La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas

LA CUESTIÓN DE LA EUTANASIA EN ESPAÑA. CONSECUENCIAS JURÍDICAS

EUTHANASIA IN . JURIDICAL CONSEQUENCES

José Miguel Serrano Ruiz-Calderón Filosofía del Derecho. Facultad de Derecho Universidad Complutense [email protected]

Resumen

El debate sobre la eutanasia en España está mediatizado por un caso tipo, similar al que se utilizó en Estados Unidos con Roe versus Wade. Este es el caso Sampedro. Por razón del sistema de fuentes español, preferentemente continental, este caso buscó más la influencia política que la resolución jurídica. En su trayecto judicial, las reso- luciones, tanto en instancias nacionales como internacionales, fueron contrarias a las pretensiones de Sampedro pero, en general, no abordaron las razones sustantivas por las que no debería aceptarse la retirada del Estado en caso de homicidio compasivo. El debate tuvo efectos en España en la Comisión Senatorial sobre la eutanasia, que se manifestó globalmente en contra, y en la legislación sobre voluntades anticipadas, también opuesta a la eutanasia. Por la presión mediática, especialmente en el cine, el tema ha seguido en discusión, siendo la posición del actual Gobierno ambigua respecto a la posibilidad de legalización. Palabras clave: eutanasia, España, consecuencias jurídicas.

Abstract

The debate about the in Spain has been channelled by the showcase situation of the quadriplegic Ramón Sampedro, made recently famous by the movie

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 11 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón

«», similar to the way that abortion was presented in the case Roe vs. Wade in the United States. Spanish legal system follows the continental system not the anglosaxon jurisprudence. For this reason, the case looks for the politic influen- ce rather than the legal solution. Both Spanish and international legal decisions in Sampedro’s case, were opposed to his desires but, in general, they did not attack the main reasons for which the State should not accept the basis for mercy killings. In Spain, the debate made effect in the Euthanasia Senatorial Commission, which de- cided globally against euthanasia and in the legislation concerning living wills, also opposed to the euthanasia. Due to the mass media pressure, especially the movies, discussion has gone on, with the ambiguous position of the current government regarding its possible legalization. Key words: euthanasia, Spain, juridical consequences.

1. La situación jurídica española: el Có- eso sí, que el grado de apertura actual digo de 1995 le parecía insuficiente. «Naturalmente, tengo también mis opiniones sobre qué Es necesario destacar que el camino debería decir el Código Penal. Debería hacia una despenalización de la eutanasia quedar reducido a regular las conductas ya se inició en el vigente Código Penal, de producción directa de la muerte en obviando, por cierto, una amplia discu- una situación eutanásica. En estos casos sión social. Aunque la despenalización de producción directa de la muerte en no se realizó de forma total, se abrió el camino a través de la vía habitual de Ruiz, José Francisco Hernández Quimera, Juan Iglesias Marcelo, Alejandro Lamalia Díaz, Rosa Ló- imponer una pena irrelevante respecto pez Garnica, José Antonio Marín Rite, José Manuel al bien jurídico protegido. Esta apertura Martiarena Lizarazu, María Antonia Martínez Gar- del Código Penal a la eutanasia fue seña- cía, Ascensión Pastor Parres, Alfredo Prada Presa, Victoriano Rios Pérez, Samuel Rodríguez Fontecha, lado por José Luis Díez Ripollés ante la Coral Rodríguez Fouz, Roberto Soravilla Fernández, Comisión del Senado de 19981, indicando, Maria Rosa Vindell López, Carmen Virgili Rodón y Emilio Zapatero Villalonga. Las citas de los compa- 1 La Comisión Especial de Estudio sobre la recientes que se recogerán en el libro son del «Diario eutanasia se constituyó el 17 de marzo de 1998 y de Sesiones del Senado. Comisiones. Comisión finalizó sus trabajos el 18 de enero de 2000. Estuvo Especial de Estudio de la Eutanasia». Se citan por constituida por los siguientes senadores: Ignacio el nombre del compareciente, Senado y fecha. Los Javier Ariznavarreta Esteban, José María Barahona comparecientes procedentes de diversos campos: Hortelano, Rosa Barenys Martorell, Enrique Bellido Bioética, Medicina en diferentes especialidades, Muñoz, José Antonio Beltrán Miralles, Imanol Boli- Filosofía, Derecho, etc., debían resumir su informe naza Bengoa, Jaime Cardona i Vila, Diego Ladislao en un tiempo limitado, manifestando igualmente Castell Campesino, Pilar Costa Serra, Ramón Espasa su posición concreta respecto a la despenalización. i Oliver, Joaquín Jesús Galán Pérez, Antonio García Esto ha producido un material que, pese al tiempo Miralles, Pío García Escudero Márquez, Arseni Gu- transcurrido, sigue siendo inmejorable para el es- bert i Bosch, Esteban González Pons, José Gutiérrez tudio de la cuestión de la eutanasia en España.

12 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas personas que no se están muriendo, pero una enfermedad grave que conduciría que están con una enfermedad avanzada necesariamente a su muerte, o que o una minusvalía grave generalizada produjera graves padecimientos per- —sería injusto decir lo contrario—, el manentes y difíciles de soportar, será nuevo Código Penal ha adoptado una castigado con la pena inferior en uno regulación que es de las más abiertas que o dos grados a las señaladas en los existen en el mundo occidental. Es cierto números 2 y 3 de este artículo». que es delito lo que habitualmente —voy a utilizar una terminología que no me De esta forma, se redirige el homicidio gusta, como les he dicho ya— se consi- al suicidio y se prefigura un tipo descri- dera como eutanasia activa, pero también to de tal modo que pudiera servir para es cierto que lo es con una pena muy baja una posible legalización, una vez que se que, además, puede estar sometida a la añadiese la participación facultativa y un suspensión condicional de la pena que procedimiento de control estatal. será muy frecuente porque normalmente El debate recogido en el Diario de no serán personas que habitualmente se Sesiones de 1 de junio de 1995 resulta dediquen a estas cosas»2. especialmente ilustrativo de las posturas El Código Penal de 1995 incluye el ho- que se mantuvieron. En palabras del micidio eutanásico en la cooperación ne- interviniente del Partido Popular, Trillo cesaria al suicidio, constituyendo un tipo Figueroa, se había realizado un notable privilegiado que, debido a la levedad de la esfuerzo de consenso en la redacción del pena, produce que, prácticamente, por el capítulo. Aun así, y aceptando básica- primer delito no se cumpla efectivamente mente la tipificación adoptada, discrepa la pena y no se ingrese en prisión. En sobre la pena. Entiende su enmienda que efecto, el artículo 143 del Código Penal de debería aplicarse una reducción de un 1995 tipifica la inducción al suicidio en el grado sobre la pena del homicidio y no punto 1. En el 2, la cooperación necesaria, de dos sobre la más leve de inducción y en el 3 la cooperación hasta el extremo de cooperación al suicidio. Con acierto, el causar la muerte, sancionándolo con entre representante del Partido Nacionalista seis y diez años. En el punto 4, reduce la Vasco entendió que la disyuntiva que se pena en uno o dos grados para: recogía en el tipo era errónea, pues crea- ba un tipo jurídico indeterminado, el de «el que causare o cooperare activa- «o se produjesen graves padecimientos mente con actos necesarios y directos permanentes o difíciles de soportar». a la muerte de otro, por la petición El diputado se inclinaba por incluir la expresa, seria e inequívoca de éste, copulativa «y» que hubiese reducido en el caso de que la víctima sufriera el tipo privilegiado a los enfermos ter- minales. 2 Senado-comisión, 26 de octubre de 1999, Las argumentaciones de la ponente nº 502, p. 23. socialista y de algunos enmendantes

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 13 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón como Olabarría incluían un tópico dis- El enmendante López Garrido, enton- cutible que desvela un estado de opinión ces de Izquierda Unida y hoy con impor- peligroso. Se trata de si la sociedad es- tantes responsabilidades en el Partido pañola estaba preparada o madura para Socialista, argumentó a favor de la supre- la eutanasia. En efecto, no es aceptable sión del apartado cuarto del artículo y la considerar que las sociedades que legis- elaboración de una norma que recogiese lan sobre el homicidio de enfermos están la práctica legal de la eutanasia. preparadas, mientras que la que no lo reconocen «aún no están preparadas». Se 2. El debate en España: el homicidio de da por sentado que, en fases futuras de Ramón Sampedro mayor preparación, se legisle aceptando la despenalización de la práctica. La cuestión eutanásica está abierta en En efecto, la tesis que subyace en la sociedad, de forma que incluso ha pro- estas afirmaciones es que existe una ducido sus mártires. En efecto, en el caso tendencia histórica ineludible hacia la más conocido entre nosotros, el de Ramón imposición de la eutanasia. La función Sampedro, el parapléjico que reivindicó del Parlamento sería, a juicio de los más en España el derecho a la propia muerte, moderados o menos radicales dentro de la polémica no se detuvo en el rechazo ju- esta tendencia, observar cuál es el estado dicial a la solicitud del reconocimiento del de esa evolución y ver si la legislación es hipotético derecho a la muerte, ni siquiera recomendable en este momento, es decir, en la realización de la eutanasia, forma si la población está preparada. Por el en la que previsiblemente se produjo la contrario, otros consideran que la legis- muerte de esta persona, sino que alcanzó lación debe servir de factor de ruptura, al propio archivo de la causa por este úl- acelerando la marcha de la Historia. En timo acto. La decisión judicial de archivo las dos actitudes subyace la idea de gue- de la causa, que reveló, por otra parte, un rra cultural, o si se prefiere en lenguaje celo limitado en el esclarecimiento del conveniente, que está en marcha un pro- caso, o al menos la dificultad de prueba ceso de transformación social tendente a en estos casos, produjo una oleada de producir la liberación del individuo de protestas. Lo sorprendente es que este lo que se entienden como restricciones rechazo no se produjo desde el campo morales en el ejercicio de la autonomía. opuesto a la eutanasia, sino desde el de Se puede matizar que, en los dos últimos los partidarios, dispuestos, al parecer, a siglos, la supuesta marcha imparable de estirar el caso y su impacto en la opinión la Historia ha sido bastante incoherente pública todo lo posible. y ha permitido incluir entre los restos Así, el archivo de la causa por el supersticiosos en trance de superación: la posible homicidio de Ramón Sampedro, propiedad privada, la libertad religiosa, generó una serie de reacciones que nos las libertades «burguesas», la igualdad sitúan realmente ante una situación para- ante la ley, el Estado de derecho, etc. dójica. No se trató de la vindicación de los

14 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas amigos o familiares, de la búsqueda del y lesionados medulares. Como conse- autor o autores del hecho penado, a fin cuencia, y especialmente en el Hospital de que se produjese el resultado previsto Nacional de Parapléjicos de Toledo, se ha por la ley, ni del intento de esclarecer la desarrollado una amplia terapia para las verdad en torno a lo sucedido. Fue, más personas afectadas por este mal. Es muy bien, la demostración de la necesidad de relevante que la tentación suicida pueda mantener viva la causa judicial para man- ser calificada como una fase del tránsito tener viva la muerte. Lo que observamos, a la aceptación de las nuevas condiciones en definitiva, fue la manipulación de una del paciente, pero que, en modo alguno, muerte para lograr el objetivo social o es habitual el empecinamiento en la eu- político que, a juicio de los intervinientes, tanasia o en el suicidio que cabe observar la justificaba. en el caso de Sampedro. De esta forma, El debate en España tiene caracterís- la respuesta ideológica que se ha cons- ticas propias que lo diferencian del que truido desde esta actitud puede tener su tiene lugar en otros países de nuestro fundamento en una reacción patológica, entorno. Se ha construido reiteradamen- insuficientemente tratada, del propio su- te en torno a un solo caso, el de Ramón jeto. Esta cuestión es clave para juzgar la Sampedro. Esta persona había sufrido un actitud de un buen número de personas grave accidente. En 1968, al saltar al mar, que se acercaron a él y, desde luego, para se dio un fuerte golpe que le convirtió en emitir un juicio hacia el comportamiento tetrapléjico a la edad de 25 años. En 1993, de asociaciones que, al encontrarse con tomó la decisión de reclamar su derecho este sujeto concreto, en vez de respon- a morir dignamente y, tras ser contactado der con la actitud beneficente exigible a por la Asociación Derecho a Morir Dig- cualquier persona en relación con el ser namente, desarrolló una obsesión para humano doliente, lo convirtieron en es- lograr que se pudiera poner fin a su vida tandarte, es decir, en hombre manipulado mediante una acción eutanásica que su- por una causa. pusiese igualmente un reconocimiento al Igualmente, es relevante que la le- derecho a pedir y lograr esta muerte. sión medular de Sampedro, a la altura Las circunstancias de Ramón Sampe- de la séptima vértebra cervical, hubiese dro son específicas pues, evidentemente, remitido en parte tras la consiguiente no se trataba de un enfermo terminal, sino rehabilitación permitiendo al enfermo de una persona que consideraba que su mover los brazos. Como indica el filó- vida no tenía la calidad suficiente para sofo Romañach, él mismo afectado por ser vivida. Debido fundamentalmente a estas lesiones: «Una lesión en la primera los accidentes de tráfico su circunstancia cervical es gravísima y hace muy difícil es compartida por un amplio colectivo la supervivencia ya que implica el uso de de españoles, muchos de ellos jóvenes. respirador, marcapasos, etc. La gravedad Se calcula que en España hay unos treinta disminuye en la segunda y en la tercera y cinco mil tetrapléjicos, parapléjicos cervical, que suelen seguir requiriendo

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 15 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón respirador. La cuarta cervical suele per- transmitido a la población española, que mitir una mínima movilidad de hombros puede modificar los valores sociales ante y un poco de un brazo, situación que me- la enfermedad, ésta u otras, si no es que jora paulatinamente cuando la altura de la refleja ya un cambio de actitud notable. lesión es entre la quinta y sexta vértebras. No puede sorprender que la aso- A esta altura tiene la lesión el autor de ciación que reúne a los tetrapléjicos, la este artículo, que puede mover los bra- Federación Nacional de Asociaciones zos… pero no los dedos de la mano, lo de Lesionados Medulares y Grandes que le impide aprehender determinados Minusválidos, por boca de su presidente, objetos…. Pero le permite escribir este Alberto Pinto Benito, se haya opuesto a la texto utilizando el teclado del ordenador asimilación entre eutanasia y tetraplejia. con los nudillos de las manos… La dificultad real con la que se enfrenta La lesión a la altura de la séptima este colectivo consiste en el esfuerzo cervical es la más leve de las tetraplejias; de superación tras el trauma y en las muchas personas con esta altura de lesión ayudas públicas que deben recibirse en pueden llegar a vivir solas, ya que pueden la rehabilitación y en la vida cotidiana. aprehender objetos, utilizan manuales en Sin embargo, el mensaje subliminal o vez de automáticas, conducen, etc»3 expreso de la campaña que sufrimos no Estas opciones fueron descartadas es otro que lo mejor que puede ocurrirle por Sampedro a diferencia de lo inten- a un tetrapléjico es que se le aplique la tado por otros muchos tetrapléjicos, lo eutanasia. Considerando el esfuerzo de que es indicativo de su estado de ánimo superación personal que se requiere en persistente. En efecto, la negativa a la esta circunstancia, la necesidad de apo- rehabilitación, la persistencia a mostrarse yo familiar que necesita el tetrapléjico en el lecho frente a las opciones de sillas y el compromiso social que es exigible de ruedas, la monomanía por la muerte, respecto a estos dependientes, es natural alejan a la postura de Sampedro de la la indignación ante el hecho de que los construcción ideológica que se ha reali- activistas de la eutanasia fomenten la zado sobre él. Es desconcertante que la asimilación de tetraplejia y eutanasia que opción valiente, o socialmente aceptada, venimos denunciando. frente a la paraplejia no sea la lucha por Puede parecer duro —o inhumano— la rehabilitación con la que se enfrentan que personas que no sufren, de momen- miles de parapléjicos, sino la exigencia to, graves deficiencias —como las que de la muerte. Las consecuencias sociales acosaron a Sampedro— emitan juicios del caso pueden ser graves. Igualmente sobre su actitud. Pero es también noto- grave es el estado de opinión que se ha rio que Sampedro en sus declaraciones y escritos emite a su vez juicios, que se

