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INTRODUCCION Colombia es reconocida por su biota excepcionalmente diversa, que se enmarca dentro de un territorio con una muy variada geografía, aspecto que de manera general puede referirse a una gran diversidad de ecosistemas (Etter, 1993). La conservación de esta Biodiversidad es actualmente una de las principales preocupaciones a nivel mundial, ya que esta es básica para proporcionar diferentes servicios y productos indispensables para el bienestar y mejoramiento de la calidad de vida. Esta preocupación ha llevado a crear organizaciones y estrategias que contribuyen a detener o disminuir el deterioro de la Biodiversidad. Una de estas, es la Estrategia Mundial para la Conservación en Jardines Botánicos, la cual sugiere que el papel primordial de los jardines botánicos es contribuir a la preservación de la diversidad genética vegetal y asegurar la utilización sostenible de las especies vegetales y los ecosistemas en los que habitan. (BGCI, WWF, IUCN, 1989). De esta forma los Jardines Botánicos llevan a cabo una importante labor de conservación en especial en aquellas regiones del mundo, como los trópicos, donde actualmente existen muy pocos o a veces ni los hay. Estos deben ser espacios dedicados a actividades de conservación, investigación y educación. La característica fundamental de un Jardín Botánico sobre cualquier otro espacio en el que se tenga colecciones de plantas vivas consiste en el carácter científico de la organización de las colecciones, cada accesión debe tener un registro específico que muestre los datos relevantes de esta (GOMEZ, 1997). Lo ideal es que estas colecciones de plantas vivas estén representando su ámbito geográfico, completamente sistematizadas e incluyendo las especies de flora amenazada, para poder adelantar programas de conservación y reintroducción al medio silvestre. Esto es muy importante ya que los procesos de extinción están aumentando rápidamente y es vital establecer estrategias de conservación de la flora representativa y amenazada del área de influencia de cada Jardín Botánico; como también, adelantar programas de educación ambiental que estrechen la integración hombre-naturaleza, entendiendo así, la utilidad y verdadera función que ofrece. Los Jardines Botánicos pueden representar variedad de ecosistemas de manera que sus visitantes puedan apreciar espacios que tal vez nunca han visto; o simplemente enfocarse en ciertas familias botánicas o grupos de interés particular como1 ornamentales, plantas medicinales, etc. Sin embargo, es conveniente establecer ciertos criterios para distribuir el trabajo de tal forma que cada Jardín Botánico tenga un área de influencia definida o porción del territorio aledaño al Jardín, como prioridad de conservación. Uno de estos criterios es la Representatividad Geográfica, la cual argumenta, según el Plan Nacional de Jardines Botánicos, que cada Jardín independientemente de tener colecciones diferentes y hasta exóticas, se responsabilice de su flora local, de tal forma que los programas que adelanten de conservación in situ, ex situ y educación ambiental actúen localmente y los resultados se vean globalmente con el complemento de esta estrategia en todos los Jardines Botánicos del país y así, el conjunto de estos, proporcione una muestra representativa de la flora colombiana. Actualmente se desconoce la composición florística y el estado de muchos ecosistemas; y es aquí, donde los Jardines Botánicos deben enfocar sus esfuerzos al conocimiento de la flora local, de tal forma que se integre la conservación in situ y ex situ y este complemento genere estrategias apropiadas de conservación. En este trabajo se revisan varios enfoques para cuestionar la representatividad geográfica de un Jardín Botánico, como regiones naturales, biomas y ecosistemas, los cuales permiten una visión general de estos diferentes niveles de organización. También se proponen de manera general, algunos ecosistemas estratégicos y especies características de estos, como prioridades de conservación dentro de los diferentes Jardines Botánicos estudiados; además se desarrolló un sistema de calificación que permitió medir la representatividad geográfica de tres Jardines, utilizando métodos estadísticos y Sistemas de Información Geográfica, los cuales analizan y extraen información, soportada científicamente. También se utilizaron datos de campo, de tal forma, que se producen resultados, que ayudan a replantear la política de colección de cada Jardín, limitando el área de influencia y representatividad geográfica que podría tener, de tal forma que cada departamento cuente con un Jardín Botánico y el conjunto de todos, represente la diversidad ecosistémica del país. Los resultados se agrupan en tres capítulos; el primero desarrolla el modelamiento con la utilización de SIG; el segundo, propone los lineamientos de Representatividad Geográfica para cada Jardín de estudio de caso; y el tercero, desarrolla una metodología estadística para medir la Representatividad Geográfica. 