El Calendario Agrícola En Socaire: Categorías De Espacio Y Tiempo En Una Comunidad Indígena Del Norte De Chile
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EL CALENDARIO AGRÍCOLA EN SOCAIRE: CATEGORÍAS DE ESPACIO Y TIEMPO EN UNA COMUNIDAD INDÍGENA DEL NORTE DE CHILE Ricardo Moyano ESTUDIANTE DEL DOCTORADO EN ARQUEOLOGÍA, POSGRADO DE ARQUEOLOGÍA, ENAH RESUMEN En este trabajo se exponen los resultados preliminares del estudio del calendario agrícola en la comunidad de Socaire, norte de Chile. Estos resultados sugieren una estrecha relación entre las actividades agrícolas y la existencia de un sistema de orientación a los cerros [Barthel, 1986]. Desde un punto de vista de la antropología simbólica y la astronomía cultural [Iwaniszewski, 2007, 2009], suponemos que este sistema de orientación a los cerros, posiblemente un Ceque [Mariscotti de Görlitz, 1978; Tichy, 1983; Zuidema, 1989], respondió a la necesidad de sacralizar el espacio a través de la experiencia sensorial y colectiva con los movimientos del cosmos, parti- cularmente el solar. En otras palabras, se habría buscado la creación de un sistema que organizara la vida social bajo la clase específica de huaca, o lugar sagrado [Astvaldsson, 2004; Guchte, 1990], a través de representaciones colectivas de las categorías de espacio y tiempo. Con este trabajo pretendemos: 1) asentar las bases para la definición de un posible sistema RICARDO MOYANO Ceque fuera del Cuzco, 2) establecer los parámetros culturales usados en la organización del calendario agrícola en el área de estudio, y 3) reconstruir las etnocategorías espacio y tiempo, a partir del análisis de horizonte. ANTECEDENTES Socaire es una comunidad Atacameña o Likan Antai ubicada al sureste del salar de Atacama, 3 274 msnm (23°35’28.68’’ S / 67°52’36.10’’ W) (Figura 1). La zona perteneció a Bolivia hasta 1884, cuando después de la Guerra del Pacífico de 1879, ocurrió la “chilenización” de Atacama [Hidalgo, 1992:26]. La comunidad tendría un origen prehispánico, ligado con actividades de recolección , agrícolas y ganaderas, bajo un sistema de complementariedad ecológica, entre los 2 500 y 3 650 msnm [Núñez, 1991]. Entre 1910 y 1980, So- caire todavía mantenía un patrón de aldea dispersa dividida en siete sectores, con un centro y dos mitades, bajo un sistema de organización radial. Arriba los sectores de Peñalosa, Santa Rosa y San Francisco. Abajo los sectores de Desierto, San Bartolo y Compañía [Hidalgo, 1992:28, 69, 224]. La agricultura de la papa, el maíz y la quínoa (reemplazada por la alfalfa), siguió un régimen de rotación (1/6 de 2500 ha disponibles), y un sistema de riego cada 8 y 15 días [Hidalgo, 1992:348]. En tiempos prehispánicos, la producción agrícola habría sido controlada bajo un sistema dual: el “Cuno-Socaire”, cuya cabecera fue la aldea Socaire 21x en la quebrada de Socaire; y el “Quepe”, controlado por el conglomerado aldeano Socaire-9 en la quebrada de Quepe, destinados a la producción de excedente que abastecía el tambo Peine y un tramo del Qhapaq Ñan [Núñez, 1991:210; Hidalgo, 1992:57]. Cada subsistema depen- día directamente de la canalización de las lluvias de estación, entre junio y agosto, así como las estivales, resultado de los “inviernos altiplánicos”, entre diciembre y febrero [Núñez, 1991:202-203; 1993:147-149]. Con respecto al ciclo agrícola (Figura 2a), sabemos que el “año de riego” inicia el 1 de agosto1 y termina el 1 de mayo. La actividad principal es la limpia del canal, entre los días 24 y 26 de octubre o durante el fin de semana más cercano a estas fechas [Barthel, 1986; Mariscotti de Görlitz, 1978]. 1. Para esta fecha, la mujer, como símbolo de la fertilidad, tiene la responsabilidad de lanzar la se- milla al surco de la tierra, relegando a los hombres, quienes ostentan generalmente los cargos públicos [Hidalgo, 1992:229]. 100 FIGURA 1 Plano de la zona entre San Pedro de Atamaca y Tilomonte RICARDO MOYANO Desde un punto de vista práctico, esta fecha habría sido elegida por dos principales razones. Primero, por encontrarse entre los periodos de creci- da del canal, gracias a las lluvias de invierno y las estivales, así como por el factor numérico de los días que van desde el inicio del año agrícola (1 agosto), la fiesta de san Bartolomé (24 de agosto), cambio de la directiva (31 septiembre/1 octubre) y la limpia de canal (24, 25 y 26 de octubre), con factores de 23, 38 y 23 días (= 84 días). De cierta manera, esta regularidad podría estar determinada por la extensión de tres meses lunares siderales (27.3 x 3 = 81.9). Otras fechas importantes son la fiesta de santa Bárbara, para el 4 de diciembre, y la santa cruz, los primeros días de mayo [Hidalgo, 1992:199]. Para la limpia del canal, la comunidad designa un “capitán” y una “capitana”, ambos varones,2 quienes ostentan su estatus a través del clarín y el putu (cuerno de buey), instrumentos que evocarían el “sonido del agua que fluye desde la montaña” [Barthel, 1986:152]. El resto del año, las actividades son reguladas por dos jueces de aguas, quienes trabajan en turnos mensuales y mantienen sus cargos entre el 1 de octubre y el 31 de marzo, responsables de la distribución de agua entre la primavera y el otoño (septiembre-marzo). Estos son reemplazados el día 1 de abril por un “repar tidor” (de aguas), quien estará activo hasta el 30 de septiembre [Barthel, 1986:149]. La limpieza del canal se realiza bajo el sistema de minga o trabajo comunal, donde cada familia se hará cargo de un tramo, en relación con la cantidad de tierras que éstas tengan [Barthel, 1986:151]. Al tercer día, y una vez terminada esta actividad, comienzan las actividades en el centro ritual, ubicado a 200 m de la bocatoma de la quebrada de Cuno/Nacimiento (Figura 3). Éste se compone de cuatro elementos: una superficie nivelada, rodeada por un circuito de piedras pla- nas de 5.5 x 4.3 llamado “merendero”, donde hay lugar para “40 hombres”, seguramente los más respetados de la comunidad [Zuidema, 1990:629]; una piedra vertical conocida como “Cerro Grande”, ubicada al norte del meren- dero cuya función sería la de “dar sombra” [Barthel, 1986:154] (desde nues- tro punto de vista, un posible gnomon, como señalan las fuentes etnográficas para otros grupos indígenas del norte de Chile [Grebe e Hidalgo, 1988:77]); tercero, una piedra de 1 m de largo x 1.5 m de ancho que simboliza al volcán 2. Para la limpieza de 1988, se eligió por primera vez a dos mujeres para ser capitanes, un hecho inusitado que contradecía el carácter patriarcal de la sociedad socaireña [Hidalgo, 1992:181]. 102 IDENTIDAD, PAISAJE Y PATRIMONIO EL CALENDARIO AGRÍCOLA EN SOCAIRE: CATEGORÍAS DE ESPACIO Y TIEMPO… FIGURA 2A Calendario Socaire 23 d 41 d Ago Jul 38 d 30 sep Sep Floreo del ganado Cesa repartidor de aguas, Jun Solst. invierno/anticenit, 1 oct 1 ago Inician jueces de aguas, 24 jun 50 d 21-24 jun 23 d Inicio año agrícola Oct May Temporada Fría San Bartolomé, 24 ago Santa cruz, 3 may Cambio LimpiaDirectiva, del 1 oct canal 2 d 2 d 24-26 oct Fin año agrícola, Santa Bárbara 1 may Solst. de verano/cenit, Abr 4 dic 30 d Nov 39 d 21-24 dic Carnaval Mar Dic 17 d 1 abr Feb Ene Inicia repartidor de aguas 100 d Temporada cálida 31 mar Cesan jueces de aguas, “Invierno altplánico” FIGURA 2B Arriba/este SSSJ SSSD Grupo norte Chiliques Grupo sur Lausa Overo Lascar Tumisa Tuyajto Potor Incahuasi Miñiques Hecar Izquierda/noche Aracar LicancaburN S Pular Derecha/día Miño SOCAIRE Lastarria Socompa San Pedro Huanaqueros Mullay Llullaillaco Cas Químal PSSJ abajo/oeste PSSD 103 RICARDO MOYANO Chiliques 3, por último, una zona conocida como “covero” (piedra ovalada) ubicada al suroeste de la “piedra Chiliques”, donde se queman ofrendas como madera, hojas de coca y plumas de flamenco [Barthel, 1986:154-155]. Las actividades rituales son llevadas a cabo por un maestro y su ayudante (cantales), e inician generalmente cerca de las 9 de la mañana, cuando el maestro ocupa su lugar en el merendero, mirando al noreste en dirección a la toma de agua que baja desde el volcán Chiliques. Cada socaireño, mayor de quince años, podrá participar en parte de la ceremonia, trayendo consigo una ofrenda de “aloja” o chicha de algarrobo, plumas de flamenco,4 harina, manteca y hojas de coca, que serán ofrecidas a un determinado cerro [Bar- thel, 1986:156-157]. La ceremonia continúa cuando el cantal pide permiso a los cerros de la región, “con permeso, mi cantal. Voy a tomar este lindo trago”, a lo que siguen las palabras “todos los pobladores, voy a tomar este lindo trago”, dirigiéndose al lado sur del covero, donde hace la señal de la santa cruz y reza un Padre nuestro [Barthel, 1986:158]. El cantal declara solemnemente, mientras echa parte del líquido sobre las cenizas, “santa coa, tomando”, y se dirige a la gran piedra que representa a los cerros y continúa con las siguientes palabras: “Chiliques, tomando. Cerro Chiliques, tomando. Pular, tomando. Miñiques, tomando. Chiliques tomando. Tumisa, tomando. Chiliques, tomando...”. Lo mismo hace con los cerros del grupo del sur y del norte [Barthel, 1986:158-159]. De acuerdo con Mariscotti de Görlitz [1978:79-80], el cantal principia con los cerros del grupo sur y siempre por el Litinque, mientras que su ayudante hará lo mismo con los cerros del grupo norte y siempre iniciando por el Laúsa (Lejía), en un orden jerárquico que parte desde el oriente en sentido contrario a las manecillas del reloj para los cerros del norte y a la inversa para los cerros del sur (Figura 2b). Al respecto, Tichy [1983] sugiere la existencia de marca- dores naturales de horizonte y un sistema de organización radial a partir del análisis de la cartografía regional y la posición del sol para los solsticios.