3 Romañach, J. «Los errores sutiles del caso extienden socialmente, sobre los propios Ramón Sampedro». Cuenta y razón del Pensamiento parapléjicos. Al coordinar su acción con actual 135, (2004). la Asociación por la Muerte Digna, al pu-

16 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas blicar sus pensamientos, al reclamar una desmienten esta «personalización» de modificación legal general, para todos y, su lucha. Al empezar a colaborar con la finalmente, al ser su caso tomado como Asociación Derecho a Morir Dignamente, excusa propagandística, entró de lleno en su lucha deja de ser personal y solicitó un el debate público facultando, igualmente, cambio de una ley que hubiera afectado a el juicio público sobre su propia actitud. otros casos como el suyo y, por lo tanto, No puede sorprender, en consecuencia, dejó de ser algo para él sólo. que el debate más estricto sobre el juicio Además, el señor Sampedro editó y de Sampedro acerca de los parapléjicos publicó un libro y permitió la difusión proceda de las personas parapléjicas que de un testamento en el que se vierten entienden que el juicio que aquel expre- opiniones muy claras sobre muchos asun- saba era notoriamente injusto. tos, entre otros, el de su opinión sobre la Javier Romañach, parapléjico él mis- tetraplejia y las personas que la tienen. mo, pero, ante todo, —como expresa con Al publicar sus textos, eligió propagar claridad— persona con posición teórica sus ideas al gran público y, al hacerlo, fundada acerca de la discapacidad, la su lucha dejó de ser personal para afec- eutanasia y sus implicaciones jurídicas, ha tar a toda la sociedad y, en especial, a la expresado algunos de los sutiles errores imagen de las personas que tenemos una del caso Sampedro. Éste, en sus escritos, tetraplejia, y, por extensión, a la imagen definió la vida del tetrapléjico, no sólo de todas aquellas personas que tenemos su vida como tetrapléjico, como carente una limitación funcional».4 de sentido, indigna. Entendió que las El también tetrapléjico Luis de Moya, ayudas a la superación en este estado, sacerdote, también ha mostrado su des- más que probar el esfuerzo individual acuerdo con los juicios de Sampedro. En de superación, eran engaños con los que primer lugar, en cuanto considera que los médicos, la sociedad o la religión el caso Sampedro es insólito. Como ha encubrían esta realidad. La única solu- declarado: «El caso de Sampedro, que se ción real sería la curación, y como ésta negaba a utilizar la silla, es verdadera- es imposible, el Estado debería facultar mente insólito, como saben de sobra las que otra persona pudiera poner final a personas que tienen alguna relación con esta vida indigna. el mundo de los lesionados medulares. La tesis de partida de Romañach es Especialmente insólito además tenien- que, lejos de ser una lucha personal, do en cuenta el nivel de lesión —siendo reducida a su propia persona, la opción tetrapléjico muy favorable— con el que de Sampedro incluía un conjunto de quedó después de su accidente. Ramón opiniones que incluso publicó y que en tenía una interrupción medular a nivel consecuencia quedan expuestas al debate C-7, según él mismo me confirmó de pa- social. En este sentido, Romañach se sien- labra. Baste decir que, con esa lesión, de te capacitado para responder sin falsas inhibiciones. «Sin embargo, los hechos 4 Romañach, J., op.cit...

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 17 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón haber querido, podría haber conducido de vista económico y difícil de justificar un coche, como hacen otros muchos». en una sociedad con fuertes tendencias Es más, la consideración de Sampedro insolidarias, de apoyo al sufriente. No es hacia la minusvalía y el movimiento le pa- el conjunto de agrupaciones familiares o rece a Moya igualmente desafortunada. la especialización médica en un área tan «Es indudable —me parece que puedo poco remunerada profesionalmente como decirlo con fundamento tras nuestros es la recuperación de estos discapacitados reiterados encuentros— que él pensaba graves. Si no entendemos mal, la piedra demasiado, no sé si casi de modo exclu- de toque de la solidaridad en estos disca- sivo en lo que había perdido. No es la pacitados sería la autorización social a su movilidad, como es evidente, lo más no- homicidio indoloro. Donde hubiera homi- ble y grandioso que tiene la persona. Lo cidio eutanásico tendríamos el colmo de la que nos caracteriza en cuanto hombres no postmodernidad, aunque el esfuerzo re- se pierde con el movimiento. Las conse- cuperador estuviese abandonado para no cuencias negativas de quedar tetrapléjico incurrir en el engaño de la rehabilitación. no disminuyen para nada la humanidad Donde hubiese especialistas, hospitales y del sujeto ni quedan más lejos que antes, asociaciones no tendríamos una sociedad tras ese accidente fatal, los ideales de solidaria, sino un esfuerzo extraordinario realización de la persona. por engañar a los enfermos y por enga- A mí me resultaba tan evidente ser ñarnos colectivamente como sociedad. el de siempre que, aunque era bien La socorrida referencia a que todo parte consciente de mis nuevas limitaciones y de la negación de base religiosa de la de la permanente necesidad de ayuda, autonomía humana apenas explicaría, de no me sentía frenado en absoluto para todas formas, tanto empecinamiento. En plantearme objetivos, para exigirme en el efecto, desde una perspectiva social, es rendimiento del tiempo, para incorporar sencillo observar qué podría encubrir la algunos aprendizajes nuevos que me se- «máscara» de la eutanasia benevolente, en rían muy útiles en lo sucesivo. Este modo cuanto produce una notable reducción de de proceder, como bien presuponía antes gastos y esfuerzos sociales. Por el contra- de ponerme a ello, me sigue haciendo ser rio, son insatisfactorias las explicaciones feliz cada día»5. que se dan sobre la supuesta máscara Por el contrario, desde el punto de vista de la prohibición absoluta de matar al de Sampedro, la mejor ayuda que podría ser humano inocente. Tan sólo pervive recibir el tetrapléjico, de forma objetiva y una reiterada referencia a una especie de no sólo ligada a la voluntad del sufriente, superstición. Esta explicación, además, no es el esfuerzo, costoso desde el punto no tiene en cuenta las argumentaciones racionales sobre las implicaciones de la

5 de Moya, L. [Publicación en línea] «La dignidad humana, concepto reducido a visita que hice a Ramón Sampedro» www.zenit.org unas condiciones de calidad de vida de [Consulta: 9 IX 2004] contenido ideal.

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Este juicio de Sampedro extensible a quetadas como eugenesia, una teoría de cualquier forma grave de deficiencia in- perfeccionamiento de la raza que estuvo curable es, como señala con acierto Roma- muy de moda durante el siglo XX por ñach, escasamente liberador o progresivo; todo el mundo occidental». parece más bien compartir un juicio muy Como conclusión, Romañach estudia tradicional sobre la propia discapacidad, el concepto de dignidad que estaba implí- contra la que, por cierto, luchan con cito en la postura vital de Sampedro: «Me- fuerza los propios discapacitados. Se trata nuda manera eligió usted de defender su de la aceptación de un juicio externo, es dignidad, señor Sampedro. Se creyó todo decir, procedente de una campaña en lo que le contaron sobre la discapacidad, la que no intervienen generalmente los aceptó la pérdida de su dignidad y no vio propios supuestos beneficiarios. más alternativa que la muerte. Era usted Algunos de los juicios de Sampedro libre, pero en mi opinión se obcecó, en son severamente criticados por Romaña- una lucha egocéntrica y equivocada. No ch desde esta perspectiva. Por ejemplo, fue usted capaz de ignorar lo que le ense- a la afirmación: «También me habrían ñaron ni de luchar en la vida de personas liberado de una humillante esclavitud como usted o como yo»6. – la tetraplejia», responde: «Deja bien clara su opinión sobre la tetraplejia, no 3. El debate mediático y la película «Mar sobre su tetraplejia. Es éste un juicio de Adentro» valor que refuerza la visión tradicional de la discapacidad, la indignidad de esa No debe despreciarse en nuestra existencia». sociedad la influencia decisiva en la A la de: «Si se utilizase el lenguaje con conformación de la opinión pública de precisión, sería menos engañoso afirmar los medios de cultura de masas. Esto ha que un tetrapléjico es un muerto crónico», sido convenientemente apreciado desde comenta «Perdóneme, señor Sampedro, el las movilizaciones de masas de los años engaño lo hace usted, porque no usa su treinta hasta la actuación de los diversos lenguaje con precisión. La inmensa ma- lobbies y grupos de interés. Muchas ve- yoría de quienes tenemos una tetraplejia, ces, los giros de la opinión pública vienen que somos unos cuantos, nos considera- acompañados o son precedidos, e incluso mos vivos, muy vivos». provocados, por manifestaciones cinema- Ante el comentario sobre la calidad tográficas, televisivas u otro tipo de obras de vida: «La calidad consiste en una de éxito. En este sentido, la particular conformidad placentera, una percepción visión sobre la eutanasia de Sampedro armónica del cuerpo y de la mente con el en la película «Mar Adentro» influye todo al que están condicionados y sujetos de forma muy relevante en el debate los sentimientos personales…», afirma: español. La película obtuvo financiación «Estas concepciones que usted baraja no son nuevas, señor Sampedro. Están eti- 6 Romañach, J., op.cit...

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 19 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón pública a través de la Televisión Españo- najes tópicos de la bondad absoluta, en el la ya en la etapa anterior del Gobierno caso de los colaboradores al homicidio, y del Partido Popular. Su estreno fue un del prejuicio, esencialmente religioso, en acontecimiento social al que asistieron quienes se oponen. Para ello, distorsiona ocho miembros del partido Socialista y la figura de quienes, siendo tetrapléjicos, el propio Presidente. En la entrega de no aceptan la salida «valiente» en una los Premios Goya, imitación de los Oscar escena inspirada en un sacerdote efecti- americanos o de los Cesar franceses, ha vamente existente, al que se ridiculiza sin obtenido catorce galardones. Igualmente, la menor piedad. Éste, Luis de Moya, ha «Mar adentro» ha sido premiada con el opinado sobre el suceso: «Si esa situación Oscar a la mejor película en lengua no verdaderamente cómica —que desata inglesa en el año 2005. la carcajada unánime de la sala—, en La película, técnicamente apreciable, la que un supuesto sacerdote jesuita se truca, a juicio de los expertos, los senti- desgañita —del modo menos razonable mientos de los espectadores, conduciéndo- posible— tratando de convencer al tetra- les a una tesis prediseñada por el director pléjico de su error fuera una invención de y que éste no mantiene expresamente. Es Amenábar, se podría considerar razona- más, niega públicamente su implicación ble en una película como tantas, que ni personal en el debate sobre la eutanasia.7 pretenden ser históricas ni, mucho menos, Sin embargo, la conclusión inevitable que recordar un hecho muy conocido que, se produce tras la visualización de la pelí- como es el caso, afecta en primera persona cula es que la actitud de Sampedro no era a miles de individuos del país. sólo razonable sino moralmente excelsa. No es científicamente imposible, desde La postura de Sampedro, a juicio del luego, que a Ramón Sampedro lo visitara crítico Jerónimo Martín8, resulta exaltada en una furgoneta un jesuita tetrapléjico sentimentalmente y predeterminada, de acompañado de unos jóvenes y que el forma que se reconstruye la figura de una tenor de lo sucedido fuera tan ridículo santón laico. Éste adopta la única postura como se presenta en la película. En mi racional que es moralizada a base de tru- opinión, sin embargo, es una falsedad cos cinematográficos, que, añadiríamos y cómo me gustaría equivocarme por el nosotros, son claramente melodramáticos. bien de Alejandro Amenábar. Lo digo No hay dudas verdaderas en ninguno de porque yo, que no soy jesuita sino que los protagonistas que representan perso- pertenezco al Opus Dei y bien lo sabía Ramón Sampedro, sí le visité junto a otras personas desplazándome, como siempre, 7 Aresté, JM. «Distintas varas para medir en mi furgoneta, y tampoco pude subir, lo mismo». Gaceta de los Negocios, 5 de febrero de como el jesuita, hasta la habitación del 2005. enfermo. Para cuando tuve la oportuni- 8 Martín, JJ. «Mar adentro, una sentimental apología de la eutanasia». Aceprensa, 25 de agosto dad de ir a Galicia hacía ya años que nos de 2004. conocíamos, aunque siempre de modo

20 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas indirecto, en los medios, por correo o todo escasos razonamientos que salpican el lo más en alguna conversación telefónica. guión».10 En todo caso, ambos teníamos ya un co- nocimiento bastante preciso de nuestros 4. Itinerario jurídico del caso respectivos puntos de vista y acerca del sentido de la vida en nuestra particular Desde su primera pretensión en abril situación».9 de 1993, Sampedro entendió que su Romañach expone, por su parte, un situación se veía «provocada» por una claro juicio crítico sobre la película. Aun- imposición injusta por parte del Estado que larga, creo que su cita es obligada: «y de la Iglesia Católica», que le impedían «La película se ha convertido, por lo acceder a su derecho. Por el contexto tanto, en la versión oficial de la vida de social donde vivía, Sampedro pudo com- Ramón Sampedro… A lo largo del desa- prender que la actitud cristiana de respeto rrollo de la película, hay una transición a la vida constituía el mayor obstáculo a sin solución de continuidad del concepto su pretensión, mientras sus allegados se de suicidio asistido… al de eutanasia… negaban a su solicitud desde esta postura. sin que haya ningún tipo de reflexión Por ello, situó a la Iglesia en el centro de al por qué del cambio… También, y de sus demandas. Finalmente, a esta actitud manera sutil y dirigida, se plantean dos contribuyó la influencia de la Asociación finales de la vida distintos: el «valor» por la Muerte Digna, de base esencial- de Sampedro al afrontar el suicidio y el mente catalana. Esto explica también que triste estado en el que termina Julia, que la primera demanda se presentara ante al final no tiene ese «valor» para decir el Juzgado de Primera Instancia nº 5 de adiós a la vida… Barcelona. Es más llamativo todavía el ridículo Este juzgado de Barcelona y la Au- absurdo, en posición guión y defensa, diencia Provincial, en sentencia de 28 de que se hace de aquellos que disentían febrero, no admitieron la demanda de de Ramón Sampedro, concentrados en Sampedro por considerarse incompeten- una discusión jocosa a gritos, a través tes por razón de territorio; en efecto, el de una escalera, entre Ramón Sampedro actor residía en La Coruña. Presentado y la figura de un sacerdote del Opus nuevo recurso ante el Tribunal Consti- Dei, también persona que tiene una te- tucional, éste ratificó las dos sentencias traplejia, que aparece como un lunático, anteriores por no haberse agotado la vía místico, irracional religioso, sin ningún judicial. Finalmente, la Comisión Europea tipo de argumento ni oportunidad de de Derechos Humanos ratificó igualmen- darle ninguna coherencia. Coherencia te el fallo el 17 de mayo de 1995, al no que se concede a Sampedro a través de haberse agotado la vía interna española.

