Geografía Histórica De Navarra
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—47— Geografía histórica de Navarra LOS DESPOBLADOS (CONTINUACIÓN) SAMAYAS Uno de los catorce pueblos incluidos en la concordia ultima- mada por el metropolitano de Tarragona, en representación del Papa Adriano VI; asociado a los Obispos de Zaragoza y Pam- plona y abades de Montearagón y Veruela; concordia que aca- lló las diferencias existentes entre el Obispo de Tarazona y el Cabildo de Tudela, sobre pertenencia de diversas propiedades que habían sido determinadas por Don Alfonso el Batallador. La situación de este lugar fué en la margen derecha del Ebro, partido judicial de Tudela. SAMARI Despoblado cuyos vestigios están todavía a la vista, al sur de la Villa de Caparroso, en jurisdicción de Carcastillo, partido judicial de Tudela. El Diccionario de la, Real Academia (Madrid, 1803, tomo 2.º página 294). le denomina Samasí; y viene a justificar la pasada existencia de este pueblo, citando la donación que hizo del mis- —48— mo al Monasterio de la Oliva (siendo Abad de este Don Beltran- do, en el año 1150), el Rey Don García Ramírez, que falleció en ese mismo año. Dichos pueblo y Monasterio se hallaban inmediatos a Car- castillo, como también los otros lugares que dicho Monarca ce- dió a la mencionada comunidad. SAN ANDRES Con el testimonio del que fué Archivero y Cronista de Nava- rra Don Hermilio de Oloriz, en su obra Nociones geográficos de Navarra, página 72, hacemos constar que este lugar existió en término de la capital navarra, en la llamada cuenca de Pamplo- na, partido judicial del mismo nombre. Practicadas investigaciones para obtener una mayor preci- sión, resulta efectivamente que este despoblado ocupó un para- je dentro del valle de Elorz, jurisdicción municipal del lugar de Torres de Elorz, constituyendo hoy un término redondo, parte mayor cultivado y el resto reservado a caza; es de pertenencia particular y se halla bañado por el río Elorz; pertenece al par- tido judicial de Aoiz. SAN ANDRES, DE CASEDA Población con fortaleza que existió en jurisdicción municipal de Cáseda, distante media legua al N. O. de la villa citada. Se hallan a flor de tierra los vestigios de la edificación del hoy despoblado lugar, los residuos de la iglesia, y se alzan todavía los muros de un sólido cuerpo coronado de almenas: hoy está reducido al término rural de ese nombre. —49— SAN ANDRES, DE PAMPLONA Según consigna el Señor Don Hermilio de Oloriz (†) en la pá- gina 72 de su obrita «Nociones geográficas de Navarra», este pueblo existió situado en la llamada cuenca de Pamplona, como tam- bién el titulado Sandaña; pero no me ha sido posible precisar más concretamente la situación que había ocupado este pueblo desaparecido. SANDAÑA Menciono este despoblado en la página 930 de la «Geografía general de Navarra», situándolo con el desaparecido San Andrés, de Pamplona, en la denominada cuenca de Pamplona, atenién- dome a lo afirmado por el competente Cronista Don Hermilio de Oloriz en su libro «Nociones geográficas de Navarra». Profundizando en mis investigaciones, me inclinó a creer que es el mismo titulado Sandaynna, situado en el valle de Araquil, según informa el Sr. Campión con referencia al año 1330 en su Gacetilla de la Historia de Navarra, capítulo 1.º, página 384 de Eus- karianas, 5.º serie, ocupándose de la expedición, mandada por Juan Garssia de Eneta, a la frontera guipuzcoana. SAN GREGORIO En la página 30 del tomo XI de este Boletín, mencioné ya este despoblado, con otra de sus denominaciones, la del Pueyo, bajo cuya advocación se venera, en una ermita del valle de Urraul bajo, la imagen de la vírgen María. Así lo hago constar en el tomo 2.º de la Geografía general de Navarra. —50— SANTA CONSTANZA Comprueba la pasada existencia de este pueblo, una escri- tura de compra por el precio de 16.000 sueldos jaqueses, de las propiedades y señoríos que D. Juan de Mendoza, Señor de Lodosa, poseía en Navarra, pueblos de Subiza, Ibirien, Cizur mayor y desolado de Santa Constanza, adquiridos por el Doctor en ambos derechos D. Juan de Jaso (padre de San Francisco Xavier), Presidente del Real Consejo de Navarra y Señor de Xavier. Está fechada la escritura en Villafranca de Navarra el día 26 de enero de 1499, y extendida ante el Notario D. Martín de Ollacarizqueta; y se conserva original este documento en pergamino, en el archivo del Excmo. Sr. Duque de Granada, leg. titulado Navarra 69 - J - I. SANTA GEMA Pueblo donde existió un afamado monasterio, ambos desa- parecidos, quedando en pie una parte del segundo y signos evidentes de edificación allanada, a la inmediación