La Siesta Del Martes
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Lección 33 L EcturA 34 La siesta del martes “Un buen escritor expresa Gabriel García Márquez grandes cosas con pequeñas palabras: a la inversa del t ALLEr DE LENGuA mal escritor, que dice cosas Léxico 42 insignificantes con palabras 2.1 Ampliar el vocabulario: grandiosas.” ser, estar, haber, hacer, —Ernesto Sábato ir y venir 2.2 Expresiones de tiempo Estructuras 46 2.3 Narrating in the past 2.4 Adjectival relative clauses a narración es uno de los tipos textuales Lmás comunes. Existen narraciones formales, Ortografía y como los cuentos, las novelas, las obras puntuación 53 autobiográficas, los textos de historia. Pero 2.5 Acentuación II: existen también infinidad de narraciones Casos especiales informales:2 postales, cartas, chistes, anécdotas. 2.6 Puntuación II Todas las narraciones tienen elementos comunes: un narrador relata para una audiencia t ALLEr DE EScrIturA una serie de acciones o incidentes que involucran 2A La narración de a uno o más protagonistas. En los relatos un evento 58 autobiográficos, el autor es a su vez narrador y protagonista. En otros relatos, el narrador es un 2B El relato periodístico 61 observador externo diferente del autor. 2C Carta de opinión 64 En esta lección, te daremos las herramientas necesarias para ser un narrador eficaz en español. La EXPANSIÓN Observa la foto. ¿Qué eventos provocaron la escena A Handbook of ilustrada? ¿Qué está sucediendo en el momento en Contemporary Spanish Grammar que se toma la imagen? ¿Qué sucederá después? narración Chapters 1, 15, 18 34 Leccion 2 | La narración Lectura 35 Lectura Gabriel García Márquez nació en 1928 en Aracataca, Colombia, un pequeño La niña tenía doce años y era la primera vez que viajaba. La mujer parecía pueblo cerca del Mar Caribe. García demasiado vieja para ser su madre, a causa de las venas azules en los párpados 20 Márquez fue criado por sus abuelos entre y del cuerpo pequeño, blando y sin formas, en un traje cortado como una mitos, leyendas y libros fantásticos. Eso 8 fue construyendo la base de su futura obra sotana . Viajaba con la columna vertebral firmemente apoyada contra el narrativa. Comenzó a estudiar derecho, pero espaldar del asiento, sosteniendo en el regazo con ambas manos una cartera de lo abandonó para dedicarse al periodismo. charol desconchado9. Tenía la serenidad escrupulosa de la gente acostumbrada a Como corresponsal en Italia, viajó por la pobreza. 25 toda Europa. Vivió en diferentes lugares y La narración de una escribió guiones (scripts) cinematográficos, A las doce había empezado el calor. El tren se detuvo diez minutos en historia suele ser en el cuentos y novelas. En 1967 publicó su una estación sin pueblo para abastecerse de agua. Afuera, en el misterioso pasado. Aquí, el autor novela más famosa, Cien años de soledad, silencio de las plantaciones, la sombra tenía un aspecto limpio. Pero el aire emplea el imperfecto, cuya acción transcurre en el mítico pueblo el pretérito perfecto de Macondo. En 1982 recibió el Premio estancado dentro del vagón olía a cuero sin curtir. El tren no volvió a acelerar. simple y el pretérito Nobel de Literatura. Se detuvo en dos pueblos iguales, con casas de madera pintadas de colores 30 pluscuamperfecto. Ver pp. 46-48. La siesta del martes, uno de siete relatos vivos. La mujer inclinó la cabeza y se hundió en el sopor10. La niña se quitó los que integran Los funerales de la Mamá zapatos. Después fue a los servicios sanitarios a poner en agua el ramo de Grande (1962), también tiene lugar en poco el carácter y la vida interior de sus flores muertas. Macondo. Sin embargo, es un relato personajes. García Márquez dijo alguna El escritor estructura puramente realista, sin los elementos vez que se trata de su mejor cuento y Cuando volvió al asiento la madre le esperaba para comer. Le dio un pedazo de el orden temporal de fantásticos que suelen asociarse con el que, como toda su obra, tuvo su origen queso, medio bollo de maíz y una galleta dulce, y sacó para ella de la bolsa de 35 los sucesos utilizando “realismo mágico” de García Márquez. Con en una imagen simple: “la visión de una material plástico una conjunciones como un estilo parco y sencillo, y a través de mujer y una niña vestidas de negro, con cuando y mientras. una multitud de detalles meticulosamente un paraguas negro, caminando bajo el sol ración igual. Mientras observados, el cuento revela poco a abrasante de un pueblo desierto”. ■ Tenía la serenidad comían, el tren atravesó escrupulosa de la muy despacio un puente de hierro y pasó de largo 40 gente acostumbrada por un pueblo igual a los anteriores, sólo que en a la