9 De Moya, L., op.cit. 10 Romañach, J., op.cit.

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En julio de 1995, se reinició el caso Es muy relevante que la argumen- ante el juzgado de Noya, territorialmente tación jurídica de los tribunales, tanto competente. Llama la atención el em- españoles como europeos, se ha basado pecinamiento del letrado de Sampedro fundamentalmente en los procedimientos en una vía notoriamente incorrecta. La elegidos o en la propia competencia de explicación más plausible —descartada la los tribunales ante el caso concreto. A lo falta de diligencia profesional— es que la más que se ha llegado en el caso español demanda era fundamentalmente mediáti- es a afirmar que del artículo 15 de la ca, destinada a servir de apoyo a la acción Constitución —sobre el valor de la vida política que se venía desarrollando a favor humana— y del 16.1 —sobre la libertad de la muerte digna. El juzgado de Noya de conciencia— no se deriva un derecho resolvió en Derecho en octubre del mismo a la ejecución de la propia muerte por un año. Entendió que el supuesto derecho a tercero. Las sentencias citadas del Tribu- la muerte digna por medio de una acción nal Constitucional de 27 de junio de 1990 homicida solicitada por el beneficiario no y de 19 de junio del mismo año se habían estaba recogido en nuestro ordenamiento, centrado en un caso de huelga de hambre que sí sancionaba, sin embargo, el auxilio y la obligación médica —y responsabi- ejecutivo al suicidio. Es de resaltar que lidad pública sobre los presos— para aún no estaba en vigor el tipo privilegiado recuperarlos en los momentos extremos. de la eutanasia recogido en el Código del La resolución favorable a la intervención mismo año. La Audiencia Provincial de se basó en las obligaciones de la Adminis- la Coruña, el 13 de noviembre de 1996, tración respecto a las personas sometidas reforzó los argumentos contrarios a la a su tutela y no a un desarrollo completo pretensión de Sampedro basándose en la de las implicaciones del derecho a la jurisprudencia del Tribunal Constitucio- vida: «tiene un contenido de protección nal, que especificaba que el artículo 15 de positiva que impide configurarlo como la Constitución Española no garantizaba un derecho a la propia muerte» y que el derecho a la propia muerte, en sen- «ello no impide, sin embargo, reconocer tencia referida a la huelga de hambre de que, siendo la vida un bien de la persona militantes del grupo terrorista GRAPO en que se integra en el círculo de su libertad, junio y julio de 1990. El recurso final ante pueda aquélla tácitamente disponer de su el Tribunal Constitucional no se resolvió, propia muerte, pero esa disposición cons- por el homicidio de Sampedro el 12 de tituye una manifestación de agere licere, en enero de 1998. cuanto que la privación de la vida propia Tras este acontecimiento, se intentó o la aceptación de la propia muerte es un mantener vivo el caso, lo que fue rechaza- acto que la ley no prohíbe y no, en ningún do sucesivamente por el propio Tribunal modo, un derecho subjetivo que impli- Constitucional y por el Tribunal Europeo que la posibilidad de movilizar el apoyo de Derechos Humanos el 26 de octubre público para vencer la resistencia que se de 2000. oponga a la voluntad de morir, ni mucho

22 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas menos un derecho subjetivo de carácter y moralistas y en el que abundaron los fundamental en el que esa posibilidad argumentos sentimentales, el Senado creó se extienda incluso frente a la resistencia una «Comisión Especial de Estudio sobre del legislador, que no puede reducir el la eutanasia», que entre los años 1998 y contenido esencial del derecho». 2000 escuchó los informes de un buen No debemos olvidar que se trata de número de personalidades relevantes. un caso de huelga de hambre, chantajista Creo que la selección de informantes fue contra el Estado, por un grupo terrorista un gran acierto de la Comisión. Entre éstos que llegó a matar a uno de los médicos se pudo oír a un gran número de bioéticos implicados. Aun así queda claro que y médicos. La labor del Senado ha propor- el derecho a la propia muerte no es un cionado un material muy estimable para derecho subjetivo y que el legislador no analizar los argumentos fundamentales puede reducir el contenido esencial del que se manejan en el debate sobre la eu- derecho a la vida reconocido en el artículo tanasia, material del que haremos amplio 15 de la Constitución. uso en este trabajo. Esta Comisión también Falta, sin embargo —como es aprecia- ha producido otros resultados y, así, ha ble en lo que se refiere a la jurisprudencia generado un estado de opinión sobre la europea—, una reflexión jurídica sobre las importancia que en nuestro sistema sani- implicaciones de la legalización de la eu- tario deben tener los cuidados paliativos tanasia. Es decir, los efectos posibles sobre de enfermos terminales y las deficiencias el bien «vida humana» —generalmente que aún presentan entre nosotros. reconocido en nuestras legislaciones— y En febrero de 1998, bajo la presión del las consecuencias sobre la protección de caso Sampedro el grupo socialista en el la vida humana dependiente. Es más, Senado presentó una solicitud de creación no se ha argumentado en las sentencias de una comisión especial de estudio sobre sobre la incoherencia del reconocimiento la eutanasia y el derecho a una muerte del «derecho» a la propia muerte, ni sobre digna. La senadora Rodríguez Fouz en la situación en que queda el Estado social la defensa de la creación de la Comisión cuando se convierte por vía indirecta en defendió el derecho a la muerte digna favorecedor de esta práctica o, al menos, con algunos de los tópicos que veremos adopta una posición neutral, que en el reiterados a lo largo de esta exposición. caso del Estado contemporáneo, en cues- Así, entre otras cosas, afirmaba: «Ante tiones que afectan a lo que genéricamente estas situaciones, ciudadanos de todo el se conoce como derecho a la salud, dista mundo han reclamado el reconocimien- de ser neutral. to de su derecho a morir dignamente y han solicitado la despenalización de las 5. La Comisión del Senado conductas eutanásicas. Así, en nuestro país, en la Comisión de Peticiones del Tras el debate en los medios que en- Congreso de los Diputados hay registrada frentó principalmente a reivindicadores más de una solicitud en este sentido».

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Tras referirse al impacto sociológico del Hay que recordar las circunstancias caso Sampedro añadió: «Tengamos en de 1998. Encontrándose el Gobierno del cuenta ese deseo creciente de tener con- Partido Popular en minoría, con apoyos trol sobre cómo morir, ese deseo de una cambiantes respecto a leyes concretas muerte propia. Seamos conscientes de —hay que recordar que una proposición que el debate sobre la eutanasia, sobre el de ley que ampliaba el aborto fue derro- derecho a una muerte digna, está abierto tada por un solo voto—, parecía factible en la sociedad. Hace mucho tiempo que una modificación del Código Penal que lo está, tanto en nuestro país como en el acogiese la eutanasia. La Cámara Alta es- resto de los países occidentales, pero la pañola tiene unas funciones reducidas en muerte de Ramón Sampedro ha renovado el sistema constitucional de 1978, hasta el su actualidad». extremo de que hay un continuado debate E incluyó el grueso de los presupuestos sobre su modificación. Aunque puede con los que acudió a la Comisión: «Permí- ejercer la iniciativa legislativa, esto no tanme, señorías, antes de continuar con es lo habitual. Por otra parte, la fórmula mi argumentación de la oportunidad de de la comisión de estudio no equivale a crear esta Comisión, una precisión. Tan la de la ponencia legislativa, es decir, es respetable es la decisión de no vivir una un paso retardatario de una iniciativa vida radicalmente insatisfactoria como la legislativa, si estuviese decidida. Además, de aceptar el sufrimiento físico, psíquico frente a lo que acontecía en el Congreso, o la degeneración física hasta el final. la mayoría gubernamental era suficiente Morir con dignidad es, en palabras de la en el Senado, lo que propiciaba resolucio- Asociación Derecho a Morir Dignamente, nes contrarias a la eutanasia, en caso de decidir racionalmente, en el uso de la votación, una vez que el Partido Popular libertad personal, sobre el proceso final —aunque no de forma expresa— parecía de la vida, es decidir qué proceso final decidido a no aprobar una ley en este no admitiría uno mismo para aplazar sentido. Una comisión de estudio ofrecía la propia muerte. Estamos hablando de además la ventaja de alargar la discusión autonomía moral. Y es que el sufrimien- sin posibilidad legislativa hasta el final de to, el dolor en sí mismo, ni da ni quita la legislatura, presumiéndose, como así dignidad. Sólo cada persona en particular ocurrió, que en las elecciones del año 2000 puede determinar si un padecimiento, su se reforzaría la mayoría gubernamental. padecimiento, da o quita dignidad a su Para explicar la situación actual en el existencia o, incluso, si ese sufrimiento debate español —ante la nueva mayoría tiene algún sentido».11 del Partido Socialista y de sus socios ra- dicales—, convendría analizar la peculiar posición de ese grupo parlamentario 11 Petición de creación de una Comisión especial de estudio sobre la eutanasia y el derecho durante la discusión. La propuesta de la a la muerte digna (650/000007). Diario del Senado, Comisión de estudio no tiene sino una 24 de febrero de 1998. interpretación: en aquellos momentos,

24 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas

1998, este partido no quería forzar una y se actúa como si partiésemos de una resolución legislativa efectiva apoyando racionalidad común.12 No es exactamente la eutanasia. De esta forma, aunque como un diálogo de sordos, pero se le parece hemos visto, su representante en la Co- mucho. Por ello, las conclusiones de la misión mantuvo una beligerancia proeu- Comisión hubieran sido las de la mayoría tanásica notable, la actitud del grupo y la mayoría prefirió no producir conclu- parlamentario favoreció que no se forzase siones que hubiesen venido acompañadas un enfrentamiento en las Cámaras. Por de votos particulares. En definitiva, la algunos indicios posteriores —por ejem- mayoría no fue partidaria de manifestar plo, la no inclusión de la eutanasia en la una voluntad que se hubiera enfrentado lista de reformas radicales abordadas por a otras voluntades. el actual Gobierno—, podemos deducir La cuestión está abierta también en la que no existía acuerdo suficiente en el posición de algunos de los intervinientes Partido Socialista acerca de la cuestión. en la Comisión. Al exponer su juicio La razón puede ser de índole electoral. bioético sobre la posible despenalización En efecto, aunque las encuestas mues- de la eutanasia, indicaron que en estos tran una actitud favorable a la eutanasia momentos entendían que no debía pro- en amplios sectores, siempre que no se ducirse, lo que no significaba que en un defina estrictamente en la pregunta, este momento posterior no pudiesen entender acuerdo disminuye con la edad en grupos otra cosa. Es decir, a una Bioética que se de población que en algunas regiones son ocupe fundamentalmente de precisar los proclives al voto socialista. valores sociales predominantes precisa- La cuestión de la eutanasia está tan mente sobre los aspectos bioéticos, o a abierta entre nosotros que la Comisión una Bioética que delimite el umbral de del Senado, a la que nos hemos referido «autonomía» y «ruptura de los valores so- anteriormente, terminó su trabajo sin ciales tradicionales» que la sociedad está conclusiones, limitándose, lo que no es dispuesta a admitir. Esta última forma de poco, a trazar una especie de «estado de la argumentación, que es política, es la que cuestión» de la opinión de personalidades ha utilizado algún grupo parlamentario relevantes acerca de nuestro problema. La para justificar que en un determinado opción que se tomó en el Senado ejempli- momento se apoye un aborto «limitado» fica muy adecuadamente el previsible re- a tres supuestos y, sin embargo, en otro sultado de este tipo de debate que se pro- momento, normalmente cuando se está duce habitualmente en las disciplinas de en la oposición, se apoye una cuarta in- la Moral Social y la Bioética, entre otras. dicación e incluso un sistema de plazos. Prueba lo adecuado que es el juicio del Desde esta perspectiva, sin embargo, no filósofo escocés Alasdair MacIntyre sobre es sencillo distinguir entre la argumenta- la imposibilidad de establecer un diálogo racional desde tradiciones contrapuestas 12 MacIntyre, A. Tres versiones rivales de la cuando no se reconoce esa diversidad ética, Rialp, Madrid, 1992, 30-31.

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 25 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón ción política del representante, ni aclarar sociedad ha resuelto todavía las difíciles cuál es la función del informante y cuál cuestiones que plantea el modo de ayu- la de la Comisión. Y ello, posiblemente, dar a los enfermos que desean morir sin porque en nuestra época subyace una poner en peligro a los que no lo desean. concepción que disuelve la política en la Todavía nos falta mucho para llegar a una tecnocracia y supedita el representante solución social a estas preguntas que no al experto. dañe a nuestras instituciones»13 Para actuar con justicia conviene Esta actitud no procede exclusiva- señalar que la actitud del «todavía no mente de un temor ante las condiciones es tiempo para ésta u otra legalización» presentes sino que expresa también las tiene su origen en una forma de enfocar dudas importantes ante el paso que su- el problema que se está haciendo habitual pone la legalización, cuestión de carácter en un sector amplio de la Bioética. Según prudencial que tiene gran importancia. esta actitud, que ha sido expresada de Como expresó Diego Gracia ante la Co- forma pormenorizada por Sissela Bock, misión del Senado: «Yo me pararía ahí. el respeto a la autonomía, que haría Creo que ése es un espacio que hay que aceptable moralmente ciertas formas de ganar, que es necesario, que daría seguri- suicidio, debe combinarse, también desde dad jurídica y mejoraría la calidad de las una perspectiva moral, con la necesidad relaciones sanitarias. Ahora bien, el pasar de proteger a grupos que, especialmen- de ahí a lo siguiente, que es aceptar que te en nuestra sociedad, podrían verse los profesionales sanitarios actúen en el amenazados si se relajasen los sistemas cuerpo de otra persona directamente y jurídicos de protección de la vida huma- con la intención de poner fin a su vida, a na inocente, sobre todo en sus fases más petición expresa y explícita de ellos, yo no vulnerables. Desde esta perspectiva, el lo aceptaría. Me parece que sería impru- «todavía no» puede entenderse como un dente por muchas razones. Llevo muchos juicio sobre las actuales circunstancias años dedicado a esto y podríamos estar de nuestra sociedad que podrían variar dando todas las razones que quisiéramos. en el futuro. Pero más allá de las razones, a mí me «Desde este punto de vista sigo advir- parece que sería claramente imprudente, tiendo riesgos innecesarios en los pasos aunque sólo fuera por una razón. La dis- que se den hacia la legalización de la euta- cusión sobre si es lo mismo respetar —por nasia o el auxilio médico al suicidio. Con- tanto, no poner— que actuar cuando hay tinúo estando convencida de que estas razones, es decir, si la transitividad o no medidas no serán en absoluto adecuadas del acto tiene relevancia moral o sólo psi- para hacer frente a las necesidades de la cológica, es un debate sobre el que se ha mayoría de las personas que han llegado al final de sus días y menos en sociedades 13 Bock y cols., S. La eutanasia y el auxilio que carecen de un sistema sanitario que médico al suicidio, Cambridge University Press, abarque a todos los ciudadanos. Ninguna Madrid, 1996.

26 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas discutido mucho y que en teoría bioética Senado facilitó que algunas de las voces lleva abierto veinte años. Éste es el tema más autorizadas para opinar sobre la que se ha discutido tradicionalmente y se eutanasia, su supuesta necesidad y las ponen ejemplos de que a veces sí, a veces consecuencias de ésta, se oyesen libre y no, etc. Yo creo —y así lo he defendido serenamente.16 en algunos escritos— que tiene relevancia En efecto, la forma de argumentar que psicológica y moral. Una cosa es respetar tiene su paradigma en la denominada la voluntad de una persona y otra actuar Universidad Liberal, tal como la describi- en el cuerpo de otra persona, con la inten- mos arriba, presenta defectos muy graves ción directa de quitarle la vida»14. que se manifestaron incluso en la época Un futuro sin amenazas que hiciera dorada del modelo, pero goza igualmente posible la eutanasia, de todas formas, es de innumerables ventajas sobre el actual una hipótesis irrelevante para el jurista, modo de argumentación político-social, que debe contemplar lo que es y no lo que predominante entre nosotros, que con- podría ser. Que debe centrarse en el efecto siste en arrojarse tópicos conservadores de la legislación en una sociedad dada y o progresistas, distinguir con cuidado no en un mundo hipotético. Ese razonar lo admisible de lo inadmisible desde el sobre ese mundo hipotético, un estado criterio de la corrección política y cen- de naturaleza al margen de cualquier trar la discusión sobre «el testimonio» sociedad, tiene resabios del iusnaturalis- y el caso de valor sentimental. Frente a mo racionalista, una forma de pensar que lo que se podía deducir del reflejo de la resulta muy poco jurídica.15 opinión pública en los meses anteriores a los inicios del trabajo de la Comisión, 6. Balance de la Comisión el resultado de las comparecencias ha sido abrumador en contra de la opción Es justo reconocer que, en este contex- despenalizadora. to, la Comisión del Senado a la que nos Así, por ejemplo, para quienes se venimos refiriendo cumplió una función dedican a los enfermos terminales el muy importante. En un momento de ar- problema se centra más en un cambio de gumentación puramente sentimental, de actitud y medios que en la legalización de descripción estadística de sensibilidades —«la mayoría quiere la eutanasia», se nos decía—, de predominio del activista 16 Entre otros, y a lo largo de los años 1998 y y del constructor sobre el estudioso, el 1999, comparecieron ante la Comisión del Senado: Gonzalo Herranz, Diego Gracia, Buenaventura Lladonosa, Lluís Cabré, Santiago Grisolía, Octavi Quintana, Pedro Luis Pérez, Esteban Pérez Almeida, 14 Diego Gracia, Senado- comisión, 16 de Joseph Armany i Manso, Marcos Gómez, Juan Viñas, junio de 1998, nº 307, p. 19. Marc Antoni Broggi, Juana Teresa Betancort, Henri 15 Sobre la evolución de esta postura: Carpin- Caillavet, Rafael Muñoz, Xavier Gómez, Rubert de tero Benítez, F. Historia breve del Derecho natural, Ventós, Joan Mones, Ignacio Berdugo, José Luis Díez Colex, Madrid, 2000. y Eudaldo Forment.

