La Candidatura Ibéricasse Lució En Sudáfrica
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REVISTA DE LA RFEF AÑO XV - Nº 134 JULIO 2010 - 2,50 € La Candidatura Ibéricasse lució en Sudáfrica ¡Campeones del mundo! 2 Especial Mundial 2010 COPA DEL MUNDO SUDÁFRICA 2010 Un gol para la historia, un gesto inolvidable i conseguir el gol que supone ganar el título mun- victoria y le añadió, además, un componente emocional dial tiene que ser, y es, un suceso de una enorme inolvidable: haber pensado en su amigo Dani Jarque, juga- Strascendencia colectiva e individual, tanto como dor del RCD Espanyol, al que dedicó el tanto que suponía eso lo es dedicárselo a un amigo fallecido tempranamen- que España ganara su primera Copa del Mundo. Andrés te. Andrés Iniesta dimensionó su aportación al triunfo de Iniesta nunca olvidará esa diana como no se olvidó de Jar- España en el Mundial de Sudáfrica con el gol que valía la que. Nosotros nunca olvidaremos ni lo uno ni lo otro. Especial Mundial 2010 3 Gracias por hacernos tan felices l fútbol español acaba de vivir el momento más feliz de su historia y no tengo por menos que empezar así esta Carta que escribo con el corazón henchido de Eemociones. Acabamos de conseguir nuestro primer título mundial, un viejo sueño del que todavía estamos despertándonos. Llevábamos muchos años tras él. Empezamos a disputar fases finales en 1934. Hemos tardado, pues, 76 en conseguir la corona. De- masiado tiempo. Tanta espera ha valido, sin embargo, la pena. La alegría de millones de españoles y de muchos que no lo son, pero que se han identificado con nuestro equipo lo demuestra sobradamente. Somos campeones y estamos felices. Evidentemente. Absolutamente felices. La gran vic- toria de la selección española en Sudáfrica 2010 es el triunfo final de un formidable grupo de jugadores y de técnicos que nos han proporcionado un éxito inolvidable, pero es, de paso, la victoria de la gran familia de nuestro fútbol, de los jugadores poco conocidos, de los directivos humildes, de los árbitros y de los entrenadores modestos, de los aficiona- dos que acuden a partidos que no convocan a masas ni atraen la atención de las cámaras de televisión. El Mundial también es su triunfo. Llegué a Sudáfrica convencido de nuestras fuerzas como no podía ser menos a la vista de nuestra trayectoria, pero, también, de las enormes dificultades que tendríamos que sufrir para alcanzar lo que perseguíamos. Somos muchos los que no nos cansamos de repetir que no hay adversario fácil, que nadie entrega un partido sin disputarlo ardorosamente, que las distancias se han reducido considerablemente. El Mundial no podía ser de otra manera y no lo ha sido en ningún momento. Hemos tenido que sufrir hasta el último se- gundo del último partido y en todos ellos. Eso aumenta la dimensión de la victoria. Sudáfrica nos ha acogido a todos con un enorme afecto. Habíamos dicho que sería un gran Mundial a tono con un gran país y los hechos lo han probado. Sudáfrica ha cerrado un Campeonato perfecto que tan sólo puede recoger los elogios de todos. Nada ha falla- do en la organización de un gran Torneo que requiere de un impecable esfuerzo logístico y de capacidad para que todo se desarrolle eficazmente. FIFA ha demostrado que no se equivocó al conceder su organización a un país y a un Continente que han sido esencia- les en el desarrollo y expansión del fútbol como fenómeno mundial. Aprenderemos de ellos para reforzar nuestra candidatura, junto a Portugal, para la organización del Mun- dial 2018 por el que luchamos. Casi 800 millones de personas fueron testigos por televisión de la final entre Holanda y España. Ante unas dimensiones así sobran las palabras. Unos cuantos millones de ellos eran españoles, con los mayores índices de audiencias de televisión que se recuerdan. En la cuota que me corresponde no puedo por menos que sentirme plenamente orgulloso de ello. El fútbol ha vuelto a mostrarse como un vehículo articulador de sentimientos en torno a un equipo, la selección, que no sabe de diferencias, sino que es capaz de concen- trar a todos en torno a sólo unos colores, los de España. Ha costado ganar el Mundial. Desde el principio. Pero creo que, sinceramente, España se lo ha merecido. Las gentes del fútbol sabemos que ningún triunfo es fácil y que cuesta muchísimo recuperarse de una derrota en un sistema de liguilla como fue la fase inicial. Pero la selección demostró su formidable capacidad para conseguirlo, con dos triunfos ante Honduras y Chile, y, luego, en la fase directa, ante la que ya no caben rectificacio- nes cuando se pierde, frente a cuatro grandes del fútbol mundial: Portugal, Paraguay, Alemania y Holanda. Tengo que felicitar y agradecer a los jugadores y al cuerpo técnico su enorme capacidad para sobreponerse a todo e imponerse a todos, haciéndonos par- tícipes a todos de una alegría imposible de contener. Nunca olvidaremos lo que vivimos en Sudáfrica. 