EL GAUCHO MARTÍN FIERRO José Hernández

EL GAUCHO MARTÍN FIERRO José Hernández

EL GAUCHO MARTÍN FIERRO José Hernández. 1872-1879. www.produccion-animal.com.ar I Hago tiritar los pastos; Mi gloria es vivir tan libre Aquí me pongo a cantar Con oros, copas y bastos Como el pájaro del cielo: Al compás de la vigüela, Juega allí mi pensamiento. No hago nido en este suelo Que el hombre que lo desvela Ande hay tanto que sufrir, Una pena estraordinaria Yo no soy cantor letrao, Y naides me ha de seguir Como la ave solitaria Mas si me pongo a cantar Cuando yo remuento el vuelo. Con el cantar se consuela. No tengo cuándo acabar Y me envejezco cantando: Yo no tengo en el amor Pido a los Santos del Cielo Las coplas me van brotando Quien me venga con querellas; Que ayuden mi pensamiento; Como agua de manantial. Como esas aves tan bellas Les pido en este momento Que saltan de rama en rama, Que voy a cantar mi historia Con la guitarra en la mano Yo hago en el trébol mi cama, Me refresquen la memoria Ni las moscas se me arriman, Y me cubren las estrellas. Y aclaren mi entendimiento. Naides me pone el pie encima, Y cuando el pecho se entona, Y sepan cuantos escuchan Vengan Santos milagrosos, Hago gemir a la prima De mis penas el relato, Vengan todos en mi ayuda, Y llorar a la bordona. Que nunca peleo ni mato Que la lengua se me añuda Sino por necesidá, Y se me turba la vista; Yo soy toro en mi rodeo Y que a tanta alversidá Pido a Dios que me asista Y torazo en rodeo ajeno; Sólo me arrojó el mal trato En una ocasión tan ruda. Siempre me tuve por güeno Y si me quieren probar, Y atiendan la relación Yo he visto muchos cantores, Salgan otros a cantar que hace un gaucho perseguido, Con famas bien obtenidas, Y veremos quién es menos. que padre y marido ha sido Y que después de adquiridas empeñoso y diligente, No las quieren sustentar No me hago al lao de la güeya y sin embargo la gente Parece que sin largar Aunque vengan degollando, lo tiene por un bandido se cansaron en partidas Con los blandos yo soy blando Y soy duro con los duros, II. Ayer y hoy Mas ande otro criollo pasa Y ninguno en un apuro Martín Fierro ha de pasar; Me ha visto andar tutubiando. Ninguno me hable de penas, nada lo hace recular porque yo penado vivo, ni los fantasmas lo espantan, En el peligro, ¡qué Cristos! y naides se muestre altivo y dende que todos cantan El corazón se me enancha, aunque en el estribo esté: yo también quiero cantar. Pues toda la tierra es cancha, que suele quedarse a pie Y de eso naides se asombre: el gaucho mas alvertido. Cantando me he de morir El que se tiene por hombre Cantando me han de enterrar, Ande quiere hace pata ancha. Junta esperencia en la vida Y cantando he de llegar hasta pa dar y prestar Al pie del eterno padre: Soy gaucho, y entiendaló quien la tiene que pasar Dende el vientre de mi madre Como mi lengua lo esplica: entre sufrimiento y llanto, Vine a este mundo a cantar. Para mí la tierra es chica porque nada enseña tanto Y pudiera ser mayor; como el sufrir y el llorar. Que no se trabe mi lengua Ni la víbora me pica Ni me falte la palabra: Ni quema mi frente el sol Viene el hombre ciego al mundo, El cantar mi gloria labra cuartiándolo la esperanza, Y poniéndome a cantar, Nací como nace el peje y a poco andar ya lo alcanzan Cantando me han de encontrar En el fondo de la mar; las desgracias a empujones, Aunque la tierra se abra. Naides me puede quitar ¡la pucha, que trae liciones Aquello que Dios me dio el tiempo con sus mudanzas! Me siento en el plan de un bajo Lo que al mundo truje yo A cantar un argumento: Del mundo lo he de llevar. Yo he conocido esta tierra Como si soplara el viento en que el paisano vivía 1 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal y su ranchito tenía no había uno que no parese ¡Y qué jugadas se armaban y sus hijos y mujer… con el cabresto en la mano. cuando estábamos riunidos! era una delicia el ver Siempre íbamos prevenidos, como pasaba sus días. Y mientras domaban unos, pues en tales ocasiones otros al campo salían a ayudarle a los piones Entonces… cuando el lucero y la hacienda recogían, caiban muchos comedidos. brillaba en el cielo santo, las manadas repuntaban, y los gallos con su canto y ansí sin sentir pasaban Eran los días del apuro nos decían que el día llegaba, entretenidos el día. y alboroto pa el hembraje, a la cocina rumbiaba pa preparar los potajes el gaucho… que