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 27 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón la eutanasia. Marcos Gómez Sancho, de se traducen en una mezcla de autonomía la Unidad de Medicina Paliativa del Hos- y sentimientos. pital «El Sabinal», de las Palmas de Gran La propuesta de comparecientes de la Canaria afirma, respecto a la actitud ante mayoría, representada por la senadora la muerte, que: «Hay una última opción, Rosa Vindel, se elaboró por el Ministe- y es que el médico acepte la muerte como rio de Justicia de Margarita Mariscal de algo natural inevitable, como el precio Gante y el Grupo Parlamentario Popular. que paga todo ser pluricelular desde el Su filosofía era dar la palabra en primer mismo momento en el que nace, y una lugar a los bioéticos y especialmente a los vez asumido como natural, dedicarse a médicos especializados en el tratamiento cuidar al enfermo. Así lo decía el poeta de enfermos terminales. Ambos grupos Miguel Hernández: «Todo aquel que se inclinaron, con escasas excepciones, nace, con tres heridas viene: la de la vida, por oponerse a la legalización de la eu- la del amor, la de la muerte». tanasia. Tan sólo en las intervenciones de Lo que tenemos que hacer los médi- los expertos en Derecho penal y de los cos es lo siguiente: si puedes curar, cura activistas pro eutanásicos fue mayoritaria —esto es lo primero—; si no puedes curar, la actitud contraria. alivia, y si no puedes aliviar, consuela; En el debe de la Comisión se encuen- que muchas veces es lo único que pode- tra la difusión de las comparecencias. El mos hacer por nuestro enfermo».17 excelente material desarrollado, entre En la discusión sobre la eutanasia, otros, por el académico de la Pontificia los partidarios de esta práctica no ne- Provita, Gonzalo Herranz, no fue difun- cesitan alcanzar un consenso sobre la dido por la Cámara en ningún tipo de misma, les basta con arrojar dudas sobre publicación, salvo los diarios de sesiones la convención social que la condena y y una página de Internet. El conjunto de vincularla a la autonomía de los sujetos personas y organizaciones que se oponen que la pretenden. Les es suficiente con a la eutanasia no han sacado el fruto de- presentar la sanción de la eutanasia como bido de esta contribución de la sociedad una opción poco neutral. Una postura española. Con la notable excepción de que hunde sus raíces en valores que no la Conferencia Episcopal Española, que son susceptibles de ser asumidos en el elaboró un valioso documento de cien consenso social general por faltarles ele- preguntas y respuestas sobre la eutanasia. mentos fundamentales de neutralidad. En este caso, los estrictos reglamentos Por ello, los partidarios de la legalización de las Cámaras alcanzaron un resultado de esta forma de homicidio compasivo muy positivo. tienden a desarrollar una discusión fun- Entre estas conclusiones, que dedu- damentalmente moral, cuyos argumentos cimos de forma personal, pues, como hemos indicado, no hubo redacción final 17 Senado - Comisión, 28 de noviembre de por parte de la Comisión, podríamos 1998, nº 365, p. 6. destacar las siguientes.

28 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas

En primer lugar, no se observaba, por moralista. En efecto, estaba claro que la parte del personal sanitario llamado a la denominada eutanasia lenitiva no era la comparecencia, la urgencia por la preten- razón de la discusión, ni que quienes soli- dida eutanasia, ni la experiencia de una citaban la eutanasia se estaban refiriendo persistente solicitud de la misma en en- a este problema. Sí se podía estudiar que fermos terminales. Desde su perspectiva, el uso de fármacos en esa área era toda- el principal reto de la sanidad española vía escaso entre nosotros, posiblemente en este punto era contribuir al desarrollo por causa de una legislación inadecuada de los cuidados paliativos, cuestión en en algunos aspectos respecto al uso de la que se ha insistido a lo largo de estos opiáceos, por ejemplo, y a una resistencia años, produciendo diversas iniciativas tradicional en su empleo. oficiales. No se ocultaba el temor a que Como cuarta conclusión, se extendía la eutanasia redundara en un perjuicio en una importante duda sobre la supuesta el desarrollo de esta forma de atención, voluntad libre del suicida y, por exten- esencial para una adecuada comprensión sión, de quien solicitase una eutanasia. de la Medicina en estos momentos. Un estudio de los intentos de suicidio En segundo lugar, la actitud hacia el descarta la supuesta preeminencia del denominado ensañamiento terapéutico u suicidio filosófico, libre, como afirmación obstinación terapéutica era de unánime de la autonomía del sujeto, si es que rechazo en la profesión médica. El pro- éste se da en la realidad. Los estudios blema se describía como un riesgo del realizados permiten vincular la inmensa pasado desde la consideración médica; mayoría de los suicidios con la depresión, para evitarlo, si es que se produjera —lo o con enfermedades como el alcoholismo que se negaba de forma general—, no se y otras drogodependencias. Esta realidad, requeriría la eutanasia. La alternativa a indudablemente, debe considerarse a la la medicina industrializada, que tantos hora de valorar jurídicamente la petición ejemplos había producido, no era la eu- de que se le dé muerte, que una persona tanasia, sino la extensión de una nueva pueda formular a otra. mentalidad muy presente, por cierto, en La exposición extensa y documenta- quienes día a día se enfrentaban con la da ante la Comisión senatorial permitió realidad de los enfermos terminales. igualmente distinguir el conjunto de En cuanto a la acción lenitiva, que argumentos mezclados ante la opinión se separaba claramente de la eutanasia, pública, eliminar equívocos y aclarar lejos de considerarse un problema, o un exactamente qué estaba discutiendo. factor en discusión, se aconsejaba como Se dejó al margen el caso Sampedro, un elemento propio de los cuidados palia- que tuvo comparativamente una escasa tivos. Se produce la sensación de que los presencia ante la Comisión. En efecto, debates sobre el supuesto adelantamiento la cuestión es si se debe introducir una de la muerte por la acción lenitiva son un reforma en el Código Penal que autorice caso teórico descrito desde la perspectiva que, en determinadas circunstancias, una

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 29 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón persona mate a otra. Ante esta medida jurídicas apreciables. En segundo lugar, concreta se esgrimieron tres tipos de ob- bajo cualquier supuesto legalmente pre- jeciones, especialmente por los bioéticos, visto, se siguen rechazando pretendidas que podemos sintetizar en los párrafos eutanasias voluntarias. que siguen. Finalmente, se dio mucha importan- No nos encontramos ante una forma cia a una serie de argumentos sociales. de suicidio, ni ante una imposición de una En efecto, la legalización de la eutanasia obligación de vivir al paciente sancionada implica un juicio social sobre un con- por el Estado. La característica esencial de junto de casos de desesperación y grave la eutanasia es que una persona mata a dependencia. Esto genera al menos dos otra, normalmente que un miembro del tipos de consecuencias. Por una parte, un personal sanitario mata a un paciente. Se Estado —que no atiende adecuadamente trata, en consecuencia, de un acto dotado situaciones desesperadas— se lava las de transitividad, respecto al que se soli- manos de su función social y salva su cita que el Estado realice una excepción responsabilidad autorizando, con cier- a la sanción del homicidio, arbitrando tas condiciones, el homicidio. Por otra, un procedimiento. Ambas cosas —la cuando la eutanasia es una alternativa, construcción de un procedimiento y la aumenta la presión sobre los enfermos retirada de la protección del Estado— son que se consideran y son considerados desaconsejables. Desde el punto de vista una carga. Se produce así el efecto que jurídico, no nos encontramos en una hemos descrito como de «moralización discusión sobre conceptos de autonomía, de la eutanasia», en la que ésta, en ciertos todos respetables, sino a que, en nombre casos, lejos de ser una solución aparece de la autonomía, se faculte una acción con como la solución moralmente indicada. intervención de terceros y que exige una Basta observar lo que ha ocurrido con opinión previa del Derecho. el diagnóstico prenatal de síndrome de En esta cuestión es muy relevante el Down para saber a lo que nos estamos argumento de la «pendiente deslizan- refiriendo. te» por el que determinadas decisiones Desde una aproximación filosófica, un no pueden mantenerse en el caso ideal buen número de intervinientes pusieron descrito por el ordenamiento, sino que en duda la vinculación que se establecía producen una tendencia a la ampliación. en la argumentación proeutanásica entre En este punto, informes posteriores, dignidad humana y calidad de vida, en obtenidos de la experiencia holandesa, el sentido de que se pudiese describir muestran que, incluso en una regulación que las vidas privadas de cierta calidad amplia de la eutanasia, son observables eran indignas. Debe incidirse en que esto dos efectos paradójicos: en primer lugar, supone la emisión de un juicio objetivo, el número de eutanasias «involuntarias», por parte del ordenamiento, sobre la es decir, sin contar con la autorización del dignidad o falta de dignidad de ciertas paciente, se dispara sin consecuencias vidas, previo al juicio que emite el sujeto

30 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas sobre su propia situación. Dicho de otra informe no son plenamente satisfactorias, forma, no se autorizará la eutanasia si por lo que no todas ellas son asumibles objetivamente pensamos que esas vidas, desde una perspectiva respetuosa con la al gozar de cierta calidad, tienen dignidad dignidad humana. y sí cuando consideremos que carecen La conclusión 237 dice que: «Sin em- de ella. El riesgo que se produce para bargo, no creemos que estos argumentos la igual consideración jurídica de todos constituyan razones suficientes para los hombres es enorme en cuanto se debilitar la prohibición que la sociedad abandona el axioma de la igual dignidad ha establecido contra el homicidio in- de las personas. En definitiva, cualquier tencional. Esta prohibición constituye la forma legalizada de eutanasia obliga a la piedra angular del Derecho y de las rela- descripción por parte del Estado de vidas ciones sociales, pues nos protege a todos que no merecen ser vividas. imparcialmente y encarna la creencia de que todos somos iguales. No deseamos 7. Otros informes que disminuya esa protección y por tanto recomendamos que no se haga reforma Evidentemente a lo largo de estos años alguna en la legislación para permitir la se han sucedido diversos informes parla- eutanasia…» mentarios. La Cámara de los lores britá- La conclusión 238 comienza diciendo: nica redactó uno, donde, a diferencia del «Una razón de esta conclusión es que no español, sí se produjeron conclusiones. creemos que sea posible establecer lími- La cuestión que se planteaba era similar tes seguros para la eutanasia voluntaria. a la española y tenía también su origen Algunos testigos nos dijeron que legalizar en casos judiciales. El informe conocido constituiría un acto discrecional que no como Informe Walton fue redactado bajo necesariamente tendría otras consecuen- la presidencia de Lord Walton por el cias. Pero, como hemos dicho en nuestra «Comité Selecto sobre Ética Medica» de introducción, los temas relacionados con la Cámara de los Lores y publicado el 17 la vida y la muerte no se prestan para una de febrero de 1994. definición clara, y sin eso no sería posible Desde nuestro punto de vista, las con- establecer salvaguardas adecuadas contra clusiones más trascendentes son las enu- la eutanasia no voluntaria en caso de que meradas con los números 237, 238 y 239. fuera legalizada la eutanasia voluntaria. Contienen la base de la argumentación Más adelante sería imposible asegurar antieutanásica desde un punto de vista que todos los actos de eutanasia fueran jurídico y concluyen con claridad a la verdaderamente voluntarios, y que no pregunta formulada sobre la legalización se abusara de cualquier liberalización de la eutanasia. Sin embargo, conviene de la ley». matizar que, por la aplicación de una Finalmente, el punto 239 concluye distinción indebida entre la acción y la que: «También nos preocupa que las omisión, las resoluciones del conjunto del personas vulnerables —los ancianos, los

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 31 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón solitarios, los enfermos y los perturbados go, observado en la práctica holandesa, mentales— se sientan presionados— real los partidarios de legalizar la práctica o imaginariamente —a pedir la eutanasia. eutanásica sólo consiguen argumentar Nosotros aceptamos que la mayoría de un conjunto de buenas intenciones, las solicitudes de eutanasia que son el siempre dudosas, cuando está en juego la resultado de la presión o de enfermeda- protección de la vida humana inocente. des depresivas remediables debieran ser De esto es un ejemplo paradigmático la identificadas como tales y tratadas apro- declaración del Centro Borja de Bioética piadamente por los médicos. Creemos a la que nos referiremos. que el mensaje que la sociedad envíe a Finalmente, el informe incide en la las personas vulnerables y en condicio- situación en la que la eutanasia legali- nes de desventaja no debe alentarlas, zada deja a los más dependientes. Y es ni siquiera indirectamente, a buscar la que el discurso eutanásico encierra una muerte, sino que debe asegurarles que gran paradoja, se construye desde una contarán con nuestros cuidados y apoyo concepción radical de la autonomía, pero mientras vivan». afecta principalmente a quienes están Se definen así los principales argumen- en condiciones más desfavorables para tos contra la legalización del homicidio ejercerla y dependen más de la atención por razones eutanásicas que se centran de los demás. en el valor jurídico de la protección de la Como hemos dicho, la opinión sobre vida humana inocente, base esencial de el informe no ha sido unánime. Hay la justificación del Derecho y por ende autores que lo han criticado por cuan- del Estado. Frente a esta razón, los pro- to, para mantener la coherencia con la motores de la eutanasia deberían probar anterior jurisprudencia británica, se ha las razones objetivas que justificarían el trazado una inconsistente diferencia abandono de este principio que se vería entre matar por acción y hacerlo por irremediablemente afectado; además, los omisión. En palabras de Luke Gormally: modos de legalización rompen inevitable- «Mientras estemos empantanados en la mente la igualdad de protección basada indefendible doctrina de que no es legal en la común dignidad humana, como causar intencionadamente la muerte de expondremos más adelante. un paciente por medio de un acto positi- Por otra parte, quienes pretenden la vo, pero que sí se puede (y en ocasiones legalización no han logrado probar que se debe) causar la muerte de un paciente son capaces de desarrollar un sistema de por omisiones planteadas intencional- protección frente a la eutanasia involun- mente debido a que «la opinión de un taria, que es un gravísimo mal que no cuerpo médico responsable» juzga que el puede abrirse a la práctica generalizada paciente ya no tiene una vida digna de con reformas supuestamente dirigidas ser vivida. Entonces la ley está diciendo a garantizar el ejercicio de un concreto al mismo tiempo sí y no a la eutanasia. derecho de autonomía. Frente a este ries- No dijo sí a la eutanasia antes del caso

32 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas

Bland, pero el no del Comité Walton no hace del Derecho un instrumento más contribuye a revertir el judicialmente útil para la responsabilidad que para la controvertido sí».18 compasión. Ante ciertas comprensibles querencias «moralizantes», no vendrá 8. Un punto de vista jurídico mal recordar algo muy elemental, el De- recho no sirve para todo».19 Se puede afirmar que la despenaliza- Por ello, este trabajo huye de la des- ción de una práctica es una decisión fun- cripción del caso perfecto, tal como suele damentalmente jurídica, con importantes definirse por los moralistas. Esta forma implicaciones políticas. Pero esta obviedad de argumentar, tan propia de la bioética debe reafirmarse cuando en el debate se contemporánea, resulta esencialmente introducen argumentos fundamentalmen- antijurídica. Es algo así como preguntarse te sentimentales o cuando se plantea como «¿qué pasaría si se diera esta situación una discusión entre derechos absolutos, ideal?, ¿sería lícito o ilícito?» La hipótesis, concepciones globales del mundo o argu- en consecuencia, va buscando una serie mentos bioéticos per se, como si el proceso de circunstancias muy inverosímiles, tal y se realizara en una especie de campaña como ocurre, por ejemplo, en la descrip- aislada del entorno social y la decisión ción del denominado caso perfecto en la legislativa fuera fundamentalmente una fecundación in vitro con transferencia de opción teórica de escuela. embriones. El caso es que los embriones Así, Andrés Ollero denuncia la pos- distan de encontrarse en ningún caso tura de proyectar de forma absoluta la perfecto, en su mayoría se encuentran opción moral individual que está implí- congelados, pendientes de que alguien cita en ciertos razonamientos eutanásicos decida qué hacer con ellos. y afirma que: «En la perspectiva jurídica, Además, las formas de análisis ético por el contrario, el resultado práctico debe contemporáneas están mostrando sus siempre ser contemplado. No se trata deficiencias muy significativamente en de suscribir un pragmatismo sin princi- la Bioética. Se observa a juicio de autores pios— es más, éstos acabarán inevitable- como Leon Kass un crecimiento de la dis- mente protagonizando la dinámica real cusión bioética, y de la extensión de foros de las normas— sino de huir de actitudes profesionales, a costa de la actuación ética meramente testimoniales, para ponderar de los sujetos inscritos en la actividad mé- el alcance práctico de la realización del dica. Cada caso se reconduce a principios principio y su efectivo coste social. Esto abstractos donde la discusión se centra en principios metaéticos donde se discute si

18 Gormally, L. «Walton, Davies Boyd y la legalización de la eutanasia». En: John Keown 19 Ollero, A. «Eutanasia y multiculturalis- (compilador) La eutanasia examinada. Perspectivas mo». Anuario de Filosofía jurídica y social, Sociedad éticas, clínicas y legales. Fondo de Cultura Econó- Chilena de Filosofía jurídica y social, 14, (1996), mica, México, 2004, 183-184. 161.