4 Especial Mundial 2010 COPA DEL MUNDO SUDÁFRICA 2010 La selección española ha demostrado de lo que era capaz. El 29 de junio de 2008, el equipo consiguió en el Ernst Happel Stadion de Viena un triunfo que pasó a ser el más importante en la historia de nuestro fútbol. Aquello alimentó nuestras esperanzas de futuro, la con- vicción de que por el mismo camino podríamos aspirar a lo máximo: ganar una Copa del Mundo. Desde aquella tarde continuamos un trabajo basado en la fe, pero, también, en la humildad y en el sacrificio. No hay otros caminos que conduzcan al éxito. Durante dos años la selección ha obtenido unos espléndidos resultados que reforzaban la creencia de que podíamos ser candidatos a ganar el Mundial. El resultado final no es fruto de la casualidad, sino de todo aquello. A nadie le regalan nada. Durante años habíamos alentado la esperanza de que algún día podríamos alzar la corona sobre nuestras cabezas. El recibimiento a la selección en Madrid ha alcanzado proporciones gigantescas. No puedo decir que me sorprenda, aunque, naturalmente me ha emocionado profundamente. Profundamente. Haber proporcionado a millones de españoles una felici- dad que tendrán siempre en sus mentes y en sus corazones es un motivo de satisfacción que el fútbol español guardará siempre como el mejor de sus recuerdos. Entre todos los que a lo largo de un mes han vivido palmo a palmo las ilusiones de un grupo de jugadores y de sus responsables a miles de kilómetros de España han estado Sus Majestades los Reyes, el presidente del Gobierno, el Secretario de Estado para el Deporte y todos los estamentos de la sociedad civil y pública. Tengo que decir con legítimo orgullo que nunca nos ha faltado su apoyo y comprensión en los momentos difíciles ni su presen- cia en los de las grandes alegrías. Sabemos que contamos con el cariño de la Casa Real, a la que debemos, entre muchísimas otras muestras de afecto, la denominación de origen de nuestro más antiguo campeonato en el tiempo, el de España o Copa de Su Majestad el Rey. A las esperanzas puestas en una selección inolvidable se sumaron en Sudáfrica algunos de nuestros más grandes deportistas y miles de seguidores anónimos a los que el des- plazamiento costó enormes esfuerzos logísticos y materiales que afrontaron con la ilusión de que todo acabaría como finalizó. Quiero agradecerles de todo corazón su presencia y ánimos en Johannesburgo, en Ciudad del Cabo, en Durban y en Pretoria. Cuando uno está lejos del hogar esos apoyos tienen mucho más valor, porque significan que la distancia no puede con los sentimientos y que la unidad en torno a la defensa de unos colores es lo que prima. Como todos los españoles y muchos que no lo son, y que se han sumado a la causa de la be- lleza, gran fútbol, frescura y talento de esta selección, me siento profundamente orgulloso de ser uno más entre sus millones de fervientes seguidores. Un seguidor sumamente feliz por haber sido testigo de un suceso que espero que no sea irrepetible y por la de constatar la rara unanimidad de que en todo el mundo se considere que el Mundial de Sudáfrica 2010 lo ha ganado la mejor de las 32 selecciones que participaban en él. España. Lo repito: gracias a este equipo por habernos hecho tan felices. Especial Mundial 2010 5 Thank you for making us so happy! panish football has just experienced the most joyful moment in its entire history and that is why I begin to write this letter with my heart brimming over with Semotion. We have just won our first world title. We chased that dream for many years and only now are we awakening from it. We started playing in the final stages as long ago as 1934 so it has taken us 76 years to achieve the crown. It was a long wait but it was worth it, as demonstrated by the outpouring of joy of millions of people, both Spanish and those from many other countries who identified with our team. We are champions and we are happy. It goes without saying. Ecstatically happy. The great victory of the Spanish squad in South Africa 2010 represents the ultimate triumph of a formidable group of players and technical staff who have provided us with an un- forgettable success, but it also represents the victory of the family of Spanish football, of unknown players, of humble club managers, of modest referees and coaches, and of the fans who attend matches which do not draw huge crowds nor attract the attention of the TV cameras. The World Cup is their victory too. I arrived in South Africa convinced, in the light of our recent performance, of the stren- gths of our squad, yet also fully aware of the enormous difficulties we would be facing in our quest for the ultimate title.