LA REVISTA DE LA MUJER INTELIGENTE

Escribe la Doctora Alicia Moreau de Justo

10 RAZONES EN FAVOR DEL SUFRAGIO FEMENINO

(Lea Pág. 4)

NUMERO SUELTO: 0.20 LA MUJER EN LAS FAENAS DEL CAMPO

Año VI - BUENOS AIRES, AGOSTO 15 DE 1938 — Nútn. 61 Cuando usted, lectora amiga, ha manifestado su repudio o indiferencia por la iglesia, voces airadas le habrán replicado: —Toda mujer debe creer, debe ir a la iglesia. Conteste con argumentos sólidos a esta tonta aseveración. "LA INQUISICIÓN EN ESPAÑA EN EL SIGLO XVI" Colección de cuadros históricos del pintor flamenco FRANZ KASPER HUBERT VINCK

Y "ANALES DE LA INQUISICIÓN EN LIMA" Por RICARDO PALMA

Y sabrá que toda mujer debe despejar su mente, huyendo de las mentiras de una institución enemiga del pensamiento libre

SON PUBLICACIONES DE LA BIBLIOTECA RACIONALISTA

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Año VI Buenos Aires, Agosto 15 de 1938 N.° 61 Para que los Hombres no se Asusten

Una vez más tenemos nuestra vista fija eñ el H. Senado de la Nación. Allí reposa el proyecto de ley presentado por el se­ nador Dr. Alfredo L. Palacios, concediendo el derecho de voto a las mujeres. VIDA FEMENINA ofrece en este número diez razones claras y convincentes explicando por qué es necesario que las mujeres intervengan en la vida política de una nación. Mas para que los hombres que nos honran fijando su vista en estas humildes hojas no se asusten y se pregunten, entre emocionados y furiosos: ¿y si las mujeres se meten en esas cosas y viven como los hombres, quién va a cocinar y quién va a cuidar los hijos?, nos hemos cuidado muy mucho de ofrecer páginas exquisitamente femeninas. Una, dedicada a las hábiles manos tejedoras; otra, atacando a un cierto neopaganismo; pues nosotras, en nom­ bre de las buenas costumbres, no aceptamos el desnudo si no es una acabada expresión artística, y alguna más, añorando a la galantería que se va.. Lean las diez razones, sin olvidar que somos deliciosa­ mente femeninas. Eso sí: para rendirle homenaje a la naturaleza, desea­ mos usar todos los órganos con que ella nos ha obsequiado, y como también puso cabeza sobre nuestros hombros... Pág. 4 VIDA F E M K N I N A 10 Razones en Favor 1° A igualdad de obligaciones, igual­ Por ALICIA MC dad de derechos. — Las mujeres viven sometidas a las mismas leyes que los 9 hombres; trabajan como ellos, como 6 La ley electoral actual afrenta a ellos pagan impuestos, pero no puede la mujer. — En efecto, excluye del uso intervenir directa ni indirectamente en del sufragio a los incapaces e indignos: la .sanción de las leyes. a los dementes, sordomudos, los pena­ dos, eclesiásticos, soldados baio bande­ En toda justicia las mujeres podrían ra y oficiales de baja graduación, los rehusarse a acatar las leyes hechas ex­ mendigos asilados, los penados por de­ clusivamente por los hombres, sin ha­ litos contra las personas o la propiedad, ber sido consultadas ñusca. los quebrados, los desertores, los deu­ 2'- La sociedad moderna impone a la dores por robo de caudales públicos, los dueños y gerentes de prostíbulos. Los mujer una intervención directa y per­ condenados por atentado a la moral y manente en la lucha por la vida. — La buenas costumbres, los tratantes de privación de los derechos políticos es, blancas, rufianes y explotadores de la para ella, una evidente diminución toxicomanía, y muchos otros son ex­ pues le niega un medio de acción tanto cluidos de la vida política; unos defini­ más eficaz y necesario cuando más tivamente, otros hasta un tiempo que compleja es la vida social. varía después de purgada la pena. 39 Como trabajadora, la mujer tiene La mujer es excluida por incapaci­ que aceptar salarios inferiores a los que dad e indignidad permanentes: por el gana el hombre en igualdad de condicio­ hecho de ser mujer. nes. — No basta, para luchar contra es­ 79 La emancipación política ide la ta injusticia, la acción gremial; la mu­ mujer es un movimientos universal e jer necesita también la acción política. incontenible. — Se cumple más o me- 9 nos tarde, pero se cumple. Pese a los 4 La mujer argentina es, en su país, temores de quienes creen que puede pe­ una verdadera ilota. — Todo extran­ ligrar el equilibrio de los partidos po­ jero, al naturalizarse, adquiere dere­ líticos. chos que la ley niega a la mujer, madre de la raza, base y columna del hogar. 89 La intervención de la mujer en la política abrirá, para ella, nuevos hori­ 5" No hay democracia si todos los zontes mentales. — La habituará a pen­ habitantes no son iguales ante la ley. sar en la cosa pública, a comprender los — La nación argentina no será, pues, intereses colectivos a los cuales están una verdadera democracia sino cuando íntimamente ligados los intereses fami­ incorpore las mujeres a la actividad liares o personales y saldrá así del política. estrecho círculo mental donde la man­ AGOSTO DE 1938 fág. 5 del Sufragio Femenino REAL) DE JUSTO 2<>. — Es universal o incontenible. )!n. — Es justicia. 4o. — Es necesario a la mujer para tienen encerrada la tradición y la ig­ su defensa y su progreso. norancia. •lo. — Es útil a la sociedad por la in­ corporación fie una gran fuerza nueva. 99 La mujer será un elemento sanea­ dor de la política. — ¿Quién se atreverá tf -K ü a reclutar electoras gracias al asado criollo, al vino, la cerveza o la taba? En el Senado se encuentra el proyecto de Los comités políticos tendrán que ade­ ley del Dr. Alfredo L. Palacios, concediendo centarse. Los procedimientos de vio­ a la mujer el derecho de voto. lencia que consisten en despojar de la lbreta, so pretexto de portación de ar­ mas, o que en el acto del comicio impo­ nen el voto por el machete, no podrían aplicarse a las mujeres sin levantar una protesta general en el país, sin cubrir­ nos de oprobio ante el extranjero. Aun cuando la mujer no puede tener de la función política un concepto más alto y claro que el hombre (carece de cultu­ ra a este respecto), será, por acción re­ fleja, un factor de depuración política.

10. — Las mujeres que adquieren, por la lucha con la vida y la cultura, conciencia de su valor social, se in­ teresan más potí (los problemas di­ rectamente ligados a la vida del hogar, a la defensa de la salud, del niño, del trabajo, etc. Su intervención en la po­ lítica dará a ésta un carácter práctico, de aplicación inmediata, pues la vida diaria acerca la mujer a la realidad, al detalle, al individuo. En resumen, diremos: La emancipa­ ción de la mujer se impone: lo. — Como aspecto parcial del más amplio proceso de la elevación humana. Pág. 6 VIDA (FEMENINA

ÁNGEL M. GIMÉNEZ Especialmente para VIDA FEMENINA Que Hacer de las Horas Libres: Una Actividad Útil Para la Mujer

Su Colaboración en las Bibliotecas Populares

Un clamor general se oye en todos los ho­ No ha de ser todo para la joven la esperan­ gares; el de los padres que se han sacrificado za del empleo que no aparece, ni esperar tras por dar una buena educación a sus hijas, prin­ las persianas de su hogar al príncipe azul que cipalmente, para arrancarlas de las garras de no llega... trabajos subalternos, abrumadores, en los que Pensar en el biógrafo, encantarse con los pro­ suelen dejar girones de su salud física y moral. tagonistas, coleccionar sus retratos, o dedicarse Las escuelas normales, las profesionales, los a recitar versos, la plaga tan generalizada en conservatorios, han formado una legión, cada las veladas sociales, o a aprender el piano, pa­ vez más creciente, de un proletariado femenino, ra terminar con la ejecución de tangos arraba­ •culto, ilustrado, que no encuentra lugar en leros, de letra aun peor. . dónde aplicar sus aptitudes, adquiridas en años No hay nada que hacer; nuestra vida es un de estudio y sacrificios. desierto sin luz, ni esperanza; si fuera hombre ¿Profesoras de piano? Si el fonógrafo y la —dicen—podríamos concurrir particularmen­ radio las han desalojado... te a los centros Socialistas, a donde van los ¿Profesoras de labores? E¡1 maqumismo hace muchachos, pero... mis hermanos, mis padres, prodigios con sus maravillosos tejidos y bor­ no quieren llevarnos; pareciera que hubiese un dados, contra los que el trabajo manual no liberalismo en la calle y todo lo contrario puer­ puede competir. tas adentro. ¿Maestras? Si hay miles y miles que espe­ Sin embargo, hay un campo de actividad des­ ran puestos, a los que sólo llegarán a la edad interesada, sirviendo a una obra social de que que hoy se establece de límite a la jubilación. se habla mucho, pero se conoce poco; las bi­ Pero no desanimemos a las que estudian, a bliotecas populares. las que se diploman; es oro en polvo que hoy En cada barrio, en cada Centro, en las socie­ no tiene valor pero algún día se valorizará; dades 'culturales, benéficas, de fomento, etc., en no será tiempo perdido el haber ampliado el cada escuela, hospital, asilo y en las múlti­ horizonte de sus conocimientos, así se apren­ ples y variadas instituciones existentes en esta derá a amar la vida, a encontrar belleza donde capital, pequeñas o grandes, en un rincón o ri­ antes no se veía más que tinieblas. camente ataviadas, están las bibliotecas, como Es el caso de aplicar el concepto positivista faros que marcan la ruta de la cultura. de vivir para la humanidad, servir por la sa­ Allí están, como los nichos en los cemente­ tisfacción de servir en toda obra de bien social. rios, alineados los libros, inmóviles, mudos, na­ AQOStO D 1 1 S 1 i Páf. 7

die se acerca a ello», y si alguno lo hace es Haga un trabajo de botánica, de zoología, en una mínima proporción, salvo los textos de historia, mapas, dibujos, a veces sin criterio, escolares, que con su encarecimiento, obligan rayando en el absurdo. a los estudiantes a buscarlos en las bibliotecas. Un día, en la Biblioteca Nacional fui testigo No es esta la oportunidad de analizar los de una escena que motivó los comentarios de factores que contribuyen a alejar a los lec­ los presentes. tores, sólo hablemos de la vida interna de las Una niña de 12 años, alumna de sexto gra­ bibliotecas. do, afligida y con apremio, solicitaba algún li­ Hasta ahora la biblioteca busca descubrir los bro para hacer una composición de clase sobre lectores y es el momento de que los lectores el tema: Consecuencias política* y aociales de la guerra europea! A otra le habían exigido un dibujo de bo­ tánica, en el que debía detallar la raíz, tronco, hojas, flores y frutos del bananero! Dedicar un par de horas libres a este servi­ cio de buena voluntad, de información de los lectores, sobre la base del material biblográf ico que una bibliot-eca tiene, será de gran utilidad y dará gratas satisfacciones a la "maestrita" sin puesto, siempre abnegada y estudiosa. Y esta tarea se valoriza mucho más en el interior de la república, en los pueblos y al­ deas, en que los vecinos abúlicos y aburridos sepan descubrir la biblioteca, encontrando en no saben en qué emplear el tiempo, y la socia­ ella las satisfacciones que no han tenido. bilidad se reduce a los ronquidos estridentes ¿Cómo remediar esta situación? Estable­ de los aparatos de radio, o a los juegos de ciendo un servicio de buena voluntad, para que prenda, y los bailes, pero todos con el pensa­ .colabore en la obra de la biblioteca. miento en la gran urbe, cuyos resplandores Es una oportunidad que se les brinda a las atraen y enceguecen. jóvenes, que pierden su tiempo en frivolida­ Movilicen las bibliotecas, pongan las muje­ des: ponerse al servicio de esta obra. res el encanto de su inteligencia acrecentado con Asesorar, orientar, dirigir al lector que con su belleza y sabrán dar a las bibliotecas la vi­ paso incierto busca en la biblioteca un libro da que les falta, hasta convertirlas no sólo en que, a veces, no le resulta o quiere consultar a centros de cultura, sino de sociabilidad, de acer­ alguien sobre un punto que desea conocer o camiento de las familias, de pacificación que ilustrarse. , ,. suaviza y olvida enconos y llegará a hacer de Más' aun,

IIIIIIMIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIÜIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

Poca cosa es el hombre y, sin embargo, mirad vosotros si encontráis algo que sea más que el hombre; algo, sobre todo, qué aspire, como el hombre, a ser más de lo que es. Del ser saben todos los seres: hombres y lagartijas; del deber ser lo que no se es, sólo tratan los hombres ANTONIO MACHADO.

uitiiifiiiHiiiiiififiiiiiHiiiiiiTrimiiiiiiiiifiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiMiiiiiriiiiiii ..itiiiiiiiiiitiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitiiiiuiaMuin Pág. 8 VIDA F E M JO N I N A

En el Congreso Latino Americano de Criminología, realizado días atrás en nuestra ciudad, se dijeron grandes verdades. Entre , una muy manida: que en 2 1a niñez miserable se incuban los grandes enemigos del or- den social. Ya dijo, humilde­ mente, y con pocas palabras (¡cosa rara en una mujer!), Ellen Key: La j_ miseria es el más mortífero de los microbios. Pero yo no sé si Ellen Key, en el caso de ser latifundista, hubiera arrendado a $ 3 0 la hectárea sus tierras a los tamberos, y a los que fueran a trabajar en sus fincas a un porciento, les habría pedido porcentajes fabulosos y, de yapa, las gallinas y los huevos a medias. Creo que Ellen Key habría pensado que cuando se les deja poco a los trabajadores para que alimenten a sus hijos, el susodicho micro­ bio se prolifera. Siempre que leo a Enrique José Varona, me siento inclinada a pensar que vivimos en plena mentira. ¿Por qué se le ocurrió decir: No busques la verdad en lo que un hombre dice, sino en lo que hace?

¡Qué chiste! Asi cualquiera falsifica, roba o mata. Si da gusto tratar con una jus­ ticia tan cumplida, ceremoniosa y requetefina. ¡Para mi, esa justicia vé, y vé muy lejos. —¿Qué dice amigo, con tanto calor? —¡Cosas de la vida! Estoy hablando solo! ¿Qué no puede concurrir al juzgado? No importa, señor, ya vendrá cuando no tenga nada que hacer. ¿Qué tiene gripecita, señora? ¡Cuídese bien, por Dios! no sea cosa que le venga una complicación! —Pero no hable tanto, que lo va a enojar al señor ese que nos mira. —¡Endeveras! Estos tigres de la provincia son tremendos. ¿Sabe lo que me hicie­ ron a mi? —No. ¿Habrá sido peor que a mi? —Juzgue usted. Me condenaron a cadena perpetua por un crimen cometido por otro. —¡Cruz diablo! A mi sólo me sacaron de donde estaba trabajando, me encerra­ ron en un calabozo y me molieron a palos, por porque por allí apareció un muerto. Así dialogaban unos detenidos envidiando la suerte de los marqueses de Bearepaire, acusados de haber empleado sus ocios en querer apoderarse de unos milloncejos, mediante maniobras no muy de acuerdo eos las leyes morales. Los detenidos eran: el pobre Moreira y un peón del chacarero Medina, de Saladillo, bárbaramente apaleado por la policí a de Buenos Aires.

Vuelva la tranquilidad al espíritu de las amables lectoras de VIDA FEMENINA, que se habrán dicho: ¿Pero ni en un mundo de ensueño será posible librarse de la plaga del alcoholismo? ¡Tranquilícense! En su hermoso trabajo "Un discípulo de Fourier", describe Carlos Rovetta, en la 3 página 17, la ciudad creada por Lucas Froment y dice: Los almacenes generales, la panadería, la cervecería, toda una organización cooperativa en la distribución de las cosas. Pues ahí donde dice: cervecería, hagan el favor de leer carnicería. Un error tipográfico, desnaturaliza la concepción de Zola, y eso no lo permiten ni Rovetta ni nosotras. ACOSTÓ K 1 !l 3 I':•;•. '•> Reflexionando, después de leer un te­ legrama de Italia, en la Prensa, del 5 del co­ rriente mes y año. ¡Como para ser sinceros otra vez!, se rzr dirán los pobres curitas que deseaban luchar por la moral 4 y las buenas costumbres, criti­ cando a los fascistas auspicia­ dores de un balneario. ¡Pobrecitos! ¿Ellos qué hicieron? Pues decir que era muy peligroso para la salud mo­ ral ir a un lugar donde se ven muchísimos brazos y piernas de mujeres ¿Y con qué les salieron los fascistas? Pues con la cantata de que el único espectáculo deshonesto ocurrido en dicha playa, lo había realizado un cura, abrazando a usa mujer. ¡Qué mala fe! ¿Acaso para afirmar una verdad no es necesario experimentar antes? ¿No pudieron darse cuenta esos malotes que si los pobrecitos ponían el grito en el cielo, era porque sabían que ir al balneario de marras era peligrosísimo? ¿¿Cómo afirmar tal cosa sin experiencia previa? Cualquiera se mete a hacerle servicios al prójimo, se habrán dicho los curitas.