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 33 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón una teoría moral debe ser consecuencialis- Incluso la regulación jurídica de los ta o deontológico. En este contexto, surgen bienes indisponibles se centra más en expresiones sobre el derecho a la muerte los efectos y circunstancias sociales que digna o el derecho a la muerte.20 en la absoluta autonomía del disponen- El Derecho en sentido estricto, por el te. Es cierto que se traen a la cuestión contrario, no recurre a esas formas de argumentos filosóficos y complicadas argumentación tan hipotéticas. Cuando se disquisiciones sobre la naturaleza de los legisla sobre la competencia económica, bienes, o incluso referencias a la natura- por ejemplo, no se parte de la hipótesis leza humana; pero esto no es lo funda- de que nadie aspira a construir monopo- mental a la hora de decidir, por ejemplo, lios ni se actúa como si el interés público que alguien, aunque quiera, no puede no se viera afectado por los mismos. La venderse. Por el contrario, si no le deja- legislación laboral no excluye la situación mos venderse, no es sólo por él. Siendo de dependencia del trabajador respecto su condición personal muy importante, al empresario y las implicaciones que atendemos también a la necesidad de ésta tiene a la hora de regular la relación regular unas acciones cuyas consecuen- jurídica. La legislación de sucesiones se ve cias se extienden más allá de cada caso obligada a considerar los intereses contra- y de cada persona. Esta circunstancia de puestos, las familias mal avenidas, la po- la autoventa como esclavo, del que se sibilidad de conflictos entre testamentos ha tenido algún ejemplo cinematográfi- diversos e incluso las garantías para que co en España, nos sitúa ante una de las estos reúnan una serie de requisitos que aporías clásicas del discurso eutanásico. aseguren su autenticidad, la exclusión de Los autores inscritos en esta corriente se presiones, etc. opondrían al acto de venderse, el cual en Por ello, al tratar la eutanasia en la el discurso podría rodearse de todas las perspectiva de su legalización, nos ve- circunstancias ideales que se describen en mos obligados a considerar una serie de la eutanasia, y que, desde luego, supone circunstancias reales, presentes en toda una cesión de inferior trascendencia de decisión a prever en estos casos como son: la autorización de que le maten. Sin em- «agobio a la hora de disponer de camas bargo, les parece que el acto jurídico por libres en una sanidad pública sobrecarga- el cual una persona cede, por ejemplo, da, necesidad de contar con órganos para a un médico la elección del momento posibles transplantes, deterioro personal de matarlo, según unas circunstancias y económico del entorno familiar del subjetivamente medibles y más o menos enfermo»21. concretas, es el acto supremo de libertad. Que sitúa al principio de libertad o al de dignidad por delante del respeto a la vida 20 Kass, L. R. Life, liberty and the defense of Dignity. The challenge for Bioethics, Encounter en nuestro ordenamiento constitucional. Books, San Francisco, 2002, 59. Esto es lo que sucede en los testamentos 21 Ollero, A., op.cit. 166. vitales de contenido eutanásico, que son

34 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas un elemento importante de la articulación sobre lo que sucede cuando, por ejemplo, jurídica de la eutanasia. no se controla la efectiva aplicación de No debemos, sin embargo, despreciar la enseñanza obligatoria. Por muchos la importancia de la aceptación de que razonamientos que se hagan sobre la po- el hombre dispone de sí mismo como de sibilidad de autoeducación o enseñanza una propiedad, hasta la completa aniqui- puramente familiar, la generalización de lación. Esta teoría podría basarse en una la educación hasta los niveles actuales exi- autonomía sádica pero no tiene que ver gió que el derecho no fuera sólo inviolable con el lenguaje clásico de los derechos ni sino igualmente inalienable24. siquiera en el iusnaturalismo racionalista. No pretendo, con esto, que se acepte Como ha señalado Kass, en el propio Loc- la ingenuidad de un razonamiento apa- ke, la afirmación de que el hombre tiene rentemente neutro. La misma descripción la propiedad sobre su propio cuerpo se de lo jurídico que manejamos parte de realiza para excluir la propiedad de otro, un determinado modelo teórico. Es fun- en este sentido no es propiedad de nadie, damentalmente realista, en el sentido del ni siquiera de sí mismo.22 denominado realismo jurídico clásico. Los partidarios de una eutanasia mo- Pero nos insertamos en esta tradición, derada se inclinan a describir el derecho precisamente porque entendemos que da a la vida como un derecho inviolable cuenta muy adecuadamente de lo espe- por terceros, pero que sería alienable en cífico del Derecho. La tradición realista ciertas circunstancias. Los que se oponen entiende el Derecho como el objeto de entienden que el derecho es inviolable e la virtud de la justicia, entendida como inalienable. A este respecto es muy razo- el hábito de dar a cada uno lo suyo. nable el argumento recogido por Balles- Regula lo que Aristóteles denominaba el teros respecto a los bienes inalienables23. intercambio de bienes. En la evolución Existe consenso en la existencia de ciertos posterior se refiere también a lo que se bienes inalienables en nuestros ordena- le debe al hombre en cuanto hombre, es mientos como la libertad o la educación. decir en razón de su dignidad. La justificación de dicha condición se encuentra, por supuesto, en ciertas con- sideraciones sobre lo que es la felicidad 24 «El derecho a la educación sirve entre nosotros de arquetipo, al considerarse obligatoria y el bien del hombre, respecto a las que la escolaridad hasta los 16 años. Ni las juveniles habría descripciones alternativas. Pero la ansias lúdicas de su presunto beneficiario, ni la justificación jurídica de dicha opción se búsqueda de colaboración por parte de unos padres demasiado atados al corto plazo, pueden convertir encuentra también en experiencias reales en renunciable tal derecho. Tampoco sería admisible que alguien renunciara a su libertad por venderse 22 Kass, L.R., op.cit. 214. como esclavo; aunque el personaje cinematográfico 23 A este respecto ver Ballesteros, J. «Or- del romanista, prematuramente jubilado a los 65 totanasia. El carácter inalienable del derecho a la años, que se ofrecería como tal resultara no hace vida». En: Problemas de la Eutanasia. Dykinson, mucho notablemente verosímil». Ollero, A., op.cit. Madrid, 1999, 50 162.

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 35 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón

Por ello, la opción que tomamos no moralmente, funciona en el caso de las implica que quienes estamos identifi- bioéticas rigurosas en contra de su acep- cados con la Bioética personalista olvi- tación. Así, cualquiera que haya tenido la demos en el razonamiento jurídico el oportunidad de argumentar en este tema concepto de persona, en su concepción en contra la posición de quien exige la eu- ontológica, a la hora de argumentar tanasia para sí mismo, tiene en determi- sobre la eutanasia. Ni, por supuesto, nado momento la sensación de aparecer que en la postura manifestada nos sea como un peligroso Catón, imponiendo un muy útil esta adscripción personalista grado extremo de heroísmo. Ni siquiera en cuanto describe muy adecuadamente el ejemplo sirve, aparentemente, aquí de lo real. Pero es importante destacar que nada, lo que está dispuesto a soportar la valoración jurídica de la inadecuación un parapléjico no es exigible a otro, el de la eutanasia no precisa la adscripción valor moral no se impone. La percepción personalista, ni en general ningún tipo de este sentido trágico está presente en de adscripción de escuela. Diego Gracia cuando dice que «El caso de Creo, en consecuencia, que la descrip- Sampedro es trágico. A mi me conmueve ción del estado de la cuestión está muy como caso trágico. Ahora, si me dijeran: bien trazada entre nosotros. Especialmen- soluciónelo; yo diría: no sé. ¿Hay alguien te, en el área filosófico-jurídica. Por otra que lo sepa? Que lo haga. Ahora, yo no. parte, reconociendo el valor de la Bioética Creo que todo tiene sus límites, el com- no creo que el catálogo de posiciones bio- promiso moral y la capacidad de actuar éticas sobre el final de la vida humana y sobre otra persona también. Yo veo el su tratamiento sea concluyente a la hora caso de Sampedro como una tragedia, de tomar una opción legislativa, y por pero yo haría lo que hace Timothy Quill; tanto política, acerca de la legalización es decir, lo siento, yo para esto no tengo de la eutanasia. Incide en esto no sólo la respuesta. Si los demás lo ven más claro, distinción entre Bioética y Derecho, sino que den una respuesta».25 algunas características de la sociedad Y es que la tentación del homicidio contemporánea. por compasión está presente en casos En efecto, el predominio de la auto- reales con los que se puede topar, en un nomía como valor social prácticamente determinado momento, cualquier perso- único y la incomprensión del dolor, junto na. Por consiguiente, una argumentación a la reducción del nivel de dolor conside- antieutanásica no puede pretender dar rado soportable desde el punto de vista respuestas que no tiene, o minusvalorar social, actúan necesariamente en contra la gravedad de algunas de las situaciones de lo que podríamos denominar bioéticas que se describen en la eutanasia. Debe, exigentes. Por ejemplo, la repugnancia de nuestra sociedad a imponer mantener el principio jurídico frente a la demanda 25 Diego Gracia. Senado - comisión, 16 de de Sampedro, o incluso a aconsejarle junio de 1998, nº 307, p. 25.

36 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas eso sí, señalar las consecuencias que se que buscar las soluciones; y en este caso derivarían de optar por una solución que se encontraron».26 es inadecuada. En este sentido, Francesc Conviene destacar, a este respecto, Abel expuso ante la Comisión del Senado que una opción favorable a permitir la un caso muy significativo: «Sobre este «solución» de estos casos conmovedores particular puedo decir que un médico tiene un efecto determinante sobre la que contrata a pacientes que arriesgan su valoración de cada vida sobre el conjunto vida y no ha tenido la tentación de matar de las valoraciones sociales. Y es que lo a un paciente no sabe de qué habla cuan- que desde esas autonomías doloridas do se discute sobre la eutanasia. En este se exige al conjunto de la sociedad no sentido, una gran persona, a la que me es mero respeto, lo que se pide es que, unía una buena amistad, fue pesimista en unas determinadas condiciones, se tras la valoración que se dio a un cáncer autorice a que una persona mate a otra. de mama que padecía. Vino a verme, me Este es el aspecto esencial del problema explicó su historia familiar, y me dijo: que afecta al jurista. Igualmente no está A mí las cosas me van a salir muy mal, de más observar, por ejemplo, el efecto pero, por favor, no dejes que sufra. Yo le que tiene la justificación de la eutana- contesté que las cosas no irían tan mal. sia, vista como un bien que se hace al Pero fueron de mal en peor, y cuando parapléjico, sobre la valoración de su llegó el momento final, y estaba pade- vida. No en vano, como hemos visto, las ciendo graves dolores que eran atenua- asociaciones centradas en ayudar a vivir dos como se podía, tuvo una metástasis a quienes padecen esta discapacidad se de columna y tuvieron que ingresarla de han mostrado muy preocupadas con la nuevo —probablemente se trataba de su posibilidad de la despenalización y por último ingreso—. Pero había una huelga el modelo que, en esta sociedad de imá- en el hospital, los camilleros se pelearon genes, se está proyectando del conjunto entre ellos, condujeron mal la camilla, de los parapléjicos. y ella cayó al suelo con unos dolores Pese a las opiniones prudentes mani- terribles, impresionantes. Entonces se festadas en la Comisión, Francesc Abel pelearon entre ellos por quién tenía la aparece como el director de la propuesta culpa, y aquella situación continuó. Co- de legalización de la eutanasia plan- menzaron un tratamiento muy agresivo teada por el Centro Borja de Bioética,27 cuando no había ya ninguna esperanza precisamente cuando la nueva mayoría y ella me pidió que la matara. Era una gubernamental podía hacer posible esta mujer creyente, que me lo pedía diciendo eventualidad. Es desconcertante que las que ya estaba preparada para estar ante Dios y cuando lo que le estaban hacien- 26 Francesc Abel, Senado - Comisión, 16 de febrero de 1999, nº 388, p. 10. do sobrepasaba cualquier posibilidad. Y 27 «Hacia una posible despenalización de la yo tuve esta tentación ciertamente. Por eutanasia», Instituto Borja de Bioética de la Univer- tanto, el caso único sí existe, pero hay sidad Ramón Llull, Barcelona, 21 de abril de 2005.

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 37 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón objeciones sociales se mantienen pero se Y eso que el informe parece recoger solucionan con una referencia aparente- algunas de las objeciones que se han mente ingenua a una política social que planteado en los últimos años contra la las haga imposibles. ¡Precisamente ahora eutanasia y que en la comparecencia de que las políticas sociales de los estados 1998 parecía que eran convincentes y europeos parecen estar en crisis y no es decisivas. previsible un inmediato incremento! Ade- Una es «la realidad de la asistencia más falta un tratamiento estrictamente sanitaria que se presta a los ciudadanos jurídico de la cuestión aceptándose una que se encuentran en el tramo final de eventual despenalización reducida a unos su vida. Es una realidad palpable que en casos extremos. Se hace caso omiso de la el estado español (palabro nacionalista experiencia en los países en los que se para referirse a España) es aún muy mi- ha producido la despenalización, de las noritaria la asistencia a los enfermos en implicaciones de «guerra cultural» que fase terminal». tiene y del hecho de que lo previsible es la La otra se refiere a «las condiciones deriva hacia sucesivas ampliaciones una sociales y económicas que acompañan vez aceptado el concepto de vida que no con frecuencia las demandas de euta- merece la pena ser vivida, implícita en nasia. También es una realidad en el toda eutanasia. Estado español (de nuevo por España) Así, el informe produce la paradoja que las personas mayores, enfermas, a de una apuesta por la vida que signifi- veces solas, no disponen de los mínimos que lo que se denomina anticipación de necesarios para considerar que su calidad la muerte, es decir, la autorización de de vida es aceptable y que vale la pena un acto homicida de realización médica: continuar viviendo». «En el marco de la apuesta por la vida, Dos observaciones: la primera es que, la reflexión sobre la eutanasia se adentra pese a las dos realidades mencionadas, en el inexorable proceso del morir de la que no discutimos, la oposición a la persona, un proceso que puede culminar eutanasia es mayor en los grupos más en el último acto humano en la medida directamente expuestos a este beneficio que se sabe afrontar con lucidez y respon- que en quienes lo contemplan como una sabilidad. Esta lucidez y responsabilidad posibilidad teórica o entre los que han pueden significar una firme decisión de vivido como espectadores involucrados anticipar la muerte ante su irremedia- una de estas situaciones dramáticas ble proximidad y la pérdida extrema y pero no están ellos mismos en directa significativa de calidad de vida». Como posibilidad de sufrirla. La segunda es veremos la diferencia de esta reflexión que el proceso despenalizador ofrece una con la estrictamente eutanásica, si es que salida fácil al Estado (aquí sí usado el ésta no lo es en su sentido mas preciso, es término apropiadamente) de forma que la proliferación de adjetivos que justifican objetivamente permite una reducción del la decisión social final. esfuerzo paliativo. De nuevo los ejemplos

