabe desembucha, si no se corta la cuerda y aunque mi cencia no es mucha, o no cede la clavija. Es triste dejar sus pagos esto en mi favor previene; y largarse a tierra ajena yo se el corazón que tiene Aunque rompí el estrumento llevándose la alma llena el que con gusto me escucha. por no volverme a tentar, de tormentos y dolores; tengo tanto que contar mas nos llevan los rigores Lo que pinta este pincel y cosas de tal calibre, como el pampero a la arena. ni el tiempo lo ha de borrar; que Dios quiera que se libre ninguno se ha de animar el que me enseñó a templar. Irse a cruzar el desierto a corregirme la plana; lo mesmo que un forajido, no pinta quien tiene gana De naides sigo el ejemplo, dejando aquí en el olvido, sino quien sabe pintar. naides a dirigirme viene; como dejamos nosotros, yo digo cuanto conviene, su mujer en brazos de otro Y no piensen los oyentes y el que en tal güeya se planta, y sus hijitos perdidos. que del saber hago alarde; debe cantar, cuando canta, he conocido aunque tarde, con toda la voz que tiene. ¡Cuantas veces al cruzar sin haberme arrepentido, en esa inmensa llanura, que es pecado cometido He visto rodar la bola al verse en tal desventura el decir ciertas verdades. y no se quiere parar; y tan lejos de los suyos, al fin de tanto rodar se tira uno entre los yuyos Pero voy en mi camino me he decidido a venir a llorar con amargura! y nada me ladiará; a ver si puedo vivir he de decir la verdá; y me dejan trabajar. En la orilla de un arroyo de naides soy adulón; solitario lo pasaba, aqui no hay imitación; Sé dirigir la mansera en mil cosas cavilaba esta es pura realidá. y tambien echar un pial; y, a una güelta repentina, sé correr en un rodeo, se me hacía ver a mi china Y el que me quiera enmendar trabajar en un corral; o escuchar que me llamaba. mucho tiene que saber; me se sentar en un pértigo tiene mucho que aprender lo mesmo que en un bagual. Y las aguas serenitas el que me sepa escuchar; bebe el pingo trago a trago, tiene mucho que rumiar Y enpriéstenmé su atención mientras sin ningún halago el que me quiera entender. si ansí me quieren honrar pasa uno hasta sin comer, de no, tendré que callar, por pensar en su mujer, Más que yo y cuantos me oigan, pues el pájaro cantor en sus hijos y en su pago. más que las cosas que tratan, jamás se para de cantar más que los que ellos relatan, en árbol que no da flor. Recordarán que con Cruz mis cantos han de durar; para el desierto tiramos mucho ha habido que mascar Hay trapitos que golpiar en la pampa nos entramos, para echar esta bravata. y de aquí no me levanto; cayendo, por fin del viaje, si quieren que desembuche: a unos toldos de salvajes, Brotan quejas de mi pecho, tengo que decirles tanto los primeros que encontramos. brota un lamento sentido; que les mando que me escuchen. y es tanto lo que he sufrido La desgracia nos seguía: y males de tal tamaño Déjenmé tomar un trago: llegamos en mal momento; que reto a todos los años estas son otras cuarenta estaban de parlamento a que traigan el olvido. mi garganta esta sedienta, tratando de una invasión y de esto no me abochorno, 17 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal y el indio en tal ocasión Volvieron al parlamento y en tal confianza es su vida, recela hasta de su aliento. a tratar de sus alianzas, que ronca a pata tendida o tal vez de las matanzas, aunque se de güelta el mundo. Se armó un tremendo alboroto y, conforme les detallo, cuando nos vieron llegar; hicieron cerco a caballo Nos aviriguaban todo no podiamos aplacar recostándose en las lanzas. como aquel que se previene, tan peligroso hervidero; porque siempre les conviene nos tomaron por bomberos Dentra al centro un indio viejo saber las juerzas que andan, y nos quisieron lanciar. y alli a lengüetiar se larga; donde estan, quienes las mandan, ¡quién sabe qué les encarga! que caballos y armas tienen. Nos quitaron los caballos Pero toda la riunión a los muy pocos minutos; lo escuchó con atención A cada respuesta nuestra estaban irresolutos; lo menos tres horas largas. uno hace una esclamación, ¡quién sabe qué pretendían! y luego en continuación Por los ojos nos metían Pegó al fin tres alaridos aquellos indios feroces, las lanzas aquellos brutos. y ya principiaba otra danza; cientos y cientos de voces para mostrar su pujanza repiten al mesmo son. Y déle en su lengüeteo y dar pruebas de jinete, hacer gestos y cabriolas; dió riendas rayando el flete Y aquella voz de un solo, uno desató las bolas y revoliando la lanza. que empieza por un gruñido, y se nos vino enseguida; lega hasta ser alarido ya no créiamos con vida Recorre luego la fila, de toda la muchedumbre, salvar ni por carambola. frente a cada indio se para, y ansí adquieren la costumbre lo amenaza cara a cara de pegar esos bramidos Alla no hay misericordia y, en su juria, aquel maldito ni esperanza que tener; acompaña con su grito III el indio es de parecer el cimbrar de la tacuara que siempre matar se debe, De ese modo nos hallamos pues la sangre que no bebe Se vuelve aquello un incendio empeñaos en la partida; le gusta verla correr. mas feo que la mesma guerra: no hay que darla por perdida entre una nube de tierra por dura que sea la suerte, Cruz se dispuso a morir se hizo allí una mezcolanza ni que pensar en la muerte, peliando y me convidó. de potros, indios y lanzas, sino en soportar la vida. "Aguantemos", dije yo, con alaridos que aterran. "El fuego hasta que nos queme". Se endurece el corazón, Menos los peligros teme Parece un baile de fieras no teme peligro alguno; quien más veces lo venció. sigún yo me lo imagino; por encontrarlo oportuno era inmenso el remolino, allí juramos los dos: Se debe ser mas prudente las voces aterradoras; respetar tan sólo a Dios; cuando el peligro es mayor; hasta que al fin de dos horas de Dios abajo, a ninguno. siempre se salva mejor se aplacó aquel torbellino. andando con alvertencia El mal es árbol que crece porque no está la prudencia De noche formaban cerco y que cortado retoña; reñida con el valor. y en el centro nos ponían; la gente esperta o bisoña para mostrar que querían sufre de infinitos modos; Vino al fin el lenguaraz quitarnos toda esperanza, la tierra es madre de todos, como a trairnos el perdón; ocho o diez filas de lanzas pero también da ponzoña. nos dijo:"La salvación alrrededor nos hacían. se la deben a un cacique; Mas todo varón prudente me manda que les esplique Allí estaban vigilante sufre tranquilo sus males; que se trata de un malón. cuidandonos a porfía; yo siempre los hallo iguales cuando roncar parecían en cualquier senda que elijo; "Les ha dicho a los demás "Huincá", gritaba cualquiera, la desgracia tiene hijos, que ustedes quedan cautivos y toda la fila entera aunque ella no tiene madre. por si cain algunos vivos "Huincá", "Huincá", repetía. en poder de los cristianos, Y al que le toca , rescatar a sus hermanos Pero el indio es dormilón donde quiera halla su ruina: con estos dos fugitivos." y tiene un sueño projundo; lo que la suerte destina es roncador sin segundo no puede el hombre evitar, 18 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal porque el cardo ha de pinchar Nos retiramos con Cruz pues, cuando la hambre se siente, es que nace con espinas. a la orilla de un pajal; el hombre le clava el diente por no pasarlo tan mal a todo lo que se mueve. Es el destino del pobre hicimos como un bendito un continuo zafarrancho en el desierto infinito, En las sagradas alturas y pasa como el carancho, con dos cueros de bagual. esta el Máestro principal porque el mal nunca se sacia, que enseña a cada animal si el viento de la desgracia Fuimos a esconder allí a procurarse el sustento, vuela las pajas del rancho. nuestra pobre situación, y le brinda el alimento aliviando con la unión a todo ser racional. Mas quien manda los pesares aquel duro cautiverio, manda también el consuelo: tristes como un cementerio Y aves y bichos y pejes la luz que baja del cielo al toque de la oración. se mantienen de mil modos: alumbra al más encumbrao, pero el hombre en su acomodo y hasta el pelo mas delgao Debe el hombre ser valiente es curioso de oservar: hace su sombra en el suelo. si ha rodar se determina, es el que sabe llorar primero, cuando camina; y es el que los come a todos Pero por más que uno sufra segundo, cuando descansa; un rigor que lo atormente, pues en aquellas andanzas IV no debe bajar la frente perece el que se acoqui nunca, por ningún motivo: Antes de aclarar el día el álamo es mas altivo Cuando es manso el ternerito empieza el indio a aturdir y gime constantemente. en cualquier vaca se priende; la pampa con su rugir, el que es gaucho esto lo entiende y en alguna madrugada, El indio pasa la vida y ha de entender si le digo sin que sintiéramos nada, robando o echao de panza; que andábamos con mi amigo se largaban a invadir. la única ley es la lanza como pan que no se vende. a que se ha de someter: Primero entierran las prendas lo que le falta en saber Guarecidos en el toldo en cuevas como peludos; lo suple con descondianza. charlábamos mano a mano: y aquellos indios cerdudos, eramos dos veteranos siempre llenos de recelos, Fuera cosa de engarzarlo mansos pa las sabandijas, en los caballos en pelos a un indio caritativo: arrumbaos como cubijas se vienen medio desnudos. es duro con el cautivo, cuando calienta el verano. le dan un trato horroroso; Para pegar el malón es astuto y receloso, El alimento no abunda el mejor flete procuran; es audaz y vengativo. por mas empeño que se haga; y como es su arma segura lo pasa uno como plaga, vienen con la lanza sola, No hay que pedirle favor ejercitando la industria, y varios pares de bolas ni que aguardar tolerancia; y siempre como la nutria atados a la cintura. movidos por su inorancia viviendo a la orilla del agua. y de puro desconfiaos, De ese modo anda liviano nos pusieron separaos En semejante ejercicio no fatiga al mancarrón; bajo sutil vigilancia. se hace diestro el cazador: es su espuela en el malón, cai el piche engordador, después de bien afilao, No pude tener con Cruz cai el pájaro que trina; un cuernito de venao ninguna conversación: todo bicho que camina que se amarra en el garrón. no nos daban ocasión, va parar al asador. nos trataban como ajenos El indio que tiene un pingo como dos años, lo menos, Pues allí a los cuatro vientos que se llega a distinguir, duro esta separación. la persecución se lleva; lo cuida hasta pa dormir; nadie escapa de la leva de ese cudao es esclavo. Relatar nuestras penurias y dende que el alba asoma Se lo alquila a otro indio bravo fuera alargar el asunto. ya recorre uno la loma, cuando vienen a invadir. Les diré sobre este punto el bajo, el nido y la cueva. que a los dos años recién Por vigilarlo no come nos hizo el cacique el bien El que vive de la caza y ni aun el sueño concilia: de dejarnos vivir juntos. a cualquier bicho se atreve, sólo en eso no hay desidia; que pluma o cáscara lleve, de noche les asiguro, 19 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal para tenerlo siguro Tiene la vista del águila, cuando la invasion regresa; le hace cerco . del leon la temeridá; llevan miles de cabezas en el desierto no habrá de vacuno y yeguarizo; Por eso habrán visto ustedes, animal que él no lo entienda, pa no afligirse es preciso si en el caso se han hallao, ni fiera de que no aprienda tener bastante firmeza. y si no lo han observao, un instinto de crueldá. tenganló dende hoy presente, Aquello es un hervidero que todo pampa valiente Es tenaz en su barbarie: de pampas -un celemín-. anda siempre bien montao. no esperen verlo cambiar; Cuando riunen el botín el deseo de mejorar juntando toda la hacienda, Marcha el indio a trote largo, en su rudeza no cabe; es cantidá tan tremenda paso que rinde y que dura; el bárbaro solo sabe que no alcanza a verse el fin. viene en dirección sigura emborracharse y peliar. y jamas a su capricho; Vuelven las chinas cargadas no se les escapa bicho El indio nunca ríe, con las prendas en montón; en la noche mas escura. y el pretenderlo es en vano, aflige esa destrucción: ni cuando festeja ufano acomodaos en cargueros Caminan entre nieblas el triunfo en sus correrías; llevan negocios enteros con un cerco bien formao; la risa en sus alegrías que han saquiao en la invasión. lo estrechan con gran cuidao le pertenece al cristiano. y agarran, al aclarar, Su pretensión es robar, ñanduces, gamas, venaos, Se cruzan en el desierto no quedar en el pantano; cuanto a podido dentrar. como un animal feroz; viene a tierra de cristianos dan cada alarido atroz como juria del infierno; Su señal es un humito que hace erizar los cabellos; no se llevan al Gobierno que se eleva muy arriba, parece que a todos ellos poerque no lo hallan a mano. y no hay quien no lo aperciba los ha maldecido Dios. con esa vista que tienen; Vuelven locos de contento de todas partes se vienen Todo el peso del trabajo cuando han venido a la fija; a engrosar la comitiva. lo dejan a las mujeres: antes que ninguno elija el indio es indio y no quiere empiezan con todo empeño, Ansina se van juntando, apiar de su condición como dijo un santiagueño, hasta hacer esas riuniones ha nacido indio ladrón a hacerse la repartija. que cain en las invasiones y como indio ladrón muere. en número tan crecido; Se reparten el botín para formarla han salido El que envenenan sus armas con igualdad, sin malicia; de los últimos rincones. les mandan sus hechiceras; no muestra el indio codicia, y como ni a Dios veneran, ninguna falta comete: Es guerra cruel la del indio nada a los pampa contiene: solo en eso se somete porque viene como fiera; hasta los nombres que tienen a una regla de justicia. atropella donde quiera son de animales y fieras. y de asolar no se cansa; Y cada cual con lo suyo de su pingo y de su lanza Y son, ¡por Cristo bendito!, a sus toldos enderieza; toda salvacion espera. Los más desasiaos del mundo: luego la matanza empieza esos indios vagabundos, tan sin razon ni motivo, Debe atarse bien la faja con repunancia me acuerdo, que no queda animal vivo quien a aguardarlo se atreva; viven lo mesmo que el cerdo de esos miles de cabezas. siempre mala intención lleva, en esos toldos inmundos. y, como tiene alma grande, Y satisfecho el salvaje no hay plegaria que lo ablande Naides puede imaginar de que su oficio ha cumplido, ni dolor que lo conmueva. una miseria mayor; lo pasa por ahi tendido su pobreza causa horror; volviendo a su haraganiar, Odia de muerte al cristiano, no sabe aquel indio bruto y entra la china a cueriar hace guerra sin cuartel; que la tiera no da fruto con un afán desmedido. para matar es sin yel, si no la riega el sudor. es fiero de condición; A veces a tierra adentro no golpia la compasión V algunas puntas se llevan; en el pecho del infiel. pero hay pocos que se atrevan Aquel desierto se agita a hacer esas incursiones, 20 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal porque otros indios ladrones Es piadosa y diligente al rededor del cercao, les suelen pelar la breva. y sufrida en los trabajos; en el suelo están mamaos tal vez su valor rebajo los indios dando alaridos. Pero pienso que los pampas aunque la estimo bastante; deben de ser los mas rudos; mas los indios inorantes Su canto es una palabra aunque andan medio desnudos la trata al estropajo. y de ahi no salen jamás; ni su conveniencia entienden: llevan todas el compás por una vaca que venden Echan la alma trabajando "Ioká-ioká" repitiendo; quinientas matan al ñudo. bajo el mas duro rigor; me parece estarlas viendo el marido es su Señor, mas fieras que Satanás. Estas cosas y otras piores como tirano la manda, 524 las he visto muchos años; porque el indio no se ablanda Al trote dentro del cerco, pero si yo no me engaño ni siquiera en el amor. sudando, hambrientas, juriosas, concluyó ese vandalaje, desgreñadas y rotosas, y esos bárbaros salvajes No tiene cariño a naides de sol a sol se lo llevan: no podran hacer mas daño. ni sabe lo que es amar. bailan aunque truene o llueva, ¿Ni que se puede esperar cantando la mesma cosa. Las tribus están deshechas; de aquellos pechos de bronce? los caciques más altivos Yo los conocí al llegar VI estan muertos o cautivos, y los calé dende entonces. privaos de toda esperanza, El tiempo sigue su giro y de la chusma y de la lanza, Mientras tiene qué comer y nosotros, solitarios; ya muy pocos quedan vivos. permanece sosegao; de los indios sanguinarios yo que en sus toldos he estao no teníamos qué esperar; Son salvajes por completo y sus costumbres oservo, el que nos salvó al llegar hasta pa su diversión, digo que es como aquel cuervo era el más hospitalario. pues hacen una junción que no volvio del mandao. que naides se la imagina; Mostró noble corazón, recien le toca a la china Es para él como un juguete cristiano anhelaba ser; el hacer su papelón. escupir un crucifijo; la justicia es un deber, pienso que Dios los maldijo y sus méritos no callo: Cuando el hombre es mas salvaje y ansina al ñudo desato: nos regaló unos caballos trata pior a la mujer: el indio, el cerdo y el gato y a veces nos vino a ver. yo no sé que pueda haber redaman sangre del hijo. sin ella dicha ni goce. A la voluntad de Dios ¡Feliz el que la conoce Mas ya con cuentos de pampas ni con la intención resisto: y logra hacerse querer! no ocuparé su atención; el nos salvó...