La Constitución Del '38: ¿Realidad O Ficción?
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SECCIÓN LiBRE La Constitución del ‘38: ¿realidad o ficción? Patricio Quevedo Terán Uno de los períodos políticos más accidentados del Ecuador terminó con la expedición de la Constitución de 1938. Se reaviva la polémica acerca de su vigencia, con una detallada crónici histórica de los su cesos de la convulsionada época. si nunca se ha intentado aclarar cuestiones tan comple jas como el sentido de la Constitución de 1812, llamada Es posible que una de las jornadas políticas más lar Constitución Quiteña, en plenos albores de la lucha in gas que registre el Ecuador, haya sido la que corrió des dependentista; la efectiva vigencia de la Constitución de la mañana del uno de diciembre de 1938 hasta la ma grancolombiana de Cúcuta, respecto del actual Ecuador; drugada del día siguiente, pero de lo que no cabe duda la del documento aprobado por el Congreso Admirable alguna es que constituyó la más rica en acontecimientos de 1830, mientras se rompían ya las amarras del Distrito : : perturbadores. Durante esas dramáticas horas renunció del Sur; (1) el alcance de las normas que expidieron los : el presidente interino Borrero; buscó febrilmente la Gobiernos rivales durante el trágico bienio de 1859-60 o, Asamblea Nacional un reemplazo; entre los ajetreos po que para decirlo con mucha mayor cercanía, el criterio líticos, procuró completar la aprobación de la nueva que debe sustentarse acerca de las normas constituciona Constitución; modificó su reglamento; registró el aban les vigentes: significan solo una reforma a la Carta del dono de la tercera parte de sus integrantes; eligió a un 1979 o representan un cuerpo autónomo, que debe ser presidente calificado de constitucional; se posesionó és contado de manera independiente. te e inició el desempeño de sus funciones. Nada menos! Vistos los hechos desde la perspectiva de ahora, pa LA DÉCADA CONVULSA rece claro que la jornada marcó el arranque de la etapa final en el predominio del Liberalismo partidista; signi Pero en cambio, la propia y decisiva pregunta en tor ficó también el auge más notorio y el discreto anuncio de no de la existencia jurídica de la Constitución del 38, o la caída final del doctor Carlos Arroyo del Río, uno de la carencia de ella, deriva ostensiblemente de lo que ocu los personajes sin los cuales no se entiende al Ecuador rrió durante las cargadas horas iniciales de diciembre de contemporáneo pero, desde una consideración fríamente ese alío. jurídica, nada le distingue tanto a la vertiginosa jornada, A su vez lo que entonces tuvo lugar, solo alcanza como la circunstancia de que dejó planteado el más apa cierta comprensión, si se lo examina como la punta del sionante debate que consigna el Derecho Constitucional ‘iceberg’ - para usar de la socorrida comparación - cu de nuestro país. yos niveles inferiores se hundieran entre las turbulencias Efectivamente, nada tiene de raro que los especialis de toda la década del treinta. tas discutan sobre las bondades y las debilidades de una Es bastante bien conocida la evidencia de que esa dé Carta Política, que discutan sobre el acierto o la equivo cada resultó la más convulsionada de toda la experiencia cación de cualquier modalidad estructural -unicameralis republicana del Ecuador. Así lo prueban las desgracias mo o el bicamerismo legislativo, para decir un ejemplo- de la exportación, la Guerra de los Cuatro Días y la ba pero que el debate se proponga alrededor del número de talla de las cuatro horas, el sorprendente número de Je Constituciones que haya tenido el país, es algo ya bas fes de Estado y el clima de ansiedad política que se ha tante fuera de lo común y, si la controversia se ubica so bía tomado la cotidiana tónica de esos tiempos. bre la existencia o la inexistencia de una Carta, entonces Próximo ya a cumplir dos años de ejercicio dictato debe admitirse que resulta ya francamente singular. rial, el ingeniero Federico Páez (2) reunió a una Asam Y estos dos últimos son precisamente, los enigmas blea Constituyente pero, los trabajos dirigidos a redactar que se plantean a propósito de los sucesos iniciales de di una Carta que sustituyera a la del 29 , oficialmente ciembre del 38. Reconozcamos por supuesto, que la pre muerta cuando el doctor Antonio Pons entregó el poder gunta en torno al número de Constituciones que ha teni en manos de los militares el último trimestre del 35, fue do el Ecuador, supera al solo drama de hace 61 años. Ca- ron abruptamente interrumpidos por el propio Ministro La Constitución del ‘38... 