Hay autoridades escolares que son patriotas 100 X 100. Lo sabíamos desde hace muchísimo tiempo. Cierta vez, el prístino patriotismo hasta les hizo olvidar que también hay vacas argentinas y que servir leche a los niños no es atentar contra la soberanía nacional. 5 Lo cierto fue que, encantados con alguna lámina iluminaba, se sin­ tieron patriotas, se olvidaron de las leyes de la nutrición infantil, e im­ plantaron, en una escuela, el jarrito de mate cocido. Hoy, a fuer de patriotas, la emprenden contra la paz. ¡Hablarnos de paz a nosotros, ¡canejo!, que somos más cimarrones que el zapallo amargo!, se habrán dicho y ahí nomás se les arrebató el genio y, rellenos de bélico ardor, se arrojaron contra el infecto comunismo. ¿Contra quién? Bueno, haciendo honor a la verdad, se lanzaron contra el emblema del comunismo, hallado es una escuela. Dicho emblema fue localizado —¡oh sutilezas de las almas patrióticas!— en un pizarrón que ostentaba una alegoría pacifista y una frase de C. Vigil, tan inocentes ambas, tan inocentes y diáfanas, cual el alma de un recién nacido. Pero los patriotas gritaron, vociferarony faltaron el respeto a docentes de muchos años de labor y conducta intachable. ¿Qué más hacían los patoteros?

tMB(ül , I-. i . . CARAMELOS.BOMBONES.DULCES.ÍTC labrldulce' CONSTITUCIÓN Pag. 10 VIDA FEMENINA

Para Vida Fetnenina

POR FRANCISCO F R O L A EX DIPUTADO SOCIALISTA ITALIANO

ENITO Mussolini consti­ tuye el equívoco político B y moral más formidable que Italia haya producido ba­ jo el socialismo, antes, y bajo el fascismo, después. BENITO MUSSOLINI Demagogo vacío, Inelegante y exagerado, co­ Yo sé también que su cultura no es orgánica, barde hasta lo increíble cuando se trata de pues está él constantemente bajo la influencia afrontar personalmente peligros y responsabi­ de su última lectura, y puede abandonar hoy lidades, audaz y sin piedad contra los débiles, mismo lo que aprendió ayer. mentiroso e inconsecuente hasta lo inverosímil, Sé también que su voluntad no es clara }* farsante de teatro provinciano, sin escrúpulos constructiva y que su carácter es el de una y sin fe, dotado de cultura muy superficial, hembra histérica. Mussolini llegó a subir, abriéndose camino con Una enfermedad, que contrajo en los prime­ la traición. ros años de su juventud y que no pudo o no Es ésta el arma esencial de su éxito y pudo quiso curar, atacó profundamente su sistema asociarla con su temperamento de histrión. nervioso. Favorecido por una paradojal combinación de acontecimientos y por la increíble ceguedad Ya antes de la guerra mundial la sífilis pro­ de sus adversarios, pudo crear alrededor de su vocaba en él manifestaciones morbosas; actual- persona el encanto de un mito. mente está en el período de la euforia megaló­ Su valor personal, su cultura, la energía, de mana que preanuncia la parálisis progresiva. su voluntad, su carácter, etc., etc., son para mu­ Basta mirarlo: exhibe él su fuerza física en chas gentes calidades indiscutibles. manifestaciones nudísticas y se abandona al de­ Sin embargo, yo sé que este héroe de leyenda lirio oratorio. Bajo la influencia de cierta auto­ se caía desmayado y lloraba como un niño por sugestión puede llegar a simular la audacia y el contacto con la jeringa de Praavaz. la voluntad, mientras en la normalidad no es AGOSTO DE 1938 11

sino un pobre harapo de hombre, percutido por "La Stefani", es deeir, la aKencia oficial del los temblores que da el miedo. Estado, recibe de manos, de sus secretarios la Los que no lo conocen de cerca juzgan su lista detallada de las "ovaciones delirantes" y personalidad a través de aquellas máscaras de los "aplausos frenéticos" que deben Ker in­ morbosas: así surge el mito, que Mussolini di­ tercalados en el texto del discurso. funde y cultiva. En el año de 1928 Clara Sheridan, periodista En cinematografía es posible representar so­ y escultora, obtuvo el permiso de modelar un bre la pantalla una gran batalla naval, sirvién­ busto de Mussolini. Así ella escribe: "Mussoli­ dose de una alberca de jardín y de dos o tres ni estaba malo y feroz. Me recibió con un aire docenas de barquitos. de amenaza. El Duc.e dijo: "Si usted publicara Con un sistema análogo Mussolini creó su algo contra mí, yo lo sabré. Hasta desde China propio mito. me llegan los artículos de periódicos que hablan Su patrimonio cultural es extraño y confuso: de mí. Si encontrase un artículo firmado por es él constante y alternadamente discípulo fa­ usted, la haré perseguir por la policía fascista nático de Machiavelli, De Maistre, Sorel, Berg- y usted no encontrará refugio en ningún rincón son, Tolstoi, Einstein: todas las tendencias lite­ del mundo." rarias, artísticas, morales, filosóficas y cientí­ Manía de persecución y delirio de grandeza. ficas caben ea su cerebro; allí luchan, allí se confunden, allí se separan, y todo esto en una En la primavera de 1919 Mussolini hizo un danza dersordenada e incomprensible. viaje a Verona, para inaugurar el "fascio" lo­ Leyó mucho; pero no digirió nada. Sin em­ cal. Era el jefe de los fascistas de Verona ítalo barco, tiene renombre de hombre cultísimo. Bresciani, actualmente general de la Milicia Esto también forma parte de su mito, así co­ Fascista, entonces mantenido por una tal Ida mo los otros elementos de su personalidad de Poli, dueña de dos prostíbulos. histrión. La ceremonia de la fundación del Fascio se Siempre está actuando como si fuera sobre hizo en un prostíbulo; la Poli, vestida de Italia, una escena de teatro: llegó a componerse una tenía la bandera tricolor, sentada sobre las ro­ máscara con los ojos feroces, con las mandíbu­ dillas del huésped invicto: Benito Mussolini. las cuadradas, con la cabeza inclinada hacia Las "muchachas" del "taller" estaban sentadas atrás, como hacen los boxeadores; además a su igualmente sobre las rodillas de los fascistas: máscara sin sonrisa añadió una voz áspera y de aquella función se tomaron muchas foto­ cortante que se expresa con frases breves de grafías. mando. En 1923 Breseiani cayó en desgracia: Mus­ Todos los que vieron a Mussolini "sin la más­ solini quiso expulsarlo del fascismo por indig­ cara" se quedaron sorprendidos por la dife­ nidad; pero Bresciani poseía las famosas foto­ rencia que hay entre el Mussolini que aparece grafías y amenazó publicarlas en el extran­ sobre la escena y el Mussolini que se manifiesta jero ; entonces Mussolini cambió opinión y pro­ privadamente. movió a Bresciani en los grados de la Milicia Un periodista de Viena escribió: "Mussolini Fascista. privado es un señor casi normal, quien con cier­ En la autobiografía publicada por "Cándi­ ta distinción en el lenguaje y en el gesto, lle­ de", Mussolini escribe: "Pasé una existencia garía a ser un gentleman." muy modesta en mi familia, con mi mujer Ra­ Mussolini cultiva su arrogancia para afirmar quel una persona excelente y juiciosa, que me su personalidad; y al mismo tiempo cultiva su siguió con paciencia y devoción a través de publicidad. todos los acontecimientos de mi vida. Mi hija Todos saben que "II Duce" es un jinete mag1­ Edda constituía entonces el placer y el júbilo nífico, que maneja su automóvil a 120 kilóme­ de nuestro hogar." tros, que pilotea su avión7 que toca su violín, La verdad es muy diferente. En 1912 Mus­ que adora la esgrima, que escribe contemporát solini abandonó a Eaquel y a su hija Edda y neamente diferentes cartas sobre diferentes se unió con Irene Desl^r, una austríaca de asuntos y que nunca duerme para vigilar so­ Trento. bre los Destinos de Italia... Raquel y Edda, ahora casada con el conde Es Mussolini mismo quien compila estas no­ Ciano, vivían entonces de limosnas. ticias y las distribuye a las agencias de prensa. Mussolini tuvo un hijo de la Desler y lo Cuando, por ejemplo, pronuncia un discurso, reconoció en las oficinas del Estado Civil de Pág. 12 VIDA FEMENINA

Milán. En 1914 Mussolini, director del diario del investigación, el Tribunal Especial que funcio­ Partido Socialista, "Axanti!", traicionó a su Par­ na magníficamente " tido y se vendió al gobierno francés por un Es éste el trlBúto que Mussolini dio a la millón de liras; con aquel dinero fundó su Idea paterna. diario "II popólo d'Italia", Traidor de su propia sangre. Irene fue testigo de todo lo que pasó en Cesare Rossi, que fue lugarteniente de Mus­ aquella ocasión; Mussolini, para eliminarla la solini hasta la época del delito Matteotti (ju* denunció durante la guerra como espía austría­ nio de 1924), escribió que frente a la explosión ca y la pobre mujer fue internada en un cam­ de la conciencia popular contra el crimen sal­ po de concentración con su hijo durante todo vaje, "Mussolini por el terror.se redujo como el período de las hostilidades. un harapo; se desmayó dos veces y lloraba continuamente.'' •Cuando subió al poder, Mussolini hizo des­ aparecer a la Desler y su hijo. Asesino y cobarde. Dos veces asesino. Traidor de su propia fa­ ¿Qué hombre fue más grande que él? milia y de su partido. Mussolini es "el César, el Washington, el Cronwell, el Napoleón, él Mazzini de la cuarta El padre de Mussolini, revolucionario since­ Italia". ro, llamó Benito a su hijo como homenaje Esta definición es de Pietro d-orgolini, un Benito Juárez. escritorzuelo miserable que Mussolini levantó a Cuando su padre murió, en 1910, Mussolini la dignidad de "Histórico del Fascismo". escribió: Nosotros lo juzgamos con la compañera Ba­ "No nos dejó bienes materiales; pero de bie­ labanoff: nes morales nos dejó un' tesoro: LA IDEA." "Si la historia recordara el nombre de Mus­ En el año 1927 Mussolini declaró en un dis­ solini, lo hará para personificar a Judas y Caín, curso : símbolo de lo que es para todos los hombres lo "Todos los periódicos de la oposición han más infame y vergonzoso: la traición por di­ sido suprimidos; todos los partidos antifascis­ nero, el puñalazo en la espalda del hermano. tas han sido disueltos. Hemos creado una po­ El Judas moderno superó a sus precedesores: licía especial fascista, las oficinas políticas de traicionó a toda una clase..."

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MUJER

Sé fuerte, ¡mujer! Sé fuerte al dolor. La espina que airada te hiera, recibe el perfume de tu alma sutil. La savia que mane la herida, sea incienso que lleve consuelo y amor; sea fuego sagrado que borre los odios, divino crisol que funda en una bondades sin fin.

Sé fuerte, ¡mujer! En cada momento de vida, Sé como la palma erguida que a impulsos del viento se mece tranquila. Eleva orgullosa Tranquila y soberbia la blanca diadema, altiva y erguida, que forman los grandes cariños: Mujer... de hija que ama, resiste a los vientos, de novia que alienta, que austeros se llevan de esposa que sufre, tu noble virtud; de madre que adora. desprecia los locos afanes de aquellos que quieran La patria no quiere que vivas esclava, virtudes la Patria reclama que vivas de pie. noblezas, Sé digna, sé noble, sé fuerte. anhelos sublimes que vibran en ti. ¡ Mujer! ELOÍSA AZCUAQA PAR. 14 VIDA FEMENINA Estampas ile la Guerra EX M: Por Luis de LA PATKIA MADARIAGA Para VIDA FEMENINA

'Cuando la Patria está en peligro, todo buen encinta, y dos hijas: la mayor tenía dos años patriota surge para defenderla en el campo de y diez meses. Los sollozos y las súplicas de batalla. Cuando estalló el movimiento faccioso mis padres y mi compañera no fueron suficien­ en nuestro suelo patrio, el pueblo — pueblo tes para hacerme olvidar que era español y heroico y antifascista — se arrojó a la calle que mi deber era el de empuñar las armas pa­ dispuesto a defender. sus libertades sin retro­ ra impedir, a medida de mis fuerzas, que mi ceder un solo paso. Los españoles dignos y hon. suelo patrio fuera mancillado por pisadas ex­ rados residentes en el extranjero dejaron sus tranjeras y que hicieran de España una colo­ hogares, tranquilos, para empuñar las armas y nia estilo abisinia. ¡Eso jamás! tener un sitio en el campo de la hombría, pa­ —¿Cuándo se incorporó a nuestra gesta? ra defender a sus hermanos españoles de la —El 27 de diciembre de 1936, a las diez de esclavitud a que estaban sujetos, por el orgullo la noche, tomé el tren en París con dirección egoísta de unos cuaníos farsantes de la polí­ a la España Republicana... En la estación, pa­ tica y unos malvados generales sin honor y ra despedirme se encontraba mi compañera... sin vergüenza. "No me olvides • piensa en 'nuestros hijos" — Nos encontramos ante un patriota, José Ma­ me dijo —; unas lágrimas..., un fuerte abrazo nuel García Marino, al cual solicitamos su bio­ de emoción..., un beso frío pero lleno de ter­ grafía y su opinión sincera de nuestra guerra. nura. Monté en el tren y un último adiós con -i...» la mano fue el recuerdo que me traje para —En el año 1922 fui llamado por mi padre el pueblo heroico. para que fuera a su lado, en Francia, donde —¿Feliz viaje? residen. Antes, él, en compañía de mi familia, —Después de varios interminables días 3 N Fág. 15 de sumo interés, indicándonos la necesidad de que salía de unos labios ^antifascistas. Por to­ empuñar las poquísimas armas de que dispo­ da,» partes se oía el mismo lamento: ¡No te­ níamos para intentar impedir que el enemigo nemos municiones! El comisario Vicent ordenó pisoteara nuestra capital. [Nuestro Madrid he­ el aprovechamiento de las pocas municiones roico, trinchera mundial de la libertad! Todos existentes. Un tiro, un objetivo. Al rato se cal­ los soldados a un solo grito exclamaron: ¡ Muer­ mó el fuego por nuestra parte y los tanques te al invasor! ¡España es nuestra y lo será! enemigos avanzaban... En algunos rostros de ¡No pasarán, no pasarán! A los pocos días lle­ mis camaradas se pudo observar la mueca de gamos al pueblo de Ciempozuelos. Estábamos horror. Varios soldados avanzan hacia los tan­ contentos y de buen humor; íbamos a defen­ ques y los acometen con sus bayonetas. .. ¡ Hé­ der a España contra el fascismo invasor. Nos í'oes de España, que perecieron antes que re­ colocamos sobre una loma en la cual no se ha­ troceder! Me acerqué al comandante Plaza pi­ bían construido aún trincheras por falta de diéndole municiones y me contestó: ¡ Resistid ! material y tiempo. Llevo en mi mente una fe­ ¡ Resistid, que las municiones están en camino! cha clavada que jamás olvidaré. El 6 de fe­ Me entregó unas bombas que poseía, catorce brero, estando yo con el capitán camarada Yu­ en total, las cuales repartí entre soldados y al­ belo (19 años) en el flaneo derecho del bata­ gún jefe. Un soldado apellidado Carreras se di­ llón, un soldado nos indicó varios puntos que rigió hacia los tanques, desafiando la muerte, a lo largo se divisaban. Con la ayuda de los e hizo que las seis bombas que llevaba en la gemelos de campaña, el capitán comprobó que dotación estallasen sobre un tanque, pero co­ eran unos cuarenta tanques enemigos que avan­ mo no eran antitanques no hicieron efecto al­ zaban con gran rapidez hacia nuestro flanco guno. Medio loco, sin darme cuenta de] peligro izquierdo... Locos, bajamos los dos en com­ que corría y cantando una vieja canción revo­ pañía de un enlace, para evitar una sorpresa lucionaria, me acerqué al comandante, que se fácil que podía costar cara a nuestros cama­ encontraba junto con el comisario, a la cabeza radas que, confiados, esperaban la orden del de nuestras fuerzas y le expliqué nuestra situa­ mando para avanzar... Llegamos cuando PI ción. Una bala hiere al enlace, otra le quita el enemigo rompía intenso fuego con artillería, gorro a él, pero sin inmutarse lo más mínimo, morteros, tanques, caballería e infantería.. . gritó: ¡Adelante, camaradas, que retroceden!... Plasmar la impresión que en mi ánimo causó. Y el enemigo avanzaba, pero nuestros soldados, es imposible. Oía silbar las balas por encima con una moral increíble, estaban en su puesto. de mi cabeza. Me tiré bruscamente al suelo y Dos horas más tarde caía muerto en primera de bruces permanecí unos diez minutos, duran­ !ínea nuestro bravo comandante Antonio Plaza. te los cuales ante mi vista pasaron mis padres, Momentos antes habían caído los delegados po mi compañera y mis hijos... Me levanté im­ líticos de la primera y segunda compañía. Un pulsivamente ; airado y sin cruzar palabra con capitán me ordena la retirada con treinta hom­ nadie me dirigí adonde heroicamente mis com­ bres y tres mulos. Mientras hacíamos la reti­ pañeros defendían la tierra que pisaban. Un rada, vi cómo los rífenos sin corazón pasaban grito agudo salió de mi garganta: ¡ Animo ea­ a. la bayoneta a los heridos de nuestras filas. maradas! ] Aquí no pasarán, ánimo ! Sin armas ni municiones, solamente con el he­ roísmo de nuestros soldados, resistimos diez ho­ -Í...J ras y media." —El combate empezó a las ocho y cuarto de la mañana. Los tanques avanzaron porque Este asturiano de corazón — José Manuel veían que de nuestra posición no salían nada García Marino — expone a nuestros lectores más que débiles disparos de fusil. Teníamos un breve episodio de la actuación de los que hombres voluntarios españoles, pero no tenía­ defienden las libertades del proletariado mun» mos armas: sólo disponíamos de cuatro ame­ dial en los parapetos de la única España, la tralladoras y fusiles. A las diez ele !a mañana España de los trabajadores, la España de la cayó herido el valiente teniente Olmedilla (21 República. Estrechamos su mano encallecida y años), al mismo tiempo que un sargento me lla­ le decimos: maba: "Político: tráeme la guitarra que voy a —¿Algo más? tocar ua fandango! Le llevé la guitarra y al —Sí —nos dice en francés —. ¡Vivo le instante se percibieron los sonidos de las cuer­ Peuple Espagnol! das y la voz del sargento que cantaba.. - Una bala enemiga apagó para siempre la canéjó'i Madrid, Mayo 1938. 16 VIDA FEMENINA

p o r LUCAS BUENAIRE | SERMONES PERDIDOS[ üniiiiitii IIIIIIIIIIIIIII mi iiiiiiiiiiiiini DIME EL DIARIO QUE LEES... »'••»*

