Uruguay-1930-Sudafrica-2010-Y-Estadisticas-Finales-De-Una-Historia.Pdf
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1 Información legal ISBN: 978-9974-49-744-3 © 2014, del autor. © 2014, Fin de Siglo. Montevideo, Uruguay www.findesiglo.com.uy [email protected] Esta publicación no puede ser reproducida sin permiso previo del editor; sin modificar y sin propósitos comerciales, puede ser almacenada y transmitida sin permiso previo del editor. Diseño de cubierta: Felipe Correa. 2 CONTENIDOS Información legal 2 NOTA DE LA EDITORIAL 5 EL AUTOR 5 CAPÍTULO I 6 Introducción 6 Urgente: se necesita un estadio 7 Los países intervinientes 8 El trofeo 9 El plantel uruguayo 9 Los demás planteles 9 CAPÍTULO II – URUGUAY 1930 11 Uruguay. El primer ganador de la historia 11 Primera ronda 11 Semifinales 17 La final 18 Las figuras del primer mundial 19 Notas 21 Biografías 22 Resumen 23 Capítulo XX - SUDÁFRICA 2010 25 Uruguay: El regreso de un grande y la historia al día con España 25 La organización 26 Las sedes 27 La mascota 27 Los árbitros 27 Las reglas 28 La pelota 28 El pulpo Paul 28 Las eliminatorias 29 Los 32 clasificados 33 3 El sorteo 33 Los planteles 34 Las chances 38 Los partidos 42 Octavos de final 82 Cuartos de final 90 Semifinales 95 Partido por el tercer puesto 97 Final 99 Las figuras 100 Biogarfías 102 Resumen 104 ESTADÍSTICAS FINALES 106 Los máximos goleadores 106 Los goles 106 Expusión 107 Camisetas 107 Goles por partido 107 Jugadores 107 Concurrencia 108 Entrenadores 108 Selecciones 108 Varios 109 4 NOTA DE LA EDITORIAL Este libro es una selección de los capítulos que fue posible corregir para la fecha de inicio del mundial. El material completo con respecto a los mundiales entre 1930 y 2010 está disponible en www.findesiglo.com.uy para su descarga gratuita durante el mundial Brasil 2014, su título es Historia de los mundiales (1930-2010), ¡GLORIA!... sudor y lágrimas. *** Este libro está disponible en formato electrónico en la página de Fin de Siglo durante el mundial Brasil 2014. Se trata de una edición no comercial que tiene como objetivo poner al alcance de todos este acervo de información histórica. EL AUTOR Robert Castro Ramos nació en Tacuarembó (Uruguay) tiene 42 años y trabaja como periodista deportivo en radio 106.5 Cadena del Mar (Maldonado) desde hace varios años. Allí desarrolla actividades de relator y comentarista en las transmisiones futbolísticas. Cursó estudios secundarios, idioma portugués y ayudante de arquitectura en UTU. Desde muy joven le interesó el tema de los mundiales de fútbol, al punto que llegó a ganar, en televisión, un concurso de preguntas y respuestas sobre el tema. En el año 89 comenzó a coleccionar materiales, ediciones y todo tipo de notas que tuvieran que ver con los mundiales de fútbol. Fue así que hace un tiempo surgió la idea de reunir todo el material en un libro, comenzando lentamente la tarea de recopilación de todo lo coleccionado a través de los años. Datos de diferentes ediciones, diarios, colecciones, álbumes y páginas de internet se compilaron para formar este libro. 5 CAPÍTULO I Introducción A principios del siglo pasado, y con los países británicos nucleados en la Football Association Ltd. — los cuales daban ejemplo de organización, para que nadie dudara de sus credenciales como padres del fútbol—, surgió la idea de crear una institución que rigiera los destinos del fútbol internacional, agrupando a todas las asociaciones nacionales, que querían que ese deporte sirviera para la mancomunación y buenas relaciones entre los diferentes pueblos del mundo. El Sr. Robert Guérin se convirtió en el portavoz de estas asociaciones y se puso en contacto con otras asociaciones nacionales, para recabar su opinión acerca de la creación de dicha entidad rectora. En ocasión de un partido amistoso entre Francia y Bélgica, los secretarios de ambas asociaciones, Sres. Guérin y Mullinghaus, mantuvieron una reunión a los efectos de darle trámite a un probable encuentro a realizarse en París, con intensión de crear dicha Federación, a pesar de la negativa de Inglaterra a integrarla. El encuentro fue pactado para el día 21 de mayo de 1904. Ese día llegaron hasta el edificio de la Unión Françaises des Sociétés des Sports Athlétiques, ubicado en Rue Saint-Honoré 229, los delegados de Bélgica, Holanda, Dinamarca, España, Suiza y Suecia, donde fueron recibidos por el Sr. Guérin, representante de Francia, dejando aquel día, con siete integrantes, fundada la Federación Internacional de Fútbol Asociado. De esta manera la sigla FIFA comenzó a circular por las canchas del mundo, como símbolo de respeto y formalidad organizativa del deporte que sería pasión de multitudes. Luego de muchas idas y venidas, en el año 1909 se anotó Sudáfrica, en 1912, Argentina y Chile en Sudamérica, y en 1913 se alistó Estados Unidos. De esta manera quedaron superados los límites del continente europeo, y creció y se fundamentó la idea de realizar un campeonato a nivel mundial que nucleara a todas las asociaciones integrantes de la FIFA. Lamentablemente, la primera guerra mundial apagó estos fuegos, e incluso peligró la continuidad de la Asociación creada. Solo el espíritu de su secretario el Sr. S. Hirschmann permitió que la FIFA llegara al año 1920 con ímpetu de organizar una competencia mundial. Ese año se eligió en Amberes un nuevo Consejo Administrativo, presidido por el Sr. Jules Rimet, quien el 1.