¡Ah, Cristo!, debo pedirles perdón, Muchas veces he deseado Todo el que entiende la vida pues sin querer me distraje; no nos hubiera salvado busca a su lao los placeres; por hablar de esos salvajees ni jamás haberlo visto. justo es que las considere me olvidé de la junción. el hombre de corazón; Quien recibe beneficios sólo los cobardes son Hacen un cerco de lanzas, jamás los debe olvidar; valientes con sus mujeres. los indios quedan ajuera; y al que tiene que rodar dentra la china ligera en su vida trabajosa, Pa servir a un desgraciao como yeguada en la trilla, le pasan a veces cosas pronta la mujer está; y empieza allí la cuadrilla que son duras de pelar. cuando en su camino va a dar güeltas en la era no hay peligro que le asuste; Voy dentrando poco a poco ni hay una a quien no le guste A un lao están los caciques, en lo triste del pasaje; una obra de caridá. capitanejos y el trompa cuando es amargo el brebaje tocando con toda pompa el corazón no se alegra; No se allará una mujer como un toque de fajina; dentró una virgüela negra a la que esto no le cuadre; adentro muere la china, que los diezmó. yo alabo al Eterno Padre, sin que aquel circulo rompa. no porque las hizo bellas, Al sentir tal mortandá sino porque a todas ellas Muchas veces se les oyen los indios, desesperaos, les dió corazón de madre. a las pobres los quejidos; gritaban alborotados: mas son lamentos perdidos: "¡cristiano echando gualicho!" 21 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal

No quedó en los toldos bicho Que le dieran esa muerte que en su pago había dejado: que no salió redotao. dispuso una china vieja, "Ha quedado abandonado". y aunque se aflije y se queja, Me dijo, "Aquel pobrecito". Sus remedios son secretos, es inútil que resista: los tienen las adivinan; ponia el infeliz la vista "Si vuelve, búsquemeló", no los conocen las chinas como la pone la oveja. me repetía a media voz; sino alguna ya muy vieja, "En el mundo eramos dos, y es la que lo aconseja Nosotros nos alejamos pues él ya no tiene madre; con mil embustes, la indina. para no ver tanto estrago; que sepa el fin de su padre Cruz sentia los amagos y encomiende mi alma a Dios". Alli soporta el paciente de la peste que reinaba, las terribles curaciones, y la idea nos acosaba Lo apretaba contra el pecho, pues a golpes y estrujones de volver a nuestros pagos. dominao por el dolor; son los remedios aquellos: era su pena mayor los agarran de los cabellos Pero contra el plan mejor el morir allá entre infieles y le arrancan los mechones. el destino se rebela. sufriendo dolores crueles ¡La sangre se me congela! entrego su alma al criador. Les hacen mil herejías El que nos había salvado que el presenciarlas da horror; cayó tambien atacado De rodillas a su lado brama el indio de dolor de la fiebre y la virgüela. yo lo encomendé a Jesús. por los tormentos que pasa, Faltó a mis ojos la luz, y untandolo todo de grasa No podiamos dudar, tuve un terrible desmayo; lo ponen a hervir al sol. al verlo en tal padecer, cai como herido del rayo el fin que habia de tener, cuando lo vi muerto a Cruz Y puesto allí boca arriba, y Cruz que era tan humano: alrededor le hacen fuego; "Vamos", me dijo,"Paisano VII una china biene luego a cumplir con un deber". y al oido le da de gritos; aquel bravo compañero hay algunos tan malditos Fuimos a estar a su lado en mis brazos espiró; que sanan con este juego. para ayudarlo a curar; hombre que tanto sirvio, lo vinieron a buscar varon que fue tan prudente, A otros les cuecen la boca y hacerle como a los otros; por humano y por valiente aunque de dolores cruja; lo defendimos nosotros, en el desierto murió. lo agarran allí y lo estrujan, no lo dejamos lanciar. labios le queman y diente Y yo, con mis propias manos, con un güevo bien caliente Iba creciendo la plaga yo mesmo lo sepulté; de alguna gallina bruja. y la mortandá seguía. a Dios por su alma rogué A su lado nos tenía de dolor el pecho lleno, Conoce el indio el peligro cuiandolo con pacencia, y humedeció aquel terreno y pierde toda esperanza; pero acabó su esistencia el llanto que redamé. si a escapárseles alcanza al fin de unos pocos días. dispara como la liebre; Cumplí con mi obligación; le da delirios la fiebre, El recuerdo me atormenta; no hay falta de que me acuse, y ya le cain con la lanza. se renueva mi pesar; ni deber de que se escuse, me dan ganas de llorar; aunque de dolor sucumba: Esas fiebres son terribles, nada a mis penas igualo; allá señala su tumba y aunque de esto no disputo Cruz también cayó muy malo una cruz que yo le puse. ni de saber me reputo, ya para no levantar. "Será", decíamos nosotros, Andaba de toldo en toldo "De tanta carne de potro Todos pueden figurarse y todo me fastidiaba; como comen esos brutos". cuánto tuve que sufrir; el pesar me dominaba, yo no haciá sino gemir, y entregao al sentimiento Había un gringuito cautivo y aumentaba mi aflición se me hacía cada momento que siempre hablaba del barco, no saber una oración oir a Cruz que me llamaba. y lo augaron en un charco pa ayudarlo a bien morir. por causante de la peste; Cual más, cual menos, los criollos tenía los ojos celestes Se le pasmó la virgüela, saben lo que es amargura; como potrillo zarco. y el pobre estaba en un grito; en mi triste desventura me recomendó un hijito no encontraba otro consuelo 22 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal que ir a tirarme en el suelo, Cauteloso me acerqué como de piedá no entienden al lao de su sepultura. a un indio que estaba al lao, y a suplicas nunca atienden, porque el pampa es desconfiao cuando no es éste es el otro, Allí pasaba las horas siempre de todo cristiano, se lo quitan y lo venden sin haber naides conmigo y vi que tenía en la mano o lo cambian por un potro. teniendo a Dios por testigo, el rebenque ensangrentao. y mis pensamientos fijos En la crianza de los suyos en mi mujer y mis hijos, VIII son bárbaros por demás. en mi pago y en mi amigo. No lo habia visto jamás: Mas tarde supe por ella, en una tabla los atan, Privado de tantos bienes de manera positiva, los crian así, y les achatan y perdido en tierra ajena, que dentró una comitiva la cabeza por detrás. parece que se encadena de pampas a su partido, el tiempo y que no pasara, mataron a su marido Aunque esto parezca extraño, como si el sol se parara y la llevaron cautiva. ninguno lo ponga en duda: a contemplar tanta pena. entre aquella gente ruda, En tan dura servidumbre en su bárbara tropeza, Sin saber qué hacer de mí hacían dos años que estaba; es gala que la cabeza y entregao a mi aflición, un hijito que llevaba se les forme puntiaguda. estando allí una ocasión, a su lado lo tenía. del lao que venía el viento La china la aborrecía Aquella china malvada, oi unos tristes lamentos tratandola como esclava. que tanto la aborrecía, que llamaron mi atención. empezó a decir un día, Deseaba para escaparse porque falleció una hermana, No son raros los quejidos hacer una tentativa, que sin duda la cristiana en los toldos del salvaje, pues a la infeliz cautiva le había echado brujería. pues aquél es vandalaje naides la va a redimir, donde no se arregla nada y allí tiene que sufrir El indio la sacó al campo sino a lanza y puñalada, el tormento mientras viva. y la empezó a amenazar a bolazos y coraje. que le había de confesar Aquella china perversa, si la brujería era cierta; No preciso juramento, dende el punto que llegó, o que la iba a castigar deben creerle a Martín Fierro; crueldá y orgullo mostró hasta que quedara muerta. he visto en este destierro porque el indio era valiente: a un salvaje que se irrita, usaba un collar de dientes Llora la pobre afligida, degollar a una chinita de cristianos que él mató. pero el indio, en su rigor, y tirarsela a los perros. le arrebató con juror La mandaba a trabajar, al hijo de entre sus brazos, He presenciado martirios, poniendo cerca a su hijito y del primer rebencazo he visto muchas crueldades, tiritando y dando gritos, la hizo crujir de dolor. crímenes y atrocidades por la mañana temprano, que el cristiano no imagina, atado de pies y manos Que aquel salvaje tan cruel pues ni el indio ni la china lo mesmo que un corderito. azotándola seguía; sabe lo que son piedades. más y más se enfurecía Ansí le imponía tarea cuanto mas la castigaba Quise curiosiar los llantos de juntar leña y sembrar y la infeliz se atajaba que llegaban hasta mí; viendo a su hijito llorar, los golpes como podía. al punto me dirigí y hasta que no terminaba, al lugar de ande venían: la china no la dejaba Que le gritó muy furioso ¡me horroriza todavía que le diera de mamar. "Confechando no querés;" el cuadro que descubrí!. la dió vuelta de un revés Cuando no tenían trabajo y, por colmar su amargura, Era una infeliz mujer la emprestaban a otra china, a su tierna criatura que estaba de sangre llena, "Naides", decía, "Se imagina, se la desgolló a los pies. y como una madalena ni es capaz de presumir lloraba con toda gana; cuanto tiene que sufrir "Es increible" me decía, conocí que era cristiana la infeliz que esta cautiva. "Que tanta fiereza esista; y esto me dió mayor pena. no habrá madre que resista; Si ven crecido a su hijito, aquel salvaje inclemente 23 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal cometió tranquilamente yo al indio le desconfiaba, A la primer puñalada aquel crimen a mi vista." y él me descofiaba a mí. el pampa se hizo un ovillo; era el salvaje mas pillo Esos horrores tremendos Se debe ser precavido que he visto en mis correrías, no los inventa el cristiano: cuando el indio se agazape: y, a más de las picardías, "Es bárbaro inhumano" en esa postura el tape arisco para el cuchillo. -sollozando me lo dijo- vale por cuatro o por cinco; "Me amarró luego las manos como el tigre es para el brinco Las bolas las manejaba con las tripitas de mi hijo." y fácil que a uno lo atrape. aquel bruto con destreza; las recogía con presteza IX Peligro era atropellar y me las volvía a largar, y era peligro el juir, haciéndomelas silbar de ella fueron los lamentos y más peligro seguir arriba de la cabeza. que en mi soledá escuché: esperando de ese modo, en cuanto al punto llegué, pues otros podían venir Aquel indio, como todos, quedé enterado de todo: y carniarme allí entre todos. era cauteloso... ¡Ahijuna! al mirarla de aquel modo Ahí me valió la fortuna ni un instante tutubié. A juerza de precaución de que peliando se apotra muchas veces he salvado, me amenazaba con una Toda cubierta de sangre pues es un trance apurado y me largaba con otra. aquella infeliz cautiva, es mortal cualquier descuido; tenia dende abajo arriba si Cruz hubiera vivido Me sucedió una desgracia las marcas de los lazazos: no habría tenido cuidado. en aquel percance amargo; sus trapos echos pedazos en momento que lo cargo mostraban la carne viva. Un hombre junto con otro y que él reculando va, en valor y en juerza crece; me enredé en el chiripá Alzó los ojos al cielo el temor desaparece; y caí tirao largo a largo. en sus lágrimas bañada; escapa de cualquier trampa; tenía las manos atadas; entre dos, no digo a un pampa, Ni pa enconmendarme a Dios su tormento estaba claro; a la tribu, si se ofrece. tiempo el salvaje me dió; y me clavó una mirada cuanto en el suelo me vió como pidiéndome amparo. En tamaña , me saltó con ligereza: en trance tan apurado, juntito de la cabeza Yo no sé lo que pasó no podía por de contado el bolazo retumbó. en mi pecho en ese instante; escarparme de otra suerte, estaba el indio arrognte sino dando al indio muerte Ni por respeto al cuchillo con una cara feroz: o quedando alli estirado. dejó el indio de apretarme; para entendernos los dos allí pretende ultimarme la mirada fué bastante. Y como el tiempo pasaba sin dejarme levantar, y aquel asunto me urgía, y no me daba lugar Pegó un brinco como gato viendo que él no se movía ni siquiera a enderezarme. y me ganó la distancia, me juí medio de soslayo aprovechó esa distancia como a agarrarle el caballo, De balde quiero moverme: como fiera cazadora: a ver si se me venía. aquel indio no me suelta. desató las boliadoras Como persona resuelta y aguardó con vigilancia. Ansí jué, no aguardó más toda mi juerza ejecuto, y me atropelló el salvaje; pero abajo de aquel bruto Aunque yo iba de curioso es preciso que se ataje no podía ni darme güelta. y no por buscar contienda, quien con el indio pelee; al pingo le até la rienda, el miedo de verse a pie ¡Bendito, Dios poderoso, eché mano dende luego aumentaba su coraje. quien te puede comprender! a éste que no yerra juego, Cuando a una débil mujer y ya se armó la tremenda. En la dentrada no más le diste en esa ocación me largó un par de bolazos; la juerza que en un varón El peligro en que me hallaba uno me tocó en un brazo; tal vez no pudiera haber. al momento conocí; si me da bien, me lo quiebra, nos mantuvimos ansí, pues las bolas son de piedra Esa infeliz tan llorosa, me miraba y lo miraba: y vienen como balazo. viendo el peligro se anima; como una flecha se arrima 24 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal y olvidando su aflición, En cuanto trastabilló a dar gracias a mi Santo; le pegó al indio un tirón más de firme lo cargué, en su dolor y quebranto que me lo sacó de encima. y aunque de nuevo hizo pie ella, a la madre de Dios, lo perdió aquella pisada; le pide en su triste llanto Ausilio tan generoso pues en esa atropellada que nos ampare a los dos. me libertó del apuro; en dos partes lo corté. si no es ella, de siguro Se alzó con pausa de leona que el indio me sacrifica; Al sentirse lastimao cuando acabó de implorar, y mi valor se duplica se puso medio afligido, y, sin dejar de llorar, con un ejemplo tan puro. pero era indio decidido, envolvió en uno trapitos su valor no se aquebranta; los pedazos de su hijito, En cuanto me enderecé le salían de la garganta que yo le ayudé a juntar. nos volvimos a topar, como una especie de aullidos. no se podía descansar X y me chorriaba el sudor: Lastimao en la cabeza, en un apuro mayor la sangre lo enceguecía; Dende ese punto era juerza jamás me he vuelto a encontrar. de otra herida le salía abandonar el desierto, haciendo un charco ande estaba, pues me hubieran descubierto, Tampoco yo le daba alce con los pies chapaliaba y aunque lo maté en pelea, como deben suponer; sin aflojar todavía. de fijo que me lancean