61 de Defensa de la dictadura, el general Alberto Enríquez, clara propensión a los ajetreos subversivos, particular quien se convirtió en el nuevo Jefe Supremo. mente dentro de las importantes filas castrenses. Ciertos De Enríquez suelen recordarse la expedición del Có prejuicios dogmáticos, sobre todo marxistoides, son cul digo de Trabajo y la iniciativa de la Asamblea de 1938. pables de la omisión casi completa acerca del personaje Esta Convención fue realmente singular. Rompió la ter y de su grupo que, aunque izquierdistas no eran ortodo ca tradición que venía desde el comienzo de la Repúbli xos, pero la verdad es que las evidencias revelan cuánto ca y, en vez de elegir como Presidente interino al propio impacto tuvieron sobre la realidad política de los treinta Enríquez, prefirió al jurista cuencano y devoto liberal e inclusive de algunos pocos años después. Manuel María Borrero, quien había encabezado la Corte No es el momento de enjuiciar al fugaz gobierno de Suprema de Justicia y formó sin muchas dificultades un Larrea Alba, que duró 8 semanas no completas el segun Gabinete prestigioso pero demasiado tradicionalista, a do semestre del 31, pero sí hay que recordar cómo gra los ojos de muchos políticos de la época. cias al aprovechamiento de ciertas ausencias, los socia De todas formas, la Asamblea se distinguió todavía listas lograron que la Asamblea del 38 ascendiera a La mucho más, por el método utilizado para su integración. rrea hasta el grado de General y ordenara su incorpora No respondió al número de electores de cada provincia, ción al Ejército. Despertados de la sorpresa los adversa sino a una división igualitaria y tripartita entre conserva rios, obtuvieron con exigua mayoría la reconsideración dores, liberales e izquierdistas o socialistas. La novedo de ambas medidas, aún a despecho de que sus principa sa tesis había madurado en la cabeza del General y, cu les portavoces, los asambleístas Gómez González y Co riosamente, de pronto le fue sugerida también por sus mandante Plaza Monzón fueran físicamente agredidos asesores, casi todos ubicados dentro de lo que podía lla por exaltadas mujeres de la barra. El espinoso asunto si marse el izquierdismo. Con prescindencia del número de guió latente, provocó nuevos tropiezos y fue el motivo habitantes y, sobre todo de las preferencias políticas de específico para la disolución material de la Asamblea, el éstos, se dispuso que cada provincia estuviere represen 13 de diciembre siguiente. tada por una conservador, un liberal y un socialista. “Si Y por supuesto, conspiró también contra el desempe estas son las tendencias políticas dominantes, que tengan ño de la Convención, el agudo fraccionamiento de los li la oportunidad de probar la verdad y bondad de sus plan berales, considerados a sí mismos como los predestina teamientos, explicó Enríquez Gallo, pero claro, ya en la dos para detentar el Ejecutivo, una extraña fe que de mo vida práctica. se dieron fenómenos muy poco democrá do tácito, era compartida por un amplio sector de la opi ticos. Hubo provincias en las que solo se encontraron nión ciudadana y que suponía la exclusión no escrita de diez o veinte ciudadanos de alguna de aquellas tenden los conservadores respecto de la cima del mando. cias y, sin embargo. ellos debieron escoger a un asam En realidad el multiforme Liberalismo, más allá de bleísta (3), número idéntico al representante de otra ten sus reverentes declaraciones doctrinarias, daba la impre dencia, que podía contar con 20 ó 30 mil adherentes en sión de un amplio paraguas político, dentro del cual se el mismo lugar. De todas formas, las rarezas de la elec apiñaban tendencias bastante diversas, apenas se plan ción y los arreglos de posteriores entretelones, dieron lu teaban cuestiones personalistas: los diputados liberales gar a un leve predominio del bloque socialista; después del 38 mostraron siempre una apreciable inclinación ha venían los liberales, divididos entre varias facciones y al cia la independencia, la Junta Suprema del Partido apa go menos numerosos eran los conservadores. rentaba disponer de más poder que el efectivamente aca tado, la Junta Provincial de Pichincha acusaba inclina EL AGUA Y EL ACEITE ciones propias, también la del Guayas, donde la figura indiscutida era la del jurista, profesor y político Carlos Hay un apreciable reconocimiento de que iniciado el Alberto Arroyo del Río e, inclusive, las Juntas de otras desempeño de la Asamblea, conspiró gravemente contra provincias.(5) éste, la continua interferencia, la virtual pugna entre los dos objetivos que se le habían fijado al Organismo: re UN PUENTE DESDE EL 29 HASTA EL 45 dactar la nueva Carta Constitucional y elegir al Presiden te de la República. “Lo político perturbó la creación Entre tantas borrascas, no es raro que la gestación de constitucional, apuntó con sagacidad el resumen anual la Carta avanzara lentamente y sufriera serios tropiezos. de El Comercio (4), distrajo la atención de los diputados Un escuetísimo comentario acerca de ella es el que la re y probablemente impidió que se cumplieran con el nece conoce como el puente entre la Constitución de 1929, la sario acierto los propósitos aludidos. De esta suerte, no primera que mencionó los derechos sociales y la inter fue raro que los mismos días cuando se analizaban temas vención del Gobierno en los procesos económicos, y la de elevada complejidad jurídica.