del mismo. Están situadas las ruinas en el partido judicial de Estella, co- marca denominada «La Solana». Cuando visité este paraje pude apreciar que el monasterio no carecía de valor arquitectónico, por algunos detalles aun subsistentes, como también por los antecedentes que me fueron facilitados, deduje ser de impor- tancia artística un retablo gótico del mencionado cenobio, pieza compuesta de pinturas antiguas, que en aquellos mismos días había sido enagenado y cautelosamente embalado para su emigración (¡!), sustituyéndolo por un altarcito de confituría y colorines, muy propio para deslumbrar a una tribu de hotentotes. —81— Constituye hoy un coto de labranza que perteneció a la Iglesia de Pamplona, tal vez hasta la desamortización, desde los tiempos de D. Sancho el Mayor. Más tarde, durante el Ponti- ficado de Alejandro II y el Rey D. Sancho el de Peñalen; fué trasladado a Roma un singularísimo misal gótico, propiedad del citado monasterio, por los Obispos D. Munio, de Calahorra, D. Jimeno, de Oca y D. Fortuño de Mara, al suscitarse ciertas incertidumbres sobre la pureza de doctrina contenida en el manuscrito, que presentado al Papa y atentamente examinado, mereció aprobación. (a) (Era 1097, Año 1059). Sería interesantísimo en el más alto grado, hallar la docu- mentación que poseyera el monasterio, por la excepcional im- portancia que alcanzó y por la predilección que mereció de varios Reyes, pero en especial de D. Sancho el Mayor, insigne protector del mismo, del de Zamarce, en Huarte Araquil, del de San Pedro de Usun y del de Iranzu, cuya antigüedad resulta ser mayor de la que se viene suponiendo, tal vez por el estilo de la fábrica ruinosa que conocemos, pero que probablemente no es la primitiva edificación. Al otorgar fueros especiales al Valle de la Solana en el año 1263, el Rey D. Teobaldo segundo, citó expresamente los nueve pueblos de que constaba entoces la comarca, a saber: Arroniz, Azqueta, Barbarin, Iguzquiza, Labeaga, Luquin, Santa Gema, Urbiola y Villamayor. Para mayor ilustración puede consultarse Geografía general del Pais Vasco, tomo 2.º por J. Altadill, pág. 594. (a) Con dicho códice fueron también presentados en Roma los libros màs correctos del oficio eclesiástico, procedentes de los monasterios de Santa María de Pamplona y de Irache y San Martín de Alvelda, motivándose estas gestiones por determinados incidentes, entre los que figura la tenaz resistencia que el legado Pontíficc Giraldo hizo a tolerar el oficio gótico en las iglesias de España. —52— SANTO CRISTOFORO Dan la prueba de la existencia de este pueblo en los Comien- zos del siglo XIV, los contos de los merinos de Pamplona y San- güesa (a), Diego Sánchez de Garriz y Pablo Bechabena (tomos VI y VIII). Resulta de esa documentación que las fincas confiscadas a Don García Almorabid, después de su rebelión y huida se ha- llaban situadas en su mayoría en la merindad de Sangüesa y de esta en el valle de Unciti; entre los rebeldes correligionarios del ambicioso Almorabid, se contó Don Gonzalo Ibáñez de Baztán, cuyas propiedades corrieron la misma suerte y se hallaban en- clavadas en Marcalain, Ecay, Salinas de Oro, Arellano, San Cris- tóforo, Asarta, Los Arcos, Zuazu, Ecay, Bidaurre, etc. El Sr. Campión en su portentosa obra «El genio de Navarra», libro suficiente para entronizar a un hombre en la ciencia histó- rica, ha sacado a luz no pocos datos de ese origen; y ha conti- nuado ese obra benedictina de desentrañar arcanos en el Mosái- co y Gacetilla de la Historia de Navarra (Euskarianas, 4.ª y 5.ª serie). SARATSSUA Pueblo desaparecido de la merindad de Pamplona, valle de la Borunda. Su extinción debió acaecer en los comienzos del si- glo XIV puesto que no figura en el libro de fuegos del 1366, como que ya el año 1328, el merino de Pamplona Estefano de (a) Nunca se acabaría de encomiar cumplidamente el valor de esos contos felizmente conservados en el Archivo de Navarra, porque esa documentación constituye un inagotable manantial de noticias históricas del más vivo interés, no solo para esta Geografía histórica, sino también en otros muchísimos estudios practicados por los Sres. Iturralde, Campión, Oloriz, Mendoza, Etayo, etc. —53— Rosas, en el tomo XII de contos, lo dió de baja en la recaudación de pechas, como también a los pueblos de Iturriun (Iturren, Itu- ren en otros documentos), Elcuren e Itzaga (Etzaga), «pueblos pertenecientes al valle de la Burunda y que estaban destruídos». Y agrega el Sr. Campión en su Euskariana (5.ª serie. página 366). «probablemente sus destrucción habría sido episodio de las gue- rras fronterizas». JULIO ALTADILL (Continuará).