La gente que viaja a estas horas tempranas sudos editoriales que trasuntan el periodismo en los tranvías de la gran empresa, goza de la grave, responsable, que no puede decir las co­ vf-.ntaja del boleto obrero. sas sin el estilo campanudo y solemne, a la La compañía, en su forzada liberalidad, ha manera académica, ni reír con risa loca, pues dispuesto las cosas de un modo inteligente que miran sus columnas largos años de prestigio le permite hacer viajar por cinco centavos a periodístico. Son los diarios de diez centavos los pasajeros sin perjudicar a los señores ac­ que el trabajador compra en las grandes oca­ cionistas. siones, cuando traen el pesado suplemento o el Ha establecido este servicio de coches-obre­ novísimo mapa geográfico. ros en los cuales, mediante la probada pacien­ Más numerosos son los diarios de cinco cen­ cia y habilidad de los pasajeros, cabe el doble tavos. Son los que buscan los pasajeros de es­ de lo que establece la capacidad del tranvía. tas horas mañaneras ya aficionados a sus no­ Aparte de algún apretón, de un suave pisoteo ticias sintéticas, sus títulos enormes, sus notas a los pies y de una que otra expresión mal­ espeluznantes en la sección policial. Todo esto humorada, se puede viajar en estos coches en por cinco centavos. las frías mañanas invernales, con la ventaja Estilo telegráfico e información en dosis ho­ del calor natural que irradian los cuerpos. En meopáticas. Este es el diario inglés escrito en verano, la ventaja es para los que van coiga­ castellano, en el cual los artículos de redae­ dos en la parte exterior del tranvía y logran •ción tiran de las orejas suavemente, al ar­ así aspirar a pulmones llenos la fresca brisa tículo firmado por el escritor ilustre como pa­ matinal. ra recordarle que hay allí un neg'ocio y que Desde nuestro incómodo observatorio^ una los negocios son los negocios. vez conquistado el ansiado asiento que todos Este diario que edita la gran sociedad anó­ pagan pero que no todos ocupan, empezamos nima tiene sus alardes democráticos; adoctrina a mirar a nuestro derredor; no hay cosas vie­ en civismo y adopta ,un tono solemne en sus jas ni demasiado vistas para quien todavía tie- páginas editoriales. ne ganas de mirar. Todos ponen aquí, al sentarse, la misma ca­ Pero no puede disimular su carácter de em­ ra de inusitada gravedad y realizan el mismo presa meramente comercial. Se descubre allí, acto: llevan su mano al bolsillo y extraen su entre líneas, un encono invencible contra la diario. clase que explotan sus accionistas. Las más jus­ Van apareciendo, poco a poco, las hojas tas conquistas obreras se le aparecen como­ grandes y las hojas chicas. El diario a la an­ enormes concesiones realizadas a expensas dé­ tigua y el diario moderno. Van apareciendo, los pobres industriales. también, las hojas medianas, de un modernis­ Lo más visible en este diario es su odio al mo vergonzante. socialismo y a sus hombres más representati­ Observemos ahora lo que lee esta gente, que vos. ¡ Con cuánta extensión suele ocuparse de es gente de trabajo, pensando hacer la consa­ los socialistas para buscar supuestas contradic­ bida conclusión: dime el diario que lees y te ciones entre la teoría y la práctica de las ideas! diré lo que piensas; que es como si dijéramos:, Con la base de mentiras e inepcias recogidas dime lo que comes y te diré cuál es tu salud. allí donde la oposición al socialismo se con­ Ya que el diario es el pan intelectual por ex­ vierte en odiosa pasión incubadora de infames­ celencia. calumnias, prepara los pasteles periodísticos No predominan entre los manos de los lec­ que han de indigestar a sus lectores. tores los ejemplares pesados de los dos colosos Menos chico, de formato mediano, este otro­ del periodismo, de ediciones monstruosas y sp­ diario de cinco centavos tiene numerosos lec_ ACOSTÓ D K 1938 17 lores. Es mas pobre que el otro pero no más yen a degradarla; esta hoja en fin, que ''­ prostituye con su abundante información tur­ miga declarada de los facciosos de la política fistica. criolla, la hostilidad de los hambreadores del La revista que acabamos de hacer nos deja pueblo y la indiferencia popular, realiza un un poco-descorazonados, pues pensamos, res­ constante esfuerzo de superación más heroico pondiente al: dime el diario que lees., ¡qué cuanto más desinteresado y leal a los intereses mal, pero qué mal lee el pueblo! de la clase obrera. Para estas impresiones desoladoras encontra­ Su prédica ha estado presente en los más mos, sin embargo, esta fría mañana de julio, difíciles momentos de la vida política y social una feliz compensación. del país, siempre enfocando los problemas co­ Allá, en el asiento delantero, descubrimos lectivos con inteligencia y valentía. un pasajero que lee un diario que no hemos Alguna vez fueron incendiados sus talleres. visto entre las manos de ninguno de los lecto­ Otras, fue clausurado. res que viajan con nosotros a esta hora. En todos los casos se consideró irritante que Lee este pasajero un diario que no goza to­ hubiese un diario' que no fuese posible .hacer davía del favor popular y que es, sin embargo, callar por la fuerza o por la seducción del di­ un auténtico y valiente defensor del pueblo nero. trabajador. Se habla ahora con insistencia, de una higie­ Es el diario que fundara un joven médico a ne de la alimentación. Se comprende la necesi­ fines del siglo pasado. Lo edita una agrupa­ dad cada vez mayor de que los alimentos r¡ue ción de hombres que se han conjurado para han de transformarse en el organismo en nue­ dignificar la política argentina dándole un con­ va carne y nueva sangre, sean cuidadosamen­ tenido preciso: la defensa y elevación de la te seleccionados. clase obrera. La higiene mental tiene también sus exigen­ Es el diario popular por excelencia. Digamos cias. Ella reclama la necesaria tarea de selec­ lo que contiene y lo que no contiene este diario ción y, siendo el diario el alimento intelectual que debería ser el pan intelectual de todos los que en mayor cantidad ingiere el pueblo, es trabajadores de nuestro país. Ello nos permi­ urgente que los trabajadores eviten los peli­ tirá deducir por qué no predomina entre nues­ gros de la intoxicación gastando de un modo inteligente los pocos centavos que destinan a tros compañeros de viaje. comprar diarios. Pero nos permitirá señalar la aberración que significa que el diario de la organización po­ ¿Comprenderán alguna vez quienes sienten lítica de la clase obrera de nuestro país no el constante contacto con una odiosa organiza­ cuente con los centenares de miles de lectores ción social que eterniza la miseria y el descon­ que se merece. tento, que la forma más simple de militancia' es multiplicar el número de lectores del diario Tiene "La Vanguardia", desde luego, artícu­ que fundara a fines del siglo pasado Juan B. los bien escritos en defensa de las libertades Justo ? públicas; clara y sana doctrina socialista; in­ formación abundante en asuntos del país y el ti • ti extranjero; una excelente página gremial; una bien orientada página teatral. Queda además por enumerar su sección literaria; sus páginas de'asuntos'especiales: agricultura, cooperación, Dentro de la Qravedad economía, etc. Todo, en fin, cuanto puede ape­ tecer un lector culto. Le hablaban a don Miguel do ITna­ Esta hoja, que no goza de ningún apoyo rriuno dé un catedrático do Salamanca oficiad; que no use halla subvencionada por que no es Un genio precisamente. ninguna empresa privada; que, por el contra­ —Ha sufrido un accidente de,auto­ rio, se halla colocada en el índice por los círcu­ móvil —le contaban—, y se lia quedado los cuyos infames negocios ella denuncia; que medió 'tonto. ' '"T rechaza, invariablemente, el aviso que contra­ — Pues lia mejorado'Yinu'ho,' '.dentro ría los intereses de la clase' obrera o contribu­ de la gravedad -—cbnierító áoii'jNH'íiuel. P;Ví. 18 V I 1) A I'' K M !0 .V I N A CADA GOTA DE PETRÓLEO VALE UNA GOTA DE SANGRE Por PROTASIO MARTÍNEZ ALVAREZ

Yacimiento de Cacheuta (Mendoza). Pozo en perforación con un aparato a cable

"Zoroastro anunció, ante las co­ preciso en que era indispensable respaldar siis lumnas de fuefeio» imágenes del dios Orir.uz, que un día prende­ actos en defensa del virulento ataque de los rían íuego al mundo entero. El mercaderes ingleses. Pocos han sido, relativa­ presagio le valió al profeta un caá tlgo. El porvenir puede darle ia mente, los mexicanos derrotistas, lcfs pesimis­ razón." tas que piensan que México sólo ha expulsado a unos traficantes para poner en manos de A partir del 14 de marzo del presente año otros —quizá los más peligrosos— la explota­ los destinos de México han tomado una nueva ción y el manejo del precioso aceite. Pero al­ ruta que posiblemente engrandezca a la Repú­ guna razón debemos conceder a estos últimos. blica y beneficie directamente a nutridas ma­ Bastantes traidores ha tenido México. Muchas sas de hombres antes sujetos a la explotación farsas hemos descubierto después de que los más inicua por los traficantes rubios del oro caudillos se han hecho aparecer como "patrio­ negro. tas" y hasta como héroes". Por eso mismo no ¡Ojalá y así sea! ¡Ojalá que sea una verdad debe calificarse con demasiada dureza al pesi­ real la independencia económica de nuestra pa­ mista que ya no cree en la reivindicación del tria, sin que simplemente hayamos cambiado de atormentado México. patrón! Es halagador, en verdad, que la República LA LUCHA POR EL PETRÓLEO entera haya respondido entusiastamente al lla­ El 10 de septiembre de 1935, Augusto Assía mado del jefe del Ejecutivo, en el momento publicó en "La Vanguardia" de Barcelona un ACOSTÓ D E 1938 19 intensante estudio sobre ](l que en la actuali­ borno, todos los medios se han puesto en juego dad significa el petróleo y la lucha verdadera­ para despojar al campesino, al trabajador o ¡i mento encarnizada que desarrollan los países la nación misma de los terrenos privilegiado-). imperialistas para apoderarse de las princip;; Pozos de 150.000 barriles y de 150.000 dóla­ 1<>s fuentes-, haciendo una descripción gráfica res diarios, los adquirieron con mil y tantos pe­ de la importancia que tiene en la vida moderno. sos de mísero pago a nuestros humildes ranche­ Las flotas aéreas y las marítimas!, los au1'; ros de Veraeruz. Y esto cuando se les recom­ móviles, los tanques y los carros blindados, los pensaba "honradamente", purs era frecuente trenes y los motores de las fábricas —decía Au- que se les pagara quitándoles la vida. gusto Assía— son movidos por el petróleo. Y Sin reparar en los medios había que realizar agregaba: con petróleo se defiende medio glo­ el fin: apoderarse a toda costa de lo que cons­ bo de has penumbras de la noche. El alquitrán tituye la sangre para el funcionamiento de las se hace de él. Petróleo integra la tinta con que industrias- modernas y para poder triunfar en está impreso este artículo. Los zapatos del lec­ el probable caso de una nueva guerra. tor han sido lustrados con betún cuya base es el petróleo, como lo es del lápiz que enrojece los labios de millones de mujeres blancas, ne- Hace algún tiempo, una tarde en que conver­ gras y amarillas. De objeto de adoración, el pe­ sábamos con un viejo y vigoroso periodista me­ tróleo se ha convertido en instrumento de po­ xicano, don Fernando Gal van, nos decía coa der. De Ormuz, dios de una religión primitiva, verdadera emoción: —Hallándome hace años en Bencina, dios del' progreso. en el Estado de Tamaulipas he sentido temblar Efectivamente, la necesidad de apoderarse la tierra en una forma aterradora; pero no sv del petróleo en donde spe le halle, encierra uno trataba de un sismo, eran los gases comprimi­ de los dramas más imponentes e inquietantes dos en las entrañas de la tierra, en aquellos lu­ en todo el mundo. gares donde los inmensos manantiales de pe­ tróleo buscaban una salida. COMO ADQUIRIERON LOS MANTOS Puede suponerse, pues, la inmensa riqueza ahí PETROLÍFEROS acumulada... y las ambiciones que ahí también se desbordarían para lograr la hegemonía en En México —para hablar de lo nuestro— los la explotación del oro negro. capitalistas ingleses y norteamericanos se han Apresurándose ante la competencia formida­ servido de los medios más crueles para lograr ble de los norteamericanos, los ingleses vinie­ enterrar las garras en las regiones cuyo vien­ ron a enfrentarse a aquéllos dentro de su pro­ tre se encuentra repleto del ambicionado lí­ pio continente, consiguiendo apoderarse fácil­ quido. La rapiña, el crimen individual y colec­ mente de los principales pozos. tivo, el engaño más infame, la traición, el so­ (Sigue en la página 33) CONDE &Cía. • OBRAS SANITARIAS • GAS - INCENDIO PERÚ 84 - U. T. 33, Av. 9907 20 VIDA FEMENINA

Tasado el primer momento de vergüenza, coinciici'. a pensar seriamente en el porvenir, lo veía muy comprometido. Yo sé cómo es de NEOPAGAN perseverante y tremendo Benito, y sé que pues­ to en el tren de dedicarse al neopaganismo, es ciipa/ de llegar., en fin... ya me entienden. Por Vo no puedo pasarme sin leer diarios y re- N O E M I vistas; yo no soy capaz de soportar ciertas fo­ tografías, ¿qué hacer? SALAS Ya había pensado en la careta salvadora (porque sabrán ustedes que vergüenza que no Para VIDA se ve, no tiene por qué avergonzar), .cuando FEMENINA veo que quien trajo la enfermedad, arribó con el remedio. El mismo diario que nos lo mostró sobre la E estaba po­ trilladora, cual tentando a los manes de Vir­ niendo feo el gilio, nos trajo la noticia tranquilizadora. asunto. En lugar de hacer neopaganismo habia aba­ Todos los días, jo, los fascistas hacen neopaganismo hacia antes de fijar mi arriba. vista en los gra­ La emprenden, por el momento, con las cor­ bados de los diarios argentinos, sentía una mo­ batas y los cuellos. ¡ Inocentes de Dios! (Las lesta aglomeración de glóbulos rojos en la cara. corbatas y los cuellos, naturalmente). Soy muy tímida. No puedo con mi genio. "Deben tirar los fascistas los cuellos y cor­ Los años no lian conseguido darme la impa­ batas, por lesivos a la función mental. — Ro­ videz necesaria para mirar ciertos espectácu­ ma 26 (Especial). — Alegando que los cuellos, los y ¡vamos!, contemplar al Duce con el dorso las corbatas y la escritura manuscrita minús­ desnudo no es barba e choclo. cula son causantes de la miopía actual, que IJO vi primero sobre una trilladora y seré era desconocida para los antiguos romanos, el sincera, visto así en un rudo ambiente de tra­ profesor de óptica de la Universidad Real de bajo, no me alarmó tanto. Quizá la fotografía Palermo, señor Alfredo Acucco, invita a los no fuera de las más indiscretas... italanos a desechar esas prendas y a escribir de acuerdo con la caligrafía romana, para así dar Días más tarde, hojeaba inocentemente una una prueba "de higiénica inteligencia racial" revista semanal, cuando ¡ cataplum! lo vuelvo "Recordando las recientes palabras del se­ -a ver tan escaso de ropas en una exhibición ñor Mussolini, de que el fascismo debe pene­ de neopaganismo fascista que... bueno, bueno, trar profundamente en las costumbres del pue­ será mejor no analizar impresiones. Tal vez me perdería en un laberinto tan intrincado de blo, el profesor Acucco dice en el "Giornale palabras rumbosas que los fastidiaría. 1'Italia"­ "Importaciones exóticas de Francia. — Los Sólo recuerdo que en medio de mi púdica cuellos y corbatas ceñidos y la escritura ma­ confusión, me sentí herida por una voz zumbo­ nuscrita pequeña, constituyen motivos exóti­ na. Hablaba una señora terrible, que no le cos importados de Francia. A mayor perfec­ perdona nada al pobre Benito, y que tiene ción de la vista, más completa es la eficiencia siempre alguna flecha afilada cuando se (rata y la capacidad del individuo" de pinchar a los pobres hombres. "Según el profesor Acucco, los italianos de­ Ella decía: ben tener una vista perfecta en la actualidad, ¡Qué bien! Ahora sí que nadie va a pensar para poder conducir los tanques de guerra, los en el ombligo de Buda. Quedará chiquito, per- aviones y los buques de guerra hacia la gloria. dido en las lejanías del Asia. ¡ Qué bien! Será Pero ello no será posible si "siguen usándose estupendo y conmovedor el nuevo culto de la cuellos y corbatas ceñidos, que debilitan la vis­ avispada humanidad occidental, ¡el culto del ta y recargan y fatigan la función cerebral" ombligo del Duce! — (<*E1 Mundo", julio 27.) Eso está mal, ¿no es cierto? No se debe Menos mal. Ahora podro vivir tranquila. hablar de ciertas cusas, delante de las niñas.. . ¡ Buenos sustos me dieron! AGOSTO DE 1938 Pá*. 21 Obra Plausible

