Caprichos De Capri
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
2222..08..114 El Viajero Núúmeerroo 8255 www.elpais.com/elviajero 5 7 8 24 horas en... ‘Ratatouille’ Explorando la Camagüey y el ‘ratmobile’ calle de Hortaleza Poetas, comida criolla Disneyland París estrena Madrileña como pocas, y plazas empedradas su atracción número 60. la céntrica calle da en la ciudad cubana. El protagonista es para muchas paradas Y muy cerca, la playa Remy, la rata cocinera sabrosas y curiosas Caprichos de Capri La gruta Azull,, lla siinuosa Viia Krupp,, terrazas all Mediiterrá- neo y viillllas como lla de Tiiberiio.. Cllaves de lla iislla iitalliiana que fue refugiio de Neruda Vistas sobre el golfo de Nápoles desde la Villa San Michele, en Capri. / G. Simeone 12 EL PAÍS EL VIAJERO 22.08.14 Caprichos de Capri Dormir < Nomenclátor: 10 Puntuación de 0 a 10 10 Buena relación calidad / precio C Establecimiento con encanto Matilde en el reino El escondite de Malaparte La sinuosa Via Krupp, en la costa Luisa Castro das de la Odisea y la Ilíada. No sería nada de las rocas sur de la isla de extraño que Curzio Malaparte tuviera Capri. / Michal l paseo que lleva hasta la casa de presente este incidente para elegir el lu- Neruda y Rilke se dejaron atrapar por Capri, Krakowiak Neruda termina en Punta Tragara. gar. De padre alemán, Malaparte llegó a E Ahí, frente al mar y los imponentes Capri después de ser apartado del Parti- que esconde en sus diez kilómetros cuadrados farallones, comienza el camino que des- do Nacional Fascista, al que había perte- ciende hasta la casa Malaparte, en Pun- necido. Un exilio de lujo que Mussolini le rincones de gran belleza paisajística ta Massullo. Son unos 400 metros que concede por sus contactos familiares. se precipitan empinados hacia el mar. Al Pudo ser un personaje incómodo, pero principio, con la belleza del paisaje, no te jamás castigado; al contrario, bastante das cuenta de lo pronunciado del des- admirado siempre. Por intervención de Fachada del hotel Cándido, en Segovia. A la derecha, una de sus habitaciones. censo. Pero a partir de un momento, el la familia, Mussolini lo libera y él hace de Juan Cruz escondió su identidad para escribir, con pa- camino se bifurca y comienza un tramo esta casa en Capri su legado. Después sión y desenfreno, Los versos del Capitán. periódico, “por Cándsidaolvapjaesqóuteo-te haVcaelodruadciaórnsi continuar o de la guertroacirnágtriecsoa enpaellaPcaiortidoseCgoomviua-no. s una islita, 10,4 kilómetros cuadra- A Neruda lo perseguía su Gobierno, que El hotel del mesonero da la sociología de lnao.erDaudfraasn-cuanAdRoQUIeTlECcTaUmRAino vuelve a nist3a, y esCcurieblegaonbrdaeslctoemchooLadepsielul mdobnr-an- dos; sus farallones blancos pare- entonces era una dictadura, removió geo- quista, con Orson WbeiflulerscayrsHeey-comDiEeCnOzRaACeIlÓdNescenso priva- de n4arra cteosn iamrapñlaacsa,bjluenvtiosióan elascdaeysoelsa-s y cen manos cerradas, puños, pero grafías amigas, lo intentaron echar de Ita- CÁNDIDO, buen servicio y un nombre mingway a la cabezad”o. Saulabucsatsoa, hEaSsTtAaDOqDuEeCOuNnSaERvVaACllIaÓNcon per8ada redaolisdealdesdeenllaasNcáapmolaess. Elibl emraodbailia- su mérito no está en que sea gran- lia, pero su amigo Giorgio Napolitano (que preside hoy los sopocratanldeasddoetelafrenCaOdNeFOfiRnTiAtBivILaIDmADenHtAeB.ITACIONES de l7a ocupriaocilóuncenatzaippiocerrlaíassfuceornzapsearilfiao-llos E ASEOS 7 de y famosa a pesar de su pequeñez y de su ahora preside la República) y otros comu- legendario en Segovia plaza del Azoguejo, juntLoaaclamsae-de Curzio Malaparte no se das. Es undae oébproaca.sDomivberososas,meloatinvvoesrsbootá- lejanía. El verdadero lujo de Capri no está nistas de entonces consiguieron que su són que rivaliza en ppoupeudlearviidsiatadr, soAlMoBsIEeNTpEuede contemplar ang6ustiosnoicyolúsceidnogadleansuasnelsatamncoiqasueptaa- de en las tiendas exquisitas, no está tampoco país no expulsara al poeta, que fue confina- turística con el Acuedeuscdteo.laPdoisr-tancDiaE,ScAoYUnNeOl mar por medio. radi7siacaslaesnhCaabpitrai.ciones, como las bor- en la huella perfumada de sus múltiples do a gusto en Capri. El cartero y la calle que, no nos engañemHoass,tcaaasiqnuíal-os eAsTtEuNdCiIoÓsNos de esta arqui- C9 uandloasMqaulaepfarrutencmeunelroeselnar1g9o5s7y, cpol-isa- multimillonarios, ni en los helados artesa- fueron su vida, la espera y la conversación, die se acuerda del teemctpurearaedxocrepcioTRnAaNlQsUiIgLIuDeADn llegando en mo7una úldtiomsacoerxtcinenajterisc.idAamda, ndteejas dsuelcma-ini- nos e inolvidables, ni en los restaurantes los bares, los restaurantes. Era, recuerdan romano que lo consptreureygór,inpaecrioón dIeNStToALdAoCIOeNlEmS undo, y su sa e7n heremncailaisamuonaenasboocgiaac,ióanbdsteeensecrrsie-. lujosos o las vistas hermosas e infinitas, ni los que oyeron recordar, desordenado y co- 6,5 Categoría: cuatro estrellas. Dirección: avenida de Gerardo Diego, s/n. Segovia. todos conocen de sobúrnaicaaCcáonmdip-añía es la de los Los puntales de la estancia, en las callejas que parecen argumen- Teléfono: 921 41 39 72. Internet: www.candidohotel.es. Instalaciones: jardín, do. La cocina españomlairthoas ytelnosi-enetbaruorsa,nlotes ceain-cluso a los que sus- propuesta decorativa aparte, se tos de novelas de ensueño. Su verda- piscina, gimnasio, spa, salón de estar, cafetería, restaurante. Habitaciones: 107 do sus nombres proptoiossesmtruecmheocedoprierasndeplaosr gcae-lebrar sus nupcias encuentran en un servicio absolu- dero lujo está en la memoria que dobles, triples y suites. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacita- antes del descubrimviieontatos ydleoslagavileanecsa,syaladsepl efa-moso mesonero. Y, tamente profesionalizado. Huma- almacena este islote bellísimo al que dos, animales domésticos prohibidos. Precios: desde 75 euros la habitación doble, gastronomía molecuqlaure.ñas lagartijasahqoueras,oenldnuiee-to, Cándido López, no y comprensivo, especialmente alguna vez se dio por muerto. Capri IVA incluido; desayuno, 8,50, IVA incluido; 10% descuento por pago online. Su hijo, Alberto CñáansddideoesLtóos- pasraujeñs.aEtlacmambiié-n con la expansión con la clientela menuda. Resoluti- c’est fini. Pues no, Capri es infinito. pez, ha extendido neol anleagcoacsiao es iunntefrangamcieontaol de la firma en vis- vo al menor inconveniente. No Esta isla que la caótica Nápoles tie- Fernando Gallardo con el borde de un plato, así co- más allá de los fogondees. tMieámspaolládesctaoldgaedl poreddeiclaamento de que goza en vano, muchos de los emplea- ne como vecina ha sido el faro al que mo su histrionismo oficialista, le incluso del centro oertbeirtnailddade. Elas el rleaincoasdae lmo andir-e entre los turistas dos hicieron escuela con los su- han ido a vivir poetas y políticos, hom- ablar de Cándido en Sego- valió el título de Mesonero Ma- ciudad, en direcciónmaaLl ay lGorvaeng-etale, xctornanejlemroasr. a balternos de Cándido en sus días bres cansados de amor, o hartos de via es hablar de judiones, yor de Castilla, que exhibió has- ja. En 2006 abrió un htuosteplidese y10lo7s altosEflacroalmlopnleesjo hotelero es un re- de gloria: Tomás Urrialde, Maria- que no los quieran, y políticos que H lechones y lechazos. Su ta su muerte, en 1992. Como es- habitaciones con el pfirnotdecetoarpeos-o amednoazcaadñoíresntre el castillo natal no de Pedro, Eduardo García. huían hasta de su sombra. Rilke, Neru- peculiar despiece del cochinillo cribió Feliciano Fidalgo en este sentar a los estragadaotsusdesl praelsd-as. dYe, dl feurnedpaednoter,—Coca— y un aris- La leyenda continúa. da, Stalin, Nietzsche, Malaparte… un personaje curioso te sor- El callejero de Capri te conduce de prende en la inmensidad, el manera fiel, casi obsesiva, a la memo- islote llamado Monacone, co- ria de todos esos personajes, que vi- mo si fuera una especie de nieron aquí casualmente, por un mal anticipación o preaviso. Ense- La casa Malaparte, al sureste de Capri. / Johanna Huber o un buen amor, por un desengaño o guida, poco después, se divi- por un engaño. Vivieron (Rilke, Neru- sa en la distancia, la “casa co- da) en villas prestadas, que ahora si- me me”. tores chinos. La “casa come me”, contra- guen como fueron aupadas ante el La “casa como yo”. Así fue como la dictoria, misteriosa, permanece cerrada Mediterráneo, faros en los que ellos bautizó Malaparte en 1938 cuando la al público desde hace ya años. Su inte- hallaron inspiración o reposo. mandó diseñar al arquitecto racionalista rior laberíntico e intrincado se puede Neruda vivió aquí su pasión por Adalberto Libera. Aunque Malaparte aca- apreciar en la película de Godard, Le me- Matilde Urrutia. Rilke se hizo inscri- bó modificándola a su gusto con la cola- pris protagonizada por una Brigitte Bar- bir una lápida pidiendo que no le per- boración de albañiles de la isla. Los naci- dot jovencísima y rodada íntegramente turbaran su tristeza. Ahora el musgo dos en Capri la llaman simplemente “la en estos escenarios en 1963. Parece que alimenta sus entradas, y la leyenda A la izquierda, playa de Marina Piccola. Arriba, el puerto de Marina Grande. / G. Simeone / J. Woodhouse Los farallones, en la costa sur de Capri. / Yanta plancha”. Malaparte decía que era “una la mayor parte de los muebles, diseña- llena de libros las minúsculas y muy casa triste, dura, severa”, pero también dos por el propio Malaparte, están ahora bien dotadas librerías. De la historia el lugar que más amaba. Se la puede en la Fundación Malaparte en Florencia, de Neruda en la isla su paisano Antonio leccionista; guardaba de todo y todo lo deja- des no se enfadaba cuando tenía que ir al hace parecer a la isla como la metáfora