2 1. MARCO CONCEPTUAL 1.1 LOS JARDINES BOTÁNICOS Y LA CONSERVACIÓN Los Jardines Botánicos han sido un instrumento importante en el desarrollo cultural y científico a lo largo de los siglos. Desde sus comienzos, se han involucrado en la evaluación y estudio de los recursos fitogenéticos. A lo largo de su historia han desempeñado un papel fundamental en la exploración de la vida vegetal de nuestro planeta, así como en la aclimatación y puesta en cultivo de especies con valor económico y en la educación de estudiantes. También han hecho llegar a un público más amplio muchos aspectos del mundo de las plantas y más recientemente han entrado de lleno a la conservación vegetal siguiendo diversos métodos. Algunos de ellos han jugado un papel muy relevante en el desarrollo económico y avance comercial de muchas regiones del mundo. Esto es particularmente cierto en el caso de los Jardines Botánicos tropicales, que fueron considerados como un instrumento de expansión colonial en los siglos XVIII y XIX y responsables de la introducción y transferencia de germoplasma de una parte a otra del mundo. De esta forma establecieron las bases de modelos agrícolas que han permanecido hasta nuestros días. Los Jardines Botánicos han estado también íntimamente asociados a la medicina y farmacia. Los primeros Jardines Botánicos europeos aparecieron en el siglo XVI y fueron los continuadores de una tradición monástica. Eran fundaciones universitarias cuyo principal objetivo consistía en proporcionar material para las prácticas de los estudiantes de medicina, tanto en forma de especímenes vivos como de medicamentos elaborados. Este vínculo con la medicina y la farmacia fue debilitándose gradualmente y hasta hace pocos años, no se ha vuelto ha considerar a los Jardines Botánicos como centros fundamentales para el estudio y conservación de las plantas medicinales. A esto se ha unido el reconocimiento de la vital importancia que estas plantas poseen hoy en día en los sistemas sanitarios de muchos países en vías de desarrollo. La gran ampliación de las colecciones de los Jardines Botánicos con materiales traídos de distintas partes del mundo, provocó que la función y el objetivo principal de estas instituciones se direccionarán hacia el estudio científico de la diversidad vegetal por sí misma, combinado con el desarrollo de técnicas hortícolas. Este crecimiento de las colecciones vivas en los Jardines Botánicos, especialmente en Europa y otros países de clima templado, estuvo a menudo motivado más por un afán generalizado de acumulación de materiales que en respuesta a una política científica claramente definida. Al mismo tiempo los3 Jardines Botánicos fueron prestando cada vez menos atención al estudio de las plantas de interés económico y a su introducción en la agricultura o la silvicultura, y otras instituciones especializadas asumieron esta función. Esto provocó un divorcio entre la botánica pura y la aplicada, en el cual los Jardines Botánicos se identificaron claramente con la primera. (MARZOCCA, ? ) Otros Jardines Botánicos establecieron colecciones con su material local, nacional o regional, proporcionando así una fuente más o menos amplia de estudio para el personal científico asociado al Jardín. Esto también proporcionó una excelente base para el desarrollo de estudios sobre la conservación de especies vegetales locales, especialmente aquellas que son raras o están amenazadas. Aunque los Jardines Botánicos han participado en actividades de conservación durante gran parte de su historia, este papel ha sido más implícito que explícito. Solamente en la última década se ha considerado la conservación como una misión propia y, de hecho, vital que debe ser asumida por los Jardines Botánicos. (BGCI, WWF, IUCN, 1989) La característica fundamental que distingue un Jardín Botánico de otros centros de conservación y de investigación de la flora similares, consiste en que cada planta de colección tiene una accesión y un registro cuidadosamente elaborado. Conforme a las prácticas internacionales sobre la materia, es importante que se conozca, sin ninguna duda: a. La procedencia exacta de las semillas o del material vegetal que sirvió para reproducirla o de la planta misma. b. El autor y la fecha en que tal actividad se cumplió, así como cuando ingresó a la colección. c. Su plena identificación taxonómica (especie, género, familia y subespecie o variedad). d. Además, otros datos de interés sobre sus usos, denominaciones vernaculares y características específicas. Este es el significado de la expresión “Científicamente organizada”. Si no se tiene