38 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas del país de más largo desarrollo de la grupo cultural —por utilizar un término práctica homicida, que es Holanda, son convencional— que con mayor fuerza muy ilustrativos. sostiene la denominada cultura de la vida El informe continúa con una negativa en contra de las culturas de la muerte a una legalización indiscriminada de la es el catolicismo. Ahora bien, el sistema eutanasia. Cosa que en sentido estricto de pensamiento dominante en nuestra nadie pide y convendría centrarse en sociedad posmoderna es decididamente consecuencia sobre lo que se pide y sus agnóstico. Además, la neutralidad del sis- efectos sobre las poblaciones en riesgo. tema político, encomiada por las formas Para garantizar la adecuación, de forma predominantes del liberalismo, especial- poco original se repiten los requisitos de mente el preconizado por Rawls, parece la ley holandesa, que servirían en correcta necesariamente refractaria al valor religio- deontología médica para aconsejar una so.28 En sociedades como la española, el sedación paliativa y no una eutanasia. asunto se complica por el predominio de De nuevo en la línea de la adecuación a un laicismo decididamente antirreligioso los tiempos que antes mencionábamos los que provoca, sobre todo en el nivel po- requisitos no son esenciales sino revisa- lítico, un notable grado de autocensura. bles en el futuro, por lo que tenemos aquí Esta actitud, desde luego, es contraria a otro ejemplo de la eutanasia en perpetuo la valoración del fenómeno religioso que movimiento o si se prefiere en constante se extiende en el nivel político occidental ampliación. Eso sí, frente a la experiencia después de la Segunda Guerra Mundial de la segunda ley holandesa, se entiende por influencia norteamericana y que tiene que la revisión de la autoridad debería su reflejo en la Constitución Española hacerse a priori, aunque desde luego el de 1978. término notificación que se usa se presta En la Comisión sobre la eutanasia a equívocos. tuvimos algún buen ejemplo de lo que decimos. Uno de los intervinientes más 9. Perfil de los intervinientes cualificados, Gonzalo Herranz, hizo una

Existe, además, un factor que pertur- 28 La afirmación es ciertamente matizable ba extraordinariamente el debate en el pero en esencia es cierta: «El objetivo de la justicia como equidad es, pues, práctico: ella se presenta a terreno social. Me refiero al factor reli- sí misma como una concepción de la justicia que gioso. Las bioéticas exigentes respecto a puede ser compartida por los ciudadanos como la indisponibilidad de la vida humana una base de acuerdo político razonado, informado y voluntario. Esta concepción expresa la razón naciente, dependiente o terminal suelen política pública que comparten. Para alcanzar esa desarrollarse por autores que mantienen razón compartida, la concepción de la justicia de- vinculaciones religiosas, aunque no nece- bería ser tan independiente como fuera posible de sariamente recurran a argumentaciones las doctrinas filosóficas y religiosas, encontradas y conflictivas, que los ciudadanos abrazan». Rawls, fundamentadas en la religión cuando J. El liberalismo político, Crítica, Barcelona, 1996, hacen explícita su postura. Es más, el 29-40.

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 39 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón definición previa de su perfil, especial- convicciones religiosas, por ejemplo, no mente honesta y, que desde mi punto de expresa una posición de una religión ni vista, era una aclaración que debieron maneja argumentos religiosos. hacer otros muchos ponentes que no eran, En última instancia, se produce una desde luego, más neutrales.29 Así lo reco- cierta circularidad, como ha señalado, noció la senadora del Grupo Mixto, Costa entre otros, Andrés Ollero. En efecto, Serra, al afirmar: «también le quiero agra- se critica la presencia de elementos de decer que al principio de su exposición conciencia, normalmente por religiosos, nos haya dicho que usted, por supuesto, en las argumentaciones pero, a su vez, no es una persona neutra y nos haya ex- se realiza una llamada a votar en con- plicado su convicción, porque creo que es ciencia, se supone que laica, superando muy importante tener en cuenta que ni la adscripciones y condicionamientos, de suya ni la de los futuros comparecientes nuevo religiosos. En palabras de Ollero: es una posición neutra y esto es lo que «Es de temer que con todo ello se está necesitamos. Estamos hablando de un generando una viciosa circularidad. Se tema que va a tener muchas vertientes parte implícitamente del convencimiento desde el punto de vista médico, jurídico, de que la religión es asunto privado. Se de creencias religiosas, éticas, etc. Por constata que determinados ciudadanos, eso, le agradezco su sinceridad respecto de los que cabe fundadamente sospechar a que, evidentemente, cada uno de los alberguen convicciones religiosas, dis- comparecientes tiene sus convicciones».30 crepan en cuestiones de interés público Lo importante es la intercomunicabili- de otros, que convierten a su vez el no dad posible en el juicio realizado desde tenerlas en rasgos relevantes de su propia las diversas posiciones y el rigor de las identidad. Se acaba dando por supuesto mismas. También que el informante con que las convicciones de éstos son pú- blicas, mientras las de aquéllos se ven 29 «Creo que por lealtad a los presentes y degradadas a meramente privadas».31 por el hecho mismo de vivir gozosamente en una sociedad pluralista, en la que todos debemos pro- Parece que planea la convicción de fesar un gran amor a la diversidad, es importante que sería posible llevar adelante un pro- confesar de antemano que no soy una persona ceso de depuración de todo elemento neutra, indiferente, amorfa ante el problema que nos preocupa. Forma parte de mis convicciones profe- religioso en nuestra sociedad civil, lo sionales y personales la certeza de que la eutanasia que de nuevo paradójicamente crearía no es ninguna solución médica para los problemas una especie de religión laica, un pará- de nuestros pacientes y, naturalmente, aparte de metro cerrado que expulsaría cualquier este condicionamiento profesional, también mis convicciones religiosas me llevan a ello. Pienso que otra postura del debate publico y esto se con el estudio y la reflexión se irá haciendo cada vez haría en nombre de la neutralidad. Como más consciente, racional y fundada mi opinión, y no es una opinión visceral». Senado - Comisión, 16 de junio de 1998, nº 307, p. 2. 31 Ollero, A. «La invisibilidad del otro. Eu- 30 Senado - Comisión, 16 de junio de 1998, tanasia a debate». Revista de las nº 307, p. 7. 57, (tercer cuatrimestre, 2002), 44.

40 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas los vigilantes de elementos religiosos en Sócrates de los diálogos platónicos o las escuelas americanas o francesas, en del mismo Cicerón en la argumentación nombre de la libertad se presionaría con antiepicúrea. enorme fuerza sobre ella. Lo curioso es Así, en el «Fedon», se contiene la de- que se realiza en aras de un inconcreto finición del caso forzado por indicación sistema neutral, que sólo es relevante de los dioses, que tanto juego dio en el para quien lo pronuncia, generando esa estoicismo. Es relevante que dicha des- sensación casi ridícula que sentimos al cripción se realiza para justificar que no oír al Presidente Chirac, como antídoto es lícito al hombre matarse para alcanzar frente a la crisis social, apelar en los al- la liberación: borotadores a los «hijos de la República», «Así pues —dijo él—, ¿también tú si como si eso les importase un bledo. De alguno de los seres de tu propiedad se nuevo con Ollero: «La asunción de una diera muerte a sí mismo, sin haberle in- perspectiva multicultural, al permitir po- dicado tú que deseas que esté muerto, te ner teóricamente entre paréntesis factores irritarás con él y, si pudieras darle algún confesionales, desvela la nula neutralidad castigo, se lo aplicarías como pena?… Tal del laicismo y su escaso respeto a esa vez, entonces, desde ese punto de vista, libertad de conciencia que caracteriza a no es absurdo que uno no deba darse la herencia cultural europea. Cualquier muerte a sí mismo, hasta que el dios no intento de relegar al gueto toda cultura envíe una ocasión forzosa, como ésta que foránea no lograría eludir una sumaria ahora se nos presenta»33. condena por xenofobia. Pretender des- montar los elementos religiosos de cada 10. Razones del proceso cultura, con la esperanza de llegar así a un ámbito público liberado de crispación, En primer lugar, es preciso saber cuál equivaldría a organizar una gigantesca es la razón por la que antes no había eu- misión para convertir a tirios y troyanos tanasia y ahora la hay, o se pretende que a una novedosa religión civil».32 se apruebe. ¿Se trata de una conspiración Esta dificultad que describo es impor- contra la vida que está siendo aceptada tante en el tema de la eutanasia. En efecto, inadvertidamente por sus futuras víc- en la historia del pensamiento, quienes timas? ¿Un efecto, quizás, del avance han insistido en la indisponibilidad de tecnológico y de la industrialización de la propia vida, han recurrido muy habi- la Medicina? ¿Un paso en la liberación tualmente a argumentos religiosos. Esto del hombre frente al que se oponen no sucede sólo en autores cristianos sino también en el paganismo grecorromano. 33 Platón. Diálogos, III, Ed. de C. García Véanse, a estos efectos, las posiciones Gual, M. Martínez y E Lledo, Gredos, (2ª reimp), Madrid, 1992, 36. Conviene recordar que la ejecución de Sófocles al final de «Antífona», del de la pena de muerte mediante el método «humani- tario» de beberse la cicuta no puede considerarse 32 Ollero, A., (1996), op.cit. 158-159. un suicidio en sentido estricto.

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 41 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón viejos tabúes de origen religioso? ¿Se Sin embargo, encuentra elementos trata, en definitiva, de un efecto de la diferentes en la situación actual: «Esta vez descristianización? ¿Es, en consecuencia, la agitación es diferente. Las encuestas resultado de una nueva relación entre la de opinión pública en Estados Unidos moral particular y el Derecho en nuestras y Gran Bretaña indican que existe un sociedades pluralistas? creciente interés tanto de los médicos Daniel Callahan, el que fuera presi- como de los legos por modificar la ley. dente del Hastings Center, uno de los En Holanda, ya se acepta legalmente centros pioneros en Bioética, contemplaba la eutanasia, y en el estado de Oregón, por un lado la pervivencia del debate Estados Unidos, con base en un referén- sobre eutanasia desde antiguo y su escasa dum, se legalizó el suicidio médicamente influencia en la modificación legal; por asistido (aunque no la eutanasia). Hace otro, la novedad del debate contempo- poco se aprobó un proyecto de ley a favor ráneo que ha dado lugar a la reforma de la eutanasia voluntaria en Australia holandesa y del Estado de Oregón, a la Septentrional.34 Los agitadores ya no que hay que añadir la norma belga. son una pequeña minoría sino un grupo Respecto a lo primero afirma: «La numeroso e influyente de académicos, eutanasia y el suicidio médicamente asis- médicos, legisladores y legos importan- tido son dos temas que de ningún modo tes, interesados en el tema».35 pueden considerarse nuevos en la agenda Conviene destacar que la causa de este de la humanidad. Aunque la profesión proceso no parece encontrarse en una médica ha condenado tales prácticas desvalorización de la vida, al menos en —desde los tiempos de Hipócrates— y, su aspecto ideológico. Más bien parece lo a pesar de que la oposición a ellas se ra- contrario. Nunca ha habido en la Historia tificó una y otra vez en diferentes épocas una mentalidad tan extendida que de- y en diversas sociedades, aquellas se han fienda que la propia vida es el valor más mantenido en escena… En Gran Bretaña relevante, más bien, que es el único valor se han hecho intentos por cambiar la relevante. Esta posición se ha desarrolla- ley y la práctica médica desde hace más do a lo largo de un siglo especialmente de medio siglo, y en varios estados de homicida: el denominado siglo corto, que Estados Unidos se propuso hace 50 años va desde la Guerra del catorce a la caída modificar las leyes que prohíben la euta- del muro de Berlín en 198936. Es nece- nasia y el suicidio médicamente asistido. A pesar de estos esfuerzos y, no obstante 34 Posteriormente derogado, como es sabido. la persistencia de un grupo minoritario 35 Callahan, D. En: John Keown (compilador) de médicos y legos interesados en un La Eutanasia examinada. Perspectivas éticas, clíni- cambio jurídico, nada ha sucedido como cas y legales, Fondo de cultura económica, México, 2004. resultado de esas primeras disputas. La 36 El siglo no ha dejado mucho, en palabras ley permanece inmutable y la profesión de Alejandro Llano: «Como se ha dicho acertada- médica aún condena tales prácticas». mente, el muro de Berlín, cayó hacia ambos lados,

42 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas sario dilucidar, en consecuencia, cómo desde el Derecho aconsejan no proceder una cultura que valora de una forma tan a la legalización. extrema la propia vida acaba justificando La eutanasia, desde la perspectiva ju- la eutanasia. El problema se presenta en rídica contemporánea, supone introducir la relación entre tres términos: vida, dolor una excepción en la protección general y muerte; y creo que está bien resuelto en de la vida humana. En sentido estricto, la descripción de autores como Hannah supone otorgar la autorización a una Arendt, Philip Ariés o C.S. Lewis. persona para que mate a otra. Desde el Leon Kass vincula la aparición de punto de vista social, consiste en otorgar la demanda del «derecho a la muerte», la autorización a un determinado grupo que tiene una de sus expresiones en el social, el personal sanitario y los comités homicidio eutanásico, en el efecto de de revisión a la holandesa, para que pue- la tecnologización de la Medicina, que dan matar, sin consecuencias jurídicas, nos hace temer que en fases finales de a las personas inmersas en una serie de nuestra vida estaremos expuestos a la circunstancias, que prácticamente las de- debilidad, dependencia o desgracia. No finen como un grupo social especialmente puede olvidarse que de los 2,2 millones vulnerable y dependiente. De esta forma, de muertes que se producen en Estados una serie de individuos en situación obje- Unidos al año, el 80% son hospitalarias tiva de superioridad reciben autorización y en aproximadamente 1,5 millones de para matar a otras en situación objetiva estos casos la muerte viene precedida por de dependencia. El asunto adquiere una decisiones explícitas sobre la suspensión o connotación aún más grave si considera- no inicio de tratamientos médicos.37 mos que parte de los sufrimientos de los El segundo aspecto es analizar el sujetos a los que se les podría aplicar la previsible impacto de la legalización eutanasia tienen su origen social, y que de la eutanasia sobre la protección de la solución eutanásica permitiría eludir la la vida humana, que es pieza clave de solución de esos problemas sociales.38 nuestro sistema jurídico. Pretendemos detenernos en el impacto cultural y so- 38 Como mantenía entonces Francesc Abel: cial de la legalización sobre la valoración «Piensen en otro caso: paciente pobre con severa de la vida humana, pero, sobre todo, artrosis, que reduce su movilidad de tal manera que prácticamente le imposibilita la deambulación. Vive buscamos recoger los argumentos que en un quinto piso sin ascensor, su esposa falleció hace meses, considera que su vida no tiene sentido aunque no sean conmensurablemente los dos y solicita la ayuda a un profesional de la medicina panoramas que tal caída descubrió: al Este, el vacío para suicidarse, para el suicidio asistido —que tam- de un sistema totalitario en el que —salvo algunos bién podríamos llamar homicidio consentido, lo que intelectuales europeos y americanos— nadie creía tendría implicaciones legales distintas— o dimitir ya; al Oeste, la oquedad cultural del Estado del de su vida, como alguien lo prefiere llamar. bienestar cuya insolidaridad provoca, paradójica- Yo conozco estos casos y hay que decir que mente, un creciente malestar». Humanismo cívico, es durísimo aceptar vivir de esta manera, pero Ariel, Barcelona, 1999, 22. a mi no se me ocurre decir a nadie que se arroje 37 Kass, L.R., op.cit., 201. por la ventana y ahorre sufrimientos a médicos,

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 43 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón

Desde el punto de vista jurídico, será utilizan estos argumentos, tantas veces se muy importante determinar si es posible encarga la realidad de desmentirlos. Se ha mantener la autorización dentro de los anunciado tantas veces la catástrofe final, límites que pretenden, en principio, los se ha afirmado tanto que se empieza por defensores de la legalización. Igualmente quitar la vida y se termina en los campos cabe preguntarse si los casos de eutanasia de concentración nazis (o lo que los par- efectivamente practicada serán predo- tidarios de esos argumentos consideran minantemente los que se presentan en el equivalente moral de los nazis) que el la argumentación sentimental acerca del mero hecho de que no haya sucedido y problema. La carga de la prueba recae, de que los campos de concentración no desde mi punto de vista, en quienes hayan vuelto parece debilitar los argu- pretenden la legalización. En efecto, se mentos catastrofistas».39 trata de una excepción muy relevante a Personalmente no soy partidario de la protección jurídica de un valor como la los argumentos catastrofistas, pues la vida, que es básico y presupuesto de los alternativa no suele establecerse entre un demás derechos y valores. Por supuesto, régimen o sociedad justa y un sistema ab- esta posición ante la carga de la prueba solutamente caótico sino entre un sistema no es pacífica. Los partidarios de la euta- injusto y otro injusto. El mundo, las em- nasia la invierten, insistiendo en que los presas o los intelectuales pueden convivir agoreros podrían paralizar cualquier no- con el sistema gravemente injusto sin que vedad o innovación ética o jurídica con la aparentemente pase nada, incluso con amenaza de los males que se producirían los campos de concentración. Lo hemos previsiblemente de adoptarse la novedad visto con Camboya hace unos años o con en cuestión. Así R.G. Frey, de forma muy China en la actualidad. Supongo que el ilustrativa, afirma: «Hace ya tiempo que día que los cartagineses iban a sacrificar los argumentos que aluden al temor de a sus hijos se levantaban normalmente, que determinadas actitudes supongan tomaban su baño y cuidaban sus precio- abrir la puerta al caos forman parte del sos jardines llenos de granadas, como en panorama ético y se esgrimen para poner Rusia la gente desayunaba mientras su en duda la licitud moral de todo tipo de vecino era transportado hacia Kolima. En actos entre los que, en años recientes, este sentido puede uno transitar por una ocupan un lugar destacado el aborto y la ciudad perfectamente civilizada como eutanasia. De hecho, tantas veces como se Madrid, mientras se está abortando a todos los niños con síndrome de Down, tomar una pizza en el East End de Nueva jueces y abogados. Es mejor preguntarnos por qué nosotros no creamos aquellas condiciones sociales que posibiliten una mejor atención para esta per- sonas…Triste es la sociedad que decide eliminar a 39 Frey, R.G. «El temor a dar un paso hacia los pacientes para evitarles sufrimientos causados el abismo». En: La eutanasia y el auxilio médico por problemas de tipo social». Senado – comisión, al suicidio. Cambridge University Press, Madrid, 16 de febrero de 1999, nº 388, 5. 2000, 67.