Los vecinos chacareros de El Trigo, provin­ dignidad, y sigue la bibloteca, que se apronta cia de Buenos Aires, están realizando una a rendirle homenaje a Sarmiento, en ocasión obra magnifica. del cincuentenario de su muerte. Constituidos en la Agrupación Cultural Están empeñadas en la bella tarea, muchas Bernardino Rivadavia, han levantado una es­ mujeres. VIDA FHMEMJNA se congratula cuela primaria y una biblioteca. y hace llegar a todas ellas sus felicitaciones Gesto de titanes, en' la provincia mancilla- más efusivas.

Jóvenes que forman la Comisión de Biblioteca Agrupación Cultural "Bernardino Rivadavia" Comisión 'Directiva da por los garitos y el malevaje entronizado; gesto que dice el himno del porvenir, el que Las jóvenes que así ocupan sus horas han hará grande a la patria, porque volverá dig- cÓiífenzado, con paso seguro y valiente, su no a su pueblo. marcha por el camino de la vida. No les quedará tiempo para lamentarse de la falta dé En El Trigo, marchan unidos el libro y el diversiones, ni de la vida siempre igual y sin arado, y como ese maridaje no habla a los qué hacer, de los pueblos. Este estribillo, tan sentimientos altamente patrióticos del gobier­ vulgar, no tendrá sentido para las jóvenes la no provincial, los inteligentes propulsores de la modesta grande obra, no han conseguido boriosas y entusiastas que, luchando por ele­ el reconocimiento oficial de la escuela. var a los demás, ya están muy alto. Pero la escuelita sigue, hablando de amor y ¡Bien por las inteligentes muchachas de El Trigo!

La escuelita de El Trigo Lo» alumnos y la señora maestra VIDA K K M !•: N I N A La Voz Del Cam£o Desecho de la Ciudad que nos Llega al Campo

(Continuación del número anterior)

II

Al pedir al nuevo dueño del campo, una expli­ cación sobre lo que estaba ocurriendo, volvió a in­ sistir en que se quedaran, diciendo, que sostenía su palabra de caballero ya empeñada. A pesar de todo, el convencimiento no cegó a los moradores de aque­ lla vivienda. El hecho de saber que el nuevo due­ ño se manejaba por tirones no era como para alen­ tar a nadie por muy optimista que fuera. En tanto se desarrollaban estos sucesos, se tomaron algunas medidas. Venta de buena cantidad de aves. Es pro­ por verbial en el campo que estos indefensos alados ELENA llenan el ojo del abogado o procurador que legitima el desalojo. A decir verdad, tampoco sienten re­ BARBERENA pugnancia alguna, por adueñarse de otros animali­ tos de mayor contextura, como ovejitas, corderos, le­ chones, etc. El susto y la ignorancia de los desalo­ jados suelen dejar esos bienes en manos de la au­ toridad o los dotores, en la seguridad de que esta­ combatir el analfabetismo que adquiría alarmantes rán bien cuidados... Y seamos justos, se dedican proporciones dentro y fuera de ese gran latifundio con tanto cariño a cuidar estos bienes, que jamás que acababa de venderse. Muchos fueron los traba­ vuelven a manos del dueño. . . jadores que ansiando ver a sus hijos instruidos ins­ Ocurrió, que un día, sin previo aviso, o lo que taron a la campesina del lugar a que enseñara a quiere decir sin pasar la fatídica lechuza, para an­ leer y escribir a los vecinitos. ¿Cómo negarse? La ticipar la mala nueva, se hizo presente el bullicioso. gran aspiración era alejar de sus hijos la amargura y ¿Quién es el bullicioso?, se preguntarán. El auto del el dolor que trae siempre aparejada la ignorancia. a'guacil, viejo Ford de una sonoridad impresionan­ Quien aceptó impartir la enseñanza a aquellos pe­ te. Del estrecho Ford bajaron más personas de lo queñuelos, comprendía muy bien, esas lógicas aspi­ que podía prever quien observara coche de tan es­ raciones. De muy niña, vio cometer infinidad de caso volumen: abogados, alguacil, escribiente o injusticias, aprovechándose siempre de la ignoran­ ayudante de éste, milicos. Era aquella una escena cia. Los instruidos de la ciudad, aventajaban a los semirrisueña. El abogado, era un robusto personaje campesinos en el saber y también en procederes cuyo abultado addomen no hablaba de ayunos, ni ignominiosos. siquiera de alimentación deficiente. Los otros acom­ Aun resonaban en sus oídos las palabras pro­ pañantes discretos, quizá, por ser del lugar. Los feridas por un noble campesino, que acorralado por milicos para impresionar estaban con sendos sables. la injusticia y viveza de los instruidos de la ciudad ¡Quién sabe si el mismo Moreira, hubiera observado exclamó: ¡Maldita sea mi ignorancia! Estos episo­ impasible la invasión de tanta milicada a hogar tan dios de injusticia quedan muy grabados en las men­ tranquilo de trabajadores. ¿Cómo no había de ser tes infantiles. ¡Cómo se desea ser grande para apren­ tranquilo? En él funcionaba una escuelita, modesta der mucho! ¡Santa inocencia! Nunca se llega a saber en verdad, formada por la imperiosa necesidad de tanto, como para comprender D. estos dotores que AGOSTO D E 193 Tá«. 23 llegan de la ciudad. ¿El hogar-escuela a que hago Banco, debe tener también la de alguna importante referencia impuso un poco de cautela, a los desalo­ fábrica de bebidas, ¡qué lindo hedía a grappa! jadores? Vosotras juzgaréis. Una vez que hubieron Es verdad que cumplen con su deber, pero lo descendido de el bullicioso, avanzó el grupo hasta que la ley no les exige es empleo de procederes ton­ la puerta de entrada. A donde se dirigía el abogado, tos. Parece que quien ejecuta el desalojo debe ir lili iba como por arte de magia, bien adosado a provisto de una buena partida de anzuelos, con dis­ él, el resto de la comitiva. Sólo sobresalía el res­ tintos sebos . Sus títulos para encandilar al igno­ petable abdomen del abogado y los relucientes ma­ rante campesino. . . Su estado civil como poderoso chetes de los milicos. Una vez adentro, con la se­ atractivo ante la candida campesina. riedad que exigían las circunstancias, expusieron al Como lo había prometido al día siguiente bien dueño de casa la razón de su visita y como así tam­ temprano se hizo presente. Guiado por un peón lle­ bién el por qué de tanto despliegue de fuerza ar­ gó al interior de la casa muy ufano y respirando mada. ¡Había que desalojar en 24 horas, de lo con­ satisfacción por todos los poros. Su jira del día an­ trario! Eran de ver los gestos y el aire de im­ terior había sido feliz. A su paso por otros hoga­ portaücia del dotor. Se le notificó del estado pre­ res, rindiéronse las timoratas campesinas ante su cario de salud de un miembro de . Res­ dotorado: quejas, súplicas y lágrimas de mujer se pondió: No importa, aunque sea en camilla se lo virtieron pidiendo protección para sus hijos. ¡Qué taca. Al no objetar nada el campesino, con aire de generoso se manifestaba; se sentía un hombre de dolor perfectamente simulado, agregó: La vida es importancia! Con tan excelente estado de ánimo, se ii.M amigo; aquí me tiene bajo esta lluvia, cuviplien- enfrentó a la dueña de casa que se hallaba entre­ Jo una misión tan doloroso como ésta, reñida con gada a las excesivas tareas que impone un desalojo mis sentimientos. Tengo, como si fuera poco esto, rápido. la terrible preocupación de mi esposa enferma; ayer —Buenos días, señora o señorita —dijo sonrien­ la han operado y su estado anoche era muy grave. te— no le extrañe mi manera de saludarla, como El silencio del campesino se hacía molesto. Ellos, sin no la conozco. . . duda, creyeron ser espectadores de un arranque va­ —Lo mismo da — respondió lacónicamente la ronil . . .; el arma que se toma para atentar contra dueña de casa. sus preciosas existencias, o por su feliz interven­ Olvidando repentinamente su ignorancia sobre el ción, contribuir al fracaso de un suicidio. ¿Algo así estado civil de aquella campesina, inquirió: esperaban? Nada de eso ocurrió. Entonces, el abo­ —¿Su hermano, señorita, no está? gado, perdiendo la dulzura corderil, de un ataque —No, pero si su interés es observar la marcha de dinamismo, quizo organizar el desalojo. Echó del desalojo, revise. una mirada oblicua a los libros, que estaban en la —¡Qué esperanza, ya veo cómo marcha esto. biblioteca, (éstos muy seriecitos, observaban aten­ Viendo que la campesina estaba desmintiendo la tos los gestos iracundos y un tanto extravagantes injusta fama da charlatanismo que se le ha atribuido de tan raro visitante), y dijo: Bueno amigo, mué­ a la mujer, con gesto expresivo indicó la plaquita vase, empiece a guardar ese montón de libros y to­ de la escuela y preguntó: das esas cosas que tienen acá. . . Faltaba a esa es­ —¿Aquí funcionaba una escuela? . . ¿Usted la cena el tic teatral. . . Que apareciera la campesina dirigía?. . . ¡Qué gran obra! . . del hogar arrasada en lágrimas pidiendo clemencia a —¿Dar clase es una gran obra? ¡No lo sabía! los representantes de la justicia. Esto tampoco acae­ ¡Cuánto tenemos que aprender las campesinas aun! ció. Pero el dueño de casa, con gesto que no admi­ A usted no le llamará esto la atención: no conoce­ tía consejos, les advirtió: Ustedes han cumplido su mos más que las cuatro paredes de nuestras casas. dnlorosa misión; yo sé lo que debo hacer en mi —¡Claro, qué me va extrañar, dado mi cargo de casa. Una retirada así, después de tanto alarde de abogado del Banco, recorro toda la República! ¡Qué malevo no lo debió satisfacer. Conocían bien la in­ cosas se ven, una gente más bruta, nada compren­ justicia de lo que ocurría. Sabían bien las causas de, siempre llorando miserias y uno qué les va a de la permanencia de aquella gente dentro del cam­ hacer! Que no tienen plata; que son pobres; que po. ¿Esperaban apostrofes contra quienes se permi­ un desalojo los arruina para siempre y qué se yo ten el lujo de llamarse caballeros? ¡Qué decepción! qué pavadas más, como si uno fuera responsable de El silencio más absoluto los despidió. Ubicado en el lo que les pasa. Ayer nomás, una criolla de aquel '-iejo Ford, con aire sentencioso agregó: Mañana puesto, señalándolo mostraba la carta de un aboga­ ¿ la mañana volvemos. . . do de La PUf»— aquí citó el nombre de un distingui­ 1 Lo que se le oyó al campesino como único co­ do abogado—, donde decía que se quedaran con el mentario fue: Este a más deja representación del (Sigue en la pás. 26) IV-:. 1M V I 1) A K ',: .".! 10 N' I N A

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Los siglos os han consagrado, manos de mu­ jer, como las manos que ahuyentan del hogar el frío y el dolor. Manos que encienden la lumbre enemiga de la nieve y el cierzo, ma- nos que envuelven al esposo en suaves bufan­ das abrigadas; manos que urden siempre la trama suavísima de las prendas del recién nacido. Hábiles manos tejedoras, ¡comenzad ya vuestra danza de agujas y puntos! En las largas veladas de antaño, el amor a los vuestros aligeraba la marcha de las agu-­ jas incansables. La risa cristalina de la peque­ ña, la vo? mimosa del primogénito, tornaban minutos las horas largas. Hoy, no podéis encerraros entre cuatro pa­ redes, con vuestro amor y vuestro ensueño. Peligran las cuatro paredes de vuestra casa, y el capricho de un déspota cualquiera, puede

i "i [a] trabar vuestras manos.

[5J pj p Hoy, es debar vuestro, abrir las ventanas

(Hl del hogar, para contemplar con estupor, la Pj tragedia y el heroísmo de miles de madres es­ 'pañolaSj que junto a sus hombres defienden la liberte! de todos,.al,luchar por la suya propia. AGOSTO D E 1 9 S S Pág. 25

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Hábiles manos .tejedoras: ¡Comenzad la danza de agujas y ovillos! Con lana de nuestras ovejas, tejidos por nuestras manos amigas, deben llegar a Espa­ ña este invierno, miles de abrigos que digan: solidaridad. Ya no podéis encerraros entre cuatro pa­ redes. Abrid las puertas al reclamo del amor y la gratitud, si no queréis que por asalto las tumbe la violencia. Una prenda de abrigo para los huérfanos de la España sin igual, ¡con lana de nuestras ovejas, tejida por nuestras manos! m VIDA FEMENINA OS incita a la labor. Labor secular que debéis realizar con espíritu reno­ vado, para servir a un ideal que sin vuestro concurso, —mujeres—, será siempre una uto­ pía: el ideal de una humanidad digna. Dignificándonos por la comprensión y la solidaridad, dignificamos la vida. Para los defensores de la libertad del mun­ do, ¡un abrigo tejido por vuestras manos! Para sus hijos ijnr miran angustiados al cie­ lo torvo que los ametralla, ¡un abrigo tejido por vuestras manos!

Lectoras de VIDA FEMENINA, ¡comiencen la danza de agujas y ovillos!

