La Madre De La Academia Marcelo Izquierdo
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tapa2.qxd 23/9/2019 12:47 PÆgina 1 Otros títulos “En su casa se empezó a armar el grupo campeón de la Supercopa MARCELO IZQUIERDO 88. Le daría una parte importantísima del título. Era una mujer tre- mendamente positiva y extraordinariamente ganadora. Nos fortale- PIES NEGROS ció y mucho como grupo. Los partidos los empezamos a ganar ahí, Marcos González Cezer en el trato cotidiano con ella” (Ubaldo Matildo Fillol) EL JARDIN DE LOS EKEKOS Julio Boccalatte “Cuando llegamos a Escocia nos fue a recibir un grupo de hinchas y cuando la vieron empezaron a gritar ¡Tita, Tita, Tita! Entonces le diji- MARCELO IZQUIERDO PERONISMO Y DEPORTE TITA mos: ¡Tita sos más famosa que nosotros!” (Humberto Bocha Maschio). La historia completa LA MADRE DE LA ACADEMIA (1945-2015) “Nunca voy a olvidar su cara cuando metí el segundo gol en el 2 a 1 Osvaldo Alberto Jara al Celtic en Avellaneda. Salí disparado para abrazarla pero nunca pu- Marcelo Izquierdo nació en Buenos de llegar a ella entre los abrazos de todos. Solo veía su rostro, ahí, DEPORTE, DESAPARECIDOS Aires en 1965. Fue corresponsal en Y DICTADURA cerquita. Nunca la vi tan contenta” (Juan Carlos Chango Cárdenas). Gustavo Veiga Cuba, Venezuela y Brasil de la “Fue una hermana mayor, por no decir una madre, de corazón agencia de noticias italiana ANSA en UN 11 DE ANTOLOGÍA muy grande. Participaba en todo, siempre se reía, nunca se los años 90 y prosecretario de Ganadores del III Concurso enojaba” (Federico Sacchi). Redacción de su servicio en español. Nacional de Cuentos de Fútbol Actualmente trabaja en CNN Radio. Roberto Santoro “La tengo en el corazón. Ella está en cada rin- También trabajó en el diario EL ORO Y EL ARO cón del estadio y siempre estará. Sin duda ha La Prensa y la agencia Noticias Alejandro Pérez y Germán Beder sido el jugador más importante en la historia Argentinas y fue corresponsal en del club” (Quique Wolff). Buenos Aires del diario El Telégrafo HISTORIAS INCREÍBLES DE ARGENTINA EN LA de Ecuador y las revistas Proceso de “Su teléfono era el teléfono del país. Su he- COPA AMÉRICA TITA. LA MADRE DE ACADEMIA México y La Clave, de España. Oscar Barnade ladera era nuestra heladera. Era nuestra Es autor del libro “Carceleros (La- hermana mayor” (Juan Carlos Rulli). madrid, el club y la prisión”, JUGÁ CONMIGO Aguilar 2015) y guionista de los Ganadores del II Concurso “Para el club es un ícono que ha quedado documentales “Secuencias Nacional de Cuentos de Fútbol en la historia y que vivió grandes momen- Roberto Santoro Inconclusas” (1998) sobre el cine tos deportivos, pero también de los más cubano y “La importancia de LIBRO I de los JUEGOS tristes. Siempre te esperaba en su llamarse Fidel” (2007) dirigida por PANAMERICANOS 1951-2011 casa, aunque no supiera que esta- Ernesto Rodríguez III bas llegando. Tita es mucho más Prólogo de su esposa, Lagmi Chávez Ramírez. que cualquier ídolo que tenga nues- Ezequiel En 1997 ganó el primer premio tra institución” (Hugo Lamadrid). Fernández del concurso de Periodismo del Moores diario La Nación por la serie “Cinco historias cubanas”. www.librosalarco.com.ar AL ARCO TITA 100 años de la madre de La Academia Marcelo Izquierdo Izquierdo, Marcelo Tita : 100 años de la madre de la Academia / Marcelo Izquierdo. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Alarco Ediciones, 2019. 200 p. ; 20 x 14 cm. ISBN 978-987-1367-81-8 1. Deporte. 2. Biografías. I. Título. CDD 796.334092 Diagramación de interior y tapa: Ana Paoletti Tapa: Pepe Franco y Marcelo Izquierdo A ella, a Tita. ¦ TITA ¦ 100 años de la madre de La Academia ¦ ¦ Prólogo ¦ Por Ezequiel Fernández Moores “¿Alguien le habrá explicado a esa cámara que Tita era el bien más preciado del club?” Marcelo Izquierdo recuerda que en 1999 una cámara judicial había ordenado “la clausura y liquidación de los bienes” de Racing. Que “Racing Club asociación civil”, como llegó a decir la síndico Liliana Ripoll, “ha dejado de existir”. Racing tenía (tiene) títulos, cracks, golazos, historia y glorias eternas. Pero Tita (Elena Marga- rita Mattiussi), nos dice Izquierdo, era “su bien más preciado”. Es uno de los tramos más emotivos de “Tita”, un libro que es un can- to de amor a lo más profundo que tiene el fútbol: a aquellos que le dieron todo y jamás pidieron nada a cambio. Solo lealtad. Izquierdo nos cuenta que, en el momento de la quiebra, Ti- ta ya estaba a un paso de los ochenta años, seguía lavando las ca- misetas de los jugadores y “se desvivía por los chicos de la pen- sión”. Los pibes a los que, en los duros ’90, les