44 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas

York mientras se producen los abortos por todos estos factores que decía operen por nacimiento parcial, o encontrar las calles libre y no controladamente».40 holandesas muy limpias a la vez que en Me temo que la referencia a los datos una de las preciosas casas se elimina a de una supuesta realidad clandestina, no una persona de la que se predica que su controlada ni probada, puede servir para vida no merece la pena vivirse. legalizar cualquier cosa. Es un argumento Puestos a analizar proyecciones equi- que, manejado en el caso del aborto clan- vocadas, no estaría de más observar la destino, ha tenido por efecto únicamente diferencia que se produce entre la descrip- la trivialización del aborto. ción del futuro que realizan los utopistas Sobre esta cuestión Gonzalo Herranz, partidarios del radicalismo moral, una entre otros, ha destacado el nuevo recurso vez que se admita la innovación radical, al argumento del control de la práctica y la realidad que es observable apenas que tanto efecto tuvo sobre el aborto: «So- pasados unos años. Realidad, por cierto, bre todo, y esto es lo más reciente y alar- de la que nadie se hace responsable. Los mante, se empieza a utilizar el argumento ejemplos son muy numerosos. Así, la des- que más peso tiene en la legalización del cripción del consumo adulto de drogas aborto: que por haber caído la práctica de de la que hablan algunos intelectuales no la eutanasia en manos de gentes incompe- tiene nada que ver con la realidad de La tentes y desalmadas, es necesario ponerla Celsa. También merece la pena comparar bajo la responsabilidad de los médicos. la descripción utópica de la «liberación En un libro reciente, titulado «Angels of sexual» contenida en los textos de la death: exploring the euthanasia under- contracultura de los años 50 y 60, con la ground», el profesor australiano Roger realidad del turismo sexual, la explosión S. Magnusson revela sus pesquisas sobre de la prostitución, presencia agobiante de esa eutanasia marginal. Se trata de una la pornografía o incluso el incremento de antología de horrores que revuelven el los índices de delitos sexuales. estomago y entristecen el alma».41 Frente a los problemas que abriría la legalización, algunos autores insisten en 40 Senado - Comisión, 27 de septiembre de los que produciría la no regulación de 1999, nº 481, p.4. Esta observación fue muy bien acogida por la senadora Rodríguez-Fouz, que le un fenómeno que estaría teniendo una contestó: «Quiero comenzar diciéndole que agra- incidencia relativamente alta en nuestros dezco que haya planteado los efectos perversos hospitales. Así, Rubert de Ventós explica: que puede tener una no regulación de la eutanasia. «Todo este discurso que consiste en decir Nos hemos acostumbrado en esta comisión a la utilización de los hipotéticos efectos perversos de que no podemos tocar la vida sagrada, una posible regulación como argumento en contra que el individuo no puede decidir sobre de la misma, y por cierto, esos efectos se nos han su vida, que hay que dejar seguir los presentado siempre como algo seguro e inevitable». Senado-Comisión, 27 de septiembre de 1999, nº 481, procesos, que podemos hacer cosas pa- p. 5. liativas pero que no podemos anticipar 41 Herranz, G. «La metamorfosis del activis- la muerte, no hace más que favorecer que mo pro-eutanasia».

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11. Pendiente deslizante De todas formas, es un argumento de carácter prudencial que se ha utilizado La postura que manejo no se identifica por bioéticos y juristas de reconocido estrictamente con el argumento de la pen- prestigio. Diego Gracia, ante el Senado, lo diente deslizante o del plano inclinado. Es recoge en las siguientes palabras: «Dicho decir, la suposición de que una determi- de otra manera —ya sé que la expresión nada innovación social produce efectos de tiene mala fama o mala prensa—, la ac- deslizamiento que perturban su aplicación ción transitiva que se realiza en el cuerpo exacta, de forma que una consideración de otra persona para poner fin a la vida, moral positiva respecto al hecho original, a mí me parece que es peligrosa porque matar en ciertos casos por compasión, se abre un camino que luego es difícil de convierte en una valoración moral nega- parar. Éste es el famoso argumento de tiva por los efectos en pendiente. la pendiente resbaladiza. Esto en ética es Debemos ser conscientes de que la importante porque la prudencia es la vir- teoría del plano inclinado está bastante tud que intenta prever las consecuencias y desacreditada. Esta posición, según la evitar decisiones de las que nos podamos cual una decisión en un determinado arrepentir después. Pero si esto es ética, punto puede producir un efecto de des- también es política. Es decir, en política protección mayor que el buscado, exige, y legislación me parece que argumentos en primer lugar, un criterio prudencial como el de la pendiente resbaladiza tie- que choca con la forma de argumentar nen que ser muy tenidos en cuenta».43 desde pretensiones absolutas, que es John Keown al analizar el proceso de propio de nuestra época. Además, como la eutanasia en Holanda se pregunta si la recurso dialéctico, ha sufrido numero- experiencia confirma los alegatos de los sos abusos y tiende a mezclarse con los defensores de la eutanasia voluntaria, es anuncios de desgracias inmediatas que decir, que esta queda circunscrita a los suceden a cualquier reforma. Al que la casos pretendidos, o más bien confirma utiliza le exige escaso interés en la demos- las alegaciones contrarias por la que a tración, siendo ésta la razón fundamental través de una pendiente deslizante acaba de su abuso. admitiendo la eutanasia sin previa solici- A la teoría de la pendiente deslizante, tud. Para ello distingue en el argumento sin matizaciones, le sucede lo que a la teo- de la pendiente deslizante dos caras: «En ría del dominó en la política internacional su forma lógica, el argumento afirma que anticomunista en el pasado o incluso la aceptación de la eutanasia voluntaria ahora mismo en lo que se refiere a la intervención antiterrorista, es tan sencilla crítica pueda leerse en la obra de Hannah Arendt, de formular como difícil de probar.42 «La mentira en política». En: Crisis de la República. Taurus (2ª ed), Madrid, 1998, especialmente en las 42 El uso de la teoría del dominó surgida pp. 32 y ss. en la época Truman, tuvo su ejemplo más desafor- 43 Diego Gracia, Senado - Comisión, 16 de tunado en la Guerra del Vietnam. Una adecuada junio de 1998, nº 307, p. 23.

46 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas conduce a la aceptación de, por lo menos, esta persona podría ser la misma cuya la eutanasia no voluntaria (es decir, la vida está en juego)».44 muerte de pacientes incapaces de solicitar Como argumenta Keown, los médi- la eutanasia, como los neonatos y aquellos cos no son autómatas y el tipo de juicio que padecen demencia senil) debido a inscrito en la eutanasia, hay un tipo de que se apoya en el juicio de que algunas pacientes que pueden o deben ser elimi- vidas «no tienen valor». nados, tiene efectos concretos. «En su forma empírica, el argumento El segundo argumento requiere cons- de la pendiente resbalosa sostiene que, in- tatación empírica y ésta se encuentra cluso si en principio pudiera trazarse una a nuestra disposición. En efecto, ya ha línea entre la eutanasia voluntaria y la no pasado suficiente tiempo desde la lega- voluntaria, ocurriría un deslizamiento en lización de la eutanasia holandesa como la práctica, debido a que las salvaguardas para que podamos observar los efectos de para prevenirlo no son efectivas». los sucesivos intentos jurídicos, primero El primer argumento hace referen- la legalización mediante no intervención cia, por lo tanto, a la construcción de de la fiscalía ante ciertas declaraciones un concepto de vidas que no merece la en los certificados de defunción, luego la pena que sean vividas, construyendo una legalización en sentido estricto. distinción respecto a la igual dignidad de Respecto a los efectos, Robert Twy- los seres humanos y la igual obligación cross es concluyente: «La pendiente resba- de preservar su vida. losa es una expresión que se utiliza para En su argumentación contra el bioético referirse a una cadena de acontecimientos John Harris, el filósofo del Derecho John que concluirá en algo indeseable. En el Finnis señalaba acertadamente este paso: contexto del debate sobre la eutanasia «Así, la inclinación de Harris a clasificar a se refiere al peligro de que la eutanasia la gente en dos grupos, las personas que voluntaria conduzca a la eutanasia no deben vivir y las personas que deben mo- voluntaria (incluso a la eutanasia invo- rir, constituye una vívida ilustración del luntaria). Los promotores de la eutanasia cambio que ocurriría en el carácter —y en voluntaria luchan fuertemente contra tal la conducta— del mundo si éste se des- posibilidad. Sin embargo, el informe de viara del camino de la tradición común una comisión establecida por el gobierno y adoptara su ética consecuencialista. En holandés (llamado informe Remmelink) la tradición común, la pregunta de si un demuestra, más allá de toda duda, que acto u omisión letal, pero no intenciona- en Holanda la pendiente resbalosa es una damente letal, es culpable, no se responde realidad. De acuerdo con este informe, la haciendo esa clasificación de la gente. Se eutanasia impuesta ya ocurre en Holanda. responde considerando las interrelacio- nes entre las varias responsabilidades en 44 Finnis, J. «Mala interpretación del argu- competencia de la persona cuyos actos mento contra la eutanasia: respuesta a la primera u omisiones están bajo consideración (y réplica de Harris». En: John Keown, op.cit. 101.

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De hecho, en una gran parte de los casos explícito de apresurar la muerte sin una se practicó la eutanasia sin el consenti- solicitud explícita del paciente». miento explícito del paciente».45 «Y por encima de esto se encuentran El informe Remmelink parte de una otras evidencias producidas por la en- encuesta encargada por el Gobierno cuesta que no fueron adecuadamente holandés tras su decisión de 1989 para consideradas por los autores en su co- observar los efectos de la despenalización mentario, y es que muchas otras DMCFV «sui generis» de la eutanasia. Concluye también estuvieron relacionadas con que se produjeron unos mil casos de intento de apresurar la muerte. Se ad- eutanasia sin petición previa pero consi- ministraron drogas paliativas «en dosis dera que una mayor atención los evitaría. tan elevadas... que... casi seguramente Mil casos en 1990 es ya una cifra capaz acortaron la vida del paciente en 22.500 de conmover a otros que no fueran los casos (17,5% de todas las muertes). En miembros del comité. Sin embargo, de los 65% de estos casos (14625) el doctor mismos datos John Keown, por ejemplo, administró el medicamento «tomando concluyó que el número de muertes sin en cuenta la probabilidad de que la vida consentimiento había sido mucho mayor fuera acortada», pero en 30% (6750 casos) y que el número de eutanasias superaba fue administrada «en parte con el pro- también las cifras oficiales. pósito de acortar la vida», y en otro 6% De la estadística de la encuesta, Keown (1350 casos), «con el propósito explícito concluye que ya en aquella etapa primera de apresurar la muerte». de la eutanasia holandesa, sin considerar Además, los médicos retiraron el la presión indirecta para pedir la euta- tratamiento sin solicitud previa del pa- nasia, tema capital que no se analiza, se ciente en otros 25000 casos y, durante produjeron las siguientes muertes: el lapso en que se realizó la encuesta, «Hasta aquí las cifras de la eutanasia aproximadamente 90% de estos pacientes en su sentido más estrecho: la terminación ya habían muerto. En 65% (16250 casos), activa de la vida de un paciente a solici- el tratamiento no fue iniciado o retirado tud de éste. Sin embargo, los autores del «tomando en cuenta la probabilidad de estudio siguieron adelante, e hicieron una abreviar la vida» pero en 19% (4750 ca- estimación de la eutanasia en un sentido sos), se actuó «en parte con el propósito más amplio, aunque todavía preciso y rea- de acortar la vida». En otro 16% (4000 lista. Estimaron que en otros 1000 casos casos), se hizo esto «con el propósito (0,8% de todas las muertes) los médicos explícito de abreviar la vida». administraron drogas «con el propósito La conclusión de Keown, ampliamente discutida por Van Der Wal y otros autores del informe, es que la pendiente resbala- 45 Twycross, R. «Donde hay esperanza, hay diza está ocurriendo en Holanda como vida: una perspectiva desde el asilo». En: John precedente de cualquier otro intento de Keown, op.cit. 223. legalización: «Esta estadística sugiere más

48 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas bien la pertinencia del argumento de la teoría de la pendiente deslizante. Respecto «pendiente resbalosa». Lo pertinente a la deriva holandesa, dice que eso no se del argumento está fundamentado en el refiere al caso americano, que contempla hecho de que los médicos tenían como el suicidio asistido. Podríamos considerar objetivo primario abreviar la vida de unos que eso no es lo que quiere contemplar 5500 pacientes sin su consentimiento ex- Dworkin pero sí lo que aparece en los plícito (estos datos son representados en casos Cruzan o Schiavo, donde no hay la encuesta como adicionales a los 10000 ningún tipo de suicidio y sí una discusión casos en los que el objetivo secundario era sobre las formas dignas de vida. el acortamiento de la vida de los pacientes El propio Jack Kevorkian, al contem- sin su solicitud explícita). La pertinencia plar el caso de la pendiente resbalosa, lo es suficientemente sorprendente incluso rechaza de nuevo afirmando que el siste- si sólo consideramos los 1000 casos en ma jurídico debe construir garantías para los que se administró una droga letal sin evitar la extensión. No dice cómo, aunque una solicitud explícita, en especial si con- parece confiar en que su inclinación por el sideramos que estos pacientes no fueron suicidio asistido frente a la eutanasia, en muertos por una minoría de médicos re- sentido estricto, es la más eficaz forma de beldes. Por el contrario, la mayoría de los control. De nuevo, como otros argumen- médicos reconoció que habían matado sin tadores ignora la carga de la prueba que solicitud previa o que estaban dispuestos corresponde al que propone una reforma a hacerlo».46 legislativa.47 El argumento de la pendiente desli- A Ronald Dworkin le parece más acep- zante es simplificado por Dworkin para table el argumento sobre la presión sobre refutarlo. Según este autor, los defensores los enfermos, lo que podríamos denomi- del argumento entienden que si los mé- nar moralización de la eutanasia, cuando dicos se habitúan a matar, matarán a per- aumenta la presión sobre el enfermo para sonas que no quieren ser eliminadas. Su que opte por esta «solución» humanitaria. respuesta afirma que los médicos conocen Pero se sale por la tangente al afirmar que bien la diferencia entre matar a petición el Estado tiene medios para garantizar que y otras formas de matar. La confianza es esto no sucederá rechazando estos casos. encomiable pero no responde a la comple- No es ésta la experiencia holandesa ni lo ja argumentación, por ejemplo de Kass, que deduce el informe inglés al que antes sobre la ruptura del tabú del homicidio nos referimos. Dice que ninguna legisla- cuando se le considera un bien. Si el homi- ción es perfecta pero ignora que la carga cidio deviene un acto médico, tenemos un de la prueba sobre la superación de la im- grave problema de juicio y de garantías ju- perfección corresponde a quienes propo- rídicas. A eso, como veremos, se refiere la nen la reforma. Al final, su argumentación se reduce a un juicio prudencial sobre la 46 Keown, J. «La eutanasia en Holanda». En: John Keown. op.cit. 381. 47 Kevorkian, J. op cit, 266.