º de marzo de 1921 fuera designado como titular de la presidencia de la FIFA (tenía 48 años y era el 3.º en su historia). Se inició así un proceso brillante de la Federación que se afianzó en los años siguientes. Rimet fue presidente de la FIFA hasta el año 1954. Al momento de la asunción, la Federación contaba con 20 miembros, ni Brasil ni Uruguay estaban afiliados aún, pero esto no desalentó al Jules Rimet, quien abogó para que la FIFA organizara el capítulo de fútbol correspondiente a las Olimpíadas de Colombes en el año 1924. La FIFA descubrió entonces el poderío del fútbol americano, ya que, como es sabido, Uruguay se proclamó campeón olímpico y Rimet tomó debida cuenta de ello. Presintió entonces que iba a pronunciar más de una vez ese nombre, tal vez entre signos de admiración. Un año después, se encontraron en Ginebra el Sr. Jules Rimet con el ministro uruguayo en Bruselas, el Sr. Enrique Buero, oportunidad en la cual Rimet le menciona a Buero que lo sigue persiguiendo la idea del Campeonato Mundial, presintiendo el presidente de FIFA que la Asociación Uruguaya aceptaría dicha organización si se le requería. Claro, debía tomar a su cargo los gastos de traslados y estadías de las asociaciones europeas que concurrieran al certamen. Se solicitó entonces a las asociaciones que estudiaran tres propuestas presentadas, y en el congreso del 26 de mayo de 1928 se aprobó la iniciativa de la Asociación Francesa de organizar una competición abierta a todas las asociaciones afiliadas. Se nombraría un comité de estudio para ver las condiciones de dicho torneo, y se tomaría una resolución definitiva en el próximo congreso a realizarse el 8 de setiembre de 1928. Ese día, y con la presencia del Sr. Jules Rimet, el congreso aprobó el siguiente texto resolutivo: 6 “La Federación Internacional organizará cada cuatro años, por primera vez en 1930, una competición denominada ʻCopa del Mundoʼ.” “El trofeo será un objeto de arte, que será ofrecido por la federación.” “La competición será abierta a los equipos representativos de todas la asociaciones nacionales afiliadas a la Federación, y se disputará por encuentros eliminatorios.” “Los contrincantes serán echados a suerte.” “La competición se llevará a cabo en el período de 15 de mayo a 15 de junio.” “Los partidos se disputarán dentro de las posibilidades dentro del territorio de una sola asociación nacional.” “Si el número de inscripciones para el torneo supera las 30 asociaciones, se disputarán partidos eliminatorios, previo al torneo propiamente dicho.” A posterior, se reglamentó el texto anterior y se citó a las asociaciones el 17 y 18 de mayo de 1929 en Barcelona, para resolver tales puntos. En Uruguay el Sr. Roberto Espil y José Usera Bermúdez, dirigentes de nuestro medio, se dirigieron a la Comisión Directiva del Club Nacional de Football para que, por intermedio de la Asociación Uruguaya de Fútbol, se gestionara la postulación de Uruguay como país organizador del primer Campeonato Mundial de Fútbol. Fundamentaban sus razones en la consagración de Uruguay como campeón olímpico de 1924 y 1928, además de la conmemoración de los cien años de la carta magna uruguaya. Así fue que se encomendó a los Sres. Enrique Buero y Héctor Gómez la concurrencia a dicho congreso en Barcelona, con las razones antes expuestas. Las asociaciones de España, Italia, Hungría, Suecia y Holanda también presentaban su candidatura. Los europeos se fueron retirando por diferentes motivos, y los países sudamericanos, votaron por las razones de Uruguay. Quedó entonces solo España, que manifestó que no deseaba pugnar con Uruguay por la organización del torneo. Fue así entonces que con todo el Congreso aplaudiendo de pie, se proclamó a Uruguay como sede del primer Campeonato Mundial de Fútbol. Urgente: se necesita un estadio Uruguay ya tenía el nombramiento como sede del primer Campeonato del Mundo, pero hay que decir que solo Uruguay, un país tan pequeño y con casi dos millones de habitantes por entonces, aceptaría una empresa como esa, la organización de un campeonato para el cual no había antecedentes para tomar como ejemplo. Contábamos para entonces con dos canchas para la disputa de partidos de fútbol: la de Nacional, el Parque Central, y la cancha de Peñarol, ubicada en la estación Pocitos, donde hoy está la intersección de las calles Pereyra y Rivera frente a Soca. Estas a veces eran insuficientes para los partidos clásicos, por lo tanto qué pasaría cuando la selección debiera defender el prestigio ganado en los Juegos Olímpicos, nada más ni nada menos que en un Campeonato del Mundo.