preparaba fideos a la parrilla por falta de gas, que había sido cortado por impago. Tiempos de agua fría y comida escasa, pero con ella siempre ahí “para suplir las carencias”. Tiempos en los que jugadores consagra- dos le daban dinero porque no tenía jubilación ni sueldo y la sa- lud comenzaba a avisar que la muerte estaba cerca. Si hasta le ha- bían quitado el inolvidable teléfono 2017258 que comunicaba a los pibes de la pensión con sus familias. El límite, eso sí (nadie se ani- maba a tanto), era echarla de la casa en la que había nacido, a la que le dio todo. Por eso, entonces, Izquierdo, insisto, se pregun- ¦ 5 ¦ ¦ Marcelo Izquierdo ¦ ta: “¿alguien le habrá explicado a esa cámara que Tita era el bien más preciado del club?” Compartí con Marcelo Izquierdo el mejor de los lugares pa- ra saber cuánto quiere uno a su equipo: la oficina. Convivimos lar- gos años en la agencia de noticias italiana ANSA. Cientos y cien- tos de días lunes. De chicanas y cargadas mutuas después de cada fecha. Aprendí a envidiarle tanto amor por su territorio. Por el “La- ma” de su Devoto eterno (lean “Carceleros”, su historia del club Lamadrid). Y por la Acadé. Pero el que quiere en serio al fútbol, como Izquierdo, quiere algo más que una buena victoria. Quiere a los pilares que sostienen por qué el fútbol, pese a todo, sigue sien- do lo que es. Eso que representaba Tita. Eso que nos escribe Iz- quierdo. “Tita” nos engancha ya desde el inicio. Desde su nacimien- to después de dos primeros bebés fallecidos. Su nacimiento hace cien años allí mismo en la cancha, en Alsina y Colón, debajo de la tribuna de madera del viejo estadio, en una casilla donde vivían sus padres, inmigrantes italianos empleados del club. “Una mujer en una cancha de fulbo”, como dice la propia Tita en uno de los tantos documentos inolvidables que Izquierdo encontró después de tardes y tardes enteras en la Biblioteca Nacional o en el archivo de Racing y en sus decenas de entrevistas a ex jugadores, allegados, familiares y pibes de la pensión. “La cámara de TV -nos dice Iz- quierdo- la envuelve: ojos café, párpados caídos, pelo corto hasta la mitad de las orejas, voz aguda y una sonrisa que ya ha regala- do algunos dientes. Habla y emociona. Sus manos están curtidas por el jabón blanco”. Una “mamá de Racing” que jamás se casó ni tuvo hijos, pe- ro sí amores fugaces y sufridos, que Izquierdo retrata con ternura y respeto, lejos de esa insistencia algo cargosa que metían en no- tas de El Gráfico (fue entrevistada por Borocotó) y hasta de la re- vista partidaria del club. Son notables las reconstrucciones de épo- ca de “Tita”. Como las publicidades de habanos Condal en El Gráfi- ¦ 6 ¦ ¦ TITA ¦ 100 años de la madre de La Academia ¦ co: “Cuide su entrenamiento, fume Condal”. Tiempos en los que el capitán Natalio Perinetti expulsaba de la cancha él mismo a un ju- gador propio, por trompearse con un compañero de equipo en ple- no partido. Y en los que Tita, que jamás vestía con rojo, sí iba a bailar tango a Independiente, porque tocaba la orquesta de Osval- do Pugliese. Mucho antes que la gran generación de periodistas deporti- vos que investigó con rigor la historia de nuestros clubes, Tita mis- ma se dedicó un tiempo a hacerlo con la de Racing. Lloró emocio- nada cuando los jugadores le dijeron que la invitaban a Escocia, para la final de ida contra el Celtic, por la Copa Intercontinental de 1967. Cómo no la iban a invitar si “la casa de los Mattiussi era la casa de todos, un club dentro de un club”, si “allí se gestó el Racing del 67”. Y si Tita, como escribió El Gráfico, era “la madre de todos”. Aparte de la amistad, aprecio a Marcelo Izquierdo por su ca- lidad como periodista. Fue corresponsal en diversas capitales y se- cretario de redacción de la central latinoamericana de ANSA en Bue- nos Aires. Vivo, intuyó rápido que tenía una historia especial cuan- do advirtió que Tita, que tenía un primo desaparecido, vivió de cer- ca los fusilamientos cometidos por la dictadura el 22 de febrero de 1977 en la cancha de Racing. Que los fusilados, nos cuenta Izquier- do a través de testigos, pueden haber sido muchos más de lo que sabemos hasta ahora. Es uno de los capítulos más estremecedores de “Tita”, la mujer que aún allí, en medio del terror, supo dar con- tención a los pibes y les pidió que fueran más cuidadosos que nun- ca. Una de las cosas que más me gustó siempre del formidable pe- riodista estadounidense Gay Talese era su respeto y casi agradeci- miento al deportista por su obra y por su aceptación de que, ya ex- puesto, podía sufrir derrota y abucheos. Izquierdo termina su libro agradeciéndole a Tita.