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 49 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón injusticia en la que se encuentran quienes un deslizamiento hacia el nazismo, por efectivamente quieren la eutanasia y no se utilizar otro tópico sobre la eutanasia, sino les proporciona.48 que afectan a los grupos vulnerables, sin La postura que expondré se basa en dos salud y sin dinero, en nuestra sociedad tal premisas diversas de las que se encuentran como es, y como sería tras una perversión en una consideración conservadora de la absoluta en un futuro hipotético. Y es que teoría de la pendiente deslizante. además, sorprende que toda la ácida crítica La primera se refiere a las circunstan- social de ciertos partidarios de la libera- cias relevantes que necesariamente deben ción, se convierta en visión naïf cuando se considerarse al hacer una valoración jurí- trata de ver los efectos de una determinada dica o política de un problema, o de una medida predicada como instrumento de innovación legislativa, y que no suelen dicha liberación. coincidir con las que se consideran en el Es muy ilustrativa ver la comparación análisis moral al uso. que puede establecerse entre la imagen La segunda se refiere a los efectos nece- que, por ejemplo, el discurso abortista sarios que tiene una determinada opción, establece en relación con los practicantes en el caso que nos ocupa consistente en de esta forma homicida y la realidad de disminuir la protección jurídica de la vida la visión que dan quienes estuvieron humana inocente.49 Efectos que no son inscritos en el movimiento y luego lo han abandonado, por convicciones éticas 48 Dworkin, R. «Do we have a right to die?» Primero recogido en: Freedom’s Law: The moral que les han supuesto un notable coste reading of the American Constitution, Harvard personal. Sirva este último dato para dar University Press, Cambridge, 1996 y luego en: Last cuenta de la sinceridad de sus actuales rights. and Euthanasia Debated, convicciones y despejar las dudas sobre Ethics and Public Policy, Michael M. Uhlmann editor, Washington, 1998, 91-92. su posible manipulación. Nathanson, en 49 En este sentido, Carmen Tomás-Valiente su momento rey del aborto y una de las distingue entre la ratio del artículo 149 del Código personas que más influyó en la legaliza- Penal, que sanciona la eutanasia, y el bien jurídico protegido. «Así, no parece en absoluto incorrecto ción americana, es claro en su juicio sobre afirmar que la razón por la que el legislador ha de- sus compañeros de actividad: «Los médi- cidido perpetuar la prohibición de las conductas que cos que heredé cuando me hice cargo de nos ocupan es, al menos en el ámbito eutanásico, el temor a que una eventual desincriminación no pue- la dirección de la clínica podrían no haber da rodearse de unos sistemas de control que garan- tenido necesidad de una autoprotección ticen suficientemente la voluntariedad de la decisión psicológica tan sutil (se refiere a la técnica de morir, pero que ésta pueda ser la ratio del artículo del desdoblamiento utilizada para acallar 143 no ha de confundirse con la determinación de su objeto de protección, que sigue siendo en cada la conciencia de quienes participaban en caso la vida del suicida, a cuya voluntad de morir los experimentos del Tercer Reich). Eran ha decidido el ordenamiento —probablemente en una cuadrilla compacta de delincuentes gran parte por las razones mencionadas— otorgar una relevancia sólo atenuatoria». La cooperación al profesionales descargados de todo bagaje suicidio y la eutanasia en el nuevo Código Penal, ético o moral. El Dr Eliezar Schkolnick, un Tirant lo Blanc, Valencia, 2000, 26. ruso de mediana edad, bajo panzudo y

50 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas voluble, caracterizó el tipo de buitres ca- — La tercera es que las leyes que pro- rroñeros que se cebaron con la revolución híben el auxilio al suicidio sirven a del aborto en sus primeros días. Además objetivos sociales valiosos como son la de trabajar en nuestra clínica, estaba protección de individuos vulnerables, también en el equipo de una clínica de el fomento del cuidado activo y el tra- abortos que estaba en funcionamiento dos tamiento de los enfermos terminales e pisos más abajo en el mismo edificio».50 impiden que se dé muerte a enfermos Este conjunto de razones fundamen- incompetentes. tan las recomendaciones del informe que — La cuarta es que, aunque la petición el New York State Task Force on Life and deba proceder del paciente de forma The Law realizó en 1994, a fin de que inevitable, los médicos podrían ejercer no se modificasen las leyes del Estado coacciones o persuasiones no legíti- de Nueva York que prohibían el auxilio mas. Por otra parte, en el contexto de médico al suicidio y la eutanasia. preocupación por los costes sanitarios El informe se resume en ocho con- resultaría mucho más barato adminis- clusiones: trar una inyección letal que mantener — La primera es que la norma prohi- a un paciente en fase terminal. bitiva se justifica por el interés que — La quinta es que la política no puede debe tener el Estado para prevenir basarse en una situación ideal cuando los errores y abusos que sucederán la realidad, muchas veces, es muy de forma necesaria si se autorizase a distinta. médicos u otras personas a ayudar a — La sexta es que, al legalizar estas prác- morir (en el sentido de ayudar a morir ticas, embotamos nuestras percepcio- que manejan los eutanásicos). nes morales, en cuanto la prohibición — La segunda es que la carga de la prue- de la eutanasia refuerza la noción de ba que imponen las leyes que prohí- límites en las relaciones humanas. ben la eutanasia se refiere a algunos — La séptima es la dificultad de trazar individuos que están en pleno uso de un límite para la eutanasia una vez sus facultades mentales y que, tras ser que no se acepta que la enfermedad correctamente informados, deciden terminal sea el criterio definidor, y por acortar la vida de forma artificial con tanto los criterios de evaluación tien- apoyo ajeno. Pero esta legalización den a subjetivizarse y a ampliarse. supone una amenaza para un nú- — Finalmente, la octava es que, constituida mero mucho mayor de personas que la eutanasia en un criterio terapéutico, podrían acogerse a esta opción some- parecerá arbitrario privar de este bene- tidas a depresión, coacción o un dolor ficio a los pacientes incompetentes.51 intenso que no recibiera tratamiento.

51 When Death Is Sought: Assisted Suicide 50 Nathanson, B. La mano de Dios, Palabra, and Euthanasia in the Medical Context, Albano, Madrid, 1997, 133. Nueva York, mayo de 1994.

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 51 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón

Se trata de un resumen de las objecio- del Senado, e igualmente Diego Gracia, nes a la eutanasia dentro de una política quien al referirse a la regulación entonces legislativa real, basada en la realidad vigente afirmó que «hay varias razones. hospitalaria, social y en la complejidad de En primer lugar, pongo el ejemplo holan- las relaciones sociales. También atiende dés que yo conozco bastante bien. Como al objeto de las normas que sancionan el saben ustedes, allí la eutanasia no está homicidio que es garantizar la igualdad legalizada, está despenalizada en ciertos de trato y la universalidad de protección supuestos, los cuales en principio eran a frente a las acciones homicidas. Contra petición explícita de los pacientes. Cuan- este conjunto de argumentos han chocado do se ha hecho el informe Remmelink, hasta ahora los intentos despenalizadotes hace algún tiempo se ha visto que un por- en la mayor parte de las sociedades y centaje muy alto de actuaciones occisitas específicamente entre nosotros. —para no llamarlas eutanásicas— no se Donde han triunfado las pretensiones hacen con consentimiento de los pacien- eutanásicas el resultado ha sido el previ- tes. Es un hecho que está ahí».53 sible según los críticos. Así sucede en la Por supuesto, el juicio de los parti- experiencia holandesa, donde la exten- darios de la eutanasia es muy diverso. sión de la eutanasia a casos fronterizos Así Henri Caillavet, miembro destacado y la ausencia de rigor en el control de de la Asociación Derecho a una Muerte la autenticidad de las solicitudes son un Digna de Francia, hace una descripción hecho comprobado. Hasta el extremo de benevolente de la práctica holandesa: que, como hemos visto, el caso holandés «Hay países que nos dan ejemplo, como suele utilizarse como ejemplo de la im- son la Suiza alemana y los Países Bajos. posibilidad de mantener a la eutanasia Hemos hablado con profesores de Rotter- dentro de unos límites «razonables». dam y Amsterdam. Ellos han practicado Así, Gonzalo Herranz52 ante la Comisión y practican de 3000 a 3200 eutanasias al año, y nos han explicado que para ellos la 52 «A la vista de este panorama general… Lord Walton of Trenchant, un anatomopatólogo como yo, presidente de la Comisión de Sanidad de la Cámara de los Lores, cuando por cuarta vez sostiene que ya el informe Remmelink del fiscal en lo que va de siglo se introdujo un proyecto de general de Holanda en 1991 (The Lancet, 14 de IX legislación de eutanasia en el Reino Unido, tuvo la de 1991), indica un deslizamiento en la expansión feliz idea —que yo cuento a la presidenta—, como de la eutanasia. En 1996, el 28 de noviembre, The buen empirista, pues era un médico pegado a lo New England Journal of Medicine publica un material, de decir: «No podemos opinar de eutana- informe realizado por P. J. Van der Maas y G. van sia si no vemos la eutanasia en acción». Así, junto del Wal por encargo del Gobierno holandés, en el con los ocho miembros de la Comisión, estuvo tres que se evalúa la aplicación de la legislación y del meses en Holanda visitando los centros, interro- que cabe deducir un aumento de las muertes por gando a los médicos y viendo a las familias y a los eutanasia del 1,9% en 1990 al 2,3% en 1995, con un pacientes. Al regresar, estableció la norma de que total de 3120 casos. La práctica de la eutanasia sin es imposible poner límites a una legislación sobre consentimiento se mantiene en torno al 0,7%». eutanasia». Gonzalo Herranz, Senado - Comisión, 53 Diego Gracia, Senado - Comisión, 16 de 16 de junio de 1998, nº 307, p. 5. Gonzalo Herranz junio de 1998, nº 307, p. 23.

52 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª La cuestión de la eutanasia en España. Consecuencias jurídicas eutanasia era una cura paliativa, era una sobre la legalización del homicidio a peti- manera de morir. Una persona dice: no ción transcurre entre líneas marcadas por quiero vivir, me encuentro en el corredor la pertenencia a la religión, supuestamente de la muerte. ¿Qué hago? ¿Espero? No, menos partidaria de la libertad de expre- me doy la muerte y pido morir. ¿Qué es sión, y las más partidarias. En segundo lo que nos han dicho estos profesores de lugar, la visión sobre Holanda está tan la facultad de Medicina que practican la edulcorada que apenas es reconocible. Se eutanasia? Pues bien, son protestantes; tie- trata del discurso de un militante, no el nen una libertad de expresión mucho más análisis de la realidad social. Al menos se rigurosa que otros países, como Francia, han perdido las mil muertes del informe en los que nos pesa la religión. Estos pro- Remmelink. Finalmente, la ausencia de ca- fesores siguen un protocolo. El Ministerio sos controvertidos dice mucho más sobre de Justicia y Sanidad establecen directivas, la ausencia de mecanismos de control, es y el médico o el enfermero que practican decir, sobre la ineficacia de las sucesivas la eutanasia se ven obligados a seguirlas. leyes que sobre la honestidad de la prác- Si las siguen, informan al procurador de la tica. Si se me permite la comparación Reina y comunican que han practicado la incorrecta, la falta de procedimientos por eutanasia. En este momento se inicia una el homicidio de negros a manos de blan- investigación y sobre las 3200 eutanasias cos en la Alabama del año treinta es muy que se han practicado el año pasado, 1998, indicativa de la falta de protección igual sólo ha habido cuatro quejas y todas han de la vida de todos los ciudadanos en ese sido resueltas. Ésta es la propuesta hecha Estado, en aquel momento histórico. por los holandeses»54. Un ejemplo claro de lo que decimos se El texto es enormemente ilustrativo. En ha dado entre nosotros con la legalización primer lugar, en cuanto alimenta el pre- limitada de la interrupción voluntaria del juicio de que el debate sobre la eutanasia embarazo. Esta legalización mantiene se inscribiría en un enfrentamiento entre analogías con la que se pretende hacer en cultura católica y cultura protestante, más el caso de la eutanasia. En ambos casos, libre esta última incluso en lo que afecta a se trata de excepciones limitadas a la pro- la libertad de expresión. Esta observación tección jurídica del valor vida, justificadas parece venir más de los prejuicios del in- con fines humanitarios. Si recordamos terviniente, querría un país que al menos la tesis general, parece ser que el valor fuera protestante si no totalmente «laico», vida está protegido en el feto, incluso que de una observación de la realidad del penalmente, y que sólo en unos casos debate de los países en donde conviven limitados este valor cede, ante el hecho de ambas culturas. Ni en Gran Bretaña, ni que interfiere con otros valores relevantes sobre todo en Estados Unidos el debate para el ordenamiento. Sólo cuando se dan una serie de circunstancias y de requisi- 54 Senado - Comisión, 20 de abril de 1999, tos, incluso de procedimiento, el sistema nº 241, p. 4. penal no actuaría contra el aborto. En

Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª 53 José Miguel Serrano Ruiz-Calderón todos los demás casos, sigue vigente la En otras palabras, se trata de arbitrar un prohibición e incluso la sanción. procedimiento que, en determinadas cir- Cualquier observador de la práctica cunstancias, facilite el acceso a una acción abortiva en España sabe que esta des- que tienen características terapéuticas cripción es falsa. El control sobre los desde un punto de vista técnico. Es decir, requisitos es inexistente. Cuando se actúa que permite acceder a un servicio que se es a instancia de parte, pues la presión lleva a cabo en clínicas, del que se hace sobre quien intervenga de oficio es brutal. propaganda, en el que se especializan mé- Si sobreviniese alguna condena, ésta ha dicos o que realiza tras un procedimiento quedado lo suficientemente reducida en jurídico el propio Estado. el actual Código Penal para que no se El procedimiento hace que antes cumpla con ingreso en prisión o se indul- del acto, mediante una norma penal, se te tras unánime petición del Congreso. Y faculte una acción que es reivindicada es que al quedar reducida la discusión, en ante el Estado y del que existe un control la ficción del caso penal, al cumplimiento público. Es trascendente, además, que la de alguna condición personal, como si acción abortiva o eutanásica se incluye es psiquiatra o psicólogo quien certifica; entre las prestaciones que corresponden a una apreciación de la lex artis, «existe a la sanidad pública. riesgo o malformación o no existe»; o in- El procedimiento genera, en cierta cluso a un error de plazo, la tendencia es forma, un derecho, que es lo que, por otra a no ser riguroso en la investigación ni en parte, reivindican los casos en los que los la sanción. Es de temer que en el caso de partidarios vinieron retando al Estado y a la eutanasia tengamos más de lo mismo la legislación. Tanto en el caso Janet Roe respecto al control de los requisitos. sobre el aborto americano como el de Como hemos indicado, por ejemplo Sampedro en el debate de la eutanasia en «Retos jurídicos de la bioética»55, en en España. Es normal que esto dé lugar los casos bioéticos la diferencia entre des- a una concepción por la que el deseo, penalización y legalización se difumina que entra en las condiciones de la norma hasta hacerse irreconocible. Las despe- despenalizada, deviene un derecho. nalizaciones propuestas —debido a la Soy consciente del valor pedagógico intervención del sistema sanitario— son que representa mantener la diferencia distintas de las conductas toleradas: pién- entre legalización y despenalización. sese en algunos países con la prostitución Sin embargo, los hechos son tercos y las o en las causas que excluyen la punibili- despenalizaciones con procedimiento sa- dad, como la legítima defensa. nitario en países como España equivalen En efecto, nos encontramos ante a legalizaciones. despenalizaciones con procedimiento.

55 Serrano Ruiz-Calderón, J.M. Retos jurídi- Recibido 08-11-2006 cos de la bioética, Eiunsa, Madrid, 2005, 164-165. Aceptado 14-12-2006

54 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/1ª