un encanto. Y verlos al cair la tarde y osequiar bien a la gente, en la cocina riunidos, y así, pues, muy grandemente, Y sentao junto al jogón con el juego bien prendido pasaba siempre el gauchaje. a esperar que venga el día, y mil cosas que contar, al cimarrón le prendía platicar muy divertidos Vení, a la carne con cuero, hasta ponerse rechoncho, hasta después de cenar. la sabrosa carbonada, mientras su china dormía mazamorra pien pisada, tapadita con su poncho. Y con el buche bien lleno los pasteles y el güen vino… era cosa superior pero ha querido el destino Y apenas la madrugada irse en brazos del amor que todo aquello acabara. empezaba coloriar, a dormir como la gente, los pájaros a cantar, pa empezar el día siguiente Estaba el gaucho en su pago y las gallinas a apiarse, las fainas del día anterior. con toda siguridá, era cosa de largarse pero aura… ¡barbaridá!, cada cual a trabajar. Ricuerdo ¡qué maravilla! La cosa anda tan fruncida, Cómo andaba la gauchada que gasta el pobre la vida Este se ata las espuelas, siempre alegre y bien montada en juir de la autoridá. se sale el otro cantando, y dispuesta pa el trabajo… uno busca un pellón blando, pero hoy en día… ¡barajo! Pues si usté pisa en su rancho este un lazo, otro un rebenque, No se la ve de aporriada. y si el alcalde lo sabe, y los pingos relinchando lo caza lo mesmo que ave los llaman dende el palenque. El gaucho más infeliz aunque su mujer aborte… tenía tropilla de un pelo, ¡no hay tiempo que no se acabe El que era pion domador no le faltaba un consuelo ni tiento que no se corte!. enderezaba al corral, y andaba la gente lista… ande estaba el animal teniendo al campo la vista, Y al punto dese por muerto bufidos que se las pela … sólo vía hacienda y cielo. si el alcalde lo bolea, y más malo que su agüela, pues ahí nomás se le apea se hacia astillas el bagual. Cuando llegaban las yerras, con una felpa de palos; ¡cosa que daba calor! Y después dicen que es malo Y allí el gaucho inteligente, Tanto gaucho pialador el gaucho si los pelea. en cuanto el potro enriendó, y tironiador sin yel. los cueros le acomodó ¡Ah, tiempos… pero si en él Y el lomo le hinchan a golpes, y se le sentó en seguida, se ha visto tanto primor! y le rompen la cabeza, que el hombre muestra en la vida y luego con ligereza, la astucia que Dios le dio. Aquello no era trabajo, ansí lastimao y todo, mas bien era una junción, lo amarran codo a codo Y en las playas corcoviando y después de un güen tirón y pa el cepo lo enderiezan. pedazos se hacía el sotreta en que uno se daba mana, mientras él por las paletas pa darle un trago de cana Áhi comienzan sus desgracias, le jugaba las lloronas, solía llamarlo el patrón. áhi principia el pericón, y al ruido de las caronas porque ya no hay salvación, salía haciendo gambetas. Pues vivía la mamajuana y que usté quiera o no quiera, siempre bajo la carreta, lo mandan a la frontera ¡Ah, tiempos!… ¡Si era un orgullo y aquel que no era chancleta, o lo echan a un batallón. ver jinetear un paisano! en cuanto el goyete vía, Cuando era gaucho baquiano, sin miedo se le prendía Ansí empezaron mis males aunque el potro se boliase, como güérfano a la teta. lo mesmo que los de tantos; si gustan… en otros cantos 2 de 49 Sitio Argentino de Producción Animal les diré lo que he sufrido, a uno solo, por favor, De los pobres que allí había después que uno está… perdido logró salvar la patrona. a ninguno lo largaron, no lo salvan ni los santos. los más viejos rezongaron, Formaron un contingente pero a uno que se quejó III. Sirviendo en la frontera con los que del baile arriaron, en seguida lo estaquiaron, con otros nos mesturaron, y la cosa se acabó. Tuve en mi pago en un tiempo que habían agarrao también, hijos, hacienda y mujer, las cosas que aquí se ven En la lista de la tarde pero empecé a padecer, ni los diablos las pensaron. el jefe nos cantó el punto me echaron a la frontera, diciendo: quinientos juntos ¡y qué iba a hallar al volver! A mí el juez me tomó entre ojos llevará el que se resierte; Tan sólo hallé la tapera. en la ultima votación: lo haremos pitar del juerte, me le había hecho el remolón mas bien dese por dijunto. Sosegao vivía en mi rancho y no me arrimé ese día, como el pájaro en su nido, y él dijo que yo servía A naides le dieron armas, allí mis hijos queridos a los de la esposición.

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