Colegio Instituto Técnico Internacional Ied Guía De Trabajo Aprende En Casa 2020
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COLEGIO INSTITUTO TÉCNICO INTERNACIONAL IED GUÍA DE TRABAJO APRENDE EN CASA 2020 Asignatura Religión Docente GUSTAVO RODRÍGUEZ Jornada Correo Docente [email protected] Curso 604 JT RELIGION Bachué es la madre primigenia del pueblo Muisca. Fue diosa de fuentes de agua como manantiales y arroyos. Bachué, bella y esbelta, había emergido de la laguna de Iguaque, con un niño pequeño en brazos, se sentó a la orilla de la laguna y espero que su hijo creciera, cuando éste alcanzo la edad suficiente, se casaron y tuvieron muchos hijos: los Muiscas. Bachué enseño preceptos como la paz y la convivencia a los primeros pobladores, les enseñó a cazar, cultivar, respetar las leyes y adorar a los dioses. Bachué fue tan buena, que los mismos Muiscas se referían a ella también como Furachoque (Mujer Buena). Tras haber poblado el mundo y haber dejado sus enseñanzas, la diosa volvió junto con su compañero y se convirtieron en serpientes al ingresar a la laguna sagrada de Iguaque; ese día los Muiscas, a pesar de su tristeza sabían que Bachué, su madre, era feliz. Se le rindió culto junto a la figura de su consorte, en un santuario especial ubicado posiblemente en el actual San Pedro de Iguaque. Según otras versiones, fue convertida en Chía (Luna) para acompañar a Sua (Sol) y como tal era venerada. Bochica “Hijo del Cielo” Héroe civilizador, encarnación solar, también conocido como Nemterequeteba o Xué (“Señor”) El mundo había sido creado por Chiminigagua, las tierras eran extremadamente fértiles, la vida resultaba sencilla, los muiscas pasaban el día descansando y dándose la buena vida, cuando no, se enfrentaban por cuestiones menores y poco relevantes; pronto olvidaron a sus dioses. Entonces, como mensajero de los dioses, Bochica hizo su aparición por el oriente de la sabana de Bogotá. Cuando Chibchacum indignado por la corrupción existente, desbordó los ríos y produjo el diluvio, los sobrevivientes invocaron a Bochica, éste arrojó su bastón de oro y abrió el cauce a las aguas formando el salto de Tequendama. Luego castigó a Chibchacum obligándolo a sostener la tierra sobre sus hombros. Descrito como un hombre extranjero dotado de muchos conocimientos, que tenía la barba muy crecida hasta la cintura, los cabellos recogidos con una cinta, vestía una túnica, y llevaba un bastón de oro. Desde el valle sagrado de Iraca, con el nombre de Idacanzas predicó y enseñó las buenas costumbres a los habitantes de la sabana, les dictó algunos preceptos morales. El civilizador enseñó a sembrar, a fabricar casas, a tejer en algodón y el fique, a cocer el barro y hacer ollas, la manera de calcular el tiempo y determinar las fechas para la siembra y la recolección. En poco tiempo, los chibchas y Bochica establecieron una cálida amistad, basada en la admiración y el respeto mutuo, Bochica y los chibchas siempre se trataron como pares. Una tarde, Bochica desapareció caminando sobre el arco iris, pero los chibchas jamás olvidaron sus bondades y enseñanzas. Ocurrió en el pueblo e Iza, donde dejara estampada la huella de su pie, de la cual bebían las mujeres embarazadas para tener buen parto. Comenzaron a venerarlo como divinidad; y era adorado con diversas ofrendas, especialmente deoro. El templo de Sogamoso dedicado al sol, pasó a ser el centro de su religión y el más privilegiado. Seguían a este en importancia los templos de Bacatá, Guachetá y Guatavita. Chaquén velaba los linderos de los campos de cultivo. A su cargo además tenía la custodia de los puestos en las procesiones y fiestas y el castigo a los adúlteros fugitivos. En los primeros meses del año, los muiscas celebraban sus fiestas agrícolas “en las cabas de sus labranzas”, esto es, en los límites de los sembrados; se realizaban bajo su protección rituales para lograr buenas cosechas. Las fiestas de la cosecha alrededor de los lindes de los sembrados eran propiciatorias para la fertilidad agrícola. Así las cuenta Fray Pedro Simón: “En ellas bailaban en grupo y asíanse de las manos hombres con mujeres, haciendo corro y cantando canciones, ya alegres, ya tristes, en que se referían las grandezas de los mayores, pausando todos a una y llevando el compás… al son de unas flautas y fotutos… tenían en medio las múcuras de chicha, de donde iban esforzando a los que cantaban otras indias que estaban dentro del corro, que no se descuidaban de darles de beber. Duraba esto hasta que caían embriagados y tan excitados a la lujuria con el calor del vino, que cada hombre y mujer se juntaba con el primero o primera que encontraba, porque para esto había general licencia en estas fiestas aún con las mujeres de los caciques y nobles”. A Chaquén se le ofrecían los adornos de la borrachera y de las fiestas, con toda la plumería