se había aumentao mi quehacer por vengar al indio muerto. para impedir que el brutazo Tres figuras imponentes le pegar algún bolazo formábamos aquel terno: A la afligida cautiva de rabia a aquella mujer. ella en su dolor materno, mi caballo le ofrecí: yo con la lengua dejuera, era un pingo que adquirí, La bola en manos del indio y el salvaje como fiera y, donde quiera que estaba, es terrible y muy ligera; disparada del infierno. en cuanto yo lo silbaba hace de ella lo que quiera venia a refregarse en mí. saltando como una cabra. Iba conociendo el indio Mudos, sin decir palabra, que tocaban a degüello: Yo me lo senté al del pampa; peliábamos comos fieras. se le erizaba el cabello era un escuro tapao y los ojos revolvía; (cuando me hallo bien montao Aquel duelo en el desierto los labios se le perdían de mis casillas me salgo), nunca jamás se me olvida; cuando iba a tomar resuello. y era un pingo como galgo iba jugando la vida que sabía correr boliao. con tan terrible enemigo, En una nueva dentrada teniendo allí de testigo le pegué un golpe sentido, Para correr en el campo a una mujer afligida. y al verse ya malherido, no hallaba ningun tropiezo; aquel indio furibundo los ejercitan en eso, Cuanto él más se enfurecía lanzó un terrible alrido y los ponen como luz, yo más me empiezo a calmar; que retumbó como un ruido de dentrarle a un aveztruz mientras no logra matar si se sacudiera el mundo. y boliar bajo el pescuezo. el indio no se desfoga; al fin le corté una soga Al fin de tanto lidiar, El pampa educa al caballo y lo empecé a aventajar. en el cuchillo lo alcé, como pa un etrevero: en peso lo levanté como rayo es de ligero Me hizo sonar las costillas aquel hijo del desierto; en cuando el indio lo toca, de un bolazo aquel maldito; ensartado lo llevé, y como trompo en la boca y al tiempo que le di un grito y allá recién lo largué da gueltas sobre un cuero. y le dentro como bala, cuando ya lo sentí muerto. pisa el indio, y se refala Lo varea en la madrugada en el cuerpo del chiquito. Me persiné dando gracias (jamas falta a este deber), de haber salvado la vida; luego lo enseña a correr Para explicar el misterio aquella pobre afligida, entre fangos y guadales: es muy escasa mi cencia: de rodillas en el suelo, asina esos animales lo castigó, en mi conciencia, alzó sus ojos al cielo es cuanto se puede ver. su divina majestá; sollozando dolorida. donde no hay casualidá En el caballo de un pampa suele estar la providencia. Me hinqué también a su lado no hay peligro de rodar, 25 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal

¡jue pucha!, Y pa disparar y muchos frangoyadores Dios le dió istintos sutiles es pingo que no se cansa; que andan de bozal y, rienda. a toditos los mortales; con prolijidad lo amansa el hombre es uno de tales, sin dejarlo corcoviar. Me vine, como les digo, y en las llanuras aquelas, trayendo esa compañera; lo guían el sol, las estrellas, Pa quitarle las cosquillas marchamos la noche entera, el viento y los animales. con cuidao lo manosea; haciendo nuestro camino, horas enteras emplea, sin más rumbo que el destino Para ocultarnos de día y, por fin, sólo lo deja que nos llevara ande quiera. a la vista del salvaje, cuando agacha las orejas ganábamos un paraje y ya el potro ni cocea. Al muerto, en un pajonal en que algún abrigo hubiera, había tratao de enterrarlo, a esperar que anocheciera Jamás le sacude un golpe, y después de maniobrarlo para seguir nuestro viaje. porque lo trata al bagual lo tapé bien con las pajas, con paciencia sin igual para llevar de ventaja Penurias de toda clase -al domarlo no le pega-, lo que emplearan en hallarlo. y miserias padecimos: hasta que al fin se le entrega varias veces no comimos ya dócil el animal. En notando nuestra ausiencia o comimos carne cruda, nos habían de perseguir, y en otras, no tengan duda, Y aunque yo sobre los bastos y, al decidirme a venir, con raices nos mantuvimos. me sé sacudir el polvo, con todo mi corazón a esa costumbre me amoldo: hice la resolución Después de mucho sufrir con pacencia lo manejan de peliar hasta morir. tan peligrosa inquietú, y al día siguiente lo dejan alcanzamos con salú rienda arriba junto al toldo. Es un peligro muy serio a divisar una sierra, cruzar juyendo el desierto: y al fin pisamos la tierra Ansí todo el que procure muchísimos de hambre han en donde crece el ombú. tener un pingo modelo, muerto, lo ha de cuidar con desvelo pues en tal desasosiego Nueva pena sintió el pecho y debe impedir también no se puede ni hacer juego, por Cruz, en aquel paraje, el que de golpes le den para no ser descubierto. y en humilde vasallaje o tironeen en el suelo. a la majestá infinita, Sólo el albitrio del hombre besé esta tierra bendita, Muchos quieren dominarlo puede ayudarlo a salvar: que ya no pisa el salvaje. con el rigor y el azote, no hay ausilio que esperar, y, si ven al chafalote sólo de Dios hay amparo; Al fin la misericordia que tiene trazas de malo, en el desierto es muy raro de Dios nos quiso amparar; lo embraman en algún palo que uno se pueda escapar. es preciso soportar hasta que se descogote. los trabajos con constancia: ¡Todo es cielo y horizonte alcanzamos a una estancia Todos se vuelven pretestos en inmenso campo verde! después de tanto penar. y güeltas para ensillarlo; ¡Pobre de aquel que se pierde dicen que es por quebrantarlo, o que su rumbo estravea! Ah¡ mesmo me despedí mas compriende cualquier bobo Si alguien cruzarlo desea, de mi infeliz compañera: que es de miedo del corcovo, este consejo recuerde: "Me voy", le dije,"Ande quiera, y no quieren confesarlo. aunque me agarre el Gobierno, marque su rumbo de día pues, infierno por infierno El animal yeguarizo con toda fidelidá; prefiero el de la frontera." -perdónenme esta alvertencia- marche con puntualidá, es de mucha conocencia sigiéndoló con fijeza, Concluyo esta relación, y tiene mucho sentido; y, si duerme, la cabeza ya no puedo continuar; es animal consentido: ponga para el lao que va. permítanmé descansar: lo cautiva la pacencia. estan mis hijos presentes, Oserve con todo esmero y yo ansioso porque cuenten Aventaja a los demás adonde el sol aparece; lo que tengan que contar. el que estas cosas entienda; si hay ñeblina y le entorpece es bueno que el hombre aprienda, y no lo puede oservar, XI pues hay pocos domadores guárdese de caminar, pues quien se pierde perece. Y mientras que tomo un trago 26 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal pa refrescar el garguero, si le tengo más confianza como que entienden el juego. y mientras tiempla el muchacho o soy un poco más lerdo. Pero el hombre, que compriende y prepara su estrumento, Fue suya toda la culpa que todos hacen lo mesmo, les contaré de qué modo porque ocasionó el suceso. en público canta y baila, tuvo lugar el encuentro. Que ya no hablaban tampoco, abraza y llora en secreto. Me acerqué a algunas estancias me lo dijo muy de cierto, Lo único que me han contado por saber algo de cierto, de cuando con la partida es que mi mujer a muerto; creyendo que en tantos años llegué a tener el encuentro. que en procuras de un muchacho esto se hubiera compuesto; Esa vez me defendí se jue la infeliz al pueblo, pero cuanto saqué en limpio como estaba en mi derecho, donde infinitas miserias jué que estábamos lo mesmo. porque fueron a prenderme habrá sufrido, por cierto; Ansí, me dejaba andar de noche y en campo abierto: que, por fin, a un hospital haciéndome el chancho rengo, se me acercaron con armas, jué a parar medio muriendo, porque no me convenía y, sin darme voz de preso, y en ese abismo de males revolver el avispero; me amenazaron a gritos falleció al muy poco tiempo. pues no inorarán ustedes de un modo que daba miedo, que en cuentas con el gobierno que iban a arreglar mis cuentas, Les juro que de esa pérdida tarde o temprano lo llaman tratándome de matrero: jamás he de hallar consuelo, al pobre a hacer el arreglo. y no era el jefe el que hablaba muchas lágrimas me cuesta sino un cualquiera de entre ellos, dende que supe el suceso. Pero al fin tuve la suerte y ése, me parece a mí Mas dejemos cosas tristes de hallar un amigo viejo no es modo de hacer arreglos, aunque alegrías no tengo; que de todo me informó, ni con el que es inocente, me parece que el muchacho y por él supe al momento ni con el culpable menos. ha templao y está dispuesto que el Juez que me perseguía vamos a ver qué tal lo hace hacía tiempo que era muerto: Con semejantes noticias y a juzgar su desempeño. por culpa suya he pasado yo me puse muy contento diez años de sufrimiento y me presenté ande quiera Ustedes no lo conocen y no son pocos diez años como otros pueden hacerlo. yo tengo confianza en ellos, para quien ya llega a viejo. De mis hijos he encontrado no porque lleven mi sangre Y los he pasado ansí, sólo a dos hasta el momento, -eso juera de lo menos-, si en mi cuenta no me yerro: y de ese encuentro feliz sino porque dende chicos tres años en la frontera, le doy las gracias al cielo. han vivido padeciendo. dos como gaucho matrero, A todos cuantos hablaba Los dos son aficionados; y cinco allá entre los indios les preguntaba por ellos, les gusta jugar con juego, hacen los diez como yo cuento. mas no me da ninguno vamos a verlos correr: Me dijo, a más, ese amigo razón de su paradero. son cojos... Hijos de rengo que anduviera sin recelo, Casualmente, el otro día que todo estaba tranquilo, llegó a mi conocimiento El hijo mayor de martín fierro que no perseguía el gobierno, de una carrera muy grande XII que ya naides se acordaba entre varios estancieros, de la muerte del moreno, y juí como uno de tantos, La penitenciaria aunque si yo lo maté aunque no llevaba un medio. mucha culpa tuvo el negro. No faltaban, ya se entiende, Aunque el gajo se parece Estuve un poco imprudente, en aquel gauchaje inmenso, al árbol de donde sale, puede ser, yo lo confieso, muchos que ya conocían solía decirlo mi madre, pero el me precipitó, la historia de Martín Fierro; y en su razón estoy fijo: porque me cortó primero, y allí estaban los muchachos "Jamás puede hablar el hijo y a más me cortó la cara, cuidando unos parejeros. con la autoridad del padre". que es un asunto muy serio. Cuando me oyeron nombrar Recordarán que quedamos Me asiguró el mesmo amigo se vinieron al momento, sin tener donde abrigarnos, que ya no había ni el recuerdo diciéndome quiénes eran ni ramada ande ganarnos, de aquel que en la pulpería aunque no me conocieron, ni rincón ande meternos, lo dejé mostrando el sebo. porque venía muy aindiao ni camisa que ponernos. El de engreido, me buscó: y me encontraban muy viejo. Ni poncho con que taparnos. yo ninguna culpa tengo; La junción de los abrazos el mismo vino a peliarme, de los llantos y los besos Dichoso aquel que no sabe y tal vez me hubiera muerto se deja pa las mujeres, lo que es vivir sin amparo; 27 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal yo con verdá les declaro, me encontraba en una estancia. pero es tanta la tardanza aunque es por demás sabido, que yo les digo por mí: dende chiquito he vivido El que manda siempre puede el hombre que dentre allí en el mayor desmparo. hacerle al pobre un calvario; deje ajuera la esperanza. a un vecino propietario No le mermam el rigor un boyero le mataron, Sin perfecionar las leyes los mesmos que le socorren; y aunque a mí me lo achacaron perfecionan el rigor; tal vez porque no se borren salió cierto en el sumario. sospecho que el inventor los decretos del destino, habrá sido algún maldito: de todas parten lo corren Piensen los hombres honrados por grande que sea un delito, como ternero dañino. en la vergüenza y la pena aquella pena es mayor. de que tendría el alma llena Y vive como los bichos al verme, ya tan temprano, Eso es para quebrantar buscando alguna rendija; igual a los que sus manos el corazón mas altivo; el güerfano es sabandija con el crimen envenenan. los llaveros son pasivos, que no encuentra compasión, pero más secos y duros y el que anda sin dirección Declararon otros dos tal vez que los mesmos muros es guitarra sin clavija. sobre el caso del dijunto, en que uno gime cautivo. mas no se aclaró el asunto, Sentiré que cuanto digo y el Juez, por darlas de listo, No es en grillo ni en cadenas a algún oyente le cuadre. "Amarrados como un Cristo", en lo que usté penará, Ni casa tenía, ni madre, nos dijo, "Irán todos juntos". sino en una soledá ni parentela, ni hermanos; y un silencio tan projundo, y todos limpian sus manos "A la justicia ordinaria que parece que en el mundo en el que vive sin padre. voy a mandar a los tres." es el único que está. Tenia razón aquel Juez, Lo cruza éste de un lazazo y cuantos ansí amenacen; El más altivo varón lo abomba aquél de un moquete, ordinaria... Es como la hacen: y de cormillo gastao otro le busca el cachete, lo he conocido después. allí se verá agobiao y, entre tanto soportar, y su corazón marchito, suele a veces no encontrar Nos remitió, como digo, al encontrarse encerrao ni quien le arroje un zoquete. a esa justicia ordinaria, a solas con su delito. y juimos con la sumaria Si lo recogen, lo tratan a esa cárcel de malevos En esa cárcel no hay toros, con la mayor rigidez; que, por un bautismo nuevo, allí todos son corderos; piensan que es mucho tal vez, le llaman penicentiaria. no puede el más altanero, cuando ya muestra el pellejo, al verse entre aquellas rejas, si le dan un trapo viejo El porqué tiene ese nombre sino amujar las orejas pa cubrir su desnudez. naides me lo dijo a mí, y sufrir callao su encierro. mas yo me lo esplico ansí: Me crié, pues, como les digo, le diran penitenciaria Y digo a cuantos inoran desnudo a veces y hambriento; por la penitencia diaria, el rigor de aquellas penas, me ganaba mi sustento, que se sufre estando allí. yo, que sufrí las cadenas y ansí los años pasaban; del destino y su inclemencia: al ser hombre me esperaban Criollo que cai en desgracia que aprovechen la esperencia otra clase de tormentos. tiene que sufrir un poco; del mal en cabeza ajena. naides lo ampara tampoco Pido a todos que no olviden si no cuenta con recursos. ¡Ay! Madres, las que dirigen lo que les voy a decir; El gringo es de más discurso: al hijo de sus entrañas, en la escuela del sufrir cuando mata, se hace el loco. no piensen que las engaña, he tomado mis leciones, ni que les habla un falsario y hecho muchas reflesiones No sé el tiempo que corrió lo que es el ser presidiario dende que empece a vivir. en aquella sepoltura; no lo sabe la campaña. si de ajuera no lo apuran, Si alguna falta cometo el asunto va con pausa; Hijas, esposas, hermanas, la motiva mi inorancia; tienen la presa sigura cuantas quieren a un varón, no vengo con arrogancia y dejan dormir la causa. díganles que esa prisión y les diré, en conclusión, Inora el preso a que lado es un infierno temido, que trabajando de pión se inclinará la balanza, donde no se oye más ruido 28 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal que el latir del corazón. el castigo han inventao a ver a un desamparado! de encerrarlo en las tinieblas, Alla el día no tiene sol, y alli esta como amarrao ¡Bendito sea el carcelero la noche no tiene estrellas; a un Fierro que no se duebla. que tiene buen corazón! sin que le valgan querellas Yo sé que esta bendición encerrao lo purifican, No hay un pensamiento triste pocos pueden alcanzarla, y sus lágrimas salpican que al preso no lo atormente; pues si tienen compasión en las paredes aquellas. baja un dolor permanente su deber es ocultarla. agacha al fin la cabeza, En soledá tan terrible porque siempre es la tristeza Jamás mi lengua podrá de su pecho oye el latido; hermana de un mal presente. espresar cuanto he sufrido; lo sé, porque lo he sufrido, en ese encierro metido, y, creameló el aulitorio, Vierten lágrimas sus ojos, llaves, paredes, cerrojos tal vez en el