^ !I3(a3I@]aaM5]3I3ia5I5M5lBÍ Pág. 26 VIDA FK MENINA LA VOZ DEL CAMPO (Viene de la pág. ¡23) puesto, pues el esposo iba a formar parte del personal —Señorita: ¿trai|o el rastrillo y empiezo a amon­ del establecimiento —según garantizaba el nuevo tonar la plata? dueño—; aquello daba risa: la criolla lloraba y los El comunicativo abogado, le dirigió una mirada seis hijosl prendidos a ella, lloraban también. fulminante al pobre peón. La campesina, festejan­ —¡Tanta historia para desalojar y no tienen ni do para su coleto la oportunidad, le observó que se muebles! fijara que estaba hablando un abogado. Fortalecido ¡Con qué superioridad contaba el gracioso inci­ por la observación, continuó: rente, y cómo se iluminaba el rostro del desecho —Comprenda, joven: me refiero a los objetos de de la ciudad!. . valor que hay en esta casa. A ustedes no los ha —Yo les dije que para el caso la carta de nada afectado el desalojo porque tienen medios para mu­ les seryía, pero que la guardaran, que les podría darse y nada les falta. . . ¿verdad que esa es la rea­ ser de utilidad para. . . otra ocasión. lidad, señorita? Vio el éxito de su divertido relato... Y cam­ —Si usted lo dice, será biando de tono: Es muy probable que aquel abogado escaso —Pero acá, por lo que vi ayer, es distinto; infeliz, en algún momento, la haría hablar; sería hay plata por todos los rincones. de vanidad y tan lince, pensara que a aquella pobre El peón testigo de la conversación y muy opor­ muy tímida. . . tuno —que desdecía su facha de criollo desgalicha­ (Continuará). do— preguntó: Lezama, agosto, 1938. CANCIÓN DE AMOR (ALBO RADA) VICENTE MEDINA Mozos: Arribita el cielo ¡Niña, que viene el día... arribita vives... en las cumbres alborea... Se cuajó su tu cara, en celo cantan los ruiseñores en la espesura... niña de mis üojos, la nieve má& ¡Mi amor, despierta!... de las cimas altas... fpura Mozas: Airribita el cielo, arribku vives... ¡Mi amor, soñando estaba!... ¡cuándo paso miro como una es- ¡si tú supieras!... l.peranza Todos: allá en los picachos, arri'ba, arri­ •En los picachos, allá arribita, tu casita blanca!" [bita, como un suspiro que sube al cielo, La canción de la niña canta la niña, muerta de amores: y la del mozo moreno, "¡Ay el mozo moreno, en el aire se dan besos... aquél de los ojos n'e'grcn Así juntan su ipisar y sus gorgeos que echan fuego!" los ruiseñores en celo... Y allá a'bajito, Mozos: por el sendero Asi quiero de la cañada, que me quieras, pasa el mozo moreno... estrella de la mañana, lucero! i;aquél de los ojos negros Mozas: que echan fuego! "¡Ay el mozo moreno, Por el sendero aquel de los ojos negros canta el mozo moreno, que echan fuego!..." y su cantar como una caricia dulce, Mozos: mimoso y tierno, iMi amor, no duermas que viene el día se iplerde lejos, y en las cumbres alborea... como un ensueño... Mazos: "Voy por el liaíi(ío Mi amor, soñando 'estaba, de la cañada... ¡si tu supieras!... A i: o s T o i) ]•: i ¡i a

BLANCO DEBERES B O E R I

Cuando nos detenemos un Para VIDA FEMENINA ¡Tú y yo, debemos vivir pa­ momento a contemplar el pa­ ra dignificar la vida y enno­ norama del mundo, y la razón blecerla! ilumina nuestro pensamiento. Ksios serán nuestros debe­ un solo y enérgico deber nos res. Mientras no cumplamos llama a decir nuestra palabra esos deberes, todo en nuestra en defensa de los supremos na y primitiva libertad abisi­ vida será traición. ideales, que edifican y 'esta­ nia ,y ella fue la "obra ejem­ Ya sabemos quiénes son los blecen la armonía de la vida plar" del fascismo; después lo injustos y los opresores, dónde civilizada. Porque frente al más trágico y doloroso en la están y qué hacen. Sabemos desconcierto y a la locura trá­ querida España, donde ln mal- que el espíritu totalitario, abo­ gica y brutal de ciertos secto­ dad sanguinaria mata y des­ rrega y anula el pensamiento, res de la humanidad, sólo nos truye la actividad constructiva que destruye y primitiviza el corresponde decir sin ningún de un pueblo que estaba edifi­ sentimiento de los hombres, temor, la palabra sincera de (•ando los sacrificios de sus es­ porque vuelve a la oscura rea­ nuestra responsabilidad indi­ peranzas, hetehas potentes y lidad de la sangre con el an­ vidual y colectiva. Cuando so­ magníficas realidades; donde sia guerrera, porque idiotiza y mos testigos de la osadía mise­ la prepotencia demoníaca, anula las jóvenes manifesta­ rable e inhumana de aquellos quiere reducir a esclavos a los ciones de la vida, con la idola­ masacradores e incendiarios, hombres libres, que luchan te­ tría y el servilismo, porque que rompen y matan la vida soneramente por elevar y dig­ quiere crear un espíritu de au­ inocente, pura y noble, de tan­ nificar la vida, estableciendo dacia, pero sólo para el crimen tos niños, de tantos ancianos la justicia y la* paz. Y aquí es­ y la guerra. Y todos los seres y de tantas mujeres, pensando tá la obra civilizadora del na­ humanos, espectadores en la en el horrendo crimen que co­ zifascismo. Y hoy la bárbara hora actual, de semejante bar­ meten sádicamente, miserable- osadía amarilla, sacrificando barie, no pueden traicionar a mente, nuestro pensamiento no la libertad y la vida de China, la humanidad, aceptando y puede anular la voz de la pro- para asegurar la prepotencia contribuyendo a 1 estableci­ testa, nuestro corazón no pue­ militarista de sus empresas, y miento de esos regímenes y de de silenciar la amargura, nues­ esta es la "obra moralizado­ esas conductas. Por ello, los tra palabra no debe servir pa­ ra" del imperialismo nipón. deberes son impostergables y ra la traición. Y así vemos cómo la san­ deben ser cumplidos. ¡Debe­ Debemos decir al mundo, de­ grienta garra, trata de anular rnos luchar por la justicia y la bemos denunciar al mundo, a la libertad humana y someter libertad ! esos criminales insensatos y al hombre y al pueblo, a la Ya sabemos quiénes son los brutales: Ayer fue la horren­ condición de rebaño y de es­ miserables que explotan al da barbarie, junto a la paga- clavo. Por eso es que tú y yo (Sigue en la pág. 32) y todos debemos saber cuáles son los deberes y cuáles las traiciones. ¡Tú y yo, debemos luchar por la justicia y la libertad! ¡Tú y yo, debemos luchar por el bien de los explotados y de los oprimidos! VIDA F K M B N I N A . 2S "Hija de la Tierra'' FRAGMENTO DE UNA CONFERENCIA SOBRE EL LIBRO DE AGNES SMEDLEY

Sé que María Rogers, la pro­ a escuchar su pasado, pues humillado, por no haber sido tagonista de "Hija de la Tie­ "basta con el amor", el hom­ capaz de sostener sus convic­ rra", no siempre habrá resul­ bre revolucionario, el que cree ciones, frente a sí mismo. tado simpática. Se hace muy en la mujer y en sus derechos, Son sólo seres humanos, se- difícil comprender y sentir el que comprende la injusti­ res que recién comienzan a ha­ una vida ajena. Sobre todo cia de negar a media humani­ cer las primeras experiencias. una vida tan distinta a los dad la responsabilidad de sus A dar los primeros pasos. A in­ moldes impresos en las con­ actos, la formación de su con­ tentar desprenderse del largo ciencias comunes. Hay cosas difíciles de acep­ tar, aun cuando se cree com­ prenderlas. El dolor es mal consejero y no siempre su influencia es po­ sitiva. Menos aun cuando se tiene conciencia de que se su­ fre injustamente. Así vemos a la protagonista, debatirse inútilmente, luchar empecinadamente, contra la ternura que, es nata en el co­ razón de cada mujer y al fi­ na!, cuando esa ternura, arti­ ficialmente reprimida, hace erupción y se manifiesta en to­ da su potencia, acrecentada, agigantada, esa mujer se en­ cuentra perdida y a • pssai de toda su liberalidad, a pesar de ser "la socia por acciones igua­ les" del hombre que ama. a pesar de haber sido educada en la escuela brutal de la sin­ ceridad y la franqueza, eman­ cipada de todos los convencio­ nalismos, oculta lo que debió decir. ciencia, f laquear, tambalear, pasado, de siglos de costum­ Porque si María, si todas las convertido por los celos en un bres, adheridas a su espirita, Marías del mundo defendieran sujeto instintivo y primario, inculcadas, absorbidas, hechas lo que creen sus derechos, si sin huellas de la cultura y de carne y sangre, medula y esen­ María no hubiera ocultado lo la civilización, cia. ocurrido aquella noche en su Aun a su pesar, aun cuando El hombre de las cavernas habitación, muchas cosas se íntimamente sufre y entiende conquistaba a su hembra con hubieran evitado. que está errado, que comete alardes de barbarie. Vemos también a Anand, el una injusticia y una traición Otro hombre —apenas anda­ hombre liberal, el hombre que a su propia personalidad; aun dos los años— civilizado en su al tomar a la amada se niega cuando íntimamente se siente modo y a su manera— recu­ AGOSTO 1) B 1938 P&K. '¿'i fría ni rapto, no menos vio­ Luego camina a saltito.s, lo que lento. tampoco es natural. Pero se cree qw. en plegante, Le gusta Ella —la mujer— no era a su hombre. Hay que marti­ otra cosa que un objeto. rizarse, por lo tanto. Un objeto sin opinión pro- ¿No so preguntará .;l!a por pia, orgullosa sólo de la fuer­ qué hay que gustarle al hom­ za de su macho. bre por los pies, en vez de gus­ i Hay mucha diferencia en­ tarle por la cabeza?. . . íre aquel macho y el de nues­ Se exige que la mujer no tros días? lleve al matrimonio ninguna ¿La hay entre aquella hem- experiencia anterior. ,\Tu im­ porta que el hombre sea de­ bra y la actual?... depravación, se pide sólo igual­ pravado o enfermo. El hombre defiende lo que dad. Tampoco importa que ia mu­ cree su derecho. Y aunque no El hombre vicioso y muje­ jer se masturbe física y ino­ entiende todavía los beneficios riego, en nada se diferencia de ralmente; que lea libros por­ de la "mujer-compañera", en una prostituta. ¿Qué derecho nográficos; que su morbo se cambio de la "mujer-hembra", tiene a pedir para él. más res­ desvíe; que su espíritu repug­ puede tal vez disculpársele peto que para ella ?. . . ne ; que toda ella esté marca­ algo, ¿Sus muchas experiencias se­ da por la suciedad de una mo­ xuales, sin amor, sin compañe­ ral en voluntaria decadencia. Pero la mujer, ¿ tiene justifi­ rismo, sin ternura, puramente cativo alguno, si por comodi­ Todo esto no importa. Sólo animales, sin siquiera la dis- dad, porque ésa es la verdad, se necesita que sea virgen. culpa de un intento de repre­ comodidad, se resigna a per- Y esa mujer, que una vez sión, de una lucha interior, der toda su dignidad, mareada por qué se justifican? por las costumbres y las leyes traficada su virginidad se sien­ que le han impuesto artificial- te libre y dueña de hacer "lo Se acusa despiadadamente a mente, sin que ella nunca las que guste", es la que tiene que la mujer que ha tenido un hi­ haya analizado, ni estudiado, crear hijos capaces de cons­ jo; pero todos los labios callan ni comprendido, ni razonado?.. truir un nuevo mundo. sobre el hombre que lo conci­ bió con criminal, con imperdo­ Porque el nuevo mundo, ten­ En los países orientales, se nable indiferencia hacia el des­ drán que crearlo las mujeres, deforma artificialmente el pie tino del nuevo ser, hacia la con la fuerza de SUÜ conviccio­ de la mujer. Ela sufre espan­ desesperación de la mujer que nes, volcadas en cada criatura, tosamente durante ese proceso olvidó, o no supo, de cálculos. hijo o hija, hermano o her­ arbitrario para la naturaleza. Las necesidades físicas, son mana. iguales en ambos sexos. • La nobleza y la pureza de­ ¿Hay una madre capaz de bieran también ser iguales. enseñar a su criatura que ser Pero, desgraciadamente, y hombre no es sólo ser macho?... vuelvo a insistir en ello, lienen ¿Capaz de enseñarle que la en todo esto su gran parte de diferencia de sexo, no debe culpa las mismas mujeres. afectarle más que la diferen­ La vidü de ellas se desarro­ cia de color en el cabello o en lla solamente en un marco de los ojos?. . . sensualidad. No otra cosa son todas sus preocupaciones del 1,0 es que sinceramente se año. Aun cuando ellas, no lo cree en la inferioridad de la saben o no tienen tiemp.» para mujer, que ella misma lo cree intentar saberlo. y por eso acepta esn norma de Se- adornan para gustar, se vida que le imponen?... visten ])ara gustar, aprenden No se pide libertad para la sólo lo que puede gustar; indi­ 3o VIDA F E M K S 1 N A vidualmentc, no están desarro­ cias al cual alcanzaría un ideal que no sabrían desenvolverse lladas. de solidaridad y unión colec­ ni que hacer con sus hijos, si 1 • tiva, no hay nada más dañino, por dar cauce libre a s.? per­ Es un error creer que la más monstruoso, que el juicio sonalidad, tuvieran que sepa­ mujer, al emplear su capaci­ de una mujer sobre otra. rarse del esposo que es la so­ dad en cosas que no dependen Pareciera querer vengar con lución económica. .. exclusivamente del hopar, per­ el veneno que vierte su propia Miedo... Miedo por todo y dería su feminidad. vida contrahecha, quebrada, de todo. Por la opinión ajena, La mujer que por naturale­ sin horizontes. . . Pareciera por la experiencia que habrá za es coqueta y femenina, lo que los moldes rotofi por al<»n­ que enfrentar, por el exceso será en todas partes. na que otra mujer, fueran co­ de responsabilidad que ttndría mo un insulto para la esclavi­ que cargar sobre sus espaldas. Colocándola en un plano in­ tud de quienes no se atreven La vida toda, toma la forma ferior, cerrándole todos los ca­ contra ellos. del ratoncito de que tanto ha minos, no hay derecho a ha­ abusado el humorismo de los blar de igualdad, como algu­ Y no hay esclavitud her­ dibujantes de revistas: un sal­ nos pretenden. mosa. Todo debe ser natural y es­ tito sobre una silla, un chilli- La lucha silenciosa y triste pontáneo. do... y ya pasó la tormenta. de la personalidad femenina, del Yo, que se siente dismi­ Xo. Es necesario que eso no nuido, atormentado y despre­ sea todo. Es imprescindible ciado, la convierte en nn Ser El problema económico de que se comprenda que no pue­ nulo. la mujer, que plantea María de ser eso todo. Rogers, pudiera parecer exage­ Es un ser esclavo de la "opi­ rado, pero no lo es. Cada mujer sabe que es una nión", siempre ajena, del her- fuerza en potencia. mano, aunque sea menor; del Acostumbradas a que se las padre ,aunque sea inculto; del mantenga, la mayoría de las Sabe cada una que es algo hijo ,que tiene derecho a juz­ mujeres no sabe o tiene miedo más que lo que de ella hacen, garla; del esposo, que al con­ de enfrentarse con la vida. Y y pretenden seguir haciendo. tratar con ella el matrimonio, nada amordaza ni dobla tanto Y tengo yo la enorme espe­ se adueña de sus pensamientos el espinazo de la personalidad, como el temor al desamparo. ranza de llegar a vernos ocu y sentimientos; del novio, que pando el sitio que debemos puede abandonarla, frustrando Cuántas mujeres, al despe­ ocupar. su carrera... Porque, por el mo­ dirse de la adolescencia, se mento, desgraciadamente, la Usando los derechos que de­ sienten de más en la casa de del matrimonio, es la única ca­ bemos tener. Viviendo una sus padres, pero callan resig­ rrera para la cual se prepara existencia amplia y noble, aun­ nadamente, hasta tanto venga ella. que no siempre esté bendecida un hombre cualquiera, por por la felicidad. Y, por íÜtimo, también se quien ni siquiera sentirán res­ siente esclava de la opinión de peto, pero con quien se irán, Y aun espero que los hom­ otra mujer. a unir sus vidas, en cuanto és­ bres — no ya los enemigos — te disponga desposarlas. sino los hermanos, nos tiendan Debemos reconocer que a la mano, y nos sientan sus ca­ causa precisamente de esta edu­ Cuántas mujeres casadas, pa­ maradas. cación, que la desvía del im­ san llorando a escondidas, bue­ pulso íntimo y espontáneo, gra­ na parte de su existencia, por­ Anua TANJELOFF. F. ORTLIEB e Hijo CHALETS