que usaban en ellas y en las guerras. COLEGIO INSTITUTO TÉCNICO INTERNACIONAL IED GUÍA DE TRABAJO APRENDE EN CASA 2020 Chibchacum Dios de los orfebres, mercaderes y labradores. Chibchacum, enojado por la maldad de los seres humanos, mandó un diluvio sobre el altiplano de Bogotá moviendo dos ríos. Esta inundación anegó el valle y mató a la mayor parte de sus habitantes. Bochica se presentó sobre un arco iris y utilizando una vara de oro, logró dar a las aguas una salida al valle del Magdalena, creando el salto de Tequendama. Bochica, como castigo le hizo cargar la tierra sobre sus hombros, que antes descansaba sobre gigantescos guayacanes , los movimientos sísmicos, terremotos y temblores, se debían a él, se producían cuando se cansaba de llevar la tierra en un hombro y se la pasada al otro. Chiminigagua conocido también con Chimichagua, dios creador o fuerza suprema. Antes de que existiera algo en este mundo, cuando la oscuridad llenaba todo como una eterna noche, sólo existía una gran cosa que no tenía forma ni cara. Pero en su interior poseía la luz, la llamaron Chiminigagua. Chiminigagua se hirió el gigantesco vientre y de su herida empezó a asomar un haz luminoso. De esta primera luz surgió la vida. Después creó grandes aves negras y las echó a volar para que derramaran su aliento sobre las cimas. De sus bocas salían leves soplos de aire luminoso y transparente, que hicieron que la Tierra se viera clara e iluminada. Chía. Aunque había una creencia residual en un dios creador, el culto muisca destacaba al dios del sol (Sua) y a la diosa de la luna (Chía), enlazados a los grandes señores. El dios del sol estaba vinculado a los Zaques del norte, con su Templo de Sogamoso; mientras que la familia del Zipa controlaba el templo de Chía. Según Castellanos: “los muiscas concebían al sol y la luna como esposos, y padres de la gente”. Protectora de la diversión, los bailes y las artes, a Chía se le representaba bajo la forma de mujer. Bachué, madre generatriz de la raza chibcha, fue convertida en Luna para acompañar a Sua y como tal era venerada. Según algunas versiones, Bochica levaba consigo una mujer que como él tenia tres nombres Chía (Chie), Huitaca (Guitaca), y Yubecayguaya (Xubchasgagaua), cuya identidad sería la de Bachué, tan bella como ladina, siempre contrariaba a su esposo, dañando lo que él bendecía e incitaba a placeres, juegos y borracheras, debido a estas prédicas, Bochica le convirtió en lechuza, para que anduviera solamente de noche, desde entonces hay Luna. En otras tradiciones Chía, es una deidad separada del mito de Bachué; Huitaca la diosa de la pasión e incontinencia, trató de oponerse a la misión moderadora y legisladora de Bochica y adoptó la forma de Chía, hermosa y malvada, arrastraba a los hombres a la corrupción y el pecado, se convertía en luna o en lechuza, aprovechando las tinieblas de la noche para llevar a cabo sus propósitos malignos. El eclipse de sol, representaría el momento en que la díscola Chía quiso opacar a Sua (en este caso encarnado en Bochica). Cuchaviva. El arco iris, que los muiscas creían era aire resplandeciente, fue personificado y adorado con del nombre de Cuchaviva. También mencionado como Cuchabiba o Cuchavira, para algunos autores era de género femenino. Chiminigagua el creador supremo, lanzó al aire las aves negras origen de la luz, la cual se condensó en el sol ( Sua), en el reflejo de la luna (Chía) y el arco iris. Sirvió de asiento cuando Bochica formó el Salto de Tequendama. El cielo apercibía a través de él, obligando a adorarlo y realizarle ofrendas. Aliviaba a los enfermos y protegía el parto; las mujeres le ofrecían objetos de tumbaga (aleación de cobre y oro), esmeraldas y cuentas. Era el arco del cielo, su presencia indicaba que las puertas del Universo estaban abiertas, por lo que la enfermedad y los animales dañinos tenían acceso al hombre. Chibchachum anunció que su presencia sería un augurio de enfermedades y muertes; la aparición de Cuchaviva era entonces motivo de terror y para aplacarlo hacían sacrificios en su honor. Nencatacoa Dios de los ensueños, las borracheras y protector de los tejedores de mantas y artistas. Se representaba mitad hombre, mitad animal del bosque, generalmente un oso o zorro, cubierto con una manta y con la cola afuera. Cuidaba de pintores y artistas, quienes realizaban sus creaciones a través de la ornamentación en los tejidos, la cerámica, la orfebrería y la escultura. Las tejedoras lo veneraban, bailando a su alrededor, haciéndolo girar para marearlo y lanzándole mantas especialmente bordadas para la ocasión. También era protector y auspiciador de la embriaguez. Decían las tradiciones que el dios bailaba y cantaba y participaba en las borracheras colectivas. Sus devotos no le hacían ofrecimientos porque decían que lo único que deseaba era hartarse de chicha con ellos.