purgatorio pero su pena no alivia; se graban tanto en los ojos las almas hagan más ruido. en esa constante lidia que uno los ve hasta dormido. sin un momento de calma, Cuentan esas horas eternas contempla con los del alma El mate no se permite; para más atormentarse; felicidades que envidia. no le permiten hablar; su lágrima al redamarse no le permiten cantar calcula, en sus afliciones, Ningún consuelo penetra para aliviar su dolor, contando sus pulsaciones, detrás de aquellas murallas; y hasta el terrible rigor lo que dilata en secarse. el varón de mas agallas, de no dejarlo fumar. aunque más duro que un perno, Allí se amansa el más bravo, metido en aquel infierno La justicia es muy severa; allí se duebla el más juerte; sufre, gime, llora y calla. suele rayar en crueldá: el silencio es de tal suerte sufre el pobre que allí está que, cuando llegue a venir, De juror el corazón calenturas y delirios, hasta se le han de sentir se le quiere reventar, pues no esiste pior martirio las pisadas a la muerte. pero no hay sino aguantar que esa eterna soledá. aunque sosiego no alcance. Adentro mesmo del hombre ¡Dichoso, en tan duro trance, Conversamos con las rejas se hace una revolución: aquel que sabe rezar! por solo el gusto de hablar, metido en esa prisión, pero nos mandan callar de tanto no mirar nada, ¡Dirige a Dios su plegaria y es preciso conformarnos; le nace y queda grabada el que sabe una oración! pues no se debe irritar la idea de la perfección. En esa tribulación a quien puede castigarnos. gime olvidado del mundo, En mi madre, en mis hermanos, y el dolor es más projundo Sin poder decir palabra en todos pensaba yo; cuando no halla compasión. sufre en silencio sus males, al hombre que alli dentró y uno en condiciones tales, de memoria más ingrata, En tan crueles pesadumbres, se convierte en animal, fielmente se le retrata en tan duro padecer, privao del don principal todo cuanto ajuera vió. empezaba a encanecer que Dios hizo a los mortales. después de muy pocos meses; Aquel que ha vivido libre alli lamenté mil veces Yo no alcanzo a comprender de cruzar por donde quiera, no haber aprendido a leer. por que motivo será se aflige y se desespera que el preso privado está de encontrarse allí cautivo: Viene primero el juror, de los dones más preciosos es un tormento muy vivo después la melancolia; que el justo Dios bondadoso que abate la alma más fiera. en mi angustia no tenía otorgó a la humanidá. otro alivio ni consuelo, En esa estrecha prisión, sino regar aquel suelo Pues que de todos los bienes, sin poderme conformar, con lágrimas noche y día. en mi inorancia lo infiero, no cesaba de esclamar: que le dió al hombre altanero ¡qué diera yo por tener ¡A visitar otros presos su divina majestá, un caballo en que montar sus familias solían ir! la palabra es el primero, y una pampa en que correr! Naides me visitó a mí el segundo es la amistá. En un lamento constante mientras estuve encerrado. Y es muy severa la ley se encuentra siempre embretao; ¡Quien iba a costiarse allí que, por un crimen o un vicio, 29 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal somete al hombre a un suplicio mas bien las puse de menos. puso al frente un encargao, el más tremendo y atroz, y a mí me llevó con él. privado de un beneficio Y con esto me despido que ha recebido de Dios. (todos han de perdonar): Muy pronto estuvo mi poncho ninguna debe olvidar lo mismo que cernidor; La soledá causa espanto; la historia de un desgraciado. el chiripá estaba pior, el silencio causa horror; Quien ha vivido encerrado y aunque para el frio soy guapo ese continuo terror poco tiene que contar. ya no me quedaba un trapo es el tormento más duro, ni pa el frío, ni pa el calor. y en un presidio siguro El hijo segundo de Martín está demás tal rigor. Fierro El Juez vino sin tardanza XIII cuanto falleció la vieja. Inora uno si de allí "De los bienes que te deja", saldrá pa la sepoltura; Lo que les voy adecir me dijo, "Yo he de cuidar: el que se halla en desventura ninguno lo ponga en duda: es un rodeo regular busca a su lao otro ser, y aunque la cosa es peluda, y dos majadas de ovejas". pues siempre es güeno tener hare la resolución; companeros de amargura. es ladino el corazón, Era hombre de mucha labia, pero la lengua no ayuda. con mas leyes que un dotor, Otro más sabio podrá me dijo: "Vos sos menor, encontrar razón mejor; El rigor de las desdichas y por los años que tienes yo no soy rebuscador, hemos soportado diez años, no podés manejar bienes; y ésta me sirve de luz: pelegrinando entre estraños, voy a nombrarte un tutor." se los dieron al Señor sin tener donde vivir, al clavarlo en una cruz. y obligados a sufrir En tan triste desabrigo una máquina de daños. tras de un mes, iba otro mes; Y en las projundas tinieblas guardaba silencio el Juez, en que mi razón esiste, El que vive de ese modo la miseria me invadía, mi corazón se resiste de todos es tributario; me acordaba de mi tía a ese tormento sin nombre, falta la cabeza primario al verme en tal desnudez. pues el honbre alegra al hombre y los hijos que él sustenta y el hablar consuela al triste. se dispersan como cuentas No se decir con fijeza cuando se corta el rasario. el tiempo que pasé allí; Grábenlo como en la piedra y despues de andar ansí cuanto he dicho en este canto, Yo anduve ansí como todos, como moro sin Señor, y, aunque yo he sufrido tanto, hasta que al fin de sus días pasé a poder del tutor debo confesarlo aquí: supo mi suerte una tía que debia cuidar de mí el hombre que manda allí y me recogió a su lado; es poco menos que un Santo. allí viví sosegado XIV y de nada carecía. Y son güenos los demás me llevó consigo un viejo (a su ejemplo se manejan), No tenía cuidado alguno que pronto mostró la hilacha, pero por eso no dejan ni que trabajar tampoco, dejaba ver por la facha las cosas de ser tremendas; y como muchacho loco que era medio cimarrón, piensen todos y compriendan lo pasaba de holgazán; muy renegao, muy ladrón, el sentido de mis quejas. con razón dice el refrán y le llamaban Vizcacha. que lo güeno dura poco. Y guarden en su memoria Lo que el Juez iba buscando con toda puntualidá En mí todo su cuidado sospecho, y no me equivoco; lo que con tal claridá y su cariño ponía; pero este punto no toco les acabo de decir: como a un hijo me quería ni su secreto aviriguo; mucho tendran que sufrir con cariño verdadero, mi tutor era un antiguo si no creen en mi verdá. y me nombró de heredero de los que ya quedan pocos; de los bienes que tenía. Y si atienden mis palabras viejo lleno de camándulas, no habrá calabozos llenos; Tomó un recuento de todo, con un empaque a lo toro, manejense como güenos; porque entendía su papel, andaba siempre en un moro no olviden esto jamás; y después que aquel pastel metido no sé en qué enriedos, aqui no hay razón de más; lo tuvo bien amasao, con las patas como loro 30 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal de estribar entre los dedos. de yeguas medio bichocas; pero nunca había podido, despues que voltió unas pocas, pues no me dejaba entrar. Andaba rodiao de perros las cerdiaba con empeño: que eran todo su placer, yo vide venir al dueño, Yo tenía unas jergas viejas, jamas dejó de tener pero me callé la boca. que habian sido mas peludas; menos de media docena, y con mis carnes desnudas, mataba vacas ajenas El hombre venía jurioso el viejo, que era una fiera, para darles de comer. y nos cayó como un rayo; me hechaba a dormir ajuera se descolgó del caballo con unas heladas crudas. Carniábamos noche a noche revoliando el arriador, alguna res en el pago, y lo cruzó de un lazazo Cuando mozo jué casao, y dejando alli el rezago ahi no más a mi tutor. aunque yo lo desconfío, alzaba en ancas el cuero, y decía un amigo mío que se lo vendía a un pulpero No atinaba don Vizcacha que, de arrebatao y malo, por yerba, tabaco y trago. a qué lado disparar, mató a su mujer de un palo hasta que logró montar, porque le dió un mate frío. ¡Ah!, Viejo más comerciante y, de miedo del chicote, en mi vida lo he encontrado. se lo apretó hasta el cogote, Y viudo por tal motivo Con ese cuero robao sin pararse a contestar. nunca se volvió a casar; el arreglaba el pastel, no era fácil encontrar y allí entre el pulpero y él, Ustedes creerán tal vez ninguna que lo quisiera: se estendía el certificao. que el viejo se curaría... todas temerían llevar No, señores, lo que hacía, la suerte de la primera. La echaba de comedido; con mas cuidao dende entonces, en las transquilas, lo viera, era maniarlas de día Soñaba siempre con ella, se ponía como una fiera para cerdiar a la noche. sin duda por su delito, si cortaban una oveja; y decía el viejo maldito, pero de alzarse no deja Ese jué el hombre que estuvo el tiempo que estuvo enfermo, un vellón o unas tijeras. encargao de mi destino; que ella dende el mesmo infierno siempre anduvo en mal camino, lo estaba llamando a gritos. Una vez me dió una soba y todo aquel vecindario que me hizo pedir socorro, decía que era un perdulario, XV porque lastimé a un cachorro insufrible de dañino. en el rancho de unas vascas; Siempre andaba retobao: y al irse se alzó unas guascas: Cuando el Juez me lo nombró, con ninguno solía hablar; para eso era como zorro. al dármelo de tutor, se divertía en escarbar me dijo que era un Señor y hacer marcas con el dedo, "¡Ahijuna!", Dije entre mí, el que me debía cuidar, y en cuanto se ponía en pedo "Me has dao esta pesadumbre; enseñarme a trabajar me empezaba a aconsejar. ya verás; cuanto vislumbre y darme la educación. una ocasión medio güena, Me parece que lo veo te he quitar la costumbre ¡Pero que había de aprender con su poncho calamaco, de cerdiar yeguas ajenas." al lao de ese viejo paco; despues de echar un güen taco, que vivía como un chuncaco ansí principiaba a hablar: Porque maté una Vizcacha en los bañaos, como el tero; "Jamás llegues a parar otra vez me reprendió; un haragán, un ratero, ande veas perros flacos." se lo vine a contar yo, y más chillón que un varraco. y no bien se lo hube dicho: "El primer cuidao del hombre "Ni me nuembres ese bicho", Tampoco tenía más bienes es defender el pellejo. me dijo, y se me enojó. ni propiedad conocida Lleváte de mi consejo, que una carreta podrida, fijáte bien en lo que hablo: Al verlo tan irritao y las paredes sin techo el diablo sabe por diablo, hallé prudente callar. de un rancho medio deshecho pero más sabe por viejo." "Este me va a castigar", que le servía de guarida. dije entre mí, "Si se agravia." "Hacéte amigo del Juez; Ya vi que les tenía rabia, Después de las trasnochadas no le des de que quejarse; y no las volví a nombrar. allí venía a descansar; y cuando quiera enojarse yo desiaba aviriguar vos te debés encoger, Una tarde halló una punta lo que tuviera escondido, pues siempre es güeno tener 31 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal palenque ande ir a rascarse." y jamás me descarrío; a mí me gusta mojarme lleváte el ejemplo mío, por ajuera y por adentro." "Nunca le llevés la contra, y llenarás la barriga: porque él manda la gavilla: aprendé de las hormigas: "Vos sos pollo, y te convienen allí sentao en su silla, no van a un noque vacío." toditas estas razones; ningún güey le sale bravo; mis consejos y leciones a uno le da con el clavo "A naides tengás envidia: no echés nunca en el olvido: y a otro con la cantramilla." es muy triste el envidiar; en las riñas he aprendido cuando veás a otro ganar, a no peliar sin puyones." "El hombre, hasta el más soberbio, a estorbarlo no te metas: con más espinas que un tala, cada lechón en su teta Con estos consejos y otros aflueja andando en la mala es el modo de mamar." que yo en mi memoria encierro, y es blando como manteca: y que aquí no desentierro, hasta la hacienda baguala "Ansí se alimentan muchos educándome seguía, cai al jagüel con la seca." mientras los pobres lo pagan; hasta que al fin se dormía como el cordero hay quien lo haga mesturao entre los perros "No andés cambiando de cueva; en la puntita, no niego; hacé las que hace el ratón. pero otros, como el borrego, XVI Conserváte en el rincón todo entera se la tragan." en que empezó tu esistencia: Cuando el viejo cayó enfermo, vaca que cambia querencia "Si buscás vivir tranquilo viendo yo que se empioraba se atrasa en la parición." dedicate a solteriar y que esperanza no daba más si te querés casar, de mejorarse siquiera, Y menudiando los tragos con esta alvertencia sea: le truje una culandrera aquel viejo, como cerro, que es muy difícil guardar a ver si lo mejoraba. "No olvidés", me decía,"Fierro, prenda que otros codicean." que el hombre no debe crer "No cuanto lo vió, me dijo: en lágrimas de mujer "Es un bicho la mujer "Este no aguanta el sogazo: ni en la renguera del perro." que yo aquí no lo destapo, muy poco le doy de plazo; siempre quiere al hombre guapo; nos van ha dar un epetáculo, "No te debes afligir mas fijate en la eleción, porque debajo del brazo aunque el mundo se desplome. porque tiene el corazón le ha salido un tabernáculo." Lo que más precisa el hombre como barriga de sapo." tener, según yo discurro, Dice el refrán que en la tropa es la memoria del burro, Y gangoso con la tranca, nunca falta un güey corneta: que nunca olvida ande come. me solia decir: "Potrillo, uno que estaba en la puerta recién te apunta el cormillo, le pegó el grito ahi no más: "Deja que caliente el horno mas te lo dice un toruno: "Tabernáculo,... ¡Que bruto! el dueño del amasijo; no dejés que hombre ninguno Un tubérculo dirás." lo que es yo, nunca me aflijo te gane el lao del cuchillo." y a todito me hago el sordo: Al verse ansí interrumpido, el cerdo vive tan gordo, "Las armas son necesarias, al punto dijo el cantor: y se come hasta los hijos." pero naides sabe cuándo; "No me parece ocasión ansina, si andás pasiando, de meterse los de ajuera; "El zorro que ya es corrido y de noche sobre todo, tabernáculo, senor, dende lejos la olfatea; debés llevarlo de modo le decía la culandrera." no se apure quien desea que al salir, salga cortando." hacer lo que le aproveche El de ajuera repitió, la vaca que más rumea "Los que no saben guardar dándole otro chaguarazo: es la que da mejor leche." son pobres aunque trabajen; "Allá va un nuevo bolazo nunca, por más que se atajen, copo y se la gano en puerta "El que gana su comida se librarán del cimbrón: a las mujeres que curan güeno es que en silencio coma; al que nace barrigón se las llama curanderas." ansina, vos, ni por broma es al ñudo que lo fajen." querás llamar la atención: No es güeno -dijo el cantor- nunca escapa el cimarrón "Donde los vientos me llevan muchas manos en un plato si dispara por la loma." allí estoy como en mi centro; y diré al que ese barato cuando una tristeza encuentro ha tomao de entrometido, "Yo voy donde me conviene tomo un trago pa alegrarme: 32 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal que no creia haber venido de tres o cuatro vecinos "Una noche que les hizo a hablar entre literatos. a arreglar aquel asunto. como estaba acostumbrao, se alzó el mulato enojao Y para seguir contando "Anima bendita", dijo y le gritó: -¡viejo indino, la historia de mi tutor, un viejo medio ladiao yo te he de enseñar, cochino, le pediré a ese dotor "Que Dios lo haiga perdonao, a echar saliva al asao!