pobreza. éste había una multitud en la plaza. Una banda de 11 La siesta músicos tocaba una pieza alegre bajo el sol aplastante . Al otro lado del pueblo en 45 una llanura cuarteada12 por la aridez, terminaban las plantaciones. La mujer dejó de comer. del martes —Ponte los zapatos —dijo. La niña miró hacia el exterior. No vio nada más que la llanura desierta por 1 2 El cuento empieza l tren salió del trepidante corredor de rocas bermejas , penetró en las donde el tren empezaba a correr de nuevo, pero metió en la bolsa el último pedazo 50 súbitamente y sin ninguna explicación, plantaciones de banano, simétricas e interminables, y el aire se hizo húmedo de galleta y se puso rápidamente los zapatos. La mujer le dio la peineta. situando al lector de y no se volvió a sentir la brisa del mar. Una humareda sofocante3 entró por la —Péinate —dijo. golpe en lo que E está ocurriendo. ventanilla del vagón. En el estrecho camino paralelo a la vía férrea había carretas de El tren empezó a pitar mientras la niña se peinaba. La mujer se secó el sudor 4 5 bueyes cargadas de racimos verdes. Al otro lado del camino, en intempestivos del cuello y se limpió la grasa de la cara con los dedos. Cuando la niña acabó de Los adjetivos que espacios sin sembrar, había oficinas con ventiladores eléctricos, campamentos de peinarse el tren pasó frente a las primeras casas de un pueblo más grande pero más 55 emplea un escritor ladrillos rojos y residencias con sillas y mesitas blancas en las terrazas entre triste que los anteriores. pueden ser más palmeras y rosales polvorientos. Eran las once de la mañana y aún no había —Si tienes ganas de hacer algo, hazlo ahora —dijo la mujer—. Después, objetivos (la llanura desierta) o más empezado el calor. aunque te estés muriendo de sed no tomes agua en ninguna parte. Sobre todo, no subjetivos (el pueblo Para indicar un diálogo 10 —Es mejor que subas el vidrio—dijo la mujer—. El pelo se te va a llenar vayas a llorar. triste), en cuyo caso se debe usar la raya o cada lector formará guión largo. Ver p. 55. de carbón. La niña aprobó con la cabeza. Por la ventanilla entraba un viento ardiente y 60 su propia imagen La niña trató de hacerlo, pero la persiana5 estaba bloqueada por óxido. seco, mezclado con el pito de la locomotora y el estrépito de los viejos vagones. La del pueblo. Eran los únicos pasajeros en el escueto6 vagón de tercera clase. Como el humo mujer enrolló la bolsa con el resto de los alimentos y la metió en la cartera. Por un de la locomotora siguió entrando por la ventanilla, la niña abandonó el puesto y instante, la imagen total del pueblo, en el luminoso martes de agosto, resplandeció 15 puso en su lugar los únicos objetos que llevaban: una bolsa de material plástico con en la ventanilla. La niña envolvió las flores en los periódicos empapados, se apartó cosas de comer y un ramo de flores envuelto en papel de periódicos. Se sentó en el un poco más de la ventanilla y miró fijamente a su madre. Ella le devolvió una 65 asiento opuesto, alejada de la ventanilla, de frente a su madre. Ambas guardaban expresión apacible. El tren acabó de pitar y disminuyó la marcha. Un momento un luto7 riguroso y pobre. después se detuvo. 1trembling, shaking 2crimson 3stifling 4harsh, wild 5window blinds 6bare, unadorned 7were in mourning dress 8cassock 9chipped 10lethargy, drowsiness 11crushing 12cracked 36 Leccion 2 | La narración Lectura 37 La puerta se entreabrió sin ruido y apareció una mujer madura y regordeta, de cutis17 muy pálido y cabellos color hierro. Los ojos parecían demasiado pequeños detrás de los gruesos cristales de los lentes. —Sigan —dijo, y acabó de abrir la puerta. 100 Entraron en una sala impregnada de un viejo olor de flores. La mujer de la casa las condujo hasta un escaño18 de madera y les hizo señas de que se sentaran. La niña lo hizo, pero su madre permaneció de pie, absorta, con la cartera apretada en las dos manos. No se percibía ningún ruido detrás del ventilador eléctrico. La mujer de la casa apareció en la puerta del fondo. 105 —Dice que vuelvan después de las tres —dijo en voz muy baja—. Se acostó hace cinco minutos. —El tren se va a las tres y media —dijo la mujer. Fue una réplica breve y segura, pero la voz seguía siendo apacible, con muchos 19 matices . La mujer de la casa sonrió por primera vez. 110 —Bueno —dijo. Cuando la puerta del fondo volvió a cerrarse la mujer se sentó junto a su hija. La angosta sala de espera era pobre, ordenada y limpia. Al otro lado de una baranda de madera que dividía No había nadie en la estación. Del otro lado de la calle, en la acera sombreada por los la habitación, había una 115 almendros, sólo estaba abierto el salón de billar 13.