Olleros 3938 U. T. 54 -1393 ZINGUERIA A C O S T O 1) K 19 3 Pág. 91 EL POBRECITO

Cara al viento marcha el —¿ Cuántas 1 hombrecillo en su sulki. —Trescientas o cuatrocien­ ifiN, más o menos. Así me dijo —¿Quién es ese buen hom­ por bre? —pregunta el forastero X, o) nutriador. Cuenta que al amigo ya avezado por los MARÍA L. BERRONDO una hermosa vaquita rosilla caminos de la costa. vivió más de diez días empan­ tanada. ¡Le daba una pena! —¡ Un pobrecito ! Siempre la veía cuando iba a —Se-conoce. Pero, ¿no sabes plano, ¡ tienen aeródromo par­ revisar los nidos. cómo se llama ? ¡ Mira que ha­ ticular!) Ahora las vacas están más cerle frente a este helado día Llenó de vacas el campo. bien gordas, ¿no es cierto? Y de julio, atravesando campos Campo sin jagüeles, sin moli­ apenas en algunas ¡omitas hay y más campos! nos. La sequía castigó dos o pasto, ¡pero tienen agua en —Ya te he dicho: un Pobre­ tres años, y las pobres vacas, todas partes ! En el verano del cito. Un pobrecito igual a la con sus hijares hundidos y sus 36 y del 37 causaba horror Pobre viejita de Rafael Pombo. ojos más dulces que nunca, cruzar por aquí. I'n Pobrecito que no tiene nadi­ husmeaban el aire ansiando —Y el dueño, ¿qué hacía? ta que comer, sino cincuenta u olisquear la lluvia; ¡,Nada! Nada. Ordenarle al encar­ ochenta mil vacunos; que no Con las extremidades agarro­ gado que no dejara perder los halla lugar d|onde poner su tadas, tenían apenas fuerzas cueros. Pero algunos días mo­ planta, excepto doce o catorce para marchar hacia los caña­ rían 30 ó 40 vacas. ¿Y sabes leguas de campo en un partido dones salvadores, hacia las cuántos hombres tiene el Po­ de la provincia de Buenos Ai­ benditas espadañas. Pero allí, brecito para que le cuiden su res, ocho o nueve en otro... ¡ nada más que barro infecto ! hacienda? Un pobrecito, amigo, que sien­ Una música infernal, un la­ —¿ Cuántos ? te profunda envidia de mi fe­ mento infinito... ¡El balido —¡ Dos! liz ubicación en el mundo, y de la hacienda sedienta ! ¡ Qué —¿Y esos dos eran los úni­ que no puede ver mi cómoda crimen! cos cuereadores? existencia de ciudadano que —í Sabes cuántas osamentas —Los imicos. Tú pensarás para ganarse la vida labrando quedaron en aquella espadaña que muy bien podrían haber la tierra debe hacer catorce el año pasado? leguas desde su hogar a la cha­ cha volante. . . En la lejanía, el sulki del Pobrecito era un punto apenas. Y el nuestro rodaba por los potreros de la estancia vastí­ sima, alquilada por el Pobre­ cito en $ 2.50 la hectárea, arrancada de entre las uñas a otro semipobrecito que ofrecía $ 4.50. ¿Por qué negocio tan absurdo? El Pobrecito firmó contrata con los dueños, asegu­ rándoles que en sus campos no permitiría una reja de ara­ do. (No crea nadie que los ta­ les dueños son unos atrasados. ¡Nada de eso! Viajan en aero­ VIDA F K M K N I N A venido algunas de las viejas Los vemos cuidando con un jo el médico del hospitaüto (|Ut' conoces, y que cuerean ¡i, fervor digno de mejor cansa, la l'enna que le diera a Eugenio la perfección... al prójimo. virginidad de sus tierras; no buenos bifes y churrascos, pe­ Pero ellos dos solamente vigi­ (¡uieren que el arado las pro­ ro usted sabe cuánto cuesta la laban este infierno, este terri­ fane, y sólo se las dan en carne, señorita. ¡ Cómo le gus­ ble cementerio de vacas. Y arriendo, o a un tanto, a los 1a a Garlitos el pan con raan­ «I los dos le dieron en cueros de chacareros, cuando las deudas feca; ¡lo come tan pocas ve­ epidemia unos cuantos miles los acogotan. ces!" de- pesos al dueño. Esas 300 ó 400 vacas muer­ A lo lejos se perdió el sulki —¿ Ese hombre es loco ? tas en la espadaña, en una es­ del Pobreeito; se atrepellaban tancia argentina sin jagüeles m mi retina las imágenes de —j Qué va a ser loco ! Es un ni molinos, me resultaron todo las madres dolientes y los pe­ magnate argentino. un símbolo; sonaban en mis queños hambrientos y acudían No encontré nada que repli­ oídos las frases: morían 30 ó a mi mente las palabras del carle al sagaz chacarero. En 40 vacas por día; se hizo una amigo Buenaire, que en su úl­ ose es un magnate argentino, punta de miles de pesos con los timo Sermón Perdido, nos está dicho todo. Queda retra­ cueros de epidemia... decía: tada la habilidad de nuestros Mientras, en mi retina, placa Si tuviesen que teorizar de poseedores de la riqueza, y el que conserva imágenes de hu­ nuevo, los padres de la Econo­ espíritu altamente humanista mildes dolores lacerantes, des­ mía Política, frente a los he­ que los anima. filaban las madres de mis des­ chos que ofrece la realidad ac­ No sé si en alguna parte dichados alumnos, y voces pla­ tual anotarían la siguiente de­ puede aplicarse tan exacta­ ñideras torturaban mis oídos: finición : mente como aquí él dicho sen­ "Pobrecito mi Pepe; es bueno, La Economía Política es la cillo y gráfico: Son de los que ¡ eh!; se viene a la escuela con ciencia de la destrucción de la no comen, ni dejan comer. dos matecitos amargos. Me di- riqueza. DEBERE S (Viene de la pág. 27) hombre y conocemos la maldad no se hace solidaria y no se deberes humasos. .Ser auténti­ insensata de aquellas gentes busca el bien, dejando atrás el cos y fieles con los dictados de que para vivir necesitan de la logrero egoísmo, porque las la humanidad. sangre y del sacrificio ajenos; exigencias humanas son inelu­ i Tú y yo, debemos luchar necesitan martirizar el duro dibles. Y por ello, los deberes por la justicia y por la liber­ pan ganado en dolorosas jor­ son impostergables y deben ser tad! nadas; necesitan de la debili­ cumplidos. ¡ Debemos luchar :¡ Tú y yo, debemos luchar dad y de la miseria para edifi­ por el bien de los explotados y por el bien de los explotados y car la riqueza ostentosa y va­ de los oprimidos! de los oprimidos! na, sin oír en el fondo de sus Y también, en la vida huma­ , ¡Tú y yo, debemos vivir pa­ conciencias la pura voz de la na, le corresponde al individua ra dignificar y ennoblecer la realidad dolorosa y amarga de superar la triste escoria y dig­ vida! los que luchan por el pan y nificar el contenido generoso y Esto sson nuestros deberes. por la vida. Y todos los seres sublime que está latente en los Mientras no cumplamos esos humanos, que tienen ojos, de­ profundos abismos de nuestra deberes, todo en nuestra vida ben ver y comprender que ja­ existencia. ¡Superar la triste será traición. más se redimirá el pueblo que escoria y dignificarla y enno­ Avia Terai (Chaco). sufre y que trabaja, si la unión blecerla, luchando para que la Julio 11 de 1938 vida de todos sea hoy y.maña­ na la más pura y hermosa ma­ nifestación de la libertad y del bien! A todos nos corresponde por igual, cumplir con estos AGOSTO I) E 1 !) 3 8 1'ÍIK. sión; de franquicias aduánalos; do exencionen fiscales y do prorrogativas innumerables; pero LÁPIZ LABIAL PERMANENTE i qué obra social desarrollaron? SALUTARIS En ningún pueblo coreano a las explotacio­ I5n cinco magistrales supertonos luminosos y nes petroleras dejaron un hospital, 0 una es­ radiantes. Uno para cada color de rostro, $ 1.20 cuela, o un centro social, o una obra de aprovi­ sionamiento o saneamiento de agua, o un cam­ Pida y exija la insuperable CREMA DE BELLEZA po deportivo, o una planta de luz. Todo lo tenían y lo dejaron completamente ÁGUILA ROJA abandonado y en condiciones miserables. Jamás (dfa y noche) sacrificaron un peso para proteger siquiera en Tole ríe loza $ 0.7fV parte a la legión de trabajadores obligados a Pote de b;ik<>l¡l;i ., 1.00 vivir entre el fango y en un medio de absoluta ignorancia. A esa situación miserable se refirió el presi­ dente Cárdenas en uno de los memorables men­ sajes a la nación: "¿Quién no sabe o no conoce la diferencia irritante que norma la construc­ ción de los campamentos de las compañías'? Confort para el personal extranjero; mediocri­ dad, miseria e insalubridad para los nacionales. ^Refrigeración y protección contra insectos para los primeros; indiferencia y abandono, médico y medicinas siempre regateadas para los segun­ dos; salarios inferiores y trabajos rudos y ago­ tantes para los nuestros."

UNA CONSTANTE PROPAGANDA DE DESPRESTIGIO

Desde el momento en que los trabajadores re­ anudaron vigorosamente sus protestas en de­ manda de mejoría, los magnates petroleros ini­ ciaron una propaganda insidiosa en los diarios norteamericanos, ingleses y de otros países, tra­ tando de lesionar la economía de México y de crearle dificultades en todos sentidos. El mis­ mo presidente Cárdenas y los propios trabaja­ dores organizados han denunciado ya esa pro­ paganda de desprestigio, demostrando con ar­ gumentos y datos concretos la falsedad de lo afirmado. Por otra parte, se supone fundadamente que la fracasada rebelión del ex general Saturnino Xafioratoricri Xemcure Cedillo fue fomentada y apoyada económicn­ LUIS GÓMEZ ALVAREZ. me'hte por los petroleros después de que per­ fiijterott^a 2485 -U.T. 50-2013 -BvA> dieron la partida. El citado militar —hombre PRODUCTO RECOMENDADO'. inculto y torpe— se dejó engañar ingenuamente LOCIÓN COPACABANA y pensó que el país entero lo secundaría en un momento en que, precisamente, nadie quiere ya En venta en todas partes y en las más revoluciones sino la reconstrucción econó­ "PERFUMERÍAS OASIS" mica de la Nación. Av. San Martín 2625 Cabildo 1984 Boedo 919 Rivadavia 3085, 7083 y 8825 México, D. P., julio de 1938. N'azca 2369 . 34 VIDA FEMENINA Cada gota de Petróleo vale una gota de Sangre (Viene de la pág. 18) Fue don Porfirio Díaz, el dictador mexicano daran ampliamente satisfechos hasta sus más derrocado en 1910, el que, de una manera in- pequeños caprichos, en el obrero que genua, ofreció una concesión al famoso agente originó finalmente la expropiación se irguierr>i; inglés de negocios petrolíferos Weetman Pear­ con altivez en la seguridad de que el país ente­ son. Desde entonces, es decir, hace más de 40 ro se vería obligado a doblar las manos y acep­ años, el poderío inglés se extendió rápidamente tar su "última palabra" respecto a las peticio­ y xa para la fecha en que don Pori'iriq era de­ nes de los trabajadores. rrocado sus intereses podían equipararse a los La resolución de la Suprema Corte de Jus­ americanos. ticia de la Nación, que las condenó, tuvo tanta Según las crónicas del viaje de Cortés, cuan­ importancia para las empresas como lo que do el Conquistador llegó a México, en 1519, en­ pueda ocurrir en la luna, esperando tranquila­ I contró en los mercados aztecas de Tenoí/ Jtitlán) mente a que todo quedase sin efecto. No obs­ donde reinaba Moctezuma, una substancia que tante esto, cuando el presidente de la Repúbli­ le llamó la atención y a la que los indígenas ca, salvando el decoro del país, decreta la ex­ conocían con el nombre de "chapopote". Era un propiación de los bienes petroleros, se asustan líquido negro, viscoso, que los sacerdotes azte­ los subditos de Jorge VI y ponen el grito en el cas mezclaban con hierbas aromáticas y lo que­ cielo. maban como incienso en honor de los dioses Viene la segunda parte de la comedia. "Su Huitzilopochtli, Tlaloc y Quetzacoatl. Majestad", por medio de "Su Excelencia" el Esto fue lo que más tarde puso en aviso a los Ministro "plenipotenciario" de la Gran Breta­ norteamericanos de que en territorio mexicano ña, con gran cinismo protesta por lo que él lla­ debían existir yacimientos petrolíferos. De en­ ma "un atropello a los intereses británicos'' y tonces parte la lucha denodada en nuestro te­ hace una serie de consideraciones estúpidas, rritorio para apoderarse de los pozos de aceite, después de criticar con un lenguaje vulgar que sin que la penetra'eión extranjera encontrase sólo usaría un plebeyo la política interna de grandes obstáculos en su empeño sino hasta México, exacerbando con ello la animadversión hoy, en que los capitalistas petroleros reciben del mexicano para con Inglaterra y sus subdi­ el castigo por su rebeldía a obedecer las leyes tos petroleros. del país que explotan. Tiempo atrás, cuandu los trabajadores de las empresas manifestaban Indudablemente, la "defensa" que iniciaron descontento por el mal trato de que se les ha- "Su Majestad" y "Su Excelencia" el Ministro cía objeto y clamaban por salarios que corres­ en México, para salvar sus intereses, fue de lo pondieran al esfuerzo desarrollado y solicitaban más absurdo y torpe. Ni un solo momento pu­ el apoyo del Gobierno, los altivos propietarios dieron disimular su coraje. La habilidad del salvaban la situación sobornando a los altos inglés para el trato social y para la diplomacia funcionarios del Estado, fomentando revolucio­ —en la que creímos hasta un día antes de co­ nes, aterrorizando a los trabajadores o dividien­ nocer el mensaje de "Su Majestad"— quedó do sus organizaciones sindicales. por los suelos y nos convencimos de que esa fama nació de un romanticismo de buena vo­ luntad. Agregaba Augusto Assía en el estudio a que al principio hemos hecho referencia, que el pe­ ¿QUE DEJARON LAS COMPAÑÍAS EN tróleo es la, sangre "del mundo y que una nación sin petróleo no puede disfrutar de prosperidad BENEFICIO DEL PUEBLO? durante la paz ni de poder durante la guerra. "Si en otro tiempo ha podido decirse —comen­ Últimamente el presidente Cárdenas ha rea­ taba— que un ejército anda sobre el estómago, lizado una nueva gira por diversos Estados de hoy puede decirse que anda sobre el petróleo." la República, especialmente por aquellos en que existen pozos petroleros y ha podido constatar LA DERROTA DE LA PÉRFIDA ALBION lo que ya en anteriores ocasiones se ha afir­ mado. Las compañías petroleras gozaron du­ Las empresas inglesas, acostumbradas a obrar rante muchos años, los más de su existencia do siempre con absoluta impunidad y a que que­ grandes privilegios para su desarrollo y expan. AGOSTO DE 193 Pág. 33 Reflexiones en un Colectivo ¿QUE HUBO SIEMPRE DETRAS DE LA GALANTERÍA MASCULINA? Por SELMA RISLER Para VIDA FEMENINA

Aquellos caballeros Aprovecho la inclinación a que me obliga la ¿qué se ficieron? poca altura de la caja rodante que nos trans- porta para examinar ¡a los compañeros (sic) de Atardecer de un día de invierno. En un pue­ viaje. Hay de todo. Un viejo obrero de rostro blo suburbano y en calle de pocos medios de cansado (perdonado), hombres de aspecto fuer­ transporte. Llega el colectivo; es un coche te y edad mediana, y hasta dos jovencitos, el Viejo y sucio... pero no hay otro. Subimos. uno de flamante pantalón largo; el otro de Ya ¡hay en el pasillo central una joven fuerte-' medias hasta la rodilla. Y todos muy tranqui­ mente asida a una de las columnitas de fierro. los. Hago lo mismo, pues el coche no tiene asiento No pienso en mí y menos en la jovencita; libre. Una cuadra más lejos sube una nueva ¡pero aquella vieja, molesta por su obesidad y pasajera: mujer del pueblo, gruesa, con un su paquete! ¿Si llevara^elegante sombrero y voluminoso paquete en las manos; peina bien finos guantes, le habrían ofrecido el asiento? merecidas canas. Ebpero -al* Tal vez. Porque estos hombres —casi todos gún gesto de parte de los nu­ de la clase media para abajo— habrían sentido merosos representantes del uno de los respetos más perdurables: el del r sexo fuerte, —sentados más o dinero. menos cómodamente—; nadie Y al compás del traqueteo me pregunto: se mueve. Uno y otro barqui­ ¿Qué había |detrás de la tan mentada galante­ nazo nos empuja la una sobre ría masculina? la otra e intercambiamos son­ Quién no recuerda las reverencias, atencio­ risas fraternales, que traducen nes, grandes saludos, tan amplios y generosos molestia, sorpresa, ironía. Na­ a veces que se añoraba la pluma barriendo los die se mueve y el conductor suelos. ¿Qué sentimientos nutrían sinceramen-' fuma. te a esas actitudes? ¿Eran el equivalente del arrastre de ala y del cloqueo un si es no es atáxico del rey del corral, revestido de las fiorituras y ropajes que la humana imagina­ ción puede inventar? En otras palabras: ¿era el homenaje sexual del macho a la hembra, que existen en tantas especies animales, pero depurado, sublimado por el alejamiento cada vez mayor del objeto inmediato, tal como la poesía o la música reconocen, sin duda alguna, un origen sexual? Si así fuera, ¿se desexualiza la humanidad? Sin duda alguna algo de eso hay. A medida que aumenta la complejidad de la vida, infi­ nitos intereses unen o separan hombres y muje­ res, que nada tienen que ver con la unión «sexual. El estudio, el trabajo, la actividad po­ lítica o social, los convierte en asociados o com­ Pá¡f. 36 VIDA K K M K N I N A

oetidores en planos de Igualdad o de subordi­ de su fuerza porque también se atenúa la de­ nación, que dependen de su respectiva condi­ bilidad de la otra y le parece que el homenaje ción económica o intelectual exclusivamente. está demás... y tiene razón. Por otra parte, miando la mujer, andando La falsa galantería, fardo convencional que por las calles, es algo excepcional, es evidente hoy molesta, a los hombres, debe ser reemplazada < 1111• las demostraciones de galantería no se ha­ cen demasiado fatigosas, pero cuando esto se repite a cada instante, cuando las mujeres cir­

culan libremente por todas partes, en indos los "•• ­ ambientes, las prácticas caras a nuestros abue­ los, se convierten en una, tarea engorrosa. Lastima que la reacción haya ido demasiado lejos. Así, vemos muchachitos que permanecen sentados, mientras una anciana resiste difícil­ mente a los traqueteos; vemos una mujer de pie, llevando en brazos una criatura mientras por un sentimiento de compañerismo y ayuda un robusto joven permanece tranquilo en su mutua. Es criticable el muchacho que perma­ asiento. Y asistimos a este hecho curioso pero nece sentado ante el anciano, cualquiera sea lleno de significado en ambos casos: puede ser su sexo, porque hay una debilidad fisiológica una mujer la que se levante y ofrezca su que debe ser respetada. Es criticable que un asiento. hombre joven no dé su asiento a una mujer Hemos buscado en nuestras conversaciones que lleva en brazos un niño, porque éste corre con jóvenes y mozos la explicación de estos el peligro de ser mal llevado o de sufrir un liedlos y muchos nos lian contestado: golpe y es natural qne todo adulto se conside­ —Ya que las mujeres quieren tantos dere­ re el protector de cualquier niño. Quien no ex­ chos, bueno, que se aguanten. ¿Por qué le perimente tales sentimientos, no carece de ga­ vo3r a dar mi asiento si estoy cansado y ella, lantería, sino de educación, de simple adapta­ a lo mejor, sale de paseo? , ción a la vida en sociedad. Pequeños síntomas de un gran proceso que El hombre, al liberarse de la galantería, deja se va cumpliendo en medio de seres que no tie­ caer una careta. Su verdadero rostro no es nen conciencia de él. siempre seductor, pero será mejor para la mu­ ¿Qué era, entonces, esa galantería? En el jer conocer la áspera realidad que envolver fondo, el homenaje generoso del fuerte al dé­ las cosas y los seres en la niebla rosada de la bil. Ahora, éste no tiene tan clara conciencia ilusión que no soporta el contacto de la vida.