-" que en mi inorancia me deje, es todo cuanto deseo, pues siempre encuentra el que teje le conocí un pastoreo "Lo saltó por sobre el juego otro mejor tejedor. de terneritos robaos." con el cuchillo en la mano; ¡la pucha el pardo liviano! Seguía enfermo, como digo, "Ansina es", dijo el alcalde; En la mesma atropellada cada vez más emperrao; "Con eso empezó a poblar; le largó una puñalada yo estaba ya acobardao yo nunca podré olvidar que la quitó otro paisano... y lo espiaba dende lejos; las travesuras que hizo; era la boca del viejo hasta que al fin fué preciso "Y ya caliente Barullo, la boca de un condenao. que le privasen carniar. quiso seguir la chacota; se le había erizao la mota Allá pasamos los dos "De mozo fue muy jinete: lo que empezó la reyerta: noches terribles de invierno: no lo bajaba un bagual; el viejo ganó la puerta el maldecía al padre Eterno pa ensillar un animal y apeló a las de gaviota." como a los santos benditos, sin necesitar de otro, pidiendolé al diablo a gritos se encerraba en el corral, "De esa costumbre maldita que lo llevara al infierno. y alli golpiaba el potro." dende entonces se curó; a las casas no volvió: Debe ser grande la culpa "Se llevaba mal con todos: se metió en un cicutal que a tal punto mortifica; era su costumbre vieja y alli escondido pasó cuando vía una reliquia el mesturar las ovejas, esa noche sin cenar." se ponía como azogado, pues al hacer el aparte como si a un endemoniado sacaba la mejor parte, Esto hablaban los presentes, le echaran agua bendita. y despues venía con quejas." y yo, que estaba a su lao al oir lo que he relatao, Nunca me le puse a tiro, "Dios lo ampare al pobrecito", aunque él era un perdulario, pues era de mala entraña; dijo en seguida un tercero. dije entre mí: "¡que rosario y viendo herejía tamaña, "Siempre robaba carneros; le estan lanzando al finao!." si alguna cosa le daba, en eso tenía destreza: de lejos se la alcanzaba enterraba las cabezas Luego comenzó el alcalde en la punta de una caña. y despues vendía los cueros. a registrar cuanto había, sacando mil chucherias "Será mejor", decía yo, "¡Y qué costumbre tenía y guascas y trapos viejos, "Que abandonado lo deje, cuando en el jogón estaba! temeridá de trebejos que blasfeme y que se queje, Con el mate se agarraba que para nada servían. y que siga de esta suerte, estando los piones juntos. hasta que venga la muerte -Yo tallo -decía-y apunto- Salieron lazos, cabrestos, y cargue con este hereje." y a ninguno convidaba." coyundas y maniadores, una punta de arriadores, Cuando ya no pudo hablar "Si ensartaba algún asao cinchones, maneas, torzales le até en la mano un cencerro, -¡pobre! ¡Como si lo viese!-, una porción de bozales y al ver cercano su entierro, Poco antes de que estuviese y un montón de tiradores. arañando las paredes, primero lo maldecía, espiró allí entre los perros luego después lo escupía Habia riendas de domar y este servidor de ustedes para que naides comiese." frenos, estribos quebraos; bolas, espuelas, recaos, XVII "Quien le quitó esa costumbre unas pavas, unas ollas, de escupir el asador y un gran manojo de argollas Le cobré un miedo terrible fue un mulato resertor de cinchas que había cortao. después que lo vi dijunto; que andaba de amigo suyo: llamé al alcalde, y al punto un diablo muy peliador Salieron varios cencerros, acompañado se vino que le llamaban Barullo." alesnas, lonjas, cuchillos, unos cuantos cojinillos 33 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal un alto de jergas viejas, al verme allí tan solito Y me ha contao además muchas botas desparejas con el finao y los perros. el gaucho que hizo el entierro y una infinidá de anillos. -al recordarlo me aterro, Me saqué el escapulario, me da pavor este asunto- Había tarros de sardinas, se lo colgué al pecador, que la mano del dijunto unos cueros de venao, y como hay en el Señor se la había comido un perro. unos ponchos aujeriaos, misericordia infinita, y en tan tremendo entrevero rogué por la alma bendita Tal vez yo tuve la culpa apareció hasta un tintero del que antes jué mi tutor. porque de asustao me fuí; que se perdió en el juzgao. supe, despues que volví, No se calmaba mi duelo y asigurárselos puedo, Decía el alcalde muy serio: de verme tan solitario; que los vecinos, de miedo, "Es poco cunato se diga; ahí le champurrié un rosario no pasaban por allí. había sido como hormiga. como si juera mi padre, He de darle parte al Juez. besando el escapulario Hizo del rancho guarida ¡Y que me venga después que me había puesto mi madre. la sabandija mas sucia con que no se los persiga!" -el cuerpo se despeluza "Madre mía", gritaba yo, y hasta la razón se altera-; Yo estaba medio azorao "¿dónde estarás padeciendo? pasaba la noche entera de ver lo que sucedía; El llanto que estoy virtiendo chillando allí una lechuza. entre ellos mesmos decían lo redamarías por mí, que unas prendas eran suyas, si vieras a tu hijo aquí Por mucho tiempo no pude pero a mi me parecía todo lo que esta sufriendo." saber lo que me pasaba; que estas eran aleluyas. los trapitos con que andaba Y mientras ansí clamaba eran puras hojarascas; Y cuando ya no tuvieron sin poderme consolar, todas las noches soñaba rincón donde registrar, los perros, para aumentar con viejos, perros y guascas. cansaos de tanto huroniar mas mi miedo y mi tormento, y de trabajar en balde, en aquel mesmo momento XIX "Vámosnos", dijo el alcalde, se pusieron a llorar. "Luego lo haré sepultar." Anduve a mi voluntá, Libre Dios a los presentes como moro sin Señor; Y aunque mi padre no era de que sufran otro tanto; ese jué el tiempo mejor el dueño de ese hormiguero, con el muerto y esos llantos que yo he pasado tal vez; el, allí muy cariñero, les juro que faltó poco de miedo de otro tutor, me dijo con muy buen modo: para que me vuelva loco ni aporté por lo del Juez. "Vos serás heredero en medio de tanto espanto. y te harás cargo de todo." "Yo cuidaré", me había dicho, Decían entonces las viejas, "De lo de tu propiedá: "Se ha de arreglar este asunto como que eran sabedoras, todo se conservará, como es preciso que sea; que los perros cuando lloran el vacuno y los rebaños, voy a nombrar albacea es porque ven al demonio; hasta que cumplas 30 años, uno de los circustantes; yo creia en el testimonio en que seás mayor de edá." las cosas no son como antes como cré siempre el que inora. tan enredadas y feas." Y aguardando que llegase Ahi dejé que los ratones el tiempo que la ley fija, "¡Bendito Dios!', Pensé yo, comieran el guasquerío pobre como lagartija "Ando como un pordiosero, y como anda a su albedrío y sin respetar a naides, y me nuembran heredero todo el que güerfano queda, anduve cruzando el aire de toditas estas guascas. alzando lo que era mío como bola sin manija. ¡Quisiera saber primero abandoné aquella cueva. lo que se han hecho mis vacas!" Me hice hombre de esa manera Supe después que esa tarde bajo el más duro rigor; XVIII vino un pión y lo enterró; sufriendo tanto dolor ninguno lo acompañó muchas cosas aprendí; Se largaron, como he dicho, ni lo velaron siquiera; y, por fin, vítima fuí a disponer el entierro; y al otro día amaneció del mas desdichado amor. cuando me acuerdo me aterro: con una mano dejuera. me puse a llorar a gritos De tantas alternativas 34 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal esta es la parte peluda pero, amigos, ni por eso y ella prestó el juramento infeliz y sin ayuda, de mis males me curé. mientras él estaba vivo." fué estremado mi delirio, y causaban mi martirio Me recetó otra ocasión "Y es preciso que lo cumpla, los desdenes de una viuda. que comiera abrojo chico; porque ansí lo manda Dios; el remedio no me esplico, es necesario que vos Llora el hombre ingratitudes mas, por desechar el mal, no la vuelvas a buscar, sin tener un jundamento; al ñudo en un abrojal porque si llega a faltar acusa sin miramiento fí a ensangrentarme el hocico. se condenarán los dos." a la que el mal le ocasiona, y tal vez en su persona Y con tanta medecina Con semejante alvertencia no hay ningún merecimiento. me parecía que sanaba; se completó mi redota; por momentos se aliviaba le vi los pies a la sota, Cuando yo mas padecía un poco mi padecer, y me le alejé a la viuda, la crueldá de mi destino, mas si a la viuda encontraba, mas curao que con la ruda, rogando al poder divino volvia la pasión a arder. con los grillos y las motas. que del dolor me separe, me hablaron de un adivino Otra vez que consulté Despues me contó un amigo que curaba esos pesares. su saber estrordinario, que al Juez le había dicho el Cura recibió bien su salario, que yo era un cabeza dura Tuve recelos y miedos, y me recetó aquel pillo y que era un mozo perdido; pero al fin me disolví: que me colgase tres grillos que me echaran del partido, hice coraje y me fuí ensartaos como rosario. que no tenía compostura. donde el adivino estaba, y por ver si me curaba, Por fin la última ocasión Tal vez por ese consejo cuanto llevaba le di. que por mi mal lo fí a ver, y sin que mas causa hubiera, me dijo: "No, mi saber ni que otro motivo diera, Me puse, al contar mis penas, no ha perdido su virtú; me agarraron redepente mas colorao que un tomate, yo te daré la salú: y en el primer contingente y se me añudó el gaznate no triunfará esa mujer. me echaron a la frontera. cuando dijo el hermitaño: "Hermano, le han hecho daño "Y tené fe en el remedio, De andar persiguiendo viudas y se lo han hecho en un mate. pues la cencia no es chacota; me he curao el deseo; de esto no entendés ni jota. en mil penurias me veo, "Por verse libre de usté Sin que ninguno sospeche, mas pienso volver tal vez lo habrán querido embrujar." cortále a un negro tes motas a ver si sabe aquel Juez Despues me empezó a pasar y hacélas hervir en leche." lo que se ha hecho de mi rodeo. una pluma de avestruz, y me dijo:"De la cruz Yo andaba ya desconfiando XX recebí el don de curar. de la curación maldita, y dije: "Este no me quita Martín Fierro y sus dos hijos, "Debés maldecir", me dijo, la pasión que me domina; entre tanta concurrencia, "A todos tus conocidos; pues que viva la gallina, siguieron con alegría ansina el que te ha ofendido aunque sea con la pepita." celebrando aquella fiesta. pronto estará decubierto, Diez años, los más terribles, y deben ser maldecidos Ansí me dejaba andar, había durado la ausencia, tanto vivos como muertos." hasta que, en una ocasión, y al hallarse nuevamente el Cura me echó un sermón, era su alegría completa. Y me recetó un hincao para curarme sin duda, en un trapo de la viuda, diciendo que aquella viuda En ese mesmo momento frente a una planta de ruda, era hija de confisión. uno que vino de ajuera, hiciera mis horaciones, a tomar parte con ellos diciendo: "No tengás duda; Y me dijo estas palabras suplicó aue lo almitieran. eso cura las pasiones." que nunca las he olvidao: Era un mozo forastero "Has de saber que el finao de muy regular presencia, A la viuda, en cuanto pude, ordenó en su testamento y hacía poco que en le pago un trapo le manotié; que naides de casamiento andaba dando sus güeltas. busqué la ruda y al pie, le hablara en lo sucesivo; Asiguran algunos puesto en cruz, hice mi rezo; que venía de la frontera; 35 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal que había pelao a un pulpero Dende la alba hasta la noche, cuanto tuve que sufrir, en las últimas carreras; en el campo me tenía; porque no podia decir pero andaba despilcho, cordero que se moría "Artículos de la fe". no traia una prenda güena: -mil veces me sucedió- un recadito cantor los caranchos lo comían, Tenía al lao una mulata daba fe de sus pobrezas. pero lo pagaba yo. que era nativa de allí; Le pidió la bendición se hincaba cerca de mí al que causaba la fiesta De trato tan rigoroso como el ángel de la guarda; y, sin decirles su nombre, muy pronto me acobardé; ¡pícara!, Y era la parda les declaró con franqueza el bonete me apreté la que me tentaba ansí. que el nombre de Picardía buscando los mejores fines, es el único que lleva. y con unos volantines "Rezá", me dijo mi tía, Y para contar su historia me fuí para Santa fé. "Artículos de la fe". a todos pide licencia, Quise hablar y me atoré; diciéndoles que en seguida El pruebista principal la dificultá me aflige; iban a saber quien era. a enseñarme me tomó, miré a la parda, y ya dije: Tomo al punto la guitarra, y ya iba aprendiendo yo "Artículos de Santa fé". la gente se puso atenta, a bailar en la maroma, y ansí cantó Picardía mas me hicieron una broma Me acomodó el coscorrón en cuanto templó las cuerdas: y aquello me indijustó. que estaba viendo venir, yo me quise corregir, Picardía Una vez que iba bailando, a la mulata miré XXI porque estaba el calzón roto, y otra vez volví a decir: armaron tanto alboroto "Artículos de Santa fé". -Voy a contarles mi historia que me hicieron perder pie; (perdónenme tanta charla) , de la cuerda me largué Sin dificultá ninguna y les diré al principiarla, y casi me descogotó. rezaba todito el día, aunque es triste hacerlo ansí: y a la noche no podía a mi madre la perdí Ansí me encontre de nuevo ni con un trabajo inmenso; antes de saber llorarla. sin saber dónde meterme, es por eso que yo pienso y ya pensaba volverme que alguno me tentaría. Me quedé en el desamparo, cuando, por fortuna mía, y al hombre que me dió el ser me salieron unas tías Una noche de tormenta no lo pude conocer; que quisieron recogerme. vi a la parda y me entró chucho; ansí, pues, dende chiquito, los ojos -me asusté mucho- volé como el pajarito Con aquella parentela, eran como refocilo: en busca de qué comer. para mí desconocida, al nombrar a San Camilo, me acomodé ya en seguida, le dije San Camilucho. O por causa del servicio, y eran muy buenas señoras; que tanta gente destierra, pero las más rezadoras Esta me da con el pie, o por causa de la guerra, que he visto en toda mi vida. aquella otra con el codo: que es causa bastante seria, ¡ah, viejas, por ese modo, los hijos de la miseria Con el toque de oración aunque de corazón tierno, son muchos en esta tierra. ya principiaba el rosario; yo las mandaba al infierno noche a noche un calendario con oraciones y todo! Ansí, por ella empujado, tenían ellas que decir, no sé las cosas que haría, y a rezar solían venir Otra vez, que como siempre y aunque con verguenza mía, muchas de aquel vecindario. la parda me perseguía, debo hacer esta alvertencia: cuando yo acordé, mis tías siendo mi madre inocencia, Lo que allí me aconteció me habían sacao un mechón me llamaban Picardía. siempre lo he de recordar, al pedir la estirpación pues me empiezo a equivocar de todas las herejías. Me llevó a su lado un hombre y a cada paso refalo, para cuidar las ovejas, como si me entrara el Malo Aquella parda maldita pero todo el día eran quejas cuanto me hincaba a rezar. me tenía medio afligido, y guascazos a lo loco, y ansí; me había sucedido y no me daba tampoco Era como tentación que, al decir "Estirpación", siquiera unas jergas viejas. lo que yo esperimenté, le acomodé "Entripación" y jamas olvidaré y me cayeron sin ruido. 36 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal

El recuerdo y el dolor recursos del jugador; tiro a tiro el as de espadas, me duraron muchos días; no cualquiera es sabedor o flor, o envite siguro. soñe con las herejías a lo que un naipe se presta: que andaban por estirpar con una cincha bien puesta Yo sé defender mi plata y pedía siempre al rezar se la pega uno al mejor. y lo hago como el primero: la estirpación de mis tías. el que ha de jugar dinero Deja a veces ver la boca, preciso es que no se atonte; Y dale siempre rosarios, haciendo el que se descuida; si se armaba una de monte, noche a noche sin cesar; juega el otro hasta la vida tomaba parte el fondero. dale siempre barajar y es siguro que se ensarta, salves, trisagios y credos; porque uno muestra una carta Un pastel, como un paquete, me aburrí de esos enriedos y tiene otra prevenida. se llevarlo con limpieza; y al fin me mandé mudar. dende quc a salir empiezan Al monte, las precauciones no hay carta que no recuerde; XXII no han de olvidarse jamás; sé cuál se gana o se pierde debe afirmarse además en cuanto cain en la mesa. Anduve como pelota, los dedos para el trabajo, y más pobre que una rata: y buscar asiento bajo También por estas jugadas cuando empecé a ganar plata que le dé la luz de atrás. suele uno verse en aprietos; se armó no sé que barullo: mas yo no me comprometo yo dije: a tu tierra, grullo, Pa tallar, tome la luz; porque sé hacerlo con arte, aunque sea con una pata. dé la sombra al alversario; y aunque les corra el descarte acomódese al contrario no se descubre . Eran duros y bastantes en todo juego cartiao: los años que allá pasaron; tener ojo ejercitao Si me llamaban al dao, con lo que ellos me enseñaron es siempre muy necesario. nunca me solía faltar formaba mi capital; un cargado que largar, cuanto vine, me enrolaron El contrario abre los suyos, un cruzao para el mas vivo, en la Guardia Nacional. pero nada ve el que es ciego: y hasta atracarles un chivo dandole soga, muy luego sin dejarlos maliciar. Me habia ejercitao al naipe, se deja pescar el tonto; el juego era mi carrera; todo chapetón cre pronto Cargaba bien una taba, hice alianza verdadera que sabe mucho en el juego. porque la sé manejar; y arreglé una trapisonda no era manco en el billar, con el dueño de una fonda Hay hombres muy inocentes y por fin de lo que esplico, que entraba en la peladera. y que a las carpetas van; digo que hasta con pichicos cuando azariados están era capaz de jugar. Me ocupaba con esmero -les pasa infinitas veces- en floriar una baraja; pierden en puertas y en treses, Es un vicio de mal fin el la guardaba en la caja y dándoles mamarán. el de jugar, no lo niego; en paquetes, como nueva; todo el que vive del juego y la media arroba lleva El que no sabe no gana anda a la pesca de un bobo, quien conoce la ventaja. aunque ruegue a Santa Rita; y es sabido que es un robo en la carpeta a un mulita ponerse a jugarle a un ciego. Comete un error inmenso se le conoce al sentarse, quien de la suerte presuma; y conmigo era matarse: Y esto digo claramente otro mas hábil lo fuma, no podían ni a la manchita. porque he dejao de jugar; en un dos por tres lo pela, y le puedo asigurar, y lo larga que no vuela, En el nueve y otros juegos como que fuí del oficio: porque le falta una pluma. llevo ventaja y no poca, más cuesta aprender un vicio y siempre que dar me toca que aprender a trabajar. Con un socio que lo entiende el mal no tiene remedio, se arman partidas muy güenas; porque sé sacar del medio XXIII queda allí la plata ajena, y sentar la de la boca. quedan prendas y botones: Un nápoles mercachifle siempre cain a esas riuniones En el truco, al más pintao que andaba con un arpista, zonzos con las manos llenas. solía ponerlo en apuro; cayó también en la lista cuando aventajar procuro, sin dificultá ninguna: Hay muchas trampas legales, sé tener, como fajadas, 37 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal lo agarré a la treinta y una No se debía permitir y, por aquel cumplimiento, y le daba bola vista. el abuso a tal estremo. ya sólo buscó el momento Mes a mes hacía lo mesmo, de hacerme dar un castigo. Se vino haciendo el chiquito, y ansí decía el vecindario: por sacarme esa ventaja; "Este ñato perdulario Yo vía que aquel maldito en el pantano se encaja, ha resucitao el diezmo." me miraba con rencor, aunque robo se le hacía; buscando el caso mejor lo cegó santa lucía La echaba de guitarrero de poderme echar el pial; y desocupó las cajas. y hasta de concertador: y no vive más el lial sentao en el mostrador que lo que quiere el traidor. ¡Lo hubieran visto afligido lo hallé una noche cantando llorar por las chucherías! y le dije: "Co...mo...quiando No hay matrero que no caiga, "Me gañao con picardía", con ganas de oir un cantor." ni arisco que no se amanse; decía el gringo y lagrimiaba, ansí, yo, dende aquel lance, mientras yo en un poncho alzaba Me echó el ñato una mirada no salía de algún rincón, todita su mercheria. que me quiso devorar, tirao como el San Ramón mas no dejó de cantar después que se pasa el trance. Quedó allí aliviao del peso y se hizo el desentendido; sollozando sin consuelo; pero ya había conocido XXIV había caido en el anzuelo, que no lo podía pasar. tal vez porque era domingo, Me le escapé con trabajo y esa calidá de gringo Una tarde que me hallaba en diversas ocasiones; no tiene Santo en el cielo. de visita... vino el ñato, era de los adulones; y para darle un mal rato me puso mal con el Juez; Pero poco aproveché dije juerte: "ña...to...ribia, hasta que al fin una vez de fatura tan lucida; no cebe con la agua tibia", me agarró en las eleciones. el diablo no se descuida, y me la entendió el mulato. y a mí me seguía la pista Ricuerdo que esa ocasión un ñato muy enredista Era todo en el juzgao, andaban listas diversas; que era Oficial de partida. y como que se achocó, las opiniones dispersas ahi no más me contestó: no se podían arreglar: Se me presentó a esigir "Cuanto el caso se presiente decían que el Juez, por triunfar, la multa en que había incurrido, te he de hacer tomar caliente, hacía cosas muy perversas. que el juego estaba prohibido, y has de saber quién soy yo." qus iba a llevarme al cuartel Cuando si riunió la gente tuve que partir con él Por causa de una mujer vino a proclamarla el ñato, todo lo que había alquirido. se enredó más la cuestión; diciendo con aparato le tenía el ñato afición; "Que todo andaría mal, Empecé a tomarlo entre ojos ella era mujer de ley, si pretendía cada cual por esa albitrariedá; moza con cuerpo de güey, votar por un candilato." yo había ganao, es verdá, muy blanda de corazón. con recursos, eso sí; Y quiso al punto quitarme pero el me ganaba a mí La hallé una vez de amasijo; la lista que yo llevé, fundao en su autoridá. estaba hecha un embeleso, mas yo se la mesquiné, y le dije: "Me intereso y ya me gritó: "¡anarquista! Decían que por un delito en aliviar sus quehaceres, Has de votar por la lista mucho tiempo anduvo mal; y ansí, señora, si quiere que ha mandao el Comiqué." un amigo servicial yo le arrimaré los güesos." lo compuso con el Juez, Me dió verguenza de verme y poco tiempo después Estaba el ñato presente tratado de esa manera; lo pusieron de Oficial. sentado como de adorno; y como si uno se altera por evitar un trastorno ya no es fácil que se ablande, En recorrer el partido ella, al ver que se dijusta, le dije: "Mande el que mande, continuamente se empleaba; me contestó: "Si usté gusta, yo he de votar por quien quiera. ningún malevo agarraba, arrímelos junto al horno." pero traia en un carguero "En las carpetas de juego gallinas, pavos, corderos Ahi se enredó la madeja y en la mesa eletoral, que por ahi recoletaba y su enemistá conmigo; a todo hombre soy igual, se declaró mi enemigo, respeto al que me respeta, 38 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal pero el naipe y la boleta le echó a cada uno un responso no has hecho ningún servicio; naides me lo ha de tocar." y ya lo plantó en la lista. no has votado ni una vez. ¡Marchá!... Para que dejés Ahi no más ya me cayó "¡Cuadráte!", Le dijo a un negro. de andar haciendo perjuicio." a sable la polecía; "Te estás haciendo el chiquito, aunque era una picardía cuando sos el más maldito A OTRO me decidí a soportar, que se encuentra en todo el pago. y no los quise peliar Un servicio es el que te hago, "Dame vos tu papeleta: por no perderme ese día. y por eso te remito." yo te la voy a tener. Esta queda en mi poder; Atravesao me agarró A OTRO despúes la recogerás, y se aprovechó aquel ñato; y ansí, si te resertás, dende que sufrí ese trato "Vos no cuidás tu familia todos te puedan prender." no dentro donde no quepo; ni le das los menesteres; fi a jinetiar en el cepo visitás otras mujeres, A OTRO por cuestión de candilatos. y es preciso, calavera, que aprendás en la frontera "Vos, porque sos ecetuao, Injusticia tan notoria a cumplir con tus deberes." ya te querés sulevar; no la soporté de flojo; no vinistes a votar una venda de mis ojos A OTRO cuando hubieron eleciones; vino el suceso a voltiar: no te valdrán ececiones: vi que teníamos que andar "Vos también sos trabajoso; ¡yo te voy a enderezar! " como perro con tramojo. cuando es preciso votar hay que mandarte llamar Y a éste por este motivo Dende equellas eleciones y siempre andás medio alzao; y a otro por otra razón, se siguió el batiburrillo; sos un desubordinao, toditos, en conclusión, aquél se volvió un ovillo y yo te voy a filiar." sin que escapara ninguno, del que no había ni noticia, jueron pasando uno a uno ¡es señora la justicia... A OTRO a juntarse en un rincón. Y anda en ancas del mas pillo! "¿cuánto tiempo hace que vos Y allí las pobres hermanas, XXV andás en este partido? las madres y las esposas ¿Cuantas veces has venido redamaban cariñosas Después de muy pocos días, a la citación del Juez? sus lágrimas de dolor; tal vez por no dar espera No te he visto ni una vez: pero gemidos de amor y que alguno no se juera, has de ser algún perdido." no remedian estas cosas. hicieron citar la gente, pa riunir un contingente A OTRO Nada importa que una madre y mandar a la frontera. se desespere o se queje, "Este es otro barullero que un hombre a su mujer deje Se puso arisco el gauchaje: que pasa en la pulpería en el mayor desamparo; la gente está acobardada; predicando noche y día hay que callarse, o es claro salió la partida armada y anarquizando a la gente: que lo quiebran por el eje. y trujo como perdices irás en el contingente unos cuantos infelices por tamaña picardía." Dentran despúes a empeñarse que entraron en la voltiada. con este o aquel vecino; A OTRO y, como en el masculino, Decía el ñato con soberbia: el que menos corre, vuela, ¡esta es una gente indina! "Dende la anterior remesa deben andar con cautela Yo los rodié a la sordina: vos andás medio perdido; las pobres, me lo imagino. no pudieron escapar; la autoridá no ha podido y llevaba orden de arriar jamás hacerte votar: Muchas al Juez acudieron, todito lo que camina." cuando te mandan llamar por salvar de la jugada; te pasás a otro partido." el les hizo una cuerpiada, Cuando vino el Comendante y, por mostrar su inocencia, dijeron: "¡dios nos asista!" A OTRO les dijo: "Tengan pacencia Llegó les clavó la vista pues yo no puedo hacer nada." (yo estaba haciendome el zonzo); "Vos siempre andas de florcita: no tenés renta ni oficio; Ante aquella autoridá 39 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal permanecían suplicantes, sabía que Cruz, bravamente, son cosas muy dichas ya y, después de hablar bastante, yendo con una partida, y hasta olvidadas, de viejas. "Yo me lavo"; dijo el Juez, había jugado la vida "Como Pilatos los pies: por defender a un valiente. Siempre el mesmo trabajar, esto lo hace el Comendante." siempre el mesmo sacrificio, Y hoy ruego a mi Dios piadoso es siempre el mesmo servicio, De ver tanto desamparo que lo mantenga en su gloria; y el mesmo nunca pagar. el corazón se partía; se ha de conservar su historia había madre que salía en el corazón del hijo; Siempre cubiertos de harapos, con dos; tres hijos o más, el al morir me bendijo siempre desnudos y pobres, por delante y por detrás, yo bendigo su memoria. nunca le pagan un cobre y las maletas vacías. ni le dan jamás un trapo. Yo juré tener enmienda "¿Dónde irán?", Pensaba yo, y lo conseguí de veras; Sin sueldo y sin uniforme "¿a perecer de miseria? puedo decir ande quiera lo pasa uno aunque sucumba: Las pobres, si de esta feria que, si faltas he tenido, confórmese con la tumba; hablan mal, tienen razón; de todas me he corregido y si no... No se conforme. pues hay bastante materia dende que supe quién era. para tan justa aflición." Pues si usté se ensoberbece El que sabe ser güen hijo o no anda muy voluntario, XXVI a los suyos se parece; le aplican un novenario y aquel que a su lado crece de estacas... Que lo enloquecen. Cuando me llegó mi turno y a su padre no hace honor, dije entre mí: "Ya me toca", como castigo merece Andan como pordioseros y aunque mi falta era poca de la desdicha el rigor. sin que un peso los alumbre, no sé por que me asustaba; porque han tomao la costumbre les asiguro que estaba Con un empeño costante de deberle años enteros. con el Jesús en ia boca. mis faltas supe enmendar; todo conseguí olvidar, Siempre hablan de lo que cuesta; Me dijo que yo era un vago, pero, por desgracia mía, que allá se gasta un platal: un jugador, un perdido; el nombre de Picardía ¡pues yo no he visto ni un rial que dende que fí al partido no me lo pude quitar. en lo que duró la fiesta! andaba de picaflor; que había de ser un bandido Aquel que tiene güen nombre Es servicio estrordinario como mi antesucesor. muchos dijustos se ahorra, bajo el jusil y la vara, y entre tanta mazamorra sin que sepamos qué cara Puede que uno tenga un vicio no olviden esta alvertencia: le ha dao Dios al comisario. y que de él no se reforme, aprendí por esperencia mas naides esta conforme que el mal nombre no se borra. Pues si va a hacer la revista con recebir ese trato: se vuelve como una bala: yo conocí que era el ñato XXVII es lo mesmo que luz mala quien le había dao los informes. para perderse de vista. He servido en la frontera Me dentro curiosidá, en un cuerpo de milicias; Y de yapa cuando va, al ver que de esa manera no por razón de justicia todo parece estudiao: tan siguro me dijera como sirve cualesquiera. van con meses atrasaos que jué mi padre un bandido; de gente que ya no está. luego, lo habrá conocido, La bolilla me tocó y yo inoraba quien era. de ir a pasar malos ratos pues si adrede que lo hagan, por la facultá del ñato, podrán hacerlo mejor: Me empeñé en aviriguarlo; que tanto me persiguió. cuando cai, cai con la paga promesas hice a Jesús; del contingente anterior tuve por fin una luz Y sufrí en aquel infierno y supe con alegría esa dura penitencia, porque son como sentencia que era el autor de mis días por una malaquerencia para buscar al ausente, el guapo sargento Cruz. de un Oficial subalterno. y el pobre que está presente que perezca en la endigencia; Yo conocía bien su historia No repetiré las quejas y la tenía muy presente: de lo que se sufre allá: hasta que, tanto aguantar 40 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal el rigor con que lo tratan Y como están convenidos pero salí de asistente, o se resierta, o lo matan, a jugarle manganeta, y mejoré en cierto modo; o lo largan sin pagar. a reclamar no se meta, porque ése es tiempo perdido. pues aunque esas privaciones De ese modo es el pastel, causen desesperación, porque el gaucho -ya es un hecho- Y luego, si a alguna estancia siempre es mejor el jogón no tiene ningún derecho, a pedir carne se arrima, de aquel que carga galones. ni naides vuelve por él. al punto le cain encima con la ley de la vagancia. De entonces en adelante ¡La gente vive marchita! algo logré mejorar, Si viera cuando echan tropa: Y ya es tiempo, pienso yo, pues supe hacerme lugar les vuela a todos la ropa de no dar más contingente: al lado del Ayudante. que parecen banderitas. si el Gobierno quiere gente, que la pague y se acabó. El se daba muchos aires: De todos modos lo cargan, pasaba siempre leyendo; y al cabo de tanto andar, Y saco así en conclusión, decían que estaba aprendiendo cuando lo largan, lo largan en medio de mi inorancia, pa recebirse de flaire. como pa echarse a la mar. que aquí el nacer en estancia es como una maldición. Aunque lo pifiaban tanto, Si alguna prenda le han dao jamás lo vi dijustao; se la vuelven a quitar: Y digo, aunque no me cuadre tenía los ojos paraos poncho, caballo, recao, decir lo que naides dijo: como los ojos de un Santo. todo tiene que dejar. la provincia es una madre que no defiende a sus hijos. Muy delicao, dormía en cuja; Y esos pobres infelices, y no sé por qué sería, al volver a su destino, Mueren en alguna loma la gente lo aborrecía salen como unos longinos en defensa de la ley, y le llamaban La Bruja. sin tener con que cubrirse. o andan lo mesmo que el güey, arando pa que otros coman. Jamás hizo otro servicio A mí me daba congojas ni tuvo mas comisiones el mirarlos de ese modo, Y he de decir ansí mismo que recebir las raciones pues el más aviao de todos porque de adentro me brota de víveres y de vicios. es un perejil sin hojas. que no tiene patriotismo quien no cuida al compatriota Yo me pasé a su jogón Aura poco ha sucedido, al punto que me sacó, con un invierno tan crudo, XXVIII y ya con el me llevó largarlos a pie y desnudos a cumplir su comisión. pa volver a su partido. Se me va por donde quiera esta lengua del demonio: Estos diablos de milicos Y tan duro es lo que pasa voy a darles testimonio de todo sacan partido: que, en aquella situación, de lo que vi en la frontera. cuando nos vían riunidos les niegan un mancarrón se limpiaban los hocicos. para volver a su casa. Yo sé que el único modo, a fin de pasarlo bien, Y decían en los jogones ¡Lo tratan como a un infiel! ee decir a todo: amén, como por chocarrería: Completan su sacrificio y jugarle risa a todo. "Con La Bruja y Picardía no dándole ni un papel van a andar bien las raciones." que acredite su servicio. El que no tiene colchón en cualquier parte se tiende; A mí no me jué tan mal, Y tiene que regresar el gato busca el jogón pues mi Oficial se arreglaba; más pobre de lo que jué; y ese es mozo que lo entiende. les diré lo que pasaba por supuesto, a la mercé sobre este particuiar. del que lo quiere agarrar. De aquí comprenderse debe, aunque yo hable de este modo, Decían que estaba de acuerdo Y no averigüe después que uno busca su acomodo La Bruja y el provedor, de los bienes que dejó: siempre lo mejor que puede. y que recebía lo pior; de hambre, su mujer vendió puede ser, pues no era lerdo. por dos lo que vale diez. Lo pasaba como todos este pobre penitente; Que a más en la cantidá 41 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal pegaba otro dentellón, tener que juatarse varios aunque la copa se enllene; y que por cada ración para hacer un pucherito. parece que el gaucho tiene le entregaban la mitá. algún pecao que pagar. Dicen que las cosas van y que esto lo hacía del modo con arreglo a la ordenanza. XXIX como lo hace un hombre vivo: ¡Puede ser! Pero no alcanzan; firmando luego el recibo, ¡tan poquito es lo que dan! Esto contó Picardía ya se sabe, por el todo. y después guardó silencio, Algunas veces, yo pienso, mientras todos celebraban Pero esas murmuraciones y es muy justo que lo diga, con placer aquel encuentro. no faltan en campamento. solo llegaban las migas Déjenme seguir mi cuento, que habían quedao en los lienzos. Mas una casualidá, o historia de las raciones. como que nunca anda lejos, Y esplican aquel infierno entre tanta gente blanca La Bruja las recebía, en que uno está medio loco llevó tambien un moreno, como se ha dicho, a su modo; diciendo gue dan tan poco presumido de cantor las cargabamos, y todo porque no paga el Gobierno. y que se tenía por güeno. se entriega en la mayoría. Y como quien no hace nada, Pero eso yo no lo entiendo, o se descuida de intento, Sacan allí en abundancia ni a aviriguarlo me meto; pues siempre es muy conocido lo que les toca sacar, soy inorante completo todo aquel que busca pleito, y es justo que han de dejar nada olvido y nada apriendo. se sentó con toda calma, otro tanto de ganancia. echo mano al estrumento Tiene uno que soportar y ya le pegó un ragido: Van luego a la compañía; el tratamiento mas vil: era fantástico el negro; las recibe el Comendante, a palos en lo civil y para no dejar dudas, el que, de un modo abundante, a sable en lo militar. medio se compuso el pecho. sacaba cuanto quería. Todo el mundo conoció El vistuario es otro infierno; la intención de aquel moreno: Ansí la cosa liviana si lo dan, llega a sus manos era claro el desafío va mermada, por supuesto; en invierno el de verano, dirigido a Martín Fierro, luego se le entrega el resto y en el verano el de invierno. hecho con toda arrogancia, al Oficial de semana. de un modo muy altanero. Araña, ¿quien te arañó? Y yo el motivo no encuentro Otra araña como yo. ni la razón que esto tiene, Tomó Fierro la guitarra, mas dicen que eso ya viene pues siempre se halla dispuesto, Este le pasa al sargento arreglao dende adentro. y ansí cantaron los dos, aquello tan reducido, en medio de un gran silencio: y, como hombre prevenido, Y es necesario aguantar saca siempre con aumento. el rigor de su destino; XXX el gaucho no es argentino Martín Fierro Esta relación no acabo sino pa hacerlo matar. si otra menudencia ensarto, Mientras suene el encordao, el sargento llama al cabo Ansi ha de ser, no lo dudo; mientras encuentre el compás para encargarle el reparto. y por eso decía un tonto: yo no he de quedarme atrás "Si los han de matar pronto, sin defender la parada, El también saca primero mejor es que estén desnudos," y he jurado que jamás y no se sabe turbar: me la han de llevar robada. naides le va a aviriguar pues esa miseria vieja si ha sacado más o menos. no se remedia jamás; Atiendan, pues, los oyentes todo el que viene detrás y cáyense los mirones; Y sufren tanto bocao como la encuentra la deja. a todos pido perdones, y hacen tantas estaciones, pues a la vista resalta que ya casi no hay raciones Y se hallan hombres tan malos que no está libre de falta cuando llegan al soldao. que dicen de güena gana: quien no está de tentaciones. "El gaucho es como la lana: ¡Todo es como pan bendito! se limpia y compone a palos." A un cantor le llaman güeno Y sucede de ordinario cuando es mejor que los piores; Y es forzoso el soportar y sin ser de los mejores, 42 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal encontrándose dos juntos, toparme con un cantor Y si una falta cometo es deber de los cantores que esperimente a este negro. en venir a esta riunión, el cantar de contrapunto. echándola de cantor, Yo también tengo algo blanco, pido perdón en voz alta El hombre debe mostrarse pues tengo blancos los dientes; pues nunca se halla una falta cuando la ocasión le llegue; sé vivir entre las gentes que no esista otra mayor. hace mal el que se niegue, sin que me tengan en menos: dende que lo sabe hacer; quien anda en pagos ajenos De lo que un cantor esplica y muchos suelen tener debe ser manso y prudente. no falta qué aprovechar vanagloria en que los rueguen. y se le debe escuchar Mi madre tuvo diez hijos, aunque sea negro el que cante: Cuando mozo fuí cantor los nueve muy regulares; apriende el que es inorante, (es una cosa muy dicha); tal vez por eso me ampare y el que es sabio, apriende más. mas la suerte se encapricha la providencia divina: y me persigue costante: en los güevos de gallina Bajo la frente mas negra de ese tiempo en adelante el décimo es el mas grande. hay pensamiento y hay vida. canté mis propias desdichas. La gente escuche tranquila, El negro es muy amoroso, no me haga ningún reproche: Y aquellos años dichosos aunque de esto no hace gala; tambien es negra la noche trataré de recordar; nada a su cariño iguala y tiene estrellas que brillan. veré si puedo olvidar ni a su tierna voluntá; tan desgraciada mudanza, fs lo mesmo que el macá: Estoy, pues, a su mandao; y quien se tenga confianza cría los hijos bajo el ala. empiece a echarme la sonda, tiemple, y vamos a cantar. si gusta que le responda, Pero yo he vivido libre aunque con lenguaje tosco: Tiemple y cantaremos juntos; y sin depender de naides; en leturas no conozco trasnochadas no acobardan. siempre he cruzado los aires la jota, por ser redonda Los concurrentes aguardan, como el pájaro sin nido; y porque el tiempo no pierdan, cuanto se lo he aprendido XXX-b haremos gemir las cuerdas porque me lo enseñó un flaire. Martín Fierro hasta que las velas no ardan. Y sé como cualquier otro ¡Ah, negro!, si sos tan sabio Y el cantor que se presiente, el porqué retumba el trueno; no tengás ningun recelo: que tenga o no quien lo ampare, por qué son las estaciones pero has tragao el anzuelo no espere que yo dispare del verano y del invierno; y al compás del estrumento aunque su saber sea mucho: sé también de donde salen has de decirme al momento vamos en el mesmo pucho las aguas que cain del cielo. cuál es el canto del cielo. a prenderle hasta que aclare. Yo sé lo gue hay en la tierra El Moreno Y seguiremos si gusta en llegando al mesmo centro; hasta que se vaya el día; en dónde se encuentra el oro, Cuentan que de mi color era la costumbre mía en dónde se encuentra el Fierro Dios hizo al hombre primero, cantar las noches enteras: y en dónde viven bramando más los blancos altaneros, había entonces, donde quiera, loe volcanes que echan juego. los mesmos que lo convidan, cantores de fantasía. hasta de nombrarlo olvidan Yo sé del fondo del mar y sólo le llaman negro. Y si alguno no se atreve donde los pejes nacieron; a seguir la caravana, yo sé por que crece el árbol, Pinta el blanco negro al diablo, o si cantando no gana, y por que silban los vientos: y el negro, blanco lo pinta; se lo digo sin lisonja: cosas que inoran los blancos blanca la cara o retinta haga sonar una esponja las sabe este pobre negro. no habla en contra ni en favor: o ponga cuerdas de lana. de los hombres el criador Yo tiro cuando me tiran; no hizo dos clases distintas. El Moreno cuando me aflojan, aflojo; no se ha de morir de antojo Y después de esta alvertencia Yo no soy, señores míos, quien me convide a cantar; que al presente viene al pelo, sino un pobre guitarrero, para conocer a un cojo veré, señores, si puedo, pero doy gracias al cielo lo mejor es verlo andar. sigún mi escaso saber, porque puedo, en la ocasión, 43 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal con claridá responder con el sino de cantar, son almas de los que han muerto, cuál es el canto del cielo. no te vayás a turbar, que nos piden oraciones. no te agrandés ni te achiques; Los cielos lloran y cantan es preciso que me expliques Martín Fierro hasta en el mayor silencio: cuál es el canto del mar. lloran al cair el rocío moreno, por tus respuestas cantan al silbar los vientos El Moreno yo te aplico el cartabón, lloran cuando cain las aguas. pues tenés desposición Cantan cuando brama el trueno. a los pájaros cantores y sos estruido, de yapa: ninguno imitar pretiende; ni las sombras se te escapan Martín Fierro de un don que de otro depende para dar esplicación. naides se debe alabar, Dios hizo al blanco y al negro pues la urraca apriende a hablar, Pero cumple su deber sin declarar los mejores; pero sólo la hembra apriende. el lial diciendo lo cierto, les mandó iguales dolores y, por lo tanto, te alvierto bajo de una mesma cruz; Y ayúdame, ingenio mío, que hemos de cantar los dos, mas también hizo la luz para ganar esta apuesta; dejando en la paz de Dios pa distinguir los colores. mucho el contestar me cuesta. las almas de los que han muerto. Pero debo contestar; Ansi, ninguno se agravie; yoy a decir en respuesta Y el consejo del prudente no se trata de ofender, cuál es el canto del mar. no hace falta en la partida; a todo se ha de poner siempre ha de ser comedida el nombre con que se llama, Cuando la tormenta brama, la palabra de un cantor. y a naides le quita fama el mar, que todo lo encierra, Y aura quiero que me digas lo que recibio al nacer. canta de un modo que aterra, de dónde nace el amor. corno si el mundo temblara: Y ansí me gusta un cantor parece que se quejara El Moreno que no se turba ni yerra; de que lo estreche la tierra. y si en tu saber se encierra a pregunta tan escura el de los sabios projundos; Martín Fierro trataré de responder, decíme cual en el mundo aunque es mucho pretender es el canto de la tierra. toda tu sabiduría de un pobre negro de estancia, has de mostrar esta vez; mas conocer su inorancia El Moreno ganarás sólo que estés es principio del saber. en baca con algún Santo. es pobre mi pensamiento, La noche tiene su canto, Ama el pájaro en los aires es escasa mi razón, y me has de decir cuál es. que cruza por donde quiera, mas pa dar contestación y si al fin de su carrera mi inorancia no se arredra: El Moreno se asienta en alguna rama, también da chispas la piedra con su alegre canto llama si la golpia el eslabón. no galope, que hay aujeros, a su amante compañera le dijo a un guapo un prudente Y le daré una respuesta le contestó humildemente: La fiera ama en su guarida, sigún mis pocos alcances: la noche por cantos tiene de la que es rey y Señor; forman un canto en la tierra esos ruidos que uno siente allí lanza con juror el dolor de tanta madre, sin saber por dónde vienen. esos bramidos que espantan, el gemir de los que mueren porque las fieras no cantan: y el llorar de los que nacen. Son los secretos misterios las fieras braman de amor. que las tinieblas esconden; Martín Fierro son los ecos que responden Ama en el fondo del mar a la voz del que da un grito; el pez de lindo color; moreno, alvierto que trais como un lamento infinito ama el hombre con ardor; bien dispuesta la garganta; que viene no sé de dónde. ama todo cuanto vive: sos varón, y no me espanta de Dios vida se recibe, verte hacer esos primores; A las sombras sólo el sol y donde hay vida, hay amor. en los pájaros cantores las penetra y las impone; solo el macho es el que canta. en distintas direcciones Martín Fierro se oyen rumores inciertos: Y ya que al mundo vinistes 44 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal me gusta, negro ladino, Martín Fierro veremos si te contesto lo que acabás de esplicar; y si te das por vencido. ya te empiezo a respetar; moreno, vuelvo a decirte: aundue al principio me rei, ya conozco tu medida; Uno es el sol, uno el mundo, y te quiero preguntar has aprovechao la vida, sola y única es la luna lo que entendés por la ley. y me alegro de este encuentro; ansí han de saber que Dios ya veo que tenés adentro no crió cantidá ninguna. El Moreno capital pa esta partida. El ser de todos los seres hay muchas dotorerías Y aura te voy a decir; solo formo la unidá; que yo no puedo alcanzar; porque en mi deber está lo demás lo ha criado el hombre dende que aprendí a inorar (y hace honor a la verdá después que aprendió a contar. de ningún saber me asombro, quien a la verdá se duebla) mas no ha de llevarme al hombro que sos por juera tinieblas El Moreno quien me convide a cantar. y por dentro claridá. verernos si a otra pregunta Yo no soy cantor ladino No ha de decirse jamás da una respuesta cumplida: y mi habilidá es muy poca; que abusé de tu pacencia, ei ser que ha criado la vida más cuando cantar me toca y en justa correspondencia, lo ha de tener en su archivo, me defiendo en el combate, si algo querés preguntar, mas yo inoro que motivo porque soy como los mates: podés al punto empezar, tuvo al formar la medida. sirvo si me abren la boca. pues ya tenés mi licencia. Martín Fierro Dende que elige a su gusto, El Moreno lo más espinoso elige; escuchá con atención pero esto poco me aflige no te trabes lengua mía; lo que en mi inorancia arguyo: y le contesto a mi modo: no te vayas a turbar; la medida la inventó la ley se hace para todos, nadie acierta antes de errar, el hombre para bien suyo; mas sólo al pobre le rige. y, aunque la fama se juega, el que por gusto navega y la razón no te asombre, La ley es tela de araña no debe temerle al mar. pues es fácil presumir: -en mi inorancia lo esplico-. Dios no tenía que medir No la tema el hombre rico; Voy a hacerle mis preguntas, sino la vida del hombre. nunca la tema el que mande; ya que a tanto nne convida, pues la ruempe el bicho grande y vencerá en la partida El Moreno y sólo enrieda a los chicos. si una esplicación me da sobre el tiempo y la medida, si no falla su saber Es la ley como la lluvia: el peso y la cantidá. por vencedor lo confieso; nunca puede ser pareja; debe aprender todo eso el que la aguanta se queja, Suya sera la vitoria quien a cantar se dedique; pero el asunto es sencillo: si es que sabe contestar; y aura quiero que me esplique la ley es como el cuchillo: se lo debo declarar la que significa el peso. no ofiende a quien lo maneja. con claridá, no se asombre, pues hasta aura ningún hombre Martín Fierro Le suelen llamar espada me lo ha sabido esplicar. y el nombre le viene bien; Dios guarda entre sus secretos los que la gobiernan ven Quiero saber y lo inoro, el secreto que eso encierra, a dónde han de dar el tajo: pues en mis libros no está y mandó que todo peso le cai al que se halla abajo -y su respuesta vendrá cayera siempre en la tierra; y corta sin ver a quién. a servirme de gobierno-, para que fin el Eterno y sigún compriendo yo, Hay muchos que son dotores, ha criado la cantidá. dende que hay bienes y males, y de su cencia no dudo; jué el peso para pesar mas yo soy un negro rudo Martín Fierro las culpas de los mortales. y aunque de esto poco entiendo, estoy diariamente viendo moreno, te dejas cair El Moreno que aplican la del embudo. como carancho en su nido; ya veo que sos prevenido, si responde a esta pregunta XXX-c mas también estoy dispuesto; tengase por vencedor 45 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal

(doy la derecha al mejor); Es güena ley que el más lerdo sin consuelo, creanmeló, y respóndame al momento: debe perder la carrera; y al hombre que lo mató, ¿cuándo formó Dios el tiempo ansí le pasa a cualquiera, nunca jamás lo encontramos. y por que lo dividió? cuando en competencia se halla un cantor de media talla Y queden en paz los güesos Martín Fierro con otro de talla entera. de aquel hermano querido; a moverlos no he venido, moreno, voy a decir, ¿No han visto en medio del campo mas, si el caso se presienta, sigún mi saber alcanza: al hombre que anda perdido, espero en Dios que esta cuenta el tiempo sólo es tardanza dando güeltas afligido, se arregle como es debido. de lo que está por venir; sin saber donde rumbiar ansí le suele pasar Y si otra ocasión payamos no tuvo nunca principio a un pobre cantor vencido. para que esto se complete, ni jamás acabará, por mucho que lo respete, porque el tiempo es una rueda. También los árboles crujen cantaremos, si le gusta, Y rueda es eternidá. si el ventarrón los azota, sobre las muertes injustas. y si aquí mi queja brota Que algunos hombres cometen. Y si el hombre lo divide, con amargura, consiste sólo lo hace, en mi sentir, en que es muy larga y muy triste Y aquí, pues, señores míos, por saber lo que ha vivido la noche de la redota. diré, como en despedida, o le resta que vivir. que todavía andan con vida Y dende hoy en adelante, los hermanos del dijunto, Ya te he dado mis respuestas, pongo de testigo al cielo que recuerdan este asunto mas no gana quien despunta; para decir sin recelo y aquella muerte no olvidan. si tenés otra pregunta que, si mi pecho se inflama. o de algo te has olvidao, No cantaré por la fama Y es misterio tan projundo siempre estoy a tu mandao sino por buscar consuelo. lo que está por suceder, para sacarte de dudas. que no me debo meter Vive ya desesperao a echarla aquí de adivino; No procedo por soberbia quien no tiene qué esperar; lo que decida el destino ni tampoco por jactancia, a lo que no ha de durar después lo habran de saber. mas no ha de faltar costancia ningún cariño se cobre; cuando es preciso luchar; alegrías en un pobre Martín Fierro y te convido a cantar son anuncios de pesar. sobre cosas de la estancia. al fin cerrastes el pico Y este triste desengaño después de tanto charlar; Ansi prepará, moreno, me durará mientras viva; ya empezaba a maliciar, cuanto tu saber encierre, aunque un consuelo reciba al verte tan entonao, y sin que tu lengua yerre, jamás he de alzar el vuelo: que traías un embuchao me has de decir lo que empriende; quien no nace para el cielo y no lo querías largar. el que del tiempo depende, de balde es que mire arriba. en los meses que train erre. Y ya que nos conocemos, Y suplico a cuantos me oigan basta de conversación; XXX-d que me permitan decir para encontrar la ocasión El Moreno que, al decidirme a venir, no tienen que darse priesa; no sólo jué por cantar, ya conozco yo que empieza De la inorancia de naides sino porque tengo a más otra clase de junción. ninguno debe abusar; otro deber que cumplir. y aunque me puede doblar Yo no sé lo que vendrá; todo el que tenga más arte, Ya saben que de mi madre tampoco soy adivino; no voy a ninguna parte jueron diez los que nacieron, pero firme en mi camino a dejarme machetiar. mas ya no esiste el primero hasta el fin he de seguir: y mas querido de todos: todos tienen que cumplir He reclarao que en leturas murió por injustos modos con la ley de su destino. soy redondo como jota; a manos de un pendenciero. no avergüence mi redota, Primero jué la frontera pues con claridá le digo: Los nueve hermanos restantes por persecución de un Juez; no me gusta que conmigo como güerfanos quedamos; los indios jueron después, naides juegue a la pelota. dende entonces lo lloramos y, para nuevos estrenos, 46 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal aura son estos morenos Allí pasaron la noche ansi como tal les digo pa alivio de mi vejez. a la luz de las estrellas, que vivan con precaución: porque ese es un cortinao naides sabe en que rincón La madre echó diez al mundo, que lo halla uno donde quiera, se oculta el que es su enemigo. lo que cualquiera no hace, y el gaucho sabe arreglarse y tal vez de los diez pase como ninguno se arregla: Yo nunca tuve otra escuela con iguales condiciones: el colchón son las caronas, que una vida desgraciada: la mulita pare nones, el lomillo es cabecera, no estrañen si en la jugada todos de la mesma clase. el cojinillo es blandura alguna vez me equivoco, y con el poncho o la jerga; pues debe saber muy poco A hombre de humilde color para salvar del rocío, aquel que no aprendió nada. nunca sé facilitar; se cubre hasta la cabeza. cuando se llega a enojar Tiene su cuchillo al lado Hay hombres que de su cencia suele ser de mala entraña: -pues la precaución es güena-, tienen la cabeza llena; se vuelve como la araña, freno y rebenque a la mano, hay sabios de todas menas, siempre dispuesta a picar. y, teniendo el pingo cerca, mas digo, sin ser muy ducho: que pa asigurarlo bien es mejor que aprender mucho Yo he conocido a toditos la argolla del lazo entierra el aprender cosas gúenas. los negros mas peliadores; -aunque el atar con el lazo había algunos superiores da del hombre mala idea-, No aprovechan los trabajos de cuerpo y de vista...¡Ahijuna! se duerme ansí muy tranquilo si no han de enseñarnos nada; si vivo, les daré una... todita la noche entera; el hombre, de una mirada, historia de las mejores. y si es lejos del camino, todo ha de verlo al momento: como manda la prudencia, el primer conocimiento Mas cada uno ha de tirar mas siguro que en su rancho es conocer cuándo enfada. en el yugo en que se vea; uno ronca a pierna suelta yo ya no busco peleas, pues en el suelo no hay chinche Su esperanza no la cifren las contiendas no me gustan, y es una cuja camera nunca en corazón alguno; pero ni sombras me asustan que no ocasiona disputas en el mayor infortunio ni bultos que se menean. y que naides se la niega. pongan su confianza en Dios; Ademas de eso, una noche de los hombres, sólo en uno; La creia ya desollada, la pasa uno como quiera, con gran precaución en dos. mas todavía falta el rabo, y las va pasando todas y por lo visto no acabo haciendo la mesma cuenta; Las faltas no tiene límites de salir de esta jarana; y luego los pajaritos como tienen los terrenos; pues esto es lo que se llama al aclarar lo dispiertan, se encuentran en los mas güenos, remacharsele a uno el clavo. porque el sueño no lo agarra y es justo que les prevenga: a quien sin cenar se acuesta. aquel que defetos tenga, XXXI Ansí, pues, aquella noche disimule los ajenos. jué para ellos una fiesta, Y después de estas palabras pues todo parece alegre Al que es amigo, jamás que ya la intención revelan, cuando el corazón se alegra. lo dejen en la estacada, procurando los presentes No pudiendo vivir juntos pero no le pidan nada que no se armara pendencia, por su estado de pobreza, ni lo aguarden todo de el: se pusieron de por medio resolvieron separarse siempre el amigo más fiel y la cosa quedó quieta. y que cada cual se juera es una conducta honrada. a procurarse un refugio Martín Fierro y los muchachos, que aliviara su miseria. Ni el miedo ni la codicia evitando la contienda, Y antes de desparramarse es güeno que a uno le asalten, montaron y paso a paso, para empezar vida nueva, ansi, no se sobresalten como el que miedo no lleva, en aquella soledá por los bienes que perezcan; a la costa de un arroyo Martín Fierro, con prudencia, al rico nunca le ofrezcan llegaron a echar pie a tierra. a sus hijos y al de Cruz y al pobre jamás le falten. Desensillaron los pingos les habló de esta manera: y se sentaron en rueda, Bien lo pasa, hasta entre pampas, refiriéndose entre sí XXXII el que respeta a la gente; infinitas menudencias el hombre ha de ser prudente porque tiene muchos cuentos -Un padre que da consejos para librarse de enojos: y muchos hijos la ausiencia. más que padre es un amigo; cauteloso entre los flojos, 47 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal moderado entre valientes. el burlarlos no es hazaña; aquel que ofiende embriagado si andan entre gente estraña merece doble castigo. El trabajar es la ley, deben ser muy precavidos, porque es preciso alquirir; pues por igual es tenido Si se arma algun revolutis, no se espongan a sufrir quien con malos se acompaña. siempre han de ser los primeros, una triste situación: no se muestren altaneros, sangra mucho el corazón La cigüeña, cuando es vieja, aungue la razón les sobre: del que tiene que pedir. pierde la vista, y procuran en la barba de los pobres cuidarla en su edá madura aprienden pa ser barberos. Debe trabajar el hombre todas sus hijas pequeñas: para ganarse su pan; apriendan de las cigüeñas Si entriegan su corazón pues la miseria, en su afán este ejemplo de ternura. a alguna mujer querida, de perseguir de mil modos, no le hagan una partida llama en la puerta de todos Si les hacen una ofensa, que la ofienda a la mujer: y entra en la del haragán. aunque la echen en olvido, siempre los ha de perder vivan siempre prevenidos; una mujer ofendida. A ningún hombre amenacen, pues ciertamente sucede porque naides se acobarda; que hablará muy mal de ustedes Procuren, si son cantores, poco en conocerlo tarda aquel que los ha ofendido. el cantar con sentimiento, quien amenaza imprudente: ni tiemplen el estrumento que hay un peligro presente El que obedeciendo vive por sólo el gusto de hablar, y otro peligro se aguarda. nunca tiene suerte blanda, y acostúmbrense a cantar mas con su soberbia agranda en cosas de jundamento. Para vencer un peligro, el rigor en que padece: salvar de cualquier abismo obedezca al que obedece Y les doy estos consejos -por esperencia lo afirmo-, y será gúeno el que manda. que me ha costado alquirirlos, más que el sable y que la lanza porque deseo dirigirlos; suele servir la confianza Procuren de no perder pero no alcanza mi cencia que el hombre tiene en si mismo. ni el tiempo ni la vergüenza; hasta darles la prudencia como todo hombre que piensa, que precisan pa seguirlos. Nace el hombre con la astucia procedan siempre con juicio; que ha de servirle de guía; y sepan que ningún vicio Estas cosas y otras muchas sin ella sucumbiría: acaba donde comienza. medité en mis soledades; pero, sigún mi esperencia, sepan que no hay falsedades se vuelve en unos prudencia Ave de pico encorvado ni error en estos consejos: y en los otros picardía. le tiene al robo afición; es de la boca del viejo pero el hombre de razón de ande salen las verdades. Aprovecha la ocasión no roba jamás un cobre, el hombre que es diligente; pues no es vergúenza ser pobre XXXIII y, tenganló bien presente: y es vergúenza ser ladrón. si al compararla no yerro, después a los cuatro vientos la ocasión es como el Fierro: El hombre no mate al hombre los cuatro se dirigieron; se ha de machacar caliente. ni pelé por fantasía; una promesa se hicieron tiene en la desgracia mía que todos debían cumplir; Muchas cosas pierde el hombre un espejo en que mirarse; mas no la puedo decir que a veces las vuelve a hallar; saber el hombre guardarse pues secreto prometieron. pero les debo enseñar, es la gran sabiduría. y es gúeno que lo recuerden: Les alvierto solamente si la verguenza se pierde, La sangre que se redama -y esto a ninguno le asombre, jamás se vuelve a encontrar. no se olvida hasta la muerte; pues muchas veces el hombre la impresión es de tal suerte, tiene que hacer de ese modo-; Los hermanos sean unidos que, a mi pesar, no lo niego, convinieron entre todos porque ésa es la ley primera cai como gotas de juego en mudar allí de nombre. tengan unión verdadera en la alma dei que la vierte. en cualquier tiempo que sea, Sin ninguna intención mala porque, si entre ellos pelean, Es siempre, en toda ocasión, lo hicieron, no tengo duda; los devoran los de ajuera. el trago el pior enemigo; pero es la verdá desnuda con cariño se los digo, -siempre suele suceder-: Respeten a los ancianos: recuérdenlo con cuidado: aquel que su nombre muda 48 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal tiene culpas que esconder. lo levantan de un sogazo, pero yo compriendo el caso Y ya dejo el estrumento y esta consecuencia saco: con que he divertido a ustedes; el gaucho es el cuero flaco: todos conocerlo pueden da los tientos para el lazo. que tuve costancia suma: este es un botón de pluma Y en lo que esplica mi lengua que no hay quien lo desenriede. todos deben tener fé; ansí; pues, entiendanmé, Con mi deber he cumplido, can codicias no me mancho: y ya he salido del paso; no se ha de llover el rancho pero diré, por si acaso, en donde este libro esté. pa que me entiendan los criollos: todavía me quedan rollos Permítanme descansar, por si se ofrece dar lazo. ¡pues he trabajado tanto! En este punto me planto Y con esto me despido y a continuar me resisto: sin espresar hasta cuándo; estos son treinta y tres cantos, siempre corta por lo blando que es la mesma edá de Crist. el que busca lo siguro, mas yo corto por lo duro, Y guarden estas palabras y ansí he de seguir cortando. que les digo al terminar: en mi obra he de continuar Vive el águila en su nido, hasta dárselas concluida, el tigre vive en su selva, si el ingenio o si la vida el zorro en la cueva ajena, no me llegan a faltar. y, en su destino incostante, solo el gaucho vive errante Y si la vida me falta, donde la suerte lo lleva. tenganló todos por cierto que el gaucho, hasta en el desierto, Es el pobre en su orfandá sentirá en tal ocasión de la fortuna el desecho, tristeza en el corazón, porque naides toma a pechos al saber que yo estoy muerto. el defender a su raza: debe el gaucho tener casa, Pues son mis dichas desdichas escuela, iglesia y derechos. las de todos mis hermanos; ellos guardaran ufanos Y han de concluir algún día en su corazón mi historia: estos enriedos maaditos; me tendrán en su memoria la obra no la facilito para siempre mis paisanos. porque aumentan el fandango los que están, como el chimango Es la memoria un gran don, sobre el cuero y dando gritos. calidá muy meritoria; y aquellos que en esta historia Mas Dios ha de permitir sospechen que les doy palo, que esto llegue a mejorar; sepan que olvidar lo malo pero se ha de recordar, también es tener memoria. para hacer bien el trabajo, que el juego, pa calentar, Mas naides se crea ofendido debe ir siempre por abajo. pues a ninguno incomodo, y si canto de este modo, En su ley está el de arriba por encontrarlo oportuno, si hace lo que le aproveche; no es para mal de ninguno de sus favores sospeche sino para bien de todos. hasta el mesmo que lo nombra siempre es dañosa la sombra FIN del árbol que tiene leche.

Al pobre, al menor descuido, 49 de 49