Después de los negocios del corazón, los negocios de los vecinos son los que más interesan al bello sexo. — Walter Scott. Los grandes y raros sacrificios del corazón no se ven jamás sino por parte de las mujeres; casi todos los buenos procederes en amor les pertene­ cen; y a menudo en amistad, sobre todo cuando ésta ha sucedido al amor. — Duelos. El amigo da cuando tiene demasiado; la mujer, hasta cuando no tiene lo suficiente. — Bougeart. Hay un personaje superior a la mujer hermosa, y es una mujer her­ mosa y modesta. — Pitágoras. A (¡ O S T O D K 1 !l I! ,S ]'ÍK. 37 l^> El Vagón de 2/ Clase

Especial para VIDA FEMENINA.

Aquella mañana llegué a la es­ losamente sobre aquellos rieles vagón cuyas puertas abiertas me tación cuando el tren partía; co­ que brillaban a la luz del sol co­ recibían. Al penetrar en él, mi pri­ rrí desorientado sin saber cuál co­ mo dos cintas de vidrio. Primero mer cuidado fue constatar cuántos che tomar, cuando acerté a subir a veía Un punto con tres ojos inmó­ pasajeros había y si ellos me me­ uno que tenía la puerta abierta, viles, luego se balanceaba y en uu recían toda la confianza que yo donde me esperaba el guarda, cor­ abrir y cerrar de ojos todo aquel exigía para viajar a mis anchas, tés y solícito para ayudarme a manojo de hierros que a mí se mt> por lo menos un poco tranquilo. trepar. Aquella mañana, contraria­ antojaba una figura dantesca se La impresión que tuve fue de lo mente a mi habitual puntualidad, dilataba

tud bienhechora que tanto anhe­ lla tibia temperatura, la mañana y volvía la temperatura insoporta­ laba. era fría y lluviosa; afuera el agua ble; los asientos de tablas mal lus­ Ya había perdido la es-pora nziv caía copiosamente y las gotas eran tradas y peor unidas decía a la* de hallar mi coche 'ideal", cuan­ grandes y espesas; golpeaban fi-n claras, que eran fríos e Incómo­ do allá a las cansadas, al finnl de los cristales de las ventanillas con dos. todos encuentro lo tan apetecido. un sonido extraño, monótono de No se necesitaba ser gran cono­ El coche era confortable como lo canción aifrlcana. El yiento hura­ cedor para darse cuenta que aquel son todos los de Ira. clase; los pi­ canado azotaba violentamente los coche distaba mucho de ser seme­ sos cubiertos con linóleo amorti­ árboles del camino, produciendo jante al mío; efectivamente, aquel guaban las pisadas, las puertas y una sensación de intenso frío. Mas coche, si tal se le podía llamar, ventanas herméticamente cerra­ aquel bienestar que yo gozaba allí era un coche de 2da. clase. En él das, cosa que cuidaba religiosa­ doblemente, bien pronto se iba a no había ni comodidad, ni limpie­ mente el guarda, el que al verme trocar en un infierno. La puerta «a; no, todo aquello era nada más apareqer en el vano de la puerta, delantera habla sido mal cerrada que humillación, miseria. Todas de un salto se puso de pie, disimu­ y con la marcha del convoy, aquel eetas empresas ponen diferencia lando su modorra, al tiempo que continuo balanceo habla consegui­ por unos pocos centavos... pero me decía: do abrirla poco a poco, hasta que ¡ ¡qué frío!!... yo tenía los miem­ —Boletos, pases y abonos — y en una curva la hoja cedió, y he bros duros y aquel frío me habla después de cumplir con aquel re­ a'qul, que de pronto la abrió de calado hasta los huesos, pero no quisito, marchó tal vez en busca par en par; entonces un fuerte obstante quise seguir explorando de otros pasajeros; el caso fue brrrr... se escapó de mi gargan­ por mi cuenta aquel desagradable que yo quedé entonces dueño y se­ ta. ¡Qué frío!... En efecto, por ambiente. Entonces continué la ñor de aquel confortable compar­ aquella puerta abierta se colaba marcha al través de aquellos co­ timento, pero muchos se pregunta­ un viento tan glacial que parecía ches. Al llegar a uno de ellos me rán: ¿para que querrá estar sola encontrarme en pleno polo, y dió­ encontré de pronto con un pasillo esta persona... ¿No es un secreto, me en el rostro con tal ímpetu que largo y estrecho que dividía el ni es nada que no se pueda decir. me vi en la necesidad de prote­ compartimento de la correspon­ SI, os lo diré, escuchad bien: ten- germe parte de la cara con un dencia; bien, pero lo que segura­ go el vicio, si es que vicio se debe extremo de mi bufanda. Pero, ¿de mente muchos ignorarán, como yo llamar, de gesticular un tanto cuan­ dónde procedía tanto viento frío?... lo ignoraba, es que al cruzar ese do monologo, hábito que he con­ Me incorporé con la intención de pasillo oscuro y tétrico sopla ©1 servado desde chiquito. He podido cerrar fuertemente aquella ende­ viento de lo lindo. Aquello era ver­ comprobar con gran sorpresa que moniada puerta, cuando de pronto daderamente horroroso. - ¡Pobre no soy sólo yo el que prefiere el con ella en la mano me detuve in­ gente! — musité sombrío. El hom­ soliloquio a discutir ante una nu­ deciso ante lo que mis ojos velan, bre pudiente ¡cuánto ignora! y el merosa concurrencia; por lo tan­ y lo que mi cuerpo sentía, ¿de mo­ gerente de la empresa también... to al saber que gesticulo es lógi­ do que aquello era un vagón? SI, como ellos viajan siempre cuando co que me refugie en el rincón señor, era un vagón: volví a mi­ lo tienen que hacer, en espléndi­ más solitario que halle, pues me rar para cerciorarme da que no dos coches, o en autos particula­ doy cuenta lo ridículo que esto es, me equivocaba, pues no concebía res donde ni la radio falta; por eso y no quiero de modo alguno ser la idea de que aquel convoy arras­ será que no tratan de averiguar en motivo de jocosos comentarios, trase a la vez, coches donde en qué forma lo hace la clase traba­ porque muchos de mis compañe­ unos se viajaba tan cómodamente, jadora. Entonces, a medida que re­ ros de viaje son vecinos míos v y en otros, en cambio, tan desagra­ corría aquellos coches, me pregun­ me conocen por una persona se- blemente.. pero así y todo aquel ria y cuerda, por lo tanto no qui*­ taba, ¿por qué las empresas ferro­ viento tan fuerte sólo podía pro­ viarias no impondrán la clase úni­ ro descepcionarlos con aquella venir de alguna puerta o ventana "bella" manía. ca?... ¿por qué aquella separa­ abierta —me decía— y queriendo ción de nuestros semejantes por Pero volvamos la conversación oerciorarme, crucé el coche con la medio de una puerta y un bole- sobre aquel coche: la temperatu­ esperanza que fuese una ventana to?... y luego no son acaso mere­ ra allí era de lo más agradable, abierta que algún pasajero 'habla cedores de mayor comodidad y las puertas y ventanas como ya olvidado cerrar. Pero al cruzar ese limpieza? Porque en aquellos co­ ihe dicho estaban bien cerradas, pedazo que separaba mi coche y ches de 2da. clase hasta la limpie­ no permitían que se filtrara la aquél, experimenté una sensación za escasea; en los pisos, en los más leve brisa. El asiento extraña entre repulsión y lástima: cristales, en fin, se ve a simple blando y mullido que se balan­ ¡Qué coche!... quedé perplejo an­ vista que la escoba visita esos lu­ ceaba al compás del convoy, me te la miseria y suciedad. Allí el gares en oontadas ocasiones. Y mi mecía dulcemente; todo era allí piso no era de linóleo para amor­ perplejidad aumentaba a medida confortable y limpio; me sentí tan tiguar las pisadas; las puertas y que mi vista descubría nueras mi­ cómodo que sonreí de satisfacción rentanas estaban cerradas a me­ serias. De pronto llegaron a mil y seguramente pronuncié algún dias porque las hojas no cedían, oídos voces airadas; me volví so­ discurso sobre el bienestar a la por ellas penetraba ampliamente bre mis pasos porque entre la con­ "ausente concurrencia". el riento, ese viento que a mi me fusión me pareció percibir la vo« habla hecho erizar una punta de de una mujer y el gemir de un Pero, a pesar de sentirme tan reces la epidermis de mi cuerpo, bien allí dentro, envuelto en aque­ niño. En efecto, un guarda y rm A (', O S T O 9 3 8 ••'.:> inspector discutían con una mul«r Ya sin vacilar, dueño de la si­ jes — se interrumpió sombría con como de unos cuarenta años, [luna, tuación, aunque unos obreros que­ la vista perdida en el vacío. pobremente vestida, aunque limpia rían también pagar la diferencia, —.—• Marcelino Fernández . ,, 2.-­ Señora de Migrahi . . ,, 6.—

Total . . . . $ X\.—­

2 metros de franela: Abraham X;iri|uis. Un paquete de ropa : Srta. de González Lerna. Dos sábanas y 2 fundas: Rosario liujía. Un paquete de vendas; Sara Franco. Dos painiel.es de ropa: Amigos de Kspaña Leal del <¡entro Socialista, sección 11. Un peso ni|n.: Elias Gurevick. PÚR. 40 VIDA FEMENINA EL CUENTO DEL 15 Tierra en las Manos Al comenzar el verano, en POR mientos e intenciones puede 'as ciudades rusas de provin­ hallarse tal dicha, y ellos eran cia es necesario abrir muy de BORIS PILNIAK seres valiosos, sencillos, labo­ mañana las ventanas a fin de liosos; él, escritor sociológico; que el aire, movido por el li­ ella, pintora. Se habían encon­ gero viento de Junio, ventile trado cuando él ya tenía más las habitaciones. Estas se lle­ de treinta y cinco y ella más nan entonces de frescura y luz flores, en medio de los ramos de treinta años. verdosa, procedente de los ti­ de lilas y los dorados rayos del Es un recreo dulce, que fa­ los y los arces. Las parras sil­ sol. De vez en cuando vení,a la tiga los músculos1, escarbar en vestres de las terrazas ocultan mujer a la terraza, con un pa­ la tierra, plantar en los ban­ el oro del día tras su follaje ñuelo al cuello y las manos cales tabaco y resedas y arran­ ear toda clase de malas hier­ bas; es maravilloso saber, al inclinarse sobre la tierra, uue lo que se siembra o planta en ella va a crecer. El hombre ha­ bía cavado los cuadros junto a la mujer antes de sentarse jun­ to a los libros. Ante sus pape­ les en la mesa venían los pen­ samientos acostumbrados ¡ ci­ fras, comparaciones, citas, con­ tradicciones, fórmulas; venía el verdadero trabajo, venían las horas en que los ojos de sabios y artistas están completamen­ te ausentes, indiferentes, cie­ gos para el mundo situado al margen de los libros. En esta ausencia e indiferen­ cia oyó el hombre cómo un desconocido entraba en el pa­ tio por el postigo, no cerrado con llave. Llevaba un ancho sombrero — así le pareció al verde. En semejantes días el apartadas del cuerpo para no menos — y un maletín. El fo­ hombre se siente fundido con manchar el vestido. ¡ Rara, muy rastero dijo ventana ^adentro la tierra. rara es la dicha de estar unido que deseaba ver a Ana An­ En una de estas mañanas es­ en amistad a la tierra!... ¡ Ea. , dreieva. El hombre, sin levan­ taba un hombre sentado a su ra, muy ra^a es la dicha de tar la vista de los papeles, le mesa de escribir, ante papeles un matrimonio llenó de amor, respondió que estaba en el jar­ y pensamientos, cerca de la confianza y fidelidad! Esta di­ dín. abierta ventana en el ángulo cha de la confianza, la amis­ El no notó como habian pa­ situado frente a la puerta de tad, el amor y la colaboración sado los minutos cuando la la terraza, mientras su mujer vivía en esta casa. Tan sólo en mujer, con las manos mancha­ labraba fuera los cuadros de seres de distinguidos pensa- das de tierra, entró por la te­ AGOSTO DE 193 Pág. 41 rraza en el cuarto, acompaña­ pura extraviarse en ella. Yo que a los dos. líonraba el re­ da del desconocido. No se fijó vuelvo a Ana después de que cuerdo (\i> Sergio, lo mismo que t'ii la cara de la mujer. ambos leñéis tras de vosotros él, Paúl, honraba el recuerdo El desconocido se inclinó y ocho años de matrimonio. So­ de esle hombre, del cual una dijo: mos ya hombres maduros. No esquela de defunción, enviada —Dispenso usted; quisiera sabía que Ana estaba casada. a Ana por la oficina de un re­ permanecer a solas algunos mi­ Ante Paúl se hallaba aquel tí ¡miento de infantería francés, nutos más con Ana. hombre cuyo recuerdo habían anunciaba que el pintor ruso Y Ana dijo: mantenido sagradamente en su Sergio Ivanovitsch Lavrenieovj matrimonio, el primer marido soldado raso de dicho regimien­ —Sí, voy con Sergio a mi to, "había caído en Verdún". cuarto, Paúl. de Ana, un hombre de gran valor. Un hombre viejo ahora, liste recuerdo — sagrado y se­ De nuevo el hombre no se un artista de cabellos grises; creto, y particularrnente sagra­ fijó en el rostro de la mujer, antaño había enseñado a Ana do y secreto cuando es venera­ y de nuevo transcurrieron t-sos e[ arte pictórico y el valor de do — estaba entre los dos. Ja­ minutos en que los ojos no ven la vida. Los ojos de este viejo más durante los años de su el mundo y el mundo vive só­ eran bondadosos, miraban a amor, había interrogado él a lo en los libros. Ana volvió de Paúl desconcertados y llenos Ana sobre su afecto por Ser­ su cuarto. Paúl alzó los ojos de cariño. No podían mirar de gio, y nunca se había situado ausentes y observó que las otro modo, pues en el cuarto frente a sí mismo y frente a manos de la mujer — mancha­ estaba la amada, la mujer úni­ él, ya que quería precisamente das de tierra como antes — ca, y el hombre a quien perte­ proteger este recuerdo. Paúl colgaban con expresión de des­ necían esos ojos era bueno. tenía la mano de Sergio entre aliento y que sus ojos estaban Paúl pensó que también él ha­ las suyas. Y en la columna ver­ llenos de desamparo. El mun­ bía encanecido, encanecido pre­ tebral, en el estremecimiento do de las cosas retornó a Paúl. ii.aturamente en los años da la del pecho sentía que, a partir Entonces comenzó a hablar tormenta rusa, y que también de ese minuto — incluso en su el desconocido. Ana se hallaba sus ojos eran buenos y cariño­ pensamiento — no podía lla­ junto a la puerta de la terra­ sos, de bondad natural. mar a Ana su mujer, porque za, de espaldas hacia ambos; verdaderamente no era, como Dos hombres se hallaban el oro del día bordeaba las pa­ Sergio había dicho, ningún. . . frente a frente. El uno muy se­ rras y sus hombros. ladrón. mejante al otro: no en balde —Paúl Andreievitseh — di­ amaba Ana al uno como al Largo tiempo retuvo la ma­ jo el desconocido, y calló lue­ (tro. Paúl recordaba que Ana no de Sergio. Los ojos de éste go en larga pausa —. Paúl An­ había descripto a Sergio como permanecían absortos. Paúl dreievitseh, ninguno de nos­ un artista bello y joven, como dijo: otros somos ladrones. A mí me un hombre de solar claridad y —Ya, Sergio, sí; claro que mueven sentimientos humanos. corazón fuerte. Y sus descrip­ no soy un ladrón. Volvió a callar, a fin de con­ ciones se mezclaban con la ima­ Ana se dirigió a ellos. Se centrar en frases claras sus gen de este buen viejo de ojos acercó. Sus manos, ampliamen­ pensamientos. que mil-aban cansados y plenos te separadas del cuerpo, pare­ —Trece años hace que no de cariño. Este hombre volvía cían haberse petrificado. En he visto a Ana, pero durante de la muerte. sus ojos había lágrimas. Ser­ todos esos trece años no he he­ —Paúl dijo distraído : gio le tendió las manos, con las cho más que soñar y pensar —¡Cómo ha cambiado usted, palmas hacia arriba. Ana bajó en ella. Usted sabe que me se­ Sergio... Sergio Ivanovitsch! la vista. Paúl comprendió que paré de ella en París, yendo Los dos se sonreían mutua- éste era un gesto acostumbrado como soldado ruso al frente mente, cas i ausentes. Paúl de Sergio, que Ana conocía de francés. Usted sabe que Ana alargó la mano. Y.al retener y antes. Y bajó la vista, como ha­ vivió conmigo en su juventud, apretar la mano del otro, en cen los hombres que bajan la pero también sabe usted que la columna vertebral y en el vista avergonzados para no ver Ana no tiene nada que repro­ temblor nervioso del pecho y lo que no debe ser visto. Ana charse por esto y que tampoco los omoplatos se sintió a sí vio los ojos desviados de Paú!, usted puede reprochárselo. La mismo, a Ana y al forastero. v sus manos se tendieron hacia tierra es lo bastante grande Ana no amaba en su vida más él. El no lo vio y Ana perma­ . 42 VIDA FEMENINA

necio suspensa, con las manos —¡Cuánto extraño encierra —Anuschka — dijo; de Tiue­ extendidas. el tiempo! Aquí estamos los vo volvió a llamarla con el —¡Voy a lavarme las ma- tres, ¿cómo debe decirse? Lo nombre de Sergio, pero no 8e nos! — exclamó ella. más maravilloso en mi vida... enmendó —, Anuschka, queri­ —Ve — dijo Paúl. Usted la ha conocido antes que da mía; bien sabes, querida, —Ana, Paúl Andreievitsch yo, Serioscha..., y yo he co­ bien sabes que Sergio y yo só­ — comenzó Sergio, y sus labios uocido lo que para usted era lo queremos tu felicidad, tu fe­ temblaban en dolor físico —• lo más sagrado, su exclusivo licidad. .. Ya sabes..., espera­ Ana, querida Anuschka... si secreto. No hallo palabras ade­ mos lo que digas. quieres me marcho inmediata­ cuadas. Paúl perdió las palabras; sj mente, para siempre, Anusch­ Ana se levantó. Permaneció grande y bueno era su amor a ka... sí, estoy muy aviejado. inmóvil por espacio de un se­ Ana, lo humano que había Paúl Andreievitsch, muy avie. gundo. Las fuerzas abandona­ creado en Ana le llenaba de jado. ron su voluntad. Su cuello vi­ agradecimiento. Enmud e c i ó, Ana se dejó caer sin fuerzas braba como una cuerda. Enco­ bajó la cabeza. Quiso contem­ sobre la silla, junto a la mesa; gió la cabeza entre los hom­ plar el rostro de Ana, pero no olvidó las manos. bros, se dirigió a Sergio y le pudo hallarse en seguida en —¡ No, no ! i Qué es eso í — abrazó. Pablo y Sergio com­ sus rasgos. La obscuridad pe­ dijo Paúl —. Ana ha hablado prendieron : cuando Ana tendió netró en el cuarto; tras las tanto- y tan cariñosamente de las manos a Paúl, defendía a ventanas moría el día. El olvi­ usted. Sus fotografías están Sergio; ahora que se acercaba do de sí mismo y la indiferen­ aquí, en nuestra casa, y a mí a Sergio, defendía a Paúl. Y cia con relación al tiempo que me pareció que. . . que la idea la cabeza entre hombros, la experimentaba Paúl en horas que yo me hacía de usted... mejilla junto al pecho de Ser­ de trabajo, les embargaba aho­ ¡vamos, vamos Serioscha! gio, dijo Ana: ra a todos. Se hallaban de pie,

Paúl llamaba a Sergio como —Tengo miedo, Serioscha; abrazados entre sí, y el tiempo él y Ana le llamaban siempre tengo miedo, Paúl. ¡ Cómo te había cesado de existir. En tor- que de él hablaban. he esperado, Serioscha, cuando no a ellos el blanquecino res­ —No, espere usted, Serios­ fuiste al frente! ¡ Cómo sufrí al plandor de una blanca noche cha ; no ha hecho usted más recibir en Rusia la noticia de de junio rusa. La tierra irra­ que cambiar en comparación tu muerte! Ya sabes cuánto te diaba su oro. En el cuarto olía con la fotografía. . . he querido. Ahora vienes... a alhelíes. En el jardín can­ Las manos de Ana se tendie­ ¡ qué alegría para mí! No, es­ taban las currucas. El rostro ron hacia Paúl con el mismo tas no son las palabras adecúa, de Ana con los ojos cerrados movimiento con que las manos das; has vuelto, y yo te amo. tenía una expresión débil. Sus de Sergio acababan de tender- Pero también amo a Paúl. Ten- manos manchadas de tierra se hacia Ana. Este gesto — go un hijo. Tenemos un hijo; colgaban sobre los hombros de comprendió Pablo — Ana lo es mi único hijo y no podré te­ Sergio sin mancharle la cha­ había tomado de Sergio. Paúl ner más. Tengo mucho miedo. queta. cogió con ambas manos las de ¡No sé! ¿Lo oyes, Paúl? No Ana y besó en ellas la tierra, sé... —Es ya de noche — dijo Paúl extrañado •—; Anuschka, besó la tierra negra negra y hú­ Paúl se acercó a Ana, abra­ ve y lávate las manos, las tie­ meda con toda la ternura que zándola a ella y a Sergio; lue­ nes llenas de tierra. sentía por la mujer. Se limpió go reclinó su cabeza en el hom­ la tierra de los labios y dijo: bro de Ana. Paúl cogió las manos de Ana —No, Anuschka — al decir y besó tiernamente la tierra esto se sorprendió llamando a que las manchaba. El rostro de Ana por el nombre que Sergio Ana era dichoso. Se dirigió a le había dado—; no, Ana, yo la puerta de su cuarto para no soy un ladrón. He compren­ lavarse la tierra de las manos. dido que no te puedo llamar mi Todas las ventanas estaban mujer... antes de que tú no abiertas, y a través de la casa me llames tu hombre. corría el aire verde de la no­ Paúl volvió a limpiarse la tie­ che. En estas horas el hombre rra de los labios. se funde con la tierra. A C O S T Ó )) K 19 3 ]'&g. 43 Ley de Elecciones Nacionales TITULO PRIMERO k) Los que mi procesos instruido» P©r delitos i'ontro las personas, la propiedad, el patri­ De la calidad, derechos y deberes del elector monio, la fe o la renta pública, violación, es­ CAPITULO I tupro, rapto, ultraje al pudor, falsificación, defraudación, infracción a la ley N" 4097, D e 'los e Héctores toxicomanía, que hubieran sido objeto de una I condena judicial. Articulo 1' — Son electores nacionales los ciu­ Si hubieran sido oh jeto de cuatro o más so­ dadanos nativos y los naturalizados desde los diez breseimientos provisorios por iguales causas y ocho años cumplidos de edad, siempre que ©aten y dentro de un término de cinco años, el pro­ inscriptos unos y otros en el padrón electoral. curador fiscal acusará de oficio o por denun­ Art. 29 — Están excluidos del padrón electoral: cia de un elector ante el juez del registro 1 1 I- Por razón de incapacidad: correspondiente, en juicio sumario en el que a) Los dementes declarados en juicio; y aque­ se permitirá al procesado producir la prueba llos que aun cuando no hubieran sido decla­ . de descargo que le interese. 'El juez federal rados se encuentren recluidos en asilos pú­ pronunciará sentencia según las circunstan­ blicos; (1) cias especiales de cada caso, rechazando o b) Los sordomudos que no sepan hacerse enten­ aceptando la causal de indignidad. Esta re­ der por escrito. solución será apelable por ante la Cámara 29 Por razón de su estado y condición: Federal respectiva. La inhabilidad en ambos a) I/os eclesiásticos regulares; casos durará cinco años a partir del último b) ILos soldados, cabos y sargentos del ejército sobreseimiento o de la condena; permanente y armada y gendarmes de poli­ 1) Los tratantes de blancas, rufianes, sodomitas cía, y los sargentos cabos y soldados de los y expendedores de tóxicos, cuando estos ex­ resguardos de aduana, hasta 60 días de ha­ tremos hubieran sido acreditados en juicio en ber cesado en sus funciones; (2) que el afectado hubiera sido parte. c) Los detenidos por juez competente mientras Si por iguales causas hubiere tenido el elec­ no recuperen su libertad; tor cuatro o más sobreseimientos provisiona­ d) [Los dementes y mendigos, mentras estén re­ les se procederá en la forma prescripta en cluidos en asilos públicos, y en general, to- el apartado segundo de la letra k). dos los que se hallen asilados en hospicios La inhabilidad en ambos casos será perma­ públicos o estén habitualmente a cargo de nente; congregaciones de caridad. m) Los reincidentes condenados por delitos de 39 por razones de indignidad: asociación ilícita y los que sufrieran pena en a) iLos reincidentes condenados por delitos con­ la misma forma como terroristas, ladrones o tra la propiedad, durante 10 años después* estafadores hasta diez años después de cum­ de. cumplida la sentencia; (3) plida la condena judicial. Si por iguales cau­ b) Los penados por falsos testimonios o por de­ sas el elector tuviere cuatro sobreseimien­ litos electorales durante 5 años; tos provisorios, se procederá en la forma c) !Los que hubieren sido declarados por auto­ prescripta en el apartado segundo del inciso ridad competente incapaces de desempeñar letra k). funciones políticas; ¡La inhabilidad será también por diez años; d) Los quebrados y concursados fraudulentos n) ILos ciudadanos naturalizados que hayan rea­ hasta :5 años después de su rehabilitación; (4) lizado actos 'que importen el ejercicio de la e) Los que hubiesen sido privados de la tutela nacionalidad de origen, y los comprendidos o cúratela por defraudación de los bienes del en el articulo 8? de la ley NV 346. menor o del incapaz mientras no restituyan Las causas de indignidad, incapacidad o ex­ lo adeudado; ( clusión establecidas en la forma que por es­ ti Todos aquellos que se hallen bajo la vigen­ ta ley se autoriza, se investigarán de oficio cia de una pena temporal, hasta que ésta sea o por denuncia del ministerio fiscal, o de cumplida; cualquier elector, por el juez encargado del g) ILos «}ue hubiesen eludido las leyes sobre el padrón electoral en procedimiento sumario; servicio militar, hasta que hayan cumplido la la reincorporación al padrón, a efecto de po­ pena que les corresponda; der sufragar, no podrá hacerse de oficio, si- h) Los que hubiesen sido excluidos del ejéni no por requisición de parte interesada y por to con pena de degradación o por deserción orden del juez federal que corresponda en hasta 10 años después de la condena; procedimiento también sumario. (5) i) Los deudores por apropiación o defraudación de caudales públicos mientras no satisfagan (1) y (2) Ley 11738, arts. 2" y 3V. su deuda; (3) y (4) Loy 117i38, arts. 4" y 51-'. j) !Los dueños y gerentes di- prostíbulos (•5) Ley 11T::8, arts. 6" y 7'-'. NOTA DE REDACCIÓN. — A todas estas calarr ¡dades agregúese las mujeres. I'il.H. II VIDA F E MENINA PAGINA INFAN1IL

Y va de Cuentos

Milucho era un niño bellamente vul­ En la aldea donde mentía Milucho, gar, que al aprender a hablar, aprendió paSaba sus días un usurero. a mentir. Un buen día, el prestamista apareció Mentía siempre. Por sistema. Como degollado. si llenara una necesidad. Mintiendo se El tajo que separaba la cabeza del labró su fama. Su faina de mentiroso. tronco era técnico. Magistral. Faltando a la verdad se hizo hombre. Milucho fue preso, y después de un Y los lugareños, en su boca, ponían en largo proceso, en el cual vanamente duda a la verdad misma. protestó inocencia, fue condenado a Por las exigencias de la lucha por la perpetuidad, por asesino. vida, Milucho se hizo carnicero. Ínterin Milucho estaba en la cárcel, de hambre, murió su madre. ACOSTÓ D 10 1938 O I'ÍÍK. 45 El Copete del •I Cardenal \m Por Fernán Silva Valdez

En un árbol habla un nido de pájaros mavera, hacía t'rín aun y se podían con cinco pichones. Los pájaros dueños enfermar. Recién tenían permiso para del nido eran de tamaño más bien gran­ asomarse al balcón del nido, cuando el de, de lomo gris, pecho blanco y copete sol ya estaba alto y empezaba a calen­ marrón. Estos habían dicho a sus hi­ tar. Pero los pichones eran muy curio­ juelos que de madrugada, al desper­ sos, querían verlo todo y especialmente tarse, no se asomaran al borde del nido, querían ver el nacimiento del sol. Así pues como era el principio de la pri- fue que una mañanita, desoyendo la advertencia de sus padres, cuando ya había la suficiente claridad para distin­ guir las cosas, se asomaron al espacio Y Milucho lloró mucho, mirando al por el borde del nido, en momentos en cielo. que salía el sol por el oriente, y lo mi­ Una noche de crudo invierno, se mu­ raron un rato Henos de asombro y de rió el otro carnicero del lugar, que era alegría al ver un espectáculo tan her­ un hombre de pocas palabras y muchos nioso. Entonces, el sol, enterado en ese pesos y, por eso, tenido por veraz. mismo instante de la travesura de los Antes de morir el rival del infortu­ pajaritos, satisfecho, y puede ser que nado Milucho, llamó a un notario y, un poquito vanidoso al ver que el espec­ ante dos testigos, mandó labrar un acta táculo de su belleza, era tan verdadero en la que se hacía culpable del asesina­ y hernioso que hasta, unos simples pi­ to del prestamista. chones de pájaro lo comprendían y ad­ Con esta revelación le dieron la liber­ miraban, les mandóim rayo de luz de­ tad a Milucho, quien, sobre la tumba de rechito a las cabezas, tiñétidoles los co­ su-madre, juró decir siempre la verdad, petes oscuros del rojo más vivo, pa­ y nada más que la verdad. gándoles así, con un poco de belleza su El juez le devolvió la libertad, pero ingenua admiración. Y andando el la madre, no. tiempo, a esos pájaron de copete colo­ rado, los hombres les dieron el nombre Por Orest&s L. Trespailhié de cardenales. l'¡'m 4t! VIDA K K M K N I N A

DIARIOS Y PERIÓDICOS "Pluma Libre", Colombia. "Revista C. de Ajedrez", Cuba "Hoy", Habana. "Brújula", Uruguay. "Justicia", Córdoba. "Crom", Méjico. REVISTAS "El Empleado", Córdoba. "Senda Nueva", Méjico "Acción Socialista", .Santa Fe. '' Correspondencia Indoameri­ ''Magisterio'', Nicaragua. "Sol Argentino", La Plata. cana", Capital. "Acción Femenina", Chile. "La Voz del Pueblo", Zarate. "La Literatura Argentina'', "Revista de las Españas", Bar­ "Simiente", Tres Arroyos. Capital. celona. "Nueva Vida", Avellaneda. "Derechos del Hombre", Ca­ "Letras y Encajes", Colombia. ''El Ariete'', Quilmes. pital. "Atletas", Colombia. "Crónica", Quilmes. "Aquí Está", Capital. "Vertical", Sgo. del Estero. "Nuevos Tiempos", B. Blanca. "Clarín", Capital. "Ideas", San Luis. "Germinal", Pampa. "La Obra", Capital. "Senda", Córdoba. "La Voz Obrera", Hernando. "Ser", Capital. "Yunque", Campana. "El Tranviario, Capital. "Roda", Capital. "Punta Alta", Punta Alta. "Tribuna del Magisterio", Ca­ "Superación", Capital. "Cultura", C. de Gómez. pital. "Orientación", Santa Fe. "U.P.A.K.", La Plata. "El Obrero Municipal", Capit. "Impulso", Santa Fe. FOLLETO "Prensa Hispánica", Capital. "Nuestra Idea", Santa Fe. "Ahora", Montevideo. ' "Mediodía", Habana. "Los Partidos Políticos", A. "El Sol", Monte video. "Antiaérea", Cuba. L. Palacios. PROFESIONALES

Prof. Dr. ENRIQUE MOUCHET ANDRÉS JUSTO Enfermedades Internas y nerviosas CARLOS J. FRAN2ETTI Consultas: Martes, Jueves y SaJaados, é» 1» a 11 ha. Inaenleros CIvNse

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